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Cartel de "Lost in Translation"

Cartel de "Lost in Translation"

    GÉNERO
CINE

    TEMA
Crítica de Lost in Translation, de la directora Sofia Coppola (Por Sonia Sendra Crespo)

    OTROS DATOS
Nacionalidad: USA-Japón, 2003
Estreno: 13/2/2004
Duración: 105'
Intérpretes: Bill Murray, Scarlett Johansson, Giovanni Ribisi, Anna Faris, Akiko Takeshita
Guión: Sofia Coppola
Fotografía: Lance Acord
Música: Brian Reitzell, Kevin Shields
Montaje: Sarah Flack




La directora, Sofia Coppola

La directora, Sofia Coppola

Bill Murray es Bob Harris

Bill Murray es Bob Harris

Scarlett Johansson es Charlotte

Scarlett Johansson es Charlotte

Scarlett Johansson junto a Giovanni Ribisi y Anna Faris

Scarlett Johansson junto a Giovanni Ribisi y Anna Faris

Scarlett y Bill de marcha por Tokio

Scarlett y Bill de marcha por Tokio

La pareja, finalizando la noche  de fiesta

La pareja, finalizando la noche de fiesta

Bob Harris y Charlotte se enamoran

Bob Harris y Charlotte se enamoran

Bill Murray en la portada del CD de la banda sonora

Bill Murray en la portada del CD de la banda sonora

Cartel que muestra la gran urbe

Cartel que muestra la gran urbe


Magazine/Cine y otras artes
Esos ojos ajenos y solitarios
Por Sonia Sendra Crespo, martes, 6 de abril de 2004
Sofia Coppola conmueve al mundo con Lost in Translation (2003), una casi-comedia romántica protagonizada por Bill Murray y Scarlett Johansson, retrato del choque entre culturas, de la soledad y del amor de dos americanos en Tokio.
Sofia Coppola se introdujo a temprana edad en el mundo de su padre, primero como actriz (El padrino), después como guionista (Historias de Nueva York) y finalmente se decidió por la dirección. Lost in translation ocupa el segundo peldaño de la escalera, por ahora ascendente, del nuevo oficio de Sofia.

Las vírgenes suicidas (1999) fue la primera. Basada en una novela de Jeffrey Eugenides, realizó una película sobre la soledad compartida de cinco hermanas adolescentes que deciden suicidarse, testimonio de su habilidad para desnudar a los personajes sin apenas mediar palabra. El aislamiento obligado y la juventud reprimida creaban esa sensación de angustia, de querer salvar a los personajes que también sentimos en su segundo film, otro retrato de la soledad, esta vez con un toque de comedia que lo suaviza.

Lost in Translation muestra la confrontación cultural con que se encuentra un occidental en un país de costumbres y lengua tan distintos

Bob Harris (Bill Murray) es un actor de renombre contratado para una campaña publicitaria en Tokio, donde conoce a Charlotte (Scarlett Johansson), una veinteañera desocupada que acompaña a su marido en viaje de trabajo. Ambos iniciarán una historia de amistad, contrastando sus caracteres y situaciones: él un hombre maduro, casado y con hijos, que añora su pasado y ella una joven con esperanzas en el futuro; él tiene definida su carrera, aunque se lamenta por algunas decisiones, y ella es una recién licienciada que no ha tenido tiempo de tomarlas. Su punto de conexión, el insomnio. Acompañan a los protagonistas el marido fotógrafo (Giovanni Ribisi), una actriz sin luces (Anna Faris) y una intérprete japonesa (Akiko Takeshita) que nos pierde en las traducciones.

Ambientada y rodada en Tokio y Kyoto, Lost in Translation muestra la confrontación cultural con que se encuentra un occidental en un país de costumbres y lengua tan distintos. Su entonación imperativa al hablar, su afición por el kareoke, sus duchas bajitas y este enorme cómico que es Bill Murray interpretando al sarcástico Bob Harris hacen aflorar la sonrisa al rostro, pero parece osado clasificarla estrictamente como comedia sólo porque salga Bill Murray, que ha sabido contenerse para este papel más serio. Digamos que es una comedia romántica, más romántica que cómica, sobre todo cuando vemos la progresión de esa amistad convirtiéndose en un enamoramiento en toda regla, con escenas tiernas, divertidas e incluso de celos.
Sofia Coppola se recrea, sin perder el ritmo, en planos geniales, respaldados por una buena fotografía de la gran urbe a través de esos ojos ajenos y solitarios.

Comedia o no, fue galardonada con tres Globos de Oro (película, actor, guión), predicción de las cuatro nominaciones a los Oscar a las mismas categorías y a la dirección. También Scarlett Johansson consiguió su premio en el Festival de Venecia 2003. A pesar de la decepción de Murray que vio su oportunidad de ganar la estatuilla, ha supuesto todo un triunfo para la directora en su segundo film, compitiendo con grandes producciones como El Señor de los Anillos, Mistic River o Master and Comander. Y debemos señalar que el 90 por ciento del equipo de rodaje era japonés, lo que otorga un valor añadido a la labor.

Algunos se quedaron impasibles y decidieron que no les gustaba porque "no pasa nada". ¿Esperaban una película de acción? No. Los que querían sexo entre maduro-jovencita que revisen El último tango en París porque esta ocurre en Tokio y es otra historia. Es romántica, es preciosista y conmueve al espectador. Al compás de una gran banda sonora a cargo de Kevin Shields (ex de My Bloody Valentine), y de Brian Reitzell (batería de Air) y con temas de Jesus and Mary Chain, Sofia Coppola se recrea, sin perder el ritmo, en planos geniales, respaldados por una buena fotografía de la gran urbe a través de esos ojos ajenos y solitarios. ¿Para qué pedir más?
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