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Esther Jaén: "Cómo ser un político y no morir en el intento" (Volter, 2006)

Esther Jaén: "Cómo ser un político y no morir en el intento" (Volter, 2006)

    NOMBRE
Esther Jaén

    LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO


    CURRICULUM
Estudió Ciencias de la Información. Comenzó su carrera periodística como corresponsal política en la Cadena SER, en 1990. En la actualidad, es comentarista política en los programas “Los Desayunos de TVE”, “59 segundos”, así como en Intereconomía Televisión. Además, colabora semanalmente en la tertulia radiofónica de Onda Cero, “La Brújula”. Semanalmente publica una columna de opinión en La Razón.



Esther Jaén

Esther Jaén


Magazine/Nuestro Mundo
Entrevista a Esther Jaén, autora del libro "Cómo ser un político y no morir en el intento"
Por ojosdepapel, jueves, 1 de junio de 2006
En estos tiempos en los que los políticos se acusan mutuamente de crispar la vida pública y en los que los ciudadanos acabamos crispados gracias a sus soflamas, no está de más tomarnos un respiro, hacer un alto en el camino, echar la vista atrás y soltar una buena carcajada. Ojo por ojo y diente por diente: ellos nos crispan, riámonos de ellos o, mejor, con ellos. En el libro de Esther Jaén se trata de mostrarlos tal como son, con sus luces y sus sombras, capaces de meter la pata como el que más. Pero no solamente ha recopilado pifias, trabalenguas y anécdotas, reales como la vida misma, sino también episodios de bajas pasiones, traiciones, peloteos infames y múltiples triquiñuelas (*).
¿Qué significa ser político?

Entregarse a una actividad que no siempre luce ni da frutos, pero de la que muy pocos quieren desvincularse. A algunos no les echan ni con agua caliente…

Dentro del ambiente de crispación política que vivimos en la actualidad, ¿crees que se agradecerá un libro de humor como el tuyo?

Cualquier cosa que no sea el exabrupto verbal al que nos tienen acostumbrados sus señorías siempre es de agradecer, pero, si además nos ayudan a sonreír, se agradece doblemente. Con todo, Cómo ser político y no morir en el intento está escrito en clave de humor, pero tiene también un aspecto didáctico muy importante. Creo que los lectores descubrirán muchos entresijos y curiosidades de la política, pero siempre a través de situaciones reales y de políticos reales. Si por el mismo precio pueden divertirse, mejor que mejor.

¿Crees que algunos políticos no encajarán con humor su aparición en el libro?

Bueno, habrá algunos que lo encajarán perfectamente, porque tienen sentido del humor y porque saben que, más allá de la sal y la pimienta, todos los episodios que se narran son verídicos. No obstante, no es la primera vez que me ocurre. En mi anterior libro hubo algún aludido que me retiró la palabra y hasta el saludo durante años. Ahora, afortunadamente, está todo aclarado.

Entonces, ¿crees que este libro también te creará unos cuantos enemigos?

Espero que no… pero si verse reflejados en el espejo, con un poquito de sentido del humor ofende a alguien, los ofendidos tienen un serio problema. Deberían hacérselo mirar…

¿Qué políticos crees que sí se reirán de sí mismos?

¡Uy, hay muchos! Pero voy a ser políticamente correcta y le voy a dar varios nombres de diferentes partidos: Joaquín Leguina, tiene un excelente sentido del humor y lo aplica y se lo aplica frecuentemente, igual que su compañero, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Josep Piqué o José María Michavila, son capaces de reírse de ellos mismos, Felipe Alcaraz, que además es brillantemente irónico, Xavier Trias, con su envidiable flema, Joan Puigcercós o José Antonio Labordeta.

Esperanza Aguirre también da mucho de sí ¿no?

Muchísimo… Por cierto, olvidé mencionarla entre los políticos con sentido del humor. Es capaz de reírse de sí misma… y, por supuesto, de los demás. Creo que Esperanza Aguirre mejora en las distancias cortas. Y si no me creen, que se lo pregunten a Pasqual Maragall, con quien, por cierto, tiene una estupenda relación. Ellos se han echado muchas risas juntos, cuando ¡ingenuos de nosotros! creíamos que estaban a la greña. Además, se ha convertido en un clásico con sus supuestas meteduras de pata, que ella, por supuesto, niega y atribuye a una cierta mala uva del personal…

¿Es complicado ser mujer y política?

Sí lo es. Cuando menos, el listón está más alto. Prácticamente todas las mujeres que se han metido en política en épocas pasadas han tenido que pasar por una crítica más feroz que la que se aplica a sus colegas hombres. Quiero recordar que a ellas se les critica con saña por su forma de vestir, que tiene poco o nada que ver con su gestión. Por ejemplo, hubo mucho recochineo con la que fuera ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, por su indumentaria, pero nadie dijo ni media de que uno de sus antecesores (hombre) llevase los cuellos y puños de las camisas raídos… ¿Es eso importante? No lo parece, ¿entonces por qué crucificarla a ella y no a él?

¿Cómo crees que se llega al poder? ¿Por meritos, contactos, casualidad, suerte...?

La verdad es que todo vale… méritos, por supuesto. Creo recordar que la buena estrella del ministro Jesús Caldera empezó cuando Felipe González escuchó una de sus intervenciones, casi por casualidad, y comentó lo mucho que le había impresionado. Caldera, después de eso, apareció en las listas del PSOE al Congreso y se convirtió en diputado. A Duran i Lleida, en cambio, los elogios de Felipe González le provocaron el efecto contrario: su entonces jefe de filas, Miquel Roca, no volvió a dejarle intervenir en política exterior, después de que González elogiara su intervención y pidiera que pasase a ser su interlocutor de CiU para asuntos internacionales. Los contactos, siempre ayudan… no hay nada mejor que estar en el momento adecuado en el sitio indicado…

A un aspirante a política, ¿qué tres normas básicas le recomendarías?

Que se lea y aplique los consejos de Gracián, en El arte de la prudencia, que actúe siempre en conciencia, para poder mirarse al espejo todos los días sin avergonzarse, y que tenga siempre un sitio a donde ir, por si su carrera política concluye inesperadamente.

¿Qué entiendes por “El síndrome de la Moncloa”?

Es la enfermedad que aqueja a algunos presidentes del gobierno español. Una vez inoculado ese virus, el presidente se convierte en autista político, comienza a levitar, se cree una especie de chamán y su entorno, lamentablemente, le reafirma en sus creencias. En el momento en el que un mandatario se desentiende del servicio a los ciudadanos para servir a su propio proyecto, empieza su declive.

Pero no es sólo los presidente el que pierde su salud mental...

Creo que cuando dejas de ser tu mismo y te conviertes en el político, el personaje público, empiezas a destruir tu salud mental…

"!Felipe, te quiero más que a mi lavadora!" Es habitual que los políticos reciban piropos. ¿Es Felipe el más carismático? ¿Qué tal el sex appeal de Jose Mª Aznar?

Sí, es muy frecuente en los mítines. Y las que más piropos echan siempre son las mujeres…algunas, con mucho ingenio, por cierto. González tenía mucho carisma, es cierto, pero todo depende del cristal con que se mire, porque seguro que a una fan de Aznar, González le parecería un elemento odioso. En cuanto al sex appeal, aparentemente lo tienen todos, porque a todos por igual piropean sus fans… Tanto a Aznar como a Felipe le gritaban “¡Guapo!”. El uno gustaba de coquetear con la autora del piropo y replicaba siempre con un “¡Grasia, hija! Y al otro, que tampoco quería defraudar a su club de fans, le salía algo más áspero: “¡Guapa tú!” Pero a las receptoras de los comentarios de ambos les sabían a gloria en cualquier caso.

Te atreves a nombrarme al peor político, según tu criterio...

Por no irme a los mandatarios corruptos africanos y los líderes bananeros de algunos países latinoamericanos, diré que, en mi opinión, lo peorcito que tenemos en Europa es Silvio Berlusconi… Y si seguimos en el Primer Mundo, creo que George Bush es peor que una plaga.

Te recreas bastante en la retirada anunciada de José María Aznar.

Es que la retirada anunciada de José María Aznar marcó un hito en la política española. Lo habitual es que les cueste abandonar el poder, no que se marchen cuando todo va viento en popa. Aznar lo hizo y cumplió su promesa. Su antecesor, Manuel Fraga, sin ir más lejos, acostumbraba a decir que las elecciones que afrontaba iban a ser las últimas. Lo dijo varias veces… y también le han hecho varias fiestas de despedida… Otra cosa distinta es la elección digital de su sucesor, etc. Eso ya es menos ejemplar…

Después de este libro ya estás preparada, ¿darás el paso del periodismo a la política?

No, no me veo inmersa en la disciplina de un partido. Quizás el hecho de conocerlo de cerca sea un factor de inhibición para mí. Supongo que, como dijo Groucho Marx, nunca formaría parte de un club que me tuviese a mí entre sus socios…

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(*) Agradecemos a Ediciones Robinbook y a su responsable de prensa, Bibiana Ripol, la gentileza por ceder los derechos de la entrevista para publicarla en Ojos de Papel.
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