Reseñas de libros/No ficción
La construcción de los mitos sobre el origen de España
Por Inés Astray Suárez, martes, 6 de julio de 2004
Este ensayo es la primera parte del proyecto de Jon Juaristi, catedrático de Filología Española en la Universidad del País Vasco y ex-Director del Instituto Cervantes y de la Biblioteca Nacional, de establecer algo así como un inventario de los modos en que los españoles imaginaron los orígenes de España a lo largo de nueve siglos.
Empezando por el desdichado Don Rodrigo. “Se canta lo que se pierde”, escribió Machado, “se canta y se crea” matiza Jon Juaristi. Y terminando cuando la secularización del saber atrofió nuestra capacidad para percibir el mito. Un proceso gradual (y probablemente inacabado) pero que para Juaristi tiene un hito decisivo con la publicación de El Quijote: “La transformación del héroe mítico en personaje de novela es el síntoma inequívoco de la agonía de los imaginarios tradicionales ante el advenimiento de la modernidad: nace Don quijote, porque Hércules ya no puede vivir en el sueño de España”
Ya en otro de sus libros, El bosque originario (Madrid, 2000), destacó Juaristi que España había permanecido al margen de los modelos generales sobre los que los países de su entorno geográfico habían elaborado sus propios mitos sobre el origen, inspirados en el tema de Troya. Y ello es así, en opinión del autor, no porque en la España medieval se desconociese la Eneida o las historias troyanas, sino porque aquí hubo varios imaginarios en discordia, el de los judíos, el de los moros y de los cristianos y “Todo choque prolongado de civilizaciones acaba por engendrar una cierta transversalidad de las culturas”. Así el triunfo político de una de ellas no puede hacernos olvidar la fuerte impronta que dejaron los vencidos. Sus mitos, sus sueños, sus temores también son los nuestros, asoman en nuestra literatura y en nuestras tradiciones. De eso trata esta primera parte. Desde los muelles de Tiro, donde zarparon hace tres mil años los fundadores de Cádiz y Málaga, y cientos de años más tarde los escuadrones omeyas que emprendieron la conquista del Magreb y de la Península Ibérica, y donde el propio Jon Juarista, según nos confiesa, se hizo el propósito de escribir este libro, España, mejor diríamos, Al Andalus, es el reino del ocaso, el lugar al que parece querer llevarnos la estrella de la tarde.
Este es un libro muy interesante pero no fácil. La erudición de la que se hace gala sobrepasa en bastantes ocasiones, lo que puede digerir un lector de cultura media. Por otra parte, tampoco resulta sencillo seguir el hilo conductor, es decir la relación de los mitos que se tejen y destejen, con el tema prefijado en el subtítulo de la obra, a saber “España como sueño ancestral”
Por las páginas de este libro, por “el sueño de España” navega Hércules construyendo la casa encantada cuyos cerrojos, fuerza el último godo, para su desgracia y para la de España, y Alejando, el Bicorne islámico, ora abriendo el Estrecho de Gibraltar, ora construyendo un puente sobre el mismo. Y el rey Salomón, por cuya mesa disputan Tariq y Muza ante el califa para dirimir a quien de ellos corresponde el verdadero mérito de la conquista de Al Andalus. Y la reina de Saba cargada de rasgos zoomórficos y demoníacos según prefiere verla la tradición islámica. Obviamente ninguno de estos personajes es una creación propiamente musulmana. Pero la forma de representarlos que tiene el imaginario español de la Edad Media está muy influida por la cultura islámica. Cuando Pedro del Corral, el escritor vallisoletano de la primera mitad del siglo XV nos describe en el exterior de la Casa de Hércules con magistral precisión, lo que a todas luces parece un mosaico, y es incapaz de reconocer y dar nombre a esa técnica artística, seguramente porque tampoco la conocían las fuentes árabes de las que procede su relato, podemos adivinar el pasmo de los primeros conquistadores árabes ante los suntuosos mosaicos bizantinos.
Pero ni lo sugestivo del tema ni la brillante prosa de su autor, no exenta de rasgos de humor, pueden llevarnos a engaño. Este es un libro muy interesante, pero no fácil. Ni siquiera para quienes nos hemos educado antes de lo que Juaristi denomina la Reforma y Destrucción de las Enseñanzas Medias (al parecer en este país no puede publicarse un libro más o menos serio sin mortificar al gremio del que, por otra parte, procedemos buena parte de los clientes). La erudición de la que se hace gala sobrepasa en bastantes ocasiones, lo que puede digerir un lector de cultura media. Por otra parte, tampoco resulta sencillo seguir el hilo conductor, es decir la relación de los mitos que se tejen y destejen, con el tema prefijado en el subtítulo de la obra, a saber “España como sueño ancestral”. Cuando uno lleva cincuenta páginas sobre Bilquis, la reina de Saba, sus relaciones con la sibila de Cumas, con los Reyes Magos, la Invención de la Vera Cruz y las cuevas de los Apeninos, le tranquiliza saber que las Sibilas aparecen a menudo como personajes secundarios u ornamentales en el teatro religioso del Siglo de Oro o que la huella de su pie asnal o cabruno es más profunda en el folclore que en la literatura, pero desde luego le queda la vaga sensación de que se ha perdido algo.