Prólogo
a Pax
El lector
quedará gratamente sorprendido con un texto con ideas que pudiera ser muy
complejo pero que Ginestet explica de forma sencilla
(no simple). Es un texto orientado a un público de ciudadanos del mundo
inquietos por participar en los tiempos que están viviendo más allá de limitarse
a ir al supermercado a comprar lo que dictan los televisores. Es un texto que no
se limita a estas páginas de papel sino que puede ser ampliado a través de
Internet en documentos más especializados que Ginestet y otros comparten.
Advierto de que están en diversos idiomas (ya que el alcance del libro es de
orden mundial). El concepto del libro quizás es algo distinto del que un adulto
suele leer. Aprovechando que Andreu Ginestet es un gran artista plástico
(escultor, pintor y fotógrafo), le pedí que ilustrara los conceptos centrales
del libro. El making of de la
producción artística en torno al libro la pueden consultar en la web de
milrazones. Andreu dibujó cerca de 12 metros de ilustración que después ha
recortado e insertado junto al texto para ir conduciendo al lector a lo largo de
todo su discurso.
La
aportación más interesante de este libro es que temas complejos escritos de un
modo divulgativo están apoyados por ilustraciones que llegan a todos y todas con
independencia de la edad. Debemos recordar la dificultad que supuso en nuestra
infancia pasar de los libros ilustrados a los que solo tienen letra. Esta vuelta
a nuestras infancias nos hace permeables al mensaje central del texto. Ginestet
nos facilita lo que se denomina «pensamiento lateral», tan valioso en las
universidades y organizaciones pero que sistemáticamente relegamos a esos pocos
(auto) elegidos denominados artistas. Este deseo de compartir ha permitido crear
un libro del cual el autor desearía recibir un feedback. No debe sorprenderle al lector
que el autor le haga preguntas a lo largo del texto. Si el lector sigue atento a
la evolución de este libro en Internet verá cómo aparece una página web con un
foro donde el propio Ginestet debate con los lectores el libro. Solo un artista
capacitado para canalizar la creatividad y entender a los ciudadanos podía dar
este paso tan innovador en el mundo del libro en
castellano.
Hace 20
años cuando conocí al autor quedé muy sorprendido de las reacciones que generó
Elan, su ópera prima, en los ciudadanos alemanes. Como Elan es una escultura,
las palabras no alcanzan a describirla desde todos los ángulos en que es posible
interaccionar con ella. Prefiero que el lector visite la web del
autor y vea en youtube
los vídeos que muestran la obra y las reacciones que
desencadenó. Quizás la inauguración de las «decoraciones» de la Capilla Sixtina
causó reacciones similares. En la actualidad pocos genios han tenido la
capacidad de entender e influir en las masas. Creemos que esta obra a través de
la decoración del ciberespacio podría lograrlo.
Pax ha
sufrido muchos cambios desde la primera versión que me mostró el autor. Desde el
primer momento vi que podía ser un libro de gran interés para la mayoría de
lectores. Es un libro adecuado para aquellos que las grandes productoras de
contenidos clasifican como «eruditos» ya que aborda temas complejos. Es adecuado
para los que etiquetan como «militantes» porque puede influir en su crecimiento
personal y en el de sus semejantes. Para aquellos que denominan «ingenuos» puede
ser también apropiado ya que la prosa de Ginestet es comparable a una
conferencia ágil.
Desde mi
punto de vista solo faltaba que fuera atractivo para los denominados «pasotas».
Aquellos que compran el libro impulsados por familiares y amigos para colocarlo
en una estantería necesitaban una obra de arte. Para mejorar la experiencia de
lectura, así como para dar más difusión a los contenidos tratados, Andreu y yo
nos trazamos una hoja de ruta que convirtió un texto que inicialmente era un
ensayo lleno de citas bibliográficas y tecnicismos en lo que ahora tienen entre
sus manos. Este libro es un trabajo artístico, ágil de lectura, profundo de
ideas y con la posibilidad de la participación del lector. Para hacerlo llegar
al gran público hay que creer en el concepto primitivo del libro como medio de
comunicación mas allá de un medio de control ideológico de masas (…y de hacer
mucho dinero). También es necesario que el escritor entienda este arte como la
escultura. Primero se trató de dar forma y después ir añadiendo «barro» hasta
llegar a la forma deseada.
Puede
caer en la tentación de querer corregir alguna página, donde podemos encontrar
una palabra poco acertada. El objetivo del autor no es otro que motivar al
lector a la acción. El uso de una palabra en lugar de otra está meditado. No
busca la perfección sintáctica, sino el empujar a la acción. Una acción que, por
pequeña que pueda parecer, puede tener efectos mayores de lo esperado, como
comprenderá si usted lee con atención el libro.
A
Salvador Dalí en varias ocasiones le preguntaron por las incursiones que había
hecho en otras artes como el cine. Su respuesta es muy interesante y muestra por
qué un artista se centra en un arte aunque su creatividad y pensamiento
artístico lo aplica a otras en menor grado. Lo relevante aquí es que el
pensamiento artístico muestra una superioridad al pensamiento científico en
términos de creatividad. Si buscamos soluciones nuevas no necesitaremos al
científico hasta que el artista haya trazado una idea que conmueva y cale en los
corazones de las personas. Posiblemente es el motivo por el cual en el pasado
las cortes de papas y reyes mantenían un nutrido grupo de
artistas.
Sabemos
que parte de las personas que siguen la obra de Ginestet son dirigentes con
ganas de introducir cambios pragmáticos en el sistema de paz. El lector también
debe entender con estas líneas que algunos políticos no están de acuerdo con el
texto y han hecho lo posible para impedir su publicación. Un concepto de paz
pragmático se enfrenta a políticas de poder y de guerra, también muy
pragmáticos.
Pax ya
aspira a una segunda edición, debido a las expectativas que ha generado en
diversos ámbitos científicos, políticos y ciudadanos. Queremos anunciar que la
segunda edición se realizará con las aportaciones que los lectores envían al
autor a través de correspondencia y participación en foros de
Internet.
José Luis
Condom Bosch
Profesor
del Departamento de Sociología y Análisis de las Organizaciones de la
Universidad de Barcelona.
***
Paz,
un concepto huérfano
Si bien
le puede parecer una provocación a cualquier persona que se preocupe de este
tema, es necesario definir un aspecto que puede parecer sorprendente: la paz es
un concepto huérfano.
¿Qué
quiere decir esto? El enunciado parece absurdo, puesto que la paz preocupa a
todo el mundo y es un tema tan discutido, como su oponente, la guerra. ¡Uuuups!
¿cómo he dicho? El oponente a la paz, ¿es la guerra? Si fuera la guerra el
oponente a la paz, estaríamos hablando de una paz pasiva, es decir de la tregua.
Hablar de la paz activa, y esto es lo que hemos dicho que haremos siguiendo los
pasos de Johan Galtung, implica mucho más que hablar de la dicotomía de paz y
guerra. Para nosotros, los términos opuestos son paz y violencia. Entendemos que
tanto la paz como la violencia deben comprenderse como la suma de esfuerzos
colectivos. De forma técnica afirmamos que la paz es el resultado de la gestión
sostenible de complejidad humana.
Aclarada
la primera duda, vamos a la siguiente. ¿Por qué hablar de la paz como de un
concepto huérfano? La paz hasta hoy en día se idealiza y no se trata como una
realidad económica, banal y cotidiana posible, por la sencilla razón de que no
existe un sustituto del sistema de violencia para regular la complejidad humana
lo suficientemente popular.
Querer la
paz es en primer lugar trabajar en la sustitución del sistema de la violencia
por soluciones culturales diferentes, que de forma técnica nacen del concepto de
la vida y por su uso diario pertenecen al ámbito de la vida. Johan Galtung, con
su universidad de la paz (Transcend) hace un muy buen trabajo. Pero tampoco
Transcend se ha especializado en tratar el asunto que
proponemos.
Por lo
tanto, si no existe una institución en la Tierra que se dedique de forma
específica y técnica a sustituir la complejidad humana no sostenible (violencia)
por complejidad sostenible, obligatoriamente seguimos con el mismo problema y la
violencia sigue siendo necesaria. Por lo tanto, la paz, desde un punto de vista
técnico, y a pesar de los muchos esfuerzos de tantísimas organizaciones y
personas, es un ideal huérfano desde el punto de vista técnico. Para que deje de
serlo hemos propuesto algunas medidas que vamos a ver a
continuación.
Sobre
la visibilidad y la invisibilidad
Es más
fácil ver e identificar al agresor y neutralizarlo, que a la víctima, que muchas
veces es totalmente invisible. Esto ocurre porque no les hemos echado el ojo a
las víctimas. Nos ha preocupado más el color de los ojos de los agresores, que
echarle el ojo a la víctima. Se nos da bien el miedo y no se nos da bien la
compasión. Miramos a lo que nos da miedo y no miramos o miramos mucho menos a
aquello que nos da pena: sencillamente, la atención humana se construye según
los focos de atención preferidos durante la educación.
Si una
sociedad diseña la educación de forma que las víctimas son invisibles… Se podría
esperar que si bien en una sociedad la gente en general se porta de esta manera
hacia los más débiles, las élites vieran los asuntos de forma diferente y
supieran tratar a víctimas y agresores de forma más equilibrada. Pero dentro de
las élites intelectuales de un país ocurre casi exactamente lo mismo que en la
ciudadanía general. Es triste saber que somos tan inocentes que pensamos que
mantenemos a una élite para que haga el bien y resulte que es inepta. Una élite
trabaja por mantenerse en el poder y no en crear excelencia ni progreso.
Entonces, ¿para que la mantenemos?
De forma
paradójica, es posible que el interés por las víctimas incluso sea más elevado
entre personas desfavorecidas pero felices, que no entre personas infelices pero
opulentas.
También
ocurre esto porque las víctimas no han sido un foco de trabajo dentro de la
ciencia. Si dentro de la ciencia se hubiese fomentado un interés académico
suficiente, mediante el mecanismos de la excelencia científica, las víctimas
habrían obtenido mayor atención mucho antes. Poco a poco mejora la situación. La
victimología –por ejemplo– contribuye a una mejora. Tardaremos algo, porque la
cultura mediática prefiere al agresor y no a la víctima (¿¡menos mal!?). Claro
que estas cosas no se pueden generalizar. Solo se puede hablar de tendencias, no
de casos en general. Solo se puede hablar de lo que publican los medios contando
las líneas en cada periódico dedicadas a agresores y agresiones y compararlo con
las líneas dedicadas a las víctimas y victimizaciones. La disparidad es muy
obvia, aunque poco a poco mejora la situación.
Es
necesario explicar y enseñar la victimización para que deje de ser invisible. La
violencia recibe suficiente atención, por no decir demasiada. Pero la cuestión es
que la victimización y la violencia son dos caras de exactamente la misma moneda
y que lo que deseamos es emanciparnos de este mecanismo de
cambio.
Es
un mecanismo lleno de trampas con consecuencias muy nefastas para toda parte
implicada, y también en la política. Por lo tanto no nos resulta difícil
entender que la política falla si psicopatías –como la invisibilidad– que llevan
a la violencia, la influyen. Pero, en cambio, lo que si nos preocupa es que haya
tantas psicopatías (por ejemplo cegueras) en la política. ¿Cómo es posible? Es
una pregunta muy interesante. La contestaremos por etapas.