En muchas de las
breves narraciones que aparecen en este libro se intuye claramente ese tipo de
recuerdo que trae la nostalgia, a través de voces que nos hablan al oído de lo
que supuso a mediados de los setenta y a principios de los ochenta Smith,
buscando ahora mayores significados con un regreso que, en el momento en que se
realizaron las instantáneas, todavía era incierto su sentido y que ahora sabemos
complemente cierto y certero. Intuimos la amistad en esa nostalgia, en la
invitación y empuje para la vuelta al centro del escenario, en la compañía y en
las sonrisas en los camerinos, o al pie del escenario o en medio de una ruta que
fue alargándose por la propia energía y por el espíritu que les atrapó en ese
instante compartido. Aquí la cámara nos deja intuir… y llega el rock and roll en
un avance de muda sonoridad a través de las páginas, entre el blanco y negro,
sobre los grises y los claroscuros, como si en las hojas hubiera un hombre bailando una
simple canción de rock and roll, y que la amplia sonrisa de Patti lo
reconociera y lo llevara hasta ese baile impulsándolo con la fuerza y el impulso
de su voz. Con su espíritu rebelde deshojando armónicos y escalas pentatónicas
en una guitarra hambrienta de soñar una vez más, siempre acompañada de su
palabra hecha voz.
Michael Stipe: Dos veces intro: en la carretera con
Patti Smit (Sexto Piso, 2012)
Así se narra esta travesía en
blanco y negro, que deja sin embargo un gran colorido en nuestros sentimientos.
William S. Burroughs nos habla de Patti Smith como si fuera un chamán capaz de
causar un efecto electrizante en el público comparable al de los rituales del
vudú. Oliver Ray nos cuenta como su
Polaroid es como el rock and roll; rápida, con resultados veloces y
gratificación inmediata. Paul Williams recuerda el impacto sufrido al ver a
Patti Smith en junio de 1975 en escena. Thurston Moore nos describe un encuentro
con Burroughs, acompañado de Stipe; una reunión en la que un sombrero casi cae
encima de una cama. Lisa Robinson recuerda a la Patti Smith de los inicios como
una intransigente visión en blanco y negro… Estas voces entre otras voces que se
unen en estas páginas para hacer llegar ese recuerdo y evocar esa nostalgia que
se entrelaza con la vuelta de Patti Smith a la escena, donde le espera para su
estreno un vestido color azafrán que le regaló su amigo Michael Stipe. Un
vestido que aguarda colgado de una percha en el pasillo del camerino como una
interrogación que se abre en la
nueva Intro a la vida, de donde nunca realmente Patti había desaparecido, porque
su huella sonora seguía percutiendo en nuestros oídos, haciéndonos recordar el
sabor ácido y suave del rock and roll.
En
este libro sólo echamos de menos a Bob Dylan, que por su carácter reservado no
aparece en ninguna de las fotografías, aunque su sombra se mantiene como una
línea apenas perceptible, y sin embargo manifiesta, a lo largo de toda la
secuencia de este exquisito viaje con Patti Smith.
Patti Smith:
"Because The Night" (vídeo colgado en YouTube por desused)