09.07.2012
La hojarasca
Tribuna
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Tribuna libre
No se trata de decir que las editoriales poderosas no hagan productos buenos, porque es manifiesto lo contrario: hacen muchos libros excelentes, aunque también inundan los escaparates de otros que carecen de todo interés. Cumplen funciones necesarias, entre ellas la de multiplicar libros excelentes que estaban hechos por editoriales independientes, abaratándolos y acercándoselos a públicos que previamente no tenían acceso fácil a ellos. Pero su concepción del negocio les obliga a poner la rentabilidad por encima de cualquier otra consideración. Y así, no solo descubrir nuevos autores, sino también atender las necesidades e intereses de grupos minoritarios, experimentar, intentar sorprender… son tareas que quedan fuera de su actividad. Es en estas tareas donde las editoriales independientes se mueven como pez en el agua (por Jesús Ortiz Pérez del Molino)
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