Rogelio López Blanco http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?author_id=57 martes, 3 de diciembre de 2024 ojosdepapel.com http://www.ojosdepapel.com/App_Themes/logo_ojosdepapel.jpg Revista digital Ojos de papel http://www.ojosdepapel.com Información facilitada por www.ojosdepapel.com es Copyleft 2007, www.ojosdepapel.com Rogelio López Blanco web@ojosdepapel.com Rogelio López Blanco <![CDATA[Agresión a Arcadi Espada ante la inhibición de la policía catalana]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,133
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Rogelio López Blanco

Así de escueto empezó ayer su blog (6-6-2006) Arcadi Espada: “Ayer, en la puerta de un edificio de Gerona, se apostó un grupo nacionalista, dispuesto a impedir el acceso a las personas que querían participar en un acto político. Cuando los hombres se atrevían a pasar los golpeaban. A las mujeres las pellizcaban, preferentemente en el culo.” ¡Qué moderados! Respetaron pechos y vaginas, si es que no hay nada como el “oasis”.

Todo ocurrió en Gerona, el lunes día 6, a partir de las siete de la tarde, cuando Espada y sus acompañantes, en representación de Ciutadans de Catalunya, pretendían entrar en el local donde iban a ejercer su derecho democrático a criticar el proyecto de reforma de Estatuto para Cataluña que se someterá a referéndum el día 18 de junio. El periodista y sus compañeros recibieron golpes, patadas, empujones, escupitajos y un sinnúmero de insultos entre los que se cuentan los tradicionales “hijos de puta”, “fascistas”, “ojalá os maten”, “¡Visca (viva) Terra Lliure!” (el antiguo grupo terrorista catalán del que formó parte el ex-conseller Vendrell, de ERC), “fuera de Cataluña”, etc., junto con el novedoso e inmenso hallazgo de “¡inmigrantes”!, prueba fehaciente de la acogedora intención de esta chusma en caso de que tuviera el poder en sus manos. Quien desee tener una idea de cómo fueron los hechos desde dentro, recibiendo escupitajos y agresiones, puede leer las crónicas de Victoria Prego en su blog y en el diario El Mundo (Al nacionalismo por el terror) y el que desee una versión más pormenorizada tiene a su disposición el relato del periodista Jordi Bernal.

No sólo fueron los del grupo de Espada los que sufrieron el acoso de la jauría extremista, los 40 valientes que componían el público que acudió al acto también tuvieron que soportar el asedio de los insultos y arremetidas de esos indeseables, además de otros muchos que no pudieron entrar en el local por el bloqueo de la entrada.

No es la primera vez, hace meses, en diciembre de 2005, en otro acto de Ciutadans de Catalunya presidido por Albert Boadella, Francesc de Carreras y María Teresa Giménez-Barbat, que también tuvo lugar en Gerona capital, los extremistas nacionalistas catalanes, denominados Maulets, muy al estilo de los grupos de asalto euskonazis de Batasuna, boicotearon violentamente a quienes querían transmitir en libertad sus opiniones. Y no se trató tampoco de un hecho inusual, ni muchos menos, pues han sufrido acometidas y boicots estos últimos meses conferenciantes como Jon Juaristi, Fernando Savater, Gotzone Mora, Aleix Vidal-Quadras, Fernando Caja y muchos otros en diferentes localidades catalanas, preferentemente en recintos universitarios, al amparo de la inhibición transversal del rector de turno, a cargo de estos grupos de nacionalistas catalanes violentos que podrían calificarse de paraterroristas.

En contraste con esta reacción, a diferentes y consagradas tribunas de Barcelona han acudido elementos significados del brazo político del terrorismo nacionalista vasco, como Arnaldo Otegui, quedando de manifiesto el seny y la capacidad de diálogo y comprensión de las posturas ajenas, por extremas que sean, que es tradicional observar en el establishment político, económico, social y periodístico que pastorea la sociedad catalana.

Pero lo peor no estuvo en los hechos en sí, por peligrosos y lamentables que fueran. Mientras se producían los acosos, la policía catalana, los Mossos d´Esquadra, a instancias de sus mandos políticos, se puso de perfil ante la embestida al grupo de Arcadi Espada en Gerona. Esta dejación de la defensa de la libertad de expresión, de reunión, de los más elementales derechos democráticos y cívicos, es la más clamorosa demostración del espíritu sectario y excluyente que anima a la casta gobernante catalana y la prueba de que hay una razón de fondo para que este tipo de atentados se vengan sucediendo porque no hay voluntad firme de atajarlos. La principal responsable es la Consejera de Interior de la Generalidad catalana, Montserrat Tura, a quien la prensa local le ha dado una inexplicable fama de gestora eficaz y competente. Es difícil hacerse una idea de cómo pueden ejercer sus labores los consejeros incompetentes, a no ser que lo que parece sea la verdad, que se dejó indefenso al grupo de Espada a sabiendas de que algo así iba a ocurrir al grito de “¡que se jodan”!

Esta suposición viene avalada por dos hechos. El primero es el mencionado antecedente de diciembre del pasado año. Y el segundo, y principal, por si la poli catalana andaba despistada o muy liada buscando infructuosamente a las bandas que asaltan violentamente las casas de campo de un tiempo a esta parte, es que los mismos integrantes de Ciutadans de Catalunya habían advertido de que algo así iba a ocurrir con toda probabilidad, pues era notoria y pública la convocatoria del grupo extremista, los Maulets, a través de carteles y de la Red. Los Mossos disponían de pruebas suficientes para prevenir y evitar los acontecimientos. La plataforma es tajante en su denuncia.

Está visto que esta inhibición no parece haber sido algo fortuito o fruto de la incompetencia, pues los portavoces del cuerpo policial catalán aseguran “que no les constaba agresión alguna, a lo sumo `algún intercambio de empujones´”, según informa la corresponsal de El Mundo (6-6-2006), Marta Rodríguez Font. Vamos, como si fuera gente entrando en el metro en hora punta. Añade la periodista que los Mossos “niegan que hubieran descuidado la protección de los miembros de la plataforma antinacionalista. De hecho aseguraron que, al término del acto, escoltaron a los conferenciantes hasta sus vehículos”, lo cual es del todo cierto, tan cierto como que no evitaron las agresiones iniciales, tanto a los representantes de Ciutadans como al público asistente. Su argumento fue que “la conferencia estaba prevista en un edificio privado y que por lo tanto el filtro de acceso al recinto no es labor de la policía, sino de la organización”. La respuesta de los Mossos es típica de una policía política, de régimen de partido unificado y transversal. A la plataforma no le quedará otro remedio que formar grupos de autodefensa.

Pero hay más, en la prensa catalana se refleja muy bien el estado de relajación e indiferencia social ante los actos de agresión a quienes representan posturas contrarias a la doctrina oficial de nacional-catalanismo. El Periódico de Cataluña (6-6-2006), medio dirigido por el hermano del consejero Nadal (¡qué poco sentido de la estética!), da la primera en la frente al calificar, dentro de sus páginas dedicadas a “La campaña del referendo”, de “El incidente” al texto del artículo que lleva por título Agresión de Maulets a un portavoz del grupo Ciutadans de Catalunya. Además de ningunear en ese título a la persona objeto central de la agresión, su contenido es muy revelador, primero porque la foto que acompaña es la de Espada dentro de un coche de los Mossos, con lo que pretende salvar así la cara del cuerpo policial catalán. El otro aspecto, el más denigrante, es haber recabado la opinión de los agresores: “Un portavoz de los Maulets negó ayer estas acusaciones y aseguró que fueron precisamente los acompañantes de Espada quienes les golpearon para impedirles que entraran en la conferencia. `Solo queríamos expresar libremente nuestra opinión, pero nos lo ha impedido echándonos a patadas y golpes del edificio”. Anna Punsí, la redactora del texto, es muy considerada con los Maulets, pero podía haber echado un vistazo a las fotos de las agencias, habría visto quiénes se interponían delante de Espada y su gente cuando intentaban acceder al local. Por lo demás, la persecución de estas camadas negras a los miembros de la plataforma, por fin escoltados, una vez acabado el acto, invalida que la periodista aceptase escribir las flagrantes mentiras del portavoz catalanazi. Pero hay más elementos que ponen en duda la profesionalidad y la objetividad de esta cronista. En su día, los Maulets, con motivo de los sucesos de diciembre de 2006, habían advertido de “su decisión de `recibir como se merece al grupo de pseudointelectuales progres´”, añadiendo: “Responderemos siempre con la misma o más contundencia a quienes tienen como discurso el anticatalanismo visceral” (El Mundo, 6-6-2006). ¡Ajá!

La Vanguardia muestra una foto, también significativa, del grupo ya protegido por la policía y dedica tres líneas al incidente: “ESPADA, VICTIMA. Independentistas radicales agredieron ayer en Girona a Arcadi Espada en un acto en defensa del no, según informó Ciutadans de Catalunya, plataforma que denunció que los Mossos no hicieron acto de presencia”. ¡Vaya manipulación más insidiosa! Foto con mosso protegiendo que viene a desmentir la denuncia de Ciutadans: el oportunismo no puede ser mayor, pues en otros medios se ven imágenes en las que no aparece ningún policía cuando va a empezar el acto, segundos antes de las agresiones. Tanto la foto de La Vanguardia como la de El Periódico corresponden a los momentos posteriores a la conclusión del acto, cuando, finalmente, han de escoltar y proteger al grupo de Espada. Esta es la veracidad, la fidelidad a los hechos que exhiben los dos principales diarios catalanes cuando se ha de informar de los proscritos.

Casi no ha habido condenas oficiales inmediatas de los demás partidos catalanes. Normal en estos lares.

Sin embargo, como el asunto ha tomado vuelo en los medios de comnicación de Madrid, ya ha habido reacciones en la prensa y los partidos catalanes después del impresentable retraimiento inicial. Véase la página en la Red de El Periódico de Cataluña, convenientemente adobada por las palabras del hipócrita-cristiano y la de La Vanguardia, por fin en plan decente ante lo explosivo del asunto. ¡Hay que ver cómo se cambia de actitud cuando el foco se centra!]]>
Wednesday,7 jun 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[Graves riesgos para la izquierda española: el lastre nacionalista]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,93 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

Con más pena que gloria, anteayer el proyecto de nuevo Estatuto de Cataluña fue aprobado por el Senado con un escaso margen. Una sanción que, además, para salir adelante, ha tenido que contar con la abstención de Esquerra Republicana de Cataluña, en un alarde de la más completa incoherencia en quien va a pedir el voto negativo en el referéndum. El ridículo no ha podido ser mayor para esta formación porque, pese a su retorcido esfuerzo por salvar los muebles con tal de seguir abrevando en el poder, ayer Maragall anunció la destitución de los consejeros de este partido. Compuesta y sin novio, así se ha quedado ERC: se acabó el pisar moqueta, el coche oficial, colocar a los hermanos en la administración, coaccionar a los adversarios políticos y perseguir el castellano. El enfado de los esquérridos no puede ser más soberano. La política catalana produce tal cantidad de enredos que ni el más cualificado aficionado o aficionada a los culebrones puede desovillar. El calendario y la situación podrían ser, que conste que sólo “podrían”, pues con esta gente nunca se sabe, el siguiente: un gobierno en manos de la oposición, CiU, un referéndum para el 18 de junio bajo la amenaza de una votación a la francesa (“que os den viento”) y unas elecciones para el otoño, se supone que en noviembre.

Vayamos a los planteamientos especulativos sobre el futuro referéndum y a un dato relevante como es el de la abstención, que no se tiene en cuenta en Cataluña por causas que explica muy bien el magnífico escritor y analista Valentí Puig (La Cataluña que se abstiene, ABC, 11-5-2006): “El déficit democrático de Cataluña es, entre otros, la abstención de sectores amplios de la sociedad en aquellas convocatorias electorales en las que se dirimen asuntos autonómicos. A diferencia del tan traído y llevado déficit democrático de la Unión Europea, en el caso catalán su sistema de representación a escala autonómica es algo corpóreo y concreto, pero carece de atractivo para elevados porcentajes del censo electoral. En el próximo referéndum, el porcentaje de abstención será altamente ilustrativo. Esa Cataluña que se abstiene en las elecciones autonómicas luego vota en las generales y también en las municipales”.

Los datos que proporciona son en extremo reveladores: “En un panorama sucinto de la abstención de referéndums por parte del electorado catalán tenemos que en el de la Ley para la Reforma Política el porcentaje fue de un 25,90; en el referéndum de la Constitución en 1978 estuvo en un 32 por ciento, fue de un 37,19 en la consulta sobre la OTAN y -como era de esperar- pasó del 59 por ciento en el referéndum del Tratado Constitucional europeo. En 1979, al votar el estatuto de autonomía que recuperaba históricamente tantas cosas según las demandas del nacionalismo histórico, la abstención pasó del 40 por ciento. En comparación, la máxima abstención en elecciones generales ha sido de un 36 por ciento, y la mínima del 19 por ciento. En cambio, en elecciones autonómicas, hubo un 45,1 por ciento de abstención en 1992 y en la banda mínima un 35,7 en 1984”.

Esta es la explicación de por qué se le hace ese particular vacío al dato de la abstención: “Actualmente, la mayoría de especulaciones -sobre todo por parte de los aguerridos politólogos de la transversalidad catalanista o socioconvergentes- se hacen en torno al porcentaje del no que pueda dar el escrutinio del referéndum, pero los porcentajes de abstención prosiguen siendo un tabú para la clase política catalana y para el sustancioso entorno mediático -público y privado- que va a machacar a favor de sí, con poco respecto por el no y una dejadez total ante la actitud y motivaciones de quienes no van a ir a votar. Es esa complicidad político-mediática la que ha creado una virtualidad en la que no encajan -según los índices de asbtención- en torno a un 40 por ciento de los contribuyentes catalanes, lo que Tarradellas a su regresó llamó «ciutadans de Catalunya» para evitar la nociva disquisición sobre quienes son o no son catalanes. Para el nacionalismo irredentista, quienes no votan lógicamente no son catalanes, porque para ser catalán hay que demostrar apego identitario y fusión íntima con la nación catalana y sus destinos infinitos”.

Por eso, aunque las evidencias que Valentí Puig ha puesto al descubierto, la distorsión del verdadero mapa político catalán fruto de “la complicidad político-mediática”, son irrebatibles, poco puede esperarse de un planteamiento como el que sigue: “Pudiera ser muy penoso el espectáculo de la noche del referéndum, al tener que explicarse los porcentajes del no y de la abstención. Tal vez luego sea la hora de averiguar qué quiere esa Cataluña que se abstiene”. Parece que sólo una coalición a la francesa, con múltiples intereses cruzados y objetivos completamente disímiles, puede empezar a socavar la hegemonía de esa clase dirigente, política, mediática e intelectual, que ha venido pastoreando al país desde la Transición.

Puede que no tenga nada que ver con la realidad de fondo, pero llevo pensando hace mucho tiempo que la cúpula dirigente del PSOE ha adoptado las maneras de sus hermanos, los socialistas catalanes, impregnados de esa viscosa forma de hacer política que ha impuesta la tan incomprensiblemente admirada transversalidad catalana, basada en una muy característica visión excluyente de la participación política, en combinación con un cuidado en las maneras que anestesia a la población ante ese abuso y arrincona y pone en evidencia al marginado cuando este protesta airado por el trato. La tribuna que ayer firmó en El País Andrés de Blas Guerrero, catedrático de Teoría del Estado de la UNED, y persona nada sospechosa de posturas alejadas de la izquierda (El Partido Socialista y la cuestión nacional, 11-5-2006), creo que confirma la intuición.

Tras repasar la postura histórica del socialismo español ante el fenómeno de los nacionalismos periféricos, especialmente en la Segunda República, detalla que “...en la elaboración de la Constitución de 1978 se impuso en el socialismo español una actitud realista, plasmada en el artículo 2 del texto constitucional: reconocimiento de una nación española indisoluble, ampliable al reconocimiento de las nacionalidades y regiones que la integran. Esta fórmula, a la que se ha atenido el socialismo español hasta tiempos recientes, es la que parece entrar en crisis en el momento actual”.

Pero ahora las cosas han cambiado: “La aprobación por el Congreso de los Diputados del proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña, una aprobación reforzada en cuanto a su significado por la reciente apelación de Pasqual Maragall a la doble soberanía de Cataluña y España, la irresponsable definición de Andalucía como "realidad nacional" en el nuevo proyecto de estatuto de la Comunidad, los movimientos perceptibles en el PSE del País Vasco y en otros puntos de España, nos ponen en la pista de que la dirección socialista parece estar dispuesta a abrir un proceso constituyente en relación con la cuestión”. Para el catedrático se han encendido las luces rojas: “Partiendo del reconocimiento de la solidez de la nación española, habría que estar ciego para no alarmarse por el significado del nuevo enfoque político para la vida de la nación y el Estado de los españoles. Y la primera razón para la alarma radica en los argumentos que pueden explicar la nueva política ante el tema. En una primera aproximación a la cuestión, aparece en el horizonte una estrategia muy pragmática a favor de la conservación del poder: forzar una alianza del PSOE con los nacionalismos periféricos que cierre el camino a una alternancia en el gobierno de España a cargo del Partido Popular. Si éste es el escenario alegado para el cambio de estrategia ante la cuestión nacional, me parece una decisión, además de imprudente, de limitada capacidad de éxito”.

Para Andrés de Blas los peligros son obvios: “La alianza de gobierno con las fuerzas políticas nacionalistas de Cataluña, el País Vasco y Galicia va a descubrir al Partido Socialista la existencia de unos aliados capaces de elevar sus reivindicaciones hasta el punto de hacerlas inasumibles. En definitiva, y al margen del coste electoral que esta apuesta implica, habrá que optar entre el entendimiento con el Partido Popular o el entendimiento con el conglomerado de los nacionalismos periféricos. El entendimiento con los populares tiene el inconveniente de que va a plantear en algún momento la alternancia en el gobierno. El entendimiento con los nacionalistas garantiza, por el contrario, el mantenimiento del gobierno, pero no está tan claro que, antes o después, no vayan a cuestionar la existencia de España”. Y añade: “Puede que la operación de reforma de la política nacional no tenga un objetivo tan definido como es el de la construcción de una nueva mayoría. Estaríamos entonces ante una irresponsable política de agitación ante un tema de gran importancia en la vida pública española”.

Esta es la conclusión que extrae el profesor: “creo que el Partido Socialista debe pararse a reflexionar sobre este tema. Salvo que no exista el partido, sustituido por un entramado de políticos profesionales atentos a los intereses de su carrera, una hipótesis en exceso pesimista, resulta inconcebible que un cambio como el apuntado vaya adelante ante la indiferencia del principal partido político del país. Lo que se está poniendo en cuestión es la fórmula constitucional de 1978 en materia nacional. Una fórmula que era la decantación de un largo pasado socialista en la materia. Lo que no parece admisible, pese a toda la buena voluntad que se le presuma, es que el cambio de la misma sea el resultado de un tacticismo político improvisado por una minoría de dirigentes amparados en la gestión del poder”.

Veamos ahora los paralelos, en comportamientos y valores, entre la cúpula directiva socialista, sobre todo en la persona de su máximo dirigente, José Luis Rodríguez Zapatero, y la clase política catalana que aparecen formulados por Andrés de Blas en forma de hipótesis, opiniones, conjeturas y juicios: “estrategia muy pragmática a favor de la conservación del poder”, “cierre el camino a una alternancia en el gobierno”, “decisión (...) imprudente”, “alianza de gobierno con las fuerzas políticas nacionalistas”, “va a descubrir al Partido Socialista la existencia de unos aliados capaces de elevar sus reivindicaciones hasta el punto de hacerlas inasumibles”, “al margen del coste electoral que esta apuesta implica”, “no está tan claro que, antes o después, no vayan a cuestionar la existencia de España”,”Estaríamos entonces ante una irresponsable política de agitación ante un tema de gran importancia en la vida pública española”, “un entramado de políticos profesionales atentos a los intereses de su carrera”, “Lo que no parece admisible, pese a toda la buena voluntad que se le presuma, es que el cambio de la misma sea el resultado de un tacticismo político improvisado por una minoría de dirigentes amparados en la gestión del poder”.

A mí todo esto me suena, ya lo he visto en el transcurso de los dos último años y medio, y suena precisamente al tripartito catalán por los cuatro costados. Y ya vemos cómo ha terminado (por el momento). Esperemos que Rodríguez Zapatero se haya percatado de que los juegos malabares de Pascual Maragall, un político al que también caracteriza su audacia, pues siempre ha estado dispuesto a apuntalar su posición con un último quiebro desde una postura de superioridad moral e intelectual, han acabado por dar al traste con su gobierno, que ha constituido un experimento patético, forzando una situación política muy apurada y en unas circunstancias que no son las mejores, ni para su partido ni para su carrera.]]>
Friday,12 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[El nacimiento de un nuevo partido en España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,90 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

Poco a poco, desde Cataluña, con la iniciativa Ciudadanos de Cataluña, se empieza a extender, como una mancha de aceite, la idea de formar un nuevo partido que recupere las esencias del credo democrático, libertad, igualdad y fraternidad, fundamentalmente en torno al último de estos principios. Se trata de organizarse frente al avasallamiento y la hegemonía que está imponiendo el discurso de los nacionalistas que, por desestimiento cómplice e interesado de la actual dirección del PSOE, por un lado impone una dinámica de segmentación y debilitamiento del Estado y de enfrentamientos entre Comunidades Autónomas, en una carrera alocada en la que cada una lucha por no ser menos que las demás, y, por otro, está centrando el marco del debate político en torno a los aspectos simbólicos e identitarios, dejando en un segundo plano los verdaderos problemas y preocupaciones de los ciudadanos de carne y hueso.

Anteayer se anticipaba en un artículo (Necesitamos un nuevo partido político, 9-5-2006), el antropólogo vasco Carlos Martínez Gorriarán, destacado miembro de la plataforma Basta Ya, al impacto que iba a causar en la capital madrileña la presentación del grupo de ciudadanos catalanes encabezado, entre otros, por Albert Boadella, Arcadi Espada y Francecs de Carreras.

El diagnóstico de Martínez Gorriarán sobre esta empresa catalana es el siguiente: “Aunque al principio parecía una idea un tanto aventurera y de oportunidad discutible, lo cierto es que paulatinamente ha ido apareciendo como una iniciativa que no podía esperar mucho más tiempo. No es extraño que nazca en Cataluña, porque la sociedad catalana lleva años secuestrada por un establishment de intereses cruzados políticos y empresariales, intereses refugiados en el nacionalismo como única política posible –para qué llamarle pensamiento a eso- en la medida en que nada funciona mejor que la retórica del Pueblo y de la Nación para encubrir problemas reales, maquillar contradicciones y sublimar barbaridades”. Para que esto fuera así, primero tuvo que darse la decepción con el gobierno Maragall, que demostró que “...era imposible pensar en una renovación interna de la izquierda catalana encuadrada en el PSC” y, mucho antes, la defenestración de Vidal-Quadras de la jefatura del PP catalán, sustituido por el “estilo Piqué” quien “siempre temiendo disgustar al establishment con alguna salida de tono (esto es, con cualquier declaración de fe no nacionalista), ha desaprovechado la posibilidad de liderar la amplia corriente social catalana saturada de excesos nacionalistas”. La conclusión del antropólogo es que “tanto quienes se identificaban con la tradición socialista como quienes lo hacían con la liberal acabaron encontrándose en el erial de la orfandad política”.

Para Martínez Gorriarán el problema es el siguiente: “la catalana es una comunidad social donde la clase política, con sus aliados y beneficiarios, representa, gestiona y promueve creencias, intereses y proyectos que no son los de la mayoría de la ciudadanía, ni siquiera la de sus votantes en el caso socialista. El resultado de todo esto es la impunidad de la corrupción institucionalizada, el nuevo Estatut de Cataluña y la delirante irresponsabilidad acerca del futuro de su criatura de la que hace gala un gobierno tripartito...”. Y ese problema, que tiene que ver con naturaleza de la casta dirigente catalana, tiene difícil solución: “en los sistemas democráticos, los partidos políticos son imprescindibles e insustituibles, y cuando fallan éstos sistemáticamente, como ha pasado en Cataluña, es el sistema en su conjunto el que se resiente y entre en crisis”. Pero el Principado no resulta ser un caso excepcional, y aquí viene el salto adelante que da el antropólogo: “Como pasa también en Italia y Francia. Y puede que en España dentro de poco. Porque los síntomas del creciente divorcio entre los intereses de la clase política y los de sus electores también están creciendo de forma exponencial. El increíble texto de la ponencia para la reforma del Estatuto de Andalucía, con el empeño de Chaves en redimir al pueblo andaluz mediante toneladas de retórica identitaria tan estúpida como claramente nacionalista, es otro patético ejemplo de ello. Que no será el último, sin duda”.

La opción de votar al PP, de por sí inviable, en mi opinión, para gente que, procedente de la tradición política de la izquierda, está harta del nacionalismo y de que los socialistas acepten la complicidad de una alianza estructural con ellos, también es descartada por Martínez Gorriarán: “Es indudable que es el único partido nacional que no ha sido tocado, de momento y relativamente, por la epidemia necionalista, pero su manera de reaccionar contra la extensión del problema, recoger firmas de pataleo mientras se reclama para sus comunidades lo mismo que obtenga Cataluña, es totalmente decepcionante. El auge del nacionalismo necesita una enérgica reacción en sentido liberal igualitario, dirigida contra el todo del nacionalismo. Y, naturalmente, requiere una respuesta política y no meramente simbólica (ahí no le van a ganar a Chaves). La competencia entre nacionalismos rivales es un error. Pero la reacción liberal no se ve por ninguna parte en la política diaria, aunque brille de modo efímero en los excelentes discursos parlamentarios de Mariano Rajoy”.

Es más, el rumbo de la dirección del PP está completamente equivocado: “Desconcertado por los cambios que ve a su alrededor y sin saber cómo interpretarlos, el PP opta por el refugio del conservadurismo a la defensiva. Prefiere la mayoría de las veces negarse a reconocer que haya cambios de ninguna clase, o bien señalarlos como inicios del apocalipsis, e incluso apuntarse a esas extravagantes verdades no oficiales –mochilas que se desvanecen, tarjetas de Eroski transmutadas en cassetes de Gurruchaga- muy útiles para vender periódicos, pero también para seguir muchos años haciendo méritos en la oposición. Porque luego es la realidad la que desmiente, por ejemplo, las gratuitas y absurdas profecías sobre que la legalización del matrimonio homosexual iba a destruir la familia. O que el “alto el fuego” etarra no es tal y además es falso, porque el único que ha cambiado (a traición) es Zapatero”.

La conclusión final no puede ser otra: “Si en el PSOE es urgente un liderazgo que tenga principios y proyectos claros además de pragmatismo y astucia, en el PP urge un afinador de pianos que elimine las disonancias y estrépitos dañinos que destrozan el concierto. Pero ambos arreglos parecen remotos. El problema es este: los partidos pueden esperar lo que haga falta a democratizarse y a tomarse en serio la realidad, o no hacerlo nunca, pero la sociedad de los ciudadanos no tiene tiempo. Por tanto, y contra todo pronóstico, quizás sea más realista y sensato apoyar la creación de un nuevo partido político, algo sin duda costoso y difícil, que esperar la mejora de los existentes, quizás un imposible”.

Es curioso que la lucha contra los nacionalismos, tanto en País Vasco, donde los opositores se jugaron la vida literalmente por defender sus posiciones, como en Cataluña, esté confluyendo en una dirección inesperada para muchos: la posible creación de un partido que recoja la corriente más genuinamente liberal y republicana de ciudadanía, nacida en España en el siglo XIX con las Cortes de Cádiz (1812), enfrentada con el absolutismo reaccionario carlista, antecedente por cierto de los nacionalismos vasco y catalán. Naturalmente no tiene ningún fundamento volver a un nacionalismo liberal de signo españolista, un proyecto que estaba encaminado a consolidar un Estado y crear una ciudadanía porque ambos factores ya existen. Hoy en día en España las identidades colectivas constituyen la base de la amenaza tribal, de la endogamia, el disfraz que encubre los intereses de oligarquías que quieren imponer su hegemonía política y beneficiarse clientelarmente del poder en régimen de monopolio. Se impone, pues, una visión posnacionalista que desacredite y desenmascare el oportunismo de los patrioterismos de toda laya, incluido el españolismo, y sus discursos divisivos, confrontativos y cainitas, profundamente esterilizadores, que ignoran los tiempos, que postergan las necesidades de la población y que paralizan y corrompen las energías de las sociedades a las que tratan de dominar.

No es extraño que ayer en el teatro Reina Victoria de la capital de España, con lleno hasta la bandera, comparecieran ante el público gente tan significada, tan poco representativa del españolismo y del supuesto Madrid “oficial”, como Fernando Savater, Rosa Díez, Jon Juaristi, Albert Boadella, Arcadi Espada y Francecs de Carreras.]]>
Thursday,11 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[Las detenciones políticas están fuera de la ley en España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,87 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

La Sala número 16 de la Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre cinco y tres años de prisión y diez de inhabilitación a los tres policías implicados en la detención ilegal de dos militantes del Partido Popular por haber supuestamente participado en una agresión contra José Bono, a la sazón minijtro de Defensa, en el curso de la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo el 22 de enero de 2005 (Sentencia completa)

Las circunstancias en las que tuvieron lugar los hechos, que todo el mundo ha podido ver a través de documentos gráficos y videos, resultaron execrables. Los insultos y empujones contra el ministro y sus acompañantes, Rosa Díaz entre ellos, fueron del todo inaceptables. La rabia por las circunstancias políticas del momento no justifica de ningún modo el comportamiento de algunos manifestantes, menos, como así parece confirmarse, si fueron del PP.

En muy otro plano se encuentra el asunto de las actuaciones legales a que dio lugar el incidente, como el aviso del delegado del Gobierno, una lumbrera del cálculo de manifestantes cuando el acto procede de posiciones políticas opuestas al Gobierno que responde al nombre de Constantino Méndez, de que iba a haber detenciones 24 horas antes de que tuvieran lugar. El que fueran destituidos tres policías que se negaron a proceder a las “detenciones políticas” es un significativo síntoma de que probablemente, no “jurídicamente”, hubo algo más que presiones desde altas instancias. El entonces ministro de Interior, Alonso, se coronó cuando en una sesión del Congreso negó que se hubiera modificado el atestado policial (Carmen Ramírez de Ganuza, El Mundo, 9-5-2006). La sentencia, al parecer por presiones directas de Zapatero, siempre hábil en el juego en corto, ha llevado a que Méndez fuera "dimitido" (Fernando Garea, El Mundo, 9-5-2006).

Para El País (Desmesura total, 9-5-2006), la sentencia produce “impresión de desmesura”. Con un esfuerzo, como de escorzo, trata de aclarar algo: “El recurso presentado por los policías debería permitir dilucidar, de manera más clara que la sentencia, si la no culpabilidad de los dos militantes del PP convierte en culpables de un delito de detención ilegal a los policías” (si se lee dos veces se acaba entendiendo: la frase recuerda aquel memorable editorial en el que se afirmaba, a raíz de un decepcionante comunicado de los terroristas, que ETA había declarado una no tregua, un tiempo antes de la actual tregua permanente, por el momento). Sigamos con el editorial de ayer: “El motivo central de la controversia en el juicio oral fue la propia existencia del hecho mismo de la detención”. Y aquí sostiene el editorialista, pero no los tres jueces, una pena, que: “Del relato que hace la propia sentencia lo que se deduce es que los hechos se corresponden con la versión de la defensa, aunque hubiera confusión en la forma de tramitar las diligencias”. Se trata, pues, para alivio de todos, de un caso de “confusionismo”.

Lo de El Periódico de Cataluña (Tres policías detenidos, 9-5-2006) clama al cielo cuando comienza de esta guisa: “Un juez de Madrid ha condenado...”. Saben que el juez ponente y presidente de la Sala, Miguel Hidalgo, es de Madrid, pero ignoran que el tribunal lo componen tres magistrados que son los que firman la sentencia y, por tanto, condenan, en plural. ¿Y si, además, ese juez de Madrid fuera de Bilbao? Ya se sabe que los de Bilbao nacen donde quieren... Bueno, el caso es que el editorialista no parece estar muy enterado, debe ser el síndrome del oasis, pura displicencia cuando son cosas de Madrit. Veamos algo más: para el editorialista la manifestación fue el 27 de enero de 2005, pero casi todos recordamos que fue un sábado y vemos que en el resto de la prensa, también la de “Madriz”, la fecha de la manifestación fue el 22. “Pero como todo el mundo va a lo suyo menos yo, que voy a lo mío” (no me canso de repetir el chiste), puede ser El Periódico quien tenga razón. Si acudimos al calendario del año 2005 vemos que el 27 de enero cae en jueves. Pues va a ser que no, el 27 no pude ser. Se han vuelto a equivocar: 45 palabras y dos equivocaciones, no está mal. La guinda es la siguiente afirmación: “Sin abrir un proceso de intenciones sobre la independencia de criterio del tribunal que la ha dictado, cabe preguntarse hasta qué punto ha influido en su ánimo el hecho de que se tratara de dos militantes del PP” ¡Pues menos mal que no quieren abrir un proceso de intenciones, ni se supone que tampoco prejuzgar! El Periódico, dirigido por uno de los hemanos Nadal, omite que otros tres policía fueron sustituidos para seguir adelante con las diligencias “políticas” y de este forma, olvidándose de los derechos fundamentales, de la Constitución, de lo que haga falta, argumenta: “Sostener, como hace la sentencia, que "se pusieron en tela de juicio la igualdad y el pluralismo político", parece, por lo menos, exagerado. En cambio, no lo es reflexionar sobre la seguridad jurídica de los policías en situaciones muy politizadas. Sin este requisito, la actuación de las fuerzas del orden estará bajo sospecha permanente”. ¡La que hubiesen montado en el caso de que la situación fuese al revés, dos militantes de la izquierda detenidos por la policía aznarista por haber, por ejemplo, acosado a Piqué y Rato (aunque eso nunca paso en Barcelona...)!

Véase cómo deja clara la cuestión un periódico de la solera de La Vanguardia (Detenciones ilegales, 9-5-2005), con su pasteleo inteligente, repartiendo razones a “miístas y otristas”: “Aunque la sentencia es rigurosamente severa, la justicia ha actuado conforme a derecho y es bueno que se ponga coto a los excesos de celo policiales y que se repriman cuantas actuaciones delictivas puedan cometerse. Una sociedad democrática exige que sus cuerpos y fuerzas de seguridad actúen siempre de acuerdo con la más escrupulosa legalidad. Pero pedir, como hace el PP, la dimisión del entonces ministro de Interior está fuera de lugar porque el mismo juez señala que la actuación "no fue sugerida por instancias superiores"." Esto es arte.

A mi juicio, la mejor interpretación política del significado de la sentencia la realiza Edurne Uriarte (Criaturas del PP, 9-5-2006): “La criminalización del PP se ha quedado en mero intento. Pero ése era el trasfondo ideológico que explica este escándalo de abuso de poder. No es fácil que los tres policías condenados se embarcaran en aquellos atropellos si no recurrimos al ambiente ideológico en el que ocurrieron. Debían de saber perfectamente lo mismo que el resto de ciudadanos que vimos la retransmisión de todo el incidente en la televisión y en las fotografías de la prensa, que si aquellos militantes del PP merecían ser detenidos, no iban a dar abasto deteniendo manifestantes pancarteros y vociferantes, de derecha, de izquierda y de centro, todos los fines de semana. Pero siguieron adelante, empujados y arropados por los caprichos del ministro Bono, por la obcecación del delegado del Gobierno o por la pasividad del ministro de Interior. Y, sobre todo, por los objetivos políticos del Gobierno”.

Pero hay mucho más, la cosa viene de una carrerilla larga en el tiempo y radical en la intención: “El socialismo sufre de dos dolencias que no ha conseguido curar desde la Transición y que incluso se han agravado en su ala radical, la de Zapatero. Y de vez en cuando, le salen estas erupciones. Me refiero a esa vena sectaria que le provoca su sentimiento de superioridad moral y a esa terca incapacidad para aceptar la legitimidad democrática de la derecha. Ocho años de oposición empeoraron ambas enfermedades con la frustración y el revanchismo. Y a la vuelta al poder, parecía que no habían pasado los años por este partido, que acababa de salir del franquismo y que iba a dar cuenta de la derecha con los mismos ardores demagógicos de la juventud. Y como suele ocurrir, los ardores fueron mucho más feroces en los primeros meses de la legislatura, cuando los socialistas aún no habían entendido los límites que les iban a imponer los controles de la opinión pública. O de los tribunales, como en este caso”.

Siempre es una buena noticia saber que funciona la justicia en España, que hay verdadera separación de poderes. La fuerza del Ejecutivo es tal, sea quien sea el partido que esté en el Gobierno, su capacidad para maniobrar y mediatizar el poder judicial llega hasta tal punto, que tranquiliza saber y constatar que estamos en un Estado de derecho. Más que nada por lo que venga.]]>
Wednesday,10 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[La ceremonia de la confusión prosigue en Cataluña]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,84 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

El esperpento campea en la política catalana a caballo de Pasqual Maragall, Carod-Rovira y sus respectivos partidos, sin que quepa descartar los papeles desarrollados por CiU y su líder, Artur Mas, y algunos otros secundarios de lujo. Políticos y partidos se debaten en qué elegir, si el anticipo de la disolución para gestionar el referéndum, si llevar a cabo las elecciones antes del plebiscito o si continuar como hasta ahora, dando el espectáculo. El caso es que con tantos despropósitos, incoherencias y disparates acumulados, una nueva y peliaguda cuestión se avizora en el horizonte: la posibilidad de que se cree una gran y contradictoria amalgama de voto de rechazo a la francesa. No hablo de ningún nuevo tipo de ejercicio amatorio o sexual, sino de la concentración de voto para castigar a la clase política, al estilo del que hundió el Tratado de la Unión Europea al norte de los Pirineos. Un rechazo al Estatuto en el referéndum no significaría, ni mucho menos, una victoria para ERC, pues tendría que compartirlo con organizaciones de signo político opuesto como el PP, pujantes grupos como Ciudadanos de Cataluña (entrevista a Albert Boadella), que parece decantarse por esta opción, y el voto de protesta y antisistema. Sería el voto dela risa (para algunos).

Algo radicalmente distinto opina un experto, Wifredo Espina, periodista y ex director del Centre d´Investigació de la Comunicació (Carod se agarra a las sillas, ABC Cataluña, 8-5-2006): “Si los que dicen que «sí» son los de CiU y los del PSC, la cosa parece más razonable. Y votar «sí», a la vista de la gente, resulta menos arriesgado. Mas y Maragall no son unos ogros... Tras el «no» asumido por Carod -desautorizado y que tendrá que radicalizarse aún más- deben respirar más tranquilos, aunque no lo digan, o digan lo contrario. Los ciudadanos tendrán menos reparos en acercarse a las urnas. Y lo tendrán más claro. La gente sabe que, como todo el mundo, ambos tienen «sus cosas» -como decimos vulgarmente- pero no son unos exaltados. Uno y otro, a fin de cuentas, pertenecen a la burguesía catalana; buena gente. Aplicarán el Estatut con prudencia; también sus lagunas y defectos. Se apuntarán claramente el tanto si, como parece, acaba saliendo el Estatut. Maragall saldrá reforzado, y tendrá las manos más libres para gobernar, y para prescindir de alguien. Incluso se podrá convocar elecciones y, según vayan los «trumfos», podrá mandar uno o el otro, o los dos (como en Alemania). Y, quizás, dejar tranquilamente a los más extremados fuera de las sillas del Gobierno. ¡Vayan ustedes a saber! Pero parece, salvo sorpresas, que las cosas están más claras para la mayoría de catalanes de a pie”.

Ahora, una nota de humor. David Torres, en su columna de El Mundo, (“El padrino”, 8-5-2006) cuenta el consejo que le dio su amigo Fernando Marías, “que de literatura y de cine sabe un montón”: “David, hay que ver El Padrino una y otra vez. Siempre se aprende algo”. “Tenía razón. Estos días, por ejemplo, me he acordado de Vito Corleone (inmenso Marlon Brando) cuando le decía a su hijo Michael, el futuro capo: `Ten cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos´. Maragall no se parece a Marlon Brando ni en las canas, pero ha aprendido bien la lección. No sólo se ha arrimado a sus enemigos, sin que les tiene tan cerca que ya le pisan los callos de los pies. Como diría Groucho, Esquerra y el PSC se quieren tanto que ya no pueden abrazarse más, porque si se abrazan más, s estarían dando la espalda”. Bueno, no están ya las cosas de esa guisa entre PSC y ERC, pero la cita de este Marx es particularmente válida para Maragall y Carod-Rovira.

La aprobación del no por las bases de ERC ha creado un pandemónium porque, además de hacer trizas la credibilidad del gobierno de Maragall y la capacidad de éste de hacer algo de provecho con su jefatura, ha descolocado a la oposición, como confirman M. J. Cañizares y M. A. Prieto en su información para ABC (El “no” de ERC amenaza el liderazgo de Mas, que intenta evitar el voto de castigo al tripartito, 8-5-2006) : “Un adelanto que, en estos momentos, no beneficia a CiU. Tal como publicaba ayer ABC, los nacionalistas creyeron a pie juntillas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando prometió a Mas que evitaría el «no» de ERC para impedir que esta formación fuera ama y señora del mensaje soberanista y patriótico. A cambio, el presidente de CiU votaría en favor del Estatuto y relevaría a ERC como futuro aliado del PSOE. Pero es que, además, CiU ya no puede acusar de incoherencia a la formación independentista, pues si bien el inicial voto nulo promovido por Josep Lluís Carod-Rovira evidenciaba la lealtad táctica del líder republicano al presidente Maragall, el «no» oficial de los republicanos dispara las posibilidades de que el Estatuto sea rechazado en el referéndum del 18 de junio, lo que sería interpretado como un revolcón prelectoral de CiU, que tanto ha defendido su pacto con el PSOE.”

Porque la cosa ya no está tan clara, según esa información de los periodistas de ABC: “Si Maragall anuncia esta semana elecciones anticipadas, la dirección de CiU apenas tendrá tiempo de adoctrinar a su militancia respecto a la necesidad de votar «sí». No obstante, ayer ya hubo consignas en este sentido en un acto organizado por las juventudes de Convergència, donde Mas confesó que, en los últimos días, se está encontrando con gente que tiene la tentación de votar «no» en el referéndum para echar al tripartito. Aseguró que «ahora no toca eso. Ahora toca hacer un acto de servicio al país. Si no se vota «sí», ¿qué camino queda a Cataluña? Nos quedamos con el viejo Estatuto y sin posibilidades de construir con más eficacia nuestro futuro»”.

Enric Sopena, periodista afín a la causa socialista catalana, parece andar muy enfadado con los de Carod y la emprenda a latinajos –de esos que todo el mundo entiende-- con ERC (¿”Quo Vadis” Esquerra?, El Periódico de Cataluña, 8-5-2006) “Hay una cuestión previa importante. El no de ERC qui prodest? Es decir, ¿a quién beneficia? Evidentemente, al principal enemigo del Estatut y de la mayoría de ciudadanos de Catalunya. Mariano Rajoy está a punto de recibir un regalo hasta hace poco inesperado. La opción de Esquerra fortalece al PP y debilita al PSOE en el conjunto de España (...) En Catalunya el no desestabiliza el tripartito y lo invalida como fórmula de futuro. Y lo que es peor para Esquerra: se autodestruye como partido de Gobierno (en Catalunya y en Madrid), consagrándose como un colectivo de inmaduros airados. El no que preconizan algunos dirigentes de ERC --desautorizados al fin y al cabo por sus bases-- se lo tendrían que aplicar ellos dimitiendo. Pero no lo harán. ¿Quo vadis, Esquerra?”. Hay que ver qué pérfido anticatalán es Rajoy, como todos los que voten no, un montón de catalanes anticatalanes. Espero que se me entienda, si no es así, en dos tardes...

Pero no todo va a ser patadas en la espinilla a ERC, el analista de La Vanguardia, Francesc-Marc Alvaro (¡Por Dios, cuántos nombre propios tiene este hombre!) aventura un hipótesis nada desdeñable (“La ventaja de ERC”, 8-5-2006). Se sitúa dentro de un tiempo, aunque no en una galaxia lejana, una vez celebradas las próximas elecciones al parlamento catalán: “¿Por qué relativiza el cronista la actual polémica PSC-ERC que marca el fin real e indiscutible de esta ficción a la que hemos llamado tripartito? Porque el tripartito, si hay suma suficiente de PSC, ERC e ICV, volverá a existir, como ya tenemos dicho en estas páginas. Todo el enfado que hoy sienten los socialistas hacia ERC no tiene consecuencias futuras a efectos de poder crear un Govern distinto a “catalanista i d´esquerres”. Es un drama demencial que será olvidado cuando convenga. Esto lo saben los republicanos y de ahí que Carod-Rovira se permita chulear a sus socios invitándoles a dejar el Govern si no se sienten cómodos. ERC tiene la llave y es altamente probable que vuelva a tenerla tras las futuras elecciones, lo cual convierte a los republicanos en un factor tan necesario como inestable. Los dirigentes de CiU también deberían tenerlo claro”.

La hipótesis es deprimente, pero tiene mucho sentido, y encaja perfectamente con la seguridad con la que todos estos políticos se manejan en medio de sus frivolidades e incoherencias: tener la seguridad de que van a seguir repartiéndose el juego.]]>
Tuesday,9 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[El vodevil de la política catalana]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,81 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

Una y otra vez, en editoriales, artículos de opinión, entrevistas... se repite la famosa frase del primer presidente de la Generalitat restaurada en la Transición, el Honorable Josep Tarradellas, quien enfatizó que en política se puede hacer de todo menos el ridículo. Pues bien, si tanto sale a colación la cita es que la política catalana está instalada definitivamente en ella. Es un continuo tira y afloja de juegos de salón que están desprestigiando, o puede que colocando en el sitio que le corresponde de verdad, a la clase dirigente catalana.

Los episodios estrambóticos se han sucedido sin cesar, el del 3 por ciento (cuando Maragall acusó a CiU de corrupción y Artur Mas le contestó que así no habría Estatuto y lo peor es que se entendieron perfectamente), la crisis del Carmel, las carreras de los políticos por hacerse la foto con la selección catalana de hockey sobre patines ¡en Macao!, la crisis del hundimiento de edificios en el barrio de El Carmelo, el rebote del democristiano Durán i Lleida por la entrevista secreta de Mas con Rodríguez Zapatero para apañar el Estatuto, el intento de remodelación del gobierno catalán por Maragall que fue vetado hasta por su propio partido, la creación del CAC como órgano de control de la libertad de prensa, los informes comisariales sobre periodistas y medios de comunicación, la pretensión de ampliar el horario de las votaciones el día de referéndum del Esatuto desconociendo que la ley electoral no lo permite, la colocación de familiares de los políticos en la Administración, el pillaje de las subvenciones, el cobro de una cuota obligatoria a los cargos no militantes en las Consejerías dirigidas por elementos de ERC... Es aburrido seguir.

El último lance de la farsa es la decisión de ERC de votar no en el referéndum que ha de validar el Estatuto de Cataluña. La cúpula del partido, con Carod-Rovira al frente, había optado por el voto nulo político, muy bien definido para no confundirlo con el voto nulo sicalíptico u obsceno, no tan alejado culturalmente de una identidad colectiva uno de cuyos iconos favoritos es el caganer. El caso es que la moderación prometida por Carod a Maragall se vino abajo cuando las bases de ERC, un partido asambleario (cosa seria), decidió que nones, que Zapatero les había traicionado pactando con Mas y CiU el Estatuto definitivo, el que sería aprobado en Congreso y Senado. Todo esto huele a cuerno quemado en la Moncloa, a Zapatero le hacen trizas la estrategia de “todos contra el PP”, los malos, los anticatalanes que pedían el no. Va a ser divertido ver a ERC compartiendo el voto negativo con el PP después de obligar a todos los demás partidos a no relacionarse ni coincidir con ese partido paria.

Y lo he calificado como farsa porque si de verdad ERC fuera completamente en serio, sus senadores podrían dar un buen golpe al Estatuto votando en contra para que no pasara el último trámite en el Senado el próximo miércoles, día 10, pero ahí las bases no tienen arte ni parte y Carod, que quiere mantenerse en el Gobierno Maragall, les mandará abstenerse para que el Estatuto acabe su recorrido. Así lo señala El País (Un cadáver político, 7-5-2006): “....la calidad política de la opción adoptada por Esquerra ofrece aún peores flancos. Ni siquiera es sincera. Repite la misma hipocresía que sus rivales nacionalistas moderados demostraron con ocasión del referéndum sobre la permanencia en la OTAN (...) Por eso, el miércoles, los senadores de ERC se abstendrán, para que salga adelante el Estatuto al que le niegan el pan y la sal, en una incoherencia ridícula si no fuera patética”.

El País, que, como se desprende de lo anterior, anda algo indignadillo, como no podía ser menos, larga esta andanada contra el grupo dirigente de ERC: “La dirección ha optado por hacer seguidismo de unas asambleas locales radicalizadas. Pero esa explicación, menos aún si se la viste de democracia interna, carece de lógica. Primero, porque el liderazgo de un partido debe saber convencer a su militancia, y, en caso contrario, renunciar por incapacidad para encabezarlo; segundo, porque un partido democrático se debe no sólo a los afiliados, sino también a los electores, y cerca de la mitad de éstos afirma en las encuestas su voluntad de votar a favor del texto; y tercero, porque la radicalización de los militantes no se ha producido por azar, sino gracias a la persistente deslegitimación del texto pactado en el Congreso jaleada por sus dirigentes”. Las cosas claras y el chocolate espeso. Luego les da donde más les puede doler: “Aunque disguste a los republicanos, su voto en el referéndum del 18 de junio será exactamente el mismo que el propugnado por el Partido Popular, opuesto a cualquier mejora en el autogobierno” (esto último lo hubiera firmado Pepiño Blanco).

Pero la cosa no acaba aquí, a ver cómo se entiende esta frase que el periodista de La Vanguardia, Antonio Bracero (7-5-2006): “Carod aseguró que ERC no hará una campaña agresiva contra el Estatut, y así se lo habría garantizado al presidente Maragall. Fuentes del partido hicieron notar, no obstante, que Esquerra ha tomado una posición de voto y que la defenderá para obtener el mejor de los resultados que sea posible. Por tanto la campaña no será de perfil bajo”. O sea, de frente y de perfil, todo a la vez. Como decía el tipo del chiste: “Aquí todo el mundo va a lo suyo menos yo, que voy a lo mío”.

Pero no son los políticos los que viven en el limbo, fíjense en estas palabras de Marçal Sintes, que escribe en la páginas de Cataluña de El Mundo (“Algunas lecciones (re)aprendidas”, 7-5-2006): “Es preferible intentar sacar lecciones de lo acontecido. Y a lo hecho pecho. Alguna de las lecciones que Cataluña tal vez ha (re)aprendido pueden ser: 1) que Cataluña no es independiente, sino dependiente y, por tanto, tiene un margen limitado de decisión; 2) que un Estatuto es algo que las Cortes españolas nos ofrecen y que los catalanes podemos aceptar o no; 3) que los estatutos se reforman para seguir en España, no para salir de ella, o sea, que los caminos estatutarios se reforman para seguir en España, no para salir de ella, o sea, que los caminos estatutarios no desembocan en la independencia como parecían creer algunos...”. Por el contexto, no parece que el que el autor esté escribiendo en clave humorística.

Ahora, los número. El especialista de La Vanguardia en aritmética electoral, Carles Castro, echa cuentas y sostiene varias hipótesis a partir de distintas proyecciones, sobre resultados de las generales, de las autonómicas y de los sondeos de opinión. La unión en el no del PP y ERC oscilaría entre los 750.000 y el millón de votos. De lo único que no trata el especialistas es de la abstención, del que no hace ningún cálculo al respecto. Es esa parte de la realidad que siempre molesta porque no guarda relación con el clamor por el Estatuto del que habla Maragall.

El portavoz oficioso del PSC, El Periódico de Cataluña (Catalunya, hacia unas elecciones”, 6-5-2005), ahora más que nunca pues el nuevo director es hermano de uno de los miembros del gobierno Maragall (¡hay que ver qué endogamia!), es taxativo (¿o tasativo?): “El no republicano provoca un enfrentamiento total dentro del Govern en lo que constituye su principal objetivo político para la legislatura, y eso resulta insostenible” (...) “...el espectáculo que resulta retrata un final de ciclo. En situaciones así solo cabe un desenlace: convocar elecciones. No hacerlo y mantener a toda costa el Govern, como pretende Maragall, no es lógico. Pero, además, puede perjudicar la suerte del Estatut si parte del electorado decepcionado utiliza la abstención o el no en el referendo como voto de castigo. Más aún: fingir desde el Govern que aquí no pasa nada podría incluso perjudicar el futuro político de Maragall y, por extensión, el de su partido”.

Esto abre otro capítulo, el de Maragall, porque una cosa es el PSC y otra, algo distinta, el president. Quien va a su bola. Así lo confirma el editorial de El Periódico, que parece más dirigido a emplazar a Maragall a que largue lastre que a criticar a ERC. Miquel Porta Perales, muy alejado políticamente de la postura del PSC, retrata la labor del pesidente de la Generalitat (Desconfiemos de Maragall, ABC, 6-5-2005): "En el proceso de discusión y aprobación del nuevo Estatuto de Cataluña, Maragall -sin liderazgo alguno-, ha sido un objeto político no identificado. ¿Quizá ha jugado voluntariamente un papel institucional más allá del bien y del mal? No es eso. Durante el alumbramiento del Estatuto, Maragall ha sido un presidente oblicuo, ausente, cautivo de sus genialidades. Nadie -ni su propio partido- se ha fiado de quien incumple constantemente el principio de no contradicción. Pero, hete aquí que Maragall luce el palmito en el Senado afirmando que `nuestro Estatuto no está pensado para dar la espalda a nadie´, que `las relaciones han de basarse en la confianza constitucional´ y que, con el Estatuto, España `gana en estabilidad» y «asegura su continuidad´. ¿Podemos confiar en Maragall y el nuevo Estatuto? Recomiendo la desconfianza activa. Desconfianza ante un político que lo mismo dice -hemeroteca- que ´España es un proyecto apasionante´ que sostiene que `Cataluña es verdad, España es, más bien, un envoltorio´”

No obstante, mucho ojo, porque Victoria Prego (“No es lo que parece”, El Mundo, 7-5-2006) proporciona un buen puñado de razones (que hay que leerse porque es largo de contar) para poder concluir que, contra todo pronóstico y toda lógica, ERC seguirá en el gobierno catalán: “...la cuestión es saber hasta qué punto es verdad que el PSC está ahora mismo dispuesto a servirle en bandeja a una CiU que no cabe en sí de gozo una victoria electoral dentro de dos meses, con la cabeza política de Maragall en el altar del sacrificio y con las municipales en puertas; y hasta qué punto es cierto que ERC y el propio Carod se están suicidando políticamente con esa apuesta-impuesta del no en el referéndum del Estatuto”

Por su parte, Xavier Pericay (A vueltas con el referéndum, ABC Cataluña, 6-5-2006), miembro relevante de la iniciativa Ciudadanos de Cataluña, a título particular se declara en favor de una postura que puede llegar a ser políticamente tan significativa como despreciada por el establishment catalán: “...no me negarán que, ante semejante panorama, lo que a uno le pide el cuerpo es la abstención. Sí, ya sé, la abstención también tiene sus puntos negros. Existen muchas clases de abstención: la playera, la antisistema, la apolítica, la militante y la que una plataforma de vecinos de Almenar, en el Segrià, está promoviendo en protesta por la decisión de la Generalitat de incluir 1.500 hectáreas agrícolas en la Red Natura 2000 -y tal vez me deje alguna-. O sea que una formación política difícilmente estará en condiciones de arrogarse, después del plebiscito, la voluntad de los cientos de miles de ciudadanos abstencionistas. Pero, aun siendo esto incontestable, también lo es que todos estos ciudadanos habrán sentido por esta cita con las urnas una profunda indiferencia. Para todos ellos, antes habrá sido la playa, el odio al sistema, el hartazgo de la política, el desistimiento consciente o la movilización contra el Gobierno, que la nueva Constitución catalana. ¿Y si ahora resulta que el engendro no hacía ninguna falta?”]]>
Monday,8 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[Una fuente de energía cara, sucia, peligrosa y antiestética]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,78 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

Pues no me refiero a la energía nuclear. Tal como está planteado el problema del petróleo y las consecuencias ecológicas de su uso como fuente capital (en todos los sentidos) de energía, ahora son los hidrocarburos o, más ampliamente, los combustibles de origen fósil, los “malos” de la película. Menos mal que el reciente aniversario de Chernóbil, hace dos décadas ya, nos obliga a recapacitar sobre la reconsideración de la energía nuclear como fuente alternativa, dicen que temporalmente, al petróleo. El caso es que escasea, se encarece a un ritmo vertiginoso, produce cáncer de piel, por ese asuntillo de la capa de ozono, y está en manos de unos elementos poco recomendables.

En un artículo que recoge La Vanguardia, cuyo título conserva las resonancias del grito de guerra de la añorada cantante cubana Celia Cruz (¿Petróleo caro? ¡Ponga azúcar!, 4-5-2006), el historiador Niall Ferguson, profesor de la Universidad de Harvard, tras señalar un contundente dato (“El mercado de futuros del petróleo alcanzó un precio récord de 72,49 dólares el barril la semana pasada, seis veces el precio que los productores pedían en diciembre de 1998”), no acepta los argumentos de quienes sostienen que residen en la especulación y en las maniobras e intereses políticos las raíces del problema del encarecimiento: “Pero este juego de acusaciones y censuras no es más que una farsa y una comedia. El precio del petróleo es alto precisamente por la economía de oferta y demanda (...) La demanda global de petróleo ha aumentado del orden de un 40% en los últimos veinte años. Periodo, por cierto, en el que cabe distinguir claramente el papel en alza de China. Por otra parte, en los últimos cinco años los países del G-7 han supuesto tan sólo un 15% del crecimiento de la demanda global; China representa el doble de esa proporción”. Desde luego, los chinos nos traen últimamente por la calle de la amargura, ¡mira que querer desarrollarse!

A todo eso se suman otros factores de considerable relevancia: “El auge de la demanda coincide con un estancamiento de la oferta. La capacidad global de refino ha aumentado escasamente y las refinerías acusan los estragos derivados de los huracanes del año pasado. Entre tanto, la inestabilidad política existente en algunos de los principales países productores -Iraq, Nigeria y Venezuela- ha sumido en el pesimismo (justificado) sobre la oferta futura tanto a países productores como a inversores sagaces. Y no olvidemos, por añadidura, la posibilidad de ataques aéreos estadounidenses contra Irán. En tales circunstancias, difícilmente cabría calificar de especulaciones la apuesta por una subida de los precios del petróleo. Así que, en resumidas cuentas, sólo un necio se pondría a vender en el mercado en lugar de comprar”. Aquí también uno se pregunta: ¿y para estatalizar sin medios para extraer, refinar y vender? Pero hoy no es el día de Evo, ¡es la semana!

Ahora viene el tirón de orejas: “Algunos comentaristas llegan a afirmar que los precios altos del petróleo constituyen un factor positivo con el argumento de que envían una señal a los países productores y consumidores en el sentido de que ya es hora de buscar nuevas fuentes de energía. Pero no es más que otra muestra de falta de sentido común”.

Luego llegan las malas noticias: “Los precios elevados entrañan dos problemas. El primero es de naturaleza política: enriquecen a la mala gente” y el segundo “...problema mucho más grave es el medioambiental, y en este punto he de discrepar de la contraria perspectiva tan en boga que afirma que el calentamiento global no existe o no importa. Durante 400.000 años, la concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2) en el planeta ha fluctuado entre 180 y 2 280 partes por millón (ppm). El año pasado alcanzó 380 ppm. La prueba de que las temperaturas globales suben consecuentemente resulta incontrovertible. De acuerdo, nadie sabe con precisión cuáles pueden ser los efectos sobre el clima, pero sólo un estúpido puede pensar que no habrá consecuencias en absoluto.” Este hombre regaña a espuertas, pero sus planteamientos parecen convincentes.

Más madera: “El problema radica en que los precios altos del petróleo no constituyen una señal para que la humanidad se decida hacer algo en esta materia. Al contrario, constituyen una señal para que las petroleras procedan a explotar los hasta ahora inviables yacimientos de hidrocarburos como, por ejemplo, las arenas bituminosas de Canadá. Al propio tiempo, los precios altos del petróleo no disuaden a la gente deseosa de adquirir vehículos que devoran gasolina y diesel. De hecho, la demanda de vehículos 4 x 4 como el monstruoso Hummer parece seguir siendo (como dicen los economistas) inelástica a los precios.” Y es que no tenemos remedio: “Si la gente no cree que el calentamiento global vaya a afectar a su vida -y los sondeos de opinión así lo indican-, en tal caso los riesgos del cambio climático son asimismo inelásticos a los precios”. Es definitivo: no somos de goma.

Pero hay una solución paliativa, no definitiva, que está probada y al alcance de la mano: “Normalmente me he puesto de parte de Homer Simpson cuando afirma que el alcohol es la solución; para ser exactos, la forma de alcohol conocida como etanol, derivada de plantas como, por ejemplo, la caña de azúcar. Sin que el hemisferio occidental pare apenas mientes en el asunto, un país está poniendo en práctica una revolución del transporte al cambiar de gasolina y diesel a etanol. Este país es Brasil. Actualmente, el etanol representa el 40 por ciento de todo el combustible que utilizan los vehículos en Brasil, mientras que el 80% de los nuevos vehículos brasileños ya son coches híbridos que funcionan con gasolina o con etanol. En teoría, tales combustibles de biomasa -derivados de carbohidratos y no de hidrocarburos- podrían reemplazar casi la totalidad de combustibles para el transporte basados en el petróleo. Indudablemente, un cambio de este tipo comportaría ciertos costes medioambientales, pero la iniciativa reduciría las emisiones de dióxido de carbono.” ¡Eureka! Podemos dejar de engordar con la bollería y demás dulces y destinar nuestra cuota al coche.

Veamos los escollos que puede encontrar el recurso del etanol: “¿Qué obstáculos impiden que el hemisferio norte siga la senda de Brasil? La respuesta no estriba tanto en las grandes petroleras (aun cuando las petroleras estadounidenses han luchado con uñas y dientes contra la introducción del etanol, incluso como aditivo del carburante) cuanto en los pequeños agricultores: a fin de proteger a los productores de azúcar del hemisferio norte, tanto Estados Unidos como la Unión Europea imponen actualmente elevados aranceles a las importaciones de etanol producido en Brasil”. Ya estamos otra vez con el proteccionismo, siempre tratando de impedir que la gente se conozca comerciando, con lo que eso une. Pero, aunque se superara el coñazo de los Bové y sus aliados, habría que hacer un esfuerzo más, dar un último empujoncito que haría fruncir el ceño a los ministros de Hacienda: “Sin embargo, ni siquiera un mundo de pleno comercio libre convencería a la humanidad para que optara por formas y medios más juiciosos, sensatos y previsores de transporte. Los incentivos fiscales son asimismo necesarios para animar a la gente a comprar coches híbridos”. ¡Pues venga, manos a la obra, la idea de Homer Simpson parece excelente!]]>
Friday,5 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[Los hispanos se manifiestan en los Estados Unidos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,74 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

Anteayer ya se trató largamente el tema de los hispanos en Estados Unidos extensamente en la prensa española, pero el decretazo de Evo Morales apretaba y tomó la delantera en las prioridades. Ahora, aparte del tema del Estatuto de Andalucía, llama la atención el impacto de esa protesta hispana en los Estados Unidos, allí también quieren un estatuto, pero en este caso es el de ciudadanía. ¡Menuda diferencia entre ser ciudadano y ser parte de un ente nacional! Casi nada (lo segundo).

Vayamos primero a los números. En Estados Unidos están censados 40 millones de hispanos. Señala el ABC, recogiendo datos del New York Times, que hay 11 millones de “ilegales”, de los que 3,9 no tienen empleo. El 78 por ciento proceden de Latinoamérica, mexicanos en más de dos tercios, el resto son originarios de Asia (13 por ciento), Canadá y Europa (6 por ciento) y África (3 por ciento).

Las protestas se iniciaron a finales de marzo, concretamente el día 25 hubo una gran manifestación en Los Ángeles. La causa es la reforma de las leyes de inmigración. En diciembre de 2005 el Congreso aprobó un paquete legislativo que contiene penas contra los indocumentados y quienes les asistan o den refugio, también contra las empresas que los contraten.

Así lo ve Alfonso Armada para ABC (¿Quién teme a los hispanos?, 3-5-2005): "Indignados por las leyes migratorias a debate en el Congreso en Washington, que pretenden ampliar el muro fronterizo con México, convertir la inmigración ilegal en un delito y penalizar a los empresarios que contratan a trabajadores sin papeles, los hispanos han iniciado un movimiento social atizado por una situación de precariedad jurídica y laboral, más que por líderes o por una fuerza política uniforme: no todos hablan español y proceden de países distintos, aunque la parte del león de los más de 11 millones de sin papeles esté formada por mexicanos".

Más adelante, Armada saca a colación la tesis huntingtoniana, algo que ya destacó hace más de un mes el catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad de Miami, el catalán Joaquín Roy en El Correo La inmigración implacable , 4-4-2005): "Ayudados por la globalización y las fluidas comunicaciones (que les proporcionan emisoras de radio y televisión como si estuvieran en México), los hispanos en Estados Unidos 'violan' de esta manera el contrato social de los precedentes migratorios. Para escándalo y terror de los que consideran que amenazan con subvertir la fibra romántica e identitaria que atribuye a una raíz angloprotestante la marca de fábrica del producto genuinamente 'made in USA', tozudamente se resisten a renunciar al pasado, al que curiosamente (como toda emigración) se endulza y se pinta con nostalgia del que 'todo tiempo pasado fue mejor' (lo que no es cierto)". Seguimos con Armada: “A diferencia de otros inmigrantes que tejieron el tapiz de las barras y las estrellas, Huntington acusa a los hispanos que presuntamente inundan las tierras del tío Sam de no integrarse como deben, de no comulgar con las ruedas de molino de la cultura que les acoge, de no participar de la misma ética protestante del trabajo, y como cima de su visión catastrofista de la historia afirma que la mayor potencia de la Tierra tiene en su seno el virus que provocará su derrota, su fragmentación, puesto que en vista del insaciable fermento latino surgirán `dos pueblos, dos culturas, dos lenguas´”. Por cierto, recomiendo encarecidamente el exhaustivo trabajo del profesor Joaquín Roy (Del choque de civilizaciones a la amenaza hispana) sobre las tesis de Samuel P. Huntington expuestas en su último libro (¿Quiénes somos? Paidós, 2004) en Ojos de Papel.

Continúa la evaluación, en general bastante positiva, de Alfonso Armada sobre las protestas y manifestaciones: "No lograron su objetivo de paralizar la economía del país, pero sí se hicieron oír como nunca antes, en una campaña cívica que algunos comparan con el movimiento a favor de los derechos civiles de la minoría negra, con dos diferencias notables: los negros eran ciudadanos de segunda en su propio país natal, la violencia formó parte del paisaje político, con acciones racistas del Ku Klux Klan, magnicidios como el de Martin Luther King o disturbios en numerosas ciudades. En las más de sesenta ciudades por las que el lunes desfilaron hispanos y otros inmigrantes, la violencia no compareció".

Mercedes Gallego, la excelente corresponsal del ABC en Nueva York, que ha escrito la mejor crónica del día sobre el asunto, (Los hispanos de EE.UU. amenazan con repetir las protestas si se criminaliza a los ilegales, 3-5-2006), apunta una derivada interesante: “el movimiento de los hispanos está aglutinando muchas protestas sociales frustradas por su falta de eco. No ocurre todos los días ni todos los años que una manifestación alcance el millón de personas en EE.UU.”

En cambio, frente a sus corresponsales y cronistas, la valoración editorial del ABC (El desafío hispano en los Estados Unidos, 3-5-2006), se mueve entre la mirada hacia dentro (el problema de la inmigración en España), “todo ha de hacerse respetando estrictamente las reglas del juego. Si las autoridades norteamericanas sucumbiesen a los cantos de sirena de los extremistas y procediesen a regularizaciones masivas, no es difícil aventurar lo que sucedería: una aceleración del «efecto llamada» y una multiplicación de la imagen negativa de la emigración en la mentalidad del conjunto de los ciudadanos del país”, y la paranoia: “Y peor aún si detrás de estas movilizaciones hubiera otros objetivos espurios, como, por ejemplo, el intento de desestabilizar la sociedad estadounidense, como es fácil suponer que les gustaría ver a los inspiradores de esa extraña coalición que forman Cuba, Venezuela y Bolivia. Cualquiera de estas últimas opciones no haría sino perjudicar a la vibrante comunidad de origen hispanoamericano que quiere vivir en Estados Unidos”. Ninguno de los periodistas y expertos de los que he leído acerca del tema que concentra la atención en este blog de hoy habla para nada del trío de la bencina. Ya quisieran.

Por último, ABC aporta la opinión del profesor de periodismo Francisco de Andrés (No es lo mismo, 3-5-2006) quien establece una comparación, un tanto peregrina, para negarla, entre el caso francés y los Estados Unidos. Ahí va: “La coincidencia en el tiempo entre los debates legislativos en Francia y en Estados Unidos en torno a la inmigración ofrece la falsa impresión de que son intercambiables” (...) “El problema de la inmigración ilegal en Estados Unidos tiene fuertes componentes económicos y políticos, pero no ideológicos. Estados Unidos es un país de inmigrantes y, sobre todo, el fenómeno de la inmigración afecta en particular a una población hispana de raíces cristianas, como la de la mayoría anglosajona, preparada para asumir plenamente los valores sociales dominantes”. Ya estamos, el determinante cultural marca al individuo de forma indeleble, como antes la raza. Vean si no: “En Europa, la inmigración ilegal -y en general todo el proceso migratorio a gran escala- plantea en cambio un desafío ideológico mayúsculo. Buena parte de los inmigrantes son musulmanes, refractarios por razones culturales y de religión a integrarse en las sociedades de acogida. El fenómeno del gueto tiene, en el caso de los fieles del islam, una dimensión voluntaria que es preciso asumir para afrontar con realismo el problema. Cuando el ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, afirma que «el inmigrante que no ama a Francia es mejor que se marche» está haciendo quizás algo de demagogia. Pero sólo algo”. Parece que no se ha leído a Huntington.]]>
Thursday,4 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[Evo Morales vuelve a la idea de nacionalizar los hidrocarburos bolivianos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,71 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco (director de Ojos de Papel)

La mayor parte de la prensa española no ha recibido precisamente con alborozo la decisión del presidente de Bolivia, Evo Morales, de decretar la nacionalización de los hidrocarburos del país.

La medida afecta decisivamente a Repsol-YPF, cuyo accionista principal es una entidad financiera catalana, La Caixa, que ya está metida en el tremendo follón de la OPA a ENDESA. El equipo directivo de principal caja de ahorros de España está que le crecen los enanos. Empezamos, pues, por las valoraciones de la prensa catalana.

La Vanguardia (“Evo Morales decreta” 2-5-2005) no sabe a qué carta quedarse, por un lado considera que la “...decisión de Evo Morales –el primer presidente indio de Bolivia (¿por qué no subraya este dato en el primer párrafo? )— se interpreta como una huida hacia delante para frenar la oleada de demandas sociales tras sus cien días en el poder”. Puede, pero esto se contradice con la siguiente consideración de que la medida “...confirma que Morales ha optado por seguir el camino populista y radical del venezolano Hugo Chávez, de quien se declara seguidor, frente al modelo de izquierda más moderado del brasileño Lula da Silva, que ha sabido respetar las reglas de la economía de mercado y ganarse la confianza de los inversores internacionales”. O le ha dado un repente o es una estrategia, ambas razones no son compatibles. Otra cosa es señalar que mata dos pájaros de un tiro.

Se esperaba que la nacionalización tuviera lugar al cabo de seis meses, quizá, como se verá mañana en el análisis de Carlos Malamud para Ojos de Papel, la reunión con Chávez y Castro en La Habana el pasado 29 de abril haya pesado lo suyo en la decisión. De todas formas, la opinión de La Vanguardia no puede ser más negativa: “El Gobierno de Evo Morales, en consecuencia, puede estar arruinando su crédito exterior, factor esencial para que Bolivia sea capaz de generar riqueza y distribuirla con equidad”. Luego se añade el problema de la seguridad jurídica, clave en este asunto, como en otros, y la experiencia de que la nacionalización no supone garantía de mejor gestión de los recursos.

Para El Periódico de Cataluña (Morales nacionaliza, 2-5-2005), con la nacionalización Evo Morales no hace otra cosa que cumplir una promesa electoral, pero en el contexto de “los incipientes movimientos de protesta en las filas de quienes le llevaron al poder” y el empuje de la cumbre con los otros dos miembros del tridente antiimperialista: “Morales actúa envalentonado por el encuentro que ha tenido en La Habana con Hugo Chávez y Fidel Castro”. Pero El Periódico no quiere que cunda el desánimo entre su parroquia, pactismo ante todo, pues señala: “Es un pulso que castigará aún más la cotización internacional del crudo, pero que puede reducirse si hay voluntad de pacto a partir de una obviedad: el país más pobre de Sudamérica necesita la tecnología que solo tienen las multinacionales instaladas en su territorio para extraer la riqueza del subsuelo”. No parece que si se diera esta presunción se hubiera llegado a la decisión de nacionalizar. El infierno está empedrado de buenas intenciones.

El País (Los pasos de Evo, 2-5-2006) cree que el asunto es preocupante, comprende que “Bolivia quiera ser el primer beneficiario de sus recursos naturales”, pero “pone en juego la credibilidad de sus garantías jurídicas”. Añade que “...no parece correcto en ningún caso mandar a los militares a tomar de inmediato el control de los campos de extracción”. Sobre los compinches de La Habana, advierte el diario progresista: “Evo Morales, que preside un país democrático, se une así a un dirigente reelegido en las urnas como Chávez, pero dado al modo autoritario, y a un anciano dictador, el más antiguo de todos, que nada tiene ya que decirle al mundo. No son las mejores compañías para Morales” Y sigue con el martillo: “Pese a todos lo favores que le debe a Chávez y a Castro, que apostaron por él en la campaña electoral, Evo Morales no debería echarse en sus manos, ni alejar la inversión extranjera con medidas que, si no se cuidan, no están adaptadas ni al mundo de hoy ni a las necesidades de un país de economía tan desesperadamente precaria como Bolivia”. En definitiva, mal asunto lo de Evo, lo dice El País, diario de referencia de España en el mundo mundial (con perdón).

El columnista de este diario, Hermann Tertsch, (“Turistas del ideal”, 2-5-2006) es más incisivo, califica a Castro, Chávez y Morales como el trío de la bencina, así, en cursiva, lo cual, tratándose de un asunto de hidrocarburos, suena a redundacia porque combustible y ganas no parece faltarles. Eso sí, con todo fundamento, le da a Estados Unidos lo suyo, acusándole de ser “...muy culpable de este grotesco espectáculo de La Habana”. Continúa el rapapolvo: “Washington ha ignorado trágicamente a América Latina. Ha desairado a sus aliados, otorgado triunfos gratuitos a sus detractores y mostrado un desinterés demoledor. Ha puesto a la defensiva a quienes abogan, conservadores o socialdemócratas, por el libre comercio y las libertades democráticas. Mientras la demagogia militarista y antioccidental, con su palabrería izquierdista y heredera del peor caudillismo castrense latinoamericano triunfa”. Por su parte, el retrato de los tres líderes no puede ser más demoledor: “...un dictador senil es celebrado por un golpista fracasado y caudillo bufón cargado de petrodólares y un presidente boliviano, sindicalista cocalero, que recaba dinero del criollo caraqueño y policía política del gallego cubano para enfrentarse al previsible despertar de sus propios electores”.

El ABC (Morales se destapa, 2-5-2006) no deja escapar la oportunidad: “El mismo líder cocalero que, sin haber tomado aún posesión de la Presidencia de Bolivia, visitó España y prometió a los empresarios que no tenían nada que temer con su acceso al poder, firmó ayer un decreto que pone bajo control de su Gobierno todos los hidrocarburos. Evo Morales se destapa definitivamente como lo que ya había demostrado ser: un líder nacionalista de extrema izquierda que reverdece en Iberoamérica los peores presagios para el progreso y la libertad de sus conciudadanos”. Frente a los demás periódicos, que tratan el asunto muy por encima o no lo aluden, aquí se va de lleno al problema, la preocupación por Repsol, “...que tiene en Bolivia concentrado un alto porcentaje de sus riesgos empresariales y cuya situación emplaza directamente al benevolente Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero”. Eso es cierto, no sólo es que España es uno de los mayores contribuyentes al desarrollo boliviano a través de ayudas pública, sin que además Zapatero condonó la deuda boliviana, se solidarizó con la izquierda latinoamericana más radical y buscó un trato de favor de la UE hacia Cuba. Desde luego, la política exterior española encabezada por nuestro risueño presidente no deja de cosechar éxitos. Luego viene, como en los demás medios, el estacazo contra la cumbre de La Habana:” No es casualidad que la decisión nacionalizadora de Morales se haya producido al día siguiente de la cumbre que le reunió en La Habana con Fidel Castro y Hugo Chávez, y en la que el caudillo venezolano, casualmente, se comprometió a suministrar a Bolivia los recursos energéticos que necesita. Evidentemente, Chávez, Castro y Morales no hablaron en La Habana de cómo mejorar el nivel de vida de sus respectivos países (por lo general, calamitoso), sino de extender la revolución, es decir, de contaminar al resto del continente con esta trasnochada revolución indigenista y populista, que amparan con la coartada de hacer frente a EE.UU., ese reclamo que aún hipnotiza y recluta a una buena parte de la izquierda occidental para disculpar cualquier movimiento antidemocrático en Iberoamérica.”

Encuentro en falta que alguien no haya ahondado en la idea de que nacionalizar los recursos energéticos no es algo muy original, digno de una mente visionaria con la vista puesta en el futuro. Puede que se me haya escapado. Bueno, el caso es no caer en el abatimiento, todo es susceptible de empeorar. El que se aburre es porque quiere.]]>
Wednesday,3 may 2006 0:0:0 GTM
<![CDATA[Memoria vs Historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=57,52 www.ojosdepapel.com

Rogelio López Blanco

A propósito de los ejercicios de memoria histórica que se hacen estos últimos días, aunque ya llevan su tiempo gravitando sobre el debate público gracias a los desvelos del presidente del Gobierno, hasta el punto de haber tenido acogida en el Congreso de los Diputados, ayer apareció el excelente artículo de Eduardo San Martín, titulado De memorias y olvidos (ABC, 1-5-2006) cuyo contenido es muy aleccionador.

El texto de San Martín comienza con una sabia cita y un apunte perspicaz derivado de ella: “«El hecho del progreso está escrito con trazos gruesos en las páginas de la historia; pero el progreso no es una ley de la naturaleza. Una generación puede perder el terreno ganado por la anterior». Karl Popper nos recordaba, con esta cita del político y profesor liberal británico H.S.L. Fisher (1865-1940), la futilidad del optimismo con el que una determinada generación se enfrenta al futuro aupada en una creencia ilimitada en la irreversibilidad de la historia” (...) “Ninguna generación tiene garantizado el terreno ganado por la anterior porque «el progreso no es una ley de la naturaleza» sino el resultado de la voluntad de los hombres.”

Pero el remate final del autor no es un despeje hacia la memoria, sino, como debe ser, en torno a la historia y sus profesionales: “El pacto de la Transición, recordaba (la historiadora Carmen) Iglesias siguiendo la pauta establecida por historiadores tan poco sospechosos como Santos Juliá, no expulsó de la memoria el pasado inmediato para condenarlo a un olvido vergonzante; aquel pacto constituyó un ejercicio de «olvido activo», en virtud del cual lo que se acordaba no era borrar un pretérito tumultuoso sino no convertir su recuerdo en una palanca de juicios políticos contemporáneos. El gran mérito de la Constitución de 1978, añadía la historiadora, no es haber recuperado la memoria de la Segunda República, como sostiene una parte de la izquierda española, que incluso ha elevado esa suposición al rango de propuesta parlamentaria; no, el mayor valor de nuestra carta magna es precisamente el de no haber repetido los graves errores de entonces.”]]>
Monday,1 may 2006 0:0:0 GTM