miércoles, 8 de abril de 2009
Mari Trini, “esa no soy yo”
Algo en Mari Trini anunciaba quedamente que era una chica, una mujer especial, independiente, con algo propio que decir, y con ganas de decirlo. Y a mí, con 15 años, con 17, con 19, ya me gustaban entonces ese tipo de mujeres “difíciles”, esas mujeres que disienten, que llevan la contraria, que alzan la voz para decir sí o para decir no, esas mujeres que tienen planes, sueños, proyectos y mente, voz y arrestos para intentar llevarlos a la práctica
Juan Antonio González Fuentes
Con 15 años odiábamos a Mari Trini. Bueno, quizá la palabra odiar habría que sustituirla, para ser más precisos y justos, por la palabra rechazar. Sí, corrían los años finales de la década de 1970, no hacía tanto que los Beatles se habían separado, Elvis acababa de morir atiborrado de pastillas y kilos de más, los Status Quo habían ofrecido un concierto marchoso en Madrid en 1975, Bob Dylan acababa de publicar su mítico álbum Hurricane, los Rolling eran los reyes indiscutibles de las grandes bandas, los Sex Pistols saludaban burlones a su Isabel II con los pelos formando crestas multicolores, y ya se anunciaban nuevas tendencias poperas que se cocían en garajes, pubs y clubes de Londres y sus alrededores. ¿Cómo iba a gustarnos Mari Trini? ¿Cómo íbamos a identificarnos con ella? ¿Cómo iba a llamarnos la atención esa chica menuda, no muy agraciada, con pinta de Edith Piaf reconstruida y en versión murciana?
Mi madre tarareaba las canciones de Mari Trini cuando íbamos a la playa en coche, o cuando le quitaba el polvo a los muebles brillantes del cuarto de estar. Junto a Mari Trini pululaban por los programas musicales de Televisión Española y las ondas emitidas por las cadenas de radio otras cantantes de diversos estilos y tendencias, muchas de ellas absolutamente inefables: Betty Misiego, María Ostiz, Encarnita Polo, Marisol, Cecilia, Rocío Dúrcal… A todas las “odiábamos” con la fuerza irresistible de las ardientes brasas de nuestros corazones adolescentes.
Mari Trini interpreta en 1980 "Yo no soy esa" (vídeo colgado en YouTube por forosol)
Pero ahora, más de treinta años después, la temprana muerte de Mari Trini me impone confesión. Y es que siempre hubo algo especial, que ahora me atrevo a reconocer, en la figura y algunos de los temas de la fallecida. Voz, aspecto, mirada desafiante, rostro especialísimo, vestuario imposible y personal…, algo tenía Mari Trini, y algo sus canciones, que la separaban rotundamente pero sin voz alta, sin gritos chillones, del resto de cantantes de su época, de su estilo. No sé si era su barniz francés en la entonación y en la puesta en escena, incluyendo unos peinados sólo admisibles en las divas de las canciones parisinas. No sé si era una especie de mala leche que supuraba, que respiraba en muchas de las letras de sus canciones, una mala leche con toques inconformistas, de chica que se niega a asumir el papel de niña bonita a la espera de un oficinista redentor en su mediocridad. No sé si era la mirada de su rostro con un algo de desafiante, con una boca torcida y desencajada que anunciaban en forma de sonrisa que su propietaria no era una mujer española al uso de su época, ni dócil, ni zalameramente ingenua, ni resignada, ni llevadera en la balsa del conformismo burgués de medio pelo al uso.
No, algo en Mari Trini anunciaba quedamente que era una chica, una mujer especial, independiente, con algo propio que decir, y con ganas de decirlo. Y a mi, con 15 años, con 17, con 19, ya me gustaban entonces ese tipo de mujeres “difíciles”, esas mujeres que disienten, que llevan la contraria, que alzan la voz para decir sí o para decir no, esas mujeres que tienen planes, sueños, proyectos y mente, voz y arrestos para intentar llevarlos a la práctica.
Sí, Mari Trini anunciaba que ella no era esa que nos hacían imaginar a los adolescentes del franquismo, esa mujer que siempre dice sí. No, Mari Trini decía susurrando con determinación irónica “esa no soy yo”. Y yo le agradezco infinito que no lo fuera, pues ella fue una de las mujeres que me puso en el camino complicado pero fascinante de las mujeres que “no son lo que te imaginas”, esas mujeres que siempre, desde entonces, han sido “mis mujeres”.
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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:
-Álvaro Pombo: Virginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)
-Clint Eastwood: Gran Torino (2008)