martes, 24 de febrero de 2009
Autobiografía de Gerardo Diego, o Gerardo según Gerardo
En su autobiografía ahora editada, Gerardo Diego relata con interés despierto y rápido su propia vida en un recorrido espontáneo y enérgico que, a fuerza de ser sincero, me ha sorprendido, pues esperaba más languideces y desmayos. No, con energía, humor y casi entusiasmo, Gerardo el poeta nos revela al ciudadano Gerardo, un ciudadano con mucha vida vivida y mucha memoria memoriosa
Juan Antonio González Fuentes
Llego a casa y me aguarda en el buzón una gratísima sorpresa. Se trata del nº 5 de la colección Cuaderno Adrede que edita la Fundación Gerardo Diego bajo la dirección de Elena Diego y de la poeta Pureza Canelo. El nuevo cuaderno se titula Autobiografía, y en efecto, se trata de una autobiografía, la de Gerardo Diego.
Ofrece esta edición en sus páginas la minuciosa transcripción de una larga entrevista que en 1967 mantuvo el poeta, en su domicilio madrileño de la calle Covarrubias 9, con el escritor Mariano Gómez-Santos en su domicilio; y ofrece también, y aquí se descubre el tesoro magnífico a atesorar con furor (valga la redundancia), un disco cd con dicha conversación, es decir, con la voz del poeta en tertulia relajada y amistosa.
Aquí quizá conviene hacer un pequeño inciso para encajar una matización, y es que hablar de “conversación” no es lo más ajustado al caso, pues la participación de Gómez-Santos en estos documentos se resume en apenas unas escuetas preguntas, algunos monosílabos y poco más, amén, eso sí, de la pulcra edición del trabajo y del prólogo. Es decir, estamos ante y con Gerardo Diego, ni más ni menos.
Gerardo Diego
Gerardo el poeta, el profesor, el contertulio, relata con interés despierto y rápido su propia vida en un recorrido espontáneo y enérgico que, a fuerza de ser sincero, me ha sorprendido, pues esperaba más languideces y desmayos. No, con energía, humor y casi entusiasmo, Gerardo el poeta nos revela al ciudadano Gerardo, un ciudadano con mucha vida vivida y mucha memoria memoriosa.
De la boca de Gerardo, con voz cantarina y casi, casi juvenil de madurez de buena cosecha, viajamos al Santander de la infancia del poeta (al Santander cercano a Pereda y a don Marcelino), y también a sus años universitarios, a sus primeras amistades literarias (Juan Larrea, por ejemplo), a sus encuentros boquiabiertos y atentos con las corrientes estéticas nuevas (la música de Stravinski, el creacionismo de Huidobro), a sus maestros en el cincelado de versos (Juan Ramón, el “salmantino” Unamuno, don Antonio Machado)..., y a su desembocadura creativa, como afluente de aguas ricas y diversas, en el gran océano poético y artístico del 27.
Estamos, pues, ante un documento único y valiosísimo para la historia de la cultura y la poesía española del siglo XX. Un documento que, además de llegarnos envuelto en las austeras y hermosas formas que sólo le sabe dar la imprenta Bedia a las páginas de un libro; además de ofrecer la posibilidad cuasi sagrada y cuasi inaudita de sentarnos durante un instante junto a Gerardo y a Gómez-Santos para escuchar sus voces directas a través de un viaje en el tiempo de más de cuatro décadas; además de darnos la oportunidad de leer en letras de molde la trascripción de la autobiografía de Gerardo hecha música en su voz de músico verdadero; además, quiero insistir en ello, este nuevo esfuerzo de la Fundación Gerardo Diego sirve, ante todo, sobre todo, para dar testimonio de primera mano (de primera voz) de muchos de los acontecimientos más sobresalientes de la poesía y la cultura española de toda la primera mitad del pasado siglo.
La Autobiografía de Gerardo, es decir, Gerardo según Gerardo, se convierte así en una suma imparable de acontecimientos: su edición es un acontecimiento de primera magnitud para nuestra cultura, un acontecimiento que da buena fe de acontecimientos literarios claves a su vez en el entramado poético y literario español del siglo XX. Suma y sigue, Gerardo según Gerardo, bienvenida siempre la memoria y la voz del poeta.
Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:
-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)