jueves, 26 de junio de 2008
La pobreza de Oxford University: money, money, money
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Sociedad en Blog personal por Sociedad
La crisis económica y la competencia con las grandes y ricas universidades norteamericanas, han puesto a la universidad de Oxford en la encrucijada de transformarse en una universidad más, y dejar de ser la mítica institución académica de prestigio y fama internacional

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Si la universidad norteamericana de Stanford fuera un país, en unas olimpiadas figuraría entre los diez primeros países del medallero, y con referencia a los premios Nobel, entre los principales países del mundo en “producirlos”. Aporto estos datos para establecer una referencia por todos comprensible en cuanto a la potencia, desarrollo, calidad, dimensión y solidez de las mejores instituciones académicas del mundo, el verdadero motor de desarrollo cultural y económico de un país.

El año pasado, 2007, sólo cuatro centros universitarios europeos figuraban en la lista de los 10 mejores del globo, los cuatro además británicos, y el resto hasta completar la lista, norteamericanos. Los cuatro europeos/británicos son el Imperial College y el University College, los dos de Londres, y, por supuesto, Cambridge y Oxford.

Pero la alarma ha saltado entre las autoridades responsables en el Reino Unido. Cada año estas instituciones pierden peso frente a sus competidoras norteamericanas, y todo es una cuestión de dinero, de puro dinero. Las universidades británicas no disponen de dinero para reformar sus instalaciones, para otorgar sustanciosas y atractivas becas que atraigan a los mejores estudiantes, y, como si de grandes equipos de fútbol se tratase, tampoco disponen de dinero para “fichar” a los primeros espadas planetarios de las disciplinas que imparten.

Según algunos cálculos, Oxford, por ejemplo, necesitaría aproximadamente 1.500 millones de euros para recuperar posiciones y recuperar fuelle. Si no logra ese dinero o una cantidad aproximada, la mítica institución británica sencillamente corre el peligro de convertirse en una universidad más de las muchas que existen repartidas por el mundo.



Oxford University MBA: Studying at Oxford (vídeo colgado en YouTube por OxfordSBS)

Si se comparan los presupuestos que maneja Oxford con los que manejan universidades americanas como Harvard (21.000 millones de euros), Stanford (10.000) o Princeton (9.000), la conclusión a la que se llega es que Oxford, continuando con el símil futbolístico, se quedaría en un equipo de media tabla de una liga fuerte europea, muy lejos de los equipos de élite: Manchester, Juventus, Real Madrid, Barcelona, Chelsea, Milan, Bayern, etc...

El origen de esta falta de fondos es diverso, pero quizá el más llamativo sea, precisamente, las trabas puestas por los sucesivos gobiernos ingleses tendentes a democratizar las universidades elitistas inglesas. Por ejemplo, el gobierno congeló la matrícula (en torno a las 3.000 libras), con lo que los alumnos de Oxford no pagan por ese concepto ni una cuarta parte de lo que vale su educación. El resto del dinero lo debe poner la propia universidad, y claro, ese dinero no se emplea ni en la mejora de las instalaciones ni la creación de centros de alto rendimiento ni la contratación de profesores e investigadores de prestigio y valía ni en la ampliación de becas para que puedan estudiar los más desfavorecidos. La solución más inmediata, fácil e impopular es que el gobierno permita que Oxford incremente de forma dramática sus tasas por matrícula que permita mantener el nivel académico y, paradójicamente, el implementar las becas destinadas a los menos pudientes.

Así todo, Oxford y sus dirigentes, con varios ex alumnos famosos y Chris Patten, su actual canciller y ex gobernador de Hong Kong, a la cabeza, lo que además pretenden hacer es imitar cómo funcionan las universidades de la Yvy League (la Liga de Hiedra), el restringido club de universidades norteamericanas con más tradición y del que forman parte Columbia, Cornell, Brown, Dartmouth, Pennsylvania, Princeton, Harvard y Yale. Todos estos centros de solera y prestigio acrisolado funcionan económicamente mediante la autofinanciación. Por ejemplo, los ex alumnos, nada más terminar la carrera y lograr sus primeros éxitos profesionales ayudan a sufragar actividades y gastos universitarios de la que fue su casa madre. Algo parecido pretende hacer ahora Oxford. Y no sin éxito.

La campaña para recaudar fondos aún no ha comenzado de manera oficial, y así todo Oxford ya ha logrado recaudar una cifra cercana a los 700 millones de euros. Las donaciones no están siendo muy relevantes, se trata de cantidades más o menos pequeñas pero que, sumadas, empiezan a ser importantes. Así todo, cuentan las crónicas que ha habido al menos dos donaciones de 30 millones de euros cada una. El empresario Wafic Saïd ha dado una para levantar una escuela de negocios con su nombre, y la Fundación Garfield Weston ha dado otra destinada a preservar los fondos y estructura de la Biblioteca Bodleian.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.