Juan Antonio González Fuentes
Cuando me llamó por teléfono Juan Gutiérrez, miembro del legendario y cántabro equipo Peonza dedicado a la literatura infantil, y me dijo que la reseña que le envié sobre Dylan Thomas, había sido publicada en el libro Cien libros para un siglo (Anaya, 2004) que, coordinado por ellos, acaba de editar Anaya, no pude imaginar la enorme suerte que me acechaba por participar en un libro tan espléndido.
Ninguno de los dos tenía mucho tiempo, pero quedamos en el centro de la ciudad para vernos un instante y que me diese un ejemplar del libro y yo a él una opinión sobre el mismo. Acudí a la hora convenida y al poco apareció en su coche, se bajó del mismo, me saludó, volvió a introducirse en el vehículo para buscar el libro y salió con él en la mano, me lo tendió y me preguntó ¿qué te parece?
Si por regla general de por sí no soy muy expresivo, esta vez creo que la sorpresa me hizo ser aún más enigmático en la expresión, por lo que escribo estas líneas para darle públicamente a Juan Gutiérrez y a todo el equipo Peonza la opinión que entonces me mereció su trabajo, nuestro trabajo.
Un poco más arriba he hablado de sorpresa, pues bien, me reafirmo, y añado ahora, una sorpresa muy, muy agradable. El equipo Peonza lleva décadas realizando una impagable labor en favor de la lectura y el conocimiento de la literatura desde su especial interés por los mundos infantil y juvenil. Fruto de esta dedicación son las decenas de números de la revista trimestral Peonza convertida en una de las referencias españolas sobre el tema), guías, libros, álbumes y sus extensas colaboraciones en El Diario Montañés.
Equipo Peonza: Cien libros para un siglo (Anaya, 2004)
Culminación puntual de casi dos décadas de esfuerzo fue la publicación de este espléndido libro, espléndido tanto por su formato como por su contenido. Desde un punto de vista formal sorprende su lujosa edición: tapa dura, gran cantidad de ilustraciones en color, más de 250 páginas en gran tamaño, buen papel... Fijándonos en los contenidos la idea del libro me parece brillante y acertada en su simplicidad: partiendo del año 1901 y llegando al 2000, año a año, se proponen cien libros que pueden interesar a un lector o bien infantil o bien juvenil. Es decir, se ofrece una selección de posibles lecturas para los niños y jóvenes que abarcan todo el siglo XX. Cada libro de cada año ocupa dos páginas de la publicación. En la primera aparece el año de aparición de la obra y su título; luego el nombre del autor, su fotografía o dibujo, sus fechas de vida, y un comentario escrito por un miembro de Peonza o por algún otro colaborador sobre la obra en sí, además de unas pinceladas biográficas en torno al autor. En la otra página se reproduce en color la cubierta del libro recomendado con su ficha bibliográfica completa, un fragmento de la obra que sirve como pequeña degustación, otras obras del mismo autor que se recomiendan y otros títulos editados en el mismo año tratado que pudieran también interesar por su temática a los jóvenes lectores.
Todo este menú va acompañado de una concisa y oportuna introducción histórica para cada década, un prólogo del escritor Felipe Benítez Reyes y unos índices en los que están todos los autores elegidos, todos los autores de los comentarios y todas las fotografías e ilustraciones del libro.
El resultado global es magnífico, y lo es por diversos motivos. Cien libros para un siglo presenta una evidente utilidad didáctica, pues los profesores disponen gracias a él de una muy útil herramienta que les ayudará a la hora de fomentar el gusto por la lectura entre sus alumnos. Ofrece a los veteranos aficionados un ameno compendio de lecturas juveniles e infantiles, lleno de variada información y de datos muy aprovechables. Para el lector común representa una valiosa oportunidad para orientarse con acierto por un mundo que a lo largo de cien años (1901-2000) dio muestras de ser muy variopinto y complejo, en el que conviven una gran diversidad de voces y formas de entender la literatura, y en el que hay aventura, historia, ciencia ficción, tramas detectivescas..., y casi siempre muy buena literatura.
El equipo Peonza y sus colaboradores han elaborado un precioso y preciso mapa que sirve para adentrarse en los mundos creados por Kipling, London, Verne, Hugo Pratt, Juan Ramón, Conrad, Calleja, Blyton, Conan Doyle, Farias, Roald Dahl, Tournier, C. S. Lewis o Richmal Crompton..., y encontrar el único tesoro por el que merece la pena empeñar el tiempo: los raros momentos de felicidad.
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.