Juan Antonio González Fuentes
Resulta desconcertante y llamativo que uno de los escritores/artistas españoles supuestamente con mayor prestigio y seguidores internacionales, me refiero al inclasificable
Fernando Arrabal, sea “reconocido” en su país de nacimiento fundamentalmente por su mítica intervención televisiva en la que algo cargado de alcoholes espiritosos exclamó a voz en grito eso tan célebre, imitado y emitido de: “¡hablemos del Milenarismo, cojones, ya!”.
El Nobel de Literatura irlandés
Samuel Beckett escribió en su día que el excepcional valor artístico de Arrabal lo ha situado en la primera fila de los escritores contemporáneos.
Milan Kundera, por su parte, ha asegurado que el mundo fantástico del escritor melillense no se parece a nada conocido o imaginado. Otro premio Nobel, el español
Camilo José Cela, aseguró a su debido tiempo que Arrabal posee el incalculable tesoro de tener una voz propia. Y otro premio sueco español, el poeta
Vicente Aleixandre, dejó dicho que el conocimiento aportado por Arrabal está teñido de una luz moral enraizada en la materia misma de su arte.
Fernando Arrabal
Fernando Arrabal (Melilla, 1932), premiado por el franquismo como niño superdotado cuando contaba diez años de edad, es una celebridad en el país vecino rico, Francia, y como ha quedado subrayado ya más arriba ha gozado y goza de la estima de destacados miembros del más internacional y premiado gremio de escritores. Arrabal ha dirigido hasta la fecha siete largometrajes, ha publicado más de una docena de novelas, varios libros de poesía y diversos ensayos. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y en 1963, junto a
Roland Topory
Alejandro Jodorowsky, fundó el controvertido y muy estudiado
Grupo Pánico.
Según el
Dictionnaire des littératures de langue française (¡qué listos los gabachos!), Fernando Arrabal “es el autor de un teatro genial, brutal, sorprendente y gozosamente provocador. Un potlatch dramatúrgico donde la chatarra de nuestras sociedades ‘avanzadas’ se carboniza en la pista festiva de una revolución permanente. Heredero de la lucidez de un Kafka y del humor de un Jarry; por su violencia se emparenta con Sade o Artaud. Pero es probablemente el único en haber llevado la irrisión tan lejos. Gozosamente lúdico, rebelde y bohemio, su obra es el síndrome de nuestra época de alambradas: una forma de mantenerse alerta".
Fernando Arrabal recientemente ha publicado un libro imposible de clasificar en cualquiera de los géneros al uso. El libro se titula
Como un paraíso de locos, está editado por la barcelonesa
Bruguera en su nueva colección de narrativa y es absolutamente recomendable. Novela sin género, libro de memorias, autobiografía surrealista y desmadrada, ensayo científico al margen de la razón, juego y metáfora en el mismo límite de lo concebible en palabras..., Arrabal es el
Hölderlin del siglo XXI, y ahora regala a sus “amados lectores” un elogio de la locura que es uno de los mejores y más divertidos compendios sobre el presente y el futuro. Como un paraíso de locos es una multiplicación exponencial de los “asuntos arrabalianos” llevados hasta la pirotecnia verbal del artesano genial e incomprensible.
Y en este paraíso de locos que es España, Fernando Arrabal, quizá como no podía ser de otra manera, pasará a la historia como el loco borrachuzo que clamó por el Milenarismo, cojones ya, rey de los locos más locos en esta gran reserva de locos que es la loca España, geografía paradisiaca y eterna de casi todos los locos que en el mundo han sido, empezando por don Quijote, y siguiéndole ese Sancho quijotesco de libro que es Fernando Arrabal. He dicho!
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NOTA: En el blog titulado
El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.