viernes, 27 de julio de 2007
España, 13 rúe del Percebe
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Sociedad en Blog personal por Sociedad
La España que espera relajarse con la llegada del mes de agosto es algo así como la vecindad inventada por el genial Ibáñez para habitar su número 13 de la rúe del Percebe.

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Juan Antonio González Fuentes

Las historias escritas y dibujadas por el irrepetible Francisco Ibáñez son todo un tratado gamberro y algo deformado, al modo del callejón del Gato valleinclanesco, de cómo funcionan las cosas en nuestro país, en España. Mortadelo y Filemón, el botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos, y todos los habitantes de la célebre 13 rúe del Percebe..., son personajes de ficción con los que todos alguna vez nos hemos tropezado en nuestra cotidianeidad, y sus grotescas aventuras y desventuras, encuentran en la realidad española, con preocupante frecuencia, paralelismos alucinantes.

Buena prueba de lo que digo la encontramos estos días de verano leyendo cualquier periódico o asistiendo a las noticias del telediario con el café de la sobremesa en las manos, y viendo cómo van cayendo uno tras otro los ciclistas dopados y “dopadores” de esa vuelta ciclista a Francia que se está convirtiendo de unos años a esta parte en una especie de montaña rusa aburrida y sin ningún sentido. Para muestra de lo dicho ahí van unos cuantos botones de muestra, siempre con algo de divertido, siempre con mucho de grotesco e inaudito.

Resulta que en la Barcelona nacionalista y socialista de las últimas décadas, donde se caen calles, edificios y barrios enteros, donde manifestantes espontáneos toman el aeropuerto a su capricho, donde los trenes de cercanías descarrilan o se chocan unos con otros, donde los apagones veraniegos son más frecuentes que las mareas... En esa Barcelona con altas cotas de tercermundismo de manual en la que Woody Allen rueda paradójicas historias de modernidad, los dirigentes autóctonos, que lo llevan siendo décadas y décadas, sucumben con agrado y la cara más dura que el hormigón armado a la teoría de la "Tentación de la inocencia" desarrollada por Torodov, y en ningún caso se sienten responsables de nada de lo que sucede a su alrededor, achacando todos los males que surgen en su geografía de mandato al centralismo españolista y derechoso, llegando incluso algún politiquillo de estos, un tal Miguel Iceta de desahogo perenne, a echarle la culpa del último apagón gigante barcelonés al señor Pizarro, presidente de Endesa, a quien acusa literalmente de “castigar a Cataluña”. Lo que deja a cualquiera pasmado es que tipos como el susodicho Iceta no sean abandonados a su suerte en un mínimo bote salvavidas en mitad del Mediterráneo por la ciudadanía catalana y barcelonesa, que nunca mejor dicho, parece que a pulso “tienen lo que se merecen”.


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En otro lugar de esta cachonda rúe del Percebe que es España, la candidata a la presidencia de Argentina, la mujer del actual presidente, Cristina Fernández de Kirchner, reúne en Madrid a los más importantes empresarios españoles, que a la vez son algunos de los más importantes inversores extranjeros en su país, y les echa una monumental bronca por esperar tener beneficios de sus inversiones, cuando su pueblo sufre y necesita más y más inyecciones de dinero gratuito. Para recalcar el sentido de sus palabras, la señora candidata recurre a la memoria histórica y asegura que los españoles arrasamos su país durante años y que tenemos con él (y con ella, claro) una deuda morrocotuda. Es decir: “señorones adinerados españoles, ex-colonialistas, imperialistas de pro, os exijo mayores inversiones en mi país, pero sin que a cambio esperéis un euro, pues los argentinos sufren y vosotros tenéis la culpa”. Ni ella, ni su marido, ni Menem, ni Alfonsín, ni los militares, ni María Estela, ni Evita, ni Perón, ni ninguno de los políticos argentinos tras casi dos siglos de independencia han tenido responsabilidad ninguna en la desastrosa situación del país austral. Toda la culpa es de los españoles, y en consecuencia, a pagar deudas y más deudas, y ya se dirá desde la Casa Rosada cuando se acaban las reparaciones. Tampoco nadie manda a freír espárragos a la maleducada y desahogada señora Fernández.

En otra sombra española de este caluroso verano se refugia del sol el espía Flórez, un “simpático y ameno traidor” que a cambio de unas monedas vendía al extranjero información sobre la seguridad nacional de nuestra piel de toro. El personajazo, en vez de estar pudriéndose en la cárcel desde hace años, o estar cavando nuevas calles para mejorar la Barcelona postolímpica, había montado una empresa que daba cursos a jóvenes sobre resolución de conflictos, pues así mismo se vendía con desparpajo como experto en dichos asuntos, y en seguridad y en mediación. Y para aclarar el caso, el jefe de los espías españoles, cual jefe de Mortaledo y Filemón, el superintendente Vicente, explica en conferencia de prensa los acontecimientos, transformando quizá para siempre el CNI en la famosa TIA, hogar de Filemón y Mortadelo, y sueño profesional de Anacleto, el agente secreto.

Por su parte, una conocida revista satírica nacional con nombre de día de la semana, y que generalmente es docta en gracias y chistes patibularios, muy propios de antiguos burdeles y de bares de carretera, edita un número en cuya cubierta puede verse al futuro jefe de estado español fornicando con su mujer que lo recibe a cuatro patas mientras piensan en los 2.500 euros que regala el ejecutivo español por embarazo. La gracieta de jaimitos en principio no le debió hacer excesiva gracia al fiscal general del Estado, quien actuó contra los autores del rebuzno, y ordenó el secuestro de la publicación, logrando que su resonancia creciera de manera exponencial. Pero hete aquí que toda una Vicepresidenta del Gobierno, dice en comparecencia que lo del secuestro no le parece del todo, y que la cosa más o menos no es para tanto. No sé qué le hubiera parecido a la vicepresidenta del gobierno el jacarandoso chiste si sus protagonistas hubieran sido el señor Zapatero y su esposa, penetrada en la famosa postura del perro mientras entonaba, miembro conocido de un coro operístico, algún fragmento de El Ocaso de los Dioses wagneriano.

La cuestión es que tras las palabras de De la Vega el fiscal dice que donde dijo digo ahora dice Diego, o lo que es lo mismo, se lanza a un ensayo general del famoso fragmento de los Hermanos Marx de, qué casualidad, la película Una noche en la ópera, ya saben: la parte contratante de la primera parte, etc... Lo cierto es que a día de hoy no sabemos si hubo delito o no lo hubo, aunque no debió haberlo a la sombra en flor de las muy recientes declaraciones sobre la Corona Española del señor Anasagasti.

Si para Pío Baroja la cabecera de periódico El Pensamiento Navarro era un oxímoron, no les digo nada de lo que opinaría viendo juntas las palabras blog, escritura y Anasagasti. Leo el blog del escritorzuelo sobre los Borbones españoles y me escandalizo, pero no por la retahíla de lugares comunes que engarza en un hilo fino de ideas endebles y que en vez de sacar de posibles laberintos sólo suman calles sin salida, sino por lo mal escrito que está. Pero cómo es posible que este personaje escriba tan mal castellano. Habría que prohibirle bajo pena de manteo que coja el lápiz, la pluma o el teclado hasta que no haya escrito al menos diez mil redacciones en el idioma de Cervantes al que maltrata con auténtico ensañamiento terrorista. ¿Por qué no escribe su blog en vasco? ¿Hay que esperar que su vascuence sea mejor que su castellano? Quizá es que el vergonzante alopécico Anasagasti sencillamente es sólo lo que aparenta: un peneuvista juntaletras con sueldo público, muy mala leche y una habilidad reconocida para el manejo, en pésimo castellano eso sí, de toneladas enteras de demagogia caducada y apta para la cría masiva de hongos.

Apenas unos días antes de las vacaciones del mes de agosto, España, la 13 rúe del Percebe pensada por Ibáñez, ofrece en su inmenso patio de vecinos historias como las aquí comentadas con bastante sal gorda, una pizca de mala leche y algún que otro desenfoque intencionado y subrayado. Que la vida continúe como si tal cosa en esta nuestra rúe del Percebe habla de lo grande y generosa que es, de lo divertida que puede ponerse, de lo hondo que están asentados sus fuertes cimientos. España, 13 rúe del Percebe, una viñeta de Ibáñez, un cúmulo de historias imposibles quizá en otros paisajes más cultivados y con más horas de vuelo democrático en las alas, pero sin duda, también, con menos hechizo y un encanto sabio y antiguo.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.