lunes, 8 de enero de 2007
La historia contemporánea de España escrita por hispanistas
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Ciencias sociales en Blog personal por Historia
¿Quién escribe la más vendida historia de la guerra civil española en el comienzo del siglo XXI? Un ex-militar británico metido a polígrafo y de nombre Anthony Beevor

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Juan Antonio González Fuentes

Parece que con esto del empecinamiento en agitar con notable fuerza partidista la colmena de la memoria histórica, que con la conmemoración de los setenta años del inicio de la Guerra Civil Española, que con las “nuevas historias” surgidas de la reescritura ciertamente imaginativa y en ocasiones calenturienta de los nacionalistas y regionalistas, y que con el nuevo clima de enfrentamiento irreconciliable entre izquierda y derecha que se respira en la nueva España, las ganas de revisar y revisitar nuestra más reciente historia común por parte de las corrientes revisionistas en el poder, es decir, las ganas de adecuar al albur de las propias creencias o intereses los sucesos de II República y la Guerra Civil del 36, ha propiciado una nada desdeñable catarata de nuevos títulos historiográficos a lo largo del año que acaba de terminar.

Las obras dedicadas a la Guerra Civil y a la Segunda República aparecidas en el mercado editorial español a lo largo de los últimos meses se pueden contar por cientos, y hay algo en ellas que llama poderosamente la atención cuando nos detenemos a pensar unos segundos. Muchas son de autores extranjeros, los llamados hispanistas. Y las que más se han vendido, ganando además por goleada a las demás, son precisamente las escritas por reconocidos hispanistas o por prestigiosos autores extranjeros como Anthony Beevor, Paul Preston, Edward Malefakis, Stanley G. Payne, Bartolomé Bennassar, Helen Graham...

Esta cuantificable y palpable realidad me lleva a hacer la siguiente reflexión: o los lectores de historia contemporánea española prefieren fiarse de lo que cuentan los historiadores o autores extranjeros, o sencillamente les gusta más cómo cuentan o hacen la historia dichos autores ya mencionados. Ninguna de las dos opciones deja muy bien parado al gremio al que pertenezco y en el que ejercí en más de una ocasión cuando era un poco más joven, o al menos para el que años ha me formé en la Universidad: el de los historiadores españoles.

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Anthony Beevor

Se me ocurren otras posibilidades también que puedan arrojar alguna luz a esta contrastable peculiar y contundente realidad. Una es, por ejemplo, que casi todos los historiadores españoles de la contemporaneidad trabajan en instituciones públicas (universidades, centros de estudios, etc...) que financian las investigaciones y trabajos con fondos públicos. Estas instituciones, dependientes casi siempre del poder político autonómico, en el tiempo presente respaldan con más gusto y aproximación a la necesaria corrección política, los estudios locales o regionales muy por delante de los trabajos de ámbito nacional. Así, la historiografía española (por llamarla de alguna manera) está volcada desde hace años en producir trabajos de este subrayado corte y confección: La guerra civil en el norte de la Cataluña occidental, la II República en la comarca cántabra de Campoo, Las repercusiones socioeconómicas del primer año de guerra civil en los pueblos de la costa andaluza, La repercusión de las leyes agrarias de la II República en la huerta murciana, etc... Es decir, si mañana mismo yo le propusiese al consejero de cultura o de educación de la Comunidad Autónoma de Cantabria la posibilidad de que me financiasen un trabajo sobre la mejor poesía europea inspirada por la Guerra Civil española, las carcajadas se escucharían muy probablemente hasta en el Ducado de Cornualles, mientras que quizá obtuviese una generosa financiación para trabajar sobre los cantares populares relacionados con la guerra civil nacidos entre las dos docenas de estibadores del puerto de Santander existentes en el año 1938. Y claro, ¿qué destino iba a tener mi trabajo literario-portuario, al margen de dormir el sueño eterno y justo en los gigantescos almacenes regionales, y de que yo me pudiera permitir unas vacaciones por todo lo alto en Jamaica?

Muy probablemente, para adentrarse en la historia de su país del siglo XX, el lector o estudioso español recurra a los hispanistas porque desde hace años no es fácil encontrarse con libros que traten de forma amena, rigurosa y asequible la Historia de la España contemporánea escritos por historiadores españoles. Y esto ocurre, entre otras razones, porque no es tampoco fácil encontrar historiadores españoles de prestigio y carisma que hablen y traten sin complejos ni ambages de la Historia de España, así, con Mayúsculas. ¿Cómo va a haber historiadores españoles capaces de hacer historia de España contemporánea, si permanentemente, y desde hace ya décadas, los propios sistemas educativos que recorren la cada vez más turbia red sanguínea del llamado Estado español, ponen en solfa constante la existencia de España y de su historia, si apuestan decididamente y a golpe generoso de talonario presupuestario autonómico por el fomento de historias particulares y locales, de la “propia y más real” historia particularista?

La paradoja es que el mercado editorial y cultural español demanda acercamientos rigurosos, novedosos y precisos a la Historia contemporánea de España, y que nuestros historiadores funcionarios miran hacia otro lado con singular cobardía acomodaticia y pesebrera (¡¡pasa palabra!!, parecen pensar cuando cerca de ellos se habla de España), dejando el terreno a los hispanistas, mientras ellos hacen trabajitos apañados y financiados por arcas municipales y autonómicas sobre historias comarcales que les permiten, eso sí, pagar las letras del chalet adosado.

Resultado: ¿Quién escribe la más vendida historia de la guerra civil española en el comienzo del siglo XXI? Un ex-militar británico metido a polígrafo de nombre Beevor (editorial Crítica).

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .