Según los científicos, el universo antes del Big-Bang era una especie de huevo líquido candente sometido a una presión colosal. El Big Bang estalló lanzando al espacio molido en partículas que mucho más tarde formarían las estrellas, planetas y otros cuerpos celestes. Pero lo auténticamente determinante para la configuración de nuestro universo ocurrió 300.000 años después del estallido: el universo se escindió en dos dimensiones, la material y la energética, otros la llaman espiritual, anímica.
El ser humano nació injertado en un animal primate que se desarrolló en la dimensión material. Desde aquí, desde nuestro procesador, la otra dimensión ha constituido siempre un misterio, una región poblada de millones de dioses, de demonios, de almas, de ángeles, pero también de otro tipo de especulación como que defiende la existencia del otro como un universo paralelo y antagónico, digamos como el positivo y el negativo de una fotografía. Ambos mundos estarían habitados simultáneamente por nuestro yo y su antagónico. Constituirían un equilibrio pues cuando en este hace calor es porque en el otro hace frío. La física cuántica ha venido a agitar el debate con la constatación del entrelazamiento de partículas que un día estuvieron unidas y al descoyuntarse y alejarse, permanecen unidas, reflejando en ambas los efectos de cualquier cambio que afecte a alguna de ellas.
Rasha Mayka Baghdadi y Alejandra López: El mundo de Agartha (Ediciones Carena, 2012)
La trepidante aventura que se plantea en El mundo de Agartha (Ediciones Carena, 2012), está “ambientada” en la interferencia, en un momento dado, de los dos mundos antagónicos que habitamos con nuestras dos identidades. Sarah Miller, la protagonista es abducida al otro mundo. Las vivencias entre unos y otros mundos, entre una y otra identidad se suceden, con algún personaje como Morgan, participando de ambos. En realidad, el antagonismo de ambos universos radica en que en uno rige el orden y la obediencia y en otro el amor y cierto desorden. Sin embargo lo contradictorio es que ambos se atraen. En fin un prodigio de imaginación al servicio de un género de novela fantástica.
Viajo a Pamplona a la presentación, porque en el momento en que el libro vive los primeros segundos, es cuando se revela su carácter y porque no es casual el lugar y las circunstancias en las que nacen los libros.
Y allí, en plena presentación, percibo que se plasma, a su manera, la teoría de los dos mundos opuestos y complementarios. Alexandra y Rasha están explicando la confección del libro. Rasha, que ha hecho Ingeniería Mecánica, es la encargada de describir el mundo deshumanizado, los crímenes, el ambiente de Agartha, mientras que Alexandra, se encarga de dar vida al mundo en el que el amor y la amistad abundan. Ambas son totalmente diferentes en su pulsión de sentimientos literarios y a la vez, son amigas inseparables. Los mundos que momentos antes me parecían de ciencia ficción, aparecen encarnados en las dos autoras: viven en mundos paralelos, sentimentalmente opuestos complementarios. Así que tengo que cambiar la clasificación: se trata de una literatura que replantea la sequedad sentimental a la que la sociedad nos conduce. No aboga por nada, no critica nada, pero de ella se deduce que la deshumanización que padecemos conduce al absurdo.
Novela apasionada, bien llevada por dos autoras jovencísimas, de mucho empuje y que, al margen de lo científicas que puedan ser o no las teorías que nutren la acción, sí que tiene una gran coherencia interna. Y su gran mérito: un estilo fluido, unificado, que une la energía de ambas en una sola voz literaria.