Eric M. Warburg era un oficial norteamericano que durante la
Segunda Guerra Mundial, más concretamente en octubre de 1942, estuvo destinado en un puesto de mando secreto del ejército británico en Buckinghhamshire, en las propiedades de
Lord Latimer. Warburg contó que en la pared situada detrás del escritorio del oficial de servicio podía leerse en letras muy grandes:
I divide my officers into four groups..., es decir, una cita traducida al inglés del alemán de un general del
Estado Mayor alemán, el
baron Kurt von Hammerstein (1878-1943), al que
H. M. Enzensberger dedicó en 2008 un magnífico libro misceláneo (novela, biografía, historia) que acaba de ser traducido al español por Anagrama con el título:
Hammerstein o el tesón.
Cuando a Hammerstein le preguntaron desde qué puntos de vista juzgaba a sus oficiales, el general dijo: “Distingo cuatro clases: los inteligentes, los trabajadores, los tontos y los vagos. En la mayoría de los casos concurren dos cualidades. Los inteligentes y trabajadores son para el Estado Mayor; los otros, los tontos y vagos, forman el noventa por ciento de todos los ejércitos y son muy aptos para las tareas de rutina. El que es inteligente y, a la vez, vago, se califica para las más altas tareas de mando, pues aporta la claridad mental y el aplomo necesarios para tomar decisiones de peso. Del que es tonto y trabajador hay que protegerse; en ése no se puede delegar ninguna responsabilidad, pues siempre causará alguna desgracia”.
H. M. Enzensberger: Hammerstein o el tesón (Anagrama, 2011) Ni que decir tiene que Hammerstein se tenía a sí mismo por inteligente y vago. Por lo demás, esta clasificación creo que puede muy bien aplicarse a cualquier grupo profesional humano y, en términos generales, el general, valga la redundancia, tenía toda la razón.