Jules et Jim siempre me pareció una película pretenciosa y aburrida. La peculiar historia de amor de un trío formado por dos hombres y una mujer, en manos del sobrevalorado
Truffaut, nunca me emocionó lo suficiente entre bostezo y bostezo. Sin embargo ahora me entero que una de las posibles parejas del trío real que inspiró tanto la novela como la película tuvo un niño, y que ese niño (alemán-francés) tiene por nombre
Stéphane Hessel, y que Stéphane Hessel nació en Berlín en 1917 y acaba de publicar, con más de noventa años, un
best seller europeo titulado
¡Indignaos! (Ediciones Destino, 2011).
El libro es una llamada a la rebeldía y la protesta, a la insurrección pacífica, destinada fundamentalmente a los jóvenes franceses de hoy. Las sesenta páginas de la edición española incluyen un prólogo de
José Luis Sampedro, notas y un posftacio del editor. Es decir, el texto de Hessel es muy breve. Se publicó originalmente en Francia en el mes de octubre del año pasado. Lo editó una modesta editorial gala, Indigène. Lanzaron 6.000 ejemplares al asequible precio de tres euros. Era una especie de panfleto de apenas treinta páginas que esperaban fuera adquirido minoritariamente por la izquierda sociológica francesa, digamos que por la “progresía” del país vecino. A comienzos de este año los 6.000 ejemplares superaban ya el millón vendido, y se había traducido al inglés, italiano y español. Todo un fenómeno reseñable.
Stéphane Hessel: ¡Indignaos! (Destino, 2011)
Con qué autoridad moral puede el señor Stéphane Hessel recomendarnos indignación como lucha contra la general pasividad de hoy. Pues bien, con alguna. Ya hemos dicho que el autor nació en Berlín, pero marchó a vivir a París a los siete años. Nada más comenzar sus estudios universitarios lo movilizaron, y dos años más tarde se unía a la Resistencia francesa en Londres. Al poco se unió al ejército del general
De Gaulle y en 1944 fue apresado por la Gestapo y conducido al campo de concentración de
Buchenwald. Hessel es judío. Una vez acabada la guerra nuestro protagonista se incorpora al cuerpo diplomático francés, colabora con la ONU y en 1948 es uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En 1977 es el embajador de Francia ante la ONU, convirtiéndose en un notable defensor de las
causa Palestina contra las actuaciones del estado de Israel. En el año 1997, con ochenta años, publicó su autobiografía en la editorial Seuil, un libro titulado
Danse avec le siècle que no me extrañaría nada que fuera traducido en breve a nuestro idioma.
En resumidas cuentas, creo que la biografía de Stéphane Hessel sí le otorga cierta autoridad como para decirnos algunas cosas y que le escuchemos en silencio y con seriedad. La fórmula utilizada por Hessel para llamar nuestra atención y gritarnos lo que quiere gritarnos es una de las más queridas y empleadas por los ilustrados franceses: el panfleto. Brevedad, contundencia, grandes ideas lanzadas como adoquines, mucha vehemencia, voz alta, emoción y pasión, impulso movilizador, concienciar a las masas como principal objetivo… (uf). En contrapartida lo inevitable: poca profundidad en las ideas, buenismo, maniquea división del mundo entre buenos y malos, escasez de matices, y una clara tendencia a favor de lo público y colectivo contra lo privado y el individualismo. En conclusión, una soflama antiliberal en apoyo y reivindicación de los valores e ideas esenciales del socialismo, puesta en boca (en papel) de un “progre” de 94 años. Léanlo y tomen nota. Son muy pocas páginas, es barato y tiene su interés.