Al parecer
John Galliano (1960) es uno de los escasos modistos verdaderamente geniales de las últimas décadas. El gibraltareño así lo ha demostrado durante años, especialmente trabajando para dos de las firmas míticas de la moda parisina, Givenchy y Dior. Aseguran los más enterados que desde que perdió a su pareja, hará ahora unos dos años, la vida de Galliano ha sido una veloz carrera cuesta abajo. Alcohol, desequilibrio, inestabilidad, colecciones más bien flojas… Los hay que dicen que los responsables de la
empresa Dior estaban un poco hartos de este declive personal, y que no pensaban renovar el contrato del modisto que expiraba a finales de este mismo año.
El resto, a estas alturas, es conocido por casi todo el mundo informado. En París, en un café y pasado de alcohol, John Galliano lanza presuntos cometarios xenófobos y antisemitas dirigidos a una pareja, y en un momento dado de la conversación subida de tono llega a declarar:
I love Hitler. La empresa multinacional francesa LVMH, propietaria de varias
marcas de lujo, entre ellas Dior, decide rescindir el contrato con Galliano al comprobar que las acusaciones contra él realizadas son verdad. Galliano, a las pocas horas del suceso, deja de trabajar para la firma francesa.
El suceso me ha dejado varias preguntas en el aire. ¿Qué hace un hombre adinerado, famoso, prestigioso…, emborrachándose en soledad en un café parisino con ciertas ganas de bronca y polémica? ¿Qué lleva a un británico gibraltareño nacido en 1960, de madre española, a insultar y menospreciar a una pareja por medio de comentarios antisemitas y xenófobos? ¿Qué lleva a este mismo hombre a decir que
ama a Hitler, uno de los mayores genocidas de la historia de la humanidad? ¿Sabe John Galliano que precisamente un tipo como él no hubiera recibido un trato delicado y comentarios inteligentes de tipos como Hitler y sus secuaces? ¿Por qué un tipo aparentemente sensible, inteligente, informado, sofisticado, cosmopolita…, como Galliano, ha actuado así? ¿de qué son síntoma este comportamiento y estas opiniones?
Galliano ama a Hitler (vídeo colgado en YouTube por News Tsar)
Lo decía recientemente en un
post anterior a éste. Lo siento, pero hay temas, asuntos, cuya utilización o mención banal no debe tolerarse. Uno de ellos, uno los pocos asuntos que a mi juicio no admiten frivolidad ni banalización alguna es el Holocausto. No hay vuelta de hoja al respecto, no hay peros que valgan, no existe ninguna faceta en el asunto que permita su utilización sin mesura y respeto extremo. Hace apenas 60 años, el gobierno de uno de los Estados en principio más civilizados y ricos de la tierra decidió industrializar la práctica sin piedad del exterminio de una raza determinada, la semítica. El gobierno alemán secuestro, robo, torturó y asesinó a millones de judíos en toda Europea por el simple hecho de serlo. El jefe de ese gobierno tenía un nombre, Adolf Hitler. Él fue el principal ideólogo e impulsor de
un genocidio que llevó al
Tercer Reich a acabar con la vida de más de seis millones de judíos, de seres humanos, y hacerlo empleando métodos industriales aplicados racionalmente en campos de exterminio perfectamente organizados. Qué arista jocosa puede vérsele a este asunto, qué faceta o rasgo puede llevarnos a frivolizarlo…, cómo puede alguien insultar a nadie calificándolo de judío o semita y proclamando su amor por uno de los mayores asesinos que ha conocido la historia. No, el caso no admite bromas, ni alcohol, ni muchas matizaciones. John Galliano ha caído con todo el equipo por su comportamiento incalificable, impropio de un ser civilizado, culto, sensible…, impropio de quien está en el frente creativo de una casa de modas referente mundial de sofisticación, civilización y buen gusto. Dior (por cierto, uno de los emblemas de la marca Francia) no lo podía permitir, no lo podía tolerar.
Además, ¡qué casualidad! (¿casualidad?),
Bernard Arnault (1949), el empresario francés (el séptimo hombre más rico del mundo) creador y dueño del imperio LVMH, el g
[]igantesco grupo empresarial que aglutina las firmas más lujosas y famosas del mundo (Christian Dior, Louis Vuitton, Loewe, Givenchy, Möet & Chandon…), puso al frente de Dior a
Sidney Toledano, un empresario de origen judío sefardí. No, mister Galliano no ha demostrado ser un tipo muy espabilado.