Nos anuncia la
wikipedia que
María Elena Walsh (Ramos Mejía, Buenos Aires, 1930) es una poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina, que ha sido considerada como “mito viviente, prócer cultural (y) blasón de casi todas las infancias”.
[ ]Por su parte, el escritor
Leopoldo Brizuela ha puesto de relieve el valor de su creación diciendo que “lo escrito por María Elena configura la obra más importante de todos los tiempos en su género, comparable a la Alicia de
Lewis Carroll o a Pinocchio; una obra que revolucionó la manera en que se entendía la relación entre poesía e infancia”.
Especialmente famosa por sus obras infantiles, entre las que se destacan el personaje/canción
Manuelita la tortuga y los libros
Tutú Marimba, El reino del revés y
Dailan Kifki, es también autora de difundidas canciones populares para adultos, entre ellas
Como la cigarra, Serenata para la tierra de uno y
El valle y el volcán. Otras canciones de su autoría que integran el cancionero popular argentino son
La vaca estudiosa,
Canción de Titina,
El Reino del Revés,
La pájara Pinta,
La canción de la vacuna (El brujito de Gulubú),
La reina Batata,
El twist del Mono Liso,
Canción para tomar el té,
En el país de Nomeacuerdo,
La familia Polillal,
Los ejecutivos,
Zamba para Pepe,
Canción de cuna para un gobernante,
Oración a la justicia,
Dame la mano y vamos ya, etc. Entre sus álbumes destacados se encuentran
Canciones para mirar (1963) y
Juguemos en el mundo (1968).
La conocida película de dibujos animados
Manuelita (1999), dirigida por
Manuel García Ferré para el público infantil, se inspira en su famoso personaje y reúne sus canciones.
Entre 1951 y 1963 formó el
dúo Leda y María junto a
Leda Valladares y entre 1985-1989 fue designada por el presidente
Raúl Alfonsín para integrar el Consejo para la Consolidación de la Democracia. Entre los artistas que difundieron el cancionero de María Elena Walsh se destacan el
Cuarteto Zupay, Mercedes Sosa, Jairo, Rosa León y
Joan Manuel Serrat.
Maria Elena Walsh: Serenata para la tierra de uno (vídeo colgado en YouTube por bizcochino01)
Pues bien, la veterana Maria Elena Walsh ha escrito un elogio de la castellana letra Ñ , letra que compartimos con orgullo y aprovechamiento todos los hispanohablantes. El elogio escrito por la Walsh ésta quiere que se difunda por internet, y yo no estoy aquí para enmendarle la plana a ninguna seÑora.
LA EÑE (por María Elena Walsh)
La culpa es de los gnomos, que nunca quisieron ser ñomos...
Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el
unicornio... Todos evasores de la eñe...
Señoras, señores, compañeros, ¡amados niños!... ¡No nos dejemos arrebatar la eñe!...
Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración... Ya nos redujeron hasta el apócope... Ya nos han traducido el pochoclo (pop corn)...
Y como éramos pocos, la abuelita informática, ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe, con su gracioso peluquín.
Quieren decirme, ¿qué haremos con nuestros sueños?...
Entre la fauna en peligro de extinción, ¿figuran los ñandúes y los ñacurutuces?...
En los pagos de Añatuya, ¿como cantarán Añoranzas?... ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo?... ¿Qué será del Año Nuevo... El tiempo de ñaupa... Aquel tapado de armiño, y La ñata contra el vidrio?... ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní?...
'La ortografía también es gente', escribió Fernando Pessoa... Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones...
Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K... Otros , pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda; la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados, después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui...
A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo... Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta...
Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada, también por pereza y comodidad...
Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños... ¡Impronunciables nativos!... Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece...
Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido, porque así se nos canta...
No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski.
Ninios, suenios, otonio... Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda, y vuelva a llamarse Hispania...
La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software...
Luchemos para no añadir más leña a la hoguera, donde se debate nuestro discriminado signo... Letra es sinónimo de carácter...
¡Avisémoslo al mundo entero por Internet!...