Hace meses
escribí unos párrafos sobre Dublinesca, la última novela de
Enrique Vila-Matas, una narración que es paradigma de los caminos por los que hoy deambula el arte de la narración contemporánea. En esta novela ya se adelanta la noticia del que es el último libro publicado por Vila-Matas,
Perder teorías, editado hace tan solo unas semanas por Seix Barral. El personaje protagonista de
Perder teorías, un evidente
alter ego de Vila-Matas, es un escritor que viaja a la ciudad francesa de Lyon invitado por una organización cultural para pronunciar una conferencia. Llegado al hotel, nadie de la organización se presenta a buscarlo, y él, encantado de encontrarse solo y sin compromisos en el hotel, aprovecha el momento para desarrollar una teoría sobre la novela del siglo XXI.
Enrique Vila-Matas: Perder teorías (Seix Barral, 2010)Vila-Matas, en la página 28 de
Perder teorías, establece que, en su opinión, hay al menos cinco rasgos irrenunciables, imprescindibles, que deben estar en toda novela futura que quiera sentirse perteneciente al siglo XXI. Los cincos rasgos esenciales son:
-La “intertextualidad” (escrita así, entrecomillada)
-Las conexiones con la alta poesía
-La escritura vista como un reloj que avanza
-La victoria del estilo sobre la trama
-La conciencia de un paisaje moral ruinoso
Estos son los cinco ingredientes que, para Enrique Vila-Matas, tienen que estar presentes en cualquier novela que pretenda ser contemporánea. Que tomen buena nota los novelistas contemporáneos, que tomen nota los críticos…, aquí hay materia, desde luego, para la reflexión.