Les cuento con asombro para que se asombren. Después de destrozar los nervios del actor y director
Laurence Olivier durante el rodaje de
El príncipe y la corista con sus continuos retrasos y falta de profesionalidad, a
Marilyn Monroe la tantearon para que se convirtiera en princesa de Mónaco, en mujer del
príncipe Rainiero. El autor de la proposición fue nada más y nada menos que un multimillonario griego con nombre de filósofo clásico, Aristóteles,
Aristóteles Onassis. En esos momentos Onassis estaba en guerra abierta con Rainiero por el control económico de Mónaco. La idea del armador griego era proporcionarle a Rainiero un entretenimiento rubio que le distrajese en la batalla, que le hiciese no concentrarse en los asuntos de su reino y se dedicase a conducir magníficos descapotables, tomar el sol en las terrazas monagescas, beber
dry martines y pasearse con la rubia colgada del brazo.
Tráiler de la película El príncipe y la corista (1957), de Laurence Olivier (vídeo colgado en YouTube por AdoreMarilyn)Onassis le envió a
Marilyn un mensajero para tantear a la actriz. Lo primero que hizo Marilyn fue preguntar dónde demonios estaba Mónaco y si el tal Mónaco tenía dinero. El enviado le resuelve las dudas. Y Marilyn promete pensar la propuesta.
Pero mientras lo piensa,
Grace Kelly se convierte en princesa de Mónaco el 18 de abril de 1956. Marilyn lee la noticia en los periódicos y de repente se pregunta ¿qué tiene Grace Kelly que no tenga yo? Sí, Grace tiene estilo, clase y está muy bien educada, pero ¿no era ella la mujer más deseada del mundo? Marilyn nunca fue princesa: ni en el celuloide ni en la vida real. Sólo llegó a ocasional amante de un presidente de república casi sin historia. Pero princesa o no, el mito en el que se convirtió sigue creciendo con el paso del tiempo.
P.D. James:
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.