A lo largo de todo un mes he tenido varios Japón entre las manos, preludio a un paralelo “entre la espada y la pared” en que me veo tras haber prometido a Juan Antonio González Fuentes unas líneas de acompañamiento gozoso al libro que ahora tienes, lector, entre las tuyas: “Haikus sin estación”. No es que el Japón me sea extraño, lo tengo próximo desde hace ochenta años y más lejos diré por qué. Pero, como verás, si llegas, aquel Japón fue una revelación, y no un saber. Un saber del Japón lo debo, debemos, a Roland Barthes en su “El Imperio de los signos”, admirable homenaje al existir de los habitantes del país del Sol Naciente. Del haiku dice Barthes que se parece a nada y a todo y que hace imposible el ejercicio más corriente de nuestra palabra: el comentario
Juan Antonio González Fuentes
Ya ha quedado dicho aquí, casi hasta la saciedad, que en breve estará en los escaparates de las librerías mi próximo libro: Haikus sin estación (Ediciones Carena). En él, mis haikus van acompañados de un prólogo del profesor Philippe Merlo (Universidad de Lyon) y de un epílogo del poeta Julio Maruri. A continuación quiero ofrecer aquí, como primicia, el breve epílogo de Julio, una “marurada” como él mismo dice, cargada de sabiduría, literatura, ironía y conocimiento. Sólo por este texto de Maruri yo compraría el libro que en días estará a disposición de todos. Les mantendré informados, estoy interesado en ello. Escribe Julio Maruri:
“A lo largo de todo un mes he tenido varios Japón entre las manos, preludio a un paralelo “entre la espada y la pared” en que me veo tras haber prometido a Juan Antonio González Fuentes unas líneas de acompañamiento gozoso al libro que ahora tienes, lector, entre las tuyas: Haikus sin estación.
No es que el Japón me sea extraño, lo tengo próximo desde hace ochenta años y más lejos diré por qué. Pero, como verás, si llegas, aquel Japón fue una revelación, y no un saber.
Un saber del Japón lo debo, debemos, a Roland Barthes en su El Imperio de los signos, admirable homenaje al existir de los habitantes del país del Sol Naciente. Del haiku dice Barthes que se parece a nada y a todo y que hace imposible el ejercicio más corriente de nuestra palabra: el comentario.
A ese texto de Barthes, devuelto a la estantería -¡y con qué respeto!- le ha sucedido El Japón moderno y la ética samurai de Yukio Mishima: El Japón de los jóvenes de la posguerra vestidos por “Pierre Cardin confecciones”, y el del Tenno en la magnificencia hierática de sus hábitos de ceremonia. Contradicción que a Mishima lo llevó al suicidio: Porque ¿cómo sobrevivir en el Japón de Yasujiro Ozu, habiendo soñado con el de Akira Kurosawa?
Julio Maruri
Al llegar aquí, tentado estoy –y me dejaré tentar, y a vuelapluma para no sufrir de arrepentimientos- de colgar, como se dice en argot-internet, un tercer icono:
Es una hoja del diario parisino Le Monde, fechada el 15 de noviembre de 1990, que yo había olvidado entre dos páginas del libro de Roland Barthes. El resumen de un largo artículo ilustrado con fotografías dice así: “Uno de los artistas más fascinantes del siglo: Kazuo Ohno, monstruo sagrado viviente, tiene 84 años, gran inventor e intérprete del Buto, ese arte de todos los sentidos nacido del horror de Hiroshima (y del horror de Auschwitz, añado yo) presenta su última creación y reinterpreta su papel, ya casi legendario, de ‘La Argentina’”.
“La Argentina”, ¿pero qué o quién es esa Argentina? ¿La patria del tanguero Borges? ¿o el nombre de artista de aquella celebérrima doña Antonia Mercé, a la que el joven Kanzuo vio bailar, y con ello y a partir de ello entrar en el baile a lo largo del siglo XX y casi lo que va del XXI? Y Ohno guardará a “La Argentina” en su cuerpo japonés y hará, con su “Admirando a La Argentina”, la doña Antonia intérprete de Albéniz o Granados, una inquietante bailarina Buto, sin edad.
Pero ¿y el haiku? 5/7/5
Traca, traca, trá
Traca, traca, tracatrá
Traca, tracatrá
¿Taconeo gracioso de la española por París, Londres, Tokio, Nueva York…? ¿Abanico de los brazos descarnados de Ohno…?
Cuando yo tenía 10 años, en 1930, una tarde, en El Sardinero, alguien me dijo que el agua de la mar que estábamos viendo era la misma, por ejemplo, que estaría viendo alguien como nosotros en una playa del Japón. Ahora, el haiku, que ha dado, como doña Antonia y como Kazuo Ohno, la vuelta al mundo, el haiku abanico de los cerezos en flor, o de los otoños o las nieves, en fin, el haiku de las estaciones, pero “signo de nada y de todo” viene del Japón, su cuna, y, con su rigor (a lo Mishima) de cinco, siete, cinco, nos propone sus enigmas en castellano: estas setenta y cinco propuestas de contemplación que nos ofrece nuestro poeta”.
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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:
LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)
CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)
LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)
CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)
LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)
LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)
CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)
LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)
-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)
-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)
-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)
-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)
-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)
-LIBRO (septiembre): P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)
-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)
-PELÍCULA (julio): Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)
Más de Stieg Larsson:
-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)
-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.