Juan Antonio González Fuentes
“Nací en Madrid el 2 de septiembre de 1923. A los pocos meses, vine a Santander, y, desde entonces, he vivido, casi ininterrumpidamente, en esta ciudad.
Fui uno de los seis fundadores de la revista Proel, en abril de 1944, donde aparecieron mis primeras colaboraciones.
En 1947, mi libro Pasto de la aurora obtuvo mención honorífica en el Concurso Adonais de Poesía, y tres años más tarde, fue accésit de este mismo concurso mi libro La sed.
También en el concurso Ateneo 1953, obtuvo accésit mi poema La muerte.
He dirigido la Colección Hordino.
Mis libros publicados son los siguientes:
La orilla (Ediciones Proel, 1951). Escrito en los años 1947 a 1949. Hoy, modificado. La sed. (Colección Adonais, 1951). Firmes alas transparentes. (Colección Conde Arnaldos, 1952). Escrito en 1949. Región luciente. (Colección Adonais, 1953). Los poemas de Las luces (Colección Tito-Hombre, 1951), son un avance de los libros Región luciente y el inédito La brevedad del plazo”.
Ciertamente no es mucho más que lo escrito por él mismo lo que con alguna certeza hoy conocemos sobre la vida y la obra del poeta Carlos Salomón (Madrid, 1923-Santander, 1955). Desde luego la bibliografía al respecto no destaca por su abundancia: apenas sí hay unos cuantos artículos a él dedicados o determinadas monografías en las que aparece alguna sencilla referencia, casi siempre puesta en relación con su pertenencia al ya famoso grupo Proel y sus publicaciones. Y por otra parte, sus libros de poemas, hasta prácticamente hoy mismo, sólo podían encontrarse tentando a la suerte mientras se rebuscaba con infinita paciencia en escondidas librerías de viejo. Y señalo “hasta prácticamente hoy mismo” porque ha querido la casualidad que con apenas unos meses de diferencia hayan aparecido en nuestro mercado editorial dos volúmenes dedicados a la obra poética de Salomón. Se trata del libro que propicia estas líneas (Obra poética. Santander, Asociación Cultural “V.PE.CA.”, Colección La mirada creadora, 2007, 283 pp), y del editado en 2008 por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria dentro de su nueva colección “Itinerarios”, páginas tituladas Poesía (1951-1953), y que presentadas por Javier Menéndez Llamazares, incluyen tres libros de Salomón La sed, La orilla y Región luciente.
Voy a ocuparme sólo de la Obra Poética editada en 2007 en la colección impulsada por la filóloga Elda Lavín, y lo voy a hacer por una sencilla razón: hasta la fecha es el único volumen que recoge todos los poemas publicados por Salomón, es decir, los incluidos en los libros La orilla, La sed, Las luces, Firmes alas transparentes, Región luciente y La brevedad del plazo, más un breve apartado en el que aparecen recopilados todos los sonetos “inéditos” que ya vieron la luz en las antologías editadas por Beltrán de Heredia y poco más tarde por Manuel Arce. Esta Obra poética incluye además la nota bio-bibliográfica del propio Salomón, un prólogo sin firma en el que se cuentan los criterios seguidos en la edición, y las reproducciones de las cubiertas originales de los libros. Es decir, estamos ante el corpus poético completo de Carlos Salomón, uno de los poetas cántabros esenciales del siglo XX, lo que ya de por sí habla de la importancia de este libro y lo justifica con creces.
Salomón murió apenas cumplida la treintena, lo que invita a pensar directamente en cuál podría haber sido la evolución de su poesía, su trayectoria como poeta. Lo que parece evidente es el hecho de que saberse desde muy joven gravemente enfermo marcó de una manera rotunda sus versos, tanto desde un punto de vista temático como de latido o pulsión interna. Salomón escribió buena parte de su poesía, y desde luego lo mejor de la misma, desde la perspectiva del adiós, de la desaparición, del ser para la muerte. Lo que ocurre es que en los versos de Salomón (heptasílabos y octosílabos principalmente) ese pulso oscuro no es sin embargo ni siniestro ni radicalmente desolado (aunque sí amargo), emergiendo en la palabra más bien a través de un himno radical de amor a la vida materializado en el paso del tiempo como tránsito hacia el amor y hacia Dios (otra forma distinta de amor y esperanza).
Estamos sin duda ante un libro ciertamente imprescindible y necesario dentro del panorama de la poesía del siglo XX en Cantabria y España, y en este sentido su importancia es indiscutible. Lo que subraya la lectura de estas páginas es que Carlos Salomón pide a gritos una edición nacional de su obra (en una editorial que propicie el conocimiento general del poeta dentro del idioma español) y muchos más estudios críticos, comentarios, análisis y lecturas. Salomón fue un estupendo poeta, y conviene situarlo o resituarlo en el lugar que de verdad merece en el rico y heterogéneo panorama de la poesía española del siglo XX, y muy especialmente en el de la posguerra.
Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:
-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)
-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).
-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).
Más de Stieg Larsson:
-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)
-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.