martes, 15 de septiembre de 2009
Adiós a Merce Cunningham, leyenda viva de la danza del siglo XX
Cunningham era una leyenda vida, y no es una mera frase hecha, pues en el año 2000 la Biblioteca del Congreso de los EE.UU le otorgó tal calificativo para significar su contribución al arte del siglo XX. Y es que Cunningham revolucionó la danza contemporánea y sus conceptos hasta transformarla en la expresión artística que hoy conocemos
Juan Antonio González Fuentes
Ha muerto Merce Cunningham. La noticia ha pasado casi desapercibida en los medios de comunicación españoles, preocupados lógicamente por las vicisitudes rocambolescas y chuscas de Belén Esteban & Cia, circo mediático de varias pistas cuya rentabilidad está siendo asombrosa.
Cunningham era una leyenda vida, y no es una mera frase hecha, pues en el año 2000 la Biblioteca del Congreso de los EE.UU le otorgó tal calificativo para significar su contribución al arte del siglo XX. Y es que Cunningham revolucionó la danza contemporánea y sus conceptos hasta transformarla en la expresión artística que hoy conocemos.
Compañía de Merce Cunningham (vídeo colgado en YouTube por MerceCunninghamDance)
Cunningham nació el 16 de abril de 1919 en Centralita (Washington). Entre 1937 y 1939 estudió en la Cornish School de Seattle, y en 1953 fundó su propia compañía, con la que creo más de 200 piezas poniendo patas arriba patas los códigos del ballet clásico tal y como se conocía hasta entonces. La fama mundial le llegó vía Europa, fundamentalmente a través de la repercusión que sus ideas y actuaciones tuvieron en el París de la larga posguerra. Sin embargo él contribuyó, junto a Balanchin y Martha Graham, a que Nueva York se convirtiera en la capital mundial de la danza durante la segunda mitad del siglo XX. Las revolucionarias ideas de Cunningham pueden resumirse en unas pocas frases: el bailarín no se desplaza hacia el centro del escenario, el bailarín es siempre el centro de todo lo que ocurre en el escenario; la danza debe ser independiente de todo lo que le rodea, incluyendo los decorados, las posibles explicaciones narrativas, la música… (noción en la que tuvo bastante que ver su pareja sentimental, el gran músico John Cage); a la danza se le puede/debe aplicar las posibilidades de las nuevas tecnologías, incluyendo por supuesto el uso de programas informáticos específicos para capturar el movimiento.
Cunningham se mantuvo en los escenarios incluso cumplidos ya los 70 años. Hace una década, en 1999, con 80 años de edad, formó un dúo con el gran Mikhail Baryshnikov en Nueva York: fue el simbólico final de un tiempo, de una era, tal vez de un arte, o al menos de una forma de entender la danza.
Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:
-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)
-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).
-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).
Más de Stieg Larsson:
-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)
-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.