JAVIER EGEA: SIETE
POEMAS
De
DISPERSOS
1.
POÉTICA
A
Aurora de Albornoz
Mas
se fue desnudando. Y yo le sonreía.
JUAN
RAMÓN
JIMÉNEZ
Vino
primera frívola –yo niño con ojeras–
y
nos puso en los dedos un sueño de esperanza
o
alguna perversión: sus velos y su danza
le
ceñían las sílabas, los ritmos, las caderas.
Mas
quisimos su cuerpo sobre las escombreras
porque
también manchase su ropa en la tardanza
de
luz y libertad: esa tierna venganza
de
llevarla por calles y lunas prisioneras.
Luego
nos visitaba con extraños abrigos,
mas
se fue desnudando, y yo le sonreía
con
la sonrisa nueva de la complicidad.
Porque
a pesar de todo nos hicimos amigos
y
me mantengo firme gracias a ti, poesía,
pequeño
pueblo en armas contra la soledad.
2.
M.B.
Alguien
en la taberna
me
echó las cartas.
Dijo
que en algún sueño
me
concentrara.
Vi
unos pasos felinos
cruzar
un parque
y
un autobús que espera
y
luego nadie.
Con
los labios del sueño
besé
unos labios.
Sabor
de marejadas
y
de naufragios.
Con
los ojos cerrados
miré
unos ojos.
Y
una paloma nítida
voló
de un pozo.
Cuando
volví del sueño
tu
carta estaba
entre
cartas oscuras
agazapada.
Alguien
habló de pronto
de
una sorpresa
y
del mar que subía
por
mi escalera.
De
INÉDITOS
AÑOS
70
3.
PAPEL
Recogerás
mi voz.
La
de todos los días.
La
risa, el humo, el llanto.
Mensajero
serás
con
simples trazos,
con
diminutas bombas
en
cada línea impresa.
Canta.
Procuraré
que duermas
con
la cabeza alta.
4.
DOS
AÑOS YA
En
la primera página de todos los diarios
el
interrogatorio
la
tortura
la
cárcel
el
aire que temblaba
caudillo
del terror
imitador
de los grandes imperios del miedo
cobarde
acobardado
terriblemente
ciego
asesino
y enano
la
firma de la muerte rubricando el dolor
la
sangre decidiendo
la
casa ya vacía
la
tapia ya temblando
el
polvo en el camino levantando miseria
y
los fusilamientos
la
cuerda grande al cuello
desesperado
solo
patriarca
en otoño
los
pantanos del miedo
ley
de fugas
todo
un pueblo en ruinas
barranco
cal
escombro
desertor
la
frontera
lo
que quedaba atrás irremediablemente
tantos
hombres vencidos
los
ojos
y
los ojos cortados
los
brazos para ti
desesperadamente
trabajando
el
odio
la
razón
las
palabras luchando
la
clandestinidad
un
murmullo escondido
el
grito de la calle
mano
a mano
los
papeles corriendo por las fábricas
la
conciencia en las manos
las
letras clandestinas
la
voz tomando sitio
y
ya tú te caías del pedestal
armado
pero
ya derruido
la
polilla llegando al capital
general
para
no volver más
cobarde
y
tu fotografía
han
pasado dos años
de
muerto muerto muerto
en
la primera página de todos los diarios.
AÑOS
80
5.
EPITAFIO
¿Qué
fue lo que ocultaste en aquellos tachones,
qué
palabras cobardes bajo sombras de ramas
se
ahogaron en el río?
Los
papeles escritos: ¡qué aventura
de
renglones torcidos hacia arriba,
casi
en afán de luz o levantados
en
último estertor, página en llamas!
6.
DE
LA MUERTE
De
la muerte,
de
la parte de fuego que tuve entre los brazos,
de
la vida,
del
pedazo de historia que sufro en el costado,
del
silencio,
de
la guitarra torpe que arrebujó su canto,
de
mi cuerpo,
del
arma que de tanto soñar murió soñando,
del
camino,
de
la reja que puse en la mitad del llano,
de
la escuela,
de
lo que aún me queda del sueño del verano,
de
mi casa,
de
la ausencia que llama a mi puerta sangrando,
de
mi nombre,
de
las letras que el aire reclama y va borrando,
del
abismo,
del
lugar que presiento como un enorme salto,
de
la altura,
de
un alero vacío y un grito en el tejado,
de
mis ojos,
de
una oscura mirada sobre la luz del campo,
de
mi frente,
de
un bando de palomas y un cazador lejano,
de
mi sueño,
de
una cintura grande donde dormir cantando.
AÑOS
90
7.
El
barco de los sueños bate su vela fría,
navega
por las aguas de los que ya pasaron...
He
visto pasar barcos, sueños que me contaron
y
he visto al timonel desnudo en el vapor
que
se mece en la copa.
El
sueño tiene barcos y la marinería
se
lanza sobre un mar poblado de delfines...
Luego
saltan las gentes huyendo de los cines
y
sueñan que navegan en un barco de amor
felices
y sin ropa.
Nota
de la Redacción: agradecemos a Bartleby
Editores en la persona de su director, Pepo
Paz, su amabilidad por permitir la publicación de la
selección de poemas de Javier
Egea, correspondiente al segundo volumen de su
Poesía
completa (Bartleby, 2012), en Ojos de
Papel.