Marcos Vilaseca

Marcos Vilaseca

    AUTOR
Marcos Vilaseca

    LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO
Barcelona (España), 1978

    BREVE CURRICULUM
Arquitecto licenciado por la E.T.S.A.B, colaboró en diferentes despachos hasta el 2010. Desde entonces ha desempeñado múltiples oficios: profesor particular, mensajero, encuestador, traductor de libros de arquitectura, novelista ocasional y, eventualmente, también ha trabajado como arquitecto. Dedica la mayoría del tiempo libre a sus dos grandes aficiones, la literatura y la compra compulsiva de discos. Escritos mínimos es su primera novela




Opinión/Entrevista
Entrevista a Marcos Vilaseca, autor de Escritos mínimos
Por Jesús Martínez, jueves, 6 de septiembre de 2012
Minimalismo

Minimalismo, del ingl. minimal art. Corriente artística que utiliza elementos mínimos y básicos, como colores puros, formas geométricas simples, tejidos naturales, lenguaje sencillo, etc.

La Real Academia Española es parca en palabras para su definición de minimalismo, una de las corrientes artísticas del siglo XX que más adeptos ha ganado en cualquier campo de creación. En el de la escultura, el estadounidense Donald Judd; en el de la pintura, Antoni Tàpies; en el de la música, el inglés Michael Nyman… Y en el de la escritura, el barcelonés Marcos Vilaseca (1978), que con su novela Escritos mínimos (Ediciones Carena, 2012) ha experimentado con la literatura y con su verdadera profesión, la arquitectura (minimalista), oficio que trata de aunar cálculo y estética.

“Morgan tenía un grave problema: era incapaz de acabar cualquier escrito que comenzaba.” Con esta frase, Marcos, con gafas ligeras y con media barba de pensador incrédulo, da inicio a la que es su primera obra concluida. “En el fondo, mi alter ego en este libro es el protagonista, Morgan, que busca un sitio en el mundo”, conversa, y se atribuye a sí mismo las cualidades ascéticas de la corriente que propugna y que ha envidiado en sus años de formación universitaria.

Marcos Vilaseca bebe cerveza del gollete de la botella (se desprende del vaso) y se lía un cigarro y saliva el papel de fumar (la cajetilla, innecesaria). “A mí los arquitectos que más me han influido son los que más discretos se han mantenido, lo que es una virtud. Desde que acabé la Facultad, no leo revistas especializadas en arquitectura, pero sigo admirando a Josep Llinás, un referente, el creador de la Biblioteca Jaume Fuster, en Lesseps.”

Otro de los coetáneos cuyo trabajo valora es Rafael Moneo, quien amplió el Museo del Prado, “y que no es un [Santiago] Calatrava, ese Flash Gordon del oficio”.



Marcos Vilaseca: Escritos mínimos (Ediciones Carena, 2012)

El autor de Escritos mínimos (Ediciones Carena, 2012) ha construido su novela como si de una casa consistorial se tratase, piedra a piedra, con el cemento de los conceptos justos (esenciales) y con los ladrillos de la yuxtaposición (escasas).

“Escribir es un trabajo descomunal. Cuando escucho un ‘yo eso también lo haría’, pienso: ‘Muy bien, hazlo’. Y no sabes qué vas a escribir hasta que lo escribes. La primera parte de la obra me la pasé intentando darle un contrapunto femenino al protagonista, hasta que di con Lea, su pareja, un personaje que fue adquiriendo fuerza y carácter y que, finalmente, decidí suprimir. Así, la segunda parte se inicia así: ‘Cuando despertó, Lea no estaba a su lado’. Pero luego vi que la tensión caía, y estuve rompiéndome la cabeza para hacerla resurgir”, arguye Marcos, que se siente atraído secularmente por la estructura narrativa de Enrique Vila-Matas, con sus aires de Dylan; del “cojonudamente rebueno” Norman Mailer, que, al igual que Marcos, se enamoró de la temeridad del boxeo, y de Paul Auster (“es un tío que da al lector lo que quiere, una historia mínimamente divertida”).

Historia mínimamente divertida. Escrita mínimamente.