Joan Martí i Valls (foto de Jesús Martínez)

Joan Martí i Valls (foto de Jesús Martínez)

    AUTOR
Joan Martí i Valls

    LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO
Barcelona (España), 1948

    BREVE CURRICULUM
Cineasta y guionista. Ha trabajado con Jesús Garay, Francesc Betriu, Llorenç Soler, Pere Portabella, Joquim Jordà, Antoni Martí y muchos otros realizadores. Història de la companyia okupa es su primera novela “visual”




Opinión/Entrevista
Entrevista a Joan Martí, autor de Història de la companyia okupa
Por Jesús Martínez, lunes, 4 de abril de 2011
Fabricante de ilusiones

Josep Valls había programado muchísimas zarzuelas, óperas, bailes, conciertos y espectáculos de circo, para entretener a los asiduos del Mercat de la Llibertat, y a sus toneleros, que se afanaban por ajustar los flejes a las duelas, y las duelas a los flejes; para entretener a los sastres de la calle de la Igualtat, abotargadas sus manos por las punzadas en los trajes de espina de pez, y por la confección de chaquetones acolchados de cuello solapa con canesú en la espalda, y para entretener a los peixeters de la calle de la Fraternitat, que envolvían los arenques y las pescadillas en las páginas de La Campana de Gràcia. Las parejas de menestrales cogían asiento y veían la función con los ojos abiertos como platos salidos del lavavajillas. Josep Valls fundó el Teatro Bosque en la Rambla del Prat, en Gràcia (Barcelona), cerca de la parada del metro de Fontana, que antes de ser parada y fonda era bosque de calesas, tílburis y cabriolés. El Teatro Bosque, en el que se ofertó todo tipo de ilusiones durante 40 años, se convirtió con el tiempo en el Cine Bosque. Luego llegarían Pedro Balañá y, más tarde, el Cine Bosque sería Bosque Multicines, y de ese traspaso y de esos bienes gananciales, de alguna manera, siguió siendo Josep Valls el inductor.
Josep Valls era el abuelo de Joan Martí i Valls (Barcelona, 1948), cineasta y guionista con tantos años de trayectoria como crucifijos reparte el Vaticano. Joan Martí publica Història de la companyia okupa (Ediciones Carena, 2011), la rebelión de los jubilados del mundo del espectáculo, que deciden poner fin a su situación marginal. “Sólo un porcentaje pequeñísimo de guiones se llega a rodar, por lo tanto hay una cantidad descomunal de material narrativo que se pierde. Yo he decidido convertir en novela ese uno de cada muchos.”

El guionista Joan Martí es un niño que se ha hecho mayor pero que todavía mastica chicles, da la matraca y se zambulle en una película como los traficantes de coral practican el buceo en los arrecifes de los atolones de Tuvalu. Por las tardes, Joan salía del colegio y se colaba (con permiso de l’avi) en el Cine Bosque. Aprendió a fumar como lo hacía Humphrey Bogart en Más dura será la caída (Mark Robson, 1956) y aprendió a tratar a las damas como lo hacía Raf Vallone en La violetera (Luis César Amadori, 1958). Con delicadeza.

Joan empezó a estudiar arquitectura técnica en la Universidad de Barcelona, pero claramente su “persistencia retiniana” estaba enfocada a seguir los haces de luz sobre los fotogramas, en los viejos proyectores de 35 mm. Quería hacer cine. “Yo era una rata de filmoteca, casi cada día iba al cine. Mi vida cambió cuando leí El proceso, de Kafka, y poco después vi la película de Orson Welles, con música de Albinoni. Salí del cine y me dije que yo tenía que dedicarme a eso. Tenía 19 años”, se abstrae Joan, con dos ojos como dos acequias, zanjas que conducen las imágenes al plató de su cabeza. “Le dije a mi padre que dejaba la carrera. Me dijo que estaba loco, pero yo estaba decidido y lo conseguí.”

Su primera novela, Història de la companyia okupa, le debe algo a El proceso: “Aquest país fa pudor. La pudor de l’enveja, de la vulgaritat i dels buròcrates fastigosos”.

En 1970, una pequeña productora de documentales le contrató y le glorificó en el mundillo, como Jesucristo inició la ascensión, desde el Lavatorio hasta el Eclipse de Crucifixión. De alguna manera, nunca dejó la arquitectura, porque pasó por todas las fases de la construcción de los filmes: “He hecho de guionista, que sería como el arquitecto de la película, a quien le corresponde el 50% de los derechos de autor. Cuando cumplí 50 años mi vocación lectora y mi vocación cinematográfica se juntaron. También he hecho de director de producción, que sería algo así como el contratista, encargado de los aspectos técnicos y organizativos de la obra. Y he hecho de realizador, que sería el artesano”.

En este oficio, Joan Martí ha trabajado con Jesús Garay, Francesc Betriu, Llorenç Soler, Pere Portabella, Joquim Jordà, Antoni Martí y muchos otros realizadores. Ha realizado documentales, ficción, guiones para televisión, ha sido operador, montador y productor. Y le ha dedicado un libro a su abuelo: Josep Valls, fabricant d’il·lusions. Inédito hasta ahora.