Juan Antonio González Fuentes http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?author_id=144 sábado, 20 de abril de 2024 ojosdepapel.com http://www.ojosdepapel.com/App_Themes/logo_ojosdepapel.jpg Revista digital Ojos de papel http://www.ojosdepapel.com Información facilitada por www.ojosdepapel.com es Copyleft 2007, www.ojosdepapel.com Rogelio López Blanco web@ojosdepapel.com Juan Antonio González Fuentes <![CDATA[Adiós a las almas, las memorias de un escritor que fue sacerdote: Francisco Pérez Gutiérrez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1453


Juan Antonio González Fuentes

La precisión del dato no es en exceso relevante para lo que aquí quiero contar, así que diré que cuatro o cinco años antes de que Pablo Beltrán de Heredia muriera, es decir, antes del mes de agosto del año 2009, Francisco Pérez Gutiérrez le entregó en mano un ejemplar encuadernado con espiral cuyo contenido era un ejercicio memorialístico en prosa sobre sus primeros años de vida. El ejemplar llevaba por título El libro de las sensaciones, y estaba dedicado a contar sus años de infancia y adolescencia vividos sobre todo en Santander.

 

Cuando Francisco Pérez entregó el ejemplar a Beltrán de Heredia lo hizo con una doble intención: primero, someterlo a la lectura crítica de quien reconocía como un buen lector, y, segundo, recabar la experta opinión del editor con respecto a las posibilidades reales de ver publicado el trabajo y su posible interés para el público.

 

Digamos que el resultado de la gestión no fue positivo, o al menos Paco Pérez arrinconó la intención de publicar aquellas páginas a la luz de los comentarios de Beltrán de Heredia. Incluso la relación personal se tornó entre ambos algún grado más fría, como el propio Paco me ha reconocido en diversas ocasiones junto a un zumo natural de naranja en una terraza a escasa distancia de la santanderina iglesia de Santa Lucía, geografía clave y recurrente en las memorias de vida propia que ahora usted, lector, tiene en las manos. Reconocer el distanciamiento y responsabilizarse en buena parte del mismo, aunque sea a posteriori, creo que deja alguna señal de la honradez intelectual y afectiva de nuestro hombre.

Francisco Pérez Gutiérrez

Francisco Pérez Gutiérrez

 

El caso es que el juicio de Pablo Beltrán de Heredia sobre aquellas páginas no fue nunca ni mucho menos negativo desde un punto de vista literario, tan solo lo fue en cuanto al futuro de su publicación. Así, en algún momento indeterminado del final de la vida de Pablo, este le habló a su último y gran amigo, José María Lafuente, del trabajo inédito de Francisco Pérez que guardaba entre sus papeles. Beltrán de Heredia le señaló a Lafuente la importancia de la figura de Paco Pérez, subrayando que el personaje había sido durante su etapa sacerdotal en la parroquia de Santa Lucía uno de los intelectuales más preparados y activos en aquel Santander de la década de los 50 y primeros 60. “El problema con respecto a El libro de las sensaciones –le confesó Pablo a Lafuente vestido como de costumbre con su sempiterno traje de cascarrabias agorero y pesimista– es ¿quién puede tener hoy interés en conocer los pormenores de la infancia y la adolescencia santanderinas de Francisco Pérez Gutiérrez?”. En definitiva, Pablo se planteaba qué editor se atrevería a dar forma de libro a unas páginas que, en principio, no parecía fueran a tener un especial interés para un gran número de lectores. Pero Pablo Beltrán de Heredia, además de un recalcitrante cascarrabias, era un hombre muy inteligente, y sin duda sabía entonces perfectamente bien en qué “oídos” no olvidadizos dejaba caer sus temores editoriales con respecto a El libro de las sensaciones, pero también conocía en qué bien amueblada cabeza sembraba su opinión sobre la relevancia de Paco Pérez en la historia de nuestra ciudad durante los años centrales del pasado siglo.

 

Beltrán de Heredia murió el 21 de agosto de 2009. Su biografía y su correspondencia con el poeta Julio Maruri fueron dos de los primeros libros editados por Ediciones La Bahía de José María Lafuente. Tres años después de su muerte, unas memorias de su amigo Francisco Pérez ven la luz en el mismo sello editorial que su biografía y sus cartas al poeta de Las aves y los niños. El círculo de amistad, literatura y recuerdos así se cierra gracias a la buena memoria de José María Lafuente.

 

En efecto, tiempo después de la muerte de Beltrán de Heredia, el común amor a los libros y bibliotecas reunió a José María Lafuente y a Francisco Pérez. En el transcurso de su primer encuentro surgió la pasada relación de ambos con Pablo y también el asunto de El libro de las sensaciones. Lafuente le explicó a Paco Pérez lo que a él le había comentado Pablo con respecto a su inédito, y Paco Pérez le dijo a Lafuente que tenía escrito otro volumen de sus memorias del que Pablo nunca supo nada. El trabajo se titulaba Adiós a las almas (guiño literario al famoso título de Hemingway), y en él meditaba sobre los acontecimientos de su vida desde la llegada al Seminario de Comillas hasta más o menos el tiempo presente.

 

Lafuente leyó con atención los dos volúmenes y en ambos encontró alicientes para la lectura, aunque fue en el segundo, Adiós a las almas, en el que vislumbró muchas más posibilidades de atrapar el interés de los lectores y, sobre todo, en el que descubrió elementos de indiscutible importancia para futuros estudios historiográficos y análisis referidos, por ejemplo, a la formación y vida del clero de elite español en la posguerra dentro de un seminario como el de Comillas; el día a día, intereses, vocación e ideas de un sacerdote progresista en la España anterior y posterior al Concilio Vaticano II; la vivencia espiritual, íntima e intelectual de un religioso durante su proceso de secularización; o la reflexiones sobre la experiencia amorosa y paternal de un hombre que ha sido sacerdote durante una parte importante de su vida..

 

Terminada la labor de lectura, Lafuente trasladó a Paco Pérez la intención de estudiar la posibilidad de editar la obra, al menos la segunda parte, Adiós a las almas, sugiriendo además algunas modificaciones como, por ejemplo, la ampliación de determinadas partes que en su opinión quedaban cojas, o, por el contrario, el condensar algunas reflexiones de marcado carácter teórico. El autor acogió con lógico optimismo la oportunidad que se le brindaba de ver en papel impreso sus memorias; dio su aprobación a las sugerencias editoriales y se puso en marcha el proyecto.

Francisco Pérez Gutiérrez: Adiós a las almas (Ediciones La Bahía, 2012)

Francisco Pérez Gutiérrez: Adiós a las almas (Ediciones La Bahía, 2012)

 

El último día del mes de agosto de 2011 Lafuente me presentó oficialmente a Paco Pérez y a su mujer, María Jesús. Digo oficialmente porque yo ya había intercambiado cuatro palabras en alguna época remota con el escritor por medio de uno de sus familiares, mi amigo el profesor y poeta Miguel Ibáñez. En aquella reunión me entregaron los dos volúmenes ya mencionados y me dediqué a su lectura durante los días posteriores. Tras leer los dos volúmenes coincidí con Beltrán de Heredia y Lafuente en que el principal interés de las memorias radicaba sin duda alguna en Adiós a las almas. En sus páginas quedaban reunidas, por un lado, todas las aportaciones de enjundia para la futura historiografía enfocada a asuntos directamente relacionados con la iglesia católica española durante la segunda mitad del siglo XX, y por otro, todos los elementos biográficos y reflexivos que pudieran interesar no solo aquellos lectores asiduos a temas religiosos y aledaños, sino a cualquier tipo de lector avezado en la lectura de memorias y biografías. En este sentido, nos encontramos con unas páginas que bien pueden situarse, sin ir más lejos, en la estela y la impronta de las de autores como Hans Küng.

 

Así que de común acuerdo decidimos editar Adiós a las almas, concentrándonos a partir de entonces en la corrección de erratas, la eliminación de ideas profusamente repetidas o redundantes, la comprobación ortográfica de nombres y demás trabajos propios de la edición de un manuscrito original. El resultado final son estas páginas que ahora ven la luz gracias a Ediciones La Bahía y al empeño vocacional de su director, José María Lafuente, en editar textos que supongan significativas aportaciones al mejor conocimiento de la historia de la cultura en Santander y Cantabria y de sus protagonistas.

 

Pongamos el punto final a estas líneas introductorias, y hagámoslo asegurando que quien se acerque a Adiós a las almas, de Francisco Pérez Gutiérrez, difícilmente quedará indiferente y sin opinión ante las vivencias y reflexiones de una de las figuras menos reconocibles, pero más sólidas, mejor formadas y sin duda más infrecuentes, atractivas y valientes de la generación de intelectuales y escritores cántabros que fueron niños durante la Guerra Civil.


  

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: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,17 sep 2012 18:54:41 GTM
<![CDATA[Miguel Ibáñez nos deja sus Fábulas y parábolas (colección La Grúa de Piedra, 2012)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1447


Juan Antonio González Fuentes

Está decidido. No voy a volver a escribir sobre Miguel Ibáñez. No, no es que los libros de Miguel me disgusten o me disguste él como persona, más bien al contrario. Tomo la decisión precisamente porque le aprecio de verdad, y considero que merece un comentarista que señale cosas distintas a las que ya he dejado dicho en distintas presentaciones de sus trabajos, que comente su poesía desde otro punto de vista, pues tengo la seguridad de que siempre que reseño un libro de Miguel, digo exactamente lo mismo, aplicando tan solo algunas variantes sin demasiada importancia en el argumentario. Entiendo que hay una perfecta lógica en mis aproximaciones, pues una misma corriente estilística y argumental recorre de principio de a fin la obra de Miguel Ibáñez, pero le hago un flaco favor repitiendo siempre lo mismo. La aproximación crítica a su obra demanda ya otras lecturas, otros ojos, otros corazones.

Dicho lo dicho, iniciaré este acercamiento a Fábulas y parábolas (La Grúa de Piedra, 2012) subrayando una realidad quizá no demasiado subrayada hasta la fecha: dentro del variopinto panorama de la poesía escrita en nuestro entorno inmediato, Miguel Ibáñez destaca como una de las voces más singulares y, paradójicamente, más marginales de la actualidad, pues Miguel se sitúa vocacionalmente al margen de las corrientes más in, más a la moda, más güais (por utilizar un vocablo definitivamente unívoco en su blandura posmoderna e idiota) localizándose, también vocacionalmente, dentro de las corrientes más out, es decir, dentro de las corrientes líricas más orilladas precisamente por estar apegadas a las más sólidas columnas de la tradición expresiva. De ahí la paradoja. Aunque no debe extrañarnos dicho contrasentido, pues en un mundo en el que la palabra está en franca retirada, como ha dicho George Steiner; en un mundo laminado por la llamada cultura del espectáculo, cualquier uso del lenguaje poético que implique alguna complejidad y demande por parte del lector la posesión de determinadas claves culturales, se ofrece siempre a contracorriente.

 

En este sentido, la poesía de Miguel Ibáñez está, sí, a contracorriente, y lo está porque pertenece a una corriente, valga la redundancia, que bebe de las fuentes del clasicismo y la tradición, arcanos hoy casi tan ininteligibles para la mayoría de nosotros, como los fueron y lo son las osadías expresivas de los experimentos vanguardistas de los consabidos ismos. Sospecho, sin embargo, que Miguel Ibáñez sigue teniendo algo de fe en que las ideas, la poesía, enriquecen la vida, mejoran a los hombres y son el sustento de nuestra civilización. De ahí que incida en su trabajo, de ahí que estemos aquí escribiendo sobre Fábulas y parábolas. 

 

Miguel ha aprendido la lección de los maestros, y Fábulas y parábolas es, sin duda, la mejor muestra hasta la fecha. Y ha aprendido además por sí solo, mediante disciplina lectora y escritora, mediante el dominio cada vez mayor de sí y de lo que quiere contar. Miguel Ibáñez ha desarrollado un estilo muy personal, perfectamente identificable, y lo ha adaptado a la exploración de temas muy personales, pero que a la vez son los de la gran poesía de todos los tiempos. Ni los temas ni el estilo de Miguel han evolucionado demasiado a lo largo de los años, como si quisiera demostrar con tozudez que encontró muy pronto su poética, en aquella plena juventud que, ay!, poco a poco se va alejando de nosotros.

 

La de Miguel es una visión poética de la existencia y sus realidades dotada de una peculiar intimidad personal, siendo a la vez extraña, yo diría que radicalmente distante en su actitud frente a la propia experiencia poetizada. Los sueños de la juventud se revelan poéticamente en una nostalgia nada autocomplaciente, en una nostalgia con un poso casi siempre de perturbación, o mejor dicho, de efecto perturbador para el atento lector. Y este efecto solo puede nacer de la propia perturbación interior del poeta (de enorme intensidad en estas fábulas y parábolas). La ensoñación poética de Miguel Ibáñez presenta a menudo una atmósfera aristocrática, un aroma sublime, un perfume incorruptible, heredado sin duda de las autoridades literarias del pasado, demostrando el poeta, verso a verso, que es digno de aquellas, del legado recibido con indiscutible orgullo. Pero lo que mantiene a la poesía de Miguel Ibáñez a salvo de convertirse en un pastiche de poéticas del pasado es la honestidad y la constancia por sus asuntos favoritos, que siempre se imponen al simple despliegue de sus habilidades como creador de versos. Miguel se entrega a la creación de espacios imaginarios, construidos sobre su exterior cotidiano y sobre su mismidad más personal e intransferible; espacios fuera del tiempo, fuera en realidad de la realidad (aunque el atrezzo que acompaña algunas composiciones pueda llevar a confusión); espacios siempre sometidos a un ambiguo sosiego, inmóviles, fragmentos congelados de instantes vividos o sospechados, que presentan el pálpito de certezas vitales, de axiomas de una filosofía vital apurada hasta la última gota con la delicadeza de acuarelas leves, pero bajo cuyos colores transita no pocas veces el aliento inconfundible del vitriolo.

 

Los poemas de Miguel Ibáñez recogidos en Fábulas y parábolas, lo digo ya, el libro mejor, más maduro, más complejo del autor hasta la fecha, presentan una fabulosa y paradójica alteridad. Es decir, Miguel en su poesía muestra una capacidad asombrosa de ser otro, y hacer al lector que ese otro es el mismo lector, el mismo receptor del mensaje. Sin embargo estos poemas no dejan de ser a la vez bodegones precisos del propio autor. Sí, en sus poemas Miguel Ibáñez cuenta su vida interior y sus paisajes de dentro y  de fuera, pero cuando leemos sus versos, un escalofrío íntimo nos recorre por dentro, pues nos reconocemos de inmediato en lo poetizado. Esta alteridad asombrosa y fascinante es la que salva a la poesía de Miguel de parecer anticuada, es la que llama nuestra atención del primer al último verso por medio del escalofrío de quien se reconoce en un espejo que lo es sin serlo.

Miguel Ibáñez

Miguel Ibáñez

 

El propio Miguel ha confesado estos días en la prensa que con este libro “ha intentado ir más allá de lo puramente biográfico, y de la ironía y la melancolía”. Es cierto, y se nota. Pero esta reflexión del autor puede malinterpretarse en detrimento de su poesía anterior: biográfica, sí, irónica, sí, melancólica, sí, por supuesto. Pero también con la muy perfilada ola interior de ir siempre más allá en la intención última, mucho más allá de la pura anécdota boba característica de la peor poesía de la experiencia. Lo dicho hasta ahora creo que puede rastrearse sin dificultad en toda la obra de Miguel, incluidos sus espléndidos microrrelatos, algunos definitivamente geniales.  

 

A mi entender, lo que ocurre en Fábulas y parábolas es que la voluntad de Miguel de ir más allá, está definitivamente subrayada, y las capas de ironía, autobiografía y melancolía de estos poemas son más tenues, están dados los brochazos con mayor maestría si cabe; es un libro, son unos poemas más conscientes de su propósito final. Miguel es un poeta muy consciente de la banalización de la cultura imperante en nuestra contemporaneidad. Una cultura cuyo valor supremo es ahora divertir y divertirse, por encima de toda otra forma de conocimiento o ideal. Los libros anteriores de un Miguel Ibáñez plenamente consciente del tiempo que vive, presentaban quizá el disfraz de la diversión para hacerlos pasar mejor como trago amargo del contacto íntimo con el mundo, la vida y sus circunstancias. En Fábulas y parábolas los poemas no son “divertidos”, se despliegan mucho más desnudos del nutritivo edulcorante de la divertida e ingeniosa ironía. Hay en el nuevo cáliz creado por Miguel Ibáñez más amargura a cara descubierta, más metafísica de muchos quilates, más despojamiento, más desnudez, más pureza, más esencialidad, y perdonen la pedante imprecisión del término.

 

Toda la obra de Miguel presenta un evidente designio moral. Quizá hasta ahora Miguel ofrecía ese designio revestido con el dulce chocolate de la melancólica ironía autobiográfica. En los poemas que presentamos hoy, los que conforman Fábulas y parábolas morales, la carne del designio se muestra solo revestida de las sencillas túnicas del mejor decir poético, sin los ingredientes que antes endulzaban el trago, e incluso lo disimulaban.

 

En los poemas de Miguel también está Dios, el Dios de nuestra tradición cristiana, sin disfraz ni medias tintas de calamares asustadizos ante la rotundidad y trascendencia del concepto. Estoy por asegurar que Miguel es el único poeta de nuestro panorama que habla de Dios en sus poemas, y debe ser de los pocos españoles que lo hacen en este mismo momento. Singularidad que no debe elevarse a categoría, pero que hay que resaltar como se merece. Miguel Ibáñez cree en el poder de la cultura, pero no tanto como para creer que esta puede cumplir el papel de Dios, es decir, el de servir de antídoto eficaz al desasosiego, a los miedos y desvaríos en que al hombre le sume la idea de la extinción, del padecimiento total. Y en contra de lo que los más listos de la clase pudieran pensar, este recurrir a Dios no hace de Miguel un poeta camp y démodé, al contrario, le sitúa a él y a su poesía en uno de los caminos básicos del pensamiento moderno, aquel que es plenamente consciente de que la razón lógica en cierta medida ha fracasado aplicada a las cuestiones del espíritu humano, a las cuestiones que hacen del hombre, hombre. Es en la búsqueda de otros caminos, de otras vías de conocimiento; en el contacto con otras razones que podríamos llamar poéticas, es donde el poeta puede religarse al entender sin entender de su propia interioridad y de su propia exterioridad, o por decirlo con otras palabras, religarse a aquellas zonas inéditas de realidad humana que la Modernidad desdeñó empequeñeciéndonos, dejándonos incompletos. Y en este sentido, por medio de fábulas y parábolas, Miguel Ibáñez ofrece al lector su mismidad para que en ella todos nos encontremos, y si o nos sentimos explicados del todo, sí al menos nos sentimos comprendidos, y encontramos en los poemas de Miguel Ibáñez el registro poético minuciosamente humano de nuestro propio sendero, y de todo aquello que nos va conduciendo hacia donde vamos.
  

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,15 jun 2012 19:12:19 GTM
<![CDATA[Rafael Gutiérrez-Colomer y su época. Arte, cultura y sociedad en Cantabria 1968-1985]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1444


Juan Antonio González Fuentes

Estos días la vida y la obra de Rafael Gutiérrez-Colomer Velasco (Santander, 1937-Madrid, 2005) protagonizan la llegada de la primavera cultural a Cantabria. Y es que el poeta es el eje vertebrador de dos acontecimientos culturales de primer orden que reflexionan en voz alta sobre la cultura y el arte en nuestra región durante un periodo histórico cercano en el tiempo, pero sobre el que hasta ahora se ha pasado de puntillas: la transición a la democracia.

Rafael Gutiérrez-Colomer y su época. Arte, cultura y sociedad en Cantabria 1968-1985, es el título de un libro y de una exposición que, tomando la figura del poeta como hilo conductor, enseñan cómo fue una parte de la producción cultural en nuestro región desde finales de la década de 1960 hasta finales de la década de 1980, es decir, a lo largo de veinte años que supusieron un antes y un después con respecto a los discursos y maneras culturales y artísticas heredadas de los grupos que surgieron durante la posguerra. Esta tajante afirmación se sustenta en el análisis de los documentos, obras y discursos reflexivos a los que se puede acceder gracias al libro y exposición ya mencionados, una aventura impulsada por Ediciones La Bahía, y en la que se ha contado con la colaboración de la Obra Social de Caja Cantabria, con Juan Muñiz al frente.   

 

El origen de este proyecto está en la adquisición del Archivo-Colomer por parte del empresario y editor José María Lafuente. El estudio de los fondos de este archivo, más el análisis de la obra experimental de Colomer y su poesía discursiva, le hizo pensar a Lafuente que sería conveniente reflexionar desde un punto de vista interdisciplinar en torno a la época en el que el trabajo del poeta se materializó de forma más abundante, es decir, desde 1976 hasta 1986, años en los que España vivió la muerte de Franco, la Constitución del 78, las elecciones democráticas y la llegada de los socialistas al poder.

 

Lafuente se percató de que había algo en esa producción literaria y artística que la singularizaba con respecto a la producción surgida en y tras la posguerra en Cantabria, o sea, la que históricamente se ha relacionado con Proel, la Escuela de Altamira, o La Isla de los Ratones. La producción literaria y plástica de los artistas emergentes de Cantabria durante 1976-1986, sus puestas en escena, sus ideas, presentan para el historiador una atmósfera creativa, un discurso distinto a los que propiciaron las actividades de los poetas, artistas y escritores que emergieron en Cantabria tras la guerra civil.

 

Analizar el hecho aportando razones y evidencias fue lo que Lafuente y Ediciones La Bahía se propusieron a la hora de pensar en construir un libro y una exposición que demostrasen con solvencia la hipótesis de partida, a saber: que en nuestra región la producción artística, cultural y literaria del periodo acotado presentaba marcas diferenciales con etapas anteriores, que fue abundante y variopinta, que estuvo conectada con lo que acontecía en el resto del país, que la relación con “discursos de Modernidad” y vanguardia era tangible, y que uno de los “héroes” del periodo fue Colomer.

 

Javier Díaz, Fernando Millán, Fernando Zamanillo, Víctor Infantes, Luis Alberto Salcines, Lafuente, Francisco Javier López García y quien escribe estas líneas, trabajamos con documentos, bibliografía, recuerdos…, para construir un libro (con diseño inteligente de Xesús Vázquez) que se me antoja inexcusable punto de partida tanto para acercarse con rigor a la vida y obra de Colomer, como a la época en la que él funcionó como catalizador de lo que estaba ocurriendo de nuevo/viejo en Cantabria.

 

Una vez puesto en marcha el libro, los esfuerzos se dirigieron a concebir una exposición que sirviera como puesta en escena atractiva a la hipótesis discursiva desarrollada en el libro. Lafuente y Salcines como comisarios y autores del argumento expositivo, junto al equipo de trabajo de Ediciones La Bahía (destacando Noelia Ordóñez) y el de Casyc (imprescindible Chuchi), fueron diseñando un discurso con texto y decorados que explicasen al visitante, mediante elementos tangibles y visuales, algunas cuestiones básicas: la “modernidad” de parte de la producción cultural y artística de los jóvenes creadores emergentes del momento, la vinculación con la poesía experimental de algunos poetas (Colomer e Isaac Cuende fundamentalmente), la vinculación entre artes plásticas y literatura, la eclosión de creadores e intelectuales de indiscutible valía (Carlos Limorti, Xesús Vázquez, Juan Uslé, Eduardo Gruber, Enrique Ferrer, Gloria Ruiz, Martínez Cano…), lo heterogéneo de las propuestas y su riqueza, la importancia clave del diseño en el desarrollo de los productos culturales, el papel determinante de Colomer en la difusión y planteamiento de discursos renovadores en lo tocante a la cultura dentro de la región, el papel del binomio política/cultura.

 

Para explicar y mostrar estas cuestiones, la exposición que puede contemplarse en Casyc hasta el 19 de mayo, presenta un desarrollo expositivo que se apoya en siete apartados: 1) Las Jornadas de Poesía Visual del Museo de Bellas Artes de Santander; 2) La labor de Colomer como poeta experimental y artista plástico; 3) Una muestra de poesía experimental española del periodo; 4) La labor de Colomer como poeta discursivo; 5) La labor de Colomer como editor; 6) Publicaciones, carteles, programas de cine y conferencias…, que contextualizan lo que se hacía en el campo de la cultura y el arte en la Cantabria de la Transición; y 7) Audiovisuales que muestran a Colomer recitando sus poemas y que ilustran cómo era el contexto creativo de la época.

 

Casi todo lo que se exhibe en la muestra pertenece al fondo documental de Lafuente, aunque hay piezas de coleccionistas particulares (Salcines, por ejemplo), y de instituciones como el MAS, a quien hay que agradecer el préstamo de cuatro significativas piezas.




Juan Francisco Gutiérrez Colomer (fuente de la foto: www.fundacionsantandercreativa.com)

Aquí hemos calificado a Colomer como de “héroe” de la vida cultural en la Cantabria de la Transición. Pero no se trata de un comentario hagiográfico, ni tampoco de señalar a Rafael como un dotado poeta al que las circunstancias jugaron una mala pasada. No. Colomer fue un hombre poseedor de una gran energía, un tipo inteligente y, sin duda, alguien con una enorme facilidad para la palabra, el entusiasmo contagioso y con indiscutibles dotes poéticas. Pero el retrato se puede hacer en negativo. Rafael nunca fue un gran poeta, ni un gran pintor, ni un gran arquitecto. Lo que fue Colomer puede resumirse quizá así: alguien con muchos dones, pero sin la perseverancia ni la capacidad de esfuerzo para perseguir la posibilidad de una obra perdurable en el tiempo.

 

En el campo en el que destacó fue en el de la intuición instantánea, chispeante, explosiva del poema experimental. Es esta forma de expresión la que sin duda mejor se amoldaba a las capacidades de Colomer: el fulgor del ingenio inteligente condensando en un fogonazo en el que letras e imágenes se combinan para expresar un pensamiento, un epigrama, una greguería. No son muchas las obras que en este terreno nos dejó, pero maestros como Fernando Millán admiten que en ellas palpita el genio, atisbos de consolidación y redondez expresivas. El resto de su obra queda lastrada por la brillantez aparente y torrencial de quien está muy dotado pero se queda en diletante de todo o casi todo.

 

Pero al margen de su “genio” como poeta experimental, la verdadera importancia histórica de Colomer para la cultura en Cantabria es que funcionó como un eficaz condensador de voluntades creativas tendentes a la modernidad en una geografía espiritual provinciana y decadente.

 

Colomer, arquitecto de profesión, formado en Madrid y en Suecia, antes de recalar en su Cantabria natal y dar inicio a lo que hemos calificado como su “década prodigiosa” como poeta y activista cultural (1976-1986), trabó contacto con la poesía experimental y de vanguardia en el Madrid de mediados los años 1960, colaboró en los primeros happening que tuvieron lugar en España, se casó con la sueca Alice Borg y conoció en Estocolmo las relaciones entre arquitectura y ecología, montó estudió profesional y diseñó y construyó en distintos lugares de España y el extranjero, se instaló en Mallorca y tomó contacto con artistas cosmopolitas de las islas, expuso, escribió, publicó… Y con ese bagaje aperturista, con ese “mundo” visto y palpado en Suecia, Madrid y Mallorca, con esa experiencia directa con la poesía y el experimentalismo, con esas imágenes-sonidos-ideas-contactos recaló en la Cantabria que llevaba años viviendo con la cabeza enterrada en el bobalicón y mendaz eslogan de la Atenas del Norte. Una Atenas de atmósfera espartana, gris, funcionarial, pequeño burguesa…; una Atenas con algo de charca de aguas putrefactas e inamovibles, con el rancio aroma de mesa camilla, brasero y pastas de pastelería fina y decididamente cursi.

 

En esa Atenas recaló Colomer nada más cerrar los ojos Franco; y a ese Santander inhibido él le inoculó la desinhibición untada con cierta crema cosmopolita del hijo pródigo que regresa tras darse un garbeo por el mundo, casarse con una sueca y haberle tomado el pulso a cosas tales como la poesía experimental, los happening, el ecologismo… Y el arquitecto santanderino, alto, atractivo, poeta, un burgués encantador con hechuras de rebelde post-68, atrajo a aquellos jóvenes santanderinos creativos y creadores que estaban cansados de tanto orden gris, tanto aroma triste y rancio.

 

Y entonces Colomer formó tropa y comenzó su década prodigiosa, una temporada en el paraíso-infierno de las luces y las sombras, de las paradojas chocantes, de la vanguardia y las nanas a la tradición que desembocaría en un regionalismo de boina calada y ridiculeces etnográficas. Y así Colomer se hizo amigo y colaborador y editor y mentor y progre y esnob y artista y concejal y poeta y arquitecto y político y mitinero… Y junto a Cuende, Vázquez, Gruber, Limorti, Uslé y tantos otros monta jornadas de poesía visual en el polvoriento museo municipal (rima atroz), y funda revistas, y publica libros como Transido en el taller de la palabra. Pero a la vez es concejal del PRC en Torrelavega, y edita a autores cuya relación con el experimentalismo requeriría bstante imaginación: Cancio, Hidalgo, José del Río.

 

Diez años apenas, una década pasó Colomer en la Atenas del Norte más chuchurría que imaginarse pueda. Y el eslogan no cambió, y Cantabria y su cultura oficial y oficialista siguieron amarradas a la mediocre grisura. Y Colomer se marchó de nuevo y lo hizo para no volver. Y Rafael se volvió a casar en Madrid. Y le hicieron presidente de la ñoña Casa de Cantabria, y se hizo galerista, y construyó edificios y escribió poemas que vieron la luz tras su muerte: Los años jubilares (Ayto de Santander y Caja Cantabria).

 

Pero la Historia, con mayúscula, de Colomer es probable que diese comienzo ese 2005 del adiós. Y es que quien acuda a Casyc y vea sus poemas experimentales, los carteles de las Jornadas de Poesía Visual, las cubiertas de sus libros, su Transido en el taller de la palabra, los carteles, programas, poemas que se exhiben, es decir, tanto testimonio de entusiasmo y entrega a la creación en un panorama tan desolador como fue el de la Cantabria postfranquista, solo podrán sentir curiosidad por saber más de aquel tiempo, de ese Colomer tan paradójico, contradictorio y atractivo. Y para satisfacer esa primera demanda de Rafaelismo Colomeriano, ahí están las páginas de Rafael Gutiérrez-Colomer y su época. Arte, cultura y sociedad en Cantabria 1968-1985 (Ediciones La Bahía, 2012), un libro imprescindible para entender también la vida cultural y artística de nuestra sociedad actual, tan cercana a la idiotez plomiza de la Atenas del Norte.

  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: John Williams: Stoner (Baile del Sol, 2011)

LIBRO (junio 2011): Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,10 may 2012 20:36:3 GTM
<![CDATA[Los “intelectuales” y la crisis]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1442


Juan Antonio González Fuentes

Soy historiador de formación, y creo firmemente que los contextos influyen siempre en el devenir de quienes componen una determinada sociedad. En este sentido, mirar hacia otro lado ni siquiera es una opción para la mayoría de nosotros; aunque si tal posibilidad pudiera darse, esta representaría por sí misma un posicionamiento ante la situación, una toma de postura con sus propias raíces éticas y estéticas. De un modo u otro la crisis nos afecta a todos, absolutamente a todos, aunque por supuesto no a todos de igual manera. Ningún “creador” (término que abría que precisar y pulir) queda al margen de los sucesos definidores de su tiempo histórico, y de una forma más o menos consciente y reflexiva, los incorpora inevitablemente a su proceso creativo y a los resultados de este.

De todas maneras, la crisis económica que hoy nos atosiga y desespera es tan solo el pus que supura de la profunda herida que hoy presentan todas las sociedades desarrolladas: la crisis de los valores y creencias sobre los que lo que llamamos Occidente construyó su paradigma de desarrollo político, social, económico y cultural. El modelo heredado se resquebrajó hace tiempo y hoy vivimos en la incertidumbre propia de quien necesita un nuevo paradigma, una forma distinta de ser y estar en el mundo. El crack económico actual es la consecuencia terrible de una huida hacia delante siguiendo una senda agotada, un camino que llevaba y lleva directamente al precipicio.

El auténtico problema del momento es que las bases estructurales sobre las que Occidente asentó su progreso y evolución desde sus orígenes clásicos, es decir, el estudio, el pensamiento, la cultura, la educación, el humanismo…, han sido socavadas, debilitadas y desprestigiadas hasta lo insospechado durante las últimas décadas. El pensamiento y la cultura han sido derrotados, arrinconados en sombríos agujeros por nuestras sociedades obsesionadas hasta la locura por el poseer bienes materiales. Se hace cada vez más urgente e imprescindible reaccionar, reconstruir las columnas sobre las que se asienta lo mejor de nuestra civilización: debemos repensarnos; religarnos al ámbito espiritual y creativo, desarrollarnos en él como seres espirituales, capaces de imaginar, de reflexionar, de crear; debemos hacer hincapié en lo que nos hace libres, en lo que no nos ata y somete a las estrictas y alienantes leyes de los mercados y del tener y adquirir; debemos volver a aprender que la verdadera riqueza es la de disponer de tiempo libre para invertirlo en el desarrollo de uno mismo; y regresar también a la naturaleza, a aquello, en definitiva, que nos fortalece y engrandece en nuestra condición humana.

En cuanto a la labor a desarrollar hoy por los denominados intelectuales (otro concepto objeto de manipulación y necesitado de revisión), por los creadores y por la llamada “gente de cultura” (y aquí reto a buena parte de los abominables “gestores culturales” que conozco, auténticos mercachifles de la vacuidad), la respuesta también es sencilla y evidente: pensar, reflexionar, ejercer la crítica con honestidad y conocimientos; crear e imaginar con sinceridad, profundidad y amplitud de miras; y, por último, y probablemente en el lugar más importante de todo lo dicho, dar ejemplo y testimonio de un vivir pleno y rotundo al margen de apariencias, ostentación, riquezas materiales..., es decir, dar ejemplo de un ser y un estar radicalmente distintos a los que hoy prevalecen como modelos a imitar por los más jóvenes. En este sentido, y espero que se me perdone el aire de sermón que me está saliendo, diré que la Educación en los valores del saber y el conocimiento, del esfuerzo y la reflexión, de la crítica fundamentada y en libertad, de la austeridad solidaria, del amor a la naturaleza y la convivencia…, es una asignatura por la que indefectiblemente pasa el llegar en un futuro próximo a un nuevo y válido paradigma sobre el que construir un mañana próspero y en libertad para las generaciones venideras. 
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: John Williams: Stoner (Baile del Sol, 2011)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,15 mar 2012 14:7:25 GTM
<![CDATA[Una sección del BOE firmada por los hermanos Marx: Directora del gabinete del Director del gabinete...]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1438


Juan Antonio González Fuentes

¡Sólo podré creerlo si se trata de una errata de imprenta! De no ser así, es decir, si estamos ante una realidad, y doña Valentina Martínez Ferro, en efecto, ha sido nombrada Directora del Gabinete del Director del Gabinete, pues tendré que dejar la boca abierta durante varias semanas, a la espera de que entren todas las mosas del mosqueo que fueran precisas. O por contra, me encantaría aspirar a ser el nuevo Director del Gabinete de la Directora del Gabinete del Director del Gabinete de Presidencia. Sería la leche, la verdad.



Pinchar en el documento para ver el detalle del texto publicado en el BOE (17 de enero de 2012)
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: John Williams: Stoner (Baile del Sol, 2011)

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LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Friday,17 feb 2012 14:3:29 GTM
<![CDATA[Jesús Cancio, el ciego que tocaba de oído]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1437


Juan Antonio González Fuentes

“Cada vez que escucho música de Wagner, me entran ganas de invadir Polonia”. Esta frase, o una muy parecida, la pronuncia Woody Allen en alguna de sus películas, creo que en Misterioso asesinato en Manhattan. Pues bien, cuando yo escucho el nombre de Jesús Cancio (Comillas 1885-1961), me viene siempre a la mente eso de “poeta del mar”, vieja canción que a los naturales de esta geografía nos han repetido en incontables ocasiones, y que sin reservas también aplicamos a José del Río Sainz, “Pick”, con lo que en Cantabria exhibimos el músculo de al menos dos poetas del mar oficiales: Nada más y nada menos.

He leído en algún libro que los “poetas del mar” son los que dedican toda o parte importante de su producción poética a dicho tema. Si es así, el sentido común te hace sospechar que es bastante probable que muchos lugares de costa tengan su propio poeta del mar, lo que hace que la categoría esté a estas alturas de la historia superpoblada, y que los aspirantes a ostentar el título de “poeta del mar” sean en el mundo legión. También deben serlo los poetas de los árboles, las flores, las estrellas, los ríos…, pero este es, desde luego, otro asunto a resolver.

Si tuviera que elegir entre uno de nuestros dos paisanos para otorgar el calificativo ya mencionado, me inclinaría sin dudarlo por Cancio, aduciendo razones cuantitativas y de especialización. Me explico. José del Río Sainz escribió teatro, memorias, artículos, biografías, crónicas periodísticas, alguna novelita…, y sí, versos en los que el mar es argumento predominante, aunque libros suyos de poesía tan importantes como Hampa (1923) ofrecen una mirada poética en otra dirección. Sin embargo, la obra literaria de Jesús Cancio, salvo su colaboración con Adriano García-Lomas en los dos volúmenes de que consta Del solar y de la raza, es esencialmente poética y está concentrada a lo largo de todos sus libros en expresar con palabras una relación contemplativa y metafísica con el mar. Cancio todo lo canta poniéndolo en relación con el mar.

El profesor Jesús Lázaro Serrano, en su Historia y antología de escritores de Cantabria (1985), escribe que la lírica de Cancio ofrece dos etapas bien diferenciadas entre sí: antes y después de la Guerra Civil.

Jesús Cancio (fuente: escritorescantabros.com)

Jesús Cancio (fuente: escritorescantabros.com)

Llegados a este punto hagamos un breve inciso para subrayar la terrible herida que dejó el conflicto en el reducido panorama de la creación literaria en Cantabria. Baste recordar unos pocos ejemplos del destino que les esperaba a algunos significativos autores una vez terminada la guerra: Matilde de la Torre murió en el exilio mejicano; el doctor y ensayista Enrique Diego Madrazo, con cerca de noventa años, fue encarcelado durante cuatro años y salió de prisión ciego y enfermo para morir en 1942; José del Río Sainz, tras un llamamiento público a la concordia, tuvo que abandonar Santander para no volver a vivir jamás en ella; y Jesús Cancio fue mandado a prisión, de donde salió casi completamente ciego gracias a un indulto en 1941, y fue enviado al destierro en Madrid. Sí, la Guerra Civil supuso un antes y un después en la escritura poética del autor comillano que, como cuenta José Ramón Saiz Viadero en un artículo aparecido en La Revista de Cantabria (2007), fue nombrado Hijo Predilecto de Comillas en 1930 y más tarde, militante republicano, concejal de la localidad, en la que fue denunciado por “rojo peligroso” acababa allí la contienda.

Para analizar las principales diferencias en las dos etapas de la trayectoria poética de Cancio, seguiremos las aportaciones del profesor Lázaro Serrano expuestas en su trabajo ya mencionado. La primera etapa de Cancio (Olas y cantiles, 1921; Bruma norteña, 1926; El poema de mi gratitud, 1930) es más narrativa y arrebatada en su neorromanticismo ingenuo y tosco, siendo su asunto principal la relación cotidiana entre los hombres del mar y su medio. En ella predomina el romance con perfume modernista y sencillos aires populares.

La segunda etapa, ya vivida la experiencia de la guerra y la cárcel, se abre a una poesía más honda, breve e intensa, más personal e íntima, perdiendo preponderancia el entorno (el mar como paisaje o escenario externo) en beneficio de la expresión de la individualidad personal del poeta. Dentro de esta segunda división queda inscrito el libro que aquí presentamos, Barlovento (1951), y junto a él el resto de la producción posterior, quedando el título Romancero del mar (1930), en opinión de Lázaro Serrano, como un libro puente entre ambas etapas, presentando como característica a destacar la influencia lorquiana.

Con un sentido del humor que denota una sutil inteligencia, Jesús Cancio definía su trabajo poético como el de “un ciego que toca de oído”. ¿Cabe una más sincera y atinada autoevaluación poética? Estaremos de acuerdo en que Jesús Cancio no está ni mucho menos cerca de ser un poeta de los que, según T. S. Eliot, un idioma destila tan solo cada cien años. Pero ante los indudables aciertos de la poesía de Jesús Cancio, y en el camino de aprendiz de poeta en el que me sitúo, me gustaría llegar a tener algún día un atisbo de la fuerza poética de su personal ceguera, y algo también, por qué no, de su soltura para “tocar de oído” transmitiendo tanta verdad con sencillez.

Ahora toca poner las velas a barlovento e iniciar la singladura. Jesús Cancio nos invita a la aventura de sus versos. Sintamos la curiosidad, al menos, de conocer qué rumbos marcan.   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: John Williams: Stoner (Baile del Sol, 2011)

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: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,24 ene 2012 19:48:31 GTM
<![CDATA[Aventuras póstumas de Bonifacio Sanabria (Luis Araquistáin), o la historia de un desdichado fantasma]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1435


Juan Antonio González Fuentes

Seguro que no muchos cántabros de nuestros días saben que uno de los más destacados dirigentes del PSOE durante la Segunda República y la guerra civil fue paisano nuestro. Se llamaba Luis Araquistáin Quevedo, y nació en Bárcena de Pie de Concha en junio de 1886 para morir en la ciudad suiza de Ginebra en agosto de 1959. La vida de Araquistáin y sus circunstancias ofrecen material de primer orden destinado a trabajos biográficos de notable interés, esfuerzo al que por ejemplo se han dedicado, entre otros, historiadores como Marta Bizcarrondo (Siglo XXI, 1975) o Juan Francisco Fuentes (Biblioteca Nueva, 2002).

Si la dimensión política de Luis Araquistáin fue desde luego relevante, no lo fue menos su faceta de escritor y periodista. A lo largo de su vida ejerció como corresponsal de prensa en Argentina, Inglaterra y Alemania, país este último en el que al parecer estudió filosofía en Heidelberg y en la capital, Berlín. Dirigió publicaciones periódicas (España, Claridad, Leviatán), y colaboró en otras muchas: La mañana, El Mundo, El Liberal, E Sol, Claridad…

Como escritor Araquistáin frecuentó diversos géneros literarios, desde la novela al teatro, pasando por los libros de viaje, los relatos y la traducción (John Galsworthhy, Ben Jonson). Pero si en alguno destacó Araquistáin en su momento fue en el ensayo, ofreciendo títulos destacados como El peligro yanqui (1921); El arca de Noé (1926); El ocaso de un régimen (1930); La revolución mejicana: sus orígenes, sus hombres, su obra (1930); El comunismo y la guerra de España (1939); La guerra desde Londres (1942); El krausismo en España (editado póstumo en 1960), o El pensamiento español contemporáneo (póstumo también, 1962).

En el terreno de la escritura de ficción lo más reseñable de Luis Araquistáin son sus dos novelas (Las columnas de Hércules –Madrid, 1921– y El archipiélago maravilloso –Madrid, 1923–), los cinco relatos incluidos en el libro La vuelta al muerto (Madrid, 1924), y sus dos dramas en tres actos: Remedios heroicos (Madrid, 1923) y El rodeo (Madrid, 1925). Puede decirse que todas estas páginas de Araquistáin presentan un mismo denominador común: la plasmación de un discurso moral y político queda siempre por encima del intrínseco valor literario de la escritura, lo que no es óbice para que la literatura de nuestro autor se lea sin que en ella anide la más cargante pesadez, aunque la transmisión de “un mensaje” prima en todo momento sobre el mero valor literario. En definitiva, estamos ante trabajos entreverados de ideas y mensajes sociales y políticos, en los que los planteamientos de índole artístico ocupan tan solo planos secundarios.

En los libros de ficción de Luis Araquistáin abunda la sátira, la denuncia de la hipocresía social, el personaje esquemático y sin progresión psicológica, la crítica política…, y la defensa de unas ideas que en la España de los años Veinte del pasado siglo eran calificadas con un adjetivo hoy muy manido y de cuidada indefinición: “progresista”.

Luis Araquistáin Quevedo (1886-1959)

Luis Araquistáin Quevedo (1886-1959)

Bien. Todos estos rasgos están presentes en Aventuras póstumas de Bonifacio Sanabria (1925), una novela corta de Luis Araquistáin que puede servirnos de ejemplo perfecto para tomarle la temperatura a lo que, refiriéndose a principios del siglo pasado, la crítica académica de nuestros días llama literatura menor.

En las primeras décadas del siglo XX, la novela en España intentaba superar la dicotomía realismo-naturalismo. Autores como Unamuno, Azorín, Baroja o Valle-Inclán, eran algunos de los principales adalides del empeño. Pero junto a estos escritores de primer nivel, coexistían entonces otros pertenecientes a lo que en algún texto Luis Antonio de Villena ha denominado “banda marginada” de nuestra novelística. Se refiere principalmente Villena a los autores que frecuentaron la literatura decadente y la novela erótica, mencionando nombres como los de Felipe Trigo, Joaquín Belda, Álvaro Retana y Antonio Hoyos y Vinent. Todos ellos publicaron en colecciones semanales de novela corta que gozaban de un enorme éxito popular: La Novela Semanal, La Novela de Noche, La Novela Corta, La Novela de Amor o La Novela de Hoy. En esta última colección apareció el 11 de septiembre de 1925 Aventuras póstumas de Bonifacio Sanabria, novela breve y de “tesis” escrita por un Araquistáin que, entre 1921 y ese mismo año 1925, es decir, entre sus 35 y 40 años de edad, publicó el grueso de su obra de ficción.

La colaboración de Araquistáin en La Novela de Hoy indica que este tipo de colecciones no albergaban solo literatura decadente o erótica, sino también textos cuya pretensión era entretener al lector por medio de una trama sencilla, curiosa y atractiva, que sirviera además para envolver un discurso en el que se filtraban ideas y conceptos de crítica social, religiosa y política. En efecto, Aventuras póstumas de Bonifacio Sanabria ofrece, en principio, un atractivo argumento, no exento, además, de cierto aire decadente y algún leve aroma erótico. Bonifacio Sanabria es un científico y librepensador que tras su muerte regresa en espíritu a lo que fue su entorno familiar, profesional y afectivo. Y lo hace para comprobar, con estupor y luego tristeza, que los cimientos de su anterior existencia estaban construidos sobre la hipocresía, la falsedad, el engaño, las falsas creencias, la corrupción, la burla… Bonifacio Sanabria, gracias a su nueva condición fantasmal, comprueba que toda su existencia había sido una gran mentira, y toma como fantasma una decisión que en beneficio de los nuevos lectores no desvelaré en estas líneas. La moraleja que plantea Araquistain, mediante el ejemplo del fantasma Bonifacio Sanabria, es que la vida es una intolerable suma de hipocresías, y que para vivir con alguna ética, verdad y decencia, solo resta enfrentarse a ellas con valentía y desterrarlas.

Muchas otras cosas podrían decirse sobre esta obrita de Luis Araquistáin, por ejemplo, acerca de las evidentes influencias de la picaresca española que en ella se atisban aquí y allá. Pero ya nos hemos alargado en exceso. Aquí les dejo con una peculiar historia de fantasmas en la que el fantasma no infunde ningún terror; aquí el único miedo corre a cargo de la vida y sus muchas mentiras.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: John Williams: Stoner (Baile del Sol, 2011)

LIBRO (junio 2011): Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,13 dic 2011 7:23:49 GTM
<![CDATA[Florencio Cornejo (1926), un José Gutiérrez Solana de palabras]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1434


Juan Antonio González Fuentes

En opinión de Andrés Trapiello, José Gutiérrez Solana no es un escritor superior a Baroja, Azorín o Unamuno, pero tampoco es inferior, situándolo así a la altura de los más grandes autores de la llamada Generación del 98.

El 26 de mayo de 1957, el futuro premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, pronunció su discurso de entrada en la Academia de la Lengua Española. ¿El título del discurso? La obra literaria del pintor Solana.

He querido parapetarme tras la “autoridad intelectual” de Cela y de Andrés Trapiello para afirmar con más contundencia que José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945) es un escritor imprescindible dentro de la tradición literaria española del último siglo. Tal aseveración se pone pocas veces en duda cuando se habla de nuestro autor, y sin embargo, la indudable trascendencia de su obra pictórica siempre ha contribuido, paradójicamente, a difuminar al Solana escritor. ¿Alguien podría darme alguna explicación? Nunca lo entendí del todo.

Buena parte de la crítica especializada sitúa al Solana pintor en una especie de terreno difuso entre la pintura académica y los movimientos vanguardistas de su tiempo. Es decir, concluye que Solana no fue ni un artista académico ni tampoco uno de los que transitó alguno de los diversos caminos de los lenguajes nuevos, adjudicándole además influencias que van desde Darío de Regoyos a Zuloaga, pasando por Valdés Leal y el Goya de las pinturas negras. Traigo esto a colación porque Cela, en su ya mencionado discurso, califica de escritor académico a Solana, “quizás el más académico –con Unamuno, con Baroja y con Azorín, cada cual por su camino– de todos nuestros últimos grandes escritores”.

El término “académico” lo emplea Cela como sinónimo de “clásico”, queriendo así significar que el Solana escritor se mantuvo siempre alejado de desmelenamientos floridos, de idealizaciones y adornos semánticos, y, por supuesto, completamente contrario a “embellecer” con literatura una realidad por lo general dolorosa e inhóspita. En este sentido Cela coincide con la crítica pictórica en colocar, esta vez al Solana escritor, en una actitud y estilo que no fueron ni antiguos ni modernos, sino sutilmente dialécticos y apegados, eso sí, a las poco teorizadas normas éticas y estéticas del muy castizo “al pan, pan, y al vino, vino”. Quizá haya que buscar en estas entrañas solanescas una razón de peso para entender por qué el escritor de orígenes cántabros no brilla como debería en el Olimpo literario español del siglo pasado. Y es que me temo que la “literatura” de Gutiérrez Solana ofrece importantes dificultades para estabularla tras sofisticadas teorías interpretativas, lo que no debe resultar nada interesante a los dispensadores de certificados y honores literarios.

José Gutiérrez Solana: Florencio Cornejo (Reedición de 1999)

José Gutiérrez Solana: Florencio Cornejo (Reedición de 1999)

Por edad Gutiérrez Solana pertenecía a la llamada Generación del 14, pero sin embargo sus temas y la forma de abordarlos están claramente influenciados por el posicionamiento crítico y descontentadizo que le fue propio a los escritores y poetas que se vieron afectados por la crisis social, política y moral que trajo consigo la pérdida de las últimas colonias de ultramar. Así, la obra de José Gutiérrez Solana, tanto la pictórica como la literaria, refleja en términos generales una España desvencijada, sórdida, grotesca, pobre, esperpéntica…, pero también una España mucho más real y viva, y por supuesto contrapuesta y enfrentada a esa otra España oficial y ficticia sumida en la decadencia más estéril.

Entre la producción literaria de Solana lo más abundante son las estampas y los apuntes de viaje. Tan solo publicó una obra de ficción, curiosamente su último trabajo impreso, la novela Florencio Cornejo (1926). Las de este libro son las únicas páginas de Solana en las que el narrador que habla en primera persona es un personaje inventado. En Florencio Cornejo el autor cuenta el breve viaje del protagonista desde Arredondo a Ogarrio (localidades del interior de Cantabria vinculadas a la familia Gutiérrez Solana), para asistir a los últimos momentos de un pariente cuyo nombre da título a la historia. Durante el viaje nocturno el narrador se queda adormilado y, entre sueños, recuerda los pocos y lejanos días que pasó con Florencio Cornejo en Madrid en torno al año 1873. La descripción de lo visto y vivido en ese Madrid es desde luego impagable, aunque en ella, en ocasiones, se atisba un deseo de hacer literatura que le resta alguna fuerza al violento empuje de la narración. Lo mejor del relato, sin duda, son los párrafos dedicados al velatorio y entierro de Florencio Cornejo. Se trata de páginas a la vez hilarantes, atroces y amargas, rebosantes de un humor tan negro y un descaro tan directo y cortante, que el lector a veces puede sentirse casi noqueado por tan certera lluvia de golpes agudos e inteligentes. Estamos sencillamente ante una de las cumbres de la narrativa española de aquel tiempo.

La segunda vez que leí Florencio Cornejo encontré claras relaciones y parentescos con la perediana Peñas Arriba. Pero mientras en la obra de Pereda todo confluye, por así decirlo, en un acercamiento a lo rural decimonónico y reaccionario español desde lo bucólico y ficticio, desde lo hidalgo y heráldico, desde la ausencia de conflicto y fealdades…, en la novela de Solana descendemos al infierno de un mundo rural español construido con pobreza, ignorancia, estulticia, obediencia asumida y una inmoralidad muy poco sofisticada pero pastoreada, eso sí, por uno clero tan obtuso e ignorante como su clientela.

Es como si con su escueta novela Solana le hubiera querido poner un punto grotesco y real a la i idealizada e irreal del Pereda de Peñas arriba. En cierto modo creo que Florencio Cornejo puede leerse como una parodia del idealismo rural y regionalista perediano; como un gargajo natural y campechano de realismo crítico (nunca atrincherado ni irascible), lanzado contra la eterna pared de esa España inmutable sobre la que se encaramó el desastre del 98.

Pero vayamos terminando. Este año 2011 se conmemora el 125 aniversario del nacimiento de José Gutiérrez Solana. Con tal motivo se dibuja en el horizonte una estupenda oportunidad para conocer y valorar al gran escritor que Solana sigue siendo desde una lectura contemporánea. En este sentido Florencio Cornejo es una inmejorable puerta abierta al milagro terso, abierto y directo de su prosa robusta.

Un Solana hecho con palabras aquí nos espera. 

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,3 nov 2011 10:26:4 GTM
<![CDATA[Memorias de uno a quien no sucedió nada, de Enrique Menénez Pelayo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1432


Juan Antonio González Fuentes

En 1936 Kipling publicó su último libro, Algo de mi mismo, un tomo de memorias al que, con agudo sentido del humor, Borges puso por su cuenta un malévolo subtítulo: “Mas bien nada”. Esta anécdota borgiana siempre me ha hecho pensar en las memorias póstumas de Enrique Menéndez Pelayo, Memorias de uno a quien no sucedió nada (Madrid, 1922), a las que yo, tratando de imitar al genio argentino, también he colocado un subtítulo aclaratorio: “Aunque ese nada fue bastante”.

El título de las memorias de Enrique Menéndez Pelayo ofrece muchas posibilidades de comentario. Quizá lo primero que llama la atención es su deliberado contrasentido, es decir, por lo general se deja memoria de lo extraordinario que uno le ha tocado vivir, no de lo ordinario. Imagino que uno se plantea dar testimonio de sus vivencias cuando cree que le han sucedido cosas que pueden, por algún motivo, interesar a alguien. Si se confiesa que a uno no le ha sucedido nunca nada reseñable en la vida, ¿para qué testimoniar esa nada? Se me ocurren al menos tres razones que pudieron propiciar un título como este, no siendo ni mucho menos excluyentes entre sí. Una: llama la atención de cualquier lector. Dos: revela un profundo sentido del humor de carácter muy santanderino. Tres: proyecta un mensaje de asumida y subrayada modestia.

En cuanto al “sentido del humor santanderino”, lo cierto es que el comentario merecería una explicación por extenso, pero tan por extenso, que es imposible ofrecerla aquí. Por lo que respecta al asunto de la modestia, este debería ser entendible por cualquier español medianamente culto que habite en una población de más de veinte calles, pues apostaría a que no hay ningún “núcleo poblacional” con esa característica que no tenga una dedicada a Menéndez Pelayo, don Marcelino. Y es que Enrique fue durante toda su existencia, por encima de cualquier otra condición o circunstancia, el hermano de un genio, o de alguien considerado un genio por todo su entorno, toda su sociedad, desde muy temprana edad.

Ser hermano de “un genio” no debe ser nada fácil, hay que reconocerlo. En este sentido, y a mi modo de ver las cosas, Enrique adoptó una postura de enorme dignidad. Aceptó el hecho de la “genialidad” de Marcelino sin envidiosa pataleta, dio un sensato paso atrás, e incluso se convirtió en uno de los principales adalides de la figura de su hermano. Muchos son los adjetivos que podrían calificar a Enrique; el de imbécil no es uno de ellos.



Enrique Menéndez Pelayo (1861-1921)

Quien se acerque a la biografía de Enrique Menéndez Pelayo en seguida se percatará de que le sucedieron bastantes cosas en los años que rememora. Abandona nuestro autor sus recuerdos en 1893, siendo un treinteañero y narrando su experiencia como médico en el santanderino Hospital de San Rafael tras la devastadora explosión del carguero Cabo Machichaco. En su evocación biográfica quedan recogidos, por ejemplo, acontecimientos políticos (La Gloriosa, el reinado de Amadeo de Saboya…), su etapa de estudiante de medicina en Valladolid y Madrid, su trabajo como administrativo en la capital de España, su relación con la malograda Eladia Echarte, las tertulias y entretenimientos en los que participó en su primera juventud, su vocación literaria y periodística, la relación con su hermano Marcelino, el nacimiento y desarrollo de la célebre biblioteca del erudito, su titularidad como médico en el Hospital de San Rafael…Todo un conjunto de remembranzas que, hilvanadas con adecuadas dosis de gracia y ligereza, constituyen un entretenido, preciso e interesante relato, ineludible hoy para quien desee saber algo de la cotidianeidad pequeño burguesa en la pujante Santander de las últimas décadas del XIX.

Memorias de uno a quien no sucedió nada quizá sea la única obra perenne de Enrique Menéndez Pelayo, autor que publicó bastantes títulos más en campos como la poesía, la novela breve, el relato y el teatro. Todos trabajos epigonales, escasos de fuerza y personalidad, lastrados por la influencia de autores como José María de Pereda o Amos de Escalante, referencias que, seamos sinceros, tampoco permiten levantar mucho el vuelo.

Lo mejor de sus memorias, desde un punto de vista estilístico, es que no se presentan recogidas dentro del corsé literario de los autores mencionados y de otros pertenecientes a la llamada Escuela Montañesa. Las Memorias de uno a quien no sucedió nada discurren con la frescura más directa, eficaz, fácil e inmediata del Enrique periodista. Lean sin prejuicio ni grandes expectativas estas memorias de Enrique Menéndez Pelayo. Estoy casi convencido de que al llegar al final, aunque quizá lo duden, no tendrán la misma opinión que tuvo Borges de las del señor Kipling.

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LIBRO: John Williams: Stoner (Baile del Sol, 2011)

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LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,20 oct 2011 12:53:24 GTM
<![CDATA[Haikus sin nombre (Ediciones Carena), de Juan Antonio González Fuentes, en la librería Gil de Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1431


Juan Antonio González Fuentes

El viernes 14 de octubre, a las siete y media de la tarde, se presentará en la librería Gil de Santander mi segundo libro dentro del género haiku. La presentación correrá a cargo del profesor Philippe Merlo Morat, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Lyon, autor del prólogo del anterior libro de haikus, Haikus sin estación. Se trata del libro Haikus sin nombre, editado por la barcelonesa Editorial Carena, con prólogo de la profesora de la Universidad de Lyon, Idoli Castro. El libro consta de 78 haikus de temática diversa.

Idoli Castro. Profesora titular en la Universidad de Lyón (Université Lumière Lyon2). Investiga sobre la escritura poética contemporánea y acaba de publicar un ensayo sobre la poesía de Jaime Siles titulado La poesie de Jaime Siles: une poesie de la pensée et une pensée poétique, en la colección Les Scripturales de la editorial Publications de l’Université de Saint-Etienne. Sus investigaciones se centran esencialmente sobre la articulación entre poesía y filosofía. Se ha interesado también por la influencia de la filosofía de Extremo Oriente sobre la poesía española como por ejemplo en su artículo «Exoticos et extraneus: le paradoxe d’un cheminement vers les profondeurs de la voix humaine dans Entrada en materia de José Angel Valente», en L’exotisme dans le monde hispanique, PUSE, Saint-Etienne. Trabajando aun sobre los vínculos entre imagen y poesía, en la poesía de los novísimos pero también en las obras de Antonio Gamoneda y José Angel Valente relacionados con el pintor Antoni Tapiès.

Philippe Merlo es Catedrático de Literatura Española y Director del Departamento de Lenguas Románicas de la Universidad Lumière Lyon 2 en Francia. Especialista en la obra de Terenci Moix, en las relaciones literatura e imagen y en literatura española contemporánea. Ha sido profesor visitante en las universidades de Salamanca, Complutense, Carlos III, Santiago de Compostela, Ibero-americana de México, Brown y Harvard. Es uno de los jóvenes hispanistas franceses más destacados de la actualidad. Su último libro es Littérature espagnole contemporaine (PUF, Paris, 2009), obra que describe la historia de la literatura española desde 1898 hasta nuestros días, haciendo hincapié en los autores imprescindibles y sus obras-clave. Estudia cuidadosamente cada etapa (República, franquismo, democracia), cada generación (Generación de 98, de 14, de 27) y cada género (novela, poesía, teatro, ensayo). Se destacan las cuatro últimas décadas de la literatura y sus especificidades hispánicas (vínculos con la imagen, medios editoriales, premios literarios). En este libro está incluido, precisamente, el trabajo de González Fuentes.



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin nombre (Ediciones Carena, 2011)

Para hablar de estos haikus he escrito un prólogo al prólogo de Idoli. Me gustaría compartirlo con todos vosotros:

UN PRÓLOGO AL PRÓLOGO DE IDOLI CASTRO

“Prologar la brevedad de unos haikus parece un sinsentido, o al menos, cae directamente en el terreno de la paradoja difícil de explicar. Pero ponerle prólogo a un prólogo es poco más o menos algo así como instalarse en el desatino gratuito, y sin embargo, no voy a resistirme a hacerlo.

Me gusta que mis libros lleven prólogo. Al respecto cada uno que piense lo que quiera, pero aseguro que no se trata de cobijarme (por si vienen mal dadas) bajo el amparo de un supuesto criterio de autoridad. No, ni mucho menos. Dar a la imprenta un libro es para mi un acontecimiento extraordinario que siempre provoca una alegre desazón, un desasosiego implacable a la vez con algo de punzada dulce y algo de punzada amarga. De ahí que en mis más personales aventuras librescas, es decir, las que firmo en la cubierta, procure ir agarrando la mano generosa y tranquilizadora de algún buen amigo y maestro. Echando la vista atrás me cercioro de lo muy afortunado que he sido con la compañía: Antonio Gamoneda, Dámaso López García, Juan Antonio González Iglesias, Álvaro Pombo y, muy recientemente, Philippe Merlo Morat y Julio Maruri, quienes me acompañaron en la entrega, para este mismo sello editorial, del librito Haikus sin estación.

Precisamente fue Philippe Merlo, profesor de Literatura Española en la Universidad de Lyon, quien tuvo la gentileza de invitarme el pasado mes de marzo al ciclo que él coordina, “El creador y la crítica”, en el Instituto Cervantes de la mencionada ciudad francesa. Philippe y sus compañeros universitarios reúnen un grupo de escritores españoles junto a críticos y profesores (a menudo franceses) para debatir y reflexionar sobre el hecho de escribir, tomando cada año como excusa algún título concreto de cada autor participante. En mi caso le tocó a Haikus sin estación pasar ante los ojos críticos de la crítica académica, concretamente ante los de Idoli Castro, compañera de Philippe en la Universidad de Lyon.

Como es normal en estos casos, Haikus sin estación gustó a unos y a otros no. Entre estos últimos, alguno me confesó que el problema con el que se había topado como lector es que no encontró verdaderos haikus, ni desde el punto de vista temático y conceptual, ni desde el métrico, pues mis agudas y esdrújulas finales no sumaban y no restaban como las reglas de nuestro idioma exigen en su uso normalizado. Y tenía toda la razón el amigo crítico, poco o nada podía yo aducir en contra. Mis Haikus sin estación no son haikus en sentido estricto. Lo que ocurre es que nunca pretendieron serlo. De ahí el uso explícito de la preposición sin en el título, indicando falta o carencia. No sé si las carencias de mis haikus tienen justificación, pero presentan desde luego razón de ser.

Creo que si las Vanguardias históricas nos dejaron en herencia una única y duradera lección, es la que se refiere a “sobreponerse” a la normalización encorsetada de los lenguajes artísticos. En la mayoría de mis poemas el uso lógico, ortodoxo de las palabras, atendiendo a su sentido normalizado o a su interrelación más “sensata” dentro de la frase o verso, no es desde luego una preocupación dominante, aunque tampoco se aproxime a ninguna radicalidad experimental. Pero eso sí, procuro que la palabra poética lo sea, sobre todo, por su invocación y materialización de territorios de sentido insospechados en los que el uso más imaginativo (¿ilógico, heterodoxo?) del lenguaje logre ensanchar, agrandar, eso que llamamos realidad. Teniendo esto en cuenta, a nadie extrañará que no me quite en exceso el sueño el atenerme en mis poemas a lo que dictan las rígidas normas, aunque en estos Haikus sin nombre que aquí se presentan, sí he procurado ajustarme a cierta ortodoxia, quizá para llevarme la contraria a mi mismo.

En cuanto a los temas y sentido de mis personales haikus, salta a la vista de cualquier aficionado al género que tampoco se ciñen a los cánones de la ortodoxia clásica. Soy occidental. Mi formación, referentes, esquemas, vivencias, escenarios, paisajes…, mi educación sentimental es occidental. El haiku es un “formato” y concepto poético propio de culturas del Extremo Oriente, y en este sentido, en mi opinión, todo acercamiento occidental al haiku parte de una cierta impostura, de un fingimiento que alcanza un verdadero sentido poético cuando se materializa en la voz impostada del poeta.

De estas opiniones le hice partícipe a Idoli Castro durante la correspondencia electrónica que mantuvimos sobre Haikus sin estación con motivo del encuentro en Lyon. Cuando por fin coincidimos en el Instituto Cervantes de la ciudad francesa, la lectura crítica que hizo Idoli de mi librito me pareció matizadamente sutil y muy rica en observaciones inteligentes. Tanto me interesó su agudo acercamiento, y aquellos días fueron tan fructíferos los intercambios de puntos de vista entre nosotros, que inmediatamente pensé en ella al buscar prologuista para Haikus sin nombre.

Le propuse el reto y enseguida lo aceptó con generosidad. No me equivoqué. A las pruebas me remito. Dejo ahora en manos de los lectores un nuevo librito de haikus. Lo hago con la feliz seguridad de estar, otra vez, muy bien acompañado”.

Ahí van algunos de los haikus del nuevo libro:

1
Flores de inicio
rezan bajo la sombra,
perfilan zarzas

2
Exhausto olvido
y elegía en cerezas:
mimbre de otoño

3
Luna y espigas
quisieran ser palabra,
luz del invierno

4
Un viento agreste
en la órbita del ave:
nido sin tiempo

5
Silba la llama.
Se indispone la niebla
al deshacerse

6
Sombra pequeña
por la hondura se aleja.
Acantilado

7
Columna y roca
florecen implacables,
hieren la arena

 

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LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,13 oct 2011 18:35:26 GTM
<![CDATA[Cuando fui un torero feliz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1430


Juan Antonio González Fuentes

Cuando hace meses leí la biografía Juan Belmonte, matador de toros (Libros del Asteroide) de Manuel Chaves Nogales, considerada un canon del género en español y una de las mejores biografías escritas en España a lo largo del siglo XX, una de las estampas que más llamó mi atención fue la de las decenas, centenares de niños sevillanos aprendiendo a torear en las calles y plazas de la capital andaluza en los años que inauguraban el siglo XX. Leí esos párrafos con la misma sorpresa y curiosidad con la que imagino pudiera leerlos ahora mismo un sueco, por ejemplo.

Nací en Santander y no he vivido nunca en ninguna otra ciudad, salvo unos pocos meses en Leicester (Inglaterra), gracias a una beca Erasmus, y mi siempre epidérmica experiencia madrileña gracias a las vivencias de innumerables fines de semana desde hace poco más o menos cuatro años. Mis cortocircuitos son santanderinos, al igual que le sucede a mi limitado disco duro y a mi ADN norteño. Y puedo asegurar ante cualquier nativo o extranjero que la imagen de niños santanderinos jugando a torear, a ser toreros, en las calles y plazas de la ciudad es sencillamente una entelequia, un imposible en la naturaleza de nuestra realidad. Lo cierto es que ya no es frecuente ver jugar a los niños en la vía pública de casi ninguna ciudad del mundo desarrollado, pero los pocos que lo hacen juegan con balones, saltan combas, se persiguen corriendo a toda velocidad..., pero jamás les he visto en Santander dando pases imaginarios al toro de su memoria con un trapo en la mano. Desconozco si en Sevilla prosigue la liturgia en la que participó el niño Belmonte hace más de cien años. Se lo preguntaré este verano a mi amigo Ricardo Sánchez de Movellán, también con ADN santanderino pero transplantado hace décadas a orillas del Guadalquivir. Quizá él me aporte noticias frescas y veraces al respecto.

Manuel Chaves Nogales: Juan Belmonte, matador de toros (Libros del Asteroide, 2009)

Manuel Chaves Nogales: Juan Belmonte, matador de toros (Libros del Asteroide, 2009)

Repaso las fotos de mi infancia. Aparezco en ellas con hermanos, primos y amigos. Se nos puede ver con balones, sombreros de cowboy, cananas con revólver, vestidos de racinguistas, culés o merengones, practicando simulacros de natación en la orilla de la Primera de El Sardinero, comiendo helados de Capri, posando como un grupo de caníbales en los jardines de Pereda, con bicicletas, patinetes, a la salida del extinto cine Capitol, subidos a los árboles de la Alameda, tocados incluso con el exótico gorro de piel de castor que le era propio a tipos como Daniel Boone o David Crockett..., pero jamás se nos ve vestidos de toreros ni haciendo ningún gesto del que pudiera deducirse un desplante, un quite, un pase de pecho, una manoletina. Nada de nada, ni por asomo.

Y sin embargo, ahora que me veo forzado al recuerdo bajo coacción del amigo Acebo, en la bruma densa de mi memoria empieza a dibujarse con alguna nitidez la difusa sombra del torero que pude ser. Sí, empiezo a recordar. Me veo a mi mismo en la playa de Galizano. Seguro que es domingo de verano, pues entonces era cuando la familia González Fuentes emprendía la preceptiva excursión hacia las playas de la provincia formando larga caravana junto a otras familias amigas. Íbamos en el SEAT 850 dos puertas de color amarillo con el que un año llegamos incluso a acercarnos a las costas de Alicante. En la cesta playera de mimbre había tortillas de patata y filetes empanados. En la nevera portátil abundaba el agua, los botellines de cerveza y la fruta de temporada. El minúsculo maletero del 850 se llenaba también con bolsas de playa, balones, toallas, aletas, colchonetas, gafas de bucear, la obligatoria sombrilla y demás accesorios playeros. En Galizano nos juntábamos con otras familias: los Pérez del Molino, los Incera, los Mendieta..., en resumidas cuentas, todo un campamento de extensión considerable en el que muy bien podrían juntarse más de dos decenas de niños, y en el que había comida para resistir un asedio militar en toda regla, y juguetes para tener entretenidos durante dos años a los huéspedes de un jardín de infancia de tamaño mediano.

El caso es que sí me recuerdo a eso de las seis de la tarde, felizmente exhausto de tanto jugar con las olas, negro por el sol y blanco de salitre, cogiendo la toalla de tonos rojizos y, fijándome en mi propia sombra, dando pases con el improvisado capote a un toro inventado al que recibía no solo con valor y riesgo, sino siendo además consciente de estar moviéndome con gracia y componiendo en el inmenso albero de Galizano una estampa de singularidad estética del todo indiscutible. Recuerdo que giraba la cadera sosteniendo el trapo con las dos manos para acabar la faena haciendo que la toalla cogiese vuelo en el aire y recuerdo, quiero insistir en ello, que la secuencia, proyectada en la sala oscura del cine de mi mente, me producía un gran placer íntimo, y estaba además convencido de que quien se fijase en mí, también experimentaría el gusto de lo estético, de lo hermoso. En conclusión, yo también jugué a ser torero, quise serlo con convicción y bajo el encantamiento feliz del verano, la playa, el mar, la infancia. Sí, hace muchos años, fui un torero feliz.

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: John Williams: Stoner (Baile del Sol, 2011)

LIBRO (junio 2011): Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,21 sep 2011 18:21:41 GTM
<![CDATA[Un cuento de Borges recordado por Alberto Manguel para ilustrar el peligro de reinventar la historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1429


Juan Antonio González Fuentes

En su libro Conversaciones con un amigo (Páginas de Espuma, Madrid, 2011), trae a colación Alberto Manguel un cuento de Jorge Luis Borges para ilustrar los peligros de rescribir la historia, de hacer revisionismo desde la ignorancia de la verdad.

Alberto Manguel: Conversaciones con un amigo (Páginas de la Espuma, 2011)

Alberto Manguel: Conversaciones con un amigo (Páginas de la Espuma, 2011)

El cuento se titula “Utopía de un hombre que está cansado”, y en él se alude a la visión de un posible futuro en el que, por ejemplo, a partir de un momento dado todos los muertos del planeta son incinerados en hornos crematorias en vez de enterrados, por lo que el inventor de los hornos crematorios industriales para seres humanos, un tal Adolf Hitler, es ni más ni menos que un gran filántropo. Peligros de tergiversar la historia.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,29 jun 2011 10:56:47 GTM
<![CDATA[¿La San Sebastián de Bildu capitalidad cultural europea 2016? Algo huele a podrido en Europa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1428


Juan Antonio González Fuentes

La Primera Guerra Mundial supuso, entre otras muchas cosas, la evidencia expresiva en campos de batalla del declive europeo tras aproximadamente cuatro siglos de hegemonía en torno al Mediterráneo. La Segunda Guerra Mundial certificó la decadencia absoluta. Las potencias europeas quedaban como despojos que se repartían sobre un tablero de ajedrez los EEUU y la URSS. La Guerra Fría fue el decorado en el que las dos nuevas superpotencias ejercían sus influencias y los europeos quedaban sometidos al papel de aliados y comparsas. Setenta años después, en 2011, los países europeos siguen en caída libre con respecto a su peso específico en el mundo de la economía y la política mundial. Tras la segunda gran guerra se pensó que la unión europea se convertiría en la solución definitiva para evitar la postración de Europa, pero la actual crisis económica ha desnudado una vez más a los europeos dejando expuestas sus vergüenzas al aire duro y gélido de la decadencia espiritual y económica. Además de los EEUU y de Japón, China, Rusia, Brasil, México, Corea…, son economías y sociedades llamadas a situarse muy por encima de las europeas.

En caída libre en lo que respecta al peso económico del Viejo continente, en caída sin frenos en cuanto a su peso específico en las decisiones políticas del mundo, la única autoridad que aún podía esgrimir Europea era en el terreno de los valores y la cultura. Europea, es decir, sus pensadores y gentes de cultura levantaron durante siglos un edificio relacionado con la libertad, el progreso, la solidaridad, los derechos humanos, la apertura de miras, la justicia, el derecho, el respeto a los contrarios, la variedad de opiniones… Valores sobre los que se fue edificando el ideal de cómo debería ser concebible la sociedad más desarrollada y justa.


Pero esta idea y estos valores esencialmente europeos acaban de sufrir también el escupitajo del mayor descrédito. Me refiero a que una ciudad como San Sebastián acabe de ser elegida capital europea de la cultura para el año 2016. San Sebastián es la capital de Guipúzcoa, y en las últimas elecciones municipales en ambas circunscripciones ha obtenido mayoría de votos Bildu, el partido proetarra, es decir, el partido de los que están a favor de los asesinos del tiro en la nuca, la extorsión, el robo, el chantaje, las bombas, los impuestos revolucionarios, los secuestros y la persecución abierta a los que no piensan como ellos. Sí, San Sebastián, la ciudad que será capital europea de la cultura en 2016 es la ciudad en la que mandan los proetarras, es decir, los xenófobos, los que reivindican una cultura radicalmente autóctona, los que se mofan de las víctimas del terrorismo, los que retiran la bandera de España y el retrato del rey, los que exigen el empleo de un idioma rabiosamente minoritario, los que huyen del cosmopolitismo y la apertura como si fueran la peste, los que defienden una cultura cerrada, etnicista, partidista... Sí, esos, son los que mandan en San Sebastián. Sí, en San Sebastián alguien como Fernando Savater debe pasear por las calles con escolta; también deben hacerlo los representantes políticos de los partidos no nacionalistas: PP y PSOE. En San Sebastián gobiernan los injustos, los que apuestan por el terror como eficaz medida de presión política, los que persiguen y golpean a los que no piensan como ellos, los que están decididos a imponer el pensamiento único (el suyo), los que chantajean a los diferentes, los que ejercen una ridícula xenofobia contra los no vascos, los que reinventan la historia a su conveniencia, los que homenajean públicamente a asesinos, los que persiguen la libertad de opinión, los intolerantes…, estos son los que mandan en San Sebastián, los que ahora deberán gestionar una candidatura contra cuyos valores y esencias ellos son el mejor ejemplo: la materialización repugnante y cobarde del fascismo, la intolerancia, la injusticia, la ausencia de libertad, el dogmatismo, la sinrazón, la violencia política…



El 29 de mayo se cumplieron los 20 años del atentado de ETA contra casa cuartel de Vic (vídeo colgado en YouTube por EFE)

La capitalidad cultural europea 2016 de San Sebastián es una burla a los supuestos valores de la europeidad, es un contrasentido, una ignominia, una infamia, un insulto a las víctimas del terrorismo y a quienes han dado su vida por la democracia y la libertad.

Hoy, 28 de junio de 2011 es un día triste para la idea de Europa, para la cultura europea. Se ha consumado la pantomima. Solo queda la denuncia, mirar hacia otro lado para no respirar el aroma nauseabundo de la farsa o marchar, emigrar de una Europea que es simplemente una lamentable y triste caricatura de sí misma.

Algo huele a podrido en Europa cuando la ciudad en la que campan a sus anchas los defensores de los terroristas es elegida capitalidad cultural europea. En estas condiciones, en estas circunstancias, renuncio a ser europeo, escupo con desprecio esa condición, y como en su día hicieron Zweig, Marai, Cernuda, Wilder, Lang, Stravinsky, Schöenberg, Mann…, y tantos y tantos otros, es la hora de pensar en el exilio, de buscar otros horizontes en los que el aire sea quizá más pobre, pero sin duda más puro y honesto, y en el que los valores que construyen la sociedad no sean una pura mentira sobre la que se escupe con impunidad y desprecio. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,28 jun 2011 20:1:1 GTM
<![CDATA[El baron Kurt von Hammerstein y sus cuatro categorías de personas, en Hammerstein o el tesón, de Enzensberger (Anagrama)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1427


Juan Antonio González Fuentes

Eric M. Warburg era un oficial norteamericano que durante la Segunda Guerra Mundial, más concretamente en octubre de 1942, estuvo destinado en un puesto de mando secreto del ejército británico en Buckinghhamshire, en las propiedades de Lord Latimer. Warburg contó que en la pared situada detrás del escritorio del oficial de servicio podía leerse en letras muy grandes: I divide my officers into four groups..., es decir, una cita traducida al inglés del alemán de un general del Estado Mayor alemán, el baron Kurt von Hammerstein (1878-1943), al que H. M. Enzensberger dedicó en 2008 un magnífico libro misceláneo (novela, biografía, historia) que acaba de ser traducido al español por Anagrama con el título: Hammerstein o el tesón.

Cuando a Hammerstein le preguntaron desde qué puntos de vista juzgaba a sus oficiales, el general dijo: “Distingo cuatro clases: los inteligentes, los trabajadores, los tontos y los vagos. En la mayoría de los casos concurren dos cualidades. Los inteligentes y trabajadores son para el Estado Mayor; los otros, los tontos y vagos, forman el noventa por ciento de todos los ejércitos y son muy aptos para las tareas de rutina. El que es inteligente y, a la vez, vago, se califica para las más altas tareas de mando, pues aporta la claridad mental y el aplomo necesarios para tomar decisiones de peso. Del que es tonto y trabajador hay que protegerse; en ése no se puede delegar ninguna responsabilidad, pues siempre causará alguna desgracia”.

H. M. Enzensberger: Hammerstein o el tesón (Anagrama, 2011)

H. M. Enzensberger: Hammerstein o el tesón (Anagrama, 2011)

Ni que decir tiene que Hammerstein se tenía a sí mismo por inteligente y vago. Por lo demás, esta clasificación creo que puede muy bien aplicarse a cualquier grupo profesional humano y, en términos generales, el general, valga la redundancia, tenía toda la razón.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

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LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

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: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,27 jun 2011 13:6:51 GTM
<![CDATA[Un paisaje de Egon Schiele, la colección Rudolf Leopold y el expolio nazi en Sotheby’s, Londres]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1426


Juan Antonio González Fuentes

En Krumau, al sur de Bohemia, nació la madre de Egon Schiele (1890-1918), uno de los más grandes pintores del final del Imperio austrohúngaro. Krumau es el motivo de un óleo sobre lienzo que pintó Schiele en torno a 1914, cuando para escapar de la atmósfera opresiva vienesa recaló en la ciudad de su madre con Wally Neuzil, su amante. Sin embargo, ironías de la vida, la pareja fue expulsada de la pequeña ciudad por su estilo de vida, en exceso liberal para los vecinos de Krumau. Los “libertinos” regresaron a Viena apenas un año más tarde.

Pues bien, la casa Sotheby’s de Londres subasta hoy miércoles Häuser MIT Bunter Wäsche, "Vorstadt" II, pintura que fue comprada el mismo año de su realización por Heinrich Böhler, amigo personal del artista y su más importante mecenas. La viuda de Böhler le vendió la obra en 1952 a Rudolf Leopold (1925-2010), el fundador del famoso Museo Leopold de la capital austriaca, institución que posee el mayor número de obras de Schiele, y que forma parte del llamado Barrio de los Museos de Viena, un área cultural pública inaugurada en 2011 en los que fueron las caballerizas imperiales. Rudolf Leopold llegó a reunir una colección de más de 5.000 obras, entre ellas 250 de Schiele. La colección completa fue adquirida por el Estado austriaco en la década de 1990 por 160 millones de euros, con la condición de conservarla dentro de una fundación privada y exhibirla al público en un museo bajo la dirección vitalicia del propio Rudolf Leopold.

Egon Schiele: Häuser MIT Bunter Wäsche,

Egon Schiele: Häuser MIT Bunter Wäsche, "Vorstadt" II (1914)

El dinero que se obtenga de la venta Häuser MIT Bunter Wäsche, "Vorstadt" II (su precio de salida ronda los 25, 30 millones de euros) se usará en parte para compensar económicamente a los herederos de Lea Bondi Jaray, una marchante judía a la que los nazis robaron un retrato de Wally Neuzil realizado por Schiele. Los nazis se lo quitaron en 1939, cuando Lea Bondi huyó de Viena tras la anexión de Austria a Alemania.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

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LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

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LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,22 jun 2011 18:31:8 GTM
<![CDATA[María Zambrano y la poesía, o cuando la poesía jamás es certidumbre]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1425


Juan Antonio González Fuentes

Recientemente hablada en estas mismas páginas de una nueva (viejísima) polémica en la poesía española, despierta esta vez por la publicación en el sello Visor de una antología de jóvenes poetas en español situados en la incertidumbre (Poesía ante la incertidumbre). Estos poetas declaran en una especie de manifiesto que como estamos en tiempos de incertidumbre, lo mejor para la poesía y para los lectores de poesía es darle certidumbre al asunto, es decir, poco más o menos que escribir y leer “poesía normalizada”, “poesía entendible”, poesía de “uso común”. A mí me parece muy bien, pues creo que cada lector y cada poeta debe optar por la poesía que más se acerque a sus intereses, obsesiones, gustos, ética, etc…

Pero en este asunto siempre he estado bastante cerca del modo de pensar de María Zambrano, sin duda la pensadora española más importante del siglo XX, y a mi juicio una de las cabezas que más y mejor ha pensado en español sobre qué es la poesía y su relación con el pensamiento. Escribe María Zambrano en su libro Filosofía y Poesía de 1939:

“La palabra ha venido a dar forma, a ser la luz de estas dos infinitudes que rodean y cercan la vida humana. La palabra de la filosofía por afán de precisión, persiguiendo la seguridad, ha trazado un camino que no puede atravesar la inagotable riqueza. La palabra irracional de la poesía, por fidelidad a lo hallado, no traza camino. Va, al parecer, perdida (de ahí que yo titulara mi último libro en la editorial DVD La lengua ciega, añado). Las dos palabras tienen su raíz y su razón. La verdad que camina esforzadamente y paso a paso, y avanzando por sí misma, y la otra que no pretende ni siquiera ser verdad, sino solamente fijar lo recibido, dibujar el sueño, regresar por la palabra, al paraíso primero y compartirlo… El filósofo quiere lo uno, porque lo quiere todo, hemos dicho. Y el poeta no quiere propiamente todo, porque teme que en este todo no esté en efecto cada una de las cosas sin restricción, sin abstracción ni renuncia alguna. Quiere un todo desde el cual se posea cada cosa, mas no entendiendo por cosa esa unidad hecha de sustracciones. La cosa del poeta no es jamás la cosa conceptual del pensamiento, sino la cosa complejísima y real, la cosa fantasmagórica y soñada, la inventada, la que hubo y la que no habrá jamás. Quiere la realidad, pero la realidad poética no es sólo la que hay, la que es; sino la que no es; abarca el ser y el no ser en admirable justicia caritativa, pues todo, todo tiene derecho a ser hasta lo que no ha podido ser jamás. El poeta saca de la humillación del no ser a lo que en él gime, saca de la nada a la nada misma y le da nombre y rostro. El poeta no se afana para que las cosas que hay, unas sean, y otras no lleguen a este privilegio, sino que trabaja para que todo lo que hay y lo que no hay, llegue a ser. El poeta no teme a la nada. La poesía humildemente no se planteó a sí misma, no se estableció a sí misma, no comenzó diciendo que todos los hombres naturalmente necesitan de ella. Y es una y es distinta para cada uno. Su unidad es tan elástica, tan coherente que puede plegarse, ensancharse y casi desaparecer; desciende hasta su carne y su sangre, hasta su sueño… El poeta no cree en la verdad (¿certidumbre?, añado yo), en esa verdad que presupone que hay cosas que son y cosas que no son y en la correspondencia verdad y engaño. Para el poeta no hay engaño, sino es el único de excluir por mentirosas ciertas palabras. De ahí que frente a un hombre de pensamiento el poeta produzca la sensación primera de ser un escéptico. Mas, no es así: ningún poeta puede ser escéptico, ama la verdad, mas no la verdad excluyente, no la verdad imperativa, electora, seleccionadora de aquello que va a erigirse en dueño de todo lo demás, de todo”. Fin de la cita.

María Zambrano

María Zambrano

Y también es la propia Zambrano quien prosigue marcando el sendero en algunos párrafos de sus Apuntes sobre el lenguaje sagrado y las artes. Cito: “En el modo de vivir humano es decisivo el tiempo. Y el tiempo en que vivimos parece ser el resultado de una escisión de un tiempo unitario en que el transcurrir no produjera la caída constante del presente en un fondo oculto, un tiempo unitario y múltiple albergue de lo real y de su germinación inacabable; un transcurrir mediador, manifestante, del que ha quedado una inevitable trascendencia que recoge la memoria en estado de esperanza... Con esta tensión de la poesía por rescatar el tiempo perdido, su vocación quizá, se enlaza el que la poesía primera que nos es dado conocer sea lenguaje sagrado... Lenguaje sagrado que se escucha en las formas y en las fórmulas de la liturgia –la liturgia, sustancia de la religión–... La palabra sagrada es activa... Verifica una acción verificándose que no siempre es definible, o que trasciende toda definición meramente lógica..., la acción del lenguaje sagrado se ejerce ante todo en abrir un espacio, un verdadero espacio vital antes cerrado. Y de ahí la inveterada imagen simbólica de unas puertas que se abren, de unas llaves, de un lugar sacro donde en virtud de ciertas fórmulas y de ciertos ritos es posible penetrar..., con el lenguaje sagrado..., tiene acceso a espacios y a dimensiones del tiempo, a un espacio-tiempo, menos divergentes de como en el vivir cotidiano se encuentran. Lo que significa una fragmentación de la realidad que ante el hombre aparece, y la condenación a no aparecer sino muy de pasada a otras realidades que quedan revoloteando, o, en errabundo ir y venir, o, por el contrario, fijas, cortando el paso al tiempo y obnubilando el espacio vital”. Fin de la cita.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,21 jun 2011 18:17:36 GTM
<![CDATA[El autobús de siempre (Ediciones Tantín), novela de José Palacio González con Santander al fondo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1424


Juan Antonio González Fuentes

Les cuento un cuento: Juan, funcionario en excedencia, abogado de prestigio y eterno escritor en ciernes, vuelve a Santander en plena crisis profesional y personal para asistir al entierro de su madre. El regreso a la geografía de la infancia le sirve a Juan para enfrentarse a los fantasmas de su pasado más cercano, y el inicio de un proyecto de cambio de vida irá adquiriendo perfiles cada vez más nítidos. Bien, este es el resumen resumido de un argumento novelesco, más concretamente de la novela El autobús de siempre, escrita por el jurista José Palacio González y publicada por la editorial santanderina Tantín, la editorial, entre otras obras, de las obras completas de José María de Pereda.

La acción de El autobús de siempre se desarrolla en tres niveles temporales que se van alternando entre sí. A lo largo de la novela desfilan sucesos que han jalonado la historia más reciente de Santander, por ejemplo, la construcción del Palacio de Festivales (sede del Festival Internacional de Santander), o el popularísimo desfalco de Pepe, el del Popular, vamos, el del Banco Popular, noticia que saltó a las páginas de todos los periódicos nacionales. Sin embargo, la ciudad es solo el escenario de unos hechos, los narrados en El autobús de siempre, que bien podían haber sucedido en cualquier otra parte, en cualquier otro lugar del mundo.



La novela se presentará el próximo miércoles 22 de junio a las 8 de la tarde en un lugar emblemático de Santander, el Real Club de Regatas, situado en la Plaza de Pombo. De presentador ejercerá mi amigo Enrique Bolado. Estaré allí: una novela sobre la ciudad en la que uno vive nunca debe pasar desapercibida para el residente. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Monday,20 jun 2011 18:41:2 GTM
<![CDATA[Los libros son tímidos (Periférica) de Giulia Alberico, u otra forma de nostalgia, San Vito Chietino]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1423


Juan Antonio González Fuentes

Hay libros que son como las golosinas: están ricos, pero no alimentan y por eso hay que comer pocas. Sí, hay libros que no “alimentan”, pero cuya lectura hace pasar un rato ameno, agradable. Es lo que ocurre con Los libros son tímidos (Periférica, 2011) de la escritora italiana Giulia Alberico (San Vito Chietino, 1949), afincada en Roma desde hace años y una escritora con fama y lectoras en el país vecino.

El librito, cien páginas de letra grande, es una declaración de amor a los libros, subgénero literario que en nuestros días, cuando la Galaxia Gutenberg está dando las últimas bocanadas, parece haberse puesto de moda, y son diversos los trabajos que en los dos últimos años han visto la luz como declaraciones de amor a la antigua forma de leer (en papel) y de acumular estos objetos pesados y voluminosos llamados quizá a desaparecer en breve (bibliotecas).

Pues sí, Giulia Alberico nos cuenta en estas páginas cómo nació su pasión por la lectura en un pueblecito de Italia, y cómo esa pasión se fue desarrollando en su interior a lo largo de su adolescencia y juventud estudiantil a lo largo y ancho de diversos pueblos y ciudades italianas. El recorrido acaba conformándose en una autobiografía a través de los libros que más impacto le causaron en aquellos años y de los seres, lugares y cosas que estaban en relación con los libros amados, es decir, calles, profesores, familia, librerías, kioskos, trenes…

Giulia Albarico: Los libros son tímidos (Periférica, 2011)

Giulia Albarico: Los libros son tímidos (Periférica, 2011)

La historia escrita por Alberico se degusta en apenas hora y media, y deja un gusto dulce en el paladar, aunque también un cierto vacío de estómago. Los libros son tímidos habría que leerlo a la antigua usanza. Propongo por ejemplo comprar el librito en la pequeña librería preferida; llevarlo a media tarde a un viejo café con espejos, sillones y camareros uniformados, serviciales y un poquito adustos; sentarse solo en una mesa; pedir un café con leche con algo de repostería fina y comenzar la lectura; a la mitad del libro pedir otro café y, unas vez terminado, levantarse del sillón con maneras de antiguo caballero, pagar la cuenta, despedirse con amabilidad de la parroquia, salir del café, avanzar paseando por las calles más cercanas que sean algo estrechas, suficientemente iluminadas y sin tráfico, y pensar con el sonido de los propios pasos en los primeros libros leídos, en su olor, y hacerlo con la punzada dulzona de melancolía necesaria. Nada más. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

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LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Sunday,19 jun 2011 12:33:17 GTM
<![CDATA[Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la casa de Ícaro (El Desvelo ediciones)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1422


Juan Antonio González Fuentes

El próximo día 27 de junio estará disponible en librerías el último libro editado por El Desvelo ediciones, el primero de la serie que piensa dedicar a grandes fotógrafos. La colección se abrirá a finales de junio con Rax Rinnekangas, Premio Nacional de Fotografía en Finlandia, y seguirá no mucho después con un libro sobre Jeff Wall.

Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la casa de Ícaro (El Desvelo ediciones)

Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la casa de Ícaro (El Desvelo ediciones)

El libro cuyo título es Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la casa de Ícaro, incluye 32 imágenes en color que ofrecen un repaso a su carrera, así como una larga entrevista en donde el creador habla de su trayectoria vital y artísticas y expone sus puntos de vista sobre la narrativa, la fotografía y el cine que practica. La entrevista fue realizada el pasado año en Helsinki por los periodistas Javier Fernández Rubio y Mada Martínez García.



Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la casa de Ícaro (vídeo colgado en YouTube por (eldesveloediciones)

El libro tiene un enfoque divulgativo y para arropar su lanzamiento se han realizado unas jornadas en Santander, con presencia del autor, en las que se han exhibido películas de Rax Rinnekangas sobre diversos arquitectos y una reflexión sobre Europa. Dichas jornadas han sido organizadas por el Colegio de Arquitectos en colaboración con la Fundación Caja de Arquitectos y los organismos fineses FILI y FRAME.

El diseño del libro ha corrido a cargo de la empresa Álvarez Careaga AC2, y más concretamente de la diseñadora Carmen Quijano

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LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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Thursday,16 jun 2011 20:23:9 GTM
<![CDATA[El gobierno Zapatero propone sacar de su tumba los restos de Franco]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1421


Juan Antonio González Fuentes

Con la que está cayendo en España, al borde durante los últimos meses de la intervención directa y sin disfraces de la Unión Europea (léase Alemania), con los coros y danzas de los etarras gobernando ayuntamientos por todos el País Vasco, con el Tribunal Constitucional deshaciéndose a pedazos, con los inclasificables grupos del llamado 15-M tomando a su antojo las plazas y calles del país, con la mayor parte de las comunidades autónomas y los ayuntamientos en bancarrota mal disimulada, con casi cinco millones de parados oficiales, con la patronal y los sindicatos sin mirarse a la cara, con más del 80% de poder municipal y autonómico en manos del partido de la oposición, con un clamor general que pide el adelanto de las elecciones generales, con un sistema democrático que reclama a gritos casi una especie de refundación, con las castas política y judicial bajo la sospecha de toda la sociedad, con la Real Academia de la Historia publicando diccionarios biográficos en los que Franco no es definido como dictador, etc…

Tumba de Franco (autor: Georgio; foto: wikipedia)

Tumba de Franco (autor: Georgio; foto: wikipedia)

En fin, con un panorama desolador por delante, por detrás y por los costados, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no ceja en su empeño de emponzoñarse en charcos absurdos y completamente ajenos a cualquier urgencia pragmática. Y además lo hace con el agravante surrealista de que Zapatero ya no pinta nada en su propio gobierno. La cuadratura del círculo. El último de los charcos es proponer sacar los restos del general Franco de su actual tumba en el monasterio del Valle de los Caídos y trasladarlos a otro lugar. Proponer sacar los de Franco pero dejar los de José Antonio Primo de Rivera. Este último, aducen, fue una víctima de la guerra, mientras que el primero fue el causante de la misma. ¿Alguien le encuentra algún sentido común a este esfuerzo zapateril? ¿Es el traslado del polvo de Franco una tarea prioritaria en la situación actual? ¿Qué estrategia o plan hay detrás de este tipo de empeños a unos meses de las elecciones generales y estando España como está, al borde de un ataque de nervios permanente? No intente nadie aplicar lógica a nuestra realidad. Bueno, sí, aplíquese la lógica del desconcierto, del sectarismo obnubilado, del dogmatismo sangrante, del sálvese quién pueda, de la revancha y el resentimiento a pecho descubierto… Vamos, la lógica del talibán más convencido. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

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LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,15 jun 2011 12:21:6 GTM
<![CDATA[“Variaciones y revisiones: Gerardo Diego”, curso en la UIMP del 1 al 5 de agosto]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1420


Juan Antonio González Fuentes

El próximo día 1 de agosto dará comienzo en la UIMP, en su sede santanderina del Palacio de La Magdalena, el curso : “Variaciones y revisiones: Gerardo Diego”, dentro del epígrafe “Artes y Letras: creadores santanderinos”. Bajo la dirección académica de Dámaso López García (Decano de Filología de la Complutense de Madrid), y actuando yo mismo como Secretario, este es el tercer curso de estas características que organizamos con la coordinación general de la Asociación Cultural Plaza Porticada. Los anteriores estuvieron dedicados a Álvaro Pombo y José Hierro, existiendo como precedente la organización de un encuentro con los creadores Jesús Pardo y Mario Camús.

Gerardo Diego (Santander, 1896-Madrid, 1987) es sin lugar a dudas el poeta de mayor dimensión que ha dado Cantabria en su historia y uno de los imprescindibles pesos pesados de la llamada Generación poética del 27, de la que él elaboró las dos principales antologías. Además de poeta esencial para la poesía en español del siglo XX, Gerardo Diego fue catedrático de Lengua y Literatura en institutos de Soria, Gijón, Santander y Madrid; crítico literario, musical y taurino; columnista en diversos periódicos; antólogo; pianista; conferenciante por todo el mundo; y director de dos de las revistas más emblemáticas del 27, Carmen y su suplemento Lola.

La poesía de Gerardo Diego representa un ideal dentro del proyecto poético de su generación al combinar con verdadera maestría la poesía de corte tradicional y la de vanguardia, en este último caso en torno esencialmente a dos movimientos, el Ultraísmo y el Creacionismo. En ambos caminos la producción poética de Gerardo Diego ofrece referencias inexcusables: Imagen (1922); Manual de espumas (1924); Versos humanos (1925); Fábula de Equis y Zeda (1932); Ángeles de Compostela (1940); Alondra de verdad (1941); Canciones a Violante (1951); Mi Santander, mi cuna, mi palabra (1961); Nocturnos de Chopin (1963)... Libros y poemas que le valieron premios y reconocimientos como el Nacional de Literatura (1925), la entrada en la Real Academia Española de la Lengua (desde 1947) y el Cervantes del año 1979, que compartió con el argentino Jorge Luis Borges.

Las intenciones de este curso son diversas. Repasar y revisar la polifacética aportación del poeta santanderino a la cultura y poesía española de su tiempo; conocer y difundir las últimas aportaciones y estudios sobre su obra; discutir su papel dentro de la más importante generación poética española del siglo XX; y analizar la impronta de los caminos poéticos gerardianos en la poesía que le ha continuado.

Gerardo Diego en el puerto de Santander

Gerardo Diego en el puerto de Santander

PROGRAMA

Lunes 1 de agosto

10:00 h.
Inauguración

10:30 h.
“Gerardo Diego: imágenes caleidoscópicas”
Elena Diego
Catedrática de Lengua Francesa y ex vicepresidente de la Fundación Gerardo Diego

12:00 h.
“La poesía absoluta de Gerardo Diego”
Jaime Siles
Catedrático de Filología Clásica.
Universidad de Valencia

15:30 h.
“Poesía de lo imposible: interferencias musicales en la obra de Gerardo Diego”
Ramón Sánchez Ochoa
Profesor de Historia y Estética de la Música.
Conservatorio Superior de Música de Valencia.

16:30 h.
“Gerardo ante el piano”
Antonio Gallego
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Martes 2 de agosto

09:30 h.
“Gerardo Diego y Basilio Fernández: cercanía y lejanías”
Eduardo Moga
Poeta, traductor y crítico literario

10:30 h.
“Gerardo Diego y su ciudad: una relación conflictiva”
Julio Neira
Catedrático de Literatura Española de la UNED
Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas
de la Junta de Andalucía.

12:00 h.
“Gerardo Diego: De su correspondencia y de La Isla de los Ratones
Manuel Arce
Escritor

15:30 h.
“Gerardo Diego, el mar y los poetas cántabros”
Rafael Morales Barba
Profesor Titular de Literatura Española.
Universidad Autónoma de Madrid

16:30 h.
Mesa redonda:
Eduardo Moga
Julio Neira
Manuel Arce
Rafael Morales Barba
Luis Alberto Salcines (antólogo)
Javier Lostalé (poeta)
Modera: Juan Antonio González Fuentes

Miércoles 3 de agosto

09:30 h.
“Las revistas literarias: De la periferia al logos. El caso de Gerardo Diego”
Manuel J. Ramos Ortega
Catedrático de Literatura Española
Universidad de Málaga

10:30 h.
“Fábula de Equis y Zeda y la escritura creacionista de Gerardo Diego
Juan Manuel Díaz de Guereñu
Catedrático del Departamento de Comunicación
Universidad de Deusto

12:00 h.
“Gerardo Diego y Vicente Huidobro: una extraordinaria aventura humana
y literaria en busca del nuevo verbo poético”
Gabriele Morelli
Catedrático de Literatura Española
Universidad de Bérgamo

15:30
“En torno a tres sonetos de Gerardo Diego”
Nuria Rodríguez Lázaro
Profesora Titular de Literatura Española.
Universidad de Burdeos

16:30 h.
Mesa redonda:
Manuel J. Ramos Ortega
Juan Manuel Díaz de Guereñu
Gabriele Morelli
Nuria Rodríguez Lázaro
Modera: Dámaso López García

Jueves 4 de agosto

09:30 h.
“Gerardo Diego-José Hierro. Comentarios a un Cuaderno de amigos
Juan Antonio González Fuentes
Real Sociedad Menéndez Pelayo

10:30 h.
“La militancia poética de Gerardo Diego en la posguerra”
José Luis Bernal Salgado
Profesor Titular de Literatura Española
Universidad de Extremadura

12:00 h.
“Poesía e historia: Gerardo Diego y la tradición áurea”
Francisco Javier Díez de Revenga
Catedrático de Literatura Española
Universidad de Murcia

16:00 h.
Mesa redonda:
Emiliano Martínez Rodríguez
(Presidente de la editorial Santillana y de la Fundación Barcenillas)
Juan Manuel Bonet
Elena Diego
Francisco Javier Díez de Revenga
José Luis Bernal Salgado
Modera: Dámaso López García

Viernes 5 de agosto

09:30 h.
“Gerardo Diego, antólogo”
José Teruel
Profesor Titular de Literatura Española
Universidad Autónoma de Madrid

11:00 h.
“Gerardo Diego y el Nuevo Mundo: lo que nos cuenta su biblioteca”
Juan Manuel Bonet
Escritor y poeta. Ex Director del Museo Nacional de Arte Reina Sofía

13:00 h. Clausura
 

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,14 jun 2011 13:21:38 GTM
<![CDATA[Colores en Haikus sin estación (Ediciones Carena), por Lucille Mantelin]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1419


Juan Antonio González Fuentes

El pasado curso, un grupo de alumnos del catedrático de Literatura Española de la Universidad de Lyon, Philippe Merlo Morat, en un Seminario de Master 2 trabajaron sobre mi libro Haikus sin estación. Varios escribieron un trabajo tras la lectura de los haikus (Beatriz Rubio, Marine Granger, Sébastien Serrano,..), y aquí quiero compartir con todos el que redactó Lucille Mantelin, a quien le agradezco mucho el acertado análisis y el permiso para hacer público su trabajo:

“Se suele decir que el poeta es un intermediario entre el mundo y los hombres. Su sensibilidad le permite comprender lo que es incomprensible para el común de los mortales. Tiene el poder de ver las cosas como son de verdad mientras que los demás las ven sólo en superficie. El papel del poeta consiste entonces en transmitir sus conocimientos con los que no puede alcanzarlos. Es esta tarea, Juan Antonio González Fuentes añade una dificultad más: acercarse de la esencia.

En La luz todavía y La lengua ciega, dos de sus poemarios anteriores, ya estaba presente esta búsqueda de la verdad, del instante preciso durante el cual vemos un trozo de esencia. Para describir esta esencia, el poeta debe encontrar la palabra justa, la imagen mental adecuada. En cuanto a la forma, eligió el haiku que concentra todo su poder de sugestión en tres versos.

Fabricar imágenes con sólo tres breves versos es un ejercicio complejo. En esta poesía cada palabra es esencial y cargada de sentidos, sensaciones y emociones. Una de las herramientas del poeta es solicitar los sentidos del lector. A lo largo de este trabajo de análisis, trataremos de entender cómo están empleados los colores.

Entrada en materia

Cuando hablamos de colores es obvio que hablamos también de los valores blanco y negro, y sobre todo de la luz. Ya el primer haiku nos da la tonalidad con un claroscuro:

1
Allá de mi voz,
Vencejo y nube blanca
Bajo su sombra

Efectivamente la luz contiene todos los colores del arcoíris, y el valor blanco es la suma de todos los colores. Además sin la luz no podemos ver los colores y estamos en un mundo matizado de gris. Para apoyar esta idea citaremos el Traité des couleurs (1) de Goethe:

En général, les humains éprouvent un grand bonheur à voir la couleur. L’œil a besoin d’elle, comme il a besoin de la lumière. Qu’on se rappelle ici le réconfort ressenti lorsque, par un jour gris, le soleil vient à brille en un point du paysage et y rend les couleurs visibles. On a attribué aux pierres précieuses colorées des effets thérapeutiques-peut être en raison de ce sentiment profond d’indicible bien-être.

El tono gris del que nos habla Goethe está presente en la poesía de Juan Antonio González Fuentes por los términos “sombra”, “oscura”, “niebla” y “gris”. Pero los colores, puestos de relieve por los relámpagos de la luz, emergen delante del lector como pinceladas escasas. Cada uno de los colores aparece como precioso. A menudo están implícitos y salen en la imagen mental que se hace el lector con el haiku. Sin embargo unos colores están citados textualmente. Es el caso del rosa en el haiku 29:

29
¿No es la música,
-trazo leve de espada-
Rosa y espina?

La flor es naturalmente asociada al color que lleva su nombre. Aquí si la espina remite a la espada, suponemos que la rosa remite a la música. El rosa puede sugerir los labios si lo asociamos al haiku siguiente que parece ser una metáfora de la boca que está hablando:

30
Entre los labios
El ala del pájaro
Dibuja un orden

La lengua puede estar evocada en el secundo verso, más ligera respecto al “trazo leve de espada” del secundo verso del haiku 29. El “trazo” se ha convertido en “dibujo” y la “espina” en “orden”. Es decir que la rosa y por asimilación, el rosa, para el poeta es un epicentro de sensaciones. El oído es concernido por la música, el tacto por la “espina”, la vista claramente con el color y casi el gusto con el espacio “entre los labios”.

El secundo color citado es el azul. Ya muy citado en La lengua ciega donde es el color principal, vuelve en Haikus sin estación pero solamente citado dos veces. Lo encontramos en los haikus 36 y 38. Para no romper con la progresión citaremos el 37 también:

36
Cobijo el aire
Bajo el peso azul del mar:
Ojo de cristal

37
Está la lluvia
Tras el rumor de marzo:
Llora la tarde

38
Cráter de azules,
Geometrías de barca:
Un vaso de agua

Se destaca evidentemente que el elemento principal de este “tríptico” es el agua. Entonces el azul está asociado con el elemento acuático. De manera general el azul connota en primer lugar, el cielo como lo prueba la definición de la REA más en adelante, y por extensión la ligereza.

Al contrario en el haiku 36 este color es pesado. El color remite entonces a la materia pesada, es algo que se puede tocar. Al contrario de la Entrada en materia de José Ángel Valente que estudia el tema del vacío, aquí el espacio está lleno de agua y de ruido (rumor). Además estamos en presencia de elementos muy concretos como el “vaso” que contiene el líquido.
azul.

(Quizá alterac. del ár. hisp. lazawárd, este del ár. lāzaward, este del persa laǧvard o lažvard, y este del sánscr. rājāvarta, rizo del rey).
1. adj. Del color del cielo sin nubes. Es el quinto color del espectro solar. U. t. c. s.
2. m. El cielo, el espacio. U. m. en leng. poét.
3. m. Méx. Miembro del cuerpo de Policía (2).

El último ejemplo de color citado en el poemario es el caso del rojo. Citado una sola vez, en el haiku 69, tenemos la impresión de ver un color muy denso gracias a la evolución del verbo “virar” al de “arder”, y el hecho de pasar del “rojo” hacia los “colores”:

69
Reino del frío:
Vira la rama al rojo,
Arde en colores

El color evocado, estampa japonesa

Los cromáticos en el poemario no sólo relucen a través de los nombres de los colores sino vienen a la mente por la imagen mental. A menudo el poeta se sirve de la naturaleza para despertar una imagen colorada en el lector. En este punto el haiku es una forma de poesía muy bien adaptada ya que en su origen japonés debía connotar una de las cuatro estaciones.

Para ejemplificar esta relación entre naturaleza y color citaremos el haiku 11 que dibuja un paisaje japonés. En efecto podemos imaginar el volcán sagrado Fujiama, los campos de té, y los crisantemos imperiales de color amarillo.

11
Piadosa lava
Entre campos de vuelo:
té y crisantemos

Aquí la lava trae una mezcla de color entre la tierra quemada muy oscura casi negra y el fuego naranja o rojo. El verde está añadido por los árboles de té y con los crisantemos tenemos una paleta amplia de colores.

El haiku 57 nos expone un paisaje con colores calientes. La luz del día tamizada, los rayos del sol rojo se reflejan sobre la nieve tiñéndola con un color escarlata. Si el sol poniente está apagándose sobre el país del origen del sol, el color rojo puede remitir al “momiji”, arce japonés, famoso por su hoja color sangre en otoño.

57
El sol poniente
En astilla de otoño:
Sangre de niebla

En este haiku el color es dado esencialmente por la luz, o sea la luz del fin del día. Todas las luces no son iguales y no ponen de realce los mismos cromáticos. Según la hora del día, la luz y con ella el paisaje cambian. Por eso también el hecho de captar el instante en el instante para acceder a la esencia es aún más difícil. La variación en la luz es muy perceptible en el haiku 12. Estamos en presencia de un crescendo luminoso, la luz se intensifica.

12
Oscura senda,
De pronto llama blanca,
Luz que se tensa



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

El Haiku como fuente de cultura japonesa

Ciertos poemas en su estética y en su composición connotan el arte floral japonés, el Ikebana.

L’Ikebana également connu sous le nom de kadō, la Voie des fleurs ou l'art de faire vivre les fleurs est un art traditionnel japonais basé sur la composition florale.

Au contraire de la forme décorative des arrangements floraux dans les pays occidentaux, l’arrangement floral japonais crée une harmonie de construction linéaire, de rythme et de couleurs. Alors que les Occidentaux tentent d'accentuer la quantité et les couleurs des fleurs, portant leur attention essentiellement sur la beauté de la fleur, les Japonais accentuent l'aspect linéaire de l’arrangement. Ils ont développé un art qui valorise aussi bien le vase, les tiges, les feuilles et les branches que la fleur elle-même. La structure complète de l'arrangement floral japonais est axée sur trois points principaux symbolisant le
ciel, la terre et l’humanité à travers les trois piliers, asymétrie, espace et profondeur (3).

Con esta definición, podemos dar una mirada más avisada cuando se trata de vegetales y flores en el poemario. Dos haikus nos llaman la atención.

26
Taxidermista:
Se afana el tiempo solo
En secar una flor

28
Luz que celebra
Eros en lo pequeño,
Pétalo en rama

Leemos de nuevo estos poemas aplicándoles los principios del Ikebana. Así notamos que la flor seca representa el pasado tanto en el arte floral japonés como en el poema mismo.

En el 28 cada verso puede aludir a cada parte de la flor. Es decir, el verbo “celebrar” en el primer verso, verso más alto, simboliza la flor lozana. Es el símbolo del presente. El “pequeño” sería el yema en medio del poema y en medio de la flor, lo que representa el futuro en el arte Ikebana. En la tercera parte o la de abajo está el pétalo que trae el color, y la rama que simboliza el cielo. La armonía viene del lugar donde se coloca los diferentes elementos florales, y también de su simbólica.

El objetivo de la composición floral tanto como el de los haikus es provocar emociones. Para lograrlo debe mantener en vilo los sentidos y lo hace con correspondencias que provocan sensaciones.

En cuanto a la cultura japonesa será interesante decir algo sobre la cubierta del poemario. Lo primero que subrayar, es que contrariamente a la cubierta de La luz todavía y La lengua ciega, la de Haikus sin estación cuenta con la participación de Juan Antonio González Fuentes. En un secundo tiempo, es relevante notar que está en color, lo que nos interesa en este trabajo.

Sobre el fondo empapelado de color gris, el título del poemario aparece en rojo, el nombre del autor en verde y los kanji (4) en marón. Además una rama de cerezo del mismo marrón esta ornado de flores y yemas rosas. El vegetal connota el ikebana, y sobre todo la estación de floración del “sakura” (cerezo japonés). El sakura simboliza en el Japón, la hermosura efímera. Así de nuevo el tema del instante breve es evocado.

Otro árbol citado por Juan Antonio González Fuente, es el sauce. En el tercer verso del haiku 49 el poeta juega con las palabras porque es implícito que se trata de un sauce llorón:

49
Alguien va y viene
Acabándose en la luz.
Se llora el sauce

El poeta japonés Riôta escribió un haiku en ciertos puntos similares a este. Hablando de este mismo haiku de Riôta, Eliane Bricard-Nagy dice que “il met en lumière l’aspect réparateur de l’intimité avec la nature” (5). En efecto, el yo poético, furioso y ofendido, encuentra en el tercer verso, con la visión del sauce, un sosegó:

Je rentrais
Furieux, offensé :
Le saule dans le jardin (6)

Colores en correspondencia

No podemos hablar de correspondencias sin hablar de Baudelaire y de su famoso poema, “IV correspondances” sacado de Les fleurs du mal donde nos explica que “Les parfums, les couleurs et les sons se répondent” (7). En la poesía del poeta francés encontramos un animal, que encontramos en la del poeta español, el cisne. “J'unis un cœur de neige à la blancheur des cygnes” dice Baudelaire en su poema “La beauté” (8). El animal es considerado entonces como un animal hermoso por sus plumas blancas pero que tiene un corazón de hielo. El hielo, justamente es asociado al cisne en el haiku 10, donde también aparecen la ligereza y la brevedad:

10
Silueta de aire,
Nácar alado y breve,
Hielo de cisne

La segunda vez que aparece el cisne en Haikus sin estación es en el poema 42. Aquí el elemento aéreo se convierte en peligro con la tempestad, y la blancura del cisne se vuelve luminosa. No pierde su elegancia ya que mezcla la ligereza del “vuelo” con un “acorde” musical:

42
Con la tempestad
Deviene en sol el cisne,
Acorde en vuelo

Entonces el mismo animal, puede connotar el hielo o el sol en la poesía de Juan Antonio González Fuentes, lo que pone de relieve su reflexión lógica en torno a la paradoja.

Al leer el poemario destacamos que a veces los colores van acompañado de otra, formando una pareja. A continuación daremos el ejemplo del blanco de la nieve y del color rojo. Esta pareja, vuelve tres veces, en los haikus siguientes:

20
Nieve reciente
Para dormir el fuego:
Árbol e invierno

57
El sol poniente
En astilla de otoño:
Sangre de niebla

60
Sangre invernal
Y perfil de lo escrito.
Autorretrato

Esta visión del blanco y del rojo, puede remitir al espectáculo de la sangre sobre la nieve que forma parte de los temas principales de Perceval (9) o de Un roi sans divertissemen (10). El contraste cromático y la intensidad que resulta de esta asociación fascinan los personajes principales de las dos novelas. Imaginamos que si el poeta español eligió juntar el blanco y el rojo, es también porque atiza emociones en él.

Conclusión

Los colores están presentes sobre todo de forma implícita y sugerida. Pintan trozos de paisajes, de imágenes mentales, con pinceladas efímeras. El lector capta los colores de manera breve y gracias a relámpagos que proyecta la luz de la verdad. El ojo debe intentar penetrar en la grieta. Entonces, estamos colocados frente a una pared a primera vista hermética, lo que recuerda la “serie de muros”, lienzos del pintor Antoni Tàpies. Una vez las claves del poemario en las manos, abrimos una pequeña ventana sobre trozos de la esencia, y nos damos cuenta de que:

La luz y también los colores explotan por todos los haikus de González Fuentes. Leer, decir, oír los haikus de este poeta es como pasearse por cuadros de grandes pintores. Cada uno de los haikus es un cuadro en sí, un lienzo que se explaya ante nuestros ojos admirativos de tantas imágenes sugeridas con tan pocas palabras” (11).


NOTAS:

(1)Jacques LE RIDER. Les couleurs et les mots. Paris: PUF, 1999. P. 169
(2)
http://buscon.rae.es. (consulta el 9/01/11)
(3)
http://fr.wikipedia.org/wiki/Ikebana (consulta el 4/01/11)
(4) haiku : haiku, tercet de 17 syllabes. Disponible en :
http://kanji.free.fr/lexicon.php (consulta: 12/01/11)
(5) Eliane BRICARD-NAGY. Des mots pour dire le vert. Paris : L’Harmattan, 2001. P. 54
(6) Ibídem
(7)
http://litteratura.com/les_fleurs_du_mal.php?rub=oeuvre&srub=pov&id=15 (consulta: 4/01/11)
(8)
http://litteratura.com/les_fleurs_du_mal.php?rub=oeuvre&srub=pov&id=28 (consulta: 4/01/11)
(9)Perceval ou la quête du graal. Obra medieval de Chétien de Troyes escribida en los años 1180.
(10) Un roi sans divertissement. Es una obra famosa del escritor Jean Giono publicada en 1946.
(11)Philippe MERLO MORAT.
http://www.edicionescarena.org/cont/267 (consulta: 9/01/11)  

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Monday,13 jun 2011 12:0:37 GTM
<![CDATA[El Diccionario Biográfico Español y la Historia según el postpoeta Fernández Mallo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1418


Juan Antonio González Fuentes

Leo con verdadero interés, como siempre, la columna que de vez en cuando publica Agustín Fernández Mallo en El Cultural. A Fernández Mallo siempre hay que leerlo, pues sus reflexiones reflejan perfectamente por donde van los tiros de la postmodernidad en España. Es un escritor inteligente y muy bien informado, que además, cuál consciente flautista de Hamelin, dirige con su “música” los escritos, puestas en escena y opiniones de un grupo brillante y heterodoxo de seguidores.

Su columna de hoy está inspirada en la reciente polémica en torno a la publicación del Diccionario Biográfico Español, y muy en su línea argumental de postpoeta (sic), viene a lanzar otro petardo contra la idea general de la Historia, dando a esta por completo caducada, y calificando más o menos de ridículo la propia idea de un diccionario biográfico (¡de la Historia!, subraya). Para nuestro pensador, este diccionario, y los conceptos e ideas sobre los que su propia existencia descansa, no son más relevantes que los que sostendrían un hipotético diccionario biográfico de personajes de la teleserie Perdidos. Pero la verdadera perla de su reflexión, la pieza maestra de la misma, es cuando señala que el tipo de conocimiento que esta clase de obras ofrece entra dentro de lo friki (monstruoso, por así decirlo), y de lo que ya no cuenta. Este es el hilo conductor de la reflexión de nuestro autor.

Agustín Fernández Mallo en 2008 (foto de Mutari; fuente: wikipedia)

Agustín Fernández Mallo en 2008 (foto de Mutari; fuente: wikipedia)

En no pocas ocasiones las teorías y opiniones de Fernández Mallo me han hecho recordar a esos niños de mirada pícara que cuando las viejas y emperifolladas tías de su mama les visitan en casa, él, asomando la cabecita desde un recodo del pasillo, grita poniendo cara de revolucionario indomable eso tan socorrido de ¡caca, culo, pedo, pis!, esperando que a las buenas señoras les dé un síncope y él pase a la historia de la familia como un rebelde salvaje y petulante. Sí, hay algo de candoroso jaimito en Agustín Fernández Mallo, y hay que reconocer que figuras como la suya y las de sus seguidores son necesarias para animar con sus “viejas ingenuidades novedosas” la minúscula, provinciana y periférica vida literaria de nuestro país. Sigamos leyendo las ocurrencias de Fernández Mallo y su equipo, e intentemos dilucidar qué es más divertida: la ocurrencia en sí, o la seriedad pop y desgarbada con la que la lanzan a los poblados aires de lo superficial. 

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Friday,10 jun 2011 14:8:12 GTM
<![CDATA[Un nuevo centro de arte en Santander, un plan ilusionante del Banco Santander, Emilio Botín, Vicente Todolí y Renzo Piano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1417


Juan Antonio González Fuentes

No hace mucho, hablando aquí mismo del despilfarro snob realizado en España durante los años de la abundancia, hablé de los numerosos, carísimos e inútiles museos de arte contemporáneo que habían brotado como setas venenosas a lo largo y ancho de nuestra geografía. Museos que hoy, gracias a la crisis galopante que nos asola, están despoblados de público y deambulan sin razón ni sentido por las procelosas aguas de los presupuestos municipales y autonómicos, todos ellos en cuasi encubierta bancarrota. Eran, son, espacios diseñados por arquitectos de papel cuché, levantados como tributos faraónicos a mayor gloria del poder autonómico o municipal de turno, verdaderos agujeros negros por los que se han dilapidado verdaderas fortunas en forma siniestra de “adquisición de obras”, y a cuyo frente se colocaron muchos “modelnos” ágrafos que cobraban mensualidades de estrella de fútbol. Hoy, estas catedrales del despilfarro y la ingorancia, almacenan obras de supuestos artistas que ayer mismo eran encumbrados como genios fulgurantes de las nuevas plásticas y hoy su nombre no es recordado ni en el papel higiénico con el que algunos quieren limpiar las vergüenzas de su desvergüenza.

Pues bien, dentro de este panorama pavoroso en el que se mezclaron y mezclan a partes iguales mercadeo, cara dura, oportunismo y papanatismo artístico y cultural, de vez en cuando surgen noticias que, como los famosos brotes verdes de Zapatero, aventuran mejores tiempos y acciones con verdadero sentido.

Renzo Piano (fuente: wikipedia)

Renzo Piano (fuente: wikipedia)

No deja de ser noticia de alcance el que con la que está cayendo el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, decida crear en su ciudad natal, Santander, un centro de arte de referencia a nivel mundial integrado en la estructura de la Fundación Botín. Que le haya encargado el proyecto arquitectónico nada más y nada menos que al genial arquitecto italiano Renzo Piano, que la dirección del proyecto artístico corra a cargo de Vicente Todolí, durante años director de la Tate Modern de Londres, y que haya asegurado una inversión anual en actividades de 7 millones de euros, y que se anuncie que el nuevo centro estará en funcionamiento en el centro de la ciudad el próximo año 2014.

No sé en qué acabará finalmente esta historia. Pero reunir a Botín, Todolí, Piano, Banco Santander y dinero en torno a un centro de arte, parece una combinación ilusionante. E ilusión, dados los tiempos que corren, es algo que se echa mucho en falta, en Santander y en toda España. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,9 jun 2011 8:42:17 GTM
<![CDATA[El Diccionario Biográfico Español: una chapuza que la historiografía española no se merecía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1416


Juan Antonio González Fuentes

Lo de la Real Academia de la Historia y su Diccionario Biográfico Español es como para pensárselo mucho, pero mucho mucho, y después presentar la dimisión y estar un largo tiempo sin salir de casa. Nadie puede entender que tras años de trabajo elaborando la ingente obra, se hayan cometido errores tan de bulto, tan nítidamente groseros, y que nadie se haga responsable último del desaguisado. Es una pena que una obra tan importante y tan necesaria esté herida de muerte por entradas biográficas como la del general Francisco Franco, redactada por el medievalista don Luis Suárez. No vamos a entrar a opinar sobre si los términos descriptivos y calificativos que se emplean en la entrada son ajustados a la realidad o no. Es perder el tiempo. Pero también es perder el tiempo discutir y argumentar que entradas tan visiblemente delicadas como ésta no debían encargársele a un historiador tan notoriamente proclive al personaje como el profesor Suárez. Es puro sentido común. Pero el sentido común no parece abundar en la docta academia, y el resultado es el que es: todo el esfuerzo desbaratado por entradas que descalifican la seriedad y rigor de la toda la obra. Un completo dislate sin excusas ni paliativos.

¿Nadie revisó las entradas? ¿Nadie se encargó de supervisar las entradas biográficas más proclives a la polémica, más delicadas..., por ejemplo, las que hacen referencia a los personajes principales de la guerra civil española? No, no se trata de ser políticamente correctos o de rescribir la historia en los términos que más convengan a unos o a otros. Se trataba de ser rigurosos como historiadores y de no dar “visiones” particulares de los personajes. No se trataba en modo alguno de opinar al respecto de tal o cuál personaje. La cosa era más sencillamente complicada: se trataba de escribir aportando datos incontestables y perfectamente verificables sobre la vida y la obra de los personajes. Lo sé porque yo soy uno de los muchos autores que han participado en la elaboración del Diccionario Biográfico Español y sé perfectamente qué requisitos se nos exigían para elaborar las voces.

Real Academia de la Historia (puerta de entrada, y de salida)

Real Academia de la Historia (puerta de entrada, y de salida)

Lo siento mucho, pero el director de la Real Academia de la Historia, el señor Gonzalo Anes y todo su equipo, deberían dimitir sin esperar un segundo más, pues no deben seguir al frente de la institución tras semejante metedura de pata, claro reflejo de irresponsabilidad y de trabajo mal hecho. Es una verdadera lástima que una obra tan anhelada, tan esperada por la historiografía en español, esté a día de hoy puesta en duda y completamente desprestigiada por fallos tan evidentes. La triste historia del Diccionario Biográfico Español, lo queramos los autores o no, lo admita la Real Academia o no, es que ha caído sobre toda la obra la mancha negra del desprestigio y de la duda historiográfica. Es una obra inservible, una chapuza que ni la historiografía española ni los historiadores podemos ni permitir ni consentir.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,8 jun 2011 21:6:59 GTM
<![CDATA[La identidad en Haikus sin estación de Juan Antonio González Fuentes, por Catherine Dumont]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1415


Juan Antonio González Fuentes

I. La identidad del sujeto poético: un juego de voces

II. La identidad: fusión y con-fusión

En primer lugar intentando tratar de la identidad en el poemario Haikus sin estación de Juan Antonio González Fuentes, tenemos que definir el concepto del término “identidad”. La Real Academia Española propone distintas definiciones: “1 - Cualidad de idéntico /2 - Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás /3 - Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás /4 - Hecho de ser alguien o algo el mismo que se supone o se busca.” (1). En segundo lugar percibimos que el título del poemario Haikus sin estación predispone a una deconstrucción genérica literaria y temporal. En efecto el haiku se define de la forma siguiente: “Composición poética de origen japonés que consta de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente” (2). Esta definición oculta la dimensión metafórica del haiku. De hecho el poema corto japonés tiene el propósito de hacer brotar imágenes que van a evocar una estación del año. Con este título se anuncia la perversión del haiku. El poeta pretende abolir la noción espacial y temporal insertada en el término estación. Se trata de una recreación y, por lo tanto, de la creación de un universo poético sin parangón literario y sin referencias espacio-temporal al mundo.

Así que el título del poemario anuncia la intención del poeta de reformular la propia meta del haiku. Por ende nuestro propósito consiste en mostrar cómo, a pesar de crear un mundo hermético, la identidad emerge y se expresa en el seno del poemario. El poemario consta de distintas formas de caracterizar la identidad de la voz poética. Focalizaremos nuestro estudio por una parte en la identidad mediante el juego de las voces en el seno del poemario, y por otra parte en la identidad como fusión y con-fusión en universo poético.

I. La identidad del sujeto poético: un juego de voces

En primer lugar, desde el primer haiku, el sujeto poético “yo” aparece gracias al adjetivo posesivo de primera persona “mi” en “Allá de mi voz”. La identidad de la voz poética emerge mediante el sonido de la voz. Ésta se define según la definición de la Real Academia Española como: “Palabra o vocablo/Músico que canta” (3). La voz encarna al mismo tiempo la palabra y la musicalidad del poema. En segundo lugar el adverbio de lugar “allá” sitúa un espacio lejano entre la voz poética y su propia voz, y remite a una voz imperceptible e impalpable como si su propia voz existiera fuera de ella. La identidad de la voz poemática surge de su conciencia de tener una voz fuera de su cuerpo (4): “Nous ne concevons les corps que par la faculté d’entendre ce qui est en nous […] et que nous ne les connaissons pas de ce que nous les voyons, ou que nous les touchons, mais seulement de que nous les concevons par la pensée.” (5) La voz poemática aprehende su propia existencia bajo su voz.

El tercer Haiku responde al primero en el sentido de que se instaura un juego de tensión entre los dos haikus entre por una parte el “yo” y el “él”, por otra parte, dentro de una noción espacial, entre un “aquí” y un “allá”, y por fin entre “mi voz” y “la palabra”. El “otro” se inmiscuye mediante una tercera persona de singular de género indeterminado “Será de un aquí” y se proyecta con incertidumbre en el futuro en un lugar indeterminado pero cercano de “un aquí”. La “palabra”, según la definición de la Real Academia Española se define de la forma siguiente: “Representación gráfica de la palabra hablada/Facultad de hablar” (6). Con esta definición, la palabra hablada simboliza la voz o sea que “después de la palabra” puede significar también “después de la representación gráfica de la voz”. En el haiku 3, después del término “la palabra”, encontramos un punto, lo que supone una pausa en el ritmo del verso es decir una pausa que se plasma con un silencio. Podemos ver un juego de espejo entre el término “palabra”, la voz y el juego visual. “Allá mi voz” y “después de la palabra” convergen hacia la misma meta: el silencio.

En segundo lugar, en el haiku 6, “el eco afana”. El diccionario de la Real Academia Española define el eco como una: “Repetición de un sonido reflejado por un cuerpo duro” (7). Manteniendo la idea de que la voz manifiesta dentro de los haikus la identidad de la voz poética vemos un recorrido y se intercala la idea de repetición de la misma voz. La reproducción del sonido desencadena en el doble en la identidad de la voz, emerge el “otro”, un doble menguado y el mismo. Partiendo de nuestra cuarta definición de la identidad de nuestra introducción es decir: “Hecho de ser alguien o algo el mismo que se supone o se busca”, el eco refiere a la implicación de la voz como “otro” y la búsqueda conlleva a interrogarse acerca de “…il faut que je prenne soigneusement garde de ne prendre pas imprudemment quelque autre chose pour moi”(8). En el octavo 8 se trata de callar, el órgano no funciona: “silencio en la voz,/frontera por abismo”. El silencio encarna el límite de la separación y de la diferencia. A lo largo del poemario la identidad de la voz evoluciona. Se manifiesta por su presencia, luego la figura doble de la identidad y la figura del silencio que representa una identidad átona.

Además, en el haiku 21, se plantea una interrogación acerca de la música. “¿No es la música,[…]?”. Ésta se define como un: “concierto de instrumentos o voces, o de ambas cosas a la vez” (9). Se trata de una pregunta retórica por parte de la voz poética. La música se vuelve el canto de la voz y por lo tanto la de la voz poética.

Desde el inicio de nuestro análisis la voz encarna la identidad del sujeto poético. Bajo esta pregunta, la voz poemática se cuestiona acerca de su propia existencia. La duda es un proceso que se inmiscuye en el proceso de concientización en la identidad. En efecto, en “la primera meditación” del Discours de la méthode de Descartes, el primer postulado que se inserta es que la duda es necesaria a la existencia, dudar es pensar y desencadena en “je pense, donc je suis”.

Por fin, vimos a lo largo de nuestro estudio la identidad y la presencia de la voz poética en el poemario emerge a través de la voz. En el haiku 72, a través de una cosificación la voz poemática se encarna en un árbol deshidratado, por consiguiente muerto, y después de un lapso de tiempo largo, la “Voz no se oye”. La identidad del sujeto poético a lo largo del poemario pasó por la voz por ende la voz que no se puede oír es una voz que ha perdido su capacidad de emitir sonido. En este haiku la voz se vuelve incapacitada por lo tanto se ha muerto la voz poética.

II. La identidad: fusión y con-fusión

De hecho la concepción del mundo no viene de la naturaleza propia del ser humano. El crecer permite aprehender el mundo. La poesía también permite concebir y recrear el mundo a partir de los sentidos. La identidad se crea también mediante la aprehensión del mundo. En esta parte vamos a ver cómo la voz poética fusiona y se confunde (10) con el mundo poético creado y cómo participa a la creación de su propia identidad.
En primer lugar, en el haiku 34, la voz poética emerge en el verbo “despertar” a la primera persona de singular. Cabe destacar que pocas veces la voz poética aparece en el poemario bajo un verbo en primera persona de singular. Las distintas liquidas dispersas participan de una fusión suave y dulce: “Despierto en un sol/ Que llega llevándose/ Pieles de brasa”. La voz poética se asimila al sol es decir que el sol quema la piel, el cuerpo se encuentra en un estado de incandescencia. Asistimos a una mutación. Por una parte el sujeto poético se corporeiza y por otra parte pasa de un estado a otro. El hecho de que “llega llevándose” conlleva a una confusión de movimientos contrarios que desembocan en la perdida de la envoltura del cuerpo. La confusión implica la desintegración corporal, y el cuerpo es un constituyente de la identidad (11). El mutar otorga otro cuerpo y otra identidad.

Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

En el haiku 36 la voz poética emprende una acción: “cobijo” y desprende una fuerza descomunal y superior a la de los elementos naturales “el aire”. La aprehensión del mundo poético invierte la percepción del mundo real: el aire se encuentra “bajo el peso azul del mar”. La sinestesia que asocia el peso con un color participa de la recreación del mundo poético en el que la voz poética desempeña un papel de benevolencia: “Cobijo el aire/bajo el peso azul del mar/ojo de cristal”. El juego de inversión espacial de los elementos aéreos y marítimos (el aire debajo del mar) hace hincapié en la potencia de la voz poética que domina del espacio y de los elementos naturales y por consiguiente en el carácter “divino” de la identidad de la voz poética.

En segundo lugar, la fusión y la confusión, en el haiku 46, se manifiestan bajo una lógica visual y mental. Se dibuja en un encadenamiento de quiasmos: “Orden y objeto / el objeto del orden / (ordena –miento)”. El sujeto poético se define con relación a la tercera persona de singular contenido en el verbo ordenar. Éste se relaciona al orden y al verbo “ordenar” mientras que aquél se vincula con el objeto y la mentira. Las dos ideas se intersecan y la conclusión se inmiscuye en el último verso entre paréntesis.

Constituye una especie de aparte en el que la ordenación conlleva en la mentira del sujeto poético. El doble quiasmo provoca un sentimiento de caos pero cabe destacar que el caos trata del orden y dentro del esquema visual el orden de las ideas surge. La voz poética inmiscuye una confusión visual para realzar la fusión del objeto y del orden, de la primera persona y de la tercera persona de singular. Por otra parte, el sujeto poético explota en un oxímoron en el haiku 63: la idea de ensimismamiento y de libertad, implícitamente sugerido gracias a una animalización de la voz poética: “bato mis alas” que remite a la libertad: “Alegre urgencia: / me ensimismo en el jardín, / bato mis alas”. La idea paradójica y no antitética de espacio dentro del ensimismamiento remite a la libertad creadora de la voz poética.

En tercer lugar, en el haiku 60, se inserta una puesta en abismo de la voz poética. A partir de dos definiciones de la Real Academia Española: la del retrato: “descripción de la figura o carácter, o sea, de las cualidades físicas o morales de una persona” (12); y la definición de autorretrato: “retrato de una persona hecha por ella misma” (13). “Sangre invernal/y el perfil de lo escrito/Autorretrato”. El sujeto poético se define mediante la “sangre invernal”. La noción espacio-temporal incluida en el término invernal se encuentra en el propio cuerpo de la voz poética. Como lo vimos en nuestra introducción, el haiku japonés es un poema corto que remite a una imagen que evoca una estación del año. En este haiku la estación define el sujeto poético. Se parte de la estación para llegar a la propia identidad de la voz poética dibujando su autorretrato. El principio del haiku permite a la voz poética de emerger. Además la descripción física de la voz poética se hace mediante “el perfil de lo escrito” es decir una visión parcial de lo significado de lo escrito. Como en el principio del autorretrato, la voz poética da a ver únicamente lo que se puede ver. La lectura y las interpretaciones remiten al lector. En este haiku se fusionan el cuerpo de la voz poética y su arte de escribir. Además en el haiku 65 aparece la fusión entre la voz poética y “la otra” que se manifiesta mediante el adjetivo posesivo femenino de tercera persona de singular: “Presencia suya: / Que se enlaza y me rompe / Jardín de sombras”. Definimos la sombra como una: “Imagen oscura que sobre una superficie cualquiera proyecta un cuerpo opaco, interceptando los rayos directos de la luz” (14). De modo que la presencia femenina envuelve al sujeto poético enlazándole y éste se desmorona fusionando con ella en un jardín en el que los cuerpos se unen. Los dos fusionan en el acto sexual.

Por fin, El haiku 75 acaba con la luna con mayúscula o sea una personificación con el nombre propio: “La Luna espera/Siete estrellas de sangre/Dunas por su aire”. La prosopopeya permite a la voz poética de dar a luz a la Luna. La alegoría permite acabar con el soplo de vida con la presencia de, por una parte la Luna, que en la mitología griega representa el poder femenino, a la Diosa madre y por otra parte las “siete estrellas” que remiten a los sietes días de la creación. Asimismo la sangre que evoca al flujo de la vida en el cuerpo humano, y las dunas que representan el movimiento de la arena en un espacio limitado del desierto es decir una inmovilidad en constante movimiento que devuelve el aire, el soplo de vida. El poemario acaba con la fusión de la voz poética y de la “otra” en el haiku 65 y, como lo vimos en la primera parte de nuestro estudio, la muerte del sujeto “yo” de la voz poética bajo la metáfora del árbol seco, en el haiku 72. En este último haiku, predomina la vida de una identidad femenina que simboliza el futuro “espera” y la vida.

En nuestro trabajo abarcamos la identidad según las cuatro definiciones posibles de la Real Academia Española, es decir la identidad como el mismo, el otro, el doble y su singularidad. El poemario consta de distintas formas de caracterizar la identidad de la voz poética. Estudiamos el juego de las voces, y la fusión y la confusión de la identidad. Dejamos el aspecto fragmentado del cuerpo en la construcción de la identidad, la construcción de la identidad en función de los demás y la construcción con relación al amor y al sexo.

A modo de conclusión vimos en nuestro estudio, por una parte, cómo la voz poética emergía poemario mediante la voz. Ésta encarna y manifiesta la identidad del sujeto poético en los haikus a lo largo del poemario. Por otra parte vimos que la voz poética se situaba en un mundo en el que se borraban las fronteras entre el hombre, la naturaleza y los animales bajo la profusión de prosopopeya, animalización y cosificación. Por lo consiguiente analizamos cómo dentro del caos del mundo poético la creación de éste se empareja con la creación de la identidad de la voz poemática. El caos nos obliga a aprehender el mundo poético y buscar los referentes sensoriales. La identidad de la voz poética emerge dentro de la confusión y de la fusión de ésta y de su objeto de creación: su universo. Se trata de una poesía cosmogónica: se crea un nuevo mundo coherente dentro del sistema interno de una aprehensión sensorial del mundo.

NOTAS:
(1) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(2) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(3) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(4) Corresponde a la tercera definición de la identidad de la Real Academia Española.
(5) René Descartes. Le discours de la méthode. Paris: Garnier Frères, 1950.p. 37.
(6) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(7) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(8) René Descartes. Op. cit., p. 42.
(9) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(10) En este caso la identidad definida como “cualidad de idéntico”, primera definición de nuestra introducción.
(11) Remite a la definición 2 de la identidad de nuestra introducción.
(12) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(13) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011).
(14) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.Vigésima segunda edición. [En línea] Disponible en <
http://rae.es/rae.html > (Consulta: 03 de enero de 2011). 


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Monday,6 jun 2011 20:24:34 GTM
<![CDATA[La poesía ante la incertidumbre o en defensa de la pluralidad y convivencia poéticas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1414


Juan Antonio González Fuentes

Recientemente la editorial Visor Libros ha publicado la antología Poesía ante la incertidumbre, en la que un grupo de jóvenes autores de España e Hispanoamérica reivindican una poesía que ante todo se “entienda” y “emocione” en un tiempo "lleno de incertidumbres". Alí Calderón (México), Andrea Cote (Colombia), Jorge Galán (El Salvador), Raquel Lanseros (España), Daniel Rodríguez Moya (España), Francisco Ruiz Udiel (Nicaragua), Fernando Valverde (España) y Ana Wajszczuk (Argentina), comparten la misma visión de la poesía. Este grupo de jóvenes han hecho lo que vienen haciendo los jóvenes poetas desde hace mucho, mucho tiempo: presentarse en escena como “nuevo” grupo posicionado, atrincherado podríamos decir, en una estética frente a las demás. La intención es evidente y muy, muy manoseada: hacerse un hueco, llamar la atención, publicar, etc. La excusa ahora es la incertidumbre del momento actual. Ante la incertidumbre unos se “indignan”, por ejemplo, y otros claman por una poesía “entendible” (entiéndase al respecto lo que quiera entenderse). El caso es que los muchachos han logrado su objetivo: crear una cierta polémica, hacerse notar, etc. Entiendo que ahora ocuparán páginas de suplementos, espacio en páginas web, en blogs como este que escribo, alguno será llamado para intervenir en cursos de universidades de verano y más de uno, también, viajará a algún Cervantes que otro para explicar qué es eso de la incertidumbre y la mamarrachada de la poesía entendible como respuesta. Los muchachos, claro, incluso han escrito una especie de manifiesto. Ahí va:

La incertidumbre parece abarcarlo todo: la política, la moral, la economía, las nuevas formas de comunicación que paradójicamente han provocado una mayor incomunicación...", explican en el prólogo. "Nuestra generación está marcada por esta incertidumbre y creemos que es necesario hacer un alto en el camino, reflexionar, mirarnos a los ojos, establecer una cercanía menos artificial, más humana. La poesía puede arrojar algo de luz para alcanzar algunas certidumbre necesarias", advierten en el manifiesto con el que se inicia el libro, titulado Defensa de la poesía, y que ha surgido como respuesta a que los jóvenes poetas actuales "se han adscrito a una tendencia tan experimental como oscura que no puede entender nadie.”

La antología ha sido publicada de manera simultánea en España (Visor Libros), Colombia (Ícono Editorial), Nicaragua (Leteo Ediciones), El Salvador (DPI) y México (Círculo de Poesía), en el mayor proyecto editorial que se ha realizado nunca para una antología de poemas en lengua española. En total, más de 10.000 ejemplares que ya han sido distribuidos a los que se unirán nuevas ediciones en otros países en el próximo otoño.

"
Sucede de igual manera en España que en Hispanoamérica. Los discursos fragmentarios, el irracionalismo como dogma y el abuso del artificio han supuesto la ruina de la poesía. Han sido el derroche que ha llevado a la crisis poética actual, en la que la poesía está considerada como un género difícil, que no se entiende y que sólo leen los poetas entre ellos", aseguran los autores, que reivindican una poesía clara, que comunique, que diga algo. "Cuando un poema no se entiende el lector suele culparse a sí mismo. Nosotros creemos que lo que sucede es que el poeta no ha hecho bien su trabajo", señalan.

En opinión del poeta colombiano Juan Manuel Roca, que firma la contraportada, los nuevos poetas en español que han decidido poner en marcha este proyecto "no acuden a simulados hermetismos, a esa vieja herencia de aquel que se ahogó en su propio deslumbramiento", sino que por el contrario "los hermana el despojo, la pesquisa y el encuentro de la palabra justa en el inmenso pajar del lenguaje". En palabras de la nicaragüense Claribel Alegría, se trata de "una antología excepcional que invade por su frescura y por su excelencia porque sus autores saben ser transparentes sin ser frívolos, sin descuidar la forma”.

Hasta aquí el discurso de la incertidumbre.

Pues bien, los desconcertados por la incertidumbre, los que pretenden la palabra justa en el “inmenso pajar del lenguaje” (sic), los que piensan que el irracionalismo dogmático y artificial ha arruinado la poesía y, por tanto, sacan a relucir su propio dogma que, Dios mío, “invade por su frescura y su excelencia” (¿qué invade?, ¿estamos ante una invasión?, ay, por la boca muere el pez!!!!!) han conseguido que otros poetas desentierren el hacha de guerra poético y respondan posicionándose con claridad frente a esta “poética de lo entendible”. Otro grupo de poetas ha respondido por medio de una “Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas” que ha colgado en un blog. Su contenido es el siguiente (pinchar aquí para ver el blog): ".

La realidad no es legible de manera evidente. Las ideas y teorías no reflejan sino que traducen la realidad, pudiendo traducirla de manera errónea. Nuestra realidad no es otra cosa que nuestra idea de la realidad. Del mismo modo, importa no ser realista en un sentido trivial (adaptarse a lo inmediato), ni irrealista en el mismo sentido (sustraerse de las coacciones de la realidad); lo que conviene es ser realista en el sentido complejo del término: comprender la incertidumbre de lo real, saber que existe una porción de lo posible aún invisible en lo real (Edgar Morin)

“El lenguaje poético es un patrimonio colectivo. Una urdimbre tejida en la arena de la diversidad. Nuestras tradiciones literarias siempre se han visto atravesadas por múltiples mutaciones que han ayudado a componer y descomponer el ovillado paisaje de la palabra. No en vano la palabra recoge la complejidad genésica de nuestra existencia. Así ha sido en el caso de la lengua española. La(s) literatura(s) panhispánica(s) (de acá y allá, en diálogo unas veces, aisladas otras) siempre han manifestado en su devenir histórico la riqueza de lo plural, el desborde de lo conectivo. No existe una deriva única de lo poético. Nunca se produjo una voz homogénea para toda nuestra tradición. Las tentativas de encerrar el lenguaje literario dentro de límites inamovibles han dado como resultado estructuras cerradas de pensamiento que trabajan en contra de la propia y esencial condición de la palabra.

Las personas que firmamos esta carta creemos firmemente en esta pluralidad poética heredada –a la que hemos tratado de contribuir activamente con nuestro propio trabajo– y por eso nos mostramos resistentes a cualquier forma de cierre normativo. Creemos necesario alzar un muro de contención ante actitudes que pretenden reproducir debates que «ya» no son legítimos –que, en realidad, nunca lo fueron– porque representan en sí mismos una agresión a esa misma pluralidad conquistada, al trabajo y legado creativo, teórico y vital de muchas poéticas y poetas precedentes y que recogen de manera natural el legado incuestionable de los padres de la modernidad poética: del romanticismo inglés y alemán al surrealismo pasando por Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé. Ha costado mucho desterrar de nuestro campo literario el cainismo y la exclusión. No vamos a consentir ahora que vuelvan a reproducirse estrategias envenenadas similares. El debate de poéticas es necesario, útil el contraste filosófico, intelectual, en torno a la creación, pero siempre en el marco de un respeto escrupuloso a la diversidad y el disenso.

Por todo ello queremos reivindicar como legítimo y propio de la(s) poética(s) panhispánica(s) actual(es) los siguientes elementos:

Escritura(s). En plural. Modos del lenguaje que se encuentran. Ningún programa prescriptivo. Huellas. Rescoldos a modo de conceptos, de cruces, de intuiciones. Ninguna tabla de la ley. No sabemos. Quizá sean un modo de operar, de practicar la literatura. Ese acontecimiento ignoto. No sabemos. Disparan la semilla de lo por hacer y de lo hecho. No sabemos. Mueven a la acción.

Tradición(es). En plural. Linajes incrustados, desde siempre, en nuestra modernidad, en nuestra memoria literaria. Linajes que se activan y se iluminan desde el presente y de los que debemos hacernos merecedores. Como afirmó Eliot, la tradición «no se puede heredar, y si la deseas debes obtenerla con gran esfuerzo». Cada poeta se forja y construye su tradición, su propia cadena de ejemplos y magisterios, y este esfuerzo es en sí mismo un acto poético, una intervención en el mundo. Puede ocurrir –y de hecho ocurre– que este esfuerzo ponga a prueba nuestra capacidad de asunción cognitiva o de mera comprensión, incluso a lo largo de toda una vida de esfuerzo. La dignidad e inteligencia vitales consiste entonces en asumir esta discapacidad en vez de darle el formato autoexculpatorio de lo incomprensible, lo hermético, lo bárbaro y despreciable. Imposible simplificarla, esencializarla, despotenciarla a través de marbetes o etiquetas reductoras. Imposible normativizarla en interés propio, mediante operaciones espurias de exclusión o ningueó. Voces habitadas para nuestro presente y nuestro futuro.

Heterodoxia(s). En plural. Nunca una lectura unívoca de lo poético, no podemos aceptar como obvio ni la desaparición del habla ni el habla homogeneizada. La palabra poética implica desborde, intersubjetividad, entramado conectivo, intersticio, complejidad. Y significa todo ello porque dialoga con lo humano.

Poética(s). En plural. No hay una poética una que convierta a las demás en otras. No hay norma, no hay centro natural o tácito. Queremos (re)afirmar y defender el deseo y la probada capacidad de convivencia de poéticas diversas que han demostrado en los últimos años su resistencia a la codificación. No precisamos para construir o apuntalar una identidad la negación del Otro. No vivimos la alteridad como amenaza, sino como nutriente y condición necesaria para la construcción de nuestra posible identidad colectiva y personal.

Hibridez y Diversidad(es). En plural. Creemos que la poesía no es mercancía, no es hija de la rentabilidad económica. Tampoco de las ideologías. La poesía es una multiplicidad de pájaros, aves raris, aves migratorias, que ponen su nido en lo alto, alejado del manoseo y voracidad de las alimañas y carroñeros. No podemos, por tanto, hablar de «una» poesía, sino de «poe-diversidad», en constante vuelo, en constante cruce, en constante mestizaje. Y no enjaulada, sino libre, puede ser del mundo, desde el mundo, con el mundo. Pero siempre «haciendo mundo».

Pensamiento(s). En plural. Desconfiamos de los falsos dualismos (razón y emoción, realismo e irracionalismo, público y privado, naturaleza y cultura…) en los que se ha querido encerrar lo poético. Se trataría, como dice Miguel Casado, de «ampliar la noción de pensamiento, extenderla a todos los movimientos de la mente, a uno y otro lado de la conciencia, a todos los movimientos interiores del lenguaje que de modo constante nos recorren y atraviesan». En definitiva: destacar el carácter desestabilizador y genésico de la palabra poética como apertura del pensamiento.

Realidad(es). En plural. La relación de lenguaje y realidad es compleja, porque ambas son complejas de por sí y más cuando se relacionan, influyen, comunican. Es simplista y equívoco detenerse en un estilo o propuesta, en una sola manera de abordar esa difícil exploración de la materia (humana y no humana) que llegará a ser poema.

Subjetividad(es). En plural. Sin menoscabo de que cada uno/a pueda o quiera llevar la voz poética adonde crea conveniente. Todas las formas de enunciación tienen sentido y no seremos nosotros quienes juzguemos la pertinencia de lo que cabe o de lo que debe desaparecer.

Emoción(es). En plural. No codificadas, no predeterminadas en un calculado ejercicio de causa-efecto practicado desde las inevitables limitaciones del poeta sino trascendidas y reveladas junto a él en un proceso que hermana escritura y lectura, que convierte al lector en agente activo y co-productor de sentido.

Lector(es). Recepciones. Por todo lo anterior reivindicamos el respeto a la inteligencia y creatividad lectoras, a la libérrima capacidad de sorprenderse y sorprendernos de aquel que generosamente se acerca a un texto para darle vida; a su derecho inalienable de que nada ni nadie se haga garante ni faro de sus emociones, su criterio, su infinita libertad.

Así, queremos reivindicar la convivencia de poéticas, la pertinencia del debate crítico, la belleza de la pluralidad como alimento de lo creativo. Y rechazamos de manera frontal cualquier estrategia de apropiación, simplificación o reduccionismo literario”.

Queda aquí planteada la cuestión. La vieja y polvorienta cuestión. 


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Junio 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sinclair Lewis: Doctor Arrowsmith (Nórdica, 2011)

LIBRO (mayo 2011): Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,3 jun 2011 9:45:41 GTM
<![CDATA[9 poemas relacionados con el mar de Juan Antonio González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1412


Juan Antonio González Fuentes

El próximo 1 de agosto dará comienzo en la UIMP un curso sobre el poeta santanderino Gerardo Diego del que seré secretario. Una de las clases la impartirá el profesor de la Autónoma de Madrid Rafael Morales Barba. En su clase estudiará la influencia del premio Cervantes y miembro de la Generación del 27 en la poesía de las nuevas generaciones de poetas cántabros, centrándose primordialmente en la obra relacionada con el mar de Lorenzo Oliván, Alberto Santamaría, Rafael Fombellida, Carlos Alcorta y Juan Antonio González Fuentes. Mis poemas sobre el mar que estudiará Morales Barba son los que siguen:


Nada es ese mar,
               de otro,
                       que yo es.

(de Además del final, Endymión, Madrid, 1998)



(octubre en la playa de La Magdalena)

En su retorno,
muy lejos cae la luz
sobre las hojas ciegas,
Sobre la frontera cierta
que sube tanto en nosotros,
y alcanza para nadie
otro fragor teñido de orilla,
la ruta que fecunda
el pliegue azul de este otoño
con muerte tan medida.


-Ejercicios de distancia (dos fragmentos)-

*
Tal vez en sí mismo
De azul el mar se prueba

*
En imagen de cielo
el mar con vírgenes trenza
un diluvio tras la mano

(de La luz todavía, DVD, Barcelona, 2003)


(de la sección Del tránsito y su pérdida)
I
Desprecio la amplitud de los mares y me acojo a la intensidad de la excepción, desde donde el mundo ­­–dicen- es sólo ocaso y un adiós sin invierno pronunciado.



(de la sección La última seguridad)
II
Con qué exacta lentitud el mar pospone su inocencia. Todo se reduce a perder en sus formas la huella labrada con la propia muerte, sin un silencio de luz en el invierno, con la lejanísima autoridad de quien profana y derriba los muros de un mundo antiguo.

(de Atlas de perplejidad, Icaria, Barcelona, 2004)


EL MISMO MAR

a Álvaro Pombo
El mismo mar, otra vez el mismo mar, el mismo mar del norte y su olor mendigo a humo; esa clase de amor iluminada a lo lejos por el calor de la piedra más sumisa.
Por delante y de mi hacia fuera el mar tenía sed. Pero para entonces se encontraba demasiado lejos de nosotros. Y así lo recuerdo al final de la mañana blanca, lejos, en el silencio que se pronuncia alto, cuando luce el sol y muere la voz sobre la voz sin sangre, voces hasta el cauce nuevo de la voz callada, vencidas por la música de un naufragio en otro mar que ya no es mío.

(de La lengua ciega, DVD, Barcelona, 2009)


36
Cobijo el aire
Bajo el peso azul del mar:
Ojo de cristal

41
Plata insonora
-coral los huesos del mar-
un pez muy quieto

(de Haikus sin estación, Ediciones Carena, Barcelona, 2010)


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,30 may 2011 11:28:50 GTM
<![CDATA[Riccardo Muti le “canta las cuarenta” (Va pensiero) a Berlusconi en la Ópera de Roma]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1411


Juan Antonio González Fuentes

Estamos en la Opera de Roma, la capital de Italia. El director Riccardo Muti, recientemente galardonado con el Premio Príncipe de Asturias, dirige desde el foso orquestal Nabucco de Giuseppe Verdi. En el tercer acto interpretan el celebérrimo coro de esclavos Va, pensiero, escrito por el libretista Temisclore Solera, inspirado en el Salmo 127. Este pasaje operístico se convirtió tras el estreno de la obra en 1842 en una especie de himno nacional para los patriotas italianos que entonces luchaban por la unidad nacional y la soberanía al margen, por ejemplo, de los Habsburgo austriacos. La frase del coro «Oh mia patria sì bella e perduta!» («¡Oh patria mía, tan bella y perdida!»), comenzó a partir de entonces a formar parte del imaginario nacional colectivo italiano.

Bien. El coro termina y el público del teatro romano regala una gran ovación. Muti manda silencio, se vuelve al público y lanza un breve discurso. El arte y la cultura italianos son la mejor seña de identidad del país, explica Muti, y si no se les cuida y protege, el resultado final solo puede ser el de acabar con una Italia convertida en patria bella e perduta. Este es más o menos el resumen del discurso. El público ovaciona la intervención, y el director invita a repetir el simbólico coro y a que el públicos acompañe la interpretación. En pie, todos cantan el Va, pensiero: muchos lloran emocionados, y al final, de nuevo, el teatro es un puro aplauso. En el palco, el señor Berlusconi contempla sin saber muy bien qué hacer este armónico y contundente clamor popular.



Riccardo Muti fa cantare "Va pensiero" a Roma (vídeo colgado en YouTube por gimmoXR)


En italiano

Va, pensiero, sull'ali dorate;
va, ti posa sui clivi, sui colli,
ove olezzano tepide e molli
l'aure dolci del suolo natal!
Del Giordano le rive saluta,
di Sionne le torri atterrate...
Oh mia patria sì bella e perduta!
Oh membranza sì cara e fatal!
Arpa d'or dei fatidici vati,
perché muta dal salice pendi?
Le memorie nel petto raccendi,
ci favella del tempo che fu!
O simile di Solima2 ai fati
traggi un suono di crudo lamento,
o t'ispiri il Signore un concento
che ne infonda al patire virtù.
che ne infonda al patire virtù
che ne infonda al patire virtù
al patire virtù!.


En español

¡Ve, pensamiento, con alas doradas,
pósate en las praderas y en las cimas
donde exhala su suave fragancia
el dulce aire de la tierra natal!
¡Saluda las orillas del Jordán
y las destruidas torres de Sión!
¡Oh, mi patria, tan bella y perdida!
¡Oh recuerdo tan caro y fatal!
Arpa de oro de fatídicos vates,
¿por qué cuelgas muda del sauce?
Revive en nuestros pechos el recuerdo,
¡Que hable del tiempo que fue!
Al igual que el destino de Sólima
Canta un aire de crudo lamento
que te inspire el Señor un aliento,
que al padecer infunda virtud,
que al padecer infunda virtud,
que al padecer infunda virtud,
al padecer, la virtud!.

(Fuente de la traducción: Wikipedia)  


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,27 may 2011 20:13:33 GTM
<![CDATA[Los perros según Casa Islámica: hablando de ángeles y suciedad]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1410


Juan Antonio González Fuentes

Lo cierto es que llevaba años extrañado. Me llamaba mucho la atención que al llegar a casa no encontrara en el aire el perfume dulzón y ligero de un ángel, o alguna de sus plumas seráficas descansando sobre un libro en la biblioteca, sobre el edredón de la cama o la cafetera en la cocina. Han sido casi catorce años preguntándome por tan rarísima circunstancia. Cuando vivía en casa de mis padres, o cuando habité alquilado mis primeros pisos, entonces siempre quedaba algún rastro bien visible del paso de un ángel por las casas, y desde luego su aroma se mezclaba con el del café o los de los embriagadores ambientadores caseros. Todo comenzó cuando compré el piso en el que ahora vivo. En este territorio personal jamás he descubierto ni vislumbrado la huella sutil y benéfica de un ángel.

Miller

Miller

Pero tras la contemplación del video de Casa Islámica que quiero compartir ahora con todos ustedes, especialmente con los amantes de los perros, por fin lo he entendido todo. La culpa de mi incomunicación con los ángeles la tiene mi perro Miller, esa bestia inmunda que, como acabo de descubrir, me impide el beneficioso contacto con los querubines. Y también he descubierto que todas y cada una de las enfermedades que me han atosigado a lo largo de los últimos libros tienen su origen en la nauseabunda saliva del perrucho repugnante, foco de infecciones y suciedades que con mala uva perruna el muy cabronazo me transmite en cuanto me descuido. Gracias por abrirme los ojos, amigos de Casa Islámica.



La prohibicion De Criar perros Excepto para La Caza o Para Cuidar Del Ganado O El cultivo (vídeo colgado en You Tube por casaislamicaTV)

Y como el vago de Miller ni caza, ni pesca, ni cuida ningún rebaño, es decir, como no sirve para nada, esta misma noche me desharé de él, y seguro que a partir de ese instante viviré rodeado de ángeles y felizmente ajeno a las enfermedades y la mugre. Palabra de Dios, o sea, de Alá.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

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LIBRO (febrero 2011)
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LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,26 may 2011 9:7:41 GTM
<![CDATA[El caso Dominique Strauss-Kahn visto por Le Nouvel Observateur]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1408


Juan Antonio González Fuentes

El escritor español, afincado en Alemania, Ricardo Bada, me hace llegar una traducción libre (desconozco si hecha por él mismo) de un artículo del periodista Claude Weill sobre el caso Dominique Strauss-Kahn, publicado en el periódico francés Le Nouvel Observateur el pasado 19 de mayo. Me parece interesante el caso por dos razones distintas. Porque da un punto de vista distinto del oficial, y porque es un caso perfecto de cómo funcionan los franceses a la hora de posicionarse frente al coloso norteamericano desde un chauvinismo admirable por lo irredento e inútil. Sobre este aspecto tan francés (presentarse ante el mundo como independientemente relevantes en su incuestionable irrelevancia), tiene unas páginas muy certeras Luis Racionero en su reciente libro de memorias. Les dejó con el texto de Weill. Insisto, es muy interesante.

“Que la prensa estadounidense, que no pudo eliminar a uno de sus mejores presidentes en las posguerra por haber practicado sexo bucal con una mujer joven y dispuesta, venga hoy a dar lecciones de ética a la prensa francesa porque supuestamente éste se mostraría indulgente con las aventuras sexuales de nuestros dirigentes, es probablemente el único aspecto curioso de este sórdido asunto DSK

Para nosotros, la ética periodística y la ley significan que no nos ocupamos de "estas cosas" siempre y cuando no entran en materia penal, o que no tengan una importancia tal que parezca legítimo llevarla a conocimiento del público. ¿Deberían los periodistas franceses inspirarse en sus colegas norteamericanos y erigirse en policías de los hábitos y costumbres, o el equivalente mediático del "Ministerio para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio" de los talibanes afganos? Para aquellos que serían seducidos por tal perspectiva, recordémosles que los famosos "escándalos sexuales" de los que se alimentan los periódicos norteamericanos son generalmente, bajo cobertura de moralidad, simples maquinaciones destinadas a abatir a un adversario político, en las cuales los periódicos se encuentran manipulados o cómplices, o los dos a la vez. Al contrario a lo que se dice aquí y allá, todo eso tiene poco que ver con el supuesto "puritanismo" norteamericano; en cambio tiene mucho que ver con la morbosidad curiosa del público y del mercantilismo de una prensa para la cual una "historia de sexo" es en primer lugar una "buena historia".

Dominique Strauss-Kahn en 2008 (fuente: wikipedia)

Dominique Strauss-Kahn en 2008 (fuente: wikipedia)

El arquetipo es evidentemente la tan famosa historia Lewinsky. En ese caso, la cuestión no era saber si "Bill" había engañado a "Hillary". A la mayoría de los estadounidenses no le importaba. Toda la maniobra del fiscal Starr, de siniestro recuerdo, era dañar al presidente de los Estados Unidos, colocar a Clinton bajo juramento para hacerle pronunciar la frase fatídica: "Yo no tuve relaciones sexuales con esa mujer", para iniciarle un juicio político. No por infidelidad, sino que por mentir bajo juramento. Porque ni la felación ni el adulterio son delitos en los Estados Unidos (no más que en Francia). El falso testimonio, sí lo es.

La trampa, por último, no funcionó. Pero quedó una mancha en la democracia estadounidense, mucho más tenaz que cierta mancha sobre el vestidito azul de Mónica. Y los periodistas de Estados Unidos deberían ruborizarse de haber participado en esta maniobra miserable, en lugar de culpar a sus homólogos franceses de no haber anunciado con anticipación los graves hechos de los que Dominique Strauss-Kahn está acusado actualmente. Hechos que, en todo caso, nadie habría podido prever. Y de los que aún no puede afirmarse, a la hora que escribo esto, que efectivamente tuvieron lugar”. 



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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,24 may 2011 18:1:10 GTM
<![CDATA[La democracia real del 15 M queda en agua de borrajas y 300.000 canallas se descubren votando a ETA]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1407


Juan Antonio González Fuentes

Los resultados de las últimas elecciones autonómicas y municipales arrojan, a mi entender, al menos tres grandes conclusiones.

La primera es la puntilla definitiva que suponen para el proyecto socialista de Zapatero, quien ha llevado a su partido directamente a la debacle más importante de su historia. La catástrofe Zapatero se ha convertido en la catástrofe PSOE, y los españoles sufrimos las consecuencias. Para un tipo tan proclive a la memoria histórica, no estaría de más que Zapatero cayese en la cuenta de que la II República llegó a España tras unas elecciones municipales que no fueron, ni de lejos, tan catastróficas para la opción monárquica como los han sido estas para la opción socialista. Zapatero debe convocar elecciones ya, mañana mismo, para dejar que otros piloten la nave o para saberse refrendado.

La segunda es que la movilización ciudadana del15-M en la Puerta del Sol madrileña, y otras plazas del país, ha quedado solo en agua de borrajas, es decir, en nada. Tras recibir una atención periodística desmesurada durante la semana previa a las elecciones, tras parecer que la revolución estaba desgarrando las mismas bases del sistema autonómico español, tras pedirse a voz en grito y con algarabía que se “botase” a los candidatos de los dos grandes partidos; tras imaginar casi todo el mundo un porcentaje gigantesco de abstenciones como escupitajo brutal al orden del sistema, la verdad es que en términos generales el porcentaje de participación en estas elecciones ha variado muy poco con respecto a otras convocatorias, y que las propuestas de la derecha parecen haber calado en el electorado. ¿Conclusión? El 15-M ha tenido bastante de espejismo folclórico. Los medios de comunicación son proclives ha crear una realidad virtual. Y sigue siendo de actualidad la máxima del magnate Hearts, más conocido como ciudadano Kane, cuando dijo algo parecido a esto: “tú dame un titular, que la guerra ya la pongo yo”.

Y tercera, que en el País Vasco el partido que defiende los intereses y posturas de los asesinos de ETA se haya convertido en la segunda fuerza política más votada, solo ofrece una lectura. En efecto, la sociedad vasca está enferma, corrompida, ciega…, y está enfermedad solo puede ir a más con la llegada a la toma de decisiones de las generaciones amamantadas y programadas en las funestas ikastolas. Solo así se puede entender que 300.000 vascos hayan votado a favor de los del tiro en la nuca, la bombas lapa, los secuestros, las extorsiones, los impuestos revolucionarios. Solo encuentro algo positivo en el triunfo de Bildu: tenemos ya un nuevo censo de canallas en el País Vasco, de 300.000 canallas con nombres y apellidos. Lo peor del caso es que con el actual sistema electoral y estos mismos resultados, los canallas se convertirían en las próximas elecciones generales en la sexta fuerza política en España con representación parlamentaria y un decisivo grupito de canallas diputados. Es sencillamente surrealista!!!! Visto lo visto sólo queda seguir animando a los gobiernos de España a que continúen invirtiendo cantidades desproporcionadas de dinero de todos los españoles en el País Vasco, que sigamos construyéndoles infraestructuras de primer orden (super puerto de Bilbao, llegada del AVE, autovías, aeropuertos…), para que cuando próximas generaciones de votantes conformados en la demencia racista de la ikastola logren la independencia del País Vasco, tengan un país los más aseadito posible.



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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

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: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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Monday,23 may 2011 13:54:41 GTM
<![CDATA[Spanish revolution. El Movimiento 15 de Mayo en la Puerta del Sol de Madrid: 6 causas reales]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1406


Juan Antonio González Fuentes

Durante la época de las vacas gordas, en España nacieron, entre otros elementos decorativos y suntuosos de nuevo rico recién llegado, decenas de museos de arte contemporáneo en ciudades grandes y pequeñas. A estos museos, contenedores fastuosos de la más vergonzante nada en no pocas ocasiones, se le denominó mediante siglas. Era lo in, lo cool, lo güay. Así jalonan la piel de toro decenas de ridiculeces que intentan justificarse a la sombra del MOMA noeoyorquino. Vamos, una paletada. Sobre todo esto publicó la pasada semana un artículo clarividente e inmejorable la profesora Estrella de Diego en el suplemento cultural Babelia de El País.

Pues bien, en esa estela de lo minimal, desde que comenzó el siglo XXI nos ha dado por denominar los acontecimientos históricos con una fórmula sencilla: el número del día y la letra del mes en el que aconteció lo acontecido: 11-S, 11-M, etcétera. La última reducción que ha venido a sumarse a esta historia es la del 15-M, es decir, el 15 de mayo pasado, fecha en la que dio comienzo, en la Puerta del Sol madrileña, la concentración de “indignados” y descontentos con la política española y la situación de crisis actual. Enseguida surgieron convocatorias semejantes en otros lugares de España, y en la actualidad son muchos los rincones urbanos de ciudades españolas que sirven de escenario a concentraciones ininterrumpidas de jóvenes y no tan jóvenes que pretenden, al parecer, llamar la atención sobre el deterioro general del país y sus circunstancias. Barcelona, Sevilla, Valencia, Bilbao, Granada, etc. Hasta en la generalmente apática Santander llevan días concentrados decenas de ciudadanos en la Plaza Porticada.

Inmediatamente han surgido los “analistas” del fenómeno en televisiones públicas y privadas, en periódicos en papel de todo signo, en radios, en medios digitales. Para unos esta “indignación colectiva” está incluso organizada desde el gobierno por el Fu Manchú de la política española, mi paisano cántabro, el ministro Rubalcaba. Para otros (juro que lo he oído) es un ejemplo clarísimo de fascismo. Y los hay que prefieren analizar a quién va a beneficiar estos movimientos en las próximas elecciones municipales y autonómicas del domingo. Incluso la prensa extranjera da noticias del hecho, y se habla de spanish revolution.

Desconozco si Rubalcaba está detrás de las manifestaciones. Tampoco sé si es una estrategia socialista para desviar la atención de asuntos muy graves que están teniendo lugar estos días (se ha dejado de hablar, por ejemplo, de la legalización del partido de los asesinos en el País Vasco). También me cuesta tener un juicio claro sobre si la izquierda será la gran beneficiaria electoral en las municipales y autonómicas. No me voy a pronunciar sobre si estas protestas deberían haber tenido lugar hace meses, o años. No tengo muy claro que estas manifestaciones se produzcan justo la semana antes de que se prevea una victoria electoral clarísima de la derecha en España, mientras los protagonistas han estado callados aguantando ocho años de desgobierno de Zapatero & cia. En fin, que no me interesan en exceso los acercamientos más o menos epidérmicos al asunto del ya célebre 15-M.

Vayamos al grano. La gravísima crisis económica que afecta a toda la sociedad española, ha destapado lo que era una evidencia desde hace ya al menos una década. En otras palabras, mientras la economía española crecía y permitía lujos y alegrías, nadie se manifestó para evidenciar la evidencia: el sistema democrático español surgido de la Transición no funciona, se ha roto, ya no sirve, hace aguas por todas las costuras que en su día se cosieron, quizá deprisa y corriendo, para sortear la situación y sus eventualidades. Hoy España necesita repensarse, o dicho de otra manera, sencillamente necesita un plan que establezca la dirección hacia la que dirigirnos, y la forma en que debemos dirigirnos hacia el punto elegido. España precisa echar abajo las estructuras del edificio que no se sostienen tras el terremoto económico que nos asola desde hace dos años, apuntalar otras habitaciones, e iniciar la construcción de otros espacios habitables, quizá tirando tabiques inútiles.

Las manifestaciones del 15-M traslucen claramente lo insostenible de un sistema en el que ya nadie cree, en el que nadie confía, un sistema viciado que sirvió para hacer una parte considerable del camino, pero que hoy es un trasto viejo que hay que llevar a cuestas.



La democracia española surgida de la Transición presenta a día de hoy una serie de elementos que son rígidas barras de acero insertados entre los radios de sus ruedas. A saber:

-El sistema electoral: un sistema demencial, consensuado para dificultar mayorías absolutas y beneficiar a los nacionalistas, es decir, a los que supuestamente no quieren nada con el resto del país. Un sistema en el que, sirva un solo ejemplo, un partido como el de Rosa Díez obtuvo más votos (303.535) en las últimas elecciones nacionales que los nacionalistas vascos (303.246), los republicanos catalanes (296.473), los nacionalistas gallegos (209.042) o los nacionalistas canarios (164.255). Pues bien, el partido de Rosa Díez obtuvo un único representante en el Parlamento, mientras los nacionalistas vascos 6!!!!!, los catalanes republicanos 3, y los nacionalistas canarios 2. Pero es que Izquierda Unida obtuvo 963.040 votos, mientras que los nacionalistas catalanes de CiU tan solo 774.317 votos. Pues bien, Izquierda Unida 2 diputados, CiU 11 diputados!!!!!!!!!!!! Intolerable. No todos los votos de los españoles valen igual. Es evidente que el voto de un votante de Bilbao, Hondarribia, La Coruña, Tarrasa o Zarauz vale más que el de uno de Santander, Motril, Sevilla o Gijón. Indignante. A la mierda!!!, que dijo un insigne actor español.

-La casta política y la partitocracia: según las últimas encuestas los políticos (la casta política) es percibida por el ciudadano español como la tercera de preocupaciones. Una casta, por lo general, de individuos sin formación, que no han demostrado jamás nada en la vida pública, a los que sus partidos sitúan en puestos de responsabilidad y cuya única preocupación principal (la de políticos y partidos) es mantenerse en el poder para poder vivir en una situación económica privilegiada. Los partidos funcionan como oscuros sistemas de distribución de privilegios, dineros, poder y puestos de trabajo entre seguidores y familias. ¿Conoce alguno de ustedes a algún concejal, alcalde, diputado autonómico o nacional, senador..., que no haya prosperado milagrosamente en el terreno económico durante su paso por la política? Yo NO. ¿Y conocen alguno que haya regresado después de la política a sus modestos quehaceres, y no haya sido “enchufado” en empresas y las propia administración? Yo NO.

-El sistema autonómico: el célebre café para todos!, de la Transición, se ha evidenciado, gracias a la crisis económica brutal que padecemos, en un imposible insostenible desde cualquier punto de vista de eficacia administrativa, ahorro y política del sentido común. Las autonomías se han convertido en reinos de taifas en los que las oligarquías locales y los partidos políticos han situado a amigos, familiares, etc..., han empleado los depósitos de las Cajas de Ahorro para financiar sus delirios y quedarse con parte del pastel, y han especulado con el “terreno autonómico” para hacerse multimillonarios y favorecer la construcción masiva que se hizo burbuja inmobiliaria hasta estallar en la propia cara de nuestra economía. Las Autonomías han servido para construir museos, aeropuertos, autopistas, hospitales, polideportivos..., carísimos contenedores hoy sin función alguna, que en muchos casos solo han servido para “colocar a la gente del partido” y darles sueldos a cargos de la administración pública. Las Autonomías han supuesto un despilfarro de miles de millones de euros con los que la casta política ha especulado en su propio beneficio, no empleándose en inversiones rentables en la industria, el comercio, la educación, la investigación, infraestructuras útiles al común, etc. El estado autonómico está en quiebra porque es el que ha llevado a la quiebra. Eso sí, en el Senado hay traductores simultáneos para encarecer la pantomima.

-El nacionalismo: el sistema autonómico y el sistema electoral favorecen en España el que determinados grupos minoritarios nacionalistas utilicen el poder de sus votos en el Parlamento español, sustentados en una ficción representativa ridícula e intolerable como ya se ha demostrado más arriba, para chantajear permanentemente al Estado en beneficio propio (partitocracias nacionalistas) y de los terruños en los que ejercen su ficción política. Al beneficiar sistemáticamente el Estado a las autonomías nacionalistas, el resto de autonomías, siguiendo la política del café para todos, prosiguen la carrera desenfrenada hacia el despilfarro y la política del disparate costosísimo. Pues todo se hace a basa de dinero, de un dinero que ahora no existe. ¿Cuánto durará la ficción nacionalista catalana, vasca y gallega si Europa intervine España? ¿Permitirá Europa que con el dinero que presta los catalanes tengan embajadas de chiste?

-Ausencia de separación de poderes: la justicia en España está controlada por los partidos políticos y funciona atendiendo a los intereses de los mismos. Son la partitocracia y la casta política quienes con impunidad legislan, juzgan y ejercen el poder en España.

-Quiebra del modelo económico: en España el modelo económico basado en el turismo y la construcción especulativa se ha venido debajo de forma definitiva. La economía en la España de los últimos treinta años ha estado basada en la cultura del “pelotazo”, con unos empresarios en busca y captura del enriquecimiento inmediato, unos sindicatos obsoletos e irresponsables entregados al poder político y los tejemanejes en su único beneficio institucional, unas entidades financieras dedicadas a pescar en río revuelto y dedicadas a engrasar la maquinaria de la economía especulativa del pelotazo, y unos trabajadores con ansias de vivir muy por encima de sus posibilidades. Es decir, una economía con un sistema productivo caduco, sin inversiones a medio y largo plazo, sin búsqueda de mercados exteriores, sin competitividad alguna, sin I+D...; una economía de camareros y obreros de la construcción, empeñada a mantenerse a flote mediante la venta del país al turismo extranjero, el blanqueo de dinero y poco más.

En fin podría continuar unos cuantos folios más. Pero creo que estos seis puntos ponen a las claras que la democracia española surgida de la Transición quebró hace tiempo y que España necesita repensarse y tener un nuevo plan. Y el asunto pasa solo por dos posibilidades. La desaparición de España tal y como hoy la conocemos. O la revisión urgente de, entre otros, los seis puntos apuntados. Hay que rectificar el rumbo, debemos regenerarnos. Si cerramos los ojos y continuamos como hasta ahora, la máquina acabará reventando por algún lado, eso está hoy más claro que nunca.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,20 may 2011 11:52:37 GTM
<![CDATA[“Poésie et philosophie dans le domaine hispanique" (Poesía y Filosofía en el “dominio” hispánico). Université Paris-Sorbonne (Paris IV)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1405


Juan Antonio González Fuentes

El próximo sábado 4 de junio estoy invitado a intervenir en un ciclo de conferencias que tendrá lugar en la Maison de la Recherche, Université Paris-Sorbonne (Paris IV), en torno a la relación entre Poesía y Filosofía en el área o dominio hispanico. Mi intervención versará sobre María Zambrano y la poesía como vía de conocimiento, asunto que ya abordé en su día en el libro colectivo María Zambrano, la visión más transparente (Trotta, 2004). Diversos especialistas de universidades francesas también participarán tratando temas tan relevantes como la Poesía y Filosofía en el Siglo de Oro, el lenguaje poético y el discurso filosófico de Machado a Valente, etc. Están todos ustedes invitados si la suerte les hace encontrarse en París.



José María Beneyto y Juan Antonio González Fuentes (coords.): María Zambrano, la visión más transparente (Trotta, 2004)


Programme des Journées d’Études: «Poésie et philosophie dans le domaine hispanique»
Université Paris-Sorbonne (Paris IV), 3 et 4 juin 2001
Maison de la Recherche, 68, rue Serpente, 75006 Paris



Vendredi 3 juin, salle D116

14h Accueil des participants et ouverture des journées

14hh15 Juan BAEZA-SOTO, Université de Reims: «Le tremblement de la lumière. Poésie et philosophie ou l'enracinement inéluctable»

14h45 Vincent DENIZEAU, Université Paris-Sorbonne: «Poésie et connaissance: le corps et le paradoxe chez Jenaro Talens»

15h15 Claudie TERRASSON, Université de Marne-la-Vallée: «“El intelecto no ha cantado jamás, no es su misión”: langage poétique et discours philosophique, de Machado a Valente»

15h45 Débat

16h15 Pause café

16h30 Sandrine MONTAIN, Université Paris-Sorbonne: «Lorca, Nietzsche et la question du nihilisme»

17h00 Emmanuel LE VAGUERESSE, Université de Reims: «A los presocráticos (1963) de Juan Gil-Albert: “antes del raciocinio y de la moral”, un hommage poétique»

17h30 Nuria RODRÍGUEZ LÁZARO, Université de Bordeaux III: «La poésie est-elle un autre langage ? Réflexions sur le statut hybride de la métaphore»

18h Débat et conclusions provisoires



Samedi 4 juin, salle D421


9h30 Juan BAEZA SOTO, Université de Reims: «Le silence de la reconnaissance : poésie et philosophie dans l'œuvre de Roberto Juarroz (1925-1995)»

10h00 Milagros TORRES, Université de Rouen: “Poésie et philosophie aux Siècles d’Or”

10h30 Débat

11h00 Pause café

11h15 Juan Antonio GONZÁLEZ FUENTES, poète, Santander: «Poesía: una vía de conocimiento en el pensamiento de María Zambrano»

11h45 Marie-Claire ZIMMERMANN, Université Paris-Sorbonne: «Poésie et philosophie : deux langages pour les mêmes questions»

12h15 Débat et conclusions


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LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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Thursday,19 may 2011 20:4:27 GTM
<![CDATA[Fragmento de un comentario crítico de la profesora Idoli Castro a Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1404


Juan Antonio González Fuentes

El pasado mes de marzo regresé al Cervantes de Lyon invitado por mi buen amigo Philippe Merlo, catedrático de Literatura española en la universidad de dicha ciudad francesa. Acudí para participar en un encuentro literario en el que ejercí como creador, mientras tuve la fortuna de que la profesora Idoli Castro ejerció como crítica de mi libro Haikus sin estación. Idoli Castro leyó un trabajo en el que plasmaba su visión lectora y crítica de mis haikus nada estacionales. El texto de Idoli Castro, como es habitual en estos encuentros franceses, verá la luz en un libro probablemente el año que viene. Mientras, Idoli me ha hecho llegar su trabajo, realmente de una gran lucidez. No voy a dar aquí todo el trabajo, pues Idoli Castro prefiere que llegue inédito a su publicación francesa, pero estoy seguro de que no le molestará el que adelante aquí un pequeño pero enjundioso fragmento de su luminosa lectura:

“Si el poeta se traslada a una tradición lejana, hemos de señalar que la presencia del género en la lengua española no es algo nuevo, ya que fue introducido por el poeta mexicano José Juan Tablada (1871-1945) tras un «viaje exoticista al Japón en busca de novedad estética» (1). En el Apéndice de la edición de 2002 de El jaiku en España, el crítico Pedro Aullón de Haro subraya cómo actualmente «los procedimientos o la expresión jaikista se asimila heteróclitamente» en la poesía española, observando «la multiplicidad, las variedades más extremas tanto formales como temáticas, desde la más rigurosa precisión hasta hibridaciones e incluso la desintegración del género» (2). En Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010), Juan Antonio González Fuentes encadena 75 jaikus respetando la forma tradicional del poema de 17 sílabas y 3 versos de 5/7/5. Contrariamente a la versificación acentual de la poesía española, el poeta adopta la medida silábica. La adopción de ese ritmo ajeno potencia el efecto de musicalidad, música a menudo sugerida o evocada explícitamente en los sintagmas «un barco de música» (n°40, p. 57), «acorde en vuelo» (n°42, p. 58). En la reiteración de un ritmo único y constante, las palabras se libran entonces del sentido y encarnan «la fuerza del lenguaje»: como lo explica Henri Meschonnic, el ritmo «es esa fuerza, tiene esa fuerza y ya no es lo que dice algo sino lo que hace» (3). Ese ritmo al que no estamos acostumbrado hace resonar en nuestros oídos la extrañeza de esa cultura ajena. No obstante, la reiteración de un mismo ritmo nos ayuda a entrar en el movimiento del texto, movimiento fundamental a la hora de intercambiar con el Dao de Extremo Oriente. Enlazados por ese ritmo encantador, nos dejamos apresar por el texto que teje su propia telaraña y donde «las fuerzas telúricas van tejiendo el tapiz de los versos con los hilos del misterio», nos dice Luis Bagué Quílez (4). Así pues, el que pensaba capturar se halla captado en la red poética, en esa «tela de araña:/ hálito de eternidad,/ toque de queda» (n°5, p. 33). Reactivando el mito de Aracne, notamos dos ocurrencias del verbo tejer: en el haiku n°9, «En la partida,/ ausencia que no falta,/ teje el comienzo» (p. 36), y luego en el haiku n°71, «En el arrozal / es tiempo de rocío,/ teje agua la luz» (p. 77). En el primero, la multiplicidad de acepciones del sustantivo partida suspende la significación que se ramifica en la multiplicación de los sentidos. En esa imposibilidad de asir un sentido fijo en el trabajo de interpretación, se acentúa la « ausencia » mencionada en el verso dos. Sin embargo, no pudiendo resistir al principal defecto de crítico occidental, quisiera recordar la relación de la palabra partida con la muerte o con el juego, que al fin y al cabo vienen a ser lo mismo, y los dos remiten a la ausencia del segundo verso. El poeta nos quita lo que parece darnos en una primera palabra que no es más que el don del vacío, vacuidad que nos otorga un sitio vacante, libre, por ocupar. Notemos que el juego entre el creador y su crítico no hace más que comenzar como lo sugiere el último verso: juego de vida y muerte que dan y quitan, de lleno y vacío, de yin y de yang. En el segundo haiku, nos ubicamos ante el paisaje asiático del arrozal. La luz, elemento activo por antonomasia en la poética de González Fuentes, a la vez en su indagación del lenguaje y del mundo, es sujeto del verbo tejer y parece ser el origen del movimiento, de los visos del agua. El elemento pone de realce a la vez un proceso, en su acción de tejer, y un momento de profunda serenidad, el del «tiempo de rocío». Agua y luz no se reflejan sino que se enlazan en el presente del verbo tejer que nos ofrece un momento de iluminación «relampagueante» diría Octavio Paz que se podría asimilar al Satori de la filosofía Zen.”



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena)

NOTAS:
(1) Pedro Aullón de Haro, El jaiku en España, Madrid, Hiperión, 2002, p. 50.
(2) Ibid., p. 152.
(3) Henri Meschonnic, « L’enjeu du rythme pour la philosophie » en Rythmes et philosophie, dirigido por Pierre Sauvanet y Jean-Jacques Wunenburger, Paris, éd. Kimé, 1996, p. 17.
(4) Luis Bagué Quílez, «Menos es más»,
http://www.diarioinformacion.com/artes-letras/2011/02/07//1088748.html, página consultada el 21 de abril de 2011 (10h30).

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,18 may 2011 11:51:48 GTM
<![CDATA[Tensar el arco y otros problemas (Bartleby), Robert Duncan en traducción de Marta López Luaces]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1403


Juan Antonio González Fuentes

Por esos misterios que hacen a veces la red tan atractiva, hace meses comencé a recibir unos correos electrónicos en mi cuenta enviados desde Nueva York. En dichos correos me anunciaban encuentros poéticos en la Gran Manzana, encuentros protagonizados por poetas y escritores en español. La verdad es que no le presté mucha atención hasta que, hace unos meses, cuando supe que el pasado mes de abril volvería a viajar a Nueva York, me puse en contacto con quien me escribía: Marta López Luaces (La Coruña, 1964).

Marta obtuvo su Ph.D. en 1999 por New York University. Desde 1998 enseña literatura española y latinoamericana en Montclair State University. Entre sus obras de crítica se encuentra Ese extraño territorio: La representación de la infancia en tres escritoras latinoamericanas (Santiago de Chile, Cuarto Propio, 2000), publicado luego en versión al inglés por Juan de la Cuesta Hispanic Monographs (Delaware, 2005). Actualmente trabaja en un nuevo libro de ensayo: La poesía y sus máscaras. En torno a la obra de Diego Jesús Jiménez, María Antonia Ortega, Raúl Zurita y Mercedes Roffé. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Distancia y destierros (Santiago de Chile, Red Internacional del Libro, 1998), Las lenguas del viajero (Madrid, Huerga & Fierro, 2005) y la plaquette Memorias de un vacío (New York, Pen Press, 2002). En 2010 publicó en Pre-Textos el poemario Los arquitectos de lo imaginario.



Su poesía ha sido incluida en antologías de España, Latinoamérica, Estados Unidos, Italia y Rumania. En traducción al inglés, ha aparecido en revistas tales como The Literary Review y Mandorla. Una selección de su poesía en traducción al italiano fue publicada en forma de plaquette bajo el título Accento Magico (San Marco in Lamis, Edicioni Le Nuove Muse, 2002). En edición bilingüe español / rumano ha aparecido La vertiente del fuego / Pravalirea focului (Bucarest, Editura Academiei Internationale Orient-Occident, 2006).

Ha traducido al inglés poetas españoles para las revistas Terra Incognita, Hofstra Hispanic Review y Tamame, entre otras. Como traductora al español ha colaborado con revistas de Latinoamérica y España traduciendo poemas de Louise Glück, Robert Duncan, Leonard Schwartz, y Ann Lauterbach, entre otros. Para Pen Press, ha traducido asimismo una selección de la poeta canadiense Erín Moure. La editorial Bartleby acaba de publicar traducción de los Selected Poems de Robert Duncan con el título: Tensar el arco y otros poemas. Es co-editora de Galerna: Revista de literatura internacional. La New York Foundation for the Arts le otorgó la distinción de Speaker for the Humanities of NYC (2003-05).

Con increíble amabilidad Marta me contestó, y durante semanas estuvimos intentando que yo pudiera dar una lectura de poemas en alguna sala neoyorquina. La premura de tiempo lo impidió, pero Marta siguió siendo muy amable y me ofreció la posibilidad de tomar un café con algunos de sus amigos poetas. Los pocos días de vacaciones en la ciudad y algún compromiso previo, hicieron lamentablemente el resto. Quiero decir que no pude conocerla en persona durante esta visita. Espero poder hacerlo en la siguiente.



Robert Duncan: Tensar el arco y otros poemas (Bartleby, 2011)

El pasado sábado me acerqué a la librería Central, Museo Reina Sofía, en Madrid. Echándole un vistazo a la sección de poesía, reparé en una cubierta en la que podía leerse el nombre de Marta López Luaces. En efecto, se trataba de la edición bilingüe español-inglés de la poesía de Robert Duncan (Oakland, 1919 – San Francisco, 1988) para la editorial Bartleby. Duncan está considerado uno de poetas estadounidenses más influyentes del siglo XX. Perteneció al mítico Black Mountain College y su obra, en diálogo con la de Robert Creeley, Charles Olson y Denise Levertov, ahonda en la prolongación natural de una línea de la poesía norteamericana que aglutina nombres como los de Emily Dickinson, William Carlos Williams, Gertrude Stein, Louis Zukofsky, George Oppen y Charles Reznikoff. Entre otros trabajos publicó The Opening of the Field (1960, National Book Award for Poetry en 1961), Ground Work: Before the War (1984), Premio Pulitzer de Poesía en 2005, y Ground Work II: In the Dark (1987).

Robert Duncan, nos recuerda la propia Marta López Luaces, fue “uno de los más destacados poetas estadounidenses del siglo XX, es conocido como el poeta marginado y exiliado, un perfil que él mismo creó y promovió. La poesía, tal como él la entendía, es una celebración del poder del arte: a través del lenguaje simbólico, se propuso recrear arquitecturas capaces de revelarnos otras realidades del ser. De este modo, los cambios de registro, a veces repentinos, exigen un lector especializado, dedicado al estudio de la poesía y sus diferentes campos de referencia. Su propuesta es altamente ambiciosa: para Duncan, el mito se instituye en el conocimiento ancestral que el poeta contemporáneo debe traducir a su versión actual, para permitirnos así regresar al origen. A través de una red de metáforas y símbolos, crea un universo verbal en el que se entretejen los mitos más diversos, desde la filosofía helenística y los textos gnósticos, a las obras de Shakespeare, o las citas de Alicia en el país de las maravillas. Tensar el arco y otros poemas es la primera de las obras de Robert Duncan que se publica en España y recoge una amplísima selección de sus trabajos poéticos”.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

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: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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Tuesday,17 may 2011 9:56:57 GTM
<![CDATA[El Sha de Persia y otros países árabes financiaron a Adolfo Suárez y a la UCD]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1401


Juan Antonio González Fuentes

Leo estos días el libro Adolfo Suárez, biografía política (Planeta, 2011) del catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense, Juan Francisco Fuentes. Generalmente el género biografías no ofrece nunca eso que llamaríamos una obra cerrada. Es decir, nunca estaremos ante un trabajo definitivo. Sin embargo es evidente que hay biografías que dejan el tema tratado con las costuras bien cerradas, y con casi todas las puntadas dadas. Creo sinceramente que éste es uno de esos casos. Estamos ante unas páginas muy bien escritas, serias y muy documentadas sobre la carrera política del primer presidente de la democracia española tras el franquismo.

De momento una de las cosas que se cuentan que más me ha llamado la atención está contada en la página 236 del libro, y hace referencia a la financiación del partido de Adolfo Suárez, la Unión de Centro Democrático (UCD). Me refiero a lo siguiente:

“Todas estas preocupaciones saltan a la vista en la carta que, tan sólo una semana después del 15-J (1977), le dirigió el Rey al Sha Reza Pahlevi de Persina solicitándole diez millones de dólares para la financiación de UCD ‘como tu contribución personal al fortalecimiento de la Monarquía española’. Esta ayuda permitiría al primer ministro, Adolfo Suárez, en quien el Rey decía tener ‘full confidence’, contar con un verdadero partido y ponerlo al servicio de la ‘consolidación de la Monarquía y de la estabilidad del país. El asunto corría prisa, porque es ese momento -22 de junio-, como se recuerda en la misiva, se daba por hecho que las elecciones municipales se celebrarían en un plazo de seis meses y UCD no podía arriesgarse a concurrir en inferioridad de condiciones ante partidos que recibían una ayuda financiera considerable de dentro o de fuera de España. Llama la atención que el Rey hable ya en esa fecha de la necesidad de reestructurar la coalición centrista bajo el liderazgo de Suárez. También el dramatismo con el que justifica la petición de ayuda a UCD de cara a las próximas municipales; en palabras del monarca: “Nos estamos jugando el futuro”.

Juan Francisco Fuentes: Adolfo Suárez. Biografía política (Planeta, 2011)

Juan Francisco Fuentes: Adolfo Suárez. Biografía política (Planeta, 2011)

El dinero tardó en llegar, pero llegó a tiempo, porque el calendario electoral se fue modificando una y otra vez con tal o cual motivo… la elección democrática de los ayuntamientos tuvo que esperar hasta abril de 1979, con un año y medio de retraso respecto a lo inicialmente anunciado. Para entonces, UCD disfrutaba ya de la ayuda solicitada por el Rey para el partido de Suárez. Los setecientos setenta millones de pesetas donados por varias monarquías árabes se recibieron en la Zarzuela, de donde había partido la gestión, y de allí fueron trasladados en dos coches a la Moncloa…” (fin de la cita).

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Monday,16 may 2011 10:31:25 GTM
<![CDATA[Los superhéroes de Marvel contemplan la muerte de Bin Laden]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1400


Juan Antonio González Fuentes

Recorre internet una curiosa imagen. Se trata del despacho desde el que el presidente Obama y su equipo siguieron la incursión de los Navy Seals para acabar con la vida del terrorista Bin Laden. Lo curioso de la foto es que revela por fin la verdadera identidad, hasta ahora secreta, del presidente y sus muchachos. Todos son superhéroes de la casa Marvel. Obama es nada más y nade menos que el célebre Capitán América (no podía ser otro), pero junto a él están Spiderman, Superman, Batman y Robin, Hulk, etc... Hay que reconocer que este es el más poderoso equipo de gobierno que jamás haya tenido los EEUU, y que contra ellos poco puede hacerse. El mundo occidental ahora sí que está seguro!!!

 Los superhéroes de Marvel contemplan la muerte de Bin Laden
 
Los superhéroes de Marvel contemplan la muerte de Bin Laden

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Thursday,12 may 2011 14:39:37 GTM
<![CDATA[Noan Chomsky opina sobre la muerte de Bin Laden]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1399


Juan Antonio González Fuentes

Me llega a través de internet un comentario efectuado, al parecer, por Noam Chomsky (Filadelfia, 1928), el célebre profesor emérito de Lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachussets, uno de los más destacados especialistas en su área de conocimiento de todo el siglo XX. Claro que Chomsky también es muy conocido por su activismo político, centrado en una feroz crítica a las sociedades tanto capitalistas como a las del llamado socialismo real. En este sentido Chomsky se ha definido como un anarquista o socialista libertario.

El comentario al que me refiero (VER TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL) está en relación directa con la muerte de Bin Laden, el terrorista que acabó con la vida de miles de personas en Nueva York en los atentados de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, suceso con el que para muchos dio comienzo de verdad el siglo XXI y su problemática. Pues bien, Chomsky ha comentado al respecto: “We might ask ourselves how we would be reacting if Iraqi commandos landed at George W. Bush’s compound, assassinated him, and dumped his body in the Atlantic”. (“Podemos preguntarnos cuál hubiera sido la reacción si comandos iraquíes aterrizaran en el complejo de George W. Bush, lo asesinaran y después lanzaran su cuerpo al Atlántico”).

Noam Chomsky en 2004 (foto de Duncan Rawlinson; fuente: wikipedia)

Noam Chomsky en 2004 (foto de Duncan Rawlinson; fuente: wikipedia)

Creo que es un ejemplo perfecto de cómo alguien con una inteligencia superior, con experiencia vital dilatada, conocimientos enciclopédicos y una capacidad reflexiva sobresaliente, puede decir majaderías que sonrojarían, de decirlas, al más turulato de los adolescentes. 
 

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Wednesday,11 may 2011 12:56:17 GTM
<![CDATA[La aldeas potemkin y la realidad virtual]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1398


Juan Antonio González Fuentes

En la Rusia de Catalina la Grande no fueron excepcionales las aldeas potemkin. Eran las aldeas que los grandes aristócratas y terratenientes creaban para ofrecer la imagen de un progreso por completo inexistente. Estos grandes señores mandaban construir en sus tierras verdaderos pueblos de cartón piedra, pequeñas fábricas que creadas en las dimensiones precisas parecían a la vista lejanas y echaban humo por las chimeneas de juguete. También construían aparentes carreteras, graneros, acequias, jardines…, en fin, todo aquello que pudiera dar idea de prosperidad, riqueza y abundancia.

Retrato de Catalina la Grande (1729-1796), obra de Fedor Rokotov (fuente: wikipedia)

Retrato de Catalina la Grande (1729-1796), obra de Fedor Rokotov (fuente: wikipedia)

La emperatriz viajaba por su imperio en un coche de caballos cerrado, y cuando se asomaba a la ventanilla del coche, observaba con satisfacción todo un país imaginario en el que todo lo admirable era mentira, una falsedad que reflejaba sin embargo a la perfección la repugnante e idiota estulticia de una clase dirigente que acallaba la negrura de sus conciencias generando una realidad virtual que tranquilizase a su soberana. ¿No conocen algo semejante en nuestro entorno más inmediato? ¿No vivimos todos en algo parecido a una realidad virtual creada por el poder? 
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Mayo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,10 may 2011 10:14:5 GTM
<![CDATA[Indignaos!!!, con Stéphane Hessel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1396


Juan Antonio González Fuentes

Basándose en un libro de Henri-Pierre Roché, François Truffaut dirigió la película Jules et Jim, una historia que transcurre en torno a los años de la I Guerra Mundial y tiene como protagonistas a un trío formado por dos amigos (francés y austriaco) y una insólita mujer (Catherine, interpretada por Jeanne Moreau), de la cual los dos hombres se enamoran. Cuentan que la historia presenta algunas raíces situadas en la realidad, y “fruto” de esa realidad es Stéphane Hessel (Berlín, 1917), quien al parecer nació de una de las posibles parejas del trío. El francés Stéphane Hessel es hoy un nonagenario con algunas cosas que contar tras haber trabajado para la Francia libre del general De Gaulle, ser apresado por la Gestapo en 1944, escapar del campo de concentración de Buchenwald, formar parte del equipo redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ser el embajador francés en la ONU y defender la causa palestina a pesar de su ascendencia judía. En otras palabras, Hessel es un hombre con una dilatada y compleja experiencia vital que a los 93 años estaba seriamente indignado con el estado de las cosas en Francia, en la opulenta y “dormida” Europa unida, y también con la actitud conformista y domesticada de una juventud que de forma contemplativa espera que se lo den todo resuelto e ignora casi por completo el devenir histórico cuya resultante es la sociedad en donde habita.

Hessel se encontraba tan indignado ante la situación diagnosticada, que decidió dar cauce a su enfado a la manera de los polemistas dieciochescos, es decir, escribiendo algo así como un panfleto, un alegato contra la indiferencia general y proponiendo una especie de insurrección pacífica y democrática. Los pocos folios que le salieron los llevó Hessel a una modesta editorial gala, Indigène, que aceptó publicarlos casi de manera inmediata. En el mes de diciembre de 2010 se lanzaron al mercado seis mil ejemplares del panfleto de apenas treinta páginas al asequible precio de tres euros. El título Indignez-vous! A comienzos de este año 2011 ya se habían vendido más de un millón de copias de la obrita, traducida además al inglés, italiano y español (Destino, 2011, quinta impresión, prólogo de José Luis Sampedro).

Stéphane Hessel en 2010 (fuente: wikipedia)

Stéphane Hessel en 2010 (fuente: wikipedia)

Hessel ofrece una lección de Historia con su propia historia, y pone su experiencia personal al servicio de los demás, de un tiempo por venir que ellos no vivirán, pero en el que pretenden influir por medio de una memoria que desea compartir con los más jóvenes para participarles, entre otras cosas, que todas las conquistas deben pelearse y defenderse día a día, constantemente, y que toda vida consciente de serlo necesita darse en una conciencia histórica, en una reflexión crítica del presente asentada sobre el conocimiento del pasado dirigida a la construcción de un futuro mejor, más libre y justo.  
 

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LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

LIBRO (abril 2011: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Monday,9 may 2011 14:3:0 GTM
<![CDATA[Stefan Zweig, Sigmund Freud y Salvador Dalí: una historia de fanatismo español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1395


Juan Antonio González Fuentes

Creo recordar que en alguno de sus libros, Sándor Márai le dedica varias reflexiones al significado de la obra de Stefan Zweig y al contexto histórico y cultural en la que brotó. Ambos, Zweig y Márai vivieron los mismos estertores de un mundo en descomposición, ese mundo de ayer cuya disolución queda muy bien reflejada en novelas como La gaviota. Leyendo estos días las memorias divertidas, entretenidísimas y bastante pagadas de sí mismas que ha escrito Luis Racionero, recupero de ellas una anécdota protagonizada por un trío indiscutiblemente atractivo: Dalí, Freud y Zweig. Según cuenta Racionero el suceso se lo contó a él Dalí, aunque en la correspondencia publicada entre Freud y Zweig también aparece mencionada por el primero al segundo.

En Londres, Stefan Zweig acompañó a Salvador Dalí a visitar a Freud, autor de las teorías que tanto influyeron en el arte de la primera mitad del siglo XX, y sobre todo en la obra de artistas como el pintor y escritor de bigotes velazqueños nacido en Figueras. Dalí le llevó al célebre psiquiatra su escrito sobre el método paranoico-crítico, pero durante la conversación, todo el interés de Freud era hablar de pintura, y más concretamente de la pintura de Velázquez. No se sabe si movido por la impaciencia que le provocaban las disquisiciones pictóricas del vienés, por un ataque de ego descontrolado, por el supuesto desdén que la perorata suponía para la obra entregada, o simplemente por llamar la atención, al cabo de un rato de infructuosa conversación, el joven Dalí comenzó a golpear con furia la mesa y a gritarle al inventor del psicoanálisis lleno de pasmo y confusión: “¡Esto se lo tiene que leer esta noche!”.

Salvador Dalí en 1965 (foto de Roger Higgins ;fuente: wikipedia)

Salvador Dalí en 1965 (foto de Roger Higgins ;fuente: wikipedia)

Sigmund Freud, entre asustado y confuso, no dando crédito a la escena, le comentó en alemán a Zweig: “¡Qué español tan fanático!”. En la correspondencia entre los dos austriacos, Racionero recuerda que Freud recuerda el suceso de la siguiente manera: “aquel joven que usted me trajo es el prototipo del español fanático”. Observación del psiquiatra vienés que, en mi opinión, encierra mucha miga y propicia todo tipo de comentarios: ¡el surrealista catalán Salvador Dalí, sobre el que el nacionalismo catalán ha tenido casi siempre una actitud distante y crítica, fue visto por Freud como el prototipo del español fanático! Pero amigo Freud, ¿pueden establecerse prototipos de fanáticos? Y de hacerse, ¿qué distingue a un fanático español de uno austriaco, pongo por caso? Queda aquí hecha la pregunta. 
 

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Friday,6 may 2011 7:35:35 GTM
<![CDATA[Memorias de un liberal psicodélico (RBA) de Luis Racionero: Agustín de Foxá en Argentina y los huesos del general San Martín]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1394


Juan Antonio González Fuentes

A este último viaje a Nueva York me llevaba dos o tres libros, pero estando en el aeropuerto de Barajas esperando el embarque, descubrí en los anaqueles una de las muchas tiendas-librerías que allí están abiertas, el último libro de memorias de Luis Racionero, Memorias de un liberal psicodélico (RBA, 2011), y no sé por qué razón, pensé que esa sería una lectura entretenida para las dieciséis horas de avión (ida y vuelta) que me esperaban.

No me equivoqué demasiado. Lo estoy pasando bien leyendo este volumen con bastante de auto-elogio del señor Racionero. No lo he terminado aún, pero resultan interesantes sus ocurrencias en torno a su formación en Berkeley, sus viajes y gentes a las que ha conocido, entre ellas Pla, Areilza o Salvador Dalí. Una de las anécdotas que más me ha llamado la atención tiene que ver precisamente con Areilza y ese poeta que tanto me gusta llamado Agustín de Foxá. Le contó Areilza a Racionero que, cuando él era embajador de España en Argentina, el gobierno de aquel país calmó el hambre de la posguerra española franquista con toneladas y toneladas de carne. Al parecer Eva Perón tuvo bastante que ver en el asunto, no sabemos si por alguna querencia a “la madre patria” o por alguna otra por el embajador hispano. El caso es que como España no podía pagar de ninguna manera el favor alimenticio que le estaba haciendo Argentina, Areilza pensó que una forma de mostrar gratitud era enviar los restos del general San Martín, el liberador de Argentina, Chile y Perú, enterrados por aquel entonces en España.

Agustín de Foxá

Agustín de Foxá

En efecto, los restos de José San Martín fueron trasladados a Argentina para que en esa tierra reposasen para siempre. En ese tiempo el escritor, diplomático y aristócrata español Agustín de Foxá trabajaba en la embajada española en Argentina. Foxá guarda fama de haber sido uno de los grandes conversadores españoles del pasado siglo, un tipo que sumaba al ingenio, gracia, chispa y rapidez. Pues bien, estando un día en una recepción diplomática en Buenos Aires, alguien, en charla con Foxá, sacó a relucir lo del “intercambio”, es decir, la carne de vacuno por los restos del militar que ayudó a la independencia de Argentina. Como el comentario estaba hecho con cierto cachondeo irónico y alguna mala baba, Foxá hizo gala de su hiriente genio en forma de chispazo humorístico, y contesto algo parecido a lo que sigue: “si, ustedes nos dan la carne, y nosotros les devolvemos los huesos”. 
 

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LIBRO: Sándor Márai: La gaviota (Salamandra, 2011)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Thursday,5 may 2011 9:23:1 GTM
<![CDATA[Alianza USA-Rusia frente a China-Japón, según Gore Vidal (1985)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1393


Juan Antonio González Fuentes

En el ensayo El día que el imperio americano se quedó sin gasolina, publicado hace casi treinta años, en 1985, el escritor norteamericano Gore Vidal decía lo siguiente, creo que con una visión de futuro ciertamente sobresaliente:

“Ahora solo queda una salida. Ha llegado el momento de que Estados Unidos haga causa común con la Unión Soviética. La alianza de la masa territorial soviética (con todos sus recursos naturales) y de nuestro imperio insular (con todos sus recursos tecnológicos) sería de gran provecho a ambas sociedades y no digamos para el mundo. Además…, la Unión Soviética y nuestra parte de Norteamérica combinadas serían un contrapeso, industrial y tecnológico, al eje chino-japonés, que dominará el futuro, tal como Japón domina hoy el comercio mundial.

La alianza de las dos grandes potencias del hemisferio norte doblaría la fuerza de cada una y nos daría, si cooperan, una oportunidad de sobrevivir económicamente, en un mundo asiático altamente centralizado”.

Gora Vidal (foto de David Shankbone; fuente: wikipedia)

Gora Vidal (foto de David Shankbone; fuente: wikipedia)

En los estertores de la Guerra Fría, y con el Muro de Berlín apunto de pasar a ser una página de historia pasada, Gore Vidal, siguiendo la elocuente máxima del geopolítico Brooks Adams, “toda civilización es centralización, y toda centralización es economía”, propone que la única forma que tiene Occidente deresistir la “centralización económica oriental”, será crear una nueva centralización occidental y cristiana que recoja con pulso firme y compartido la antorcha de la, en términos de geopolítica, agotada Europa occidental.

Puede que el viejo escritor no andase entonces, en 1985, muy desencaminado en sus elucubraciones histórico-político-económicas.  

 

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Wednesday,4 may 2011 11:11:2 GTM
<![CDATA[Contraataque de Siegfried Sassoon (El Desvelo Ediciones)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1391


Juan Antonio González Fuentes

El próximo 25 de abril se pondrá a la venta en las librerías de toda España Contraataque, un poemario del británico Siegfried Sassoon (1886-1967), publicado por la editorial cántabra El Desvelo Ediciones dentro de su colección de poesía ‘Ultima Thule’. Si todos los libros tienen tras de sí una historia, la historia de Contraataque es la de su autor, uno de los más destacados War poets (poetas de la guerra) ingleses, quienes reflejaron en su obra la experiencia bélica atormentada en las trincheras de la I Guerra Mundial. Sassoon fue aclamado más tarde también por su obra en prosa, sobre todo por tres volúmenes de su autobiografía novelada, conocidos colectivamente como la "Trilogía de Sherston".



Siegfried Sassoon: Contraataque (El Desvelo Ediciones, 2011)

Contraataque es a la poesía lo que Sin novedad en el frente (1929) de Erich Maria Remarque a la novela. El libro se publicó en Inglaterra en 1917 y supuso un golpe para la sociedad británica por cuanto, sobre la base de la escritura poética, contribuyó a hacer trizas el arquetipo caballeresco y romántico de la guerra. Contraataque es un libro de denuncia, incendiario, cargado de rabia, crudeza y dolor…, que quiere despertar conciencias como adquirió conciencia el propio autor en plena barbarie europea.

Siegfried Sassoon

Siegfried Sassoon

Siegfried Sassoon, coetáneo por ejemplo de Robert Graves, Bertrand Russell o Wilfred Owen, es plenamente reconocido en Gran Bretaña, aunque en España su poesía se encontraba hasta hoy inédita. Esta es la primera vez que se publica un poemario de Sassoon en español. Escrito en un sanatorio en donde fue recluido por pedir públicamente al Ejército y la Cámara de los Comunes el fin del conflicto, Contraataque refleja toda la miseria de la guerra, por lo que guarda plena vigencia, descontextualizado del momento concreto en que vio la luz, y supone la reivindicación perenne de la humanidad y la vida. La traducción que El Desvelo Ediciones ofrece ha sido realizada por Eva Gallud Jurado, quien también firma el prólogo.  
 

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,20 abr 2011 11:23:50 GTM
<![CDATA[Los diez libros que se han intentado prohibir en los EE.UU, según la Asociación Americana de Bibliotecas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1389


Juan Antonio González Fuentes

Estos días cercanos a la celebración del Día del Libro en España (23 de abril), ha trascendido la lista que ha hecho pública la Asociación Americana de Bibliotecas de los diez libros que han intentado prohibir durante el año 2010 diversos grupos de presión. La intención de la Asociación es la de alertar sobre la prohibición de libros y alentar la libertad de lectura como un valor fundamental.

El libro más “perseguido” el pasado año en los EE.UU es un cuento destinado al público infantil. Tres con Tango, es su título. ¿Qué cuenta? La historia de una pareja de pingüinos machos que adopta un huevo del que nace Tango, un cachorro de pingüino que hará felices a sus padres. Lo mejor del caso es que el cuento está inspirado en una historia verdadera, la de Roy y Silo, una pareja de pingüinos del zoo de Nueva York. El cuento ha sido acusado, escriben algunos periódicos, de "promover la homosexualidad", atentar "contra la familia" y ser inadecuado para los niños.

El segundo libro en esta infame lista es The Absolutely True Diary of a Part-Time Indian, del escritor Sherman Alexie, que en el estado de Missouri recibió variadas protestas de los padres porque en sus páginas incluye escenas de masturbación. Un mundo feliz, de Aldous Huxley, ocupa el tercer lugar. Paradójicamente esta novela del gran escritor inglés transcurre en un futuro en el que los libros están prohibidos y perseguidos. No es nuevo el que este libro tenga problemas en los EEUU. Ya en 1980 fue prohibido en algunos centros educativos porque en sus páginas dice que el sexo promiscuo "parece divertido".

La Asociación Americana de Bibliotecas desea así llamar la atención de la sociedad americana para "proteger uno de los derechos fundamentales más preciados, la libertad de leer". Así, "mientras que nosotros apoyamos firmemente el derecho de cada lector de elegir o rechazar un libro por ellos mismos o sus familias", aquellas objeciones sobre un libro en particular "no deberían dar el poder de restringir a otros lectores el derecho de acceder y leer ese libro", afirmó Barbara Jones, directora de la oficina de libertad intelectual del organismo.

La lista de los diez libros es la que sigue:

1. Tres con tango, de Peter Parnell y Justin Richardson. ¿Razones argumentadas? Homosexualidad, punto de vista religioso, grupo de edad inadecuado.
2. The Absolutely True Diary of a Part-Time Indian, de Sherman Alexie. Lenguaje ofensivo, racismo, sexualidad explícita, violencia, grupo de edad inadecuado.
3. Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Insensibilidad, lenguaje ofensivo, racismo, sexualidad explícita.
4. Crank, de Ellen Hopkins. Drogas, lenguaje ofensivo, sexualidad explícita.
5. Los juegos del hambre, de Suzanne Collins. Sexualidad explícita, violencia, grupo de edad inadecuado.
6. Lush, de Natasha Friend: Drogas, lenguaje ofensivo, sexualidad explícita, grupo de edad inadecuado.
7. What My Mother Doesn't Know, de Sonya Sones. Sexismo, sexualidad explícita, grupo de edad inadecuado.
8. Nickel and Dimed: On (Not) Getting By In America, de Barbara Ehrenreich. Drogas, inexactitud, lenguaje ofensivo, punto de vista político y religioso.
9. Revolutionary Voices: A Multicultural Queer Youth Anthology, de Amy Sonnie. Homosexualidad, sexualidad explícita.
10. Crepúsculo, de Stephenie Meyer. Violencia, punto de vista religioso.  
  
 

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 Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Abril 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,19 abr 2011 10:43:57 GTM
<![CDATA[Walter Benjamin y las redes sociales y blogs: “En cualquier momento el lector se convertirá en escritor”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1388


Juan Antonio González Fuentes

Me encuentro estos días leyendo un libro fascinante. Se titula El momento futurista (Pre-Textos, Universidad Politécnica de Valencia, 2009), y su autora es Marjorie Perloff, profesora de Humanidades de la Universidad de Stanford y una de las principales críticas norteamericanas de poesía contemporánea. El libro trata del futurismo y de los nuevos lenguajes artísticos que eclosionaron antes de la I Guerra Mundial, es decir, en uno de los momentos de cambio más radicales y elocuentes de la historia.

En estas clarividentes y clarificadoras páginas, me encuentro con una cita del escritor y pensador Walter Benjamin proveniente según indica Perloff de un trabajo titulado “Das Kunstwerk mi Zeitalter seiner tecnhischen Reproduzierbarkeit”, perteneciente a la obra de Benjamin Gesammelte Schriften, de la que Perloff no ofrece fecha de publicación original, aunque debemos entender que es un texto publicado en los años 1920 o en el primer lustro de la década de 1930. En todo caso, para lo que pretendo señalar, absolutamente premonitorio de nuestros días. Dice Benjamin lo siguiente:

“Con la creciente expansión de la prensa, que sigue colocando nuevos órganos políticos, religiosos, científicos, profesionales y locales ante los lectores, un creciente número de lectores se convierten en escritores, al principio de forma ocasional. Esto comenzó con la apertura de la prensa diaria en las Cartas al Director, y en la actualidad resultaría difícil encontrar un europeo que tenga un trabajo remunerado y que, en principio, no tenga la oportunidad de publicar en algún lugar comentarios sobre su trabajo, quejas, informes documentales y esa clase de cosas. Así, la distinción entre el autor y el público está a punto de perder su carácter básico... En cualquier momento, el lector se convertirá en escritor”.

Marjorie Perloff: El momento futurista (Pre-Textos, 2009)

Marjorie Perloff: El momento futurista (Pre-Textos, 2009)

¿No es esto exactamente lo que está ocurriendo con las redes sociales, blogs, y demás elementos que facilitan la comunicación en internet. El éxito de las redes sociales es que posibilitan que el lector pasivo se convierta de la noche a la mañana en escritor, y en un escritor que, a través precisamente de las redes sociales establecidas, tiene lectores cuyas lecturas interactivas empujan a proseguir la escritura en un bucle al que solo en principio la muerte puede poner fin.

Así, la distinción entre el autor y el público está a punto de perder su carácter básico... En cualquier momento el lector se convertirá en escritor”, predijo Walter Benjamin. El aserto es hoy una realidad incontestable. Los lectores se han convertido en escritores. Como dijo Borges: hoy es infinitamente más difícil, prestigioso, sofisticado..., ser lector que escritor. 
  
 

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,18 abr 2011 9:53:26 GTM
<![CDATA[Una década sin Giuseppe Sinopoli, el psiquiatra que fue director de orquesta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1387


Juan Antonio González Fuentes

En Santander he visto dirigir a casi todos los grandes directores de orquesta italianos de las últimas décadas: Giulini, Muti, Abbado, Gatti, Chailly, Noseda y Sinopoli. A este último lo vi dirigir un programa Bruckner a la que entonces era su orquesta, la mítica Dresden Staatskapelle. No mucho después, el todavía joven Sinopoli moría con las botas puestas, es decir, dirigiendo el tercer acto de la Aida de Verdi en la Deutsche Oper de Berlín, teatro en el que ejercía como director titular. El veneciano Giuseppe Sinopoli (1946-2001) fue una artista realmente singular. Compositor (escribió, por ejemplo, una ópera Lou Salomé, estrenada en Munich en 1981), psiquiatra de carrera, filósofo y por último director de orquesta, desapareció en ese momento crucial, cercana la sesentena, en el que los directores de orquesta se enfrentan a la célebre frase de Shakespeare: “Ser o no ser”.

Sinopoli estudió música con compositores que hoy ya forman parte de la historia: Bruno Madera y Stockhausen. En Viena estudió dirección orquestal con otro mito, Hans Swarowsky, profesor también, entre otros, de Ivan Fischer, Baremboin, Claudio Abbado, Zubin Mehta, Bruno Weil, Mariss Jansons, Jesús López Cobos... Con Bruno Maderna fundó en 1975 el Ensemble Venecia, especializado en música de vanguardia, campo musical que fue poco a poco abandonando para hacerse un hueco en la interpretación del llamado “gran repertorio”. En este terreno se evidenció como uno de los directores más controvertidos de la segunda mitad del siglo XX, pero al que debemos interpretaciones más que notables de músicos como Richard Strauss, Bruckner, Mahler (del que grabó una más que estimable integral), Brahms, Schumann, Wagner y Verdi.



Giuseppe Sinopoli dirige Aida de Verdi (vídeo colgado en YouTube por classicalsukekuma)

La carrera como director de orquesta de Sinopoli fue breve pero llena de sucesos brillantes: entre 1983-1987 fue el director de la Academia Nacional de Santa Cecilia, el conjunto romano por excelencia; en 1980 debutó en la Ópera de Viena con Attila de Verdi; cinco años después lo hacía en el Metropolitan de Nueva York con Tosca de Puccini; en el Festival de Bayreuth dirigiendo Tannhäuser de Wagner y en el londinense Covent Garden con Manon Lescaut de Puccini, contando como intérpretes principales con Plácido Domingo y Kiri Te Kanawa. Entre 1984 y 1995 fue el director titular de la Philarmonia Orchestra de Londres, puesto en el que relevó a Muti. Desde 1995 hasta su muerte dirigió la Dresden Staatskapelle.

Ha pasado una década desde su muerte, y hoy, día 15 de abril, a las diez de la noche y en el madrileño Círculo de Bellas Artes, el Instituto Italiano de Cultura propone un programa de homenaje al maestro veneciano: obras de Wagner y Schubert y, estreno en España, el Kammerkonzert del propio Sinopoli. Al piano Silvia Cappellini, la viuda del desaparecido director. 
  
 

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Friday,15 abr 2011 14:23:34 GTM
<![CDATA[Oda a la tipografía, de Pablo Neruda (El Pasaje de las Letras), o las formas del sonido]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1386


Juan Antonio González Fuentes

El Pasaje de las Letras es una singular editorial que, dentro de su colección El Pasaje del Arte, ha editado en fomrato facsímil la primera edición (1956) de Oda a la tipografía, del genial poeta chileno Pablo Neruda. Neruda mostró fascinación por las letras, pero en su más desnudo sentido estético (formas), y no tanto en cuanto a representación simbólica de un determinado sonido. Así el premio Nobel propuso en esta obra recorrer juntos un sendero mediante el que descubriremos todo un universo lírico en el que las letras, la tipografía, alcanzan su verdadera dimensión y sentido.



Pablo Neruda: Oda a la tipografía (El Pasaje de las Letras, 2011)

La editorial se ha tomado muy en serio su trabajo y esta edición de Oda a la tipografía respeta con sensibilidad las decisiones estéticas que al respecto realizó en su día Neruda, un poeta tradicionalmente preocupado por la “cara” de sus libros. Es decir, que el papel elegido, la impresión y encuadernación de esta edición hacen honor al original, constituyéndose así en una pequeña joya de la edición en papel de nuestros días.
  
 

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Thursday,14 abr 2011 20:31:8 GTM
<![CDATA[La Rapsodia española de Franz Liszt, un caso de pintoresquismo musical]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1385


Juan Antonio González Fuentes

El húngaro Franz Liszt (1811-1886) es, junto a Chopin, uno de los monstruos sagrados del pianismo del siglo XIX europeo. Autor de una ingente cantidad de partituras para el instrumento estrella de la música occidental, Lizst fue además una estrella suprema del virtuosismo pianístico en los principales salones de las grandes ciudades europeas. En este sentido el fenómeno Liszt solo fue comparable con el de Paganini y su violín. El pianismo del maestro húngaro es de fuerza arrolladora, de un virtuosismo que está inyectado en el ADN de cada nota, pero que, además, exhibe acentos propios muy originales, avanzados diría yo, anunciando incluso elementos propios de las vanguardias por amanecer.



Gyorgy Cziffra interpreta la primera parte de la Rapsodia española de Franz Liszt (vídeo colgado en YouTube por fquesada)

La música para piano de Liszt tiene muchos colores, es brillante y enérgica. Los malos pianista tienden con ella a lo artificioso y exhibicionista, aunque es música paradójicamente natural y con misteriosos sentidos ocultos. Estos elementos están presentes en la Rapsodia española (¿1863?), una obra de madurez sobre la que hay dudas en cuanto a la fecha concreta de composición. La Rapsodia española de Liszt muy bien puede inscribirse en lo que algunos críticos han llamado “Obras sobre temas nacionales” y otros “pintoresquismo musical”, es decir, esa corriente de la música culta inscrita en el romanticismo nacionalista que utiliza aires y melodías propias de la tradición popular española, y especialmente andaluza.



Gyorgy Cziffra interpreta la segunda parte de la Rapsodia española de Franz Liszt (vídeo colgado en YouTube por fquesada)

A lo largo de su dilatada carrera Liszt escribió para el piano piezas de diversa inspiración nacional: inglesa, francesa, checa, húngara, alemana, italiana, polaca, rusa y española. Concretamente de supuesta “raíz floclórica hispana” su catálogo ofrece hasta cuatro composiciones: Rondeau fantastique sur un thème espagnol, El Contrabandista (de Manuel García) (1836), La Romanesca [primera/segunda versión] (h. 1832, h. 1852), Grosse Konzertfantasie über Spanische Weisen (1853) y la Rhapsodie espagnole (1863?), partitura esta última de la que hay una versión orquestada al parecer por Feruccio Busoni.  
  
 

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Wednesday,13 abr 2011 11:58:47 GTM
<![CDATA[Sigmund Freud el cocainómano, en Freud. El crepúsculo de un ídolo (Taurus, 2011) de Michel Onfray]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1384


Juan Antonio González Fuentes

Michel Onfray (1959) es un típico intelectual francés, ya saben: brillantez, cartesianismo, un cierto don de gentes y una elegancia severa con gotas de impostación e inmodestia. Doctor en Filosofía, durante veinte largos años impartió clases en institutos de educación secundaria hasta que, harto de un escenario tan poco atractivo, dejó atrás la educación nacional reglada para “inventarse” la Universidad Popular de Caen. Onfray ha escrito más de cincuenta obras y ha sido traducido a veinticinco idiomas distintos. Su Tratado de ateología (2005) vendió más de medio millón de ejemplares.

Ahora aparece en español el que tal vez sea su libro más polémico hasta la fecha: Freud. El crepúsculo de un ídolo (Taurus, 2011), una especie de guía para conocer todas, o casi todas, las inconsistencias y contradicciones del médico psicoanalista, así como algunos de sus trapos sucios. Algunas de las “lindezas” que aparecen en estas páginas hacen mención a la pasión de don Sigmund Freud por el incesto (estaba enamorado, al parecer, de su cuñada, Minna Bernays), su invención del llamado “complejo de Edipo”, su homofobia (el homosexual como un pervertido que evoluciona al margen de la norma por una interrupción en su proceso evolutivo libidinal), su filonazismo de primer tiempo, su innata capacidad fabuladora, sus grises comienzos y su afición a la cocaína. Con respecto a estos dos últimos aspectos, Onfray resalta lo que sigue.

Freud conoció a la que sería su mujer, Martha Bernays, en abril de 1882. Le pidió la mano en junio de ese mismo año. Por aquel entonces Freud vivía de préstamos, no tenía trabajo y acababa de terminar sus estudios de medicina en los que invirtió para obtener el diploma ocho largos años, tres más de lo requerido. Casado ya con Martha vive los tres primeros años de matrimonio separado de ella, pues trabaja en el hospital de la Salpêtrière bajo la supervisión del doctor Charcot. Durante los años de separación le escribe más de mil cartas, en una de las cuales le escribe: “Sé que no eres bella en el sentido en que lo entienden los pintores o los escultores. Si lo que quieres es que dé a las palabras su sentido estricto, me veo obligado a confesar que no eres una belleza”. En otra carta le confiesa que está tomando cocaína y que ésta da excelentes resultados incluso en el terreno sexual. Mientras, también le escribe cartas de subida intimidad a su cuñada.

Michael Onfray: Freud. El crepúsculo de un ídolo (Taurus, 2011)

Michael Onfray: Freud. El crepúsculo de un ídolo (Taurus, 2011)

En cuanto a la cocaína, el 12 de junio de 1895 le escribe Freud a su amigo Fliess: “necesito mucha cocaína”. La consume para animarse en las veladas que se celebran en casa de Charcot y para sus actividades sexuales en los burdeles de la zona. Onfray opina que es muy posible que sus posteriores arritmias cardiacas, su escasa líbido, sus ataques de pánico, sus problemas en el tabique nasal, su ciclotimia, sus cataratas crónicas, etc..., tuvieran su origen y principio en el consumo masivo de cocaína durante esos años.

Pero además, en 1884 Freud experimentó empleando cocaína con su amigo Freischl-Marxow con la intención de “curarle” de su morfimomanía. Así, en 1885, en su trabajo Über coca (Sobre la cocaína) prescribe la “inyección” de la droga. Sin embargo, en La interpretación de los sueños de 1900 escribe que lo que había prescrito en 1885 no era inyección, sino “ingestión”. Mintiendo así, según Onfray, lo que pretendía Freud era encubrir su error primero, error que llevó a al muerte a su amigo. De ahí que tras el fiasco de 1885 destruyera papeles, notas, diarios, documentos de todos tipo e, incluso, Über coca desaparece misteriosamente de su bibliografía.  
  
 

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LIBRO: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

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LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

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LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,12 abr 2011 7:16:30 GTM
<![CDATA[Sonata en Do mayor op. 2, nº3 (1795), de Beethoven]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1383


Juan Antonio González Fuentes

Las 32 sonatas para piano que compuso Beethoven (1770-1827) son un mundo aparte, un género musical en sí mismo. El sordo de Bonn, como le llama el poeta José Hierro en uno de sus últimos poemas, es por definición el músico de la forma sonata nada más y nada menos que durante el espacio de tiempo que va del primer clasicismo vienés (Haydn) al Romanticismo (Chopin, Schubert, Schumann…). Beethoven, como en prácticamente todos los géneros musicales que abordó, fue, quizá paradójicamente, fiel a la estructura heredada y a la vez un completo revolucionario. Las sonatas para piano no son ni mucho menos una excepción en este camino. Las escribió con dos, tres, cuatro, cinco movimientos; movimientos además con duraciones extremas que pueden ir, por ejemplo, de los dos minutos a los quince largos. Muchas de las sonatas presentan sonoridades completamente nuevas para la época y no pocas de ellas son experimentos sonoros impensables apenas unos años atrás. Beethoven llevó tanto al límite las posibilidades del piano de su época como instrumento, que los constructores de pianos debieron “inventar otro instrumento”, mucho más robusto, resistente y con una capacidad y riqueza sonora mucho más desarrolladas.



Beethoven: "Sonata para piano en Do mayor" Op 2 N° 3 (4to mov - Allegro assai) (vídeo colgado en YouTube por leonidas3549)

Las sonatas para piano de Beethoven condujeron la música a otra dimensión. Hay arranques repentinos, paradas súbitas, silencios, arpegios ejecutados a velocidades asombrosas y en ascenso o descenso. Estamos ante una música que quizá como ninguna otra presenta en su “carne sonora” las características intelectuales y sentimentales del músico. Las tres sonatas del op. 2 son un buen ejemplo de cómo Beethoven comenzó a romper con la elegancia dieciochesca heredada y comenzó a desarrollar el género por caminos que dejaban atisbar pulsiones románticas. La Sonata en Do mayor op. 2, nº3 fue acabada en 1795, es decir, cuando el maestro dramáticamente empieza a percatarse de que se está quedando sordo. Es una pieza dedicada a Joseph Haydn y presenta una forma tradicional: rápido-lento-rápido, aunque en comparación con sus hermanas de opus, las nº 1 y 2, no tiene naturaleza ni de música de cámara ni virtuosística, sino sinfónica, orquestal. Es decir, a cada instrumento de la orquesta muy bien puede asignársele el sonido más adecuado. La sonata presenta cuatro movimientos: Allegro con brio (el más largo; el tema principal está siempre presente, incluso en el resto de movimientos), Adagio (el más independiente del resto; finaliza en pianissimo); Scherzo: Allegro (en él se sucede lo jocoso con los enérgico y profundo: termina mina con la repetición del scherzo y la coda), Allegro assai (rondó que exige del pianista mucha habilidad técnica). 
  
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Abril 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,11 abr 2011 9:35:50 GTM
<![CDATA[Guía de la novela negra (Errata Naturae Editores), por el inexistente Héctor Malverde]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1382


Juan Antonio González Fuentes

Las guías nunca están de más. Hay guías para todo: restaurantes, carreteras, moda, etc..., y no podía faltar una guía para adentrarse en los vericuetos del género literario que desconoce la crisis. Me refiero a la novela negra. Héctor Malverde es el autor del libro Guía de la novela negra (Errara Naturae Editores, 2010), un libro no sé si indispensable, pero sí útil de utilidad para lo que pretende: dar pistas.

El libro en sí ya es pura novela negra, pues encierra un misterio sin resolver que a la vez retrata el contexto en el que ha nacido el libro. ¡No se sabe quién es Héctor Malverde! El nombre es el pseudónimo tras el que se agazapa, nos dice la editorial, abro comillas, “un hombre conocido y respetado, deseado a partes iguales por los departamentos universitarios y por los organizadores de congresos internacionales en el ámbito de la literatura. Como lector, una de las grandes pasiones de Malverde es la novela negra, pero su renombre proviene de sus investigaciones y ensayos en otro terreno: aquél que sus colegas de la academia llamarían «la Gran Literatura» (piensen en Proust, Kafka, Nabokov, Beckett, Bernhard, Borges, Pessoa…) Y gracias a este prestigio, obtenido con empeño y justeza, come cada día nuestro hombre. Sería estúpido, por tanto, desperdiciar tantos esfuerzos y aciertos escribiendo una Guía de la novela negra que tal vez lo arrinconaría en los peligrosos pasillos de la universidad y en las fastuosas cenas de los congresos. Por eso Malverde decidió utilizar un pseudónimo y por eso sus editores conservarán su secreto con discreción y entereza” (cierro comillas).

Héctor Malverde: Guía de la novela megra (Errara Naturae Editores, 2010)

Héctor Malverde: Guía de la novela megra (Errara Naturae Editores, 2010)

Dicen las crónicas que Malverde es hombre y ronda los 45 años, que ha vivido en Berlín y que disfruta según propia confesión de las crook stories, es decir, historias de truhanes, maleantes, tunantes... El enmascaramiento de Malverde nos habla de alguien un poco tunante y la Guía de la novela negra no deja de ser también un poco crook story.

La cuestión es que esta guía ofrece mucha y variada información y lo hace además sobre un periodo cronológico muy amplio, que va desde los clásicos del género a los valores emergentes aunque suficientemente consolidados. Siguiendo los senderos que dibuja esta guía uno podría pasarse varias vidas leyendo solo novela negra.
  
 

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Friday,8 abr 2011 18:0:39 GTM
<![CDATA[¿Qué canciones en inglés eran éxito cuando naciste?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1381


Juan Antonio González Fuentes

Ya saben ustedes lo que es un juke box: esas máquinas que funcionaban con monedas y en la que se podían elegir canciones para que sonasen en locales públicos. Pues bien, un amigo me hace llegar un juke box digital y virtual que ha encontrado por la red. Este “invento” permite escuchar veinte éxitos en inglés por cada año elegido, siendo el periodo 1940-1999, es decir, casi sesenta años de éxitos anglosajones. Es curioso pulsar un año y oír lo que entonces se escuchaba en cuanto a música en inglés se refiere. Es todo un viaje en el tiempo a través de melodías que expresan un gusto musical muy determinado, generalmente wasp.

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Thursday,7 abr 2011 10:42:58 GTM
<![CDATA[Haikus sin estación o La imperfección del lenguaje, por Sébastien Serrano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1380


Juan Antonio González Fuentes

Como autor del libro, Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010) he tenido la enorme fortuna de que dicho trabajo fuera escogido como materia de lectura y análisis en un master 2 de Literatura Española en la Universidad de Lyon. La fortuna se la debo a mi buen amigo el profesor Philippe Merlo Morat, director del máster y autor del prólogo a mis haikus. El hecho ha supuesto que unos cuantos alumnos franceses tuvieran que leer el libro y escribir un trabajo sobre el mismo. A algunos de ellos los he conocido personalmente el pasado mes de marzo en el Instituto Cervantes de Lyon, y me impresionaron su disposición, dedicación y pasión por la literatura española y casi todo lo que tenga que ver con nuestro país.

Ya se han publicado en estas mismas páginas los trabajos de Beatriz Rubioy y Marine Granger, lo hace el de Sébastien Serrano, titulado “Haikus sin estación o La imperfección del lenguaje”. Muchas gracias Sébastien.


Haikus sin estación o La imperfección del lenguaje

El lenguaje hablado, que es la capacidad que tienen las personas para expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos es propio del ser humano porque le sirve para comunicarse con otras personas de su entorno. El poeta en cambio, utiliza muy a menudo en sus poesías un lenguaje “lírico”, para expresar lo que siente, ve, toca, huele, oye, percibe y hasta lo que intuye. De hecho, la lírica es esencial en poesía porque es la esencia misma del arte poético puesto que la palabra “lírica” proviene del instrumento “lira” utilizado en la antigüedad, o sea que la lírica se relaciona con la música y el ritmo que en literatura sólo la poesía puede alcanzar. La lírica es al fin y al cabo la forma poética en la que se expresa el sentimiento personal del poeta, que se sitúa en el centro de todo lo que piensa, evoca y siente para determinar la experiencia del “yo” poético.

La poesía de Juan Antonio González Fuentes se plasma en la búsqueda perpetua de la esencia de las cosas y del mundo que lo rodea, o sea intentar, mediante las palabras (adjetivos, sustantivos, adverbios...), los recursos estilísticos, y el ritmo y las rimas de sus versos, dar cuenta y dibujar con estas palabras la verdadera realidad del mundo al que pertenece o al que no pertenece. Basta con leer el poema que abre La lengua ciega para percatarnos de que él mismo lo dice de manera bastante explícita: “soy lo que me rodea”. En este sentido, Juan Antonio González Fuentes se inscribe en la misma línea que el poeta simbolista francés Mallarmé al otorgar una importancia considerable a las palabras y a la musicalidad de las palabras del poema. De hecho, para el poeta simbolista francés el trabajo del poeta consiste en “donner un sens plus pur aux mots de la tribut” puesto que el lenguaje corriente no basta para dar cuenta de la realidad de las cosas. Para él la poesía tiene que sugerir y ya no ser una mera poesía descriptiva, puesto que las palabras utilizadas en sus versos cobran un valor musical también. En Haikus sin estación, volvemos a encontrarnos con esa voluntad de sobrepasar los límites, la carencia y la insuficiencia que proporcionan las palabras a la hora de expresarse la voz poética, puesto que el poeta no reproduce lo que ve sino que mediante las palabras intenta dar cuenta de lo visible, lo que supone que la realidad que designamos como visible disimula cosas que no vemos. En este sentido el poeta se sitúa en la misma línea que el filósofo griego Platón, quien en su obra La república pone de manifiesto que la realidad miente y disimula mientras que las sombras que se perciben en la cueva no engañan como el mundo exterior.

Haikus sin estación presenta también una búsqueda de la esencia de las cosas, de aquello que constituye la naturaleza de las cosas o sea lo permanente e invariable de ellas, lo que ya no se puede reducir, lo imprescindible. A través de esta visión fragmentada del mundo que nos da el poeta en cada verso, con una puntuación peculiar, asistimos a un intento de construir una realidad diferente. Sin embargo, se puede destacar también una dificultad a la hora de expresar esa realidad ya que el lenguaje se ve limitado. De hecho, casi no se usa verbos a lo largo de estos setenta y cinco haikus y eso que se expresan temas como la fugacidad o lo transitorio que dejan entrever el movimiento. Por consiguiente nos podríamos preguntar ¿si esta imperfección de la lengua para expresar las cosas es suficiente o no, a pesar de recorrer a adverbios y adjetivos para tratar temas como lo transitorio o la fugacidad que son temas a la vez tan específicos como ambiguos?

Veremos en una primera parte cómo aparece ese malestar debido a las limitaciones de la lengua a la hora de escribir sus versos y cómo queda reflejado esa dificultad de expresión en los sintagmas nominales (sustantivos, adjetivos, adverbios); para situarnos en una segunda parte en el estudios específico de varios haikus en los que los sustantivos, adjetivos y adverbios desempeñan un papel fundamental en el intento de elaborar una realidad diferente de la que perciben nuestros sentidos puesto que el lenguaje y las palabras vienen a ser recursos limitados para el poeta.

Haikus sin estación trata muchos temas a la vez lo que hace que la lengua padece un efecto de totalización temática en tan sólo 75 haikus de tres versos cada uno (dos heptasílabos y un pentasílabo). Esta concentración masiva de materia hace que el poeta siempre vaya en búsqueda de lo esencial, de lo que no se puede reducir más porque está reducido al máximo, de lo imprescindible, o sea la esencia de las cosas. De hecho, cómo tratar en tan pocos versos temas tan ambiciosos como lo transitorio, los elementos, la identidad, las estaciones, la naturaleza, el malestar, la muerte, la esperanza si no es pasando por una fragmentación de la lengua buscando los sustantivos, adjetivos y adverbios precisos y a la vez totalizadores para poder producir simbiosis entre el amontonamiento de tanta materia temática en un espacio poético tan reducido como el de 75 haikus de tres versos cada uno. Lo que al principio era un farol se convierte al fin y al cabo en una hazaña poética puesto que el poeta va siempre hacia lo esencial: la esencia misma de las cosas.

Los haikus evidencian la poca capacidad de ver de manera entera la realidad contemplada y plasma la casi imposibilidad de decir esta realidad tan atiborrada de elementos. De hecho, los elementos aparecen de manera yuxtapuesta, en forma de enumeración que viene introducida por los dos puntos que permiten dar una explicación. La puntuación abrupta e intensa, la acumulación de elementos yuxtapuestos y la concentración de temas, hace que la lengua sufra porque no consigue sobrepasar sus límites y poco a poco se va sintiendo una aprehensión; la de un poeta que siente las limitaciones del lenguaje y que se da cuenta de que es casi imposible describir sus sensaciones de manera precisa a la hora de ver, oír, sentir e intuir debido a esa imperfección de la lengua, pero que por lo menos lo intenta. Para ilustrar esta idea de amontonamiento podemos citar los versos siguientes de diferentes haikus en los que la lengua viene fragmentada por una puntuación quebrada y una enumeración amplia y atiborrada de elementos:

“Oscura senda, / de pronto llama blanca, / luz que se tensa.” (haiku 12, p. 38)
“Piedra, fin y sol, / tres palabras con frente, / pieles de poema” ( haiku 54, p. 67)
“Tela de araña: / hálito de eternidad, / toque de queda” (haiku 5, p. 33)

Además los haikus dejan entrever cierto malestar por parte de la voz poética. De hecho, el “yo” lírico siempre evoca una naturaleza sensible (evocando los cinco sentidos del hombre) que parece sufrir como lo demuestran las palabras “deshacer”, “espada”, “espina”, “el naufragio”. Estas palabras denotan un malestar, una incertidumbre, una falta de creencia en la lengua:

“¿Qué nombre tendrás/ cuando el mar te deshaga,/ náufrago errante?” (haiku 44, p. 59)
“¿No es la música/ -silbo sutil de espada-/ trazo de espina?” (haiku 21, p. 44)
“¿No es la música/ -trazo leve de espada-/ rosa y espina?” (haiku 29, p. 49)

En estos tres haikus podemos notar que resalta la impresión de dolor y de sufrimiento dada por los elementos puntiagudos como la espada, la espina o la rosa que también le puede picar a uno si no la coge con cautela. Este dolor que aparece muestra el dolor del propio poeta a la hora de expresarse porque sabe que la lengua tiene sus limitaciones y que en su poesía no podrá plasma todo cuanto piensa, sienta o intuye. Entonces él mismo siente dolor como si alguien le clavase una espada, o como si algo viniese a picarle (espina o rosa). Y lo que nos indica que la lengua es la principal culpable de ese dolor podría ser “la música” porque, como lo definimos en la introducción de este estudio, la poesía es música, y la poesía tiene que utilizar las palabras y la lengua para comunicar esa música, entonces estos haikus constituyen tres preguntas retóricas que la voz poética se hace a sí misma para poner de realce la imperfección de la lengua y sus limitaciones a la hora de expresarse esa misma voz poética.

En efecto, la voz poética parece desorientada y perdida como lo indican estas preguntas retoricas y se va desprendiendo a lo largo de estos 75 haikus una impresión de pérdida porque intuimos que la voz poética está perdida a la hora de encontrar las palabras justas y precisas como lo refleja el haiku siguiente:

“Olvidé que fui/ un barco de música/ en el naufragio” (haiku 40, p. 57).

En este haiku la voz poética aparece con los verbos en pretérito perfecto simple “olvidé” y “fui”, siendo este último, el verbo “ser” o sea un verbo de estado y de existencia, que hace hincapié en la identidad de la voz poética. Luego aparece la metáfora del naufragio del barco, pero en este caso se trata de un “barco de música”, o sea la poesía puesto que la poesía proviene de la música como lo mostramos anteriormente. Según la voz poética las palabras que utiliza para expresarse se están derrumbando porque de la misma manera que un barco a la deriva perdido en el mar se va hundiendo poquito a poco, la voz poética ve que el lenguaje también tendrá el mismo fatum y que tampoco podrá salvarse al no poder alcanzar la perfección exigida por la poesía.

Por otra parte, cabe notar la omnipresencia de grupos nominales con adjetivos que ensalzan el pesimismo, o sea que se está tejiendo una red léxica que resalta el malestar, el dolor, y la duda de la voz poética a la hora de expresarse porque las palabras faltan o alcanzan sus límites como lo podemos leer en los grupos nominales siguientes: “triste vencejo” (haiku 2, p. 31), “Oscura senda” (haiku 12, p. 38), “jardín de sombras” (haiku 65, p. 74), “Como luz triste” (haiku 45, p. 60), “Oscuro cáliz” (haiku 52, p. 66), “oscura espina seca:” (haiku 2, p. 31), “Por la nieve gris” (haiku 39, p. 56). Todos estos grupos nominales ponen de realce ese malestar perpetuo que siente la voz poética al darse cuenta de que el lenguaje alcanza sus límites y que le será difícil expresa precisamente lo que siente, ve, u oye; por eso aparecen adjetivos despreciativos como “oscuro” que viene repetido muchísimas veces para resaltar la idea de desorientación y de malestar que siente la voz poética por no poder cumplir con su deseo de expresar lo que realmente percibe. El último ejemplo “Por la nieve gris” es muy significativo del malestar puesto que aparece la figura retórica del oxímoron que reúne dos palabras incompatibles o que se oponen de manera tajante. Aquí este recurso produce un claroscuro ya que la nieve tiene un valor blanco y que el gris tira más bien hacia la oscuridad y el valor negro, por consiguiente podemos hablar en este mismo grupo nominal de confrontación entre dos valores: el blanco y el negro, que corresponden respectivamente a la voluntad pura de la voz poética a la hora de querer expresarse sin limitaciones, y la presupuesta “suciedad” de la lengua que al no poder ser perfectamente blanca y pura como la nieve (o sea perfecta), viene a ensuciar todo lo que quiere expresar la voz poética por eso esa nieve es de color gris, una nieve sucia.

Llama también la atención la presencia del verbo “tejer” que se repite muchas veces y la imagen de la telaraña que más allá de simbolizar la eternidad y la espera, puesto que la “viuda vestida de negro” siempre guarda sus víctimas presas durante tiempo, podría remitir a la mitología griega y al poema épico de La Odisea (nota 1) donde el astuto Ulises y su tripulación de marinos salen a recorrer el mundo navegando por los siete mares y triunfando de todas las trampas que se les presentan; mientras la bella Penelope lo espera tejiendo hasta la eternidad ya que cuando termina lo deshace todo para volverlo a tejer. Esta omnipresencia de la figura de Penelope en los haikus y la red léxica que teje la voz poética intentando encontrar los términos adecuados y precisos, muestran la preocupación del poeta por la limitación de la lengua como lo podemos ver en los siguientes versos:

“Tela de araña: /hálito de eternidad, /toque de queda” (haiku 5, p. 33)
“En el arrozal/ es tiempo de rocío,/ teje agua la luz” (haiku 71, p. 78)

El malestar de la voz poética aparece también de manera explícita puesto que se da una orden a sí misma en el haiku 8:

“Silencio en la voz,/ frontera por abismo,/ límite más luz” (p. 35)

En este momento se produce una pausa porque ya no se puede hablar y la hipótesis que se podría formular es que la voz poética pide el silencio porque a lo mejor no consigue encontrar las palabras precisas para expresar lo que siente (“Silencio en la voz”). El “abismo” representaría lo más profundo, o sea la esencia de las cosas. Cabe señalar que como por ensalmo encontramos las palabras “límite” y “luz” juntas en un mismo verso unidas por el adverbio de cantidad “más”, lo que en matemáticas se podría llamar una suma: “límite más luz”. Aquí la “luz” sería la palabra porque lo que permite dar claridad al pensamiento son las palabras. Efectivamente, éstas nos permiten expresarnos de manera clara y precisa. Sin embargo, lo interesante en este verso reside en la suma de los términos porque nos percatamos que la “luz” se asocia con el “límite” que etimológicamente proviene del latín limis que significa “frontera” y que a nivel histórico remite a la violación de la limis (frontera) del imperio romano por los germánicos cuando éstos invadieron a los romanos por el norte del imperio. Por consiguiente, deducimos que la lengua representada por la palabra “luz” tiene límites ya que ambas palabras se asocian la una con la otra mediante el adverbio “más” (“límite más luz”).

Y por si fuera poco, encontramos los sustantivos “frontera” y “límite” en los dos primeros versos de este haiku el uno debajo del otro (“frontera por abismo,/ límite más luz”), lo que muestra que la voz poética está buscando el término más preciso, más perfecto para expresarse. Es una auténtica búsqueda de la esencia puesto que vamos hasta recoger la etimología de la palabra latina limis como lo hemos explicado anteriormente. Y con el paralelismo que se opera, si “frontera “ va con “límite” entonces no cabe duda que “abismo” (la figura de la esencia) va con “luz” que representa la esencia del lenguaje y de la palabra a la hora de expresarse.



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

Además del malestar al querer encontrar las palabras justas, se desprende también una impresión de duda y de incertidumbre como lo pueden mostrar estas palabras unidas por el nexo “o” que pone de realce una elección “duda o certeza”. La voz poética se plantea a sí misma estas preguntas porque está convencida de que el lenguaje no puede alcanzar el grado de perfección óptimo como para expresar lo que realmente quiere expresar. Entonces estamos frente a una lucha interna entre la voz poética y el lenguaje, entre la poesía por una parte, y la lingüística por otra, y la pregunta que se nos cruza por la mente es saber cómo combinar ambas cosas. Si se disminuye la intensidad con la que se quiere expresar las cosas, y se aumenta al máximo el nivel del lenguaje se puede encontrar un compromiso perfecto que sería el de la esencia, y eso es lo que intenta hacer Juan Antonio González Fuentes en sus setenta y cinco haikus.

La esencia en estos haikus pasa por una adjetivación omnipresente a lo largo de la obra. De hecho, es muy recurrente ver un sustantivo acompañado de varios adjetivos como en el siguiente haiku:

“Silueta de aire,/ nácar alado y breve,/ hielo de cisne” (haiku 10, p. 37)

En este haiku, podemos ver que el sustantivo “nácar” remite al elemento acuático puesto que el nácar se encuentra en las conchas del mar; luego el adjetivo “alado” hace referencia al aire y a los animales “celícolas” (neologismo mío pero que existía durante el Siglo de Oro para designar a los habitantes del cielo de la misma manera que hoy tenemos la palabra “terrícolas” para designar a los habitantes del planeta Tierra), y por fin tenemos el adjetivo “breve” que remite a la fugacidad, lo que ocurre rápido. Por consiguiente, nos percatamos de que en un solo verso pasamos de lo acuático a lo eólico, o sea del mar al aire y al cielo, y eso en un instante, lo que permite concentrar varias temáticas esenciales de su poesía en tan solo un verso. Lo que cuenta en este ejercicio de estilo es decir muchas cosas en pocas palabras.

También podemos poner de realce la ausencia de verbo. En efecto, Juan Antonio González Fuentes utiliza muy pocos verbos en sus 75 haikus y entonces uno se podría preguntar cómo consigue crear el movimiento puesto que un verbo representa una acción o un movimiento dentro de una frase o un verso. Sin embargo, en su obra la mayoría de los haikus no dejan aparentar verbos, sino grupos nominales cargados de adjetivos y a pesar de ello se percibe el movimiento como en el verso que acabamos de comentar. Hemos pasado del mar al cielo de manera instantánea, es decir que se ha producido un movimiento vertical sin la necesidad de emplear un solo verbo de movimiento. De la misma manera se podría citar el haiku 67 en el que una misma verticalidad puede expresarse con un verbo o sin el verbo y en este caso un solo adjetivo basta para representar un movimiento vertical sin tener que hacer un verso más largo:

“La vida a cuestas/ de la espiga que crece:/ acantilado” (p. 76).

Comprobamos que los dos primeros versos van juntos por el fenómeno de encabalgamiento y el último verso que consta de tan solo un adjetivo viene introducido por los dos puntos que normalmente introducen una explicación. Sin embargo, esta vez, la explicación se hace con un solo adjetivo que lo concentra todo. El participio que desempeña aquí el papel de adjetivo (“acantilado”) indica algo vertical y los dos versos anteriores que expresan también la verticalidad pero en dos versos de tres sustantivos y un verbo, quedan reducido en el último verso en un adjetivo irreductible que que es “acantilado”, como si se tratase de la esencia de los dos versos anteriores donde aparece el verbo que indica la verticalidad (“crecer”). Entonces se puede afirmar que el adjetivo “acantilado” resume los dos primeros versos del haiku.

En la introduccción hablamos de la metáfora de la cueva de Platón (nota 2), en que la realidad no es lo que nuestros ojos ven a fuera de la cueva sino lo que se ve dentro de la cueva (las sombras), es decir que la realidad sería enmascarada. En varios haikus aparece la figura de los ojos cerrados, donde la voz poética se niega a ver lo que le rodea:

“Ojos cerrados,/ relámpago de exilio,/ huella insondable” (haiku 15, p. 40)
“Lo que veía/ no me hubiera gustado ser/ trigo maduro” (haiku 19, p. 43)
“Cobijo el aire/ bajo el pesa azul del mar: / ojo de cristal” (haiku 36,p. 54)

En estos tres haikus predomina la ceguedad, es decir no querer ver el mundo real porque ese mundo real miente y disimula como en el caso de la metáfora de la cueva de Platón. De hecho, si tomamos el haiku 19 vemos que la voz poética presente a través del verbo “ver” en primera persona de singular del imperfecto de indicativo, y la presencia del pronombre débil “me” se auto-identifica como alguien que se niega a ver la realidad. Por consiguiente, de la afirmación del poeta en La lengua ciega “soy lo que me rodea” pasamos a “soy lo que no me rodea”. En efecto, no quiere definirse como el mundo que ve, ya que sabe que ese mundo es mentiroso. Esta idea llega a repetirse varias veces en en la obra con la metáfora de los ojos cerrados como lo acabamos de ver en el haiku 15, o a través del “ojo de cristal” del haiku 36 puesto que un ojo de cristal es un ojo falso, un ojo que no ve la realidad. Entonces, tendríamos por una parte, el “ojo cerrado” que representa esa voluntad de no querer ver la realidad que rodea a la voz poética; y por otra parte el “ojo de cristal” que representaría la imposibilidad de ver esa realidad exterior. Por lo tanto ni quiere ver esa realidad, ni tampoco puede verla. Es decir que el poeta está buscando la esencia de las cosas e intenta sobrepasar nuestra realidad mediante esta adjetivación reiterativa para alcanzar la esencia y de ahí la limitación del lenguaje ya que las palabras que conocemos para designar las cosas que vemos no pueden designan cosas que no vemos.

Lo que también puede llamar la atención en estos haikus y que va relacionado con la esencia son las evocaciones de las palabras “hueso” y “huella”. En efecto, aparecen muchas veces y siempre hacen claramente referencia a la esencia puesto que en una persona los huesos son lo que quedan de ella después de la muerte, siendo el esqueleto la esencia (lo imprescindible e irreductible) de un cuerpo humano o animal porque una vez muerto todo se desvanece aparte los huesos:

“Cartografía: / un perro añil nos sueña/ entre sus huesos” (haiku 43, p. 59)
“Huesos y huellas/ dividen cielo y tierra,/ marcan la senda” (haiku 66, p. 75)

Por otra parte, las huellas también forman parte de la esencia porque representan lo que queda detrás de alguien, son la prueba de la existencia de alguien, en este sentido “huesos y huellas” son la metáfora de la esencia, que se podría definir como lo que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas. En este caso las huellas y los huesos representarían este estado permanente.

La adjetivación es muy importante en la poesía de Juan Antonio González Fuentes puesto que como los sustantivos no bastan, es preciso emparejarlos con adjetivos para ampliar el significado del sustantivo y así poder escribir una poesía totalizadora que recoja varios elementos y temáticas al mismo tiempo. En este sentido los cuatro haikus que vienen a continuación son una buena muestra de la importancia de los adjetivos en la poesía del poeta. De hecho, cada uno de esos haikus va a designar una estación clara del año gracias a la adjetivación que va a permitir distinguir de manera nítida las diferentes estaciones del año:

“En un principio/ el mundo se nos abre,/ horas desnudas” (haiku 55, p. 68)

En este haikus la estación del año que se desprende es la primavera, por la aparición de un sustantivo clave que es “principio” lo que remite al nacimiento de la naturaleza. También tenemos el verbo “abrir” que emula la acción de las flores cuando florecen durante la primavera. El último verso remite claramente al tiempo ya que aparece una personificación de las horas (“horas desnudas”). El hecho de que este tiempo esté “desnudo” muestra que el tiempo forma parte también de la esencia de la vida porque por una parte es imprescindible ya que nada ni nadie puede escaparle, y por otra parte, él por lo menos no disimula ni esconde nada puesto que todo el mundo sabe que llegará la hora crucial de la muerte, o sea que el tiempo no miente, por eso está desnudo: él no es como las personas, no tiene nada que esconder.

En el siguiente haiku “Plomo ardiente/ el sol de los insectos,/ puño cerrado”, intuimos la estación veraniega por el adjetivo “ardiente” que remite al sol y a la calor del verano. Además si juntamos el primer verso con el segundo aparece la expresión castellana “un sol de plomo”, lo que deja pensar en el estío. Después de la primavera y del verano, toca el otoño con el haiku siguiente: “El sol poniente/ astilla de otoño: / sangre de niebla”. En estos versos aparece el sustantivo “otoño” y el adjetivo “poniente” que califica al sol. Ambos nos indican que los días se van haciendo más cortos al anochecer cada vez más temprano.

El haiku 58 “Un diablo oblicuo/ por la noche del fondo,/ hielo perfecto”, deja entrever el invierno por la aparición del sustantivo “noche” que introduce cierta oscuridad y que nos podría orientar hacia la idea de muerte tanto más cuanto que aparece también la palabra “diablo” que remite a los infiernos y a la muerte. Si antes teníamos el oxímoron “sangre de niebla” que nos podía orientar hacia una transición hacia la noche y la muerte (por eso era un haiku otoñal o de transición), ahora encontramos el grupo nominal “hielo perfecto” que es una metáfora clara de la muerte. De hecho, a lo largo del poemario, el agua es mortífera y aquí aparece el hielo que es agua helada junto al adjetivo “perfecto” lo que enfatiza todavía más la idea de muerte en un haiku en el que resalta la temporada invernal.

El agua es entonces un elemento que da la muerte como se puede comprobar en otra adjetivación del sustantivo “agua”: “En esta orilla,/ agua estigia por dentro”. En estos dos versos del haiku 31 el agua viene comparada metafóricamente a la laguna Estigia de la mitología griega. De hecho, en la mitología las almas de los difuntos tenían que cruzar la laguna Estigia para ir al infierno o al paraíso siendo Caronte quien se encargaba de decidir si tenía que hacer pasar a su pasajero hacia la orilla del infierno o hacia la del paraíso. Por consiguiente, en toda la obra, cualquier elemento acuático viene muy a menudo acompañado por un adjetivo que se vincula con la muerte o que tiene una estrecha relación con la muerte.

Al concentrar tantas temáticas en tan pocos versos, el poeta carga los sustantivos de adjetivos, pero que además de adornarlos sirven para intentar hacer una poesía totalizadora que pueda tratar varios temas a la vez y así intentar buscar la esencia de las cosas. De hecho, si las limitaciones y las imperfecciones del lenguaje no permiten a la voz poética de los haikus tocar lo que busca desesperadamente, o sea la esencia del mundo, lo imprescindible de este mundo; por lo menos se desprende aquel intento lingüístico por intentar elaborar un lenguaje que roce la perfección y que pueda representar de manera nítida las imágenes que le surgen a la voz poética para poder huir de esa engañosa realidad que ven los ojos y emprender un nuevo camino más allá de las fronteras de lo visible.

Si en La lengua ciega el poeta nos confiesa todo lo que hubiese querido ser diciendo que es todo lo que le rodea, en Haikus sin estación parece negar la realidad que le rodea con figuras que evocan una vista “ciega y cerrada” como si no quisiera ser todo lo que sus ojos ven. A partir de aquí tenemos una acumulación de adjetivos para un solo sustantivo a veces que pone de realce aquella voluntad del poeta de encontrar la formulación justa ya no para describir lo que ve, sino para intentar describir la esencia de las cosas, todo aquello que existe pero que los ojos no ven, lo que en La República del filósofo Platón se conoce como las sombras que aparecen en la cueva.

Si la lengua viene a ser limitada porque no nos permite llegar al saber, nos deja sin embargo intuir o hasta entrever la esencia de las cosas, con lo cual sentimos la frustración de la voz poética al intervenir en el poema o al cargar y amontonar los versos de adjetivos y adverbios, al estar preocupada por saber si lo que esboza con palabras refleja lo que tiene claramente dibujado en la mente.


Bibliografía:
GONZÁLEZ FUENTES, Juan Antonio. Haikus sin estación. Madrid: Ediciones Carenas, 2010.
HOMERO. La Odisea. Madrid: Ediciones Cátedra, 1998. Col. Cátedra base. 228 p.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA. Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 2001.
PLATON. La République. Paris: Editions Le livre de poche, 1995. 500 p.

Notas:
(1) HOMERO. La Odisea.Madrid: Ediciones Cátedra, 1998. Col. Cátedra base. 228 p.
(2) PLATON. La République. Paris: Editions Le livre de poche, 1995. 500 p.
  
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Abril 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: James Ellroy: A la caza de la mujer  (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2010): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,6 abr 2011 11:6:20 GTM
<![CDATA[Los cronotopos en Haikus sin estación, por Marine Granger]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1378


Juan Antonio González Fuentes

Como autor del libro, Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010) he tenido la enorme fortuna de que dicho trabajo fuera escogido como materia de lectura y análisis en un master 2 de Literatura Española en la Universidad de Lyon. La fortuna se la debo a mi buen amigo el profesor Philippe Merlo Morat, director del máster y autor del prólogo a mis haikus. El hecho ha supuesto que unos cuantos alumnos franceses tuvieran que leer el libro y escribir un trabajo sobre el mismo. A algunos de ellos los he conocido personalmente el pasado mes de marzo en el Instituto Cervantes de Lyon, y me impresionaron su disposición, dedicación y pasión por la literatura española y casi todo lo que tenga que ver con nuestro país.

Ya se ha publicado en estas mismas páginas uno de los trabajos, el de Beatriz Rubio, lo hace el de Marine Granger, titulado Los cronotopos en Haikus sin estación. Muchas gracias Marine.


Los cronotopos en Haikus sin estación

De entrada, el título del poemario constituye una propuesta de índole transgresiva. En efecto, si el haiku es un forma poética cuya vocación tradicional es la de concretar una intuición deslumbrante del espíritu de una estación, González Fuentes le niega de antemano este atributo. Ahora bien, si pone de realce la negación de semejante asociación, ¿cuál es su propuesta poética?

En los pasos de Kant, quien afirmaba que las categorías de tiempo y espacio son las modalidades a priori del entendimiento y por lo tanto que configuran intrínsecamente la percepción de cada experiencia (nota I), Bakhtine retoma estas dos dimensiones y propone su estudio metódico a nivel literario, y ello a través de la noción de cronotopo. Según el teórico ruso, estas dos dimensiones se caracterizan por su indisociabilidad; existe entre ellas una correlación esencial cuya expresión se concreta y culmina en el cronotopo, entendido como “una fusión de los indicios espacio-temporales en un todo inteligible y concreto” (nota II). Opera como un centro generador y organiza(1)dor del argumento del relato y tiende a objetivar de manera tangible el tiempo, sea de la vida humana o el tiempo histórico. Ahora bien, aunque la aplicación en un primer tiempo fue más bien a nivel novelesco, resulta provechoso recurrir a esta herramienta valiosa para identificar cuáles son los motivos que estructuran la propuesta poética de González Fuentes en este poemario, así como para asir la compresión del tiempo y del espacio que la subtiende. En este sentido, pudimos deslindar tres cronotopos que nos parecen ser fundamentales en el poemario Haiku sin estación: el de la sombra, relativo a la finitud humana, el del camino que atañe al mismo proceso poético y el del jardín que trascribe el encuentro y la epifanía dentro de lo contingente.

1. El cronotopo de la sombra y la experiencia de la finitud

En el haiku inaugural, la voz lírica se abre paso y se afirma brindando un enigma fragmentario pero decisivo: “Allá de mi voz” (1). Los marcadores espaciales y temporales señalan un resto, aunque entrevisto, inaprensible. Manifiestan un “allá” (1), que excede la misma palabra poética, y adjuntan un “aquí” (3) que no es actual sino por venir: pertenece al reino de lo que ocurrirá “después de la palabra” (3). El presente, tradicional núcleo fuerte del pensamiento occidental, es presentado como un espacio lánguido: alterado por una carencia fundamental, ansia el irrumpir de un instante reluciente que lo pueda satisfacer.

Esta inicial primacía del tiempo futuro se explica a continuación por el poder semántico y figurativo que desempeña la sombra en Haiku sin estación. Asociada a la voz (1), a la misma materia (62, 65) o que se cuele en lo íntimo (53), figura la limitación que impone la condición carnal. Plasma el revés implacable de la pertenencia a este mundo terrenal: la transitividad. Los cuerpos, por su misma espesura y densidad, por su condición temporal y espacial, siempre propician una sombra, como a modo de advertencia inherente:

62
Miden las sombras
el tiempo gris de un viejo,
su orden de huesos

En esta perspectiva, el cronotopo de la sombra en este poemario es respaldado por el motivo conexo de lo acuático: el tiempo que obra en la actualidad presente es objetivado a través de la metáfora “agua estigia por dentro” (31), la cual marca el “ritmo del duelo” (31). La “orilla”, el “barco” (40) y el “naufragio” (40) a este respecto constituyen elementos determinantes: asimilado a un “náufrago errante” (44), el ser humano boga muy a su pesar dentro del curso del tiempo. Sin embargo, con la idea de una “geometría de barca” (38) tal vez se introduzca una pizca de anhelo por poder racionalizar esta existencia transitiva.

Ahora bien, a condición de que se ilumine esta “sombra enquistada” (53), puede resultar fértil: en efecto a partir de esta sombra constitutiva se puede tejer el comienzo. El poeta a través de la paradójica aserción de una “ausencia que no falta” (9) parece deslindar ahí la incompletitud como un principio generador. Si el “duelo” (31) también significa la lucha, cabe recordar con Heráclito su extrema fecundidad: garantiza según el filósofo un dinamismo interno y creador. Esta tensión sustentada en la finitud es el mero anhelo; este es mediatizado por los motivos de la sed (35) y por el de la música. El motivo de la “canción primera” (13) puntualiza esta vez una innegable añoranza de lo “anterior” (14): tal vez figuración del génesis o de la música originaria, “el eco”, o sea su derivación, “afana” (6). Es como si ansiara su plenitud perdida. Le hace falta una presencia total, una especie de “custodia” (6), que tal vez se pueda hallar en la compañía del ser amado, en el ejercicio de la escritura o bien en el de la contemplación de la naturaleza.

2. El cronotopo del camino y la iniciación oblicua

Otro cronotopo esencial en Haikus sin estación es el del camino: si dicho término aparece explícitamente ya en el cuarto haiku, su idea es latente en el haiku inaugural. Aquél motivo encierra un cronotopo por figurar ostensiblemente, si no el curso temporal de la vida humana, el despliegue del proceso poético. No sólo concreta un camino tradicional, horizontal y contingente, sino que representa una posibilidad de “vencejo” (1,2), de ligazón entre lo terrenal y lo etéreo, siempre impulsado por la perspectiva del “Allá de mi voz” (1).

Si el sendero es en un principio caracterizado por la oscuridad, el haiku 66 representa una valiosa llama para alumbrarlo:

66
Huesos y huellas
dividen cielo y tierra,
marcan la senda

Sugiere que aquella vía se va abriendo paso entre las aristas de lo incompleto, simbolizado por los vestigios: “huesos” y “huellas”. Empero, ambos constituyen también indicios que cabe interpretar para recorrer la delineación existente entre el reino terráqueo y el celestial, o sea entre lo material y lo espiritual. En esta perspectiva, aquella senda ofrece una figuración del largo proceso heurístico que entraña la búsqueda poética: plasma un camino inseguro, por donde se progresa mediante la continua práctica de ejercicios espirituales, practicados a la luz de una “llama” (12) singular.

Al retorcer la sintaxis y tensar el discurso, la empresa poética de González Fuentes serpentea entre los escollos del lenguaje comunicativo. Evidencia, infiltrándose a la manera de “un diablo oblicuo” (58), hasta qué punto nuestra percepción del mundo es filtrada por las categorías de un lenguaje con propensión instrumental. Manifiesta aquel simulacro a través de la descomposición del término “ordena-miento” (46): las palabras como herramientas de dominación racional sobre el mundo limitan los seres, nos privan de su realidad. Por ello, es menester operar según otra lógica: tal vez la depuración del lenguaje imprescindible para la ascensión del sendero iniciático transite por una práctica esencialmente intuitiva.



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010) 

La senda esbozada en el poemario estriba en un desprenderse del lenguaje limitativo; ello supone la larga vía de un aprendizaje fundamental: la contemplación incansable del mundo sensible. La omnipresencia de elementos naturales en Haikus sin estación refleja de este modo la intensa experiencia espiritual que emprende la voz poética: ahondar en lo contingente. Aquello implica una lenta maturación de la que participa el silencio; igual que un “cáliz” (52), el yo lírico se dispone a acoger el mundo. Debe para ello proceder a un afinamiento de sus sentidos: con vistas a que “se [le abra] el mundo” (55) y perciba “Eros en lo pequeño” (28), su mirada tiene que alcanzar la pureza del “cristal” (36), su oído ser capaz de percibir como “tras el rumor de marzo / llora la tarde”. Ahora bien, si la agudeza y la acuidad se ejercitan con el “ojo en el papel” (17), es decir por la escritura, no hay que olvidar que la poesía es ante todo música:

59
Giran los poemas
andando de puntillas:
cantos rodados

Así asociado al motivo de la ruptura que trascribe el traspasar de los límites discursivos, aflora el tema cardinal de la música. Concretando la levedad y la elevación, el canto tiende a transmutar el sendero en vuelo: la voz lírica busca alzándose el supremo “acorde en vuelo” (42).

3. El cronotopo del jardín y la experiencia de la epifanía

La culminación del recorrido emprendido en Haikus sin estación podría ser mediatizada por el motivo fundamental del jardín. Este elemento constituye una metáfora relevante: espacio simbólico de la intimidad y del cultivo continuo, es un cronotopo crucial. En el poemario, se busca el regazo del jardín a la manera de una “alegre urgencia” (63). Ahí es precisamente donde se encuentra la paz y se facilita la contemplación de la naturaleza. Ahí es donde el tiempo, “en su azar” (47), se puede dilatar. Observando la “rosa y [la] espina” (29), se vislumbra la paradójica acción del tiempo: se afana en secar la flor (26) pero a la vez, la sustenta en su resplandor. Entonces el canto puede valerse de sus dos modalidades para celebrar la cruel “dádiva” (6): la elegía respecto al desconsuelo de la finitud y la oda por la alegría de la presencia más sencilla.

Sin embargo, más allá de esta intuición capital a través de un elemento contingente, el jardín es el espacio que entraña la irrupción de la presencia tan anhelada:

65
Presencia suya
que se enlaza y me rompe:
jardín de sombras

Aparece aquí otra vez el cronotopo de la crisis bajo el motivo de la quiebra, pero la carga emocional resulta ser mayor y la fisura sobrecogedora. Más que de una fractura, se trata de un descentramiento, un “relámpago del exilio” (15) provocado ora por la experiencia de una presencia excesiva, ora por el fulgor de la realidad esencial y elementaría que se revela. El fascinans frente al clivaje de la realidad siempre va acompañado por el tremendum, o sea por la conmoción, la cual genera una intensidad y un goce propiamente eróticos. Por otra parte, esta experiencia opera otro tipo de fisura: una apertura temporal; se deja, a través del éxtasis poético, para retomar a Bachelard, “la continuidad simple del tiempo encadenado […] que huye horizontalmente” (nota III) para acceder a su dimensión vertical. Entonces se prueba la experiencia deslumbrante de la contemplación de la esencia realizada más allá de todas las simultaneidades y ambivalencias.

Ahora bien, la apuesta es sugerir esta experiencia inefable a través de la palabra poética. El motivo de la cristalización al respecto provee cierta relevancia: el “nácar” (10), la “escarcha” (73) y el “cristal” (36, 50, 61) representan cronotopos menores que concentran la imagen de un instante condensado o bien en suspensión. Aparte, muchos de los haikus de González Fuentes ofrecen oxímoros sorprendentes, claroscuros deslumbrantes y detalles sutilmente salientes: a través de aquellas imágenes límpidas, el poeta alcanza despertar una visión justa y viva en el lector, el encuentro y el hallazgo entonces se producen de nuevo.

Conclusión: el haiku: ¿cronotopo por antonomasia?

A través de nuestro recorrido, apoyándonos en el estudio de tres cronotopos fundamentales, a los cuales se articulan otros menores y motivos afines, procuramos deslindar en qué consiste la propuesta poética que González Fuentes despliega en Haikus sin estación. Mientras que la voz lírica surge de los abismos de la finitud humana, es plasmada por el cronotopo de la sombra. El trayecto que luego sugiere a través del poemario es deslumbrante: recubre el mismo proceso poético figurado por el cronotopo del sendero: parte de la transgresión del lenguaje discursivo para llegar a la celebración intuitiva y sensorial de la naturaleza. De ahí, explorando las “huellas insondables” (15) de los elementos naturales, se potencia una epifanía dentro de lo contingente y de la finitud, la cual es concretada mediante el cronotopo del jardín de sombras: espacio de encuentro o de vencejo entre la naturaleza referencial y la elemental. Sin embargo, uno se puede preguntar si el mayor cronotopo en esta obra no serán los propios haikus, por lo que todos encierran espacios y temporalidades siempre singulares que se enlazan en la tensión del fragmento, lugar de encuentro entre los universos de la voz lírica y el del lector.

NOTA:
(I) Immanuel KANT, Crítica de la razón pura; Ribas, Pedro (trad.), México, Taurus, 2008, p. 111.
(II) Traduzco yo de Mikhaïl BAKHTINE, Esthétique et théorie du roman, Paris, Gallimard (coll. Tel), 2003, p. 237.
(III) Gaston BACHELARD, El derecho de soñar, Ferreiro Santana, Jorge (trad.), México, FCE, 1985, pp. 226-227
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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Abril 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: James Ellroy: A la caza de la mujer (Mondadori, 2011)

LIBRO (marzo 2011): Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,5 abr 2011 12:35:22 GTM
<![CDATA[Lectura de Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010) por Beatriz Rubio (máster 2, Universidad de Lyon)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1377


Juan Antonio González Fuentes

Como autor de un libro, Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010) he tenido la enorme fortuna de que dicho trabajo fuera escogido como materia de lectura y análisis en un master 2 de Literatura Española en la Universidad de Lyon. La fortuna se la debo a mi buen amigo el profesor Philippe Merlo Morat, director del máster y autor del prólogo a mis haikus. El hecho ha supuesto que unos cuantos alumnos franceses tuvieran que leer el libro y escribir un trabajo sobre el mismo. A algunos de ellos los he conocido personalmente el pasado mes de marzo en el Cervantes de Lyon, y me impresionaron su disposición, dedicación y pasión por la literatura española y casi todo lo que tenga que ver con nuestro país.

Una vez recibidos y evaluados los trabajos, Philippe Merlo y «sus alumnos» me han enviado unos cuantos para que yo los leyera, incluyendo ya el permiso para publicarlos en estos Ojos de Papel. Aquí va el primero de ellos, folios firmados por Beatriz Rubio, una francesa de ascendencia nítidamente española. Muchas gracias Philippe, muchas gracias Beatriz, y aquí les dejo a todos ustedes con esta estupenda lectura de mi libro de haikus.


“La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene” (Jorge Luis Borges)

Con Haikus sin estacion (1), estamos en presencia del quinto poemario del escritor/poeta Juan Antonio González Fuentes publicado en el año 2010. Obra por consiguiente muy reciente que nos permite adentrarnos en ella sin tener informaciones que nos indiquen qué camino de lectura debemos tomar. Con lo cual, se nos da la oportunidad de dejarnos llevar por las palabras y dejarnos invadir por la musicalidad y por el sinfín de imágenes que ofrece. Imágenes que a nuestro parecer son en sí solas una ambigüedad, un punto indeterminado donde la vista se enturbia y donde la mente y el oído se interrogan. Lo que lleva a la reflexión y deja a su vez posibles múltiples interpretaciones por el uso de un diccionario propio y único.

En nuestro caso, la primera lectura nos impactó por la fuerza expresiva que cobran las palabras al ser usadas dentro de una forma tan breve como el haiku: “Composición poética de origen japonés que consta de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente“ (2). Esta brevedad, fuera de lo común en poesía española, nos invita a jugar porque nos sorprende. De ellos sacamos primero un momento de observación, luego una meditación: “Aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo“ (3).

Por la parte que nos corresponde, los setenta y cinco haikus nos llevaron a tomar conciencia de la muerte. Muerte no precisamente con la primera aceptación que nos da el diccionario de la Real Academia Española a saber: “Cesación o término de la vida” (4) sino situándonos en el “último soplo”, momento en el que uno a veces todavía tiene una oportunidad de librarse de la muerte. La elección de considerar la muerte aquí como “último soplo” viene del hecho de que no conseguimos disociar en nuestra mente el hilo de la muerte y el hilo de la vida y, por consiguiente, las imágenes que pudimos acechar nos dejaron como en un intermedio entre los dos.

En un primer momento procuraremos destacar en qué medida el movimiento que se percibe en los haikus nos proyecta la imagen del “último soplo”. Para mencionar después cómo contribuye la iluminación a dar cuenta de la tonalidad sombría que, en general, va asociada a la muerte.

Si retomamos entonces nuestra primera orientación acerca del tema de la muerte, notificamos aquí que se trata de ver a través de varios haikus, cómo el autor deja transparentar el dicho “último soplo” que nos deja en ese espacio intermedio entre vida y muerte y desde el cual, podemos efectuar un vaivén.

Los movimientos perceptibles a lo largo del poemario pueden situarse tanto en el campo de lo terrestre como en lo aéreo o en lo acuático. Veamos cómo aparece el movimiento, efectuando, pues, un desplazamiento desde el espacio terrenal hacia un espacio aéreo con el haiku 63:

Alegre urgencia:
me ensimismo en el jardín,
bato mis alas

En un primer tiempo, podemos indicar que nos parece ser una definición de lo que es para el “yo” poético una “alegre urgencia” puesto que va inmediatamente seguido por dos puntos, lo que en literatura puede leerse como un deseo de explicitar una idea. La palabra “urgencia” va calificada de “alegre”, lo que nos lleva a pensar de manera instantánea a un bien estar del “yo” poético. Pero si consideramos urgencia como “necesidad apremiante de lo que es menester algo”, pensamos en el último pensamiento bajo “el soplo de muerte”. Es este tiempo limitado el que hace que podamos primero estar del lado terrestre, con el referente al jardín, y que contiguamente podamos en un instante T “batir alas” para alcanzar un espacio aéreo, un espacio que nos revele la esencia de la palabra que nos da esta capacidad de transgredir los espacios sin que ello desestabilice al “yo” poético o al lector del haiku. El mundo de las palabras, es un mundo donde todo es vaivén porque ellas mismas se responden como ecos, no como negaciones. Las ideas no están en oposición, sino que son más bien, a nuestro parecer, sinónimo de complementaridad ya que la “alegría” que se nos evoca aquí se alcanza al poseer el conocimiento de tener la posibilidad de cumplir algo inimaginable. Si seguimos nuestro modo de pensamiento pues, el movimiento nos acerca aquí al espacio-tiempo de la muerte al que nos referimos por este pasaje que se insinúa con el paso de la tierra a un espacio aéreo.

Lo que trataremos de poner de realce a continuación, es que los movimientos no necesitan hacerse como una panorámica hacia arriba sino que pueden efectuarse de manera horizontal, quedándose en la tierra. Es decir en una superficie no ocupada por el mar sin que esto impida llegar a la reflexión acerca de los intercambios que pueden efectuarse cuando uno esta dando el “ultimo soplo”. Esta idea va sugerida por los senderos cuya definición es: “procedimiento o medio para hacer o lograr algo” (5) o por las “sendas” evocadas, que interpretamos como los diversos caminos posibles que podemos seguir para llegar al conocimiento que se desprende de cada palabra si la miramos y la escuchamos con atención. Así pues, de manera subjetiva evocaremos los haikus 4, 12 y 66. Lo que de antemano queremos poner de manifiesto es el hecho de que el poemario este repleto de imágenes invitándonos a seguir un camino, cual sea no importa, pero hay que ser conscientes que la esencia está al final de él, que chocaremos, en algún momento con el conocimiento y esta imagen de “último soplo” parece ser la más indicada puesto que nos deja el poder de elección, saber o no saber, como el “ser o no ser” de William Shakespeare en su obra Hamlet, “la muerte aquel país que todavía está por descubrirse país de cuya lóbrega frontera ningún viajero regresó, perturba la voluntad, y a todos nos decide soportar los males que sabemos más bien que ir a buscar los que ignoramos” (6).

4
De aquella arena
sólo un sendero de sal,
el aire de otros

Este haiku nos invita a situarnos en un espacio que toca lo terrestre aunque cercano al espacio acuático puesto que se trata de “arena”, “sal” que en nuestro imaginario va de par con la mar. Entonces, este “sendero” es el que estamos invitados a tomar para alcanzar “el aire de otros” o saber lo que algunos saben ya y que nos toca alcanzar ahora, si seguimos el camino del entendimiento, que es “la potencia del alma, en virtud de la cual concibe las cosas, las compara, las juzga, e induce y deduce otras de las que ya conoce” (7). Los haikus son la mecha encendida que nos alumbra para percibir algo nuevo, algo que tenemos que destacar gracias a la luz que emana de ellos. Lo que llama la atención es la temporalidad que se le asemeja: lo lejano con “aquella”, que remite a un tiempo anterior que tenemos que dejar atrás si queremos tomar nuestro propio aire y no el “de otros”, llegar a un conocimiento propio, por consiguiente remitiría a la idea de dejar la vida para conocer la muerte, al acabar de soplar.

12
Oscura senda,
de pronto llama blanca,
luz que se tensa

Con este haiku, la primera sensación que se desprendió de él para nosotros fue el flash del camino hacia la muerte. Como un misterioso camino que uno toma y que “de pronto”, palabra que remite a la fugacidad, ve una “llama blanca” como si le tendieran en su camino una linterna para percibir, durante un tiempo T , la esencia, una luz que llega a penetrarnos por completo por la fuerza que cobra al final “luz que se tensa”. La idea que se pone de realce aquí, es que los opuestos no son contradictorios sino reveladores de conocimiento, puesto que aquí estamos incitados a efectuar un pasaje por la “oscura senda” para poder pasar acceder a la “luz”. Esa imagen mental que uno tiene del “último soplo” donde uno se ve, sumergido en la oscuridad, viendo la luz al final del túnel. Uno anda a ciegas y de repente al caminar entiende lo que ve gracias a la luz que se hace cada vez más fuerte.

De repente esta lectura nos remitió al mito de la caverna de Platón: en el libro VII de República, ofrece una explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento. Indica que el conocimiento es la llave para poder captar el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo inteligible (alcanzable por el uso exclusivo de la razón) y este conocimiento lo hace uno al salir de la caverna.

66
Huesos y huellas
dividen cielo y tierra,
marcan la senda

La imagen que se destaca de este haiku al leerlo es un espacio situado entre la tierra y el cielo al cual podemos acceder gracias a la presencia de “huesos” y “huellas” que nos “marcan la senda”. El relámpago que surge es la imagen de unos huesos de un muerto que tratan de indicarnos el camino hacia alguien o algo. Recordemos el cuento de los Hermanos Grimm, Hansel y Gretel que se valen de este estratagema con las piedrecitas blancas.



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

También visualizamos instantáneamente un juego de rayuela, juego de la infancia donde uno parte de la casilla “tierra” separada de la casilla “cielo” por unas casillas que llevan cada una un numero por el cual quien juega va a ir saltando pasando por las casillas donde echa una piedra. Es como si con esta imagen, el poeta nos invitara a un juego, un juego de pistas, donde indicios aparecen para llegar al tesoro que aquí será el conocimiento de lo que pueden dar a entender las palabras. Vemos aquí que el “último soplo” permite el movimiento de ida y vuelta entre el quedarnos en la tierra o alcanzar el cielo: posibilidad durante un instante de elegir entre sobrevivir o morir.

La evocación de este vaivén eventual, nos convoca también en el mundo acuático. Movimiento que se efectúa entonces hacia un lado o el otro lado del río que puede representar la vida. Véanse el haiku 38 y el haiku 40 donde el movimiento por el agua viene señalado por la presencia de una “barca”.

40
Olvidé que fui
un barco de música
en el naufragio

Si tomamos el haiku 40, podemos decir que nos introducimos en él por la presencia implícita del “yo” poético que invade el poema siendo la palabra con el que empieza un verbo en primera persona del singular conjugado en pretérito perfecto. Lo que provoca en quien lo lee un ensimismamiento directo dentro del haiku. Aquí, la imagen que parece darse a nosotros es la del “último soplo” cuando uno vuelve a pensar en el pasado en lo que fue y ya no será porque uno está a punto de cruzar la línea que le separa de la muerte. El barco es aquí la herramienta que permite la travesía de una orilla a otra. Se puede visualizar el oscuro río Estigio, que en la mitología griega es por el cual se transita para pasar del reino de los vivos al reino de los muertos. Aquí uno deja de ser para perderse aunque la presencia de la música pueda entenderse como el resplandor de la vida que se está dejando atrás. (Séneca decía: "Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino.")

A nivel visual, se nos lleva por consiguiente a situarnos en la oscuridad la cual puede remitir “el naufragio” que implica la pérdida o ruina de nuestra embarcación. Así pues, veremos a continuación que el “último soplo” remitiendo a la muerte por una parte pero también a la vida según como se mire, se refleja en todo el poemario bajo una iluminación de tonalidad entre luz y oscuridad. Los más destacables a nuestro parecer son los que ponen de manifiesto la imagen de la luna, porque abarca las dos caras de la moneda que plantea nuestro “ultimo soplo”, puesto que da luz por la noche pero no alumbra durante el día y aquí parece valerse de sus dos fichas. Veamos entonces los haikus 53, 68 y 75.

53
Agua sin luna
se hace frágil distancia,
sombra enquistada

Aquí se trata de la primera aparición de la luna en el poemario y se puede notar que surge de forma negada, porque se le antepone el “sin” que indica su no-presencia. De nuevo la iluminación que se nos da contribuye a nuestra reflexión sobre la presencia de la muerte pero no de manera aislada, sino estrechamente ligada a la vida.

A nuestro parecer, esta complementaridad que se evidencia aquí es uno de los recursos de los que se vale Juan Antonio González Fuentes para llevarnos a tener un flash. Aquí, el hecho de que no exista el reflejo de la luna en el agua nos sumerge en la oscuridad de la noche, como lo realza la “sombra enquistada”. La “frágil distancia” evocada nos proyectó en nuestro imaginario allí donde el “último soplo” está por darse, donde la luz se vuelve invisible y se convierte en oscuridad y ahí donde la distancia no existe por ser tan incierta. La falta de luz nos invita a pasar al lado oscuro de la vida, que en general vinculamos con la muerte.

75
La Luna espera
siete estrellas de sangre,
dunas por su aire

De una luna que en realidad no existe con el haiku 53, pasamos con el 75 a la omnipresencia de ella por la importancia que cobra al llevar una mayúscula y al estar esperando. Surge como personificada, como si nos estuviera esperando a nosotros; con lo cual estaríamos dando nuestro “último soplo” donde se pasa a la muerte en un instante pero como el estatismo se realza “espera”, indica que el momento no llegó todavía. Este soplo se puede dar ahora o después, hasta el momento en el que la “Luna” apague la luz dejándonos en la oscuridad al cerrar los ojos y acabar nuestro soplo.

Si decimos esto es porque las “siete estrellas” no hicieron pensar en Las Parcas, que ya pudimos vislumbrar el haiku 5: (“Tela de araña: / hálito de eternidad, / toque de queda”). Personajes femeninos de la mitología, son hijas de la Noche son ellas quienes tienen entre sus manos el hilo misterioso de la vida. Láquesis que medía el hilo solía ser representada con un paño constelado.

El haiku 75 es el último del poemario, el que cierra de alguna manera nuestra lectura pero, deja entreabierta la puerta para regresar a él gracias a la espera de la luna y al dejarnos la sensación de que el tiempo queda suspendido por el aire. Lo que nos deja la posibilidad de volver a leerlo bajo la claridad de la luna o bajo la oscuridad puesto que la clarividencia a nuestro parecer es algo movedizo y más quizás todavía más cuando se trata de haikus. Por los relámpagos visuales que dejan trasparentar se pueden llegar a tener muchas apreciaciones de cada uno de ellos tanto como del poemario en su integralidad.

Por su carácter instantáneo cada haiku es como entrar en un mondo paralelo, donde todo se confunde y nos confunde pero que repentinamente provoca en nuestra mente una imagen nítida procurándonos placer: “Goce, disfrute espiritual” (8) idea que podríamos vincular con este destello proyectado por el haiku; como una “muerte chiquita” que de manera coloquial indica un: “Estremecimiento nervioso o convulsión instantánea que sobreviene a algunas personas” (9). Quizás asociando las palabras “soplo” en el sentido de “Instante o brevísimo tiempo” (10) y goce podamos desplazarnos hacia el terreno de los sentimientos amorosos acercándonos al placer sexual. Una cuestión podría plantearse si asociamos Thanatos, dios griego que representa la muerte a Eros, dios del amor, (a la vez contrarios y complementarios) la de saber si Haikus sin estación no sería de alguna manera una forma disimulada de acercarse a estos dos temas que siguen siendo un tabú universal.

NOTAS:
(1) Juan Antonio GONZALEZ FUENTES. Haikus sin estacion. Barcelona: Ediciones Carena, 2010. 84 p. ISBN: 9788415021209
(2) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la Real Academia. Vigésima segunda edicion [en línea]. Disponible en: <
http://www.rae.es/rae.html > (Consulta: 8 de enero de 2011)
(3) Íbidem.
(4) Ibid.
(5) Ibid.
(6) William SHAKESPEARE “To be or not to be”, Hamlet soliloquio acto III, escena 1. Ttraducido al español por Rafael POMBO.
<
http://4umi.com/shakespeare/hamlet/es > (Consulta: el 8 de enero de 2011)
(7) REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Op. Cit.
(8) Ibid.
(9) Ibid.
(10) Ibid.
  
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Saturday,2 abr 2011 9:31:58 GTM
<![CDATA[Zapatero con los 41 grandes empresarios españoles. Y entre ellos solo una mujer: Petra Mateos, de Hispasat]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1376


Juan Antonio González Fuentes

Hace unas semanas publiqué un post en el que subrayaba algo que me llamó mucho la atención. Me refería entonces, concretamente, a que solo hubiera una mujer en la reunión que mantuvo en San Francisco Barack Obama con los máximos representantes de las empresas norteamericanas relacionadas con la red. La cuestión llevaba a preguntarme si la red es machista en sus alturas empresariales, o si las mujeres no han mostrado especial interés por hacerse con los designios de empresas de nuevas tecnologías.

En mi reciente visita al Cervantes de Lyon, donde se abordó Haikus sin estación, y en medio de un debate abstracto sobre la red, hablé de la cuestión y todas las mujeres presentes, mayoría mayoritaria por cierto, ofrecieron la misma respuesta: el mundo sigue siendo machista y las mujeres tienen vedados los cargos de responsabilidad, tanto en los países del primer mundo, con EEUU a la cabeza, como en países no tan desarrollados.

Por una vez me mostré escéptico ante una respuesta que entendí cargada de tópicos. Pero ahí dejé el tema y no le volví a dar ninguna vuelta. Al menos hasta el pasado domingo día 27. Venía en el tren Madrid-Santander leyendo el periódico, el ABC, cuando en la página 42 me di de bruces con la noticia de la reciente reunión de Zapatero con los máximos responsables de las 41 empresas españolas más importantes. La página del periódico venía ilustrada principalmente con un expresivo dibujo en el que se veía la distribución en la gran mesa de los empresarios convocados. A la mesa estaban sentados, además de los empresarios, el actual presidente de la CEOE, Juan Rosell, los dos vicepresidentes del gobierno, Pérez Rubalcaba y Elena Salgado, y el presidente Zapatero. En total 45 personas.



Reunión de los grandes empresarios con Zapatero (vídeo colgado en YouTube por efe)

En este punto quizá sea conveniente decir que las 41 empresas representadas pertenecen a casi todos los sectores económicos del país, desde bancos y constructoras, hasta distribución y comunicaciones. Estamos hablando de empresas como Telefónica, Banco de Santander, BBVA,Repsol-YPF, La Caixa, Grupo Planeta, Telecinco, Inditex, Iberdrola, Endesa, Mercadota, Cepsa, ACS-Dragados, Ferrovial, Gamesa, El Cortes Inglés, Sol Meliá, etc, etc… Pues bien, ¿saben cuántas mujeres están al frente de las 41 principales empresas españolas? UNA. Petra Mateos, presidenta de Hispasat, el 2,43%, lo que significa que el 97,57% de las cabezas visibles de las grandes empresas españolas son hombres.

En la mesa en la que de alguna manera estaba representado el poder actual en España, solo había dos mujeres, representado el 4,4%; el resto, el 95,5% son hombres. ¿Algo que decir?  
 

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Friday,1 abr 2011 8:7:17 GTM
<![CDATA[Mao, la revolución cultural en China y las moscas de Damien Hirst]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1375


Juan Antonio González Fuentes

Imaginen un habitáculo con sus cinco paredes transparentes. Imaginen que en centro del cuadrado transparente hay un mesa blanca de plástico (típica de camping) rodeada de cinco sillas del mismo color y material. Sobre la mesa hay platos, cubiertos, copas, vasos, botellas y viandas. Dentro del espacio también hay otros elementos: por ejemplo, una parrilla con sus hamburguesas y carnes colocadas en la rejilla. Pero lo más llamativo del conjunto es que el habitáculo cerrado y transparente está plagado de moscas que revolotean, descansan, pasean, comen y defecan por todo el escenario.



Damien Hirst: Let´s eat outdoors today (Comamos fuera hoy) (fuente: www.criticismism.com)

No, no estamos ante un decorado imaginario e imposible, si no ante uno perfectamente real. Y que el conjunto es una “obra de arte” con título, Let´s eat outdoors today (Comamos fuera hoy), que se ha expuesto en Londres. ¿El autor de la maravilla? El británico Damian Hirst, el actual rey de la provocación artística de nuestros días. ¿Podría ser otro?



Muestra de la obra de Damien Hirst (vídeo colgado en YouTube por Littlemudfrog)

Esta anécdota del mundo del arte viene a ilustrar un hecho hasta cierto punto sorprendente en estos tiempos de crisis galopante. Según cuentan los medios de comunicación, el mercado internacional del arte creció el año pasado nada más y nada menos que un 52%, y China se ha colocado en el segundo puesto como país comprador, ya solo por detrás de los EEUU y desbancando por vez primera a Inglaterra. ¿Habrán comprado los chinos las moscas glotonas de Damian Hirst? ¡Ah, si el Mao del Libro Rojo levantara la cabeza! ¡Esta sí que es una revolución cultural en toda regla! 
 

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Wednesday,30 mar 2011 9:25:6 GTM
<![CDATA[Duke Ellington y los brazos de su madre]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1374


Juan Antonio González Fuentes

Casi han transcurrido cuarenta años desde el fallecimiento de Edward Kennedy Ellington (25 de mayo de 1974). Ese día la desaparecida Gaceta del Norte anunció la noticia así: “Ha muerto el trompetista Duke Ellington”. ¡¡Trompetista!!, qué vergüenza, qué termómetro más preciso para conocer de primera mano la temperatura de aquella nuestra cultura oficial. En la España de mediados los años 1970 todo músico de jazz era trompetista. Probablemente se lo debiéramos a la sonrisa falsa, universal y bonachona de un trompetista con nombre de astronauta, Louis Armstrong. ¿O es al revés, el astronauta tenía nombre de trompetista?



Duke Ellington y su orquesta (vídeo colgado en YouTube por bazart)

Si la Gaceta del Norte daba buena cuenta del estado del periodismo español y compraba todas las papeletas en la tómbola de la desaparición, la revista Time dedicaba al Duque el siguiente titular: “Duke Ellington, maestro de la música, el compositor más celebrado de América, muere a los 75 años”. El New York Times hacía lo propio: “Con Duke Ellington, el jazz alcanzó la estatura y dignidad que le corresponden”. Incluso el presidente Nixon se sumó al luto emitiendo desde la Casa Blanca una declaración institucional sobre el significado de la obra de Ellington, uno de los músicos más importantes del siglo XX. El gesto del presidente fue una prolongación de aquel otro que tuvo con el Duque cuando invitó a este a festejar su setenta aniversario en la Casa Blanca. Ese día, en atención al detalle presidencial, pronunció Ellington unas palabras de agradecimiento: “No hay ningún otro lugar donde preferiría estar esta noche, a excepción de los brazos de mi madre” (la anécdota se la debo a mi buen amigo Javier Díaz).


 

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Tuesday,29 mar 2011 11:9:49 GTM
<![CDATA[Valery Gergiev dirige con un mondadientes la obertura de La forza del destino de Verdi]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1373


Juan Antonio González Fuentes

Creo que me gustan todas y cada una de las oberturas que Verdi escribió para sus numerosas óperas. Pero si tuviera que elegir tan solo una, la de La forza del destino estaría sin duda entre las finalistas. Es una de las más largas y presenta un “sonido sinfónico”. Pero quizá lo que más me atrae de esta partitura es, por un lado, su genuina virilidad, y por otro, su maravillosa y rica melodía.

De entre todas las versiones que he podido escuchar hasta la fecha, me decanto en disco por la de Muti dirigiendo a la orquesta de la Scala de Milán: enérgica, precisa, exuberante. Además en su día escuché al maestro italiano dirigiéndola en Santander a la Filarmónica escaligera y me dejó fascinado. La que más me desespera es la lentísima y peculiar del maestro rumano Celibidache: un sofisticado despropósito. Pero sin duda la mejor de las degustadas es la que se puede ver y escuchar en YouTube de Toscanini dirigiendo en 1944 a la Orquesta de la NBC: sencillamente apabullante, una carga de caballería en toda regla, inolvidable…, un ejemplo de cómo entendía la música de Verdi el director italiano, quien llegó a trabajar personalmente para el compositor, como violonchelista, en el estreno ni más ni menos que de Otello.

Entre las versiones más contemporáneas me quedo sin duda con la que un director que en el aburrido panorama directorial de hoy es un punto y aparte. Tanto para lo bueno como para lo malo. Con él hacer música jamás es un aburrido ejercicio funcionarial, si no un arriesgado y apasionado salto en el vacío. Me refiero al director ruso Valery Gergiev (1953), actual responsable de las huestes del mítico Teatro Mariinsky de San Petersburgo y de uno de los fórmula uno de las orquestas occidentales, la Sinfónica de Londres.

Escuchar la obertura de La forza del destino a Gergiev al frente de la orquesta de su teatro es una verdadera gozada, y un ejemplo perfecto de que en su forma de hacer no hay rutina, solo riesgo de un artista de verdad. Véanlo dirigir con un mondadientes y déjense llevar por la pasión que pone en la interpretación. Merece la pena, de verdad.



Valery Gergiev: Verdi bvertura de La forza del destino (vídeo colgado en YouTube por pozzil)


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,28 mar 2011 8:31:26 GTM
<![CDATA[No tengo facebook ni estoy en Twitter: soy un reaccionario]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1372


Juan Antonio González Fuentes

No tengo conexión a internet en casa. Mi teléfono móvil es un modelo antediluviano. Jamás he tenido un mp3, ni un Ipod y, claro, tampoco un Ipad. Hasta hace unos meses tampoco tenía televisión. Mónica, mi mujer, vive y trabaja en Madrid desde hace 3 años, y me instó recientemente a comprar una para cuando ella esté en Santander. Tengo cuenta de correo electrónico y colaboro en esta revista electrónica que se edita en Barcelona, pero no estoy en ninguna red social ni sé cómo funcionan. Facebook o Twitter me resultan arcanos que ocupan mucho tiempo a mis amigos. Mónica está permanente conectada a la red. Su Iphone 3 es ya un apósito en su mano por el que conoce casi al segundo la situación en la que se encuentran sus amigos. Me pone nervioso. Es como si cada uno de ellos tuviera la imperiosa necesidad de hacerse visible al resto en la red, de dar fe y testimonio de su propia vida, de ser el obsesivo historiador de la nimiedad de sí mismo. Es la pesadilla que anunció Andy Warhol: todo el mundo parece tener derecho a 15 minutos de fama en su vida, y están ahora empeñados en lograrlo exhibiéndose en la red.

Tengo la impresión personal de que la red los tiene literalmente atrapados, y que su interés se concentra en la pequeña pantalla portátil, cortocircuitando así las “conexiones naturales” con el mundo real más cercano. He escrito “mundo real”, y ahora me doy cuenta de que ése es un síntoma más de mi desfase. Soy pura arqueología. Hoy el mundo virtual es real, y el real cada vez tiene más de virtual. La terminal personal permite entrar y salir de la red, estar en red, formar parte del entramado de la red. A todas luces soy un reaccionario. El hecho me asusta y me conmueve a la vez..

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,25 mar 2011 13:55:57 GTM
<![CDATA[Haikus sin estación y sin comentario, o Nueva York en el origen]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1370


Juan Antonio González Fuentes

A finales del mes de septiembre del año 2009 viajamos por vez primera a Nueva York. Hacía poco más de un mes que habían llegado a Santander los primeros ejemplares de La lengua ciega, y escasamente unas cuantas semanas desde que se clausurara el curso en la UIMP sobre Álvaro Pombo en el que fui secretario. Recuerdo que estaba cansado, que necesitaba de verdad unas vacaciones, concentrarme en otras cosas, o mejor dicho, no concentrarme en nada. Hicimos turismo en Nueva York. Escuchamos Aida en el Metropolitan, visitamos museos, subimos hasta lo más alto del Empire State, nos llegamos hasta la Estatua de la Libertad en barco, caminamos por Broadway y la Quinta Avenida, comimos en Harlem, nos hicimos fotos en Times Square y Wall Street, etc, etc…, es decir, cumplimos con varios de los tópicos que parece imponer la visita. Recuerdo que al viaje me llevé una antología barata de Cernuda, y que por las noches, rendido de tanto caminar, leía poemas del sevillano antes de conciliar rápido el sueño.

En un principio Nueva York no me impresionó tanto como pensé que lo haría, y tampoco ocurrió nada durante la visita que pudiera calificarse de extraordinario. Todo transcurrió con normalidad y de forma grata y placentera. Descansé de la rutina, de eso no tengo ninguna duda. Y sin embargo, a las pocas semanas de regresar a Santander, comencé a escribir un largo poema en prosa cuyo motor de arranque es algo que atisbé y sentí por primera vez sentado en un viejo banco del vetusto cementerio de Saint Trinity Church, Lower Manhattan, a tiro de piedra de Wall Street y de la zona cero, muy cerca también del extremo sur de la isla, Battery Park. Algo sucedió en ese momento, y una tupida red de recuerdos, sensaciones, impulsos, reflexiones, ideas y conceptos comenzaron a materializarse en un poema largo, en la estela del Espacio juanramoniano, en el que continuo trabajando desde el lujo de la calma.



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

Lo curioso es que mientras del hecho neoyorkino brotaba un poema en prosa de vocación extensa y en tramos autorreferencial, a la vez, de la misma red de conexiones , y en un estado casi sonambúlico, brotaban con inusitada velocidad y un automatismo alarmante, los haikus de voz impostada que hoy habitan Haikus sin estación. Creo que cualquier haiku que no sea concebido con el espíritu original oriental es solo un molde en el que puede encajar una voz poética occidental, es decir, una voz poética impostada.

A finales del mes que viene, si las huelgas en los aeropuertos españoles no lo impiden, regresaremos a Nueva York. No sé qué pasará con el largo poema en construcción. Sí que tengo ya prácticamente acabado un nuevo libro de “haikus impostados”. Su título provisional se lo debo a un pensador francés, Roland Barthes: Haikus sin comentario. Del haiku dice Barthes que se parece a nada y a todo y que hace imposible el ejercicio más corriente de nuestra palabra: el comentario. Pues eso, sin comentarios.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

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: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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Thursday,24 mar 2011 7:41:38 GTM
<![CDATA[Un film socialista, Jean-Luc Godard, facebook, twitter…, las redes sociales, la Red, o no mirarse a la cara]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1369


Juan Antonio González Fuentes

Fue hace solo unas semanas. Mi buen amigo el cineasta Paulino Viota presentó en la Filmoteca de Cantabria la última película de Jean-Luc Godard, Un film socialista. Acudí a la proyección y en la sala me encontré con Menchu Gutiérrez y con Pedro, su pareja. Al terminar la proyección estuvimos hablando todos con Paulino sobre el cine de Godard, director al que hace tres o cuatro años dedicó un libro estupendo, lleno de admiración y sentido crítico: Jean-Luc Cinéma Godard (Fundación Marcelino Botín y Universidad de Cantabria, 2004).



Jean-Luc Godard: tráiler 1 de Un film socialista (vídeo colgado en YouTube por BadLieutenantD)

En Un film socialista hay un personaje que pronuncia una frase que me sobrecogió: “La economía inventó las monedas para que no nos mirásemos a la cara”. Creo que internet, las redes sociales, facebook, twitter…, la Red, así, con mayúscula, en gran medida participa de la misma paradójica idea: no mirarse a la cara.



Jean-Luc Godard: tráiler 2 de Un film socialista (vídeo colgado en YouTube por BadLieutenantD)

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

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LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,23 mar 2011 10:30:15 GTM
<![CDATA[Los blogs, los emails y los mensajes de texto en los museos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1368


Juan Antonio González Fuentes

El pasado martes 8 de marzo presenté El faro por dentro la última novela de Menchu Gutiérrez. Menchu es una escritora excepcional. Vivió más de 20 años con Pedro, su pareja, en faros de la costa norte española. En esta novela relata la experiencia interiorizada, pura literatura del mes número 13, ése que todos llevamos dentro y en el que tanto nos cuesta vivir. Conocí a Menchu hace muchos años en Valladolid, en un encuentro de poetas oscuros y herméticos. Entonces me la presentaron como la poeta del faro. No volví a saber de ella salvo por sus libros. Pero el año pasado la reencontré en Santander, en un acto en el que me vi ante el difícil reto de mantener una conversación en público con Enrique Vila-Matas a propósito de su libro Dublinesca, en el que, por cierto, un personaje visita Lyon, donde reflexiona sobre la novela contemporánea. El reencuentro fue memorable, y en él surgió una de esas extrañas oportunidades de amistad entre un hombre y una mujer.

Menchu y Pedro viven retirados en un pequeño pueblo a media hora en coche de Santander. Es un pueblo del interior, rodeado de montañas y bosques. Han hecho una casa maravillosa de una antigua cuadra. Viven escribiendo y pintando, escuchando música de Brahms, leyendo y viendo cine. Salen a pasear con su perra Brigitte por los montes cercanos, y tienen encuentros y de vez en cuando tienen encuentros con corzos, zorros y ciervos. Visité a la pareja con mi amigo el pintor Joaquín Martínez Cano. Queríamos hablar de la presentación de El faro por dentro. Pasamos toda la tarde charlando. En un momento dado le hablé a Menchu de encuentro en el Cervantes de Lyon que tendría lugar del 17 al 20 de marzo dirigido por el profesor Philippe Merlo Morat, y del tema que debíamos tratar: el concepto de Red. Le confesé mi ignorancia absoluta sobre todo lo relacionado con la red y el mundo digital. Ella me habló de un texto del escritor argentino Ricardo Piglia publicado en El País en febrero de este año, “Notas en un diario. El perro ciego”. Al día siguiente me envió por correo electrónico la entrada que dice así:

“Viernes
David Simon, el creador de la serie The Wire, es un gran narrador social. Incorpora a la intriga policial los hechos del presente (la economía de ajuste de Bush, la manipulación de las campañas políticas, la legalización de la droga). En el capítulo-piloto de Treme, su nueva serie de televisión que vi la otra noche, el marco es Nueva Orleans después de Katrina: nunca los desastres son naturales, esa es la poética de Simon. La narración social se ha desplazado de la novela al cine y luego del cine a las series y ahora está pasando de las series a los facebooks y a los twitter y a las redes de Internet. Lo que envejece y pierde vigencia queda suelto y más libre: cuando el público de la novela del siglo XIX se desplazó hacia el cine, fueron posibles las obras de Joyce, de Musil y de Proust. Cuando el cine es relegado como medio masivo por la televisión, los cineastas de Cahiers du Cinéma rescatan a los viejos artesanos de Hollywood como grandes artistas; ahora, que la televisión comienza a ser sustituida masivamente por la web, se valoran las series como forma de arte. Pronto, con el avance de las nuevas tecnologías, los blogs y los viejísimos emails y los mensajes de texto, serán exhibidos en los museos. ¿Qué lógica es esta? Sólo se vuelve artístico -y se politiza- lo que caduca y está “atrasado”. Fin de la cita.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

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LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,22 mar 2011 20:54:47 GTM
<![CDATA[La música de un compositor llamado David Lynch]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1367


Juan Antonio González Fuentes

El cineasta David Lynch lleva sin dirigir un largometraje desde el año 2006, pero su impulso creador no se ha detenido, solo se ha redirigido, al menos de momento, ¿Hacia dónde? Hacia el dibujo y la música. Lynch instaló un estudio de grabación en el sótano de su casa para, según propia confesión, experimentar con los sonidos. Fruto de dichos experimentos es un single que recientemente publicó un pequeño sello independiente británico. El trabajo que puede insertarse dentro de la corriente del llamado electropop ofrece dos temas: “Good Day Today” (cara A) y “I Know” (cara B). Estas son las primeras composiciones de Lynch como autor, aunque no es su primera experiencia en el terreno musical, ya que participó en dos temas del álbum de Danger Mouse y Sparklehorse, Dark Night of the Soul.



David Lynch: "Good Day Today" (vídeo colgado en YouTube por sundaybestrecordings)


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LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,21 mar 2011 9:40:43 GTM
<![CDATA[Tres nuevos microrrelatos de Miguel Ibáñez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1366


Juan Antonio González Fuentes

Me llegan tres nuevos microrrelatos del escritor y poeta Miguel Ibáñez, en mi opinión uno de los grandes del género en España. El microrrelato consiste en contar toda una historia llena de sugerencias, de ideas, de humor..., hacerlo además con su principio, su desarrollo, desenlace y final, y hacer todo esto en apenas unas líneas. El reto es complejo, pero talentos como el de Miguel Ibáñez lo resuelven sin ninguna duda.

 
Habla distraídamente la muerte

Conocí a Ludivina Fernández en un pueblo de la provincia de Palencia, en mayo de 1998, no sabría decir en qué día. Ludivina iba acompañada por Martín Santos Reguera, agricultor y almacenista de patatas. Ambos viajaban en un Renault Clío de color blanco.
No sé por qué me acuerdo de ellos ahora. Creo que iban a casarse.


Uno que se explica


Tuvimos tantas cosas que hacer, entre el trabajo, cursillos, cenas con amigos, las extraescolares de los niños, organizar las vacaciones de invierno, las de verano, las reuniones con el asesor matrimonial, la planificación de nuestras relaciones sexuales, que al final no nos quedó ni un minuto libre para eso del amor, tan bonito.
Pero como le dije a ella, tampoco pudimos ir a ver el MOMA de Nueva York y no por eso me pidió el divorcio.


Entre intelectuales

Él pasaba a mi lado y se tiró una pomposidad, y ya sé yo que lo hizo a propósito. Pues yo le solté una petulancia que lo dejé tieso. Bueno, pues acto seguido va el tío y se deja escapar una fatuidad, así como quien no quiere la cosa. Y entonces ya le tuve que expeler una rimbombancia que ahí ya se quedó aplastadito. Que no soy yo de esos que va por ahí arrojando ampulosidades, pero claro, si me faltan al respeto…

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

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LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,18 mar 2011 11:2:48 GTM
<![CDATA[Jesús Ortiz Pérez del Molino, editor de Icaria y milrazones]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1365


Juan Antonio González Fuentes

Jesús Ortiz es un editor catalán afincado desde hace unos meses en Santander. También es verdad que Jesús es un santanderino que marchó hace muchos años a Barcelona para trabajar en los talleres de la edición barcelonesa de El País. Y allí, en Barcelona, Jesús se convirtió en editor y accionista copropietario de la editorial Icaria. Recuerdo el primer libro que compré y leí de esta editorial: Sobre poesía y poetas de Eliot. Quién me iba a decir a mí que, años más tarde, muchos años más tarde, colaboraría de una manera tan estrecha con la colección. Antes de marcharse de Barcelona a Jesús le dio tiempo a poner en marcha otro sello editorial, milrazones, cuyo mayor éxito hasta la fecha es la edición en español del libro de la historiadora norteamericana Rachel P. Maines: La tecnología del orgasmo. La histeria, los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres.

Rachel P. Maines: La tecnología del orgasmo. La histeria, los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres (milrazones, 2010)

Rachel P. Maines: La tecnología del orgasmo. La histeria, los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres (milrazones, 2010)

El caso es que Jesús ha regresado a Santander y nos vemos con alguna frecuencia. Jesús está fascinado con el momento que vivimos en relación al libro, las nuevas tecnologías, las redes… Opina que estamos siendo testigos de un apocalípsis en vivo y en directo con respecto a la creación, transmisión y difusión de conocimientos y cultura. Jesús está fascinado e intenta estar al tanto de lo que al respecto se dice nuevo a cada segundo en cualquier lugar del globo. “Como editor no puedo permitirme el lujo de quedarme al margen, de no saber por dónde están discurriendo las cosas. Como un hombre que quiere ser de su tiempo, tampoco”, me dice mientras caminamos plácidamente al borde la bahía de Santander, esa bahía de cámara como la definió el poeta José Hierro. Me produce vértigo y desasosiego hablar con Jesús. Es un poco mayor que yo y sin embargo es mucho más contemporáneo que yo. Al menos su forma de ser contemporáneo es más contemporánea que la mía.



Mohammed Bennis: Un río entre dos funerales (Icaria, 2011)

Icaria caba de editar un libro del poeta marroquí Mohammed Bennis. Un río entre dos funerales, es su título. Bennis confiesa que, por ejemplo, el debate en torno al futuro de los libros en papel y los electrónicos ni siquiera existe como tal en el ámbito cultural en el que él se desenvuelve. Ese debate, de momento, es cosa solo de un mundo, el primer mundo. Seguimos caminando junto a la bahía y nos aproximamos al Palacio de Festivales, donde esa misma tarde asistiré al recital-espectáculo de la soprano neoyorkina-puertorriqueña Julia Migenes. El Iphone 3 de Jesús tiembla y emite sonidos. Jesús está en red con el mundo: un colega mexicano acaba de hacerle una consulta a través de Twitter. Jesús escribe la respuesta cuando una gaviota emprende el vuelo.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,16 mar 2011 12:57:35 GTM
<![CDATA[Peggy Guggenheim, The Art f this Century]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1364


Juan Antonio González Fuentes

Tenía solo 21 años cuando oficialmente acabó la I Guerra Mundial. Al año siguiente, en 1920 heredó suficiente dinero como para hacer realidad su sueño: vivir en París. En la ciudad de la luz conoció a su primer marido, el escultor Laurence Vail, quien, además de darle dos hijos, le presentó a muchos de los artistas de la llamada vanguardia artística europea.

Marguerite Guggenheim Seligman (Peggy), 1898-1979, en 1937 (fuente de la foto: wikipedia)

Marguerite Guggenheim Seligman (Peggy), 1898-1979, en 1937 (fuente de la foto: wikipedia)

En 1938, dieciocho años después, y tras la muerte de la que fue su segunda pareja, John Holms, abre una galería de arte en la que tuvo como asesor a Marcel Duchamp, y comenzó a comprar una obra cada día de lo que era considerado el arte más nuevo del momento. Cuando la II Guerra Mundial fue una realidad, hizo el “petate” y marchó a Nueva York, ciudad en la que en 1942 abrió el museo The Art of this Century. Al poco tiempo comenzó su relación con el artista Max Ernst, con quien se casó y vivió cuatro años. Cinco años más tarde, en 1947, volvió a hacer las maletas y se instaló en Venecia, donde murió y fue enterrada.

Museo The Art of this Century (foto procedente de la web www.warholstars.org)

Museo The Art of this Century (foto procedente de la web www.warholstars.org)

Se exhibía ataviada con el vestido Delfos (o Delphos) de Fortuny, y en gran medida Picasso, Man Ray, Dalí, Pollock, Rothko, Kandinsky…, le debieron parte de su fama y fortuna. Se llamaba Peggy Guggenheim, y es considerada una de las grandes damas de la historia del arte del siglo XX.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Tuesday,15 mar 2011 11:27:20 GTM
<![CDATA[Franz Xaver Messerschmidt en el Louvre, el Van Gogh del XVIII y de la escultura]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1363


Juan Antonio González Fuentes

Desconozco si todos los museos del mundo saben exactamente los fondos que poseen y custodian, aunque el sentido común y lo que leo de vez en cuando me dice que no, que no es posible. Hay miles de museos en todo el mundo. ¿Han pensado alguna vez en los millones de objetos y obras que guardan? Y solo un pequeño porcentaje se exhibe en las salas y colecciones permanentes. El resto queda guardado en almacenes y depósitos, y en el mejor de los casos, a veces se exhibe casi privadamente en despachos y en dependencias diversas de edificios oficiales.

No sé si los museos tienen personal especializado dedicado a revisitar y volver a valorar periódicamente sus obras almacenadas. Imagino que no será nada fácil disponer de economías para sufragar estas aventuras. Quizá sea una pena, pues de lo que sí estamos seguros es de los cambios en los gustos del público, en que obras que cuando llegaron al museo no fueron bien entendidas hoy lo pueden ser, en que piezas que se adelantaron a su tiempo hoy se mostrarían reveladoras de la audacia del creador…; ideas y conceptos que en su día arrinconaron obras, hoy pueden arrojar sobre ellas la luz de la genialidad…

Escultura de Franz Xaver Messerschmidt

Escultura de Franz Xaver Messerschmidt

En parte este es el caso de Franz Xaver Messerschmidt, cuyas esculturas, hasta hoy prácticamente desconocidas, están deslumbrando estos días en el Louvre. Messerschmidt fue un artista austriaco nacido en 1736, que vivió una breve etapa de esplendor en la Viena que descubriría a Mozart. Cuando cumplió 38 años en su mente apareció la esquizofrenia, es decir, la locura. Y como artista loco fue rechazado por todo el mundo bienpensante. Messerschmidt buscó refugio en su pueblo, y murió 9 años después, a los 47. A lo largo de ese tiempo Messerschmidt realizó 60 esculturas de una calidad sobrecogedora. ¿El tema? las decenas de gestos primordiales que somos capaces de hacer con nuestra cara los seres humanos. La calidad de las esculturas, el tema, cómo está resulto, la ironía…, es propia de un artista de cien o doscientos años después. Messerschmidt jamás vendió ni una sola de esas esculturas. Fue el Van Gogh de su tiempo y de la escultura.    

   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

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: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Monday,14 mar 2011 12:7:2 GTM
<![CDATA[Orit Fox y la serpiente: una historia de tetas tóxicas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1362


Juan Antonio González Fuentes

Desconozco la razón última, pero algunas mujeres aspiran a los famosos 15 minutos de gloria wharholianos recauchutándose hasta extremos creo que insanos. Debe ser que recauchutarse solo requiere dinero, y la fama cuesta, y por eso la pagan. También es cierto que el gusto de muchos hombres por los pechos balompédicos denota un mal gusto homérico, y que la querencia solo puede explicarla algún discípulo de Freud con acento argentino.

El caso es que Orit Fox, una de las más artificiosas mujeres que ha dado el estado de Israel a lo largo de su no muy larga vida, está al parecer obsesionada con dos cosas: tener las tetas más grandes del planeta y, en consecuencia, aparecer en portada de la revista Playboy.



Vídeo de Orit Fox y los últimos momentos de la difunta serpiente (vídeo colgado en YouTube por Phoenixcian237)

 Ni corta ni perezosa la señorita Fox ha recurrido para “hacer realidad sus sueños” a inyectarse masivamente silicona en diversas partes del cuerpo, destacando los labios y los pechos, en los que llegó a tener 1.300 centímetros cúbicos de producto en cada teta. Evidentemente la buena de Orit Fox ha logrado en parte su objetivo: no pasar desapercibida. Tan contenta está con ella misma y tan feliz le hace la progresiva consecución de sus sueños, que más o menos graba cada uno de sus actos y los difunde por el ciberespacio. Sus tetas aspiran a ser universales. Es una de las grandes cosas que tiene la red: cualquiera puede convertirse en una estrella, sólo hay que grabarse permanentemente y exhibirse en la red, quizá alguna de nuestras nimiedades llame la atención y nos convirtamos por unos instantes gloriosos en celebridades tan instantáneas como el Nesquik.

A Orit Fox, imagino que con la aprobación y aplauso de sus asesores mediáticos, se les ocurrió publicitarse con la enésima sesión de fotos de la semana, pero esta vez tuvieron la brillante idea de incluir una serpiente en el numerito, quizá jugando con la idea bíblica del paraíso terrenal, Eva, la(s) manzanas y el bicho reptante. La sesión discurría sin ningún problema, y Orit Fox, serpiente en mano, acercaba la serpiente a sus voluptuosidades de fábrica. Lo que a continuación ocurrió solo puede calificarse de fatal desgracia. La serpiente, quién sabe si a la vista de las voluminosas protuberancias, o por el aroma a su propia gata (sic) que al parecer despide la diva, decidió hincarle el diente a una mama, y ni corta ni perezosa mordió el artificial fruto con hambre atrasada. La pobre Orit Fox sintió su descomunal teta atacada y se llevó un susto de muerte. No sé si la serpiente se llevó o no un susto, lo que sí se llevó directamente fue la muerte. La serpiente murió intoxicada por la silicona. Lo sentimos por ella.    
   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,11 mar 2011 13:49:10 GTM
<![CDATA[El faro por dentro (Siruela): apuntes sobre la escritura de Menchu Gutiérrez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1361


Juan Antonio González Fuentes

Dejo aquí el texto que ayer martes 8 de marzo leí en una sala del centro cultural de Caja Cantabria como presentación del libro de Menchu Gutiérrez, El faro por dentro (Siruela).

“Fue en esta misma sala, hace poco más de un año. Concretamente el 3 de febrero de 2010. Ese día se celebró el homenaje a Marisa Samaniego en el que participé, y ese día me reencontré con Menchu Gutiérrez. Así lo dejé anotado en una especie de diario literario que llevo desde hace tiempo: “reencuentro con la escritora Menchu Gutiérrez”. Escribí la palabra “reencuentro” con la intención de ser preciso en lo relativo al acontecimiento en el tiempo, aunque hubiera sido más adecuado escribir “descubrimiento”. A Menchu la había conocido bastantes años antes en Valladolid, un poco de manera fortuita. Fue en un encuentro de poetas ostensiblemente al margen de la corriente dominante en ese momento en la poesía española, la llamada “poesía de la experiencia”, ya saben, García Montero y compañía. Es decir, aquel de Valladolid, para qué engañarnos, fue un encuentro de poetas raros que escribían una poesía más bien rara, extraña, bastante hermética y difícil de digerir, aplicados todos estos calificativos y criterios siguiendo aburridos términos experienciales.

Con Menchu coincidí en la misma mesa durante la última comida de aquel pandemonium poético. Irradiaba magnetismo, un aura con algo de sobrenatural que a la vez intimidaba y reconfortaba a partes iguales. Había en ella una hermosura limpia revestida de timidez natural, nada impostada. De ella emanaba verdad, y una cierta trascendencia, ni mucho menos altiva, que desarmaba. Pero lo que de ningún modo olvidaré de aquel primer encuentro fortuito es el apelativo que dedicado a ella flotaba por todo el comedor sin enunciarse explícitamente: aquella mujer de una desarmante delicadeza era la poeta del faro. Sí, a partir de entonces Menchu Gutiérrez fue ya para siempre, en mi imaginario literario, la poeta del faro.

Y aquel 3 de febrero del año pasado me reencontré con la poeta del faro, y desde el primer momento tuve la nítida sensación de que el reencuentro era para siempre, que a partir de ese instante en el que nuestras miradas volvieron a cruzarse se forjó algo que va a durar para toda la vida. Esa es la cálida sensación que me embarga desde entonces. La poeta del faro ha llegado para quedarse, está en mi vida con su presencia y su literatura.

Nos volvimos a ver el 13 de abril de ese mismo año, 2010, y en esta misma sala. Lo tengo también apuntado en el diario literario. Ese día estaba yo muerto de responsabilidad, como hoy, sentado en esta tribuna, intentando no salir muy damnificado de una conversación literaria con Enrique Vila-Matas. De esa tarde conservo una foto muy especial. Vila-Matas, Menchu –la poeta del faro reencontrada- y yo. Guardo la imagen como un tesoro de sensaciones, de emoción. Tras el acto literario me veo en la bodega de El Riojano hablando con Menchu de ópera: Wagner versus Verdi, de cine, de libros, de vida... La conversación con Menchu es como estar sentado en la más cómoda butaca que imaginarse pueda, con las piernas estiradas frente a un hermoso fuego y con una bebida reconfortante al lado, mientras en el exterior sopla el viento y el frío y se contempla con ojos curiosos la tormenta. Todo es calma y sosiego aparente, civilización, pero por los vasos comunicantes que se establecen con ella, con la poeta del faro, discurre la lava hirviente del intercambio de ideas, de experiencias, de opiniones, de ánimos..., a una velocidad que casi deja sin resuello. Y es que Menchu Gutiérrez es un faro; sí, es un faro que emite luz, la luz alimenticia de su interior, junto a unas quebrantas en las que el océano se estrella día y noche.

Después han llegado los paseos, los tés, las conversaciones, las lecturas, los correos electrónicos, un Godard diseccionado desde el estupor..., y la inolvidable y reciente tarde en Liérganes: Pedro el fabuloso, el té y los cafés, las montañas, Brigitte tumbada junto al fuego de la chimenea, Joaquín Martínez Cano, la hermosura en madera de la biblioteca, la canción tradicional irlandesa que escuché con la devoción con la que se contempla un altar y que me trajo a la memoria la escena final de Los muertos de John Huston, y sobre todo el despacho de Menchu, el despacho del faro-poeta: un nido, la rosa, la bola que contiene la nieve del mundo, el escritor que trabaja dentro de la boca del cocodrilo..., un estado de ánimo, una presencia, una atmósfera que concentra un universo completo. La poeta del faro. El faro como poema, como poesía. Y de aquella tarde un haiku que ya es del faro, que ya es de Menchu:

La rosa sola
que muere de su muerte:
limpia luz de ayer

Menchu Gutiérrez (fuente de la foto: Siruela)

Menchu Gutiérrez (fuente de la foto: Siruela)

La lectura de El faro por dentro me ha traído a la memoria una vieja película de 1948, Jennie, del director alemán William Dieterle, una historia protagonizada por Jennifer Jones, Ethel Barrymore y Joseph Cotten. En un día del crudo invierno de Nueva York, sentado en un banco de Central Park, rodeado de pequeños cúmulos de nieve, al mediocre pintor Eben Adams se la aparece una niña, Jennie Appleton, que tararea una extraña canción. Ambos entablan conversación, pero en un momento dado, envuelta en niebla, la niña desaparece. Idéntica secuencia de aparición y desaparición se va a ir repitiendo a lo largo de los años y en diferentes escenarios. Eben investiga y descubre que, en efecto, Jennie Appleton existió, hija de unos artistas de circo que murieron tras un horrible accidente en la pista. Pero todo eso ocurrió hace muchos años. Es imposible que Jennie siga siendo una niña. En cada nueva aparición, Jennie se revela un poco más mayor, y Eben se enamora de ella y pinta su retrato, una obra maestra que le trae fama y prestigio. Pero Eben no sabe si Jennie es real o es solo un fruto de su imaginación, si se le aparece realmente o solo es un reflejo de lo que ocurre en su interior, en su adentro de faro humano. Todo es borroso, un ensueño entre lo real y lo irreal. La escena final de la película transcurre en un faro en medio de una impresionante tormenta. Eben descubre que Jennie desapareció en el mar hace muchos, muchos años, durante la última gran tormenta que recuerdan los lugareños.

Desapareció en la isla que acoge al faro, donde se descubrió el bote y donde se supone que Jennie intentó refugiarse. Una nueva tormenta se anuncia, y Eben decide alquilar un bote y adentrase en el mar hacia el faro, hacia Jennie. ¿Qué pasó con Jennie? Lo siento, pero no pienso contarles el final.

Jennie es una película de “atmósfera”. Tiene una de las mejores fotografías en blanco y negro de la historia, con un marcado contraste de luces y sombras y la utilización en algunas secuencias de una luz difusa que resalta la irrealidad de la historia, la atemporalidad de las localizaciones y la figura extraña y evanescente de la protagonista.

La música es también fundamental para crear la atmósfera, el estado de ánimo. Las notas de Preludio a la siesta de un fauno de Debussy acompañan las apariciones de la protagonista. La canción de Jennie, compuesta por Bernard Herrmann, habitual de las películas de Hitchcock, ayuda a reforzar el tono romántico y de misterio. La letra de la canción es una de las más misteriosas y sugerentes de la historia del cine. Presten atención: “De dónde venimos nadie lo sabe. A donde yo voy, todo va. El viento sopla, el mar se agita..., nadie lo sabe”. Jennie es una historia de fantasmas, de atmósfera cuyo desenlace transcurre en un faro, quizá por eso El faro por dentro de Menchu Gutiérrez (un libro sin romántica banda sonora) me ha hecho pensar en la vieja película del maestro alemán.

En el último libro publicado por Enrique Vila-Matas, Perder teorías, el personaje protagonista, un evidente alter ego de Vila-Matas, es un escritor que viaja a la ciudad francesa de Lyon invitado por una organización cultural para pronunciar una conferencia. Llegado al hotel, nadie de la organización se presenta a buscarlo, y él, paradójicamente encantado de encontrarse solo y sin compromisos en el hotel, aprovecha el momento para desarrollar una teoría sobre el futuro de la novela, o dicho de otra manera, cómo deben ser las novelas, qué ingredientes deben presentar para ser voz de su tiempo, de la contemporaneidad.

Vila-Matas, en la página 28 de Perder teorías, establece que, en su opinión, hay al menos cinco rasgos irrenunciables, imprescindibles, que deben estar en toda novela que quiera sentirse perteneciente a la presente contemporaneidad.

Los cincos rasgos esenciales son:
  • La “intertextualidad”
  • Las conexiones con la alta poesía
  • La escritura vista como un reloj que avanza
  • La victoria del estilo sobre la trama
  • La conciencia de un paisaje moral ruinoso
Pues bien, El faro por dentro (Siruela) de Menchu Gutiérrez, posee todos y cada uno de los rasgos establecidos por Vila-Matas, salvo quizá el último, donde yo suprimiría el adjetivo “ruinoso”, por negativo o peyorativo, y lo dejaría en “la conciencia de un paisaje emocional”. Estamos, por tanto, en El faro por dentro, ante un ejemplo pleno, perfecto, de lo que se supone debe ser hoy una narración contemporánea. Así quiero empezar.

Hay algo de relato de fantasmas en El faro por dentro, incluso hay trazas de lo que quizá podría entenderse como un relato de horror. No sé si Menchu lo ha pensado, pero a los aquí presentes que hayan leído la novela les propongo un ejercicio: “¿cómo creen que la llevaría al cine un guionista?”, “¿a qué elemento o elementos se agarraría para hacerla visible?”. “Hacerla visible”. Ahí reside, en mi opinión, una de las claves de este libro y de la forma en general de contar, de narrar, de Menchu Gutiérrez: la dificultad de visualizar el motor que hace avanzar la narración, pues el motor no mueve las ruedas de una trama que avanza en una determinada dirección con final previsto; sino que el motor mueve la emoción, mueve emociones que además eclosionan en el íntimo interior –y aquí no es redundancia- del hilo conductor u omnipresente de la historia (en el caso de El faro por dentro, el farero). Estamos ante una historia de emociones que estallan, deambulan, recorren el interior de un personaje y que se reflejan, enmarcan y se palpan en la atmósfera exterior, en el escenario físico en el que acontecen los acontecimientos, las emociones. En este sentido, El faro por dentro es una historia de calma en la acción, y de intensidad en la calma, que tiene lugar en un espacio fuera de lugar. Así, la escritura de Menchu Gutiérrez es de naturaleza musical, es decir, es de naturaleza poética, y en este punto no admito objeciones.

La estrecha relación novela (narración) y poesía (lírica) creo que donde mejor comienza a eclosionar por vez primera de forma muy consciente es en la novelística anglosajona modernista, y sobre todo en escritores como Joyce o Virginia Woolf, autores cuyas novelas presentan páginas y páginas directamente relacionadas con la alta poesía. A este respecto siempre he pensado, como ejemplo casi insuperable, en el comienzo de Las olas de Virgina Woolf, un texto casi híbrido, sin género, en el que la narración está recorrida de principio a fin por la poesía. Así es, en mi opinión, la escritura de Menchu Gutiérrez, así son sus libros: páginas que dejan atrás la vieja catalogación en géneros literarios, obras en las que lo autobiográfico, lo poético y la pura ficción se funden de manera perfecta.

De alguna manera Menchu Gutiérrez se cuenta en El faro por dentro, pero lo hace “desde” la poesía, o al menos desde el uso de una técnica narrativa por cuya sangre circula a velocidad de crucero el aliento poético: ritmo, metafísica, capacidad sugeridora y alusiva del lenguaje, creación de una atmósfera de ensoñación (en la frontera abierta con lo irreal), la potencia verbal para expandir los posibles significados de las frases y dejarlos en suspensión, flotando en la mente y la capacidad a la vez emotiva y reflexiva del lector.

Menchu Gutiérrez: El faro por dentro (Siruela, 2011)

Menchu Gutiérrez: El faro por dentro (Siruela, 2011)

Soy sabedor de que cuando empleo aquí el término “aliento poético” me estoy yendo por las ramas, dada la imprecisión espantosa de la frase. Digamos que creo que cuando Menchu Gutiérrez se plantea la narración literaria de su historia en el faro, bueno, de la suya y la del farero, y la de Basenji y la niebla, y la del océano y el propio faro…, lo hace plenamente consciente de que el empleo de las técnicas narrativas tradicionales no le van a ser útiles para expresar y plasmar el verdadero “estado de la cuestión”, y que va a necesitar de la capacidad expresiva de la alta poesía para lograr su empeño: “contar” el motor de sus emociones, un “estado” interior y su evolución. El resultado, sinceramente, es una obra maestra del género (¿de qué género?, podemos y debemos preguntarnos), un libro de una bella intensidad, extrema y rara..., un perfecto ejemplo de novela en comunicación con el gran espectro poético.

Prosigo. El arte no debe servir de consuelo: para consolarnos ya tenemos al prójimo y la distracciones masivas. El arte debe provocar, perturbar, inflamar las emociones, llevar nuestro entendimiento a lugares no previstos e inclusos no deseados. Y a fe mía que con El faro por dentro Menchu Gutiérrez provoca y perturba al lector, lo coloca en un espacio, quizá no deseado, de entendimiento y emoción que desasosiega, que no nos hace sentir cómodos como lectores, que no nos sitúa en un rail determinado con paradas ya establecidas y cómodas estaciones.

Otra columna central sobre la que descansa El faro por dentro es el estilo. Un modo de narrar la calma en la acción y la intensidad en la calma que es sagaz, inmisericorde en la sutileza y la precisión, hechizador y tenso, que logra situar al lector en el centro justo de unas emociones en espiral (precisamente como la escalera interior de un faro) que demandan, que exigen una lectura atenta y comprometida de quien decida abrir las páginas del libro.

Sí, El faro por dentro es un relato de fantasmas, pero también tiene pasajes que me han recordado la atmósfera de la novela negra, como en los que aparece una misteriosa y atractiva mujer rubia, a la que yo, no sé por qué, le he puesto la cara medio cubierta de Verónica Lake. Basenji, el perro africano, deambula entre el mundo de los muertos y el de los vivos, y es, como la Jennie cinematográfica, un ser que no sabemos nunca del todo si es real o es un espectro, incluso un reflejo del farero protagonista, o un síntoma de la muerte, la muerte que en ocasiones llega con el hálito de la niebla. En El faro por dentro no respiran escenarios al uso, geografías literarias manoseadas. Todos los lugares están fuera de lugar, fuera de sí, pero todos son a la vez protagonistas de la historia que está teniendo lugar, todos simbolizan o ayudan a expresar emoción, todos se integran en la callada aventura. Todos son elementos que hacen funcionar el motor interno de las emociones.

La atmósfera de El faro por dentro es en cierto modo la de la ensoñación y el recuerdo. Una ensoñación fijada por la niebla y sin contornos definidos En este sentido el faro no es posible sin la memoria. La poesía tampoco. El faro por dentro es una historia de memoria. No es posible recorrer el interior del faro si no es con la memoria, si no es de memoria. Ésta es la salvaje propuesta de Menchu Gutiérrez en un mundo cada vez más avocado a la amnesia. Y aquí dejo otro haiku para la poeta del faro:

Distinta a todo
la distancia es eclipse,
memoria en marcha

Menchu Gutiérrez ha escrito un relato kafkiano en su circularidad, en su autorreferencia constante, un relato con vocación de conectar íntimamente con la mente y el corazón de los lectores. Estos quedan seducidos y con las defensas bajas ante la maestría narrativa de Menchu, ante la ola expansiva de un lenguaje a la vez críptico y diáfano, alusivo y preciso como un bisturí, como un microscopio de muchos y muy diversos aumentos que permite distintos niveles de lectura, pues hay además muy diversos niveles de realidad, de sustratos de realidad en las páginas de este libro. A cada lector se le propone el esfuerzo de profundizar en varios niveles, en varias capas narrativas y poéticas, de sentido y emoción.. Menchu Gutiérrez le pone música interior a su relato midiendo con inaudita y muy trabajada inteligencia los tiempos de su narración. El faro por dentro es una pequeña joya, una profunda reflexión en torno a las emociones y a la supuesta indefensión que provocan, o a la inaudita fortaleza interior que generan.

El faro por dentro es una lectura por completo inolvidable, y estar aquí, diciéndoselo a todos ustedes, con Menchu a mi lado, es un sueño hecho realidad, y una felicidad de esas que sirven para toda, toda la vida.”   
   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,9 mar 2011 11:31:27 GTM
<![CDATA[El refugio de la memoria (Taurus), de Tony Judt, la posibilidad de hacer historia y seguir siendo en el recuerdo propio y en el de los demás]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1360


Juan Antonio González Fuentes

Van cayéndome los años encima, lo que en todo caso no es ninguna novedad. La novedad, momentánea, es estar muerto. Con los años acumulándose en la piel y las arterias, también se van acumulando los libros, y con ellos las lecturas. Llevo una racha que yo mismo he calificado como bastante buena. Siete y ocho libros leídos al mes a lo largo de los últimos años. No sale mal número. Leo como un omnívoro: algo de poesía, algo de historia, alguna ficción narrativa, memorias, biografías, ensayos, pensamiento… Siguiendo este régimen lector lo cierto es que me encuentro ante una paradoja. Por un lado cada vez me gusta más leer, y por otro cada vez me topo con menos lecturas que podría calificar como memorables. Tal vez la ecuación resultante sea la lógica. Pero francamente da algo de rabia no sentirse cada vez que se coge un libro con la emoción y el entusiasmo anhelados. Caigo en la cuenta de que con la lectura ocurre algo semejante a lo que pasa con algunas drogas: para lograr el mismo efecto necesitas más cantidad, es decir, engullir más páginas a la busca y captura del nuevo “subidón” que te pasme y estremezca.

En cuanto a mis lecturas, creo sinceramente que me muevo en un nivel notable, pero también es cierto que alcanzar el “subidón” se hace a cada libro más difícil y complicado. Ocurre muy pocas veces. Ahora me está ocurriendo. ¿Con qué libro? Con el de un autor del que sabía cosas sin haber leído nunca nada de él. Me refiero a Tony Judt (Londres, 1948-Nueva York, 2010), un historiador formidable autor de lo que todos los expertos han calificado de obra maestra: Postguerra (Taurus, 2006).

Tony Judt estudió en el mítico King’s College de Cambridge y en la École Normale Supérieure de París. Luego impartió clases en las universidades de Cambridge, Oxford, Berkeley y Nueva York, en esta última ocupó la cátedra de Estudios Europeos que él fundó en 1995. Autor y editor de más de una decena de libros, entre ellos Sobre el olvidado siglo XX (Taurus, 2008) y Pasado imperfecto (Taurus, 2007), Judt colaboró con publicaciones periódicas de gran prestigio como The New York Times o The Times Literary Supplement. Galardonado con numerosos e importantes premios, Judt murió en agosto del pasado año de una enfermedad degenerativa.

Tony Judt: El refugio de la memoria (Taurus, 2011)

Tony Judt: El refugio de la memoria (Taurus, 2011)

Precisamente el libro que me está sobrecogiendo, El refugio de la memoria (Taurus, 2011), está compuesto por capítulos en los que el autor evoca algún recuerdo importante de su pasado por medio de una memoria que solo cabe calificar como prodigiosa. Cuenta Judt en el comienzo de esta pasmosa, sobrecogedora y original autobiografía que se decidió a dictar los capítulos sabedor de que el tiempo del que disponía era muy limitado: a lo sumo unos cuantos meses, quizá poco más de un año. La enfermedad degenerativa lo tenía completamente postrado. No podía mover ni un músculo, lo tenían que rascar, que mover, incluso que asegurar en la cama para que no se moviese ni un milímetro en el transcurso de la noche. Judt no podía hacer absolutamente nada. Solo esperar la muerte y sus avances lentos pero inexorables. Así que durante las terribles noches en las que todo estaba en silencio, todo el mundo descansaba y él no podía conciliar el sueño, se decidió por rememorar, es decir, por recordar con pelos y señales algunos episodios de su vida. El método consistía en ser radicalmente exacto en la remembranza. Por ejemplo, recorrer una y otra vez los lugares habitados: los pasillos, las habitaciones, los rincones…, y en ellos situar los objetos, olores, sensaciones… El fruto de estos viajes al pasado eran dictados por la mañana.

El resultado es una autobiografía bellísima, en la que la propia memoria, la vida que bulle en el interior de la propia cabeza en los momentos en los que todo alrededor se desmorona definitivamente, es la única fuente utilizada para escribir la propia historia, y con ella las circunstancias de un mundo que se desvanece: el propio, el vivido en y con los demás.

El refugio de la memoria es un libro sobrecogedor en el que como bien explicita el título, la propia memoria, los propios recuerdos de lo que fue para nosotros, se convierte no solo en fuente histórica, sino principalmente en el último refugio que le queda a un moribundo para sentir, amar, vivir y trabajar. La memoria y los recuerdos como refugio. La memoria como esencia de haber sido y la posibilidad de seguir siendo en el recuerdo propio y en el de los demás.  
   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,8 mar 2011 8:35:10 GTM
<![CDATA[¿Es machista internet? Solo una mujer en la reunión de Obama con los genios de Google, Facebook, Apple, Yahoo, Twitter, Cisco, Systems, Genentech, NetFlix, Westly, Group...]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1359


Juan Antonio González Fuentes

Los EEUU siguen siendo líderes indiscutibles en todo lo que respecta a las nuevas tecnologías e internet. El mundo de lo virtual es, de momento, norteamericano por completo. Quizá por eso Obama mantuvo hace unos días una reunión en la ciudad de San Francisco con los empresarios más importantes del sector. Los asistentes a la cena fueron exactamente los siguientes: Barack Obama (Presidente de Estados Unidos), Steve Jobs (Apple), Mark Zuckerberg (Facebook), Eric Schmidt (Google), Carol Bartz (Yahoo), John Chambers (Cisco Systems), Dick Costolo (Twitter), Larry Ellison (Oracle), Reed Hastings (NetFlix), John Hennessy (Presidente de la Universidad de Stanford), Art Levinson (Genentech), Steve Westly (Westly Group). Solo hubo una ausencia significativa, muy significativa, desde luego, la de alguien de Microsoft.

Durante la cena Obama pidió a los empresarios ideas para que EEUU siga siendo el líder mundial en todo lo concerniente a internet, tanto desde el punto de vista comercial como desde el tecnológico. Vista la importancia esencial que en el mundo moderno tienen hoy las nuevas tecnologías y, sobre todo, internet, no es una exageración decir que la cena reunión a un buen grupo de las personas más poderosas del mundo: ciencia, tecnología, conocimiento, saber, redes empresas, sociales, universidad, dinero…, reunidos para diseñar un plan, un plan que nos afecta y afectará a todos nosotros.

Foto de Pete Souza (Casa Blanca)

Foto de Pete Souza (Casa Blanca)

Será quizá una exageración afirmarlo, y es posible que en la frase haya mucho de sensacionalismo periodístico, pero el futuro del mundo tal y como lo conocemos está en manos de los asistentes a esa reunión. Ellos, sus empresas, sus instituciones…, marcarán las pautas por las que se conducirá la humanidad durante las próximas décadas. Pero mi reflexión no va por ahí, es decir, no va por señalar la evidencia que refleja la foto de la reunión. La reflexión es otra y ha surgido precisamente contemplando la foto (AMPLIADA), La reunión creo que fue en casa de una pareja que ejercieron de anfitriones. Como no sé quienes forman la pareja heterosexual no los puedo señalar. Lo que sí aparece meridianamente claro en la imagen es que, si quitamos a la anfitriona, solo hay una mujer en la foto, es decir, tan solo una mujer forma parte de la elite empresarial norteamericana en el mundo de internet: Carol Bartz, de Yahoo.

¿Es una casualidad? ¿Estamos ante una evidencia más del machismo imperante en el mundo empresarial? ¿Es el mundo empresarial norteamericano machista? Lo más curioso del caso es que no estamos ante un viejo sector productivo dominado históricamente por los hombres. Tampoco estamos en un campo de expresión artística o intelectual tradicionalmente copados por los hombres. No, no señor. Los datos son otros. Estamos ante un sector empresarial, del conocimiento y de la investigación que apenas tiene algunas décadas de desarrollo. Estamos antes un área de investigación relativamente novedosa en el mundo universitario norteamericano, un mundo en el que las mujeres ya participan activamente desde hace mucho tiempo. Estamos antes unas empresas que nacieron en modestos garajes fruto de la investigación de jóvenes estudiantes universitarios, todos hombres. ¿Por qué todos hombres? ¿Por qué todos los nombres de grandes y geniales empresarios-investigadores en el recientísimo universo de lo virtual corresponden a hombres? ¿Se ha discriminado a las mujeres en el mundo universitario y empresarial norteamericano durante los últimos treinta años hasta ese punto? ¿Es la investigación y el estudio de internet antifeminista, es machista? No tengo ninguna respuesta fehaciente a estas preguntas. Pero aquí quedan hechas, y me parecen ciertamente de un enorme interés.


NOTA DE LA REDACCIÓN:  Ya se ha publicado la foto indicando los nombres correspondientes a cada uno de los participantes en la cena (VER AQUÍ). Carol Bartz, la consejera delegada de Yahoo, es la rubia que está al fondo, de cara al objetivo de la cámara. Otro dato interesante es que el anfitrión, Jonn Doerr, además de inversor de capital riesgo, con una fortuna calculada en 1.000 millones de dólares, "es decisivo en las labor de lobbyng de la Casa Blanca", según escribe L. Gómez en el magazine XL Semanal del 13 de marzo de 2011.
   

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,7 mar 2011 10:52:55 GTM
<![CDATA[¡Indignaos!, de Stéphane Hessel (Ediciones Destino), un panfleto del hijo de Jules et Jim]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1358


Juan Antonio González Fuentes

Jules et Jim siempre me pareció una película pretenciosa y aburrida. La peculiar historia de amor de un trío formado por dos hombres y una mujer, en manos del sobrevalorado Truffaut, nunca me emocionó lo suficiente entre bostezo y bostezo. Sin embargo ahora me entero que una de las posibles parejas del trío real que inspiró tanto la novela como la película tuvo un niño, y que ese niño (alemán-francés) tiene por nombre Stéphane Hessel, y que Stéphane Hessel nació en Berlín en 1917 y acaba de publicar, con más de noventa años, un best seller europeo titulado ¡Indignaos! (Ediciones Destino, 2011).

El libro es una llamada a la rebeldía y la protesta, a la insurrección pacífica, destinada fundamentalmente a los jóvenes franceses de hoy. Las sesenta páginas de la edición española incluyen un prólogo de José Luis Sampedro, notas y un posftacio del editor. Es decir, el texto de Hessel es muy breve. Se publicó originalmente en Francia en el mes de octubre del año pasado. Lo editó una modesta editorial gala, Indigène. Lanzaron 6.000 ejemplares al asequible precio de tres euros. Era una especie de panfleto de apenas treinta páginas que esperaban fuera adquirido minoritariamente por la izquierda sociológica francesa, digamos que por la “progresía” del país vecino. A comienzos de este año los 6.000 ejemplares superaban ya el millón vendido, y se había traducido al inglés, italiano y español. Todo un fenómeno reseñable.

Stéphane Hessel: ¡Indignaos! (Destino, 2011)

Stéphane Hessel: ¡Indignaos! (Destino, 2011)

Con qué autoridad moral puede el señor Stéphane Hessel recomendarnos indignación como lucha contra la general pasividad de hoy. Pues bien, con alguna. Ya hemos dicho que el autor nació en Berlín, pero marchó a vivir a París a los siete años. Nada más comenzar sus estudios universitarios lo movilizaron, y dos años más tarde se unía a la Resistencia francesa en Londres. Al poco se unió al ejército del general De Gaulle y en 1944 fue apresado por la Gestapo y conducido al campo de concentración de Buchenwald. Hessel es judío. Una vez acabada la guerra nuestro protagonista se incorpora al cuerpo diplomático francés, colabora con la ONU y en 1948 es uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En 1977 es el embajador de Francia ante la ONU, convirtiéndose en un notable defensor de las causa Palestina contra las actuaciones del estado de Israel. En el año 1997, con ochenta años, publicó su autobiografía en la editorial Seuil, un libro titulado Danse avec le siècle que no me extrañaría nada que fuera traducido en breve a nuestro idioma.

En resumidas cuentas, creo que la biografía de Stéphane Hessel sí le otorga cierta autoridad como para decirnos algunas cosas y que le escuchemos en silencio y con seriedad. La fórmula utilizada por Hessel para llamar nuestra atención y gritarnos lo que quiere gritarnos es una de las más queridas y empleadas por los ilustrados franceses: el panfleto. Brevedad, contundencia, grandes ideas lanzadas como adoquines, mucha vehemencia, voz alta, emoción y pasión, impulso movilizador, concienciar a las masas como principal objetivo… (uf). En contrapartida lo inevitable: poca profundidad en las ideas, buenismo, maniquea división del mundo entre buenos y malos, escasez de matices, y una clara tendencia a favor de lo público y colectivo contra lo privado y el individualismo. En conclusión, una soflama antiliberal en apoyo y reivindicación de los valores e ideas esenciales del socialismo, puesta en boca (en papel) de un “progre” de 94 años. Léanlo y tomen nota. Son muy pocas páginas, es barato y tiene su interés.  
   

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Friday,4 mar 2011 18:29:18 GTM
<![CDATA[El caso John Galliano: Hitler, Dior y el antisemitismo de hoy]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1357


Juan Antonio González Fuentes

Al parecer John Galliano (1960) es uno de los escasos modistos verdaderamente geniales de las últimas décadas. El gibraltareño así lo ha demostrado durante años, especialmente trabajando para dos de las firmas míticas de la moda parisina, Givenchy y Dior. Aseguran los más enterados que desde que perdió a su pareja, hará ahora unos dos años, la vida de Galliano ha sido una veloz carrera cuesta abajo. Alcohol, desequilibrio, inestabilidad, colecciones más bien flojas… Los hay que dicen que los responsables de la empresa Dior estaban un poco hartos de este declive personal, y que no pensaban renovar el contrato del modisto que expiraba a finales de este mismo año.

El resto, a estas alturas, es conocido por casi todo el mundo informado. En París, en un café y pasado de alcohol, John Galliano lanza presuntos cometarios xenófobos y antisemitas dirigidos a una pareja, y en un momento dado de la conversación subida de tono llega a declarar: I love Hitler. La empresa multinacional francesa LVMH, propietaria de varias marcas de lujo, entre ellas Dior, decide rescindir el contrato con Galliano al comprobar que las acusaciones contra él realizadas son verdad. Galliano, a las pocas horas del suceso, deja de trabajar para la firma francesa.

El suceso me ha dejado varias preguntas en el aire. ¿Qué hace un hombre adinerado, famoso, prestigioso…, emborrachándose en soledad en un café parisino con ciertas ganas de bronca y polémica? ¿Qué lleva a un británico gibraltareño nacido en 1960, de madre española, a insultar y menospreciar a una pareja por medio de comentarios antisemitas y xenófobos? ¿Qué lleva a este mismo hombre a decir que ama a Hitler, uno de los mayores genocidas de la historia de la humanidad? ¿Sabe John Galliano que precisamente un tipo como él no hubiera recibido un trato delicado y comentarios inteligentes de tipos como Hitler y sus secuaces? ¿Por qué un tipo aparentemente sensible, inteligente, informado, sofisticado, cosmopolita…, como Galliano, ha actuado así? ¿de qué son síntoma este comportamiento y estas opiniones?



Galliano ama a Hitler (vídeo colgado en YouTube por News Tsar)

Lo decía recientemente en un post anterior a éste. Lo siento, pero hay temas, asuntos, cuya utilización o mención banal no debe tolerarse. Uno de ellos, uno los pocos asuntos que a mi juicio no admiten frivolidad ni banalización alguna es el Holocausto. No hay vuelta de hoja al respecto, no hay peros que valgan, no existe ninguna faceta en el asunto que permita su utilización sin mesura y respeto extremo. Hace apenas 60 años, el gobierno de uno de los Estados en principio más civilizados y ricos de la tierra decidió industrializar la práctica sin piedad del exterminio de una raza determinada, la semítica. El gobierno alemán secuestro, robo, torturó y asesinó a millones de judíos en toda Europea por el simple hecho de serlo. El jefe de ese gobierno tenía un nombre, Adolf Hitler. Él fue el principal ideólogo e impulsor de un genocidio que llevó al Tercer Reich a acabar con la vida de más de seis millones de judíos, de seres humanos, y hacerlo empleando métodos industriales aplicados racionalmente en campos de exterminio perfectamente organizados. Qué arista jocosa puede vérsele a este asunto, qué faceta o rasgo puede llevarnos a frivolizarlo…, cómo puede alguien insultar a nadie calificándolo de judío o semita y proclamando su amor por uno de los mayores asesinos que ha conocido la historia. No, el caso no admite bromas, ni alcohol, ni muchas matizaciones. John Galliano ha caído con todo el equipo por su comportamiento incalificable, impropio de un ser civilizado, culto, sensible…, impropio de quien está en el frente creativo de una casa de modas referente mundial de sofisticación, civilización y buen gusto. Dior (por cierto, uno de los emblemas de la marca Francia) no lo podía permitir, no lo podía tolerar.

Además, ¡qué casualidad! (¿casualidad?), Bernard Arnault (1949), el empresario francés (el séptimo hombre más rico del mundo) creador y dueño del imperio LVMH, el g[]igantesco grupo empresarial que aglutina las firmas más lujosas y famosas del mundo (Christian Dior, Louis Vuitton, Loewe, Givenchy, Möet & Chandon…), puso al frente de Dior a Sidney Toledano, un empresario de origen judío sefardí. No, mister Galliano no ha demostrado ser un tipo muy espabilado.  
   

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LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,3 mar 2011 8:6:17 GTM
<![CDATA[Opinión y anatema en torno al caso de Nacho Vigalondo, por Enrique Álvarez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1356


Juan Antonio González Fuentes

El domingo recibí en Madrid un llamada que me aconsejaba leer un artículo publicado en El Diario Montañés y firmado por el escritor Enrique Álvarez. El artículo lleva por título “Opiniones y anatemas” y está escrita al rebufo de la polémica en torno al cineasta cántabro Nacho Vigalondo y sus opiniones sobre el Holocausto. Quien me llamó quería que yo comprobase cómo se la ha ido la cabeza definitivamente al bueno de Enrique Álvarez, autor de una reciente novela sobre Garabandal. Ni corto ni perezoso me conecté por la noche a internet y leí el artículo de Enrique. El resultado de la lectura es que no solo me parece que Enrique no ha perdido la cabeza, sino que realiza una reflexión de verdadero calado en torno al hecho de opinar públicamente distinto a lo que el común de la sociedad tiene por “buena opinión”. La opinión que disiente o es contraria a esa “buena opinión” establecida por la generalidad, inmediatamente es anatemizada y su oráculo es condenado al ostracismo. Quizá Vigalondo jamás vuelva a dirigir una película, y es posible que el bueno de John Galiano se haya caído del equipo Dior definitivamente. Nada tiene que ver un caso con el otro..., bueno sí, tienen que ver en que la cuestión judía anda por medio.

Yo no estoy del todo de acuerdo con la reflexión de Enrique Álvarez. Opino que sí hay temas, asuntos, en los que las bromas están completamente de más, y que no debe permitirse en torno a ellos ni el menor resquicio de frivolidad. Se me ocurren a este respecto dos casos concretos: el exterminio judío por parte de los nazis y las víctimas del terrorismo de ETA. Sin embargo creo que Enrique pone el dedo en una llaga: el peligro de opinar distinto, diferente, en asuntos en los que lo políticamente correcto ejerce la más draconiana censura. Además creo que es la llamada “progresía” quien impone a rajatabla esa ley, ese pacto de persecución a las opiniones disidentes e “incorrectas”, aunque éstas no caigan ni por asomo en el insulto o el desvarío patológico.

Nacho Vigalondo en 2009 (foto de ADN; fuente: wikipedia)

Nacho Vigalondo en 2009 (foto de ADN; fuente: wikipedia)

El tema desde luego da para mucho, por eso quiero compartir con ustedes el texto de Enrique Álvarez, esperando que a quienes lo lean les lleve a reflexión, a pensar un rato en qué está pasando.


“Opiniones y anatemas”, de Enrique Álvarez

“A propósito del linchamiento moral de que fue víctima hace un par de semanas el cineasta cántabro Nacho Vigalondo por ciertos donaires que se permitió a costa del pueblo judaico, sería interesante hacer algunas reflexiones.

La libertad de pensamiento de que tanto alardean nuestras modernas sociedades occidentales resulta cada día más relativa. Hay un número de asuntos sobre los que no es posible opinar en nuestro tiempo sin riesgo de sufrir gravísimas sanciones, y no precisamente de carácter jurídico, penal o administrativo, aunque también se llega a esto.


Obsérvese que, cuando digo opinar, no digo emitir juicios rotundos sino expresar solamente opiniones subjetivas, de carácter serio o festivo, como fue el caso de las de Vigalondo. Opinar, pues, de determinada manera, aunque sea en forma jocosa, sobre ciertas cuestiones, está prohibido bajo sanción de anatema social. Y quien tienda a hacerlo, si se trata de persona significada, habrá de reprimirse a fondo si no desea incurrir en consecuencias de lo más indeseable. Claro que reprimirse no significa sólo callar o autocensurarse sino también anular, corregir, la propia opinión. Que de eso se trata al fin y al cabo: de moldearnos la mente.

¿Puede hacerse un catálogo de esas cuestiones tabú? Aquí va el mío, a modo de primera aproximación al tema.

La más grave de todas es la del Holocausto. El autor de cualquier opinión cualificada que niegue, subestime o frivolice acerca del exterminio de los judíos por los nazis, será reo de muerte civil. Pero repárese en que, paradójicamente, esta condenación no se corresponde, en la dogmática actual, con una defensa del estado de Israel. Al contrario, lo políticamente correcto es opinar que ese estado reprime de modo intolerable al pueblo palestino.

Será reo también de muerte civil el homófobo, aquel que piense que el homosexualismo es una desviación sexual, sin importar que esto mismo es lo que ha creído buena parte de la humanidad durante siglos y siglos. No será atenuante de esta condenación ni siquiera el hecho de formular aquel pensamiento con el máximo respeto a las personas homosexuales.

Sea anatema quien afirme que unas razas humanas tienen mejores cualidades que otras, o meramente quien enseñe que hay diferencias entre ellas, por mucho que a la vez proclame todo rechazo a cualquier política racista.

Sea anatema quien diga o escriba que los hombres y las mujeres no somos en todo iguales, y que no tenemos por qué repartirnos obligatoriamente al 50 por 100 de los cargos y roles superiores que la sociedad ofrece. Agravará su condenación en este apartado quien sostenga que una madre es, por naturaleza, mejor educadora de su hijos que un padre.

Sea anatema quien escriba que no todas las religiones son iguales. Sea particularmente anatema quien propale que la religión de Cristo es superior al paganismo y mucho menos belicosa, en general, que el mahometanismo.

Sea anatema con abominación quien crea que la plaga de pederastia que ha asolado a la Iglesia católica en la segunda mitad del siglo XX guarda una relación directa con la tolerancia o indulgencia que la propia Iglesia ha practicado últimamente, en materia sexual, en los confesonarios.

Sea anatema quien publique que el problema del dopaje en el ciclismo ha sido magnificado interesadamente.

Sea anatema quien defienda que un cigarro a tiempo puede evitar un suicidio.

Sea anatema quien opine que la verdad absoluta existe.

Aquel que muestre alguna de esas opiniones no es que cometa un error o que esté en él; es que queda maldito y excomulgado; y si es un personaje público, pierde todo crédito de por vida. Y no sólo quien opine; igualmente quien haga burlas con lo contrario, quien se permita un ligero chiste, una eutrapelia sobre Auschwitz, sobre el sida, sobre la discriminación femenina, sobre el profeta Mahoma, sobre el genocidio, sobre los negros, y sobre estos y otros asuntos, ya puede ir cavando su propia tumba. Porque, ¿quién dijo que en la modernidad ha desaparecido toda ortodoxia, toda dogmática agresiva? ¿Quién dijo que el mundo civilizado permite todas las opiniones siempre que se queden sólo en eso, en opiniones, o en donaires?”. 
   

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Marzo 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Charles Portis: Valor de ley (DeBolsillo, 2011)

LIBRO (febrero 2011)
: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,2 mar 2011 9:14:51 GTM
<![CDATA[El golpe del 23-F. Una modesta aportación personal a la historia colectiva]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1355


Juan Antonio González Fuentes

La pasada semana todos los medios informativos españoles (prensa, radio, televisión, digitales) recordaron el terrible y zarzuelero intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981, cuya cabeza más visible fue el patético Antonio Tejero con su bigote y tricornio calado. Y una de las formas más recurrentes y utilizadas de recordarlo fue preguntar ¿dónde estaba usted ese día?, copiando así la fórmula que generaciones enteras de norteamericanos han empleado cuando no sabías muy bien de qué hablar, una vez agotado el asunto del tiempo: ¿dónde estaba usted cuando mataron al presidente Kennedy o el 11 de septiembre de 2001?

Bien, pasado unos días, yo voy a dejar aquí mi pequeña contribución al asunto, un granito de arena más a sumar a la infinitud de testimonios aportados desde diferentes posiciones y puntos de vista. El 23-F yo tenía 16 años cumplidos. La tarde del golpe de estado me quedé en casa, en el nº3, 4º derecha de la calle Camilo Alonso Vega de Santander. No estaba solo, mi padre echaba la siesta. No recuerdo para nada a mis dos hermanos, y mi madre sé que cumplía su liturgia de pasar la tarde con sus amigas en la tertulia de la ya desaparecida cafetería Lago.

No lo olvidaré jamás: yo estaba en mi cuarto escribiendo en un folio un trabajo sobre la literatura del novelista montañés José María de Pereda; un trabajo que nos habían encargado en el instituto de la Albericial que yo acudía. No me pidan un por qué, pero mientras escribía tenía puesta la radio y escuchaba, precisamente, la sesión de investidura en el parlamento del que iba a ser nuevo presidente del gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. Resumiendo, asistí en vivo y en directo al golpe de estado. Bueno, escuché en vivo y en directo el golpe de estado. Escuché sin prestar mucha atención al locutor que anunciaba que un guardia civil entraba en la sala de sesiones y escuché los disparos al aire. Recuerdo perfectamente el estado de estupefacción en el que quedé. Me levanté de la silla y acudí al cuarto de mis padres, donde descubrí que mi padre también estaba oyendo la sesión mientras dormitaba. Se levantó rápido de la cama, lo que me alarmó. Sí, ahora que lo pienso, la medida del acontecimiento me la dio la rapidez con la que mi padre despertó de la siesta. No recuerdo absolutamente nada de si hablamos algo o no. Mi padre, eso sí, encendió la televisión, y nítida veo la imagen y escuchó la música que anunciaba el comienzo del programa infantil “Un globo, dos globos, tres globos”. Aún puedo tararear la melodía. Mi padre lanzó un exabrupto al ver que la televisión no decía nada, no informaba. El mundo se tambaleaba mientras oíamos la alegre cancioncilla: “un globo, dos globos, tres globos...” Ya no recuerdo más, al menos con nitidez, hasta la llegada de mi madre, a eso de las ocho y media de la tarde.



Entrada en la Sala del Congreso de Antonio Tejero y los guardia civiles (vídeo colgado en YouTube por boazgu2b)

Yo esperaba una llegada dramática. Esperaba que mi madre llegase a casa alarmada, con el rostro desencajado..., su calma, como si aquello no fuera para nada con ella, no me tranquilizó nada. El teléfono comenzó a sonar. Eran las amigas de mi madre que llamaban para comentar el asunto una vez que llegadas a casa iban enterándose mejor de lo que ocurría. Llamó mi abuela, la madre de mi madre, recomendando la compra y acumulación de comida: “yo esto ya lo he vivido, y hay que tener la despensa completamente llena”. Sí, mi abuela se preocupaba por la intendencia. El resto de la jornada queda en blanco salvo la seguridad de la pantalla de la televisión permanentemente encendida. Y luego la seriedad convincente del rostro del rey y una sensación de sosiego y calma. A la cama.

Al día siguiente, como si tal cosa, marché al instituto. Mi madre recomendó calma, silencio y una especie de estado de alerta preventivo. El instituto de la Albericia estaba/está pegado a la sede central de la policía nacional en Santander. Sí recuerdo que cuando el autobús pasó junto al gran edificio había varios policías armados con metralletas a la entrada que proyectaban una sensación de calma tensa. Juraría que no hubo clases. Estábamos casi todos los alumnos. Algunos faltaron, pero la mayoría estábamos en el aula. Uno de ellos, al que llamábamos Paras (no sé porque), se subió la pernera del pantalón y dejó ver la presencia de un cuchillo de monte. “Por lo que pueda pasar”, anunció, más o menos. José Manuel González Herrán era nuestro profesor de la literatura. Lo recuerdo joven, con gafas oscuras y traje oscuro de pana de color también oscuro. No sé qué nos dijo, cuál fue su discurso; sí sé que me hizo estar con él, con su opinión al respecto y que me tranquilizó. Del resto de la jornada solo me recuerdo viendo en la televisión de un bar de la zona la secuencia completa del esperpento de Tejero, y la sensación de vergüenza ajena que experimentó aquel casi niño de 16 años.

Hoy González Herrán es catedrático de Literatura Española en la Universidad de Santiago de Compostela y director del Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo. Coincidimos en alguna ocasión en Santander. Nunca hemos hablado de aquel día. La próxima vez que le vea se lo recordaré.
   

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,27 feb 2011 19:59:17 GTM
<![CDATA[William Jocelyn Honeywell: natación y el tiburón de Winston Churchill]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1354


Juan Antonio González Fuentes

Creo que en estas mismas páginas escribí hace tiempo sobre un cuento de Winston Churchill que me impresionó. No recuerdo el título del relato, sí el volumen en el que lo que leí: un libro de formato pequeño editado por Siruela en el que Javier Marías publicaba una selección de cuentos fantásticos y de terror.

La historia encerrada en el breve cuento de Churchill, apenas cuatro páginas si no recuerdo de todo mal, es sencilla. Noche de luna llena. Un gran barco navega plácidamente en medio de un mar exótico y oriental. Un pasajero contempla la inmensidad del océano en cubierta. Por un golpe de mar o algo parecido el pasajero cae por la borda. Cuando sale a la superficie contempla aterrado cómo el buque se aleja rápido sin que nadie en su interior se percate de él. El terror y la angustia se apoderan del náufrago. Grita pidiendo auxilio inútilmente. La luces del barco van desapareciendo poco a poco. La inmensidad del océano y las pequeñas olas encierran la tragedia. Y cuando la angustia llega ya al paroxismo, en su cercanía el náufrago ve cómo se va acercando, rompiendo la superficie en calma del mar, la aleta de un tiburón.

Winston Churchill

Winston Churchill

Este cuento y su recuerdo siempre me han producido un notable sensación de angustia. Pues bien, estos días me ha vuelto a la memoria al enterarme de la increíble y verdadera historia de William Jocelyn Honeywell, relatada en su día por el periodista Olivier Merlin. El británico William cayó de noche por la borda de un trasatlántico en medio del océano sin que nadie se percatase del hecho. Ante la tragedia, el británico, haciendo bueno el tópico de la flema, decidió comenzar a nadar siguiendo la supuesta dirección del navío y con la esperanza de tomarse con alguna embarcación que lo pudiese salvar. Pues bien, así sucedió tras doce horas de natación sin descanso. William Jocelyn Honeywell fue rescatado exhausto, pero “coleando”, nunca mejor dicho.
   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Friday,25 feb 2011 12:53:27 GTM
<![CDATA[Factografía. Vanguardia y comunicación de masas (Abada, 2010), de Víctor del Río]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1353


Juan Antonio González Fuentes

Factografía es un término que empezaron a utilizar los artistas de la extinta Unión Soviética. Cuando lo hicieron inauguraron algo más que uno de los muchos neologismos tan típicos de la época. Con esta palabra se referían a una nueva fórmula, vinculada a la vanguardia de la izquierda, con la que intentaban hacer del arte una herramienta capaz de transformar nada más y nada menos que las conciencias. El objetivo era lograrlo a través de un uso estratégico y revolucionario de la prensa, el fotomontaje, el cine y las exposiciones, y con ello estaban descubriendo el poder inédito de los medios para contar historias ficticias como si fueran “reales”. Aquella empresa realizaba la pretensión del déspota Stalin: los artistas debían ser los “ingenieros del alma”. Las consecuencias de aquellas prácticas han configurado nuestra manera de ver el mundo, nuestra relación con él..., nos hacen sospechar además de la historia. La herencia de la factografía en el arte y la política confirma que no se trata sólo de una categoría estética capaz de explicar el devenir del arte en el siglo XX, sino que nos muestra también cómo construimos nuestros relatos mediáticos en la actualidad, cómo se puede “inventar” la historia a través de inventar muchas historias.

Todo este fenómeno se analiza en un libro fascinante que el pasado año, 2010, publicó la editorial madrileña Abada. El título es Factografía. Vanguardia y comunicación de masas, y su autor es Víctor del Río, un joven profesor a quien tuvo el inmenso placer de conocer a finales del año 2009, en un ciclo de conferencias sobre ultraísmo y vanguardia en la Fundación Botín.

Víctor del Río: Factografía. Vanguardia y comunicación de masas (Abada, 2010)

Víctor del Río: Factografía. Vanguardia y comunicación de masas (Abada, 2010)

Víctor del Río es profesor de Teorías Artísticas de la Modernidad y Teoría del Arte Contemporáneo en la Universidad de Salamanca. Forma parte del equipo docente del Máster de Estudios Avanzados en Filosofía que comparten las universidades de Salamanca, Valladolid, León y Burgos. Además del libro aludido más arriba, es autor de Fotografía objeto. La superación de la estética del documento (Universidad de Salamanca, 2008), y editor de varias obras colectivas. Forma parte del comité asesor del MUSAC desde el año 2009 y del consejo de redacción de la revista Brumaria. Crítico de arte en el suplemento cultural de el diario El Mundo, es colaborador habitual de varias revistas especializadas en las que se ha desarrollado su labor ensayística en el terreno de la estética y la teoría de las artes. Además de las conferencias que ha venido impartiendo en diversos foros, dirige el curso internacional “Conciencia histórica y arte contemporáneo” que anualmente se celebra en la Universidad de Salamanca. Ha sido Jefe de Colección y Exposiciones del Museo Patio Herreriano en Valladolid, y, anteriormente, Jefe de Investigación y Educación en la misma institución.

Estamos ante un libro quizá imprescindible para aproximarnos al entendimiento de muchas realidades de nuestra contemporaneidad.   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Thursday,24 feb 2011 11:20:54 GTM
<![CDATA[El Papa Bonifacio VIII, el primer Año Santo y las primeras reglas de tráfico en Roma en el año 1300 por el turismo masivo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1352


Juan Antonio González Fuentes

Coinciden los expertos en señalar que Bonifacio VIII fue el último Papa medieval, es decir, el último de los obispos de Roma convencidos de que podían ser además reyes de Occidente, reyes de todo el territorio de la cristiandad. Su arma preferida para imponer sus ideas y ambiciones fueron las bulas, es decir, los documentos pontificios que son expedidos por la Cancillería Apostólica papal sobre determinados asuntos de importancia dentro de la administración clerical e incluso civil, constituyéndose en uno de los instrumentos más extendidos en los que se fundamenta y expande la autoridad del pontífice. Con otras palabras, era la forma en la que el Papa de Roma legislaba por decreto y a su conveniencia. Muchas bulas tenían un sentido económico. A cambio de fuertes sumas de dinero el Papa promulgaba bulas que beneficiaban de algún modo al “comprador”. Bonifacio VIII publicó muchas bulas.

A él fue precisamente a quien se le ocurrió, en el año 1300, inventarse el Año Santo, invento que, hay que reconocer, ha tenido un enorme éxito en el campo de la promoción turística y en la generación de importantes movimientos y desarrollos económicos. Sí, fue a Bonifacio VIII a quien se le ocurrió que todo aquel que ese año visitase las basílicas de San Pedro y San Pablo Extramuros obtendría una indulgencia plenaria. Se calcula que nada más y nada menos 200.000 personas acudieron a Roma en 1300 buscando la indulgencia unos, y otros para hacer cualquier tipo de negocio. Fue sin duda el primer fenómeno constatable históricamente de turismo masivo. Bonifacio VIII inventó el turismo, más o menos.

Bonifacio VIII en un fresco de Giotto en la iglesia de San Giovanni in Laterano, Roma (fuente wikipedia)

Bonifacio VIII en un fresco de Giotto en la iglesia de San Giovanni in Laterano, Roma (fuente wikipedia)

Una de las consecuencias más curiosas y perennes de aquella “invasión” fue la regulación del tráfico también por vez primera en la historia. Para evitar tumultos, aglomeraciones y demás problemas generados por la concentración masiva de gentes en las calles de Roma, en los primeros meses del año 1300 se pintó una línea medianera en las calles más concurridas y populosas. Los carros debían ir por un lado y los peatones por el otro. Roma fue la primera ciudad con normas de tráfico.
  

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LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,23 feb 2011 11:20:54 GTM
<![CDATA[Revueltas en el mundo árabe y el silencio de la progresía española]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1351


Juan Antonio González Fuentes

No sé cuántos de ustedes recuerdan las multitudinarias manifestaciones y muestras de repulsa que tienen lugar por todo Occidente cada vez que el ejército de EEUU, por ejemplo, ataca posiciones insurgentes en países como Irak o Afganistán. En España no es infrecuente ver los alrededores de nuestras universidades tomados por masas vociferantes de jovencísimos estudiantes “comprometidos” a favor de “causas perdidas”, muchos disfrazados con los grandes pañuelos con los que los palestinos se visten. Las simpatías de nuestros intelectuales y “artistas” por el mundo árabe son bien conocidas, y casi nunca pierden la ocasión de posicionarse frente a Israel cuando se presenta una controversia árabe-israelí. Cualquier bombardeo aliado que provoca víctimas civiles en territorios musulmanes en conflicto es inmediatamente denunciado y las embajadas de EEUU en las capitales europeas son testigos de manifestaciones contra métodos tan expeditivos. En fin, podría seguir poniendo muchos más ejemplos de cómo los sectores que se autocalifican de progresistas siempre se han manifestado muy sensibles a cuanto atañe al escrupuloso respeto al mundo árabe y musulmán, y a la denuncia de ingerencias y componendas en dicho ámbito por parte de EEUU y sus aliados e Israel.

Por eso llama ahora tanto la atención el misterioso silencio que recorre los pasillos de nuestros centros universitarios; la invisibilidad de los eternos adolescentes pro-árabes; la ausencia de pañuelos palestinos en los jóvenes más reivindicativos; la no convocatoria de manifestaciones, ruedas de prensa, denuncias...; la no proliferación de debates, mesas redondas, discursos, conferencias...; la ausencia de cartelería denunciadora en nuestras calles..., en fin, todo tipo de protestas que señalen y denuncien con el dedo acusador los que está sucediendo ahora mismo en buena parte de los países del Oriente árabe y del norte de África musulmán. Países en los que la corrupción más salvaje y nauseabunda es la norma, en los que las estructuras mentales están infinitamente más cerca de la Edad Media que de la modernidad, en los que se impide taxativamente cualquier acercamiento a usos y costumbres democráticas, en los que sanguinarios dictadorzuelos imponen su ley gracias a las balas, el silencio y las torturas...

Gadafi en febrero de 2009 (fuente: wikipedia)

Gadafi en febrero de 2009 (fuente: wikipedia)

El régimen de Gadafi emplea en estos mismos instantes aviones y armas pesadas para acabar con los que se manifiestan en su contra. Se habla ya de más de doscientos muertos en pocas horas. ¿Dónde está manifestándose en su contra nuestra progresía?, ¿dónde se esconden los comprometidísimos universitarios que se rasgan sus pañuelos palestinos cada vez que un marine mata en combate a un terrorista árabe? Desaparecidos y en silencio sepulcral. Claro que Gadafi, un personaje propio de una delirante película de Mel Brooks, es el autor del Libro verde, tres volúmenes en la línea del Libro rojo de Mao, en los que rechaza la democracia liberal y mezcla en un revuelto difícil de digerir el nacionalismo árabe, el islamismo y el socialismo...; tres ideas, tres conceptos, tres construcciones que a la progresía más ortodoxa le resultan mágicas y atractivas. Quizá esta sea la explicación de su silencio..., sencillamente están de acuerdo, ¿o no?   
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,22 feb 2011 12:33:9 GTM
<![CDATA[John Major, el fabricante de enanitos de jardín que llegó a Primer Ministro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1350


Juan Antonio González Fuentes

Hace semanas leí el libro del periodista Enric González (Barcelona, 1959) Historias de Nueva York (RBA). La lectura me entretuvo sobremanera, me divirtió muchísimo y me enseñó muchas, muchas cosas sobre la última capital del mundo. En definitiva, me dejó con ganas de más. González trabajó como corresponsal de El País en Londres, París, Nueva York, Washington y Roma. Él mismo dice que no tiene mucho olfato para los títulos, y además del libro ya señalado, tiene publicados otros tres sobre los países en los que ha vivido, todos publicados por RBA: Historias de Londres, Historias del Calcio e Historias de Roma. He comprado los libros dedicados a Londres y Roma. Ya he dicho que Nueva York me dejó con ganas de mar. Estoy a punto de acabar con Londres, y tampoco esta vez he quedado defraudado.

Cuenta González en su libro londinense muchas anécdotas y curiosidades. Una, por ejemplo, tiene como protagonista a John Major (1943), ese Primer Minister británico con aspecto de circunspecto y aburrido funcionario provinciano. Major está desaparecido de la política inglesa desde el año 2001, en el que abandonó la Cámara de los Comunes. Pues bien, lo que yo no sabía es que Major nació en Brixton, un barrio del sur de Londres, habitado por una gran colonia de artistas de circo y showmen. El padre de Major trabajaba en oficios circenses, más concretamente era equilibrista, aunque redondeaba sus ingresos fabricando esas imposibles figuras de enanitos para jardines que a mí, cuando las veo, me retan a reventarlas a pedradas. Así que tenemos que el padre de Major era equilibrista y fabricante de enanos. No, el futuro Primer Ministro no acudió gracias a una beca y su esfuerzo a ninguna prestigiosa y elitista universidad de esas en las que durante siglos se han formado los dirigentes de su Majestad.

Enric González: Historias de Londres (RBA Libros)

Enric González: Historias de Londres (RBA Libros)

No. Major, en un principio, decidió quedarse en el barrio, en Brixton, pero su intento de convertirse en conductor de autobuses municipales fracasó: suspendió el examen por falta de mínimos conocimientos de aritmética. Ante el fracaso se colocó en una correduría de seguros, pero el trabajo no le gustó en exceso, por lo que durante una temporada también se dedicó, como su padre, a fabricar gnomos. ¿Quién iba a decirle al joven fabricante de enanitos de jardín que llegaría a ser el sucesor de Margaret Thatcher? ¡Ah, Inglaterra!  
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Monday,21 feb 2011 12:18:22 GTM
<![CDATA[Mi perra Tulip, de J. R. Ackerley (Anagrama)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1349


Juan Antonio González Fuentes

En el comienzo de su libro Historias de Londres, el periodista Enric González señala que para entablar relación con un británico lo más adecuado es tener un animal, a ser posible un perro o un gato. Hay estudios que señalan que uno de los más eficaces síntomas para conocer el nivel de civilización de una sociedad es su relación con los animales domésticos. De ser esto verdad, Gran Bretaña sería sin duda una de las geografías más civilizadas de la tierra. No es extraño, por tanto, que hayan sido los escritores anglosajones los más y mejor han escrito sobre su relación con los animales, lo de que de ellos han aprendido y los lazos de afecto y comprensión que a ellos les han unido. Un ejemplo maravilloso de lo dicho es el libro de J. R. Ackerley (1896-1967) que acaba de publicar en español la editorial Anagrama. Me refiero a Mi perra Tulip.

J. R. Ackerley: Mi perra Tulip (Anagrama, 2011)

J. R. Ackerley: Mi perra Tulip (Anagrama, 2011)

Entre nosotros, los aficionados españoles, Ackerley es conocido por ser el autor del muy conocido Mi padre y yo, una especie de libro de memorias en el que relata sus relaciones con el padre, desde la perspectiva de un homosexual y sus conflictos. En Mi perra Tulip Ackerley narra de nuevo una historia propia. Cuando era ya un hombre maduro y nunca había sentido nada especial por los animales, llegó a su vida un pastor alemán hembra, Tulip. Baste decir que Tulip acabó convirtiéndose sorpresivamente en el amor de su vida. El libro cuenta los dieciséis años que duró la historia de amor, dieciséis años que en las poco más de 180 páginas que ocupan el libro le sirven a su autor para reflexionar con una agridulce hondura sobre todo aquello que se sitúa en la raíz de la verdadera amistad, aunque sea entre un hombre y un perro.
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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Friday,18 feb 2011 14:16:38 GTM
<![CDATA[El esnob Jean de La Ville de Mirmont, creador del inolvidable Jean Dézert]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1348


Juan Antonio González Fuentes

Jean Dézert es un empleado del Ministerio de Incitación al Bien, concretamente de la Dirección de Bienes Inventariables. Las jornadas de trabajo de Dézert transcurren en la más absoluta atonía, y él está completamente resignado a su propia mediocridad y al mortal aburrimiento con el que ve pasar la vida. Pero un domingo Dézert decide por vez primera en mucho tiempo salirse de la vulgar rutina. Sale a pasear y toma la decisión de hacer caso a todos y cada uno de los folletos propagandísticos que le vayan entregando por al calle. Así, Dézert se da un baño caliente, se hace masajear por un masajista ciego, se corta el pelo en un baño público racional, come en un restaurante vegetariano y antialcohólico, consulta a un vidente sonámbulo, asiste a una conferencia sobre higiene sexual y, por último, finaliza el día en compañía de un farmacéutico melómano.

Jean Dézert es a la vez, como lo califica Fabrice Gaignault en su precioso e interesantísimo Diccionario de literatura para esnobs (Impedimenta, Madrid, 2011), el “hermano chistoso de Bartleby” y “el doble aburrido de Jean de La Ville de Mirmont”, un joven que no conocía hartura y en cuya muerte vio François Mauriac la desaparición de todo un mundo de armonía y de vida protagonizada por los cientos de miles de Jean Dézert que perecieron en la Primera Guerra Mundial.

Jean de La Ville de Mirmont: Los domingos de Jean Dézert (Impedimenta, 2009)

Jean de La Ville de Mirmont: Los domingos de Jean Dézert (Impedimenta, 2009)

Jean de La Ville de Mirmont fue quien se inventó a Jean Dézert y lo inmortalizó en la novela Los domingos de Jean Dézert, una joya a la que siempre han estado atentos aquellos a los que Stendhal denominó los happy few, esa frase que en mi ignorancia del inglés nunca he sabido traducir correctamente: los poco felices o los pocos felices, matiz que, evidentemente, presenta una importancia radical. Jean de La Ville de Mirmont nació en Burdeos y estudió Derecho en París, ciudad en la que se dedicó principalmente a leer poesía y a frecuentar la compañía de Mauriac, también natural de Burdeos y futuro Premio Nobel de Literatura. Jean de La Ville de Mirmont murió en noviembre de 1914 en un campo de batalla cualquiera. Tenía 28 años. Dézert le ha asegurado un recuerdo perenne entre los happy few.  
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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Thursday,17 feb 2011 11:37:13 GTM
<![CDATA[Franco, Santander y la Ley Antitabaco]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1347


Juan Antonio González Fuentes

Recibo un correo electrónico de un amigo que vive desde hace muchos, muchos años en Alemania. Me envía un foto asegurándome que le aseguran que dicha imagen está colgada en un bar o restaurante de mi ciudad, Santander. La imagen es una fotografía de Franco junto a la que alguien ha escrito: “joderos, conmigo se podía fumar”. Bueno, en realidad creo que la frase incluye una pequeña errata o una gran falta de ortografía: “con migo”. Bien.

Mi amigo me pregunta si es verdad que dicha imagen está en el escaparate de un local santanderino. Inmediatamente le contesto: “no tengo ni la menor idea, pero lo cierto es que no me extrañaría nada de nada”. Al rato le mandé a M. la foto con la leyenda, pensando que sin duda la anécdota tocaría su curiosidad. No tardó mucho en contestarme M. desde Madrid: ya le había llegado la imagen con anterioridad, y le aseguraban que el cartelito estaba colgado en un establecimiento madrileño.



Ya de madrugada, después de haber sacado a pasear al bueno de Miller, recibo un correo de un amigo santanderino contestando al común amigo que vive en Alemania. Al parecer, el “alemán” había realizado consultas con varios de sus conocidos santanderinos, y uno de ellos nos ponía al cabo de la calle a todos. En efecto, el cartelito de marras al parecer está colgado, exhibido, en un restaurante o bar muy cercano al nuevo domicilio de mi amigo santanderino, concretamente en la calle Lealtad de la capital de Cantabria.

Tal vez no merezca la pena entrar a considerar el mensaje como tal. Tal vez sí merezca la pena confirmar su localización y subrayar su existencia y presencia como una evidencia de los residuos aún presentes de determinadas formas de pensar y vivir que alguna vez pensamos erradicadas.
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

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Wednesday,16 feb 2011 10:25:11 GTM
<![CDATA[Blas de Otero y Gerardo Diego, historia de un poema en el que lo bonito es una pierna de mujer]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1346


Juan Antonio González Fuentes

En su día, realmente no sé cuál, el gran Blas de Otero escribió un poema destinado a “homenajear” a Gerardo Diego. Escribo “homenajear” así, entre comillas, porque el poema en cuestión al parecer no gustó nada a don Gerardo. No le gustó, intuyo, debido a que en el fondo el sentido de los versos eran una carga de profundidad contra la propia vida y mentalidad del vate santanderino. Gerardo se pasó la vida escribiendo y publicando libros, acumulando documentos, cartas, originales, anotaciones, comentarios..., en su archivo. Y el poema de Blas de Otero, quizá paradójicamente dado el pensar izquierdoso del vate bilbaíno, es un acercamiento a la vida y a los libros mucho más hedonista y, casi diría, exquisito. El poema de Blas es en sí mismo toda una poética, toda una declaración de intenciones, todo un canto a la vida por ser vida, un gran libro en el que deberíamos concentrar todo nuestro interés. Ah!, y no puedo estar más de acuerdo en eso de que lo bonito es una pierna de mujer. A mí, particularmente, me da lo mismo la izquierda que la derecha. En este sentido soy apolítico y “ambidiestro”.

Blas de Otero

Blas de Otero

DIOS NOS LIBRE DE LOS LIBROS MALOS
QUE DE LOS BUENOS YA ME LIBRARÉ YO

Para qué tantos libros, tantos papeles, tantas pamplinas.
Lo bonito es una pierna de mujer
-la izquierda a ser posible-,
un bosque bajo la lluvia, un buque norteamericano caído en
           poder/manos (hay dos versiones) del enemigo,
hay tanto que contemplar,
excepto la televisión,
cómo perder el tiempo en leer, pasar la página, cuidarse
           las anginas,
cuánto mejor callejear a la deriva,
esto sí que es un libro lo que se dice un libro de tamaño
           natural
lleno de gente, tiendas, puestos de periódicos, casas en
           construcción
y otros versos.

BLAS DE OTERO

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LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,15 feb 2011 11:3:14 GTM
<![CDATA[El legado filosófico español e hispanoamericano del siglo XX. Premio Investigación Humanística Menéndez Pelayo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1345


Juan Antonio González Fuentes

RESOLUCIÓN DEL JURADO DEL PREMIO DE INVESTIGACIÓN HUMANÍSTICA REAL SOCIEDAD MENÉNDEZ PELAYO CORRESPONDIENTE A LA CONVOCATORIA DEL AÑO 2010

El Jurado del Premio de Investigación Humanística Real Sociedad Menéndez Pelayo reunido en Santander el 12 de febrero de 2011, ha examinado la obra El legado filosófico español e hispanoamericano del siglo XX, única presentada en la secretaría de la Sociedad como candidata a la segunda convocatoria del premio, durante el año 2010.

El Jurado, a la vista de los informes presentados por los socios proponentes de la obra, del prestigio intelectual de éstos y de su propio examen, ha decidido por unanimidad conceder el Premio a la mencionada obra y en la persona de sus cuatro coordinadores: D. Manuel Garrido Jiménez (España), D. Nelson Robert Orringer (EEUU), D. Luis Manuel Valdés Villanueva (España) y Dª. Margarita María Valdés-Villarreal (México).

Manuel Garrido Jiménez, Nelson Robert Orringer, Luis Manuel Valdés Villanueva y Margarita María Valdés-Villarreal: El legado filosófico español e hispanoamericano del siglo XX (Cátedra, 2010)

Manuel Garrido Jiménez, Nelson Robert Orringer, Luis Manuel Valdés Villanueva y Margarita María Valdés-Villarreal: El legado filosófico español e hispanoamericano del siglo XX (Cátedra, 2010)

En la obra premiada, el jurado ha estimado los siguientes méritos: 1) Es una obra destacada por su propósito, su estructura y volumen de información e investigación, constituyéndose en la actualidad como una obra de referencia para la historiografía cultural y filosófica en Lengua Española durante el siglo XX. 2) Es una obra que recoge un amplio registro de colaboradores, opiniones y criterios sobre la Filosofía española e hispanoamericana del siglo XX, con pluralismo y neutralidad ideológica. 3) Es una obra de introducción y divulgación pedagógica que responde a una necesidad cada vez más extendida de reivindicación de la cultura filosófica en Lengua Española. 4) Es una obra que muestra fehacientemente cómo la cultura española del siglo XX, y en especial su pensamiento filosófico, se integró en el mundo iberoamericano e incluso lo revitalizó con importantes magisterios. 5) Es una obra que relaciona estrechamente los filósofos y la Filosofía con otras manifestaciones de la ciencia y la cultura española del siglo XX. 6) La estructura del libro recupera de un modo sugerente para la comprensión de la cultura española, la teoría de las generaciones, así como el debate sobre los fundamentos antropológicos y sociológicos de ésta. 7) Finalmente, el Jurado ha tenido en cuenta, que la obra premiada se corresponde con el tipo de trabajos a los que se dedicó D. Marcelino Menéndez Pelayo. Asimismo, el Jurado estima que la obra favorecerá en gran medida la imagen y conocimiento de la Real Sociedad Menéndez Pelayo y de la propia Ciudad de Santander, en los círculos académicos, editoriales y científicos, de Iberoamérica y España, que se ocupan del hispanismo filosófico.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,14 feb 2011 13:41:23 GTM
<![CDATA[Una película de fantasmas: Ritmo loco, de Mark Sandrich, con Fred Astaire y Ginger Rogers]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1344


Juan Antonio González Fuentes

El otro día, después de comer, me puse a zapear por los canales de la televisión digital. Pasé de tigres en celo en la jungla india, a las historias de folletín melodramático de Belén Esteban, pasando culebrones hispanos y western de serie c tan maltratados por el paso del tiempo que apenas se distinguían los caballos de los comanches. De repente aterrice en un escenario art deco en blanco y negro en el que Fred Astaire evolucionaba con elegancia. Ahí me quedé y pasé un rato maravilloso. La película, que he visto varias veces gracias a la versión que conservo como un tesoro en dvd, se titula en su original Shall we dance, que en español pasó a ser Ritmo loco. El director de la cinta es Mark Sandrich (1900-1945), un artesano de los años dorados de Hollywood a quien debemos muchas de las mejores historias de la paraje Fred Astaire-Ginger Rogers: La alegre divorciada (1934), Sombrero de copa (1935), o Amanda (1938).



Escena final de Ritmo loco ("Shall We Dance"), del director Mark Sandrich (vídeo colgado en YouTube por mutikonka)

La música y las canciones son nada más y nada menos que de los hermanos Gershwin, y los actores, además de la célebre pareja ya mencionada, son algunos de los más extraordinarios secundarios que uno pueda encontrarse en la historia de la comedia americana. Me refiero sobre todo al genial Edward Everett Norton, o a otros como Jerome Cowen, William Brisbane, Eric Blore...

La trama en sí sin duda es lo de menos. Algo disparatado e invesomil que transcurre entre París, Nueva York y un trasatlántico. Una historia plagada de enredos, malentendidos, situaciones de doble y triple lectura, insinuaciones de carácter pícaro y sexual..., todo bien mezclado, bien escrito, bien interpretado, bien bailado..., todo en unos decorados imposibles y fastuosos en estilo art deco, todo con la banda sonora, insisto, de los Gershwin. Una gozada, una maravilla de diversión y entretenimiento inteligente.



Ritmo loco ("Shall We Dance"), del director Mark Sandrich (vídeo colgado en YouTube por kusifai)

La película se estrenó en 1937, el mismo año, si no recuerdo mal, en el que murió George Gershwin. Y de repente, tumbado en la cama con la sonrisa puesta mientras Fred y Ginger danzaban en un escenario de brillantez imposible, rodeados de decenas de figurantes vestidos todos de noche, sentados junto a unas mesas elegantísimas y bebiendo supuestamente un excelente champán francés, caí en la cuenta de que lo más probable es que todos lo seres humanos que rebosaban vida y ritmo loco en esas escenas estuvieran ya muertos, que ninguna de las muchas personas que en 1937 hizo posible la efervescente y divertida maravilla que yo estaba disfrutando en una sobremesa de 2011 estuviera ya vivo. Ninguno. Estaba viendo y oyendo a personas que hace años dejaron de respirar, de ver, de sentir... Esta viendo una película de fantasmas, de auténticos y verdaderos fantasmas.

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,11 feb 2011 11:2:44 GTM
<![CDATA[¿Francisco Franco mileurista?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1343


Juan Antonio González Fuentes

No, no me he vuelto loco. Sí, ya sé el dictador Francisco Franco amasó una fortuna a lo largo de las décadas durante las que puso freno y marcha atrás a este país. Sí, ya sé que hubo joyas, pisos, tierras, fincas, acciones, participaciones en empresas y probablemente cuentas suculentas en Suiza. Sí, ya sé que la familia Franco vive francamente bien y lo hace sin madrugar en exceso y sin meter muchas horas en trabajos trabajosos. Pero toda esta realidad evidente producto del franquismo no quita para que, si el documento que me envían desde Alemania es real, constatemos que el sueldo del general (me dicen que el documento corresponde a su última nómina, 1975) era el de un mileurista de hoy: 168.000 pesetas brutas, incluyendo los muchísimos trienios que, desgraciadamente, acumuló el señor titular de su dictadura franquista. ¿Qué curioso no? Para que se quejen los mileuristas, ¡cobran como viejos generales dictadores!



Clicar en la foto para ver el documento ampliado

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Thursday,10 feb 2011 18:55:31 GTM
<![CDATA[¿Es Europa un país? El analfabetismo en los países desarrollados]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1342


Juan Antonio González Fuentes

Llevamos décadas hablando del problema de la educación en el mundo, y a veces tengo la impresión de que exageramos un poco. Sin embargo basta con encender un día la televisión o asistir en silencio a una tertulia de bar o cafetería para quedar asombrado de la supina ignorancia de la parroquia. No, no se trata de que el común no sepa quién fue Mahler, cuál es la capital de Kenia o no sepa resolver una sencilla ecuación. No, la ignorancia de buena parte de la población mundial es de una profundidad pavorosa, insondable, asombrosa… Y eso que aquí solo podemos constatar la ignorancia propia, la de un país o un mundo desarrollado, el occidental, donde la educación es obligatoria hasta edades avanzadas, y donde las bibliotecas y otros servicios culturales son abundantes, gratuitos… Imaginemos qué ocurre al respecto en lugares de este mundo en los que no hay recursos, escuelas, profesores…

¿Exagero? Creo que no. El ejemplo que dejo aquí para su disfrute o, mejor dicho, para su sorpresa, es mucho más común y representativo de lo que parece. Se trata de una mujer joven, norteamericana, probablemente con todos los recursos posibles para haber podido formarse adecuadamente ¿Hacemos la prueba? Hagamos la misma pregunta entre aquellos que nos rodean. ¿Nos llevaremos una triste sorpresa? Es probable. 



¿Es Europa un país? (Subtitulado en Español) (vídeo colgado en YouTube por biogontravel)

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Wednesday,9 feb 2011 21:0:8 GTM
<![CDATA[Historias de cuando Ennio Flaiano vio a Anita Ekberg bañándose en la Fontana di Trevi]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1341


Juan Antonio González Fuentes


Aniita Ekberg

Aniita Ekberg

Hay muchos fotogramas que forman parte ya de la historia del cine, y con ella, de nuestro imaginario sentimental. Podría poner muchos ejemplos al respecto, pero muy pocos serían más potentes y reconocibles que la imponente y sensual figura de Anita Ekberg bañándose vestida en la noche romana, recogida en la Fontana di Trevi, bajo la mirada hipnotizada de Marcello Mastronianni. La escena y sus inolvidables fotogramas pertenecen a La dolce vita, del maestro Federico Fellini, aunque la idea se la sugirió al director el guionista Ennio Flaiano (1910-1972), un tipo que se autodefinía como “un marciano en Roma” y que escribió las tramas de películas tan imprescindibles como la mencionada más arriba, La Strada, Ocho y medio, Julieta de los espíritus, Vacaciones en Roma o La noche. Todas historias que rezuman el aroma de quienes bebían la vida encima de una vespa en las noches veraniegas de vía Veneto.



Escena de la Fontana di Trevi en la película La dolce vita, de Federico Felini (vídeo colgado en YouTube por juliabarnum)

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CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


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Tuesday,8 feb 2011 18:46:50 GTM
<![CDATA[En recuerdo de Blanca Gutiérrez Morlote]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1340


Juan Antonio González Fuentes

Blanca, Blanca Gutiérrez Morlote. Va a hacer medio año que Blanca murió, y éste es probablemente el momento adecuado para hacerme a mí mismo una pequeña confesión: la echo de menos. Sí, echo de menos su simpatía nada estridente, su generosidad discreta y elegante, su bondad y calidez, su inmejorable disposición para todo aquello que tuviera que ver con los libros y la literatura.

Blanca y los libros. Blanca y la literatura. Dos binomios que estallan en mi mente fruto de un automatismo asociativo inmediato. Creo que toda mi vida relacionada con Blanca Gutiérrez Morlote tiene el mismo denominador común, haga acto de presencia éste de manera directa o indirecta. No lo puedo recordar ahora con total exactitud, pero mi relación con Blanca empezó, creo, gracias a Juana Victoria Gallego y Dámaso López García. Juana fue mi más querida profesora de literatura a lo largo del bachillerato, y Dámaso, su marido, el actual decano de la Facultad de Filología de la Complutense madrileña, es una de las mayores influencias intelectuales de mi vida. Ambos, madrileños de nacimiento, viven en la capital de España desde hace años, pero ambos fueron profesores de bachillerato en Cantabria y pasan en Santander todos los veranos. En esa época del año es cuando debí conocer a Blanca y a su marido, Alejandro Sánchez Calvo, los dos profesores de literatura en institutos de la región, circunstancia por la que años atrás habían hecho amistad con Juana y Dámaso. Nos tuvimos que ver por vez primera en alguna terraza del Paseo de Pereda santanderino, o cenando rabas y merluza en algún restaurante de la zona. El caso es que el primero contacto condujo a otros y como consecuencia surgió la amistad, el afecto, la confianza.

Si la literatura y los libros propiciaron en cierta forma el conocimiento, lo que es incuestionable es que fueron la argamasa que dio solidez y consistencia a la amistad prolongada en el tiempo. Nos veíamos siempre en verano con mucha frecuencia, y siempre que Dámaso y Juana, por razones profesionales o de ocio pasaban unos días en Santander. Blanca bajaba siempre con un libro, y nuestras últimas y abundantes lecturas ocupaban una parte muy importante de las conversaciones que brotaban a varias bandas. Por aquel entonces yo participaba en una tertulia de carácter cultural en la cadena Ser de Santander. La tertulia tenía lugar todos los jueves, y todos los participantes en la misma junto a su presentadora, Suleyma Campo, trabamos una estrecha relación de amistad. Los tertulianos, con el paso del tiempo, iban cambiando de vez en cuando. El más veterano acabé siendo yo (una década ininterrumpida), y luego el profesor, crítico y escritor Luis Salcines. Éramos tres o cuatro contertulios en cada sesión, y lo cierto es que no abundaban las mujeres. Al cabo de un tiempo se sumó con desparpajo Mónica Sanjosé, mi actual pareja, y más tarde Blanca, quien siempre hablaba de literatura española, recomendando libros y comentándolos con sabiduría y gusto muy alejados del didactismo cutre. Blanca, sencillamente, se hizo imprescindible en la tertulia, y acabó estrechando lazos con todos: el poeta Miguel Ibáñez, Luis Salcines, Mónica, Leticia

Otro lugar de encuentro con Blanca era la librería Gil. Era muy frecuente encontrarla a última hora de la tarde en el piso de arriba de la librería de la plaza de Pombo. Allí, además de echarle un vistazo a las novedades y aprovisionarse de lecturas para los fines de semana, Blanca mantenía una especie de tertulia literaria integrada solo por mujeres, entre ellas las dueñas de la librería. De esas reuniones librescas nació un proyecto maravilloso, Alétheia, una especie de plataforma en la red para impulsar y alentar la lectura entre los más jóvenes. Alétheia fue uno de los proyectos que más entusiasmó a Blanca a lo largo del final de su vida. Creo que fue feliz procurando que los demás, sobre todos los más jóvenes, sintiesen de alguna manera la pasión lectora que a ella le embriagó durante toda su existencia.

La otra gran alegría de los últimos momentos de Blanca Gutiérrez Morlote fue sin duda su relación literaria y de amistad con Álvaro Pombo. Se conocieron cuando Blanca quiso que la biblioteca de “su instituto” llevara el nombre del académico. Blanca me pidió el teléfono y la dirección electrónica del maestro, lo que dio origen a una curiosa anécdota que algún día contaré por escrito. El caso es que Pombo aceptó la propuesta, vino a Santander, conoció a Blanca, la biblioteca del instituto lleva su nombre…, y así dio comienzo una amistad verdadera que alcanzó su dimensión más cálida y sincera cuando la enfermedad maldita hizo presa en Blanca y Álvaro Pombo se descubrió a nuestros ojos revestido de una grandísima humanidad. La llamaba todas las semanas, se intercambiaban regalos, libros…

La última vez que estuve con Blanca fue precisamente visitándola con Pombo. Álvaro había venido a Santander para presentar un libro, y al día siguiente los dos fuimos paseando hasta casa de Blanca. Allí estaba ella, con Alejandro, con su hijo Pablo, con su hermana Luchy. La merienda estaba preparada, y la tertulia discurrió con alegría y total confianza. Al final se sumó Paz Gil, una de las dueñas de la librería. En mi memoria esa tarde está grabada con ternura y como si hubiera vivido una escena de otro tiempo, una tertulia antigua, propia de una sociedad, de una país, de una historia que el tiempo borró hace mucho tiempo. Esa tarde, estoy convencido, Blanca fue feliz. Vivió una tarde que seguro le hubiera gustado repetir muchas veces. Y es que Blanca era un ser un poco de otro tiempo, de otro mundo, de una época en la que la cordialidad y camaradería no estaban reñidas ni con la educación ni con el inteligente intercambio de palabras. Una vida en la que los libros y lo que de ellos se desprende y aprende marca a fuego el interior de las personas, y su civilizada puesta en escena. Y es que Blanca, mi amiga Blanca, queda en mi memoria como el ejemplo casi perfecto de ser civilizado. Es la lección mejor que su amistad me dejó en herencia.

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Monday,7 feb 2011 13:30:26 GTM
<![CDATA[¿Quién fue en realidad B. Traven, autor de El tesoro de Sierra Madre?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1339


Juan Antonio González Fuentes

A los aficionados al cine y a la literatura, B. Traven no les resultará desconocido. No sé sabe con total certeza dónde y cuándo nació. Sí sabemos que fue el autor de novelas y relatos como La nave de los muertos, La rebelión de los ahorcados y la famosa El tesoro de Sierra Madre, historia que fue llevada al cine de manera sobresaliente por John Huston en 1948.

Dicen los diccionarios que Traven murió en México en 1969, suceso que definitivamente nos dejó sin saber quién fue de verdad el hombre que se escondía tras el nombre B. Traven. Algunos expertos apuntan que Traven fue hijo natural del emperador de Alemania, Guillermo II. Otros dicen que en realidad Traven fue el joven actor y poeta anarquista Ret Marut, participante en los disturbios de Alemania del año 1919. También se apunta la posibilidad de que fuera hijo de un albañil llamado Albert Otto Maksymilian Beige, alistado en la Marina. Otros aseguran que Traven fue el explorador y científico noruego T. Torsvan (foto) o incluso Hal Croves, guionista norteamericano y agente literario de Traven.

El autor de El tesoro de Sierra Madre le decía a su última mujer que se había casado con cuatro hombres a la vez: Traven, Marut, Torsvan  y Croves. Probablemente jamás se sepa la verdad. Y además, ¿qué más nos da en este caso la verdad?



Tráiler de la película de John Huston, El tesoro de Sierra Madre (vídeo colgado en YouTube por Danios12345)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,4 feb 2011 20:52:11 GTM
<![CDATA[Haikus sin estación (Ediciones Carena), de Juan Antonio González Fuentes. Reseña de Luis Bagué Quílez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1338


Juan Antonio González Fuentes

Hoy me ha enviado el poeta, profesor y crítico Luis Bagué Quílez una reseña que ha publicado sobre mi libro Haikus sin estación en el suplemento cultural “Artes y letras” (27-1-2011) del periódico alicantino Información. La reseña de Luis Bagué hace referencia también a otro libro de haikus publicado recientemente, Sol de hogueras (Renacimiento, Sevilla, 2010) de Ricardo Virtanen. Reproduzco sólo lo que a mi libro se refiere, aunque el último párrafo del texto que a continuación reproduzco, en realidad está escrito en plural, dedicado a los dos libros. Como no tengo el consentimiento de Ricardo Virtanen para publicar lo que de él se dice, publicó sólo lo que a mí se refiere.

Doy las gracias a Luis Bagué Quílez por tan certera lectura, y a Ricardo Virtanen, a quine no conozco, le propongo ya, desde aquí, un intercambio de libros. Abrazos a los dos.

Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

Haikus sin estación (Ediciones Carena, Barcelona, 2010), de Juan Antonio González Fuentes, incide en el despojamiento expresivo ya anunciado en La lengua ciega (2009). El lector está invitado a recorrer ahora una singular cartografía estética: los setenta y cinco haikus de que consta el libro constituyen otras tantas ‘propuestas de contemplación’, como apunta Julio Maruri en el epílogo del volumen. González Fuentes invoca a las fuerzas telúricas, que van tejiendo el tapiz de los versos con los hilos del misterio. Los juegos de analogías y contrastes, la conciencia de la temporalidad y la reflexión sobre la Historia y la intrahistoria se insertan en una atmósfera donde imperan el cromatismo y la musicalidad. En primer lugar, cabe destacar el efecto de una ‘estética tenebrista’ –tal como la define Philippe Merlo- que cristaliza en el fuego verbal de la imagen: los ángeles con ‘alas de alcanfor’ o el ‘perro añil’ del suelo, son dos ejemplos de la transfusión imaginativa entre el espejismo visual y el objeto contemplado. Por lo que respecta a la musicalidad, la polifonía discursiva va pautando los acordes de una lírica coral. La tensión entre la voz y el silencio introduce otro de los temas del libro: la meditación sobre la propia escritura. Los límites designativos del lenguaje, la lección de taxidermia emotiva y el autorretrato intelectual suscriben los valores de una poesía esencial y esencialista. Tampoco faltan en Haikus sin estación ciertas pinceladas de ironía sobre los finalismos contemporáneos, bajo cuya superficie se esconde un (no tan) nuevo simulacro del eterno retorno: ¡Ya no es la Historia!`/, dice la postpoesía/. Va y viene la ola’.

En definitiva, el libro de haikus de González Fuentes ejemplifica tanto la asimilación de un género como la posibilidad de incorporar nuevos matices en un horizonte que, a primera vista, podría parecer excesivamente acotado. Entre el rumor de la materia y el ‘pentagrama del cielo’, nuestro autor certifica la vigencia del tema de Mies van der Rohe: sí, en poesía, también a menudo ‘menos es más’”.

***

Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Febrero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de nieve (Alfagurara, 2010)

LIBRO (enero 2011): Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010): Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010): Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010): Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010): Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008)

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010): James Cameron: Avatar (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,3 feb 2011 20:10:0 GTM
<![CDATA[Dios se llamaba Herbert von Karajan]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1337

Juan Antonio González Fuentes

En un café vienés, allá por los años sesenta o setenta del pasado siglo XX, estaban reunidos los que eran considerados los cuatro mejores directores de orquesta del mundo: el italiano Carlo Maria Giulini, el húngaro-británico sir Georg Solti, el estadounidense Leonard Bernstein y el austriaco Herbert von Karajan.

Giulini confesó que el mismísimo Dios le había llamado para comunicarle que él era el más grande director de orquesta del mundo. Lo dijo sin inmutarse, sin dejar que su rostro transmitiese emociones. A esta confesión respondió extrañado Solti. El músico nacido húngaro aseguró que Dios se le había aparecido la noche anterior, y le había asegurado que él era el director número uno del mundo, calidad a la que había que sumar otra: era un pianista mayúsculo.



Herbert von Karajan dirige a la Filarmónica de Berlin: Simnfonía nº 7 de Bethoven (vídeo colgado en YouTube por themusicdreams)

Bernstein se mostró extrañado, desconcertado. Esa noche Dios se había puesto en contacto con él para anunciarle que era el mejor director de orquesta del mundo, un pianista excepcional y un compositor genial. Sin duda él era el mejor, el más completo.

Y entonces intervino Karajan con cara de asombro: ¡qué raro!, no recuerdo haberos dicho nada ninguno de estos días.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,31 ene 2011 13:35:22 GTM
<![CDATA[7 nuevos haikus de Juan Antonio González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1335


Juan Antonio González Fuentes

Fue el pasado mes de mayo de 2010 cuando llegaron a mis manos los primeros ejemplares de mi libro Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010), mi primera incursión en dicho género poético, originario de la tradición poética japonesa y china. En Haikus sin estación publiqué un total de 75 haikus o haikús, y desde su publicación he proseguido escribiendo este tipo de poemas breves, minúsculos en extensión y gigantescos en “intención”. Dejo aquí siete nuevos haikus, destinados a un probable libro nuevo, que quiero compartir con ustedes, mis diarios lectores.


Se pierde libre
el pez en la distancia.
Termina el día

*

Todo un mar se abre
en la crónica incierta
de un ojo infantil

*

Arrastra el viento
migajas del jilguero
y su alma a medias

*

Rosas sin suerte
en la luz que es penumbra:
cristal el jardín

*

Es el silencio
que ahora inclina nuestra edad:
molto agitato

*

Enigmática,
tiende en el charco lunas
la piel del agua

*

Buscas realidad,
vas hacia lo invisible.
Es tu ser, poema
  
  

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,27 ene 2011 13:31:33 GTM
<![CDATA[Carmela Greciet, maestra del microrrelato]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1332


Juan Antonio González Fuentes

Yo tengo una amiga que es escritora. Se llama Carmela, Carmela Greciet. Esta oventense de nacimiento es desde hace años profesora de literatura en institutos de Cantabria. Mi amiga Carmela es una maestra del relato breve, del también llamado microrrelato. Ella y mi amigo Miguel Ibáñez Cuesta son maestros del género, y leerlos es siempre un placer cargado de ironía, incertidumbre, suspense, humor, melancolía... Merece mucho la pena leer a Carmela Greciet. Por eso voy a darles a ustedes, amigos lectores, algunas pistas para que sigan sus cuentos, los pesquen y los devoren tal y como están, sin añadirles ningún condimento. Son un placer para el paladar del espíritu, y alimentan de verdad. Carmela es autora de un libro de relatos, Descuentos y otros cuentos (1995), y sus trabajos han sido incluidos en diversas y muy respetables antologías dedicadas a la narrativa breve: Pequeñas resistencias (2002), de Andrés Neuman; Ciempiés. Los microrrelatos de `Quimera´ (2005), de Neus Rotger y Fernando Valls, y Velas al viento. Los microrrelatos de La nave de los locos (2010).

Carmela Greciet

Carmela Greciet

Carmela acaba de escribir otro microrrelato más. Lo ha titulado “Túnel de lavado” y como todos los suyos presenta en apenas unas líneas unas trama que vuela hacia arriba, hacia arriba hasta estallar en un final inquietante, absolutamente imprevisto, demoledor. Lean a Carmela Greciet. Nunca me lo echarán en cara. Como principio de esa lectura futura, adéntrense en este túnel de lavado e inquiétense.

Túnel de lavado

Como todos los sábados, mi padre vino a buscarme a casa de mi madre en su Volkswagen. A menudo, empezábamos el día lavando el coche en la gasolinera. Lo hacíamos a mano, con lanza, y a mí me gustaba apuntar el chorro espumoso hacia el capó, los cristales, las llantas. Luego aspirábamos la moqueta y frotábamos la chapa hasta que salía brillo, tirábamos los trapos que se habían quedado más ennegrecidos, y nos íbamos a tomar una hamburguesa como premio. Me gustaba el olor de gasoil y grasa en nuestras manos.
Aquel sábado, mi padre parecía cansado:
-Hoy probaremos con el túnel de lavado -me dijo-. Puedes quedarte dentro. Cierra bien las ventanillas.
Era extraño estar en el interior de aquella burbuja de espuma, ver venir hacia mí como amenazas los gigantescos rodillos girando, escuchar el fuerte rugido de la máquina al echar el aire…
Por fin, una luz verde al salir del túnel indicó el final de lavado. Entonces, un hombre que yo jamás había visto entró en el coche y ocupó el asiento del piloto. Se dirigió a mí en un idioma extraño y arrancamos.
  
  

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,26 ene 2011 20:32:33 GTM
<![CDATA[Jorge Luis Borges 25 años después. ¿María Kodama escribe sus memorias?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1331


Juan Antonio González Fuentes

Este año se cumplirán los 25 de la muerte del genio argentino Jorge Luis Borges, ocurrida el 14 de junio de 1986. Con tal motivo Random House Mondadori publicará las Obras Completas del autor, y hay ya programadas un gran número de conferencias y exposiciones. Pero este aniversario va a ser quizá memorable por una razón en principio secundaria: la publicación de las “memorias borgianas” de su señora viuda, es decir, de María Kodama, quien ya ha avanzado que va a llevar a cabo varios ajustes de cuentas y va a poner a mucha gente en su sitio.

Kodama ya ha adelantado que sus memorias estarán divididas en dos partes. La primera muy personal, íntima, en la que ella misma recordará su relación con el escritor y poeta. La segunda tendrá forma de entrevista. Alguien aún por decidir entrevistará a Kodama y saldrá entonces a flote todo el sufrimiento y deseos de venganza experimentados por ella desde que su marido murió. Incluso habrá una tercera parte, una especie de anexo que incluirá las sentencias judiciales favorables de los procesos en los que se ha visto involucrada Kodama. El libro, por tanto, no serán exactamente unas memorias, aunque la memoria juegue un papel esencial en el mismo. Según ha trascendido, ya hay dos editoriales muy interesadas en el proyecto.

María Kodama (foto de Iván Martínez; fuente: wikipedia)

María Kodama (foto de Iván Martínez; fuente: wikipedia)

Asegura María Kodama que desconoce la razón por la que desde la muerte de Borges se ha visto perseguida y vilipendiada, aunque apunta que algo le dice que los que no se atrevieron nunca con su marido se vengaron con ella. Lo cierto es que tras la muerte de Borges, un montón de supuestos ex secretarios, amantes, discípulos…, hicieron acto de aparición y envistieron de una u otra manera contra la viuda, eso sí, con la complacencia de unos medios de comunicación a los que la oriental parecía no caer nada bien. El sufrimiento experimentado es lo que quiere dejar plasmado en palabras en el libro, y además ponerle nombres y apellidos, rostro, a los culpables de ese sufrimiento, de esa tortura que, durante 25 años, dice haber vivido la viuda Kodama. Doña María no quiere que el escritor que la entreviste para la publicación sea argentino, pues opina que en Argentina está todo en exceso mezclado y condicionado. En este sentido prefiere que sea europeo el escritor con el que mantener las entrevistas. ¿Habrá memorias de Kodama este año de redondo aniversario borgiano? ¿Estarán temblando los enemigos de la viuda? Estaremos atentos a los acontecimientos.  
  
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

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LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,25 ene 2011 19:32:53 GTM
<![CDATA[Arthur Cravan, el boxeador-poeta sobrino de Oscar Wilde, y una pintada callejera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1330


Juan Antonio González Fuentes

Quienes siguen con alguna asiduidad los textos dejados a secar en esta página, saben perfectamente que vivo con un perro, y que ese perro responde al artístico nombre de Miller. Lo cierto es que no sé con total exactitud la edad de Miller, pues llegó a mi vida en circunstancias que no hacen al caso y con el tamaño y aspecto que tiene ahora mismo. Eso ocurrió hace ahora once años. Miller lleva una vida tranquila, lo que le ha permitido envejecer con excelente salud y aspecto, aunque algunos achaques se nos hacen ya evidentes a quienes lo tratamos. Son cosas sin importancia: no tiene ni de lejos el fino oído de antes, le cuesta cada vez más subir las escaleras, pasa casi todo el día medio adormilado… Sin embargo aún le levantan raudo del sofá la promesa de golosinas y le inquieta sobremanera el celo de la perra de enfrente.

Miller nunca ha sido un perro caprichoso ni mal educado. Y certifico que es completamente cierto el que los perros se acaban pareciendo a sus amos. Miller es tranquilo, muy poco dado al estruendo y la algarabía, poco mañoso y bastante independiente en su día a día.



A Miller lo saco a la calle tres o cuatro veces al día, entre quince y veinte minutos mínimo cada vez. El paseo que más le gusta dar es el nocturno. A mi también. Salimos juntos a eso de la una de la madrugada, cuando en el barrio apenas circulan coches y casi ningún paseante. Sí, lo confieso, a los dos nos gusta ese paseo porque le suelto. Él va a su aire y yo al mío, aunque ambos nos miremos de reojo continuamente y nos esperemos. El paseo nocturno es fácil que se prolongue durante más de media hora. La ciudad, la calle, es completamente distinta a esas horas. Se escucha todo, se siente el latir acompasado o intranquilo de los que duermen, se ven animales por el día insospechados (por ejemplo erizos), la fauna humana es de lo más variopinta, se ven las estrellas y los aviones del cercano aeropuerto si se mira con atención al cielo, las fachadas de los edificios se muestran diferentes a como se dejan ver por la mañana, se sospechan novelas y cuentos tras las escasas ventanas iluminadas…, y lo más hermoso o patético de la vida urbana asoma la patita detrás de la negrura de los callejones.

El paseo con Miller siempre es el mismo, es decir, siempre implica a la misma geografía, incluso las mismas paradas para oír el silencio de la noche. Es un paseo litúrgico, en el que hago balance del día, de la semana…, reflexiono sobre los pasados acontecimientos del día y sobre los que esperan en el inmediato futuro. Miller, mientras tanto, va a lo suyo. Husmea los rincones, pasea, corre algún tramo, persigue gatos, defeca, olfatea el aire con su instinto dormido de perro cazador y sin querer hace descubrimientos. Me explico.

Estas pasadas navidades, durante el habitual paseo nocturno, Miller avanzó por el nuevo puente que une la calle San Sebastián con el Río de la Pila en Santander. El nuevo puente no es hermoso, pero lo es muchísimo la vista que desde él se contempla. Se ve la bahía, las montañas, los tejados variopintos de la ciudad, las nubes, las luces del aeropuerto y de las casas del otro lado de la bahía, la sombra del arenal… El puente nuevo salva una considerable altura sobre el Río de la Pila. Es perfecto para varias actividades: el suicidio, la reflexión filosófica ante un paisaje, la contemplación, la fotografía, el paseo breve y pausado… Una vez que cruzas el puente con dirección al Río de la Pila, el camino pronuncia una curva cerradísima cuesta abajo. El trazo de la curva deja a un lado una casa bastante antigua de tres alturas con un jardín en su frente. Y detrás, en la parte que contemplan las ventanas traseras, hay un pequeño pedazo de césped en el los perros del vecindario se alivian. Allí fue a parar Miller, y hasta allí me acerqué yo bolsa de plástico en mano con intención cívica. Y entonces es cuando vi la pintada en el muro trasero de la casa. La pintada llamó mi atención simplemente porque era el nombre de un personaje singular, un personaje conocido y famoso hasta cierto punto pero solo para una minoría llamémosla ilustrada y “puesta” en eso que podríamos llamar una cultura para “entendidos”. La pintada de letras blanca decía: Arthur Cravan. Inmediatamente le hice una fotografía con el móvil. Y al día siguiente regresé por la mañana para cerciorarme de que no lo había soñado y hacer una nueva foto, con otro tipo de luz, quizá con otra perspectiva.



Arthur Cravan, seudónimo de Fabien Avenarius Lloyd, nació en la ciudad suiza de Lausana en mayo de 1887. Hijo de Otho Holland Lloyd, Cravan era sobrino de Oscar Wilde, quien en 1884 se había casado con Constance Mary Lloyd, hermana de Otho. Nadie sabe con certeza el origen del seudónimo, lo que está claro es que hoy nadie conoce a Fabien Avenarius Lloyd por tal nombre, si no por el de Arthur Cravan, el de la pintada.

En la capital de Francia Cravan fue el editor y único redactor de la revista Maintenant, de la que publicó cinco números entre 1912 y 1915. En Maintenant Cravan publicó reseñas literarias, críticas de arte y excentricidades literarias mil, siendo uno de los más claros y aceptados antecedentes de movimientos vanguardistas como el dadaísmo. Cravan ya entonces comenzó a boxear, alcanzando alguna fama en el complejo arte del pugilismo. Al estallar la I Guerra Mundial Cravan deja Francia y recala en Barcelona, ciudad en la que organizó un combate de boxeo con el campeón del mundo Jack Johnson, quien le dejó fuera de combate en el sexto asalto, aunque es admitido por todos los especialistas que Johnson lo tuvo a merced desde que sonó la campana por primera vez, pero como el campeón había cobrado dinero por la filmación del combate y éste debía durar un tiempo mínimo, el combate se alargó artificialmente hasta el sexto asalto. Al poco tiempo Cravan marchó a Nueva York, donde entabló una relación sentimental con la poeta Mina Loy. En 1918 Cravan desapareció para siempre en algún punto del Golfo de México. Jamás se volvió a saber de él.

¿Quién y por qué ha escrito el misterioso nombre de Arthur Cravan en una oscura pared medio escondida de una pequeña ciudad del norte de España? Miller no ha sabido explicármelo. 
  
  

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,21 ene 2011 20:28:58 GTM
<![CDATA[Carta con recomendaciones de un amigo sexólogo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1329


Juan Antonio González Fuentes

Tengo un amigo sexólogo de profesión. Pues bien, mi amigo acaba de mandarme una carta cuyo contenido quiero compartir con todos ustedes. Lo cierto es que creo que tiene toda la razón del mundo en lo que apunta a lo largo y ancho de su discurso. Espero que estén ustedes de acuerdo conmigo.

Hacerlo de pie fortalece la columna,
boca abajo estimula la circulación de la sangre,
boca arriba es más placentero,
hacerlo sólo es bonito, pero egoísta,
en grupo puede ser divertido,
en el baño es muy digestivo,
en el coche puede ser peligroso...
Hacerlo con frecuencia
desarrolla la imaginación,
entre dos enriquece el conocimiento,
de rodillas resulta doloroso...

En fin, sobre la mesa o sobre el escritorio,
antes de comer o de sobremesa,
sobre la cama o en la hamaca,
desnudos o vestidos,
sobre el césped o la alfombra,
con música o en silencio,
entre sábanas o en el baño:
Hacerlo, SIEMPRE es un acto de amor.
No importa la edad, ni la raza, ni el credo,
ni el sexo, ni la posición económica.... .

... Leer siempre es un placer.
  
  

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LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

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Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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Thursday,20 ene 2011 18:47:0 GTM
<![CDATA[¿Es malo hacer deporte profesional? Pues eso parece]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1328


Juan Antonio González Fuentes

Incluso hay un grupo en facebook que anima a formar parte de un club de los que odian la frase: “hacer deporte es malo, ya te lo decía yo…”, o algo parecido. En concreto a mí siempre me lo ha dicho mi señora madre. Sobre todo, claro, cuando después de legendario partido de los sábados por la mañana voy a comer a su casa sin poder moverme. Me duele absolutamente todo, y no, no es que me hayan zancadilleado, barrido, aplastado, golpeado…, no, sencillamente es que me duele todo el cuerpo de correr, de intentar que el oxígeno entre en mis pulmones para hacer seguir latiendo el corazón. “Si es que hacer tanto deporte no es bueno”, acaba sentenciando mi madre con cara de sabiondo y suficiente Aristóteles. Hasta la fecha todos los que oíamos la mítica frase la mirábamos o bien con cara de pocos amigos o bien con cara de “pero qué sabrás si no has hecho en toda tu vida ni veinte metros a la carrera”. Bueno, pues estos días me he quedado pasmado cuando en la prensa y en los telediarios se anunciaba con grandes titulares que mi madre, al parecer, tiene razón. Vamos, entiéndanme, no es que dijesen que mi madre, sus nombres y apellidos, tenía toda la razón del mundo cuando aseguraba que hacer deporte no es bueno, no es sano. No, lo que anunciaban es que según los más modernos, académicos y científicos exámenes se ha comprobado que, en efecto, hacer deporte no es tan saludable como se nos ha estado asegurando desde hace mucho, pero mucho tiempo.

Una vez intentado acaparar su atención lectora mediante el “escandaloso” titular y este primer párrafo un tanto manipulado cara a mis intereses blogeros, habrá que dejar paso a la honestidad e ir dando algunas explicaciones más que pongan algún punto sobre alguna i. El caso es que lo que al parecer se ha descubierto y comprobado fehacientemente es que obligar al corazón a un sobreesfuerzo importante y durante un periodo temporal prolongado acaba debilitándolo y haciéndolo más proclive a los problemas cardiacos. Dicho con otras palabras, lo que se está probando que no es nada bueno para la salud son los duros entrenamientos sostenidos en el tiempo, durante años, incluso décadas.

Cristiano Ronaldo en agosto de 2010, foto de Jan Solo (fuente: wikipedia)

Cristiano Ronaldo en agosto de 2010, foto de Jan Solo (fuente: wikipedia)

¿Pero quién realiza esas prácticas deportivas? ¿Quién somete a su corazón a un grandísimo esfuerzo diario o cotidiano durante años y años de ejercicio? Sólo se me ocurre, así a vuela pluma, una respuesta efectiva y muy concreta; los profesionales del deporte. Sí, sí, esos que son mitos para los más jóvenes, los que exhiben sus cuerpos tonificados y bien definidos en anuncios y pantallas parpadeantes, esos que logran récords y hacer marcas imposibles, esos que ganan cifras astronómicas o que sencillamente sobreviven porque se dedican a hacer deporte… Sí, los mismos a los que llevan poniendo como ejemplo a seguir los políticos, las grandes marcas y corporaciones, los medios de comunicación de masas. Pues bien, esos mitos incontestables de la sociedad contemporánea, según parece, llevan una vida insana, muy perjudicial a largo plazo para su corazón, para su salud.

Yo ya no sé qué pensar. Desde que acabó la pasada Navidad me había propuesto cuidarme, es decir, pasar hambre y hacer ejercicio. Ayer por la noche, incluso, me encerré en un cafetería y cené una ensalada, eso sí, ilustrada. Esta mañana no he probado el pan comiendo, y antes, cuando me pasé por el supermercado, dejé los estuches de chorizo y salchichón ibérico y me decanté por los de lonchas de pavo, el arroz integral, los cereales, la leche desnatada y la cerveza sin alcohol. Por la tarde, antes de acudir al despacho, me acerqué a la tienda de deportes de la esquina que está de rebajas. Y sí, me di el capricho. Compré una botas de fútbol nuevas especiales para jugar en campos de hierba artificial. Me han costado un pastón incluso de rebajas, pero están fabricadas por una conocida multinacional y son aerodinámicas, y de un color verde pistacho fosforescente por completo alucinante. El problema ha sido llegar al despacho, ponerme a escribir esta crónica y leer en el periódico lo malo que puede ser entregarse a hacer deporte. Ya sé que no es la solución, que no debería haberlo hecho, que sólo es insano hacer mucho deporte y de forma continuada…, pero no lo he podido evitar. Medio deprimido por la noticia que hundía mis más secretos propósitos de año nuevo, he bajado a la tienda de comestibles más cercana y me he comprado una bolsa de 150 gramos de patatas fritas Santos Moreno, las de mi niñez en las playas santanderinas. Mientras escribo estas líneas van cayendo una a una. Están riquísimas, necesitaba en el estómago y en la mente su salubridad esclerótica. Qué ricas! Lo siento por Cristiano Ronaldo y por mis propósitos de Año Nuevo. Vayan estas patatas como homenaje a la sabiduría popular ejercida durante décadas y décadas por mi señora madre. Mañana regresaré a la ensalada y el sábado por la mañana saltaré al terreno de juego con mis botas nuevas de estrella mediática y pensando en Ronaldo y su estómago plano y musculado, ése que pensando en mi buena salud jamás llegaré a tener.  
  

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,19 ene 2011 20:6:10 GTM
<![CDATA[El hipopótamo, la vaca, el canario, la foca, la hormiga, el sapo..., según María Elena Walsh (poemas infantiles)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1327


Juan Antonio González Fuentes

A mediados del pasado mes de diciembre, le dedicamos aquí un post a la escritora y poeta argentina María Elena Walsh. Se trataba de un ingenioso y reivindicativo texto dedicado a la españolísima y castellanísima letras Ñ. Ha querido el infortunio que al cabo de unas pocas semanas, concretamente el pasado 10 de enero de este año, María Elena Walsh dejase de existir, quiero decir, muriese, puesto que, esa es la condición de la “inmortalidad” literaria, la escritora y poeta argentina no “dejará nunca de existir” mientras tenga un solo lector.

Buscando contribuir al logro de este último objetivo, quiero dejar en este post unos poemas infantiles dedicados a los animales. Dicho de otra manera, un poema de María Elena Walsh expresamente escrito para que los niños se diviertan, piensen, reflexionen y estén en contacto con la poesía, con una forma de cantar a través de las palabras y su ritmo. En este sentido quizá convenga subrayar, para los poco informados, que la escritora argentina fue y es un referente inexcusable en el ámbito de la literatura infantil en su país y en buena parte de Hispanoamérica, algo así como lo que representó en España una poeta como Gloria Fuertes. Bien, aquí les dejo con los poemas, poemas que pueden sin duda servir para que a los niños que hablan y se comunican en español les muerda la curiosidad de la poesía, su soniquete cantarín y musical.

María Elena Walsh en 1971, foto de

María Elena Walsh en 1971, foto de "Pepe" Fernández (fuente: wikipedia)

Un Hipopótamo tan chiquitito
que parezca de lejos un Mosquito,
que se pueda hacer upa
y mirarlo con lupa,
debe de ser un Hipopotamito.

Un canario que ladra si está triste,
que come cartulina en vez de alpiste,
que se pasea en coche
y toma sol de noche,
estoy casi seguro que no existe.

Si cualquier día vemos una Foca
que junta mariposas en la cola,
que fuma y habla sola
y escribe con la cola,
llamen al doctor: la Foca está loca.

Hace tiempo que tengo una gran duda:
hay una Vaca que jamás saluda,
le hablo y no contesta.
pues bien, la duda es esta:
¿será mal educada o será muda?

Si las víboras fueran elegantes,
si usarán pantalón, galera, guantes
y moñitos de raso,
igual no habría caso:
quedarían tan feas como antes.

¿Saben qué le sucede a esa Lombriz
que se siente infeliz, muy infeliz?
Pues no le pasa nada,
sólo que está resfriada
y no puede sonarse la nariz.

¿Saben por qué la Garza colorada
sobre una sola pata está apoyada?
Porque le gusta más,
y piensa que, quizás,
si levanta las dos se cae sentada.

Siempre de frac y con zapatos finos,
No parece que fueran argentinos.
¿Por qué, por qué será
que no usan chiripá
ni poncho ni alpargatas los Pingüinos?

Una Hormiga podrá tener barriga
que a nadie desconcierta ni fatiga.
Lo que a toda la gente
le parece indecente
es tener una Hormiga en la barriga.

Un pajarito que se llama Blas,
que tiene pico largo y para atrás,
nadie lo ha visto aún
pues parece que es un
Pajarito que no existió jamás.

Un Sapo médico, en Cala
muchita,
cobra veinte centavos la visita.
Su única receta
ordena estar a dieta
de chupetín de remolacha frita.

En Tucumán vivía una Tortuga
viejísima, pero sin una arruga,
porque en toda ocasión
tuvo la precaución
de comer bien planchada la lechuga.

Si alguna vez conocen una Trucha
que en un árbol muy alto hizo la cucha,
que solamente nada
en agua no mojada,
señores, esa Trucha está enfermucha.

La Llama, pobre, es un animalito
Poco apreciado en la ciudad de Quito,
Porque en el Ecuador
Hace tanto calor
Que quien llama a las Llamas, está frito.
  

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,18 ene 2011 20:6:10 GTM
<![CDATA[“Una nueva edición de José de Ciria y Escalante”, por Mario Crespo López]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1326


Juan Antonio González Fuentes

Ayer domingo, el periódico santanderino Alerta publicaba un artículo del escritor Mario Crespo López en el que reseñaba la nueva edición de las obras completas de José de Ciria y Escalante, libro publicado por la editorial barcelonesa Icaria al cuidado de Alberto Santamaría y de mi mismo. Este es el artículo de Mario Crespo:

“Acaba de publicar la editorial barcelonesa Icaria el libro José de Ciria y Escalante, prosas y poemas (1919-1924)con trabajos introductorios de Juan Antonio González Fuentes y Alberto Santamaría, dos de los más importantes y activos poetas santanderinos de los últimos años. Que los poetas estudien a los poetas con el rigor merecido no es algo que a veces se estile, aunque en Cantabria no escaseen este tipo de prácticas que ofrece resultados más que satisfactorios, aquí con Santamaría estudiando a Ciria en el contexto estético del ultraísmo y González Fuentes repasando su bio-bibliografía. La obra, que ha visto la luz el pasado mes de septiembre y ha merecido el comentario elogioso de Luis Antonio de Villena, tiene una repercusión nacional y coloca por tanto a Ciria (1903-1924) en el lugar que merece, y eso que el propio Santamaría ya se había encargado de preparar una cuidada selección poética de Ciria, De mi Sortija Penden Todos los Merenderos, en la prensa artesana de Carmichael Alonso, con ilustraciones de Sara Huete (Lloreda de Cayón, 2003), y que del poeta santanderino ya había publicadas tres importantes selecciones, la de Leopoldo Rodríguez Alcalde (que le llegó a conocer) en la “Antología de Escritores y Artistas Montañeses” (Santander, 1950), la de Arturo del Villar en la “Quincena ultraísta” de “Los Libros de Fausto” (Madrid, 1983) y la de Francisco Díez de Revenga en “4 Estaciones” de la Universidad de Cantabria (Santander, 2003).



Juan Antonio González Fuentes y Alberto Santamaría (eds): José de Ciria y Escalante prosas y poemas 1919-1924 (Icaria-Poesía, 2010)

José de Ciria no sólo es el misterioso “Giocondo” al que se refiere su íntimo Federico García Lorca en uno de sus “Sonetos del amor oscuro”, sino un poeta y prosista verdaderamente malogrado, autor de unos textos que, si bien para algunos quizá no entran en lo más granado de nuestra literatura, sí pertenecen a un ultraísmo que parece que nunca se cansa de ofrecer agradables sorpresas al lector y que profesores como Bernal, García Martín o Gullón se han encargado de recordar en diferentes publicaciones. En esta edición preparada por González Fuentes y Santamaría pueden leerse datos esenciales sobre la biografía de Ciria y su significación en la historia de nuestras letras. Hijo de un funcionario de Hacienda enriquecido en el contexto de la Primera Guerra Mundial, José de Ciria pasó su corta vida entre Santander y Madrid. Unos años más joven que su paisano Gerardo Diego, le pudo escuchar en el Ateneo de Santander sus conferencias sobre la “poesía nueva” que sin duda despertaron en él un nuevo aliento creativo, a la luz de las nuevas tendencias artísticas que soplaban desde Europa. Desde esa perspectiva estética se explica toda su breve obra: un puñado de colaboraciones en el periódico La Atalaya, en la revista murciana Suplemento Literario de La Verdad y en las revistas de vanguardia Reflector (cuyo único número dirigió), Ultra y Grecia. En Madrid vivía nada menos que en el Hotel Palace, lo que da idea del poder adquisitivo de la familia, que sin duda contribuyó a abrirle las puertas de los círculos intelectuales. Participó en las actividades del café de Pombo, el Ateneo de Madrid o la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Lorca, Dalí o Fernández Almagro, tal vez quien más animó, tras la inesperada muerte de Ciria en junio de 1924, la edición de un folleto en su homenaje que recogiera su exigua obra poética y en el que habrían de participar personalidades como Juan Ramón Jiménez, Gómez de la Serna, Luis Buñuel y Juan Larrea.

El libro de Ciria preparado por Juan Antonio González Fuentes y Alberto Santamaría enriquece con toda la deslumbrante frescura de la vanguardia el catálogo poético de la editorial Icaria. Sólo un “pero” me atrevo a poner en esta edición. A estas alturas del conocimiento poético de una etapa como fue la vanguardia, y teniendo en cuenta que ya existe una cierta bibliografía incluso sobre Ciria, se echa en falta notas al pie de página que den algunas claves de los textos reproducidos, tanto de la prosa como del verso; que hagan aclaraciones al respecto de algunos personajes que aparecen citados o de ciertos acontecimientos e instituciones. Esto no hubiera aumentado mucho la extensión del libro y en modo alguno hubiera sido complicado para dos autores de la reconocida competencia de González Fuentes y Santamaría”.  

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,17 ene 2011 21:4:24 GTM
<![CDATA[J. D. Salinger: una vida oculta, de Kenneth Slawenski (Galaxia Gutenberg)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1325


Juan Antonio González Fuentes

Podría parecer una broma, pero no lo es. Sobre J(erome) D(avid) Salinger hay muchas más biografías que libros escritos por él. La primera, si no estoy mal informado, la escribió Warren French en 1963, ayudando sobradamente a la construcción del mito Salinger. Luego vino la de Ian Hamilton, que acabó en los tribunales de justicia americanos. Más tarde, y casi en avalancha, las biografías con algo de vengativas de Joyce Maynard (ex amante) y Margaret. A. Salinger, la hijita consentida. Paul Alexander escribió la suya con espíritu de tabloide escandaloso y sensacionalista.

Pero ahora llega nuestras librerías de la que puede ser considerada sin duda la más seria y preparada de todas, la escrita por Kenneth Slawenski y editada en España por Galaxia Gutenberg. ¿El título?, obvio pero preciso: J. D. Salinger: una vida oculta. El autor se ocupa, lógicamente de los avatares y vaivenes de la vida del mítico escritor norteamericano, pero hace también algo que hasta la fecha nadie se había propuesto con seriedad: hablar de su literatura.

Kenneth Slawenski: J. D. Salinger: una vida oculta (Galaxia Gutenberg, 2010)

Kenneth Slawenski: J. D. Salinger: una vida oculta (Galaxia Gutenberg, 2010)

Desde su nacimiento hasta la publicación de su gran obra, El gardián entre el centeno, la vida de Salinger no presenta muchos misterios. Nació en Nueva York en 1919 en una familia judía. Tuvo una infancia complicada, siendo expulsado de diversos colegios. Participó en la Segunda Guerra Mundial, en la que destacó como un “competente” interrogador de nazis. Regresó a Nueva York al término de la guerra y comenzó a publicar con éxito en New Yorker, revista en la que publicó capítulos enteros de la que sería la obra con la que logró el milagro de la fama universal. Publicó El guardían…, un best seller internacional y de calidad sobre un adolescente radicalmente abstracto. Y a partir de este “feliz” suceso llegó la nada, o la supuesta nada. Salinger se recluyó en su casa de New Hampshire y no se volvió a saber de él, a excepción de su querencia por el budismo, unos matrimonios raros y relaciones extrañas con chiquillas. ¿Siguió escribiendo Salinger? Esa es la pregunta aún sin resolver. Lo cierto es que el escritor murió el último día de enero de 2010 en su casa de New Hampshire y que jamás publicó nada nuevo. Ahí queda para la historia de la literatura su guardíán. Bueno, y también para la de la psiquiatría, pues algunos de los magnicidas más sonados de las últimas décadas confesaron ser fieles fans del libro.

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,14 ene 2011 19:47:46 GTM
<![CDATA[Grandes pensadores españoles (Planeta DeAgostini), Ortega y Gasset, el libro electrónico y La deshumanización del arte]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1324


Juan Antonio González Fuentes

Caminaba esta tarde con buen paso dirigiéndome a la emisora de radio donde me tocaba intervenir como contertulio. No llegaba tarde pero tampoco me sobraba el tiempo. En el camino pasé junto a un establecimiento de esos que llamo de tipo mixto. ¿Que a qué me refiero? Pues a un estanco de los de toda la vida, es decir, de los que venden tabaco y sellos de correos, pero en los que además, para tener una mayor oferta y potencial clientela, también venden prensa, y todo lo que ahora se vende en cualquier kiosko español: caramelos, recargas de teléfono, bonos de transporte público, revistas mil, videos, discos..., y libros y coleccionables.

Siempre detengo la mirada en este tipo de escaparates y en las alas desplegadas de los kioskos, pues las ofertas y chollos están a la que salta. Y en efecto, para no dejar mal a mi intuición, desde el escaparate del extraño establecimiento mixto llamó mi atención un brillante envoltorio de cartón y plástico que guardaba por el módico precio de menos de 3 euros un volumen de tapa dura y encuadernación en tela con dos títulos emblemáticos de Ortega y Gasset: España invertebrada y La deshumanización del arte. Se trata de la primera entrega de una nueva colección de libros destinados a los kioskos editada por editorial Planeta DeAgostini. El título de la colección es expresivo: “Grandes pensadores españoles”. El libro de enganche el volumen ya citado con los dos trabajos de Ortega. Insisto, tapa duro, encuadernación en tal, letra generosa y 315 páginas que incluyen un enjundioso prólogo de Valeriano Bozal.

José Ortega y Gasset en los años 50 (fuente: wikipedia)

José Ortega y Gasset en los años 50 (fuente: wikipedia)

No he resistido la tentación. Abandoné el camino hacia la emisora, entré en el estanco-librería y salí con el producto a cambio de 2 euros y pico. Rompí el cartón y los plásticos, deposité los deshechos en los contenedores ecológicos cercanos y comprobé la oferta. Sí, tapa dura, cubiertas en tela..., una bonita edición con dos obras claves de Ortega por menos de tres euros. Anuncian los autores de las próximas entregas: Julián Marías, Unamuno, Ferrater Mora, Marañón, Ramón y Cajal... El precio de los próximos libros sube, y sube bastante, aunque no los saca de la baratura. Realmente es una colección interesante, editada con calidad y a un precio más que asequible. Desde luego, una oferta maravillosa para ser un joven de veinte años con ganas de ir fundando libro a libro una buena biblioteca.

Cuando llegué a la emisora me topé con mis compañeros de tertulia. Entre ellos el novelista Enrique Álvarez, quien comenta que su última novela, Garabandal, la risa de la Virgen (ediciones Tantín) ya ha agotado sorprendentemente su primera edición. Y también está el narrador y poeta Miguel Ibáñez, autor de un fabuloso libro de microrrelatos: El lobo veloz. Miguel trae consigo uno de los regalos que le han dejado los Reyes Magos estas pasadas navidades: un libro electrónico, o mejor dicho, un lector de libros electrónicos. Lo muestra orgulloso y me enseña su funcionamiento. Me comenta que ya tiene almacenados mil y pico libros en ese aparatejo parpadeante y orgullosamente pequeño y plano. Si se le aumenta la memoria, me dice, calcula que puede almacenar en él unos 30.000 libros. Yo le echo un vistazo a mi recién adquisición bibliográfica. Ortega y Gasset, Grandes Pensadores Españoles, tapa dura, España invertebrada, cubierta en tela, La deshumanización del arte. Y veo el aparato luminoso, desafiante. Me siento antiguo, viejo, pasado de moda..., casi un poco avergonzado. Pero de pronto, Miguel Ibáñez apaga el aparato y bajando la cabeza desde su baloncestística altura hasta mi oreja me susurra: “pero no es tan manejable como el libro de toda la vida, ni tan cómodo, ni respira, ni huele, ni tiene ni tendrá nunca el aroma de mis propias manos”. Una sonrisa se esbozó en mi boca, y con cariño y algo de melancolía dejé que mis dedos recorriesen la cubierta en tela y las letras que con algún relieve y en color granate dicen: Ortega y Gasset, La deshumanización del arte.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,13 ene 2011 19:47:46 GTM
<![CDATA[El Mephisto-Walzer del Concierto de Año Nuevo, pistoletazo de salida al año Franz Liszt]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1323


Juan Antonio González Fuentes

E 22 de octubre de este año 2011 los melómanos conmemoraremos los doscientos del nacimiento del músico húngaro Franz Liszt (1811-1886), junto con Chopin la otra columna vertebral del pianismo romántico. En efecto, Liszt, en su tiempo, pasó por ser el pianista más grande de todos los tiempos, y su técnica y virtuosismo ante el teclado hicieron que corrieran leyendas, al igual que en el caso de Paganini y el violín, sobre sus dotes diabólicas.

El éxito de Liszt como pianista no tendría un equivalente aproximado hoy entre las estrellas de la música pop, unas mindundis a su lado. Los salones de toda Europa se abarrotaban de oyentes arrebatados, y las mujeres más bellas literalmente se desmayaban al paso del húngaro que además, en su juventud, fue un hombre realmente apuesto. Insisto, se llegó a publicar que tal carisma, tales capacidades interpretativas, tales velocidades de las manos y dedos sobre el teclado sólo podían responder a un acuerdo del músico con el mismísimo diablo.

Pero Liszt, además de ser el mayor virtuoso de su tiempo al piano, fue muchas más cosas. Por ejemplo, el profesor de piano quizá más influyente de la historia de la música, creador de una escuela que llega hasta nuestros días y que está en la raíz, por ejemplo, de la llamada escuela rusa del piano. Liszt fue también un generoso impulsor de carreras ajenas, es decir, un atento oyente de la música de los demás. Gracias a su apoyo carreras como las de Berlioz, Camille Saint-Saëns, Grieg, Borodin o el mismísimo Wagner, obtuvieron facilidades para imponerse. En el caso de Wagner su “nueva música”, el músico húngaro fue en algún momento su auténtico valedor, un paladín en la defensa de la revolución musical que el alemán proponía. La relación entre ambos músicos se estrechó de manera definitiva cuando Liszt se convirtió en el suegro de Wagner, y en consecuencia, en antecesor por parentesco directo de todos los wagners aún hoy reinan en el Festival de Bayreuth, ciudad en la que murió Liszt.

Retrato de Franza List, obra de Henri Lehmann (1839)

Retrato de Franza List, obra de Henri Lehmann (1839)

Y luego está el Liszt compositor. Lo fue primordialmente de música para el teclado, en la que como ya se ha dicho, junto a Chopin, es sin duda la corriente más importante e influyente del pianismo romántico del XIX. En el terreno de la música para piano la contribución de Lizst es sencillamente ingente (estudios, transcripciones, rapsodias,, y de una exigencia técnica sí, diabólica (pienso sin ir más lejos en el reto que para todo virtuoso suponen sus 12 estudios de ejecución trascendente). Si la música para piano es el gran caballo de batalla en la escritura musical de Liszt, su contribución a la música sinfónica es decisiva por ser no sé si el inventor de la forma Poema Sinfónico, pero sí desde luego uno de los que contribuyeron a fijar su esencia y naturaleza. Pero pasado el tiempo y contemplada su obra desde una perspectiva histórica, quizá lo que más llama la atención es que su trabajo anticipa, prevé ideas y tendencias que eclosionaron ya en el siglo XX. Me refiero a sus experimentos con las formas musicales o a sus radicales manejos de la armonía, ensayos que abren paso a lo que más tarde eclosionaría con Schoenberg y la Segunda Escuela de Viena.

Algo de esto se deja notar por ejemplo en el famoso Vals Mephisto nº 1. Los Mephisto-Walzer son cuatro valses compuesto por Liszt durante los siguientes periodos: 1859-1862, 1880-1881, 1882 y 1885. Los dos primeros fueron compuestos en un principio para orquesta, y luego se arreglarían para piano solo, dueto y dos pianos. Los otros dos, el tercero y el cuarto, sólo fueron compuestos para piano solo. El primero de estos Mephisto-Walzer es el más conocido de los cuatro y es el que más comúnmente se ha grabado y se ha interpretado en conciertos. Es una música de una belleza arrebatadora, sensual, erótica, mórbida, con un punto de desquiciamiento vanguardista que, en efecto, lo sitúa a la sombra de algo mefistofélico, diabólico.

Como pistoletazo de salida al año Liszt, quiero compartir aquí con ustedes la versión orquestal que del Vals Mephisto número 1 brindaron la Filarmónica de Viena, dirigida por Franz Welser-Möst, durante el pasado Concierto de Año Nuevo. Se trata, creo, de la primera vez que se interpreta este vals diabólico en el tradicional concierto dedicado a los valses y músicas de la familia Strauss.



Versión orquestal del Vals Mephisto número 1 de la Filarmónica de Viena, dirigida por Franz Welser-Möst

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,12 ene 2011 19:47:46 GTM
<![CDATA[El circo de Buffalo Bill, la reina Victoria de Inglaterra, Zapatero y la historia de los EEUU]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1322


Juan Antonio González Fuentes

Corría el año 1887 cuando Buffalo Bill Cody, nacido en la Frontera, en Kansas, jinete y tirador de élite freelance primero para el ejército regular nordista y luego para el ejército federal americano, recaló con su espectáculo El drama de la civilización en el Londres aún victoriano.

El show lo había estrenado William Cody en el Madison Square Garden de Nueva York con notabilísimo éxito al menos un año antes. El espectáculo, con mucho de circense y un algo de museo natural de ciencias etnográficas, duraba cerca de siete horas y movilizaba a centenares de comparsas entre indios y blancos. En el gigantesco escenario se cabalgaban decenas y decenas de caballos, se “disfrutaba” de un auténtico poblado indio en acción, se conmemoraban batallas importantes, se representaban danzas ancestrales, etc, etc...

En la capital todavía en alza de un imperio a la baja como el británico, las representaciones tuvieron lugar en el Earl’s Court. El aplauso y entusiasmo del público inglés logró que el heredero príncipe de Gales se acercara para observar tan insólita “obra teatral”, e incluso recomendó el evento a su señora madre, la reina y emperatriz Victoria. Esta, la reina, no había salido apenas de su reclusión monárquica desde que quedase viuda de su amando príncipe Alberto, pero le hizo caso a su principesco hijo y acudió al espectáculo acompañada del circunspecto primer ministro Gladstone.

William Frederick

William Frederick "Buffalo Bill" Cody (1846–1917) (fuente: wikipedia)

A la reina Victoria, cuya biografía escrita por Lytton Strachey recomiendo aquí vivamente, no le desagradó del todo la puesta en escena con galopes, tiros, polvo, danzas exóticas, gritos y colt 45 humeantes como representación pintoresca y legendaria de lo que era o había sido el far west. Y cuando le preguntaron al respecto se declaró encantada por lo visto. La condescendencia enseguida fue engrandecida por la prensa norteamericana, quien inventó nada más y nada menos que la reina imperial se había levantado respetuosamente cuando la bandera de las barras y estrellas le fue presentada al dar comienzo el show. Ese levantamiento imperial jamás se produjo. José Luis Rodríguez Zapatero emuló con su gesto a la reina Victoria, aunque sin saberlo y seguro que por distintas razones e ideas.

La cuestión es que el supuesto gesto de la reina, fabulado por la prensa amarilla estadounidense del momento, fue vendido, y nunca mejor dicho, en los USA como la prueba definitiva de que el gigantesco y todopoderoso imperio de los primos ingleses había legitimado la entrada de los EEUU en el club de las grandes naciones.

Estados Unidos le debe al circo ecuestre y antropológico del aventurero Buffalo Bill el saludo de la reina Victoria, y con él, su espaldarazo definitivo en el selecto grupo de la diplomacia de altas miras. Al menos esto cuenta la leyenda, y ya se sabe, cuando la leyenda se escribe..., a la historia se le borran unas líneas.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,11 ene 2011 20:14:36 GTM
<![CDATA[Librinos de Ediciones B, el auténtico libro de bolsillo frente al libro electrónico]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1321


Juan Antonio González Fuentes

Los aficionados a la lectura estamos de enhorabuena. Asistimos a un momento clave, único en la historia de la humanidad. La irrupción en nuestras vidas del libro electrónico. Esta “brillante” irrupción está provocando un inevitable debate en torno al futuro del libro en papel, a su supervivencia a largo plazo. En estas mismas páginas ya hemos dicho algo sobre el asunto, sobre todo a raíz de la lectura del libro de conversaciones entre Umberto Eco y el que fuera guionista de Luis Buñuel, Jean-Claude Carrière: Nadie acabará con los libros (Editorial Lumen).

Pues bien, ante el empuje del libro electrónico, el de papel contraataca desde la pura resistencia, haciéndose más barato y manejable. En este sentido, lo último en aparecer en el mercado español son los nuevos Librinos de Ediciones B. Son libros de bolsillo que de verdad caben en un bolsillo. Su tamaño es 8 x 12 cm, pesan sólo 145 gramos, sus páginas son de papel muy fino, el conocido como “papel biblia”, presentan tapa dura y se leen de forma apaisada con una letra de tamaño medio. El precio es de 9,95 euros y a la venta ahora mismo hay seis títulos, entre ellos Africanus de Santiago Posteguillo; Postdata, te quiero de Cecilia Ahern y Entrevista con el vampiro de Anne Rice.

Anne Rice: Entrevista con el vampiro (Ediciones B, Librinos, 2010)

Anne Rice: Entrevista con el vampiro (Ediciones B, Librinos, 2010)

La idea original se le ocurrió a una editorial holandesa especializada en biblias que estaba al borde de la ruina. El nuevo formato y su forma de leerlo, de forma apaisada, salvó a la casa holandesa, y quizá sirva para que los libros en papel resistan un poco más de tiempo al formidable empuje de los electrónicos. Ya veremos!  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,9 ene 2011 14:26:24 GTM
<![CDATA[Los Presidentes Republicanos de Oriente y el ridículo Baltasar de pega de la cabalgata de Reyes madrileña]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1320


Juan Antonio González Fuentes

Creo que son ya cuatro las Noches de Reyes que he pasado en Madrid. La cifra no es muy significativa para un tipo que va camino de cumplir 47 años, y que ha pasado 42 en Santander, con sus Nochebuenas y Nocheviejas correspondientes. Aún viajo a Madrid a pasar la Noche de Reyes cargado con el roscón que elaboran en la santanderina confitería Regma, si lugar a dudas el mejor del mundo mundial.

Las últimas noches de Reyes, insisto, las he pasado en Madrid. Es decir, las he pasado sin sobrinos ni niños alrededor. Algo de nostalgia me aguijonea las entrañas cuando contemplo en televisión la cabalgata madrileña de los Reyes Magos. Echo de menos la de Santander, quiero decir, echo de menos el contacto directo con los niños, el verles las caras de éxtasis frente a frente, el ver a mis sobrinos rasgar impacientes los paquetes de regalos en casa de su abuela, mi madre.

Pero la experiencia madrileña tiene algo de positivo. Me ha hecho plenamente consciente de la importancia española de la Noche de Reyes y de la figura de los Reyes de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar. El fenómeno puede parecer baladí, pero no lo es. Yo creo que España es monárquica de puertas para dentro gracias a la noche del 5 de enero y a la mañana siguiente, la del 6. Los niños españoles son decididamente monárquicos por interés durante toda su infancia. Y eso, lo quieran o no, deja una huella indeleble en el alma y el corazón de la infancia española. Deja una huella, una cicatriz imborrable que permanece en nuestro interior de por vida. Por eso somos monárquicos, aunque con la boca pequeña digamos lo contrario, pues es lo moderno, lo que al parecer está de moda. ¿Alguien puede imaginar una noche de ilusión infantil bajo la sombra de tres presidentes republicanos? ¡Que vienen los presidentes de Oriente, que vienen! Qué ordinariez! Qué desilusión generalizada! Qué mierda de regalos, eso seguro!

Lo que no logro entender por muchas vueltas que le doy es lo del Baltasar de la Cabalgata madrileña. El primer año que vi el espectáculo por televisión ya aluciné no dando crédito. El resto de mis noches de reyes madrileñas siempre he seguido la misma liturgia para comprobar el fenómeno in situ. Ningún año, hasta ahora me ha defraudado la contemplación del insólito fraude. El Baltasar de la capital de España es un tipo pintado de negro!!!, sí, como lo oyen!, un tipo al que le han pintado, mal, la cara de negro. No lo podía creer la primera vez que lo vi, pero ahora ya me troncho de risa cada tarde del 5 de enero madrileño.

En la capital de la España de las pateras, de las multitudes de emigrantes subsaharianos que llegan a nuestras cosas..., en esa España, en ese Madrid en el que habitan decenas de miles de ciudadanos de raza negra, la cabalgata de Reyes ofrece el espectáculo irrisorio de un rey mago negro de pega, de un Al Jonson con corona y manto ridículo de arriba a abajo. ¿No hay ni un solo negro en el Madrid de Ruíz Gallardón que pueda hacer de Baltasar con un poco más de gracia y realismo?

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,7 ene 2011 14:32:31 GTM
<![CDATA[Ley Antitabaco: se puede fumar en psiquiátricos, cárceles y asilos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1319


Juan Antonio González Fuentes

La nueva Ley Antitabaco del gobierno Zapatero prohíbe fumar en cualquier espacio público cerrado salvo las casas particulares. Por tanto queda terminantemente prohibido fumar en bares y restaurantes, en aeropuertos y pabellones deportivos, en edificios públicos, en las zonas comunes de los edificios particulares colectivos (incluyendo, claro, los ascensores). Incluso se prohíbe fumar en las cercanías indeterminadas de hospitales y parques infantiles.

Como era de esperar la nueva ley ha desencadenado una auténtica catarata de opiniones de muy diversa índole en los medios de comunicación e, incluso, reacciones para todos los gustos en los lugares en los que la prohibición sin duda es más polémica: bares y restaurantes. Ya ha habido incluso un hostelero agredido por un fumador al que se le llamó la atención.

No soy fumador y lo cierto es que siempre me ha molestado el humo de los cigarros y cigarrillos en bares y restaurantes. Pero no voy a entrar aquí en ninguna polémica a favor ni en contra de la ley, ni voy a subrayar los principales aspectos más relevantes de la misma. Me refiero, por ejemplo, a la intromisión del señor Estado en la vida particular de sus ciudadanos y negocios particulares, a la defensa de la salud pública, al hecho de prohibir fumar pero cobrar jugosos impuestos por su comercialización, etc, etc…



Venga al sabor de..."MARLBORO": Anuncio de 1988 (vídeo colgado en YouTuber por peneNtrante)

No, lo que pretendo en estas líneas es lanzarle una mirada al asunto pero desde el punto de vista literario. Es decir, ver la realidad diaria desde lo que en ella hay de posibilidad de hacer literatura, y en este sentido la nueva Ley Antitabaco ofrece una cara realmente kafkiana.

¿Conocen ustedes en qué lugares públicos y cerrados la ley sí se permite fumar? Tomen nota: ¡cárceles, psiquiátricos y residencias de ancianos! Nada más que añadir, que cada cuál escriba su propio cuento. 


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,5 ene 2011 18:59:14 GTM
<![CDATA[El poeta abolicionista John Greenleaf Whittier: el irónico saqueador de sí mismo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1318


Juan Antonio González Fuentes

John Greenleaf Whittier (1807-1892) fue en su tiempo un importante poeta norteamericano: cuáquero y decidido abolicionista. Su poesía hoy resulta extremadamente aburrida y lo cierto es que no tiene muchos lectores. Sin embargo Whittier disfrutó de una vida larga y con algunas emociones, muchas derivadas de pasarse casi dos décadas editando periódicos antiesclavistas.

Al parecer, en un ocasión, una turbamulta proesclavista entró con no muy buenos modos en la sede del periódico de Whittier en Filadelfia. Nuestro poeta era el redactor jefe del periódico en ese momento, y logró escabullirse y ponerse a salvo. Pero ni corto ni perezoso, el bueno de Whittier se hizo con una peluca, se cambió de ropa y se sumó a la pandilla de saqueadores que estaban en las oficinas. La enfurecida masa consiguió irrumpir en el despacho de Whittier preguntando a voz en grito dónde estaba semejante canalla abolicinionista, con la probable intención de hacerle cambiar de ideas para siempre jamás. Whittier participó de los gritos y la violenta algarabía, penetró en su propia despacho acordándose del hijo de perra de sí mismo con grandes aspavientos y signos de violencia. Finalmente Whittier aportó su granito de arena en el saqueo de su propio despacho, logrando salvar así los papeles que consideró más importantes, antes de que sus “compañeros” prendiesen fuego al edificio.

John Greenleaf Whittier (1807-1892) (fuente de la foto: wikipedia)

John Greenleaf Whittier (1807-1892) (fuente de la foto: wikipedia)

No sé si la poesía la Whittier es aburrida, de lo que sí da fe la anécdota absolutamente verídica es de que el que no debía ser nada aburrido era el personaje. Alzo mi copa en estos días de fiestas por el recuerdo de John Greenleaf Whittier, quizá un mal poeta, pero un tipo con carácter.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Enero 2011) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Nicholson Baker: El antólogo (Duomo Ediciones, 2010)

LIBRO (diciembre 2010): William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

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LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,4 ene 2011 19:24:13 GTM
<![CDATA[Dámaso López García escribe sobre Enrique Álvarez: Garabandal, la risa de la Virgen (Ediciones Tantín)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1317


Juan Antonio González Fuentes

Mi amigo Dámaso López García, decano de Filología de la Complutense de Madrid, ha escrito una reseña de la última novela de mi amigo Enrique Álvarez: Garabandal, la risa de la Virgen (Tantín, 2010), sobre la que también ya ha escrito un artículo Juan Manuel de Prada. Yo intimé con Enrique Álvarez gracias a Dámaso, ambos amigos desde hace décadas. Pues bien, aquí quiero dejar constancia de la reflexión crítica de mi amigo sobre la novela de mi amigo. Y también quiero recomendarles la novela de Álvarez. ¿Hay mejor manera de comenzar la terrible cuesta de enero que nos espera que tomando el famoso café del lumbrera ministro Sebastián y leyendo sobre milagros? Les dejo con las palabras de don Dámaso (López García):

“Unas apariciones lumpen...?» «¿Otra novela de Enrique Álvarez...?» La casta de bienpensantes (casta que incluye algunos memos egregios que reservan el fervor de sus facticios éxtasis literarios para la lectura de las églogas menores de Keats o para los sonetos inconclusos de algún poeta catalán de quinta fila), como digo, esa casta habrá decidido, tras hacerse preguntas como las que abren esta reseña, que no merece la pena leer Garabandal, la risa de la Virgen, la última novela de Enrique Álvarez. Los miembros de esa casta se equivocan. Como suelen.

Al lector que se acerque a esta novela le será de gran interés dejar de lado las equivocaciones más elementales. Si desea equivocarse, puede hacerlo a lo grande. Puede, por ejemplo, sin justificaciones, no estar de acuerdo con la novela, puede decir que no le ha gustado, pero, para ello, tendrá que leerla. La mala noticia (es decir, la buena) es que acaso, después de leerla, ese hipotético lector no sabrá cómo decir que, en el fondo y en la superficie, la novela le ha gustado. Porque hallará motivos abundantes para que éste sea su juicio.

Después de leer La metamorfosis de Kafka, los lectores suelen dejar testimonio de su perplejidad cuando se preguntan por la metamorfosis más significativa: ¿la del individuo que se convierte en escarabajo?, ¿la de la familia que se convierte en torturadora y verdugo de su pariente, por muy escarabajo que aquél sea? Tras la lectura de Garabandal, la risa de la Virgen, el mismo lector sentirá una tentación parecida: ¿qué es más sorprendente o más milagroso, si se prefiere el vocabulario del autor, que unas niñas de un pueblo de la alta montaña digan que han visto a la Virgen María o que en España, decenio de 1960, todas las familias, que poseyeran un televisor o pudieran verlo en casa de algún vecino, estremecidas de placer e intriga, se sentaran plácidamente ante la pantalla del nuevo aparato a contemplar en una mini-serie televisiva los milagros y apariciones de Belfegor? La novela no resuelve esta perplejidad, porque una novela, en su justificación íntima, no se escribe para resolver ninguna incertidumbre, sino para mostrarla, para mostrar toda suerte de incertidumbres. Las buenas novelas así lo hacen.

El narrador ha elegido las apariciones de la Virgen ante cuatro muchachas de San Sebastián de Garabandal, en 1961, para levantar una suerte de mapa moral y sentimental de la España del momento de las manifestaciones incipientes de lo que en el siglo XXI será el pan de todos de cada día. Sin embargo, el interés de la novela no es documental, aunque sea documentalista la minuciosa exactitud con la que los personajes, los acontecimientos y al ambiente de la época se evocan en ella. La «chica ye-yé», de Conchita Velasco, la canción 'Si yo tuviera una escoba', los cómicos Franz Johan y Gustavo Re se asoman a las páginas de esta obra. Sólo faltan 'Matilde, Perico y Periquín' y la 'Canción del Cola-Cao', pero podrían haber estado, si el interés del autor hubiera sido nostálgicamente documental. La Televisión, el gran invento de la época, puede servir para presentar en esta novela una serie sobre Belfegor, el fantasma del Louvre, cuyo protagonista es un «fantasma negro y muy espigado que llevaba máscara de cuero y deambulaba por la noche por el Louvre», págs. 228-229.

Es muy sencillo, hay un canje de valores: el español medio prefiere los milagros high-tech de la televisión antes que los milagros low-tech de las apariciones tradicionales. El único miembro de la familia santanderina protagonista de la obra que se resiste a los encantos del seductor Belfegor es Casto, quien, educado en la estética ochocentista, dedica sus ocios a escribir un libreto para ópera inspirado nada menos que en la obra de Pereda Sotileza. Un libreto que obtuvo la aprobación de Leopoldo Rodríguez Alcalde.

Enrique Álvarez: Garabandal, la risa de la Virgen (Ediciones Tatín, 2010)

Enrique Álvarez: Garabandal, la risa de la Virgen (Ediciones Tatín, 2010)

Las páginas de esta obra no buscan la complacencia de la ñoña nostalgia. Ni mucho menos. La televisión es, sin duda, el más poderoso medio de ilusionismo; la televisión es algo que puede arrinconar en cualquier desván, de cualquier manera, otras formas de ilusión o de esperanza. Pero, ¿estará seguro el lector que en ese desván no se han arrinconado algunos otros modos y medios de convicción cuya pérdida habrá que lamentar?

La novela de Enrique Álvarez, Garabandal, la risa de la Virgen, además de atesorar muchas otras virtudes, compara un pasado que quizá tuvo sus sombras, pero que tenía su semilla de verdad, con un presente que no tiene menos sombras, pero en el que aún no ha brotado la semilla de su verdad. Ésa es la nostalgia de esta novela. La del futuro. La de la decepción ante unos cambios que glorificaron lo material y desdeñaron las convicciones.

La nostalgia de un mundo que no sabe lo que ha perdido porque no tiene noción de la pérdida. Ocupa las páginas de esta obra la crónica de un desistimiento colectivo. El pasado, como enseña el ángel de la historia de Walter Benjamin, es aquel lugar del que se debe huir con un estremecimiento de horror. En 1969, sin salir del decenio del que se ocupa Enrique Álvarez, el escritor Max Aub escribió un diario, La gallina ciega, en el que reflejó sus experiencias de viaje por España, tras veintinueve años de ausencia en el exilio mexicano. Su diagnóstico fue poco caritativo: España se había achabacanado: su estética era zafia; su cultura, inexistente; su juventud, ignorante; sus ideales políticos, acomodaticios; sus ilusiones, puramente materiales...

Enrique Álvarez no dice cosas muy diferentes, lo dice de forma sosegada, lo trae a la mirada del lector, lo señala, apenas mostrando un leve estremecimiento de sorpresa (el shock of mild surprise, de Wordsworth), tanto más hondo cuanto más inadvertido pase para el común de los lectores.

Belfegor, en la tradición cristiana, es también un demonio de muy antigua estirpe, de origen babilonio, nada menos: tienta a los humanos con la promesa de riquezas y, no menos interesante, con la seducción de los más ingeniosos inventos. Su reinado parece que va a ser duradero.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,30 dic 2010 19:49:33 GTM
<![CDATA[Del Futurismo al Fascismo por medio de la poesía. Hablemos de Marinetti]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1316


Juan Antonio González Fuentes

Hace 101 años, un día de 1909, un poeta italiano con apellido de central del Inter de Milan, Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944), publicó en el diario parisino Le Figaro el Manifiesto Futurista. En él clamaba a favor de la velocidad, el poder y la guerra, y anunciaba a bombo y platillo que el pasado era un lastre del que debíamos deshacernos y que Europa necesitaba con urgencia una nueva forma de pensar.

Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944)

Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944)

Las ideas de este poeta no le vinieron nada mal a tipos como Mussolini o Hitler, aunque estos las adaptasen a sus propias necesidades políticas y paranoias. Marinetti, que se sepa, jamás teorizó en torno al fascismo en esta primera etapa, pero es indudable que entre Futurismo y Fascismo existen vasos sanguíneos comunes. El Futurismo, además de al Fascismo, condujo por la puerta grande hacia lo que hoy entendemos por poesía moderna, en sus múltiples versiones y formatos. Pudiéndose establecer un curioso trípode de conceptos que los especialistas no suelen barajar a la vez: futurismo + fascismo + poesía moderna (que no modernista). No sumo las ideas, tan solo las pongo en una relación que, querámoslo o no, puede hacerse evidente si nos lo proponemos. Ah!, otra curiosidad: “a los poetas ambiciosos les gustaba de verdad Marinetti”, (Nicholson Baker dixit).

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,29 dic 2010 18:16:17 GTM
<![CDATA[La crisis económica en España vista por un emigrante colombiano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1315


Juan Antonio González Fuentes

El escritor Ricardo Bada, a quien conocí hace ya algunas semanas cenando en Santander, me ha enviado un artículo que a él le ha hecho llegar un amigo colombiano. Se trata de un texto titulado “Las vueltas que da la vida”, firmado por Cristián Mejía Trujillo, y publicado por La Patria, Manizales / Colombia, el pasado 27 de diciembre de este año. Mejía Trujillo es un emigrante que llegó a la España del boom económico y que nos ha dejado cuando entramos en crisis. No comparto muchas de las opiniones que lanza el autor, pero creo que su reflexión es de un gran interés.

“Las vueltas que da la vida”

N.B.: "El amor no quita conocimiento", y menos desagradecimiento. Me refiero a un país en donde he pasado un poco más de siete años de mi vida, y en donde además tengo y conservo muchos buenos amigos que, para bien o para mal, están de acuerdo conmigo en estas duras pero cordiales y respetuosas apreciaciones.

Hasta hace poco más de tres años ellos eran el ejemplo para nosotros; largas filas en su sede consular de Bogotá eran la antesala de un maltrato que nunca nos hemos merecido. Nos impusieron un humillante visado para visitarlos que poco más o menos rayaba en la ignominia; nuestros inmigrantes eran tratados allí más que parias llegados de un país azotado por la violencia y el desempleo producto de una guerra civil nunca declarada. Nos costó muchos años de sufrimientos y vejaciones probarles que éramos, y seguimos siendo, gente buena y trabajadora como la más.

Allí se nos entregaron los peores oficios como la limpieza de los excusados, los paletas de la construcción, y nos bautizaron despectivamente como sudacas y narcotraficantes.

Una bonanza económica ficticia los llevó a creer que el dinero prestado no habría que devolverlo nunca, porque la plusvalía -también ilusa-, cubría los créditos y sobraba para los toros, el fútbol, los onomásticos, las fiestas anuales para sus santos protectores y hasta para realizar batallas campales a tomatazo limpio en la plaza pública.

El medio ambiente fue la primera víctima de una irracional fiebre constructora que no respetó calas, razas y acantilados, ramblas y deltas, estuarios, rías y marismas, flechas, cordones y lagunas litorales, playas de arena y guijarros, dunas, y tampoco bosques, ni alamedas y parques nacionales. La corrupción política hizo su agosto entregando permisos urbanísticos dirigidos a la destrucción de una biodiversidad suficientemente desertizada en esas otrora bellas tierras peninsulares.

A diario la maquinaria mediática hispana nos vilipendiaba por no lograr detener la guerra contra el narcoterrorismo que nos impedía crear una riqueza propia que pudiera detener el exilio de nuestros connacionales; muchos de ellos colados en sus territorios para deteriorar su seguridad social y para arrebatar el empleo de sus súbditos con una suficiente fama de perezosos y siesteros.

¿Cuántas madres tuvieron que ver morir a sus hijos en esas tierras peninsulares por no poder tener un visado humanitario que les hubiera podido permitir entrar para entregarles su última bendición?

Pero por fortuna mi Dios no se queda con nada de nadie, como bien decían mis abuelas, porque les llegó la destorcida y con ella el apretón del cinturón al cual se ya se habían desacostumbrado.

La crisis entonces comenzó por la quiebra de los constructores que le apostaban a una desbocada valorización de los inmuebles que se adquirían con unos créditos bancarios de esos que comúnmente se cree, se van a cancelar con las utilidades del negocio.

Pero como no hubo valorizaciones, porque tampoco hubo ventas, los precios en vez de subir, se desplomaron. La suma de todo este desastre terminó por engrosar los pasivos de los bancos que comenzaron a tener que recoger casas y apartamentos por todo el reino patrio; el desempleo comenzó a subir y hoy ese escandaloso 20,7% amenaza con obligar a regresar a la patria cada vez más compatriotas incluido el periodista Daniel Samper Pizano.

El FMI insiste cada día en que el gobierno de Zapatero no está siguiendo sus recomendaciones en materia de ajustes (este año la economía española se contraerá en un 0,3%), y Zapatero sabe que si las hace, se cae, y tiene suerte que la oposición española esté en las manos de Mariano Rajoy, y no en las de José María Aznar.

Regados por todo Colombia andan empresarios y constructores venidos desde allí en busca de oportunidades de negocios en un país que hasta hace poco despreciaban; buscan a un tal perseguido Álvaro Uribe que les indique qué hacer para recuperar el ánimo de sus súbditos que ahora llaman "hijos de Homero Simpson" a todos sus políticos socialistas.

Mientras arrecian las decisiones histéricas de algunos que creen que prohibiendo las corridas de toros van a recuperar la tranquilidad económica en sus bellas plazas, monumentos y corredores históricos, se nos ofrecen amables visados hasta por cinco años con promesa incluida de no regañarnos más por solicitar a nuestro amable estilo que, se "nos regale una botellita de agua fría por favor".

¡Coño!, pues mire usted que aquí no regalamos nada, joder”.    

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,28 dic 2010 13:0:48 GTM
<![CDATA[Presepio, un poema navideño del Nobel Joseph Brodsky]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1314


Juan Antonio González Fuentes


PRESEPIO
(24 de diciembre de 1991)


El Niño, María, José, los Reyes,
los pastores envueltos en las pieles,
animales, camellos, sus guías…
Todo convertido en figuritas de arcilla.

Sobre la nieve de algodón, rociada de purpurina,
arde la hoguera. Y apetece tocar con el dedo
el papel de plata de la estrella; con los cinco mejor
como entonces lo quiso el Niño de Belén.

Entonces en Belén todo era más grande; pero la arcilla,
con el baño de plata por encima
y el algodón esparcido alrededor,
gustaba hacer el papel de lo que había desaparecido.

Ahora eres más grande que todos ellos. Tú,
como un transeúnte a medianoche, desde inalcanzable altura,
te asomas a la ventana del cuartucho-,
y contemplas desde el espacio estas pequeñas figuras.

Allí la vida sigue igual, igual que unos disminuyen
con los siglos en su volumen,
y otros crecen –como ocurrió contigo- .
Allí luchan con copos de nieve las figuritas,
y la más pequeña prueba el pecho.
Y uno tiende a cerrar los ojos, o… a abreviar el trecho
que le separa de otra galaxia, donde tú desprendías
luz en un sórdido desierto –como en las arenas de Palestina.

(Joseph Brodsky, San Petersburgo, 1940-New York, 1996. Premio Nobel de Literatura, 1987).   

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,27 dic 2010 11:21:59 GTM
<![CDATA[El jamón del estudiante musulmán: la punta de un peligrosísimo iceberg]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1313


Juan Antonio González Fuentes

“España nunca ha sido un país racista”, he leído y oído mil veces en periódicos, revistas, programas de radio y televisión y en tertulias familiares y de café. Hoy es evidente que el contenido de la frase no es cierto. España es un país tan racista como cualquier otro, sólo tuvimos que enfrentarnos a la realidad de convivir con millones de emigrantes para tener esa seguridad plena. Lo que sí se debe añadir es que el racismo no lo es tanto por razones culturales y raciales como económicas. Esta reflexión ha cobrado todo su sentido en estos tiempos de gravísima crisis económica. Ahora es cuando los subsidios, ayudas e incentivos de todo tipo a los emigrantes son claramente percibidos por los nativos españoles con el colmillo asomando.

A lo largo de los últimos lustros han sido millones los emigrantes que han llegado a España. La llegada coincidió con el mejor momento económico de nuestra historia reciente. ¿Coincidió o fue debido a..., y facilitado por...? No le demos más vueltas. Es la pescadilla que se muerde la cola. Una cosa conlleva la otra, una cosa es consecuencia de la otra. Durante el periodo de bonanza los emigrantes masivamente han encontrado trabajo en España, y ellos y sus hijos han disfrutado de un Estado de Bienestar que miraba hacia otro lado cuando se hablaba de los peligros del despilfarro generalizado: enseñanza gratuita para todos, ayudas al alquiler y compra de vivienda, créditos bancarios generosos, sanidad gratuita para todos, políticas que favorecían la llegada de familiares de los que aquí trabajaban (primos, hermanos, suegras, madres, cuñados...).

Pero además, los gobiernos españoles de la bonanza fueron hasta ahora muy proclives a la defensa incuestionable de los derechos de los emigrantes en lo tocante a sus costumbres y cultura. Cuando los emigrantes llegados a España eran europeos o hispanoamericanos, la integración cultural y social era más o menos rápida por razones obvias: cristianos, historia común, relaciones de vecindad, herencia grecolatina, incluso el mismo idioma. Sin embargo a España han llegado también cientos de miles de personas de otras razas, religiones y culturas con los que la cosa no ha funcionado. El problema, seamos claros, se ha producido mayoritariamente con los musulmanes, y entre estos, con los procedentes del norte de África: marroquíes, argelinos...

La laxitud de nuestros gobiernos y sus normas referentes a estos emigrantes ha generado un problema que ya es de importancia gigantesca. Los musulmanes en España (y estoy generalizando, claro) se han integrado sólo a medias. Se han adaptado perfectamente a las ventajas que ofrece el sistema, y han rechazado frontalmente los inconvenientes. Es decir, aceptan todas las ventajas económicas y ayudas que hasta ahora ha ofrecido el sistema, y se mueven como pez en el agua en los vericuetos administrativos para obtenerlas, pero rechazan de plano aquello que según su religión y cultura no es aceptable. Hasta aquí el asunto es más o menos tolerable. El verdadero problema estalla cuando utilizan las ventajas de la legalidad vigente, las ventajas que les otorga el sistema, para imponer su propia visión de la vida contra la visión cultural y religiosa de la mayoría de los nativos. Rechazan la integración pero exigen el respeto escrupuloso de sus particularidades, incluso cuando éstas atentan o son contrarias a la tradición social y cultural del país al que han emigrado.



Y es aquí donde el buenismo de nuestros gobiernos no ha sabido marcar la raya del límite y siempre ha dado un paso atrás cuando se trata de decir basta, de decir: “estas son las normas de esta sociedad, si las aceptas bien y si no las aceptas, tendrás que atenerte a las consecuencias”.

El último ejemplo del dislate al que hemos llegado es el referido al jamón, del que les supongo a la mayoría de ustedes perfectamente conocedores. El caso se produjo en Andalucía. Un profesor de enseñanza media habla del jamón en su clase para explicar no sé qué cosa. Explica cómo se cura, cómo se corta... Y un alumno musulmán interrumpe la clase para decirle al profesor que al hablar de jamón está atentando contra sus creencias religiosas y que no lo va a tolerar. El profesor le dice más o menos que cierre la boca y no diga tonterías. El chaval le cuenta el caso a sus padres musulmanes, y éstos, ni cortos ni perezosos, denuncian en comisaría el caso y logran que un fiscal se interese por el asunto. Pasados los días todo ha quedado en nada, como por otra parte era lógico. Pero lo interesante del asunto no es tanto su desarrollo como plantearse lo siguiente. ¿Cómo tiene amueblada la cabeza un chico musulmán hijo de emigrantes en la España actual para poner en marcha el proceso al que dio pistoletazo de salida? ¿Qué ideas habitan en su cabeza y la de sus padres? ¿Qué mentalidad lo domina? ¿Alguien le ha explicado en qué país vive? ¿Sabe que es miembro de una minoría dentro de un sistema democrático que protege sus derechos pero que le debería imponer unas normas a las que someterse? ¿Alguien le ha explicado que debe obligatoriamente someterse a una reglas y que si no quiere hacerlo, a lo que tiene todo el derecho, no tiene cabida en la sociedad española?

Está claro que convivimos con un monstruo cuyas reacciones son ahora mismo imprevisibles. Un monstruo al que los zarpazos de la crisis económica va a herir de manera profunda. Tenemos un problema.
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
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LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,23 dic 2010 19:15:5 GTM
<![CDATA[Imagen perfecta. Vivir en la era de la foto oportunista de Kiku Adatto en Quálea Editorial]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1311


Juan Antonio González Fuentes

Kiku Adatto es una afamada autora, experta y analista de la sociedad y la cultura americana. Es académica residente en el Centro de Humanidades de Harvard. Sus escritos han ayudado a precipitar un debate nacional en los Estados Unidos sobre el tipo de cobertura que se hace de las campañas presidenciales. Sus trabajos han sido publicados por el New York Times, la revista Time, el New Republic, en la BBC, en la Radio Pública Nacional así como en el Huffington Post, entre otras publicaciones académicas nacionales.

Kiku Adatto ha dirigido reuniones de expertos, de líderes del Congreso, de ejecutivos de las cadenas y de periodistas políticos y de los medios de comunicación. También ha dado conferencias sobre los cambios de las tendencias culturales americanas a nivel universitario y en foros públicos, tanto en los Estados Unidos como en el extranjero. Y ahora, la editorial cántabra Quálea edita su libro Imagen perfecta. Vivir en la era de la foto oportunista.

Imagen perfecta constituye un admirable análisis sobre el papel fundamental de la imagen en la cultura moderna y en nuestras vidas. Desde los grandes iconos del cine y el cómic, hasta las relaciones del poder con los medios de comunicación, pasando por la explosión de Facebook, Kiku Adatto denuncia los límites entre realidad y fraude, y nos demuestra por qué las palabras aún siguen siendo importantes.

Kiku Adatto: Imagen perfecta. Vivir en la era de la foto oportunista (Quálea Editorial, 2010)

Kiku Adatto: Imagen perfecta. Vivir en la era de la foto oportunista (Quálea Editorial, 2010)

Este sugerente libro muestra la histórica y creciente banalización y comercialización de la imagen mediática a manos del poder político y los grandes núcleos de poder; un mundo de imágenes férreamente controlado, donde la realidad y el artificio se han fusionado, y donde el control de la información ha escapado lejos de la voluntad de los ciudadanos. A través de una exhaustiva documentación podemos contemplar en sus páginas el ascendente papel protagonista de los medios de comunicación en la construcción de las democracias occidentales.

Kiku Adatto también analiza, con rigor y amenidad, la historia de la televisión, películas de éxito, fotografías de guerra y protesta, iconos de la cultura popular, la explosión de las redes sociales…, todo para demostrarnos cómo el poder de la imagen construye la realidad de nuestra sociedad y nuestra cultura, y determina en gran parte el valor de nuestras vidas. Cómplices de su irresistible atractivo, todavía buscamos imágenes auténticas y seguimos creyendo en la promesa documental de la cámara como testigo e intérprete de nuestras vidas.

Este libro y otros artículos de la autora han ayudado a precipitar un debate nacional en los Estados Unidos sobre el tipo de cobertura que se hace en las campañas presidenciales. Su edición ahora, para el público hispanohablante, lo sitúa en el centro del debate sociopolítico actual sobre el tratamiento de la información; por sí mismo, Imagen perfecta constituye un fascinante trayecto que recorre la historia, el presente y el futuro de nuestra cultura visual e iconográfica.
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,21 dic 2010 19:40:42 GTM
<![CDATA[“A tomar por el culo” informático]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1310


Juan Antonio González Fuentes

Hace muy poco hablaba aquí mismo de la letra Ñ a propósito de un texto María Elena Walsh. Ahora me llega por el ciberespacio una imagen magníficamente expresiva y resumidora de compendios y compendios analíticos. Se trata del teclado de un ordenador que presenta en español una tecla que deberían tener todos nuestros computadores. La tecla en cuestión sirve para escribir en la parpadeante pantalla en blanco el resumen directo de muchos de nuestros pensamientos, la forma de acabar con una discusión, y, sobre todo, un vademécum filosófico del radicalismo pesimista hispano: “a tomar por el culo” es una frase hecha que viene a ser el compendio de todo un mundo interior; una frase que encaja sobre todo con el Sancho Panza que a casi todos nos habita, la filosofía condensada del nihilismo español. Por eso hago una llamada a las multinacionales que fabrican teclados para que, además de no suprimir jamás nuestra Ñ, añadan “a tomar por el culo”..., nos ahorraríamos muchos folios de explicaciones.

 
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,20 dic 2010 19:40:42 GTM
<![CDATA[José de Ciria y Escalante, prosas y poemas (1919-1924) (Icaria-Poesía), Juan Antonio González Fuentes y Alberto Santamaría (eds.)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1309


Juan Antonio González Fuentes

Acaba de aparecer en el mercado editorial español una nueva edición de la obra del poeta y escritor ultraísta José de Ciria y Escalante (Santander, 1903-Madrid, 1924). La edición ve la luz con el sello de la editorial barcelonesa Icaria y la colaboración de la editorial Ediciones La Bahía. Los autores de la edición son el poeta y profesor de Arte Contemporáneo y Crítica de Arte de la Universidad de Salamanca, Alberto Santamaría, y el también poeta Juan Antonio González Fuentes, quien firma estas líneas.



Juan Antonio González Fuentes y Alberto Santamaría (eds): José de Ciria y Escalante prosas y poemas 1919-1924 (Icaria-Poesía, 2010)

El libro acoge un prólogo de Alberto Santamaría en torno al Ultraísmo (págs. 9-27, que incluyen dos explicando la procedencia de los poemas) y una introducción biográfica y de contexto firmada por mí (págs. 29-39, que incluye unas referencias bibliográficas básicas), con el título “Apuntes sobre José de Ciria y Escalante, el Giocondo ultraísta lorquiano". El resto son los trabajos de José de Ciria y Escalante divididos en dos grupos temáticos, la poesía (1919-1921): un total de quince poemas entre los que se incluyen dos traducciones de Apollinaire; y la prosa (1919-1923): cuentos, artículos, reseñas y el prólogo o justificación que escribió presumiblemente Ciria para el único número de la revista ultraísta Reflector.

Esta es la primera edición de la obra de Ciria publicada por una editorial de ámbito nacional, y ya puede adquirirse en librerías y a través de la red.
  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,17 dic 2010 9:38:2 GTM
<![CDATA[El dopaje en el deporte español y José Luis Rodríguez Zapatero, ministro de Deportes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1308


Juan Antonio González Fuentes

La ya triste y famosa “operación Galgo” ha puesto de nuevo de manifiesto una realidad: el dopaje en el deporte español. Y es que era raro que los casos, en otro tiempo bastante reciente, fueran abundantes en el deporte francés, el italiano, el alemán..., y no hubiera apenas repercusión en el deporte español. Bolsas de sangre, productos químicos, programas de preparación tramposos, etc, etc..., ha sido otra vez descubiertos por la policía y la Guardia Civil, y ahora tendrá que ser la justicia quien intente poner algo de orden y concierto en el asunto.

Los variopintos éxitos de nuestro deporte han sido en los últimos años una de las mejores y más eficaces puestas en escena de la marca España en el mundo. Y esta imagen corre serio riesgo de deteriorarse rotundamente si no se toman cartas en el asunto y no se hace una verdadera “limpieza” a fondo. Hay que expulsar a los golfos y tramposos del deporte español, aunque nos cueste toda una generación de deportistas al margen de los éxitos y las medallas. Y esta limpieza no deben hacerla únicamente los jueces. Se trata de limpiar, sí, pero también de poner las bases legales y los controles necesarios para que estos casos o bien desaparezcan por completo o bien queden reducidos a la mínima expresión, sabiendo quienes infringen las normas de limpieza las consecuencias drásticas que caerán sobre ellos. El asunto es gravísimo y con una importancia mucho más trascendente de lo que parece. Los héroes del deporte, esos verdaderos mitos en los que se mira buena parte de la juventud, no pueden ser unos tramposos. Las razones son evidentes. No se puede premiar la trampa, la juventud debe tener unos referentes contundentes y atractivos cuyos logros se deban única y exclusivamente al esfuerzo, el sufrimiento, la disciplina, la competición limpia, los años de empeño.



Zapatero y la Seleccion saltando (vídeo colgado en YouTube por portillorata)

Son las autoridades deportivas españolas quienes deben tomarse el asunto muy en serio y deben hacerlo ya, extirpando el origen del cáncer de raíz y limpiando bien la herida. Yo no sé si alguno de ustedes ha caído en la cuenta. Pero la máxima autoridad deportiva en nuestro país aún no ha dicho esta boca es mía. No ha comparecido, no ha tomado ninguna resolución, no ha dado su opinión, no ha intervenido. ¿Recuerdan quién es esa máxima autoridad? Pues el supuesto ministro del ramo. ¿Y quién es ese señor ministro? Pues no es otro que el presidente del gobierno, un tal José Luis Rodríguez Zapatero, quien se adjudicó el puesto cuando las medallas de oro y los títulos refulgían y proporcionaban titulares y fotos. Ahora, si no estoy del todo equivocado, Zapatero sigue siendo el ministro de deportes español, y debe hacerse responsable del problema ya. Pero me temo que el presidente Zapatero es un pájaro en caída libre, y que si ha desaparecido en asuntos de mayor calado como la crisis económica que nos está destrozando, el que unos cuantos deportistas consuman sustancias prohibidas y ensucien el deporte español no va a hacer que el presidente haga acto de aparición y asuma alguna responsabilidad y se ponga al frente de un plan que acabe con esta lacra. Creo que en estos momentos el mayor dopado que hay en España es nuestro ministro de deportes y presidente de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

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Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,16 dic 2010 19:6:18 GTM
<![CDATA[Gerardo Diego, Julio Maruri, José Luis Hidalgo y José Hierro en torno a un piano y Gabriel Fauré]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1307


Juan Antonio González Fuentes

Ayer martes, a eso de la una y media de la tarde, me acerqué a casa del poeta nonagenario Julio Maruri, localizada muy cerca de la plaza de Pombo en Santander. Julio me había llamado para pedirme más ejemplares de su libro de memorias De un Santander perdido, editado por Ediciones La Bahía, libro del que le entregué algún nuevo paquete.

Julio Maruri me recibió en su confortable buhardilla lleno de vitalidad y ganas de hablar. Vestido, como casi siempre, con algún toque de atildamiento elegante (una especie de sofisticada mantilla sobre los hombros) y fumando unos delgadísimos cigarrillos franceses, estaba sentado en una silla colocada en un rincón de la estancia. La habitación es pequeña y presenta cubierta agaterada. La temperatura era agradable, sobre todo habiendo dejado fuera el intenso frío y la humedad propias de aquí a mediados de diciembre. Todo a la vista está lleno de discos, libros, videos, fotos, pinturas, trastos inverosímiles y dvds. Sobre una mesita de madera y aspecto frágil, descansa en portátil con el que Julio se comunica con sus amigos judíos residentes en la zona de Versalles. Su amigo versallesco Max, en una muy reciente visita a Santander, le compró y acopló al ordenador dos bafles que ahora le permiten escuchar los documentos digitales sonoros que le envían desde Francia.

La conversación con Julio Maruri es una locura luminosa, divertida y lúdica de fuegos de artificio. Sus palabras van de un sitio a otro y recorren un amplísimos espectro conceptual y temático, desde Zapatero al canto de María Callas, desde el libro sobre Kafka que está leyendo en francés a el tipo de tomates que le gusta comprar en el mercado, desde los libros de Max Jacobs que le ha regalado su amigo Max hasta los últimos pufos en el deporte español.



Gabriel Fauré: Romance sans Paroles Op 17, No 3 - Piano (vídeo colgado en YouTube por bulie21)

No sé por qué razón regresamos a su primera juventud, y al piano que a su hermana le compraron sus padres para que aprendiera a tocarlo. Cuenta Julio que estamos en el verano de 1944, regresado él de una interminable mili en Madrid. Ya se ha hecho amigo íntimo de dos poetas locales: José Luis Hidalgo y un tal José Hierro. Sí, ya me acuerdo, estamos hablando de otro poeta santanderino con fama de mal encarado y triste, un tal don Gerardo, Diego, claro. Julio me cuenta que una tarde de ese lejano verano santanderino del año 44 del siglo pasado, se recuerda a sí mismo en el pequeño salón de su casa junto a sus recién adquiridos amigos José Hierro y José Luis Hidalgo, todos veinteañeros de nueva hornada. Estaban reunidos en torno al piano de la hermana de Julio, elemento de cultura no muy abundante en la España provinciana de la posguerra, y por tanto atractivo y llamativo. No, no, los jóvenes no contemplaban embobados el reluciente instrumento, y por supuesto no anhelaban un hermoso recital de la hermana de Julio, estudiante de piano principiante que, ajena a la verdadera vocación, abandonó la afición que le duró poco más de un año, según confiesa Julio. No, los tres poetas, los tres artistas (el trío además también le daba a lo pinceles) escuchaban en silencio el sonido del piano sí, pero no pulsado por la adolescente, sino por el que el trío consideraba uno de sus maestros en lo poético, Gerardo Diego, el poeta, profesor, crítico y músico con vocación amateur de concertista. Don Gerardo, en relación con Hierro e Hidalgo, pronto se enteró de la novedad: ¡un piano nuevo en casa de un joven poeta! Y sin dudarlo, acompañado por los poetas de la H, se encaminó cuesta arriba, arriba, arriba hasta la casa de Julio. Y allí, recuerda Maruri, interpretó música de Fauré. Y cuenta Julio que don Gerardo tenía tan buen oído, que mientras el poeta tocaba el piano, el poeta en ciernes acudió a la cocina de su casa para ver que líquido podía ofrecer al intérprete. Sólo había vino, y Maruri le dijo apesadumbrado al oído de Hidalgo “sólo tengo vino”. Lo dijo lo más bajo posible para que nadie se enterara de la escasez y para no interferir en las notas de Fauré. Pero don Gerardo, sin volverse ni dejar de concentrarse en la teclas blancas y negras, dijo de forma muy audible: “vino está muy bien”.

No debía ser tan ogro don Gerardo cuando subió cuestas y más cuestas acompañado de dos mozalbetes para acudir a casa de otro mozalbete para darles en la intimidad un concierto de piano. Y no debía ser raro ni impertinente cuando aceptó de muy buena gana lo único que, como homenaje, se le podía ofrecer: un vaso de vino, no sabemos si bueno o malo.

Otros textos Juan Antonio González Fuentes sobre Julio Maruri:

-17 de abril de 2007: Julio Maruri
-17 de diciembre de 2007: Un joven Julio Maruri lee una carta de J.R. Jiménez
-06 de julio de 2009: Correspondencia Beltrán de Heredia/Julio Maruri (Ediciones La Bahía, 2009) (I)
-07 de julio de 2009: Correspondencia Beltrán de Heredia/Maruri (Ediciones La Bahía, 2009) (y II)
-07 de septiembre de 2009: Adiós a Pablo Beltrán de Heredia (II)
-28 de octubre de 2009: El poeta Julio Maruri se despide del pintor Ángel Medina
-17 de febrero de 2010: Julio Maruri contempla los Ballets Rusos de Diaghilev en Santander
-16 de abril de 2010: Epílogo de primavera para unos Haikus sin estación, por Julio Maruri
-27 de abril de 2010: Vicente Aleixandre y Julio Maruri, un encuentro en la posguerra. Otra memoria histórica
-10 de junio de 2010: Conversación de tarde de primavera con el poeta Julio Maruri
-14 de junio de 2010. Un fantasma recuerda a Julio Maruri 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,15 dic 2010 19:6:18 GTM
<![CDATA[La letra Ñ por María Elena Walsh]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1306


Juan Antonio González Fuentes

Nos anuncia la wikipedia que María Elena Walsh (Ramos Mejía, Buenos Aires, 1930) es una poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina, que ha sido considerada como “mito viviente, prócer cultural (y) blasón de casi todas las infancias”.[ ]Por su parte, el escritor Leopoldo Brizuela ha puesto de relieve el valor de su creación diciendo que “lo escrito por María Elena configura la obra más importante de todos los tiempos en su género, comparable a la Alicia de Lewis Carroll o a Pinocchio; una obra que revolucionó la manera en que se entendía la relación entre poesía e infancia”.

Especialmente famosa por sus obras infantiles, entre las que se destacan el personaje/canción Manuelita la tortuga y los libros Tutú Marimba, El reino del revés y Dailan Kifki, es también autora de difundidas canciones populares para adultos, entre ellas Como la cigarra, Serenata para la tierra de uno y El valle y el volcán. Otras canciones de su autoría que integran el cancionero popular argentino son La vaca estudiosa, Canción de Titina, El Reino del Revés, La pájara Pinta, La canción de la vacuna (El brujito de Gulubú), La reina Batata, El twist del Mono Liso, Canción para tomar el té, En el país de Nomeacuerdo, La familia Polillal, Los ejecutivos, Zamba para Pepe, Canción de cuna para un gobernante, Oración a la justicia, Dame la mano y vamos ya, etc. Entre sus álbumes destacados se encuentran Canciones para mirar (1963) y Juguemos en el mundo (1968).

La conocida película de dibujos animados Manuelita (1999), dirigida por Manuel García Ferré para el público infantil, se inspira en su famoso personaje y reúne sus canciones.

Entre 1951 y 1963 formó el dúo Leda y María junto a Leda Valladares y entre 1985-1989 fue designada por el presidente Raúl Alfonsín para integrar el Consejo para la Consolidación de la Democracia. Entre los artistas que difundieron el cancionero de María Elena Walsh se destacan el Cuarteto Zupay, Mercedes Sosa, Jairo, Rosa León y Joan Manuel Serrat.



Maria Elena Walsh: Serenata para la tierra de uno (vídeo colgado en YouTube por bizcochino01)

Pues bien, la veterana Maria Elena Walsh ha escrito un elogio de la castellana letra Ñ , letra que compartimos con orgullo y aprovechamiento todos los hispanohablantes. El elogio escrito por la Walsh ésta quiere que se difunda por internet, y yo no estoy aquí para enmendarle la plana a ninguna seÑora.

LA EÑE (por María Elena Walsh)

La culpa es de los gnomos, que nunca quisieron ser ñomos...

Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el
unicornio... Todos evasores de la eñe...

Señoras, señores, compañeros, ¡amados niños!... ¡No nos dejemos arrebatar la eñe!...

Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración... Ya nos redujeron hasta el apócope... Ya nos han traducido el pochoclo (pop corn)...

Y como éramos pocos, la abuelita informática, ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe, con su gracioso peluquín.

Quieren decirme, ¿qué haremos con nuestros sueños?...

Entre la fauna en peligro de extinción, ¿figuran los ñandúes y los ñacurutuces?...

En los pagos de Añatuya, ¿como cantarán Añoranzas?... ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo?... ¿Qué será del Año Nuevo... El tiempo de ñaupa... Aquel tapado de armiño, y La ñata contra el vidrio?... ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní?...

'La ortografía también es gente', escribió Fernando Pessoa... Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones...

Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K... Otros , pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda; la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados, después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui...

A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo... Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta...

Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada, también por pereza y comodidad...

Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños... ¡Impronunciables nativos!... Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece...

Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido, porque así se nos canta...

No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski.

Ninios, suenios, otonio... Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda, y vuelva a llamarse Hispania...

La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software...

Luchemos para no añadir más leña a la hoguera, donde se debate nuestro discriminado signo... Letra es sinónimo de carácter...

¡Avisémoslo al mundo entero por Internet!...
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,14 dic 2010 20:1:22 GTM
<![CDATA[Vicente Aleixandre, un visionario de la intransigencia idiomática del nacionalismo catalán]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1304


Juan Antonio González Fuentes

“Porque los catalanes no se contentarán con que puedan publicar sus libros en catalán, lo que es enteramente justo, sino que en una nueva etapa, cuando llegue, si es que llega, la democracia, querrán que toda la enseñanza en Cataluña se dé en catalán, y el castellano quede completamente desplazado y se estudie como un idioma más, como el francés. A esa desmembración lingüística me opondré siempre, como se opusieron Unamuno y Ortega en el Parlamento de la República”.

Esta reflexión tan premonitoria está realizada en España el 6 de julio de 1952, trece años después de acabada nuestra última Guerra Civil. Pero a pesar de la fecha y el contexto político y social en el que nació, no es el pensamiento verbalizado de un falangista o de un acérrimo franquista; tampoco lo es de un cafre iletrado o un juntaletras de estómago agradecido. No, quien pensaba así, con tal clarividencia, era uno de los mejores poetas españoles del siglo XX, un poeta de la Generación del 27 que llegó a ser nada más y nada menos que premio Nobel de Literatura. Me refiero a Vicente Aleixandre.

Vicente Aleixandre (1898-1984)

Vicente Aleixandre (1898-1984)

El apunte pertenece a la fecha ya subrayada y está recogido en las páginas 27 y 28 de la edición que ahora mismo manejo del libro de José Luis Cano, Los cuadernos de Velintonia, conversaciones con Vicente Aleixandre (Seix Barral, Barcelona, 1986).

Vicente Aleixandre: poeta y, a todas luces, preclaro visionario de lo que iba a ser la política idiomática del intransigente y radicalizado nacionalismo catalán.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,13 dic 2010 20:1:22 GTM
<![CDATA[Felicitación navideña estilo “progre”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1303


Juan Antonio González Fuentes

Mi habitual proveedor de “curiosidades” que circulan por la red global, y de cuyo nombre me acuerdo perfectamente pero no viene al caso (creo haberlo citado ya en alguna ocasión), acaba de hacerme llegar una nueva “curiosidad” que voy a compartir con todos ustedes. Se trata de una felicitación navideña propia de los progresistas de manual y demás fauna moderna y avanzada. El discursito es a todas luces previsible, pero en su previsibilidad no deja de tener algo de gracia y de poner algún que otro dedo en alguna que otra llaga. En fin, diviértanse con la lectura, indígnense o pasen del asunto (según preferencias).

“A todos mis amigos y amigas progres y progras, que lo sois todos y todas si os comparáis conmigo:

Os ruego que aceptéis, sin obligación alguna por vuestra parte, tanto implícita como implícita, mis mejores deseos de unas vacaciones invernales medioambientalmente sostenibles, socialmente solidarias, genéricamente neutrales, nacionalmente plurales, políticamente correctas, ideológicamente transversales y civilizatoriamente equidistantes, practicadas según las tradiciones de vuestra opción religiosa, o de vuestra opción secular, con respeto absoluto por todas las tradiciones religiosas o seculares distintas, o por la ausencia de ellas, así como una entrada fiscalmente exitosa, personalmente satisfactoria y médicamente inalterada, en el período de tiempo conocido como año 2011 según el calendario generalmente aceptado en nuestro entorno cultural sin que ello signifique desatención hacia otros calendarios de otras culturas cuyas contribuciones a la sociedad han ayudado a construir la Civilización Occidental, lo cual no quiere decir que se la considere mejor que otras civilizaciones, y sin que estos deseos establezcan distinción alguna por razón de color, credo, raza, opinión, edad u orientación sexual del felicitado o felicitada”.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

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LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,10 dic 2010 18:34:53 GTM
<![CDATA[Mirlo y Lobo (Blackbird and Wolf) de Henri Cole (Quálea Editorial)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1302


Juan Antonio González Fuentes

Henri Cole nació en Fukuoka (Japón) en 1956. Pronto se trasladó junto a su familia a Virginia, desarrollándose por completo su formación en los Estados Unidos. Su obra poética se inició en 1986 con The Marble Queen; en 1989 añadió la publicación de The Zoo Wheel of Knowledge, a la que se sumaron The Look of Things en 1995, The Visible Man en 1998, Middle Earth en 2003 y Blackbird and Wolf en 2007. Henri Cole ha impartido clases en diversos campus universitarios como los de Columbia, Harvard y Smith College, y actualmente, imparte clases en la Ohio State University.

Su poesía se ha visto favorecida por diversos premios y reconocimientos públicos entre los que destacan el Premio de Poesía Kingsley Tufts y el Premio de la Academia Americana de Berlín. También ha sido finalista del Premio Pulitzer con Middle Earth. Su último libro, Blackbird and Wolf (Farrar, Straus and Giroux, 2007), ha recibido el Premio de Poesía Lenore Marshall 2008. Este galardón lo concede la Academy of American Poets al libro de poesía más importante publicado en Estados Unidos el año anterior.

Henri Cole: Mirlo y Lobo (Quálea Editorial, 2010)

Henri Cole: Mirlo y Lobo (Quálea Editorial, 2010)

En Blackbird and wolf (Mirlo y Lobo), sexto libro de Henri Cole, galardonado con el Premio Leonore Marshall y publicado ahora por la editorial cántabra Quálea Editorial, su autor continua, a través de la ficción, del símil y de la metáfora, su personalísima indagación en las secretas relaciones que enlazan al yo más íntimo con la búsqueda de una verdad de carácter universal. La vida es una compleja red de preguntas sin respuesta, por eso estos poemas no pretenden explicar lo inefable, sino merodear ― gracias a un lenguaje cotidiano sumamente depurado y directo que convierte la anécdota en motivo de reflexión y a la materia prima que le proporciona su propia experiencia ― por los alrededores de una conciencia alerta y poco dada a la conmiseración y la pesadumbre. El tema principal que articula la poesía de Cole no es otro que la extraña capacidad que permite al lenguaje establecer una equilibrada sintonía entre un yo en permanente disputa consigo mismo, un yo soberano y contradictorio con el mundo externo de las personas, los lugares y los objetos que forman parte de la realidad cotidiana.

Lucie Brock-Broido, miembro del jurado que le otorgó el premio, describió su trabajo, como una manifestación del “arte de la concisión violenta” por el modo en que magnifica su temática humana y la dota de una claridad sorprendente y asombrosa. Exigente y minucioso en la elección de la palabra más adecuada, aquella que mejor trasmita la supremacía de la emoción, Cole asciende con este libro a la cima de los poetas indispensables de la más reciente poesía Norteamérica.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,9 dic 2010 19:27:47 GTM
<![CDATA[El boxeador que no podía mirar a los ojos a ningún rival, o el retrato de Floyd Patterson por Gay Talese]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1301


Juan Antonio González Fuentes

“A menudo me preguntó que sentirán los otros boxeadores y qué les pasará por la cabeza cuando pierden -decía Patterson, poniendo en la mesa las tazas de té-. He deseado muchísimo conversar con otro boxeador acerca de esto, comparar pensamientos, a ver si él siente algunas de las cosas que yo he sentido. ¿Pero con quién puedes conversar? La mayoría de los boxeadores no charla mucho que digamos. Y yo ni siquiera puedo mirar a los ojos al otro boxeador cuando nos pesan, por alguna razón.

Cuando nos pesamos Liston y yo los comentaristas deportivos se dieron cuenta de eso y dijeron que yo dejaba ver el miedo. Pero eso no es así. No puedo mirar a los ojos a ningún boxeador porque..., bueno, una vez sí miré a uno a los ojos. Fue hace mucho, mucho tiempo. En ese entonces yo debía de estar con los amateurs. Y cuando miré a mi contendiente vi que tenía una cara tan simpática..., y entonces él me miró a mí..., y me sonrió... ¡y yo le sonreí! Fue raro, muy raro. Cuando un tipo es capaz de mirar al otro y sonreír de ese modo, no creo que tengan nada que hacer peleándose.

No recuerdo qué paso en esa pelea ni recuerdo cómo se llamaba el tipo. Sólo recuerdo que desde entonces no he vuelto a mirar a los ojos a ningún boxeador”.



Sonny Liston vs Floyd Patterson (vídeo colgado en YouTube por The GreatA)

No sé qué daría por escribir como Gay Talese, el periodista norteamericano que junto a Tom Wolfe y Truman Capote inventaron el nuevo periodismo, es decir, el hacer literatura de calado con las noticias, o con los protagonistas de las noticias, escribir cuentos y novelas como reportajes con los sucesos del día, o acercándose a mitos edificados a golpe de popularidad y atención mediática. Insisto, no sé que daría por escribir como Gay Talese, pero no dudo de que ante concretar dicha posibilidad sería generoso conmigo mismo.

Quien quiera saber algo del arte con las palabras de Galese, tiene ahora la oportunidad de leerlo en español gracias al título Retratos y encuentros (Alfagura, 2010) una especie de antología que recoge algunos de los mejores reportajes del periodista, o dicho con otras palabras, una recopilación de algunos de los mejores reportajes periodísticos del último medio siglo. Muestra de lo dicho son los tres párrafos que abren este post, en los que el negro campeón de boxeo Floyd Patterson confiesa que no podía ni quería mirar a los ojos a sus adversarios para no sentir simpatía por ellos. Patterson hizo campeón a Sonny Liston, quien si no estoy equivocado hizo campeón a Cassius Clay.

En fin, un libro para perderse con él y en él sin dudarlo.


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Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

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LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,7 dic 2010 18:40:34 GTM
<![CDATA[Los informes diplomáticos en Wikileaks y el espíritu infantil occidental]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1300


Juan Antonio González Fuentes

El periodista y escritor australiano Julian Assange ha puesto al mundo en jaque con sus filtraciones a través de Wikileaks. Todos los informativos abren desde hace días su tiempo con las “terribles revelaciones”. Ya saben, la mencionada web pone al descubierto los informes realizados por las distintas embajadas norteamericanas distribuidas por todo el mundo, y el mundo de la diplomacia se tambalea, se viene literalmente abajo.

Desconozco si la propia web y los periódicos que publican la información están dosificándola buscando rentabilidad, es decir, vender más periódicos y que cada vez más gente entre en el portal de Assange. Desconozco si las revelaciones realmente importantes se están dilatando en el tiempo siguiendo los usos y costumbres de los folletines al uso, esperando crear un clímax propicio para lanzar la auténtica y demoledora bomba. Digo esto porque hasta la fecha las “asombrosas revelaciones” son realmente inocuas, previsibles y absolutamente elementales. La diplomacia estadounidense, a tenor de lo desvelado por Wikileaks, queda bastante malparada pero no por lo que se supone, sino porque los informes emitidos los podría haber hecho cualquier ciudadano no muy espabilado de los países en cuestión. Tener una embajada en Roma para llegar a la conclusión de que Berlusconi es un mujeriego que se tiñe el pelo, es sonrojante. Tener una embajada en Madrid para informar de que Rodríguez Zapatero es un incapaz, es algo así como para estar abochornado. Y descubrir que la diplomacia norteamericana presiona a los distintos poderes de los países aliados para que no se lesionen los intereses USA, no requiere desde luego un exceso de imaginación. Todos estos informes, todas estas revelaciones, todas estas conclusiones (innsisto, las conocidas hasta ahora)…, las podría haber redactado yo desde el dormitorio de mi calle santanderina, entre sorbo de café y caricia a mi perro.



Para colmo, el escándalo creado por la difusión de estos informes diplomáticos lo que sí revela es la contumaz ignorancia histórica de los periodistas de nuestros días y de la mayoría de sus lectores. Hace siglos que las embajadas de las grandes potencias redactan informes semejantes a los publicados ahora. En el Foreing Office británico deben conservarse toneladas y toneladas de papeles en los que generaciones y generaciones de diplomáticos ingleses han puesto a caldo a reyes, ministros y presidentes de gobierno de todo el globo terráqueo a lo largo de décadas y décadas. Informes en los que se informaba (valga la redundancia) de turbios arreglos, de presiones políticas, de amenazas veladas o directas, de extorsiones en beneficio de intereses económicos británicos, de compra y venta de favores… En fin, de lo que en realidad viene a ser el ejercicio diplomático desde que se inventó: un juego de presiones y represiones, de venta y compra de favores, de amenazas y súplicas, de maniobras en la sombra o a cara descubierta…, siempre en el supuesto beneficio del país e intereses representados.

Hay publicados decenas de libros de historia estudiando y analizando estos informes, y sin ir más lejos se ha estudiado nuestra última guerra civil partiendo de los informes emitidos por las embajadas y consulados de Francia, Inglaterra, EE.UU, Alemania e Italia nuestra geografía.

Querido Julian Assange, no hay nada nuevo bajo el sol, como ya decían los romanos hace unos cuantos siglos. Lo que de verdad revela el fenómeno que has puesto en marcha es el increible espíritu naïf que en el fondo poseen nuestras sociedades occidentales. Sociedades que parecen vivir inmersas en una historieta de Walt Disney en las que los buenos son muy buenos y los malos muy malos; en las que existen los puros de corazón inmaculado y los malvados a cualquier hora del día.

Lo único preocupante del fenómeno wikileaks es que su éxito es la mejor prueba de nuestro infantilismo.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,3 dic 2010 19:35:47 GTM
<![CDATA[El jefe Jerónimo: retrato de un apache pésimo comerciante, por Elbridge A. Burbank y Javier Lucini]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1299


Juan Antonio González Fuentes

El año pasado, con motivo del centenario de la muerte de Gerónimo (1829-1909), Javier Lucini (Madrid, 1973) tradujo al español las memorias del apache para la editorial sevillana Mono Azul, con el título Soy apache. Gerónimo, que hablaba en español para comunicarse con los blancos, le dictó sus recuerdos a S. M. Barret, quien con el apoyo del presidente Theodore Roosevelt, editó el trabajo.

Las sabrosas memorias del jefe apache chiricahua no debieron tener malas ventas (yo las compré y leí en su día, y varios amigos también), y a finales del 2009 apareció en la misma editorial el libro de Javier Lucini Apacherías del salvaje oeste, obra en la que estoy enfrascado ahora mismo con placer y provecho. Es un libro de casi 500 páginas en las que los apaches y todo lo relativo a ellos, aunque sea tangencialmente, tiene cabida. Por eso, cualquier amante del llamado salvaje oeste, del western y sus leyendas, parafernalias y mitos, encontrará en estas páginas material muy sabroso que llevarse a la boca. Nada digo, claro, de aquellos interesados en todo lo que tenga que ver con los indios apaches desde un punto de vista histórico y anecdótico, pues encontrará aquí razones más que suficientes para estar contento.

El caso es que leyendo y leyendo me he topado con un comentario a pie de página que quiero compartir con todos ustedes, y que en cierto modo da medida de por dónde van los tiros en este libro. La anécdota relata el encuentro en 1899 del pintor Elbridge A. Burbank (1858-1949) con el anciano Gerónimo en Fort Sill. El pintor quería realizar un retrato al óleo del célebre caudillo apache. El pintor, lógicamente, esperaba encontrarse cara a cara con un tipo decididamente salvaje, con “El tigre del género humano” o “El terror apache”, apelativos con los que la prensa de la época se refería al jefe. Incluso los periódicos hablaban de la capa que el indio guardaba, una capa confeccionada con las cabelleras de noventa y nuevo blancos.



Sin embargo, cuando el artista llegó a casa de Gerónimo, se encontró con un vejete de escasa talla y con los ojos acuosos y lagrimeando permanentemente. Un anciano que era marido, padre y abuelo..., un tipo amable e inofensivo que acunaba en sus brazos a un bebé y que en cuanto vio al pintor le vendió por un dólar una foto suya firmada, y que nada más escuchar la propuesta del retrato, le exigió al pintor el cincuenta por ciento de las ganancias que se obtuvieran de la venta. Gerónimo al parecer le dijo en su final ingenuidad comercial a Burbank: “Te pagarán un buen dinero por el cuadro, quizá hasta cinco dólares. Quiero la mitad”.

Gerónimo, el temido jefe apache, el terror de los ejércitos mejicano y estadounidense en la frontera de Río Grande, acabó sus días como pacífico comerciante de sí mismo. Y por cierto, como un mal e ingenuo comerciante.

Por cierto, Lucini no lo cuenta, pero el retrato se hizo. Se conserva en el Smithsonian American Art Museum.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Diciembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: William Kennedy: Roscoe, negocios de amor y guerra (Libros del Asteroide, 2010)

LIBRO (noviembre 2010):
Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,2 dic 2010 8:21:29 GTM
<![CDATA[Poemas de Juan Antonio González Fuentes en la Université Sorbonne Nouvelle, el próximo 6 de diciembre]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1298


Juan Antonio González Fuentes

Viajaré a París el próximo fin de semana durante el puente de la Constitución. Se ha convertido en una tradición gozosa que se repite en los últimos años. Hemos viajado en estas fechas que son preámbulo de la Navidad a Dublín, Lyon, Milán y ahora a París. Y aprovechando el viaje hablaré de poesía y leeré poemas en la Universidad de la Sorbona, más concretamente en la Université Sorbonne Nouvelle, o lo que es lo mismo, en Paris 3. La promotora de esta aventura poética es la hispanista Claudie Terrasson, a quien conocí el pasado mes de marzo en el Instituto Cervantes de Lyon, donde analizo mi último libro de poemas, La lengua ciega (DVD ediciones).



Claudie propicia este encuentro-charla en el que mantendré una larga conversación con ella, leeré poemas de libros como La lengua ciega, La luz todavía (DVD ediciones) o Haikus sin estación (Ediciones Carena) y, finalmente, charlaré con los alumnos y profesores asistentes. Con respecto a la labor del hispanismo francés habría que hablar largo y tendido. Durante los últimos tiempos he conocido a profesores como Philippe Merlo Morat (Lyon), Nuria Rodríguez Lázaro (Burdeos), la propia Claudie Terrasson (Paris-Est Marne-la-Vallée)..., cuya labor por la literatura española es sencillamente impagable. A todos ellos quiero expresarles mi agradecimiento y, ya saben, si el próximo 6 de diciembre se encuentran en París, estaré encantado de charlar con ustedes un rato e invitarles a un café.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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Monday,29 nov 2010 8:21:29 GTM
<![CDATA[Haikus y fetichismo del pie]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1297


Juan Antonio González Fuentes

A finales del pasado verano me invitaron a leer haikus de mi libro Haikus sin estación (Carena, Barcelona, 2010) en el taller del modisto santanderino Luis Alonso. Fue una noche muy especial. Hubo champán y canapés para todos los asistentes, hubo canción francesa en vivo y en directo, hubo desfile de modelos, hubo exposición de sombreros, hubo música discotequera, y hubo, claro, lectura de haikus y alguna explicación y charla al respecto. Toda la fiesta estuvo fotografiada por el maestro Michel Quijorna, y el maestro, recientemente, durante el transcurso de una cena, me dio un disco con muchas imágenes del pasado evento.

Foto de Michel Quijorna

Foto de Michel Quijorna

Echándole un vistazo a las imágenes, me sorprendieron algunas por su planteamiento. Yo estoy en el fondo del plano, leyendo o hablando. Estoy rodeado de mujeres en una habitación del taller del modisto. Y en primer plano aparece el pie de una mujer calzado con un zapato de tacón alto. La mujer tiene las piernas cruzadas y se dejan ver pues la falda es leve y bastante corta. No son las piernas de una mujer muy joven, pero se dejan ver con gusto por su firmeza y tersura. Pero lo que más llama la atención es el pie en primer término, sobre todo si uno es fetichista y le gustan los pies (hermosos, claro) de las mujeres. Hay algo en los pliegues de la piel del pie de una mujer, algo en la curvatura milagrosa de su empeine, algo en el diseño de los dedos casi nunca muy largos, algo en la redondez blanda y suave del talón… En fin, siempre hay algo irresistible y profundamente erótico en el diseño tibio de un pie femenino, una promesa sensual de festín para el tacto, la vista y quizá otros sentidos menos confesables.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

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LIBRO (abril 2010):
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LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,28 nov 2010 8:21:29 GTM
<![CDATA[My darling Clementine de John Ford, el duelo en Ok Corral versión UCLA]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1296


Juan Antonio González Fuentes

Una de las fortunas de las que más íntimamente satisfecho estoy, como cinéfilo, es la amistad con el cineasta Paulino Viota. La pasión de Paulino por el cine es uno de los pocos ejes realmente sólidos sobre los que está construida su vida. Hace muchísimos años que no dirige cine, pero sigue vinculado al mismo por medio de conferencias y ciclos en los que analiza las obras de los grandes maestros. Su análisis es pormenorizado, plano a plano, haciendo especial hincapié en las formas, en la construcción, en la sintaxis cinematográfica. Es decir, en la forma y manera en la que los maestros construyeron sus historias a través de imágenes.

Paulino no tiene la oportunidad de ofrecer con frecuencia estos ciclos, aunque siempre hay una cita anual en Barcelona, Valladolid o Santander. Esta vez le ha tocado el turno al western de John Ford, ¡Dios!, una de mis pasiones. Paulino puede ser calificado sin caer en grave error como el máximo especialista en el cine de John Ford que hay en España, incluso por encima de algunos de sus amigos como Víctor Erice, José Luis Guerín o Miguel Marías.



Cartel del ciclo de conferencias de Paulino Viota "El Western de John Ford. Refinamiento, poesía y alma" (ver programa)

El ciclo que está planteando Viota en la Fundación Marcelino Botín consiste en la proyección de tres películas co sus correspondientes conferencias. Tres películas y tres conceptos a desarrollar: My darling Clementine (1946) –Refinamiento; Centauros del desierto (1956)-Poesía; y Río Grande (1950)-Alma.

El ciclo comenzó el pasado 11 de noviembre y terminará el próximo 2 de diciembre. El nivel alcanzado es extraordinario y exigente, y ha incluido alguna que otra sorpresa. La primera (impagable) fue la proyección de My darling Clementine en su versión original fordinada, es decir, no la versión intervenida por el mítico productor Darryl F. Zanuck. La versión a la que me refiero incluye alrededor de seis minutos que el productor cortó en la versión que todos hemos conocido y que es la que siempre se ha visto. La versión original fordiana apareció hace unos pocos años en los archivos de la Universidad de California, UCLA, y hoy es conocida como la versión UCLA.



Tráiler de My Darling Clementine, de John Ford: (vídeo colgado en YouTube por bettielover)

Paulino, en su conferencia, mostró y analizó las diferencias entre las dos versiones, y razonó cómo la versión fordiana es mucho más refinada que la del productor, cómo los detalles en principio mínimos que aportaba John Ford en su versión enriquecían con múltiples y sutiles matices la singular belleza de la historia filmada: la historia de Wyatt Earp, Doc Hollyday y el célebre duelo en OK Corral contra los hermanos Clayton.

Paulino me ha hecho una copia de la versión UCLA, y ahora dispongo en mi videoteca de las dos versiones, la del productor y la del director. Cualquier tarde lluviosa de este invierno montaré en mi casa un ciclo Ford dedicado a mi mismo. Ya me estoy relamiendo!!!

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

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Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,26 nov 2010 20:49:11 GTM
<![CDATA[Ana María Matute Premio Cervantes 2010, o el caso del singular adivino González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1295


Juan Antonio González Fuentes

El post de hoy me lo dan hecho, y quien me lo da hecho soy yo mismo. Sí, ya sé que la frase parece formar parte de un dialogo marxista (brothers), pero ni quito ni pongo una coma. Me explico. El premio Cervantes 2010 ha recaído en la escritora barcelonesa Ana María Matute (1925), y el caso es que yo ya lo sabía. A ello me referí en un post publicado aquí mismo el pasado 8 de octubre de 2010, un texto que titulé: "El premio Cervantes 2010 será mujer y española". El post no tuvo muchas lecturas, y creo que hoy es el mejor día para rescatarlo y que los interesados lo lean. Sinceramente creo que es interesante. Es probable que a partir de ahora me dedique a adivinar el futuro.  

El Premio Cervantes 2010 será mujer y española (8-10-2010)


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,25 nov 2010 8:57:24 GTM
<![CDATA[Work in progress, poema en proceso]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1294


Juan Antonio González Fuentes

Hace ya meses publiqué en estas páginas el arranque del nuevo poema en prosa en el que estoy trabajando. Se trata de un largo poema en prosa en la senda de Espacio de Juan Ramón Jiménez. Un poema que nació tras el viaje que realicé a Nueva York y en el que voy trabajado muy poco a poco, mientras avanzo también en un nuevo libro de haikus, escribo estos post diarios y me encargo de algunas ediciones y antologías de otros autores, la próxima sobre la obra del poeta ultraísta José de Ciria y Escalante, que aparecerá esta misma semana en la editorial barcelonesa Icaria.

El nuevo poema no tiene aún título e, insisto, avanzo muy lentamente en su desarrollo. Pero quiero compartir con todos ustedes la experiencia de ir escribiendo el poema a ojos vista, realizar cambios sutiles, cambiar palabras, añadir frases, párrafos… Y que ustedes, si lo desean, puedan hacer comentarios que quizá influyan en el proceso de escritura del texto. Les dejo con el poema, tal y como es ahora mismo, siendo un work in progress, una poema en proceso.


...lo mismo que una araña hila una tela sin mañana ni ayer...
Paul Valéry (Cuadernos, apunte de 1940)



Del otro lado. Sí, ya es más del otro lado el tiempo que se alza ante nosotros, en regreso, con las manos abiertas. Sí, ya es más el tiempo ajeno, según susurra a mi oído el viento oscuro de la palabra que se da entre las hojas frente a ti, cuando no pide nada tras los postes de madera en Battery Park, estupor de espera en la frontera enhiesta de Manhattan. Y aquí, en esta inmensa ciudad destinada conmigo al olvido, quietamente, pienso en la distancia de aquellos que esperan a su igual en algún azar con sentido nuevo y aspiración al canto. Pero nosotros vamos ya cumpliendo demasiados años y empezamos a olvidarlo todo, a saberlo todo con la voz monótona de los pájaros que habitan los rincones donde alguien llora como un río adverso, obstinadamente indescifrable.

Sí, llegar…, llegar a los ángulos desiertos en los que la muerte reclama proseguir soñando el sueño biográfico de la realidad. Y es en esos lugares y en esos momentos donde nace la misma senda que se canta en las patéticas astillas de la ceniza, para luego mezclarse consigo en un tiempo sin entonces, a punto de ocurrir, desfigurado. Y muy pronto, desde aquí tan sólo, oscilará la luz abierta hacia donde el mar recuerda su resplandor cuando estremece la sangre que ahora muere. Mas poco importa que los hechos nos hagan nuevos, que nos empiecen volviendo del revés lo que se sitúa más allá de lo posible en su tímida blancura. Da igual. Ya da igual, pues la carne y el color intenso de la tierra que se abre cerca con su sombra violeta, han caído sobre nosotros como un viejo trueno escrito en la pared. Y entre bosques, a lo lejos, se atraviesa un paisaje imaginario de duros rojos y espadas ahogadas en el eco hastiado de un golpe primerizo.

Y ahora, sentados entre las viejas tumbas clavadas como estacas en la hierba fría de Saint Trinity Church, Lower Manhattan, contemplamos al ángel que no vuelve, al ángel que levanta hacia el cielo su mano y proclama un tiempo a través del humo, de la fórmula de pétalo en la línea herrumbrosa del jardín. Es el ángel de la realidad sin tardanza, el ángel del lenguaje, de la idea, del mito último y definitivo..., el ángel de la luz que busca enredarse curva en el principio para abrazarse a sí misma muchas veces, temerosa de la quietud prescindible del sentido con el que firma un contrato para siempre.

Así el camino y el ángel se aferran a nuestras manos para habitarlas en el silencio que el mundo derrama en vano. Y nuestras manos fueron redimidas por lágrimas transmutadas en telón de vida, en calles andadas por un castigo que frente al espejo se elude porque sueña el calor de la carne en repetible lejanía.

Y acontece que nos sitúan al acecho del mundo estas manos ungidas de abandono. Pero sé que no importa dónde estemos mientras se muestre abierto aún nuestro límite a la fatiga, al lenguaje dolorido del viento que con palabras taladra los fermentos secos del querer decir.

Y es que somos ángeles, ángeles en la espera. Somos segmentos finales del frío de la muerte bajo las juntas audibles del cielo de Manhattan. Y en los rincones remotos los pájaros del frío sobrevuelan montañas de incienso, anidan en las miradas perdidas y no dan explicaciones cuando regresan a su redil. ¿Pero quién recupera la sangre sucia de la que brota moribunda la herida que interminable se difumina en mí? Silencio. Mas todavía siento la arena del viento que acuna benigna el rocío mortal de la tarde, que lo hace sudario para vencerme en círculos de milagro y aliviar a los afligidos con manzanas y ciruelas. En la tierra de Saint Trinity Church las hojas del árbol púrpura proclaman toda la verdad y sólo la verdad, y susurran que la nieve ampara mejor a los que duermen, porque es tenue su puño de luz. De luz.

Ahora recuerdo que Paul Valéry, en 1902, escribió en su cuaderno que los relámpagos son muy amplios-muy breves-absolutamente suficientes. Suficientes. Y siento en este instante de relámpago la conjunción imprecisa de mis células, su voluntad de enjambre pensándose universo, metáfora derramada como ofrenda estrepitosa a la condena. Estoy solo. Solo. Todo para mí mismo en un eco insular de imágenes, saltos, analogías con capacidad de reacción todavía personal.

A mi lado alguien canta la ausencia de umbrales y la incertidumbre que en él provoca desconocer la palabra que lo sitúa en el mundo, en la nada más dolorosa de las primeras sirenas desnudas, en esa simetría exacta del ‘todo ha pasado’ europeo que al maestro monsieur Rimbaud –maestro de lo desierto– le hizo posible saludar a la belleza, esa calidad extrema de la utopía.

Y retomo la nieve de cada instante ya ocurrido, la que duerme la luz con voces de último minuto en un proyecto de olvido que ajeno desvela la escarcha de mirada pura. No sé dónde empieza este vínculo creciente que conmigo transcurre al pronunciar el fresco sacramento de la ceniza, y bajo un mismo gesto enlaza en cada surco la más tierna agonía, su fiebre golosa y madura de cosechas y ataúdes enfermos.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,24 nov 2010 8:57:24 GTM
<![CDATA[Ghost army, el ejército norteamericano fantasma en la II Guerra Mundial]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1292
 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando los ejércitos aliados invadieron la Europa bajo el poder nazi durante la Segunda Guerra Mundial, muy poca gente sabía que parte de esos ejércitos lo eran de pega, es decir, que eran una especie de ejército fantasma con igual capacidad destructiva real que un infantil patito de goma. Sí, no me estoy inventando nada. Ahora les cuento.

Parte del ejército norteamericano desembarcado en las costas de Normandía estaba formado por estudiantes de arte, técnicos de sonido, modelistas, pintores… Todos juntos formaban una unidad denominada ghost army, o dicho con otras palabras, una unidad fantasma del ejército. ¿Por qué fantasma? Pues porque era una unidad que simulaba ser un gran ejército con gran capacidad destructiva. Y lo simulaba empleando trucos que parecen pueriles a nuestros ojos, pero que fueron muy efectivos en su día y en el transcurso de aquella guerra. Me refiero por ejemplo a trucos como el despliegue en el terreno de decenas y decenas de carros de combate hinchables, o de cañones de goma también hinchables, o de soldados que se inflaban como globos…, o a la colocación en lugares estratégicos de grandísimos altavoces por los que se emitía el terrorífico estruendo del paso de toda una división acorazada inexistente. Todos estos trucos más o menos pueriles, más o menos increíbles, fueron sin embargo de una efectividad pasmosa, pues los ejércitos alemanes en no pocas ocasiones se retiraron del campo de batalla, o retrocedieron kilómetros y kilómetros pensando que tenían enfrente a un ejército gigantesco y dispuesto a la más descarnada batalla.



El ghost army fue sencillamente un producto de lo que en el mundo del cine se llaman “efectos especiales, esos “efectos” que sirven para inventar y hacer creíble algo irreal al espectador: disparos, invasiones, incendios, animales monstruosos, tormentas, carreras de coches y un largo etcétera generalmente relacionado con situaciones peligrosas, muy caras o imposibles de reproducir.

El mando norteamericano decidió recurrir a los efectos especiales para simular un ejército mayor, más numeroso y mejor pertrechado del existente en la realidad. Para lograr su propósito recurrieron al sentido común, es decir, a los profesionales de hacer creíble lo increíble: artistas, técnicos cinematográficos… Insisto, el resultado final fue de una eficacia reveladora: los alemanes huyeron ante la presencia de tanques de goma, se dispersaron ante el sonido grabado y amplificado de cañones inexistentes.



Ghost Army Trailer July 2008 (vídeo colgado en YouTube ghostarmy23)

El ghost army fue un éxito rotundo aunque de proporciones modestas. Durante la invasión de Irak el ejército de Sadam recurrió también a los efectos especiales (tanques falsos diseminados por campos de combate y “descubiertos” por satélites artificiales espías), aunque no tuvieron muchas fortuna, quizá porque los contrarios, los aliados, no eran ajenos a los trucos en tiempo de guerra.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,23 nov 2010 18:49:1 GTM
<![CDATA[Músicos del Vístula polaco: Chopin, Szymanovski, Witold Lutoslavski o Krzystof Penderecki]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1291
 

Juan Antonio González Fuentes

El Vístula es el río más importante de Polonia, y uno de los más importantes del oriente europeo. Mide de largo 1.070 km, y baña con sus aguas más de 192.000 kilómetros cuadrados (aproximadamente, dos tercios de la superficie de Polonia). Nace en los montes Cárpatos, a 1.220 m de altura, y discurre primero hacia el norte, después hacia el este y, por último, hacia el oeste. Desemboca en el golfo de Gdansk, en el Báltico. El Vístula es navegable en su totalidad para barcos de poco tonelaje, y está comunicado por medio de canales con el río Oder. Las ciudades más importantes que halla a su paso son la de Cracovia, Varsovia y Toruń, y la ciudad portuaria de Gdansk, que se encuentra al oeste de su desembocadura.

No cabe la menor duda, el Vístula es un río al que abandonó su compositor. El compositor de los ríos y ríos de música que proporciona el Vístula debió ser Chopin, pero el tuberculoso genio del piano prefirió escribir polonesas, nocturnos, mazurcas, sonatas, valses, baladas o preludios sin perder de vista al Sena o la suavidad del Mediterráneo sesteando con George Sand en alguna cala de Mallorca. Al Vístula hay que relacionarlo con músicos menos románticos que Frédéric Chopin, de cuyo nacimiento este año se cumplen ya doscientos, aunque su música continúa en plena forma. Me refiero a compositores como Karol Szymanovski (1882-1937), Witold Lutoslavski (1913-1994) o Krzystof Penderecki (1933), compositores cuyos apellidos de compleja grafía en español dejan en mi paladar sabor a onza de chocolate y a partido de fútbol en blanco y negro de la antigua copa de la UEFA. Sí, uno de aquellos aburridos encuentros de primera ronda entre un Madrid blanco y setentero y un oscuro equipo amateur, militarizado, de más allá del Telón de Acero

A Szymanovski lo sedujo en un principio la música del Rhin, más concretamente los cisnes wagnerianos de Lohengrin de los que ya se habló antes con algo de lírica. El niño Szymanovski asistió a una representación de la ópera de Wagner en Viena y acto seguido, con entusiasmo, escribió dos Sonatas para piano y otra para violín, partituras todas ellas quizá afortunadamente perdidas para siempre. Su vida creativa está dividida en tres periodos: romántico, impresionista (1910-1919) y polaco (1920-1934). Cuando Polonia alcanzó su independencia, tras la Primera Gran Guerra, el músico se afanó en la búsqueda de las raíces musicales nacionales, favoreciendo la eclosión de una escuela musical polaca moderna de la que Lutoslavski fue el principal continuador y exponente. Al poco, los alemanes más wagnerianos decidieron que los cisnes de Lohengrin se enjuagasen el pico en el Vístula, y así, de nuevo, cayó Polonia. Otra guerra mundial.



Royal String Quartet, Szymanowski 1st mvt. no 1 op. 37 (vídeo colgado en YouTuber por IzaZimak)

Lutoslawski fue durante mucho tiempo el compositor polaco del siglo XX por excelencia. Su carrera internacional lo llevó a escribir piezas que estrenaron Georg Solti, la Sinfónica de Chicago, Rostropovich, Zimerman, Anne-Sophier Mutter... La principal obra camerística de este compositor es su único Cuarteto de cuerdas, pieza sobre la que él mismo dijo: “Lo escribí en 1964, por encargo de la Radio sueca. La obra fue estrenada por el Cuarteto La Salle en el Museo de Arte Moderno de Estocolmo, el 12 de marzo de 1965. Consta de dos movimientos: introducción y movimiento principal... El tempo no está establecido sino de manera aproximada, y lo mismo sucede en cuanto a los valores rítmicos. Cada instrumentista debe tocar su parte como si fuera solista. Las transiciones rápidas no afectan más que a uno u otro de los intérpretes y, por lo tanto, deben efectuarse con una independencia total entre los ejecutantes”. Por una vez un compositor da más pistas de las que quita. Que no sirva de precedente.



Witold Lutosławski: String Quartet (vídeo colgado en YouTuber por Epogdous)

Tras Lutoslawski, llegó Penderecki, en una especie de hilo musical interrumpido cuyo denominador común es Polonia, es decir, el Vístula y su música de agua. De la música de cámara del prolífico Penderecki sólo se imponen en las salas de concierto de nuestros días sus dos cuartetos y algunas piezas experimentales o de circunstancias. Sus cuartetos están escritos respectivamente al comienzo y al final de la década de los 1960. El primero lo estrenó en 1962 el Cuarteto La Salle en la Universidad de Cincinnati, cuando los Beatles empezaban a vender algún que otro disco con las grabaciones de “Love me do" y Please, please me. El segundo lo dio a conocer el Cuarteto Parrenin en 1968 durante las Semanas Musicales de Berlín, cuando los cuatro chicos de Liverpool eran ya una leyenda y proclamaban a voz en grito una revolución hinduista, relajada, psicodélica y no violencia. Los dos son cuartetos que dejan a los intérpretes una gran capacidad de iniciativa a la hora de elegir tempos o alargar o acortar determinadas frases. La larga sombra de los cuartetos de Bela Bartok se deja sentir estas piezas en las que hay variaciones dinámicas sin transición, audaces pizzicatos, armónicos glissantes, amplios vibratos..., siendo obras de un impacto físico muy llamativo.   



Krzystof Penderecki: Notturno from Divertimento for cello (vídeo colgado en YouTuber por adamm102)

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LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,22 nov 2010 18:49:1 GTM
<![CDATA[El Canto de los remeros del Volga y Balákirev y Manuel de Falla]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1290
 

Juan Antonio González Fuentes

El Volga es el río más largo y caudaloso de Europa. Con sus afluentes, riega más de un tercio de la superficie de la llamada Rusia europea. Nace en las colinas de Valdái a 228 metros de altitud, entre las ciudades de Moscú y San Petersburgo, y desemboca en el Mar Caspio tras recorrer 3.700 km. El Volga es navegable en casi todo su recorrido gracias a las enormes obras de acondicionamiento realizadas fundamentalmente durante la segunda mitad del siglo XX. Su cuenca, con una superficie de 1.350.000 km², ocupa el puesto 18 de entre las mayores del mundo. El valle del Volga concentra desde la II Guerra Mundial una parte importante de las actividades industriales de Rusia. La influencia de este río en el imaginario ruso es palpable tanto en la literatura como en la música.



Illya Yefimovich Repin: Burlaks en el Volga (1870-1873)

Para que las embarcaciones remontasen algunos tramos del río Volga, era preciso que los remeros empujasen la pesada nave tirando de sogas. El trabajo era durísimo, agotador, y para sobrellevarlo un poco mejor, los hombres cantaban inspirados tal vez en la música de las aguas del río cercano que sin pretenderlo les torturaba. Era un canto que brotaba del puro sufrimiento, de la miseria más profunda amamantada por las costumbres de un imperio, el de los zares, al que ya no le quedaban muchas décadas de supervivencia. El canto fue escuchado por el aristocrático compositor Mili Balákirev (1837-1910), y luego convenientemente pasado a partitura y publicado en un libro de canciones populares rusas. Es el Canto de los remeros del Volga. La canción está también inspirada en la pintura de Illya Yefimovich Repin (1844-1930), Burlaks en el Volga realizada entre los años 1870 y 1873. El canto se popularizó hasta convertirse casi en un himno oficioso gracias al bajo Fiódor Ivánovich Chaliapin (1873-1938), el más famoso cantante de ópera ruso de la primera mitad del siglo XX, y uno de los mitos del canto operístico de todos los tiempos gracias a la belleza profunda e hipnótica de su voz, a su impresionante presencia física sobre el escenario, y a unas dotes como actor con las que logró erradicar las actuaciones impostadas y pocos naturales propias del tradicionalista mundo de la ópera que él vivió. Chaliapin y su Canto de los remeros del Volga es a éste río lo que Paul Robeson (su versión del Canto) y su Old man river al Misisipi. Lo resume todo, lo explica todo. Es el sudor de los trabajadores transformado en agua del río; o al revés, el agua del río que se materializa en húmedo dolor y esfuerzo.



Boris Christoff: Song of the Volga Boatmen (vídeo colgado en YouTbe por Gabba02)

En la Rusia revolucionaria de 1922 había más de dos millones de refugiados fruto de la I Guerra Mundial y de los propios acontecimientos revolucionarios desencadenados por Lenin y compañía. En la recién creada Sociedad de Naciones, el antecedente inmediato de la ONU, trabajaba en funciones diplomáticas Ricardo Baeza, quien encargó a Manuel de Falla una adaptación del Canto de los remeros del Volga. El maestro gaditano escribió la obra y le puso un paréntesis explicativo: (del cancionero musical ruso). Los beneficios obtenidos por la publicación de la canción de don Manuel fueron íntegramente donados a ayudar a esos dos millones de rusos que, una vez fusilado el zar, continuaron sufriendo y arrastrando por su particular Volga interior la pesada carga del oprobio y la miseria rusas (perdón, soviéticas).

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,19 nov 2010 18:49:51 GTM
<![CDATA[El Guadalquivir no llamó la atención de Mozart, Verdi, Bizet, Rossini...]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1289
 

Juan Antonio González Fuentes

El Guadalquivir mide unos 722 kilómetros de largo, lo que le hace el quinto en extensión de España. Atraviesa las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz, aunque su cuenca incluye territorios de las ocho provincias andaluzas, así como comarcas de Murcia, Albacete, Ciudad Real y Badajoz. Desemboca en el océano Atlántico por la localidad de San Lúcar de Barrameda. Su nombre deriva del árabe al-wadi al-Kabir (el río Grande), mientras que los romanos lo llamaron Betis y los griegos, que se interesaron por el Gran Río del sur de Hispania a través de la información recogida por los fenicios, lo llamaron Tharsis, o río de los Tartessos.

Andalucía es el Guadalquivir. Y al revés, el Guadalquivir no se entiende sin Andalucía. La música de este río suena siempre a azahar, a romero, a olivo, a naranjo, a sol de justicia, a guitarra flamenca, a manzanilla, a soleá, y a esa la poesía que habla de acequias, rumores, embrujos gitanos e infancias que son recuerdos de un patio sevillano. Hay mucho tópico en la música del río Guadalquivir, pero ya se sabe que cada tópico se levanta sobre las cenizas calientes de una realidad muy terca. Dicen que en el flamenco es donde mejor se expresa el Guadalquivir, pero me parece un tópico más a sumar a la gran montaña de tópicos creada en torno al río y su andalucismo. Mucho se ha escrito en torno a los ritmos del cauce que recala en Sevilla. Si se escriben juntas en google las palabras música y Guadalquivir, a uno le sorprenden la cantidad y diversidad de los resultados.



Daniel Barenboim dirige El Amor Brujo ("Danza ritual del fuego") de Manuel de Falla con la Chicago Symphony Orchestra (vídeo colgado en YouTube por goodlionore)

La música del Guadalquivir, sin embargo, no parece llamar la atención de los oídos extranjeros. Por ejemplo, Sevilla es la ciudad del mundo que sirve de escenario al mayor número de grandes óperas de la historia. Mozart, Verdi, Bizet, Rossini..., escribieron la música de óperas hoy en repertorio cuya acción transcurre en Sevilla, la misma Sevilla que el Guadalquivir atraviesa y caracteriza. Pero no recuerdo que, paradójicamente, el Guadalquivir tenga algún protagonismo llamativo en ninguna de ellas. Y es que quizá las melodías del azahar, la oliva, los naranjos, las palmeras..., requieran para la plena compresión de su sentido un paisanaje natural y de raíz con el entorno ribereño, una familiaridad que trascienda la superficialidad del tópico.

Lo que por otro lado es una evidencia es que sin el influjo andaluz del sonido del Guadalquivir quizá no se comprenda bien del todo la música de los más grandes compositores españoles de la probablemente mal llamada “escuela nacionalista”. Me refiero, claro está, a que los rumores del Guadalquivir respiran con bastante claridad en la música de Turina, Albéniz, Falla, Granados, Tárrega, Rodrigo... Es un matiz oriental, un aroma a sombra de mezquita o minarete que brilla siempre como marca de fábrica, como extensión y presencia de un españolismo andaluz erigido en tópico monumental, efectivo, afectuoso, reconocible como un pasodoble lento y triste sintonizado en una Nochebuena norteamericana.

Y es que está el pulso del Guadalquivir, abierto a cantar un sonido que sólo puede ser de España.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,18 nov 2010 18:49:51 GTM
<![CDATA[La Praga del Golem, Smetana, Kafka y el Moldava]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1288
 

Juan Antonio González Fuentes

Guardo muchos recuerdos de la ciudad de Praga, algunos kafkianos, nunca mejor dicho. Entre ellos la estatua de Smetana con el Moldava al fondo, y la silueta del puente de San Carlos cruzando un tramo de su caudaloso río casi de puntillas. Praga es una ciudad hermosa que huele a metamorfosis, a cerveza, a Golem, a fantasmas, a teatros de sombras y a antiquísimo cementerio judío. En Praga el pasado es un estado de la cuestión mucho más vivo que el presente, e infinitamente con más futuro que el futuro. El Moldava parte en dos la ciudad, es su principal partitura, la banda sonora perfecta para una estampa de castillos, poetas de febril mirada y una arquitectura urbana en la que lo diminuto siempre se agiganta: ¡toda la belleza del mundo!, dejó escrito al respecto el poeta Jaroslav Seifert. Praga fue la tercera capital de un imperio de opereta que cuando se desmoronó a golpe de bayoneta y trincheras (por completo ajenas al más mínima sendero de gloria), dejó paso franco al subconsciente, al psicoanálisis y los caligramas más zánganos de la vanguardia. Praga es una ciudad que no precisa del diván de Freud, pues Praga es en sí misma un diván laberíntico que conduce a sus visitantes a interpretar los sueños.

El bohemio Bedrich Smetana murió en Praga en 1884 nada más cumplir sesenta años. Diez años antes, en 1874, le devolvió al río de la ciudad todos los sonidos que previamente le había quitado. El “regalo” tomó forma de poema sinfónico -el segundo del ciclo que el músico tituló Mi Patria (Ma Vlast)-, y con gratitud lo tituló de la manera más sencilla y elocuente: El Moldava. La obra es un cuadro sonoro de carácter programático que plasma con sonidos el viaje del río mientras atraviesa tierras de Bohemia y Moravia hasta su llegada a Praga, transformado ya en un río majestuoso y célebre. El propio Smetana proporcionó una serie de indicaciones a modo de programa que encabezan cada una de las secciones.



Second Queensland Youth Orchestra dirigida por Sergei V. Korschmin interpreta el segundo movimiento de El Moldava de Bedrich Smetana (vídeo colgado en YouTube por A1okEZ)

La composición describe el curso del río Moldava: su nacimiento en dos pequeños manantiales, el Moldava Frío y el Moldava Caliente; su discurrir a través de bosques y pastizales, de un territorio en el que se celebra una boda alegre y campesina. También se describe la danza de las náyades a la luz de la luna y las cercanías del río en las que se vislumbran castillos y ruinas. Luego la música dibuja cómo el Moldava se precipita en los rápidos de San Juan, y cómo poco más tarde se ensancha y fluye plácidamente hacia Praga, donde pasa ante el castillo para desaparecer en la lejanía, desembocando en el río Elba. La obra se estrenó el 4 de abril de 1875 en Praga.

Mientras Smetana le escribía música al río de su vida, él se contaba a la vez en partitura. Me refiero a la redacción de su primer cuarteto, al que tituló De mi vida, pues es una pieza por completo autobiográfica. En 1874 Smetana estaba acosado por un lado y por otro. Para las autoridades imperiales austriacas era un revolucionario, para los medios musicales de Praga era un vanguardista, y para los artistas más jóvenes de su en torno era ya sólo un pobre viejo del que nada cabía esperar y que nada había hecho por la auténtica música checa. En la noche del 19 al 20 de octubre de ese mismo año, Smetana comprobó que su sordera era ya definitiva, y cayó en un estado total de abatimiento del que salió empezando a escribir las primeras notas de su primer cuarteto, el “cuarteto de su vida”. La pieza fue estrenada con éxito el 29 de marzo de 1879, aunque fue tras su reposición en Weimar cuando entusiasmó incluso a un Franz Liszt que elogió la partitura sin reservas. Sin embargo la edición definitiva de la obra no llegó hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en 1946.



Dvorak String Quartet in E Flat Major, Op. 51, Enso Quartet, Library of Congress (vídeo colgado en YouTube por ensoquartet)

El otro gran compositor checo de un romanticismo tardío y nacionalista fue Antonin Dvorak (Bohemia 1841-Praga, 1904). Dvorak escribió su décimo cuarteto, el op. 51, a petición de Jean Becker, primer violín del Cuarteto Florentin, quien había quedado fascinado por el Sexteto op. 48, y muy especialmente por su dumka (canción del folclore eslavo). El compositor escribió el cuarteto entre el día de Navidad de 1878 y el 28 de marzo de 1879, y lo estrenó en Berlín el Cuarteto Joachim el 29 de julio de ese mismo año, en la Sala del Conservatorio. El segundo movimiento de esta obra, un Andante con moto, es una dumka nostálgica en sus momentos tiernos, aunque repentinamente se vuelve explosiva y danzarina en sus instantes de exhuberancia rítmica. Todo el cuarteto, que presenta la tradicional estructura en cuatro movimientos, emplea diversos materiales populares del folclore eslavo, pero utilizados por Dvorak con una sutileza y espontaneidad realmente originales. El lirismo de la pieza ya no está en deuda con Schumann, y los ritmos más saltarines del movimiento final parecen inspirados por un Haydn nacido en Bohemia. Es el cuarteto “más eslavo” de todos los de su autor. No lo puedo asegurar, pero no me extrañaría nada que la “música del río Moldava” estuviera detrás de la inspiración de esta obra.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,17 nov 2010 18:49:51 GTM
<![CDATA[La música de los mozárabes en las riberas del río Duero]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1287
 

Juan Antonio González Fuentes

El Duero. Río localizado al noroeste de la península Ibérica. Nace en los Picos de Urbión del Sistema Ibérico, a unos 2.160 metros de altura, en Duruelo de la Sierra (Soria). Desemboca en el Atlántico por la ciudad de Oporto. Con sus 897 km es el tercer río más largo de la Península (después del Tajo y el Ebro), y con sus 97.290 km², posee la mayor cuenca hidrográfica peninsular, de los que 78.952 corresponden a España y 18.238 a Portugal. El Duero discurre por las provincias españolas de Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y Salamanca, y por los distritos portugueses de Braganza, Guarda, Vila Real, Viseu, Porto y Aveiro. Su nombre proviene del latín Durius flumen.

Grabé la música del río Duero en mi oído en dos momentos y lugares diferentes. La grabé en las humedades machadianas de un pequeño bosque soriano habitado por olmos, aves y aguas saltarinas y con algo de agrestes, de selváticas y aventureras. A Soria viajé en aquel entonces para hablar del romanticismo confeso de don Antonio, y allí descubrí una ciudad de respirar antiguo y anticuado en la que escribieron versos dos sevillanos (Bécquer y Machado) y un santanderino, don Gerardo Diego, parte esencial hoy de mi propia cuna y de mis propias palabras. La otra música del Duero que tarareo de vez en cuando en mi memoria es portuguesa, aunque tiene impronta parisina. Es el canto del Duero navegando bajo el arco metálico del puente María Pía de Oporto, diseñado por Eiffel en 1877, mientras pensaba ya en la torre que lo haría universal.



Canto mozárabe "De manu Inferni" (Antiphon. Ordo in finem hominis diei) (vídeo colgado en YouTube por sh4m69)

La geografía del Duero es territorio mozárabe, como el Monument Valley fordiano es territorio navajo. Los mozárabes fueron los cristianos que vivieron en el reino musulmán de Al-Ándalus desde la invasión árabe en el año 711 hasta el siglo XI, conservando su religión y alguna autonomía eclesiástica y judicial. Los mozárabes tuvieron su propia literatura, su propia arquitectura y su propia música hecha canto, canto bañado por el Duero. El canto de los mozárabes supuso una de las manifestaciones culturales más importantes de la música medieval en toda la Europa cristiana. Es un canto que tiene sus raíces en los primeros tiempos de la cristianización y a la vez en la liturgia judaica. No es posible su transcripción exacta al papel pautado, pues presenta una notación neumática que no expresa la altura exacta de los sonidos. Del repertorio musical mozárabe se conservan 45 códices, escritos fundamentalmente entre los siglos X y XI. Especial importancia tiene el célebre Antifonario de la catedral de León. A pesar de que no es posible reproducir con exactitud en papel el canto mozárabe por su tipo de notación, sí sabemos que fue más adornado que el otro gran tipo de canto medieval cristiano, el canto gregoriano, y que en comparación se cantaban mayor número de piezas.   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,16 nov 2010 18:49:51 GTM
<![CDATA[Garabandal. La risa de la Virgen, de Enrique Álvarez (Ediciones Tantín)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1286
 

Juan Antonio González Fuentes

La primera vez que oí hablar de la novela que hoy aquí presentamos fue exactamente el 1 de mayo del pasado año. Ese día, un viernes para ser más precisos, el escritor Juan Manuel de Prada intervino en la Feria del Libro de Santander, instalada en los jardines de Pereda, dentro de un ciclo de actividades literarias financiadas e impulsadas por la concejalía de cultura del ayuntamiento santanderino. Yo mismo fui el coordinador del ciclo en el que también intervinieron, a lo largo de diferentes días, Álvaro Pombo, Luis García Jambrina y el historiador Fernando García de Cortázar.

El éxito aquella tarde de Juan Manuel de Prada fue desde luego reseñable. Recuerdo que en la carpa en la que conferenció no cabía un alma y tuve que quedarme fuera, al igual que varias decenas de ciudadanos expectantes. Y más tarde se formó una larguísima cola para que el novelista firmase libros. Es más, la feria se quedó sin libros del autor, los vendió todos, y algunas librerías acudieron a su sede central cercana para reponer existencias y obtener así algunas ventas más.

Una vez terminados los actos nos encaminamos hacia el céntrico hotel en el que estaba alojado el escritor. Formábamos un muy reducido grupo de tan sólo tres personas, a saber: Juan Manuel de Prada, Enrique Álvarez y yo. Una vez en el hotel, los tres entramos en el restaurante y nos sentamos a la mesa. El salón estaba prácticamente vacío esa noche, y no tardamos mucho en ser sus únicos ocupantes. Cenamos y charlamos largo y distendido. Los temas de conversación fueron muchos y variados, algunos, lo confesaré aquí, un tanto manoseados y tópicos: las relaciones con otros escritores, dimes y diretes del mundo literario madrileño, la experiencia televisiva del novelista Premio Planeta con el cineasta José Luis Garci y en el canal Intereconomía, su trabajo como columnista en el diario ABC, sus libros más recientes, próximos proyectos... Lo que no recuerdo con exactitud es cómo, de qué manera surgió el tema de San Sebastián de Garabandal. Lo que sí puedo asegurar es que una vez sacado el asunto, ya no hubo marcha atrás. Ya no se habló de otra cosa en toda la noche.

Enrique contó entonces que estaba enfrascado en la escritura de una novela construida en torno a las supuestas apariciones de la Virgen a comienzos y mediados de los años 60 en un minúsculo pueblecito cántabro, San Sebastián de Garabandal. Insisto, estábamos ya los tres solos en la espaciosa sala del restaurante, no se sentía la presencia de camareros y habíamos sobrepasado con creces la medianoche. Sobre la mesa descansaban los restos de la cena, las tazas aún tibias con restos de cafés o infusiones, quizá algún minúsculo vaso de cristal con algún dedo de licor. El clima de complicidad era palpable. Estábamos cómodos y muy a gusto. Y entonces, de una manera que ni recuerdo ni siento deliberada, o mejor dicho, planificada, Enrique Álvarez tomó la palabra e inició una narración que sólo fue interrumpida por preguntas muy concretas de Juan Manuel o mías. Enrique se descubrió ante nuestros ojos como un espléndido narrador oral, y por un momento me sentí como debieron sentirse generaciones y generaciones de seres humanos que, reunidas junto a un fuego en la oscuridad de la noche, prestaban toda su atención a la historia que alguien contaba. Así nacieron las novelas, el arte de la narración, los cuentos, los relatos, la historia y, también, la poesía, esa narración épica dotada de música, de ritmo, para que la memoria se hiciese con ella con más facilidad.

Enrique nos contó el momento en el que se hallaba su proceso de escritura, cómo se estaba documentando, con quienes había hablado, las dificultades encontradas, la bibliografía consultada, los documentales visionados, los misterios, ocultaciones y silencios con los que se había topado... Y también nos relató sus visitas a Garabandal y la íntima y particular sensación experimentada de lo inefable y misterioso en aquel lugar, en ese ambiente especial que allí se palpa, se respira, se percibe con los sentidos externos y en el propio interior de uno mismo. Ni que decir tiene que Juan Manuel y yo escuchamos a Enrique en un silencio embobado, atrapados por lo subyugante de la trama, pero también por la pasión y la habilidad con la que Enrique Álvarez desgranaba, estructuraba y media los tempos y momentos álgidos de su narración. Juan Manuel de Prada se mostró muy interesado en Garabandal desde el inicio mismo del relato, y me consta que ha leído la novela ya publicada y que le ha atrapado. Por lo que a mi respecta sólo diré que aquella fue una noche en verdad inolvidable. Tal fue el hechizo, el embrujo narrativo logrado por Enrique durante la velada que, cuando lo dejé, ya de madrugada, camino de su casa cerca del Conservatorio de Música municipal, y me encaminé en solitario hacia la Cuesta de la Atalaya, cualquier aparición, de la naturaleza que hubiera sido, de haberse producido, se me hubiera antojado casi como lo más natural y lógico del mundo. Esa noche, ahora lo confieso, me costó conciliar el sueño.

Y ahora estamos aquí, en el Ateneo santanderino, presentando esta última novela de Enrique, con los sucesos históricos de Garabandal como telón de fondo, escenario, e hilo conductor de la trama. La narración oral que escuché aquel primero de mayo de 2009 es hoy una realidad en forma de libro: Garabandal, la risa de la Virgen.

Bien. Hace unos meses presenté no muy lejos de aquí Dublinesca, la que era entonces última novela del escritor Enrique Vila-Matas, autor con el que mantuve un diálogo durante aquella presentación. Dublinesca, en no pocos sentidos, es una narración paradigma de los caminos por los que hoy deambula el arte de la narración contemporánea en Europa, una forma de narrar a la que quizá le convenga el adjetivo postjoyceana.

En Dublinesca ya se adelantaba la noticia del que hoy es el último libro publicado por Vila-Matas, me refiero a Perder teorías, editado hace tan solo unas semanas por el sello Seix Barral. El personaje protagonista de Perder teorías, un evidente alter ego de Vila-Matas, es un escritor que viaja a la ciudad francesa de Lyon invitado por una organización cultural para pronunciar una conferencia. Llegado al hotel, nadie de la organización se presenta a buscarlo, y él, encantado de encontrarse solo y sin compromisos en el hotel, aprovecha el momento para desarrollar una teoría sobre la novela del siglo XXI. Vila-Matas, en la página 28 de Perder teorías, establece que, en su opinión, hay por lo menos cinco rasgos irrenunciables, imprescindibles, que deben estar presentes en toda novela con vocación y aspiraciones de sentirse perteneciente al siglo XXI, es decir, de ser una novela de su tiempo, una novela contemporánea en el sentido más estricto de la palabra contemporánea. Los cincos rasgos esenciales son lo que siguen:

-La “intertextualidad” (término escrito entrecomillado)
-Las conexiones con la alta poesía
-La escritura vista como un reloj que avanza
-La victoria del estilo sobre la trama
-La conciencia de un paisaje moral ruinoso


Pues bien, hay que señalar ya, sin más dilaciones, que la obra de Enrique Álvarez, su obra en términos generales, no solo su última novela, no se atiene estrictamente a estos preceptos, y en este sentido, un estricto dispensador de certificados literarios de contemporaneidad tan seguido y respetado como Vila-Matas, no le daría uno jamás a nuestro narrador. En otras palabras, es Enrique Álvarez un novelista antiguo, dicho así, sin idiotas paños calientes. Y en este sentido cabe la pregunta que en fechas muy recientes se hacía Luis Antonio de Villena con respecto a Agustín de Foxá. Cito textualmente: “¿Puede un autor de calidad contar en la Historia literaria, cuando -y pese a ese indudable valor- escribe en un modo y estilo que la historia literaria da ya por superados?”. Ése es el caso, a mi entender, del arte narrativo de Enrique Álvarez, un modo de hacer que está inscrito dentro de una estética que se subraya periclitada por la crítica, por quienes hacen visible a un autor y su obra, por quienes otorgan certificados literarios.



Enrique Álvarez: Garabandal, la risa de la Virgen (Ediciones Tatín, 2010)

Enrique Álvarez es un escritor de los de antes, es decir, un escritor al que podría encajar perfectamente el calificativo prejoyceano. Un escritor en la estela de Balzac, Clarín, Dostoievski, Thomas Mann..., un narrador con la ambición suprema, y quiero que presten mucha atención a lo que voy a decir, con la ambición suprema de escribir novelas ricas, complejas, y hacerlo con un lenguaje diáfano, cristalino, rítmico, con una estructura muy meditada y sopesada, de una trabajada coherencia interna, y desde la pasión y una confianza plena, absoluta, en la literatura y en la responsabilidad de sus personajes literarios. Hoy en día, en la más exitosa narrativa contemporánea, y subrayo con grueso rotulador negro la paradoja, todas estas características se han convertido quizá en un defecto de cara a la gran industrial editorial, una industria que apuesta con decisión desde hace décadas por una narrativa delgada, irónica, autorreferencial, intertextual, anémica, que juega a la abstracción, a lo caleidoscópico, en el mejor de los casos a lo experimental pero sin costuras, sin punta ni hilo. Una forma de escribir que se sitúa casi siempre por encima de lo que se cuenta y de cómo se cuenta, como si al narrador le diese igual la verdad literaria de lo que cuenta, y estuviese solo preocupado por resaltar su ingenio, su punto de vista, su habilidad para parecer fresco y novedoso, dos palabras decididamente repugnantes y ante las que hay que sobresaltarse cuando se aplican al arte de la narración.

En su libro de versos El hacha y la rosa, en el poema “Sir Horace Walpole”, Luis Alberto de Cuenca habla de quienes desconfían de la literatura. Enrique Álvarez no desconfía, y en consecuencia no escribe situándose por encima de ella, tomándosela con el descreimiento tan característico de la postmodernidad. No, indudablemente Enrique Álvarez no es un escritor postmoderno, lo es de un realismo intelectual, fervoroso, racional y, a la vez, heredero en su raíz impulsora de un Romanticismo sólido y complejo.

Pero no nos pongamos en exceso serios. Enrique Álvarez, como en su día lo fueron Julien Green o Graham Greene, es un escritor católico, apostólico y romano, y encima lo dice, lo comenta y explica si le preguntan. Es decir, el escritor Enrique Álvarez es hoy, en nuestra cotidianeidad, sencillamente un heterodoxo, uno de los escasos heterodoxos de verdad con los que convivimos, uno de esos que han logrado mantenerse al margen de la alienante ola de ortodoxia que todo lo inunda, todo lo iguala, lo mimetiza y reduce a la mínima expresión, la expresión del asentimiento acrítico. De ahí que Enrique Álvarez sea autor de una obra poco conocida, ninguneada por las grandes editoriales y olvidada por los comentaristas literarios del país, y nunca mejor dicho eso de El País.

Físicamente siempre me ha suscitado la impresión de un remedo poco tonificado del célebre capitán Ahab de Herman Melville: alto, delgado, cargado algo de espaldas, con barba cultivada, gafas funcionariales y el escaso pelo levantisco, nunca sereno, más propio tal vez de una anarquista de novela rusa de mediados del siglo XIX que de un escritor ortodoxamente heterodoxo en su catolicismo militante. A Enrique se le ve andar por las calles de la ciudad siempre a una velocidad de vértigo, encorvado un poco hacia las baldosas, con una zancada larga pero así como tímida y un tanto desmayada. En invierno se le puede ver envuelto en abrigos de aspecto demodé, y en verano sus camisas son inabordables. Y para colmo es un devoto de Bach, del Brahms sinfónico y de cámara, del Wagner del sagrado Parsifal, y lo que sin duda es más temible, de las grandes sinfonías del austriaco Antón Bruckner.

Cual Sísifo incansable siempre está empezando una nueva novela laberíntica, compleja, llena de música y ritmo, de vidas provincianas, culpas, deseos procelosos, miedos, acciones que desembocan en el peso abrumador de una losa en la conciencia. Algo hay de todo eso en Garabandal, la risa de la Virgen, además de misterio, espanto, casi terror, la atmósfera inquietante que se esconde en la sosegada quietud de lo cotidiano, en el sentido último y absurdo de lo cotidiano. En el prólogo al espléndido libro de cuentos de Enrique Álvarez, El trino del diablo, escribe Juan Pedro Aparicio lo siguiente: “estamos en casi todos los cuentos ante un prodigio de narración, en el que el tiempo, la atmósfera, la intriga, los caracteres, revelan una sensibilidad y un talento de escritor muy poco frecuentes”. Sólo puedo estar de acuerdo.

Habla Aparicio de atmósfera, intriga, tiempo (es decir, ritmo), caracteres de los personajes… Todos estos son los elementos principales, más elocuentes y visibles, del modo de narrar de Enrique Álvarez, y todos están presentes y articulan la trama de Garabandal, la risa de la Virgen: durante las supuestas apariciones que acontecieron entre 1961 y 1965, una señora de la burguesía santanderina viaja a Garabandal a pedir por la curación de un familiar. Así comienza esta historia en la que el autor logra trazar un ajustado retrato de la vida burguesa en provincias en una España que iniciaba el despegue definitivo en su desarrollo económico y social a partir de la segunda mitad de los años 60. Enrique plantea su propósito por medio de una anécdota de eminente carácter literario, aunque perfectamente verosímil, y la engarza con habilidad en su desarrollo entre los sucesos de carácter excepcional que se decía tenían lugar en Garabandal. De tal modo que la narración de nuestro autor se desenvuelve entre el retrato social y la crónica histórica y religiosa (muy documentada por cierto) de unos acontecimientos de todo punto maravillosos. El principal logro literario de Enrique Álvarez reside esencialmente ahí, en conseguir entrelazar en una misma corriente discursiva dos historias en paralelo y con puntos comunicantes entre sí; dos historias independientes, pero en cuyo avance una influye sobremanera en la otra, la determina, la condiciona. Dicho con otras palabras, la última novela de Enrique Álvarez ofrece dos historias: una de carácter real e histórico (insisto, perfectamente documentada por el autor, pero sin que se le vean las costuras a dicha preparación documental), la de los misteriosos sucesos de San Sebastián de Garabandal, y los mensajes acerca de la apostasía de signo apocalíptico derivada del modernismo teológico del Concilio Vaticano II. Y otra historia, esta de ficción pura y dura, la del amor-desamor de los protagonistas, cuyo clima moral y espiritual lo presenta el novelista muy determinado en su desarrollo por la relación de los principales personajes con Garabandal. Es más, pienso que no es muy descabellado realizar la siguiente lectura de la nueva novela de Enrique Álvarez: por un lado, la familia de la farmacéutica protagonista representa una muy lograda metáfora de la España de la época, la del desarrollismo imparable de los Sesenta; y por otro lado, la lectura que sobre Garabandal hicieron la iglesia (la jerarquía y también los sacerdotes de calle y de diversa formación intelectual y procedencia social), y esa clase media aludida (materializada aquí en la familia), que disponía de información muy mediatizada y controlada por la jerarquía eclesiástica.

El resultado final es una novela en toda regla, una novela que se sostiene en pie por sí misma, sin ayuda de aderezos sensacionalistas ni de manoseada e impostada religiosidad. Es cierto que la lectura de Garabandal, la risa de la Virgen (Ediciones Tatín) informa y da cuenta perfectamente al lector de qué ocurrió y cómo en San Sebastián de Garabandal, pero lo hace como novela que logra enganchar y persuadir a los lectores gracias al planteamiento de una historia de indudable dramatismo, persuasivo y atrayente. Una historia de nuestro pasado reciente, cargada de intrigas, de misterios, de intereses creados, de ocultaciones, de fenómenos ciertamente extraordinarios y de difícil explicación racional …, que logra enganchar al lector apenas pasado el inicio tranquilo, deliberadamente de mesa camilla, con el que da comienzo la trama. En ningún momento Enrique Álvarez carga las tintas o se deja llevar por los colores sensacionalistas con los que pudiera haberse pintado la historia. No, a modo de cronista desapasionado, Enrique Álvarez escribe con contención, sin cargar las tintas, sin realizar subrayados de trazo grueso. Con la sensibilidad pasmosa de un maestro, con la sensibilidad propia solo de un escritor de ley, Enrique Álvarez inyecta pasión en la geometría planificada de su forma de contar, en la meditada y efectiva (que no efectista) arquitectura de su trabajo, en el diseño, ritmo y compás con los que van engarzándose los párrafos como si de un artefacto de precisión se tratase.

El efecto es que el lector se ve obligado a no desentenderse de lo que se le cuenta, a posicionarse, a tomar partido por algunas de las varias opciones que se desgranan a lo largo y ancho de la novela, y, sobre todo, el lector se ve situado ante el reto de reflexionar sobre unos hechos muy concretos, y además sobre el papel de la Iglesia en nuestra contemporaneidad, sobre el sentido de la religión y lo misterioso de la misma, sobre el estado de su propia fe o el de su incredulidad.

Novelar los acontecimientos extraordinarios de Garabandal, y todo lo que en torno a ellos ocurrió y se formó hace ya casi medio siglo; hacerlo en tiempos como los presentes, en los que la ortodoxia implacable del descreimiento y la radicalidad del materialismo campan por sus respetos sin apenas debate ni intelectual, ni político, ni social; hacerlo con la distancia apasionada con la que lo ha hecho Enrique Álvarez, es prueba suficientemente radical de su heterodoxia, y por encima de todo, de su fe inquebrantable en el poder inmenso de la palabra literaria tomada en serio. En Garanbandal, la risa de la Virgen, el novelista católico Enrique Álvarez ha tenido el coraje de novelar lo extraordinario, lo fieramente humano, y hacerlo como creyente, como católico y como novelista de raza. No comete el error de llegar a conclusiones, no cierra con una tesis final. Las hipótesis permanecen abiertas por completo, aunque en mi opinión, en estas páginas, le ha tomado la temperatura justa, la espiritual y la social, a una España que está en el origen de la nuestra actual, de la que todos los aquí presentes, somos una continuación, lo queramos o no, seamos o no conscientes de ello.

Esta novela necesita de apertura de miras, demanda a sus lectores que dejen a un lado apriorismos, que no exijan respuestas a imposibles, que se acerquen a ella con la mente abierta, limpia de ideas preconcebidas. Y la novela, de un modo u otro, compensará a quienes a ella lleguen esperando únicamente no querer abandonarla. Créanme, no lo harán, no la dejarán sin leer en la mesita de noche de sus habitaciones... A esta novela le concederán gustosos su tiempo, y sus páginas, a cambio, le pellizcarán la conciencia, el alma.   

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,15 nov 2010 18:49:51 GTM
<![CDATA[Haendel en el Támesis o la música para los reales fuegos de artificio]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1285
 

Juan Antonio González Fuentes

El Támesis. Río de 340 kms. de largo localizado en el sur de Inglaterra. Nace en el condado de Glocestershire. Sus fuentes están situadas cerca de la localidad de Kemble, y luego, a lo largo de su marcha, visita Oxford, Wallingford, Reading, Henley-on-Thames, Marlow, Maindenhead, Eton, Windsor y Londres, para poco después de Gravesend, expandirse en un ancho estuario que lo lleva a desembocar en el mar del Norte. Los islotes situados a lo largo del río son conocidos como ait. El Támesis es el río más importante de Inglaterra y sin su caudal Londres pasaría mucha sed

“Un paseo por la ribera del Támesis” siempre abre el apetito e induce a tomar un té con pastas de jengibre y emparedados de queso y mermelada de arándanos y, por qué no, a tararear algo de música. La melodía que se impone cuando uno pasea tranquilamente junto al Támesis es la de un alemán del norte que acabó sus días nacionalizado inglés. Good save the king! El alemán, nacido en Halle en 1685, se llamaba Haendel, Georg Friedrich Haendel, y llegó a la verde Inglaterra en 1712, isla de la que no salió a partir de entonces casi nunca hasta el mismo día de su muerte en el año 1759, momento en el fue enterrado con gran pompa y circunstancia en la Abadía de Westminster, lugar en el que los británicos entierran los jirones de su civilización.

Diez años antes del triste suceso, el maestro estrenó Música para los reales fuegos de artificio (Music for the Royal Fireworks), pieza orquestal estructurada en cinco movimientos que fue un encargo del rey Jorge II para acompañar el despliegue de fuegos artificiales que, con motivo de la firma del Tratado de Aquisgrán que ponía término a la guerra de Sucesión en Austria, pudieron disfrutarse el 27 de abril de 1749 en el londinense Green Park, muy cerca del Támesis. Aquel día los músicos fueron situados en un edificio especialmente construido para la ocasión, diseñado por el renombrado decorador y arquitecto florentino Giovanni Niccolo Servandoni (1695-1766).



Georg Friedrich Haendel: Música para los reales fuegos de artificio (BBC Symphony Orchestra and la Band of her majesty's Royal Marines conducted by Sir Andrew Davis) (vídeo colgado en YouTube por RupertJones)

Cuentan las crónicas que los ansiados fuegos artificiales no fueron ni mucho menos tan brillantes como la música de Haendel, a lo que desde luego contribuyó el hecho de que por su causa se incendiase la gran construcción de madera diseñada por Servandoni. Menos mal que la música orquestal de Haendel se había estrenado antes con enorme éxito, el 21 de abril, en un ensayo general abierto al público en los jardines de Vauxhall, al que acudieron, aseguran las peores lenguas, más de doce mil personas, provocando uno de los primeros atascos de coches de la capital británica. Atasco que tuvo lugar sobre el casi recién reconstruido puente de Londres, el primero sobre el Támesis.

Lo dejaré confesado aquí, pero negaré haberlo dicho si alguien me lleva a juicio. A mí Haendel me aburre, y eso a pesar de que algunas de sus páginas vocales son de una belleza sobrecogedora. Y entre las piezas a él debidas que más me agotan está precisamente su música para los fuegos de artificio. La escuché ilusionado hace muchos años interpretada junto a la playa del Camello en Santander, en un programa al aire libre del Festival Internacional. Recuerdo que también se lanzaron fuegos, y que al igual que sucedió en la noche londinense de 1749, provocaron un pequeño incendio. Esta vez fueron pasto de las llamas los arbustos que coronaban el alto peñasco de la playa. Tras la experiencia, ahora, cada vez que veo programada esta música del alemán inglés en algún lugar a mí cercano, busco con la mirada el extintor más cercano y en el móvil el teléfono de los bomberos. Más vale ser precavido, sobre todo cuando se juega con fuego.

Las riberas del Támesis son ricas en músicas de todas las épocas de la historia. En ellas resuenan todas las variantes del pop británico a partir de los años 60 del pasado siglo; las inspiradas melodías de Raplh Vaughan Williams, Peter Warlock, Delius, Elgar o Gerald Finzi; el Réquiem de Guerra y las óperas de Britten; las deliciosas operetas de Arthur Sullivan; la música sacra de Thomas Tallis…, o la música que para instrumentos renacentistas o barrocos hoy en completo desuso, como los cornetos o los sacabuches, que compusieron Hugh Aston (c.1485-1558), Jeronimo Bassano II (1559-1635), Christopher Tye (c.1505-1572), John Munday (c.1555-1630), Robert Parsons (c.1530-1572), Matthew Locke (1621-1677), John Bull (1562/3-1628), John Coprario (c.1570-80-d.1626), William Byrd (1540-1623), o John Dowland (1563-1626)…, músicos todos ellos que escribieron sin pensar en exceso en el futuro de los mencionados instrumentos, y en consecuencia, en el de su propia música. Pues bien, el tiempo no les ha tratado en exceso mal. Su mención aquí es una pequeña prueba de que la sombra del olvido completo no les ha alcanzado.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

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Friday,12 nov 2010 19:23:26 GTM
<![CDATA[La Senne festeggiante de Vivaldi, o el río Sena como personaje de ópera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1283
 

Juan Antonio González Fuentes

El Sena suena en mi memoria a Charles Trenet con acordeón; a Yves Montand susurrándole al oído de Marilyn Monroe dulces inconveniencias; a Maurice Chevallier acompañando con frac a una viuda alegre de nombre Gigi, o siguiendo con un violonchelo al hombro a Audrey Hepburn por las calles grises de un París con faldas y a lo loco, rendido a la mirada audaz y ya enferma de Gary Cooper... El Sena me suena también a Edith Piaf cantando en un rosa herido de muerte por el infortunio. Y es que el Sena es de color rosa, rosa afortunado como sólo puede serlo la vida en una tarde de abril en París teniendo los bolsillos llenos. Llenos de ilusiones y algunos euros. Ah, "April in Paris" cantado con terciopelo por Sinatra en Come fly with me.

Sí, ya imagino que ni para Godard, ni para Sartre, ni para Yourcenar, ni para Chabrol, ni para Foucault, ni para tantos y tantos otros tipos serios, la música del Sena brota de ninguna postal americana made in Hollywood. Ya sé que el Sena no es un río diseñado por Minnelli para que Gene Kelly y Fred Astaire hagan acrobacias en sus orillas imaginando una cara de ángel al ritmo de Gershwin. Y sé también que cuando París era una fiesta aún Ben Webster no besaba su saxo tenor en algún tugurio de la rive gauche con las nieves del Kilimanjaro al fondo. Sé que mi evocación sonora del Sena en París está trufada de cine, de cine americano por más señas. Pero poco puedo hacer al respecto. Mi educación sentimental es deudora del cine, y el cine amigos míos, el cine de palomitas, cabalgadas al atardecer, éxitos de Broadway, aventuras en el Amazonas, alaridos de Tarzán, séptimos de caballería al galope, o tipos realmente duros en plano casi negro…, es americano. Sólo americano.



Frank Sinatra: "April in Paris" (vídeo colgado en YouTube por gufgah7)

Si dejó un poco de lado el Sena tópico y hollywoodiense de mi imaginación infantil y juvenil, y me concentro en el de mi madurez, en ese Sena vivido de cerca y en pleno directo, nacen inmediatamente otras notas. Escucho, por ejemplo, la música que Reynaldo Hahn le puso a los versos de Verlaine o Baudelaire. O también el piano racionalista, trazado con tiralíneas, del vasco Ravel; o la melancolía un tanto oriental de Debussy; o el Wagner tan francés y cartesiano de Pierre Boulez; o la visión del fin de los tiempos de Olivier Messiaen: metafísica, sencilla, en voz baja, impresionante en su desolación y esperanza en Jesús.

La música del Sena acoge cientos de ritmos y melodías. Sus intérpretes se cuentan a miles a lo largo de toda la historia. Pero a quien no me es posible escuchar ahora mismo en las aguas del río parisino es a ese veneciano de nombre Antonio y apellido Vivaldi (1678-1741). Y eso que el decenio de 1720, su “decenio francés”, es uno de los más importantes en su carrera, en explícita coincidencia con la estancia en Venecia de Jacques-Vincent Languet, conde de Gergy, representante del rey de Francia en la República inundada. Durante esta etapa el embajador encargó al compositor tres serenatas para la casa real francesa. La primera se titula Dall´eccelza mia reggia, RV 687, también conocida por el nombre de sus personajes, Gloria e Himeneo. De esta obra sólo se conserva la partitura, puesto que el libreto desapareció. La pieza fue compuesta para celebrar la boda de Luis XV con María Lesczynska, en 1727. La segunda serenata lleva por título L´unione della pace e di Marte, RV 694, obra para tres voces cuya partitura se perdió tal vez para siempre. Fue escrita por Vivaldi para celebrar el nacimiento de las gemelas reales.

La tercera y más importante de todas las escritas por el veneciano es la serenata La Senna Festeggiante (El Sena en fiestas), RV 693, obra a tres voces que en la actualidad se encuentra entre los manuscritos de Turín, en la colección Fao. No se sabe a ciencia cierta la fecha de composición y ejecución primera de la obra, aunque la crítica especula con que ésta tuvo lugar en Francia. En esta serenata, que con acierto Vivaldi pensó no supervisaría personalmente en su primera puesta en escena, hay gran número de alusiones a la música francesa, tanto en la Sinfonía inicial, como en la overtura con la que da comienzo la segunda parte de la obra.



Antonio Vivaldi: La Senna Festeggiante (vídeo colgado en YouTube por MuziektheaterInVitro)

En nuestros días no es inusual que las dos serenatas, El Sena en fiestas y Gloria e Himeneo, se representen juntas como una sola ópera en tres actos. Esta “nueva” ópera queda así protagonizada por tres personajes: La Edad de Oro, La Virtud y el Sena. El argumento es muy simple: las dos primeras llegan hasta el río y anuncian la felicidad de sentirse en él llenas de paz, tras haber vivido sufrimientos y miseria a mansalva. El Sena las recibe con solemnidad y afecto, anunciándoles que si se quedan en su ribera serán felices para siempre. Una multitud de cigüeñas blancas vuelan sobre las dos nuevas huéspedes del río, y las ninfas bailan a su alrededor. La Senne festeggiante precisa de una pequeña orquesta de cuerda, viento y bajo continuo, y de dos voces femeninas (mezzo y soprano) más una masculina (bajo).

Que se sepa Vivaldi jamás vio ni de cerca ni de lejos el Sena, aunque así todo le dio la voz profunda de un bajo. Pero lo que sí hizo don Antonio, el “cura rojo”, fue dejarnos a todos como herencia en partitura (incluidos París y el Sena por los siglos de los siglos), el sonido musical y barroco de las cuatro estaciones del año: un otoño, un invierno, un verano y una primavera que forman parte implícita ya de nuestra memoria más resplandeciente. Amén.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

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Thursday,11 nov 2010 12:55:37 GTM
<![CDATA[Old Man River, Paul Robeson, Dixieland, Show Boat, Tom Sawyer y el Misisipi]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1282
 

Juan Antonio González Fuentes

En mi imaginación las aguas del Misisipi son negras. Tan negras como la triste y un poco cursi cabaña del tío Tom, o como el negro personaje de Mark Twain, el negro Jim, a quien el amigo de Tom Sawyer, el jovencísimo ácrata de nombre Huckleberry Finn, ayuda a escapar de la esclavitud navegando por el gran río norteamericano en una balsa de troncos y de sueños de libertad sureña y libertaria. El Misisipi tiene voz, y esa voz también es negra en mi imaginación. Es la voz del gigante Paul Robeson cantando Old Man River, ese inolvidable tema incluido en el musical Show Boat (1927), escrito con belleza y azúcar glass por dos judíos blancos neoyorquinos, quienes probablemente nunca se bañaron en un río, y menos en un río del Sur. Me refiero a Jerome Kern y a Oscar Hammerstein II, prolíficos creadores de estándar hechos célebres por tipos como Sinatra o el almibarado Bing Crosby, o por negruras inmensas como las de Ella Fitzgerald o Billie Holiday, dos mujeres capaces de construir una metafísica compleja con una pequeña inflexión de su voz.

Show Boat y el Misisipi entero fueron llevados al cine en 1951 en una película en technicolor de la Metro por el director George Sydney y el genial productor Arthur Freed. Lo único que recuerdo de la película es que en España se tituló Magnolia, que Ava Gadner usaba sombrilla para no herir a nadie con su belleza, que el barco fluvial no dejaba de silbar cada vez que movía su rueda, y que el único momento de toda la historia de verdad memorable es cuando el negro de la cinta, Paul Robeson, canta con voz profundísima de bajo verdiano su Old Man River entre pesados fardos de algodón, uno de los materiales más suaves sobre los que se asentó la esclavitud en los EE.UU.

 

Paul Robeson: "Old Man River" (vídeo colgado en YouTube por banjostead)

“Este es el río envolvente, éste es el padre/ de las aguas y él las sepulta./ En su rueda giran sin pausa/ el barro del principio y los desechos letales/ que acabarán con el mundo./ Pero tal vez no porque el Misisipi/ ha estado siempre y seguirá para siempre”. Estos versos son de José Emilio Pacheco, y en ellos el poeta verbaliza la esencia del río, su más profundo aroma, su razón de ser.

En ese “seguir para siempre”, pero ante el abismo de acabar de una vez con el mundo en un girar perpetuo de barro y desechos, está localizado también el quid del jazz, el pequeño motor que empuja al balanceo, al ir y venir cálido y afrodisíaco de la percusión, del chasquido vital de la trompeta. El jazz suda a orillas del Misisipi mientras improvisa. A principios del siglo XX, en uno de los pueblos más grandes junto al río (léase Nueva Orleáns), al jazz que ya soplaba más sólido y virtuosístico en Chicago o Nueva York le dio por llamarse Dixieland. Era un jazz de blancos que balbuceaba en la calle mientras aprovechaba para desfilar sin trascendencia alguna.

 

Dixieland One-Step, 1920 (vídeo colgado en YouTube por jahaj)

El balbuceo del jazz de los negros que vivían entonces en Nueva Orleáns se llamaba así, Nueva Orleáns. En el Dixieland tres instrumentos llevan la voz cantante: la trompeta, el clarinete y el trombón. El ritmo (el del río Misisispi) y la base armónica descansan en la batería, el contrabajo, el bajo, el piano y el banjo, esa guitarra un tanto meliflua y quizá amanerada. Cuando el Dixie sale a la calle los instrumentos más pesados se quedan en casa, y la tuba, los platillos y la caja los sustituyen con su grave ligereza. El jazz blanco del Dixieland fue sepultado por las montañas y montañas de papel mojado en las que el crack de 1929 convirtió las acciones de miles y miles de compañías. El estilo tailgate propio de los trombonistas del Dixieland no servía para cantar el desastre. El efervescente jazz hot de la gran era del jazz-swing, y luego el jazz más bronco de los más broncos negros arrinconó y envejeció el Dixieland a golpes certeros de swing, cool y bebop como a un caduco pastel de chantilly se le estrella contra la pared. Bud Powell, Dizzy Gillespie y Charlie Parker, entre otros muchos jazzmen, introdujeron cartuchos de dinamita en el trombón del Dixieland; y los cartuchos estallaron.  



Dizzy Gillespie y Louis Armstrong: "Umbrella Man" (vídeo colgado en YouTube por mytoxx)

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,10 nov 2010 19:23:26 GTM
<![CDATA[El Danubio azul por culpa de Johann Strauss hijo, sobre todo en Año Nuevo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1281
 

Juan Antonio González Fuentes

El Danubio

Es el segundo río más largo de Europa, tras el Volga. Nace en la Selva Negra alemana de la unión de dos ríos pequeños, el Briach y el Breg, fluyendo hacia el sureste a lo largo de 2.888 km hasta el mar Negro, en Rumanía, donde forma el delta del Danubio, una región de marismas y pantanos poco poblados, aunque de gran valor ecológico. Esta longitud del río incluye los 49 km de longitud del río Breg, que es el más largo de las dos corrientes cuya confluencia en Donaueschingen (el Istro de las fuentes clásicas), da origen al Danubio. El río fue frontera natural del limes romano durante la época imperial.

La música del río Danubio siempre será de color azul, y en su aroma y sabor siempre habrá rastros de turrón, mazapanes, peladillas, algo de cava y tostadas en almíbar. La culpa la tiene Johann Strauss hijo, autor del célebre vals con el que todas las mañanas de año nuevo de mi vida, una Filarmónica de Viena vestida con frac y mejillas sonrosadas, amaga con finalizar el concierto que celebra la anual ocasión.



An der schonen blauen Donau, de Johann Strauss hijo (vídeo colgado en YouTube por xj808)

El director de turno levanta la batuta y suenan los primeros compases evocadores de An der schönen blauen Donau op. 314, pero súbitamente el maestro detiene la música con un gesto, se vuelve al público presente en la sala dorada de la Musikverein vienesa, y pronuncia un breve discurso alusivo a las tristezas del año muerto y a las esperanzas depositadas en el recién nacido. Cada año de mi existencia la liturgia se ha repetido. La he esperado con los ojos aún inyectados de sueño y un pelín de aburrimiento, entre la más dulce melancolía y el un cierto descrédito.

Lorin Maazel, Herbert von Karajan, Claudio Abbado, Carlos Kleiber, Zubin Mehta, Riccardo Muti, Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Mariss Jansons, Georges Prêtre, Daniel Barenboim, a todos he visto dirigir la liturgia vienesa del año nuevo, detener el vals azul del Danubio azul, proseguirlo y regalar con estudiada sorpresa la efervescencia militarista y contagiosa de la Marcha Radetzky. Sin embargo, quien mejor dirigió jamás a los filarmónicos en Año Nuevo fue mi abuela “Nena”. De pie, casi apoyada en el quicio de la puerta del salón de estar de su casa en la santanderina calle Tantín, balanceaba a ritmo de vals el cuerpo menudo con una gracia entre pejina y vienesa. Mi abuela entonces oscilaba con mando el brazo derecho sin batuta y daba las entradas a todos y cada uno de los filarmónicos, mientras en voz alta e ilusionada le pedía al infinito conocer personalmente el Danubio. Nunca lo logró. Yo sí. Me mojé en él la mano derecha junto al neogótico del Parlamento húngaro en Budapest. Y de vuelta a Santander le confirmé a mi abuela que, en efecto, el Danubio es azul, blue, bleu, blau, azzurro, azuur.



Daniel Barenboim dirige a la Filarmónica de Viena que interpreta la Marcha Radetzky en el Concierto de Año Nuevo 2010 (vídeo colgado en YouTube por Oly69)

Pero no todo son valses, marchas y azules filarmónicos en el Danubio azul. Hay mucha más música en las aguas del Danubio. Sin ir muy lejos está la de Johann Nepomuk Hummel (Bratislava, 1778-Weimar, 1837), quien vivió en la Viena de Salieri y Beethoven, en la que logró convertirse en uno de los mejores pianistas de su tiempo, siendo además profesor de dicho instrumento de Thalberg o Mendelssohn. Nunca escribió sinfonías, pero abordó casi todo el resto de géneros musicales y vocales. Su obra maestra es sin duda el Quinteto en mi bemol para piano, violín, viola, violonchelo y contrabajo, op. 87, publicado en 1822. Pieza compleja, virtuosística en varios pasajes y finalizada en un movimiento en mi bemol menor pianissimo cargado de misterio.



Nepomuk Hummel: Quinteto en mi bemol (vídeo colgado en YouTube por victorkur)

Y hablando del Danubio y de Viena no estará de más mencionar al músico vienés por excelencia y nacimiento, Franz Schubert (1797-1828). En 1819, durante una estancia veraniega en Steyr, Schubert comenzó a escribir su Quinteto para piano y cuerdas en la mayor, op. 114, “La Trucha”. La obra fue un encargo de Silvestre Paumgartner, un culto melómano buen violonchelista aficionado, en cuya casa muy probablemente se interpretó la pieza por vez primera a finales del mismo año 1819. La Trucha jamás se tocó en público en vida de Schubert, y no se editó hasta 1829, un año después de su muerte. El título de La Trucha proviene del cuarto movimiento del quinteto, serie de variaciones sobre el famoso lied del mismo título que no conoció menos de cinco versiones desde finales de 1816 hasta octubre de 1821, aunque los cambios sólo afectaban a detalles de escritura. El quinteto está dividido en cinco movimientos (allegro vivace, andante, scherzo, andantino, allegro giusto), y para su autor fue poco más o menos sólo música para aficionados de vacaciones.



Franz Schubert: "La Trucha" 1er Mov. Allegro Vivace, parte I (vídeo colgado en YouTube por joaquintenpura)

Si de toda la obra de Schubert únicamente hubiera sobrevivido a un fuego devastador esta obra, hoy seguiríamos hablando de él como de un genio, y continuaríamos escuchando esta hermosa cascada danubiana de sonidos milagrosos. La trucha de Schubert continúa nadando hoy, dos siglos después, en el Danubio azul, blue, bleu...  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,9 nov 2010 18:40:38 GTM
<![CDATA[El Rhin de Wagner y el espíritu vienés según Billy Wilder]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1280
 

Juan Antonio González Fuentes

El Rhin mide 1.230 kms., y es navegable en un tramo de 883 kms. entre Basilea (Suiza) y su delta en el mar del Norte. Es la vía fluvial navegable con más tráfico de toda la Unión Europea. El nombre es de origen celta y significa “fluir” (como en griego antiguo rheīn = fluir). Junto con el Danubio, el Rhin constituyó la mayor parte de la frontera norte del limes del Imperio romano. Nace en los Alpes suizos (Cantón de los Grisones). Tras dejar los Grisones, el río fluye hacia el norte a lo largo de la frontera entre Suiza, Liechtenstein, y Austria, desaguando en el lago Constanza, en un vertiginoso descenso desde el Cuerno del Rhin, a 3.402 metros de altura, hasta los relativamente deprimidos 395 del lago. A continuación, pasa por Basilea, sirve de frontera entre Francia y Alemania, se adentra en la región industrial del Ruhr y gira hacia los Países Bajos, donde se divide en dos brazos (Waal y Lek), para desembocar en el mar del Norte. Los principales puertos del Rhin son Róterdam, Duisburgo, Mannheim, Ludwigshafen, Estrasburgo y Basilea. La cuenca del río Rhin abastece de toda su agua al ducado de Luxemburgo.

El Rhin es un río de oro. Todos lo sabemos desde que lo explicó con nitidez de guerrera trompeta Wagner en la primera parte de su tetralogía El anillo del nibelungo. ¿Era también de oro el mencionado anillo? Lo desconozco, pues siempre he sido mucho más proclive a las melodías de Verdi que a las de Wagner. Las razones para tal querencia son exactamente las mismas que ya explicó por activa y por pasiva el pensador Isaiah Berlin en algunos de sus libros. No voy a repetirlas aquí. Lo que sí sé es que gracias a Wagner el Rhin tiene fama de río guerrero, pendenciero e imperialista. Y es que el Rhin es el río wagneriano por antonomasia, y a este respecto me refugio en la cómica autoridad del gran Woody Allen, ese escritor con gafas que sabemos vive todavía en Manhattan: “cada vez que escucho música de Wagner, me dan ganas de invadir Polonia”. El Rhin invadía Alemania, Suiza, Francia y los Países Bajos mucho antes de que a Wagner le diese por escribir óperas cantadas por dioses enfadados. Lo que sí hizo Wagner fue, llevando en una de sus manos el Santo Grial, navegar por las aguas del Rhin en una barca tirada por un cisne. Desde ese preciso instante el Rhin es wagneriano y sin duda posible, para siempre jamás, alemán.

El Rin a su paso por Colonia (fuente de la foto: wikipedia)

El Rin a su paso por Colonia (fuente de la foto: wikipedia)

El problema es que años después, un tipo con bigote que imitaba sin gracia al de Charlot, the Tramp, se inventó su propio grial, el de la Gran Alemania del III Reich. Y con la música homicida de la cabalgata de las walquirias como banda sonora, se lanzó a la conquista del mundo a través del Rhin. Y así hubo un tiempo en el que el gran río, además de wagneriano, fue también hitleriano. Circunstancia que muchos nunca le han perdonado al pobre río, ni siquiera muchos alemanes.

Sin embargo la música del Rhin también está en Schumann, Beethoven o Brahms. Lo que sucede es que en no pocas ocasiones el árbol de la trompetería wagneriana impide ver el bosque musical que las aguas del Rhin riegan, alimentan y hacen florecer. Y así Beethoven y Brahms, que fueron ciudadanos vieneses buena parte de su vida, la Historia nos los presenta a veces como lustrosos frutos del Danubio, cuando lo son en no poca medida del Rhin, de un Rhin mucho más azul y transparente que el río dorado y metálico que se inventó Wagner. Pero esta singular paradoja ya la explicó con gracia y sangre vienesa un buen hijo del imperio austrohúngaro transplantado a las luminosas colinas del dorado Hollywood. Hablo de Billy Wilder, of course, quien a su guionista y sin embargo amigo, Charles Brackett, le razonaba la habilidad de los vieneses para inventarse la historia de la siguiente manera: “a Hitler consiguieron hacerlo pasar por alemán cuando era austriaco, y a Beethoven por austriaco cuando era alemán. ¡Ese es el auténtico espíritu vienés!”.

Es evidente que hay disputas y juegos, con la historia y el arte de por medio, entre el Danubio y el Rhin. Sin embargo son dos ríos que en algunos de sus tramos hablan incluso el mismo idioma, y juntos han alentando buena parte de la música más grande imaginada por el hombre.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,8 nov 2010 18:40:38 GTM
<![CDATA[De la necesidad espiritual de perder el tiempo (otium), según Marc Fumaroli: París-Nueva York-París. Viaje al mundo de las artes y de las imágenes (Acantilado, 2010)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1279
 

Juan Antonio González Fuentes

En torno a los ríos brotan la cultura y la civilización. Sólo en el contexto de un mundo culto y civilizado se entiende el apunte del poeta Paul Valéry: “Hay que reservarse tiempo para el espíritu. Para el espíritu hace falta tiempo perdido”. Valéry le da así un nuevo sentido a la búsqueda del tiempo perdido de Proust, un escritor que intuyó como nadie la pujante tiranía de un mundo ajeno a los tiempos perdidos, un mundo (el muestro de hoy de manera radical) que repudia y condena perder el tiempo, que ya no tolera la sutil música del silencio y la calma (por favor, lean Tiempo para callar de Patrick Leigh Fermor, me estarán eternamente agradecidos) .

A este respecto escribe Marc Fumaroli el siguiente párrafo en su reciente y revelador libro París-Nueva York-París. Viaje al mundo de las artes y de las imágenes (Acantilado, 2010): “El hombre moderno atareado, tal como lo vio Kierkegaard, se parece a esa mujer que en el incendio de su casa arriesga su vida para salvar las tenazas de la chimenea. Los negocios, tanto los de la ciudad como los del comercio, de la agricultura y de la guerra (los negotia, la labor, la militia, todas las formas de la vita activa de los romanos), el trabajo asalariado de los modernos que ha liberado a la humanidad del trabajo servil, sólo tienen sentido en el descanso y el ocio fecundo que los griegos llamaron schole, los romanos otium…” (pág. 41).

Junto a los grandes ríos se posibilitó plena la vita activa civilizada, cuyo sentido último radicó en la Europa asentada en la tradición grecolatina en lograr la mayor porción posible de tiempo perdido, de ocio fecundo u otium, de vida contemplativa La paradoja sobre la que descansó la llamada civilización occidental hasta la era de “la industria en la industria o por la industria” es que se afanaba para llegar al otium, es decir, trabajaba buscando el sentido del descanso creativo como recompensa. Sin embargo la singular tragedia contemporánea de nuestra civilización es que ha perdido casi por completo la orientación final o sentido sobre la que se construyó a lo largo de los siglos. En nuestros días, caracterizados por una eficacia industrial excepcional e in crescendo a partir del maquinista siglo XIX, hasta el entretenimiento ha derivado en un trabajo en cadena que obedece, como subraya Marc Fumaroli, “a las mismas leyes que la producción de bienes y de servicios”. Hoy parece que la vita activa propia de nuestra cultura y civilización no se encamina al otium, sino única y exclusivamente a seguir ensanchando de manera acelerada la propia vita activa, en una irracional carrera hacia el precipicio, hacia un abismo que nos empeñamos en no querer ver.

Marc Fumaroli en la Academ ia Francesa

Marc Fumaroli en la Academ ia Francesa

Repasemos la línea argumental que pretendo establecer aquí. El hombre civilizado es la especie más sofisticada y evolucionada que los ríos han producido la lo largo de la historia. El binomio hombre/ríos se manifiesta en civilización y cultura. El espíritu del hombre civilizado, para sobrevivir en la libertad de opciones y en la capacidad de reflexionar sobre sí mismo, demanda tiempo perdido, ocio fecundo, pura vida contemplativa. Pero en la realidad actual de nuestra civilización occidental, el tiempo perdido es una especie en evidente peligro de extinción. El “tiempo perdido” se destruye o se transforma hoy en Occidente en tiempo para todos los negotia posibles de clara utilidad inmediata. El resultado más previsible a largo plazo es la tragedia inexorable de la deshumanización en proceso. Los hombres, sin el espacio y el tiempo necesarios para hacerse humanos cultos y civilizados, se convierten en otra cosa, en bárbaros o en esclavos. Lo explica con brillante sencillez Marc Fumaroli en el libro señalado más arriba: “Es en el apartamiento del otium cuando se percibe en lugar de entrever, cuando se busca en lugar de repetir, cuando se contempla en lugar de agitarse, cuando se reconoce lo que el polvo de la impaciencia, los espejeos de las prisas y el peso del esfuerzo precipitado robaban a la mirada, aunque sea simplemente el hecho de estar uno consigo mismo, con los suyos, con los amigos, en el instante disfrutando por sí mismo. Este descanso en el que la vista se posa en las cosas y los seres, y que descubre lo cercano y el horizonte, siempre ha atemorizado a los tiranos, a los esclavos voluntarios, a los bárbaros. Éstos parece que no son menos numerosos hoy que en otro tiempo, pese a nuestros formidables avances científicos y técnicos y a la casi desaparición de la esclavitud involuntaria” (pág. 42).

El espíritu humano, desarrollado en la orilla de los ríos y los mares, necesita como principal alimento para su existencia la paradoja del tiempo perdido o del llamado “tiempo noble”, del otium latino. La vita contemplativa es así inherente a la alta cultura tal y como la hemos entendido hasta ahora. Los ríos, las costas y su entorno han favorecido la cultura y la civilización, posibilitaron en último término la existencia del arte, y por su puesto de la música. Sí, la música también precisa de tiempo reservado para el espíritu, Valéry dixit, necesita de tiempo perdido, de ese tiempo perdido que sólo es susceptible de darse en la sociedades civilizadas, en los pueblos establecidos preferentemente junto a un río o junto a la costa. Y así por fin queda establecida la relación entre ríos y música, una relación que creo haber apuntalado con algunas razones de cierto peso, o al menos con algunas ideas no del todo incoherentes. 

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,5 nov 2010 19:23:26 GTM
<![CDATA[El único río de mi vida, el río Cubas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1276
 

Juan Antonio González Fuentes

Hasta ahora en mi existencia material la presencia sinuosa de los ríos no tiene prácticamente importancia. Apenas palpitan en mi memoria unas escenas confusas e infantiles de baño en algún recodo profundo del Pisuerga palentino durante un verano de calor infernal, o el divertido y arriesgado descenso juvenil y deportivo de algunos ríos en Cantabria y en los Pirineos aragoneses, hace de todo esto por lo menos una o dos eternidades.

Los ríos con mayor presencia en mi vida son los de ficción, y entre estos los de acción cinematográfica. Cito a vuela pluma, como si estuviera de tertulia antigua y casera, sentado al calor del brasero generoso de una mesa camilla con tapete de ganchillo en una lluviosa tarde de invierno, esperando goloso la humeante taza con chocolate espeso y el plato rebosando picatostes.

Pienso sin ir más lejos en los tres viriles ríos de Howard Hawks, Río rojo (1948), Río Bravo (1959) y Río Lobo (1970), los tres con el mito John Wayne ofreciendo clases magistrales de cómo se anda con revólver al cinto, los tres ofreciendo la abierta paradoja de planos más bien escasos de agua. Pienso también en la mirada profunda y cristalina de Maureen O’Hara cuando se detiene en la figura a la vez distraída y arrogante del coronel Kirby Yorke (John Wayne) en Río Grande (1950), el único río del maestro John Ford. Y cómo me hubiera gustado enamorar en silencio, con inequívocos gestos de hombre templado y poco hablador, a la voluptuosa rubía Marilyn mientras navegamos acosados por las fieras flechas de los indios por un peligroso Río sin retorno (Otto Preminger, 1954), como hizo winchester en mano el bueno de Robert Mitchum, uno de los mejores en eso de contar largas historias completamente callado. Tampoco me quito de la cabeza el pequeño vapor La reina de África (1951), toda una montaña rusa de paisajes y sensaciones en la que los en principio irreconciliables Bogart y Hepburn terminan por enamorarse calados hasta los huesos por las aguas de los rápidos africanos, siempre bajo la atenta mirada de John Huston, un cazador blanco de corazón negro. Y cómo no sentir aún en estos instantes la sensación física y metafísica de horror (el horror!, el horror!...), mientras la mirada de Francis Ford Coppola en 1979 nos conduce aguas arriba por un dantesco río vietnamita en busca de Kurtz, y oímos a lo lejos, como una letanía apocalíptica, a T. S Eliot recitando versos, a las valquirias wagnerianas cabalgando la muerte en picado, a Joseph Conrad cruzar definitivamente la línea de sombra, y a los Rolling Stones proclamar a los cuatro vientos que no obtienen ninguna satisfacción.



Río Cubas (foto en paseo por el río: http://www.ambiental-hitos.com/ambientalitos/hito12.htm)

Pero olvidemos la ficción y retomemos de alguna manera la realidad. El único “río tangible” en mi recuerdo es el Cubas, una modestísima corriente de agua dulce que acaba desembocando en la bahía de Santander, más o menos bajo el puente (así me gusta creerlo) que une las localidades de Pedreña y Somo. En mi experiencia de vida el río Cubas se constituye en algo así como mi Amazonas personal, mi inquietante e intransferible río Congo por el que navegué de niño creyendo en silencio que me adentraba en el mismísimo corazón de las tinieblas de un Joseph Conrad que entonces desconocía; mi breve Misisipi en el que me soñé más de una vez un despreocupado y feliz Tom Sawyer.

En el río Cubas hay que adentrarse durante las grandes mareas de septiembre. Entonces es abordable hasta muy arriba, y permite el viaje en embarcaciones de cierto calado. Lo que más me gusta de este río es que en un abrir y cerrar de ojos te transporta a otro mundo, a otra dimensión paisajística que permite reencontrarte en soledad con una naturaleza abigarrada, descuidada, sólo vigilada de refilón por el hombre para que no se vuelva de verdad salvaje. Les cuento, tengan un poco de paciencia.

Te encuentras de mañana tomando café en una de las terrazas del santanderino Paseo de Pereda. Contemplas distraído los miradores de los edificios decimonónicos que te observan como perfecta materialización de décadas y décadas de afanes civilizados y burgueses. Por la calle deambulan centenares de personas ajetreadas con periódicos bajo el brazo, consultando páginas web en el iPhone o en el iPad, hablando concentrados por el móvil, llevando sofisticadas bolsas con las mismas prendas o aparatos que uno podría adquirir en Nueva York, París, Berlín o Hong Kong. Te levantas de la silla, das la espalda a los edificios, cruzas la avenida, te acercas al muelle y te dejas caer en el interior de una barquita. Los restos del café que acabas de dejar aún no se han enfriado en lo que has tardado en llegar a la embarcación. El pequeño motor se pone en marcha y te adentras en las aguas de la bahía. En poco más de media hora te sitúas en la entrada del río Cubas, y en otra media hora avanzas ya muy despacio por una sendero angosto de agua, esquivando a duras penas ramas y vegetación silvestre, escuchando la música del viento mientras juega en las copas de los árboles, o el murmullo quedo de seres invisibles y el estruendo atronador del silencio. Sientes de repente la emoción que intuyes en los exploradores, esa falta de control de la situación que proyectas en toda lograda vida aventurera. Tu cuerpo y tu mente se inundan de una especie de miedo tranquilo a lo que no controlas, a lo que se sitúa fuera de tu alcance y comprensión. Es un desasosiego que te insufla vida, que te hace sentir radicalmente vivo. El modesto río Cubas es mi río, mi única experiencia real y vivida de lo que es un río sin domesticar por las manos de lo urbano.

***


Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,4 nov 2010 19:23:26 GTM
<![CDATA[Mi bahía de Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1277
 

Juan Antonio González Fuentes

La voz de una conocida estrella mediática de las ondas me zarandea todos los días laborables a eso de las ocho y media de la mañana. No abro aún los ojos, y protegido por la calidez del edredón, mentalmente repaso lo que de mí espera ese día que lleva ya unas cuantas horas despierto y en marcha. Las catástrofes del mundo y de España, subrayadas por una familia entera de variopintos contertulios, me van poco a poco despabilando, sumándome a la corriente de los sucesos cotidianos, a su vorágine imparable. Al cabo de un rato, nunca muy largo, brinco de la cama, e incluso un poco asustado por los desastres que al parecer asedian durante ese mismo instante casi todos los confines del mundo, doy los pasos necesarios que me conducen hasta situarme frente a la ventana de la habitación. No corro la cortina que no tengo y levanto temeroso la persiana. Y de repente, como en el feliz comienzo de un nuevo sueño, me reconcilio con el universo entero. Todo continúa en su sitio, al menos en apariencia. Frente a mí, y desde la perspectiva espléndida que me proporciona la altura de mi modestísima atalaya domiciliaria, se extienden y contemplo dos mares distintos. Uno el formado por la geografía variopinta de los tejados de la amodorrada ciudad de Santander. Otro el verde, azul, gris, negro o transparente de las aguas veteadas a veces por la espuma hirviente de su bahía, ese escenario de ensueños y letargos que José Hierro bautizó con poético acierto como “una bahía de cámara”. Al fondo, como impertérrito director de escena, la doméstica mole de Peña Cabarga coronada por el monumento al indiano, sutil pesadilla de don Gerardo, el poeta Diego, habitante sutil de bodegas y azoteas. Y detrás (últimos detalles ya del decorado), todo un despliegue de colinas y pequeñas montañas, y un cielo que cada cinco minutos es diferente en cuanto a su color, transparencia y presencia o no de nubes milagrosas y multiformes.

Bahía de Santander (fuente: http://centros3.pntic.mec.es)

Bahía de Santander (fuente: http://centros3.pntic.mec.es)

Pero lo que de verdad me sosiega y reconforta tras el despertar mañanero es el mar, su visión a la vez hierática e imprevisible. El mar es elemento consustancial a mi educación sentimental, y empleo el término en el sentido en el que lo hizo Gustave Flaubert en sus novelas. Cierro los ojos, rememoro el tiempo pasado, y en la secuencia de fotogramas que se proyecta en la pantalla blanca de mi memoria se revela el mar como presencia constante, diversa y significativa. La película que surge de mi memoria puesta en relación con el mar es rica en playas, olas, perfumes de salitre, barcos grandes y pequeños, botes y remos, velas desplegadas al viento, faros blancos y esbeltos por el día, faros invisibles en la oscuridad nocturna señalando su presencia con un guiño de luz larga y amarilla, algas verdes y rojas, sombrillas variopintas, cubos y rastrillos, palas de madera, toallas, anzuelos, sedales, cañas y aparejos, muelles, machinas, bikinis, rompientes, acantilados, el agua de la bahía santanderina puesta a hervir a borbotones por el viento sur, cremas bronceadoras, pieles femeninas tostadas por el sol, bocadillos de tortilla de patatas, ligerísimos balones, peces de muy diversos tamaños, gafas de bucear y aletas, arpones, cangrejos y quisquillas, deleitosos juegos eróticos entre dunas, lapas y percebes, erizos y estrellas de mar, quillas rompiendo entre espumas ligeras y blancas la superficie negra y tenebrosa de una inmensidad subyugante de la que no puedo apartar la mirada… Sí, el mar es parte intrínseca de mi propia vida, uno de sus rasgos y presencias más determinantes y definidoras. Estoy habitado, vivido, inundado por el mar; tanto por el mar masculino como por la mar femenina, distinción de género que siempre me irritó escuchar en la salmodia impostada y verbenera del poeta Alberti, cuando decidía disfrazarse de ese otro poeta, Rafael, que casi infantil esperaba en su vejez la aprobación unánime del público más mitómano.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,3 nov 2010 8:39:36 GTM
<![CDATA[La historia de la perrita Mila, o la cruel sinrazón de un atajo de desalmados]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1275
 

Juan Antonio González Fuentes

La abyección de los humanos alcanza en ocasiones la profundidad de un infierno inacabable e incomprensible. Esto ocurre cuando no hay razón alguna que la justifique, cuando es siniestra, trágicamente gratuita. Es el caso que nos ocupa. Ocurrió en la ciudad de Belgrado. Un grupo cobarde de gentuza de una crueldad incalificable cogió a una perrita callejera y con una sierra radial le cortaron las cuatro patas y la abandonaron. El animal se refugió debajo de un coche, y allí se fue desangrando con la sangre infectada, desnutrida, deshidratada,

Una anciana descubrió el horror y se puso manos a la obra. En una clínica veterinaria lograron revivir a la perrilla. Allí le pusieron nombre: Mila, que significa en serbio Querida. A Mila la han cuidado durante meses y ahora ya logra andar con sus muñones. La cruel noticia saltó a los informativos serbios y varias empresas han costeado el caro tratamiento de Mila.

La Universidad de Belgrado ha digitalizado las huellas del animal y el Instituto de Biomecánica de Valencia trabaja ya en la reconstrucción de prótesis para Mila, con el objetivo de que pueda recuperar casi toda su movilidad.

Historias como esta le llevan a uno a la más sencilla reflexión. ¿Qué puede llevar a nadie a hacer semejante daño físico y psíquico a un animal indefenso? ¿Qué se le puede pasar por la cabeza a quien con una sierra radial mutila cuatro veces seguidas a un ser vivo? ¿Qué clase de vacío moral y ético se enseñorea en las mentes y en el corazón de semejantes desalmados? ¿De qué actos serían capaces estos individuos amparados en una guerra, o en cualquier situación de ausencia completa de control y leyes? ¿Qué castigo puede imponerse a semejantes bestias? ¿Cómo se dota de humanidad a quien es inhumano?


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Joyce Carol Oates: Bestias (Papel de Liar, 2010)

LIBRO (octubre 2010): Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,2 nov 2010 18:42:6 GTM
<![CDATA[Murió el pulpo Paul, el cefalópodo talismán del fútbol español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1273
 

Juan Antonio González Fuentes

Había nacido en las costas del sur de Inglaterra y ha muerto ahora con apenas dos años cumplidos, viviendo emigrado en Alemania. Sí, era el pulpo Paul, el cefalópodo más importante en la reciente historia de España. Un pulpo bueno, poco aventurero, hecho ya a su pequeña pecera, completamente alejado de sus primos monstruosos, esos sobre los que escribieron Verne o Melville y alimentaron durante siglos leyendas pavorosas sobre las profundidades marinas. No, el pulpo Paul fue un animal tranquilo, paciente y bastante sofisticado, al que la naturaleza dotó de una cualidad excepcional: el don de la adivinación, de leer el futuro.

Las pruebas las ofreció a todo el planeta este verano durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. El pulpo Paul fue adivinando con precisión de reloj suizo los equipos que ganaban sus correspondientes partidos y pasaban eliminatorias. A Paul le introducción en el pequeño acuario dos recipientes transparentes cerrados. Cada recipiente con una bandera pegada correspondiente a las de los países que se enfrentaba ese día. En cada recipiente un manjar para pulpos. Paul se acercaba con cefalópoda decisión, y con sus brazos tentaculados abría una de las dos cajitas y se comía el contenido. El equipo del país cuya bandera adornaba la cajita elegida era el que pasaba la ronda. Prodigioso!!!



El pulpo Paul elige a España como ganadora del Mundial (vídeo colgado en YouTube por libertaddigitaltv)

El equipo español ganó su primer Mundial de fútbol ayudado por el pulpo Paul. Mejor dicho, con la confianza invencible y positiva que las decisiones del pulpo Paul le transmitía. Es imposible saltar al campo con confianza en la propia victoria si el pulpo Paul no te había elegido, si no te había señalado como ganador. Y al revés, los equipos elegidos (España en semifinales y en la final) salían al campo con un plus impagable. Sí, eran los elegidos por Paul!!!!

El pulpo Paul ha muerto. Siempre estará en nuestro recuerdo. Yo he dejado de pedir pulpo a la gallega en los restaurantes, y cuando he visto recientemente alguna película de aventuras marinas, con escenas protagonizadas por pulpos gigantes y malvados, deseosos de echar a pique el barco de los héroes, en cierto modo les he disculpado, pues me recordaban al bueno, al anhelado Paul!!!

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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LIBRO (abril 2010):
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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,29 oct 2010 20:50:44 GTM
<![CDATA[Haikus y Cuentos de la Luna pálida de Mizouguchi en el Aula de Letras de la Universidad de Cantabria]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1272
 

Juan Antonio González Fuentes

A las ocho de la tarde de hoy mismo, martes, recitaré en el Aula de Letras de la Universidad de Cantabria haikus clásicos de la tradición japonesa y también algunos de los que incluí en mi libro Haikus sin estación (Ediciones Carena, Barcelona, 2010). Me acompañarán en la cita la directora del Aula, Ana Rodríguez de la Robla, y el escritor y profesor de Análisis del Discurso y de Lengua y Literatura, Javier Pérez Escohotado, autor de un libro de un reciente libro de haikus, Papel japón, y del poemario Laura llueve (2000), así como de los libros Proceso inquisitorial contra el bachiller Antonio de Medrano (1989), Chascarrillos, dichos y decires en el habla de La Rioja (1990), Sexo e Inquisición en España (1992 y 1998), De milagros y fronteras. El milagro del gallo y la gallina interpretado al fin razonablemente (1999). Escohotado es co-autor de Poemas memorables: antología consultada y comentada, 1939-1999 (1999), y ha editado y prologado: Vida trágica de D. Santiago González Mateo, un Job del siglo XVIII y XIX (2001) y Conversaciones con Jaime Gil de Biedma (2002). Artículos suyos de opinión y crítica han sido publicados en La Vanguardia, Diario 16, El Independiente, El Periódico de Cataluña y en las revistas Las Nuevas Letras, Quimera, L'Anguilla, Calle Mayor, El Basilisco y The Barcelona Review.



Tras la lectura de haikus, se proyectará la película del maestro japonés Kenzi Mizouguchi, Cuentos de la luna pálida (1953), y a continuación habrá un debate con el público y una copa de cava en la mano. Esperamos pasarlo bien!!!  

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,27 oct 2010 19:22:54 GTM
<![CDATA[Los walkman ya son historia. Reflexiones sobre la información y las nuevas tecnologías a la sombra de Umberto Eco y Jean-Claude Carrière: Nadie acabará con los libros (Lumen, 2010)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1271
 

Juan Antonio González Fuentes

Si usted tiene un walkman guardado en cualquier rincón de su casa, no se deshaga de él tirándolo a la basura, posee una pieza digna ya de un museo de arqueología tecnológica y cultural. Pues sí, pasadas poco más de tres décadas desde que apareció en el mercado como una pequeña máquina revolucionaria que permitía escuchar música y la radio estando en movimiento y sin tener, por tanto, que estar “enchufado” a ningún aparato fijo, los populares walkman han dejado hoy mismo de fabricarse quizá para siempre jamás.

Surgieron inventados por la empresa japonesa Sony en 1979 como una verdadera novedad. Pequeña máquina a pilas que podías enganchar al cinturón del pantalón o a cualquier otra parte de la indumentaria, los walkman posibilitaban, por ejemplo, escuchar la emisora radiofónica favorita, la Novena sinfonía de Beethoven, “She love youde The Beatles, un himno pacifista de Bob Dylan..., o cualquier otra música y canción de la historia, mientras se corría una maratón, se montaba en bicicleta, se caminaba por el monte, se nadaba en la piscina, se asistía a una aburrida conferencia, se deambulaba indiferente por las calles de la ciudad o se hacía cualquier otra actividad imaginable, salvo la de esta muerto.

Al parecer se han vendido más de doscientos millones de walkman en todo el mundo, lo que quizá no parezca una gran cifra, aunque desde luego lo es, sobre todo si tenemos en cuenta que fue un aparato propio solo de las sociedades más urbana más desarrolladas. Ahora únicamente seguirá fabricándose para el mercado chino, es decir, para un mercado en vías de desarrollo. 

Umberto Eco y Jean-Claude Carrière: Nadie acabará con los libros (Lumen, 2010)

Umberto Eco y Jean-Claude Carrière: Nadie acabará con los libros (Lumen, 2010)

La noticia de la desaparición del walkman de la faz de la tierra me ha hecho pensar inmediatamente en las reflexiones que Umberto Eco y Jean-Claude Carrière han dejado escritas para todos nosotros en el libro Nadie acabará con los libros (Lumen, Barcelona, 2010). En esta obra los dos autores mantienen una larga conversación sobre la desaparición o no de los libros como herramienta básica de trabajo en el horizonte intelectual más inmediato. Si no recuerdo mal los dos escritores llegan a la conclusión de que el libro en papel no desaparecerá entre otras cosas porque es un instrumento tecnológico muy difícil de superar y porque ya ha dado grandes pruebas de resistencia a lo largo de la historia a constantes cambios y revoluciones tecnológicas. Lo que sí es muy probable es que su puesto en la cúspide de la pirámide cultural e intelectual no se pueda mantener mucho más tiempo, debido sobre todo a que los recursos digitales y virtuales del presente ofrecen una rapidez de acceso a la información absolutamente inaudita y en permanente mejora. Es muy probable que las masas humanas dejen de ver utilidad al libro en su demanda de información inmediata y copiosa, quedando el libro como un instrumento imprescindible solo para una elite que más que información inmediata requiere profundizar en conocimientos, para lo cual precisa de una relación más calmosa, personal y directa con el instrumento o fuente de conocimiento.

Eco y Carrière subrayan otra razón para la supervivencia a largo plazo de los libros, y es la siguiente. La propia imparable evolución tecnológica de los instrumentos de almacenamiento de información hace que éstos queden obsoletos en plazos de tiempos realmente cortos. Así, si una persona opta por preservar toda la información y conocimientos que posee en aparatos tecnológicos de hoy mismo, corre el serio riesgo de que ese almacenaje sólo le sea útil para plazos realmente breves de tiempo, teniendo la permanente necesidad de ir reconvirtiendo (si es posible) todo lo almacenado en la memoria de nuevos aparatos o instrumentos tecnológicos, más rápidos y capaces que los del inmediato pasado, pero distintos. La consecuencia es una carrera demencial por preservar la información que se posee (fotos, datos, textos, música...) adaptándola permanentemente a las novedades tecnológicas que ofrece el mercado. Esta espiral es muy beneficiosa para la industria y el mercado, pero es realmente angustiosa no solo para los particulares, sino también para las instituciones culturales que se ven impelidas a estar permanentemente reorganizando sus archivos (su memoria) en los nuevos aparatos, con dos consecuencias principales. Primera, el gasto permanente en renovación tecnológicas. Segunda, la pérdida inevitable de grandes cantidades de información que quedaron contenidas en sistemas que ya no admiten reconversión tecnológica, o que admitiéndola, implican unos costes de dinero y tiempo que la hacen inviable.

Pienso en este sentido en toda la música e información grabada hasta ahora en cintas de cassette que a partir de hoy mismo son solo pura arqueología tecnológica, inservible del todo en apenas unos meses o unos pocos años. Música, información..., que para ser preservada y utilizada en un futuro inmediato demanda que se transforme de algún modo a las nueva tecnologías existentes para poder ser “leídas” por ellas. Y que cuando dentro de unos años esas tecnologías cambien, el proceso deberá repetirse de nuevo, y así hasta... Los libros, sin embargo, aunque no son eternos, sí ofrecen periodos temporales de conservación de la información y conocimientos que almacenan infinitamente más largos y controlables.  

***


Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

-Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,26 oct 2010 19:22:54 GTM
<![CDATA[Adiós a Francisco Pérez González, Pancho, un señor de la edición en español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1270
 

Juan Antonio González Fuentes

No puede ser casual que el actual declive del grupo editorial Prisa y sus empresas satélites coincida en el tiempo con el retiro y muerte de sus dos principales impulsores, los santanderinos Jesús de Polanco y Francisco Pérez González, Pancho. Del primero, a quien no conocí, ya dejé escritas aquí mismo unas líneas con motivo de su desaparición, ahora quiero hacerlo en la hora de la muerte de Pancho, a quien sí conocí personalmente y del que guardo recuerdo.

En Santander Pancho vivía en el último edificio del muelle, una construcción decimonónica y señorial, coronada por un tejado de pizarra negra en el que aparecen dibujadas unas hermosas ventanas que subrayan confort y seguridad. El piso de Pancho está en el mismo inmueble en el que nació el escritor Álvaro Pombo, no sé si incluso es exactamente el mismo. En los largos días de verano no era infrecuente verlo salir del portal apoyándose en el brazo de su compañera, mientras mantenía una cordial conversación con algún amigo, seguido a cierta distancia el grupo por los guardaespaldas y el auto con chófer.

Pancho era asiduo del Festival Internacional de Santander, donde acudía sobre todo a los grandes conciertos, ocupando además casi siempre las mismas butacas, y representando su renqueante figura la seguridad de que la función iba a comenzar.

Compartí con Pancho Pérez al menos dos o tres cenas y coincidí con él luego en más de media docena de acontecimientos, siempre de índole cultural. La impresión que de él obtuve no varió nunca ni un ápice. Era un señor, un caballero que no imponía su condición mediante parafernalias de hombre rico y poderoso, si no por el mejor saber estar, la experiencia vital, una evidente elegancia natural, y por la exquisita deferencia con la que trataba a todos sus interlocutores, fuesen estos quienes fuesen.

Recuerdo en especial una cena en el santanderino Club Marítimo en la que tuve la suerte no sólo de compartir mesa, eso ya he dicho que ocurrió más de una vez, sino de estar sentado a su lado. Su conversación no me pareció muy brillante desde un punto de vista literario o intelectual, pero sí rebosante de interés, aciertos y puntos de vista muy sensatos. Pancho Pérez era un caballero poseído por el sentido común, al que adornaban una finísima ironía (que asomaba radiante por la media sonrisa y unos ojos de mirar un tanto malicioso) y un sentido del humor sólo posible en personas muy inteligentes.

En agosto de 2005 Pancho contó conmigo para conmemorar en el Ateneo de Santander el cincuenta aniversario de su editorial Taurus. Es tarde juraría que fue feliz, y de esa felicidad participamos los intervinientes: Nicanor Gómez Villegas, Santos Juliá, José María Guelbenzu y yo mismo.

Algunos de mis amigo, pienso en Antonio Tornel o Enrique Bolado, fueron amigos y colaboradores suyos. Todos trabajaron juntos en la última gran empresa de Pancho, la puesta a punto y desarrollo de su fundación, la Fundación Barcenillas, con el sede en el pueblecito cántabro de dicho nombre, en el que Pancho poseía una casa espléndida. Allí nuestro hombre tenía su biblioteca de temas hispanoamericanos, una de las mejores de España sobre el asunto, y base sobre la que se construye la susodicha fundación.

La última vez que vi a Pancho fue este pasado mes de agosto. Asistió a la inauguración del curso que sobre la vida y obra del poeta José Hierro se celebró en la UIMP (de la que era Doctor Honoris Causa), y en el que yo actúe como secretario. En la organización del curso participó la Asociación Cultural Plaza Porticada, presidida por Elena García Botín, en la que Pancho tenía un papel primordial. Las fauces de la enfermedad ya habían hecho presa en él con furia, y su aspecto lo denotaba. Yo estaba de pie junto a la mesa que acaba de abandonar el alcalde de Santander, Pancho se acercó con lentitud…, pensé que pasaría de largo para saludar a alguien significado entre los presentes, pero se dirigió a mi con la mano tendida, la sonrisa irónica y afectuosa y una mirada rebosante de sutil inteligencia. Le estreché la mano sin pronunciar palabra, pero intentando transmitirle con mi gesto y con mi mirada todo el respeto del mundo. Me incliné ante el caballero. Descanse en paz Francisco Pérez, Pancho, un señor con el peso todo de la palabra, un señor de los de antes.  

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,25 oct 2010 21:34:22 GTM
<![CDATA[Bibliofrenia o la pasión irrefrenable por los libros (Melusina), de Joaquín Rodríguez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1269
 

Juan Antonio González Fuentes

El historiador y erudito prusiano Theodor Mommsen, autor de unas 1.500 obras, entre ellas la legendaria Historia de Roma, tenía en enero de 1903 ochenta y cinco años de edad, estaba mordido por la depresión y había decidido, tiempo antes, pasar todo el tiempo posible en su impresionante biblioteca. Aproximadamente un año antes la Academia Sueca le había concedido el premio Nobel de Literatura.

El 26 de enero del año ya mencionado, Mommsen subió a lo más alto de la escalera que terminaba en las estanterías más altas de una parte de su biblioteca. Sacó un libro y, mientras lo hojeaba con dificultad sosteniéndolo con una sola mano, con la otra sostenía una vela que le daba la luz suficiente para poder leer. Sin darse cuenta, claro, acercó el fuego de la vela a su blanca melena, y esta se prendió incendiándose con consecuencias trágicas. El viejo erudito logró apagar el incendio de su cabellera, pero su rostro quedó herido con consecuencias ya irremediables. Murió diez meses después.

Joaquín Rodríguez: Bibliofrenia o la obsesión irrefrenable por los libros (Melusina, 2010)

Joaquín Rodríguez: Bibliofrenia o la obsesión irrefrenable por los libros (Melusina, 2010)

Esta anécdota es el final de un capítulo de los veinticinco que conforman un libro absolutamente delicioso dedicado al amor a los libros, a las bibliotecas. El libro se titula Bibliofrenia o la obsesión irrefrenable por los libros, lo ha editado Melusina y lo ha escrito Joaquín Rodríguez. Cada capítulo de Bibliofrenia está dedicado a contar con brevedad, humor, erudición…, la curiosa y llamativa historia de 25 célebres bibliofilos occidentales, 25 hombres que dedicaron sus esfuerzos y pasión a construir bibliotecas sencillamente impresionantes por su calidad y la cantidad de libros y documentos reunidos. Hablamos de personajes como Franceso di Petrarco, Kant, Henry E. Huntington, Casanova, Gómez de la Cortina

Bibliofrenia es un homenaje al libro de papel en un momento histórico en el que posiblemente estemos asistiendo a su defunción, al menos con el sentido y presencia que ha tendido a lo largo de los últimos dos mil años. Bibliofrenia es uno de los mejores regalos que puedan ocurrírseme hoy para cualquier amante auténtico de los libros. El lector lo pasará muy bien leyendo esta páginas, y verá cómo su propia bibliofília encuentra motivos y aliento para enraizarse un poco más en su propia vida.

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,22 oct 2010 20:21:8 GTM
<![CDATA[Isaac Cuende y su Contrabando de poemas súbitos (La Grúa de Piedra)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1268
 

Juan Antonio González Fuentes

Isaac Cuende es un amigo que acaba de cumplir juveniles ochenta años. Isaac es poeta, dramaturgo, actor, activista cultural, incluso recitador. Isaac está fuerte como un toro y mantiene convenientemente lubricada la esgrima de la palabra. A mi amigo Isaac le acaba de editar un libro de poemas mi amigo Luis Alberto Salcines. Los tres somos amigos por activa y por pasiva. El nuevo libro de Isaac se titula Contrabando, poemas súbitos, y lleva un hermosísimo prólogo del bueno de Luis Alberto de Cuenca, al que califico de bueno porque es buen poeta. El libro ha visto la luz en la preciosa colección de Salcines, quien se gasta sus ahorros, desde hace dos años, en darle sentido y cobijo a los versos de amigos como Jorge Riechmann, Fernando Abascal, Ángel Sopeña, Ana García Negrete, y ahora Cuende. La colección de Luis se llama La Grúa de Piedra, y en ella ponen su sabiduría libresca y bibliófila nuestros amigos Carlos y Antonio, ambos dos artífices de la editorial Creática.

Yo les recomiendo que, si se tropiezan con este libro de Isaac Cuende en alguna librería o en los anaqueles de algún librero de lance, no desperdicien la ocasión y lo adquieran. Son 10 euros de nada, dos o tres cafés, quizá cuatro mal contados. El libro es una delicia y ha nacido con vocación de entretener. Les dejo con algunos de los más breves poemas de Isaac, todos con título en latín. Ya me dirán, si les apetece.


ALUCINATIO
Celebremos la luz
aplaudiendo
con los párpados

CACHINNO
El viento cosquillea
las axilas de los árboles
y el bosque ríe a carcajadas

COLUMBA
Es misión de las palomas
humillar a las estatuas

SALUTATOR
El tren del norte
cruzó la estación
dirección al sur.

Alguien me saludó.

Conservo su mano.

SERVA
Silbó
la cafetera.

Arrancó
resoplando.

Me trajo
el desayuno
a la cama.

INFIDELIS
Dejé mi sombra
colgada en el perchero
y me fui de copas.

Cuando regresé
estaba acostada
con mi traje nuevo.  

***


Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,21 oct 2010 20:21:8 GTM
<![CDATA[Alemania año 2010: ¿estamos ante la eclosión de un nuevo imperio nacionalista alemán?: La deriva de la Alemania de Angela Merkel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1267
 

Juan Antonio González Fuentes

Hace escasas semanas la Alemania de la canciller Merkel terminaba de pagar las deudas de guerra que los aliados le impusieron en el Tratado de Versalles, nada más terminar la Primera Guerra Mundial. En dicho Tratado se consideraba a Alemania la máxima responsable de la guerra y sus desastres, y en consecuencia, se le impusieron múltiples sanciones, entre ellas pagar una cuantiosa cantidad de dinero a modo de indemnización. Ahora solo falta que paguen las sanciones que se le impusieron tras el otro gran conflicto bélico del siglo XX, la Segunda Guerra Mundial, de la que Alemania también fue considerada principal responsable.

El pago definitivo de la vieja deuda coincide en el tiempo con al menos tres hechos muy relevantes:

Primero, se cumplen ahora 20 años de la reunificación de Alemania, es decir, del renacimiento de la gran Alemania, el país más poblado de la Europa Occidental situado en el mismísimo centro geográfico del mapa europeo.

Segundo, Alemania de nuevo se ha convertido en el gran motor económico del Viejo Continente; es la única gran economía occidental que está dando claras muestras de recuperación y crecimiento, y es la economía que está poniendo condiciones al resto de las europeas para salir en su defensa en caso necesario. Pero esa “ayuda” a modo de respaldo no es gratuita. Alemania hará de nuevo de locomotora económica europea a condición de que el resto de economías de su entorno sean subsidiarias, es decir, que ejerzan de amplio mercado de consumo y cautivo para los productor made in Germany. A medio y largo plazo se trata de que Alemania imponga sus intereses económicos al resto de socios comunitarios a cambio de ejercer de garante final de la economía europea. Toda Europa, salvo Francia, en parte Inglaterra y sectores concretos de la economía italiana, acabaremos siendo solo consumidores de lo producido en Alemania, y nuestro futuro quedará reducido a ser los “camareros” de los alemanes cuando decidan visitar nuestros países en sus vacaciones.

Angela Merkel (fuente: wikipedia)

Angela Merkel (fuente: wikipedia)

Tercero. Estos días los titulares de los periódicos anuncian que Alemania da por finalizado el “multiculturalismo”, y que Angela Merkel asegura que el modelo social implícito al multiculturalismo “ha fracasado totalmente”. A esta noticia se añade el que el gobierno alemán prepara ya una lista de inmigrantes que rechazan los cursos de integración, que anuncia que quien no aprenda alemán no será bienvenido al territorio teutón y que Alemania está vinculada a los valores cristianos, y quien no lo acepte, no tiene ningún acomodo en el país. Curiosamente, a los pocos días de estas declaraciones, la Unión Europea coordina por toda Europa, incluida España, claro, una “caza de sin papeles”.

Quiero decir que estoy completamente de acuerdo con la filosofía que sostiene parte de estas declaraciones. Los inmigrantes deben someterse a las reglas, leyes y costumbres del país que los acoge. Los inmigrantes deben aprender el nuevo idioma, deben conocer de qué manera se funciona en su nuevo país y deben adaptarse, sí, en ocasiones haciendo esfuerzos y algunas renuncias. No es posible que los inmigrantes lleguen a su nuevo país y exijan que se respeten y apoyen todas sus creencias y todas sus costumbres, algunas abiertamente contrarias incluso a las leyes del país de acogida.

Pero lo que me preocupa y me lleva a reflexión es la suma de ingredientes aquí someramente expuestos. Coincide el 20 aniversario de la eclosión de la Gran Alemania con su gigantesca potencia económica en un momento de crisis económica global y generalizada, y especialmente en el propio entorno geográfico alemán. Y estos dos factores coinciden en el tiempo con el fin de deudas que hablan del atroz papel histórico de Alemania en el siglo XX, y con la verbalización desde el gobierno alemán de que quien no se someta a sus “imposiciones nacionales” no tiene cabida en el país.

¿Se puede convertir Alemania y su recurrente e histórica deriva nacionalista en un verdadero problema a medio y largo plazo? ¿Puede volver a convertirse la Gran Alemania en una fuente permanente de conflictos intraeuropeos? ¿Es conveniente la eclosión de un nuevo Imperio Alemán en el seno de la Unión Europea? A este respecto la historia de Alemania de los últimos dos siglos es más bien preocupante, y debe llevarnos a todos a la reflexión y al análisis frío y detallado. Quizá no le convenga a nadie una Alemania en exceso fuerte, en exceso locomotora. Insisto, la experiencia histórica no es desde luego la mejor. 

***


Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,20 oct 2010 18:9:24 GTM
<![CDATA[La lengua ciega (DVD ediciones) de Juan Antonio González Fuentes, finalista del Premio Nacional de Poesía 2010]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1266
 

Juan Antonio González Fuentes

El desaparecido poeta canario José María Millares Sall ganó este año 2010 el Premio Nacional de Poesía en España. La convocatoria del Nacional de Poesía de este año quedará grabado para siempre en mi pequeña historia personal, y lo hará por el sencillo hecho de que mi libro de poemas en prosa La lengua ciega (DVD, 2009) estuvo entre los 15 ó 16 libros finalistas.

Juan Antonio González Fuente: La lengua ciega (DVD Ediciones, 2010)

Juan Antonio González Fuente: La lengua ciega (DVD Ediciones, 2010) 

Sobre La lengua ciega ya han escrito por extenso, y algunos en estas mismas páginas, Fernando Abascal Cobo, Álvaro Pombo, Claudie Terrasson, Luis García Jambrina, Philippe Merlo Morat, Julio Díaz Díaz, Luis Bagué, Nuria Rodríguez Lázaro o Julia María Labrador Ben. A todos ellos quiero darles sinceramente las gracias. Además quiero subrayar un hecho que quizá se anecdótico pero a mi me resulta muy significativo. Otros dos libros de dos poetas cántabros estaban entre los finalistas, Sol de resurrección (Calambur) de Carlos Alcorta, y Pequeños círculos (DVD) de Alberto Santamaría. Creo que el trío de finalistas del Nacional de Poesía pone de relieve, al menos de alguna manera, el buen momento que la poesía atraviesa en una región española tan pequeña y escasamente poblada como Cantabria.

Estoy muy contento de que La lengua ciega haya sido considerado uno de los mejores libros de poemas publicados en España el pasado año. Es un pequeño estímulo para seguir escribiendo como me interesa escribir. 

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Últimas colaboraciones 
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LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Tuesday,19 oct 2010 12:7:25 GTM
<![CDATA[Americanas aventureras (Circe ediciones), de Cristina De Stefano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1264
 

Juan Antonio González Fuentes

Circe es una editorial barcelonesa especializada en biografías, muchas de ellas de mujeres. En mi biblioteca tengo varios de sus libros, y lo cierto es que nunca me han defraudado, ni en sus contenidos ni en sus características bibliográficas. El último de los títulos de la colección que he comprado y leído es Americanas aventureras, de la italiana Cristina De Stefano (Pavia, 1967), una escritora y periodista que en 2002 ya había publicado un trabajo sobre Cristina Campo.

En Americanas aventureras De Stefano presenta veinte retratos biográficos de veinte mujeres estadounidenses nacidas o bien a finales del siglo XIX o bien a principios del XX. Son mujeres de muy diversos orígenes e intereses, pero todas con un denominador común: haber escogido en la vida un camino propio tanto en lo profesional como en lo personal, es decir, ser mujeres independientes y poseedoras de una gran personalidad y mucha fuerza. En el índice de este libro nos encontramos con nombres de escritoras, científicas, actrices, artistas, decoradoras, feministas, aventureras, fotógrafas…, todas tuvieron, a su manera, un papel destacado en la evolución y apertura de la sociedad norteamericana a lo largo de la primera mitad del siglo XX, todas enriquecieron sustancialmente las posibilidades reales de ser mujeres.

Cristina De Stefano: Americanas aventureras (Circe Ediciones)

Cristina De Stefano: Americanas aventureras (Circe Ediciones)

Además, el conjunto de retratadas, de forma indirecta, supone también un espléndido acercamiento a cómo era la sociedad norteamericana más avanzada en la etapa histórica descrita, fundamentalmente en ciudades como New York o Los Angeles. Pero clave en este libro es la prosa de De Stefano, una prosa leve, concisa, sencilla, enérgica, precisa…, que es perfecta como vehículo para acercar a los lectores las vidas sugerentes de estas mujeres entre las que figuran Mae West, Dorothy Parker, Lee Miller, Anne Sexton o Amelia Earhart. Otro acierto del libro es que los retratos son breves, en ocasiones seis o siete páginas, y su condensación permite palpar lo básico de las vidas contadas, lo suficiente como para en no pocas ocasiones desear profundizar más en torno a la trayectoria de mujeres tan especiales, tan interesantes. 

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LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,18 oct 2010 14:4:15 GTM
<![CDATA[Adiós a Joan Sutherland, adiós a “La Stupenda”, la soprano bel cantista del siglo XX]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1263
 

Juan Antonio González Fuentes

Joan Sutherland era una mujer de rostro francamente poco agraciado. Ojillos pequeños y un prognatismo sobresaliente le daban un aspecto relevante en lo negativo. Sin embargo su voz de soprano lírica fue quizá la más hermosa de todo el siglo XX. Una voz cristalina, pura, sin dobleces, de una belleza simplemente sobrenatural.

La australiana nació en 1926 y ha muerto ahora, tras casi medio siglo de carrera sobre los más grandes escenarios de todo el mundo. Comenzó a cantar en su Sydney natal en 1947, y se retiró por completo nada más y nada menos que en 1990, llegando a cantar por última vez en el Liceo barcelonés en fecha tan tardía como 1988. A lo largo de su trayectoria cantó muy diversos papeles, casi siempre del repertorio italiano y francés, desde el barroco a Puccini o Benjamin Britten. Fue la Aida, la Leonora o la Amelia verdianas, pasando, claro, por su verdadero caballo de batalla dentro de los escritos por el compositor italiano, la Violeta de La Traviata, papel en el que vocalmente quizá nadie la ha superado, y del que sin duda es una de las tres o cuatro grandes intérpretes de la historia.



Joan Sutherland y Luciano Pavarotti interpretan "Un di felice" de La Traviata (vídeo colgado en YouTube por midas45)

Sin embargo Joan Sutherland queda ya para siempre en la historia de la ópera por ser la verdadera recuperadora y valedora de la obra de dos compositores, cuyas óperas rescató en gran medida del olvido y volvió a poner en los escenarios con un éxito inusitado. Me refiero a los dos grandes compositores del bel cantismo italiano, Bellini y Donizetti. El bel cantismo hace referencia a un momento muy determinado de la ópera italiana, la que pasa del siglo XVIII al XIX y se concreta casi exclusivamente en la escritura de tres compositores señalados, los dos ya aludidos y Rossini. Se trata de óperas cuya clave se sustenta en el canto hermoso, en el bel canto, es decir, en una forma muy especial de cantar en la que lo realmente importante es la belleza de la voz, su lirismo incardinando en unas melodías ligeras de relativa sencillez en su construcción, pero de gran hermosura y cargadas de poesía rítmica, si así puede decirse.

En este sentido la gran Sutherland devolvió a los escenarios sobre todo óperas de Donizetti, compositor del que hasta el trabajo de la soprano australiana prácticamente solo se interpretaba su Lucia di Lammermoor. Joan Sutherland. Apoyándose en las cualidades de su voz prodigiosa, se atrevió a enfrentarse a los papeles bel cantistas de este compositor, papeles de extrema dificultad en lo vocal, y así devolvió a la vida títulos como Maria Stuarda, Anna Bolena o Lucrezia Borgia. Así todo, el repertorio de “La Stupenda” era muy amplio. A Donizetti, Rossini y Bellini, debemos de sumar Mozart, Verdi, Puccini, Lehar, Bizet, Purcell, Haendel, Offenbach, Gounod...



Joan Sutherland canta "Casta diva" de Norma de Vincenzo Bellini (vídeo colgado en ouTube por napat14)

Joan Sutherland, “La Stupenda”, cantó y grabó con los más grandes de su época y de su repertorio. Me refiero a directores de orquesta como Giulini, sir John Barbirolli, sir John Pritchard, Tullio Serafín, Antonio Votto, Erich Kleiber..., y a cantantes como Plácido Domingo, Alfredo Kraus, Franco Corelli, Giulietta Simionato, Nicolai Ghiaurov, Fiorenza Cossotto, Marilyn Horne, Caballé, Berganza... Pero hay dos nombres indisociables de la gran diva. Primero el que fuera su marido, el director de orquesta Richard Bonynge, con quien grabó en disco gran parte de su mejor repertorio. Un director de orquesta especializado en música bel cantista, que fue el gran soporte musical de la cantante durante toda su carrera. El otro nombre propio es desde luego el del tenor Luciano Pavarotti, la “pareja escénica y discográfica” por excelencia de Joan Sutherland. Durante los años 1950 y 1960 hubo dos parejas de cantantes que mantuvieron una notoria rivalidad en los escenarios y en los discos. Por un lado Maria Callas y Giuseppe Di Stefano (discográfica EMI) y por otro Renata Tebaldi y Mario del Monaco (discográfica Decca). Pues bien, la única pareja comparable por número de grabaciones es, sin duda alguna, Sutherland y Pavarotti, dos voces bellísimas, dos voces ligeras pero sólidas absolutamente aptas para el repertorio bel cantista, repertorio en el que realmente deslumbraron en los escenarios y en los discos. Sus dúos son prodigiosos, inolvidables, ponen la piel de gallina..., es difícil concebir tanta belleza vocal junta.

La crítica sólo le ha puesto un pero a la Sutherland, el mismo que tantas veces se le ha puesto a la Caballé, verdadera heredera natural de la australiana, la última diva que queda del mundo de la ópera más brillante de la segunda mitad del siglo XX. Me refiero a su falta de caracterización dramática sobre los escenarios y, en no pocas ocasiones, en los discos. Las dos sopranos dan todas las notas, y las dan con una belleza sobrecogedora, pero hay críticos que prefieren menos perfección técnica, menos brillantez vocal, y más encarnación vocal y actoral del personaje. El asunto queda para el debate y, probablemente, para el gusto de cada cual.

Ha muerto Joan Sutherland, “La Stupenda”, la soprano lírica del bel cantismo italiano a lo largo de la última mitad del siglo XX. Ahí es nada. 

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Últimas colaboraciones 
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Friday,15 oct 2010 23:27:48 GTM
<![CDATA[Nuevos haikus de Juan Antonio González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1262
 

Juan Antonio González Fuentes

Creo que fue en el mes de mayo de este año cuando llegaron a mis manos los primeros ejemplares de mi libro Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010), mi primera incursión en dicho género poético, originario de la tradición lírica japonesa. En el mencionado libro publiqué un total de 75 haikus, y desde su aparición he seguido escribiendo haikus, pensando ya en una posible próxima publicación. Creo que ya he dado algunos ejemplos de la nueva escritura, y aquí dejo cinco haikus nuevos.


Desde otra hondura,
desnudo como un mirlo,
nocturno de mí

 

Vivir el siempre
que en silencio se extrema
palabra adentro

 

Al aire sin luz
traza su estela ciega
un cielo falso

 

Se corta la flor
inversa de la nieve,
su prisa al viento 



Un haciéndose
que decreta fábulas,
historias de agua  

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,14 oct 2010 23:27:48 GTM
<![CDATA[La partida, nueve relatos de Rax Rinnekangas en El Desvelo Ediciones]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1260
 

Juan Antonio González Fuentes

La partida (Lähtö, 1978) es la primera obra escrita del cineasta, productor, fotógrafo y escritor finlandés, Rax Rinnekangas, Premio Nacional de Literatura y Premio Nacional de Fotografía, ambos en Finlandia. Aborda a través de los nueve relatos que componen este libro otras tantas ‘partidas’ de nueve personajes en un proceso de maduración colectivo del sentimiento de soledad desde la adolescencia hasta la edad adulta. La narración está fuertemente influenciada por el lenguaje cinematográfico y nos acerca a la realidad de distintos personajes y situaciones.

La traducción de esta obra, publicada ahora por El Desvelo Ediciones (Santander, 2010) se ha realizado con el apoyo de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento y de FILI (Finnish Literatura Exchange), que concedieron sendas subvenciones.

La partida (Lähtö) es la compilación de relatos que constituyó, hace 32 años, el nacimiento literario de este artista finlandés, casi del Renacimiento, que es Rax Rinnekangas. Con esta obra, escrita a caballo entre los años sesenta y setenta del siglo pasado, y ambientada en el norte de Finlandia, el autor ganó el premio de la Editorial Otava, en 1978. En La partida, Rinnekangas aúna un estilo lacónico, descarnado y muy influenciado por el lenguaje cinematográfico, con una poderosa fuerza evocadora de la infancia y las oportunidades perdidas que, como cargas de profundidad, estallan en cada relato. Desde la pandilla de niños hasta los adolescentes inadaptados social y emocionalmente, pasando por hombres maduros que cargan con su pasado a cuestas, estos nueve relatos surgidos de las proximidades del Círculo Polar Ártico dejarán una huella en el lector indeleble, aunque no necesariamente fría.

Rax Rinnekangas: La partida (El Desvelo Ediciones, 2010)

Rax Rinnekangas: La partida (El Desvelo Ediciones, 2010)

La santanderina el Desvelo Ediciones publicará en el mes de abril un libro-catálogo sobre el conjunto de la producción artística de Rinnekangas, con ocasión de la muestra que sobre su obra fotográfica dará repaso a su carrera en la Fundación Caja de Arquitectos de Barcelona.

La extensa biografía artística de Rax Rinnekangas abarca documentales y filmes de Arte (The Colours Of The Holocaust y The Melnikov House), exposiciones fotográficas (Tabacalera de San Sebastián, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Memorial and Museum of Sachsenhausen, Amos Anderson Art Museum) y una prolífica obra de ficción (novela, relatos cortos y poesía) y no ficción (periodismo). Sus películas documentales han sido proyectadas en sitios como el Musée du Louvre o la Barbican Art Gallery. Entre los galardones que ha recibido este autor espiritual y artísticamente hermanado con Tarkovski, se encuentran la Mención de Honor del Jurado del 25th FIFA Festival (Montreal, 2007), el Premio Nacional de Literatura y el Premio Nacional de Fotografía (Finlandia, 1992 y 1989). Rinnekangas visita regularmente España, en donde acaba de rodar su primer filme de ficción. 
 

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Últimas colaboraciones 
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LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

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LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,13 oct 2010 19:49:49 GTM
<![CDATA[Perder teorías, de Enrique Vila-Matas, una teoría sobre la novela del siglo XXI]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1259
 

Juan Antonio González Fuentes

Hace meses escribí unos párrafos sobre Dublinesca, la última novela de Enrique Vila-Matas, una narración que es paradigma de los caminos por los que hoy deambula el arte de la narración contemporánea. En esta novela ya se adelanta la noticia del que es el último libro publicado por Vila-Matas, Perder teorías, editado hace tan solo unas semanas por Seix Barral. El personaje protagonista de Perder teorías, un evidente alter ego de Vila-Matas, es un escritor que viaja a la ciudad francesa de Lyon invitado por una organización cultural para pronunciar una conferencia. Llegado al hotel, nadie de la organización se presenta a buscarlo, y él, encantado de encontrarse solo y sin compromisos en el hotel, aprovecha el momento para desarrollar una teoría sobre la novela del siglo XXI.

Enrique Vila-Matas: Perder teorías (Seix Barral, 2010)

Enrique Vila-Matas: Perder teorías (Seix Barral, 2010)

Vila-Matas, en la página 28 de Perder teorías, establece que, en su opinión, hay al menos cinco rasgos irrenunciables, imprescindibles, que deben estar en toda novela futura que quiera sentirse perteneciente al siglo XXI. Los cincos rasgos esenciales son:

-La “intertextualidad” (escrita así, entrecomillada)
-Las conexiones con la alta poesía
-La escritura vista como un reloj que avanza
-La victoria del estilo sobre la trama
-La conciencia de un paisaje moral ruinoso

Estos son los cinco ingredientes que, para Enrique Vila-Matas, tienen que estar presentes en cualquier novela que pretenda ser contemporánea. Que tomen buena nota los novelistas contemporáneos, que tomen nota los críticos…, aquí hay materia, desde luego, para la reflexión. 
 

***


Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Noviembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Kazuo Ishiguro: Nocturnos (Anagrama, 2010)

LIBRO (septiembre 2010): Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,11 oct 2010 19:38:1 GTM
<![CDATA[El Premio Cervantes 2010 será mujer y española]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1258
 

Juan Antonio González Fuentes

“Estamos en plena época de concesión de los grandes premios literarios, los Nacionales españoles, el Cervantes, el Nobel... Como todos los años se hacen quinielas y se apuesta por determinados escritores que luego, como casi siempre, se quedan sin premio. Ahora suenan de nuevo para el Nobel los nombres de Cormac McCarthy, Carol Joyce Oates, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes..., pero se lo acabarán dando a un desconocido poeta australiano, o a un casi inédito narrador nigeriano. La política, y sobre todo la corrección política, lleva tiempo imponiéndose en esta clase de lides...”

(Así comenzaba yo el post de hoy a eso de la una de la tarde en la soledad de mi despacho. Envié el post a Ojos de Papel para su maquetación, y a eso de las cuatro y pico recibo la llamada de mi director, Rogelio López Blanco, para anunciarme que el premio Nobel 2010 se lo habían dado a Mario Vargas Llosa, de lo que francamente me alegro. Y es que corren malos tiempos para la progresía más carca, incluso en el reparto de premios Nobel)



Ana María Matute fotografiada por Colita (clicar sobre la foto para ver su página oficial)

Hace unas semanas acudí al encuentro de escritores de Verines, organizado por al Universidad de Salamanca en una casona que perteneció a unos jesuitas irlandeses en la costa este de Asturias. Allí compartí mesa y palabra con mi tocayo Juan Antonio González Iglesias, y con escritores y poetas como Elena Medel, Lucía Etxebarría, Vicente Verdú o Martínez de Pisón.

Una de las noches de dicho encuentro, mientras cenábamos con un alto cargo del Ministerio de Cultura español, surgió a lo largo de la conversación el tema de los premios literarios, y más concretamente el susodicho alto cargo nos contó muchas anécdotas relativas a los premios Príncipe de Asturias y Cervantes. Nos confirmó eso de que el Premio Cervantes tiene una norma no escrita consistente en que un año se concede a un escritor hispanoamericano y otro a uno español.

Este año toca escritor español, y en algún momento de la charla se deslizó que probablemente también tocase mujer. No se pronunció en ningún momento su nombre, pero aquí dejo escrita mi apuesta: el Premio Cervantes 2010 será Ana María Matute. Ya veremos.
 

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Friday,8 oct 2010 19:10:1 GTM
<![CDATA[El atracador fetichista o el caso del ladrón con braga]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1257
 

Juan Antonio González Fuentes

A Jésús Alberto Pérez Castaños, fetichista

Un amigo, de esos que de vez en cuando me envían por correo electrónico noticias curiosas, me hace llegar una noticia publicada en la edición digital del periódico ABC. La noticia hace referencia a un hecho desde luego por completo repudiable, el atraco con arma de fuego a una entidad bancaria sevillana hoy miércoles día 6 de octubre de 2010. El hecho en sí casi es de una cotidianeidad incluso aburrida, pero uno de los detalles del atraco hace que pensemos inmediatamente en una vieja película española protagonizada por Alfredo Landa, Sazatornil, Pajares, Esteso o Paco Martínez Soria: el atracador se cubría la cara con una braga.

Nada profundiza la noticia con respecto a la braga. Imaginamos que no era una tanga, por razones obvias de tamaño. Pero ya metidos en faena a mí me interesan mucho los detalles, por ejemplo, el color de la prenda, si llevaba o no encaje, si presentaba transparencias, si presentaba las dos principales piezas con forma de triángulos, si dichos triángulos estaban unidos por un sencillo cordón, si eran bragas baratas o de tienda de lujo, si eran de algún familiar del atracador o las había adquirido en alguna lencería dejándose llevar por sus gustos más personales, si eran de señora mayor, de madura lasciva, de adolescente tímida... Y después del atraco ¿qué ha hecho con las bragas? ¿Se ha desecho de ellas en cualquier descampado?, ¿se las regaló a la primera mujer con la que se tropezó?, ¿se las regaló a una mujer que le gustó?, ¿se las devolvió a la fémina de su familia?, ¿las ha guardado para seguir atracando y convertirse en el ladrón de la braga?

Es posible que en los tiempos de crisis que vivimos aumenten considerablemente los atracos llevados a cabo por la desesperación de aficionados. Y en este sentido, los aficionados, por serlo, echarán mano para sus fechorías lo primero que encuentren: bragas, medias, calcetines, calzoncillos, camisetas, pijamas...

Les dejo con la noticia. No tiene desperdicio. Y probablemente sea la avanzadilla de atracos curiosos que a partir de ahora nos llegaran por los medios de comunicación. Sólo cabe esperar que las bragas y demás aderezos no den nunca paso a la sangre.

“Un hombre con el rostro oculto por una braga ha atracado a mano armada en la mañana de este miércoles una sucursal bancaria de Cajasol ubicada en la calle Agricultores del barrio de Pino Montano, en Sevilla, tras todo lo cual ha huido en un vehículo, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

En este sentido, un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía ha informado a Europa Press de que los hechos han tenido lugar en torno a las 9,30 horas de este miércoles, cuando este individuo habría entrado portando un arma de fuego en la sucursal bancaria, que a esas horas ya se encontraba abierta al público y con clientes en el interior. Al hilo de ello, las mismas fuentes han precisado que, una vez ha cometido el atraco -por el momento se desconoce la cantidad de dinero que habría sustraído- ha abandonado la sucursal de Cajasol, subiéndose en un vehículo y huyendo del lugar de los hechos.

Tras ello, el Grupo de Atracos de la Policía Nacional ha iniciado una investigación al objeto de proceder a la detención del atracador, que, según las fuentes consultadas por Europa Press, no habría efectuado disparos ni habría herido a ninguno de los clientes que a esas horas se encontraban en el interior del local. 
 

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,7 oct 2010 19:10:1 GTM
<![CDATA[Otras horas, nuevo libro del poeta mexicano Jorge Valdés Díaz-Vélez (Quálea Editorial)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1256
 

Juan Antonio González Fuentes

La editorial cántabra Quálea Editorial publica en primicia el poemario Otras horas, el último libro del escritor y diplomático mexicano Jorge Valdés Díaz-Vélez (Torreón, México, 1955), autor que cuenta entre sus galardones el prestigioso Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández- Comunidad Valenciana 2007.

La obra constituye el quinto título de la colección de poesía de la editorial que, bajo la dirección de los poetas Rafael Fombellida y Carlos Alcorta, continúa con su labor de acercar al público lector las obras y los autores más prestigiosos de la lírica contemporánea internacional.

Otras horas supone también una novedad destacada: su inclusión inaugura la presencia de las voces en castellano en una línea editorial que ya había acogido entre sus publicaciones, siempre en ediciones bilingües, el idioma inglés, el italiano y el portugués. El esmerado diseño y acabado del libro como objeto constituyen uno de sus sellos reconocibles y ya cuentan con el reconocimiento crítico y lector, como acredita el reciente galardón recibido al Mejor Diseño de Colección que otorga anualmente la Revista Visual y que pasa por ser uno de los de mayor prestigio a nivel nacional.

Este poemario se presenta al público como una nueva consagración lírica de Jorge Valdés Díaz-Vélez, y continúa el camino de excelencia y madurez formal que ya exhibió en sus dos anteriores títulos que le han convertido, por méritos propios, en uno de los nombres de referencia de la poesía en castellano. Autor de temáticas universales, Jorge Valdés cultiva una poesía apegada a las formas clásicas a través de las cuales ha ido experimentando hasta alcanzar una deslumbrante madurez poética. Traducido al francés, italiano, neerlandés, portugués, rumano e inglés, es autor de once libros de poesía; los más recientes son Los Alebrijes (Madrid, Hiperión, 2007), por el que recibió el prestigioso Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana 2007, Tiempo fuera (1988-2005) (Universidad Nacional Autónoma de México, 2007) y Qualcuno va (Ed. Bilingüe italiano-español, Foggia, Bari, Sentieri Meridiani Edizioni, 2010). Está incluido en las más relevantes antologías de poesía mexicana publicadas en Bélgica, Colombia, España, Inglaterra, Italia y México; entre otras, en La poesía del Siglo XX en México (Madrid, Visor, 2009). Se le han otorgado también el Premio Latinoamericano Plural (1985) y el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1998). Ha ejercido como diplomático en las embajadas de México en Argentina, Costa Rica, Cuba y España, y en el Consulado General en Miami (Estados Unidos de América), donde ha desempeñado cargos de Consejero Cultural. También ha sido Director del Centro Cultural de México.

Jorge Valdés Díaz-Vélez: Otras horas (Quálea Editorial, 2010)

Jorge Valdés Díaz-Vélez: Otras horas (Quálea Editorial, 2010)

En las páginas de Otras horas Jorge Valdés mantiene un pulcro trabajo de cincelado de la palabra al servicio de unos versos medidos, cadenciosos, en los que no sobra una palabra y que se integran en una colección poética que hermana el esplendor de las antiguas formas clásicas del soneto con la economía de los tannkas japoneses, todo en un coherente universo lírico donde se agitan las temáticas universales: los cuatro elementos; las coordenadas de espacio y tiempo; la nostalgia y la esperanza; el recuerdo y el olvido; la música y el silencio; las certezas, las pérdidas, las distancias y el amor, dan fondo y forma a un conjunto de poemas donde la poesía resplandece a la luz de la belleza, el arte y la vida y sus misterios.

En justicia cabría considerar la poesía de Jorge Valdés de “transitable”. En un tiempo en que la criptografía, el collage y el puzzle parecen adueñarse de los espacios poéticos españoles, el poeta de Coahuila exhibe una propuesta lírica que dialoga permanentemente con la tradición y con los clásicos de nuestra lengua, logrando un perfecto engarce entre sentido y forma, entre sonido y sustancia, que le ha llevado a ocupar un lugar preeminente en la ya de por sí alta poesía de su país natal, una de las más ricas del idioma. La competencia poética de Jorge Valdés se revela en la prodigalidad y originalidad de sus metáforas, en su grado de adecuación a un universo visual y verbal plenamente contemporáneo, y en su capacidad para renovar referentes simbólicos. Propone pues Valdés un discurso mediante el cual el lector conserva la opción de transitar a través de su experiencia escritora obviando el desengaño de la impermeabilidad, pero expuesto siempre a ser alcanzado por lo inesperado, lo infrecuente, la sorpresa plástica o la profundidad de sentido.

Se adentra Jorge Valdés en los senderos de la experiencia totalizando un conjunto poético en el cual su maestría compositiva potencia la intensidad de un discurso articulado en base a poemas que operan a modo bien de conversación reflexiva y culta, con ávida exploración introspectiva y fluidez rítmica, bien a modo de sketches visuales o sensoriales en los cuales la condensación de la tannka abre y libera un núcleo fulgente de sensualidad e inédita emoción. 
 

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Últimas colaboraciones 
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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,6 oct 2010 11:52:32 GTM
<![CDATA[La primera poesía de Ana María Moix: Baladas del Dulce Jim (Bartleby)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1255
 

Juan Antonio González Fuentes

Se cumplen ahora 40 años de la aparición del primer libro de poemas de una jovencísima escritora que entonces apenas tenía 22 años. Me refiero al título Baladas del Dulce Jim de Ana María Moix (Barcelona, 1947). Aquella fue la primera incursión literaria pública de una escritora llamada a ocupar un lugar raro, errático, singular, original y destacado en el mundo de la creación poética y narrativa española de las últimas décadas.

La publicación de Baladas del Dulce Jim, junto a la relación personal de la autora con los más jóvenes y prometedores poetas catalanes de finales de la década de los 1960, hizo que Ana María Moix fuera la única mujer incluida en la célebre antología de José María Castellet, Nueve novísimos poetas españolas, auténtica puesta en escena de un grupo de literatos formado por Vázquez Montalbán, Gimferrer, Guillermo Carnero, Leopoldo María Panero, Félix Azúa, José María Álvarez, Antonio Martínez Sarrión y Vicente Molina Foix.

La obra poética de Ana María Moix no es muy extensa, y hoy, dentro del panorama de la poesía española del último medio siglo, no ocupa grandes titulares. En 1970 publicó No time for flowers, con el que ganó el Premio Vizcaya de Poesía, Call me Stone es también de 1969 y en 1983 publicó A imagen y semejanza, entrega de sus poesías completas hasta ese momento.

Ana María Moix: Baladas del Dulce Jim (Bartebly, 2010)

Ana María Moix: Baladas del Dulce Jim (Bartleby, 2010)

Hoy, pasados 40 años, la colección Bartleby poesía reedita Baladas del Dulce Jim. Y lo hace manteniendo el viejo prólogo de Vázquez Montalbán, pero sumándole un estudio de la poeta y escritora madrileña Pilar Adón, quien escribe en su trabajo:

Dosificando dulzura y malditismo a partes iguales, Ana María Moix nos muestra en Baladas del Dulce Jim las relaciones conflictivas entre unas colegialas que viven al límite y que, sin volver la vista atrás, avanzan hacia un futuro no muy preciso y tampoco muy tranquilo. Con una escritura desinhibida, sin reservas, Moix domina el juego poético, y utiliza sin vacilaciones las técnicas y métodos compositivos más eficaces para mostrar las incertidumbres y las amenazas que se ciernen sobre sus bellos, apasionados y sensibles héroes. Su templanza y, más aún, su considerable sentido de una cándida mordacidad hacen de Baladas del Dulce Jim, el primer poemario publicado de la autora, un texto contenido y penetrante cuya estructura va envolviendo poco a poco al lector hasta llevarle a las páginas finales. Una obra espontánea, vanguardista e inclasificable”.

Es esta, sin duda, una oportunidad magnífica para acercarse a la poesía de una de las más originales y casi secretas poetas españolas. 
 

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,5 oct 2010 19:46:38 GTM
<![CDATA[La epifanía escueta (A propósito de la última poesía de Juan Antonio González Fuentes), por Julio Díaz Díaz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1254
 

Juan Antonio González Fuentes

Como referente de la sensibilidad del individuo, la escritura poética tiene mucho de ideario estético y creativo, pero también de diario sentimental de la persona que ejerce tal actividad. Por ello, se puede decir que constituye, para los lectores, un registro de las pulsaciones, las preocupaciones y hasta las obsesiones del sujeto que vierte y plasma ante el papel su propia interpretación del mundo.

No cabe duda de que a medida que se dilata en el tiempo el ejercicio de la poesía, más oportunidad se tiene de observar y analizar el rastro sentimental y estético que cada individuo-creador va dejando a lo largo de su vida. En el caso de Juan Antonio González Fuentes, se puede decir que ese recorrido es ya amplio y sustancial pues son no pocos los años que ha dedicado a la escritura poética y también son ya considerables los libros que ha dado a la luz. Por tanto, para los lectores atentos de su obra, resulta éste un buen momento para hacer balance y dar alguna noticia de ese quehacer creativo.

Al leer poesía y sopesar el alcance de sus contenidos, siempre se percibe algo que permanece inalterado y que constituye el armazón de la propuesta del poeta. Otros aspectos, en cambio, están sujetos a una realidad mudable o “experimentable” en términos creativos.

En la poesía de González Fuentes tal esquema se podría aplicar a una realidad de referencia, para mí, muy clara y evidente en las dos últimas entregas de este poeta santanderino. Lo sustancial, lo “inmutable”, es ese conjunto creativo bien ceñido, escueto y trabado, que toma sus propios elementos de significación desde la desnudez expresiva, desde el vértigo que sobreviene en el paso “de lo indecible a lo decible”, por utilizar los mismos términos que Álvaro Pombo reproduce en el prólogo de La lengua ciega (LLC).

Y esa armadura creativa se nutre de una simbología bien organizada, que toma fundamento a partir de unos pocos elementos: lo lumínico y sus efectos; la poética de la “verticalidad”; el mito de la “caída”; el vértigo ante lo misterioso o lo insondable. Se trata de una poesía que se inscribe en el territorio de la sentimentalidad emocional, y éste se hunde y emerge constantemente, al compás de las pulsaciones creativas del poeta. Un movimiento envolvente, un eterno retorno que no parece tener fin y que nos remite directamente a lo insondable, a lo inorgánico e inmaterial. Así en Haikus sin estación (HSE): “¡Ya no es la Historia”, / dice la postpoesía. / Va y viene la ola”; “Regresa de allá, / del cuerpo que se apaga, / la sed de un ángel”; “Tiempo que empieza otro y cae libre [...]”.

En otras ocasiones, asistimos a la conciencia de la limitación; a las aristas de la memoria y de la realidad: “Mide el límite / los signos del naufragio, / cosecha espinas” (HSE). En esa escenografía, el poeta encuentra signos de su propia incapacidad de abarcar la entera realidad. Pero esto no se siente como un fracaso sino, más bien, constituye un motivo para reiniciar la búsqueda y para rehacer el camino: “Crece el silencio, / la distancia acontece, / busca lo anterior” (HSE). El oxímoron, el juego de contrastes y de antinomias surgen entonces como intentos de dar explicación a esas inevitables limitaciones: “Silencio en la voz, / frontera por abismo, / límite más luz” (HSE).

Juan Antonio Gonzélez Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

Juan Antonio Gonzélez Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

La última fase, el punto culminante en la poética de González Fuentes, sobreviene cuando se llega al final de ese camino creativo. Se percibe entonces la sensación de haber completado una etapa y de estar a un paso de la revelación o el redescubrimiento de una realidad hasta entonces oculta: “Oscura senda, / de pronto llama blanca, / luz que se tensa” (HSE). Pero muchas veces las dudas y las incertidumbres surgen desde el interior de la conciencia y son un signo de la relatividad de las cosas El propio autor considera que se trata de una epifanía escueta; una forma de iluminación emocional, que resulta clave en su poesía: “Luna emergente, / manantial de aire blanco, / duda o certeza” (HSE).

Hasta aquí un bosquejo interpretativo de lo que habíamos llamado materia “inalterada” y sustancial en la poética de González Fuentes. Constituye un reflejo de su personalidad reactiva y forman parte de la impronta estética de ese autor.

Ahora bien, y al margen de ello, ¿se puede advertir algún tipo de novedad en los dos últimos poemarios que ha editado este poeta santanderino? Es grato e interesante reconocer que, efectivamente, tanto La lengua ciega (2009) como Haikus sin estación (2010) constituyen una fuente de sorpresas para los lectores atentos y habituales de González Fuentes.

Desde luego, es evidente que las novedades afectan, en primer lugar, a la forma estilística de ambos poemarios: “poemas en prosa”, en LLC; formas estróficas ceñidas al modelo haikus en HSE. Pero lo verdaderamente interesante resulta comprobar de qué modo ha quedado vertida la materia estética y sentimental en esos dos moldes poéticos.

Tras la lectura de LLC enseguida se echa de ver que la organización de la materia, el tratamiento y el tono que adquieren los poemas, constituyen ya una auténtica novedad en la poética de González Fuentes. Poemas de largo o mediano recorrido, desarrollo discursivo en algunos momentos cercano a lo narrativo, despliegue de una cartografía sensual o sensitiva, nueva escenografía simbólica o simbolizante... Estamos, pues, ante una verdadera ampliación del espectro poético y estético de este autor cántabro, que sin duda merecería un análisis más profundo que aquí no podemos dar.

Ya en las primeras páginas del libro, el lector repara en dos referencias discursivas sustanciales, que tienen amplia repercusión en el poemario. El poeta se reconoce inmerso en su propia circunstancia (“soy lo que me rodea”). Esta aspiración, talmente orteguiana, facilita establecer un “diálogo con las cosas”. Desde luego, se trata de una declaración de principios –una “TEORÍA DE POETA”- que no puede pasar desapercibida, ni el propio autor lo pretende.

Pero ese “diálogo” y esa predisposición hacia la recreación de la propia circunstancia no tiene por qué entenderse como una fijación externa o superficial de la realidad. Antes bien, el poeta se ciñe a su propio instrumento de interpretación o visión “hacia dentro”; un reto que González Fuentes plantea a través de su estética particular. Es cierto que la escenografía de lo sensual o sensitivo aparece desplegada con claridad y efectividad a lo largo del poemario. Pero esa aparición se hace dentro de esa “dinámica de contrarios” que tanto rendimiento tiene en la poética de este autor santanderino: “dulce hambre”, “ruido celeste”, “el surco blanco del olvido”, “el coro silencioso”, “color del día ciego”, etc. La realidad “ciega” que tanto se reitera en el poemario, no es más que una referencia poética a la opacidad externa que rodea a las cosas, y que sólo puede ser atajada desde otra dimensión gnoseológica: una “visión desde dentro”.



Juan Antonio González Fuentes: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010)

Varios poemas de LLC están compuestos a partir de una estructura dialógica. La escenificación del “yo” y el “tú” comporta una situación casi inédita en la poesía de González Fuentes: la delimitación de la circunstancia vital, la proyección de la conciencia existencial, el avizoramiento de alguna expectativa: “Me dices ahora que sustituyes el mar por los ecos vistos de las últimas navajas. Escribes luego un temblor en el azogue tibio de mi pecho”; “Te dices lograda por la noche, y bajar sabes un alto brillo / del esplendor más claro” Pero, en la mayoría de las ocasiones, tales expectativas no son más que un reflejo de la duda, de la incertidumbre o de la conciencia escindida del autor: “Por delante y de mí hacia fuera el mar tenía sed. Pero / para entonces se encontraba demasiado lejos de nosotros”;[...] hijos nosotros mismos de una voz minús- / cula, casi oculta, que no sirve al revés [...]”.

Pronto se advierte que la mínima estructura narrativa de algunos de los poemas está muy alejada de lo que se ha llamado “monólogo dramático”, tan reiterado en muchos de los poetas coetáneos de González Fuentes, a finales del siglo pasado. La narratividad de los poemas no se centra en absoluto en el “confesionalismo” militante ni en la manifestación de la lisa cotidianeidad. Por el contrario, predomina una orientación discursiva claramente dirigida hacia la estética de lo inefable, de lo que aparece sin ser del todo visto, de lo que se adivina pero no se percibe. De este modo, la “linealidad” narrativa de los poemas salta en mil pedazos cuando el lector se interna en la trama discursiva. Los índices narrativos de autoafirmación se disponen en clave aseverativa o enfática: “Confirmo, y lo digo muy en serio,”; “Subrayo, lo sigo diciendo en serio,”; “Esta luz, y digo bien,”.

Pero los indicadores discursivos que más significación y relevancia tienen en el poemario, son los que se atienden a la circunstancia temporal. En muchas de las composiciones, con más de un período estrófico, es habitual encontrar índices de esta categoría y contribuyen a señalar las pautas argumentales o narrativas de cada composición: “ahora” (páginas 20, 45, 63, 66); “antes” (p. 26); “hoy” (p. 39); “noche” (pp. 57, 59); “mientras... luego” (p.68).

La insistencia en exteriorizar las particularidades del proceso narrativo es otra de las grandes novedades que presenta la última creación de González Fuentes. Si en LLC, el autor se interesa por los indicativos temporales, en HSE se inclina por los que tienen carácter espacial, según ha expuesto brillantemente el profesor Merlo Morat en el prólogo de ese poemario.

Por lo demás, existe otro tipo de referencias creativas que no pasan desapercibidas al lector. Nos referimos a las diferentes modalidades discursivas que adopta la voz del poeta, y que muchas veces proceden de una tradición literaria reactualizada. Así, el “Je suis un autre” de Rimbaud aparece reafirmado en el poema “OTRA VOZ”, como una forma de “enajenamiento” de la conciencia creativa en su interpretación de la realidad. El “panta rhei” de Heráclito, reflejado en “NADA RESPONDE AL AZUL...”, se convierte en un motivo para reafirmar el sentido del devenir y confirmar las sinuosidades del destino. Hasta el mito del “ángel caído”, que se presiente tras la lectura de “VERANO”, remite a esa dinámica “de contrarios” que tanto gusta de ensayar el autor en su poesía.

En conclusión, La lengua ciega y Haikus sin estación son dos propuestas creativas bien diferenciadas en la obra de González Fuentes, pero a la vez conservan los elementos distintivos de una poética original y bien cimentada a lo largo de los últimos quince años. Ambos poemarios suponen un reto creativo en cuanto a formas de expresión, alcances de significado y reinterpretación de la tradición literaria.

El lector habitual encuentra bastantes motivos para entender que se asiste a una nueva fase creativa que, sin mermar o tergiversar el calado esencial de la poética de este autor santanderino, alberga un cambio en los enfoques de su visión emocional de la realidad.

JULIO DÍAZ DÍAZ
Doctor en Filología 
 

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,1 oct 2010 23:27:48 GTM
<![CDATA[Vaqueros Levi Strauss, Antisistema, Huelga General y Barcelona]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1253
 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando escribo estas líneas la jornada de Huelga General en España del 29 de septiembre es ya solo una jornada más del pasado. Los dirigentes sindicales han dicho que la huelga ha sido un éxito. El gobierno socialista de Zapatero, para no enfadar aún más a sus primos sindicalistas, ni siquiera ha entrado a dar cifras de seguimiento del paro, y los portavoces de los empresarios aseguran que las cifras de huelguistas han sido a la baja y quedaron a años luz de las de otras convocatorias. Yo me quedo con un dato que me parece bastante más fiable que los proporcionados por los distintos interesados: el consumo de energía eléctrica. Los datos en este sentido son contundentes. El consumo ha descendido un 16% con respecto al día anterior. Durante la huelga general que se le montó al gobierno de Felipe González el consumo descendió un 60%, y un 40% la que convocada contra el gobierno Aznar.

La intención de paralizar Madrid ha quedado en agua de borrajas, y en el resto de España la incidencia ha sido muy desigual dependiendo del sector productivo en el que fijemos la mirada: considerable en la industria, anecdótico en servicios y comercio.

Ha habido incidentes con los piquetes, lo que ya es lamentablemente habitual. Pero la sangre no llegó al río. Los llamados “piquetes informativos” coartan la libertad de los que quieren acudir a su puesto de trabajo, y realizan indiscriminados actos de extorsión, incluyendo, por supuesto, los atentados contra la propiedad privada ajena: silicona en las cerraduras, miles de pegatinas y pintadas en los escaparates, rotura de lunas... Todo este suele producirse ante la impasible mirada de la policía, cuya política es la de no intervenir salvo que se atente contra las personas. Los piquetes son coercitivos, violentos y actúan contra la libertad individual de las personas. Siempre he pesando que los cabecillas e integrantes de muchos de estos piquetes, en un estado estalinista, por ejemplo, se sumarían con entusiasmo al linchamiento de contrarios, aplaudirían fusilamientos, y estarían muy de acuerdo con deportaciones y encarcelamientos. Esta es una opinión muy personal, claro.



La huelga general del 29S en Barcelona (vídeo colgado en YouTube por ratpenats)

Los únicos incidentes de gravedad se han producido en Cataluña, concretamente en Barcelona. Siempre ocurre igual, suele ser en Barcelona donde la violencia alcanza mayores proporciones. Llevan los catalanes más de un siglo cultivando su puesta de escena como sociedad ejemplar: cosmopolitas, europeos, aplicados, industriosos, cool... Es como si quisieran borrar de la historia las bombas anarquistas, el pistolerismo, el gansterismo empresarial y proletario, las huelgas salvajes, el asesinato de contrarios políticos durante la guerra civil... En fin, la historia es contundente y muy tozuda.

Pues sí, cuentan las crónicas que los “antisistema” aprovecharon la ocasión para hacer de las suyas. Los “antisistema”, los ocupas por ejemplo, han encontrado en Barcelona un territorio adecuado para campar a sus anchas, y aprovechan cualquier acontecimiento multitudinario para hacer de las suyas, es decir, quemar coches y autobuses, destrozar mobiliario urbano, atentar contra la propiedad privada, etc, etc... Son antisistema, y para mostrarse como tales (es decir, generalmente como cafres) ya he dicho que aprovechan cualquier momento oportuno: una victoria del Barca, una manifestación nacionalista, una huelga general...

Como incidentes más graves ayer los antisistema quemaron un coche patrulla de la guardia urbana de Barcelona, y asaltaron y desvalijaron un comercio. ¿Qué comercio? Una tienda de ropa vaquera de la multinacional americana Levi Strauss.

Y es que a los chicos antisistema, según parece, les gusta vestir de marca. 
 

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,30 sep 2010 23:27:48 GTM
<![CDATA[Pablo Neruda y una familia de lobos, poemas de Jorge Riechmann en La grúa de piedra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1252
 

Juan Antonio González Fuentes

Hoy, 29 de septiembre de 2010, es día de Huelga General en España. Este texto lo escribo el día antes, y por lo tanto no sé cómo está transcurriendo la huelga. Desconozco si está habiendo incidentes, si se respetan los servicios mínimos, si hay piquetes informativos, si el paro tiene éxito o está resultando un sonoro fracaso. El presidente del gobierno español, el señor José Luis Rodríguez Zapatero, ya ha dicho que no piensa cambiar ni un ápice su política económica, y en este sentido, la huelga no creo que sirva de mucho, tal vez solo para comprobar la representatividad de los sindicatos mayoritarios, su capacidad para movilizar a los trabajadores.

La nueva huelga general (creo que ningún gobierno español de la actual democracia se ha quedado sin la suya) coincide en el tiempo con la aparición de un nuevo libro de poemas del más que prolífico polígrafo Jorge Riechmann, del que hace tiempo ya hablé en estas páginas. El libro lo es de poemas y lleva por título Pablo Neruda y una familia de lobos. Se lo ha editado mi buen amigo Luis Alberto Salcines en la colección poética santanderina que él mismo costea casi como entretenimiento editorial. Me refiero a la colección La grúa de piedra.

Es Riechmann un poeta atípico en los tiempos que corren. Su trabajo parece el de un viejo vate de hace más de un siglo. Su poesía tiene eso que antes se llamaba “mensaje”. Es una poesía combativa, ideologizada muy conscientemente (toda poesía implica una ideología), una poesía de partido, una poesía de izquierdas, una poesía revolucionaria, una poesía social que va un paso más allá… Una poesía que no está de moda, y que en este sentido (estar de moda) es una poesía antigua, que no vieja.

Jorge Riechmann (fuente de la foto: http://portal.uam.es)

Jorge Riechmann (fuente de la foto: http://portal.uam.es)

El mayor problema de esta poesía de Jorge Riechmann es que no es poesía, o al menos no son textos poéticos sometidos a las claves de lo que entendemos debe incorporar la poesía: música, ritmo, imágenes, palabras fuera de la ortodoxia, del lenguaje normalizado.

La poesía de Riechmann, esta poesía de Riechmann, la que encontramos en Pablo Neruda y una familia de lobos, es poesía más que necesaria, yo diría que es imprescindible y hay que cuidarla como a una especie de vías de desaparición, pero es una poesía a la que la ortodoxia sistematizada e ideológica carga con un plomo que, a mi juicio, la hace bajar al fondo, y no precisamente al fondo de las cosas, sino al fondo cerrado de los mensajes cerrados y estereotipados. A la poesía de Riechmann se le ven en exceso las costuras que la unen y sostienen: grapas oxidadas de un discurso que tiene mucho de cerrazón, de empecinamiento, de nostalgia por unos tiempos que trajeron poca felicidad al ser humano.

Mañana habrá Huelga General en España. En Francia la hubo no hace muchas semanas. Durante su estancia santanderina, me cuentan, Riechmann anunció ya su presencia en un piquete informativo. Sólo espero que Riechmann informe leyendo alguno de sus poemas, como el que a continuación les dejó, y que luego marche tranquilo y convencido de su discurso, pero dejando que la libertad individual de cada cual actúe según su conciencia, según sus intereses. Escribe Jorge Riechmann en Pablo Nerura y una familia de lobos:

La belleza del trabajar en común
actuar en común
vivir en común

La belleza comunista
 

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

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LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,29 sep 2010 21:55:53 GTM
<![CDATA[Mazlan Othman: embajadora de Naciones Unidas para el Espacio. “¡Bienvenido Mr. Alien!”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1251
 

Juan Antonio González Fuentes

Se llama Mazlan Othman (Seremban, Malasia, 1951) y hasta hace unas pocas horas era una completa desconocida para la inmensa mayoría de todos nosotros. Mazlan Othman, apúntense el nombre, nació en Malasia y es astrofísica, lo que suena un poco a oxímoron o, si quiere ser positivo, a emblema de justicia poética. Mazlan Othman es hoy una persona de indudable trascendencia en el devenir inmediato del planeta Tierra, en nuestro futuro más inmediato. Y es que esta malaya desconocida ha sido nombrada embajadora de Naciones Unidas para el Espacio, y será la encargada de coordinar la respuesta de los humanos cuando se produzca el contacto con los extraterrestres.

Los más despistados entre ustedes quizá se habrán preguntado en qué día estamos, olfateando la noticia disparatada y absurda con la que los señores de la prensa nos hacían antaño un lúdico guiño el día de los Santos Inocentes. Pero no, no les estoy narrando una broma más o menos jacarandosa, la amiga Mazlan Othman es nuestra embajadora ante los marcianos, la ha nombrado la ONU y el asunto es serio.

Aún no sabemos en qué consiste con exactitud el cargo a desempeñar por la malaya. Los primeros que tendrán la suerte de enterarse serán los sesudos y muy británicos miembros de la Royal Society, institución muy vetusta y más loable situada en el condado de Buckinhghamshire, en la siempre simpática Inglaterra. Allí nuestra ya amiga Othman, actual directora de la Oficina de Naciones Unidas para el Espacio Exterior, dará explicaciones, y lo hará, según parece, por extenso.

La ONU ha juzgado necesario nombrar a la embajadora para los extraterrestres por una causa fundamental: el gran número de planetas que orbitan estrellas y que han sido descubiertos recientemente. Es decir, que las probabilidades de encontrar vida más allá de nuestros confines va estadísticamente en aumento y hay que estar preparados por si las moscas.

Mazlan Othman (foto de Dan Birchall, fuente: wikipedia)

Mazlan Othman (foto de Dan Birchall, fuente: wikipedia)

La astrofísica malaya ha hecho ya unas atinadas declaraciones a The Daily Telegraph, palabras que son más o menos las siguientes: “La constante búsqueda de comunicación extraterrestre mantiene la esperanza de que la Humanidad pueda recibir sus señales algún día. Cuando lo hagamos, deberíamos tener preparada una respuesta coordinada que tenga en cuenta todas las sensibilidades relacionadas con esta cuestión, y la ONU es un mecanismo especialmente diseñado para tal coordinación”.

Me entero leyendo algún periódico digital que hay un tal Richard Crowther que es nada más y nada menos que experto (sic) en Derecho Espacial. No me cabe en la cabeza que alguien pueda ser experto en algo inexistente, pues no me imagino a los probables extraterrestres sometiéndose a las normas de unas leyes que desconocen y que no les han sido sometidas a aprobación. Sin embargo sospecho que el Derecho Marxista es casi seguro que es de fácil comprensión por todos los leguleyos de la infinita galaxia, y eso de “la parte contratante de la primera parte...” será comprendido por cualquier marciano que nos visite. Nuestro experto en Derecho Espacial ya anunciado que “cuando (los extraterrestres) nos digan ‘Llevadme ante vuestro líder', Othman será lo más próximo que tendremos”.

Visto así, la cosa no pinta mal, pero seguro que la frase ha provocado ya más de un disgusto entre nuestros líderes actuales. ¿Dejará el bueno de Obama que sea la malaya quien lleve el peso de las conversaciones con los extraterrestres (en qué hablarán, por cierto)? ¿El presidente chino se quedará sin abrir la boca? ¿Y Zapatero? ¿Cómo va a quedar al margen de las conversaciones con los marcianos el inventor de la Alianza de Civilizaciones? Y aquí en la Cantabria en la que vivo, ¿permitirá Miguel Ángel Revilla que sea una astrofísica malaya que no sabe ni lo que es un sobao o una quesada la que lleve la voz cantante? Pobre Mazlan Othman, no sabe la que le ha caído encima..., y pobres extraterrestres!!!

Por Richard Crowther me he enterado de que existe un Tratado del Espacio Exterior de 1967. Ese año los miembros de las Naciones Unidas acordaron que el mejor método para proteger la Tierra de una contaminación alienígena pasaría por la “esterilización” de los extraterrestres, pero ahora Crowther espera que la astrofísica malaya idee un plan en el que la tolerancia sea la clave. ¡Nada de esterilización!, creo que decretará Mazlan Othman, al revés, cuanta más promiscuidad y alianza de civilizaciones mejor. ¿Serán guapas las extraterrestres? Dejemos que lleguen a la Tierra y que la astrofísica malaya les dé la bienvenida. 
 

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,28 sep 2010 11:18:47 GTM
<![CDATA[El significado de los rollos del Mar Muerto, de James Vanderkam y Peter Flint (Trotta)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1249
 

Juan Antonio González Fuentes

El pastor beduino lanzó una piedra a la entrada de una cueva. Escuchó un ruido, entró a explorar y encontró rollos escritos. Acababa de empezar una leyenda, la de los rollos del Mar Muerto. Todo esto ocurría a principios de los años 1950, momento en el que también fueron publicados por vez primera. Desde el instante en que pudieron ser consultados, los rollos del Mar Muerto se convirtieron en singular objeto de estudio e indagación que, en más de una ocasión, ha trascendido del ámbito académico para convertirse en foco de atención de un público amplio. La investigación en torno a los rollos ha supuesto importantes revelaciones sobre las variedades del judaísmo en tiempos de Jesús así como sobre el surgimiento del cristianismo, promoviendo también un acalorado debate sobre estos asuntos.

La necesidad de una nueva introducción a los rollos del Mar Muerto —que incorporara las discusiones científicas y los avances tecnológicos más recientes— se ha ido haciendo patente a lo largo de los últimos años. La publicación de El significado de los rollos del Mar Muerto (Trotta, 2010) responde a este propósito. Sus autores, James Vanderkam y Peter Flint, analizan 350 textos qumránicos y describen las sociedades y culturas en que fueron compuestos, incorporando fotografías de los textos originales y de los lugares en que fueron hallados, además de numerosas tablas en que se recogen pasajes ilustrativos de los rollos, cronologías y otros datos de interés.

Peter Flint y James VanderKam: El significado de los rollos del Mar MuertoSu importancia para entender la Biblia, el judaísmo, Jesús, y el cristianismo (Trotta, 2010)

Peter Flint y James VanderKam: El significado de los rollos del Mar MuertoSu importancia para entender la Biblia, el judaísmo, Jesús, y el cristianismo (Trotta, 2010)

Con esta nueva publicación, la editorial Trotta refuerza su catálogo referente a los estudios sobre los textos de Qumrán, los rollos del Mar Muerto y otros trabajos de Ciencias Bíblicas, entre otros, Textos de Oumrán (2009), La Biblia judía y la Biblia cristiana (1998), El mesías antes de Jesús (2004) La sinagoga cristiana (2005), Historia de la Biblia (2006), Jesús y el judaísmo (2004)… 
 

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,27 sep 2010 19:24:28 GTM
<![CDATA[Apuntes sobre José de Ciria, el Giocondo ultraísta lorquiano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1248
 

Juan Antonio González Fuentes

Desde el punto de vista de la Historia como ciencia, el final de la Primera Guerra Mundial supuso, entre otras muchas cosas, la desaparición efectiva de todo un mundo. Me refiero a la Europa surgida de la adición de distintas revoluciones, casi en cadena, que tuvieron lugar desde finales del siglo XVIII y todo el XIX; a la Europa del colonialismo de raíz capitalista; a la Europa de los grandes imperios comerciales e industriales. El Tratado de Versalles, el de Sevres, y la revolución en Rusia, supusieron la liquidación efectiva de ese mundo mencionado, su transformación incluso física plasmada en la quiebra de imperios como el alemán, el austrohúngaro, el turco o el ruso, y el consiguiente nacimiento de nuevos países, de una nueva geografía europea.

Nuevas realidades se abrían camino a velocidad de crucero en los comienzos del siglo XX, y esas nuevas realidades necesitaban expresarse en un lenguaje también nuevo, en un lenguaje a la vanguardia, es decir, adelantado al lenguaje ya trillado, oficial, normalizado y caduco del mundo fenecido. Los senderos por los que discurrió la búsqueda de esos novedosos lenguajes, imprescindibles para materializar y verbalizar las realidades en eclosión, fueron muchos, y a casi todos se les denominó con un término acabado en ismo: cubismo, ultraísmo, creacionismo, surrealismo, dadaísmo, futurismo, fauvismo…Todos estos ismos, integrados más o menos a gusto en el genérico Vanguardismo, pretendían a través de la renovación del lenguaje artístico-literario la superación, cuando no directamente la destrucción, de las categorías éticas y epistemológicas heredadas, y su sustitución por nuevas formas de concebir la “novedosa realidad” o bien por medio de una subjetividad radicalizada, o bien de una objetividad hermanada con el cientifismo entonces más en boga.

Este espíritu innovador, y sus más recientes ideas, encontró en las grandes ciudades europeas un hábitat adecuado para su mejor recepción y desarrollo, pero puede decirse que, de algún modo u otro, llegó a prácticamente todos los rincones del viejo continente, incluso a la periferia de un país periférico como España. Sí, me refiero, por ejemplo, a Santander, ciudad levítica y pequeño burguesa no muy proclive, en un principio, a ser receptáculo generoso y abierto a ningún tipo de experimentalismo ni artístico ni literario.

A esta ciudad, la suya de nacimiento, llegó el joven poeta Gerardo Diego para proclamar públicamente en el Ateneo la buena nueva vanguardista aprendida por él en París. Fue el 15 de noviembre de 1919 cuando Gerardo pronunció la conferencia titulada La poesía nueva, generando a continuación un significativo número de controvertidos artículos en los periódicos locales, y varias sesiones ateneístas en las que se discutió con vehemencia sobre las renovaciones poéticas y artísticas que proponían las vanguardias, y más concretamente el Ultraísmo de primera hora, el de Guillermo de Torre o Pedro Garfias, por ejemplo. A la conferencia gerardiana asistió expectante un chaval de apenas 16 años. Su nombre era José de Ciria y Escalante, y la explosiva sesión en el Ateneo supuso para él un antes y un después en su relación con la poesía. Y eso que el entusiasmo vanguardista del autor de El romancero de la novia no le era desconocido al chiquillo Pepín Ciria, pues en su libro de 1950 sobre este poeta, Leopoldo Rodríguez Alcalde cuenta que a lo largo de 1919 Diego y Ciria pasearon mucho desde el centro de la ciudad hacia las santanderinas playas de El Sardinero, y que durante esas caminatas casi el único tema de conversación entre los ellos era la renovación poética que prendía por toda Europa y los ejemplos al respecto de Max Jacob y Apollinaire.

José de Ciria y Escalante nació en Santander el 28 de septiembre de 1903 (aunque en algún trabajo se dice que fue en noviembre del mismo año), y murió en el madrileño Hotel Palace la noche del 4 de junio de 1924, camino por tanto de cumplir tan solo veintiún años. Los escritores y críticos que con mayor extensión se han ocupado de su vida y obra han sido Leopoldo Rodríguez Alcalde (1950) y Francisco Javier Díez de Revenga (2004). A la aproximación de Rodríguez Alcalde (cuyo hermanastro había sido íntimo de Ciria) debemos el más completo perfil biográfico del poeta ultraísta realizado hasta la fecha, y la conformación básica, aún todavía abierta, de lo que se considera toda su obra literaria: un muy reducido número de breves poemas (casi todos de carácter ultraísta); dos poemas traducidos de Apollinaire; y diecisiete textos en prosa (artículos, críticas teatrales, versiones de cuentos ajenos…) de muy diferente interés y calidad. En conjunto un puñado de trabajos cuyo contenido fue escrito por José de Ciria entre los quince y los veinte años de edad (1919-1924), y que vio la luz únicamente en publicaciones periódicas como La Atalaya de Santander, el Suplemento Literario de La Verdad de Murcia, y en las revistas ultraístas Reflector, Ultra y Grecia. Ciria jamás tuvo en sus manos un libro con su nombre en la cubierta. Tras su muerte en 1924, algunos amigos del poeta (García Lorca, Gerardo, Guillén, Buñuel, Max Aub, Salinas, Juan Ramón, Gómez de la Serna, Juan Larrea, Antonio Espina, Gutiérrez Solana, Pancho Cossío…) contribuyeron a la edición de una plaquette de homenaje al amigo muerto que recogía prácticamente toda su exigua producción poética.

Para su edición de la obra de Ciria, Leopoldo Rodríguez Alcalde seleccionó los poemas recogidos en la mencionada plaquette, y añadió el preliminar escrito por el poeta para el único número de la revista Reflector (diciembre de 1920), más los trabajos en la prensa local que fue encontrando durante sus eruditas pesquisas. De esta manera conformó Rodríguez Alcalde el corpus literario del desaparecido escritor, y lo ofreció a los lectores en su edición de 1950, dejando abierta la posibilidad, eso sí, de que dicho corpus pudiera ampliarse algún día sumándole tal vez algunos textos perdidos en publicaciones periódicas, en todo caso

A mi modo de ver, la edición del profesor Díez de Revenga del 2004 enriquece sensiblemente la primera de Rodríguez Alcalde mediante la incorporación de una abundante bibliografía sobre Ciria (la más completa sin duda a día de hoy), la cuidadosa datación y referencia del origen de los textos poéticos (a todas luces los más interesantes del conjunto de la obra del santanderino), el subrayado de algunas variantes en determinados poemas, una breve pero atinada reflexión sobre la verdadera importancia de la revista ultra Reflector, y, finalmente, unas páginas ilustrativas en torno a la relación García Lorca-José de Ciria y a la escritura del soneto del primero titulado “En la muerte de José de Ciria y Escalante”.

Ya ha quedado dicho que Ciria y Escalante no llegó a cumplir los veintiún años de edad. Es obvio que vida tan breve es muy difícil que ofrezca muchos hitos relevantes, y el caso que nos ocupa no es una excepción en este sentido. El padre del poeta, José de Ciria y Pont, funcionario de Hacienda llegado Santander a fines del siglo XIX, se hizo rico gracias a un negocio de carbones que si bien fue desde un principio próspero, el comienzo de la Primera Guerra Mundial hizo de una rentabilidad espectacular, lo que al poco se materializó en un nivel de vida bastante más que desahogado.

Para no alargarnos demasiado en el relato, sólo diré que Ciria vivió el tiempo de su infancia y adolescencia con holgura material, y lo hizo en un Santander que aspiraba a situarse dentro de la escena nacional con ciertos aires de solvencia cosmopolita y de empuje industrial y comercial. Rodríguez Alcalde señala que José de Ciria participó en la “vida elegante” del Santander en el que el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia pasaban sus regios veraneos y la zona de El Sardinero vivía su primera gran expansión urbana; la ciudad a la que entonces llegaba el cinematógrafo, el teléfono, los primeros vuelos aéreos, el tranvía eléctrico, los baños de ola, las regatas de balandros…; en la que nacieron el Gran Casino, el Hotel Real, el Palacio de la Magdalena, el club de Tenis, el hipódromo de Bellavista, el nuevo Club Marítimo, el Racing F. C, la Biblioteca de Menéndez Pelayo, el Teatro Pereda, el Ateneo, la nueva sede central del Banco de Santander…

En 1913 Ciria inició los estudios de bachillerato en el Instituto de Santander, el mismo en el que en su día ingresaron, por ejemplo, Marcelino Menéndez Pelayo, José María de Pereda o Gerardo Diego. Con doce años se hizo socio del recién fundado Ateneo, lo que unido a su conocida afición por el teatro, delata precoces intereses culturales. A punto de terminar el bachillerato, en 1919, comenzó a colaborar en La Atalaya (1893-1927), diario en el que entre otros ya colaboraba el poeta José del Río Sáinz, una de las primeras y más significativas influencias literarias que tuvo el jovencísimo Ciria.

En 1919 Ciria marchó a Madrid, donde sus padres habían decidido pasar los inviernos. La familia al completó se instaló en el Hotel Palace, establecimiento en el que los padres del poeta permanecieron hasta pasados varios años después de la muerte de su hijo. Ciria se matriculó en Derecho como alumno libre en la Universidad de Oviedo, y al parecer también se inscribió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central madrileña. Rodríguez Alcalde asegura en su trabajo que nunca supo bien quién introdujo al santanderino en los ambientes intelectuales de la capital de España, aunque lo cierto es que al cabo de pocos meses Ciria se movía como pez en el agua en el Ateneo madrileño (del que llegó a ser Secretario de la Sección de Literatura), en la tertulia de Gómez de la Serna en el café de Pombo, o en la Residencia de Estudiantes, donde entre otros conoció a Buñuel, Moreno Villa, Dalí, y al poeta Federico García Lorca, del que se hizo íntimo.

José de Ciria y Escalante

José de Ciria y Escalante

Los años madrileños fueron también los del abrazo decidido a los postulados del Ultraísmo conocido en Santander. Ciria, dejando a un lado sus leves escarceos como poeta simbolista y modernista de raíz rubeniana, escribió poemas ultraístas haciendo gala de “fresca sensibilidad” y de “la buena puntería de un cazador lírico”, utilizando palabras de Guillermo de Torre. Sumergido de lleno en el único movimiento literario de vanguardia genuinamente hispánico, Ciria frecuentó a los ultraístas (Gerardo, Cansinos-Assens, Barradas, Guillermo de Torre, Lasso de la Vega, Juan Larrea…), participó en célebres “recitales ultra” como el la “la Parisina” y publicó poemas en algunas de las revistas más sólidas del efímero movimiento, Ultra y Grecia. Además de sus propios poemas, la aportación más interesante de Ciria a la vanguardia literaria española de entreguerras fue la edición de la revista Reflector.

El único número de la publicación apareció en diciembre 1920 con Ciria en el papel de director y Guillermo de Torre en el de secretario de redacción. Nada diré aquí de las “intenciones” con las que nació la revista, pues quedan perfectamente expresadas en el editorial o manifiesto de la misma que incluimos entre las prosas de nuestro autor en este libro. Díez de Revenga recuerda que la revista estaba editada en cuarto mayor (37 x 24), tenía sólo 24 páginas, cuatro de ellas destinadas a la publicidad (coches, editoriales, seguros…), y se imprimió en Madrid (Gráficas de Ambos Mundos, calle Divino Pastor, 10). La edición de Reflector fue pagada por el padre de Ciria. La suscripción por un año era costosa, 12 pesetas, e irónicamente se aseguraba que la tirada era de al menos diez mil ejemplares.

En Reflector, Arte, Literatura, Ciencia, publicaron Juan Ramón, Gerardo Diego, Guillermo de Torre, Ramón Gómez de la Serna, Adolfo Salazar, Francisco Vighi, Jorge Luis Borges, Adriano del Valle, Philippe Soupault, Paul Eluard, o el propio Ciria…, y las ilustraciones eran de Barradas, autor del diseño del título de la revista, y Norah Borges, hermana del poeta argentino y futura mujer de Guillermo de Torre. El tipo de colaboradores refleja la apuesta de los responsables de Reflector por la calidad literaria, el deseo de establecer contactos con el exterior, y el de mantener una cierta convivencia entre las tendencias novedosas de los más jóvenes y las aportaciones selectas provenientes de estéticas antecesoras.

Por último, el único número que vio la luz de Reflector incluía una lista de los que se pretendían futuros colaboradores de la publicación, y su mero enunciado es ya de por sí toda una declaración de intenciones: Louis Aragon, André Breton, Blaise Cendrars, Marinetti, Giovanni Papini, Francis Picabia, Ezra Pound…, entre los muchos que se citan.

Hemos de deducir que no se editaron más números de Reflector porque el padre de Ciria no estuvo dispuesto a seguir sufragando la aventura literaria de su hijo. Pero es posible que factores de otro tipo influyeran en el asunto, y es que tanto Rodríguez Alcalde como Díez de Revenga insisten en que sobre todo a partir de 1922 la vocación literaria de Ciria se distanció de la vanguardia y comenzó a recorrer sendas más convencionales.

En el verano de 1923 Ciria recibe en Santander la visita de su amigo Melchor Fernández Almagro, con el que viaja a las montañas de Tudanca, más concretamente a la casona de José María de Cossío, donde coinciden con Miguel de Unamuno. En julio de mismo año Ciria colabora en un curioso proyecto literario del periódico La Atalaya: publicar por entregas una novela de treinta capítulos, cada uno escrito por un periodista o escritor vinculado a Cantabria. Entre los colaboradores estaban, además de nuestro poeta, Víctor de la Serna, Jesús Cancio, J. Mª de Cossío o José del Río Sáinz. La novela, de la que solamente se publicaron los primeros seis capítulos, llevaba por título Memorias del futbolista Zarzamora, y Ciria se encargó de redactar el tercero.

El último año de vida de José de Ciria y Escalante transcurre sin aparentes sobresaltos. Rodríguez Alcalde nos dice que el poeta estudiaba las asignaturas que le faltaban para finalizar sus estudios universitarios, preparaba una edición comentada de Iriarte y un estudio sobre Alberto Lista, y proseguía sus relaciones con el mundo de la intelectualidad literaria santanderina y madrileña. Pero como ya se dijo más arriba, todo terminó de forma inesperada y fulminante en Madrid la noche del 4 de junio de 1924 en una habitación del Hotel Palace, cuando el tifus acabó con la vida del jovencísimo poeta, uno de los más secretos y singulares del ultraísmo español.

Bibliografía esencial:

-José de Ciria. Selección y estudio de Leopoldo Rodríguez Alcalde. Antología de Escritores y Artistas Montañeses, Librería Moderna, Santander, 1950.
-José de Ciria y Escalante. Obras*. Estudio preliminar de Francisco Javier Díez de Revenga. Universidad de Cantabria, Santander, 2004.

*En este libro ya se ha mencionado que Díez de Revenga ofrece unas páginas de bibliografía de consulta indispensable para quien quiera profundizar en la vida y obra de José de Ciria y Escalante, en el Ultraísmo literario o en la importancia de la revista Reflector. A este respecto cabe mencionar , por ejemplo, los trabajos de José Luis Bernal, Juan Manuel Bonet, Jorge Campos, Gerardo Diego, Melcho Fernández Almagro, Federico García Lorca, Germán Gullón, Guillermo de Torre, Gloria Videla, Arturo del Villar, Harald Wentzlaff-Eggebert…, todos recogidos en la mencionada bibliografía. Mención aparte merecen las más recientes y atinadas aportaciones de Alberto Santamaría en torno a la poesía ultraísta de Ciria.
 

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de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,24 sep 2010 12:28:19 GTM
<![CDATA[Mujeres y vejaciones franquistas en Andalucía. Total: 1800 euros]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1247
 

Juan Antonio González Fuentes

Tras más de 30 años de democracia en España, siempre bajo gobiernos socialistas, las estadísticas indican que Andalucía sigue situada, dentro del conjunto de España, en los niveles más bajos en cuanto a índices y elementos susceptibles para calibrar el estado de desarrollo de una sociedad. Andalucía sigue arrojando cifras sofocantes de parados, de analfabetos, de desigualdades, etc, etc... Y sigue siendo, también, el mayor saco de votos socialistas del país.

Cuando las fauces de la crisis económica se cierran con más fuerza sobre las blandas carnes de la economía española, y siendo Andalucía una de las regiones en las que el drama del parado más profundidades alcanza, alguien en la Junta andaluza decide que quizá sea el mejor momento para dejar campar a sus anchas a la insensatez y la sinrazón. Y con tal motivo decide que le va a pagar 1800 euros a las mujeres que puedan demostrar haber sufrido vejaciones durante el franquismo.

La medida, sí, es una imbecilidad, y como tal no merecería más comentario si no fuera por la época de dramática crisis en la que se produce, y por la mentalidad sonrojante que plasma en su propia verbalización. Se trata de indemnizar sólo a mujeres y sólo a mujeres vejadas por el franquismo. Quedan fuera de la posible indemnización, y por tanto de la cualidad de indemnizables y damnificados, todos los hombres como género, da igual que fueran o no vejados y humillados por el franquismo o por maría santísima. Y quedan fuera también las mujeres a las que vejó, pongo por caso, el republicanismo. Yo tengo un ejemplo muy concreto que traer hasta aquí. Durante la II República en Santander, mi abuela materna ejerció como maestra en una escuela de un pueblo de las afueras de la ciudad. Mi abuela era una “señorita”, y por tal motivo, el alcalde republicano y comunista del pueblo la obligó a fregar el suelo de la escuela todos los días, durante meses, una vez finalizadas las clases. Si mi abuela viviese, y lo hiciese en Andalucía, no podría reclamar la indemnización, no fue vejada por el franquismo, sólo lo fue por el republicanismo de izquierdas español. Para los actuales dirigentes andaluces, se hace evidente que la II República española ni humilló ni vejó jamás a nadie. Esa es una posibilidad que su propia toma de postura niega. Mientras tanto, dan por el hecho que el franquismo vejó y humilló y que es de justicia reparar ahora con un puñado de euros tales vejaciones.

En conclusión, las inteligencias del gobierno andaluz, probablemente para desviar las miradas hacia su proverbial ineficacia y estulticia, decide desde una catadura moral y ética de vuelo más que raso, indemnizar sólo a mujeres, y entre estas, sólo a las que les votan, es decir, a las de izquierdas. Y la medida acordada, sin duda demandada a gritos por la ciudadanía en las calles de toda Andalucía, sin duda de una urgencia estrepitosa (espero que se entienda la ironía), lo es en una época en la que muchos andaluces no tienen un bocadillo que llevarse a la boca, o no saben cómo van a llegar a fin de mes.

La actual clase política española es de una irrelevancia pasmosa, de un desahogo moral y ético aterrador, de una desvergüenza apocalíptica... Es así y muy probablemente no haya posible remedio a corto plazo. Pero dentro del general panorama chusco y sonrojante, hay políticos que sencillamente merecerían ser condenados a picar piedras como pena por su demagogia aberrante, su imbecilidad mayúscula, su majadería trascendente.

No hay remedio, no, de momento no lo hay. 

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,23 sep 2010 12:28:19 GTM
<![CDATA[Fotografías de Mario Testino en el Museo Thyssen-Bornemisza: encuentros con la “mujer Testino”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1246
 

Juan Antonio González Fuentes

Dedicar la vida a fotografiar mujeres hermosas y medio desnudas no parece un mal pasar. Claro que, por otra parte, no debe ser fácil vivir en el paraíso y no poder saborearlo. Creo que se me entiende bastante bien.

Bueno, pues hay un tipo cuya vida profesional gira en torno a bellezas mayúsculas semidesnudas. Se dedica a mirarlas de arriba a abajo sin pudor ni arrobo, y a dar órdenes si algo no le gusta: ¡enséñame los pechos!, ¡quítate los zapatos!, ¡levántate un poco la falda!, ¡cámbiate de ropa interior! Y ellas obedecen sumisas, deseando entrar a formar parte de la galería de bellezas retratadas, inmortalizadas por la cámara del artista.

El autor del harem fotográfico es peruano de nacimiento, más concretamente limeño de la cosecha de 1954, y atiende cuando le llaman por su nombre: Mario Testino. Nuestro hombre vive y trabaja en la capital de la Gran Bretaña. En Londres comenzó con prudencia a fotografiar a aspirantes a modelos y a confeccionar con sus imágenes robadas en el instante preciso portafolios profesionales. Y en tal empeño Testino tuvo éxito. Pero la aventura de Testino fue un ir y venir poco a poco. Dejó de ser un aspirante más a convertirse en émulo de Cartier Bresson, y comenzó a descubrir poco a poco los muchos secretos que encierra la fotografía de moda. Con el tiempo y con mucho trabajo Testino empezó a cobrar fama de eficaz y genial. La voz se corrió y las grandes marcas de la moda internacional y las más prestigiosas revistas del sector comenzaron a pedirle vez para que trabajase con ellos, para ellos.

El amigo Testino ha tenido la suerte de enfocar con su cámara a mujeres como Gisele Bündchen, Kim Basinger, Naomi Campbell, Dennis Velazco, Cameron Díaz, Elizabeth Hurley, Kate Moss, Gwyneth Paltrow, Julia Roberts, Catherine Zeta-Jones..., es decir, algunas de las diosas que pueblan o han poblado el Olimpo del deseo masculino a lo largo y ancho (casi suena obsceno) de las últimas dos décadas.

Mario Testino: foto de Gisele Bündchen

Mario Testino: foto de Gisele Bündchen

Pues bien, estos días, estas semanas, en Madrid, en el Museo Thyssen-Bornemisza, podremos ver a estas bellezas congeladas en dos dimensiones por el ojo clínico del fotógrafo peruano. Son 54 trabajos de temática variopinta, desde la moda (con obras realizadas para publicaciones como Vogue, Vanity Fair, V Magazine, Allure o The Face), hasta imágenes captadas con una mirada más personal.

Probablemente uno de los secretos de Testino es que en sus fotos ha logrado combinar lo convincente, natural y bello de la fotografía analógica, con lo espectacular y pluscuamperfecto que puede obtenerse con los avances digitales. Esta sabia combinación ha dado como fruto la llamada “mujer Testino”, a la que se califica de mujer "fuerte e independiente que se mueve en extremos completamente opuestos, todo o nada" (Dios, se me hace la boca agua).

El viernes viajaré a Madrid a pasar el fin de semana. Pienso escaparme hasta el Museo Thyssen. Tengo una cita con las “mujeres Testino”, y no veo llegar el momento.

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LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,22 sep 2010 22:5:11 GTM
<![CDATA[Elegía, poemas de Mary Jo Bang (Bartleby poesía)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1245
 

Juan Antonio González Fuentes

Mary Jo Bang (Waynesville, Missouri, 1946), es una de las poetas norteamericanas más interesantes de este comienzo de siglo. Hasta la fecha ha publicado seis libros de poesía: Apology for Want (1997), obra con la que obtuvo el Katherine Bakeless Nason Prize (1996), The Downstream Extremity of the Isle of the Swans (2001), Louise In Love (2001), The Eye Like a Strange Balloon (2004), Elegy (2007) y The Bride of E (2009). Jo Bang vive en la actualidad en la ciudad de St. Louis (la misma a la que el director Minnelli le dedicó un maravilloso musical protagonizado por Judy Garland), donde es profesora de inglés y dirige el programa de Escritura Creativa de Washington University.

Pues bien, ahora la colección Bartleby poesía publica en español, en edición bilingüe, el libro Elegía, que Mary Jo Bang escribió entre junio de 2004 y junio de 2005, tras la muerte por sobredosis de su hijo, y con el que logró unos de los más prestigiosos premios de poesía de los EEUU, el National Book Critics Circle Award, una especie de equivalente al Premio Nacional de Poesía en España. El prólogo de esta edición, al igual que la traducción, corren a cargo del poeta asturiano Jaime Priede, quien ya ha traducido para Bartleby a poetas como Robert Hass -Premio Pulitzer 2008-, C. K. Williams -Pulitzer 2002-, Anne Michaels, John Berger y Raymond Carver.

Mary Jo Bang: Elegía (Bartleby poesía)

Mary Jo Bang: Elegía (Bartleby poesía)

Luis Muñiz ha escrito en el periódico asturiano La Nueva España el siguiente comentario: “Priede, que firma una traducción muy ajustada al original, pues preserva toda su extrañeza (para el oído español) y su aspereza sintáctica, afirma que «Elegía» es «una pequeña obra de arte». No se puede decir lo mismo de muchos libros, pero sí de este, porque Bang se ha capacitado a sí misma para hacer brotar de su sufrimiento un caudal de emociones del que no obtenemos consuelo o enseñanza afectiva (salvo la de amar a nuestros hijos), sino placer estético (deleite rítmico, proyecciones imaginativas) y empuje para vivir, lo que indica hasta qué punto logró ella distanciarse de su dolor (sin olvidarlo, paradoja) para poder describírnoslo”.

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LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,21 sep 2010 11:3:19 GTM
<![CDATA[Mi familia, los Kennedy, de Edward M. Kennedy (Ediciones Martínez Roca)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1243
 

Juan Antonio González Fuentes

Ron Powers es uno de esos magníficos escritores norteamericanos que no son autores de una obra narrativa prestigiada por la crítica internacional. Es decir, que no tiene con su nombre novelas que los franceses, los ingleses, los italianos o los alemanes hayan situado en un canon de la novela internacional actual. Sin embargo, Ron Powers tiene el Premio Pulitzer y es autor de una espléndida biografía de Mark Twain y coautor del libro Banderas de nuestros padres: la batalla de Iwo Jima, páginas inolvidables sobre los hombres que izaron la bandera de las barras y estrellas en la desolada isla japonesa, libro que inspiró la película de Clint Eastwood, en mi opinión, una de sus indiscutibles obras maestras.

Por eso, cuando en la librería hojee el libro de memorias Los Kennedy, mi familia, de Edward M. Kennedy, y vi que el libro estaba escrito en colaboración con Powers, no dudé un segundo en comprar un ejemplar y comenzar a devorarlo nada más llegar a casa.

Los Kennedy son un universo en sí mismos. Sin duda constituyen la familia más fascinante de la historia reciente de los EEUU, o sea, del imperio, y como tal su importancia es más que evidente. Pero seamos sinceros, el atractivo que tal familia ejerce en el imaginario colectivo occidental no sería el que es si sus integrantes hubieran sido sólo destacados políticos o hábiles comerciantes. Las circunstancias que rodean la historia familiar son lo que hacen esta tan atractiva, y las circunstancias son las propias de un melodrama de Douglas Sirk, de un novelón decimonónico, de una tragedia clásica, de un culebrón venezolano: poder económico, social y político al más alto nivel, se entremezcla con crímenes, sexo, amor, glamour, acontecimientos históricos, mafia, cine y una extensa pátina intelectual.

Edward M. Kennedy: Mi familia, los Kennedy (Martínez Roca, 2010)

Edward M. Kennedy: Mi familia, los Kennedy (Martínez Roca, 2010)

Ted Kennedy, el menor de los nueve hijos que tuvieron Joseph P. Kennedy y Rose Fitzgerald, y eterno senador norteamericano hasta su reciente muerte, evoca su propia vida evocando la de su familia, haciendo especial hincapié en los recuerdos que le quedaron de su padre y de sus dos hermanos asesinados, el presidente John y el también senador Bob. Es evidente que nuestro memorialista nada dice de las relaciones de su padre y hermanos con la mafia, tampoco habla de los turbios asuntos de drogas y sexo (Marilyn Monroe, por ejemplo) en los que todos estuvieron involucrados, ni de la hermana deficiente mental que fue recluida a perpetuidad por deseo del señor Joseph P. Kennedy.

Todos estos asuntos, y otros muy polémicos (el origen de la inmensa fortuna de los Kennedy, originada por las especulaciones del ya mencionado patriarca Joseph sobre todo durante el Crack del 29) o no son tocados o lo son de una manera muy superficial, pero, con todo, el libro no sólo se deja leer, sino que realmente ofrece una imagen impagable e ineludible del mítico clan de origen irlandés; una imagen desplegada desde el mismo interior, y que procura subrayar los aspectos positivos de la influencia de la familia en la historia norteamericana y mundial del último medio siglo, desde la guerra de Vietnam, hasta la llegada al poder del señor Barack Obama, pasando por el caso Watergate, la búsqueda de la paz en Irlanda del Norte, los derechos civiles de los negros, etc…

No estamos desde luego ante un libro de lectura obligada, pero sí, ya lo he dicho, de una lectura inevitable para cualquiera interesado en los Kennedy y en la conformación y puesta en escena de la historia estadounidense de todo el siglo XX.

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Últimas colaboraciones 
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LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,20 sep 2010 22:32:50 GTM
<![CDATA[Memorias del futbolista Zarzamora: fútbol y literatura (2)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1242
 

Juan Antonio González Fuentes

[SE RECOMIENDA VER ANTES: Memorias del futbolista Zarzamora: fútbol y literatura (2)]

A continuación voy a comenzar la lectura del capítulo III de Las Memorias del futbolista Zarzamora, capítulo titulado “Una carta perturbadora”, y en el quedan desgranados algunos de los lugares comunes que hoy, curiosamente, siguen formando parte importante de lo que podríamos llamar la prosa futbolística (cuentos, reportajes periodísticos, etc…), es decir, el entrenador más o menos despótico, el “clima” del vestuario, los miembros de la junta directiva, los entrenamientos, las denominadas “actividades culturales” en torno al mundo del fútbol (conferencias, etc…), la dieta, las mujeres hermosas pululando en torno de las estrellas, el uso recurrente de anglicismos, los periodistas deportivos, la conformación de los héroes futbolísticos, etc, etc… Todo un mundo no muy distinto en lo esencial a lo que hoy nos podemos encontrar, que es tratado por el poeta Ciria, hace casi 90 años, con una entretenida ironía que quiero compartir ahora con todos.

José de Ciria y Escalante (1903-1924)

José de Ciria y Escalante (1903-1924)

Memorias del futbolista Zarzamora. Una carta perturbadora (1923)

“Desde el momento mismo que pisé la estación de la nobilísima, heroica y deportiva ciudad castellana, caí bajo la jurisdicción de mister Harris, entrenador del Robustick-Club, un inglés de pelo rubio azafranado y vivísimos ojos azules, en cuyo semblante dulce y sonriente no se podía adivinar el inflexible rigor y la energía extraordinaria que en el cometido de su trascendental misión empleaba.

-Bien venido, muchacho -dijo, estrechándome la mano con efusión, apenas descendí del tren, y en un acento imposible de reproducir, que más le denunciaba por vecino de Baracaldo o de sus alre­dedores que por hijo de la Gran Bretaña-. Me han dado los mejores informes de ti y me produce una satisfacción vivísima que vengas a reforzar el equi­po confiando en mi dirección. Supongo que estarás dispuesto a consolidar tu fama de gran jugador, ¿no es verdad, Zarzita? Ahora, en estos días que faltan para el partido, es imprescindible un entrenamiento metódico y constante, tienes que cono­cer el juego de los que van a ser tus compañeros, en una palabra, es absolutamente necesario que llegues a entenderte con ellos; de no hacerlo, fra­casaríamos irremisiblemente. Además el tren des­gasta mucho y es forzoso que recuperes lo perdi­do en el viaje.

-No me lo harás bueno -pensé para mí, recor­dando los cincuenta duros que, jugando a las sie­te y media en el vagón, me había llevado la noche anterior un joven albista que subió a mi departa­mento en Valladolid y venía a Valdehígados a hacer propaganda electoral.

-Pues ya lo sabes, Zarza -continuó mister Ha­rris- desde ahora mismo quedas bajo mis órdenes, y supongo que para bien de todos las cumplirás fielmente. ¿Entendido?

-Entendido -contesté de mala gana, molestado por el tuteo repentino y sobre todo por el diminu­tivo con que me denominaba aquel señor la pri­mera vez que nos veíamos y cuando no habíamos cruzado siquiera cuatro palabras.

A partir de aquel momento, mister Harris, o mejor dicho Zuricalday, que este era su verdade­ro apellido, como pude averiguar luego, confir­mando mis sospechas, ya que se le había cambia­do de nombre y de nacionalidad por creerlo de mejor tono don Gaspar del Olmo y los demás miembros de la Junta directiva del Robustick-Club, Zuricalday, digo, desde el instante en que por vez primera puse el pie en tierra valdehigadense, se convirtió en mi sombra, no dejándome respirar tranquilo un sólo minuto. Y yo, que me ufanaba de haber conservado siempre mi independencia, sin que nadie hasta entonces hubiese logrado imponerme por la fuerza su voluntad; yo, que tenía la cabeza como una piedra, según escribió un cronista deportivo en un momento de entu­siasmo; yo, que en punto a testarudez nada tenía que envidiar a Chicuelo, quien allá en sus comien­zos de novillero se propuso tener pánico a los toros y ni una sola vez ha dejado de salirse con la suya; yo, indisciplinado por excelencia, me veía ahora transformado en un perrillo faldero, que iba y venía según el deseo de mi amo y señor, el entre­nador inglés nacido en Deusto.

¿A qué obedecía este cambio tan brusco en mi manera de ser? No lo puedo decir a punto fijo: tal vez el miedo que me producía pensar que había de vérmelas frente a un equipo famoso en Euro­pa, en un campo de primera categoría y ante uno de los públicos más entendidos y exigentes de España fuera la causa de que -¡cosa inusitada en mi vida futbolística!- me pasase doce horas al día haciendo flexiones, corriendo, saltando a la cuer­da y bailando el paso del camello con las hijas del señor del Olmo, Castita y Perfecta, danza que según decía Zuricalday era muy apropósito para hacer piernas.

Pero lo que más me irritaba, lo que me ponía fuera de mí, era el régimen de las comidas. Zuri­calday en este punto se mostraba inflexible.

Hazme caso, Zarzita -me decía a menudo- más daño hace una comida sin orden ni concier­to que una patada en la espinilla.

Recuerdo a este propósito que una noche los socios del Casino (donde solía ir a pasar el tiem­po los ratos que me dejaba libre el entrenamien­to) dieron una cena en mi honor, motivada por una conferencia que con el sugestivo tema Las posibilidades de football en Castilla la Vieja, había pronunciado aquella tarde en dicho centro. La comida, a la que asistía todo el elemento intelec­tual y deportivo de Valdehígados (y a donde con gran disgusto suyo y gran regocijo por mi parte no le fue posible asistir a mi odioso entrenador), transcurría a las mil maravillas.

El menú parecía hecho por alguien que cono­ciese muy bien mis gustos; en él se daban cita mis platos predilectos. Luego me enteré de que la viu­da de Macho, enterada, por las largas conversa­ciones que a diario sosteníamos de todas mis pre­ferencias, fue la que le había confeccionado. No quiero decirte, lector amable, lo que gozaría yo aquella noche en que, libre del inaguantable vas­co, pude dar rienda suelta a mi apetito, constreñi­do durante los días anteriores por las imposicio­nes higiénicas del manager que me había tocado en suerte.

Terminada la cena y cuando me dirigía al domicilio de don Gaspar del Olmo, rendido por el ejercicio del día y un poco mareado por las pro­longadas libaciones de la noche, me encontré a Zuricalday, quien con ojos que parecían dos hogue­ras y echando casi espuma por la boca me increpó:

-No me digas nada; estoy enterado de todo. Acaban de describirme el festín baltasariano a que os habéis entregado esta noche. La culpa, por supuesto, la tengo yo, que he consentido que aceptaras esa comida. Os habéis atracado de gra­sa, y lo que es peor, has comido callos... Parece imposible que no se te haya ocurrido que los callos son fatales para los futbolistas... ¿Y tú eras el que pretendías brillar en los campos de deporte... tú, desgraciado, que has echado a perder en una hora mi trabajo de diez días? ¡Quítate de mi vista si no quieres que...!

Y mordiéndose la lengua, dio media vuelta y se alejó en dirección contraria a la que yo iba deján­dome en el más completo de los ensimismamientos.

***

La víspera del encuentro entre el temible team hamburgués y el Robustick-Club, campeón de Valdehígados, equipo que había hecho célebre su nombre en toda la península por su formidable juego de pases cortos -pases de pitón a pitón, co­mo decía el revistero Penita a poco de cambiar el seudónimo que le hizo famoso en el mundo tau­rino por el de Penalty, con el que iba conquistan­do ya un puesto entre los cronistas deportivos de primera línea- de línea delantera, pudiéramos decir con más propiedad, tratándose de un teori­zante del foot-ball; la víspera, repito, del día en que el once valdehigadense, en cuyas filas forma­ría yo, ocupando el comprometidísimo puesto de medio centro, iba a luchar con el Imperial Muskulossen Bestialhessen, mis nervios, que habían sufrido una fuerte sacudida el día de mi entrada triunfal en la ciudad, me mantenían ahora en un continuo sobresalto, produciéndome un tic verda­deramente grotesco, que imprimía a mis caderas el movimiento de las de una rumbista, y era cau­sa de la hilaridad de todos cuantos me rodeaban.

Realmente había motivos más que sobrados pa­ra justificar el estado de mi organismo. Dentro de pocas horas se decidiría mi porvenir deportivo. Diez mil espectadores iban a estar pendientes de mis piernas, espiarían todas mi idas y venidas, no dejarían pasar movimiento mal hecho. Si triunfaba, si en la lucha con el formidable equipo teutón conseguía desarrollar el juego que en otros partidos de menor importancia electrizó a los aficionados en mi rápida ascensión a as... España entera, que esperaba anhelante el resultado del partido, repe­tiría mi nombre con orgullo, y yo, Zarzamora, el desde ese momento glorioso Zarzamora, entraría a formar parte del grupo de los ídolos populares. Pero si fracasaba, si los aplausos soñados se con­vertían en estrepitosa pita, si los espectadores se arrojaban al campo para desengañarme de que mis piernas eran una cosa insignificante y que ni siquiera servía para poner las medias a Mulafalsa, el jugador favorito a quien sustituía..., entonces, no quería ni pensarlo, sería espantoso, abrumador, imposible de soportar. Antes de que esto ocurrie­se, prefería mil veces la muerte.

***


En la parte alta de la ciudad, lugar por donde el barrio aristocrático extendía sus señoriales man­siones, y frente a la suntuosa morada de don Gas­par del Olmo, el Casino de Valdehígados ocupaba un enorme caserón de piedra amarillenta, en una de cuyas fachadas podían verse los restos enne­grecidos de un escudo.

El Casino era orgullo de los valdehigadenses. Se enseñaba a los forasteros con el mismo silen­cioso respeto y muda admiración que si podía librarse de recorrer sus estrechos y oscuros pasi­llos de paredes verdosas, adornadas por innume­rables lienzos, dignos de ser purificados por las llamas, para castigo y escarmiento de sus autores. El Museo era el nombre con que se conocían en el pueblo estos lúgubres corredores, y en ellos esta­ban representados largamente todos los artistas locales.

Terminado el entrenamiento de aquella tarde, Dimitas, Zuricalday y yo fuimos, siguiendo la cos­tumbre de otros días, a jugarnos una partida de carambolas.

En el vestíbulo, junto a una mesa y con la cara de pocos amigos en él característica, estaba el con­serje; apenas nos vio aparecer por la puerta vino hacia nosotros, y dirigiéndose a mí, dijo, al mismo tiempo que ponía en mis manos un sobre azul, con ribetes dorados, que se me antojó de un gus­to detestable:

-La doncella de doña Agripina acaba de traer esta carta para usted.

Zuricalday y Dimitas cruzaron una mirada sig­nificativa y en sus labios vi dibujarse una sonrisa maliciosa.

Yo -lo confieso ingenuamente- que no estaba acostumbrado a que me escribiese ninguna seño­ra, a no ser la autora de mis días, no pude evitar que la sangre se agolpase en mis mejillas... Estaba seguro de que en aquellos momentos una ama­pola hubiera parecido anémica a mi lado.

Con la mano trémula rompí el sobre, en cuyo lema se enroscaban como culebras dos iniciales: A. O. (Agripina Orozco, no cabía duda). La carta decía así:

Zarzamoríta, usted que es tan bueno ¿querrá hacerme el favor de pasar esta tarde por esta su casa? Tengo necesidad y urgencia de hablar a solas con usted. Le espera impaciente su admira­dora, Agripina”.

¿Qué significaba aquello? ¿Qué tendría que decirme la opulenta viuda de Macho, para justifi­car tanto misterio? ¿Estaría acaso enamorada de mí?... ¿Sería aquella carta la primera página de mi historia galante, aún inmaculada?... Yo -a pesar de mi poca práctica en esta clase de encuentros- había notado ciertas insinuaciones, ciertas mira­das... que me lo hacían sospechar. Pero, en fin, pronto saldría de dudas... ¡Y Agripina, como gua­pa, era guapa de veras; y estaba mejor formada que un piquete de alabarderos!

***


Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,17 sep 2010 8:40:3 GTM
<![CDATA[Memorias del futbolista Zarzamora: fútbol y literatura (1)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1241
 

Juan Antonio González Fuentes

En el mes de julio de 1923, el periódico santanderino La Atalaya, puso en marcha el proyecto de publicar una novela compuesta por treinta capítulos, cada uno de los cuales sería redactado por un escritor vinculado de alguna manera al diario. La dirección del proyecto no puso ninguna traba a la imaginación de los colaboradores, pudiendo cada cual sumar los lances y las peripecias que juzgase oportuno, siempre, claro está, que lo añadido no hiciese perder el hilo del asunto.

Reunidos en el Ateneo de Santander los treinta colaboradores, entre los que estaban los poetas José del Río y Jesús Cancio, y los escritores José María de Cossío y Víctor de la Serna, se sorteo el capítulo que correspondía a cada uno, tocándole el suerte el capítulo tercero a mi autor, José de Ciria y Escalante, jovencísimo poeta vanguardista del que estos días preparo para la editorial barcelonesa Icaria, junto al poeta Alberto Santamaría, unas obras completas que espero estén en las librerías a no mucho tardar.

A la novela en tandas se le puso un curioso y significativo título: Memorias del futbolista Zarzamora, en clara alusión, imagino, del que fuera mítico portero Ricardo Zamora, y los días 19 y 29 de agosto de 1923 vio la luz el capítulo tercero escrito por José de Ciria; capítulo que leeré dentro de unos momentos. Los eruditos consultados constatan que la novela en marcha quedó definitivamente interrumpida hacia el capítulo sexto, no encontrando una explicación plausible. Yo creo haberla encontrado. La recién estrenada Dictadura del general Miguel Primo de Rivera no veía con buenos ojos la corriente de opinión defendida por La Atalaya y a finales del año 1923 cerró el periódico.

Repasemos el orden de factores. Estamos en una pequeña ciudad de provincias de la periferia de la periférica España de 1923. Nos encontramos con un periódico local que quiere publicar por entregas una novela de treinta capítulos, con un autor distinto para cada uno de los capítulos. El autor de la tercera de las entregas es un joven poeta ultraísta, y el tema de la novela es, ni más ni menos, las memorias de un supuesto jugador de fútbol. Es decir, tenemos entremezclados fútbol y literatura, vanguardia y deporte, y todo en los años veinte del pasado siglo en una pequeña ciudad española de provincias. Creo que hay asunto para la reflexión.

Pero ¿quién fue José de Ciria y Escalante? Vamos con brevedad a ello. Ciria y Escalante nació en Santander en 1903 y murió en una habitación del madrileño hotel Palace en 1924. Su breve existencia ofrece dos hitos fundamentales: primero, ser uno de los poetas que formaron en las poco nutridas filas del Ultraísmo de primera hora junto a Gerardo Diego, Guillermo de Torre, Pedro Garfias o José Rivas Panedas; y segundo, fundar y dirigir a sus expensas en Madrid, con diecinueve años, el único número de la mítica revista ultraísta Reflector, en el que Guillermo de Torre ejerció de Secretario de redacción, y en el que además de ellos mismos colaboraron, entre otros, Juan Ramón, Gerardo, Adolfo Salazar, Paul Eluard, Adriano del Valle o Borges, siendo ilustrado por Barradas y Norah Borges.

José de Ciria y Escalante (1903-1924)

José de Ciria y Escalante (1903-1924)

La temprana desaparición de Ciria, el 4 de junio de 1924, provocó un gran número de lamentos en la joven poesía española de aquel tiempo, destacando el poema que le dedicó el que fue uno de sus grandes amigos en Madrid, Federico García Lorca. A la muerte del amigo del norte, Federico quería darle poco crédito, y le decía a quien quisiera escucharlo que no le cabía la menor duda de que Ciria no había muerto. Sin embargo, la tozudez de los hechos acabó imponiéndosele al granadino, y decidió dedicarle al poeta amigo un poema como recuerdo y homenaje. Poema que, con el paso de los días, no terminaba de brotar. Después de más de una semana de escritura y reescritura surgió el soneto a José de Ciria. Un soneto que es a la vez oración y epitafio. Un poema en el que Lorca escucha en la ausencia del amigo las voces del tiempo (reloj) y la naturaleza (el viento); en el que le pide que regrese en forma de luna, de luz de la oscuridad y latido de nada, de muerte, de la cara inversa de todo. En sus versos Lorca exhorta a un Ciria verde y frío al olvido, a que no tenga memoria desde su alcanzada altura y sonría, Giocondo y amigo, al mundo vano.

¿Quién dirá que te vio, y en qué momento?/ ¡Qué dolor de penumbra iluminada!/ Dos voces suenan: el reloj y el viento,/ mientras flota sin ti la madrugada.// Un delirio de nardo ceniciento/ invade tu cabeza delicada./ ¡Hombre! ¡Pasión! ¡Dolor de luz! Memento/ Vuelve hecho luna y corazón de nada.// Vuelve hecho luna: con mi propia mano/ lanzaré tu manzana sobre el río/ turbio de rojos peces de verano.// Y tú arriba, en lo alto, verde y frío,/ ¡olvídate! Y olvida el mundo vano,/ delicado Giocondo, amigo mío.

Ya casi al final del año 1924 apareció un librito en edición no venal que recogía toda la obra poética de José de Ciria. Se trata de unas páginas, hoy tesoro de bibliófilos, que contienen diez poemas originales (la mayoría de corte ultraísta), dos versiones de poemas de Apollinaire, y un poema de Juan Ramón que fue incluido por error en la publicación, al ser encontrado por los amigos entre los manuscritos del poeta santanderino, copiado por la mano de éste.

Setenta y seis amigos de Ciria contribuyeron a hacer posible este libro homenaje, entre ellos García Lorca, Gerardo, Salinas, Guillén, Azorín, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, Ernesto Halffter, José Gutiérrez Solana, Díez Canedo, Pedro Sáinz Rodríguez, Guillermo de Torre, Pancho Cossío, José del Río Sáinz, o José María de Cossío.

A continuación voy a comenzar la lectura del capítulo III de Las Memorias del futbolista Zarzamora, capítulo titulado “Una carta perturbadora”, y en el quedan desgranados algunos de los lugares comunes que hoy, curiosamente, siguen formando parte importante de lo que podríamos llamar la prosa futbolística (cuentos, reportajes periodísticos, etc…), es decir, el entrenador más o menos despótico, el “clima” del vestuario, los miembros de la junta directiva, los entrenamientos, las denominadas “actividades culturales” en torno al mundo del fútbol (conferencias, etc…), la dieta, las mujeres hermosas pululando en torno de las estrellas, el uso recurrente de anglicismos, los periodistas deportivos, la conformación de los héroes futbolísticos, etc, etc… Todo un mundo no muy distinto en lo esencial a lo que hoy nos podemos encontrar, que es tratado por el poeta Ciria, hace casi 90 años, con una entretenida ironía que quiero compartir ahora con todos
 
CONTINÚA EN: Memorias del futbolista Zarzamora: fútbol y literatura (2)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,15 sep 2010 8:40:3 GTM
<![CDATA[“God” de John Lennon, o una de las más devastadoras canciones de amor del siglo XX]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1240
 

Juan Antonio González Fuentes

“God” (Dios) es una canción de John Lennon incluida en su primer disco en solitario: John Lennon/Plastic Ono Band, un trabajo que apareció en diciembre de 1970, el mismo año en el que los Beatles se separaron oficialmente. Cuando el célebre grupo musical inglés se separó, muchos seguidores le echaron la culpa del suceso a la artista japonesa Yoko Ono. Sin embargo, pasado el tiempo, parece ya evidente que la decisión de separarse estaba tomada desde hacía meses, y que Yoko Ono sólo fue quien dio a Lennon la fuerza suficiente como para tomar la decisión, después de que Paul McCartney, en abril de 1970, anunciase inesperadamente el fin de los Beatles en la contracubierta de su primer disco solista, McCartney, algo que John no le perdonó nunca.

Los meses que van de abril a diciembre de 1970 debieron ser muy complicados para Lennon. No habían pasado aún dos años desde los sucesos revolucionarios del mayo francés y de las revueltas californianas; el grupo musical en el que se había convertido en un mito estaba roto; la relación de amistad con Paul, George y Ringo estaba deteriorada; su carrera profesional se hallaba entre paréntesis; estaba componiendo las canciones del que sería su primer y arriesgado disco en solitario; y su relación con Yoko Ono le había puesto en solfa con respecto a seguidores y amigos.

En este contexto escribió “God”, polémica canción que levantó ampollas en su día por considerarse un tema caso blasfemo, en el que se ponen en el mismo nivel a Jesús, Hitler, Elvis, The Beatles, y en el que se hace una apología de la no creencia religiosa.

Es cierto que la canción habla de Dios relacionado con el dolor; es cierto que un Lennon herido y en horas bajas canta que no cree en nada ni en nadie, tan sólo en sí mismo y en el amor por Yoko. “God” es, en este sentido, una canción de amor radical. Una canción de amor que grita creer sólo en el amor, en nada más. Una canción en la que Lennon grita en un susurro que ya no hay sueños, que él ya no cree en los sueños, es decir, que ya no cree en las revoluciones ni en las ideas de su tiempo.

Haciendo mío el célebre verso de José Hierro: “Por el dolor llegué a la alegría”, creo que en “God” Lennon confiesa que por el dolor él llegó al amor y a sí mismo. Creo que “God” es una de las más sinceras y devastadoras canciones de amor que jamás dio la música popular del pasado siglo.



John Lennon: "God" (vídeo colgado en YouTube por Trunkfish)

God is a concept
by which we measure
our pain
i'll say it again
god is a concept
by which we measure
our pain
I don't believe in magic
i don't believe in i-ching
i don't believe in bible
i don't believe in tarot
i don't believe in hitler
i don't believe in jesus
i don't believe in kennedy
i don't believe in buddha
i don't believe in mantra
i don't believe in gita
i don't believe in yoga
i don't believe in kings
i don't believe in elvis
i don't believe in zimmerman
i don't believe in beatles
i just believe in me
yoko and me
and that's reality
The dream is over
what can i say?
the dream is over
yesterday
i was the dreamweaver
but now i'm reborn
i was the walrus
but now i'm john
and so dear friends
you just have to carry on
the dream is over

***

Dios
Dios es un concepto,
por el cual podemos medir
nuestro dolor.

Lo diré de nuevo,

Dios es un concepto
por el cual podemos medir
nuestro dolor.

Yo no creo en la magia,
no creo en el I-ching,
no creo en la Biblia
no creo en el tarot,
no creo en Hitler,
no creo en Jesús,
no creo en Kennedy,
no creo en el Buda,
no creo en el mantra,
no creo en la Gita,
no creo en el yoga,
no creo en reyes,
no creo en Elvis,
no creo en Zimmerman,
no creo en los Beatles,

yo sólo creo en mí,
en Yoko y en mí,

Y es cierto.
Los sueños se acabaron.
¿Qué puedo decir?

Los sueños se acabaron

Ayer,
Yo era una tejedor de sueños,
pero ahora he renacido.

Yo era la morsa,
pero ahora soy John.

Así que, queridísimos amigos,
tan sólo tienen que seguir,
los sueños se acabaron

***


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Tuesday,14 sep 2010 8:52:49 GTM
<![CDATA[ETA según la BBC]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1238
 

Juan Antonio González Fuentes

Los asesinos de la banda terrorista ETA llevan casi medio siglo sembrando pesadumbre en nuestro país, España. Durante el periodo señalado han asesinado vilmente a más de ocho centenares de personas: militares, policías, guardias civiles, policías autonómicos vascos y catalanes, gendarmes franceses, profesores universitarios, periodistas, militantes del partido socialista y del popular, trabajadores corrientes y molientes…, hombres, mujeres y niños. A estos centenares de asesinatos por medio de bombas lapa, tiros en la nuca, coches bomba y todo tipo de atentados indiscriminados, hay que sumarle secuestros, torturas, robos, asaltos y extorsiones… El resultado son décadas de terror y sufrimiento, cuantiosas pérdidas materiales, una sociedad vasca enferma en sus cimientos éticos y morales, la emigración a otros puntos de España de centenares de familias, etc, etc…, y esencialmente la existencia de miles de familias destrozadas de por vida.

Toda la sociedad española está enfrentada al terrorismo etarra desde hace muchos años; todos los gobiernos democráticos españoles, desde 1977, han experimentado los zarpazos etarras y todos han denunciado y perseguido a los asesinos. La contienda contra el terrorismo es durísima y a lo largo del tiempo ha experimentado momentos muy distintos entre sí, desde la más cruel desesperación hasta algún vislumbre optimista. Las políticas francesas han contribuido en cada momento histórico a agravar el conflicto o a que su resolución estuviera más cerca, sitiando a los asesinos. La tolerancia internacional con los terroristas siempre ha proporcionado a estos balones de oxígeno para seguir asesinando, para continuar llenando de tristeza y horror las vidas ajenas.



¿Cuánto dolor ha causado E.T.A.? (vídeo colgado en YouTube por macondo007)

Por eso se hacen tan incomprensibles posicionamientos como los de la televisión pública inglesa, la BBC. Recientemente este medio ha difundido un comunicado en el que los asesinos vascos anuncian el enésimo alto el fuego con condiciones. Pues bien, la BBC, una vez más, se ha negado a hablar de “banda terrorista” o de “asesinos etarras”, otorgando a los criminales el beneficio del triste y patético eufemismo: “organización separatista vasca”. Este tipo de interesadas posturas: cómodas, cobardes, intolerables en lo que tienen de corrupción ética e informativa (desinformativa), acaban pasando factura a los profesionales que las toman. Tan solo cabe esperar que sobre la conciencia de los periodistas ingleses jamás llegue a recaer la muerte de ninguna futura víctima de los asesinos, si estos, como ha ocurrido siempre hasta ahora, acaban rompiendo su tregua tras rearmarse y coger fuerzas para seguir matando, extorsionando, aterrorizando.

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

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Monday,13 sep 2010 9:42:4 GTM
<![CDATA[Las Baladas para piano nº 1 y 4 de Frédéric Chopin]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1237
 

Juan Antonio González Fuentes

Cuatro fueron las baladas para piano que escribió Frédéric Chopin (1810-1849), todas ellas auténticos caballos de batalla del más socorrido y exigente repertorio pianístico. El polaco compuso sus baladas en la década que va de 1831 a 1842, etapa en el que se encuentra con George Sand (1837) y escribe, entre otras obras importantes, los Nocturnos op. 9 y 15, los Estudios op. 10, las Mazurcas op. 17, o el Concierto op. 11.



Vladimir Horowitz interpreta la Balada nº 1 de Frédéric Chopin (vídeo colgado en YouTube por Sissco)

En un principio la balada, como forma de expresión artística, era ni más ni menos que un poema cantado en el que debía mezclarse a partes iguales lo lírico con lo épico. Las baladas para piano de Chopin prescinden de la palabra cantada, aunque en su inspiración parten de textos del gran poeta polaco Adam Mickiewicz (1798-1855), amigo personal del compositor y, como él, exiliado en París.



Zimerman interpreta la Balada nº 4 de Frédéric Chopin (vídeo colgado en YouTube por Sissco)

Las Baladas para piano nº 1 y 4, las dos que más me gustan, fueron publicadas ambas en la ciudad alemana de Leizpig, en 1836 y 1843 respectivamente. Los primeros esbozos de la número 1 están fechados en 1831, año en el que la insurrección de Varsovia fue aplastada por el ejército ruso y Chopin huye a París, donde vivirá los próximos dieciocho años de su vida, adoptado casi de manera inmediata por la alta sociedad de la capital francesa, en cuyos salones su virtuosismo al piano y sus composiciones hicieron furor. La Balada nº 1 en Sol menor op. 23 es la más interpretada de las cuatro. Da comienzo con un diseño ascendente, a modo de pregunta, como bien señala la crítica, al que sigue un tema lírico y melancólico. Un segundo tema, que comienza cantabile, se agita con vigor. Los dos temas se intercalan entre sí creando contrastes expresivos. La pieza termina de manera prodigiosa con una coda magnífica, muy complicada técnicamente, y una serie de acordes brillantes descendentes de gran impacto emocional para el oyente. La Balada nº 4 en Fa menor op. 52 es de todas ellas la más amplia y compleja de matices. Inspirada en el poema de Mickiewicz “Los tres Budrys”, ofrece momentos de gran lirismo y melancólica ternura entremezclados con otros en los que la agitación romántica se impone, ofreciendo así una obra sumamente atractiva. La Balada nº 4 fue dedicada a la baronesa C. de Rothschild, mujer de Nathaniel de Rothschild.

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,10 sep 2010 10:59:10 GTM
<![CDATA[Blanca Gutiérrez Morlote: la pasión por los libros (Luis Alberto Salcines)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1235
 

Juan Antonio González Fuentes

Los últimos días del pasado mes de agosto me trajeron la terrible noticia de la muerte de una buena amiga: Blanca Gutiérrez Morlote. La conocí gracias a Dámaso López García y Juana Victoria Gallego, antiguos profesores míos de la época del bachillerato, Con el tiempo compartimos una cálida amistad, tertulia radiofónica, relación con Álvaro Pombo y pasión por los libros.

Luis Alberto Salcines, profesor, editor, escritor y amigo único, ha escrito un texto evocador dedicado a Blanca. Aquí quiero dejarlo como homenaje a la amiga que nos dejó, como recuerdo a su memoria:

“El sábado por la mañana estaba viendo la Fundación Gulbenkian de Lisboa, cuando recibí una llamada de Juan Antonio González Fuentes, Tono, para decirme que Blanca, no hacia falta que especificase que Blanca Gutiérrez Morlote, acababa de morir. La noticia la esperaba desde hacía algún tiempo, pero siempre esperaba que fuese mucho más tarde. Les preguntaba por ella al propio Tono, Dámaso y Juani cuando estaban unos días por Santander, Paz Gil, con la que tanto colaboró Blanca, o a su hijo Pablo al que me encontraba por la calle o en algún acto cultural. Las veces que hablé con ella por teléfono, me transmitía un deseo de vivir, una afirmación vital muy superior a los pronósticos de su enfermedad.

Conocí a Blanca en las tertulias que Suleyma Campo moderaba en la SER los jueves por la tarde sobre temas culturales. Allí coincidimos, en diferentes épocas, el mencionado Tono, Miguel Ibáñez, Leticia su mujer, Mónica Sanjosé y Blanca. Desde el principio me sorprendió su pasión por los libros. Estaba enterada de todos los que se publicaban y, además, y era lo más importante, los había leído todos. Autores conocidos y libros diferentes, distintos. Libros verdaderamente atractivos para los bibliófilos. No sólo eso, transmitía cuando los comentaba, pasión de lectora, de que había disfrutado con su lectura. Incluso contagiaba en quien la escuchaba el deseo de leer el libro del que hablaba.

La lectura es un placer solitario, que duda cabe, pero es cierto que sentimos algo especial cuando notamos una complicidad con otros lectores. Y Blanca procuraba hacer extensivo su disfrute de la lectura en los demás. Los amigos en primer lugar, pero también con sus alumnos. Se implicó de un modo intenso en su proyecto de extensión y dinamización de la lectura, Aletheya, y a través de él llego a conocer a quien después sería un amigo fiel, su admirado Álvaro Pombo.

Desde que recibí la llamada de Tono no dejé de pensar en Blanca. Todo en Lisboa me remitía a ella. Paseando por el Barrio Alto, lleno de librerías de viejo, me acordaba de ella. Me senté en un banco de piedra en la plaza de Luis Camoens a descansar un rato, a mi lado, un hombre mayor tenía en sus manos un libro de Manuel Vázquez Montalbán. No llegué a leer su título, y pensé si les gustaría el autor catalán a Blanca. Estaba convencido de que sí. Más tarde, en la terraza de la cafetería A Brasileira, veía a cuantos se sentaban junto a la imagen en bronce de Pessoa para hacerse una foto. Pensé que Blanca también se la haría porque estaba seguro que le gustaría el icono literario lisboeta.

Cuando llegué por la noche al hotel quise escribir algunas palabras sobre Blanca. No sabía qué decir. Tenía un sentimiento de profunda tristeza. Pensaba que la literatura había perdido una exquisita lectora, que el ámbito de la educación en Cantabria había perdido una transmisora de la pasión por leer, que sus amigos habíamos perdido a una persona que desde la complicidad de la lectura habíamos descubierto su bondad y su generosidad. Por eso me acordaba de Alejandro, su marido, tantos años compartiendo amor y lectura, de su hijo Pablo, que probablemente le regaló uno de sus momentos más felices en la vida presentando su premio José Hierro en la Librería Gil, Blanca en la trastienda, disfrutando de la intensidad del momento. Me acordaba también de su hermano Jesús, optimista desde su objetividad médica, regalando una sonrisa de esperanza a quienes preguntábamos por Blanca.

Al final, lo que quería era solamente expresar mi sentimiento de tristeza por la muerte de una amiga y lamentar las conversaciones con ella aplazadas que la muerte ha hecho imposibles. Pero puedo asegurar que cada vez que descubra el placer de conocer a un nuevo autor o disfrute con la lectura de una novela, me acordaré de Blanca.

***


Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,9 sep 2010 10:59:10 GTM
<![CDATA[Variaciones sobre un tema de Bach, Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen, de Franz Liszt]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1234
 

Juan Antonio González Fuentes

“La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso”. Quien así se expresa fue uno de los músicos más influyentes de su tiempo, un pianista cuyo virtuosismo ante el teclado hizo que en los más aristocráticos salones europeos lo llegasen a vincular al mismísimo diablo. Me refiero al húngaro Franz Liszt (1811-1886), quien ha pasado a la historia de la música como uno de los principales innovadores de la armonía durante el siglo XIX, destacando fundamentalmente en el uso de complicados acordes cromáticos. Además, Franz Liszt investigó nuevos procedimientos musicales partiendo de la evolución y desarrollo de la técnica basada en las variaciones temáticas, es decir, las notas con las que comienza la pieza se transforman y progresan poco a poco convirtiéndose en un nuevo material temático. El tratamiento técnico de la variación de Liszt, junto a sus ya señaladas armonías cromáticas, influyeron muy especialmente en operistas alemanes como Richard Wagner y Richard Strauss y, en consecuencia, en buena parte de la música posterior, incluyendo, a través de Wagner, la llamada Segunda Escuela de Viena.

Franz Liszt (1811-1886)

Franz Liszt (1811-1886)

En no pocas ocasiones las variaciones compuestas por Liszt partían de música escrita por otros autores. En este sentido el húngaro fue siempre un admirador de la obra de J. S. Bach, un corpus musical que fue clave en la etapa formativa del genial pianista. La música del compositor alemán le sirvió con frecuencia como inspiración directa para sus propias obras, tanto como con la forma de variaciones como con la de transcripciones. En este sentido las Variaciones sobre un tema de Bach, Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen, (“Llorar, quejarse, preocuparse, amedrentarse”) son un magnífico ejemplo no sólo de la manera en que Liszt trabajaba con la música de otros compositores, sino también del modo en el que el Romanticismo se aproximó a la música barroca.

Cósima Wagner en 1905

Cósima Wagner en 1905

Basado en el tema del primer movimiento de la cantata BWV 12 y en el “Crucifixus” de la Misa en Si menor de J. S. Bach, la pieza de Liszst fue compuesta originalmente para piano en 1859 y publicada en 1863, año en el que su autor la transcribió para órgano. El tema escogido por Liszt es un pasaje cromático que, debido a la proximidad entre las notas de la melodía, se muestra ideal para ser expuesto de muy diversas maneras, aunque siempre dentro de la dicotomía “lamento y triunfo” que evoluciona del oscuro fa menor del lamento a la redención en fa mayor del final. Lamento y triunfo que están directamente relacionados con la muerte de su hija Blandine, desaparecida en 1862, y hermana de Cósima, la hija de Liszt que fue primero esposa del director de orquesta Hans von Bülow y luego del legendario Richard Wagner.



Horowitz interpreta a Liszt: "Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen" (vídeo colgado en YouTube por demosj)

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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Más de Stieg Larsson:

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Wednesday,8 sep 2010 13:7:9 GTM
<![CDATA[Mi primo Leonardo Padura, el hombre que amaba a los perros]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1233
 

Juan Antonio González Fuentes

Finales ya del mes de agosto. El escritor cubano Leonardo Padura recala en Santander para participar en los “Martes Literarios” que en las caballerizas de la península de la Magdalena organizan conjuntamente la UIMP y El Diario Montañés. Padura es un novelista con un logro a sus espaldas literarias del todo insólito: ha publicado con éxito mundial una serie de novelas protagonizadas por un policía cubano de nombre evocador para los lectores españoles, Mario Conde. Sí, como lo leen: novela negra en la Cuba de Fidel, y novela negra de calidad, con aristas y escamas, con espinas y uñas, negruras varias, misterios, confabulaciones, corrupción..., y un héroe que bien podría haber sido amigo íntimo de Philip Marlowe o de Sam Spade. Leonardo Padura logra, además, que la cálida La Habana sea una urbe primo hermana de Chicago, Nueva York, Los Ángeles o el París gris y lluvioso del inspector Maigret, es decir, una ciudad habitada por una sociedad en la que el Crimen (con mayúsculas) es el pan nuestro de cada día, y una especie de resorte vital inoculado en todas y cada una de las venas por las que circula la sangre que da impulso a la urbe.

Leonardo Padura, después de dar su conferencia en la UIMP, pasó unos días en Santander, otra ciudad, sin duda, en la que sólo hace falta un talento literario de primer nivel para que aparezca un Mario Conde de papel dispuesto a recorrer los mil y un caminos por los que transita la iniquidad humana. Uno de esos días de aparente asueto santanderino, Leonardo Padura acudió a mi librería favorita, la librería Gil, en la plaza de Pombo, a escasos metros en línea recta del edificio en el que pasó unos días, hace mucho, mucho tiempo, otro cubano ilustre, un tal José Martí. En el piso aún deshabitado que las libreras Gil mantienen como una especie de almacén y refugio literario en comunicación directa (pero casi secreta) con el segundo piso de su librería comercial en Pombo, allí, en ese espacio con las decimonónicas vigas de madera al aire, tuvo lugar una comida para un pequeño grupo de elegidos. Elegidos por las libreras, claro. El director de la Filmoteca de Cantabria Enrique Bolado, el ex eurodiputado y poeta socialista Jesús Cabezón, el empresario y editor José María Lafuente, el periodista y editor Javier Fernández Rubio, el poeta y profesor Alberto Santamaría, el modisto Luis Alonso..., insisto, un pequeño grupo de elegios, entre los que me encontraba, comimos en una improvisada mesa con Leonardo Padura y su mujer, y hablamos con ellos de lo divino y de lo humano, pero sobre todo de literatura, de cine, de Mario Conde (policía habanero), de Cuba y de la última y maravillosa novela del escritor: El hombre que amaba a los perros (Tusquets, 2010), un fresco político y literario impresionante en el que las figuras de Trotsky, Ramón Mercader y Stalin se erigen como pilares sobre los que se levanta con indudable magnetismo literario una historia cargada de sinrazón, locura, fanatismo y crímenes.

Leonardo Padura (derecha) y Juan Antonio González Fuientes

Leonardo Padura (derecha) y Juan Antonio González Fuientes

El marido de Paz Gil, Pedro, preparó la comida, y demostró que además de ser un buen arquitecto muy bien podría dedicarse a la cocina: gazpacho y bonito del norte cortado como nunca lo había visto antes. Vino, champán francés, cafés, algunos dulces y una ciruelas recién recogidas del ciruelo. Insisto, Leonardo Padura no esquivó ninguno de los asuntos planteados, y se mostró como un hombre con los dos pies en la tierra. Un buen aficionado al cine, un conocedor de la novela negra clásica de excepción, un tertuliano que no renuncia a la polémica..., hizo además gala de un sentido del humor muy cubano, muy caribeño, lleno de sol, de dulzura, de demoledora ironía aparentemente ingenua, como no cultivada, espontánea, a bote pronto nada hiriente.

Fue una delicia, uno de los mejores momentos del verano. Y además descubrimos que somos primeros. Su segundo apellido es Fuentes, exactamente igual que el mío. Mi Fuentes lo puedo localizar en el primer apellido de uno de mis bisabuelos maternos, un antepasado que vivió en Rancho Veloz, provincia de Oriente, Cuba. Lo único que nos despistó es que su Fuentes, al parecer, proviene de algún antepasado filipino..., pero tampoco se trataba de ahondar diferencias, si no más bien de emparentarnos de una vez por todas y para siempre. Así quedó reconocido en la dedicatoria que dejó manuscrita en mi ejemplar de El hombre que amaba a los perros, “Al primo Juan Antonio...”

Nunca olvidaré el encuentro con este Raymond Chandler habanero, creador de un policía llamado Mario Conde, hermano de corazón y valores de ese detective de apellido Marlowe que, sin duda posible, también amaba a los perros. Un abrazo primo!!!, y que sea para siempre.

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Últimas colaboraciones 
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LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,7 sep 2010 10:4:34 GTM
<![CDATA[Más de Memoria Histórica: Franco en Bilbao y Barcelona]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1231
 

Juan Antonio González Fuentes

El dictador Francisco Franco Bahamonde visitó en varias ocasiones Bilbao y Barcelona a lo largo de su triste ejercicio del poder absoluto. Las imágenes que se conservan de tales visitas muestran las calles de las ciudades y las ventanas de los edificios plagados de gente entusiasta y entusiasmada. Es posible que detrás de cada entusiasmo hubiera una bayoneta caladas, pero…, permítanme, por favor, que lo dude.



Franco en Bilbao (vídeo colgado en YouTube por capitánconcas)

Estas imágenes también forman parte de la Memoria Histórica, pero creo que sobre esta memoria hay muchos intereses que quieren pasar de puntillas, o mejor aún, no pasar ni por asomo. Las imágenes son realmente estremecedoras por lo reveladoras. 



Franco en Barcelona en 1963 (vídeo colgado en YouTube por capitánconcas)

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Últimas colaboraciones 
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LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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Monday,6 sep 2010 8:52:17 GTM
<![CDATA[La Biblioteca de Antonio Magliavecchi en Florencia, una historia de libros que me mandó Enrique López Viejo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1230
 

Juan Antonio González Fuentes

Mi amigo el escritor Enrique López Viejo, estuvo este verano en Santander pasando unos días de vacaciones. Mientras le daba vueltas al asunto de publicar un libro que tiene acabado sobre Maurice Sachs, charlamos en diversas ocasiones a lo largo de su visita santanderina.

Tras despedirse, y al cabo de unos días, me envío un correo electrónico cuyo contenido era el que sigue, una hermosa historia de libros, bibliotecas y libreros. Sin su permiso se la dejo aquí plasmada como trabajo de vuelta de las vacaciones. Qué mejor regreso de las vacaciones veraniegas, he pensado, que toparnos en estos Ojos de Papel con una historia protagonizada por los libros. Ahí va:

Antonio Magliabecchi, librero del Gran Duque de la Toscana, era capaz de dirigirte a cualquier libro en cualquier parte del mundo, con la precisión de un policía metropolitano que te indica el camino a la Catedral de San Pablo o a Picadilly. De él se cuentan historias sobre peticiones de libros en estos términos: De ese libro existe una sola copia en el mundo. Está en la Biblioteca del Grand Seignior en Constantinopla y es el séptimo libro del segundo estante de la derecha según se entra. Sus habilidades eran, como son las de los grandes hombres, autodidactas. Tan lejos estaba el triste suelo en que vivió su primera infancia de la que sería su pasión en la vida, que sus padres ni se molestaron en enseñarle a leer, y su primer trabajo fue en la tienda de un verdulero. Si su talento hubiera bebido de las Ciencias Naturales, habría encontrado su camino allí, pero fue su felicidad y su fortuna el acabar trabajando en la tienda de un librero paternal. Allí encontró la educación que ningún batallón de la maquinaria académica le habría inculcado. Devoraba libros, y la hoja impresa se volvió tan necesaria para la subsistencia como las hojas de repollo para las orugas que hacían las visitas no bienvenidas en su trabajo anterior.

Antonio Magliavecchi (fuente: wikipedia)

Antonio Magliavecchi (fuente: wikipedia)

Como aquellos reptiles verduleros, también él asimiló el alimento que consumía, tanto que ya parecía haber sido comprimido al calor, encuadernado, acabado en tapa de mármol y colocado en la estantería. No soportaba nada que no fueran libros a su alrededor y no dejaba espacio para ninguna otra cosa; sus muebles, decían por ahí, se limitaban a dos sillas, la segunda de las cuales era tolerada únicamente porque las dos juntas le servían de cama.

Magliabecchi falleció en 1714 a los 81 años, en el monasterio de Sta. Maria Novella. Antes de morir le pidió al Duque que donara su dinero a los pobres y sus libros a la biblioteca pública. En 1861, la Biblioteca Magliabechiana se unió a la gran colección ducal en el matrimonio que hoy se conoce como la Biblioteca Nazionale Centrale Firenze, en la Piazza dei Cavalleggeri.

Tanto la Biblioteca como su contenido sufrieron un golpe fatal el 4 de noviembre de 1966, cuando Florencia se enfrentó a la peor inundación de una historia pasada por agua. De la primera registrada, en 1333, se cuenta que el río se llevó los cuatro puentes de la ciudad. En 1966, el Arno arrasó la ciudad con una ola de cinco metros de altura. Una de las fotos más impactantes de aquel año muestra los más de cien mil volúmenes de la Biblioteca Nacional flotando en el lodo.

El daño fue tan profundo que miles de originales se perdieron para siempre y muchos otros continúan en quirófano, esperando tecnologías que permitan su recuperación. Pero el salón de lectura fue finalmente restaurado a su gloria original y abrió sus puertas en 1990. El gobierno italiano ha llegado a un acuerdo con Google para digitalizar la colección y evitar futuras pérdidas”. 
  

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Septiembre 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Andrés Trapiello: Las armas y la letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (Destino, 2010)

LIBRO (julio 2010):
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LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,3 sep 2010 19:15:0 GTM
<![CDATA[La muerte de Marcel Proust y el marketing editorial coinciden en el tiempo según Maurice Sachs]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1227
 

Juan Antonio González Fuentes

Hace un tiempo ya hablé aquí del fascinante escritor francés Maurice Sachs (París, 1906-1945, en circunstancias extrañas, dicen los biógrafos), y de su libro, que empecé a leer por mera casualidad, París canalla (Trama editorial, 2001). Mi buen amigo y magnífico escritor Enrique López Viejo ha escrito una biografía de este personaje que aparecerá probablemente a principios del año que viene, tal vez en la editorial Melusina. Espero dicho trabajo mordiéndome las uñas.

París canalla tiene un subtítulo de lo más elocuente y ajustado: “Diario de un joven burgués en tiempos de prosperidad (14 de julio de 1919-30 de octubre de 1929)”. Es decir, el libro es una crónica personal sobre la vida en el París que va del final de la Primera Guerra Mundial y el Tratado de Versalles, hasta el París en el que van a estallar las consecuencias del crack del 29 neoyorquino. Pero claro, no es la crónica personal de un tipo más o menos corriente, si no la de un bon vivant que además es un fino escritor que se desenvuelve con pasmosa soltura en el París por el que deambulan junto a él Coco Chanel, Blaise Cendrars, Maritain, Max Jacobs, Breton, los ballets rusos, Picasso, Satie, etc, etc...

Releyendo estos días algunas páginas de Sachs, me he tropezado con dos anotaciones que me han resultado muy curiosas. La primera hace referencia a la muerte de uno de los que hoy consideramos genios indiscutibles de la literatura universal. Me refiero a Marcel Proust. La anotación es del 19 de noviembre de 1922 y dice así: “Anoche murió Marcel Proust. Al parecer, casi al borde de la agonía seguía corrigiendo el pasaje de la muerte de Bergotte, y se dice que ha muerto con la pluma en la mano.

Este perpetio ausente estaba, sin embargo, tan presente en cada uno de nosotros; como había entrado en vida y con tanta anticipación en la posteridad, ahora ignoramos cómo le caracterizará este último acontecimiento.



Maurice Sachs (foto procedente de www.blogg.org)

Ese rostro tan dulce, tan tierno, de ojos aterciopelados, mostró en la muerte su verdadera dureza. Era un hombre de acero”. Fin del apunte.

Y al poco tiempo, en las primeras anotaciones del año 1923, Sachs escribe lo siguiente: “Grasset está haciendo una publicidad enorme a El diablo en el cuerpo, de Raymond Radiguet. Es la primera vez que se utilizan a favor de un libro métodos dedicados a los jabones, laxantes, etc... Y lo ha conseguido: el libro se vende”.

¿No les resulta llamativa la casi perfecta coincidencia en el tiempo de estos apuntes? Se anota en noviembre de 1922 la muerte de Proust, y en la primera entrada del diario en 1923 se habla de que por vez primera un libro se comercializa como si fuera un laxante, con el mismo tipo de marketing publicitario. A mi, desde luego, me ha llamado mucho la atención. 
  

***


Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,30 jul 2010 20:20:15 GTM
<![CDATA[El poema “Lacónico” de Juan Antonio González Iglesias en Del lado del amor. Poesía reunida (1994-2009)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1229
 

Juan Antonio González Fuentes

“Una colección que ostenta la maestría nacida de la serenidad, que se nutre del entusiasmo ante el apogeo de la vida y lo refleja en la feliz unión de realidad y literatura, en la equivalencia de ‘capitel o trigal’ como referentes de la emoción y la belleza”. Así habla de la poesía de Juan Antonio González Iglesias el maestro Guillermo Carnero, una poesía que ahora aparece reunida con el título Del lado del amor por la editorial Visor.

Ya hemos hablado aquí en alguna ocasión de la poesía de González Iglesias, hoy, probablemente, el más incontestable maestro de la poesía española contemporánea menor de cincuenta años. Y nada mejor para sustentar tal afirmación que leer este volumen que recoge toda la producción del salmantino, desde La hermosura del héroe (1994) hasta Eros es más (2007), e incluyendo poemas sueltos o inéditos de la etapa 1999-2009.

La página 166 de este libro recoge el que creo es el poema más breve hasta ahora de toda la producción de González Iglesias. El poema se titula “Lacónico”, sólo presenta dos versos y está incluido en el libro Un ángulo me basta, de 2002. El hermosísimo poema dice así:

“Soy lacónico yo que fui locuaz.
He creado el olvido”.

Por cierto, el poema tiene un dedicatario, un tal Juan Antonio González Fuentes
  

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Julio-Agosto 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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Thursday,29 jul 2010 20:20:15 GTM
<![CDATA[Reglas musicales para la vida y el hogar de Robert Schumann]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1228
 

Juan Antonio González Fuentes

Para los jóvenes escribió Robert Schumann, en 1848, su Álbum para la juventud op. 68, trabajo que dedicó a una de sus hijas cuando esta cumplió siete años. El álbum se terminó de escribir en septiembre de ese año, y presentaba anotaciones en los márgenes. Esas anotaciones eran las que con el tiempo se convirtieron en las famosas Reglas musicales para la vida y el hogar, un total de 68 aforismos cuyo contenido gira en torno a la creatividad artística en general, y la musical en particular, y que también están dirigidas a los jóvenes. Es más, las reglas nacieron como anexo al álbum, y la intención de su creador era que se interpretase el álbum y se leyesen los aforismos en una misma sesión, es una especie de clase musical, artística, ética y moral a un mismo tiempo.



En forma de librito las reglas de Schumann las editó en 1850 el editor Schuberth, y esa es la edición que se ha venido siguiendo en prácticamente todas las ediciones que han tenido lugar. La primera traducción del librito de Schumann se realizó en 1854, cuando Franz Liszt las llevó al francés. Las reglas de Schumann no tardaron mucho en poder leerse en italiano, inglés o español. En nuestro idioma las reeditó hace seis años una poco conocida editorial madrileña, editorial Na, en una edición además que no brilla por su belleza. Esta es la edición que estoy leyendo en estos momentos, y en la que nada se dice del traductor, aunque hemos de deducir, por lo que dice en el prólogo, que su nombre es Sebastián Pérez.

Robert Schumann: Reglas musicales para la vida y el hogar (Ediciones Na)

Robert Schumann: Reglas musicales para la vida y el hogar (Ediciones Na)

En 2010 se cumple 200 del nacimiento del gran músico romántico alemán, y la lectura de estos 68 aforismos me parece una de las mejores formas de rendirle homenaje. Los aforismos de Schumann son de una enorme lucidez, muy sencillos en su conformación pero de un enorme calado intelectual y práctico, y como se refieren mayoritariamente a la interpretación al piano, son tan válidos hoy, tan actuales, como el mismo día en el que vieron la luz por vez primera. Este es una lectura que todo aspirante a músico debería conocer, y también, por qué no, todo aspirante a artista, a creador. Lo que se dice una lectura del todo provechosa.
  

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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Tuesday,27 jul 2010 11:58:53 GTM
<![CDATA[El Rey Lear de Giuseppe Verdi, una ópera finalmente inexistente]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1226
 

Juan Antonio González Fuentes

Entre el 29 de junio y el 3 de julio de 2009 tuvo lugar en el madrileño Círculo de Bellas Artes un ciclo de conferencias, coordinado por Juan Ángel Vela del Campo, titulado "El humanismo de la ópera". Diversos especialistas, como Gérard Mortier, José Antonio Campos, Alberto González Lapuente o Àlex Ollé y Franc Aleu (de La Fura dels Bau), intervinieron en dicho ciclo, y ahora, un año después, la editorial del propio Círculo edita un libro con los ensayos que entonces se leyeron, volumen del mismo título que el ciclo de conferencias.

Los temas abordados en el libro son muy diversos, pero la gran mayoría giran en torno al futuro y actualidad de la ópera como forma de arte total. Como soy un verdiano confeso, reconozco que uno de los ensayos que más me han interesado es el escrito por el italiano Pierluigi Petrobelli (Padua, 1932), director del Instituto Nacional de Estudios Verdianos de Parma, titulado “Verdi, ese desconocido”. El principal propósito de este breve artículo es demostrar con datos concretos que Verdi no era ni mucho menos el ignorante pueblerino que él mismo se empeñó en aparentar casi toda su vida.

La parte final del artículo de Petrobelli, en forma de epílogo, se centra en la correspondencia del compositor. En el Instituto Nacional de Estudios Verdianos custodian la reproducción de más de 18.000 cartas de Verdi, lo que constituye sin duda uno de los legados documentales más sobresalientes de una de las figuras más interesantes de todo el siglo XIX europeo. Desde 1980 se está llevando a cabo la edición crítica de este legado, empeño al que todavía le queda mucho tiempo para terminar.

En este sentido se ha publicado la correspondencia entre Verdi y su editor Giulio Ricordi, la relativa a la ópera Don Carlo, la de Verdi con el libretista Salvatore Cammarano, la de Verdi con el escultor Lucardi o la de Verdi con Antonio Somma, el libretista de Un ballo in maschera. Esta última es interesantísima porque aporta muchos datos acerca de una ópera en la el maestro estuvo pensando desde 1843 hasta 1894, es decir, durante prácticamente toda su carrera compositiva. Se trata de la ópera de tema shakesperiano El Rey Lear para la que Somma llegó a escribir 5 libretos bajo la supervisión de Verdi. Esta hubiera sido la cuarta ópera shakesperiana de Verdi, ópera que debía haber formado parte de un cuarteto junto a Macbeth, Otello y Falstaff. Pero Verdi no dejó ni una sola nota de esta ópera, al menos que se sepa, lo que indica la importancia definitiva de los libretos. En el caso de Verdi sin texto escrito no había música: esa es la principal enseñanza que se saca de esta correspondencia con Somma, clave para saber más del maestro de Busetto. 
  

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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Monday,19 jul 2010 15:4:56 GTM
<![CDATA[Cine de alta costura en el Museo del Traje de Madrid]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1225
 

Juan Antonio González Fuentes

Yo no sé si muchos de ustedes saben que existe en Madrid un Museo del Traje, y que este museo es uno de los ya pocos estatales que le van quedando a la España campeona del mundo de fútbol. Este museo dedicado a la ropa y el vestir está en la Avda Juan de Herrera, nº 2, y tiene una dirección electrónica, por si alguno quiere bucear en sus entrañas: museodeltraje.mcu.es.

El Museo del Traje ofrece una exposición permanente, biblioteca, visitas comentadas, talleres infantiles, librería..., y exposiciones temporales. Entre estas últimas, y para que el lector no avisado se haga una idea, del 11 de febrero al 27 de junio pudo verse “Inspiraciones. Mariano Fortuny”, que ofreció una panorámica muy completa de la obra de Mariano Fortuny y Madrazo (pinturas, grabados, fotografías y las creaciones de moda del artista español); del 14 de mayo al 19 de septiembre “Arte de Luces. Goya. Picasso. La Moda”, muestra que refleja el diálogo entre el arte y el arte del toreo a través de la indumentaria; del 30 de junio al 3 de octubre la exposición “Roger & Gallet. El arte del perfume de 1862 a nuestros días”; o del 16 de julio al 28 de noviembre “La Edad de Oro de la Alta Costura”, una revisión de la Ala Costura española entre las décadas de 1920 y 1970.



Desayuno con diamantes (colgado en Youube por por jesuslillor)

Ahora en verano el Museo del Traje presenta otro oferta cultural ciertamente atractiva. La han denominado “Cine de Alta Costura”, y la misma consiste en la proyección de tres películas ya clásicas en las que la moda y la vestimenta juegan un papel decisivo. El pasado 8 de julio proyectaron Atrapa a un ladrón (1955) de Alfred Hitchcock, con Grace Kelly y Cary Grant. Y próximamente habrrá dos nuevas proyecciones: el 5 de agosto Desayuno con diamantes (1961) de Blake Edwards, con Audrey Hepburn y George Peppard, y el día 12 El talento de Mr Ripley (1999) de Anthony Minghella, con Matt Damon, Jude Law y Gwyneth Paltrow. La entrada para ver estas películas es libre y el horario es a las ocho y media de la tarde, salvo la última, que empezará media hora primero, a las ocho.

Es una estupenda oportunidad para ver buen cine y conocer un museo nacional muy desconocido pero francamente interesante. Se lo recomiendo.   

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,15 jul 2010 18:54:1 GTM
<![CDATA[Gané el Mundial. La selección española de fútbol y el Mundial de Sudáfrica: un sueño de infancia y juventud]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1224
 

Juan Antonio González Fuentes

Dentro de poco más de un mes cumpliré 46 años. De este tiempo vivido no sé cuánto habré pasado jugando y viendo fútbol, pero es evidente que he empleado más tiempo en eso que en, por ejemplo, hacer el amor, leer poesía o escribirla, viajar, visitar museos, hacer tertulia...

De pequeño jugaba al fútbol en el patio del colegio a todas horas, calzando los mocasines de toda la vida y vistiendo el uniforme del colegio, incluyendo la corbata. El patio del colegio, durante muchos años o temporadas, ni siquiera tuvo porterías, pero nos daba igual, para nosotros aquel reducidísimo espacio de nuestra cotidianeidad era como Maracaná. Recuerdo perfectamente que hacíamos autopases con las paredes, y que jugando partidos demenciales de ochenta y tres niños contra noventa y dos, todo estaba meridianamente claro: las faltas, las líneas de banda, la dimensión abstracta de las porterías imaginarias... ¿No ha entrado, ha ido alto?, gritábamos cuando el balón lanzado contra nuestra inexistente portería alcanzaba una altura que todos, más o menos, considerábamos no reglamentaría.

Pasado un tiempo, no mucho, salíamos a jugar a un prado que quedaba cercano a una fábrica. El final del partido lo daba la sirena que marcaba la salida y entrada de un turno de obreros. Como porterías colocábamos dos bolsas de deporte, y algunos ya incluso llevábamos botas de fútbol multitacos de goma mala. En esa etapa jugamos un partido mítico contra el equipo del pueblo del chófer del colegio. Varías generaciones del colegio habían sucumbido ante el juego duro y en campo grande de los fornidos chicos del pueblo. Nosotros ganamos por vez primera!!!, aunque pasado el tiempo he pensado que hubo algo de tongo en aquella victoria. Con todo, la pequeña copa, nuestra copa, adornó durante algún tiempo una balda del despacho de la directora de nuestro colegio, y nuestra gloria futbolera colegial hasta la fecha. También recuerdo un partido que jugamos cercana la Navidad. Fue contra un equipo de chavales de un pueblo cercano a Santander en el que también daba clase uno de nuestros profesores. Diluviaba. El campo era de piedrecitas y estaba completamente encharcado. Perdimos por goleada, pero esa mañana supe lo que era perder luchando, correr hasta la extenuación a pesar de que nada podía ganarse... Esa mañana perdí las uñas de los dedos gordos de mis pies. Hoy las sigo teniendo permanentemente negras, negras de la sangre coagulada bajo la uña. No hay nada que hacer, en cuanto recupero la blancura natural juego un partido y me reviento por dentro.

Luego, muchos amigos del colegio nos incorporamos a un equipo para jugar partidos oficiales: el Cavilmo!!! La camiseta que nos dieron era amarilla, pero el resto del equipaje lo aportábamos nosotros, tal era la pobreza del club. Jugamos una temporada en el Cavilmo. Fuimos un desastre como equipo, pero no lo debimos hacer mal de forma individual. A casi todos los componentes del equipo nos acabaron fichando clubes más fuertes: el Perines, el Racing, el Marina, el Calasanz... A mi me fichó este último. Aún recuerdo con emoción cuando me entregaron dos equipaciones completas y botas de fútbol!!! Teníamos campo para entrenar y el autobús del colegio nos llevaba en los desplazamientos. Lo único que no me gustaba era la misa de inicio de temporada y los entrenamientos: esos entrenamientos de invierno a las siete de la tarde, todo ya de noche... Tampoco me gustaban los partidos a las cuatro y media de la tarde en las Instalaciones del Racing. Mi madre tenía que prepararme antes la comida y me perdía los western o películas de aventuras de la tele, después del telediario. Así todo, jugué dos temporadas gloriosas en el Calasanz: llegamos a la final del torneo los Barrios, a la final de un torneo internacional que perdimos contra el Masnou de Barcelona, realizamos una mini gira por Francia y fui preseleccionado para la selección cántabra infantil. Y claro, recuerdo algunos goles gloriosos que no podré olvidar nunca, sobre todo los que marqué en campos grandes, casi profesionales. Fui el segundo máximo goleador del equipo esas temporadas, y el olor de la tierra húmeda pegada a los tacos de las botas es un perfume que, al igual que la magdalena de Proust, me transporta inmediatamente a otros tiempos.

Fui un mal estudiante, y dejé el fútbol federado para ver si lograba aprobar algo. Sí, aprobé. Pero seguí jugando en el instituto. De nuevo eran partidos multitudinarios en las dos canchas que tenía el instituto. Y formé parte, como extremo derecho, del equipo del instituto que jugó el torneo escolar. El partido más importante, en el campo grande del complejo de La Albericia, fue contra mi antiguo equipo, el Calasanz. En el viaje en autobús coincidí con algunos antiguos compañeros. No se percataron de que los acompañaba en el desplazamiento, y me tacharon en voz alta de jugador peligroso pero irregular. Salí esa tarde al campo con rabia. Ganamos uno cero, yo marqué el gol con el hombro, aún no sé cómo.

El fútbol en campo grande desapareció de mi vida. Me dediqué al futbito. Algunos ex compañeros del colegio y otros del instituto fundamos un equipito que fue patrocinado por la empresa Azulejos Delgado. No lo olvidaré nunca. Jugamos decenas y decenas de partidos. Fuimos un equipo mediano. Quiero decir que no nos costaba mucho llegar a las últimas rondas de los torneos en los que jugábamos. Éramos muy buenos para la media, pero jamás logramos ganar nada, o casi nada, al final, claro, nos topábamos con equipos aguerridos, formados por chavales de barrio que se las sabían todas, muy fuertes, algunos ex jugadores de juveniles o regional. Pero tocamos la gloria jugando el Torneo de las 24 horas de Cabezón de la Sal. 24 horas jugando al fútbol. Pasamos ronda tras ronda y sucumbios en un partido épico que nos tocó disputar de madrugada, medio dormidos, cansados hasta el dolor.

En esa época también jugamos en playeros. Son torneos que se juegan en la playa, cuando baja la marea y, en El Sardinero, por ejemplo, pueden diseñarse varios campos espléndidos. Siempre me gustó jugar en la playa. Me gustaba el balón, uno blanco de la marca Mikasa que cogía efectos fantásticos y con el que salían disparos fantásticos. Jugábamos con pinkis, una especie de zapatillas de goma con las que no hacías daño si dabas una patada, pero que impedía que el balón te hiciese daño a ti. Me encantaba correr la banda y oír el rumor del mar junto a mi. Y me encantaba poner el balón, es decir, colgarlo, centrarlo, desde la banda. Ese balón Mikasa era fabuloso.

Pero llegaron la universidad, nuevos amigos, nuevos intereses... Y el fútbol quedó a un lado. Pasó el tiempo, bastante tiempo. Y de vez en cuando echaba de menos el olor a humedad de las botas de cuero llenas de barro, o el salitre pegado a la piel mientras le dabas patadas al Mikasa oyendo el rumor del mar. Pero un buen día, como quien no quiere la cosa, un amigo me reclamó para hacer número en unos partidos que venían jugando desde hace meses contra un equipo de notarios. Sí, notarios, como lo leen. Bueno, en realidad eran notarios y registradores de la propiedad. Los partidos se jugaban los lunes en el interior del pabellón deportivo cubierto de los Escolapios, sede de mi antiguo equipo, el Calasanz. Y me reenganché, vaya si me reenganché. Hasta hoy. He jugado desde entonces un mínimo de un partido a la semana y un máximo de tres. He jugado en el pabellón del colegio de las Esclavas, en el del Complejo Deportivo Municipal de Deportes, en los campos de hierba artificial de ese mismo complejo, en los Campos de Sport de El Sardinero, en el campo de hierba artificial del antiguo club deportivo de José Campos, en el campo de hierba natural de las cuadras militares en Peñacastillo.



España, campeona del Mundo: Holanda 0 - 1 España (vídeo colgado en YouTube por rtve)

En estos catorce años de fútbol interrumpido he jugado con o contra notarios, periodistas, escritores, políticos, funcionarios y ex profesionales. Sí, he jugado con Gelucho, Juan Carlos, Kiko Narváez, Quique Setién, Popov, Amunike, Tuto Sañudo..., es decir, con o contra jugadores que han jugado mundiales, que han jugado en el Barcelona, el Atlético de Madrid, el Racing, el Oviedo, el Logroñés..., que han jugado en la selección de Rusia, de España, de Nigeria, que han ganado medallas de oro en Olimpiadas. En estos últimos catorce o quince años he jugado al fútbol diluviando, bajo un sol de justicia, nevando, con vientos huracanados, con humedad... Y siempre, siempre, he sido feliz, me he olvidado de los problemas y he marcado muchos goles, algunos francamente buenos.

Como espectador me recuerdo a mí mismo dándole patadas a un balón entre los arcos de la Plaza Porticada de Santander en el verano de 1974. Yo tenía 9 años y jugaban la final del mundial Alemania y Holanda. No sé por qué yo estaba con Alemania. Mi perro se llama Miller, pero cuando explico el origen de su nombre añado siempre la coletilla final: y además en recuerdo de Müller, el delantero del Alemania del mundial del 74.

En el campo del Racing de Santander, en los antiguos Campos de Sport, vi jugar en vivo y en directo al Barca de Cruyff y Neeskens, al de Maradona, y al Madrid de Breitner y Pirri, y al Atlético de Pereira... Pero prefiero ver los partidos en la televisión. Desde 1974 me recuerdo atento a los mundiales. Y desde 1978 he visto todos. Vi ganar a Brasil, Francia, Italia, Argentina, Alemania... Y vi fallar a Cardeñosa, y los doce goles contra Malta, y a Kubala poner gesto de resignación, y a Maceda meterle el gol a Alemania, y el gol fantasma de Michel, y el codazo alevoso y criminal de Tassotti a Luis Enrique, y lo que nos robaron en Corea, y el gol de Platini a Arconada, y el gol de Nigeria a Zubizarreta, y el penalti al cielo de Raúl... Dejé de ver los partidos importantes de la selección española en el Europeo de 2008. Ganamos el torneo ante la poderosa Alemania. Y este año decidí no ver ni un solo partido. Lo cumplí. No he visto ningún partido de la selección española. Y hemos ganado el Mundial por vez primera en 90 años de historia.

Sí, digo y escribo “hemos ganado”. Algún ignorante me ha dicho que no, que yo no he ganado nada, que han sido los jugadores. Cuán equivocado está. Este mundial, sí, lo han ganado los jugadores que estaban en Sudáfrica, pero perdónenme, también lo he ganado yo. Lo gané durante los entrenamientos nocturnos en el patio de los Escolapios, lo gané cuando he tapado las internadas de Kiko Narváez o de Amunike los sábados por la mañana en el Complejo Deportivo, lo gané con nueve años cuando regateaba a amigos entre las columnas de la Plaza Porticada, jugando horas y horas en el patio del colegio sin porterías, metiendo los pies en charcos de los campos más infames, lo gané en aquellas tardes jugando contra aguerridos macarrillas de barrio que nos daban hasta en el cielo de la boca, lo gané en decenas de sábados por la tarde en los que me perdí las películas de John Ford, lo gané gritando como loco en la goleada a Malta, lo gané con los disgustos y decepciones innumerables que poblaron mi infancia y mi adolescencia y mi juventud gracias a las derrotas de España, lo gané durante 45 años sintiéndome español y futbolero, 45 años de sufrimientos y disgustos, de caer y volver a levantar la cabeza... Yo gané este mundial, que me merecía sin ninguna duda, cuando le daba betún negro a las botas y con llave inglesa le cambiaba los tacos de aluminio completamente gastados. Lo gané esas mañanas en las que en mi banda, mientras galopaba, rugía el mar, o cuando con un palo le quitaba pedazos de barro a mis botas medio rotas y sucias. Yo gané este mundial bajo la lluvia, el sol, azotado por todas las inclemencias del tiempo. Lo gané durante todas las veces que empuje el balón desde el sofá de casa, o cuando lo cabecee dándole a la lámpara del salón. Gané este mundial el día en el que reconocí que el olor de la hierba mojada, la tierra, el cuero de las botas y el balón, el sudor de la camiseta empapada, el de la sangre de las rodillas en carne viva..., explicaban en gran medida buena parte de mi infancia y de mi juventud. Ese día, en ese preciso momento, gané este mundial de Sudáfrica, lo gané para mi infancia, para mi adolescencia, para mi juventud... Este mundial es una deuda que el fútbol tenía conmigo, sí, directamente conmigo. Y ya la ha pagado.

  

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Julio 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,13 jul 2010 21:39:21 GTM
<![CDATA[Cuatro haikus escritos durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1223
 

Juan Antonio González Fuentes

Dentro de apenas tres horas la selección española de fútbol jugará su primera final del campeonato del mundo. Estoy en Madrid, en la piscina de la urbanización, tomando el sol y dándome de vez en cuando un chapuzón. Desde la tumbona observo decenas de banderas españolas que cuelgan en las ventanas. Es inaudito. Lo mejor de esta histórica clasificación es que llevar en España una bandera española parece haber dejado de ser un signo de fascismo, de franquismo…, y ahora es una especie de exhibición de orgullo corajudo. Lo que no han logrado más de tres décadas de democracia lo ha conseguido el fútbol en apenas siete partidos. Un hecho a analizar pero que muy en serio.

En breve, dos horas más o menos, me meteré en un tren que me llevará a Santander. Cuatro horas y media de viaje me esperan, y no podré ver el partido, de lo cual me alegro. Desde el mundial alemán de 1974 he visto todos los mundiales. España nunca pasó de cuartos. Este año me propuse no ver ni un solo partido de la selección. Lo he cumplido a rajatabla. Pues bien, España está en la final. Así que seguiré en mi empeño. No veré el partido: a ver si hay suerte!!!

Pero los nervios no puedo dejarlos a un lado, y llevo además todo el día pensando en el maldito partido. Le doy vueltas a la memoria, y me vienen a la misma multitud de partidos y de nombres de jugadores. Imagino que a muchos posibles lectores de estas páginas les ocurre lo mismo. Por eso no puedo estar muy centrado en la escritura, y voy a resolver este compromiso con un avance de poemas, de haikus que estoy escribiendo tras haber publicado muy recientemente un libro de la especialidad: Haikus sin estación (Ediciones Carena, 2010). Los cuatro haikus han sido escritos durante el mundial de fútbol.

Ahí van cuatro haikus nuevos, de hornada nueva, podría decirse. Espero que los disfruten con España como campeona del mundo de fútbol.

Flores de alta voz
rezan bajo la sombra,
perfilan zarzas

*
Exhausto jardín
y elegía en cerezas:
mimbre de otoño

*
Luna y espigas
quisieran ser palabra,
luz del invierno

*
Al mediodía
vela la primavera
nubes de paja

  

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Monday,12 jul 2010 8:55:26 GTM
<![CDATA[El tambor Ludwig de Ringo Starr en el Metropolitan de Nueva York]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1222
 

Juan Antonio González Fuentes

Ayer, siete de julio de 2010, San Fermín, el día en el que la Selección Española de Fútbol lograba por vez primera en su historia llegar a la final del campeonato del mundo, cumplía nada más y nada menos que setenta años el bueno de Ringo Starr, entrando así de lleno en la senectud.

Coincidiendo con la fecha, el Metropolitan Museum of Art (MET) de Nueva York, exhibió en una de sus salas el tambor que a Ringo le regaló la Ludwig Drum Company, el más importante fabricante de instrumentos de percusión del mundo, cuando The Beatles visitaron la ciudad de Chicago (sede de la compañía) en 1964, durante su primera gira por los EE.UU.

Corría el mes de septiembre de 1964 cuando el grupo de Liverpool daba su primer concierto en la ciudad del viento, la ciudad de Al Capone y Obama. Ringo, el batería del conjunto, utilizaba instrumentos fabricados por la compañía Ludwig Drum, y como agradecimiento por la publicidad gratuita que eso suponía, el señor presidente de la empresa, William F. Ludwig Junior, regaló al beatle más narigudo un modelo especial de tambor, reforzado con hilos metálicos cuya función era/es subrayar el sonido del instrumento, único entre los de su clase. Además el instrumento llevaba una placa inscrita en la que podía leerse: Ringo Starr, The Beatles.



The Beatles en el Show de Ed Sullivan el 9 de febrero de 1964 (vídeo colgado en YouTube por squid0862)

Poco después, los Beatles participaron en el más célebre programa de televisión de la historia, el show de Ed Sullivan. Y allí, retransmitido a millones de hogares norteamericanos, se pudo ver a Ringo Starr aporrear el tambor de color negro perla con el nombre de Ludwig bien visible. La compañía de instrumentos tuvo que reprogramar toda su producción a partir de ese preciso instante para poder abastecer todos los pedidos que le empezaron a llegar.

El tambor de Ringo tiene un diámetro de 36 centímetros y una altura de 13, y a partir de ayer se puede contemplar expuesto en la renovadas galerías musicales del MET, junto a otros muchísimos instrumentos que van desde el año 300 antes de Cristo hasta la actualidad más actual.

“Este modelo especial de tambor, hecho para el baterista más influyente de toda una generación, representativo de la gama más alta y elaborado por el mayor fabricante de tambores del siglo XX, tiene sin duda un carácter icónico", ha declarado Jayson Kerr Dobney, comisario asociado del Departamento de Instrumentos Musicales del Metropolitan. "Estamos muy contentos de poder mostrar en nuestras galerías este préstamo espectacular hecho por el propio Ringo, que lo ha poseído desde que le fue regalado originalmente en septiembre de 1964, para que miles de visitantes lo puedan ver este año tan destacado por su cumpleaños”.

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Thursday,8 jul 2010 13:40:18 GTM
<![CDATA[El adiós a la música de Camilo Sesto, o el muñeco de cera cantante]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1221
 

Juan Antonio González Fuentes

El famoso cantante Camilo Sesto se va. Pero se va volviendo, es decir, cantando, según él, en dos últimas ocasiones, en dos últimos conciertos que tendrán lugar en Madrid los próximos días 1 y 2 de octubre. Camilo hizo este anuncio vestido de blanco en el Hotel Palace; vestido de blanco como una novia y con esa melena tan suya que deja hablando solo a cualquiera que la observe.

Camilo es de la localidad alicantina de Alcoy, y aunque el chiste salga fácil, hay que subrayar que a lo largo de su carrera ha demostrado más moral que el Alcoyano, el equipo de fútbol de su localidad natal, conocido por no arrojar nunca la toalla, a pesar de que las victorias pueden contarse en su haber con los dedos de... Camilo cumplirá no dentro de mucho 65 años, la edad de la jubilación. Quizá ahí radica la razón que explique esta jubilación de don Camilo, o tal vez sea que hace años que no se come una rosca discográfica, salvo ese inefable “Mola mazo” con el que arruinó el verano de los melómanos no hace mucho tiempo.

Camilo fue realmente famoso e importante, sobre todo en la década de los 1970. Él fue, de alguna manera, la banda sonora de la Transición, pero no la reivindicativa o comprometida, sino la sentimental, la de los achuchones en los rincones oscuros de las discotecas de pueblo. Camilo vendió discos como para parar un tren: se habla de 175 o 176, millones, se entiende. Ya en 1979, el año en el que alcanzó la cumbre, llegó a la cifra de 13 millones de discos vendidos, y para colmo de gloria actuó en el mítico Madison Square Garden de Nueva York. Camilo ha tenido que ganar una pasta. Camilo debe ser multimillonario. Camilo fue un tipo que tuvo a las españolas de su generación completamente locas de amor, lo que habla bien a las claras del mal gusto de las españolas, o de su cinismo. Camilo tuvo y tiene un aspecto un tanto extraño e indefinido, lo que me parece muy bien. Nunca se sabe que lado o cara pesa más en él: la masculina o la femenina. Sí, es cierto, tuvo un hijo con una desconocida hace ya mucho tiempo. Pero lo llamó Camilín, que es como descorazonarse.



Camilo Sesto: "Vivir así es morir de amor", 1978 (vídeo colgado en YouTube por webcamilosesto)

En los años 1970 Camilo fue un ídolo de masas. El Mundial español de 1982, Naranjito y la victoria de los socialistas de Felipe González en las urnas acabaron con él. Los tiempos habían cambiado, y las baladas románticas y de amor desesperado de Camilo Sesto sucumbieron a la pana de los sociatas en evolución hacia el prèt á porter de Armani & Co.

Camilo Sesto, a sus casi 65 años no se conserva nada mal. Bueno, seamos más precisos. Camilo Sesto se ha transformado a sí mismo en su propia estatua de cera andante y parlante. Da incluso un cierto repelús. Todo en él, hoy por hoy, recuerda a la cera, al mausoleo, al maniquí un poco cutre y antinatural de una vieja tienda de barrio. Los trajes imposibles, la sonrisa congelada en una mueca entre el asco y la ironía, la tez cerúlea y casi plastificada y la melena ya aludida, ese pelucón hinchado e imposible hecho sin duda juntando y tiñendo los pelos de cientos, de miles de Nancys a las que dejaron sin cabellera. Camilo es una momia de sí mismo, se ha convertido con el paso de los años en el muñeco que representa a Camilo Sesto. Cuando Camilo muera, si es que no es inmortal, como él asegura entre la locada y la ironía, sólo habrá que embalsamarlo para que no huela. Luego bastará con colocarlo rígido en el lugar más conveniente del Museo de Cera madrileño, o en una pequeña plaza de Alcoy, donde sin duda la gente se le acercará para pedirle al oído que canta una nueva canción. 
 

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Últimas colaboraciones 
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Wednesday,7 jul 2010 13:2:39 GTM
<![CDATA[Los clásicos también pecan: la vida íntima de los grandes músicos, de Fernando Argenta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1220
 

Juan Antonio González Fuentes

A casi todos ustedes les doy por enterados de que en España tuvimos un director de orquesta que prometía mucho y cuya temprana muerte truncó una carrera internacional en plena expansión. El nombre del director era Ataulfo Argenta (1913-1958), un hijo del pueblo cántabro de Castro Urdiales que fue además uno de los más decididos impulsores del Festival Internacional de Santander, en una de cuyas primeras ediciones dirigió a la Orquesta Nacional de España las nueve sinfonías de Beethoven en la Plaza Porticada de Santander.

A Ataulfo Argenta le dio sin embargo tiempo de tener algunos hijos. Uno de ellos se llama Fernando, Fernando Argenta (1945), y ha pasado a la historia de la música española de las últimas décadas por dos motivos fundamentales. Primero, por formar parte, a principios de los años 1960, de un grupo mítico del pop y del rock español, Micky y los Tonys. En el video de YouTube que les dejó junto a estas líneas, en el que el grupo interpreta la canción I’m over, en algunos planos se puede ver a Fernando Argenta levantar su guitarra eléctrica situado a la izquierda del encuadre. No tiene pérdida.



Micky y los Tonys: "'I'm Ove" (vídeo colgado en YouTube en ChoffDiscotheque)

Segundo, Fernando dirigió en Radio Nacional de España, durante más de tres décadas, uno de los programas de radio más importantes de la historia de la radio española del último medio siglo: “Clásicos Populares”, un espacio en el que, junto a la también periodista Araceli González Campa, acercó la música clásica a todo tipo de oyentes, realizando una labor de divulgación cultural de todo punto encomiable. Pero llegaron las prejubilaciones, y tanto Araceli como Fernando, tras 32 años de hacer populares a los clásicos, se fueron para sus casas a disfrutar del tiempo libre.

Y Fernando aprovecha el tiempo libro para, entre otras cosas, escribir libros. El último incide en la filosofía del programa de radio, es decir, hacer más cercanos a esos señorones, generalmente con peluca y gabán, que escribían sinfonías y óperas hace muchos años. ¿Cómo los acerca Fernando? Sencillo, revelando su lado más humano y sin duda menos conocido, el de los amoríos, el sexo, las manías, los gustos culinarios, las extravagancias, etc, etc...

Fernando Argenta: Los clásicos también pecan: la vida íntima de los grandes músicos (Plaza & Janés, 2010)

Fernando Argenta: Los clásicos también pecan: la vida íntima de los grandes músicos (Plaza & Janés, 2010)

El libro se titula Los clásicos también pecan: la vida íntima de los grandes músicos (Plaza & Janés), y a lo largo de sus más de 500 páginas Fernando Argenta desgrana diversos aspectos curiosos y quizá anecdóticos de la vida íntima de diversos genios de la música de todos los tiempos: Bach, Haydn, Mozart, Schubert, Lizst, Wagner, Verdi, Puccini... El libro es fácil de leer y muy entretenido, aunque a mi juicio le sobran algunos chascarrillos y sobre todo un estilo de escritura un tanto forzado tendente a parecer dinámico y asequible a un lector no avezado.

Fernando Argenta no descubre nada nuevo, la verdad. Y así lo reconoce él mismo en la introducción. Estamos ante un libro de divulgación, y no de alta divulgación, sino de divulgación popular y un tanto superficial y de bote pronto. Dice Argenta que ha leído mucho para extraer las perlas que desgrana en estas páginas. Yo he echado de menos un relación bibliográfica de estas lecturas, pero quizá esas páginas asustasen al tipo de lector que persiguen Argenta y la editorial. En resumidas cuentas creo que el libro funciona y logra su objetivo: entretener y acercar a los genios al gran público mostrándolos enamorados, enfermos, sucios, preocupados por el dinero, etc...

Lo cierto es que me parece un libro muy recomendable para leerlo tumbado junto a una piscina o escuchando el rumor de las olas del mar en estos días de asueto y vacaciones que aguardan a todo el mundo, más o menos. Pero que nadie espere tampoco grandes cosas. El libro es lo que es, y Argenta no engaña ni en sus propósitos ni en su escritura.

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Julio 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,6 jul 2010 11:41:48 GTM
<![CDATA[La cornada a Julio Aparicio y un cuento de Winston Churchill: sueños de un niño con imaginación febril]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1219
 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando era niño, en las frías y lluviosas noches del invierno santanderino, arrebujado con las sábanas y mantas de mi cama, en plena oscuridad, buscaba conciliar el sueño pensando en situaciones peligrosas y espeluznantes. Sí, lo admito, un niño muy normal no debía de ser, no, para qué engañarnos.

Una de esas situaciones que paradójicamente me ayudaban a conciliar el sueño era la que había leído en un breve y espléndido relato de Winston Churchill. Un misterioso pasajero contempla el océano junto a la barandilla de la cubierta de un barco. El barco navega por aguas exóticas. Es noche casi cerrada. Nadie más está en la cubierta. El océano es sólo una mancha oscura y tenebrosa. La tenue luz de la luna deja ver apenas el romper de las olas contra el caso del barco. Y de repente, un golpe de mar, hace que el pasajero, del que nada sabemos, caiga por la borda. El hombre contempla con angustia y terror cómo el barco se va alejando. Grita y grita desesperado pidiendo auxilio, pero nadie le escucha. El barco se va convirtiendo en una pequeña mancha que se aleja. El hombre se encuentra completamente solo en medio de las negras aguas de un mar desconocido. No hay ni rastro de una costa cercana. El terror y la angustia van en aumento. Y de repente, mientras las luces del barco ya sólo son un punto en el horizonte, el hombre contempla como una enorme aleta rasga la negrura de las aguas y se le va acercando. Fin del relato.

La otra situación espeluznante en la que pensaba para encontrarme con Morfeo era una cogida de toro en una plaza repleta de público. Imaginaba decenas de cogidas sangrientas y dramáticas, y sobre todo intentaba ponerme en el lugar del torero cuando siente el cuerno rompiéndole la carne, los ojos de la bestia mirándole, la enorme cabeza moviéndose de un lado a otro buscando destrozar al enemigo, y la sensación de impotencia que uno debe sentir a merced de un animal gigantesco y furibundo.



Grave cogida de Julio Aparicio en Las Ventas (vídeo clgad en Youube por maestranza89)

No sé cuántas cogidas pude imaginar a lo largo de esos años. Pero no debieron ser pocas, desde luego. Pues bien, jamás mi desatada y calenturienta imaginación pudo concebir la escalofriante cogida que sufrió recientemente el torero sevillano Julio Aparicio. Ni siquiera se me pasó por la cabeza ese tipo de cornada, quizá porque incluso el febril niño que yo era entonces no pudo concebir tamaña posibilidad, pues ni la más desaforada imaginación creo que era capaz de representar que un toro empitonase a un hombre por el cuello sacándole el asta por la boca, y que las consecuencias finales no fueran completamente devastadoras.

La cogida al torero Julio Aparicio es la prueba palpable de que existen los milagros, aunque solo tengan el nombre de suerte. Y también de que la realidad, como dice la manoseada sentencia, siempre supera la ficción, aunque la ficción sea concebida por un niño de mente calenturienta en las más frías noches de invierno.

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Últimas colaboraciones 
de Juan Antonio González Fuentes (Julio 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,5 jul 2010 18:27:19 GTM
<![CDATA[Gerardo Diego y la Vanguardia en el Instituto Cervantes de Bruselas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1218
 

Juan Antonio González Fuentes

Los últimos días del mes de junio les he tenido a ustedes, mis lectores con Ojos de Papel, un tanto abandonados. La razón ha sido simple: no he estado operativo. O dicho de otro modo, he estado fuera de circulación, sin tiempo para poder escribir mi diario compromiso. No. Ninguna enfermedad me ha asediado, simplemente he estado de viaje y preparando el trabajo que tenía que desarrollar durante el viaje.

El lunes salía en coche de Santander hacia el aeropuerto de Bilbao acompañado del profesor y poeta Alberto Santamaría. Un avión nos depositaba en Bruselas a eso de las cuatro de la tarde y comenzábamos a patear la “capital de Europa”, incluyendo su célebre y espectacular Grand Place. La razón que nos había llevado a Bruselas tenía que ver con la literatura, y más concretamente con Gerardo Diego y las Vanguardias.

La Fundación del poeta santanderino, premio Cervantes al mismo tiempo que el bonaerense Jorge Luis Borges, había organizado para la tarde del día 29 el que era probablemente el último acto cultural en Bruselas del semestre español al frente de la Unión Europea. La organizadora de todo fue la poeta Pureza Canelo, directora de la Fundación. El lugar era el Instituto Cervantes, más concretamente el jardín espléndido que se encuentra en la parte posterior de la sede cervantina. Allí, en ese jardín, está plantado un hijo del famoso ciprés de Silos gerardiano, y una placa así lo anuncia y conmemora. La biblioteca del Cervantes de la capital europea lleva el nombre del poeta de Santander.

Sentados a escasos centímetros del ciprés, Alberto Santamaría, el profesor José Luis Bernal y yo teníamos el compromiso de hablar de Gerardo y las Vanguardias, y de su influencia en la poesía española actual. El profesor Bernal estuvo brillante. Él lo sabe todo sobre el tema, entre otras razones porque su tesis doctoral versaba sobre el asunto: Gerardo Diego y las Vanguardias. Alberto Santamaría, un poeta y profesor de altura habló de cómo ha influido el Gerardo de Manual de espumas en su propia poesía. Y yo hablé de cómo creo que influyó determinada poesía gerardiana en los últimos libros de José Hierro (Agenda y Cuaderno de Nueva York) y en algunos míos, poniendo ejemplos de La lengua ciega. La lectura en sí fue pura vanguardia: un perro nos ladraba desde un cercano balcón, los aviones nos sobrevolaban cada treinta segundos y los pájaros nos piaban desde los árboles que nos hacían de escenario.

El acto estuvo presentado por Gonzalo del Puerto, jefe de actividades culturales de la docta sede, y ejerció de espléndido anfitrión el director del Cervantes de Bruselas, Francisco Ferrero Campos, de quien nos enteramos charlando con él en su despacho que está casado nada más y nada menos que con una ex ministra de Asuntos Exteriores de Austria y ex comisaria europea, la señora Benita Ferrero-Waldner.



Yo creo que la cosa quedó entretenida y con algunas cosas aprovechables, pero claro, yo soy parte interesada en el asunto. Cuando acabó el acto nos hicimos algunas fotos junto al ciprés hijo de Silos y de Gerardo. Visitamos la exposición de Beatos de Liébana que puede verse en la primera planta del Cervantes y salimos a la calle a disfrutar del buen tiempo del verano europeo. Nos encaminamos en busca de un taxi que nos dejara en la Grand Place o alrededores. Imposible. Sólo en Madrid y en Nueva York me ha sido fácil coger taxi. Cuando estábamos ya desesperados (España se medía ante Portugal en esos mismos momentos), oímos hablar español a unas mujeres que charlaban junto a un coche. Les preguntamos dónde podía encontrarse un taxi, pero una de ellas, Elisa, de Madrid, pero treinta años de pateando Bruselas, nos dijo que ella nos dejaba con su coche. Pues no faltaba más!!!

Elisa tiene una agencia de transportes en Bruselas. Sus vehículos llevan cosas a París, Berlín, Lisboa, Madrid..., y a pesar de llevar tres décadas en Bélgica es más española que una tortilla de patatas. Pero lo más sorprendente es que su hija, nacida ya en Bruselas, se desplaza kilómetros si es preciso con tal de comprar ropa solo española. Sorprendente.

Ya en la cercanía de la estatua de Carlos V junto a la Grand Place, Bernal, Santamaría, César Torrellas (concejal de cultura del ayuntamiento de Santander) y el que esto escribe nos sentamos a cenar en un restaurante con televisión encendida y la selección española manejando el esférico. Nervios, cervezas, patatas, tortillas, más nervios, ensaladas, más nervios..., y por fin Villa, maravilla!!!!, le mete un gol a los lusos. Pita el árbitro el final del partido y Cristiano Ronaldo, cabizbajo, se abraza a algunos compañeros del Real Madrid. Qué felicidad!!!

Nos levantamos de la mesa y nos encaminados a la Grand Place. Se festeja allí con parafernalia a lo grande algo relacionado con el antiguo rey de España, el emperador Carlos V (y I de Alemania). Las masas abarrotan la hermosísima plaza. En una terraza cercana nos sentamos y todo el mundo pide cerveza menos servidor, a quien la intolerancia al alcohol le conduce directamente a la tristeza de one coke!!!

Y de repente la explosión. Centenares de jóvenes y jóvenas (va por usted doña Bibiana –chiste solo entendible por españoles-), envueltos en la bandera de España, comienzan a desfilar ante nuestros ojos sorprendidos. No tienen más de 20 años, y su aspecto no es el de ser naturales de Parla. Son altos y rubios, bueno, y también bajos y morenos, y pelirrojos, y gruesos y esbeltos. Insisto, son centenares que van reuniéndose en las escaleras de la Bolsa bruselina. Y a la vez, como relámpagos y centellas, decenas de coches, a toda velocidad, recorren los alrededores haciendo sonar sus bocinas y con jóvenes con medio cuerpo asomando por la ventanilla mostrando al viento la bandera de España. Y la verbena se desata. Los cientos de jóvenes comienzan a entonar el socorrido ¡Qué viva España!, pero lo hacen con un acento entre torpe y franchute, que viene a ser lo mismo. Y circulan más jóvenes vistiendo camisetas de España con el nombre atrás de Villa, Xavi, Iniesta, Pujol, Ramos... Todo estalla en gritos, bocinazos... Es la una y media de la mañana y el jolgorio es sencillamente impresionante, un delirio descontrolado de España fuera de España. Y decenas de balconadas bruselinas exhiben la bandera de España al viento de la victoria. Pienso en Laporta, no sé por qué, y un calor inexplicable de euforia me recorre de arriba abajo. Gracias a Gerardo y la Vanguardia he descubierto a España en Bruselas!!! Y gol de Villa, de España. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

LIBRO (junio 2010): Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,2 jul 2010 9:8:43 GTM
<![CDATA[Cuatro razones para que Álvaro Pombo presente en Santander Santander 1875-1930]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1217
 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando se planteó quién podría presentar en Santander el libro de Rafael Gutiérrez Colomer Sánchez, Santander 1875-1930 (Ediciones La Bahía), a los que hemos trabajado de un modo u otro en su edición, inmediatamente se nos vino a la cabeza el nombre de Álvaro Pombo. La razón de este bote pronto no estaba en que Álvaro Pombo sea uno de los pocos nombres realmente esenciales de la narrativa española contemporánea, ni en que sea un poeta mayor (Poeta y Mayor escrito con mayúsculas), ni en que ocupe el sillón j (esta vez con minúscula) de la Real Academia Española, una jota que además está en posesión de premios como el Herralde de novela, el Nacional de la Crítica, el Nacional de Narrativa, el Planeta, o el Fastenrath de la Real Academia, entre otros.

No, la razón de que el nombre de Álvaro Pombo surgiese como principal candidato a estar hoy aquí acompañándonos en la presentación pública de estos volúmenes, es que había al menos cuatro razones de peso que la justificaban:

-Primera, Álvaro Pombo es santanderino, y el libro trata y retrata un mundo que a él no le es en modo alguno ajeno, como lo ha demostrado regalándonos varias “novelas santanderinas”, en las que su dominio de ciencia tan peculiar como el santanderinismo no sólo es palpable, sino que, en mi opinión, casi se revela metafísica, un estado de la cuestión palpitante, un modo de ser y estar en el mundo.

-Segunda, Pombo vive alejado por completo de Santander, en cuerpo y alma. Londres fue su escenario y hoy lo es, desde hace décadas, Madrid. Como buen santanderino en el exilio, intuyo que Santander le parece a Álvaro Pombo, en la lejanía, un tedioso juego de mesa camilla con olor a charca y alcanfor. Su distancia con respecto a Santander es tanta (siendo a la vez tan pequeña) que su visión del pasado de la ciudad tiene los suficientes años luz como para opinar al respecto sin esposas o camisas de fuerza.

Álvaro Pombo

Álvaro Pombo

-Tercero, la familia de Álvaro Pombo, junto a otra media docena más, incluida la Real española, protagonizan estas páginas. Santander 1875-1930 no deja de ser, de alguna manera, una crónica, un retrato de los Pombo & Cia.

-Cuarta, Álvaro coincidió en su colegio de infancia santanderina con el hoy extraordinario pintor y arquitecto Juan Navarro Baldeweg; y también con Ignacio, “Nacho” Gutiérrez Colomer Velasco, hijo del autor de estos libros.

Creemos que son cuatro buenas razones para que Álvaro Pombo esté hoy aquí. Razones a las que quiero sumar ahora mi particular agradecimiento por su generosidad para conmigo, y su afabilidad y paciencia durante nuestras conversaciones entre el verde norteño de su terraza madrileña, mientras vemos entrar y salir del nido a sus amigos los vencejos.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes (Julio 2010) en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oriol Regàs: Los años divinos (Destino, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,1 jul 2010 9:16:1 GTM
<![CDATA[Francia y su selección de fútbol: Francia blanca y Francia negra. Un debate sobre racismo y esencia nacional]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1215
 

Juan Antonio González Fuentes

La reciente eliminación a las primeras de cambio de la selección francesa de fútbol en el Mundial de Sudáfrica, casi ha abierto una crisis en el mismísimo gobierno de Nicolas Sarkozy, y ha generado un debate nacional en el que la cuestión de si los jugadores sienten los colores o no de la camiseta nacional no es desde luego baladí.

La actual subcampeona del mundo de fútbol no ha ganado ninguno de los tres partidos de la primera fase y además tan sólo ha marcado un gol. Se ha enfrentado a México, Sudáfrica y Uruguay, es decir, a ninguna selección de primer nivel en la actualidad.

Francia

Francia "blanca"

Pero además de sucumbir futbolísticamente hablando, la imagen de la selección francesa en un acontecimiento deportivo de la magnitud y trascendencia del mundial de fútbol ha sido deplorable: insultos al entrenador, jugadores expulsados de la concentración, dirigentes federativos metiendo baza por medio, plante de jugadores... Desde luego una imagen exterior pésima para un país como Francia, cuna de la reflexión, el debate y el racionalismo.

Corren estos días por internet dos imágenes de la selección francesa que, al margen de su mensaje subliminal de connotaciones evidentemente racistas, sí vienen a poner en la superficie del espacio de la reflexión un hecho de debate que lo viene siendo en la sociedad francesa de un tiempo a esta parte: la pérdida de entidad propia, la pérdida de lo que podrían llamarse las “esencias francesas”.

Francia

Francia "negra"

Los problemas derivados de la emigración masiva están detrás y delante, a derecha e izquierda de dicho debate. La presencia masiva en la Francia actual de emigrantes de origen africano y musulmán, emigrantes que día a día demuestran que no se han integrado a plena satisfacción en la sociedad francesa, están en el fondo de la cuestión. Hay ciudades enteras, barrios enteros de las ciudades más populosas francesas que están mayoritariamente habitados por emigrantes o por descendientes de emigrantes que han hecho de su no integración a los modos y usos franceses su principal seña de identidad y de protesta. El asunto se ha convertido en un problema de primer orden tanto en las escuelas francesas como en algunos de sus barrios, que se han transformado, en no pocas ocasiones, en territorios casi al margen de la ley.

¿Por qué incluso las terceras generaciones de emigrantes en Francia han hecho del rebelarse contra “lo francés” una forma explícita de rebeldía? ¿Por qué hay miles y miles de franceses de tercera generación de raza negra o árabe que abrazan la religión, usos y costumbres de sus ancestros como una manera de enfrentarse y rechazar la sociedad que ya es la suya por nacimiento? ¿Es la cuestión del rechazo implícito y explícito de los más jóvenes a la entidad nacional un problema que se refleja en el deporte francés? ¿Puede pasar lo mismo en otros países del entorno europeo? ¿Por qué este no ha sido nunca un problema de verdad importante en los EEUU?
 

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,25 jun 2010 20:21:42 GTM
<![CDATA[Santander 1875-1930 (ediciones La Bahía), de Rafael Gutiérrez Colomer Sánchez (y 2)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1214
 

Juan Antonio González Fuentes

Acaba de presentarse una obra de carácter histórico ciertamente excepcional. Se trata del libro (en dos volúmenes) Santander 1875-1930, de Rafael Gutiérrez Colomer Sánchez, erudito santanderino nacido en 1900 y muerto en 1979. La edición ha corrido a cargo de ediciones La Bahía, empresa editorial comandada por José María Lafuente.

Rafael Gutiérrez-Colomer Velasco (Santander, 1937-Madrid, 2005), hijo de nuestro autor, fue de profesión arquitecto y desarrolló una actividad artística polifacética que abarcó campos como la pintura, la poesía, la edición y la coordinación de actividades culturales. La producción creativa de Gutiérrez-Colomer Velasco y su significativa relación con la poesía experimental española de la década de 1970, es lo que en un primer momento llevó al empresario José María Lafuente a entrar en contacto con María Jesús García Ortega, viuda del poeta. Lafuente posee una de las mayores colecciones documentales que hay en España sobre poesía experimental, y por medio de amigos comunes, conoció personalmente a María Jesús y mantuvo con ella diversos encuentros amistosos en su casa madrileña. Ya en el primero de los encuentros, Lafuente reparó en varios tomos mecanografiados en los que estaba escrito Santander 1900-1930, sacó curioso de su lugar algunos de ellos, los hojeó, los leyó por encima, los releyó un poco más a fondo, y comprobó entre incrédulo y alucinado que lo que tenía en sus manos tan sólo podía ser la segunda parte inédita del libro que el padre del poeta publicó en 1973, y cuya lectura tanto le había seducido por una y mil circunstancias en su primera juventud.

Una vez hechas las comprobaciones necesarias y verificado el diagnóstico, José María Lafuente propuso a la familia y herederos de Rafael Gutiérrez-Colomer Sánchez que accediera a publicar el manuscrito, y ofreció su propio sello editorial, Ediciones La Bahía, para llevar a buen término la aventura. La familia, desde el primer momento, se mostró entusiasmada con el proyecto y de manera altruista dio todas las facilidades al editor para que lo llevara a buen término. Aceptada entonces la propuesta editorial por todas las partes, comenzó en 2007 un dilatado proceso cuyo resultado final son los dos volúmenes que ahora aquí manejamos.

El primer paso fue restaurar, hoja a hoja, todo el material original escrito por Rafael Gutiérrez-Colomer con el fin de poder utilizarlo en las mejores condiciones posibles, pues José María Lafuente, como editor, decidió que no tenía mucho sentido publicar sólo el volumen que permanecía inédito, y que la dirección del esfuerzo editorial debía dirigirse a publicar la obra completa, tal y como en su día el autor pensó que iba a hacerse. Una vez transcrito todo el ingente material, Lafuente se lo pasó al fotógrafo y diseñador gráfico Jorge Fernández Bolado para que éste evaluase el estado y calidad del material fotográfico.

Jorge Fernández no se limitó a ejecutar el encargo recibido, y la curiosidad lo llevó a analizar toda la aportación y a sacar al menos dos básicas conclusiones: El material fotográfico podía mejorarse ostensiblemente, y los textos demandaban un mayor orden y concierto, una reorganización que facilitase la lectura, la consulta y la comprensión de los mismos por parte de los futuros lectores. Fue en ese momento cuando Lafuente le propuso a Jorge Fernández Bolado que se pusiera manos a la obra teniendo como guía el libro de 1973 y los originales de Colomer, ricos en anotaciones, correcciones y añadidos de todo tipo.

Tanto con los textos originales como con las fotografías ya digitalizadas, el segundo paso que se acometió fue reordenar las noticias atendiendo al año en el que tuvieron lugar y a su temática, dejando incorporadas, lógicamente, la mayor parte de las aportaciones que quedaron fuera de la edición de 1973 o que fueron añadidas por el autor posteriormente. Esta reorganización llevó consigo también el añadido de material gráfico nuevo que, o bien mejoraba el de la primera edición, o bien ilustraba las nuevas partes añadidas. Sobre este asunto haremos hincapié más adelante.

El libro se estructuró por años, encabezando cada uno de ellos un título genérico, “Noticias de Santander”, que cobijaba a su vez grupos de noticias que en no pocas ocasiones se repiten año tras año (alcaldes, visitas reales, deportes, corridas de toros, Corconera, tranvías urbanos…), cerrando el capítulo, es decir, el año, con las noticias que hacían referencia expresa a El Sardinero.

Buscando la unidad temática del libro se desecharon algunas noticias no relacionadas con el asunto principal, Santander, y otras cuya inclusión hubiera resultado reiterativa, pues no aportaban nada novedoso a lo ya comentado en otras páginas. Esta labor, en algún momento semejante a la construcción de un complejo rompecabezas, necesitó meses y meses de laborioso trabajo, de lecturas y correcciones, de toma de decisiones con respecto a asuntos editoriales muy diversos. El volumen editado en 1973 quedó así reconstruido casi en su totalidad, y el conjunto del trabajo de Gutiérrez-Colomer fue ordenado buscando principalmente claridad en la exposición. Un nuevo índice también fue levantándose poco a poco. Una vez concluida esta fase, y con el material original de Gutiérrez-Colomer decantado y corregido, Fernández Bolado comenzó a trabajar con los materiales en una maqueta y con un diseño editorial debido también a él.

A partir de ese momento, con las páginas de los dos volúmenes en estado de revisión permanente, comenzaron a imprimirse en papel los resultados para comprobar la calidad y el impacto visual del material gráfico utilizado, y para que terceras personas repasasen los textos con la finalidad de procurar en lo posible aunar criterios ortográficos, de redacción y de estilo, así como subsanar errores o imprecisiones en los datos aportados. En este sentido hubo que tener muy presente que la erudita labor de Rafael Gutiérrez-Colomer consistió en tomar apuntes directamente de periódicos locales santanderinos de diversas etapas históricas (apuntando en cada caso la oportuna referencia), con lo que eso supone o puede suponer en cuanto al variopinto uso de las palabras y su grafía cambiante, las construcciones gramaticales, la acentuación y puntuación, el empleo de modismos y localismos, de topónimos que no se conservan o que el tiempo y el uso han modificado, de un callejero en permanente evolución, etc, etc…, a lo que deben unirse simples errores de transcripción o una información incorrecta o mal redactada en el periódico de origen. Con todo, hay que subrayar que se ha respetado la redacción de Gutiérrez-Colomer, el aroma de su escritura por decirlo de alguna manera, y el concepto y esquema de obra que él tuvo siempre en mente, siendo fieles los editores de este libro a los originales últimos y definitivos que el autor dejó en su archivo.

Por lo que respecta al material gráfico utilizado, en la mayor parte de las ocasiones éste aparece distribuido por las páginas tal y como lo dejó colocado Gutiérrez-Colomer en sus originales. La sincronía de las imágenes con los textos que ilustran es bastante precisa, pudiendo establecerse un intervalo medio de diferencia temporal de un lustro entre la fecha de la foto y la de la noticia ilustrada, aunque es muy frecuente que ambas coincidan en el tiempo, dado que Gutiérrez-Colomer recurrió a las fotografías publicadas en los periódicos del momento.

El material fotográfico que empleó en su día Gutiérrez-Colomer provenía prácticamente en su totalidad de Duomarco, o mejor dicho, de la sobrina de éste, heredera de un archivo fotográfico que englobaba el de tres fotógrafos clásicos de Santander: Duomarco, Urtasun y Leandro, pues los tres trabajaron sucesivamente en la misma casa de fotografía hasta el incendio de 1941 que la destruyó por completo, al igual que ocurrió con buena parte de la zona centro de la ciudad. También es posible que firmadas por Duomarco vayan imágenes de otros fotógrafos que fueron positivadas o reproducidas por la casa. Pero llegados a este punto hay que señalar una de las aportaciones más novedosas e importantes que ofrece esta edición del trabajo de Gutiérrez-Colomer. Nos referimos a la aportación de un sustantivo corpus de imágenes santanderinas inéditas, que enriquecen y redimensionan de singular manera los dos volúmenes que ahora se ofrecen, justificando por sí mismas la importancia histórica de esta publicación. Dejando al margen algunas pequeñas aportaciones puntuales que el editor agradece (Samot y CDIS), se trata de la incorporación de fotografías procedentes de dos fondos relacionados con la ciudad de Santander y que presentan una relevancia muy significativa.

El primero es el del fotógrafo Miguel Rojo Borbolla (Madrid, 1874-Puertas de Cabrales, Asturias, 1930), miembro de una familia de emigrantes enriquecidos en Madrid y México que cuando residía en Santander, en 1904, comenzó su afición a la fotografía realizando en la capital de La Montaña sus primeros y poco conocidos trabajos. En nuestros días la mayor parte del archivo de negativos de Rojo Borbolla está depositado en la fototeca del Museo del Pueblo de Asturias, donde Ediciones La Bahía ha adquirido en exclusividad los derechos de reproducción de las imágenes de Santander para este libro.

El segundo fondo fotográfico aludido es la colección fotográfica de José María Lafuente, en la que para el asunto que nos ocupa destaca el pequeño conjunto de fotos inéditas de la Familia Real española en sus veraneos santanderinos.

Tres años de trabajo interdisciplinar y un esfuerzo editorial de primer orden han remozado y puesto al día la ingente labor de erudición que llevó a cabo durante más de una década Rafael Gutiérrez-Colomer. El resultado final lo tiene el lector en sus manos. No se trata en modo alguno de un libro de ciencia histórica ni de una aportación esencial, por sus planteamientos, análisis y conclusiones, a la cada vez más copiosa historiografía regional. Es ante todo y sobre todo una crónica temática del latido vital de una pequeña ciudad del norte de España a lo largo de un periodo de cincuenta y cinco años, espacio temporal (1875-1930) que incluye un traumático cambio de siglo. Sin duda fue aquella una etapa de historia convulsa en la que la ciudad protagonista de la crónica creció, se desarrolló, se transformó…, y tomó dirección hacia una determinada política, economía y “sensibilidad”. Ese pulso urbano, en su cotidiano reflejo, queda en estas páginas recogido por medio de los temas que Gutiérrez-Colomer escogió para hilvanar su narración. El libro plasma así la visión de Santander que el autor quiso comunicar a la posteridad, la puesta en escena del ámbito urbano y ciudadano que Rafael Gutiérrez-Colomer (con su mentalidad, formación y contexto), consideró necesario subrayar y transmitir, sin duda desde el convencimiento más profundo, desde la propia experiencia sentida y vivida, desde un planteamiento de recuperación de la pequeña historia que se mantuvo siempre al margen del análisis, y desde luego del uso de las herramientas básicas del análisis historiográfico. En este sentido Santander 1875-1930 es la crónica cotidiana, y quizá inmejorable, de una sociedad con aspiraciones cosmopolitas, una sociedad emprendedora, de honda raíz comercial y empresarial, burguesa, que estaba entregada al empeño de construir un escenario urbano acorde a sus ideas, sueños e intereses.

A partir de ahora, quien desee estudiar o simplemente conocer cualquier aspecto relacionado con la historia de la ciudad de Santander en su tránsito del siglo XIX al siglo XX, dispone gracias a este libro, es decir, al trabajo erudito de Rafael Gutiérrez-Colomer y al espléndido aparato gráfico que lo acompaña, de una herramienta cuya asombrosa riqueza informativa la hace ya referencia inexcusable en todo acercamiento bibliográfico sobre el tema que se pretenda serio. Tal vez sólo reste decir que Santander y su historiografía están de enhorabuena”. 

***


Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,24 jun 2010 19:44:20 GTM
<![CDATA[Santander 1875-1930 (ediciones La Bahía), de Rafael Gutiérrez Colomer Sánchez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1213
 

Juan Antonio González Fuentes

Acaba de presentarse una obra de carácter histórico ciertamente excepcional. Se trata del libro (en dos volúmenes) Santander 1875-1930, de Rafael Gutiérrez Colomer Sánchez, erudito santanderino nacido en 1900 y muerto en 1979. La edición ha corrido a cargo de ediciones La Bahía, empresa editorial comandada por José María Lafuente.

Ya hablamos aquí de este libro, o mejor dicho, de su hermano pequeño, Tipos populares santanderinos, del que Claudio Magris dijo que era un Spoon River cántabro. José María Lafuente me encargó el prólogo de esta lujosa edición, y ahora les doy a ustedes una parte del mismo, en el que cuento lo poco que se sabe del autor: Rafael Gutiérrez Colomer Velasco.

“De manera ciertamente sorprendente nos hemos topado con importantes dificultades para dejar en este prólogo datos fiables sobre Rafael Gutiérrez-Colomer. Ni siquiera en sus libros quedan reflejados estos datos, y en la bibliografía más común y consultada en estos casos (sirva de ejemplo mencionar a bote pronto la Gran enciclopedia de Cantabria, la Historia y antología de escritores de Cantabria de Jesús Lázaro Serrano, o el reciente Cántabros del siglo XX, volumen I, de Mario Crespo López), tampoco aparece mencionado en algún apartado o sencilla nota a pie de página, aunque sí su hijo Rafael Gutiérrez-Colomer Velasco, arquitecto, pintor, editor y un poeta visual y experimental a tener en cuenta entre los españoles de su tiempo.

Es como si la caprichosa memoria de la historia literaria y erudita de Cantabria se hubiera empeñado en no dejar ningún rastro en sí misma de nuestro autor, ningún recuerdo verdaderamente significativo de su paso por ella. La circunstancia llama en especial la atención porque no es infrecuente toparse en este ámbito regional con huellas abundantes de otros autores que han legado obras mucho más intrascendentes, leves o insignificantes que las dejadas por Rafael Gutiérrez-Colomer. A él debemos impresas, además de artículos en publicaciones periódicas variopintas, dos obras de distinto calado pero nacidas del mismo esfuerzo investigador y/o recopilador: la ya mencionada del año 1976 (que en enero de 1979 conocía tres ediciones), y una anterior de mucha más importancia y ambición en el terreno de la erudición local y regional. Nos referimos al libro Santander 1875-1899, voluminosa entrega de más de 500 páginas que fue editada en el año 1973 también por la extinta Institución Cultural de Cantabria y por el Centro de Estudios Montañeses.

Es en el conciso texto de introducción a este último trabajo, texto firmado el 28 de febrero de 1973 por quien fuera director de la Biblioteca Menéndez Pelayo y Presidente del Ateneo de Santander, Ignacio Aguilera (1906-1989), donde encontramos impresos la mayor parte de los datos más fiables que existen acerca de la vida y el trabajo de Gutiérrez-Colomer, pues hemos de deducir que él mismo fue el origen principal de la información. A esta fuente consultada debemos sumarle al menos otras dos: los encuentros personales con María del Carmen Gutiérrez-Colomer Velasco, hija del autor, y la transcripción de tres entrevistas radiofónicas que en Radio Santander se le hicieron a Gutiérrez-Colomer y fueron emitidas el 15 de noviembre de 1976, el 25 de agosto de 1978 y el 3 de enero de 1979, respectivamente.

En pocas líneas dejaremos aquí plasmado lo esencial en lo relativo a la vida de Rafael Gutiérrez-Colomer. El autor nació en Santander el 13 de octubre de 1900, octavo hijo de los doce que les nacieron al matrimonio formado por Leonardo G. Gutiérrez-Colomer y Carmen Sánchez y Suárez-Quirós, miembros de familias con una destacada trayectoria en el mundo empresarial y comercial de la ciudad a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX. Realizó estudios de bachiller en el colegio de los PP. Escolapios en Villacarriedo y en el Instituto General y Técnico de Santander. Muy joven se aficionó al teatro, al incipiente cinematógrafo y a las fiestas de sociedad, logrando el acceso a estas diversiones ejerciendo como cronista del diario republicano El Cantábrico (1895-1937), donde firmaba sus comentarios con el significativo pseudónimo “Pinocho”. En esos primeros años de juventud también le gustaba el deporte, destacando en la práctica del fútbol y en las regatas.

Siendo estudiante en Madrid, tras el desastre de Annual (julio-agosto de 1921) se incorporó a filas como miembro de la Quinta del 21 en el cuartel santanderino de Maria Cristina, en la calle Alta. Tras permanecer un año acuartelado, embarcó en el puerto de Santander, en el vapor Romeu, rumbo a Marruecos, a la guerra. Durante su experiencia bélica el cabo Colomer sufrió el paqueo de las fuerzas enemigas, padeció fiebres palúdicas, fue evacuado al hospital de la Cruz Roja, pasó un mes de permiso en su ciudad natal y finalmente fue licenciado y retornó a casa.

Definitivamente de nuevo en Santander, Rafael Gutiérrez-Colomer se puso al frente de una industria familiar dedicada a la limpieza, conservación y teñido de productos textiles. Desde entonces y hasta el traspaso del negocio y su jubilación en 1966, la vida de Colomer estuvo dedicada prioritariamente a la vida familiar (casado y padre de tres hijos, entre ellos el poeta Rafael) y al crecimiento y avatares de la mencionada industria heredada de sus mayores.

Alcanzada la categoría de jubilado, Gutiérrez-Colomer comenzó a dedicar su abundante tiempo libre a la lectura y la escritura. Ignacio Aguilera nos recuerda que nuestro autor empleaba casi todas las tardes en consultar los diarios santanderinos del pasado en la hemeroteca municipal. Al parecer dio comienzo su nueva afición repasando los viejos periódicos que recogían los acontecimientos de lo que había sido su propia infancia y juventud, para más tarde interesarse por los sucesos de épocas anteriores, sobre todo los relacionados con la historia de su familia. Entonces empezó a anotar aquellas noticias y datos que le llamaban especialmente la atención, deteniéndose sobre todo en aquello que o bien no había visto recogido nunca en manuales y crónicas al uso, o que en su opinión no lo estaba de la manera más útil, fidedigna o adecuada.

Santander: Playa del Sardinero

Santander: Playa del Sardinero

Aguilera subraya en su texto que fueron aproximadamente dos decenas las cabeceras de periódicos y revistas consultadas y de las que Colomer fue extrayendo notas referentes sobre todo a tres campos muy concretos. Primero, los sucesos y noticias (grandes y pequeñas, a veces “minúsculas” apunta Aguilera) de la vida local santanderina y también las que llegaban a la ciudad para acabar afectándola de alguna manera en terrenos tan variopintos como la cultura y el arte, la política, la vida social, las visitas reales, el urbanismo, los deportes, las fiestas populares, la industria y el comercio… Segundo, todo lo relacionado con la empresa La Corconera, fundada en 1877 por sus antepasados, y cuyas embarcaciones, realizando servicios diversos, surcaron las aguas de la bahía santanderina hasta finales del siglo XIX. Y tercero y último, todo lo relativo al tranvía urbano de la ciudad, desde El Sardinero hasta Peñacastillo en sus distintas etapas, aventura empresarial en la que su familia también estuvo involucrada.

Deja caer Ignacio Aguilera que las fichas tomadas por Colomer durante sus lecturas en la hemeroteca, aunque copiosas en número y abundantes en datos, presentaban en ocasiones lagunas e imprecisiones que el erudito procuraba subsanar consultando el Archivo Municipal santanderino y, cuando buenamente podía, las hemerotecas nacional y municipal de Madrid. A esta ingente labor de paciencia curiosa y erudita nuestro autor sumó la búsqueda de imágenes para ilustrar las noticias reunidas. Con tal fin Gutiérrez-Colomer recopiló una gran cantidad de ilustraciones de diversa calidad y procedencia, aunque la mayoría tenía un mismo origen: el archivo del histórico fotógrafo Pablo Duomarco, fondo esencial para la memoria visual de Santander que hoy, con sus cerca de 15.000 positivos, conforma la Colección Archivo Fotográfico Histórico Municipal que puede consultarse en el Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS).

Mientras Gutiérrez-Colomer iba recopilando decenas y decenas de apuntes acerca de los asuntos ya señalados más arriba, a la vez, pero aparte, va acumulando noticias sobre los personajes más estrafalarios, marginales, populares y peculiares que habitaron la ciudad en la misma época tratada. De esta forma nuestro autor va poco a poco confeccionando (quizá ingenuamente y sin intención crítica), dos caras de una misma moneda, dos retratos diferentes y contradictorios de la misma ciudad, Santander. Dos Spoon River de raíz antagónica y argumentos muy diferentes pero que paradójicamente comparten un mismo escenario geográfico con la bahía como telón de fondo. Por un lado la ciudad burguesa, brillante, emprendedora, comercial e industrial, cosmopolita y en plena transformación, atenta a las innovaciones, a los refinamientos culturales y deportivos, a la vida social y financiera; la ciudad en la que los Reyes de España decidieron vivir sus veraneos en un palacio de ensueño abierto al mar y a una atmósfera de espíritu british. Y por otro lado Gutiérrez-Colomer perfila a los héroes del viejo lumpen de Santander, esos personajes de un estrato social sobre el que ya había teorizado Karl Marx, que vivió en condiciones muy precarias y que estuvo formado principalmente por obreros ocasionales, vagabundos, pequeños rateros, campesinos descontextualizados..., todos ellos tipos populares moviéndose con estrecheces entre la pura locura y la plena miseria.

Pasa el tiempo y llegó un momento en el que Gutiérrez-Colomer consiguió poner fin a su esfuerzo reuniendo en diversos tomos mecanografiados todas las noticias por él recogidas y cerca de doscientas imágenes que las ilustran. El resultado era un álbum de recuerdos, apunta Aguilera, una peculiar y muy personal crónica del Santander que abarca los años de la monarquía borbónica desde su restauración hasta el último verano del rey Alfonso XIII en la ciudad, es decir, desde 1875 hasta 1930.

Comenta Aguilera que la intención de nuestro autor no era otra que la de dejar dormir los muchos tomos construidos en su propia biblioteca, entre libros y papeles. Pero conocida la existencia de los mismos, hubo amigos y estudiosos que le animaron a la publicación. El trabajo llegó hasta el Centro de Estudios Montañeses, institución que emitió un informe favorable a la edición, esfuerzo que fue asumido por la Institución Cultural de Cantabria, entidad impulsora entonces de las ediciones de la Diputación Provincial de Santander. El primer volumen, el que abarca el periodo 1875-1899 vio la luz, como ya se ha escrito, en 1973. Tres años más tarde se editó, como nº 1 de la Colección de Bolsillo de la Institución Cultural de Cantabria, Tipos populares santanderinos (1976), título cuya lectura logró que Claudio Magris lo pusiera en pública relación con el famoso Spoon River de Edgar Lee Masters. La segunda parte del trabajo sobre Santander, la que comprendía la etapa 1900-1930, es la que jamás fue publicada. En el archivo del Centro de Estudios Montañeses hemos leído documentos que sí acreditan el que en su día se aprobó la edición del segundo y último volumen, pero la realidad es que éste nunca se materializó en una realidad tangible. En el archivo consultado no aparece ningún documento que ofrezca algún motivo que explique la no plasmación del compromiso editorial. Intuimos que la razón principal fue que la Institución Cultural de Cantabria sencillamente empezó a dejar de funcionar en esos mismos años. Es casi seguro que el volumen de Gutiérrez-Colomer sencillamente fue un proyecto más de los que sucumbieron en la paulatina debacle general de la institución.

El caso es que Rafael Gutiérrez-Colomer murió el 5 de agosto del año 1979 sin haber visto publicada la segunda parte de su trabajo. Y en este punto da comienzo la historia de los libros que el lector tiene en sus manos.

***


Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,22 jun 2010 21:8:46 GTM
<![CDATA[Nuestra amiga común, novela de Luis Barga (Ediciones Amargord) y poema de Enrique López Viejo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1212
 

Juan Antonio González Fuentes

Enrique López Viejo es un buen amigo y un escritor excelente. A él le debo el placer de dos libros impagables, ambos publicados por Melusina, ambos comentados en estas páginas: Tres rusos muy rusos (biografía de Herzen, Bakunin y Kropotkin (2008) y Pierre Drieu La Rochelle, el aciago seductor (2009). No añado su próximo libro, que también he leído ya en copia íntima de amigo, porque prefiero esperar a que esté en las librerías y ustedes puedan comprarlo y disfrutarlo. Sólo puedo decir que el personaje es de un interés extremo.

Bien, pues Enrique me ha mandado un correo recomendándome la lectura de una novela: Nuestra amiga común, de Luis Barga, y diciéndome que con motivo de dicha lectura ha recuperado uno de sus viejos poemas, uno escrito en el año 1980. Al leer el potente poema le he pedido permiso para publicarlo aquí. Me lo ha dado, añadiendo una brevísima introducción que es la que sigue. Disfruten del poema, disfruten de los libros de Enrique López Viejo y, conociendo el olfato literario de Enrique, compren y lean la novela de Luis Barga, seguro que merece la pena.

Luis Barga: Nuestra amiga común (Ediciones Amargord, 2010)

Luis Barga: Nuestra amiga común (Ediciones Amargord, 2010)

“A propósito de Nuestra amiga común, novela de Luis Barga, publicada este año por Ediciones Amargord. (Ha sido la lectura de esta novela singular, excelente retrato de determinada generación, por lo que recuperé del cajón de los escritos perdidos el siguiente poema, para testimoniar aquellos tiempos walking on the wild side.)


Mi amiga y yo deseamos morir.
Al abrir la puerta, nada, la cama y una ventana.
Manchas en la almohada. Raso sobre la butaca y zapatos caídos.
El vestido es negro como tus ojos tras los que caes sobre la cama.
Estás triste, estás perfecta.
Pierdes tu rostro en el espejo descolgado.
En la mesilla mis labios buscan en el oporto una razón, aquella en la que quiero desaparecer.
Sopor, calor. Giras tu rostro.
Nada nos importa, tan siquiera el incierto placer soñado, tras algunos lánguidos besos pretendidos en tu abierta desnudez pálida y escarlata.
La tristeza y el placer no son amigos comunes. Tanta desolación. Tanta.


Siguen las horas yaciendo, continúan calladas y cansinas como nuestras miradas perdidas, seducidos por la ausencia, por nuestras muchas ausencias, por un amor relativo que sólo nuestras manos une, pues ambos estamos desesperadamente lejos.
Son lentos los latidos, los latidos sin sentido… sin sentidos.


Al fin, y sin temor ebrios, se extienden nuestros brazos enlazados con la misma cinta de terciopelo, ruborizados por el blanco fulgor. Más sopor, más extravío, y la quimera de otra aventura inútil.
Inmóviles, desaparecemos. El caballo loco como el viento galopa fijado en nuestra sangre. Estamos más lejos aún. Casi desaparecidos.
El silencio es ámbar, luego, gris.
Mi amiga y yo deseamos morir.

(1980) 

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,18 jun 2010 19:27:43 GTM
<![CDATA[España versus Suiza: El mundial de Sudáfrica y Robert Walser]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1211
 

Juan Antonio González Fuentes

Llueve sobre mojado. Una pared de agua cae sin remisión sobre las calles de la ciudad y los cristales del despacho parecen llorar con desesperación. Este final de primavera en el norte de España anuncia el esplendor húmedo de la selva amazónica, su pegajosa quietud de charca infinita, metafísica. Hace dos semanas que llueve con devoción. Una lluvia que viste de gris y tristeza las noticias sobre la crisis económica de nuestra querida España, esa España a la que cantó Cecilia con amor y sorna.

Escuchas las noticias, te encaras con el telediario y la galaxia se te viene encima. Te levantas del sofá, acudes a la ventana para que los rayos del sol de junio despejen las brumas del alma y del bolsillo y compruebas que el cielo llora. Sólo queda prolongar la siesta hasta próximo aviso, hasta que Zapatero ( el de 3 a 0) se transforme en párrafo de futuro libro de historia (¿de España?).

Zapatero se ha quedado sin suerte. Su primer mandato estuvo marcado por la cantidad de suerte que rodeó sus tomas de postura. Ahora está claro que la suerte y el dinero en caja, contante y sonante, son dos elementos abiertamente comunicados. Hay suerte cuando te tientas el bolsillo y suena al menos el tintineo de la calderilla brillante.

Pero no hay ya ni siquiera calderilla en los bolsillos de España, y la suerte le ha cerrado definitivamente el grifo a Zapatero. Ante un verano caliente de playa pobre, toalla raída, agua del caño en botijo desvencijado y sobras de la noche anterior para el almuerzo de fiambrera abollada, Zapatero confiaba en que nuestro fútbol en el Mundial africano iba a distraer la angustia del personal y dejar la huelga general, convocada por los sindicatos sindicalizados por medio de subvenciones, del venidero septiembre en una mota de polvo apenas visible en el recuerdo dorado de la copa del Mundo casi universo.



Mundial de Sudáfrica. España 0, Suiza 1 ( vídeo colgado en YouTbe pot rtve)

Pero insisto en ello, el dinero y la suerte han dejado a ZP desnudo como el rey del cuento, y va la selección y pierde el primer partido complicándose muy mucho la continuidad en el Mundial. España hace agua y es probable que se tenga que volver a casa en breve, con la Copa de Europa entre las piernas, recuerdo dorado de una juventud e ilusión perdidas. A perro flaco, todo son pulgas. Y encima España pierde contra Suiza, ese país aburrido hasta la extremaución, que es como la inmensa caja fuerte del tío Gilito: fría, inmisericorde, aburrida…, pero podrida de dinero. A España se le ha atragantado el dinero suizo en África, se ha topado contra Suiza, territorio de relojes y chocolate, donde se blanquea el dinero de todo el universo y sus mejores escritores, pienso en Robert Walser por ejemplo, pidieron asilo imaginativo en un manicomio para sobrevivirse a sí mismos.

Zapatero ya no tiene suerte, se le ha ido por el desagüe del fregadero, al igual que todo el crédito que heredó. El fútbol español entra en crisis frente a Suiza a la vez que Mediapro anuncia que le dejen paso franco a sus acreedores. El fútbol en España hace agua como el cielo norteño que gris regala el Diluvio universal. 

***


Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,18 jun 2010 1:9:31 GTM
<![CDATA[Cómo era América antes de Colón: 1491, de Charles C. Mann (Taurus)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1210
 

Juan Antonio González Fuentes

En la escuela se nos enseñó que los primeros hombres que llegaron al continente americano lo hicieron por el estrecho de Bering, unos doce mi años antes de que Cristóbal Colón llegase con las carabelas españolas.

También leímos que esos habitantes eran más bien escasos, y que deambulaban por las tierras americanas en pequeñas tribus sin apenas afectar en sus recorridos el territorio habitado. Es decir, aprendimos que América, desde el norte hasta el sur era un inmenso continente virgen, casi intacto hasta que llegamos los europeos.

Pues bien, esta visión ya no se sostiene desde que en las últimas tres o cuatro décadas una legión de arqueólogos y antropólogos han trabajado sobre el terreno y lo han hecho con metodología moderna. Todo el conocimiento sobre lo que fue América se ha venido abajo y se ha reconstruido. Para conocer la nueva visión de la América precolombina nada mejor que leer el entretenido y divulgativo libro de Charles C. Mann, 1491. Una nueva historia de las Américas antes de Colón (editorial Taurus).

Charles C. Mann: 1491. Una nueva historia de las Américas antes de Colón (Taurus)

Charles C. Mann: 1491. Una nueva historia de las Américas antes de Colón (Taurus)

En esta obra maestra de la divulgación, Charles C. Mann despliega, entre otras, las siguientes conclusiones: en 1491 había en América más habitantes que en toda Europa; algunas ciudades americanas, como Tenochtitlán, estaban más pobladas que la más poblada ciudad europea; esas ciudades contaban con agua corriente, jardines botánicos y servicio de limpieza para sus calles; el desarrollo de las primeras ciudades americanas se produjo antes de que en Egipto se construyeran las pirámides; los indios precolombinos de México cultivaban maíz con métodos tan sofisticados que han asombrado a los científicos de la revista Science; y que cuando llegaron lo primeros europeos a América, el paisaje que se encontraron ya estaba modificado por los indígenas.

Charles C. Mann, corresponsal de Science y del Atlantic Monthly, lo que ha hecho es poner en un lenguaje sencillo y periodístico, al alcance de todos, los últimos descubrimientos de la arqueología y la antropología en el continente americano. El resultado es un libro indispensable ahora mismo para introducirse en lo que fue la realidad de la América precolombina.

***


Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,16 jun 2010 20:28:7 GTM
<![CDATA[Aquellos hermosos días de la juventud de Ana Novac (Editorial Destino)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1209
 

Juan Antonio González Fuentes

Que el Diario de Ana Novac sea el único que aparentemente ha sobrevivido de todos los que se escribieron en los campos de concentración nazis es todo un enigma, pues la propia Novac reconoció que, en contra de lo que pudiera pensarse, se escribía bastante en esos infiernos, ya que los guardianes sabían que los guardados estaban destinados a la muerte cierta, y daba igual que lo hicieran.

Ana Novac recordaba que en Auschwitz escribían poemas que luego se leían por la noche de camastro en camastro, y que lo único complicado de verdad era encontrar papel y algo con lo que escribir. Ana Novac era una rumana del año 1929 que en el 44 fue deportada a Auschwitz, donde sus padres fueron masacrados. Durante un año pasó por distintos campos de concentración hasta que fue liberada en el mes de mayo de 1945. Medio siglo después se publicó en Francia una nueva versión del Diario que la joven había escrito en su año en el puro infierno. Novac murió el pasado mes de abril, justo cuando su viejo Diario comenzaba a alcanzar notoriedad internacional.

Ana Novac: Aquellos hermosos días de mi juventud (Destino, 2010)

Ana Novac: Aquellos hermosos días de mi juventud (Destino, 2010)

En español lo acaba de editar Destino con un título paradójico: Aquellos hermosos días de mi juventud. En este libro la niña que era Novac en 1944 anotó todo lo que pudo observar y vivir desde el mismo centro del horror: la vida en los barracones, el sufrimiento y la miseria de las compañeras, el egoísmo marcado por el miedo, los ejemplos de ternura y entereza en las más dramáticas circunstancias… Y la niña Novac, la jovencita Novac, lo fue anotando todo con limpieza y pulcritud, con ojos avisados, con la sinceridad de la inocencia en trance de desaparecer para siempre.

Novac confesó pasado el tiempo que no escribió el Diario con la intención de dejar un testimonio dramático de la realidad de los campos de exterminio del Tercer Reich. No, escribió aquellos párrafos tan solo para tener un mundo privado, para no naufragar en la masa amorfa de seres que eran conducidos al matadero sin razón ninguna… “Escribo, luego soy”, apuntó la niña Ana Novac. Y en efecto, fue, y dejó este impresionante testimonio de ser incluso en las circunstancias más adversas y abyectas que nadie imaginar pueda. Un libro de lectura imprescindible.

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,15 jun 2010 20:28:7 GTM
<![CDATA[Un fantasma recuerda a Julio Maruri]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1208
 

Juan Antonio González Fuentes

La naturaleza de Julio Maruri es radicalmente poética, y esa naturaleza está además definida por la intuición y sus principales sinónimos: perspicacia, presentimiento, vislumbre. Sí, Julio es un animal de intuición poética, un ser clarividente en lo que de poético encierra toda existencia.

La poco inteligente pregunta de Bousoño sobre el binomio inteligencia/poesía denota una lógica bisoñez vital e intelectual; la misma, o muy parecida, de la que yo hice gala cuando leí hace más de diez años los primeros capítulos de las memorias de Julio y le escribí desde la inoportuna torpeza para decirle que había esperado “otra cosa”. En su momento, creo que ni Carlos Bousoño ni yo entendimos nada: el encofrado intelectual que le estábamos construyendo a nuestra sensibilidad quizá nos había inmunizado al contacto con la intuición, y quedamos momentáneamente ciegos para poder vislumbrar más allá de erudiciones o hermetismos. Así de sencillo.

La original y sencilla clarividencia poética de Maruri tradicionalmente ha sido malinterpretada como falta de calado. ¡Qué error! Ya escribí al respecto, e intuyo que con algún que otro acierto cubierto de erratas, en las páginas del catálogo expositivo que el Museo de Bellas Artes de Santander dedicó a la obra plástica de Julio en 2003. A lo escrito me remito.

Fue Gerardo Diego quien en fecha tan temprana como 1958 reseñó la obra poética de Julio calificándola de “apenas ataviada”, “titubeante”, en “trance de ebriedad melancólica en primavera adolescente”, y subrayando la ausencia en ella de un “pensamiento rector” y de un canto más sabio. El maestro estaba esencialmente equivocado. Es Víctor García de la Concha quien relee al autor de Los años en su obra La poesía española de 1935 a 1975 (1987), y titula su acercamiento con honda certeza “Julio Maruri o la engañosa ternura”, donde deja escrito lo siguiente: la poesía de Maruri es “la sonrisa que brota de la amargura de la conciencia...”, “remansada en una superficie que produce el espejismo de la verde serenidad, aunque en el fondo se agazapa idéntica amargura”.

Escribí en el catálogo ya mencionado que la mejor poesía de Julio, la amasada con la materia verbal más delgada, la concisa, la que está escrita desde la pura intuición, huye de lo que Gerardo Diego califica como “canto sabio”, pues para Julio, como me reveló en una hermosísima carta en 1996, “el arte y la poesía viven de lo que aparece por sorpresa, de lo impensado”. Siguiendo conscientemente esta férrea poética de lo que yo he llamado “la voz baja”, Julio le quita retórica (peso) a sus versos, los construye con vocación arquitectónica de levedad, creando así una apariencia de superficial ingenuidad en el canto que puede confundir en una primera y descuidada lectura, no revelando de buenas a primeras la potente verdad de una poesía que se encuentra entre las más altas de nuestra posguerra, como bien señala Carlos Bousoño en su epílogo de 1993 a Algo que canta sin mí. Hay que releer a Julio para constatar la verdadera potencia y carga emocional e intencional de sus poemas, así de simple.

Lo apuntado aquí en referencia a los versos de Maruri se puede aplicar perfectamente a su escritura memorialística: un texto sin género en el que estabularlo; una literatura con algo de crónica histórica, algo de relato, algo de recuerdo fresco a bote pronto, algo de ejercicio ensayístico..., y mucho, mucho de atmósfera poética que lo envuelve todo, que todo lo aromatiza con su perfume esencial.

Julio Maruri

Julio Maruri

Cuando este proyecto se inició, el editor José María Lafuente me dio una gastada fotocopia del manuscrito de Julio. Transcribí las palabras del poeta y corregí junto a él una primera versión mecanografiada. A lo largo de sucesivos días, al caer la tarde, bien en la mesa de la cocina, o bien sentados en la salita de la buhardilla, Julio me indicaba nuevas correcciones que yo incorporaba inmediatamente en mi portátil. A veces eran sólo cambios de palabras o de expresiones, a veces intentar acabar con las inevitables erratas o evitar los abundantes y lógicos galicismos, y otras eran supresiones de párrafos enteros o añadidos incluso de dos o tres folios que el autor había escrito la noche anterior. Fue toda una experiencia trabajar junto al meticuloso Maruri, y para mi una suerte de comprobación material in situ de lo equivocado que estaba Gerardo cuando habló de la carencia de un “pensamiento rector” refiriéndose a la escritura poética de nuestro autor.

Estas memorias (hilazón de recuerdos primeros insuflados de sutil pulso poético), son un puro mecanismo de relojería literaria. En ellas nada es casual, nada está por estar..., cada capítulo ha sido meditado a conciencia y presenta una intención, una razón de ser. Incluso lo eludido u obviado lanza su mensaje al océano del entendimiento encerrado en la transparencia de una botella invisible. No hay inocencia en la aparente inocencia, todo el edificio de la memoria está, de nuevo, levantado sobre los sólidos pilares de la “engañosa ternura” aludida por García de la Concha. Doy fe de ello, he sido testigo privilegiado.

En estos textos Maruri le pone a su memoria los ojos de la mirada infantil y los de la primera juventud, esos ojos hipnóticos y trascendentes que siendo iguales ya no son los mismos, y que siendo tan diferentes son en el fondo iguales. Y con esa mirada sacada a pasear de nuevo, Julio cuenta, medita y toma cumplida nota por las calles de una ciudad desaparecida, por los recovecos de un tiempo que está yéndose para quedarse entre nosotros definitivamente en el aliento arco iris de las palabras escritas. En De un Santander perdido hay mucho telón de fondo desplegado, mucho paisaje inevitablemente reinventado, mucha evocación elegida y meditada, mucho rastro de memoria hilvanada con el fino hilo de la más sutil inteligencia..., y mucha perspicaz metafísica desnuda de trompetas y cohetes.

Al igual que Las aves y los niños, Los años, y Algo que canta sin mi, De un Santander perdido está llamado a convertirse en un clásico en el sentido que le dio a la palabra Azorín, es decir, un reflejo de la sensibilidad más actual de cada momento. Pero no es esta la ocasión de saludar al clásico, sino al poeta y compañero que con sus versos y su cálida amistad forma parte ya imborrable de mi memoria, de mi Santander. Un Santander que, siguiendo la sencilla lógica del tiempo, también está llamado a desaparecer, a convertirse en parte de los latidos de un pequeño fantasma. 

Otros textos Juan Antonio González Fuentes sobre Julio Maruri:

-17 de abril de 2007: Julio Maruri
-17 de diciembre de 2007: Un joven Julio Maruri lee una carta de J.R. Jiménez
-06 de julio de 2009: Correspondencia Beltrán de Heredia/Julio Maruri (Ediciones La Bahía, 2009) (I)
-07 de julio de 2009: Correspondencia Beltrán de Heredia/Maruri (Ediciones La Bahía, 2009) (y II)
-07 de septiembre de 2009: Adiós a Pablo Beltrán de Heredia (II)
-28 de octubre de 2009: El poeta Julio Maruri se despide del pintor Ángel Medina
-17 de febrero de 2010: Julio Maruri contempla los Ballets Rusos de Diaghilev en Santander
-16 de abril de 2010: Epílogo de primavera para unos Haikus sin estación, por Julio Maruri
-27 de abril de 2010: Vicente Aleixandre y Julio Maruri, un encuentro en la posguerra. Otra memoria histórica
-10 de junio de 2010: Conversación de tarde de primavera con el poeta Julio Maruri

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,14 jun 2010 18:50:4 GTM
<![CDATA[Documento oficial del Ayuntamiento de Madrid redactado por Franz Kafka]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1206
 

Juan Antonio González Fuentes

Me llega vía internet un curioso documento oficial. Se trata del impreso que deben rellenar los empleados municipales de Madrid para solicitar ayuda de comedor escolar para hijos de 3 a 16 años. Traigo el caso porque dicho impreso, en su punto número 2 relativo a “Documentación a aportar”, segundo párrafo, incluye un ejemplo perfecto de cómo influye la corrección política en el lenguaje oficial, hasta hacerlo directamente inteligible, absurdo, kafkiano. La corrupción del lenguaje, su uso teledirigido para moldear mentes, usos y costumbres, encuentra en el mencionado párrafo una perfecta expresión de la estupidez a la que hemos llegado. Que cada cual obtenga sus propias conclusiones.

Documento Ayuntamiento Madrid

Documento Ayuntamiento Madrid

Parte del párrafo (ver epígrafe 7, apartado 2),  literalmente dice lo siguiente:

“No deberá presentarlo si el/la otro/otra progenitor/a es trabajador/a municipal, o aquellos empleados que no tengan incluido en la Declaración de la Unidad Familiar al/a la otro/a progenitor/a del/de la niño/a para el/la que se pide la ayuda siempre y cuando el/la niño/a conviva con el/la solicitante y el/la otro/a progenitor/a no viva en el domicilio familiar”.

Increíble!!!

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
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LIBRO (abril 2010):
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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,11 jun 2010 12:0:42 GTM
<![CDATA[Conversación de tarde de primavera con el poeta Julio Maruri]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1205
 

Juan Antonio González Fuentes

Son poco más de las seis de la tarde de un día cualquiera de finales de mayo de este mismo año. Estamos los tres hablando en la salita de una buhardilla muy cercana a la santanderina plaza de Cañadío, a escasos pasos de donde vivieron Pablo Beltrán de Heredia, los hermanos González Echegaray o Pancho Cossío. En la buhardilla vive Julio Maruri; es su hogar desde que regresó de París, hace ya más de un lustro (¡cómo pasa el tiempo!). En la habitación nos encontramos el poeta y pintor de casi noventa años, José María Lafuente y yo. Con la calma que dan la amistad y el conocimiento mutuos, trabajamos en algunos detalles de la edición de las memorias infantiles y juveniles de Julio, quien las ha titulado, no plenamente satisfecho, De un Santander perdido. José María y yo le planteamos al poeta precisiones o pequeñas dudas que nos han ido surgiendo mientras días atrás releíamos su breve original.

Maruri ha empezado la tarde desde las lejanías de una cierta desgana cansada, pero poco a poco, a ojos vista, resplandece sentado en su silla de madera y mimbre mientras enciende un cigarrillo tras otro y nos contesta a todo con la diligencia de su poderosa memoria poética, con el instinto de sagacidad ilustrada y pejina que nunca lo ha abandonado. José María toma apuntes en un recién adquirido i-Pad que con brillo novedoso luce en sus manos, y yo lo hago en un pequeño cuaderno en cuya cubierta puede leerse un soneto de la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz: “Al que ingrato me deja, busco amante...” Los dos acumulamos material para construir los textos destinados a acompañar jubilosos la memoria hecha letras que ha dejado Maruri. José María Lafuente sabe que va a escribir sobre la interesante historia de estas breves memorias. Yo aún no sé qué voy a escribir. Desearía que mi texto fuera una elocuente declaración de amistad y cariño a Julio, o mejor dicho, sobre todo a lo que durante tantos años significaron sus epístolas parisinas depositadas en el buzón santanderino (calles Floranes y Jiménez Díaz) del joven aprendiz de todo y de nada que entonces era yo, en un tiempo que hoy las nieblas de la memoria más torpe desdibujan en el recuerdo.

Pero nunca se me han dado bien este tipo de “declaraciones”, ni por escrito ni de viva voz, y por eso desecho enseguida la idea y me concentro en seguir tomando apuntes de lo que va desgranando Julio, mientras desde diversos rincones de la pequeña estancia, en lomos de libros, cintas de video o en la carcasa de múltiples cds, los nombres de María Callas, Chet Baker, Freud, Aleixandre o Nuréyev imponen imponentes su sentido.

Y de repente, Maruri fija en mí sus ojos despiertos e inocentemente socarrones y le oigo decir: “a ti no te gustó el adelanto que publiqué de estas memorias. Me lo dijiste en una carta”. Julio se refiere a los primeros capítulos de sus memorias que Pablo Beltrán de Heredia editó en la legendaria imprenta Bedia en 1999. En efecto, recuerdo haber leído esas páginas y sentirme íntimamente decepcionado. Lo que no recordaba en absoluto es habérselo confesado a Julio por carta, circunstancia que revela con contundencia el clima de confianza que manteníamos.

Julio Maruri

Julio Maruri

Sí, es cierto, ese avance memorialístico no resultó lo que yo esperaba, es decir, no resultó un acercamiento reflexivo, intelectual, erudito y rico en significativas aportaciones a un periodo de la historia cultural santanderina y española que por muy distintas razones me atrae desde hace mucho tiempo: los años de nuestra última posguerra. En los capítulos que Julio adelantó en 1999 sencillamente se convertía en un niño, en un niño que anotaba con prosa cristalina sus recuerdos y vivencias. Yo esperaba, sin duda, la memoria de un poeta consciente de su papel, no la de un niño que comienza a aflorar. De ahí la sorpresa, de ahí el desencanto.

De estos pensamientos la voz de Julio me rescata y me vuelve a situar en el presente de la buhardilla conquistada por los libros, los discos y multitud de objetos curiosos y variopintos. “Estas son las memorias de un poeta mediano, como me dijo un día Pablo Beltrán de Heredia”, se le oye decir a Julio desde su silla desvencijada de mimbre. Y luego, acto seguido, como si fueran dos frases unidas por una única idea añade: “A mediados de los años cuarenta solíamos reunirnos los domingos a primera hora de la tarde en casa de Vicente Aleixandre. Allí coincidía casi siempre con José Luis Hidalgo, Rafael Morales, Carlos Bousoño y otros jóvenes poetas emergentes del momento. Una tarde Carlos le preguntó a Vicente si era posible escribir poesía sin ser muy inteligente, a lo que Vicente contestó que una cosa no estaba en necesaria relación con la otra”. Julio calla un instante, se encoge de hombros con las manos enlazadas entre las piernas, puro gesto chaplinesco, y finaliza: “El comentario, estaba claro, iba por mí”.

Dejo de tomar nota. Explota un silencio que apenas se hace presente y un apunte de José María Lafuente encadena otra secuencia de diálogo, y quedo pensativo.

***


Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Thursday,10 jun 2010 19:46:26 GTM
<![CDATA[Las cenizas de José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1203
 

Juan Antonio González Fuentes

Hace unos días me llamó una periodista de El Diario Montañés. Estaban editando una obra gráfica en fascículos sobre algunos de los acontecimientos más significativos en Cantabria a lo largo de los últimos años. Me pedía colaboración. Iba a enviarme por correo electrónico una foto en color en la que se podía ver a Lines, la viuda de José Hierro, depositar parte de las cenizas de su marido en el panteón de hombres ilustres de Cantabria, en el cementerio santanderino de Ciriego, con un mar Cantábrico casi negro al fondo.

La periodista me pedía un comentario a la foto. El comentario tenía que ser muy breve, apenas unas líneas que explicaran al lector la imagen y su contenido. Me apliqué a la tarea y escribí el texto que ahora quiero compartir con todos ustedes. El texto no lleva título, pero algo así como “Las cenizas de José Hierro” creo que encaja bastante bien.

“Las cenizas de un poeta. Parte de la mejor poesía en español del siglo XX en una vasija, en una monumento funerario que el mar y su sal borrarán pasado un tiempo. Pero, y el mismo poeta de hierro que fue José Hierro se lo pregunta en un poema inolvidable: ¿cómo puede morir lo que fue vida?, ¿quién puede congelar en estatua, en vasija funeraria lo que fue vida? No, jamás podrá la piedra albergar un soplo de vida, contesta el poeta José Hierro a las preguntas formuladas al aroma de un mar cercano. Sólo la palabra, la palabra poética alcanza a albergar aquel viento de carne pálida, aquel prodigio de rumores, aquel sol poniente, aquella arena palpitante que tú, poeta José Hierro, fuiste un día. Es imposible que muera tanta poesía”. 

Otros textos Juan Antonio González Fuentes sobre José Hierro:

-Mi última mañana con José Hierro
-Leamos un poema: "Estatua mutilada", de José Hierro
-Verdi e Isaiah Berlin, o de erizos y zorras
-Verdi 1874, de José Hierro
-Margarita Hierro en el recuerdo
-José Hierro, un poeta endemoniado
-Libro de las alucinaciones, de José Hierro
-La Torre de los Sueños o la Vida y la obra de un poeta: José Hierro
-La bahía de cámara (Santander) que evocó José Hierro
-Escultura de José Hierro junto al mar, llegando al mar...
-Manuel Arce y José Hierro, cuando no conocían Nueva York (I)
-Manuel Arce y José Hierro, cuando no conocían Nueva York (II)
-Poesías Completas de José Hierro (Visor). Una decepción mayúscula
-José Hierro retrata en un soneto a Leopoldo Rodríguez Alcalde
-Curso sobre José Hierro en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP)

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,9 jun 2010 19:58:2 GTM
<![CDATA[El final de Raoul Wallenberg y la lista de Schindler subastada: dos historias de nazis y judíos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1201  

Juan Antonio González Fuentes

Nadie sabe qué fue de Raoul Wallenberg, o al menos nada ni nadie lo puede documentar a día de hoy. Lo que sí se sabe y ha trascendido los mentideros de la historiografía es que Wallenberg no murió ejecutado por el Ejército Rojo el 17 de julio de 1947, como al parecer aseguraron los propios soviéticos según los investigadores norteamericanos Susanne Berger y Vadim Birstein.

No, documentos guardados en los archivos soviéticos y desclasificados recientemente, y que han podido ser consultados por diversos investigadores, constatan que hubo testigos que asistieron a un interrogatorio a Wallenberg que tuvo lugar días después del supuesto fusilamiento. La realidad, insisto, es que nadie sabe a ciencia cierta cuál fue el destino final del ciudadano Raoul Wallenberg, el diplomático sueco que calladamente logró salvar a miles de judíos húngaros de las cámaras de gas nazis, una lista inmensa de inocentes que le debieron la vida a Wallenberg.



Tráiler de La lista de Schindler, de Steven Spielberg (vídeo colgado en YouTube por omarov)

Y hablando de listas, la firma M.I.T. Memorabilia, especializada en la subasta pública de documentos históricos, ha sacado a la venta por dos millones doscientos mil dólares una copia de la lista que Oskar Schindler confeccionó para salvar también a más de un millar de judíos de los campos de concentración del Tercer Reich. Sí, la lista de Schindler, el documento que certifica la aventura dramática que sirvió de base argumental a la célebre y oscarizada película de Steven Spielberg, está a la venta.

La lista puesta a la venta tiene 13 páginas, está compuesta por 801 nombres con fechas de nacimiento y profesiones, y fue elaborada por Schindler (1908-1974) y su contable Itzhak Stern (1901-1969), y está fechada el 18 de abril de 1945.

Esta es la única copia de la lista de Schindler que aún está en manos privadas, pues las otras escasas copias que existen se conservan en museos estadounidenses e israelíes. 
 

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,8 jun 2010 20:34:45 GTM
<![CDATA[Marilyn Monroe pudo ser princesa de Mónaco]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1200  

Juan Antonio González Fuentes

Les cuento con asombro para que se asombren. Después de destrozar los nervios del actor y director Laurence Olivier durante el rodaje de El príncipe y la corista con sus continuos retrasos y falta de profesionalidad, a Marilyn Monroe la tantearon para que se convirtiera en princesa de Mónaco, en mujer del príncipe Rainiero.

El autor de la proposición fue nada más y nada menos que un multimillonario griego con nombre de filósofo clásico, Aristóteles, Aristóteles Onassis. En esos momentos Onassis estaba en guerra abierta con Rainiero por el control económico de Mónaco. La idea del armador griego era proporcionarle a Rainiero un entretenimiento rubio que le distrajese en la batalla, que le hiciese no concentrarse en los asuntos de su reino y se dedicase a conducir magníficos descapotables, tomar el sol en las terrazas monagescas, beber dry martines y pasearse con la rubia colgada del brazo.



Tráiler de la película El príncipe y la corista (1957), de Laurence Olivier (vídeo colgado en YouTube por AdoreMarilyn)

Onassis le envió a Marilyn un mensajero para tantear a la actriz. Lo primero que hizo Marilyn fue preguntar dónde demonios estaba Mónaco y si el tal Mónaco tenía dinero. El enviado le resuelve las dudas. Y Marilyn promete pensar la propuesta.

Pero mientras lo piensa, Grace Kelly se convierte en princesa de Mónaco el 18 de abril de 1956. Marilyn lee la noticia en los periódicos y de repente se pregunta ¿qué tiene Grace Kelly que no tenga yo? Sí, Grace tiene estilo, clase y está muy bien educada, pero ¿no era ella la mujer más deseada del mundo? Marilyn nunca fue princesa: ni en el celuloide ni en la vida real. Sólo llegó a ocasional amante de un presidente de república casi sin historia. Pero princesa o no, el mito en el que se convirtió sigue creciendo con el paso del tiempo.  
 

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO (abril 2010):
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CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,7 jun 2010 19:59:14 GTM
<![CDATA[Belén Esteban triunfa en Mira quien baila y Rodríguez Zapatero continúa como presidente de gobierno]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1199
 

Juan Antonio González Fuentes

El caso ha pasado casi desapercibido en los mentideros de nuestro país. Ni los tertulianos radiofónicos ni los principales columnistas de periódico se han ocupado de ello como creo que el asunto demandaba, y así lo señaló recientemente el escritor Juan Bonilla, en un suelto en el que, como casi siempre, ponía el dedo en la llaga.

¿A qué me refiero? A que Belén Esteban ganó el concurso televisivo Mira quién baila gracias a las votaciones del público televidente. El concurso, en un principio, trata de premiar y señalar a los variopintos famosos (toreros, futbolistas, cantantes, actores, famosetes...) que mejor se desenvuelven en el difícil arte de la danza. A lo largo de varios programas, los “famosos” bailan acompañados de parejas profesionales distintos ritmos, desde valses a salsa, pasando por todo el espectro danzarín que a cualquiera de ustedes se le ocurra. Las actuaciones tiene lugar en un gala, pero a lo largo de la semana los famosos deben preparar sus intervenciones sudando sangre, lágrimas y, claro, algo de sudor. Unos lo hacen mejor que otros, unos son más diestros que otros, unos tienen más predisposición y habilidades que otros..., pero todos ponen cierto empeño y a lo largo de las distintas ediciones que ya se han dado ha ganado el famoso danzarín que, en principio, mejor acabó bailando. ¡Ah!, se me olvidaba decir que después de cada baile, un jurado también variopinto califica las actuaciones, y hace comentarios y sugerencias para mejorar las prestaciones de los neófitos danzantes. Después, el público desde sus casas, y por medio de votaciones telefónicas, va decidiendo quienes son sus bailarines predilectos. Todo normal y correcto, y si a uno le gustan este tipo de espectáculos, imagino que lo pasa bien y se entretiene. Bien.

El caso es que este año el concurso lo ha ganado Belén Esteban, uno de los personajes más increíbles de los que ha lanzado la televisión en los últimos años. No, no voy a entrar en calificaciones, notas biográficas, etc, etc..., simplemente diré que con más que notable diferencia la bailarina más tuerce botas, chusca, incapaz, inhábil, torpe, inepta e ineficaz de todas las ediciones del concurso habidas hasta la fecha ha sido esta chica. Su falta de gracia moviéndose era proverbial, sus movimientos torpes y patéticos eran un escándalo, la ausencia de estilo y gracejo era llamativo..., vamos, gala tras gala el ejemplo perfecto de cómo se desenvuelve en una pista de baile un pato mareado o un elefante con problemas de sobrepeso y de la tercera edad. Lo patético de Belén Esteban danzando era además subrayado por las evidentes habilidades de algunos de sus contrincarios, o al menos por las ganas que estos ponían a la hora de hacer que sus evoluciones sobre la pista no fueran ridículas. Gala tras gala el jurado le decía a Belén Esteban que su falta de aptitudes y de actitud la descalificaban, que era casi imposible que alguien prueba tras pruebas, ensayo tras ensayo, en vez de ir mejorando poco a poco, fuera empeorando a velocidad de vértigo en sus movimientos, en su ausencia clara y meridiana de gracia en los movimientos. Belén Esteban, en vez de acoger las críticas del jurado con humildad y autoconciencia de inutilidad, se enfrentaba a sus criticadores saliéndoles respondona.



Belén Esteban en el programa Mira quién baila (vídeo colgado en YouTube por MraAmparo)

Bien, la cuestión es que el público, desde sus casas, siguió votando la ineptitud manifiesta de la señorita Esteban. El público mayoritariamente despreciaba las grandes aptitudes, esfuerzos y buenos resultados de otros concursantes, y aplaudía incondicionalmente los numeritos patosos y de vergüenza ajena de Belén Esteban. Claro que ustedes pueden decirme que el programa es un tongo de tomo y lomo, y que desde el primer días, por contrato, todo el mundo sabía que Belén Esteban iba a ganar el concurso, aunque saliese a bailar en silla de ruedas y con los ojos –saltones- en las manos. Bien, acepto la posibilidad del tongo, pero la diferencia entre lo bueno y lo malo de lo que se veía eran tan obvia, tan abismal, que la dirección del programa debería haber disimulado un poco, y haber contratado como contrincantes de Belén Esteban a un grupo heterogéneo de gentes vestidas con sacos y atados con cadenas.

Pero ¿y si no hubo tongo?, ¿y si el concurso tuvo los resultados que sencillamente la plebe, por medio de sus votaciones, deseó? ¿Y si la gente en sus casas permaneció sorda y ciega a las críticas del jurado, sorda y ciega a las evidencias de la falta absoluta de aptitudes danzarinas de la Esteban, sobre todo en comparación con las espectaculares aptitudes de otros y otras? ¿Y si la gente deliberadamente voto al peor porque lo peor les gustaba? Las respuestas a estas últimas preguntas pueden resultar pavorosas, y razón suficiente para abandonar este país para siempre jamás. Ah, y Zapatero, técnicamente un incapaz, sigue siendo presidente de nuestro gobierno. 
 

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,4 jun 2010 20:34:20 GTM
<![CDATA[Los que duermen juntos: cuentos de cementerio (el de Ciriego, Santander)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1198
 

Juan Antonio González Fuentes

La casi recién nacida editorial santanderina El Desvelo Ediciones, ha reunido en el libro Los que duermen juntos, una docena de relatos de otros tantos escritores cántabros que ofrecen sus respectivas miradas sobre un cementerio, el santanderino Cementerio de Ciriego.

El periodista de El Mundo (edición Cantabria), poeta y editor de El Desvelo, Javier Fernández Rubio, ha explicado en conferencia de prensa que Los que duermen juntos es un "proyecto ilusionante", con el doble objetivo de hacer un "libro literario" y de que en él se plasmen recuerdos,vivencias y el patrimonio de Ciriego.

Varios Autores: Los que duermen juntos (El Desvelo Ediciones, 2010)

Varios Autores: Los que duermen juntos (El Desvelo Ediciones, 2010)

Fernández Rubio ha dicho que es un libro muy homogéneo, pero también variado, y en sus casi 200 páginas se pueden leer los cuentos “El panteón inhabitado”, de José Ramón San Juan; “A pesar de la luz”, de Eneko Vilches; “La segunda muerte de Segundo de la Cruz”, de Fernández Rubio; “El fin del mundo”, de Rebeca Le Rumeur; y “Pushplay”, de Marta San Miguel; “Al otro lado”, de Olga Agüero; “Citröen 11 ligero", de Gonzalo Calcedo; "Lanzas", de Pablo Escribano; "La viuda Adelaida", de Marcos Díez; "El Reinado de las Sombras Parlantes", de María san Emeterio; "El último plazo", de Javier Menéndez; y "Un principio" de Alberto Satamaría.

Los relatos van ilustrados con fotografías de Bruno Moreno, y el libro va acompañado de un prólogo del escritor santanderino Jesús Pardo, titulado "Tu casa de eternidad". 
 

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,3 jun 2010 19:41:0 GTM
<![CDATA[Winston Churchill reflexiona sobre el Sionismo. A propósito del ataque israelí a la flotilla internacional]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1196
 

Juan Antonio González Fuentes

El 22 de julio de 1946, el grupo terrorista judío Irgun, grupo liderado por Menahem Begin, hizo volar en mil pedazos en Jerusalén el hotel King David. Las víctimas mortales fueron 91, la mayor parte ingleses. Ese mismo día, Winston Churchill, partidario del Sionismo, hizo la siguiente reflexión:

“Si nuestras ilusiones respecto del Sionismo han de terminar en el humo de las pistolas de los asesinos, y nuestros afanes por su futuro han de dar origen a un nuevo grupo de pistoleros dignos de la Alemania nazi, muchos, como yo, tendrán que recapacitar”.

Creo que esta reflexión es hoy muy oportuna, cuando sabemos del ataque, en aguas internacionales, del ejército israelí a una flotilla de barcos desarmados que, aunque con dudosas intenciones pacíficas y libertarias, se dirigían a la costa para, supuestamente, entregar ayuda humanitaria en la franja de Gaza. Las primeras noticias hablan de diez muertos. Israel ha caído en la trampa de la provocación, y con su actuación se ha granjeado la repulsa y la condena internacional. 
 

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Últimas colaboraciones (Junio, 2010)
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LIBRO: Peter Sloterdijk: Ira y tiempo. Ensayo psicopolítico (Siruela, 2010)

LIBRO (mayo 2010):
Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,2 jun 2010 21:2:20 GTM
<![CDATA[Dennis Hopper, el Easy Rider que fue amigo americano y rebelde con causa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1194
 

Juan Antonio González Fuentes

Ha muerto Dennis Hopper de cáncer de próstata. Tenía 74 años, joven, diría mi señora madre, para morirse. En efecto, vivimos en una época en la que morir antes de cumplir ochenta y tantos es casi una desvergüenza, un evidente “fallo de fabricación”. Sí, Hopper era joven para morir, pero era viejísimo en nuestra memoria cinéfila. Su nombre y su figuran aparecían en ella desde mediados los años 1950, cuando nos fijamos en él como acompañante de James Dean en Rebelde sin causa, la sobrevalorada película de Nicholas Ray de 1954.

Hopper era un buen actor en el sentido moderno de la palabra, un actor de la raza y características de las de Brando, Newman o Dean, pero sin la “animalidad” física de éstos, sin lograr traspasar la pantalla. Hopper nunca enamoró a la cámara, y por eso de diluyó en papeles secundarios bajo la sombra aplastante de las estrellas de su generación y de otras.

Le recuerdo también en pequeños papeles sin importancia en películas grandes como Gigante (George Stevens, 1956) o Duelo de titanes (John Sturges, 1957), difuminado aquí por la estatura de Burt Lancaster y Kirk Douglas. Con los años siguió participando en películas más o menos importantes, siempre como un secundario llamativo pero con escasa presencia.

Hopper se convirtió en mito, es decir, en figura de póster para habitación de adolescentes cuando escribió, dirigió y protagonizó (junto a Peter Fonda) Easy Rider (1969), un bodrio hoy insoportable y envejecido que en su día pasó por ser algo así como la escenificación americana del mayo francés, una road movie con motos, ropa vaquera, drogas, hogueras en la noche, carreteras interminables, una historia de rebeldes con causa, la de Vietnam, la de la imaginación al poder, etc, etc…

Hopper se convirtió en leyenda, pero dilapidó el crédito alcanzado empeñándose en hacer realidad su un tanto infantil personaje de rebelde y salvaje. Sólo volvió a brillar cuando algunos grandes le dieron papeles breves pero explosivos, muy subrayados, muy desquiciados…, en los que Hopper encajaba como los dedos en un guante: El amigo americano (Win Wenders, 1977), Apocalipsis Now (Coppola, 1979) o Blue Velvet (David Lynch, 1986).



Dennis Hopper en Apocalipse Now, de Coppola (vídeo colgado en YouTube por DukeofConDao)

El resto de su carrera parece la cansina y consabida puesta en escena de una autoparodia. Cuando no estaba controlado por directores con paciencia y oficio, indefectiblemente se descarriaba en un mercado persa de muecas, asombros, brazos abiertos y cacharrería varia de actor descontrolado y demasiado autoconsciente. ¿Ejemplo? Waterworld, de Kevin Costner.

Has muerto Dennos Hopper siendo un viejo joven. Fue un buen actor al que venció su talento descontrolado, su empeño en ser un correcto rebelde, teniendo o no alguna causa.  
 

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
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LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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Monday,31 may 2010 19:56:19 GTM
<![CDATA[¿El tercer concierto para piano y orquesta de Brahms? Dejan Lazic convierte el violín en piano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1193
 

Juan Antonio González Fuentes

Franz Lizst transcribió para piano sinfonías de Beethoven, fragmentos de óperas de Verdi, Rossini, Wagner... Bach arregló para clave y orquesta algunas de sus partituras para violín y orquesta, y el mismo Beethoven versionó para piano su concierto para violín y orquesta op. 61. A comienzos del siglo XIX el célebre pianista Muzio Clementi quedó prendado del concierto para violín de Beethoven, así que se dirigió al maestro que hiciese la transcripción. Beethoven aceptó. Pues bien, ahora le ha llegado el turno a Johannes Brahms.

El compositor hamburgués escribió dos monumentales conciertos para piano y orquesta: conciertos extensos, muy exigentes para el solista, con una participación orquestal casi semejante al que demanda una sinfonía. Y Brahms escribió un único concierto para violín y orquesta, su op. 77, un concierto que con el tiempo se ha erigido en uno de los esenciales del repertorio. Bueno, pues ha llegado el pianista y compositor croata Dejan Lazic y ha convertido el concierto para violín en el tercer concierto para piano y orquesta de Brahms. Ha grabado la nueva partitura con él mismo al piano y la Sinfónica de Atlanta dirigida por Robert Spano como acompañantes. Channel Classics es el sello discográfico que ha convertido en disco el trabajo.

Los ejemplos que ha seguido Lazic han sido precisamente los de Bach y Beethoven, fundamentalmente este último, puesto que el de Bonn decidió no “pasar” al lenguaje del piano la que había escrito para el violín, sino que compuso una cadencia nueva, de muyo mayor “vuelo” que la original. El músico croata ha hecho algo semejante, labor facilitada porque el concierto para violín de Brahms no tiene una cadencia de su autor, sino que los solistas más importantes han realizado la suya: violinistas como Kreisler, Heifetz o Joachim, gran amigo de Brahms, y quien colaboró directamente en la escritura del concierto para violín.



Concierto para violín y orquesta, op. 77, de Johannes Brahms (vídeo colgado en YouTube por billythekid20)

Brahms dominaba el piano, instrumento del que incluso era un virtuoso. Por tanto conocía muy bien las posibilidades del instrumento, y cómo debía escribir para sacarle las máximas posibilidades. Sin embargo desconocía en gran medida el violín. ¿Por qué razón, entonces, escribió un concierto para violín? Lazic cree que la respuesta está en la amistad que le unía con Joachim, y en este sentido, si Joachim hubiera tocado el clarinete, por ejemplo, Brahms hubiera escrito un concierto para dicho instrumento de viento.

Brahms construyó su concierto para violín como si fuera para piano, y más tarde, gracias a la ayuda técnica de Joachim, escribió la parte solista para violín. Esta característica hace, en palabras de Lazic, que haya sido relativamente fácil la reescritura. Esta es la razón principal de que este “tercer concierto para piano” de Brahms suene tanto a Brahms, aunque claro, las primeras audiciones dejan confuso a quien ha escuchado y ama el concierto para violín, pues, lógicamente, espera escuchar el sonido del violín y no el del piano. Pero esa es la única (y gran) diferencia, puesto que en la parte orquestal no se ha tocado ni una sola nota.

¿Es legítimo lo que ha hecho Lazic? Esa es otra cuestión. ¿Estamos ante el Tercer concierto para piano y orquesta de Brahms? Esa es otra cuestión, pero la respuesta más sencilla y apegada al sentido común es un rotundo no. Estamos, ante lo que estamos, es decir, una transcripción, cuyo valor e interés es sin duda discutible. ¿Se abrirá paso en las salas de concierto esta obra de Brahms-Lazic? Démosle tiempo al tiempo. 
 

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
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LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,28 may 2010 13:11:42 GTM
<![CDATA[Mesa redonda: ¿es un blog o es literatura?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1192
 

Juan Antonio González Fuentes

Hoy, 27 de mayo, tendrá lugar en la Sala de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Cantabria, organizada por el Aula de Letras, la mesa redonda, “¿es un blog o es literatura?”

Fecha: 27 de Mayo de 2010

Hora: 20:00 h

Lugar: Sala de Grados de la Facultad de Derecho

En el acto intervendrán los escritores y blogueros Jesús Cabezón (poeta, político, mantenedor de la bitácora Diario de un Escéptico), Juan Antonio González Fuentes (poeta y gestor cultural, al frente del blog Ojos de Papel), Javier Menéndez Llamazares (novelista responsable dentro del periódico El Diario Montañés del la bitácora Cultura sin Papeles) y Regino Mateo (poeta, gestor cultural y profesor, responsable del blog Un Santander Posible), bajo la moderación de Ana Rodríguez de la Robla (autora a su vez de los blogs Hablemos de Victorias y El Pozo y el Péndulo).

Tras la mesa redonda, el público tendrá oportunidad de dialogar con los ponentes.

Entrada libre hasta completar aforo.

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
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LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,27 may 2010 11:16:5 GTM
<![CDATA[Curso sobre José Hierro en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1191
 

Juan Antonio González Fuentes

Del 9 al 13 de agosto de 2010 tendrá lugar en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en el Palacio de la Magdalena de Santander, un curso sobre la vida y la obra de José Hierro en el que intervendrán algunos de los más importantes especialistas en la figura del poeta y premio Cervantes de Literatura. 

CURSO ARTES Y LETRAS: CREADORES SANTANDERINOS «JOSÉ HIERRO: POEMAS PARA EL SIGLO XXI»

Dirección
Dámaso López García
Universidad Complutense de Madrid

Secretaría
Juan Antonio González Fuentes
Real Sociedad Menéndez Pelayo


José Hierro
(Madrid, 1922-2002), santanderino por vida, vocación y decisión personal, es uno de los poetas esenciales en lengua castellana de la segunda mitad del siglo XX. Miembro destacado de la Generación poética del medio siglo, también conocida como Quinta del 42, su poesía es compleja, densa, absolutamente personal y muy variada, pudiéndose rastrear en ella caminos de carácter social, neorromántico, experiencial, irracionalista, existencial..., una poesía siempre entre el reportaje y la alucinación, o mezcla de ambos conceptos.

A José Hierro la poesía en español le debe algunos de sus libros más importantes de las últimas décadas: Alegría (1947), Tierra sin nosotros (1947), Quinta del 42 (1952), Cuanto sé de mí (1957), Libro de las alucinaciones (1964), Cuaderno de Nueva York (1998). Su trayectoria fue reconocida con numerosos premios y galardones (Premio Adonais 1947, Premio Nacional de Literatura 1953, Premio Nacional de la Crítica 1957, Premio Príncipe de Asturias 1981, Premio Nacional de las Letras Españolas 1990, Premio Reina Sofía 1995, Premio Cervantes de las Letras 1999, Doctor Honoris Causa de la UIMP...), pero también con la popularidad y el afecto público de la gente sencilla.

El objetivo académico de este curso es doble. Por un lado realizar un recorrido exhaustivo y crítico por lo que fue la vida y la obra del poeta entre 1940 y 1998, y por otro estudiar la influencia de las poéticas de Hierro en la poesía de sus contemporáneos, en la de las generaciones poéticas de comienzos del siglo XXI, y aventurar qué papel jugarán en la poesía del futuro.

Lunes 9 de agosto

10:00 Inauguración

10:30 La lírica de José Hierro: Música al compás del compromiso
Philippe Merlo
Universidad de Lyon 2

12:00 Primer itinerario de J. Hierro: De la revista Corcel (1942) al Libro de las alucinaciones (1964)
Fanny Rubio
Universidad Complutense de Madrid

15:30 La poesía de José Hierro como canción
Inés Fonseca
Cantautora
16:00 Concierto sobre poemas de José Hierro

Martes 10 de agosto

09:30 José Hierro y las artes plásticas
Salvador Carretero Rebés
Director del Museo de Bellas Artes de Santander

11:30 José Hierro: La trayectoria de un poeta ejemplar
Luis García Jambrina
Universidad de Salamanca

15:30 Cuando no conocíamos Nueva York
Manuel Arce
Escritor

16:30 Mesa redonda
Philippe Merlo
Fanny Rubio
Manuel Arce TC " Manuel Arce " \l 2
Luis García Jambrina

Moderador:
Dámaso López García


Miércoles 11 de agosto

09:30 El arte de la anacronía. Notas para una recepción de José Hierro
Alberto Santamaría
Universidad de Salamanca

10:30 José Hierro: un autorretrato en el lograrse
Juan Antonio González Fuentes
Real Sociedad Menéndez Pelayo

12:00 Lenguaje y realidad en la poesía de José Hierro
Claudie Terrason
Universidad de Paris-Este Marne-la-Vallée

15:30 José Hierro y la Quinta del 42
Julio Maruri
Poeta y pintor
Eduardo Rincón
Compositor

16:30 Mesa redonda
Alberto Santamaría
Claudie Terrason
Julio Maruri
Eduardo Rincón
Moderador:
J. A. González Fuentes

Jueves 12 de agosto

09:30 José Hierro: poesía total
Pedro J. de la Peña
Universidad de Valencia

11:30 “¿Un hombre como hay muchos?” El mito personal de José Hierro
Ángel L. Prieto de Paula
Universidad de Alicante

15:30 José Hierro: Teoría y escritura del poema
José Cipriano Paulino Ayuso
Universidad Complutense de Madrid

16:30 Mesa Redonda
Pedro J. de la Peña
Ángel L. Prieto de Paula
José Cipriano Paulino Ayuso
Moderador:
Dámaso López García

Viernes 13 de agosto

09:30 Irracionalismo poético y postmodernidad
Jesús María Barrajón
Universidad de Castilla-La Mancha

11:00 El futuro de la poesía de José Hierro
Jaime Siles
Universidad de Valencia

13:00 Entrega de diplomas y clausura

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
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LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,26 may 2010 9:15:59 GTM
<![CDATA[Los Murillo de un tejano que fueron robados por los nazis a los Rothschild franceses]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1190
 

Juan Antonio González Fuentes

El tejano Meadows Museum de Dallas, acaba de ponerse a investigar si dos de sus piezas pictóricas más emblemáticas, los retratos de las patronas sevillanas Santa Justa y Santa Rufina, pintadas por Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) aproximadamente en 1665, y que la institución adquirió en subasta en 1972, proceden o no del expolio que los nazis le hicieron a la familia Rothschild, en sus rama francesa.

El museo tejano, que nació gracias a la donación del magnate del petróleo Algur H. Meadows, posee obras maestras de la pintura española, de pintores como Picasso, Goya, Ribera, Velázquez o Zurbarán, y en su página web reconoce que, en efecto, está estudiando si las “santas” de Murillo fueron robadas por los nazis. Algur H. Meadows desarrolló un interés en el arte durante las frecuentes visitas que realizó a España durante la década de 1950, cuando pasó largas tardes en el Museo del Prado. Meadows comenzó a coleccionar arte español y su colección ha crecido hasta convertirse en una de los mejores –si no la mejor– fuera de España, incluyendo numerosas obras de nuestro Siglo de Oro pero también de Goya, Sorolla, Fortuny, Picasso o Juan Gris.

Retratos de Santa Justa y Santa Rufina, depositados en el Meadows Museum

Retratos de Santa Justa y Santa Rufina, depositados en el Meadows Museum

El director del museo, Robert Edsel, descubrió durante unas investigaciones destinadas a documentar un libro, una fotografía antigua de las pinturas de las patronas de Sevilla en la que podía observarse una inscripción en los marcos muy parecida a la que usaban los nazis para señalar las obras requisadas a las familias judías. Concretamente, la inscripción marcada en la parte inferior del marco de Santa Justa es ‘R1171’, es decir, la pieza número 1.171 de las más de 6.000 que fueron sustraídas de la colección Rothschild en Francia.

Meadows Museum (Dallas)

Meadows Museum (Dallas)

Hay que subrayar en este sentido que la inmensa mayoría de las obras del pintor español repartidas por distintas colecciones del mundo proceden de otro expolio, el realizado por las tropas del mariscal francés Soult durante la Guerra de la Independencia.

El Meadows Museum trabaja en estos momentos en seguir la relación de propietarios de las pinturas, y para ello ha contratado, como si de detectives se tratase, a un grupo de expertos en Londres y en París para que estudien los documentos alemanes sobre la procedencia de las obras, e intentar así conocer a los verdaderos dueños de los Murillo, pues según parece, antes de que el Museo comprase las pinturas en Nueva York en 1972, las pinturas habían sido devueltas al Estado francés tras la II Guerra Mundial, pero jamás regresaron a manos de sus en principio verdaderos dueños, los Rothschild.

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,25 may 2010 18:50:4 GTM
<![CDATA[Nazis en Cantabria: Kurt Bormann y Reinhard Spitzy]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1189
 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando la II Guerra Mundial terminó, las autoridades aliadas le hicieron llegar a Franco una lista en la que aparecían los nombres de 104 agentes nazis que, según la información que manejaban, vivían en España. La intención de los aliados es que esos agentes fueran deportados para ser juzgados. Sus nombres están hoy conservados en los microfilmes de documentación millar y diplomática de los archivos nacionales de Washington.

La Abwher, la organización militar de espionaje alemana, desplegó, por ejemplo, en mi ciudad, Santander, una red de agentes que hoy constatan diversos documentos oficiales de la época y los testimonios de los protagonistas y de sus familiares. La Abwher abrió en Santander incluso dos delegaciones de la Kriegsorganitation-Spanien (KOSP) y la Sicherheitsdienst (SD), las dos ramificaciones españolas de los espías nazis.



Reinhard Spitzy entre dos monjes en 146 o 1947 (fuente thejailynews.blogspot.com)

Los dos principales “nazis santanderinos” fueron Kurt Bormann y Reinhard Spitzy, aunque pueden nombrarse a otros como Beseler, Juan Rohe o Dierssen. A este último yo llegué a conocerlo, pues era propietario del Vivarium de El Sardinero, y en tiempos frecuenté mucho a sus nietas y a su hijo, el célebre doctor Guillermo Dierssen.

De todos estos nazis santanderinos el más célebre sin duda fue Reinhard Spitzy, a quien apodaban “el pasiego”, como le conocían en la localidad de Santillana del Mar, donde residió. Spitzy era aviador y diplomático, hijo del médico personal del emperador austriaco, y llegó a ser oficial de las Waffen-SS y secretario personal del ministro de Asuntos Exteriores nazi Von Ribbentrop. Spitzy fue un nazi convencido, admirador de Hitler a quien llegó a tratar personalmente. Fue activo colaborador de Canaris y Schellenberg, jefes del espionaje alemán. Spitzy, antes de recalar en Santilllana del Mar, se hizo pasar por ejecutivo de la empresa Skoda en Madrid para así enviar información delicada a Berlín. 

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
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LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,24 may 2010 10:18:34 GTM
<![CDATA[Los poemas ásperos (2004-2009) de Fernando Abascal Cobo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1188
 

Juan Antonio González Fuentes

El pasado 30 de abril presenté en el Museo de Bellas Artes de Santander el último poemario de Fernando Abascal (Santander, 1954), Los poemas ásperos (2004-2009), con el que La grúa de piedra, la colección que dirige y patrocina Luis Alberto Salcines, acaba de hacerse un hueco para siempre en la historia de nuestra poesía.

Les dejo con las palabras que leí en esa presentación:

“Ahora mismo, y en relación a este acto de presentación, estoy completamente seguro de al menos dos cosas. Primera, Fernando está incómodo, y sería capaz ahora mismo de invitarnos a todos a cenar, incluso a un restaurante caro, con tal de que esto no se prolongue más de la cuenta (posibilidad que queda aquí apuntada y depende por completo de él). Y segunda, esta presentación, la mía, la que les estoy leyendo a ustedes, le va a resultar simpática y amena, me la va a agradecer, por supuesto, pero en el fondo no le va a gustar nada, y sin duda con toda la razón.

Voy a dedicar sólo un instante a explicar por qué estoy seguro de lo dicho, aunque la causa primordial y última es que somos amigos y nos conocemos bien. Repito, amigos, y pueden ustedes otorgarle toda la gravedad de la que sean capaces a la palabra. Sí, somos amigos y nos conocemos bien.

A Fernando Abascal no le gustan los focos de lo que podríamos llamar la atención mediática, ni le gusta la imprescindible puesta en escena que, al parecer, requiere el hecho cultural y artístico en nuestros días para ser tenido en cuenta como tal, eso sí, con el ruido y la furia de un mundo idiota al que, paradójicamente, cada vez le importan menos estas cosas…Y es que a Fernando le disgusta sobremanera la banalidad de la luz de esos focos de los que hablamos, los lugares comunes con los que se etiqueta a los libros y a sus autores, la ausencia de rigor, de análisis, de verdadera crítica, la enorme y hueca impostura que subyace bajo este pequeño circo en cuyas pistas algunos hacemos malabares desde hace años.

Y esta es la causa principal por la que estos párrafos míos a Fernando no le van a gustar, aunque ya he dicho que disimulará la contrariedad de la mejor manera posible. Y es que yo no voy a ser capaz de hacer un análisis riguroso de su libro, no estoy capacitado para ello. No soy filólogo, no manejo ni las herramientas científicas básicas ni poseo el talento para hacer lo que él hace con los trabajos de los demás y, en silencio expectante, demanda para los suyos, obteniendo a cambio de dicho anhelo tan sólo impresiones. Impresiones impresionistas, valga la redundancia, como las que les voy a ofrecer ahora aquí, vaguedades en torno a un libro, Los poemas ásperos (2004-2009), con el que La grúa de piedra, la colección de Luis Alberto Salcines, acaba de hacerse un hueco para siempre en la historia de nuestra poesía.

Voy a empezar señalando un hecho que es esencial en el caso que nos ocupa. Escúchenme bien: Fernando Abascal es poeta. Y no, no lo es, como podríamos decirnos algunos de nosotros, por el simple hecho de haber publicado algunos libros con poemas. No, Fernando Abascal es un poeta de verdad, auténtico, de Ley, porque mira y dice como poeta, porque como tal reflexiona permanentemente sobre la materia prima con la que trabaja, las palabras, a las que hace pensar, y porque, él lo dice en uno de los más lapidarios versos de este libro, quizá a modo de poética en negativo, de reverso de poética: “Quien dice que ‘dice’ es dos veces nadie”. ¿Cabe mejor definición en negativo de lo que para Fernando Abascal es un poeta? Este verso es la silueta perfecta y vacía, claro, de su autorretrato.

Fernando es poeta de decir una sola vez, y por tanto, de un único y personalísimo nadie poético, y los poemas ásperos que aquí nos ofrece contienen versos que subrayan con claridad meridiana la naturaleza última de su ser poeta, de su íntimo ser nadie como poeta de verdad.

En este sentido el poema “Haz pensar a las palabras” es toda una declaración de intenciones, todo un tratado de poética condensado en tan sólo siete versos, y es el autorretrato completo de Fernando como poeta. Lo leo, por favor, estén atentos (pág. 14):

"Haz pensar a las palabras, míralas de frente,
como si te miraras en el espejo que te refleja.
Toca el mundo con tu mano y enrédate en su nada.
Como si fueran las piedras de un río que cruzas,
písalas, ábrelas con la navaja de tu piel,
entra en su no saber, extravíate en su olvido.
Enhebra la verdad en ellas, hace falta."

¿Se puede ser más claro, más rotundo en lo que se refiere a concebir y definir el sentido de la poesía hoy, en la contemporaneidad postmoderna? “Haz pensar a las palabras”, míralas de frente, te reflejan, son tú, son el sendero que te dice el mundo, que enhebran, que cosen la verdad, y a la vez, paradoja poética por excelencia de la poesía de después de las vanguardias históricas, son recipientes del no saber, y sólo pueden abrirse, penetrarse, si las abres con tu propia piel, en el riesgo del abismo frente al abismo, que señaló Juarroz, una referencia inexcusable en el caso de Fernando.

Las palabras, para Fernando Abascal, son la piel del poeta, son él mismo, forman parte de su esencia, lo reflejan como el vaho de un espejo, y a la vez, son la mejor representación de ese nadie que en definitiva también es el poeta, alguien que al decir revela su carácter íntimo de nada, de nadie, de pura búsqueda, de mirarse a sí mismo mirando el mundo e intentando nombrarlo, cosiéndole palabras, verdades que se enhebran porque, sencillamente, “hace falta”.

Sí, “hace falta” asegura Fernando Abascal al final del poema. “Hace falta” nombrar el mundo, coserlo literalmente a las palabras, esclavizarlo a ellas, es el único medio para sabernos de algún modo, y para extraviarnos también, definitivamente, quizá para siempre.

Fernando Abascal es un poeta que mira. Para él no es posible la poesía sin la mirada, no es posible nombrar sin ver, aunque lo que se vea sea simplemente lo oscuro. Lo verbaliza con nitidez en algunos versos de la serie de poemas que ha titulado muy significativamente DEL MIRAR, de la primera sección, In media res, de las cuatro en las que están divididos estos poemas ásperos. Escribe el poeta haciendo siempre pensar a las palabras, una letanía de conceptos, de ideas en torno a mirar y nombrar, dos espejos situados frente a frente. Cito:

“Nombrar es detenerse, hacer un nudo en la cuerda del tiempo, esquivar lo que fluye, remansar el agua de lo visible, ahuyentar lo oscuro, sentar un río en nuestra rodillas”.

“Mirar es entrar, vestir el vacío con las palabras de los ojos. La mirada conforma el decir, habita una desnudez de origen, el espacio sin nombre del que venimos”.

“Tras el mirar, la mordedura del decir, lo que identifica, lo que esclaviza”.

“Las palabras se miran en los espejos, se dicen”.

“Cerrar los ojos, ver en lo oscuro”. Fin de las citas.

Nombrar (poetizar diría yo) es remansar el agua de lo visible, vestir el vacío, ver en lo oscuro. Pienso que Fernando Abascal es un poeta religioso en el sentido en el que la pensadora María Zambrano emplea el término (“hacer pensar a las palabras” es aquí un punto clave).

María Zambrano, como Unamuno, como Heidegger, nos dice que la poesía es el único camino del conocimiento que puede llegar en el nombrar (en el concebir, en el alumbrar y ver, por tanto) a aquellos territorios a los que el pensar sistematizado de los sistemas filosóficos no llega. El lenguaje, el uso poético de las palabras, nos religan así a áreas del ser y del saber a las que nada más puede llegar. La palabra poética mira en lo oscuro, nombra lo que el lenguaje normalizado no llega ni siquiera a vislumbrar, a tantear. El lenguaje poético, en la estela de Fernando Abascal, es el que ve, nombra y alumbra. El lenguaje normalizado sólo palpa la superficie de la superficie del mundo. El poeta mira y hace pensar a las palabras para religar su nadie a lo infinito del ser y del sentir.

Mirar, nombrar, luz, espejos, palabras…, son los hitos conceptuales básicos de la poética de Fernando Abascal. Se mira el mundo para nombrarlo, y esa operación sólo se puede realizar pensando las palabras, y logrando que las palabras piensen, vean donde otros lenguajes nada ven. “Decir que se dice es ser dos veces nadie”. Los poetas de verdad no dicen que dicen, se limitan a decir. Son como el erizo del poema de Fernando, ese erizo en el que él, el poeta y el hombre Fernando se ha transformado (en el poema quizá sobre todo el hombre). Un animal secreto que anhela dejarse ir a un lugar sin centro, que sabe que lo único que en definitiva es verdad, la belleza, habita agazapada en un punto oscuro del arco que une las palabras.

Fernando es un poeta, es el erizo de su poema, uno de los poemas más hermosos, sabios y desoladores que he leído jamás, y que forma parte de este libro que hoy presentamos, estos poemas en verdad ásperos, sin concesiones, que están llamados a ser un antes y un después en la poesía de Fernando Abascal, un antes y un después en nuestra poesía, la de todos nosotros, la poesía más bella, la más verdadera”. 

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,21 may 2010 19:25:5 GTM
<![CDATA[Todos los poemas de José de Ciria y Escalante (1919-1921)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1187
 

Juan Antonio González Fuentes

El poeta y profesor Alberto Santamaría y yo mismo estamos preparando una edición de la obra completa conocida del escritor y poeta ultraísta santanderino José de Ciria y Escalante. La edición ya está en marcha y el editor barcelonés Jesús Ortiz está trabajando para que vea la luz en los próximos meses en el sello Icaria, pero en una coedición con el sello Ediciones La Bahía.

El trabajo llevará dos prólogos, uno más biográfico escrito por mi y otro más filológico y crítico escrito por Alberto Santamaría. La obra de Ciria a su vez estará presentada divida en dos: la poesía y la prosa. A continuación me gustaría ofrecer a los lectores de Ojosdepapel todos los poemas que entre 1919 y 1921 José de Ciria escribió o tradujo a lo largo de su brevísima existencia. Creemos que es un lujo el poder ofrecer aquí completa la obra poética de Ciria, un autor casi desconocido pero realmente interesante dentro de la pequeña historia de la poesía de la vanguardia histórica en nuestro país. La procedencia de los poemas que a continuación puede leerse es parte del prólogo escrito por Alberto Santamaría.

Procedencia de los poemas:

“Acuarela de las carreras”, La Atalaya, 3 de agosto, 1919.
“Anhelo”, La Atalaya, 17 de septiembre, 1920.
“Reloj”, Grecia, nº 43 junio 1920.
“Jornada”, Grecia, nº44, junio 1920.
“Verbena”, Grecia, nº45, junio 1920.
“Angustia”, Reflector, nº1, diciembre, 1920.
“Velero”, Ultra, nº1, enero 1921.
“Maternidad”, Ultra, nº3, febrero 1921.
“Espuma”, Ultra, marzo de 1921.
“Mutación”, versión-traducción del poema “Mutation” de Apollinaire, Ultra, nº5, marzo, 1921. En este caso hay una variación con respecto al original, el cual tenía una estrofa más. Esta estrofa que en el libro no aparece pero sí en la versión publicada en Ultra, ha sido incluida en esta edición. La estrofa en cuestión es: “Las granadas que estallaban / ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!”.
“Lazos”, versión-traducción del poema “Liens” de Apollinaire, Ultra, nº7, abril 1921
“Estancia”, Ultra, nº11, mayo 1921.
“Alba” es el único poema que apareció en el libro póstumo de 1924 que carece de dato de su edición en revista. Sin embargo, la investigación del profesor Francisco Javier Díez de Revenga ha dado con el lugar de su publicación original. Así lo explica en su edición de las obra de Ciria (Universidad de Cantabria, 2003): “vamos a dar a conocer cuándo se publica por primera vez el poema “Alba”, que figura en último lugar en el libro de poemas realizado por los amigos de Ciria. // Y es que en Murcia también se recogieron dos poemas de Ciria y Escalante, con motivo de su muerte. En efecto, en el Suplemento Literario de la Verdad, que dirigía Juan Guerrero Ruiz, del 15 de junio de 1924, número 23, figura el poema de José de Ciria y Escalante titulado “Alba”, con cuatro versos más de los que figuran en su libro de poemas de 1924, exactamente los cuatro últimos, que aprovecho para restituir y devolver al poema”. Siguiendo la rigurosa e importante investigación del profesor Díez de Revenga, hemos incluido también esos cuatro últimos versos.

José de Ciria y Escalante (1903-1924)

José de Ciria y Escalante (1903-1924)


POESÍA (1919-1921)


ACUARELA DE LAS CARRERAS

A Cecilia Bonet 

           Pasa tu figura airosa,
de una suprema elegancia,
exhalando la fragancia
                        de la rosa 
             y de las lises de Francia.

            Posas tu mirada honda
en el lejano confín
al pasar bajo la fronda
                                      del jardín…
Y una mariposa ronda
por el sangriento clavel
de tu boca de escarlata
que dibuja una sonrisa
que recuerda a Mona-Lisa,
y la mariposa trata
de libar allí la miel.
              Hay en tu rostro inquietante
una sombra de tristeza,
y en tus ojos una llama
                                      de dolor…
Pareces por tu semblante
de insuperable belleza
             de una dama
de la corte del Terror.

             ¡Oh, el cuadro sangriento
del viejo París
después del viento
de la guillotina!...
Perdieron fragancia
las flores de lis
del reino de Francia,
y el pueblo asesina
con saña cruel
a los cortesanos,
que mueren a manos
de sus servidores…
¡Reino de dolores
fue el reinado aquél!
Pasa tu figura airosa
de una suprema elegancia
exhalando la fragancia
de la rosa
de la Casa Real de Francia.


ANHELO

Para José del Río Sainz


              Que nuestra voz, poetas, la voz del pueblo sea,
del pueblo que trabaja y sufre resignado.
Que sus grandes dolores en nuestros versos vea
y en ellos halle alivio su cuerpo fatigado.

               Que nuestra musa sea toda la Humanidad
con sus negros dolores y sus ruínes miserias.
¡Fecundemos su cuerpo con nuestra sangre! ¡Amad,
hermanos, sus bellezas igual que sus lacerías!

               Cantemos en un verso todo el dolor del mundo,
del mundo pobre y ciego que marcha lentamente.
Cantemos optimistas su supremo ideal
y será nuestro arte vigoroso y fecundo
y nosotros, poetas, marcharemos al frente
de la vida a los sones de una marcha triunfal.


RELOJ

Para Adolfo Salazar

               La madre abadesa
reza
con voz de estrella
               Las novicias se han dormido
soñando
con los trasnochadores
               La pantalla cinematográfica
                                                                  aborta
un paisaje lunar
Y en lo alto del FARO
                                       el torrero y su novia
se dan un beso en la boca
Los luceros agitan
las campanillas


JORNADA

Para Isaac del Vando-Villar, cuya sangre está plena del optimismo de una media verónica.

Mis ojos se han manchado
                                                      de Sol

Todos los ruiseñores tienen un libro 
                                                         abierto
¿Será de Campoamor?
Al traje de Belmonte
     le apolilló una estrella
El toro ha destripado con sus cuernos
al Sol
y todos los recuerdos 
                                     se han vestido de blanco
en mi corazón


VERBENA
Para Eugenio Montes

Las carreteras vírgenes
                                            cogidas de las manos
ofrecen sus vientres desnudos
a los aeroplanos

                                              En un beso sin alas
                                    me remonté a una estrella
Aquella nube blanca
                                     que me enjugó las lágrimas
hoy ha muerto de pena
De mi sortija penden
                                         todos los merenderos
                                  y en mis hombros reposan
                                                       los senderos
                                                       HE CAÍDO
Las miradas de todas las doncellas
                        se habían enroscado en mis pies
                                                  ADELANTE
El humo de mi pipa pita como un tren


ANGUSTIA
Para Mauricio Bacarisse

Los árboles gimnastas
que han saltado en la pista
van recogiendo aplausos con el pico

                          Las banderas desnudas
                          sollozan en sus cárceles

Canciones insospechadas
naufragan en mi pecho

El otoño ha deshojado mi cartera

Un lucero extraviado
me canta junto a la almohada


VELERO

Hoy el mar es un balandro dominguero
             su vela llega al cielo

Un viejo marinero
             al fondo del crepúsculo
da de beber ginebra
a las olas heridas

      Perlas recién paridas
gimen en los rincones de la barca

El capitán antes de levar anclas
adoptó como hijas
a dos estrellas huérfanas

Verde                amarillo                azul

     Los peces humoristas
ensayan en el agua
pinturas puntillistas


MATERNIDAD
Para Rafael P. Barradas

Las canciones perdidas
duermen en los faroles

Yo quisiera beberlas en un beso

      Pero
si se despiertan morirán sus hijas


ESPUMA
Las banderas rebeldes
cruzan los horizontes

                                     Cristo
                           sobre las aguas
apacienta el rebaño de olas


MUTACIÓN

De Guillaume Apollinaire

Una mujer que lloraba
              ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!
Los soldados que pasaban
              ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!
Un esclusero que pescaba
              ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!
Las trincheras que emblanquecían
              ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!
Las granadas que estallaban
              ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!
Las cerillas que no encendían
              ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!
Y todo
     ha cambiado tanto
                                         En mí
Todo
     Salvo mi amor
                              ¡Eh! ¡Oh! ¡Ah!


LAZOS

De Guillaume Apollinaire

              Cuerdas hechas de gritos
Sonidos de campanas a través de Europa
Siglos ahorcados
Rieles que atan las naciones
No somos más que dos o tres hombres
Libres de todos lazos
Démonos la mano
Violenta lluvia que peina los humos
Cuerdas
Cuerdas tejidas
Cables submarinos
Torres de Babel convertidas en puentes
Arañas-Pontífices
Todos los enamorados que un solo lazo ha unido

Otros lazos más tenues
Blancos rayos de luz
Cuerdas y Concordias
Escribo solamente para exaltaros
Oh sentidos Oh sentidos queridos
Enemigos del recuerdo
Enemigos del deseo
Enemigos de la pena
Enemigos de las lágrimas
Enemigos de todo lo que amo aún.


MOMENTO

      Mi boca
plena de luminosos rayos
                                             se sumergió
en el cuenco de tu imagen
gustando aquel beso
que un día 
                 dejaste olvidado
entre mis dedos
       Y tus cabellos de cuerdas de guitarra
ahogaron mis palabras
palomas temblorosas que
JAMÁS
              hubieran
                             podido
                                         volar


ARENA
                          Olas
Almohadas de sueños de niñas

                          Olas
Lechos de miradas
para los desvelos
de los nautas

                          Olas
Lomo de horizontes en flor


                          El sol
se abre en la playa
como un fruto en sazón


ESTANCIA
      Los poemas aun no nacidos
gimen bajo la lámpara

      Sobre mi frente
se deshojan como flores
                                      tus palabras

      Las canciones perdidas
sueñan en la ventana

El silencio
                       en el espejo
                                             naufraga

     Un lucero extraviado nos canta
junto a la almohada


ALBA
Zumo de luna en la estancia

     Los poemas aun no nacidos
gimen 
     bajo la lámpara

     Y mis recuerdos en corro
dicen la buenaventura
a las estrellas ancladas

     El silencio en el espejo naufraga

     De mis párpados volaron
las mariposas del alba
y mis lágrimas
                           dormidas
ruedan hacia la mañana

     Nubes blancas en hilera
momias de mis horas cándidas 
     Y un lucerito extraviado
camino de la Vía Láctea
 

***


Últimas colaboraciones (Mayo, 2010)
 de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,20 may 2010 19:2:17 GTM
<![CDATA[El arqueólogo Paul Pelliot y la cueva china llena de manuscritos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1186
 

Juan Antonio González Fuentes

A principios del siglo XX hubo un joven explorador, arqueólogo y lingüista francés de nombre Paul Pelliot. En lo suyo sólo cabe decir que era un verdadero superdotado. Trabajaba en China con un equipo de arqueólogos alemanes, más concretamente en la región de Dunhuang, zona occidental del gigante asiático, en plena ruta de la seda. Esa es una zona de la que se sabía, gracias a los caravaneros, había un sinnúmero de cuevas en las que se guardaban estatuas de Buda y otros múltiples objetos. Un verdadero tesoro.

En 1911 el equipo en el que estaba integrado Paul Pelliot descubrió una cueva cerrada de forma artificial desde el siglo X después de Cristo. Tras negociar con el gobierno chino lograron el permiso para abrir y entrar. El tesoro hallado no eran estatuas, joyas, oro..., eran nada más y nada menos que setenta mil manuscritos, todos anteriores al siglo X. Para muchos fue el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XX: toda una cueva poblada de libros antiguos, desconocidos.

Paul Pelliot en 1908 (fuente: wikipedia)

Paul Pelliot en 1908 (fuente: wikipedia)

Pelliot estuvo tres semanas en la cueva clasificando y estudiando los manuscritos. El francés descubrió dos lenguas desaparecidas, una de ellas el pahlavi, una antigua lengua que se había hablado y escrito en Persia. Encontró también el único texto maniqueo que se conserva, escrito en chino. Pelliot encontró otros documentos de carácter ciertamente fabuloso. El investigador francés logró que el gobierno francés, de acuerdo con el chino, comprara cerca de veinte mil de aquellos manuscritos. Hoy ese fondo es el fondo Pelliot de la Biblioteca Nacional francesa, un fondo que sigue siendo traducido y estudiado.

***

Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,19 may 2010 18:50:4 GTM
<![CDATA[Joan Herrera responde a Juan Antonio González Fuentes a propósito de Alfonso XIII y la historia de España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1185
 

Juan Antonio González Fuentes

El pasado día 6 de mayo de este año en curso, publiqué en estos Ojosdepapel un post titulado: El diputado Joan Herrera y Alfonso XIII: lección parlamentaria de historia de España en dos patadas. El artículo me lo había dado hecho el escritor Arturo Pérez Reverte, quien en el suplemento dominical en el que escribe habitualmente, había hecho referencia semanas antes al caso. El diputado Joan Herrera ha leído mi post (desconozco si leyó el artículo de Pérez Reverte), y según parece ha intentado contestar al mismo sin poder hacerlo por razones imagino que técnicas. Así que envió su réplica al director de Ojosdepapel, Rogelio López Blanco, quien me la ha hecho llegar a mi por medio del correo electrónico. Creo que es de justicia el hacer pública su contestación, a la que tampoco yo voy a hacer ningún comentario. La réplica de Joan Herrera, íntegra, es la que sigue:

“Buenos días,

He sido incapaz de publicar una respuesta en el artículo titulado "El diputado Joan Herrera y Alfonso XIII: lección parlamentaria de historia de España en dos patadas" escrito por Juan Antonio González Fuentes, artículo que fue escrito en el portal ojosdepapel.com, que si no me equivoco usted dirige. Me gustaría que le hiciera llegar a Juan Antonio González Fuentes el siguiente mensaje:

La noticia a la que hacéis referencia en este artículo (en referencia a "El diputado Joan Herrera y Alfonso XIII: lección parlamentaria de historia de España en dos patadas") fue rectificada al cabo de algunas horas por las mismas agencias que la destacaron. Hace algunos meses registramos una batería de preguntas sobre diferentes símbolos franquistas en sedes militares, ministeriales, administraciones e instituciones diversas. Denunciamos más de 100 emplazamientos con simbología franquista. Una de esas preguntas denunciaba un mueble vitrina de madera con escudo preconstitucional en su parte superior en el Grupo de Regulares 52 de la Base "Alfonso XIII" de Melilla. Debido a un error de transcripción comprensible, fruto del volumen de trabajo por las más de 100 preguntas registradas, se realizó el fallo en una de las preguntas al no concretar el emplazamiento de la simbología franquista y referirnos únicamente a la base "Alfonso XIII". Algunos medios recogieron dicho error, pero la mayoría rectificaron al cabo de algunas horas al presentarse nuestras explicaciones.

En cualquier caso debería ser motivo de reflexión que un error técnico haya generado mucha más repercusión que las 100 preguntas que registramos, gracias a las cuales elementos de simbología franquista y preconstitucional será sustituida por simbología democrática.

Sobre las descalificaciones que me propina en su artículo, entenderá que me abstenga de opinar.

Muchas Gracias y un saludo cordial,

Joan Herrera Torres
Diputado en el Congreso
Portavoz adjunto del Grupo Parlamentario IU-ICV-ERC”.
 

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,17 may 2010 18:50:4 GTM
<![CDATA[Paul Verlaine en España, crónica del poeta José de Ciria y Escalante]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1184
 

Juan Antonio González Fuentes

El 28 de junio de 1921, el poeta José de Ciria y Escalante publicó en el santanderino periódico La Atalaya, un artículo sobre el poeta francés Paul Verlaine (1844-1896) y la recepción de su obra en España. El artículo es muy interesante porque habla de cómo había sido la recepción de la poesía simbolista en nuestro país y en nuestro idioma, y porque implícitamente subraya el estado de la cultura española: hablar en 1921, en uno de los momentos cumbre de lo que hoy llamamos las Vanguardias históricas, un jovencísimo poeta español aún publicaba un artículo en un periódico de provincias clamando por el desconocimiento de la obra y la figura de un poeta que había tenido su impacto principal casi medio siglo antes. Aquí les dejo con el artículo de Ciria, me parece, insisto, de verdad interesante y significativo.

PAUL VERLAINE EN ESPAÑA (publicado en La Atalaya, 28-VI-1921)

En una ocasión escribía Rubén Darío refirién­dose a Verlaine: “En España es casi desconoci­do y seralo por mucho tiempo: solamente el talen­to de Clarín creo que lo tuvo en alta estima: en lengua española no se ha escrito aún nada digno de Verlaine: apenas lo publicado por Gómez Carri­llo; pues las impresiones y notas de Bonafoux y Eduardo Pardo son ligerísimas”.

Hará, próximamente, unos treinta años que es­cribió estas líneas el poeta nicaragüense.

El nombre de Verlaine, efectivamente, ha per­manecido en España ignorado de la mayor parte de las gentes. Nuestros críticos apenas si se han preo­cupado de poner de relieve la personalidad y sig­nificación del jefe más famoso del simbolismo. Y algunos de nuestros poetas que de más renombre gozan, aprovechándose del desconocimiento que de la obra del excelso creador de Fiestas galantes había entre el público español, han ido apropián­dose, más o menos disimuladamente, los caracte­res que perfilan el alma cristiana y torturada, sutil y profunda, inocente e irónica, sincera siempre del pobre Lelián.

Era necesario que en España se conociese a Verlaine, que se profundizase en su obra, que se apreciara la extraordinaria importancia de la revolución llevada a cabo por el poeta francés, revo­lución que marca en la historia literaria el fin de un periodo y el comienzo de otro.

La editorial Mundo Latino está realizando la loable empresa de dar a conocer en castellano toda la obra de Paul Verlaine, dos de cuyos tomos están ya publicados: Los poemas saturnianos, tra­ducido por Emilio Carrere y Los poetas malditos, vertido a nuestro idioma por Mauricio Bacarisse.

Paul Verlaine fotografiado por Dornac (wikipedia)

Paul Verlaine fotografiado por Dornac (wikipedia)

En Los poemas saturnianos se nota todavía la influencia clásica y parnasiana en la forma. Verlai­ne no ha roto aún las cadenas que le unen con la anterior generación. El mismo Baudelaire ha deja­do sus huellas en este libro, que el glorioso autor de Sagesse dedicó a su padrino Saturno, el cual ejerció una maligna influencia en su vida.

El poeta dice:

Los sabios de otros tiempos, doctos en brujería
creyeron (y es un caso confuso todavía)
saber la suerte humana por los celestes rastros,
porque están los espíritus ligados con los astros.
Ha habido siempre un vulgo escéptico y burlón
que no ha tomado en serio la oculta tradición
que explica los enigmas del misterio nocturno.
Así pues los que nacen bajo el signo Saturno,
el planeta siniestro que aman los nigromantes,
en su horóscopo tienen estigmas inquietantes,
según dicen los viejos grimorios ancestrales
en su raro alfabeto de los signos fatales.
La desgracia a su lado marcha día tras día
como un cuervo fatídico: su loca fantasía
frustra de la razón el discurso sereno,
en las venas la sangre, sutil como un veneno,
como una lava ardiente, corre, fluye y abrasa
viendo su grande y triste ideal, que fracasa.
Tales los saturnianos deben sufrir y tales
morir (esto, admitiendo que seamos mortales).
Su vida está trazada así, signo por signo,
por la influencia de un elemento maligno.

Saturno acompañó durante toda la vida al po­bre Lelián, conduciéndole por último al hospital -su palacio de invierno, como irónicamente decía el poeta- donde le besó la frente por última vez.

En el hospital le encontramos en diversas oca­siones, siempre dispuesto a la burla terrible, ten­dido sobre una cama estrecha. Su rostro enorme y de una atrayente simpatía cuya palidez exagerada nos hace pensar en las figuras pintadas por Ribe­ra, tiene un aspecto hierático. Su nariz pequeña se dilata a cada momento para aspirar con delicia el humo del cigarro. Sus labios gruesos que se entrea­bren con amor para recitar las estrofas de Villon o para maldecir contra los poemas de Ronsard, con­servan siempre su mueca original, en donde el vicio y la bondad se mezclan para formar la expre­sión de la sonrisa.

Se decía que padecía pesadillas espantosas y visiones en las cuales los recuerdos de la leyenda oscura y misteriosa de su vida, se complicaban con la tristeza y el terror alcohólicos. Pasaba sus horas de enfermedad, a veces en un penoso ais­lamiento, abandonado y olvidado, a pesar de las bondadosas iniciativas de los Méndes o de los Leas Deschamps.

En Los poetas malditos están reunidos los artícu­los críticos de Verlaine y extractos y fragmentos de sus conferencias. Por las páginas del libro vemos pasar a Villiers de l’Isle Adam, el rey sin trono; al bretón, marino y desdeñoso Tristán Corbière; a la enamorada Marcelina Desbordes-Valmore; a Remy de Gourmont, paseante diario por el Luxemburgo; a la mala cabeza de Rimbaud, a Estéfano Mallarmé, modisto de almas, a todos, en fin, los que en aque­lla época gloriosa para la poesía de Francia guerrea­ron bajo la bandera simbolista...

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,14 may 2010 13:34:27 GTM
<![CDATA[Invertir en la corrección del “lenguaje sexista” en plena crisis económica. Pasen y vean]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1182
 

Juan Antonio González Fuentes

Hablábamos ayer del elevadísimo coste económico que implica nuestro Estado de las Autonomías. En tiempo de bonanza económica no hemos tenido conciencia rotunda de la cantidad de los cientos de miles de millones de euros que durante años se han despilfarrado en la construcción de pequeños reinos de Taifas que han venido a funcionar como micro estados dentro del Estado. Micro estados con Parlamento, con diputados, con direcciones generales, con consejeros ministros, con presidentes del Gobierno, con coches oficiales, con parafernalia y protocolo, televisiones autonómicas, con gastos a cuenta de la administración
..., y, sobre todo, con administraciones y empresas públicas que han crecido de manera desorbitada, tejiendo una maraña espectacular de funcionarios, de gastos y de pesebrismos partidistas.

Ahora que vienen mal dadas, cualquiera que analice la situación de España y de su endeudamiento, ve incluso con los ojos en la mano que buena parte de esa disfunción despilfarradora presupuestaria tiene su origen en los gastos inconcebibles de nuestras autonomías. Y cuando se habla de estas cuestiones siempre nos vienen a la cabeza Cataluña, País Vasco, Galicia, Comunidad Valencia y Madrid, pero el problema, claro, proporcionado al tamaño y población de la autonomía, está en todas partes.

Les voy a poner un ejemplo que tiene su aroma de surrealismo puro y duro. Con la que está cayendo, con la orden imperiosa de las autoridades económicas europeas de recortar gastos, con los especuladores internacionales relamiéndose ante la situación de España, con el 20% de la población activa en paro, con miles y miles de familias en las que ya no entra un céntimo de euro para la subsistencia, con Cáritas y otras organizaciones deseándoselas para poder asistir con alimentos básicos a quienes hasta ellas acuden..., en fin con este panorama lamentable y muy preocupante, va por ejemplo el Gobierno de Cantabria, la comunidad en la que vivo, en invierte una cantidad de dinero no precisada en algo tan urgente, tan necesario, tan perentorio como en lo que sigue. No, no es una broma. Es real, tristemente, como las necesidades de parte importante de la población residente en Cantabria. Copio de la página web de la Dirección General de la Mujer del Gobierno de Cantabria:

A iniciativa de la Dirección General de la Mujer se ha instalado en todos los ordenadores pertenecientes a la red del Gobierno de Cantabria una herramienta de corrección de lenguaje sexista”. (el subrayado es mío).

“Ya que la realización y uso de documentación en electrónico es práctica habitual en todos los ámbitos, se hace imprescindible el uso de herramientas informáticas que permitan reducir al máximo el uso que, quizá a veces de forma inconsciente, se pueda efectuar de términos que puedan ser tachados como sexistas. Este es el objetivo prioritario del programa Themis, intentar reducir al máximo el sexismo en el lenguaje, mediante la localización de términos de carácter sexista en los documentos y la aportación de alternativas adecuadas para cada situación.

Themis es una herramienta de muy sencilla instalación que permite explorar tanto documentos generados con Microsoft Word, como cualquier otro tipo de documento ofimático que resida en el ordenador, la red local o incluso en Internet. La herramienta viene cargada de inicio con las expresiones sexistas más frecuentes en el lenguaje castellano.

El software Themis se ha creado, por tanto, con el objetivo de erradicar el lenguaje de índole sexista de toda la documentación generada por cualquier organización. Localizando documentos, páginas web o correos electrónicos sexistas y marcando en estos documentos qué términos deberían ser revisados y cuáles son los candidatos para un posible cambio orientado a evitar problemas de género en el documento.

Además de estos módulos Exploradores, Themis incorpora un Editor que permite abrir el documento a modo de corrector ortográfico y, utilizando las sugerencias de cambio que la herramienta aporta, modificar el documento hasta que el lenguaje excluyente haya sido eliminado.

Themis: Herramienta proactiva e inteligente

Themis es una herramienta que podemos calificar de proactiva e inteligente:

Proactiva: Themis NO es un diccionario de referencia, sino que de forma activa es capaz de rastrear documentación y sitios web en busca de aquellos términos que puedan estar siendo usados con carácter sexista. Inteligente: gracias a Themis la aparición en diferentes lugares del documento de una misma palabra puede ser detectada, pero sólo se marcará allí donde su uso sea incorrecto. Dónde podemos buscar contenidos sexistas: El software Themis se compone de los siguientes módulos para localizar lenguaje sexista:

-Explorador de Archivos: Permite localizar contenido sexista en cualquier archivo almacenado en las unidades de nuestro PC, ya sea en nuestros propios discos duros, como en unidades de red.

-Explorador Web: Localiza contenido de índole sexista en cualquier sitio web, basta con indicar la página de comienzo del rastreo para que el producto localice cualquier página de dicho sitio.

-Explorador de Mail: Localiza correos y archivos adjuntos que contengan vocabulario sexista.

-Themis es también un corrector del lenguaje sexista

Una vez que se han localizado documentos que incluyen términos sexistas, mediante el Editor de Themis podemos ver alternativas válidas para cada uno de los términos marcados. En este caso, el Editor actúa a modo corrector del lenguaje sexista, con opciones como cambiar, cambiar todas, omitir... que permiten rectificar el documento.
¿Qué formatos de archivos se reconocen?

Themis, software para la localización de lenguaje sexista, permite analizar los siguientes tipos de archivos:

Documentos MS Word (incluyendo documentos creados con MS Office 2007)
Presentaciones MS PowerPoint (incluyendo documentos creados con MS Office 2007)
Documentos Writer de OpenOffice.org
Presentaciones Impress de OpenOffice.org
Documentos PDF
Páginas web en formato HTML
Documentos de texto
Documentos de texto enriquecido (RTF)

Themis: el diccionario

El núcleo de Themis consiste en un completo diccionario que incluye las expresiones excluyentes que serán detectadas. En la actualidad, este conjunto incluye:

Términos: más de 1.700
Categorías: para hacer que cada término pertenezca a una categoría en concreto (gentilicios, sustantivos, adjetivos...). Excepciones: que permiten no marcar un término en determinadas circunstancias, cuando no forma parte de una expresión excluyente hacia las mujeres. Existen excepciones para ciertos términos concretos, para cada categoría de términos y globales a todos los términos. Entre todas suman más de 7.000. Sugerencias de cambio: que serán mostradas cuando se localice un cierto término. La versión actual del diccionario ya dispone de una media de más de 11 sugerencias por cada término del diccionario”.

Sin más comentarios. Que cada uno piense, analice y saque sus propias conclusiones.

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,12 may 2010 19:43:29 GTM
<![CDATA[El coste del Estado Autonómico en España y la crisis económica]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1181
 

Juan Antonio González Fuentes

Yo tengo un amigo que no falta un día a su cita conmigo, cita que consiste en enviarme correos electrónicos con información de todo tipo. Este amigo en no pocas ocasiones me ha dado el post del día, y yo desde luego se lo agradezco. Mi amigo, cómo decirlo, muy de izquierdas la verdad es que no es, y sobre todo es muy aficionado, bueno, yo diría que un verdadero profesional, en eso de ponerle pegas a nuestro estado autonómico y a la existencia de los nacionalismos peninsulares. Dicho con otras palabras, mi amigo es un verdadero experto, por ejemplo, en socavar las supuestas raíces históricas de los nacionalismos históricos existente en España, en denunciar la invención consciente de buena parte de su historia, etc...

Hoy mi amigo me remite un breve informe (un resumido resumen de un informe mucho más extenso) sobre lo que nos cuesta el estado de las autonomías y su eficacia en la gestión de los recursos de cara a los ciudadanos. El resumen resumido al que aludo tal vez pueda ser acusado de partidista y de arrimar descaradamente el ascua a su sardina, a la sardina de acabar con el que parece evidente derroche económico que supone dicha estructura autonómica. Claro, no se dice de dónde salen las cifras, ni se aporta una información que aparezca muy contrastada por datos irrefutables. También es cierto que se nos remite a un libro en el que, es de suponer, todo lo dicho aparezca por extenso y muy documentado. A mi me parece que es interesante, y que da pistas para la reflexión y para abundar en el tema, si se desea. El resumen del informe es el que sigue.

INFORME SOBRE EL SOBRECOSTE DEL ESTADO AUTONÓMICO

A la deriva que está tomando desde hace años nuestro modelo de Estado Autonómico se le pueden atribuir muchos defectos. Uno de ellos es el sobrecoste de un sistema que, además, es bastante ineficaz.

Sobre este asunto la Fundación Progreso y Democracia ha publicado un libro analizándolo rigurosamente. Lleva el título de El Coste del Estado Autonómico I y es un trabajo de investigación del Grupo de Administración Pública de UPyD, formado por expertos en administración, gestión y economía.

El objetivo de este estudio es evaluar el sobrecoste del sistema autonómico comparando la eficacia (capacidad para cubrir objetivos propuestos) y eficiencia (coste del funcionamiento de la administración) de las CCAA en base a los datos que ellas mismas aportan sobre presupuesto en gastos corrientes y de personal (no en servicios prestados).

Es un primer estudio al que seguirán otros con diferentes metodologías y temas.

En España no existe ninguna agencia pública dedicada a evaluar las administraciones públicas a pesar de que sería necesaria para conseguir más transparencia, racionalidad y eficacia de las administraciones.

Como breve introducción al estudio del que hablamos, se pueden presentar algunos DATOS relevantes que sirven como ejemplo:

1.- Las CCAA derrochan unos 26.000 millones € en gasto corriente y de personal.
Esa cifra puede ahorrarse adoptando las prácticas de las más eficientes en Gasto de Personal y Gasto Corriente: Navarra, Murcia, Extremadura y Galicia. Las más derrochadoras son Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Para ser conscientes de la magnitud de este dato, hay que tener en cuenta que, por ejemplo, 26.000 millones € anuales equivale a:

-El coste del “servicio de la deuda pública” a pagar por el Estado este año.

-Más de 2/3 del pago por desempleo.

-Más de la mitad del ahorro público previsto por el gobierno en los próximos cinco años para cumplir reglas del euro (criterios de convergencia).

-Más del doble de la financiación autonómica adicional (11.000 millones €) transferida a las CCAA el año 2009.

-Un poco menos de la cantidad que la UE aporta para el rescate de Grecia (30.000 millones €).

2- España es el país con el gasto más descentralizado de Europa. Las CCAA tienen 10 puntos más de capacidad de gasto que los Lander alemanes y, lo que es aún peor, no responden por el endeudamiento ni son controladas por el Estado.

3– En España hay un absoluto descontrol de la multiplicación de servicios, entidades y empresas públicas. Entre 1990 y 2009, las administraciones públicas han aumentado en 500.000 empleados públicos.

4- No hay proporción entre nº de empleados y presupuesto a gestionar: las CCAA gestionan el 35% del presupuesto con el 50% de los funcionarios; por su parte, los ayuntamientos gestionan el 15% del presupuesto con el 24% de los funcionarios.

5– Se producen sobrecostes injustificables:

-Un parlamentario autonómico catalán cuesta el doble (505.926 €/ año) que uno nacional (250.000 €/año), pese a tener menos competencias.

-La deuda de las Televisiones de las CCAA en 2008 ascendía a 1.600 millones € (108 €/ hogar).

-La deuda conocida de sus empresas públicas era de 55.000 millones € a finales 2009.

6.- Hay una preocupante multiplicación de normas derivada de la multiplicación de administraciones: más de 100.000 normas, leyes y reglamentos vigentes. Esta situación tiene la grave consecuencia de que dificulta enormemente la unidad de mercado en España.

7. - El 46% del presupuesto de las CCAA va a gastos de personal y corriente.

De los datos que hemos presentado se pueden extraer algunas CONCLUSIONES:

a) El derroche de las CCAA agrava la crisis económica. Ahorrando con una buena gestión, el Estado podría disponer de más recursos sin aumentar impuestos ni endeudarse más. Estos recursos son indispensables para las prestaciones por desempleo, las pensiones, los servicios sociales y la reactivación económica.

b) La mala gestión es independiente del color político del partido gobernante: no hay diferencias “ideológicas” entre la gestión de las CCAA. Ni Madrid es más liberal, ni Cataluña más moderna, ni el País Vasco ofrece mejores servicios, etc. Son sólo tópicos que se desvanecen en cuanto se analizan los datos objetivos.

c) El ahorro por mejora de la gestión es independiente de otros cambios constitucionales como los que Unión, Progreso y Democracia (UPyD) propone. Con el ahorro se trata sólo de mejorar el sistema existente pero es indudable que hay otros aspectos de fondo que hay que analizar y revisar.

d) El Estado carece de instrumentos suficientes para controlar el gasto público de las CCAA, que no responden ante nadie. Pero es que, además, el Estado tampoco usa los pocos instrumentos que puede emplear. Eso debilita la posición de España en los mercados internacionales de deuda, puesto que el Gobierno sólo controla un porcentaje del gasto público que oscila –según cálculos- entre el 35% y el 50% del total. Por tanto, tampoco puede hacer promesas fiables de ahorro, saneamiento de las finanzas, etc.

***

Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,11 may 2010 20:28:32 GTM
<![CDATA[El caso Garzón o cómo socavar las bases de la actual democracia en España: reflexiones de José Varela Ortega]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1180
 

Juan Antonio González Fuentes

Recientemente el presidente Montilla publicó un artículo, creo que en El País, en el que aseguraba que el Tribunal Constitucional de España no puede juzgar los sentimientos del pueblo catalán. La reflexión es desde luego digna de resaltar, pues plasma de manera meridiana y palmaria el modo de pensar de buena parte del nacionalismo en España: apelando a los “sentimientos” por encima de las razones, algo a lo que el Romanticismo alemán sacó tanta punta que apareció Hitler y su régimen mesiánico, basado en sentimientos y pulsiones sociales como la lengua, la raza, el territorio... No, el Tribunal Constitucional no debe emitir sentencia sobre sentimientos, eso sería absurdo, si no sobre cómo se ha redactado una ley. Así de simple.

Viene esto a cuento porque los últimos años de la historia de España están siendo lamentablemente ricos en apelaciones a los sentimientos (a lo sentimental), y muy poco proclives a la razón y al conocimiento. Algo parecido decíamos en el post de ayer. Nuestros políticos, los de todo signo, llevan ya demasiado tiempo manifestándose desde el apuntalamiento de sentimientos, y obviando que la razón y el respeto a las leyes son básicas en el desarrollo de un Estado. La ignorancia general y supina de nuestra clase política es una razón más que explica el desaguisado y el recurrir a lo sentimental (que no hace falta estudiar) en vez de a la razón (hay que leer libros, hay que saber de leyes, de historia, de economía, de arte...).

José Varela Ortega

José Varela Ortega

Los medios de comunicación de masas no están cumpliendo su papel dinamizador y civilizatorio, sino que, por el contrario, son utilizados como senderos perfectos para echarle más leña al fuego. El caso más flagrante de lo esto último lo hemos encontrado leyendo estos días el diario El País con noticias y editoriales referidas al caso Garzón, caso que se está utilizando (como el del Estatuto de Cataluña) como estilete para ir socavando poco a poco la credibilidad de las Instituciones sobre las que hoy se sustenta nuestra democracia. En este periódico hemos podido leer conclusiones tan intelectualmente endebles, llamativas, demagógicas y escandalosamente tendenciosas e inciertas como las que siguen: “ganan los falangistas” o “El Supremo avala que la Falange siente en el banquillo a Garzón”.

Esta intoxicación intelectual, siempre jugando con las medias verdades y las verdades a medias, es peligrosísima y de una irresponsabilidad que raya en lo autodestructivo para una democracia aún joven y endeble como la nuestra, la española. A este respecto, creo que lo mejor que se ha escrito son las reflexiones del profesor José Varela Ortega (Madrid, 1944) en El Imparcial. Varela Ortega es uno de los historiadores españoles más sólidos y respetados desde hace años. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Rey Juan Carlos y director del Instituto Universitario Ortega y Gasset, fue durante el periodo 2002-2005 director del Colegio de España en París. Entre sus trabajos hay que mencionar: Los amigos políticos: partidos, elecciones y caciquismo en la restauración (1875-1900), Alianza, 1977 y Marcial Pons, 2001; "Historiography, Sources and Methods for the Study of Electoral Laws in Spain" en Political Strategies and Electoral Reforms: Origins of Voting Systems in Europe in the 19th and 20th Centuries, Nomos Verlagsgesellschaft, 1990; Elecciones, alternancia y democracia. España-México, una reflexión comparativa, Biblioteca Nueva, 2000; Contra la violencia. A propósito del nacional-socialismo alemán y del vasco, Hiria, 2001; (como director) El poder de la influencia. Geografía del caciquismo en España (1875-1923), Marcial Pons 2001; Una paradoja histórica: Hitler, Stalin, Roosevelt y algunas consecuencias para España de la Segunda Guerra Mundial, Biblioteca Nueva, 2004; Un puente sobre el Sena o el regreso a Bruselas, Cuadernos de Pensamiento Político, 2005; El poder de la influencia: geografía del caciquismo en España: (1875-1923) Centro de Estudios Políticos y Constitucionales 2001.

Varela Ortega, en la serie de tres artículos que les recomiendo por su elaboración, solidez, aportación de ideas y de enjundia intelectual, reflexiona y pones los puntos sobre las íes con respecto al interés que ahora mismo existe en la clase dirigente española (entendida en su sentido más amplio) por desestabilizar el sistema que en España surgió de la Transición. Se trata, según la brillante exposición del profesor, de socavar las bases del sistema actual (surgido, insisto de la Transición) para llevar a España, como Estado, hacia una nueva realidad. Lean, por favor, pues se podrá estar de acuerdo o no con Varela Ortega, pero el nivel de la reflexión que propone nos ensalza y enriquece como lectores:
 

I-Contra la transición: a río revuelto de Garzón

II-Contra la transición: por una democracia retributiva

III-Contra la transición: la erosión de las instituciones

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,7 may 2010 19:29:30 GTM
<![CDATA[El diputado Joan Herrera y Alfonso XIII: lección parlamentaria de historia de España en dos patadas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1179
 

Juan Antonio González Fuentes

Hay un tal Joan Herrera, diputado en el Parlamento Español de Iniciativa por Cataluña Verde. Este indocumentado pisaverdes, menos puesto en historia que los hambrientos leones del difunto Ángel Cristo, preguntó hace unos días con gesto adusto e intelectual en nuestro parlamento si de acuerdo a los supuestos de la ley de Memoria Histórica de 2007, es decir, la ley que exige la retirada de monumentos, placas y objetos cualesquiera que sirvan para celebrar la sublevación militar de julio de 1936, el actual gobierno del señor Zapatero iba a cambiar el nombre de la base militar Alfonso XIII de la ciudad de Melilla, pues según ese cerebro privilegiado, dicho nombre “supone una exaltación franquista”

El Gobierno respondió al espeso y oportunista Joan Herrera, un ignorante que lleva años desayunando todos los días toneladas y toneladas de paleta estupidez verde y catalana, que la ley de Memoria Histórica no puede aplicársele a Alfonso XIII, pues éste, el abuelo de nuestro rey, fue depuesto y dejó de reinar cuando en 1931 se proclamó la II República Española, hecho histórico anterior en unos cinco años al estallido de la Guerra Civil unos ocho a la posterior implantación de la dictadura franquista.

Joan Herrera (foto de Mutari, wikipedia)

Joan Herrera (foto de Mutari, wikipedia)

El problema es que este verdadero memo de Joan Herrera probablemente representa para nuestra desgracia al común de nuestros señores diputados, unos tipos que aprueban las leyes que nos rigen, que regulan el tráfico de nuestro acontecer diario, que deciden, en definitiva, sobre nuestra vida. Este imbécil de Joan Herrera no sabe ni dónde está pinado, no sabe nada de historia de España y maldita lo que le importa, eso sí, con dos “huevos” de supina ignorancia y con una preparación intelectual digna de un tonto de pueblo, toma el micrófono y exige la aplicación de leyes de las que nada sabe y de las que no puede entender nada de nada.

¿Por qué no se examina a nuestros diputados al menos de cultura general básica? ¿Por qué no se les exige que sepan leer y escribir correctamente en español? ¿Por qué no se les examina de lo más elemental de la historia del país para el que van a decidir y aprobar leyes? ¿Por qué todos estos iletrados piensan que la historia de España se divide en dos: la etapa franquista (una especie de funesto medievo de duración inabarcable) y la etapa en la que ellos votan y deciden desde la alegre ignorancia sobre la vida de todos nosotros. Al señor Joan Herrera, por tonto de capirote, el parlamento español debería ponerle deberes: darle un plazo temporal para leer una historia de España de las que circulan con abundancia por las librerías, y después examinarle de lo más básico. Si aprueba se le da otra oportunidad para que mantenga la boca cerrada, y si suspende, se le manda a casa para que cuide el verde que te quiero verde de todos los jardines y bosques de la indómita Cataluña.
 

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,6 may 2010 20:37:11 GTM
<![CDATA[Arturo Pérez Reverte o la lucha contra la corrección política en España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1178
 

Juan Antonio González Fuentes

Arturo Pérez Reverte (Cartagena, 1951) es un fenómeno, y un fenómeno de naturaleza casi incomprensible en un país como el nuestro, dados los aires que por él soplan desde hace siglos. Me explico.

Pérez Reverte es un fenómeno, es decir, algo extraordinario y que sorprende, porque sin haber alcanzado la edad de jubilación ha publicado más de veinticinco libros, algunos de ellos incontestables éxitos de venta en una sociedad en la que la gran mayoría de sus ciudadanos confiesa sin sonrojo no haber abierto un libro jamás en su puñetera vida.

Es un fenómeno porque ha sido traducido a 34 idiomas; porque desde hace casi veinte años viene publicando sin interrupción, y seguido por millones de lectores, una página en el XLSemanal, el suplemento dominical del grupo El Correo (Vocento), en la que opina sobre lo divino y lo humano, y sobre todo fulano o mengano que se le ponga a tiro, bien para ensalzarlo, bien para anunciar su estúpida desnudez de cuento, y lo hace con una arrogante despreocupación por lo que puedan decir al respecto tanto los tirios como los troyanos.

Es un fenómeno porque es un escritor con lectores, popular, exitoso, “mediático”..., pero que a la vez concita el respeto general o el silencio acobardado de sus más sesudos colegas, de los eruditos de departamento filológico de universidad “progre” e incluso el de la casa más docta de las Letras en español, la Real Academia de la Lengua, que le abrió sus puertas y le dejó sentarse en un sillón el 12 de junio de 2003.

Pérez Reverte es un fenómeno porque fue reportero periodístico antes que escritor de novelas, y como tal, casi durante dos décadas, cubrió guerras, revoluciones y conflictos en el Sahara, El Salvador, Angola, Libia, Sudán, Nicaragua, Chad, Mozambique, Túnez, Rumanía, Croacia, Bosnia y el Golfo Pérsico.

Es un fenómeno porque ha logrado crear un personaje literario de esos que quedan para siempre en la memoria colectiva y sobre los que se ruedan películas, se publican cómics, se dan seminarios con notas a pie de página y con los que los lectores primerizos se identifican a muerte: el capitán Alatriste, Diego Alatriste, un soldado español de los tercios de Flandes, es decir, de cuando el sol no se ponía en el imperio español, una figura de las que le gustaban al gran John Ford: ni bueno ni malo, si no todo lo contrario, con virtudes y defectos, con su propia ética e ideas, en definitiva, un hombre de los pies a la cabeza con la palabra nobleza grabada a fuego en el pecho y en la frente.

Pérez Reverte es un fenómeno porque ha recreado con colores y acentos un tiempo, el siglo XVII, en el que España y su geografía eran el centro del universo. Un fenómeno porque ha hecho de Alatriste un personaje de la estirpe de don Juan, la Celestina, el Lazarillo, o el Hidalgo de la triste figura y su acompañante gordezuelo...



Arturo Pérez Reverte

Un fenómeno porque hablando de literatura, de libros, de palabras, de pasiones, de sensaciones, de ideas y de pulsaciones, llena de atento público ateneos, salones de Cajas de Ahorros, plazas de pueblo y aulas magnas, y lo hace mostrándose recio y sin florituras a la violeta: el pan es pan y el vino es vino, aunque a veces se sirva aguado y sin cuerpo. ¿Es o no es un fenómeno quién ha realizado los trabajos de Hércules aquí descritos?

Lo que ocurre es que el fenómeno Arturo Pérez Reverte, su figura y sus esfuerzos (lo escribo con franqueza), se hacen casi incomprensibles en la España actual, en la que la corrección política y los eufemismos blandengues y cobardones configuran el pan nuestro de cada día, el pan y la cebolla con las que se acompañan las perdices del “aquí todos felices y parió la abuela”. Porque a lo dicho hay que añadir que Pérez Reverte, además de escritor, es de profesión virtuoso artesano de lo políticamente incorrecto. Vamos, que no le tiemblan ni el pulso ni la lengua a la hora de opinar duro y directo al mentón sobre, por ejemplo, las sandeces que proliferan como y venenosa mala hierba en torno a asuntos de radical corrección política como la Memoria Histórica, la Alianza de Civilizaciones, el Ministerio de Igualdad, los nacionalismos hispanos y su fantasiosa construcción, la reescritura fantasiosa de la historia de España, los derechos intocables y trascendentes de las minorías culturales, étnicas y religiosas... El escritor Arturo Pérez Reverte, en la España de los nuevos ricos, paleta, garbancera y esnob de la más cool corrección política en cuatro por cuatro y chalet adosado, se ha transformado en una especie de superhéroe (¡no sé qué araña le habrá picado!) especializado en proclamar las verdades del sentido común y del barquero a los cuatro vientos, y en mofarse a mandíbula batiente del rey que anda ridículo en pelota picada ante la mirada atónita y el silencio sepulcral de los muchos, muchísimos, que quieren nadar pero guardando la ropa, y esperan a que escampe bajo el tupido árbol protector de un buenismo de vergüenza ajena y candor de parvulario.

Y al superhéroe Arturo Pérez Reverte, pluma en ristre ante el papel en blanco, no parecen afectarle además las habituales piedras de criptonita con las que la corrección política siempre le resta poderes a sus no devocionarios. Ya saben, esa piedras verdes y palpitantes que le cuelgan al cuello al osado que pretende zafarse del yugo fashion con el que se adorna y conduce a los convencidos y conversos del discurso y sus reglas. Me refiero a la criptonita que en el diccionario progre encierran palabras como machista, facha, reaccionario, antiguo, carca, casposo, españolista, etc, etc... No, a Pérez Reverte no parecen afectarle mucho los adjetivos calificativos con los que frecuentemente se le describe y subraya. Es inmune al lenguaje de la corrección política, y sigue diciendo con castellana corrección lo que considera necesario. A su lado el capitán Alatriste, que ni es capitán ni es triste, para desenvainar la espada y retar a duelo si fuera necesario.
 

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,5 may 2010 19:33:39 GTM
<![CDATA[Reedición en dvd de Ran de Kurosawa con motivo del centenario del nacimiento del maestro cine japones]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1177
 

Juan Antonio González Fuentes

Después de tantos años de contacto intelectual y económico, la cultura japonesa sigue siendo una inmensa desconocida para la mayor parte del mundo occidental. Su literatura, por ejemplo, incluso para gentes de cultura de los países europeos, queda reducida a la existencia de los haikus y de algunos de sus principales cultivadores, y a unos cuantos nombres más, lista que a buen seguro confeccionaríamos sobrándonos dedos de las manos. Lo mismo ocurre con la música, las artes plásticas..., quizá el único arte en el que haya un mayor conocimiento generalizado sea el del cine, reconociendo que de la filmografía japonesa realmente con verdadera proyección internacional los nombres también se quedan muy reducidos, pudiéndose hablar tan sólo de un puñado de directores, un puñado clásico del cine japonés: Mizoguchi, Ozu, Kurosawa, Kobayashi, Oshima...

Se cumplen 100 años del nacimiento de uno de esos genios, uno de los más famosos y conocidos en Occidente: Akira Kurosawa (1910-1998), a quien debemos obras maestras imperecederas como Rashomon (1950), Los siete samuráis (1954) (película que inspiró Los siete magníficos, de John Sturgest), Yojimbo (1961), Dersu Uzala (1975) o Ran (1985). Kurosawa supo rodar historias japonesas pero accesibles a los gustos occidentales, con movimientos de cámara y ritmos más acelerados que los habituales en Japón. Además, determinados géneros propios del cine americano, el western y el cine negro, por ejemplo, fueron recreados por él en algunas de sus películas.



Tráiler de Ran, de Akira Kurosawa (vídeo colgado en YouTube por charlatanfilms)

Ahora, con motivo de la conmemoración de los cien años del director, se reedita en edición de lujo Ran, la versión de El Rey Lear de Shakespeare, que rodó Kurosawa ya casi al final de su carrera y que está ambientada durante el periodo Sengoku, uno de los más problemáticos de toda la historia de Japón, durante las luchas encarnizadas de diversos clanes medievales. Todo un espectáculo visual inolvidable, y una narración épica contada con maestría, en la que las grandes batallas se mezclan con escenas de un intimismo poético de primer orden. Una obra maestra que debería ser visionada al menos una vez en la vida por cada uno de nosotros.

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Últimas colaboraciones (Mayo, 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Irène Némirovsky: El caso Kurílov (Salamandra, 2010)

LIBRO (abril 2010):
Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE (abril 2010): Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,4 may 2010 20:58:11 GTM
<![CDATA[Hotel Gaylord’s, Madrid, Franco, Hemingway, Tom Burns y el nacionalsocialismo catalán: un poco de historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1175
 

Juan Antonio González Fuentes

Mira por donde, leyendo el nutritivo libro de Jimmy Burns Marañón, Papá espía (Debate, 2010), me entero de que en España eso de obligar a rotular en un idioma lo han copiado los nacionalsocialistas catalanes directamente de Franco.

Es el que caso que cuando el editor inglés y católico Tom Burns llegó a Madrid en 1940 para hacerse cargo de la oficina de prensa de la embajada británica en la capital de España, es decir, para empezar a ejercer el oficio de espía a favor de los intereses de Churchill y los aliados durante la II Guerra Mundial, se estableció no en el Hotel Palace, como ocurrió durante su primera estancia, sino en el que era conocido como el Gaylord’s, un hotelito discreto y pequeño que entonces funcionaba con el nombre de Hotel Buen Retiro, pues de acuerdo a uno de los primeros decretos franquistas, todos los hoteles y establecimientos semejantes estaban obligados a llevar su nombre en español.

Hotel Gaylord´s, Madrid

Hotel Gaylord´s, Madrid

Sin embargo, cuenta, Jimmy Burns, la clientela del hotel lo seguía llamando Gaylord’s, tal y como le había hecho pasar a la inmortalidad de la ficción en papel nada más y nada menos que Hemingway. En el Gaylord’s madrileño Hemingway hizo que se alojase Robert Jordan, el voluntario norteamericano de la novela Por quién doblan las campanas, durante tres días que tuvo de permiso.

Ya lo ven, el nacionalsocialismo catalán actual es tan paleto y tan nacionalaldeano como Franco: los dos emiten el mismo tipo de leyes para obligar a rotular, sin dejar la libertad de que cada cuál rotule su establecimiento como le venga en gana, por ejemplo, en chino mandarín. Lo que pasa es que parece que la literatura de las novelas siempre le puede a la de los decretos. El nombre con el que el hotel madrileño pasó a la historia y a la memoria colectiva se lo debe a Hemingway y no a Franco. Seguro que pasa lo mismo en Cataluña, y la memoria será la de los libros de Marsé o Vázquez Montalbán, y nunca ni la de Montilla ni la del dicharachero Rovira. Eso nos ahorramos.
 

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,3 may 2010 20:43:26 GTM
<![CDATA[El Senado español en cinco idiomas: el surrealismo idiota y paleto de Las autonosuyas hecho realidad]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1174
 

Juan Antonio González Fuentes

En los años de la Transición española a la democracia hubo un abogado valenciano metido a escritor que publicó varios best sellers patrios en los que se mofaba a mandíbula batiente de algunos de los caminos por los que parecía deambular la nueva España post franquista. El escritor se llamaba Fernando Vizcaíno Casas, y ni que decir tiene que concitaba al mismo tiempo el odio, la burla y la conmiseración de toda la intelectualidad de fuste española, que le miraba por encima del hombro como quien mira a un troglodita tontorrón, y de toda la progresía avanzada, bienpensante, moderna y cosmopolita.

Este señor valenciano, creo recordar que con bigotillo arrubiado de estética franquista, publicó decenas de libros que se vendieron muy bien sobre todo en la década de 1980 y principios de la de 1990. Además fue el guionista de varias películas basadas en sus propios libros. Me parece que jamás leí ninguna de sus obras, aunque no podría jurarlo ante ningún juez, y menos ante Garzón, pero sí recuerdo perfectamente algunas secuencias de películas en las que él era el guionista. Sobre todo recuerdo una comedieta de esas que en su día veíamos con gesto de asco por su ideología de derechona retrógrada e imbécil, Las autonosuyas, película dirigida por Rafael Gil del año 1983.

La película contaba con un reparto de esos en los que casi no faltaba ninguno de los habituales de la época. Cito de memoria histórica: Alfredo Landa, Manolo Codeso, José Bódalo, Ismael Merlo, Antonio Garisa, Alfonso del Real, Elvira Quintillá, Ángel de Andrés, Fernando Sancho, María Casanova... El argumento de Las Autonuyas es el siguiente: El alcalde de Rebollar de la Mata constituye el Ente Autonómico Serrano, un proyecto muy aplaudido por los Alcaldes de los pueblos vecinos, pues serán consejeros de una autonomía. Esto significa buenos sueldos, magníficos coches oficiales, dietas... Se nombra presidente a Austrasigildo, alcalde de Rebollar, y se implanta como idioma el "farfullo", su forma de hablar: por un defecto convierten las pés en efes.

Ni que decir tiene que la película fue considerada por los avanzados y modernos como un insulto zafio y casposo, como la visión retrógrada de los residuos más resentidos del franquismo... Y no digamos lo que salió por la boca de los nacionalistas peninsulares, sobre todo de los de las llamadas Autonomías Históricas. En el Partido Nacionalista Vasco, sin ir más lejos, se subieron por las paredes y espumarajos grises de oceánica rabia les brotaban a borbotones por entre los afilados colmillos.

Cartel de la película Las Autonosuyas, del director Rafael Gil en 1983

Cartel de la película Las autonosuyas, del director Rafael Gil en 1983

Hoy, si vemos la película, nos mostramos perplejos ante el ejercicio premonitorio de Vizcaíno Casas, vamos, todo un adelantado Julio Verne en lo que se refiere a lo que iba a pasar en España pasados los años, es decir, hoy mismo.

Creo ya haber hablado de ello aquí mismo, pero no me resisto a repetirme. Hay una escena en Las autonosuyas de un surrealismo sublime. Dos de los presidentes de autonomía que se juntan en una reunión a la que acude el presidente del Ente Autonómico Serrano, los de Cataluña y el País Vasco, cuando tienen que hablar entre sí, necesitan de los oficios de un traductor, pues ambos, entendiéndose perfectamente en español, se niegan sin embargo a hablar en el idioma común, e insisten en dirigirse al otro en su idioma autonómico. El vasco le habla en vasco al catalán, y el catalán en catalán al vasco, y por medio un traductor, cuando todos, el trío en cuestión, hablan perfectamente un mismo idioma, el español.

Cuando esa escena se vio por vez primera en 1983, casi todo el mundo se llevó las manos a la cabeza y tachó a Vizcaíno Casas de exagerado y lamentable retrógrado fascista, que hacía una burla idiota y casposa del sacrosanto estado de las autonomías y de los rasgos diferenciadores de las distintas regiones de España. Sin embargo, desde la perspectiva actual, sólo cabe quitarse el sombrero y asombrarse ante la inteligencia premonitoria del escritor valenciano que, repito, como un Verne que predijo submarinos, viajes a la luna e inventos mil, él predijo, visualizó el dislate surrealista que ayer mismo se ha materializado en el Senado español, donde a partir de ya, se podrán hablar cinco idiomas distintos (catalán, valenciano, gallego, vasco y español), con la traducción simultánea correspondiente.

Los senadores catalanes, por ejemplo, que evidentemente hablan y comprenden el español, le hablarán al resto de senadores en catalán, y deberán ser traducidos a los senadores gallegos, vascos y de otras comunidades autónomas, que todos hablan y comprenden el castellano. Lo mismo sucederá con los vascos, con los gallegos y con los valencianos. La broma costará a los contribuyentes, dicen, en torno al millón y medio de euros, más de doscientos millones de las antiguas pesetas tirados a la basura, despilfarrados, en una función pasmosa de imbecilidad surrealista. Eso sí, el 20% de los españoles activos está en paro, y creo que le importa un carajo en qué idioma le toma el pelo esta casta de políticos completamente idiotas.
 

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,30 abr 2010 13:19:6 GTM
<![CDATA[El infinito viajar de Claudio Magris: el curioso caso del Spoon River cántabro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1173
 

Juan Antonio González Fuentes

Hace ahora poco más de dos años que el escritor y profesor italiano Claudio Magris publicó en español su libro El infinito viajar (Anagrama, 2008). Se trata de un volumen que recoge cerca de cuarenta crónicas de viaje que vieron la luz originalmente en el Corriere della Sera. Una de esas crónicas periodísticas, publicada el 24 de septiembre de 1989, se titula “Spoon River en Cantabria” (págs. 51-56 del libro), y en ella Magris reflexiona sobre la importancia y significado para la historia de las “mínimas y oscuras existencias”. Y lo hace partiendo de la lectura de un pequeño libro comprado en una librería de Santander situada no muy lejos de Puerto Chico, sin duda la librería Estvdio de la calle Calvo Sotelo. Empleando las propias palabras de Magris, el volumen recoge “una serie de fulmíneas biografías ínfimas y plebeyas, populares y callejeras, reconstruidas y recopiladas por un primoroso y exacto biógrafo con el cuidado y precisión que los historiadores les dedican a los grandes de la tierra y de la poesía, a las cabezas ornadas por la corona y el laurel”.

El libro en cuestión lleva por título Tipos populares santanderinos (Institución Cultural de Cantabria, 1976, es la edición que manejamos), y su autor, el “primoroso y exacto biógrafo” en opinión de Claudio Magris, es Rafael Gutiérrez-Colomer Sánchez (Santander, 1900-1979). Llegados a este punto pensamos que puede hacerse necesario informar a los lectores sobre al menos dos cuestiones muy concretas: primero, qué es Spoon River; segundo, qué razón conduce a Claudio Magris a establecer una relación entre Spoon River y el libro santanderino.

Claudio Magris en octubre de 2008 (foto de Dontworry, wikipedia)

Claudio Magris en octubre de 2008 (foto de Dontworry, wikipedia)

La respuesta a la primera pregunta lleva de alguna manera aparejada la contestación a la segunda. Veámoslo. Spoon River, o para exactos, Spoon River Anthology, es un libro que reúne un conjunto de 250 epitafios presentados en forma de monólogo dramático que tiene lugar en un cementerio imaginario de una pequeña ciudad de Illinois, Spoon River, en el Medio Oeste norteamericano. Los epitafios están escritos en verso libre y dibujan una especie de cartografía espiritual de la América profunda y del fracaso del llamado “sueño americano” en el paso del siglo XIX al XX. Por medio de las voces de los muertos, se descubren los variopintos entresijos de la comunidad en la que habitaron. Bastantes de los personajes que aparecen en la antología están basados en personas reales que el autor, Edgar Lee Masters (Garnett, Kansas, 1868 ó 1869-Melrose, Pennsylvania, 1950), o bien conoció personalmente o bien oyó hablar de ellos durante su estancia en dos pequeñas ciudades de Illinois, Petersburg y Lewistown, convertidas por efecto de la ficción literaria en la ya mítica Spoon River. El libro, inspirado en la Antología Palatina, vio la luz con notable éxito en 1915, año en el que ya se imprimieron nada más y nada menos que diecinueve ediciones. En 1940 eran setenta la ediciones impresas de Spoon River Anthology, según nos informa la no siempre fiable Wikipedia electrónica. El libro de Lee Masters recibió además encendidos elogios de la crítica estadounidense, y Ezra Pound no dudó en afirmar que finalmente América había descubierto un poeta. En nuestros días Spoon River Anthology es considerada una pequeña obra maestra de la poesía norteamericana del siglo XX; una lectura, para terminar, situada por ejemplo en el no muy apretado capítulo de los libros y autores altamente recomendables que estableció para sí y para los demás un escritor de culto en español, el chileno Roberto Bolaño.

La relación que establece Claudio Magris entre las obras de Lee Masters y Gutiérrez-Colomer es obvia. En ambas son las vidas de personas “mínimas y oscuras” las que sirven para establecer, como ya se ha subrayado poco más arriba, el mapa espiritual de una sociedad concreta, en un lugar y en un tiempo histórico también concretos; es decir, Spoon River y Santander en el contexto temporal del cambio de siglo, del XIX al XX. La diferencia radical entre ambos hitos es que uno, Spoon River, nace de la ficción inspirada en la realidad, mientras que Tipos populares santanderinos plasma, aunque probablemente recreada, una realidad objetiva: la de unos personajes que, con motes o nombres y apellidos verdaderos, sí fueron y estuvieron poniendo en escena sus “pequeñas biografías” en un mismo escenario fundamental: las calles de Santander.

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,29 abr 2010 18:55:30 GTM
<![CDATA[She Loves You (1963) de The Beatles, o cuando todo está por hacer y soñar]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1172
 

Juan Antonio González Fuentes

Hay películas, personas, paisajes, canciones…, que a uno le levantan el ánimo cuando las cosas se tuercen. Yo diría que es casi imposible seguir enfurruñado o entregado a la tristeza más absoluta viendo las peripecias de Gene Kelly, por ejemplo, en “Cantando bajo la lluvia”.

Una de las canciones que siempre me han contagiado su alegría, desde que aprendí a poner el tocadiscos, es “She Loves You” de The Beatles. El tema empieza con una entrada de batería a la carrera que ya te pone en disposición de salida hacia los yeah, yeah, yeah que vienen inmediatamente a continuación. Es decir, es una canción que se fundamenta en la afirmación: sí, sí, sí..., que es lo que le hubiera encantado a Van Gaal cuando fue entrenador del Barca (recuerden esa frase antológica de “siempre negativo, nunca positivo”, pronunciada con acento de turista holandés embarrancado en una arenal del levante y agarrado a una lata de cerveza como tabla de salvación).

La canción nunca estuvo incluida en ningún LP original, sólo en recopilatorios, y si no recuerdo mal es del año 1963, un año frenético en el que los Beatles lanzaron al mercado dos LPS, primero, The Beatles, con temas hoy ya archiconocidos como “Please, Please Me” y la versión del grupo de “Twist and Shout”, y segundo, With The Beatles, con “All My Loving” o su versión del “Roll Over Beethoven” de Chuk Berry.

“She Loves You” apareció como single en agosto de 1963, fue nada más y nada menos que el cuarto y último single de ese año. La otra canción del disco, la que acompaña a “She Love You” también es maravillosa, I'll Get You”, otro tema oh yeah, de ritmo sencillo, alegre, contagioso, joven, vital..., una de esas canciones que a uno le quitan décadas enteras de encima y le devuelvan, aunque sólo sea durante segundos, a cuando todo, todo estaba por hacer y por delante, por soñar.

Sin duda a este single le debemos que en la España políglota de comienzos de los sesenta (es una ironía, aviso) se conociera a los Beatles y a sus seguidores, y por extensión a todo lo que oliese a música pop, como los ye-yés, denominación que lo mismo servía para un roto que para un descosido.

Cuando mi inglés mejoró un poco, mi pasmo aumentó en proporciones homéricas cuando la alegría contagiosa de “She Loves You”, la alegría que te contagiaban los cuatro de Liverpool a raudales, no se debía a que a ellos (a ti, que oyéndoles te convertían en el héroe) les fuera la cosa bien en la vida y con la chica de sus sueños. NO!!!!, se alegraban porque a otro, hemos de suponer que a un buen amigo, la cosa podía irle muy bien con la chica de sus sueños si dejaba de ser un tipo obstinado, pues sí, ella te quiere a ti. Además, el contexto de la canción, nada dramático desde luego, no deja entrever ni mucho menos que tú fueras el tercero en discordia y te apartas de la aventura porque te das cuenta de que ella no te quiere a ti, si no que lo quiere a él. NO!!! (de nuevo), sencillamente tú te enteras casi casualmente del asunto o se lo comentas a tu enfurruñado amigo.

Yo creo que es la primera canción de la historia (seguro que no, pero bueno), en la que se canta la alegría por el amigo a quien una chica quiere, sin que tú, quien cuenta la historia, estés metido en el asunto. Me parece extraordinario.

¿Puedo haber un momento más glorioso que el de escuchar este estallido de alegría sincera, simple, sin complicaciones, hermosa..., cuando uno está tranquilo y despreocupado en una mañana soleada de comienzos de verano? Puede que sí, pero yo me apunto a vivir el descrito el mayor número de veces posible.

Les dejo aquí con el “She Loves You” de The Beatles en un versión que es la que más me gusta de las encontradas. Es en riguroso directo (se nota) y su frescura, casi cuarenta años después, sigue completamente intacta.



The Beatles: "She Loves You" (vídeo colgado en YouTube por Beacoro)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,28 abr 2010 19:25:5 GTM
<![CDATA[Vicente Aleixandre y Julio Maruri, un encuentro en la posguerra. Otra memoria histórica]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1171
 

Juan Antonio González Fuentes

Es casi un secreto, pero no creo que suceda nada si lo cuento aquí. Estoy estos días transcribiendo para su publicación el manuscrito con las memorias de infancia y primera juventud de Julio Maruri, el poeta que obtuvo el Premio Nacional de Poesía a mediados de los años 1950, el carmelita que ejerció como tal con el nombre de fray Casto del Niño Jesús, el pintor que una vez fuera del Carmelo vivió años y años en París dando clase de plástica a niños con problemas. Mi amigo del Santander de hoy, que a punto de cumplir 90 años de edad presenta una vitalidad desbordante y una inteligencia de juicio sobresaliente que a veces enmascara, como Chaplin, con gesto naif de inocencia irreprochable.

El caso es que Julio conoció a Aleixandre en la mítica casa del poeta, en la madrileña calle de Velintonia. Que Aleixandre retrató a Maruri en su libro Los encuentros. Y yo quiero compartir aquí con ustedes el encuentro, el primero de cientos, entre el joven poeta Maruri y el maduro Aleixandre. Fue en el otoño de 1943. Creo que el documento es impagable. Le dejo hablar a Julio. Callen y escuchen, merece la pena.

“El 1 de octubre era día de gala en los cuarteles, donde se celebraba con una rancho excepcional el santo del Caudillo.

Acabado el rancho, tenía que ir a la pensión en que se hospedaba Emilio. “Emilio Ernesto Niveiro”, había precisado, porque me iba a presentar a Vicente Aleixandre, que nos esperaba en su casa de Velintonia, 3.

Julio Maruri en 1949 (foto de Ángel de la Hoz)

Julio Maruri en 1949 (foto de Ángel de la Hoz)

Vicente Aleixandre acababa de volver de La Toja, lugar en parte de su veraneo, donde había recibido carta de Emilio Ernesto en la que éste le anunciaba su “descubrimiento”. “Que venga, que lo espero”, le había respondido Vicente Aleixandre y anunciaba la fecha y hora de recibirnos.

Yo no era el primer “descubrimiento” que Emilio Ernesto había presentado a Vicente Aleixandre, porque el primero fue Rafael Morales, su paisano, su amigo y admirador, pues como Rafael Morales, Emilio Ernesto era nativo de Talavera de la Reina, de una casa de ceramistas ilustres (El Carmen), de donde se había ido a Madrid, empleado en El Sol, a los dieciséis años. Y con precoz madurez había escrito sobre los poetas del 27 y, de modo particular, sobre Vicente Aleixandre, al publicarse La Destrucción o el Amor. Todo esto me lo contaba Emilio Ernesto mientras se afeitaba y yo aguardaba impaciente la hora de ponernos en camino.

Y la hora llegó.

Estábamos antes el número 3 de la calle Velintonia, un chalecito de “ciudad jardín”, con su portilloncito y sus cinco escalones que ascendían hasta una minúscula galería vidriada que se abría por el costado izquierdo.

Sonaba Emilio Ernesto. Aparecía una doncella con vestido negro, delantal inmaculado y cuello fileteado de encaje de punto.

Vicente Aleixandre

Vicente Aleixandre

-“¿El señorito Vicente?”

Avanzábamos por el pequeño vestíbulo y:

-“¿Se puede, Vicente?”

-“Adelante, adelante, Emilioto”.

Estaba sentado en un canapé situado contra la pared que separaba la sala y el vestíbulo. Unos ojos que destellaban como icebergs en un rostro de oro me escrutaban con simpatía. Extremadamente cortés, se levantó acto seguido.

-“Tú, Julio, te sientas aquí, a mi lado, y tú, Emilioto, en la butaca cómoda”.

Yo comencé con un

-“Le estoy muy agradecido, don Vicente…”

Me cortó con un :

-“Nada, nada, ¡qué barbaridad!, y llámame Vicente y tutéame, porque el usted me hace sentirme venerable santón”. Eso dijo.

Así parecía ser en la vida, aquel hombre que había escrito: Sí, te he querido como nunca, verso con el que comienza uno de los poemas más sublimes de toda la poesía castellana.

Mis recuerdos a partir de ese momento de nuestra visita se pierden en la bruma, como una embriaguez. Sé que me hizo muchas preguntas, pero eso es todo. Lo que sí recuerdo nítidamente es que cuando le dije cuánto me gustaría que leyese alguno de sus poemas, respondió en el acto:

-“¿Emilioto, quieres alcanzarme La Destrucción…? En el tercer estante, a la izquierda. ¿Qué queréis que os lea?”

-“Escoge tú”, le pidió Emilioto.

Me encantaba ese familiar “Emilioto”, tanto como el “Rafaelón” con el que Emilioto y Vicente designaban a Rafael Morales, cuando salía en la conversación, como autor de Poemas del toro, que acababa de aparecer.

Pero esto fue al final, tras la lectura.

Cuando nos despedimos, ya pasadas las nueve de la noche (habíamos llegado a las cuatro), Vicente Aleixandre, en lo alto de los cinco escalones dijo:

-“Adiós, adiós, que volváis pronto. Julito, telefonéame”.

Yo estaba ebrio y, como Vicente nos autorizó a fumar –“sí, sí, podéis fumar, por ahí hay un cenicero”-, mi cabeza se llenaba de soles, de sí señores, de dolor…

Como nos alejábamos, Emilioto se volvió hacia mi

-“¿Tu no tienes ganas de mear? Yo sí”, y se tornó de cara al muro, tres chalets más lejos.

-“¡Cinco horas!. ¿tú te das cuenta?, y han pasado como el relámpago”, comenté. Y Emilioto concluyó, radiante:

-“¿Tú te das cuenta? ¡Has conquistado a Vicente!”

No sé si conquisté a Vicente, lo que sí sabía es que Vicente Aleixandre me había invadido a mí, convocándome a seguir escribiendo y tendiéndome un espejo en el que mi visaje no estaba deformando, sino reconocido en su dignidad más allá de las apariencias.

***

Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,27 abr 2010 19:44:43 GTM
<![CDATA[Memorias inéditas de Mark Twain en su centenario]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1170
 

Juan Antonio González Fuentes

Ayer, sábado por la tarde, vi en casa la película El millonario (1954), dirigida por Ronald Neame y protagonizada por un inconmensurable y “sobrado” Gregory Peck. La película es muy divertida y ha dado origen a diversas versiones que, como suele ser habitual, no son ni sombra de su original. El argumento es el siguiente. En el Londres de comienzos del siglo XX o finales del anterior, es decir, en la capital del Imperio Británico, la ciudad más rica y sofisticada de la tierra, un americano llega por una serie de circunstancias adversas. Este hombre (Gregory Peck) no tiene ni donde caerse muerto, tiene un hambre perruna, va vestido casi con harapos y todas las puertas a las que llama se le cierran en las narices, incluida la del consulado americano. Desesperado, y a punto de recoger del suelo una pera que ha arrojado un niño para meter algo en el estómago, es llamado desde un edificio cercano por una pareja de hermanos millonarios y, sobre todo, excéntricos. De ellos recibe un billete con el valor de un millón de libras. Los hermanos ha realizado una apuesta que más tarde se nos desvelará. La condición es que Peck no haga efectivo el billete, e intente vivir durante un mes sólo mostrando que es millonario. En la película se puede ver cómo la actitud de la sociedad cambia radicalmente hacia él y cómo, sin gastar ni una moneda, obtiene todo lo que se le antoja. La película realiza una durísima pero divertida crítica a la sociedad de las apariencias y el consumo, a la sociedad del “vales por lo que tienes”.



Escenas de la película El millonario, del director Ronald Neame, 1954 (vídeo colgado e YouTube por jonjamg)

El guión del filme está basado en una obra de Mark Twain (1835-1910), el escritor norteamericano que, junto a Walt Whitman, es el verdadero fundador de la literatura de su país, una literatura que ya no sigue con fidelidad los modos y maneras de la literatura británica. Humor, ironía, crítica social y política recorren una copiosa obra en la que él mismo se retrata como un “abierto portavoz antiimperialista y anticapitalista”.

Pues bien, coincidiendo con el centenario de su muerte, la casa Sotheby's anuncia que el próximo 17 de junio, en Nueva York, será subastado un texto manuscrito inédito de 65 páginas, donde el autor detalla recuerdos íntimos de su familia y de su infancia. Esta es la pieza más destacada de un lote de doscientos objetos aproximadamente del escritor que serán puestos ese mismo día a la venta por un valor de salida cercano al millón de dólares.

El manuscrito, que nunca fue publicado, es un homenaje que Twain quiso rendir a su hija mayor, fallecida en 1896. Los responsables de Sotheby's anuncian que las 65 páginas no son tanto obra del escritor llamado Mark Twain, ese humorista escandaloso y muy popular en su época, sino que más bien son los escritos por Samuel Langhorne Clemens, es decir, por el hombre (padre y esposo) que se “escondía” de tras del pseudónimo que hoy es conocido en todo el mundo literario junto al de dos de sus principales personajes, Tom Sawyer y Huckleberry Finn, casi don Quijote y Sancho Panza de ese río Misisipi, que Twain logró hacer una verdadera geografía universal.

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,26 abr 2010 22:3:11 GTM
<![CDATA[Julie London, la voz del jazz que encandiló a Gary Cooper en el Oeste]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1169
 

Juan Antonio González Fuentes

La pequeña y paseadísima ciudad de uno a veces guarda alguna sorpresa. Recientemente me topé con una tienda de discos, libros y películas de la que no tenía noticia alguna. Entré, revolví y en la sección de discos hallé tesoros a muy buen precio. Me llevé a casa cinco cds: Miles Davis & C de finales de los (Coltrane y Monk incluidos), la susurrante y un tanto empalagosa Diana Krall, el primer disco que grabó Charles Mingus en el café Bohemia de Nueva York también a finales de 1950, arias de Mozart por la Bartoli y, para finalizar, un disco sólo con música para piano de Errol Garner con piezas registradas entre 1945 y 1955. Todo me costó apenas 30 euros.

Anoche en casa, después de trabajar un poco en la trascripción de las memorias del poeta Julio Maruri y de leer lo último publicado en español de Irene Nemirovsky, empecé a escuchar el disco de Garner, del que apenas nunca había escuchado algo, y me quedé realmente perplejo, perplejo y encantado. Sí, el pianismo de Garner es quizá un poco edulcorado, lleno de notas, de escalas, de melodías dulces y románticas..., es posible que le falte algo de swing raquero y sucio, pero es un pianismo que ofrece momentos de verdadera hermosura y ensoñación.

Busqué en youtube a Errol Garner y lo encontré sin dificultad. Lo que más se puede consultar y degustar es el que fue su gran tema, la composición con la que ha pasado a la historia del jazz y de la música popular norteamericana, me refiero a Misty. De esta música uno encuentra muchas versiones interpretadas por el propio Garner, pero casi más versiones de conocidos artistas como Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Stan Getz..., y Julie London.



Escena de la película El hombre del Oeste, del director Anthony Mann (vídeo colgado en YouTube por buttonwood281)

El nombre de Julie London no me era especialmente conocido. Sí, alguna vez había visto alguno de sus discos en la sección de jazz de los grandes almacenes, casi siempre con portadas almibaradas que me imponían un rechazo al contenido. Pero jamás me había fijado bien en el rostro de la cantante. En las “ofertas” de youtube sí se la distingue bien, y en el rostro de Julie London descubrí casi estupefacto a la protagonista de uno de mis western favoritos de todo el género: El hombre del Oeste (1958), de Anthony Mann, un prodigioso, seco, duro, cortante y hermosísimo western protagonizado por un sobrio y magnífico Gary Cooper.

Sí, Julie London (1926-2000) protagoniza esa historia, y tiene en ella una de las escenas más morbosas que recuerdo. Ella es la única mujer de un grupo de malhechores capitaneados por el inmenso actor Lee J. Cobb. Cooper, en el pasado, había pertenecido a la banda, pero ahora es un hombre honrado al que los vecinos de su pueblo le han dado una fuerte suma de dinero para que compre ganado en un pueblo distante. El tren en el que viajan Cooper y London es asaltado por los forajidos y Cooper, para salvar la situación, simula estar casado con London y querer regresar a la banda. En la cabaña en la que el grupo se ha refugiado, todos los hombres, salvo Cooper, claro, comienzan a emborracharse y a hacerle insinuaciones de carácter sexual a London. La situación llega al paroxismo cuando están ya todos borrachos y amenazando con cortarle el cuello a Cooper, obligan a desnudarse poco a poco a London, una mujer exuberante. No, no voy a desvelar cómo prosigue la película ni cuál es su final. Lo que sí puedo asegurar es que hay algunas escenas prodigiosas (el duelo a tiros entre Cooper y uno de los malvados separados tan sólo unos centímetros por el suelo elevado de una casa pero sin poder verse), o el duelo homérico final entre Cooper y Cobb.

La cuestión es que me sorprendió descubrir en mi supina ignorancia que Julie London, mi Julie London de sueños morbosos de adolescencia, cantaba. Vamos, no que cantaba, sino que fue una extraordinaria cantante de jazz y melódica, y que su belleza física, alcanzada la cuarentena, no sólo fue a más, si no que con una imagen “modernizada”, realmente la convierte, para mí, en una mujer de un atractivo arrebatador.


Aquí les dejó con Julie London en dos momentos mágicos. Cantando en vivo y en directo dos temas jazzísticos Deed I do y Let There Be Love (en Japón, mayo de 1964). En ambos temas tenemos a una mujer madura, de casi 40 años, muy hermosa y con una voz y una forma de cantar realmente magníficas: con sensualidad, clase, encanto, intención, swing..., inolvidable, a años luz, por ejemplo, de la edulcorada y meliflua Diana Krall. Vamos, una mujer con la que ya me hubiera gustado a mi ir a cenar..., claro que Gary Cooper se me adelantó y, claro, no hay comparación.



Julie London: "Deed I Do" (vídeo colgado en YouTube por vladimirsmartins)




Julie London: "Let There Be Love" (vídeo colgado en YouTube por vladimirsmartins)

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LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,23 abr 2010 20:44:18 GTM
<![CDATA[André Gorz le escribe a su mujer Carta a D. Historia de un amor (Paidós Ibérica)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1168
 

Juan Antonio González Fuentes

“Espío tu respiración. Mi mano te acaricia. A ninguno de los dos nos gustaría tener que sobrevivir a la muerte del otro. A menudo nos hemos dicho que, en el caso de tener una segunda vida, nos gustaría pasarla juntos”. Este es un breve fragmento de la larga Carta a D. Historia de un amor (Paidos Ibérica, 2008) que el filósofo y periodista vienés y judío, André Gorz (1923-2007) dedicó a su mujer Dorine, cuando ésta, siendo ya los dos ancianos, contrajo una enfermedad incurable y André, de vuelta ya de ideologías y trabajos infinitos, llegó a la conclusión de que la única razón valiosa de su vida había sido el amor, el amor a Dorine, por lo que decidió irse con ella, decidió suicidarse y dejarnos el testimonio de sus reflexiones en torno al amor en forma de libro.

Gorz fue el cofundador del mítico semanario Le Nouvel Observateur, el principal órgano de expresión de la izquierda socialdemócrata francesa en la que se podían rastrear tendencias anticomunistas, antitotalitarias y los primeros brotes de un ecologismo militante. Desde el seminario y desde Les Temps Modernes, André Gorz fue uno de los maestros de la primera generación de insumisos libertarios de la segunda mitad del siglo XX. Gorz se encaró con la faceta autoritaria y dictatorial del comunismo, llegando a publicar más de una docena de trabajos en los que plantea la cuestión de aferrarse moralmente a cualquier lucha frente a los totalitarismo, tanto de derechas como de izquierda.

André Gorz: Carta a D. Historia de un amor (Paidós Ibérica)

André Gorz: Carta a D. Historia de un amor (Paidós Ibérica)

Pero a Gorz le dio tiempo a vivir el llamado “desmoronamiento de las ideologías”, la caída del muro de Berlín, la desaparición de la URSS, la pérdida generalizada de ilusiones y sueños libertarios, la precipitación al suelo de casi todas las grandes estructuras teóricas. La constatación de este nuevo escenario ideológico y conceptual vino a coincidir en el tiempo con la ancianidad de Gorz, la llegada a los ochenta años, y con la enfermedad de su esposa Dorine. Ambos seguían amándose como cuando eran jóvenes, y el soñador André Gorz descubre que lo único que ha merecido la pena en su vida, que lo que verdaderamente la justifica y ha dado sentido es el amor por su mujer. Carta a D. Historia de un amor nos lo cuenta. Gorz y Dorine se suicidaron juntos en su casa de Vosnon (Francia) el 22 de septiembre de 2007.

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

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Thursday,22 abr 2010 18:35:32 GTM
<![CDATA[Nadie acabará con los libros (Umberto Eco y Jean-Claude Carrière) y el volcán Eyjafjalla]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1167
 

Juan Antonio González Fuentes

Un lejanísimo volcán islandés (pero que administrativamente es danés), de nombre absolutamente impronunciable para nosotros (Eyjafjalla en español, Eyjafjallajökull escriben los anglosajones), está poniendo en jaque mate todo el tráfico aéreo de una de las zonas del planeta más ricas, más tecnológicamente cualificadas, de mayor nivel y calidad de vida.

No, el impronunciable volcán no ha devastado con su lava kilómetros y kilómetros de territorio europeo, no ha provocado terremotos terroríficos, no ha provocado una cadena de olas gigantescas que han asolado las grandes capitales europeas, no ha arrojado pedruscos como montañas sobre Londres, París o Madrid. No, simplemente el volcán islandés arroja enormes cantidades de ceniza. Y eso tan nimio como la ceniza, eso en lo que el catecismo nos recuerda que todos nos convertiremos algún día, eso!!!, está impidiendo que los más sofisticados y desarrollados sistemas de vuelo de todo el globo terráqueo no sirvan para nada. ¿Consecuencia? Decenas de miles de viajeros están atrapados en las terminales de los aeropuertos europeos, miles de vuelos se cancelan diariamente, y hasta los pobres jugadores del F. C. Barcelona han tenido que hacer un “terrible” viaje a Milán en autobuses clase ambassador, pernoctando, los muy pobres, en Cannes.

Europa colapsada por las cenizas de un volcán que está en un lugar remoto. La circunstancia me sorprende leyendo un libro sorprendente: Nadie acabará con los libros, editado recientemente por Lumen, y donde Umberto Eco y el que fuera guionista de Buñuel, Jean-Claude Carrière, mantienen una conversación en torno al futuro de los libros.

No he terminado el libro, pero la conclusión principal del mismo ya está implícita en su título: Nadie acabará con los libros. Los argumentos aportados son numerosos. Eco dice que ninguno de los verdaderamente grandes inventos de la humanidad ha desaparecido: la rueda, las agujas, las escaleras, los libros… Estos inventos, y otros muchos, han experimentado evoluciones tecnológicas indudables, pero su esencia se ha mantenido a lo largo de los siglos. Algo semejante va a pasar con los libros.

En los últimos veinte años hemos vivido más evoluciones tecnológicas referentes al archivo, almacenaje y difusión de la memoria que en toda la historia de la humanidad: los discos duros de los ordenadores, los pen drive, los cds, etc, etc, etc… Cada uno de los avances siempre insiste en los mismo: almacenar más información en menor espacio, posibilitando la consulta más rápida y eficaz. Sin duda ventajas sobre ventajas. Hoy, cualquiera puede llevar miles de canciones o cientos de sinfonías almacenadas en un aparatejo no más grande que un caramelo. Ya hay lectores electrónicos en los que pueden almacenarse para su lectura cientos de volúmenes. Digámoslo con un solo ejemplo ilustrativo: hoy una persona puede tener una biblioteca de cientos de miles de libros almacenada en unos aparatos que no llegan a ocupar una estantería mediana. Increíble!!!Se ahorra así espacio, no se cortan árboles… Es además indiscutible que determinada literatura, como la científica, queda por definición obsoleta, superada, al cabo de unos años, y publicarla digitalmente tiene ventajas innegables: consulta inmediata desde cualquier lugar del mundo, ahorro de papel y de materiales, ahorro de almacenaje…

Umberto Eco y Jean-Claude Carrière: Nadie acabará con los libros (Lumen, 2010)

Umberto Eco y Jean-Claude Carrière: Nadie acabará con los libros (Lumen, 2010)

Pero Eco y Carrière apuntan también muchas de las desventajas de las nuevas tecnologías, desventajas que hacen que la vida del libro en papel quede resguardada de cara al futuro, sobre todo en los grandes centros de conocimiento repartidos por el mundo, que acabarán funcionando y representando lo que representaban los monasterios medievales: las fortalezas de la memoria, lo verdaderos centros del saber y del conocimiento, aunque tal vez no de la mera información.

Y es que a los globos, a las alas delta, a los aviones de hélice antiguos, no les afectan las cenizas del volcán, y sí a los más modernos airbus con reactores y centros de mando computerizados.

Un virus informático introducido en el lugar adecuado podría dejar a una ciudad como Nueva York sumida en el mayor de los caos. Nada funcionaria. Potentes bombas colocadas en los más singulares centros de distribución de la energía dejarían a los EE.UU o a cualquier país tecnológicamente desarrollado sin energía para realizar actividades industriales, para comunicarse con sus ciudadanos… Una guerra informática dejaría inservibles todas las terminales de ordenador del mundo. La quiebra de gigantes informáticos como Apple dejaría inoperantes a todos los aparatos fabricados por ellos. No, no es ciencia ficción. Carrière habla en el libro mencionado de que un amigo suyo tiene todo un desván dedicado a almacenar distintos aparatos de lectura informática para poder leer los distintos soportes en los que a lo largo de los años ha ido almacenando información textual y de imágenes y sonidos. Cada nuevo avance tecnológico deja obsoletos los viejos soportes, que si se estropean dejan de ser útiles, hay que tirarlos porque no ofrecen utilidad alguna, salvo la de reconvertirlos a los nuevos soportes, dándose un proceso interminable y de altos costes.

Hay ya una película que plantea todo esto. El libro de Eli, protagonizada por Denzel Washington, habla de un mundo tras una catástrofe nuclear. La gente vive prácticamente en la Edad Media: los aparatos están inservibles, no hay red eléctrica, no hay pilas, no hay ordenadores que puedan funcionar. Y uno de los objetos más preciados en ese futuro nada imposible, son los libros en papel (“funcionan” sin ningún tipo de energía, no hay que enchufarlos, se pueden transportar muy fácilmente, son duraderos, se puede anotar en ellos…), que han sobrevivido (como lo han hecho a otras guerras, a otros fuegos, a otros desastres) y donde se conservan los únicos conocimientos útiles, la memoria técnica, histórica y espiritual de la humanidad.

Nadie acabará con los libros. Eso dicen Umberto Eco y Jean-Claude Carrière, y yo quiero creerlos. Los libros siempre han resurgido de las cenizas, no hay cenizas que los hagan inservibles.

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LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,21 abr 2010 21:10:30 GTM
<![CDATA[Las tres vidas de Stefan Zweig, de Benjamín Jarnés (Quálea editorial)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1166
 

Juan Antonio González Fuentes

En estas mismas páginas he tratado en más de una ocasión la vida y la obra del escritor austriaco Stefan Zweig (1881-1942), uno de los paradigmas básicos de la llamada cultura de entreguerras, símbolo del escritor e intelectual de masas, cosmopolita, viajero empedernido..., que se situó en la cúspide de la cultura finisecular centroeuropea, uno de los momentos históricos más brillantes de la historia intelectual del último siglo y medio en el viejo continente.

La última de las biografías del gran escritor aparecida en español fue la de Oliver Matuschek (Las tres vidas de Stefan Zweig, editorial Papel del Liar) que hace pocas fechas reseñábamos aquí, subrayando el renovado interés por la vida y la obra del maestro que se estaba produciendo en España en los últimos años, con una editorial como Acantilado editando con éxito muy buena parte de la obra de Zweig.

Sin embargo esto no fue siempre así. En la biblioteca santanderina de mi abuela, levantada pocos años antes de nuestra Guerra Civil, abundaban los títulos del autor vienés, sobre todo sus biografías de grandes personajes de la historia. Pero con el esplendor de la llamada contracultura en los años 1960 y 1970 la estrella de Zweig se apagó bajo el rótulo de “escritor burgués y aburguesado”: un escritor de traje y corbata, alejado de las corrientes estéticas de los Joyce y compañía, millonario, sofisticado, que escribía novelas en los que los asuntos y ambientes de “pulsión burguesa” son la columna vertebral del edificio de palabras. La obra Zweig desapareció de las librerías de nuestro país, y fue relegada a los afluentes menos robustos de las grandes corrientes creativas e intelectuales. Pero ahora el momento vuelve a ser de Zweig, y algunas de sus obras maestras, El mundo de ayer, Carta de una desconocida, La impaciencia del corazón..., han vuelto a ocupar un lugar destacado en las lecturas de los mejores lectores españoles de hoy.

Benjamín Jarnés: Stefan Zweig, cumbre apagada (Quálea, 2010)

Benjamín Jarnés: Stefan Zweig, cumbre apagada (Quálea, 2010)

Ahora, la editorial cántabra Quálea se apunta un tanto indiscutible editando un libro que va a merecer atención pública nacional e internacional casi asegurada. Se trata del libro Stefan Zweig, cumbre apagada, que vio la luz por vez primera y única vez en Méjico en 1942, pocos meses después del fallecimiento del vienés. ¿El autor del libro? Un español exiliado de aquel momento, de aquella guerra nuestra tan dramáticamente trascendente: el aragonés Benjamín Jarnés (1888-1949), estricto contemporáneo de su biografiado.

No he leído el libro. Acabo de comprarlo en mi librería de cabecera, y sólo puedo hablar de la “buena pinta” del libro, algo que los lectores más aficionados sabrán entender. Copio de la contracubierta: “Stefan Zweig, cumbre apagada adopta la forma de un ensayo novelado en el que Jarnés analiza minuciosamente -desde una óptica histórica, literaria y psicológica- los acontecimientos fundamentales que marcaron la vida de Zweig, al mismo tiempo que nos permite ser testigos de una exégesis de sus ensayos y novelas... Lúcidamente, Jarnés sobrepasa la mera biografía y, a modo de testimonio literario, reflexiona en el libro sobre aspectos tales como el propósito de la novela como género y sus problemas, el papel del intelectual frente al mundo exterior, los preceptos del arte o el fracaso del liberalismo intelectual de entreguerras en un universo, ya entonces, en precipitada desintegración”.

El volumen editado ahora por Quálea es uno de los textos más interesantes y desconocidos de la literatura española en el exilio americano. El texto ha sido corregido y depurado de las numerosas erratas de la edición mejicana. Todo este trabajo, así como el prólogo que acompaña al volumen, se deben al profesor Domingo Ródenas de Moya. Los que amamos a Zweig, su literatura y su personaje, estamos, desde luego, de enhorabuena.

***

Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,20 abr 2010 20:59:17 GTM
<![CDATA[Dos décadas sin Greta Garbo: ¿Por qué preguntarse?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1165
 

Juan Antonio González Fuentes

Acaban de cumplirse dos décadas de la muerte de Greta Garbo (Estocolmo 1905-Nueva York, 1990), casi el mismo tiempo que duró su relación con el cine, y prácticamente el doble de los años en los que fue una indiscutible estrella universal del cine, toda una década, la de los 1930.

La Garbo nunca me gustó como actriz, y siempre me ha fascinado como personaje. Fue una celebridad en el segundo lustro de los felices 20, cuando Holywood la llamó después de sus primeros éxitos en Suecia. Bajo el sol de California Garbo hizo del hielo sueco una forma sofisticada de expresión, todo un lenguaje que medio mundo entendía con la misma celeridad y contundencia que las caídas de Harold Lloyd o los mamporros que atizaba Chaplin a diestro y siniestro. Garbo se convirtió en un mito de sofisticación europea que los inmigrantes en EEUU veneraban extasiados y los magnates y nuevos ricos norteamericanos convertían en lejano sueño de su esnobismo. Pero la Garbo nunca me gustó como actriz. Y no lo fue mala en un cine en el que el aspaviento y los gestos grandilocuentes eran la semántica y la sintaxis imprescindibles de la locuacidad.

Y llegó el sonoro, y a la Garbo se salvó de la quema por su voz de sueca distante. John Gilbert, su compañero en tantos filmes mudo sin embargo fue arrastrado por la corriente del cine que se oía, y desapareció de la faz del celuloide, como tantas y tantas otras superestrellas del momento. La Garbo estuvo apunto de casarse con él, pero sencillamente no se presentó a la ceremonia, intuyó sin duda que la voz de Gilbert era quebradiza, y que el peso de su fracaso quizá fuera un ancla demasiado pesada para ella.

No, ella se salvó por su voz. Y fue de las pocas divas de la primera época grande del cine que lo logró. El resto, ya lo he dicho, sucumbió al comedimiento, al laconismo que demandaban los nuevos tiempos. La Garbo tenía voz y era lacónica por herencia sueca. Y siguió triunfando. Sus películas sonoras fueron un éxito tras otro. En 9 años, de 1930 (si primera película sonora) a 1939, estuvo nominada al Oscar en 4 ocasiones, ahí es nada. Pero a mi no me gusta, su comedimiento siempre me ha parecido sobreactuado, falso, impostado. Sus gestos en escena son viejos, sus movimientos anquilosados, su mirada trasnochada. Su glamour en pantalla me parece el más logrado del clasicismo hollywoodiense, pero es que a mi el glamour así me deja frío. No, no creo que la Garbo fue una actriz dotada, creo que fue un mito que invirtió en sí misma y no le fue mal durante un tiempo, lo que no es poco.

Pero llegó la guerra. En 1939, mientras Hitler invadía Polonia y daba así comienzo la más monstruosa de las guerras, la Garbo rodaba paradójicamente la que fue su primera comedia: Ninotchka, a las órdenes del gran Lubitsch. Atrás quedaban trabajos como Anna Christie (de Clarence Brown, 1930), Gran Hotel (de Goulding, 1932), La reina Cristina de Suecia (de Mamoulian, 1933), Ana Karenina (de Clarence Brown, 1935), La dama de las camelias (de Cukor, 1937). La publicidad de la época vendió al gran público Ninotchka como la película en la que por fin la Garbo reía. Creo que poco más cabe decir de una carrera en el cine tras más de quince años de actividad y películas. La Garbo no reía, siempre hacia de mujer atormentada, en conflicto, melancólica, distante, inalcanzable. Y a su época eso le gusto, le atrajo. Bueno, más bien al público de su tiempo.



Escena de Ninotchka, del director Ernst Lubitsch (vídeo colgado en YouTube por konway87)

Pero en 1939 los tiempos estaban de cambio, y la Garbo lo supo ver con suma inteligencia. Su distante laconismo, su elegancia de ojos entreabiertos y boquita seria, sus dramas amorosos con galanes recién afeitados y sin mácula de sudor en la camisa tenían los días contados. Por eso, creo, se despidió del cine lanzando su única carcajada. Ninotchka fue un éxito, pero también fue el canto del cisne, nunca mejor dicho. La Garbo no anunció su retirada, sólo espació sus apariciones. Tanto las espació, que sólo rodó una película más: otra comedia con Cukor, La mujer de dos caras (1941). Luego el silencio, la desaparición, el mito convertido en fantasma, en sombra de sí misma y de lo que fue.

En 1954 Hollywood le reconoció toda su trayectoria, su aventura de tristeza, laconismo y fotos vaporosas en un blanco y negro sólo posible para ella, es decir, el glamour por antonomasia. Hollywood le dio un Oscar a la Garbo. Pero la Garbo dejó plantado al premio como en su día lo hizo con el bigotito de John Gilbert. Pasó del Oscar honorífico.

En 1941 desapareció para siempre la actriz y nació para siempre el mito, el personaje, quizá lo más relevante de una mujer que fue asociada a la frase: “quiero estar sola”, aunque más tarde explicó que lo que quiso decir es que la dejasen en paz. Pero Garbo fue una de las principales víctimas de la incipiente prensa rosa. Sí, fue durante décadas caza mayor para los paparazzis de todo el mundo. Ella demandaba anonimato y el mundo la persiguió toda la vida cámara en ristre.

Con 36 años dijo adiós al cine y desapareció con sus millones en su apartamento cerca de Central Park. Su última entrevista fue de una brevedad letal. El periodista se le acercó y le dijo “Yo me pregunto…”, y ella le respondió escabulléndose “Por qué preguntarse…” como sorprendente: el periodista empezó diciendo “Yo me pregunto...”, y ella le interrumpió y se marchó diciendo “¿Por qué preguntarse?”.
  

***

Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,19 abr 2010 19:42:21 GTM
<![CDATA[Epílogo de primavera para unos Haikus sin estación, por Julio Maruri]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1164
 

Juan Antonio González Fuentes

Ya ha quedado dicho aquí, casi hasta la saciedad, que en breve estará en los escaparates de las librerías mi próximo libro: Haikus sin estación (Ediciones Carena). En él, mis haikus van acompañados de un prólogo del profesor Philippe Merlo (Universidad de Lyon) y de un epílogo del poeta Julio Maruri. A continuación quiero ofrecer aquí, como primicia, el breve epílogo de Julio, una “marurada” como él mismo dice, cargada de sabiduría, literatura, ironía y conocimiento. Sólo por este texto de Maruri yo compraría el libro que en días estará a disposición de todos. Les mantendré informados, estoy interesado en ello. Escribe Julio Maruri:

“A lo largo de todo un mes he tenido varios Japón entre las manos, preludio a un paralelo “entre la espada y la pared” en que me veo tras haber prometido a Juan Antonio González Fuentes unas líneas de acompañamiento gozoso al libro que ahora tienes, lector, entre las tuyas: Haikus sin estación.

No es que el Japón me sea extraño, lo tengo próximo desde hace ochenta años y más lejos diré por qué. Pero, como verás, si llegas, aquel Japón fue una revelación, y no un saber.

Un saber del Japón lo debo, debemos, a Roland Barthes en su El Imperio de los signos, admirable homenaje al existir de los habitantes del país del Sol Naciente. Del haiku dice Barthes que se parece a nada y a todo y que hace imposible el ejercicio más corriente de nuestra palabra: el comentario.

A ese texto de Barthes, devuelto a la estantería -¡y con qué respeto!- le ha sucedido El Japón moderno y la ética samurai de Yukio Mishima: El Japón de los jóvenes de la posguerra vestidos por “Pierre Cardin confecciones”, y el del Tenno en la magnificencia hierática de sus hábitos de ceremonia. Contradicción que a Mishima lo llevó al suicidio: Porque ¿cómo sobrevivir en el Japón de Yasujiro Ozu, habiendo soñado con el de Akira Kurosawa?

Julio Maruri

Julio Maruri

Al llegar aquí, tentado estoy –y me dejaré tentar, y a vuelapluma para no sufrir de arrepentimientos- de colgar, como se dice en argot-internet, un tercer icono:

Es una hoja del diario parisino Le Monde, fechada el 15 de noviembre de 1990, que yo había olvidado entre dos páginas del libro de Roland Barthes. El resumen de un largo artículo ilustrado con fotografías dice así: “Uno de los artistas más fascinantes del siglo: Kazuo Ohno, monstruo sagrado viviente, tiene 84 años, gran inventor e intérprete del Buto, ese arte de todos los sentidos nacido del horror de Hiroshima (y del horror de Auschwitz, añado yo) presenta su última creación y reinterpreta su papel, ya casi legendario, de ‘La Argentina’”.

“La Argentina”, ¿pero qué o quién es esa Argentina? ¿La patria del tanguero Borges? ¿o el nombre de artista de aquella celebérrima doña Antonia Mercé, a la que el joven Kanzuo vio bailar, y con ello y a partir de ello entrar en el baile a lo largo del siglo XX y casi lo que va del XXI? Y Ohno guardará a “La Argentina” en su cuerpo japonés y hará, con su “Admirando a La Argentina”, la doña Antonia intérprete de Albéniz o Granados, una inquietante bailarina Buto, sin edad.

Pero ¿y el haiku? 5/7/5

Traca, traca, trá
Traca, traca, tracatrá
Traca, tracatrá

¿Taconeo gracioso de la española por París, Londres, Tokio, Nueva York…? ¿Abanico de los brazos descarnados de Ohno…?

Cuando yo tenía 10 años, en 1930, una tarde, en El Sardinero, alguien me dijo que el agua de la mar que estábamos viendo era la misma, por ejemplo, que estaría viendo alguien como nosotros en una playa del Japón. Ahora, el haiku, que ha dado, como doña Antonia y como Kazuo Ohno, la vuelta al mundo, el haiku abanico de los cerezos en flor, o de los otoños o las nieves, en fin, el haiku de las estaciones, pero “signo de nada y de todo” viene del Japón, su cuna, y, con su rigor (a lo Mishima) de cinco, siete, cinco, nos propone sus enigmas en castellano: estas setenta y cinco propuestas de contemplación que nos ofrece nuestro poeta”.
  

***

Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

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LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,16 abr 2010 20:37:1 GTM
<![CDATA[Dublinesca de Enrique Vila-Matas, y Joyce, Pound, Eliot, Ulises y Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1163
 

Juan Antonio González Fuentes

Ayer día martes y 13, me tocó en suerte la responsabilidad de presentar en Santander, en la Tribuna Literaria de Caja Cantabria, a Enrique Vila-Matas y su último trabajo, Dublinesca (Seix Barral), reseñado por Justo Serna en esta revista.

Para la ocasión escribí un intervención muy breve partiendo de un viejo texto sobre Joyce que ya había publicado hace años en no sé qué publicación. Acudí a la presentación más o menos tranquilo, parapetado tras mis cuartillas. Pero la sorpresa llegó cuando el responsable del acto me comentó que la idea era mantener un diálogo con el autor sobre la novela. Debí quedarme blanco y en blanco. No respondí nada porque en mi cerebro sólo estaba la idea de echar a correr, y refugiarme bajo mi cama durante el resto de mi existencia. ¿Hablar de tú a tú con un autor-mito (sobre esto ironizó más tarde el propio Vila-Matas)?

Bueno, respiré hondo y me aferré con fuerza al poder mayúsculo de lo inevitable. Creo que al final la cosa no salió mal del todo, y he de decir que Enrique Vila-Matas ayudó muchísimo mostrándose amable y afable, comunicativo, abierto al diálogo, atento a lo que se le comunicaba. Fue un verdadero placer. Bien, el texto que leí al comienzo de la presentación fue el siguiente. Él me lo ha pedido, no sé si querrá colgarlo en su propia página. No lo sé, quizá se trató tan sólo de un gesto educado y amable, como es él. Yo lo ofrezco aquí para mis lectores más fieles. Espero que no les defraude y, sobre todo, que sientan curiosidad por la novela y la lean con calma, gusto y sosiego.

“En una noche de 1904, en Dublín, Joyce se acercó a una mujer que estaba acompañada por un soldado, sin que el escritor lo advirtiese. El militar golpeó con dureza a Joyce dejándolo tendido en el suelo, de donde fue ayudado a levantarse e ir hacia su casa por un judío conocido en la ciudad gracias a las continuas infidelidades de su mujer. Joyce, al reflexionar más tarde sobre el episodio, descubrió en él una mezcla grotesca de dos mitos de la cultura clásica: Ulises retorna al hogar ayudado por el Judío Errante, esposo de una desleal Penélope.

La idea comenzó a desarrollarse en 1906 como otro de los trabajos destinados a formar parte de Dublineses, pero una vez enfrascado Joyce en la tarea, el relato tomó unas proporciones mayores y más ambiciosas de las que en un principio había esperado, encontrándose así ante lo que con el tiempo se convertiría en su opus magnum, el Ulises.

Joyce terminó la novela en 1920 en París, ciudad a la que había viajado desde Trieste, una vez finalizada la Gran Guerra, aceptando una invitación de Ezra Pound, a quien conocía desde 1912, cuando éste, además de solicitarle unos poemas para una antología, había conseguido que se comenzase a publicar en la revista The Egoist, la parte ya conclusa del Retrato del artista adolescente. También fue en París donde por primera vez se publicó la obra, aunque con dos años de retraso respecto a su finalización, debido, principalmente, a las constantes correcciones y añadidos que sobre el original un Joyce medio ciego realizaba sin descanso. El primer ejemplar impreso del Ulises lo recibió el escritor irlandés como regalo el día en que cumplió los cuarenta años.

Un año antes, en 1921, Eliot, después de ser psicoanalizado en Lausanne, y siguiendo el ejemplo de Joyce, marchó a París para encontrarse con Pound, al que había conocido en Londres en circunstancias nunca bien precisadas.

En París, Eliot hizo entrega de un número no muy elevado de folios manuscritos a Pound, quien efectuó sobre ellos una importante serie de correcciones y cortes, y colaboró en la reelaboración conceptual de la obra. En 1922 apareció en la revista The Criterion, fundada con anterioridad por el propio Eliot, The waste land (Tierra baldía), considerado hoy por buena parte de la crítica como el más decisivo e influyente poema del siglo XX.

Ulises y The waste land, son dos piedras angulares de la más influyente escritura del pasado siglo. Las dos publicadas en el mismo año en inglés, las dos escritas por dos exiliados de sus países y de sí mismos, las dos con París como escenario al fondo, las dos intervenidas de alguna manera por Ezra Pound, otro poeta, y otro poeta exiliado. Ulises y The waste land, dos cimas alcanzadas dentro de la galaxia Gutenberg, galaxia por la que Samuel Riba, el editor que protagoniza la última obra de Vila-Matas, Dublinesca, organiza junto a tres amigos una especie de Réquiem, de misa de difuntos, en un cementerio de Dublín el 16 de junio de 2008, el Bloomsday que conmemora anualmente el Ulises de Joyce.

Enrique Vila-Matas: Dublinesca (Seix Barral, 2010)

Enrique Vila-Matas: Dublinesca (Seix Barral, 2010)

Uno de los principios esenciales del arte poética del Ulises quedó definido por Eliot en su trabajo “Ulysses, order and myth”, publicado en la revista The Dial en noviembre de 1923: “Utilizar mitos y formas del pasado –escribe Eliot- para dar estructura al caos del presente, preparando así la superación de éste, de cambio a algún orden o creencia vagamente soñados o añorados”. En su ensayo, Eliot venía a afirmar que la aplicación del mito clásico al caos moderno era un modo de procurar forma y significación al inmenso panorama de futilidad y anarquía que era la historia contemporánea; además, aseguraba que la implantación en el campo de la literatura de este principio básico era tan importante como el de la relatividad de Einstein en el de la Física.

Mucho de esto, creo, hay en Dublinesca. Vila-Matas, en mi opinión, utiliza el mito ya clásico del Ulises de Joyce, mito surgido de uno de los mitos clásicos por antonomasia, para construir un cuadro, un escenario, una secuencia cinematográfica, una partitura…, un maravilloso artefacto literario que viene a plasmar un “estado de la cuestión”. ¿Qué cuestión? La nuestra, nuestra cuestión hoy y en nuestro tiempo, nuestra contemporaneidad futil y anárquica, el desaliento muy parecido y completamente diferente al que plasmó Joyce en su Ulises hace ya casi un siglo.

La galaxia Gutenberg que está despidiéndose en estos mismos momentos y con ella quizá la literatura, la galaxia digital sobre la que cae casi a partes iguales el escepticismo y el entusiasmo, la ausencia de verdaderos genios en el mundo de la creación artística tras la II Gran Guerra, el enigma del lector, de los lectores, la desaparición de los editores, la muerte del autor, una tras otra las épocas que se superponen a la nuestra dejándola sin aire e insuflándola perentoriedad, el fin de la palabra, del lenguaje, el juicio final, la vejez, la muerte que acecha sosegada…, muchos de los asuntos clave de nuestro tiempo pululan por las páginas de Dublinesca como fantasmas, como una niebla más allá de una modernidad ya sin género: novela, poema en prosa, libro de amigos, autobiografía, ensayo cultural…, todo está en Dublinesca, en la escritura de Vila-Matas. He dicho fantasmas, sí, fantasmas. Los fantasmas que Vila-Matas coloca en distintas escenas de esta novela polifónica y compleja, y entre los que yo destacaría el fantasma de lo que uno pudo haber sido y no fue, ese personaje enigmático que convive con todos nosotros, y a quien Henry James dedicó un relato memorable, El rincón de la dicha, si no estoy muy confundido.

Hablando de la novela de Elisabeth Smart En Gran Central Station me senté y lloré, confesaba Enrique Vila-Matas en un reciente artículo que cuando le preguntan si es fácil distinguir una buena novela de otra que no lo es, él explica que basta siempre con examinar la relación de la novela con las “altas ventanas” de la poesía. Las buenas novelas, dice nuestro autor, están en sutil conexión con la alta poesía. Dublinesca presenta esa sutil conexión con las altas ventanas de la poesía de Charles Simic, de Wallace Stevens, de Mark Strand, de John Ashbery, de Philip Larkin.

Un poema de este último poeta, Philip Larkin, le ha servido a Enrique Vila-Matas para dar título a su novela y para inspirarla, en cierta forma. No estará de más poner punto final a esta presentación leyendo el poema que Riba, el protagonista de Dublinesca, lee en el cementerio de Dublín en su particular réquiem por la “vieja gran puta de la literatura”:

Down stucco sidestreets,
Where light is pewter
And afternoon mist
Brings lights on in shops
Above race-guides and rosaries,
A funeral passes.

The hearse is ahead,
But after there follows
A troop of streetwalkers
In wide flowered hats,
Leg-of-mutton sleeves,
And ankle-length dresses.

There is an air of great friendliness,
As if they were honouring
One they were fond of;
Some caper a few steps,
Skirts held skilfully
(Someone claps time),

And of great sadness also.
As they wend away
A voice is heard singing
Of Kitty, or Katy,
As if the name meant once
All love, all beauty.



Por las callejuelas de estuco
donde la luz es de peltre
y en las tiendas la bruma obliga
a encender las luces sobre
rosarios y guías hípicas,
está pasando un funeral.

La carroza va delante,
pero detrás la acompaña
a pie una tropa de mujeres
con anchos sombreros floreados
vestidos hasta los tobillos
y manguitos de carnero.

Hay un aire de amistad
como si rindieran honra
a una que era muy querida;
algunas se alzan las faldas
diestramente y dan saltitos
(dos palmas marcan el tiempo);

y también de gran tristeza.
Mientras siguen su camino
se oye una voz que canta
para Kitty, o Katy, como
si el nombre hubiese albergado
todo el amor, toda la belleza.
  

***

Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,14 abr 2010 21:10:0 GTM
<![CDATA[Últimos haikus sin estación de Juan Antonio González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1162
 

Juan Antonio González Fuentes

Estos días ando contento. “Andar contento”, qué frase más expresiva tiene el español para un estado de felicidad que no lo es, es decir, que no llega a la felicidad bien entendida, sino que se queda más cercana a la placidez, pongamos por caso. Sí, voy por la calle paso a paso y con ese gusanillo interior que me proporciona el saber que a no mucho tardar tendré otro libro mío en las manos (y espero que la cosa no se tuerza).

José Membrive, mi compañero escritor en este milagro electrónico de título ojosdepapel.com, es además, como muchos de ustedes sabrán, editor. Capitanea una nave, la barcelonesa Ediciones Carena, que da vida a las palabras acogiéndolas en preciosas colecciones, incluyendo una poética. Pues bien, José Membrive ha tenido la generosidad de acogerme en su colección, apostando por la colección de haikus con la que llevo peleándome desde hace años. Son 75 haikus que he reunido bajo el título Haikus sin estación, y me acompañan en la aventura dos buenos amigos míos: el profesor Philippe Merllo Morat, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Lyon, y el poeta y pintor Julio Maruri.

El primero ha escrito para mis haikus un prólogo académico, científico, impecable, lleno de erudición y de conocimiento. El segundo, el poeta Maruri, ha escrito una especie de breve epílogo sabio, hermoso, poético, lírico e irónico. En medio de este pan impagable, tierno y sabroso, va la carne de mis haikus, ya digo, 75 en los que he puesto mucho de mi mismo.

Ya han sido varios los adelantos de haikus que he ido haciendo en estas mismas páginas. Hoy quiero ponerle punto final a la serie antes de que el libro circule por las librerías, ustedes lo compren masivamente, hagan millonario a José Membrive (se lo merece, sin duda alguna), y de mí hagan ustedes un eterno candidato al Nobel de Literatura, algo sin duda apetecible, reconfortante y que, me dicen, no da mucho trabajo. Ya les avisaré cuando aparezca el libro de haikus, será estupendo el que pueda acompañarles a algunos de ustedes durante unos instantes. Ahí va el último adelanto, los últimos 5 kaikus del libro.:

70
Todo alcanzaba
olor a paraíso.
Clima de niños

71
En el arrozal
es tiempo de rocío,
teje agua la luz

72
Álamo roto
tras un tiempo maduro:
voz que no se oye

73
Al fin la escarcha
en la esquina del viento,
piel y claridad

74
Ave que reza
hambre tierna en el nido:
clamor de seda

75
La Luna espera
siete estrellas de sangre,
dunas por su aire
  

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,13 abr 2010 21:21:37 GTM
<![CDATA[Nabokov, Enrique Vila-Matas y James Joyce: el misterio del personaje misterioso de Ulises]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1161
 

Juan Antonio González Fuentes

Cuenta Enrique Vila-Matas en una de las páginas de su última y espléndida novela, Dublinesca (Seix Barral, 2010), que en el Ulises de Joyce hay hasta 10 alusiones a un personaje que lleva una gabardina de marca Mackintosh, con k intercalada. “¿Quién era M'Intosh”, recuerda Vila-Matas que se lee en el segundo capítulo de la tercera parte de Ulises. Quién era ese personaje misterioso es algo que ha suscitado el interés erudito de muchísimos especialistas en Joyce y en su obra desde la publicación del homérico libro, 1922.

Algunos de estos especialistas aseguran que el misterioso personaje es James Duffy, un amigo de la señora Sinico que hace ya su primera aparición en Dublineses. Otros opinan que es Charles Stewart Parnell levantado de su tumba para continuar su lucha por la liberación de la verde Irlanda. Y otros, incluso, aseguran que el personaje es Jesucristo, asistiendo a toda la representación joyceana.

Enrique Vila-Matas: Dublinesca (Seix Barral, 2010)

Enrique Vila-Matas: Dublinesca (Seix Barral, 2010)

Pero el escritor español trae a colación otra teoría plausible, la que pensó otro genio de la narrativa del siglo XX, Nabokov. Éste dedujo que la clave para resolver el enigma está en el capítulo cuarto de la parte segunda, escena de la biblioteca, de Ulises. En esa escena Stephen Dedalus habla de Shakespeare y asegura que éste se incluye a sí mismo en sus obras, como “el pintor de la vieja Italia colocaba su rostro en un rincón oscuro de su lienzo”.

Así que según Nabokov, y en cierto modo según Vila-Matas, eso es lo que hizo Joyce mediante el desconocido de Ulises: colocarse en un rincón oscuro del lienzo. Joyce es el desconocido que aparece y desaparece en el Ulises. Leopold Bloom y Stephen Dedalus llegaron a ver, con sus propios ojos, a quien los creó.
  

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Monday,12 abr 2010 22:6:24 GTM
<![CDATA[Subasta de las cartas de amor de John Fitzgeral Kennedy a Gunilla von Post]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1160
 

Juan Antonio González Fuentes

Un coleccionista no identificado ha pagado casi 85.000 mil euros por tan sólo once cartas de amor. La cifra puede parecernos completamente desorbitada, incluso demencial, pero quizá entendamos algo más del asunto e incluso entendamos el porqué atendiendo al autor de las cartas manuscritas. Pues éste no es otro que el asesinado y católico presidente de los EEUU de América; sí, el célebre e icónico John Fitzgerald Kennedy. Pero no, las cartas no iban dirigidas a su legítima esposa, la también célebre Jacqueline, quien tiempo después de quedarse sin marido presidente dejó compuesta y sin novio a otro mito del siglo XX, la soprano María Callas, enamorada hasta quedarse sin voz ni ganas de usarla de uno de los tipos más feos, chulos, ricos y sin clase de la reciente historia de la humanidad: Aristóteles Onassis.

No, ya lo he dicho, las misivas de amor manuscrito no estaban destinadas a Jacqueline, ni tampoco a Marilyn Monroe, la rubia que enseñó las piernas en el cine con un candor que derretía vías de tren, y es que la historia que aquí cuento tuvo lugar en un olimpo que los dioses realquilaron en su día a mitos de nuestro tiempo. Las cartas fueron a parar a una sueca, asunto en el que el presidente John se parecía bastante a nuestros muy castizos Alfredo Landa, López Vázquez o Martínez Soria: las suecas en bikini les quitaban las penas, el hipo y hasta algún que otro mal momento.

John Fitzgeral Kennedy en 1959 (foto de John Vachon, wikipedia)

John Fitzgeral Kennedy en 1959 (foto de John Vachon, wikipedia)

Nuestra sueca, bueno, la de John Fitzgerald, tenía nombre de turista germánica en Marbella: Gunilla von Post (lo de post benefició sin duda el asunto de las cartas). La sueca Gunilla tenía quince años menos que el por aquel lejano entonces prometedor senador. Corría el verano de 1953 cuando el senador y la sueca se conocieron, justo un mes antes de que el católico de origen irlandés se desposase con la fina Jacqueline Bouvier. La primera carta está fechada, sin embargo, en junio de 1954, tiempo en el que Kennedy y Bouvier casi tenían que estar de luna de miel, y la última de las cartas se firma en agosto de 1955, año en el que el fogoso John pasó toda una semana con Gunilla en un apartado castillo sueco.

Ha sido Gunilla la que ha puesto las cartas en venta. Y la bonita cifra que sin duda hará más llevadera su aparatosa vejez, se obtuvo el pasado 3 de marzo por medio de una subasta online organizada por la casa Legendary Auctions, sita en la ciudad del viento, Chicago. Y es que no sé si a estas alturas se habrán ustedes percatado, pero entre gánsteres anduvo el juego. 
 

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,9 abr 2010 10:36:52 GTM
<![CDATA[La palabra desnudada en la poesía de J. A. González Fuentes: una tentativa de desenmascarar lo real y el lenguaje]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1158
 

Juan Antonio González Fuentes

Recientemente acudí al Instituto Cervantes de Lyon para participar en el encuentro que la Universidad de la ciudad francesa organiza allí. El profesor Philippe Merlo es el organizador y alma mater de dicho encuentro. Se trata de reunir a diversos y variopintos escritores (poetas, novelistas, autores teatrales…) con críticos universitarios casi siempre franceses. La razón del encuentro es dar a conocer la nueva escritura española en el país vecino. Este año yo, como creador, he tenido la inmensa fortuna de contar como crítica de mi trabajo con la profesora Claudie Terrasson, de la Université Paris-Est-Marne-la-Vallée, quien leyó dos de mis libros, los dos últimos: Atlas de perplejidad (Icaria) y La lengua ciega  (DVD). Su espléndido trabajo (me lo acaba de enviar) es el siguiente, y se publicará el próximo año en un volumen colectivo por una editorial universitaria francesa. Esto escribe Claudie Terrasson, a quien quiero dar aquí y ahora mis más expresivas gracias.

«El crítico y poeta Juan Antonio González Iglesias afirma que Juan Antonio González Fuentes, (Santander, 1964) es lo que se dice un poeta independiente y su afirmación es atinada: tal es en efecto, la impresión que se desprende al leer los dos poemarios que vamos a comentar. No tienen nada que ver con la poesía al uso que parece hoy en día dominar el panorama poético español. Por lo peculiar de las imágenes que surgen en los poemas, por la dicción alejada totalmente de lo anecdótico, de lo confesional, de lo conversacional y de cierto prosaismo también, parece reanudar Juan Antonio González Fuentes con la lírica heredada de la Modernidad adaptándola a la contemporaneidad. Se opera en sus textos una suspensión del entender que plantea la cuestión de la manipulación de la palabra y de la representación de lo real.

Breve presentación de los dos poemarios

Atlas de perplejidad marca una primera etapa al reunir libros anteriores, escritos entre 1989 y 1995. Sin embargo los rasgos estéticos que se observan en esta primera suma poética no desaparecen en el libro siguiente La lengua ciega (publicado en septiembre de 2009) sino que se concentran, depuran, densifican. Este poemario manifiesta una continuidad en la obra : continuidad espiritual del sujeto lírico que sigue interrogándose frente al mundo y paralelamente sobre la misma palabra que sirve para decir el mundo. De modo que la perplejidad no es sino el compendio de la postura afectiva, mental, teórica y poética del yo lírico ante las cosas y frente a su propio discurso.

Dentro de la temática del encuentro de Lyon «Manipular y travestir», interpretaré la palabra poética de Juan Antonio González Fuentes como una tentativa de sondear la lengua y como la voluntad de ir más allá de las máscaras o vestimentas que las normas y convenciones le imponen a la lengua; su empresa consistirá entonces en desnudar las palabras, quitarles esos artificios que disimulan las cosas para ver el mundo verdadero y para escribirlo de modo más auténtico. Esta búsqueda, que podemos definir como un anti travestimento ya que pasa por un desnudamiento de la lengua, engendra una palabra poética más bien compleja, que puede desorientar al lector, resultarle hermética o manipuladora porque lo lleva de una imagen rara a otra imagen igualmente extraña. Tal complejidad refleja el caminar del yo poético que se propone indagar las palabras para poder habitar el mundo.

A ese respecto podemos considerar que la poética de Juan Antonio González Fuentes reanuda (prolongándolo) con el programa estético de uno de los teóricos de la Modernidad, el pintor Paul Klee. Klee le asignó al arte un cometido preciso, hacernos ver lo real, orientarnos en el universo rescatándonos de la perplejidad o de la ceguera. En una de sus ponencias programáticas, afirmó el pintor: «L’art ne reproduit pas le visible ; il rend visible» («El arte no reproduce lo visible, hace visible»). Tal afirmación supone pues que la realidad que solemos designar como lo visible paradójicamente no es visible, que sólo vemos apariencias o máscaras, con lo cual lo real para hacerse visible requiere la intervención del artista o del poeta. La palabra poética de Juan Antonio González Fuentes se plantea semejante objetivo a pesar de que el mismo poeta se muestra totalmente conciente de las limitaciones de la lengua. Con lo cual en el momento preciso en que se propone tal reto (es decir, desenmascarar lo real) afirma su casi imposibilidad a causa de lo que se puede designar como la cortedad del decir.

LA CORTEDAD DEL DECIR

Si miramos los títulos de sus poemarios ilustran lo que Stéphane Mallarmé llamó « le défaut des langues» o sea la carencia, lo limitado de las lenguas, su insuficiencia: no consiguen las palabras coincidir perfectamente con las cosas. Asimismo José Ángel Valente, comentando versos de Dante y Juan de la Cruz, definió en un artículo esta característica de la lengua como « la cortedad del decir» y supone tal concepción una postura peculiar del sujeto lírico frente al mundo y al lenguaje. Esbozan los títulos de los dos poemarios de Juan Antonio González Fuentes esa paradoja.

Dos títulos paradójicos.

Es llamativo lo paradójico de los dos títulos. Atlas de perplejidad postula una representación iconográfica ordenada y organizada de la desorientación, es decir que evoca la imagen de un espacio delimitado y definido que encierra su misma negación.

Igual principio de contradicción se encuentra en La lengua ciega en que la voz ciega parece negarle a la lengua sus facultades: comunicar con el otro y apoderarse de las cosas mediante las palabras. Además aquí la ambigüedad sintáctica (¿será ciega un adjetivo o un verbo ?) acarrea más confusión todavía : ¿habrá que entender que la lengua es ciega ? o que ¿la lengua ciega al hablante lírico, y más allá al ser humano impidiéndole entonces ver el mundo, proponiéndole representaciones falsas ? Con lo cual éste se encuentra, al final, en la incapacidad de ver y conocer lo que le rodea. Quizás se pueda contestar las preguntas diciendo que ambas hipótesis son exactas o sea que la lengua es ciega y también ciega al hombre. Al presentarle al ser humano representaciones erróneas, la lengua produce un efecto de travestimento: la realidad le aparece travestida por las palabras.

Los títulos apuntan pues la dificultad, cuando no la imposibilidad, de conocer el mundo. Al poeta le toca desvelar lo real quitándole lo que lo disfraza como si lo real fuese un travestí. El problema más que nada reside en el signo (“atlas” o “lengua”), por eso la poesía de Juan Antonio González Fuentes se presenta constantemente como una indagación de la palabra que corre pareja a una insistente y permanente interrogación acerca de cuanto es.

UN CONTEMPLAR ENTRE DUDA E INCERTIDUMBRE

En los poemas, el hablante lírico se muestra muy a menudo en situación de contemplación frente a un referente natural pero la dicción evidencia la poca capacidad de ver de manera plena y entera esta realidad contemplada, plasma la casi imposibilidad de decirla.

La quiebra vertical de este solo invierno. Las piedras
ahogadas en el azul perplejo de un cielo incómodo a la
plegaria. El tributo afilado de un pétalo sobre la muda
arquitectura que se desmaya. La fugaz urgencia de un
decir marcado por el desacierto, por el vuelo del hastío
sobre la escarcha. Y es ahora, precisamente ahora, cuan-
do sé que sólo es flor la rosa incierta que dicta sentencia
con su perfume.

En este poema breve, especie de bloque versal como diría Antonio Gamoneda, la voz lírica (voz anónima, que se queda sin manifestarse casi hasta el final) parte de la observación del universo que la rodea. Lo que caracteriza tal descripción es el sentimiento de incertidumbre e indecidabilidad (la expresión es del filósofo Jacques Rancière). Parece la voz lírica describir el entorno de modo minimalista, como si el mundo se redujera a unos pocos elementos apenas determinados por una forma, un movimiento, un color, un sentimiento. No es completamente el caso si nos detenemos en el texto porque abundan los determinantes, sin embargo tiene el lector esa impresión de minimalismo: se debe a la dicción, al campo léxico, al ritmo o cadencia.

Nos encontramos con una dicción nominal en un primer momento, es mimética de una aprensión fragmentaria : resulta imposible asir la totalidad. Es también una visión fragmentada porque los elementos aparecen yuxtapuestos, sin nexo lógico alguno, en una forma enumerativa, pese a ello es intensa a un tiempo por el efecto del nominalismo. Se produce una tensión entre la intensidad creada por el nominalismo y la impresión de caos generada por el asíndeton. Asistimos a la tentativa de construir una visión totalizadora de un mundo que al mismo tiempo disimula y deja entrever su verdad como lo sugiere la figura de la quiebra vertical, de modo que se le van revelando al hablante lírico unos cuantos elementos. Se trata de una naturaleza sensible que parece estar en una situación de alarma como lo plasma obviamente la red léxica. Las palabras (ahogadas, perplejo, incómodo, muda, desacierto, hastío, incierta) manifiestan sensaciones y/o sentimientos que denotan la desorientación, la incertidumbre, casi un malestar. El único verbo remite al fenómeno de la desaparición, del deshacerse (la muda arquitectura que se desmaya) como si se le negara al hablante poético la posibilidad de ver el objeto de su visión. Observamos cómo las imágenes se suceden con una cadencia rápida para subrayar una forma de fracaso: también es de notar cómo el ritmo acompaña y subraya el desvanecimiento de lo real. Empieza con un tono menor y se va amplificando. Conforme el hablante lírico intenta descubrir el mundo, apropiárselo por la mirada para decirlo, descubre los límites de su tentativa: las imágenes dan cuenta de la soledad del hombre en el universo, de la fragilidad de las cosas, de lo inadaptado del lenguaje. La oración más amplia compendia y pone de realce los límites del intento : La fugaz urgencia de un decir marcado por el desacierto, por el vuelo del hastío sobre la escarcha. Acumula palabras que dan cuenta de la tensión entre la imperfección de la lengua, la aspiración al saber y la fugacidad de las cosas.

Pero este fracaso encierra, paradójicamente, al final un conocimiento: mediante sus visiones fugaces, el hablante lírico llega a una certidumbre y por eso se manifiesta claramente en tanto que « yo » en el mismo momento en que afirma su saber: el saber conlleva la existencia, por eso el hablante lírico necesita pasar por la etapa de la aprensión del universo para poder manifestarse, como si hasta entonces hubiese permanecido oculto. La última frase marcada por una cadencia mayor, enfática por la repetición epifórica de ahora, representa el momento de la epifanía. Se produce entonces un doble conocimiento: se le revela al yo lírico lo transitorio de la vida mediante el topos de la rosa. Por eso, se expresa al final un sentimiento ambivalente de victoria sobre la duda y la confusión inicial. Se afirma la convicción de que la poesía es conocimiento: es un modo de conocer lo real y conocerse a sí mismo. Paradójicamente, el objeto del conocimiento no es sino la fugacidad de la vida, lo efímero y lo frágil. La poesía, la rosa incierta de la que nos habla el poema, sólo puede decir lo transitorio y lo incierto, lo que se desvanece cual el perfume de la rosa portador de saber. Ésta es su única y limitada certidumbre.

El sujeto lírico se debate entre la cortedad del decir y la confusion del mundo que le rodea, en el que se sitúa plenamente. Álvaro Pombo en la presentación del poemario La lengua ciega lo formula así: « El poeta es lo que le rodea y lo que le rodea es confuso. ». Al establecer una equivalencia tan rotunda entre el poeta y su entorno, parece negarle Pombo al poeta la posibilidad de ver la realidad. Retoma Pombo una frase del poema que abre La lengua ciega. Es un texto muy breve, parodia de arte poética, que se concluye por esta afirmación del yo lírico

Se adensa el aliento del otoño con su escarcha de más-
cara oxidada. Y el final de la estación viaja en el aire que
tutela el diálogo de las cosas, que en ellas engendra una
grieta sensible y les narra con euforia la teoría del poeta:
Soy lo que me rodea.

En el verso final afirma el yo poético su existencia a la par que su dispersión esencial: él depende de las cosas y del universo pero el mundo se le aparece como misterioso y enmascarado; por eso trata de captar el diálogo de las cosas. El yo intenta penetrar en la grieta sensible, fisura que indica la presencia de algo por descubrir detrás de las apariencias. Roberto Juarroz en Poesía y realidad afirma esta misma necesidad para el poeta de esperar a que se quiebre la realidad, a que se fisure « para captar lo que está más allá del simulacro.»

En otro texto, « Verano » para evocar la opacidad de lo real habla del ruido celeste del mundo travestido en martillo y forja dispuesta al vacio... En « Mediodía », el hablante lírico percibe en la luminosidad absoluta del momento, detrás de las apariencias claras y brillantes, algo que resiste y no se deja interpretar:

Mediodía. La materia interior del verano. Aquello que
significa el clima claro del mundo, oscure-
ciendo palomas y lenguaje…

Se presenta entonces la poesía de Juan Antonio González Fuentes como un intento de interpretar un mundo que no es unívoco, lo significa por series de imágenes tales como, el cristal confuso de los campos desnudos, la claridad improbable del agua ; nos presenta un mundo esquivo hecho de viento y nubes que huyen, que en vez de ofrecer el grito o la voz sólo deja oír el eco. Vuelve la palabra eco a modo de un leitmotiv en los poemas de Juan Antonio González Fuentes. A la manera machadiana, anhela el sujeto lírico distinguir las voces de los ecos, aspira a oír la autenticidad de lo que anuncia y revela a medias el eco, quiere escuchar la música del mundo, la música de todo. Pero el instrumento para aprehender el mundo, o sea el lenguaje, se le aparece al yo lírico igualemente vacilante y poco auténtico: en el poema « Música de vendimia », leemos hilvanan humo las palabras. Cuando llega el momento de la revelación poética la intensidad es tal que la lengua sufre un proceso de destrucción : el yo evoca el alumbramiento desnudo que en suspenso calcina, tan mías, las sílabas azules de aquellos bosques que siempre, siempre están huidos. A menudo la dicción, las imágenes parecen confundir la experiencia erótica con la experiencia poética tal como ocurre en varios poetas de la Modernidad y en la poesía mística. Roberto Juarroz comentando una expresión « la erótica del arte » de Susan Sontag recuerda que la poesía es un momento de comunión y el poema es invitación a sentir una vibración lo cual no supone el discurso racionalizante ni la continuidad lógica que explica o comenta.

En estos poemas en prosa o bloques poéticos, la impresión de misterio no viene creada por la sintaxis, tampoco por la enunciacion discursiva que es globalmente canónica: en efecto, no se observan realmente rupturas de las normas gramaticales ni enunciativas. Lo enigmático surge de las imágenes : aparecen formadas por asociaciones improbables de elementos heterogéneos. El enigma de este discurso poético nace principalmente de la heterogeneidad léxica y conceptual. El hablante reúne diferentes categorías, conceptos con objetos o realidades materiales ; no separa lo que el lenguaje convencional muestra como separado y diferente, asocia en una misma fórmula las esferas lógicas y sensibles. Al hacer eso, la palabra poética manifiesta el carácter oscuramente luminoso de lo real, manifiesta también la unidad profunda del mundo haciendo desaparecer las jerarquías, clasificaciones o divisiones que el logos ha introducido en las mentes. El poeta reconcilia los contrarios y reunifica el universo. Al hacer eso, no formula un discurso basado en la racionalidad sino en series de intuiciones que acaban configurando imágenes poéticas en las cuales el significado está en suspenso. A lo largo de los poemarios, esas intuiciones o iluminaciones anunciadas por celaje, presagio, grieta, se designan como epifanía. El léxico sugiere que son frágiles e instanáneas, huidizas y violentas, por eso hieren a la par que dan luz. Lo inesperado de las imágenes produce un choque que destruye las designaciones convencionales y descubre un mundo ignorado.

LA LUZ DE UN EXTRAÑO DECIR

Otro poeta contemporáneo, Carlos Marzal, evoca un proceso similar en el prólogo a su poesía reunida bajo el título El corazón perplejo:

«…He aprendido en los poetas que también existe una especie de luminosa oscuridad, de extraño decir, que vierte luz sobre las cosas con un resplandor que no proviene de la claridad lógica.»

Esta reflexión de Marzal permite entender el funcionamiento de la lengua ciega de Juan Antonio González Fuentes. También recuerda la luminosa oscuridad de las palabras que evocaba un poeta de la Modernidad, José Ángel Valente, en sus poemarios y en sus ensayos. En ese sentido, es notable observar cómo el sujeto lírico siempre adviene en tanto que yo al final del poema mostrando así la imperante necesidad de la palabra: es preciso hablar para poder existir. El poema transcribe ese proceso genésico de aparición del mundo y del yo mediante la lengua a pesar de su aparente oscuridad.

Una de las vertientes de la obra poética de Juan Antonio González Fuentes inseparable de las anteriores es la reflexión sobre el quehacer poético, sobre la espera de la epifanía. La poesía se concibe como un advenimiento para el cual el yo lírico tiene que prepararse por una actitud de espera activa, de vigilia solitaria evocada a través de espacios tales como una habitación vacía (61) o una estancia ciega (23). También se produce la revelación ante los elementos naturales; los referentes (mar, escarcha, nieve, nube, lluvia, bosque) por lo general son referentes indeterminados, más bien son elementos genéricos, hasta simbólicos excepto en un poema en el que se refiere el hablante lírico al « mar del norte». Pero incluso este mar identificable acaba por transformarse en otro mar que ya no se puede situar, la memoria transfigura el elemento empírico en algo distinto que le permite al yo poético escuchar la música de un naufragio en otro mar que ya no es mío. Frente a esta naturaleza a la vez referencial y esencial, el yo poética se muestra en estado de acogimiento y recogimiento, esperando que se produzca la revelación, siempre imprevisible. Escribir necesita pues una forma de exilio, la creación pasa por vaciar el espacio, supone el desprendimiento como lo postuló José Ángel Valente en varios de sus artículos que componen el ensayo La experiencia abisal, particularmente el titulado « Poesía y exilio ». El yo ha de exiliarse de sí para acoger la posible revelación. La escritura poética aparece entonces como un ejercicio espiritual, una meditación solitaria y dolorosa y es el poema la huella de la epifanía.

Es el exilio en el que crece la piedra con el arte de la
flor inmóvil, con la súbita altura de una firme y repetida
ofrenda, quien usurpa la distancia al aire vuelto y se ele-
va sólo por tensar un canto, el grito oscuro que nos dice,
huyéndose en el más de cada instante.

La epifanía (es ofrenda que se eleva y asciende dice el poema) supone sufrir una herida, es un grito que paradójicamente trae sosiego a la manera de los místicos. El tema de la herida viene frecuentemente asociado a la escritura nocturna y al momento de la iluminación.


Mas ahora espero, pues cae la semilla y derrama para
dormitar la senda un dolor tardío, la cumbre que se mece
ciega como fruta lenta hacia lo lejos, dispuesta siempre
al roto viaje que en asalto acude hasta el mismo punto
del abismo.

Por eso, el acto de escribir consiste en una forma de entrega total en la que el sujeto lírico intenta encontrar respuestas eliminando toda clase de engaño, mentira, u otras formas de manipulaciones. Se muestra radical frente a la palabra poética, expresa una marcada exigencia de verdad y autenticidad.

DESENMASCARAR EL DISCURSO, APUNTAR EL TRAVESTIMENTO POÉTICO

Se trata para el sujeto lírico de encontrar la palabra exacta y adecuada y no valerse de las fórmulas trilladas que ocultan lo real. Tampoco se trata de construir un discurso continuo y lógico, fundado en la racionalidad. Como ya lo apuntó Antonio Machado el concepto nunca ha cantado y no le toca hacerlo; la poesía más bien es “honda palpitación del espíritu” sin que por ello se haga retórica vacía o confesión patética.

La palabra se doblega en intenciones secundarias, y bal-
bucea la ávida lluvia en esta tierra de nadie. Pero beber
como rocío el dolor alegre y delicado del abandono,
¡qué artificio! ¡ qué parodia! color sobre color.
Perdido en la oscura cumbre del paraíso, me aficiono
a toda duración, al latido que falta más allá de los cipre-
ses.

En la primera etapa del texto (las cuatro primeras líneas), se evocan las diferentes manipulaciones a las cuales se somete al lenguaje. Los verbos traducen una especie de tortura o presión y sugieren la falsedad de la palabra. Las manipulaciones apuntadas en la primera frase y en la exclamación particularmente, sólo pueden engendrar el discurso vacío de un ser inexistente. La intención satírica, llegando a su climax, denuncia lo artificioso del lenguaje y se hace por eso más violenta en la enumeración exclamativa. La postura evocada (beber como rocío el dolor alegre y delicado del abandono) ofrece una caricatura de cierta escritura poética que recurre a lo sentimental no por necesidad interna como decía Rilke en su carta a un poeta joven sino como puro artificio o mera convención, lo que acaba siendo lo mismo. Quizás sea alusión a una pose neo romántica de moda, quizás critique la poesía confesional al uso, quizás simplemente rechace una estética que no le conviene, sea lo que sea el poema revela que este tipo de poesía es puro travestimento. El yo lírico descarta con cierta violencia, hasta con sarcasmo este discurso travestido, enmascarado por las convenciones sociales, normas culturales o literarias.

A pesar de su desorientación y de la oscuridad, el yo lírico escoge seguir buscando, elige el misterio contra la facilidad, de ahí lo que algunos pueden calificar de hermetismo, en el camino hacia la epifanía. La imagen del camino o la de la senda, son recurrentes en esta poesía para sugerir la búsqueda de una forma de esencialidad poética que pasa por una dicción exigente; los poemarios más recientes vienen a confirmar los comentarios que hizo en su día Antonio Gamoneda: «…búsqueda –y hallazgo– de una esencialización que nada tiene de pretenciosa ni ornamental, que no consiste en poner énfasis en la palabra sino en dejarla en sus puros y más transparentes “huesos”. »

CONCLUSIÓN

En su poesía trata de mantener Juan Antonio González Fuentes un equilibrio entre la esencialidad y la temporalidad, que son como lo dijo Machado en su poética de 1931 «dos imperativos, en cierto modo, contradictorios ». Es poesía meditativa y poesía lírica que no rompe el contacto con el referente natural y humano. El interrogarse sobre el discurso, el querer desenmascarar las palabras de la tribu manifiesta de modo evidente una postura de raíz ética en el poeta que se sitúa dentro del grupo humano. No renuncia a enfrentarse con el enigma del mundo. Al conjugar ese nudo de contradicciones que presenta lo real, el poeta elabora un discurso en que la significación no se da de entrada, de ahí la posible dificultad para el lector de penetrar en un sistema poético que presenta tensiones entre el afán de decir y su misma limitación. Sin embargo, como lo postuló José Ángel Valente, el significado termina por desbordar el significante, y por consiguiente la radical cortedad del decir se convierte en « una eficacia radical del decir » por lo menos del decir poético. Cuando evoca Álvaro Pombo « la suspensión del significado », designa la concepción interpretativa y racionalizadora de la palabra, concepción limitada a la esfera de lo conceptual que no permite acoger la poesía que conjuga las intuiciones con el intelecto.

Diría yo que Juan Antonio González Fuentes nos ofrece una cartografía de lo sensible, una cartografía de la aparición tanto de lo real como de la palabra poética. Trata de interpretar lo informe, intenta decir lo inefable: las palabras « eco, ciego, misterio, secreto » son algunos de los leitmotiv que recorren esta obra basada en las intuicione sensibles del ser. De ahí una retórica de lo complejo y movedizo que privilegia el oxímoron, figuras contradictorias y fórmulas antitéticas, un discurrir que nos lleva por caminos inciertos, desconocidos que sólo se nos revelan al final. Es una poética del enigma, también es un lirismo nuevo basado en una figuración que rompe con las convenciones de la representación ya que no se trata de representar las cosas sino de entrar en ellas como decía Gastón Bachelard. Por eso se privilegia aquí el imaginario que permite ver no las apariencias engañosas y travestidas del mundo sino su interioridad, es decir aproximarse a su verdad.

Cuando afirma Álvaro Pombo que Juan Antonio González Fuentes es un poeta de lo oscuro, hace falta completar o matizar la observación hablando de la luminosidad del misterio que nos permite entrever algo del universo que nos rodea y nos compone.

En uno de sus ensayos llamado Malestar de la estética, el filósofo Jacques Rancière destaca las figuras que para él son representativas del arte contemporáneo, entre las cuales están la invitación y el misterio: se trata de presentar una vision de lo real nada mimética, sino una visión que parte de unos elementos cotidianos de nuestra realidad; luego el artista o poeta reune y asocia esos elementos heterogéneos provocando choques, sorpresa, hasta malestar, extrañeza y familiaridad a la vez. Entre esos elementos que reúne, el artista crea relaciones inéditas de analogía u oposición (lo que encontramos en las imágenes de Juan Antonio González Fuentes) para que el espectador o el lector en el caso del poema sienta que detrás de la apariencia de la banalidad se encuentra algo más que está por descubrir. El poema contemporáneo (y esta poesía lo ilustra perfectamente) es invitación entonces a descifrar el misterio del mundo cotidiano, el silencio que habla: el silencio que aquí, recién llegado, a todos nos invoca.

Semejante propósito animó al pintor Jean Hélion (1904-1987) cuando abandonó la pintura abstracta, después de la segunda guerra mundial, para volver a la figuración; era un modo de figuración que proponía una epopeya de lo banal: pintaba Hélion paraguas, máquinas de coser, seres comunes y, su figura predilecta, las calabazas. Eran para él todo un universo enigmático que trataba de captar mediante la yuxtaposición de lo diverso y dispar. Juan Antonio González Fuentes sigue un caminar propio que tiene algo que ver con la búsqueda de Jean Hélion, al situarse entre lo esencial y lo temporal, al intentar restituir las intermitencias de la conciencia ante el mundo”.
 

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,8 abr 2010 20:17:29 GTM
<![CDATA[Pedofilia e Iglesia Católica: una reflexión de Marcello Pera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1157
 

Juan Antonio González Fuentes

Los casos de pedofilia y abusos sexuales en el seno de la iglesia católica han puesto entre la espada y la pared a la institución y, sobre todo, a su máxima cabeza visible, el Papa Benedicto XVI, el alemán de Baviera Joseph Alois Ratzinger, un verdadero peso pesado en el terreno intelectual, creador de un discurso sólido y sin concesiones que, desde un principio, no ha gustado nada a los ámbitos más “progresistas” de la propia Iglesia y del mundo en general.

Ratzinger ha sido acusado ya de nazi, y ahora su supuesta “tibieza” en la condena de los casos destapados de sacerdotes pedófilos y homosexuales está siendo aprovechada por tirios y troyanos para darle patadas en el culo al Papa, pero también para lanzar un ataque generalizado a la Iglesia de Roma, el estado terrenal que, junto al chino, es el que más tiempo ininterrumpido lleva sobre la faz de la tierra: más de dos mil años.

Es indiscutible que la iglesia católica no puede consentir en su seno el crimen incalificable de la pedofilia, donde al crimen en sí de practicar actos sexuales con niños y niñas, debe sumársele el que se practican desde el abuso de poder y la intimidación. Aquí no puede haber tibieza posible, ni zonas grises, menos dentro del discurso ético y moral del catolicismo. Esta grieta abierta en la iglesia católica, es aprovechada, también evidentemente, por lo que podríamos calificar así en general y a vuelapluma como “progresía” para arremeter contra la institución en general; una “progresía” dispuesta siempre a alancear al toro herido de la iglesia. Ya se sabe, a río revuelto, ganancia de pescadores. Una “progresía” que aduce motivos morales y éticos para denunciar coherentemente los abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes malnacidos, depravados y canallas, pero que a la vez aplaude con las mismas manos y creo que con alguna incoherencia, el que las niñas puedan abortar sin ni siquiera pedir el consentimiento paterno, el que las empresas especializadas fabriquen preservativos minis para que los puedan usar niños de doce o trece años, o el que algunos ayuntamientos organicen cursos para enseñar a “ligar” a las niñas de doce años. Sí, ya sé que unas cosas no tienen mucho que ver con otras, pero algo sí tienen que ver, y me parece que mucho no desde el punto de vista llamémosle criminal (lo de los abusadores no tiene posible justificación, y menos, en lo ético y moral, en el caso de sacerdotes), pero sí desde el punto de establecer una coherencia ética y moral.

El Papa Benedicto XVI en marzo de 2007 (fuente:wikipedia)

El Papa Benedicto XVI en marzo de 2007 (fuente:wikipedia)

En fin, a lo que vamos. Como imagino que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, la abundancia de reflexiones “contra” la iglesia católica es abrumadora en el mundo cibernético, aquí dejo la carta que el senador italiano y profesor de filosofía Marcello Pera dirigió hace unos días al director del periódico Corriere della Sera. Desde mi punto de vista el trabajo no tiene desperdicio y merece, al menos, una lectura.

“La cuestión de los sacerdotes pedófilos u homosexuales desencadenada en U.S.A., últimamente en Alemania e Irlanda, -para proseguir después en otras muchas naciones-; tiene ahora como objetivo prioritario al Pontífice Ratzinger. Pero se cometería un grave error si se pensase que el golpe no irá más allá, dada la enormidad temeraria de la iniciativa. Y se cometería un error aún más grave si se sostuviese que la cuestión finalmente se cerrará pronto como tantas otras similares. No es así. Está en curso una guerra global. Y no sólo y precisamente contra la persona del Papa, ya que, en este terreno, es imposible. Benedicto XVI ha sido convertido en invulnerable por su imagen, por su serenidad, su claridad, firmeza y doctrina. Basta su sonrisa mansa para desbaratar un ejército de adversarios.

Pero no:...la guerra real es entre el laicismo y el cristianismo. Los laicistas saben bien que, si una mancha de fango llegase a la sotana blanca, se ensuciaría la Iglesia, y si fuera ensuciada la Iglesia lo sería también la religión cristiana. Por esto, los laicistas acompañan su campaña con preguntas del tipo «¿quién más llevará a sus hijos a la Iglesia?», o también «¿quién más mandará a sus chicos a una escuela católica?», o aún también «¿quién hará curar a sus pequeños en un hospital o una clínica católica?».

Hace pocos días una laicista ha dejado escapar la intención. Ha escrito: «La entidad de la difusión del abuso sexual de niños de parte de sacerdotes socava la misma legitimidad de la Iglesia católica como garante de la educación de los más pequeños». No importa que esta sentencia carezca de pruebas, porque se esconde cuidadosamente «la entidad de la difusión»: ¿uno por ciento de sacerdotes pedófilos?, ¿diez por ciento?, ¿todos? No importa ni siquiera que la sentencia carezca de lógica: bastaría sustituir «sacerdotes» con «maestros», o con «políticos», o con «periodistas» para «socavar la legitimidad» de la escuela pública, del parlamento o de la prensa. Lo que importa es la insinuación, incluso a costa de lo grosero del argumento: los sacerdotes son pedófilos, por tanto la Iglesia no tiene ninguna autoridad moral, por ende la educación católica es peligrosa, luego el cristianismo es un engaño y un peligro... Y esto se extiende en los M.C.S. de los países 'sociológicamente católicos' de Europa sin escrúpulos, desde periodistas y reporteros con exceso de ideologización interesada y falta de formación y deontología profesional reconocida.

Esta guerra del laicismo contra el cristianismo es una batalla campal y global. Se debe llevar la memoria al nazismo, fascismo y al comunismo para encontrar una similar. Cambian los medios, pero el fin es el mismo: hoy como ayer, lo que es necesario es la destrucción de la religión. Entonces Europa, pagó a esta furia destructora, el precio de la propia libertad. Es increíble que, sobre todo Alemania, mientras se golpea continuamente el pecho por el recuerdo de aquel precio que ella infligió a toda Europa, hoy, que ha vuelto a ser democrática, olvide y no comprenda que la misma democracia se perdería si se aniquilase el cristianismo.

La destrucción de la religión comportó, en ese momento, la destrucción de la razón. Hoy no comportará el triunfo de la razón laicista, sino simplemente otra barbarie. En el plano ético, es la barbarie de quien asesina a un feto porque su vida dañaría la «salud psíquica» de la madre. De quien dice que un embrión es un «grumo de células» bueno para experimentos. De quien permite 'liquidar correctamente' a un anciano porque no tiene ya una familia que lo cuide.

De quien acelera el final de un hijo porque ya no está consciente y es incurable. De quien piensa que «progenitor A» y «progenitor B» es lo mismo que «padre» y «madre». De quien sostiene que la fe es como el coxis, un órgano que ya no participa en la evolución porque el hombre no tiene más necesidad de la cola y se mantiene erguido por sí mismo.

O también, para considerar el lado político de la guerra de los laicistas al cristianismo, la barbarie será la destrucción de Europa. Porque, abatido el cristianismo, queda el multiculturalismo, que sostiene que cada grupo tiene derecho a la propia cultura. El relativismo, que piensa que cada cultura es tan buena como cualquier otra, -todo cuenta y todo vale sin más-. El pacifismo que niega que existe el mal o lo que es peor; le minusvalora caricaturizándolo irresponsablemente.

Esta guerra al cristianismo no sería tan peligrosa, si los cristianos la advirtiesen y tomasen postura decidida reconociéndose valientemente en su Familia Eclesial. En cambio, muchos de ellos participan de esa incomprensión. Son aquellos teólogos frustrados por la valientemente humilde supremacía intelectual, ética y moral de Benedicto XVI. Aquellos obispos equívocos que sostienen que entrar en compromisos con la modernidad indiscriminadamente, es el mejor modo de actualizar el mensaje cristiano. Aquellos cardenales que, sin justificar posturas o razones, comienzan a insinuar que el celibato de los sacerdotes no es una verdad definida y cerrada ya en la Iglesia de Occidente, y que tal vez sería mejor volver a pensarlo. Aquellos intelectuales católicos apocados, que piensan que existe una «cuestión femenina» dentro de la Iglesia y un problema no resuelto y bien integrado entre cristianismo y sexualidad. Aquellas Conferencias Episcopales que se equivocan en el orden del día y, mientras auspician la política de las fronteras abiertas a todos, no tienen el coraje profético de denunciar las agresiones que los cristianos sufren y las humillaciones que son obligados a padecer por ser todos, indiscriminadamente, llevados al banco de los acusados por otras religiones intolerantes y excluyentes, en cuyos Estados dominan y se imponen en exclusiva. O también aquellos embajadores venidos del Este, que exhiben un ministro de exteriores homosexual mientras atacan al Papa sobre cada argumento ético, o aquellos nacidos en el Oeste, que piensan que el Occidente debe ser «asépticamente laico», es decir decididamente anticristiano.

La guerra de los laicistas continuará, entre otros motivos porque un Papa como Benedicto XVI, que sonríe pero no retrocede un milímetro, la alimenta. Pero si se comprende por qué no cambia, entonces se asume la situación y no se espera el próximo golpe. Quien se limita solamente a solidarizarse con él es uno que ha entrado en el huerto de los olivos de noche y a escondidas, o quizás es uno que no ha entendido para qué está allí... Ser evangelizado y evangelizar, es para los creyentes dar razones de la esperanza que los anima, sostiene e impulsa con la razón y el corazón; como sal, luz y levadura comprometida del Reino en la existencia y 'signos de los tiempos' donde están sembrados; para -a las duras y a las maduras-, dar buenos y sazonados frutos que permanezcan después de dos milenios de herencia y legado.

Atisbo que será para los cristianos fieles una dura prueba purificadora, asumiendo un alto coste sociológico, única forma de erradicar los males, mdiocridades, corrupciones, culpas y miserias personales, colectivas y estructurales;... al fin heridas abiertas y dolorosas que habrán de ir sanando y superando sin complejos, en cicatrices de gloria para su Iglesia. Los que lo son y serán con autenticidad, irán decantando la coherencia y trasparencia de la opción de su fe -personal y comunitaria-, arriesgando en la Verdad que les hace libres, en el Humanismo de un servicio generoso y la ofrenda de sus vidas por un Mundo mejor”.

Marcello Pera.
   

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,7 abr 2010 20:39:49 GTM
<![CDATA[¡¡¡Cristiano Ronaldo en huelga!!! Los futbolistas españoles anuncian huelga, y van seis]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1155
 

Juan Antonio González Fuentes

Pues sí, como lo oyen. Con una España que presenta un panorama de casi cuatro millones de parados en su población activa, van Cristiano Ronaldo y Messi y se nos ponen de huelga. En efecto, la liebre ha saltado la misma tarde del día 5 de abril. La nueva junta directiva de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) ha convocado una jornada de huelga para la jornada 33, la próxima no, la siguiente. Al parecer, en un principio, incluso se plantearon dejar a toda España y a toda Europa sin el clásico Real Madrid versus Barcelona del próximo sábado, pero no han tenido redaños, así que la huelga se anuncia para el fin de semana del 17 al 18 de abriles decir, dentro de tres jornadas en la Liga BBVA de Primera división, y de dos en la Liga Adelante de Segunda.

Cuentan las crónicas que la nueva junta directiva de la AFE, que preside un ex jugador (creo) del Levante, Luis Rubiales, piensa emitir un comunicado anunciando que la huelga se llevará a cabo en la jornada 33 de Primera División, con lo que la huelga pondría en peligro una fecha señalada para el devenir del campeonato. La huelga afectaría de manera directa a la lucha por el título de Liga, ya que hay previstos dos partidos clave para esa jornada, los Real Madrid-Valencia y Espanyol-Barcelona, ni más ni menos.

El motivo del parón de las competiciones, que se hará oficial en horas, son las deudas acumuladas por los clubes con los futbolistas y será respaldada por todos los equipos. De llevarse a cabo esta huelga, sería ya ¡la quinta ocasión! en la que los futbolistas han reclamado sus derechos de esta manera, como ocurriera en 1979, 1981, 1982 y 1984, tres de las cuales culminaron con éxito. En 1997 se produjo la última convocatoria de huelga en el fútbol español, pero fue desconvocada tras llegar a un acuerdo AFE, LFP (Liga de Fútbol Profesional) y RFEF (Real Federación Española de Fútbol).

La noticia es ésta, tal y como se la he contado. Ahora debería llegar el comentario personal. Y la tentación es empezar como empecé (valga la redundancia), subrayando el que sin duda es un titular periodístico llamativo pero completamente demagógico: “el multimillonario Cristiano Ronaldo va a la huelga”. Y sí, en efecto, de llevarse a cabo el anuncio de huelga decenas de multimillonarios futbolistas de la liga española irán a la huelga, y lo harán en plena crisis económica, con millones de parados en las listas del INEM, y con millones de personas esperando una ayuda para poder pagar la luz, el agua, o el pan de cada día.

La otra cara de la noticia, tal y como nos la contarán los huelguistas, es la que subraya la “solidaridad”. El multimillonario Cristiano Ronaldo irá a la huelga para que sus compañeros de categorías inferiores, los “obreros del fútbol”, puedan cobrar los que se les debe. Otro prisma de este asunto es también muy evidente: ¿y quién tiene que pagar las deudas que acogotan al fútbol modesto?, ¿contra quién va dirigida la huelga? Aquí reside la clave auténtica de la cuestión. Evidentemente la huelga debería ir dirigida directamente contra las empresas que contratan futbolistas y no les pagan lo que estipula el contrato. El camino es uno y meridiano: acudir a los juzgados para denunciar a la empresa, es decir, al equipo de fútbol. ¿Por qué no recurren los profesionales del fútbol a esta vía sin tener que acudir a huelga? Pues por una razón muy sencilla. El club-empresa que efectúa impagos es condenado por la Ley a perder automáticamente la categoría. Y claro, los futbolistas no quieren que los clubes en los que trabajan pierdan la categoría. ¿Por amor al club? ¿Por amor a la ciudad o localidad en la que reside el club? Me temo que no. Me temo que la razón es otra: saben que acabarán cobrando lo que se les debe, y que pagan mucho más un club de Primera que uno de Segunda, uno de Segunda que otro de Segunda B, uno de Segunda B que uno de Tercera.

Liga de Fútbol Profesional

Liga de Fútbol Profesional

La huelga es una medida de presión absurda y jurídicamente sin sentido alguno. Los futbolistas quieren cobrar pero no quieren ir contra la empresa que no les paga. La razón ya está contada. ¿Qué esperan entonces? Pues imagino que la intervención de las administraciones públicas. Imagino que esperan que la Seguridad Social condene deudas, que amplié plazos para los morosos, que los ayuntamientos y comunidades autónomas se “mojen” para que los clubes de fútbol morosos no “desaparezcan” y materialicen una “tragedia” social e histórica como sería la desaparición del equipo de fútbol de la ciudad o el pueblo, etc... Vamos, que yo ya veo que los contratos firmados por futbolistas con equipos de fútbol de Tercera división o de Segunda B, contratos de 15 ó 20 millones de las auténticas pesetas al año, los acabaremos pagando, de un modo u otro, usted y yo, amigo contribuyente.

Por cierto amigo lector, ¿cuántos de los trabajadores de su entorno cobran 11, 12, 15, 20 millones de las antiguas pesetas al año? Lo que no quieren los futbolistas es oír hablar de la realidad. Y la realidad es que con las cuentas reales en la mano (gastos e ingresos) el año pasado se preveía que unos 53 equipos de Tercera y Segunda B deberían desaparecer de la faz futbolística de nuestra tierra España. La realidad es que muy probablemente ningún equipo de fútbol español, salvo el Real Madrid y el Barca, son rentables, quiero decir, que generan los suficientes ingresos como para hacerlos viables económicamente. La realidad es que el fútbol español debería entrar en grave crisis de una vez por todas, deberían bajarse los salarios, desaparecer intermediarios, ajustarse los presupuestos en porcentajes enormes..., debería sanearse, y los equipos inviables deberían desaparecer, como están desapareciendo bares, comercios, autónomos, inmigrantes, empresas de todo tipo...

Cuatro millones de parados y Cristiano Ronaldo en huelga (¿llegará a ser de hambre?). Sí, es demagogia, pero una demagogia enana si se la compara con la de esta huelga surrealista e indecente. Pero seguro que antes de los días 16 al 18 alguien encuentra una solución. No podemos quedarnos sin fútbol. ¿Sabían que este mes habrá al menos un partido televisado todos los días? Pan y circo, qué no falten. Zapatero a entendido bien la importancia de tenernos entretenidos frente al televisor de la tdt. Cristiano Ronaldo en huelga!!!!! Titulares y más titulares de periódico. Ese titular hará olvidar, por unos días, el otro, el de los cuatro millones de españoles sin trabajo. 
  

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,6 abr 2010 21:14:9 GTM
<![CDATA[Diccionario progre de la educación en España (panfleto reaccionario)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1154
 

Juan Antonio González Fuentes

Mi habitual proveedor de panfletos circulantes por internet, me ofrece en esta ocasión lo que llama un Diccionario Español-Progresí (Lenguaje-Escuela), destinado a alumnos, profesores y padres de todo el Estado español. Una vez leída la aportación, me parece que es en conjunto interesante, y por eso la dejo aquí plasmada. Este diccionario es más bien una lista de eufemismos de carácter tecnicista. Aquí queda, quizá le acabe siendo útil a alguien.

ADAPTACIÓN CURRICULAR: Dar libros de primaria a los alumnos de secundaria.

ADAPTACIÓN CURRICULAR INDIVIDUALIZADA:
Dar libros de primaria a alumnos de secundaria (pero uno diferente a cada alumno).

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD: Dedicar más tiempo a los que no sirven para estudiar que a los que sí que sirven.

EVALUACIÓN INICIAL: Test que se hace al principio del curso que sirve para que el profesor constate que los alumnos no saben nada.

COMPETENCIAS BÁSICAS: Saber hacer la O con un canuto.

CRÉDITO VARIABLE: Asignatura "maría"

CURRÍCULUM: Programa, plan de estudios, pero en latín que queda más guay.

NIVEL EDUCATIVO: Curso.

UNIDAD DIDÁCTICA: Lección, tema.

ACTIVIDAD DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Ejercicio.

DIVERSIDAD: Alumnos que van justitos o directamente gandules. A veces también se incluyen pre-delincuentes.

EJES TRANSVERSALES: Intentar que los alumnos no se droguen, no atropellen abuelas con la moto y no tengan relaciones sexuales sin protección.

ESCUELA INCLUSIVA: Poner las manzanas sanas y las podridas en el mismo saco. La finalidad es que las podridas se vuelvan sanas, pero el resultado acaba siendo que muchas buenas se vuelven podridas.

ESTABLECER UNA RELACIÓN DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Dar clase.

GRADUADO EN EDUCACIÓN SECUNDARIA: Papel en DIN A-3 que puede servir para decorar.

MEDIACIÓN: Intentar que un alumno le devuelva a otro el MP3 que le ha mangado.

CONSTRUCTIVISMO: Secta fanática y peligrosa (como se ha demostrado) que afirma que los chavales aprenden las cosas por ellos mismos.

PEDAGOGÍA: Brujería disfrazada de medicina. Pseudociencia tan ignorante que ignora su propia ignorancia.

POLIVALENCIA CURRICULAR: Fenómeno que se da cuando un profesor de ciencias da clases de sociales.

PONER A LOS ALUMNOS EN SITUACIÓN DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Hacer que se sienten y que se callen.

3º DE ESO: 1º de BUP pero mucho más fácil.

1º DE CARRERA: 3º de BUP i COU en un solo año. Se hace en la universidad.

PROGRAMA DE GARANTÍA SOCIAL: Refugium pecatorum. Lugar para adolescentes en edad laboral.

PRÁCTICA REFLEXIVA: Preparar las clases antes de darlas.

PROYECTO CURRICULAR: Armario muy grande y con muchos papeles que se abre una vez al año cuando viene el inspector.

RELACIONES POSITIVAS EN EL AULA: Contar hasta 10 y respirar hondo para reprimir las ganas de insultar o pegar a un alumno.

SALUD Y BIENESTAR DEL PROFESORADO: No acabar encerrado en un manicomio y prescindir de los servicios del foníatra.

NUEVAS TECNOLOGÍAS: Informática.

TIC:
Informática (cuando ya te has cansado de decir "nuevas tecnologías").

TAC:
Informática (cuando ya te has cansado de decir TIC).
  

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Últimas colaboraciones (Abril 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009)

CINE: Kathryn Bigelow: En tierra hostil (2008) 

LIBRO (marzo 2010): Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE (marzo 2010): Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,5 abr 2010 20:54:38 GTM
<![CDATA[El azor en el páramo (Bartleby), antología bilingüe de Ted Hughes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1151
 

Juan Antonio González Fuentes

Ted Hughes, de manera probablemente muy injusta, ha pasado a la historia de la poesía occidental de las últimas décadas como el marido “canalla” de la suicida Sylvia Plath. En efecto, la biografía del poeta y su relación marital con la Plath han influido de manera directa en la recepción y consideración de la obra de un poeta que, sin duda, es uno de los más importantes del siglo XX británico.

No ha sido Hughes un poeta muy traducido al español. Yo conservo en mi biblioteca un ejemplar de Cartas de cumpleaños (Lumen) dedicado por el traductor, Luis Antonio de Villena. Ahora es la eficaz y atenta editorial Bartleby la que edita un libro (68 poemas) llamado a ser clave en el conocimiento de este poeta en castellano. Se trata de una antología bilingüe con traducción de Xoán Abeleira (curiosamente el traductor de la poesía completa de Sylvia Plath), cuyo título es El azor en el páramo.

Ted Hughes en marzo de 1993 (foto de Rob Lycett, wikipedia)

Ted Hughes en marzo de 1993 (foto de Rob Lycett, wikipedia)

Es la propia Bartleby la que explica con dos pinceladas quién es Ted Hughes: “uno de los mejores poetas en lengua inglesa de todos los tiempos. Así lo consideraron sus lectores, que transformaron sus libros en insólitos fenómenos editoriales. También los críticos, que, favorables o contrarios a él, eran conscientes de que la poesía de Hughes estaba destinada a ocupar un lugar central en la historia de la lírica del siglo XX. E incluso el propio establishment de su país, cuando, en 1984 y contra todo pronóstico, decidió nombrarlo Poeta Laureado; o, en 1998, tan sólo unas semanas antes de su muerte, al concederle la reina Isabel II la Orden del Mérito británica. Poeta de “inusual dedicación” (Ann Skea), elaboró una poesía de “dureza insoportable” (Derek Walcott), “con una capacidad de evocación, una continuidad y un poder tales que hace que la mayoría de la poesía contemporánea, comparada con la suya, parezca pálida, exangüe” (Stuart Hirschberg).

Sin duda un libro llamado a ser imprescindible en cualquier biblioteca de lector de poesía de España e Hispanoamérica. 
 

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,30 mar 2010 20:30:17 GTM
<![CDATA[¿Messi o Maradona?, esa es la cuestión]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1150
 

Juan Antonio González Fuentes

No hace muchas fechas, el futbolista argentino del F. C. Barcelona, Messi, le marcó un espléndido gol al Zaragoza en la Romareda. La consecución del golazo, más la sobresaliente campaña actual del futbolista, más los seis títulos logrados la pasada temporada con el club catalán, más, en fin, su ascendente trayectoria, ha motivado que desde hace días se plantee entre los futboleros del país, en tertulias regladas en medios de comunicación de masas, en columnas de periódico, en tertulias de barra de bar y en tertulias de mesa camilla o sobremesa, el asunto de si Messi es el mejo futbolista de todos los tiempos, por encima de Maradona, Cruyff, Pelé, Di Stefano, etc...

El asunto me interesa como futbolero y, sobre todo, porque vuelve a traer al candelero el debate en torno a “el mejor” de todos los tiempos en cualquier disciplina, Aquí ya hemos tratado el asunto en referencia cuando una revista británica estableció que Plácido Domingo es el mejor tenor de la historia. Hablando del tenor ya razoné que este tipo de disquisiciones y planteamientos son absurdos e imposibles de origen. Cualquier buen aficionado a cualquier actividad humana sabe de lo complejo de la actividad en sí, de la especialización que plantea, de su evolución histórica, etc...

En el caso que nos ocupa primero habría que renunciar a señalar al mejor futbolista de la historia sencillamente por la especialización que implica este deporte: portero, defensa, centrocampista, delantero... Para ser en algo precisos habría que empezar, por ejemplo, por señalar la posibilidad de designar al mejor defensa de la historia del fútbol, e incluso, al mejor central, y a los mejores laterales derechos e izquierdos, funciones defensivas que difieren entre sí. Esto mismo deberíamos llevarlo a los jugadores del centro del campo (donde hay varias especialidades a desarrollar) y a los delanteros. En cuanto a los porteros, claro, podrían establecerse diversas categorías: el mejor bajo los palos, el mejor en las salidas, el mejor con el pie, el mejor por alto...

Con esto quiero tan sólo subrayar el despropósito del propósito, a no ser que el debate lo situemos en una mera y entretenida discusión de bar: “¡pues el mejor es Messi por esto y por aquello!, ¡pero qué dices ignorante, el mejor ha sido Pelé, recuerdo...!”

Una vez reconocido el absurdo de la discusión, sí pueden establecerse algunos elementos de juicio o análisis que sí pueden ser más o menos racionales, más o menos, aprovechables para llegar a alguna conclusión. Hablemos de ellos centrándonos en la comparación tan sólo entre Messi y Maradona, teniendo en cuenta, claro, que hablamos, ahora mismo, de una carrera en marcha de un joven de 22 años que puede decirse, casi, que está empezando, y la de alguien que ya rubricó su trayectoria hace tiempo. Tener en cuenta esto es esencial, para lo bueno y para lo malo. La juventud de Messi le puede servir a alguno para aducir que le quedan por ganar muchísimas cosas que, sumadas, a lo que ya tiene, avalan su candidatura a ser el mejor. Otros pueden decir que, precisamente, esa juventud significa que no le ha dado tiempo ha tener el palmares de su compatriota, dado lo cual, es absurdo establecer la comparación, sin querer añadir la posibilidad terrible de la desgracia, es decir, que mañana mismo Messi puede caer lesionado de gravedad y quedar así, “tan sólo” en lo que hoy es.

Pero insisto, lo que me interesa aquí es establecer unos elementos de juicio razonables que puedan ayudar a evaluar la grandeza mayor o menor de un jugador. Empezaré por llevar la contraria, o por matizar, la opinión, muy extendida, de que lo que hoy hace Messi es del todo incomparable a lo que hicieron otros debido a que el fútbol actual está a años luz del de hace años, no digamos décadas. Hoy el fútbol es más veloz, más físico, todos los jugadores están mucho más preparados física, táctica y técnicamente..., y por tanto, los logros y hazañas de Messi son mucho más destacables que los de Pelé, Cruyff, Maradona..., que jugaban un fútbol más lento y en el que las diferencias entre jugadores eran abismales. Sí, sólo se puede estar de acuerdo, pero... ¿Y cómo sería hoy Pelé, por ejemplo, con las horas de gimnasio de Messi, su alimentación, sus médicos, sus cuidados...? Tal vez un superhombre, sin duda un atleta portentoso que, con el balón en los pies podría... (puntos suspensivos que hay que añadirle a la ciencia ficción). No, lo de destacar en el fútbol contemporáneo no me parece un mérito a añadir, un mérito destacable.



Gol de Messi al Zaragoza (vídeo colgado en YouTube por MegaMorfeno9)

Por tanto, creo que debemos comparar sólo confrontado lo siguiente: títulos logrados y ligas y equipos en los que se han logrado esos méritos, más el papel desempeñado en la selección nacional correspondiente. En el caso que aquí traemos, Messi versus Maradona, claro, hay que tener en cuenta, repito, el que comparamos una carrera cerrada y terminada con otra que casi empieza. Pero a día de hoy la cosa está así, para zanjar discusiones de café y de prensa deportiva.

Messí sólo ha jugado en el Barcelona, sólo en la Liga Española. No sabemos, por tanto, su rendimiento en otros equipos ni en otras ligas. Sí sabemos, por ejemplo, que su rendimiento en la selección argentina, a día de hoy, no ha sido ni con mucho el obtenido en el Barcelona. El Barcelona de Messi es sin duda el mejor equipo de fútbol actual del mundo, y es indiscutible que Messi contribuye mucho a ello. Ha ganado a sus 22 años la Liga Española, la Copa Española y dos Campeonatos de Europa de clubes. Además, con Argentina, ha ganado una Olimpiada y un Campeonato del Mundo sub 20. Messi tiene sólo 22 años, le queda mucho, mucho por demostrar, y el próximo campeonato del mundo de Sudáfrica tiene que ser una oportunidad a no desaprovechar.

Bien, Maradona jugó tres campeonatos de liga de verdad: el argentino, el español y el italiano. Los tres de auténtico nivel, los tres situados entre los más potentes del mundo. Los tres los ganó con equipos como Boca Juniors, Barcelona y Nápoles. Además ganó, cito de memoria, las copas de España e Italia con los equipos mencionados. El mérito en Italia es mayúsculo, pues Maradona no jugó con ninguno de los tres grandes, Inter, Milán o Juve, jugó con el Nápoles, un equipo recién ascendido de la segunda división italiana. Al Nápoles lo hizo campeón de liga y Copa, y además campeón de un disputado torneo europeo como la Copa de la UEFA. La comparación con Messi en este terreno, a día de hoy, es completamente idiota, necia, no hay comparación posible.

Con Argentina Maradona ganó un Mundial y llegó a una final. El Mundial, además, lo ganó casi el solo, pues la selección en la que jugaba no era un selección imponente. Maradona, él sólo, lo recuerdo bien, ganó en mundiales partidos contra Brasil, Italia o Inglaterra. El gol de Messi al Zaragoza es maravillosa, pero es un gol al Zaragoza en la liga española. El gol de Ronaldo al Compostela fue increíble, pero fue marcado al Compos y en la liga española. El gol de Maradona a Inglaterra lo fue en todo un mundial de fútbol y contra una de las selecciones tradicionalmente más fuertes y poderosas. No hay comparación posible, no la hay a día de hoy, se diga lo que se diga. Maradona, con estos parámetros bastante razonables, racionales y medibles, es, a día de hoy, más grande, mucho más grande que Messi. Creo haberlo demostrado.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,29 mar 2010 14:12:29 GTM
<![CDATA[La Berliner Philarmoniker, la mejor orquesta sinfónica de la historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1149
 

Juan Antonio González Fuentes

Corría el año 1882 cuando un director de orquesta de nombre aristocrático, Hans von Büllow, hacía música con unos instrumentistas que tomaron una decisión hoy de enorme trascendencia en el mundo de la música clásica del siglo XX: fundar una orquesta, la Berliner Philharmoniker, la Orquesta Filarmónica de Berlín, la orquesta que sumando puntos en el ranking de las mejores orquestas de la historia es considerada la mejor de todas, por delante de otros conjuntos míticos como la Filarmónica de Viena o la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam, hoy la mejor orquesta del mundo mundial según un reciente ranking que ya se publicó en estas páginas.

Ya he escrito en diversas ocasiones que esto de los listados para establecer quién o qué es lo mejor de la historia en determinado campo es, en sí mismo, una estupidez, pues siempre entran en juego tantos y tan diversos factores que es imposible llegar a conclusiones fiables. En este mismo caso, sin ir más lejos, habría que empezar por subrayar que la Filarmónica de Berlín no es orquesta de foso operístico, con lo que quizá ya no debería figurar entre las mejores orquestas especializadas en tocar y grabar ópera. En fin, sigamos con la disertación.

Lo que sí es evidente es que a lo largo de sus más de cien años de vida la Filarmónica de Berlín se ha erigido como un referente ineludible en el entramado de la música clásica de la centuria. ¿Las razones? Dejo aquí apuntadas algunas muy probables. Tan sólo 7 directores titulares a lo largo de sus 128 años de existencia, a una media de casi dos décadas por director. Y estos siete directores siempre han figurado entre los más grandes del momento, por no subrayar que en su etapa, por distintos motivos, siempre fueron considerados los más grandes: Hans von Büllow, Arthur Nikisch (quien dirigió el conjunto durante casi treinta años), Wilhelm Fürtwangler (sin duda uno de los mitos de la dirección orquestal del siglo XX), Sergiu Celibidache (el rumano fue quizá el director más interino de todos, pues ocupó el cargo durante los procesos de desnazificación), Herbert von Karajan (el artífice de la explosión mediática de la orquesta y el responsable de su definitiva elevación a los cielos orquestales), Claudio Abbado (el maestro italiano fue el primer director titular no centroeuropeo de la orquesta, y el primero que dejó el cargo, de carácter vitalicio, por decisión propia) y sir Simon Rattle (el director británico es el actual titular, y a quien le ha tocado el difícil reto de manejar el más sofisticado y potente conjunto musical existente en el panorama, manteniendo un nivel en verdad casi imposible de superar).



Herbert Von Karajan dirige a la 3ª Sinfonía (Heroica) de Beethoven (vídeo colgado en YouTube por VIVUMUSICA)

Otras razones que pueden apuntarse son las siguientes: nada más y nada menos que 126 directores del siglo XX son los que han logrado grabar música con la orquesta; orquesta que es, de largo, la que más discos ha realizado a lo largo del tiempo y con un repertorio más amplio: se contabilizan más de 1.344 discos de estudio y en vivo y en directo con música que va, por ejemplo, desde Mozart (el más grabado con 220 registros) a Arnold Schoenberg (11 discos), pasando por el también omnipresente Beethoven (212 discos) o los españoles Manuel de Falla (tan sólo 1 disco) o Pablo Sarasate (5 registros).

Ya se ha mencionado que en la instalación de la Filarmónica de Berlín en el Olimpo orquestal del siglo XX tuvo mucho que ver Karajan. Y tuvo que ver por dos razones principales: era un director de orquesta genial, con una personalidad absolutamente indiscutible, y era un hombre de negocios excepcional, un visionario atento al poder de las nuevas tecnologías y de lo que éstas podían hacer tanto por la difusión de la mejor música jamás escrita como por el “negocio” musical, es decir, discos, dvds, conciertos, marketing, mitomanía...

Karajan comprendió enseguida que las nuevas tecnologías que se estaban desarrollando iban a posibilitar que la música llegase a millones y millones de personas: era un reto cultural, y también, insisto, un negocio de miles y miles de millones. Karajan y su orquesta berlinesa grabaron 521 piezas y vendieron más de 200 millones de discos mientras duró su relación, es decir, hasta 1989, año de la muerte del maestro. Karajan apostó fuerte por las grabaciones de los conciertos tanto en audio como en vídeo (en este sentido fue un auténtico visionario), inventó la promoción de discos y conciertos y se atrevió con todas las producciones sinfónicas de casi todos los grandes, con Mozart, Beethoven, Brahms y Tchaikovsky en primer lugar.

En 1981, cuando todo el modelo industrial de grabaciones audiovisuales estaba dirigiéndose a un cambio radical en sus formas y tecnología, Karajan fue invitado a participar en la rueda de prensa de presentación del nuevo invento audiovisual, el Compact Disc, “objeto” creado por las multinacionales del sector Phillips y Sony. El director, con su mayestática presencia y su prestigio (el más incuestionable del orbe musical universal), avalaba así la irrupción traumática de la nueva tecnología. Hoy, se ha subrayado en no pocas ocasiones, la apuesta de Karajan puede parecernos fácil y de una obviedad escandalosa, pero en su momento fue una apuesta arriesgadísima. Karajan y Berlín, por supuesto, fueron quienes grabaron el primer CD comercial de la historia.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,25 mar 2010 18:32:35 GTM
<![CDATA[José Antonio Muñoz Rojas, el poeta sin tiempo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1146
 

Juan Antonio González Fuentes

El Poeta sin tiempo es un largometraje documental sobre el poeta José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009). Los directores de la película, Nacho Sánchez y Jorge Peña, han querido acercarse al universo creativo del autor sumergiéndose en la Vega de Antequera, tierra fértil de cultivo donde el autor vivió gran parte de su vida y que reflejó en su obra cumbre: Las cosas del campo. El documental es una producción de El Árbol Boca Abajo.

poeta sin tiempo. José Antonio Muñoz Rojas es un poeta sin tiempo. La universalidad de su obra lo ha alejado de generaciones, fechas, etiquetas. Su sencillez, su alejamiento del mundanal ruido y su humildad han conformado una persona única. Muñoz Rojas es un autor puro. Su escritura brota del campo, del trigal, del olivar, de su jardín. Cada cultivo y su cambio siguiendo las estaciones han marcado el ritmo de su vida. Y sus versos. Cien años de poesía que han sido, si cabe, mucho más que eso: investigador en Cambridge, impresor literario en Málaga, poeta banquero en Madrid, agricultor en Antequera, observador incansable... Un poeta sin tiempo que sigue ahí, como pasando, como sin estar, como si siguiera estando sin estar, como si no dejara de oprimir la mano, como si la mirada siguiera mirando.

universo creativo. El Poeta sin tiempo ha fotografiado el universo creativo del poeta y por eso ha centrado su rodaje en la fértil Vega de Antequera. Son los propios cultivos de esta zona los que, con el paso del tiempo y el transcurrir de las estaciones, van marcando el ritmo de la película. Los girasoles, el trigo, las viñas, los olivos o el propio río Guadalhorce muestran la transformación que sufre cada año el campo en cada estación, aspecto al que nunca dejó de referirse Muñoz Rojas en su obra poética, sobre todo en una de sus principales, Las cosas del campo. Cultivos que han servido también de escenario para un buen número de entrevistas, y que sirven para adentrarse en el universo creativo del poeta.

imágenes inéditas. El Poeta sin tiempo aborda a un Muñoz Rojas muy cercano. Lo hace desde un punto de vista muy personal gracias a los testimonios, relatos y anécdotas de familiares y amigos íntimos del poeta. Para ello, también rescata fotografías inéditas de su álbum personal del poeta. Instantáneas que lo muestran junto a sus grandes amigos de la Generación del 27 como Dámaso Alonso o Vicente Aleixandre; de la misma manera que junto a sus compañeros de viaje británicos o sus propios hermanos, hijos o nietos. Igualmente, el documental ha desempolvado viejos libros de familia o incluso el falso pasaporte que sirvió al poeta para escapar de la Guerra Civil en un buque inglés bajo el nombre de Joseph Armstrong. La película también cuenta con imágenes rodadas por uno de los hijos de Muñoz Rojas hace más de 20 años en la Casería del Conde, residencia familiar donde el poeta pudo dedicarse, a veces, a uno de sus pocos caprichos: los caballos árabes. También se incluyen fragmentos de una entrevista sacada de los archivos de RTVE del propio Muñoz Rojas, donde el poeta da su visión sobre distintos aspectos importantes en su vida.



Tráiler de El Poeta sin tiempo, de los dirctores Nacho Sánchez y Jorge Peña (vídeo colgado en YouTube por elarbolbocaabajo)

un siglo de poesía. El Poeta sin tiempo dedica un apartado especial a la obra escrita por José Antonio Muñoz Rojas, Cien años de poesía, donde destacan por encima de todo Las Cosas del Campo y Cantos a Rosa. El primero, prosa poética con el que el autor ha cantado a un campo en plena desaparición gracias a su profundo conocimiento y sentimiento del entorno rural andaluz. El segundo, versos que se han convertido en máximos exponentes del romanticismo literario español. Pero la cinta no olvida sus Versos de Retorno (impreso en la mítica Imprenta Sur de Málaga en el año 1929), así como obras de la talla de Objetos Perdidos (Premio Nacional de Poesía en 1998) o sus memorias en La Gran Musaraña. Poetas, críticos y expertos en literatura nacional analizan y discuten al largo del documental la importancia de Muñoz Rojas en el panorama literario nacional, así como su pasión por Antonio Machado o la influencia de Muñoz Rojas en jóvenes poetas actuales.

palabras cercanas. El Poeta sin tiempo cuenta con los testimonios de personalidades literarias como María Victoria Atencia, Enrique Baena, Julio Neira, Fernando Ortiz, José Mateos, Rafael Ballesteros, Álvaro García o el editor de Pre-Textos, Manuel Borrás. Además, ha contado con la participación de la investigadora Clara Martínez Mesa, el editor Francisco Torres, el escultor Jesús Martínez Labrador, el catedrático de literatura Juan Benítez, el presidente de la Academia de la Historia, Gonzalo Anes, la hispanista Allison Sinclair y la norteamericana Sharon Smith, amiga del poeta, además de la secretaria de Muñoz Rojas, Laura Frías. Sin olvidar la importantísima presencia de Eduardo Muñoz Bayo y Lucas Muñoz, hijo y nieto, respectivamente, del autor antequerano. Igualmente, han colaborado en el documental los miembros del departamento de literatura del Instituto de Educación Secundaria La Virlecha y una treintena de alumnos del centro. El poeta granadino Antonio Carvajal ha puesto voz a alguno de los poemas de Muñoz Rojas.

Esta película se acerca también a un proceso de recreación de la obra de Muñoz Rojas de la mano del pintor José Medina Galeote. El artista se aproxima al poeta a través de un trabajo de campo que le hace vivir en primera persona las sensaciones del universo creativo del autor antequerano. De esta forma, se contempla como poco a poco este acercamiento a la obra de José Antonio se materializa en un lienzo. 
 

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,24 mar 2010 9:55:8 GTM
<![CDATA[Manipular y Travestir en el Cervantes de Lyon: La lengua ciega de J. A. González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1145  

Juan Antonio González Fuentes

Me encontraba en mi despacho mirando con fijeza el techo blancuzco y con la mente casi por completo en blanco. He escrito casi, casi en blanco, porque me he de confesar que en realidad me estaba acordando de Philippe Merlo, y no quiero ahora precisar en qué términos. “El creador y su crítico: Manipular Travestir”, había propuesto meses antes el profesor Merlo para este encuentro en Lyon, y yo buscaba en la blancura del techo por donde hincarle el diente a tamaño asunto, por donde escapar dignamente del atolladero.

Harto de mi inoperatividad, por fin decidí hacer algo, lo que fuese, con tal de encontrar un hilo conductor argumental para unos folios que no fuesen del todo sonrojantes ni para mí ni para ustedes. Me levanté de la silla giratoria, cogí de un estante un deteriorado ejemplar de la decimoctova edición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, año 1956, por cierto, el único diccionario que había a mano, y busqué, casi seguro de no encontrarlo, el verbo travestir. En efecto, las páginas no registraban el verbo, pero justo encima de la palabra “travesura” (me hizo sonreír la vecindad), sí venía el adjetivo Travestido/da (del italiano travestito), adjetivo que significa “Disfrazado o encubierto con un traje que hace que se desconozca al sujeto que usa de él”.

La ya inevitable y superficial consulta en internet también dio sus pequeños frutos. Travestir: disfrazar. Pero en esta ocasión el diccionario electrónico aportaba un matiz mucho más interesante, al menos a priori: “vestir a una persona con la ropa del sexo contrario”. Sin embargo, estas consultas no me sirvieron de mucho. Nunca me gustó disfrazarme, y siempre he huido de la celebración del Carnaval como quien huye del mismísimo diablo. Tan sólo me recuerdo asistiendo a una fiesta infantil vestido de futbolista del Racing de Santander, disfraz a todas luces discreto y llevadero. Y cuando he rebuscado con ahínco en mi memoria, en ningún momento me he podido ver a mi mismo vistiéndome con algún ropaje de mi señora madre, ni siquiera probando la altura de alguno de sus zapatos de tacón. Debí ser un niño, un adolescente, un jovenzuelo de lo más aburrido. De eso ya no me cabe hoy ninguna dura.

Ya por completo desesperado, y pensado que una vez más le iba a fallar a un buen amigo, en este caso al profesor Philippe Merlo, la tenue blancura del techo me dio la solución, o al menos una senda para salir del insondable pozo negro, “El creador y su crítico: Manipular Travestir”, ante el que me hallaba. Si tienen un poco de paciencia, más adelante les aclararé la solución con la que me topé durante mi desesperación. Ahora déjenme disfrazarme, incluso ponerme algo de maquillaje. Les cuento, y les cuento con respecto a mi último libro, La lengua ciega:

“La lectura de algunos poetas y pensadores, ¿acaso no es el poema un pensar?, me sugiere la idea de que la mejor poesía, la de más peso, siempre se nos muestra como una escritura vertical, perpendicular a las palabras, reveladora en su aparente penumbra de significados ocultos. El poema ve.

Otras poéticas desnatadas tienen como rasgo más definidor su horizontalidad, son escrituras que se acogen a una dócil y plana transparencia; en ellas, el decir está encarrilado, no genera dudas, se limita a buscar la complicidad del lector, el trueque fácil, el pacto amable; poesía, por tanto, continuista que dice lo dicho sobre lo dicho y en la que el poema no desvela el ‘saber’ sino que lo atasca en su discursiva horizontalidad. Y los lectores queremos ‘saber’, incluso ‘saber’ lo que el poeta tal vez no sepa.

Fue la lectura de la obra de un extraordinario poeta argentino, Roberto Juarroz, quien recogió su extensa obra bajo el título Poesía vertical, la que me hizo ver la necesidad de una escritura también vertical, de vértigos hacia arriba y hacia abajo, que huya de los espacios poéticos fosilíferos, de las transitadas autopistas de lo convencional o de lo ‘poetizante’; una poesía exiliada de la vacua normalidad, incluso de sí misma. Me explico.

La poesía es uno de los géneros de pensamiento más poderosos. La mejor escritura posee una extraordinaria capacidad incisiva, ejerce una potente verticalidad a la hora de excavar en las palabras, indagar en sus significados, conformar extrañas asociaciones de conceptos, explorar las capacidades semánticas de la lengua y hasta de la misma sintaxis para construir un código propio, una lengua nueva y no meramente instrumental en la que la palabra se vuelva aquella ‘luz no usada’ de Fray Luis de León.

La mejor poesía se muestra, pues, como algo imprevisible para el lector, que se ve sometido a una reevaluación del discurso, a participar de la sublevación de las palabras ante esa impostura que rotulamos como orden. Como dice Juarroz: ‘el poeta es un cultivador de grietas’. Y es precisamente ahí, en esas grietas, donde la escritura poética más verdadera se sitúa, en los intersticios donde la lengua se quiebra, se vuelve sobre sí misma, se ‘pregunta’, se ‘hace’.

De este modo, el poema nos obliga a una lectura detenida, tensa y a la vez intensa; una lectura exigente y no convencional o codificada. Hablamos de una poesía vertical en el sentido de poesía escrita contra la costumbre del lector para adentrarse en las orografías discontinuas de la extrañeza. El poema no trata de seducir, más bien trata de interrogar al lector, desviarlo del ‘curso', del ‘uso’ poético.

No quisiera dejar de comentar muy brevemente algunas de las consideraciones que en el prólogo de mi último libro, La lengua ciega, expone el escritor y académico Álvaro Pombo. Afirma el autor de El metro de platino iridiado que ‘los significados de los textos de este poeta (yo) no se dan en primer término (...), sino que tienen que ser obtenidos al final de la lectura’. No alcanzo a entender en su totalidad esta aseveración del magnífico novelista y poeta, por otra parte válida para todos los textos que, como ‘tejidos’ que son, a su vez se descomponen en textos menores cargados de significado. Tampoco creo que mis poemas se construyan palabra a palabra, como dice Pombo, sino que, en mi opinión, están conscientemente enhebrados y no sólo para desembocar en un significado final o conclusivo. En la escritura quebrada de la “lengua ciega”, el poeta (yo), mediante una personal actividad asociativa y a través del manejo en la fluidez de planos, nos sitúa frente a un discurso que, si bien suele concluir en una frase que cristaliza lo dicho, en absoluto las palabras se nos presentan como meros significantes deshilvanados. ¿Acaso no es la propia realidad la deshilachada alfombra que pisamos?

La lengua ciega es una sinestesia que define perfectamente lo indecible del ver o, mejor dicho, las oscuridades sobre las que discurre nuestro decir. Afirma el poeta y crítico Miguel Casado en su excelente libro La poesía como pensamiento que, ‘llenas de historia y de conveniencias sociales, las palabras del uso están vacías de realidad, no nombran. Desdecirlas es encontrar su núcleo de vida’.

Poesía cósmica y telúrica, de corte irracionalista, llena de elipsis e imágenes inéditas y visionarias (de ahí su luminosa oscuridad, su luz oscura), en La lengua ciega se quiebra lo narrativo, se ‘desdicen las palabras’, se disloca la sintaxis, se nos muestran los ángulos de esa lengua ciega ‘frente a su campo en extinción’. Por un lado, el poeta desordena las piezas del tablero poético, avanza subido a las palabras que ‘hilvanan humo’ en busca de la luz, uno de los conceptos fundamentales y recurrentes en este libro. Hay, por otra parte, una insistencia en la idea de ‘sed’ como distancia, sed que ‘divide con suave música de vendimia’; “sed que se agrieta”. A través de una “lengua ciega”, de un decir en vilo y a tientas por la realidad, el poeta (yo) busca la luz, una luz que a veces se torna ‘severa’ o sin esperanza; de ahí los “bosques que están siempre huidos” o “la traza muerta que acoge siempre la misma nieve”. En La lengua ciega la significación no precede a la construcción verbal sino que emerge de ella en su oscilante magma que aspira de lo indecible a lo decible. La realidad poética y la realidad real se presentan como resultado de la tarea inventiva del poeta.

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

Dividido en tres secuencias poéticas: los dieciséis poemas que componen ‘Música de vendimia’; los quince de ‘Los bosques huidos’ y los dieciséis de ‘La misma nieve’, en La lengua ciega se nos habla del decir y del ver, dos maneras de expresar y de entender el mundo, ese mundo en el que se construye, a través del ‘diálogo con las cosas’, la identidad del poeta: ‘soy lo que me rodea’. Y es que toda identidad no deja de ser un producto verbal; las palabras conforman ese frágil andamio de certezas sobre el que nos movemos y nos deslizamos. En el gran Texto podemos leer que el Verbo se hizo carne, o, lo que es lo mismo, que la palabra se armó de cuerpo, se puso el cuerpo, que diría César Vallejo, para comprenderse como ser. Siempre hablamos y decimos para ver, para vernos y para que nos vean.

Los títulos de los poemas de este libro son muy breves: una, dos o tres palabras le bastan para condensar la esencia de lo que va a poetizar, para dar pistas sobre el contenido o para iniciar la materia en la que quiere profundizar. Sólo cuatro poemas tendrán un título que se salga de esta pauta, entre ellos el más extenso de todos: ‘Confirmo y subrayo (Homenaje inútil a John Ashbery)’, que además resulta el más narrativo y complejo, pues pasa de confirmar que un libro o un poema son como una caja china, a subrayar que un nombre se inscribe en el coro silencioso a donde nunca se llega, para finalizar reflexionando sobre el tiempo que cae libremente por la pendiente en el camino que va hacia nosotros. El poeta (yo) plantea una epifanía de la materia, que cristaliza en paisajes anímicos teñidos por un frágil cromatismo. Este recorrido pautado de bifurcaciones y encrucijadas, reproduce el tránsito hacia la iluminación. Sin embargo, la voluntad ascensional contrasta con una aspereza declarativa que impide traducir en palabras la impresión del deslumbramiento (‘Luz severa’). Este fracaso conduce a la alteridad (‘Otra voz’) y al silencio (‘Sólo silencio’), metaforizados en la imagen del blanco y en el inaudible sonido de la naturaleza, respectivamente. Luz y sombra, piedra y cielo, elevación y caída conforman los núcleos significativos de una travesía que –como la de Ícaro– culmina en el ‘filo aéreo de la piedra’.

La lengua ciega plantea una indagación de distinta índole sobre el sentido de la palabra, “llama la atención” por su densidad conceptual; se trata de una obra que requiere del lector un esfuerzo cómplice, una lectura atenta e inteligente. ‘Las palabras señalan sus cimientos’, afirma el poeta (yo) en su ver más allá, en la ceguera de la lengua, en la luz de las sombras “que nos son iguales”. En mi opinión, ese poder deíctico de la lengua nos dirige hacia ciegas raíces, hacia los pozos oscuros donde el lenguaje se hace, como si la palabra, sedienta, ansiara salir de la caverna platónica, de la gran topera en que vivimos y buscar una luz inextinguible. Sin embargo, el poeta (yo) sabe que la lengua es insuficiente para iluminar el camino y avanza, a lomos de ella, tanteando las sombras de lo que se va, de lo que se ‘es’ y ‘se siente’, con la extrañeza del insomne.

Pero no soy un poeta de lo oscuro, más bien mi poesía se caracteriza por definir esa luz apagada de las cosas, lo que está en la parte no iluminada, el envés del mundo. La lengua busca nombrar, ‘ver’, atrapar la sustancia (por emplear un concepto muy pombiano) de lo que se va o de lo que sucede.

Soy un poeta que define la luz en la oscuridad y que se muestra de una manera no convencional, sin perseguir musicalidades, ritmos solemnes o acentuaciones llamativas. Más bien lo contrario, persigo la dureza en el decir, afiló las palabras como las ideas, me muestro aparentemente frío ante el hecho poético, pongo distancia entre las palabras.

Situar mi modernidad como la de un poeta próximo a la poética del silencio y a Valente, al epitafio y al moderno poema en prosa, al aforismo del callar y decir desde cierto hermetismo, es hablar de situar una introspección y del envés de la trama. De poetas que han adentrado un lenguaje y un saber decir desde el recorte. O si se prefiere, de las poéticas más delicadas en el campo de batalla de la desolación de esta escuela que a veces es narcisista y monotemática en ese registro. Aunque lo hagan solventemente.

En cualquier caso La lengua ciega, de significativa inadecuación sinestésica y elipsis hermética, traza desde el comienzo el sentido del decir desde la paradoja y las poéticas herméticas, amén de la tradición esencial de donde bebe. En cualquier caso este poemario supone una definición del estilo de sinapsis, síncopas y rupturas sintácticas de poemarios anteriores hacia un mayor acendramiento del sentido desde el saber decir. Creo que desde la madurez he sabido evitar cierto palabreo hermético proveniente del cortar y pegar, de la manufactura o marquetería más o menos vanguardista, prospectiva o pretenciosa en los peores casos, de quien sin un discurso claro, prueba con una voluntad de estilo que quiere tapar la tentación de la naturalidad que en su caso a veces cabrillea. He encontrado un decir sobre ella, un estilo, que en los mejores momentos muestra las virtudes de quien posee referentes muy claros, obsesivos en lo desolado, y una fórmula hecha con oficio y sin manufactura tras los ensayos previos.

Y no es que La lengua ciega no deje de hablar del agujero negro como postura inicial del discurso. Así en el poema “En mi voz” se expresa: Se acoge mi voz al verdor abierto de la muerte entera, esa es la sal del discurso, el camino de quien tiene una sangre incapaz de levantarse en vuelo. Funambulismo entre dolor y súplica que alterna en ese diálogo donde el daño se revela la semilla de la poética. En este sentido el simbolismo oscuro ha sabido escapar del hermetismo confuso para decirse desde un perfil decantado ahora, tal y como lo fue en otras ocasiones, con una lucidez otoñal que sabe de las contigüidades, soy lo que me rodea, y construir esa mirada atenta al matiz y al interior: al sentimiento del gris, a la nube escarlata, al gotear del día con brillos secos de hierbabuena, de quien entre tantos ejemplos muestra la cualidad de la contemplación (dijo Wordsworth) y del acendrado sentir. Pero todo con un sabor abisal, como en el sucinto Último sol

Un ondear entre las flores/ en las manos/ el hierro triste del último sol.

Recogimiento y desnudez de quien no encuentra signos sino el eco sin mensaje del superviviente (el mendigo humo del mar como amor que ilumina en la contemplación de lo inasible: la huída de quien ofrece sus brazos queriendo retener algo, ofrece brazos para aferrar el día, recogimientos y delicadeza como resistencia o desde un estilo que desea ser resistencia. Sí, la fuga o la huída de tanto y la necesidad de tentar otra morada, como nunca hacia dentro, forman buena parte de lo dicho de esta poética agónica a la que falta crispación, aunque no haya resignación, sino herida. La del contemplante que ve desde la naturaleza la fuga, la ilegibilidad del sentido y encuentra correspondencias en los elementos sin semiótica, en el garabato frente al signo, o en el aire que da lección. Al buen poeta esencial hay que encontrarlo en esos parámetros, en esas soledades del suplicante. En esas coordenadas encuentro mi decir frente a otros vericuetos herederos de libros antiguos, y que ahora ya no lastran tanto una poética muy atractiva cuando se ciñe a esa delicadeza esencial de un contemplante absorto en el fugaz patrimonio de las cosas, o en el sinsentido de las alegorías. Cuando desenreda el laberinto y no quiere decir de más. Con todo he emprendido un esfuerzo estilístico donde la desnudez y la concisión entablan un diálogo extraño para el lector común, que exige lo especializado. Un decir roto o fracturado, más que fragmentado, hacia la opacidad. Y aunque no queramos volver a Robert Burns también debemos encontrar el sentido de la fractura, a no ser que ya no se quiera decir más”.

A estas alturas del discurso estoy convencido de que los presentes, una de dos, o han desconectado hace rato, o si no lo han hecho, están pensando en silencio y educadamente que he perdido por completo el juicio (en el mejor de los casos), o que soy un completo memo, un perfecto fantoche (en el peor).

¿Cómo puede decir este cretino (yo) las cosas que de sí mismo está diciendo?, ¿cómo puede hablar así de su propio libro? Es completamente idiota. Y tendría que darles a todos ustedes la razón si así pensasen, pero no puedo hacerlo porque no he sido yo el que ha estado hablando desde que les anuncié que iba a disfrazarme, que incluso iba a ponerme un poco de maquillaje, el maquillaje del yo, cuando ha sido necesario. Y es que eso es precisamente lo que he hecho. Me he disfrazado para manipular, me he puesto las ropas de otros para hablarles a ustedes de La lengua ciega, me he travestido de crítico/crítica, y acabo de leerles, todo revuelto y mezclado se lo aseguro, párrafos que en estos meses han escrito otros acerca de lo que yo he dejado escrito en un libro. Es decir, el creador (yo) se ha disfrazado/travestido de crítico, y durante unos instantes ha jugado al engaño, ha cometido una “travesura”, a todas luces una manipulación, algo quizá poco plausible y que espero sepan perdonarme. He jugado a ser crítico de mí mismo, a disfrazarme, probablemente con una necesaria intención infantil, para acabar hablado de lo que he escrito, ya saben, parodiando esa en España famosísima escena televisiva protagonizada por Francisco Umbral, “¡he venido a hablar de mi libro!”, pero lo he hecho disfrazado con rasgos de otros.

¿De qué otros? Pues les cuento. Me he puesto la perilla y las gafas de Luis García Jambrina, aquí presente (suplemento cultural del ABC); el spleen poético-intelectual de Luis Bagué Quílez (diario Información, de Alicante); la mirada de Julia María Labrador Ben (Los Lunes de El Imparcial); la sonrisa pícara de Nuria Rodríguez Lázaro (ojosdepapel); la calva monda y lironda de Rafael Morales Barba (Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo); la nariz sagaz de Fernando Abascal Cobo (revista Quorum); y la ironía seria y santanderina del señor Pombo, don Álvaro.

Este ha sido mi disfraz, esta mi travesura, mi puesta en escena como artero manipulador travestido. No me lo tengan muy en cuenta. Ya se lo agradezco de antemano, y dejo caer el telón sobre el escenario. 
 

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,22 mar 2010 20:34:42 GTM
<![CDATA[Cuadernos (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores) de Paul Valéry: testimonio de un tiempo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1142  

Juan Antonio González Fuentes

Son las nueve y media de la noche. Escribo desde Madrid, a donde he llegado tras casi cinco horas de viaje en tren. El suplicio del viaje lo he paliado con la lectura. He venido leyendo un libro complejo, difícil, pero realmente rico y profundo. Se trata de la magnífica edición que hace tres años publicó la editorial Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores de los Cuadernos (1894-1945) de Paul Valéry.

Se trata de una antología. En efecto, entre 1957 y 1961 la vida literaria europea quedó literalmente boquiabierta por la publicación, en 29 volúmenes, 26.600 páginas, de los cuadernos de reflexiones y apuntes que Valéry había escrito a lo largo de cincuenta años, hasta su muerte en 1945, cuando la II Guerra Mundial llegaba a su final.

Valéry, durante cinco décadas, estuvo levantándose entre las cuatro y las cinco de la mañana para escribir durante tres o cuatro horas seguidas sobre los temas más diversos: lo autobiográfico, fórmulas matemáticas, apuntes filosóficos, psicología, reflexiones políticas e históricas... Todo un documento monumental de primerísimo orden que hizo exclamar a T. S. Eliot que Valéry era la personalidad intelectual más interesante de su tiempo, y a Octavio Paz afirmar que el verdadero filósofo francés de la época no era Sartre, si no Valéry.

Paul Valéry: Cuadernos (1894-1945) (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores)

Paul Valéry: Cuadernos (1894-1945) (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores)

El poeta y pensador utilizó algunos de estos apuntes en su obra publicada y conocida, pero los Cuadernos eran desconocidos en su totalidad cuando por fin vieron a luz. El libro que les recomiendo es una selección llevada a cabo por el poeta y profesor Andrés Sánchez Robayna, y la traducción al español (magnífica, al menos en el sonido) también se debe a Sánchez Robayna, y a Maryse Privat y Fátima Sainz. Este es un libro imprescindible en cualquier biblioteca de verdadero fuste, y aunque no se lea nunca de cabo a rabo, su disposición en apuntes y reflexiones breves permite la consulta de sus más de 500 páginas, se abran éstas por donde se abran.

Leyendo estos apuntes he pensado que Valéry nació en 1871y murió, ya lo he dicho, en 1945. Esto significa que el poeta tenía 30 años cuando murieron Verdi o la reina Victoria, que vivió en plena madurez la debacle de la I Gran Guerra y el estallido de la Revolución Rusa, y que era un anciano cuando los campos de concentración nazis masacraban a millones de judíos por el mero hecho de serlos. Quiero decir con esto que Valéry, uno de los poetas más grandes del último siglo, y un pensador de una potencia sobrecogedora, recogió madrugada a madrugada, en el París que era el centro del mundo occidental, y durante horas y horas de escritura, las ideas y reflexiones de un hombre sabio y ojo avizor en un tiempo de cambios radicales, de rupturas, de evolución sin igual en la historia de la humanidad. Estos cuadernos son la consecuencia lúcida de esos instantes. Un tesoro intelectual sin igual. 
 

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,18 mar 2010 20:4:41 GTM
<![CDATA[La dama y la muerte de Javier Recio Gracia: “dibujos animados” para hacer alta filosofía divertida]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1141
 

Juan Antonio González Fuentes

Enciendo la televisión y aparece la alfombra roja hollywoodiense pisada por celebridades, por bellezas escotadas y medio desnudas, por tipos con cara de duros encerrados en un smoking que llevan con aplomo y espaldas anchas. Veo a Penélope Cruz, a Javier Bardem, a Almodóvar..., y con aspecto de mendigo al que han sacado de un sucio callejón y le han enfundado un traje y una corbata, veo también a Antonio Banderas, el rostro barbudo de un náufrago desorientado.

Se acerca un micrófono y el encanecido Banderas comenta que para él ya es un triunfo estar nominado. ¿Nominado?, ¿Antonio Banderas?, me pregunto algo confuso. Pues sí, tío torpe, me contesto a mí mismo. Antonio Banderas “está nominado” como uno de los productores del corto de animación español que aspiraba a llevarse un Oscar que no se llevó. Ah! ¿Un corto de animación? Sí, una peli de dibujos animados, como decís los que ya vais para la cincuentena, y corta, pues su duración no llega a los diez minutos. ¿Y está bien? Bien no, está muy bien, de verdad.

El corto lo ha escrito y dirigido Javier Recio Gracia, y se titula La dama y la muerte. ¿La dama y la muerte?, sí amigo, título que evoca muchas escenas del arte clásico, incluso el célebre cuarteto de Schubert La muerte y la doncella, una pieza sobrecogedora vista tanto por delante como por detrás. Échale un vistazo a la película. No te vas a arrepentir.

Javier Recio García: La dama y la muerte (2009)

Javier Recio García: La dama y la muerte (2009)

La idea no es muy original, su desarrollo presenta algunos tópicos, y el final tiene, cómo decirlo, incluso unos granos de sal previsible, pero el conjunto es espléndido, redondo, cerrado, perfecto. Es una historia construida como si de una pieza de relojería de precisión se tratase. Todas las piezas encajan, todas tienen su por qué, su gracia, su sentido, su propia personalidad: los ancianos, la muerte, el médico estrella, las enfermeras... Sí, todo, quiero insistir en ello, es casi de manual, pero funciona, vaya sin funciona.

No, no voy a caer en lo manido. No quiero decir que los dibujos son de una extraña perfección casi artesanal. Que el acabado de la película tiene la calidad del mejor turrón, suprema, pero que no se le ven en exceso las frías costuras de la técnica por la técnica. Los dibujos tienen alma, corazón y vida. La película tiene vida y habla de la vida, del amor, de la muerte, de la vejez, de la melancolía, de la desesperanza, del recuerdo, de la fama, de lo que supuestamente nos ata a este mundo, del éxito profesional... Habla de cosas grandes y de cosas pequeñas, pero habla sin subrayados, sin ponerse la cosa ni metafísica, ni con aires sublimes, ni con rasgos trascendentes..., vamos sin que nadie se ponga estupendo. Es una comedia trágica, o una tragicomedia, una película ácida, simpática, con mucho humor negro. Una película cuyo guión bien podría haberse escrito a mano entre Billy Wilder y Rafael Azcona, incluso con algún toque ingenuo, almibarado y descacharrante de esos cómicos españoles de antaño, con algo de Codorniz y de TBO.

Y todo se sirve envuelto con el celofán imprescindible para que luzca en el escaparate de los EEUU. Los ropajes, desde luego, son de lujo, la terminación pulida y barnizada con cuidado y casi lujo. Pero insisto, tras el brillo del envoltorio, reluce sobre todo el talento algo triste y melancólico, algo descacharrante y grotesco, algo dulce y contenido, algo irónico y ácido..., propio sólo de una cultura como la andaluza, que pasa en apenas unos días de los capuchones, rezos y velones barrocos de la Semana Santa, a los finos, castañuelas y trajes de flamenca de las mejores fiestas abrileñas. Qué arte!, y perdonen el tópico. Es que esta vez el tópico se hace típico al encajar como un guante en la mano del puro talento. 

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,17 mar 2010 19:3:41 GTM
<![CDATA[El Duelo y Los Duelistas, de Joseph Conrad a Ridley Scott]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1139
 

Juan Antonio González Fuentes

Joseph Conrad (1857-1924) explicó que su relato El duelo tuvo su origen en unas líneas leídas en un pequeño periódico del sur de Francia, en las que se contaba la historia, al parecer verídica, de dos oficiales de regimientos distintos que, sin explicación ni motivo alguno aparente, se batían en duelo entre las batallas en las que ambos participaban.

Conrad, partiendo de esta anécdota, y cuando era ya un escritor consagrado por textos como El corazón de las tinieblas, Nostromo o Lord Jim, comenzó a escribir desde la ironía y el juego en la que dos oficiales de húsares en la Europa que ve el fin de las guerras napoleónicas, se enfrentan continuamente en duelo. Uno de los protagonistas es sencillamente un tipo violento y de carácter pendenciero, el otro es un tipo mesurado y tranquilo. Ambos se complementan, se dan sentido el uno al otro, hasta tal punto que llegan a arrinconar la causa de su disputa, aunque nunca la cuestión de honor que pende del hilo del enfrentamiento.



Tráiler de la película Los duelistas, del director Ridley Scott (vídeo colgado en YouTube por Yarbols)

Conrad, con El duelo, logró establecer una nueva metáfora sobre lo inútil de las guerras, de las luchas..., en las que en no pocas ocasiones se llega a perder en la sinrazón la razón de porqué empezó todo. El duelo (publicado de nuevo en castellano por la editorial Berenice, con traducción de Mario Jurado y edición e introducción de Julián Jiménez Heffernan) quedó incluido en el volumen A Set o Six, colección de seis relatos que vio la luz en el año 1920.

Pero quizá El duelo se convirtió en un relato mítico cuando pasó al cine con notable éxito. Fue un principiante Ridley Scott (1937), quien dirigió en 1977 su primera película basada en este tema conradiano. La película, titulada The Duelist, Los duelistas, está protagonizada por Keith Carradine, Harvey Keitel y Albert Finney, y sigue a día de hoy siendo considerado uno de los mejores y más interesantes trabajos del director británico, quien a los pocos años dirigió las dos películas que lo consagraron: Alien, el octavo pasajero (1979) y Blade Runner (1982).

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Tuesday,16 mar 2010 18:46:5 GTM
<![CDATA[Plácido Domingo descubre a Leoncavallo con Lang Lang: La nuit de Mai]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1137
 

Juan Antonio González Fuentes

No es del todo infrecuente que en el mundo de la llamada música culta un compositor pase a la historia sólo por una obra. Podrían ponerse muchos ejemplos al respecto. En el género operístico ocurre algo muy parecido. Carl María von Weber es el autor “sólo” de El cazador furtivo; Pietro Mascagni “sólo” de Cavallería rusticana; Arrigo Boito “sólo” de Mefistófeles; Ponchielli “sólo” de Gioconda; o Leoncavallo “sólo” de Pagliacci.

Sin embargo estos autores son responsables de una obra mucho más extensa, y en la que puede haber tesoros ocultos, o al menos música notable y de calidad que el éxito de la pieza estrella ha enterrado bajo toneladas de olvido. El milagro de la recuperación suele tener un único responsable: un músico famoso que descubre la pieza, le gusta, la interpreta, la graba y la acerca a un nuevo público. La última entrega de estos “descubrimientos” es una página del italiano Leoncavallo, La nuit de Mai (1886), un poema sinfónico para tenor y orquesta de cuarenta minutos de duración con texto del poeta francés Alfred de Musset. La grabación es del célebre sello amarillo, Deutsche Gramophone, y tiene como protagonistas a la Orquesta del Teatro Comunale de Bolonia bajo la dirección de Alberto Veronesi, y al tenor estrella del siglo, Plácido Domingo, quien debe haberse empeñado en la historia.

Leoncavallo: La nuit de mai (Deutsche Gramophone)

Leoncavallo: La nuit de mai (Deutsche Gramophone)

El disco apunta otras curiosidades de primer orden, sobre todo por los protagonistas que tienen. Me refiero a alguna pieza suelta para piano, solventada por el lujo pianístico del chino Lang Lang, probablemente la mayor irrupción en el mundo del teclado clásico desde hace décadas. Y sobre todo por las canciones del compositor italiano, canciones basadas en poemas franceses, resueltas por Lang Lang al piano y Domingo “a la voz”. No puede soñarse mayor cúmulo de estrellas para unas canciones en el universo clásico actual: Domingo y Lang Lang, un lujo casi impensable.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Monday,15 mar 2010 20:47:54 GTM
<![CDATA[Pequeño apunte sobre historia de la diplomacia en España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1136
 

Juan Antonio González Fuentes

En estos tiempos en los que las relaciones globalizadas entre países, las coaliciones, las cumbres…, están a la orden del día y suponen una parte esencial en la política de casi todos los gobiernos de la Tierra, me ha sorprendido sobremanera leer en el catálogo de la exposición Imágenes del mundo. Enrique de Otal y Ric, diplomático y viajero, editado lujosamente por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, que hasta finales del mes de diciembre de 1887, sólo existía dos embajadas de España en el mundo: una en París y otra ante la Santa Sede.
El Imperio en el que no se ponía el sol tenía sólo dos embajadas en el último mes del año 1887, es decir, a finales del siglo XIX, la centuria del imperialismo y el colonialismo europeo por antonomasia.

Cartel de la exposición

Cartel de la exposición
Me entero, ya digo, por casualidad, leyendo el interesantísimo libro mencionado, dedicado a la figura del aragonés Enrique de Otal y Ric (Fonz, Huesca, 1844-El Cairo, Egipto, 1895), quien durante su carrera diplomática al servicio de España sirvió en China, Turquía, Argentina, Grecia, Países Bajos y Egipto. Enrique de Otal, miembro de la familia de los Barones de Valdeolivos, recogió durante sus estancias en los países en los que trabajó numerosísimas muestras de arte, etnografía…, de los países en los que ejerció sus funciones diplomáticas. El catálogo que tengo ahora en mis manos, firmado por Miguel Luque Talaván, recoge y comenta parte de esa colección variopinta que logró atesorar Enrique de Otal y que hoy pertenece al gobierno de Aragón.

Y me entero también de que a partir de diciembre de 1887, las legaciones españolas en Londres, Berlín, Viena y Roma (Quirinal) fueron elevadas a la categoría de embajadas. Entre 1890 y 1914 sólo existieron las embajadas de España en las ciudades mencionadas, a las que en ese periodo sólo se sumó la de San Petersburgo. En América, lo que resulta increíble, no hubo embajadas como tales hasta finales del año 1914. La primera en el Nuevo Continente fue la de Washington, donde el embajador tomó posesión de su cargo el 1 de enero de 1915, ya comenzada la I Guerra Mundial.

Estos datos tan elocuentes creo que hablan por sí solos de la importancia que los distintos gobiernos de España le dieron a las que había sido ex colonias en América durante siglos. Los esfuerzos diplomáticos españoles a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX y primera del XX parece evidente que se dirigieron a los cinco grandes imperios europeos de la época (británico, francés, alemán, ruso y austrohúngaro), y a Italia, geografía rectora del catolicismo universal y potencia de tipo medio con ideas expansionistas. La I Guerra Mundial significó, entre otras cosas, la desaparición de los imperios ruso, alemán y austrohúngaro, la modificación del británico y el francés, y la entrada en escena con mucha fuerza de los EEUU, cuya capital, curiosamente, tuvo embajador de España a los pocos meses de iniciarse la mundial contienda.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,12 mar 2010 21:14:46 GTM
<![CDATA[Sol de resurrección (Calambur), de Carlos Alcorta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1135
 

Juan Antonio González Fuentes

Carlos Alcorta es cinco años mayor que yo. Nació en 1959, yo en el 64. Cinco años ahora no son nada, que diría el tango, pero cuando uno está en la veintena significan bastante. Quiero decir que durante mucho tiempo Carlos Alcorta (y Rafael Fombellida) fueron para mi epítome de la joven poesía emergente en esta sociedad nuestra de cada día. Fueron un espejo en el que los que les seguíamos (legión) debíamos mirarnos ineludiblemente. Ellos dos eran los “jóvenes” que, a modo de potentes rompehielos, iban abriendo para los que íbamos detrás una senda transitable en un terreno helado, duro, yo diría que hostil.

Han pasado los años y Carlos no ha dejado de ser joven, pero sí, a Dios gracias, ya no es un “joven poeta”, y buena parte de la “legión” que veníamos tras él y Rafael Fombellida también abandonamos hace tiempo el manoseado calificativo que, aplicado al sustantivo poeta, a partir de un cierto momento deja de tener connotaciones positivas para dejar en su sentido un aroma a ligereza, a levedad, a provisionalidad casi funesta.

Y en Carlos Alcorta la poesía no tiene nada, pero nada de provisionalidad, de ejercicio leve propio de voluntarioso aficionado. Sol de resurrección (libro editado por la madrileña Calambur el pasado año) es el octavo libro de Carlos Alcorta, obra a la que hay que sumar cinco plaquettes, y la codirección de la hoy mítica colección Scriptvm, de la revista literaria Ultramar, y de las colecciones poéticas El Astillero y Travesías, aventuras a las que hay que sumar, por ejemplo, su relevante participación en los proyectos de la editorial Quálea.

Carlos Alcorta, hay que decirlo ya, sin tapujos ni tontos eufemismos, es uno de los indiscutibles pesos pesados de la actividad poética en nuestro entorno social y cultural, una de las escasas referencias ineludibles, en el ámbito acotado, durante los años de tránsito del siglo XX al XXI.

Una vez esbozado con dos brochazos este mínimo contexto “alcortaniano” (Paz Gil me aconsejó brevedad, y que no me pusiera tan pesado como suelo ponerme), creo que se hace imprescindible decir que Sol de resurrección es el último Premio Nacional de Poesía José Luis Hidalgo, premio convocado por la concejalía de cultura del Ayuntamiento de Torrelavega, premio del que Luis Salcines y yo fuimos único jurado, por la ausencia final del poeta Ángel Sopeña, debilidad poética, muy probablemente, de muchos de los que aquí nos hemos reunido.

Y hay que decir para ser justos y absolutamente precisos que no hubo dudas en el jurado, que no hubo discusiones, que no hubo deliberaciones, que no hubo finalistas ni semifinalistas, que no hubo medallas de plata, ni de bronce, que no hubo ningún diploma olímpico. Sol de resurrección fue el libro desde la primera lectura a una distancia sencillamente inconmensurable del resto. Fue la reunión de jurado poético más aburrida y previsible de toda mi vida.

Carlos Alcorta: Sol de resurrección (Calambur, 2009)

Carlos Alcorta: Sol de resurrección (Calambur, 2009)

Y ¿a qué fue debida tamaña unanimidad? Pues muy sencillo, en Sol de resurrección Luis y yo reconocimos al primer golpe de lectura el único libro de poeta de verdad que se había presentado al premio. Un libro sólido, ambicioso, extenso, hondo, construido por un poeta con oficio y, sobre todo, por encima de todo, con algo importante que decir desde la Poesía, desde la escritura poética. No hubo más vuelta de hoja, ni más vuelta o revuelta de versos. Sol de resurrección debía ganar el premio por razón poética. Esta es la aburrida historia.

Y Sol de resurrección es hoy una completa y compleja enciclopedia de temas, asuntos, modos y maneras alcortanianos, un depuradísimo compendio de la poética de Carlos Alcorta. Releyendo estos días los poemas de Sol de resurrección me han venido a la mente dos nombres de “artistas paisajistas” muy distintos entre sí, o quizá no tanto. El Víctor Erice de El sol del membrillo, o para ser más precisos, el pintor Antonio López de la película, capaz de observar los cambios de luz sobre la piel de un membrillo durante días, semanas…, con tal de captar el matiz, la esencia obsesivamente buscada; y El caminante sobre un mar de nubes de Caspar David Friedrich, ese hombre (abismo sin duda en sí mismo) al que en el cuadro vemos de espaldas contemplar el abismo ante el que se ha colocado con ademán romántico.

Abismo frente a abismo. ¿Cabe una mejor esencialización pictórica de lo que es el oficio de poeta y la poesía? Quizá haya alguna, pero ahora mismo no se me ocurre.

Y es que en este libro, Sol de resurrección, la poética de Carlos Alcorta conceptúa el paisaje, el escenario natural en el que tienen lugar o suceden muchos de los poemas, como un jeroglífico simbólico de carácter reflexivo que, o bien actúa como preciso detonante de la verbalización esencializada del ser y el estar del poeta, o, también, ejerce las funciones de receptor de la proyección poética original del autor, de vaso comunicante entre la interioridad del poeta y la exterioricidad de un mundo con el que se entabla un diálogo íntimo pero de carácter y sustancia universal.

Es decir, es el paisaje y sus variopintos elementos constitutivos lo que a Carlos Alcorta le sirve con asombrosa, profunda y reflexiva eficacia, para construir un artefacto verbal sustentador de meditados y hermosísimos veredictos poéticos: Está frente a tus ojos el paisaje/ aún adormecido, inmóvil, expectante/ como un reo que espera el veredicto, deja escrito Carlos Alcorta en el inolvidable comienzo del poema “Fría mañana de noviembre”.

Acérquense a este Sol de resurrección, a esta luz que acoge a quien ha resucitado de las heridas del vivir, y quedarán atrapados en sus versos, reos consentidores en un escenario, en un paisaje poético de reflejo y asunción que sentencia por sí mismo a quien hasta él llega, y lo condena a belleza perpetua.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,11 mar 2010 18:38:20 GTM
<![CDATA[El artista Ocaña, un problema de lenguaje(s) en la Barcelona de la Transición]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1132
 

Juan Antonio González Fuentes

Fue cenando una noche en un local de Santander de nombre “Días de Sur” (qué curioso, ¿no?), cuando Adolfo (Fernández) Punsola me habló por extenso de Ocaña y los del Norte, es decir, de él mismo. Adolfo me habló de Ocaña desde el género autobiográfico, y lo hizo mientras mostraba imágenes y trazos reveladores de aquel tiempo. Unos recuerdos de plasticidad tan potente, que una camarera del local, por su acento hispanoamericana, se acercó para interesarse por lo vislumbrado entre plato y plato, entre copa y copa, entre café y café.

A mí, lo confieso aquí y ahora, ni me interesaba ni me interesa “bastante” Ocaña. El de Cantillana (¿Santillana sevillana?) es una circunstancia vital y un quehacer artístico que me someten a la desértica distancia de lo verbalizado en una lengua ajena y casi incomprensible. Ocaña me es ajeno, aunque en sus hoy denostados e ingenuos lienzos palpo más sinceridad plástica, más verdad y frescura en color, que en muchas amaneradas y manoseadas propuestas que se muestran en galerías y museos, pura liturgia de la impostura.

Llegué a Ocaña y los del Norte siguiendo las migas de pan que Federico Jiménez Losantos dejó en las páginas de su autobiografía (otra) barcelonesa: La ciudad que fue. Barcelona, años 70.

(Jiménez) Losantos retrata en su autorretrato el escenario barcelonés en el que (con los matices que se quieran y las precisiones necesarias) también se desenvolvieron Ocaña, Adolfo y otros “del Norte” como el pensador Alberto Cardín Garay (Villamayor –Asturias–, 1948), fallecido prematuramente enfermo de SIDA en la olímpica Barcelona del 92, y su primo el cineasta Jesús Garay (Santander, 1949). Por (Jiménez) Losantos regresé al Punsola con el que, tiempo atrás, compartí en Cabezón de la Sal (¡de la Sal!) bizcochos de soletilla, fotos de Marilyn Monroe y algún resquicio de Emilio Pucci. Y a través de Adolfo llegué a Ocaña. Itinerario jeroglífico en realidad significativo: de Jiménez a Fernández para llegar a Pérez.



Escenas del documental de Ventura Pons: Ocaña: un artista intermitente (vídeo colgado en YouTube por algunoss)

Pero ya he dejado plantada aquí la aparente paradoja: no me interesa “bastante” Ocaña como Ocaña para seguir con Ocaña. ¿Entonces? Voy a explicarme. Me interesan Ocaña, Adolfo, Federico y los del Norte en su etapa barcelonesa sólo (¿sólo?) como símbolo concreto y mayúsculo de un ser y un estar del todo irrepetibles. Ocaña, Adolfo, Federico, los del Norte…, son un termómetro preciso para leer y entender las circunstancias de un momento histórico en una geografía física y espiritual que fue malograda por la acción–reacción integrista de los nuevos poderes en una Barcelona, capital de Cataluña, que empezaba a imponer por la fuerza “su lenguaje”.

Digámoslo de una vez por todas de frente y sin tapujos: ¿en la Barcelona de hoy sería posible Ocaña? Esta es sin duda la clave de la cuestión. ¿Ocaña como problema?, prosiguiendo en clave orteguiana. Pues sí, un problema ante todo político y de primer orden. Y es que a mi juicio la importancia de Ocaña no reside tanto en sus creaciones plásticas o en su activismo militante en pro de los derechos de las diferentes opciones sexuales, como en sus ingenuas, grotescas e irónicas performances espiritualmente exacerbadoras de lo que podríamos llamar los más enraizados tópicos de la España cañí y “álvarezquinteriana” (apunto el neologismo).

La radical provocación de Ocaña en la Barcelona de su tiempo no estaba en ponerse ropas femeninas y enseñar su pene paseando por las Ramblas en 1978, sino en, desde una puesta en escena de caricatura no intelectualizada, no conceptualizada, no sustentada ni en sesudas lecturas ni en sistemas de pensamiento, transformarse en símbolo andante y parlante, progresista, cosmopolita y moderno, partiendo de un discurso ético y estético brotado con naturalidad de un andalucismo-españolismo muy sentido y auténtico, pero de manual para extranjeros. Mezcla de Lorca y Mérimée, Ocaña propuso un vida libertaria y democrática con lenguaje de bata de cola, Semana Santa, peineta, castañuelas, vírgenes y cristos, rezos y cante. La Barcelona que en el horizonte se vislumbraba ya entonces capital olímpica de la Cataluña convergente y nacional-socialista, no podía ni a medio ni a largo plazo deglutir el mencionado “lenguaje”. A la Barcelona cosmopolita la tribu nacionalista le había puesto fecha de caducidad. La tribu catalana no podía ni permitir ni coexistir con el lenguaje de Ocaña, de Adolfo, de muchos de los del Norte que anhelaron y plantearon la posibilidad de hacer su propia vida expresiva en abierta pluralidad contradictoria con “otros lenguajes” cuya intrínseca razón de ser era y es la segregación de los que “no son de los nuestros”. Ni Ocaña ni Adolfo eran de los “suyos”. Ese fue su pecado principal; un pecado de lengua, de lenguaje, de discurso. Tanto Ocaña como Adolfo renunciaron a la asimilación. Ese fue su punto y final, su despedida de la ciudad que fue (Barcelona), y que ya no permitía ni ser ni estar sin doblegarse a condicionantes, a la aceptación paulatina de un discurso impuesto por un lenguaje que exigía (y exige) ser para estar. Barcelona posibilitó a Ocaña. Hoy Ocaña no sería posible en Barcelona. ¿Avance o retroceso? Contéstese a sí mismo el lector que hasta aquí haya llegado.

¿Y cómo acabó (¿empezó?) la historia de Ocaña y los del Norte? A Jiménez Losantos el terrorismo nacionalista catalán le pegó un tiro en una pierna; Alberto Cardín murió con SIDA a los 44 años de edad sin ver arder el pebetero olímpico de su ciudad Condal; Adolfo tuvo que “escapar” de las “negruras” tan correctamente catalanas y cool de Antonio Miro y compañía, entre otros. Ocaña encontró la muerte convertido en radiante, colorista y trágica antorcha humana: celebraba fiesta en Cantillana de Sevilla, España, disfrazado de Sol. Envuelto en papeles, telas y bengalas celebraba la vida cuando el disfraz comenzó a arder, haciendo de Ocaña un Ícaro de Hispalis, un mito menor (de brillante nota a pie de página) de la historia que no pudo ser y no fue de la contemporánea Hispania. Toda esta tragicomedia, en definitiva, puede resumirse en un problema de lenguaje(s). Y quien quiera entender, que entienda.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,10 mar 2010 20:15:2 GTM
<![CDATA[La opinión sobre la Ley del Aborto de la Ministra de Cultura: Ángeles González-Sinde]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1130
 

Juan Antonio González Fuentes

Ángeles González-Sinde es madrileña del año 1965. Estudió Filología en la Complutense de su ciudad natal, y en la Universidad Autónoma realizó un Máster en Guión Cinematográfico, estudiando poco más tarde en el American Film Institute de Los Ángeles, California, Estados Unidos.

Antes de dedicarse a escribir guiones, González-Sinde fue promotora de conciertos, traductora, redactora de la revista de moda Cosmopolitan e hizo sus pinitos en una editorial. Como guionista participó en series de televisión como La Casa de los Líos. Ya en el terreno de los largometrajes ganó un Goya por La buena estrella del desaparecido Ricardo Franco (1997). En el campo de la dirección su estreno fue con la película La suerte dormida (2003). En diciembre de 2006 fue elegida presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, cargo en el que relevó a la actriz Mercedes Sampietro. Su padre, el cineasta José María González-Sinde fue el primer presidente de la citada academia. Desde el pasado mes de abril de 2009 es la Ministra de Cultura del Gobierno de España, presidido por Rodríguez Zapatero, sustituyendo a César Antonio Molina, un magnífico poeta que, en mi opinión, aportó sensatez y bastante buen hacer en el tiempo en el que estuvo al frente del Ministerio.

No hace muchas fechas, en un programa radiofónico a la Ministra de Cultura se le preguntó por la Ley del Aborto (el tema en mi opinión es lo de menos), aprobada por el Parlamento Español, y preparada por el gobierno en el que ella participa. Sus razonamientos no dejaron lugar a la duda, estuvo suelta, con las ideas muy claras, contundente. Se podrá estar o no de acuerdo con sus tesis, pero está claro que detrás de su opinión hay todo un marco teórico y reflexivo muy meditado. Oigámosla hablar, y hagámonos una idea de su solidez argumental. Sólo espero que en otras cuestiones tenga las cosas un poquito más claras. 

Declaraciones-de-la Ministra de Cultura Gonzalez Sinde.mp3 

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,9 mar 2010 19:31:33 GTM
<![CDATA[Luis Bagué escribe sobre La lengua ciega (DVD ediciones) de González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1128
 

Juan Antonio González Fuentes

Luis Bagué Quílez (Palafrugell, Gerona, 1978) es un joven poeta y crítico de poesía española contemporánea vinculado a la Universidad de Alicante, donde tiene un contrato de investigación “Juan de la Cierva”. Doctor en Filología Hispánica, en el año 2006 ganó el VI Premio Internacional Gerardo Diego de Investigación Literaria, organizado y patrocinado por la santanderina Fundación Gerardo Diego, con un trabajo ya imprescindible titulado Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el Tercer Milenio, que fue editado por la editorial Pre-Textos, y del que ya hablé en estos Ojos de Papel.

Cuando publiqué hace unos meses La lengua ciega (DVD, Barcelona, 2009), envié un ejemplar a Luis Bagué, y ahora me he llevado la sorpresa de que hace unos días, el pasado 25 de febrero, publicó un comentario de tres libros distintos en el diario alicantino Información. Las microreseñas, como el las llama en el correo electrónico en el que me daba noticia de la noticia, eran sobre los libros Proteger las moradas (Calambur) de José Luis Puerto, Memorial de la sombra de J. Ponce Cárdenas (Puz) y el mío ya subrayado. De mío escribe Luis Bagué lo siguiente:

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

“La lengua ciega, de Juan Antonio González Fuentes, plantea una indagación de distinta índole sobre el sentido de la palabra. A lo largo de tres secciones ­–“Música de vendimia”, “Los bosques huidos” y “La misma nieve”-, el autor asiste a una epifanía de la materia, que cristaliza en paisajes anímicos teñidos por un frágil cromatismo. Este recorrido pautado por bifurcaciones y encrucijadas, reproduce el tránsito hacia la iluminación. Sin embargo, la voluntad ascensional contrasta con una aspereza declarativa que impide traducir en palabras la impresión del deslumbramiento (“Luz severa”). Este fracaso conduce a la alteridad (“Otra voz”) y al silencio (“Sólo silencio”), metaforizados en la imagen del blanco y en el inaudible sonido de la naturaleza, respectivamente. Luz y sombra, piedra y cielo, elevación y caída conforman los núcleos significativos de una travesía que –como la de Ìcaro- culmina en el “filo aéreo de la piedra”.”

Y termina en un último párrafo en el que “califica” los tres libros apellidando el mío como de “calcinación expresiva”. Muchas gracias Luis Bagué por su espléndida lectura y por tus palabras.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,8 mar 2010 14:18:56 GTM
<![CDATA[El Ocaña de Ventura Pons habla de Adolfo Punsola]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1125
 

Juan Antonio González Fuentes

He escrito la palabra Ocaña en google y la primera entrada de la enciclopedia wikipedia dice: Ocaña, municipio de Norte de Santander, en Colombia. Y un poco más abajo se accede a unas líneas sobre José Pérez Ocaña (Cantillana –Sevilla–, 1947-1983), a quien se le define como pintor naïf, activista LGBT del “Estado español” (las irónicas comillas son mías) y andaluz afincado en Barcelona. La corrección política es así, y hay que aceptarla como tal, para no echar más humo de la cuenta. José Pérez Ocaña: un marica, pintor naïf, andaluz en la Barcelona de la Transición. La misma definición pero desde la incorrección. Quédese el lector con la que más le plazca, o invéntese otra, el personaje puede dar, si duda, para varias.

Ocaña, José Pérez, protagonizó en 1978 una película documental de Ventura Pons en la que el principal asunto (pero no el único, claro) era él mismo, su vida, su obra y, quizá por encima de todo, sus circunstancias, que diría el elocuente Ortega, (sí, y Gasset). La película se titula Ocaña, retrato intermitente. Casi al final de la cinta, Ocaña, el andaluz en Barcelona, le dedica unas frases, muy pocas en verdad, a algunos de sus amigos. De quien más largo habla es de Adolfo, curiosamente el único de los mencionados (lo juraría, pero hablo de memoria) que no sale ni en un solo fotograma firmado por Ventura Pons. Literalmente dice Ocaña del fantasma (circunstancia) Adolfo (nombre propio): “Y también hay otro, que lo he querido muchísimo, y aunque estoy enfadado con él, lo sigo queriendo, que es Adolfo. No sé, Adolfo es un poco intelectual, es bastante inteligente, tiene bastante sensibilidad, una lengua un poco picaresca (el subrayado es mío), dice que quiere ser mala o quiere ser malo, pero en realidad es un chaval con un corazón bastante grande y una sensibilidad bastante fuerte”. Fin de la cita.

Al parecer Adolfo era a la vez poco y bastante (el lenguaje lo proyecta todo, lo dice todo, a veces sin decirlo). En rememoración tan breve de Adolfo se le suman dos “pocos” y cuatro “bastantes”. Los “pocos” acompañan a intelectual y a picaresca. Los “bastantes” a inteligente, a sensibilidad, a grande y a fuerte. Toda una mina de metalenguaje para el médico vienés, un tal Freud, ¿recuerdan?



Ventura Pons: Ocaña, retrato de un artista intermitente (vídeo colgado en YouTube por algunoss)

El fantasma y la señora (Pérez) Ocaña. El fantasma tiene nombre, lo sabemos: Adolfo. Pero ¿tiene apellidos, localización y circunstancias? Haberlas, haylas como las…

Pongámosle hoy, marzo de 2010, y desde el oficio de historiador, una nota a pie de página al documental catalán filmado por Ventura Pons en 1978, cronológicamente el III año de la Transición hacia… (rellene el lector el hueco a su gusto: ácido, dulce, salado o soso). El Adolfo de Ocaña es Adolfo Punsola (1954), natural de Cabezón de la Sal, municipio del oeste (western) de Santander, hoy Cantabria, más Norte imposible de España. Estudiante entonces del arte y su historia en una universidad de Barcelona, un joven de 24 años que acabaría haciendo moda con Antonio Miró, poniendo en cada trazo de lápiz, en cada prenda de punto, mucho cine, mucha pintura, mucha novela, algo de poesía.

Ocaña y Punsola, dos españoles (Sur y Norte) en la Barcelona de la Transición. Uno con apellido (nombre) de lugar santanderino de geografía conquistada por el Imperio; el otro natural y residente en un lugar santanderino del ya desaparecido Imperio. Los dos, sin embargo, dejaron prendida en alguna rama del camino su primer apellido, apellido racial y radicalmente español, apellido que quizá era una incómoda, plebeya y “mosquetera” flor de lis en la Barcelona que transitaba entonces, piano piano, no hacia el status imperial (de momento), pero sí hacia el de Nación, ¡pues no faltaba más! El uno era Pérez, el otro era Fernández. (Pérez) Ocaña y (Férnandez) Punsola. José y Adolfo.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,5 mar 2010 19:3:50 GTM
<![CDATA[Sabe usted quién escribió la Marcha nupcial de su boda: ¿Wagner o Mendelssohn?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1123
 

Juan Antonio González Fuentes

Eh, usted, amigo! ¿Puedo proponerle un pequeño juego? Piense por favor en una boda. Sí, una boda al uso. Novia vestida de blanco, novio con frac o traje oscuro, padrino y madrina emocionados, invitados emperifollados, la iglesia engalana con muchísimas flores, el cura celebrando la ceremonia religiosa, los niños con corbata correteando sonoramente por los pasillos del templo, los jóvenes más gamberros comprobando que no se les ha olvidado el kilo de arroz que piensan arrojar con furia a la salida... ¿Y la música? Piense por favor en la música. ¿Qué melodía o melodías, le han venido inmediatamente a la cabeza? Ah, esas dos. ¿Podría tararearlas un momento? Perfecto, muchas gracias. Sí, esas son las clásicas melodías en las que se piensa cuando se habla de boda. Sí, son marchas nupciales. Sí, sí, tiene usted razón, son archiconocidas, yo creo que no hay por ejemplo película en el mundo en la que salga una boda “al uso” en la que suene una de las dos melodías. Pues nada, muchas gracias, ya se acabó el juego. ero no, espere un momento. ¿Sabe usted por casualidad quién o quienes escribieron esas melodías? ¿No?, ¿de verdad que no? Pues son compositores más bien célebres; es más, uno de ellos es probablemente uno de los más famosos de la historia de la música. Sí, incluso Woody Allen hace un chiste estupendo a su costa y a la de la pobre Polonia en una de sus películas. Éste del que hablamos le gustaba mucho, pero mucho a Hitler y a sus secuaces. Bueno, a sus secuaces no lo podría asegurar, pero como para llevarle la contraria al jefe.



Wagner: Marcha nupcial de Lohengrin (vídeo colgado en ouTube por solimusi)

El otro músico, por el contrario, fue prohibido por el mismo Hitler. ¿El pecado?, haber nacido judío. Tan sólo eso. Los dos, sin embargo, eran alemanes, qué curioso ¿no? El primero, el que le gustaba mucho a Hitler nació en Leizpig en 1813, el mismo año en el que nació su gran rival artístico, el italiano Giuseppe Verdi. Otra curiosidad, este músico que le puso sin saberlo banda sonora al nacionalsocialismo y al conradiano Apocalypse now del italoamericano Francis Ford Coppola, murió en Italia, en Venecia, en 1883, dos años antes de que naciese mi bisabuelo, el periodista y escritor Ezequiel Cuevas, quien a su vez murió en 1965, cuando yo estaba a punto de cumplir un año de edad. El otro alemán cuya música se escucha en las bodas nació un poco antes en Hamburgo, en 1809, y murió, qué curioso, en la misma ciudad en la que nació el primero, Leizpig, pero en 1847. ¿Se conocieron ambos músicos? No lo sé a ciencia cierta, pero casi estoy seguro de que la respuesta debe ser afirmativa. La Marcha nupcial del primero pertenece a una de sus óperas principales, Lohengrin, estrenada en el verano de 1850 en Weimar, la ciudad que da nombre a la república que Hitler contribuyó con todos sus deseos a destruir. ¿Es curioso, no? La Marcha nupcial del segundo músico, escrita en 1842, es una pieza integrada en la suite de música incidental El sueño de una noche de verano, inspirada, claro, en la obra de igual título de Shakespeare. Y este dato también es curioso, pues el autor que creo esta Marcha era uno de los preferidos de la que reinaría en Inglaterra y daría nombre a toda una etapa de la historia europea. Me refiero la reina Victoria, cabeza visible de la llamada época victoriana, monarca que murió el pasado siglo XX, en 1901, el mismo año, por cierto, en el que murió Verdi. Esta última Marcha nupcial comenzó a ser célebre porque fue la utilizada en el enlace de una de las hijas de la reina Victoria, la princesa Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha, con Federico III de Alemania, el 25 de enero de 1858, ocho años después del estreno de Lohengrin. Pues sí amigo, y perdone las preguntas y la ristra de “curiosidades” que le he soltado. Pero la inmensa mayoría de las gentes que se han casado no saben que en su boda sonó música de Wagner, o música de Mendelsohnn, o incluso la música de los dos. ¿No es curioso?



Mendelssohn: Marcha nupcial (vídeo clgado en YouTube por 21SCA36)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,4 mar 2010 20:33:35 GTM
<![CDATA[El indecente Willy Toledo habla de Orlando Zapata y de Cuba]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1121
 

Juan Antonio González Fuentes

Willy Toledo es ante todo, y por encima de todo, un actor prescindible. Quiero decir que su arte de andar por casa podrá recibir muchos epítetos simpáticos, pero no desde luego el de memorable. Quizá por esa razón tiene una segunda profesión, la de “progre” al uso, tópico y típico de nuestro particular patio de Monipodio, léase España. Willy Toledo, como “progre” prototípico, parece estar pluriempleado. Se le ve y se le oye (esto es lo que requiere más paciencia) en todos los saraos organizados en contra de la derecha patria o internacional, de todas las guerras comandadas por los EEUU, de todo capitalismo, imperialismo y demás ismos con tufillo a civilización occidental o pro judía. Y también se le ve y se le oye (insisto, qué paciencia) sobre todo en aquello que sea pro “terceras vías”, países no alineados o alineados a la izquierda de la izquierda, alianzas de civilizaciones, cejas erguidas, pañuelos palestinos, y huelguistas de hambre de los suyos, de los de su bando.

Willy Toledo, por ejemplo, es muy solidario con el Sahara y con los saharauis. Es de los que no cejó en dar la chapa con Aminatou Haidar, la activista saharaui y huelguista de hambre en un aeropuerto español, a la que llevaron y trajeron en aviones oficiales y de la que un reguero de periodistas españoles daban crónica hasta de los estornudos. Sí, hay que decirlo, Aminatou Haidar, decente activista, decente y respetable huelguista, lo fue recientemente (huelguista de hambre, digo) “clase ambassador”, si tal calificativo no fuera un tanto indecente aplicarlo a quien indudablemente sufre. Pero aquí creo que todos nos entendemos.

Sin embargo para Willy Toledo, el ¿indecente Willy?, Orlando Zapata “no era más que un delincuente común”, y sus compañeros de cárcel cubana, es decir, los “presuntos disidentes” son sólo “gente que ha cometido actos terroristas contra el gobierno cubano, actos de traición a la patria y un montón de delitos”. Willy Toledo, el gran Willy, opina que “se manipula absolutamente todo lo que sucede en Cuba” y cree que es “pasmoso” el que en España y en Europa “haya una especie de persecución obsesiva y paranoide contra el gobierno cubano”. Para Willy, qué tipo Willy, “el Estado cubano, con sus miserias y grandezas es un modelo a seguir en muchos aspectos”.

Tú sí que eres “pasmoso” Willy, pasmoso, indecente, caradura y sinvergüenza, un iletrado pasmosamente lenguaraz.



Declaraciones de Willy Toledo (vídeo colgado e YouTube por ARCANGELAZRAEL1488)

Resulta ahora que al bueno de Willy le importa la Patria, la Patria cubana, claro, pues la suya, España, ya ha dado suficientes muestras “progres” de que le importa un bledo. Seguro que Willy no se deja romper una uña de un dedo del pie por la roja y gualda, y además es muy posible que haga muy bien en no dejarse “torturar” por el trapo patrio. Pero entonces no invoques la Patria ni la traición, y menos para justificar cárceles, torturas y huelgas de hambre. ¿Se imagina alguno de ustedes a estos cómicos progres hispanos si alguien fuera hoy condenado ni siquiera a barrer su calle por traición a la patria España? ¿Se imaginan qué manifestaciones, qué discursos, qué Premios Goya nos esperarían, qué camisas de Versace o Armani rasgadas en medio de lamentos contra la intolerancia de la España derechona y opresora? Pues para Willy Cuba es otra cosas, y allí está bien que te den cuatro mil hostias, te metan en la cárcel, te metan un palo por el culo y te dejen morir de hambre si eres un maldito e hijoputa traidor a la patria. ¿Qué cuajo tienes Willy?, ¿qué cuajo?

Y además, para Willy, todos estos “disidentes cubanos” son sólo delincuentes comunes o terroristas con un montón de delitos a sus espaldas. Con lo que deja entrever y entender el gran Willy que sólo tienen lo que se merecen. Siguiendo esta lógica tuya Willy, a De Juana Chaos habría que haberle pegado hace tiempo un tiro en la cabeza, pues el hijoputa ha asesinado impunemente a un montón de personas. Es más, habría que instaurar la horca en España para todos los terroristas de ETA y de otras organizaciones que hoy habitan las cárceles de España. Insisto, ¿se imaginan ustedes la reacción de la farándula progre si cualquier gobierno anunciara que está pensando en reinstaurar la pena de muerte en nuestro país?

Willy, lo tuyo ya no es la doble vara de medir, lo tuyo es la doble moral, la doble ética, el doble rasero…, insisto, la más pura y descarnada indecencia. Willy, eres un mierda, sencillamente un mierda.

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

LIBRO (febrero 2010): Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,3 mar 2010 19:7:32 GTM
<![CDATA[Demian Hirst paga por exponer junto a Velázquez o Rembrandt en la Wallace Collection]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1119
 

Juan Antonio González Fuentes

El “artista” británico Damien Hirst (45 tacos) se ha hecho célebre en el mundo entero gracias a sus gamberradas artísticas. Por ejemplo, metió en formol un tiburón y vendió la “obra” nada más y nada menos que por ocho millones de euros. Otras de sus hazañas artísticas fueron pintar calaveras, meter en una vitrina una oveja, llenar de piedras preciosas otra calavera, pintarle lunares a un mini, y vendió por 30.000 euros un cuadro hecho por su hijo de diez años y por un amigo de éste... Dicen que gamberrada tras gamberrada, ocurrencia tras ocurrencia, o genialidad tras genialidad, Hirst se ha convertido en el artista más rico del orbe, con una fortuna que se le calcula en unos 260 millones de euros, y le aseguro que no son heredados, pues Hirst fue criado en un barrio proletario de la proletaria ciudad de Leeds. Su mansión en Gloucestershire, Toddington Manor, es propia de un monarca adinerado de país con imperio no pequeño.

Ahora Hirst, harto quizá de que el sesudo mundo del arte se lo tome un poco a rechifla, asegura que es pintor, y ha soltado un buen dinero por exponer sus pinturas junto las de Velázquez, Rembrandt, Rubens o Tiziano en la Wallace Collection de Londres. Concretamente ha pagado 280.000 euros del ala por exponer, más 70.000 por tapizar de seda azul grisácea las paredes en las que colgó sus pinturas, “una mierda”, según comentaba un vigilante a quien quisiera escucharle.

Calavera con diamantes de Danien Hirst

Calavera con diamantes de Danien Hirst:

En la edición de ARCO del año pasado, el artista madrileño Eugenio Merino expuso una escultura titulada 4 the Love of Go(l)d, en la que se podía reconocer a Hirst suicidándose para que, difunto, su obra aumentase de valor económico. Merino, entonces, hacía las siguientes declaraciones: “Es un mal pintor, ¿y qué? Otros artistas reputados por la crítica también han hecho cosas malas. Pero tiene chispa y sorprenderá”.

Hoy quiero ser muy conciso. Les dejo unas cuantas ideas para que las rumien. Da igual ser un mal pintor (imagino que el adjetivo es susceptible de aplicarse a cualquier otra actividad) si tienes “chispa” y logras sorprender (epatar, también nos valdría). El pintor multimillonario (y aquí el adjetivo también es aplicable a cualquier otra actividad) puede pagar por poner su obra junto a la de artistas consagrados. Esta en su derecho, en el derecho de quien paga.
 

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Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Patrick McGilligan: Biografía de Clint Easwood (Lumen, 2010)

CINE: Martin Scorsese: Shutter Island (2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Tuesday,2 mar 2010 20:26:14 GTM
<![CDATA[Orlando Zapata, asesinato de un disidente. ¿Dónde están Pilar y Javier Bardem, dónde los progres?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1117
 

Juan Antonio González Fuentes

Orlando Zapata era un disidente cubano de raza negra que murió prisionero del Estado tras dos meses y medio de huelga de hambre. Zapata, de 42 años de edad, fue detenido por la policía castrista en 2003, estaba condenado a 32 años de cárcel por desorden, desacato a las autoridades y demás cargos de matiz político. Zapata llevaba siete años encarcelado, y a la falta de libertad se le sumaban otras múltiples torturas. Zapata es un muerto más que sumar a la larga lista de damnificados por el régimen comunista de la dictatorial familia Castro, quienes junto a varias generaciones de esbirros al servicio del régimen, llevan décadas privando a Cuba de libertad y de los más elementales derechos humanos, y sometiendo a los habitantes de la isla a las mordeduras de la evidente pobreza.

Con Raúl Rivero he coincidido aquí en Santander en varias ocasiones. Hemos cenado juntos con varios amigos comunes, y le he oído relatar de propia voz los sufrimientos que vivió en las cárceles de Fidel Castro. Le he oído narrar las atroces persecuciones a homosexuales, escritores, poetas..., a todos aquellos con ideas distintas de las del marxismo castrista o con vidas y comportamientos que no encajan en la ortodoxia del sistema cubano.

No importa. A buen seguro habrá más muertos en las cárceles de Cuba. Seguirán las persecuciones, los encarcelamientos arbitrarios, la ausencia de libertad de expresión, las torturas, el hambre... Y Raúl Rivero, y Zoe Valdés..., y tantos otros “agentes del capitalismo yanqui intoxicador” que pululan por el mundo continuarán denunciando, aunque en muchas ocasiones les flaquee la fe y las fuerzas. Y otros seguiremos, desde la modestia de nuestra modesta voz, mostrándoles nuestro apoyo (a ellos, a los disidentes, a los presos políticos, a todos los cubanos que quieren vivir en libertad y democracia), y sobre todo, desenmascarando un régimen atroz, toda una reliquia de un pasado obsoleto, desfasado, incongruente, ridículo, inoperante, sin futuro alguno.



Relato de las torturas y palizas que sufrió Orlando Zapata antes de su muerte (vídeo clgado en YouTube por elcirodiaz)

Pero también quiero subrayar el silencio cómplice de los que en otras ocasiones y momentos, haciendo uso de la libertad de expresión de la que gozan y de su muy visible status social, no tienen ninguna lentitud ni ningún pelo en la lengua para “denunciar” guerras, políticas, ideas, conceptos y situaciones que achacan siempre a la reaccionaria derechona española y españolista.

Recuerdo cómo el actor Javier Bardem, en la mismísima Cuba de Fidel Castro que torturaba en prisión a Orlando Zapata, entre otros, alzaba la voz para pedir que se considerase y juzgase al ex presidente del gobierno español (democráticamente elegido y reelegido) como criminal de guerra. Recuerdo a la familia Bardem, a los Bosé, los Almodóvar, los Víctor Manuel y Ana Belén, los Teddy Bautista, los..., aprovechando cualquier acto público, el primer micrófono que se les ponía a tiro, la primera cámara de televisión que les enfocaba, para denunciar guerras imperialistas en las que la derecha española nos había mezclado, yendo de la mano con los peores y más fascistas buitres del colonialismo capitalista universal. Toda la retórica más mamarracha, subnormal, iletrada e inconsistente de la progresía patria inundó los periódicos, las radios, las plazas, las televisiones, los escenarios de nuestro país, España. La verborrea progre se extendió como una ardiente y nociva pandemia por el país, calando casi siempre en profundidad en una ciudadanía que huye despavorida de ser catalogada de “conservadora” como de la más apestosa inquisición.



Entrevista de Yoani Sánchez a la madre de Orlando Zapata al poco de su muerte (vídeo colgado en YouTube por YoaniSanchez)

Pues bien, no me cansaré nunca, jamás de repetirlo y denunciarlo: ¿dónde demonios se esconden ahora estos progres perfumados de Armani y vestidos por Dior?, ¿dónde denuncian, dónde muestran su rebeldía democrática?, ¿qué dicen ahora estos tipos con residencia en el barrio de Salamanca, Somosaguas, en barrios exclusivos de Londres, París, Nueva York o Los Ángeles? ¿Dónde alzan la voz contra Castro y el atroz régimen que impera en Cuba? ¿Dónde cojones se esconden estos cantantes y actores tan progresistas de la España del pelotazo? ¿En qué medio de comunicación realizan sus declaraciones reprobatorias? ¿En qué escenarios concurridos se cagan en Fidel Castro y le insultan? ¿En qué emisoras exigen que los Castro sean juzgamos como criminales? ¿En qué platós de televisión exhiben su rebeldía y su compromiso con los Derechos Humanos universales? ¿Qué manifestaciones encabezan demandando el fin del comunismo en Cuba y la consolidación de un sistema democrático?

¿Dónde se esconden ahora mismo Javier y Pilar Bardem, el Teddy Bautista de la SGAE (creo que se jubila el año que viene con más de 20.000 euros al mes de “pensión”), Pedro Almodóvar, los inefables Víctor y Ana...? Insisto, dónde cojones están los progres de este país ahora, sí, ahora que Orlando Zapata cae en la lista de los asesinados y torturados por los marxistas, comunistas, progresistas, revolucionarios..., de Cuba. Qué tropa de sepulcros blanqueados, qué asco de cinismo, qué impostura más cobarde, interesada y repugnante.

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,26 feb 2010 19:59:31 GTM
<![CDATA[Plácido Domingo enfermo cancela en el Covent Garden. ¿El temido principio del fin?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1115
 

Juan Antonio González Fuentes

¿Será el principio del fin? Esta es la pregunta que, sin llegar a verbalizarse de forma expresa, sobrevuela estos días el mundo internacional de la ópera, incluyendo, claro a los aficionados. El tenor Plácido Domingo (Madrid, 1941), el mejor tenor de la historia según la crítica especializada británica, ha tenido que cancelar repentinamente sus anunciadas actuaciones en el Tamerlano de Händel que iba a representarse con la máxima expectación en la Royal Opera House londinense el próximo 5 de marzo. ¿El motivo? Una operación quirúrgica, calificada como preventiva, a la que Domingo se someterá en Nueva York mañana viernes 26 de marzo por orden de sus médicos.

¿Qué le ocurre a Plácido Domingo? ¿Es un problema de salud vocal? ¿Es una enfermedad de otro tipo? Corren rumores y se especula, pero de momento, a ciencia cierta, no se sabe nada. Lo único constatable es que el tenor se sintió mal mientras cantaba en la ópera de Tokio, indisposición que le obligó a regresar a Nueva York donde los médicos le examinaron con el resultado que aquí comentamos. El problema no debe ser de poca monta, pues la representante del cantante, Nancy Seltzer, ha anunciado públicamente que solamente tras el resultado de la operación podrá calcularse las fechas del regreso a los escenarios del tenor. Plácido Domingo tiene oficialmente 69 años, aunque algunas voces aseguran que tiene uno o dos años más. Una edad en la que la inmensa mayoría de los grandes cantantes de ópera hace tiempo que se retiraron. Domingo no sólo sigue dando conciertos y subiéndose a los escenarios de los teatros para representar papeles operísticos (lo que es mucho más cansado y exigente que un simple recital), es que además es el Director General de las casa de opera de Los Ángeles y Washington. Es decir, que sobrepasada la edad en la que el gobierno de Zapatero quiere jubilar ahora a los españoles, Domingo continúa desempeñando una actividad artística y empresarial sencillamente brutal.



Plácido Domingo interpreta el Simon Bocanegra de Verdi en 2009 (vídeo colgado en YuoTube por camilla0690)

La preocupación es mucha entre los aficionados y entre el mundo de la ópera en general. Por ejemplo, no se sabe si quedarán canceladas las actuaciones que el tenor tenía contratadas para el próximo mes de julio en el Teatro Real de Madrid, donde iba a cantar el papel principal para barítono de la ópera de Giuseppe Verdi Simón Boccanegra.

El regreso de Domingo al Covent Garden londinense para cantar el papel de Bajazet (ahora uno de sus caballos de batalla principales), protagonista de la ópera Tamerlano de Händel, había levantando verdaderas olas de entusiasmo entre los aficionados de la capital británicas, quienes en contados minutos acabaron con el taquillaje que salió a la venta.

¿Necesita un simple reposo el maestro? ¿Estamos ante un pequeño incidente médico en la carrera alucinante de un artista increíble? O ¿estamos ante la temida, pero lógica, llegada del principio del fin de uno de los tenores más importantes de toda la historia? Sólo el tiempo dará la respuesta.

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,25 feb 2010 18:24:39 GTM
<![CDATA[Andy Warhol tenía razón: John Cobra y Eurovisión]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1113
 

Juan Antonio González Fuentes

Viendo después de comer el programa de televisión Sé lo que hicisteis, me entero de que la primera cadena de nuestra televisión pública española emite un programa en el que cantantes aspirantes a representar a dicha televisión en Eurovisón, cantan sus propuestas y pasan diferentes rondas selectivas según los votos emitidos no sé cómo por el público televidente. Y me entero de que en el programa de ayer, uno de los aspirantes, un tal John Cobra, la emprendió a insultos con el público asistente cuando éste mostró su desagrado ante la impresentable cancioncilla que el susodicho mascullaba mientras le metía mano a la que al parecer es su novia. Y se armó la de San Quintín, seguro que ante el íntimo regocijo de los responsables de la cadena que debían estar frotándose las manos por el escándalo.

El tal Cobra empezó a proferir insultos a diestro y siniestro mientras demandaba respeto para él mismo y su “obra de arte”. La palabra “maricones” fue la más inteligente de las empleadas, y la acompañó por un sinfín de gestos obscenos tocándose los bajos y ofreciendo generosamente su aparato reproductor al público para que éste dispusiera lo que le viniera en gana. Cobra no parece un ser humano muy sofisticado y cultivado que digamos, más bien tiene toda la pinta de un cafre desmelenado y muy contento de serlo y reconocerse como tal. Al parecer, explicaron en Sé lo que hiciste, el cafre llevaba meses intentando hacerse un hueco televisivo mediante la asistencia a programas del corazón en los que daba la nota de alguna manera. El cafre, John Cobra (¿guiño cinéfilo al inteligente cine de Silvester Stallone?, pregunto) por fin lo ha conseguido: la montó bien montada, llamó la atención del respetable y, según cuentan, ya le han ofrecido contratos para entrevistarle en diversos programas del corazón e, imagino, cobrar un buen dinero mientras le dan la oportunidad de consolidarse, al menos durante un tiempecito, como “friki” dentro del variopinto panorama nacional.

Cuentan que el bueno del Cobra ya se ha quedado sin opciones de acudir a Eurovisión, pero me temo muy mucho que el objetivo del Cobra no era ese, y que su verdadero deseo ya está logrado. Ahora no son pocos los que se rasgan las vestiduras, ponen los ojos en blanco, votan a bríos y se muestran incrédulos y preocupados ante tales hechos, ante la proliferación de estos personajazos en busca de pasta gansa y los famosos (qué condena) quince minutos de fama que tanto pregonó Andy Wharhol, la madre que le parió.



La "actuación" de John Cobra en la selección para Eurovisión (vídeo colgado en YouTube por PeLoTaSo)

Todos estos discursitos reprobatorios me parecen injustificados. La televisión lleva décadas alimentando al monstruo, un monstruo que no sabemos a ciencia cierta si algún día devorará al medio, o al menos le dejará malparado de un señor bocado. Lo que sí mueve a reflexión en el caso que ahora nos ocupa y preocupa, es el hecho de que desde que el público decide mediante votación quien representa a RTVE en Eurovisión, la cosa ha ido de mal en peor. Me explicó. Ya no cuenta casi nada la calidad de la música, de la letra, de la interpretación, y los “frikis” apostados o impostados lucen a sus anchas aplaudidos y jaleados por un respetable que, lo ve un ciego, jamás lo ha sido menos que en estos momentos.

Primero fue el insufrible Chikilicuatre, y tras él, la avalancha de imbecilidades democráticamente elegidas se ha adueñado quizá para siempre de los derroteros televisivos: Karmele Marchante haciendo patéticamente el ganso iba en cabeza de las preferencias populares en votos, y el mencionado patán, John Cobra, había pasado hasta ayer, según me dice, distintos descartes.

Lo patético, chabacano, degradante, deteriorado, insufrible, ridículo…, goza a todas luces del favor del público, quien vota masivamente al primer imbécil grotesco que llame la atención por la gansada ejecutada. Lo hemos dicho mil y una veces. Democracia y arte son autopistas sin necesarios enlaces de comunicación. Un artista serio y esforzado, parece que por serlo, no tiene nada que hacer en las votaciones frente al espantajo irrisorio que menea el culo. Es como si el público sintiera la necesidad de “castigar” el esfuerzo y el trabajo y de “premiar” la extravagancia, al jeta que con osadía y desvergüenza se presta a la bufonada. El público encumbra la torpeza, el desaliño, la obscenidad, lo barato, la ignorancia…, le hace gracia, tal vez se vea reflejado y sienta eso de: “¡mira, uno de los nuestros en televisión!, yo también podría estar ahí ahora mismo, con mi pijama de felpa, mis zapatillas rotas, mi falta absoluta de talento, mi analfabetismo funcional, mi pura nada…, y ser aplaudido, grabado para la posteridad horripilante de mi propia retina y encima ganar un dinero”.

Warhol tenía razón, el mundo lleva décadas dándole la razón, John Cobra, a quien yo estoy haciendo aquí el caldo gordo, sólo es un minúscula prueba más del aserto. Vaya mierda señor Warhol, vaya mierda!!!

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,24 feb 2010 20:13:26 GTM
<![CDATA[De Paulino Viota al John Ford de Monument Valley pasando por una cirujana de Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1111
 

Juan Antonio González Fuentes

Ha sido éste un fin de semana distinto. Sí, he vuelto a pasarlo en Madrid, pero el viernes bajé a la capital conduciendo mi pequeño utilitario cargado con bolsas de viaje, mi perro Miller y dos buenos amigos, el cineasta Paulino Viota y su mujer Guadalupe. El Círculo de Bellas Artes madrileño le dedica estos días a Paulino una retrospectiva, la primera, en la que los aficionados pueden ver tres de sus películas: Contactos (1970), Con uñas y dientes (1977) y Cuerpo a cuerpo (1982). Precisamente ha sido la restauración de Contactos por parte de la Filmoteca Española y del Centro de Arte Reina Sofía el motivo por el que ahora se le dedica esta pequeña retrospectiva.

Dejé a Paulino y a Guadalupe cerca de Atocha y yo me dirigí a casa. Dejé al perro, comí algo..., y luego marchamos M. y yo al Círculo, para asistir a la mesa redonda que a las siete y media de la tarde iba a tener lugar. Nunca había estado en el cine del Círculo, y la verdad es que me gustó: se respiraba en el ambiente algo así como cinefilia. No había muchos asistentes, pero tampoco podían contarse con los dedos de una mano. En la mesa Paulino, Manuel Asín y el escritor de cine Miguel Marías, sin duda uno de los “críticos” más enterados y certeros del panorama español. Y entre los espectadores un mito: Víctor Erice, sin duda el más grande cineasta español de la historia junto a Luis Buñuel, y uno de los más importantes del actual panorama europeo.

Todo discurrió en la más feliz intimidad. Se habló de cine, de historia, de juventud, de pasión, de locura... Salimos de la sala con la gratificante sensación de haber empleado el tiempo en algo útil y hermoso, con ganas irrefrenables de ver cine, cine, cine... (a lo largo del fin de semana cayeron la última de Scorsese y Grandes Esperanzas de David Lean).

Guadalupe G. Güemes en la película Contactos (1970), de Paulino Viota (fuente: wikipedia)

Guadalupe G. Güemes en la película Contactos (1970), de Paulino Viota (fuente: wikipedia)

El sábado me llamó Guadalupe para preguntarme si les podía subir a Santander el lunes. Le dije que sí. Hoy por la mañana han venido hasta casa. Hemos vuelto a meter todo en el coche, Miller incluido, y hemos emprendido viaje de regreso. No hemos parado de hablar a lo largo de todo el viaje. Me han contado que han visto la exposición de los impresionistas en la Fundación Mapfre, que han visto a varios amigos de sus ya lejanos años madrileños, que han ido de cena, que han comprado el catálogo de la exposición... Paulino me ha hablado de su intención de volver a hacer cine con cámara digital, de rodar en la bahía de cámara santanderina de la que escribe José Hierro, de las cenas cinéfilas los sábados en su casa, de John Ford (su pasión por encima de todo), de Murnau, de Erice y su cine actual, hecho con video...

Y de repente me ha contado una anécdota absolutamente increíble, que habla con claridad del personal que pulula por las calles de Santander. Me cuenta Paulino que le había salido una especie de verruga de grasa en la cara. Que fue al médico de la Seguridad Social, quien le dijo que eso se operaba en tres minutos, pero que tenía que acudir a un médico privado. Que fue a un médico privado, quien le dijo que en dos minutos le quitaba la verruga a cambio de unos cuantos euros. Que no tiene dinero (Paulino y Guadalupe son felizmente “pobres”) para esa operación. Que regresa al médico de la SS y le dice que no puede costearse la operación. Que el médico de la SS le arregla el asunto y le envía a una cirujana. Que durante un mes estuvo nervioso pensando en que la cirujana le iba a pasar una factura impagable. Que cuando llegó a la consulta a la cirujana poco le faltó para darle un emotivo abrazo, pues había sido alumna suya en varios cursos de cine y había quedado impresionada favorablemente de la experiencia. Que la cirujana tiene dos hijas y además ha publicado dos libros. Que una de sus hijas quiere ser actriz. Que esa hija está en Hollywood donde trabaja en una película como protagonista y productora. Que la película trata sobre la nueva llegada de Jesús a la tierra en forma poco menos que de surfista. Que la película se llamará Jesús en Malibú y ha sido aceptada en el festival de Sundance. Que la cirujana escritora santanderina ayuda económicamente a su hija en la producción. Vamos, que la productora de verdad es la madre cirujana, escritora, cinéfila y santanderina. Que la cirujana lleva meses haciendo horas extra en el hospital para sacarse un sobresueldo con el cual está pagando la Seguridad Social de unos extras muy especiales que salen en la película sobre Jesucristo de su hija. Que esos extras son indios navajos que viven en Monument Valley. Que indudablemente alguno de esos indios tiene que ser descendiente de alguno de los indios que rodó con John Ford en el famoso valle. En resumidas cuentas: que la cirujana santanderina que ha operado al mayor fordiano de la historia, Paulino Viota, hace horas extras en un hospital santanderino para ayudar a su hija en la producción de una película hollywoodiense sobre Jesucristo surfista en la que intervienen como extras unos indios navajos de Monument Valley cuyos padres o abuelos trabajaron a buen seguro con Ford en alguna de sus películas sobre la caballería. ¡Quién le iba a decir a Paulino Viota que su cirujana sería lo más cerca que va a estar nunca de John Ford y de su idolatrado mundo de western y apaches! De Viota a Ford por la cirugía estética. Vaya fin de semana que he pasado!!!!! 

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,23 feb 2010 13:39:27 GTM
<![CDATA[Clint Eastwood y Vittorio De Sica, cuando Harry el sucio fue dirigido por un ladrón de bicicletas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1108
 

Juan Antonio González Fuentes

Imagino que sólo un cinéfilo empedernido y un tanto extravagante sepa relacionar el nombre y la obra de un mito de la cinematografía europea como Vittorio De Sica, con el de otro mito, éste del cine más comercial norteamericano, una estrella del star system de Hollywood llamado Clint Eastwood. Qué puede unir estos dos nombres, el del intérprete del polémico Harry el Sucio, y el del director italiano de películas de culto del pasado siglo como El ladrón de bibicletas.

Hombre, la respuesta no es muy compleja. Les une una película de rodada en Roma en 1966 titulada Las brujas. Película producida por Dino De Laurentis y compuesta por cinco episodios, todos protagonizados por Silvana Mangano y cada episodio dirigido por un cineasta diferente.

En 1966 Eastwood ya había protagonizado dos de sus tres célebres westerns italianos rodados con Sergio Leone: Por un puñado de dólares (1964) y La muerte tenía un precio (1965). El bueno, el feo y el malo fue rodada el mismo año en el que se rodó Las brujas. Gracias a sus spaguetti western, en 1966 Eastwood se había convertido en un actor muy popular y taquillero no sólo en Italia, sino también en Francia o Alemania. Esta fue la principal razón por la que de Laurentis contrató al futuro director de Sin perdón para que coprotagonizase el capítulo “Una noche como cualquier otra”, de Las Brujas, haciendo de marido de Silvana Mangano. El director del episodio fue de Sica, un artista irregular capaz de lo mejor como actor y director, y casi también de lo peor, característica que le emparenta precisamente con el Eastwood actual. El guión del episodio está firmado por el genial Cesare Zavattini, pero el resultado de la aventura, según los críticos , va un poco más allá de lo infame. De Sica dirigió con aburrida rutina este trabajo puramente alimenticio, y Eastwood se muestra casi impresentable en el papel de marido ensoñado de la Mangano en una comedia tan ligera e intrascendente que se queda en nada desde el primer plano.



Escena de la película Las brujas (Le Streghe), 1967 (vídeo colgado en YouTube por Stony03)

“El intento del director de crear una fantasía felliniana acerca de las ensoñaciones de una esposa frustrada es sólo un poco menos forzado que la torpe intentona de Eastwood de probar suerte en la comedia ligera”, escribió el crítico J. Hoberman en The Village Voice.

Eastwood, que venía de bordar el papel de inexpresivo y lacónico pistolero misterioso de los violentos western de Sergio Leone, estaba ridículo queriendo acomodarse a una historia en la que una aburrida e insatisfecha esposa encarnada por Mangano, sueña con su marido (Eastwood) en distintas situaciones. En efecto, la irrealidad lúdica y lúcidamente felliniana con la que de Sica se enfrentó a la historia hizo agua por todos los ángulos desde los que se la contempla.

Pero Eastwood trabajó con de Sica, pero de Sica dirigió a Eastwood. Esta realidad queda como llamativa singularidad en la llamativa historia del cine del siglo XX. 

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

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-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

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Monday,22 feb 2010 20:34:52 GTM
<![CDATA[Antonio Mercero ve todos los días por vez primera Cantando bajo la lluvia: historia de Alzheimer]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1107
 

Juan Antonio González Fuentes

Confieso que el cine español no me quita el sueño, y que jamás he visto ni diez minutos seguidos la ceremonia de entrega de los Premios Goya. Podría aducir razones al respecto, pero temo que les aburriría en exceso. El caso es que en diversos telediarios he entrevisto a la hora de comer fragmentos diversos de la última ceremonia, y me he enterado del triunfo de la película Celda 211, y de los buenos resultados de Ágora en los apartados más técnicos. Bueno, los resultados a nadie podrá extrañar, dicho lo dicho, que me hayan dejando un poso grueso de indiferencia.

Sin embargo ha habido este año algo que me ha emocionado de verdad. Ha sido el breve discurso pronunciado por el hijo de Antonio Mercero, al recoger el Goya honorífico con el que la Academia ha reconocido la labor en el cine español de su padre.

Y es que Antonio Mercero (Lasarte, 1936), director de películas varias como por ejemplo la celebrada La cabina (1972), y de series de televisión de gran éxito popular como Verano azul, Crónicas de un pueblo, Este señor de negro, Farmacia de guardia o Manolito gafotas, sufre de Alzheimer, curiosamente la enfermedad sobre la que trata su última película, ¿Y tú quién eres? (2007), protagonizada por Manuel Aleixandre y el recientemente fallecido José Luis López Vázquez. Antonio Mercero pierde a borbotones la memoria, es decir, no sabe de su pasado y no tiene ya ningún futuro. Antonio Mercero dedica todo su presente a ir olvidándose poco a poco del ayer, y a llenar el tiempo viendo películas, o mejor dicho, viendo una única película, Cantando bajo la lluvia (1952), la obra maestra dirigida por Stanley Donen y Gene Kelly.




Escena de Cantando bajo la lluvia (con subtítulos en español), del director Stanley Donen (vídeo colgado en YouTube por scinthia)

Woody Allen ha confesado en más de una ocasión que cada vez que ha tenido un mal momento en su vida se ha sentado ante una pantalla y ha vuelto a ver Cantando bajo la lluvia, la película más alegre, optimista, vital, de la historia del cine. Pues bien, Antonio Mercero, en la mala hora de su tiempo actual, ve todos los días Cantando bajo la lluvia. Lo sabemos por su hijo, por el discurso pronunciado por su hijo delante de los miembros de la Academia, delante de los espectadores de televisión. Sí, su padre tiene Alzheimer y todos los días ve los 99 minutos que dura el musical de la Metro. Todos los días ve danzar feliz y apoteósico a Gene Kelly aferrado a un paraguas mítico mientras una lluvia alegre va empapando la escena de optimismo radical y la cámara se eleva, en un movimiento que justifica toda la historia del cine, para que podamos ver desde arriba, como nubes hermosas cargadas de alegre lluvia, los movimientos de Kelly, el hombre más feliz del mundo.

Mercero ve todos los días a Donald O’Connor, a Debbie Reynolds, a Cyd Charise..., y todos los días que le resten de vida será absolutamente feliz, y todos sus días tendrán una justificación, una hermosa razón de ser, un sentido cristalino. Y es que, nos ha confesado el hijo de Antonio Mercero, lo único bueno que tiene la enfermedad de su padre, es que todos los días puede ver Cantando bajo la lluvia con los mismos ojos asombrados y felicísimos de la primera vez. Todos los días Antonio Mercero ve por primera vez Cantando bajo la lluvia, todos los días la descubre nueva, recién nacida. Todos los días Gene Kelly baila y canta por primera vez “Cantando bajo la lluvia” para los ojos inundados de dicha de un hombre feliz que fue cineasta y no lo recuerda.

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,19 feb 2010 19:43:43 GTM
<![CDATA[La poesía vertical de J. A. González Fuentes. La lengua ciega (DVD, 2009)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1106
 

Juan Antonio González Fuentes

Fernando Abascal Cobo es un excelente poeta y profesor. Pero sobre todo es un excelente amigo; un amigo de esos que uno sabe que no se merece. Cuando a comienzos del pasado mes de diciembre, los responsables culturales del Ayuntamiento de Santander me ofrecieron presentar mi último libro, La lengua ciega (DVD ediciones, Barcelona, 2009), en las llamadas tertulias literarias que se desarrollan en el mítico restaurante santanderino El Riojano, acepté de mil amores y enseguida pensé en el poeta y amigo Abascal para que me acompañase en el acto de presentación. La velada fue muy entretenida y amena, y el diálogo que mantuvimos Fernando y yo, entre nosotros y con el público, fue muy sugerente y vivificante.

Fernando escribió unos párrafos de introducción que son los que ahora quiero dejar aquí colgados. Me parecen, qué les voy a decir, muy atinados, muy sabios, muy hermosos. Le dejó con ellos, les dejo con él, con mi amigo Fernando Abascal, un poeta:

“La lectura de algunos poetas y pensadores, ¿acaso no es el poema un pensar?, me sugiere la idea de que la mejor poesía, la de más peso, siempre se nos muestra como una escritura vertical, perpendicular a las palabras, reveladora en su aparente penumbra de significados ocultos. El poema ve.

Otras poéticas desnatadas tienen como rasgo más definidor su horizontalidad, son escrituras que se acogen a una dócil y plana transparencia; en ellas, el decir está encarrilado, no genera dudas, se limita a buscar la complicidad del lector, el trueque fácil, el pacto amable; poesía, por tanto, continuista que dice lo dicho sobre lo dicho y en la que el poema no desvela el “saber” sino que lo atasca en su discursiva horizontalidad. Y los lectores queremos “saber”, incluso “saber” lo que el poeta tal vez no sepa.

Fue la lectura de la obra de un extraordinario poeta argentino, Roberto Juarroz, quien recogió su extensa obra bajo el título “Poesía vertical”, la que me hizo ver la necesidad de una escritura también vertical, de vértigos hacia arriba y hacia abajo, que huya de los espacios poéticos fosilíferos, de las transitadas autopistas de lo convencional o de lo “poetizante”; una poesía exiliada de la vacua normalidad, incluso de sí misma. Me explico.

La poesía es uno de los géneros de pensamiento más poderosos. La mejor escritura posee una extraordinaria capacidad incisiva, ejerce una potente verticalidad a la hora de excavar en las palabras, indagar en sus significados, conformar extrañas asociaciones de conceptos, explorar las capacidades semánticas de la lengua y hasta de la misma sintaxis para construir un código propio, una lengua nueva y no meramente instrumental en la que la palabra se vuelva aquella “luz no usada” de Fray Luis de León.

La mejor poesía se muestra, pues, como algo imprevisible para el lector, que se ve sometido a una reevaluación del discurso, a participar de la sublevación de las palabras ante esa impostura que rotulamos como orden. Como dice Juarroz: “el poeta es un cultivador de grietas”. Y es precisamente ahí, en esas grietas, donde la escritura poética más verdadera se sitúa, en los intersticios donde la lengua se quiebra, se vuelve sobre sí misma, se “pregunta”, se “hace”.

De este modo, el poema nos obliga a una lectura detenida, tensa y a la vez intensa; una lectura exigente y no convencional o codificada. Hablamos de una poesía vertical en el sentido de poesía escrita contra la costumbre del lector para adentrarse en las orografías discontinuas de la extrañeza. El poema no trata de seducir, más bien trata de interrogar al lector, desviarlo del “curso”, del “uso” poético.

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

No quisiera dejar de comentar muy brevemente algunas de las consideraciones que en el prólogo del último libro de Juan Antonio González Fuentes, La lengua ciega, expone el escritor y académico Álvaro Pombo. Afirma el autor de El metro de platino iridiado que “los significados de los textos de este poeta no se dan en primer término (...), sino que tienen que ser obtenidos al final de la lectura”. No alcanzo a entender en su totalidad esta aseveración del magnífico novelista y poeta, por otra parte válida para todos los textos que, como “tejidos” que son, a su vez se descomponen en textos menores cargados de significado. Tampoco creo que los poemas de González Fuentes se construyan palabra a palabra, como dice Pombo, sino que, en mi humilde opinión, están conscientemente enhebrados por el autor y no sólo para desembocar en un significado final o conclusivo. En la escritura quebrada de González Fuentes, en su “lengua ciega”, el poeta, mediante una personal actividad asociativa y a través de un extraordinario manejo en la fluidez de planos, nos sitúa frente a un discurso que, si bien suele concluir en una frase que cristaliza lo dicho, en absoluto sus palabras se nos presentan como meros significantes deshilvanados. ¿Acaso no es la propia realidad la deshilachada alfombra que pisamos?

La lengua ciega es una hermosa sinestesia que define perfectamente lo indecible del ver o, mejor dicho, las oscuridades sobre las que discurre nuestro decir. Afirma el poeta y crítico Miguel Casado en su excelente libro La poesía como pensamiento que, “llenas de historia y de conveniencias sociales, las palabras del uso están vacías de realidad, no nombran. Desdecirlas es encontrar su núcleo de vida”.

En su último libro, González Fuentes quiebra lo narrativo, “desdice las palabras”, disloca la sintaxis, nos muestra los ángulos de esa lengua ciega “frente a su campo en extinción”. Por un lado, el poeta desordena las piezas del tablero poético, avanza subido a las palabras que “hilvanan humo” en busca de la luz, uno de los conceptos fundamentales y recurrentes en su poesía. Hay, por otra parte, una insistencia en la idea de “sed” como distancia, sed que “divide con suave música de vendimia”; “sed que se agrieta”. A través de una “lengua ciega”, de un decir en vilo y a tientas por la realidad, el poeta busca la luz, una luz que a veces se torna “severa” o sin esperanza; de ahí los “bosques que están siempre huidos” o “la traza muerta que acoge siempre la misma nieve”.

Dividido en tres secuencias poéticas: los dieciséis poemas que componen “Música de vendimia”; los quince de “Los bosques huidos” y los dieciséis de “La misma nieve”, en “La lengua ciega” se nos habla del decir y del ver, dos maneras de expresar y de entender el mundo, ese mundo en el que se construye, a través del “diálogo con las cosas”, la identidad del poeta: “soy lo que me rodea”. Y es que toda identidad no deja de ser un producto verbal; las palabras conforman ese frágil andamio de certezas sobre el que nos movemos y nos deslizamos. En el gran Texto podemos leer que el Verbo se hizo carne, o, lo que es lo mismo, que la palabra se armó de cuerpo, se puso el cuerpo, que diría César Vallejo, para comprenderse como ser. Siempre hablamos y decimos para ver, para vernos y para que nos vean.

El ultimo libro de poemas de Juan Antonio González Fuentes nos “llama la atención” por su densidad conceptual, por su velada belleza; se trata de una obra que requiere del lector un esfuerzo cómplice, una lectura atenta e inteligente. “Las palabras señalan sus cimientos”, afirma el poeta en su ver más allá, en la ceguera de la lengua, en la luz de las sombras “que nos son iguales”. Para González Fuentes, ese poder deíctico de la lengua nos dirige hacia ciegas raíces, hacia los pozos oscuros donde el lenguaje se hace, como si la palabra, sedienta, ansiara salir de la caverna platónica, de la gran topera en que vivimos y buscar una luz inextinguible. Sin embargo, el poeta sabe que la lengua es insuficiente para iluminar el camino y avanza, a lomos de ella, tanteando las sombras de lo que se va, de lo que se “es” y “se siente”, con la extrañeza del insomne.

No es González Fuentes un poeta de lo oscuro, más bien su poesía se caracteriza por definir esa luz apagada de las cosas, lo que está en la parte no iluminada, el envés del mundo. La lengua busca nombrar, “ver”, atrapar la sustancia (por emplear un concepto muy pombiano) de lo que se va o de lo que sucede.

Estamos ante un poeta que define la luz en la oscuridad y que se muestra de una manera no convencional, sin perseguir musicalidades, ritmos solemnes o acentuaciones llamativas. Más bien lo contrario. González Fuentes persigue la dureza en el decir, afila las palabras como las ideas, se muestra aparentemente frío ante el hecho poético, pone distancia entre las palabras, como si disfrutara del silencio de un hueco para, después, acercarse, acercarse, como la buena, la excelente poesía”.

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LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,18 feb 2010 20:2:0 GTM
<![CDATA[Julio Maruri contempla los Ballets Rusos de Diaghilev en Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1105
 

Juan Antonio González Fuentes

El poeta Julio Maruri escribió hace tiempo unas memorias de infancia y juventud. Las escribió para que se publicasen inmediatamente en una edición de la imprenta santanderina Bedia, pero el proyecto no llegó a buen puerto. Ha pasado el tiempo, los años, y ahora, ediciones La Bahía, una empresa cultural que es empeño del empresario santanderino José María Lafuente, ha decidido ponerse manos a la obra, teniendo en el horizonte los próximos 90 años que el “joven” poeta cumplirá el próximo mes de julio.

Yo soy el encargado de transcribir estas memorias, y hoy, sin encomendarme ni a Dios ni al Diablo, y espero que ambos sepan perdonarme, les adelanto unas líneas en las que Julio Maruri recuerda asistir a una representación teatral fantasmagórica en el desaparecido Teatro Pereda de Santander, y que él piensa que fue su primer encuentro con los míticos Ballets Rusos de Diaghilev. Pero será mejor que lo cuente él:

“Alejandra, nuestra robusta lavandera de los lunes, tenía un hijo que trabajaba en la tramoya del vecino Teatro Pereda y que, de cuando en cuando –un jueves por la tarde– me llevaba con él, lo que para mi madre suponía un buen rato de tranquilidad, pues hay que saber que por aquella época no había guarderías infantiles, ni esos “tallercitos” donde los niños se pringan de pintura o amasan pasta para modelar. Ya en el teatro me instalaban en un rincón fuera de peligro, espectador hipnotizado por los martillazos, las órdenes, el subir y bajar de castillos, de salones, de barcos en plena mar, de arboledas que aparecían y desaparecían, y así hasta que mi tramoyista me despertaba con un “¡ale, a casa!”, vivo y sin réplica. Era el momento para él de parar en la tabernita de la esquina de San Simón y Santa Lucía, tomar una copa, dejarme a la puerta de nuestro tercero izquierda, saludar y desaparecer saltando los escalones de tres en tres.

Pero una de aquellas tardes –creo que fue la última por lo que diré– se me ocurrió esconderme en un palco que conocía muy bien porque era el de doña Pacita, nuestra vecina del tercero derecha, joven y bella mujer olorosa a quien visitaba un señor distinguido que se llamaba don Mariano. Mujer bien educada, doña Pacita estaba en buenas relaciones con mi madre, así que, cuando su sobrina, niña de mi edad venía de Madrid por vacaciones, “Tichita” me invitaba casi ritualmente a una función.

Recordando, recordando, me veo ante una escena extraña: una carreta que transporta sandías, las compuertas ceden, las sandías se desparraman, se abren y salen de ellas unas figuritas que se agitan pirueteando por el escenario. Se sabe que Diaghilev, entre temporada y temporada, empleaba a un grupo reducido de su compañía –la troupete– y a su regisseur Serge Grigoriev, para dar representaciones fuera del circuito de los grandes teatros. Se sabe que también bailaron en San Sebastián, lugar de verano de la reina María Cristina. San Sebastián, cerca de Biarritz, prima hermana de San Sebastián, valía la pena transportar decorados y vestuario y bailarines casi como de vacaciones. Pensamos que también actuaron en Santander, residencia Real y pasmo de turistas. El público, en agosto era innumerable. El presupuesto de los Bailes Rusos enorme. En los programas del teatro Victoria Eugenia figuraba el ballet de Leonid Massin (la e que muchos le añaden es pegote francés al que obliga la pronunciación gala), con música de Rossini, La boutique fantasque. Los muñecos de La boutique fantasque bailaban una tarantela, los cuatro reyes de la baraja una mazurca, y la carreta de un vendedor de sandías se vuelca sobre uno de los visitantes de la tienda. Y así se puede suponer que desde ese palco de nuestro inolvidable Teatro Pereda, en donde estoy escondido ahora y ya medio dormido, he asistido en función de tarde a una representación de la mítica compañía procedente del Ballet Imperial de San Petersburgo.

Estoy escondido y me están buscando. Una voz me despierta: “Juliooo, Juliooo…” Cuando me conducen a casa, mi madre, blanca de angustia me dice: “No sé si sabes que los Romanones andan buscándote”, añadiendo: “y te van a llevar”. Los Romanones, cuyo cuartelillo estaba situado entre el Teatro Pereda y el arranque de San Simón, eran el sacramento de la terribilidad, para decirlo con fuerza. Se le solía ver conduciendo a un raquerillo robón como si fuese el mayor criminal del mundo, y se contaba que sus cachiporras de gran guiñol instituido no daban palos de ciego. Esto es lo que más o menos me dijo un día mi tío Eduardo, aunque sin ese remilgo de literato con que yo afeito, al traducir, sus palabras”.

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LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,17 feb 2010 20:6:3 GTM
<![CDATA[Economía e imagen de la Alta Costura. Freno a la industria China]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1103
 

Juan Antonio González Fuentes

La muerte de Yves Saint Laurent, la despedida de Valentino, la jubilación de Ungaro y Hubert de Givenchy, y la quiebra como firma de Christian Lacroix, han sido leídas por buena parte de la prensa internacional como el definitivo rejonazo de muerte a la alta costura internacional. La reciente y dramática desaparición del joven Alexander McQueen parece otro elemento revelador. Sin embargo, hay datos que trastocan el diagnóstico. El pasado año firmas como Chanel o Dior obtuvieron incrementos de beneficios de un 20 y un 35% respectivamente. En qué quedamos. Pues probablemente en un lugar común que se aplica a toda aquella actividad humana, más o menos elitista, a la que le contemplan siglos de actividad: el teatro, la ópera, las novelas, la poesía, el cuento...

Yo no lo sabía, pero en París tiene su sede un ente llamado así: Chambre Syndicale de la Haute Couture, toda una sección del Ministerio de Industria francés que es el que establece y define qué es eso tan esquivo, simple y a la vez complejo que es la alta costura. Y ¿qué es una firma de alta costura? Pues muy fácil, un diseñador/a que crea prendas de encargo hechas a mano y que está vigilando todo el proceso artesanal que se lleva a cabo en un taller de París (hablamos de Francia, claro) en el que trabajan un mínimo de 20 personas. El diseñador/a modisto/a al que nos referimos, está en la obligación de presentar al menos 25 modelos diferentes dos veces a lo largo del año, en enero y en julio, y llevar a cabo su trabajo probando directamente en el cuerpo de la clienta, o en el de una modelo que sea lo más parecida posible a la clienta.

No tenía ni idea, pero el asunto me parece interesante, sobre todo desde el punto de vista industrial y de cómo en Francia se cuidan estas cosas; cosas made in France que, no lo olvidemos, al cabo del año significan miles de millones de euros de movimiento para un sector industrial del que viven muchísimas familias galas, y es a la vez una puesta en escena, una imagen glamurosa y muy cuidada de todo un país.



Chanel Haute Couture: Otoño-Invierno 2009/2010 (vídeo colgado en YouTube por michelepierro)

Antes de dar comienzo la II Guerra Mundial había censados más de 200 de estos creadores de alta costura. Hoy las estadísticas hablan de tan sólo 11 verdaderos diseñadores de alta costura. No, no hay trampa ni cartón, y para asegurarse de ello, la Chambre Syndicale incluso puede llevar a la cárcel al couturier que use la denominación haute couturier sin el pertinente permiso de la propia Chambre. Hay que proteger la industria, la industria y su leyenda.

Sólo 11 son los haute couturier oficiales, John Galiano en Dior, Karl Lagerfeld en Chanel, Armani en su versión Privé, Jean Paul Gaultier... Los precios del fruto de su invención oscilan entre los 50.000 y los 200.000 euros por prenda. Gaultier confiesa que sólo tiene 16 clientas en todo el mundo (Nicole Kidman, por ejemplo), clientas gracias a las que consigue cubrir gastos. La haute couture no es rentable casi nunca directamente, pero los responsables financieros y creativos de las grandes marcas saben que el esfuerzo les permite desfilar por las alfombras rojas que en el mundo internacional se extienden, y así reforzar sus productos prêt-à-porter y obtener campañas de publicidad casi gratuitas.

Sí, Chanel ganó un 20% más el año pasado, y Dior nada más y nada menos que un 35%. Y Francia es la que también gana: en euros, en imagen, en marketing... En el punto álgido de la crisis estas marcas obtenían beneficios inimaginables. Hay nuevos clientes. Los nuevos millonarios asiáticos (chinos, coreanos, malayos...), rusos, hindúes... Y es que el prestigio de lo verdaderamente exclusivo la industria china no lo puede copiar, no puede imitarlo. Las nuevas millonarias quieren que sea John Galiano quien les pruebe sus trajes, quien los piense teniéndolas a ella en mente. Eso ni China ni la India, de momento, lo pueden copiar.

No saben nada los franceses. 

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,16 feb 2010 20:15:38 GTM
<![CDATA[Esto es Nueva York, según E. B. White (editorial Minúscula), la premonición del 11-S]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1102
 

Juan Antonio González Fuentes

Leo un librito firmado por el periodista y escritor neoyorquino Elwyn Brooks White (1899-1985). Se trata de un breve ensayo sobre la ciudad de Nueva York escrito en la habitación de un hotel de la gran ciudad en el caluroso verano de 1948. El texto se publicó ese mismo año en forma de artículo en la revista Holiday, y al año siguiente ya lo hizo como librito, según entiendo leyendo la introducción firmada por Roger Angell en la edición que manejo, la editada en español por la barcelonesa Minúscula en 2003.

El título de este minúsculo ensayo (62 págs., incluyendo introducción y prefacio) es Esto es Nueva York, y está incluido en la muy conseguida colección Paisajes Narrados, tomitos dedicados a deambular y describir con palabras la geografía y el espíritu de lugares y ciudades. Son libros deliciosos y baratos, pensados para leer sin gran esfuerzo y de un tirón o dos en esos tiempos muertos que exige matar la vida acelerada de las ciudades contemporáneas.

El ensayo de E. B. White está escrito con amor y conocimiento. No es útil para quien espere de sus páginas una guía para desenvolverse por la Gran Manzana actual, pues ha pasado más de medio siglo desde su publicación, y todo ha cambiado bastante. Sin embargo el pulso tomado a la ciudad no ha variado de forma radical, y leyendo las palabras de White uno se hace una idea muy certera de qué es Nueva York, en qué consiste Nueva York.

E. B. White: Esto es Nueva York (Minúscula)

E. B. White: Esto es Nueva York (Minúscula)

Pero traigo aquí esta publicación porque en las últimas páginas del ensayo he tropezado con algunos párrafos que, sencillamente, me han sobrecogido. Son unos párrafos premonitorios, visionarios del acontecimiento más terrorífico vivido por Occidente en las últimas décadas. Me refiero, claro, a los atentados terroristas del 11 de septiembre, el ataque a las Torres Gemelas.

En el verano neoyorquino de 1948, tres años después de finalizar la II Guerra Mundial, en la habitación de un hotel de Manhattan, E. B. White escribía lo siguiente: “El cambio más sutil que ha experimentado Nueva York es algo de lo que la gente no habla demasiado pero que está en la imaginación de todos. La ciudad, por vez primera en su larga historia, se ha vuelto vulnerable. Una escuadrilla de aviones poco mayor que una bandada de gansos podría poner fin rápidamente a esta isla de fantasía y quemar las torres, derribar los puentes, convertir los túneles del metro en recintos mortales e incinerar a millones. La intimidad con la muerte forma parte ahora de Nueva York: está en el sonido de los reactores en el cielo y en los negros titulares de la última edición.

Todos los habitantes de las ciudades deben convivir con la testaruda evidencia de la aniquilación; en Nueva York dicha evidencia se concentra aún más, debido a la propia concentración de la ciudad y porque, de entre todos los blancos, Nueva York tiene una prioridad firme y clara. Nueva York debe de ejercer un atractivo irresistible sobre la imaginación de cualquier soñador perturbado que desee desatar la tormenta... Esta carrera -la carrera entre los aviones destructores y el batallador Parlamento del Hombre (se refiere al edificio de las Naciones Unidas que se estaba construyendo entonces en la ciudad, la aclaración es mía) está en la imaginación de todos. La ciudad por fin ilustra a la perfección tanto el dilema universal como la solución general; esta paradoja de acero y piedra es al mismo tiempo el blanco perfecto y la perfecta demostración de la no violencia y la hermandad racial; este blanco airoso que rasca los cielos y se encuentra a mitad de camino con los aviones destructores, hogar del mundo entero y de todas las naciones, capital de todo, alberga las deliberaciones que detendrán a los aviones e impedirán su vuelo...”.

Como todos sabemos, ya es un hito ineludible de la historia contemporánea, el vuelo de los aviones no fue detenido, se estrellaron contra las Torres Gemelas, las derribaron y causaron millares de víctimas y un cambio en el orden mundial. Sin embargo, la demencia terrorista islámica, su ceguera rabiosa, sólo provocó una dolora herida en la Gran Manzana, una herida que cicatrizará y que a día de hoy, puedo dar fe de ello, no ha hecho mella profunda en el espíritu abierto, cosmopolita, en el sentido de asilo de este hervidero humano, coloso de vulnerabilidad invulnerable, que se llama Nueva York.

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,15 feb 2010 14:28:18 GTM
<![CDATA[Adiós a la estatua de cera de Jaime de Marichalar, expulsada del Museo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1101
 

Juan Antonio González Fuentes

Recientemente una lectora hacía un comentario a uno de los post firmados por mí en esta revista, creo que el dedicado a Esperanza Aguirre y los funcionarios. La lectora venía a “quejarse” de que el artículo era de temática política y no cultural, como se supone deben ser los contenidos de Ojos de Papel. En mi respuesta yo a mi vez le planteaba a la amable lectora de una serie de cuestiones como respuesta. Por ejemplo, que la política es una asunto cultural de primer orden, etc..., y que el día a día en la escritura de esta página a veces impone temáticas realmente diversas.

Ya lo he comentado aquí mismo en más ocasiones. Hasta que no comencé a publicar un post diario en esta revista, jamás sospeché lo duro que puede ser escribir todos los días, enfrentarse todos los días al folio en blanco. Te levantas por la mañana de la cama con el desasosiego de “¿y hoy sobre qué escribiré?”. Lees los periódicos buscando un asunto, paseas por la ciudad con los ojos bien abiertos intentando atrapar algo sobre lo que escribir, etc... A veces es desesperante. Por eso dejo aquí páginas de variada temática, porque me sería imposible escribir todos los días de un libro, una película, una exposición, un disco... Y claro, la realidad cotidiana, lo que sucede en el día a día de nuestra sociedad con frecuencia se impone como tema del día, y esa realidad, por pura lógica, está en relación con la política, es decir, con los asuntos de la polis.

Hoy sin ir más lejos el asunto de estas líneas lo he encontrado viendo un telediario o noticiero televisivo, como creo que se dice en Hispanoamérica. Me estaba llevando a la boca un pedazo de filete de hígado con su patata frita correspondiente, cuando veo cómo dos operarios cargaban en sus brazos la estatua de cera de Jaime de Marichalar, ex marido de la infanta Elena de España, y sacaban la figura del lugar en el que se encontraba expuesta, una sala del Museo de Cera madrileño (imagino) dedicada a los toreros y las corridas de toros, lugar en el que alguien había decidido ubicar la imagen del ex marido principesco tras sacarlo de la reunión de figuras de cera de la Familia Real española. Lo de verlo situado en un ambiente torero ya me hizo pensar con alguna malicia un segundo sobre la cuestión, ¿sería por la afición a los toros de Marichalar?, ¿sería un asunto de cuernos?

Este, el de la estatua de Jaime de Marichalar condenada al ostracismo por su divorcio, es un asunto que enseguida me resultó susceptible de dedicarle unas palabras. Y no es que Jaime de Marichalar me importe más de lo que le importará a un ciudadano español considerado normal, no es que mi interés por doña Elena sea reseñable, y el tema desde luego puede enfocarse desde muy, pero que muy diversos puntos de vista, el político entre ellos. No, lo que me llamó la atención fue lo que el significado de ver salir la estatua cargada por operarios, sin nocturnidad ni alevosía, pero sí con cierta urgencia culpable.

La imagen me hizo reflexionar sobre cuestiones de especial enjundia literaria y filosófica: la fugacidad de la vida, el ser o no ser shakespeareano, el hoy sí y mañana no, el carpe diem latino..., vamos, sobre lo transitorio que con frecuencia resultan en la vida las posiciones, los honores, los puestos, las glorias, las famas...




Jaime de Marichalar se separa dos veces (vídeo colgado en YouTube por europapress)

Jaime de Marichalar era un desconocido para el común de los mortales españoles que, de la noche a la mañana, a todos nos fue familiar por su enlace con la infanta doña Elena, la menos agraciada, simpática y graciosa de las infantas. La boda tuvo lugar en Sevilla, y hubo coches de caballos, capas españolas, trajes de faralaes, vírgenes imposibles, etc... La pareja tuvo dos niños si no me salen mal las cuentas. Niño y niña nietos de los Reyes de España, hijos de infantas y sobrinos de futuros Reyes. El padre de las criaturas, Marichalar, fue pasto de las revistas de papel couché, y su figura un tanto ida (muy borbónica, por cierto), se hizo pan nuestro de cada día enfundada en capas españolas de estilismo imposible. Marichalar enseguida fue nombrado asesor y señor ejecutivo de no sé cuántas empresas de nombre rimbombante y sueldos, imagino, que sinfónicos y corales. Incluso la familia de Marichalar fue pasto de fotos coloridas, de seguimientos televisivos, de escarceos y seguimientos por las calles más chulas de Madrid, Sevilla... Uno de los hermanos de Marichalar incluso se hizo famoso montando motos acuáticas y realizando travesías propias sólo de héroes pasados de moda.

A Marichalar se le veía en los toros, en los desfiles de moda, en los mejores restaurantes..., y también posando sonriente y un poco ido en las fotos de familia: Reyes, príncipes, princesas y vástagos a tutiplén realizando gracias irritantes por doquier, ante la sonrisa forzada de fotógrafos, periodistas y público en general.

Pero llegó la separación, luego el divorcio oficial, y el pobre Marichalar, como las novias de antes que eran repudiadas o abandonadas y acaban sus días haciendo calceta o mazapanes en un convento, desapareció de las fotos, desapareció de la familia. Ya no se le encuentra en la página web Real (ni idea de que eso existía), ya no sale en las edulcoradas felicitaciones navideñas, su nombre ya no está impreso en las tarjetas de visita..., y ahora, para colmo, su estatua de cera es retirada hasta incluso de la plaza de toros en la que en verdad no molestaba a nadie.

¿Qué será de la estatua? Pues posiblemente dejarán que las llamas del olvido derritan el chungo monumento, y poco a poco, como llegó, Marichalar se irá de las revistas, de los telediarios..., y sólo quedará como una molesta pero necesaria nota a pié de páginas que los eruditos más quisquillosos colocarán en su debido lugar: padre de los nietos del Rey, de los sobrinos del futuro Rey (¿?, incógnita).

Marichalar, amigo, es que no somos nadie. Punto y final (hasta mañana). 

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,12 feb 2010 20:1:58 GTM
<![CDATA[El pintor Pal Sarkozy, Carla Bruni, Werner Hornung y el Digital Fine Art]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1100
 

Juan Antonio González Fuentes

El presidente francés tiene padre. ¡Hombre!, ¡vaya noticia!, dirá alguno de ustedes. Bueno, está bien, sólo es una forma de empezar esta columna. Lo que ocurre es que el señor padre del señor Sarkozy es un personaje en sí mismo y sobre todo por sí mismo. El papá del actual presidente de República francesa es artista, más concretamente pintor, sí, un pintor de vocación tardía y tendencias surrealistas. Aunque también ha sido soldado en la Legión extranjera francesa, y vagabundo en el metro de París, y empresario de éxito, y un seductor mujeriego. El padre del presidente se llama Pal, Pal Sarkozy, aunque afrancesó su nombre sumándole la u que daba Paul.

Nacido en Hungría en 1928, Pal Sarkozy expuso su obra a lo grande por vez primera en el año 2008 en Madrid, con ochenta años de edad. Pal Sarkozy tiene mucha relación con España. Vive entre París e Ibiza (lo que demuestra buen gusto), el alcalde de Madrid (Alberto Ruiz Gallardón) es primo de la ex nuera del señor pintor, y una de sus mujeres (la segunda, creo, después de la madre del presidente) era Melinda d’Eliassy, hija del embajador húngaro en Madrid, y relaciones públicas de Chanel en España.

Retrato de Carla Bruni (Pal Sarkozy y Werner Hornung)

Retrato de Carla Bruni (Pal Sarkozy y Werner Hornung)

La noticia es que Sarkozy padre expone de nuevo su obra, una obra pictórica realizada mano a mano con el publicista alemán Werner Hornung, quien es el encargado de tratar digitalmente las pinceladas del octogenario húngaro padre del presidente francés. Las pinturas “a cuatro manos” las denominan a dos bocas y lenguas los “interesados” Digital Fine Art, empleando una frase anglosajona que viene a redondear esta historia tan paneuropeo que les estoy contando.

La exposición esta vez tiene lugar en la Galería Abigail de Budapest (¡miren las pinturas de las que hablo y piensen en el nombre de la galería, ¿a que son tal para cual?), y lleva por título Out of mind (Fuera de la mente), lo que desde luego da para mucho hablar. Sarkozy dibuja, ya lo hemos dicho, y luego Hornung trata en el ordenador los dibujos, también lo hemos dicho. Lo que no he apuntado es que la mayoría de las “pinturas” que integran esta exposición tienen una misma temática: las mujeres, y que el cuadro estrella de la misma es un retrato de la nuera actual del “artista”, es decir, Carla Bruni, la modelo, cantante y presidenta francesa nacida italiana. Para que luego digan que Europa no está unida, recuerden y tengan como ejemplo esta bonita historia en la que se mezclan países, idiomas y profesiones: Francia, Hungría, España, Italia, Alemania, Ibiza, París, Budapest, inglés, pintura, política, canciones, informática, negocios, exposiciones, pasarelas... Vamos, todo un culebrón con los ingredientes indispensables para triunfar.

El retrato de Carla Bruni que se puede ver (¿comprar?) en la galería de la capital húngara fue el regalo que le hizo el suegro a su nuera con motivo de la boda de ésta con el hijo presidente de aquél. Ah, y dicen que la rosa que reposa sobre las teclas del piano que se ve en la pintura es un guiño a los socialistas franceses, por si las moscas!!! Qué historia más bonita, qué cuadros más imposibles!!!! 

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, creación, historia, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,11 feb 2010 18:49:23 GTM
<![CDATA[Los privilegios de los diputados españoles]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1098
 

Juan Antonio González Fuentes

Tengo algunos amigos y amigas diputados y diputadas en Madrid (qué largo es lo de la corrección política!!!). Así que hoy han reiniciado su vida parlamentaria pública, tras creo que 48 días de asueto, más o menos desde Navidad hasta esta misma mañana.

Cuando al presidente del Parlamento, el señor José Bono, le ha preguntado esta mañana algún periodista si no le parecía que dicho periodo “vacacional” es de por sí prolongado e injustificado, pero mucho más en tiempos de terrorífica crisis económica y con un país por el que todos los días deambulan 4 millones de desempleados oficiales, el señor Bono ha respondido sin disimular su enfado que los señores y señoras diputados no han estado de “vacaciones”, pues aunque no hayan tenido sesiones parlamentarias, sí han estado trabajando en sus despachos y “en sus cosas”. Y ha cerrado su intervención el señor Bono recordando que ese tipo de comentarios y críticas son un ataque directo a la Democracia.

El señor Bono y sus palabras justificativas de lo injustificable se descalifican a sí mismas sin necesidad ninguna de añadirles otros vocablos gruesos o soeces, aunque realmente, tras oír semejante suma de lugares comunes y banalidades, a uno le entran ganas de echarse a la cara al bueno de Bono y lanzarle a la jeta tres o cuatro barbaridades bien desmedidas e hirientes.

Pero los siempre previsibles sin sentido de Bono sí esconden o tapan una realidad palpable y marmórea. La casta política en España ni tolera la crítica ni tolera que se cuestionen sus privilegios de todo tipo como tales, y se escuda tras el burladero de la Democracia cuando el bravo toro de la indignación popular salta al ruedo buscando carne en la que afilar el cuerno.

José Bono (foto de Helene C. Stikkel en wikipedia)

José Bono (foto de Helene C. Stikkel en wikipedia)

España vive una de las peores y más desesperantes tragedia económicas de las últimas décadas, tragedia a la que además no se le ve solución a corto plazo. Los empleos se destruyen por miles día a día, también día a día desaparecen centenares de empresas pequeñas y medianas que debe echar el cierre por KO técnico y financiero. Los pobres crecen de manera exponencial, y los sueldos cada vez dan para menos. A los jubilados por vez primera se les baja la pensión, a todos los que trabajamos se nos suben los impuestos, y todos los recibos suben sin aparente control (la luz, el agua, la hipoteca, el teléfono...). Se anuncia que la edad de jubilación se va a retrasar en al menos dos años, y quizá mi generación, para cobrar algún día una pensión, deba trabajar y cotizar diez años más de los ahora establecidos.

Podría seguir con este listado de tristezas y tragedias cotidianas durante un paquete de folios más, pero para hacernos un idea del panorama funesto considero que ya es bastante lo aducido. Pues bien, en este negro, negrísimo escenario, nuestros diputados se incorporan hoy a las tareas tras 48 días de “trabajo” en la ausencia. Imagino que durante este periodo temporal no habrán dejado de cobrar sus abultadas nóminas, algunos habrán cogido gratuitamente aviones o trenes públicos por su condición de diputados, y presumo que las “vacaciones” no influirán para nada en que tras dos legislaturas como Señorías tengan derecho a cobrar la máxima pensión del Estado español (es decir, mientras el gobierno piensa en ampliar a 25 los años de trabajo cotizado para que cualquier mindundi pueda cobrar una pensión de unos cientos de euros, a los diputados les basta con serlo ocho años para cobrar lo más de lo más. Por cierto, la diputada de UPyD, Rosa Díez, ya ha denunciado la indecencia, y ha propuesto que tan demencial absurdo sea corregido o desaparezca).

Sí, ya sé que me dirán muchos que esto es pura demagogia, y que meter mano en asunto tan minoritario a nadie le va a solucionar la vida, y menos a todo un país. Estoy de acuerdo, pero también lo estoy en que si los señores diputados se bajasen el sueldo, si recortasen sus prebendas y privilegios de casta, y si para cobrar una pensión tuvieran que cotizar como cualquier otro español, muchos de sus más desvalidos conciudadanos sentirían una cierta satisfacción y no se sentirían tan vejados y ofendidos en su dignidad por tan injustificables privilegios. Y ojo, estoy seguro que el recorte en tales gastos produciría el ahorro suficiente como para que varias decenas o centenas de españoles como mi madre, no vean rebajadas sus pensiones en cantidades tan absurdas como 16 euros al mes.  

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,10 feb 2010 19:55:20 GTM
<![CDATA[El Erik Satie de las hermanas Labèque (KLM, Gaudisc)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1097
 

Juan Antonio González Fuentes

¿Otro disco dedicado a las celebérrimas obras para uno y dos pianos escritas por el francés Erik Satie (1866-1925)? ¿Otro disco que sumar a la ya amplísima discografía? Pues sí, otro disco satiniano que esta vez le debemos a las famosas hermanas Labèque, quienes juntas y por separado se enfrentan a estas partituras digamos que “manoseadas” (las Gymnopèdie, por ejemplo) hasta casi la demencia.

Sí, este es uno de los problemas quizá insalvables del futuro de la discografía, de la música grabada en el terreno de la llamada música culta. Qué empresa va a encerrar, por ejemplo, al recién llegado y genial director venezolano Gustavo Dudamel con su nueva orquesta, la Filarmónica de Los Ángeles, para grabar completo un ciclo Beethoven, es decir, para grabar de nuevo las nueves sinfonías del músico de Bonn. ¿Cuánto puede costar en términos económicos el esfuerzo? Hay que encontrar un local con las condiciones acústicas adecuadas, trasladar allí todos los avances tecnológicos para realizar la grabación, llevar ingenieros de sonido, mezcladores…, y mantener a toda una orquesta de primer nivel y al director estrella varios días grabando. A esto habría que sumarle la producción de los discos, la campaña de publicidad, el marketing, la distribución, etc… Y todo para qué, para vender cuántos discos en el mundo, en un mercado en el que los aficionados ya disponen en su discoteca seguramente de varios ciclos grabados por directores y orquestas legendarias; en un mercado en el que los nuevos aficionados pueden encontrar muy baratos ciclos completos grabados por mitos como Karajan, Solti, Giulini, Klemperer, etc, etc… En este sentido es más que probable que el mundo de las grabaciones de música clásica al uso haya pasado ya desde años a mejor vida. Duró lo que duró, en buenas condiciones técnicas y sonoras apenas treinta o cuarenta años, desde los años cincuenta del pasado siglo hasta la década de los noventa, más o menos.



Katia y Marielle Labèque: Satie CD (vídeo colgado en YouTube por SelectAudio)

Por eso las nuevas grabaciones dentro de la música clásica deben ofrecer algo especial para no ser redundantes, para no quedarse en la anécdota, para no ocupar los anaqueles de los grandes almacenes unos cuantos días y luego desparecer de las mismas, y sobre todo de los anaqueles de la memoria de lo aficionados.

En el caso que aquí nos ocupa, las hermanas Labèque, quienes después de demostrar que detrás de la campaña publicitaria que les aupó hace años al efímero estrellato mediático (unas hermanas guapas tocando a cuatro manos música de Mozart, qué bien, yuju!!!), sí aportan algo a tan archigrabado y tocado repertorio, suman algo novedoso a estas partituras que generalmente se han mostrado en las salas de concierto como elementales “gracietas” minimalistas propias de una vanguardia histórica poco exigente con la escritura para piano. Suman ni más ni menos que dramatismo, aspereza y un sentido de la exploración musical absolutamente consciente de sí misma y que antecede ideas y conceptos de Stravinsky o de Bartok, (palabras mayores de la gran música seria del siglo XX), por no hablar del que quizá haya sido el pianista más trascendental del jazz moderno, Thelonius Monk.

Por tanto, este nuevo Satie de las Labêque (KLM, Gaudisc) sí merece una audición, pues revela a un Satie más trascendente y menos virtuoso de la frivolidad simpática, sencilla y fascinante que siempre se nos ha vendido.

***

Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,9 feb 2010 19:47:1 GTM
<![CDATA[El ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys (Lumen)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1096
 

Juan Antonio González Fuentes

Comenzaba la terrible década de los años 40 del siglo pasado, años de guerra mundial y de exterminio de judíos, cuando una mujer de más de cincuenta años comenzó a leer por vez primera Jane Eyre, la obra maestra de Charlotte Brontë, y encontró la mejor inspiración posible para la que fue su propia obra maestra, “una de las novelas más geniales del siglo XX”, según The Times. Me refiero a Jean Rhys y su El ancho mar de los Sargazos, que vuelve a ver la luz en español en la editorial Lumen, más de 40 años después de su consagración.

Con apenas dieciséis años Jean Rhys dejó su exótica Dominica natal, donde había nacido en 1890 fruto de una padres también exóticos: un médico galés y una mujer criolla con raíces escocesas. Sí, dejó Dominica y marchó a la metrópoli británica, dónde como modelo y y actriz de revista vivió la vida bohemia y además comenzó a escribir.

Fue Ford Madox Ford, el amigo y colega del gran Joseph Conrad, sí, fue el gran escritor Madox Ford quien escribió la introducción al primer libro de cuentos de Rhys en 1927. A este libro, que no fue mal recibido ni por el público ni por la crítica, le siguieron hasta cuatro novelas que no alcanzaron ninguna repercusión y que serán publicadas por Lumen en tiempos venideros.

Jean Rhys: El ancho mar de los Sargazos (Lumen, 2009)

Jean Rhys: El ancho mar de los Sargazos (Lumen, 2009)

Fue tal la no repercusión de dichos trabajos que, cuando El ancho mar de los Sargazos obtuvo un sonoro éxito en 1966 (sí, el mismo año en el que The Beatles publicó su disco Revolver), muchos lectores y críticos pensaban que la autora llevaba muerta años.

A Jean Rhys le dio tiempo a vivir más de una década de reconocimiento, pero el alcohol y un vivir intenso le acabaron pasando lógica factura, y murió en Londres en 1978, cuando aún no le había puesto el punto y final a su autobiografia, trabajo que se publicó póstumo con el hermoso título de Una sonrisa, por favor.

El ancho mar de los Sargazos es una novela extraña, una novela de fantasmas sobre la locura y sobre la difícil convivencia entre mundos dispares: el de una familia británica y el de los misteriosos isleños jamaicanos, todos conviviendo en mansiones espectrales, tétricas, desvencijadas por el azote de la indómita naturaleza salvaje, en medio de una vegetación exuberante y un mar misterioso. Jamaica y la protagonista de la novela, Antoinette Cosway, se convierten en personajes inolvidables, personajes que al lector de estas páginas se le instalan para siempre en su memoria lectora y sentimental. 

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Monday,8 feb 2010 17:57:56 GTM
<![CDATA[E. H. Gombrich y la Humanidades. Homenaje a Marisa Samaniego (misterio y ministerio)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1095
 

Juan Antonio González Fuentes

Ayer Caja Cantabria tuvo que habilitar dos salones para dar cobijo a las más de 300 personas que nos reunimos para homenajear a la profesora Marisa Samaniego, convocados por la Fundación Gerardo Diego y su directora, la poeta Pureza Canelo. Marisa Samaniego acaba de jubilarse como profesora titular de la Facultad de Educación (departamento de filología) de la Universidad de Cantabria, y lleva desde 1981 dirigiendo el taller de lectura del Centro Cultural Matilde de la Torre, donde un variopinto grupo de hombres y mujeres ya veteranos en años, lee y comparte la experiencia con los demás. Trescientos y pico libros de todo género son los que han leído a lo largo de estos casi 30 años de actividad ininterrumpida.

Ayer coincidimos para hablar de Marisa, para estar con Marisa escritores como Menchu Gutiérrez o Bernardo Atxaga, Ayer fue un día hermosa para todos. A continuación les dejo con un extracto copioso del texto que leí en homenaje a Marisa Samaniego, en homenaje a las Humanidades, los libros y la literatura:

“En enero de 1985, el más influyente e importante historiador del arte del siglo XX, el vienés nacionalizado británico E. H. Gombrich, acudía a la Conferencia de Educación del Norte de Inglaterra para pronunciar un discurso sobre algo así como “Una educación por la Humanidad”. En la intervención, recogida en su libro Temas de nuestro tiempo, Gombrich opina sobre el futuro del papel de las humanidades en la educación, y en particular sobre el futuro del arte y de las llamadas “letras”. En torno a este asunto Gombrich escribe lo siguiente:

“Aquellos que quieren desplazar la balanza de las asignaturas humanísticas a cursos más relevantes, vocacionalmente son críticos con esta confianza general en las humanidades. Quizá tengan razón al pensar que las solicitudes de empleo consideran demasiado los buenos títulos en cualquier disciplina como un indicador válido de las llamadas ‘cualidades de la mente’. Pero se equivocan si ignoran el hecho de que estudiar un tema de arte, por ejemplo, bajo la supervisión de un buen profesor puede y debe ser una experiencia enriquecedora, incluso para aquellos a los que no les interesa profundizar en el tema. La vida, después de todo, es a menudo triste, y es una crueldad bárbara querer desprendernos de esa fuente de fuerza, de la inspiración que podemos encontrar durante toda nuestra vida gracias a ese contacto vivificante con las obras maestras del arte, la literatura, la filosofía y la música, sea cual fuere lo que el futuro nos demande. Lo que la enseñanza de las humanidades promueve y alimenta es el imprescindible juego de los hechos y las dudas. Para los hechos, solamente hay que aprender de memoria libros de texto. Pero las dudas deben ser propuestas e inspiradas por los que trabajan siempre en las fronteras del conocimiento.

Nuestra lealtad a las Humanidades –continúa Gombrich–, exige que ha de ser nuestra principal preocupación como maestros en las mismas no sólo el asegurarnos de su avance transmitiendo nuestros conocimientos a los que desean escucharnos, sino también transmitirles la curiosidad y las actitudes de investigación en las mismas, pues ellos son el futuro, la continuidad.

A los que tienen el poder y toman decisiones les gusta repetir lo siguiente: ‘El que paga al músico elige la canción’. Que nunca olviden que en una sociedad totalmente dedicada a los conocimientos prácticos, puede que no haya músicos y que los que elijan la canción se topen con el silencio. Y una vez que los músicos se hayan ido, puede que nunca más se les vuelva a oír.” Fin de la cita.

La primera vez que leí estos párrafos de Gombrich, casi podría asegurar que no conocía a Marisa Samaniego, pero luego, cada vez que los he leído y releído con el paso del tiempo, como me acaba de ocurrir ahora, preparando esta intervención, indefectiblemente me han venido a la cabeza Marisa y su labor en la Universidad de Cantabria (de la que acaba de jubilarse) y, sobre todo, con las ya famosísimas “Matildes”, en el Centro Cultural Matilde de la Torre. Es como si Gombrich, al hablar de humanismo y de la enseñanza de arte y literatura, de la transmisión de conocimientos, sí, pero sobre todo de la transmisión de entusiasmo por saber y conocer, por generar hermosas y muy provechosas dudas, hubiera tenido en la cabeza permanentemente la figura y el ejemplo inaudito de Marisa Samaniego.

La verdad es que no puedo precisar ni cuándo, ni cómo, ni dónde conocí a Marisa. Con otras personas o personajes no tengo ese problema. Sí, la primera vez que vi y hablé con fulanito o con menganita fue aquel día en el que estábamos…, y bla, bla, bla, bla… Pero no con Marisa. Y ahora que lo pienso, esta circunstancia no es ni mucho menos un problema, al revés, es uno de los signos o rasgos definitorios de Marisa Samaniego, pues Marisa es, y creo que en esto convendrán conmigo la mayoría de todos ustedes, a la vez un Misterio y un Ministerio, sí, un ministerio misterioso.

De Marisa, y quizá estemos ante toda una paradoja, sabemos más bien poco. Me refiero a que no sabemos mucho de ella en cuanto a su vida personal, a su vida y milagros cotidianos, a sus querencias más íntimas, a sus deseos y anhelos, a sus penas y devastaciones, a sus sueños cumplidos e incumplidos. Marisa es un personaje público por antonomasia, es ya un rasgo característico del paisaje urbano santanderino, es una performance viviente y móvil en permanente estado de desplazamiento, de ir y venir con libros, recortes de periódico y otros papelotes bajo el brazo. Pero Marisa, he aquí la paradoja aludida, es un personaje público del que el público a penas sabe, sabemos, casi nada. Marisa (érase una vez una dama a un cuaderno pegada), es mobiliario urbano, es como esas estatuas que viven en los rincones más hermosos de las ciudades, y que acaban siendo parte intrínseca de la educación sentimental de generaciones y generaciones de ciudadanos que, sin embargo, apenas podrían contar algo de ella, al margen de los rasgos más característicos, evidentes, y sin duda superficiales del monumento.

Marisa Samaniego, incluso lo sospechamos algunos durante un tiempo, sólo podía ser una funcionaria municipal, a la que la concejalía de cultura de nuestro ayuntamiento había encargado asistir a todos y a cada uno de los sucesos culturales que acontecían en la ciudad. Y es que Marisa estaba, está, en todas las inauguraciones de exposiciones, en todas las lecturas poéticas, en todas las presentaciones de libros, en todas las películas, en todas las representaciones teatrales, y además estaba, está, tomando notas en cuadernos imposibles y con una aplicación y concentración impensables en continente aparentemente tan frágil. Sí, Marisa es un misterio, y como todo misterio tiene algo de milagroso, de ángel milagroso, siempre alegre, colorista y a su bola. Esa es Marisa para los que sólo la conocen como el inolvidable paisaje que pulula por este Santander a veces tan plomizo, a veces tan difícil y cargante, que como lava ardiente y a la vez helada viaja por mi sangre, seguro que también por vuestra sangre: ¡un ángel anotador de palabras, un ángel de la palabra!

Pero Marisa es también, y quizá ante todo, o por encima de todo, un Ministerio, un Ministerio andante y campante de Artes y Letras, de Información y Consulta, de Bibliotecas y Archivos, de Lecturas y Escrituras…Un Ministerio de Entusiasmo inagotable por los libros y por ese arte, dicen las malas lenguas que en vías de extinción, aunque a las malas lenguas, por malas y por lenguas, no hay que hacerles nunca mucho caso, que es el de leer libros con pausa, razón, tiempo, pasión, placer, y sentido, sentido crítico. Ahí es nada.

Estamos aquí, digo, para darle las gracias al ministerio misterioso, a este ángel de la palabra que lleva por nombre Marisa y se apellida Samaniego; perdón, se apellidaba, pues ahora ha de llevar a gala, como dos medallas relucientes logradas en los campos de la ficción, los apellidos Miércoles Matildes, con los que la ha rebautizado con singular acierto la poeta Canelo, Pureza.

Sí, queremos darle las gracias a Marisa por llevar tanto tiempo siendo un ángel misterioso, todo un Ministerio. Por ser aquí, en esta ciudad pequeña, ruin y difícil, y a la vez tan grande y tan hermosa y tan fácil, la carne con alas invisibles del pensamiento de Gombrich, una incansable paladina, en terrenos oficialmente casi yermos, de las Humanidades, de las artes, de los libros, de la mejor literatura …, y por saber enfrentarse en su empeño, pequeña y sin latas de espinacas que llevarse a la boca en los malos momentos, a los gigantes más obtusos, poderosos y simplones, que se han creído siempre, y se seguirán creyendo, provechosos molinos de viento.

En una tierra esencialmente de pintores, escritores y poetas (Amós, los Menéndez Pelayo, Cossío, Quirós, Concha Espina, Pereda, Riancho, Pombo, Matilde de la Torre, Uslé, Gándara, Pardo, Hierro, Navarro Baldeweg, Gerardo Diego, Gutiérrez Colomer, Hidalgo, Gruber, Pick, Salomón, Maruri, Arce, Cancio, etc, etc, etc…), en esta tierra, señalo, se da también la singular paradoja de que en nuestra Universidad no hay ni Bellas Artes ni la especialidad de Historia del Arte, y que, aseguran, y no será muy difícil comprobarlo, es la única universidad de España sin Facultad de Filología, sin estudios literarios.

Y es en este campo yermo y universitario en el que Marisa ha batallado hasta casi el desfallecimiento por los libros, por propagar escandalosamente el vicio de la lectura entre los jóvenes alumnos. Marisa ha querido “enganchar” a los jóvenes a la droga dura, durísima de los libros. Y en algunos casos lo ha conseguido, como así consta ya en el Libro de Actas de esa Sociedad Anónima que se llama “Milagro”, y tiene más accionistas de los que cualquiera de nosotros pudiéramos suponer.

Y luego están las tres décadas de Matildes y también de Matildos, que haberlos haylos, como las meigas. Tres décadas, se dice pronto, de fomentar entre los veteranos la lectura y la reflexión en compañía. Tres décadas y decenas de novelas, de cuentos, de poemas leídos y comentados con todos, entre todos, por todos. Y también más de medio centenar de encuentros cara a cara, tú a tú, con escritores, creadores y poetas de diverso corte, pelo y condición. Treinta años que configuran en sí mismos un nuevo Milagro literario casi imposible de creer sin meter los dedos en las páginas abiertas de los libros leídos en libertad, y que de nuevo tiene a Marisa, a Marisa Miércoles Matildes, nombre y dos apellidos, como duende esencial y especial de la fiesta.

Marisa, apóstol y misionera de las Humanidades siempre en tierra extraña, ha seguido el camino señalado por Gombrich y ha sido una maravillosa profesora. Una maestra con mayúsculas que ha dedicado eficazmente su vida, y la seguirá dedicando en el futuro, a acercar a los demás las artes y la literartura, es decir, ha dedicado su existencia a quitarle tristeza a la vida, a hacerla más vivificante y llevadera, a jugar permanentemente, con placer y alegría, al complejo y sutil juego de los hechos y las dudas. Con Marisa Samaniego Miércoles Matildes nunca habrá silencio y nadie impone su canción. Gracias a Marisa siempre habrá nuevos músicos y más música. Con Marisa el silencio es imposible, siempre, siempre sonará una canción.

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,4 feb 2010 12:26:18 GTM
<![CDATA[Esperanza Aguirre, funcionarios y cuestiones de decencia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1093
 

Juan Antonio González Fuentes

No se me ocurre, a bote pronto, un mejor ejemplo de cómo los éxitos electores de un político lo convierten en lenguaraz que la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre. La política lleva arrasando un tiempo en cuanta elección tiene que ver con la Comunidad de Madrid, y es indudable que algo tendrá el agua cuando la bendicen, como dice el refrán popular, para algunos tan sabio, cuando conviene. Pero soy de la opinión que el respaldo electoral abrumador debe entontecer en parte al que lo obtiene. Es como esos equipos de fútbol que lo ganan todo y de pronto se vuelven vulnerables, empiezan a jugar dando taconazos, a intentar cabriolas inverosímiles, disparos a puerta imposibles, caños a diestro y siniestro..., pensando que están en estado de gracia y todo les va a salir bien, que todo se les va a aplaudir, a vitorear. Creo que a doña Esperanza algo se le puede aplicar el cuento, pues lleva un tiempo que cada vez que abre la boca se desliza peligrosamente hacia el abismo de la metedura de pata completa.

Me llega un correo electrónico de esos que circulan por la red sin firma y sin saber muy bien de dónde demonios ha salido (hay que tener tanto cuidado con ellos como con un perro rabioso y suelto), que denuncia la siguiente frase pronunciada por la política madrileña: “es indecente que mientras la inflación es -1%, los funcionarios además de tener plaza fija, tengan una subida salarial del 5%”. El objetivo de doña Esperanza, según el autor del anónimo correo es evidente: congelar el sueldo el a los funcionarios de la Comunidad de Madrid.

Esperanza Aguirre (foto wikipedia)

Esperanza Aguirre (foto wikipedia)

Pero lo interesante del correo, y la razón por la que hasta aquí lo traigo, es que a continuación señala el autor (¿tal vez un ímprobo funcionario?) qué es lo verdaderamente indecente en una situación tan grave de crisis económica como la que vive España en estos instantes, con un porcentaje de paro oficial cercano ya al 20% de la población, y con unas perspectivas futuras más que poco halagüeñas, negras, negrísimas, como el pozo sin fondo y terrible de la desesperación de quien se encuentra sin ingresos y sin esperanza (sí doña Esperanza) de tenerlos de ninguna forma y manera. Y lo abiertamente indecente en esta coyuntura dramática es la situación de privilegio en la que sigue desenvolviéndose la clase política hispana, ajena por completo a los sufrimientos de la inmensa mayoría de la sociedad a la que, supuestamente, representan. Y el correo enumera algunos de los puntos y situaciones en los que seguro que todos hemos pensado en algún momento a lo largo de estos días, de estas semanas, de estos meses, de estos años de malos augurios, y lo que nos espera.

“Es INDECENTE -señala el correo que vuela raudo por el ciberespacio-, que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar sin dificultad, con dietas y otras prebendas, a 6.500 €/mes. Es INDECENTE que un catedrático de universidad o un cirujano de la Sanidad Pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera. Es INDECENTE que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca, (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura). Es INDECENTE que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación, y a los diputados les baste sólo con siete, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo. Es INDECENTE que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF. Es INDECENTE colocar en la administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían los técnicos más cualificados. Es INDECENTE el ingente dinero destinado a sostener a los partidos aprobados por los mismos políticos que viven de ellos. Es INDECENTE que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural). Es INDECENTE el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en business) y tarjetas de crédito por doquier. Es INDECENTE que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año. Es INDECENTE que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses. Es INDECENTE que ex ministros, ex secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público. Es INDECENTE que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios sólo representan un coste para el estado. Es INDECENTE que nos oculten sus privilegios mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad la sirven (aquí el funcionario a todas luces se ha pasado). ¿Y mientras, hablan de política social y derechos sociales? ¡¡QUÉ INDECENTE!!”.

Saque el lector sus propias conclusiones, y hágase con una opinión al respecto.

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Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,3 feb 2010 20:45:24 GTM
<![CDATA[Invictus, un poema de William Ernest Henley (Long John Silver) leído por Mandela]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1094  

Juan Antonio González Fuentes

William Ernest Henley fue Long John Silver, el inolvidable pirata con pata de palo de La isla del tesoro de Stevenson. Bueno, para ajustarnos a la verdad, diremos que su figura inspiró el personaje del bucanero de ficción más famoso de la historia de la literatura universal.

Henley nació en 1849 en la ciudad inglesa de Gloucester, y siendo niño, cuenta wikipedia, sufrió tuberculosis, de la que como secuelas le quedaron un año entero recuperándose en Edimburgo y la amputación de una pierna. En Edimburgo Henley comenzó a escribir poemas y se hizo amigo íntimo de Stevenson, al que su ausencia de pierna inspiró la puesta en escena de John Silver “el largo”. Henley y Stevenson escribieron incluso cuatro obras de teatro juntos: Deacon Brodie (1880), Beau Austin (1884), Admiral Guinea (1884), y Macaire (1885).

Nuestro autor fue critico y editor de la Revista de Arte (1882-86), y del Scots Observer desde 1889. En 1891 dicha revista se transformó en el National Observer y fue transferida su sede a Londres, desde donde continuó publicándose siendo Henley su editor. La revista tuvo una indiscutible importancia en la literatura en inglés de la época, pues en ella vieron publicados sus primeros textos auténticos pesos pesados de las letras victorianas y postvictorianas: Thomas Hardy, Sir James Barrie (el creador de Peter Pan), George Bernard Shaw, H. G. Wells o Rudyard Kipling, entre otros. Junto a T. F. Henderson, Henley cuidó la edición centenaria de los poemas de Robert Burns.

Pero William Ernest Henley ha pasado a la historia de la literatura inglesa como poeta, y esencialmente por ser el autor de un poema incluido en el que fue su último libro, In Hospital, publicado en el mismo año de su muerte, ocurrida cerca de Londres en 1903. El poema se titula “Invictus” (escrito en el año 1875), y es el poema que Nelson Mandela se recitaba a sí mismo cuando llegaban los momentos peores a lo largo de su terrible cautiverio en prisiones sudafricanas por su lucha contra el racismo y el apartheid.

El título del poema es el que a su vez sirve de título a la última película del gran Clint Eastwood, en la que se narra la victoria de la selección sudafricana de rugby durante el mundial de 1995, y cómo esa victoria deportivo sirvió para unir a todo un país de negros y blancos en torno a una misma bandera, un himno, una ilusión, un futuro, un presidente, el propio Mandela.



Tráiler subtitulado en español de la película Invictus, película de Clint Eastwood (vídeo colgad en YouTube por DeconstructMe)

El poema “Invictus”, de una belleza melancólica, victoriana, marmórea, impresionante, sobrecogedora, es un canto a la fe, a la libertad y a la resistencia humana enfrentadas a los momentos más desoladores, solitarios y terribles de la existencia. No es de extrañar que el poema fuera escrito por un hombre que fue niño condenado a la enfermedad y la minusvalía; no es de extrañar que este poema le sirviera de guía y consuelo espiritual a Nelson Mandela mientras estaba encarcelado y era humillado y vejado por su ideas, por su compromiso ético con los suyos, consigo mismo.

El poema dice así el original inglés y en su traducción española:

INVICTUS

Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul. -
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed. -
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.

INVICTUS

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
  

***

Últimas colaboraciones (FEBRERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Oliver Matuschek: Las tres vidas de Stefan Zweig (Papel de Liar, 2009)

LIBRO (enero 2010): Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE (enero 2010):  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,1 feb 2010 21:0:19 GTM
<![CDATA[José Hierro retrata en un soneto a Leopoldo Rodríguez Alcalde]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1092
 

Juan Antonio González Fuentes

En 1995 la colección poética cántabra La Sirena del Pisueña publicaba la primera edición del libro del José Hierro Sonetos (1939-1993). Cuatro años después, en 1999, la Universidad Popular José Hierro de San Sebastián de los Reyes editaba la segunda edición de los sonetos, edición que ahora mismo es la que manejo, mientras escribo estas líneas. El volumen recoge todos los sonetos publicados por el premio Cervantes en sus libros, más dos capítulos en los que se recopilan los sonetos anteriores a Tierra sin nosotros (primer libro del poeta) y los llamados sonetos de circunstancias. En este último apartado, aparecen publicados sonetos que Hierro escribió casi a vuela pluma, y que en muchos casos tienen un aire festivo, anecdótico, cachondo y, en no pocas ocasiones, hiriente.

A esta serie pertenece un soneto de título Retrato, y en el que, en efecto, se hace un retrato despiadado, bronco, insultante..., de un personaje al que no se nombra ni por arriba ni por abajo. Sé que hay mucha gente que, tras leer el soneto, se ha preguntado quién demonios sería el personaje zaherido con tanta saña, mala leche y, por qué no decirlo, “gracia” e ingenio. Todos los especialistas en ciencia tan compleja y sutil como es el “santanderinismo” sabemos quién es el aludido, pero juraría que hasta la fecha todos los “sabios” y enterados hemos guardado respetuoso silencio al respecto. Pero hoy, famélico tal vez de asunto que dejar aquí plasmado, y revisando la bibliografía de Hierro para un próximo curso en la UIMP que estoy organizando con la dirección del profesor Dámaso López, me he topado con el poema y me he decidido a revelarlo, o con otras palabras, a ponerle nombre y apellidos al Retratado. Poeta y herido llevan tiempo muertos, y a estas alturas de la película no creo que quitarle el velo al monumento sea acto ni de inmisericordia ni de maldad cretina. Mi intención tan sólo es la de desvelar, la de darle color a la anécdota y así hacer un poco de historia literaria. Sí, historia de chascarrillo, de nota a pie de página irrelevante si se quiere.

A los dos conocí, a los dos traté, los dos convivieron durante su adolescencia y juventud santanderina, los dos se incordiaron en vida todo lo que pudieron, y salvando las distancias kilométricas en cuanto al interés y calado de las obras respectivas, los dos forman ya parte de la historia de la poesía española que llegó con la posguerra, uno con letras gigantes y de oro, el otro, tal vez, en alguna nota a pie de página, letras times y 10 de tamaño. Uno José Hierro, el otro Leopoldo Rodríguez Alcalde. Ahí va el soneto, ahí el chascarrillo, ahí el ingenioso insulto de un poeta a otro.
 

RETRATO

¿Un humanoide a medio hacer? Carajo.
Tiene pinta de pájaro canijo.
De puta solanesca, o de su hijo
pintado con tomate y con gargajo.

¿Qué come? Moscas y paté de grajo.
Bebe mocos y flemas en botijo.
Y reconozco que me importa un pijo
si mea por arriba o por abajo.

Salicio y Nemoroso de cloaca
llora desdenes de su Ninfa Caca
acompañado de orinal y cuerno,

vestido con andrajos de mortajas,
mortajas que ha adquirido en las rebajas
que anuncia el Corte Inglés en el averno.  

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,29 ene 2010 20:43:53 GTM
<![CDATA[Stefan Zweig y la globalización en 1925]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1091
 

Juan Antonio González Fuentes

“Nueva York dicta que las mujeres han de llevar el pelo corto: en el transcurso de un mes caen, como segadas por una única guadaña, cincuenta o cien millones de melenas femeninas. Ningún emperador, ningún kan, ha tenido jamás en la historia mundial tanto poder, ningún mandamiento del espíritu ha experimentado semejante velocidad…

… Todos estos inventos sólo tienen un sentido: simultaneidad. Los habitantes de Londres, París y Viena escuchan en el mismo segundo lo mismo, y esa simultaneidad, esa uniformidad, entusiasma por lo que tiene de simultaneidad. Se trata de una embriaguez, de un estimulante para la masa y, al mismo tiempo, con todos los nuevos milagros técnicos, es para el individuo un monstruoso desencanto de lo espiritual, una peligrosa instigación a la pasividad. También aquí, como en el baile, la moda y el cine, se acomoda el individuo al gusto general del rebaño, ya no escoge según su propia naturaleza, sino según la opinión de un mundo…

Oliver Matusschek: Las tres vidas de Stefan Zwieg (Papel de Liar, 2009)

Oliver Matusschek: Las tres vidas de Stefan Zwieg (Papel de Liar, 2009)

En el cine, la radio o el baile, en todos estos nuevos medios de mecanización que tiene la humanidad, hay una fuerza monstruosa que no puede dominarse. Pues todos cumplen el más alto ideal del término medio: ofrecen diversión sin exigir esfuerzo. Y su invencible fuerza reside en que son comodísimos. El nuevo baile lo aprende la criada más tosca en tres horas, el cine divierte a analfabetos sin exigir de ellos ni un grano de cultura, para disfrutar de la radio basta coger el auricular de encima de la mesa y ponérselo en la cabeza para que le lleguen a uno los valses al oído; contra semejante comodidad los dioses mismos luchan en vano…”.

¿Acaso este texto no habla de asunto tan manido en nuestros días como el de la globalización? ¿No hablan estos párrafos de la famosa homogeneización de gustos y costumbres que desde hace décadas es signo de identidad común en las sociedades desarrolladas? Pues bien, estos párrafos aquí transcritos me los he encontrado en la biografía Las tres vidas de Stefan Zweig de Oliver Matuschek (Papel de Liar, Barcelona, 2009), lectura a la que estos días estoy poniendo punto final para reseñarla en el próximo número de Ojos de Papel.

Las líneas hasta aquí traídas a colación fueron escritas por el escritor vienés nada más y nada menos que en 1925, cuatro años antes del crack económico de 1929, y están en su libro Die Monotonisierung der Welt (La monotonización del mundo). Ya les hablaré a su debido tiempo del libro aludido, pero basten ahora estos párrafos y su mensaje de hace casi cien años, para recordar la sentencia romana que Don Segismundo, mi viejo profesor de Latín en 2º de BUP en el Instituto José María de Pereda, lanzó al aire del aula una fría, gris y monótona tarde de un invierno de hace muchos, muchos años: “No hay nada nuevo bajo el sol”. 

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,28 ene 2010 19:55:20 GTM
<![CDATA[Un pintor llamado Bob Dylan]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1090

 

Juan Antonio González Fuentes

Está claro que cuando uno se hace mayor tiene tendencia a hacer lo que se le antoja. Este circunstancia a veces puede ser penosa, pero en no pocas ocasiones significa un quitarse innecesarios corsés que lo han tenido a uno maniatado.

Parece que este es el caso de Bob Dylan, enfant terrible del Occidente sesentero del pasado siglo y uno de los mitos por excelencia de la música popular norteamericana, es en estos últimos tiempos, cuando la vejez confirmada llama ya a sus puertas. Apuntando ya a los 70 años de edad, Bob Dylan ha grabado incluso un disco de manoseados villancicos, y ahora “sorprende” con la que va a ser su cercano estreno como pintor. Sí, la galería londinense Halcyon ya ha anunciado que en breve inaugurará una exposición con la obra pictórica del célebre poeta y músico norteamericano. La exposición llevará por título Bob Dylan en lienzo y se inaugurará el próximo día 6 de febrero. Más tarde, en septiembre, viajará a la Galería Nacional Danesa en Copenhague. Bob Dylan ha comentado que después de llevar décadas dibujando en sus ratos de ocio con trazos de carácter impresionista, cree que ha llegado el momento de mostrar su trabajo de una manera formal.

Pintura de Bob Dylan

Pintura de Bob Dylan

Lo que el público podrá contemplar en Londres es una docena de lienzos realizados en acrílico. El artista ha llevado al lienzo algunos de sus dibujos previos (apuntes en papel) y lo ha hecho con colores. Son pinturas que parten de una selección de dibujos de la Drawn Blank Series, trazos que el cantante realizó durante su Never Ending Tour, la gira que llevó a cabo entre 1989 y 1992. Con respecto a su trabajo el propio Dylan ha comentado: “Simplemente dibujo lo que me resulta interesante y después lo pinto. Filas de casas, hectáreas con huertos, las líneas de los troncos de los árboles, puede ser cualquier cosa. Puedo tomar una fuente de frutas y convertirla en un drama entre la vida y la muerte. Las mujeres son figuras poderosas, por eso las pinto así. Me resulta más fácil encontrar gente para pintar entre las comunidades de casas móviles, pero también podría pintar a los burgueses”.

Paul Green, responsable de la Halcyon Gallery, por su parte ha dicho que “Estas pinturas son la culminación de todo lo que Dylan ha hecho con la serie Drawn Blank hasta el momento, hasta el punto que señala una nueva etapa en la carrera del artista. La evolución del medio, del papel a la tela, ha sido un acontecimiento importante que culmina en una explosión creativa que ha dado un mayor significado a las pinturas”.

Lo dicho: a la vejez viruelas, o mejor colores!!

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE:  James Cameron: Avatar (2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,27 ene 2010 19:35:14 GTM
<![CDATA[El futuro del Centro de Estudios Montañeses en la historiografía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1089
 

Juan Antonio González Fuentes

No pueden faltar muchos días, acaso algunas semanas, para que sea una realidad material el libro que el Centro de Estudios Montañeses va a editar con un acercamiento variopinto y multidisciplinar a sus 75 años de historia. Hoy ha llegado al despacho las últimas pruebas de un libro que tendrá casi 500 páginas, y en el que se hace un repaso bastante pormenorizado de la propia historia de la institución desde 1934 hasta la actualidad, y de su contribución a la historiografía de Cantabria partiendo del análisis de su producción editorial en general, del papel desempeñado por su buque insignia historiográfico, la revista Altamira, y otros aspectos a tener en cuenta.

En la elaboración de este volumen hemos participado más de una decena de autores, cada uno contribuyendo en la medida de sus posibilidades a levantar un edificio singular en torno a una institución señera en la construcción historiográfica de esta parte de España llamada Cantabria. Quizá cuando el libro sea ya una realidad física lo anunciaré debidamente aquí.



Centro de Estudios Montañeses

De momento anunció sólo que yo me he ocupado de la última etapa de la historia del CEM, la que va del año 1996 hasta la actualidad, etapa que coincide con la presidencia de Leandro Valle González-Torre y con mi incorporación al CEM como bibliotecario y archivero. A continuación voy a reproducir el final de mi artículo, unas líneas en las que he procurado establecer y definir cuáles son las líneas por las que el CEM debe discurrir para proseguir en su impagable labor historiográfica en los años venideros. Finalizo mi contribución así, dejando también plasmadas algunas de mis ideas y convicciones sobre la labor del historiador como científico:

“Ya están hechas las cuentas del rapidísimo repaso del periodo 1996-2009 que en un principio me propuse realizar. Aquí quedan plasmadas como mera información, como una suma de datos objetivos que hablan de la actividad del CEM a lo largo de sus poco más de diez últimos años de historia, años que nos han conducido hasta este final de 2009 en el que conmemoramos sus 75 años de existencia, de ininterrumpido trabajo en torno, fundamentalmente, al conocimiento del pasado de Cantabria. Sí, poco más de una década llena, como puede comprobar quien se acerque hasta estas páginas, de informes, artículos, revistas, monografías, conferencias, investigación, difusión, debate… Poco más de diez años en los que algunos compañeros de viaje han desaparecido (Leopoldo Rodríguez Alcalde, Ángel Díaz de Entresotos, Emilio Herrera, Mario García Oliva…), y otros, poco a poco, han ido cediendo el testigo a nuevas generaciones de miembros del CEM que, con nueva mentalidad, formación académica generalizada y renovados conceptos, tienen hoy como principal propósito común y compartido, continuar con la tarea que dio comienzo una tarde de mediados del mes de enero de 1934 en la Biblioteca de Menéndez Pelayo.

Una tarea ilusionante que presenta de cara al futuro diversos frentes o retos abiertos. Entre ellos cabe mencionar la decidida incorporación del uso de las nuevas tecnologías en la variopinta actividad del CEM; incrementar la calidad de la investigación para que el discurso historiográfico sea cada vez más sólido y científico; el estrechar relaciones y el fomento de trabajos conjuntos con otras instituciones y agentes culturales; ejercer un papel de dinamización social a través de un discurso contemporáneo, fundamentado en los valores de la modernidad europea de raíces clásicas; ahondar en la vocación interdisciplinar de la institución (historia, literatura, etnografía, arte, heráldica…), pero sin que el conocimiento erudito del pasado conlleve, necesariamente, una defensa ideológica y doctrinal de las “esencias” regionales; ampliar en lo posible las áreas y materias de estudio y divulgación, prestando más atención a la contemporaneidad; desterrar para siempre el ánimo de provisionalidad en la tarea ante la presencia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria, asumiendo, en este sentido, un imprescindible e independiente protagonismo en el campo de una erudición solvente, seria, pluralista, necesaria y siempre construida con perspectiva científica.

Estos son, insisto, algunos de los retos a los que en mi opinión debe enfrentarse el CEM para proseguir al menos otros 75 años de relevante trayectoria en el terreno de la historia y la cultura regionales. No se trata de romper con el pasado, ni mucho menos. Se trata sencillamente de evolucionar y adaptarse a las nuevas metodologías de la investigación histórica y del saber hacer en el terreno de la cultura. El futuro del CEM pasa, en definitiva, por ser, como lo ha sido a lo largo de estos 75 años, una fidedigna, útil y valiosa expresión de las circunstancias generales que vive la sociedad en la que está ubicado y en cuyo beneficio y mejor conocimiento se esfuerza. Repito, ya han pasado 75 años desde aquel lejano mes de enero de 1934; años en los que las circunstancias económicas, políticas, sociales y culturales de nuestra región y de nuestro país han sido de verdad cambiantes. Los hitos del CEM durante esta larga etapa histórica sólo pueden tenerse por numerosos y sin duda desiguales, como corresponde a cualquier trabajo que se prolonga en el tiempo. Pero nunca el esfuerzo, el interés y la dedicación de sus miembros mermaron un ápice incluso en las circunstancias más adversas. Que así continúe mucho tiempo, generación tras generación, pues la tarea es mucha, y siempre está por delante”.

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,26 ene 2010 19:53:56 GTM
<![CDATA[El fundamentalismo democrático. La democracia española a examen (Temas de Hoy), según Gustavo Bueno]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1088
 

Juan Antonio González Fuentes

La enciclopedia wikipedia nos cuenta que el filósofo Gustavo Bueno nació en 1924, en Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, ciudad que lo nombró Hijo Predilecto en 1997. Estudió en las Universidades de Logroño, Zaragoza y Madrid, y tras realizar su tesis doctoral como becario del CSIC, obtuvo a los veinticinco años, en 1949, una cátedra de Enseñanza Media, comenzando ese año su vida docente en el Instituto Lucía de Medrano de Salamanca, donde dio clase hasta 1960. Desde ese año hasta 1998 fue catedrático de Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos de la Universidad de Oviedo. En 1960 se estableció definitivamente en Asturias, donde ejerció como catedrático en la Universidad de Oviedo, institución en la que colabora hasta 1998. A partir de esta fecha desarrolla su labor en la Fundación que lleva su nombre, que tiene su sede en la capital de Asturias, Oviedo, ciudad que en 1995 le reconoció como Hijo Adoptivo.

Fundador de la revista El Basilisco, Gustavo Bueno es autor de decenas de libros y de artículos. «Ideológicamente» se define de muchas maneras: ateo católico, es decir, ateo esencial pero que no reniega del entorno cultural católico en que ha nacido-, marxista heterodoxo -crítico con el «marxismo vulgar», ya que entiende el Materialismo Filosófico como una «vuelta del revés» del marxismo clásico-, tomista no creyente -defensor de la tradición escolástica española iniciada en la Escuela de Traductores de Toledo-, platónico -en el sentido de la Filosofía Académica de la Academia de Platón-, de izquierdas -aunque pasando de un filocomunismo soviético antes de 1991 para, en la actualidad, postularse como parte de una izquierda materialista muy crítica con las izquierdas realmente existentes en España, lo que le ha valido la acusación por parte de aquéllas de haberse vuelto «conservador»-, y «nacionalista español» -entendiendo España como nación política en sentido ilustrado, concepto de España heredado de las Cortes de Cádiz.

En los últimos 15 años el filósofo y polemista Gustavo Bueno ha publicado ¿Qué es la filosofía? (1995), ¿Qué es la ciencia? (1995), El Mito de la Cultura: ensayo de una teoría materialista de la cultura (1997), España frente a Europa (2000), El mito de la izquierda: las izquierdas y la derecha (2003), La vuelta a la caverna: terrorismo, guerra y globalización (2004), España no es un mito: claves para una defensa razonada (2005), Zapatero y el pensamiento Alicia: un presidente en el país de las maravillas (2006), La fe del ateo (2007), El mito de la derecha (2008), y el último hasta ahora, publicado este mismo año recién comenzado, El fundamentalismo democrático. La democracia española a examen (Temas de Hoy, 2010).



Entrevista de Sharon Calderón Gordo a Gustavo Bueno en el programa "Teatro Crítico" (vídeo colgado en YouTube por fgbuenotv)

En este libro el pensador y polemista se hace varias preguntas relacionadas con la democracia en España y las responde. “¿Es la corrupción un mal menor que se produce en nuestro sistema democrático, como se suele pensar, o es un rasgo inherente a la propia democracia? ¿Pueden los instrumentos del Estado de derecho acabar con la corrupción política como si de cualquier caso de delincuencia común se tratase? ¿Acaso es la democracia un sistema inmune, inatacable y perfecto que no puede verse dañado nunca por la corrupción?”.

Como ya es característico en él, en su escritura y forma de elaborar sus análisis, con un dominio maestro en la construcción de discursos levantados sobre una impecable lógica filosófica y un no morderse la lengua al que repugna la corrección política y el pensamiento débil, Gustavo Bueno (el polemista y pensador español quizá más importante desde Ortega y Gasset) analiza las ideas de corrupción y de democracia y trata de establecer su conexión interna. A continuación, hace un estudio exhaustivo de algunos de los casos más sonados de perversión democrática (corrupción no delictiva) que se han producido en España en los últimos años: el proyecto de ley de plazos del aborto, el «complejo de Jesucristo» del juez Garzón, los estatutos de autonomía y la opa hostil a Endesa, así como las leyes de memoria histórica, de matrimonios homosexuales o contra la violencia de género.

Estamos ante un libro que somete a crítica lógica y mordaz, de arriba abajo, los principios ideológicos del fundamentalismo democrático, que considera a la “democracia como la forma perfecta de la sociedad política, el fin de la historia y el mejor de los mundos posibles”.

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE:  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,25 ene 2010 20:45:33 GTM
<![CDATA[Haikus sin estación: un autorretrato de J. A. González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1087
 

Juan Antonio González Fuentes

Desde hace tiempo estoy empeñado en la escritura de haikus. Es más, estoy empeñado en un libro titulado Haikus sin estación y del que ya he dejado aquí, en estas páginas, variada muestra de su escritura. Utilizando la terminología joyceana, este libro en el que estoy empeñado es una obra en marcha, es decir, no está conclusa, y sí lo está, depende de cómo se mira. Quiero decir que mañana mismo podría darla a la imprenta, pero si eso no ocurre, bien puedo ir sumando nuevas construcciones. Hay días en los que incluso escribo tres o cuatro seguidos, y luego, sin embargo, puede pasar semanas sin que sume más al corpus. En términos generales es un libro del que empiezo a estar satisfecho. Creo que alguno de los haikus elaborados tiene su miga y su sal. Por eso los quiero compartir con los lectores de Ojos de Papel. Aquí lo quiero dejar plasmados para comprobar si sostienen más lecturas que la mía. Ustedes tienen la palabra, es decir, ustedes tienen el haiku perfecto en la boca, el de la aprobación o el rechazo.


Oscuro cáliz
que la nieve mancilla,
ala de cuervo

***

Agua sin luna
se hace frágil distancia,
sombra enquistada

***

Plomo ardiente
el sol de los insectos,
puño cerrado

***

Un diablo oblicuo
por la noche del fondo,
hielo perfecto

***

Sangre invernal
y el perfil de lo escrito.
Autorretrato

 

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LIBRO: Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,22 ene 2010 19:10:14 GTM
<![CDATA[Lágrimas en la lluvia. Cine y literatura (Sial ediciones), de Juan Manuel de Prada]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1086  

Juan Antonio González Fuentes

El jueves 28 de enero, a las 21.30 horas, tendrá lugar la presentación del libro Lágrimas en la lluvia. Cine y literatura, del escritor y tertuliano Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970), publicado por la editorial Sial Ediciones. La presentación tendrá lugar en el madrileño Teatro Capital, de la calle Atocha. En la presentación del volumen intervendrán la escritora Ángela Vallvey, el director de cine Jaime Rosales, el editor Basilio Rodríguez Cañada y el autor del libro, el propio Prada.

Prada vivió su infancia y adolescencia en Zamora, licenciándose en Derecho por la Universidad de Salamanca. Sus dos primeros libros, Coños y El silencio del patinador (1995), obtuvieron el aplauso de la crítica. Tras sorprender con su primera novela, Las máscaras del héroe (1996) -Premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE-, un año después obtuvo el Premio Planeta con La tempestad, novela que le procuró una gran proyección internacional llevándolo a ser seleccionado por la revista The New Yorker entre los seis escritores europeos más prometedores del momento. A estas obras le siguieron Las esquinas del aire (2000) y Desgarrados y excéntricos (2001). Su novela La vida invisible (Premio Primavera de Novela 2003) fue distinguida, un año más tarde, con el Premio Nacional de Narrativa. Con su última novela, El séptimo velo (2007), obtuvo el Premio Biblioteca Breve que concede la editorial Seix Barral. Colaborador habitual de prensa, su obra periodística ha merecido también algunos de los premios más relevantes, como el César González-Ruano o el Mariano de Cavia. Sus artículos periodísticos han sido recopilados en obras como Animales de compañía (Sial, 2000) y, más recientemente, en La nueva tiranía (2009).

Sobre su último libro, Lágrimas en la lluvia. Cine y literatura, una recopilación de artículos sobre libros y películas, el propio escritor ha escrito: “Hace quince años casi que empecé a colaborar en la prensa, los mismos que llevo viviendo de la pluma. Siempre concebí mi vocación literaria como una «pasión de cercanías»; y eso me ha empujado a deshojarme en multitud de artículos que un día se leen y al día siguiente sólo sirven para envolver el pescado. El replicante de Blade Runner decía, en el memorable monólogo final de la película, que los recuerdos son «lágrimas en la lluvia» que se pierden para siempre, cuando se extingue quien les presta sustento con su memoria; y esta condición efímera y quebradiza de los recuerdos puede predicarse, desde luego, de los artículos que entregamos a la prensa, literatura volandera que, apenas entrevista, sucumbe al voraz e igualatorio olvido. Aunque no lo confiesen, a la mayoría de los escritores los guía un anhelo de perduración (no escribiremos inmortalidad, por no ponernos demasiado estupendos); pero cuando escribimos en periódicos ni siquiera nos alienta ese vago e improbable consuelo: sabemos que lo que hoy multiplican las imprentas o distribuyen instantáneamente los canales informáticos acabará, irremisiblemente, amontonado en los pudrideros de la incuria. Así y todo, seguimos deshojándonos en cientos o miles de artículos, como quien se da cabezazos contra un muro que ni siquiera se inmuta; y no lo hacemos tan sólo por ejercitar la muñeca –hay quienes sostienen, con Valle, que la colaboración periodística «avillana al estilo»–, ni siquiera por necesidad alimenticia. ¿Por qué entonces? Pues sospecho que por la misma razón que la mariposa alza el vuelo espléndido de sus alas que mañana mismo se apagarán; por la misma razón que la flor abre a la luz sus pétalos que mañana mismo se marchitarán: porque está en nuestra naturaleza, porque de algún modo misterioso en esos retazos de escritura urgente, tal vez premiosa, tal vez aturullada, está condensado nuestro designio. A Ruano, en cierta ocasión, mientras convalecía de una enfermedad en un hospital, la monja que lo cuidaba le reprochó que pusiera en peligro su recuperación emborronando nerviosamente unas cuartillas que tenía que entregar al periódico; y Ruano se defendió así: «Hermana, ¿es que no se da cuenta? Yo soy escritor, como usted es monja. No lo puedo evitar».

Juan Manuel de Prada: Lágrimas de lluvia. Cine y literatura (Sial ediciones)

Juan Manuel de Prada: Lágrimas de lluvia. Cine y literatura (Sial ediciones)

No lo podemos evitar, es superior a nuestras fuerzas. Escribimos por imperativo biológico; y tal vez, incluso, por encomienda divina. Y resistirnos a hacerlo es propósito estéril, tan estéril como el de Jonás, cuando trataba de escaquearse de aquel mandato de Yavé: «Levántate y ve a Nínive». Este imperativo se hace especialmente aflictivo en el escritor de periódicos, al que le ocurre lo que Julio Camba dejó testimoniado en un memorable artículo: está viajando en tren y desde la ventanilla avista a una vaca pastando en un prado; el viajero normal puede entregarse entonces a ensoñaciones bucólicas, pero el escritor de periódicos inmediatamente empieza a maquinar cómo podría introducir esa vaca pastueña en su próximo artículo. Todo lo que vivimos, todo lo que pensamos, todo lo que discurre ante nuestros sentidos, todo lo que inquiere nuestra inteligencia se convierte ipso facto en materia prima –si se quiere informe, deslavazada, caótica—para el próximo artículo; y cuanto más vivimos, cuanto más pensamos, cuanto más nos inquiere o estimula el incesante mundo, más deseos apremiantes tenemos de volcar nuestras fugitivas impresiones en un artículo. Se trata, simple y llanamente, de una manera de estar y, sobre todo, de ser en el mundo; y contra lo que somos vano empeño es rebelarse.

Yo soy, entre otras cosas (y tal vez más que ninguna otra cosa), un cinéfago insomne y un letraherido impenitente. Borges concebía el paraíso bajo la especie de una biblioteca; y yo me atrevería a añadir que en ese paraíso soñado no debería faltar tampoco una sala oscura donde se proyecten sin descanso películas. Los libros y las películas han amueblado mi vida, haciéndola más habitable; y, desde luego, han sido mi cobijo, cuando el frío invierno, y también el frío infierno, me arañaban con su angustia. No hay desdicha, por inclemente que sea, que no se haga más llevadera si a mano tenemos a estos compañeros del alma; y no hay exultación que no se haga más vívida y perdurable en su compañía. Si por mí fuera, no haría otra cosa que escribir sobre libros y sobre películas, porque en ellos está la cifra del mundo; sospecho, sin embargo, que si cediera a esta tentación mis días como escritor en periódicos estarían contados, porque vivimos en una época entregada al ruido y la furia de las pasiones bárbaras. Pero entre tantas pasiones bárbaras siempre hallamos remansos para escribir sobre lo que nos importa, como en medio de nuestras vidas idiotizadas por la prisa hallamos una tregua para sentarnos a la amena sombra de una encina; y aun ocurre que, después de ese rato pasado a la sombra de una encina, ya no queremos regresar a esa vida idiotizada por la prisa, que de repente se nos antoja vida sucedánea y no verdadera. En estas Lágrimas en la lluvia que tienes entre las manos, curioso lector, se congregan un puñado de testimonios de mi pasión indesmayable por los libros y las películas, que comenzó siendo pasión deslumbrada en la infancia, se hizo pasión devoradora y un poco enfermiza allá en la turbulenta adolescencia y hoy es pasión gustosa y aquietada en las neveras de la madurez.

Aparecieron originariamente en las publicaciones más variopintas –algunas ya tristemente fenecidas, como la benemérita revista Nickel Odeon–, pero sobre todo en el diario ABC y en la revista XL Semanal, que han sido los más hospitalarios y consoladores albergues de mis palabras. Ahora, por empeño cordial de Basilio Rodríguez Cañada, estas Lágrimas en la lluvia encuentran otros ojos en los que copiarse: son los tuyos, curioso lector, tan codiciosos de tinta y de celuloide como los míos. Ojalá te sirvan para exorcizar el frío invierno”.

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,20 ene 2010 20:1:37 GTM
<![CDATA[George Sand, incono del feminismo europeo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1085
 

Juan Antonio González Fuentes

Amandine Aurore Lucile Dupin (París, 1804-Nohant, 1876) publicó más de 140 novelas casi todas sobre el mismo asunto: ser mujer en la sociedad de aquel tiempo. Y lo cierto es que la señora Dupin algo sabía del asunto. Se casó con 18 años con el barón Casimir Didevant, y se divorció de él en 1835, siendo madre de dos niños. A partir de ese momento comenzó a vestir con ropa de hombre para poder acceder a lugares y ambientes parisinos que no eran muy recomendables para mujeres de su posición. Cambió incluso de nombre, y comenzó a utilizar y a ser conocida por su pseudónimo, George Sand, invención que le fue inspirada por el nombre de su amante de aquel entonces, Jules Sandeau.

A partir de ese momento empezó a sumar amores y amantes, muchos de ellos verdaderos héroes de la cultura y el arte de su tiempo: Franz Lizst, Alfred de Musset... Y sobre todo Frederick Chopin (1810-1849), con quien convivió casi una década de un amor loco y extraño, mitad maternal, mitad pasional y desenfrenado. Con Chopin viajó a Valldemosa (Mallorca) a pasar un invierno buscando la salud perdida del músico. Allí escribió Un invierno en Mallorca, pero Chopin no encontró la salud deseada. Murió de tuberculosis, y ella lo abandonó poco antes del fatal desenlace.

George Sand retratada por Eugène Delacroix (fuente wikipedia)

George Sand retratada por Eugène Delacroix (fuente wikipedia)

Todos estos avatares han logrado que la escritora pase a la historia con fama de animal sexual y devorahombres, por no emplear adjetivos más injustos y groseros. Lo cierto es que George Sand sufría abiertamente y sin ocultaciones una profunda insatisfacción sexual, probablemente la de la mujer moderna, aquella que quería gozar del sexo y no ser un mero receptáculo inerme de fluidos masculinos. Esa apetencia, ese deseo..., muy probablemente asustase a unos hombres habituados como género a no pensar en la satisfacción de la mujer. Si a esto le sumamos el que la escritora fue pionera en la práctica de experimentar para después narrar, no debe extrañar que George Sand sea hoy un icono irrefutable del feminismo europeo, ejemplo de mujer ilustrada y moderna, paradigma de los difíciles comienzos de la posterior revolución femenina, quizá la más importante de las que se vivieron en el siglo XX. En definitiva, una de las primeras mujeres famosas y relevantes a las que no le importó en exceso qué se dijera de ella en sociedad, y que siempre buscó con ahínco tanto su satisfacción personal como expresarse en libertad y liberada de convencionalismos constrictores en sus libros y en su vida privada.

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Tuesday,19 ene 2010 19:44:16 GTM
<![CDATA[Rachmaninov por Rachmaninov. Los cuatro conciertos para piano (sello Membran)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1084
 

Juan Antonio González Fuentes

En La tentación vive arriba, la película de Billy Wilder del año 1955, el personaje interpretado por Tom Ewell, un neoyorquino que queda de “Rodríguez” en la gran ciudad, sueña con tener una aventura con su sensual vecina, una ingenua y explosiva mujer interpretada por Marilyn Monroe. Cuando Tom Ewell, en la soledad de su hogar, sueña con seducir a la vecina después verle las piernas desnudas en una de las escenas más emblemáticas de la historia del cine, se imagina a sí mismo esperando a su dama mientras muy serio interpreta al piano un concierto de Rachmaninov, música que, creo que el personaje subraya de alguna manera, sirve para “enamorar a las mujeres”.
 
Rachmaninov (Rusia, 1873-Beverly Hills, California, 1943) es un músico que desde hace años no goza de prestigio entre los “profesionales” de la música culta y, sin embargo, sí gusta por regla general a los recién llegados a la música con mayúsculas. ¿La razón? Muy sencilla, cuando el mundo de la escritura musical estaba experimentando una revolución sin precedentes en los primeros años del siglo XX (lean al respecto los interesados el maravilloso libro El ruido eterno de Alex Ross), el maestro ruso continuaba componiendo música en la estela de Chopin, Liszt o Chaikovski, es decir, empeñado en una línea de postromanticismo que, para muchos críticos y casi todos los nuevos compositores de entonces, era blanda, antigua, manoseada, e incluso empalagosa.



Rachmaninov: Piano concerto No.2 (vídeo colgado en YouTube por Jirzy)

Sin embargo, es esa línea melódica de primer orden (extremadamente eficaz a la hora de pulsar las cuerdas del sentimiento), la atractivísima construcción sonora, y la brillante y hermosa pirotecnia técnica de su escritura para piano, lo que ha reservado inalterable un espacio para Rachmaninov en el corazón de los aficionados (sobre todo en el de los recién llegados) y en las salas de concierto de todo el planeta. Por eso es noticia la edición por el sello Membran de una caja con 2 cds que contiene los 4 conciertos para piano y orquesta del compositor y pianista ruso con intérpretes excepcionales. La orquesta es la de Filadelfia, una de las cinco clásicas grandes norteamericanas junto con Nueva York, Chicago, Boston y Cleveland. Los directores son el húngaro Eugene Ormandy, el estupendo titular de Filadelfia durante décadas, y el legendario mito de la dirección orquestal Leopold Stokowski. Y el pianista es ni más ni menos que el propio compositor, un pianista al que sólo le cabía el adjetivo portentoso, y para el que aparentemente no existían las dificultades de carácter técnico; todo un referente para el resto de pianista que vinieron detrás sobre todo en el propio repertorio escrito por Rachmaninov y en repertorios que discurren por caminos paralelos, Scriabin o Chaikovski sin ir muy lejos.

Resumiendo, dos discos que son auténtica referencia en el repertorio que ofrecen; dos discos muy valiosos y eficaces para apuntalar el gusto por la música culta en aficionados recién llegados.

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CINE:  James Cameron: Avatar (2009)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,18 ene 2010 14:14:14 GTM
<![CDATA[Between the devil and the deep blue sea, por George Harrison, canción de ¿Qué fue de los Morgan?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1083
 

Juan Antonio González Fuentes

Mi madre las llama películas de “amor y lujo”, y son con diferencia sus favoritas. A mí siempre me ha hecho mucha gracia la definición, pues es suficientemente expresiva y precisa, por un lado, y suficientemente vaga por otro. Quizá sería más exacto hablar de “Comedias románticas” para referirnos a un género cinematográfico muy norteamericano, en el que se nos cuenta, desde un punto de vista humorístico o al menos desenfadado, el ir y venir de un amor naciente rodeado de más o menos impedimentos en un ambiente en el que el trabajo y la economía son lo de menos. Como puede uno imaginarse el final, prácticamente siempre es feliz, es decir, la historia acaba con la pareja entregada dichosamente al amor, no se sabe por cuanto tiempo; pero claro, esa sí que es otra historia, o mejor dicho, otra película.

Desde siempre a mí también me gustan este tipo de películas. Lo paso bien viéndolas, me entretienen, y por regla general, sin ser nada del otro mundo, sí tienen buena factura y los actores (la pareja y los terceros en discordia) suelen estar correctos en sus papeles de guapos y guapas empeñados en la guerra del amor. Incluso el género, o subgénero según se mire, ha dado a lo largo del tiempo muchas películas inolvidables, y actores como Cary Grant, Irene Dunne, Rock Hudson, Gregory Peck o Gary Cooper..., brillaron especialmente en ellas. Mi propensión a ver con buenos ojos este tipo de películas yo creo que nació cuando siendo un niño me enganché a un ciclo que en TVE dieron con todas los musicales protagonizados por Fred Astaire y Ginger Rodgers. Sí, yo debía ser bastante rarito ya de niño; reconozco que no es muy propio que un niño de 11 ó 12 años se muriese por ver esas ya vetustas películas en blanco y negro. Recuerdo que la última película del ciclo no pude verla porque la vieja televisión de casa se estropeo por una tormenta (entonces pasaban esas cosas), y me metí en la cama llorando amargamente por la desilusión.

Luego, pasados los años, he descubierto que comparto la “extraña querencia” con tipos como Woody Allen, y además, cuando me he comprado los dvd a los que me refiero, y he revisado las películas (Ritmo loco, Sombrero de Copa, En alas de la danza...) me he reafirmado por completo en mis gustos, pues he confirmado que son películas casi siempre maravillosas, con más “picante” del que pudiera parecer, y que en no pocos casos ofrecen algunas secuencias sencillamente geniales.

La cosa es que mi predisposición a ver en el cine “películas románticas” siempre ha sido además un punto a mi favor en mi relación con las mujeres. A la hora de ir al cine, a mí nunca me ha importado ir a ver las películas que todo “macho” se negaría a ver casi por principio, lo que, insisto en ello, me ha otorgado siempre dos o más puntos a mi favor.

También es cierto que nunca he ido al cine yo solo a ver una película de este tipo, y siempre ha acudido acompañado (o acompañando) a alguna dama. El cine, además, se ha convertido en una forma de ocio bastante cara, y ahora, cuando voy/vamos al cine, procuro/amos ir a ver películas con referencias y pedigré, rehusando pagar unos cuantos euros para meternos en una sala a ver qué ocurre.

No, este tipo de comedias, y sobre todo las películas que el locutor Carlos Herrera define como “guakas”, es decir, aquellas en las que hay zombies, en las que se disparan más tiros que en la II Guerra Mundial, o en las que se han estampando más coches que en un concesionario o se han empleado libros de sangre como para llenar decenas de piscinas olímpicas...; este tipo de películas, lo aclaro ahora, las veo siempre en casa (y a solas) bajándolas imagino que ilegalmente de internet. Lo confieso, ya pueden esposarme.

Ayer, sin ir más lejos, después de un día complicado de trabajo, llegué a casa, saqué a Miller a pasear, cené, hice abdominales y unas tandas de flexiones, leí alguna página de la biografía de Stefan Zweig que tengo pendiente, y después me puse a ver en el ordenador la última comedieta protagonizada por Hugh Grant, ¿Qué fue de los Morgan? Sí, la película es del todo desechable, un producto más para consumir (engullir) y luego olvidar, aunque tiene un par de situaciones divertidas y el mismo argumento, en la edad de oro de la comedia hollywoodiense, con otro Grant como protagonista (Cary) y una verdadera actriz enfangada en el asunto (lo de Sara Jessica Parker es de juzgado de guardia!!!), hubiera dado muchísimo más de sí. Con todo la película se deja ver y en algún momento incluso hace que en tu boca se dibuje una sonrisa.



George Harrison: "Between the Devil and the Deep Blue Sea" (vídeo colgado en YouTube por mouloudjistef)

La cuestión es que una de las secuencias más insulsas de la cinta, cuando la pareja practica footing por el campo, está “ilustrada” por una canción que enseguida llamó poderosamente mi atención. La canción me sonaba mucho, pero no sabía ubicarla ni en el tiempo ni en el espacio, y desde luego la versión que estaba escuchando era la primera que vez que la oía. La voz a todas luces era la del ex beatle George Harrison, pero el tema en sí me sonaba mucho más antiguo y ubicado en un género musical poco relacionado, en principio, con Harrison, el jazz. Eché para atrás la película y volví a escuchar la canción. Me levanté de la cama, consulté mi colección de discos de jazz, hice algunas indagaciones más y sí, en efecto, no estaba equivocado. Lo que sonaba durante esos segundos insulsos de ¿Qué fue de los Morgan?, era Between the devil and the deep blue sea, una vieja canción popular norteamericana de 1932, compuesta la música por Harold Arlen y la letra por Ted Koehler, que grabó por vez primera Cab Calloway, y que hizo muy famosa en 1940 la maravillosa cantante Lee Willey. Desde entonces, Between the devil and the deep blue sea se convirtió en lo que los americanos llaman un standard, es decir, un clásico que es versionado mil y una veces y de mil y una maneras distintas. A partir de los años 1940 el tema empezó a ser versionado por los grandes del jazz y, sobre todo, por cantantes melódicos y de jazz profesionales del saber decir y del matiz: Frank Sinatra, Ella Fitzgerald o Annie Rose entre ellos.

En mi discoteca tengo varias versiones, pero sin duda hasta ayer mis favoritas eran la de Lee Willey y la de Annie Rose acompañada por el saxo de Gerry Mulligan. Dos versiones que podría estar escuchando una eternidad. Pero si ya estaba claro que la canción incluida en la banda sonora de ¿Qué fue de los Morgan? era este clásico standard de 1932, ¿la versión que se escucha es una cantada por George Harrison? La solución enseguida me la proporcionó mi breve búsqueda documental por la red. Sí, no estaba equivocado. Aún puedo reconocer la que fue una de las voces elementales de mi adolescencia con sólo oírla unos segundos. La voz de George Harrison, quien versionó maravillosamente Between the devil and the deep blue sea en el que fue su último álbum de estudio antes de morir: Brainwashed (2002).

La canción es maravillosa, y la versión también. George Harrison canta admirablemente el tema, dándole las modulaciones justas para que resulte rabiosamente actual y a la vez algo kitch y entrañable. Les dejo con la canción. Les dejo con dos minutos y medio de felicidad concentrada, y hallada casualmente, como un tesoro imprescindible, viendo una mala película de “amor y lujo”. 



George Harrison: otra versión de "Between the Devil and the Deep Blue Sea" (vídeo colgado en YouTube por chuck2752)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,15 ene 2010 19:48:22 GTM
<![CDATA[Madame de Montespan, cortesana y bruja en la Corte del fogoso Luis XIV]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1081
 

Juan Antonio González Fuentes

El fogoso Rey Sol jamás se conformó con la que era su mujer, la reina María Teresa de España. Luis XIV siempre tuvo favoritas, que iba sustituyendo una tras otra, y cuando Diana-Athénaïs contaba sólo con 12 años, no le quedaba mucho tiempo por delante para jubilar en el puesto de “favorita” a Luisa de la Vallière.

Luisa de la Vallière le dio cuatro hijos bastardos al Rey Sol, y Diana-Athénais, convertida ya en madame la marquesa de Montespan, siete entre los años 1667 y 1679, etapa en la que Luis XIV frecuentaba además otras camas. Y como a todas las cortesanas, a madame de Montespan le llegó el turno de dejar de ser la favorita de su Señor. Imagino que la juventud y belleza de nuevas candidatas eclipsó la buena estrella de Diana, quien además, en su época de esplendor y poder, no se había hecho acreedora de la simpatía de la Corte. Para colmo, nuestra protagonista digamos que no le hacía ascos al lado “oscuro”, y en una Francia en la que pululaban a sus anchas a la vez los filósofos racionalistas y decenas de brujas y hechiceras, Diana escogió a éstas por delante de aquellos.

Madame de Montespan en una pintura de su época, de autor desconocido (fuente wikipedia)

Madame de Montespan en una pintura de su época, de autor desconocido (fuente wikipedia)

Así, madame Voisin, que era amante del verdugo de París y una bruja y hechicera de “reconocido prestigio”, llevada a confesar ante un tribunal cuáles eran sus prácticas más habituales y quienes sus clientes principales, dejó caer el nombre de la Montespan como una de sus principales fuentes de financiación. Y además aportó con todo lujo de detalles en qué habían consistido algunos de sus encargos en ciencia hechicera: Diana le había pedido a la bruja un extraño brebaje, posiblemente con la intención de que éste surtiera efecto en el estómago de Luis XIV, y la siguiese teniendo como su favorita. El brebaje en sí la verdad es que no era en principio muy apetecible: extracto de murciélago y de topo, sangre de la menstruación y esperma.

La señora Voisin murió ajusticiada, no sé a ciencia cierta si por bruja o por cochina, y madame de Montespan perdió todo su crédito y beneficios, pues al Rey no le hizo mucha gracia el que le ofreciesen tales refrescos. Madame de Montespan decidió hacer mutis por la escena, y en aquellos tiempos no había mutis más aplaudido que el ofrecían los conventos. El puesto de Diana lo ocupó ya casi definitivamente la que había sido institutriz de sus bastardos, la señora Scarron, quien se casó con el promiscuo Rey morganáticamente. Y colorín colorado, este cuento real se ha acabado.

***

Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009)

CINE:  James Cameron: Avatar (2009)

LIBRO (diciembre): Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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Thursday,14 ene 2010 19:14:49 GTM
<![CDATA[Nueva Gramática de la Lengua Española, o el nuevo mapa del español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1080
 

Juan Antonio González Fuentes

La Real Academia Española de la Lengua hace semanas puso feliz punto y final a uno de sus proyectos más ambiciosos y necesarios. Me refiero, claro está, a la edición de una gramática destinada a todos los hablantes del español, desde el que se habla en Europa, al que se dice y escribe en Hispanoamérica y Filipinas.

Esta ingente obra consta de tres gruesos volúmenes editados por Espasa. El primero y el segundo, ya disponibles hace algún tiempo en las librerías, y me dicen que socorrido, serio y erudito regalo de Reyes estas pasadas navidades, están dedicados a la morfología y la sintaxis, respectivamente. El tercero, aún no en papel ni disponible, estará dedicado a la fonética, y verá la luz en los próximos meses ofreciendo un dvd que promete ser instructivo.

Real Academia Española: Nueva Gramática de la Lengua Española (Espasa)

Real Academia Española: Nueva Gramática de la Lengua Española (Espasa)

Este trabajo en bien de nuestro idioma, viene a sustituir y a mejorar enormemente la Gramática más reciente de la que se disponía, la “republicana” del año 1931. Ya ha llovido desde entonces. La Nueva Gramática de la Lengua Española, según el director de la Academia Española, el filólogo Víctor García de la Concha, establece una nueva cartografía de nuestra lengua, y a lo largo y ancho de sus más de 4.000 páginas ofrece las variantes, peculiaridades, características…, del español en todas y cada una de las naciones y regiones del mundo en las que se habla, recogiendo y explicando además los diversos niveles expresivos y culturales del complejo y heterogéneo universo de los hispanohablantes.

El esfuerzo ha durado once largos años, y ha sido coordinado por el académico de la RAE Ignacio Bosque, quien ha tenido la inestimable colaboración de las 22 academias americanas. El esfuerzo se ha asentado en distintas fuentes bibliográficas y documentales, por ejemplo, grabaciones sonoras, periódicos (más de trescientas cabeceras, el 70% americanas), programas de radio, etc… La intención al actuar así no era otra que acercarse al español más vivo, al que actualmente se habla en la calle por millones de ciudadanos de decenas de países de todo el mundo.

La nueva gramática incluye más de 40.000 ejemplos destinados a que el lector comprenda mejor lo que se le explica, y a no mucho tardar será lanzada a la calle en una nueva edición de los tres volúmenes de carácter más barata y, por tanto, popular, para que pueda estar disponible en la mayoría de los hogares donde se habla español del mundo.

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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Tuesday,12 ene 2010 20:5:57 GTM
<![CDATA[Pasiegos: los valles del silencio, de los hermanos Sainz Crespo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1078
 

Juan Antonio González Fuentes

El pasado día 5 de enero, día de los Reyes Magos, compré dos roscos en la confitería Regma, cargué de varios paquetes de regalos, cargué todo en el coche y me encaminé a Madrid para pasar con M. el día de Reyes. Esta festividad navideña es la que más me gusta desde hace tiempo. Desde hace tres años la celebramos en Madrid, y M. hace todo lo posible para que sea inolvidable. Pone una mesa espléndida, llena de velas encendidas y con toques simbólicos navideños. Colocamos los roscos en la mesa, copas para el champán, tazas para el café con leche, ponemos alguna película en dvd en la televisión, apagamos las luces y damos rienda suelta a un ritual gastronómico que alcanza su punto culminante pasadas las doce horas del día 5, es decir, en los primeros minutos del día 6. Entonces nos entregamos los regalos, abrimos paquetes, desenvolvemos papeles, quitamos cintas… Es un ritual maravilloso con algo de infantil ingenuidad ensayada, y con mucho de liturgia amorosa y festiva. No he debido de portarme excesivamente mal durante el año 2009, pues sus majestades los Reyes han vuelto han portarse muy bien conmigo y lo cierto es que me han colmado de regalos. Entre ellos el de pasar varios días seguidos en Madrid con M. sin más obligación que pasarlo bien despreocupadamente.

Cumpliendo esa “obligación”, el pasado sábado por la noche, con un frío atroz conquistando la noche madrileña, acudimos a los cines Renoir. Y esperando en la entrada para acceder a la sala, una voz conocida me llamó por mi nombre y con un deje de sorpresa. Me volví y vi a dos viejos pobladores de las brumas del pasado, a dos hermanos gemelos con los que me une una entrañable amistad de primera juventud. Son los hermanos Carlos e Higinio Sainz Crespo, insisto, viejos amigos de un pasado ya vaporoso en el que recuerdo con agrado el confort de muchas tardes de domingo lluvioso viendo en tertulia películas en el salón de mi casa, o viendo libros de fotografías, o escuchando discos de jazz, o comentando fotografías…, todos juntos, en camaradería irrepetible con otros fantasmas del pasado como el actor Alberto Iglesias o los fotógrafos Kilian Cruz Dunne y Michel Quijorna.

Hacía un siglo que no veía a los hermanos, y me alegró reconocerles sin esfuerzo ninguno. Acudían también al cine, a ver una película uruguaya, después de pasar la Nochevieja en Lanzarote y unos cuantos días en Madrid viendo exposiciones y comprando libros y discos. Yo regresaba el domingo en coche a Santander, y ellos también tenían intención de regresar ese mismo día, pero sin saber el medio de transporte. Como una copiosa nevada estaba anunciada, y llevábamos tres días oyendo hablar de las dificultades del transporte en toda España por el temporal de agua y nieve, decidimos en un segundo emprender el viaje de regreso juntos y entretenidos. Así quedamos antes de separarnos cada pareja para entrar cada uno en su sala.



Trailer de Pasiegos. Los valles del silencio, documental obra de los hermanos Carlos e Higinio Sainz Crespo (vídeo colgado en YouTube por santossjl)

Al día siguiente recibí una llamada de Santander desaconsejándome el uso del coche: “te vas a quedar a medio camino, la nieve no te va a dejar pasar”. Llamé a los gemelos Sainz Crespo para decirles lo que ocurría, y Carlos me dijo que intentarían marchar en tren. Le dije que, si había plazas, me sacase a mí un billete. Sí había plazas, aunque compraron casi las 3 últimas. A la una y media salíamos en tren para Santander.

Los hermanos Sainz Crespo trabajan en la administración de la Universidad de Cantabria. Hijos del fallecido escultor Higinio Sainz, que daba clase de dibujo en el instituto José María de Pereda cuando yo estudiaba el bachillerato, siempre les conocí entregados casi en cuerpo y alma al dibujo, a la fotografía y a su pasión por el cine. Hicieron en algún tiempo muchas fotos, fotos que siempre tenían algo de romanticismo controlado y muy de mesa camilla. Y también eran hábiles con el lápiz. Tengo algunos dibujos suyos que, sin ser sorprendentes, sí demuestran una facilidad que ya quisiera haber tenido yo para mí en algún momento de mi existencia.

Después de un tiempo sin saber gran cosa de ellos, pues nuestras vidas, por diferentes razones, emprendieron derroteros que no se encontraban, supe que habían ganado un premio con una corto realizado casi sin medios técnicos sobre los pasiegos, es decir, los peculiares habitantes de los valles del Pas, una zona muy montañosa a poco más de 30 kilómetros de Santander. Los pasiegos, además de ser conocidos por la elaboración artesanal de los famosos sobaos y quesadas pasiegas, representan una cultura agraria y unas peculiaridades etnográficas ciertamente tan llamativas como la geografía que habitan. Los pasiegos presentan elementos culturales y etnográficos tan espaciales, que incluso han sido objeto de estudio y tesis doctorales por parte de antropólogos de universidad americanas, como si en vez de ser españoles que habitan justo al lado de una ciudad tan burguesamente europea como Santander, fueran primos cercanos de lejanas tribus africanas, o hermanos consanguíneos de los habitantes del Tíbet. El caso es que los hermanos Sainz Crespo, impulsados por el éxito de su corto, se han lanzado desde hace tres años ha rodar un documental sobre los pasiegos que está prácticamente acabado y tiene casi cuarenta y cinco minutos de duración. Un trailer de este trabajo, titulado Pasiegos: los valles del silencio, puede visionarse en youtube, y les he pedido permiso a los gemelos para dejar aquí un enlace que dé a conocer no sólo su más que meritorio trabajo como documentalistas cinematográficos (entrevistas, historia oral, fotografías de pasiegos y de sus paisajes, recogida y apuntes de costumbres…), sino para que quienes los desconozcan, sepan algo de los pasiegos y de esa geografía sobrecogedora que habitan, insisto, apenas a 30 kilómetros de las sofisticadas cafeterías del santanderino Paseo de Pereda. Ah!!!, se me olvidaba comentar que los Sainz Crespo son pasiegos, que aseguran que el mundo que han filmado tiene los días contados (cinco, diez años me aseguran durante el viaje en tren), y que su familia les ha facilitado el contacto con gentes que, por naturaleza, son reservadas y desconfiadas. Disfruten de este avance de lo que promete será un documental hermosísimo y fascinante.

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,11 ene 2010 20:35:59 GTM
<![CDATA[Concha Espina, la primera escritora española que voló por los aires]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1077
 

Juan Antonio González Fuentes

¿Cuántas mujeres en el mundo habían volado en avión en el año 1916?, ¿cuántas de ellas eran europeas?, ¿cuántas españolas? Lo cierto es que no tengo ni la más remota idea, pero me arriesgaré a suponer que no podían ser muchas. Y de esas pocas, poquísimas españolas que en plena I Guerra Mundial se subieron a una máquina con alas en pleno despegue de la aeronáutica, ¿cuántas eran famosas escritoras?

Toda esta serie de preguntas vienen a propósito para contarles una anécdota aeronáutica con la que me he topado consultando viejos periódicos santanderinos del año aludido. Me refiero a El Cantábrico, Pueblo Cántabro y Boletín de Comercio. A mediados del mes de enero de 1916 llegaba a Santander el aviador Juan Pombo con la intención de realizar por vez primera el vuelo Santander-Madrid. La “hazaña” la logró Pombo no sin dificultades, llegando al madrileño aeródromo de Cuatro Vientos con tan sólo dos litros de gasolina en el depósito. El diez de febrero llegaba en tren Pombo de nuevo a Santander, y con él, desmontados, dos aeroplanos, el San Ignacio y el Morán, que quedó guardado en un hangar del aeródromo de La Albericia.

Concha Espina

Concha Espina

En esos mismos días comenzó la construcción de aeroplanos en la ciudad de Santander, concretamente el biplano Morane-Soulnier, modelo de carácter militar que el gobierno había encargado a la santanderina Compañía Constructora Aeronaútica. Juan Pombo realizó las pruebas de vuelo del aparato Morane, modelo con el que voló por espacio de unos diez minutos a 160 kilómetros por hora.

En el mes de marzo tuvo lugar el homenaje del pueblo de Santander al aviador Pombo. El acto se realizó en el domicilio del piloto, en el Muelle, donde una comisión municipal le entregó una bandeja de plata en nombre de la ciudad, y se calcula que unas veinte mil personas estuvieron concentradas en las cercanías para demostrar su admiración.

A finales de ese año, Juan Pombo volaba casi todos los días en el aparato Morane. Y en una de esas ocasiones, voló acompañado de la escritora Concha Espina, sobrevolando la ciudad en dos ocasiones. La escritora, quien años más tarde estuvo a punto de ganar el Nobel de Literatura, aunque no recibió, precisamente, ningún apoyo de su país, se mostró encantada con su experiencia por los aires cantábrico, y quizá se convirtió así en la primera escritora española que voló por los aires..

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,8 ene 2010 19:29:46 GTM
<![CDATA[Chéri, de Colette y Stephen Frears]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1076
 

Juan Antonio González Fuentes

Colette, en 1945, se convirtió en la primera mujer miembro de la Académie Goncourt, y por encima de su consolidada fama de mujer excéntrica y la escandalosa fama de sus inclinaciones lesbianas, su funeral el 3 de agosto de 1954 tuvo lugar ni más ni menos que en el parisino Palais-Royal, y toda su obra está editada en la prestigiosa colección de la Pléiade.

Sin embargo Colette no llegó al mundo como tal, sino como Gabrielle-Sidonie Colette, nacida el 28 de enero de 1873 en un pueblecito de la Borgoña de nombre muy largo y muy francés, Saint-Sauveur-en-Puisaye, donde vivió hasta que en 1893, a los veinte años de edad, se casó con Henry Gauthier Villars, alias Willy, con quien marchó a vivir a la capital, París.



Tráiler en español de la película Chéri, de Stephen Frears (vídeo colgado en YouTube por keane43)

El matrimonio duró trece años, tiempo en el que a la pareja le dio ocasión para vivir la bohemia parisina e inventar un personaje literario que hizo época en la Francia de su tiempo, Claudine. En 1906, coincidiendo con su separación de Willy, Colette comenzó su carrera literaria en solitario, una carrera que desembocó en el éxito al publicar en 1910 La vagabunda. Dos años después Colette se casó con el periodista Henry de Jouvenel, y juntos trabajaron en el diario Le Matin.

El matrimonio duró hasta 1923. Tres años antes el éxito fulminante le llegó a Colette gracias a la publicación de uno de sus títulos emblemáticos, Chéri, una historia localizada en el París de principios del siglo XX en el que una mujer madura y experta se enamora de un joven al que todos conocen como Chéri, y comienza con él una relación llamada a fracasar cuando la diferencia de edad y de objetivos se hace definitivamente presente. Chéri, que acaba de ser reeditada en español por Lumen (traducción de 1984 de Ramón Hernández y E. Piñas), coincidiendo con el próximo estreno en España de la versión cinematográfica de la novela con dirección del aclamado Stephen Frears y con Michelle Pfeiffer y Kathy Bates en los papeles estelares.

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Últimas colaboraciones (ENERO 2010) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

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Thursday,7 ene 2010 9:1:24 GTM
<![CDATA[¿Quién es Mozart?, los efectos de la Revolución Cultural en China]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1075
 

Juan Antonio González Fuentes

Mao Tse Tung murió al año siguiente de hacerlo Francisco Franco, es decir, en 1976. Dos años después, en 1978, los conservatorios en China volvieron a abrir sus puertas. Y de repente surgió en el milenario país una gran generación de compositores con mucho talento y vocación: Tan Dun, Chen Yi, Zhou Long, Bright Sheng, Chen Qigang, Guo Wenjing…, eran algunos de ellos, todos fruto de la famosa y dramática Revolución Cultural. Precisamente por esa razón su conocimiento de la gran tradición musical occidental les era nulo; su cultura musical era como abrir un libro con las páginas en blanco… Eran “vírgenes”!!!!!



Tan Dun: Concierto del agua (vídeo colgado en YouTube por opusarte)

Para hacernos una mínima idea de lo dicho está el caso de Tan Dun, quien pasó casi toda su infancia entonando canciones folclóricas en un pueblo remotísimo de la provincia de Hunan, mientras trabajaba plantando arroz en el campo y tocando el violín en una raquítica compañía teatral de provincias que se dedicaba a poner en escena obras de la Ópera de Pekín. Los efectos de la Revolución Cultural en la China de Mao fueron tan devastadores en su innegable eficacia por desterrar cualquier atisbo de cultura Occidental no comunista, que cuando Tan Dun acudió al Conservatorio Central de Pekín para hacer el examen de ingreso en él y le pidieron que tocara algo de Mozart, preguntó con todo el candor que otorga la sinceridad verdadera y auténtica: ¿Quién es Mozart?

No hay nada más que decir, sobran las palabras.

***

Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,4 ene 2010 11:36:15 GTM
<![CDATA[9 haikus para saludar el año 2010]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1074
 

Juan Antonio González Fuentes

Ya he publicado varias entregas de haikus en estas páginas de papel con ojos. Y en alguna otra entrega explicaba qué son los haikus, e incluso aportaba alguna referencia bibliográfica para que los interesados se acerquen al fenómeno y lo entiendan mejor. También explicaba que últimamente “practico la escritura de haikus como un ejercicio lírico e intelectual, como una gimnasia mental para ejercitar la musculatura del concepto y la música en el poema”. A los kaikus que me van saliendo y que, como decía el poeta Paul Valéry con respecto a toda poesía, no se terminan nunca sino que se abandonan, les he dado por título general Haikus sin estación, “pues no pretenden, como sí lo hacen los canónicos japoneses, encerrar en la estructura musical descrita la naturaleza y las estaciones. Yo sólo pretendo la música y el concepto, la idea...

En pocas horas habremos dejado atrás un nuevo año. Y no un año cualquiera. Empezaremos otra década del siglo XXI, ¿o no? Al respecto siempre se me plantea la misma duda, duda que nadie, que yo sepa, ha sabido resolver con absoluta contundencia. ¿1900 fue el último año del siglo XIX o el primero del siglo XX?

La cuestión es que para decirle adiós a este 2009 y dar la bienvenida al 2010, no se me ocurre nada más original y sencillo que dejar aquí “plantados” algunos modestos haikus cuya lectura, así lo espero, les resulte agradable. ¡¡¡Feliz año nuevo!!!


Con la tempestad
deviene en sol el cisne,
acorde en vuelo

***



Cartografía:
un perro añil nos sueña
entre sus huesos

***



¿Qué nombre tendrás
cuando el mar te rehaga,
náufrago errante?

***



Orden y objeto,
el objeto del orden,
(ordena-miento)

***



Libre de cambios,
tras el sol de las aguas,
el tiempo en su azar

***



Arde la hierba
enterrando un pájaro,
lame sus alas

***



Es nieve el agua
cautiva en el sueño,
isla de cristal

***



Desciende un frío
que no sabe de nadie:
una orden de adiós

***



La luz que vuelve
rasga nombres de cristal,
limpia el espejo 

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,31 dic 2009 18:2:2 GTM
<![CDATA[Benjamin Britten en Brooklyn, un ejemplo de la Atenas neoyorquina durante la II Guerra Mundial]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1073
 

Juan Antonio González Fuentes

El músico Benjamin Britten (1913-1976), uno de los más importantes del siglo XX y autor de dos de las óperas más importantes de los últimos cien años, Peter Grimes (1945) y Billy Budd (1951, y revisada en 1960), viajó a los EE.UU en 1939, justo antes de que estallara la II Guerra Mundial. Los EEUU eran entonces una tierra nueva llena de posibilidades materiales, sociales y culturales. Nueva York era tal vez la ciudad más progresista del mundo occidental, una verdadero refugio frente a lo que ocurría en la vieja Europa, desgarrada por un lado por los fascismos, y por el otro por el comunismo.

Además Britten tuvo una buena excusa laboral: recibió una tentadora oferta de trabajo desde la meca del cine, Hollywood. El director de cine Lewis Milestone quería que Britten escribiese la banda sonora de Los caballeros de la tabla redonda. Britten jamás escribió esa música, pero sí se instaló en el nuevo país. Britten no pudo volver a Inglaterra hasta el año 1942, principalmente por los evidentes peligros que en aquel tiempo de guerra suponía viajar en barco por el Atlántico. Así que durante un periodo Britten se instaló en Nueva York, y a partir del otoño de 1940 más concretamente en un bloque de pisos en el 7 de Middagh Street, en Brooklyn Heights, un lugar desde el que se divisaba el famoso puente de Brooklyn.



Acto Tercero del Peter Grimes de Bemjamin Britten en el Liceo de Barcelona (vídeo colgado en YouTube por LiceuOperaBarcelona)

En ese lugar Britten comenzó a vivir junto a la pareja que ya lo fue para toda sus vida, el conocido tenor británico Peter Pears (1910-1986), un especialista en Schubert, Bach y el propio Britten, y que a lo largo de su carrera, además de cantar en los principales teatros de Europa y en el Metropolitan, grabó discos con directores tan importantes como Klemperer, Solti, Stravinsky, Jochum, Colin Davis o Zubin Metha.

Pues bien, para hacernos una mínima idea de lo que representó el refugio norteamericano para parte de la inteligencia europea durante la II Guerra Mundial, baste mencionar quienes fueron los vecinos de Britten y Pears entre 1940 y 1942 en ese edificio neoyorkino con vistas al puente de Brooklyn. Allí vivían los americanos Paul y Jane Bowles, el editor George Davis, el poeta inglés W. H. Auden, y en el ático del edificio residía el historiador Golo Mann, hijo del escritor Thomas Mann. Pero ahí no acaba la cosa. Por las habitaciones del 7 de Middagh Street se dejaban caer con mucha asiduidad el pintor español Salvador Dalí, el escritor inglés Christopher Isherwood, el compositor y director de orquesta Leonard Bernstein y Klaus Mann, hermano de Golo e hijo, también, del premio Nobel alemán. Pero aún hay más: cuando los Bowles marcharon del “artístico” edificio, ocupó su lugar nada más y nada menos que la novelista Carson McCullers. Todo este ir y venir de cultos y creativos vecinos se producía cerca del puente de Brooklyn mientras París caía bajo las botas de los soldados nazis, en Berlín y Roma el fascismo campaba por sus respetos, en Moscú el desquicie comunista se imponía hasta para respirar, y en un lugar de Polonia llamado Auschwitz comenzaba el exterminio industrial de seres humanos por razón de su raza.

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,30 dic 2009 20:47:59 GTM
<![CDATA[Modernas y Vanguardistas: Mujer y Democracia en la II República (Laberinto), de Mercedes Gómez Blesa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1072
 

Juan Antonio González Fuentes

No puedo precisar con total seguridad ni cuándo ni en qué momento conocí a Mercedes Gómez Blesa. Si cierro los ojos la veo al menos en cinco momentos distintos. Primero en la madrileña Casa de América, sí, la de los fantasmas. Fue en el año 2004, en la presentación del libro María Zambrano, la visión más transparente (Trotta), del que el profesor José María Beneyto y yo somos editores literarios. Mercedes, una de las mayores especialistas sobre María Zambrano y su obra que hay España, colaboró con nosotros en aquel libro, y acudió a la presentación madrileña del mismo, pronunciando, creo, que algunas palabras.

Luego la veo frente a mí, sentada y comiendo en una gran mesa, un tanto rústica, rodeada de poetas y traductores. El lugar es un pueblín de la provincia de León, en el que una universidad alemana organiza encuentros poéticos. Comemos cocido leonés, o algo parecido, y mantenemos Mercedes y yo una inolvidable charla sobre las difíciles y a veces placenteras relaciones mujeres-hombres. Lo pasamos muy bien, al menos yo lo pasé muy bien. Quizá ese mismo día, pero más tarde, nos encontramos los dos, junto a su marido, Luis García Jambrina, junto a la verja que impide el paso a la célebre casa de los Panero en Astorga, lugar en el que se rodó buena parte de la polémica película de Jaime Chávarri El desencanto. Ese fue otro momento muy especial. Y ya para terminar los recuerdos leoneses, me veo también junto a ella, Luis García Jambrina, el poeta Juan Carlos Mestre y el Cervantes Antonio Gamoneda, tomando café sentados en la terraza de un viejo café astorgano, y escuchando “alucinado” las historias astorganas que narran con humor y fascinación, al alimón, Gamoneda y Mestre.

El último recuerdo es de este mismo año. Mercedes vino a Santander, junto a su hija, a acompañar a Luis García Jambrina, a quien yo había invitado a presentar su primer novela, El manuscrito de piedra (Alfaguara), en la Feria del Libro de Santander 2009, en la que también participaron Álvaro Pombo, Fernando García de Cortázar y Juan Manuel de Prada.

Mercedes Gómez Blesa: Modernas y vanguardistas. Mujer y democracia en la II República (Laberinto, 2009)

Mercedes Gómez Blesa: Modernas y vanguardistas. Mujer y democracia en la II República (Laberinto, 2009)

Ahora Mercedes Gómez Blesa me envía un correo en el que da cuenta de la publicación de su último libro, trabajo que al primer golpe de vista promete ser muy atractivo. ¿El título? Modernas y vanguardistas. Mujer y democracia en la II República, editado por la editorial madrileña Laberinto.

Les dejo con lo que dice el “previo” del libro: “El proceso de Modernización que experimentó España durante la II República no puede entenderse sin la incorporación de la mujer a la vida política, laboral y cultural del momento. De hecho, esa incorporación es uno de los signos y síntomas más reveladores de esa modernidad. En este ensayo asistimos al interesante debate que se abrió en la décadas de los años vente y treinta sobre el nuevo papel que debía desempeñar la mujer en la España inédita que se estaba fraguando, debate que puso en cuestión el modelo tradicional femenino de la Restauración que atribuía a la mujer el rol de ‘ángel del hogar’ y la recluía en el ámbito doméstico. Las intelectuales republicanas (como Carmen de Burgos, María Lejárraga, Margarita Nelken, Clara Campoamor, María Zambrano y Federica Montseny, entre otras) reivindicaron a través de sus ensayos una nueva identidad femenina, la mujer moderna, comprometida con la sociedad y dueña de su propio destino”.

¡Ah!, y antes de poner el punto final, quizá alguno esté interesado en que le diga en pocas líneas quién es Mercedes Gómez Blesa, además de una buena amiga. Mercedes en Doctora en Filosofía, y se ha especializado en el pensamiento español contemporáneo, dedicándole una especial atención a María Zambrano, de la que ha editado Las palabras del regreso (1995, reeditado en Cátedra en 2009), Un descenso a los infiernos (1995), Unamuno (2003) y Pensamiento y poesía en la vida española (2004). Sobre la pensadora malagueña coordinó el monográfico que editó Revista de Occidente, y en 2007 publicó el que es su primer poemario, Los nuevos bárbaros, y se encargó de la edición del libro Las intelectuales republicanas: la conquista de la ciudadanía. En 2008 logró el Premio de Ensayo Gran Vía con el libro La razón mediadora: filosofía y piedad en María Zambrano.

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,29 dic 2009 19:5:12 GTM
<![CDATA[La mujer de Millennium de Stieg Larsson es Tamara Villoslada, según Gino Rubert]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1071
 

Juan Antonio González Fuentes

Cualquiera que haya leído en español la trilogía Millennium del sueco Stieg Larsson, o al menos alguno de los títulos que la conforman, reconocería sin duda las imágenes que ilustran las cubiertas de estos libros. Se trata de unas pinturas, con rastros de collage, que muestran a una inquietante mujer joven que siendo bella tiene algo de aterrador, que siendo hermosa, parece alertar a quien la observa de peligros, horrores y frialdades sin fin.



Stieg Larsson: Millennium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

El autor de las pinturas es Gino Rubert (México, 1969), y la chica es la artista argentina Tamara Villoslada, su novia, bueno, su ex novia. Gino pintó a Tamara partiendo de unas fotos tratadas con Photoshop, logrando retratos de una mujer enigmática, hermosa, pero que transmite inquietud, fatalidad, una historia llena de brumas y ángulos oscuros. Para ser utilizadas en las cubiertas de los libros Gino se eliminó a sí mismo de las pinturas, e imagino que el equipo de diseño y marketing de la editorial Destino hizo el resto.



Stieg Larsson: Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)

Fue Silvia Sesé, la editora, quien llamó en su día a Gino para proponerle resolver con su obra las cubiertas de los libros de Larsson. Gino no tenía en esos momentos de mucho tiempo para resolver el encargo de forma “original”, pero Gino sugirió que se utilizase algo de su obra antigua. Sesé se decidió por estas pinturas, y el resto es una historia llena de acierto y éxito.



Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

Gino Rubert es hijo de un escritor y hombre público bien conocido en España. Me refiero a Xavier Rubert de Ventós, quien además de escritor y pensador, fue también senador en un momento dado. Gino nació en México, y fueron unos tíos mexicanos también pintores, quienes le inocularon el gusto por la pintura, por las bellas artes. Gino comenzó dibujando y dibujando, estudiando un poco de ilustración, y decidiéndose por pintar, exponer y ganar concursos. De vuelta en España, en la Cataluña de sus orígenes, Gino fue haciéndose un hueco poco a poco. Su padre almacenaba los primeros frutos de sus trabajos, y de repente ha llegado inapelable el éxito gracias, entre otras cosas, a un sueco entregado a los buenos trucos de la novela negra.

En enero, la obra de Gino Rubert, tras haberse visto en Barcelona, viajará a la galería berlinesa Michael Hass, y allí podrá admirarse y adquirirse también, siempre que se disponga de al menos seis mil euros para invertir. Sólo cabe desearle mucha suerte a Gino en esta aventura, y que sus “mujeres” sigan siendo tan inquietantes en el futuro como lo ha sido y es Tamara.

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,28 dic 2009 17:43:26 GTM
<![CDATA[La tumba vacía de García Lorca y la Memoria Histórica]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1070  

Juan Antonio González Fuentes

La Memoria Histórica española y zapateril excava y excava en busca de los pobres huesos fusilados de Federico García Lorca, aún en contra de la voluntad de la familia del poeta. La Memoria Histórica excava un agujero, abre otro más allá, otro más acá…, desentierra huesos, desentierra calaveras de fusilados por el franquismo rebelado. La Memoria Histórica, imparable, impone su voluntad de recuerdo, de revancha, de reescribir la historia, de reinventar, de reconocerse como triunfadora final de una guerra lejana y perdida. Los verbos de la Memoria Histñorica se escriben todos con R, la R siempre fatal en la historia de España de don erre que erre.

La Memoria Histórica remueve tierras de fusilados, de crímenes, de olvidos y, paradoja, de recuerdos. Pero después de días y días de abrir agujeros Lorca no aparece. No, no hay ni rastro de Lorca, el poeta que marchó a Nueva York para olvidarse, tal vez, de tanta Andalucía de pandereta, tardes de toros, gitanos homosexuales y guardias civiles con máuser al hombro. Ni rastro del poeta, ni una sola esquirla de sus venerados huesos ha sido encontrada por la Memoria Histórica. La familia no quería las excavaciones. La familia, probablemente, sabía ya que en aquel campo del infierno no descansaban los restos de quien viajó a Nueva York hace tanto, tanto tiempo. La familia, quizá, sepa bien dónde se encuentran los huesos de Lorca transmutados en historia, en Memoria Histórica. Y quizá por eso se niegan a entregar la leyenda a la crónica histórica, se niegan a hacer gris historiografía de lo legendario y dorado.

Federico García Lorca (fuente: www.cervantesvirtual.com)

Federico García Lorca (fuente: www.cervantesvirtual.com)

Lorca no ha aparecido como el aparecido fantasmal que debía ser emblema sublime y poético de la Memoria Histórica. Y ésta, la Memoria selectiva de los que quieren volver a escribir la historia para auparse en la parte de arriba del podio de los vencedores y recibir ramos de flores, medallas y aplausos, no se ha tomado a bien el que los huesos de Lorca no den consistencia a su caldo histórico y algo pendenciero.

La Memoria Histórica no ha encontrado a Lorca en los agujeros negros de un verde campo andaluz, testigo de injusticias, de asesinatos, de violencias repugnantes, arbitrarias, gratuitas, trogloditas… Pero la Memoria Histórica sí se ha encontrado a sí misma en las negruras de las tumbas abiertas; en esa oscuridad fatal y abierta no ha hallado al poeta, pero sí el espejo en el que ella misma se ha visto reflejada con el rostro triunfante de quien se ha salido con la suya, aunque el resultado no sea el esperado.

La Memoria Histórica se ha dado de bruces con ella misma en la supuesta y vacía tumba de Lorca.

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-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

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-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

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Thursday,24 dic 2009 18:32:43 GTM
<![CDATA[Arbeit macht frei, “El trabajo libera”. Robo en el campo de concentración de Auschwitz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1069  

Juan Antonio González Fuentes

A mediados del siglo XIX, cuando la creación de un Estado alemán empezaba a verse en el horizonte, Lorenz Diefenbach, un pastor protestante, lanzó al aire del espíritu alemán una frase llamada a erigirse en símbolo de muchas cosas, entre ellas, la entrada al mismísimo infierno. La frase era Arbeit Macht Frei, algo así como “El trabajo libera”.

Esta frase, confeccionada en acero forjado por un herrero-prisionero de nombre Jan Liwacz, presidía con sus cerca de cuatro metros de largo la entrada al infierno en la tierra, o al menos a una de sus sucursales, el campo de concentración nazi de Auschwitz (Polonia), donde fueron exterminadas decenas de miles de personas, muchas de ellas de raza judía, por el simple hecho de serlo.

Puerta de entrada al campo de exterminio de Auschwitz

Puerta de entrada al campo de exterminio de Auschwitz

Durante 70 años esta frase convertida en acero sintetizó, sí, el horror y la barbarie humana, pero también la imperecedera rebeldía que subyace en los seres humanos libres, al menos en algún sentido, en el espiritual. Jan Liwacz colocó la b metálica y fría de la palabra Arbeit al revés, con la redondeada barriga inferior y más prominente de la B mayúscula hacia arriba. Ese fue, al parecer, su rasgo de indómita rebeldía.

La frase ahora ha desaparecido, ha sido robada no se sabe aún ni por quién ni por qué. La policía polaca, en este invierno europeo crudísimo en el que ya son decenas de polacos los que han sucumbido al frío, ha declarado que recuperar el viejo trabajo de Jan Liwacz es una cuestión casi de honor nacional. Una réplica exacta ya vuelve a señalar con su diabólica ironía la entrada al infierno. La entrada al infierno vale 1.200 euros, lo que ofrece la policía por cualquier indicio que lleve a su paradero. 

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LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

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-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,23 dic 2009 19:59:59 GTM
<![CDATA[José Ignacio Munilla y los curas proetarras en el País Vasco]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1068  

Juan Antonio González Fuentes

El polémico nombramiento, como nuevo Obispo de San Sebastián, del donostiarra José Ignacio Munilla, en sustitución del septuagenario José María Uriarte, ha tenido como primera y benéfica consecuencia el que una parte de los clérigos vascos se hayan quitado, por fin, la máscara del rostro, pudiéndoseles ver al descubierto su verdadera jeta, la de aquellos que no sólo son y han sido permisivos con los asesinos etarras y su salvaje política terrorista, sino la de los que han apoyado de pensamiento y obra, con vileza inaudita, los asesinatos y a los asesinos del tiro en la nuca.

Que parte de la iglesia en el País Vasco aplaudía las acciones de ETA, las encubría e incluso las facilitaba dando, por ejemplo, cobijo y amparo a los asesinos, era algo que estaba en mente de todos. Se han escrito libros y libros al respecto, y desde fuera muchos jamás entendimos que los Papas de Roma permitiesen cobardemente tal ignominia. Todo el mundo sabe que han sido y son muchos los curas vascos que no quieren saber nada de las víctimas de ETA, y que son y han sido muchos los que han mirado hacia otro lado o incluso han vitoreado la barbarie etarra.



José Ignacio Munilla Aguirre (foto de José Ignacio Munilla Aguirre, wikipedia)

Ahora, a muchos curillas vascos con la conciencia manchada de sangre y la sotana negra de desvergüenza, les ofende que les pongan un patrón que no comulga ni con los asesinatos ni siquiera con el nacionalismo más o menos civilizado, si juntar dichos conceptos, nacionalismo-civilizado, no conforma un nuevo oximorón de estilo barojiano. No, algunos curillas vascos, cobardes escondidos tras el cómodo burladero de la iglesia católica con capital terrenal en la ciudad eterna, quieren ser ellos los que pongan y quiten a sus jefes aquí en la tierra, los que decidan quienes predican en las provincias vascas y, sobre todo, qué se predica en el País Vasco, dando prioridad, desde luego, a la palabra de ETA por encima de la palabra de Jesús.

Sí, el nombramiento de Munilla ha escocido mucho a los curas proetarras, y en general a todo el Nacionalismo vasco, sea este extremista o moderado: los dos aplauden a su manera el tiro en la nuca, el secuestro y el sacudir el árbol para recoger los frutos. Los curitas vascos que se ordenan en los feudos nacionalistas recibiendo la hostia del radicalismo etarra con fe inusitada, están molestos, muy molestos, porque les han obligado a quitarse la careta y se les ve el plumero, es decir, se les ve el pasamontañas negro que todos ellos lucen con montaraz entusiasmo. Muchos curas vascos van a tener que dar un paso al frente o tres hacia atrás, van a tener que retratarse al descubierto en el día a día, y eso, claro, ser cristiano, sacerdote, hombre de Jesús en la tierra, y a la vez reír el paquete bomba, alentar el enfrentamiento, cobijar a los asesinos, sermonar a favor de unos y en contra de otros, negarse a acoger y confortar el dolor de las víctimas. Sí, ahora se ven los colmillos de los lobos bajo la piel de los corderos, y ahora, es muy probable, sepamos abiertamente de sus repugnantes dentelladas. 

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LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,22 dic 2009 18:47:25 GTM
<![CDATA[Alma Rosé y la orquesta femenina de Auschwitz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1067  

Juan Antonio González Fuentes

En el campo de concentración de Auschwitz, en 1941 y 1942, se organizaron orquestas que “amenizaban” la estancia en el mismo de los miembros de la SS. Incluso en 1943, y bajo la supervisión de una oficial de la SS, llegó a conformarse una orquesta femenina en la que un heterogéneo grupo de instrumentistas profesionales y aficionadas hacían música juntas. La calidad de este conjunto se disparó a partir del mismo momento en el que se hizo cargo de la dirección Alma Rosé, una violinista y directora de indiscutible talento. Alma Rosé era sobrina de Gustav Mahler.

Alma Rosé reunió un grupo de aproximadamente medio centenar de instrumentistas y convenció a los dirigentes de la SS para que les facilitasen material instrumental de alguna calidad, incluyendo incluso una batuta y un podio. El repertorio de la orquesta no era desde luego extenso, e incluía conocidos fragmentos de óperas, valses de la familia Strauss, el primer movimiento de la Quinta de Beethoven, fragmentos de la Novena de Dvorak, y algo de Schumann, como Ensueños, una de las piezas favoritas del diabólico doctor Mengele.

Alma Rosé (foto procedente de http://website.lineone.net)

Alma Rosé (foto procedente de http://website.lineone.net)

La orquesta femenina del campo de concentración de Auschwitz se convirtió en la obsesión de Alma Rosé, su única razón de ser, la cadena que la unía a la supervivencia y la mantenía cuerda. Rosé amonestaba incluso con rudeza a las instrumentistas que se equivocaban al dar una nota, como si de un Toscanini tiránico se tratase al frente de una orquesta de primerísimo nivel. Incluso Rosé llegó a interrumpir, sumida en la cólera, una interpretación en un concierto porque un grupo de guardias de la SS estaba manteniendo una conversación en un tono elevado de voz. Rosé se comportaba como su célebre tío cuando como director de la Ópera de Viena exigía silencio y concentración al público del gran teatro vienés.

En la primavera del año 1944, Alma Rosé contrajo una enfermedad a la que en poco tiempo sucumbió, a pesar de los cuidados sinceros que le proporcionó el doctor Mengele, uno de los mayores monstruos que ha conocido la historia de la humanidad, un asesino de masas, un torturador de crueldad infinita que se emocionaba escuchando la música de Schumann. Con la muerte de Alma Rosé Auschwitz se quedó definitivamente sin orquesta femenina. Muchas de las integrantes del conjunto sobrevivieron al horror gracias a las condiciones que para ellas logró su directora. La música les salvó la vida y vivieron para contarlo.

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,21 dic 2009 13:36:57 GTM
<![CDATA[Culos y pañuelo islámico]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1066  

Juan Antonio González Fuentes

Me llegan al correo electrónico unas fotos que no puedo dejar de compartir con todos ustedes. Imagino que circularán por al red a la velocidad de la luz, y que muchos ya las habrán visto, pero no me resisto a dejarlas aquí apuntadas. La lectura de una imagen es múltiple, heterogénea, y depende casi siempre del punto de vista ideológico, cultural, moral del que observa, del que pone el ojo y la mente en lo que ofrece la imagen. Por eso no voy a hacer comentarios, sólo quiero subrayar la curiosidad, para algunos obscena, para otros significativa, para los de más allá ridícula y demagógica, etc, etc...



Se trata de dos fotografías que registran a dos mujeres a las que hay que imaginar musulmanas por la vestimenta que llevan, incluido el pañuelo típico que cubre la cabeza de muchas mujeres árabes. Lo que muestran las imágenes es cómo las mujeres que voluntaria o involuntariamente se cubren la cabeza por motivos religiosos y culturales, dejan ver sin embargo otras partes de su cuerpo, cómo decirlo, ¿impúdicas? (de nuevo está la intención de la mirada).



Se trata, claro, de subrayar aquí la incongruencia, una incongruencia, que de serlo, implica también un mirar ideológico y moral. Pero no continuemos por esta senda, pues nos vamos a meter en un charco del que es difícil salir sin ser trasquilado, por unos u otros. Eso sí, aquí dejo el apunte. 

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LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

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Friday,18 dic 2009 20:10:40 GTM
<![CDATA[Poesías Completas de José Hierro (Visor). Una decepción mayúscula]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1065
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A media mañana me llama al móvil Gisela, la librera chilena de mi librería santanderina predilecta, Gil, ex trabajadora de Fondo de Cultura Económica en Santiago. Gisela me llama para decirme que ya ha llegado la biografía de Agustín de Foxá que le había solicitado. Salgo del despacho, y en dos minutos estoy en Gil, cosas de vivir en el pueblo, como dice M. cada vez que regresa a Santander, tras casi ya tres años de vida en Madrid.

Cojo el libro y pregunto por las Poesías Completas de José Hierro que ha editado Visor y que mañana se presentan en el Ateneo de Santander. Qué casualidad!!!, acaban de llegar. Gisela me acerca un ejemplar y lo hojeo ávido con rapidez. La edición de este trabajo ha corrido a cargo de la poeta Julia Uceda y del crítico García Posada, ambos capaces desde luego de hacer el trabajo esperado. Sí, hojeo el libro de arriba abajo, busco en el índice, examino por encima las notas a pie de página, compruebo que a los libros publicados en vida por el premio Cervantes han añadido algunos poemas sueltos escritos al final de la vida del poeta. Pero no hay nada más. Quiero decir que están todos los libros del poeta, que hay un pequeño prólogo, una bibliografía que sólo apunta las principales ediciones de los libros de Hierro, algunas páginas con algunos comentarios sobre la edición y cómo se ha concebido el libro. Nada más.

José Hierro: Poesías Completas (Visor, 2009)

José Hierro: Poesías Completas (Visor, 2009)

Por qué escribo “nada más”. Lo explico. Pensé en todo momento que esta edición de Visor pretendía ser algo así como la edición definitiva del poeta, uno de los más grandes entre los españoles del siglo XX. Y me he encontrado con una edición a la que ni Julia Uceda ni García Posada, y me duele decirlo, han aportado gran cosa. No ofrecen una bibliografía exhaustiva, ni del propio poeta ni de lo que se ha escrito sobre el poeta y su obra (por ejemplo las Completas de Aleixandre para la misma edición sí ofrecen este material, cerrando un libro a años luz en cuanto a su interés académico y para los aficionados del de Hierro). El prólogo de Julia Uceda es escuálido, y aunque no lo he leído, me resulta difícil pensar que en tan pocas páginas pueda decirse algo muy analizado y meditado sobre tan gran poeta. García Posada parece que se ha limitado a repasar los libros conocidos de Hierro y a añadir un breve ramillete de poemas sueltos conocidos y ya reproducidos mil y una veces.

Echándole un vistazo a la bibliografía, y sin ser un consumado experto en el asunto, aunque algo puedo decir al respecto, echo en falta varias ediciones de libros de los que publicó el poeta en vida (antologías, recopilaciones...), que no son ni mencionadas. Y en cuanto a la bibliografía sobre el autor, abundantísima y sumamente interesante, sencillamente no existe en esta edición, no se ofrecen referencias básicas para que el lector pueda trabajar en la poesía de Hierro por su cuenta. Ni Uceda ni García-Posada han consultado siquiera la bibliografía que aparece mencionada en la entrada José Hierro de la denostada wikipedia electrónica. Sencillamente increíble y bochornoso!!!

Da la impresión de que se trata de un trabajo a vuela pluma, hecho deprisa y corriendo y sin haber puesto nada, pero nada de carne en el asador. Los editores quizá puedan aducir que su trabajo no pretendía ser definitivo (desde luego no lo es), y que la editorial les pedía sencillamente una poesías completas sin más, dejando a un lado aparato crítico y referencias. Pues bien, en ese caso, se rechaza el trabajo y se acabó. José Hierro merecía otra edición de su Poesía Completa, y no está aproximación descafeinada, desvaída, reumática y anoréxica. Ni José Hierro ni su poesía se merecían esta edición. Una enorme decepción, un enfado monumental para los que conocimos al poeta, lo quisimos y apreciamos.  

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

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-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Thursday,17 dic 2009 19:0:43 GTM
<![CDATA[Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI (LibrosLibres). O Leonardo Castellani al ataque]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1064
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En los tiempos de “progresismo” lelo y rancio que vivimos en esta península ibérica de trazo surrealista, quijotesco y picaresca, ya se ha convertido casi en una cuestión de pura estética y salud mental el esconderse de vez en cuando en el burladero trapisondo e irónico del reaccionarismo elemental, cachondo y retador. Viene esto a cuento como introducción para contarles que debió de ser por el pasado mes de abril cuando cené en un hotel de Santander con los escritores Juan Manuel de Prada y Enrique Álvarez. Se habló de muchas cosas esa noche, entre otras de milagros, vírgenes que se aparecen a niñas casi analfabetas, pueblos perdidos, literatura, política, medios de comunicación y el catolicismo tocado del ala izquierda.

Leonardo Castellani: Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI (LibrosLibres, 2008)

Leonardo Castellani: Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI (LibrosLibres, 2008)

La noche en cuestión, Juan Manuel de Prada recomendó encarecidamente a los presentes un libro que ya había degustado y con halagos Enrique Álvarez, escritor de cuentos más que recomendables y recomendador de libros y lecturas infatigable y infalible: acierta siempre. Prada, finalmente y con el asentimiento de Álvarez, me recomendó a mi solo en mi mismiedad el libro Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI, de Leonardo Castellani, editado por la editorial LibrosLibres con edición literaria del propio Prada. He de confesar que la recomendación me dejó bastante frío en un principio, pues eso de tener mucho que ver en el asunto siempre puede emitir algún tufillo no del todo agradable. Pero movido por la curiosidad y el agradable recuerdo de la noche literaria y milagrera, acudí a la librería y me agencié el volumen del tal Castallani.

Leonardo Castellani (1899-1981) era un argentino de Santa Fe, que ingresó en los jesuitas a los 19 años y se ordenó sacerdote en 1931. Cursó estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Gregoriana de Roma y Psicología en la Sorbona de París. De regreso a la Argentina comenzó a desarrollar una intensa actividad política y periodísticas, aficiones que, digámoslo mal y pronto, no le supusieron precisamente muchos amigos. En el año 1949 fue suspendido en el ministerio sacerdotal y se le abrieron de par en par las puertas de la Compañía de Jesús para que saliera más o menos deprisa de ella. En 1966 volvió a poder ejercer el sacerdocio, y durante ese periodo entre paréntesis, 1949-1966, se convirtió gracias a sus escritos en un referente ineludible del pensamiento católico argentino de trazo conservador y “reaccionario”. Murió en la inmensa ciudad de Buenos Aires dejando atrás libros recomendables como El Apokalipsis de San Juan, Su Majestad Dulcinea, o Los papeles de Benjamín Benavides.



Juan Manuel de Prada presenta el libro de Leonardo Castellani (vídeo colgado en YouTube por LibrosLibres2008)

Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XX es una antología de textos que van fundamentalmente desde los años 30 del siglo pasado hasta finales de los 60, casi todos publicados en revistas argentinas. Son artículos de temática diversa y organizados por de Prada en diversos conjuntos: Primero Política; Visiones de España; El Canon Occidental; Ortodoxia; El drama educativo; Digamos la verdad. Entre tantos artículos, más de trescientas páginas hay, claro está, de todo, como en botica. Textos sobre los que el tiempo ha hecho ya demasiada huella, líneas en exceso apegadas al presente en el que nacieron, pero hay otros artículos de verdad impagables, sobre todo aquellos en los que el jesuita deja suelta y sin bozal su inteligencia para ladrar y morder con gracia, sorna, estilo y un sentido común aplastante, lugares comunes e imbecilidades que la progresía de entonces y ahora repite como oraciones incuestionables y con las que comulga como si fueran sagradas hostias.

En este sentido las sentencias de Castellani referidas por ejemplo a la Generación poética del 27 española, o al Ulises de Joyce, son sencillamente desternillantes, abrasivas, descarnadas, merecedoras sin duda de figurar en un tratado contra la más boba y reaccionaria corrección política. Para no aburrirles mucho más, compren el libro y lean, tal vez no seguidos para no congestiornarse, dos o tres cada día, estos artículos heterodoxos para los tiempos que corren, plagados de humor corrosivo y socarronería, inteligencia y humanidad. Los textos de Castellani aquí reunidos, tienen sin duda algo de proféticos, algo de atrabilarios e hirientes, y son verdaderas bombas cargadas de sentido común para ser lanzadas sin reparos contra la estupidez meapilas, iletrada y mojigata del pensamiento débil, bienpensante y soso del progresismo bobo y rampante. 

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,16 dic 2009 19:32:48 GTM
<![CDATA[La Séptima sinfonía de Shostakovich se escucha en el infierno de la batalla de Leningrado]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1063
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El 9 de agosto de 1942, en plena II Guerra Mundial, en la ciudad de Leningrado (antigua Petrogrado y San Petersburgo), bajo intensísimos bombardeos alemanes y con la población sitiada y viviendo una situación indescriptiblemente dramática, se oyó la 7ª Sinfonía en Do mayor Opus 70 de Shostakovich (1906-1975), la Sinfonía Leningrado.

La partitura llegó a la ciudad por transporte militar aéreo en junio de ese mismo año, y comenzó a ser ensayada por la Orquesta de la Radio de la ciudad, una orquesta completamente diezmada a consecuencia de la guerra. Al primer ensayo sólo pudieron presentarse 15 músicos, por lo que el general al mando de las tropas soviéticas ordenó que todos los músicos competentes dejasen el frente para incorporarse a la orquesta. En estas condiciones comenzaron los ensayos, teniendo que interrumpirse frecuentemente para que los músicos acudieran a sus obligaciones militares, entre ellas, por ejemplo, abrir fosas comunes para enterrar en ellas a los cientos y cientos de víctimas diarias del asedio. Baste con señalar, para dar una idea de la dureza del momento, que al menos tres músicos de aquella orquesta que ensayaba el estreno de la 7ª de Shostakovich en la ciudad que la vio nacer, murieron de hambre antes de que pudieran hacer sonar sus instrumentos en el día clave.



7ª Sinfonía en Do mayor Opus 70 de Shostakovich, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chicago bajo la dirección de Leonard Bernstein (vídeo colgado en YouTube por Sinfoniette)

El general alemán que sitiaba la ciudad se enteró de los ensayos y de la idea de estrenar la sinfonía en la ciudad por sus tropas bombardeada. Y tomó la decisión firme de impedir el acontecimiento. Pero los militares soviéticos le ganaron la partida, e iniciaron un terrible bombardeo sobre las posiciones alemanas. Fue la llamada Operación Borrasca.

Y por fin el 9 de agosto de aquel verano infernal, innumerables altavoces hicieron que la música de Shostakovich recorriese prácticamente todos los rincones de la desolada ciudad de Leningrado, una tierra de aspecto dantesco arrasada por la guerra, el hambre, la desdicha, la violencia infernal. Jamás, a lo largo de toda la historia de la humanidad, la música de una sinfonía recién compuesta pudo ser escuchada por miles de personas en el fragor demencial de una batalla de tintes apocalípticos. La música de Shostakovich fue empleada como arma psicológica contra las tropas alemanas, y fue el sostén espiritual, al menos durante unos instantes alucinantes de tiempo, para toda una ciudad en puro estado de infierno. 

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,15 dic 2009 19:58:51 GTM
<![CDATA[A propósito de La lengua ciega (DVD ediciones) de Juan Antonio González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1062
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A propósito de la aparición de mi libro La lengua ciega (DVD, Barcelona, 2009), el periodista Guillermo Balbona, jefe de la sección de cultura del periódico El Diario Montañés, me hizo una entrevista publicada recientemente en el aludido diario. Balbona me envió por correo electrónico un cuestionario que yo, de viaje esos días en Lyon, no pude contestar de inmediato, y con el que me puse a trabajar a la vuelta del viaje. Terminé de contestar de madrugada, a esos de las dos de la mañana de ya no recuerdo qué día. La entrevista me pareció interesante, y aquí la quiero compartir con otros posibles lectores de estos post.

P. –La lengua ciega y la escritura iluminada. ¿Se escribe desde el asombro, o desde la razón, el oficio y la reflexión?

R. -Asegura Roberto Juarroz que la poesía nace del encuentro entre el abismo que somos y el abismo ante el que estamos situados. En mi caso ese encuentro de abismos no pocas veces se resuelve en puro asombro, pero en un asombro que procuro pensar y sobre el que indudablemente reflexiono. Los frutos de esta “reflexión asombrada” que es la poesía los materializo con el oficio del que dispongo.

P. -¿Cuál es el territorio poético y cultural de su nuevo poemario?

R. -Parto siempre de la reflexión con y sobre el lenguaje, un asunto que sencillamente hoy me resulta ineludible en la creación poética. Estoy convencido de que en nuestros días el oficio de poeta pasa por llegar a espacios y territorios inexplorados, utilizando como vehículo esencial un lenguaje no normalizado, no “domesticado” ni desgastado por el uso común. Se trata en definitiva de trabajar poéticamente con una lengua que sea ciega, es decir, que no pueda ver continuamente hacia donde se dirige. Hay que arriesgarse siempre en el uso poético del lenguaje, sabiendo, claro, que habrá tropiezos, equivocaciones y caídas, quizá muchas caídas.

P. –A la hora de trazar una línea, ¿un nuevo libro tiene siempre algo de secuela, de voz renovada y de ejercicio de coherencia?

R.-En la vida de todo escritor cada libro está llamado a ocupar un lugar. La importancia del mismo suele ser cambiante y depende de factores diversos como el aprecio de los lectores, el de la crítica, el de los colegas… Pero lo que es evidente es que no existe el borrón y cuenta nueva, y cada libro nuevo es un eslabón de la cadena; eslabón que para bien o para mal está vinculado a los anteriores, los comenta, los significa y establece entre ellos algún tipo de coherencia interna. Claro que también es cierto que un libro nuevo, sobre todo cuando han pasado 6 años desde el anterior, como es mi caso, presenta elementos de voz renovada, quizá más ancha, robusta y segura de sí misma.

P. –Se me antoja que la poesía es una lengua siempre amenazada, como un ecosistema privilegiado, pero habitada por unos supervivientes que nunca desfallecen

R. –La poesía supone esforzarse en el uso de una lengua no normalizada, una lengua constantemente asediada y rodeada por la de uso común, sometida por regla general a los intereses del poder. En este sentido el lenguaje poético sí es una especie en permanente peligro de extinción, o cuando menos, de domesticación al servicio de lo establecido. La idea de la poesía como un ecosistema distinto, como un laboratorio en el que se experimenta y se hacen probaturas me parece acertada, pero dejando a un lado lo de “privilegiado” y usando en su lugar la palabra “necesario”. La poesía es un laboratorio necesario para la supervivencia del lenguaje libre e independiente. Y los poetas de verdad son los que trabajan en ese laboratorio, sin esperar recompensas, o medallas.

P. –De los tiempos del Aula de Letras a su activismo cultural en el presente, ¿ha apreciado cambios significativos en el panorama regional?

R. –Sinceramente, significativos no.

P. –Participar en el rescate de la memoria de la figura de Pablo Beltrán de Heredia, ¿qué sensaciones le ha dejado?

R. –Muchas. Por ejemplo, que la vida cultural de Santander a mediados del siglo pasado era más compleja y rica de lo que parecía a simple vista; que toda vida humana es una aventura llena de luces y sombras; que la profundidad del olvido no tiene límite; que el tiempo pone a cada uno en su lugar; que cada cual cuenta la historia a su manera; que hay puestas en escena personales muy eficaces; que la memoria es un cruento campo de batalla; que la amistad verdadera existe, y que en esta ciudad vive un tipo extraordinario llamado José María Lafuente.

P. -¿Cree que generacionalmente se ha producido definitivamente un recambio cultural de mentalidad y de actitud creativa?

R. –Lo que creo es que el verdadero drama de esta región en el ámbito de la cultura es que tras más de tres décadas de democracia y de miles de millones en inversiones, ni una sola institución cultural de la región, ni pública ni privada, ha creado equipos de trabajo profesionales y renovables. Los mejores de varias generaciones de cántabros ya se han malogrado para siempre jamás o se han exiliado. Este es el drama, esta la responsabilidad histórica de generaciones de políticos cántabros iletrados y sin vergüenza.

P. –De Aleixandre al Ultraísmo, de Pardo a Pombo. ¿Qué o quienes están en su próximo punto de mira cultural, de estudio o publicación?

R. –Pues si nada se tuerce, espero publicar el año que viene, con el poeta Alberto Santamaría, una edición de la obra completa del poeta ultraísta José de Ciria y Escalante, y junto al profesor Dámaso López García, un volumen colectivo en torno a la obra de Álvaro Pombo.

P. -¿Considera posible una cultura urbana alternativa en una ciudad como Santander?

R. –Defíname alternativa, y precisaré. Si por alternativa entendemos no oficial, es decir, ni subvencionada ni bajo el amparo de instituciones públicas o privadas, claro que es posible, y me consta que sí existe y que es más abundante y rica de lo que pudiera parecer. Lo que ocurre es que tengo una ligera impresión: mucha cultura alternativa aspira a dejar de serlo, y eso es pura incongruencia, una flagrante contradicción en los términos.

P. -¿Un autor/a de cabecera?

R. –No uso de eso, al menos de momento.

P. -¿Un icono de la imaginación y otro del mundo en general?

R. –Lo cierto es que casi por sistema los iconos me resultan cargantes, además de profilácticos y estereotipados. Prefiero sin duda los acercamientos a la supuesta realidad a través de la Historia con mayúsculas.

P. –Un apunte sobre la cultura

R. –Debería estar siempre en estado de alerta y con los “sentidos” bien abiertos y en situación de plena independencia. Es decir, dejo apuntado un completo imposible.

P. -Un viaje real y otro fantástico

R. –Nueva York, de donde acabo de regresar, y por ejemplo una excursión submarina con el capitán Nemo.

P. -¿Un poema?

R. –En español: Espacio de Juan Ramón.

P.-¿Un poeta cántabro y otro que no lo sea?

R. –Todos de mi generación: Fernando Abascal entre los del paisanaje cotidiano, y González Iglesias o Manuel Vilas en la cercana distancia.

P. -¿Un movimiento estético?

R. –Lo quiera o no, sea o no consciente de ello, soy heredero de todos (en positivo o en negativo), y siempre quise por igual a papá y a mamá. Pero si me fuerzas, apuntaré todo lo que en este campo sucedió en la etapa de entreguerras del pasado siglo, un periodo alucinante y en algún sentido devastador.

P. –Un universo literario al que regresa

R. -De momento no regreso, sólo procuro seguir avanzando.

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,14 dic 2009 20:53:9 GTM
<![CDATA[A William Faulkner no le gustaban las cenas de los Kennedy]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1061
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Al presidente John F. Kennedy y a su esposa Jackie, futura Onassis desbancando en el millonario trono griego a la traviata Maria Callas, les gustaban los convites privados en la Casa Blanca. Unos dicen que era cuestión de pulsar así el sentir de la élite intelectual y artística norteamericana con respecto a la política Kennedy, otros cuentan que era sobre todo cuestión de barnizar el día a día administrativo con deslumbrantes capas de glamour y de mundanidad.

Lo cierto es que por esas veladas washingtonianas desfilaron los más importantes narradores autóctonos de la época, desde Gore Vidal hasta su archienemigo Norman Mailer, pasando por el judío Saul Bellow y por el dramaturgo Arthur Miller, cuya mujer de apellido Monroe y nombre Marilyn, desconozco si ya entonces proseguía la velada entre las sábanas del señor presidente.

Buceo un poco en la historia y me encuentro con que el italiano Sinatra y su clan de Ratas (los célebres Rat Pack) también eran frecuentes en los saraos presidenciales, no sé si porque al señor de la Casa le gustaba que La Voz interpretase sutilmente los standards de George Gershwin o Jerome Kern (dos judíos que surtieron de música a los negros de jazzmen de Harlem hasta nuestros días), o porque un miembro de los Ratas, el guaperas y blandito de Peter Lawford era pariente in law de los Kennedy. Incluso me topo de bruces con el catalán Pau Casals, quien con su violonchelo entre las piernas llevaba años convertido en un exiliado español clase ambassador en la Corte del nuevo imperio salido de la II Guerra Mundial.

Faulkner en 1954, fotografiado por Carl Van Vechten (foto wikipedia)

Faulkner en 1954, fotografiado por Carl Van Vechten (foto wikipedia)

El caso es que el matrimonio Kennedy invitaba y todo el mundo acudía. Es más, estoy seguro que muchos conciliaban el sueño rezándole a los santos de los imposibles, prometiéndoles cumplir una promesa si recibían la codiciada invitación al centro del poder beautiful del globo terráqueo. Nadie, entonces, quizá, se planteaba colarse en la fiesta al ritmo de una canción de Mecano, como ha ocurrido recientemente en una party de la obamanía, claro remedo en negro de los guateques kennedianos.

¿Todos soñaban con ser invitados? Todos no, siempre hay alguna excepción. Por ejemplo, el escritor sureño William Faulkner, creador de esa tierra mítica de nombre Yoknapatawpha, antecedente de Macondo y, con el Quijote de don Miguel de Cervantes, de todo el realismo mágico colombiano, mejicano, argentino y peruano. Faulkner recibió por correo la invitación presidencial, y leo en unas líneas escritas por Manuel Vicent que la respuesta fue la siguiente: “Señor Presidente: yo no soy más que un granjero y no tengo ropa apropiada para ese evento. Ahora bien, si usted tiene algún interés en cenar conmigo, con mucho gusto le invito a mi casa de Rowan Oak, en Oxford, Mississippi”.

No se puede ser ni más orgulloso, ni más educado, ni más altivo, ni más sencillo, ni más antisistema..., en un único párrafo. Un párrafo made in William Faulkner que, en sí mismo, es toda una obra maestra literaria en el terreno de la alta y altiva diplomacia.

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Últimas colaboraciones (DICIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Gerald Martin: Gabriel García Márquez. Una vida (Debate, 2009)

-LIBRO (noviembre): Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

-CINE (noviembre): Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,11 dic 2009 21:17:34 GTM
<![CDATA[Barack Obama y las sandías]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1060
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Regreso de pasar el puente de diciembre en la hermosísima ciudad de Lyon, centro casi geográfico de Europa. Y en el vuelo de regreso a Madrid, me entero de la relación racista que vincula las sandías con la gente de raza negra en América. Les cuento.



A finales del siglo XIX, existía en los EEUU un estereotipo racista muy arraigado en la sociedad y que estaba y está relacionado con las sandías; con las sandías y los negros que, supuestamente, se las comían con algo más que glotonería. Esta “supuesta” relación entre sandías y negros ha llegado hasta nuestros días sin perder un ápice de su vigencia. Así, cuando Barack Obama llegó a la presidencia de los EEUU, una auténtica invasión de dibujos, caricaturas y hábiles montajes fotográficos, mostraban los jardines de la Casa Blanca convertidos en una espléndida plantación de sandías. Sandías y negros, sandías y Obama... Esperemos que nunca se le atraganten a Obama las sandías..., ¡¡¡todos nos jugamos mucho en la cosecha!!!

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Thursday,10 dic 2009 13:54:49 GTM
<![CDATA[Comentarios a algunas obras para guitarra, laúd y mandolina]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1059
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La obra para laúd escrita por Johann Sebastian Bach (1732-1795) fue durante tiempo considerable completamente ignorada e, incluso, hasta época bastante reciente, su autenticidad fue puesta en duda. En este sentido se ha pasado por alto que en tiempos del compositor, y en el entorno de los países germánicos, el laúd fue un instrumento de gran significación, y que el compositor mantuvo contacto con laudistas famosos en localidades como Arnstadt, Cöthen o Leipzig. Sólo siete son las obras para laúd que dejó escritas Bach, entre ellas algunas transcripciones para otros instrumentos realizadas por el propio músico, como la de la Partita en mi mayor para violín solo (BWV. 1006), llevada a cabo entre 1737-1740, siendo la adaptación muy próxima a la del original para violín. El famoso Preludio de esta obra es una animada pieza en 3/4 cuya arquitectura, en palabras del crítico A. de Place, “es a todas luces excepcional”. Su tema es célebre, y está escrito por Bach con la suficiente ligereza como para que la armonía quede puesta de relieve con claridad a partir de las notas más graves. En la actualidad se suele interpretar en su versión para guitarra.



Vanessa-Mae interpreta a Bach (vídeo colgado en YouTube por benn93z28)

El sevillano Joaquín Turina (1882-1949) dejó escritas cinco obras para guitarra (seis si consideramos que la última de ellas es un díptico). Curiosamente ningún otro compositor español antes de Joaquín Rodrigo escribió tanto para un instrumento en principio “tan esencialmente español”. Con todo, lo escrito para guitarra por Turina no es ni mucho menos lo mejor ni de su producción ni del repertorio para el instrumento. Para la crítica especializada la más interesante partitura para guitarra de Turina es la Sonata op. 61, escrita en 1930 y dedicada a Andrés Segovia, quien la estrenó. La Sonata está construida en tres breves movimientos a la manera clásica. Para José Luis García del Busto el primero es simétrico, ofreciendo una breve introducción lenta, un allegro de figuración típicamente guitarrística, un tema melódico (allegretto, tranquilo), vuelta al allegro y recapitulación del lento introductorio. El Andante posterior es una página realmente hermosa y de inspiración andaluza, en la que Turina logra la difícil fusión de cantaor y guitarra en la misma voz del instrumento. La Sonata termina con otro movimiento simétrico: un Allegro en 3/8 rasgueado da entrada a un intermedio cantabile, a modo de copla, en 2/4, que da paso otra vez al rasgueado fogoso que actúa como remate, como epílogo.

La Catedral, del paraguayo Agustín Pío Barrios “Mangoré” (1885-1944), es sin ninguna duda una de las páginas para guitarra clásica más bellas y populares de todo el repertorio hispanoamericano del siglo XX. Inspirada en la catedral de Montevideo, esta pieza estructurada en tres movimientos es toda una explosión impresionista de las pulsiones sentimentales de su autor. El primer movimiento, Preludio Saudade (término este último que ofrece perfecta idea del tono melancólico de la música), es una melodía arpegiada coronada por armónicos. Simboliza la entrada a la catedral, donde el visitante queda maravillado por lo que en ella encuentra. El segundo movimiento es un Andante Religioso, está construido únicamente con acordes y está inspirado en el trabajo de Bach. Representa un paseo por el interior del templo en el que el visitante escucha la música de un órgano. El movimiento final se trata de un Allegro Solemne que presenta como principal dificultad técnica el que el guitarrista debe mezclar en él una prodigiosa velocidad de ejecución poniendo además en juego grandes dosis de arrebato. Este colofón encarna el regreso del visitante al exterior de la catedral, con todo el bullicio imaginable, las conversaciones de la gente, etc... El principal peligro a la hora de interpretar esta bellísima página de Agustín Barrios es sucumbir a la frialdad y a la mera habilidad técnica, dejando a un lado el sentimiento y el fuego interpretativos imprescindibles para hacer “vivir” plenamente esta música cálida, clásica y a la vez con algo exótico.



John Williams interpreta La Catedral de Agustín Pío Barrios (vídeo colgado en YouTube por DavidRodolfoTP)

Durante los primeros años del siglo XVIII, el veneciano Antonio Vivaldi (1678-1741) componía un tipo de concierto más breve que el llamado concerto grosso; un tipo de concierto que terminaría por ser el habitual en épocas posteriores, sobre todo durante el Romanticismo. Nos referimos al concierto para solista, o concerto Solli, en el que un virtuoso de un determinado instrumento muestra sus habilidades en diálogo con la orquesta dentro de una forma concertante ternaria, basada en una exposición del tema, un desarrollo y, finalmente, la reexposición, siguiendo un ritmo vivo al inicio, más lento en el desarrollo, y de nuevo vivo en la reexposición. Antonio Vivaldi era un compositor de escritura rápida, dispuesto siempre a jugar con estructuras rítmicas y armónicas novedosas y a probar nuevas combinaciones instrumentales, incluso con instrumentos poco habituales entonces como el fagot. En este sentido, Vivaldi fue de los primeros en escribir para la mandolina, aunque poco después lo harían ya Contini y Handel, y más adelante incluso Mozart y Beethoven. A ciencia cierta no se sabe si el concierto RV 425 para mandolina (aunque también se suele interpretar con guitarra) fue un encargo o directamente una forma hábil de intentar atraer a un posible mecenas (el marqués Guido Bentivoglio d´Aragona, noble veneciano que tocaba la mandolina), pero lo que sí está comprobado es que casi trescientos años después de su composición, esta obra vivaldiana sigue concitando el interés del público, debido sobre todo al sonido alegre y divertido que el veneciano le saca al instrumento de cuerda, sea éste la mandolina original o la guitarra.

El laúd, en sus diversas variantes, es el instrumento de cuerda pulsada más extendido en todo el mundo. Es un instrumento que por regla general se toca con púa o plectro, aunque existen ejemplares que se puntean con los dedos, o incluso frotando las cuerdas con un arco. La caja de un laúd antiguo es redonda, con forma de pera, y su clavijero forma un ángulo de noventa grados con el mástil. Los laúdes modernos casi siempre tienen doce cuerdas que se agrupan de dos en dos. Cada grupo de dos cuerdas se denomina “orden” y se tocan siempre a la vez, ya que están afinadas a la misma altura. Para apoyar el instrumento se levanta la pierna derecha, al contrario de lo que sucede con la guitarra.

La obra para laúd de Vivaldi se compone de dos Conciertos y de dos Tríos, además de un concierto per molti stromenti en el que intervienen dos laúdes. El Concierto en Re mayor para laúd (o su versión para guitarra), es un concierto bellísimo, de una sencillez compositiva casi sobrenatural, que le convierte en una de las ineludibles piezas mayores de Vivaldi y, en buena lógica, de toda la música barroca. El aire de tremenda nostalgia y melancolía que se desprende del segundo movimiento de esta pieza, el Largo, es difícilmente equiparable a cualquier otra partitura de la época, llegando a comunicar al oyente una sensación espiritual que anuncia ya el desarrollo romántico posterior que convertirá la música en la mejor forma de expresión de la desolación y la emoción humanas. 

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Tuesday,8 dic 2009 19:51:37 GTM
<![CDATA[McMafia, el crimen sin fronteras, de Misha Glenny (Destino)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1058
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La Mafia siempre ha estado de moda, pero de un tiempo a esta parte parece que ese interés se ha acelerado un tanto. En tiempos de crisis económica, las organizaciones al margen de la Ley disparan su “atractivo”. El dinero en cantidades ingentes, más el inmenso poder que ese dinero genera, todo aderezado con el secretismo que toda organización delictiva debe procurarse, más unos cuantos cuerpos agujereados a balazos, son ingredientes cuya suma provoca un indiscutible atractivo en la cultura de masas.

Se anuncian varios libros sobre la Mafia, quizá a rebufo del éxito extraordinario del libro de Roberto Saviano sobre la Camorra napolitana. Ya el año pasado la editorial Destino lanzó el trabajo de Misha Glenny McMafia. El crimen sin fronteras, un libro de pura investigación periodística de enorme interés, y en el que España ocupa unas cuantas páginas como destino casi turístico para la delincuencia organizada.

Misha Glenny (1958) es periodista de The Guardian y la BBC con destino en la llamada Europa del Este, donde se especializó en los conflictos que esa parte del globo empezaron a producirse abiertamente tras la caída del poder soviético. Fruto de esos años de trabajo fueron sus tres primeros libros sobre nacionalismo en los Balcanes, la desaparición de Yugoslavia y la llegada de la democracia a la Europa del Este.

Misha Glenny: McMafia. El crimen sin fronteras (Destino, 2009)

Misha Glenny: McMafia. El crimen sin fronteras (Destino, 2009)

Su último libro es este McMafia que aquí traemos a colación. Tras años de investigación en los bajos fondos del sistema; entrevistas con policías, víctimas y mafiosos; estudios sobre el tráfico de armas, mujeres y drogas..., Glenny ha escrito todo un documento de consulta imprescindible para conocer y manejarse en los entresijos del crimen organizado. La principal conclusión a la que llega el autor al terminar las páginas de su libro es desalentadora. Gleeny viene a decirnos que no hay nada que hacer, pues el crimen siempre va unos pasos por delante, y en términos prácticos maneja más recursos que los Estados de derecho.

Por lo que respecta a España, lo cierto es que Glenny no descubre nada nuevo, aunque sí aporta datos concretos, sobre todo en lo relacionado con España como portaviones de entrada de la cocaína en el resto de la Unión Europa. Además, Glenny, concluye que España es una geografía que gusta mucho a los delincuentes organizados, sobre todo a los mafiosos que proceden de los países que estaban tras el Telón de Acero. España es un país en el que es muy fácil convertir el dinero negro en blanco, donde las Leyes son bastante blandas con la delincuencia organizada, y donde los mafiosos encuentra un paraíso de ocio y buen clima. ¿Alguien da más?

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Friday,4 dic 2009 19:51:37 GTM
<![CDATA[John Cage, de David Nicholls]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1056
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Agosto de 1952. Maverick Concert Hall, Woodstock, Nueva York. Un pianista cruza el escenario, se sienta al piano y cierra la tapa que cubre las teclas. Treinta segundos después, abre la tapa. Repite esta secuencia de acciones dos veces: lo único que cambia es el periodo de tiempo –dos minutos, veintitrés segundos; después un minuto, cuarenta segundos- entre la apertura y el cierra de la tapa. Tras abrirla por última vez, se pone en pie, saluda al público y agradece los aplausos.



John Cage: 4'33'' para piano, 1.952 (vídeo colgado en YouTube por zoomoozophone)

Esta pieza artística lleva por título 4’33´´, y está ideada por el norteamericano John Cage (1912-1992), uno de los músicos de vanguardia más importantes del pasado siglo XX y compañero sentimental de Merce Cunningham, quien, a su vez, revolucionó la danza de dicho siglo. 4’33´´ no se trata de una broma, aunque es evidente que muchos aficionados a la música a sí se lo toman, al igual que ocurre con la mayor parte del arte de vanguardia del pasado siglo, un lenguaje artístico no asimilado por la cultura de masas, aunque muchas de estas obras tengan ya casi un siglo de existencia o, en el caso que nos ocupa, casi seis décadas.

Para quienes quieran acercarse con curiosidad al mundo de John Cage y a la música de vanguardia en general, la editorial madrileña Turner acaba de editar en español el libro de David Nicholls, John Cage, en traducción de Gabriel Menéndez. Nicholls es profesor de música en la Universidad de Southampton, y toda una autoridad mundial en el campo de la música experimental y de vanguardia. Otro de sus libros es Experimental Music, 1890-1940, y es el editor de la obra colectiva The Cambridge Companion to John Cage.

David Nicholls: John Cage (Turner, 2009)

David Nicholls: John Cage (Turner, 2009)

Este John Cage apenas ocupa 150 páginas sin notas ni demás anexos de indudable interés, y por lo que de él he leído hasta ahora, no sólo es una llave perfecta para acceder al universo del músico norteamericano, es también una muy buena herramienta para que los aficionados a la música nos adentremos en un mundo fascinante y muy poco conocido, el de la música de vanguardia occidental, heredera directa de las enseñanzas y aportaciones de Arnold Schoenberg y la Segunda Escuela de Viena. Un libro absolutamente recomendable para iniciarse en terrenos artísticos en principio muy resbaladizos.

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,2 dic 2009 18:16:21 GTM
<![CDATA[B, novela de Alberto Santamaría (El Desvelo Ediciones)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1055
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Mañana sábado día 28 de noviembre, a las 8 de la tarde, en la librería Gil (Plaza de Pombo), en Santander, se presentará la novela titulada B, la primera del poeta Alberto Santamaría, y la primera de una nueva editorial: El Desvelo Ediciones (ver también www.eldesvelo.wordpress.com). Además del propio Alberto Santamaría, en la presentación del proyecto editorial y de la novela, intervendrán los editores, es decir, Javier Fernández Rubio y Mada Martínez, y también el profesor de estética de la Universidad de Salamanca, Antonio Notario.

Alberto Santamaría (Torrelavega, Cantabria, 1976). Doctor en Filosofía por la Universidad de Salamanca. Es autor de los siguientes libros de poesía: El orden del mundo (Renacimiento, 2003, Premio Surcos), El hombre que salió de la tarta (DVD ediciones, 2004, Premio Poesía Joven Radio 3), Notas de verano sobre ficciones del invierno (Visor, 2005, Premio Vicente Núñez) y Pequeños círculos (DVD ediciones, 2009, Premio de poesía Ciudad de Burgos). Ha publicado los ensayos El idilio americano. Ensayos sobre la estética de lo sublime (Universidad de Salamanca, 2005) y El poema envenenado. Tentativas sobre estética y poética (Pre-Textos, 2008, Premio Internacional de Crítica Literaria Amado Alonso). Ha editado la poesía ultraísta de José de Ciria y Escalante bajo el título De mi sortija penden todos los merenderos (Carmichael Alonso, 2003), así como la novela Logaritmo (Quálea Editorial, 2009) de Antonio Botín Polanco. También ha llevado a cabo una antología y estudio de la poesía de Luis Felipe Vivanco titulada El alma de un oso blanco (La Mirada Creadora, 2008). En la actualidad dirige la revista Nadadora.

Alberto Santamaría: B (El Desvelo Ediciones, 2009)

Alberto Santamaría: B (El Desvelo Ediciones, 2009)

Sobre la primera novela de Alberto Santamaría, B, ha escrito Mada Martínez el siguiente alumbrador prefacio:

“¿Quién es B?

Erik Weisz, el escapista; Doctorow y su cementerio sin muertos, Karl Wallenda y el relámpago de lucidez antes de caer de la cuerda, un hombre que deambula con una cabeza en un cubo, una mujer que porta un feto en su bolso… ‘Morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella’. ¿Quién nos habla así? ¿Quién se dirige al lector de esta manera? ¿En qué mundo habita quien ha hecho de la muerte una compañía omnipresente que rige sus pasos entre seres alucinados, violencia y caos existencial? ¿En qué nos convertimos nosotros, lectores, sus testigos?

Éstas son algunas de las preguntas que nos asaltan ante la lectura de B, una extraña confesión -que juega con los límites de la prosa y el verso- acerca de lo fragmentario, fugaz e irreal de los propios actos de nuestra vida. Personajes en el filo de la conciencia, con un único tema, la muerte, transitan por este libro con el objetivo de arrastrarnos hasta su propio mundo, hasta su propia miseria.
B es una obra inclasificable. Es narrativa y es poesía, es un conjunto de relatos y al tiempo una novela corta, es una narración coherente y del mismo modo deliberadamente caótica y fragmentada, es violenta y es reflexiva, es un no ser mediante el ser y viceversa, un texto que trasciende a la mera narración de hechos y que expone una cosmogonía existencial y pesimista del albedrío humano y la felicidad como empresa baldía.

Nada nos dice el escritor y crítico Alberto Santamaría de su criatura, el protagonista de esta aventura alucinatoria; sólo apunta que muy bien pudiera llamarse B, como en la cita de Warhol que abre su relato, pero que también pudiera ser cualquier de nosotros, sus lectores. Aunque si hubiera que señalar un protagonista, más allá del caleidoscópico trasiego de personajes, habría que hablar de la muerte y su hermana la destrucción. ‘La destrucción es siempre el principio de algo’, rumia en su interior uno de sus personajes. ‘Estar en la cuerda floja es vivir. Todo lo demás es esperar’, afirma otro rememorando la pequeña figura del funambulista Karl Wallenda cayendo al vacío.

Haciendo uso del monólogo interior, y con una puntuación y sintaxis muy personales, Santamaría pone en boca, o mente, de sus criaturas palabras como dardos, heridas por una bala, como en la pierna de ese misterioso B que nunca se desvela pero sí se manifiesta por sus andanzas, en las que parece llevar al lector de la mano, cautivado por la magia de la escritura, por la fascinación del abismo. Caleidoscópica, con vaivenes temporales, inmersa en una estética industrial y feísta, aquejada de neurosis y mitomanía, B recuerda al mejor Palahniuk, al irónico Cohen, al desesperado Döblin.

No es sin embargo, una narración exenta de humor, como en el relato –uno de los muchos introducidos a modo de digresión en el sarcófago del texto- en el que describe el síndrome de la plaza 137c, una de las muchas aventuras de un hermano psicópata que sólo se explica por la violencia. Pero el humor está teñido de desesperación y es el único arma –esta sí, metafórica– con que enfrentarse a un mundo dueño de las vidas de los que lo habitan. El humor es entonces el salvavidas de lo grotesco –‘Ella sostiene como un pequeño triunfo el semen de cerdo en la mano’–, la tabla de salvación, la cuerda de la que cae un Wallenda que no quiere vivir esperando.

Este libro fragmentado con el que El Desvelo inicia su andadura editorial es a su vez un primer volumen, al que seguirán sucesivas entregas hasta completar finalmente el mosaico. Con autonomía pero interrelacionados, esta obra se cita a sí misma en cada entrega, siendo la intertextualidad una de sus claves estilísticas. Intertextualidad –en la que no quedan excluidos fragmentos de libros, citas y noticias de prensa-, la dualidad del hombre en lucha consigo mismo, la crueldad de los niños con un insecto, el surrealismo –‘Mi hermano se encuentra una cabeza rodando como un balón en mitad de una carretera desierta’–, la ausencia de toda esperanza –‘Pasemos a cuando no estoy muerto pero tengo los ojos cerrados’– yendo y viniendo de un futuro inexistente a una infancia cuyos recuerdos están monstruosamente deformados. ‘God is Dog’, la paternidad, o ausencia de la paternidad, la muerte o la no-vida del nasciturus, el olor a gasolina que emana de las páginas del libro, el azar en la muerte violenta ante la irresponsabilidad de la existencia, la ausencia de causalidad en un mundo sin dios.

Alberto Santamaría no explica, muestra. El libro, en cualquier de sus fragmentos, en sí mismo con respecto a las siguientes entregas, es autosuficiente. Quien quiera adentrarse en él podrá hacerlo. Pero habrá que hacerle una advertencia. Deberá bastarse a sí mismo, y como B, dejarse llevar por sus páginas a la espera de encontrar una casa más bella que la propia vida”.

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,27 nov 2009 20:33:2 GTM
<![CDATA[La tortilla de patatas Estatal e Indigesta del Bar Ízaro de Bilbao]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1054
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Les cuento, porque la cosa tiene gracia, y muy bien podría ser un impagable gag sacado de una película de los Hermanos Marx, de Woody Allen o, si me apuran, de nuestros más superficiales humoristas de trazo grueso, Pajares y Esteso. Hay un bar en la ciudad de Bilbao de nombre Ízaro. El, la, los, las cocineros de este bar han ganado este año 2009 el primer premio del concurso de tortillas de patatas que, deduzco, se celebra en España. Es decir, se trata de competir por hacerse con el título de restaurante o similar donde se hace la mejor tortilla española de España.

Los responsables del bar Ízaro, imagino que muy contentos por el galardón, lo anuncian en su entrada buscando, lógicamente, llamar la atención de sus clientes y reclamando la curiosidad de los que no son habituales. Se trata de vender más pinchos de tortilla de patatas que nunca, al albur del codiciado galardón.



La curiosidad del caso es la siguiente, aunque viendo la imagen, sobran las palabras. El bar Ízaro está ubicado en Bilbao, ciudad del País Vasco. Y como en el País Vasco, región situada en el norte de España para los no documentados, hace décadas y décadas que alimenta con éxito la hoguera del nacionalismo, este pensamiento ha hecho mella en la ciudadanía, sea esta o no simpatizante de los nacionalistas. Así, en Bilbao, ya no se puede escribir o decir España, no vaya a ser que “ofendas” a alguien, o lo que aún puede ser peor, que te “signifiques”, u otros te signifiquen. ¿Solución?, por ejemplo retorcer el idioma (español) y hacer uso del más grosero eufemismo. En este sentido Ízaro “disfraza” vergonzante la realidad. No, no ha ganado el concurso a la mejor tortilla de patatas de España, sino que ha ganado el concurso a la mejor tortilla del Estado. ¿No es alucinante?

No hay mucho más que añadir. Victor Klemperer ya escribió el que sin duda es el mejor tratado al respecto: La lengua del Tercer Reich, donde demuestra cómo el fascismo llega a utilizar el lenguaje como uno de los principales instrumentos de propaganda y de pulsar el estado espiritual y mental de toda una nación. El anuncio del bar Ízaro es sencillamente aterrador por lo que en verdad significa: un estado de terror tan grande, que se ha filtrado ya definitivamente en el uso del lenguaje.

La tortilla del bar Ízaro estará muy buena, pero desde luego es indigesta.

***

Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Thursday,26 nov 2009 20:8:39 GTM
<![CDATA[Agustín de Foxá en su 50 aniversario, o al estalinismo por la Memoria Histórica]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1053 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Una vez escuché una anécdota sobre Agustín de Foxá que me lo hizo simpático para siempre. Dicen que cuando algún conocido se encontraba en la calle con el escritor y le preguntaba el consabido ¿qué tal estás?, él siempre aducía una enfermedad dramática que enmudecía al interlocutor. Al preguntarle por qué actuaba así, si no sufría enfermedad alguna, respondía: “¡Hombre, soy rico, aristócrata, diplomático, escritor de éxito, tengo una mujer guapa...! Algo tengo que decir para que no me odien!”.

El caso es que el escritor no logró su objetivo. Es decir, le odiaron y, lo que quizá es más significativo, lo siguen odiando, imagino que por “reaccionario” y franquista. No hace mucho, sin ir más lejos, el ayuntamiento de Sevilla prohibía la celebración de un homenaje al escritor con motivo del 50 aniversario de su muerte. Un guardia dejó a los “homenajeantes” una carta de la delegada de Participación Ciudadana, una tal Josefa Medrano, a todas luces majadera, por la que se les comunicaba la denegación del acceso a la sala en la que iba a tener lugar el encuentro. La determinación se tomaba, explicaba la carta, “por respeto a la Memoria Histórica y por evitar que el acto se convirtiera en una apología del franquismo”. La tal Josefa Medrano es una comunista que accedió al cargo desde el ejercicio de la actividad sindical en la Fábrica de Tabacos de Sevilla: ¡vamos, una tristísima y estalinista Carmen cigarrera, y no la de Mérimée precisamente!

A la reflexión crítica en pro de la alta cultura española se ha unido, según parece, un buen escritor y mejor poeta de nombre Caballero Bonald, con Fundación andaluza a su nombre e, imagino como lógica consecuencia, progresista a macha martillo, general de la corrección política, fan chillón e histérico de la Memoria Histórica, y viento huracanado y justiciero de toda progresía hispana con claveles andaluces y reventones. Bonald, poeta al que leo con admiración, tercia en la mini polémica con la siguiente aportación: “Foxá nunca me ha llamado la atención; Madrid, de Corte a checa (la mejor novela de Foxá, aclaro yo) es un libro que sólo está bien escrito, nada más”. A mí el adverbio me ha dejado patidifuso. Sólo está bien escrito (hablando de un libro), nada más. Y nada menos Caballero Bonald, añado yo echándole un poco de sal al caldo. Por ejemplo, tú no has escrito ninguna novela tan bien escrita como esta de Foxá, lo que quizá debería llevarte a pensar las palabras antes de decir sandeces de autor con Fundación.

Tanto me ha molestado la polémica, la prohibición, la mema de la comunista cigarrera, la Memoria Histórica del pavisoso e iletrado Zapatero, que eché a correr hacia mi librería de guardia a comprar lo primero de Foxá que hubiera en existencias para metérmelo en vena inmediatamente. La susodicha novela la leí en su día y la he releído después con entusiasmo. Siempre me pareció que el mejor Umbral bebía directamente de esas páginas, y que el Madrid novelado por Foxá tiene algo que ver con el Manhattan novelado por Dos Passos en cuanto a la contundencia expresiva y conceptual de las impresiones encadenadas en palabras.

Agustín de Foxá

Agustín de Foxá

Compré Poesía (Antología 1926-1955) editada en 2005 por Renacimiento con prólogo del también reaccionario y estupendo Luis Alberto de Cuenca. Y he dejado encargado un ejemplar del libro Agustín de Foxá. Una aproximación a su vida y su obra, trabajo de Luis Sagrera lanzado por la editorial Dossoles.

Me despido con un poema de Foxá incluido en la antología recién comprada. Al leerlo todos comprobarán que Foxá, además de ser un facha, era un poeta bastante mediocre y sin el más mínimo interés. Vamos, doña Josefa Medrano y el señor Caballero Bonald escriben todos los días decenas de poemillas sin importancia como este:


MELANCOLÍA DE DESAPARECER (1940)

Y pensar que después que yo me muera
aún surgirán mañanas luminosas,
que bajo el cielo azul, la primavera,
indiferente a mi mansión postrera,
encarnará en la seda de las rosas.
Y pensar que, desnuda, azul, lasciva,
sobre mis huesos danzará la vida,
y que habrá nuevos cielos de escarlata,
bañados por la luz del sol poniente
y noches llenas de esa luz de plata,
que inundaban mi vieja serenata,
cuando aún cantaba Dios, bajo mi frente.

Y pensar que no puedo en mi egoísmo
llevarme al sol ni al cielo en mi mortaja;
que he de marchar, yo sólo hacia el abismo,
y que la luna brillará lo mismo
y ya no la veré desde mi caja.

***

Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,25 nov 2009 18:22:1 GTM
<![CDATA[Mussolini el antisemita vocacional]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1051 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Durante años y años, historiadores y políticos italianos (Silvio Berlusconi a la cabeza) han asegurado que Mussolini estaba a años luz de distancia de Hitler y el régimen nazi con respecto al antisemitismo. Es más, se ha escrito mucho sobre que el régimen fascista de Mussolini promulgó leyes raciales contra los judíos prácticamente obligado y sólo para no desmarcarse abiertamente de la política aria nazi. Sin embargo, ahora, todas esas teorías se están viniendo literalmente abajo desde que hace unos días saliera a la venta en Italia el libro Mussolini Secreto, escrito por el periodista Mauro Suttora, quien se ha basado para su redacción en los Diarios que entre 1932 y 1938 escribió Clara Petacci, la que fuera amante del Duce, con quien murió ejecutada por un grupo de partisanos y colgada boca abajo junto en la milanesa Plaza Loreto.

Benito Mussolini y Adolf Hitler en una visita oficial en Munich, 1937 (foto wikipedia)

Benito Mussolini y Adolf Hitler en una visita oficial en Munich, 1937 (foto wikipedia)

En este libro se recogen frases del fascista y ex socialista Mussolini del cariz siguiente, frases antisemitas que no dejan ningún lugar posible a la duda: “Yo soy racista desde 1921. No sé cómo pueden pensar que imito a Hitler, me hacen reír”, o “Esos asquerosos judíos, es necesario que acabe con todos. Llevaré a cabo una matanza, como han hecho los turcos... Son carroña, enemigos y bellacos... Son personas asquerosas, me arrepiento de no haber apretado más la mano. Pero ya verán lo que hace el puño de acero de Mussolini... Ya es hora de que los italianos vena que no pueden ser instrumentalizados por esos reptiles”.



Tráiler de Amarcod, dirigida por Federico Fellini en 1973 (vídeo colgado en YouTube en janusfilmsnyc)

Los Diarios de Clara Petacci se guardan en el archivo del Estado, y se han desclasificado al cumplirse los 70 años preceptivos. Setenta años para poder asegurar que el fascista y ex socialista Mussolini, el Duce al que Federico Fellini retrató de forma genial como caricatura parlante en Amarcord (no se pierdan el tráiler), era un antisemita convencido, entusiasta y verborreíco. Hay que volver a escribir la historia, al menos algún fragmento de historia, y Silvio Berlusconi ha encontrado un motivo más para intentar no abrir la boca.

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LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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Tuesday,24 nov 2009 20:58:33 GTM
<![CDATA[Mickey Mouse en China. Disney desembarca en Shangai]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1050 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Ocupará 10 kilómetros cuadrados cerca de Shangai, la ciudad china de 19 millones de habitantes que quizá sea la más dinámica de todo el territorio del gigante oriental. China, no les voy a sorprender, es el mercado mundial más grande, más apetecible y con mayor futuro del planeta tierra. Mil millones de posibles consumidores de productos. El futuro económico pasa por China, y eso bien lo saben el ratón Mickey, el pato Donald, Goofy, Pluto, Blancanieves, la Cenicienta y demás personajes con contrato en vigor con la empresa Disney. Por eso Disney va a desembarcar en toda regla en China, construyendo un mega parque de atracciones en las inmediaciones de Shangai. Y los chinos parecen encantados con la buena nueva, pues me comentan que los personajes Disney son tremendamente populares en el viejo ex imperio, donde la compañía norteamericana ya vende sus mercancías en unos 5.000 puntos de 25 ciudades distintas.



Disney World (Orlando; Florida, EEUU) 3D en Google Earth (vídeo colgado en YouTube por gearthblog)

3.600 millones de dólares va a costar construirle la casa china a Mickey Mouse, pero Disney considera que la inversión valdrá la pena, y eso que sin embargo el primer Disneyworld que se abrió en la ex colonia británica de Hong Kong no tuvo el éxito que se esperaba. Pero esta vez todo está mejor pensado, y Disney ya ha abierto en Shangai una escuela para aprender inglés destinada a niños entre 2 y 10 años. Eso de aprender inglés a mi me resulta un eufemismo: de lo que se trata es de aprender occidentalismo y capitalismo a través de la vieja lengua en la que Shakespeare escribió eso de “ser o no ser, esa es al cuestión”. Disney quiere ser, eso está claro, y para serlo tiene que hacerse un hueco en la geografía en la que ya se está decidiendo si se es o no se es, es decir, en China. Disney quiere ser, e inocula la fórmula de la metafísica occidental esencial en las mentes de los niños chinos. El libro rojo de Mao, lentamente, va a ser sustituido por los hot dogs y las hamburguesas que el ratón Mickey va ir repartiendo entre risas, gags y tropezones con Pluto. La revolución está en marcha, poco a poco, dibujo animado a dibujo animado, pixel a pixel, noria a noria, caseta de feria a caseta de feria..., empezando por los chinitos de dos años. Mickey Mouse es más eficaz y contundente que la Sexta flota. Dejémosle actuar, y estudiemos los resultados.

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Monday,23 nov 2009 19:41:46 GTM
<![CDATA[El Alakrana, banderas, piratas y vascos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1049 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Nos dice Wikipedia que el Alakrana es un atunero español con sede en el puerto vasco de Bermeo. El Alakrana faenaba hace semanas en la zona conflictiva en la que los piratas somalíes (con sede en bufetes de abogados londinenses) hacen de las suyas. A esa zona numerosos países han desplazado buques de guerra para da protección a sus pesqueros. Una fragata española, según parece, le anunció por radio al patrón del Alakrana que se estaba alejando de la zona protegida por ellos. El patrón, según parece, más o menos comentó que les dejasen en paz. Hasta ahora ni se decía ni se comentaba, pero es vox populi que muchos pesqueros vascos, cuando están en aguas internacionales, se niegan a enarbolar la bandera española y lanzan al viento la suya regional. Los piratas somalíes, como era previsible, secuestraron el Alakrana en cuanto se les puso a tiro, fuera de la protección de la fragata española. Una vez secuestrados, todo fueron lloros y lamentos. El gobierno vasco y los familiares de los tripulantes exigieron al gobierno español que solucionase el asunto de la forma que fuese, pero que lo solucionase. La solución ha estado en unos cuantos millones de dólares y en semanas de trabajo para la diplomacia española. En el Alakrana había marineros de varias nacionalidades. Había, claro, muchos españoles: gallegos y vascos. Las familias de los pescadores gallegos han viajado en bloque para encontrarse con sus familiares en un avión de la fuerza aérea española. Ni una sola familia vasca, sí, de los de Bermeo, ha querido viajar para abrazar a sus familiares. La razón, dicen, es que no quieren viajar en un avión del ejército español, que viven en un entorno de radicalismo nacionalista anti español y que no quieren tener problemas. Carlos Herrera, famoso locutor de una programa radiofónico español de notable éxito y seguimiento, entrevista a una de las mujeres bermeanas con marido ex secuestrado y le pregunta directamente por el asunto. Ella responde que decir eso es fruto de demagogia barata, y que no han viajado en cada caso por razones distintas, nunca por no subirse a un avión del ejército español. Dice que unos están enfermos, que otros tienen niños pequeños, que a otras los maridos les han dicho que no viajen… Dice que cada familia tiene su “propia problemática”. ¿Qué es eso de propia problemática?, pregunta Herrera diciéndole que esa frase deja abiertos todos los caminos posibles de entendimiento. Y ella dice que sólo dice lo que dice. Un contertulio le comenta: “vale, tú estás enferma y el médico te ha aconsejado no viajar. Pero es raro, raro que todas las familias gallegas hayan viajado al reencuentro, y que ninguna vasca lo haya hecho. ¿Todos estáis enfermos, todos tenéis niños pequeños?”. Y la bermeana no sale del burladero: “yo no viajo porque me lo han desaconsejado los médicos, el resto no viaje (erre que erre) porque cada familia tiene su propia problemática, sus propias razones”. Muchas gracias por tus palabras, termina Carlos Herrera. Buenos días, buenos días.

Que cada uno saque sus propias conclusiones.

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Friday,20 nov 2009 19:7:30 GTM
<![CDATA[Un poema en prosa desde Nueva York: Poema en Battery Park]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1048 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

No sé aún muy bien por qué, pero casi cada viaje que he realizado desde que escribo estas páginas ha propiciado la escritura de algún poema. Recuerdo París, la Toscana, Milán, recuerdo que aquí quedaron plasmados los poemas. Hace unas semanas viajé por vez primera a Nueva York. Me llevé conmigo una antología de Luis Cernuda, y tampoco sabría explicar muy bien por qué razón cogí el libro en el último momento, a punto ya de cerrar la puerta camino del aeropuerto.

Ya en Nueva York, cuando descansábamos en el hotel, muy cerca de Times Square, comencé a escribir las líneas de este pequeño poema neoyorquino. Un poema que ahora reconozco en esencia autobiográfico, y en el que el propio viaje está incluido en la intención. El poema es el siguiente, como casi siempre en prosa, en la estela grandiosa del Espacio de Juan Ramón Jiménez. No lo siento muy distinto a los publicados en mi último libro, La lengua ciega (DVD ediciones). Pero sin duda este es el comienzo de otro libro. Y lo quiero compartir con ustedes.

POEMA EN BATTERY PARK

Del otro lado ya es más el tiempo que se alza en regreso con las manos abiertas. Sí, ya es mucho más que el nuestro el tiempo ajeno según dice a mi oído el viento oscuro de nuestra palabra, entre las hojas frente a ti, cuando no pide nada junto a los postes de madera en Battery Park, jardines de Manhattan. Y aquí, en esta inmensa ciudad destinada conmigo al olvido, quietamente, pienso en la distancia erguida de aquellos que esperan a su igual en la nostalgia de algún azar con sentido nuevo y rezo de acantilado. Pero nosotros tenemos ya cuarenta años y empezamos a olvidarlo todo, a saberlo todo con la voz monótona de los pájaros que ya sólo habitan rincones donde alguien llora porque acaba de llegar como un río adverso y público, y malherido y vagabundo y obstinadamente indescifrable. Del sol, de la tierra, de los ángulos desiertos en los que la muerte reclama proseguir soñando el sueño biográfico de la realidad, de esos lugares y momentos nace la misma senda que se canta en las astillas peripatéticas de la ceniza, que se mezcla con el final del Tiempo.

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LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

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Thursday,19 nov 2009 19:33:47 GTM
<![CDATA[El Hamlet de Victor Mature-Doc Holiday en un salón del oeste]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1047 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Victor Mature (Louisville, 1913-Rancho Santa Fe, 1999), fue un famoso actor de los años dorados de Hollywood, conocido por sus moderadas dotes interpretativa y un físico absolutamente poderoso, que logró trabajar con algunos de los más importantes directores de cine de la historia: Josef von Sternberg, John Ford, Henry Hathaway, Cecil B. DeMille, Robert Siodmak, Robert Wise, Mervyn LeRoy, Delmer Daves, Michael Curtiz, Terence Young, Anthony Mann, George Sherman o Vittorio de Sica.

Victor Mature si hoy es recordado, que lo dudo bastante, lo es probablemente por sus películas de tema bíblico que las Semanas Santas de nuestra infancia franquista invadían las salas de cine y los 2 canales televisivos que había entonces en España. Sí, ahí aparecía el gran Victor Mature, enorme, musculoso, y un extraño y muy característico gesto en el rostro que en su inexpresividad apenas cambiaba nunca, ya estuviera interpretando un western, una película de cine negro, o la ya mencionada tragedia bíblica.



Tráiler de My Darling Clementine, de John Ford (vídeo colgado en YouTube por bettielover)

Sansón y Dalila (de Cecil B. DeMille, 1949), La túnica sagrada (de Henry Koster, 1953), Demetrius y los gladiadores (de Delmer Daves, 1954), y Sinué el egipcio (de Michael Curtiz, 1955), son probablemente las películas semanasantereas que nos lo recuerdan, y quizá no con excesivo agrado. Sin embargo Mature participó en algunas obras maestras inolvidables, como por ejemplo la maravillosa y negrísima El beso de la muerte (Henry Hathaway, 1947), donde comparte planos con uno de los malvados más malvados de la historia del cine, el personaje desquiciado que interpretó Richard Widmark; y pienso también en Una vida marcada (de Robert Siodmak, 1948). Ahora bien, donde descubrí a Victor Mature fue en My darling Clementine (Pasión de los fuertes, de John Ford, 1946), donde interpretaba a Doc Holiday, el doctor pistolero y jugador que acompañó a Wyatt Earp (Henry Fonda) en el famosísimo duelo a muerte en el Ok Corral. Desde entonces, Victor Mature ocupa un lugar radiante en mi cinefilia. La escena que jamás olvidaré es esa en la que Mature y Fonda están en el teatrillo del pueblo esperando a que comparezca el actor que el ayuntamiento ha contratado. El actor no aparece en escena y el público, compuesto por vaqueros y jugadores, comienza a protestar airadamente lanzando al escenario todo tipo de objetos. El sheriff Earp (Fonda) sale acompañado de Holiday (Mature) en busca del perdido actor. Lo encuentran en un salón, donde un grupo de pistoleros le han obligado a subirse a una mesa para que los entretenga con sus gracias. El actor, confundido, medio borracho, acosado, insultado, a quien los pistoleros obligan a moverse a tiro limpio, comienza a recitar el monólogo del Hamlet “shakespeariano”. Earp y Holiday contemplan en silencio la escena. A los pocos segundos, los pistoleros, revólver en mano, le gritan al actor que se deje de monsergas y que les cante divertidas canciones. Holiday (Mature), desde el fondo del silencio, pide silencio con un tono de voz que no deja lugar a dudas. Earp (Fonda), junto a él, acaricia la culata de su revólver. El actor está confundido, y le dice a Holiday que no se encuentra en condiciones de continuar. Y en un silencio sepulcral, donde la tensión puede cortarse con una cuchillo, Holiday (Mature) recita: ¡Ser, o no ser, he ahí la cuestión...! Absolutamente memorable. John Ford hizo que Mature, con fama de ser un pésimo actor, recitará el monólogo más célebre de la historia universal del teatro, y que lo hiciera en un típico salón de western, con un revólver al cinto.



La escena sobre el Hamlet de Shakespeare en My Darling Clementine (vídeo colgado en YouTube por miltonwhatever)

Además, Mature debía ser un tipo con sentido del humor. De él se cuenta la siguiente anécdota, que creo habérsela escuchado a José Luis Garci. Iba a entrar Mature en un hotel o club de esos exclusivos de Nueva York o Los Ángeles en los que en tiempos no dejaban entrar a actores y otras “gentes de mal vivir”. A Mature lo pararon en la entrada y aduciendo su conocidísima condición de actor, le negaron la entrada. Pero ni corto ni perezoso Mature sacó de inmediato de su cartera un montón de reseñas periodísticas sobre su trabajo en las que profusamente se aseguraba que era tan malo en pantalla, que todos dudaban de que realmente fuese actor. Mature pasó sin mayores problemas al hotel o club. ¡¡¡Un tipo simpático!!!

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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,18 nov 2009 19:42:2 GTM
<![CDATA[Fotos en un jardín, de Michel Quijorna]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1045 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes



En 1997 el fotógrafo Michel Quijorna (Olten, Suiza, 1968), se “perdió” en el jardín de su casa portando una cámara oscura, hecha, si no recuerdo mal, con una simple caja de cartón. Los procesos de los negativos y positivos en C-PRINT fueron realizados por el autor. El resultado son unas imágenes extraordinarias, de un lirismo inquietante, de unos colores retorcidos que apuntan al dibujo de un mundo nuevo. La contemplación de las imágenes me sugirió el siguiente texto:



El umbral del mundo

El jardín es un espejo insobornable por el que deambula la mirada conformando arquitecturas y cantos, pétalos precisos que con el sólido brillo de las piedras, se disponen como escaleras que conducen a espacios hasta ese instante ignorados. El jardín es el sueño singular del ojo que vive atento a los límites definidos por las flores; es un fresco y deslumbrante perdedero, fundamento de sentidos sabios. El umbral del mundo es un jardín, y en el juego de sus sombras, en el contenido alud de sus rojos, amarillos, verdes, grises y azules, las flores impulsan un lenguaje propio, que como el cálido eco de las primeras miradas, permite redescubrirnos hambrientos tras un insólito y abandonado universo, tras ese atento y terso aroma que viaja suelto y sin dirección precisa –cuando el día hace equilibrios entre la eternidad y lo perdido-, en busca siempre de un amigo al que inventa todas sus historias, todos los espacios que con llamas abiertas se cincelan…



***

Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009)

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Tuesday,17 nov 2009 20:15:23 GTM
<![CDATA[Pancho Cossío y José de Ciria y Escalante en Santander, 1920]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1044  

Juan Antonio González Fuentes

El último día de 1920, sí, el de la Noche Vieja, el jovencísimo poeta ultraísta José de Ciria y Escalante, al que Lorca dedicó a su muerte el soneto al Giocondo, publicada en el periódico santanderino La Atalaya un artículo sobre Pancho Cossío, un pintor entonces casi desconocido que estaba llamado a ser uno de los grandes pintores españoles de su tiempo. Este es el visionario texto.

UN PINTOR MONTAÑÉS: FRANCISCO GUTIÉRREZ-COSSÍO

Dentro de poco tiempo y en el salón de expo­siciones del nuevo Ateneo, podrá el público santanderino contemplar las obras del joven pin­tor montañés Francisco Gutiérrez-Cossío.

Pocas son las personas que conocen los cua­dros de este inquieto artista —el que a nosotros más nos interesa entre los actuales pintores mon­tañeses- y seguramente que la exposición de sus óleos y dibujos dará lugar a numerosos y muy encontrados comentarios.

Ese deseo tan perjudicial y tan frecuente entre los jóvenes de querer darse a conocer, cuando aún no ha llegado la época en que comienza a madu­rar la obra; ese afán tan humano y de tan lamen­tables resultados, nunca ha sido sentido por Cossío. Otros en sus condiciones, probablemente, no habrán podido resistir la tentación de exponer, no ya hoy, que la personalidad de Cossío está firme­mente acusada, sino hace algunos años, cuando el pintor comenzaba a salvar con dificultoso paso algunos problemas que él mismo planteaba y que en sus últimas obras están firmemente resueltos.

La mayor parte de los jóvenes que tienen voca­ción por la pintura, así que han terminado de dar lección con tal o cual maestro, y al cabo de visitar dos días el Museo del Prado, se creen unos genios. No se preocupan de lo que en pintura se ha pro­ducido hasta ellos, y así resulta que como desco­nocen lo anterior, y hasta lo de sus mismos días, hay veces las más, que acaban de pintar una obra que ellos creen modernísima, y en resumen lo que han hecho ha sido descubrir el Mediterráneo. Cossío comenzó sus estudios con Cecilio Pla, y la influencia -funesta en todo caso y con doble motivo en éste- del maestro se percibe claramen­te en sus primeras obras. ¡Qué lejos la paleta fres­ca y jugosa del Cossío de ahora, de aquella otra sucia y turbia de sus primeros cuadros!
Si por entonces Cossío hubiese celebrado algu­na exposición, a buen seguro que sus cuadros se hubiesen vendido como agua, valga, la frase, y que los encargos hubieran llovido en su estudio. El público todavía prefiere los cuadros de tono opaco y enfermizo -muy siglo XIX- a los lienzos de colores lozanos y viriles, amables y optimistas, característicos de nuestro tiempo.

La principal preocupación de la pintura actual es el color. Los pintores de nuestro tiempo han relegado a segundo término el valor literario de la pintura, que alcanzó su mayor auge en el siglo XIX, y que fue una de las características de los pintores del romanticismo. La cruzada emprendida por los modernos pintores es todavía combatida por algu­nos, miopes empedernidos, que quieren desvirtuar y dar a la pintura otros alcances, que está muy lejos de tener. La característica de la pintura es el color, por lo tanto llegar a dar una emoción exclusiva­mente por la combinación y armonía de los colo­res, es la preocupación de los artistas modernos, que prefieren caminar por sendas vírgenes, que marchar por caminos trillados y sencillos.

A este grupo de pintores rebeldes, que desde­ñan el éxito fácil, pertenece Cossío. Sus últimas obras son un buen ejemplo de ello.

Pancho Cossío: Barcos (1934)

Pancho Cossío: Barcos (1934)

En este momento viene a nuestra memoria el nombre de un montañés ilustre: tal vez porque en estos días ha estado de actualidad, con motivo de la publicación de un libro, y de una próxima invi­tación que recibirá de la sección de Artes Plásticas del Ateneo, para celebrar una exposición en el nuevo local, o tal vez por el contraste que ofrece su pintura con la del pintor a quien dedicamos esta crónica: nos referimos a Gutiérrez Solana.

Seguramente si en nuestra memoria hubiése­mos intentado buscar un nombre, representante entre los modernos artistas, de la pintura literaria, nos hubiésemos referido seguramente a él. Impo­sible mayor contraste que el que ofrecen los lien­zos de Solana y los de Cossío. El público, en no dejan fecha, lo apreciará, pues las exposiciones de ambos pintores se celebrarán con muy pequeño intervalo.

Los juicios serán seguramente muy encontrados y para todos los gustos. Yo lo que sí sé es que no tendría en mi casa cuadros de Solana. En casos como estos, me explico que existan los Museos.

Auguramos a Cossío un porvenir espléndido. En estos momentos, su talento es muy superior a muchos de los pintores que el público tiene con­sagrados. Creemos firmemente, que no pasado mucho tiempo, Cossío ha de ocupar el puesto que por derecho propio tiene ganado.

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Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

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Monday,16 nov 2009 18:52:2 GTM
<![CDATA[El pintor Solana contado por el poeta José de Ciria]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1043
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La temprana muerte del poeta José de Ciria y Escalante (Santander, 1903-Madrid, 1924) de la que en 2009 se cumplen 85 años, tiene el atractivo de poder especular sobre lo que pudo haber sido su carrera literaria. Sin embargo, más allá de eso, deberíamos ser capaces de leerlo ahora desde el escritor que realmente fue. No encontramos en Ciria un autor de madurez ni un autor con un sólido proyecto, sino la semilla de una escritura en estado puro, de un vitalismo que dejó asombrados a nombres que van desde Federico García Lorca (quien le dedicó un conocido poema a su muerte, dejando a Ciria ya para siempre con el sobrenombre de “Giocondo”), hasta Gómez de la Serna, quien lo acogió bajo su ala en el Ateneo de Madrid. Y todo sin haber llegado prácticamente a la entonces mayoría de edad. Es más, estos, junto a nombres como Azorín, Juan Larrea, Moreno Villa, Luis Buñuel, José Bergamín, Pedro Salinas..., y un larguísimo etcétera, tras la repentina muerte del joven poeta y escritor en el Hotel Palace de Madrid (donde vivía gracias a sus adinerados padres), aunaron esfuerzo y dinero para publicar la obra dispersa de Ciria, editando así un tomito que hoy es pieza perseguida por los coleccionistas. La estima hacia su obra, hacia su vitalismo vanguardista, y por extensión, hacia su persona, quedaron constatados con evidencia gracias a aquel gesto. Sus amigos reunieron fundamentalmente su obra ultraísta, sin duda, lo más importante e interesante de su producción. Sin embargo, es necesario releer todos sus escasos trabajos en conjunto para poder acercarnos con algún acierto a su personalidad y a sus ideas, por ejemplo, sobre el arte.

El mejor ejemplo de esas ideas son los dos artículos que José de Ciria y Escalante publicó en el santanderino y desaparecido periódico La Atalaya dedicados a dos “pintores montañeses”: Pancho Cossío (el 31 de diciembre de 1920) y Solana (el 5 de febrero de 1921). Son dos trabajos “impresionistas”, en absoluto teóricos, en los que sin embargo sí se dejan vislumbrar los intereses pictóricos del autor, y en los que se plasman algunos datos y detalles sin duda interesantes para los estudiosos de la pintura y la personalidad tanto de Francisco Gutiérrez-Cossío como de José Gutiérrez Solana. Aquí reproducimos el artículo dedicado a Solana. A mediados de este mes de noviembre el poeta y filósofo Alberto Santamaría y yo mismo dedicamos un ciclo de conferencias monográfico al Ultraísmo y a José de Ciria en la santanderina Fundación Botín. Y a la vez, en la revista Trasdos del Museo de Bellas Artes de Santander, recuperamos el texto sobre Solana y sobre Cossío. Esta breve introducción formará parte de nuestro artículo para esa revista.

José Gutiérrez Solana: La tertulia de Pombo (1920)

José Gutiérrez Solana: La tertulia de Pombo (1920)

EN CASA DE JOSÉ GUTIÉRREZ SOLANA

La sección de Artes Plásticas del Ateneo monta­ñés invitó, no hace aún muchos días, al ilustre pintor santanderino José Gutiérrez Solana para que celebrara una exposición de sus lienzos en el nue­vo local, y que sería la que diese comienzo a la serie de proyectos, prontos a realizar por la ante­dicha Sección.

Nada sabíamos de la contestación que Solana había dado al Ateneo, cuando el otro día le encon­tramos en la tertulia literaria y artística que en el Antiguo café y botillería de Pombo se celebra en las noches del sábado. (Esa admirable tertulia, de ambiente tan cordial, que formó Ramón Gómez de la Serna, y que ha sido consagrada por las cróni­cas apologéticas de este original escritor y última­mente por el espléndido lienzo que, con el título La tertulia de Pombo, ha pintado Solana, cuadro que fue expuesto en el Salón de Otoño, y última­mente adquirido por el dueño del café y colocado en el salón donde se reúnen los pombianos).

El pintor montañés semeja una fuerte y tallada columna de granito. Solana es un tío con toda la barba -escribe Ramón Gómez de la Serna- un tío que tiene una sonrisa siniestra, una sonrisa como de borracho que se da cuenta de todo de un mo­do desatado, una sonrisa de una crudeza y una claridad como la del rayo, una sonrisa que no se parece en nada a esas sonrisas encubiertas, galan­tes, dulces, blandas, de una ironía mezquina, que no merece la vida, más fuerte, más aciaga, más vibrante y más real de lo que parece. La sonrisa de Solana, llena de un resplandor zahiriente y tajan­te, esclarece con su luz fría y agria las cosas y las acusa como nada. (Se ve ante su resplandor que estamos a oscuras).

Estrechamos la mano del autor de El carnaval de la aldea, maravilloso cuadro adquirido recien­temente en una exposición de Londres, y al pre­guntarle si por fin iba a enviar sus obras al Ateneo, nos contestó:

-Precisamente, hoy he contestado a Ángel Es­pinosa, que me invitó en nombre de la Sección de Artes Plásticas, agradeciéndole su deferencia y co­municándole además mi deseo de retrasar mi ex­posición hasta mayo. No tengo nada nuevo; lo único que podría mandar serían cosas viejas y muy conocidas del público. La España negra me ha robado mucho tiempo y apenas si he pintado mientras he estado escribiéndola. A Santander quiero enviar mis últimas obras y exponerlas allí por vez primera. Emplearé estos tres meses en preparar la exposición.

¡Lástima grande que no se pueda celebrar en este mes de febrero, coincidiendo con la inaugu­ración del Ateneo! Un día escribió Gómez de la Serna: "La exposición general de los cuadros de Solana se debía verificar bajo el cielo de febrero, bajo la comprensión de febrero y coincidiendo con el Carnaval, para que las máscaras entrasen a ver los cuadros. En esa exposición podría haber también concurso de pobres típicos, cantadores de flamenco, música de la calle, y yo daría una con­ferencia ante cada cuadro".
­
-Venga usted mañana por casa -nos dijo Sola­na al despedirnos- así podrá ver las obras que ten­go en preparación.

Al día siguiente, nos encaminamos a casa del pintor, enclavada hacia el medio de la calle de Santa Feliciana, y que consta solo de dos pisos, con un aspecto que tiene algo de chalet elegante y otro poco de casa humilde de aldea.

Atravesamos un largo y estrecho pasillo, en el que se abrían puertas a ambos lados, y que esta­ba completamente atestado de cuadros y bastido­res con lienzos aún sin pintar.
La criada nos pasó al comedor, y mientras iba a avisar a los dos hermanos, observamos la estan­cia. Unos curiosísimos cuadros colgaban en las paredes. Eran unos cromos -hasta cuatro— repre­sentando escenas pueblerinas unos de ellos, con un paisaje sencillo: un grupo de casas agolpándose alrededor de la iglesia, en cuya torre marcaba la hora un reloj auténtico; otros representaban una escena marinera, con la perspectiva de unos bu­ques atracados, y al fondo el cuadro se veía un edificio que poseía también un magnífico reloj. De los marcos de todos ellos colgaba una cadenita de hierro, rematada por una anilla. Cuando más extasiados estábamos en la contemplación de los cro­mos, entró José Gutiérrez Solana, acompañado de su hermano Manuel, alma de aquella casa.
Pronto advirtieron mi curiosidad, y tirando de las cadenitas que pendían de los marcos, comenzaron a funcionar los mecanismos de los relojes, tocando cada uno una marcha diferente. De una pared de la habitación colgaba también un reloj de cuco, que pronto comenzó a tomar parte activa en el concier­to. La casa de los Solana está por completo abarro­tada de juguetes con mecanismos musicales.

Después pasamos a ver los cuadros. En el otro comedor de la casa, más amplio y claro que le que sirve de albergue a los cromos filarmónicos, es don­de trabaja Solana. Allí tenía un lienzo a medio pin­tar. El asunto es divertidísimo; se trata de una galli­na vestida de vieja, con unas gafas colocadas en la punta del pico y con una toca sobre la cabeza. Al lado de ella un pato con traje y aparejos de pesca­dor la acompaña, y completa el cuadro una pece­ra, en la que nadan unos peces encarnados.

- Estos modelos, nos dijo Solana, los compré en el Rastro hace ya mucho tiempo. Me han hecho gracia y los he aprovechado como asunto para un cuadro. En él estoy trabajando ahora.
En la estancia donde nos encontramos se halla casi en su totalidad la obra de Solana. Una gran cantidad de vírgenes y santos góticos dan a la habi­tación un aspecto inquietante, que, uniéndose a la impresión que producen los cuadros (capeas en las plazas de los pueblos, entierros de la sardina, figu­ras de cera, vitrinas del Museo Antropológico, pro­cesiones bajo un cielo negro, etc., etc.) y a la luz tímida del atardecer, que entra en el cuarto atravesando unas persianas verdes colocadas en los bal­cones, producen un efecto lúgubre.

Nos despedimos de los dos hermanos con la grata impresión de aquel rato inolvidable, y desean­do que las nuevas obras del pintor montañés, que han de ser expuestas en el Ateneo, proporcionen nuevos triunfos a su creador.

***

Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,13 nov 2009 13:17:49 GTM
<![CDATA[Diario del primer amor (Errata Naturae), Leopardi o el Romanticismo europeo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1042
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Sin duda ninguna Giacomo Leopardi (1798-1837) es el poeta en lengua italiana del siglo XIX, y uno de los más grandes poetas europeos de su época y de la literatura universal en general. Giacomo Leopardi se enamoró en su día de un dama de Pésaro, Gertrude Cassi, una prima de su padre. El Leopardi enamorado por vez primera comenzó entonces a escribir una narración autobiográfica que con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los textos canónicos del siglo XIX sobre el amor, y en toda una referencia moderna en torno al complejo género autobiográfico.

Giacomo Leopardi: Diario del primer amor (Errata Naturae, 2009)

Giacomo Leopardi: Diario del primer amor (Errata Naturae, 2009)

El texto del que hablamos se titula Diario del primer amor, y ahora, con prólogo del pensador Rafael Argullol, aparece publicado en español por la editorial Errata Naturae dentro de su colección “La mujer Cíclope”. Para que nos hagamos una idea, en Diario del primer amor Leopardi anota pormenorizadamente, para luego analizar con precisión escalofriante, todas las variaciones del sentimiento amoroso que él mismo experimenta. Convertido en un singular “conejillo de indias” de sus propios pálpitos de amor, Leopardi dibuja así, a través de auto experimentar el “tormento” pasional, uno de los principales senderos hacia el Romanticismo, la nueva sensibilidad artística, la nueva pulsación vital europea que Leopardi ayudó a descubrir y conceptualizar por medio, sin ir más lejos, de este Diario del primer amor.

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Thursday,12 nov 2009 19:12:36 GTM
<![CDATA[Historia de un tigre y un perro, el perro del mismo Bilbao]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1041
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Como en otros muchos países del mundo, imagino que en casi todos, en España se utilizan tópicos para calificar y clasificar a los naturales de las distintas regiones. Los tópicos generalmente tienen un pellizco de peyorativos, lo que entra dentro de la lógica, al menos de la lógica hispana. Así los gallegos nunca se saben si suben o bajan y utilizan preguntas para responder a preguntas; los andaluces son chistosos y vagos; los madrileños chulos y prepotentes; los catalanes avaros y exageradamente tacaños, y los vascos muy dados a la grandilocuencia y la exageración para con ellos mismos. Los chistes que se cuentan en los bares de toda España y que tienen como protagonistas a vascos, sobre todo a los habitantes de Bilbao, siempre hacen referencia a algún detalle exagerado y grandilocuente, a algo siempre, además, un poco bruto, algo de terquedad desafiante. Uno de los ejemplos más afortunados y felices que pueden ponerse al respecto es el siguiente: “el plano de la ciudad Bilbao no es un plano, es un mapamundi”, chiste que hace referencia a la condición grandilocuente de sí mismos que pasa por ser una de sus características definitorias.

El hambre o la sed de un bilbaíno siempre son homéricas y sólo se resuelven con océanos de líquido y con cordilleras de alimentos. Las hazañas protagonizadas por bilbaínos son portentosas, cargadas de fuerza bruta, determinación y un mucho de valiente cabezonería. En este sentido, en el resto de España, cuando a algo quiere señalársele como exagerado se le suele decir: ¡anda ya, que pareces de Bilbao!, y ese concepto globalizador se aplica a todo: cosas, personas, animales, sucesos, historias...

Lo que nunca pudimos imaginar en el resto España es que el tópico respondiese a una realidad tan elocuente, y sobre todo referida a los perros. Sí, a los perros, a los perros de Bilbao. Estos animales, sí, los del mismo Bilbao, también son capaces de hazañas asombrosas, llenas de arrojo temerario, cierta chulería barnizada de espasmo y algo (bastante) de ¡por mis cojones! Y es que cómo son los perros del mismo Bilbao. Para muestra un ejemplo. Sin palabras.

Indiscutiblemente se trata de un perro del mismo Bilbao

 Indiscutiblemente se trata de un perro del mismo Bilbao

MÁS HISTORIAS DE PERROS DE OTRAS LATITUDES

-El arte de Guillermo Vargas: dejar morir de hambre a un perro
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-Historia de perros, o amor perruno en una autopista chilena
-González Fuentes torturador de perros, o los peligros de internet

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,11 nov 2009 17:46:21 GTM
<![CDATA[Charlie Chaplin in Zepped, una película inédita de Charlot]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1040
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Morace Park es un inglés de pura cepa, y como tal, a nadie debe extrañar que se dedique a coleccionar, y que lo que coleccione sean antigüedades de todo tipo y condición. Cuando Morace Park vio que en el portal de subastas eBay ofrecían una vieja película en su vieja lata correspondiente, Park no dudó en pujar hasta hacerse con ella por 3 euros y medio. “Viejo filme” era el título (epitafio) con el que el objeto se subastaba. La verdad es que a Morace Park la película en sí le importaba un comino, y que lo que le hacía gracia era poseer una de esas viejas latas (piezas curiosas ya de arqueología industrial imagino) en las que antes viajaban los rollos de películas de cine en cine, de cámara en cámara, para su proyección.

Park pagó la adquisición con su tarjeta de crédito y, seamos sinceros, se olvidó por completo del asunto hasta que un día la lata y la película llegaron a su casa. Morace Park dejó el paquete sobre una mesa y tardó unos momentos en abrirlo. Cuando lo hizo se encontró con una película titulada Charlie Chaplin in Zepped. Morace se conectó a internet y navegó por la red investigando qué se decía de su reciente adquisición. Nada de nada fue el resultado. Charlie Chaplin in Zepped parecía no existir. Y entonces se produjo una casualidad de casualidades: un vecino de Park, John Dyer, había sido uno de los mandamases de la Autoridad Británica para la Clasificación de Películas, y requerida su ayuda por el buen vecino, se puso también a trabajar. La conclusión al cabo de un tiempo es que la película, como tal, era inédita. Es decir, Morace Park había comprado en eBay un película inédita del genio universal del cine por la cantidad de 3 euros y medio. Eso era todo.

La película, según aseguran ahora los expertos, está “construida” por la primera gran compañía para la que Chaplin trabajó en Hollywood, Essanay. Esta compañía montó una película de Chaplin mezclando escenas desechadas de otras películas de Charlot realizadas por ellos, con imágenes documentales de zepelines. La nueva película de Chaplin fue en un principio una artimaña de Essanay para seguirle sacando rentabilidad económica a un artista que ya les había dejado. El filme es probable que date de 1917, fecha en la que el cómico inglés cambió de compañía, y siguiendo con las probabilidades, los más seguro es que Essanay montase este trabajo en película de nitrato de 35 milímetros como contribución propagandística a la campaña del gobierno británico para concienciar a su población de no tener terror al empleo de zepelines por parte del ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial. Las escenas de la película muestran a un Chaplin que se burla sin templanza de un zepelín que acaba de realizar un ataque aéreo.



Charles Chaplin en una escena de El circo, 1928 (vídeo colgado en YouTube por jastarloaoroz)

La película Charlie Chaplin in Zepped de Essanay nunca llegó a estrenarse por los litigios emprendidos por el artista contra su antigua compañía, aunque sí llegó a clasificarse con tal nombre para su pase en Egipto, país que entonces, en plena Guerra Mundial, era un protectorado británico, hecho del que ha quedado constancia documental.

A día de hoy poco importa que Charlie Chaplin in Zepped haya sido, quizá, la primera película pirata de la historia, o que su “construcción” fuera una muestra de olfato comercial y empresarial de primer orden por parte de Essanay. Lo importante a estas alturas de la película es que ha aparecido una muestra sustancial de lo que fue la “prehistoria” del cine, una muestra de cómo se rodaba, cómo se montaban las películas, y qué tipo de secuencias se desechaban de entre las rodadas por uno de los primeros y más indiscutibles genios de la historia del cine. Charlie Chaplin in Zepped va a ser restaurada y pasada a un formato mucho más estable y duradero que el fragilísimo nitrato. La película que Morace Park compró con su lata incluida por 3 euros y medio, menos de seiscientas de las antiguas pesetas, ahora está valorada en unos 45.000 euros, casi siete millones y medio de pesetas. Morace Park es un poco más rico de lo que antes era gracias a unos cuantos desechos de Charlot, al igual que la historia del cine con mayúsculas también es mas rica, al igual que todos nosotros, ciudadanos del mundo, ciudadanos todos, querámoslo o no, chaplinianos. 

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Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,10 nov 2009 19:2:29 GTM
<![CDATA[Las mejores ciudades para vivir de España (¡¡¡Santander la segunda!!!)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1039
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Escribo estas líneas medio sentado medio tumbado en la cama. Es domingo, casi las cinco de la tarde, que de hora lorquianamente taurina ha pasado en España a ser hora futbolística por antonomasia. En efecto, en la radio suena la voz gritona del locutor que anuncia que los jugadores del Racing de Santander y los de Athletic de Bilbao salen al césped de los Campos de Sport del Sardinero.

Un resolillo tibio y ramplón intenta hacerse un hueco en el paisaje otoñal que contemplo por la ventana. Tejados urbanos húmedos como olas, la bahía santanderina de color sopa sucia, y al fondo las montañas verde esmeralda, cuajadas de casitas minúsculas en la lejanía. Hace cuatro días que diluvia. No llueve, caen mareas oceánicas enteras desde el cielo. Mi cuarto parece un submarino desde el que navego por un mar de nubes hinchadas de blancura sucia.

Escribo estas líneas, escucho las incidencias del fútbol y leo el periódico, donde me empapo tomando datos de una encuesta realizada por Merco Ciudad sobre las mejores ciudades españolas. ¿Las mejores ciudades españolas? Las mejores para qué. Pues por ejemplo para estudiar, trabajar, hacer negocios, visitar, divertirse y vivir. En el ranking general Madrid queda como ciudad ganadora, siendo la segunda Barcelona y la tercera Valencia. Es decir, las tres ciudades españolas más grandes y pobladas son las que mejores ratios tienen con respecto a elementos tales como sanidad, oferta cultural, deportes, comunicaciones, educación, trasportes, limpieza, gestión política, etc, etc... Para estudiar, trabajar, divertirse y hacer negocios, la mejor ciudad española es Madrid, la segunda Barcelona. Para visitar la mejor ciudad española es Barcelona, y la segunda Madrid.

Santander, Cabo Menor, 11-6-2007 (foto de Maria Victoria Gomez Fernandez, wikipedia)

Santander, Cabo Menor, 11-6-2007 (foto de Maria Victoria Gomez Fernandez, wikipedia)

La ciudad en la que vivo, Santander, queda en el puesto 16 dentro del ranking general que relaciona 78 ciudades, ni más ni menos. Santander, mi ciudad, no está considerada entre las 10 mejores ni para estudiar, ni trabajar, ni hacer negocios, ni divertirse, ni para visitar. Un puchero sentimental de amor a la patria chica se me dibuja en la boca. Sin embargo cambio el puchero por una amplia sonrisa (ah!!, la patria chica bien valorada) cuando observo la columna estadística que se refiere a la ratio “mejores ciudades para vivir”. En esta columna, ¿la más importante a fin de cuentas?, el primer lugar lo ocupa Pamplona, la ciudad en la que Hemingway veía los toros con bota de vino y bocata en las manos, y Santander, mi ciudad, la segunda. Es decir, vivo en la segunda mejor ciudad española para vivir.

No me quejo, desde luego, de la suerte que me ha tocado al nacer y vivir en una ciudad como la mía, Santander. Podría hacer una lista no breve de defectos, carencias, ausencias y calamidades que observo, padezco y siento en Santander desde que tengo uso de razón. Más menos. Pero no es el momento. Creo que al revés, es el momento de hacer un elogio a la calidad de vida que ofrece mi ciudad, y de la que disfruto a pierna suelta y con esa cara de provinciano satisfecho que se nos pone (por qué será) a los provincianos satisfechos. Paisajes variados y cambiantes. Una bahía que es sin duda una de las más bellas del mundo. Playas por doquier, salvajes y turísticas. Estación de esquí a tres cuartos de hora en coche. Clima templado y tranquilo. 200.000 almas con las que pasear y compartir vivencias. Parques. Ciudad peatonal desde una esquina a la otra. Latidos culturales (Universidad, Festival Internacional, librerías como Estudio y Gil, Concurso de Piano Internacional, Fundación Botín, UIMP, Fundación Gerardo Diego, Biblioteca Menéndez Pelayo, Filmoteca, Palacio de Festivales, Museo de Bellas Artes…), tradición comercial, Banco de Santander, buenos restaurantes, deportes e instalaciones deportivas, puerto industrial, puertos deportivos, Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, paisanos ilustres (Menéndez Pelayo, José Hierro, Gerardo Diego, Mario Camus, Marcelino Sanz de Sautuola, José María de Pereda, Pancho Cossío, Álvaro Pombo, Jesús Pardo…) aeropuerto con vuelos directos a París/ Londres/ Roma/ Bruselas/ Dusseldorf/ Madrid/ Barcelona/ Valencia, etc, etc…

No, no puedo quejarme de vivir en Santander, la segunda mejor ciudad española para hacerlo según los sesudos estudiosos de Merco Ciudad. Pero por favor, ¡¡¡¡no se lo digan al alcalde!!!! 

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Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,9 nov 2009 20:22:20 GTM
<![CDATA[Historia de EEUU, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta 1970]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1038
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En los EEUU los años posteriores a 1945 supusieron también una continuación de la tendencia intervencionista heredera de Roosevelt, el New Deal y los años de guerra. Al calor del evidente crecimiento económico de los años inmediatamente posteriores al final de la guerra, el presidente Truman lanzó un vasto programa legislativo de contenido social, el Fair Deal, que si bien fue recortado ante la presión de los republicanos y parte de los demócratas, introdujo mejoras como viviendas baratas, aumento del salario mínimo y ayudas a los agricultores. A finales de la década de los cuarenta sobrevino la Guerra de Corea; el incremento de las partidas y gastos estatales que comportó contribuyó a reducir el paro y aumentar la demanda.

Fueron también los años del comienzo de la Guerra Fría, en que se desarrolló una ola conservadora y una histeria anticomunista en los EEUU, dando lugar a hechos como la “caza de brujas”, impulsada por el senador McCarthy y desarrollada por el Comité de Actividades Antiamericanas contra todo aquel que manifestase sus simpatías por el comunismo o simplemente tendencias izquierdistas.

En 1953, después de dos décadas de presidencias demócratas, llegó a la presidencia un republicano, el general Eisenhower (1953-1960) Con él llegó un “nuevo conservadurismo” que hundía sus raíces en la tradición liberal del siglo XIX y se proponía reactualizar el legado republicano con un mensaje centrado en la prosperidad y la armonía social del país. En esta línea de actuación Eisenhower terminó con la sangría norteamericana en la guerra de Corea y propició una mejora y ampliación de la red de asistencia social, así como dotó de mayores partidas presupuestarias a la educación. Paralelamente la bonanza de la industria repercutió en los aumentos salariales y las mejoras laborales del obrero. De hecho, ante la participación de los trabajadores en la sociedad de consumo, los grandes sindicatos, la Federación Americana del Trabajo (AFL) y el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO) desarrollaron una actitud de moderación y llegaron a un acuerdo de fusión. Estos años fueron también trascendentales para el futuro de la integración racial de la sociedad norteamericana: en 1954 el Tribunal Supremo declaró inconstitucional la segregación racial en las escuelas y la comunidad negra, cada vez más organizada, comenzó a presionar en las zonas sureñas para lograr el reconocimiento de todos sus derechos y la igualdad de oportunidades para participar en las actividades públicas.

John F. Kennedy, 11-7-1963 (foto de Cecil Stoughton, wikipedia)

John F. Kennedy, 11-7-1963 (foto de Cecil Stoughton, wikipedia)

La tranquilidad de la América de los cincuenta dio paso a una década más convulsa, iniciada con problemas como el creciente paro, los enfrentamientos raciales y el alza inflacionista, que comenzaba a ser inquietante. En esta situación, las elecciones presidenciales de 1961 dieron la victoria al candidato demócrata, el católico John F. Kennedy, que puso en marcha una política reformista. Con el lema de la “Nueva frontera”, se fijó como objetivo hacer participar en la prosperidad americana a los 40 millones de pobres del país, a través de una intervención del estado para fijar un salario mínimo, la extensión de la seguridad social, la asistencia federal a las regiones en dificultades, las subvenciones para la renovación urbana y el desarrollo de la lucha contra la segregación racial. En el terreno internacional EEUU reclamó el liderazgo de Occidente frente al fortalecimiento soviético, posición que trajo consigo un crecimiento de las partidas presupuestarias destinadas a gastos militares, pero que reafirmó la hegemonía norteamericana y tuvo una acogida popular favorable.

El asesinato de Kennedy en noviembre de 1963 conmovió al país. Después del magnicidio, sus postulados políticos fueron recogidos e impulsados por su sucesor, el entonces vicepresidente Lyndon B. Johnson, cuyo objetivo fue alcanzar la denominada “Gran Sociedad”, que debía consolidar el ideal americano de libertad, prosperidad y felicidad para todos los habitantes de la Unión. Para ello impulsó diversas medidas para reducir las diferencias sociales, desarrollar la educación, terminar con la discriminación racial e integrar en el sistema a las minorías. El gobierno federal actuó decididamente en la cuestión racial para terminar con la segregación que sufría la comunidad negra, apoyando toda una serie de leyes sobre los derechos civiles favorecedores de la igualdad entre blancos y negros, incluido el derecho al sufragio. Esta cuestión originó una gran tensión en algunos estados del sur, con un resurgimiento del Ku Klux Klan y el asesinato del reverendo Martín Luther King en 1968, mientras los extremistas negros defendían el Black Power. Otro aspecto que dividió cada vez más a la sociedad norteamericana fue el de la guerra del Vietnam, donde el gobierno de Johnson desarrolló una intervención militar en gran escala, originando el malestar tanto de sectores sociales populares (principales afectados por la recluta) como de jóvenes e intelectuales, cuyas protestas dieron pie a un movimiento pacifista.

Los primeros años setenta presenciaron una situación preocupante para los EEUU, tanto en el campo internacional como en el doméstico. Diversos hechos contribuyeron a crear la sensación de que se estaba comenzando a una crisis terminal del poder americano inaugurado en 1945 y socavaron la habitual confianza de los norteamericanos en la superioridad de su país. La guerra y la posterior retirada de Vietnam supusieron un auténtico trauma nacional, arruinando el “orgullo americano”, al tiempo que los soviéticos parecían mejorar sus posiciones en la escena internacional. La crisis del petróleo de 1973 originó una fuerte recesión económica y quebró el sistema monetario internacional creado en Bretton Woods (basado en el dólar y fundamento a su vez de la hegemonía norteamericana). En el ámbito interno el caso Watergate originó en 1974 un escándalo político que provocó la dimisión del presidente republicano Richard Nixon

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Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

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-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,6 nov 2009 19:49:1 GTM
<![CDATA[Melanie Mir, Colón y el descubrimiento de América]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1037  

Juan Antonio González Fuentes

Melanie Mir es un prototipo bellísimo de la nueva juventud española y de los valores en los que se la está educando por medio de la televisión y de la estulticia generalizada. Melanie Mir es una preciosidad de mujer, todo un ejemplo de lo que hasta dónde puede llegar la “raza” bien cuidada y bien alimentada. Melanie Mir es alta, tiene curvas de vértigo, melena brillante y sedosa, ojazos, y una sonrisa que literalmente quita el hipo. Melanie Mir es modelo (aunque nunca he sabido muy bien en qué consiste verdaderamente ser modelo), y hace sólo unos días participó representando a España en un certamen de belleza del que jamás había oído hablar: Reina Hispanoamericana.

A Melanie Mir algún malvado y rastrero miembro del jurado le preguntó por el año en que don Cristóbal Colón descubrió el continente americano. Y Melanie Mir, melena brillantísima al aire, dientes blanquísimos, labios de fresa, ojos de una profundidad inexplorada, etc, etc…, vamos, un bellezón que deja boquiabiertos a propios y extraños, ni corta ni perezosa respondió equivocadamente. Lo cierto es que no he logrado averiguar qué demonios contestó con exactitud, si 1780, 1870, 1980… Pero qué más da el montante del error, me parece que en este caso es lo mismo equivocarse en 10 años que en 10 siglos. Melanie Mir, belleza exultante de salud y bienestar bien desarrollado, erró con todas las de la ley, la pobre. Desconozco también cómo se tomó el error el jurador decididor de reinas y reinados, pero aquí en España el fallo de Melanie ha causado algún estupor, y ha sido noticia (tampoco nada del otro jueves) en las noticias nacionales.

El caso es que cuando a Melanie Mir, bellezón corpóreo, marmóreo, fuente inagotable de sueños lascivos, Televisión Española le preguntó con cierto pasmo por el boquiabierto error, ella alegó en su defensa atacante: “es irrelevante saber eso”. Y qué razón tiene la belleza flipante llamada Melanie. Melanie tiene toda la razón del mundo, es por completo irrelevante saber cuándo demonios se descubrió América. Es más, Melanie mi amor, no sólo es irrelevante saber eso, también lo es, por ejemplo, saber quién carajo fue Colón y toda la infinita, inacabable retahíla absurda de datos y conocimientos semejantes.

Cristóbal Colón

Cristóbal Colón

A Melanie Mir habría que haberle preguntado qué es relevante en la España de 2009 para un mujerón como ella, qué lo es para sus amigas, para la mayoría de los miembros y “miembras” de su generación. Melanie Mir, estoy seguro de ello, lleva años viendo, observando en las miles de cadenas de televisión que hoy pueblan imperialmente nuestro espíritu, cómo centenares de putillas iletradas, cuyo hecho más relevante en la vida es haber abierto sus piernas casi adolescentes a las envestidas de un torero o un futbolista descerebrado, se convierten de la noche a la mañana a la fama nacional de la televisión y el papel cuché, y se forran de arriba a abajo de euros bien ricos relatando pormenorizadamente cómo fue el famoso “porvo” torero o furbolístico de aquella memorable noche de verano (u otoño, invierno, primavera).

Los mujerones españoles que hoy aspiran a convertirse en reinas de Hispanoamérica ya no se llaman María, Carmen, Elena o Inés del alma mía. Ahora se llaman Melanie, Jeniffer o Carol (manda güevos). Melanie Mir, la preciosa Melanie, estoy seguro que aspira en esta vida a seguir estando muy buena por los siglos de los siglos, amén. Y que esa belleza inaudita le proporcione noches locas de champán francés y bolsos de Vuitton, que haga que su cuenta corriente ensanche y ensanche empapuzada de euros fácilísimos, que algún maromo guapetón, famosillo y chulillo le eche los tejos, e ir de televisión en televisión, y tiro porque me toca, contando a golpe seco de talonario sus dichas y desdichas. En efecto Melanie, pibón de mis entretelas, saber en qué año se descubrió América es del todo irrelevante. 

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Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,5 nov 2009 18:25:34 GTM
<![CDATA[Nuevos retales del sastre (2002-2008) de Ángel Sopeña, en La Grúa de Piedra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1036
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Les hago a todos ustedes al tanto del Bigotes y de Don Vito, del caso Gurtel, de la relativa pobreza patrimonial del señor Chaves, del 3% catalán, de los presupuestos del Palau de la Música destinados a arreglar las propiedades particulares de los dirigentes de la institución, de los trajes del señor Camps, etc, etc, etc… Es decir, les hago a todos ustedes al tanto de unos tiempos de crisis económica brutal, en los que los casos de corrupción política (a la derecha, a la izquierda, al centro, arriba y abajo) nos acompañan diariamente con cada churro que mojamos en el café con leche.

Pero en estos tiempos de deslealtades y corruptelas, de la necesidad de andar por la calle con una pinza en la nariz para no ahogarnos con los múltiples aromas de la iniquidad, de repente surge el milagro como si de una vieja película de Frank Capra se tratara. Luis Alberto Salcines, como el incansable James Stewart/George Bayle de Qué bello es vivir, obra el milagro mencionado, y en medio del basurero le da por crear un jardín poético con forma de Grúa de Piedra, para plantar en él flores, plantas y árboles distintos de distinta poesía, en una tierra abonada por sus ahorros de profesor de instituto.

No es la primera vez que Salcines aborda el milagro, ni probablemente será la última, si el largo maratón en el que desde hace tiempo participa y que responde al nombre de Vida, le deja salud y recursos para nuevas aventuras. Lo de la ilusión lo doy por descontado, pues al igual que el galo Obélix, Salcines cayó de pequeño en la gran marmita en la que la ilusión se cuece a fuego lento y con miles de extraños hierbajos para darle nutritiva consistencia.

Luis Alberto Salcines es sin duda posible uno de los “activistas culturales” más sustanciales de las últimas décadas en Cantabria. Donde quiera que esté o trabaje comienza una iniciativa relacionada con el mundo de la cultura, entendido el término en su más ancha expresión. En Asturias, Torrelavega, San Vicente de la Barquera, Santander…, en todos estos lugares y en otros que no sé o no recuerdo, Luis ha dejado plasmada la huella de sus variopintas iniciativas: antólogo, editor, conferenciante, articulista, jurado de premios literarios y de artes plásticas, comisario de exposiciones, crítico de arte, organizador de conferencias y encuentros, animador cultural, escritor… Y toda esta casi frenética actividad la ha llevado a cabo siempre alejado de la soberbia, y siempre apostando fuerte, a tumba abierta, por la generosidad y el peso constante, permanente de la amistad.

Sería motivo de todo un libro generoso en páginas, glosar las actividades culturales en las que Luis Alberto Salcines ha estado implicado, de un modo u otro, desde que, por ejemplo, exhibía barbas imposibles y melenilla lacia de calvo irremediable en sus años de estudiante de Ciencias en la Universidad de Cantabria. Pero sí cabe aquí mencionar, es más, se hace imprescindible mencionar, la primera aventura editorial impulsada por él. Me refiero, claro, a la ya legendaria colección Anjana, que apareció en el panorama poético va a hacer en breve la friolera de tres décadas.

Sí, treinta años han transcurrido entre Anjana y La Grúa de Piedra. Treinta años de poesía, de evolución, de cambios…, pero también de algunos elementos comunes entre una colección y otra. En concreto dos que saltan a la vista.

El primero es el cuidado con el que están realizadas las colecciones. Contando con el trabajo e ideas del propio Salcines, la responsabilidad del concepto material de la primera colección, Anjana, se debió a uno de los más grandes artistas plásticos de Cantabria de la última mitad de siglo XX, el pintor Esteban de la Foz, desaparecido en fechas no muy lejanas. Ahora, esta hermosísima Grúa de Piedra que aquí se presenta por vez primera para ayudar a embarcar y a desembarcar poemas y poéticas, se debe a Creática, a Carlos y a Antonio, a su equipo de trabajo. La calidad de los productos editoriales que salen de los talleres de Creática no ofrece ninguna discusión, y es apreciada por todo el mundo, desde los lectores hasta los libreros e impresores.

Ángel Sopeña (la foto procede de la Revista de Cultura QVORVM)

Ángel Sopeña (la foto procede de la Revista de Cultura QVORVM)

El segundo punto en común es el más grande protagonista de esta tarde. Me refiero, claro, al poeta. Me refiero a Ángel Sopeña. Él ha inaugurado las dos colecciones editoriales de Luis Alberto Salcines: en el año 1980 lo hizo con su primer libro, el ya esencial Elegías y fragmentos, y ahora, a finales de 2009, lo hace con estos Nuevos retales del sastre (2002-2008), llamados a ser lectura obligatoria para la legión de poetas que pululan por nuestras calles.

Es Ángel Sopeña el poeta maravilla y maravilloso de su generación en Cantabria. Un poeta de cámara, que no sinfónico; un poeta de lieder, de canciones, que no operístico. Cierro los ojos, y cuando pienso en Ángel Sopeña, en la poesía contenida en sus libros primeros, no sé porqué me viene a la cabeza, al corazón también, la música pianística de Schubert. Alguna vez he hecho la prueba, he leído en el salón de mi casa, en voz alta, poemas de Lenta estrella, o de Casi todo es prosa con el piano schubertiano de fondo y todo parecía encajar como un guante. Schubert es la banda sonora de Ángel Sopeña, Sopeña el poeta al que el vienés, si duda, hubiera puesto música.

Los poemas de Ángel Sopeña son pequeñas, dulces cargas de profundidad. Lees sus poemas, frecuentemente breves y concisos (que no es lo mismo), preciosas miniaturas melancólicamente sofisticadas, bocados exquisitos de alta cultura y civilización, y cuando los tienes ya dentro de la mente y del corazón, aparentemente inofensivos en su belleza extrema de flores de invernadero, estallan, revientan desde su interior formal y conceptual con la fuerza romántica, en no pocas ocasiones expresionista, de un océano en alza, de una selva indomable, y la metralla queda ya para siempre incrustada en el lector, forma parte de él hasta el final.

¡Hay que tener mucho cuidado con las delicadas flores cultivadas por Ángel Sopeña, embriagadoras de melancólico y sutilísimo perfume; son flores de planta carnívora, devoran tus entrañas con los colmillos acerados, agrestes, de la más alta y radical poesía!

Los últimos poemas de Ángel Sopeña, estos que integran los Nuevos retales del sastre, estos que son sus poemas del siglo XXI, ya no me recuerdan tanto a Schubert como lo hacían los anteriores, ahora me traen a la inteligencia a Brahms, a un Brahms al que Ángel empieza a parecerse incluso en lo físico, en la mirada que estructurada ya para siempre por el Romanticismo, acepta sin embargo los envoltorios certeros del impresionismo preocupado por los detalles de paisajes y ambientes, para reventar luego, a posteriori, ya en el cielo del paladar poético, en un expresionismo inundado de inaudita lucidez, y por tanto, inexorablemente, de un pesimismo aceptado, comprendido y comprensible, en pura y estricta sabiduría de vida.

Los últimos poemas de Ángel Sopeña, retales de sastre los llama desde la ironía y una conciencia cristalina del puro y santo oficio de artesano, son sobrecogedoramente hermosos, de una clarividencia que hace daño, que pellizca tanto los latidos de la inteligencia como los de la emoción. Son los poemas de un poeta que está ya más allá, situado por encima y por debajo, ensimismado en un continuo autorretrato que explica y abarca el mundo, pues el mundo todo habita en Ángel Sopeña, en él respira, siente y padece. Ángel es el mundo, el cielo y el infierno vividos y respirados; y sus poemas, la mejor senda para explorarlo.

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Últimas colaboraciones (NOVIEMBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Miklós Bánffy: Los días contados (Libros del Asteroide, 2009)

CINE : Woody Allen: Si la cosa funciona (2009)

-LIBRO (octubre): Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

-CREACIÓN (octubre): La lengua ciega (DVD, 2009)

-CINE (octubre): Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA (julio)Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,4 nov 2009 19:14:16 GTM
<![CDATA[Un soneto de la prehistoria literaria de Gabriel García Márquez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1035
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Madrid. Finales de octubre y mañana de sábado. Me levanto temprano, y desde la ventana del salón observo el cielo de un azul turquesa que brilla intensamente desde sí mismo. Parece un día de comienzos de primavera, y nada en el ambiente indica que en apenas sesenta días saludaremos un nuevo año con toda la tradicional parafernalia. En la cocina preparo un nespresso y corto una porción del panetone que ayer compramos en un supermercado que ya ofrecía entre sus ofertas cajas de turrones y mazapanes. M. sigue durmiendo y la escucho removerse de vez en cuando bajo la calidez de las sábanas. Tengo toda la mañana por delante, y eso me produce una sensación de libertad y agobio por igual. Cojo el libro que comencé a leer ayer durante el viaje en tren desde Santander, y me siento con él abierto en el sofá desde el que puedo seguir contemplando el azul intenso del cielo madrileño. El libro es la tan comentada biografía de García Márquez (Una vida, Debate, 2009) escrita por el londinense Gerald Martin, páginas que en su versión original en inglés poblaban los escaparates de las librerías neoyorquinas, como comprobé hace tan sólo unas semanas. Leo la biografía del Nobel colombiano, no autorizada pero sí “tolerada” por él, para luego escribir un comentario en la acogedora pantalla blanca que desde hace más de dos años me ofrece acogedora la revista electrónica Ojos de Papel.

Estoy acompañando en su trayectoria vital a un García Márquez de unos 17 años que estudia el bachillerato en el Liceo Nacional de Varonés de Zipaquirá, a unos 50 kilómetros de Bogotá. En esa época García Márquez conoce en Magangué a la que con el tiempo será su mujer, Mercedes Barcha, que entonces sólo tenía unos nueve años de edad. Corría el año 1945, y el futuro autor de Cien años de soledad escribió un poema titulado “Soneto matinal a una colegiala ingrávida”, existiendo motivos más que sobrados para sospechar que la tal “ingrávida colegiala” era Mercedes. El soneto es una imitación de los poemas de los años veinte de Neruda, y la versión que se conserva, titulada “Niña”, está firmada por Javier Garcés, pseudónimo del autor en aquella época. A continuación reproduzco el soneto, muestra imprescindible de la prehistoria literaria del colombiano.

Gerald Martin: Una vida (Debate, 2009)

Gerald Martin: Una vida (Debate, 2009)

“NIÑA”

Al pasar me saluda, y tras el viento
que da el aliento de su voz temprana,
en la cuadrada luz de mi ventana
no se empaña el cristal, sino el aliento.

Es tempranera como la mañana,
cabe en lo inverosímil como un cuento,
y mientras cruza el hilo del momento,
vierte su sangre blanca la mañana.

Si se viste de azul y va a la escuela,
nadie adivina si camina o vuela,
porque es como la brisa, tan liviana

que en la mañana azul nadie precisa
cuál de las tres que pasa es la brisa,
cuál es la niña y cuál es la mañana.

***

Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,2 nov 2009 19:21:18 GTM
<![CDATA[Cuando se abrió la puerta. Cuentos de la Nueva Mujer (1882-1914)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1034
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En 1894 la novelista inglesa Sarah Grand publicó un artículo en el que por vez primera se empleó el término New woman (Mujer nueva) para denominar a las mujeres de la época victoriana que empezaban a protestar abiertamente por los corsés de todo tipo que la sociedad imponía tradicionalmente a la mujer, relegándola a papeles sumisos en todos los terrenos y ámbitos de la vida, e impidiéndole sencillamente desenvolverse por la vida a su libre albedrío, y atendiendo a sus necesidades y sueños.

Desde ese momento, y como una marea lenta pero inexorable en su ascensión, comenzaron a publicarse cuentos y relatos cuyo tema principal era, de una manera u otra, la igualdad entre hombres y mujeres, la igualdad en el protagonismo de la existencia. La escritora y traductora Marta Salís ha seleccionado y traducido veinticinco de esos cuentos originales, y los ha reunido en el volumen Cuando se abrió la puerta. Cuentos de la Nueva Mujer (1882-1914) (Alba editorial, Barcelona, 2008). Los cuentos están escritos tanto por mujeres como por hombres (Henry James, Thomas Hardy, Arthur Conan Doyle..., escritores que no dudaron en apoyar las demandas femeninas), y tiene como común denominador el que son las mujeres quienes desarrollan un papel social, vital, en igualdad con los hombres, produciéndose hechos y situaciones que hoy son por completo habituales, pero que en la época de su escritura eran repudiados por una sociedad dominada por lo masculino y que pretendía seguir perpetuando sus derechos y privilegios ancestrales.

Cuando se abrió la puerta. Cuentos de la Nueva Mujer (1882-1914) (Alba, 2008)

Cuando se abrió la puerta. Cuentos de la Nueva Mujer (1882-1914) (Alba, 2008)

Cuando se abrió la puerta...,
es una antología ordenada cronológicamente según la fecha de publicación de los relatos (los años de transición del XIX al XX), que se constituye en un apasionante documento literario sobre el difícil y valiente empeño de un grupo de escritores (mujeres y hombres) en lucha abierta, a través de la palabra, por la igualdad entre los sexos, y por denunciar el menosprecio al que las mujeres estaban (¿lo siguen estando?) sometidas por la tiránica e interesada supremacía social, económica, política y cultural de los hombres como género.

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Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,30 oct 2009 18:24:10 GTM
<![CDATA[Siete colores contados. Siete pintores de Cantabria de la generación de posguerra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1033
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Somos memoria, estamos hechos de memoria, nos vamos construyendo poco a poco mediante la constante suma de memoria. La “naturaleza carnal” de la memoria está inoculada de aromas, de sabores, de sonidos, de roces y también de imágenes y de sus colores... Marcel Proust escribió al respecto el tratado por antonomasia, un monumento de palabras en torno a la memoria, es decir, al hecho de ser y de haber sido. La memoria late fundamentalmente en la palabra, se levanta y respira cuando se verbaliza. La memoria es verbo, los hombres son verbo, somos y terminamos siendo palabras. L'enfer, c'est les autres (El Infierno son los otros), afirmó Jean-Paul Sartre desde la más rotunda equivocación. No, el verdadero infierno es la pérdida de la memoria. Sin memoria ni somos, ni hemos sido, ni seremos. La ausencia de memoria es la desaparición definitiva, la ausencia absoluta de huellas, de rastro, el no ser, el no haber sido.



Secuencia de El sol del mebrillo, de Víctor Erice, entre Antonio López y Enrique Gran (vídeo colgado en YouTube por dvvillamediana)

A lo largo de la última década (1999-2009) siete artistas plásticos cántabros, de indiscutible presencia en la historia del arte en la región, han desaparecido. Me refiero a Luz de Alvear (1926-2001), Fernando Calderón (1928-2003), Ramón Calderón (1932-2004), Esteban de la Foz (1928-2007), Enrique Gran (1928-1999), Ángel Medina (1924-2009) y Julio de Pablo (1917-2009). Los siete fueron artistas variopintos y con diferencias sensibles entre sí en cuanto a conceptos, ideas, ortodoxia, influencias, formación, habilidades, técnica, éxito, proyección... Los siete pertenecieron en esencia a la misma generación, esa para la que nuestra posguerra fue el escenario gris y dramático de la juventud. Los siete buscaron y encontraron sus propios y muy reconocibles caminos expresivos, y lo hicieron partiendo de unas circunstancias personales y colectivas generalmente adversas, o quizá en el mejor de los casos, poco abiertas a la indagación y la tolerancia, raquíticamente estimulantes. Los siete murieron en el transcurso de los últimos diez años, y los responsables de la Obra Social y Cultural Caja Cantabria ha decidido volver a poner su granito de arena para que la vida y la obra de estos creadores no desaparezca de la memoria colectiva, de la memoria artística de la sociedad en la que nacieron, trabajaron y mostraron el resultado de sus esfuerzos.

Así hemos querido jugar aquí a que cada uno de estos siete desaparecidos artistas cántabros se simbolice en un color, y que cada color sea evocado y fijado, “contado”, por medio de la palabra íntima y afectiva de una sensibilidad amiga al margen de la mera anécdota y la pasajera circunstancia. Ni mucho menos se ha pretendido en estas líneas un acercamiento crítico ni reflexivo a la obra de los artistas aludidos. Lo buscado era la rememoración, el construir, gracias a las “pinceladas verbales” e individuales de siete memorias distintas (Salvador Carretero, Mario Crespo, José Ramón R. Altónaga, Saiz Viadero, Fernando Zamanillo, Julio Maruri y Luis Alberto Salcines), un ensanchamiento esencialmente afectivo de la memoria colectiva en torno al mundo de la plástica en Cantabria. Desconozco si el objetivo se ha logrado. Pero aquí quedan una vez más estos “siete colores contados”; siete colores distintos (vidas y obras) que a todas luces deberían quedar incorporados para siempre en la memoria común de la pintura y las artes en Cantabria.

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Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Thursday,29 oct 2009 19:26:14 GTM
<![CDATA[El poeta Julio Maruri se despide del pintor Ángel Medina]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1032
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El día 29 de octubre de 2009, en la sala de exposiciones de Caja Cantabria en Santillana del Mar, se podrá contemplar una muestra de siete artistas cántabros muertos a lo largo de la última década. Entre ellos está la obra de Ángel Medina, recientemente fallecido, y a quien Julio Maruri le ha dedicado un hermoso y sentido texto de despedida.

***

Tengo que escribir sobre Ángel Medina... Tengo que escribir sobre Ángel Medina... Tengo que escribir..., me lo repito desde hace casi quince días, mañana y tarde; tarde y mañana...

(¿Es que tanto punto suspensivo podrá decir lo que me cuesta?)

Porque tengo ante mí o en mí dos Ángel Medina: Uno, en vísperas de su despegue, octogenario, medio ciego, al abrigo en una chamarra “no me toquéis, que pringo” y llevando, colgado en bandolera, un zurrón en el que acaso espere un bocadillo.

Ángel sentado en uno de esos bancos laterales a orillas del palacio municipal o “Ayuntamiento”, tal el último Rembrandt por su Ámsterdam no muy lejos de un Amberes en el que todavía reluce “a” día de hoy la espléndida demora del cortesano Pedro Pablo Rubens.

Ángel Medina retratado por Ángel de la Hoz

Ángel Medina retratado por Ángel de la Hoz

El Ángel Medina ferozmente irónico –afilando la voz a lo tierno para soltar su impagable “Pepito” aludiendo a un José Hierro como pintor-..., un Ángel autodefinido como anarquista..., lejos del caminito...

Y el otro Ángel Medina que me haría retroceder de medio siglo -¿sesenta?, ¿sesenta y cinco años?-, al encuentro de aquel más pimpante mozo montañés de los de la raza de crespo pelo negro, artista ya piafante, en vacaciones bellasartescas con diploma y bendición de profesores que saben, pero buscando ya cómo romper el corsé de espeso cuero de las clases de “Antiguo” y “Ropaje” -¡Dios mío!- y, con derecho a pasaporte en aquel tiempo de frontera cerrada, preparándose para peregrinar, como lo haría, por la libre Europa de las vanguardias resucitadas tras el horror. Un Ángel Medina de verano en Santander y sus jóvenes compañeros, en un reducido taller a dos pasos de la calle del Río de la Pila –curioso juego de palabras a que se presta ese “río”, ¿verdad, Ángel?- a unos pasos, pues de un crimen urbano: la bárbara destrucción del Teatro Pereda, en cuyo escenario profundo, largo y ancho, pudo caber toda la Marcha Triunfal de Aida sin estrecheces. Y cerca estaba también del talleruco otro edificio de valor histórico, felizmente salvado y restaurado: la entonces Caja de Ahorros que ahora nos ofrece la presente exposición.
Entre lo infausto y lo feliz, Ángel y sus aquellos jóvenes compañeros, los Calderón, con Raba o Miguel Vázquez o Carlos Sansegundo primero firmas sobre primeras obras que han quedado y proseguido en la carrera. Asombroso cortejo de pintores que desde Riancho, don Agustín, nunca cesó...
Y aquí me paro y me digo: bueno, ya cumpliste.

No sin añadir que durante los sesenta años o más, ausente yo mismo, que me separaron de uno y otro Ángel Medina, no supe nada de ellos, ni de su obra. Salvo una exposición tardía –y de pocos lienzos, al volver a Santander.
Pero cual no fue mi sorpresa cuando una mañana el ultimísimo Ángel del zurrón viene a verme para solicitar mi ayuda. Y a la mañana siguiente, acompañado de mi hermano y de nuestro sobrino, nos encontramos en el exiguo apartamento de nuestro pintor, entre medio centenar de lienzos vueltos hacia las paredes por cuartos y pasillo. Se trata de agruparlos por formatos, de hacer hueco para poder ir y venir, de trasportar con cuatro brazos los grandes formatos, de faenar durante dos jornadas, ante nuestro tranquilizado amigo desamparado. Pues, al final de la faena, se presentará de visita, un notable muy esperado por el pintor, mientras nosotros nos escurríamos sin chistar. Fue allá, donde, entre penar y penar, pude entrever ni sorprendido, ni extrañado, la excelente calidad de lo pintado, como ya lo prometía aquel primer Ángel devorando vida y quehacer.

Es por lo que, su pintura, se me aparece, y acaso a ti, visitante, con la fascinante sorpresa de toda primera vez.

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,28 oct 2009 14:8:16 GTM
<![CDATA[Más sobre Memoria Histórica, o “6 porvos con la Lola”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1031  

Juan Antonio González Fuentes

Tengo un amigo historiador que trabaja en Madrid desde hace dos o tres años. Este amigo me ha escrito hoy un correo electrónico contándome que está investigando en el Archivo Histórico de la Defensa (Paseo de Moret, nº 3, Madrid), sobre la causa de 5 frailes franciscanos de Madrid mandados fusilar durante la Guerra Civil por Serrano Poncela. Trabajando entre papelotes y libros, a mi amigo le apareció una curiosísima “estampa” cuyo contenido lo dejó perplejo. Pidió inmediatamente permiso para fotocopiarla y me ha enviado a mí una copia escaneada.



El contenido es anecdótico, pero tiene bastante gracia, y aporta datos de sumo interés sobre la otra Memoria Histórica completamente ajena a la de José Luis Rodríguez Zapatero. La “estampa” hace referencia a uno de los Premios Gordos que concedía la República a sus partidarios por los servicios prestados. E insisto, no tiene desperdicio como ejemplo y modelo de lo que también fue la “cultura republicana” en aquellos nefastos días de la guerra civil. El premio gordo al que hace mención el documento es, literalmente, el que sigue:

“6 porvos (sic) con la Lola
Toledo, 21 de septiembre de 1936
Er (sic) responsable
No se puede trasferi (sic)

¡¡¡Siniestramente impagable!!!

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,27 oct 2009 19:56:21 GTM
<![CDATA[La familia Zapatero y la familia Addams: una foto de enorme interés]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1030
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

VER LA FOTO EN LA PRENSA FRANCESA: Le_Matin_-_ZP[1].pdf

La foto de la familia Zapatero junto a los Obama en Nueva York es de un enorme interés. Lo es por lo que muestra, y no me refiero a la peculiar y a todas luces inapropiada estética de las niñas zapateriles. Las pobres niñas están en una edad muy mala, y no sabemos, ni falta que nos hace, si acabarán en cisnes o definitivamente se quedarán en patos. Ese es un asunto sin ningún interés real, y además no nos incumbe cómo decidan ponerse en escena unas adolescentes, por muy hijas de Presidente de Gobierno que sean. Sin embargo la imagen habla por sí sola de una cuestión sumamente importante y que dice mucho de quien conduce los actuales destinos de España desde la Moncloa. Voy a ello. Quien contemple la foto durante el tiempo necesario con algún detenimiento sólo puede llegar a una conclusión. Las niñas de Zapatero y Sonsoles son/están horrorosas. Si lo son, creo que aún es pronto para decirlo por cuestiones de evidente pubertad. Además, es un asunto en el que la naturaleza obra con materiales dados, y en este sentido no puede hacerse mucho, tan sólo quejarse o alegrase de la suerte que a cada cual le haya tocado, e intentar “mejorarse” en lo posible si a uno le da la real gana hacerlo o le apetece, que esa es una cuestión que genera su propio interés y debate. Ahora, una cosa está meridianamente clara, es incuestionable: las hijas de Zapatero y Sonsoles están horrorosas, y además, exhiben una imagen por completo inadecuada e impropia para retratarse en las circunstancias que lo hacen: en el Metropolitan neoyorquino y junto a la pareja política más poderosa y glamurosa del planeta, los Obama claro, que no los Zapatero.

La culpa del desaguisado estético y representativo la tienen los Zapatero padres, pues si no son invidentes, es imposible que se les pasase por alto el esperpento. Claro que entra dentro de lo admisible que ni José Luis ni Sonsoles tengan el más mínimo gusto, que no sepan distinguir una coraza medieval de un traje de chaqueta de Chanel, unas toscas albarcas de unos finos estiletos de Prada, que no encuentren diferencias entre Maradona y George Clooney, entre Fernández de la Vega y Megan Fox… Y es en este punto donde reside el enorme interés de la foto, pues evidencia dos posibilidades. Una, que Zapatero no se deja asesorar. Dos, que Zapatero deja hacer a sus retoños lo que les viene en gana.



Tráiler de La familia Addams (vídeo colgado en YouTube por cshizzle53)

En cuanto a lo primero es seguro que el Presidente del Gobierno de España debe tener entre los cientos de asesores a los que paga buenos sueldos con nuestros impuestos, alguien que sea experto en ropa, calzado, peluquería, urbanidad y protocolo. Ese alguien, al ver a las niñas adelantándose trágicamente a Halloween, debió acercarse al Presidente e indicarle lo que es una evidencia, un clamor para cualquiera que no precise de bastón para andar por la calle. Pues una de tres, o ese alguien no existe (¡¡¡¡que lo contraten ya!!!!), o a ese alguien nadie le hace caso (¿para qué está contratado?), o ese alguien no se atreve a hablar para no importunar al jefe (que lo despidan de inmediato). Cualquiera de las posibilidades es funesta, pero yo me inclino por la última, las más terrible y desoladora, pues las evidencias indican que Zapatero no se deja aconsejar y que actúa iluminado desde la más supina ignorancia con el arrojo y osadía del que se cree imbuido de la verdad trascendente, de una verdad mesiánica y litúrgica.

En cuanto a lo segundo, desde luego no es descartable. El famoso e inimitable buenismo zapateril puede muy bien hacerse presente en sus relaciones paterno-filiales. Él no puede ni debe imponerse a sus hijas, no debe darles órdenes, no debe prohibirles, no debe llevarles la contraria… No, como mucho debe dialogar democráticamente con ellas, mostrarles su abierto y tolerante punto de vista, y luego aceptar y respaldar la decisión que tomen ellas. Así gobierna España José Luis Rodríguez Zapatero, no veo por qué iba a ser distinto en el gobierno de su familia. Que Cataluña quiere esto, pues démoselo, no vayan a acusarnos de frentistas, Que el País Vasco impone aquello, pues aceptémoslo. Que España no es una nación y Cataluña sí, pues claro, sólo son palabras. Que hay que negociar con ETA, pues cualquier cosa por tener la fiesta en paz. Que las niñas quieren visitar a Obama como dos mamarrachas espantosas, pues déjalas que sean ellas en su mismidad, aunque esa mismidad ponga los pelos de punta y se convierta en el hazmerreír de medio mundo y deje la imagen de España más que tocada, manoseada. Eso, que las mamarrachas ejerzan de tales con total soltura y seguridad, y además con la cobertura institucional de España y de los impuestos de todos.

¿Resultado? La foto refleja el modo de gobernar de Zapatero, y las niñas simbolizan en lamentable estado de una de las naciones más antiguas y grandes de la historia de Europa. España es como la familia de Zapatero, es decir, como la familia Addams: todo negro, todo gótico, todo grotesco, ridículo, sin rumbo ni sentido. Creo que si el famoso abuelito de Zapatero saliese de su tumba y viera a sus espeluznantes nietas, él mismo volvería a enterrarse con sus propias manos, bueno, con sus propios huesos.

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Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,26 oct 2009 14:9:53 GTM
<![CDATA[La Consagración de los cacahuetes salados en primavera, de Stravinsky y Charlie Parker]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1029
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Dicen que en el Nueva York de los años 1930 los músicos de jazz de Harlem se removían en los asientos de los antros en los que estaban cuando sonaba de alguna manera música de Stravinsky. Parece evidente que la única razón que puede hacer entender este caso es que el genio ruso escribía en un lenguaje que no les era del todo ajeno a los jazzmen neoyorkinos.



Grabación del 29 de septiembre de 1947 en la que Charlie Parker interpreta el tema "Ko-Ko" (vídeo colgado en YouTube por Ibelieveinjazz)

Siguen diciendo que cuando el gran Charlie Parker (el Bird que retrató admirablemente Clint Eastwood en la película de dicho título), llegó a París en el año 1949, para festejar el viaje y dar a entender a los parisinos que no estaban ante un ignorante musicastro de tres al cuarto, comenzó a tocar en su saxo alto las primeras notas de La Consagración de la primavera (1913) de Stravinsky en su solo del tema Salt Peanuts, es decir, Cacahuetes salados. Cualquier buen aficionado a la música de nuestros días seguro que daría al menos un cuarto de su alma al diablo por escuchar en el saxo de Bird esa mezcla tan explosiva y sin duda atractiva: La Consagración de los cacahuetes salados en primavera, de Stravinsky y Charlie Parker.



Stravinsky dirige a sus 82 años la interpretación de la suite "Lullaby" de El pájaro de fuego (vídeo colgado en YouTube por karthiktn)

Y continúan diciendo que dos años más tarde, en 1951, el maestro ruso, quizá el genio más célebre de toda la música del siglo XX, se encontraba sentado y bebiendo en una mesa del célebre Birdland neoyorquino, mientras escuchaba tocar el saxo a Parker, el rey indiscutible del bebop. Dicen que cuando Parker se percató de la presencia de Ígor Fiodórovich Stravinsky entre el público asistente, sin perder ni un ápice de compostura, comenzó a incorporar motivos de El pájaro de fuego (1910) a su interpretación del tema Ko-Ko. Y por último dicen, aseguran, que a un absorto, incrédulo, maravillado, Ígor Stravinsky, el güisqui derramado de su vaso y boca comenzó a recorrerle el traje como un líquido homenaje a la música más grande.

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,23 oct 2009 19:41:36 GTM
<![CDATA[Pierre Drieu la Rochelle (Melusina, 2009), por el maestro Enrique López Viejo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1028
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Este verano, por fin, conocí personalmente a un escritor al que admiraba por sus libros. Me refiero a Enrique López Viejo, autor de Tres rusos muy rusos (Herzen, Bakunin y Kropotkin) (Melusina, Barcelona, 2008), libro fascinante que ya se reseñó en su día en este blog, y de Pierre Drieu la Rochelle. El aciago seductor (Melusina, Barcelona, 2009), páginas que me hizo llegar el pasado mes de marzo justo cuando yo emprendía un productivo viaje al Cervantes de Lyon.

Enrique resultó tal y como lo había imaginado, es decir, fascinante. Enrique es divertido, irónico, con esa pizca justa de mala leche que te hace mantener en estado de alerta la atención en las conversaciones. Decir que Enrique es un tipo cultivado es algo así como echarle un puñado de sal al agua de la bahía santanderina. Música, cine, viajes, personajes, lecturas..., jalonan la conversación con Enrique pero sin que esta se convierta nunca ni en solemne conferencia, ni en soliloquio aburrido. Todo lo contrario. La cultura de Enrique López Viejo no se exhibe, sino que se muestra con naturalidad como algo consustancial al personaje, consustancial con la naturaleza de la conversación que se mantiene, ensanchando sus posibilidades, sus caminos. Con Enrique se aprende de la misma manera que, imagino, se aprendiese a pescar en el bote en el que iba el inolvidable personaje de Hemingway, ese viejo que se hizo mar de tanto amarlo, de tanto respirarlo, de tanto tratarlo. Enrique López Viejo también parece recién salido de una página de Hemingway, y mientras charla con un plato de maganos junto a él, te trae y lleva por el océano de su sabiduría libresca y vivida a la vez. Enrique está hecho de páginas y de experiencias. No va más.

Enrique está ahora mismo en Mallorca estudiando y documentándose para escribir una biografía de Maurice Sachs, “el más abominable colaborador francés de los nazis”, según leo en un artículo de Javier Memba publicado en 2002 en El Mundo. “Nacido en París (1906), en el seno de una rica familia hebrea de origen alsaciano, Maurice Ettingshausen -verdadero nombre del escritor- atendiendo a una primera vocación, ingresó en un seminario del que no tardaría en salir para pasar a formar parte de los ambientes literarios del París de su tiempo. Una vez instalado como diletante en la bohemia intelectual de la capital, sus simpatías comunistas habrían de ser tan breves como sus inquietudes religiosas”. Este párrafo entrecomillado está sacado del citado texto firmado por Memba. Su intención, la de Memba, creo que es la de señalar a Sachs como un auténtico canalla, un tipejo como para echar a correr. A Enrique López Viejo y a mi (me meto en el saco en esta intuición) nos ocurre justo lo contrario. Las contradicciones canallescas de este tipo de personajes, sus vidas entre el lujo y la miseria, la creación y la rendición, el hedonismo y la barbarie, la fascinación y la repulsión..., nos atraen sobremanera, nos hacen al personaje mucho más atractivo, probablemente casi en un sentido mefistofélico del término, y como la corrección políticas nos trae al fresco, pues no pedimos perdón por interesarnos por este tipo de tipos tan “peligrosamente atractivos”.

Enrique López Viejo (foto de editorial Melusina)

Enrique López Viejo (foto de editorial Melusina)

Espero que Enrique prosiga su trabajo sobre Sachs, y lo acabe publicando más o menos en un periodo no muy largo. No dudo de la capacidad de Enrique, pero alguien me dijo que su libro sobre otro maldito atractivísimo, Pierre Drieu, no se había vendido con la fluidez y en la cantidad que sí lo había hecho su “exitoso” Tres rusos. Y lo cierto es que no entiendo el caso. Vamos, que no entiendo ni el mercado editorial ni a los lectores. Lo voy a decir con otras palabras. La biografía de Drieu de López Viejo me gustó mucho más que su aproximación a Herzen, Bakunin y Kropotkin. Espero no dejarme llevar en exceso por la amistad, pero en mi opinión su biografía sobre el fascinante escritor francés es una obra maestra que no sólo logra aproximarnos a la complicada vida y obra de escritor tan paradigmático, no sólo consigue involucrarnos en el tiempo y la historia del personaje (la Francia, el París de los años veinte, treinta y cuarenta del pasado siglo), sino que lo logra con los planteamientos de una novela, lo consigue dejando a un lado la aridez académica gratuita, construyendo un texto novelesco cuyos personajes y situaciones fueron punto por punto reales.

La técnica de Enrique López Viejo biógrafo (a este paso sin duda uno de los más grandes biógrafos hispanos de comienzos del siglo XXI) es la de empaparse de la vida, obra, contexto y circunstancias del personaje. Enrique lee todo lo habido y por haber acerca del autor, lee también los libros del biografiado, estudia el contexto histórico en el que el personaje habitó y deambuló, madura y reflexiona todo lo asimilado, se hace una composición de lugar clara y meridiana y, a partir de ahí, escribe de forma novelesca la biografía del personaje, y lo hace desde la mejor de las fórmulas posibles: la pasión y el conocimiento.

La biografía de Pierre Drieu la Rochelle (1893-1945) escrita por López Viejo es estupenda, un hito desde luego en la bibliografía hispana sobre el autor y su periodo. ¿Cómo es posible que tan magnífico trabajo no se haya vendido como rosquillas entre los miles de lectores aficionados a las biografías que hay en este país? Sólo se me ocurre una razón. La ideología de Drieu la Rochelle, su (in)justa fama de escritor reaccionario, de colaboracionista con los nazis en la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. Tan sólo prejuicios ideológicos, únicamente la entrega irreflexiva a la “corrección política” puede hacerme entender que los lectores hayan dado de algún modo la espalda a personaje tan increíblemente fascinante y contradictorio, a libro tan magnífico.



Enrique López Viejo: Pierre Drieu la Rochelle. El aciago seductor (Melusina, 2009)

El párrafo publicado por la propia editorial para enganchar lectores dice así: Pierre Drieu la Rochelle, escritor heterodoxo, rabioso intelectual y seductor nato seducido a su vez por el fascismo, fue un personaje inclasificable y complejo donde los haya. Vivió en un París palpitante, crisol de movimientos culturales y políticos, fue amigo de todos pero no se casó con nadie: André Malraux, Gaston Gallimard, Breton, Picasso, Matisse, Cocteau, Coco Chanel… Hasta su trágico final fue un dandi irreverente, perseguido por las acusaciones de colaboración con los nazis, rodeado de sus amigos y, por supuesto, cubierto de mujeres. Esta actualizada biografía del genio francés, polémico autor de El fuego fatuo y Gilles, nos conduce de manera amena y exhaustiva por una de las vidas más atribuladas y excéntricas del siglo XX.

Pues bien, puedo asegurar a los lectores de estas líneas que todo lo escrito corresponde punto por punto con lo que se van a encontrar leyendo las páginas de López Viejo: el retrato fidedigno, exhaustivo, fiable, y entretenidísimo de un dandy excéntrico y rabiosamente atractivo para las mujeres, de un seductor de primer orden que escribió algunas de las obras fundamentales de la literatura francesa de mediados del XX, de un París que seguía siendo en gran medida el centro del mundo occidental, de una época convulsa como pocas en la que las ideologías lo salpicaron todo, lo hirieron todo...

La biografía de Pierre Drieu la Rochelle es un libro excepcional que debe ser leído por cualquier aficionado auténtico, un libro que no debe faltar en la biblioteca de ningún lector culto, inteligente, con humor y sin complejos imbéciles. Nadie se va a volver nazi por frecuentar a Pierre Drieu la Rochelle, y muchos es probable que aprendan cosas imprescindibles sobre una época diabólica de nuestra historia europea. 

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Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,22 oct 2009 20:18:16 GTM
<![CDATA[Miles Davis y su Kind of Blue en la Cité de la Musique de París]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1027
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Este año se cumplen cincuenta de la publicación del que para muchos es el más influyente disco de jazz de toda la historia. Me refiero al album Kind of Blue (Columbia), grabado por el trompetista Miles Davis junto a un grupo extraordinario, irrepetible de músicos, entre los meses de marzo y abril de 1959, disco que se convertiría en un hito del jazz moderno y en el más popular de toda la carrera (más de dos millones de copias vendidas) del que sin duda es uno de los cinco o seis nombres claves de la historia de este arte. En el mítico Kind of Blue, además del propio Davis, participaron nada más y nada menos que John Coltrane, el pianista blanco Bill Evans, Paul Chambers, Wynton Kelly, Jimmy Cobb y Cannonball Adderley, todos pesos superpesados del jazz, todos pesos pesados de la música del siglo XX.

Para recordar y conmemorar la aparición de este disco y de la obra en general de Miles Davis, la Cité de la Musique de París muestra desde hoy 20 de octubre la exposición We Want Miles, un acontecimiento expositivo que trata de contarle al visitante lo más relevante de la vida y de la obra de este genio musical nacido en East St. Louis (1926), y muerto en Santa Mónica, California, en 1991.



Miles Davis y John Coltrane interpretan en vivo (abril 1959) "So What" (Video colgado en YouTube por freehuey22)

La exposición está organizada con la ayuda de Miles Davis Properties, y ofrece fotografías, videos de sus conciertos (por ejemplo, del último, el que ofreció precisamente en París, en La Villette, semanas antes de su muerte), instrumentos, vestuario, y pinturas, esculturas y demás obras plásticas realizadas por muy diversos artistas y que están inspiradas, o influenciadas de alguna manera por la obra del trompetista. La muestra también ofrece la posibilidad de escuchar la música de Davis, la ya archiconocida, claro, pero también algunas versiones no editadas de sus temas y a las que el visitante puede acceder incluso conectando su propio mp3 a las columnas musicales repartidas por las diferentes salas de la exposición.

París siempre merece una visita, pero si a los múltiples encantos de la ciudad, le sumamos la posibilidad de conocer más y mejor la obra y la vida de un genio como Miles Davis, pues mejor que mejor. ¡Ah!, y quien aún no tenga en su discoteca Kind of Blue, que dejé absolutamente todo lo que tenga entre manos y se lance a la calle a hacerse con una copia. No lo olvidará jamás.

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

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Wednesday,21 oct 2009 21:20:33 GTM
<![CDATA[¿Nació Colón en el valle cántabro de Buelna?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1026
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

¿Quién fue Cristóbal Colón? ¿Dónde nació? ¿Quiénes fueron sus padres? Estas preguntas llevan siglos haciéndose y nadie a día de hoy ha dado con respuestas concretas y cerradas, a pesar de que muchos investigadores dicen aportar pruebas irrefutables al respecto. En este sentido, acaba de ver la luz en Santander un libro escrito por Rosa Ruiz (1939) y editado por su hijo, Darío Fernández Ruiz, un experto musicólogo a quien en parte debemos en español un trabajo tan interesante como la historia de la ópera que publicó en su día el sello discográfico Naxos.

En este libro titulado ¿Nació Colón en el valle de Buelna?, se plantea por parte de la investigadora Rosa Ruiz, entre otras muchas cosas, el posible origen cántabro del navegante y descubridor de América. El ensayo de Rosa Ruiz, parte del análisis exhaustivo de El Quijote de Miguel de Cervantes, de otras fuentes literarias y de documentación histórica. Todo el entramado detectivesco parte de la tesis de que en el pueblo cántabro de Quijas de Reocín está la causa, origen y fundamento de los nombres de Quijote y Rocinante, y a partir de esa deducción, Rosa Ruiz realiza una lectura críptica de la obra cervantina y de otros títulos de la literatura española del Siglo de Oro, como El diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara o el Felixmarte de Hircania de Melchor de Ortega.



Rosa Ruiz: ¿Nació Colón en el valle de Buelna? (2009)

En estos libros, según la autora, se esconden alusiones a diversos episodios y personalidades de la historia del momento, como el asesinato del montañés Juan de Escobedo, secretario de Don Juan de Austria, por entonces gobernador de los Países Bajos, y sobre el proceso que por este motivo se abrió contra Antonio Pérez, secretario de Felipe II. También se estudia y analiza el verdadero origen de Cristóbal Colón, que sería según las conclusiones de la autora “hijo de españoles de linaje montañés y al mismo tiempo descendiente de reyes moros”, lo que explicaría el especial empeño que puso el propio descubridor en ocultar su procedencia.

A lo largo de ciento veinte páginas, Rosa Ruiz plantea diversas hipótesis a este respecto y entiende que Cristóbal Colón podría pertenecer al linaje de Niño, al que también pertenecían numerosos miembros de la tripulación que le acompañó en el viaje del Descubrimiento, y el Conde de Buelna y Almirante de Castilla, el famoso marino cántabro Pero Niño.

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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Tuesday,20 oct 2009 20:17:25 GTM
<![CDATA[Hipatia en el ágora de Amenábar, o la importancia del marketing]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1025
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Según indican las cifras de número de espectadores y euros recaudados, parece que todos los cinéfilos españoles y la inmensa mayoría de los aficionados al cine estaban esperando como agua de mayo el estreno de Ágora, la última película del oscarizado y joven director español Alejandro Amenábar. Es más, la lectura de los datos podría hacernos pensar con algún argumento que en nuestra España zapateril, entregada televisivamente a cayetanos, duquesas de alba, jorge javieres vázquez, rociítos, belenes esteban y demás fauna recreativa y ágrafa, había y hay un desmesurado interés por Hipatia (¡¡¡qué mujer hermosa Rachel Weisz!!!), una científica y matemática del Egipto del siglo IV dominado por los romanos, empeñada en descifrar las reglas que rigen el Sistema Solar.



Tráiler de Hipatia, película de Alejandro Amenábar (vídeo colgado en YouTube por Villegas023)

Pues yo no me lo creo, no me lo puedo creer. Estoy seguro de que Hipatia le importa un higo al 99,5% de los españoles, yo mismo incluido, y hasta me parece absolutamente lógico y normal. ¿Entonces? ¿Qué ha hecho?, ¿qué está haciendo que los españolitos que ni saben quién demonios fue Hipatia, ni saben qué fue la Biblioteca de Alejandría, que no saben nada del Sistema Solar, y si me apuran que no saben dónde está Egipto ni sabrían decir cinco frases con sentido sobre el Imperio Romano, qué hace, repito, que acudan en masa y paguen buenos euros por contemplar esta historia filmada sobre hechos históricos de la Antigüedad? Pues yo creo que la respuesta no encierra muchos misterios: el marketing, es decir, la gran e insistente campaña de publicidad llevada a cabo por los productores de la película, incluida la cadena de televisión Tele 5, sí, la misma que programa con éxito muchos de los programas del corazón más infames de la parrilla peninsular.

La publicidad, en mi opinión, ha logrado su objetivo principal: que un alto porcentaje de los “clientes” que acuden a las salas de cine se inclinen por sacar su entrada para ver la historia de Hipatia desde el punto de vista de Amenábar. Y la cuestión que se me plantea a continuación es de sentido común. Si la publicidad, el marketing potente y certero, logra que las masas acudan en masa (valga la redundancia) para “tragarse” un historia filmada sobre un tema en principio difícil y minoritario que se desarrolla en el mundo antiguo, ¿no estará la clave en un mejor marketing para llevar al público español a ver películas españolas? ¿No convendría dedicar algún dinero a dar a conocer y hacer atractivo nuestro cine de cara al público, y menos dinero en forma de subvenciones a “inflar” las cuentas corrientes de unos productores no interesados de verdad en sus productos, si no en llevarse pellizcos y pellizcos de dinero público? Es sólo una idea, y probablemente ingenua y tontorrona. ¿O no?

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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Monday,19 oct 2009 20:10:55 GTM
<![CDATA[De viaje en Nueva York]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1024
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Estoy casi recién llegado de unos días de vacaciones en Nueva York. Los amigos me preguntan por las impresiones de este primer viaje a la rotunda ciudad de los rascacielos, y yo apenas puedo balbucear unos cuantos tópicos. Lo cierto es que aún estoy impresionado, sobrecogido por la ciudad. Y no lo estoy ni por sus dimensiones, ni por la altura de sus edificaciones, ni por la supuesta agresividad incluso física que su frenética actividad puede ejercer sobre el visitante. No, estoy impresionado justo por todo lo contrario. Lo estoy por la cordialidad ambiental que supuran las calles de la ciudad. Por la dimensión humana y acogedora con la que la ciudad te abraza, te atrapa para hacerte definitivamente suyo. Lo estoy porque he caído en la cuenta de que Nueva York siempre ha sido de alguna manera mi ciudad, es decir, me he reconocido como neoyorquino en cualquier esquina del Soho o de la Quinta Avenida. Una parte de mi espíritu ya había estado allí antes y fue acogida por la urbe como si de un hijo pródigo se tratara: con un guiño y la palma de la mano extendida. Nueva York es una ciudad habitable, o mejor dicho, es un inmenso escenario en el que cada cual puede desempeñar el papel que desee en esta obra tan extensa como breve que es la vida. Nueva York es el gran teatro del mundo, y tiene la ventaja de que en principio no te impone el papel a desarrollar; lo puedes escoger, e incluso puedes cambiar unas cuantas veces. Nueva York permite que el visitante se sitúe muy cerca del cielo y que visite de verdad el infierno, pudiendo hacer parada en una especie de cómodo purgatorio en el que uno tiene la opción de deambular de barrio en barrio con la sensación de ir trasladándose de planeta. Nueva York es una selva, es un jardín, es un río, es un océano, es África, es Europa, es Asia, es México, Perú o Cuba, es el siglo XVIII, el XIX, el XX y el XXI aún a prueba. En Nueva York todo es gigante, desde los vasos para beber café hasta los descuentos a la hora de hacerte con unos Manolo Blahnik. El corazón de Nueva York lleva por nombre Manhattan. A este corazón le nacen puentes que le unen con el resto de elementos que configuran el cuerpo urbano de la mole: Brooklyn, Queens, Bronx y una isla casi pirata de nombre inexorablemente literario, Staten Island. En Nueva York la libertad tiene estatua, pero eso es lo de menos, porque en Nueva York la libertad tiene estatura perfectamente medible y se respira como un aroma incandescente. En Nueva York las dimensiones son colosales y facilitan que uno tenga la oportunidad de ser también un coloso, un colosal coloso de sí mismo. En el parque más emblemático de Manhattan, corazón de Nueva York, Central Park, caben indios y piratas, el séptimo de caballería, la Filarmónica de la ciudad y los tres tenores, ballenas y tiburones, dragones y mazmorras, los Templarios, momias y monstruos, gimnastas de salón, esgrimistas, bandoleros, la infantería de marina, una maratón, toda una legión romana, una estampida de elefantes, una colmena con su dulce miel, el Tour de Francia y la Vuelta a España con el coche escoba..., y cabe dos veces un estado principesco como Mónaco. Nueva York es un parque temático habitable, es una inmensa avenida llega de gente guapa y sana; es una pequeña calle cubierta de banderas donde se decide a dónde va ir tu dinero; es un rincón de Dublín o del Londres victoriano; es una calle de Nápoles cantada por Caruso; es el lugar en el que aprendió sus tristezas Billy Holliday; es la grandeza milenaria de China reducida a un barrio que pide a gritos que pase un camión cisterna; es un mirador para contemplar una bahía en la que habitan la libertad y la casa triste y gigante de los emigrantes. Nueva York es una gota de perfume universal encerrada entre ríos, puentes, calles, edificios con vocación de cohetes, egos y negocios... Y además es barato.









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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,16 oct 2009 18:51:23 GTM
<![CDATA[El modelo económico socialista de Kruschev a Chernenko]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1023
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Primera parte: El modelo económico socialista tras la II Guerra Mundial

En la URSS, la época de Kruschev (1953-1964) estuvo definida por una política de desestalinización y reformas que se tradujo en intentos de descentralizar la economía para hacerla más ágil. Por medio de importantes reformas económicas, Kruschev pretendió una elevación global del nivel de vida que permitiera a la URSS alcanzar unos niveles de vida equiparables a los conseguidos por los países occidentales. Su política persiguió equilibrar el desarrollo industrial con el agrícola, emprendiendo a su vez un ambicioso programa de investigación nuclear y aerospacial. En el sector agrícola, los koljoses fueron dotados de mayor autonomía en sus decisiones y sufrieron una reagrupación, agrandándose su superficie y racionalizándose la utilización de la maquinaria agrícola. El órgano de planificación central (Gosplan) subsistió, pero realizando solamente una planificación global; la concreta pasó a corresponder a consejos económicos regionales (sovnarjoses), encargados de velar por la ejecución del plan. Asimismo, se admitieron ciertas libertades económicas para negociar créditos con la banca estatal y para permitir una libre comercialización de parte de la producción, lo que permitió que se iniciaran los intercambios comerciales con terceros países no comunistas. Para mejorar el nivel de vida agrario y fijar a la población en el campo, se construyeron núcleos (agrogorod), dotados de mejores servicios.

En los demás países socialistas, la desestalinización ali­mentó tentativas reformistas que afectaban al funcionamien­to de la planificación centralizada, pero la descentra­lización fue mínima. La apertura alentó una diversificación del modelo comunista, pues los países del Este se encontraron con la tolerancia soviética para desarrollar vías propias para la construcción del socialismo, aunque las reformas se encontraron con una reacción de los tecnócratas y los burócratas, por lo que las economías comunistas apenas cambiaron.

En la URSS, en el sector industrial se propulsó la industria de bienes de uso y consumo, el salario aumentó y se redujo el horario laboral. En los primeros años de aplicación de las reformas crecieron los rendimientos agrícolas y el nivel de vida campesino. Pero en los años sesenta fracasaron los proyectos desarrollados para cultivar nuevas superficies roturadas en Asia central, cuyos rendimientos se agotaron rápidamente. Los problemas en la producción de cereales fueron uno de los factores que propiciaron la caída de Kruschev, que no acabó con los esfuerzos de descentralización y racionalización empresarial, pero supuso un freno en ese proceso.

En la etapa de Breznev (1964-1982) tuvo lugar una segunda oleada de reformas, tratando de reorganizar la economía y la sociedad soviéticas con fórmulas neoestalinistas y fortaleciendo la planificación económica con la restauración del poder del Gosplan. La parte de las reformas estuvo en la concesión a las empresas de mayor autonomía para gestionar los beneficios y en el mayor papel concedido a los consejos obreros en la dirección de las empresas. Asimismo, se promovió una integración de las actividades agrícolas e industriales en el medio rural, alrededor de los koljoses, con el fin de equiparar los niveles de vida entre el campo y la ciudad.

En los países del Este, a la altura de los años sesenta era evidente que, superada la primera fase del crecimiento económico, era necesario basar el crecimiento en una utilización más racional de los recursos. El ansia de reforma se relacionó con la perceptible disminución a inicios de los sesenta de las tasas anua­les de crecimiento de la renta nacional, la producción industrial y el ritmo de productividad. Esto hizo aflorar críticas al modelo extensivo y de planificación, costoso e ineficaz para garantizar indefinidamente altas tasas de crecimiento y para la asignación de recursos. La solución al problema pasaba por potenciar el poder de los consumidores intermedios y finales (de la demanda) y eso requería atenuar la centralización de la economía y reemplazar los métodos burocráticos de gestión por métodos económi­cos. Se extendió por las economías socialistas la necesidad de dar al sistema una mayor flexibilidad, lo que se articuló de forma diferente en cada país. Mientras Yugosla­via seguía su vía particu­lar eliminando los residuos de planificación, los demás países proyec­taron reformas revisando los métodos de gestión de las empresas y modificando los procedimientos de la planificación tradicional. Las reformas económicas se caracterizaron por la descentralización del proceso de decisión y un protagonismo mayor del mercado (que afecta a los precios, a la intro­ducción de incentivos en las retribuciones salariales y a la búsqueda de benefi­cios), por cambios en la estructura de la adminis­tración eco­nómica, por una cierta tolerancia hacia las actividades de la empresa privada (en el área de servicios y la agricultura), por cierta liberali­zación del comercio exterior (retrocede el monopolio estatal), por la introduc­ción del mercado y la gestión autónoma en la agricultura. En suma, se introdujeron elementos de mercado en el sistema planificado y remitió el alcance de la planificación centralizada.

Nikita Kruschev en 1951 (foto wikipedia)

Nikita Kruschev en 1951 (foto wikipedia)

Las reformas se encontraron también con importantes obstáculos. Por un lado los sucesos de la “primavera de Praga” dieron paso a una vuelta generalizada a la ortodoxia política en los diferentes países socialistas, que se tradujo en un recelo hacia las reformas. Por otro lado las reformas toparon con resistencias burocráticas, que hicie­ron retroceder su avance en los años setenta y fracasaron en gran medida también por la ambigüedad de los reformadores, divididos entre descentralizadores y centralizadores (eliminar los obstáculos a la operatividad de la planificación centralizada), siendo los segundos los que se impusieron. La fuerza de los intereses adquiridos por preservar el sistema centrali­zado y la inercia de los métodos de gestión y planificación heredados terminaron por ahogar cualquier atisbo de reforma que pusiera aquellos en peligro. Hacia 1975 se constató el retroceso general de las reformas y el refuerzo de la centralización. Sólo Hungría mantuvo su Nuevo Meca­nismo Económico, basado en una combinación de técnicas administra­tivas y económicas en la planificación y gestión, mecanismos de mercado y control centralizado del Estado. Finalmente, el creciente conservadurismo soviético mediatizó cualquier posibilidad de reforma: no hubo transformaciones sustanciales del tradicional sistema de tipo soviético, resultando decepcionante para sus promotores incluso el nuevo sistema yugoslavo de planificación autogestionaria.

Desde los años setenta, las economías socialistas presentaron una clara y general disminución de las tasas de crecimiento, que pasaron del 7% anual del período 1966-1975 al 3% de 1976-1985, las más bajas desde el establecimiento del sistema económico de tipo soviético, como resultado tanto de las consecuencias negativas del modelo de planificación central como de la crisis económica internacional iniciada en 1973. La etapa de Breznev fue de estancamiento y desaceleración, ralentizándose sensiblemente el crecimiento en todo el orbe comunista. En el caso soviético la situación en los primeros ochenta era de un grave anquilosamiento económico derivado de una fuerte burocratización y corrupción de los cargos públicos. La falta de estímulos explica los bajos niveles de rendimiento agrario e industrial, la baja calidad de las manufacturas y el elevadísimo absentismo laboral, además apareció un mercado negro desorbitado. Yuri Andrópov (1982-1984) llegó al poder propugnando la necesidad de autocrítica y el abandono de un burocratizado sistema que favorecía la corrupción y la ineficiencia, por lo que promovió importantes reformas económicas que, sin ser profundas, enmendaron en parte la trayectoria declinante de la economía soviética. Pero su sucesor Constantin Chernenko (1984-1985) preconizó una vuelta a los antiguos métodos breznevianos y puso fin a la primera perestroika.

Por tanto en la década de los ochenta se había producido un evidente estancamiento económico en los países socialistas, especialmente grave en el caso soviético y con diferencias en los demás, pues la RDA, Checoslovaquia y Hungría mantenían un mayor grado de desarrollo y dinamismo económico, Polonia o Bulgaria tenían una situación más preocupante, mientras que la de Rumania era muy grave. En todo caso los trazos fundamentales de las economías socialistas de los años ochenta son:

- Han agotado sus posibilidades de crecimiento extensivo (límites cada vez mayores para incrementar la dotación de recursos).

- Problemas de ausencia de elasticidad frente a los mecanismos de crecimiento intensivo (ineficacia productiva y escaso progreso técnico).

- Economías reguladas administrativamente desde el aparato del Estado (propiedad estatal de los medios de producción y dominio de una cultura administrativa de la gestión).

- Fuertes desequilibrios productivos.

- Distorsión de las relaciones mercantiles (completa separa­ción entre oferta y demanda).

- Importante endeudamiento externo (incapacidad de generar suficientes exportaciones para pagar las crecientes importa­ciones, agravada desde las crisis energéticas por la competen­cia del sur de Europa, la industrialización de los países de Extremo Oriente y el nuevo proteccionismo). 

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Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,15 oct 2009 19:44:22 GTM
<![CDATA[El modelo económico socialista tras la II Guerra Mundial]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1022
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Dos notas básicas definen al sistema económico socialista: una de naturaleza ideológica como la socialización de la propiedad de los medios de producción; otra de índole estrictamente económica como la planificación centralizada. El primero es el rasgo más distintivo de la economía socialista, el segundo no se da en todos los países so­cialistas (y se da en buena medida en algunas economías capitalis­tas). La propiedad social de los medios de producción combina dos criterios: que el conjunto de la sociedad es quien dispone efectiva­mente de los medios de producción (la propiedad pública o estatal) y que los medios de producción son empleados en interés de toda la socie­dad (noción so­cialista del interés general). El componente de la planificación cen­tralizada determina la tipología de las economías socialistas, que van desde los modelos de elevado grado de centraliza­ción (tipo soviético) a los modelos de economía socialista de mercado (tipo yugoslavo), según sea el plan o el mercado el mecanismo de regulación fundamental de la actividad económica.

En el modelo económico centralizado, el poder central asume la capacidad de decisión en lo relativo al volumen de producción de cada empresa, estructura de los costes, entrega de los medios de produc­ción, consumo privado. En el modelo descentralizado, cada agente econó­mico es responsable de sus decisiones y determina el consumo y la producción: son importantes las relaciones horizontales entre las empre­sas y entre las empresas y sus clientes. El modelo soviético fue el aplicado en la URSS y desde finales de los cuarenta en Bulgaria, Checoslovaquia, Rumania, RDA, Cuba, Polo­nia y Hungría, si bien con diferencias en cuanto al papel estatal en estos dos últimos. Sólo Yugoslavia y Checoslovaquia alteraron este modelo desde finales de los sesenta confiando la regulación de la produc­ción y la inversión al mercado.

La construcción del socialismo según el modelo soviético exigía la industrialización de países que, excepto la RDA y Checoslovaquia, eran eminentemente agrarios. La nacionalización comenzó por los sectores claves de la economía (industria pesada, mi­nas, transportes y comunicaciones, bancos y aseguradoras) y por las empresas de mayor tamaño, extendién­dose a sectores más periféricos y a empresas más pequeñas progresiva­mente. Hacia 1950 el proceso había alcanzado ya un desarrollo notable: en Bulgaria, Checoslovaquia y Polonia el sector socializado proporcio­naba el 97, 95 y 86% de la producción respectivamente.

La sovietización de la economía conllevó, en segundo lugar, la colectivización de la agricultura, realizándose desde 1948 reformas agrarias conforme al modelo de los koljoses soviéticos, con la agrupación de las explotaciones rurales en cooperativas colectivas, en grandes unidades de produc­ción. Para vencer el apego a la tierra de los propietarios se arbitraron diversos medios, desde campañas públicas contra los grandes propietarios a aumentos en el sistema impositivo y de entregas obligatorias de producción. La explotación de la tierra se organizó en empresas colectivas (koljoses), con la reserva de una parte de la tierra para el Estado (sovjoses). Así, una propiedad muy fragmentada fue reemplazada en la década de los cincuenta por grandes unidades cooperativas. Con todo, los efectos de la colectivización no fueron especialmente favorables: el efecto negativo de la resistencia pasiva de los campesinos sobre los rendimientos puso en cuestión el éxito de la colectivización, recurriéndose a un reforzamiento de la disciplina, a un mayor control por los funcionarios y militantes del partido, a establecer estímulos al rendimiento y a acrecentar el parque de maquinaria agrícola. En pocos años se impuso la producción con métodos colectivi­zados y la proporción de koljoses y sovjoses (las granjas estatales su­ponían entre el 5 y el 13% de la producción) suponían el 100% de la producción en la URSS y más del 90% en los países satélites. Las excepciones fueron Polonia y Yugoslavia, donde sólo afectaban a la cuarta parte de la tierra las granjas colectivas y estatales.

A inicios de los años sesenta, prácticamente la totalidad de las actividades económicas era de propiedad y gestión estatal, permane­ciendo sólo la artesanía y ciertos servicios de alimentación bajo la propiedad privada. Hasta el 95% de la renta nacional de los países orientales provenía del sector socializado, proporción que era mayor en la industria que en la agricultura. En Polonia y Yugoslavia la proporción era del 75%, al quedar la mayor parte de la agricultura fuera del control estatal.

Stalin en 1936 (foto wikipedia)

Stalin en 1936 (foto wikipedia)

Rota la vinculación con el mercado capitalista internacional, la estrategia de las economías socialistas de inspiración soviética fue la búsqueda de una vía no capitalista de industrialización y desarrollo. El objetivo fue alcanzar rápidamente altas tasas de desa­rrollo y por ello, dentro de la acelerada industrialización, se conce­dió prioridad absoluta a la formación de capital y a la fabrica­ción de bienes de producción, en detrimento de la agricultura y los bienes de consumo. El rápido crecimiento económico fue destinado a una mayor capacidad de acumulación para ampliar el volumen de inversiones productivas. El crecimiento socialista se concibió a largo plazo como la consolidación de la base material del socialismo y la mejora permanente de las condiciones de vida.

Entre 1950 y 1970 hubo un espectacular crecimiento económico y las economías socialistas experimentaron una transformación radical: las antiguas economías agrarias con limitado potencial de crecimiento se convirtieron en estructuras industriales dinámicas. El crecimiento fue mayor al de Europa Occidental: la renta nacional se multiplicó por cuatro, con altas tasas anuales. El crecimiento fue aún más espectacu­lar en el sector industrial, cuyo producto se multiplicó por siete. Este crecimiento se fundamentó más en el uso extensivo de los factores de producción (acumulación de recursos naturales, humanos y financieros) que en la intensificación o eficacia productiva de los factores. El empleo creció a altas tasas anuales (un 1'7% frente al 0'6% de Europa Occidental), produciéndose la incorporación laboral de la mujer y el desplazamiento de la fuerza de trabajo desde la agricultura a la industria. La estrategia de desarrollo emprendido consiguió transformar de manera radical, en apenas veinte años, la estructura económica de los países socialistas, desplazándose el protagonismo económico de la agricultura a la industria (la primera se reduce a la cuarta parte de la renta nacional y a menos de la mitad del empleo en los países socialistas menos avanzados, los más avanzados tenían estructuras del empleo similares a la occidental).

Desde el punto de vista social el nivel de vida de la población experimentó una sus­tancial mejora, con crecimientos sustanciales de los salarios rea­les y una amplia oferta de servicios gratuitos o semigra­tuitos. Como aspecto negativo está la escasa disponibilidad de bienes de consumo y, lógicamente, el bajo consumo privado de la población.

Por otro lado, el crecimiento extensivo comportó desequilibrios sectoriales. La estrategia de desarrollo seguida desde los años cincuenta otorgó prioridad a la industria pesada en detrimento de la agricultura y los bienes de consumo: el elevadísimo crecimiento industrial (alcanzó tasas del 20% anual) contrastó con el modesto crecimiento de la agricultura y de algunos servicios. Entre los efec­tos negativos del crecimiento extensivo destacan la ineficacia productiva, con el notable despilfa­rro de recursos naturales, humanos y financieros. La escasa producti­vidad de los factores de producción obedeció no sólo a la concepción socialista, primando la cantidad sobre la calidad como llave del desarro­llo, sino también a las deficiencias del propio mecanismo planifica­dor. Entre otros aspectos, la intensificación del crecimiento a través del progre­so técnico no formó parte de las prioridades establecidas durante la fase de crecimiento, y la desconexión con Occidente no permitió que el comercio y el contacto cultural fuesen vehículos de intercambio tecnológico. En suma: ineficacia productiva, escasez del consumo y atraso agrícola fueron los principales problemas de las economías socialistas, que fueron a más a medida que el crecimiento extensivo dio muestras de agotamiento en los años setenta.

Desde los años cincuenta, tras la muerte de Stalin, hubo intentos de reforma del sistema económico socialista tradicional que resultarían fallidos por la suma de dos aspectos: su carácter limitado y las resistencias del aparato burocrático. En el caso de Yugoslavia, la ruptura de Tito con la URSS en 1948 permitió la edificación de un modelo socialista propio. La idea era reducir la dirección económica del Estado en beneficio de una propiedad colectiva garantizada por los consejos de trabajadores, que determinarían la actividad de cada empresa; por su parte, los campesinos tenían la posibilidad de dejar las granjas colectivas (modelo autogestionario). Pese a sus logros este modelo supuso un descontrol en la inversión y el gasto que generó una economía desequilibrada y deficitaria, poniendo en evidencia las debilidades de la descentralización.

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LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,14 oct 2009 19:15:39 GTM
<![CDATA[El Cineclub de David Gilmour (Mondadori)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1020
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El escritor canadiense David Gilmour tenía un hijo cuyo fracaso escolar no le dejaba pegar ojo. No sabiendo muy bien qué hacer al respecto, el escritor llegó a un curioso acuerdo con su hijo. Vale, el chaval no iría al instituto, dormiría todo el día si le venía en gana, no estaría obligado a trabajar ni a pagar nada..., pero a cambio se mantendría completamente alejado de las drogas y tendría una única obligación: ver al menos tres películas a la semana junto a su padre.

El muchacho aceptó el compromiso, y al día siguiente pusieron manos a la obra, o menor dicho, la vista y el entendimiento a trabajar. Empezaron con la primera película de François Truffaut, Los cuatrocientos golpes. El trato se mantuvo durante tres años, y durante ese tiempo padre e hijo vieron juntos un montón de películas que iban desde títulos clásicos y obras maestras a también películas que no pasarán precisamente a la historia por su calidad.

David Gilmour: Cineclub. Un padre, su hijo y una educación nada convencional (Mondadori)

David Gilmour: Cineclub. Un padre, su hijo y una educación nada convencional (Mondadori)

Ciudadano Kane, El padrino, La ley del silencio, Showgirls..., son historias que sirvieron para que David Gilmour y su hijo hablarán de casi todos los temas posibles: el amor, el talento y el esfuerzo, el trabajo, la amistad, las drogas, el dinero..., y todo a través de los directores de esas historias, de sus actores y de las escenas más célebres.

Esta historia real la plasmó en su día David Gilmour en forma de libro. Las páginas las tituló de la única manera posible, Cineclub, y en español las ha editado Mondadori. A lo largo de sus 260 páginas Gilmour logra dos cosas. Por un lado realiza una particular y muy personal historia del cine. Y por otro nos deja una amena y emotiva reflexión sobre la educación de los más jóvenes, y en torno a la importancia básica que en la misma tiene la implicación de las palabras, tanto desde un punto de vista intelectual como emocional.

Cineclub es un libro de amena y sencilla lectura que creo no defraudará a quienes lleguen hasta él. No pretende convertirse en ningún manual para cinéfilos ni en uno de autoayuda para tratar con los hijos. Es sencillamente una historia de amor, de amor paternal y de amor al cine. Mucho desde luego para 260 páginas de puro entretenimiento.

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Tuesday,13 oct 2009 14:34:10 GTM
<![CDATA[Afganistán, Cristo Ancor y las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2008]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1019
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Recién llegado de Nueva York me encuentro en el buzón una carta enviada desde el área de protocolo del Ministerio de Cultura español. La abro con alguna expectación. Es una invitación de la Ministra de Cultura para asistir al acto de entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes que tendrá lugar el próximo martes 27 de octubre a las 12 horas en el Palacio de Festivales de Cantabria (Santander), con la presencia de sus Majestades los Reyes.

De acudir a la cita las señoras deberán hacerlo con vestido corto y los señores de traje oscuro. Me dicen que es imprescindible confirmar la asistencia y me dan un número de teléfono de Madrid para hacerlo. Todos estos mensajes vienen impresos en un díptico de excelente papel grueso y con el escudo de España en relieve en la primera cara. Dentro del díptico, y también en papel estupendo, aparece la lista de los premiados este año. Son 25 nombres de hombres y mujeres casi todos muy conocidos en el panorama artístico y creativo hispano: músicos, actores, empresarios, diseñadores..., un poeta recién fallecido (Victoriano Cremer) y dos instituciones, el Festival de Cine de San Sebastián y la Fundación BBVA. Le puedo poner rostro a casi todos los nombres de la lista: al de Juan Mari Arzak, al de Pedro Iturralde, al de Frühbeck de Burgos, Ágatha Ruiz de la Prada, Alberto Schommer, Enrique Cerezo, Francisco Rivera Ordóñez (¿habrá devuelto ya su medalla el gran José Tomás?), y por supuesto al de personajes de la farándula mediática como Imanol Arias, Pilar Bardem, Miguel Bosé, José Antonio Labordeta, Isabel Coixet, Cecilia Roth...

Pilar Bardem (foto wikipedia)

Pilar Bardem (foto wikipedia)

La verdad es que no pensaba ir a la gala. La hora es demencial, no tengo traje oscuro y por regla general este tipo de saraos son convenientemente aburridos. El único aliciente suele ser el verle la jeta a los personajes que observas en televisión y prensa: ¡es más alto de lo que pensaba, el más bajo, es más guapo, es más feo, qué pinta tenía fulanito, que vestido llevaba menganita!, ¡qué simpáticos los Reyes! En fin, algo que con toda franqueza he de confesar que no me interesa mucho.

Sin embargo ha ocurrido un acontecimiento que me impulsa a acudir a la gala. Me refiero a la muerte en la guerra de Afganistán del legionario español Cristo Ancor Cabello, cuyo féretro cubierto con la bandera de España y portado al hombro por sus compañeros es la imagen de todos los periódicos del país. Y es que espero que cuando Miguel Bosé, Pilar Bardem, Labordeta, Coixet..., se levanten de su asiento para recoger la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, miren a las 1.700 personas que caben en la sala Argenta del palacio de Festivales, miren a las cámaras de televisión y a las cámaras de los fotógrafos de los medios escritos allí desplazados, y delante de los Reyes, de su Ministra de Cultura y demás autoridades, tengan el coraje, la dignidad y la coherencia de gritar un rotundo ¡NO A LA GUERRA!, como hicieron en las galas de los Goya cuando gobernaba la derecha en España y teníamos soldados desplazados en conflictos internacionales.

Cristo Ancor Cabello

Cristo Ancor Cabello

Espero que ante la reciente muerte del soldado español (¿cuántos van ya?) en esta Misión de Paz y Humanitaria que el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero y Carmen Chacón mantiene en la “tranquila” Afganistán, los apesebrados “artistas” progres de este país sigan manteniendo el mismo discurso que mantenían cuando eran los gobiernos conservadores quienes enviaban las tropas a cumplir misiones en zonas de guerra. ¿Tendrán Pilar Bardem, Miguelito Bosé, etc, etc..., la valentía de encararse frente a la Ministra de Cultura que ya ha anunciado que su ministerio rebajará las inversiones en todo menos en enchufarle millones de euros al mundo del cine?

Sí, creo que iré a la Sala Argenta del Palacio de Festivales para ver si se produce el milagro. Pero algo me dice que Cristo Ancor no estará presente en el fastuoso acto, y sí estarán en la mente de todos los euros que la señora Ministra va a ofrecer a los “artistas” para que puedan seguir manteniendo sus pisos en el barrio de Salamanca o sus chalés en la Moraleja, para que sigan vistiéndose en las tiendas de la milla de oro madrileña, para que continúen cenando en restaurantes de diseño y para que, de vez en cuando, puedan seguir yendo a Cuba o a Venezuela a justificar las glorias benditas del socialismo o muerte.

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Friday,9 oct 2009 12:31:55 GTM
<![CDATA[John Wayne: fuerte, feo y formal]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1018
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Mucho antes de que los terroristas islámicos estrellarán aviones contra las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York, tipejos como Mao y Stalin ya pensaron en asestar un duro golpe a la moral de los norteamericanos como símbolos vivientes del capitalismo, y maquinaron hacerlo asesinando a uno de los mayores iconos del imperio, el actor John Wayne. Al actor se lo desveló ni más ni menos que Nikita Kruschev, quien se empeñó en conocer al duro entre los duros en una de sus visitas a los EEUU.

Y es que John Wayne fue y sigue siendo uno de los símbolos más potentes de lo que puede entenderse como conservadurismo norteamericano. Wayne no se transformó en ese icono que va mucho más allá de lo político por simple casualidad. Él mismo se labró esa imagen, se hizo concepto, mito de “lo americano” a lo largo de tres décadas de trabajo en las que rodó más de 250 películas. Wayne se llamaba Marion Robert Morrison, media más de metro noventa y no tenía el típico rostro de galán, más bien su rostro reflejaba cierta fiera rudeza de ex jugador de fútbol americano que lo hacía incluso atractivo. Empezó en el cine mudo de la mano del director Raoul Walsh, quien le recomendó que fuera a clases de interpretación. A la tercera clase le enseñaron la puerta de salida y le aseguraron que jamás sería un buen actor. Los profesores, muy probablemente, desconocían que el cine requiere cosas muy distintas a las que pide el teatro, y los gestos, las miradas entornadas, el peculiar andar que le dejó para siempre una lesión deportiva, la forma de chupar los cigarrillos, de subirse a un caballo, de aferrarse al winchester..., todo esto funcionaba en la gran pantalla, lo significaba, lo hacía reconocible y lo acabó convirtiendo en algo que los más ignorantes no pueden soportar ni reconocer: uno de los más grandes actores cinematográficos de la historia.

Cuenta la leyenda que fue precisamente Walsh quien hizo que John Ford se fijase en el torpe y alto saco de músculos y rostro entre bondadoso y canallesco. La pareja John Ford/John Wayne es una de las más grandes y talentosas de la historia del cine universal. Juntos rodaron dos decenas de películas, todas de un altísimo nivel artístico, y entre ellas faltan dedos para sumar las indiscutibles obras maestras.



Escena de La legión invencble (1950), de John Ford (vídeo colgado en YouTube por hauptmannbrittles)

Hijo de un veterano de guerra, John Wayne ha pasado a la historia, insisto en ello, además de por ser un actor legendario, por ser un mito representativo de los valores más conservadores de la mentalidad norteamericana. Tipo rudo, hosco, sincero, peleón, hasta pendenciero, supo siempre que estaba aferrado a una forma de pensar que sus contemporáneos más jóvenes ya ni reconocían ni respetaban. Sabía perfectamente que era un patriota a la antigua usanza (quizá a la usanza de su propio padre), un tipo decente consigo mismo y con los demás, pero un tipo pasado de moda. “Nunca me fiaré de un tipo que no bebe”, o “hay que hablar bajo, despacio y poco”, son dos frases que junto a su epitafio, por cierto, escrito en español (Era fuerte, feo y formal), vienen a resumir la puesta en escena moral, ética y social de John Wayne.

Su conservador ideario político (una especie de sencillo manual de costumbres y comportamientos) lo defendió siempre a capa y espada, incluso de forma expeditiva. Esto le granjeo filias y fobias por doquier. Jamás encarnó a un personaje de alguna manera no encajara como sí mismo o con la idea que él tenía de lo que debía ser un héroe americano. No quiso trabajar en películas filocomunistas o socialistas, ni en historias en las que el uso del sexo y la violencia no fueran los para él adecuados. En este sentido nunca quiso trabajar junto a Clint Eastwood, Kirk Douglas, Dennis Hopper Frank Capra o Frank Sinatra (a cuyo guardaespaldas molió a golpes en un enfrentamiento directo)..., a unos los consideraba demasiado cercanos a posiciones políticas izquierdosas, a otros ultraviolentos en sus propuestas estéticas, a otros de moral más que tachable.

Pasó por ser un racista impenitente y un tipo al que le repugnaban los homosexuales. Se casó sin embargo en tres ocasiones con mujeres todas de origen latino. En plena Guerra de Vietnam tuvo la hoy rarísima osadía de dirigir la única película que beligerantemente apoyaba el conflicto (Boinas verdes, 1968), tal vez la razón por la que el partido Republicano le llegó a proponer que se presentase a las elecciones como su candidato a la presidencia.

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Thursday,8 oct 2009 11:24:2 GTM
<![CDATA[Grandes directores de cine tuertos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1017
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Les quiero dejar una curiosidad entre las manos, o mejor dicho, ante los ojos. Se trata de un asunto en el que se relacionan los tuertos y el cine. ¿Nos les resulta una paradoja casi espectacular, y cuando menos inolvidable? Sí, tuertos y cine. Pero precisamos más. Me estoy refiriendo a directores de cine tuertos (o al menos con parche en un ojo), y no escribo sobre directores de andar por casa, no, escribo y hablo de algunos de los más grandes directores de la época del cine.

¿Directores de cine tuertos?, se preguntará algún lector con toda la razón del mundo. Pues sí, le aseguro yo desde esta tribuna. ¿Pero serán uno o dos a lo sumo?, volverá a preguntarse seguro el lector avispado. Pues no, le contesto yo desde aquí: no son ni uno ni dos, son sorpresivamente algunos más. Pero vayamos ya al grano y demos nombres.

El más importante de todos sin duda fue John Ford, para muchos cinéfilos el más grande director de cine clásico de la historia. Sí, el autor de películas como Centauros del desierto, La diligencia, El hombre tranquilo, Siete mujeres, El hombre que mató a Liberty Valance o My darling Clementine, llevó en el último tramo de su vida un parche en el ojo. El problema es que no sabemos exactamente por qué, dado que el parche cambiaba de ojo a voluntad del cineasta. Un día en el izquierdo, otro en el derecho. ¿Un signo de coquetería último? ¿Ganas de emular a los piratas? La cuestión no está resuelta del todo, al menos que yo sepa. Pero las fotos están ahí para mostrarnos al viejo director con el parche correspondiente.

Raoul Walsh

Raoul Walsh

Otro cineasta tuerto, o con parche para ser más precisos, fue el gran Raoul Walsh, toda una leyenda del gran cine de aventuras, con títulos a sus espaldas como Murieron con las botas puestas, Tambores lejanos o El mundo en sus manos. Walsh, alumno en los años del cine mudo de genial Griffith (experiencia que compartió con el ya mencionado Ford), se puso un parche en un ojo desde bastante pronto en su carrera, lo que siempre le dio un aire de misterio y aventura que le iba como anillo al dedo al tipo de cine que dirigía con inigualable sabiduría.

Otro gran “parcheado” de la historia del cine fue el vienés Fritz Lang, quien a lo largo de su vida alternó el aristocrático monóculo con el más canallesco parche. El monóculo intuyo que era para subrayar su aire imperialmente austrohúngaro, al igual que Stroheim y Sternberg, los dos Eric de nombre, se pusieron el von de pega delante de su apellido para que los snobs hollywoodienses les abrieran de par en par las puertas de sus mansiones. Sí, Lang sustituyó el monóculo por el parche, quizá tomó la decisión cuando su cine se hizo más preciso, seco y líricamente impecable. Creo sin embargo que hay imágenes de Fritz Lang en las que lleva el parche y el monóculo, genialidad glamurosa que de ser cierta no sé cómo ha pasado aún desapercibida por los grandes de la moda.

A estos tres monstruos del cine hay que sumarles al menos tres nombres más. Los tres con carreras más que importantes en la industria norteamericana del cine, y por tanto, en la historia universal del cine. Me refiero al húngaro André de Toth, a quien debemos piezas tan significativas de su buen saber hacer como Los crímenes del museo de cera, El rifle Springfield o Pacto de honor. Y para terminar Nicholas Ray y Sam Fuller, dos de los cineastas más grandes del final de la época dorada de Hollywood. Los dos con parches en los ojos marca de la casa, los dos con puestas en escena personales más que reconocibles.

Me han salido seis grandes cineastas de la historia del cine a los que no llamaré tuertos, pues me consta que alguno no lo era, pero que llevaban parche en un ojo, por lo menos durante una etapa de su carrera. Entre los seis dirigieron centenares de películas que aún concitan la admiración y el interés del público. Algunas de esas películas son auténticas obras maestras. Visto lo visto (y suena casi a chiste hablando de tuertos), ¿no les vendría bien quedarse tuertos a más de un director (perdón) y directora de cine actual? Dejo la sugerencia rocambolesca aquí planteada, aunque ahora que lo pienso, y me viene a la mente el maestro Ford, bastaría con que se taparan un ojo, que dirigieran sólo con uno. Seguro que muchos lo agradeceríamos.

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Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiemre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,7 oct 2009 19:37:56 GTM
<![CDATA[Cine sexista en la España de hoy]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1016
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Recién llegado a España me entero de que nuestro Ministerio de Cultura, dirigido, creo, por una conocida guionista, va a dar un paso más en la manida discriminación sexual progre. El caso es que, según parece, el susodicho Ministerio y su absurda Ley de Cine va a dar prioridad en su política de subvenciones a los proyectos que estén dirigidos por mujeres. ¿La razón? Pues pregunten en portería, a mi no se me ocurre, a no ser que el propio Ministerio piense que las mujeres directoras españolas son unas discapacitadas a las que hay que prestar una ayuda supletoria para que las pobres puedan desarrollar su trabajo. En otras palabras, si al Ministerio llegan 10 proyectos, siete de ellos interesantes, pero dirigidos por hombres, las ayudas se orientarán a las tres restantes, sólo porque las dirigen mujeres.

Es más, desconozco por qué el dinero público, el que ponemos todos sobre el tapete a través del pago de impuestos, debe ir en parte destinado a que un grupo de productores (así cualquiera) que producen las pajas mentales de unos cineastas cuyos productos no llevan a nadie a las salas de proyección y aburren a tirios y troyanos. El cine hecho en España pierde espectadores como por un anchísimo tubo, y en vez de reflexionar con mínima seriedad sobre las causas de tal continua fuga de aficionados, parte del dinero público se sepulta en seguir haciendo latir a una industria muerta cuyos productos no interesan a casi nadie. Es una evidencia que esta es una forma de pago del gobierno socialista al apoyo que siempre ha recibido de la más mediática facción progre de nuestro cine, incluida la que hoy es ministra del ramo, quien está al frente del ministerio no por su valía intelectual, sino porque había que pagar la imbécil cuota de la llamada “discriminación positiva”, es decir, por narices debe haber un número de ministras en los gobiernos progres de España, y ahora debe haber por “güevos” un número de directoras de cine, como lo tendrá que haber en el futuro diseñado por la progresía nacional de escritoras, médicos, abogadas, taxistas, barrenderas... Es más, en el futuro orweliano del zapaterismo rampante, quizá los ciudadanos tengamos que someternos a ver determinados porcentajes de películas dirigidas por mujeres, a leer cada año un número establecido de libros de escritoras, a recitar una fijada cantidad de versos femeninos, a escuchar x número de canciones compuestas por mujeres, y así podemos sumar los ejemplos que se nos vayan ocurriendo, incluyendo también una operación momentánea de cambio de sexo para todos los hombres a cargo de la Seguridad Social.

El erario público no debe tener en cuenta absolutamente para nada si quien se pone detrás de la cámara es un hombre o una mujer. Lo único que debería contar en esta materia es hacer un cine que no sufra el rechazo de su público, un cine que esté concebido para que su autor o autora entretenga, emocione, transmita belleza..., y no para que satisfaga con dinero de todos sus carísimos caprichos, sus ególatras y onanistas necesidades expresivas en nombre de una industria que ni interesa ni en realidad existe. Una industria española del cine que se desmoronaría ipso facto si no se le enchufase dinero público permanentemente. Una industria que pide a gritos para su supervivencia de verdad enfrentarse de una vez por todas con la realidad, y empezar a replantearse guiones, actuaciones, direcciones, puestas en escena... Ahí sí está el único futuro posible para un cine al que no va a salvar ninguna Ley del Cine, y mucho menos imbecilidades tales como las medidas sexistas anunciadas.

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Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiemre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,6 oct 2009 20:15:2 GTM
<![CDATA[Caminos Interiores: Juan Antonio González Fuentes, por Rafael Morales Barba (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1015
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Primera parte: Caminos interiores: Juan Antonio González Fuentes, por Rafael Morales Barba (I)

Los poemas en prosa de La luz todavía (2003), Atlas de perplejidad (2004) y sobre todo el madurado y lleno de acendrar el decir indeciso de los poemarios anteriores, La luz ciega (2009), forman la poética de la luz negra o del hueco (modernamente en Gérard Wajcman), que ha sabido interpretar los derroteros evolutivos del fragmento esencial. González Fuentes toma esa vereda desde el poema en prosa que empieza a tener una fuerte y moderna tradición esencial en España. Poéticas del agujero negro, la elisión y la alusión, la fragmentación, del interludio o el espacio vacío como costura de unas palabras que apenas dicen en su hermetismo aquello que según María Zambrano es lo sagrado moderno, es decir, el enigma: el vacío como mito y sacralización de los heridos tras el advenimiento de la sospecha como luz negra, imán. Desde Paul Celan el nuevo impulso llega hasta estos poetas epigonales en el tiempo (en su indudable mérito) que construyen la visión del vacío desde una acendrada conciencia del vacío, heredera en su analogía de la visión cosmogónica del cabalista Isaac Luria (1534-1572), formulador del autoexilio de la divinidad que crea ese hueco, recuerda Pietro Taravacci, hueco en sí sin origen ni fin entre abismos increados. Lo atormentador de los herederos del existencialismo de posguerra han rencontrado su agujero negro haciendo analogía con la física, y la modernidad hipnotizante del agujero, y fagocitan el discurso hacia el embudo del no decir como decir o sentido (y balbucir) como se repite con cierta manera desde Hölderlin-Mallarme-Gadamer-Steiner de cierto sentir dominante (poco inocente en algunos casos frente a Hölderlin), de un tiempo que va para dos siglos, por citar lo más actual de entre tantos y tantos fotógrafos de la incertidumbre y próximos al ensimismamiento. Unas poéticas que han traído al proscenio otra fórmula libre en el poema en prosa o en cierta experimentación recuperadora de lo breve, en el caso español, haikus y aforismos, y en el caso de la poesía esencial próxima al venero de Valente. O sobre todo del genio poético de Paul Celan frente a los introductores geniales y poetas de mérito (además), empieza a dar paso a un vitalismo si bien tan angustiado, mucho menos crispado. A olvidar las poéticas constitutivas de la desolación alemana del siglo, desde la acidez a la desestructuración de los Benn-Trakl-Celan. Y de reactualizar a Valente en el caso español que supo crear un epicentro emocional y teórico sobre todo, y una poética concreta alrededor del desierto, el silencio, el vacío místico, que evolucionó hacia cierto piedracelismo (lanzarotismo) en Sánchez Robayna, hasta quedar preso del discurso tras los primeros libros y escritos, sin duda más interesantes y de mérito, que desembocaron en cierto narrativismo realista y narcisista en El libro, tras la duna o a la lexicalización del discurso cuando el giro mostró que el imán de la juventud era el venero del que no sabía/podía o quería salir. Otras fórmulas se asoman tibiamente aunque todavía quedan demasiados ecos y en algunos casos prácticas demasiado miméticas, aunque no siempre como hemos apuntado, pues obviamente no se puede seguir retorizando hacia el manierismo el discurso sin que empiece a mostrar fatiga el decir en su reiteración. Salvo renovadora visión fuerte, quiero decir, meritoria, el entronque fuerte de ese discurso parece estar dejando el paso a otras poéticas próximas a la contingencia, apartadas de los discursos donde ciertas voces empiezan a estar lexicalizadas y gastadas. Lo cual no exime de sus muchas virtudes a esta poética, muy por el contrario trae calidades y novedad desde su perspectiva delicada y propia, profundamente seria y sin pacto en su verosimilitud, sin acimez además, fresca y veraz. Que no posea méritos para ser leída por sus propias virtudes o no aporte la calidad del poeta no mimético que escribe desde un lenguaje o tendencia, del poeta recomenzando desde abajo el oficio de poeta con la voz de una escuela. Como casi todos. Y donde sabe decir renovadoramente desde la delicadeza. No hay gran angular sino vericueto intimista y desolado, hecho estilísticamente desde las sinapsis que a veces dan y otras quitan cuando las suturas son concatenaciones pretenciosas o cuando a veces, pretenciosamente, se quiere decir más de lo que el poema puede desde sus mismos presupuesto y envide. González Fuentes, que a veces cae en esos defectos, aporta sin embargo desde una emotividad verosímil una palabra diferente en algunas propuestas que hasta el 2009 no han eclosionado con talento, porque hasta esa fecha el páramo /estepa/ desierto de otros le dejaba en el terreno de la probatura, ero no siempre y, dirían los taurinos, con expectativas y buenas maneras. Y avisando de su delicada perspectiva frente a la retama reseca, de quien prefiere la arena concreta, con sus granos filtrados uno a uno. Al Kierkegaard al que le duele aquí o allá, frente a sabiduría hegeliana del absoluto, pues es un intimista desolado, autonarrado en lo oscuro. Que nos cuenta desvelado el agujero negro desde sus requerimientos íntimos mirando hacia dentro.

La luz todavía es sinónimo de desesperanza. De resistencia sin palo al que agarrarse. No debe engañarnos el adverbio todavía. No quiere engañarnos lo retorizante narcisista, sino hablar de un intimista desconsolado. González Fuentes es un desolado intimista desde hace mucho tiempo que sabe del origen (Valente y Robayna o Jordi Doce), pero prefiere en buena medida a Antonio Colinas, Clara Janes, y otros, como propuesta de matiz. Aunque la desolación total y del precipicio real lleve los nombres de César Vallejo y Paul Celan cuando la desolación busca fórmulas significativas, o llamaradas. En esa romana González Fuentes ha preferido ser íntimo a pesar de la cita de Ciorán, un tópico moderno. No engañan los poemas más usuales del “no soy nada entre abismos”, comunes a miles de poetas. El mejor González Fuentes baja a la arena del silencio pero sabe del zozobrar de las fórmulas sabidas con un golpe de ola, seco y tierno en buena medida. Y sabe de probaturas en algunos Ejercicios de distancia, con la gracia de un pequeño haiku que no lo es en sentido estricto y puede serlo, como primer ejercicio de gracilidad, frente al pesado decir de los que piensan y no saben decir. Apuntes estelares, propios en la revisión de motivos Aquí también el otro/ la liturgia indescifrable/ de la espina. Pequeñas y sabias/sabidas reflexiones bien dichas de un libro de tránsito, que a veces, como en el poema X, en sus primeros versos en prosa, se sitúan propiamente. Tiempos de probaturas hacia Atlas de la perplejidad (2004), cuando decide cerrar su primera etapa poética, expresa explícito, y perfila los lenguajes miméticos de los primeros tiempos. Su búsqueda indaga en poema en prosa, desde ese desprecio de la amplitud de los mares. Intimidad y excepción, del aparte de los quienes no son apartes en la vida como Bernardo Soares, ni con esa vocación teórica, sino sentimental. Sin enjundia teórica, sino sentimental meditativa. Que aunque tal vez sepan de Pascal y su desprecio de la soledad se embudan su sentimiento como pathos por el narcisismo de los solitarios autistas, ahora tentados por la rosa del poema en prosa y cierto hermetismo indeciso. Atlas de perplejidad tiene lo delicado del mejor González Fuentes donde, a veces, brilla, aunque no tanto como en el 2009. En el poema VI, sin duda, cuando reflexiona sobre el pasar, frente a otras seres más enroscadas o manieristas o irresueltas desde el querer decir más de lo posible desde una perspectiva que entonces no supo resolver desde la yuxtaposición, asociación y elipsis, pero con momentos sugerentes en El claro límite por el que acude el viento. Una incursión de quien adentra ese latir lo sentido bajo un sueño sin auroras/ y el calor bajo las nubes cuando se atiende al discurso de fondo que el estilo rehace con maniera en su voluntad de estilo. Con el valor y el mérito del que se arriesgaba entonces hacia un vacío que en el 2009 ha sabido tersar hacia la elocución de mérito. Entonces sin embargo dejaba pespuntes de buen hacer, ráfagas, una búsqueda y una vida dispuesta pero irresuelta.

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

Juan Antonio González Fuentes: La lengua ciega (DVD, 2009)

En cualquier caso La lengua ciega, de significativa inadecuación sinestésica y elipsis hermética traza desde el comienzo el sentido del decir desde la paradoja y las poéticas herméticas, amén de la tradición esencial de donde bebe. En cualquier caso este poemario supone una definición del estilo de sinapsis, síncopas y rupturas sintácticas de poemarios anteriores hacia un mayor acendramiento del sentido desde el saber decir. Con madurez ha sabido evitar cierto palabreo hermético proveniente del cortar y pegar, de la manufactura o marquetería más o menos vanguardista, prospectiva o pretenciosa en los peores casos, de quien sin un discurso claro en los mejores, prueba con una voluntad de estilo que quiere tapar la tentación de la naturalidad que en su caso a veces cabrillea. Juan Antonio González Fuentes ha encontrado un decir sobre ella, su estilo, que en los mejores momentos muestra las virtudes de quien posee referentes muy claros, obsesivos en lo desolado, y una fórmula hecha con oficio y sin manufactura tras los ensayos previos. Hacia el 2009 muestra su mejor faceta en las series que buscan la sencillez del decir frente a cierto trovar clus, sugerente a veces, pero otras muchas irresuelto. Y no es que La lengua ciega no deje de hablar del agujero negro como postura inicial del discurso. Así En mi voz se expresa: Se acoge mi voz al verdor abierto de la muerte entera, esa es la sal, cuenta, del discurso, el camino de quien tiene una sangre incapaz de levantarse en vuelo. Funambulismo entre dolor y súplica que alterna en ese diálogo donde el daño se revela la semilla de su poética. En este sentido el simbolismo oscuro de González Fuentes ha sabido escapar del hermetismo confuso de otros momentos para decirse desde un perfil decantado ahora, tal y como lo fue en otras ocasiones, con una lucidez otoñal que sabe de las contigüidades, soy lo que me rodea (el otoño) (también lo ha dicho Josep María Rodríguez, en Raíz, de otra manera, este día que empieza es lo que soy ) y construir esa mirada atenta al matiz y al interior: al sentimiento del gris, a la nube escarlata, al gotear del día con brillos secos de hierbabuena, de quien entre tantos ejemplos muestra la cualidad de la contemplación (dijo Wordsworth) y del acendrado sentir. Pero todo con un sabor abisal, catabático como en el sucinto Último sol

Un ondear de flores
en las manos
el hierro triste del último sol

O del el acero mortal que lleva, nos lleva, aquí tan sabiamente metaforizado. Adentrado en este poeta de interiores, atento a los sentidos y lo imperceptible (a las hojas secas que murmuran en superficie pero también al fragor ajeno ungido bajo la yerba…). Recogimiento y desnudez de quien no encuentra signos sino el eco sin mensaje del superviviente (el mendigo humo del mar como amor que ilumina en la contemplación de lo inasible: la huída de quien ofrece sus brazos queriendo retener algo, ofrece brazos para aferrar el día, recogimientos y delicadeza como resistencia o desde un estilo que desea ser resistencia. Sí, la fuga o la huida de tanto y la necesidad de tentar otra morada, como nunca hacia dentro, forman buena parte de lo dicho de esta poética agónica a la que falta crispación, aunque no haya resignación, sino herida. La del contemplante que ve desde la naturaleza la fuga, la ilegibilidad del sentido y encuentra correspondencias en los elementos sin semiótica, en el garabato frente al signo, o en el aire que da lección. Al buen poeta esencial hay que encontrarlo en esos parámetros, en esas soledades del suplicante en el espléndido Un viento, un algo, o en otro poema señero, una escondida joya, como Algo más. En esas coordenadas encuentra su decantado decir frente a otros vericuetos herederos de libros antiguos, y que ahora ya no lastran tanto una poética muy atractiva cuando se ciñe a esa delicadeza esencial de un contemplante absorto en el fugaz patrimonio de las cosas, o en el sinsentido de las alegorías. Cuando desenreda el laberinto y no quiere decir de más. Con todo González Fuentes ha emprendido un esfuerzo estilístico donde la desnudez y la concisión entablan un diálogo extraño para el lector común, que exige lo especializado, diría Witold Gombrowicz. Un decir roto o fracturado, más que fragmentado, hacia la opacidad. Y aunque no queramos volver a Robert Burns también debemos encontrar el sentido de la fractura, a no ser que ya no se quiera decir más. Y sin embargo dice desde ahí, deja rastros, propone con valor una fórmula para indicar que es un desolado esencial, sin el otro, ensimismado y convincente en su fragilidad, en no atreverse a decir, salvo en esos interiores que hablan de las poéticas de un siglo que ha pasado y al que le va tocando ya el viraje.

RAFAEL MORALES BARBA

(Universidad Autónoma de Madrid)

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El próximo post de Juan Antonio González Fuentes aparcerá publicado el 6 de noviembre

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,29 sep 2009 19:22:30 GTM
<![CDATA[Caminos interiores: Juan Antonio González Fuentes, por Rafael Morales Barba (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1014
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Situar la modernidad de Juan Antonio González Fuentes (1964), un poeta próximo a la poética del silencio y a Valente, al epitafio y al moderno poema en prosa, al aforismo del callar y decir desde cierto hermetismo, es hablar de situar una introspección y del envés de la trama. De poetas que han adentrado un lenguaje y un saber decir desde el recorte. O si se prefiere, de las poéticas más delicadas en el campo de batalla de la desolación de esta escuela que a veces es narcisista y monotemática en ese registro. Aunque lo hagan solventemente, como en el caso de González Fuentes. Apiñada en este caso en el discurso del silencio desde los modos esenciales en la reinterpretación o renovación. Estamos ante un poeta esencial más que valentiano, a pesar de ser ese el venero, que ha sabido emigrar hacia la delicadeza rehumanizada, con propuestas diferentes, tal y como Rafael José Díaz intentó desde el diálogo amoroso, que aquí no existe. Sin violencia y ruptura. Cada mini época lírica (y esa épocas se nos antojan cada vez más extensas) han tenido sus discursos e irrupciones, saltos hacia delante y hacia atrás, epígonos y poetas de tendencia etc, y buena cosa será saber dónde debemos situar esta poética del silencio en un sentido estricto, después de treinta años, epigonal en el mejor sentido de la renovación del final de un discurso, con hechuras y renovados mundos propios desde la delicadeza y la ruptura con la acimez. Pues González Fuentes tiene tanta herencia como adentrado mudo propio en su diálogo con la tendencia, o un estupendo atisbar propio desde un lenguaje, si se prefiere.

Juan Antonio González Fuentes: Además del final (Endymión, 1998)

Juan Antonio González Fuentes: Además del final (Endymión, 1998)

En Además del final (1988) se dijo como poeta desolado. Un aprendizaje en los terrenos de la parca que disputa la vida desde el primer gran caer en la cuenta. Todo basado en una écfrasis del color en los paisajes exteriores e interiores como alegoría. Avanzará desde ahí su poética hacia la intimidad desolada y la experiencia del hueco, aunque estas son las trazas menos radicales de un poeta en prosa, atento a la abolición de la representación, con claves en su camino hacia lo sentido como vacío frente a cualquier otro sentido existencial. O si se prefiere, a la primacía de lo sentido desolado sobre el sentido completo de existir. Una epifanía del cerco de quien entra en la espiral de Corioli. Cerco o vivir, así sentido son el territorio frente a la construcción, la implicación o el fideísmo, y frente al goce por añadidura, salvo el de los solitarios que conforman esta perspectiva desde este Además del final, tan explícito. Delicadezas como regalo frente a la acimez total de la hermenéutica del silencio más agria. Una novedad a la que no era ajeno Ponge: el margen de la flor o sus heridas quietas. Esta es la poética inicial de esta etapa y también al día de hoy definitiva de Tono. La más agónica del perdido, frente al perseguido, la del cercado por vacíos, del atormentado lleno de sed : la vie est breve/ un peu d’amour/ un peu de rêve/ et puis bonjour, cantó el mejor y más desapacible Onetti como exponente de un siglo. Alquimia del tránsito el poema que apenas dice (alude y no se atreve a representar sino lo sentido en un goteo de estalactitas), incluso en lo gozoso que elevó el canto en otras poéticas de la Historia: del amor como metonimia del ser en una mano, una sombra, una espuma, o si se prefiere el dubitativo epitafio de quien se desconsidera con Paul de Man y se sitúa en los simulacros como mirada. Es decir a la retórica que des-figura. Adentra desde la sombra. Identidad y fragmento, ausencia de Historia, dicen. Posmodernidad del sujeto desesperanzado y autista, encerrado en sí, tanto como antes lo encerró la comunidad provinciana. Un desolado esencial de pulso catabático, desolado, que se emplea con voz propia desde una delicadeza propia como marca de agua, en un sentido próximo a Brodsky. No es otro comentarista de los comentaristas de Aristóteles o Valente (salvadas las distancias), sino la propuesta de la desazón dramática desde el minimalismo esencial y sobre todo, pleno de registros delicados. Pese a que el viajero no sabe (y sabe) dónde va, y la consigna de muerte es el horizonte referencial, hay una mano. Una mano propia, una metonimia, de esa escueta forma de estar o de casi no ser. Adentramientos sin otros, tal y como es habitual en el vértigo de la inmersión disolutoria de una estética esencial y existencial, autorremitente, matérica. De una mirada asida los caminos de la desreferencialización del lenguaje lírico (que aquí no son radicales, aunque en libros posteriores, avanzará en lo hermético como voz de lo sagrado autorreferencial). Sí vértigo de piedras, perplejidad reflexiva, herida por espinas como forma de estar o tal vez, ser. No hay tampoco circustancialidad, gozo en el heraldo de los labios, de lo próximo, sino restricción. Una poética escueta, piedracelista sin viejos marchamos formales, reformulada con talento, pues no es un Además sobrante en el sentido que le dio García Montero (no del todo con sinceridad, pero con buena poesía lúdica, la que falta y trajo también Ángel González), sino el valioso comienzo de un baile que González Fuentes ha filtrado y dado de manera diferenciada como puesta de largo lírica hacia el derrotero esencial más próximo a la experiencia abisal, o a la nada anonadante que propuso una feliz expresión de Sánchez Robayna y repetida hasta la saciedad, pero que empieza a estar desfasada como estética.

RAFAEL MORALES BARBA
(Universidad Autónoma de Madrid)
 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,28 sep 2009 10:39:45 GTM
<![CDATA[Breve historia de los Felices Años 20 (1924-1929)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1013
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde el punto de vista económico, la década posterior a 1919 estuvo profundamente marcada por las derivaciones de la Gran Guerra. A los efectos materiales inmediatos se agregaron dos graves problemas de posguerra: el de las indemnizaciones alemanas y el de las deudas internacionales. Todo se juntó para que en 1920 sobreviniera una aguda crisis que tuvo, sin embargo, una corta duración. A partir de 1922-1924 se inició un período de recuperación y expansión que terminó estrepitosamente con el crack de 1929.

La guerra tuvo notorios efectos económicos sobre Europa, que en 1918 se encontraba en una situación económica y financiera muy grave marcado por el coste humano de los enfrentamientos, las destrucciones de bienes materiales y el coste de su financiación, que implicó para los estados el uso de las reservas de oro, un masivo endeudamiento y una galopante inflación derivada del recurso a la emisión de papel. Después de la guerra, la inflación se agravó por el desequilibrio entre una producción insuficiente, una fuerte demanda de productos y la depreciación de las divisas europeas respecto del dólar. Finalmente, cargas financieras como el pago de pensiones a las víctimas de la guerra o las necesidades de la reconstrucción, pesaron sobre los presupuestos durante un largo período después del conflicto.

El panorama del Viejo Continente contrastaba con el de ciertos países extraeuropeos que, debido a la considerable demanda europea durante la contienda y a la pérdida de sus mercados –la producción de bienes de consumo se postergó a favor de las necesidades militares-, se enriquecieron de forma notable. Países como Canadá, Australia Sudáfrica y Japón, impulsados por la demanda europea de productos manufacturados y materias primas, crearon complejos industriales muy diversificados. Uno de los más beneficiados fue Japón, que desarrolló una importante flota y conoció una expansión comercial en el Pacífico y el Sudeste asiático y China en detrimento de los europeos. Pero el gran ganador fue EEUU, cuya industria se vio estimulada en todas sus ramas de la producción. EEUU consiguió convertir su flota comercial en la segunda del mundo y logró tal superávit en su balanza de pagos que acumuló la mitad de las reservas de oro mundiales. Además se le adeudaban 10 mil millones de dólares, al haber sido el principal financiero de la guerra. EEUU se convirtió en acreedor de Europa y se colocó a la cabeza de las naciones industrializadas. Nueva York desplazó a Londres como primer centro financiero mundial.

La guerra había destruido el sistema del patrón-oro sobre el que, en la época liberal, descansaba el sistema de pagos internacionales y el equilibrio financiero de los estados. La situación se agravó en la inmediata posguerra, ante el debilitamiento de las monedas europeas por la inflación y el endeudamiento. El período 1919-1929 quedó marcado por los problemas de los pagos internacionales, complicados por las reparaciones de guerra y las deudas de los aliados con EEUU.

Chicago en 1925 (foto wikipedia)

Chicago en 1925 (foto wikipedia)

Durante los años 1919-1920 la economía mundial experimentó una corta reactivación debido a los imperativos de la reconstrucción y el consumo de bienes diferidos por la guerra. En estas condiciones, la economía norteamericana prosiguió su expansión y continuó la acumulación de capital por este país. La abundancia de los mismos facilitó la disponibilidad de crédito barato, por lo que en el año y medio siguiente al fin de la guerra se mantuvo el sistema de préstamos entre los países aliados. Gracias a los créditos norteamericanos, Europa esperaba alcanzar en mejores condiciones una economía de paz. En la primavera de 1920 se dieron los primeros signos de recesión, al conjugarse una contracción de la demanda una vez satisfechas las necesidades de bienes de consumo diferidos por la guerra y los de la reconstrucción, y una contracción del crédito, a consecuencia de la política deflacionista de EEUU ante el peligro de que una depreciación del dólar arruinara las ventajas adquiridas desde 1914. Con la llegada de los republicanos al poder se impulso la elevación el precio del dinero y el rigor financiero, lo que se tradujo en un recorte de los préstamos y en la negativa a anular las deudas de guerra. Los grandes bancos americanos también se mostraron reticentes a hacer préstamos a una Europa en plena anarquía económica.

Se asistió entonces a una crisis de reconversión postbélica que afectó sobre todo a EEUU y a Gran Bretaña: la producción estadounidense cayó en 15% entre 1920 y 1921, y el paro se incrementó fuertemente. Una respuesta común ante la crisis fue la elevación de las tarifas aduaneras: las prácticas proteccionistas se imponían en el mundo. Los problemas que esta crisis trajo –de reconversión y crisis inflacionista- desataron en todos los países –en cada uno se arbitraron diferentes respuestas: Alemania y Francia aumentaron la circulación monetaria y devaluaron sus monedas, acentuando su insolvencia y entrando en una situación económica insostenible que les impedía afrontar sus compromisos financieros internacional- una fuerte agitación social y una sucesión de crisis políticas que será en terreno propicio para el ascenso del fascismo.

Tras la crisis de reconversión posbélica se pasó a un período de aparente prosperidad conocido como “los felices años veinte” (1924-1929). La reactivación de la economía mundial se fundamentó en las políticas de estabilización monetaria emprendidas tras la Conferencia de Génova (1922), el establecimiento del Plan Dawes (1924) y, finalmente la reducción de las deudas interaliadas y la reanudación de la corriente crediticia norteamericana a Europa. Entre 1924 y 1929 la economía mundial conoció una etapa de expansión. El restablecimiento de la economía siguió a una estabilización financiera que tuvo su clave en el nuevo tratamiento que se dio a las reparaciones alemanas y las deudas interaliadas. Si en Génova los gobiernos europeos acordaron estabilizar sus monedas y sus precios a través de un riguroso control de los créditos y el retorno al patrón-oro como forma de acabar con la inflación incontrolada (un patrón-oro un tanto actualizado, pues contemplaba un cierto endeudamiento) y el caos en los pagos internacionales, en la Conferencia de Londres, de la que salió el plan Dawes, se estableció una nueva modalidad en el pago de las reparaciones alemanas (sobre un mínimo garantizado con ciertos impuestos, anualidades no fijas en función del ritmo de su economía) y Alemania recibió un crédito internacional al efecto. Téngase en cuenta que en 1923, ante la imposibilidad de pagar las reparaciones, el gobierno alemán pidió una moratoria a la que Francia se negó, ocupando en respuesta el Ruhr. Además, en esos mismos años EEUU accedió a una reducción sustancial de las deudas interaliadas y Alemania adoptó una política deflacionista (nueva moneda).

Un marco general de estabilidad monetaria y relanzamiento de los préstamos e inversiones que impulsó una expansión de la economía. Esto hizo de los veinte unos años de relativa prosperidad, en los que prosiguieron los cambios apuntados por el capitalismo en los años de entresiglos y se entró en una nueva era industrial. Se desarrollan nuevos sectores industriales (automóvil, aviación, electrodomésticos) ligados a las nuevas fuentes de energía (electricidad, petróleo), nuevos métodos de producción y organización del trabajo (taylorismo, fordismo, es decir, división del trabajo y producción en cadena, más el desarrollo de la publicidad y del sistema de compras a crédito, que en EEUU dan origen al consumo en masa), refuerzo de la concentración industrial y financiera (ya iniciada a nivel nacional en algunos países, adquiere ahora una dimensión internacional, con cárteles internacionales como Standard Oil, Royal Dutch-Shell, Texaco). Como resultado de todo ello, entre 1920 y 1929 la producción industrial aumentó un 50% en EEUU y un 60% en Europa; la productividad del trabajo se acrecentó en un 30% y los beneficios de las grandes sociedades alcanzaron proporciones desconocidas. No obstante, se trataba de un gigante con los pies de barro, como se puso de manifiesto estrepitosa y dramáticamente con el denominado “crack del 29”.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,25 sep 2009 19:37:30 GTM
<![CDATA[Anna Wintour, la reina del Vogue americano en The september issue]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1012
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

¿Vio alguno de ustedes la película El diablo viste de Prada? Desde luego la cinta no pasará a la historia del cine por ninguna de sus virtudes, aunque al margen de la general mediocridad en celofán de la obra sí había un aspecto bastante relevante. Me refiero a la como casi siempre espléndida interpretación de Meryl Streep, quien parodiaba con singular acierto e ironía a la gran sacerdotisa del negocio de la moda en Nueva York, la directora de la edición americana de la revista Vogue, la célebre, influyente, respetada y gélida Anna Wintour.

Pues bien, el documentalista R. J. Cutler ha rodado un trabajo sobre la Wintour en el que la protagonista parece casi humana. El documental se titula The september issue (referencia al número de septiembre de las revistas de moda, el número más importante del año para todas). La cinta está rodada en la sede central de la revista, en Madison Square, y en ella se acaba narrando como eje central de la historia la relación entre la Wintour (británica de 59, una apasionada por la eficacia) y Grace Coddington, directora creativa de la publicación. Las dos conforman una pareja legendaria en el universo neoyorquino y universal de la moda, siendo extravagantemente opuestas, y a la vez complementarias. Wintour es la perfecta personificación antipática de la frialdad ejecutiva, mientras que Coddington es la excéntrica y creativa por antonomasia.



Tráiler oficial de The september issue, de R. J. Cutler  (vídeo colgado en YouTube por watchFashionNews)

Para rodar su trabajo y por completo fuera de la norma, Cutler tuvo acceso casi total a cualquier rincón de las oficinas y despachos de Vogue en Madison Square, y Wintour, en contra de lo que se pensaba en un principio, no exigió ejercer ningún control o censura sobre la película. Los espectadores verán el trabajo original de Cutler, sin cortapisas, sin tijeras. Y así se descubrirá, anuncian los más entendidos, otras caras, otras facetas de la llamada Papisa de la moda estadounidense, la directora de uno de los principales buques insignia de uno de los principales grupos editoriales del mundo, Condé Nast.

Desconozco ahora mismo si este documental se podrá ver en España (algún modo habrá), pero si hay la más mínima oportunidad yo procuraré no perderla. Quiero saber más cosas sobre ese odioso, peculiar e intrigante personaje que parodió con tanto acierto una de las más grandes, Meryl Streep.

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Thursday,24 sep 2009 19:30:17 GTM
<![CDATA[Ha muerto un auténtico poeta, Diego Jesús Jiménez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1011
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Ha muerto un poeta. Ha muerto Diego Jesús Jiménez. La noticia apenas ha tenido trascendencia mediática, y lo encuentro lógico. Va en la naturaleza del oficio un cierto arrinconamiento, el que las luces más mundanas enfoquen siempre hacia otros lugares, el que los titulares de prensa y los mejores minutos de televisión y radio los ocupen goles, divorcios, amores y desamores, desfalcos, asesinatos, guerras y crisis. Ha muerto un poeta grande y su desaparición no ha sido percibida por prácticamente nadie, tan sólo por los que dentro de la tribu ya empezamos a ser talluditos. Y sin embargo la obra de Diego Jesús Jiménez, su infatigable labor con las palabras durante años y años de trabajo, quedará ahí ya para siempre, una aportación a la salud y senderos del idioma español que utilizan para expresarse cientos de millos de seres humanos en el mundo. Diego Jesús Jiménez, sin que apenas nadie lo sepa y reconozca (ni falta que hace, probablemente!!!), ha enriquecido con sus poemas el paisaje, las formas y los horizontes de todo un idioma: un espacio mental en el que habitaron, habitamos y habitarán un número casi infinito de historias, de vidas.

Diego Jesús Jiménez nació en Madrid en 1942, y murió en la misma ciudad el pasado 13 de septiembre. Fue pintor, periodista y, sobre todo, poeta..., si es que dicho oficio puede ponerse en una tarjeta de visita. En 1964, el año en el que The Beatles cantaban Can’t by my love, ganó el entonces prestigioso premio Adonais de poesía con el libro La ciudad, y en 1968 el Nacional de Poesía por Coro de ánimas. A estos premios le siguieron el Juan Ramón Jiménez por Bajorrelieve (1990), y el Jaime Gil de Biedma, el de la Crítica y de nuevo el Nacional de Poesía por Itinerario de náufragos (1997). Con Diego Jesús Jiménez sólo coincidí en una ocasión, hace ya muchos años, juraría que en los Encuentros de Verines que coordina Luis García Jambrina, o tal vez en algún encuentro de poetas en tierras del sur de España. Leí ya no recuerdo qué poemas y él, con fama de lector benévolo y generoso, se me acercó al final de la lectura y me dijo con inolvidable amabilidad “me han gustado chaval, me han gustado”. Qué curioso, no recuerdo ni la fecha ni el lugar del encuentro, pero sí las palabras alentadores del maestro.



Diego Jesús Jiménez (clicar en la foto para leer la entrevista para www.canal-literatura.com)

Ha muerto Diego Jesús Jiménez. La inmensa mayoría no sabe quien es. Poco importa, lo trascendental en todo poeta importante (y Diego Jesús lo es) es que ensancha el idioma, lo enriquece, le da colores y aromas que luego todos usamos sin saber su procedencia. Ha muerto un poeta, pero se queda en el idioma, en las palabras. Ahí va tan sólo una muestra.

Arcángel de ceniza
Homenaje a Federico García Lorca

I. Los lagartos dibujan en el tiempo
su muerte mineral. Hay mastines que sueñan con rocío en los ojos
y que entornan las noches ante el infortunio. No sé por qué
tras las últimas casas de los barrios extremos
imagina uno el mar. La luz es un estanque
que habita la memoria, un estanque con algas y secas humedades
donde los días yacen en sus salas de espera.
                    Los cementerios de automóviles
atraviesan urgentes madrugadas
de hospitales y de óxidos. Deja la claridad, entre las flores,
un mundo submarino abierto. Sueñan los dormitorios
enfermedades plateadas, y hay un temblor difuso en las paredes
y muñecas sin ojos arrastrando
su universo olvidado. Hay vacíos océanos
y animales pacientes que ahogan el insomnio.
La tortuga invernal, entre la lluvia,
avanza más aprisa que los trenes
que atraviesan los cielos. Nadie
recuerda nada aquí. Todo está aislado en su inseguridad; la luz es un naufragio
de hogueras apagadas. De humo estrellado
son las sombras, y hay navajas que brillan de incertidumbre
como un escalofrío. Hay testigos de espuma en los alrededores
y recodos de horas que no terminan nunca. Hierve la Historia
en una sola página. La ciudad,
a lo lejos, tiene un maduro resplandor
de palacio de invierno.

II. Oigo desde aquí los aljibes, los desagües
desde donde las ratas y los pobres comparten sus negocios
de cartón y de humo; ya los ejecutivos,
con la seguridad de los prestidigitadores,
ascender por el aire; ya los asentadores,
ya los intermediarios de todo cuanto un día en los campos
                    fue bello; o a los que distribuyen
su mercancía invisible y, poco a poco, adquieren
esa pátina helada de los santos, en los ojos el frío
de los peces que han muerto.
                    Ved que el robo es defensa
y la piedad mentira; que en estas calles
donde es dolor la Historia y la vida pecado,
por las que se presume
tanto de libertad como de pobreza,
ya no se lucha a muerte. Baja del Guadarrama un viento
de rendición. Entre los árboles
deja la espuma de la noche sus párpados abiertos.

III. La ciudad
brilla como una ola de ceniza sobre la lejanía. Es agosto
y, desde aquí, ves tenderse
el fatigado cuerpo del silencio en las lomas, la quemadura
vegetal de los parques que, a lo lejos, encienden con sus llamas
lentas flores de sombra.

                    En las afueras
hay un olor portuario
de mercancía muerta; es un muelle la tarde
donde yace la lluvia en apagados trenes; y hay hélices y anclas
de barcos que no existen, y ruidos que se esconden
en las profundidades de las sombras como animales ciegos.
Lo mismo que en los puertos
ves frutos que se pudren como auroras calladas
y restos de periódicos que vuelan, sin razón,
por los aires.

                    No es el silencio aquí
como el de las murallas o como el de las frondas
de los ríos abiertos. Una edad medieval
discurre en los contornos, sueña en los alrededores de las cosas.
Hay una luz de atardecer entre las fábricas
que dura todo el día. Huele a fatiga ya cartón, a riesgo, a vida peligrosa
en estos barrios donde
no tiene el cielo crédito ni la infancia fortuna.
                    Abre la calma de la tarde sus puertas
de calor a la noche; y atraviesan
en vuelo errante, como cenizas de la luz, el silencio
los pájaros.

IV. De la noche desciende como un ángel huido de los cielos.
Desciende de sus pétalos grises y de sus manos muertas.
Sueña por los fríos sepulcros de los invernaderos
donde el rocío no existe y está el tiempo callado.

Llega desde la muerte,
desde negros océanos deshabitados, con veloces caballos purísimos y errantes;
sus caballos glaciares cuyo galope eterno pisotea las flores,
las flores que penetran ahogándose en las clínicas, donde
hay un llanto eléctrico por las enfermedades.

Regresa de las lágrimas de los amaneceres, perdida en la marea de sus ojos vacíos
donde eligen los árboles sus insectos dorados y los ricos sus pobres.
Desde sus sienes abrasadas por extraños arcángeles de ceniza y de niebla desciende,
regresa enfurecida a sus más bajos fondos.

¡Oh, altísima ciudad, flor de infortunio, luz disecada entre las páginas
donde llora la Historia arrepentida! ¡Altísimo pecado de cristal y silencio!
Dime que no es verdad la noche, ni la muerte ni el llanto
                    con los que te disfrazas de papeles y líquidos.

Hay un lóbrego viento de submarinos invisibles y manzanas podridas.
La soledad busca sus cuerpos destrozados por los rincones de los hospitales
donde ascienden heridos por las blancas paredes de sus habitaciones
solitarios difuntos que, de pronto, se nublan
y su duelo consiste en su propio cadáver.

Está en las madrugadas que abandonan los parques,
entre vómitos pálidos y cisternas amargas, donde hay pájaros muertos
y fermenta el sonido de sus viejas heridas
entre algodones y tijeras que han abierto los ojos.
Con su dolor se nutren los poetas; sus versos le traicionan entre las mariposas y las nubes.
¡Ay, dime que no son ciertos tus dioses con gusanos ni tus cuerpos de estiércol!
Dime tú que no existe el pan de cieno que no tiene memoria y has dejado mordido.
Llegas de las afueras y los túneles, de metales cerrados y fábricas en llamas.
Estás en la garganta de las larvas que oxidan a los años.
Dime que no es verdad el día de tus negros espejos
ni tus desheredados con asma interminable, ni el eterno silencio
de los que más humillas: a los que robas cada día, cuando los atardeceres
yacen en los suburbios, y navegan los pobres en barcas naufragadas
tu olvido.

Itinerario para naúfragos (1997)

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,23 sep 2009 20:24:5 GTM
<![CDATA[Obra poética de Carlos Salomón (La mirada creadora, 2007)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1010
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

“Nací en Madrid el 2 de septiembre de 1923. A los pocos meses, vine a Santander, y, desde entonces, he vivido, casi ininterrumpidamente, en esta ciudad.
Fui uno de los seis fundadores de la revista Proel, en abril de 1944, donde aparecieron mis primeras colaboraciones.
En 1947, mi libro Pasto de la aurora obtuvo mención honorífica en el Concurso Adonais de Poesía, y tres años más tarde, fue accésit de este mismo concurso mi libro La sed.
También en el concurso Ateneo 1953, obtuvo accésit mi poema La muerte.
He dirigido la Colección Hordino.
Mis libros publicados son los siguientes:
La orilla (Ediciones Proel, 1951). Escrito en los años 1947 a 1949. Hoy, modificado. La sed. (Colección Adonais, 1951). Firmes alas transparentes. (Colección Conde Arnaldos, 1952). Escrito en 1949. Región luciente. (Colección Adonais, 1953). Los poemas de Las luces (Colección Tito-Hombre, 1951), son un avance de los libros Región luciente y el inédito La brevedad del plazo”.

Ciertamente no es mucho más que lo escrito por él mismo lo que con alguna certeza hoy conocemos sobre la vida y la obra del poeta Carlos Salomón (Madrid, 1923-Santander, 1955). Desde luego la bibliografía al respecto no destaca por su abundancia: apenas sí hay unos cuantos artículos a él dedicados o determinadas monografías en las que aparece alguna sencilla referencia, casi siempre puesta en relación con su pertenencia al ya famoso grupo Proel y sus publicaciones. Y por otra parte, sus libros de poemas, hasta prácticamente hoy mismo, sólo podían encontrarse tentando a la suerte mientras se rebuscaba con infinita paciencia en escondidas librerías de viejo. Y señalo “hasta prácticamente hoy mismo” porque ha querido la casualidad que con apenas unos meses de diferencia hayan aparecido en nuestro mercado editorial dos volúmenes dedicados a la obra poética de Salomón. Se trata del libro que propicia estas líneas (Obra poética. Santander, Asociación Cultural “V.PE.CA.”, Colección La mirada creadora, 2007, 283 pp), y del editado en 2008 por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria dentro de su nueva colección “Itinerarios”, páginas tituladas Poesía (1951-1953), y que presentadas por Javier Menéndez Llamazares, incluyen tres libros de Salomón La sed, La orilla y Región luciente.

Voy a ocuparme sólo de la Obra Poética editada en 2007 en la colección impulsada por la filóloga Elda Lavín, y lo voy a hacer por una sencilla razón: hasta la fecha es el único volumen que recoge todos los poemas publicados por Salomón, es decir, los incluidos en los libros La orilla, La sed, Las luces, Firmes alas transparentes, Región luciente y La brevedad del plazo, más un breve apartado en el que aparecen recopilados todos los sonetos “inéditos” que ya vieron la luz en las antologías editadas por Beltrán de Heredia y poco más tarde por Manuel Arce. Esta Obra poética incluye además la nota bio-bibliográfica del propio Salomón, un prólogo sin firma en el que se cuentan los criterios seguidos en la edición, y las reproducciones de las cubiertas originales de los libros. Es decir, estamos ante el corpus poético completo de Carlos Salomón, uno de los poetas cántabros esenciales del siglo XX, lo que ya de por sí habla de la importancia de este libro y lo justifica con creces.

Salomón murió apenas cumplida la treintena, lo que invita a pensar directamente en cuál podría haber sido la evolución de su poesía, su trayectoria como poeta. Lo que parece evidente es el hecho de que saberse desde muy joven gravemente enfermo marcó de una manera rotunda sus versos, tanto desde un punto de vista temático como de latido o pulsión interna. Salomón escribió buena parte de su poesía, y desde luego lo mejor de la misma, desde la perspectiva del adiós, de la desaparición, del ser para la muerte. Lo que ocurre es que en los versos de Salomón (heptasílabos y octosílabos principalmente) ese pulso oscuro no es sin embargo ni siniestro ni radicalmente desolado (aunque sí amargo), emergiendo en la palabra más bien a través de un himno radical de amor a la vida materializado en el paso del tiempo como tránsito hacia el amor y hacia Dios (otra forma distinta de amor y esperanza).

Estamos sin duda ante un libro ciertamente imprescindible y necesario dentro del panorama de la poesía del siglo XX en Cantabria y España, y en este sentido su importancia es indiscutible. Lo que subraya la lectura de estas páginas es que Carlos Salomón pide a gritos una edición nacional de su obra (en una editorial que propicie el conocimiento general del poeta dentro del idioma español) y muchos más estudios críticos, comentarios, análisis y lecturas. Salomón fue un estupendo poeta, y conviene situarlo o resituarlo en el lugar que de verdad merece en el rico y heterogéneo panorama de la poesía española del siglo XX, y muy especialmente en el de la posguerra.  

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,22 sep 2009 18:58:31 GTM
<![CDATA[La Rusia de Lenin]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1009
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La entrada de Rusia en la I Guerra Mundial agravó aún más la situación del país, uniendo el descontento por la guerra (levas forzosas, humillantes derrotas militares, enorme número de bajas), el colapso económico y el endurecimiento de las condiciones de vida. Esta situación provocó numerosos disturbios y protestas, negándose en febrero de 1917 las tropas de la capital (Petrogrado, la antigua San Petersburgo) a reprimir las mismas. A continuación se formó un Soviet de obreros y soldados, controlado por mencheviques y social-revolucionarios. Se da inicio así a la Revolución de febrero de 1917, sucediéndose rápidamente los acontecimientos. Tras un acuerdo entre representantes de la disuelta Duma y el Soviet se formó un gobierno provisional de corte liberal presidido por el príncipe Lvov, mientras que poco después abdicó Nicolás II y finalizó la monarquía zarista. El gobierno provisional decidió continuar la guerra pese a su impopularidad, al tiempo que concedía la amnistía y anunciaba una próxima asamblea constituyente.

La situación del país era entonces compleja por la coexistencia de dos poderes, el gobierno provisional y los soviets, representados por el Soviet de Petrogrado. En abril cayó el primer gobierno provisional, formándose otro de coalición en el que aparecían también mencheviques y social-revolucionarios. Ese mismo mes regresó a Rusia Lenin, formulando con las Tesis de Abril las reivindicaciones de los bolcheviques (fin a la guerra imperialista, paso a la fase proletaria de la revolución, creación de una república de soviets, nacionalización de la tierra y la banca). La impopularidad de la guerra, las nuevas derrotas militares, las manifestaciones de protesta, la carestía y la difícil situación económica originaron la caída del príncipe Lvov. Desde julio el social-revolucionario Kerenski dirige un nuevo gobierno de coalición, que inicia la persecución de los bolcheviques. Sin embargo poco después debe contar con el apoyo de éstos para abortar el intento golpista del general derechista Kornilov. En todo caso la posición del gobierno continuó debilitándose por la situación económica, militar y política, capitalizada por la oposición de los bolcheviques, que comienzan a obtener mayoría en los principales soviets, incluidos Moscú y Petrogrado (éste dirigido por Trotsky).

En octubre, Lenin regresa de Finlandia y lanza la consigna de “todo el poder para los soviets”, al tiempo que la dirección bolchevique decide tomar el poder mediante una insurrección. El 25 de octubre se inició la Revolución Bolchevique, al hacerse los revolucionarios con el control de Petrogrado, a la que siguieron rápidamente las principales ciudades de Rusia. Inmediatamente se forma un poder basado en los soviets, que llega a un rápido armisticio con los alemanes (seguido por la paz de Brest-Litovsk en marzo de 1918) y procede a la nacionalización de la banca, la supresión de la gran propiedad agraria, el control de las fábricas por los soviets obreros y la proclamación de la igualdad y el derecho a la autodeterminación de los pueblos de Rusia. Sin embargo los bolcheviques sólo alcanzan un 25% de los escaños en la Asamblea Constituyente que no acepta el poder de los soviets, optando la Guardia Roja por disolver la asamblea en enero de 1918. Poco después se reúne el III Congreso de los Soviets, que se declara heredero de la constituyente, aprobando en junio la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética Rusa, con el objetivo de formar en torno a ella una estructura federal basada en el poder de los soviets de obreros, soldados y campesinos.



Imágenes de Lenin (vídeo colgado en YouTube por wagnerian1979)

La revolución hubo de hacer desde su inicio frente a difíciles circunstancias, tanto por la caótica situación económica del país como por el surgimiento de múltiples sectores de oposición, incluyendo militares y fuerzas zaristas, separatistas ucranianos y de otras zonas, liberales, mencheviques y social-revolucionarios. Desde el verano de 1918 los sectores contrarrevolucionarios (el llamado Ejército Blanco) desencadenan una guerra civil, aprovechando el descontento de muchos campesinos y grupos étnicos, hasta alcanzar en 1919 el control de buena parte de Rusia. A su favor cuentan además con la abundante ayuda militar y financiera de las potencias aliadas (especialmente EEUU, Gran Bretaña, Francia y Japón), que además decretaron el bloqueo del Estado soviético. Sin embargo los bolcheviques reaccionaron con la organización del Ejército Rojo, dirigido por Trotski y caracterizado por su disciplina y eficacia, reconquistando la mayor parte del país a lo largo de 1920, pudiendo darse por finalizada la guerra con su victoria en 1921. Algunos focos insurreccionales aún se mantuvieron a lo largo de los años siguientes, accediendo además a la independencia Polonia, Finlandia y las repúblicas bálticas. Además el coste de la guerra fue enorme, al causar cinco millones de muertos, numerosos heridos y mutilados, una gran sangría económica e incontables pérdidas materiales.

Desde el punto de vista político y económico el gobierno soviético desarrolló en este período el “comunismo de guerra”. Políticamente se tendió a una mayor centralización, reforzando la autoridad de los órganos del poder soviético (controlado por los bolcheviques), al tiempo que se suprimió la oposición, se creó la policía política o “Tcheka” contra los grupos opositores y se reprimieron las protestas campesinas y el levantamiento de los marinos de Kronstadt. Para eliminar la aspiración a una restauración zarista, la familia imperial fue fusilada en julio de 1918. En lo económico, el fracaso de las primeras medidas (autogestión obrera de las fábricas, incautación de las tierras por los campesinos) y las necesidades impuestas por la guerra, llevaron también hacia la centralización y el control estatal, a través de la nacionalización de la mediana y gran industria, el monopolio estatal del comercio, la autarquía ante el bloqueo exterior, la planificación central de la economía, la imposición de un servicio de trabajo obligatorio, la derogación parcial del dinero, la socialización de la tierra y las requisas de productos agrarios para permitir el abastecimiento urbano.

La política internacional de los bolcheviques en este período se basó en la esperanza de una expansión del impulso revolucionario ruso a otros países europeos. En efecto, la situación de descontento popular y el derrumbamiento de las potencias centro-europeas, unidas al ejemplo soviético, dieron lugar a una oleada revolucionaria en Alemania (derrocamiento de la monarquía en 1918, sublevación espartaquista en 1919 e intentos comunistas en 1921 y 1923) y Hungría (revolución comunista encabezada por Béla Kun en 1919, aplastada poco después), lo que fue unido a un recrudecimiento de las luchas obreras en otros países. En este ambiente se creó en 1919 en Moscú la III Internacional o Komintern, que pretendía sustituir a la socialdemócrata II Internacional. A diferencia de ésta, la III Internacional se constituyó con la concepción de un solo partido del proletariado internacional, disciplinado y centralizado, como se ponía de manifiesto en las “21 condiciones” exigidas para el ingreso, que se mantuvo siempre dependiente esencialmente de la URSS. La creación de la nueva internacional supuso una histórica escisión en el seno del socialismo de tradición marxista, surgiendo en la mayor parte de los países partidos comunistas separados de los socialdemócratas.  

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-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,21 sep 2009 11:5:8 GTM
<![CDATA[Juan José Ibarretxe profesor universitario en Puerto Rico: ¿en qué idioma?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1008
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La mañana vuelve a ser casi veraniega tras tres o cuatro días en los que el invierno mordió ya la climatología con la intención de no soltarla. Entro en la chocolatería Aliva y pido los habituales café con leche y churros. Me siento en mi rincón preferido y abro el periódico a la espera de que llegue el camarero con el pedido. Llega al poco con las viandas y les doy cumplido fin con verdadera concentración. Terminado el desayuno vuelvo a desplegar el periódico sobre la mesa y prosigo la amena lectura. Paso una página tras otra. Me detengo en aquello que llama mi atención, leo titulares a toda velocidad, veo fotos..., y de repente me encuentro con una foto que llama poderosamente mi atención. Leo el párrafo de cinco líneas que hace de pie de foto y el pequeño titular que lo encabeza: “Ibarretxe, profesor universitario”.

¡Vaya!, me digo a mí mismo, así que el ex lehendakari vasco Juan José Ibarretxe se dedica ahora a dar clases en una universidad. ¡Qué suerte!, me digo de nuevo a mí mismo, con el regusto de los churros aún en la lengua, este tipo de personajes públicos jamás se quedan en el paro, y además seguro que cobra como ex lehendakari y también las clases. Una vez realizada esta obvia reflexión que brota del resentimiento y la envidia, la curiosidad quizá malsana me llevó a indagar en qué universidad da clases Juan José y de qué asignatura. Todo estaba explicado en el párrafo aludido. Juan José da clases nada más y nada menos que en el Senado Académico del Recinto Metropolitano de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, y más que clases imparte al parecer conferencias. La primera titulada “Políticas de innovación”. En la foto en “colores” se ve a Juan José, ex lehendakari trajeado de oscuro y preciosa corbata roja con audaces toques blancos, de pie tras una tribuna con micrófono incorporado y realizando con las manos un gesto muy típico de él. La tribuna de diseño y madera lleva en el lado visible por el público asistente un anagrama con el escudo de la universidad y una leyenda que dice: “Universidad Interamericana de Puerto Rico INC Fundada 1912”. Sí, exactamente como lo leen, es decir, en español, no en inglés.

Juan José Ibarretxe (foto wikipedia)

Juan José Ibarretxe (foto wikipedia)

Ante la contemplación reflexiva del detalle me pregunto a mí mismo con el estómago lleno de churros flotando en café con leche en qué idioma impartirá sus clases/conferencias el ex lehendakari. Es muy posible que en correcto inglés, aunque la leyenda del escudo universitario puertorriqueño me hace dudarlo. Seguro que en vasco o euskera no, pues creo que en Puerto Rico dicho idioma tiene una utilidad algo así como simbólica, por no decir nula. Yo creo que Juan José da sus charletas sobre innovación (manda güevos, que diría aquel) en español, en español de Bilbao sí, pero en español al fin y al cabo.

Y de repente algo me hace pensar en eso que se denomina “justicia poética”: Ibarretxe, el ex lehendakari del gobierno vasco del PNV que impedía que los niños vascos pudieran estudiar en español, acaba de conferenciante en una universidad de Puerto Rico a todas luces impartiendo sus charlas en español. A Juan José le ha salvado del “paro” el saber español al no haberse formado bajo las leyes de su propio gobierno. Si no hubiera perdido las elecciones y su gobierno se hubiera perpetuado hasta el infinito como parecía su destino, muchos vascos de próximas generaciones que se hubieran quedado sin trabajo o expectativas en el País Vasco jamás podrían haber tenido la suerte de poder imitar a su hoy ex lehendakari. Insisto, qué hermosa es casi siempre la justicia poética. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,18 sep 2009 10:27:31 GTM
<![CDATA[¡¡¡Hijoputa no es un insulto según un juez de Barcelona!!!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1007 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los que tenemos la obligación de escribir diariamente una columna nos enfrentamos con frecuencia al notable problema de la hoja en blanco, o dicho de otra manera, a dar con un tema sobre el que desgranar unas cuantas frases más o menos presentables. Cuando uno está “sin tema”, “sin asunto”, convierte sus sentidos en un radar incansable a la busca y captura de algo sobre lo que escribir: anécdotas, conversaciones, noticias de periódico, televisión, lecturas, acontecimientos, aniversarios, decesos…

En este sentido, los que escribimos diariamente una columna en España deberíamos estarle muy agradecidos a los jueces por proporcionarnos durante los últimos tiempos tantas y tantas posibilidades de columna periodística. Y es que de un tiempo a esta parte raro es el día que en la prensa escrita o en los noticiarios de la televisión no aparece una noticia relacionada con una decisión judicial que no sea susceptible de quedar su comentario plasmado en una columna de contenido sorprendente.



El otro día sin ir más lejos tuve la fortuna de tropezarme con el caso de la “gorda asesina”, y hoy con el asunto “hijoputa”. Paso a comentar. Resulta que un juez de Barcelona ha sentenciado que una empresa debe indemnizar o readmitir a un trabajador que fue echado de su trabajo por haberle llamado hijoputa o hijo de puta a su jefe. El juez argumenta su sentencia aseverando que hijoputa ya no es un insulto en idioma español, pues es un calificativo que se utiliza no con ánimo de significar que la madre de uno ejerce o ha ejercido la prostitución, sino como frase hecha que no alude directamente a su expreso sentido. Vamos, que cuando uno llama hijoputa a alguien no quiere decir en esencia que la madre del calificado sea o haya sido puta, y así el calificativo no puede ser conceptuado como un insulto. El juez continúa argumentando que si propiamente no ha habido insulto, el despedido lo ha sido de manera injusta y arbitraria, y en consecuencia el trabajador debe ser readmitido en su puesto de trabajo o indemnizado por el “hijoputa” que sin razón alguna lo despidio y, por tanto, perjudicó.

Esta sentencia catalana contrasta radicalmente con la más arriba mencionada y que también se produjo en un juzgado catalán. Un juez condenaba sólo a dos años de cárcel a una mujer que había matado a su novio porque consideraba una clara eximente el que el novio la calificara de gorda reiteradas veces en público. Si uno lee las dos sentencias y las compara, tan sólo puede llegar a una evidente conclusión: gorda/o es un insulto que incluso según un juez puede ser motivo para rebajar una condena por asesinato, mientras que hijoputa dedicado a un jefe tal vez en exceso altivo o exigente no sólo no es un insulto, sino que es motivo para que el hijoputa indemnice al calificador.

Las dos sentencias se han producido en tribunales catalanes, ¿estamos ante una mera casualidad? Lo que está claro es que en Cataluña es más barato llamarle hijoputa a alguien que gordo. ¡¡Están ustedes avisados!! 

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-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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Thursday,17 sep 2009 12:3:36 GTM
<![CDATA[La historia del condón que era bolsa de pipas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1006 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La historia tuvo lugar el mes pasado en Bilbao, más concretamente en el Servicio de Urgencias del Hospital de Cruces de la capital vizcaína. Los médicos que atendían el caso no daban crédito a lo que veían. Una chica muy joven y su novio acudieron a urgencias porque tenían un problema bastante chusco. A ella le tuvieron que extraer del interior de la vagina un paquete de pipas. Sí, como lo leen, ¡un paquete de pipas!

¿Cómo se produjo el caso? ¿Tal vez a la pareja le dio por darse un festín de pipas cerca, muy cerca del aparato genital desnudo de la chica? ¿Acaso estuvieron jugando a introducirse en las oquedades del cuerpo objetos estrafalarios? ¿Quizá se cruzaron una extraña apuesta? Pues no, sencillamente intentaron utilizar la bolsa de pipas como sustituto de un preservativo. ¡Vamos, que intentaron “echar un polvo” seguro!, pero un polvo con sabor a pipas.

Lección I: bolsa de pipas (calorías)

Lección I: bolsa de pipas (calorías)

Solucionado el asunto, es decir, extraída la bolsa de la vagina de la jovenzuela, al ingenuo le cabe hacerse unos cuantas preguntas. ¿La bolsa era de pipas saladas? A nadie se le escapa que la respuesta a tal cuestión encierra mucha miga. ¿De qué marca de pipas era la bolsa? ¿Eran pipas vascas? ¿Eran pipas españolas? ¿Eran pipas de la marca comercial Facundo? La respuesta a esta última pregunta es probable que encierre la solución del misterio de su utilización para tan extraño fin, pues la frase publicitaria de la marca tampoco deja mucho lugar a la duda, ya saben: “siento dejar este mundo sin probar pipas facundo”. Los chicos quizá no entendieron del todo bien el eslogan, y antes de dejar este mundo decidieron probar las pipas, bueno, la bolsa de pipas.

Lección II: preservativo (sexo seguro y bajo en calorías) (foto wikipedia)

Lección II: preservativo (sexo seguro y bajo en calorías)

Chascarrillos para pasar el rato a parte, la pregunta que a cualquier no descerebrado se le plantea es obvia. ¿Cómo es posible que en el año 2009, a dos jóvenes de un país desarrollado con acceso facilísimo a todo tipo de información sexual y anticonceptiva, se les pueda pasar por la cabeza utilizar como condón una bolsa de pipas? ¿Están estos dos idiotas del culo preparados para tener relaciones sexuales? No se me ocurre ninguna explicación plausible, tan sólo que la pareja lo es de tontos de remate, de analfabetos funcionales, de inteligencias limitadas. A la vista de los visto ¿no sería mejor que él dedicase sus energías, por ejemplo, a intentar ser lateral del Atletic y ella a leer algún que otro libro? ¿No es evidente que sería mejor que estos dos tontos de baba empleasen su tiempo libre en comer paquetes de pipas en vez de utilizarlos como condones?

Y si la chica hubiera quedado indeseadamente embaraza fruto, entre otras cosas, de su evidente incompetencia compartida a manos llenas con su oligofrénico compañero, ¿debería la Seguridad Social sostenida con nuestros impuestos pagarle el aborto?

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Wednesday,16 sep 2009 20:45:32 GTM
<![CDATA[Adiós a Merce Cunningham, leyenda viva de la danza del siglo XX]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1005 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Ha muerto Merce Cunningham. La noticia ha pasado casi desapercibida en los medios de comunicación españoles, preocupados lógicamente por las vicisitudes rocambolescas y chuscas de Belén Esteban & Cia, circo mediático de varias pistas cuya rentabilidad está siendo asombrosa.

Cunningham era una leyenda vida, y no es una mera frase hecha, pues en el año 2000 la Biblioteca del Congreso de los EE.UU le otorgó tal calificativo para significar su contribución al arte del siglo XX. Y es que Cunningham revolucionó la danza contemporánea y sus conceptos hasta transformarla en la expresión artística que hoy conocemos.



Compañía de Merce Cunningham (vídeo colgado en YouTube por MerceCunninghamDance)

Cunningham nació el 16 de abril de 1919 en Centralita (Washington). Entre 1937 y 1939 estudió en la Cornish School de Seattle, y en 1953 fundó su propia compañía, con la que creo más de 200 piezas poniendo patas arriba patas los códigos del ballet clásico tal y como se conocía hasta entonces. La fama mundial le llegó vía Europa, fundamentalmente a través de la repercusión que sus ideas y actuaciones tuvieron en el París de la larga posguerra. Sin embargo él contribuyó, junto a Balanchin y Martha Graham, a que Nueva York se convirtiera en la capital mundial de la danza durante la segunda mitad del siglo XX. Las revolucionarias ideas de Cunningham pueden resumirse en unas pocas frases: el bailarín no se desplaza hacia el centro del escenario, el bailarín es siempre el centro de todo lo que ocurre en el escenario; la danza debe ser independiente de todo lo que le rodea, incluyendo los decorados, las posibles explicaciones narrativas, la música… (noción en la que tuvo bastante que ver su pareja sentimental, el gran músico John Cage); a la danza se le puede/debe aplicar las posibilidades de las nuevas tecnologías, incluyendo por supuesto el uso de programas informáticos específicos para capturar el movimiento.

Cunningham se mantuvo en los escenarios incluso cumplidos ya los 70 años. Hace una década, en 1999, con 80 años de edad, formó un dúo con el gran Mikhail Baryshnikov en Nueva York: fue el simbólico final de un tiempo, de una era, tal vez de un arte, o al menos de una forma de entender la danza.

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Tuesday,15 sep 2009 20:25:37 GTM
<![CDATA[Viajar, una medicina que ha ayudado a cambiar España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1004  

Juan Antonio González Fuentes

Cuando el gobierno socialista llegó al poder en España en 1982, uno de sus líderes más carismáticos, el inconfundible Alfonso Guerra, pronunció una sentencia llamada a convertirse en verdad y en resumen de muchas, muchas cosas. La frase era más o menos así: “A España no la va a conocer ni la madre que la parió”.

Han pasado casi tres décadas desde la simbólica y elocuente victoria socialista, y hay que reconocer que el vaticinio del señor Guerra se ha cumplido con creces. En muy poco se parece la España de 2009 a la del año 1982, y hay que reconocer que los cambios han sido, en términos generales, a mejor, a mucho mejor. ¿Mérito socialista? Pues sí, quién puede dudarlo. Pero también del gobierno PP del señor Aznar, y de la incorporación del país a la UE y a sus fortísimas ayudas e inversiones, y a la preparación para los cambios de los primeros años de la UCD, y a los sindicatos, y a la labor de gestión municipal en muchos pueblos y ciudades gobernadas por distintos partidos políticos, y al trabajo de la oposición, y al de los medios de comunicación y…, a los españoles.

A España no la reconoce hoy ni la madre que la parió porque los irreconocibles son/somos los españoles, claro. Treinta años de ejercicio democrático nos han cambiado para bien. Somos más tolerantes, estamos más preparados, confiamos más en nosotros mismos, nos valoramos un poco más, nuestras ideas y valores han evolucionado, nuestra visión y percepción de las cosas ha experimentado una radical evolución. ¿Se lo debemos a los gobernantes de uno y otro signo? Yo creo que, insisto en ello, nos lo debemos principalmente a nosotros mismos, a que como ciudadanos de nuestras ciudades, de nuestras comunidades autónomas, de España, de Europa y del mundo hemos crecido mucho a lo largo de los últimos tiempos. Un marco institucional adecuado, unas circunstancias políticas favorables, un crecimiento económico indiscutible, y un contexto europeo cercano y favorable han propiciado también el milagro.

Alfonso Guerra

Alfonso Guerra

Y claro, el salir. Quiero decir que tras cuarenta años de franquismo y siglos y siglos de aislamiento intelectual y geográfico, los españoles llevamos treinta años, tres largas décadas, frecuentando casi en masa otros países, otros paisajes, otras mentalidades, otras visiones…, y confrontamos lo conocido con lo que se nos descubre. Y sacamos consecuencias, e imitamos, y copiamos, y nos reafirmamos en aquello que creemos, y nos hemos dado cuenta de todos nuestros defectos como país, pero también de nuestras muchas e indiscutibles virtudes.

Treinta años de trabajar la autoestima, de descubrir viajando que los “otros” son de carne y hueso, y que si ellos han podido, nosotros también podemos. Treinta años de descubrir que en España, en nuestro día a día, tenemos cosas maravillosas que no cambiaríamos por nada, cosas que los “otros” admiran y quieren disfrutar, copiar….

Viajar es una medicina que le ha sentado francamente bien a los españoles, y en consecuencia a España. Escribo estas líneas tras caer en la cuenta de lo siguiente. M. está ahora mismo en París pasando el fin de semana con una amiga sevillana y una amiga vitoriana. L., la hermana de una buena amiga mía, está en Berlín de vacaciones. Mi amigo D. y su mujer J. están en Oxford; han ido a visitar a unos familiares que viven y trabajan allí. P., la dueña de mi librería de cabecera, está con unos sobrinos en Londres. Mis amigos S. y S. llevan desde el pasado 1 de septiembre dando vueltas por California, y no regresan hasta finales de esta semana. Hoy he dado un paseo matutino con el poeta F. A., quien me ha contado que acaba de regresar de pasar unos cuantos días en Londres con sus hijos. L.A.S., ha estado en agosto en Venecia, observando el Gran Canal desde casa de una amiga. Y el próximo día 26 de este mes M. y yo viajaremos por primera a Nueva York, a pasar poco más de una semana de vacaciones. Todos, o casi todos vivimos en Santander. Todos somos profesores, empresarios, funcionarios o profesionales liberales; todos tenemos relación entre nosotros, todos nos vemos de vez en cuando y charlamos, intercambios ideas, opiniones… Es probable que no se nos pueda poner como ejemplo del tipo medio de español, pero a buen seguro tampoco somos minoritarias rarezas. Nosotros cambiamos nuestra ciudad, cambiamos España. 

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Monday,14 sep 2009 20:38:17 GTM
<![CDATA[Atentados del 11 de septiembre de 2001. Nuestra historia personal]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1003  

Juan Antonio González Fuentes

Hoy se cumplen 8 años del atentado terrorista contra las torres gemelas de Nueva York. No, no quiero escribir para volver a repasar los acontecimientos, para lanzar una soflama contra el terrorismo internacional, para tratar de bucear en cuestionamientos políticos, económicos, etc... Quiero tan sólo subrayar lo rápido que pasa el tiempo, la altísima velocidad de crucero con la que nos lleva de un lugar a otro haciendo de nosotros un cúmulo casi atosigante de memoria, de historia con mayúscula y minúscula.

A este respecto pocas dudas pueden cabernos con respecto a que el 11 de septiembre es ya un hito histórico de primer orden casi una década después de que sucediera. Es uno de esos acontecimientos que marcan con una inevitable muesca la pequeña historia personal de cada uno de los seres humanos de Occidente, logrando que quienes vivimos en un mismo entorno socio-político-cultural nos reconozcamos en hitos que nos son comunes a todos, que son nuestra Historia.

Cualquiera de nosotros tiene en común con un ciudadano de París, Budapest, Sydney, Texas, Moscú, Tokio, Buenos Aires, Dublín, Estocolmo o Bogotá, el 11 de septiembre de 2001. Es parte de nuestro patrimonio sentimental y experiencial común. Hay una parte importante del mundo, de la humanidad que puebla este mundo quiero decir, que hoy sigue sin saber absolutamente nada del 11-S. Son aquellos que no leen periódicos, que no tienen televisiones ni radios, y para los que internet es un pandemonium que ni siquiera cabe en su imaginación. Y no son ni dos ni tres. Son miles, cientos de miles, millones de personas para los que no existe Nueva York, ni el terrorismo, ni los atentados..., un gentío inmenso cuyo calendario sigue marcado por las estaciones, la recogida de las cosechas, las mareas, los nacimientos y las muertes de los más allegados. A estas gentes una foto de los aviones empotrándose contra las torres no les dice absolutamente nada.



Recopilación televisiones: caida de las Torres Gemelas en vivo (vídeo colgado en YouTube por jaimegleznavarro)

Nosotros estamos en la otra acera, en la otra cara del mundo. Seguro que todos podríamos precisar con exactitud dónde estábamos cuando nos llegó la noticia del atentado, qué estábamos haciendo, qué nos ocupaba. Sí, el 11-S es nuestra historia personal, es un referente básico para orientarnos en nuestra memoria. ¿Estaba yo entonces aún con fulanita? ¿Entonces ya había muerto la tía Mengana? ¡Yo preparaba las oposiciones! ¡Ese fue el verano que pasamos en Cartagena!, etc, etc... La historia del 11-S de 2001 es un referente básico para orientarnos en nuestra propia historia personal, es un eslabón básico de cronología. ¿Fue antes o después del 11-S?

Mi historia es la siguiente: yo estaba comiendo en casa de mis padres. Se cumplía entonces el segundo año de la separación de la que hasta el verano de 1999 había sido mi mujer. Mi padre aún vivía. Estábamos viendo en televisión la noticias de la cadena Antena 3. Vivimos el atentado en directo. Recuerdo que el presentador estrella de la cadena, Matías Prats junior, explicaba con imágenes en directo que había un incendio de grandes proporciones en una de las torres gemelas. Recuerdo que todo era confusión en torno al origen de aquel incendio. Las noticias proseguían, y cada poco se conectaba con Nueva York pues se intuía que algo muy grave estaba sucediendo. Y de repente se vio llegar un avión y estrellarse contra el edificio. Puedo aún sentir la sensación del extraño agobio que produce la impotencia. Mis padres y yo observábamos mudos, los tres testigos en directo de una tragedia de proporciones planetarias que estaba sucediendo a miles de kilómetros del salón de estar en el que sobre una mesa estaban los restos de una comida aún veraniega. Los tres fuimos testigos absortos e incrédulos de la historia, pero como si la historia fuera tan sólo un acontecimiento cinematográfico al uso: con actores, un guionista que lo ha previsto todo, un director que ha dado la señal de acción..., y un final feliz.

Ese sobremesa aprendimos en vivo y en directo que incluso la historia puede adoptar las trazas de una ficción espectacular y emocionante, o al revés, que la ficción más demencial puede acabar siendo rodada por la cruda realidad. El noticiario televisivo de aquella sobremesa interminable nunca tuvo fin. Hoy sé que una parte de mí se quedó para siempre allí, pegada al televisor, ávida de saber, de conocer, de asistir a la Historia desde la atroz comodidad de un sillón de sobremesa. 

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Friday,11 sep 2009 20:10:51 GTM
<![CDATA[Un B25 se estrella contra el Empire State en Nueva York]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1002  

Juan Antonio González Fuentes

No faltan muchos días para que emprenda mi primer viaje a la ciudad de Nueva York, el tercer entramado urbanístico más poblado de la tierra. Me estoy preparando para la aventura. Leo guías de viaje, le he pedido información a amigos asiduos a la ciudad de los rascacielos, y he comprado también algún libro sobre la variopinta y espectacular arquitectura de la capital occidental del siglo XX.

Precisamente leyendo uno de esos libros he descubierto algunos datos de interés sobre el famosísimo y muy cinematográfico Empire State, mito de la construcción neoyorquina que varios amigos me han recomendado visitemos tanto de día como de noche, a la espera, tal vez, de que nos encontremos con el peludo King Kong o con un elegantísimo Cary Grant haciendo tiempo para encontrarse con una inimitable Deborah Kerr.

                                                                                                                            

Empire State se inauguró en el año 1930 en la intersección de la Quinta Avenida y West 34th Street. El edificio fue diseñado por Shreve, Lamb y Harmon, y las distintas y espectaculares fases de su construcción pasaron a la historia de la fotografía gracias al espléndido y llamativo trabajo de Lewis Hines. El Empire State vio la luz por primera vez en 1928, y dos años más tarde se le puso la guinda a la obra: una torre de radio y un mástil para dirigibles, alcanzando así la altura de 1.234 pies (poco más de 376 metros), entonces el récord de altura de cualquier construcción humana.

La torre consta de 85 pisos con una estructura metálica convenientemente rígida, preparada para resistir impactos de carácter considerable. Los ingenieros hicieron bien su trabajo, pues la fiabilidad de la construcción no tardó mucho en ponerse a prueba de forma bastante dramática. El 28 de julio de 1945, justo 28 días después de que Adolf Hitler se suicidara junto a Eva Braun en su búnker berlinés, un bombardero B-25 Mitchell que volaba a 250 millas por hora (400 km/h) se estrelló contra el piso 69 debido a la densa niebla que impedía ver más a allá de unos pocos metros. Toda la tripulación falleció en la tragedia, más diez personas que entonces estaban en la mencionada planta del edificio.

El 11 de septiembre de 2001, los terroristas de Al-Qaeda hacían estrellarse el vuelo 11 de American Airlines y el 175 de United Airlines contra las dos torres gemelas del World Trade Center, entonces la edificación más elevada de la ciudad de Nueva York. Los edificios no resistieron como sí lo había hecho casi sesenta años antes el Empire State, y se vinieron al suelo tras horas de terror y angustia. Casi 3.000 asesinados por el terrorismo yihadista son la más terrible consecuencia de aquel acontecimiento histórico. Hoy, de nuevo el Empire State es el edificio más alto de Nueva York. 

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Thursday,10 sep 2009 18:50:39 GTM
<![CDATA[Adiós a Pablo Beltrán de Heredia (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1001  

Juan Antonio González Fuentes

Ver primera parte: Adiós a Pablo Beltrán de Heredia (y II)

No es nada fácil escribir la presentación de un libro. Y no lo es porque, entre otras razones, uno debe (o debería) estudiar, analizar, comentar sus contenidos pero sin llegar a desvelarlos, para así no aguarle la fiesta al posible lector, a la vez que se le pronostica atractiva la lectura. Empezaré señalando una obviedad de perogrullo: los protagonistas en primer plano de estas páginas son Pablo Beltrán de Heredia y Castaño y, como diría el filósofo, sus circunstancias personales e históricas, es decir, principalmente el Santander de 1947 hasta el de comienzos del siglo XXI, y la España de idéntico periodo.

Pero ¿quién es Pablo Beltrán de Heredia? Es esta incógnita la que se ha propuesto por fin despejar con su trabajo José María Lafuente. Para lograrlo ha creado un ambicioso artefacto textual e iconográfico cuyo primer acierto, en busca de claridad y eficacia, es su estructura interna dividida en áreas cronológicas o temáticas que por sí solas, y tras un simple vistazo al índice de la publicación, ya aportan al lector una cierta idea de los intereses, vicisitudes, impulsos, actividades, esfuerzos..., que han conformado hasta la fecha la biografía de Pablo Beltrán de Heredia, el hombre y también el personaje, figura clave de la vida cultural y política santanderina de la segunda mitad del siglo XX. La estructura mencionada, dividida en una decena de apartados, es la que sigue: 1) Infancia, juventud y Guerra Civil (1917 a 1939); 2) Posguerra y traslado a Santander (1940 a 1947); 3) La Escuela de Altamira y “El Avance Montañés”; 4) La imprenta Bedia; 5) Beltrán de Heredia y la política; 6) Gil Robles y Beltrán de Heredia; 7) Fundación Santillana; 8) Otras exposiciones; 9) Beltrán de Heredia y la UIMP; y, por último, 10) Pablo Beltrán de Heredia autor.

En efecto, gracias a parcelar con lógica los campos primordiales de actividad en los que Beltrán de Heredia se desenvolvió a lo largo de décadas, José María Lafuente ha logrado concretar un complejo y completo mapa topográfico cuya lectura permite, con facilidad y coherencia, seguir los principales avatares y las empresas cuya adición desvela el más perfecto retrato que hasta la fecha jamás nadie haya realizado de nuestro personaje. Un retrato lleno de colores, matices, detalles, luces y sombras bien subrayadas y perfiladas..., que estando perfectamente “cerrado” en sus resultados biográficos, desbroza y señala sin embargo algunos interesantes senderos por los que los investigadores pueden encaminarse con eficaz guía en un futuro inmediato. Con otras palabras, en sus rasgos más definitorios, Lafuente consigue enfocar y fijar quizá para siempre la figura y la obra poliédrica de Beltrán de Heredia, y a la vez sugerir, alentar e interesar a otros para que profundicen en aspectos concretos que, por sí solos, probablemente merecen estudios monográficos. Estamos pues, hay que confirmarlo ya sin ambages, ante una referencia bibliográfica indiscutible dentro del repertorio historiográfico referido a la vida cultural y política de Santander del periodo 1945-2000.

El material con el que Lafuente ha construido a golpe de sólida erudición su discurso biográfico tiene tres procedencias esenciales. Una al alcance de cualquier historiador o aficionado interesado en la materia, es decir, la variopinta bibliografía existente relacionada directamente con los temas abordados en este libro. Las otras dos, por circunstancias muy diversas y que no vienen al caso, sólo accesibles hasta la fecha para el propio Lafuente. Me refiero en primer lugar a la muy abundante documentación inédita, proveniente del archivo personal de Beltrán de Heredia que, desde hace algún tiempo, forma parte de la cada vez más copiosa e interesante colección documental de José María Lafuente. Y en segundo lugar a las horas y horas y horas de conversaciones mantenidas entre biógrafo y biografiado, algunas ya preservadas en forma de valioso documento audiovisual.

Deseo insistir en ello, no tiene sentido que desmenuce los pormenores del conjunto de páginas que el lector tiene ahora en sus manos. Mi papel aquí debe limitarse a alentar su lectura y a certificar su necesidad e importancia, otorgándome el lector, en este último sentido, el crédito que juzgue necesario. Acabo de utilizar poco más arriba las palabras “necesidad” e “importancia”, dos términos que aplicados al caso que nos ocupa son complementarios el uno del otro, pues los dos se alimentan mutuamente, los dos presentan el mismo origen, la misma dirección. Esta biografía/catálogo de Beltrán de Heredia es importante porque era necesaria, y era necesaria porque Pablo Beltrán de Heredia es importante. Así de sencillo.

Uno de los méritos más evidentes del esfuerzo llevado a cabo por José María Lafuente ha sido el de revelar, hilvanar y sistematizar cronológicamente, y en consecuencia poner de una vez por todas en auténtico valor, los hitos más señeros de la ingente trayectoria personal y profesional de Pablo Beltrán de Heredia. El resultado es, ya se ha mencionado, un concienzudo y certero retrato del hombre público, pero quizá por encima de ese retrato, deba situarse como aportación el descubrimiento (para algunos redescubrimiento) de la figura de un “activista” cultural y político de vital importancia en nuestra cercana historia regional, alguien sin el cual nuestra historia no sería desde luego la misma. Creo que nada más importante puede decirse de un hombre.

En efecto, la labor investigadora de José María Lafuente sirve hoy para arrojar la potente luz de un foco muy atento y curioso sobre la sombra recobrada de Beltrán de Heredia. ¿Sombra recobrada? ¿personaje esencial de nuestra reciente historia? Sí, estamos ante una constatada paradoja que de alguna forma deja indirectamente explicada Lafuente en estas páginas. Pablo Beltrán de Heredia es una moneda con cara y cruz, y cuando la lanzamos al aire y la recogemos en la palma de nuestra curiosidad intelectual, podemos encontrarnos con una o con otra. Esto también lo explicita con inteligencia y hondo respeto Lafuente en su escritura.

Por un lado nos encontramos ante un hombre de energía inagotable y multifacética, embarcado a lo largo de su dilatada existencia en impulsar con denuedo, y a veces casi alocado empeño, aventuras políticas y culturales de indudable importancia y proyección regional y nacional. Un hombre que ha sido, de una manera u otra, profesor, periodista, escritor, editor, coleccionista de arte, político, biógrafo, director de residencia universitaria, conferenciante, historiador, empresario, viajero, tipógrafo, comisario de exposiciones, antólogo, mecenas… Un hombre vinculado a instituciones y empresas tan significativas en la pequeña y gran historia cultural santanderina y española del último medio siglo como el Grupo Proel, la imprenta Bedia, la UIMP, colecciones de libros (El viento Sur, Clásicos de todos los años, o Ediciones Cantalapiedra), la Fundación Santillana, la editorial Taurus, la Biblioteca y la Sociedad Menéndez Pelayo, el periódico El País, la revista Peña Labra, la Escuela de Altamira… Un hombre cuya biografía intima y profesional está ligada a nombres como los de José Hierro, Julio Maruri, Carlos Salomón, José Luis Hidalgo, Pancho Cossío, Ricardo Gullón, Jesús Aguirre, Aurelio García Cantalapiedra, José María Gil Robles, Jesús Polanco, Eugenio Vegas Latapie, Don Juan, Joan Miro, los hermanos Bedia, Dionisio Ridruejo, Gerardo Diego, Enrique Sánchez Reyes, Ángel Ferrant, Lafuente Ferrari, Enrique Tierno Galván, Francisco Pérez, Eduardo Westerdhal, Pedro Sainz Rodríguez, Vicente Aleixandre, Willi Baumeister, Manuel Arce, Ciriaco Pérez Bustamante, Alberto Sartoris, María Corral, Llorens Artigas, Jiménez-Landi, Vázquez Díaz, Jorge Guillén, Mathias Goeritz, Ricardo Zamorano, Reguera Sevilla, Jesús Otero, Ignacio Fernández de Castro, Eduardo Rincón…, es decir, poetas, artistas, profesores, eruditos, críticos, políticos, escritores de raíz heterogénea y variada dimensión e ideología. Un hombre impulsor y sostenedor de pintores y artistas, de intelectuales y eruditos; organizador de exposiciones, muestras, charlas, conferencias, encuentros, coloquios, ciclos, cursos... Un hombre que dio a la imprenta un considerable número de páginas fundamentalmente de tipo memorialístico, y que posibilitó la publicación de decenas de libros de decenas de autores, entre ellos no pocos hoy de indiscutible relevancia en la literatura española contemporánea. Un hombre que en plena dictadura franquista no ocultó sus inclinaciones monárquicas, ayudó a trabajadores en apuros, no fue ni mucho menos santo de devoción de la policía, y tuvo el coraje de reivindicar públicamente libertad para editar libros sin censura previa. Un hombre de carácter muy difícil y controvertido, eficaz, frío, enérgico, malhumorado, casi inasequible al desaliento y a las dificultades; alguien incapaz de no tener algo permanentemente entre manos, y que en el Santander de su tiempo (el Santander de hasta ayer mismo, bien puede decirse) estuvo de algún modo involucrado en casi todo y con casi todos.

La descrita hasta aquí con tres brochazos es la “vida oficial” de Pablo Beltrán de Heredia, una vida llena de numerosas piezas sueltas, y a veces en apariencia inconexas, que en estas páginas Lafuente ha tenido la paciencia de ir juntando hasta crear un elocuente e imprescindible mosaico biográfico. Pero luego está también el otro lado de Pablo Beltrán de Heredia, ése que sólo va y ve por dentro y del que muy probablemente nunca se llegue a saber gran cosa. Pablo Beltrán de Heredia: un ser sumamente enigmático. Sí, todo un enigma compuesto por sombras, desajustes, una ausencia clara de sólidas raíces que lo apegasen a una geografía estática y reconocible (Salamanca, Madrid, Austin, Santander), una suma de desubicaciones físicas y espirituales, quizá un pálpito medular de desamor, una máscara de proverbial actividad que apenas dejó nunca que se atisbase al otro Pablo. ¿A qué Pablo? Al Pablo que necesariamente tuvo que experimentar silencios, soledad, placer, ausencias, penas, alegrías, tristezas, anhelos, miedos, satisfacciones, decepciones… Un Pablo que tuvo, claro, que vivir una vida al margen de libros y exposiciones, de tinta y papel de imprenta, de tertulias y conferencias, de apoyos y trabajos en beneficio de artistas y poetas, de refriegas políticas y pequeñas conspiraciones… La vida y la obra de Pablo Beltrán de Heredia es una compleja ecuación plagada de incógnitas y operaciones. Con su paciente esfuerzo José María Lafuente ha logrado organizar una fórmula biográfica sumamente precisa, muy útil para la investigación y también para la lectura del curioso. José María Lafuente, en mi opinión, ha despejado casi todas las incógnitas posibles en torno a Pablo Beltrán de Heredia (Guía de Gran Canaria, 1917-Santander, 2009). Ha recobrado con erudición y afecto la(s) sombra(s) que el propio Pablo fue y construyó a golpe de puestas en escena, silencios, despistes, equívocos, discursos y confesiones, cartas y documentos, actividades y proyectos…

Aún quedan incógnitas por despejar. Siempre existen en toda biografía, en toda vida, más si esta ha sido larga y rica en trabajos y acontecimientos. Pero la sombra ha sido recobrada, está entre nosotros como testigo curioso, vivo y principal de un tiempo, de una época, de una(s) historia(s). La sombra late. Misión cumplida. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,9 sep 2009 19:57:7 GTM
<![CDATA[Adiós a Pablo Beltrán de Heredia (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,1000  

Juan Antonio González Fuentes

El 16 de julio de 2009 cayó en jueves. Ese día viajé en coche desde Santander hasta la ciudad de Vitoria en compañía del profesor Luis Alberto Salcines y del empresario José María Lafuente. Este último tenía interés en enseñarnos a Luis Alberto y a mí la muestra Poesía experimental en España que, conformada mayoritariamente con fondos de su espectacular colección particular, y comisariada por el poeta Fernando Millán, se exhibía en Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo.

Terminada la visita decidimos comer en el restaurante ubicado en el interior del museo. Sentados a la mesa se habló de una gran variedad de asuntos, no siendo el que menos tiempo ocupó, ni muchísimo menos, la compleja “construcción” del libro-catálogo en torno a la vida y la obra de Pablo Beltrán de Heredia que, en esos momentos, estaba coordinando con pulso decidido el propio José María Lafuente. En un principio, explicó Lafuente, dicha publicación se concibió como complemento y fruto lógico de la exposición que sobre Beltrán de Heredia estaba exhibiéndose entonces (junio/agosto 2009) en la sala de exposiciones de Caja Cantabria, en la calle Tantín 25 de Santander, y que él mismo había puesto en pie con la inestimable ayuda de Salcines.

Lafuente nos contó que al comienzo de esta nueva aventura editorial su intención había sido que las páginas estuvieran listas al menos para el final de la exposición, pero la empresa había ido tomando poco a poco, casi por sí sola, otros derroteros a los planteados inicialmente. Al parecer Lafuente comenzó a escribir su texto y al poco se percató de que las dimensiones que tomaba el esfuerzo desbordaban por completo las previsiones. A José María le estaban “brotando” decenas y decenas de páginas, lo que unido al más que abundante material gráfico que iba incorporándose a la publicación, más la adición de otros textos y aportaciones, hacía que el catalogo expositivo fuera perdiendo su carácter previo y apuntase decididamente ya a una biografía en toda regla de Pablo Beltrán de Heredia. El catálogo, a estas alturas, había dejado de serlo con carácter unívoco para transformarse en un trabajo más ambicioso y abarcador: sí, claro, un minucioso recorrido por lo mostrado en la exposición, pero también, y sobre todo, un atento y detallado repaso a la vida y a la obra multifacética de Pablo Beltrán de Heredia, y en consecuencia, a la historia cultural y política de la segunda mitad del siglo XX en lo que hoy es Cantabria, con interesantes y notables ramificaciones en la común de España.

Llegados a a este punto, creo que se hace imprescindible añadir que pocos días antes de este viaje a Vitoria, el 30 de junio y en un salón también del edificio de la calle Tantín 25, había tenido lugar el acto de presentación del volumen que recoge la correspondencia entre el poeta Julio Maruri y Beltrán de Heredia (1950-2004), y que con prólogo y en edición de José María Lafuente había editado su propio sello editorial, Ediciones La Bahía, a comienzos de junio de este año 2009. En dicha presentación pública de volumen tan sabroso e importante para la historiografía regional de la cultura, ofició como maestro de ceremonias Salcines, Julio Maruri fue protagonista de excepción, Lafuente llevó el peso de la erudición y los conocimientos, y yo ejercí feliz de primer comentarista público del trabajo.

Hago el apunte para subrayar que cuando a los postres de la entretenida comida vitoriana, José María Lafuente, como quien no quiere la cosa, me propuso escribir una pequeña presentación a su biografía sobre Pablo Beltrán de Heredia, la proposición no me cogió totalmente desprevenido, accediendo a ella de forma inmediata, y con la satisfacción además de saber que iba a participar en un libro hermoso llamado a ser, con bastante probabilidad, una referencia básica en la historiografía regional en torno a la política y la cultura de las últimas cinco o seis décadas.

Una vez aceptado el encargo, Lafuente me hizo llegar al día siguiente, por correo electrónico, un pdf con el contenido completo de su texto biográfico sobre Beltrán de Heredia, al que ya sólo quedaba por aplicar una concienzuda relectura y las sobreentendidas y naturales correcciones y pequeños añadidos. Como me sucedió con la lectura del pdf que contenía la edición de la correspondencia Maruri-Beltrán que Lafuente también me había enviado en su día, una vez abierto el documento en mi portátil apenas pude ya apartar los ojos de la luminosa pantalla, tan interesante y evocadora me resultó la lectura; lectura que pasaré a comentar en el post de mañana con suma brevedad.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Monday,7 sep 2009 20:12:16 GTM
<![CDATA[70 años de la II Guerra Mundial (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,999  

Juan Antonio González Fuentes

Ver primera parte: 70 años de la II Guerra Mundial (I)

En Asia, la guerra se centró inicialmente en el conflicto chino-japonés, iniciado en 1937. Para facilitar sus operaciones, los nipones ocuparon la Indochina francesa y firmaron un pacto de neutralidad con la URSS, además de expandirse por el Pacífico con el fin de cortar las rutas de aprovisionamiento de China y proveerse de materias primas. Esta expansión se inició en octubre de 1941, a pesar del peligro de un choque con los intereses estadounidenses en dicho océano. La tensión con los EEUU por esta situación llevó a los japoneses a decidir el bombardeo de la base naval de Pearl Harbour en diciembre de 1941 sin previa declaración de guerra, con el fin de dejar inoperante por un tiempo a los norteamericanos y consolidar así su expansión. La respuesta fue la entrada de los EEUU en la guerra junto a los aliados. En el Pacífico el conflicto fue largo y su carácter marítimo retardó la reacción de EEUU, que en junio de 1942 frenó a los japoneses en la batalla de Midway. Tras lograr la colaboración de las tropas australianas, los americanos conquistaron varias islas y obtuvieron su primera victoria importante en noviembre en las Islas Salomón.

Desde un punto de vista general la entrada consecutiva de la URSS y los EEUU en la guerra supusieron un cambio fundamental en el conflicto, abriéndose en poco tiempo tres nuevos frentes (Rusia, el Norte de África y el área Sudeste asiático-Océano Pacífico), al tiempo que introduciendo un fuerte refuerzo en el bando aliado. Aunque la expansión de las potencias del Eje se mantuvo hasta noviembre de 1942, a partir de entonces se produjo un giro de la guerra favorable a los aliados. Gracias al apoyo norteamericano los aliados pudieron contener la expansión del Eje por el Norte de África, hasta hacerse con el control de la región en febrero de 1943, lo que permitió una futura invasión de la costa sur de Europa desde el otro lado del Mediterráneo.

Combate en Stalingrado, 1942-43 (foto de Georgi Zelma, wikipedia)

Combate en Stalingrado, 1942-43 (foto de Georgi Zelma, wikipedia)

En el frente del Este la reconquista comenzó tras la decisiva batalla de Stalingrado. Frente a esta ciudad habían conseguido detener los rusos la ofensiva lanzada por los alemanes desde mayo de 1942, desencadenándose una sangrienta y larga batalla que culminó con la contraofensiva soviética del invierno de 1943, obligando a Von Paulus a capitular en febrero y ocasionando enormes pérdidas a los alemanes. Esta victoria permitió al avance del Ejército Rojo por Ucrania y a la recuperación del Cáucaso en los meses siguientes.

En julio de 1943 los aliados lanzaron una ofensiva sobre Italia, iniciada con un masivo desembarco en Sicilia, que trasladó la guerra a la península mediterránea y originó un importante cambio en la situación de la guerra. En efecto la invasión del país y el cansancio por la guerra provocaron la caída de Mussolini, destituido por el Gran Consejo Fascista, y a los pocos días se produjo el cambio de bando de Italia, que bajo la dirección del mariscal Badoglio firmó la paz con los aliados y se unió a éstos. Los alemanes reaccionaron ocupando el norte y centro del país, además de rescatar a Mussolini, quien con el apoyo de los fascistas incondicionales proclamó la República Social Italiana o “República de Saló” en los territorios bajo dominio alemán.

Desembarco de Normandía, Omaha Beach, 6-6-1944 (foto de Robert F. Sargent, wikipedia)

Desembarco de Normandía, Omaha Beach, 6-6-1944 (foto de Robert F. Sargent, wikipedia)

La contraofensiva general de los países aliados fue unida a una creciente coordinación entre los mismos. Sus dirigentes se reunieron en varias conferencias para programar la estrategia bélica, perfilar la paz y ordenar el mundo de posguerra, cuestiones todas en las que emergieron las grandes diferencias de criterio y de objetivos existentes entre los aliados; sobre todo entre los occidentales y la URSS. En la Conferencia de Teherán (1943) se preparó el desembarco aliado de Normandía y se aprobó que la URSS mantuviera los territorios polacos ocupados en 1939, planteándose ya una delimitación entre las áreas de influencia soviética y anglonorteamericana en Europa. En febrero de 1945 volvieron a reunirse Churchill, Stalin y Roosevelt en Yalta, cuando las tanto las tropas aliadas occidentales como las soviéticas estaban en suelo alemán. Con la guerra decidida en el continente, EEUU consiguió de la URSS, a cambio de reconocer su influencia en el Este de Europa, el apoyo a su proyecto de Naciones Unidas y la entrada en guerra contra Japón para poner fin al conflicto en Asia.

Desde el punto de vista militar 1944 había presenciado una retirada alemán en todos los frentes, con continuos avances rusos en el este, la caída de Roma y el desembarco aliado en Normandía (6 de junio). Los primeros meses de 1945 presenciaron la irrupción de las tropas soviéticas en Polonia, Hungría y la propia Alemania, mientras los aliados occidentales alcanzaban el Rin y completaban la ocupación de Italia en abril. Finalmente el Ejército Rojo entró en Berlín, precipitando el suicidio de Hitler, la capitulación de los alemanes y el final de la guerra en Europa en mayo de 1945.

Hongo atómico sobre Hiroshima, 6-8-1945 (wikipedia)

Hongo atómico sobre Hiroshima, 6-8-1945 (wikipedia)

Concluida la guerra en el continente europeo, se celebró la Conferencia de Potsdam (julio-agosto de 1945), la última al máximo nivel que celebraron los aliados. En ella, en medio ya de grandes disensiones, los aliados tomaron acuerdos concretos sobre el régimen provisional de Alemania, estableciéndose una división del país en cuatro zonas (francesa, británica, estadounidense y soviética) y una administración colegiada por medio del Consejo de Control Aliado.

En el Pacífico la guerra comenzó a ser favorable para EEUU a partir del verano de 1943, tras entrar en combate los nuevos portaaviones estadounidenses. La gran ofensiva aliada se produjo entre mayo y agosto de 1945, concluida la guerra en Europa. El polémico lanzamiento de las primeras bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 y el 9 de agosto, así como la declaración prometida de la guerra de la URSS a Japón, llevaron al gobierno japonés a pedir la paz y firmar la capitulación en septiembre de 1945.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

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Friday,4 sep 2009 18:42:50 GTM
<![CDATA[70 años de la II Guerra Mundial (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,998  

Juan Antonio González Fuentes

Con los EEUU insistiendo en su aislacionismo y con la URSS comprometida, Hitler se decidió a dar un nuevo golpe de fuerza e invadió Polonia. El 1 de septiembre de 1939, hace ahora 70 años, el ejército alemán entró en territorio polaco, ocupando rápidamente el país a través de una “guerra relámpago” (blitzkrieg) en la que las modernas divisiones alemanas acabaron con una celeridad nunca vista con el anticuado ejército polaco. Dos días más tarde Gran Bretaña y Francia declaraban la guerra a Alemania y se iniciaba lo que sería la II Guerra Mundial. Por su parte la Unión Soviética aprovechó para ocupar la parte oriental de Polonia e imponer su protección a los estados bálticos.

Tras la ocupación de Polonia, los aliados respondieron con una tímida ofensiva de las tropas francesas y una política de bloqueo marítimo de los alemanes. En la primavera de 1940 la Wehrmacht retomó la iniciativa, invadiendo en abril Dinamarca y Noruega para asegurarse el hierro sueco. A continuación desencadenó en mayo la batalla de Francia, ocupando Holanda y Bélgica, obligando al reembarco de 300.000 soldados aliados en Dunquerque y arrollando al ejército francés, mientras Italia aprovechaba la situación para entrar en la guerra atacando el país galo. En junio de 1940 se produjo la capitulación de Francia, anexionándose los alemanes el territorio de Alsacia-Lorena y quedando dividido el resto país entre una zona ocupada directamente por los alemanes (el norte, la región de París y la fachada atlántica) y un estado francés títere de los alemanes en el resto. Fue el llamado régimen de Vichy, una dictadura de influencias conservadoras, fascistas y católicas presidida por el mariscal Pétain, que obtuvo la colaboración de buen número de franceses. Los que rechazaron la capitulación organizaron entonces en suelo británico la Francia Libre, organización dirigida por De Gaulle que participó en la guerra junto a los aliados.

Los alemanes cruzan la frontera polaca (foto de Hans Sönnke, wikipedia)

Los alemanes cruzan la frontera polaca (foto de Hans Sönnke, wikipedia)

Tras conseguir la capitulación francesa, los alemanes iniciaron en julio de 1940 la Batalla de Inglaterra, que se extendió hasta junio de 1941 y supuso el primer fracaso de Hitler, evitándose la derrota de Gran Bretaña gracias a las fuerzas aéreas británicas y a la decisión tanto del gobierno de Churchill como de la población.

Por esas mismas fechas Alemania llevó a cabo la ocupación de los Balcanes: Bulgaria, Yugoslavia y Grecia (donde el intento de invasión italiana se había topado con una fuerte resistencia) fueron invadidas a comienzos de 1941, mientras Hungría y Rumania se adhirieron al Eje. Se imponía así el llamado Nuevo Orden Europeo en el centro y este del continente, mediante regímenes aliados de los alemanes, de carácter fascista o influido por el fascismo, como los de Hungría, Croacia, Rumania, Bulgaria y Eslovaquia. Además los alemanes ampliaron su presencia bélica al Norte de África, donde fue enviado el Afrika Korps para reforzar la difícil situación de los italianos en la zona.

Las continuadas victorias de la Wehrmacht, el deseo de hacerse con el “espacio vital” del este europeo y el profundo anticomunismo nazi llevaron a Hitler a decidir la invasión de la Unión Soviética. Las campañas alemanas en los Balcanes suponían ya una violación del Pacto de No Agresión de agosto de 1939 y la invasión de la URSS estaba desde tiempo atrás en los planes de Hitler, pero hubo de retrasarla debido al alargamiento de las operaciones en Grecia y Yugoslavia (tiempo que aprovechó Stalin para trasladar todo el equipamiento industrial al otro lado de los Urales). Finalmente en junio de 1941 los alemanes desencadenaron la Operación Barbarroja, una gigantesca operación militar que inicialmente resultó un éxito absoluto para las armas germanas, que en diciembre amenazaban Moscú y Leningrado, controlando toda Ucrania. A diferencia de la guerra en el frente del oeste, cruenta pero dentro de un cierto respeto a los prisioneros y los civiles, en el frente del este los alemanes desarrollaron una auténtica guerra de exterminio, con la ejecución sistemática de prisioneros rusos y mandos comunistas, unida a las matanzas de civiles y especialmente de judíos.

Ver segunda parte: 70 años de la II Guerra Mundial (II)

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO (novedad septiembre): P. D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

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Thursday,3 sep 2009 20:3:34 GTM
<![CDATA[Lo mató por llamarla “gorda”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,997  

Juan Antonio González Fuentes

Mató porque la llamaron gorda. Sí, como lo oyen, o mejor dicho, como lo leen. Ocurrió en la localidad barcelonesa de Abrera, en el domicilio familiar de la pareja. Desde luego el tipo no era un dechado de buena educación, ni sus modales deberían tomarse como ejemplo en las escuelas de urbanidad y comportamiento refinado. Durante una cena familiar en un local público él la llamó a ella varias veces “gorda”. Desconocemos si ella es o está gorda (¡¡qué riqueza de matices la del verbo español!!). Quizá sí lo esté, quizá no, incluso el asunto puede depender de gustos y de apreciaciones.

La cuestión es que él la llamó gorda reiteradamente en público, y ella, al llegar al domicilio compartido, se lo cargó. Llevado el caso ante los tribunales de justicia (ja, ja, ja, ja…), un juez de la Audiencia de Barcelona ha condenado a la asesina a 2 años de cárcel, rebajando considerablemente la pena por apreciar en la condenada “un disturbio emocional motivado por los comentarios despectivos del novio”. Mató porque la llamaron “gorda”, y le caen dos años de condena. Este es el resumen de la historia.

La historia quizá no deje de ser una simple anécdota, pero una anécdota a la que se le pueden dar algunas vueltas hasta hacerla significativa. Aquí dejo planteadas algunas preguntas de difícil respuesta. ¿De haberse dado el caso al revés, en cuanto al género de víctima y verdugo, hubiera sido la condena igual o parecida? ¿Es un agravante el llamar a alguien gordo o gorda en local público en vez de hacerlo en la intimidad? ¿El insultar a alguien justifica de alguna manera que la respuesta sea el asesinato? ¿Es “gorda” un insulto, o un diagnóstico? ¿Dos años de cárcel es castigo suficiente para un asesinato?…

Podría seguir así durante un buen rato. Podría añadir preguntas y más preguntas en torno al asunto aquí planteado. Podría seguir adentrándome en el laberinto de cómo se imparte justicia en España o en cualquier otro país del mundo. Podría poner en solfa todo el sistema judicial español por sentencias tan anómalas y fuera del sentido común como la aquí comentada. Podría sumar y sumar un cúmulo casi infinito de sentencias tan flagrantemente absurdas como la que nos ocupa. Pero sería un ejercicio inútil, una pérdida de tiempo. Al final tan sólo hay un muerto y una gorda. Alguien debería comenzar un régimen. 

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,2 sep 2009 20:15:48 GTM
<![CDATA[Bob Dylan: vagabundo detenido bajo la lluvia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,996  

Juan Antonio González Fuentes

En los EEUU a uno la policía lo puede detener por pasear sin rumbo definido. Eso le ocurrió a Bob Dylan a comienzos del pasado mes de agosto. Dylan paseaba por Long Branch, un pequeño pueblecito costero de Nueva Jersey. Paseaba en completa soledad y bajo la lluvia. Eso es lo que al parecer llamó la atención de los honrados y fisgones vecinos: un tipo solitario, un viejo desaliñado y sin afeitar que da un paso tras otro bajo la lluvia…, eso no es ni normal ni bueno, debieron pensar. Y alguien avisó a la policía.

Y la autoridad competente hizo acto de presencia en forma de oficial de policía de apenas 24 años. Kristie Buble se llama la agente de la ley a la que nos referimos. La agente Buble paró en seco al vagabundo desaliñado. A sus 24 años la agente Buble no reconoció ni por asomo al célebre músico: sólo vio a un ciudadano viejo y decrépito dando tumbos por la zona. Intolerable. La policía preguntó el nombre al vagabundo, y éste respondió Bob, Bob Dylan. Nombre y apellido no pasaron ya del todo desapercibidos a la autoridad, quien preguntó de nuevo, esta vez por la razón de tan extraño paseo. Dylan contó la verdad: daba un paseo buscando casas en venta.



Bod Dylan interpreta "Blowing in the wind" en el Madison Square Garden, Nueva York, 1971 (vídeo colgado en YouTube por ophelia2006)

El paseo del desvencijado Dylan estaba teniendo lugar muy cerca del edificio en el que Bruce Springsteen compuso algunas canciones de su disco Born to Run (1975), lo que tampoco tendría nada de muy particular si no fuera porque al autor de La respuesta está en el viento ya le han sorprendido ojeando las casas en las que pasaron su infancia tipos como Neil Young o John Lennon.

Sí, en los EEUU no es conveniente pasear sin rumbo bajo la lluvia, y menos hacerlo siendo viejo y estando sin afeitar. En los EEUU los jóvenes policías ya no reconocen por la calle a las viejas leyendas de la música popular. Y según parece a Bob Dylan le da ahora por pasearse junto a las casas en las nacieron o vivieron importantes compañeros de oficio y vida. En los EEUU, incluso en los de Barack Obama, uno lo tiene crudo si es viejo, si va desaliñado, si pasea sin rumbo, si es una leyenda de aquellos viejos tiempos en los que algunos pensaban, y proclaman, que las respuestas podían hallarse en el ulular del viento.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,1 sep 2009 19:49:14 GTM
<![CDATA[González Fuentes torturador de perros, o los peligros de internet]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,995  

Juan Antonio González Fuentes

Me encuentro ya medio de vacaciones, aunque la segunda semana de agosto tendré que pasarla como secretario del curso sobre Álvaro Pombo en la UIMP. A la espera del acontecimiento he cogido una mochila, he metido el ordenador portátil en una bolsa, he subido a Miller al coche, y me he arrancado hacia Comillas, a pasar unas horas de asueto en el pequeño jardín de la casa familiar, el mismo jardín desde el que escribo estas líneas a la sombra del porche, viendo cómo los topos hacen fiesta entre las flores de mi señora madre.

Abro el portátil, le enchufo el dispositivo usb y ya está, gracias a la tecnología estoy conectado al mundo mundial mientras algún pájaro canta en una rama cercana y las vacas pastan en la hierba haciendo sonar sin querer los pesados campanos que tienen al cuello.

¡Qué maravilla es internet! Casi en mitad de la nada, disfrutando de un paisaje y un contexto que muy bien podrían reconocer como suyos sin el más mínimo problema los mismísimos Quevedo o Góngora, descansando cómodamente en una tumbona al calor del sol, espantando con la mano al pesado abejorro que revolotea entre las flores, puedo saber en tiempo real qué demonios está ocurriendo en Times Square, contemplar la portada del día de Le Figaro, ver una película aún no estrenada en los cines españoles, escuchar la voz de Karajan dirigiéndose a la Filarmónica de Berlín en un instante de 1972, hablar con mi amigo Julio que trabaja como médico en Australia, contemplar el autógrafo de Kafka, mandarle un archivo a Rogelio López Blanco que suda en Barcelona, o hacer una visita virtual a los Museos Vaticanos. Todo el mundo, al pasado, el presente y casi, casi el futuro, contenidos en la pantalla plana del portátil y en mitad del campo, contemplando los bailes al viento de las margaritas.

La víctima

La víctima

Como soy un tipo bastante ególatra y pagado de sí mismo, no pierdo la ocasión de teclear mi nombre en el buscador google para ver qué encuentro. Pues sí, sale bastante información. Al menos 25 páginas en las que se cuentan cosas más o menos relacionadas conmigo. Por curiosidad curioseo entre las mismas. Entro en algún sitio, releo por encima, salgo, entro en otro, y así un buen rato. Y de repente algo me llama poderosamente la atención. Entro en la dirección y leo. Levanto la vista de la pantalla y vuelvo a leer incrédulo. Cierro los ojos, los froto con algunos dedo de las manos y vuelvo a leer pensando que no he podido leer lo que he leído. Sí, lo he hecho, he leído lo que he leído. Y de pronto me descubro como torturador y asesino de perros. Sí, como lo leen. Las margaritas del campo se me revelan púas sanguinolentas, las cercanas vacas del cencerro divisiones panzer lanzadas en mi persecución, los pajaritos cantores del campo buitres terribles esperando sacarme los ojos... Descubro que en algunos lugares de internet me describen como un monstruo, me sitúan en lugares en los que jamás he estado, y me achacan actos que jamás he cometido.



Daniel: majadero Sin Fronteras, desde al menos el 5 de julio de 2008 (metaforasdeunkemao.blogspot)

Algunos ejemplos. Hay un blog situado en metaforasdeunkemao.blogspot.com en el que leo lo que sigue, y cito textualmente: “Sin embargo la crueldad contra estos seres superó la imaginación cuando Juan Antonio González Fuentes que se catalogaba de ‘artista contemporáneo’ amarró un perro en la feria de arte de nicaragua para luego dejarlo morir de hambre ante una gran cantidad de personas que no hicieron nada por salvar al animal” (sic, incluidas la ausencia de comas y la minúscula de Nicaragua).

Lo mismo o parecido me encuentro en otra dirección: limamilpo.blogspot.com, donde (Sandra Esther Cortez Martínez) también me sitúan como un psicópata asesino y torturador de perros (mientras, Miller, mi amigo de grandes orejas color canela, contempla asombrado a la sombra del porche el vuelo tonto de una mosca).

Lo dicho hasta aquí, absolutamente real y fácilmente comprobable, me hace recordar que los inventos maravillosos suelen traer consigo también problemas, malos usos y demás idioteces, algunas de verdad molestas e incluso peligrosas. La inabordable cantidad de información que ofrece internet es completamente inútil si no se poseen conocimientos previos, si no se manejan claves, conceptos, ideas, si no se lee con detenimiento y espíritu crítico, si no se acerca uno a ella con responsabilidad y al menos una cierta sabiduría intelectual y alguna experiencia vital.

El caso es que hace ya casi dos años, el 10 del 10 del 2007, publiqué en estos ojosdepapel un post titulado “El arte de Guillermo Vargas: dejar morir de hambre a un perro”. El post, léanlo si quieren, es el que me ha proporcionado hasta ahora el mayor número de lecturas en este blog (57.473 cuando esto escribo), y también el mayor número de comentarios (350). Imagino que una lectura en exceso rápida y poco meditada de dicho post (o una lectura indirecta, ya me entienden), es lo que ha “confundido” a los autores de los textos en los que se me descalifica como torturador de perros. ¡Qué le vamos a hacer!

Lo que quiero subrayar en estas últimas líneas antes de abandonarme al verano del mes de agosto, es una obviedad (discúlpenme): internet encierra maravillas, pero encierra a la vez estulticia, nimiedades, idioteces y a veces, muchas veces, bastante mala leche y ganas de hacer daño, injuriar y desprestigiar. También es un lugar muy dado a los “robos”, o a los plagios. Internet es el paraíso del corta pega, de la utilización digamos que fraudulenta de informaciones y conocimientos ajenos a los que no se cita, a los que no se da las gracias, a los que se esconde (y de esto en ojosdepapel sabemos como para una conferencia de dos o tres días).

En fin, esto es lo que hay, y como casi siempre, los maravilloso tiene otra cara un pelín más oscura. Antes de poner el punto y ¡hasta pronto!, sólo quiero desearles unas plácidas vacaciones a los que las puedan disfrutar, y un talante abierto y jocoso a los que les toque “pringar” a lo largo de este caluroso agosto, tan propicio a las vacaciones hispanas. Léanme mucho (a mi, si tiene un ratito, y a algunos de esos libros a los que invita el tiempo libre(o) sin exigencias, Stieg Larsson, por ejemplo). Disfruten, disculpen y hasta la vuelta. Nos leemos en septiembre!!!

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,30 jul 2009 18:30:10 GTM
<![CDATA[Joyce Carol Oates, A media luz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,994  

Juan Antonio González Fuentes

El gran Henry James está presente desde hace años en la mesa de trabajo de la eterna candidata al Nobel de literatura y miembro de la American Academy of Arts and Letters, Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938). “Trabajamos en la oscuridad, hacemos lo posible: damos lo que podemos dar. Nuestras dudas son nuestra pasión y nuestra pasión es nuestro empeño. Lo demás es la locura del arte”, esta larga cita del autor de Washington Square está bien visible, ya está dicho, sobre la mesa en la que la escritora norteamericana trabaja en Princeton, en cuya universidad dirige los cursos dedicados a literatura.

No es desde luego casual que dicha cita acompañe a Joyce Carol Oates, una escritora situada desde hace tiempo en lo más alto del Olimpo de las letras estadounidenses, pero también objeto permanente de insidias, comentarios malévolos, etc... En este sentido baste decir que el corrosivo Truman Capote la describía como “el ser más asqueroso de la tierra” (qué cariñoso!!)

Joyce Carol Oates: A media luz (Lumen)

Joyce Carol Oates: A media luz (Lumen)

La crítica especializada ha subrayado en la obra de Joyce Carol Oates “la consistente experiencia vital de sus personajes y el sorprendente ámbito en que la autora los sitúa, un espacio literario donde el realismo social convive en singular simbiosis con los mejores ingredientes de la novela gótica, y en el que se genera una corriente de violencia que con frecuencia desemboca en un final sangriento, marcado por el asesinato o la furia de los propios elementos destructores, factores que contribuyen a que sea fácil hallar en su escritura abundantes concomitancias con la obra de Kafka, James Joyce o William Faulkner”.

De este prodigiosa escritora contemporánea, la editorial Lumen, en su colección dedicada a esta escritora, acaba casi de editar una de sus más extensas novelas, A media luz, más de setecientas páginas que aparecieron originariamente en 1967, trabajo en el que perfila, según han comentado los críticos, “un soberbio cuadro de madurez, el controvertido ciclo vital en que los sentimientos no se muestran en su plenitud, sino que se evidencian a media luz, a través de un claroscuro donde se combinan pasiones sosegadas y emociones contenidas”. En resumen, una ocasión magnífica para descubrir o profundizar en la literatura de una de las más grandes escritores norteamericanas de finales del siglo XX.

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-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,29 jul 2009 20:5:10 GTM
<![CDATA[El marqués de Queensberry, suegro de Oscar Wilde]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,993  

Juan Antonio González Fuentes

Desconozco, claro, si muchos de ustedes saben quién fue el octavo marqués de Queensberry, John Douglas. Probablemente a los aficionados al boxeo les suene de algo, incluso de bastante. John Douglas fue sin duda un gentleman o caballero a quien el pugilismo a las bravas, así sin reglas y a lo bestia, le debía de parecer una ordinariez, una actividad sólo apta para rufianes y demás canallesca. Como eso de intentar derribar a un contrario mediante un certero golpe, al octavo marqués seguro que le resultaba un entretenimiento con serias posibilidades de transformarse en deporte incluso apto para olímpicos, pues un buen día decidió regular con normas eso del intercambio de mamporros, pariendo el boxeo moderno.

El octavo marqués, Queensberry of course, impuso que los púgiles enfundasen sus puños en guantes de cuero, con objeto de paliar en la medida de lo posible los daños causados por la desnudez de las manos. También estableció que los contendientes se clasificasen atendiendo a su peso, para evitar que un mastodonte de cien kilos le lanzase golpes a la cara a un alfeñique de cincuenta. Dividió las peleas en asaltos de tres minutos de duración, tiempo suficiente como para darle bien al otro, y tiempo lo bastante breve como para no desfondarse en una carnicería. Entre cada asalto estableció un minuto de descanso para recuperar fuelle, darle un trago al agua milagrosa, y escuchar desde la lejanía los consejos de alguien situado en una esquina del cuadrilátero. Además, el marqués prohibió agarrarse al contrario, que el preparador ayudase a levantarse a su pupilo cuando fuera derribado, y logró que un árbitro dirigiese el combate y contará hasta diez como cuenta de protección al caído ante de cantar el final del combate.



Tráiler original de Gentleman Jim, del director Raoul Wals (vídeo colgado en YouTube por foxter65)

Al parecer la primera vez que dichas reglas se aplicaron en una pelea oficial fue el 7 de septiembre de 1892, en el Olympic Club de Nueva Orleáns. Los luchadores fueron John L. Sullivan (The Big, El Grande) y James J. Corbett, más conocido como Gentleman Jim. La historia de este famoso combate la contó como nadie Raoul Walsh en una de esas películas imperecederas que a uno siempre le llevan al paraíso de la infancia, la aventura, los buenos tiempos de la ensoñadora inocencia. The Big era en la película Ward Bond y Jim el maravilloso Errol Flynn. La película se titula (qué hermoso) Gentleman Jim, Caballero Jim.

Lo que menos gente sabe es que el octavo marqués de Queensberry, es decir, John Douglas, en tiempos más cercanos a nosotros y propicios a las relaciones más abiertamente audaces, bien pudo haberse convertido en el amado suegro del poeta Oscar Wilde, pues el hijo del marqués, Lord Alfred Douglas, digamos que fue escandalosamente pareja del autor del Retrato de Dorian Grey, y fuente a borbotones tanto de su dicha (imagino) como de su desdicha (confirmo).

Pero esa es otra historia.

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Tuesday,28 jul 2009 20:16:39 GTM
<![CDATA[John Ford a Robert Parrish, una lección de humildad artística]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,992  

Juan Antonio González Fuentes

Una de las películas más hermosas de la historia del cine es sin duda Luces de la ciudad de Charles Chaplin. Los diez minutos finales de la cinta son antológicos, y no creo que haya ser humano normal que no se emocione hasta el congojo de las lágrimas ardiendo en la garganta con los planos finales del Charlot más manifiestamente vulnerable que pueda concebirse.

Quien haya visto la película recordará que al Charlot desvalido, recién salido de la prisión en la que terminó por amor, un mozalbete vendedor de periódicos le tortura haciéndole objeto de su certera cerbatana. El niño se convierte así en inocente pero perfecta expresión de la crueldad humana. Pues bien, ese niño cruelmente certero con la cerbatana y torturador de Charlot, era Robert Parrish, quien con el tiempo se convertiría en un gran escritor y un cineasta de primer orden.



Escenas de Centauros del desierto, de John Ford (vídeo colgado en YouTube por racsoo2)

Parrish ganó el Oscar de Hollywood por su trabajo como montador de la película de Robert Rossen Cuerpo y alma. Amigo íntimo de John Ford, para quien había trabajado también como montador con anterioridad, el que acabaría siendo gran director recibió una invitación para comer del director de Centauros del desierto, quien quería festejar así la gran noticia.

A punto ya de terminar la comida, pedidos los postres y licores de sobremesa, John Ford encendió su pipa eterna y con su legendaria lentitud le pegó tres o cuatro chupadas al instrumento humeante. Hecho lo cual dijo como sin dirigirse a nadie: “Creo que has ganado un Oscar”. “Sí”, aseveró Parrish no sin cierta perplejidad. “Yo poseo siete”, prosiguió Ford. “Lo sé” se atrevió a puntualizar Parrish. “Verás, -explicó Ford- hay un garito en Hill Street, entre la Quinta y la Sexta avenidas, donde si llevas el Oscar y añades algunos centavos te dan una taza de bastante buen café”. “¿Podría darme la dirección?”, añadió Parrish, con el deseo de proseguir lo que pensó era una conversación en broma. “Lo que quiero decir –zanjó Ford-, es que lo único importante en este negocio es seguir trabajando. Muchas felicidades por tu premio y buena suerte”.

Robert Parrish aseguró siempre que aprendió la más importante lección de humildad que jamás nadie le había dado. Esa lección se la dio el maestro indiscutible, el gran John Ford, ya saben, uno de los creadores y poetas más grandes del siglo XX, ese que dirigía western.

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-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

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Monday,27 jul 2009 11:11:33 GTM
<![CDATA[Ir al cine pasó a la historia (adiós a la ingenuidad del espectador)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,991  

Juan Antonio González Fuentes

Nos guste o no nos guste, lo queramos admitir o no, el cine murió con la pandemia universal que supuso la masificación de ese electrodoméstico de nombre televisión. Bueno, seamos más precisos, quizá el cine en sí, como modo de expresión, no dejó de latir entonces, lo que sí pasó a la historia definitivamente fue el hecho de “ir al cine”.

Estoy completamente de acuerdo con José Luis Garci: el cine no es ver películas antiguas en el video o en dvd, ni siquiera ir a verlas hoy en una pantalla grande, como yo mismo recordaba hace poco en esta misma página. No. Ir al cine, ir a ver una película al cine era una experiencia vital de carácter radical e intransferible que requería la presencia interior de un ingrediente hoy por completo desaparecido. ¡La ingenuidad! Se trataba de tener fe cómplice en lo que sucedía en la gran pantalla, de “tragárselo” de principio a fin sin cuestionarlo desde un punto de vista realista, o intelectual. No, uno antes se sentaba en la butaca con el espíritu virgen, dispuesto a maravillarse, a alucinar con lo que se le proponía. Yo creo que jamás vi ya así cine, quizá siendo muy niño, a finales de los años sesenta del pasado siglo, cuando los estertores de ir al cine eran ya gritos de defunción certificada.

Hemos perdido ingenuidad, o mejor dicho, la hemos echado por la borda como ofrenda inequívoca a los tiempos que corren. Lo que le ocurrió al cine hace décadas le ocurrió también, casi a la vez, a la ópera. De repente muy pocos atesoraban un cargamento de ingenuidad suficiente como para aceptar la exigencia de fe que solicitaba lo que desde el escenario se ofrecía. Y de repente, ante la muerte de la heroína cantada durante diez minutos agónicos sólo ofrecemos la recompensa altiva, pagada de sí misma, de nuestra risotada: “a mi me van a engañar, qué estupidez, como se va a estar muriendo alguien y se va a poner a cantar durante diez minutos, qué memez…”.

Sí, ya no somos memos, ya no somos ingenuos, ya nadie nos la “da con queso”…, y la consecuencia que es se acabó eso de ir al cine, eso de derramar una lágrima conmovida por el adiós a la vida de la soprano. Es el signo de los tiempos, nada puede hacerse, tal vez, como mucho, lanzar un suspiro por nuestra ingenuidad irremediablemente perdida.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

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Friday,24 jul 2009 19:55:35 GTM
<![CDATA[¿Enterrado o incinerado?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,990
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La otra noche cené con un grupo de amigos en un recién inaugurado restaurante santanderino, Los Raqueros, justo al lado de la sede del Partido Socialista Obrero Español de Cantabria (¿casualidad y/o justicia poética?). La cena discurrió en un ambiente jocoso y divertido, a pesar de que la comida a degustar no fue nada del otro mundo ni muchísimo menos. El negocio estaba bastante poblado de comensales, la temperatura era agradable, la puesta en escena aceptable..., y quizá el inconveniente más sobresaliente era la escasa altura de los techos, lo que hace imposible la conversación en un tono de voz adecuado a la buena educación y el sosiego.

En un momento dado de la velada, y no recuerdo nada bien la causa, se comenzó a hablar de la forma en la que a cada uno le gustaría en el futuro más alejado posible transformarse materialmente en otra cosa. Todos los presentes, salvo la excepción de quien esto escribe, abogaron por convertirse en cenizas tras pasar por el fuego no del infierno (para alguno de los presentes sin duda merecido) si no del horno crematorio. Todos, insisto, aducieron las más razonables razones (valga la redundancia) para apostar por señalada transición: razones ecológicas, de espacio, sanitarias, económicas, etc... El único de los presentes que a la hora de hacerse ausente deseaba ser tradicionalmente enterrado era yo. Y claro, también puse sobre la mesa de las viandas mis razones; razones al parecer poco razonables desde el punto de vista del orden práctico, razón que a mi, quizá para fastidiar, me las hacen no sólo razonables, sino muy deseables juiciosas.

A mi los enterramientos me gustan porque son muy cinematográficos. Y dentro de dicho campo son desde luego muy de John Ford, muy de western de edad dorada y crepuscular. También son muy de cine de sesión doble con palomitas en el regazo, sustos programados, gritito adolescentes adorablemente histérico, sangre a raudales, vampiros y demás fauna de ultratumba.



Pero la tumba abierta en la tierra y su cruz señalándola, o el espacio arquitectónico construido para dar cumplido y eterno descanso a nuestros muertos (mejor si es panteón de algún fuste y enjundia), y esto es asunto creo que muy serio, proporciona una geografía, un lugar en el mundo que simboliza y ubica la memoria de lo ido, de lo sido. Y al localizarla en un espacio concreto, en un lugar reconocible con nombres, apellidos, fechas..., la memoria de quien fue se agarra con mucha más fuerza la presente, se revela con nitidez de piedra y tierra en el presente de sus deudos, de los que le preceden..., estableciendo así una cadena mítica de recuerdos y palabras que conforman una historia a seguir, es decir, una memoria.

Parece que la gente le tiene hoy un miedo atroz a la memoria, a recordar y a ser recordados. La inmensa mayoría al parecer desea diluirse para siempre en forma de polvo recogido en una caja funesta y ridícula, fácil de camuflarse junto al televisor, la figuritas de Lladró o las fotos ridículas de los vivos retratados en algún jolgorio.

No, yo quiero que mi nombre, fechas y apellidos figuren en una piedra que me simbolice y guarde en líneas lo que fui, lo que dejé. Quiero que esa piedra sea visible, que ocupe un espacio geográfico concreto en un cementerio abierto a los vientos del mar, la sombra de los árboles, la lluvia, el sol y las nubes. Quiero que mi tumba sea localizable, que figure en un mapa y que alguien, alguna vez, cada cierto tiempo, rebusque en ese mapa y me localice como un tesoro de su memoria, un tesoro viejo, de valor tan sólo sentimental..., y que deje sobre mi piedra una flor y un rezo, es decir, unas palabras cantadas con ritmo en mi recuerdo. Y si a alguien más joven, preferiblemente un niño, le dice “mira, aquí está enterrado Juan Antonio González Fuentes; fue un pariente tuyo que dejó escritos algunos versos”..., pues mejor que mejor, seguro que algo sentiré sepultado por el peso de la tierra, de los años, de los gusanos, de la hierba..., pero nunca por el peso definitivo, total del olvido.

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Thursday,23 jul 2009 12:3:24 GTM
<![CDATA[La Historia y su Periodización]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,989
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde el punto de vista de la periodización, debemos partir de que a la hora de ordenar la materia histórica nos es necesario acudir a un instrumental conceptual, a generalizaciones y principios sin los cuales no es posible una visión histórica general. Resulta inevitable y también deseable el despliegue de una serie de modelos o categorías a partir de los cuales tratar de comprender la historia, aunque sin perder nunca su carácter de modelos ideales, de abstracciones teóricas (diferencia entre la “realidad” y los conceptos que tratan de explicarla y ordenarla, el tipo ideal de Max Weber). Por ello la división y ordenación de la materia histórica en etapas delimitadas por referencias temporales es un elemento necesario para proceder al análisis de dicha materia. Aún así deben reconocerse los problemas que plantea cualquier periodización: el poco sentido de establecer cortes en la evolución de una sociedad, las diferencias en el ritmo que mantienen las diversas esferas sociales (demografía, economía, política, cultura, pensamiento…) o las diferencias en función de los espacios geográficos.

En España y buena parte del mundo occidental el modelo más frecuente de periodización es el denominado “cuatripartito” (en realidad “pentapartito” incluyendo a la Prehistoria junto a las edades Antigua, Medieval, Moderna y Contemporánea). Este modelo parte del siglo XVII, cuando Keller, en función de la cultura clásica y del intento de recuperación de la misma que comportó el Renacimiento, distinguió entre Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna. Posteriormente se añadió la Edad Contemporánea, como consecuencia de las revoluciones económicas y políticas sucedidas desde finales del siglo XVIII.

Por otro lado cada vez es más frecuente la utilización de términos como “Historia del Mundo Actual” para caracterizar en planes de estudio y libros el período posterior a 1945. En los últimos años se ha desarrollado igualmente con fuerza el concepto de “Historia del Tiempo Presente” para referirse al pasado más inmediato, hasta la actualidad.

En realidad la terminología utilizada viene a complicar el problema. Desde la perspectiva actual plantea problemas el denominar Edad Moderna a un período (siglos XVI-XVIII) tan alejado y diferente del actual, que además se ha caracterizado por la historiografía a través del concepto de “Antiguo Régimen”. No menos problemas presenta el hablar de una Edad Contemporánea para referirse a un período iniciado hace dos siglos. O “Mundo Actual” para denominar a una época como la iniciada después de 1945, lo cual podía entenderse aún en la década de 1980, pero no tiene en cuenta los importantes cambios políticos y sociales sucedidos desde finales de dicha década.

Por otro lado es importante no perder de vista en ningún momento la fuerte interrelación entre la modernidad y la Edad Contemporánea. En buena medida la modernidad es un concepto complejo que recoge el sentido de cambio y progreso de las sociedades occidentales desde el Renacimiento hasta nuestros días, con una serie de características que aparecen o se prefiguran en la Edad Moderna (desde el punto de vista del pensamiento la valoración decisiva del sujeto y de la razón, desde el económico el surgimiento de la economía-mundo capitalista, desde el político los orígenes del Estado-nación, pero todo ello combinado en este período con la fuerza de las persistencias y de la tradición que caracteriza al Antiguo Régimen), pero que se desarrollan fundamentalmente a partir de las revoluciones que dan comienzo a la Edad Contemporánea.

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-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,22 jul 2009 12:3:24 GTM
<![CDATA[40 años del viaje a la luna: ¿un fraude de viaje?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,988
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El 16 de julio de 1969, a las 10:32 horas locales, desde el complejo espacial de la NASA en Cabo Kennedy (Florida), despegaba impulsada por un cohete Saturno V la primera misión espacial tripulada con destino a la luna, el Apolo XI. La misión se denominó AS-506, e hizo pasar a la historia de la humanidad a sus principales héroes protagonistas, los tres astronautas viajeros, cuyos nombres hoy mencionamos de corrido como hacemos con los de las tres naves españolas con las que Colón y su tripulación descubrieron el continente americano.

Neil A. Armstrong tenía entonces 38 años y era el comandante de la misión. El piloto Edwin E. Aldrin Jr. tenía 39, y Michael Collins, piloto del módulo de mando, 38 años. Armstrong fue quien puso nombre a las naves: al módulo lunar lo llamó Eagle (águila, el símbolo norteamericano por excelencia, el animal volador más hermoso de la tierra, y el nombre de la nave en la que estuvo embarcado Darwin en su larga expedición), y al módulo de mando Columbia (un guiño a Cristóbal Colón). El comandante Armstrong fue el primer ser humano que piso la luna, y lo hizo tal día como ayer de hace 40 años, el 20 de julio de 1969.

El extraordinario acontecimiento fue retransmitido casi en perfecto directo por las televisiones de todo el mundo gracias a las estaciones de seguimiento repartidas por buena parte del globo. Cualquier señor de Albacete, desde el sofá de su casa y comiendo tortilla de patata, pudo ver cómo el ser humano ponía el pie en la luna, materalizando así uno de los mayores logros científicos y tecnológicos de toda la historia de la humanidad.



Paseo lunar (vídeo colgado en YouTube por beanz2u)

La visión de la bandera de las barras y las estrellas pinchada en un montículo lunar es uno de los símbolos más poderosos que puedan imaginarse, el mejor reflejo posible de lo que estaba pasando entonces en la tierra, herencia que hoy disfrutamos y sufrimos.

Cuatro días después de que la Historia con mayúsculas fuera un acontecimiento de consumo público universal como una final del campeonato del mundo de fútbol, es decir, el 24 de julio de 1969, los astronautas amenizaban con su cápsula espacial en el océano Pacífico, poniendo feliz punto final a la hazaña.

Hoy, justo 40 años después de los acontecimientos, dicen los medios de comunicación que existe todavía casi un 10% de la población estadounidense que cree a pies juntillas que aquello que se pudo ver por televisión sólo fue un chapucero montaje hecho en un estudio, un fraude mundial y cinematográfico. Exactamente lo mismo piensan otros muchos miles y miles de personas repartidas por todo el globo terráqueo, y es que cuando la historia se ve por televisión y no se lee en los libros parece que es menos historia, una historia devaluada y de andar por casa, una historia a la que no debe dársele mucha importancia.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,21 jul 2009 20:35:31 GTM
<![CDATA[Tardes de verano y cine con Henry Hathaway]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,987
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Mis veranos santanderinos abundan en pequeños placeres que siempre son fuente de bienestar y alegría. El rape a la plancha servido en una inmensa fuente con patatas panadera y una cerveza helada en el restaurante Las Olas de la Maruca, con el rumor nocturno del mar ejerciendo de inmejorable banda sonora. El viaje en lancha atravesando la bahía hacia Somo, Pedreña o el Puntal, sintiendo el choque de las olas contra el casco de la nave, el aire marinero en el rostro y la mirada puesta en el horizonte con un aire de Joseph Conrad cantábrico. La ópera de turno inaugurando el Festival Internacional en una atmósfera de excitación y acontecimiento soñado. Los baños en las frías aguas de El Sardinero, casi siempre abundantes en olas y en un aire de aventura insólita ubicada en el mismo centro de un horizonte cuidadosamente urbano. La celebración de mi cumpleaños en el restaurante El Serbal, probando las excelencias y buenas maneras que otorgan estrellas del señor Michelin. Los helados de queso con melocotón en cucurucho de la heladería Capri, un mito del rechupete, y nunca mejor dicho. Las visitas a la tienda de moda Percha básico en busca de una prenda decididamente vintage. Los sudorosos partidos de fútbol del sábado por la mañana, tan intensos y disputados como una final mundial en Maracana. La escucha de una gran orquesta en la sala Argenta del Palacio de Festivales y los pulcros comentarios al final de los amigos melómanos. La exposición apoteósica organizada por la Fundación Botín, un lujo cosmopolita de gran urbe. La cena en San Vicente de la Barquera, mirando al mar, con Salcines, Jesús Pardo y su mujer Paloma. Las mañanas invertidas en las dunas eróticas de la playa de Oyambre. La plaza del Corro de Comillas atestada de paisanos contemplados con un café con hielo en la mano. La lectura de un poema al caer la tarde en el jardín de la casa familiar de Rubárcena. El crepitar sereno de la noche sentado con amigos en una terraza del Paseo de Pereda. La cena con los amigos llegados desde las lejanías infinitas de la infancia en el Riojano de El Río de la Pila. La cerveza sin alcohol y helada sentado en un sillón de La Tienduca contemplando la perturbadora desnudez de las bellezas untadas en crema y recién duchadas. La compra de libros en la minúscula librería del Palacio de la Magdalena. Las rabas exquisitas de Tenis antes de volver al aula de la UIMP. La anochecida en el Club Marítimo con las amigas de alcurnia madrileña y santanderina. El paseo lento y casi pesaroso con mi madre al termino del último concierto del verano. Las traineras rompiendo la quietud de la bahía. El café de madrugada y charla sentados en El Hipódromo. El desfile de máscaras y beldades Paseo de Pereda arriba Paseo de Pereda abajo, el frescor de la crema lamiendo la morenez regalada por el sol. El vuelo dorado de las primeras hojas que anuncian la proximidad del otoño. La música de la bahía de cámara de Santander desde la terraza homérica de Manuel Arce



Tráiler de Niágara (1953), película de Henry Hathaway (vídeo colgado en YouTube por captbijou)

Pero uno de los placeres más secretos y solitarios de mi verano es el de ir al cine, a la Filmoteca, a la primera sesión de la tarde. Salgo de casa a las 5 de la tarde, hora taurina por excelencia. Doy un breve paseo hasta llegar al Terminal, garito legendario de las noches santanderinas. Me siento a una de las contadas mesas que expanden el local por la calle en cuesta de escaleras lisboetas o parisinas de barrio pobre y abandonado. Pido una limonada natural, la limonada helada que mejor me ha sabido jamás de los jamases. Me recreo en el paisaje, en la atmósfera. Bellezas incandescentes de edad adolescente se meten medio desnudas en los portales buscando el descanso de la siesta. Las madres cocineras sacuden manteles por las ventanas populares o fuman un pitillo soñándose en otros mares. La luz del sol trae rumores de playa, de olas, de zambullidas, de carnes hambrientas y devoradas. Pocas sombras se ofrecen en las esquinas. Algún felino dormita plácidamente y mueve la cola por diversión. Todo es quietud, silencio de siesta, aroma a salitre y crema bronceadora, promesas de lo por venir en la noche que ya se está soñando en todas las habitaciones de los alrededores.

La cinco y veinte de la tarde. Dejo el vaso en la mesa, me levanto, saludo a la escasa parroquia, bajo la cuesta de escaleras, tuerzo a la izquierda y en cinco pasos estoy frente a la taquilla. ¡Una, por favor! ¡dos euros! Ahí van. Entro en el local. Viejos carteles de cine observan las evoluciones de los cinéfilos. Accedo a la sala. Siete, ocho parroquianos que nos reconocemos al primer golpe de vista. Me siento delante, hacia el centro. Suena música de jazz o la banda sonora mítica de la edad dorada del cine. Miro el reloj. Nos acercamos ya a y media. Impaciente le echo una hojeada al programa semanal. Me acomodo un poco más en la butaca, casi como si estuviera en el sofá de casa. Se apagan rítmicamente las luces, siguiendo un hermosísimo ritual. La pantalla se queda un segundo negra y de repente estalla en la blancura de la mejor luz del mundo, la del cine. Y comienza el western, el musical, la historia de aventuras…, empieza una vieja y hermosísima película de esas que ya no se pueden ver ni en las mejores televisiones. Y encima en pantalla grande y en versión subtitulada. Copia nueva!! Le oigo susurrar al silencio al director de la sala. Me esperan instantes de maravilla, de gloria callada y auténtica, hora y media de ensueño veraniego, místico, impagable, alucinante. Hoy toca una del artesano Henry Hathaway, nada más y nada menos que La jungla en armas (1939), con Gary Cooper y David Niven. ¿Mañana, o tal vez pasado? Niágara, El jardín del diablo… Simplemente, la felicidad.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Monday,20 jul 2009 20:30:14 GTM
<![CDATA[Más haikus sin estación]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,986
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En dos ocasiones ya he publicado en estas mismas páginas algunos haikus. Creo que ya expliqué en aquellas ocasiones que el haiku es una forma de poesía tradicional japonesa, conformada por sólo tres versos, el primero y el último de cinco sílabas, y el segundo de siete. No puede haber haikus fuera de la lengua japonesa, estamos de acuerdo, pero la poesía occidental ha adoptado la estructura y el sentido para llevarlo a su terreno, y condensar en un poema muy breve todo un espíritu metafísico y evocador.

De un tiempo a esta parte practico la escritura de haikus como un ejercicio lírico e intelectual, como una gimnasia mental para ejercitar la musculatura del concepto y la música en el poema. A la serie que llevo compuesta la he dado por título general Haikus sin estación, pues no pretenden, como sí lo hacen los canónicos japoneses, encerrar en la estructura musical descrita la naturaleza y las estaciones. Yo sólo pretendo la música y el concepto, la idea... ¿Sólo? Ahí va una selección de los escritos a lo largo de los últimos meses, a la espera de la aparición en la librerías de mi próximo libro de poemas, La lengua ciega (DVD ediciones, Barcelona, 2009), del que les tendré puntualmente informados. 

¿No es la música,
-silbo sutil de espada-
trazo de espina?

*
Camina un ángel,
música con leve azar,
alas de alcanfor

*
Luz que exagera
de la mañana el eco,
su tiempo escaso

*
Crece el silencio,
la distancia acontece,
busca lo anterior

*
Se acoge tras sí,
llegándose en el darse,
canción primera

*
Piadosa lava
entre campos de vuelo:
té y crisantemos

*
Oscura senda,
de pronto llama blanca,
luz que se tensa

 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

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Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Friday,17 jul 2009 19:58:26 GTM
<![CDATA[Vida privada y retratos de Annie Leibovitz: Madrid 2009]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,985  

Juan Antonio González Fuentes

Siempre me han gustado los retratos fotográficos, y más si son (no sé por qué) en blanco y negro. La foto de un rostro, de un personaje, si es buena, resulta una interpretación por parte de quien maneja la cámara fotográfica, y también una puesta en escena más o menos controlada del retratado, pero a la vez hay aspectos de realidad insobornable en la imagen captada al entrar en juego la asepsia de una mecánica y lo inmanejable de un rostro hecho luz y sobras en un instante preciso y concreto.

Mi interés por el retrato fotográfico no es desde luego nada original, más bien al contrario, es una afición compartida por miles y miles de personas en todo el mundo, lo que quizá explique el éxito sin precedentes que está teniendo en la sala de exposiciones madrileña Alcalá 31 la muestra gratuita Annie Leibovitz: vida de una fotógrafa. 1990-2005, que permanecerá abierta hasta el próximo día 6 de septiembre.

La exposición exhibe más de 200 imágenes que ilustran a la vez tanto una faceta casi autobiográfica de Leibovitz (su relación con Susan Sontang, con su padre...) como su amplísima trayectoria dentro del campo del retrato fotográfico contemporáneo, en el que Leibovitz es sin duda una de las grandes maestras.

Esta exposición en Madrid ya ha podido ser contemplada en Nueva York, Londres, París y Berlín, y constituye el plato fuerte del festival PhotoEspaña09, actividad realizada en colaboración con el Brooklyn Museum de Nueva York, y patrocinada por American Express y la edición española de la revista Vanity Fair.



Annie Liebovitz retratada ante la foto de Demi Moore por Robert Scoble el 29-2-2008 (foto wikipedia)

La exposición presenta la estructura de un álbum fotográfico familiar con dos vertientes o caminos: una especia de diario personal e íntimo, y una exposición del trabajo retratístico y profesional de la fotógrafa. Es decir, las fotos son un reflejo mezclado de vida privada y de vida profesional, entendida ésta como una crónica de sucesos, encargos, amistades, relaciones..., surgidos y mantenidos a lo largo de la última década y media de actividad de esta artista norteamericana de origen judío.

Así, Annie Leibovitz (Waterbury, Connecticut, 1949) enseña al público a sus familiares y amigos a través de imágenes realizadas a lo largo de viajes a geografías tan distintas como Sarajevo, Venecia, Berlín, Kioto o El Cairo. Muchas de las secuencias giran en torno a sus padres y su familia, a la que vemos crecer de año en año a través de imágenes de reuniones familiares y excursiones al mar. Quizá las fotos más fantásticas son las realizadas sobre la muerte de su padre relacionadas con las de los nacimientos de sus tres hijas.

Junto a estas imágenes “privadas” se exhiben las mucho más conocidas de los retratos a personalidades de la vida pública norteamericana y mundial, por ejemplo los de Bill Clinton George W. Bush, Mandela, Demi Moore, Jack Nicholson, William Burroughs, etc...

Para el montaje de la exposición madrileña se ha seguido el planteamiento original que se llevó a cabo en el año 2006 en el Brooklyn Museum de Nueva York. La ubicación de las obras en el espacio sigue una secuencia cronológica-temática para las diferentes series, intercalando a lo largo de toda la exposición los encargos oficiales y las obras de su ámbito personal, excepto para los 10 murales: fotografías de paisajes de gran formato, realizadas a lo largo de sus viajes, en los que se ha tenido en cuenta las dimensiones para su ubicación.

En definitiva, estamos sin duda ante la exposición veraniega por excelencia en España, una antológica de la que posiblemente sea la retratista fotográfica más célebre y considerada de las últimas décadas. Un lujo al alcance de cualquiera que pase unas cuantas horas en Madrid. ¡¡No se lo pierdan!!

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,16 jul 2009 21:8:42 GTM
<![CDATA[El misterio de la felicidad (Renacimiento), antología de Miguel D’Ors]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,984  

Juan Antonio González Fuentes

Desconozco si alguno de ustedes lo sabe, pero soy poeta. Bueno, quizá convenga no exagerar, y dejarlo en que a punto de cumplir 45 años, soy autor de algunos libros supuestamente del género (¿la poesía un género?) que llevan mi nombre en la cubierta. He tenido, además, la enorme fortuna de contar a lo largo de mi vida con buenos amigos poetas y escritores, y algunos de ellos incluso han tenido la generosidad de escribir sobre lo que he escrito. Antonio Gamoneda, González Iglesias, Jorge Riechmann, Álvaro Pombo, Dámaso López García le ponen nombre a algunos casos. Le doy gracias infinitas a los dioses por la generosidad no cuantificable que han tenido para conmigo, generosidad que yo nunca me he otorgado a mí mismo, pues mi escritura poética lo cierto es que no me invita a la relectura lo más mínimo, quizá porque me la sé a ella y a sus senderos de memoria.

La cuestión es que a punto de tener en mis manos un nuevo libro poético con mi nombre sobre el título, hace semanas, quizá uno o dos meses, me impuse el descanso de no leer poesía con el fin de intentar limpiar a fondo la sentina de mi caletre poético. No me ha sido muy difícil lograr el objetivo, y en descansos y viajes he llevado en el macuto libros de los distintos géneros que más me agradan, casi nunca cuentos o novelas.

Este último fin de semana lo he pasado en un Madrid que ofrecía un calor de país subdesarrollado. Imposible la subsistencia civilizada en la capital del reino sin el alivio del aire acondicionado o la humedad urbana y domesticada de la piscina. Como uno es un señorito de provincia señoritinga, la verdad es que mis momentos de veraneo madrileño encuentran el acicate hermoso y sibarítico de los aires fríos husmeando el piso, y las humedades olímpicas de piscina lujosa y nueva. ¡Vamos, que no me puedo quejar!

En una de las varias escapadas a las zonas más transitadas de la ciudad, tuve la oportunidad de recalar en una librería que suelo visitar bastante. La librería no es nada del otro jueves, pero sí disponen de las novedades que aún tardarán en llegar una o dos semanas a Santander, y además tiene dos cómodos sillones en los que hacer tiempo hojeando libros bajo la caricia del aire acondicionado. Me dirigí directo a la poco lustrosa y bastante esquelética sección de poesía, y me fijé en un segundo en un único ejemplar de la ejemplar colección de antologías que edita la sevillana editorial Renacimiento, colección que nació en el año 2002 y que baratas, muy manejables, bien impresas y con un diseño cuidado y muy atractivo, constituyen a mi entender un ejemplo estupendo de cómo debe editarse poesía acorde a las tres bes: bueno, bonito y barato.

El libro en cuestión llevaba por título El misterio de la felicidad (Renacimiento, 2009), 268 páginas de poemas de Miguel D’Ors antologados y presentados por Ana Eire. No, nunca había leído un poema de Miguel D’Ors, y lo sé porque lo hubiera recordado. Sí, sabía quién era el poeta, incluso algo de sus andanzas y biografía, de las que dejó aquí algunas trazas, por si son de algún interés para alguien:

Miguel D’Ors nació en Santiago de Compostela en 1946, hijo del jurista Álvaro D’Ors y nieto del pensador Eugenio D’Ors. Miguel, además de poeta, es doctor en Filosofía y Letras, especializado en Filología Románica, por la Universidad de Navarra donde trabajó como profesor entre 1969 y 1979. Hoy es profesor de Literatura Española en la Universidad de Granada y está considerado por la crítica especializada como uno de los referentes básicos de la poesía española contemporánea, destacando su dominio técnico de las formas y su certera ironía con la que trata los temas que le son más personales: el paso del tiempo, la infancia sus paisajes y personajes, la cotidianeidad en el amor, la recreación de los sueños imposibles, la sensación de fracaso personal... Sus poemas están traducidos al inglés, francés, portugués, alemán, ruso, armenio y polaco, y como ensayista es un buen conocedor de la obra de Manuel Machado, Rafael Morales o la poesía modernista.

Todo esto lo puede encontrar el lector, como yo lo he hecho, invirtiendo unos segundos navegando por internet. Pero lo que quiero decir es que comencé a leer por encima algunos poemas y que, de inmediato, sentí una punzada feliz al reconocer el tipo de poesía que me gusta leer, el tipo de poesía que me gustaría (imposible) escribir. Es más, ahí estaban muchos de los temas que me hubiera gustado llevar a mi a la poesía: la tardes de la infancia viviendo aventuras a la vez ciertas e imposibles, la presencia de los seres a los que amamos sin apenas saberlo, los sueños de western y selvas, el irónico reconocimiento del funcionariado vital en el que uno suela estar inmerso, la quiebra de los sueños de juventud sin excesiva amargura y una pizca de tristeza... Me senté en el cómodo sillón más cercano y mientras la esperaba a Ella comencé a leer. Al poco me vinieron a buscar, compré el ejemplar y pasé el fin de semana devorando los poemas junto a la piscina, o tumbado en el sofá del descanso vacacional, leyéndole no pocos poemas a Ella, quien incluso me pidió relecturas y comentarios.

Acabé el libro en apenas 24 horas embargado por la tristeza de terminar, y a la vez profundamente feliz y reconciliado no sé muy bien con qué, quizá conmigo mismo. Y de repente el título del libro adquirió un esplendoroso y rotundo significado. Leyendo junto a Ella en la piscina los poemas de Miguel D’Ors, había logrado atisbar el sencillo misterio de la felicidad. Y el recuerdo de los poemas leídos en voz alta, el del sonido del agua azul y verde roto por el chapuzón aventurero de los niños, el de los pies morenos y relajados de Ella dándole color al verde frondoso de los arbustos..., todos estos recuerdos que son uno sólo, ya forman parte de mi propia felicidad misteriosa para siempre jamás.

Como en breve cumpliré 45 años, les dejo aquí con uno de los poemas de D’Ors en este libro antologados y que, por razones creo que obvias, me he visto en la necesidad de releer y releer. El misterio de la felicidad (Renacimiento, 2009) de Miguel D’Ors, o un pellizco de vida vivida con verdad poética y consciente.

Miguel D´Ors: El misterio de la felicidad (Renacimiento)

Miguel D´Ors: El misterio de la felicidad (Renacimiento)


Quod erat demonstrandum

Nel mezzo del cammin di nostra (bueno,
ya sé que a estas alturas
—año 44 de mi vida—
este comienzo peca de notorio optimismo,
pero también es cierto
que nadie negará su calidad estética,
comprobada a lo largo de casi siete siglos,
y como, encima, corren vientos culturalistas
y céfiros sutiles
de intertextualidad, miel sobre hojuelas);
como estaba diciendo, a estas alturas
en que ya tengo claro, irreversiblemente,
lo que nunca seré,
o, con otras palabras, habiendo descubierto
que Dios no me introdujo en Su Creación
para ser el primero de la clase, ni el hijo
que mis padres soñaron, ni el hermano modelo;
con certeza absoluta
de que el papel (ahora un ligero toque
calderoniano) que me fue asignado
en este Gran Teatro
por su Divino Autor no era el de campeón
olímpico de nada, ni el de buen alpinista
—y mira que lo siento—,
ni el de príncipe azul de la que es mi mujer
(ni, por lo visto, de ninguna otra),
ni el de papá perfecto; ya sabido
definitivamente
que tampoco nací para ser un maestro
de la Filología, ni siquiera —según
consta en cierto expediente más o menos gallego
(aunque no de Galicia, y yo me entiendo)—
un mero catedrático de una Universidad
pobre, torpe, mezquina y, por si fuera poco,
además española,
y que a la Poesía —libros cantan
(es un decir, porque cantar, lo que se dice
cantar, poquita cosa)—
le soy perfectamente prescindible;
y no teniendo grandes
(ni siquiera medianas) perspectivas
en el corto horizonte que me espera
(porque mucho me temo que la nieve
de Wyoming se quede como estaba
y que a los yanomanis tenga que seguir viéndolos
silenciados, inmóviles y planos
en National Geographic,
y en cuanto al jazz, es superimposible
que llegue a parecerme —ni a cincuenta kilómetros
de distancia— a Louis Armstrong, Duke Ellington o el Pájaro,
sin olvidar el conocido hecho
de que a todas mis buenas intenciones
les sale siempre al paso miguel d’ors
y lo echa a perder todo),
no le encuentro a mi vida otro motivo
(la causa, en escolástico, finalis),
otra razón de ser, otro sentido
que cumplir el designio
que Dios trazó desde antes del comienzo del tiempo
—Él sabrá Sus porqués—
de soltar por el mundo a un tontolaba
químicamente puro.
Designio inescrutable y sagrado, que acepto,
alabo y agradezco. Y que, modestia aparte
pero franqueza no, no voy siguiendo
del todo mal: cuando la muerte venga
—ahora Jorge Manrique— a llamar a mi puerta,
por lo menos podré decir: «Misión cumplida:
fui el fracaso perfecto.»

23-II-1990 

***

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-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


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Wednesday,15 jul 2009 19:52:22 GTM
<![CDATA[Blas de Otero en Villaescusa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,983  

Juan Antonio González Fuentes

Este post va a ser muy breve, y me lo han dado hecho. Benito Madariaga de la Campa es Cronista Oficial de la ciudad de Santander, o mejor dicho, después de décadas y décadas de escritura, de libros impresos y de artículos divulgativos, su vocación por la historia de la ciudad que es candidata a la capitalidad cultural europea en el 2016, ha desembocado en dicho nombramiento administrativo. Benito Madariaga es doctor en Veterinaria, pero jamás dejaría en sus manos la salud de mi perro Miller, pues hace mucho que no ejerce, aunque puedo pasarme más de un buen rato largo oyéndole hablar de Benito Pérez Galdós, José María de Pereda, Marcelino Menéndez Pelayo o el mítico recitador Pío Muriedas.

Benito Madariaga ha escrito libros también sobre la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, sobre la teatral Barraca lorquiana, sobre Marcelino Sanz de Sautuola (el descubridor de las cuevas de Altamira), sobre el pintor Solana, sobre el pintor Pancho Cossío… Benito Madariaga fue Presidente de la Real Sociedad Menéndez Pelayo, y no hace mucho el Rector de la UIMP le concedió la Medalla de Oro de dicha universidad.

Benito Madariaga, erudito de libro de cuyos nombres sí puedo acordarme, está casado con la profesora Celia Valbuena, a quien debemos, entre otras cosas, el mejor conocimiento de un gran escritor aún por descubrir, Manuel Llano. Junto a su marido escribió el estudio sobre el Instituto de Segunda Enseñanza de Santander, hoy Santa Clara, vetusta institución académica con muchos más de cien años de historia por cuyas aulas pasaron el mismísimo Pereda, los hermanos Menéndez Pelayo, Gerardo Diego, Augusto González de Linares, Pablo Beltrán de Heredia o el doctor Marañón.

Benito Madariaga de vez en cuando se pasa por mi despacho y se despacha. Diserta de todo y de todos, satinando incluso las incruentas maldades de una cierta gracia muy pasiega o pejina, según suba o baje la marea. Benito Madariaga me dijo un día que había sido muy amigo de uno de los grandes, de los más grandes diría yo. Me refiero al poeta Blas de Otero. Yo le escuché hablar de su amistad como quien oye llover, como quien escucha por enésima vez la batalla quimérica y difícil del abuelo herrumbroso y homérico.

Blas de Otero entre Celia Valbuena y Benito Madariaga

Blas de Otero entre Celia Valbuena y Benito Madariaga

Pero al poco de aquella conversación, el sonido de la lluvia se materializó en prueba palpable e incontestable. Benito Madariaga me acercó a los ojos una fotografía de esas que ya podemos calificar de antiguas. La foto sin fecha alguna más o menos procede de la década de 1960, y la escena que muestra transcurre no muy lejos de Santander, en el pueblo de Villaescusa, donde Benito y Celia mantienen hogar rural para solaz propio, de sus descendientes y de la desmesurada biblioteca que van construyendo.

Y en efecto, entre la hierba crecida y un entorno de bosque modesto, sentados todos y en actitud completamente relajada, vemos al poeta junto a la pareja erudita. Una joven y lozana Celia mira sonriente a la cámara, singularmente divertida. Benito y el poeta observan con sonrisas nada aparatosas algo que sucede fuera de plano. Benito tiene las piernas cruzadas, los piez calzados con zapatos oscuros de rejilla: está cómodo, distraidamente concentrado en algo o en alguien que le dibuja la sonrisa típica del hombre serio que se concede un respiro. Y el poeta está en poeta, o en abuelo calmoso y atento a la diablura inconsciente de un infante posible. El poeta, Blas de Otero, está casi tumbado sobre la brevedad de la silla de paja, mantiene bastante juntas las piernas, y se agarra al asiento o como dispuesto al salto, o como dispuesto a que nada ni nadie le quite el acomodo. La camisa a rayas, la chaqueta modesta muy abierta, la melena frondosa y blanca buscando los aires del cuello, las gafas metálicas de médico del alma leído y atento…, Blas de Otero se dibuja en facha de poeta, o en facha de sacerdote abierto, o en facha de médico al que le faculta la blancura de su bata…

El poeta rodeado de eruditos en una tarde campo. Parece un cuadro de Renoir, de Manet… Tres personas que eran felices ese día, esa tarde de una España lejana en el tiempo y en el espacio. Tres amigos cuyos cuerpos rezan que lo eran.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,14 jul 2009 9:18:7 GTM
<![CDATA[El hundimiento de la URSS y los estados postsoviéticos (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,982
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Primera parte: El hundimiento de la URSS y los estados postsoviéticos (I)

A pesar de su enorme popu­laridad en Occidente, Mijaíl Gorbachov se enfrentaba en su país con una creciente oposición y desconten­to ante el evidente estanca­miento de sus reformas políticas y económicas. En marzo de 1991 los mineros entraron de nuevo en huelga, mientras la situa­ción económica continuaba empeorando, cayendo en picado la pro­ducción industrial y la agrícola. Además, aunque conservaba en sus manos los principales resortes del poder, el líder soviético se enfrentaba a una oposición bifronte, instalada en el propio PCUS y en otros medios de poder. Por un lado los partidarios más firmes de las reformas se impacientaban por su lentitud y comenzaban a abandonarle, pasando a la abierta oposición. Por otro, dentro del PCUS y del Ejército se encontraban amplios sectores reaccionarios y comunistas que consideraban las reformas excesivas y peligrosas para la continuidad de la Unión Soviética. Fueron estos sectores los que, temiendo que el proceso se les escapara de las manos, intentaron dar un golpe de mano en agosto de 1991, finalmente fracasado.

Para entonces los países bálticos ya estaban en el camino de la independencia. A principios de 1991 la represión por el ejército de una manifestación en la capital lituana, Vilnius, se saldó con varios muertos. Entre febrero y marzo, en las tres repúblicas bálticas se celebraron referendos en los que los electores se pronunciaron en su gran mayoría por la independencia, aunque ésta no fue proclamada de inmediato. Ante este proceso de gradual disgregación, Gorbachov (que desde marzo de 1990 reunía el cargo de presidente de la URSS con el de secretario del partido) reaccionó convocando un referéndum en el que se pedía a los electores que se pronunciaran sobre “la preservación de la URSS como federación renovada de repúblicas iguales y soberanas”. La respuesta de las urnas fue ampliamente afirmativa y en las repúblicas asiáticas incluso masiva, elaborando a continuación junto a los representantes de las diversas repúblicas (salvo las bálticas y Geor­gia) un tratado con el que se reconocía a las repúblicas una amplísima autonomía, quedando para la Unión las competencias en política exterior, defensa y coordinación económica.

Precisamente en vísperas de la entrada en vigor de este tratado, en agosto de 1991, se produjo un intento de golpe involucio­nista, que selló definitiva­mente la suerte de la perestroika y de la Unión Soviética. Aprovechando la ausencia de Moscú de Gorbachov, los “conservadores” pasaron a la acción, aislando y destituyendo temporalmente al presidente, que fue relevado por un Comité de Estado para la situación de emergencia presidido por el vicepresidente Gennadi Ianaev y formado por otros ocho ministros, un golpe de mano apoyado por la mayoría del gobierno, por la mayor parte de los altos dirigentes del PCUS y por los del Soviet Supremo. Sin embargo el intento fracasó a los tres días, al oponerse al mismo el jefe del gobierno de Rusia Boris Yeltsin, la movilización de las masas en la capital soviética, junto a la actitud reacia de una parte del KGB y del Ejército, rindiéndose y siendo detenidos los golpistas. Aunque Gorbachov fue restablecido en sus funciones, salió considerablemente debilitado, quedando en manos de un emergente Yeltsin que se puso al frente de una oleada anticomunista, prohibiendo las actividades del PCUS, mientras Gorbachov dimitía como secretario general del partido.

En los siguientes meses se produjo la desintegración de la Unión Soviética, con la policía, el ejército y la KGB tan negativamente afectados como el PCUS por el fracaso del golpe. Encabezados por el presidente ruso Yeltsin, las repúblicas ignoraron y boicotearon tanto la legalidad soviética como el deseo de la mayor parte de sus habitantes de preservar la Unión, acabando por proclamar su independencia. En diciembre de 1991 los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia declararon disuelta la URSS, que pasó a ser una difusa Comunidad de Estados Independientes. Privado de apoyo, Gorbachov decidió claudicar y dimitir de sus funciones de presidente de la URSS el 25 de diciembre de 1991. Al día siguiente la bandera roja fue arriada definitiva­mente del Kremlin.

La trayectoria de los países de la antigua URSS después de 1991 ha venido marcada en general por los conflictos étnicos, la inestabilidad política, la debilidad de la democracia y el deterioro económico, triste panorama del que sólo escaparon las pequeñas repúblicas bálticas. Por lo general la clase dirigente, tanto política como económica, se ha basado en la antigua nomenklatura del PCUS, reconvertida ahora al nacionalismo y un peculiar libre mercado, con una fuerte trama de intereses corruptos –cuando no mafiosos- como base del poder político y económico. En la mayor parte de los nuevos países, los sistemas políticos surgidos se han basado en una débil apariencia democrática que escondía una estructura de poder al servicio de los intereses económicos y del poder personal ejercido autoritariamente por el caudillo de turno, en el caso de Rusia primero el populista Boris Yeltsin y luego el inflexible Vladimir Putin. Tanto en Rusia como en otros países se han reconstituido los partidos comunistas, alcanzando en la Federación Rusa un cierto apoyo social, fundado en buena medida en la nostalgia de la Unión Soviética, unida al descontento por la situación económica y social. También se ha producido un auge de las opciones nacionalistas radicales, tanto entre los pueblos eslavos (rusos, ucranianos), como en los musulmanes, con un gran peligro por el carácter de mosaico étnico de la antigua URSS.

Boris Yeltsin (foto wikipedia)

Boris Yeltsin (foto wikipedia)

La política económica realizada se ha basado en un inestable compromiso entre los partidarios de la conversión total al mer­cado y los poderosos lobbies de las grandes concentraciones estatales de la era comunista. El resultado del brusco cambio al sistema de mercado y de la mala administración económica fue una mayor acentuación del deterio­ro económico, visible en la inflación, la caída de la productividad y el fuerte endeudamiento externo.

En los países del Este de Europa la transición a la economía capitalista fue más fácil y más tranquila, con las notorias excepciones de Albania y la antigua Yugoslavia. Con diversos grados de adaptación y progreso, las diferentes economías nacionales han pasado al sistema de mercado y están en fase de crecimiento, si bien el cambio ha conllevado igualmente importantes costes sociales, en especial el desempleo, el aumento de las desigualdades y el empeoramiento de las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos. Por lo general el sistema político se ha organizado en torno a la competencia y alternancia entre un polo de inclinación liberal-conservadora y partidos socialdemócratas, herederos de los antiguos partidos comunistas. Estos partidos poscomunistas han mantenido una presencia importante, tanto por conservar con el apoyo de una parte de la población como por el descontento generalizado con los resultados de la implantación del capitalismo y del liberalismo económico, que también está relacionado con el rápido desencanto con el sistema democrático liberal, visible en las elevadas tasas de abstención.

A la hora de explicar el fracaso final de la experiencia comunista en la URSS y el este europeo, se manejan factores exógenos y endógenos. Entre los factores externos se señala la ofensiva lanzada por Occidente a principios de los años ochenta para debilitar y paralizar la URSS y su bloque. Aquí entra el proceso de modernización emprendido por las potencias occidentales en el campo de las armas nu­cleares, el desarrollo por los EEUU del sistema de defensa estratégica poniendo fin a la política de distensión. Pero casi todos los autores encuen­tran la génesis de la quiebra del “socialismo real” en un proceso interno: una combina­ción de problemas económicos, sociales y políticos que atenaza el sistema y le hace perder fuerza en los años ochenta. El factor econó­mico influye de manera significativa en el derrumbe del sistema socialista, cada vez más ineficiente, a lo que hay que añadir la degeneración del aparato burocrático y la corrupción. Este fracaso da a la crisis una evidente dimensión política y social por cuanto el comunismo no es sólo una forma de organizar la producción, sino también un programa de organización social y política. El colapso se concretó en la distancia que separaba el discurso teórico y la realidad cotidiana en aspectos como la abolición de la anarquía productiva, la explotación del hombre por el hombre, la superación de las contradicciones sociales, la extin­ción del Estado y del Derecho, la abolición del naciona­lismo por el internacionalismo y la aparición de la nueva sociedad socialista. Se estuvo lejos del cumplimiento de tales expectativas y la realidad era muy distinta: se mantenía la explotación del hombre por el hombre, pervivían las contradicciones entre campo y ciudad o entre trabajo manual e intelectual, el Estado controlaba e interfería en múltiples aspectos de la vida social, aparecía una nueva casta privilegiada política y burocrática…

Las distorsiones políticas y sociales del modelo socialista se derivaban en buena medida del monopolio del Partido Comunista. El principal problema de los países comunistas fue el de participa­ción de los individuos en la solución de los asuntos de la sociedad, y la ausencia de derechos humanos. La esfera de las libertades estaba sometida al dictado de los guardianes que monopolizaban el pensamiento y los medios de comunicación. Se requería una transformación radical del modelo político del sistema que afectara a la participación auténtica en la adopción de las decisiones relacionadas con la vida social, garantizando los derechos y libertades ciudadanas. Sin embargo, las reformas de Gorbachov lo que consiguieron fue debilitar la cohesión del bloque comunista y poner fin al liderazgo económico y político de la URSS dentro del mismo.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

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-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,13 jul 2009 12:30:1 GTM
<![CDATA[Mamarracho Jackson. (Michael Jackson paradigma postmoderno)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,980
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La postmodernidad es un estado de ánimo que parece brotar del resentimiento. Un estado de ánimo por el que, desde hace décadas, se han puesto cabeza abajo los valores heredados de la Modernidad con el pavoroso, demagógico, masificador y fascinante fin no ya de que todo valga por igual, sino de que, al menos en apariencia mediática, valga y brille como valioso lo que antes, según los antiguos valores ahora subvertidos y confundidos, se consideraba morralla. Y todos aplaudimos con vehemencia el nuevo estado de ánimo general a la espera de nuestros anhelados minutos de gloria televisiva y mediática, deseando que nuestra mediocridad y fealdad alcancen la gloria de su difusión pública sin ningún pudor, sin el encorsetamiento burgués e idiota de ningún viejo recato. Y mientras el poder verdadero, siempre élite autogestionada al margen de las modas más modas, contempla con una sonrisa de satisfacción el espectáculo que somete a sus dictámenes aún más a la sociedad de masas, que la hace más plebe si cabe, y plebe, para regocijo postconceptual de la postmodernidad, orgullosa de serlo hasta el espasmo alucinado.

Esta realidad social y cultural es la que aplaude y contempla embelesada la construcción industrial de ídolos, de héroes públicos y populares con materiales y biografías que precisamente en su esencia deleznable encuentran el corazón palpitante e íntimo de su valor intrínseco. Se trata, por ejemplo, de encumbrar como orador a alguien que no sabe hablar, o de otorgar el status de genio musical a alguien que no sabe música. Y estos encumbramientos, locales, nacionales o universales, basan su enorme éxito y potencial en ofertar la posibilidad postmoderna y progre por excelencia, es decir, cumplir los sueños colectivos de la plebe posibilitando el sueño disparatado, alucinado y, sobre todo, alucinante, de un individuo. A lo colectivo por lo individual. ¿Quién te ha dicho que no puedes ser conceptuado como un gran escritor por el mero hecho de no saber escribir? ¡Eso querido amigo es fascismo puro!, ¿quién dicta las reglas?, ¿es más, por qué tiene que haber reglas?, ¿por qué va a ser más valiosa la Novena de Beethoven que el sonido de un pedo? Pienso sin ir más lejos en Belén Estebán, una perfecta analfabeta funcional, epítome descarado de la más rotunda zafiedad, materialización sistemáticamente recompuesta de la Nada, de profesión sus idioteces, convertida en producto mediático nacional de primer orden para consumo de masas aspirantes a ser Belenes Esteban.



Michael Jackson muestra a su hijo en 2002 (vídeo colgado en YouTube lwbard)

O en una plano cósmico pienso en Michael Jackson, todo un mamarracho de libro cuya muerte, entre tanto paroxismo, ha provocado exégesis perfectamente subnormales, que le apoltronan como un “genio de la música contemporánea”, como un ser humano bondadoso y entrañable, como un filántropo entregado al bien común, y como un ejemplo a seguir por los de su raza, quienes han llorado océanos de lágrimas conmovidas o histéricas tras su desaparición. Y sin embargo, la realidad palpable, visible para cualquiera con dos dedos de frente moderna que no desee permanecer postmodernamente ciego, es que Michael Jackson era un débil mental empeñado en su propia ridícula caricatura, un tarado cuya sola hortera transformación física constituye en sí misma una ofensa radical a la raza negra, un tipo que visitó varias veces los juzgados de su país acusado de pederasta, un drogadicto que ha muerto seguramente por sobredosis, un tipo que no sabía sacarle cuatro acordes decentes a ningún instrumento, todo un “genio musical” que no sabía hacer la o con un canuto sobre las cinco líneas de un pentagrama.

Una famosa obra de teatro de gran éxito hace ya años en España llevaba por título Yo me apeo en la próxima ¿y usted? A lo que visto lo visto sólo me cabe contestar: ¡No, yo en marcha! Definitivamente soy un reaccionario.

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Friday,10 jul 2009 18:39:51 GTM
<![CDATA[El hundimiento de la URSS y los estados postsoviéticos (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,979
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Con la llegada de Mijaíl Gorbachov al poder en 1985, la URSS acometió el más importante y profundo proceso de reformas conocido en su historia. Su realización fue más un signo de debilidad que de fuerza y, además de no conseguir enmendar la marcha degenerativa del sistema soviético, abrió en el mismo grietas que aceleraron su caída. El debate acerca de las reformas acometidas por Gorbachov ha dado mucho que hablar; aquí lo que nos interesa es descartar sobre todo sus limitaciones, razón en la que estriba en buena parte su fracaso final desde el punto de vista de la finalidad que persiguió: la superación por el sistema comunista de su crisis.

La URSS se hallaba en una situación de estancamiento económico y de deterioro del bienestar de la mayoría de la población. Sin duda, las dificultades de abastecimiento cotidiano y el recurso frecuente al mercado negro para obtener productos de primera necesidad, constituía una gran contradicción en un país que contaba con una poderosísima maquinaria militar y con un ambicioso programa espacial. Estas dificultades –eran interminables las colas ante las tiendas-, que se tradujeron en el desabastecimiento y el racionamiento de productos básicos, todo ello debido a las deficiencias del sistema de producción y distribución, suponían en cierta medida un retorno del país a los duros años de la posguerra. Las viejas estructuras económicas, que en otros tiempos habían funcionado mal que bien, dejaron de proporcionar ese mínimo bienestar.

En medio de la conciencia de la crisis y de un clima de crítica a la etapa de Breznev, Gorbachov llegó al poder y anunció la puesta en marcha de una política de perestroika (reestructuración) y glasnost (transparencia). El principal objetivo de la perestroika en su etapa inicial fue superar el anquilosamiento de la economía soviética, por lo cual se procedió a un recorte del gasto militar que fue acompañado necesariamente de importantes cambios en la política internacional (retirada de Afganistán, detención de la carrera armamentista), lo que a su vez se tradujo en una distensión y en la mejora de las relaciones con EEUU. Asimismo fue acompañada de importantes cambios internos, sobre todo en el PCUS, objeto de una depuración de sus dirigentes más conservadores. Así, Gorbachov consiguió en 1988 acumular todo el poder al lograr ser nombrado presidente del Soviet Supremo.

Mikhail Gorbachev, 1987 (foto wikipedia)

Mikhail Gorbachev, 1987 (foto wikipedia)

Con ese poder, acometió importantes reformas económicas, aunque no una modificación de los mecanismos fundamentales del sistema. Gorbachov prosiguió con la política de Planes Económicos de Crecimiento, con el inicio en 1986 del 12º Plan Quinquenal, que ponía especial énfasis en el incremento de la productividad. Con ese fin se permitía la existencia de algunos servicios privados (pequeños talleres, restaurantes, taxis), se concedió a los koljoses la posibilidad de comercializar directamente toda la producción, se legalizó parte de la economía sumergida, se desarrollaron las cooperativas familiares, se procuró eliminar la excesiva burocratización y frenar la corrupción, se promovió una mayor autonomía de las repúblicas de la Unión. Se trataba de cambios importantes, dirigidos en todo caso a la continuidad del sistema socialista, pero que tuvieron escaso éxito, cuando no resultaron contradictorios o agravaron las dificultades económicas. Lejos de mejorar, con el paso de los meses la situación se deterioró cada vez más. A partir de 1988 numerosos productos de consumo fueron racionados y los almacenes de las tiendas estaban cada vez más vacíos. A lo largo de 1989 se produjeron dos huelgas de mineros en las principales cuencas del país, obteniendo considerables aumentos salariales.

Paralelamente, en las repúblicas de la periferia afloraban serios conflictos de tipo étnico o nacionalista. El primero fue en Azerbaiyán, donde en febre­ro de 1988 se produjeron violentos enfrentamientos entre la minoría arme­nia, que vivía en la región montañosa de Nagorno Karabaj, y la mayoría azerí, enfrentamientos que se saldaron con la muerte de muchos armenios (se iniciaba así un conflicto que duraría mucho y provocaría mucho derra­mamiento de sangre). En el verano se produjo otro conflicto entre la mayoría uzbeka y la minoría turca en Uzbekistán. Pero también había otras repúblicas donde los conflictos se daban entre la población indígena y los rusos residentes, afectando a la relación entre cada república y el gobierno central de Moscú. Así sucedió en Georgia, don­de en 1989 la policía y el ejército abrieron fuego contra los ma­nifestantes independentistas, con 20 muertos. Otro área de conflictos era la del Báltico: en agosto de 1987, con ocasión del aniversario del pacto Ribbentrop-Molotov de 1939, se produjeron en las tres repúblicas bálticas imponentes manifestaciones de protesta y en junio de 1988 se constituyo en Lituania el movimiento nacionalista Saijudís, mientras que en Estonia y Letonia se formaban sendos «frentes populares». En un primer momento ninguno de ellos presentó la reivindicación de la independencia, pero pidieron la retirada de las tropas soviéticas de sus territorios. En la primavera de 1989, las tres repúblicas bálticas proclamaron su «soberanía», con la negativa a aplicar las leyes promulgadas por Moscú. De la «soberanía» a la independencia el camino sería corto.

Pero tanto Georgia como los países bálticos, ambos situados en !a periferia de la Unión, constituían unos casos límite. Ni las repúblicas de Asia central, mucho menos Ucrania o Bielorrusia, daban señales de querer despegarse de Moscú. En la primera mitad de 1989, pocos hubiesen podido prever que en el plazo de dos años la Unión Soviética se disgregaría. Pero el curso de los acontecimientos había entrado ya en una fase de brusca aceleración impulsada sobre todo por la caída del Muro de Berlín, que dio paso a la reunificación alemana.

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Thursday,9 jul 2009 12:30:1 GTM
<![CDATA[Correspondencia Beltrán de Heredia/Maruri (Ediciones La Bahía, 2009) (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,978
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Primera parte: Correspondencia Beltrán de Heredia/Julio Maruri (Ediciones La Bahía, 2009) (I)

Creo que hay que empezar subrayándolo. Pablo y Julio tenían razón: su epistolario, desde un punto de vista historiográfico, constituye un documento básico y esencial, una herramienta ya, a partir de ahora mismo, imprescindible para leer y releer la vida cultural, social y política de Santander durante la segunda mitad del siglo XX, y por extensión, y como casi perfecto laboratorio de pruebas, la de las conformaciones urbanas de tamaño medio de España durante idéntico periodo. Seré rotundo, el epistolario Beltrán de Heredia-Maruri, en edición de José María Lafuente, está llamado a ser cita inexcusable en cualquier bibliografía de cualquier trabajo que a partir de este mismo instante se haga sobre el periodo acotado, en asuntos tales como la edición española, la poesía de posguerra, la Escuela de Altamira, la generación poética del 50, José Hierro, Vicente Aleixandre, José Luis Hidalgo, Ricardo Gullón, la Fundación Santillana, Proel, la UIMP, la imprenta Bedia, la censura en España, el control gubernamental y policial de la vida cotidiana en el franquismo, las relaciones entre catolicismo y proletariado, aspectos de la Transición política española, etc, etc… Ahí es nada, todo un tesoro de información y pistas para posteriores trabajos.

En carta de 12 de junio de 1955, Maruri le escribe a Beltrán: “Efectivamente, leí en Francia la correspondencia de P. C.-A.G. (Paul Claudel-André Gide). Es verdad que se lee como una novela, siendo mil veces más apasionante. Creo que los dos corresponsales han quedado retratados ahí de cuerpo entero, y como son dos personajes antagónicos, el diálogo adquiere el carácter de un drama. Creo que es un libro capital para conocer muchas claves de la lucha espiritual de esta época”. (pág. 89 del epistolario).

Pues bien, Julio Maruri plasmó punto por punto, hace más de medio siglo, algunas de las características fundamentales de su epistolario con Beltrán de Heredia: su correspondencia (ya se ha dicho) se lee como una novela apasionante, es un libro capital para conocer claves de la lucha espiritual del Santander y la España de la época, y los dos corresponsales (también muy distintos entre sí) quedan retratados de cuerpo entero a lo largo de las 400 páginas que ocupan sus cartas. Y en este preciso punto quiero ahora incidir.

Julio Maruri queda retratado como un ser humano de compleja espiritualidad, imbuido de una sensibilidad lírica para nada reñida con la lucidez extrema en torno a su contemporaneidad y circunstancias. Maruri es el prototipo del creador de raíz romántica hecho carne: construye, recrea el mundo pero desde fuera del mundo. Maruri es un universo para sí y en sí, crea desde la interioridad quizá más radical. Maruri posee un espíritu cosmopolita ávido de formación heterogénea: le interesan la pintura, la poesía, el cine, la música, el psicoanálisis, la política, la enseñanza, Dios, París, Bruselas, Santander, Madrid…, y sabe y conoce mucho y bien sobre estos temas. No se le caza nunca en un comentario sin sustento, en una opinión no fundada. Maruri también es paradójico: en él cabe casi todo, pero siempre desde la honradez y el convencimiento. Maruri es la España a la que no le dejan serlo, y que encuentra tierra, abono y oxígeno en otras latitudes, en otras geografías en las que plasma la mejor España, al posible. Maruri es amigo de sus amigos: paciente, suave, amable…, pero también pejino, al fin y al cabo, es decir, doctor en santanderinismo. La correspondencia de Maruri no nos lo descubre en su autorretrato, simplemente nos lo eleva y lo subraya más poeta, más pintor, más artista y creador desde la propia consciencia. Tras leer esta correspondencia cualquiera queda obligado a volver a leer los libros de Julio, a volver a ver su pintura tan limpia y silenciosamente abstracta.

José María Lafuente (Ed.): Correspondencia Julio Maruri / Pedro Beltrán de Heredia, 1950-2004 (Ediciones la Bahía, 2009)

José María Lafuente (Ed.): Correspondencia Julio Maruri / Pedro Beltrán de Heredia, 1950-2004 (Ediciones la Bahía, 2009)

Pablo Beltrán de Heredia tampoco queda descubierto o revelado en esta correspondencia que es autorretrato. Se muestra tal y como muchos lo hemos conocido a lo largo de los años: infatigable trabajador, a menudo irascible, casi siempre pesimista y protestón, cargado de ideas y proyectos, atento a la vez a mil y un asuntos distintos, viajero, empresario, alentador de creadores, poseído por una curiosidad insaciable, amigo de mantenerse en la sombra, con un olfato infalible para lo valioso en el terreno creativo y en el político…, en otras palabras, y utilizando un expresivo anglicismo: un activista cultual y político de primer orden.

Pero sí leyendo estas cartas no descubrimos nada esencialmente nuevo de Pablo o sobre Pablo, sí nos invade la perplejidad al comprender que él es la idea que de él teníamos pero elevada a la enésima potencia. Es decir, Pablo es Pablo pero multiplicado por sí mismo muchas veces, con todo lo bueno y todo lo menos bueno, y el resultado, como exclamaría un conocido personaje del cineasta John Ford es, sencillamente, ¡Homérico! Tras leer este epistolario (y me cuenta Lafuente que esperemos a leer su texto del catálogo), Pablo Beltrán de Heredia se revela sin el más mínimo posible lugar a la duda, como uno de los pocos nombres claves de la historia cultural y política de la Cantabria de la segunda mitad del siglo XX, y un personaje y un trabajo a considerar o reconsiderar en el panorama nacional español. En cualquier otro país de nuestro entorno más civilizado (pienso en Inglaterra, Francia, Italia, Alemania…), unos personajes de la dimensión de Pablo Beltrán de Heredia y Julio Maruri habrían sido objeto ya de varias monografías, de diversos trabajos de investigación. Esta es la más sencilla y desnuda realidad.

Otro elemento que rezuma por todos los poros de esta impagable correspondencia es, ya lo he mencionado poco más arriba, el infalible olfato que nuestros dos autores tenían para descubrir en el mare magnum de creatividad en el que vivían, el talento más verdadero y perenne, el de auténtico calado. Tanto Julio como Pablo dan muestras a lo largo de estas 400 páginas que hoy aquí se presentan, de ser maestros perfectos en separar el polvo de la paja, y hacerlo, repito, a lo ancho y largo de una existencia en la que han vivido literalmente sepultados por toneladas y toneladas de polvo creativo. No fallaron en sus juicios casi nunca, y a las pruebas que recorren este libro me remito, ahí quedan los juicios y las apuestas desde José Hierro a Lorenzo Oliván, pasando por José Luis Hidalgo, Carlos Salomón, Antonio Quirós, Ricardo Gullón, Pancho Cossío.

Pero ya he hablado demasiado y durante demasiado tiempo. El objetivo de mi intervención de hoy ya quedó anunciado: “que esta noche ninguno pueda concebir el sueño a la espera de adquirir el libro y leerlo de un solo tirón, abandonados a un palpitante y contagioso frenesí”, y a la más rabiosa curiosidad, añado ahora. Y para rematar la faena, me encomiendo a la providencia leyéndoles algunos fragmentos escogidos de este libro, esperando inocularles en la inteligencia el virus de la más rabiosa curiosidad.

Permítanme el atrevimiento como homenaje a dos seres excepcionales, a dos tipos a los que quiero y respeto, y ante los que hoy, delante de su libro y de todos ustedes, me quito el sombrero, agradeciéndoles infinito su trabajo y su pasión por la vida, los libros y el arte:

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-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,7 jul 2009 12:30:1 GTM
<![CDATA[Correspondencia Beltrán de Heredia/Julio Maruri (Ediciones La Bahía, 2009) (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,977
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A continuación el lector puede leer completa la intervención que leí el pasado martes 30 de junio de este año en la sede social y cultural de Caja Cantabria, calle Tantín, en la presentación del libro que recoge la correspondencia mantenida entre Pablo Beltrán de Heredia y Julio Maruri a lo largo de los años 1950/2004, y que en edición de José María Lafuente ha publicado Ediciones La Bahía.

Ahora mismo no puedo precisar cuándo fue la primera vez que oí hablar algo en torno a que la correspondencia entre Pablo Beltrán de Heredia y Julio Maruri iba a aparecer publicada en forma de libro por una, para mi, desconocida nueva editorial santanderina, Ediciones la Bahía. ¿Dos, tres años? No sé, quizá esté subrayando un disparate, pero la rotunda sensación que me invade es que fue hace ya bastante tiempo, incluso en alguna época ya del todo anquilosada en los vericuetos de la memoria. Tampoco sé quién me lo comunicó esa primera vez en algún rincón de los atiborrados mentideros culturales de Santander, dejando que yo la rumiase como una noticia volandera e imprecisa, pero desde luego importante y significativa.

Lo que sí recuerdo perfectamente es que fue un Pablo Beltrán de Heredia desvencijado el que me confirmó el rumor en un breve encuentro fortuito que sucedió junto a la barbería cercana a la plaza de Pombo, establecimiento al que Pablo acudía en ese mismo instante para que lo arreglaran un poco, sin duda sin esperar al respecto ningún tipo de milagro. Cualquiera que conozca mínimamente a Pablo podrá hacerse una leve idea de cómo transcurrió la conversación: “sí, José María Lafuente está trabajando en la edición del epistolario, un libro interesantísimo, plagado de datos, anécdotas, comentarios, circunstancias, noticias, opiniones, ahí está todo…, un libro llamado a ser muy importante sin duda ninguna, pero un libro que seguro pasará completamente desapercibido y al que no hará caso nadie, pues vivimos en una ciudad, en un mundo, en un universo, en una época en la que nada le importa a nadie, todo pasa desapercibido ante los ojos y las mentes de un gentío sólo interesado en sus propias, pequeñas y mezquinas cosas, etc, etc, etc…”.

Atrás dejé al notable cascarrabias por el que siempre he sentido una descarada simpatía, y continué el paseo sin darle mucha importancia a la confirmación esencial de la noticia. Más adelante fue Julio Maruri quién volvió a hablarme de la edición del epistolario. Lo hizo una tarde tranquila en su delicioso apartamento, muy cercano a la Plaza de Cañadío. En el aire flotaba la voz de María, de María Callas naturalmente, y Luis Alberto Salcines, aquí junto a nosotros, no me dejará por mentiroso. Julio Maruri, maestro para mí de tantas y tantas cosas, mi particular Aleixandre pejino y parisino, mi particular poeta de las cartas más pasmosas, más hermosas y sabias que jamás he recibido y posiblemente recibiré, Maruri, insisto, nos dijo que, en efecto, la edición del epistolario llevaba un tiempo en marcha, y que a él le sugería la idea de un libro importante para eruditos y estudiosos de aquella etapa, pero del que ignoraba casi por completo el interés que pudiera despertar en los lectores ocasionales de hoy, en los poetas y letraheridos que hoy son jóvenes y suelen presentar tanto ímpetu por lo propio como desdén por el reciente pasado, sobre todo por el de los demás.

Julio Maruri

Julio Maruri

Pasó el tiempo y no volví a saber nada mucho más consistente y sabroso sobre el asunto. En alguna ocasión alguien mencionaba un detalle sin fuente ni muy precisa ni muy fiable; detalle que sólo venía a confirmar que el proyecto seguía un curso ignoto y sin ninguna oficialidad sustentadora. Y de repente, hace apenas unas semanas, recibí en el móvil la llamada de José María Lafuente comunicándome que el epistolario Beltrán-Maruri estaba ya en la imprenta, y proponiéndome que participase de alguna manera en su presentación pública, presentación que tendría lugar poco después de que se inaugurase la exposición sobre la figura y la obra de Pablo Beltrán de Heredia que, junto a Salcines, él mismo preparaba en Caja Cantabria. Con la sorpresa aún agazapada en el cuerpo, le respondí de inmediato de forma afirmativa poniéndole una única pero ineludible condición: que contase con el beneplácito de los dos autores. El placet se dio y aquí estoy, inmensamente feliz de tener el privilegio de participar en la puesta en escena pública de este hermoso libro, de esta pieza documental llamada a ser clave en la lectura y relectura de nuestra historia.

Para que pudiera leer el libro sin esperar a que éste fuese una realidad materializada en papel, José María me hizo llegar, vía correo electrónico, el PDF con el contenido. Recuerdo muy bien que comencé un jueves por la noche con la lectura en la luminosa pantalla del portátil. Lo primero que degusté fue el prólogo del editor al cuadrado, José María Lafuente. Yo intuía que el prólogo iba a tener enjundia y precisión, que iba a ir al grano, que no iba a perderse en banalidades ni en lirismos vacuos, que iba a ser bastante aséptico y profesional, que iba a ofrecer la información necesaria e imprescindible, y sobre todo, que no iba a dar gato por liebre. No me equivoqué. Y es que ya conocía el trabajo serio del editor en exposiciones como las que comisarió junto a Salvador Carretero Rebés en el Museo de Bellas Artes de Santander, sobre el propio Julio Maruri o los fondos del desaparecido crítico Miguel Logroño. Lafuente no es un “profesional” ni de la historia ni de la escritura, es, sencillamente, un profesional del sentido común y del buen hacer, raras cualidades que une a un envidiable bagaje de lecturas y conocimientos, a una sólida inteligencia, y a un amor y pasión por el arte, los libros y la amistad, que hacen de él, sencillamente, un significativo caso aparte, todo un ejemplo a seguir y apreciar.

Terminado el sustancioso prólogo me metí con la correspondencia en sí: las cartas intercambiadas entre Pablo Beltrán de Heredia y Julio Maruri desde finales de 1950 al año 2004. Trescientas diez cartas a las que me acerqué sin ninguna prevención ni ninguna idea preconcebida. Recién inaugurada la lectura, es de justicia confesarlo ahora, eché en falta un índice onomástico y un aparato de notas a pie de página que explicasen o diesen cumplida noticia (sobre todo pensando en lectores no santanderinos, y sobre todo en aquellos sin nociones mínimas en ciencia tan compleja y sutilmente inaprensible como es el “santanderinismo”), de personajes, revistas, publicaciones, autores, lugares… Al comentárselo por teléfono al editor, José María me dio toda la razón, pero también me hizo ver que tal empeño hubiera retrasado quizá trágicamente la materialización del libro, y que tal vez para el lector no erudito hubiera lastrado con excesivo peso la lectura de las cartas, desvirtuando la fundamental intención de que éstas se lean como una novela construida en breves capítulos.

José María Lafuente (Ed.): Correspondencia Julio Maruri / Pedro Beltrán de Heredia, 1950-2004 (Ediciones la Bahía, 2009)

José María Lafuente (Ed.): Correspondencia Julio Maruri / Pedro Beltrán de Heredia, 1950-2004 (Ediciones la Bahía, 2009)

Sin más dilaciones proseguí la lectura del epistolario en la parpadeante pantalla del portátil. Avancé bastante la noche del viernes, a pesar de que me paraba con frecuencia para llenar de apuntes un pequeño cuaderno de notas inaugurado a tal efecto. El sábado por la noche tuve que cumplir sin muchas ganas con un compromiso, y salí a cenar. Regresé a casa en torno a la una de la madrugada. Desvelado, encendí de nuevo el portátil y retomé la lectura. Pasadas las 4 de la mañana terminé con las más de 400 páginas del epistolario. José María Lafuente, una vez más, tenía razón: acababa de leer una novela apasionante, una historia que no te permite abandonarla a medio camino, que te exige por medio de la curiosidad y el placer proseguir y proseguir, avanzar y avanzar. Hacía tiempo que no me pasaba lo mismo con ningún otro libro. Estaba a la vez encantado, impresionado y motivado. ¿Motivado a qué? A profundizar más y más en la que creo es la historia principal en torno a la que gravita este epistolario: la vida cultural, social y política del Santander del medio siglo y sus alrededores temporales y sentimentales.

Resumirles a ustedes aquí y ahora el contenido pormenorizado de esta narración epistolar entre dos personalidades tan dispares y excepcionales como son Beltrán de Heredia y Julio Maruri, es tarea inabordable, quimérica. Por un lado no hay tiempo y por otro hay un exceso de ganas por mi parte de hablar y hablar, de preguntar y preguntar, de anotar y anotar.

En esta situación, y por respeto a Pablo, Julio y José María, prefiero no sucumbir a la tentación de explayarme de forma erudita, léase aburrida, y me voy a permitir lanzarles a todos ustedes tan sólo unas pinceladas cuyo objetivo es claro: que los dientes se les alarguen de forma inusitada e incontrolable, y que esta noche ninguno pueda concebir el sueño a la espera de adquirir el libro y leerlo de un solo tirón, abandonados a un palpitante y contagioso frenesí.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,6 jul 2009 19:29:43 GTM
<![CDATA[La historia de los EEUU en el XIX según Henry Adams]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,976
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Estos días estoy con Henry Adams. Quiero decir que estoy leyendo a Henry Adams, y más concretamente el libro que no hace mucho fue elegido por la crítica estadounidense como la mejor obra de la literatura norteamericana, La educación de Henry Adams (Alba Editorial), la personalísima autobiografía del autor.

Adams nació en Boston en 1838, biznieto del que fue segundo presidente de la Unión, nieto del sexto, e hijo de congresista y diplomático, es decir, un representante puro de la más alta élite de la clase wasp (white, anglo-saxon and protestant –blanco, anglosajón y protestante-) norteamericana.

Henry Adams: La educación de Henry Admas (Alba Editorial, 2009)

Henry Adams: La educación de Henry Admas (Alba Editorial, 2009)

Nuestro autor estudió en la prestigiosa Universidad de Harvard, y luego amplió sus estudios de leyes en Berlín. Trabajó como diplomático en Londres, donde intimó con bastantes de las más relevantes personalidades de la vida social y cultural de la capital británica, Dickens o Lyell incluidos. Regresó a los EEUU, y más concretamente a la ciudad de Washington, donde se dedicó a enseñar historia y a publicar algunos libros literarios y sobre la historia norteamericana que le valieron la celebridad y la estima intelectual de sus conciudadanos. Trabajos como Democracy (1880), Esther (1884) y Letter to American Teachers of History (1910) avalan la labor de Henry Adams como uno de los grandes literatos estadounidenses de su tiempo.

Sin embargo el libro por el que Henry Adams es recordado es la ya mencionada autobiografía, La educación de Henry Adams, por la que el autor recibió en 1918, a título póstumo, el premio Pulitzer, justo seis meses después de su muerte. A lo largo de las más de 500 páginas de la edición española editada con cuidado por la barcelonesa Alba, Henry Adams aporta un testimonio directo, y sobre todo privilegiado, de cómo fue, cómo se hizo la historia de los EEUU a lo largo y ancho de todo el siglo XIX. Esta autobiografía no sé si será la mejor obra de la literatura norteamericana (mucho decir me parece), pero desde luego es un documento absolutamente imprescindible para adentrarse en el primer siglo de vida norteamericana, para empezar a saber algo de la historia del imperio ejerciente en la actualidad como tal.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


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Thursday,2 jul 2009 21:5:21 GTM
<![CDATA[Escamillo: un torero de ópera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,975
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Sevilla es la ciudad del mundo que en mayor número de óperas del gran repertorio es escenario y paisaje, contexto y ambiente. Escriben los eruditos que en unas 114 óperas escritas a lo largo de toda la historia aparece Sevilla como fondo social, cultural y urbano en el que tiene lugar el desarrollo de la trama, al menos de forma parcial. Confiando tan sólo en mi memoria puedo hacer un pequeño listado de grandes “óperas sevillanas” que da una idea aproximada de la inexplicada curiosidad: El barbero de Sevilla (Rossini), Las bodas de Figaro y Don Giovanni (Mozart), Fidelio (Beethoven), La forza del destino (Verdi), Carmen (Bizet). No está nada mal, ¿verdad?

Sin embargo la figura del torero, a pesar de su incuestionable potencial melodramático y épico, apenas sí figura en algunas óperas del gran repertorio, y en ninguna de ellas como protagonista principal de la acción. De nuevo fiándome de mi memoria puedo asegurar que aparecen algunos personajes disfrazados de toreros en el baile en casa de Flora de la II escena del segundo acto de La traviata de Verdi, y que luego está el único torero que de verdad ha pasado como tal a la historia universal de la ópera, Escamillo, el torero granadino de la gran ópera sevillana y “española” por excelencia, la Carmen en cuatro actos del francés Georges Bizet, basada en la novela de Prosper Mérimée publicada en 1846.



Georges Bizet: Carmen, "Canción del Toreador" interpretada por Samuel Ramey (vídeo colgado en YouTube por marianmus)

Carmen se estrenó sin éxito en París en 1875, el mismo año en el que murió su autor. En España, curiosamente, la obra se estrenó el 2 de agosto de 1881 en el Teatro Lírico de hoy, en principio, tan poco taurina ciudad de Barcelona. Carmen es sin ninguna duda una obra maestra. En pocas ocasiones consigue un músico dar forma simultáneamente a las grandes líneas orquestales y a la vez al detalle en principio más nimio. Bizet lo logró con esta ópera en la que la melodía, la armonía, el ritmo y la instrumentación presentan la perseguida combinación de belleza extrema y fuerza expresiva absolutamente eficaz. Y además Bizet lo consiguió a través de un estilo enteramente personal, y desmarcándose de las pautas establecidas por los dos gigantes del momento, Wagner y Verdi.

Escamillo, el torero por antonomasia de la historia de la ópera, es un papel no muy extenso dentro de la obra que, sin embargo, cuenta con uno de los momentos estelares de la misma, a la vez que uno de los más populares y reconocibles por cualquiera de todo el repertorio, la célebre marcha del torero del acto II, cuyo estribillo podría tararear prácticamente todo ser humano occidental. El papel del torero Escamillo está escrito para un barítono. La de barítono es la más frecuente de las voces masculinas, más grave que la de tenor y bastante más oscura. Aunque existe un buen e importante número de papeles para barítono en las óperas de Mozart, en la época del salzburgues, no existía una distinción clara y definida entre las voces de barítono y bajo. Hubo que esperar en el tiempo hasta la llegada de Verdi para que realmente se descubriesen las posibilidades de la voz de barítono, de la que tanto gustaba el italiano por su particular color y su capacidad para retratar tan variados matices dramáticos. El “barítono verdiano” es hoy una categoría en sí misma, que requiere dinamismo, color oscuro, potencia para imponerse a la orquesta y capacidad para cantar “lírico” cuando es necesario.

Escamillo es un papel que muchos grandes barítonos han incluido en su repertorio (Justino Diaz, Ruggero Raimondi, Robert Merrill, Ernest Blanc, José van Dam, Sherrill Milnes, Samuel Ramey, etc, etc...), y prácticamente todos los grandes de la historia han cantado en alguna ocasión, aunque sólo fuera en concierto y no en representación, la conocida como Canción del Toreador (sic), la Toreador song que comienza “Votre toast, je peux vous le rendre...”, aria en la que el matador Escamillo explica a la concurrencia (de aquella manera) los distintos lances que implica el toreo en la plaza hasta llegar a la muerte del animal, a la victoria del torero.


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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


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Wednesday,1 jul 2009 18:47:0 GTM
<![CDATA[Un fotógrafo llamado Santiago Ramón y Cajal]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,974
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes 

No había pasado todavía un año de la pérdida de las últimas colonias españolas en ultramar, es decir, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, cuando en el verano de 1899 la universidad norteamericana de Clark, en Worcester, al conmemorar la década de su creación, invitó a varios prestigiosos científicos europeos para que diese conferencias en torno a la estructura de la corteza cerebral. Entre los invitados figuraba un español de Aragón, Santiago Ramón y Cajal.

El científico recabó el parecer de las autoridades españolas sobre la conveniencia o no de aceptar la invitación de una universidad de la potencia que acababa de vencernos en el reciente conflicto. El poder político de la España en horas bajas no vio mayor inconveniente y permitió al investigador realizar el viaje. Ramón y Cajal viajó desde Madrid primero a París para luego, desde la costa francesa, embarcarse rumbo a los EEUU- Ramón y Cajal se veía así involucrado en una de sus grandes aficiones, viajar. Pero ya metido en viaje, no pudo resistirse a dar rienda suelta a otra de sus pasiones casi obsesivas, la fotografía.




Así, con una Verascope estereoscópica de bolsillo en el bolsillo, valga la redundancia, don Santiago no perdió la oportunidad de convertirse en turista accidental, e inmortalizó con su ojo, y gracias a la sencilla máquina portátil, lugares tan emblemáticos y característicos de su periplo como la plaza de la Ópera de París (Palacio Garnier), la Quinta Avenida o Broadway en Nueva York, las impresionantes cataratas del Niágara o la elegantísima Copley Square de la irlandesa Boston.

Además de instantáneas, Ramón y Cajal también dejó escritas sus impresiones en un remedo de autobiografía que vio la luz en 1923 con el título de Recuerdos de mi vida: historia de mi labor científica.

Las fotos obtenidas por el científico no se perdieron para siempre pegadas a un álbum familiar olvidado en algún oscuro rincón del tiempo por parientes desmemoriados. No, la fotos se conservan (al menos un archivo de unas 500 imágenes que ilustran buena parte de su vida), y estos frutos de su “manía fotográfico-turística”, como él mismo la denominó, ahora mismo pueden contemplarse expuestas hasta el próximo 1 de agosto en la sala Ángel de la Hoz del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), con el título “Viajes fotográficos de Santiago Ramón y Cajal. De París a los Estados Unidos, 1899”.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


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Tuesday,30 jun 2009 19:22:23 GTM
<![CDATA[La crisis del petróleo de los años 1970: consecuencias políticas y sociales]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,973
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes 

La crisis económica de los años setenta debilitó seriamente el consenso de posguerra sobre el crecimiento económico y el sistema de bienestar. La recesión económica, la inflación, las pérdidas masivas de empleo, la crisis fiscal del Estado y el aumento sin precedentes de la deuda pública manifestaron los altos costes que comportaba mantener el bienestar económico y social. Desde entonces comenzó a disminuir la confianza en la intervención económica estatal, crecieron las dificultades de los gobiernos para mantener el compromiso del pleno empleo y se hicieron habituales las restricciones del gasto social. La ruptura del crecimiento económico arrastró a la política social expansiva, provocando una crisis del Estado del Bienestar, afectando también al sistema político. En cualquier caso, a diferencia de los años treinta, la crisis de los setenta desembocó en el mantenimiento de los regímenes democráticos y una renovación del consenso, aunque sobre nuevas bases: el neoliberalismo se hizo hegemónico, el “socialismo real” entró en crisis y la socialdemocracia giró hacia posiciones más a la derecha al aceptar las premisas neoliberales.

El crecimiento económico, que había desempeñado un papel esencial en la consolidación de la democracia, experimentó un incontestable estancamiento a finales de los años sesenta, en los que se asistió, en los países industriales, al desarrollo paralelo de la inflación y del paro. Pero las limitaciones del sistema se pusieron de manifiesto bruscamente con las dos crisis del petróleo que sufrió el mundo industrial en 1973 primero (Guerra del Yom Kippur) y en 1979 (toma del poder por Jomeini en Irán). El proceso de expansión de los países industriales avanzados tuvo en 1973 su punto de inflexión, pues el aumento de los precios del petróleo provocó una marcada contracción de la actividad económica en todos los países industriales. Desde 1975 la mayoría de los países desarrollados experimentaron por primera vez una disminución de su producción desde 1945. Al mismo tiempo, el crecimiento de los gastos petrolíferos disparó la inflación y provocó un deterioro considerable de las balanzas de pagos. La crisis económica abrió una etapa que presentó los rasgos inversos a la precedente, con la desaceleración de las tasas de crecimiento del PIB, el descenso de la productividad y la inestabilidad de la coyuntura económica.

La singular concurrencia del estancamiento del PIB, el creciente desempleo y las fuertes presiones inflacionistas, fenómeno sin precedentes históricos, llevó a acuñar el término estagflación. El estancamiento vino acompañado de elevados niveles de desempleo, que se disparó y no dejó de crecer, pasando del 2,6% de promedio de los países de la OCDE en 1973, al 7,8 en 1983. A todo ello le acompañó una omnipresente inflación, que se triplicó en el momento más agudo de la crisis. La caída de la actividad y el consiguiente aumento del paro, por un lado, y la inflación por el otro (que amenazaba con hundir la moneda) originaron una contradicción difícil de superar, pues todo esfuerzo de relanzamiento económico para luchar contra el paro agravaba la inflación; de igual manera, los intentos para contener la inflación acababan frenando la economía y agravando el problema. En este contexto de crisis aguda (1973-1984), las sociedades del mundo desarrollado se encontraron con la necesidad de realizar cambios que transformaron la situación establecida desde 1945.

Margaret Thatcher en 1982

Margaret Thatcher en 1982

La crisis llevó a una nueva correlación política de fuerzas entre capital y trabajo, al romperse el acuerdo sobre la gestión gubernamental de la demanda. Los nuevos problemas y las influencias teóricas neoliberales (Escuela de Chicago) contribuyeron a minar el genera­lizado consenso de la posguerra sobre el papel del Estado y la administración de la demanda gubernamental, y a alentar la necesidad de cambio de dirección económica de las políticas gubernamentales (cambio en las prioridades). Los objetivos de la política económica cambiaron, apartándose del pensamiento keynesiano y de la atención al pleno empleo, pasando a centrar las prioridades en el combatir la inflación (control de los precios y los salarios) y evitar los déficits de la balanza de pagos, consagrando así una política económica monetarista.

Las principales consecuencias sociales y políticas de la crisis fueron la crisis del Estado del Bienestar y la hegemonía del neoliberalismo. Mientras que desde 1945 las sociedades del mundo desarrollado habían mantenido por lo general el pleno empleo gracias al crecimiento, la crisis introdujo de nuevo el temible fenómeno del paro. Habiendo reaparecido a finales de los sesenta (en torno al 3-5%) debido a la búsqueda por parte de las empresas del aumento de productividad, se agravó a partir de 1973 hasta afectar al 10% de la población activa, con una mayor incidencia en las antiguas regiones industriales, en los trabajadores sin cualificación, en las mujeres y en los jóvenes. El paro dio origen al surgimiento de la llamada “sociedad de dos velocidades”: es decir, la coexistencia de poseedores de un empleo que se beneficiaban de las condiciones de vida favorables de los países desarrollados, y de parados, que entraban en una situación de marginación en un mundo donde el consumo era el principal signo de triunfo social. Para éstos, los procedimientos de indemnización concebidos en el marco del EB, que permitían que el paro no desembocara en una situación de radicalización política brutal, constituían la única fuente de ingresos. Ahora bien, la crisis condujo precisamente a plantearse la existencia misma del EB, pues hizo disminuir los recursos del Estado-providencia, al tiempo que multiplicaba el número de sus beneficiarios.

La ocasión fue aprovechada por los neoliberales, que denunciaron la carga insoportable que el Estado hacía pesar sobre la población activa y el efecto negativo sobre la competitividad de las empresas que suponían las cargas sociales. Las críticas al EB, cuyo crecimiento empezó a considerarse que comportaba más daños que remedios, no se hicieron esperar, sobre todo desde las filas del liberalismo más conservador, partidario de un sustancial repliegue de las fronteras del Estado. Pero también desde algunos sectores del centro-izquierda se cuestionó la convicción de que el Estado pudiera asumir la responsabilidad del bienestar de los ciudadanos. Esta dinámica vino favorecida por los escasos resultados de las políticas keynesianas que llevaron a cabo los gobiernos socialdemócratas para tratar de frenar la crisis entre finales de los setenta y el comienzo de los ochenta, permitiendo el acceso de gobiernos conservadores que abrazaron el modelo neoliberal. Así, Gran Bretaña, Alemania y Francia respondieron inicialmente a la crisis siguiendo el modelo keynesiano, que había permitido superar la crisis de los años treinta: intervención del Estado para relanzar la actividad económica, utilización del gasto público para reactivar la demanda, ayuda social para los parados...

Helmut Kohl fotografiado por Engelbert Reineke en 1987 (wikipedia)

Helmut Kohl fotografiado por Engelbert Reineke en 1987 (wikipedia)

En el Reino Unido, los laboristas volvieron al poder precisamente entre 1974 y 1979, en los años más difíciles de la recesión, poniendo en marcha un “contrato social” con los sindicatos, consistente en ciertas garantías contra los despidos y la realización de algunas nacionalizaciones, a cambio de una política estricta de limitación de salarios. La continua reducción del poder adquisitivo y el aumento del paro exasperaron a los trabajadores, acabando con el contrato social y dando lugar a una oleada de huelgas sin precedentes en el invierno de 1978-1979, que a su vez originó un fuerte malestar entre las clases medias. Los laboristas se encontraron en una situación difícil, con su credibilidad dañada ante la clase obrera y los sectores medios, al tiempo que con una débil mayoría parlamentaria que dependía de los diputados nacionalistas galeses y escoceses. Finalmente el gobierno laborista fue derribado en 1979 por una moción de censura y los electores británicos optaron por votar masivamente a favor de la experiencia liberal que les propuso Margaret Thatcher, la líder del partido conservador.

En Alemania, la socialdemocracia, en el poder desde 1969, encajó mal el golpe de la crisis: hundimiento de la producción industrial, fuerte caída de las inversiones, brusco aumento del paro. Aun así, el gobierno de Helmut Schmidt logró enderezar la situación a partir de 1975-1976, sin renunciar a su política de gasto social e intervención estatal. Sin embargo no pudo resistir la embestida de la segunda crisis petrolera de 1979, que deterioró la balanza comercial y causó un nuevo retroceso de la actividad económica. Hacia 1982, en la RFA había 2 millones de parados y la economía estaba estancada. En esta situación los liberales, coaligados en el gobierno con el SPD pero por tradición contrarios al intervencionismo estatal, reclamaron la congelación de las reformas y el recorte de los gastos sociales. Ante la negativa del SPD, el Partido Liberal abandonó el gabinete y estableció una alianza con los cristianodemócratas, derribando al gobierno socialista en octubre de 1982 a través de una moción de censura que llevó al poder a una coalición entre cristianodemócratas y liberales dirigida por Helmut Kohl.

En Francia, el inicio de la crisis coincidió con el inicio de la presidencia de la República de Valéry Giscard d’Estaing, partidario de un “liberalismo avanzado”. Sus dos primeros años de presidencia fueron de continuidad del intervencionismo y del Estado provisor, pero la persistencia de las dificultades económicas llevó al gobierno de centro-derecha a un retorno acentuado a la economía de mercado y a las prácticas liberales (liberalización de precios, suspensión de ayudas a las empresas no rentables, disminución de cargas sociales a las empresas). El descontento social ante el paro y el reforzamiento de la izquierda francesa permitió la llegada al poder de los socialistas en 1981, poniendo en marcha una política inversa. Anticipándose a una recuperación económica mundial esperada, que no llegó a producirse, el gobierno contó con el “tratamiento social del paro” y con el despegue del consumo para aportar una solución a la crisis. Los resultados de la política socialista (bajada de los salarios, aumento del número de empleados públicos, descenso de los tipos de interés, contratos de trabajo con ventajas fiscales, reducción de la jornada semanal) fueron decepcionantes: apenas lograron mantener el paro alrededor de 2 millones, pero provocaron un aumento del déficit presupuestario, un desequilibrio de la balanza comercial y un aumento de la deuda nacional. La vía socialista se había visto incapaz de atajar la crisis, por lo que desde 1983 se abrió la vía de las soluciones liberales.

El neoliberalismo, que suponía una actualización de los principios liberales clásicos, supone el rechazo por principio del Estado del Bienestar, justificando su oposición en la incompatibilidad de los objetivos y métodos del EB con el progreso económico y en la indispensable reducción del aparato estatal para la superviven­cia de la economía de mercado y de una sociedad libre. La crítica liberal-conservadora atribuye al EB la postración de la iniciativa individual, del trabajo y del ahorro, la consolidación de infraclases parasitarias a costa del Estado, la pérdida de competitividad y eficiencia de la economía. Se considera que genera lacras como la promoción de una burocracia excesiva y poderosa, una utilización ineficiente de los recursos…, dando lugar a un sector público de pobres resultados por la falta de competencia y la garantía del empleo, generador de déficit en caso de crisis. Se achaca a la continua ampliación de derechos sociales una sobrecarga al Estado de demandas imposibles de satisfa­cer. También se considera negativa la protección que el EB asegura los intereses materiales de los trabajadores, pues la fuerza de trabajo se ajusta con dificultad a las contingencias del mercado. El sistema resulta un problema para las empresas debido a los costes salariales, las garantías frente al despido y las cargas fiscales, todo lo cual dificulta el crecimiento económico.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


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Friday,26 jun 2009 19:34:37 GTM
<![CDATA[Salvador Dalí y Edmund Klein: una historia de dibujos y cáncer de piel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,972
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes 

No estoy del todo seguro, pero creo que fue André Breton quien rebautizó a Dalí con el apelativo Avida dollars, algo así como hambriento de dólares. Al parecer Salvador Dalí no estaba tan hambriento de vil metal en su juventud, y cuentan que fue a partir de su encuentro con Gala cuando la pasión por el oro reluciente condicionó sobremanera la forma de ser y actuar del pintor ampurdanés. Desconozco si la influencia de Gala en este sentido fue tal, y tampoco creo que el codiciar oro o dinero sea algo terrible y en sí despreciable, además la historia me suena a bíblica maldición: la hembra avariciosa que termina transformando al artista despreocupado en un fanático comercial de su obra.

Lo que sí parece demostrado es que Dalí no era alguien muy desprendido y generoso con el propio dinero en el día a día. Creo recordar que algo insinúa él mismo al respecto durante la entrevista que grabó con Soler Serrano para Televisión Española a mediados de los años 1970. En este impagable entrevista asegura que, como Rockefeller, jamás llevaba dinero encima, acostumbrado a que todos le invitasen, o a pagar cuentas y servicios con dibujos improvisados.



Salvador Dalí: entrevista Soler Serrano (vídeo colgado en YouTube)

Esto es lo que le pasó con Edmund Klein, un médico e investigador norteamericano especializado en el tratamiento del cáncer de piel, y a quien Salvador Dalí acudió durante años para someterse a tratamiento de su cáncer. Dalí y el doctor Klein trabaron amistad, y éste lo visitó en consulta durante aproximadamente una década tanto en Nueva York, París o la Costa Brava española.

Las costosas consultas y tratamientos Dalí los pagó siempre con dibujos creados expresamente para el médico. A fin de cuentas eran dos artesanos, o dos artistas, cada uno en su género, que intercambiaban productos y conocimientos. “Para mi amigo, el doctor Klein, un don Quijote genético", esta frase aparece escrita en francés, y encima de la firma del pintor, junto a un dibujo daliniano del año 1973 que representa a un Quijote de tinta china. Otro dibujo, este del año 1978, representa una silueta humana de la que surgen alas, y junto a la firma de Dalí aparece escrito también en el idioma de Proust “mi ángel, el doctor Klein”.

El doctor Klein falleció hace ahora una década, y es su viuda la que desea vender al mejor postor estos dibujos inéditos del genio surrealista. Los dibujos hacen el número de 15, y han permanecido hasta hace bien poco guardados a cal y canto en una caja fuerte de una entidad bancaria de la ciudad de Búfalo, la segunda ciudad más grande del estado de Nueva York. Del 27 de junio al 9 de agosto de este año 2009 los dibujos serán exhibidos por la Universidad de Búfalo en la Anderson Gallery. Luego serán subastados y con un poco de suerte caerán en posesión de otro avida dollars. De avida dollars a avida dollars y tiro porque me toca: el arte, su mercado y demás cosas.

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-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


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Thursday,25 jun 2009 14:8:49 GTM
<![CDATA[Juegos de niñas, juegos de niños. Sexismo en los recreos según el socialista Cabañes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,971
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Leo que el PSOE ha registrado en el Congreso de los Diputados una iniciativa para que se “eliminen los estereotipos que mantienen los roles (galicismo) machistas” nada más y nada menos que en los patios de los colegios, y se promueva, por poner tan sólo un ejemplo, que las niñas jueguen al fútbol y los niños a la comba, según explicó a diversos medios de comunicación el diputado socialista José Alberto Cabañes, impagable cerebro de la propuesta.

Para acabar con estas desigualdades durante el recreo y durante "cualquier otra actividad lúdica", el representante del PSOE ha presentado una proposición no de ley en la Cámara baja, que será votada en la Comisión de Igualdad, en la que pide al Gobierno que elabore una guía para que los profesores de Educación Primaria puedan implantar juegos no sexistas en los colegios públicos y concertados. El diputado socialista explica en su argumentación escrito los juegos constituyen “un instrumento de transmisión de valores y pautas sociales de conducta que en ocasiones contribuyen al mantenimiento de roles (de nuevo el maldito galicismo) sexistas contrarios a la igualdad de niñas y niños”. El socialista diputado Cabañes sigue teorizando y propone que la futura guía sea útil para que los profesores puedan “controlar desde la más tierna infancia que no hay ningún tipo de discriminación de carácter sexista en los juegos y para que se transmita una educación en igualdad”.

Cabañes argumenta que cuanto más temprana sea la educación de los niños y niñas en el principio de igualdad, primero se erradicará la desigualdad (¿?) entre las mujeres y los hombres. Y Cabañes añade que “es necesario promover desde las instituciones educativas estrategias que impulsen juegos no sexistas también en estos ámbitos de juego no reglado, de manera que posibiliten nuevas formas de relación de niños y niñas, alejados de la reproducción de roles (maldita sea) o estereotipos sexistas”.

Cabañes trata, según propia confesión, de “desterrar de los patios de los colegios actitudes que mantienen los roles (NO!!!) machistas, como que las niñas no puedan jugar al fútbol o los niños no puedan jugar a la comba”, así como de eliminar situaciones, “por poner un caso extremo, en las que haya grupos de niños jugando a policías y ladrones y grupos de niñas jugando a las mamás”. “Esto se ha dado y se sigue dando”, apostilló el bueno, sesudo y controlador señor diputado Cabañes.

José Alberto Cabañes, diputado socialista por Badajoz

José Alberto Cabañes, diputado socialista por Badajoz

El diputado Cabañes es sin duda un buen socialista, y como tal hay que aplaudir su trabajo, perspicacia, perseverancia y preocupaciones políticas y sociales en pos de la igualdad de sexos. El problema en este caso del diputado Cabañes es precisamente que es un buen socialista, y que como tal (me repito), está poseído por ese afán apocalíptico de inmiscuirse en la vida de los ciudadanos hasta en los más mínimos y personales detalles. El socialismo, lo lleva en sus genes intelectuales y prácticos, desea ordenar, tabular, controlar, vigilar la vida de los ciudadanos según sus propias reglas de lo correcto y lo incorrecto.

Siempre se dice que este controlar estatal es por el bien de los ciudadanos, para la mejora de sus vidas. Y estoy convencido de que el bueno de Cabañes cree en su socialismo a pies juntillas. Pero la cuestión es que está históricamente demostrado hasta la saciedad y la sangre que las sociedades más libres, prósperas, democráticas y saludables no han sido, no son ni serán las socialistas, sino aquellas en las que el concepto general de libertad individual está por encima del de igualdad general, a fin de cuentas imposible.

Ahora el señor diputado Cabañes quiere incluso legislar el recreo de los niños españoles en busca de la futura igualdad. Alguien le ha debido soplar al señor Cabañes que en los patios de colegio españoles se obliga a los niños a jugar al fútbol y a las niñas a la comba, que unos juegan obligatoriamente a policías y ladrones (¿habrá niños españoles que aún jueguen a eso?) y otras a las mamás. Y claro, el señor Cabañes acepta la veracidad del soplo y a él y a sus acólitos tales reparticiones en “roles” les parecen de un sexismo intolerable. Así que es probable que el socialismo español acabe obligando a las niñas a jugar al fútbol y a los niños a convertirse en lo imposible, es decir, en mamás.

De prosperar el desatino socialista, lo más terrible será sin duda para los niños catalanes, vascos, mallorquines, gallegos...: obligados a no hablar español y obligados a jugar a determinados juegos en los recreos.

Señor Cabañes, señores socialistas..., dejen en paz a los niños, dejen que jueguen a lo que les dé la realísima gana en sus escasas horas de asueto, dejen que se preparen para ser lo que les dé la gana ser de mayores, entre otras cosas muy naturales hombres y mujeres, con sus características y particularidades, con sus derechos y sus deberes.

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Wednesday,24 jun 2009 19:43:1 GTM
<![CDATA[Lomografía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,970
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Esta historia comenzó en la ciudad de Franz Kafka, Praga, en el año 1991. Unos cuantos estudiantes vieneses de visita cultural y turística descubrieron casi por casualidad, en una tienda de accesorios fotográficos, la pequeña cámara compacta de fabricación soviética denominada “Lomo Kompakt Automat”, y con dicho descubrimiento también el de una nueva forma de fotografía: la lomografía, es decir, el disparo fotográfico desde la cadera que favorece la instantánea improvisada y casual, la permanente, artesanal y cotidiana experimentación fotográfica auspiciada en el mayor número de situaciones imposibles con resultados fotográficos absolutamente impredecibles y en no pocas ocasiones asombrosos.

Lomo LC-A puerta cerrada, 1988 (foto wikipedia)

Lomo LC-A puerta cerrada, 1988 (foto wikipedia)

Lo que en su nacimiento sólo consistió en una forma creativa más de pasar el tiempo, no tardó mucho en convertirse en un movimiento de características postmodernas en el que cualquiera puede representarse como artista, puede descubrirse como creador. Y de repente, en la antigua capital del imperio, Viena, cada vez más a menudo era fácil toparse con gentes de muy diversa índole, extracto y formación (estudiantes, deportistas, adolescentes, poetas, pintores, músicos, periodistas...), deambulando sin aparente objetivo por las calles con su cámara negra Lomo a la cadera, apretando el disparador sin descanso en prácticamente cualquier situación posible. La mayoría de las Lomo Kompakt Automát eran importadas de manera más o menos legalmente aprovechando la debacle de los países del Este tras la caída del tristemente célebre muro de Berlín en 1989. Los conocidos como “lomográfos” (poseedores de estas cámaras) acabaron fundado en el año 1992 la asociación “Sociedad Lomográfica”, estableciendo las conocidas como Diez Reglas de Oro de la Lomografía, dándose a conocer en el Manifiesto Lomográfico. Las diez reglas son las que siguen:

1-Lleva tú cámara siempre contigo.
2-Úsala siempre de día y noche.
3-La Lomografía no es una interferencia en tu vida, sino una parte de ella.
4-Dispara desde la cadera.
5-Acércate lo más que puedas a los objetos lomográficos.
6-No pienses.
7-Se rápido.
8-No necesitas saber lo que tienes en la película.
9-Luego tampoco.
10-No te preocupes por ninguna de estas reglas.



Lomografía del castillo de Wakayama (foto wikipedia)

Siguiendo al pie de la letra este breve conjunto de reglas lomográficas, los lomógrafos disparan cuantas más imágenes imposibles mejor, y lo hacen en los más imposibles lugares y momentos, y desde las más imposibles situaciones y en las posiciones más inverosímiles. En ocasiones los frutos de la lomografía se juntan, se intercambian y se pegan, dando lugar a sumas de imágenes, a extensos murales realizados con los trabajos de cientos, de miles de lomógrafos, ofreciendo así una sugerente mirada de la realidad misma, otra realidad suma de realidades distintas, variopintas, heterogéneas.

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Tuesday,23 jun 2009 20:27:51 GTM
<![CDATA[El Pato Donald, 75 años de un niño cabreado]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,969  

Juan Antonio González Fuentes

Jamás, ni de muy niño, me gustaron ni las historias ni los personajes creados por Walt Disney. Nunca supe muy bien el porqué de esa inquina contra dibujos tan “adorables”. Un día, no hace tanto, de repente di con la razón: no puedo soportar lo adorable, me pongo en su contra inmediatamente.

De los adorables personajes hay varios que me resultan estomagantes, y entre todos ellos se llevan la palma sobre todo dos: el ratón Mickey y Gooffy. Ambos simbolizan las virtudes del majadero, son dos completos idiotas encantados de serlo y de conocerse. No puedo con ellos ni con su variopinta parentela. Su bondad tontorrona e ingenua me provoca instintos asesinos.

Tan sólo dos personajes Disney despiertan en mi interior alguna simpatía. El perro Pluto y el pato Donald. El primero encarna en un perro supuestamente adulto todos los comportamientos simpáticos y perdonables de la inmadurez canina. Pluto es un perro infantil, un eterno, torpe y juguetón cachorro incapaz de sensatez, de sentar la cabeza y encontrar alguna utilidad a una naturaleza canina. Pluto es un desastre perpetuo, y viene a representar el espíritu de aquellos que, peinando canas en el mejor de los casos, si lograsen despojarse de condicionantes sociales y psicológicos, hallarían un gran placer revolcándose por las alfombras de casa simulando tremendas luchas contra tigres, piratas, alienígenas, apaches y comanches imaginarios.



Walt Disney: La lavanderia de perros de Donald (Aragorn96185)

Donald es el reverso de la misma moneda. Un ridículo pato vestido ridículamente con un ridículo traje de marinerito que, sin embargo, quiere pasar por ejemplar sesudo y responsable, por respetable adulto de seriedad contrastada e inmarcesible. Pero la propia naturaleza del dibujo y su sempiterna y marinera puesta en escena niegan de raíz la mayor, condenando al Pato Donald a su propia e inútil reivindicación desde el enfado permanente, la irascibilidad, el desquiciamiento gratuito, la paranoia, el insulto y la bravuconería. Pero quizá la característica esencial de Donald, sobre todo del Donald reivindicativo de sí mismo, es que nunca se le entiende casi nada, y menos cuanto más y más alto grita. Donald se desgañita seriamente exigiendo un respeto y una consideración que él, con su actitud y su puesta en escena, socava con cada intervención iracunda.

Debí ser un niño raro, y soy, desde luego, un adulto raro. No, no es una opinión, es un diagnóstico. La idiotez santurrona de Mickey me repugnaba con siete años y aún hoy lo sigue haciendo. El mal genio, la ingenua e infantil mala baba de Donald siempre me han resultado simpáticas. ¡¡¡Tengo mucho más de Donald que de Mickey, dónde va a parar!!! Y bien contento estoy del hecho.

El Pato Donald acaba de cumplir años. Setenta y cinco para ser precisos. Si no fuera un dibujo siempre lozano y cargado de energía, Donald sería hoy ya un venerable anciano, cobrador de jubilaciones y con algún achaque escondido entre las plumas blancas de sus alas grises.

El Pato Donald tiene un Oscar de Hollywood por su carrera cinematográfica, e incluso una estrella en el Paseo de la Fama de la ciudad americana del cine. Donald, tras 75 años de lenguaje ininteligible, continúa siendo el alma y el corazón de los niños que no se conforman y protestan airados y con malas pulgas, exclamando improperios y razonamientos que nadie entiende, que nadie comprende de ninguna forma. El Pato Donald es la encarnación casi perfecta del enfado infantil, su esencia hecha dibujo, personaje. Todos, todos sin excepción nos hemos convertido alguna vez en el Pato Donald cabreado. Por eso lo entendemos tan bien.

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Monday,22 jun 2009 20:50:55 GTM
<![CDATA[La nueva democracia liberal europea tras la II Guerra Mundial]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,968
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Al término de la guerra mundial en el Occidente industrializado se produjo el triunfo de la democracia liberal, si bien bajo una forma diferente al liberalismo de antaño. A escala política esto es indudable: la elección por sufragio universal completo se convierte en norma, por mucho que en algunos países se trate de una fachada. Por otra parte, la democracia liberal, sobre todo en Europa, quiere ser además portadora de valores sociales, lo que es una faceta totalmente nueva. Otro elemento nuevo es que la democracia sabe entonces que es frágil (se encuentra con la rivalidad y la oposición del comunismo), intentando por ello competir diplomática y moralmente con el bloque socialista y presentándose, bajo la égida de EEUU, como la forma de gobierno del mundo libre.

Sin duda fue una buena noticia para la democracia liberal su instauración en los tres grandes países del fascismo. Alemania, la cuna del nazismo, pasó a ser después del conflicto un territorio ocupado por los ejércitos de los países vencedores. El desacuerdo entre soviéticos y occidentales sobre el destino del país facilitó que, paulatinamente, y sobre todo en razón de las necesidades de la revitalización de la economía, las cuatro zonas de ocupación dieran origen a dos entidades vinculadas a cada uno de los bloques en que se dividió el conjunto aliado en la guerra. Mientras en el Este los soviéticos vincularon su zona de ocupación al bloque socialista, en el Oeste las iniciativas americanas cuajaron en la creación de un nuevo Estado que adoptó el estatuto de democracia liberal. La vida política, bajo la tolerancia de los ocupantes, se articuló en torno a tres fuerzas políticas esenciales: el partido cristianodemócrata, el socialdemócrata y el liberal, en este orden de importancia. La zona occidental pasó a ser finalmente en 1949 un nuevo Estado, la República Federal de Alemania (RFA), después de unas elecciones que dieron la mayoría a los cristianodemócratas (CDU) encabezados por Konrad Adenauer, canciller del nuevo Estado alemán. Éste se configuró como antimodelo del nazismo, estableciéndose como un estado federal constituido por diez Länder cada uno con su constitución y su asamblea. A la descentralización hay que añadir una Constitución que insiste en los principios democráticos y en los derechos humanos: dignidad de la persona, rechazo de discriminación por motivos de ascendencia y raza, garantía de las libertades fundamentales… En suma, una democracia parlamentaria clásica, con un gobierno federal responsable ante un Parlamento elegido por sufragio universal.

Italia también paso a ser una democracia liberal, lo que era más significativo por cuanto en su tradición no había ninguna experiencia de democracia auténtica, dada la corta y poco efectiva vida del sufragio universal proclamado en 1919. Con la caída del fascismo en 1943 y su derrota definitiva en 1945, se impuso la cultura política del antifascismo. También la monarquía pagó el precio de su alianza de veinte años con el fascismo, al votarse en junio de 1946 un referéndum sobre la forma de gobierno en el que por un estrecho margen venció la República, inmediatamente proclamada. En seguida el país se dotó de un régimen democrático a la francesa, con dos cámaras, un Senado elegido mediante sufragio indirecto, una Cámara de Diputados designada mediante sufragio universal, un presidente de la República elegido por las dos asambleas y un presidente del Gobierno apoyado en la confianza de los diputados. Como en Alemania, la Constitución otorga carta de naturaleza a las regiones, considerándose la descentralización indispensable para el ejercicio de las libertades locales, si bien este principio tardó veinte años en ser aplicado. Otra de las deficiencias de la democracia liberal italiana fue que, establecido un sistema de partidos con dos grandes fuerzas a la derecha y la izquierda del mismo, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, la lógica de la guerra fría impidió la llegada de éste en momento alguno al gobierno, que fue ejercido de forma continuada por una DC erigida sobre una compleja trama de influencias y corrupción.

En el campo de las viejas democracias, Francia constituye un caso particular. Fue la única de las grandes democracias liberales en las que el período de entreguerras presenció virulentos ataques al régimen democrático y parlamentario, surgiendo movimientos fascistas relevantes y una extendida cultura política derechista autoritaria. De estos elementos surgieron los apoyos del gobierno de Vichy, en el que vieron un antídoto a la debilidad y la ineficacia que achacaban a la democracia parlamentaria. Como reacción, entre la Resistencia y los sectores que combatieron al nazismo se produjo una revaloración de las formas democráticas. En 1946 se aprobó una nueva constitución, inaugurando de esta manera la IV República, con un régimen democrático liberal basado en la preeminencia parlamentaria, siendo derrotada la opción de un ejecutivo fuerte que defendía De Gaulle.

Konrad Adenauer en 1952 (foto wikipedia)

Konrad Adenauer en 1952 (foto wikipedia)

En el resto del mundo occidental, las viejas democracias restauraron sin dificultad un régimen que no había sido puesto en tela de juicio y unas instituciones que, en la mayoría de los casos, no habían dejado de funcionar. EEUU y Gran Bretaña no habían registrado ninguna crítica relevante contra sus instituciones, que salieron fortalecidas de la guerra. La democracia liberal se mantuvo o fue restablecida en los países escandinavos, tanto en Suecia (que se había mantenido neutral), como en Dinamarca (donde se mantenido formalmente pese a la ocupación) e incluso en Noruega (donde se había implantado la dictadura títere de Quisling). De igual manera, Bélgica y los Países Bajos volvieron a ser democracias liberales, si bien la polémica acerca de la actitud del rey Leopoldo III durante la guerra originó una “cuestión real” que complicó la vida política belga y se resolvió en la abdicación del monarca a favor de su hijo Balduino. Finalmente, los nuevos estados creados tras la guerra adoptaron generalmente el estatuto de democracia liberal de tipo parlamentario, caso de Islandia (1944) y de Israel, (1948). Esta reconstrucción política vino acompañada de la reconstrucción económica en un hermanamiento exitoso entre lo político y lo económico.

Los años de 1950 a 1974 estuvieron marcados en todo el mundo desarrollado por el crecimiento económico, que consolidó la democracia liberal en los países donde triunfó y originó unas exigencias democráticas que produjeron la caída de la dictadura en los países donde se había mantenido o se había instaurado el autoritarismo. El fenómeno del crecimiento tuvo grandes consecuencias en la sociedad y la vida política. El crecimiento garantizó a la mayoría de los ciudadanos la satisfacción de las necesidades fundamentales y la población accedió a un tipo de consumo que pocos años antes era un lujo reservado a una minoría, quitando tensión a la lucha de clases y cambiando las prioridades del debate político. Ante la cuestión de la distribución de la riqueza se fueron forjando dos escuelas: la que ante todo cuenta con los mecanismos del mercado (liberalismo) y la que juzga que corresponde al Estado corregir la desigualdad por medio de la hacienda redistributiva (socialdemocracia). Como resultado de este nuevo contexto en Europa se produjo un fuerte ajuste tanto de las fuerzas conservadoras como de las izquierdas, que se renovaron a lo largo de estos años hasta configurarse como democracia cristiana y socialdemocracia. Otro resultado del crecimiento fue el declive de la audiencia de los partidos comunistas, con las excepciones de Francia e Italia.

En estos años el crecimiento de la democracia liberal tuvo lugar también de otras formas: como nuevas dimensiones de la democracia que fueron alimentadas por el debate entre la vía liberal y la socialdemócrata. El espectacular crecimiento de los países capitalistas inspiró a los teóricos y a los políticos de muchos países una fe inquebrantable en los mecanismos de la economía de mercado, considerando que sus efectos en la creación de riqueza se propagaban por la sociedad entera, aunque fuera desigualmente. La vía liberal fue el planteamiento político-económico seguido por los países que más confianza pusieron en el funcionamiento del mercado sin grandes restricciones ni intervención del poder público. El argumento en defensa de esta vía se basaba en el hecho de que los Estados que mantenían con más fuerza el liberalismo y limitaban al máximo la intervención conseguían un mayor triunfo económico. Esto fue cierto sobre todo en el caso de EEUU, cuyo éxito económico se correspondía con una sociedad de clases medias con un nivel de vida elevado en la que los controles administrativos, la presión fiscal y el esfuerzo redistributivo fueron mínimos por parecerles un desestímulo para los más emprendedores. También fue el caso de Japón, el país que experimentó el crecimiento económico más espectacular en la posguerra (un crecimiento anual del 10% a partir de 1950) bajo el signo de los grandes principios de la economía liberal (la protección social a escala nacional era inexistente y la intervención estatal muy discreta).

En el caso de Alemania, devastada tras la guerra, se aplicó a su recuperación procediendo a la implantación de una economía liberal basada en una reforma monetaria deflacionista, la creación de una nueva moneda (Deutsche Mark) y la liberalización de precios e intercambios. Al tiempo, mantuvo los salarios a niveles bajos utilizando la abundante mano de obra procedente de los refugiados que procedían del Este y estimuló las inversiones extranjeras. Todo con un discurso social que situó el encauzamiento económico bajo la inspiración de una “economía social de mercado”, reivindicando el principio de solidaridad sobre la lucha de clases. Gracias a todo ello, creció al 9% anual (el “milagro alemán”) desde comienzos de los cincuenta y se convirtió de nuevo en una potencia económica.

Charles De Gaulle en 1942 (foto wikipedia)

Charles De Gaulle en 1942 (foto wikipedia)

La estrategia socialdemócrata, al contrario que la liberal, consideraba necesaria una fuerte intervención del Estado en la economía y en la sociedad. Esta política requería partidos socialdemócratas muy fuertes y representativos de la población asalariada, que mantuviesen estrechos contactos con los sindicatos. Un buen ejemplo es el del Reino Unido, donde los laboristas, en el poder desde 1945, establecieron un tipo de sociedad basado en el Estado provisor, traducido en las inversiones en educación, la modernización de la administración, la mejora de los subsidios, etc., al tiempo que respetando los fundamentos del libre mercado y la iniciativa privada. El consenso alcanzado en torno a este sistema llevó a que fuese una política compartida en lo esencial por laboristas y conservadores, al menos hasta la aparición de algunos problemas en los años sesenta.

En Alemania fueron los cristianodemócratas quienes gobernaron con holgura durante las dos décadas siguientes a 1945. Los socialdemócratas, con un programa de nacionalizaciones y planificación, parecían condenados a la oposición, lo que les acabó llevando en 1959 (Congreso de Bad-Godesberg) a renunciar el marxismo y la lucha de clases, declarándose como el partido de todo el pueblo, además de aceptar la Ley Fundamental de la República Federal, la propiedad privada y la defensa nacional. Este cambio le permitió acceder al poder en 1966 dentro de una gran coalición con los cristianodemócratas y pasar a encabezar el gobierno (Willy Brandt) en 1969, gracias a una alianza con el Partido Liberal. Desde entonces, y a pesar de los inicios de la crisis económica internacional, desarrollaron una política de marcado carácter social e intervencionista: extensión de la cogestión a todas las empresas de más de 2000 empleados, aumento de los derechos de los trabajadores en la empresa, aumento de la progresividad fiscal, subida de las pensiones, garantías para los empleados de empresas en quiebra, prestaciones para los parados, medidas favorables a la educación...En suma, el gobierno socialdemócrata no modificó los fundamentos liberales de la economía alemana, pero le dio una dimensión social sin precedentes.

De todas maneras, la necesidad de llegar al consenso social fue generalizada en estos años en el mundo de las democracias liberales, marcando la política de los países escandinavos, de Francia y de Italia (donde en los años sesenta se estableció una amplia coalición de centro integrada por la democracia cristiana, republicanos, liberales y socialistas).

Muy diferente fue el caso de las dictaduras del sur de Europa, ligados al bloque occidental y de economía capitalista, pero bajo sistemas autoritarios: Portugal (dictadura de Salazar desde los años veinte), España (desde 1939 bajo la dictadura de Franco) y Grecia (régimen de los coroneles, impuesto en 1967). Las tres dictaduras estaban alineadas con el bloque occidental en el marco de la Guerra Fría. A finales de los años sesenta, estos países experimentarán grandes transformaciones debido al crecimiento económico, el turismo y el mayor contacto con el mundo occidental. Este fenómeno concernió poco a Portugal, confrontado además a guerras coloniales en sus posesiones africanas, que acabaron por arruinar sus finanzas públicas. Pero en Grecia el despegue económico fue indiscutible, muy facilitado por las ingentes ayudas norteamericanas. E igualmente en España, que en los años sesenta experimentó un fuerte crecimiento que comportó un aumento importante del nivel de vida de la población, un mayor poder de las clases medias y una amplia urbanización, si bien originó también fuertes desequilibrios sociales. El fenómeno vino acompañado por una reivindicación en favor de un régimen político democrático, que empezó a abrirse paso con el derrumbamiento de las dictaduras en el bienio 1974-1975. En Portugal la transición fue más brutal, pues la falta de apertura del régimen y el descontento originado por las guerras coloniales acabaron con un golpe militar revolucionario contra la dictadura en 1974, la conocida “Revolución de los Claveles”, que abrió un proceso de muchas tensiones que transformó en pocos años a Portugal en una democracia liberal. En Grecia el descontento con el régimen de los coroneles culminó con el fracaso de su política en Chipre (con su invasión por tropas trucas y posterior partición), que les llevó a abandonar el poder en 1974, restableciéndose la democracia. En España la muerte del dictador Francisco Franco dio lugar a un proceso de transición política, con la celebración de elecciones libres en 1977 y la aprobación de una Constitución democrática al año siguiente. De este modo al acabar los años setenta la democracia liberal había sustituido a la dictadura en toda la Europa meridional.

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Friday,19 jun 2009 21:3:24 GTM
<![CDATA[Relectura de Keynes: El modelo económico y social de la Europa Occidental (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,967
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Primera parte: Relectura de Keynes: El modelo económico y social de la Europa Occidental (I)

De esta manera, desde la posguerra el Estado amplió sus funciones significativamente hasta convertir su presencia en permanente, necesario para el mejor funcionamiento del sistema capitalis­ta. Las funciones económicas se articulan en torno a dos ejes: la actuación inversora y la actuación consumidora. A través del primer conjunto de medidas, la intervención estatal reduce los costes del capital privado: la inversión pública beneficia a la empresa privada en la medida en que con la financiación estatal se eluden desembolsos que de otro modo recaerían sobre el capital privado: 1) participación estatal en la creación de infraestructuras de comunicación y servicios públicos de suministros básicos; 2) financiación de la investigación científica y tecnológica, sobre todo la básica, más costosa y menos rentable; 3) nacionalización de empresas no rentables que suministran bienes necesarios; 4) gratuidad de la enseñanza básica y profesional; 5) cobertura pública de servicios y dotaciones sociales (se cubren necesidades básicas que de otro modo debían ser cubiertas con el salario); 6) control de la política laboral y salarial; 7) concesión de ayudas a las empresas privadas para reducir los costes de capital (primas a la exportación o el empleo, créditos privilegiados, precios favorables).

La actuación sobre el consumo se dirige a agregar demanda efectiva: los problemas derivados de la insuficiencia de la demanda privada son paliados con el consumo relacionado con el Estado: pedidos militares; pedidos vinculados a las infraestructuras, equipamientos colectivos y servicios sociales; sostenimiento del poder adquisitivo del personal público; cobertura social de los sectores de desempleados, enfermos y jubilados.

Este modelo económico aparece estrechamente unido al modelo social que se ha llamado del Estado del Bienestar (Welfare State), vigente desde la posguerra en las democra­cias occidentales. Este sistema implica la responsabilidad estatal para asegurar unos mínimos básicos de bienestar para sus ciudadanos, mediante la protección social. Los tres elementos básicos del EB son la interven­ción estatal en la economía para mantener un alto nivel de empleo, la provisión pública de una serie de servicios sociales de carácter uni­versal (educación, sanidad, pensiones, ayudas familiares, vivienda) y la asistencia social (servicios asistenciales para aliviar la pobreza y casos de necesidad excepcional). El EB supone la institucionaliza­ción del papel del gobierno en la contención de las desigualdades, en la prevención y alivio de la pobreza. En su evolución existen tres períodos diferentes:

1) 1950-1975, en que el consenso sobre el capitalismo de bienestar en los países occidentales permite la consolidación del Estado del Bienestar como modelo dominante del desarrollo social del mundo occidental;

2) 1975-1980, en que la crisis económica lleva a una crisis de confianza en el EB, debilitándose el consenso anterior;

3) 1980-2005, el período de poscrisis, marcado por la ruptura ideológica y la relativización del Estado del Bienestar (surgen planteamientos alternativos como respuesta a la crisis: neoconservadores y socialcorporativos).

William Beveridge hacia 1910 (foto wikipedia)

William Beveridge hacia 1910 (foto wikipedia)

La intervención estatal en la economía se fundó en las teorías económicas de inspiración keynesiana. No así el Estado del Bienestar, que nació de una extensión de esa interven­ción traducida en la hacienda redistributiva y asignativa, en la intervención pública en la distribución de la renta y en la asignación de recursos. Se trata de un tipo de política fiscal expansiva orientada al fin concreto y primordial del gasto social, de la educación y la sanidad, acabando por dominar la orientación social sobre la econó­mica en la concepción del EB.

La orientación social del keynesianismo obedeció a la nueva consideración que en la posguerra alcanzó la política social. Particularmente la seguridad social, que defendió en su obra el liberal inglés William Beveridge (1879-1963): se trataba de ampliar la protec­ción tradicio­nal de los seguros a un sistema de seguridad preventiva y fomentar así el bienestar general de todos los ciudada­nos. La seguridad social persi­gue librar al hombre de la necesidad me­diante la garantía de una renta regular en caso de riesgo social (en­fermedad, accidente de trabajo, muerte, vejez, maternidad, desempleo). Para ello, Beveridge propuso un sistema global y coherente con cuatro caracterís­ticas: universal, unificado y sencillo (igual cotización para todos los riesgos y personas), uniforme, y centralizado (un único seguro público). Mediante una financiación fis­cal complemen­taria de las cotizaciones, la política debía contri­buir a otras finali­dades como la concesión de prestaciones familiares y el man­teni­miento del empleo.

El consenso sobre el paradigma Keynes-Beveridge informó la política socioeconómica llevada a la práctica en muchos países occidentales por los partidos tanto de la derecha moderada como del centro-izquierda, si bien sus más fervientes defensores fueron los socialdemó­cratas. Su éxito aseguró el nivel de vida, el empleo, los servicios sociales básicos, al tiempo que incentivaba la producción y el mercado. El éxito se basó en que bajo tal sistema el sistema capi­ta­lista prosiguió su avance mejorando sus resultados y consagró la integración en la democracia liberal de las fuerzas obreras, satisfechas en la medida en que el sistema bajo esas pautas tendía a una transformación gradual de la sociedad. Constituía una forma de tener muy en cuenta por parte del capitalismo las reivindicaciones de la clase obrera, produciéndose un pacto entre capital y trabajo, que recibía seguridad y protección a cambio de aceptar la lógica de benefi­cios y mercado como principal sistema de asignación de recursos.

El EB presenta muy diversas variedades en virtud de su alcance y orientación. En la posguerra mundial hubo muy diversos estados o del bienestar, con estados más comprometidos o menos con el bienestar (nivel de gasto social); también hubo diferencias por el grado de desmercantilización de los derechos sociales y el sistema de estratificación que genera el EB, diferenciándose entre un modelo socialdemócrata o escandinavo (donde se alcanzó la mayor extensión del principio de universalismo y desmercantilización de los derechos sociales), otro conservador o europeo y un modelo liberal o americano (que algunos autores excluyen del EB).

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

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Thursday,18 jun 2009 11:24:25 GTM
<![CDATA[Relectura de Keynes: El modelo económico y social de la Europa Occidental (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,966
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El dinamismo económico de las sociedades industriales avanzadas entre 1950 y 1973 no tuvo precedentes históricos. Los países de la OCDE, bajo la hegemonía de Estados Unidos, se adentraron en una edad próspera (particularmente los años sesenta) en la que el crecimiento fue acelerado y sostenido (4'9% anual en el conjunto de la OCDE), destacando el de Alemania, Italia, Austria y Francia. El crecimiento económico fue también general y estable, abarcando a todos los sectores de la economía, facilitando la convergencia económica entre los países y fortaleciendo la posición europea en la producción mundial de bienes y servicios.

Los rasgos del crecimiento económico fueron: crecimiento uniforme del PIB, crecimiento rápido del PIB per cápita (dadas las menores tasas de crecimiento demográfico), cambios significativos en la estructura económica (disminución del protagonismo de la agricultura, crecimiento del producto industrial, empuje del empleo en el sector terciario), escasas interrupciones del proceso de crecimiento (que se desacelera cada 4 ó 5 años), constante presión inflacionista, niveles de desempleo reducidos (por debajo del 2%), rápido crecimiento del volumen de comercio (gracias a la cooperación internacional) y cambio drástico del papel gubernamental en la economía, a través del intervencionismo, con la extensión de la responsabilidad pública en el empleo y el crecimiento.

Como causas de este crecimiento hay que señalar tanto los avances en el terreno de la oferta (innovación tecnológica y mayor eficiencia alcanzada en la asignación de los factores productivos), como del comportamiento de la demanda (el crecimiento obedeció al dinamismo de la inversión y al alto nivel de consumo, en favor del cual actuó la política fiscal y anticíclica por parte de los gobiernos para asegurar una demanda estable y elevada: keynesianismo). También hay que hablar del cambio estructural: la expansión del sector moderno de la economía a costa del tradicional (rural) comportó una reasignación de factores desde sectores de baja productividad a sectores de elevada productividad (de la agricultura a la industria). Por último, hay que aludir a la dinámica centro-periferia, la dialéctica desarrollo-subdesarrollo como polos de un mismo proceso, de la dinámica del funcionamiento capitalista, de modo que Europa Occidental se beneficiaba de un intercambio desigual con los países subdesarrollados (explotación).

¿Cuáles fueron los fundamentos del modelo? El modelo de crecimiento de las economías avanzadas se fundamentó en el desarrollo armónico de la producción en masa (fordismo), con el crecimiento del consumo de masas (sociedad de consumo), en cambios en la producción y circulación, y en la ampliación de las funciones del aparato del Estado dentro del proceso económico. Desde el punto de vista de la producción, hay que hablar de:

-la renovación de la base energética (el petróleo desplaza al carbón, se abarata sustancialmente la electricidad y se produce un creciente grado de electrificación);

-la ampliación de la fuerza de trabajo disponible y del empleo (movimientos migratorios, modificación de la estructura de la edad, incorporación de las mujeres al mercado laboral, reducción del desempleo), más numeroso y de mayor calidad desde la posguerra (teoría del capital humano: los Estados se preocuparon por la mejora de la calidad del trabajo, invirtiendo una parte creciente del producto social en el sistema educativo);

-unas elevadas tasas de acumulación de capital (incremento de las tasas de inversión, favorecida por la necesidad de reconstruir las economías y modernizar los equipos), que a través de la inversión se dirigieron a elevar la productividad del trabajo (nuevas técnicas: existe una asociación positiva entre inversión y crecimiento).

-la revolución tecnológica (mayor eficacia de los factores productiva gracias al elevado nivel y rápida difusión de nuevas tecnologías y formas de organización, con la extensión a nuevos sectores de la automatización y la producción en masa, así como la managerial revolution en las formas de organización y dirección empresarial: tecnócratas, ejecutivos).

John Maynard Keynes en 1946 (foto wikipedia)

John Maynard Keynes en 1946 (foto wikipedia)

Hay que tener en cuenta también las transformaciones en la demanda y el consumo. La consecución de un alto y sostenido nivel de la demanda interna y exterior estuvo favorecida por las grandes transformaciones en la esfera del intercambio y el modo de consumo. Una vez obtenida la producción en masa, se persiguió el consumo en masa, aminorándose el tiempo de circulación de los productos y garantizándose encontrar cuanto antes un mercado a la producción (introducción de técnicas de publicidad y marketing), que dio origen a un sector económico más fuerte dedicado a actividades improductivas (transporte, comercialización, publicidad). El modelo de la moderna sociedad de consumo, vigente en Estados Unidos antes de 1945, se desplegó por los países europeos desde los años cincuenta. Los elementos del consumo de masas son la separación espacial de las condiciones de vida de la población (trabajo, vivienda, ocio), la existencia de una oferta amplia y diversificada (mercantilización de toda la vida del individuo) y la financiación del consumo (salarios, acción estatal, entidades financieras). Es fundamental, de forma paralela a la extensión del empleo, la mayor presencia de las rentas de trabajo en la composición de la renta nacional, reflejo de un incremento de los salarios. Al incremento de la renta salarial, hay que sumar las prestaciones sociales del Estado del bienestar a los sectores más desfavorecidos de la población, ya de forma directa, ya de forma indirecta (los servicios universales del bienestar permite dirigir la renta disponible al consumo privado).

El dinamismo económico de la posguerra está relacionado no sólo con el rápido crecimiento de la demanda interna sino también con el aún mayor crecimiento del comercio exterior (articulado de forma polarizada y desigual: los estados industriales de occidente concentraron el 80% del total; y cambiante en su estructura: se acrecentó la importancia de los productos industriales y se redujo la incidencia de los primarios). A su espectacular expansión contribuyeron la liberalización de los sistemas de pagos (creación en Breton Woods, 1944, del Sistema Monetario Internacional: el FMI y el Banco Mundial), la política de liberalización de las relaciones comerciales (creación del GATT en 1947) y nuevos procesos de cooperación e integración económicas eliminando obstáculos al comercio internacional (Unión Europea de Pagos, el Código de Liberalización de la OECE, la EFTA y la CEE), los estímulos de los Estados a la exportación (primas y exenciones, devaluaciones monetarias). El crecimiento de la posguerra ha evolucionado paralelamente a la importancia de la demanda exterior: los países con mayor crecimiento fueron los que más orientaron sus economías a la exportación.

Con el final de la II Guerra Mundial tuvo lugar una reorganización del sistema económico internacional. Se estableció, por un lado, un nuevo sistema monetario internacional, que quedó establecido mediante los acuerdos de Bretton-Woods de 1944. Se trató de un plan propuesto por EEUU que suponía, en principio, el retorno a la libre convertibilidad de las monedas entre ellas, así como con el dólar, moneda que se convirtió en la base del sistema al ser convertible en oro sobre la base de 35 dólares la onza (de esta manera se estableció una tasa de paridad fija entre las monedas, fundada en el patrón oro, de modo similar al período de entreguerras). Para asegurar la gestión del sistema se creó un Fondo Monetario Internacional (FIM), al que contribuiría cada país miembro en función de su importancia económica, cuota que determinaría el peso de cada país y la ayuda que podría obtener para equilibrar, en caso de necesidad, su balanza de pagos. Este órgano regulador del Sistema Monetario Internacional estuvo pues, en la práctica, bajo la influencia de EEUU, que tenía con diferencia la cuota más importante y ejercía así su preeminencia sobre la economía mundial.

La reorganización del sistema de comercial internacional se llevó a cabo también sobre concepciones americanas, de acuerdo con el General Agreement on Tariffs and Trade (GATT) firmado en Ginebra en 1947. Este acuerdo preconiza el desarme aduanero mediante la aplicación generalizada de la cláusula de nación más favorecida. 23 países que representaban el 80% del comercio mundial de la época suscribieron el acuerdo, que se convirtió así en la ley general del comercio internacional. Otros organismos creados en el marco de la ONU completaron esta reorganización, en especial el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, al que correspondía financiar los programas económicos y las inversiones destinadas a la reconstrucción. Esta reorganización comercial favorecía a los EEUU, proporcionándoles el control de la economía mundial.

Por otra parte, esta reconstrucción capitalista no reproducía de forma idéntica las estructuras del capitalismo liberal anteriores a la guerra. La reconstrucción y sus necesidades exigieron la intervención del Estado, que se correspondió con la magnitud de los problemas de la posguerra, con los hábitos adquiridos durante el conflicto y con la conciencia, extendida desde 1929, de la necesidad de renovar el capitalismo. Se trata de que el Estado haga de árbitro en la economía, la estimule y controle, en nombre del interés general. La intervención de la administración estatal (mayor o menor según el país) es un componente decisivo del funcionamiento de la economía en los países industriales: el aparato del Estado desempeña una serie de funciones primordiales en la expansión económica. De hecho, todas las grandes conquistas socioeconómicas del período 1950-1970 han estado vinculadas de algún modo al intervencionismo estatal, llegando a constituir el gasto público la mitad del PIB en algunos países. El constante aumento de los presupuestos del Estado y del gasto público, con especial relevancia de los capítulos destinados a la Seguridad Social, los intereses de la Deuda y las transferencias, se vio acompañado de un creciente endeudamiento en casi todos los países.

De acuerdo con las tesis de Keynes (1883-1946), el déficit fiscal, siempre que no revistiera carácter estructural, era lógico y necesario para luchar contra las fases depresivas de los ciclos económicos a través del impulso de la demanda. Durante la posguerra, la teoría keynesiana fue superada y se transformó en una planificación tendente al crecimiento económico y al bienestar: del carácter correctivo de la intervención en caso de crisis se pasó a una acción sistemática de prevención anticíclica y de nivelación social, del “Estado bombero” al “Estado del bienestar”. La intervención del Estado crea su propia dinámica, asentada en la hipótesis de un círculo virtuoso:

a) el déficit público crea demanda solvente para una industria competitiva.

b) ésta a su vez invierte y genera empleo para responder a esa demanda.

c) de las ganancias empresariales e individuales surgen los recursos fiscales que permiten al Estado controlar el déficit y financiar una serie de servicios públicos, que redundan en la mejor calidad de vida de la población y refuerzan la competitividad empresarial.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


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Tuesday,16 jun 2009 11:24:25 GTM
<![CDATA[La economía en España: del sueño snob a la pesadilla de la crisis]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,965
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Por fin el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero reconoce, por boca de su ministra de Economía, que el país se encuentra inmerso en una crisis de proporciones cuasi apocalípticas. Ya reconoce nuestro gobierno que una inminente tasa de paro del 20% será un mal menor y hasta asumible. Ya hay decenas de miles de familias españolas en las que no entra ni un solo euro de ingresos; los precios se desploman; el déficit del Estado se dispara; las deudas zapateriles tendrán que estar pagándolas hasta nuestros tataranietos; las colas en las oficinas de desempleo vuelven a dar vueltas y vueltas a la manzana; los ERE (Expedientes de Regulación de Empleo) pueblan las páginas económicas de los periódicos; los negocios de todo tipo y condición cierran sus puertas en pueblos y ciudades de toda la geografía nacional; los Bancos no conceden créditos a los particulares y las pequeñas empresas, utilizando los préstamos del Estado para maquillar sus propias cuentas; las Cajas de Ahorro, tras años de financiar los delirios de grandeza de las Comunidades Autónomas y el creciente “bienestar” de las castas políticas regionales, se declaran en quiebra, etc, etc…

Lo que no ha reconocido ni reconocerá el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero es que ha mentido a los ciudadanos españoles, que los mintió antes de las últimas elecciones con el mayor descaro y desprecio, y que hasta hace unos días ha maquillado en su propio beneficio una situación casi insostenible. La mínima decencia impondría a estas alturas la renuncia a seguir gobernando sin un nuevo refrendo de los ciudadanos y el reconocimiento público y general de errores y mentiras. Pero decencia y gobierno zapateril conforman un oximorón digno de enseñarse en las escuelas.

Claro que la no dimisión de Zapatero y su equipo fracaso tras fracaso, mentira sobre mentira, no debe extrañar a nadie. Vivimos en un país, en una sociedad en la que el verbo dimitir no se conjuga. ¿Alguno de los lectores de estas líneas conoce de algún responsable de Cajas o Bancos que haya dimitido tras ser un clamor de obviedad que han concedido indebidamente créditos y créditos que han llevado a la ruina a sus propias entidades, a empresas y particulares?  Mientras escribo estas líneas llega la noticia de que se ha declarado en ruina el primer ayuntamiento de la reciente historia de España. Un ayuntamiento socialista, cercano a Sevilla, ha entrado en suspensión de pagos. Desde enero no paga ni la luz, y ahora anuncia que no puede pagar ni a los funcionarios ni a proveedores. El ayuntamiento socialista cercano a Sevilla tiene apenas 6.000 habitantes y debe 6 millones de euros, mil millones de las antiguas pesetas. Seis mil habitantes y mil millones de deuda. ¿Alguien puede explicarlo sin recurrir a Ali Baba y los cuarenta ladrones? España es un país de nuevos ricos, un país de snobs, un país que lleva años viviendo muy por encima de sus posibilidades, un país que le dio la espalda a la realidad hace mucho tiempo. Y cuando escribo España, escribo españoles. Los españoles somos España, y al revés, claro.

Y es que todos tenemos parte de culpa en la terrible crisis económica que asola nuestra sociedad. Sí, todos, no sólo los avariciosos altos ejecutivos multimillonarios de los negocios internacionales; no sólo la casta política, irresponsable, avariciosa, insaciable de prebendas, status y riquezas. También nosotros, los mileuristas hispanos que, sin haber visitado jamás el Museo del Prado, nos considerábamos unos mindundis si no pasábamos nuestras primeras vacaciones en algún lugar del Caribe, o no conducíamos un coche de marca prestigiosa, o si no invertíamos lo que no teníamos en la compra de un chalé adosado o en una segunda vivienda en el campo o la costa, o si en nuestro armario no había algo de Armani, Versace, D & G…, o si no íbamos a cenar a un restaurante de diseño y estrella michelín con botellas de vino cuyo precio ya emborrachaba… Insisto, los españoles pasamos en apenas dos décadas del utilitario, la modesta vivienda, la ropa comprada a plazos en un gran almacén, el vino barato sin marca, las vacaciones en la casa del pueblo…, a un mundo de lujo diseñado que finalmente se ha revelado fuera de nuestro común alcance. Los españoles, en general, nos hemos gastado con dinero mal prestado lo que no teníamos en pos de vivir el sueño snob de ser y aparentar lo que no éramos, una sociedad rica. El sueño se ha tornado pesadilla. Era lo previsible. ¿Estaremos aprendiendo la lección?

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Monday,15 jun 2009 10:31:27 GTM
<![CDATA[Vicente Gutiérrez, Anémona, papeles literarios]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,964
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Conozco a Vicente Gutiérrez Escudero desde hace ya muchos años, tantos, que casi podría escribir un libro con los acontecimientos, sucesos y personas que han pasado ya por nuestras respectivas vidas. Y sin embargo, Vicente es un hombre joven, así que caigo ahora en la cuenta de que cuando lo conocí él debía ser poco más que un niño, y el joven, claro, debía serlo yo.

Vicente fue un niño prodigio, digámoslo sin levantar mucho la voz, pero tampoco sin bajarla en exceso. Si miro hacia atrás no puedo creer que a Vicente le haya dado tiempo a hacer todo lo que ya ha hecho a sus un tanto despistados 32 años. Ha publicado cuatro libros de poemas; ha ganado casi todos los premios poéticos más importantes que se conceden en Cantabria; ha coordinado y editado junto a Alberto Santamaría la principal antología de poesía joven cántabra reciente, Humus; ha sacado a la calle dos revistas de poesía de muy efímera existencia (Águeda y Siamés); ha editado también una colección de plaquettes poéticas; ha sido uno de los principales revitalizadores de las lecturas poéticas en cafés y locales nocturnos de toda la región de Cantabria; ha abrazado la vieja causa del surrealismo militante; ha creado grupos de intervención poética inmediata; ha estado involucrado en la edición de fanzines y publicaciones alternativas; escribe relatos y práctica el poco frecuentado género de la poesía visual; y además, para colmo, es columnista de El Mundo en su edición regional, se ha convertido en matemático de Carrera, sobrevive dando clases de Matemáticas en el Centro de Adultos de Santander, y le he conocido ya varias novias.

Vicente Gutiérrez

Vicente Gutiérrez

Vicente, hace ya bastante tiempo, viajó hasta Rumanía para estudiar matemáticas gracias a una beca Erasmus. Estuvo, si no me engaña la memoria, en la Universidad de Timisoara, y esa estancia rumana impregna buena parte de su última poesía. En aquel tiempo Vicente también viajó hasta Transilvania, la tierra natal del conde Drácula, Vlad “el empalador”. Y ahora, en mi fuero interno, creo entender la razón de aquel viaje: Vicente Gutiérrez es un vampiro. Un vampiro surrealista cuya verdadera edad debe rondar poco más o menos los trescientos años. Por eso le ha dado tiempo a hacer tantas cosas, por eso su poesía atesora una ingenua sabiduría, por eso es uno de nuestros principales jóvenes poetas, por eso, porque en realidad Vicente es un viejo vampiro disfrazado de joven poeta dispuesto a apurar la sangre de lo que palpita a su lado.

El poeta vampiro hace tiempo se lanzó a editar una revista, Anémona, publicación en forma de dos hojas volanderas de tamaño periódico que, imitando a algunas otras publicaciones que por el mundo deambulan, ofrece poemas, artículos, relatos, dibujos y demás aparatos de naturaleza literaria. En este esfuerzo de Vicente en el mundo de la modesta militancia poética, le secundan gentes que no son del todo mala compañía, entre los que puede citarse a Jorge Riechmann, Alberto Santamaría o Ildefonso Rodríguez.

Entre poetas, vampiros y anémonas se está desarrollando el juego.

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Friday,12 jun 2009 20:9:59 GTM
<![CDATA[Álvaro Pombo: poéticas de un estilo. Curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,962
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La semana del 10 al 14 del próximo mes de agosto, y dentro del programa de cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que se desarrollan en su sede santanderina del Palacio de la Magdalena, se desarrollará un curso dedicado a la vida y la obra del novelista, poeta y académico de la lengua Álvaro Pombo.

El curso, titulado “Álvaro Pombo: poéticas de un estilo”, se enmarca dentro de un convenio firmado por la institución académica y el Ayuntamiento de Santander, quienes pretenden dedicar anualmente un curso dedicado a “Creadores Santanderinos” con el objetivo de subrayar la obra de artistas y creadores nacidos en Santander de cara a apoyar la candidatura de Santander a ser capitalidad europea de la cultura el cercano 2016. La Asociación Cultural Plaza Porticada, presidida por Elena García Botín, es la encargada de coordinar el curso que tiene como director al profesor Dámaso López García (Decano de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid), y como secretario al que esto firma, Juan Antonio González Fuentes. El verano pasado dio comienzo esta iniciativa con un “Encuentro” protagonizado por el cineasta Mario Camus y el escritor Jesús Pardo.

A continuación se ofrece el programa del curso, con todos los conferenciantes, los títulos de sus intervenciones, etc... El propio Álvaro Pombo asistirá los dos o tres últimos días del curso a las sesiones. La matrícula ya está abierta y también la posibilidad de solicitar becas. ¿Una semana del mes de agosto en el Palacio de la Magdalena de Santander escuchando de viva voz al escritor Pombo? Yo desde luego lo pensaría: ah!!, las playas están a diez minutos andando de donde se darán las clases, y el Festival Internacional de Santander en plena ebullición.



En casa Álvaro Pombo (vídeo colgado en YouTube por droppedfilms)


Lunes 10 de agosto:

Mañana

Presentación del Seminario
Director: Dámaso López García (Decano de la Facultad de Filología. Universidad Complutense de Madrid)
Secretario: Juan Antonio González Fuentes (Real Sociedad Menéndez Pelayo)

10:00 - Inauguración del Seminario

10:30 - Conferencia:
La poesía de Álvaro Pombo
Juan Antonio González Iglesias
Poeta
Profesor de Filología Latina
Universidad de Salamanca

12:00 - Conferencia:
Álvaro Pombo novelista del siglo xxi
Emilio Peral Vega
Profesor de Literatura Española
Universidad Complutense de Madrid

Tarde

15:30 - Proyección de la película
El juego de los mensajes invisibles

Martes 11 de agosto:

Mañana

09:30 - Conferencia:
La narrativa de Ávaro Pombo o el arte de la manipulación: Historia y humor
Philippe Merlo
Universidad de Lyon 2

11:30 - Conferencia:
Historia y ficción en la narrativa de Álvaro Pombo
Juan Carlos Peinado
Crítico Literario

Tarde

15:30 - La obra periodística de Álvaro Pombo
Irene Andres-Suárez
Catedrática de Literatura Española
Universidad de Neuchâtel

16:30 - Mesa redonda: Álvaro Pombo: Ficción, crítica y periodismo
Irene Andres-Suárez, J. A. González Fuentes, Juan Carlos Peinado, Philippe Merlo
Modera: Dámaso López García

Miércoles 12 de agosto:

Mañana

09:30 - Conferencia:
Desde la compleja posmodernidad española: el ejemplo Matilda Turpín y Virginia
José Manuel López de Abiada
Catedrático de Literatura Española e Hispoanoamericana
Universidad de Berna

11:30 - Conferencia:
En torno a Los enunciados protocolarios
Nuria Rodríguez Lázaro
Profesora de Literatura Española
Universidad de Burdeos

Tarde

15:30 - Mesa redonda: Álvaro Pombo y sus contextos
Dámaso López García, José Manuel López de Abiada, Nuria Rodríguez Lázaro
Modera: Juan Antonio González Fuentes

Jueves 13 de agosto:

Mañana

09:30 - Conferencia:
La recepción de la obra de Álvaro Pombo
Javier Goñi
Crítico literario

11:30 - Conferencia:
Los relatos breves de Álvaro Pombo
Epicteto Díaz Navarro
Profesor de Literatura Española
Universidad Complutense de Madrid

Tarde

15:30 - Mesa redonda: Lecturas para Álvaro Pombo
Epicteto Díaz Navarro, Dámaso López García, Javier Goñi
Modera: Juan Antonio González Fuentes

Viernes 14 de agosto:

Mañana

09:30 - Conferencia:
La experiencia de escribir
Álvaro Pombo
Escritor
Académico de la Real Academia Española de la Lengua

11:00 - Mesa redonda: Lecturas para Álvaro Pombo
Álvaro Pombo, J. A. González Fuentes, Dámaso López García
Modera: Dámaso López García

13:00 - Clausura - entrega de diplomas

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Thursday,11 jun 2009 20:35:57 GTM
<![CDATA[El mar, tema en la música clásica occidental]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,961
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hasta el inicio de la conocida como “Carrera Espacial”, el océano había constituido a lo largo de toda la historia de la humanidad una de nuestras principales fronteras y territorios de viaje, comercio y exploración. Un territorio que, a pesar de las conquistas realizadas en el espacio exterior, sigue hoy en día pareciéndonos inmenso y desbordado de misterios maravillosos y, en no pocas ocasiones, terribles a la vez. Un mundo en el que los hombres, durante siglos, siempre hemos encontrado una fuente inagotable de alimentos, medicinas, diversión, deporte, avances científicos y técnicos..., un espacio natural por el que hemos viajado, comerciado, guerreado, explorado y conquistado tierras, y gracias al que, quizá por encima de todas las demás consideraciones, han logrado entrar en contacto distintas civilizaciones y culturas, distintas maneras de entender y pensar la existencia.

Para relacionarse con el universo marino, nuestros antepasados idearon una efectiva puerta de entrada y salida: los puertos. Cada puerto del mundo nació como una plataforma de operaciones destinada a concentrar y favorecer el trabajo en el mar. Hay puertos pesqueros, comerciales, industriales, militares, deportivos, turísticos..., pero todos sin distinción presentan un elemento en común: se construyeron para propiciar el desarrollo de las actividades del hombre en el mar. Y así, desde su temprana aparición en la historia, en esencia los puertos ha sido lugares de encuentro e intercambio. En ellos cohabitan en ininterrumpido trasiego, no sólo las personas, los barcos, las mercancías y el dinero, sino además, las palabras pronunciadas en distintas lenguas, e inevitablemente, el arte y el pensamiento. Debido a esta suma de factores, las ciudades portuarias suelen ser las más populosas, ilustradas, modernas, ricas y cosmopolitas del mundo, pues, como ya se ha señalado, sus puertos son la principal llave de acceso al océano, un espacio que se constituye en una de las mejores vías de comunicación del planeta y, sin duda, su mayor reserva de riquezas.

Leído lo escrito hasta aquí, tampoco extrañará a nadie que el mar y los puertos hayan desempeñado un papel protagonista en el acontecer de las artes y la cultura en general. En cuantiosas ocasiones los temas marinos -en casi todas las culturas y civilizaciones- han servido de base, referente o inspiración para poemas, relatos, novelas, piezas dramáticas, pinturas, dibujos, música sinfónica y de cámara, ballets, canciones, óperas...

En ese sentido, el campo de la música, en su vertiente popular y en la culta, se ha mostrado como uno de los más fértiles, ya que son abundantes las composiciones de cualquier época de la historia cuyo aliento aparece directamente relacionado con el mar, llegando incluso a conformar una suerte de subgénero del que serían buenas muestras las canciones marineras españolas con ritmo de habaneras o las barcarolas venecianas. 



Richard Wagner: obertura de El honadés errante: dirección de David Bruchez-Lalli (vídeo colgado en YOuTube por zhbruchez)

Por lo que respecta a la música culta, fue la compuesta durante buena parte del siglo XVIII, todo el XIX y primeros años del XX la que ofrece un mayor número de trabajos inspirados en temas marinos. La razón quizá debamos buscarla en la preponderancia que, en sus muchas formas y evoluciones, tuvo a lo largo del período señalado el romanticismo; movimiento proclive a ensimismarse igualmente ante la fuerza indomable de la naturaleza exaltada y violenta, como ante los ejemplos de una naturaleza cuya contemplación empujaba a la melancolía y la reflexión; movimiento que, además, buscó a algunos de sus héroes predilectos en quienes convivían en contacto directo, libre y arriesgado con dicha naturaleza. Probablemente esta pueda servirnos como somera explicación para la presencia de tanto mar encrespado, tempestades, bucaneros, oleajes, marinos errantes, barcos con todas las velas desplegadas al viento, corsarios, naufragios y piratas, que oferta la música escrita en la etapa histórica ya apuntada.

Una estupenda y significativa muestra de la música orquestal relacionada con el mar es la que a continuación se ofrece:

El holandés errante, también conocida como El buque fantasma, ópera en tres actos de Richard Wagner (1813-1883) con libreto del propio autor, se estrenó en 1843 en la ciudad de Dresde, y narra la redención por amor de un marino condenado a vagar eternamente por el mar en un barco fantasma. Su obertura es probablemente las más popular de Wagner, constituyendo una acertada evocación de una vida aventurera en el mar.

Las dos suites para orquesta de la música acuática las compuso el alemán George Friedrich Händel (1685-1759) para que fuesen interpretadas durante una procesión real por el Támesis en julio de 1717. En ellas destaca el uso de los instrumentos de viento, dando una buena prueba de la maestría compositiva alcanzada por este genial músico que vivió su madurez creativa trabajando para la corte inglesa.

Como una “gran fantasía zoológica” calificó Camille Saint-Sains (1835-1921) su Carnaval de los animales, fantasía en catorce movimientos para dos pianos y orquesta compuesta en 1886 y en la que cada movimiento representa un animal diferente. Aquarium, como su nombre indica, es el movimiento que simboliza el universo de los animales acuáticos, llevando el peso de la pieza el sonido del piano.

Cinco fueron las oberturas que Hector Berlioz (1803-1869) escribió entre 1823 y 1855, siendo la titulada El Corsario una de las más conocidas. Estrenada en su versión definitiva en París en 1855, el título y tema están extraídos de la novela del escritor estadounidense Fenimore Cooper El corsario escarlata.

 

Claude Debussy: La Mer, III movmiento,"Dialogue du vent et du mer". Dirección de Claudio Abbado (vídeo colgado en YOuTube por wozzeck)

Jacques Offenbach (1819-1880) fue uno de los compositores más famosos e interpretados de su época. Hoy sólo mantiene dentro del gran repertorio internacional una obra, su ópera póstuma Los cuentos de Hoffmann (1881). Terminada por Guiraud esta ópera contiene momentos muy hermosos, como el que abre el acto segundo, la famosa barcarola “bella noche, oh noche de amor”, dúo en el que los personajes Giulietta y Nicklausse cantan al amor y al tiempo que nos abandona.

Inspirado en Las mil y una noches, el ruso Nicolai Rimsky-Korsakov (1844-1908) escribió en 1888 Scheherezade, suite sinfónica estructurada en cuatro movimientos basados en historias diferentes del famoso libro. El primero es el titulado El mar y el barco de Simbad, música de marcado “tono oriental” que describe la navegación del ya mítico marino y aventurero.

Il cimento dell'armonia e dell'invenzione es un conjunto de doce conciertos escritos por Antonio Vivaldi (1678-1741) entre los que se incluyen las célebres Cuatro estaciones. Con el número 5 figura el escrito en mi bemol mayor La tempestad en el mar. De nuevo estamos ante la recreación musical del viento y el oleaje, pero esta vez por medio sólo de una orquesta de cuerdas acompañada por un clavecín.

Otello, estrenada en la Scala de Milán en 1887, es junto a Macbeth y Falstaff, la tercera ópera de Verdi (1813-1901) basada en el teatro de Shakespeare. La historia de amor y celos protagonizada por el moro de Venecia es de todos conocida. Aquí asistimos al comienzo de la ópera. La gente ve a lo lejos la vela del barco que trae a Otello de regreso a puerto. Pero el tiempo es tormentoso y el barco tiene dificultades para guarecerse. Por fin, Otello y su tripulación logran recalar en el puerto y como signo de alegría pronuncia el conocido Esultate!, toda una prueba de fuego para el tenor.

Tres esbozos sinfónicos integran El Mar del francés Claude Debussy (1862-1918), tal vez la obra musical por excelencia dedicada al mar. Estrenada sin mucho éxito en los parisinos Conciertos Lamoureux en 1905, cada movimiento describe un instante determinado de la vida marina, constituyendo el conjunto uno de los trabajos más reveladores y decisivos del impresionismo musical gracias a la riqueza de la paleta orquestal y a su singular expresividad, muy cercana a lo pictórico.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,10 jun 2009 20:35:57 GTM
<![CDATA[José María Lassalle, un intelectual en la academia, un escritor en la política]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,960
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A las ocho de la tarde del 26 de abril del año 2001, se presentó en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria el libro de José María Lassalle Ruiz, John Locke y los fundamentos modernos de la propiedad, publicado por la editorial madrileña Dyckinson bajo los auspicios de la Universidad Carlos III. Actuaron como presentadores Manuel Ángel Castañeda, director del periódico El Diario Montañés, y Valentí Puig, periodista y escritor (gran conocedor de la obra del genial Josep Pla), responsable de la edición barcelonesa del diario ABC.

El libro de Lassalle es un análisis del diseño lockeano de la propiedad y su influencia dentro de campos como la filosofía, la política y lo jurídico, y se corresponde con el contenido de la tesis doctoral que bajo la dirección del profesor Jesús Ignacio Martínez, el autor defendió a finales de 1999, hace ya casi una década, obteniendo por unanimidad la calificación máxima de sobresaliente cum laude.

José María Lassalle Ruiz

José María Lassalle Ruiz

El texto que nos ha dejado José María Lassalle ofrece a simple vista dos características destacables. Por un lado, el rigor científico propio de un esfuerzo realizado dentro de los parámetros exigidos por la “academia”. En este sentido, John Locke y los fundamentos..., es desde luego el libro de un excelente investigador universitario. Y por otro lado, la sorprendente riqueza de perspectivas (política, legislativa, histórica, literaria) que José María Lassalle ha hecho entrar en juego a la hora de contextualizar y desentrañar el complejo asunto abordado. Riqueza que nos viene dada, además, en el molde de una muy estimable literatura, de tal suerte que John Locke y los fundamentos..., se nos revela como la obra de un intelectual, de un hombre de vasta cultura que sabe escribir, además, estimable literatura.

Estas razones me inducen a catalogar a Lassalle como “especie a proteger” dentro del especializado y profesionalizado mundo universitario actual. Con John Locke y los fundamentos..., el profesor de Filosofía del Derecho José María Lassalle ha demostrado su capacidad para la ciencia y el saber especulativo, pero también, y siguiendo las enseñanzas de humanistas tan destacados como Gadamer, Octavio Paz o Gombrich, para desenvolverse con gusto y productiva fluidez por la reflexión artística y literaria.

Esta rara y fructífera capacidad que recorre toda la obra escrita de José María Lassalle, la pone éste especialmente de manifiesto en el impagable epílogo literario que cierra el trabajo al que nos estamos refiriendo (“El Robinson Crusoe como escenario narrativo de la propiedad lockeana”, es su título), y en la serie de artículos que sobre personalidades del mundo del arte y la literatura, y sobre asuntos y conceptos de raigambre política y jurídica viene publicando desde hace tiempo en El Diario Montañés, El País o el suplemento cultural del ABC.

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-LIBRO: Jesús Pardo, Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)


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Tuesday,9 jun 2009 20:13:42 GTM
<![CDATA[Giuseppe Verdi: un artista ingenuo (pasión, amor, celos, patriotismo, poder, soledad...)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,959
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

“Su compositor de ópera favorito era Verdi; y una sola frase suya, como “Addio! del passato bei sogni ridenti”, de La Traviata, bastaba para que se sintiera embriagado y la cantaba repetidas veces. Pedía a su hijo Giorgio que la cantara con su voz de niño, más clara que la suya, y después se pasaba un rato repitiendo una sola palabra ri-i-i-ide-e-enti”. Richard Ellman, en su biografía de James Joyce.

“Como ya he dicho, siempre he estado agradecido a Verdi. Con veinticuatro músicos y sólo cuatro primeros violines, Verdi es todavía posible. Puccini es una pesadilla, pero Verdi es posible... Mi idea de Il Trovatore es que ahí hay lo que Jung llamaba los arquetipos. Miedo, odio, amor..., esto me fascina. Y ¿sabe?, ¡no hay ni un sólo momento monótono en toda la obra!”. Herbert von Karajan en conversación con Richard Osborne.

Samuel Johnson atribuye a Shakespeare un talante natural para la comedia más que para la tragedia. Tal vez tuviera razón. Pero comparemos la labor de buen artesano que hay en Las alegres comadres de Windsor con el brillo mercúrico y la tristeza del Falstaff de Verdi...” “La crítica más útil del Otelo de Shakespeare que conozco es la que puede hallarse en el libreto de Boito para la ópera de Verdi y en la respuesta del compositor, tanto musical como verbal, a las sugerencias del libretista”. George Steiner. Errata y Presencias reales.



Acto III del Don Carlo, de  G. Verdi, dirigido por Herbert von Karajan en 1986 (vídeo clgado en YouTube por StuportMundi86)

“En una carta a Spender de 1935 sostenía (Isaiah Berlin) que Wagner era uno de esos artistas incapaces de sentir emoción directamente. Tenía que preguntarse: ¿Qué es la pasión erótica?, ¿qué son los celos?, para después dedicarse a construir una paráfrasis musical de emociones que no podía sentir de primera mano. Mientras que Verdi llegaba al corazón directamente, porque él mismo sentía las emociones y no le hacía falta parafrasear...” “El reconocimiento público engendró en él (I. Berlin) un tipo particular de estado de conciencia, que empezó a explorar en un ensayo titulado The Naïreté of Verdi (La ingenuidad de Verdi), basado en la distinción de Schiller entre el artista ‘ingenuo’ y el ‘sentimental’. Un compositor ‘ingenuo’ como Verdi no tenía conciencia de sí: era parte integral del Risorgimento y toda su obra hablaba de y a ese mundo. Los artistas ‘sentimentales’ como Wagner forjaban su arte con su propia alienación, su propia incapacidad para identificarse plenamente con su época o con su medio. A Berlin, por su parte, le encantaba el arte ‘ingenuo’, especialmente Verdi...”. M. Ignatieff. Isaiah Berlin. Su vida.

“La muerte con sus perlas,/ sus sedas, sus rubíes, abanicos de pluma,/ encajes, terciopelos.../ La muerte va a la Ópera./ Apaga los mecheros de gas/ para que no se vea su esqueleto amarillo./ La Ópera va a la muerte./ La música amansada va a la muerte./ Va a la muerte, encolerizada,/ a ser domada por Giuseppe Verdi./ Como un zumbel, una peonza,/ es la vida de cada ser:/ gira vertiginosa, rumorosa,/ después se tambalea más y más,/ hasta el desplome y el silencio./ Mientras gira, ve en torno suyo/ agonizar hijos, amor./ Rossini y el estío,/ Manzoni y el otoño,/ la patria encadenada:/ se ve morir Giuseppe Verdi./ Y, sin embargo, tanta vida,/ tanta muerte, se enjoya, fastuosa,/ toma sus abanicos de pluma,/ viste sus sedas y sus terciopelos,/ se oculta tras la máscara de oro y gas./ Y va a la Ópera. La muerte va a la Ópera/ encadenada a la armonía”. José Hierro. “Verdi, 1874”, poema del libro Agenda.

Este texto quiere ser, ante todo, una entregada declaración de amor a la obra de Giuseppe Verdi. Pero sintiéndome un amante primerizo e inexperto, seguro de sus sentimientos e intenciones, pero bastante inseguro en su expresión, he recurrido a palabras ajenas. Palabras en las que no me importa tanto su evidente criterio de autoridad, como que encierran ideas y sentires coincidentes con los míos. Me reconozco, por tanto, plenamente en estas reflexiones, “armonías” y anécdotas verdianas. Y es que yo también me he sorprendido a menudo repitiendo frases y tarareando músicas en las que me siento inexplicablemente comprendido: “Oh, mia figlia! No lasciarmi non dei. Non morir! (Rigoletto); “Ella giammai m’amò” (Don Carlo); “È finita: non siede che l’odio, che l’odio e la morte nel vedovo cor! O dolcezze perdute! O speranze d’amor, d’amor” (Un ballo in maschera); “Or morendo, nell’ombra, in cui giacio... Un bacio, un bacio ancora, ah! un altro bacio...” (Otello).



Acto III de Un ballo in maschera, de Giuseppe Verdi (vídeo clgado en YouTube por Macbett0)

Yo también he experimentado la posibilidad de Verdi aun en las condiciones más adversas, como aquel Rigoletto de Leicester, cantado en inglés, sin apenas decorados y con una orquesta minúscula, y que sin embargo tanto me conmovió. Yo también creo que Verdi ha sido el compositor que mejor ha logrado dar sentida voz humana a un mayor número de humanos sentires (pasión amorosa, odio, celos, locura, amor paternal y filial, patriotismo, poder, soledad...), y ahí están para confirmarlo las voces de Rigoletto, Aida, Falstaff, Yago, Macbeth, Violeta, Otello o Felipe II. La permanente frescura de Verdi radica en que su arte brota de las mismas entrañas de su verdad/experiencia personal; verdad vaciada en los moldes de un evolutivo y completo dominio de la forma musical puesta siempre al servicio de lo teatral, y viceversa, la música es en sí misma puesta en escena, canal por el que transcurre la acción y la psicología de los personajes.

Se acabó mi tiempo. Releo y siento con angustia que todo ha quedado en el tintero. No veo reflejadas en mis palabras ni un ápice del amor, la pasión y el respeto que siento por mi músico, por Verdi. Otra insatisfacción que echar al bolsillo.

La vida y la muerte -las pasiones que conllevan y sobrellevan- se encuentran en la ópera, se encuentran en Giuseppe Verdi, él escribe la armonía.

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Monday,8 jun 2009 19:6:13 GTM
<![CDATA[Juan Diego Flórez en el Teatro Real de Madrid: hasta Gerard Mortier se vino arriba]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,958
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Ya he escrito algún post dedicado a este inconmensurable tenor peruano de nombre Juan Diego Flórez, a esta estrella de la ópera cuya sola presencia en el escenario anuncia momentos de inolvidables de extrema emoción musical. Hasta ahora he tenido dos veces en mi vida la suerte de poder escucharlo cantar. Las dos en Santander, las dos en el marco del Festival Internacional, las dos en concierto con piezas de Bellini y Rossini, principalmente. En una de las ocasiones ofreció como propina “La donna e mobile” del Rigoletto de Verdi, y anunció que estaba preparándose poco a poco para poder abordar un papel tan extremadamente complicado y exigente desde el punto de vista vocal.

En efecto, han pasado cuatro años al menos desde la última vez que le escuché en directo, y estaba anunciada su actuación como duque de Mantua en las representaciones del Rigoletto que van a tener lugar en el Teatro Real de Madrid casi de forma inmediata. El tenor debutó en el papel hace poco, creo, y cito de memoria, en un teatro alemán o suizo. Las sensaciones no fueron buenas. El tenor comprobó en vivo y en directo que su voz aún no está preparada para el reto, y siguiendo el ejemplo de Alfredo Kraus (del que en septiembre se cumplirá una década de su muerte), anunció que se retiraba del papel, que no podía asumirlo ahora sin correr el riesgo de que su voz se deteriorara tal vez de forma irreparable. Y haciendo gala de profesionalidad, sentido común, y una honradez a prueba de bomba, canceló sine die sus Rigoletto. Sólo asumirá el papel cuando su voz haya alcanzado la robustez necesaria, la agresividad y fortaleza vocal que determinados momentos demandan al encarnar al duque de Mantua, un tipo a la vez siniestro, malvado, simpático, alegre, dicharachero, atractivo...

Para compensar al público madrileño, el tenor ofreció el martes 2 de junio un concierto en el Real que repetirá el próximo domingo día 7. En el concierto Juan Diego Flórez se ajustó estrictamente a su especialidad, a los compositores y papeles para los que su voz hoy es un instrumento ideal, inigualable casi: Rossini, Donizetti, Gounod, ... Y la armó, literalmente la lío.



Juan Diego Florez: "La donna e mobile" del Rigoletto de Giuseppe Verdi (vídeo colgado en YouTube por Tenor65)

Miles de personas seguían la actuación desde una pantalla gigante instalada en la plaza de Oriente, y tanto dentro del teatro como fuera el éxito fue de los que no se olvidarán en décadas. El entusiasmo se desbordó. Bravos, aplausos, vítores de miles de personas puestas en pie..., llenaron la noche madrileña de amor por la ópera, por el canto, por el más grande, personal y estratosférico tenor lírico que ahora mismo existe sobre la faz de la tierra. Las propinas se fueron sucediendo una tras otra. Canciones populares, Tosti... La respuesta del público tanto dentro como fuera del teatro estaba siendo tan clamorosa, que el tenor decidió lo inaudito: abandonó el escenario, salió a un balcón del Teatro y regaló a los miles de asistentes que se congregaban en la plaza una interpretación a cappela. ¿Resultado? El delirio, nada más y nada menos.

Y el delirio para los unos, el público popular reunido en la plaza gratis, y para los otros, incluido el ogro de la escena operística mundial, el antidivos por excelencia, el director artístico que lleva décadas arremetiendo contra el star system operístico internacional, el director que alguna vez juró que jamás cantarían ni Domingo ni Pavararotti en los teatros bajo su mando, el hombre que se hará cargo la próxima temporada del Teatro Real madrileño, el inefable Gerard Mortier. Sí, en la noche madrileña, hasta Mortier se puso de pie para aplaudir a un milagro de voz y carisma de nombre Juan Diego Flórez.

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Friday,5 jun 2009 19:24:52 GTM
<![CDATA[Apuntes sobre historia de la ONU (United Nations)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,957
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Al acabar en 1945 la II Guerra Mundial, existían algunos acuerdos fundamentales entre las grandes potencias en lo relativo a la organización del nuevo orden internacional, el que brotaría de la posguerra. Uno de ellos era la creación de una organización de naciones, heredera de la Sociedad de Naciones creada en 1919 y de la Declaración de las Naciones Unidas de 1942 (EEUU, URSS y Gran Bretaña). Entre abril y junio de 1945 se reunió la llamada Conferencia de San Francisco, de la que salieron la Carta de las Naciones Unidas, norma fundadora de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que nació en octubre de 1945. Sus objetivos básicos eran el manteni­miento de la paz y la seguridad, el fomento de las relaciones de amistad y cooperación en­tre las naciones, la igualdad de derechos entre los pueblos y el derecho de autodeterminación, así como el respeto a los derechos huma­nos y las libertades fundamen­ta­les.

Su estructura organizativa básica incluye desde entonces:

-Asamblea General: una suerte de parlamento internacional en el que todos los países miembros están representados de manera igualitaria.

-Consejo de Seguridad: órgano ejecutivo de la ONU, en el que están representados de manera permanente las cinco principales potencias vencedoras de la guerra mundial (EEUU, URSS, China, Gran Bretaña y Francia), que además poseen derecho de veto, junto a otros diez países elegidos cada dos años.



Sede la de Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York

-Secretaría General: órgano permanente encarnado por el secretario general, con la finalidad de dirigir el funcionamiento de la ONU y mediar en las relaciones o conflictos internacionales.

-Los organismos especializados: organizaciones encargadas de problemas y campos concretos, entre los que destacan el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, la UNESCO (educación y cultura), la FAO (agricultura y alimentación), la OMS (salud), la OIT (trabajo), la UNICEF (infancia), etc, etc...

A lo largo de su historia la actividad de la ONU ha tenido resultados desiguales. Desde un principio las potencias con derecho a veto han bloqueado sistemáticamente cualquier resolución contraria a sus intereses, lo que ha restado eficacia y credibilidad a la Organización en el ejercicio de sus teóricas funciones de mantenimiento del paz y el derecho internacional. Junto a ello el enfrentamiento entre EEUU y URSS se trasladó diplomáticamente a la ONU, que se convirtió muchas veces en mera caja de resonancia de la rivalidad bipolar. Estas circunstancias y la falta de una fuerza propia ha paralizado frecuentemente a la ONU ante graves conflictos y violaciones de la legalidad internacional (a ello hay que añadir que hasta 1974 no se definió el concepto de agresión). Por otro lado es de reconocer que además de constituir un foro de discusión y negociación de los problemas mundiales, en ocasiones ha actuado eficazmente para evitar o atajar algunos conflictos, ha facilitado y promovido el proceso de descolonización, ha fomentado el respeto a los derechos humanos (definido teóricamente a través de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948) y sus organismos especializados han colaborado en la lucha contra múltiples problemas y lacras (defensa de la infancia y la educación , refugiados de guerra, lucha contra las enfermedades...

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Wednesday,3 jun 2009 21:19:21 GTM
<![CDATA[Mark Everett (E) y los Eels, Hombre lobo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,956  

Juan Antonio González Fuentes

Cuando tan sólo era un adolescente encontró a su padre, un afamado físico, muerto de un infarto. Mediada la década de los 1990 murió su madre y su hermana se suicidó. El tristemente famoso 11-S una prima suya viajaba como azafata en el avión que los terroristas estrellaron en Washington contra el Pentágono. Vamos, que Mark Oliver Everett (Virginia, 1963) tenía muchas papeletas para que su música y las letras de sus canciones fueran un canto (y nunca mejor dicho) a la depresión y al pesimismo. Pero en su muy peculiar rock alternativo nada hay de patetismo, nada hay de pozos negros o de tristezas enquistadas.

Mark Everett, más conocido en el mundo de artisteo internacional como simplemente E, es el líder de la banda de rock Eels, y para escribir su autobiografía (Things the grandchildren should know -- Cosas que un niño grande debería saber--) ha tenido que considerar a su familia, según propia confesión, sencillamente como un proyecto artístico, para así intentar digerir todos los sucesos mencionados.



EELS: "Fresh Blood" (vídeo colgado en YouTube por OfficialEels)

Pero además de su autobiografía, Mark Everett, E y los Eels, acaban de editar su último disco, Hombre lobo, 12 canciones de deseo, unos temas que tratan sobre “las intensas y horribles urgencias que de vez en cuando te asaltan que pueden cambiar tu vida”.

El primer single del trabajo lleva por título Fresh Blood (Sangre fresca), y su ritmo hipnótico viene adornado por unos aullidos que vienen a subrayar la actual atracción de la banda y de su líder por la fuerza vitamínica de los instintos más primarios. Para este trabajo E se ha dejado crecer la barba y se ha mimetizado en un juglar licántropo rebosante de talento y de propuestas musicales más que interesantes.

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Tuesday,2 jun 2009 21:3:49 GTM
<![CDATA[40 años de Editorial Anagrama. Nuevas colecciones]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,955  

Juan Antonio González Fuentes

Cuarenta años de ininterrumpida actividad editorial (1969-2009), y casi tres mil títulos publicados es el balance superficial y a bote pronto que puede hacerse hoy si se piensa en la Editorial Anagrama. Pero esta aventura editorial es mucho más que lo apuntado aquí, mucho, mucho más. Y en este sentido podría decirse que a través de las vicisitudes, triunfos y fracasos, altibajos de toda índole y condición de Anagrama y de su alma mater Jorge Herralde, muy bien tenemos el preciso y fiable electrocardiograma de todo un país, España, y de toda una cultura escrita, la española, la que se hace en español.

Analizar con alguna profundidad y sentido la vida de esta editorial y su impacto en nuestra cultura literaria merecería toda una larga tesis doctoral, que no sé si ya existe o está en vías de existir. Evidentemente en estos párrafos sólo podemos dejar constancia del cumpleaños, felicitarnos del mismo como lectores, y dar las gracias al editor Herralde por su trabajo, sus empeños, sus apuestas, sus conocimientos.

Paul Auster, Sebald, Bolaño, Magris, Baricco, Álvaro Pombo, Martin Amis, Julian Barnes, Bukowski, Bryce Echenique, Carver, Rafael Chirbes, Richard Ford, Ishiguro, Houellebecq, Ian McEwan, José Antonio Marina, Nabokov, Kenzaburo Oé, Georges Perec, Tom Wolfe, P. G. Wodehouse, Vila-Matas, Javier Tomeo, Tom Sharpe, Tabucchi, Arundhati Roy…, son sólo algunos de las decenas de nombres de escritores que hemos podido leer en español gracias a Anagrama a través de sus distintas colecciones (Compactos, Contraseñas, Panorama de narrativas, Narrativas hispánicas, Biblioteca de la Memoria…).

Jorge Herralde

Jorge Herralde

Para festejar o conmemorar este importante cumpleaños editorial, Jorge Herralde y su equipo de trabajo han puesto en circulación dos nuevas colecciones. La primera es Biblioteca Anagrama, que en edición asequible (poco menos de diez euros) y en tapa dura, pone a la venta en los kioskos españoles cien de los más emblemáticos títulos de la editorial, figurando entre ellos mayoritariamente las novelas, pero incluyendo también algunos ensayos, libros de cuentos, o de género híbrido. 53 (más de la mitad) están firmados por autores anglosajones, 23 por autores en español, y el resto se reparten entre distintas lenguas: francesa (12), italiana (5), alemana (4), polaca (2), japonesa (1).

¿Títulos? Pues desde el Canon Occidental de Harold Bloom hasta Chesil Beach de Ian McEwan, pasando por títulos Lolita de Nabokov, El Danubio de Magris, Austerlitz de Sebald, Los detectives salvajes de Bolaño, Donde las mujeres de Álvaro Pombo, Bartleby y compañía de Vila-Matas, o El libro de las ilusiones de Paul Auster.

La otra colección, que incluso aún no ha llegado a las librerías, lleva por título el de un célebre relato de Henry James, Otra vuelta de tuerca. En ella se recuperarán obras imprescindibles que se encuentran ahora descatalogadas, y reunirá en ocasiones diversos trabajos de un mismo autor. La nueva colección se inicia con El rey de la dos Sicilias de Kusniewicz; Relatos autobiográficos de Thomas Bernhard; La fortaleza asediada de Qian Zhongshu y las cinco novelas de Patricia Highsmith protagonizadas por Tom Ripley.

Se acerca el verano, se acercan las vacaciones, y llegan los días, las semanas de vacaciones, de tiempo libre que podemos dedicar a leer. Una opción asequible es festejar el cumpleaños de Anagrama acercándonos a un kiosko o a una librería y adquiriendo alguno de los títulos imprescindibles que ofrecen sus nuevas colecciones. Merecerá siempre la pena.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


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Monday,1 jun 2009 13:14:4 GTM
<![CDATA[Poemas de un novelista, de José Donoso (Bartleby Poesía)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,954  

Juan Antonio González Fuentes

Hay escritores a los que el prestigio llega a aplastar como una losa. Si entre los más cultos lectores españoles de novelas hiciéramos una encuesta sobre los mejores novelistas hispanoamericanos del siglo XX, dudo mucho que fueran numerosas las listas en las que faltase el nombre del chileno José Donoso. Y sin embargo, ¿quién lee hoy a José Donoso? Sí, ya sé que la pregunta tiene una enorme carga de retórica vacua, por qué quién lee hoy, por ejemplo, a Gerardo Diego, a Larrea, a Salinas, a Aleixandre, a Guillén…, por hablar sólo de autores consagradísimos en el olimpo literario contemporáneo español. Sí, también sé que la pregunta esencial es mucho más sencilla, algo así como ¿quién lee hoy?

José Donoso (1924-1996), a todas luces críticas uno de los escritores chilenos mayores del siglo XX, publicó su primera novela en 1957. Coronación, una crónica casi perfecta de la decadencia de las clases altas de la capital chilena. A esta primera y exitosa novela le siguieron otras hasta superar la docena con algunos títulos póstumos (El lugar sin límites, 1965; Tres novelitas burguesas, 1973; Casa de campo, 1978; Donde van a morir los elefantes, 1995; Lagartija sin cola, 2007…), y también dos libros de memorias (Historia personal del boom, 1972 y Conjeturas sobre la memoria de mi tribu, 1996), y libros de cuentos (Verano y otros cuentos, 1955; El charleston, 1960), e incluso un libro póstumo en el que Cecilia García-Huidobro recopiló sus artículos para revistas (Artículos de incierta necesidad, 1998).

José Donoso: Poemas de un novelista (Bartleby Poesía, 2009)

José Donoso: Poemas de un novelista (Bartleby Poesía, 2009)

En 1981 Donoso publicó su único libro de poemas oficial con el explícito título de Poemas de un novelista. Pues bien, ahora la colección Bartleby Poesía rescata esos poemas y vuelve a ofrecerlos al lector en español con un prólogo del también chileno Jorge Edwards, Premio Cervantes 1999). El volumen del que hablamos integra toda la escasa producción poética de Donoso, escrita curiosamente durante los años que vivió junto a su familia en España, en Sitges, Madrid y Calaceite, un pequeño pueblo de la provincia de Teruel donde vivieron entre 1972 y 1976, y donde el autor escribió la mayor parte de sus poemas. Donoso hizo de Calaceite un verdadero centro neurálgico de la alta cultura escrita en español durante aquel tiempo, pues por su casa turolense pasaron Luis Buñuel, García Márquez, Vargas Llosa, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral y los hermanos Moix, Ana María y Terenci, entre otros.

¿Y cómo son los poemas de Donoso? Con franqueza lo desconozco, pues aún no le he podido echar un vistazo al libro. Pero adelantaré la propia idea que de su poesía tenía el autor: “refugio de las monstruosidades de la prosa”, y unas líneas absolutamente elocuentes del prólogo de su paisano Edwards: “Mientras el José Donoso de la novela ocultaba o transmitía imágenes deliberadamente borrosas, el de los poemas, en cambio, como se hace y se dice en el arte de la fotografía, revelaba. Ocultar en trabajoso; enfocar y revelar era un alivio, un respiro”.

Fiémonos tanto del autor como del prologuista, y soñemos entonces una poesía clara, enfocada hacia la realidad para captarla nítida y aliviada con luz limpia, sencilla, sosegada, reveladora.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


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Friday,29 may 2009 19:48:11 GTM
<![CDATA[El añil, una arriesgada apuesta narrativa de José Ramón Martín Largo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,953  

Juan Antonio González Fuentes

Comenzaré señalando que esta es una novela de difícil lectura. Con esta afirmación quiero decir que en El añil (Alfaguara, Madrid, 1997) no se hace presente una nítida tramoya argumental, no aparecen unos protagonistas perfectamente definidos y que tras verse sometidos a los avatares de la aventura, cumplen con unos objetivos y transforman su existencia. No, El añil no es obra adecuada para hacer más llevadero el uso de los transportes públicos. Muy al contrario, esta es una obra que requiere de un lector exigente y habituado a la polifonía de la palabra interior.

Una vez apuntados estos elementos, juzgo ocioso añadir que Martín Largo (Toledo, 1960, es autor de guiones para documentales y de novelas como El momento de la luna (Alfaguara, 1995) o La noche y la niebla (Alfaguara, 2000), no aplica en su trabajo los elementos definitorios de un “clasicismo narrativo” de raíz decimonónica, sino busca inspiración en otros modelos, en esencia Joyce y la Woolf. De ahí que Martín Largo ponga en boca de uno de sus personajes: “¿Se puede escribir hoy como si Joyce no hubiera existido?”.

José Ramón Martín Largo (foto de Alfaguara)

José Ramón Martín Largo (foto de Alfaguara)

Cuando Martín Largo explicita en su novela los elementos que de la obra de Joyce más lo inquietan, define su propio esfuerzo: “...vaguedad de las situaciones, indefinición de los escenarios y los personajes; falta de signos que identifiquen a éstos y que ayuden a ubicar, a precisar lo que está ocurriendo, a apreciar cuál es realmente la naturaleza de las relaciones recíprocas entre los personajes y entre éstos y el entorno...”.

Siguiendo el modelo joyciano, en el que el propio lenguaje es el único protagonista, Martín Largo ofrece en El añil un arriesgado ejercicio narrativo del que sale airoso; una coherente yuxtaposición de reflexiones que van delineando los paisajes interiores de unos personajes que representan algunos de los más claros síntomas del pasasdo final de siglo.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,28 may 2009 20:23:31 GTM
<![CDATA[Guerra fría, distensión y los países no alineados (1953-1962)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,952  

Juan Antonio González Fuentes

La paz en Corea dio paso a una breve etapa de cierta estabilidad y distensión, favorecida también por la sustitución de Truman por el más pragmático Eisenhower y por la caída del salvaje dictador Stalin y el posterior ascenso del moderado Kruschev. Desde los años cincuenta se producen cambios de gran relevancia en el orden internacional, que determinan otra dinámica geopolítica. Como ya se ha dicho el equilibrio del terror, la presencia de dirigentes más moderados en ambas superpotencias y la doctrina de la “coexistencia pacífica”, formulada por Kruschev en 1956, favorecieron una estabilización de las relaciones entre EEUU y la URSS, que se tradujo en los encuentros entre las superpotencias celebrados en Ginebra (1955) y Viena (1961) o la visita del dirigente soviético a Norteamérica en 1959.

Otro cambio fundamental fue el introducido por el derrumbe de los imperios coloniales y el progresivo acceso a la independencia de nuevas naciones (descolonización), iniciado en Asia en la década posterior a 1945 y continuado en África en el decenio siguiente. Esto llevó a una extensión de la competencia ruso-americana al Tercer Mundo, tratando de conseguir nuevos aliados o de frenar la influencia del rival. La iniciativa estuvo en manos de los soviéticos, dado el atractivo de las ideas anti-imperialistas y comunistas para los países recién independizados o en lucha contra el colonialismo. Kruschev desplegó una activa política de apoyo a los pueblos del Tercer Mundo, ampliando las opciones del imperialismo soviético entre los movimientos de liberación nacional asiáticos y africanos (ayudas a la India, Egipto, Irak, Afganistán, Yemen del Sur, Argelia, Si­ria, Vietnam, Mongo­lia, Ghana, Mali, Guinea o Cuba). Además los rusos realizaron importantes progresos en la carrera armamentística (particularmente con el desarrollo de su flota de submarinos) y en la espacial (en 1957 pusieron en órbita el primer satélite arti­ficial de la historia, el Sput­nik). En un discurso en 1961 Kruschev expresa­ba su convencimiento de la que victo­ria comunista no llegaría mediante la guerra nuclear, sino gracias a las guerras de liberación nacional, que minarían al imperialismo. Su destitución en 1964 no alteró sustancialmente estos planteamientos.

La actuación de los EEUU se fundamentó en la teoría del dominó, que suponía que la caída de un país en manos del comunismo arras­traría inexorablemente a sus vecinos y desestabilizaría toda la región. Para combatir este peligro se recurrió tanto a la “pactomanía” (pactos militares anticomunistas) como a la aplicación de la doctrina de previsibles represa­lias.



La crisis de los misiles (1962) (vídeo colgado en YouTube por ManuTVX)

La situación de distensión no impidió el estallido de nuevos conflictos, como los de 1956 en Egipto y Hungría. En el primer caso el gobierno nacionalista de Nasser decretó la nacionalización del canal de Suez, ante lo que Gran Bretaña, Francia e Israel deciden ocupar el canal y la cercana península del Sinaí. La amenaza de la URSS a los agresores y la abstención de EEUU paralizaron el conflicto, acercándose Egipto a la órbita soviética. En Hungría se produjo una revuelta antisoviética, reclamando el presidente Nagy la salida de las unidades militares rusas y un régimen socialista independiente y pluralista, intento abortado por las fuerzas del Pacto de Varsovia ante la pasividad occidental. En realidad aquí se siguió la norma habitual, que dejaba hacer a la otra potencia en el área de su influencia, limitándose a protestas diplomáticas. Así, los soviéticos intervinieron en 1953 para acallar las protestas en Berlín Oriental, donde el descontento popular y la salida de muchos alemanes hacia Occidente impulsó a las autoridades de la RDA a levantar en 1961 el muro de Berlín. Por su parte los norteamericanos intervinieron militarmente en apoyo de los imperialismo francés (en Vietnam) y británico (en Malasia), además de sus habituales intervenciones en Iberoamérica, destacando la invasión de Nicaragua en 1953 (en defensa de los intereses de United Fruit) y la cobertura al intento de invasión de Cuba en 1961.

Precisamente la situación de Cuba llevó al conflicto más tenso, la crisis de los misiles de 1962, originada por la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. En 1959 había triunfado en la isla una revolución comunista encabezada por Fidel Castro, que poco después inició una política dictatorial y de impuesta socialización. Los EEUU vieron esta política como una amenaza a su posición, no sólo por perjudicar sus intereses económicos en la isla, sino también porque ponía en cuestión su dominio neocolonial sobre Iberoamérica. Por ello reaccionaron hostilizando al gobierno castrista y apoyando un intento de invasión de grupos antirrevolucionarios, derrotados en Bahía Cochinos. El resultado fue el acercamiento de Castro al bloque socialista y su alianza con la URSS, que dio lugar a la instalación de los misiles y al desencadenamiento de una tensa crisis. Tras bloquear la isla y amenazar con un conflicto nuclear a los soviéticos, Kennedy consiguió la retirada de los misiles soviéticos, correspondida con la retirada de los misiles norteamericanos en Turquía.

Frente al enfrentamiento entre bloques, la segunda mitad de los cincuenta presenció la emergencia de los países no alineados. En 1955 se reunieron en Bandung repre­sentan­tes de 29 países asiáti­cos y africanos que aspiraban a crear una tercera vía, formada por naciones independientes de la política de bloques y conocida como Movimiento de los No Alineados tras la conferencia de Belgrado de 1961, con Tito (Yugoslavia), Nasser (Egipto) y Nehru (India) como principales figuras. El movimiento tuvo una inclinación marcadamente antioccidental y anti-imperialista, defendiendo el derecho de autodeterminación de los pueblos colonizados, la solución pacífica de los conflictos internacionales, la cooperación económica y el reparto más equitativo de la riqueza mundial, así como rechazando los bloques antagónicos y sus intervenciones militares sobre otros países.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

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Wednesday,27 may 2009 20:40:36 GTM
<![CDATA[Valores y conceptos del Fidelio de Beerhoven: amor, revolución, libertad, igualdad, sacrificio]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,951  

Juan Antonio González Fuentes

Apuntes anteriores sobre la ópera Fidelio, de Ludwig van Beethoven:

-Fidelio de Beethoven en el Liceo de Barcelona: breve contexto
-Fidelio de Beethoven: el argumento, tipos de cantantes, el singspiel

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Sobre el sentido filosófico, cultural y político de Fidelio se han escrito desde su estreno cientos y cientos de páginas, y cada época ve en esta obra reflejados sus propios ideales y anhelos. Al respecto escribió Romain Rolland: “Beethoven se eleva del primero al segundo acto, de la comedia burguesa del siglo XVIII hasta la gran tragedia musical, pero osando despojarla de su ropaje antiguo, cuyo noble convencionalismo falsea sus movimientos. Le hemos visto incluso exceder, por momentos, los límites del argumento y del personaje trágico (el Florestán encadenado) para alcanzar el profundo abismo de la soledad, común a las almas de los vivos. No obstante, le tiene sujeto hasta el final del acto de la prisión; agota en él los raudales de dolor, de odio, de furor y de amor. En el dúo el drama ha terminado. En este punto únese a la tragedia la creación verdaderamente beethoveniana: la conclusión lírica, la Oda universal; la Tercera sinfonía y la escena coral. Leonora y Florestán desaparecen. No serán ya en la apoteosis final sino los corifeos del pueblo. No se canta ya la aventura de la humana pareja. Es la libertad y el amor… Inmensa sinfonía con coros, que en la música universal no tiene nada comparable, excepto el último movimiento de la Novena; pero me atreveré a decir más bella, más perfecta, desbordante de juventud, radiante de felicidad; porque es la poderosa rama florida del árbol de la vida, en la plenitud de la savia, en el apogeo del año”.

Paul Henry Lang, no duda en exaltar el humanismo beethoveniano. Escribe Lang al respecto: “Fidelio es la expresión del mismo clasicismo que en las postreras obras de Schiller combinaba el sentimiento individual con el pathos de la condición humana, con la libertad, con la lucha por los objetivos más nobles y con la confianza en la victoria final. Beethoven veía en el tema del libreto el ideal cumbre de su tiempo que era una humanidad ennoblecida, la cooperación de todos los hombres buenos para llevarlo a la práctica, las almas hermanadas por el vínculo de la simpatía hacia el oprimido y el gozo supremo en el triunfo del bien”.



Vídeo de la Overtura del Fidelio de Beethoven, dirigida por Herbert von Karajan en 1985 (colgado en YouTube por Eydtkuhnen)

Por su parte, el crítico alemán Hans Joachim Marx escribió en un artículo publicado en ocasión del bicentenario de Beethoven en 1970: “El núcleo político de Fidelio ha sido siempre encubierto por el subtítulo ‘El amor conyugal’ que evoca el gran canto a la fidelidad matrimonial. Pero el hecho de que primariamente no se trata de la liberación del esposo de la cárcel, sino de la liberación de un preso político de la cárcel estatal, ha sido resaltado por Ernst Bloch con su alusión a la voluntad de Leonora: ‘Seas quien seas, yo quiero salvarte’. Esperanza de libertad y humanidad: la idea directriz de la confesión de fe republicana es, nos parece hoy, un presupuesto existencial de su lenguaje musical. La acción de su obra no tiene fronteras ni las tendrá nunca mientras esa esperanza siga siendo una utopía política.

En mi opinión, la única ópera de Beethoven es ante todo una apasionada e intensa reflexión sobre el idealismo revolucionario (libertad, solidaridad, igualdad, un asunto plenamente característico de la primera fase del Romanticismo), y el poder redentor del amor verdadero, entregado, sacrificado. En este sentido Fidelio es una obra meditativa, generadora de reflexiones en torno al ser humano y su destino en libertad, una denuncia desnuda y contundente de la opresión política. Es una ópera sinfónica, o dicho con otras palabras, una larga sinfonía cantada. Si la Novena sinfonía es el gran canto universal a la fraternidad humana, Fidelio es sin duda uno de los más explícitos manifiestos de exaltación de la libertad y de repudio de la tiranía de toda la historia de la creación humana.

Pero si la tendencia natural es explicar Fidelio desde la más obvia trascendencia, quizá sería interesante acercarse a esta ópera desde algunos otros saludables puntos de vista: por ejemplo, la ausencia de humor (¿qué hubieran hecho exactamente con este mismo argumento compositores como Mozart o Rossini?); el teatral recurso al travestismo (tan querido decenas de años después por geniales “humoristas vieneses” como los cineastas Billy Willder o Lubitch, ninguno de los dos nacido en la capital de Austria); el papel esencialmente protagónico de la mujer, Leonora/Fidelio, quien con la fuerza del amor se enfrenta al poder establecido a través de sutiles estrategias para liberar de la opresión a su marido y finalmente a todos los prisioneros… Pero estas son ya otras historias, otras posibles historias.

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Tuesday,26 may 2009 18:48:34 GTM
<![CDATA[Adiós al pintor Ángel Medina]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,950  

Juan Antonio González Fuentes

Ha muerto el pintor Ángel Medina (Ampuero, Cantabria, 1924-Santander, 2009). Busco su nombre en internet y encuentro: “En 1948 se traslada a Madrid para estudiar Bellas Artes, dedicándose inicialmente a la escultura. De esta primera toma de contacto con lo objetual y tridimensional subyace, en su posterior obra pictórica, el afán por lograr el efecto de profundidad en composiciones en donde los planos están perfectamente definidos del primero al último, y recrea el placer estético que emana de los objetos de desguace, de los que se rodea y representa, y que forman una parte esencial en la conformación de su obra. Heredero de la tradición surrealista, Medina, incorpora además, la visión trágica de la vida del modernismo pictórico español, incidiendo en un énfasis por lo descarnado, como Bacon o Freud, aunque limitando la gama cromática a tonos pastel, donde los escasos contrastes benefician el claroscuro y los perfiles nítidos. Destacan sus exposiciones individuales en: Galería La Kábala, Madrid (1986), Museo de Bellas Artes de Santander (1988), Galería Sur, Santander (1991), Galería Libros, Zaragoza (1992), y San Román de Escalante, Cantabria (1993)”.

Ángel Medina retratado por Ángel de la Hoz

Ángel Medina retratado por Ángel de la Hoz

Ha muerto Ángel Medina. Su muerte ha hecho aún un poco más pequeña esta ciudad para mí, o mejor dicho, mi mundo sentido y reconocido en esta ciudad. Poco a poco, pero con inexorable precisión, veo desaparecer uno a uno a toda la generación de artistas y gentes de la cultura santanderina a la que pertenecía Ángel Medina. He leído las necrológicas de Leopoldo Rodríguez Alcalde, de Fernando y Ramón Calderón, de Estebán de la Foz, de José Hierro, de Enrique Gran…, y en el tiempo inmediatamente venidero no pueden tardar en demorarse en exceso las de nombres como los de Pablo Beltrán de Heredia, Julio Maruri, Manuel Arce, Alejandro Gago, Aurelio García Cantalapiedra, Ángel de la Foz… Sí, ya lo sé, es pura, simple ley de vida, y también sé que no he sido ni muy amable, ni muy correcto al recordarlo, pero ahora mismo no estoy escribiendo para ser ni amable ni correcto.

Este texto tiene vocación triste y absurda de lamento, y lo que es peor, de lamento inútil por completo. Está desapareciendo toda una generación de gente de la cultura santanderina casi en silencio, arrumbada por el tiempo (por el suyo propio de la decadencia y por el de los demás de juventud y energía), arrinconada por esta época para la que ni ellos ni su trabajo significan gran cosa, a lo sumo una nota a pie de página en un libro desvencijado y abandonado en la balda de una estantería ignota del archivo pobre de la memoria.

Litografía de Ángel Medina (1984)

Litografía de Ángel Medina (1984)

Nací cuando la mayoría tenía más o menos la edad que yo tengo ahora. Sus nombres formaron parte de la escuálida, hambrienta y gris mitología cultural de mesa camilla local en la que comencé a dar mis primeros pasos como lector y jovenzuelo letraherido. A muchos de ellos les debo ese empujón, esa frase de aliento, ese gesto inolvidable con el que me sentí, por vez primera, aceptado en un mundo poblado de letras, bibliotecas, pinceles, libros, periódicos, artículos, cuadros…, y al que creía pertenecer desde siempre con ese anhelo tontorrón e infantil que es tan propio de la ilusión más crédula y simple.

Y ahora los más cercanos mitos de aquella cultura local de la infancia y la juventud van cayendo como Ángel Medina, derrotados sin paliativos en una guerra que nadie puede ganar, y acompañados sólo por el eco estruendoso, salvajemente demoledor, asesino, del silencio frío que sólo sabe cantar el olvido, el mismo que a todos nos espera paciente, meciéndose en lo por venir. 

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-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,25 may 2009 19:35:11 GTM
<![CDATA[Fidelio de Beethoven: el argumento, tipos de cantantes, el singspiel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,949  

Juan Antonio González Fuentes

Fidelio, en su versión definitiva, la que podrá escucharse y ver en directo en el Liceo barcelonés, es una ópera en alemán dividida en dos actos (originalmente eran tres). ¿Cuál es el argumento de esta ópera?

Resumen: En una prisión española, cerca de Sevilla (Sevilla es la ciudad del mundo donde mayor argumentos o tramas operísticas tienen lugar: Fidelio, Carmen, El Barbero de Sevilla, Don Giovanni, Las bodas de Fígaro, La forza del destino...), Leonora, disfrazada de hombre y con el nombre de Fidelio, entra a trabajar al servicio del carcelero Rocco, bajo cuya vigilancia se encuentra desde hace tiempo su marido Florestán, encarcelado injustamente por el gobernador de la prisión Don Pizarro por razones políticas y puramente personales.

Acto I: En el hogar del carcelero Rocco, su hija Marzelline es cortejada por Jaquino, ayudante de Rocco. Pero ella no le hace ningún caso, pues está enamorada del joven Fidelio, que ha entrado a trabajar en prisión como ayudante. Al poco entran en escena Rocco, y después Fidelio, quien en realidad es una mujer disfrazada. Fidelio (nombre alusivo a la fidelidad) es el nombre adoptado por Leonora, la esposa de Florestán, con el propósito de entrar en la prisión y liberar a su esposo, injustamente encarcelado allí por orden del corrupto y vil Don Pizarro, gobernador de la prisión. Fidelio/Leonora se ve obligada a aceptar el afecto de Marzelline, para así no revelar su identidad.

Cambia la escena. Una marcha militar anuncia la llegada de Pizarro, quien recibe un mensaje en el que le anuncian la llegada de Don Fernando, noble y Ministro de Estado en visita de inspección, y entonces decide matar a Florestán. Pizarro paga a Rocco para que cave la tumba y decide además ser él mismo quien dé muerte a Florestán. Para conocer la llegada de Ministro aposta a un trompetero que anuncie su llegada. Leonora escucha casualmente el plan de Pizarro y sola, manifiesta sus sentimientos de amor hacia su esposo y de abominación hacia el gobernador de la prisión en el aria en la que califica a Pizarro de “Monstruo”.

Luego, por intercesión de Leonora, los prisioneros ordinarios (entre los que no se encuentra Florestán, aislado en una celda) son autorizados a salir unos minutos al patio para respirar un poco de aire libre. Pero los prisioneros, en su célebre “coro”, aluden veladamente a la palabra “libertad” porque saben que están permanentemente vigilados. Leonora escucha que va a tener la oportunidad de ayudar a cavar la fosa para un prisionero especial. Pizarro se ha enfurecido al conocer la breve salida de los prisioneros, pero Rocco trata de calmarlo diciéndole que es el santo del rey y que había que celebrarlo de alguna manera.

Así todo, los prisioneros son devueltos a sus celdas y sus voces se mezclan con las órdenes de Pizarro a Rocco y con los parlamentos de Marzelline, Leonora y Jaquino.

Acto II: En el más profundo y aislado de los calabozos, encadenado, y en total oscuridad, yace un hombre, Florestán: “Dios mío, qué oscuridad hay aquí” es el aria que canta como presentación de su personaje, un canto desolado que se convierte en esperanza cuando ve, como en una visión, a Leonora. Florestán, al terminar, se abandona en el fondo de la lúgubre celda y no percibe la llegada de Rocco y de Leonora, que se disponen a cavar la fosa para él en su propia celda. En un diálogo interrumpido por la música, nos damos cuenta de que Leonora no puede ver la cara del prisionero y reconocerlo. Pero tras obtener permiso de Rocco para dar alimento y agua al preso, Leonora se percata de que el triste prisionero es Florestán, quien agradece la piedad del que le socorre, pero no reconoce en el ayudante del carcelero a su esposa.



El tenor Jonas Kaufmann canta el aria del Florestán de la ópera Fidelio, obra de Beethoven (vídeo colgado en YouTube por leonorafl)

Pizarro, a quien la trompeta avisará de la llegada del Ministro, entra en la oscura celda y se apresta a dar muerte a Florestán. Pero entonces Fidelio se interpone entre Florestán y Pizarro y le dice al gobernador que antes de asesinar a Florestán deberá acabar con su esposa, revelando así su identidad, Después de unos momentos de sorpresa para todos, Pizarro reacciona determinando que muera también Leonora, pero entonces ella saca una pistola al tiempo que se escucha el son de la trompeta que anuncia la llegada de don Fernando, el Ministro. Entran soldados con antorchas. Pizarro y Rocco van a recibir al Ministro y tiene lugar entonces un dúo entre Leonora y Florestán: “O namen namenlose Fraude” (“Oh, nombre, libertad sin nombre”).

Cambia el lugar de la escena. Don Fernando reconoce en el pálido prisionero a su amigo Florestán, arresta a Pizarro y le concede a Leonora la gozosa tarea de libertar a Florestán, de quitarle con sus propias manos las cadenas opresoras. Marzelline muestra su afecto a Jaquino, el coro de prisioneros sale a escena y se reúne con sus esposas, saludando todos a la vez el feliz suceso de la consecución de la libertad, la caída del tirano opresor, y la fuerza del amor y la fidelidad conyugal como motores del milagro final: la fraternidad entre los hombres y la libertad como condición natural de ser hombre.

La protagonista vocal indiscutible de la ópera es Leonora, o mejor dicho, Leonora disfrazada de Fidelio, cuya voz debe ser la de una soprano dramática con gran fortaleza vocal (la de soprano es la voz femenina más aguda, y hay distintos tipos: soprano lírica, lírica de coloratura, dramática…, esta última se distingue por poseer un timbre más brillante y lleno, pero menos aguda, generalmente acompañada de mayor caudal o volumen. Este tipo de sopranos aparece cuando surgen los papeles heroicos femeninos y cuando las orquestas crecen en instrumentistas buscando mayor volumen dramático, debiendo entonces romper la voz la barrera sonora entre escena y público. Grandes sopranos dramáticas fueron, por ejemplo, Birgit Nilsson, Astrid Varnay, Kirsten Flagstad, y papeles para este tipo de sopranos son, además de la Leonora de Beethoven, la Aida de Verdi, la Isolda de Wagner, Tosca de Puccini, Salome de Richard Strauss, etc, etc…

Florestán, su marido prisionero, requiere para su interpretación de un tenor dramático, el Heldentenor wagneriano (tenor heroico), es decir, un tenor caracterizado por la gran potencia en la zona central y en los graves, necesaria para imponerse a las grandes orquestas. Esta característica hace que generalmente estos cantantes no dispongan de buenos agudos, ni, por ejemplo, de buenas medias voces. No es infrecuente que los tenores dramáticos hayan comenzado su carrera como barítonos. Grandes tenores dramáticos fueron Mario del Mónaco, Ramón Vinay, Wingassen, Lauritz Melchior, John Vickers…, cantando por ejemplo el Otello de Verdi, o el Tristan de Wagner.

Rocco, el carcelero más o menos bondadoso, es un bajo, y su hija Marzelline precisa de una soprano lírica, con reseñable capacidad para los agudos y la agilidad. Jaquino, el ayudante de Rocco y enamorado de Marzelline es un tenor lírico-ligero. Don Pizarro, el malvado de la historia debe ser un bajo-barítono con timbre oscuro y tétrico, y el noble don Fernando un bajo o barítono.

También protagonista vocal fundamental en Fidelio es el coro, representación simbólica de la humanidad sometida a la barbarie de la opresión, y para quien Beethoven escribió algunos de los más grandes momentos de la ópera.

Otro dato básico a tener en cuenta a la hora de acercarnos al Fidelio beethoveniano es que es un singspiel, es decir, una ópera en alemán con diálogos hablados. Célebres singspiel, además de Fidelio, son El rapto en el serrallo y La flauta mágica mozartianas. La palabra en alemán se usaba como sinónimo de ópera, pero durante el reinado del emperador José II, y como consecuencia del deseo de fundar una ópera autóctona alemana, singspiel comenzó a adquirir el significado más restringido que hoy se le asigna (sobre este asunto recuerdo unas escenas muy ilustrativas de la película Amadeus de Milos Forman). Lo que ocurre con Fidelio, su aportación básica al singspiel, es que Beethoven logró dotar de energética “intensidad” dramática (de nuevo la intensidad) la ópera en alemán, y por extensión el signspiel, abriendo ya del todo el camino que décadas más tarde culminaría Wagner. En el dramatismo logrado en conjunto por Beethoven en su única ópera al parecer tiene notable influencia un compositor italiano, Luigi Cherubini, el autor de la fundamental Medea, pues Beethoven escribió en los márgenes de la partitura de Fidelio algunos pasajes enteros de composiciones del italiano.

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-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,22 may 2009 20:0:58 GTM
<![CDATA[Fidelio de Beethoven en el Liceo de Barcelona: breve contexto]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,936  

Juan Antonio González Fuentes

A comienzos del siglo XIX, es decir, con treinta y pocos años de edad, Beethoven (1770-1827) es ya un compositor consagrado. Los editores se disputan sus obras para hacerlas públicas, pero la admiración por la música del de Bonn está limitada al género camerístico y a las piezas para piano solo. En la obra escrita por Beethoven no hay óperas, ni oratorios, y sus entonces escasas obras sinfónicas y orquestales no habían logrado hacerse un hueco en el repertorio que en ese momento se escucha en las salas de concierto de Centroeuropa, en las que en este campo los reyes indiscutibles seguían siendo Mozart y Haydn.

Antes de que esto ocurriera, Mozart había logrado en sus composiciones liberarse de la tiranía del tiempo, sumándole el espacio, es decir, otorgándole a la intensidad de los sonidos un papel de enorme importancia e impensable anteriormente. La dualidad espacio-tiempo, o dicho de otra manera, el movimiento, caracteriza y hace crecer como la levadura su música. Poco después de la desaparición de Mozart, los músicos del tiempo de la Revolución Francesa, con Gossec a la cabeza y su Marcha fúnebre de 1792, abandonan el principio del desarrollo de los temas, y comienzan a elaborar su música a partir de motivos autónomos que no están directamente interrelacionados entre sí, y que se constituyen en lo que Philippe Autexier ha denominado “ideas germen”.

Beethoven siguió esa evolución, pero no se conformó con yuxtaponer temas contrastados para construir una partitura, sino que él va a variar los temas, los va a retocar, acentuar, añadiéndoles matices, dándoles distintas tonalidades, enfrentándolos unos a otros hasta crear la sensación de un desarrollo monumental, hercúleo. La idea principal o germen no se somete a una idea de acción, ignorando así cualquier traba que pudiera venir de lo externo, transformándose en algo puro, absoluto, en un ideal para simbolizar la nueva lucha revolucionaria e ilustrada de la Humanidad contra los destinos predeterminados e impuestos. Beethoven poco a poco cambia los fundamentos mismos de la música que heredó entre otros de Mozart, comenzando a tomar carta definitiva de naturaleza su monumental revolución artística justo en los años finales del siglo XVIII, cuando la sensación de pérdida del oído era ya una evidencia.

En torno a 1801, momento en el que hemos dado comienzo nuestra exposición, Beethoven ya no escucha los sonidos agudos de los instrumentos ni de las voces humanas, pero paradójicamente es el hombre de moda en Viena en cuanto a la música se refiere. Toda la aristocracia y la burguesía enriquecida siguen desde hace años sus trabajos de cámara y para piano, y una ópera de éxito escrita por él llenaría sin duda ninguna los teatros de media Europa y proporcionaría mucho dinero y fama. Seguro de ello, el actor, cantante, libretista y empresario teatral Emmanuel Schikaneder firmó con Beethoven un contrato para la escritura de una gran ópera, El fuego de Vesta, de la que Schikaneder era el autor del libreto.

Schikaneder fue ni más ni menos que el impulsor teatral del estreno en 1791 de La flauta mágica de Mozart, su libretista y el primer Papageno de la historia. Tales fueron los éxitos cosechados por sus empresas que con ayuda de un comerciante construyó un nuevo teatro, el Theater an der Wien (que aún hoy existe), que abrió sus puertas en 1801 y en el que Schubert estrenó su Rosamunda o el propio Beethoven varias de sus principales obras.

Beethoven siempre mantuvo una relación compleja con el mundo de la ópera de su época. Las características más representativas de este arte en los últimos años del siglo XVIII, representadas perfectamente por algunos de los grandes títulos de Mozart, despertaban en nuestro compositor desprecio. Él mismo llegó a confesar que jamás podría escribir óperas como las mozartianas Don Giovanni o Las bodas de Fígaro: “Me resultan repelentes –dijo-. Yo nunca hubiera escogido tales temas; son demasiado frívolos para mí”.

Para argumentar las grandes posibilidades de éxito de la futura ópera, Schikaneder le organizó a Beethoven en su teatro un concierto sinfónico en el que por vez primera sólo se iban a interpretar obras del músico. El 5 de abril de 1803 tuvo lugar el concierto: las dos primeras sinfonías, el concierto para piano y orquesta nº 3 y un breve oratorio, Cristo en el monte de los olivos, con el que el compositor quería probar su talento con la vista puesta en la próxima ópera. El teatro estaba abarrotado, y el larguísimo concierto se saldó con un éxito más que notable. Beethoven definitivamente se convence: su gloria definitiva estará en las sinfonías y en la ópera.

Fiel a su manera de trabajar, el músico de Bonn escribió en ese periodo de su vida varias obras a la vez: la Tercera sinfonía, sonatas para piano, para violín y piano…, y sí, páginas de El fuego de Vesta. Pero cuando Beethoven ya tenía escrita toda una escena de la ópera, Schikaneder tuvo que dejar la dirección del teatro y el proyecto pasó definitivamente al olvido. Sin embargo, el contrato operístico se renovó, aunque el compositor aprovechó la ocasión para proponer un nuevo texto, Leonora, basado en la obra de Jean-Nicolas Bouilly, Leonora o el amor conyugal, un argumento cargado de sólida entidad moral, que aborda ideas, temas y conceptos de verdadera enjundia y trascendencia, muy aptos para un espíritu como el del músico de Bonn, y que según parece está basado en hechos reales. Bouilly, que fue procurador de un tribunal revolucionario oyó el caso de la condesa de Semblancay, quien disfrazada de hombre salvó a su esposo el conde René de una prisión jacobina.

Bouilly, nacido en 1763 y muerto en 1842, fue un hombre de leyes y autor teatral francés que también escribió algunos libretos de ópera, libros para niños y tuvo importantes encomiendas políticas durante la Revolución Francesa, formando por ejemplo parte del Comité de Instrucción Pública en 1795, y siendo cabeza visible de la comisión militar durante el Régimen del Terror en su ciudad natal, Tours. Es decir, Bouilly fue un hombre imbuido de pies a cabeza por los valores revolucionarios: libertad, igualdad y fraternidad, ideario que estructura ideológicamente el argumento de Fidelio, asunto sobre el que volveremos más adelante.



Fidelio de Beethoven dirigido por Leonard Berstein (vídeo colgado en YpuTube por furiozara)

Así, durante buena parte de 1804 y de 1805, Beethoven escribió la ópera comprometida con libreto en alemán de Joseph von Sonnleithner, el nuevo director del Teather an der Wien, quien más o menos se limitó a simplificar para la escena la obra de Bouilly, llena como se ha mencionado de los más ardientes ideales revolucionarios. En la partitura el compositor desarrolla una de las características básicas de su música en esos momentos, principios del siglo XIX, inicios del Romanticismo, y que ya vertebraría toda su producción posterior hasta su muerte, y toda la música sinfónica, de cámara y vocal del siglo XIX. Me estoy refiriendo a la intensidad. Hasta Beethoven la intensidad, o dicho con otras palabras, la fuerza expresiva, estaba contenida en la propia función armónica. Con Mozart esa intensidad comenzó a independizarse, pero fue con el maestro alemán con el que alcanzó una autonomía absoluta, redimensionando ya para siempre todo el lenguaje musical posterior.

La primera representación de Fidelio (pero con el título de Leonora) tuvo lugar en el Theater an der Wien, de Viena, el 20 de noviembre de 1805, en una ciudad ocupada por el ejército de Napoleón. Evidentemente el contexto no le fue nada favorable a la ópera. En una ciudad ocupada por invasores extranjeros, el público vienés no tiene excesivas ganas de acudir a espectáculos; los ensayos se hacen sin ningún entusiasmo, deprisa y corriendo; y muchos de los mejores cantantes y actores han huido de la ciudad. Para colmo la incomprensión y extrañeza con la que fue recibida la “intensidad” de la Tercera sinfonía no predispone al público a favor de recibir más intensidades beethovenianas. El estreno fue un fracaso sin paliativos, y al tercer día Leonora dejó de representarse. Beethoven decidió entonces revisar la partitura. La ópera revisada, con texto corregido por Stephan von Breuning, se reestrenó en el mismo teatro el 20 de marzo del año siguiente, 1806, pero de nuevo pasa con más pena que gloria, y el autor la retira por completo de los escenarios al cabo de tan sólo dos representaciones. Beethoven aseguró entonces que jamás volvería a escribir una ópera.

Transcurren los años. Beethoven prosigue con su trabajo. Escribe más sinfonías, más sonatas, conciertos, cuartetos, etc…, pero no vuelve a escribir para el escenario. En el mes de junio de 1812 la noticia del triunfo de Wellington en Vitoria frente al ejército francés de Napoleón, recorre todos los rincones de Europa. El inventor del metrónomo, Maelzel, construye entonces un nuevo instrumento, el “panharmonicon”, una especie de máquina orquesta para la que le pide a Beethoven que componga unas páginas dedicadas a la victoria de Wellington. El músico cumple con el encargo ateniéndose a un esquema sencillo e introduciendo efectos sonoros llamativos, como los que simulan los disparos de mosquetes, por ejemplo. A la obra después Beethoven le añade una llamativa Sinfonía triunfal, y estrena la obra en concierto el 8 de diciembre de 1813, al tiempo que la Séptima sinfonía.

El éxito es increíble. En días sucesivos el público pide más interpretaciones de La victoria de Wellington que se producen a finales de ese año y en los primeros días de 1814. La partitura le proporciona mucho dinero y la incondicional admiración del público vienés. El músico lamenta profundamente el gran éxito de esta obra de circunstancias y el fracaso de sus grandes trabajos sinfónicos. Sin embargo, el fulgurante éxito de La victoria de Wellington permitió el último y ya definitivo reestreno de un nuevo y revisado Fidelio con libreto en alemán reescrito por Georg Friedrich Treitschke, quien había mejorado notablemente el texto firmado por Sonnleithner, convirtiéndolo en mucho más adecuado para la representación, más eficaz teatralmente.

Esta tercera versión, ya con el título definitivo de Fidelio, se representó el 23 de mayo de 1814 con la aclamación entusiasta de un público que, por fin, no sólo aceptada la intensidad de la música sinfónica beethoveniana, sino que también comprendía enteramente las ideas plasmadas en la ópera, el canto a la libertad individual, a la libertad colectiva, al amor como entrega y sacrificio, a la confraternidad humana, y el repudio y denuncia sin paliativos de la opresión política, de seres humanos sojuzgados por otros seres humanos.

A finales ya de 1822, con 52 años de edad, Beethoven decide dirigir él mismo al menos el ensayo general de su única ópera, Fidelio. Durante la obertura los músicos de la orquesta logran arreglárselas para no perderse ante las confusas indicaciones del músico director ya por completo sordo. Pero durante el primer acto el drama estalla. Nadie consigue compenetrarse, ni los componentes de la orquesta ni los cantantes. Todos se detienen e intentar comenzar de nuevo. Es inútil. Beethoven se percata de lo que ocurre y profundamente entristecido abandona el escenario para aislarse en su casa. Siente que todo ha terminado definitivamente. Sin embargo, el 3 de noviembre de ese año, 1822, Fidelio de nuevo levanta en júbilo al público entusiasmado en un teatro abarrotado. Las representaciones se mantienen en cartel durante varias semanas. Beethoven vuelve a plantearse escribir para la ópera, para la voz humana clamando un mensaje cifrado en palabras y notas acompañado por toda una orquesta sinfónica.

No, no habrá otra ópera escrita por el músico de Bonn, pero su deseo encontrará un cauce singular de expresión. Rematará su Novena sinfonía poniéndole música a la Oda a la alegría de Schiller y construyendo así el himno por antonomasia a la fraternidad humana. Si lo pensamos un instante, el final coral de la Novena muy bien podría ser el final, el otro final, de Fidelio.

Beethoven siempre sintió un gran amor por su única ópera, de la que escribió: “De todos mis hijos, éste es el que me ha costado los peores dolores, el que me ha causado más penas; pero por ello es también el más querido. Lo prefiero a todos los demás, lo creo digno de ser guardado y utilizado por la ciencia y el arte”.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,21 may 2009 19:54:45 GTM
<![CDATA[Lech Walesa, Jaruzelski, Honecker, Caucescu... Los países socialistas después de Stalin (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,947  

Juan Antonio González Fuentes

[NOTA: Ëste artículo es continuación de Los países socialistas después de Stalin (I)]

En Hungría, los aires renovadores fueron capitaneados por Imre Nagy, presidente del Gobierno en 1956. Su primera intervención fue de carácter apaciguador hacia el interior, solicitando a todos los sectores de la vida pública húngara el establecimiento de un pacto nacional para avanzar con precaución por la senda de la reforma, y de firmeza hacia el exterior, al negociar y obtener de los soviéti­cos su retirada de Budapest. Al creerse respal­dado en sus pretensiones de cambio, Nagy profundizó en sus reformas extin­guiendo el monopolio comunista, pero se encontró con la oposición frontal de la URSS. El diri­gente húngaro no se arredró y el 1 de noviem­bre de 1956 anunció a la comunidad interna­cional que su país abandonaba el Pacto de Varsovia y apelaba a la ONU para que le garantizase el estatuto de nación neutral, rom­piendo el statu quo en vigor desde la II Guerra Mundial. Esta última decisión llevó a los soviéticos a intervenir en Hungría: el 4 de noviembre unidades del Ejército Rojo toma­ron Budapest y anunciaron el cese en sus fun­ciones del Gobierno de Nagy. Días des­pués un nuevo ejecutivo prosoviético tomó las riendas del poder en todo el país.

El proceso de contestación al estalinismo tuvo en Polonia un comienzo más de índole social que política en los años cincuenta. Sin embargo, en 1964 el sector más reformista del POUP se posicionó públicamente a favor de una “revolución política antiburocrática”, animando a los militantes comunistas a terminar con la desidia y corrupción. La direc­ción del partido rechazó la propuesta de cambio auspiciada por la “intelligentsia”; como conse­cuencia, el país se vio sacudido por una protes­ta de intelectuales y universitarios que terminó con la depuración de los contestatarios en el partido y la universidad, y con la salida de Polonia de 25.000 polacos judíos, pues las autoridades presentaron la revuelta como un contubernio de «elementos sionistas» contra el Estado comunista.

En la República Democrática de Alemania, uno de los problemas más graves fue el de la emigración masiva de población hacia el Oeste. Además del coste económico, las autoridades de la RDA veían una pérdida de legitimidad en el hecho de que sus ciudadanos prefiriesen vivir dentro de un sistema capitalista antes que en la patria del proletariado alemán. Así, con el pro­pósito de evitar salidas masivas, las autorida­des germano orientales optaron por romper todo vínculo con el oeste y en agosto de 1961 ordenaron levantar el Muro de Berlín. Con la construc­ción del Muro, los dirigentes pretendieron erradicar la contestación revisionista, pero no pudieron evitar las implicaciones simbólicas del hecho.

Alexander Dubceck

Alexander Dubceck

En Checoslovaquia, fue la propia di­rección del Partido la que alentó una nue­va reforma en los ámbitos de la economía y de la política, nombrando en enero de 1968 al renovador Alexander Dubcek como primer secretario del PCCh. Una vez que el equipo diri­gido por Dubcek logró hacerse con las riendas del poder, el nuevo mandatario presentó al país en abril de 1968 (la "primavera de Praga") las líneas básicas de la reforma del sistema, el deno­minado "Programa de Acción". Atendiendo a sus postulados (relacionados con la propiedad colectiva de los medios de producción o el papel dirigente del partido), el Programa no cuestionaba el sistema socialista y sólo pretendía su transforma­ción para acomodarlo a los tiempos. La nueva dirección comunista acometió también toda una serie de cambios con los que lograr la adhe­sión de la ciudadanía: supresión de la censu­ra, mayor tolerancia con las confesiones reli­giosas o plena igualdad constitucional entre Chequia y Eslovaquia dentro de la nueva estructura federal del Estado.

Sin embargo, después de unos meses de tensas relaciones con las autoridades soviéti­cas, éstas decidieron por la intervención directa en el país con el apoyo de la RDA, Polonia, Hungría, Bulgaria y los sectores inmovilistas del PCCh: en agosto de 1968 los tanques del Pacto de Varsovia entraron en Praga. Así concluía el intento de construcción de un “socialismo con rostro humano”, las reformas que afectaban a las prerrogativas del partido fueron derogadas y en 1969 se sustituyó a Dubcek por Husak.

En Yugoslavia, una vez consolidado el modelo propio sobre la base de la autogestión y el no alineamiento, la muerte de Stalin facilité el reencuentro con la Unión Soviética: en 1955 Kruschev visita­ba Belgrado y en 1956 Tito viajaba a Moscú, se normalizaron las relacio­nes diplomáticas y se potenciaron los inter­cambios económicos. En el ámbito interno los desajustes socioeconómicos, el creciente antagonismo entre los diferentes territorios, los aconteci­mientos de 1968 y 1971 (movimientos estu­diantiles y políticos como la crisis croata y nacionalistas como la de Kosovo) se quisieron paliar con nuevas nor­mas jurídico-políticas y económicas. En el texto constitucional aprobado en 1974 aumentaban las prerrogativas legales de las distintas repúblicas en detrimento del poder del Gobierno federal. Tras la muerte del mariscal Tito en 1980, el país vivió una década marcada por la difícil situación económica y las diferencias entre los territorios de la federación, que la presidencia colegial no pudo evitar y fueron unidas a un resurgir de los sentimientos nacionalistas.

La intervención en Checoslovaquia de 1968 abrió paso a los años de la “normalización”, caracterizados por un regreso al control soviético sobre los países del bloque socialista, justificado de acuerdo a la doctrina de “soberanía limitada” enunciada por Breznev. El cierre de la vía reformista y la vuelta a las prácticas autoritarias y represivas habituales no evitó que continuasen los problemas para los gobiernos comunistas, a lo que hubo que sumar la difícil situación económica de los setenta, originando un malestar popular que en el caso polaco dio lugar a fuertes protestas.

Lech Walesa

Lech Walesa

Las primeras protestas graves se produjeron en Polonia en diciembre de 1970, en un contexto de inestabilidad crónica y una difícil situación económica, que alentó una protesta obrera en todo el litoral báltico, especialmente en ciudades como Gdansk o Gdynia, cuya represión generó fuertes disturbios sal­dados con muertos, heridos y cuantiosas pérdidas materiales. Los hechos provocaron la caída de Gomulka, dando lugar al programa “construyamos la segunda Polonia” impulsado por su sucesor Gierek, que resultó incapaz de cumplir sus objetivos de modernizar el país, continuando los problemas económicos y el descon­tento entre la población. La situación estalló con especial virulencia en el verano de 1980, con una oleada de huelgas comenzada en los astilleros de Gdansk y extendida a todo el país, dando lugar a un movimiento contestatario contra el régimen comunista con la fundación del sindicato independiente Solidaridad, liderado por Lech Walesa, con el apoyo de los intelectuales disidentes y de la Igle­sia Católica (debe recordarse además que en 1978 había sido nombrado Papa el polaco Karol Woytila). Además de provocar la caída de Gierek, sustituido como primer ministro por el prestigioso general Jaruzelski, el nuevo sindicato consiguió ser autorizado y alcanzó en un año diez millones de afiliados al año de su creación, convirtiéndose en la principal fuerza social del país. Ante el empeora­miento de las condiciones materiales y la radicalización de la vida política las autoridades decidieron en octubre de 1981 otorgar todo el poder a Jaruzelski, quien en diciembre proclamó la ley marcial, que se mantuvo por un año. Con ello, consi­guió cortar la expan­sión de Solidaridad y evitar la invasión del país por el Pacto de Varsovia, aunque tuvo escaso éxito en la reconstrucción socio-económica.

En el resto de los países del bloque socialista la situación fue más tranquila, caracterizada en todos los casos por el férreo control de la vida política y social por el partido comunista, la represión de toda disidencia, el estancamiento económico y un soterrado descontento social. Por lo general los gobernantes trataron de hacer frente a esta situación impulsado el crecimiento económico y el bienestar de la población, con resultados ambiguos dadas las dificultades del momento. La RDA presidida por Honecker se caracterizó por mantener una de las economías punteras del bloque socialista y unas envidiables prestaciones sociales, pero la falta de libertades, la presencia del muro y el ejemplo de la rica RFA explican el persistente malestar de parte importante de la población. Hungría, dirigida por Kadar, combinó el desarrollo del liberalizador "Nuevo Mecanismo Económico” con el estrecho control político mantenido por el partido, aunque con cierto relajamiento visible en la pseudorreformista Constitución de 1972 y en el estilo abierto del "socialismo a la húngara". En cambio Checoslovaquia respondió a los sucesos de 1968 con un proceso de depuraciones a gran escala en el partido y la administración, manteniéndose el gobierno atento a impedir todo “rebrote liberal”, por otro lado la reforma constitucional de 1971 reestructuró la federación, que pasaba a estar formada por dos estados con los mis­mos derechos y deberes (la República Socia­lista Checa y la República Socialista Eslova­ca). Bulgaria tuvo igualmente en 1971 una nueva Constitución, que la definía como un «Estado socialista de los trabajadores» y mantenía con todo vigor la ortodoxia habitual, esta situación fue contestada por los grupos opositores al régimen reclamando una apertura a través de la "Declaración de 1978".

En estos años Rumania mantuvo una evolución relativamente autónoma, marcada por el alejamiento de Moscú de su dirigente Ceaucescu. Este dictador megalómano promovió en el país una “revolución cultural" de inspiración china, condenó la intervención de Checoslovaquia en 1968 y reclamó un modelo socialista propio, acercándose a EEUU y Occidente al tiempo que se alejaba de la Unión Soviética. Esto le granjeó una cierta fama de “liberal” en los países occidentales, de los que obtuvo amplios créditos, pero la realidad es que el régimen rumano era el más despótico de la zona, con un acusado culto a la personalidad del “Conducator”, mientras que los grandes planes ideados por el dirigente fracasaron rotundamente a la hora de conseguir la modernización del país, dando lugar en los años ochenta a una gravísima situación económica.

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Wednesday,20 may 2009 20:23:55 GTM
<![CDATA[Los países socialistas después de Stalin (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,946  

Juan Antonio González Fuentes

Al fallecer Stalin en marzo de 1953, la Unión Soviética que dejaba como legado aparecía ante los ojos del mundo como un ejemplo de país atrasado económica y socialmente que había sido capaz en muy pocos años de dejar atrás esa herencia gravosa hasta convertirse en una de las dos superpotencias mundiales. El prestigio del país como alternativa factible a la concepción capitalista ampliaba los apoyos soviéticos entre los partidos comunistas y la izquierda de la Europa occidental, y sobre todo, entre las fuerzas revolucionarias de algunos países asiáticos y africanos. Éstas veían en el proceso soviético una forma de entrar en la contemporaneidad, una vez finalizado el control colonial, al margen de las vías que ofrecían sus antiguas potencias imperialistas.

Con todo, la URSS había alcanzado esos logros con una considerable desviación de la pureza comunista, dada la acumulación de poderes en Stalin, el recurso sistemático a la represión o las purgas que afectaron a muchos de los revolucionarios bolcheviques. A esto había que añadir los problemas que acarreaba en el terreno económico y social la política centralizadora, especialmente la baja productividad agraria y el éxodo masivo de jóvenes hacia los centros urbanos. Ante este panorama, a la muerte del georgiano, una URSS que se sentía fuerte acometió un cambio de rumbo de la mano de Nikita Kruschev.

Como resultado de las disensiones internas entre los grupos del PCUS que pugnaban por hacerse con el poder, la sucesión de Stalin recayó en principio en un poder colegiado. Kruschev asumió la Secretaría General del PCUS y Malenkov la presidencia del Consejo de Ministros, rodeado de Beria, Bulganin, Kaganovich y Molotov como vicepresidentes. Sin embargo, desde 1956, una vez desterrado el peligro de purgas dentro del Partido, Kruschev logró imponerse dentro de las distintas corrientes presentes en la organización y se hizo con las riendas del país. El ucraniano pretendía desmontar el engranaje estalinista para dar un salto adelante sin que este cambio hiciera mella en el Estado soviético. La desestalinización tuvo su hito fundamental en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, en el que Kruschev criticó duramente la política estalinista, denunciando las prácticas represivas y el culto a la personalidad, además de abrir las puertas a la "coexistencia pacífica”.

Nikita Kruschev en 1962 (foto wikipedia)

Nikita Kruschev en 1962 (foto wikipedia)

Kruschev inauguró así una etapa moderadamente reformista. En el terreno económico trató de incrementar los rendimientos de la agricultura y aumentar el dinamismo de la industria, atenuando la planificación central. En lo político se profundizó en la desestalinización, sobre todo a partir de 1961, lo que fue unido a la lucha contra las situaciones privilegiadas de una nomenclatura que seguía sirviéndose de su posición en beneficio propio. Sin embargo este embate acabó originando la caída de Kruschev, destituido en octubre de 1964.

Con la victoria de los opositores a la política de Kruschev, el nuevo hombre fuerte y secretario general pasó a ser Leónidas Breznev (secretario general del PCUS entre 1964 y 1982) que se propuso como objetivo salvaguardar el poder de las estructuras del partido sin cambiar la esencia del sistema, intentar a la vez mejorar la calidad de vida de la población y asegurarse su apoyo o consentimiento al régimen. Sin embargo, como ya hemos visto, el período brezneviano estuvo marcado por un estancamiento económico, pues las limitadas reformas mejoraron la racionalidad del sistema de planificación pero no pusieron en cuestión las bases del mismo, donde se encontraba la raíz del problema. Como contraste la política exterior de la época fue expansiva, al tiempo que la carrera nuclear y armamentística suponía un gasto enorme para la economía rusa.

Desde el punto de vista de la política interna, fueron casi dos décadas de absoluta estabilidad, o más bien de estancamiento, dominadas por la nomenclatura del partido y con el poder concentrado en un grupo monolítico, pronto convertido en gerontocracia, cada vez más ajeno a la situación real de la URSS y sólo preocupado por mantener sus privilegios. En 1977 se aprobó una Constitución continuista, que asignaba al PCUS el papel de dirigente último de la vida nacional, colocando por encima de todo derecho o libertad individual los intereses del pueblo y del Estado soviéticos.

Leónidas Breznev en 1974 (foto wikipedia)

Leónidas Breznev en 1974 (foto wikipedia)

Después de la muerte de Breznev en noviembre de 1982 y hasta la llegada de Gorbachov al poder en marzo de 1985, la URSS pasó por un interregno durante el cual dos ancianos secretarios generales, Yuri Andropov (noviembre de 1982-febrero de 1984) y Konstantin Chernienko (febrero de 1984-marzo de 1985), hicieron frente a uno de los períodos más delicados de la historia soviética. Los problemas de fondo de la economía planificada, el despuntar de los nacionalismos, el anquilosamiento de las estructuras políticas, el deterioro del nivel de vida de la población y el descrédito del comunismo en la Europa del Este no obtuvieron respuesta ni soluciones adecuadas, pese al moderado aperturismo de Andropov.

En Europa del Este la muerte de Stalin marcó el final de una etapa caracterizada por el control estricto que el PCUS ejercía sobre las democracias populares en todas las esferas de poder. Desde 1953 y hasta los acontecimientos de 1968 en Checoslovaquia, todo el bloque soviético vivió inmerso en una permanente crisis de identidad, tal como pusieron de manifiesto la alternativa “revisionista" y la “respuesta obrera” generadas ante la opresión del estalinismo. Los valedores del revisionismo, los comunistas reformistas, comenzaron a idear nuevos proyectos de actuación política de muy distinto signo y resultado, como pudo comprobarse en los acontecimientos de octubre de 1956 en Polonia, de esa misma fecha en Hungría, de 1964 en Rumania, o de 1968 en Checoslovaquia. La intención de los revisionistas era profundizar en las esencias del sistema socialista, mejorando y abriendo el sistema siempre bajo la dirección comunista, al tiempo que dar por concluida la tutela soviética en sus respectivos países. Aunque inicialmente el aperturismo impulsado por Kruschev pareció alentar o facilitar este espíritu de reforma, los peligros de la misma dieron lugar a un repliegue y la oposición al revisionismo no tardó en cuajar, siendo señalado como el “principal peligro” en las conferencias de partidos comunistas celebradas en 1957 y 1960.

En otro orden cosas, la persistencia de problemas en el ámbito socioeconómico y el malestar social originó crecientes demandas de obreros y campesinos por la mejora de sus condiciones vitales y laborales. El rechazo de los gobiernos a estas peticiones originó una respuesta obrera en forma de huelgas, motines y revueltas, que fueron generalizadas a partir de 1953, con manifestaciones masivas de descontento popular en Checoslovaquia, República Democrática de Alemania, Hungría y, sobre todo, Polonia.

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Tuesday,19 may 2009 21:7:24 GTM
<![CDATA[Lobezno (X-Men) rebuzna!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,945  

Juan Antonio González Fuentes

Ya lo he leído comentado en algún otro lugar, y tan solo quiero subrayarlo: repasar las carteleras cinematográficas de los medios de comunicación es algo así como no salir nunca de un círculo infernal, un círculo de pesadilla en el que los mismos títulos con distintos números romanos o arábigos detrás se repiten y se repiten hasta la confusión generalizada. Spiderman, Pesadilla en Elm Street, La Pantera Rosa, Harry Potter, James Bond, Rocky, Rambo, El señor de los anillos, Transporter, Resident Evil, Lara Croft, Star Trek, Hellraiser, Los 4 fantásticos…, y así mil, cien mil ejemplos más que ilustran lo dicho y en los que se logra lo que casi no cabe en cabeza humana: cada secuela es peor, bastante peor.

Una de las prolíficas sagas no mencionadas más arriba es la de X-Men. Desconozco ahora mismo cuántas películas se han hecho con las aventuras y desventuras de estos superhéroes, lo que sí podría asegurar es que son al menos tres, y que ya ha dado secuelas como este indigesto Lobezno? que aquí traemos a colación.

En estos tiempos en los que el talento de los guionistas de la industria del cine americana parece haberse tomado unas vacaciones que duran ya varias décadas sabáticas, los cómics de la editorial Marvel se han convertido en fuente inagotable para extraer historias que llevar a la gran pantalla. Es el caso de este Lobezno firmado por Gavin Hood con una duración de hora y media larga.



Tráiler en español de la película Lobezno (vídeo colgado en YouTube por lahiguera.net)

Lobezno es uno de los héroes mutantes que pertenece a los X-Men (contado así ya sonroja), grupo creado por la factoría Marvel que ha inspirado ya varias películas. Pues bien, en esta entrega hollywoodiense se nos cuenta quién es en realidad y de dónde viene el mencionado Lobezno (madre mía), licántropo con patillas encarnado por el sueño erótico de muchas mujeres de universo entero, la estrella Hugh Jackman, que aquí el pobre bastante hace con no partirse de risa de sí mismo mientras pone cara de malo malote dispuesto a enfadarse y dejarse llevar como lobito humano con garras del mismo acero inoxidable que las antiguas Magefesa. Y qué patillas, qué pelo encrespado de jabalí en celo le han colocado al amigo Jackman, quien debería pasar tres años de retiro espiritual antes de salir más de su casa.

Pues sí, Lobezno nos cuenta como la vida conduce a un licántropo de gimnasio caro a convertirse en superhéroe, con un melodramático trauma por medio para hacer de Lobezno un ser en el fondo melancólicamente incomprendido, tiernamente sufriente porque el mundo, como a Jeannette, le ha hecho así.
Claro que estas dosis de psicologismo de la señorita Pepis tampoco ocupan mucho espacio en la cinta, porque Lobezno lo que busca es entretener, y hacerlo mediante el ya habitual despliegue de “ritmo trepidante”, usease que diría Gila: planos de medio segundo de duración, cámara con el baile de sambito, ruido elevado a la enésima potencia, bofetadas hasta en el carné de identidad, violencia hasta sorbiendo la taza de cola cao y nada más, pues toda esta parafernalia de virtuosismo de velocidades para nada no sirven eso, para nada. Los personajes son igual de simples al comienzo y al final, todo lo que viven hace menos mella en ellos que un alfiler en la carrocería acorazada de un tanque alemán.

Lobezno es previsible, aburrida, idiota, larga, pesada, insufrible, cargante, maquinal…, parece concebida por un adolescente mañoso pero no muy espabilado, y con una experiencia vital propia de un niño de cinco años que no ha ido nunca ni a la guardería. Lobezno rebuzna, no puede decirse más con menos.

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Monday,18 may 2009 12:35:9 GTM
<![CDATA[Kiki de Montparnasse, el violonchelo de Man Ray descrito por Botín Polanco]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,944
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Las enciclopedias más lacónicas nos dicen que Alice Prin, (Châtillon-sur-Seine, 1901- Sanary-sur-Mer, 1953), también conocida como Kiki de Montparnasse, fue una modelo, cantante y actriz francesa que se convirtió en musa de importantes artistas internacionales (Soutine, Picabia, Cocteau, Calder, Man Ray, Pablo Gargallo...) de principios del siglo XX.

En efecto, cuando uno lee trabajos sobre la vida cultural parisina del periodo de entreguerras, la figura de Kiki aparece y desaparece como un Guadiana en torbellino alocado y reluciente. Uno de los iconos más imperecederos de aquellos tiempos tiene precisamente a Kiki como protagonista. Se trata de la célebre fotografía de Man Ray en la que la espalda de la modelo aparece convertida en violonchelo inolvidable.

Pues bien, estos días estoy leyendo Logaritmo, la novela vanguardista del santanderino Antonio Botín Polanco (1898-1956) que acaba de reeditar la nueva editorial Quálea con estupenda introducción del poeta Alberto Santamaría. La novela, de la que hablaremos más por extenso en otro post, me está resultado muy interesante. A su protagonista, Carlos, lo acabo de dejar en ese París del que he hablado más arriba, y lo he dejado entrando en un local en el que Kiki es la principal atracción. No dudo tras leer la descripción del ambiente y de la propia Kiki de Montparnasse, que Botín Polanco, nuestro novelista pariente de los banqueros, estuvo realmente algunas noches contemplando las evoluciones de la modelo cantante en algún tugurio parisino.

Lo que ofrece Botín Polanco, en este sentido, es un testimonio realmente sugerente: el de un letraherido señorito santanderino, con claras influencias en su escritura del manejo de imágenes greguerías de Gómez de la Serna, que plasma su impresión de los tugurios parisinos de los años 1930 (la novela vio la luz en 1933) en los que reina la bohemia destartalada encabezada en estas páginas por la famosa Kiki de Montparnasse.

Fotografía de Man Ray

Fotografía de Man Ray

El fragmento me parece sabroso y quizá impagable para los interesados en aquellos tiempos de experimentos y vanguardias parisinas. Les dejo con Carlos, quiero decir con Botín Polanco..., les dejó con la célebre Kiki, la de la espalda hecha violonchelo:

“En el sórdido interior, Kiki de Montparnasse decía una canción desafinada. Oyéndola cantar en aquel antro, vestida lijosamente con un trajo color de rosa y con un mechón despeinado sobre la frente, podía creerse que se había sorprendido a una mujer fatal en su propia salsa.

Kiki había sido esa niña que vende cualquier cosa, cerillas o periódicos, en cualquier calle, mientras llega el momento de venderse ella misma. Kiki había sido esa niña que hay en todas las ciudades del mundo, que se hace popular por su desvergüenza hasta que la prostitución la sume en el incógnito al sorberla. Pero como París es una sabia alcahueta, el año anterior Kiki cobraba quinientos francos cada noche por cantar insolencias en un sitio elegante, y un editor escribió sus memorias para vender una gran tirada.

Kiki desafinaba.

Por los bordes de su lujoso vestido color de rosa desbordaba una carne desmoronada. Hacía unos gestos procaces que resultaban lamentables en su arquitectura de derribo y la producían inopinadas pérdidas de equilibrio. En sus ojos redondos vagaba esa mirada imprecisa de las vacas de leche, máquinas industriales, vacas automáticas.

Kiki sonreía.

No podía saberse qué extrañas resonancias provocaban en sus oídos los aplausos, porque Kiki, tras unos pasos inciertos de una danza arbitraria, se vino al suelo en medio de la sala. Su caída no fue la de quien lleva a cuestas el fardo de la embriaguez, sino más bien la del fardo en descarga. No había sombras de vino en su mirada. Sin duda algún coleccionista de mujeres fatales y pagables la había habituado a la cocaína. El rastro de la droga la hizo descalzarse y remangarse las faldas.

Kiki nadaba.

Un culotte color de rosa interrumpía la visión de unos muslos con fisonomía de embutido. Los brazos de la nadadora de mares de madera se movían entre unas palabras mal pronunciadas, vagas explicaciones de aquella natación insospechada. La levantaron del suelo y ella se echó de bruces sobre una mesa para seguir nadando, mientras fijaba en Carlos una mirada de ciego de gota serena, de naúfrago y de vaca. La hizo caer de nuevo al suelo una potente brazada.

Kiki se revolcaba.

Carlos sentía el pavor de ver revolcarse aquel montón confuso de carne y alma, mezclado a la satisfacción de mirar el literario tópico de la mujer fatal tirado por los suelos de la tasca.

Por fin se llevaron a Kiki, despeinada y descalza hacia la puerta de la calle, a que el viento frío de la noche la serenase o la matara. Quizá repitiera su exhibición de nadadora de mares secos sobre el asfalto de la acera, ante esos galeotes de la navegación en taxi amarrados al duro banco de abrir y cerrara portezuelas.

Como Kiki tenía apenas veintiocho años, entre aquellos forzados de la propina incierta quizá se hallaba su seductor, el que por un azar descorrió ante ella el velo del amor, si amor puede llamarse a ese instinto fugaz del asfalto de la calle macerado en la noche por tantos tacones siniestros”. 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,15 may 2009 14:4:45 GTM
<![CDATA[Quiero dejar de ser homosexual, Joseph Nicolosi dixit]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,943
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

¿Es una provocación? ¿Se trata tal vez de una broma? Pues francamente no lo sé, aunque es evidente que este libro tiene hecha ya, para bien o para mal, su campaña de publicidad.

El libro tiene un título que no puede ser más expresivo, invocando a lo políticamente incorrecto y arremetiendo contra lo que se supone que afirma desde hace décadas la ciencia: Quiero dejar de ser homosexual, es decir, que se puede querer o dejar de querer ser homosexual. Su autor es norteamericano, Joseph Nicolosi, y la editorial que se ha atrevido a publicarlo en español es la madrileña Encuentro en su colección de ensayo, a 22 euros el ejemplar.
 
¿Y quién demonios es este Nicolosi que al parecer “ayuda” a abandonar la homosexualidad masculina? Joseph Nicolosi (Encino, California, 1947) es un psicólogo clínico, cofundador de la Asociación Nacional para la Investigación y la Terapia de la homosexualidad (NARTH). La publicidad del libro dice lo siguiente: “Usando transcripciones de sesiones previamente grabadas, este libro ilustra los principios básicos de la Terapia Reparativa de la Homosexualidad Masculina. En él se encontrarán ideas claras del modo en que trabajo con mis clientes para afrontar las distorsiones que oscurecen su verdadera identidad masculina. Cuando en 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la homosexualidad de su catálogo de patologías, se hizo atendiendo a las experiencias frustrantes de muchos homosexuales en su tratamiento. Ahora, treinta y cinco años después, ofrecemos exactamente los testimonios opuestos: los de hombres homosexuales que han tratado de aceptar su identidad gay pero sin encontrar satisfacción, y que se han visto beneficiados por una psicoterapia que les ha permitido liberarse del conflicto de identidad de género que se esconde detrás de gran parte de la homosexualidad.

En otras palabras, el tal Nicolosi vuelve a considerar la homosexualidad (¿masculina?) una patología. Patología que puede “curarse” o “aliviarse” por medio de una terapia mediante la cual, las capas de homosexualidad que puede presentar un hombre se quitan como la piel de una cebolla para dejar aflorar la identidad plenamente masculina que se escondía.

Josep Nicolisi: Quiero dejar de ser homosexual (Encuentro, 2009)

Josep Nicolisi: Quiero dejar de ser homosexual (Encuentro, 2009)

¿Polémico? ¿Idiota? ¿Estamos ante la obra de un charlatán de feria o ante un psicólogo con saberes y métodos extraordinarios? ¿Si las capas de homosexualidad pueden ir quitándose mediante terapia, podrían ponerse una encima de otra sobre alguien con identidad masculina bien definida? ¿Estoy contribuyendo desde estas líneas a la idiotez, a la confusión, al marketing comercial de un libro?
 
La publicidad de la editorial Encuentro reconoce que está poniendo en circulación “un libro respetuoso pero polémico, de gran interés para todos aquellos que quieran considerar un nuevo punto de vista sobre un asunto de primera magnitud”. Y prosigue “en las últimas décadas la homosexualidad, al menos en Occidente, ha dejado de ser un comportamiento tabú. Hoy en día las personas homosexuales son objeto de derechos y de reconocimiento social, gracias a fuertes campañas que se han llevado a cabo, desde ámbitos políticos, sociales y culturales, para evitar la marginación y la condena de la homosexualidad. La persona homosexual, sin embargo, con sus sentimientos, alegrías y frustraciones, ha quedado en muchas ocasiones fuera de estas políticas, a menudo centradas únicamente en la afirmación de la identidad gay. Quiero dejar de ser homosexual indica y describe otro camino que puede emprender la persona homosexual. El doctor Nicolosi lleva años aplicando la terapia reparativa frente a la habitual terapia de afirmación gay, ofreciendo así una alternativa para muchas personas homosexuales que no se sienten bien con sus sentimientos homosexuales”. Punto y final.
 
Como puede verse en este párrafo introducitorio se habla de algo llamado ¿Terapia reparativa? Reparar algo sólo puede hacerse cuando ese algo está estropeado. Con lo que debemos entender que ser homosexual es para el psicólogo Joseph Nicolosi un mal funcionamiento que es susceptible de ser reparado mediante terapia, terapia que de alguna manera ya hemos descrito: quitar las “capas” de homosexualidad que sepultan la identidad puramente masculina. ¿No es masculina la homosexualidad? Se puede ser homosexual y masculino? Tengo entendido que el clasicismo griego y romano tiene algunas cuantas páginas al respecto.
 
Bueno señor Nicolosi, bueno señores de Encuentro…, otro libro más en el mercado. Que cada palo aguante su vela, que cada cuál lea lo que le venga en gana. Sabios y charlatanes siempre ha mezclado sus discursos a lo largo de la historia, y esta época de apocalípsis mediático no podía ser menos. 

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-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)


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Thursday,14 may 2009 17:35:19 GTM
<![CDATA[Los dibujos de Alonso Cano (Fundación Marcelino Botín)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,942
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde el pasado 3 de abril y hasta el próximo 17 de mayo, en la santanderina calle Marcelino Sanz de Sautuola, donde tiene ubicación la casi nueva sala de exposiciones de la Fundación Marcelino Botín, puede verse una magna exposición con los dibujos del artista granadino Alonso Cano (1601-1667).

Esta exposición pretende ser, como se explica en la información editada, un atinado reflejo de la investigación realizada a lo largo de los último años por la doctora en Historia del Arte Zahira Veliz, comisaria de la muestra, en torno a la producción dibujística de Alonso Cano, proyectándose como una inmejorable oportunidad para descubrir al artista como un dibujante de primera magnitud, además del creador interdisciplinar que fue.

Alonso Cano: Inmaculada Concepción (Museo Nacional del Prado)

Alonso Cano: Inmaculada Concepción (Museo Nacional del Prado)

Pero ¿quién fue Alonso Cano? Pues nada más y nada menos que muy probablemente el artista más completo del llamado Siglo de Oro español, es decir, pintor, grabador, escultor, diseñador, retablista, arquitecto…, y dibujante, claro, también dibujante. En definitiva, Alonso Cano es una figura central y emblemática en la España del siglo XVII.

Amigo de algunos de sus principales colegas artistas de aquel momento como Velázquez, Zurbarán, Martínez Montañés o Pacheco, Alonso Cano también cultivó el contacto con muchas de las grandes figuras de la intelectualidad de su tiempo, figurando en su biblioteca obras entre otros de Góngora, Gracián o Quevedo…, lo que según los expertos dota de una complejidad y riqueza especial a sus trabajos. Entre los discípulos de nuestro artista los hubo excepcionales (Pedro de Mena, José Risueño, Herrera Barnuevo, José de Mora…), lo que hace que su impronta trascendiera amplia y radicalmente su estricta contemporaneidad.

El casi medio centenar de obras expuestas en la sala de la Fundación Marcelino Botín, y pertenecientes sobre todo a colecciones españolas y europeas, permiten al visitante viajar en el tiempo hasta la España del XVII y bucear en la imaginería e iconografía del momento, plagadas de referencias religiosas y culturales muy específicas y reconocibles.

Alonso Cano: Milagro ante la tumba de San Pedro Martir, 1665 (Museo Nacional del Prado)

Alonso Cano: Milagro ante la tumba de San Pedro Martir, 1665 (Museo Nacional del Prado)

Los dibujos del artista muestran con claridad meridiana la delicadeza del trazo, capacidad inventiva de primer orden y una habilidad en la resolución que convierten a su autor, Alonso Cano, en uno de los grandes dibujantes de toda la historia del arte español.

El catálogo editado por la Fundación Botín, siguiendo la larga tradición de la casa, ni que decir tiene es ya una herramienta de trabajo imprescindible para cualquiera que quiera acercarse al arte de Alonso Cano, pero también para quien deseé acercarse con paso seguro a la historia del dibujo en nuestro país, y en la Europa del siglo XVII.

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-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009)

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Wednesday,13 may 2009 19:0:46 GTM
<![CDATA[La bibliografía de la Generación del 27 (Ollero y Ramos/Fundación Gerardo Diego)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,941
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La Generación del 27, la generación poética más importante del siglo XX español, consta principalmente de diez autores canónicos, a saber: Manuel Altolaguirre, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Emilio Prados, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre y Luis Cernuda.

Hasta la fecha, y a pesar de la cantidad ingente de estudios de la que han sido objeto la generación en general y sus principales integrantes en particular, no había en el mercado editorial una obra que recopilase una completa relación de la totalidad (o casi) de los escritos publicados por tan importante grupo de poetas. Es decir, no existía un trabajo que ofreciese tanto al lector común como al erudito o especialista, la bibliografía producida por el canon de la Generación del 27.

Gregorio Torres Nebrera: Diez bibliografías del 27 ((Fundación Gerardo Diego/Ollero y Ramos)

Gregorio Torres Nebrera: Diez bibliografías del 27 ((Fundación Gerardo Diego/Ollero y Ramos)

Dicho vacío casi incomprensible para la historia de la literatura española acaba de ser cubierto con la edición del libro Diez bibliografías del 27 (Fundación Gerardo Diego/Ollero y Ramos), en el que un nutrido grupo de especialistas, coordinados por Gregorio Torres Nebrera, ofrece esa cuidadosísima bibliografía ordenada siguiendo un estricto orden cronológico y en la que quedan incluidos no sólo los principales libros de poesía de sus autores, sino todos los textos nos recogidos finalmente en volumen, los artículos en publicaciones periódicas, etc...

Los especialistas que se han encargado de esta hercúlea tarea, ya ha quedado dicho un poco más arriba, son nombres bien conocidos en los estudios contemporáneos de literatura española, y en no pocos casos, son nombres asociados ya casi de forma indisoluble al de sus poetas de estudio: James Valender (Altolaguirre), José Luis Bernal (Gerardo Diego), Gabrielle Morelli (Aleixandre)...

Estamos, pues, ante un libro llamado a hacer historia en la bibliografía referida a la Generación poética del 27 y a la de sus principales miembros. Un trabajo de consulta obligada desde su aparición para cualquiera que quiera conocer qué publicaron, dónde y cuándo lo hicieron poetas como Lorca, Gerardo, Alberti, Cernuda o Aleixandre.

Una joya imprescindible en cualquier biblioteca.

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-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009))

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Tuesday,12 may 2009 21:8:6 GTM
<![CDATA[El Gatopardo, Lampedusa, Francesco Orlando, Villena y Visconti]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,940
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Estoy en Madrid. Es sábado y vamos al cine. Hemos elegido la última película de Dustin Hoffman y Emma Thompson, una tragicomedia romántica en la que lo mejor, de lejos, es la pareja protagonista: inconmensurables los dos, dando una lección plano tras plano de lo que es comunicar en pantalla.

Pero antes de entrar en el cine, situado en la zona de Princesa, entramos un instante en el Vips cercano (libros de lujo de arte y fotografía a precios escandalosamente bajos), y nos damos una vuelta por una de nuestras librerías favoritas en Madrid, bueno, en realidad por dos de nuestras librerías favoritas, pues son dos librerías en una.

Me refiero a “8 y medio” y a “El Gatopardo”, dos espacios comunicados entre sí (desconozco si dos librerías distintas desde el punto de vista comercial) dedicados fundamentalmente al libro, y con una dirección común: Martín de los Heros, 11, 28008, Madrid. He leído en alguna parte que “8 y medio” es la mejor librería del mundo dedicada al cine. No me cabe duda de que es una exageración sin mucho fundamento, pues no hace falta ser un gran experto para echar de menos muchas cosas, muchos títulos, algunas referencias… Pero sin duda estamos hablando de una librería admirable, en la que el aficionado, en un ambiente relajado y profesional, encuentra abundantes motivos para ser feliz hojeando libros sobre cine en español y otros idiomas, y echándole un vistazo a póster, fotografías, dvds, y demás artilugios y objetos siempre relacionados con el séptimo arte.

Si uno llega hasta el final de la tienda, descubre de repente no sin sorpresa que no ha llegado al final, sino a un estrecho pasillo en el que habitan unas estanterías cargadas de libros, y que conduce a otro espacio libresco, a “otra librería” apodada “El Gatopardo”, y en la que lo relacionado con el cine ha perdido su reinado a favor de la literatura española y universal, especialmente las novelas del XIX y XX y las biografías.



Escena de El Gatopardo (1963), de Luchino Visconti (vídeo colgado en YouTube por ForoLoQueYoTeDiga)

M. compra en El Gatopardo la novela de Edith Wharton Ethan Frome en la edición del sello Alba. Pícara como es, M. asegura a la hora de pagar que la compra es un regalo, y como tal se lo envuelven cuidadosamente, incluyéndole un hermoso señala páginas de cartón en el que se ve a Burt Lancaster, con chistera, guantes y bastón, es decir, materializado para el fin de los tiempos en el viscontiano Gatopardo.

Cenando después de la película, M. abre “el regalo” y me regala el cartoncito con Lancaster-Gatopardo, el mismo que tengo a la vista mientras redacto estas letras. Es un gran regalo, un regalo cargado de contenido y significado para mí.

De vuelta a Santander en tren, y mientras ponen en las pantallas del Alvia de la Renfe Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen, miro muy por encima los contenidos de la revista corporativa de la empresa ferroviaria española, titulada Paisajes desde el tren. Y entre reportajes de viajes, una entrevista a la nueva académica de la RAE Inés Fernández-Ordóñez, y publicidad de coches fabulosos y relojes de “ensueño”, me entero de que Luis Antonio de Villena acaba de publicar en la editorial Gedisa un libro que no podía pasarme desapercibido: El Gatopardo. La transformación y el abismo, y en cuyas páginas el poeta y escritor ofrece un ensayo sobre la obra maestra de Visconti, analizando la película del italiano y aportando su particular reflexión sobre un asunto tan manido pero tan fascinante como la decadencia.

Cuando llego a casa rebusco en las pilas de libros que se me acumulan sobre la gran encimera de la cocina. Y sí, no tardo con dar con lo que buscaba, un libro que encontré hace semanas en una librería de Santander y a la que aún ni siquiera le he quitado el precinto: Recuerdo de Lampedusa (Pre-Textos), de Franceso Orlando, un librito de no muchas páginas publicado por vez primera el año antes de que yo naciera, 1963, en las que el escritor italiano nos da su particular retrato del creador de El Gatopardo, hablándonos de sus gustos, sus hábitos, sus ideas sobre Italia y sobre Sicilia… Dice la publicidad del libro que es la obra más importante sobre el autor de El Gatopardo. Lo desconozco, claro. Pero ante tantas señales premonitorias, conducentes a uno de mis personajes de ficción predilectos y a sus creadores (Lampedusa y Visconti), sólo me queda dar comienzo a la lectura de este librito, y hacerlo con la ilusión de quien espera reencontrarse con un buen amigo.

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Monday,11 may 2009 19:22:35 GTM
<![CDATA[Carol Anne Duffy (lesbiana, madre soltera, católica y laborista) “Poeta Laureada” de Inglaterra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,939
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En Inglaterra, que es un país bastante civilizado en términos generales, los monarcas (en la actualidad a propuesta del Primer Ministro) nombran desde prácticamente el siglo XVI, y cuando les toca, a su Poeta Laureado. Dicho término denomina al poeta que, nombrado oficialmente por un gobierno, debe componer poemas para festejar o conmemorar acontecimientos gubernamentales o del estado.

La Restauración de la corona en Inglaterra conllevó también la restauración de la figura de Poeta Laureado, título honorífico pero recompensado con un barril de coñac o vino de jerez. A lo largo de las últimas décadas los Poetas Laureados en la litúrgica Inglaterra han sido: Alfred Austin (1896, ante el rechazo a tal honor de William Morris), Robert Bridges (1913), John Masefield (1930), Cecil Day-Lewis (1967, padre del conocido actor Daniel Day-Lewis), Sir John Betjeman (1972, quien le pidió a la reina su barril de vino, a lo que la soberana Isabel II accedió enviándole todos los años doce botellas de jerez de sus propias bodegas), Ted Hughes (1984, el que fuera marido de Sylvia Plath accedió tras el rechazo del gran Philip Larkin), Andrew Motion (1999). Tanto Hughes como Motion incluso visitaron la localidad de Jerez de la Frontera para recoger su bota de vino de jerez.

Ser nombrado Poeta Lauredado es todo un honor, pero un honor que no a todos hace mucha gracia. Day-Lewis calificó el título como “el beso de la muerte”, Betjeman dejó dicho en sus cartas que odiada el cargo con todo su ser, y Motion lo abandonó hace unos meses porque literalmente lo dejó sin capacidad para escribir otra cosa que no fueran las fruslerías que le exigían los encargados de palacio.

Carol Anne Duffy

Carol Anne Duffy

En sustitución del asqueado Motion ha sido nombrada (¿la primera mujer?) la poeta Carol Anne Duffy, lo que ha conmovido lo que representa el cargo de Poeta Laureado hasta sus más profundos cimientos. ¿Por qué? Atiendan un momento. Duffy es lesbiana, escocesa, madre soltera, laborista, católica, de origen muy humilde y para colmo, hace ya tiempo, aseguró que jamás aceptaría un cargo tan idiota y ridículo, y que para un poeta de verdad aceptar escribir poemillas para celebrar bodas y demás acontecimientos reales es faltarse al respeto a sí mismo.

Vamos, que la aceptación del nombramiento de Poeta Laureado por parte de Carol Anne Duffy es, poco más o menos, y salvando las distancias, como la aceptación de Ramoncín a participar como jurado en la nueva edición de Operación Triunfo.

Sin embargo, Duffy es una poeta con sólido prestigio en la Gran Bretaña. Un prestigio que le ha costado Dios y ayuda lograr dados sus orígenes (trabajó como camarera en un bar de Stafford), y el mantenerse siempre por completo alejada de los círculos de Oxford y Cambridge, en los que se sentencia quién es poeta y quién no lo es en las islas europeas en la que se que habla el idioma de Shakespeare.

La poeta Duffy, quien hace apenas unos meses aseguraba en una entrevista que su vida se reducía a ver telenovelas en televisión, jugar al póker y a leer poesía sentada en la taza del váter de su casa, ahora, como Poeta Laureada, recibirá 6.000 euros anuales y unas 650 botellas de jérez también al año que además ha pedido le paguen por adelantado, pero no para gastarlos o bebérselas, sino para dotar un premio destinado a jóvenes poetas.

Felicidades a la laureada Duffy, y vistos los antecedentes, que le sea leve.

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Friday,8 may 2009 20:12:42 GTM
<![CDATA[Las películas y la música preferidas de Barack Obama]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,938
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde hace poco más de 100 días tenemos nuevo emperador, un emperador con sangre africana corriendo por sus venas, y de nombre Barack Obama. No sé con qué motivo, quizá el cumplimiento de sus 100 días de mandato, lo cierto es que estos días se nos ha contado cuáles son los gustos principales del emperador en materia musical y cinematográfica.

En lo referente a la música las preferencias de Obama se decantan claramente por Bob Dylan, y más concretamente por las canciones y álbumes del judío de Minnesota grabados durante la convulsa etapa central de los años 1960, la etapa de las protestas y el another side, la de la gran controversia en torno al uso en los nuevos temas de instrumentos eléctricos. En otras palabras, la etapa en la cual Robert Allen Zimmerman (Bob Dylan, y el Dylan en homenaje al poeta galés Dylan Thomas) se convirtió en un cronista solvente y muy seguido por los jóvenes de los grandes conflictos estadounidenses del momento (guerra fría, desarrollo del armamento nuclear, Cuba, Vietnam....). El Dylan autor de algunos de los himnos esenciales antibélicos y en pro de los derechos civiles de la juventud norteamericana que hoy ronda los setenta años de edad.

También le gustan a Obama, según ha declarado a la mítica revista Rolling Stone, las canciones de Stevie Wonder, las de Bruce Sprignsteen, los blues desgarrados y poderosos del enorme Howlin’ Woolf, grupos como Earth, Wind and Fire, raperos del pelo de Jay-Z, y cantantes bastante más refitoleras y productos de cuidadoso marketing como Sheryl Crow.

En cuanto al cine las preferencias del emperador no podían ser ni más americanas ni más enmarcadas en un clasicismo blanco y de bueno tono, con algunas gotas decorosas de llevadero progresismo incuestionable. ¿Actores? James Stewart, Meryl Streep, Humphrey Bogart, o Spencer Tracy, ese monstruo de la interpretación que en pantalla permitió que su hija wasp se desposara con el correctísimo Sidney Poitier, y que en la fordiana El último Hurra, clavo a un político chanchullero pero adorable en el que quizá Obama se vea así mismo reflejado.

¿Qué películas se llevaría en dvd Obama a una isla desierta? Pues según propia confesión al menos cuatro: Casablanca, Alguien voló sobre el nido del cuco y las dos primeras entregas de El Padrino. Así a vuela pluma me vienen a la mente algunas curiosidades que quizá tengan algún interés. Cuatro películas y tres directores: un norteamericano de inmediato origen italiano (Francis Ford Coppola), un húngaro (Michael Curtiz, nacido en Budapest en 1886 como Mano Kerstez Kaminer), y un checo (Milos Forman, venido al mundo en 1932 en Cáslav como Jan Tomás Forman), es decir, tres artistas con robustas historias de emigración a sus espaldas.



Primeros minutos de El padrino (I), de Francis Ford Coppola (vídeo colgado en YouTube por PeliMafia)

¿Y las películas? Dos protagonizadas de principio a fin, de arriba a abajo, por la mafia y la familia, o mejor dicho, por una familia mafiosa. En El Padrino I y II (deja a un lado, como casi todo el mundo la III, que a mí, por ejemplo, me encanta) hay asesinatos, robos, extorsiones, latrocinios..., y también familia, mucha familia: padres, hermanos, primos..., y de fondo el origen, Italia, Sicilia, el pueblo de Corleone.

Casablanca es una película protagonizada por un héroe americano de libro en un país árabe (qué curioso, no). Rick (Bogart) es un tipo políticamente incorrecto incluso para los años 1940, pero al final se comporta con decencia, valentía, honor, y un palpable espíritu de sacrificio, características que están presenten en muchos de los prototipos cinematográficos de los norteamericanos metidos a héroes. Para colmo, Rick, él sólo, se enfrenta a los nazis, a los fascistas, a los asesinos de la libertad y la decencia.

Por último, la historia de Alguien voló sobre el nido del cuco transcurre en un manicomio, en una casa para locos en la que el loco protagonista tiene sueños, ideales, ilusiones..., que no deja que nadie le arrebate, ni el sistema, ni el resto de locos, ni los ¿cuerdos? facultativos del sanatorio.

La escena de película que prefiere Barack Obama por encima de todas es la del comienzo de la primera parte de El Padrino. Recordemos. Un empresario de pompas fúnebres se dirige ceremoniosamente ante el Padrino, don Vito Corleone (encarnado por Marlon Brando), para solicitarle un favor. El padrino deja que se acerque, que le solicite el favor, y le responde algo así como “Me faltaste al respeto, lo sabes, y ahora vienes a mí, pidiéndome un favor”. La escena finaliza con don Vito accediendo a hacer el favor al descarriado y dejándose besar la mano por él.

Estos son, según parece, los gustos de nuestro emperador. Le encandila preferentemente la canción protesta y los blues. Le gustan los grandes actores con fama de comprometidos políticamente hablando o de patriotas. Le encandilan las películas de la mafia, de locos, y de héroes estadounidenses descreídos pero honorables involucrados en aventuras exóticas. Y la escena que más le gusta de toda la historia del cine es una protagonizada por un capo mafioso en la que le perdona la vida a alguien que le ofendió a cambio de fidelidad y sumisión absolutas.

Si yo fuese Zapatero, ya estaría tomando nota.

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Thursday,7 may 2009 21:9:15 GTM
<![CDATA[Lea desayunando todos los periódicos ¡¡¡del mundo!!!!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,937
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En un post bastante reciente, y en el comentario a la película de Kevin MacDonald La sombra del poder (State of play), ya he plasmado algunos comentarios acerca de la anunciada y apocalíptica desaparición de los periódicos en papel en los próximos años y sus consecuencias inmediatas, por ejemplo, la completa desaparición del lector de periódicos a la antigua usanza.

Creo sincera y firmemente en los augurios, pero no soy pesimista. La propagación de noticias, las opiniones, los comentarios a las noticias reseñadas, las crónicas de mil y un tipos, los reportajes..., en fin, todo lo que desde hace más de un siglo configura el periodismo contemporáneo, se transformará, qué duda cabe, buscará nuevos caminos y formas de expresión, surgirá en otros formatos, etc, etc, pero estoy seguro de que no desaparecerá de ningún modo.

Al hombre en sociedad siempre le ha gustado contar y escuchar historias. Y el periodismo es, ante todo, una forma de contar historias, los sucesos, pequeños o grandes, que acaban conformando la historia colectiva de un pueblo, una ciudad, una región, un país, un mundo entero. En papel, en formato digital, o en cualquier otra forma que pueda ocurrírsenos a los humanos de contar historias en los tiempos venideros, lo esencial es que en cualquier lugar y momento habrá alguien con la intención de contar, y otro alguien con la intención de leer y escuchar.

Por esta razón, y para que ningún lector pueda pensar que en ojosdepapel hemos caído en un pesimismo en torno a los periódicos intratable incluso por el mejor galeno, dejó aquí una dirección electrónica que directamente conduce a todos los periódicos del mundo. Me explico.

Si clicamos en la dirección de nos abre la posibilidad de consultar las portadas de prácticamente todos los grandes periódicos en papel del mundo: europeos, estadounidenses, hispanoamericanos y asiáticos. Y dentro, por ejemplo, de los periódicos europeos, podemos consultar y leer las portadas de todos los periódicos importantes que diariamente se editan en España (los nacionales y región por región), o en Francia, o en Italia, o en Inglaterra o en...

Les propongo, así, que seamos conscientes de una forma directa y entretenida de la gran cantidad de periódicos que hay en el mundo, de lo que representan, de lo que simbolizan. Y todas las mañana, además de echarle un vistazo a este post de ojosdepapel (lo que les agradezco sobremanera), podrán también echarle un vistazo desde la cocina de su casa (por ejemplo), y mientras desayunan el café con magdalenas o tostadas, lo que cuentan las portadas de Le Monde, The New York Times, The Times, Clarín, La Nación, The Wall Street Journal, Le Figaro, La Stampa...

Espero que les guste y entretenga el regalo.

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Wednesday,6 may 2009 21:39:23 GTM
<![CDATA[Un libro electrónico palpita en un Santander del siglo XIX]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,753
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Son las ocho de la tarde. Acabo de salir de la tertulia radiofónica a la que soy invitado más o menos una vez al mes. Hemos hablado del papel de los sindicatos mayoritarios en la actual crisis, de su relación con el gobierno socialista, de la próxima ubicación del centro de datos del banco de Santander en el entorno de la bahía santanderina y, finalmente, de la por fin feliz relación iniciada entre el oso cántabro de Cabárceno y las dos osas asturianas a las que debía preñar. Al parecer, habrá nuevos oseznos que poblarán los Picos de Europa a su debido tiempo.

Terminado el programa, y como es tradición, hemos seguido departiendo un rato junto al portal de la emisora. La tertulia ha sido agradable. Hubo discrepancias, intercambio de dardos verbales, pero todo muy correcto y ameno. Los sindicalistas tertulianos me han parecido personajes con mentalidad decimonónica y vestimentas de gentleman santanderino años 1950. Piel morena de balandrista, camisas de colores verbeneros de Lacoste, y chaquetas de diseño de tienda cara. De esta guisa han discurseado sobre los derechos inalienables de los trabajadores, sobre el triste aburguesamiento del proletariado, y sobre las consecuencias nefastas del neoliberalismo capitalista, al que vestidos de Lacoste y bronceado de playa primaveral le dan unas dos semanas más de vida. No cabe la menor duda: los tiempos avanzan que es un barbaridad.

Camino hacia el despacho con mi amigo, contertulio, sindicalista de derechas, poeta, profesor y narrador Miguel Ibáñez, cuyo Lobo veloz ya ocupó aquí su espacio en alguna fecha. Miguel es alto, altísimo, y tiene porte aristocrático, el de alguien que debió ser niño muy bien cuando era importante serlo. Fuma como una locomotora antigua, mientras otea desde su altura homérica las brumas primaverales que acuden lentas desde el mar, cambiando así el telón de fondo de la obra de teatro que representamos: el paseo provincial y pequeño burgués en el que nos complacemos.

Andamos casi en silencio, aspirando el aire que trae los aromas de una nueva estación remolona y cansina. Avanzamos ni despacio ni deprisa, con la apostura de quien puede perder el tiempo. Él se encamina hacia el aparcamiento subterráneo de la plaza de Pombo donde dejó su coche. Yo camino dándole algunas vueltas a estas líneas, pues la redacción de este post es una obligación silente y tranquila que forma parte de mi cotidianeidad prevista desde hace ya tres años. ¡Quién me lo iba a decir!

Miguel lleva en una mano el cigarrillo encendido que de vez en cuando se lleva a la boca con distracción muy concentrada. En la otra lleva una bolsa grande de la librería Gil cuya carga indica un volumen nada despreciable. Cuando nuestro paseo desemboca en la plaza de Pombo hablamos de cenar la semana próxima, o la siguiente. Prometemos hacernos confidencias literarias de distinta índole y razón. Esta semana pasada ha sido para mí intensa. He hecho de anfitrión de Juan Manuel de Prada, Álvado Pombo, Luis García Jambrina y Fernando García de Cortázar en la XXVIII edición de la Feria del Libro santanderina. Estoy satisfecho de los resultados, pero constato una vez más que la “vida literaria” me aburre soberanamente, y se me hace muy, pero muy pesada. Esta mañana hablé del asunto con el poeta González Iglesias y ambos llegamos a la misma conclusión: nos cansamos en dichas lides porque impostamos, porque no somos nosotros mismos, porque en el fondo lo que nos gustaría hacer es echar a correr y encerrarnos en casa sin que nada ni nadie nos moleste.

Me despido de Miguel. Lo contemplo avanzar hacia el viejo templete de música que hoy hace casi de chimenea del mundo subterráneo que esconde. Un mundo poblado de autos, cajeros automáticos, luces de neón, mangueras contra incendios, luces rojas de ocupado, luces verdes de vacío, rayas amarillas, y huecos para coches pintados de un azul celeste que casi despuebla la memoria.

Librería Gil

Librería Gil

Giro sobre mi mismo y me veo situado ante la entrada de la librería Gil. Con el recuerdo de la bolsa libresca de Miguel (cien euros me ha dicho que acababa de dejarse en páginas impresas), me dispongo a ver por segunda vez en el día si han llegado novedades. No, no han llegado. Pero vuelvo a recorrer con liturgia naturalizada todas las estanterías, releo los lomos, hojeo las solapas y ojeo el panorama. Intercambio tres palabras con Gisela, la eficiente librera chilena que me atiende siempre solícita y experta. Repaso los títulos de la sección de poesía, los de la sección de viajes... Y como siempre veo dos o tres cosas que me llevaría a casa sin ningún remordimiento.

Pero no, freno la tentación y tomo el camino de las escaleras que me conducen al piso de abajo y a la salida. Peldaño a peldaño pienso en estos instantes de vida monótona y gratificante. Son momentos atemporales. Bien podrían trasladarse sin excesivo problema a 50 años antes, 100, 150 años antes. Yo mismo bajando esas mismas escaleras situadas en un negocio situado en la misma casa en la que el poeta cubano José Martí vivió algunos días de su vida. Bajo pensando en los libros que no he comprado, en los que espero comprar. Bajo las escaleras con la parsimonia decimonónica de un señor antiguo, reproduciendo gestos, movimientos y pensamientos sin edad, o mejor dicho, con toda la edad de los tiempos.

Pero al llegar al tramo final de las escaleras, en el escorzo que aleja del enorme escaparte de acristalado y te sitúa como visitante en la línea de salida de la tienda, en esa precisa esquina, dificultando un poco el paso, está de pie una de las más eficaces vendedoras de la tienda, dándole explicaciones a una pareja de clientes: un chico y una chica.

Paso a su lado y a mis oídos llegan fragmentos de la conversación estrictamente comercial. “Así se pasan las páginas, y dándole a este botón aparecen las funciones de..., y apretando aquí consigues que..., y la definición es muy buena..., y se puede leer francamente bien...”.

La pareja atiende con respetuoso silencio, concentrada. Les interesa mucho lo que les están contando. Es inevitable el fijarse. Miro de reojo el objeto que la dependiente exhibe entre sus manos y que los chicos contemplan codiciosos y con algo de susto. Sí, no hay ninguna duda, es lo que imagino. Salgo de la tienda al aire fresco de la calle. Las brumas ya se han hecho con las calles, reinan en ellas. Ha descendido la temperatura. Huele a salitre, a ola perezosa, a algas verdes y rosadas, a gaviotas voladoras y con el buche lleno de la plata viva aún de peces alimenticios. Huele a mar, a tiempo detenido, a instante trascendente en su intrascendencia. Paso por delante del escaparate y miro con descaro. Sí, los tres siguen cumpliendo bien con sus respetivos papeles en esta transacción comercial que se desenvuelve delante de mis ojos con total normalidad. Y sí, en el escaparate, descansando en sus cajas sobre una estantería hay dos ejemplares más del objeto transaccional que protagoniza nuestra escena. Sí, lo confirmo. La dependienta está vendiéndole a la pareja un libro electrónico. Sí, ahí está la pantalla encendida y sus letras parpadeantes, ahí está palpitante, casi tímido, el nuevo aparato fruto de la electrónica y lo digital, haciéndose presente, probablemente por vez primera, entre sus hermanos de sangre, los libros de tinta y papel.

Y el libro electrónico se hizo real en una tarde santanderina, en una plaza de vocación decimonónica, en un ambiente de olas y gaviotas, en una realidad irreal de tiempos pasados a los que las líneas de palabras luminosas de corazón digital situó en pleno siglo XXI respirando siglo XIX. He sido testigo, y así lo cuento.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-LIBRO: Philip Roth, Indignación (Mondadori, 2009))

-CINE: Kevin Macdonald, La sombra del poder (2009)

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Tuesday,5 may 2009 21:29:6 GTM
<![CDATA[Quálea Editorial, una nueva aventura libresca en España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,935
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El nacimiento de una nueva editorial siempre constituye una noticia jubilosa, más, si dicha apuesta está orientada en gran medida hacia los libros de poesía. Pues bien, con sede social en la segunda ciudad en importancia de Cantabria, Torrelavega (Pº de Torres, 4A – Local A1, 39300 Torrelavega, Cantabria, telf: 942108521 y 942108519, fax: 942805528), el pasado año comenzó a funcionar Quálea Editorial, que a sí misma se presenta como de carácter independiente, con un marcado acento literario, y dedicada a los géneros de la poesía, la narrativa y las humanidades.

La nueva editorial apuesta por la diversidad dentro de sus publicaciones, siempre fieles a la máxima de que el contenido cultural prime sobre el comercial, articulando así un panorama armónico dentro de las diferentes líneas de nuestras colecciones. La editorial nace con la intención de acercar al lector textos de autores, preferentemente europeos o norteamericanos, aunando la mejor tradición literaria clásica con lo más selecto de la narrativa y el ensayo contemporáneo. Pruebas del compromiso adquirido por Quálea Editorial con sus lectores son su concepto del libro como objeto hermoso (cuidado diseño, elección de papeles, tipografías...), el especial cuidado de las traducciones, y la inclusión siempre de prólogos o introducciones a las obras en colección escritos por señaladas autoridades en sus respectivos campos de trabajo profesional.

En su corta vida empresarial Quálea Editorial ha lanzado sólo tres títulos, pero tres títulos, tres libros, que hablan claramente de las intenciones y cuidados de la editorial. Se trata de dos libros de poesía y una novela, los dos primeros integrados en la colección dedicada a la poesía (asesorada o dirigida por los poetas Carlos Alcorta y Rafael Fombellida) y la novela en la colección Clásicos de la Literatura Española (asesorada o dirigida por el poeta y profesor Alberto Santamaría). Los libros de poesía son La apariencia de las cosas, de Henri Cole (con traducción y prólogo de Eduardo López Truco), y Bockstein de Fabio Pusterla (con traducción y prólogo de Rafael-José Díaz). La novela es Logaritmo de Antonio Botín Polanco, publicada originalmente en 1933, supuso el reconocimiento definitivo para su autor en el espacio de la vanguardia española de la década de los treinta.

Henri Cole: La apariencia de las cosas (Quálea Editorial)

Henri Cole: La apariencia de las cosas (Quálea Editorial)

Henri Cole nació en Fukuoka (Japón), en 1956. Pronto se trasladó junto a su familia a Virginia, desarrollándose por completo su formación en Estados Unidos. Su obra se inició en 1986 con The Marble Queen; en 1989 añadió la publicación de The Zoo Wheel of Knowledge, a la que se sumaron The Look of Things en 1995, The Visible Man en 1998, Middle Earth en 2003 y Blackbird and Wolf en 2007. Henri Cole ha impartido clases en diversos campus universitarios como los de Columbia, Harvard y Smith College. Actualmente, imparte clases en la Ohio State University. Su poesía se ha visto favorecida por diversos premios y reconocimientos públicos entre los que destacan el Premio de Poesía Kingsley Tufts y el Premio de la Academia Americana de Berlín. También ha sido finalista del Premio Pulitzer con Middle Earth. Su último libro, Blackbird and Wolf (Farrar, Straus and Giroux, 2007), ha recibido el Premio de Poesía Lenore Marshall 2008. Este galardón lo concede la Academy of American Poets al libro de poesía más importante publicado en Estados Unidos el año anterior.

Fabio Pusterla: Bockstein (Quálea)

Fabio Pusterla: Bockstein (Quálea)

Fabio Pusterla (Mendrisio, 1957) es poeta, narrador, crítico y traductor, y está reconocido no sólo como uno de los más importantes escritores suizos de la actualidad, sino también como uno de los nombres más destacados de la literatura en lengua italiana de las últimas décadas. Iniciada en 1985 con Concessione all’inverno, al que seguiría en 1989 Bocksten, la obra de Fabio Pusterla se compone de una decena de libros, algunos de los cuales han sido traducidos al francés, al alemán y al serbio. Además de alguna entrega narrativa y ensayística, la labor literaria de Pusterla tiene otro de sus frentes principales en la traducción. En este campo hay que destacar la atención que le ha prestado al gran poeta suizo de lengua francesa Philippe Jaccottet, de quien ha traducido numerosas obras; también son conocidas sus versiones de Yves Bonnefoy, Nicolas Bouvier, Maurice Chappaz, Eugénio de Andrade, Nuno Júdice y Corinna Bille.

Antonio Botín Polanco: Logaritmo (Quálea)

Antonio Botín Polanco: Logaritmo (Quálea)

Antonio Botín Polanco nació en Santander en 1898. Realizó sus estudios en Madrid donde se trasladó a vivir, aprobando el bachillerato y la carrera de Derecho. Amigo de tertulias, muy pronto se integró en la vida intelectual madrileña y comienzó a colaborar en la prensa, cultivando una gran amistad con Ramón Gómez de la Serna y con José Ortega y Gasset. Durante la etapa entre 1928 y 1934 escribió varias novelas, como La divina comedia, Él, ella y ellos, Virazón, Logaritmo y Peces Joviales. También es célebre su Manifiesto del humorismo (1951), donde resume sus ideas estéticas. Murió en Madrid en octubre de 1956.

Las apuestas realizadas por la nueva editorial son desde luego interesantes: poetas contemporáneos europeos y norteamericanos ya confirmados como valores en sus respectivos idiomas, pero poco o nada conocidos en España, en español. La calidad material de los libros casi inmejorable. Las novedades que se anuncian de las que mantienen la expectación del lector.

¡Larga vida a Quálea Editorial, muchos éxitos y mucho futuro!

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Monday,4 may 2009 11:15:20 GTM
<![CDATA[Jacques Tourneur, un cineasta esencial (Manga Films)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,934
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Maurice Tourneur fue un conocido director de cine y guionista francés (París, 1873-1961) de fama internacional. Tourneur viajó a los EEUU durante la Primera Guerra Mundial, coincidiendo con la expansión de las productoras francesas en el coloso americano. Instalado en Nueva York comenzó a dirigir películas mudas y a trabajar con los más granado del cine norteamericano: D. W. Griffith, Mary Pickford, Hélice Ferguson, Florence Lawrence, Samuel Goldwyn..., convirtiéndose así en uno de los directores de cine mudo americanos (se nacionalizó en 1921) más importantes de la historia, como lo indica la estrella que lleva su nombre en el famoso paseo de la fama de Hollywood, en el 6243 de Hollywood Boulevard.

Sin embargo Maurice Tourneur no es ni mucho menos el más famoso Tourneur de la historia del cine, honor que recae en su hijo Jacques (París, 1904-Bergerac, 1977), sin duda, uno de los reyes hollywoodienses de la llamada serie B.



Tráiler de Berlin Express (1948), película de Jacques Tourneur (vídeo colgado en YouTube por Foxter65)

Jacques se trasladó a la ciudad americana del cine mediados los años 1930 para trabajar como asistente del director Jack Conway en la película Historia de dos ciudades (1935), tras lo cual comenzó a rodar sus primeras historias, por lo general cortos. Pero al llegar la década siguiente, y gracias al contacto con el productor Val Lewton de la RKO, Jacques Tourneur comenzó a destacar como realizador al encargarse de dirigir fascinantes películas del llamado género de terror, todas ellas con bajo presupuesto pero una dosis casi inacabable de puro talento. En estas películas Tourneur deja a un lado los efectismos rudimentarios tan al uso en el momento, para dirigir el interés de la historia hacia sus aspectos psicológicos, y narrar haciendo especial hincapié en la estética de los planos y la sugerencia de las escenas. Ejemplos magníficos y míticos de lo dicho son La mujer pantera (1942), Yo anduve con un zombie (1942) y El hombre leopardo (1942).

Gracias a estas películas Jacques Tourneur se convirtió en un artesano muy valorado por la industria cinematográfica norteamericana de las décadas de 1940 y 1950. Rodaba rápido, barato, y los resultados solían ser estupendos tanto desde un punto de vista comercial como artístico. Tourneur, así, rodó prácticamente películas de todos los géneros, y los resultados, por regla general, suelen ser más, mucho más que estimables. Demos algunos ejemplos: la bélica Días de gloria (1942, con Gregory Peck), el western Tierra generosa (1946, con Dana Andrews), la historia de intriga Berlín express (1948, con Robert Ryan y Merle Oberon), la obra maestra del cine negro Retorno al pasado (1947, con Robert Mitchum y Kirk Douglas), la película de aventuras medievales El halcón y la flecha (1950, con Burt Lancaster y Virginia Mayo), las aventuras de piratas como La mujer pirata (1951, con Jean Peters), el cine de terror puro y duro representado por La noche del demonio (1957, con Dana Andrews).



La mujer pantera (1942), de Jacques Tourneur (vídeo colgado en YouTube por hamunter)

Pues bien, quien desconozca el buen hacer de este genio de la dirección cinematográfica, tiene ahora una espléndida oportunidad de aproximarse a su universo gracias a la aparición en el mercado de una caja de 5 dvds editada por Manga Films, y que incluye algunas de sus mejores obras: La mujer pantera; Yo anduve con un zombie; Retorno al pasado; Berlín Express y Días de gloria. Vamos, una gozada para el disfrute de cinéfilos empedernidos y, sobre todo, para las nuevas generaciones de amantes del cine que descubrirán cómo el talento siempre se impone a la ausencia de medios y presupuesto.

Todo un regalo para los sentidos, una incorporación imprescindible para cualquier filmoteca consolidada o en ciernes.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Thursday,30 abr 2009 19:26:28 GTM
<![CDATA[El fracaso escolar en España a través de respuestas a preguntas de examen]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,933
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En mi reciente viaje a la Universidad de Lyon he tenido la impagable oportunidad de entrar en contacto con un importante grupo de hispanistas franceses de universidades como las de Burdeos, Lyon, Sorbona (París)... Todos ellos demostraron a lo largo de las conversaciones que mantuvimos estar muy informados de lo que ocurre en España, tanto desde un puntos de vista educativo y cultural, como político y económico. Todos, sin excepción, se revelaron auténticos enamorados de España y su cultura. Todos tenían opiniones fundamentadas con respecto a la realidad actual de nuestro país.

Yo les pregunté por el nivel educativo francés, y me explicaron por qué razones se encuentran en estos mismos instantes en huelga frente a lo que supondrá en breve Bolonia. Todos desean mantener el alto nivel de exigencia que existe en nuestro vecino país, tanto para acceder a la función docente en la enseñanza media como en la universitaria. Me explicaron con bastante detalle las pruebas que deben superar los aspirantes (tantos teóricas como prácticas), las estructuras “cartesianas” que tradicionalmente se aplican para el desarrollo de los ejercicios, el dominio de los temarios y de la dialéctica para argumentar y rebatir ideas, conceptos... La verdad es que me explicaban estos intríngulis casi con arrobo, conscientes de “pertenecer” a unas estructuras educativas muy superiores a las habituales, a una élite cultural cuyos réditos asaltan a cualquiera que se acerque sin pasión a la historia de la cultura francesa de los últimos dos siglos.

Pues bien, uno de esos profesores me ha hecho llegar por correo electrónico un archivo que, al parecer, circula con fluidez por los departamentos de español de las instituciones educativas francesas. Dicho archivo, con el nombre de Perles espagnoles incide en errores y confusiones tercermundistas disfrazadas de respuestas a preguntas o cuestiones planteadas en exámenes de la ESO de asignaturas muy distintas. Hay que reconocer que la lectura de las respuestas tiene su gracia (maldita), incluso algunas pueden llevarnos a esbozar una sonrisa, pero el panorama que explicitan es ciertamente desolador. Aún no he podidos contestar nada coherente al profesor francés que me hizo el envío. Aún estoy avergonzado y metido debajo de mi cama.

-El Barroco:
Estilo de cosas hechas de barro.

-¿Derivados de la leche?:
La vaca.

-Estimulantes del sistema nervioso:
El café, el tabaco y las mujeres.

-Marsupiales:
Los animales que llevan las tetas en una bolsa.

-Polígono:
Hombre con muchas mujeres.

-Comentar algo del 2 de mayo:
¿De que año?

-Coleccionistas de sellos:
Sifilíticos.

-Ave Cesar morituri te salutant:
Las aves de Cesar murieron por falta de salud.

-Cogito, ergo sum:
Le cogí lo suyo.

-Derivados de la leche:
El arroz con leche.

-Sujeto de la frase (elíptico):
Epiléptico.

-El arte griego:
Hacían botijos.

-Países que forman el Benelux:
Bélgica, Luxemburgo y Neardental.

-Trabajo y energía:
Trabajo es si cogemos una silla y la ponemos en otro sitio, energía es cuando la silla se levanta sola.

-Un gusano que no sea la lombriz de tierra:
La lombriz de mar.

-El oído interno:
Consta de utrículo y dráculo.

-Reptiles:
Son animales que se disuelven en el agua. Un reptil peligroso de España es el cocodrilo.

-El sexto mandamiento:
No fornicarás a tu padre y a tu madre.

-Un cuadro de Velázquez:
Las Mellizas.

-Napoleón:
Está enterrado en "Los Paralíticos", en París.

-Religión:
Caín mató a Abel con una molleja de burro.

-¿Quién fue Anibal?:
Fue un jefe cartilaginoso.

-La conquista de Méjico:
Fue realizada por dos extremeños: Menéndez y Pelayo.

 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Wednesday,29 abr 2009 21:8:32 GTM
<![CDATA[Thomas Gilovich, Convencidos, pero equivocados, o la psicología de las decisiones]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,932
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Thomas D. Gilovich es profesor y director del departamento de Psicología de la Universidad de Cornell. Trabaja e investiga sobre asuntos tales como la toma de decisiones y la psicoeconomía, habiendo colaborado con los que para todo el mundo son los fundadores de esta “nueva” disciplina, Daniel Kahneman y Amos Tversky.

Pues bien, un libro del profesor Gilovich, Convencidos, pero equivocados. Guía para reconocer espejismos en la vida cotidiana, ha servido como “puesta en escena” y carta de presentación para una nueva y curiosa editorial barcelonesa, milrazones.

Milrazones es un nuevo sello editorial creado por profesionales y científicos sociales. Trabaja sobre todo el ensayo, entendido como materia prima para una discusión abierta a todos. Por tanto, tiene especial interés en que sus libros sean comprensibles y amenos. Los temas que atiende son los de cualquiera de las ciencias sociales, con particular predilección por los tratamientos trasversales y novedosos. Desarrolla también una colección académica, dedicada a temas muy específicos, universitarios. Se trata de una colección pensada para la diseminación del conocimiento y la trasferencia de la tecnología. Son ediciones ad hoc para mercados concretos, que se distribuyen en librerías especializadas o a través de la red. Resultado de la colaboración con la comunidad científica: mientras el investigador se dedica a investigar, el editor adapta y difunde su obra.

Thomas Gilovich: Convencidos, pero equivocados (milrazones)

Thomas Gilovich: Convencidos, pero equivocados (milrazones, 2009)

En milrazones tiene mucho que ver y que decir un buen amigo mío: Jesús Ortiz, alma mater de la colección de poesía Icaria, de la que soy asesor literario desde hace ya un tiempo. Jesús me pasó el libro de Thomas Gilovich hace ya unos meses, y creo sinceramente que esta aventura editorial era absolutamente necesaria en España, en castellano. Acercar los nuevos conocimientos y caminos de las nuevas ciencias sociales y profesionales al lector común, y hacerlo de forma clara, amena. El objetivo está claro, y este esfuerzo editorial y científico en español merece correr toda la mejor suerte del mundo, por razones que juzgo obvias.

¿De qué trata este libro que en su versión original en inglés ha supuesto todo un acontecimiento en la ciencia de la psicología en el ámbito anglosajón? Para saberlo dejemos que sea la propia dirección editorial la que nos ofrezca las mejores explicaciones:

“Las parejas infértiles que adoptan un niño ¿tienen más posibilidades de concebir un hijo propio que las que no adoptan? Mucha gente cree que sí, pero no es cierto. ¿Nacen más niños cuando hay luna llena? Las enfermeras de maternidad creen que sí, pero tampoco es cierto. Las creencias erróneas abundan tanto entre los legos como entre los profesionales. En países desarrollados con más de un siglo de educación obligatoria hay hoy más gente que cree en la percepción extrasensorial que en la evolución. ¿Cómo pueden estar tan extendidas las creencias cuestionables, o probadamente equivocadas?

La evolución nos ha dado herramientas intelectuales poderosas para procesar grandes cantidades de información con rapidez y exactitud. Pero el mundo no juega limpio. En lugar de dar información clara, nos entrega datos ambiguos, desordenados, incompletos, no representativos, incoherentes, de percepción difícil o que nos llegan de segunda mano. Los intentos fallidos de apañarnos con ellos producen los “hechos” de los que estamos seguros, pero que no son ciertos. Este libro de Thomas Gilovich identifica los mecanismos, integrados en nuestro aparato cognitivo, que inducen al error. Y ofrece las estrategias necesarias para corregirlos, para pensar con claridad y desarrollar los hábitos mentales que estimulan una visión del mundo más exacta y menos vulnerable a la manipulación interesada”.

 

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Tuesday,28 abr 2009 21:17:10 GTM
<![CDATA[La luz todavía de Juan Antonio González Fuentes, por Nuria Rodríguez Lázaro (y III)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,931
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Continuación de:

 
La luz todavía de J. A. González Fuentes, por Nuria Rodríguez Lázaro (I)
 

La luz todavía de J. A. González Fuentes, por Nuria Rodríguez Lázaro (II)

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD Ediciones)

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD Ediciones)


“Arrojar luz sobre el proceso de construcción artística

Retengo de la cita ya mencionada de Jambrina la frase: “el autor fuerza y retuerce la sintaxis hasta violentar los límites del sentido”. Cito ahora al propio González Fuentes:
 
Soy poeta abstracto. Sí. No soy un poeta realista ni “figurativo”. No pinto ni describo paisajes, no retrato…, mi poesía se asemeja a la forma que tenía de pintar, por ejemplo, Jackson Pollock: se extiende el lienzo en el suelo y se dejan caer sobre él manchas, colores, formas que expresan desde su abstracción, desde su ausencia de formas definidas, al menos desde un punto de vista lógico, racional y tradicional.

Yo extiendo palabras sobre el folio y éstas se van adecuando, se van interrelacionando unas con otras hasta lograr, desde mi punto de vista, expresar precisamente esos territorios expresivos, estéticos, éticos, conceptuales que quedan siempre fuera, que no se iluminan mediante el uso del “lenguaje normalizado”. Yo busco torcer las palabras y sus significados, romperlas, darles la vuelta para usarlas de forma exploratoria en busca de aquellos espacios del pensamiento y el sentimiento que nunca son expresados por el uso normal de las palabras, por sus significados y equivalencias comunes.
 
Juan Antonio G. F. manipula, trastoca, funde, subvierte y casi pervierte el papel de las categorías gramaticales tradicionales. Indaguemos brevemente, detectemos en el poemario esas rupturas sintácticas que van mucho más allá de los recursos estilísticos como la sinestesia, por cierto muy utilizada por nuestro poeta. La mayoría de las anomalías se producen en el uso de los adverbios, pero no solamente; en general, varias categorías gramaticales se ven nominalizadas, produciendo una impresión de extrañeza en el lector. He aquí una lista no exhaustiva:

Adverbios que se nominalizan:
“en un ayer distante”, p. 15.
“la añoranza de mi después”, p. 20.
“Ese ahora sin ti”, p. 36.
“huyéndose en el más de cada instante”, p. 51.

Adjetivos que se nominalizan:
“a manera de azul o prisa”, p. 17.

Sintagmas verbales que se nominalizan:
“distinta a ese no importa”, p. 20.

Locuciones adverbiales improbables:
“Hacia arriba y de luz te busco”, p. 22

La mayoría de estos cambios sorprendentes de categoría gramatical tienen lugar en la primera sección, “Maneras de otro reino”. En “La luz por dentro” tan sólo encontramos un caso de subversión de las categorías gramaticales (“Ese ahora sin ti”, p. 36); lo sorprendente, lo extraño, viene en esta segunda sección de una voluntad de conocimiento del interior de las cosas, incluso de las cosas intangibles como la luz o la huella; deseo de revelación de una suerte de verdad que estaría forzosamente dentro de las cosas:

IV

¿Cómo se mide la hora
Que recoge la luz por dentro,
Ese querer decir que nunca llega,
La última señal que aclama
El racimo alto de los paisajes?

V

La huella hacia dentro,
Incapaz
De ese ahora sin ti,
Que ya nunca será mi tiempo.

En contraposición a esta idea aparece la noción de engaño, engaño que podemos entender como equivocación de los sentidos:
 
Y más adentro aún
engaña la dura luz
que se cumple en ti,
volviéndose.


En la última sección, “El filo de la nieve” surge la importancia del nombre, como quizás, la revelación de la única, aunque frágil, verdad:
Me detengo en lo que desde fuera vendrá más tarde, en la dulce raíz del engaño que escribirá mi nombre.
Acaso luego me salve en la inmune enumeración de tu nombre.

Sin verte, cada voz cede su remoto paso a lo que es tuyo, al pentagrama errante y luminoso que anhela el viento habitando mi nombre con hojas de plomo, con la claridad del camino que deja un tiempo en precisa geometría, en el fértil orden confiado a la tormenta.

Conclusiones

Se trata ésta de una poesía compleja, exigente, sin concesiones, que apela a un lector no sólo sensible sino también activo. A las distintas dificultades que hemos puesto de relieve en este trabajo habría que añadir la producida por la longitud extrema de las frases únicas, que llegan a conformar todo un poema. En efecto, muy a menudo el lector se enfrenta a una sola frase extendida a lo largo de diez o más versos, lo que requiere un estado de alerta permanente; no hay lugar para la pausa, ni sitio para darse un respiro. La tensión es permanente en esta escritura paradójicamente suave, de sonoridades delicadas, donde las imágenes casi oníricas se suceden vertiginosamente sin que el lector se sienta violentado.

Habría que añadir a lo dicho que se percibe en varios poemas una predominancia clara del tiempo futuro, que va de la mano de un tono premonitorio (“el mundo tañirá un crepitar de extrema luz,/ y todo un mar insomne sonará/ en el seco adiós de la palabra.) y que hace surgir de forma tangente la idea valentiana del poeta como vate, luz del mundo y hacedor de conciencias.

Para terminar, señalemos que es significativo que González Fuentes esté a punto de publicar su poesía última bajo el título La lengua ciega, como si su lenguaje poético obedeciese a una suerte de azar que sin embargo nada tiene que ver con la escritura automática de los surrealistas. El propio poeta afirma “se trata de intentar decir con palabras poéticas lo que no es decible”; por eso, a mi juicio, las constantes rupturas sintácticas, las metáforas y las imágenes poéticas de Juan Antonio González Fuentes destruyen por completo todo el sistema de referencias que pone en relación las palabras con las cosas, y que sirve esencialmente de justificación al lenguaje. Esta escritura poética es, en sí misma, una espléndida definición de la poesía como género literario, si es que la poesía es un género literario: la poesía es la abolición de los límites de la palabra.
Que no quede duda alguna: Juan Antonio González Fuentes ha inventado un nuevo lenguaje poético, ya sólo suyo, inmediatamente reconocible y fatalmente inimitable.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Sunday,26 abr 2009 19:20:53 GTM
<![CDATA[La luz todavía de J. A. González Fuentes, por Nuria Rodríguez Lázaro (II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,930
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Continuación de: La luz todavía de J. A. González Fuentes, por Nuria Rodríguez Lázaro (I)

De nuevo María Moliner: “Al rojo”: “Hablando de estados de ánimo, muy excitado, al rojo vivo”. Es igualmente el color de la vergüenza: “ponerse rojo”. El mismo diccionario, sobre el color negro:“se aplica a las cosas que no tienen color ni luz; como el carbón o la boca de un túnel”. A mí personalmente (como a la mayoría de nuestros estudiantes franceses) el rojo y el negro me hacen pensar inmediatamente en Le rouge et le noir de Stendhal. En dicha novela, el joven sacerdote Julien Sorel se enamora locamente de la muy casada Madame de Rênal. Numerosos críticos han puesto de relieve el valor simbólico de estos dos colores, como mezcla difícil y forzosamente clandestina: el negro de la sotana de Sorel y el rojo de la pasión prohibida.

Vida-sangre dentro de la muerte, fuego-luz dentro de la oscuridad, las interpretaciones son numerosas. En cualquier caso el lector que abre este poemario ya aborda la lectura del primer texto condicionado por el grafismo de la cubierta y aún más, por descontado, por su título, La luz todavía. Debo decir aquí que Juan Antonio González Fuentes ha sido totalmente ajeno a la elección del grafismo que acabamos de comentar. Si he entendido bien, las ediciones DVD le encargan a algún artista que, tras la lectura del libro, diseñe lo que le parezca más conveniente. Decía antes que se trata de una escritura poética muy compleja, pero a veces el poeta se muestra indulgente y generoso con su lector, dándole algunas pistas. Así, antes de abordar la primera sección del libro, el lector descubre, en una sola página, cinco citas de diferentes poetas a los que el autor rinde homenaje o con los cuales se identifica. Acudiendo de nuevo a los diccionarios, he aquí lo que nos ofrece el francés Larousse sobre el sentido de citar: « Mettre en exergue: mettre en évidence afin de faciliter l'explication de ce qui suit», es decir poner en evidencia, mostrar algo, con el fin de facilitar la explicación (la comprensión) de lo que sigue.

Las cinco citas en cuestión contienen la palabra “luz” y en las cinco, inexorablemente, la luz aparece restringida:

Negación de la existencia de la luz:

Ya no hay luz en el mundo.
Toda la luz está en nuestro interior.
(Antonio Colinas)

Luz asociada al adjetivo “última” y al sustantivo “amenaza”:

La luz en la hoja última
es no sé qué promesa
y qué amenaza dulce.
(Juan Ramón Jiménez)

Luz asociada a la muerte:

Me llenó la boca
con la luz de la muerte.
(Clara Janés)

Pequeñez, insignificancia de la luz:

Una luz que en el aire es aire apenas
(Claudio Rodríguez)

Oxímoron que “oscurece” la luz:

…viene la luz a requerirte oscura.
(José Ángel Valente)

Así pues, podríamos afirmar para centrarnos en el tema de estas jornadas, que el lector que por primera vez tiene en sus manos este poemario, antes de leer un solo verso de González Fuentes ha sido sometido a una serie de “manipulaciones” absolutamente pensadas, orquestadas por su autor, quien actúa con una lógica poética implacable, para gozo de todos nosotros, sus lectores.
Entramos ya en el territorio de la primera sección, “Maneras de otro reino”. En una cita aparte, y ya en otra página, precediendo inmediatamente el texto de González Fuentes, podemos leer dos versos de Cioran:

Enterrar la frente entre dos senos,
Entre dos continentes de la muerte

Surge así, irrumpe de manera sorprendente, después de la idea de luz restringida, la figura femenina, la mujer, el cuerpo de la mujer concretamente, por medio del elemento eminentemente femenino y materno “dos senos”. Si el primer verso nos sitúa en un momento de unión carnal intensa entre un hombre y una mujer, esos mismos senos son asociados en el segundo verso a la muerte. De nuevo una especie de decepción se apodera del lector: luz restringida o atenuada, y senos como muerte.

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD Ediciones)

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD Ediciones)

Primera sección: “Maneras de otro reino”

González Fuentes sorprende constantemente a su lector, no le deja descansar. El primer verso del poemario comienza con un “Pero”, conjunción adversativa que presupone la existencia de algo afirmado con anterioridad. Manipulación sintáctica que se prolonga en este primer poema de voz impersonal, que consta de diez versos formados por una sola frase:

Pero allí, donde la luz también espera,
cuando las flores no muden
los escombros breves de su ausencia,
cuando este fin que acaso vive
en un ayer distante,
la forma lenta permita sólo de un caer vacío,
entonces, más allá todavía,
el mundo tañirá un crepitar de extrema luz,
y todo un mar insomne sonará
en el seco adiós de la palabra.

Desde este primer poema aparecen los deícticos, tan presentes en todo el poemario, casi de forma obsesiva, de lugar: “allí”, “más allá”…Sin embargo ese afán de precisión es, una vez más, ilusorio, puesto que no encontraremos una sola determinación temporal, histórica ni mucho menos geográfica. En efecto, el paisaje de la poesía de G. F. es escueto en extremo, a la imagen de su lenguaje conciso. Dicho paisaje se reduce, cuando existe, a un puñado de elementos casi abstractos: escombros o mar.

En el segundo poema es donde surge una voz personal, un yo afirmado (“aguardo”) que incluso se dirige a un tú: “un mundo/ que muy serio derrama tu nombre”; en el tercer poema, sin embargo, el interlocutor o destinatario se ha convertido en una entidad plural: “Ved”. ¿Se trata de los lectores? No es este de un libro de soluciones, sino de dudas; el lector se queda perplejo ante tantas preguntas; valgan como ejemplo estos dos poemas:

X

¿Cómo se adentra este silencio allí,
qué aprende antes de hecho
y goza el bien seguro
que nada lejos nos resulta?
Callar tan sólo. No oír el vuelo que cualquier espera, el centro entonces de otra luz que encauza el tacto con su hora.

XI

Hacia dónde principia la voz en vano,
La plegaria herida del árbol,
El fondo que se adentra fuera
Y nadie adivina escrito
Con la ajena tierra del canto,
Con el caudal ardiente de la arcilla
Que nos hace alcance leve,
Aliento de una espiga que declina
El enigma azul de aquella sed.

La primera sección termina con un encuentro entre el tú y el yo que se adivinaba desde el principio, puesto que en el último poema podemos leer :

desciendes a mirar el final, conmigo

Segunda sección: “La luz por dentro”

De nuevo asistimos a una especie de manipulación del lenguaje; podemos entender “el cuerpo por dentro”, “el mundo por dentro”, pero ¿cómo imaginar por dentro la luz, elemento intangible, transparente?
“La luz por dentro” sugiere un empeño en presentar el esqueleto de la luz, de ir hacia su esencia, de proceder casi a una disección; casualmente en los poemas de esta segunda sección, la masa versal disminuye considerablemente: poemas de cinco versos, incluso de cuatro. Los versos también adelgazan, llegando en ocasiones a una serie de trisílabos:

Un final
Sin piedras,
Sin alas.

Asistimos a pinceladas rápidas, a grupos versales sin verbos, pura impresión, intuición:

Sólo un instante:
El traje claro
De la lluvia

Esta segunda sección es la ilustración perfecta de las palabras de Antonio Gamoneda acerca de la escritura poética de González Fuentes ya citadas en parte a través de García Jambrina:

(…) búsqueda –y hallazgo- de una esencialización que nada tiene de pretenciosa ni ornamental, que no consiste en poner énfasis en la palabra, sino en dejarla en sus puros y más transparentes “huesos”.

***


 

Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Thursday,23 abr 2009 19:25:21 GTM
<![CDATA[La luz todavía de J. A. González Fuentes, por Nuria Rodríguez Lázaro (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,929
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Como ya anuncié en estas mismas páginas, a finales del pasado mes de marzo viajé a la ciudad francesa de Lyon para participar en un encuentro de poetas y escritores organizado por la Universidad de Lyon y el Instituto Cervantes de la misma ciudad. Dos palabras, dos conceptos, “Manipular” y “Seducir”, eran con los que los participantes debíamos “jugar” en un discurso hilado que sirviese para comentar nuestra poética o para incardinarlos, de alguna manera, con lo que escribimos. Además, un profesor, un hispanista de una universidad francesa, leía nuestros libros y los comentaba a la luz de su inteligencia, de su sabiduría y cultura.

Yo tuve la enorme fortuna de que me tocase un crítico excepcional. Una mujer joven, española, extremeña para aportar más datos, pero profesora titular de literatura española en la Universidad de Burdeos. ¿Su nombre? Nuria Rodríguez Lázaro. Ella, Nuria, realizó una lectura crítica de mi libro La luz todavía (DVD, Barcelona, 2003), y tuve la suerte de poder escuchar lo siguiente, junto al resto de creadores, críticos y oyentes. Gracias infinitas Nuria por estas palabras que ahora me haces llegar y que aparecerán a no mucho tardar en libro:

“Este trabajo arranca con la evocación de la génesis del mismo, porque probablemente explicar en qué condiciones se realizó esta aproximación a la obra de Juan Antonio González Fuentes pueda justificar el método de análisis seguido. Como buena investigadora posmoderna, lo segundo que hice, después de la lectura atenta, sin ninguna interferencia externa, de la obra poética, fue, como se dice en francés actual, “googleliser”, es decir buscar en Google el nombre de nuestro poeta. Descubrí entonces que Juan Antonio González Fuentes, como buen poeta posmoderno, tiene un interesantísimo blog llamado El Pulso de la Bruma (que se aloja en la revista digital www.ojosdepapel.com). Recorrí con avidez durante días todas las entradas, queriendo impregnarme totalmente del pensamiento de nuestro autor, y posponiendo fatalmente el momento de pasar a la elaboración del plan de estas líneas, y a la decisión de cómo iba a plantearlas. Avanzaba yo en la lectura de dicho blog, totalmente seducida, que no manipulada, hasta que descubrí con terror el post o la entrada del 12 de enero, titulado La función del crítico según W. H. Auden, en el que Juan Antonio González Fuentes decía, entre otras cosas, lo siguiente :

Como crítico (¿quién decide que lo eres?, ¿la suerte?, ¿las circunstancias?, ¿la incompetencia de quien te hace el encargo?...) debes juzgar, opinar, calificar…, el trabajo de meses, quizá de años, de alguien a quien no conoces, y de quien, generalmente, no conoces ninguna de sus circunstancias vitales, personales… Se trata de juzgar desde el propio gusto, desde la propia sabiduría, sencillamente desde el propio y personal parecer. Es aterrador. ¿Se trata de un oficio?, ¿una disciplina?, ¿un juego?... Quien escribe juzgando el trabajo literario de otro necesariamente ¿debe tener algo de loco, de desquiciado, de cínico, de prepotente, de osado, de inconsciente, de desvergonzado, de desahogado…?

Afortunadamente para todos nosotros el propio poeta (excelente y prolífico crítico de literatura, de cine, de arte en general, de actualidad) proponía un método crítico, a través de las palabras del gran W. H. Auden, quien decía:

¿Cuál es la función del crítico?
Acercarme obras o autores con los que no estaba familiarizado hasta ahora.
Convencerme de que he menospreciado determinadas obras o autores porque no los he leído con la suficiente atención.
Mostrarme relaciones entre obras de distintas épocas y culturas que nunca habría podido descubrir por mi cuenta porque no tengo conocimientos suficientes y nunca los tendré.
Ofrecerme una lectura de la obra que acreciente mi comprensión de la misma.
Arrojar luz sobre el proceso de construcción artística.
Arrojar luz sobre la relación entre el arte y la vida, la ciencia, la economía, la ética, la religión, etc…


Aferrándome pues a algunas de las propuestas de Auden, pude comenzar con cierta serenidad la redacción de lo que ahora les expongo ya sin bromear.

Estaremos todos de acuerdo en que la mera existencia de estas jornadas, y su título genérico, año tras año, “el creador y la crítica”, nos invitan a reflexionar sobre cuál debe ser el papel del crítico. Para ejercer una crítica honesta creo, como todos nosotros, que son indispensables varias condiciones que no voy a enumerar aquí. Pero sí diré que la primera desde luego es, a mi juicio, la lectura de la obra, sin ningún condicionante externo, entiéndase por condicionante externo, por ejemplo, lo que otros críticos han escrito sobre la obra en cuestión o incluso lo que el propio autor explica acerca de su obra. Esas informaciones deben venir después. Así, a pesar del amabilísimo ofrecimiento de Juan Antonio para disipar cualquier duda mía en la elaboración de este trabajo, hasta hace unos días no le hice la primera y última pregunta, que consistía esencialmente en querer saber si el diseño de la cubierta de su poemario La luz todavía había sido idea suya o del editor, ya veremos por qué.

Así pues, y habiendo procedido a una lectura atentísima del poemario La luz todavía, he podido redactar estas líneas, que van articuladas en torno a tres partes, siguiendo tres de las que según Auden deben ser las misiones del crítico.

Acercar obras o autores con los que no estaba familiarizado hasta ahora. Con este fin procederé a una presentación general del poemario, a través de las palabras de Luis García Jambrina, autor-crítico presente en estas jornadas.
Ofrecer una lectura de la obra que acreciente la comprensión de la misma. Lo que ofreceré será por supuesto mi lectura personal, puesto que no creo que podamos ni debamos hacer otra cosa; dicho de otra manera, intentaré lanzar una interpretación, en forma de hipótesis de lectura, de este poemario difícil. Para ayudar o acrecentar la comprensión, trataré también de precisar el sentido de las diferentes citas que hace González Fuentes a lo largo del poemario.
Arrojar luz sobre el proceso de construcción artística. En este punto es donde trataré del tema central de estas jornadas, la manipulación, sobre cómo “rompe” González Fuentes el lenguaje, con qué fin y qué impresión causa en su lector.

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD Ediciones)

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD Ediciones)

“Acercar obras o autores con los que no estaba familiarizado hasta ahora”

Antes de adentrarme en la obra, he aquí algunos datos sobre el autor

Juan Antonio González Fuentes nació en Santander, en 1964; es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Cantabria, donde ha dirigido el Aula de Letras. Como poeta ha publicado los libros La rama ausente (1995), Además del final (1998) y La luz todavía (2003). Fue cofundador de la revista La Ortiga y dirigió la revista literaria Componente Norte. Es también autor de las ediciones de Los muertos y de las Poesías completas de José Luis Hidalgo. Junto a Lorenzo Oliván editó Espacio Hierro, dos volúmenes sobre la vida y la obra de José Hierro (2001).

Me permito presentar el poemario mediante unas palabras de Luis García Jambrina, que como decía también está con nosotros en estas jornadas, publicadas en el suplemento cultural de ABC, Blanco y negro, el 23 de agosto de 2003:

(…) El libro, decididamente unitario, se presenta organizado en tres secciones. En la primera, “Maneras de otro reino”, asistimos a la paulatina desaparición de un mundo presentido y esencial, “con maneras de otros reino”, enmarcado por un “allí” y un “aquí” y contorneado por unos pocos símbolos elementales: la luz, la arena, la flor, la nieve… La segunda, “La luz por dentro”, está constituida por poemas muy breves y concisos, como relámpagos que iluminan ese mundo más perfecto o sugieren la existencia de una vida más plena: “¿Cómo se mide la hora/ que recoge la luz por dentro,/ ese querer decir que nunca llega,/ la última señal que aclama/ el racimo alto de los paisajes?”. La última toma su epígrafe, “El filo de la nieve”, de una cita de Meira Delmar: “…con el filo indecible de tu nieve”. Se trata, en esta ocasión, de poemas en prosa. Y, en el primero, se hace explícito, de alguna manera, el título del libro: “Y en torno al espacio, la luz todavía. Esa misma luz que grita un largo rato el descenso de la arena, o la argucia de la flor que limita su evidencia. La misma luz que reclama siempre la atención más blanca de mi espera”.
Se trata, en fin, de una luz interior y extrema, la luz en trance de aparecer o desaparecer, la “misma luz de entonces” y, a la vez, la “luz de la muerte”, de las postrimerías. La actitud del yo lírico es siempre expectante y, en ocasiones, parece dirigirse a un tú misterioso u oculto. Los temas principales de este libro, por lo demás, son la espera y el anhelo de la luz, la angustia de la ausencia, la añoranza de lo que todavía no ha ocurrido, la conciencia de la muerte y los límites y posibilidades de la propia poesía. Destacan, por otro lado, la tensión rítmica y semántica de su lenguaje, el tono irracionalista de algunas imágenes y las fórmulas del tipo “sustantivo concreto + (adjetivo) + de + sustantivo abstracto” (“el trigo blanco del consuelo”). Asimismo, hay que decir que, en su voluntad de indagar en el misterio y trazar la geometría de lo desconocido, el autor fuerza y retuerce la sintaxis hasta violentar los límites del sentido. Estamos, pues, ante una poesía desnuda, certera, luminosa, conscientemente reducida a sus “puros y más transparentes huesos”, como escribió el Premio Cervantes Antonio Gamoneda en una nota introductoria al anterior libro de González Fuentes. La voz de lo indecible, en definitiva”.

“Ofrecer una lectura de la obra que acreciente la comprensión de la misma”

Aquí interviene nuestra calidad de docentes: se trata en efecto de ayudar al que suele ser nuestro público, esto es jóvenes estudiantes no especialmente seducidos por la poesía. La luz todavía, publicado en Barcelona por DVD ediciones en 2003, consta de tres secciones tituladas «Maneras de otro reino», «La luz por dentro» y «El filo de la nieve». Comencemos por el título. El artículo determinado « la » evoca una luz conocida por todos, no se trata de una luz determinada, sino del término genérico « luz ». Nuestra referencia inmediata quizás sea la frase del Génesis «Y se hizo la luz» que alude al origen del mundo. En este caso la luz viene determinada por el adverbio de tiempo « todavía », adverbio que vehicula la noción de duración, de continuación, pero que dice esencialmente una existencia amenazada por el tiempo, una idea de restricción, la certeza de una existencia perecedera. En lenguaje cotidiano diríamos “por ahora o de momento, hay luz”.

Veamos ahora cuál puede ser la impresión del lector al enfrentarse con este libro, y digo enfrentarse porque se trata de una escritura difícil, arisca, casi hostil, que es lo propio de la alta poesía.
Hablaré en la tercera parte de la idea de manipulación. Digamos simplemente de momento que toda poesía implica manipulación del lenguaje, subversión del lenguaje cotidiano, que se opone radicalmente al lenguaje poético. Aquí la primera manipulación es de orden visual; en efecto, el diseño de la cubierta del libro es muy peculiar, puesto que se produce una disgregación de las letras que componen el título.

Como pueden apreciar dichas letras forman una figura geométrica conocida de todos, un cuadrado cuyos lados son negros y cuyo relleno, cuyo interior, es rojo. Las consonantes, tradicionalmente asociadas a una articulación trabajosa quedan dispuestas en las cuatro primeras líneas que componen el cuadrado y las vocales, asociadas a la suavidad por su fácil pronunciación, ocupan tan sólo la última línea.

Entre las consonantes predominan los fonemas oclusivos T, D y el dificilísimo (nuestros estudiantes franceses lo confirmarán) Z, es decir fonemas todos ellos particularmente duros. Las implicaciones mentales de la forma cuadrada confirman esta impresión de dificultad. Dice María Moliner, entre otras cosas, sobre el adjetivo “cuadrado”: “Se aplica por oposición a “redondo” o “redondeado”, a las cosas que tienen ángulos o aristas, incluso en sentido figurado”, y da como frase de ejemplo: “Un hombre de cabeza cuadrada”. A este respecto, dice el DRAE sobre “cabeza cuadrada”: “persona metódica y demasiado obstinada”. Para resumir solemos oponer, en todas las lenguas, lo cuadrado a una cierta suavidad e incluso sensualidad asociadas tradicionalmente a lo redondo, a lo curvilíneo: lo barroco contra lo neoclásico, la curva contra la línea recta, etc.
En cuanto a los colores utilizados para la cubierta: el rojo y el negro. Para no perderme en frágiles elucubraciones sobre la carga simbólica de estos dos colores, acudo al clásico y muy socorrido Dictionnaire des Symboles de Chevalier y Gheerbrant, en donde podemos leer sobre el rojo:

Universalmente considerado como el símbolo fundamental del principio de vida, con su fuerza, su potencia y su esplendor, el rojo, es el color del fuego y de la sangre (Jean Chevalier et Alain Gheerbrant, Dictionnaire des symboles, Paris, Robert Laffont/Jupiter (coll. « Bouquins », 1982, p. 831. La traducción es mía).

En cuanto al negro, sugiere este mismo diccionario que suele ponerse de relieve su aspecto frío y negativo y que suele asociarse a la muerte y al luto.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Wednesday,22 abr 2009 20:46:25 GTM
<![CDATA[“Vela y Jardineo”, o el fin del arte de la Moda según Adolfo Fernández Punsola]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,928
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Adolfo Fernández Punsola es una de las personas que más saben de moda en España, que más saben manejando conocimientos sólidos y firmes, verdaderos y auténticos, sin ápice alguno de impostación idiota. No hablo de información, claro está, hablo de conocimientos, con mayúsculas. Fernández Punsola es cántabro de nacimiento, y vive en el mismo centro de un pueblo singular, Cabezón de la Sal, en una antiquísima casona montañesa con molino Antiguo Régimen en sus amplios terrenos. Adolfo se formó académicamente en la Barcelona de finales de los años 1960 y principios de los 1970, la misma Barcelona, la misma universidad, las mismas amistades, el mismo ambiente que tan bien describe Federico Jiménez Losantos en sus memorias. En esas memorias aparece citado, mal citado por cierto, Fernández Punsola.

Adolfo estudió historia, estudio arte, leyó una tesina sobre un tema relacionado con ambos asuntos, y descubrió el mundo de la moda, o mejor dicho, ambos mundos (Punsola es un mundo) se encontraron un buen día, quizá como quien no quería la cosa. Adolfo comenzó a trabajar en dicho mundo junto a Toni Miró, y en él destacó desde el principio gracias, callado queda dicho, a su espléndida formación artística e intelectual, y a eso que se llama estilo cuando no se puede precisar con alguna exactitud. Adolfo vivió tiempos triunfantes. Diseñaba colecciones (muy probablemente el más importante “autor de punto” de la segunda mitad del siglo XX en la moda española), escribía artículos en revistas especializadas, y vivía viajando, leyendo y viendo-analizando las obras maestras del cine dorado del Hollywood dorado.

Pero Fernández Punsola regresó a su pueblo natal, a su casona montañesa con molino antiguo y con habitaciones imposibles atestadas de libros, altares paganos a la Monroe, dibujos... No diremos aquí porqué regresó al pueblín Punsola, pues no viene a cuento en este cuento, pero sí recalcaré que hace años, bastantes años del suceso, y que sigue sin parar quieto. Antes se manejaba entre Santander y Cabezón de la Sal en un soñado Mercedes Benz descapotable con asientos de cuero rojo y su perro increíble danzando muy quieto en el asiento de atrás. Hoy no lo sé. Sí sé, sin embargo, que sigue colaborando en alguna importante revista de moda y tendencias, que sigue organizando exposiciones increíbles con repercusión nacional e internacional, que ha dado a la imprenta algún libro mitad artístico mitad etnográfico, y que sigue leyendo grandes libros y revisitando las grandes películas de la historia en los larguísimos inviernos de la Cantabria poblada de bosques, montañas, ríos y grises miles junto a verdes grandes y pequeños.

Punsola me llama por teléfono y me cuenta que ha escrito un texto en el que analiza el final de la moda. Me dice que en dicho texto (breve) subraya la defunción de la moda como arte y le otorga epitafio. Para ello Punsola mira una foto de su madre y la cuenta, la narra, construye una ópera alrededor de, en torno a. Punsola hace que su madre difunta haga por un instante eterno de Paul Léautaud para analizar la metafísica casi insostenible de la cultura y la civilización convertidas en sombrero, zapatillas, falda... Fernández Punsola no encuentra editor para su relato, para su filosofía, para su metafísica física. A mí el texto me ha parecido inconmensurable de belleza y sabiduría. Por eso quiero compartirlo con todos ustedes. Por eso les hago aquí este regalo que me ha hecho Adolfo Fernández Punsola. Disfrútenlo, piénsenlo, y sean conscientes, aunque sólo sea un instante, que sus “zapatillas” de estar en casa son toda una puesta en escena, una forma de entender y hacer el mundo. Les dejo con Punsola (y con su madre) y el texto que él ha titulado “Vela y Jardinero”.

Foto de la madre de Adolfo Fernández Punsola

Foto de la madre de Adolfo Fernández Punsola

“Vela y Jardinero”

El éxito espiritual en el modo de vestir está en una rara fórmula que mixtura la necesidad de molicie casi perruna, de bulldog francés, con otra, intelectual y retorcida, que escarba frenéticamente en las ideas que hay y ha habido acerca de la apariencia pública y privada. ¿Dónde están esas ideas? Sobre todo en una fotografía de los años 1950. El fotografiado era Paul Léautaud, que vivía una deserción social y estética en una casa sólida, del siglo XIX, con pocos muebles, flacos, deteriorada en lo prescindible y llena de gatos repantingados en butacas de tapizados destrozados, cubiertos de lonas de color verde botella. Así que todo aquello era la casa del reto intelectual, la decoración definitiva que todavía andan por ahí buscando los teóricos de esas cosas. El fotógrafo entró en la casa, que oscurecía en el atardecer del invierno francés, y quiso captar la escena como si fuera un cuadro de Georges de la Tour, porque Léautaud vivía y escribía con luz de vela. Pero la curiosidad pudo más que la cultura pictoricista –el accidente es una de las circunstancias del arte- e iluminó la habitación con una luz tan invasiva que descifró el misterio de la moda: el viejecito llevaba puesto un capote con mangas, cuello y capucha puntiaguda hasta el paroxismo; cortado –engañosamente- en una sola pieza de tela loden para que los pliegues cayeran secos y precisos, en una lección magistral de belleza abreviada. Allí se evocaban las chilabas de Marrakech, marrones, de lana prieta, que acentuaban el martirio de las serpientes musicales en los cestos; los hábitos de los Cartujos de Burgos, de color blanco oriental inconforme a la carne, no excesivamente inmaculado por el peso de la Historia de tanta luz destrozando el color, movidos con ligereza entre miles de pétalos de rosas aprisionados en cuentas de rosario.

La fotografía (y los fotogramas de las películas estropeadas que se tiraban a cestas de metal en las cabinas de proyección, donde morían opacos, sin honor) ha sido un objeto ingrávido, de constitución moderna, y el lugar donde, en escenas en miniatura, han quedado fijados exactamente los logros de ese asunto enigmático que es el buen gusto, capaz de transformar el oro en plata y dejar sobre ésta las potencias de aquél; las enseñanzas del mal gusto, tan importantes siempre porque permiten modificar mentalmente los objetos, convertir los trajes horrendos y los zapatos más fallidos en algo digno del petrimetre que todos llevamos dentro; el acatamiento de modas desamañadas, con pocas posibilidades dramáticas, que aparecen en esos escaparates descritos velozmente por Henry James en un relato; y la carencia de todo gusto, esa oscuridad que sólo contiene cuerpo inmisericorde.

La fotografía es el fracaso del ideal –al contrario de lo que sucede en la pintura de Zuloaga, el mejor ojo que ha habido para el traje popular español en el siglo XX, y el primer retratista pop; y con Romero de Torres, el más fino diseñador de moda puritana de los años veinte del siglo pasado- que, con mucho de dogma, precede a todo traje, a toda moda. Ese tambaleo de la fe se debe a que los tejidos, las telas, los zapatos y los sombreros, siempre han sido y parecido más sólidos, más duraderos que el cuerpo que los soporta; los destruimos, nos deshacemos de ellos por obsolescencia de las modas, por decoro cuando están raídos... Pero el fondo del asunto es que la ropa tiene una vida más larga que la nuestra. Por tanto, la ropa es reclamada por los espíritus complejos como alegoría: un sombrero de hombre (muy parecido al que lleva la lesbiana del dibujo de Toulouse-Lautrec y al que llevaba Oscar Wilde cuando Pío Baroja se lo encontró en una calle de París y quedó tan decepcionado), barato, comprado en una ferretería, forrado de tejido sintético con las geometrías de la “pata de gallo” –Christian Dior- que nada tenía que pedir, por la certeza de su línea; camisa de punto de seda, de Rodier –“1913: Chanel invents sports fashion”-, que busca un efecto macizo y lírico con una falda de cheviot (un tejido pesado, áspero y sólido) jardineada con los colores de dos flores que tienen difícil invocación: violeta y glicina; delantal sintético, con un bolsillo sin complejos, como una alforja, aspirando a tener, además de la que tiene, otra vida; y las zapatillas “de comodidad o abrigo para estar en casa”, que deberían ser objeto de culto por tener esa presencia en Tristana (la mejor película española de todos los tiempos), y en la vida de Truman Capote (que se las puso para dar una conferencia y transmitir a los oyentes la emoción de la lectura solitaria en el hogar).

Si por causa alguna la inspiración artística para la creación de modas (absolutamente necesaria, por otra parte, para la existencia de la industria y los puestos de trabajo) desapareciera (siempre nos quedarían los ropavejeros, las tiendas vintage y todo lo que hay en el armario desde 1954) no habría una hecatombe espiritual, no nos alienaríamos. No pasaría nada.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Tuesday,21 abr 2009 20:13:13 GTM
<![CDATA[Picasso, Pancho Cossío y Jesús Pardo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,927
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Me cuenta el escritor Jesús Pardo, quien acaba de publicar el tercer y último volumen de sus memorias, Borrón y cuenta vieja (RBA), las siguientes anécdotas sobre dos pintores, el cántabro Pancho Cossío y Pablo Picasso.

“Con Pancho Cossío entramos en terreno más racional. El mar, su tema favorito, o uno de ellos, y casi siempre turnerianamente, o sea, como en el acto de desaparecer, aunque su sutileza de indecisión entre agua y niebla sea en Pancho Cossío más de pana gorda, por serlo también la cultura marina montañesa. Y Pancho Cossío fue siempre fiel a su tierra incluso en los detalles y los destellos más aparentemente nimios. Recuerdo mal su marina que más me gusta: es demasiado difusa de contornos y completamente muda de colores. Pero el ambiente que en ella se refleja me parece respirar eso que Baudelaire, me parece que fue Baudelaire, define como luxe, calme, volupté, un lujo campesino, una calma pasiega, una voluptuosidad pejina, pero cada ambiente da lo que puede, y lo que Baudelaire veía en parisino decimonónico, Pancho Cossío lo veía en burgués montañés de un siglo más tarde. Las barajas, contra el tedio; los respaldos de rejilla como puntal contemplativo, y un hondo suspiro de contento que lo impregna todo. Estas descripciones mías, basadas en recordatorios fotográficos insuficientes, me permiten reservarme el derecho a corregirme o adaptarme sobre la marcha ante fotos mejores, como me han prometido poner en esta sala. Pero para mí lo fundamental en este caso no son los colores, sino las sensaciones mnemónicas.

Pancho Cossío mismo era así. Le recuerdo bajo, cuadrado, cojitranco, lento de ademanes y palabras, retranqueo de reflexiones y rápido de palabra e ingenio. Reservón y franco al tiempo, y con una finura instintiva y una servicialidad y una sociabilidad cautas y discretas. Más serio que jocoso y con gran capacidad de hastío.

Debía vivir cerca de Santa Lucía, porque le recuerdo, el último año de mi vida en Santander, que sería hacia el 1948, junto con el resto de la tertulia, recalando en Santa Lucía a última hora de la noche, recién cerrado el café, donde nos reuníamos, que, me parece, era el Áncora, y allí se despedía él de nosotros. De los demás contertulios, entre quienes únicamente recuerdo a González Echegaray, el experto en lingüística africana, y especialmente bantú, y a Chente Carredano, el gran amateur, sumido entonces en una novela que, según Carlos Salomón, iba a ser la mejor del mundo y luego se quedó en un librito de apenas diez páginas de las que sólo he leído el título, que era Un hombre sin caballo.

Pancho Cossío descollaba de todos nosotros por su gran fuerza intelectual, más instintiva que sabia. Fue un gran pintor, sin el menor género de dudas, y un tremendo personaje.

Recuerdo una frase desdeñosa, de Manolo Raba, en respuesta a una pregunta mía:

-Cossío, como tantos otros, pierde el tiempo yéndose por las ramas y tratando de ahondar en cosas que no tienen más que superficie.

Ambos: Raba y Cossío, tenían razón en igual medida, y por idénticas razones.

Jesús Pardo: Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)

Jesús Pardo: Borrón y cuenta vieja (RBA Libros, 2009)

En Madrid, donde Pancho Cossío tenía un estudio en el edificio de la prensa en Callao, fui una vez con un coleccionista norteamericano que quería comprar un cuadro suyo y se enamoró de una gran marina tormentosa que Cossío estaba terminando en aquel momento. No recuerdo si la compró o no, pero sí que, a la pregunta de cuánto costaba, Pancho respondió cuarenta mil pesetas. Doy este dato, que recuerdo perfectamente, por su posible interés: éste era su precio entonces, hacia 1953, y ahora ese mismo cuadro valdría, supongo, entre ocho y doce millones de pesetas.
Estando yo en Londres apareció de pronto por allí y vino a verme a mi casa, donde me enseñó una serie de herramientas de cortar y tallar madera que había estado comprando, “porque”, me dijo, “quería hacer escultura en madera”, y me prometió mandarme la primera que hiciera. Murió poco después, creo, de modo que no tuvo tiempo de cumplir su promesa. Y no recuerdo si llegó a hacer alguna de esas esculturas.

De su estancia en París recuerdo que me contó esta anécdota picassiana, cuya veracidad me garantizó:

En la tertulia de pintores españoles que él frecuentaba allí apareció un día un joven español, muy prometedora su pintura y muy afable su carácter, que a todos les cayó simpático y acababa de llegar de Madrid y entregado varios lienzos suyos a un buen marchante parisino, con promesa formal de responderle en un par de semanas.

-Pues ándate con cuidado –le advirtió uno de los contertulios-, porque eso quiere decir que va a enseñar tus cuadros a Picasso, que es muy ruin con los jóvenes pintores españoles, y le dirá que no le gustan, y entonces estás perdido, porque aquí los marchantes, en esos casos, hacen lo que Picasso les diga.

El joven, muy angustiado, pues de aquel marchante dependía su porvenir, se puso el traje de los domingos y fue a ver a Picasso, quien le recibió sin dificultad en su casa, y él, entonces, con muchísimo respeto, le dijo algo así como esto:

-Don Pablo, me han dicho que cuando algún marchante le enseña cuadros de jóvenes pintores españoles, Usted se encoge de hombros con desdén y dice: Moi, je connais mes espagnols, y entonces el marchante devuelve los cuadros al desdichado que se los entregó. Yo no lo creo, don Pablo, porque me consta que Usted es un caballero, pero únicamente quería decirle, por si acaso, que si Usted dijera una cosa así al marchante Fulánez, donde yo he dejado unos cuadros míos, y éste me los devolviera, yo a Usted lo mato. Pero de veras: lo mato, y me da igual que luego me guillotinen.

Picasso, según Pancho Cossío, vio los ojos de desesperación del joven, y los tremendos músculos de sus bíceps, y cogió miedo, y cuando el marchante en cuestión le enseñó sus cuadros y le pidió su opinión, él se limitó a sonreír con indulgencia y a decir algo así como: ‘Bueno, pues sí, no están mal’.

-Y nuestro amigo –concluyó Pancho Cossío su anécdota-, expuso en la galería de este marchante.

Esta anécdota yo se la conté hace tiempo al gran especialista norteamericano en Picasso, Richardson, autor de una gran biografía del pintor, cuyo tercero y anteúltimo tomo acaba de salir, y él me comentó que no conocía la anécdota, pero la creía:

-Picasso –vino a decirme-, fue un genio, sin duda, pero no una buena persona.

Añadiendo que pudo haber salvado la vida a su gran amigo, el escritor judío-francés Max Jacob, que murió en un campo de concentración alemán durante la II guerra mundial, y no lo hizo. ‘Le habría bastado’, concluyó Richardson, ‘con pedirles personal y oficialmente su libertad a los alemanes’.”

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Monday,20 abr 2009 19:58:0 GTM
<![CDATA[La guerra de Vietnam, la reformulación de la guerra fría y el policentrismo (1962-1979)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,926
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Tras los sucesos cubanos de 1962, que colocaron al mundo al borde de la guerra nuclear, soviéticos y norteamericanos consideraron que habían llegado demasiado lejos y se imponía asegurar la “coexistencia pacífica”. En 1963 se instaló el llamado “teléfono rojo” para facilitar un contacto fluido entre el Kremlin y la Casa Blanca en caso de crisis. En 1972, Richard Nixon vi­sitó la URSS y al año siguiente Leónid Breznev le devolvió la visita. En este clima se adoptaron los primeros acuerdos sobre limitación de armamento, especialmente nuclear. En 1968 se firmó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, en 1972 se alcanzó el mayor logro en este terreno con los acuerdos SALT I para limitar las armas estratégicas y en 1973 se adoptó el Acuerdo sobre la Preven­ción de la Guerra Nuclear. Otra iniciativa importante fue la normalización de relaciones entre la República Federal Alemana y los países del Este, resultado de la Ostpolitik impulsada por el canciller Willy Brandt, que se tradujo en el tratado germano-soviético de 1970 reconociendo las fronteras existentes y el tratado RFA-RDA de 1972, que permitió la entrada de ambos países en la ONU. Consecuencia directa de este proceso fue la Conferencia de Helsinki sobre Seguridad y Cooperación en Europa (1972-1975), en la que se reconocieron como definitivas las fronteras surgidas de la II Guerra Mundial en toda Europa, el mayor logro en las relaciones internacionales después de 1945.

No se trataba del fin de la guerra fría, sino de la apertura de un nuevo ciclo en un conflicto de fondo que adoptaba grados de tensión variables. Los presu­puestos militares seguían cre­ciendo: los acuerdos para limitar un tipo de arma se compensaban transfiriendo recursos a otra. Las guerras localizadas continua­ban, preferente­mente en el Tercer Mundo: hasta 1976 hubo 120 conflictos ar­mados en el territo­rio de 71 países, con pérdidas de 25 millones de vidas. De hecho la política exterior de EEUU recibió un fuerte impulso en los años sesenta, a partir del mandato de Kennedy, ante la sensación de que el llamado “mundo libre” estaba en franco retroceso frente al comunismo en todos los ámbitos, tanto en la carrera armamentista como en la competencia en el Tercer Mundo. El resultado fue que en 1970 EEUU tenía un millón de soldados en treinta países, tratados de defensa mutua con 42 naciones y proporcionaba ayuda militar a casi cien esta­dos. Por su parte, la URSS de Breznev continuó reforzando su capacidad militar, alcanzando a comienzos de los setenta la paridad atómica con EEUU, desarrollando también notablemente su armada. El reforzamiento militar hizo posi­ble una política más activa en el Tercer Mundo, ayudada por la victoria de movimientos revoluciona­rios en las largas guerras civiles de Angola, Mo­zambique, Somalia o Etiopía, mientras se consolidaban regí­menes alia­dos en Vietnam y Laos, o amigos en Libia, Irak y Argelia.



Tráiler de Apocalypse Now redux, film de Francis Ford Coppola (vídeo colgado en YouTube por ryy79)

La aparición de nuevos protagonistas como consecuencia de la descolonización, el movimiento de los no alineados y el surgimiento de países díscolos en ambos bloques (Francia en el occidental; Yugoslavia primero y China después en el socialista) dio lugar también a un creciente “policentrismo”, dando una mayor complejidad a las relaciones internacionales. Francia se alejó de la política norteamericana desde 1958, abandonando la OTAN y desarrollando su propio armamento militar, aunque en realidad nunca dejó de considerarse parte del bloque occidental. Yugoslavia había roto con la URSS ya en tiempos de Stalin y, aunque luego recompuso su relación diplomática con los soviéticos, mantuvo siempre una línea independiente. En cambio, otro intento de seguir una vía autónoma en la Europa Oriental, el de Dubcek en Checoslovaquia, acabó aplastado por las tropas soviéticas en 1968.

La ruptura más importante la protagonizó la China del dictador Mao, que, además de asesinar a más de 70 millones de personas, comenzó a la alejarse de la URSS entre 1959 y 1963 por discrepancias políticas y de esferas de influencia. Aunque los soviéticos habían retirado su ayuda al programa nuclear chino, la República Popular consiguió la bomba atómica en 1964. Paralelamente se produjeron desde 1963 incidentes fronterizos entre tropas chinas y rusas, hasta llegar a los incidentes de la isla de Damansky en 1969. Esta situación generó una rivalidad entre las dos potencias, que compitieron por obtener apoyos en el Tercer Mundo, y por el liderazgo de los países del movimiento comunista internacional. Pekín apoyó a Pakistán en sus choques con la India, se enfrentó con el Vietnam aliado de Rusia y condenó la invasión de Afganis­tán, además de apoyar a la neoestalinista Albania y al brutal régimen de los khemeres rojos en Camboya.

En el continente asiático se desarrolló también el mayor quebradero de cabeza de EEUU, la guerra del Vietnam, que acabó en una derrota desastrosa. Tras la derrota y salida de los franceses de Indochina en 1954, los norteamericanos siguieron en el Vietnam del Sur una política de apoyo a las autoridades no comunistas. Cuando éstos se mostraron incapaces de hacer frente a la guerrilla del Vietcong, apoyada por los comunistas de Vietnam del Norte y la URRS, Kennedy empezó a enviar tropas americanas. Johnson incrementó los envíos desde 1965, de modo que en 1968 medio millón de soldados norteamericanos combatían en Vietnam del Sur. Pese a esta presencia militar, los estadounidenses no fueron capaces de derrotar al Vietcong, que contaba con un cierto apoyo popular y un uso eficaz de la guerra de guerrillas. Esta incapacidad, unida a la desmoralización de las tropas, así como la contestación al conflicto en los EEUU y el resto del mundo, acabó obligando a la potencia a comenzar la retirada del país asiático en 1973. Tras la salida americana, las fuerzas del Vietcong acabaron tomando Saigón y unificando Vietnam en 1975. La experiencia de Vietnam resultó un calvario para los EEUU, y la derrota se convirtió en un trauma nacional. Además, la guerra facilitó la extensión del comunismo a los cercanos Laos y Camboya, convirtiendo a Vietnam en la principal potencia militar de la región (en 1978 los vietnamitas invadieron Camboya derribando al sangriento régimen pro-chino de los khemeres rojos).

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Friday,17 abr 2009 20:23:25 GTM
<![CDATA[La Sinfónica de Youtube, dirigida por Tilson Thomas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,925
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hace un tiempo, a alguien se le ocurrió la idea de que músicos de todo el mundo se grabasen a sí mismos tocando un instrumento y enviaran dicha prueba a Youtube para que su “audición” se propagase por todo el ciberespacio. Tras el visionado y audición de todos los vídeos, un jurado seleccionaría a unos centenares de candidatos, y entre los seleccionados, serían los propios usuarios de Youtube quienes elegirían a los futuros integrantes de la llamada Orquesta Sinfónica de Youtube.

Los candidatos enviaron sus videos de prueba durante los pasados meses de diciembre de 2008 y enero de 2009. Más de 3.000 músicos de todo el globo acudieron a la cita virtual. Un jurado de expertos, encabezado por el director de orquesta al que le ha tocado en suerte dirigir a la recién creada orquesta, el prestigioso Michael Tilson Thomas, actual director de la Sinfónica de San Francisco, eligió aproximadamente a dos centenares de candidatos de entre los que enviaron sus vídeos, y entre los seleccionados, los usuarios del portal de vídeos en internet, Youtube, escogieron a quienes iban a formar parte de la orquesta sinfónica, instrumentistas de todas las secciones e instrumentos necesarios para conformar una orquesta de este tipo.



YouTube Symphony Orchestra: Open Mic at Le Poisson Rouge (vídeo colgado en YouTube por simphony)

Finalmente han sido 99 los elegidos de 33 países diferentes, y entre ellos figuran 4 instrumentistas españoles. Entre los componentes de esta orquesta, como si de un equipo de fútbol de aficionados se tratase, hay de todo un poco, como en botica: músicos profesionales, pero también gentes con los más variados oficios, como jugador de póker.

Tres días han tenido los músicos para ensayar con su actual director, el ya mencionado Tilson Thomas. Antes, los “escogidos” habían tenido que ensayar en sus casas y recibido lecciones a través de internet por profesores reconocidos. El debut de la orquesta fue ayer 15 de abril en Nueva York, en un auditorio por el que sólo pasan los más grandes, el Carnegie Hall. En los atriles partituras de Mozart, Brahms, Chaikovski, John Cage... y una obra escrita expresamente para ser estrenada por esta orquesta, la Sinfonía nº 1, la Eroica (imitando a Beethoven), del compositor Tan Dun, conocido por ser el autor de la banda sonora de la película Tigre y Dragón, con la que obtuvo un Oscar de Hollywood.

¿Qué sentido tiene esta iniciativa? ¿Cuál será el futuro de esta orquesta? ¿Así se promociona la música clásica por el ciberespacio? ¿Así se autopromocionan Youtube y Google? A estas preguntas, y a otras más que podrían muy bien formularse, quizá deberían responder los 15 millones de internautas que han seguido este experimento musical sin precedentes en la historia de la música.

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-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Thursday,16 abr 2009 20:50:28 GTM
<![CDATA[Adalbert Stifter pasea por el sendero del bosque (editorial Impedimenta)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,924  

Juan Antonio González Fuentes

De él escribió nada más y nada menos que el gran Thomas Mann: “es uno de los narradores más extraordinarios, enigmáticos, secretamente audaces y excepcionalmente apasionantes de la literatura universal”. Puede añadirse algún comentario más para intentar subrayar la importancia de nuestro autor. ¿Pero quién es nuestro autor? Se llamaba Adalbert Stifter, nació austriaco en 1805 y murió el 25 de enero de 1868.

Adalbert Stifter fue un tipo singular. Estudiante bastante mediocre, trabajó eventualmente como profesor, y al final de su existencia desempeñó el cargo de consejero escolar y de inspector de educación en la Alta Austria y por encargo del gobierno imperial de su majestad Francisco José.

Antes que escritor nuestro hombre quiso ser pintor, vocación en la que fracasó, siguiendo así una vía muy transitada a lo largo de no su no muy larga vida. Stifter, sin embargo, gozó de la amistad de grandes figuras de su tiempo y su país (Franz Grillparzer, Joseph von Eichendorff o los músicos Robert y Clara Schumann), siendo conocido en el complejo y rico ambiente intelectual de la Viena imperial, en el Burgtheater, los cafés... Su drama personal está unido a sus dificultades para ganarse la vida sin pasar estrecheces penosas y dificultades. Buena parte de su existencia la empleó en ocuparse como tutor de los hijos de la aristocracia vienesa, desempeño ingrato que le acarreó un importante deterioro físico y mental, dolencias (cirrosis), malestar vital que le llevaron al suicidio, cortándose el cuello la noche del ya mencionado 25 de enero de 1868, muriendo dos días más tarde.

Adalbert Stifter: El sendero del bosque (Impedimenta)

Adalbert Stifter: El sendero del bosque (Impedimenta)

Traducida por Carlos d’Ors Führer, llega a mis manos editada por Impedimenta su pequeña novela El sendero en el bosque, unas páginas que vieron la luz por vez primera en 1845, y que muestran hasta dónde puede llegar un gran escritor con una historia sencilla contada con palabras cotidianas. El sendero en el bosque es un relato a la antigua usanza en el que no deja de entreverse algunos síntomas de la enfermedad del hastío melancólico, quizá inevitable en una obra en la que aún respira a sus anchas el romanticismo centroeuropeo.

El sendero en el bosque tiene algo semejante a lo que aún destilan las colecciones de canciones (lieder) de Schubert o Schumann: la esencia del mundo entero, atrapada en una estructura expresiva sencilla, fresca, candorosa, palpitante, viva, seria y alegre, alejada por completo de lo aparatoso, y plena de sentido, inocencia, conocimiento y sentimiento.

¿Puede presentar un relato a su protagonista de una forma más deliciosa, enigmática y compleja que esta?: “Hay que advertir que el señor Tiburius, de joven, era un gran mentecato”. Difícilmente. Así habla por vez primera Stifter de Tiburios Kneight, el “héroe” de su historia, un tipo neurasténico, solitario y misántropo que cansado de su vida lujosa y vana, visita un balneario siguiendo los consejos de un alocado médico, para curarse en él de su hastío vital pero no tomando fármacos u otros medicamentos artificiales, sino dedicándose a disfrutar del paisaje, los bosques, la naturalezas, es decir, paseando por el sendero del bosque. Una lección histórica, por tanto, de ecologismo, de modernidad, de progresismo inteligente.

Un escritor genial este Adalbert, un escritor que en lengua alemana es toda una referencia clásica y que, sin embargo, no deja de ser un gran desconocido incluso para muchos de los más refinados e impenitentes lectores en español. Lean las aventuras del señor Tiburios, ese mentecato de joven. Paseen con él por el sendero del bosque. Es un paseo que jamás se olvidará.


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-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

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Wednesday,15 abr 2009 20:41:13 GTM
<![CDATA[Corín Tellado, el Cervantes rosa del español contemporáneo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,923  

Juan Antonio González Fuentes

Pasa el tiempo de manera inexorable. Escuchas la frase alguna vez de niño y miras a los que la pronuncian con conmiseración. ¡Pobres viejos, pobres adultos!, el tiempo les ha jugado la mala pasada que jamás me jugará a mí. Soy joven, soy inmortal, soy invencible… Y de repente, sin darte apenas cuenta de nada, sin que se hayan producido colapsos, signos palpitantes de cambio, llegas a una edad en la que cada día te descubres canas, arrugas, carnes flácidas en estado permanente de avance…, y sobre todo te descubres muertos. Sí, los muertos van poblando tu existencia, van conformando un ejército de nombres y recuerdos cuyas filas se multiplican en un abrir y cerrar de ojos, se van haciendo casi innumerables, hasta que llega el momento que supongo aterrador, ese estado de consciencia al que no hace mucho llegó mi madre: “en mi memoria ya hay más muertos que vivos”.

Tras Mari Trini le sigue ahora en la muerte y en Semana Santa Corín Tellado. No conocí personalmente a la escritora, y jamás he leído ninguna de sus historias ni he tenido uno de sus libros en mis manos. El haber dado a la imprenta unas cinco mil novelas es un dato que sencillamente me espanta, me aterra; el haber vendido 400 millones de ejemplares de sus libros es un dato más para no creer en la humanidad, y menos en los humanos lectores en español. Creo firmemente que cuando Vargas Llosa y Cabrera Infante alabaron en su día en universidades de verano la literatura de Corín Tellado, les guiaba más la irresistible tentación de encajar un buen chiste en la conversación, de convertirse en excéntricos comentaristas de literaturas ajenas, que la verdadera creencia personal en las dotes narrativas de la asturiana sin par, a la que, por cierto, el peruano no incluyó ni en broma en la colección de grandes narradores del siglo XX que dirigió para Círculo de Lectores.

El dato que en estos momentos todos los periódicos manejan, es decir, el que Corín Tellado fue durante mucho tiempo la autora más leída en español después de Miguel Cervantes, sólo corrobora el dato sociológico y cultural incuestionable del impresentable gusto de la gran mayoría de lectores y compradores de libros en España e Hispanoamérica.

Corín Tellado (foto wikipedia)

Corín Tellado (foto wikipedia)

Ya he dicho que nunca he leído una línea escrita por Corín Tellado (y no pienso hacerlo, a menos que me torturen a conciencia), y alguno de ustedes podría decirme que antes de opinar sobre su obra debería frecuentarla. La objeción es razonable, pero en el fondo inconsistente. Jamás he visto dirigir al director de la banda municipal de Santander, y sin embargo estoy convencido de que como director de orquesta no resiste la comparación, por ejemplo, con Gustavo Dudamel. Tampoco he visto jugar al actual delantero centro de la Cultural Leonesa, pero algo me indica que no es Messí ni nada parecido.

Y sin embargo la muerte de Corín Tellado me ha afectado porque es la muerte, la desaparición de alguien cuyo nombre forma parte ineludible de mi educación sentimental, de mi geografía emocional. Corín Tellado, personaje y libros, me han acompañado en todo momento a lo largo de mi existencia. Las cubiertas cursis y de erotismo ramplón de sus libros eran presencia constante en los kioskos de toda España, las chicas que limpiaban en casa de mi abuela siempre llevaban una de sus historias imposibles y manoseadas asomando por sus bolsos o bolsas que pedían a gritos el retiro. El nombre de Corín Tellado encajaba en las conversaciones escuchadas a los adultos de mi infancia con una riqueza de ecos y de entendimientos absolutamente pasmosa, casi inabarcable. Mi niñez está plagada de hembras que soñaban con que su vida fuera un capítulo escrito por la Tellado, y plantaban en el yermo de sus hombres todas las semillas de sus ilusiones. Cierro lo ojos y veo a Corín Tellado contestando a preguntas reescritas siete veces siete en televisión: el pelo cardado como a la espera de alisios, gafas modernas de tan antiguas, y los ojos y la lengua construidos a golpe de ironía, de cachondeo metafísico a ras de tierra, a golpe de sentido común.

Sí, ha muerto Corín Tellado, y es un muerto más que, como un entrenador competente, siento en el ya abarrotado banquillo de mis muertos, dispuesto a hacerle saltar al campo en cualquier momento para disputar ese largo partido en la cancha de la memoria entre muertos y vivos, partido cuyo resultado exacto quizá no se pueda predecir, pero sí se puede anunciar ya qué equipo se quedará con la copa.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

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Monday,13 abr 2009 19:53:55 GTM
<![CDATA[Mari Trini, “esa no soy yo”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,922  

Juan Antonio González Fuentes

Con 15 años odiábamos a Mari Trini. Bueno, quizá la palabra odiar habría que sustituirla, para ser más precisos y justos, por la palabra rechazar. Sí, corrían los años finales de la década de 1970, no hacía tanto que los Beatles se habían separado, Elvis acababa de morir atiborrado de pastillas y kilos de más, los Status Quo habían ofrecido un concierto marchoso en Madrid en 1975, Bob Dylan acababa de publicar su mítico álbum Hurricane, los Rolling eran los reyes indiscutibles de las grandes bandas, los Sex Pistols saludaban burlones a su Isabel II con los pelos formando crestas multicolores, y ya se anunciaban nuevas tendencias poperas que se cocían en garajes, pubs y clubes de Londres y sus alrededores. ¿Cómo iba a gustarnos Mari Trini? ¿Cómo íbamos a identificarnos con ella? ¿Cómo iba a llamarnos la atención esa chica menuda, no muy agraciada, con pinta de Edith Piaf reconstruida y en versión murciana?

Mi madre tarareaba las canciones de Mari Trini cuando íbamos a la playa en coche, o cuando le quitaba el polvo a los muebles brillantes del cuarto de estar. Junto a Mari Trini pululaban por los programas musicales de Televisión Española y las ondas emitidas por las cadenas de radio otras cantantes de diversos estilos y tendencias, muchas de ellas absolutamente inefables: Betty Misiego, María Ostiz, Encarnita Polo, Marisol, Cecilia, Rocío Dúrcal… A todas las “odiábamos” con la fuerza irresistible de las ardientes brasas de nuestros corazones adolescentes.
 

Mari Trini interpreta en 1980 "Yo no soy esa" (vídeo colgado en YouTube por forosol)

Pero ahora, más de treinta años después, la temprana muerte de Mari Trini me impone confesión. Y es que siempre hubo algo especial, que ahora me atrevo a reconocer, en la figura y algunos de los temas de la fallecida. Voz, aspecto, mirada desafiante, rostro especialísimo, vestuario imposible y personal…, algo tenía Mari Trini, y algo sus canciones, que la separaban rotundamente pero sin voz alta, sin gritos chillones, del resto de cantantes de su época, de su estilo. No sé si era su barniz francés en la entonación y en la puesta en escena, incluyendo unos peinados sólo admisibles en las divas de las canciones parisinas. No sé si era una especie de mala leche que supuraba, que respiraba en muchas de las letras de sus canciones, una mala leche con toques inconformistas, de chica que se niega a asumir el papel de niña bonita a la espera de un oficinista redentor en su mediocridad. No sé si era la mirada de su rostro con un algo de desafiante, con una boca torcida y desencajada que anunciaban en forma de sonrisa que su propietaria no era una mujer española al uso de su época, ni dócil, ni zalameramente ingenua, ni resignada, ni llevadera en la balsa del conformismo burgués de medio pelo al uso.

No, algo en Mari Trini anunciaba quedamente que era una chica, una mujer especial, independiente, con algo propio que decir, y con ganas de decirlo. Y a mi, con 15 años, con 17, con 19, ya me gustaban entonces ese tipo de mujeres “difíciles”, esas mujeres que disienten, que llevan la contraria, que alzan la voz para decir sí o para decir no, esas mujeres que tienen planes, sueños, proyectos y mente, voz y arrestos para intentar llevarlos a la práctica.

Sí, Mari Trini anunciaba que ella no era esa que nos hacían imaginar a los adolescentes del franquismo, esa mujer que siempre dice sí. No, Mari Trini decía susurrando con determinación irónica “esa no soy yo”. Y yo le agradezco infinito que no lo fuera, pues ella fue una de las mujeres que me puso en el camino complicado pero fascinante de las mujeres que “no son lo que te imaginas”, esas mujeres que siempre, desde entonces, han sido “mis mujeres”.

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Wednesday,8 abr 2009 12:38:40 GTM
<![CDATA[Miedo a los bárbaros, de Tzvetan Todorov]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,921  

Juan Antonio González Fuentes

El búlgaro Tzvetan Todorov (1939) es un intelectual de esos que se denominan “de las dos Europas”, pues nacido y educado en la comunista Europa del Este, vive desde el año 1963 en una de las principales capitales de la Europa Occidental, París. Todorov se autodefine como un “desplazado”, un desplazado, añado yo, multidisciplinar (filósofo, historiador, crítico, teórico literario…) al que su “condición” le proporciona una perspectiva, una visión única y enriquecedora sobre todos y cada uno de los asuntos que trata: el encuentro entre culturas, la memoria personal y colectiva, el desarraigo, la justicia y su ausencia, los problemas crecientes en las democracias occidentales contemporáneas…

Todorov también conoce bien la sociedad norteamericana, no en vano ha sido profesor en varias de sus mejores universidades (Yale, Harvard, Columbia, Nueva York, California), y desde 1987 dirige unos centros de conocimiento e investigación arraigados en la tradición francesa que tantos buenos resultados le han dado a la cultura gala: el Centro de Investigaciones sobre las Artes y el Lenguaje del Centre Nacional de la Recherche Scientifique (CNRS).

Tzvetan Todorov : El miedo a los bárbaros. Más allá del choque de civilizaciones (Galaxuia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

Tzvetan Todorov : El miedo a los bárbaros. Más allá del choque de civilizaciones (Galaxuia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

La labor investigadora y ensayística de Todorov ha sido reconocida en todo el mundo, destacando entre otras distinciones como el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2008, o la Orden de las Artes y las Letras de Francia. Pues bien, el último libro publicado por Todorov en español, es o debería ser de lectura obligada para todos aquellos que hablan y escriben sobre el fin de la historia, las alianzas de civilizaciones, los problemas del choque de culturas, de la emigración. El libro, el ensayo, lleva por título El miedo a los bárbaros. Más allá del choque de civilizaciones (Círculo de Lectores, traducción de Noemí Sobregués), y en él, Todorov reflexiona acerca de algunas de las columnas vertebrales sobre las que se construye la problemática del hombre occidental contemporáneo: las identidades colectivas, el nacionalismo, la caída del comunismo y sus regímenes europeos, las guerras de religión y los enfrentamientos entre civilizaciones y culturas, o la actualidad del pensamiento liberal.

El libro se me antoja básico para analizar y plantear hoy estas cuestiones. Todorov escribe muy bien, y sus ensayos se enmarcan en la mejor, la más grande tradición francesa, en la que la inteligibilidad del discurso, su clarividente claridad, no aparece reñida ni por asomo con el alto nivel de las ideas y su exposición.

Todorov analiza la presencia del miedo en nuestras sociedades, el miedo a los demás, a los otros, a los extraños a nuestra cultura y a nuestro sistema ideológico y social. Al respecto, Todorov escribe una frases que a continuación reproduzco y que creo reflejan una notabilísima lucidez: “El miedo a los bárbaros es lo que amenaza con convertirnos en bárbaros. El miedo se convierte en peligro para quienes lo sienten, y por ello no hay que permitir que desempeñe el papel de pasión dominante. Todavía estamos a tiempo de cambiar la orientación”. El miedo nos hace bárbaros, nos convierte en bárbaros. Desechemos el miedo a vivir, el miedo a los otros, a los demás, esa es al esencia, también, de nuestra civilización. Seamos, pues, civilizados.

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Tuesday,7 abr 2009 20:4:41 GTM
<![CDATA[El asesinato de Pier Paolo Pasolini: nuevos datos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,920  

Juan Antonio González Fuentes

El próximo dos de noviembre se cumplirán ya 34 años del asesinato de Pier Paolo Pasolini, uno de los máximos y más variopintos creadores europeos de su tiempo. Poeta, director de cine, novelista, activista político y cultural…, oficialmente Pasolini fue asesinado por un chapero adolescente de diecisiete años de edad, Pino Pelosi, cuando intentó violarlo en un lugar muy cercano a la playa de Ostia, junto a Roma, y el chico se defendió.

Según los informes, Pelosi se revolvió contra Pasolini y lo golpeó sin conciencia hasta dejarlo moribundo, para luego atropellarlo repetidas veces con el propio auto del artista. Pasolini era un maricón y estaba escrito que tenía que acabar más o menos como lo hizo. El Partido Comunista italiano, sin ir más lejos, lo había expulsado de sus filas en 1949 por homosexual, y Giulio Andreotti, líder de la Democracia Cristiana italiana, recién asesinado el poeta declaró que Pasolini se lo había buscado, vamos, que le habían dado su merecido.

Sin embargo, lo que nunca aclararon los informes oficiales es cómo Pino Pelosi, un chiquillo de complexión para nada atlética, logró acabar a golpes con un hombre mayor que él y experto en artes marciales. Tampoco dicen nada sobre la total ausencia de sangre en las ropas y cuerpo de Pelosi, y eso que el cadáver de Pasolini quedó convertido en un irreconocible amasijo de carne, sangre y huesos quebrados.

Para añadir mayor confusión al caso, veinte años después de ocurrido el terrible asesinato, en 2005, Pelosi declaró que él no mató al cineasta, que lo mataron tres tipos, uno de lo ellos con un sospechoso acento siciliano.

Pasado el tiempo, todo señala que a Pasolini no lo mató por casualidad un chapero adolescente, asustado y violentado, sino que con el poeta acabó un grupo organizado y con un plan bien trazado. Giuseppe Lo Biando y Sandra Rizza acaban de publicar en Italia un polémico libro en el que desechan la teoría del asesinato casual y homosexual, para plantear otra en la que intervienen la mafia y la corrupción política italiana. El libro se titula Profondo nero (Negro profundo).



Fragmento de la película El evangelio según San Mateo, de Pier Paolo Paolo Pasolini (vídeo colgado en YouTube por palomar88)

En Profondo nero sus autores plantean la sospecha de que el poeta fue asesinado por profesionales y por cuestiones políticas. Al parecer, Pasolini, investigando para su película Petróleo, había descubierto datos irrefutables sobre el extraño accidente de aviación en el que en 1962 murió Enrico Mattei, presidente de la compañía estatal italiana de petróleo Eni, y el asesinato en 1970, a manos de la mafia, del periodista Mauro De Mauro, quien a su vez investigaba la muerte de Mattei.

Los autores de Profondo nero creen que Pasolini iba a desvelar en su película Petróleo el nombre de quien había mandado asesinar a Mattei, y más tarde a De Mauro. Es decir, que Pasolini iba a desvelar nuevos, reveladores e incontestables datos sobre la palpable y directa relación existente en Italia entre el poder político y la mafia.

En el nuevo libro, los autores entrevistan al asesino oficial del poeta, y éste les confiesa que el encuentro con Pasolini no fue casual, que se pactó una semana antes, y que lo mataron 5 personas dándole una brutal paliza llena de patadas, puñetazos y bastozanos. Es más, Pelosi asegura que dos de esas cinco personas eran los hermanos Franco y Giuseppe Borsellini, conocidísimos ultraderechistas desaparecidos en los años 1990 por el sida.

Hay tantos puntos oscuros en torno el “caso Pasolini”, que el pasado verano más de 700 intelectuales firmaron un manifiesto en el que exigían la reapertura del caso y nuevas investigaciones, partiendo, por ejemplo, del análisis concienzudo, y con las nuevas técnicas de investigación criminal existentes e nuestros días, de los ensangrentados restos de ropa que vestía Pasolini la fatídica noche, y que se conservan en el Museo Criminal de Roma. Por extraño que pueda parecernos, jamás se han realizado pruebas de ADN de los restos conservados, a pesar de que al parecer en ellos existen los suficientes restos de sangre como hacer numerosos análisis por completo reveladores.

¿Fue Pasolini una víctima de las sombras más oscuras del ejercicio del poder en Italia? ¿Lo asesinó la mafia siciliana? ¿Murió el cineasta para acallar sus descubrimientos sobre la muerte de Mattei? ¿Fue víctima brutal el poeta de una conspiración a dos bandas mafia y poder político? O todo se reduce a lo que nos han contado desde hace años, es decir, a una historia terrible y vulgar de violencia sexual entre maricas en las solitarias cercanías de un playa invernal? Todo en este asunto se revela de un color negro profundo, ¡quién sabe si en el rojo sangre de las ropas del poeta se encuentre parte de la solución del enigma1

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Monday,6 abr 2009 18:36:1 GTM
<![CDATA[Natasha Trethewey: Guardia nativa (Colección Bartleby)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,919  

Juan Antonio González Fuentes

La colección Bartleby poesía lleva tiempo haciendo apuestas fuertes e interesantes por obras y autores que pueden ayudar a construir y representar una nueva modernidad en el lenguaje poético contemporáneo. Por eso ahí que estar siempre atentos a sus propuestas.
Ahora proponen un libro de una poeta desconocida en nuestro país, en nuestro idioma, una poeta joven que ganó con el libro traducido el Pulitzer de Poesía del año 2007. Me refiero a Natasha Trethewey y a su libro Guardia nativa, que ahora ve la luz en español con prólogo y traducción de Luis Ingelmo (Bartleby, 2009).

Natasha Trethewey es una poeta y escritora nacida en Gulfport, Missisipi, USA en 1966. Hasta la fecha ha publicado tres colecciones de poemas: Domestic Work (Cave Canem Poetry Prize de 1999, Mississippi Institute of Arts and Letters Book Prize de 2001, y Lillian Smith Award for Poetry de 2001), Bellocq’s Ophelia (Mississippi Institute of Arts and Letters Book Prize de 2003 y American Library Association Notable Book de 2003), y Native Guard (Pulitzer Prize in Poetry de 2007).

Natasha Trethewey: Guardia nativa (Bartleby, 2009)

Natasha Trethewey: Guardia nativa (Bartleby, 2009)

Como puede comprobarse, su corta carrera literaria está plagada de éxitos y premios, habiendo recibido además las más prestigiosas becas de su país: las de las Fundaciones Guggenheim y Rockefeller, la Bunting Fellowship Program of the Radcliffe Institute for Advanced Study de la Universidad de Harvard, el National Endowment for the Arts, así como el Mississippi Governor’s Award for Excellence in the Arts for Poetry de 2008. Actualmente vive en Decatur, cerca de Atlanta, y trabaja dando clases de Escritura Creativa como Distinguished Chair Professor of Poetry en la Universidad Emory de esta ciudad.

La crítica norteamericana ha dicho de su obra que es la quintaesencia de la poesía estadounidense actual, o que presenta con gran coherencia la creencia de que la historia tiene múltiples facetas, que está repleta de esqueletos y fantasmas, y que la labor del poeta es excavar y sacar a la luz. El traductor al español, Luis Ingelmo, dice con respecto a Natasha Trethewey y Guardia nativa en su prólogo: “con un agudo sentido del control y de la forma, ahondan en la memoria de Estados Unidos, así como en la propia biografía de Natasha Trethewey, para conformar un entramado de oposiciones con el que reparar amnesias colectivas y personales. Este magnífico poemario es un monumento lírico con el que devolver la voz a los silenciados en una peregrinación de tres jornadas: elegías a la madre de la poeta, sonetos de un soldado afroamericano durante la Guerra de Secesión estadounidense y, por último, poemas autobiográficos donde se aprecian cadencias más libres y singulares. El conflicto latente entre lo histórico y lo individual y en la relación de la poeta con el Sur de su país –del que ella es tanto oriunda como exiliada–, se entrelaza en el testamento que surge sobre el trasfondo de esa metáfora que es la «guardia nativa» con una arrebatadora e inquietante voluntad testimonial y, al fin, catártica. Trethewey es una poeta conmovedora.

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Últimas colaboraciones de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Álvaro PomboVirginia o el interior del mundo (Planeta, 2009)

-Clint EastwoodGran Torino (2008)

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Friday,3 abr 2009 21:40:0 GTM
<![CDATA[Breve historia de Internet]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,918  

Juan Antonio González Fuentes

Internet se inició en torno al año 1969, cuando el Departamento de Defensa de los EE.UU desarrolló ARPANET, una red de ordenadores creada durante la Guerra Fría cuyo objetivo era eliminar la dependencia de un Ordenador Central, y así hacer mucho menos vulnerables las comunicaciones militares norteamericanas.

Tanto el protocolo de Internet como el de Control de Transmisión fueron desarrollados a partir de 1973, también por el departamento de Defensa norteamericano.

Cuando en los años 1980 la red dejó de tener interés militar, pasó a otras agencias que ven en ella interés científico. En Europa las redes aparecieron en los años 1980, vinculadas siempre a entornos académicos, universitarios. En 1989 se desarrolló el World Wide Web (www) para el Consejo Europeo de Investigación Nuclear. En España no fue hasta 1985 cuando el Ministerio de Educación y Ciencia elaboró el proyecto IRIS para conectar entre sí todas las universidades españolas.

Las principales características “positivas” de Internet es que ofrece información actualizada, inmediatez a la hora de publicar información, una información personalizada, información interactiva e información donde no hay límites ni de espacio ni de tiempo.



Pero para navegar por la red de redes, por internet, hay que tener en cuenta también otras muchas cosas, o estar al menos al tanto de ellas para no caer en las muchas trampas que están tendidas por la red. Por ejemplo:

1) La autoría de la información: siempre hay que desconfiar de la información que no tiene autor. En este sentido, a la hora de utilizar información, optemos por las que estén avaladas por el prestigio y reconocimiento tanto del medio como de los autores que en él intervienen.

2) La caducidad de la información: La fecha de la fuente es esencial, pues así sabemos su actualidad. Hay que desconfiar de toda información ofrecida por internet que no disponga de fecha.

3) “Internet profunda”: desconocemos todo lo que ofrece internet. Es lo que se llama Internet oculta, profunda o infranet. Hay que optar por “buscadores” que busquen el valor cualitativo y no cuantitativo. En este sentido hay algunos ejemplos de buscadores como Luxmark, About, Aks Gits, que permiten hacer preguntas.

4) Información/conocimiento: Toda información sin análisis, sin gestionar..., puede incluso causar desinformación. Nunca hay que confundir información con conocimiento. El conocimiento permite desbrozar la información que se nos ofrece, “navegar” con seguridad y dirección por entre los océanos de información que realmente inunda la red, muchísimas veces con datos erróneos o irrelevantes

5) El “ruido” documental o informativo: Al iniciar una búsqueda en internet se nos ofrece una cantidad de páginas imposibles de asimilar. A eso se le llama “ruido”, es decir, al exceso de información no jerarquizada habitualmente por la calidad de los contenidos, sino tan sólo por el número de consultas realizadas. La única fiabilidad a la que podemos agarrarnos con seguridad para no naufragar en el exceso de información, es el conocimiento, el propio conocimiento o el ajeno, fiándonos en este caso del prestigio de la fuente de información.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Wednesday,1 abr 2009 17:51:3 GTM
<![CDATA[Cristóbal Colón, todo un fascista según la revolución bolivariana]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,917  

Juan Antonio González Fuentes

A la refinada y revolucionaria política bolivariana de Chávez y sus muchachos no le gustan ni un pelo los fascistas, vamos, los fachas, que decimos por estas orillas frías del Atlántico español. Y como no le gustan los fascistas, la municipalidad bolivariana y revolucionaria de Caracas ha decidido acabar con el oprobio de la presencia en una de sus plazas de la estatua de un fascista de tomo y lomo, genocida para mayor escándalo, de nombre Cristóbal, y apellido Colón. Y así, ni corta ni perezosa, cortando por lo sano, con dos cojones bien rojos y socialistas, una autoridad municipal y revolucionaria de la capital de Venezuela ha ordenado que al Colón de metal se le ate una soga al cuello y se tire de él hasta su perdición, o mejor dicho, hasta que se cayó de su pedestal. Toda la obra representada ha sido aplaudida con regocijo y presupuesto administrativo revolucionario por ese salvador socialista de la patria caribeña llamado Chávez, todo un dechado de finura política, un estilista del socialismo, un rostro venezolano que destila sofisticación y alta cultura por todos sus poros revolucionarios y castrenses.

Colón, al parecer, era un redomado fascista, un genocida bajo cuyas botas asesinas millones de indios americanos sucumbieron en un baño de sangre sin precedentes ni antecedentes. Colón era, según los revolucionarios socialistas y bolivarianos, un maldito gringo del otro lado del océano cuyo único objetivo era convertirse en uno de los mayores asesinos en serie de la historia. La municipalidad capitalina venezolana, aplaudida por el Napoleón del Caribe, ha expresado con claridad meridiana su opinión: Colón, don Cristóbal, bien español de pura cepa, bien italiano de buena hornada, bien el primer travesti explorador de la historia con peluca, está a la altura de el mismísimo Hitler como líder histórico del fascismo internacional.

Colón, don Cristóbal, no deja de ser para los bolivarianos chavezcos venezolanos un maldito canalla al que los buenos revolucionarios de la gran revolución bolivariana sólo pueden escupir con desprecio a su jeta de bronce tras apearla con maromas socialistas del funesto pedestal que la hispanidad le había otorgado.



Chávez: No celebremos el genocidio de nuestra historia (vídeo colgado e YouTube por tvessex)

Colón, el del católico peluquín cortado a lo paje, concita ahora el desprecio iracundo de los más grandes venezolanos, de los más americanos de los americanos socialistas actuales. Por eso Chávez ya no celebra el día de la Hispanidad (ni falta que hace), sino algo así como el día del levantamiento heroico, marxista-leninista y libertario de los indígenas americanos frente al hispanismo fascista, capitalista, explotador, imperialista y multinacional. Ahí es nada.

Que le bajen del pedestal a don Cristóbal es algo que, francamente, no quita el sueño a casi nadie por estos lares. Por estos lares, los míos cultivados aquí gracias a la paciencia de Ojos de Papel, ya estamos cansados de ver cómo al pedestal de la historia se suben y se bajan, sin solución de continuidad, borricos de toda índole, raza y rebuzno. Lo gracioso del caso que comentamos es que un borrico de la estirpe de Hugo Chávez se ponga a impartir clases de historia, asignatura en la que está suspendido hasta septiembre a perpetuidad. ¿Pero cómo iba a ser fascista don Cristóbal si cuando él navegaba el fascismo era una entelequia de la ficción más radical? ¿Pero cómo iba a ser un genocida de peor calaña que Adolkf Hitler en el tiempo, en la era preindustrial que le tocó vivir?

¿Qué opinan Chávez y sus socialistas bolivarianos de ese venerable anciano habanero de apellido Castro? La verdad, si yo fuera estatua en la Caracas de Chávez estaría suplicando el favor de los dioses del bronce para que de una vez por todas me desmocharán, y así no tener que compartir espacio público con volúmenes de bronce como los que sin duda se preparan en Venezuela para subirse al pedestal: primero don Fidel, y a no mucho tardar, el propio revolucionario socialista bolivariano, sublime cultivador de indigencias, Hugo Chávez.

A Colón no hace falta mandarle callar, él sabe hacer un elegante mutis venezolano por el foro.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Tuesday,31 mar 2009 11:1:12 GTM
<![CDATA[Manipular y seducir. Poética de González Fuentes en el Cervantes de Lyon (II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,916  

Juan Antonio González Fuentes

“Pero si más arriba he subrayado cuál es el elemento de trabajo que maneja el poeta, y he procurado establecer cuál es su función, desvelando así mi propia poética, ahora me pregunto si he conseguido plasmar aquí, aunque sea indirectamente, una definición asumible de poesía. Pero no, no lo creo. Y es que en esencia la poesía, el canto y la exaltación, no pueden “razonarse”. A este respecto, sin embargo, mantengo una íntima y viva convicción: si la poesía no es “razonable”, sin embargo sí debe llevarnos a la reflexión, al pensamiento que es su materia natural. La poesía no hace efectivo el mundo (no alienta la acción), pero sí su carácter y su destino.

Sí, apenas sabemos nada razonado de lo que es la poesía, pero se me olvidó recalcar que tal desconocimiento poco debe importarnos. Hablar de poesía es hacerlo de algo que no se comprende, a pesar de que se piense, y mucho. Donde mejor he sentido expresada esta idea es en la parábola protagonizada por el poeta japonés Basho, y recogida por el ya aludido Roberto Juarroz en su trabajo Poesía y realidad. La narración es la siguiente: “He estado explicando Zen toda mi vida –confesó una vez Basho– y sin embargo nunca he podido comprenderlo. Pero –dijo su interlocutor– ¿cómo puedes explicar algo que tú mismo no entiendes? ¡Oh! –exclamó Basho–. ¿También tengo que explicarte eso?”.

No, no puede explicarse qué es la poesía, y la razón última de esta imposibilidad, sospecho, radica al final en que denominamos poesía a los caminos emprendidos por el hombre para procurar penetrar en los términos de aquello que no es decible y que, en consecuencia, se hace imposible. Ya quedó dicho antes: se trata de hablar ante el abismo en el que estamos con el abismo que somos, y ese hablar (en no pocas ocasiones balbuceo, como bien precisa Juarroz) requiere una meditación trascendental del lenguaje o sobre el lenguaje (una honda conciencia del manipular diría yo en el contexto en el que nos movemos), una meditación conducente a que cada palabra empleada por el poeta haya surgido de una ineludible necesidad expresiva, de una transfiguración inducida por esa irrenunciable necesidad.

Significar la geometría de lo indecible, ése, me parece, es el asunto de la poesía más plena. De ahí que la poesía sea la luz más propicia que posibilita nuestra percepción de los espacios situados más allá; que persigue lo inverso, el otro lado de las cosas; que ensancha, abre la realidad sumándole realidad, localizando aquello presente tras los márgenes de nuestros conocimientos sistematizados (un logos racional) y que, como lo indecible de la muerte, por ejemplo, exige otras presencias, otras precisiones distintas a las habituales, a las que he denominado normalizadas.

Todo acceso al mundo conlleva una autocomprensión de la existencia, pero a menudo esa comprensión no se expresa. En el uso de la palabra poética, viene a decirnos Roberto Juarroz, el poeta no busca sólo un modo de expresarse, sino un modo de participar en la realidad misma, en una realidad, añado yo, exponenciada, es decir, elevada a una potencia cuyo exponente no está precisado. Por eso el verdadero poeta necesariamente se desenvuelve en la marginalidad, porque para su propósito debe someter los preceptos y normas del lenguaje recibido, de la realidad que le ha sido dada, a su propia videncia o iluminación imaginativa y experiencial, en un proceso de revelación fundadora. Así, el mundo de la poesía, como nos recuerda Miguel de Unamuno, es el de la más pura heterodoxia, el de la herejía, siendo el poeta el heterodoxo por antonomasia, dado que “se atiene a postceptos y no a preceptos, a resultados y no a premisas, a creaciones, a poemas, y no a decretos, a dogmas”.

El poeta cree sinceramente en la infinitud de lo que no consigue decir y que, por esa misma circunstancia, encuentra puntual eco en los otros, en los demás, en los susceptibles de seducción. Tal vez, aventura Hans-Georg Gadamer, esta íntima sabiduría del balbucir y enmudecer sea la herencia que nuestra cultura espiritual deba transmitir a las generaciones próximas. Balbucir y enmudecer sustentan nuestro incesante abrirnos a la existencia. En ese esfuerzo sitúo la poesía de nuestro tiempo, en ese esfuerzo personal, íntimo, me cuento y encuentro. Y hablo de “esfuerzo íntimo y personal”, siguiendo el discurso del pensador Fernando Savater, quien escribiendo sobre la relación entre filosofía y poesía en la obra de María Zambrano, escribe “el canto, la exaltación, la celebración o la constatación del horror pertenecen siempre a alguien; el logos racional es –o pretende ser- de todos, aspira a una perspectiva imparcial que sería en sí misma, caso de lograrse, el único espacio en el que ningún pulmón poético podría respirar”.

A este respecto, sin duda posible, una de las cuestiones esenciales que deben mover a reflexión en nuestros días dentro del terreno de lo poético, es el sensible paso atrás que la palabra, es decir, el elemento de precisión que “manipula” el poeta para “seducir” y conocer, está dando en nuestro contexto cultural.

Creo que el orden cultural en el que Occidente se forjó durante siglos, entró en crisis abierta y probablemente definitiva hace mucho tiempo, por lo que ya son varias las generaciones (la mía sin ir más lejos) encadenadas a una incertidumbre cultural cuya más evidente materialización George Steiner ha definido como la paulatina “retirada de la palabra”. Pues bien, en este punto crítico actual es donde el poeta creo que debe jugar un papel esencial: ser un manipulador y seductor, un transmisor decisivo entre generaciones de lo que Gadamer ha venido en llamar “la íntima sabiduría del balbucir y enmudecer”, o lo que es lo mismo, del uso arriesgado, meditado, trabajado, indagador, intuitivo, riguroso, imaginativo..., de la palabra.

El edificio cultural levantado por la Ilustración (cimentado en la palabra) no sobrevivió, entre otras realidades, a los campos de exterminio nazis. Las distintas sociedades occidentales de comienzos del siglo XXI ya no producen ni perpetúan gran parte de su cultura con herramientas literarias y humanísticas. La era del humanismo moderno pasó hace tiempo a mejor vida, como certifica en un reciente trabajo Peter Sloterdijk, y con él la “palabra se retira”, va perdiendo espacio vital. En nuestros días, todo debate serio en torno al futuro de la poesía fundamentada en la palabra, adopte esta la forma que adopte, opino que sólo puede partir del análisis y comprensión de esta realidad aquí descrita. Todas las demás posibilidades de debate se me antojan, en esta hora, aburridos e inútiles ejercicios de malabarismo.

Quizá como en ninguna otra etapa de la historia hayan tenido tanto que ver entre sí el futuro próximo del hombre, el de la poesía y el de la palabra, el de la palabra poética como eficacísima, imprescindible herramienta manipulada para la seducción, para entrar en la compleja, delicada, misteriosa, inabarcable geografía de lo indecible”.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Monday,30 mar 2009 21:5:17 GTM
<![CDATA[Manipular y seducir. Poética de González Fuentes en el Cervantes de Lyon (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,915
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando aparezca por primera este post, y a él lleguen los primeros lectores, serán las primeras horas del día 26 de marzo de 2009, y yo estaré volando desde Madrid con destino a la ciudad francesa de Lyon. Allí participaré en un encuentro de creadores literarios organizado por la Universidad de Lyon y el Instituto Cervantes de la ciudad francesa. Se trata del 2º coloquio-encuentro “El creador y su crítica: Manipular y seducir”, coordinado por el profesor Philippe Merlot.

Durante dos días, 27 y 28 de marzo, varios creadores literarios españoles se reunirán en Lyon con algunos críticos literarios que hablarán de su obra. Habrá un coloquio abierto en torno a dos conceptos: manipular y seducir. Mi intervención escrita será la que sigue:

“Manipular. Seducir. Dos palabras, dos ideas que pueden remitir a la vez, sin mayor problema quizá que el de entrar en el terreno de una posible paradoja o de la ambigüedad, a acciones y conceptos de índole concreta y a acciones y conceptos de índole abstracta. Pues bien, manipular y seducir son los términos que la Universidad de Lyon y el Instituto Cervantes de la ciudad francesa nos han propuesto como creadores para que, de algún modo u otro, los hagamos encajar, los pongamos en relación (imagino que esa es la intención última de los convocantes) o bien directamente con los resultados de nuestro trabajo creativo (poemas, novelas, cuentos), o bien con nuestra visión personal de la creación escrita. Es decir, en mi caso se trata, o así lo he entendido yo, empeñado tal vez en equivocarme, de relacionar los términos mencionados con mis poemas o con mi poética, con mi enfoque de la poesía en este preciso momento de mi vida.

Ante las dos posibilidades aquí apuntadas, sin pensarlo dos veces he preferido adentrarme por la segunda senda, entre otras razones de mayor y menor calado, porque no me releo, sin duda con la sana intención de ahorrarme disgustos innecesarios.

“Manipular y seducir como conceptos imbricados en una reflexión personal sobre la creación poética”. Bien, acepto el reto que la propuesta implica. Y para dar comienzo no he sido ni mucho menos original, claro que tampoco lo he pretendido, y como probablemente hayan hecho varios de mis compañeros en el envite, he acudido a un diccionario para enterarme con precisión de qué significa en español “manipular” y qué “seducir”. Escribí las palabras en el buscador google y me asaltaron los siguientes resultados.

Manipular: 1) Manejar cosas, especialmente objetos delicados o de precisión. 2) Controlar sutilmente a un grupo de personas, o a la sociedad, impidiendo que sus opiniones y actuaciones se desarrollen natural y libremente.

Seducir: 1) Atraer enormemente, ejercer alguna persona o cosa una gran atracción sobre alguien. 2) Convencer, persuadir sutilmente. 3) Persuadir una persona a otra para que tenga relaciones sexuales con ella, sobre todo si se vale de argucias o artimañas.

Aplicando una cierta amplitud de miras, podría aceptarse que varias de las entradas de significado aquí plasmadas presentan posibilidades de relacionarse, de alguna forma, con la poesía. Pero para ponerle algunas necesarias vallas al inabarcable campo, voy a arriesgarme a escoger entre ellas, quedándome con el primer significado aquí apuntado de manipular, y con el segundo de seducir. Esta es la ecuación resultante: manejar algo delicado y de precisión (manipular) para convencer o persuadir sutilmente (seducir). Tan sólo queda despejar algunas incógnitas para que el resultado de la propuesta nos encamine aceptablemente hacia la idea o término “poesía”. ¿Qué se maneja en poesía susceptible de ser delicado y preciso?, ¿a quien quiere persuadir y de qué el poeta? La respuesta a la primera pregunta no admite muchas dudas, al menos desde un posicionamiento llamémosle ortodoxo: lenguaje, palabras, sonidos, música que señala, que demarca, que expresa. Las respuestas que se den a las otras dos cuestiones subrayan ya una poética personal, pues las soluciones a los enigmas planteados pueden ser muchas y muy distintas, incluso difíciles de casar entre sí.

Al contestar estas dos últimas preguntas me desvelaré como poeta, me pondré en entredicho, emitiré una confesión. En mi opinión, desde el Romanticismo, la mayor parte de los poetas han pretendido siempre lo mismo, es decir, arrojar alguna luz sobre el mundo para a la vez arrojarla sobre sí mismos, o viceversa. Tal vez donde he hallado expresada esta idea de forma más certera y hermosa ha sido en palabras del argentino Roberto Juarroz: “hablar ante el abismo en el que estamos con el abismo que somos”. Se trata, en definitiva, de procurar penetrar en los términos de aquello que no es decible. Eso es a mi juicio lo que busca el poeta, y esa es su principal función en el presente: el poeta manipula la palabra para seducir al abismo que es/somos, y al abismo en el que está/estamos, y así saber algo, conocer algo, intuir algo del misterio, del enigma infinito que lo rodea. O como expresó mi paisano José Hierro: el poeta habla de lo que no puede evocar, de lo que no se puede hacer presente mediante la palabra convencional, normalizada, estandarizada. La palabra del poeta, su lengua, en algún sentido, debe ser ciega para así tener la necesidad permanente de palpar, olfatear, saborear, renombrar siempre de nuevo tanto lo más misterioso como la cotidianeidad más previsible del ser, del existir, del deambular.

En este sentido, manipular y seducir son términos que vienen a definir, de alguna forma, el trabajo con las palabras del poeta textual, quien a través del manejo arriesgado, “poético” del lenguaje, explora, palpa, invoca…, el “abismo” aludido por Juarroz, con el afán plenamente humano de conocer…” 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Thursday,26 mar 2009 9:4:23 GTM
<![CDATA[Intelectuales sin nación, o la lógica de Julien Benda]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,914
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En uno de los breves capítulos de su breve El arte de ensayar. Pensadores imprescindibles del siglo XX (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), más concretamente en las páginas dedicadas al pensador Julien Benda y su trabajo La traición de los clérigos (1927), Fernando Savater escribe “nunca los males del intelectual (clérigo) (mercenario por busca de halago o influencia) al servicio del nacionalismo o de la clase social han sido denunciados con tanto vigor panfletario y tan elegancia estilística. Especialmente el nacionalismo, esa lacra vergonzosa y criminógena del siglo XX, mereció su más rotundo repudio…” Se refiere, evidentemente al repudio del propio Julien Benda.

“La nacionalización sistemática del espíritu es desde luego una invención de los tiempos modernos”, escribió Benda en su ya mencionado y clásico ensayo de 1927, el mismo año en el que en Sevilla un grupo de jóvenes poetas de diversos rincones de España se reunía para repensar a Góngora y empezar a darle al idioma patrio algunas cuantas vueltas de tuerca poéticas. Y es que todo nacionalismo político comienza por la nacionalización del espíritu, de la mente y forma de pensar de los individuos, de la sociedad toda y en pleno. De ahí que todo nacionalismo luche denonadamente por controlar los sistemas educativos y los diversos circuitos culturales de la sociedad en la que establece sus raíces siempre con vocación de permanencia.

Fernando Savater: El arte de ensayar (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2009)

Fernando Savater: El arte de ensayar (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2009)

Cualquier nacionalismo, para crecer y desarrollarse, para extenderse en tierra abonada y propicia, debe aferrarse con ahínco, incluso con alguna melodramática desesperación, a eso tan etéreo, tan poco concreto, y a al vez tan poderoso y movilizador que algunos llaman la “identidad cultural”, siempre un arma de diferenciación para establecer la pertinaz frontera de aquí nosotros, los nuestros y lo nuestro, allá, más allá de la frontera, lo de ellos, lo de los otros, los demás, los que no son de nuestra tribu.

Un intelectual, proclamó hace mucho tiempo Julien Benda, debería avergonzarse de tener una nación. Quizá la frase pueda entrar de lleno en ese género tan francés de la boutade, pero su sentido no deja de abundar en perspicacia, en puro y cartesiana buena lógica.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Wednesday,25 mar 2009 12:15:4 GTM
<![CDATA[Armando Buscarini: El rufián. Teatro, narrativa y memorias (Editorial Buscarini)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,913
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Antonio Armando García Barrios, conocido por el sobrenombre de Armando Buscarini, nació en Logroño en 1904, y murió, no está muy claro si en la misma ciudad o en Ezcaray, también en La Rioja, al poco de acabar la Guerra Civil española, en 1940. Hijo único de madre soltera en la España aún restauracionista, Buscarini tiene el honor, para algunos quizá muy dudoso, de ser el poeta maldito y bohemio por excelencia de la literatura española de la primera mitad del siglo XX.

Escribió toda su abundante, descacharrante, y en ocasiones interesante obra en a penas una década, la que va desde sus 14 años de edad, 1918, hasta sus 25 años en 1928. Buscarini malvivió toda su “vida literaria” en el Madrid valleinclanesco del esperpento y del callejón del gato. Escribió y publicó sin parar libros, plaquettes..., que él mismo editaba y vendía, comerciante de sí mismo, en un chaplinesco, dickensiano puesto de venta ambulante.

Buscarini fue asiduo del célebre y madrileño café Pombo, donde compartió bocados de hambre, greguerías y gloria literaria con Cansinos Asséns o Gómez de la Serna. A los célebres y andaluces de profesión hermanos Álvarez Quintero, Buscarini les amenazaba con suicidarse si no accedían a alguna de sus peticiones, en ocasiones un café con churros, en ocasiones unas monedas para solventar alguna pequeña deuda.

Su carrera literaria se inició justo antes de acabar la I Guerra Mundial, en 1918, siendo apenas un adolescente recién salido de la infancia. Su primera obra es una novela cuyo título lo dice prácticamente todo: Emocionantísimas aventuras de Calck-Zettin. Emperador de los detectives (hoy inencontrable). Tras su, a todas luces, disparatada primera incursión novelística, cayeron en cascada casi incontenible los primeros libros de versos, las primeras obras destinadas al teatro, las memorias, las autoantologías, y más novelas: Ensueños (1919), Cancionero del arroyo (1920), Dolorosa errante (1921), Rosas negras (1921), Yo y mis versos (1921), Sombras (1922), Por el amor de Dios (1922), El riesgo es el eje sublime de la vida (1923), Primavera sin sol (autoantología, 1924), Sor Misericordia (1924, obra teatral escrita junto a Mario Arnold), El aluvión (1924), Maruja la de Cristo (1924), Mis memorias (1924), El rey de los milagros (1924), La reina del bosque (1925), Baladas (1926), Los lauros (1926), La cortesana del Regina (1927), Los dos alfareros (1927), El rufián (1928)... Su último libro lleva por título El umbral del recuerdo (1928), una especie de recopilación o antología de sus poemas que vio la luz muy poco antes de que su autor ingresara por voluntad materna en el manicomio a los 25 años y ya para no salir jamás, muriendo de aburrimiento, locura, esquizofrenia y sífilis.

Tras su muerte, Buscarini ingresó en la cofradía de los letraheridos olvidados, gremio cuyo cupo hace siglos que fue rebasado por cantidades ingentes de aspirantes. Sin embargo, llegó un escritor de éxito actual, Juan Manuel de Prada, y lo rescató del olvido como personaje, como disparate bohemio en páginas de Las máscaras del héroe, Armando Buscarini o el arte de pasar hambre y Desgarrados y excéntricos. A partir de la hora del rescate pradanesco, la obra de Buscarini ha sido reeditada en el volumen Orgullo. Poesía (in)completa (2006) y en los epistolarios Cartas vivas (2006) y Epístolas líricas (2007).

Armando Buscarini (foto wikipedia)

Armando Buscarini (foto wikipedia)

Ahora aparece en nuestras librerías el volumen El rufián. Teatro, narrativa y memorias (Editorial Buscarini, 2008), libro que recoge toda la producción literaria no poética de Armando Buscarini y, junto al libro Orgullo, ofrece al lector las obras completas del escritor bohemio y maldito, paradigma de la bohemia madrileña.

El prólogo de estas páginas misceláneas de Buscarini en prosa corre a cargo del prolífico Luís Antonio de Villena, mientras que la edición la realizan Rubén y Diego Marín A., investigadores agregados del Instituto de Estudios Riojanos (IER), y estudiosos de la vida y obra de este poeta bohemio. El libro del que aquí hablamos ofrece cuatro obras de teatro (Sor misericordia, El Rey de los Milagros, Los dos alfareros y El rufián), ocho relatos (“El fantasma de Wherter”, “El arte de pasar hambre”, “El aluvión”, “Las luces de la Virgen del Puerto”, “Maruja la de Cristo”, “La Reina del Bosque”, “San Antonio de la Florida” y “La cortesana del Regina”) y Mis Memorias, título publicado a los veinte años.

Con todos estos títulos Buscarini cosechó notables fracasos editoriales, al igual que le había ocurrido con su poesía. La prosa de nuestro bohemio quería ser naturalista y costumbrista, pero le salía naturista, rancia, aniñada y con un tufo a romanticismo de imitación que tiraba y tira para atrás. Su poesía era un remedo de romanticismo y modernismo poco asimilados, y un grito, quizá eructo, contra los modos y maneras de las afiladas vanguardias del momento (el hispánico ultraísmo entre ellas).

Toda la literatura de Bruscantini fue una especie de disfraz, de camino a seguir para entrar de lleno en la historia de la literatura española por la puertezuela de atrás, es decir, por las anécdotas y la propia biografía, mejor contada, además, por otros escritores, casi siempre de más fuste.

Escribe Villena de Buscarini en el prólogo ya anunciado: “su caso literario es curioso por su precocidad, su pronta caída pero cierta oculta o semivelada calidad que se ve más en su poesía que en su prosa, pero también en ésta (…) Tiene en sus mejores momentos una calidad ingenua —sobre todo cuando habla de sí mismo— que mezcla restos de un modernismo pasado, con el prosaísmo vivaz de un talento literario escasamente desarrollado. Hay destellos de calidad en sus libritos de poemas (cuadernillos más bien) y en su obra en prosa, sobre todo la que —con claro fondo autobiográfico— refleja escenas de la airada vida madrileña, de la prostitución ínfima o de lo que era o había sido su vivir menesteroso”.

Una oportunidad, tal vez única, de completar para nuestra biblioteca las muy prescindibles obras del más imprescindible bohemio de las letras españolas, don Armando Buscarini.

 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Tuesday,24 mar 2009 20:41:49 GTM
<![CDATA[De niños y linces: el pésimo marketing de la iglesia española]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,912
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Junto con China, la iglesia católica es el único estado que ha sobrevivido a miles de años de historia. Por algo será, eso a nadie le quepa duda. Quizá por eso sorprendan más los errores de bulto que en ocasiones comente la jerarquía católica, pues su experiencia histórica debería iluminarla mejor a la hora de dar pasos en determinados ámbitos. En este sentido, el último ejemplo de metedura de pata es el que cabe imputarle a los mandamases católicos españoles en su campaña en contra de la nueva ley sobre el aborto que prepara el gobierno progre de Zapatero y la incalificable Bibiana Aído.

El error es un error de marketing publicitario que cualquier estudiante de primero de dicha asignatura no hubiera cometido jamás, y sé de lo que hablo, pues doy clase a casi imberbes aspirantes a publicistas. Me explico. Si nunca es recomendable intentar “venderle” a alguien un “producto” sin explicarle sus evidentes virtudes, lo que es inadmisible es que intentes “colocárselo” atacando de alguna manera algo muy querido, apreciado o valorado por él. Es como si a un cliente le quieres vender un coche y para empezar le mentas a la madre. Mal camino llevaríamos.

Pues algo parecido les ha ocurrido a nuestros obispos. No han tenido mejor idea para posicionarse frente a la construcción de la nueva ley abortista zapateril que meterse, aunque sólo sea de forma indirecta, con las leyes de protección al casi extinto lince ibérico y por extensión al resto de animales en peligro.

No, no trato de posicionarme aquí en tema tan delicadísimo y extremadamente complejo como el del aborto. Para dilucidar sobre tamaña cuestión con alguna idea o conocimiento, doctores tiene tanto la santa madre iglesia como la no menos santa madre ciencia. Ni siquiera pretendo rozar el caso, y menos frivolizar sobre el mismo. No me lo perdonaría. Lo que quiero destacar aquí es la, a mi juicio, pésima campaña publicitaria confeccionada para llamar la atención del ciudadano y hacerlo reflexionar.

Cartel de la campaña de la iglesia católica española contra la nueva ley del aborto

Cartel de la campaña de la iglesia católica española contra la nueva ley del aborto

¿Pésima? Sí, y continúo explicándome. Considero que una campaña de publicidad es un éxito (en un caso tan singular como el que nos ocupa), cuando logra atraer positivamente la atención del público sobre la causa que defiende, y no cuando la atrae pero para suscitar un rechazo palmario o al menos sensible. Es indudable que la campaña ha logrado uno de los objetivos esenciales de toda publicidad: llamar la atención. Sí, la imagen del bebe junto al cachorro de lince (no ibérico, por cierto) ha sido muy comentada por los medios de comunicación nacionales y a buen seguro no serán muchos los españoles a los que no les suene de nada la comparación establecida por los creativos. Incluso la idea básica sobre la que se ha construido dicha publicidad es acertada desde un punto de vista discursivo, siempre, insisto, sin entrar en el fondo de la cuestión, pues sus vericuetos morales, éticos, religiosos, científicos sencillamente me anonadan. El sentido del anuncio es subrayar que la ley española protege con celo la vida de especies en peligro de extinción, como el lince ibérico, pero con la nueva ley va a facilitar considerablemente el aborto de seres humanos.

Bien, la idea, insisto, puede ser efectiva y efectista a la vez, pero a mi juicio algo ha fallado estrepitosamente. Y el casus belli evoca directamente la técnica publicitaria. Se ha querido poner en un platillo de la balanza la figura de un bebe risueño y en el otro la de un cachorrito de lince con enormes ojazos y expresión tranquila. Vamos, que si me dice que a quién prefiero llevarme a casa me asaltarían serias dudas.

En efecto, las imágenes elegidas aparecen, se lee, como símbolos contrapuestos en un error de puesta en escena sencillamente gravísimo. El mensaje que se transmite, o que bien puede colegirse que se transmite en una lectura superficial (la mayoritaria), es que a la iglesia católica española le importa una filfa la supervivencia del lince ibérico y con él la de todos los pobres animalitos en peligro de extinción. Cualquiera con dos dedos de frente puede suponer que el mensaje que se ha querido transmitir no es precisamente ése, pero la mala publicidad puede conllevar estas cosas, y la campaña, tal como está concebida, ofrece sin necesidad ninguna más de un flanco desnudo para que a la jerarquía católica le den hasta en el cielo de la boca (y con razones cargadas) desde cualquier ecologista de turno hasta el progre más recalcitrante, pasando por cualquier ciudadano tipo medio que no entiende qué demonios tendrán que ver las churras (los pobres niños) con las merinas (los pobres linces).

Sean un poco linces señores obispos, y cambien ipso facto de discurso para defender sus ideas, o al menos, cambien de agencia de publicidad.
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Monday,23 mar 2009 20:36:41 GTM
<![CDATA[Historia de tiburones: Costa salvaje de Edward Marriott]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,911
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes


Una noche de Reyes de hace infinitos años, mi padre nos llevó a mi hermano Jaime y a mí a ver la película Tiburón en el santanderino cine Capitol. Fue una noche inolvidable, una de esas experiencias que pueden marcar el destino de un niño, o, al menos, orientar su existencia futura. Yo amo el cine, y más el cine visto en una sala a la antigua usanza, con pantalla grande, sonidos envolventes, compañeros espectadores un tanto “endomingados”, butacas numeradas, anuncios previos, y cierto regusto en el aire a ambientador y palomitas. Así fue aquella noche de la lejanísima infancia, en la que la cercanísima visita de los Magos de Oriente sumó toneladas de emoción.

Si alguna vez he pasado miedo físico, verdadero desasosiego en una sala de cine, fue aquella noche precisamente, contemplando las evoluciones asesinas del escualo más monstruoso e infernal que la imaginación ha creado hasta la fecha. El tiburón blanco de la película de Spielberg es un asesino implacable, poderosísimo, eficaz en su destino, un monstruo apocalíptico que se desenvuelve como pez en el agua (of course) en esa geografía, en ese paisaje inquietante, atractivo, peligroso, inexplorado, cambiante y lleno de secretos que es el océano.

Edward Marriott: Costa salvaje (Alba)

Edward Marriott: Costa salvaje (Alba)

Aquella noche cinéfila me regaló varios elementos que me han acompañado desde entonces. Una irrefrenable atracción hacia las aventuras en el mar; un eventual escalofrío cada vez que me encuentro nadando mar adentro rodeado por toneladas y toneladas, kilómetros y kilómetros de aguas oscuras, hogar de vaya usted a saber qué criaturas; y un crecientes interés por los tiburones como personajes de la zoología, como protagonistas de lo cinegético en su sentido más amplio.

Por eso no es de extrañar que estos días tenga entre manos un curioso libro en cuyas páginas se juntan muchos de mis despertares de la noche cinéfila señalada. El libro lleva por título Costa salvaje (Alba editorial), y como subtítulo largo y aclaratorio “Tras los últimos cazadores de tiburones de Nicaragua”. El autor es Edward Marriott, un periodista y aventurero que ha colaborado con la BBC, The Times y la revista Esquire, y autor de un curioso y prestigioso libro que quedó en su día finalista de uno de los premios más importantes de literatura de viajes y aventuras, el Thomas Cook Travel Bood Award. Me refiero a The lost tribe (La última tribu, 1997), unas páginas dedicadas a contar un viaje por Nueva Guinea Papúa.



Tiburones toro (vídeo colgado en YouTube por POSEIDONYUCATAN)

En Costa salvaje, Edward Marriott nos acerca al día a día de los ya escasos “cazadores” de tiburones toro que subsisten en un inmenso territorio aún salvaje que sigue el curso del río San Juan hasta el lago Nicaragua, la que es conocida como la ruta del tiburón toro. Este tipo de tiburón es el único capaz de sobrevivir tanto en agua salada como en agua dulce, y hace muchos años los habitantes de la costa nicaragüense lo reverenciaban y lo temían, pero también lo pescaban para hacerse con su aceite y sus aletas.

Edward Marriott se embarca en las pequeñas y muy frágiles embarcaciones de los escasos pescadores artesanos que aún se atreven con el gigantesco tiburón, y nos cuenta cómo es su vida, su “arte”, ofreciendo a la vez un atinado estudio antropológico, cultural, económico y social, y una excelente novela de aventuras cuajada de fuertes emociones, peligros, hazañas y tragedia.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Friday,20 mar 2009 20:20:33 GTM
<![CDATA[Adiós a los periódicos, adiós a los lectores de periódicos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,910
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Señalan los expertos en el asunto que, a no mucho tardar, los simples gestos de ir a un kiosko a comprar un periódico y luego sentarse a leerlo en un sillón o en la mesa de un café, pasarán a ser historia, hechos sociales y culturales antediluvianos.

El periódico de papel tiene, según parece, los días contados, y así lo avala la desaparición casi diaria de cabeceras centenarias y prestigiosas por todos los rincones de los EEUU, geografía piloto para casi todo desde hace ya muchas décadas.

Las razones del fenómeno, apuntan, son de índole muy diversa: económicas, ecológicas, culturales… Hacer un periódico de papel, me soplan al oído, es carísimo. El papel se ha puesto por las nubes, las tintas tampoco son una ganga, las máquinas impresoras y su mantenimiento cuestan casi como un equipo español de fútbol, los locales y demás infraestructura valen un potosí, el mantenimiento de decenas de puestos de trabajo se han convertido en un pozo sin fondo, la distribución a los kioskos y otros puntos de venta ruinosa, el potencial mercado es restringido a lo local, comarcal, regional… ¿Resultado? El subrayado, decenas de periódicos locales, comarcales, estatales, han echado el cierre en los EEUU en los últimos cinco años, y la brutal crisis económica actual ha acelerado el proceso a velocidad de crucero, registrándose alarmantes cifras de periodistas que engrosan directamente las filas del paro.

Y es que a los costes de confeccionar un periódico de papel hay que sumarle otros factores que influyen mucho también en el declive de la industria o el negocio periodístico. Hacer un periódico “es sucio”. Se gasta mucho papel, es decir, se talan muchos árboles, muchos bosques. El papel y su tinta se convierten en elementos que hay que reciclar, que ocupan espacio, que ensucian, que “molestan”.

Además, la lectura “como Dios manda” de un periódico requiere tiempo, un tiempo que escasea cada día más. Leer un periódico es un hábito que sí hace al monje, el problema es que cada día hay menos “monjes lectores” en la sociedad actual. De mis 30 alumnos universitarios y en pleno crecimiento intelectual tan sólo uno o dos “confiesan”, casi preocupados por la rareza, que leen diariamente un periódico, y habrá que entender que eso de leer bien podrá transformarse, a buen seguro, en hojear.

Sí, el periódico y el lector de periódicos, tal como se les ha conocido en las últimas décadas, parecen abocados a la desaparición, son especies en inevitable vía de extinción. El futuro de la información, y no hace falta haber estudiado en Harvard para llegar a tal conclusión, está en las ediciones digitales. Internet ofrece un medio bastante limpio y ecológico para hacerse con información. Un medio que no exige grandes inversiones en infraestructuras para crear una cabecera informativa, que implica una distribución universal e inmediata, que ofrece la posibilidad de la consulta selectiva y actualizada, que puede ser interactivo, que puede ser fácilmente almacenado, que ofrece la posibilidad directa de ofertar información en vivo y en directo, “información en movimiento”…

El Imparcial (foto www.consuegramediaeval.com)

El Imparcial (foto www.consuegramediaeval.com)

Sí, los “clientes” o “consumidores” de información por vía digital, por vía internet, generalmente se “enchufan” a la red, buscan la información que les interesa, la consultan, y se “desenchufan”. Todo rápido, limpio, barato, eficaz, útil.

Las previsiones apuntan a que cada país, casi cada idioma mantenga sólo un número concreto de grandes diarios en papel de ámbito nacional. El futuro apunta a que en España, por ejemplo, vayan desapareciendo paulatinamente todos y cada uno de los beneméritos periódicos locales, provinciales y regionales, y subsistan tan sólo los cuatro o cinco grandes periódicos nacionales: El País, El Mundo, ABC

Lógicamente estamos planteando un mundo nuevo, un mundo sin periódicos. La frase suena casi apocalíptica, y desde luego no es para tanto. Pensemos sólo un momento en el asunto, y llegaremos a la conclusión más evidente. Durante la ya larga historia de la humanidad, tan sólo un periodo muy breve, los siglos XIX y XX, han sido el tiempo pleno del auge del periódico y el periodismo, y tan sólo, además, en zonas muy concretas del planeta. Está claro, se puede subsistir sin periódicos, incluso sin información, al menos sin las avalanchas de información que día a día nos sepultan con párrafos, titulares, fotos, sonidos e imágenes en movimiento.

Pero el fenómeno conduce directamente a otra reflexión de no poco calado. Más arriba he hablado de “clientes”, de “consumidores de información” que acuden a la red para informarse de un determinado asunto, de una determinado suceso o acontecimiento. Lo que no es nada habitual en internet, o mejor dicho, en la “prensa digital”, es que alguien “lea el periódico” en la pantalla de su ordenador. Muyo poca gente, anuncian los expertos, lee las ediciones digitales de los periódicos sección tras sección, es decir, muy pocos “hojean” el periódico digital. Y es que la desaparición de los periódicos en papel supondrá (ya lo está suponiendo) la desaparición de un muy determinado tipo de lector, el “lector” de periódicos. Ese lector que se sienta en un sillón de su hogar, o en la mesa de un café, y repasa de la primera a la última todas las páginas del periódico, desde la información local a los deportes, pasando por internacional y la sección de opinión. Hoy en día ya es una rara avis el lector que se enfrenta a su periódico favorito y le dedica el tiempo suficiente como para leerlo de cabo a rabo. ¿Quién dispone de tiempo para leer todos los artículos interesantes de la voluminosa edición dominical de algunos periódicos? Muy poca gente.

La paulatina desaparición del lector de periódicos me preocupa como un paso atrás más dado por el lenguaje y su compresión, por la cultura escrita en definitiva, en la sociedad actual, en la cultura actual en la que lo audiovisual hace sucumbir de forma irreversible a lo textual. Y me preocupa porque la falta de contacto con lo textual, el ritmo de comprensión que establece lo puramente textual en papel, acaba procurando un relación más estrecha no con la información, sino con el conocimiento. La búsqueda puntual, concreta, cerrada de una información, sólo deviene en un poco de información, jamás en conocimiento.

Estamos abocados a una sociedad en la que prima la información y en la que sucumbe el conocimiento. En este sentido, somos hoy mucho más vulnerables a la manipulación y al control, y todo, en una puesta en escena en la que la inmediatez del acceso a la información parece señalar lo contrario. Estamos cayendo en una trampa de la que no sé si habrá a mano una salida cercana.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Thursday,19 mar 2009 21:5:31 GTM
<![CDATA[‘Nombres cántabros’, otro nacionalismo en España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,909
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Como escribí en el post de ayer, voy a cambiar de registro durante unos días y fijar mi mirada en asuntos ajenos a lo literario, al menos en cuanto a su naturaleza intrínseca. Ayer le dediqué dicha mirada con afán irónico y reflexivo al irracionalismo nacionalista que invade nuestra sociedad como un virus glotón e inasequible al desaliento y al sentido común. Pero cuando hablamos de pura idiocia nacionalista, de invención de tradiciones y pasados para justificar postulados políticos de plena actualidad pesetera (¿euretera?), de apelar al “sentimiento” como constructo ideológico muy por encima de la razón, los conceptos y las ideas, somos, creo, injustos, muy injustos, pues generalmente sólo nos acordamos de los ejemplos de Cataluña, Galicia y País Vasco.

Sin embargo, los imitadores de estos nacionalismos en España proliferan como los hongos, y como alguna setas de inocente aspectos exterior, también envenenan y pueden causar la muerte o, cuando menos, la parálisis de algunos miembros. A lo largo de los años que escribo en Ojos de Papel, ya he tratado en diversas ocasiones asuntos relacionados con el naciente pero robusto nacionalismo cántabro. Y es que el nacionalismo cántabro me parece que ejemplifica perfectamente lo que quiero plasmar, es decir, cómo algunos elementos, atentos a no se sabe muy bien qué intereses, comienzan a inventar cosas cuando menos ridículas en nombre de supuestas naciones o entes geográfico-político-culturales, y acaban reclamando Academias de la Lengua, embajadas en el extranjero, policías autónomas, selecciones deportivas nacionales, teatros nacionales, cines nacionales, diccionarios de lengua propia, etc..., y, claro, alguna que otra lucrativa prebenda para ellos mismos, pues el ser inventores de la cosa algún rendimiento económico y social debe rendir a fin de cuentas.

Cantabria entera tiene menos habitantes que algún barrio populoso de Madrid. Jamás de los jamases ha tenido una cultura ajena o distinta a la española. Nadie hasta hace tres semanas había oído hablar jamás del cántabro como una lengua distinta a la española, ni una sola línea de mérito se ha escrito nunca en cántabro, pues nada puede escribirse en un idioma que no existe. Pues bien, en el artificioso Matrix creado por los seguidores del a río revuelto ganancia de pescadores, arrecian los pescadores buscando su ganancia, y en el principal periódico de la región (no llegamos a 600.000 habitantes), El Diario Montañés (hasta 70.000 ejemplares vendidos los fines de semana) puede uno llegar a leer el siguiente artículo con la normalidad idiota del que ve caminar al rey completamente desnudo pero prefiere verlo engalanado con tal de seguir tranquilo con su vida tranquila, sin querer detenerse a sospechar que, con tales asuntos, no habrá tranquilidad que valga de aquí a pocas fechas, y que la tranquilidad del sentido común parece ya tan sólo agua pasada sin necesidad de pasearse por el valle de Arán, las calles de Mondragón, o determinadas áreas de La Coruña. Lean, lean, incluso en la tradicional Cantabria ya suenan las campanas y se sabe muy bien dónde.

Logo de ADIC

Logo de ADIC

“¿Cómo que no me deja ponerle Brez? ¿Y por qué sí Abdulá o Güendolín? Dicen desde ADIC (Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria) que más o menos así se desarrolló una airada discusión en un registro civil cuando un socio de Camaleón (en el valle cántabro de Liébana) acudió tan contento con el topónimo lebaniego perfecto para su bebé. A nadie en la oficina sonaba Brez. En las estanterías: libros de nombres vascos, gallegos y catalanes. De cántabros, ‘un par de folios’ redactados por los propios funcionarios a medida que se van inscribiendo, que son listados de ‘dudosa procedencia’ y no realizados por especialistas. En cuanto a extranjeros, ‘como no se rigen por nuestra ley, no les importa’.

Dice el presidente de la asociación, Bernardo Colsa, que hay ‘un exceso de celo’ con los de casa en estas cuestiones y que se pide lo impedible para certificar la existencia de los nombres cántabros. Tanto es así que, hace un tiempo, uno acudió a inscribir a su hijo como Nel (diminutivo cántabro de Manuel) y le sugirieron ‘mejor Mel’, por el Gibson, más conocido por los del registro, vaya.

Últimamente ‘nos ha llamado una veintena de personas’, continúa Colsa, implorando certificados de nombres. Pero resulta que ADIC no es un organismo oficial ni tiene por qué dedicarse a tales menesteres. No hay academia de la lengua cántabra ni, de momento, el cántabro es una lengua. Así las cosas, se limitan a recomendar algo de bibliografía para demostrar la existencia de los antropónimos: en novelas costumbristas, libros de historia y en dos obras dedicadas al asunto: Nombres cántabros de persona, de Gelu Marín, y Onomástica de Cantabria, de Jesús J. Maroñas. También recuerdan a los 'agraviados' que según la Ley del Registro Civil se puede poner cualquier nombre siempre que no cause duda de género o sea lesivo para la persona.

Aclaran que ‘no en todos’ los registros son así de puntillosos, pero que facilitaría las cosas ‘que incorporen un listado de nombres cántabros de persona elaborado por un organismo competente de la Comunidad Autónoma, se ajuste a derecho sin quedar al arbitrio aleatorio de la comprensión de un funcionario’.

Pero, mientras no lo hay, la tarea de los trabajadores es bien difícil, si alguien va a inscribir a su hijo como Andoto o Elanio (nombres masculinos recogidos por ADIC ‘usados en otras épocas’), o los femeninos Amia, Dovidena y Quemia, también en esa categoría de «antiguos». Hoy es más ‘moderno’ usar la toponimia y ya se admiten Buelna, Luria, Naroba, Tanea, Olalla y Cumbres para las niñas, y el aludido Brez, Jano o Iurde (que viene de Jorge, usado sobre todo en Santiurde) para los niños.

Colsa señala otros ‘más tradicionales’ y de los que existe constancia de que ha habido dificultades para su reconocimiento ‘aún sin la certeza de que alguien se llame así’: Luga (que significa rayo de luz) y, más conocida, Anjana.

Y constan variantes cántabras de nombres comunes en España, como Ñevis (Nieves) y Mariya (María), o Nelu (Manuel), Gelu (Ángel), Cenciu (Inocencio) o Cibriá (Cipriano). Aseguran en ADIC que por San Vicente está «muy extendido» el nombre de Barquera para las niñas, con el María delante, además de otros relacionados con las tradiciones como Puerto, Valvanuz, Brena, Olalla, Olaja, Cruz, Valmayor, Lindes, Montes, Mar y Montesclaros, sobre todo si así se llama la patrona del pueblo. Añaden en esta categoría Amós «muy extendido entre gente marinera, pero no privativo de Cantabria», Colío o Ibio.

Parece que ya empieza a haber muchas Devas, Laras, Laros y Necos; que quién sabe si a alguno ya le gusta Pas, Abano, Talania, Noive, Acca, Vado (¡!) o el mismo Cántabro para su criatura, y que otros apuestan por cantabrizar a sus chicos con Isidoru o, más aún, Sidoru. Sea cual fuere el nombre escogido, que acompañará (o perseguirá) a su dueño mientras viva, ADIC cree urgente y necesario que el asunto se normalice ‘para evitar situaciones incongruentes’. Que dentro de unos años uno no descubra que su nombre no existe ni significa nada”.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Wednesday,18 mar 2009 20:51:18 GTM
<![CDATA[Pilar Rahola y los osos independistas del valle de Arán]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,908
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Buenos días, o buenas tardes o noches, dependiendo de la hora del día que lean estas líneas en el lugar del mundo que se encuentren. Llevo semanas escribiendo de libros o de alguna experiencia personal que, la verdad, siempre me da un apuro infinito dejar aquí para ustedes, pues inevitablemente pienso “pero qué demonios le puede importar a nadie que vayas en un tren a Madrid y escuches una canción evocadora (para ti)”, por ejemplo. Sin embargo la vida del escritor que debe enfrentarse todos los días a un folio en blanco destinado a la vida efímera del día siguiente es así de complicada, ingrata y exigente, y en no pocas ocasiones hay que salir del apuro de alguna forma u otra.

Decidido esta semana a alejarme un poco de reseñar lecturas, pensaba escribir sobre aspectos muy puntuales y quizá anecdóticos de la crisis económica que nos ocupa y preocupa a todos un poco bastante. También pensaba dedicarle algunas líneas jocosas a determinadas cuestiones del absurdo nacionalista y/o regionalista que me han venido a las manos estos días. Pero, y he aquí la vida aventurera que el escritor disfruta sin moverse del sillón, ha querido la casualidad que por vía correo electrónico me llegue un video colgado en la red que viene a encajar a la perfección en mis propósitos semanales, y además lo hace con gracia, resabio, zarzuelismo hispano de primer nivel, y un grado de elocuencia y “largo dedo en la llaga” que, francamente, no necesita de mayores comentarios.

Se trata de una secuencia grabada de un programa de la televisión autonómica nacionalista catalana (prefiero ignorar el canal como Cervantes quiso olvidar el lugar de la Mancha quijotesca) cuyo nivel de parodia grotesca, imbécil y surrealista alcanza grados tales que una de dos, o uno se monda de risa lisa y lironda, o corre a morderse la lengua con la intención de envenenarse y morir con inusitada rapidez para no perder la razón más allá de lo que ya la ha perdido.

La escena es más o menos la siguiente. Quiero deducir que un joven habitante del valle de Arán, comarca catalana situada en los Pirineos centrales en la provincia de Lérida (España, esto lo subrayo yo), expone en una televisión catalana su bíblica indignación porque las autoridades catalanas quieren decidir la política a seguir con respecto a los osos (sí, como lo leen) en el citado valle de Arán, cuando esa política sólo debería competerle a las autoridades de la comarca. Ante tamaña reflexión, Pilar Rahola y Ramírez (Barcelona, 1958), política y periodista de ideología independentista y de izquierdas, indignada, más o menos le espeta al muchachuco que está diciendo idioteces, insensateces, pues “¿es el valle de Arán una nación como para poder legislar con respecto a esos asuntos”?, ¿es que acaso el muchachuco aranés está hablando en una televisión extranjera”. La “pobre” Pilar Rahola cae directamente en la hábil trampa dialéctica que le ha tendido el muchachuco aranés, quien le contesta exactamente con algunos de los argumentos con los que los catalanistas independendistas han contestado durante décadas los racionales conceptos e ideas de quienes abogamos por la defensa desde la lógica política, económica, histórica, cultural y jurídica, de la nación española y el Constitucionalismo español.



La solidez intelectual del separatismo: Pilar Rahola (vídeo colgado en youTube por JuanEmpecinado)

El aranés defensor de los osos araneses (que no catalanes ni españoles), le contesta a la catalanista independista Rahola con la estructura mental de “donde las dan las toman”, lanzándole a la jeta exactamente lo mismo que ella a escupido durante décadas a los “españolistas”: “pues claro que el valle de Arán es una nación distinta a Cataluña, y Cataluña es la nación invasora, coercitiva, imperialista, que no deja vivir en paz ni a los araneses ni a sus osos”. Rahola, con los ojos como platos ante la modesta imbecilidad (a fin de cuentas los de Arán sólo se reclaman nación, mientras que los de Astorga, en pintada inolvidable que leí un día en una carretera leonesa, se reclaman universo), le lanza al osezno aranés eso tan socorrido y racional de que qué demonios está diciendo, ¿quién mantiene desde todo punto de vista el valle de Arán y a los araneses? Se pregunta en alta voz Rahola para zanjar la cuestión dando a entender que la respuesta es obvia: Cataluña y los catalanes. Claro que Rahola no cae en la cuenta de que ese argumentario puede utilizarse precisamente para desbaratar su idea independendista catalana, pues ¿quién mantiene a Cataluña y a los catalanes? Respuesta más obvia todavía: España y los españoles. Es más, y en definitiva, ¿quién mantiene a los araneses, sean osos o no? Pues sí, respuesta correcta, España y todos los españoles, incluidos, claro, los propios araneses, sean osos o no, que tiene todo el derecho del mundo de querer ser araneses siendo catalanes, es decir, españoles.

La gracia de la historia es que el muchachuco aranés, para proclamar el derecho a la independencia y a ser nación del loable valle de Arán, utiliza los mismos argumentos que la muchacha Rahola y sus correligionarios independentistas catalanes para exigir la proclamación de Cataluña como nación y república independiente. Sí, los mismos, exactamente los mismos. Y la muchacha Rahola, más osezna que nunca colocada ante las cuerdas de su inveterada estupidez argumentativa antiespañolista, queda noqueada, completamente perdida y a merced del aranés, dentro del cuadrilatero dialéctico en el que el aranés sólo sabe utilizar la tozuda e irreductible irracionalidad de sus marcianos sentimientos aranistas como construcción intelectual, algo típico, por cierto, de los pensares (y es un decir) nacionalistas: ¡siento!, luego soy nacionalista de lo que me hace sentir, es decir, el terruño, la aldea, las tradiciones, las leyendas, los osos del entorno.

Ante semejante esperpento, tan valleinclanesco como puramente marxista (Marx brothers), tan de Cantinflas como de Gila (¿está el nacionalista?, que se ponga), tan de los payasos de la tele y su célebre ¿cómo están ustedes?... Qué grande no será España que todavía no ha sucumbido a tantas y tantas décadas de memos sin ton ni son. Ah! Y el desahogado de Carod Rovira “pagando lanzas indígenas” a millón de euros la pieza para que los ecuatorianos no hablen español. Millón que, por cierto, sale del bolsillo de todos los que aquí hablamos español. Vamos, ‘pa mear y no echar gota’. Pero no le quiten ojo al video. Es la monda!!!!

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Tuesday,17 mar 2009 21:17:25 GTM
<![CDATA[Morgen, de Richard Strauss]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,906
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Viernes por la mañana. Bajo al despacho y termino de hacer gestiones y de finiquitar compromisos. Leo y contesto correos electrónicos, envío algún fax, paso por la librería y me despido de una de mis libreras favoritas, Gisela, que en pocas horas viajará ilusionada a su Santiago de Chile natal para volver a ver a su familia.

La una de la tarde. Cierro el despacho, me despido y me encamino a casa. En diez minutos estoy en mi habitación, con el perro Miller inquieto olfateando en el ambiente el cambio al que ya empieza a acostumbrarse. Meto en la bolsa de viaje unas pocas prendas, un frasco de perfume y un libro de Fernando Savater para la vuelta. Cojo el billete de tren, lo meto en las páginas del libro que pienso terminar en el viaje de ida, le pongo la correa al perro y bajo a la calle con las dos manos ocupadas. En cuestión de minutos me encuentro en casa de mi madre. Me ha preparado algo de comer. Lo devoro en un santiamén, le dejo sobre su sillón favorito los periódicos, y Miller, sabedor ya de que por unas horas le transplanto de hogar, se acomoda con sosiego en el sofá. Me despido de mi madre y paseando con alguna ligereza me planto en la estación de trenes. Paso el control preceptivo, busco mi vagón y mi asiento dentro de él. Me acomodo con práctica y aguardo la salida que tendrá lugar en breve. En efecto, a las dos y cinco en punto el tren inicia la marcha.

Por delante tengo cuatro horas y media de viaje y poco más de 400 kilómetros hasta llegar a la madrileña estación de Chamartín. Cuatro horas y media, si no hay contratiempos, en las que observaré con algún detenimiento al resto de viajeros del vagón que me ha tocado en suerte, en las que terminaré el libro que tengo entre manos (Capri, de Alberto Savinio), en las que tomaré algún café en el coche cafetería, en las que veré la película que toca en suerte, en las que me “enchufaré” también a algún canal musical de los que ofrece el asiento, y en los que iré contemplando los cambios bruscos de paisaje y clima que me aguardan durante el recorrido: Santander, Torrelavega, Reinosa, Aguilar de Campoo, Palencia, Valladolid, Segovia, Madrid, o lo que es lo mismo, grises, verdes, nubes, humedad, montañas, nieve, sol, llanuras, secano, cielos azules y despejados, amarillos, tostados…

No somos pocos los viajeros que iniciamos viaje en Santander, pero con cada parada la carga aumenta, y los asientos vacíos hay un momento en que dejan de existir. Acabo la visita literaria a la isla de Capri llevado por la mano de Alberto Savinio, o Andrea de Chirico según la confianza. Termina la película que proyectan en las pantallas de televisión: nunca memorable, pero justo es reconocerlo, casi nunca infumable. Y al fin conecto los auriculares al asiento. Busco entre los canales y me quedo, como siempre, con el que ofrece alternativamente piezas de música culta y fragmentos de bandas sonoras cinematográficas.



Elisabeth Schwarzkopf intepreta Morgen, de Richard Strauss (vídeo colgado en YouTube por Lohengrin)

Contemplo el paisaje que de repente desfila por la gran ventana a casi 200 kilómetros por hora. Los compañeros anónimos de viaje dormitan, leen libros, periódicos o revistas, hablan por el móvil, se remueven en sus asientos buscando una postura más cómoda, juegan apretando botones en máquinas electrónicas que para mi ya son arcanos fuera de toda comprensión… En mis oídos suena la música de John Williams, la de Nino Rota, la de Vangelis…, sucediéndose con algo de Schubert, Mozart o Rossini.

Y de pronto escucho los primeros compases de una canción que todo lo conmueve dentro de mi. Una canción que descubrí hace muchos años en un viejo disco EMI, en un maravilloso disco en el que la mítica soprano alemana Elisabeth Schwarzkopf cantaba los Cuatro últimos lieder (canciones) de Richard Strauss (1864-1949), más otros doce lieder con orquesta, acompañada por George Szell dirigiendo la Sinfónica de Londres y la Sinfónica de la Radio de Berlín.

La canción se titula Morgen (Mañana), y es la número 4 del op. 27 del compositor, el último gran operista, en el sentido tradicional, de la historia de la música. Strauss trabajó en sus óperas con libretistas contemporáneos suyos de la talla de Hugo von Hofmannsthal o Stefan Zweig. Y en sus canciones le puso música a poemas de Herman Hesse, Goethe, Heine, Eichendorff, Dehmel, etc… Morgen es un conmovedor poema de Mackay que habla del amor más allá de la muerte, y de la muerte más allá del amor. Un poema bellísimo para el que Srauss compuso una música a la vez mórbida y serena, una música feliz y a la vez tan triste como una despedida aceptada, una música embriagadora y a la vez desoladora. Una de las canciones más hermosas jamás compuestas por ningún compositor, una canción tan bella y concluyente que incluso llega a hacer daño.

En una traducción macarrónica del inglés que escribí hace muchos años, el texto de Morgen de Strauss/Mackay dice más menos así: “Y mañana brillará de nuevo el sol, y el camino que recorreré, nos unirá a nosotros, los felices, en medio de esta tierra que respira sol… Y a la extensa playa, y al azul de las olas, descenderemos queda y lentamente, mudos nos miraremos a los ojos y sobre nosotros se abatirá el callado silencio de la dicha…”.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Monday,16 mar 2009 19:50:6 GTM
<![CDATA[Western, ciudades fantasma y ópera: el Piper’s Opera House de Virginia City]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,905  

Juan Antonio González Fuentes

Llego a casa entrada ya la noche, y ante la posibilidad de entretenerme escuchando por radio las crónicas futbolísticas de la jornada de liga de campeones (recuerdo que no tengo televisión), decido ver una película en dvd en el portátil. Escojo un magnífico western en blanco y negro no de los más “visitados” por los aficionados, Cielo amarillo (1948), dirigido William A. Wellman (1896-1975), con Anne Baxter, Gregory Peck y Richard Widmark como protagonistas principales. Cielo amarillo es sin duda uno de mis western favoritos, desarrollándose la mayor parte de su historia en una ciudad fantasma situada al final de un desierto de sal; una ciudad casi en pie por completo pero abandonada a los vientos, la arena del desierto y las visitas fantasmales de un grupo de guerreros apaches.

El western y las ciudades fantasmas siempre han sido conceptos relacionadas entre sí, y ya desde niño, cada vez que aparecía una ciudad fantasma como escenario propicio para el desarrollo de una historia del lejano Oeste en forma de película, mi curiosidad se preguntaba el por qué de la ciudad fantasma en sí. Es decir, ¿cómo había nacido la ciudad?, ¿cómo se había desarrollado hasta tener bancos, hoteles, bares, casas, establos, oficinas comerciales...? y, finalmente, ¿cómo había desaparecido?, o mejor dicho, por qué la gente, la civilización la había abandonado a su suerte.



Imámgenes de Cielo amarillo (Yellow Sky), del director William A. Wellman (vídeo colgado en YouTube por ThGreatSilence) 

Imaginé teorías, y leí libros en los que se daban lógicas explicaciones históricas de tipo económico. Pero la revisión de Cielo amarillo ha coincidido felizmente en el tiempo con la lectura del interesantísimo libro de Gregorio Doval sobre los pistoleros y forajidos del salvaje oeste. Y en dicho libro, en el capítulo 6 dedicado a la vida cotidiana en el oeste, me he topado con la mejor y más sucinta explicación del fenómeno, explicación que quisiera compartir con todos ustedes, y especialmente con los muchos aficionados al western que, como las meigas, “haberlos haylos”.

Escribe Gregorio Doval: “Muchas de estas ciudades surgidas al hilo de los descubrimientos mineros se vaciaban en cuanto las vetas comenzaban a agotarse o su explotación se hacía poco rentable. Muchas de ellas, pasado el boom, dieron lugar a ciudades fantasmas, meros ecos de su fulgurante y efímero esplendor. Ese fue el caso, por ejemplo, de Virginia City, ciudad de Nevada situada a 27 kilómetros al sudeste de la actual Reno. En 1859, dos mineros, Peter O’Riley y Pat McLaughlin, descubrieron un increíble depósito de oro y plata en los Lodos de Comstock, cercanos a la ciudad. El descubrimiento provocó la llegada de una marabunta de buscadores y, tras ellos, de la habitual cohorte de comerciantes, vividores y buscavidas que solían acompañarles. Sólo un año después, 10.000 personas, en su mayoría hombres, acampaban alrededor de la ya bulliciosa y cada vez más cosmopolita ciudad.

A medida que fue aumentando la población, iba sucediendo lo mismo con respecto a los típicos establecimientos destinados a aprovecharse de la riqueza que brotaba de la tierra: casas de juego, cantinas y burdeles de todas las categorías. En 1876, diecisiete años después de ser fundada, Virginia City tenía 40.000 habitantes y contaba con cuatro entidades bancarias, 110 establecimientos de bebidas, dos docenas de lavanderías, unas 50 tiendas de moda, una estación de ferrocarril y hasta cinco periódicos. Los potentados del lugar se hicieron construir mansiones en las que organizaban elegantes bailes de sociedad, en los que era obligada la etiqueta para la cena, servida por una legión de criados negros que mostraban la opulencia en que vivía el anfitrión.

Mineros de Comstock en 1880 (foto wikipedia)

Mineros de Comstock en 1880 (foto wikipedia)

Al poco, un consorcio de millonarios se empeñó en construir en aquella ciudad tan alejada de todo un gran teatro de la ópera, el Piper’s Opera House, que, sin duda alguna, fue la plaza más avanzada y a la vez más desplazada del arte lírico en el Oeste. A su alrededor surgieron hoteles de lujo, bancos e iglesias.

En veinte años, los yacimientos de Comstock dieron, según distintos cálculos, entre 500.000.000 y 1.000.000.000 de dólares en oro y plata, y generaron docenas de millonarios. Cuando la explotación llegó a su fin, Virginia City, abandonada, se convirtió en una ciudad fantasma, puras ruinas de su pasado esplendor. A diferencia de ella, otras muchas ciudades mineras sobrevivieron al convertirse sin transición en ciudades industriales. Pero, en su momento de esplendor, todas fueron un foco de atracción para todo tipo de personajes en busca de aprovecharse de los esfuerzos ajenos. Todas pasaron una fase de desorganización que las hacía ciudades peligrosas, ciudades sin ley. Sus nombres aún resuenan: Tombstone, Deadwood, Cheyenne...”.

Me parece fascinante. Ciudades opulentas surgidas de la nada. Ciudades fantasmales, abandonadas, con un pasado reciente y esplendoroso. Núcleos de sociedad desorganizados y por los que corría el oro en grandes cantidades que eran un foco de atracción para pistoleros, jugadores, forajidos..., dispuestos a ser la ley imperante a tiro limpio para enriquecerse. Ciudades surgidas en mitad del desierto, en mitad de una naturaleza completamente virgen y salvaje a la que se accedía andando quince minutos más allá de la calle principal de la ciudad. Y en medio del caos, un teatro de ópera, el Piper’s Opera House. ¿Qué se cantó en su escenario? ¿Quién cantó? ¿Quién dirigió la orquesta? ¿Quiénes integraban esa orquesta? ¿Quién elaboraba los programas de la Piper’s Opera House? Todas, probablemente, preguntas sin respuesta, o al menos sin fácil respuesta. Insisto, me parece fascinante.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Friday,13 mar 2009 20:2:46 GTM
<![CDATA[Una sencilla aproximación al “estalinismo”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,903  

Juan Antonio González Fuentes

Algunos lectores de estos post con los que tengo algún contacto personal, me instan a escribir más sobre cuestiones de historia, ya que dicen que les están viniendo bien las “aproximaciones” aquí plantadas a modo de repaso. Incluso las estadísticas de lectura que diariamente me hace llegar el director de Ojos de Papel indican que los temas relacionados con la historia tienen los mejores números de seguidores. En este sentido, dejo aquí un mínimo acercamiento a lo que fue en determinados aspectos el régimen de Stalin en la Unión Soviética de los años treinta y cuarenta.

La victoria de las tesis de Stalin fue el primer paso de un proceso que condujo al “estalinismo”, fundado en la cruel dictadura de Jossif Vissarionovich Yugachvili (Stalin) y en la puesta en marcha del “gran salto hacia delante” soviético. Stalin consideraba que ante la improbabilidad de una extensión de la revolución a Europa en aquel momento y el aislamiento de la URSS, era necesario proceder a una industrialización acelerada que la convirtiese en una gran potencia, asegurando su independencia y defensa, creando  al tiempo las bases necesarias para la construcción del socialismo. Para ello optó por la solución propuesta por sus antiguos opositores, marcando como objetivo prioritario el desarrollo de la industria pesada y armamentística a través de una economía de planificación estatal. El instrumento para llevar a cabo esta industrialización acelerada fueron los planes quinquenales, el primero de los cuales se puso en marcha en 1928, que fijaban ambiciosos objetivos de producción y reorganización económica para períodos de cinco años. Los planes aspiraban a multiplicar la producción industrial, dotando a la URSS de una industria de base y militar equiparable a la de las potencias capitalistas. Al tiempo se pretendía avanzar en la nacionalización de la industria, la colectivización de la agricultura y el control estatal de la economía.

Uno de los aspectos económica, social y políticamente más relevantes de este proceso fue la colectivización de la agricultura, invitando a los campesinos a integrarse en los koljoses. Sin embargo la oposición de muchos “kulaks” a la integración fue eliminada mediante expropiaciones y deportaciones masivas, al tiempo que los agricultores modestos eran presionados para integrarse en el sistema. A la altura de 1936 la colectivización era casi completa, al estar un 90% de los campesinos integrados en los koljoses, a costa de un amplio uso de la represión y del estancamiento durante los primeros años de la producción agraria tanto por la improvisación y rapidez de la colectivización como por las múltiples resistencias a la misma.

En el terreno industrial se eliminó la industria privada y se realizaron fuertes inversiones en grandes obras públicas (embalses, comunicaciones) y en industrias de base (electricidad, siderurgia, minería, armamento). También se nacionalizó el comercio y se mejoraron en gran medida los transportes. Para mejorar el rendimiento de los trabajadores se recurrió a multiplicar los programas de enseñanza técnica y a favorecer la productividad laboral mediante procedimientos competitivos y propagandísticos (estajanovismo). El resultado fue que en apenas una década la Unión Soviética se convirtió en una potencia industrial de primer orden, alcanzando el tercer puesto en la economía mundial detrás de EEUU y Alemania.



El culto a la personalidad de Stalin (vfídeo colgado en YouTube por lazarodesouzagomes)

Políticamente el estalinismo se definió por su carácter de dictadura personal fundada sobre un sistema de partido único y un extenso uso de los métodos represivos. En la teoría se mantenían toda una serie de instituciones y normas heredadas del período anterior, reformadas en 1936 al promulgarse una nueva Constitución que aseguraba la dirección del país por el PCUS, el carácter socialista de la economía y la organización federal del Estado. En la práctica el dictador controlaba todos los resortes del poder a través de un partido que también mantenía bajo estrecho control, al tiempo que se desarrollaba el culto a la personalidad de Lenin y del propio Stalin. La represión se hizo especialmente dura e indiscriminada en el período de las grandes purgas de 1935-1939, procediéndose a masivas depuraciones en el PCUS (incluyendo a numerosos dirigentes de la Revolución de Octubre como Kámenev y Zinoviev), el Ejército Rojo (que perdió muchos de sus mejores oficiales), la burocracia y el mundo cultural (Gorki). Mediante acusaciones falsas o genéricas, delaciones y torturas, así como grandes juicios en los que los acusados se autoinculpaban, millones de personas fueron detenidos, asesinados, encarcelados y deportados, y muchos de ellos fueron eliminados o murieron de penalidades sufridas en los “gulag”. El resultado fue el asentamiento de un Estado policial basado en el terror y una masiva purga del partido, que pasó de 3,5 millones de afiliados en 1933 a 1,9 millones en 1938.

La escena cultural resultó también muy afectada, al acabarse con la anterior etapa de pluralismo y dinamismo, para asegurar un control absoluto del partido sobre el arte y la cultura, imponiendo la estética del realismo socialista y las opiniones personales de Stalin. El dictador se convirtió también en intérprete único de la ideología del partido, imponiendo una versión esquemática y deformada del marxismo-leninismo. En todo caso los logros económicos de la Unión Soviética, la aspiración a una revolución socialista y el desarrollo alcanzando por la educación y la cultura populares en la URSS explican el amplio atractivo que sintieron muchos de los intelectuales y artistas europeos de la época por el comunismo y el régimen soviético.

La política exterior soviética estuvo marcada por el aislamiento hasta 1934, pasando desde entonces a un cambio de estrategia basado en la búsqueda de alianzas, especialmente ante la creciente amenaza que suponían Alemania y Japón. En 1934 la URSS ingresó en la Sociedad de Naciones y en 1935 firmó un pacto defensivo con Francia, buscando en los años siguientes forjar algún tipo de alianza defensiva con Francia y Reino Unido frente al expansionismo nazi, sin excesivo éxito. La III Internacional también dio un viraje a su política en 1935 con la doctrina de los frentes populares, que animaba a los partidos comunistas a aliarse con fuerzas socialistas, reformistas y liberales para formar frentes antifascistas. Como veremos, en vísperas de la II Guerra Mundial, ante la amenaza del belicismo alemán y las escasas garantías de los países occidentales a la URSS ante un eventual ataque de la Wehrmacht, Stalin cambió radicalmente de política, dando lugar al pacto germano-soviético de no agresión (Von Ribentrop-Molotov).

Dadas las diferencias existentes entre la etapa de Lenin y la de Stalin, así como las aún mayores entre las ideas de Marx y el estalinismo, existe un amplio debate en relación con el carácter del sistema impuesto por Stalin. Algunos autores han defendido la llamada “tesis de la continuidad”, que destaca los elementos autoritarios ya existentes en la era de Lenin (supresión de la oposición, partido único), de los cuales el estalinismo sería una prolongación o profundización. Otros historiadores defienden la “tesis de la ruptura”, considerando que el estalinismo supuso una ruptura, una desviación y una deformación de la Revolución de 1917, destacando las diferencias sustanciales con el período anterior. A la muerte de Stalin las propias autoridades soviéticas condenaron sus métodos y la mayor parte de los partidos comunistas rechazaron el estalinismo.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Thursday,12 mar 2009 20:33:28 GTM
<![CDATA[El Capri de Alberto Savinio, de Andrea de Chirico]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,902  

Juan Antonio González Fuentes

Sean sinceros conmigo. ¿Quién de ustedes no ha soñado alguna vez con dejar calentar su piel al sol que alumbra el aire, el cielo, el mar, las playas de una isla como Capri? ¿Quién no se ha soñado a sí mismo viviendo alguna historia protagonizada por pieles suaves tostadas al sol y con ese punto de sal que en las carnes jóvenes y turgentes despiertan el canibalismo más civilizado de todos?

Pues bien, con bastante de eso se topa el lector de Capri, el libro con algo de misceláneo que escribió Alberto Savinio sobre la mítica, cosmopolita y glamurosa isla de la costa italiana, y que ha visto la luz en español con posfacio de Raffale La Capria gracias a la editorial Minúscula y a su impagable colección “Paisajes narrados”, colección que ofrece textos verdaderamente maravillosos sobre lugares (ciudades, regiones, pueblos o también geografías imaginarias e inventadas...) que encuentran encarnación literaria en forma de narraciones, reportajes, diarios, cartas.

Escribe el napolitano Raffaele La Capria, en las páginas que cierran este libro, que Capri, como asunto literario, siempre le había parecido que “era un tema imposible, un tema que escritores y artistas harían bien en evitar, porque hay algo demasiado vigoroso e imponente en la naturaleza de esta isla, algo que hechiza y convierte en ridículo e inadecuado cualquier intento de captar su magia. Pero al leer estas páginas sobre Capri escritas por Savinio en 1926, felizmente halladas entre sus papeles, he tenido que cambiar de idea. ¡Qué librito embriagador ha salido de ellas! ¡Cómo resplandece de vibrante fulgor su estilo, qué variedad de luz ilumina cada línea, y cómo rivalizan con los de la isla los colores de las imágenes y de las palabras, hasta alcanzar la misma e irrepetible transparencia! Por una vez, Capri ha encontrado a un escritor a la altura de su mito”.

Alberto Savinio: Capri (Miúscula, 2008)

Alberto Savinio: Capri (Miúscula, 2008)

Pero ¿quién es Alberto Savinio, el autor de estas páginas refrescantes, hermosas, impagables sobre uno de los paraísos en la tierra? El nombre es un pseudónimo que esconde el verdadero, Andrea de Chirico, nacido en Atenas en 1891 y fallecido en Florencia en 1951. Alberto era el hermano menor del pintor Giorgio de Chirico, y pasó su infancia en Grecia, donde estudió piano en el Conservatorio de la capital. Después, y dadas sus dotes, pasó a proseguir sus estudios musicales en Munich y Berlín, llegando a estudiar contrapunto con Max Reger, aunque la llegada de la década de 1910 le descubre ya viviendo en París, donde pronto entabló estrecha amistad con Apollinaire, Picasso, Picabia, Cocteau, Max Jacob..., irrumpiendo además en el mundo de las letras como colaborador de la revista Soirées de París.

La Gran Guerra le vio como soldado voluntario en el ejército italiano junto a su hermano, llegando a combatir en el duro frente de los Balcanes. Terminado el conflicto vivió en Milán y en Roma, donde formó parte del grupo neoclásico La Ronda. En esos fructíferos años italianos Savinio fundo junto a Luigi Pirandello la compañía Teatro dell’Arte, que dirigió el Nobel italiano. En 1926 Savinio se casó y marchó a vivir a París hasta mediados de los años treinta, cuando de forma definitiva volvió a Italia. La Segunda Guerra Mundial la soportó en la capital italiana, colaborando con Il Corriere della Sera y el Corriere d’Informazione.

Alberto Savinio escribió diversas novelas, ensayos y relatos, dejando algunos textos inéditos de indiscutible valor, como este Capri que aquí dejamos recomendado. Pero además de escritor y activista cultural, Savinio fue un más que interesante y prolífico pintor, al que la Bienal de Venecia dedicó una completa retrospectiva el año de su muerte, 1951.

Una pequeña joya cuya lectura ideal quizá implicase las arenas de las playas de la isla de Capri, pero que a falta de dicha ubicación soñada, bien puede leer en cualquier playa de la hermosa costa española, e incluso, sin ser Eloísa, debajo de cualquier almendro.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Wednesday,11 mar 2009 20:55:39 GTM
<![CDATA[Dogma95, el cine que llegó del norte (Richard Kelly, Alba Editorial)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,901  

Juan Antonio González Fuentes

Hace ahora justo catorce años, en marzo de 1995, dos jóvenes directores de cine daneses (la patria del genial Dreyer, por cierto), Lars von Trier y Thomas Vinterberg, escribían y publicaban un manifiesto, casi a la antigua usanza, al estilo de los manifiestos vanguardistas de principios del siglo XX, en el que denunciaban los niveles de artificiosidad del cine contemporáneo, y la adocenada y plana estandarización de la producción, sus estructuras y conceptos.

Las líneas del manifiesto también atacaban el encajonamiento y la reiteración de los géneros cinematográficos, la tiranía de los efectos especiales, el extrañamiento de la realidad y de la verdad que se producía y se sigue produciendo en la inmensa mayoría de las cintas, y el hecho de que si una película no se parece a La guerra de las galaxias, de ninguna manera puede ser una película.

La publicación del manifiesto supuso el nacimiento público, la puesta en escena, de Dogma95, un movimiento cinematográfico de vanguardia europeo empeñado en devolver al cine su naturalidad a la hora de contar historias, historias siempre, además, extrapoladas y extrapolables a la verdad. Un cine sin banda sonora ad hoc (la vida real no la tiene), con muchos actores no profesionales, rodado con la cámara al hombro, sin ambientación estudiada, sin la utilización de luces antinaturales, etc...



Tráiler de Los idiotas, película de Lars von Trier (vídeo colgado en YouTube poe Chatonix)

A la nueva corriente de cine danesa, bastante deudora en muchas cuestiones del neorrealismo italiano de después de la segunda gran guerra, al poco tiempo se unieron otros cineastas daneses y europeos, ofreciendo a los cinéfilos de cineclub, filmoteca o salas alternativas, películas tan polémicas y tan influyentes como Celebración, Los idiotas o Mifune.

Quienes deseen profundizar en este asunto, además de visionar donde puedan el mayor número posible de las llamadas películas Dogma, y documentarse sobre cineastas como el ya célebre Lars von Trier, pueden leer en español el libro del escritor y crítico británico Richard Kelly (Newcastle-upon-Tyne, 1970) El título de este libro es Dogma95, editado en rústica por Alba editorial hace ya unos cuantos años.

Richard Kelly, colaborador de publicaciones como The Guardian, The Observer, The Independent o The Times, realizó en su día un documental sobre Dogma95, base de las 344 páginas que conforman este libro, en el que se nos ofrecen las claves esenciales para comprender el movimiento y a sus defensores, y en consecuencia, tanto la situación global del cine como industria y como medio de comunicación o expresión en los estertores del pasado siglo XX.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Tuesday,10 mar 2009 19:25:9 GTM
<![CDATA[Pistoleros y forajidos del salvaje oeste según Gregorio Doval]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,900  

Juan Antonio González Fuentes

Entre el año después del final de la Guerra Civil americana, 1866, y el año 1900, los estudiosos aseguran que en el lejano oeste estadounidense se produjeron aproximadamente 20.000 muertos por arma de fuego. Es decir, estamos hablando de casi 455 muertos al año, casi 38 muertos al mes. Pues bien, un número reducidísimo de esos muertos a balazos lo fueron en aquellos duelos cara a cara en calles desiertas y polvorientas que el cine de Hollywood, las novelas y las leyendas han logrado convertir en mito para el imaginario colectivo. Al revés, la inmensa mayoría de aquellos muertos sucumbieron a emboscadas traicioneras, a tiros por la espalda, a venganzas cuidadosamente planeadas, a enfrentamientos desiguales entre pistoleros borrachos, a engaños y demás artimañas muy poco nobles y edificantes, etc…

Y es que bastante poco se sabe en términos generales de lo que es por todos conocido como el Far West o el Salvaje Oeste. Ya ha quedado claro que el cine y la literatura se han encargado durante décadas y décadas de ofrecer una visión romántica y muy distorsionada de la auténtica realidad. Realidad protagonizada casi siempre por pistoleros pendencieros y asesinos sin escrúpulos que la leyenda ha transformado en héroes populares, en tipos envueltos en un atractivo aire de inconformismo y hábitos libertarios necesariamente al margen de la ley. Ya lo dice un veterano periodista en la película de John Ford El hombre que mató a Liberty Valance: “Esto es el Oeste, y cuando la realidad se convierte en leyenda, sólo se imprime la leyenda”.

El entretenidísimo libro que ahora leo por pura casualidad, pues lo adquirí en la librería de una gran superficie haciendo tiempo mientras Ella estaba en la peluquería, se encarga precisamente de arrojar algo de luz sobre la leyenda, es decir, procura ofrecer al lector español una aproximación fiel, verídica y bien documentada a la historia no del lejano oeste americano, sino a un aspecto muy concreto del asunto: los más famosos pistoleros, los más conocidos forajidos de leyenda.

Gregorio Doval: Salvaje Oeste. Pistoleros y forajidos (Ediciones Nowtilus, 2009)

Gregorio Doval: Salvaje Oeste. Pistoleros y forajidos (Ediciones Nowtilus, 2009)

El libro, publicado por la madrileña Nowtilus, está enmarcado dentro de la colección “Breve Historia de…”, y lleva por título Salvaje Oeste. Pistoleros y forajidos. Su autor es el periodista y guionista Gregorio Doval (Madrid, 1957), a quien debemos otros tres títulos dentro de la misma colección, todos relacionados con el Salvaje Oeste: La conquista del Oeste, Indios norteamericanos, y Cowboys.

En las más de 300 páginas de este libro, Gregorio Doval hace un ligero pero clarificador y documentado repaso a los principales hitos e iconos del salvaje oeste relacionados con todo lo que tenga que ver con pistoleros y forajidos. Desfilan por el volumen los célebres saloons, tahures, los sheriffs como domadores de ciudades sin ley, las primeras comunidades de mineros y ganaderos, duelos como el célebre del Ok Corral, las mujeres como protagonistas casi siempre en la sombra… Y por supuesto las vidas y hechos verdaderos de los más destacados protagonistas de aquellos tiempos: Wyatt Earp, Billy el Niño, Pat Garrett, Bat Masterson, Sundance Kid, Wild Bill Hickok, Butch Cassidy, Buffalo Bill, el juez Roy Bean

Yo, que soy un furibundo aficionado a los western y a todo lo relacionado con la historia y las leyendas del salvaje oeste, nunca podré agradecerle lo bastante a Gregorio Doval su esfuerzo y la escritura de estos “manuales” de lectura rápida y feliz (se incorporan además en ellos imágenes impagables). En cuanto termine este título iré a por los restantes casi con devoción y el anhelo de un adolescente.

De momento, en esta fría y lluviosa tarde de domingo santanderina, prosigo tumbado en la cama la lectura de la vida y milagros de estos pistoleros y forajidos de leyenda, teniendo mi prodigiosa réplica de un colt 45 a mano, y con el dvd de Cielo amarillo de William Wellman, con Gregory Peck, Anne Baxter y Richard Widmark, esperando su oportunidad para desenfundar primero.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Monday,9 mar 2009 21:31:16 GTM
<![CDATA[El nazismo en la Alemania de Hitler]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,899  

Juan Antonio González Fuentes

El otro régimen fascista por excelencia, además del italiano, al tiempo que el más particular por sus caracteres propios, por su extremismo y por los terroríficos resultados de su actuación, fue el de la Alemania nazi. De modo similar al caso italiano, el nazismo llegó al poder en el país germano aprovechando la crisis de la República de Weimar, la división de las demás fuerzas políticas y la condescendencia o apoyo de los sectores conservadores. La República de Weimar, proclamada en noviembre de 1918 tras la abdicación del emperador Guillermo II, pretendió en la primera posguerra la regeneración nacional y la edificación de una democracia parlamentaria. Sin embargo vivió entre dificultades permanentes hasta su definitivo hundimiento, en buena medida porque nunca contó con un consenso generalizado entre la población y estuvo permanentemente amenazada por los extremismos de derechas y de izquierda, frente a los cuales se defendió dejando de lado de los principios democráticos, poniendo, por tanto, en tela de juicio su legitimidad. La izquierda socialista hizo estallar en 1919 la revuelta espartaquista, derrotada por el propio Partido Social-Demócrata bajo el gobierno de Ebert, recurriendo a la colaboración de elementos contrarrevolucionarios y a una dura represión. Mientras la izquierda socialista pasó a integrar el Partido Comunista, la política reformista de los socialdemócratas cuajó en la Gran Coalición, establecida con los partidos del centro-derecha, que fue la base de una república democrática, federal y parlamentaria. Este régimen, superado el primer desafío, hubo de hacer frente en 1920 al intento golpista de Kapp, que perseguía imponer una dictadura militar conservadora.

En realidad eran muchos los alemanes imbuidos de ideas nacionalistas y resentidos por la derrota en la guerra mundial y las duras condiciones impuestas a Alemania por las potencias vencedoras, que achacaban a la “puñalada por la espalda” y a la naciente República. Dentro de este ambiente antidemocrático y nacionalista de la posguerra alemana estaba Adolf Hitler y su Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), que en 1923 protagonizaron un fallido intento golpista (“putsch de la cervecería” o de Munich), que acabó con el líder nazi en la cárcel. Adolf Hitler era un político de origen austriaco, con una trayectoria vital mediocre hasta el estallido de la I Guerra Mundial. Durante el conflicto luchó como voluntario en el ejército alemán, en el que permaneció hasta 1920, reforzando sus ideas antisemitas, belicistas y antidemocráticas. En Munich se unió en 1919 al ultranacionalista Partido Obrero Alemán, luego Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo, del que se convirtió al poco en dirigente o führer, imponiendo su liderazgo absoluto. Hitler se dispuso desde el primer momento a hacer del partido nazi un movimiento de masas y utilizó el nacionalismo y el antisemitismo como bases de su discurso y de su creciente popularidad. A semejanza del fascismo, la ideología nazi abogaba por un Estado nacional fuerte reconciliador de las clases sociales: la lucha de clases sería superada por medio de un “socialismo nacional”, fórmula sólo en apariencia anticapitalista que resultó atractiva a las clases medias. En todo caso, la idea motriz del nacionalsocialismo era la preservación de la pureza racial y la aniquilación de los enemigos de Alemania: los demócratas, los marxistas y los judíos, tal como expuso Hitler en su principal obra “Mein Kmapf”, escrita durante su breve estancia en prisión.



Documental de Leni Riefenstahl, Triunfo de la voluntad (1935). Parte I: Discurso de Hitler (vídeo colgado en YouTube por andersonlamarca)

Tras su salida de la cárcel gracias a una amnistía en 1924 Hitler, asistido por su lugarteniente Rudolf Hess, retomó la dirección del Partido Nazi, que convirtió en una eficiente organización jerárquica articulada por el principio del caudillaje, sumando al partido significativos apoyos militares y organizaciones paramilitares como las Secciones de Asalto forjadas por Ernest Roehm (o Röhm). Además de reorganizar el partido para transformarlo en un movimiento de masas, adoptó la táctica parlamentaria de apariencia legal, moderando sus planteamientos (en especial los socializantes y anticapitalistas, reducidos a la condena de la dominación financiera judía) y exhibiendo de forma dosificada su programa e intenciones. En este proceso, el partido ganó en cohesión tras los Congresos de Weimar (1926) y Nuremberg (1927) y se crearon las SS (Secciones de Protección del Führer). En 1928 el partido consiguió 800.000 votos, lo que le hacía aún muy minoritario, pero con una base relevante.

La marcha al poder del nazismo encontró un aliado en la crisis económica y política de la República de Weimar. Entre 1924 y 1928 la situación de Alemania había sido de estabilidad gracias a las mejoras tanto del panorama interno como exterior. La recuperación económica tuvo su correlato en la consolidación de los partidos de la Gran Coalición y en el frenazo de las tendencias políticas antirrepublicanas de izquierda y de derecha. Desde de 1929 la situación cambió radicalmente y un número creciente de alemanes se dejó seducir por la teoría nazi de la crisis como resultado de una conspiración de judíos y comunistas. Hitler consiguió atraer el voto de millones de ciudadanos prometiendo reconstruir una Alemania fuerte, crear puestos de trabajo y devolver la gloria nacional. En las elecciones de 1930, a comienzos de la crisis económica, tuvo lugar un hundimiento electoral de los partidos de la coalición y un fuerte ascenso del nazismo, que pasó de 28 a 107 escaños, así como del comunismo (77 escaños). El partido nazi continuó creciendo en los dos años siguientes aprovechando la situación creada por el aumento del desempleo, por la acentuación de la crítica situación económica y social del país, por el miedo al comunismo y por la falta de decisión de sus rivales políticos. Hitler obtuvo 13’4 millones de votos en las elecciones presidenciales de 1932 (ganadas por Hindenburg), mientras que la prohibición de las SA y las SS no logró parar sus violentas acciones callejeras contra los comunistas. Además el fracaso de la política económica deflacionaria, unida a la falta de apoyo parlamentario por la división de las fuerzas políticas que le sostenían y el crecimiento de las opciones extremistas hicieron dimitir al canciller Brüning en mayo de 1932.



Documental de Leni Riefenstahl, Triunfo de la voluntad (1935). Parte II (vídeo colgado en YouTube por andersonlamarca)

En las dos elecciones de 1932 los nazis obtuvieron respectivamente 230 y 196 escaños, convirtiéndose en una fuerza clave. En esta coyuntura el presidente Hindenburg, un veterano militar ultraconservador, prefirió nombrar canciller a Hitler al frente de una gobierno de coalición, pensando que el radicalismo nazi podría ser moderado y controlado por los sectores conservadores. De esta manera Hitler fue designado canciller en enero de 1933, nombrando un gobierno integrado por sólo dos ministros nazis (Goering y Frick) y una mayoría de ministros procedentes de partidos derechistas.

Sin embargo una vez que accedió a la dirección del país, Hitler acometió una rápida transformación de Alemania en una dictadura totalitaria gracias a una combinación de métodos legales e ilegales, de represión y apoyo popular. En febrero de 1933 utilizó el incendio del Reichstag, falsamente atribuido a un complot comunista, para suspender las garantías constitucionales. Al mes siguiente unas nuevas elecciones celebradas en medio de un amplio despliegue propagandístico y coactivo nazi convirtieron al NSDAP en la primera fuerza política. Inmediatamente, tras conseguir la mayoría parlamentaria gracias al derechista Partido Popular Nacional, se procedió a transferir el poder legislativo al ejecutivo por cuatro años (Ley de Defensa del Pueblo y del Estado). En el nuevo gobierno, más homogéneo, Hitler incorporó a Goebbels como Ministro de Propaganda, iniciándose un programa en diversos frentes (educación nacional, encuadramiento juvenil, formación de elites del nazismo) con el fin del adoctrinamiento de la población en el nazismo. Su propósito era controlar los medios de comunicación y galvanizar al pueblo alemán según sus directrices. Días más tarde, por la Ley de Reorganización de la Burocracia fueron excluidos de la administración los no arios y los no adictos al régimen. Se suspendieron las autonomías estatales, se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos, convirtiendo el NSDAP en partido único.

 

Documental de Leni Riefenstahl, Triunfo de la voluntad (1935). Parte III (vídeo colgado en YouTube por andersonlamarca)

En agosto de 1933 Hitler anunció el nacimiento del III Reich y simultáneamente el abandono de la Sociedad de Naciones. En enero de 1934 quedó autorizado a modificar la Constitución. En agosto murió el presidente Hindenburg y un Reichstag nazi nombró a Hitler presidente del Reich, lo que fue de inmediato confirmado por un plebiscito.

Al tiempo, el nazismo buscó afianzar su posición en todas las clases, sectores e instituciones, eliminando cualquier oposición. El ejército, remiso en un principio a los nazis, se puso en su práctica totalidad detrás de Hitler después de la noche de los cuchillos largos (30 de junio de 1934), cuando el dictador dispuso el fusilamiento de Roehm y de los principales jefes de las SA, así como de otros dirigentes nazis adversarios suyos. Con ello puso fin a la competencia y tirantez entre las SA y el ejército (Wehrmacht), al tiempo que acabó con toda oposición dentro del partido a su persona y a su política. El ejército, cómplice de los acontecimientos, se convirtió en uno de los puntales del totalitarismo hitleriano. Las autoridades nazis tomaron asimismo el control de la economía, de los medios de comunicación y de todas las actividades culturales, haciendo depender los puestos de trabajo de la lealtad a su ideología: una ley transfirió al partido nazi el control de la burocracia y el sistema judicial y reemplazó los sindicatos por un Frente del Trabajo. Los resortes del control político quedaron completados con la creación en abril de 1933 de la Gestapo, la policía secreta del Estado. Fue ésta la principal agencia del nazismo en el desarrollo de las detenciones en campos de concentración para intimidar a sus oponentes, donde al principio fueron a parar sobre todo comunistas y opositores de izquierda, luego para todo tipo de opositores, judíos, gitanos y homosexuales.



Documental de Leni Riefenstahl, Triunfo de la voluntad (1935). Parte IV (vídeo colgado en YouTube por andersonlamarca)

La política antisemita se desarrolló en principio de manera progresiva, a través de sucesivas leyes depurando el funcionariado, retirando a los judíos la ciudadanía, prohibiéndoles el ejercicio de profesiones y con medidas de presión. Desde 1938 las medidas antisemitas se dispararon, siendo la Noche de los Cristales Rotos de noviembre de ese año el pistoletazo de salida de la persecución sistemática de los judíos, traducida legalmente en la Ley de Exclusión de la Vida Alemana (prohibición actividades económicas, venta de todas sus propiedades, expulsión escuelas, etc.). El objetivo de los nazis era convertir Alemania en una Comunidad Nacional vertebrada según el principio racial, cuya cohesión implicaba la supresión de cualquier amenaza interna de degeneración, considerando a los judíos como enemigos del Estado y la raza aria.

Al tiempo, la definitiva consolidación de la dictadura nazi vino del lado de la economía. El éxito económico nazi en el aumento de la producción y en la práctica desaparición del paro, que era de casi 6 millones en 1933, hizo olvidar al pueblo alemán los sacrificios impuestos por la política de autarquía y rearme. Los nazis estimularon la iniciativa privada, favorecieron la concentración, controlaron las relaciones laborales y combatieron el desempleo, a través de una política de grandes obras públicas y de rearme intensivo. Sin embargo Alemania carecía de recursos suficientes para hacer viable su proyecto económico autárquico, por lo que desde 1936 se buscó como solución la conquista del denominado “espacio vital”, dando lugar a una política de expansión territorial que desembocaría en la II Guerra Mundial.



Documental de Leni Riefenstahl, Triunfo de la voluntad (1935). Parte V (vídeo colgado en YouTube por andersonlamarca)


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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Thursday,5 mar 2009 16:44:16 GTM
<![CDATA[Álvaro Pombo y el perro “cántabro” de Barack Obama]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,898  

Juan Antonio González Fuentes

Estos días estoy preparando junto a mi amigo Dámaso López García, decano de Filología de la Universidad Complutense madrileña, un próximo curso veraniego sobre el escritor Álvaro Pombo en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en su sede de Santander, y que llevará por título “Álvaro Pombo, estilo y sustancia” (por cierto, en breve podrán matricularse si les place).

El curso está pensado para desarrollarse durante una semana del mes de agosto con al presencia del novelista y poeta, y en él los ponentes previstos hablarán de muy diversos aspectos relativos a la literatura pombiana: sus poéticas, la recepción crítica de su obra, su lugar en la narración española contemporánea, y su relación con las corrientes de la postmodernidad, por poner unos cuantos ejemplos.

Buscando documentación sobre el escritor santanderino en internet para construir diversos aspectos del curso, he tropezado con su blog, titulado al menos de momento The First Dog, dedicado íntegramente a plasmar sus reflexiones sobre el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama. Desconocía por completo que Pombo alimentara un blog, y menos que lo dedicase íntegramente al actual y fascinante habitante de la Casa Blanca. Respecto a su blog el propio Pombo escribe, resumen de sus intenciones: en el blog se encuentran las “Reflexiones de Álvaro Pombo acerca del nuevo héroe americano y mundial y su fascinante familia negra. Este blog no será político en el sentido convencional sino que entra de lleno en lo que se llamaba hace años las ‘políticas de la experiencia’, donde caben los héroes y los antihéroes. ¿Quedará Barack Obama al cabo de ocho años como un héroe? Ahora sólo es ‘The First Dog’”.



La lectura de las diversas entradas ha colmado muchas de mis expectativas. No sólo he encontrado sugestivo material para la reflexión y puntos de vista heterodoxos, afilados y agudos, cargados de estilo y sustancia, es que además me he divertido, me he entretenido mucho. Además de incidir en aspectos tales como los cambios en la política exterior USA, los posibles primeros errores del nuevo presidente, la relación de Obama con la religión..., Pombo ha dejado alguna entrada antológica aunque con bastante de “chiste” privado, de argot comprensible en toda su integridad, quizá, sólo por santanderinos. Me refiero a sus palabras acerca del perro que los Obama al parecer han elegido para que, como es ya tradición en los inquilinos de la Casa Blanca, les acompañe a lo largo del mandato. Una de las hijas del presidente tiene según me he informado de algún problema de salud relacionado con la alergia, por lo que el perro (añorado y deseado con ahínco por las dos hijas del matrimonio Obama) debía ser de una raza especial, trascendiendo a todo el mundo que el elegido es un chucho de aguas portugués, a lo que Pombo apostilla cargado de razones y con una pizca de cachondeo lo que sigue:

“Parece ser que los Obama han decidido ya que el perro será un perro de aguas portugués (la foto que acompaña esta entrada no es con toda seguridad la del perro de Obama). Como santanderino nacido en Puerto Chico tengo que protestar enérgicamente por esta caracterización “portuguesa” del perro de aguas de Santander de toda la vida. Los pescadores de Puerto Chico en sus parejas llevaban siempre un perro de aguas o de lanas que eran, efectivamente, espléndidos nadadores y buceadores. Mi amiga Coqui Pérez Tordesillas tuvo hace unos cuantos años la idea de registrar en el Kennel Club de Londres al perro de aguas santanderino como una raza autóctona. He sentido pues una punzada de justa indignación al ver que los Obama consideran a este perro tan montañés, tan norteño, portugués y no cántabro. Dicho sea esto de buen humor y en alabanza de la excelente selección de perro. El perro de aguas es un perro alegre y deportivo. Y muy inteligente. ¡Pero les gusta de verdad el agua, así que el presidente tendrá que darse más de un remojón con su perro y sus hijas en sus días libres!”.

Impagable.

*Nota: la foto del can es la misma que utiliza Pombo en su blog, y es la imagen de un perro que no se corresponde con el de la realidad.


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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Wednesday,4 mar 2009 21:11:17 GTM
<![CDATA[Aproximación al fascismo en Italia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,897
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El origen del fascismo como denominación, como movimiento político y como régimen estuvo en Italia. En este país el nacionalismo radical, alimentado por el afán de aquella potencia emergente de incorporarse al club de las grandes potencias, había surgido antes de la I Guerra Mundial, pero se mantuvo como un movimiento más testimonial que voluminoso. En todo caso el nacionalismo impregnó entonces a gran parte de la clase política, tanto entre los sectores conservadores como en otros más a la izquierda (caso de Mussolini). Ese nacionalismo y la crítica al liberalismo se exacerbaron tras la guerra, tanto por la propia experiencia bélica como por el descontento italiano con los Tratados de Paz de 1919, extendiéndose la sensación de una “victoria mutilada”. Esta extensión del nacionalismo se puso de manifiesto con la ocupación de Fiume por las brigadas de jóvenes excombatientes ultranacionalistas (arditti) de D’Annunzio en 1919. Además del descontento por los Tratados de Paz, tres hechos vinieron a alimentar al fascismo en la inmediata posguerra: la grave crisis inflacionista de 1920-1921, la agitación social del “bienio rosso” (ocupación de fábricas por los obreros, animados por la fuerza creciente del obrerismo y por la revolución rusa) y la inestabilidad política (la sucesión de crisis ministeriales desacreditó al régimen liberal, que desde 1919 había implantado el sufragio universal masculino). Igualmente resultó fundamental para el ascenso del fascismo que los partidos políticos italianos (fuerzas liberales, Partido Socialista y Partido Popular), preocupados por sus disputas internas y por la lucha por el poder, no calibrasen bien el peligro del naciente movimiento.

Sin duda, la crisis social y la crisis política fueron el caldo de cultivo del fascismo, aglutinado en estos años de la crisis postbélica en torno a su carismático líder Benito Mussolini. Este antiguo socialista fundó en 1919 en Milán los fascios de combate (“fasci di combattimento”) con excombatientes, antiguos socialistas y sindicalistas cuyo denominador común era el extremismo y la violencia. Expuso entonces su rechazo a los partidos, su intención de derrocar el sistema liberal y su defensa de un nacionalismo extremo y reivindicativo, dentro de lo que llamó “socialismo revolucionario”.

Un momento de la marcha sobre Roma (foto wikipedia)

Un momento de la marcha sobre Roma (foto wikipedia)

Las ocupaciones de fábricas acometidas en 1919 dentro del despliegue del obrerismo marxista sirvieron de acicate para la extensión del fascismo, que aún tenía un apoyo minoritario (36 de los 520 escaños en 1921). Fue la agudización de la situación crítica del país y la debilidad de los gobiernos la base sobre la que tuvo lugar la expansión y ascensión al poder del fascismo, que apareció a los ojos de muchos italianos de grupos sociales diversos como la única fuerza capaz de frenar la revolución socialista. Los débiles gobiernos liberales cometieron el error de legalizar las acciones violentas de los fascios contra los socialistas, lo que envalentonó a los fascistas, cada vez más apoyados por el ejército, la policía y la burguesía. Consciente de la oportunidad que la situación le ofrecía, el fascismo organizó y llevó a cabo la famosa Marcha sobre Roma en octubre de 1922, que obtuvo éxito al optar el rey Víctor Manuel II por encargar a Mussolini la formación del gobierno.

A partir de entonces, Mussolini desplegó una estrategia exitosa para pasar del régimen liberal a la dictadura fascista. Entre 1922 y 1926 el fascismo se dedicó por todos los medios a extender sus organizaciones y a desmantelar a la oposición, con la complicidad del rey y los sectores conservadores. Dos hechos vinieron a poner a las instituciones del Estado liberal en manos de Mussolini en 1924: la ley electoral y las posteriores elecciones en medio de un ambiente coactivo, lo que le permitió conseguir la mayoría absoluta, y el abandono del parlamento de la práctica totalidad de los diputados de la oposición en protesta contra la violencia fascista, que alcanzó su punto álgido con el asesinato del dirigente socialista Mateotti por una banda fascista.

Fue así como, sin apenas obstáculos, dio comienzo la institucionalización del Estado totalitario entre 1926 y 1936. A partir de 1926 fue eliminada la oposición y suprimidas las libertades constitucionales, estableciéndose un Estado dictatorial corporativo. Se ampliaron los poderes legislativos del Duce, convertido en dictador y asistido por el Gran Consejo Fascista, órgano legislativo y constitucional. Además procedió a asegurar su poder sobre el Partido Nacional Fascista, convertido en partido único. En 1927 se aprobó la Carta del Trabajo, instaurando el sistema corporativo, que pretendía integrar a las diferentes clases sociales mediante un esquema jerárquico de corporaciones nacionales, formadas por los representantes de las empresas y de los sindicatos fascistas con el fin de organizar la economía y las relaciones laborales bajo la intervención autoritaria del Estado, asegurando el control de la clase obrera. Se impulsó la fascistización de las instituciones (identificación Estado/Partido Nacional Fascista), la economía (sistema corporativo) y la sociedad, en este caso a través del sistema educativo y de la creación de organizaciones fascistas dirigidas a encuadrar tanto a la juventud como a las mujeres y los trabajadores.


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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Justo Serna: Héroes alfabéticos. Por qué hay que leer novelas (PUV, 2008)

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Tuesday,3 mar 2009 20:37:36 GTM
<![CDATA[Rasgos genéricos del fascismo. ¿Eres un facha?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,896
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Con inusitada frecuencia se utiliza en nuestra sociedad el calificativo descalificativo fascista o facha. En cuanto alguien expresa una opinión que no puede ser situada en el vademécum de “lo políticamente correcto”, se le regala gratuitamente con la palabra facha, fascista. Y no me refiero ya a opiniones de índole política o de partido; no, basta, por ejemplo, con decir que te encanta determinado novelista, o que no te gusta otro, que te fascinan los western o que John Wayne te parece un magnífico actor, para escuchar con asumido desprecio el apelativo, o para que incluso entre amigos o conocidos, alguien te diga con una sonrisa condescendiente asomando en su boca eso de “si es que eres un facha”.

Y sin embargo, estoy completamente convencido de que la inmensa mayoría de quienes descalifican con el calificativo no tienen ni la más remota idea de qué demonios significaba y significa ser un fascista, un fascista de verdad, claro, no alguien al que le guste ver cabalgar a Clint Eastwood en la pantalla grande.

¿Cuáles son las principales características del fascismo genérico e histórico? Bueno, con un lenguaje sencillo y creo que muy asequible aquí dejo subrayadas algunas, con la secreta esperanza de que cuando se use la palabra se sepa, más o menos, qué demonios se está diciendo.

Uno de los efectos más notables de la crisis de la democracia liberal en el período de entreguerras fue el auge de las ideologías autoritarias y del fascismo, que dio lugar al establecimiento sistemático de regímenes dictatoriales en la mayor parte del sur, centro y este de Europa. Portugal, España, Italia, Grecia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Polonia, Austria y Alemania conocieron diversas modalidades de dictaduras, mientras que se multiplicaron los movimientos y partidos de ideología nacionalista autoritaria o fascista, tanto en los países citados como en otros de Europa Occidental. En ocasiones todos estos regímenes y movimientos han sido considerados como expresión del fascismo en distintas variantes, si bien es más frecuente distinguir entre los regímenes autoritarios de tipo tradicional y los propiamente fascistas. Los primeros eran por lo general dictaduras militares conservadoras implantadas en países más atrasados y apoyadas por la oligarquía tradicional y el ejército, que frecuentemente adoptaron algunos préstamos fascistas. Como sistemas fascistas por excelencia, definidores del paradigma o modelo del fascismo, estarían la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini. Otros regímenes se hallarían en posiciones intermedias entre ambos modelos, por ejemplo se ha hablado de un “fascismo católico” para englobar a la dictadura de Dollfuss en Austria, la de Franco en España y la de Salazar en Portugal.

Benito Amilcare Andrea Mussolini (1883-1945) en 1923 (foto wikipedia)

Benito Amilcare Andrea Mussolini (1883-1945) en 1923 (foto wikipedia)

Pese a las diferentes interpretaciones en torno al fascismo y a los rasgos propios de las distintas variedades nacionales del fascismo, existen un conjunto de características del fascismo genérico:

- En primer lugar se definen por las “negaciones fascistas”: la oposición radical al liberalismo, la democracia, el marxismo y el movimiento obrero, así como una oposición al conservadurismo tradicional que fue muchas veces compatible con una alianza con los sectores conservadores.

- La exaltación del Estado y de la Nación como factores de cohesión social. Frente a la disgregación y la división social que atribuyen a los partidos políticos, la democracia liberal y la lucha de clases, defienden la unidad nacional en torno a un Estado totalitario. Este Estado debía estar por encima del individuo, sometido a los intereses superiores de la nación. A ello se añadía la sustentación del Estado en principios étnicos y racistas, en particular en el caso nazi.

- Unido a lo anterior iba un nacionalismo radical que se traducía en las aspiraciones de expansionismo territorial y en el militarismo. En el caso nazi, se trataba de una nueva expresión del pangermanismo, de la realización de la Gran Alemania, integradora de todos los poseedores de la lengua, la cultura y la raza alemanas con independencia de las fronteras políticas establecidas. En el caso italiano, la agresividad nacionalista se apoyó en el irredentismo y en el deseo de rememorar la grandeza del pasado imperial de Roma.

Adolf Hitler (1889-1945) en 1938 (foto wikipedia)

Adolf Hitler (1889-1945) en 1938 (foto wikipedia)

- Mantenían una visión orgánica y elitista de la sociedad, que les llevaba a defender un orden jerárquico para la sociedad y el Estado. Esto iba unido a la exaltación del liderazgo personal de un caudillo dotado de un poder carismático y capaz de condensar por sí solo la voluntad nacional y dirigirla en beneficio de la comunidad.

- Aspiraban a un nuevo tipo de organización económico-social, escasamente especificada y con importantes diferencias entre los distintos movimientos fascistas y en el seno de los mismos. Como expresión de su vocación “revolucionaria” y a la vez anticomunista, el fascismo contrapuso al socialismo internacionalista un socialismo nacional, con un programa de corte aparentemente anticapitalista definido por la defensa del nacionalismo económico y la autarquía, combinando la intervención estatal en la economía con la propiedad privada. Por lo general defendían un sistema corporativo que integrara los distintos grupos y clases sociales bajo una dirección autoritaria, acabando con el movimiento obrero y la lucha de clases.

- Su ideología se basaba en principios irracionalistas, idealistas y vitalistas, exaltando la juventud, la voluntad, la acción y la violencia. Por ello su estilo político se definía por la importancia concedida a la propaganda, la escenografía y la simbología, a la movilización de masas y a la militarización de la política.

Precisamente los fascismos destacaron por su capacidad para movilizar a las masas utilizando la propaganda y apelando a mitos nacionales como la raza o el sentimiento nacional. En este sentido, el partido único y las organizaciones paramilitares fueron instrumentos esenciales para el reclutamiento de efectivos, para la toma y para la conservación del poder. Los fascismos reclutaron seguidores de grupos sociales muy heterogéneos. Los grupos desarraigados o desclasados por la guerra, particularmente los excombatientes, formaron el núcleo de las primeras formaciones paramilitares. También jóvenes nacionalistas atraídos por su discurso vitalista y contrarios al “conformismo” del orden burgués liberal; parados y obreros igualmente frustrados por el sistema liberal y atraídos por sus promesas sociales; o extensos sectores de las clases medias amenazados por la crisis económica y el temor a la proletarización y el socialismo. Obtuvieron el apoyo de sectores del gran capital y de muchos terratenientes, que optaron por financiar a estos movimientos con el fin de contrarrestar la agitación social promovida por las organizaciones de izquierda.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Monday,2 mar 2009 12:20:25 GTM
<![CDATA[Los “gallos” de Plácido Domingo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,895
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Ayer, a media tarde, tuve reunión del consejo científico de la revista del Museo de Bellas Artes de Santander, Trasdós. Como tenía algo de tiempo, me acerqué hasta la más cercana sede de la más grande y mejor surtida librería de la ciudad. Hacía meses que no recorría las estanterías de ese comercio, pues hace ya años que cambié de librería de cabecera por estrictos motivos personales, pero he de reconocer que el establecimiento es espectacular y está magníficamente surtido, sobre todo si tenemos en cuenta la modestia de las proporciones de la ciudad.

Recorrí maravillado las largas filas de estanterías atestadas de libros, los distintos espacios en los que está dividido el comercio, sus diferentes pisos, y como un niño goloso al que se le deja deambular a su aire por una gran pastelería, sentí la necesidad imperiosa de hacerme con algún ejemplar de los allí expuestos. Paseé por la sección de pensamiento, por la de poesía, por la de memorias y autobiografías, por la inmensa de libros de bolsillo, por la de clásicos, por la de cine y artes visuales, por la de música… Y en esta última, en las pobladas baldas atestadas de mamotretos sobre la historia de la ópera, me topé con un ejemplar un poco maltratado de un libro que en su día, hace casi una década, no pude adquirir por lo que entonces me pareció un elevado precio.

Helena Matheopoulos: Plácido Domingo, mis personajes, mi vida (Ma Non Troppo, Barcelona, 2001)

Helena Matheopoulos: Plácido Domingo, mis personajes, mi vida (Ma Non Troppo, Barcelona, 2001)

Se trataba del libro de Helena Matheopoulos, Plácido Domingo, mis personajes, mi vida (Ma Non Troppo, Barcelona, 2001), un acercamiento muy particular a la vida y la obra del gran tenor madrileño, pues es él quien cuenta, reflexionando sobre muchos de los personajes por él interpretados a lo largo de su extensa y prodigiosa carrera, sus recuerdos de todo tipo, las condiciones de su canto, sus características tenoriles, sus relaciones con teatros y compañeros, etc…

El libro no sólo me pareció interesante para un aficionado a la ópera y un devoto como yo de Plácido Domingo, es que además estaba a muy bien de precio, sobre todo teniendo en cuenta además que se trataba de una edición con tapas duras, muchas fotografías, sobre cubierta en color… Lo adquirí y marché a la reunión revisteril contento como un niño con zapatos nuevos, y deseando llegar a casa para empezar su lectura.

Hasta más allá de las dos de la madrugada estuve leyendo los recuerdos y opiniones de Plácido Domingo al socaire de su análisis de personajes como Alfredo (Traviata), Danilo (La viuda alegre), Don José (Carmen), Edgardo (Lucia di Lammermoor), y otros de sus principales papeles en escena. Las páginas de Matheopoulos tienen bastante de entregada (casi arrobada) hagiografía, pero lo que no tiene discusión posible es que las opiniones transcritas de Plácido no sólo entrañan un enorme interés, es que constituyen en sí mismas una sensata, sincera y ponderada lección de ópera de primera, primerísima mano.



Dueto de Plácido Domingo y Hei-Kyung Hong del Fausto de Chrales Gounod (vídeo colgado en YouTUbe por wansob)

Como muestra un botón. Se trata de lo que cuenta el gran tenor sobre Fausto, su primer papel del repertorio francés. Cuenta el tenor madrileño:

Faust no sólo fue mi primer papel francés, sino el primero que canté en Tel Aviv (marzo de 1963), con Marta (su actual mujer) en el papel de Margarita. Pobre Marta, hay que ve todo lo que tuvo que soportar. ¡Un calvario! La voz se me quebraba sin cesar. No sólo en el do agudo del final de ‘Salut demeure’ sino también en el sí de la Kermesse ‘Je t’aime, je t’aime, je t’aime’ y de pronto ¡bang! me salió un enorme gallo. Ella ya estaba nerviosa por su propia aria, pero antes vino la mía ‘Salut demeure’. ¡Otro más!

Estaba tan abatido, tan descorazonado que a la avanzada edad de veintidós años, tomé la decisión irrevocable de abandonar la carrera, porque no me creía capaz de cantar. Imagina que, cuando las críticas salieron, dos días después de la actuación, el crítico del periódico más importante de la ciudad, que siempre censuraba y se regocijaba en buscar defectos, escribió que había cantado el papel con una bella línea, un sonido precioso desde el principio hasta el final. Proseguía diciendo que yo era una promesa como tenor, y que tenía por delante una prometedora carrera de estrella. Para mi gran sorpresa, no decía ni una sola palabra de los gallos. Me pareció milagroso. Lo vi como una señal del cielo, diciéndome que debía continuar mi carrera de cantante. Fue un aliciente para que continuara trabajando para llegar a dominar mejor mi técnica. ¿De haber tenido malas críticas hubiera abandonado mi carrera? ¡No! Esas cosas deprimen por un día o dos, pero luego pasan. Debo admitir que nunca, nunca, en toda mi carrera, volví a pasar un momento tan embarazoso. En los años siguientes, hasta fines de los años sesenta, tuve algún que otro problema similar. De hecho, todos los tenores los tienen, de vez en cuando. Pero aquellos gallos nunca fueron tan evidentes, ni tan obvios, ni tan espontáneos, como los de Faust. De ahí en adelante me volví más cuidadoso. Pero aquella primera noche no estaba preparado para esas complicaciones, que aparecieron de repente. Me sentí como quien camina sobre una cuerda floja sin una red debajo. Fue después de Faust cuando comencé a trabajar con seriedad mi técnica vocal”.

Creo que estos breves párrafos dan una idea no sólo del interés verdadero del libro, sino también del valor del personaje Plácido Domingo, de su sinceridad artística, y subrayan dos cuestiones importantes: el ánimo que todo joven artista debe tener en sus comienzos, por muy mal que se den en un principio las cosas, y el tipo de críticos o juzgadores de esfuerzos ajenos con los que un artista puede toparse, para bien o para mal, a lo largo de su carrera. Les dejo, voy a seguir un rato leyendo.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Friday,27 feb 2009 21:25:50 GTM
<![CDATA[Emilio Gutiérrez en Lazkao, otra ciudad del País Vasco sin ley]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,894
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Tenía que pasar, y ha pasado. Es más, no me resisto a expresar mi extrañeza por la tardanza histórica del suceso. Sí, me refiero a la reacción de Emilio Gutiérrez, el joven vasco de la localidad guipuzcoana de Lazkao al que los terroristas etarras han destrozado con una bomba su hogar, la casa que tanto esfuerzo y trabajo le había costado levantar para vivir en ella junto a su novia, para habitar en ella el futuro inmediato.

El “terrible delito” cometido por el joven Emilio Gutiérrez ha sido tener un piso muy cerca de una casa del pueblo de los socialistas vascos, y claro, vivir en un pueblo del País Vasco en dichas circunstancias. Emilio había acondicionado de la mejor manera posible el piso ayudado por su padre, un viejo socialista vasco, un ex concejal del Partido Socialista al que por serlo ya llevaban tiempo haciéndole la vida imposible, tanto que, al parecer, ya forma parte del numeroso y callado exilio de vascos a los que literalmente se les ha expulsado de su tierra por defender ideas políticas no nacionalistas.

Los etarras reventaron con una bomba la casa del pueblo de Lazkao, y víctima colateral fue Emilio Gutiérrez, cuyo piso fue destrozado por la onda expansiva, quedando con numerosos desperfectos. Años de trabajo, de ilusión, de esfuerzo, de intentar llevar la vida normal de un ciudadano normal europeo, español, vasco..., se fueron en un solo instante, sin comerlo ni beberlo, al garete. Emilio Gutiérrez, probablemente, sólo quería seguir trabajando en la fábrica, vivir en paz con su novia, aprovechar el tiempo libre para dar paseos con su moto y sus amigos, tener hijos, vivir, insisto, como un hombre normal, haciendo uso de sus derechos constitucionales y cumpliendo con sus deberes. Pero no le han dejado. La violencia asesina, dictatorial, intolerante y cobarde de ETA y sus secuaces, de ETA y sus voceros aberchales y peneuvistas, desbarató sus sueños de normalidad, de ciudadanía tranquila y trabajadora.

Y ante la visión de su trabajo y su esfuerzo destrozados gratuitamente por la intolerancia demagógica e inquisitorial de ETA y sus sostenedores, Emilio Gutiérrez quedó desconsolado. Un desconsuelo que se transformó en justa furia cuando los voceros de los asesinos, sus mamporreros subvencionados y consentidos, encima se sonreían irónicos y complacidos contemplando en la calle los resultados del atentado, la destrucción gratuita del trabajo, las ilusiones, las expectativas y derechos de Emilio.



Emilio Gutiérrez la emprende a mazazos a cara descubierta contra la Herriko Taberna de Lazkao tras un atentado de ETA que destrozó su vivienda recien comprada (vídeo colgado en YouTube por kkolombo)

Y entonces llegó lo inevitable. Llegó lo que es raro que no se hubiera producido antes, más veces, en más sitios. El ciudadano atropellado, desvalido, indefenso, burlado, recurre a la “ultima ratio” romana, recurre él mismo al uso de la violencia para imponer o restaurar una justicia que brilla por su ausencia. En una secuencia que hemos visto decenas de veces en decenas de ciudades sin ley del Lejano Oeste, el joven Emilio se tomó la justicia por su mano, se vengó. Y como si la guipuzcoana Lazkao fuera Dogde City, ciudad sin ley, exactamente igual, en legítima defensa ante los abusos chulescos de los matones del pueblo que tienen comprado al sheriff, Emilio cogió una maza y cargado de indignación, de hombría burlada, de sentido de ciudadanía mancillada, en busca de la justicia bíblica del ojo por ojo, se llegó a la sede social de los terroristas y sus secuaces y la emprendió a golpes con el mobiliario, destrozándolo.

El gesto, aferrado a las letras de la legalidad, es inadmisible. El gesto, en un lugar tomado por los fuera de la ley que imponen su ley con violencia, es el más lógico, es el gesto de la coherencia, de la coherencia valiente, de la coherencia del que clama por la justicia, por la dignidad, por el derecho a la autodefensa en una sociedad en la que el poder mira hacia otro lado y calla ante los agresores, ante los pistoleros a los que incluso subvenciona con dinero de los impuesto de todos los vascos, de todos los españoles. Emilio Gutiérrez no pudo soportar más la humillación y se enfrentó a los bandoleros en el OK Corral Lazkao.

El gesto, sin duda criticable con la ley en la mano y el sentido común en la cabeza, es el del héroe anónimo que decide no soportar ni un segundo más la ignominia y estalla en justa cólera. El gesto, lo sé, ha recibido aplausos quizá entendibles pero irresponsables. Hoy, horas después de los acontecimientos, los pasquines de Se Busca que al parecer empapelan las calles de Lazkao no llevan los rostros viles de los asesinos y sus alentadores. No, llevan el rostro de Emilio Gutiérrez. Quién ha tenido que salir huyendo de Lazkao/Dodge City no ha sido quien puso la bomba o rió sus resultados. No, quien ha tenido que huir hacia horizontes más limpios y despejados ha sido Emilio Gutiérrez. Y lo que es peor, los sheriff de Lazkao, los políticos que gobiernan aquel territorio salvaje y sin ley, quienes allí personifican la justicia y los derechos, no han acudido pronto a avalar a Emilio en la medida de lo posible y lo justo, sino que lo han señalado, y alientan que sobre él caiga “todo el peso de la justicia”, la misma justicia que probablemente será implacable para Emilio Gutiérrez, donde fue comprensiva y tolerante con tipejos como De Juana Chaos.

Y en este caso seguro que no habrá un Séptimo de Caballería que llegue cargando al rescate, ni un Gary Cooper decidido a enfrentarse a los pistoleros el solo ante el peligro, ni un más desquiciado Clint Eastwood decidido a hacer que los cuatreros y asesinos ponga, al menos, pies en polvorosa. No, el País Vasco es desde hace tiempo un territorio sin ley, un territorio, mejor dicho, en el que la ley, como en el Lejano Oeste, la impone el más rápido, el más salvaje, el menos civilizado. Y la única solución, lo enseña la historia, es acabar imponiendo la ley del estado de derecho por la fuerza, aunque sea la fuerza digna e indignada de los miles de ciudadanos como Emilio Gutiérrez que a buen seguro pueblan ese territorio sin ley que hoy es, desde hace décadas, el País Vasco.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Thursday,26 feb 2009 20:56:14 GTM
<![CDATA[Payaso de agosto, últimos poemas de Günter Grass]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,893
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En estas mismas páginas ya comenté en su día el caso. En el verano del año 2006, el premio Nobel de literatura alemán Günter Grass (Danzing, 1927), sufría continuos ataques en la prensa de medio mundo por una confesión realizada en su autobiografía Pelando cebolla. En las páginas de ese libro, Grass confesaba haber pertenecido durante un breve periodo de tiempo, en los momentos finales de la Segunda Guerra Mundial, a la Waffe SS hitleriana. El escándalo mundial fue mayúsculo, algunos amigos le dieron la espalda, y la consecuencia más evidente en lo personal para el escritor es que sucumbió a una severa depresión.

Como refugio y terapia, si es que este último término puede usarse en este contexto, Günter Grass comenzó a escribir poesía y a ilustrar algunos de los poemas con sus propios dibujos. El resultado final fue un libro de poemas que funciona como un autorretrato construido gracias a versos melancólicos. El título del libro es harto elocuente: Payaso de agosto (Dummer August), y constituye la crónica en verso de una de las experiencias vitales e intelectuales más duras vividas por el escritor en su vejez. Algo así como La balada de la cárcel de Reading de Oscar Wilde, salvando, por supuesto, las evidentes diferencias.

Cubierta de la versión alemana,  Dummer August de Günter Grass

Cubierta de la versión alemana: Dummer August de Günter Grass

El libro aparece ahora en español con prólogo y traducción del que quizá sea el mejor traductor del alemán de las últimas décadas, Miguel Sáenz, especialista consumado en la obra del austriaco Thomas Bernhard. Y lo hace en la colección Bartleby Poesía (14 euros), en la que ya se publicó hace tres años la antología poética de Günter Grass Lírico botín, una selección personal de ciento cuarenta poemas elegidos entre todos los suyos escritos a lo largo del último medio siglo, y acompañada por cien dibujos del Nobel alemán y Príncipe de Asturias de las Letras.

Todo un acontecimiento literario de primer nivel.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Wednesday,25 feb 2009 20:49:42 GTM
<![CDATA[Autobiografía de Gerardo Diego, o Gerardo según Gerardo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,892
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Llego a casa y me aguarda en el buzón una gratísima sorpresa. Se trata del nº 5 de la colección Cuaderno Adrede que edita la Fundación Gerardo Diego bajo la dirección de Elena Diego y de la poeta Pureza Canelo. El nuevo cuaderno se titula Autobiografía, y en efecto, se trata de una autobiografía, la de Gerardo Diego.

Ofrece esta edición en sus páginas la minuciosa transcripción de una larga entrevista que en 1967 mantuvo el poeta, en su domicilio madrileño de la calle Covarrubias 9, con el escritor Mariano Gómez-Santos en su domicilio; y ofrece también, y aquí se descubre el tesoro magnífico a atesorar con furor (valga la redundancia), un disco cd con dicha conversación, es decir, con la voz del poeta en tertulia relajada y amistosa.

Aquí quizá conviene hacer un pequeño inciso para encajar una matización, y es que hablar de “conversación” no es lo más ajustado al caso, pues la participación de Gómez-Santos en estos documentos se resume en apenas unas escuetas preguntas, algunos monosílabos y poco más, amén, eso sí, de la pulcra edición del trabajo y del prólogo. Es decir, estamos ante y con Gerardo Diego, ni más ni menos.

Gerardo Diego

Gerardo Diego

Gerardo el poeta, el profesor, el contertulio, relata con interés despierto y rápido su propia vida en un recorrido espontáneo y enérgico que, a fuerza de ser sincero, me ha sorprendido, pues esperaba más languideces y desmayos. No, con energía, humor y casi entusiasmo, Gerardo el poeta nos revela al ciudadano Gerardo, un ciudadano con mucha vida vivida y mucha memoria memoriosa.

De la boca de Gerardo, con voz cantarina y casi, casi juvenil de madurez de buena cosecha, viajamos al Santander de la infancia del poeta (al Santander cercano a Pereda y a don Marcelino), y también a sus años universitarios, a sus primeras amistades literarias (Juan Larrea, por ejemplo), a sus encuentros boquiabiertos y atentos con las corrientes estéticas nuevas (la música de Stravinski, el creacionismo de Huidobro), a sus maestros en el cincelado de versos (Juan Ramón, el “salmantino” Unamuno, don Antonio Machado)..., y a su desembocadura creativa, como afluente de aguas ricas y diversas, en el gran océano poético y artístico del 27.

Estamos, pues, ante un documento único y valiosísimo para la historia de la cultura y la poesía española del siglo XX. Un documento que, además de llegarnos envuelto en las austeras y hermosas formas que sólo le sabe dar la imprenta Bedia a las páginas de un libro; además de ofrecer la posibilidad cuasi sagrada y cuasi inaudita de sentarnos durante un instante junto a Gerardo y a Gómez-Santos para escuchar sus voces directas a través de un viaje en el tiempo de más de cuatro décadas; además de darnos la oportunidad de leer en letras de molde la trascripción de la autobiografía de Gerardo hecha música en su voz de músico verdadero; además, quiero insistir en ello, este nuevo esfuerzo de la Fundación Gerardo Diego sirve, ante todo, sobre todo, para dar testimonio de primera mano (de primera voz) de muchos de los acontecimientos más sobresalientes de la poesía y la cultura española de toda la primera mitad del pasado siglo.

La Autobiografía de Gerardo, es decir, Gerardo según Gerardo, se convierte así en una suma imparable de acontecimientos: su edición es un acontecimiento de primera magnitud para nuestra cultura, un acontecimiento que da buena fe de acontecimientos literarios claves a su vez en el entramado poético y literario español del siglo XX. Suma y sigue, Gerardo según Gerardo, bienvenida siempre la memoria y la voz del poeta.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Tuesday,24 feb 2009 20:57:52 GTM
<![CDATA[Versos nuevos, Los últimos barcos, Endre Ady por fin en español (traducción de Jesús Pardo)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,891
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

M. y yo comemos en un restaurante vegetariano muy cerca del madrileño Teatro Real. Después pasamos por la librería “La buena vida” de los hermanos Trueba, donde tomamos un buen café y hojeamos un montón de libros. Desde allí llamo por teléfono al escritor Jesús Pardo para avisarle de nuestra inminente visita. Él me había llamado pocos días antes para anunciarme que su tercer y definitivo volumen de memorias había entrado en imprenta editado por RBA, y que ya le habían llegado ejemplares de su última traducción, pidiéndome que me pasase por su casa para cargar con unos cuantos dedicados a los amigos de Santander.

Muy cerca del Teatro Real y del Palacio Real viven Jesús y su mujer Paloma, en un solemne edificio con historia y habitantes ilustres. Subimos las escaleras dejando a un lado el ascensor, y al poco encontramos a Jesús esperándonos sonriente a la puerta de su casa. Pensábamos estar tan sólo un momento, recoger los libros y proseguir el paseo haciendo tiempo antes de ir al cine. Pero con Jesús y Paloma lo previsible no existe. Pasamos buena parte de la tarde en tertulia más que agradable, hablando de política, música, libros, café, informática… Y al final, cuando la hora de ir al cine ya nos cercaba, Paloma nos dio una bolsa elegante con los libros con los que al día siguiente debería emprender el viaje de vuelta a Santander. ¿Pero de qué libro estamos hablando? Bueno, en realidad hablamos de dos, de dos de los libros más importantes de uno de los poetas húngaros más importantes de la historia, un poeta que seguía sin traducir al español, y que gracias a la traducción de Jesús Pardo y la revisión de Viktória Semsey, por fin podemos leer en nuestro idioma. Me refiero a Versos nuevos (el primero de su autor, 1906) y Los últimos barcos (el poemario póstumo del cambio, muy original en su escritura, 1923) de Endre Ady (1877-1919), editados en un solo volumen por la editorial zaragozana La Poesía, señor hidalgo.

Endre Ady: Los últimos barcos (La poesía, señor hidalgo, 2009)

Endre Ady: Versos nuevos. Los últimos barcos (La Poesía, señor hidalgo, 2009)

Endre Ady pasa por ser el creador de la moderna literatura húngara, un referente básico para autores como Sandor Marai, y uno de los poetas europeos más importantes del siglo XX. Ady nació en Érdmindszent (actual Rumanía) en 1877, de orígenes rurales e hidalgos. Estudió derecho, y fue periodista en París, para luego viajar por casi toda Italia. Se enamoró de Ledda (Adele Brull), quien fue su amante y su musa. Ady fue un hombre ambivalente y contradictorio. A la vez era tímido, violento, agresivo, pacifista, aristocratizante, individualista… Desde un punto de vista ideológico se colocó en posiciones de izquierda, aunque nunca abrazó el comunismo.

En 1911 se casó con Berta Boncza, una mujer joven y rica con la que se retiró a vivir al campo. Ady murió en Budapest en 1919 de tedio, sífilis, alcoholismo y nicotina, lo que suena a contrasentido. La obra de Endre Ady está influenciada por la de Marx y la de Darwin, y tuvo una cara política muy importante para el momento histórico que vivía entonces el Imperio Austrohúngaro.

Le poesía francesa de su tiempo no tuvo gran influencia en la de Ady, aunque su estancia en París sí le sirvió para quitarse de una vez por todas las telarañas de la vetusta tradición literaria húngara. Versos nuevos es el trampolín usado por Ady para iniciar la innovación revolucionaria de la poesía húngara del siglo XX, camino que Los últimos barcos convierten en llegada, en meta, inaugurando casi una lengua nueva, o al menos el uso de un lengua que renace nueva a través de largas y complejas frases de carácter profético.

Esta nueva traducción de Jesús Pardo, este Endre Ady que se presenta ahora por vez primera en español, se convierte en un volumen imprescindible para los amantes de la poesía, para todos aquellos lectores curiosos que buscan ignoradas obras maestras. Un regalo, una ilusión, un descubrimiento!!!!

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Monday,23 feb 2009 20:8:59 GTM
<![CDATA[Los enunciados protocolarios de Álvaro Pombo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,890
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Rudolf Carnap (1891-1970) defendió, con Otto Neurath, la unidad de la ciencia, que necesitaba de un lenguaje fisicalista universal construido a partir de enunciados básicos de observación: los llamados enunciados protocolarios. En su Sintaxis lógica del lenguaje (1934), se propuso la construcción de un lenguaje lógico formalizado que pudiera servir como lenguaje fisicalista universal de las ciencias, de modo que todo enunciado significativo podía ser traducido a ese lenguaje; en este contexto, todo problema de tipo filosófico no podía tratar de otra cosa que de la sintaxis de este lenguaje. Distingue, así, tres tipos de oraciones: oraciones de objeto (‘la rosa es roja’, propias de las ciencias empíricas; oraciones sintácticas (‘rosa’ es sustantivo) y oraciones pseudo-objeto (‘la rosa es una cosa’); estas últimas parece que tratan de realidades, como las primeras, cuando de verdad son meramente sintácticas, con el disfraz de oraciones de objeto: así son los problemas filosóficos”.

Así comienza, a modo de poética asumida y subrayada, el último libro de poemas de Álvaro Pombo, precisamente titulado Los enunciados protocolarios. El título del libro no podía ser más preciso para definir y asumir el tipo de poemas con los que el lector va a encontrarse. Los poemas que aquí deja Álvaro Pombo son, o tienen vocación de ser, enunciados básicos de observación. Y lo observado por el poeta Álvaro Pombo y destilado en palabras poéticas, o mejor dicho, en sintaxis poética de enorme potencia verbal y simbólica, es su propia vida: la memoria conservada y asumida de su propia vida, es decir, de la vida según Pombo, puesta en escena ética y estética del poeta santanderino.

Álvaro Pombo: Los enunciados protocolarios (Fundación José Manuel Lara, 2009)

Álvaro Pombo: Los enunciados protocolarios (Fundación José Manuel Lara, 2009)

Lo ha dicho él a la mínima oportunidad que ha tenido: “mis libros de versos coinciden con el cierre y resumen de periodos de mi existencia”. Desde un punto de vista estrictamente cronológico sus dos primeros libros de versos vendrían a condensar los enunciados básicos del periodo que clausura su juventud: Protocolos (1973) y Variaciones (1977). Su siguiente titulo coincide con el comienzo de la primera madurez, Hacia una constitución poética del año en curso (1980). Y finalmente, Protocolos para la rehabilitación del firmamento (1992), señala enmarca los resultados poéticos de la plena madurez. Todos estos libros se publicaron reunidos en un solo volumen hace unos pocos años, a modo de primeras poesías completas: Protocolos (1973-2003).

Estos enunciados protocolarios creo que aluden al uso de un lenguaje que comunica, por parte del poeta, la observación existencial (con evidentes rasgos de pensamiento metafísico) realizada ya en y desde la vejez. En este sentido no juzgo un completo disparate el aventurar que la poesía de Pombo es su autobiografía, una autobiografía encriptada por un lenguaje construido a modo de protocolo poético, es decir, como un conjunto o sistema de reglas utilizadas para llevar a cabo una comunicación consigo mismo (en primer lugar), y con el otro/los otros en segunda instancia, siempre en términos de memoria poética.

En este sentido, la poesía como sistema/lenguaje para ordenar y significar por dentro y por fuera la observación, la memoria de la observación (la poesía como mejor y más eficaz traducción cosificada y lógica de lo observado-vivido-soñado-pensado…, de la memoria), encuentra en el poeta Álvaro Pombo a uno de sus cultivadores más conscientes y arriesgados del panorama poético español, a uno de los poetas más preocupados por pensar el lenguaje como herramienta exploratoria, como código, protocolo mayor y mejor para fisicalizar tanto lo real empírico como lo soñado. La poesía, idea también muy de María Zambrano y muy arraigada en la forma de pensar en español, como forma de pensar, como pensamiento, como filosofía eficaz e integradora.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Friday,20 feb 2009 21:12:12 GTM
<![CDATA[La revolución rusa, casi un siglo después]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,889
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A pesar de los desastrosos datos macro y micro económicos con los que los medios de comunicación nacionales e internacionales nos hacen desayunar todos los días, lo cierto es que de más o menos una década a esta parte los millonarios surgidos de la nueva economía rusa han dejado el mundo de las finanzas y el papel couché asombrados por completo.

Una extraña mezcla de instinto para los negocios, las inmensas riquezas naturales presentes en el territorio de la extinta URSS, la connivencia cuasi mafiosa con el poder político, y demás cúmulo no pequeño de factores en juego, han hecho que una nueva casta de multimillonarios rusos broten en las tierras de la arrumbada ex superpotencia para alguna perplejidad de los menos avisados.

Y es que hasta hace bien poco tiempo, apenas dos décadas, buena parte del territorio que hoy ocupa Rusia era patria conquistada de los usos y costumbres marxistas leninistas, y era entonces ni siquiera impensable el que la situación, en un espacio temporal tan breve, diese un cambio tan radical, tan revolucionario.

A muchos les ha pasado desapercibido el hecho de que hace 4 años se cumpliese un siglo de los primeros movimientos precursores directos de la revolución rusa del año 1917, y que en apenas 8 años, quizá alejados ya de la tragedia de la crisis actual, se cumplirá el siglo del nacimiento del movimiento revolucionario más destacado e influyente de los últimos ciento cincuenta años de historia universal. Un momento que es probable no esté de más ahora repasar, aunque sea muy someramente.

A comienzos del siglo XX Rusia era un vasto imperio, con 125 millones de habitantes que formaban un abigarrado mosaico étnico. Era un país en su mayor parte atrasado y rural (80% de población campesina), pero desde finales del siglo anterior se había empezado a desarrollar una industria concentrada en varios importantes centros fabriles, en los que se concentraba un proletariado que empezaba a organizarse. Socialmente se caracterizaba por las extremas diferencias sociales entre un campesinado que vivía mayoritariamente en la miseria y un proletariado en similar situación; unas capas medias reducidas de propietarios campesinos (“kulaks”), funcionarios y miembros de la pequeña burguesía; y una rica élite noble que posee grandes extensiones de tierra y controla el Estado y el Ejército, además de una naciente burguesía comercial e industrial.

En lo político era una monarquía absoluta gobernada despóticamente por un zar, que delegaba su autoridad en una poderosa y corrupta burocracia, auxiliada por una policía política (“ochrana”) encargada de la represión. Sin embargo el régimen absolutista de los zares Romanov se mostraba incapaz de afrontar la necesaria modernización (política, económica y social) del país y se hallaba cada vez más divorciado de la sociedad y de la “intelligentsia”. Fueron estos intelectuales y profesionales los que fundaron diversos partidos opuestos a la autocracia zarista, de los que surgió el impulso revolucionario, incluyendo los liberales, los socialdemócratas (divididos entre mencheviques y bolcheviques), los social-revolucionarios y los sectores anarquistas (estos dos últimos usaban métodos terroristas).

El Partido Obrero Socialdemócrata Ruso era el exponente del marxismo en el país, contando con sus principales bases en el proletariado y en algunos sectores intelectuales. Desde principios de siglo el partido se dividió en dos ramas, los bolcheviques o mayoría y los mencheviques o minoría. Los mencheviques (Martov, Plejanov) seguían la formulación marxista tradicional, según la cual era necesaria una fase burguesa anterior a la revolución socialista, al tiempo que defendían un amplio partido de masas. Los bolcheviques eran defensores de un partido reducido de revolucionarios que lleve al proletariado al poder sin necesidad de una fase burguesa. Su principal teórico y dirigente era Vladimir Ilich Ulianov (Lenin), quien había revisado algunas de las ideas de Marx para aplicarlas a Rusia, exponiendo sus teorías en obras como ¿Qué hacer?, Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, El imperialismo, estadio superior del capitalismo y El Estado y la revolución. Sus ideas principales eran:

La posibilidad de llevar a cabo la revolución en Rusia. Mientras Marx pensaba que ésta se produciría en un país industrializado, Lenin consideraba que la fase financiera del capitalismo había dividido a los Estados en ricos y proletarios. En estas condiciones la revolución debía partir de un país atrasado, aunque con cierto grado de industrialización, como Rusia, pues el proletariado de los países ricos, debido a la elevación de su nivel de vida y al reformismo de los partidos socialdemócratas, tendía a abandonar los ideales revolucionarios. Desde este punto inicial el impulso revolucionario se extendería al resto del mundo.

Lenin

Lenin

La necesidad de una revolución proletaria sin fase burguesa intermedia, pues la débil burguesía rusa era incapaz de llevar a cabo una revolución. En cambio el proletariado, pese a ser reducido en el conjunto del país, estaba concentrado en grandes empresas y ciudades clave, además de sufrir las condiciones más duras de explotación.

El papel del partido. Frente a un Estado policial como el ruso, era necesario un partido reducido pero compuesto por hombres entregados por completo a la revolución, cohesionado y centralizado para ser más eficaz en su papel de vanguardia del proletariado.

La importancia de los intelectuales, encargados de la teorización socialista, de insuflar la conciencia de clase al proletariado y de preparar la revolución.

La necesidad de contar con el campesinado, en tanto que clase explotada y mayoritaria en Rusia, que debía tener un papel activo para hacer posible la revolución.

Volviendo a la situación general de Rusia, la crisis económica de los primeros años del siglo XX y la desastrosa guerra contra Japón originaron un primer estallido revolucionario en 1905. Tras una masacre de civiles en una manifestación en demanda de una asamblea constituyente democrática, se desencadenó una oleada de huelgas que paralizaron el país, la sublevación de unidades militares (como los marinos del acorazado Potemkin) y se constituyeron soviets (comisiones de obreros y soldados). Ante la grave situación, el zar Nicolás II se comprometió a constituir un parlamento (la Duma), reconocer los partidos políticos y liberalizar el régimen. Sin embargo el intento de reforma fracasó por la división de los partidos y el carácter cosmético de las reformas, con una Duma sin prácticamente poder, sometida al zar y controlada por los propietarios. Fracasaron también los tímidos intentos de reforma social para crear una masa de campesinos con tierras adictos al zarismo, al tiempo que aumentaba la represión contra las frecuentes protestas y la actividad de los partidos opositores.

La entrada de Rusia en la I Guerra Mundial agravó aún más la situación del país, uniendo el descontento por la guerra (levas forzosas, humillantes derrotas militares, enorme número de bajas), el colapso económico y el endurecimiento de las condiciones de vida. Esta situación provocó numerosos disturbios y protestas, negándose en febrero de 1917 las tropas de la capital (Petrogrado, la antigua San Petersburgo) a reprimir las mismas. A continuación se formó un Soviet de obreros y soldados, controlado por mencheviques y social-revolucionarios. Se da inicio así a la Revolución de febrero de 1917, sucediéndose rápidamente los acontecimientos. Tras un acuerdo entre representantes de la disuelta Duma y el Soviet se formó un gobierno provisional de corte liberal presidido por el príncipe Lvov, mientras que poco después abdicó Nicolás II y finalizó la monarquía zarista. El gobierno provisional decidió continuar la guerra pese a su impopularidad, al tiempo que concedía la amnistía y anunciaba una próxima asamblea constituyente.

La situación del país era entonces compleja por la coexistencia de dos poderes, el gobierno provisional y los soviets, representados por el Soviet de Petrogrado. En abril cayó el primer gobierno provisional, formándose otro de coalición en el que aparecían también mencheviques y social-revolucionarios. Ese mismo mes regresó a Rusia Lenin, formulando con las Tesis de Abril las reivindicaciones de los bolcheviques (fin a la guerra imperialista, paso a la fase proletaria de la revolución, creación de una república de soviets, nacionalización de la tierra y la banca). La impopularidad de la guerra, las nuevas derrotas militares, las manifestaciones de protesta, la carestía y la difícil situación económica originaron la caída de Lvov. Desde julio el social-revolucionario Kerenski dirige un nuevo gobierno de coalición, que inicia la persecución de los bolcheviques. Sin embargo poco después debe contar con el apoyo de éstos para abortar el intento golpista del general derechista Kornilov. En todo caso la posición del gobierno continuó debilitándose por la situación económica, militar y política, capitalizada por la oposición de los bolcheviques, que comienzan a obtener mayoría en los principales soviets, incluidos Moscú y Petrogrado (éste dirigido por Trotsky).

En octubre, Lenin regresa de Finlandia y lanza la consigna de “todo el poder para los soviets”, al tiempo que la dirección bolchevique decide tomar el poder mediante una insurrección. El 25 de octubre se inició la Revolución Bolchevique, al hacerse los revolucionarios con el control de Petrogrado, a la que siguieron rápidamente las principales ciudades de Rusia. Inmediatamente se forma un poder basado en los soviets, que llega a un rápido armisticio con los alemanes (seguido por la paz de Brest-Litovsk en marzo de 1918) y procede a la nacionalización de la banca, la supresión de la gran propiedad agraria, el control de las fábricas por los soviets obreros y la proclamación de la igualdad y el derecho a la autodeterminación de los pueblos de Rusia. Sin embargo los bolcheviques sólo alcanzan un 25% de los escaños en la Asamblea Constituyente que no acepta el poder de los soviets, optando la Guardia Roja por disolver la asamblea en enero de 1918. Poco después se reúne el III Congreso de los Soviets, que se declara heredero de la constituyente, aprobando en junio la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética Rusa, con el objetivo de formar en torno a ella una estructura federal basada en el poder de los soviets de obreros, soldados y campesinos.
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Thursday,19 feb 2009 20:57:38 GTM
<![CDATA[Manuel Arce y José Hierro, cuando no conocían Nueva York (y III)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,888
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El matrimonio Hierro tuvo el primer hijo. Se llamó Juan Ramón Hierro. Lo bautizaron con el nombre de Juan Ramón en homenaje a Juan Ramón Jiménez, su padrino. Gerardo Diego, le dedicó al niño una Nana:

Para dormir a un niño que no he visto,
el niño de la fe y del malecón,
pido prestado al viento su alegría,
a la playa su cuna, al mar su son,

a las nubes tan frías de diciembre
su pureza en pañales de algodón,
y a mis brazos les pido que recuerden
ritmos de madre y sueños de asunción

Quién pudiera tocar el piano piano
con pluma de ángel dando la lección
y ver cómo tus párpados se pliegan
y la flor ya es capullo, ya es botón.

Entre los juncos de La Magdalena,
qué pena que te llames Juan Ramón.

Una tarde de septiembre de 1951 José María Valverde intervino en la sala de exposiciones de Proel. Valverde se había dado a conocer con su libro Hombre de Dios. (Salmos, Elegías y Oraciones). El poeta acababa de cumplir los veintiséis años e iba a leer algunos de sus nuevos versos. Le pidieron a José Hierro que dijera unas palabras presentación y bienvenida. El acto lo presidía el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento Joaquín Reguera Sevilla acompañado por el director de Proel. Hierro comenzó diciendo:

-“José María Valverde, que es un poeta católico, y se supone que de derechas...”
- “¡Hombre, tanto como de derechas” -protestó Valverde un tanto sorprendido-. Si no te importa, ¡dejémoslo en católico!”.
-“Tú eliges” -Respondió Hierro. Y continuó con la presentación.
La audiencia sonreía.

En 1951, el año que Hierro se marcha a vivir a Madrid, hice una pequeña antología de sus versos. Elegí doce poemas, escribí un breve prólogo y le pedí al hispanista Roger Noel-Meyer que lo tradujera al francés. La plaquette fue editada por Pierre Seghers en París en 1952. Hierro fue el primer poeta español de posguerra que se publicó en Francia. (Años más tarde, en 1959, Seghers publicó Parler Clair -En Castellano- de Blas de Otero, traducido por Claude Couffon). En el verano de 1952 yo iniciaba una nueva aventura personal: Sur, una galería de arte doblada en librería, Pepe Hierro, Angelines Torre, Ricardo Zamorano e Isabel Hierro asistieron a la inauguración. En el mes de diciembre la Editora Nacional, donde José Hierro trabajaba, publicó su tercer libro, Quinta del 42, dedicado a su gran amigo Aurelio García Cantalapiedra.

Cuando José Hierro llega a Nueva York es muy consciente de que lo “irracional del pensamiento”, lo que la palabra oculta, es lo que constituye el misterio de la poesía. Aquello que se alude pero no se nombra. Cuando el poeta canta a la vida, canta lo que ha de perecer. Su poesía, como su vida, se deja llevar por ese misterioso río otoñal que va a dar a la mar, que es el morir. “Tu edad se pasará mientas lo dudas”, afirmaba Quevedo

José Hierro

José Hierro

Hierro quiere aprehender -encerrar en las historias de sus versos- el instante de esa edad, de ese tiempo fugitivo. Nos relata su discurrir mientras vive ese presente que sólo es la intersección entre lo sucedido y lo por suceder/, llama entre la madera y la ceniza. El instante lúcido. Por eso se instala en la historia. Como los demás hombres. Porque la Historia es la piel del tiempo que se vive: motivo de reportaje o de alucinación. El efímero presente que nos llena el alma de melancolías:

Me da pena pensar que algún día querré ver de
nuevo este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda
volver a encontrarme.

Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas,
guardar estas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas,
volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como esta de ramas que guarde
en mi alma,
aprendiendo en mi mismo que un sueño no puede
volver a soñarse.

Hierro es siempre el único destinatario de sus versos. Su propio interlocutor. Dialoga con su alma. No ha tenido que crear un Dios en quien creer. Ni ha demandado un auditorio. No hay congojas de divinas ausencias en sus poemas. Su poesía empieza y termina en la propia medida de su ser hombre. Ha ido a Nueve York ¿a rescatarse de sí mismo?. ¿O simplemente a buscar el “Kiss Bar”, cercano al Hudson, donde acordarse de Machado, mientras bebe una copa?

¿Esperaba Hierro encontrar en Nueva York las mágicas palabras,

que dicen aquello que ocultan,
callan aquello que pregonan?...

Lope había escrito que “lo que ya pasó de nuestra vida/, no es pequeña parte de la muerte”. Los otoños que tiñeron nuestras vidas de melancolías se anuncian ahora primaveras de la muerte. Hierro lo tenía cantado antes de conocer Nueva York. Sin embargo, en la fraternal casa de José Olivio Jiménez -West Side, 90 Street-, tal vez fuese el propio Lope quien susurrara al oído del recién llegado la palabra Nada. La palabra siempre aludida por Hierro. El todo es nada de su poema VIDA

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito “todo”, y el eco dice ¡Nada!
Grito “Nada!”, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
 

***


Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Wednesday,18 feb 2009 20:46:55 GTM
<![CDATA[Manuel Arce y José Hierro, cuando no conocían Nueva York (II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,887
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El 3 de febrero de 1947 murió José Luis Hidalgo en Madrid, en el Sanatorio de Chamartín. Hierro y Aurelio García Cantalapiedra eran sus dos grandes amigos. Se le hicieron homenajes. En marzo de 1947, en la festividad de San José, le regalé a Hierro una corbata. Pepe no usaba corbata nunca. Siempre iba con el cuello de la camisa abierto y montado sobre el de la chaqueta. Fue su madre, doña Esperanza, quien me agradeció el regalo: “guardaremos la corbata para cuando tenga que ir un poco vestido”, dijo. Pocos días después apareció Tierra sin nosotros y Hierro me hizo llegar un ejemplar de la edición especial: “A Manolín Arce, precoz enamorado, regalador de corbatas (preciosa), y envenenado de guillenismo por obra y gracia del Fiscal. Santander -23-III-47”.

Los años finales de la década de los 40 fueron años muy divertidos. Había una gran ebullición poética. Todos escribíamos como condenados. Nos leíamos los unos a los otros. Hacíamos recitales. Bebíamos vino. Yo me había “echado” novia a fınales del 45. Esas Navidades Teresa Santamatilde me regaló Sombra del paraiso. Pepe Hierro se ennovió con Angelines un año más tarde. A partir de 1946, un par de veces al año pasaba por Santander un militante del partido comunista que se ganaba la vida, decía, como vendedor de libros. Viajaba por toda España. Nos llegó recomendado por Victoriano Cremer. Se llamaba Luis Landínez y era salmantino. Tenía 40 años cuando lo conocimos. Había publicado una novela, Los hijos de Máximo Judas y dos libros de poemas. Nos proveía de libros no autorizadas. En uno de sus viajes, Gullón propició que diera una conferencia en el Ateneo santanderino sobre García Lorca, a quien Landínez, familiarmente, llamaba Federico. De pie, junto al piano, habló de la estancia del poeta granadino en la Residencia de Estudiantes, de su poesía, de su teatro, de su gracia personal y del encanto de las canciones que interpretaba al piano. “Y que yo evocaría musicalmente para ustedes si tuviéramos uno a mano”. Pepe Hierro, en primera fila, le indicó que a sus espaldas tenía un piano. Landínez miró de soslayo hacia atrás y dijo: “Y si lo supiera tocar, ¡claro!”. Y prosiguió la charla sin inmutarse.

Por iniciativa de Luis Landínez, que tenía una Kodak de fuelle, en el otoño de 1947, una mañana de domingo, todos nos pusimos elegantes para hacer una sesión fotográfica en el malecón de Puerto Chico. Estaban las hermanas Torres: Pepita y Angelines. Y el pintor Ricardo Zamorano. Hierro ya se había emparejado con Lines. Ese día se puso la corbata del regalo. Además estrenaba abrigo. Como Pepe y yo éramos los únicos de Proel que estábamos ennoviados, casi todos los sábados de aquel otoño-invierno nos íbamos al baile del Gran Casino. Algunos domingos frecuentábamos el Bar del Puerto (que entonces era una tasca de pescadores): tomábamos blanco de La Nava y rabas de aperitivo. Había que estar atento. José Hierro también comía de prisa.

En la primavera del 48, en mayo, se publicó el primer número de La lsla de los Ratones. Lo apadrinaba con un breve texto Vicente Aleixandre. Hierro colaboraba con el poema “Otoño”.

Otoño de manos de oro.
Ceniza de oro tus manos dejaron caer
al camino.
Ya vuelves a andar por los viejos paisajes
desiertos
ceñido tu cuerpo por todos los vientos
de todos los siglos.
Otoño de manos de oro;
con el canto del mar retumbando en tu pecho
infinito,
sin espigas ni espinas que puedan herir la
mañana
con el alba que moja su cielo en las flores
del vino,
para dar la alegría al que sabe que vive
de nuevo has venido.

Con el humo y el viento y el canto y la ola
temblando
en tu gran corazón encendido.

Siempre hemos recordado aquellos años, entre 1946 y 1951: las publicaciones de Proel y La Isla de los Ratones. Las tertulias en la cervecería La Mundial, con Ricardo Gullón, Ignacio Aguilera, Julio Maruri, Carlos Salomón, Enrique Sordo, Pity Cantalapiedra. Y después en La Austriaca, en el Café Flor o en el Bar Trueba. (En el Bar Trueba Hierro escribió dos cuentos que se publicaron en La Isla).

El verano del 48 fue uno de los mejores de nuestros años jóvenes. Uno de los que más vivos están en mi memoria: lecturas de poemas en la Universidad Internacional, largos paseos por el Sardinero y baños en la playa del Puntal. A Pepe se le llenaban los ojos de mar, el alma de inalcanzables horizontes, el corazón de melancolías y el oído de gaviotas:

Ese vuelo que traza la gaviota
por el divino gris, ¡cómo cautiva!
......................................................
Ya está la soledad surcada y rota.
Paloma marinera, lenta y viva,
que en el pico, en lugar de verde oliva,
lleva octubres de música remota.

Sin saberlo jugábamos en la orilla con las mismas olas que se convertirían luego en poemas:

Vienen de lejos hacia mí,
se alzan, me envisten, me rodean.
Hacen nacer dentro del alma
no sé que antiguas inocencias

En este paisaje, al borde del mar, nacieron muchos de sus versos:

Es triste alzarse de uno mismo,
poner los ojos en el rostro
de los hombres que han de venir
tras de nosotros,
que no sabrán que entre los árboles,
sobre la yerba, en el mar hondo,
en las ciudades, en las cumbres,
hemos cantado, temblorosos
por la alegría de estar vivos.

José Hierro

José Hierro

Nos gustaba la playa del Puntal porque era una playa inmensa y solitaria: íbamos con nuestras novias: Angelines y Teresa. Los domingos Hierro llevaba a su hermana Isabelita. También nos acompañó algún verano el novelista portugués Thomas Ribas. Ricardo Zamorano, que preparaba entonces una exposición para Proel terminó casándose con Isabel Hierro... ¡Cuánta alegría derramaba el mar en la rubia arena del Puntal!… Zarpábamos en la “Negrita” desde el embarcadero del Palacete. Era la barca más veloz de Tricio & Cardo… Surcábamos en ella el mar verde esmeralda; gris plata en la lejanía, ultramar en la canal donde lo imaginábamos profundo, misterioso y frío. Los pies desnudos, colgados fuera borda, hendían el cristal feliz de aquella “niñez huraña” del maestro Gerardo Diego. Y luego, solitaria en su inmensidad, la playa. Una playa entre cuyos juncos, a finales ya de primavera, crecían lirios silvestres. Paseábamos la espuma de la orilla recogiendo conchas marinas (“Como Neruda”, decía Pepe); cosechábamos enormes plumas de gaviota. Las conchas eran sienas, rosas, grises, malvas, terrosas. Tan ricas en la calidad de sus nácares que parecían -aseguraba Hierro- cuadros de Pancho Cossío. Y mirábamos hacia la ciudad, enfrente, a1 otro lado de la bahía, donde imaginábamos al pintor en el pequeño astillero de Pompeyo calafateando la motora que jamás logró hacerse a la mar. (Ay, Pepe, ¡aquella pagana alegría de la playa!... Tan jóvenes los dos. Con nuestras novias: Lines y Teresa. ¡Sobre la arena ardiente y rubia, entre los juncos húmedos y frescos de salitre, donde el beso, como en “El Vals” de Vicente Aleixandre, siempre estaba apunto de convertirse en “cabello de ángel”.

A veces, Hierro nos decía algún poema. (“Cagaditas líricas” como les llamaba). Era muy hermoso escuchar allí, con el azul nordeste refrescándonos la piel, la melancolía de sus versos:

Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mi sentido;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.

Pepe no recitaba. Se limitaba a leer sus poemas. De este modo, contándonos sus fábulas, sus reportajes y sus alucinaciones, veíamos cómo Hierro se iba incorporando a la vida. Olvidaba en sus versos las rejas de una prisión de la que jamás hablábamos:

Desde esta cárcel podría
verse el mar, seguirse el giro
de las gaviotas, pulsar
el latir del tiempo vivo.

Después del verano (lo habíamos planeado en El Puntal), La Isla de los Ratones organizó en la Sala Masi (el reservado de un bar en la calle Gravina) un ciclo sobre “La Poesía Septentrional”. José Hierro dio una lectura de sus versos. Los contertulios llamábamos al reservado “La Sala del Cid”, porque en una de sus paredes, detrás de la mesa del conferenciante, colgaba, como único adorno -nunca supimos por qué- un enorme retrato del histórico personaje. Existe una “foto de familia” tomada al final de una de las conferencias, en la que aparecen, sentadas en primera fila, Patricia Moore, Angelines Torres, María Teresa de Huidobro y Consuelo Iglesias (prima de José Luis Hidalgo). Y detrás, de pie: Carlos González-Echegaray, Manuel Arce, Felipe Dosal, Alejandro Nieto, José Uzcudun, José Hierro, Carlos Altuna, Víctor Fernández Corugedo y Alejandro Gago.

En marzo de 1949 asistimos invitados a la boda de la señorita María de los Ángeles Torres con don José Hierro Real. Se celebró en la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, en la calle Alta. Madrina del novio, su madre, doña Esperanza Real; y padrino de la novia, Pedro Gómez Cantolla, director de Proel y Subjefe Provincial del Movimiento. (En 1957, cuando Hierro publica Cuanto sé de mí, se lo dedica: “A Pedro Gómez-Cantolla, patrón de Proel, porque no me preguntó de dónde venía. Por la fe que siempre tuvo en este viejo remero de su embarcación”. Asistimos muy emocionados a la ceremonia. Al salir de la iglesia, mientras los novios acudían a inmortalizarse en la foto de rigor que les hacía Ángel de la Hoz, unos cuantos invitados posamos para una fotografía que alguien quiso hacer: Enrique Pereda, José Villalobos, César Abín, Carlos Nieto, Pancho Cossío, Manuel Castellanos, Carlos Salomón, Julio Maruri, Aurelio García Cantalapiedra, Carlos Rincón, Manuel Arce y Miguel Vázquez.

Luego de la boda, en el restaurante, doña Esperanza se acercó a nuestra mesa para agradecernos el regalo colectivo que habíamos hecho a los novios. “¡Qué ingenioso lo vuestro!... -Comentó- ¡Qué práctico todo!... A Pepín le divirtió mucho”. Nos invitó a ver los regalos. Aceptamos la invitación pero nos quedamos un tanto confusos. ¿Qué había querido decir doña Esperanza?...

Nuestro regalo en común consistió en un juego de café de doce servicios. Éramos seis. Habíamos aportado 30 pesetas cada uno. Costó en “La Cocina”, un comercio especializado en menaje para el hogar, 172 pesetas. Con las 8 pesetas sobrantes adquirimos un paquete de papeles pintados para adorno de vasar; una perejilera de pared con dibujos azules, (que nos dijeron que era de Talavera); una cajita de mondadientes y dos rollos de papel higiénico El Elefante. El juego de café venía muy bien embalado de fábrica. Pedimos que hicieran un paquete de regalo con la perejilera y demás complementos y dejamos un tarjetón con la firma de todos y la dirección donde debían enviarlo.

Acudimos a ver los regalos. Me acompañaban Alejandro Gago, Carlos Salomón y Rodríguez Alcalde. Doña Esperanza nos fue enseñando los presentes que tenían expuestos en la mesa del comedor: “este es de Gullón, este del Gobernador, este del padrino”... Nos informaba. En una esquina se hallaba nuestro juego de café. Pero doña Esperanza pasó de largo. Se detuvo frente a la perejilera, los papeles para el vasar, la cajita de mondadientes y los dos rollos de papel higiénico El Elefante. “Nos moríamos de risa cuando abrimos el paquete y vimos el tarjetón con vuestros nombres”. (El dependiente de “La Cocina”, se había equivocado de paquete al meter el tarjetón con las firmas).
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Tuesday,17 feb 2009 20:47:21 GTM
<![CDATA[Manuel Arce y José Hierro, cuando no conocían Nueva York (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,885  

Juan Antonio González Fuentes

El poeta Manuel Arce fue íntimo amigo de José Hierro. El poeta Arce dio hace tiempo una hermosísima conferencia sobre su amigo. El poeta Manolo me dio el manuscrito de aquella intervención esperando que se publicase. El manuscrito nunca se publicó. Hoy quiero ofrecer una parte de esa conferencia en Ojos de Papel. Gracias Manolo, gracias Hierro. La conferencia la tituló Manolo de una forma muy hermosa: “Tal como éramos cuando José Hierro desconocía Nueva York”.

Entonces José Hierro no conocía Nueva York. Ninguno de nosotros lo conocía. Pero cuando se fue, el poeta ya tenía las claves del tiempo. Había escrito:

...ángel
con nostalgia de un granito
de tiempo. Piensan al verme:
“Si estará dormido...”
Porque sin una evidencia
de tiempo, yo no estoy vivo.

El tiempo. Siempre el tiempo en su poesía. Antes de su llegada a Nueva York, Hierro sabía que el presente sólo es “esa” intersección “entre lo sucedido y lo por suceder/, llama entre la madera y la ceniza”. El instante lúcido. Sabe “Que somos la suma/ de instantes fugitivos”. Un espacio entre pasado y futuro. El lugar donde la historia debe tener su origen: el presente efímero o la estancia transitoria donde el poeta construirá la fábula, memorizará el reportaje o sucumbirá en desesperadas o melancólicas alucinaciones. Si el poeta cuenta historias personales es porque reconoce que la historia es la piel del tiempo. Así es como Hierro pretende retenerlo. Lo ha dicho en su poema: “...sin una evidencia/ de tiempo, yo no estoy vivo”.

Conocí a José Hierro en 1946. Fue Julio Maruri quien nos presentó una mañana de sol. Yo había cumplido 18 años. El poeta tenía 24. Era un muchacho alegre, apasionado, generoso y sagaz. De trato fácil y natural. Diremos que aparentemente campechano. Pero su mejor seña de identidad era su impaciencia. Su capacidad para irse cuando aún estaba llegando. Eso en su trato personal y diario. Porque también lo he visto fluir y desvanecerse en sus poemas, como al adolescente de Aleixandre, cuando pasaba -la luz vencida, alegre- de un puente a otro puente. Así lo he visto transitar por la vida: como una alucinación del tiempo.

¿Cómo era entonces José Hierro? Sobre todo, era joven. Pero con la credencial de haber escrito ya, seguramente, lo mejor de su poesía. Una personalidad que se escurría como el agua entre los dedos. Parecía huir de sí mismo. Esconderse de los demás. Su ceja izquierda alzándose en ángulo -¿inquisitiva?- sobre la frente amplia. Una mano de apariencia campesina que dibujaba en el aire, al compás de un metrónomo imaginario, las cadencias de sus endecasílabos. José Hierro era, sobre todo, un hombre tímido. Un tímido con la precipitación propia de quien siempre teme llegar tarde. Un ser lleno de dudas... No sé cómo decirlo: José Hierro era entonces -creo que toda su vida lo fue- un poeta más para ver que para contar. ¿Poliédrico? Otros lo dirán. Pero sé que todos hemos conocido a un Hierro diferente. Sí: era un hombre poliédrico. Con Pepe Hierro jamás se podía “estar” en lo que se celebraba. El poeta siempre estaba doblando alguna esquina. Posiblemente la esquina infinita de ese tiempo que luego él convertiría en manantial de sus cavilaciones. Su enorme oreja adelantada parecía estar atenta al ritmo de algún poema a punto de nacer. ¿Pensaba en la música de Tomás Luis de Victoria? ¿Invocaba su oído a los músicos preferidos? Para José Hierro la poesía es “ritmo que cuaja en métrica: versos todavía sin palabras, pero ya con color, con tonalidad musical”. “La palabra es letra y música a la vez. Canta y sugiere al mismo tiempo lo que dice”. La palabra “en cuanto letra ha de ser justa, insustituible, -afirma-- fiel a la idea que expresa”. Porque la palabra es “una vasija de finísimo cristal a cuyo través se ve el licor de su significado. La vasija no ha de verse. Es un simple recipiente que impide que la idea se derrame”. Lo tiene así de claro: “Las tallas y decoración del cristal -los adjetivos y las imágenes casi siempre- sólo sirven para restar transparencia e impedir que veamos el contenido”.

¿A dónde va el poeta José Hierro?, se preguntaba un día Ricardo Gullón. Nosotros, los amigos, nos decíamos: ¿qué es lo que busca? ¿Él lo sabe? ¿Qué es lo que no encuentra de sí mismo?... Nunca supimos inventarnos una respuesta. Fueron preguntas inútiles. Pienso, demás, que innecesarias. Porque, ¿acaso nos hemos preguntado alguna vez si la rosa sabe algo de su aroma?... ¿Si el suspiro conoce el motivo de la pena?... Y la ola del mar, ¿sabe algo del rumor en que se mece?. ¿Por qué entonces el poeta tiene la obligación de saber todo aquello que encubre su condición de poeta?

Recuerdo que el día que nos presentó Julio Maruri, Hierro llevaba bajo el brazo un ejemplar de Corcel, la revista que dirigía en Valencia Ricardo Juan Blasco. Me dejó el ejemplar para que lo leyera. No me advirtió que en la revista se publicaba un poema suyo: “Caballero de Otoño”. Fueron los primeros versos que leí de él. El poema empezaba así:

Viene, se sienta entre nosotros,
y nadie sabe quién será,
ni por qué cuando dice “nubes”
nos llenamos de eternidad.

José Hierro

José Hierro

Me impresionó. Cuando le devolví la revista quise hablarle del poema. Decirle lo misterioso que me había parecido... No fue posible. No me dejó seguir. Recuerdo que comentó, como quien que se quita de encima una mota de polvo, “una cagadita lírica”. A Hierro nunca le gustaba hablar de sus poemas. Se sentía incómodo cuando alguien, en su presencia, hablaba de ellos. Evitaba el elogio. También evitaba hablar de sí mismo. De su vida. De sus años de cárcel. Sabíamos que había sido procesado en 1939, por su pertenencia al Socorro Rojo Internacional, y que, durante cuatro años, recorrió seis o siete cárceles españolas. Finalmente, de nuevo en la Prisión Provincial santanderina fue excarcelado en enero de 1944. Su padre, Joaquín Hierro Jiménez, también estuvo preso desde 1937 hasta 1941. Murió en 1944, a los pocos días de salir Hierro de presidio. Debo confesar que esta semicallada biografía de Hierro hizo que, el hombre-poeta, me resultara más atractivo. Nos hicimos amigos muy pronto. Tal vez también influyó mi edad.

***

Hierro trabajaba en 1947 en su libro Alegría. Quería presentarlo al premio Adonais. Una tarde, los dos solos en el altillo del Bar Trueba, me leyó el poema “A1ucinación”. Se trataba del primer poema escrito con ese título:

Amanece. Descalzo he salido a pisar los caminos,
a sentir en la carne desnuda la escarcha.
Tanta luz, tanta vida, tan verde cantar de la
hierba!
Tan feliz creación elevada a la cima más alta!
Siento el tiempo pasar y perderse y tan solo por
fuera de mí se detiene.
Y parece que está el universo encantado, tocado
de gracia.
¡Tanta luz, tanta vida, tan frágil silencio!
¡Tantas cosas eternas que mellan al tiempo su
trágica espada!
¡Tanta luz, tan abiertos caminos!
¡Tanta luz que evita los siglos y ordena en el día
su magia!

Si la flor, si la piedra, si el árbol, si el pájaro;
si su olor, su dureza, su verde jadeo, su vuelo
entre el cielo y la rama.

Si todos me deben su vida, si a costa de mí,
de mi muerte es posible su vida,
a costa de mí, de mi muerte diaria...
¡Tanta luz, tan remoto latir de la yerba...!
(Descalzo he salido a sentir en la carne desnuda
la escarcha).
¡Tanta luz, tan oscura pregunta!
¡Tan oscura y difícil palabra!

***

Una tarde de otoño nos encontramos cerca de su casa. Venía de la imprenta del Hogar Provincial. Me dijo: “He corregido dos versos en Tierra sin nosotros. En un poema que escribí como ebrio. De un tirón. –Confesó- Tierra sin nosotros era su primer libro. El libro que todos estábamos esperando. Llevaba en el bolsillo el original corregido: “Canción de cuna para dormir a un preso”. “Toma”, me dijo. Y me regaló el manuscrito. La canción empieza así:

La gaviota sobre el pinar.
(La mar resuena).
Se acerca el sueño. Dormirás,
soñarás, aunque no lo quieras.
La gaviota sobre el pinar
goteado todo de estrellas.

Han pasado cincuenta y siete años y sigo teniendo una predilección especial por los melancólicos endecasílabos de esta fábula convertida en música. “El poema nace en un verso. Es música a la que sólo hay que poner la letra”. ¿Nos quería decir que cada poema, como cada flor, nace con su propia arquitectura? “Con su propia música, -aseguraba él- El poeta tiene que tener oído”. Pedro Salinas decía que “la poesía tiene sentido y tiene sonido”. El sentido, la palabra. El sonido, la música. Hierro se consideraba un poeta simbolista. “Sólo hay dos clases de poetas -decía-: los parnasianos y los simbolistas. Los parnasianos antes de empezar a escribir ya saben cómo va a terminar el poema. Los simbolistas -entre los que me cuento- no se saben el poema. Les llega su son, lo intuyen de una manera muy vaga, pero nunca saben cómo ha de acabar”.

“No dejes de leer a Machado me aconsejaba-, Don Manuel es un manantial inagotable de poesía”. Y me lo decía porque en los meses finales del año 46, me había dejado seducir por Paul Valery y la poesía pura. Había descubierto la belleza de lo intelectualmente estético. Además, influenciado por Ricardo Gullón, que en ese momento escribía un ensayo sobre el autor de Cántico, Jorge Guillén se convirtió, súbitamente, en mi poeta de cabecera. Gullón me había dejado la edición del segundo Cántico del cual, con una paciencia infinita, mecanografié una “edición pirata” de dos ejemplares. (Guillén estaba prohibido por la censura franquista). Recuerdo que durante un par de meses estuve bastante pesado recitando, a cuantos se dejaban, los versos guillenianos:

¡Oh luna, cuánto abril,
Qué vasto y dulce el aire!
Todo lo que perdí
Volverá con las aves.
Si, con las avecillas
Que en coro de alborada
Pían y pían, pían
Sin designio de gracia.

“El Fiscal te ha comido el coco”, me decía Hierro. El Fiscal era Ricardo Gullón.
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Monday,16 feb 2009 19:15:4 GTM
<![CDATA[Crisis económica: la desvergüenza de UGT y CCOO]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,884
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

España vive inmersa desde hace meses en la que tal vez sea la peor crisis económica desde el crack de 1929. La crisis es desde luego de alcance internacional, pero se está cebando en economías tan débiles por su dependencia como la española. Los datos con los que nos despertamos todos los días son demoledores y angustiosos. Ya nadie niega con rotundidad que se puedan alcanzar los cinco millones de parados, cuando antes de las navidades se nos aseguraba desde el poder que no se alcanzarían los cuatro ni por asomo. Decenas, cientos de empresas cierran cada día o presentan regulaciones de empleo. En torno a 6.000 nuevos parados se suman cada día al creciente colectivo. Miles y miles de trabajadores autónomos tienen que cerrar sus pequeños negocios porque nadie las paga las facturas emitidas. Ni se compran ni se venden pisos, casas, automóviles..., y la economía de las empresas adyacentes a estos sectores en pleno desmoronamiento queda congelada. Por vez primera en 15 años España no sólo no crece sino que pierde un 1% de su riqueza. Los bancos no conceden créditos a las pequeñas y medianas empresas para que éstas puedan disponer de liquidez inmediata y así poder aguantar el tirón. El dinero inyectado por el gobierno en la banca se destina a tapar agujeros negros de la propia banca. Ya hay miles de familias, de hogares en los que no entra ni un solo ingreso. Cientos de miles de inmigrantes se están quedando sin trabajo, sin prestaciones y no disponen del colchón de la ayuda de sus familias, con lo que muchos están abocados a la delincuencia y el trapicheo al margen de la ley. Así podría continuar y continuar lo peor es que dicen que esto no ha hecho más que empezar, y que la posible recuperación tardará meses, años en llegar.

Comisiones Obreras

Comisiones Obreras (CCOO)

Otro de los elementos que más desazón y desconfianza produce es la inoperancia del gobierno de Rodríguez Zapatero, su falta absoluta de respuestas, de ideas, de acciones. El gobierno socialista de España parece conformarse con decir que la culpa de lo que sucede es del resto de las economías mundiales, y que eso sí, seguirán pagando las prestaciones sociales a cuanto parado se sume a la cola del paro. Es decir, se limita a decir que cumplirá, ni más ni menos, que con su obligación, al menos hasta que la caja se quede tan sólo con telarañas.

Y ante esta debacle, ante este panorama desolador que sufren especialmente los más débiles, los trabajadores y autónomos, ¿dónde están los sindicatos, las asociaciones que deberían luchar por los derechos y el bienestar de los trabajadores?

Unión Genral de Trabajadores (UGT)

Unión Genral de Trabajadores (UGT)

Que yo sepa hasta no hace mucho tiempo en España había sindicatos, fundamentalmente dos, Comisiones Obreras (CCOO), de filiación comunista y cercano a Izquierda Unida, y la Unión General de Trabajadores (UGT), de filiación socialista y muy, muy cercano al Partido Socialista. Pues bien, insisto en la pregunta que puede dividirse en otras varias: ¿dónde están los sindicatos?, ¿para cuándo las movilizaciones?, ¿para cuándo demandarle al gobierno Zapatero respuestas claras y concretas?, ¿para cuándo tomar la calle pidiendo soluciones y de no haberlas exigir la caída del gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones para propiciar la llegada de un nuevo gobierno? Nada, la callada por respuesta. Los sindicatos y los sindicalistas están desaparecidos, hacen mutis por el foro, miran hacia otro lado, silban una tonada con las manos en los bolsillos, se esconden como ratas en la seguridad de los despachos pagados por los impuestos de todos.

Y me hago otra pregunta, ¿si esta misma situación contase con un gobierno conservador al timón de la nave, CCOO y UGT estarían callados, no habrían lanzado ya la gente a la calle, no pedirían a voz en grito y con huelgas dimisiones y cambios de rumbo? Entonces, ¿por qué razón no actúan ahora de la misma manera?

Todos sabemos la respuesta. Sencillamente es una desvergüenza. La crisis, cuando pase, también debería pasarle una factura a CCOO y a UGT, la factura, por ejemplo, de desaparecer en el más oscuro pozo de la incapacidad, la desfachatez, la indecencia, la deshonestidad.
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Friday,13 feb 2009 21:12:20 GTM
<![CDATA[El particular Titanic de Enrique Granados]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,883
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La historia que voy a contar es bien conocida por el público, pero así todo no me resisto a recontarla, y poner en valor la obra de un gran artista.

El leridano Enrique Granados (1867-1916) escribió su ópera Goyescas partiendo de su célebre suite (conjunto de piezas más o menos breves) para piano del mismo nombre, también conocida como Los majos enamorados. La suite pianística fue terminada en su primera parte en 1911. Constaba de cuatro piezas: “Los requiebros”, “Coloquio en la reja”, “El fandango de candil” y “Quejas o la maja y el ruiseñor”. No mucho más tarde el músico trabajó en las dos piezas que conforman la segunda parte de la suite: “El amor y la muerte (balada)” y “Epílogo (Serenata del espectro)”. Ya en 1913 Granados escribió una pieza independiente, “El pelele (escena goyesca)”, que quedó definitivamente incorporada a la obra general, aunque en no pocas ocasiones se interpreta de forma independiente.

La suite Goyescas es fruto principal del amor del músico por la obra de Goya. Al respecto el propio Granados escribió: “Me enamoré de la psicología de Goya, de su paleta. De él y de la duquesa de Alba; de su maja señora, de sus modelos, de sus pendencias, amores y requiebros. Aquel blanco rosa de las mejillas contrastando con blondas y terciopelo negro con alamares; aquellos cuerpos de cinturas cimbreantes, manos de nácar y de jazmín posadas sobre azabaches, me han transtornado [...]”. Así, Goyescas es el deslumbrante fruto musical que plasma en notas para teclado las luces y colores dejados por el pincel del artista aragonés.



Alfredo Armero interpreta "La maja y el ruiseñor" de la obra Goyescas, de Enrique Granados (vídeo colgado en YouTube por granadosmusic)

Ya en 1912 Granados había entrado en contacto con el pianista norteamericano Ernest Schelling, quien admiraba mucho al compositor español. Schelling interpretó Goyescas en las salas de conciertos más importantes de los EEUU y en Londres. Poco más tarde, Schelling animó a Granados a componer una ópera a partir de la suite pianística. Contando con la colaboración de su amigo el escritor Fernando Periquet para el libreto, el músico aprovechó el material ya escrito para, en esencia, recrear la relación entre la Duquesa de Alba y Goya en un Madrid castizo en torno a 1800. El compositor adaptó la música de la obra para piano: incluyó cinco de las seis piezas de la suite, además de El pelele, con el que comienza precisamente la ópera, y añadió algo de música nueva.

En torno a lo años del comienzo de la I Guerra Mundial, Granados gozaba de un gran reconocimiento en Francia. En 1914 se le otorgó la Legión de Honor, y el compositor hizo una presentación privada de la ópera Goyescas , tras lo que se le prometió el estreno en París para la siguiente temporada. Pero la historia se interpuso, y al estalla la guerra el proyecto quedó en suspenso. Sin embargo el viejo amigo Schelling logró que el Metropolitan Opera House de Nueva York se interesara por la obra y el estreno se programó para la temporada 1915-1916.

Goyescas se estrenó con gran éxito abriendo la temporada del Metropolitan de Nueva York en enero de 1916. El estreno fue todo un suceso, y Woodrow Wilson, presidente de los EE.UU, invitó a Granados a dar un concierto en la Casa Blanca, lo que afectó los planes de regreso a España del compositor. Granados cambió las fechas de su viaje y asistió al concierto en la residencia presidencial, interpretando piezas de Doménico Scarlatti, Chopin y de él mismo. En compañía de su mujer Granados se embarcó hacia Inglaterra para desde allí continuar viaje a España. Llegaron sin novedad a Inglaterra, y unos días después embarcaron en el Sussex para cruzar el Canal de la Mancha. El buque fue torpedeado por un submarino alemán, y la pareja pereció ahogada. Fin abrupto de la historia. 
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Thursday,12 feb 2009 19:49:19 GTM
<![CDATA[Terror palestino, terror judío]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,882
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Durante el reciente, y reincidente, conflicto entre el ejército del estado de Israel y los terroristas palestinos de Hamás, el gobierno israelí aducía y aduce que no puede tolerar de ningún modo las acciones terroristas de los palestinos como estrategia para lograr objetivos políticos. Estoy de acuerdo. Siempre estaré de acuerdo en que ningún gobierno legítimamente elegido negocie o ceda al chantaje de fuerzas que usan el terrorismo como coacción. Y creo que todo estado de derecho está legitimado para usar la fuerza, la ultima ratio romana, como respuesta a las acciones terroristas.

Menahem Beguín (en el círculo) 

Pero una vez dicho esto, y como una lección de historia sin palabras que tiene la intención de subrayar miserias y contradicciones, dejo colgada en este post un conocido documento. Se trata de un pasquín editado por la policía británica en Palestina, cuando el territorio estaba sometido al dominio británico antes de la creación de estado de Israel. En el cartel que ilustraba las calles de Jerusalén y otras ciudades de aquella geografía, la policía buscaba a terroristas judíos de grupos como Irgún y Stern, grupos terroristas judíos que buscaban expulsar a los británicos de la zona y obligar a la comunidad internacional a reconocer en aquel territorio el nacimiento del Estado de Israel. Los terroristas aquellos, entre los que figuraba el futuro Premio Nobel de la Paz de 1978, Menahem Beguín, lograron finalmente su objetivo. 
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Wednesday,11 feb 2009 19:32:29 GTM
<![CDATA[Centro de Estudios Montañeses: la historia de una historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,881
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A lo largo de todo el año 2009, el Centro de Estudios Montañeses celebrará sus 75 años de actividad ininterrumpida en torno a diversas áreas y ramas de conocimiento siempre relacionadas con la región de Cantabria. En estas mismas páginas ya publiqué no hace mucho un pequeño apunte de esa historia, pero mi compañero en el CEM, Fernando de Vierna, coordinador in pectore de los actos y publicaciones conmemorativas, me proporciona ahora un documento mucho más extenso y valioso por la aportación de datos. Un texto imprescindible para conocer la historia del CEM que, imagino, no importe y quite el sueño a gran número de lectores, pero que a través de Ojos de Papel queda ya a disposición de cualquiera en la red. Gracias Fernando.

“Desde que en 1876 se frustrara creación de la Sociedad de Bibliófilos Cántabros, ideada por Menéndez Pelayo, había quedado pendiente esa deuda con el mayor intelectual que ha dado Cantabria. Hubo diferentes intentos, pero ninguno dio resultado hasta enero de 1934, cuando un grupo de escritores, investigadores e intelectuales se reunieron en la Biblioteca de Menéndez Pelayo para crear el Centro de Estudios Montañeses. El propósito que tenía la nueva institución era la publicación de obras inéditas o de marcado interés bibliográfico y los resultados de las investigaciones de autores contemporáneos. La Junta que habría de dirigir los trabajos para iniciar está sociedad estaba integrada, entre otros, por Miguel Artigas, Francisco Pérez Venero, Fernando Barreda, José María de Cossío, Mateo Escagedo Salmón, los hermanos Fernando y Francisco González-Camino y Aguirre, Tomás Maza Solano, Elías Ortiz de la Torre, José del Río Sáinz, Fermín de Sojo y Lomba y Gabino Teira. Cuando hicieron público su proyecto presentaron una serie de obras que ya se estaban preparando: Memoria antiguas y modernas de la Iglesia y Obispado de Santander, de José Martínez de Mazas, en edición de Tomás Maza Solano; Cartas familiares de don Gregorio García de la Cuesta, editadas por José María de Cossío; Los maestros trasmeranos de cantería, de Fermín de Sojo y Lomba; el manuscrito del siglo XVI Antigüedades de la villa de Santander, por Juan de Castañeda, en edición de los hermanos González-Camino; El ayer santanderino, de Ramón de Solano y Polanco y Escritos no coleccionados de don Amós de Escalante, en edición de Elías Ortiz de la Torre.

En la tarde del 3 de febrero de 1934 se celebró una nueva reunión en la Biblioteca en la que quedó constituido oficialmente el Centro de Estudios Montañeses, que comenzaba así su andadura. Estaba Regido por un Patronato y una Junta de Trabajo en la que aparecían representadas las diferentes secciones que lo componían. Fue elegido como presidente al militar y cronista de Trasmiera, Fermín de Sojo y Lomba, y en ella figuraban además: el arquitecto Elías Ortiz de la Torre como vicepresidente, Fernando González-Camino como Secretario y Director de publicaciones, Fernando Barreda como Contador, y los Directores de las diferentes Secciones: de Ciencias Naturales, Juan Cuesta Urcelay; de Arqueología y Bellas Artes, Elías Ortiz de la Torre; de Historia Antigua y Media, Fernando González-Camino; de Historia Mercantil, Fernando Barreda; de Historia Moderna, Francisco González-Camino; de Genealogía y Heráldica, Mateo Escagedo Salmón; de Biografía, Marcial Solana y González-Camino; de Etnografía y Folklore, Tomas Maza Solano; de Lingüística, Enrique Sánchez Reyes; y de Historia Literaria, José María de Cossío.

Desde el primer momento comenzaron una serie de actos para darlo a conocer, sin perder de vista lo que entonces era un medio de comunicación que acababa de llegar a Cantabria, la radio, que les permitió hacer llegar su mensaje a un sector más amplio de la población. Al mismo tiempo, tenían lugar contactos de miembros del C.E.M. con distintas entidades y personalidades de la vida local, al objeto de lograr su colaboración con destino a los diferentes programas de trabajo que se proponían llevar a cabo. Entre las actividades de divulgación que se realizaron hay que destacar varias conferencias en diversos ámbitos: Ateneo de Santander, Ateneo Popular o Casa del Pueblo. En una de ellas, la pronunciada por Francisco González-Camino en el Ateneo Popular, expuso los objetivos de cada una de las secciones. La de Ciencias Naturales pretendía completar el estudio de la fauna, flora y geología de la provincia y contribuir a su divulgación por medio de folletos y guías descriptivas. La Sección de Arqueología y Bellas Artes pretendía llegar a diferenciar las características de nuestra arquitectura rural y dar a conocer el espíritu y la historia de la arquitectura civil y religiosa de la provincia. El objetivo que se había marcado la Sección de Historia Antigua y Media era el de reconstruir la vida en aquellas épocas y estudiar sus instituciones sociales. La Sección de Historia Mercantil trataría todo lo concerniente a las actividades mercantiles e industriales que se han llevado a cabo en esta región. Marcial Solana, director de la Sección de Biografía, pretendía recuperar la memoria de los montañeses ilustres cuya vida y obra permanecía desconocida. El director de la Sección de Etnografía y Folklore se marcaba como objetivo conseguir la creación de un “Museo Etnográfico de la Raza Montañesa”. El Director de la Sección de Lingüística se había propuesto publicar un Vocabulario que recogiera las formas de expresarse los habitantes de nuestros valles y montañas. Por último, la Sección de Historia Literaria, tenía como objetivo hacer una historia de la producción literaria de esta tierra y encuadrarla en el marco de la literatura española, labor a la que ya llevaba varios años dedicado su director, José María de Cossío.

Al poco tiempo de la fundación, en el mes de abril, apareció el primer número de la revista Altamira, que tenía la misión de dar a conocer aquellos trabajos de investigación que no constituían materia para una publicación monográfica. Altamira, que ha cerrado el año 2008 con la publicación de su tomo LXXVI es, setenta y cinco años después, un referente imprescindible en la investigación histórica y literaria sobre Cantabria, así como de gran interés en otras materias. Además de su propia revista, el Centro de Estudios Montañeses está actualmente encargado de editar las publicaciones de los otros institutos que constituían la Institución Cultural de Cantabria: Anuario del Instituto de Estudios Marítimos “Juan de la Cosa”, Anales del Instituto de Estudios Agropecuarios y Publicaciones del Instituto de Etnografía y Folklore “Hoyos Sáinz”.

En septiembre de ese mismo año se publicó el primer volumen monográfico, el que daba inicio a la colección «Manuales del Centro de Estudios Montañeses», La escultura funeraria en La Montaña, un texto escrito en colaboración por varios miembros del C.E.M.: Elías Ortiz de la Torre, los hermanos Fernando y Francisco González-Camino y el marqués de Saltillo; una obra en la que se hace un recorrido por este arte suntuario regional, al que alguno de ellos llevaba dedicado varios años de trabajo y del que ya habían publicado algún trabajo menor. Sería el primer título del cerca de centenar que han aparecido hasta ahora, el último de los cuales Memoria y presente de los canteros en Cantabria, enlaza por su temática con el publicado por Sojo y Lomba en 1935, Los maestros canteros de Trasmiera.

Los últimos meses del primer año de existencia del C.E.M. traerían dos noticias relacionadas entre sí, pero de signo contrario, ya que a la consternación producida por el fallecimiento, el día 29 de noviembre, de don Mateo Escagedo Salmón; siguió la satisfacción de haber sido designado el C.E.M. continuador, como Cronista Oficial de la Provincia, de la obra del abad de la Real Colegiata de Santillana. De esa manera el legado honorífico de un fundador del Centro era recibido en herencia por la propia entidad.

Al año siguiente se celebraba en toda España el Tricentenario de Lope de Vega y aunque el comité organizador de los actos estaba en Madrid, la Diputación Provincial de Santander contactó con él para ofrecerle su colaboración de cara a realizar algunos actos en la tierra de los ancestros del escritor madrileño. En cuanto se llegó a un acuerdo la Diputación delegó en el C.E.M. la organización de los mismos y unos meses después, con el respaldo unánime de las instituciones políticas y los colectivos sociales, era inaugurada la Biblioteca Lope de Vega en el solar de sus antepasados, Vega de Villafufre.

Durante los dos primeros años de existencia del C.E.M. se hizo notar su presencia en la vida intelectual de la provincia. Los trabajos editoriales salían continuamente. Entre abril de 1934 y julio de 1936 aparecieron seis números de la revista Altamira, se publicaron dos libros y se subvencionaron otros tres, escritos por autores del Centro. La presencia de sus miembros en las dos tribunas más importantes de aquellos años, el Ateneo de Santander y el Ateneo Popular, era casi constante. La presencia pública del C.E.M. también se podía ver en algunos periódicos en los que se publicaban con frecuencia colaboraciones firmadas por distintos miembros o en la edición de algunas obras en las que se hacia constar la circunstancia de ser el autor miembro del Centro de Estudios Montañeses, en este sentido es de destacar el nombre de Antonio del Campo Echevarria.

Centro de Estudios Montañeses

Sin embargo, el paréntesis de la Guerra Civil supuso un importante receso en la actividad del C.E.M. que no retomó el ritmo de sus reuniones hasta agosto de 1939 para hacer un análisis de la situación en que se encontraba el propio Centro y sus miembros. Se organizó una nueva Junta de Trabajo presidida por Marcial Solana y comenzó a partir de entonces la incorporación de nuevos nombres a la Junta de Trabajo, entre los que se pueden encontrar los del padre Jesús Carballo, Fernando Calderón, Germán del Río, Félix López-Dóriga, Gonzalo Fernández de Velasco o Jerónimo de Hoz, por citar sólo algunos. Sin embargo, hasta 1945 no fueron recogidos en forma editorial el trabajo y la investigación que se estaban realizando durante aquellos años, ya que la situación general de España tras la guerra tenía, como una más de las consecuencias, la escasez y la carestía del papel para editar.

La situación del C.E.M. comenzó a mejorar cuando estableció mayor relación con la Diputación Provincial de Santander, ya que a pesar de poseer el título de Cronista Oficial de la Provincia, la sede seguía estando en la Biblioteca Municipal, compartiendo el escaso espacio de que disponía con materiales del Museo, de la Biblioteca y del futuro Archivo Histórico, y las necesidades de espacio de éste último cada día eran mayores, en parte por al trabajo de los miembros de C.E.M. que estaban recogiendo numerosos archivos dispersos por la provincia. El traslado al palacio de la Diputación proporcionó al Centro mayor espacio para sus actividades y el contacto permanente con la institución de la que dependía. El traslado de sede fue un primer paso en la relación entre ambas instituciones, que se vio reforzado posteriormente con la firma del Convenio el día 30 de mayo de 1941, por el que se establecía la labor que se encomendaba al C.E.M. y el compromiso permanente de la Diputación de dotarlo de los medios necesarios para poder llevarla a cabo.

A partir de entonces, cuando había alguna efeméride o conmemoración de carácter histórico que quisiera celebrar la Diputación, el organismo encargado de realizar los estudios previos necesarios y en muchos casos de organizarlo era el C.E.M. La primera de ellas no tardaría mucho en llegar; en 1948 se celebró el VII Centenario de la Conquista de Sevilla y de la Creación de la Marina Real de Castilla. El Centro presentó a la Diputación, el 25 de noviembre del año anterior, un proyecto de actividades que, una vez aprobado por la Comisión correspondiente, fue incluido en el programa de fiestas que iban a celebrarse por toda España. Los actos de Santander se realizaron a lo largo de la última semana de agosto, teniendo lugar uno de los principales el primer día, la inauguración del Museo del Real Astillero de Guarnizo, en Muslera, en el que el C.E.M., íntimamente vinculado al mundo de la mar, había puesto especial interés.

En el mes de marzo del mismo año 1948 el presidente del Centro, que seguía siendo Marcial Solana, recibió el encargo particular más importante que ha llegado nunca al C.E.M.. El Banco de Santander le había hecho saber su deseo costear los gastos de investigación y edición de una obra que se publicaría con motivo del centenario de su fundación, pero no se trataba de realizar una historia del banco, sino de una obra que recogiera las biografías de los montañeses que hubieran destacado de una manera especial en el mundo de los negocios y las finanzas. La colaboración entre ambas entidades fue completa, se formó una comisión mixta que planteó el contenido de la publicación y adjudicó los trabajos a realizar. El resultado de aquella colaboración vio la luz cuando se cumplía el centenario, en el año 1957, y constituye la primer obra importante y colectiva sobre la historia económica de Cantabria, se trata del volumen Aportación al estudio de la historia económica de la Montaña, editado por el Banco de Santander, un libro que tiene 850 páginas y cuenta con la colaboración de nueve autores.

Vinieron luego unos años de cierta decadencia en la actividad del C.E.M., originada por el envejecimiento de sus miembros y la falta de incorporación de otros más jóvenes que asumieran responsabilidades dentro de la Junta de Trabajo. A eso hay que añadir que el incremento en las necesidades administrativas de la Diputación hizo necesario el traslado del Centro a otra sede y por tanto el de su biblioteca y archivo, lo que ocasionó la pérdida de importantes materiales. Pero el empeño de algunos de los miembros de la Junta, especialmente de Fernando Barreda y Fernando Calderón, consiguió atraer a nuevos y jóvenes investigadores que sirvieron para revitalizar la Junta de Trabajo.

La creación de la Institución Cultural de Cantabria, en 1967, y la inclusión en ella del C.E.M. supuso el inicio de una nueva etapa, más brillante, que tuvo su punto cenital en 1974, cuando, al cumplirse cuarenta años de su fundación, el Centro organizó un ciclo de conferencias en el salón de actos de la Diputación Provincial en el mes de mayo, al que asistió numeroso público. Fueron cinco días de lecturas de conferencias y ponencias que se publicarían un par de años después en dos espléndidos tomos que constituyen una joya editorial. Aquella experiencia animó a la Junta de Trabajo a organizar un ciclo de conferencias sobre tema histórico de la provincia de Santander, que se celebró en el mes de abril de 1976 y en el que colaboraron el Archivo Histórico Provincial y la Biblioteca Menéndez Pelayo. Fue muy breve, tan sólo hubo tres conferencias, pero supuso el comienzo de una serie de ciclos que continuaría en octubre de 1977 con el dedicado a «Santander y su mundo», de cuya organización se encargó personalmente el presidente, Fernando Calderón, para lo que contó con el apoyo del entonces Presidente de la Diputación, Leandro Valle González-Torre, que años después presidiría el C.E.M. Dos años después tendría lugar el dedicado a «La Guerra de la Independencia (1808-1814) y su momento histórico», en octubre 1979, cuando presidía la Junta de Trabajo Joaquín González Echegaray, que seguía haciéndolo en mayo de 1982 cuando se celebró el último, «Población y sociedad en la España cantábrica durante el siglo XVII». En la actualidad es imprescindible la consulta de las actas de estos ciclos cuando se quiere abordar el estudio de alguna de las materias estudiadas en ellos.

Como complemento a los estudios puramente científicos, en algunas ocasiones el C.E.M. ha sido la entidad de referencia a la que se dirigió la Diputación de Santander para consultar alguna cuestión de trascendencia política. Así sucedió en 1964, cuando se le solicitó un informe sobre la oportunidad de cambiar el nombre de Santander, aplicado a la provincia, por el de Cantabria, cuestión que finalmente fue desestimada al oponerse el ayuntamiento santanderino y, es muy probable, a tenor del momento histórico que se vivía, que por instrucciones de Madrid. No habían pasado veinte años cuando el Centro respondió a otra consulta en similar sentido con el estudio publicado en forma de libro Antecedentes históricos y culturales de la provincia de Santander como región, que resultó fundamental para la constitución de la Comunidad Autónoma de Cantabria.

En 1998 el Centro fue el encargado de organizar la Asamblea anual de la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (C.E.C.E.L.). De la memoria publicada en la revista Altamira en 1999 se reproducen algunas líneas del texto en el que se hace referencia a este acontecimiento:

Fruto de esta consolidación del Centro, asumimos este año la responsabilidad de organizar y financiar la 45 Asamblea de la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (C.E.C.E.L.), cosa impensable un año antes. El esfuerzo realizado fue muy importante para una Institución sin fondos propios como la nuestra, pero gracias al patrocinio de la Consejería de Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, de los ayuntamientos de Santander y Camargo, de la Fundación Santillana, de El Diario Montañés, y al esfuerzo desinteresado de los miembros de este Centro, especialmente de don Manuel Arroyo González, se logró algo que parecía poco menos que imposible. Creemos que el esfuerzo mereció la pena, por el prestigio que supone para este C.E.M., y por la difusión que en los medios de comunicación regionales y nacionales tuvo tal acontecimiento.

Satisfacción merecida y compartida por todos los miembros de un Centro que ha tenido a lo largo de su historia nueve presidentes, desde Miguel Artigas, Presidente del Patronato fundador; pasando por Fermín de Sojo y Lomba; Marcial Solana; Fernando Barreda; Fernando Calderón; Joaquín González Echegaray; José Luis Casado Soto y Emilio Herrera Alonso; hasta llegar a Leandro Valle González-Torre, actual presidente, que asumió el cargo en el año 1996. Una entidad a la que han pertenecido, además de los que ya han aparecido en estas páginas, nombres como los de Gregorio Lasaga Larreta, Luis Redonet López-Dóriga, Patricio Guerín, Arturo de la Lama, Adriano García Lomas, Mario García Oliva, Jerónimo de la Hoz Teja, José Simón Cabarga, Manuel Pereda de la Reguera o Leopoldo Rodríguez Alcalde. Entre los actuales hay que destacar a Joaquín y María del Carmen González Echegaray, Pedro Casado Cimiano, Salvador García Castañeda, Benito Madariaga, José María Alonso del Val, Luis de Escallada, Aurelio García Cantalapiedra, Matilde Camus, Rosa María Conde López, Karen Mazarrasa, Francisco Vázquez Quevedo, Jesús Canales, Salvador Carretero, Manuel Vaquerizo, Ángel Llano Díaz, Miguel Ángel Solla, Francisco Gutiérrez Díaz, Juan Antonio González Fuentes, Mario Crespo López y tantos otros que acuden con regularidad a las asambleas académicas.

Desde aquel lejano mes de enero de 1934 han transcurrido 75 años a lo largo de los cuales ha habido momentos desiguales en cuanto a los logros del C.E.M., altibajos que se han producido por las diferentes situaciones políticas o sociales que se han vivido en España o en Cantabria, pero en ningún momento ha faltado el entusiasmo, la dedicación y la entrega de sus miembros. 
 

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Tuesday,10 feb 2009 21:1:32 GTM
<![CDATA[El teclado todo de Haydn (Diverdi)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,880
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A lo largo de este año 2009 celebraremos los doscientos de la muerte de uno de los grandes músicos de la historia, Franz Joseph Haydn. Lo más destacado y conocido de la obra del músico son sin duda sus sinfonías y, sobre todo, los cuartetos, precursores de los quizá más importantes de todo el repertorio, los de Beethoven.

Pero para iniciarse en la obra de Haydn, quizá el mejor camino, el más sencillo y ameno, sea comenzar por su música para teclado, para piano. Son partituras estas en apariencia sin sorpresas ni riesgos, muy en el espíritu y la forma de la época, el primer clasicismo vienés, centroeuropeo. Es una música que suena agradable, cómoda, sin exigencias, fácil. Pero ya hemos apuntado la palabra apariencia, pues el genio del genio no puede dejar de revelarse, de hacerse realidad, vida en la pura sangre de los sonidos sabios. Y además el milagro brota sin anunciarse, con una naturalidad sobresaliente en los movimientos lentos, de una belleza absolutamente pasmosa, sobrecogedora.



Ronald Brautigam interpreta Andante con variaciones en fa menor Hob.XVII6 1/2 de F. J. Haydn (vídeo colgado en YouTube por yoshimaninoff)

Para conmemorar el aniversario, el sello Diverdi acaba de lanzar al mercado una caja de 15 cds con toda la música para teclado del músico. La hercúlea empresa corre a cargo de Ronald Brautigam, quien al fortepiano se muestra como un artista inconmensurable.

Estamos ante una integral de primer nivel dentro de la discografía haydniana, y en última estancia ante una de las cajas de discos más interesantes del año, una música que, satisfactoriamente, acompañará al oyente comprador ya para toda la vida, crecerá con él, ofreciéndole cosas distintas en cada etapa de su existencia. Música viva, que respira, que crece y se desarrolla. Música para la vida, para toda la vida. Música grande, y a lo grande.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Monday,9 feb 2009 21:7:41 GTM
<![CDATA[Nuevas unidades familiares, o como librarse de la mili en Francia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,879
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Abro el correo electrónico esta mañana y me doy de bruces con un archivo que me hace llegar un amigo. Lo leo y me vuelven a asaltar las dudas: ¿estamos ante una historia verdadera, ante un hecho real ocurrido de veras?, ¿estamos ante una broma bien confeccionada?

La verdad es que me da lo mismo, pues la historia sirve para reflexionar sobre las posibilidades mil (o casi) que ofrecen los nuevos modelos familiares que las leyes y la realidad permiten ya en muchas partes de occidente. El caso que traigo es desde luego rocambolesco, y de una inverosimilitud que tira de espaldas, pero lo cierto es que plantea una posibilidad con visos de cumplimento real en nuestra sociedad española actual, sin necesidad de ir mucho más lejos.

El caso, por otra parte, es realmente divertido, entretenido, aunque reconozco que llega un momento en el que no es fácil seguirle el desarrollo. Cuentan las crónicas electrónicas que lo que a continuación van a poder leer ustedes es un caso real, ocurrido no hace muchos años en nuestro vecino país, Francia, y cuya revelación pública tuvo lugar en el prestigioso diario Le Monde. Un joven francés incorporado al servicio militar de su país, escribió una carta a su Ministro de Defensa pidiéndole por favor le exonerara de dicho servicio a la vista del panorama familiar que le rodeaba. El asunto, broma o veras, es el siguiente. E insisto, siendo inverosímil, es posible. Les adelanto que el final del cuento es que el ministro accedió a la petición del soldado, eximiéndole de la obligación patriótica, debido a su “estado psíquico inestable y preocupante, con trastornos mentales agravados por un clima familiar perturbador”.

El relato es el siguiente, y bien podría ponerse como ejemplo de “nuevo grupo familiar contemporáneo” en la asignatura Educación para la ciudadanía. Cedo la idea a quien le competa:

“Estimado señor Ministro de la Defensa Nacional, permítame presentarle respetuosamente el caso siguiente, referente a mi situación personal, con el fin de solicitar mi baja inmediata de mi deber del servicio militar.

Tengo 24 años, y estoy casado con una viuda de 42, la cual tiene una hija de 25 años, que ahora también se ha convertido en mi hija. Mi padre se ha casado con esta última. En la actualidad, mi padre se ha convertido pues en mi yerno, puesto que se ha casado con mi hija.

Por consiguiente, mi hija, que es también mi nuera, se ha convertido en mi madre, ya que es la esposa de mi padre... Mi mujer y yo hemos tenido un hijo en enero. Este niño se ha convertido en el hermano de la mujer de mi padre, lo que equivale a ser el cuñado de mi padre. Como consecuencia, es ahora mi tío, puesto que es hermano de mi madre. Ahora bien, como hemos dicho, ya sabemos que mi hijo es también mi tío. La mujer de mi padre, en Navidades, ha tenido un niño, que es a la vez mi hermano, ya que es hijo de mi padre, y al mismo tiempo mi nieto, puesto que es hijo de la hija de mi mujer. Como resultado, soy ahora el hermano de mi nieto, y como ya sabemos que el marido de la madre de una persona es el padre de esta persona, resulta que soy padre de mi mujer, y hermano de mi hijo. Por consiguiente soy mi propio abuelo.

Por este motivo, Señor Ministro, le ruego que me conceda el derecho a regresar a mi hogar, ya que la ley prohíbe terminantemente que el padre, el hijo, y el nieto sean llamados a filas al mismo tiempo.

Confiando en su comprensión, le mando un muy cordial saludo”.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Friday,6 feb 2009 20:17:48 GTM
<![CDATA[Pereda Cebú (una novela de nazis y cántabros en el Santander de hoy)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,878
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

¿Qué cantidad de tópicos pueden acumularse sobre la existencia en una capital de provincia española como Santander? Casposa, ultramontana, reaccionaria, gris, provinciana, fascista, alicorta, mediocre, indocumentada, polvorienta, pequeño burguesa, ignorante, estúpida, etc... ¿Cuántos de esos tópicos, mirados desde el presente tienen sobre ellos varias capas de polvo, de un polvo acumulado durante décadas y décadas de un artificioso y tontorrón cosmopolitismo capitalino o de gran ciudad venida a más en poco tiempo?

Estas preguntas sin responder, o lo que es mejor, con respuestas a medias, son las que me han ido asaltando, entre carcajada y carcajada, leyendo el último, reiterativo y divertidísimo delirio novelado del escritor José Luis Moreno-Ruiz, Pereda Cebú, editado por la editorial barcelonesa Laertes a finales del pasado año.

Les cuento el argumento de la novela, y les pido alguna atención, pues francamente, no tiene desperdicio: un grupo de peredianos cántabros (santanderinos casi todos), en colaboración con un antiguo nazi húngaro que en la actualidad trabaja para la CIA en la ciudad norteamericana de Filadelfia (un médico llamado Nemes Puta), decide profanar la tumba del célebre novelista cántabro del XIX José María de Pereda para obtener de sus restos el material genético necesario para llevar a cabo una clonación. La finalidad del experimento es crear un clon de Pereda al que poder “cruzar” en primera instancia con una nieta del nazi doctor Mengele, quien pasó una temporada en Santander tras la II Guerra Mundial a la espera de que un submarino lo depositase en alguna selva hispanoamericana.

El jefe del grupo de peredianos irredentos y fanáticos es el director de un periódico local que tiempo atrás perteneció al obispado, un director cuya ilusión es ser diputado regionalista en el Parlamento de Cantabria. Este tipo es hijo de un viejo héroe falangista de la División Azul, quien fue amigo personal de Mengele y de Ernst Jünger, aunque este último había dejado embarazada a la mujer de su amigo, proporcionando así un hermanastro al parlamentario regionalista director de periódico.

Fruto del experimento es una especie de engendro minotauro mitad niño Pereda mitad becerro cántabro, con pequeños cuernos y todo. Ante el resultado del experimento, el médico Nemes Puta, un general de la CIA a cargo del proyecto, el general Vernon, y el grupo de fascistas cántabros, deciden que el minotauro deberá dejar preñadas con su supersemen de semental tanto a las mujeres cántabras como a las vacas de la región, logrando así, poco a poco, mejorar la raza cántabra de intelectuales como la cabaña de ganado. Además, la carne de las nuevas reses engendradas con el semen del minotauro perediano, será la utilizada por los involucrados en una nueva y exitosa cadena de hamburgueserías que montan, consiguiendo así que la juventud cántabra se cantabrice aún más ingiriendo carne de Pereda, como si de una comunión de cantabricidad extrema y definitiva se tratase.

José Luis Moreno-Ruiz: Pereda Cebú (Laertes, 2008)

José Luis Moreno-Ruiz: Pereda Cebú (Laertes, 2008)

Yo ni conozco al autor ni conocía la existencia de la novela. Me pusieron sobre la pista desde Barcelona, e inmediatamente bajé a la librería para adquirir un ejemplar. Lo hice y leí las poco más de doscientas páginas de un tirón. Me dicen que la librería más importante de la ciudad ha retirado los ejemplares de la novela, lo que de ser cierto demostraría poco sentido del humor y confirmaría a Moreno-Ruiz en muchas de sus apreciaciones.

Como santanderino de pro que soy reconocí perfectamente los paisajes descritos, a muchos de los personajes poco o nada disimulados, e incluso me identifiqué con muchas de las observaciones que hace el autor, demostrando que es un buen conocedor del percal que maneja, del percal santanderino en su pura esencia. En más de cuatro y cinco ocasiones la sonrisa se convirtió en carcajada leyendo esta surrealista historia del Pereda Cebú, y desde luego Moreno-Ruiz da una lección de cómo manejar con ritmo y sentido del humor la mala leche que debe atesorar por toneladas.

Lo que menos me ha gustado del libro es que la gracia acaba repitiendo como la morcilla, y que todo gira sin desarrollo ni avance en torno al estiramiento excesivo de una simple idea ingeniosa, cachonda, divertidísima. Además, para disfrutar de esta crónica irreverente y patidifusa creo que hay que conocer el cotarro, la geografía física y espiritual en la que se desarrolla, y eso hace que la historia tenga un mercado más bien reducido, pero ¡vayan ustedes a saber! Lo mejor de esta ciencia ficción tan carpantesca, ingeniosa y trasto, es que se burla a mandíbula batiente y con mueca burlesca de los reductos más reaccionarios que dormitan en las provincias de nuestra España; reductos de todo signo e ideología que han encontrado en el nacionalismo y en los regionalismos una vía de expresión y representación social y cultural que les ofrece un papel en la nuestra contemporaneidad que ya no deberían tener.

Esta novela, este Pereda Cebú, es como un eructo que pone música de fondo a los múltiples desvaríos que rumian y aquilatan la actualidad municipal y espesa, espesísima de estupideces y sinrazones, de la inmensa mayoría de los rincones de nuestro país.

José Luis Moreno-Ruiz (1953) debe ser santanderino de nacimiento, adolescencia y primera juventud, pues conoce muy bien el pulso y vericuetos de la ciudad, aunque la ciudad que muestra lo es en esencia de otro tiempo, de otros años, de otras décadas no muy lejanas pero ya pasadas. Con ese ingrediente vivencial, mezclado con apuntes del presente más natural y actual, más bastante mala leche, y una pizca de ironía picante y sabrosona, el autor ha lanzado a las estanterías un eructo divertido y alocado, una carcajada propia sólo de un bufón, pero de un bufón que sabe poner el dedo en muchas llagas donde escuece, ¡y cómo escuece!

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Thursday,5 feb 2009 21:19:20 GTM
<![CDATA[Alejandro Sawa y sus luces (iluminaciones) de bohemia (en la sombra) (Nórdica Ediciones)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,877
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El gallego Ramón María del Valle-Inclán dejó en su obra varios personajes míticos y prototípicos en la historia de la literatura española. Uno desde luego es el Marqués de Bradomín, y otro, tampoco pudiendo dudarlo, el célebre Max Estrella de Luces de bohemia.

Max Estrella se llamó en la vida real Alejandro Sawa, y ahora se cumple un siglo de su muerte. Sawa (Sevilla, 1862-Madrid, 1909) fue el molde en el que se vertió el material del bohemio español, de la bohemia madrileña hecha de buhardillas en corralas, cafés con leche templada sorbidos poco a poco en rincones de oscuros cafés cantantes, poemas autoeditados en papel del water, artículos en las esquinas más difíciles de periódicos intonsos, libros suntuosos y de maestría indómita que jamás vieron la luz, sabañones, ropajes de trapero, y mucha labia, y mucha literatura en la boca hambrienta y sin dientes.

Alejandro Sawa, antes de cumplir la treintena, en 1889, viajó al París capital mundial del arte y los artistas. Allí trabajó para la casa editorial Garnier, trabó amistad legendaria con Verlaine, frecuentó a todos los simbolistas, parnasianos y simbolistas del momento, e incluso le dio tiempo a tener una hija con una actriz francesa de la misma France. Aquellos fueron sus “años dorados” por propia confesión, los años de abrazar farolas y poetas: Mallarmé, Daudet, el ya mencionado Verlaine machadiano y rimbaudesco.

Alejandro Sawa (foto de wikipedia)

Alejandro Sawa (foto de wikipedia)

Luego regresó a la España garbancera y con olor, en el mejor de los casos, a repollo y a coliflor hervida, la España de Galdós, nacional y episódica. Llegó a inmiscuirse de lleno en lo que él llamó un tiempo estupendo de vulgaridad y grandeza. Un tiempo en el que definitivamente Sawa vivió de París y un cúmulo de leyendas urbanas que él fue ensanchando a su antojo y según las necesidades inminentes. Tuvo el acierto y la decencia Sawa de plasmar esa época en páginas de novelas como Crimen legal, Declaración de un vencido o Criadero de curas, y también en decenas de artículos que encontraban hueco en cualquier diario madrileño que pagase algunos céntimos por párrafo.

Sin haber cumplido medio siglo, pero logrado ya en leyenda callejera y bohemia más que literaria para varias generaciones (incluida la del 98), Alejandro Sawa se entregó a la muerte sin verla, pues la miseria congénita y la locura cultivada lo hallaron además ciego de luces. Por eso, quizá, su último trabajo lleve un título tan cegadoramente luminoso: Iluminaciones en la sombra.

Estas son sus mejores páginas, una miscelánea póstuma que a la vez es dietario cotidiano, novela, relato, autobiografía, memoria, poema, libro de historia, diario de viajes y sorpresas. El libro apareció en la editorial Renacimiento en 1910 con prólogo y admiración del gran parisino de Nicaragua que fue Rubén Darío. Del libro dijo el genial Valle-Inclán (un autor imposible de traducir a ningún idioma, un autor por eso alejado de los cánones occidentales al uso y abuso de intelectuales neoyorkinos), algo así como que era lo mejor del escritor, todo un diario de esperanzas y tribulaciones. Palabra de Valle. Amén.

Ahora, casi un siglo después, Nórdica Libros reedita las palabras póstumas del gran bohemio español de toda la historia. La hermosa edición incluye el prólogo de Darío y una presentación del más grande autor español contemporáneo de diarios, Andrés Trapiello.

Una joya preciosa.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)

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Wednesday,4 feb 2009 20:4:49 GTM
<![CDATA[Gran Wyoming versus becaria, la otra cara de un progresista de toda la vida]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,876
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Un malicioso lector de estas páginas, de cuyo nombre ahora mismo no puedo acordarme, me hace llegar por correo electrónico una dirección de la que, me comenta, quizá pueda extraer algún jugo para dejarlo aquí plasmado.

Cuando las obligaciones me dejan un momento entro en la dirección, y me topo con un video de mala calidad, en el que se ve a uno de los sempiternos protagonistas de nuestra televisión, el Gran Wyoming, echándole una soberana bronca a una colaboradora, al parecer, una becaria.

Visiono las imágenes varias veces, y busco algún indicio propicio para pensar que es un montaje, una falsa noticia de esas que a veces los protagonistas se encargan de realizar para confundir al personal, etc, etc... Pero no, parece que la grabación plasma un momento real, y que la soberana bronca ocurrió en la realidad.

De ser cierta esa realidad grabada, me asaltan a bote pronto dos reflexiones. La primera alude al desamparo al que se expone tanta gente en la vida laboral del día a día: superiores despóticos que realmente pueden hacerle la vida a uno imposible, llegando desde la prepotencia, el abuso de poder y la falta de educación, incluso a la humillación, el insulto directo y personal, los comentarios completamente fuera de lugar, la vejación.



El Gran Wyoming se luce gritando a la becaria (vídeo colgado en YouTube por Welling2)

La segunda reflexión no se le escapará a nadie. Si impresentable, cobarde y denunciable es el comportamiento chulesco y arrogante de cualquiera que abusa de su poder, la cosa empeora aún más, si cabe, cuando el chulo prepotente es alguien que lleva años presumiendo de progresista (adornándose con todos los adjetivos positivos que ello implica), y haciendo mofa pública, burla burlesca de los sectores más conservadores de la sociedad española, supuestos agentes practicantes inveterados de todo lo que, según se muestra, él mismo practica con soltura y afición: machismo, grosería, petulancia, abuso de poder...

El personaje es el Gran Wyoming, azote de la derechona hispana desde tiempo casi inmemorial. Sí, el Gran Wyoming, el progresista de libro, gracietas y chascarrillos, personaje que ahora comprobamos (según parece) cómo se las gasta con los más humildes en cuanto no hay nada que poner el rostro dicharachero e irónico de comediante televisivo. Es más, por lo que se ve y escucha en el video el Gran Wyoming no es desde luego un simpático filántropo, se muestra en las imágenes bastante preocupado por la “pasta” que gana. Claro que parece haberse puesto de moda el que los marxistas de toda la vida se hayan convertido en multimillonarios (caso del jefe supremo del Wyoming, el famoso Jaume Roures) o en asalariados de lujo, como es el caso que nos ocupa.

Se hace una evidencia que para que el Wyoming de turno gane su super sueldo, y el marxista Roures lo pueda pagar, debe existir una becaria que por 300 euros pueda ser vejada e insultada sin miramientos. ¡Vaya con los marxistas!, ¡vaya con los Internacionalistas!, ¡vaya con la progresía de la era zapateril! Es como para meterse bajo la cama y no salir en décadas.

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 RECTIFICACIÓN: Juego limpio, el vídeo resultó ser un montaje. Aquí va completo:



La verdad del video del Gran Wyoming (colgado en YouTube por perebovi)

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,3 feb 2009 20:4:49 GTM
<![CDATA[París, Texas, Wim Wenders y la tumba tejana de una niña ignota]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,875
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Llego algo tarde a casa ayer sábado por la noche. No tengo ni pizca de sueño y decido volver a ver, recién comprada en la colección Cinemateca de Filmax, la en mi opinión más comercial, y a la vez mejor película del alemán Wim Wenders: París, Texas (1984). Obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes de ese año.

Hacía muchos años que no veía la película, y en el silencio absoluto de la madrugada, conectados los “cascos” al portátil, completamente concentrado en la historia que narra Wenders, vuelvo a quedar atrapado en la profunda emoción contenida en un filme de una belleza infinita, en un cuento de amor(es) sobrecogedor, en el que una pasión desbordada y desbordante queda expresada, fotograma a fotograma y sin subrayados, en una colección pasmosa de gestos, silencios, miradas y palabras aisladas que ya tienen su lugar en la historia del cine con mayúsculas.



París, Texas, de Wim Wenders (vídeo colgado en YouTube por dvigo7)

Nastassja Kinski nunca jamás ha vuelto a estar tan hermosa, y sus momentos en la cabina de peepshow son antológicos. Pero si la Kinski está admirable, la actuación de Harry Dean Stanton es de esas que consagran a un actor, que le dan pleno sentido a toda su carrera profesional, y en general a la profesión de actor. Sin duda una de la mejores interpretaciones cinematográficas de las últimas décadas. Si al gran trabajo de los actores principales, le sumamos la excelencia de los secundarios (incluido el niño), la presencia siempre tan cine puro del desértico paisaje tejano, un guión prodigioso de Sam Shepard, la peculiar, sugerente y eficaz banda sonora de Ry Cooder, y una dirección probablemente impecable de Wim Wenders (poderosa, contenida, ajustada, sabia, nada amanerada, sencilla, elocuente, sin efectismos ni aspavientos ni egolatría), tendremos algo muy parecido a una obra maestra.

Este peculiar western moderno, deudor en su discurso y en algunos detalles esenciales de Centauros del desierto (The seachers) de John Ford, guardaba algunos tesoros que, por razones de metraje o porque no sumaban cosas esenciales a la historia, quedaron en el tintero en la versión final y definitiva.

Ahora, gracias a la magia del dvd, esos tesoros pueden visionarse como “extras” en la edición puesta a la venta, y además comentados por el director. Repito, son escenas, secuencias, que a juicio del director no acababan encajando en la narración o alargaban el metraje más de lo necesario, aunque algunos eran momentos de una belleza sobrecogedora.



París, Texas, de Wim Wenders (vídeo colgado en You Tube por Birdy1166)

De todos, quiero traer hasta aquí uno de ellos. Rodando por aquellos paisajes de la América profunda, y junto a un increíble nudo autopistas por el que circulaban miles de coches con muy diversos destinos, Wenders descubrió un pequeño y miserable cementerio que parecía recién sacado de un relato del far west. En una arenosa parcela de desierto, a escasa distancia de donde circulaban los coches con velocidad de vértigo, decenas de pequeñas cruces y de lápidas funerarias, muchas ya casi escondidas por el polvo y la maleza, señalaban un decorado espectral e intemporal, un instante de vida muerta suspendido para siempre en la intemporalidad de la historia.

Pues bien, en ese lugar real Wenders decidió rodar un momento de desolación y ternura protagonizado por Harry Dean Stanton. Éste, vestido con pantalones y cazadora vaquera, deambula como insomne entre las tumbas, muchas semienterradas por el desierto. Wenders le pidió que pasease sin rumbo fijo por el lugar, y que hiciese durante un buen rato lo que considerase que su personaje haría en una situación y un lugar así. Dean Stanton camina como sin rumbo por entre las cruces y las lápidas. De repente se detiene ante una que llama su atención y hace que su imaginación, y la nuestra, inicie un vuelo errante. Se agacha junto a ella. Es una lápida muy pequeña, apenas un montículo de cemento. Dean Stanton queda conmovido, y de repente inicia un gesto. Acaricia con suavidad el borde superior de la lápida, un borde de cemento en el que alguien escribió hace mucho, mucho tiempo, cuando el cemente estaba aún fresco, una sola palabra en español: Niña.

Nadie sabrá nunca quién fue aquella niña que descansa en un pequeño cementerio del desierto tejano. Yo, desde luego, no lo sabré. Pero hoy quiero dedicarle esta página, y agradecerle el momento de poesía que sin querer me ha regalado.


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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,2 feb 2009 20:28:8 GTM
<![CDATA[Jaume Roures, o el extraño caso del trotskista, marxista y millonario]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,874
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La incalificable Wikipedia dice de Jaume Roures lo siguiente: Jaume Roures Llop (Barcelona, 1951) es un empresario de la comunicación y productor cinematográfico español. Fue periodista deportivo en los inicios de TV3 y actualmente es propietario de un 33% del grupo mediático Mediapro, entre cuyas publicaciones se encuentra el diario Público y el canal de televisión laSexta.

De la lectura wikipediesca extraigo como conclusiones, a bote pronto y sin tener conocimiento alguno del personaje, que estamos ante un empresario de éxito, cuyo área de negocio son los medios de comunicación, los derechos televisivos de retransmisiones deportivas y las producciones cinematográficas. Como aficionado al fútbol me suena que Mediapro es un grupo que ha comprado los derechos de retransmisión deportiva a diversos equipos de fútbol españoles, y que ha desembolsado en tal concepto o va a desembolsar cantidades ingentes de millones de euros. Como el Sherlock Holmes de pacotilla en el que me estoy convirtiendo, deduzco automáticamente que Jaume Roures es un “tío pasta”, es decir, un hombre rico. Vamos, un tipo que a buen seguro no pasa apuros para llegar a fin de mes, entre otras cosas porque no los conoce; un tipo que seguro no conduce un utilitario, no pasa las vacaciones de verano en una pensión de Benidorm, no cena un pincho de tortilla en la tasca de la esquina del barrio, no habita un apartamento de sesenta metros cuadros, etc, etc... Me alegro por él, francamente. Creo que los empresarios son imprescindibles para el desarrollo de un país, y que por regla general, en España, no son apreciados con justeza. Creo que es injusto. Por eso brindo por el señor Roures Llop, le deseo toda la suerte del mundo en sus negocios, y salud, mucha salud.

Lo que ocurre es que he leído unas declaraciones realizadas por don Jaume al periódico francés Libération (periódico sartreano e izquierdoso por vocación), que me han dejado patidifuso.



Jaume Roures habla de sus negocios el 24 de julio de 2008 (vídeo clgado en YouTube por PRLATAM)

Se suelta don Jaume asegurando que él no trabaja, sino que “milita”, y que hace dinero para servir a sus ideas. Con todo el derecho del mundo se declara un nacionalista catalán militante, y aboga por un referéndum de autodeterminación (¿sabrá algo don Jaume de Derecho, de Derecho Internacional y demás zarandajas?), aunque acaba diciendo que él optaría por quedarse en España. El señor Roures proclama que fue militante de la LCR y la IV Internacional, asegurando además que sus ideas no han cambiado un ápice desde entonces, y que la crisis que vivimos en la actualidad demuestra a las claras la debilidad intrínseca del capitalismo, sus contradicciones, y la actualidad de la tesis planteadas Marx, don Carlos, a medios del siglo XIX. Jaume Roures es por tanto trotskista, opción vital e ideológica que compatibiliza con la de ser propietario de una de más importantes empresas de medios audiovisuales de toda España, luchando en la actualidad con Prisa y su cabeza visible Juan Luis Cebrián para hacerse con la hegemonía y la mayor parte del pastel. No ve Roures contradicción alguna en ser un multimillonario trotskista, y aduce (¿ejemplo de contradicción admitida?) que nadie rechaza a los empresarios millonarios que son católicos. Jaume Roures asegura que la derecha reaccionaria (¿española?) tiene una cultura política marcada por la intolerancia, la falta de diálogo y el respeto hacia el otro, y que sin duda esas marcas características son una herencia franquista. A la derecha reaccionaria (¿española?) dice Roures que “la soporta difícilmente” (Roures “el tolerante” dixit).

Jaume Roures Llop, dueño de Mediapro, tolerante intolerante con la derecha reaccionaria, trotskista, empresario de éxito, multimillonario, nacionalista catalán que quiere seguir haciendo negocios con/de/en España, capitalista fulgurante pero anticapitalista de corazón, Jaume Roures Llop, repito, se declara marxista. Sí, marxista.

Lo que no aclara es si marxista grouchiano (bis cómica tiene desde luego); marxista por ser él mismo una contradicción del sistema y del antisistema, es decir, una contradicción en las dos caras (qué cara) de la misma moneda (Roures o la pura contradicción, versión marxista clase ambassador); marxista seguidor del Karl Marx que vivió toda su vida de la explotación sistemática de los amigos, que maltrató a su mujer e hijos, que dejaba embarazadas a la criadas al menor descuido descuidado...

Quiero acabar con una confesión. Esta mañana, en una reunión de trabajo en el despacho del alcalde de Santander, en un aparte, Elena García Botín, de los Botín banqueros, me confesaba en un aparte que ellos, los Botín, los dueños del Banco de Santander, también son marxistas. Marxistas de toda, pero de toda, toda la vida.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,30 ene 2009 21:14:59 GTM
<![CDATA[Barack Obama, Lincoln, Dios y las gentes del PP y del PSOE]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,873 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Imaginemos que un futuro presidente del gobierno español fijase su residencia oficial en un edifico construido en parte por esclavos. Imaginemos que el presidente decidiera jurar (que no prometer) su cargo poniendo la mano sobre una biblia antigua, por ejemplo, la utilizada en su día por el rey Felipe II. Imaginemos que el presidente invocase la ayuda de Dios Todopoderoso en su discurso de investidura en diversas ocasiones. Imaginemos quizá lo más impensable, que durante la ceremonia de investidura como presidente de gobierno estuviera acompañado por religiosos de distintas confesiones, y que estos también intervinieran con discursos durante la ceremonia. Imaginemos que cientos de miles de personas asistieran entusiasmadas a la jura del cargo, y lo hicieran enarbolando millares, centenares de miles de banderas españolas. Imaginemos que en su discurso el presidente español hablara de patriotismo, de esfuerzo, de sacrificio, de orgullo por ser españoles… E imaginemos, ya por último y para dejar descansar a la imaginación, que la primera actuación del nuevo presidente fuera ponerse en contacto con las tropas desplegadas en territorio extranjero.

Al día siguiente de pronunciado el discurso del nuevo presidente español, y al poco de realizadas las primeras actuaciones, es decir, llamar a las tropas e instalarse en la casa erigida por esclavos, ¿qué dirían los editoriales de periódicos como El País o Público?, ¿qué frases podrían oírse, por ejemplo, en las tertulias de la cadena Ser?, ¿con qué calificativos recibirían los intelectuales y artistas progresistas al político electo?, ¿qué “reflexiones” saldrían de las bocas de los Bardem, los Buenafuente, los Boris Izaguirre, los Sardá…, de turno? ¿Con qué acusaciones de fascismo nacionalista español no saldrían al paso los nacionalistas gallegos, catalanes y vascos? ¿Qué dirían desde la oposición, por ejemplo, el ex presidente José Luis Rodriguez Zapatero, o Leire Pajín, o Magdalena Álvarez, o Zerolo, o José Blanco…?

Pues bien, Barack Obama, el nuevo presidente de los EEUU, uno por uno ha materializado en su toma de posesión todos los puntos señalados más arriba. Y miles, centenares de miles de banderas norteamericanas (no de Texas, Florida o California) ondearon al viento el día de su llegada a la Casa Blanca, edificio levantado por esclavos africanos a comienzos del siglo XIX. Obama juró sobre la biblia sobre la que juró el presidente Lincoln; Obama invocó en diversas ocasiones la ayuda de Dios; Obama habló de patriotismo, de sacrificio, de esfuerzo, del orgullo que deben sentir los norteamericanos sólo por serlo; a Obama lo acompañaron en su toma de posesión religiosos de distintas confesiones, religiosos que tomaron la palabra; Obama, nada más saberse nuevo presidente, lo primero que hizo fue dirigirse como tal a su ejército desplegado por los confines del mundo para darle todo su apoyo y confianza.

Barack Obama (foto wikipedia)

Barack Obama (foto wikipedia)

Sin embargo, y a pesar de todas estas realidades que pueden comprobarse una por una, toda la progresía española, toda la progresía europea tan antiamericana ella en sus discursos y puestas en escena, está entusiasmada con la llegada al poder del nuevo presidente norteamericano, todos muestran unas afinidades con el político que no resistirían ni treinta segundo de análisis más o menos riguroso. ¿Por qué la incongruencia? ¿Por qué esta carencia total de rigor? ¿Por qué esta falta de racionalidad? ¿Por qué este apoyo sentimental a Obama por parte de gentes que verían en gestos similares a los del americano amenazas tangibles y terribles en sus propios países? Misterios insondables del corazón humano, del alma que todo marketing puede moldear. O se trata más bien de la necesidad de creer en la novedad, de apostar a ojos ciegos por lo diferente. Cierto es que toda construcción de idealismo progresista admite de mil amores como beneficioso el juego del cambio por el cambio, y si lo que cambia lleva consigo una supuesta irreverencia, un llevar la contraria a la tradición, pues mejor que mejor.

Me pregunto en mi tosca ingenuidad si lo que ha entusiasmado a la progresía nacional y europea de Barack Obama no son ni sus discursos, ni sus ideas, ni su juventud, ni sus promesas políticas, ni sus formas y maneras… Me pregunto si lo que de verdad ha entusiasmado a la gente es tan sólo el simple y determinista hecho de que el presidente es negro, o mejor dicho, que corre sangre africana por sus venas, cuestión cuya energía entusiasmante o entusiasmadora no creo que dé para excesivo recorrido. El tiempo dirá, pero no soy muy optimista al respecto. Que el Dios al que con tanta frecuencia invoca Obama le coja confesado y le otorgue todo el cargamento de suerte disponible.

Pero, y ya para finalizar, les propongo que sigan imaginando tan sólo un instante. ¿Y si el hipotético futuro presidente del gobierno español fuera descendiente a la vez de payos y gitanos? Es decir, ¿y si el padre de un futuro presidente español fuera de raza gitana? ¿Cómo reaccionaría la derecha española? ¿Cómo la izquierda? ¿Sería el gitano presidente miembro del PP o lo sería del PSOE? Imaginemos, imaginemos. Imaginar, al menos de momento, no cuesta.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,29 ene 2009 22:12:6 GTM
<![CDATA[Tres rusos muy rusos (Herzen, Bakunin y Kropotkin) según López Viejo (Editorial Melusina)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,872 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Santander, mi ciudad, es una pequeña ciudad burguesa venida a menos desde un concepto imaginario de sí misma que tampoco era mucho. En tales condiciones es un hecho recurrente que Santander siempre ha tenido muy poco de todo, pero lo poco sí ha tenido tradicionalmente algún color de empaque.

Es el caso de las galerías de arte, escasas como el cacao en Mongolia, pero apuradamente decentes y con alguna proyección más allá del suelo chico. Fue el caso durante casi medio siglo de la galería Sur del escritor Manuel Arce, y lo es ahora, en esta rabiosa comtemporaneidad crédula en milagros americanos del santo varón Obama, en el caso de la galería Siboney.

Siboney es nombre de indígenas, de bolero, de habanera, de galería de arte y de edificio santanderino, levantado, claro, por un indiano que hizo con suerte las Indias en un país tan poco indio como Cuba. Finalizando la primavera de 1985, nació la galería Siboney, fruto del esfuerzo y las ganas de dos tipos tan dispares como Fernando Zamanillo y Juan G. Riancho. Hoy Zamanillo vive la vida en otra importante galería de arte santanderina, pero Riancho sigue saludando con las cejas a los viandantes que van y vienen por la calle del orador Castelar, una calle abierta a un mar encerrado en una bahía, abierta a la nieve invernal de las montañas cercanas en su lejanía, al cielo y las nubes que como decorado de casa de ópera de primera cambian cada diez minutos, esperando nuevos actores, nuevas obras a representar.

Por las paredes y pasillos de Siboney han mostrado sus colores, sus luces y sus sombras, trabajos de Eduardo Gruber, José Luis Mazarío, Sara Huete, Martínez Cano, Dis Berlin, Vicky Uslé, Xesús Vázquez, González Sainz, Chema Madoz, y otros artistas de imaginaciones comprobadas y soleras contrastadas.

La cuestión es que un día, al otro lado de las nuevos e invisibles cables telefónicos que nos unen mediante digitales magias a las voces ajenas, escuché la voz de Riancho solicitándome mi dirección postal. Quería el galerista pasarle mi dirección a un buen amigo suyo, escritor recién estrenado en las públicas letras, para que dicho amigo me hiciese llegar el fruto escrito de sus desvelos en forma de libro. El autor, al parecer, de vez en cuando leía con buena disposición mis tretas y ociosidades en estos ojosdepapel, y quería que, si fuera posible, se le dedicasen unas líneas.

Desconozco la razón concreta, pero tales acechanzas siempre me han dado mala espina, claro que por ser vos quien sois (bondad infinita), le proporcioné la dirección al susodicho, esperando encontrar al poco tiempo en el buzón de correos un librito de versos en el mejor de los casos corajudos, o una novelita autobiográfica con menos interés que una película de Torrente. Ya pueden preludiarse los lectores qué tipo de cabroncete joputa, pagado de sí mismo, se esconde tras mi imagen de pose relamida que acompaña estas líneas.

Enrique López Viejo: Tres rusos muy rusos (Herzen, Bakunin y Kropotkin) (Melusina, 2008)

Enrique López Viejo: Tres rusos muy rusos (Herzen, Bakunin y Kropotkin) (Melusina, 2008)

Y en efecto, el día llegó. Marché a correos, recogí el envío y lo abrí no sin estudiada desgana. Pero como a un buen idiota, a mí también me pusieron en mi sitio, y encima, en forma de regalo. El libro llevaba por título Tres rusos muy rusos (Editorial Melusina, Barcelona, 2008) y su autor era Enrique López Viejo. Otra curiosidad del caso es que ya me había fijado en el libro por su cubierta en las librerías, los tres rusos, Herzen, Bakunin y Kropotkin caricaturizados con acierto y sentados a una mesa mientras beben, disertan, y una fémina arrodillada bajo la mesa les quita el peso de polvo y paja.

López Viejo, lo leí en la solapa, es vallisoletano y no mucho mayor que yo. Estudió Historia Antigua y Geografía en la Universidad de su ciudad natal. Más tarde prosiguió su formación en Bellaterra, Barcelona, hincando los codos en Ciencias de la Información, y también en la ciudad Condal comenzó a ejercer como profesor. Con el tiempo dejó plantada la enseñanza y se dedicó en Mallorca, al parecer con suficiente éxito, a la compleja carrera de hombre de negocios. Ahora, retirado de toda actividad profesional ajena a la literatura, vive dedicado a recrear con rigor y refinado sentido literario las existencias de algunos de sus personajes históricos favoritos. Vamos, es Enrique López Viejo, desde la lejanía, un tipo afortunadamente raro e interesante.

Fruto ya maduro de su nueva dedicación vital es el libro ya mencionado, Tres rusos muy rusos, sencillamente un trabajo espléndido, sí, con mayúsculas y todas las letras. López Viejo demuestra en estas páginas una maestría completamente inusual en el panorama de nuestra letras como constructor de biografías. No abundan los especialistas en biografías entre nosotros, y menos los que se dedican a escribir con conocimiento y con causa sobre personajes foráneos. A este relevante hecho de escasez, en el caso de López Viejo debe sumársele otra singularidad desde luego más importante: la nula exhibición de academia y la incontestable presencia de eso tan escaso y primordial que es la literatura.

Es López Viejo un biógrafo claramente de la estirpe de los Stefan Zweig y sobre todo, a mi entender, de los Lytton Strachey que en el mundo han sido, para fortuna de los avezados lectores. No abruma (¿aburre?) López Viejo con fechas, partidas de nacimiento, ibidem, op. cit, referencias bibliográficas, notas y renotas remotas. Lo de López Viejo es más sencillo, más fácil, siendo a la vez lo intrínsecamente más complejo, más difícil, más valioso, más de literato de ley y quilates. López Viejo sencillamente se sabe la vida de los biografiados, ha leído sobre ellos todo lo importante y significativo, y también sabe todo sobre el momento histórico que vivieron y sobre las ciudades y sociedades en las que deambularon y que les contemplaron.

Y una vez rumiadas las lecturas, López Viejo ha echado en la cazuela de su inteligencia y cultura la información acumulada y los conocimientos atesorados, los ha aderezado con ricas y sabrosas especias, le ha añadido paciencia, gracia e ironía, ha dejado que todo se cocinase a fuego lento y el reconfortante y alimenticio resultado lo ha servido con gusto narrativo. El resultado ya se ha dicho: un guiso de primer orden que aporta a quien lo degusta todo el alimento necesario y, además, le deja en el paladar muy ricos sabores, los aromas benéficos de lo que alimenta proporcionando placer. Por las páginas de Tres rusos muy rusos deambulan libremente los anarquistas Herzen, Bakunin y Kropotkin, y lo hacen además con todas sus ideas y opiniones, con sus amores posibles e imposibles, con los paisajes que vivieron y les vivieron, con amigos, libros, manifiestos, revoluciones, celos, tiros, carreras, velocidad... Como se dice en la contracubierta del libro, López Viejo ha logrado que la existencia de estos tres pensadores del anarquismo parezcan inverosímiles de tanto como vivieron y les sucedió. Y sin embargo lo que se cuenta en buena prosa y español sólo es realidad histórica, el pálpito inapagable de tres vidas que fueron y siguen siendo gracias a la prosa de Enrique López Viejo.

Corran a por el libro, léanlo como una novela de intriga y aventuras, y disfruten de una época, de un tiempo en el que tres rusos muy rusos se propusieron reinventar el mundo viviendo con inusitada intensidad. ¡¡¡Una gozada!!! 

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 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,28 ene 2009 21:14:38 GTM
<![CDATA[Anxo Quintana, el Espartaco/Astérix nacionalista gallego]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,870 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En su día comenté en estas páginas la aparición del libro de un buen amigo mío, el escritor Jesús Laínz. El libro lleva por título La nación falsificada, y en sus documentadas y entretenidas páginas, Jesús Laínz hace un somero repaso a las biografías de algunos vascos y catalanes realmente importantes en la historia de España. La cubierta de La nación falsificada, ideada por su autor, ofrece una ilustración cargada de eficaz ironía y mucho sentido y oportunidad histórica. Parodiando la célebre ilustración que abre todas las aventuras de Astérix el galo contra Roma, podemos ver, aumentada por el efecto de una lupa, una pequeña y humilde aldea con unas pocas chozas defendidas por una empalizada realizada con troncos. Junto a las chozas pueden verse dos mástiles de los que al viento ondean dos banderas: la vasca y la catalana.

Rodeando la empalizada, sitiando el pequeño poblado, se sitúan unas cuantas tiendas de aire casi imperial, y en sus puertas, haciendo guardia, hay colocados unos guardias civiles con bigote y tricornio sosteniendo banderas españolas. Vamos, que como en los cómics de Astérix, una potencia imperial y ocupante, Roma-España, sitia el simpático e indomable poblado de un pueblo que lucha por su libertad y autonomía, el poblado galo de Astérix, el País Vasco y Cataluña.

Jesús Laínz: La nación falsificada (Encuentro, 2006)

Jesús Laínz: La nación falsificada (Encuentro, 2006)

Sé que muchos tildaron la incisiva viñeta de exagerada, fuera de toda razón, y retórica. Sin embargo, también sé que muchos vieron en el afortunado dibujo la muy acertada expresión de sus ideas nacionalistas, de su visión de una realidad política existente y real.

Sea como sea, lo que no puede ponerse en duda es la visión premonitoria de Jesús Laínz, la visión de cómo iban los irredentos nacionalistas, en este caso galleros, a ponerse en escena de cara a su público, y al público en general. Al respecto sólo cabe visionar el hilarante video propagandístico con el que el BNG (Bloque Nacionalista Gallego para los no familiarizados con la película), con su actual líder Anxo Quintana a la cabeza (y qué cabeza), regala al electorado gallego y, de paso, a todos los mortales que quieran pasar un buen rato. Además de Astérix, al parecer la inspiración les ha venido a los gallegos nacionalistas del Hollywood clásico (y eso que son muy antiamericanos). Más concretamente de una célebre escena del Espartaco de Kirk Douglas y Stanley Kubrick, en la que conminados a hablar por sus opresores para delatar a su líder Espartaco, los esclavos revolucionarios y revolucionados se van autonombrado uno a uno como Espartaco, logrando la confusión de los malditos romanos ante la aparición heróica de tanto Espartaco dispuesto a sucumbir. O sea, el famoso y más castizo “todos a una” de Fuenteovejuna.



"Eu son Anxo Quintana" (vídeo colgado en YouTube por toniairavideos)

Tiene gracia el señor Quintana haciéndose pasar por liberador de esclavos y solicitando todo su apoyo y todos sus votos. De momento, y que sepamos, el liberador de esclavos aprovecha su actual cargo para vivir como Dios, para fomentar y desarrollar con descaro inaudito un clientelismo político de corte fascista o estalinista (tanto monta, monta tanto), y para perseguir con hambre de lobo feroz y veloz a cualquiera de sus “subditos” que quiera ejercer la libertad de expresarse, por ejemplo, en español.

Que el destino nos libre de semejantes liberadores de esclavos, de tamaños caraduras, de estos Obélix que sí, en efecto, lo único que desean es caerse dentro de la marmita con la poción mágica: la poción mágica de los presupuestos públicos que engordan, engordan, engordan, y dan mucha fuerza…. No se lo pierdan y disfruten hasta las lágrimas. El desperdicio no tiene desperdicio.
 

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 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,27 ene 2009 20:57:29 GTM
<![CDATA[Breve historia de la cultura en España de Fernando García de Cortázar (Planeta)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,869 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando estudiaba historia en la Universidad de Cantabria, una de las estrellas indiscutibles del claustro de profesores era el catedrático de Historia Medieval, José Ángel García de Cortázar, quien, y sigue cosechando méritos y distinciones. Sin embargo el profesor medievalista no es el historiador más conocido y famoso de su familia, pues quien se lleva sin ninguna duda la palma en dicho plano es su hermano, Fernando García de Cortázar, un historiador especializado en la contemporaneidad

Cuando estudiaba historia en la Universidad de Cantabria, una de las estrellas indiscutibles del claustro de profesores era el catedrático de Historia Medieval, José Ángel García de Cortázar, quien después de tantos años sigue en su antiguo puesto docente, y sigue cosechando méritos y distinciones, como el no muy alejado en el tiempo Doctorado Honoris Causa por la cercana Universidad del País Vasco.

Sin embargo el profesor medievalista no es el historiador más conocido y famoso de su familia, pues quien se lleva sin ninguna duda la palma en dicho plano es su hermano, Fernando. Fernando García de Cortázar en un historiador especializado en la contemporaneidad, y ha ejercido buena parte de su vida, si no toda, como profesor en la Universidad de Deusto. La popularidad, y reconozco que dado el caso quizá el término sea excesivo o impropio, le llegó cuando publicó su Breve Historia de España, un auténtico bestseller en su momento con muchas reediciones. Con ese trabajo García de Cortázar, Fernando, parece que descubrió su talento para ofrecer con amenidad y conocimiento riguroso síntesis plausibles de temas en principio muy poco aptos para las síntesis en unos cuantos centenares de páginas. Así, tras la breve aproximación a la historia de España, García de Cortázar, Fernando, ha publicado unos cuantos libros con parecidas intenciones sintéticas, divulgativas y aproximativas: Historia de España: de Atapuerca al Estatut; Los mitos de la historia de España; Atlas de historia de España; Los perdedores de la Historia de España; e Historia de España desde el arte, libro que le valió el pasado año el Premio Nacional de Historia de España.

Ahora acaba de aparecer en las librerías de todo el país otro libro de García de Cortázar, Fernando, de características similares, una Breve historia de la cultura en España (Planeta, Barcelona, 2008) que presenta una estructura especial y sin duda interesante. Me explico. Cronológicamente el trabajo abarca desde la Edad Media hasta el siglo XX, y para hablar de la cultura española en cada etapa histórica (siempre a grandes rasgos, en forma de síntesis y aproximación), nuestro autor ha elegido ciudades/lugares/geografías para ubicar en ellas y explicar algunos de los principales hitos culturales españoles, algunas de las principales corrientes de pensamiento y creación que han ayudado a construir esto tan difícil y complejo que llamamos España desde hace tantos siglos.

Fernando García de Cortázar: Breve historia de la cultura en España (Planeta, 2008)

Fernando García de Cortázar: Breve historia de la cultura en España (Planeta, 2008)

Pongamos un ejemplo. El historiador ha elegido para tratar la Edad Media ciudades o lugares concretos, y a cada cual le ha añadido un frase, una idea que explica la elección y presenta además una idea o concepto sobre la que cimentar la construcción de la cultura en España: Santiago de Compostela (El camino del Románico), Córdoba (La capital de Occidente), Toledo (La ciudad de los traductores), Trujillo, Plasencia, Canarias (Hacia un nuevo mundo).

Igual esquema siguen el resto de los periodos.

Siglos XVI y XVII: Granada (Palacio del Renacimiento), Salamanca (El oro y la escuela), Ávila (Sueño místico), Sevilla (La sombra de Velázquez), Zaragoza (Escrito en el crepúsculo), México (Hermanos en la lengua)

El siglo XVIII: Cádiz (El viaje de las Luces), Madrid (La pupila de Goya), Gijón (La razón ilustrada)

El siglo XIX: Málaga (Romanticismo), Santander (La novela del siglo), Mallorca (Modernismo y 98)

El siglo XX: Bilbao (En su mejor Madrid), Barcelona (Al paso triste de la paz), Valencia (La mirada del futuro)

A estos apartados hay que sumarle una bibliografía, e índices onomástico, toponímico y de conceptos, instituciones y acontecimientos.

¿Un libro imprescindible? No sin duda posible. Pero sí un libro ameno y bien construido que aporta o señala posibles caminos por los cuales profundizar en ideas y reflexiones. Un compendio o síntesis de las que tanto abundan en otras latitudes y culturas. Un baño racional y razonable de cultura hispánica, de hispanidad y de memoria histórica de la otra, de la que ya no se estudia en nuestras aulas, y que viene a hablarnos de una realidad sólida y que muchos parecen empeñados en empañar o en deslucir hasta el esperpento: somos un gran país, somos una gran cultura.

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 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Saturday,24 ene 2009 21:32:21 GTM
<![CDATA[Las 20 mejores orquestas sinfónicas del mundo según la revista Gramophone]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,867 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los ingleses, los anglosajones en general diría yo, son muy dados a establecer escalafones, a dar primeros y segundos puestos, a establecer medalleros concernientes casi a cualquier asunto o tema que se pueda plantear, a realizar competiciones para ver quién es más o quién es menos... Todos los campos de actividad humana son para ellos susceptibles de ofrecer un escalafón, y en eso se entretienen en no pocas ocasiones, algunas incluso con gracia.

La música no escapa desde luego a tamaña afición, y la música clásica y la ópera tampoco. Si no hace mucho tiempo comentábamos aquí mismo que según los críticos británicos el mejor tenor de la historia era Plácido Domingo, y el segundo mejor Caruso (cuando imagino que ninguno de los críticos llegasen a escuchar en vivo y en director al célebre tenor italiano), ahora es la prestigiosa y muy seguida revista Gramophone la que se ha empeñado en establecer un “ranking” de las mejores orquestas sinfónicas del mundo.

Para lograr el objetivo, la dirección de la revista pidió a sus críticos y corresponsales repartidos por todo lo ancho y largo del globo que votasen a sus agrupaciones favoritas, y una vez contados y recontados los votos, han confeccionado una lista con las que se suponen son hoy por hoy las 20 mejores orquestas sinfónicas del universo sonoro.

La publicación de la lista no ha dejado de levantar la consabida polémica entre los aficionados. Para unos son todas las que están, pero deberían ordenarse de otra forma, y para muchos hay orquestas que están sin tener que estar, faltando otras que no deberían faltar jamás.

Por ejemplo, para muchos huele a tufillo que entre las 20 formaciones sinfónicas más importantes figuren orquestas como la del festival de Budapest, la Sinfónica de San Francisco, la Saito Kinen Symphony Orchestra, la Mariinsky Theatre Orchestra, o la del Metropolitan de Nueva York. Igual tufillo que detectan los que echan en falta formaciones en principio tan prestigiosas e importantes como la Filarmónica de Londres, la Philadelphia Orchesta, la Philarmonia, la Filarmónica de Munich, la Filarmónica de Israel... Países con tan honda tradición musical como Italia o Francia quedan sin ninguna orquesta mencionada en el escalafón, y sin embargo la Rusia multimillonaria de Putin coloca nada más y nada menos que tres.



La Royal Concertgebouw Orchestra, dirigida por Mariss Jansons, interpreta la Sinfonía nº 1 de Gustav Mahler (vídeo colgado en YouTube por vikifanclub)

EEUU tiene 7 orquestas entre las más grandes, Alemania 4, Rusia 3. Estos países encabezan el listado. Sin embargo Londres, la ciudad con mayor número de grandes orquestas del planeta (la Sinfónica, la Filarmónica, la Philarmonia, la Royal Philarmonic, la Sinfónica de la BBC, Academy of St Martin in the Fields Chamber Orchestra, Royal Opera House Covent Garden...) sólo logra colocar una, y eso que la revista es inglesa.

Al final la lista de las grandes orquestas sinfónicas del globo es parecida a la que puede hacerse con los grandes equipos de fútbol: en resumidas cuentas siempre son los mismos, una docena que dependiendo de la época está más arriba o un poco más abajo. Así, las grandes formaciones orquestales son más o menos las mismas desde hace aproximadamente cincuenta o sesenta años. Por Europa siempre figuran las filarmónicas de Berlín y Viena, la Sinfónica de Londres y la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam. Por los EEUU las sinfónica de Boston, Chicago y Cleveland, más la sempiterna Filarmónica de Nueva York. El resto de puestos cambian según los dineros, talentos, posibilidades y demás circunstancias que coincidan en una determinada formación.

En resumidas cuentas, una lista más de los ingleses a la que hay que hacer el caso que se merece. Hoy, según parece, las mejores 20 orquestas del mundo son las que siguen a continuación, pudiendo ufanarme como un idiota al comprobar que, sin salir de mi pequeña Santander, he tenido la suerte como aficionado de poder escuchar a varias de ellas, concretamente las números 1, 4, 6, 7, 10, 16, 17 y 20:

1. Royal Concertgebouw Orchestra
2. Berlin Philharmonic Orchestra
3. Vienna Philharmonic Orchestra
4. London Symphony Orchestra
5. Chicago Symphony Orchestra
6. Bavarian Radio Symphony (Munich)
7. Cleveland Orchestra
8. Los Angeles Philharmonic
9. Budapest Festival Orchestra
10. Dresden Staatskapelle
11. Boston Symphony Orchestra
12. New York Philharmonic
13. San Francisco Symphony
14. Mariinsky Theatre Orchestra (San Petersburgo)
15. Russian National Orchestra
16. San Petersburg Philharmonic
17. Leipzig Gewandhaus Orchestra
18. Metropolitan Opera Orchestra (Nueva York)
19. Saito Kinen Symphony Orchestra (Tokyo)
20. Czech Philharmonic (Filarmónica Checa)

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 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,21 ene 2009 8:39:7 GTM
<![CDATA[El alma incandescente de José Ángel Mañas (Editorial Buscarini)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,866 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La editorial Buscarini (Logroño) acaba de publicar el primer libro ajeno al género narrativo del joven escritor José Ángel Mañas (Madrid, 1971). Mañas, conocido por el gran público en España sobre todo por su novela Historias del Kronen (finalista del Premio Nadal de 1994), historia llevada al cine con notable éxito por el director Moncho Armendáriz, y con un Premio Goya al mejor guión adaptado. A ese primerizo éxito podemos añadirle el de otras novelas como Mensaka (1995) o Soy un escritor frustrado (1996), ambas llevadas al cine también, la primera por Salvador García Ruiz (de nuevo Goya al mejor guión adaptado), y la segunda por Patrick Bouchitey.

Ahora José Ángel Mañas se adentra en un género complejo y muy difícil, el de los aforismos, que tiene muy probablemente su cumbre clásica y excepcional en algunos escritos por ilustrados franceses como La Rochefoucault o Nicolas Chamfort. El título del libro de aforismos escrito por Mañas es Un alma en incandescencia, y ofrece 72 aforismos que tratan sobre el Arte, y están ilustrados por el artista francés Franciam Charlot.

José Ángel Mañas: Un alma en incandescencia (Buscarini, 2008)

José Ángel Mañas: Un alma en incandescencia (Buscarini, 2008)

Un alma en incandescencia. Pensando en torno a Franciam Charlot (aforismos sobre pintura), trata en su apenas centenar de páginas el tema de la creación artística puesta en relación directa con la pintura y la literatura. Y a través de este asunto principal también la relación entre Literatura y Pintura, la más que posible muerte del Arte, las corrientes estéticas a lo largo del siglo XX y, en general, analiza desde el prisma de la creación nuestra sociedad actual, de la que Mañas asevera en un aforismo: “Vivimos en una época mal educada. Los bárbaros reinan y los aplaudimos”.

En cuanto a la técnica y concepto del aforismo es el propio Mañas quien subraya su versión: “Decía Maupassant que quince versos bastan para garantizar la inmortalidad de un autor. Lo mismo, referido a pensamientos, estima cualquier escritor de aforismos. Esa es su aspiración. La concentración máxima en un puñado de reflexiones originales, sugerentes y, a ser posible, profundamente iluminadoras”.

Un alma en incandescencia, en definitiva, es un compendio de aforismos nacidos a partir de la contemplación de la obra pictórica de Franciam Charlot, y partiendo de la idea de que una obra de arte siempre es una excepción, Mañas se enfrenta a sus propias emociones en contacto con la obra del ilustrador francés Charlot, y lo hace siguiendo con claridad el ejemplo e influjo de grandes autores del “aforismo moderno” como Nietzsche, Paul Valéry, o nuestro Machado, Antonio Machado.

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 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


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Tuesday,20 ene 2009 20:52:58 GTM
<![CDATA[El director es la estrella, de Peter Bogdanovich (T&B)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,864 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

T&B Editores es una editorial que está realizando una labor impagable para los cinéfilos españoles, en general para los aficionados al cine de nuestro país. T&B lleva años publicando libros sobre diversos temas relacionados con el séptimo arte: actores, directores, películas, productores, géneros, crítica, etc…

Ahora, por ejemplo, saca a las estanterías de nuestras librerías el segundo volumen de la obra de Peter Bogdanovich dedicada a grandes directores de la época dorada de Hollywood, El director es la estrella. Los libros de Bogdanovich siempre son muy recomendables, y lo son por diversas razones. Él mismo es un estimable director (no recuerdo haberme reído tanto en una sala de cine como con ¿Qué me pasa doctor?, y su película El último show la tengo como uno de mis primeros acercamientos conscientes al gran cine); sabe mucho, muchísimo de cine y de su historia; sabe escribir libros; conoció en persona a muchos, por no decir a todos, los grandes, y mantuvo con ellos largas conversaciones sobre el arte de contar historias fotograma a fotograma.

Precisamente el resultado de algunas de esas conversaciones es el libro que aquí comentamos. En él Bogdanovich pasa a palabras escritas los encuentros que mantuvo con diez creadores: Leo McCarey, George Cukor, Edgar G. Ulmer, Otto Preminger, Joseph H. Lewis, Chuck Jones, Donald Siegel (el maestro junto a Sergio Leone de Clint Eastwood), Frank Tahslin, Robert Aldrich y, por último, Sidney Lumet.

Peter Bogdanovich: El director es la estrella (T&B Editores)

Peter Bogdanovich: El director es la estrella (T&B Editores)

En las entrevistas el cineasta y escritor repasa la vida y obra de estos creadores, y lo hace hablando de viva voz con ellos, realizando así también, de manera indirecta, un auténtico retrato con vivos colores de aquel Hollywood, de aquel tiempo, de aquella industria.

Sidney Lumet reflexiona en las páginas de este libro sobre el acto de crear, de hacer cine, y nos brinda unas palabras que encierran en su brevedad toda una lección de cine y del arte de crear:

“Los que hemos hecho cosas con calidad podemos reconocer la verdad, y la verdad es la siguiente: las cosas salen bien por casualidad. No es falsa modestia, las casualidades nos pasan a unos y no a otros por un motivo: tenemos los conocimientos, o la intuición, necesarios para preparar el terreno para que esa casualidad tenga lugar. Porque hay gente que trabaja de una forma que destruye cualquier posibilidad de que suceda esa casualidad”.

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 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,19 ene 2009 18:47:50 GTM
<![CDATA[La librería de los escritores (Sexto Piso y La Central)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,863 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Corría el año 1917 cuando los bolcheviques liderados por Lenin tomaron el poder en las principales capitales rusas, declarándole guerra abierta a la aristocracia, la burguesía, y clamando por la dictadura del proletariado. En octubre de ese año comenzó la fase decisiva de la Revolución Rusa, revolución que pasados no muchos años desembocó en el nacimiento de una de las dos superpotencias nucleares del siglo XX, la URSS.

Lo que quizá no muchos intuyeron en ese momento es que con la revolución bolchevique también daba comienzo uno de los ejercicios de poder totalitario más terribles y sangrientos del siglo XX en todo el globo. Unas décadas de terror y de indigencia moral y material que para muchos ciudadanos terminaron en los lejanos gulags siberianos.

El librito del que quiero hablar hoy aquí trata de los primeros años de la revolución bolchevique y de sus consecuencias directas para un grupo de intelectuales, poetas, artistas, escritores y bibliófilos rusos. Entre 1918 y 1922, un reducido grupo de intelectuales mantuvo abierta en Moscú, contra viento y marea, una librería en la que llegaron a poner a la venta sus propias bibliotecas personales, así como los libros que les iban llegando por parte de particulares, fruto de saqueos en casas de la burguesía o la aristocracia, o sencillamente pertenecientes a bibliotecas que poco a poco iban vendiéndose para que sus dueños pudieran llevarse algún mendrugo de pan a la boca.

Fue una librería que, por un lado, nutrió de obras prohibidas o censuradas por el nuevo régimen a los lectores más osados, valientes, heroicos o interesados del momento; y por otro, procuraba poner un poco de orden y concierto libresco en la radical estatización de todo que llevaron a cabo los bolcheviques.

Marina Tsvietáieva, Alexei Remizov y Mijail Osorguín: La Librería de los Escritores (La Central / Sexto Piso, 2007)

Marina Tsvietáieva, Alexei Remizov y Mijail Osorguín: La Librería de los Escritores (La Central / Sexto Piso, 2007)

Durante el periodo que permaneció abierta la librería moscovita, auténticas joyas de bibliófilo pasaron por las manos de los escritores-libreros, joyas por las que intentaban pagar los precios más elevados posibles por el bien de quien se veía en la necesidad de desprenderse de ellas, pero que en ocasiones no alcanzaban un valor real más allá de unas cuantas comidas o algo de combustible para alimentar las estufas.

Aquellas personas lograron crear un oasis, un refugio para los libros y sus amantes en mitad del sangriento y devastador caos revolucionario. Con su esfuerzo, con su propio riesgo personal y material, lograron que muchos libros sobrevivieran a la barbarie, y que muchos, muchos lectores anónimos pudieran seguir siéndolo de obras maestras y prohibidas, y no sólo de catecismos bolcheviques. Fue un milagro en una etapa en la que el libro estuvo a punto de sucumbir.

La pequeña historia de la librería, de sus fundadores y sostenedores, de algunos de los libros o bibliotecas que allí encontraron alojo temporal o definitivo, de algunos clientes/lectores de la misma, es lo que el lector en español de hoy puede leer en las páginas de este breve y hermoso libro, de esta pequeña joya editada por la mejicana Sexto Piso y la librería española La Central: La librería de los escritores.

Las páginas de este librito están escritas por el novelista Mijaíl Osorguín, una de las cabezas visibles de la heroica librería, aunque llevan también ilustraciones de Alexéi Rémizov, y algunas poemas de la gran Marina Tsvietáieva, dos esforzados colaboradores de la aventura libresca aquí apuntada.

Un libro indispensable para los amantes de los libros. Un libro indispensable para los amantes de la libertad.

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 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,16 ene 2009 19:48:23 GTM
<![CDATA[Centro de Estudios Montañeses: 75 años de historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,861 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En un país como el nuestro, España, y en una región como Cantabria, los esfuerzos y empresas culturales suelen nacer con la fecha de caducidad propia de un yogurt. Por eso cualquier iniciativa en el terreno de la cultura que cumpla años merece alguna fiesta y bastante algarabía, más, si los años que se cumplen alcanzan las dos cifras e indican una vida ya más que larga, entrando de lleno en la categoría de lo venerable, es decir, de lo respetable y digno de estima y honor, como bien define el diccionario.

Es el caso que nos ocupa. El Centro de Estudios Montañeses, el CEM, cumple este mes de enero los 75 años de existencia, convirtiéndose junto a la Sociedad Menéndez Pelayo, el Ateneo de Santander, el Instituto de Segunda Enseñanza (actual Santa Clara), la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Museo de Bellas Artes de Santander, en la institución estrictamente cultural de vida más longeva que ha dado la historia regional hasta la fecha.

Todo comenzó en el mes de enero de 1934, en plena II República. En la Biblioteca de Menéndez Pelayo se reunieron un grupo de investigadores, literatos y eruditos con la idea de constituir una entidad con el objetivo de estudiar todo aquello que tuviera que ver con las diversas facetas de la cultura regional (historia, patrimonio, arte, literatura, etnografía...), y difundir después los frutos de los trabajos realizados. Allí, en al reunión fundadora estuvieron entonces Enrique Sánchez Reyes (director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo), Elías Ortiz de la Torre, Ignacio Aguilera, Tomás Maza Solano, los hermanos Fernando y Francisco González-Camino, José María de Cossío, Fernando Barreda, Gonzalo García de los Ríos, Juan José Quijano de la Colina, Luis Alaejos, Luis de Escalante y de la Colina, Bernardino Cordero Arronte, Julio Arce, Juan Cuesta Urcelay, Mateo Escagedo Salmón, Francisco Pérez Venero, y el poeta José del Río Sáinz.

Una vez creado el CEM, el 3 de febrero de ese mismo año se formó la primera junta directiva de la recién nacida institución: Miguel Artigas (presidente fundacional), Gonzalo García de los Ríos (vicepresidente), Fernando González Camino (secretario), y Fernando Barreda (contador o tesorero). En reunión del 5 de febrero de 1934 Fermín de Sojo y Lomba fue designado primer director del CEM, y el historiador y filósofo Marcial Solana lo acompañó en las primeras labores organizativas. Ese mismo año salía a la calle el primer número de la publicación periódica que estaba llamada a ser la principal puesta en escena de la institución y su principal señal de identidad historiográfica: la revista Altamira. Hoy, 75 años después, la revista Altamira sigue siendo el buque insignia del CEM y, alcanzado su número 76 el pasado año 2008, es, junto al Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, la segunda publicación periódica no diaria más antigua y emblemática de Cantabria; indiscutiblemente su principal referente historiográfico como edición periódica.

Centro de Estudios Montañeses (CEM)

Es materialmente imposible resumir en un artículo 75 años de historia al servicio de la historia y la cultura de Cantabria. Más de siete décadas de actividad ininterrumpida que, como puede imaginar cualquier lector atento, ofrecen altibajos, problemas, crisis, letargos, vaivenes..., pero también, y siempre por encima de otras consideraciones, mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucha dedicación, y mucha ilusión y entrega desinteresada por parte de varias generaciones de miembros del CEM que han contribuido, con evidente eficacia a la vista de la cifra del cumpleaños, a continuar y desarrollar el programa concebido por los “padres fundadores” en enero de 1934. El fruto de esa entrega e ilusión aludidas en pro de la investigación, el estudio y la difusión de la cultura de Cantabria y en Cantabria (posible hoy gracias al esfuerzo de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria) está materializado en cientos de miles de páginas publicadas en forma de libros (casi un centenar entre 1934 y 2008) y de revistas Altamira (el número 76 acaba de ver la luz). Páginas en las que distintas generaciones de historiadores, científicos y eruditos han arrojado alguna luz sobre multitud de temas y áreas de conocimiento en torno siempre a Cantabria: historia, prehistoria, patrimonio, biografía, heráldica, genealogía, arte, etnografía y folclore, literatura, toponimia, geografía, arqueología, arquitectura, antropología, botánica, poesía, historia naval, economía, documentación, pesca, instituciones, bibliografía, educación, agronomía y ganadería, periodismo, urbanismo, música...

Hay que ser tajantes al respecto, en general la cultura escrita de y en Cantabria a lo largo del siglo XX, y en particular la historiografía regional, para bien y para mal, no puede entenderse ni construirse al margen del Centro de Estudios Montañeses y su revista Altamira. Sencillamente no es posible, simple e inútil entelequia.

Todos los hombres y mujeres miembros del CEM, a lo largo de sus 75 años de vida, han contribuido al esfuerzo, han aportado su grano de arena para ir haciendo el camino. Entre ellos, y junto a los nombres ya aportados más arriba, los 9 presidentes que han dirigido la institución: Miguel Artigas (Presidente del Patronato fundador); Fermín de Sojo y Lomba; Marcial Solana; Fernando Barreda; Fernando Calderón; Joaquín González Echegaray; José Luis Casado Soto; Emilio Herrera Alonso; y Leandro Valle González-Torre, actual presidente. Pero también nombres significativos de una forma u otra como los de Gregorio Lasaga Larreta, Pedro Escalante Huidobro, Luis Redonet, Casado Cimiano, Mario García Oliva, Mª del Carmen González Echegaray, Patricio Guerín, Agustín Rodríguez, Arturo de la Lama, Gómez Pellón, Adriano García Lomas, Rosa Conde, Alonso del Val, los González de Riancho, Vázquez Quevedo, Jesús Canales, Salvador Carretero, Jesús Carballo, Manuel Vaquerizo, Jerónimo de la Hoz, José Simón Cabarga, Benito Madariaga, Pereda de la Reguera, José Manuel de la Pedraja, Karen Mazarrasa, Leopoldo Rodríguez Alcalde..., y tantos y tantos otros, del presente y del pasado.

Ahora sólo queda felicitarnos por el acontecimiento, reflexionar unos instantes sobre su evidente importancia y trascendencia, y festejar el aniversario como la ocasión lo merece, deseando además que las generaciones más jóvenes incorporadas al CEM, no sólo continúen con acierto la labor emprendida por sus antecesores, sino que la mejoren y la conduzcan, si es posible, a cotas de mayor calidad, solidez y trascendencia.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


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Thursday,15 ene 2009 19:44:9 GTM
<![CDATA[Un cuento sobre John Ruskin, estatuas y el vello púbico femenino]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,860 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

John Ruskin (Londres, 1819-Brantwood, 1900), uno de los principales pensadores sobre estética del siglo XIX y célebre catedrático de la Universidad de Oxford, pasó buena parte de su vida estudiando ruinas y hermosas estatuas. Llegado el momento oportuno, nuestro hombre estudioso se casó con una mujer con merecida fama de hermosa, Miss Eufemia Gray, más conocida en el en torno familiar como Effie. Miss Eufemia era más bien alta y, como ya se ha dicho, de una belleza que no pasaba desapercibida así como así.

Llegada la noche de bodas, y alumbrada por una reseñable cantidad de velas, Effie comenzó a desnudarse despaciosamente, dejando en un rincón de la habitación, bien dobladas y organizadas, la multitud de prendas que la estricta moral victoriana exigía que las mujeres de buena educación y cuna llevasen como resguardo de su intimidad corporal.

El caso es que una vez Effie completamente desnuda y yaciendo sobre el lecho a la espera del primer contacto carnal íntimo con su recién estrenado marido, éste, en la cuidadosa aproximación al cuerpo de su mujer, quedó noqueado, aturdido, confuso, asustado..., pues descubrió entre las piernas de la bella una copiosa mata de vello púbico con la que de ninguna forma había esperado tropezar.

John Ruskin (1894)

John Ruskin (1894)

El erudito, el pensador, el célebre prosista inglés jamás había estado hasta ese momento con ninguna mujer desnuda. El estudioso caballero tan sólo había tenido trato con féminas sin ropa en forma de estatuas, y en sus indagaciones pudorosas pero rebosantes de curiosidad implacable, había tomado cumplida nota de todo el aparataje sexual femenino cincelado en los mármoles clásicos, en los que hay mucho de lo que tiene que haber, pero claro, jamás de los jamases los pelos de rigor.

Los pelos de la sin par Effie eran al parecer dorados, aúreos como el color de los tesoros, pero el tesoro al que aludimos quedó sin ser desenterrado, sin ser de ninguna manera aflorado o desflorado, escojan ustedes. El estupefacto Ruskin, el aterrorizado erudito, aún sin encontrarle explicación plausible a la horrorosa anormalidad de la entrepierna de su nueva compañera, salió de la habitación como alma que persigue el diablo, y jamás regresó a la misma para proseguir con un poco más de sosiego los estudios necesarios en el cuerpo de carne y hueso de su atónita mujer.

Transcurrido un lustro del descubrimiento desastroso, Effie Gray inició un proceso de divorcio en el que hizo saber al respetable que su señor marido no había tenido a bien consumar el matrimonio. Expertos galenos hicieron las comprobaciones oportunas y, en efecto, llegaron a la conclusión de que Effie seguía no soltera pero sí “entera”, expresión cuya cruda zafiedad siempre me ha desasosegado bastante.

Effie, como está mandado, obtuvo el divorcio ipso facto, y el estudioso Ruskin, al menos de forma temporal, sufrió elocuentes extravíos en su razón. Una razón a la que, y a la vista está, siempre le sobraron quizá horas de estudio, y le faltaron algunas de “laboratorio”.

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-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


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Wednesday,14 ene 2009 19:29:49 GTM
<![CDATA[La Décima sinfonía de Beethoven (arreglos del doctor Cooper)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,859 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La situación económica de Beethoven no era precisamente boyante cuando redactaba los compases de la que sería su trabajo, su música más inmortal: la Novena sinfonía, la sinfonía Coral. Sabedores de la situación, la real Sociedad Filarmónica de Londres envió al compositor una donación realizada entre sus integrantes: 100 libras. El músico, como no podía ser de otra forma, quiso dar las gracias por el gesto, y escribió una carta dirigida a la Sociedad británica agradeciendo sinceramente la ayuda, y asegurándoles que estaba inmerso ya en la redacción de su Décima Sinfonía de la que tenía sobre la mesa de trabajo de su despacho algunos bocetos. Sin embargo, al poco de redactar la misiva, el músico de Bonn moría. Era 1827.

Mucho tiempo después, transcurrido más de siglo y medio, Barry Cooper, un profesor de música la Universidad de Aberdeen en Escocia, inició la ingente tarea de escribir un libro sobre el compositor, para lo que comenzó a visitar archivos en busca de documentación en ciudades como Viena, Berlín o Bonn. En los archivos Cooper descubrió bocetos, apuntes, notas..., de ese primer movimiento de la Décima beethoveniana. Ninguno de los fragmentos originales contenía manuscritos más de veinte compases, aunque algunos tenían notas aclaratorias en alemán: “pausa, breve desarrollo del tema”, “Clave si menor, inicio del tema”, etc...

Cubierta del CD de la supuesta Décima Sinfonía de Beethoven

Carátula del CD de la Décima Sinfonía de Beethoven y Barry Cooper

Basándose tan sólo en esas pocas anotaciones, Cooper comenzó a vislumbrar lo que bien podría ser el comienzo de la mencionada sinfonía, y tomó la decisión de ser él quien concluyese el trabajo. Estudió todas las partituras sinfónicas de Beethoven, extrajo una especie de “modus operandi” general beethoveniano, y manos a la obra terminó configurando así lo que él mismo llamó “boceto sinfónico” de aproximadamente unos 15 minutos de duración.

Con la partitura debajo del brazo, Cooper consultó los resultados con un amigo, el director de orquesta Walter Weller, quien concluyó que el experimento era cuando menos interesante, y propuso a Cooper dar a conocer públicamente los resultados de sus desvelos archivísticos y “restauracionistas”. En el otoño de 1988, y en el marco del londinense Royal Festival Hall, la Real Orquesta Filarmónica de Liverpool, a las órdenes de Walter Weller, interpretó por vez primera el cuarto de hora de música de Barry Cooper/Beethoven, es decir, un ensayo imaginativo y aproximativo de una supuesta Décima sinfonía de Beethoven. La crítica de la capital británica se tomó el caso como lo que era: una curiosidad simpática, un experimento interesante y atractivo. Encontraron en la partitura semejanzas con pasajes de las sinfonías Séptima y Octava, y calificaron el esfuerzo de Cooper como de éxito razonable.



Ludwig von Beethoven y Barry Cooper: Décima Sinfonía (vídeo colgado en YouTube por LeSPOCK)

La partitura llegó a grabarse en disco compacto. La Sinfónica de Londres, dirigida por un desconocido Wyn Morris, fue la encargada de hacer realidad el sueño. El disco lo editó la compañía MCA classics aprovechándose de la marea a favor y utilizando métodos publicitarios cuando menos inexactos y tendentes a confundir al comprador. Vendían el producto (no sé si siguen haciéndolo) como una primicia mundial: ¡¡¡la primera grabación de la Décima Sinfonía de Beethoven!!! Luego, en letras más pequeña, aclaraban que era sólo un primer movimiento (Andante-Allegro-Andante), y más abajo, también en pequeño, dejaban caer la verdad: Realizado y completado por el Dr. Barry Cooper.

En otras palabras, la música del doctor Cooper la vendían como la Décima de Beethoven, es decir, el timo del tocomocho pero en versión erudita y con la Sinfónica de Londres por medio. Un curioso y saludable experimento musical quizá acabó en timo puro y duro siguiendo los sacrosantos mandamientos del interés comercial. Si Beethoven levantase la cabeza, probablemente echaría a patadas a los mercaderes del templo de la música. O quizá se riese a mandíbula batiente, ¡¡¡vayan ustedes a saber!!!

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



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Tuesday,13 ene 2009 20:50:25 GTM
<![CDATA[La función del crítico literario, según W. H. Auden]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,857 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Llevo años haciendo reseñas de libros. Las he hecho o las hago para periódicos locales, para revistas, para estos ojosdepapel electrónicos. La tarea en principio es simple y sencilla. Te ponen en las manos un libro, te piden que lo leas y que luego, por escrito, emitas una opinión, cuentes si te ha gustado o no, si el libro te parece importante o uno más de la inmensa montaña de páginas impresas que salen a la luz año tras año, meses tras mes, semana tras semana, día tras día.

Pero tal sencillez se vuelve un peso casi insostenible si uno se detiene dos segundos a pensar sobre el asunto. Como crítico (¿quién decide que lo eres?, ¿la suerte?, ¿las circunstancias?, ¿la incompetencia de quien te hace el encargo?...) debes juzgar, opinar, calificar…, el trabajo de meses, quizá de años, de alguien a quien no conoces, y de quien, generalmente, no conoces ninguna de sus circunstancias vitales, personales… Se trata de juzgar desde el propio gusto, desde la propia sabiduría, sencillamente desde el propio y personal parecer. Es aterrador. ¿Se trata de un oficio?, ¿una disciplina?, ¿un juego?... Quien escribe juzgando el trabajo literario de otro necesariamente ¿debe tener algo de loco, de desquiciado, de cínico, de prepotente, de osado, de inconsciente, de desvergonzado, de desahogado…?

Leyendo el prólogo a la selección de obra selecta del crítico Edmund Wilson, que ha preparado para la editorial barcelonesa Lumen Aurelio Major, me topo con la siguiente reflexión en torno a la crítica y los críticos del poeta W. H. Auden, palabras en traducción al español de mi compañero poeta el asturiano Jordi Doce. Las palabras de Auden me parecen de una sabiduría rayana en lo sobrenatural que siempre aparenta lo que está cargado de sentido común. Toda una lección sobre crítica literaria y artística en unas pocas líneas. ¡Thank you, Mr. Auden!

Edmund Wilson: Obra selecta (Lumen, 2008)

Edmund Wilson: Obra selecta (Lumen, 2008)

“Una de las razones por la que los buenos críticos literarios son más escasos que los buenos poetas o novelistas es la naturaleza de egoísmo humano. Un poeta o novelista ha de aprender a ser humilde ante el tema de su escritura, que es la vida en general. Pero el asunto del crítico, el tema ante el cual debe aprender a ser humilde, está compuesto de otros escritores, es decir, de individuos humanos, y esta clase de humildad es mucho más difícil de adquirir.

¿Cuál es la función del crítico?

Acercarme obras o autores con los que no estaba familiarizado hasta ahora.

Convencerme de que he menospreciado determinadas obras o autores porque no los he leído con la suficiente atención.

Mostrarme relaciones entre obras de distintas épocas y culturas que nunca habría podido descubrir por mi cuenta porque no tengo conocimientos suficientes y nunca los tendré.

Ofrecerme una lectura de la obra que acreciente mi comprensión de la misma.

Arrojar luz sobre el proceso de construcción artística.

Arrojar luz sobre la relación entre el arte y la vida, la ciencia, la economía, la ética, la religión, etc…

Los tres primeros exigen erudición, los tres siguientes un grado mayor de perspicacia, cuando las cuestiones que suscita el crítico son nuevas e importantes”.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



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Monday,12 ene 2009 22:12:6 GTM
<![CDATA[¿Existe Dios?, ¿No existe Dios? La solución en los autobuses urbanos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,856 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Un filósofo alemán de hace mucho tiempo (aunque actual donde los haya), después de renegar de la música y poemas de ese otro alemanote de nombre Wagner, ya anunció a voz en grito la muerte de Dios en sus abundantes escritos. El tipo se llamaba Federico, lucía bigotazos, una cierta bizquera, y se apellidaba Nietzsche.

Los tiempos avanzan que es una barbaridad, según célebre sentencia zarzuelera, y en la época de la dictadura del marketing ya no hay filósofos ni se escribe filosofía. Ahora toda idea o concepto debe estar emparentada con el minimalismo del haiku, y si adopta la forma de un socorrido eslogan, pues mejor que mejor.

¡Dios probablemente no existe! (el meollo de la cuestión descansa en el adverbio), y entonces la conclusión es que hay que relajarse y pasarlo muy bien. La conclusión no es mía, y la frase con adverbio tampoco. Ha sido madurada algo así como por una asociación catalana de ateos, o, en su defecto, incrédulos o agnósticos. La verdad es que el pensamiento es en sí mismo un tanto chapucero, carece de desarrollo teórico y bibliografía, tiene algo de ocurrencia fingida, de voluntad epatante para burgueses bienpensantes de hace dos siglos y, sobre todo, es más viejo que el catarro. La novedad es que tamaña reflexión se “anuncia” desde hace un tiempo, como un eslogan publicitario más, en los laterales de los autobuses de alguna línea urbana barcelonesa, imitando el mismo alarde reflexivo que figuró o figura (lo ignoro) en alguna línea londinense.




Dios circula en autobús

Desconozco el efecto producido en la ciudadanía autobusera barcelonesa por tamaño anuncio. Sospecho que no serán muy numerosos los barceloneses que a la hora de tomar el “autobús filosófico” para ir al trabajo, al cine o a su casa, dediquen el tiempo del trayecto a darle muchas vueltas al eslogan propuesto: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida”. La frase exacta anunciada en los buses es la aquí reproducida. Y ahora caigo que el eslogan tiene más miga de la aparente. Además del adverbio que hace tambalearse toda la construcción filosófica propuesta, el discurso da por hecho que la existencia o no de Dios preocupa, y que esa preocupación impide que los ciudadanos disfruten de la vida. ¿Están los barceloneses, los londinenses, los santanderinos, los almerienses..., preocupados por la existencia o no de Dios? ¿Tamaña incógnita les impide disfrutar de la vida? Y ahora yo le doy otra vuelta de tuerca a la cuestión. ¿Y si Dios finalmente existe? ¿Impediría la existencia de Dios el que disfrutásemos de la vida? ¿Es incompatible Dios con el disfrute de la vida? ¿En qué consiste –según los ateos anunciantes- disfrutar de la vida?

Pero desciendo de las alturas del pensamiento a las que había llegado y me pregunto cosas más banales, terrestres y pedestres. ¿El eslogan autobusero sólo puede leerse en castellano? De ser así, qué opinan Carod Rovira, Montilla o Joan Tardá al respecto? ¿Es Dios probablemente catalán?

Las preguntas formuladas no tienen respuesta, no, ni fácil ni sencilla, y ni falta que hace. El objetivo de un eslogan es llamar la atención, y en el caso que nos ocupa la inversión ya está amortizada. El éxito en publicidad siempre se imita, y la respuesta al eslogan barcelonés no ha tardado mucho en contestarse. Ha sido, cómo no, en Madrid, en el Madrid de Gallardones y Esperanzas. Miembros de la Iglesia Evangelista también han alquilado los laterales de un autobús de línea urbana para anunciar su propio eslogan, contestación a la filosofía publicitada en la ciudad Condal. Para los Evangelistas “Dios sí existe” (no hay adverbio que indique duda), y esa es precisamente (aquí el adverbio lo coloco yo) la causa de que vivamos sin preocupación alguna y, en consecuencia, disfrutemos de la vida. Todas las preguntas planteadas más arriba pueden plantearse ahora aquí pero en sentido diferente.

¿Existe Dios? La respuesta en los laterales de su autobús. Estén atentos, disfrutar de la vida y vivir sin preocupación depende de ello. ¿O no?

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,9 ene 2009 20:11:19 GTM
<![CDATA[Poemas en prosa desde Milán]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,855 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde hace unos años tenemos la costumbre de pasar los días de vacaciones del aniversario de la Constitución, a principios de diciembre, en alguna ciudad importante europea no muy lejos de Madrid. Ya han sido varias las ciudades así visitadas, las más recientes Dublín y en 2008, hace apenas un mes, Milán.

Ante la Casa de Alessandro Manzoni

Ante la Casa de Alessandro Manzoni

No nos habían llegado referencias de que Milán fuera una ciudad especialmente hermosa o animada, y sin embargo nos ha seducido de principio a fin. No teníamos muchos días por delante, pero creo que le sacamos bastante juego a la estancia, quedándonos ganas de volver a visitarla cuando la ocasión lo propicie. En apenas 48 horas paseamos por las calle del centro milanés, engalanadas esperando la Navidad. Visitamos el teatro de la Scala y su museo construido en torno a la ópera. Entramos en la catedral, absolutamente fastuosa, y recorrimos las casi inabarcables estancias del castillo de los Visconti/Sfoza. Nos quedamos extasiados ante la Pietá Rondanini de Miguel Ángel, igual que ante las pinturas de Leonardo. En la tienda que tiene Ricordi en la Galería Vittorio Emanuele compramos el Réquiem de Verdi dirigido por Victor de Sabata y una caja con 26 discos de la Callas. Anduvimos de principio a fin el llamado Quadrilatero della Moda, donde jamás vimos mayor nivel de vida y poder adquisitivo en torno a las tiendas de Prada, Gucci, Armani, Dolce & Gabbana, Gian Franco Ferré, etc... Estuvimos en la casa del poeta Manzoni y recorrimos de principio a fin la calle que lleva su nombre, en la que tiene su ubicación el Gran Hotel, establecimiento que ha tenido como clientes a la Callas, Visconti, Verdi, Puccini, Caruso... Cenamos en un restaurante justo al lado de Galiani, uno de los capos del legendario equipo de fútbol que pasea por el mundo el nombre de la ciudad. De compras por la Galería Vittorio Emanuele descubrimos a un ex ministro socialista y a un ex miembro de la Trinca. En Prada los Reyes Magos encargaron una cartera para Ella y para mi un reloj en una relojería de la calle de la Espiga. Probamos un excelente vino veneciano y no le hicimos asco ni a la pasta ni a los arroces. En fin, que no desaprovechamos mucho al tiempo, a la espera de un futuro inmediato que no promete tantas bondades.

En el interior del Teatro alla Scala

En el interior del Teatro alla Scala

Y a mi me dio incluso tiempo de escribir o rematar algunos poemas que espero vean la luz este nuevo año, en la editorial barcelonesa DVD, bajo el título La lengua ciega. Son poemas en prosa milaneses, y aquí quedan esbozados, a la espera de su condescendiente lectura. Muchas gracias, como siempre.

Ante el cartel del Teatro alla Scala

Ante el cartel del Teatro alla Scala


Hoy sé...

Hoy sé que hay campanas que llaman a la oscuridad, que buscan las señales rojas de la hora adormecida.

Sé que fluyen en las constelaciones del océano a través de azules chimeneas, de propósitos firmes que toman partido en la conversación del superviviente, en la justicia de toda una vida diagnosticando el crepúsculo que nos ha leído con el nombre de las horas, con el color del día ciego que regresa a la forma innata de sobreponerse.


Tiempo inmóvil

Y dentro de lo visto, se rige por la herida el tiempo inmóvil como un viento simple y sin adornos, una espuma sin motivo que desmorona con cuidado el espacio quedo de la única luz culpable.


Sin giro alguno

Sin giro alguno, el eco sube sobre los metales que celebran su peligro; sube por encima de la hierba que conjetura la medida de lo que no alcanza. Y tras el surco blanco del olvido, de otro modo, poco a poco, danza a la vez el eco sin mensaje, respetando la forma que entre llamas se desliza, y emite en torno el sonido largo del aire cuarteado, de la proximidad intacta e inicial que a recogerse invita.


Te dices...

Te dices lograda por la noche, y bajar sabes un alto brillo del esplendor más claro. Y abdicas de la nieve que no sueña en el otro, y además redimes el veneno triste que se acrece lava fragante en el transcurso suave de la estrella.

Todo es noche en ti, noche que aguarda el eco insistente de otro tiempo, de un tiempo demasiado cercano en un nunca es nunca de habitación cerrada, de espino abierto al color sereno de los niños que dibujan la letra fácil de la hiedra extraviada.


Camino alto

Se hace eco el fragor ajeno ungido bajo la hierba. Y sin orden posible, se torna olvido el presente en la certeza que viene impresa tras el juego dado por la nube venidera.

Pero trazo a trazo nada es el aliento que consume un vendaval ardiente y sin estirpe, esa luz del azogue que arranca azul de su flecha, y luego alcanza para siempre la réplica alzada de un camino alto, impávido y ciego por condena.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,8 ene 2009 21:22:15 GTM
<![CDATA[Nespresso. El capitalismo del menos es más]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,854 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Puede decirse que soy de los muy cafeteros. El café es una bebida de la que no me canso nunca. Nada más levantarme de la cama tomo al menos dos tazas seguidas, y a lo largo del resto del día no es raro que al menos caigan otras dos o tres tazas más, siempre con su justa proporción de leche.

He tomado café en varios lugares del mundo, y los mejores, con diferencia, los he degustado en Italia y en España. Los peores, sin ningún lugar a la duda, en Inglaterra. He tomado café de puchero, café hecho en melita (café americano), café de cafetera express de cafetería, café de cafetera de rosca italiana, etc…

Me gusta el café con leche, pero también solo, cortado, “con una nube” de leche…, incluso pasadas las diez de la noche no le hago ascos a un descafeinado de sobre o de cafetera. Estas son algunas de las razones por las que me alegré lo inimaginable de que el gordinflón de Papá Noel le trajese a Ella, en su casa de Santander, una cafetera Nespresso, la misma que anuncia el bueno de George Clooney en un acertado y paródico anuncio televisivo.

El sistema cafeteril al que aludo promete ser el paraíso terrenal para los cafeteros, la máquina perfecta para tomar un café expreso de lujo y de variados aromas y sabores, y hacerlo además de forma rápida, eficaz, limpia, y si me apuran, hasta glamurosa. Y la promesa cafetera de Nespresso debía materializarse en realidad contante y sonante dadas las colas de clientes cafeteros, realmente sorprendentes, insospechadas, que se forman en las dos tiendas que la marca tiene en Madrid: colas formadas por decenas de ciudadanos esperando poder adquirir los distintos cartuchos de café, con la apariencia de sabrosos bombones, que se venden tras los elegantes mostradores al precio de treinta céntimos cada uno, más o menos.

Demos más información, al menos la que he logrado dar por segura, a menos que me equivoque de medio a medio. Nespresso es la marca del “sistema”, y es un invento de la multinacional suiza Nestlé. La máquina en sí misma, la cafetera, puede ser de varias marcas: DeLonghi, Krups, Siemens...Es de bonito diseño, y de sencillo manejo. Se enchufa, se carga el depósito de agua, se enciende, se mete en el cargador una pastilla de café, se cierra el cargador, se espera a que el piloto dé la señal adecuada, se aprieta, y se espera a que el delicioso café salga al instante, poco a poco, de manera muy limpia y sencilla. ¿El resultado? La verdad, un café estupendo.



Spot Nespresso con George Clooney: What Else (vídeo colgado en YouTube por SpotTube2009)

¡Qué maravilla!, puede pensar el lector cafetero o no. Y lo cierto es que lo es: una maravilla. Pero la maravilla tiene algunos peros añadidos, que al margen de la mucha o poca importancia de los mismos, sí me han servido para reflexionar en torno a la fortaleza del capitalismo, a su capacidad de hacer virtud incluso de los defectos. Me explico.

La máquina de hacer café, que puede adquirirse en casi cualquier punto de España, vale una pasta, sobre todo si lo comparamos con los artilugios más tradicionales, por ejemplo, las cafeteras italianas de rosca de toda la vida. La más barata ronda los ciento cincuenta euros, y las más caras la verdad es que ni lo sé, pues me mareo en cuanto la cifra pasa de los doscientos euros. Cada pastilla, ya lo he mencionado, cuesta en torno a los 30 céntimos, con lo que el café la verdad es que le sale bastante caro al usuario, sobre todo si tenemos en cuenta que todo un kilo de café corriente y moliente, en un supermercado ordinario, puede costar incluso menos de un euro.

Bien, no hay mucho más que decir al respecto. Si uno tiene un buen nivel adquisitivo, y le gusta tener un excelente café expreso para tomar de forma rápida, sencilla y limpia, pues nada, paga el precio y se acabó. Pero lo más curioso del caso viene ahora, a continuación, cuando se añaden algunos pequeños detalles. Sólo hay tiendas Nespresso, al menos de momento, en Madrid (dos), Barcelona (dos), Palma (una) y Valencia (una). Para adquirir el café en cualquier otro punto de España, uno debe solicitarlo por Internet, y pagar los consiguientes gastos de envío, y si uno vive en alguna de las ciudades mencionadas, puede acercarse hasta el exclusivo y elegante establecimiento y formar una cola más larga que un día sin pan.

En otras palabras. El sistema cafeteril mencionado, sistema/negocio Nespresso, implica lo siguiente: comprar una cafetera muy cara y comprar cartuchos de café caros no, carísimos. Pero la elegancia y exclusividad del carísimo sistema cafeteril Nespresso no conlleva, como pudiera imaginarse, un trato preferencial y cómodo para los clientes que pagan el café muy por encima de los precios llamémosles “normales”. No, encima el cliente debe recurrir a internet y sumar al elevado precio del producto el de los gastos de envío, o si vive en una de las escasas ciudades españoles que cuentan con tienda Nespresso, soportar largas colas para adquirir ese café a un precio mucho más alto que el habitual.

Pero lo mejor de todo es que si entras en el juego cafetero que propone la avispada multinacional, además de ayudar a enriquecerla haciendo largas colas o pagando un añadido por el producto que necesitas, encima, insisto, lo mejor de todo, es que pretenden hacerte sentir un consumidor perteneciente a un club selecto de elegidos, te venden exclusividad, sofisticación, glamour, distinción…

Este es un ejemplo más, podrían ponerse muchos otros, del triunfo y supervivencia del capitalismo, el mismo del que dicen los agoreros que está acabado, finiquitado por los siglos de los siglos: te venden un producto más caro de lo normal, te obligan a hacer cola para adquirirlo o te “sancionan” si lo compras por Internet…, pero logran que, para colmo, a través de un marketing muy bien hecho (¡o bendito Clooney!) te sientas un cliente especial, miembro de un grupo de escogidos. ¡¡¡Genial!!! ¿Alguien da más? Esperemos sólo un rato. Alguien, sin duda, dará más, pero menos por más.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,5 ene 2009 20:32:40 GTM
<![CDATA[El Chino, de Henning Mankell]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,853 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Mes de enero del año 2006. En un pequeño y tranquilo pueblo de la aparentemente tranquila Suecia (léanse, por ejemplo, las novelas de Sietg Larsson o las de Henning Mankell protagonizadas por el policía Kurt Wallander), un fotógrafo descubre por casualidad hasta un total de 19 personas brutalmente asesinadas.

Las investigaciones policiales indican que el autor podría ser un psicópata asesino en serie, y sin embargo una jueza, la protagonista y cauce narrativo de esta historia, Birgitta Roslin, no cree en esa teoría y apunta otras posibilidades para explicar la extraña, la aterradora tragedia.

No muy lejos de la escena del crimen, medio enterrada en la nieve, se descubre una cinta de seda roja cuyo estudio dirige las sospechas hacia algún extranjero, hacia alguien llegado de fuera del país, poniendo la investigación sobre la pista de una trama oculta cuyo origen se pierde en la capital de China, Pekín, y en una vieja historia que arranca nada más y nada menos que en el año 1860.

En torno a esa fecha, decenas de miles de chinos fueron transportados casi como animales hasta los EEUU para trabajar en la construcción del ferrocarril que uniría la costa este con la oeste. Conoceremos las durísimas peripecias sufridas por aquellos orientales a través de los testimonios de los descendientes de los hermanos Wu, San y Gou Si, quienes también muestran la realidad de la China actual, un vasto, complejo y conflictivo país/continente llamado a ser la superpotencia emergente del siglo XXI.

Sin embargo la persecución del asesino y todas las historias paralelas que van revelándosele poco a poco a la jueza Birgitta Roslin, que investiga dejando a un lado a la policía sueca, va a experimentar un punto y aparte al sentir la jueza que su vida se encuentra realmente en peligro.

Henning Mankell: El chino (Tusquets)

Henning Mankell: El chino (Tusquets)

A grandes rasgos este es el resumen del argumento de la última novela publicada en español por Henning Mankell, El Chino (Tusquets, Barcelona, 2008), una novela que se suma al corpus narrativo del autor no protagonizado por el ya célebre comisario Kurt Wallander, la gran creación del novelista sueco, y personaje que forma parte ya esencial de la leyenda europea de la novela negra.

El Chino ha sido recibida con división de opiniones por la crítica especializada. Para una parte de la misma es una novela construida con un pulso narrativo extraordinario, y con un argumento original que desvela para el gran público europeo y americano muchas claves de la realidad de la China actual. Para otra parte de la crítica, por el contrario, El Chino es una prueba más de que cuando Mankell deja aparcado a Wallander su eficacia como narrador cae muchos enteros.

Sin alinearme con ninguna de las corrientes, y aceptando de buen grado muchos de los argumentos de ambas, en lo que sí coincido con críticos y con lectores es en la añoranza de Wallander y sus investigaciones.

Mankell, por favor, no nos dejes por más tiempo sin nuestro policía de cabecera favorito, Kurt Wallander, el único policía que ama la ópera.

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Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Friday,2 ene 2009 17:37:29 GTM
<![CDATA[Stalin, ¿campeón de la historia rusa?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,852 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El pasado mes de mayo de 2008, en la Madre Rusia comenzó a realizarse una encuesta nacional para designar popularmente a la figura histórica más importante del país. Los promotores del proyecto ofrecían a los participantes la posibilidad de votar entre 50 candidatos, número que pasado el tiempo, en septiembre, se redujo a tan solo 12, los primeros. En el sondeo o encuesta participaron más de cinco millones de rusos, quienes emitieron sus votos a través de internet o por teléfono. Los resultados no dejan de ser sorprendentes.

El más votado, la figura histórica más importante de Rusia según los participantes en el sondeo es Alexander Nevsky, un príncipe guerrero medieval, héroe nacional por sus muchas hazañas militares, entre ellas, si la memoria no me falla, detener el avance hacia tierras rusas de los caballeros teutones. El príncipe ruso presta su nombre a una película de Sergei M. Eisenstein, el director, entre otras, de las celebérrimas El acorazado Potenkim y Octubre, octubre, aunque creo que el paso del tiempo ha tratado mejor su magnífica película sobre el guerrero medieval.



Sergei M. Eisenstein: escenas de la película Alexander Nevsky (vídeo colgado en YouTube por croscream)

El segundo personaje más votado ha resultado Piotr Stolypin, un oscuro y poco conocido en Occidente primer ministro de comienzos del siglo XX que trabajó a las órdenes del último zar de todas las Rusias, el masacrado Nicolás II.

El tercer lugar lo ocupa Stalin, sí, el mismo de las purgas, el mismo que hizo desaparecer a millones de rusos en las estepas siberianas, el mismo dictador que pactó con Hitler, el mismo que luego llevó al ejército rojo a sufrir centenares de miles de perdidas frente a las divisiones panzer alemanas, el mismo que contribuyó al inicio de la guerra fría, el mismo que acalló al poeta Boris Pasternak y tantos otros miles de artistas y creadores, el mismo que hizo de los gulags una práctica común y normalizada para aniquilar la disidencia política, etc... Es decir, según los votantes rusos el criminal Josef Stalin, uno de los mayores sátrapas sanguinarios de la historia de la humanidad, es el tercer ruso más importante de la historia de su país. Y es que muchos rusos de nuestra actualidad, opinan que Stalin fue el artífice de la industrialización soviética, quine puso las bases para el desarrollo de la URSS como superpotencia, quien salvó a la patria de la amenaza nazi, etc... Es más, el Partido Comunista ruso asegura que la encuesta ha sido manipulada, pues según sus dirigentes de no haberlo sido, Stalin o Lenin hubieran quedado en primer y segundo lugar, sin que el orden de los factores alterase el producto.



Discurso de Stalin el 11 de diciembre de 1937 en el teatro Bolshoi de Moscú (vídeo colgado en YouTube por lazarodesouzagomes)

Y es que las revisiones y puestas en escena de las memorias históricas de cada país pueden conllevar verdaderas, auténticas sorpresas que, a más de uno, dejan con la boca completamente abierta. Boca en la que no dejan de entrar moscas, sapos, culebras y demás bicharracos que, de vez en cuando, se escapan por las puertas de toriles de esa gran plaza redonda que es la historia, y en la que deambulan bichos que son en verdad muy difíciles de lidiar.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Tuesday,30 dic 2008 18:12:23 GTM
<![CDATA[Que los Reyes Magos vengan con libros para los niños]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,851 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Se aproxima a velocidad de vértigo el comienzo de año nuevo y con él la primera gran fiesta del año recién nacido, la de Reyes. La noche del 5 de enero los niños españoles se meten en la cama inquietos y con la ilusión desbordada: a la mañana siguiente, la del día 6, junto a sus zapatillas o zapatos, los Reyes Magos de Oriente habrán dejado para ellos juguetes nuevos y relucientes, promesa simbólica de los bienes y parabienes que se esperan a lo largo y ancho del año iniciado.

Tengo cinco sobrinos cuyas edades van desde los 11 años de la mayor a los 6 de las pequeñas, y en mi casa Sus Majestades de Oriente también les dejarán algo. Cada vez se me hace más difícil elegir los regalos para los niños, y estoas días lo cierto es que se convierten en un auténtico quebradero de cabeza.

Las dificultades comienzan porque tiene de todo, absolutamente de todo, y continúan porque se han acostumbrado a jugar en soledad frente a una videoconsola o la pantalla de un portátil. Están realmente entregados a la electrónica y sus laberintos de luces, colores y sonidos, las pantallas parecen tener el poder magnético de robarles la voluntad y toda la atención: sencillamente quedan subyugados bajo la hipnosis de la virtualidad catódica que asoma, surge de la pantalla encendida.

No quiero luchar contra la fuerza atronadora de los videojuegos. No quiero y no puedo, es imposible, inútil. Sería algo parecido a luchar contra enormes molinos de viento montado en un jamelgo famélico y con una lanza blanda en la mano. Y además no tendría el consuelo insensato de pensar que cargo contra malandrines de perfil gigantesco, pues soy consciente de lo absurdo de la lucha. Sin embargo no me resisto a que mis sobrinos tengan contacto con otros elementos de imaginación y recreo, con aquellos que pienso son los más valiosos que jamás se hayan inventado, los que a mi me acompañan sin desfallecer desde hace décadas y nunca me han dado la espalda. Me refiero a los libros, fuentes inagotables de lo divino y de lo humano, tesoros cuyos fondos nunca tienen fin, y siempre pueden volverse a empezar, a retomar, a reconstruirse. No quiero que mis sobrinos crezcan ajenos a las páginas escritas. No sé si mi empeño es quimérico y tontorrón, tal vez, pero si los empeños no son de tal naturaleza creo que no merecen la pena, y tampoco deberían adoptar tan espléndido nombre: empeño.

Mosaico de San Apolinar Nuovo (Rávena, Italia)

Mosaico de San Apolinar Nuovo (Rávena, Italia)

Para insuflarme algo de ánimo en la quimera me llegan informes de pediatras (esos seres por otro lado casi abominables) que vienen a darme alguna razón medible y, por tanto, con prestigio académico y aceptación social. Dicen los señores y señoras expertos que un libro es mejor que un videojuego desde un punto de vista relacional y cognitivo, aunque hay que saber elegir el libro adecuado (también habría que saber elegir el videojuego adecuado, digo yo).

Para darle a un niño menor de seis meses el don de un libro se hace necesario que el libro tenga profusión de imágenes sencillas que activen los procesos de reconocimiento y que favorezcan y desarrollen los vínculos y relaciones entre la imagen y el objeto real.

A partir del año de vida, los niños deberían tener contacto con libros que presenten historias sencillas, breves y en la que un mismo personaje desarrolle y experimente diversas acciones.

Ya cumplidos y pasados los cuatro años, a los niños hay que otorgarles, como si fuéramos sus hadas madrinas o sus ángeles de la guarda, libros que encierren en sus páginas historias de niños con los que los niños puedan establecer una identificación directa. Es decir, historias en las que los niños, los nuestros, se conviertan en protagonistas del asunto mediante el uso y disfrute indiscriminado y catapultado hacia el infinito de su propia imaginación.

Si a estas recomendaciones le añadimos que los libros deben poseer el perfume especial que sólo poseen los libros, que deben estar bien editados, ser objetos hermosos en sí mismos y vivir en sociedad plural y animada con otros ejemplares de su especie, tendremos entonces no sólo resuelto el regalo de Reyes de los niños de nuestra vida (niños en trágico y constante trance de dejar de serlo en el momento menos esperado), sino que además estaremos dándoles en la mano una herramienta de pasiones y conocimientos que les acompañará siempre y en todo momento en el trance de vivir; les estaremos dando una herramienta de diversión y trabajo cargada de futuro inagotable, de su futuro y del de toda la humanidad en pleno.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Monday,29 dic 2008 17:24:43 GTM
<![CDATA[Michelle Obama: “madre al mando” en la Casa Blanca]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,850 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Queda ya menos de un mes (el próximo 20 de enero) para que Barack Obama se convierta en el nuevo presidente de los EE.UU; el primero de la historia con orígenes raciales en África. Ese mismo día, Michelle Obama, a sus 45 años, será la primera Primera Dama negra en la Casa Blanca, y la más joven desde la mítica Jackeline Kennedy.

Michelle Obama es descendiente directa de esclavos. Sus padres fueron una secretaria y un funcionario local, y pasó su niñez en barrios poco favorecidos del Chicago de los años 1970, barrios en los que la segregación racial formaba parte del menú social de cada día. Michelle no lo tenía fácil, pero si en todo el mundo es conocida la frase hecha “el Sueño Americano” es por algo, y no por caprichos léxicos o semánticos. La niña negra y de estrato social más bien humilde acabó estudiando Leyes en Harvard, y regresando a Chicago para convertirse en abogada de línea progresista y en jefa del que tiempo después sería su actual marido.

Michelle Obama

Michelle Obama

Michelle Obama no es precisamente una bomba de relojería sentimental, y al parecer no es capaz de soltar una lágrima ni asistiendo a la muerte de la madre de Bambi. Cuando su marido ganó las elecciones presidenciales se dice, se cuenta, que tan sólo le susurró al oído “good job” (buen trabajo). Esta mujer, sin embargo, fue el único ser humano que tuvo en su mano el poder suficiente para convencer a su marido de que abandonase el sueño, la lucha por ser presidente. Michelle aceptó el reto después de que se le asegurase que sus hijas (Malia y Shasa) no iban a verse perjudicadas o afectadas en exceso por la candidatura. Desde ese momento Michelle Obama abandonó su trabajo ejecutivo en el hospital universitario de Chicago, comenzó a dedicarse por entero al cuidado y educación de las dos niñas, y se transformó en uno de los principales baluartes del triunfo mediático de su presidenciable marido.

Ahora Michelle sabe que le faltan tan sólo días para protagonizar un punto y aparte en la historia de su país y del mundo. Ya ha anunciado públicamente que no va a precisar una oficina propia en la Casa Blanca, pues su primer año en la cúspide de la pirámide del poder político universal lo va a dedicar a ser mamá, o como ella misma ha acuñado con indudable acierto y sentido: “madre al mando”.

Insisto, quedan sólo unas semanas para que una madre tome el mando en Washington. Seguro que todos le deseamos mucha suerte. Nos va mucho en ello.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Wednesday,24 dic 2008 20:30:43 GTM
<![CDATA[Cuento de Navidad: ‘La Cigarra y la Hormiga’, versión reaccionaria]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,849 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hasta hace cuatro días no tenía ni la más remota idea de qué era Facebook. Hoy lo sé porque me lo han explicado, y porque sacado de allí me han hecho llegar la siguiente versión del clásico cuento “La Cigarra y la Hormiga”, una versión que me parece tiene su gracia, aunque no me he podido resistir a añadirle el calificativo “reaccionario”, y me imagino que una vez leída la versión no haya que explicar el por qué.

Versión clásica: La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno. La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano haciendo turismo, bailando y de juerga.

Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.

La cigarra tiritando y sin comida, muere de frío.

Versión española: La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno. La cigarra piensa que la hormiga es tonta, y se pasa el verano haciendo turismo, bailando y de juerga. Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que ... Read Morele hace falta hasta la primavera.

Un día, tiritando a la salida de un bar de copas, la cigarra organiza con la Sexta una rueda de prensa en la que se pregunta ¿por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida cuando quiere, cuando ella tienen frío y hambre?

La Cuatro, las cadenas de TV estatales y la cadena SER, organizan un programa en vivo, en el que la cigarra sale pasando frío y calamidades, y a la vez muestran extractos del video de la hormiga calentita en su casa y con comida en la mesa.

Los españoles se sorprenden de que en un país tan moderno como el suyo, dejen sufrir a la pobre cigarra, mientras que hay otros viven holgadamente. Las asociaciones contra la pobreza se manifiestan delante de la casa de la hormiga. TV1 transmite en directo la protesta.

Los periodistas de El País y El Periódico escriben una serie de artículos... Read More en los que cuestionan cómo la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra, e instan al Gobierno de Zapatero a que, en solidaridad, aumente los impuestos de la hormiga. María Teresa Fernández de la Vega, muy implicada con los animales, hace una rueda de prensa desde su casa, en el mismo Zoo de la Casa de Campo. Respondiendo a las encuestas de opinión, el Gobierno de Zapatero elabora una Ley sobre la igualdad económica, en la que califica a la hormiga como una rémora del franquismo, y promueve en el Congreso una ley anti-discriminación, con carácter retroactivo contra las hormigas.

Ian Gibson publica su libro: Las hormigas y el franquismo, que el Gobierno incluye en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Los impuestos de la hormiga han sido aumentados, y además le llega una multa porque no contrató a la cigarra como ayudante en verano, y eso además se tipifica como que “produjo a la cigarra un maltrato psicológico... Read More”. Garzón embarga la casa de la hormiga, ya que ésta no tiene suficiente dinero para pagar la multa y los impuestos.

La hormiga se va de España. El programa televisivo El Tomate hace un reportaje donde sale la cigarra con sobrepeso, porque ya se ha comido casi todo lo que había en la casa de la hormiga, mucho antes de que llegue la época… La antigua casa de la hormiga se ha convertido ahora en un albergue social para cigarras, pero la casa se deteriora rápidamente, porque nadie hace nada para mantenerla en buen estado.

Al Gobierno se le reprocha no poner los medios necesarios, por lo que Rubalcaba y Garzón, ponen en marcha una comisión de investigación que costará 10 millones de euros. Zerolo, encabezando al colectivo de gays y lesbianas, se manifiestan por Chueca en solidaridad con las cigarras homosexuales, lesbianas y transexuales.

Entretanto la cigarra muere de una ... Read Moresobredosis de Cocaína. La COPE y Tele Madrid comentan el fracaso del Gobierno para intentar corregir el problema de las desigualdades sociales. La cadena Ser, El País, Iñaki Gabilondo y el grupo catalán del PSOE, (Carles Francino, Angels Barcelo y Gemma Nierga), dicen que la culpa de todo es de Aznar, Irak, Franco y la Falange.

La antigua casa de la hormiga, ha sido ya ocupada por una banda de arañas marroquíes inmigrantes, y el Gobierno de Zapatero se felicita en la TV, por la “pluralidad cultural de España, ejemplo del éxito de la Alianza de Civilizaciones”.

Y colorín colorado, otra vez nos la han colado.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,23 dic 2008 20:42:8 GTM
<![CDATA[Adiós, goodbye a la estatua de Franco en Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,848 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Esta mañana del 18 de diciembre, que es cuando escribo el post, ha desaparecido la estatua del general Franco que desde la plaza del ayuntamiento de Santander vigilaba la cotidianeidad ciudadana desde hacía más de 44 años, exactamente desde julio de 1964. Era una de las pocas estatuas que quedaban del militar, y quizá la única de toda España que ocupaba un lugar tan simbólico y central de una ciudad.

La han empezado a retirar con mucha parafernalia de grúas, operarios y medios de comunicación, a eso de las nueve y media de la mañana. A esa hora, y durante las que la precedieron, el aspecto de la plaza del ayuntamiento era parecido al que se materializa la última noche del año. Es decir, estaba a reventar de gente con cámaras y móviles en mano. Gentes que querían ser protagonistas de la historia, que algún podrán decir eso de “yo estaba allí”.

En contra de lo que muchos pensaron durante años y años, la estatua se ha retirado sin ningún tipo de incidente a reseñar. No ha habido enfrentamientos, ni disputas, ni unas palabras más altas que otras, ni gestos hostiles. Creo que hubo algún que otro nostálgico que mostró alguna bandera de Falange, y alguna que otra sonrisa de satisfacción apenas contenida, pero las aguas no llegaron en ningún caso a desbordarse.

Todo se ha producido con comedimiento, luz, taquígrafos y espíritu tranquilo. A la una de la tarde he dado mi clase de historia, y nada más entrar en el aula varios alumnos me han comentado, hasta nerviosos, que había sido testigos del “acontecimiento”, que algún periodista les había llegado a preguntar su opinión al respecto y que habían notado mucha excitación entre el público observador. Les he preguntado al respecto, y se ha generado un debate que me ha resultado chocante por su singularidad: la inmensa mayoría de los que hablaron, entre los 18 y los 20 años de edad casi todos, estaban en desacuerdo con la retirada de la estatua, pues en su opinión es parte de la historia y no debía quitarse: la historia no puede cambiarse, aseguraban con seriedad y casi circunspectos.

Les comenté que me sorprendía su actitud y opiniones, y les dije que probablemente en una universidad pública el debate hubiera sido muy otro. Admitieron sin problema que la mayor parte de ellos proceden de familias conservadores, y que sus opiniones también lo son. A partir de ahí, volví a asistir a una batería de opiniones y razonamientos construidos desde la dicotomía izquierda versus derecha, o al revés. Y comprobé, un tanto alucinado, cómo se repiten los esquemas ideológicos en España década tras década, y ante mis ojos, una vez más, se pusieron en escena las dos Españas, las mismas que se enfrentaron en la guerra civil, las mismas que se atrincheran para el combate “cuerpo a cuerpo” en los medios de comunicación nacionales de un tiempo (largo) a esta parte.



El Ayuntamiento de Santander retira la última estatua ecuestre de Franco (vídeo colgado en YouTube por GuerraCivilTV)

La cuestión indiscutible es que las estatuas de Franco, las banderas españolas, la memoria histórica y sus leyes..., se utilizan para el enfrentamiento, son armas arrojadizas, elementos de confrontación, de disgusto, de polémica, de discusión, de gritos y puños cerrados.

¿Qué es una estatua de una persona colocada en algún lugar de una ciudad, qué función cumple? Les he preguntado hoy a los chavales. Una estatua pública simboliza un ejemplo ciudadano, viene a recordarle a la ciudadanía de un lugar que la figura de la persona hecha estatua merece ser recordada por las generaciones que le preceden, que deben tener en la memoria colectiva las obras y los hechos públicos de ese personaje y tenerlos como referencia. Por tanto, debe existir un consenso generalizado a la hora de erigir y conservar una estatua, la mayoría debe estar de acuerdo en reconocer al ser humano recordado en bronce como un ejemplo. Es cierto que muchas estatuas provenientes de tiempos ya lejanos no revocan precisamente a personajes que hoy, desde nuestra mentalidad, pueden ser ejemplos edificantes. Pero esas estatuas, pienso en las de los condotieros florentinos por ejemplo, hoy no se conservan por el valor y referencia de los personajes representados, sino por el valor artístico de la obra.

En el caso de la estatua de Franco que hoy ha desaparecido del espacio público santanderino no se daba ninguna de las circunstancias que hacen que una estatua deba existir y conservarse. Desde un punto de vista artístico su valor era muy escaso. Se trataba de una copia lograda a través de un molde creado por algún artesano del que salieron otras completamente iguales. Pero lo más importante es que Franco fue un dictador, un dictador contemporáneo, y un dictador (del signo que sea) no es ejemplo cívico de casi nada, no tiene consenso alguno ni moral ni ético (no lo puede tener por definición), no debe ser un referente a seguir por las generaciones venideras, no ha amalgamado méritos en su obra y acciones como para convertirse en símbolo positivo para la ciudadanía.

En otras palabras, y por pura definición y lógica, ningún ciudadano que se haya impuesto por la fuerza a todos o una parte de sus conciudadanos puede quedar representado para la posterioridad en forma de estatua, es decir, de referente y ejemplo público, puesta en escena para todos de valores positivos. Fidel Castro no debería tener estatua en la Cuba que llegue a la libertad. En Alemania en impensable una estatua de Hitler; Stalin no debería tener ninguna estatua en ningún lugar del globo; Mao no podrá ser ejemplo cívico nunca en una China libre, etc...

La estatua de Franco en mi ciudad tenía que desaparecer, pero no para rescribir la historia, no para ofender a sus partidarios, no para dar gusto a sus detractores. No, la estatua de Franco, como la de cualquier otro dictador del siglo XX, no debe ocupar la calle, el ágora de las ciudades y pueblos de ciudadanos por sentido común, por pura y elemental higiene ética.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,22 dic 2008 17:50:51 GTM
<![CDATA[José de Ciria y el Ultraismo (1919-2009): una nueva sensibilidad española en la vanguardia europea]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,847 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Dentro de unas semanas nacerá un nuevo año, el 2009, y entraremos de lleno en el año en el que se cumplirán noventa años del nacimiento del Ultraísmo (1919-2009). Con tal motivo, y dada la gran relación entre algunos de los mayores ultraístas de la historia y nuestra ciudad, Santander, el poeta Alberto Santamaría y yo mismo le hemos propuesto a la Fundación Marcelino Botín el desarrollo de unas cuantas actividades en torno al Ultraísmo.

Pero en dos palabras, qué fue el Ultraísmo, quiénes fueron sus adalides santanderinos. A estas dos cuestiones contestamos muy brevemente Alberto y yo en los siguientes párrafos.

“Durante el año 2009 celebraremos el noventa aniversario de uno de los movimientos de vanguardia artística y literaria más interesantes del siglo XX, siendo además un movimiento propiamente español: el Ultraísmo. Un movimiento que fue antecesor del surrealismo (con el que comparte no pocos elementos) y de la llamada generación del 27, tanto en su vertiente poética, como musical y plástica. El Ultraísmo fue un movimiento fundamentalmente poético, aunque también se extendió a la pintura y a la música, representando un sugestivo y animado momento de la poesía española, delimitado más o menos al periodo que transcurre entre 1919 y 1924, desarrollándose no tanto a través de los libros, que los hubo, pero no muy numerosos, cuanto a través de las revistas literarias de la época: Cervantes, Gracia, Ultra o Reflector. Este movimiento poético, típicamente español, representa la contribución de nuestro país al vanguardismo literario que, en las primeras décadas del pasado siglo XX, surgió en toda Europa. A este respecto, no deja desde luego de ser curioso que el único movimiento vanguardista que José Ortega Gasset cita en su conocida Deshumanización del arte sea el del ultraísmo, y señala sobre él: “El ‘ultraísmo’ es uno de los nombres más certeros que se han forjado para denominar la nueva sensibilidad”. El ultraísmo fue, sobre todo, eso: una nueva sensibilidad, una sensibilidad de transición hacia la vanguardia.

La relación de la ciudad de Santander con el ultraísmo es importante, casi podría decirse que esencial. Dos de sus nombres más importantes, Gerardo Diego y José de Ciria y Escalante, eran santanderinos. El primero de ellos pronunció en 1919, en el Ateneo Santander, la conferencia que serviría de presentación del ultraísmo como movimiento. A esa conferencia asiste un joven de poco más de 16 años que quedó prendado del espíritu de esa nueva sensibilidad. Ese joven fue José de Ciria y Escalante, y estará llamado a ser la “figura maldita”, legendaria de esa nueva literatura de vanguardia, cumpliéndose en 2009 el 85 aniversario de su muerte.

Gerardo Diego en el puerto de Santander

Gerardo Diego en el puerto de Santander

La personalidad literaria de José de Ciria y Escalante (Santander 1903-Madrid, 1924) es una de las más sorprendentes y atractivas de las que surgieron en la década de 1920 en España. A pesar de su extrema juventud cuando le sobreviene la muerte, y a pesar de los pocos años de actividad que pudo desarrollar, dejó en nuestra historia literaria una huella importante. Una huella y una leyenda que tiene su origen en lo siguiente:

A) Por una parte el hecho de que tras su muerte, algunos de los personajes más importantes de la época como Azorín, Gómez de la Serna, García Lorca o Juan Ramón Jiménez, decidieran unir sus fuerzas y su dinero para publicar póstumamente la obra de este poeta joven.

B) El hecho de haber sido el impulsor de una de las revistas más sugerentes del panorama de vanguardia: Reflector. Un editor de apenas 19 años consigue para sus páginas la colaboración de Juan Ramón, Ramón Gómez de la Serna, Jorge Luis Borges, Picasso, etc. Reflector, con un único número se convertirá en pura luz para la vanguardia.

C) Y, finalmente, el hecho de haberse convertido en protagonista de un poema como “Delicado Giocondo, amigo mío”, que le dedicará su íntimo amigo Federico García Lorca, con quien había mantenido una intensa relación epistolar y de amistad.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Thursday,18 dic 2008 13:45:3 GTM
<![CDATA[Poesías completas de Sylvia Plath (Bartleby editores)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,846 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hay artistas, escritores, personajes..., que para haber quedado en eso tan vaporoso que llamamos posteridad, no sabemos si le deben más a su obra, a lo más llamativo de su existencia, o a la suma de ambos factores a la vez. Quizá nadie lo expresó tan bien refiriéndose a sí mismo como Oscar Wilde: “Puse el genio en mi vida y sólo el talento en mi obra”.

El siglo XX, probablemente como cualquier otro siglo, ofrece una vasta y variopinta colección de “personajes” que a su labor creativa le suman una, cuando menos, peculiar existencia que, en no pocos casos, ha quedado incluso llamativamente por encima de su obra. Durante un tiempo quizá ese fuese el caso de la poeta norteamericana Sylvia Plath (Boston, 1932-Londres, 1963). Sin embargo, la publicación en 1981 del volumen Collected Poems (el primer Premio Pulitzer concedido a una obra póstuma), trabajo editado literariamente por el poeta Ted Hughes, quien fuera su marido y para algunos último inductor y causa de su suicidio (paradojas nos ofrece la vida), convirtió a Plath en un mito literario del siglo XX, y en una de las más importantes voces poéticas en inglés de la centuria.

Buena parte de la obra más destacada de Sylvia Plath vio la luz pública después de su muerte. Sólo su poemario The Colossus (1960) le dio notoriedad en vida. Luego vinieron otros libros que han ayudado a situarla en el lugar privilegiado en el que hoy está colocada: Ariel (1965); la novela The Bell Jar (La campana de cristal, 1963) que publicó con el pseudónimo de “Victoria Lucas”; Letters home (Cartas a casa, 1975) que envió a su madre, quien luego editó el libro; los relatos de Johnny Panic and the Biblie of Dreams (1977); sus Diarios, impresos en 1982; y el ya señalado The Collected Poems (1981), la colección de poemas que la consagró.

Sylvia Plath

Sylvia Plath

En español no había mucho publicado de nuestra autora, sobre todo en el ámbito de la poesía, pero esta imperdonable falta acaba de ser cubierta por la editorial española Bartleby (704 págs, y 28 euros de precio), que en edición bilingüe español-inglés, edición literaria de Ted Hughes y traducción, prólogo y notas de Xoán Abeleira, ha lanzado a la calle con un éxito más que notable la Poesía completa de la poeta norteamericana, esfuerzo que, repito, es inédito en el ámbito hispanoamericano.

Nadie mejor que el propio Abeleira para explicarnos qué vamos a encontrar al acercarnos a la poesía de Sylvia Plath. Dejémosle hablar a él:

“Al acercarnos a la poesía de Sylvia Plath, debemos tener muy presente que, si bien el hecho de conocer los detalles de su vida nos ayuda a comprender y a ‘traducir’ sus poemas, ello no explica, en modo alguno, el poderío de éstos. En Plath es fundamental separar sus logros estéticos de su biografía, de la cual no dependen ni en la forma ni en el fondo. Podemos abordar esta Poesía completa como una mera ‘confesión’ de su autora, pero, al hacerlo, estamos prejuzgando lo que leemos y, peor aún, nos estamos perdiendo otros significados mucho más relevantes y reveladores. Porque Plath, como Trakl o Pizarnik, no debe en absoluto su fama al hecho de haberse quitado la vida sino a que en su obra los acontecimientos están absorbidos, transfigurados por la función universalizadora del mito, y a que fue una poeta cuya imaginación, inteligencia, lenguaje, oficio y apertura al inconsciente alcanzaron un extraordinario grado de desarrollo. Virtudes que tan sólo podemos hallar en los grandes creadores”.

Un libro desde luego imprescindible para los que amamos la poesía y leemos en español. Un libro importante para cualquier lector en nuestro idiomas.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Wednesday,17 dic 2008 13:45:3 GTM
<![CDATA[Una poética para ser traducido al rumano. Carta a Corina Potor]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,845 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hace unas semanas tuve la enorme fortuna de ver algunos de mis poemas en prosa traducidos al rumano. Han aparecido en una cuidada publicación de título Echivalente/Equivalencias, editada por la colección La Sirena del Pisueña, en la ya mítica imprenta santanderina Bedia. En realidad se trata de unos hermosos pliegos en los que comparto espacio con poetas como Miguel Ibáñez, Juan José Roiz de la Parra y Carlos Villar Flor.

No es la primera vez que me traducen a otro idioma. Hace ya muchos años me tradujeron algunos versos al árabe en un libro editado por algún Cervantes marroquí, e incluso he visto algunos de mis textos volcados al braille. Sin embargo sí es al primera vez que quien me traduce se pone en contacto conmigo y me pide ayuda dado lo difícil de mi escritura. Ha sido la rumana Corina Potor quien se ha visto en el aprieto de “estudiarme”, y quien me pidió ayuda para intentar entenderme, para procurar ser más precisa y fiel en su trabajo.

Yo no le contesté a dudas concretas, sino que le hablé de mi forma de entender hoy en día la escritura poética, reflexionando brevemente al respecto. La carta que le envié es esta:

“Estimada Corina Potor, mi amable traductora al rumano.

Ya imaginaba yo que mi “simbolismo”, “más agreste que el de Paul Valéry”, como me escribes, iba a dificultar la traducción de mis poemas en prosa, aunque paradójicamente, siempre he pensado que debería facilitarla, pues no exige fidelidad extrema a las palabras, sino que deja completamente abierto al lector, y al traductor, el significado e intencionalidad de las mismas.

Soy poeta abstracto. Sí. No soy un poeta realista ni “figurativo”. No pinto ni describo paisajes, no retrato..., mi poesía se asemeja a la forma de pintar que tenía, por ejemplo, Jackson Pollock: se extiende el lienzo en el suelo y se dejan caer sobre él manchas, colores, formas que expresan desde su abstracción, desde su ausencia de formas definidas, al menos desde un punto de vista lógico, racional y tradicional.

Yo extiendo palabras sobre el folio y éstas se van adecuando, se van interrelacionando unas con otras hasta lograr, desde mi punto de vista, expresar precisamente esos territorios expresivos, estéticos, éticos, conceptuales que quedan siempre fuera, que no se iluminan mediante el uso del “lenguaje normalizado”. Yo busco torcer las palabras y sus significados, romperlas, darles la vuelta para usarlas de forma exploratoria en busca de aquellos espacios del pensamiento y el sentimiento que nunca son expresados por el uso normal de las palabras, por sus significados y equivalencias comunes.

Juan Antonio González Fuentes, Miguel Ibáñez, Juan José Roiz de la Parra y Carlos Villar Flor: Echivalencia/Equivalencias (La Sirena de Pisueña, Santander, 2008)

Juan Antonio González Fuentes, Miguel Ibáñez, Juan José Roiz de la Parra y Carlos Villar Flor: Echivalencia/Equivalencias (La Sirena de Pisueña, Santander, 2008)

Siempre he creído que la poesía contemporánea, después de las experiencias históricas del siglo XX con su barbarie industrializada y comercializada, debe intentar situarte frente al abismo de la existencia desde el abismo que nosotros mismos somos. Se trata de intentar decir con palabras poéticas lo que no es decible.

Cuando se publicó hace unos pocos años la antología de la joven poesía en prosa española por la editorial barcelonesa DVD, me hicieron tres preguntas que debía contestar y que, espero, te den alguna pista para afianzar tu traducción que, seguro, es excelente. Ahí van las preguntas y sus respuestas.

1. ¿Qué te mueve a escribir poemas en prosa?

El poema en prosa es un ámbito de expresión en el que creo que respira bien la naturaleza de mi concentrado discurso poético. Un discurso en gran medida autobiográfico, que plasma hechos interiorizados y que se hace palabra con una clara voluntad de ser terco testimonio, de convertirse en fragmento de vida, ideas y sensaciones, en recurrente eco de la memoria. Un discurso poético que en todo momento apela a la libertad del lector a través de una expresión siempre abierta a los acercamientos de carácter múltiple.

2. ¿Puedes señalar algún modelo preexistente que te haya influido a la hora de decantarte por el género?

Antes de hablar de posibles influencias en mis poemas en prosa, me gustaría señalar que no creo mucho en los llamados “géneros literarios”. Y no lo hago porque opino que buena parte de la mejor y más decisiva obra escrita contemporánea, está construida en una frontera de expresión y en un escenario comunicativo que no puede delimitarse con las cómodas pero hoy inoperantes reglas tradicionales de los géneros al uso.

En cuanto a las posibles y ya aludidas “influencias”, de existir éstas lo hacen sin duda en un contexto descrito ejemplarmente por Javier Gomá en su espléndido trabajo Imitación y Experiencia, premio Nacional de Ensayo.

Si desde los griegos hasta el siglo XVII la imitación de modelos gozó de aceptación y crédito en todo occidente, a lo largo de los siglos XVIII y XIX la teoría de la imitación cayó en el mayor descrédito al no aceptarse que un hombre libre y racional perdiese su propia autonomía bajo la influencia de modelos ajenos. Sin embargo, durante el pasado siglo XX el valor de la imitación resurgió, pero atendiendo a un entramado nuevo y distinto al clásico: tanto el modelo o ejemplo a imitar como los sujetos influenciados son elementos libres y racionales, por lo que el modelo no se presenta como fijo e inmutable y el sujeto influenciado no lo es desde la pasividad y la aceptación impersonal y sin atisbo de crítica.

Así, imitación y experiencia se revelan conceptos cuya mutua relación se pone de manifiesto de la mejor manera posible en la idea de ejemplo. Uno es influido por un ejemplo, y la experiencia a la que se presta atención es la del ejemplo imitado. Lo que se le pide al ejemplo en el que se busca influencia es que posea rasgos de excelencia. En este sentido señalaré algunos ejemplos de excelencia cuyo trato ha podido influir de alguna manera en mi escritura. Ejemplos que, para no extenderme aún más, voy a reducir al ámbito de poemas en prosa en español publicados durante el pasado siglo por poetas españoles. Aquí van tan sólo algunos de los que podría citar: el Juan Ramón Jiménez de Espacio; el Antonio Gamoneda de Lápidas o Libro del frío; el José Hierro de “Cinco cabezas”; el José Ángel Valente de No amanece el cantor; y los poemas en prosa de autores como Sánchez Robayna, Clara Janés o Vicente Valero.

3. ¿Qué futuro como forma poética de valía le auguras al poema en prosa?

Exactamente el mismo que al resto de formas de escritura poética. La cuestión es ¿qué futuro tiene en nuestro mundo la poesía escrita?

Al menos desde el Romanticismo, la mayor parte de los poetas han pretendido lo mismo, es decir, arrojar alguna luz sobre el mundo para a la vez arrojarla sobre sí mismos, o viceversa. Tal vez donde he hallado expresada esta idea de forma más certera y hermosa ha sido en palabras de Roberto Juarroz: “hablar ante el abismo en el que estamos con el abismo que somos”. Se trata, en definitiva, de procurar penetrar en los términos de aquello que no es decible. Esa es a mi juicio lo que busca el poeta y su función principal.

Lo que ocurre en este comienzo de siglo es que el orden cultural en el que Occidente se forjó durante siglos entró en crisis abierta y probablemente definitiva hace ya tiempo, por lo que varias generaciones han vivido a la deriva, encadenados a una incertidumbre cuya materialización principal puede haber sido lo que George Steiner ha definido como la paulatina “retirada de la palabra”. Pues bien, en este punto crítico actual es donde el poeta creo que debe jugar un papel esencial: ser un transmisor decisivo entre generaciones de lo que Gadamer ha venido en llamar “la íntima sabiduría del balbucir y enmudecer”, o lo que es lo mismo, del uso arriesgado, meditado, trabajado, indagador, intuitivo, riguroso, imaginativo..., de la palabra.

El edificio cultural levantado por la Ilustración (cimentado en la palabra) no sobrevivió, entre otras realidades, a los campos de exterminio nazis. Las distintas sociedades occidentales de comienzos del siglo XXI ya no producen ni perpetúan gran parte de su cultura con herramientas literarias y humanísticas. La era del humanismo moderno pasó hace tiempo a mejor vida, como certifica en un trabajo Sloterdijk, y con él la “palabra se retira”, va perdiendo espacio vital. En nuestros días, todo debate serio en torno al futuro de la poesía fundamentada en la palabra, adopte esta la forma que adopte, opino que sólo puede partir del análisis y comprensión de esta realidad aquí descrita. Todas las demás posibilidades de debate se me antojan, en esta hora, aburridos e inútiles ejercicios de malabarismo.

Quizá como en ninguna otra etapa de la historia hayan tenido tanto que ver entre sí el futuro próximo del hombre, el de la poesía y el de la palabra.

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Microrrelatos de Juan Antonio González Fuentes publicados en el Blog:

-Poemas en prosa desde París
-Cuatro poemas en prosa escritos en la Toscana
-Cuatro microrrelatos poéticos con perfume sicalíptico     

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Tuesday,16 dic 2008 19:43:38 GTM
<![CDATA[Historia de perros, o amor perruno en una autopista chilena]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,844 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Nunca sentí una especial predilección por los animales. Mi infancia y primera juventud no tuvieron ningún animal de ningún tipo en su toponimia, al menos si no tenemos en cuenta los dos o tres grillos que sucumbieron en su jaulita de plástico a la lechuga y a la desidia de mis hermanos y mía.

Pero al cumplir 35 años, y en una situación personal sumamente triste y desgraciada, llegó a mi vida Miller, un perro de aire distraído y cierto aire aristocrático que me trajeron a casa con un año de vida para cobijarlo tan sólo por unos días, pues lo habían encontrado perdido y vagabundo en un picadero a las afueras de la ciudad. Recuerdo al recién descubierto Miller como un perro melancólico y desconfiado, que fijaba su mirada joven en mí con un estado dubitativo, entre esperanzado y escéptico. Llevé al animal al veterinario, quien me confirmó su juventud y su buena salud. Lo que no podré olvidar nunca fue la frase con la que el profesional me despidió: “Ha tenido suerte. Será feliz contigo”. Aún hoy, diez años después, siento el peso de la responsabilidad adquirida.

Creo que en términos generales Miller sí ha sido feliz. Ha vivido sin ninguna preocupación material, ha descansado siempre en blando, ha corrido y jugado, ha puesto su granito de arena a la hora de engendrar alguna que otra camada nueva, y su estado de salud siempre ha sido excelente. Además, nunca, nunca le ha faltado la caricia requerida, la palabra cariñosa que le hace mover el rabo, los dedos rascándole la barriga.

Lo que no pude imaginar ni por un momento es toda la felicidad que me ha dado él, ni las toneladas y toneladas de grata compañía que me ha regalado, ni el sosiego y tranquilidad que siempre me ha proporcionado la visión de su figura ovillada y paciente tumbada a mis pies en algún rincón de la casa, siempre a mi vista, siempre dándome a entender que está conmigo y no me dejará, pase lo que pase.



Perro callejero intenta salvar a otro perro atropellado en la autopista (vídeo colgado en YouTube por lacabinadelcine)

Sí, ya sé que buena parte de lo que escribo sólo son las transferencias emocionales que los humanos hacemos a los animales de compañía con los que estamos. Sé que Miller no puede sentir amor, y que está junto a mí porque le doy de comer y beber, porque le proporciono cama y abrigo, porque le doy seguridad y protección.

Y sin embargo, nadie en este mundo podrá hacerme creer que no hay algo más, que no hay mucho más, que siempre hay más. Nadie me podrá convencer de que no nos entendemos con la mirada, de que de alguna manera nos comunicamos, nos transmitimos sentimientos, estados, emociones. Miller sabe perfectamente cuándo estoy cabizbajo y hundido, o alegre y optimista, lo mismo que de alguna manera extraña, irracional, supo que mi padre había muerto y no se separó de mi madre ni un segundo en toda aquella trágica noche. Pero es que yo también sé echándole un simple vistazo cómo está, si se encuentra feliz y animado, o está deprimido y sin ganas de hacer nada.

Los años juntos han establecido un hilo invisible y perfecto de comunicación entre nosotros. Conformamos de alguna manera un todo que se influye mutuamente a través de una vasos comunicantes de naturaleza muy precisa y tangible, aunque difícil de definir.

Miller

Miller

La razón me dice que Miller podría ser feliz con cualquier otra persona que le dé de comer y de beber, que le acaricie y le cuide. La razón me dice que lo que nosotros entendemos por amor, cariño, amistad, ternura…, no tiene acomodo verdadero en la naturaleza animalesca y perruna de Miller.

Todos estos elementos de reflexión los conozco, pondero y valoro. Pero…, pero como humano y humano sentimental que soy, transfiero a mi relación con Miller estados y emociones que no le son propias, que le son ajenas al animal. Aunque, ¿estoy seguro, completamente seguro de lo que escribo?

Las imágenes inauditas y emocionantes del perro callejero sorteando el peligro inminente de decenas de coches rozándole a toda velocidad en medio de una autopista chilena, mientras se esfuerza hasta la extenuación en arrastrar por el cuello a otro perro herido para salvarlo del atropello definitivo, me hablan con inusitada claridad de que en efecto, hay algo más, hay algo que desconozco cómo lo denominarán los zoólogos y demás expertos, pero que sin duda está ahí, y hace que un pobre chucho callejero se juegue literal y conscientemente la vida por salvar la de otro perro: un amigo, un hermano, un camarada.

Quiero pensar que Miller es primo directo del perro vagabundo y desconocido de la autopista chilena, del perro valiente y solidario que expuso su vida para salvar la del amigo, y que cuando se tumba junto a mí y posa su pata izquierda sobre mi mano y me mira a los ojos con los suyos profundos y color almendra, me está diciendo de alguna manera asombrosa que me quiere, que está siendo muy feliz conmigo y que si fuera necesario, él también se jugaría la vida entre los coches de una autopista para no abandonarme, para no dejarme solo en el último trance.     

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Monday,15 dic 2008 20:47:53 GTM
<![CDATA[Ivorypress Art+Book, el regreso madrileño de Elena Ochoa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,843 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La doctora Ochoa se hizo muy famosa en España hace unos cuantos años por hablar en televisión de sexo. Ahora reaparece en la escena española y madrileña abriendo una galería de arte que también es librería, o al revés, el orden de factores no altera el producto. El negocio se llama Ivorypress Art+Book.

He resumido y redactado la historia parecido, creo yo, a como lo habría hecho un periodista de las llamadas revistas del corazón o de cotilleo. He unido el nombre de Elena Ochoa a los conceptos televisión y sexo y me he quedado tan ancho. No he mentido ni en una sola palabra, pero sólo he enfocado la luz del foco, deliberadamente, en una única cara de las que ofrece el personaje. Y lo cierto es que el personaje, la persona, da para mucho más, incluso para una buena novela o, en la época dorada de Hollywood, para una gran película de maestros del estilo de Minnelli o Douglas Sirk.

Recurro a la red para obtener información completa y detallada de la protagonista de esta historia. Como profesor de Documentación que soy, sé positivamente que la información en la red está llena de trampas, de datos inventados, de exageraciones, de calumnias, de mentiras, de falsedades, de errores... Pero me arriesgaré y ofrezco a continuación lo que acabo de pescar en el río revuelto de google, eso sí, copiando sólo aquello que me parece verosímil, y desechando lo que me parece improbable (como por ejemplo el que Elena Ochoa llegase a ser profesora emérita del King’s College londinense):

“Elena Fernández Ferreiro López de Ochoa, gallega de un pueblo de Orense y nacida a finales del verano de 1958, estudió Psicología, especializándose en los trastornos del alzheimer y la esquizofrenia. Durante las décadas de 1980 y 1990 fue profesora de Psicopatología en la Universidad Complutense madrileña, llegando a realizar trabajos de investigación en esquizofrenia en las universidades de Los Ángeles (California) y Chicago (años 1984-86). Durante un curso académico, 1992-93, fue `visiting scholar´ en la Universidad de Cambridge, donde amplió estudios sobre el alzheimer. Durante la década de los 1990 trabajó en medios informativos como los periódicos El País y El Mundo, alcanzando la popularidad presentando un programa de televisión sobre temas sexuales, por lo que recibió el apodo de `la doctora del sexo´”. Que una atractiva treinteañera hablara de sexo seriamente, con rigor científico, con aplomo, con oficio, y con una pizca de controlada picardía, no sólo constituyó un éxito mediático de primer orden en toda España, es que además abrió el camino a programas y debates parecidos, catapultando a la científica a una popularidad trascendente que no sabemos si fue de su gusto o no.

Interior de Ivorypress Art+Book (foto procedente de www.arqhys.com)

Interior de Ivorypress Art+Book (foto procedente de www.arqhys.com)

Lo cierto es que incrementando el impacto mediático y el interés de los medios la doctora se casó con una refinado y conocido intelectual bastante mayor que ella, Luis Racionero, lo que no contribuyó mucho a enfriar las aguas del “qué me dices” en torno a nuestra protagonista. La verdad es que el matrimonio no duró en exceso, y Elena Ochoa se separó del escritor en 1994, coincidiendo casi de inmediato con un punto y aparte en su existencia que, entre otras cosas, supuso un drástico alejamiento de las luces periodísticas y televisivas, el matrimonio sorpresivo con otro hombre mucho mayor que ella (la superestrella de la arquitectura mundial Norman Foster), el cambio de aires en Londres, y una experiencia académica: un curso entero en el King’s College de la capital británica.

Londres, Norman Foster, dos hijos, el abandono definitivo de la vida académica... La vida de la española da un giro importante a finales de los 1990, y emerge al cabo de un tiempo convertida en otra mujer, o al menos, ofreciendo otras facetas muy distantes a las anteriores. Elena Ochoa funda una editorial, Ivory Press, especializada en libros de artista dirigidos al coleccionismo privado y los museos; en 2005 edita con carácter bianual la publicación C International Photo Magazine, dedicada a la fotografía contemporánea; y forma parte activa de comités artísticos internacionales como, por ejemplo, el Art&Auction, o el Latino-American Committee Tate.

Ahora, esta mujer de verdad sorprendente y de un interés fuera de toda duda, abre en Madrid (Comandante Zorita 48) este nuevo espacio multidisciplinar, diseñado por su marido Norman Foster, con el objetivo de convertirse en un referente europeo intelectual, creativo y de debate, un faro de todo aquello que sucede en el territorio cambiante del arte y la estética.

El espacio no estará dedicado al negocio, y la primera actividad prevista, allá para el próximo mes de febrero, será una exposición del fotógrafo checo Mirosvalv Tichy, un polémico artista que fabrica sus propias cámaras con desechos que recoge de la basura. Estamos, pues, ante el nacimiento de un nuevo y en principio importante espacio para el arte en Madrid, aunque las primeras críticas no se han hecho esperar, y ya hay quien divulga que eso de hacer del arte un artículo de superlujo no merece muchos aplausos ni parabienes.

Bienvenida, señora Ochoa!!!

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,12 dic 2008 8:56:48 GTM
<![CDATA[Tenores mucho más allá de los Tres Tenores]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,842 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Regreso de pasar el puente de diciembre en Milán. En contra de la opinión generalizada de que la capital lombarda es un espanto, a mi me ha gustado muchísimo, y me he sentido de verdad cómodo en sus hermosas calles y plazas del centro urbano. Hemos visitado el Duomo, el castillo de los Visconti-Sforza que guarda entre sus muchos tesoros la Pietá “Rondanini” de Miguel Ángel, la casa museo de Manzzoni, el cuadrilátero de oro (con las impresionantes tiendas de las grandes firmas: Prada, Hermés, Armani, Gianfranco Ferré, Valentino…), los Caravaggio de la exposición del palacio municipal, la tienda de discos y libros del célebre editor Ricordi, el Gran Hotel que albergó a Verdi en el estreno de su Otello, la plaza de la Scala y su estatua central dedicada a Leonardo y, claro, el Teatro alla Scala y su museo operístico…

Han sido dos días intensos que se han esfumado con la rapidez con la que desaparecen las pompas de jabón, pero, como dice el célebre refrán, “que nos quiten los bailao”.

El regreso a Santander casi se inaugura con una conferencia que tengo que pronunciar en torno al mundo de la ópera en una benemérita asociación de mujeres lectoras, las “santanderinamente” famosas “las matildes”, pues el centro cultural en el que llevan a cabo sus trabajos es el Centro Matilde de la Torre, en homenaje a la escritora, folclorista y política cántabra del mismo nombre.

La charla está prevista que dure 3 horas, desde las 6 de la tarde hasta las 9. No, no pienso torturar a la audiencia con tan pesada carga de palabras y verborrea, voy a hacerles escuchar mucha, mucha música. La charla la voy a centrar en hablar de grandes tenores de la historia, aprovechando que hace meses los críticos británicos elaboraron una lista con, en su opinión, los más grandes. Ya hablamos aquí mismo de esa lista y de su resultado: Plácido Domingo fue considerado el más grande de la historia.

Preparando la conferencia he hecho una pequeña prueba. Le he preguntado a todo aquel con el que me tropezaba los nombres de los tenores que conocía. Aproximadamente un 98% de los casos sólo conocían a tres: Pavarotti, Domingo y Carreras, es decir, a los tres tenores (qué eficaz es en ocasiones el marketing, incluso aplicado a asuntos como este).



Enrico Caruso interpreta "La Donna e Mobile" (vídeo colgado en YouTube por merrihew)

Estoy completamente seguro de que a la mayor parte del público que asistirá a mi charla sólo les sonará el nombre de los mismos tres tenores. Es más, me jugaría algo a que a la mayoría de ustedes, lectores de este texto, también les sonará mayoritariamente la terna, y pocos, quizá muy pocos, puedan añadir dos o tres más.

Para sorprender a mis oyentes, he recurrido a la bibliografía que guardo en mi biblioteca sobre discografía operística. Y en un papel comienzo a poner en fila en nombre de la mayor parte de los tenores que quedan registrados como intérpretes en los discos. El listado es asombroso. Hay tenores de todo tipo, de todo estilo, de todo repertorio. Pero todos son tenores importantes, algunos, sencillamente geniales. Ahí va el resultado de la cata:

Jan Peerce, Anton Dermota, Wolfgang Windgassen, Jon Vickers, Giovanni Martinelli, Mario del Monaco, Franco Corelli, Carlo Bergonzi, Plácido Domingo, Nicolai Gedda, Alfredo Kraus, Peter Pears, José Carreras, Neil Shicoff, Pavarotti, Giuseppe Di Stefano, Tito Schipa, Siegfried Jerusalem, Beniamino Gigli, Gianni Raimondi, Jaime Aragall, Francisco Ariza, Fritz Wunderlich, Jussi Bjöerling, Leopold Simoneau, Luigi Alva, Thomas Moser, Richard Tucker, Ferrucio Tagliavini, Chris Merrit, James King, Giacomo Lauri-Volpi, Pedro Lavirgen, Giuseppe Campora, Aureliano Pertile, Ramón Vinay, Hans Hopf, René Kollo, Lauritz Melchior, Max Lorenz, Fritz Uhl, Juan Diego Flórez, Enrico Caruso, Rolando Villazón, José Cura, Ramón Vargas, Miguel Fleta, Francesco Merli, Marcelo Álvarez, Roberto Alagna

Insisto en lo ya dicho. Todos los apuntados son cantantes que han grabado discos, todos cantan o cantaron en los grandes teatros operísticos del mundo, todos son o fueron importantes, algunos de ellos, sólo algunos, son los más grandes.

Pero a este largo listado habría que sumar todos los grandes cantantes que quedan al margen por completo de la historia de la fonografía., es decir, de los discos. ¿Cuántos grandes tenores sumaríamos entonces? Lo desconozco por completo. Sólo sé que hay mucha más vida tenoril más allá de los tres tenores que el marketing nos vendió con éxito hace ya algunos años. Hay más canto que el que nos selecciona la publicidad.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,11 dic 2008 16:29:5 GTM
<![CDATA[¡Viva la república!, ¡Muerte al Borbón!, Joan Tardá dixit]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,841 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El diputado extremista catalán Joan Tardá ha vuelto a hacer de las suyas, o mejor dicho, a “decir de la suyas”, algo a lo que muchos españoles ya estamos no sólo acostumbrados, sino que esperamos con insólito regocijo, pues sus frases estentóreas, surrealistas y descacharradas suelen constituir todo un festival del humor, concitando a la vez con sus efectos melodramáticos a la carcajada y a la conmiseración intelectual.

La última del susodicho me ha cogido fuera de España, pero gracias a los servicios del canal internacional de nuestra televisión pública he podido reír a mandíbula batiente y secarme las lágrimas a miles de kilómetros del lugar de los hechos. Nunca podré agradecerle como se merece al pobre Tardá sus divertidísimos desparrames dialécticos. Y lo mejor es contemplar su rostro, que como el de los grandes cómicos, suele permanecer serio y adusto mientras suelta las gracias que provocan júbilo y cachondeo entre los asistentes. El pobre Tardá, recalcitrante e inasequible al desaliento apóstol de la oratoria jocosa en catalán, ha dado vivas a la república (a cuál es una incógnita aún por desvelar), y ha pedido la muerte del Borbón, hay que imaginar que del rey don Juan Carlos, pues pedirla de Fernando VII parecería ya una extravagancia fuera de lugar incluso para nuestro showman particular, Joan Tardá.

De todo el discurso tragicómico del señor diputado republicano y nacionalista catalán, lo único que se entiende con claridad es que quiere que se instaure una república y que el rey de España, es decir, el Borbón, se muera. Lo que no aclara en ningún momento Tardá es si quiere la república para España entera o sólo para Cataluña. Este punto es importante, pues si sólo pide la república para Cataluña, bien podría dejarnos a los españoles que nos reinase el Borbón. Pero si pide la muerte del Borbón, hay que presumir que pide la república para todos nosotros, los españoles, lo que entraría en contradicción con su discurso nacionalista. Claro que todo en el diputado Tardá parece contradictorio: es diputado en el Parlamento español y cobra un nada despreciable sueldo de las arcas del estado español, pero a la vez pide la abolición del sistema que le da de comer y lo acredita como ciudadano libre, y lo hace además justo el día en el que se celebra el cumpleaños del conjunto de leyes que le permiten a él ser republicano en una monarquía y cobrar por decir sandeces e incitar (sí, eso parece en último término) al asesinato.



Las palabras de Joan Tardá (vídeo colgado en YouTube por rtve)

Cuando al Tardá tremebundo y dado a las monsergas, se le ha recriminado lo intolerable de su discurso liberticida, sólo se le ha ocurrido una manera de bajarse los pantalones sin que parezca que se los baja, de desdecirse sin hacerlo. Más o menos ha dado a entender que todo su discurso melodramático y figurero es un ejercicio de retórica al uso, y que en ningún momento ha querido la muerte expresa de nadie, pues él es incapaz de desear la muerte aunque sí de verbalizar el deseo. En otras palabras, Tardá ha pedido la muerte del Borbón pero sólo en sentido figurado y político, y sólo ha simbolizado en la familia Borbón el poder intransigente, corrupto, desalmado, antidemocrático, cruel, vil, salvaje, cicatero, asesino, fascista..., de la monarquía española, símbolo a su vez del férreo puño con el que la terrible y rencorosa España martiriza y tortura sin compasión a la desvalida, sometida y ultrajada Cataluña.

Pero lo más hilarante y jocoso del caso es que el iletrado Tardá ha querido recurrir a la historia para justificar su frase, sacándose de la manga, o mejor dicho, directamente de su mollera poco rozada con los libros y el estudio, el que eso de ¡viva la república!, ¡muerte al Borbón!, lo gritaban los “¡¿patriotas catalanes?!” allá por los años de la guerra de Sucesión Española. Semejante invención histórica (chapucera e interesada reinvención de la historia para adaptarla a los intereses inmediatos de un ‘salir del paso’), abandona ya el terreno de lo grotesco para filtrarse directamente en un guión delirante de los hermanos Marx.

Impagable lo de Tardá, impagable.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Tuesday,9 dic 2008 19:54:47 GTM
<![CDATA[Ignacio Uría: ¡qué continúe la partida!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,840 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hoy la portada del diario El Mundo publica dos fotos, a cual más estremecedora, más repugnante. En una se puede ver el cuerpo desnudo y rendido de un hombre de 71 años, Ignacio Uría, al que dos asesinos le han volado la cabeza. El cuerpo aparece rodeado de varias personas que certifican la muerte, que con la distancia de la profesionalidad atienden sus tareas: hacer fotos del cadáver, recoger restos en bolsas, comprobar desde un punto de vista médico que la muerte ha tenido lugar, que los asesinos han logrado, una vez más, el éxito buscado.

La segunda fotografía a mi me parece aún más repugnante, más perversa, más reveladora, más vomitiva, más dramática. Muestra a un grupo de cuatro hombres de algo más que mediana edad, sentados en torno a una mesa y jugando a las cartas sobre el consabido tapete verde. Otros cuatro hombres observan la partida junto a ellos, y al fondo se ve cómo en distintas mesas se desarrollan más partidas. Dos de los hombres, lo más próximos al fotógrafo, miran directamente a la cámara con rostros entre sorprendidos e inexpresivos.

Todos ellos eran compañeros de juego del asesinado, de Ignacio Uría. Todos ellos esperaban al muerto para jugar la tradicional partida al tute de después de comer, esa costumbre tan española. Todos los parroquianos de la cafetería en la que se desarrolla la escena, todos sin excepción, los del primer plano y los del fondo, todos, saben que el cuerpo de Ignacio Uría yace tendido en el suelo con un tiro en la cabeza a apenas 200 metros de donde juegan a las cartas con la indiferencia de quienes han sufrido un pequeño contratiempo.



ETA asesina al empresario vasco Ignacio Uría Mendizábal (vídeo colgado en YouTube por vnews)

Ninguno de estos hombres llora, ninguno está derrumbado, ninguno grita desesperado, ninguno muestra ningún dolor, ningún sentimiento. Ninguno profiere gritos ni insultos contra los asesinos de su amigo, ninguno se ha encaminado al ayuntamiento del pueblo para enfrentarse cara a cara con los niñatos aberchales de ANV que dirigen la municipalidad. Todos, con cara de circunstancias, continúan la partida.

Lo más seguro es que uno por uno, individualmente, ninguno sea un mal hombre, ninguno sea un canalla, ninguno sea un tipo indecente de arriba a abajo. Es más, casi todos serán honrados padres de familia jubilados y con una trayectoria sin conflictos, dedicados durante toda la vida al trabajo, a sacar adelante a la familia. Pero como pueblo, como integrantes de una comunidad, de un colectivo, de una sociedad..., todos ellos, uno por uno, nombre a nombre, rostro a rostro, jeta a jeta, todos sin excepción son gentuza, son repugnantes, son cómplices directos de los asesinos, son asesinos, aunque jamás en la vida hayan apretado un gatillo, hayan colocado una bomba, o hayan señalado un objetivo. Todos ellos, todos los que juegan en el bar a 200 metros del muerto, todo el pueblo sin excepción de Azpeitia son una comunidad de acobardados asesinos. Matan, asesinan con su silencio y su radical estulticia cabizbaja. Son asesinos mansos. Un pueblo de cobardes, de castrados consentidores.

Nunca de manera más clara una foto, una sola imagen, ha revelado un desgraciada, triste y terrible realidad. Ignacio Uría jugaba a las cartas con sus propios asesinos encubiertos, con esos asesinos que, repito, ni disparan ni colocan explosivos, pero que con su silencio cobarde y claudicante, con su silencio aterrador y cómplice de cabestros, con su mirar hacia otro lado durante años y años, facilitan y consienten la muerte incluso de quien jugaba con ellos como un más, sin esperar ni sospechar esta traición execrable de silencio.

La culpa de que los asesinos de ETA sigan existiendo la tienen los vascos. Antes, hace años, esta podía ser una opinión. Hoy, tras 40 años de asesinatos, extorsiones, chantajes, secuestros..., es sencillamente un axioma, una verdad de todo punto irrefutable. ETA existe porque existen tipejos como los de la foto, porque existen parroquianos indecentes e indeseables que, ocurra lo que ocurra, siempre continúan jugando a las cartas, a sus propias cartas, ya para siempre sucias, manchadas de sangre.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Friday,5 dic 2008 20:42:32 GTM
<![CDATA[Camille Claudel en el infierno: un amor por Rodin]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,839 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La última vez que viajé a París visité la última casa que al parecer habitó August Rodin, un inmenso hotel destartalado y avejentado rodeado, eso sí, por espléndidos jardines. En la mansión se exhiben esculturas y dibujos del maestro, y también obra y recuerdos de otros artistas importantes que tuvieron alguna relación con Rodín: Rilke, Zuloaga... Lo que no pude ver fueron huellas de Camille Claudel, la mujer a la que el amor por Rodin acabó conduciendo a la locura.

La pareja se conoció en París en 1883. Veinticuatro años les separaban. Él tenía entonces 43 años y su fama empezaba a ser algo tangible. Ella, prácticamente, acababa de salir de la adolescencia, y tenía sólo 19. El artista alquiló para poder vivir juntos las habitaciones del Clos Payen, morada que ya había acogido tiempo atrás a otra pareja célebre, la formada por George Sand y Alfred de Musset. Allí Camille ejerce de amante, amiga, mujer, ayudante, inspiración y artista rival. Es el tiempo en el que Camille posa para Rodin, el tiempo en que la joven colabora con el maestro en la realización premonitoria de las figuras de La puerta del infierno. El escritor Octave Mirbeau descubre la personalidad de la artista y proclama a los cuatro vientos su valía. Los celos pronto acabaron con el idilio. Rodin jamás dejó del todo a su antigua amante, Rose Beuret. Camille no lo soporta y abandona al artista. Lo que había unido la admiración y el impulso artístico lo separa el amor imperfecto, la cara doméstica y rutinaria del amor. Fruto de la hecatombe es una obras maestras de la joven Claudel, L’Age Mur.

Camille Claudel 

Camille Claudel

A partir de ese momento comienza una cuesta abajo que lleva directamente a Camille al infierno y la locura. La escultora vive en la miseria, no trabaja mucho y vede muy poco. Pasan los años y en 1891 Camille entabla una relación con el músico Claude Debussy, pero el recuerdo hiriente, constante de Rodin envenena e imposibilita cualquier otra relación, cualquier otra salvación posible. Además Debussy también está unido a otra mujer. El fracaso sentimental coincide en el tiempo con los primeros rayos reales del éxito: buenas críticas en los periódicos y revistas, y una gran exposición en 1905.

Pero la amargura lo acaba por envolver todo. Camille definitivamente pierde el juicio, el suyo propio pero también, a corto y medio plazo, el de la historia. La emprende con su obra, que es destruida en el taller por su mano, y en 1913 pierde el único apoyo con el que contaba en el mundo: su padre, quien había impedido el internamiento de su hija en un manicomio. Sin el padre la familia tiene vía libre, y su madre y hermana deciden internarla el sanatorio de Ville-Evrad y luego en Montdevergues. Su hermano, el poeta Paul Claudel permanece lejos, ejerciendo en el cuerpo diplomático francés, y cuando regresa y Camille se recupera, no saca a la joven del manicomio, a pesar de sus ruegos y súplicas.

El poeta jamás ayudó a su hermana. Dicen que nadie de la familia la visitó ni un solo día de los que vivió en el manicomio de Montdbergues: treinta años. Cuando murió en 1943 fue enterrada sin nombre en el cementerio del sanatorio. Sobre su tumba tan sólo unos números y una letra: 1943 –n392. El hermano Paul, el poeta católico por excelencia de la Francia de entreguerras, murió una década más tarde. Dios lo tenga en su gloria.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

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Thursday,4 dic 2008 19:59:21 GTM
<![CDATA[Del Nuevo Orden Internacional a la Guerra de Irak]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,838 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los años 1989-1991 vieron el final de un sistema internacional de alcance mundial, el de la bipolaridad y la larga Guerra Fría. El derrumbe de la URSS resultaba el fin de un modelo político que desde 1917 se presentaba como la alternativa al capitalismo y la democracia liberal, y que desde 1945 se había extendido a buena parte del mundo. Siempre sin olvidar que el comunismo no desapareció totalmente, manteniéndose en el poder en países como China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba, pero en el primer caso con una evidente evolución hacia formas de organización social y económica más cercanas al capitalismo, y en los demás casos con serias dificultades. Al menos en apariencia el sistema de mercado capitalista, acompañado por la democracia liberal, había salido triunfante de la pugna y se presentaba como el único sistema posible. Toda una época había terminado y en muchos medios liberales el final de la guerra fría y del sistema socialista desató una euforia de triunfalismo y optimismo, hasta el punto de que el polémico analista norteamericano Francis Fukuyama llegó a hablar del “fin de la historia”.

Para algunos, los cambios operados en el ámbito internacional entre la década de los ochenta y primeros años noventa anunciaban la instauración de un nuevo orden internacional, cuyo liderazgo (que para algunos debía ser corresponder a la ONU) fue reclamado por los Estados Unidos. Un nuevo orden que George Bush padre cimentaba en la paz, la seguridad, la libertad y la primacía del derecho. Frente a las relativas seguridades que ofrecía el mundo bipolar, la nueva situación era de una complejidad y peligrosidad inesperada, como pusieron de manifiesto los años siguientes al fin de la guerra fría y a la descomposición del bloque comunista, que ofrecieron pronto más sombras que luces.

También se vieron defraudadas las esperanzas puestas en Naciones Unidas, sobre quien había recaído el mayor reto en la reordenación de las relaciones internacionales al servir de foro de encuentro de todos los países y de plataforma para orientar en todos los asuntos referidos a la paz, la estabilidad y el desarrollo económico de la comunidad internacional. Teóricamente, el fin de la Guerra Fría supuso para la ONU el inicio de una nueva etapa donde por primera vez podría hacerse efectivo el mandato de la Carta Fundacional de la Organización, es decir, promover la paz sobre la base de la diplomacia preventiva, velar por el respeto a los derechos humanos y promover el desarrollo integrado. Los graves problemas conocidos por la sociedad internacional en los años noventa frustraron estas posibilidades, dadas las dificultades para manejar mediante los mecanismos de la multilateralidad y la cooperación internacional la multitud de conflictos nuevos asociados a la más compleja situación conocida por el mundo en los últimos diez años, así como la resistencia de los países desarrollados a implicarse en la extensión del desarrollo y la justicia social. De hecho, las divergencias entre el Norte y el Sur no han dejado de ampliarse y la bipolaridad Este-Oeste le ha ido sustituyendo la bipolaridad Norte-Sur.

La Guerra del Golfo Pérsico de 1990-1991 fue el primer gran conflicto de la nueva era y puso de relieve también algunas de las claves del nuevo orden internacional, como el surgimiento continuo de nuevas amenazas a la paz, la creciente contraposición entre el mundo musulmán y el occidental, así como la hegemonía político-militar de los EEUU. El conflicto fue en buena medida hijo de la larga guerra entre Irak e Irán (1980-1988), en el que el país gobernado por Sadam Hussein había sido utilizado tanto por Occidente como por la URSS como dique de contención del fundamentalismo islámico encarnado por Jomeini. La necesidad de reconstruir su país y de sostener al enorme ejército llevó a Hussein a la invasión de su pequeño vecino, en realidad una antigua provincia iraquí, sin contar con una respuesta militar occidental que hubiese resultado imposible en la lógica de la guerra fría. Sin embargo, a la generalizada condena suscitada por la violación de la legalidad internacional se sumó la enorme importancia de Kuwait como productor de petróleo (entre Irak y Kuwait sumarían el 20% de las reservas mundiales) y la fortaleza que podía alcanzar Irak como potencia regional en una zona tan sensible como la del Golfo Pérsico. El resultado fue la intervención militar de los EEUU y sus aliados, apoyada por la ONU y con la inhibición de la tambaleante Unión Soviética. De esta manera parecía asentarse este nuevo orden mundial basado en la hegemonía americana.

Imágenes de la Guerra del Golfo

Imágenes de la Guerra del Golfo (2 de agosto de 1990 – 28 de febrero de 1991)

El mundo musulmán ha sido desde entonces uno de los principales focos de conflicto y tensiones internacionales. De una manera esquemática se puede señalar:

-La continuidad del conflicto entre israelíes y palestinos, con la intifada, el terrorismo islamista de Hamás, el terrorismo de Estado israelí, los asentamientos judíos, los muros de separación… Un conflicto con una enorme repercusión simbólica en los países árabes y musulmanes, que presencian como Israel viola sistemáticamente los derechos humanos más elementales y las resoluciones de la ONU gracias al respaldo de EEUU y la pasividad occidental.

-La situación de Afganistán, marcada por la imposición del régimen talibán, la guerra civil crónica y las divisiones étnicas, hasta llegar a la invasión estadounidense. En este país se encuentra una de las claves del auge del fundamentalismo islámico y del terrorismo de Al-Qaeda, cuyas raíces están en las guerrillas anticomunistas financiadas por EEUU en los años ochenta, en las que combatieron numerosos voluntarios de otros países musulmanes.

-Muy estrechamente vinculado a los aspectos anteriores, así como al ejemplo de la Revolución Islámica de Irán, está el fuerte desarrollo del integrismo y el fundamentalismo islámico. Junto a las redes terroristas islamistas de carácter internacional, hay que destacar la fuerza de estos movimientos en el Norte de África (Hermanos Musulmanes en Egipto, Frente Islámico de Salvación en Argelia) y en Oriente Medio.

-La ofensiva terrorista de Al-Qaeda contra Occidente, traducida en los brutales atentados de Nueva York (11 de septiembre de 2001), Madrid (11 de marzo de 2004) y Londres (7 de julio de 2005).

Otro notable foco de conflictividad ha estado vinculado al hundimiento del sistema comunista y de la Unión Soviética, origen de una situación de desestabilización y conflictos armados en los Balcanes, el Cáucaso y el Asia Central. La desintegración de la antigua Yugoslavia y los nacionalismo étnicos enfrentados en la zona han dado lugar a la guerra entre Croacia y Serbia/Yugoslavia, iniciada en 1991 y extendida luego a Bosnia-Herzegovina (1992-1995), y posteriormente a la guerra de Kosovo (1998-1999), conflictos marcados por la extensión de una brutal táctica de “limpieza étnica” y la desafortunada intervención occidental. En la zona del Cáucaso hay que señalar en primer lugar el conflicto de Chechenia (entre separatistas chechenos y tropas rusas), pero también los de Georgia, Armenia/Azerbaiyán, etc., mientras que en las repúblicas de Asia Central (Tayikistán, Uzbekistán) existe una situación de gran inestabilidad por las tensiones políticas y étnicas. En estas zonas de la antigua URSS las divisiones étnicas y la tendencia heredada al autoritarismo político se unen a la extensión del fundamentalismo islámico.

También hay que destacar la grave situación de África, marcada por la miseria, los enfrentamientos étnicos y las guerras. Si bien algunos conflictos ligados a la guerra fría pudieron solucionarse en los años noventa (Angola, Mozambique, hasta cierto punto Sudáfrica), se desataron otros étnicos y faccionales (Ruanda y región de los Grandes Lagos, Congo, Somalia, Liberia, Sierra Leona, Sudán); continúa estancado, aunque apagado por una larga tregua, el problema del Sáhara Occidental. En la mayor parte del África subsahariana la guerra, la enfermedad (con la extensión pandémica del sida) y el hambre forman un círculo vicioso difícil de romper, que condena a la miseria y la muerte a millones de africanos.

En cuanto a Iberoamérica, los últimos quince años han resultado más complejos y difíciles de lo esperado por los más optimistas. Inicialmente pareció también observarse un “nuevo orden” post-bipolar marcado por la extensión de la democracia liberal y cierta tendencia a la desactivación del fenómeno guerrillero (Nicaragua, Guatemala, Salvador, Perú, parcialmente en Colombia), que sin embargo no se ha generalizado, pues además de persistir en la sufrida Colombia incluso tuvo un peculiar resurgir en México (EZLN en Chiapas y otros grupos menores). Por otro lado, la extensión de la democracia liberal, asociada a políticas económicas neoliberales y a la continuidad de la situación de pobreza de la mayoría de la población, ha sido contestada con un resurgir de las posiciones progresistas en sus diversas expresiones (Brasil, Uruguay, Argentina), en el caso de Venezuela con un renovado revolucionarismo populista, mientras se mantiene el sistema comunista en Cuba.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Wednesday,3 dic 2008 21:10:22 GTM
<![CDATA[Breve Historia de la Unión Europea (II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,837 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La década de los ochenta presenció importantes acontecimientos en la historia de la integración europea, comenzando con la entrada en la CEE de países del sur de Europa como Grecia (1981), España y Portugal (1986). Nuestro país tuvo desde su integración un activo papel en el seno de la Comunidad, en especial en defensa de los fondos estructurales y la política agraria, que eran vitales para impulsar la modernización de la economía y la sociedad españolas. Resultó también crucial el año 1986 por la firma del Acta Única Europea, culmi­nación de un largo trabajo de preparación por parte de una comisión en­cabezada por el francés Jacques Delors. El Acta contenía el compromiso de transformar antes de 1992 la Comunidad en un “espacio sin fronteras internas en el que estará asegurada la libre cir­culación de mercancías, personas y capitales”, lo que suponía eliminar todas las barreras arancelarias y no arancelarias, además de una serie de vinculacio­nes jurídicas, fiscales y sanitarias. Junto a ello, otra innovación relevante era la extensión del voto por mayoría cualificada a algunas decisiones relati­vas al funcionamiento del mercado interno, decisiones que antes se tomaban por unanimidad, de modo que la Comunidad adquiría poderes propios en detrimento de la soberanía de los estados.

El Acta Única preveía también un cierto refuerzo de los poderes del Parlamento europeo, pero en lo que se refiere a la cooperación política, sus formulaciones eran muy genéricas y estaban muy lejos de asumir el espíri­tu y las instancias federalistas presentes en el Proyecto para el Tratado de la Unión Europea, presentado en 1982. Había numerosos obstáculos que se interponían en el camino de la cooperación política y de la Eu­ropa federal. Destacaba la falta de disposición por par­te del gobierno británico a incluir en las competencias de la Comunidad los problemas relativos a las relaciones de trabajo, en el temor de que el ejemplo continental pudiera poner en peligro el modelo neoliberal impuesto por Margaret Thatcher. Pero el mayor obstáculo consistía en la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), en especial en la aplicación a ésta de la mayoría cualificada. Aquí se enfrentaban dos planteamientos distintos: el de los “atlantistas”, sobre todo Inglaterra y Holanda, que eran partidarios de una estrecha relación con la OTAN, y el de los “europeístas”, en particular Francia y Alemania, que proponían revitalizar la vieja UEO (Unión Europea Occidental) y eran favorables a la constitución de una fuerza europea de defensa autónoma. La constitución de una brigada franco-alemana en 1988 quiso ser un primer paso en esta dirección.

Aunque la cooperación en materia de política exterior y militar continuó siendo problemática, la integración económica siguió avanzando, dando un paso decisivo con el Tratado de Maastricht, firmado en diciembre de 1991. Por el mismo, la CEE se convertía en Unión Europea, sobre la base de una mayor integración económica y política: moneda única (que debía entrar en vigor en enero de 1999), banco central europeo, política monetaria común, junto a medidas político-sociales como los Fondos de Cohesión (a propuesta española) y el intento por armonizar las políticas de exterior y defensa, y de interior y justicia. También se había hablado sobre una futura ampliación de la Unión Europea, en concreto a los países escandinavos y Austria. En 1992 el Tratado de Maastricht fue ratificado, por este orden, por los parlamentos de Luxemburgo, Grecia, Italia, Bélgica, España, Portugal y Holan­da; en 1993 lo hicieron Inglaterra y Alemania. En Francia fue sometido a referéndum, saliendo adelante por un escaso margen (51%), mientras que en Dinamarca los ciudadanos votaron en contra.

El “no” danés no fue la única señal preocupante en relación con el proceso de integración. La recesión económica internacional producida en los primeros años noventa obligó a una reforma del Sistema Monetario Europeo y provocó un aumento del paro, a lo que se unía el coste de la reunificación alemana y las frecuentes disputas entre los países de la UE, todo lo cual dio motivos de preocupación a los europeístas más decididos y reforzó a los sectores euroescépticos, muy importantes en Gran Bretaña y en la opinión pública de otros países. Por otro lado, en el terreno de la cooperación política los progresos lo­grados con el Tratado de Maastricht fueron escasos: no se hablaba de una Europa con “vo­cación federal” (como habían defendido Kohl y Mitterrand) y el acuerdo en torno a la PESC fue muy ambiguo. En realidad, la política exterior y de seguridad de la Unión Europea no existía, como se pudo comprobar ante la crisis que llevó a Yugoslavia a la disolución: primero Alemania reconoció unilateralmente a Eslovenia y Croacia, mientras que una vez estallada la guerra la UE se mostró incapaz para intervenir eficazmente y evitar las matanzas en Bosnia.

Con todo, el proceso de ampliación de la UE siguió adelante y, tal como se había acordado, en 1995 se incorporaron a la ahora “Europa de los Quince” Suecia, Finlandia y Austria (en cambio Noruega votó en referéndum contra su adhesión). Para entonces habían pasado los efectos más negativos de la recesión económica y se produjo un nuevo empuje en la política de la UE. En 1997 se sometió a revisión el Tratado de Maastricht, introduciendo impor­tantes cambios relativos sobre todo a la libertad de circulación de mano de obra, la inmigración y el derecho de asilo (si bien tampoco en esta ocasión se hizo ningún pro­greso en lo tocante a la política de seguridad y de coordinación de la política exterior). Las dudas creadas por el proceso de convergencia monetaria que debía dar lugar al euro (criterios de convergencia: inflación, déficit público, tipos de interés…) se resolvieron a principios de 1998, cuando se anunció que la mayoría de los quince estados miembros estaban en condiciones de pasar a la siguiente fase de la unificación económica y monetaria (quedaban fuera, por entonces, Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Grecia). El 1 de enero de 1999 nacieron oficialmente el euro y el Banco Central Europeo, iniciando la transición hacia la moneda única que se consumó en el año 2002.

Desde los años noventa estuvo en debate también la futura ampliación de la Unión Europea hacia el Este de Europa, que presentaba mayores dificultades políticas y económicas, tanto por la cantidad de estados aspirantes a la integración y su inestabilidad política, como por su atraso económico respecto a los parámetros de la Europa Occidental. Se marcaron objetivos y condiciones para estos países, que firmaron tratados de asociación con la Unión, al tiempo que procuraban adecuarse a las condiciones exigidas en materia de política económica y monetaria. Finalmente en 2002 se decidió la adhesión a la UE en el año 2004 de diez nuevos miembros, incluyendo un amplio conjunto de estados del este europeo, antiguos componentes del bloque socialista: Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia (antigua parte de Yugoslavia), Estonia, Letonia, y Lituania (estos últimos estados bálticos ex soviéticos), junto a las repúblicas mediterráneas de Chipre y Malta. Quedaba así formada la Europa de los 25, que sumaba 455 millones de habitantes, abandonando la UE su carácter fundamentalmente europeo occidental para hacerse más propiamente paneuropeo. Un carácter que quedará reforzado en un futuro, pues otros estados balcánicos (Croacia, Bulgaria) y del este (Rumania, Bielorrusia, Ucrania) podrían sumarse a la UE en los próximos años, e incluso está en debate la posible incorporación de Turquía.

Bandera de la Unión Europea

Bandera de la Unión Europea

La ampliación se ha desarrollado paralelamente a nuevas negociaciones, acuerdos, avances –y también retrocesos- para organizar la nueva UE, así como articular económica y políticamente un espacio tan amplio y diverso. El Tratado de Niza (2001) trató de hacer frente a este desafío, sobre todo en lo referente al equilibrio de poder entre los países miembros y las competencias de las instituciones de la Unión. En particular era necesario definir el modo en que se podían tomar decisiones relevantes, evitando el anterior sistema de unanimidad y formulando uno nuevo de “mayorías cualificadas”, que tuviese en cuenta el peso demográfico de los países miembros al tiempo que diese ciertas garantías a los estados. Esta cuestión fue el principal escollo, al tratar cada nación de asegurarse una mayor posibilidad decisoria, enfrentando sobre todo a los estados “grandes” y “pequeños”, pero también a estados de cada grupo entre sí (p. ej. Francia y Alemania). Finalmente se consiguió alcanzar un acuerdo que establecía un complejo mecanismo de “mayorías cualificadas”, de “minorías de bloqueo” y de “votos ponderados” que corresponden a cada país (29 a los cuatro mayores, 27 a España…, hasta llegar a los 3 de Malta). Al mismo tiempo se aumentó el número de temas en los que las decisiones se toman por mayoría cualificada, si bien se mantenía el derecho de veto en ciertos aspectos "sensibles" para diversos países (asuntos sociales y de cohesión para España, fiscalidad para el Reino Unido, asilo e inmigración en el caso alemán, o culturales para Francia).

Dado el desacuerdo entre países decididos a avanzar más deprisa en la integración y los más reacios, también se abría la posibilidad de que algunos países pudiesen acordar entre ellos avanzar más rápidamente en ciertos asuntos relacionados con la integración (la "Europa de dos velocidades"). Otra modificación importante era el refuerzo del poder del Presidente de la Comisión, que en adelante será designado por mayoría cualificada (no por unanimidad) y cuyo nombramiento deberá ser sometido a la aprobación del Parlamento Europeo. Respecto a este último, se acordó el número de miembros y la distribución de los diputados (sobre 732 escaños, 99 para Alemania, 72 para los otros "grandes", 50 para España…).

Sin embargo el costoso acuerdo alcanzado en Niza empezó a encontrarse pronto con obstáculos, como el resultado del referéndum celebrado en Irlanda para ratificar el tratado, que fue negativo y puso de manifiesto la creciente desconfianza de los ciudadanos europeos por el déficit democrático de la UE. Por otro lado el impacto del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en septiembre de 2001 y de la posterior reacción norteamericana alcanzaron también a la UE, al ponerse nuevamente de manifiesto la falta de una política exterior común con motivo de la Guerra de Irak, con la división entre “europeístas” y “atlantistas”.

En todo caso, después de Niza el proceso de integración continuó su curso, siguiendo la “Declaración sobre el futuro de la Unión” que se había incluido como anexo al Tratado, acordándose a finales de 2001 la redacción de una “Constitución de la Unión Europea”. Para ello se creó una Convención Europea encargada de redactar el proyecto, presidida por el ex presidente francés Giscard D'Estaing e integrada por un centenar de representantes de las instituciones europeas y de los estados miembros. Después de un largo proceso de elaboración en 2002-2003, finalmente se presentó el proyecto de tratado, reuniéndose en octubre de 2003 una Conferencia Intergubernamental para decidir al respecto. Nuevamente la negociación fue larga y difícil, especialmente por el rechazo de España y Polonia al nuevo equilibrio de poder, que daba a ambos países una fuerza algo menor a la obtenida en Niza.

Los trágicos atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, junto a su enorme impacto en toda Europa, alteraron por completo el contexto. Ante la amenaza común los países europeos reaccionaron limando sus diferencias y acelerando el proceso de integración. A ello se unió la victoria socialista en las elecciones españolas celebradas el 14 de marzo, que dieron la presidencia al más europeísta Rodríguez Zapatero. Finalmente, en junio los líderes europeos alcanzaron el consenso sobre la “Constitución Europea” (que en realidad no es propiamente tal, sino un tratado). El 30 de octubre de 2004, en la misma sala del Capitolio donde se firmó el Tratado de Roma en 1957, los líderes de los 25 países miembros firmaron solemnemente el “Tratado para una Constitución Europea”. Se iniciaba el largo y complejo proceso de su ratificación, que ha encontrado su primer obstáculo serio con el triunfo del “no” en el referéndum celebrado en Francia.

Esta “Constitución” o “Tratado Constitucional” está centrado fundamentalmente en las políticas económicas y monetarias, que se desarrollan con exhaustividad. Otro aspecto destacado es el de la delimitación de las competencias entre la Unión y los estados miembros, así como la fijación de los órganos e instituciones europeos, que básicamente son los que ya existían anteriormente. Uno de los aspectos que más se ha destacado es la inclusión de una “Declaración de Derechos”, que recoge una lista de derechos humanos básicos de los ciudadanos europeos, si bien con un carácter muy genérico. Como es obvio, también incluye las principales orientaciones y normas en materia de política social, laboral, de interior y justicia, exterior y militar. Aunque cabe decir que muchas de las normas y orientaciones enunciadas resultan genéricas y ambiguas, por lo que se ha achacado al texto su debilidad en materia de derechos sociales y laborales, así como los déficits democráticos que se mantienen en el funcionamiento de la Unión. También parece complejo que este tratado permita formular realmente una política exterior y de seguridad común, al quedar subsumida ésta en las obligaciones impuestas por la OTAN.

Como se puede ver, hasta nuestros días se mantiene una de las principales características del proceso de integración europea desde sus inicios, la primacía de lo económico, del carácter de “mercado común”, frente al avance más lento y problemático de la convergencia política y social, y el reiterado fracaso en la consecución de una política exterior y militar común.

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,2 dic 2008 20:11:44 GTM
<![CDATA[Julián Muñoz versus Juan Marsé]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,836 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Sabido es que la paradoja conforma un ingrediente esencial en la vida humana. Sin paradojas lo cierto es que estaríamos como desnudos, abandonados a la militancia severa, inequívoca y aburrida de lo racional, lo lógico, lo sencillamente congruente. La capacidad de paradoja, todo lo contradictorio, conforma nuestro status humano, nos hacen más humanos. Y si hubiera que trazar un mapamundi de la paradoja, no me cabe la menor duda de que España figuraría en el plano como una reserva natural y salvaje de la misma. Muy recientemente hemos asistido a otro caso que nos avala, sí, a nosotros, los españoles, como eternos aspirantes a puesto de honor en el medallero de lo paradójico, chocante e inefable.

Casi a la vez que se daba a conocer el ganador del Premio Cervantes de este 2008, el escritor Juan Marsé, se entrevistaba en un programa televisivo de una cadena privada a Julián Muñoz, ex alcalde de Marbella y, hasta hace bien poco, conocido residente, no por propia voluntad, de una cárcel española.

Marsé ha recibido el galardón más prestigioso de las letras hispanas por una vida entera dedicada a escribir en hermoso y eficaz castellano historias de ficción, por inventarse historias y dejarlas vivas y palpitantes en las páginas de un libro, en la sangre oscura de la tinta de imprenta. Toda una vida dedicada a escribir en español, a trabajar, imagino que con ahínco y dificultades, en el duro oficio de esculpir con palabras mundos y universos para ofrecérselos a los demás, a ese desconocido lector al que el autor habla en el silencio buscado de su habitación en penumbra, o en el bullicio de un metro, un autobús o un café de gran ciudad.

Juan Marsé

Juan Marsé

El Premio Cervantes en reconocimiento a una vida entregada al oficio de las letras conlleva una recompensa económica estipulada en 150.000 euros. No creo necesario subrayar que Juan Marsé no ha dedicado su existencia a escribir esperando el Cervantes, y mucho menos el dinero señalado. Tan sólo es un apunte informativo.

A las pocas horas de conocerse el Cervantes 2008 una cadena televisiva privada emitía la entrevista realizada a Julián Muñoz, cuyos méritos se resumen en ser un condenado político corrupto, un golfo de tomo y lomo que según parece se ha llevado el dinero de los ciudadanos marbellíes a paletadas y limpio de polvo y paja, aunque eso sí, en bolsas de basura. Los méritos contraídos por Julián Muñoz con sus conciudadanos y con la sociedad en la que vive pasan por ilegalidades a mansalva, apropiación indebida de dineros públicos, extorsiones, desfalcos, prevaricaciones…, y demás cúmulo de lindezas que aún deben ser investigadas por la justicia. Tamaño sinvergüenza ha pasado una temporada no muy larga en la trena, y ahora que ha vuelto a poner los pies en la calle se le contrata para que públicamente narre su carrera de lindezas y tropelías. La narración del golfo tiene precio de mercado, y quien ha decidido pagar la historia ha considerado que 350.000 euros de nada pueden valer la pena. Punto y final. Bueno, y a parte, pues dicho lo dicho tan sólo queda subrayar con alguna gracia reduccionista y simplista la nueva paradoja hispana que podemos sumar al grueso conjunto.

La vida entregada a la narrativa de Juan Marse merece un Cervantes y sus consiguientes 150.000 euros. La narración sin ortografía y con gramática parda, la narrativa golfa y canalla de una sola noche de Julián Muñoz merece 350.000 euros y el aplauso y la atención del patio de Monipodio.

Como para que tomen nota y saquen consecuencias nuestros más tiernos infantes!!!!

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Reseña de Juan Antonio González Fuentes en el número de diciembre de Ojos de Papel:

-After Dark, libro de Haruki Murakami


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Monday,1 dic 2008 20:11:44 GTM
<![CDATA[Breve Historia de la Unión Europea (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,835 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La estabilidad y prosperidad de la Europa democrática tras la II Guerra Mundial estuvo asociada también al proceso de integración supranacional a través de la Comunidad Económica Europea. La idea europeísta, basada en la paz y colaboración entre los estados europeos, venía de tiempo atrás y se vio reforzada por las circunstancias de Europa Occidental al final de la II Guerra Mundial. Existió además una experiencia previa, la formación del Benelux, unión económica y aduanera formada desde mediados de los años cuarenta por Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Las necesidades de la reconstrucción de posguerra y de aplicación del Plan Marshall llevaron a la creación en 1948 de la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE, integrada por todos los países europeos occidentales salvo Finlandia y España), un primer vínculo de colaboración intereuropea que tuvo una enorme trascendencia en la futura integración económica europea. Las aspiraciones europeístas se pusieron de manifiesto también en Conferencia de La Haya de ese mismo año, organizada por el Comité Internacional de Coordinación de los Movimientos para la Unidad de Europa y que se pronunció a favor de una unión económica y política para garantizar la seguridad y el progreso social de los pueblos europeos. Además la Conferencia impulsó la creación del Consejo de Europa en 1949, promovido por Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Suecia, Irlanda e Italia, con el objetivo de velar por los derechos humanos, las libertades formales, la justicia y el Estado de derecho.

Un paso fundamental en la integración económica europea fue la constitución en 1952, a iniciativa del ministro francés Schumann, de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), formada por Francia, Alemania, Italia y el Benelux. La CECA fue importante no solamente por el éxito cosechado en el campo económico (en menos de una década creció más de un 70% la producción conjunta de acero), sino sobre todo por su influencia en todo el proceso de construcción europea. Además la CECA se dotó de instituciones que fueron el germen de la estructura institucional de la unión europea: con Consejo de Ministros, una Alta Autoridad, una Asamblea Parlamentaria y un Tribunal de Justicia.

En cambio no pudieron lograrse otros objetivos de integración, como quedó demostrado con los fracasos de la Comunidad Europea de Defensa o la Comunidad Política Europea, unida a la anterior, que se encontraron con las reticencias francesas. Su fracaso pretendió paliarse potenciando la Unión Occidental, una organización de carácter defensivo creada en 1948 por Francia, Gran Bretaña y el Benelux. Los Pactos de París de octubre de 1954 modificaron los objetivos de la UO, que pasó a denominarse Unión Europea Occidental, a la que se sumaron al poco la República Federal de Alemania (RFA) e Italia. Sin embargo la UEO, al mantener las comunidades europeas durante estos años una dimensión puramente económica, careció de toda operatividad.

Una vez convencidos amplios sectores de las ventajas de la unión económica, Europa se mostró preparada para avanzar hacia su integración. Los gobiernos del Benelux asumieron este impulso, con especial protagonismo del primer ministro belga Henri Paul Spaak, proponiendo en 1955 a sus socios de la CECA la creación de un gran mercado común y la armonización progresiva de sus políticas fiscales. En la cumbre de Mesina se consideró que había “llegado el momento de comenzar una nueva etapa en la construcción europea”, debiéndose potenciar los vínculos económicos con el fin de llegar a la “fusión progresiva de las economías nacionales, la creación de un mercado común y la armonización progresiva de sus políticas sociales”, para alcanzar un óptimo y estable desarrollo económico, así como un nivel de vida más alto de toda la población.

El resultado de esta declaración de intenciones fue la elaboración y aprobación del Tratado de Roma, por el que en marzo de 1957 se fundó la Comunidad Económica Europea, integrada por Francia, Italia, Alemania Federal, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Su objetivo era lograr una más amplia integración europea, favorecer el progreso económico y social de sus países, fortalecer la unidad económica y asegurar el desarrollo armónico de las diversas regiones, además de la salvaguardia de la paz y la libertad. En la práctica los grandes objetivos de la CEE se resumían en dos: 1) la liberalización de los intercambios y la desaparición de las barreras aduaneras, y 2) la consolidación de políticas económicas comunes.

Bandera de la Unión Europea

Bandera de la Unión Europea

A partir del Tratado de Roma se establecieron tres grandes ámbitos de actuación institucional de la CEE. En primer lugar, los órganos de dirección y decisión:

-El Consejo de Ministros, formado por representantes de los gobiernos de los países comunitarios (los ministros de asuntos exteriores para los asuntos generales, o los de cada rama cuando se trata de consejos especializados). Su función es “asegurar la coordinación de las políticas económicas generales de los Estados miembros”, tomando sus decisiones habitualmente por mayoría cualificada y en las más importantes por unanimidad.

-La Comisión Europea, órgano de ejecución y gestión de la política comunitaria, compuesto desde 1986 por 17 comisarios que son nombrados por los gobiernos para cuatro años, con un presidente al frente de la misma.

-El Consejo Europeo, formado por los jefes de estado y de gobierno, creado en 1974 con la misión de limitar el marco de actuación de la CEE y definir, orientar e impulsar la actividad del Consejo de Ministros y de la Comisión.

Existen asimismo tres órganos de control de la Comunidad:

-El Parlamento Europeo, como representación de los pueblos de los estados reunidos en la Comunidad. Contó hasta 1973 con 142 parlamentarios, elevándose en 1979 a 198 miembros y más tarde a 410, elegidos ahora por sufragio universal directo y secreto cada cinco años.

-El Tribunal de Justicia, compuesto por juristas nombrados por los gobiernos. Debe asegurar el cumplimiento y la interpretación de los tratados y crear las bases del Derecho comunitario, así como velar por el mantenimiento de la legalidad vigente.

-El Tribunal de Cuentas, institución constituida en julio de 1975. Fiscaliza las cuentas comunitarias y controla, junto al Parlamento y el Consejo, la ejecución de presupuesto de la Comunidad.

En tercer lugar están los órganos asesores de la comunidad: el Comité de Representantes Permanentes, que apoya al Consejo de Ministros, y el Comité Económico y Social.

En 1967 entró en vigor la unificación institucional de las tres comunidades: la CECA, la CEE y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (constituida también por el Tratado de Roma), cerrándose una primera etapa en el proceso de integración.

Por otro lado en 1960, ante el ejemplo de la CEE, se formó a iniciativa británica a Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA), integrada por Gran Bretaña, Irlanda y los países del norte europeo. Desde 1961 los británicos trataron de integrarse en la CEE, pero no fue posible por el veto del presidente francés De Gaulle, que consideraba al país insular “un caballo de Troya de EEUU en las Comunidades Europeas”. A finales de los sesenta, Francia cambió de posición y, como resultado, en 1972 se produjo una sustancial ampliación de la CEE, con la incorporación de Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca (Noruega decidió en referéndum no incorporarse), formando la “Europa de los Nueve”. Se decidió además avanzar en la integración, estableciéndose un reglamento para la Política Agraria Común (PAC) así como las bases de un futuro Sistema Monetario Europeo, que entró en vigor en 1979.

La siguiente ampliación de la CEE se produjo en los años ochenta, en este caso hacia la Europa del Sur. El primero país en ser admitido en su seno fue Grecia, en 1981. Al ser un país con escaso peso económico, su integración no plantea­ba las dificultades que sí suponían las candidaturas, presenta­das ya desde 1977, de los dos países de la península Ibérica, y especialmente la de España, cuya economía (el país detentaba el récord europeo del desempleo, con casi el 20%) y cuya agricultura suponían serios problemas de compatibili­dad con la Política Agrícola de la Comunidad (PAC). Desde 1982, con nuevo gobierno socialista en España, las negociaciones tuvieron un nuevo impulso, hasta llegar finalmente a la integración de España y Portugal en enero de 1986, formándose la Europa de los Doce. Ese mismo año los países miembros firmaron el acuerdo que establecía el Acta Única Europea, con repercusiones fundamentales para el proceso de integración europea en la década siguiente.


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Thursday,27 nov 2008 20:26:49 GTM
<![CDATA[Teatro Real de Madrid: ¿Gérard Mortier o Daniel Harding?, esa es la cuestión]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,834 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los cinco teatros de ópera más legendarios del mundo se reparten entre la vieja Europa y los EEUU: en este país se encuentra el Metropolitan de Nueva York, y en Europa se localizan el Covent Garden de Londres, la Ópera de París, la Ópera de Viena y el Teatro alla Scala de Milán.

Luego existen muchos otros grandes teatros repartidos por casi todos los confines del mundo, pero los cinco señalados conformarían una especie de super liga de templos operísticos. Si lo pensamos con algún detenimiento, no existe en nuestro mundo ninguna ciudad realmente importante que no cuente con un buen teatro de ópera. Quizá la paradigmática excepción hasta hace unos cuantos años era precisamente Madrid, ciudad que no ofrecía un renombrado coliseo operístico a la altura de la dimensión e importancia de la ciudad, hallándose en este sentido muy lejos de Barcelona y de su Gran Teatro del Liceo.

Desde ha ya unos cuantos años, Madrid cuenta con un renacido Teatro Real que pugna con hacerse con un hueco entre los teatros de ópera más representativos de Europa. La aventura, el empeño, presenta altibajos, y no son pequeños los más o menos frecuentes cambios de director artístico y de director musical. La noticia corrió como la pólvora encendida por los mentidotes musicales y culturales de España y Europa hace ya unas semanas. Antonio Moral, director artístico, y Jesús López Cobos, director musical, certificaban el abandono de su proyecto en el Teatro Real a partir de la temporada del año 2010.

Además de otro tipo de repercusiones de diversa índole, de manera casi automática se corrió la voz por el mundo de la ópera mundial de que el Teatro Real estaba vacante, e innumerables apuestas comenzaron a perfilarse. Al parecer, quien más papeletas tiene a día de hoy para hacerse con la dirección artística es el veterano y polémico director belga Gérard Mortier, quien sale de la Ópera de París y ha rechazado la dirección de la New York City Opera debido al sustancial recorte presupuestario que se avecina. La dirección del Teatro Real le está resultando atractiva por varias razones: el importante presupuesto, la cercanía de las otras grandes y medianas plazas europeas, y porque de aceptar la plaza Mortier podría llegar a ella con todo su equipo, incluido el director de orquesta Sylvain Cambreling. Los dos más importantes problemas que se vislumbran en el horizonte son que al belga no le gusta absolutamente nada Madrid (prefiere Barcelona y su Liceo), y que a Mortier no le gusta nada el contar con un director musical fijo, prefiriendo alternar en los programas con varios directores, el ya consagrado Bychkov, el jovencísimo español Pablo Heras, y el señor Cambreling, un director que de momento sólo cosecha silbidos y pateos allá donde dirige. ¿Será Mortier el próximo director del Teatro Real? Lo sabremos este próximo mes de diciembre.

Teatro Real de Madrid, fachada este (Plaza de Oriente)

Teatro Real de Madrid, fachada este (Plaza de Oriente)

El aficionado madrileño y español tiene, sin embargo, otra ilusión mayor. El que se haga cargo de la dirección musical del teatro una promesa, el que para muchos es la nueva promesa de la dirección orquestal británica, el sucesor natural del inconmensurable Sir Simon Ratle. Me refiero a Daniel Harding, un inglés de Oxford de apenas 33 años que actualmente es el director principal de la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca, y el principal invitado de la Sinfónica de Londres.

Cuenta la leyenda que a los 17 años Harding grabó en una cinta su ejecución de la pieza “Pierrot Lunaire” de Arnold Schoenberg y que, ni corto ni perezoso, se la hizo llegar a Simon Rattle, entonces principal revelación mundial de la dirección orquestal al frente de la Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, y hoy, de revelación a realidad incontestable, titular de la Filarmónica de Berlín.

Pues bien, Rattle oyó la cinta y contrató al mocoso como su asistente al frente de la orquesta de Birmingham. Entonces Harding estudiaba en la Universidad de Cambridge, pero ante los buenos oficios del principiante director, el gran Claudio Abbado, en 1996, lo nombró su asistente con la mítica Filarmónica de Berlín. Entre 1997 y el año 2000 Harding dirigió la modesta Sinfónica de Trondheim, compaginando ese trabajo con el de principal director invitado de la Sweden’s Norrkoping Symphony (1997-2003), y director musical de la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen (1997-2003), conjunto con el que comenzó a grabar sus primeros discos. Y ya en el 2003 se convirtió en el principal director musical de la Orquesta de Cámara Gustav Mahler, fundada tiempo atrás por Claudio Abbado, debutando también el Festival de Salzburgo al frente de un conjunto mítico, la Staatskapelle de Dresde.

Hoy, Daniel Harding y el venezolano Gustavo Dudamel se perfilan como las dos grandes esperanzas de la dirección orquestal mundial para las primeras décadas del siglo XXI, y el principal foso operístico de Madrid, el del Teatro Real, podría tener al inglés trabajando con su orquesta durante varias temporadas, lo que según parece es el más codiciado y cultivado deseo de la afición. ¿Mortier o Harding?, el dilema se plantea porque Mortier no quiere a Harding, o mejor dicho, no lo tiene entre los miembros de su círculo. Repito, ¿Mortier o Harding?, o ninguno de los dos. No tardaremos mucho en saber qué le depara el destino e la ópera en Madrid.^

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La cuestión del nombramiento ya se ha resuelto: Gérard Mortier será el nuevo director artístico del Teatro Real de Madrid


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Wednesday,26 nov 2008 20:43:45 GTM
<![CDATA[Barack Obama y Septimio Severo, dos africanos al frente de un imperio]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,833 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Parte de la tarde del pasado sábado, ya lo he contado en estas mismas páginas, la pasamos en casa del escritor Jesús Pardo y de su mujer Paloma. Pardo tiene 81 años y acaba de entregarle corregidas a la editorial RBA las galeradas de su tercer volumen de memorias, un volumen previsto para comienzos del año que viene y que como lector espero con controlada ansiedad.

Pasamos la velada hablando de una y mil cosas, y entre las muchas que se plantearon surgió la victoria del demócrata Barack Obama en las recientes elecciones presidenciales norteamericanas. Comenté que acabo de terminar las memorias de Obama Los sueños de mi padre (Almed Ediciones, Granada, 2008), páginas en las que no sin preocupación he descubierto a un Obama realmente monotemático, casi obsesionado diría yo, por su negritud, por los problemas de su raza (cuando la mitad de su familia es blanca), etc... Y al final hilé el comentario con otro que se está haciendo con mucha frecuencia en los medios de comunicación de todo el mundo: por primera vez en la historia, el líder de la primera potencia del mundo occidental es de piel oscura y orígenes africanos.

Nada más pronunciar esta frase, Jesús Pardo estuvo a un tris de saltarme al cuello y morderme con ademanes vampíricos en la yugular. Casi saliéndole espuma por la boca empezó a proferir gritos calificándome de ignorante e iletrado. “¡No sabéis nada de nada! ¡No sé para qué demonios has estudiado historia en la universidad mequetrefe! ¡El primer africano al frente de la mayor potencia de occidente fue Septimio Severo, emperador de Roma!”. Y entonces, avergonzado, arrebolado, recordé la frase que mi profesor de latín en bachillerato, el veterano Segismundo, pronunció un día clase traduciendo de un aserto latino: “No hay nada nuevo bajo el sol”. Y en efecto, no lo hay.

Ya en Santander he buscado en Google y he encontrado bastante información no contradictoria sobre el mencionado personaje, aunque en ninguna de las escritas en español se menciona la posibilidad de que el susodicho fuera de raza negra. Sin embargo, he descubierto una página en inglés en la que Septimio Severo es considerado como uno de los cien negros británicos más importantes de la historia, lo que realmente tiene su gracia, e indica que eso de que el nacionalismo siempre barre para casa es de una realidad embrutecedora.

Pues sí, Lucio Septimio Severo Pértinax nació cerca de la actual ciudad de Homs en Libia en abril del 146 d. C., y murió cerca de la actual ciudad inglesa de York en febrero de 211 d. C. Emperador romano desde el 193 al 211 d.C., fue el fundador de la dinastía de los Severos (que reinó desde el 193 hasta el 234, abarcando los gobiernos de Caracalla, Geta, Heliogábalo y Severo Alejandro) y acentuó el carácter militar y despótico del poder imperial. Tras estudiar leyes en Roma, desempeñó diversos cargos militares y políticos. Por ejemplo, en el 172 fue cuestor militar en la provincia de la Bética (en la actual España), y en torno al 190 fue gobernador de Panonia, una provincia romana en Europa central.

Más o menos en el año 175 se casó con Paccia Marciana, que al parecer también era de origen africano, durando el matrimonio una década, hasta la muerte de ésta. En el año 187 se casó con Julia Domna, que provenía de una importante familia de la ciudad de Emesa. Fruto de esta unión nacieron Basiano (el emperador Caracalla) en el 188, y Geta en el año 189.

Busto de Septimio Severo (Museo Capitolino, Roma)

Busto de Septimio Severo (Museo Capitolino, Roma)

En el año 192 fue asesinado el emperador Cómodo, al que sucedió el cónsul romano Pértinax. A la muerte de Pértinax al año siguiente, y con Didio Juliano como emperador después de haber comprado el trono a la Guardia Pretoriana, Septimio Severo fue proclamado emperador por las legiones en Carnuntum, y se dirigió rápidamente a Roma nombrándose así mismo vengador de la muerte de Pértinax.

En Roma, el Senado declaró a Severo como enemigo público número uno, y Didio Juliano envió en vano amenazas y asesinos. Tullio Crispino, prefecto pretoriano, trató de detener a Severo, pero fue derrotado. Entonces el Senado, a petición de Didio Juliano, nombró a Septimio Severo emperador, estableciendo un gobierno de dos emperadores simultáneamente, pero Severo no aceptó el nombramiento. Al final, el Senado romano nombró a Severo como emperador y sentenció a muerte a Juliano, sentencia que se cumplió el 1 de junio del 193.

El nuevo emperador, Septimio Severo, confirmó en el cargo a Clodio Albino, gobernador de Britania, atrayéndole a su causa. Confirmó también a Flavio Juvenal, prefecto del pretorio nombrado por Didio Juliano, y viendo como sus hijos aún eran demasiado pequeños, pensó en Clodio Albino o en Pescenio Níger, como sucesores suyos. Pero Níger fue proclamado emperador por el ejercito de Siria, momento en el cual Severo pensó seriamente en abdicar en favor de Clodio Albino.

A la entrada triunfal en Roma de Severo junto con sus soldados fue recibido por los pretorianos desarmados. Hizo divinizar a Pértinax y celebró el mismo el funeral, se presentó al Senado y se proclamó vengador del emperador asesinado, legalizó su poder, y se emparentó con Marco Aurelio, proclamándose como su hijo. Concedió el título de "castrum del mater" a Julia Domna. Castigó a los asesinos de Pértinax, disolvió las cohortes pretorianas y las reconstruyó con elementos de las provincias. Para atraerse a los miembros del Senado prometió no proceder contra ninguno de sus miembros sin un procedimiento legal.

A los 30 días de su entrada y tras el levantamiento de Níger, Severo abandonó Roma, enviando legiones a África para que Níger no pudiera cortar el aprovisionamiento de trigo a la capital. Cayo Pescenio Níger le ofreció la posibilidad de gobernar conjuntamente, oferta que Septimio Severo rechazó. Níger fue vencido en las proximidades de Zícico y ejecutado en el año 194. Poco después Severo, condenó a muerte a la esposa e hijos del usurpador. Como emperador, Septimio Severo acrecentó el poder de los funcionarios imperiales. Apoyándose en ellos, favoreció al ejército, subiendo el sueldo de los soldados y dispensando a los veteranos del servicio público. Su reinado marcó un periodo de reformas judiciales y militares. Creó una nueva tesorería imperial y redujo el poder del Senado y la aristocracia. Convirtió a Italia en una provincia. También adoptó el título de "dominus".

Durante su regreso a Roma, Severo recibió noticias de que Clodio Albino había sido nombrado Augusto. La postura ambigua del Senado, el odio de Severo a la plebe y la ausencia de emperador en Roma durante 3 años, habían favorecido la causa de Clodio Albino, quien logró atraer a las legiones de la Galia y de Hispania, además de contar con el apoyo de varios senadores en Roma y de la plebe.

Septimio Severo marchó rápidamente con su ejército a Viminacio para salirle al paso a Albino. En febrero del 197 tuvo lugar la batalla entre los dos ejércitos. Las tropas de Albino forzaron la retirada de Severo en un principio, pero la llegada de la caballería de Severo logró derrotar al ejército de Clodio Albino, a quien se le obligó a suicidarse. Septimio Severo mandó la cabeza de Albino a Roma. Al igual que hizo con Níger, Severo castigó duramente a los partidarios de Albino, condenando a muchos galos y hispanos a muerte, ajusticiando además a 41 senadores.

Después de un brillante éxito contra los partos de Persia, que habían invadido Mesopotamia, Septimio Severo se dirigió a Britania para sofocar una sublevación en el 208. Allí, dirigió a sus ejércitos contra los Caledonios y restableció la muralla de Adriano como frontera norte del Imperio. Además, Septimio Severo embelleció Roma al igual que otras muchas ciudades del Imperio: después del año 200 erigió el arco Severo coronado con una cuadriga, restauró los templos de Vesta, Vespasiano, Júpiter Stator, de Juno Regina. el pórtico de Octavio, el Panteón el teatro de Pompeyo y la casa de las Vestales. También levantó las Termas del Trastévere, costeó edificios en Ostia y construyó hermosas edificaciones en su patria natal Leptis Magna, así como templos en numerosas ciudades a lo largo del Imperio.

En el año 210, durante la campaña de Britania, Septimio Severo cayó enfermo, dejando el mando de los ejércitos a su hijo Caracalla y muriendo en Eburacum a principios del 211. Tras su muerte, le sucedieron en el trono sus hijos Caracalla y Geta, quienes le acompañaban en la campaña británica.


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Tuesday,25 nov 2008 23:37:26 GTM
<![CDATA[Sándor Márai y la democracia norteamericana (Diarios 1984-1989. Ediciones Salamandra)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,832 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El pasado jueves día 20 pronuncié en la facultad de letras de la Complutense madrileña una conferencia sobre los años de Ricardo Gullón en Santander. Compartí cartel y, por qué no decirlo, aplausos con el veterano escritor Manuel Arce y con el decano de la facultad de Filología, mi gran amigo y maestro en tantas cosas Dámaso López García. Lo pasé muy bien dando la conferencia, y también compartiendo mesa y mantel con gente tan estupenda como Germán Gullón o el ex rector de Santiago de Compostela y académico de la lengua Darío Villanueva.

Terminadas las obligaciones contractuales me dispuse a disfrutar de Madrid durante el largo fin de semana con el que me regalé. Madrid estaba realmente hermosa, sofisticada y acogedora durante estos días de frío intenso y luz cristalina. En el Prado se exhibe una antológica de Rembrandt, y en el Thyssen una muestra de las vanguardias surgidas durante la I Guerra Mundial, pero nosotros preferimos callejear por el viejo Madrid de los Austrias, un decorado bellísimo salpicado de excelentes restaurantes y más de una librería acogedora y sibarita, donde para colmo de felicidades ofrecen excelente café.

En la calle San Quintín, casi pared con pared con la solidez esbelta y monárquica del Palacio Real en el que M. había podido dar la mano a Su Majestad la Reina en una fiesta de la poesía dos días antes, viven en un piso con hechuras de museo de postín el escritor santanderino Jesús Pardo y su mujer Paloma. Con ellos pasamos parte de la tarde del sábado, visitando la biblioteca de 25.000 libros de Jesús, y oyéndole narrar anécdotas como cuando conoció a De Gaulle o tradujo al español toda la poesía de August Strinberg.

Cuando horas después dejamos que la pareja siguiera afanada en su tarde de sábado y libros, M. y yo proseguimos el paseo madrileño entre cafés y aromas prenavideños. Al rato entramos en una librería y para tal vez festejar la existencia de la biblioteca de Jesús y Paloma, compramos nosotros dos libros. M. adquirió una biografía reciente del cineasta de las mujeres, George Cukor, y yo lo último en español de una de mis incuestionables debilidades literarias, Sándor Márai, Diarios 1984-1989 (Salamandra, Barcelona, 2008).

Sándor Márai

Sándor Márai

El domingo a las seis de la tarde se acabó la fiesta. Cogí el tren de regreso al Santander de mis entretelas. Esta vez, para paliar la primera morriña madrileña que siento en mi vida, pagué un billete de preferente, y con un periódico en la mano, la maleta a buen recaudo y el maletín de cuero a mis pies, tomé asiento y me dispuse a disfrutar del viaje y sus pequeños lujos: asiento cómodo, un periódico a elegir, canal de música clásica en los auriculares, una copa de cava y cacahuetes antes de llegar a Valladolid, la película El Orfanato en la televisión del vagón, una ensalada de tomate con orégano y queso para abrir boca, estofado de cerdo con guisantes y arroz de plato fuerte para cenar, una botella de rioja como acompañamiento, y un pastel de chocolate y café con leche como postre.

Mientras cenaba, leía dos periódicos y le echaba un vistazo a los fantasmas del orfanato, me dejaba conquistar por el confort de un vagón que me aislaba con su calor de los 6 grados de temperatura con los que el exterior negro y salvaje amenazaba. Y en plena orgía de satisfacción y comodidad, comencé la lectura del libro de Márai. En la página 67 del libro, figura una anotación realizada por el escritor en la ciudad norteamericana de San Diego el 10 de octubre de 1984, es decir, cuando el narrador contaba con 84 años de edad y llevaba casi la mitad de su vida exiliado. Anoto aquí el párrafo porque me parece sencillamente genial, y más tras haber vivido recientemente las elecciones norteamericanas que han situado a Barack Obama en la Casa Blanca. Anota Sándor Márai:

“Uno de los trucos de la campaña que precede las elecciones presidenciales es el duelo televisivo de noventa minutos en que se enfrentan los dos gladiadores, Reagan y Mondale, ante un público de 236 millones de espectadores situados ante sus respectivos televisores. El presidente de setenta y cuatro años y su opositor de cincuenta y cuatro demuestran con palabras, con las manos y, que no se nos olvide, con los pies…, ante el numeroso grupo de periodistas quién es más hombre o quién será en los cuatro próximos años el presidente del imperio más extenso del planeta. La prueba de la democracia es el duelo; el bendito pueblo no juzga la capacidad política de los candidatos, sino si son apuestos o no, si saben encontrar el punto flaco del contrincante y soltarle cuatro verdades… Ese duelo de juglares me asusta… La guinda la constituyen los anuncios que entre pregunta y respuesta animan la pantalla del televisor y recomiendan a los espectadores qué deben comprar si se acerca el fin del mundo o si padecen de halitosis”.

La más vieja democracia del mundo vista y comentada por un viejo escritor nacido en un mundo desaparecido, en un imperio ya fantasma. Impagable la lucidez del ciudadano, su sarcasmo, su sentido del humor.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,24 nov 2008 20:55:48 GTM
<![CDATA[Malibrán. Pasión y muerte (Martínez Roca), de Mara Malibrán]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,831 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El año pasado, 2007, el sello discográfico Decca lanzó un libro-cd con el título María. En él, la gran mezzo-soprano italiana Cecilia Bartoli, acompañada por la Orchestra La Scintilla, dirigida por Adam Fischer, rinde homenaje a la soprano española María Malibrán (1808-1836), consideraba la mejor cantante belcantista de la historia, una voz legendaria, una artista genial, la preferida de compositores como Rossini y Bellini.

María Malibrán se llamaba en realidad María Felicia García, y nació en París el 24 de marzo de 1808, hija del gran tenor, compositor y profesor de canto, el andaluz Manuel Vicente García, y de la famosa soprano Joaquina Sitjes Briones. Su hermano mayor Manuel fue un importante barítono, y su hermana pequeña fue otra leyenda del canto y la ópera del siglo XIX, nada más y nada menos que la célebre Paulina Viardot García.

Mara Malibrán: Malibrán. Pasión y muerte (Martínez Roca, 2008)

Mara Malibrán: Malibrán. Pasión y muerte (Martínez Roca, 2008)

María se hizo famosa con su apellido de casada, el del banquero Eugene Malibrán, con quien mantuvo un intenso y breve romance a los veinte años de edad. Pasados los años, y tras muchos de separación, María pudo volver a casarse con el que fue el gran amor de su vida, el violinista Charles Bériot.

María Malibrán, gracias a una voz cálida y de portentosa expresividad, a un talento dramático excepcional y a una belleza física incontestable, no sólo frecuentó a Rossini y Bellini, a George Sand o la condesa de Merlin, a muchos de los artistas románticos de su tiempo, es que además se convirtió en un auténtico fenómeno de masas, y en una abanderada por la lucha por los derechos de la mujer.



Cecilia Bartoli interpreta "Bel raggio lusinghier" de la ópera Semiramide de Rossini (vídeo colgado en YouTube por bigpinkypig)

La Malibrán murió en plena juventud, a los 28 años de edad, debido a un trágico y desafortunado accidente. Sin embargo los 28 años de la Malibrán dieron para mucho: para casarse, divorciarse, enamorarse, independizarse, frecuentar genios y artistas y convertirse ella misma en leyenda de su arte. Rossini, quien escribió para Manuel García, el padre de la Malibrán, el papel de Almaviva de El barbero de Sevilla, llegó a decir: “Muchos cantantes de mi tiempo fueron grandes artistas, pero genios sólo hubo tres: Lablanche, Rubini y esa niña tan mimada por la naturaleza, María Malibrán”.

Coincidiendo con el bicentenario de la cantante, una pariente de la rama francesa del primer marido de María García, la periodista Mara Malibrán (ex directora, por ejemplo, de la edición española de Elle), acaba de publicar la biografía novelada de la cantante: Malibrán. Pasión y muerte (Martínez Roca), un libro que sin ser desde luego imprescindible, aborda con amenidad e interés la vida de esta gran cantante, de esta mujer que marcó toda una época no sólo del bel canto, sino de la lucha de las mujeres por hacerse dueñas plenas de sus vidas.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,23 nov 2008 17:14:10 GTM
<![CDATA[Afortunada (La Cúpula), un cómic de Gabrielle Bell]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,830 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Si en el mundo hay una forma de expresión artística y de comunicación ciertamente sexista, esa es el cómic. No, no se confunde el lector, y menos el habitual de esta “columna”, no acabo de “convertirme” a lo políticamente correcto. Tan sólo subrayo un hecho. Prácticamente desde su nacimiento el cómic y todo lo que le rodea ha sido un universo estrictamente masculino, conformado de forma muy mayoritaria sólo por hombres: autores y lectores, y, en consecuencia, asuntos, temas, historias…, enfocados por y para los hombres.

Pero hay datos que avalan si no una vuelta de la tortilla, sí el desembarco significativo de las mujeres en este especial universo creativo. Leo en alguna revista especializada que el manga, por ejemplo, cultiva en la actualidad a una verdadera legión de jóvenes seguidoras, y que cultivadoras del género como Alison Bechdel o Phoebe Gloeckner no se encuentran tan desoladoramente solas como lo estaban hace no tanto tiempo.

Gabrielle Bell: Afortunada (La Cúpula, 2008)

Gabrielle Bell: Afortunada (La Cúpula, 2008)

Aseguran los especialistas que está irrupción femenina en el muy cerrado coto del cómic presenta ya el aroma de “tendencia” o moda, con lo que eso implica, tanto en lo positivo como en lo negativo. Y en este nuevo marco brotan libros, álbumes tan interesantes y logrados como el que hoy aquí recomiendo: Afortunada (La CúpulaEdiciones), primera obra larga traducida al español de la británica y a la vez estadounidense Gabrielle Bell.

Afortunada es la historia, con muchas pinceladas autobiográficas, de los años de dificultades económicas que vive una joven aspirante a escritora en medio de la “bohemia” de Brooklyn, es decir, una especie de reverso más sombrío y realista de la manoseada moneda Sexo en Nueva York.

Nuestra autora, madame Bell, “juega” en el equipo Fantagraphics, cuya producción editorial copa la inmensa mayoría de los actuales lanzamientos de las esforzadas editoriales independientes españolas, aquellas que suministran material al mercado del cómic más alternativo, un término que, precisamente el mercado, hace cada vez más confuso e impreciso.


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Friday,21 nov 2008 12:22:58 GTM
<![CDATA[Carnival of light, la “música electrónica inédita” de The Beatles]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,829 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Navidades del año 1966, el mismo año en el que The Beatles publicaron el álbum Revolver, una de las cumbres de su carrera y uno de los puntos y aparte en la historia de la música pop del siglo XX. El diseñador David Vaughn le pide medio en broma medio en serio a Paul McCartney una canción para estrenar en el festival Million Volt Light and Sound Rave, un evento especializado en música electrónica, música “creada” en el periodo 1910-1930 por los músicos futuristas italianos liderados por Luigi Russolo, y que alcanzó su madurez a lo largo de la década siguiente (1940-50) de la mano de compositores hoy tan esenciales para la historia de la música del siglo XX como Bruno Maderna o Stockhausen.

En contra de lo esperado, McCartney tomó nota de la propuesta, y el día de la noche de Reyes de 1967, es decir, el 5 de enero, The Beatles se encerraron en el estudio de grabación y comenzaron a hacer de su capa un sayo improvisando hasta la alucinación. Ringo golpeaba la batería de manera sincopada, Paul le sacaba sonidos al órgano, Harrison hacía llorar a su guitarra... Geoff Emmerick, de profesión ingeniero de sonido, grabó toda la sesión pero a la mitad de su velocidad natural, logrando que la pieza sonase mucho más extraña y baritonal. Una vez tomada la música, los vocalistas más asiduos del grupo, John y Paul, comenzaron a gritar junto al micro lo primero que se les venía a la mente. John Lennon, por ejemplo, previendo quizá la última película hasta la fecha de Woody Allen, gritaba como un loco peligroso: ¡Barcelona, Barcelona, Barcelona...!



The Beatles: "Yellow Submarine" (vídeo colgado e YouTube por Aure2202)

La pieza resultante de tan excéntrica y alucinógena sesión lleva por título “Carnival of light”, más o menos algo parecido a “Carnaval de luz”. El tema se prolonga durante trece minutos y cuarenta y ocho segundos, y el productor entonces del cuarteto de Liverpool, George Martin, simplemente sentenció: “Esto es una mierda”.

La composición llegó en su día a convertirse en un raro vinilo editado en versión pirata, disco que hoy, no creo que haga falta subrayarlo, es objeto de los más oscuros deseos de los coleccionistas e inversores en “rarezas” del mundo, del universo entero.

Ahora, vuela la noticia por las redacciones de todos los medios del mundo mundial, Paul McCartney quiere publicar el viejo y extrañísimo corte, lo que sin duda sería una buena nueva con hechuras y anchuras de notición. Ahí, dicen, anda la cosa, el único problema, al parecer, son las viudas, viudas que para aprobar el lanzamiento del nuevo material exigen un pastón. Habrá inédito “Carnaval” de The Beatles cuando la luz del dinero contante y sonante fulgure en el horizonte inmediato. Démosle tiempo al tiempo, y luz al carnaval.


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Tuesday,18 nov 2008 20:41:19 GTM
<![CDATA[Ricardo Gullón en su centenario]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,828 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El próximo miércoles día 19 viajaré en coche hasta Madrid en compañía del escritor Manuel Arce. Viajamos para participar en un ciclo de conferencias que, en conmemoración del centenario del escritor y crítico Ricardo Gullón, organiza la Facultad de Letras de la Universidad Complutense, cuyo decano es mi buen amigo Dámaso López García.

Arce y yo intervendremos la tarde del jueves día 20, y tendremos más o menos una hora para hablar de Gullón y Santander. Ricardo Gullón llegó a Santander con 33 años de edad, en noviembre del año 1941. Llegó como Teniente fiscal, y permaneció en la ciudad, salvo un intervalo de dos años, hasta 1958, es decir, hasta sus 50 años, cuando marchó a Puerto Rico para hacerse cargo de la biblioteca y archivo de Juan Ramón Jiménez y Zenobia en la universidad americana.

Fueron por tanto más de 15 años los que vivió Gullón en mi ciudad, 15 años vitales y trascendentes para él como escritor y hombre de cultura, pero también esenciales para la cultura y los poetas de Cantabria. Gullón fue clave en el desarrollo de empresas culturas como la Escuela de Altamira, la revista y colección de poesía Proel, y La Isla de los Ratones. La autoridad y las enseñanzas de Gullón fueron claves, también, para el desarrollo creativo de los poetas cántabros residentes en Santander entre 1945 y 1958, la llamada Quinta del 42, es decir, de José Hierro, Carlos Salomón, José Luis Hidalgo, Julio Maruri...

¿Pero quién fue este autor, hoy casi desconocido entre las nuevas generaciones de autores y críticos españoles? ¿Qué biografía presenta este académico de la lengua española, este poco frecuentado Premio Príncipe de Asturias de las Letras?

Ricardo Gullón Fernández (Astorga 1908-Madrid, 1991), fue un reconocido crítico literario y escritor. Gullón vivió toda su infancia y juventud en Astorga, rodeado de amigos que con el tiempo se significarían en el mundo literario español de la posguerra y las décadas siguientes, como sus primos segundos los hermanos Juan y Leopoldo Panero. Todos ellos empezaron pronto a publicar periódicos e incluso editarían una guía de la ciudad de Astorga. Con 14 años Gullón terminó el bachillerato, y marchó a Francia para aprender el idioma y hacer tiempo hasta poder entrar en la universidad.



Ricardo Gullón (foto procedente de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes)

Estudió Derecho en Madrid a partir de 1924, licenciándose en 1929. Los años universitarios fueron muy intensos, no sólo por los estudios, sino porque su vida literaria acaparaba una buena parte de su tiempo. Estableció contactos con los principales intelectuales de su época, fue invitado entre otros por Ortega y Gasset a escribir en Revista de Occidente, fundó una editorial con quien sería a lo largo de la vida uno de sus mejores amigos, Ildefonso Manuel Gil, el poeta y novelista aragonés. Preparando las oposiciones a fiscal, fundó con Gil la revista Literatura (1933), que tuvo colaboradores de lujo, entre otros el santanderino y futuro Premio Cervantes, Gerardo Diego.

Ganó las oposiciones a fiscal en 1933, lo que le permitió casarse y salir destinado a Soria. Gullón y su mujer vivieron esa etapa divididos entre Madrid y Soria, y cuando hacían planes para instalarse definitivamente en la ciudad castellana, estalló la guerra, y a los pocos días, en julio del 1936 nació su primera hija, Soledad. Al año siguiente le trasladaron a Alicante. Allí pasó la guerra con su mujer e hija, ejerciendo Gullón diversos cargos en el ejército republicano. Tras la guerra y una depuración de más de dos años, se incorporó a la carrera destinado a Santander como teniente fiscal. Los años santanderinos fueron, ya quedó dicho, muy productivos desde el punto de vista literario, pues trabajó en varios libros, una novela y un libro sobre novelistas ingleses contemporáneos. En 1945 nació su tercer hijo, Germán, y ya ejercía jefe fiscal de la audiencia provincial. Fue cofundador de la Escuela de Altamira, una asociación de críticos y pintores que dio un enorme impulso a la vida cultural del Santander de posguerra. No obstante, las tentaciones de dejar la carrera fiscal y emprender una nueva se materializan en 1953, cuando marchó a Puerto Rico llamado por Juan Ramón Jiménez para que le ayudase a poner un poco de orden en su obra y papeles. Allí estuvo hasta 1955, año en el que regresó a Santander y retomó su carrera como fiscal. En 1958, tras la muerte de Juan Ramón, marcha definitivamente de Santander, y se establece en Puerto Rico. No mucho después, la Universidad de Texas le pide a Gullón que edite un tomo dedicado a España de la revista Texas Quaterly. Gullón realizó el trabajo y le ofrecieron un puesto de catedrático en dicha Universidad, trabajo que aceptó. Comenzó así su periplo norteamericano, que le situó en Austin durante quince años, con varios períodos como profesor visitante en Stanford, New York University y la University of California, Los Ángeles, hasta que en 1974 marchó contratado a la Universidad de Chicago, institución a la que estuvo unido seis años, para pasar luego a la Universidad de California, Davis, donde ya a sus ochenta años siguió impartiendo cursos de doctorado.

Los años americanos fueron los más productivos de su vida, y los que han dejado un legado crítico único en la literatura española, pues no sólo reflejan el saber de una persona que conoció íntimamente a la mayoría de los escritores de su tiempo, sino a alguien que grandes conocimientos de teoría literaria. Sus libros sobre Juan Ramón Jiménez, Galdós, cuya modernidad reivindicaría, Pereda, Unamuno y Antonio Machado, suponen un modelo constante para las nuevas generaciones de filólogos. En 1989 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Letras y fue elegido Académico de la Real Academia Española, a la que se incorporó en 1990.


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Monday,17 nov 2008 20:31:31 GTM
<![CDATA[El “corto siglo XX” de Eric J. Hobsbawm]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,827 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La expresión “corto siglo XX” ha sido utilizada por diversos historiadores, especialmente por Eric J. Hobsbawm, representante de la escuela de historiadores marxistas británicos, para referirse al período posterior a 1917 ó 1918, por entender que los tres primeros lustros del siglo XX eran en cierta medida una prolongación de una época anterior. En cambio el fuerte impacto y las grandes consecuencias de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución Bolchevique explican que se utilice ese momento como divisoria entre los siglos XIX y XX. En el caso de Hobsbawm el “corto siglo XX” abarcaría los años 1917-1991, lo que se explica por la relevancia que da al surgimiento y derrumbamiento de la Unión Soviética, entendiendo que la alternativa planteada por el comunismo al capitalismo representa el hecho definitorio del siglo. Se comparta o no este último criterio de Hobsbawm, los historiadores consideran un hecho que los años de la Gran Guerra suponen una divisoria fundamental en la historia europea y –aunque en menor medida- en la mundial.

Y es que la I Guerra Mundial de 1914-1918, unido al influjo de la Revolución Rusa, alteró los regímenes políticos, modificó la sociedad, transformó la economía e impulsó nuevas ideologías, poniendo fin al largo siglo XIX. En realidad fue sobre todo una Guerra Europea, fruto de un enfrentamiento polarizado entre dos bloques de potencias europeas, siendo el continente el centro principal y casi exclusivo de sus operaciones. Esto hizo que, aun siendo sus consecuencias de amplio espectro, afectara a Europa con mucho más fuerza y alterara mucho más a este continente que a ninguna otra zona del mundo.

La guerra fue proclamada como consecuencia de las implicaciones que, a modo de fichas de dominó que arrastran sucesivamente una a las otras, tuvo el asesinato en Sarajevo el 28 de junio de 1914 del archiduque heredero de Austria-Hungría, Francisco Fernando, a manos de un joven serbo-bosnio (Gavrilo Princip). Austria ocupaba Bosnia por la fuerza desde 1908, mientras que Serbia (ligada por lazos culturales y étnicos a Bosnia) era un aliado de Rusia. Conociendo Austria-Hungría la autoría serbia del asesinato, se puso en contacto con Alemania para asegurarse su respaldo y un mes después declaró la guerra a Serbia. Rusia también decidió intervenir porque no podía permitir la expansión de Austria-Hungría por territorio balcánico, mientras que Francia y el Reino Unido hubieron de responder a sus alianzas. La guerra adquirió un carácter mundial con la entrada en la misma de Japón en agosto y de Estados Unidos en 1917. Del conflicto no nos interesa ahora su transcurso militar, sino su significado y sus efectos. El estallido bélico de 1914, que había venido siendo sembrado en el período anterior, era en sí mismo la evidencia de una profunda crisis. Fue el fruto de las decisiones tomadas por las grandes potencias europeas en el cuarto de siglo anterior con el fin de resolver las tensiones entre ellas y de acometer sus objetivos nacionales. Las mal solucionadas rivalidades intraeuropeas (Alemania/Francia, Alemania/Reino Unido, Austria-Hungría/Rusia) se tradujeron en una compleja trama de alianzas que dividió el continente en dos grandes bloques, actuando como detonante definitivo.



Eric J Hobsbawm (foto procedente de la web http://public.univie.ac.at)

Con la Gran Guerra, como dijo en el momento el arquitecto alemán Walter Gropius, “un mundo ha llegado a su fin”. Se trataba del liberal, etapa en la que Europa culminó el avance hacia la hegemonía sobre el planeta que había iniciado en el siglo XV. El orden vigente en 1914 respondía a unas características precisas. La civilización occidental era capitalista en su funcionamiento económico, liberal en su estructura jurídico-institucional, burguesa por la imagen de su clase hegemónica y brillante por los avances logrados en la ciencia y el conocimiento. Europa ocupaba la posición central en este sistema, que difundía por gran parte del mundo en virtud de su capacidad técnica e industrial, militar y política. La Gran Guerra, que muchos observadores considerarían como el hecho capital del siglo por sus múltiples consecuencias (además de dejar diez millones de muertos y una cifra aún mayor de excombatientes, viudas y huérfanos, así como dar origen a un desplazamiento masivo de personas en los países de nueva creación), originó un nuevo orden mundial tras causar la desaparición de los viejos imperios alemán, austro-húngaro, ruso y otomano, la creación de nuevas naciones como Polonia, Checoslovaquia, Finlandia, Austria, Hungría o Yugoslavia, el triunfo de la revolución comunista en Rusia, el establecimiento del dominio occidental sobre Oriente Medio, la fundación de la Sociedad de Naciones, el arrinconamiento de la culpable Alemania. También generó una nueva cultura política nacionalista, autoritaria y dictatorial, caldo de cultivo para los fascismos. En suma, dio paso a una verdadera “crisis de civilización” y en los treinta años siguientes el entramado del dominio europeo del mundo experimentó un proceso de erosión que afectó tanto a los valores como a su núcleo propagador.

Por otro lado, a la hora de analizar y entender el período que se extiende entre la I Guerra Mundial y la actualidad hay que tener en cuenta la existencia de tres grandes períodos, utilizando como divisorias fundamentales el final de la II Guerra Mundial y la caída de la Unión Soviética.

- El período de entreguerras y la II Guerra Mundial (1918-1945). Como se ha señalado, la I Guerra Mundial dio al traste con la civilización liberal, dando lugar a un período convulso que se ha denominado en ocasiones “crisis de entreguerras”. Se ha definido como una “crisis general (política, social, cultural, económica) de la sociedad europea”, caracterizada por un conjunto de fenómenos entrelazados: las dificultades de los sistemas liberal-democráticos, el protagonismo de las masas y del movimiento obrero, los problemas para estabilizar el orden burgués, la influencia de la revolución bolchevique, la emergencia de los fascismos, la crisis económica posterior al crack de 1929 o la “crisis de la conciencia europea”.

- El sistema bipolar, “tres mundos” en uno (1945-1991). El impacto de la II Guerra Mundial resultó también decisivo, tanto para la historia europea como para la mundial, acabando con las potencias fascistas. El orden internacional pasó a definirse por la creación de la ONU y el establecimiento de un sistema bipolar entre dos grandes potencias, con sus respectivos aliados, que llevaban aparejados sistemas políticos, económicos y sociales no sólo diferentes, sino enfrentados. De un lado los Estados Unidos y las democracias liberales occidentales, del otro, la Unión Soviética y los países socialistas, en ambos casos caracterizados por su desarrollo industrial y económico. Junto a ellos se encontraban los países “en desarrollo” y del Tercer Mundo (muchos de ellos surgidos del proceso de descolonización), caracterizados en general por su difícil situación económica situación de dependencia con respecto a los más desarrollados.

- El Presente o “Nuevo Orden Internacional” (1991-2008). Tras la caída de la Unión Soviética y el paso a la democracia liberal de los países del Este de Europa se ha generado una nueva situación, caracterizada por la hegemonía militar estadounidense, el mantenimiento y acrecentamiento de la brecha económico-social entre países desarrollados y subdesarrollados, así como por la inestabilidad internacional derivada de la ausencia de un nuevo equilibrio.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,16 nov 2008 20:40:47 GTM
<![CDATA[La luz todavía (DVD ediciones), de J. A. González Fuentes. Unas palabras de L. G. Jambrina]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,826 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando publiqué en la editorial barcelonesa DVD el libro La luz todavía, tuve la enorme fortuna de que el crítico del ABCD de las Artes y las Letras, el suplemento cultural sabatino del ABC, el profesor de literatura de la Universidad de Salamanca Luis García Jambrina le dedicase una columna crítica muy atinada. Preparando ahora una futura lectura de poemas el próximo mes de marzo de 2009 en la Universidad de Lyon, rescato la reseña porque creo que está muy bien orientada y dice cosas “sabrosas” y justas sobre mi escritura poética.

Le cedo la palabra al profesor Jambrina:

“De vez en cuando, la poesía nos depara la sorpresa de un libro concebido con verdadera exigencia y voluntad de perdurar. Éste es el caso de la última entrega de J. A. González Fuentes (La luz todavía, DVD, Barcelona, 2003). Su trayectoria literaria se caracteriza, de hecho, por una progresiva esencialización y depuración de la voz poética. Con anterioridad, había publicado La última seguridad (1993), La rama ausente (1995) y Además del final (1998), fruto de su personal indagación lingüística y existencial. La luz todavía presenta un claro avance en este sentido, si bien comparte algunos rasgos y elementos con los libros que le preceden.

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD, Barcelona, 2003)

Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD, Barcelona, 2003)

El libro, decididamente unitario, se presenta organizado en tres secciones. En la primera, “Maneras de otro reino”, asistimos a la paulatina desaparición de un mundo presentido y esencial, “con maneras de otros reino”, enmarcado por un “allí” y un “aquí” y contorneado por unos pocos símbolos elementales: la luz, la arena, la flor, la nieve… La segunda, “La luz por dentro”, está constituida por poemas muy breves y concisos, como relámpagos que iluminan ese mundo más perfecto o sugieren la existencia de una vida más plena: “¿Cómo se mide la hora/ que recoge la luz por dentro,/ ese querer decir que nunca llega,/ la última señal que aclama/ el racimo alto de los paisajes?”. La última toma su epígrafe, “El filo de la nieve”, de una cita de Meira Delmar: “…con el filo indecible de tu nieve”. Se trata, en esta ocasión, de poemas en prosa. Y, en el primero, se hace explícito, de alguna manera, el título del libro: “Y en torno al espacio, la luz todavía. Esa misma luz que grita un largo rato el descenso de la arena, o la argucia de la flor que limita su evidencia. La misma luz que reclama siempre la atención más blanca de mi espera”.

Se trata, en fin, de una luz interior y extrema, la luz en trance de aparecer o desaparecer, la “misma luz de entonces” y, a la vez, la “luz de la muerte”, de las postrimerías. La actitud del yo lírico es siempre expectante y, en ocasiones, parece dirigirse a un tú misterioso u oculto. Los temas principales de este libro, por lo demás, son la espera y el anhelo de la luz, la angustia de la ausencia, la añoranza de lo que todavía no ha ocurrido, la conciencia de la muerte y los límites y posibilidades de la propia poesía. Destacan, por otro lado, la tensión rítmica y semántica de su lenguaje, el tono irracionalista de algunas imágenes y las fórmulas del tipo “sustantivo concreto + (adjetivo) + de + sustantivo abstracto” (“el trigo blanco del consuelo”). Asimismo, hay que decir que, en su voluntad de indagar en el misterio y trazar la geometría de lo desconocido, el autor fuerza y retuerce la sintaxis hasta violentar los límites del sentido. Estamos, pues, ante una poesía desnuda, certera, luminosa, conscientemente reducida a sus “puros y más transparentes huesos”, como escribió el Premio Cervantes Antonio Gamoneda en una nota introductoria al anterior libro de González Fuentes. La voz de lo indecible, en definitiva”.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,13 nov 2008 18:9:55 GTM
<![CDATA[El Edward Hopper de Mark Strand (Lumen)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,825 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde hace algunos años, y en claro homenaje al poeta José Hierro, el Museo de Bellas Artes de Santander viene organizando un ciclo denominado “Alucinaciones”. En dicho ciclo se le propone a una serie de escritores y poetas que elijan entre las obras que forman parte de la colección del Museo, y que escriban un texto de carácter literario inspirado en la obra escogida, un texto no sujeto necesariamente a la aplicación de conocimientos críticos o de historia del arte, y en el que se dé rienda suelta con total libertad a la inspiración. Después, el autor lee su texto ante el público asistente y junto a la obra elegida en cuestión.

La fórmula no es desde luego novedosa, y es bastante semejante a la que ha empleado el ensayista, traductor y poeta canadiense Mark Strand (isla Príncipe Eduardo, 1934) para acercarse y analizar (intuitivamente, poéticamente podría decirse...), la pintura del estadounidense Edward Hooper (Nueva York, 1882-1967), quizá el principal hito en la historia del realismo americano de todo el siglo XX, y uno de los artistas que más influyó en el arte figurativo posterior a él y en el Pop Art

Treinta son las pinturas elegidas por Mark Strand para “evaluar” el arte pictórico de Hopper y calibrar su impacto sobre su propio espíritu y, en generalización literaria, el de su contemporaneidad, la nuestra, dado que la primera edición original del libro apareció en el año 1994, según figura en los créditos de la edición española editada por Lumen. Las pinturas abarcan un periodo de tiempo muy amplio, desde 1925 hasta 1965, e incluyen algunas de las obras más emblemáticas, imitadas y reproducidas de Hopper, por ejemplo, Habitación de hotel (1931), Gasolina (1940), Aves nocturnas (1942), o Digresión filosófica (1959).

Mark Strand: Hopper (Lumen, 2008)

Mark Strand: Hopper (Lumen, 2008)

La edición que aquí comentamos ofrece la reproducción en color de las treinta piezas analizadas, y tras ellas, el texto breve y alusivo escrito por Mark Strand, un texto que en no pocas ocasiones no llega ni a ocupar página y media. ¿Qué hace Strand con la pintura de Hopper? Pues es bien sencillo: la lee, la intenta traducir, procura hacer palabras la poesía de luz y colores de Hopper, una poesía que indaga a la vez en los límites del yo personal contemporáneo y en su contexto exterior, en el escenario en el que es, en el que tiene lugar.

¿Cuál es la razón por la que gente tan distinta entre sí se siente conmovida casi de idéntica manera al situarse frente a la pintura de Hopper? ¿Cuál es el secreto de su poesía pictórica? Procurar responder a estas dos preguntas también figuraba entre las intenciones de Strand a la hora de escribir estas páginas, para lo que, quiero insistir en ello, se ejercita en el intento de traducir a palabras la poética hopperiana.

Para lograr sus objetivos Strand establece una hipótesis con la que estoy muy de acuerdo: Hopper no plasma la simple realidad, sino que logra atrapar la esencia de lo real, trascendiendo por tanto la propia realidad. Es decir, el primer gran logro de Hopper como artista es no conformarse con la realidad, e intentar atrapar, por el contrario, el inefable latido de lo real, sabiendo así establecer una diferencia semántica y conceptual muy lograda entre lo real (interno y personal) y la realidad (lo externo). Hopper, según Strand, logra así que lo virtual de su acercamiento a lo real adopte la forma admitida por todos de la realidad. Ese es su logro, esa su trascendencia.

Edward Hooper: Aves nocturnas (1942)

Edward Hooper: Aves nocturnas (1942)

Otra de las características señaladas por Strand referente a la pintura de Hopper es que sus escenas siempre sugieren posibilidades narrativas. En otras palabras, los cuadros de Hopper parecen congelar en geometría el fotograma de una película, la escena de una novela, el escenario en el que se desarrolla una historia sobre la que no sabemos mucho, y sobre la que nosotros, espectadores, tenemos el privilegio de fantasear, de buscarle un comienzo y un final, de continuar la historia o de hallarle su origen. Con Hopper nos transformamos casi sin querer en narradores, y eso nos fascina.

Dos elementos más muy presentes en los trabajos de Hopper, en su poética pictórica, llaman a reflexión al poeta y le mueven a traducirlos en palabras: la luz y la distancia.

La luz, la luminosidad de las formas que brota del interior de éstas, que se refleja para nosotros, para nuestros ojos de veedores incorregibles y curiosos. Las figuras de Hopper, en este sentido, son focos de luz, de una luz que no es además fluida, que materializa los objetos, los espacios y las figuras, que no los desmaterializa bajo ninguna circunstancia.

Y la distancia. Los escenarios de Hopper y quienes los habitan están sin estar, se encuentran siempre a considerable distancia del lugar que ocupan. Están ausentes de lo que protagonizan sin querer o sin saber. En las escenas de Hopper todo está sin estar, todo y todos se encuentran perdidos en un profundo misterio irresoluto del que el espectador es testigo asombrado y en busca de posibilidades, de porqués sin respuesta.

Un libro éste de verdad fascinante, en el que se dialoga con poesía ante la poesía y desde la poesía.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,12 nov 2008 20:43:6 GTM
<![CDATA[Música Porticada, un libro sobre el FIS en la Plaza Porticada (Creática Ediciones)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,824 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hace ya más de un año, la editorial santanderina Creática decidió publicar un libro lujoso, Música Porticada, con las hermosas fotografías que Pedro Fernández Palazuelos hizo en la década de los años 1980 durante las celebraciones estivales del Festival Internacional de Santander en la Plaza Porticada de Santander.

Miles de fotos en blanco y negro y color hizo entonces Palazuelos, fotografías realizadas en los camerinos, en las entretelas del teatro desmontable que cada agosto se levantaba desde 1952 en la conocida plaza santanderina. Las fotos a veces tienen protagonistas relevantes, pienso por ejemplo en Teresa Berganza, en Marcel Marceau, en Vittorio Gassman, en Claudio Abbado, en Rostropovich, en Julio Bocca, en Monserrat Caballé, en Benny Carter..., y en ocasiones fijan los movimientos de un cuerpo de baile en pleno calentamiento, o la sombra de un instrumento apoyado sobre una silla en el escenario casi a oscuras.

El libro saldrá a la venta, según lo previsto, coincidiendo con las ya muy cercanas fiestas navideñas, y a mi me pidieron los de Creática que me encargase de coordinar a todos los que iban a participar en el trabajo, y que escribiese dos textos: un prólogo o introducción, y una breve evocación del último concierto que tuvo lugar en aquel escenario urbano, el concierto de Rostropovich con la Orquesta de Cámara Noruega, texto que ya puede leerse en estas mismas páginas.



Plaza Porticada de Santander

Ahora quiero ofrecerles como primicia la introducción, un breve texto que quiere servir de preámbulo a unas páginas que a su vez desean ser evocadoras sin caer en la inútil nostalgia. Ahí va la primicia, a la espera de que el libro vea la luz finalmente:

UNAS PALABRAS A MODO DE OBERTURA

“Es muy probable que no esté de más comenzar estas líneas explicándole al lector qué no va a encontrar en las páginas que a continuación le aguardan. No va a toparse, por ejemplo, con un estudio científico y de carácter académico sobre la historia del Festival Internacional de Santander, ni sobre el desarrollo de sus actividades en la conocida Plaza Porticada de la capital cántabra. Tampoco va a hallar un acercamiento crítico a los contenidos de las distintas programaciones del FIS y su evolución a lo largo de casi cuarenta ediciones festivaleras en la mencionada plaza, desde su inicio en 1952, hasta su final en aquel espacio allá por el año 1990. Y en este volumen el lector, desde luego, no descubrirá una crónica pormenorizada o compendio exhaustivo del día a día del FIS sobre las tablas del hoy desaparecido escenario. Sin embargo, el lector en busca de este tipo de trabajos y de otros semejantes está de enhorabuena, pues varios ya han visto la luz pública en papel no hace mucho tiempo, y pueden consultarse sin mayor inconveniente en distintos archivos y bibliotecas.

Entonces, ¿qué encierran las páginas de este volumen que el lector tiene ahora en sus manos? Pues es bien sencillo contestar a la pregunta: encierran muchos recuerdos personales y un pedazo rescatado de memoria colectiva; algo de pacífica ironía; unas gotas algo ácidas de crítica cultural en voz no muy alta y sin rastro de mal humor; y un poco de inevitable nostalgia natural y muy entendible, nada empalagosa y funesta, siempre, creo, bien llevada y asumida. Pero sobre todo guardan una dosis generosa de arte fotográfico de buena ley, de historias atrapadas, captadas en el silencio elocuente de un instante congelado en la dimensión prodigiosa de lo irrepetible.

Las imágenes que aquí se ofrecen las realizó, o mejor dicho, las vio y captó el ojo de lujo milagrero del fotógrafo Pedro Fernández Palazuelos. Los prodigios sucedieron a lo largo de la última década de existencia del FIS sobre la estructura que cada verano se levantaba en la plaza santanderina, es decir, entre los años 1980 y 1990, periodo ya de libertades, tras el final de la prolongada dictadura franquista. En aquellos tiempos, un treintañero Fernández Palazuelos se abandonaba a la curiosidad nómada y paseante por entre las bambalinas y recovecos de aquel gran teatro del mundo exclusivamente veraniego, un teatro entero y casi completamente formal, desmontable para la ocasión y oculto, entre la recia seriedad de piedras porticadas, a la curiosidad del turista accidental o del tipo en exceso popular (perdonen la ironía).

Entonces, siempre al acecho incansable e impenitente propio sólo del cazador más paciente, Palazuelos deambulaba silencioso por la tupida selva de maderas, telones y andamiajes estivales en busca del raro instante propicio, ese momento inefable de abismo ante abismo que merece ser atrapado en fotograma, conservado en eslabón visual que conforma un capítulo más en la narración que cuenta con un disfraz de dos dimensiones todos los secretos del mundo. Fruto directo de aquellas horas de espera paciente y acecho, son las fotografías que pueblan, que estructuran estas páginas, que les dan rango, vuelo o estatus de estricta singularidad plástica.

En las imágenes que en su día visualizó a Fernández Palazuelos están, en existencia oblicua y para nada historiográfica, la crónica relevante de la última década del FIS en la Plaza Porticada, y muchos de sus principales y muy reconocibles protagonistas. Pero sobre todo, por encima de todo, están conservados el pulso inequívoco de aquel festival, su aroma, su sabor y su peculiar, a veces extraño, vuelo.

La memoria del “FIS porticado”, aquí transmutada y recogida en palabra escrita, se la debemos a la generosidad desinteresada de más de una treintena de aficionados memoriosos y no muy reñidos con el uso de la pluma y el papel. Aficionados bien de estirpe social y culturalmente reconocida o bien por completo ignorada, ubicados en distintas e incluso distantes generaciones, de condición y procedencia muy heterogéneas…, aficionados a la música, a la danza, al teatro, al canto, o a todo o a casi todo a la vez, en feliz y pertinaz tumulto

Por quienes hemos estado trabajando en este proyecto una condición se juzgó imprescindible a la hora de pedir colaboración a los aficionados memoriosos: tan sólo que lo fueran. Es decir, que hubieran vivido el festival en la Porticada como aficionados no de mera anécdota, y que tuvieran alguna memoria estrictamente personal de los acontecimientos por ellos vividos en aquel desmontable teatro. En este sentido todos los que están fueron, aunque es más que evidente que no están todos los que fueron. ¿Razones? La mera imposibilidad del propósito y el que algunos de los convocados a esta fiesta de la memoria rehusaron participar en ella por motivos de muy diversa índole. A todos, desde aquí, les agradecemos la escucha y la paciencia.

Para finalizar, un último apunte. El simple objetivo perseguido al abordar este trabajo ha sido, permítasenos la paradoja, “ilustrar”, con una concisa porción de memoria escrita nacida de un pequeño y variopinto grupo de “supervivientes” de los años “democráticos” y porticados del FIS, las imágenes fotográficas recolectadas entonces por el ojo atento, inteligente y sutilmente estético de Fernández Palazuelos.

En definitiva, memoria visual y memoria escrita unidas para recordar, procurando dejar a un lado la rancia nostalgia y el severo análisis, un ágora pública que acogió, durante cuatro difíciles décadas, el esfuerzo de una multitud ingente de muy distitos artistas, y la ilusión y entusiasmo de varias generaciones de santanderinos en trance de ciudadanía. Espero que lo hayamos conseguido. Tienen ustedes la palabra”.


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Tuesday,11 nov 2008 20:30:8 GTM
<![CDATA[El precio de un pastel o la decadencia de occidente]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,823 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Acabo de dejar a M. en el aeropuerto de Santander para que coja su vuelo de regreso a Madrid. La verdad es que el pequeño aeropuerto de la ciudad ha disparado su actividad con la presencia de compañías de bajo coste, y, por ejemplo, hoy he comprobado cómo se estrechan relaciones entre Santander y Londres. Tres o cuatro parejas se despedían efusivamente esta tarde con besos y lloros incorporados. Ellos marchaban a la capital inglesa, ellas quedaban aquí, ambos, imagino, esperando el próximo reencuentro. Amores a distancia, amores desde países distintos... Amores poco a poco globalizados.

Regreso al centro de mi ciudad, aparco el coche sin muchos problemas en una calle muy cercana a casa, y me encamino paso a paso hacia el despacho, donde me espera encendido el ordenador para que escriba estas líneas y ustedes puedan leerlas a partir de mañana. Durante el trayecto he cumplido un encargo de M., le he dejado unos zapatos en el zapatero para que los pongan medias suelas. Y de repente he pensado en la crisis y en sus efectos inmediatos, esos efectos que nos afectan (valga la redundancia) a todos nosotros sin excepción. Hace dos o tres años M. quizá no hubiera llevado los zapatos al zapatero, sencillamente hubiera comprado otros. La reflexión (tal vez gratuita), me ha llevado a otra seguida: hay oficios que despegan en tiempos de crisis económica, oficios, trabajos, a los que les vienen muy bien las crisis. Por ejemplo, los zapateros..., y todos aquellos oficios que tengan que ver con la reparación de cosas, con su puesta en uso después del mucho uso. Imagino que a los talleres mecánicos de coches también les beneficie la crisis, y a las gentes que hacen arreglos en la ropa, y a las pequeñas tiendas de comestibles de barrio que fían a sus clientes durante semanas, etc, etc...

Paso a paso me acerco al despacho, y al pasar junto a una pastelería me asalta el capricho de comer un pastel para acallar al estómago que, después de media tarde en el aeropuerto, protesta pidiendo atención. Caigo en la cuenta de que hace muchísimo tiempo que no entró en una pastelería y compro un pastel. ¿Cuánto? No lo sé, pero mucho, no me es ya familiar el gesto de ver cómo la bandeja de cartón va poblándose de figuras multicolores y dulces hasta hacer la media o la docena.



Dentro del establecimiento compruebo que las cosas no han cambiado mucho. En el mostrador acristalado y frigorífico están depositadas multitud de bandejas metálicas plagadas de pasteles, bollería fina y tartas de toda condición. Veo emparedados, croissants, “borrachos”, medias noches, palmeras, “perlas”, almendrados, chocolates... De repente se me antoja un “ocho”, ese pastel con la forma del número redondo que siempre me gustó mucho de niño y que devoraba en cuatro bocados.

La empleada sudamericana del establecimiento me pregunta si está para degustar inmediatamente, y al decirle que sí, que es para “llevar puesto” y engullirlo por el camino, me ofrece el ocho envuelto en servilletas de papel. Estiro un brazo para atrapar la compra con la boca llena de saliva y el estómago reclamando su porción de dulce, cuando pregunto con tranquilidad el precio y busco en los bolsillos del vaquero unas monedas.

Uno sesenta me responde la dependienta desde su lado del mostrador. Cómo, exclamo para hacer que me repita el precio. Uno con sesenta, repite ella con la pasividad de quien se sabe en una atalaya. Cabizbajo saco las monedas y le dejo el importe justo sobre el mostrador del cristal.

Salgo con mi ocho “empapelado” en la mano y con la sed de dulce cortada de raíz. ¡Un euro con sesenta céntimos!, me repito a mí mismo mientras hago que mis piernas avancen poco a poco. Mordisqueo ya sin ganas el pastel que va haciéndoseme una bola indigesta en el estómago. Saco del bolsillo el móvil para calcular con su calculadora el precio en pesetas, buscando plasmar con más realismo la dimensión de la tragedia. 1,60 x 166,386: 266,21 pesetas.

¡266 pesetas un ocho!, ¡266 pesetas un pastel, un simple, un mísero pastel!

Y de repente, con la contundencia y eficacia de un golpe aplicado en la cabeza con una maza, he entendido la dimensión de la crisis, el incremento de precios que ha implicado la adopción del euro, el problema de la inflación , la carestía de la vida, el índice de precios al consumo, el euribor, el impuesto sobre el valor añadido, los impuestos directos y los indirectos, la cuesta de enero, el fin de mes, la Biblia en verso y la Decadencia toda y completa de Occidente.


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Monday,10 nov 2008 21:5:33 GTM
<![CDATA[“Bachiana” para un adiós, cuando en la porticada Rostropovich hizo cantar a su violonchelo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,822 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Noche del jueves 30 de agosto del año 1990. Concierto final de la edición número XXXIX del Festival Internacional de Santander, la última edición de las celebradas en el viejo teatro desmontable de la llamada Plaza Porticada, de la santanderina Plaza de Velarde. Noche de despedida, de adioses, de emociones plenas y contradictorias. Noche que cerraba una larguísima etapa, emprendida en el verano de 1952, de citas estivales alrededor de las artes escénicas. Nada más y nada menos que treinta y nueve veranos seguidos de programaciones desiguales y variopintas, de aciertos y fracasos, de acontecimientos grandes y menores, de etapas históricas y políticas cambiantes, de pompas y circunstancias varias. Treinta y nueve años que esa noche llegaban a su fin, o mejor dicho, a su punto y aparte para proseguir su existencia en el Teatro de Festivales levantado por Sáenz de Oiza.

Recuerdo que un ambiente excepcional abrasaba el aire de la noche, y que un latido unísono de acontecimiento flotaba casi tangible entre las gradas, confiriendo a la mayoría de los presentes el sutil gesto de quien se sabe sin remisión testigo de la historia, o al menos, de una pequeña historia en común.

Sobre el escenario los protagonistas de la velada (sustitutos del ya muy enfermo Leonard Bernstein, quien iba a dirigir a la Orquesta de Tanglewood), fueron el violonchelista y director de orquesta Mstislav Rostropovich y la Orquesta de Cámara Noruega. Lo cierto es que no recuerdo con total precisión el programa que interpretaron, pero no andaré muy desencaminado si apunto Piezas líricas y la Suite Holberg de Grieg, el Concierto para violonchelo nº 1 de Shostakóvich, y las Variaciones sobre un tema rococó de Tchaikovsky.



Mstislav Rostropovich interpreta una suite de Johann Sebastian Bach (vídeo colgado en YouTube por jormundgard)

Visto desde el escenario yo estaba ubicado en la parte izquierda y bastante lateral de la grada, y con franqueza, apenas sí me viene algo a la memoria del concierto en sí, en el que desde la lejanía del tiempo transcurrido, casi dos décadas, todo debió de suceder por los cauces del buen nivel, sin más. En este sentido, por ejemplo, rememoro con luces más brillantes el concierto que en el mismo escenario le vi dirigir al propio Rostropovich al frente de su orquesta de entonces, la Nacional de Washington, con un sempiterno programa Tchaikovsky en los atriles.

Cuando concluyó el concierto caí en un estado de cierto desánimo, incluso de decepción, ¿eso era todo? La temperatura emocional en la plaza juraría que había descendido varios grados con respecto al comienzo, aunque los presentes aún esperábamos el milagro final y único en la hora del adiós. Salió a escena el director del FIS, José Luis Ocejo, y pronunció el consabido discurso. Al terminar, alguien colocó una silla no en el centro mismo de la escena, sino un poco más próxima, creo, a la zona en la que yo estaba. Salió el maestro del violonchelo y se sentó en la silla. Situó su violonchelo en el lugar correcto, las luces se apagaron y un foco fijó la presencia del músico. El sonido puro, cósmico, conmovedor, íntimo, metafísico, de una suite de Bach consagró el instante, lo reveló para siempre esencial y perfecto.

En el ultimo adiós, se hizo el milagro.


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Sunday,9 nov 2008 19:58:58 GTM
<![CDATA[Escritos reaccionarios (para separatistas y progresistas), de Jesús Laínz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,821 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Tengo un buen amigo, Jesús Laínz, que es un tipo desmesurado. Sí, lo es. Y es que cuando algo le apasiona, le entusiasma o más simplemente, llama su atención, no se queda en tibias delicuescencias, en arranques esporádicos y controlados. No, cuando el interés en algún asunto lo agarra en el interior de su corazón y cabeza, entonces se lanza a tumba abierta.

Le ocurre, por ejemplo, con el sinfonismo tardorromántico, del que tiene centenares de discos obtenidos en lugares hasta insospechados. Le sucede con sus amigos, a los que guarda una lealtad tristemente de otros tiempos, de otra clase de educación y circunstancias. Y también le acontece con sus contundentes y bien construidas opiniones político, culturales, económicas, legales, históricas y sociales: son un torrente que precisa de ancho cauce.

Pero una de las cosas que más me gustan de Jesús Laínz, de quien tantas cosas me separan amistosamente por otro lado, es que no reduce sus opiniones a verborrea más o menos brillante de salón burgués o barra de bar de moda. Jesús Laínz las escribe, las fundamenta, las pule, las desarrolla y la publica en forma del libros. Libros con los que se podrá estar o no de acuerdo, pero que se alejan años luz de la prosa famélica y chuchurría tan frecuente por estos lares. Los libros de Jesús están bien construidos, están bien estructurados, están pensados, son de gran interés, incluso para estar en desacuerdo con ellos.

Ya he dicho que Jesús es un torrente de apariencia tranquila. En el año 2004 publicó su primer libro, el indispensable Adiós, España. Verdad y mentira de los nacionalismos, que fue aplaudido, entre otros, por Stanley G. Payne, Pío Moa, y Aleix Vidal-Quadras. Transcurridos cuatro años, Jesús ha publicado cuatro libros más: La nación falsificada (2006), España desquiciada (2007), la edición de Centinela contra franceses del erudito catalán Antonio Capmany (2008), y ahora, recién salido del horno, otro libro con título llamativo Escritos reaccionarios (2008). Todos los trabajos, cinco en sólo 4 años, han sido editados por Encuentro, y algo deben venderse y leerse, pues si no, no creo que hubieran visto la luz en letra impresa.

Jesús Laínz: Escritos reaccionarios (Ediciones Encuentro, 2008)

Jesús Laínz: Escritos reaccionarios (Ediciones Encuentro, 2008) 

¿Y qué son estos escritos reaccionarios? Dejemos que hable la contracubierta del trabajo:

“Schopenhauer escribió que hay épocas en la historia en las que el progreso es reaccionario y la reacción, progresista. Hoy todo el mundo presume de progresista. Y los practicantes de esta nueva religión se creen la vanguardia de la transgresión y la incorrección política. Pero la verdadera transgresión se encierra en libros como éste que, al arremeter contra los valores dominantes, escandalizará a los modernos inquisidores. Y no sólo a ellos, sino también a los menguantes conservadores en un mundo en el que cada día van quedando menos cosas dignas de ser conservadas. Por eso estos escritos son reaccionarios, porque empujan a reaccionar y cuestionar un buen número de dogmas aparentemente intocables: ¿Es pecado denunciar que el Estado de las Autonomías fue diseñado, según los deseos de los separatistas, para procurar la progresiva disolución de España? ¿Por qué se tiene miedo a denunciar que sobre los nacionalistas llamados moderados recae la enorme responsabilidad de alimentar el terrorismo etarra? ¿Por qué la versión ortodoxa de la Historia ha de ser fijada por los Parlamentos y vigilada por los jueces? ¿De dónde sale la superioridad moral de una democracia occidental que se cree autorizada para imponerse planetariamente incluso por la fuerza de las armas? ¿Por qué la Leyenda Negra sigue lastrando la reputación de España tanto entre los extranjeros como entre los propios españoles? Éstas y otras muchas cuestiones son el objeto de este libro riguroso e irónico que demostrará al lector cómo se pueden poner patas arriba un buen número de dogmas contemporáneos que casi nadie se atreve a cuestionar”.

Escritos reaccionarios, título desde luego provocador (la cubierta es un bellísimo cuadro de Pierre-Narcisse Guérin de 1817, que retrata al “reaccionario” Henri de La Rochejacquelein. Estos días paseo el libro por las calles de mi ciudad junto a la autobiografía de Barack Obama, y cuando los poso juntos en la mesa del café, en la barra del bar, o en cualquier mesa de despacho, las miradas de los concurrentes se dirigen indistintamente de las cubiertas de los títulos a mi cara. Y muchos toman prudente distancia.


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Friday,7 nov 2008 8:7:46 GTM
<![CDATA[Unas claves para entender el Neoliberalismo: Reagan y Thatcher]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,819 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La llegada del neoliberalismo a finales de los años 1970 supuso una actualización de los principios liberales clásicos, el rechazo por principio del Estado del Bienestar (EB), justificando su oposición en la incompatibilidad de los objetivos y métodos del EB con el progreso económico y en la indispensable reducción del aparato estatal para la superviven­cia de la economía de mercado y de una sociedad libre. La crítica liberal-conservadora atribuye al EB la postración de la iniciativa individual, del trabajo y del ahorro, la consolidación de infraclases parasitarias a costa del Estado, la pérdida de competitividad y eficiencia de la economía. Se considera que genera lacras como la promoción de una burocracia excesiva y poderosa, una utilización ineficiente de los recursos…, dando lugar a un sector público de pobres resultados por la falta de competencia y la garantía del empleo, generador de déficit en caso de crisis. Se achaca a la continua ampliación de derechos sociales una sobrecarga al Estado de demandas imposibles de satisfa­cer. También se considera negativa la protección que el EB asegura los intereses materiales de los trabajadores, pues la fuerza de trabajo se ajusta con dificultad a las contingencias del mercado. El sistema resulta un problema para las empresas debido a los costes salariales, las garantías frente al despido y las cargas fiscales, todo lo cual dificulta el crecimiento económico.

Ante las dificultades crecientes de las economías occidentales, denuncia a ambos lados del Atlántico el agotamiento del paradigma keynesiano, rechazando la intervención pública y propugnando el retorno a las teorías neoclásicas del mercado. La Escuela de Chicago (Milton Friedman) recupera las ideas económicas de la Escuela de Friburgo (Hayek), al defender el protagonismo del mercado en la asignación de los recursos, limitándose el Estado a crear el orden necesario para la libre competencia. Se trata de restablecer en su plenitud las leyes del mercado y la política monetaria para rebajar los índices de inflación, reducir el gasto público, depreciar el interés del capital y los impuestos para relanzar la iniciativa privada e incentivar la inversión. El Estado debe retirar sus manos de la economía y dejar que el mercado cumpla su papel, incluyendo sus efectos darwinianos sobre los más ineficien­tes. Esta visión suponía la eliminación o restricción de la política social y de la actuación concreta del Estado como proveedor de servicios de bienestar. También se abandona el objetivo del pleno empleo, al considerar que es natural y positiva para el mercado cierta tasa de desempleo, mientras que los esfuerzos por rebajarla llevan a elevar los precios.

Ronald Regan (1981)

Ronald Regan (1981)

El neoliberalismo supone una ruptura del compromiso político entre los intereses del capital y los del trabajo sobre el común beneficio del EB, poniendo de relieve una gran dificultad para conciliar la economía capitalismo de mercado y el compromiso social del bienestar, que supone un elevado gasto social además del pleno empleo. Los fracasos frente a la crisis de los setenta provocaron además una pérdida de credibilidad de las políticas socialdemócratas y keynesianas. A ello se unieron las patentes limitaciones de la planificación económica practicada en los países del bloque socialista. Por su parte el neoliberalismo encontró una gran acogida en los partidos conservadores, las organizaciones empresariales y los sectores acomodados de la sociedad, que acogieron con entusiasmo la defensa de la limitación del papel estatal, de los recortes sociales, de la bajada de impuestos, así como de reducir el poder de los sindicatos.

Patrias del liberalismo económico, Estado Unidos y Gran Bretaña fueron los países que pusieron en marcha en primer lugar y con mayor intensidad las políticas neoliberales. El triunfo de Thatcher y Reagan evidenciaron no sólo el apoyo de los poderosos intereses capitalistas a su programa, sino también el descontento de las clases medias ante la crisis del EB y su pérdida comparativa de status social.

Elegido presidente de EEUU en 1980, Ronald Reagan, atribuyó la causa de todos los males al aumento excesivo de los poderes del Estado del que eran responsables las administraciones demócratas desde 1960. Planteó como remedio la vuelta a las reglas de mercado, suprimiendo o flexibilizando toda normativa que pusiera obstáculos a la economía. Para ello suprimió las políticas adoptadas para favorecer el empleo de las mujeres y las minorías étnicas, así como las que favorecían la integración escolar, o las iniciativas a favor de los consumidores. Se llevaron a cabo restricciones en el presupuesto federal mediante recortes de los créditos a la ayuda social o la interrupción del empleo de nuevos funcionarios en la administración federal. Por último, para sacar al país de la crisis, el gobierno decidió aplicar la “teoría de la oferta” preconizada por los economistas liberales: disminuir los impuestos en un 10% durante tres años para estimular la inversión y permitir el relanzamiento del engranaje económico.

Margaret Hilda Thatcher (1982)

Margaret Hilda Thatcher (1982)

Una política liberal idéntica es la que pretendió aplicar la conservadora Margaret Thatcher en el Reino Unido desde su victoria en 1979. Oponiéndose al consenso establecido desde 1945, preconizó el retorno a los valores victorianos, exaltando el esfuerzo individual y esperando de las prácticas liberales un enderezamiento de la economía británica, según ella deteriorada por el intervencionismo estatal, si bien no cuestionó abiertamente el EB, que la población aprobaba. Su acción vino configurada por la disminución de impuestos para favorecer la inversión y estimular el mercado, junto a un amplio programa de privatizaciones que amputó al sector público más de la mitad de su patrimonio en sectores como el petróleo, los transportes, las comunicaciones, la aeronáutica y el automóvil, así como la supresión de más de un millón de viviendas sociales. El Estado decidió clausurar las empresas no rentables, en particular el sector minero. Las protestas de las Trade Unions fueron respondidas con dureza por la “Dama de Hierro”, que consiguió hacer fracasar la gran huelga de mineros de 1984-1985 y acabar con el poder sindical. Esta política de liberalismo integral logró sus éxitos: la consumación del relanzamiento, el aumento de la producción industrial, el recorte de la inflación y el déficit presupuestario. Con todo, resultó muy costosa en el campo social, al provocar un aumento del paro, un fuerte crecimiento de las desigualdades y fenómenos de marginación en los suburbios urbanos.

Si bien en Europa abundaron las críticas contra el neoliberalismo de Reagan y Thatcher, finalmente fue la solución adoptada por los demás países occidentales. En Alemania, la coalición cristianodemócrata-liberal, en el poder desde 1982, siguió una política de rigor monetario que permitió vencer la inflación y hacer circular los excedentes comerciales, a costa de un alto índice de paro. Más sorprendente fue el caso de Francia, donde los socialistas abandonaron la política intervencionista y dieron un marcado giro liberal desde 1984; esta tendencia se acentuó con la formación en 1986 de un gobierno de derecha dirigido por Jacques Chirac, que llevó a cabo una política de tipo thatcheriano, suprimiendo el impuesto sobre las grandes fortunas, privatizando numerosas empresas estatales y facilitando el despido. En España los socialistas, en el poder desde 1982, llevaron a cabo una política similar a la de sus homólogos franceses, dirigida por ministros defensores de la ortodoxia liberal y monetaria como Miguel Boyer o Carlos Solchaga. En todo el mundo desarrollado, así como en los países que abandonaron el sistema socialista en los noventa, la economía de mercado neoliberal se convirtió en el modelo económico-social dominante.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,5 nov 2008 8:50:47 GTM
<![CDATA[Ministra de Heducación y Ciencia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,818 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El post de hoy me lo vuelven a dar hecho. Y de nuevo es mi amigo el escritor Jesús Laínz quien me hace llegar el divertido video que van ustedes a poder disfrutar a continuación, seguro, entre atónitos e incrédulos. Lo que vamos a ver no es un montaje, tan sólo es un “error” tipográfico fácil de subsanar y del que las protagonistas, a buen seguro, no tienen ninguna culpa. Pero ¡qué justicia poética es la que encierran las imágenes!, ¡qué elocuente es el error!, ¡qué precisión significativa es la que descubre la errata! Ni el más genial de los cómicos, ni el más ocurrente guionista, ni George Orwell, ni Groucho Marx podrían haber imaginado una ocurrencia mejor para comunicar sin palabras un estado de la cuestión. Sencillamente estamos antes una broma genial del destino. El cortometraje protagonizado por la Vicepresidenta del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, y la Ministra de (H)educación y Ciencia es impagable. Pasen y vean:



Toma de posesión de la Cartera de (H)educación (vídeo colgado en YouTube por mmariolopez)


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Monday,3 nov 2008 21:4:30 GTM
<![CDATA[Los amigos de Beethoven, las Variaciones para piano op. 76 y la sonata Waldstein]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,817 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El círculo de amigos más íntimo de Beethoven (1770-1827) lo conformaba un grupo realmente curioso de personajes muy heterogéneos, por ejemplo, los directores de colegio Giannatasio del Río y Karl Bloechlinger, el profesor Karl Peters o el abogado Johann Baptist von Bach, quienes ayudaron al compositor en la aventura vital más compleja de las emprendidas por él: la adopción y educación de su sobrino Karl. Otros íntimos del maestro fueron Karl Johann Wolfmeyer, un comerciante de tejidos que ayudó económicamente al músico en momentos de apuro, los miembros del cuarteto Schuppanzigh, alumnos o intérpretes como Moscheles y Czerny, o Franz Oliva, un empleado de banca a quien Beethoven dedicó en 1809 sus Seis variaciones para piano en re mayor, op. 76.

Estas variaciones fueron concebidas en un momento de auténtica efervescencia creativa y también cuando la sordera ya no era un problema tan sólo naciente. Fueron los años en torno al estreno de la Sinfonía Heroica, de la ópera Fidelio, de los cuartetos Rasumovsky, del concierto para violín y orquesta, del Tercer concierto para piano y orquesta, de las sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta… También fue la época en la que Beethoven estuvo a punto de abandonar Viena buscando seguridad económica en una oferta que le hizo la provinciana corte de Kassel. Sus admiradores en la capital imperial, encabezados por la condesa Maria Erdödy y el conde Ignaz Gleichenstein, lograron que tres mandatarios del Imperio se comprometieran a pagar una renta anual al músico de cuatro mil florines, lo que disipó para siempre la negra sombra de la penuria en la vida de Beethoven.

El año en el que las Variaciones op. 76 fueron dedicadas a Franz Oliva, 1809, los franceses bombardeaban Viena y el músico, incapaz de soportar el estruendo de las explosiones, fatal para sus maltrechos oídos, se refugiaba en el sótano de la casa de su hermano con la cabeza envuelta en una almohada. Con todo, por aquel entonces escribió estas seis variaciones sobre un tema original que tiempo más tarde de nuevo utilizó para su opus 113, Las ruinas de Atenas.



Claudio Arrau interpreta la "Sonata Waldstein" de L.V. Beethoven (vídeo colgado en YouTube por lipotito)

Si estas seis variaciones no se constituyen en páginas capitales o ineludibles dentro del corpus pianístico del genio de Bonn, no ocurre lo mismo con la Sonata nº 21 en do, op. 53, conocida como “Aurora”, una de las más famosas e importantes sonatas del ciclo de 32 que escribió Beethoven, el más complejo y decisivo de toda la historia del pianismo universal.

Dedicada al conde Waldstein, el primer protector importante del músico, esta sonata supone, para buena parte de la crítica, una revolución en el universo pianístico sólo comparable a la que supuso la Tercera sinfonía “Heroica” en el del sinfonismo. En el desarrollo de esta pieza Beethoven extrae prácticamente todas las notas de las que es capaz el instrumento, cuestión de la que no es ajena el hecho de que el músico contase entonces con el magnífico piano que en 1803, desde París, le había enviado como regalo el constructor Sébastien Erard. Beethoven, por así decirlo, probó con la escritura de esta obra todas las posibilidades reales que le ofrecía “la máquina”, ese complejísimo instrumento llamado piano.

El tema inicial de la pieza revela de principio a fin el contraste entre los agudos y los graves y juega con él. Una pulsación del acorde en do mayor a la que sólo se adecua el adjetivo “frenética” hace retumbar el bajo del teclado. ¿Estamos ante la producción de ruido o de música? Y de repente, de entre el caos sonoro propuesto a modo de tormenta cuasi metafísica, surge la nitidez cristalina de un rayo de luz que, como la aurora de un nuevo día, lo ilumina todo, todo absolutamente, con la pureza sencilla y trascendente de la vez primera.

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Sunday,2 nov 2008 21:33:30 GTM
<![CDATA[Tell Tale Signs, de nuevo Bob Dylan]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,816 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando las aguas musicales que fluyen de esa fuente de melodías llamada Bob Dylan parecen agotadas, siempre surge una nueva corriente fresca y cristalina para paliar la sed de quienes seguimos pensando que estamos ante uno de los cuatro o cinco imprescindible de la música popular del siglo XX.

De los aficionados es sabido que en 1991 Bob Dylan escogió una cuantas canciones del ingente patrimonio inédito que guarda en algún rincón: tomas alternativas de temas ya conocidos, versiones en directo, ensayos, bocetos, apuntes..., y sencillamente decenas y decenas de canciones completamente inéditas. Con ese material publicó entonces el primer volumen de lo que él mismo denominó The Bootleg Series.



Bod Dylan interpreta "Mississippi" en Medford, Oregon, el 9 de octubre de 2001 (vídeo colgado en YouTube por LouisFerdinandCeline)

Pasados 17 años el genial músico saca ahora el octavo plazo de la serie bajo el sugerente y preciso título Tell Tale Signs (Columbia, Sony), una recopilación en dos discos compactos que ofrecen nada más y nada menos que 27 canciones grabadas en estudio y en directo entre los años 1989 y 2006, y que jamás, hasta ahora, habían sido publicadas con el marchamo de la oficialidad.

La etapa de la que escoge música y letra es muy amplia, casi dos décadas de carrera que incluyen canciones como “Oh Mercy” y productos de la ultimísima hornada, la de nuestros días. Bien es cierto que lo grabado son, lógicamente, temas desechados para formar parte de la discografía oficial, pero eso poco importa al aficionado y al fanático del músico americano. Además, los creadores no siempre están acertados a la hora de incluir o descartar su propia música en discos comerciales, y muchas veces no son ellos los que deciden, sino ejecutivos que incluyen lo que piensan más va a vender.



Versión original de "32:20 blues" de Robert Johnson (vídeo colgado en YouTube por FabioSici)

En ese sentido el disco sencillamente es una joya que ofrece verdaderos diamantes, tanto en bruto como ya trabajados. Como ha escrito la crítica americana, muchos “artistas” hoy de relumbrón incluso construirían una carrera larga e inolvidable construida sólo con los temas descartados por Dylan. Más no puede decirse, basta con escuchar las versiones de su “Mississippi” o del “32-20 blues” de Robert Johnson.

La fuente no se agota.

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Thursday,30 oct 2008 19:10:17 GTM
<![CDATA[Cuatro microrrelatos poéticos con perfume sicalíptico]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,815 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

(1)

En las ausencias de un jardincillo juegan las damas, soberbias y generosas, labios rojos de tenaz primavera. ¡Ah, si nunca las hubiera amado! Son piadosos relámpagos de escotes fragantes y uñas pintadas, que algún día dejarán sobre la frágil hierba lo mejor de sus pasos. Mientras, tienta mis propios pasos el viento contenido, pero nadie desea buscar junto a mí el humor de las nubes, o el lóbrego candor de un abril vencido , donde se vive como si nada.

(2)

Acarician mis sienes, con plumas de despecho, las vírgenes invulnerables de balcón quebrado, y ante mí, aún se pliega del revés lo celestial. En resumen: colofón de circunstancias.

(3)

Intimida ser tu designio, y sólo a medias poder suponerte entre la espuma y las rosas, envuelta en perfumes que imponen su codicia serena, en esta media luz que en plural se desgaja y quiebra, atenta a la derrota de mis labios. Mas en el pálido sigilo del aire, duerme el hondo fruto que el desorden alienta, y ante la fragancia de su pálpito soy quien más ama, singular despojo de banderas.

(4)

Como en lugar extraño en la impaciencia te esquivo. Barrunto fórmulas de perdón que se desmoronan inéditas en el sospechar de tu paso. La torpeza de un gesto mal anunciado, esa mirada que escapa atenta al vacío, las ocasiones perdidas, acumuladas en arquitecturas que nos pueden y sobrepasan..., y al final del intento, el discurrir de otra tarde cuyo vuelo no remontaré ya. Así va viéndome el mar cada verano: metal innoble, conjuro indeciso, sonámbulo verdugo, ardiente estatua de un dios sin nombre.

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Wednesday,29 oct 2008 18:53:16 GTM
<![CDATA[El New Deal y los modelos intervencionistas europeos: respuestas al crack del 1929]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,813 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los primeros remedios ante los graves problemas económicos surgidos del crack del 29 fueron los tradicionales del paradigma económico liberal, concretamente la política deflacionista, que fracasó rotundamente. Esta política consistió en una serie de medidas restrictivas en cuanto al gasto público, el crédito, las importaciones y la defensa de la moneda contra la devaluación. Los estados se propusieron restablecer el equilibrio presupuestario (reducción de gastos, incremento de impuestos), equilibrar la balanza de pagos (disminuir las importaciones e incrementar las exportaciones), evitar la fuga de capitales (control severo de los cambios), bloquear o aminorar los salarios para aliviar los costos de las empresas. Estas prácticas, además de erizar el mundo de barreras proteccionistas, tuvieron el efecto de agravar aún más la recesión y el paro, como se demostró en todos los países que las aplicaron, muy especialmente en Alemania en 1931: el país pasó de 4’7 millones de desempleados en 1931 a 6 millones en 1932. El fracaso de esta política, junto con medidas ya tomadas, como el abandono del patrón-oro, eran indicativos del carácter definitivo de la crisis del capitalismo liberal.

La salida de la crisis exigía medios excepcionales, lo que abrió paso a nuevos métodos, entonces revolucionarios o heterodoxos, basados en la intervención del Estado. La recuperación exigía medios de financiación capaces de relanzar la economía y reabsorber a los parados. Fracasadas las soluciones tradicionales, el Estado se verá obligado a salir del papel que le asignaba el liberalismo clásico e intervenir como organizador y árbitro de la economía. Casi todos los estados, en mayor o menor medida, decidieron intervenir en sus respectivos países con un programa más o menos coherente de actuación económica y social. En primer lugar, aplicaron una política de déficit presupuestario con el que financiaron grandes obras públicas que incrementasen el empleo, subvencionaron a las empresas más dinámicas para restablecer su rentabilidad y ampliaron la cobertura del paro. Junto a ello, la intervención estatal se extendió a casi todos los sectores de la economía, reglamentando los precios de los productos, la tasa de producción, los salarios e incluso la jornada laboral.

Estas medidas reflejaban las consideraciones de muchos economistas acerca de la necesidad del capitalismo de adaptarse a soluciones nuevas. En este marco hay que situar a John Maynard Keynes, cuya Teoría general del empleo, el interés y el dinero, publicada años después de que algunos países hubiesen aplicado ya algunas de los propuestas (1936) constituyó la Biblia del nuevo capitalismo postliberal o reformado. Según Keynes, el Estado debe estimular la inversión y la demanda mediante el aumento de los gastos públicos y del déficit presupuestario controlado. El desempleo solo puede ser absorbido a través de un notable aumento de la demanda de bienes de consumo y para que ello se produjese eran necesarias inversiones masivas. Para estimular la demanda, el Estado tiene que aplicar medidas monetarias y fiscales que mejoren la capacidad adquisitiva de los salarios y redistribuyan las rentas hacia aquellas capas sociales que pueden consumir más. Estas teorías contrastan con las de la economía clásica, al tratar de demostrar que lo importante no es tanto la producción y el ahorro, sino la inversión y el consumo. Tanto estas teorías, de gran influencia posterior, como las políticas económicas intervencionistas aplicadas por varios países significaban el abandono de la vieja ortodoxia liberal de la neutralidad estatal.

La puesta en práctica de las políticas de intervención estatal en la economía fue distinta en cada país. Quizás el New Deal iniciado por el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt a partir de 1933 fuese la que dejó más huella o tuvo una trascendencia mayor, por el cambio de tendencia que suponía y por la importancia del país. Fue el ejemplo más significativo del novedoso intervencionismo estatal, en este caso el que correspondió a las democracias liberales. Cuando Roosevelt tomó posesión en marzo de 1933 de su cargo, la depresión americana estaba alcanzando su punto álgido y la situación era dramática: había 13 millones de parados, el 32% de la población activa. El anterior presidente, el republicano Hoover, había tomado algunas medidas: elevación de tarifas aduaneras, freno a la inmigración, subvención a algunas empresas en dificultades. Pero la ortodoxia liberal de los republicanos impidió una necesaria política de financiación y la ineficacia de estas medidas favoreció el triunfo electoral de los demócratas. El nuevo presidente anunció el compromiso de la nueva administración de poner en marcha en los cien primeros días un conjunto de medidas de intervención gubernamental tanto en materia económica como social, denominadas New Deal.



Franklin D. Roosevelt en 1933

El propósito era reactivar la economía, reequilibrar la distribución de la riqueza y reintegrar a las víctimas de la crisis en la sociedad americana. Su propósito no era la planificación económica, ni una modificación sustancial del sistema capitalista, sino salvar el régimen de libre empresa de los males de la crisis. La intervención estatal tenía por objeto impulsar el consumo a través de una política monetaria audaz, incentivando el Estado la recuperación con el aumento de los gastos públicos a través de un déficit presupuestario provisional. Se promulgaron numerosas leyes relacionadas con los sectores básicos de la vida económica y social, predominando al principio las económicas, como la reforma y regulación del sistema bancario y la bolsa (Banking Act), las medidas favorables a los agricultores (Agricultural Adjustment Act), el desarrollo un amplio programa de obras públicas (dando trabajo a 4 millones de parados) y la intervención en la industria y las relaciones laborales (National Industrial Recovery Act, que tendía a la colaboración del Estado federal con las empresas, además de contemplar medidas sociales como la reducción de la jornada laboral, el salario mínimo y la negociación de convenios colectivos).

Con estas medidas se detuvo el mecanismo de la crisis, aunque se mantuvo un elevado paro. Este hecho y la reacción de los sectores conservadores frente al aumento del poder estatal propició una oposición a las políticas gubernamentales, culminada por la anulación de diversas medidas por el Tribunal Supremo en 1935-1936. Como respuesta, a partir de 1936 Roosevelt dio un giro social que se conoce como el segundo New Deal (1935-1938), que reintrodujo en EEUU las libertades sindicales, un sistema de seguridad social (Social Security Act), el seguro de desempleo, vejez e invalidez a cargo del presupuesto estatal. Se trató de un avance hacia posiciones cada vez más keynesianas, ratificado por la victoria electoral de 1936, que le llevó en 1937 a adoptar una política de amplios presupuestos para la construcción de viviendas.

Con el New Deal se consiguió que la economía retornara a los niveles productivos de 1929 y que el consumo creciera, pero todavía había 7’5 millones de parados en 1937. El impulso definitivo vino a partir de 1940 con el rearme. En todo caso las reformas contribuyeron a modernizar notablemente el aparato productivo norteamericano y a reconciliar a la población con sus instituciones.

En Europa la intervención del Estado fue general, pero incluyó dos mecanismos muy diferentes. La autarquía fue el modelo que tomaron el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán para combatir la crisis del 29. En Alemania, tras el fracaso de las medidas deflacionistas de Brüning, Hitler se propuso dar trabajo a los 6 millones de parados mediante la construcción de obras públicas y un programa de rearme militar. La intensificación de la autarquía a partir de 1936 buscó la autosuficiencia agraria, la concentración estatal y la reactivación económica por medio de las grandes inversiones estatales, sobre todo en la industria armamentista, que llegó a absorber el 35% de la renta nacional. Gracias a estas medidas la economía alemana se recuperó: en 1938 sólo había 400.000 parados, lo que sirvió para asegurar el apoyo de muchos alemanes al III Reich. En todo caso, se trataba de una prosperidad erigida sobre bases débiles: se necesitaban recursos naturales, las importaciones eran insustituibles y había que proseguir la pujanza industrial, lo que impulsó la política de expansión territorial y conquista, de la que derivó el estallido de la II Guerra Mundial.

En Italia se puso en marcha ya desde los años veinte una política nacionalista y autárquica, reforzada en los treinta y basada en el control de las relaciones laborales a través del sistema corporativista, el intento de asegurar la autosuficiencia, la colonización agrícola de nuevas zonas y el impulso de la industria a través de la creación de un sector industrial público. A pesar de los resultados no siempre positivos, esta política permitió atenuar los efectos de la crisis internacional y favorecer el desarrollo industrial del país.

En Francia e Inglaterra la inclinación hacia las soluciones intervencionistas tuvo un carácter diferente. En Francia, fracasadas las tentativas deflacionistas, el nuevo gobierno del Frente Popular (republicanos radicales, socialistas y comunistas) planteó en 1936 una solución avanzada que implicó transformaciones en la economía liberal, la nacionalización de los ferrocarriles y, parcialmente, del Banco de Francia. Por otro lado, tras mediar en el logro de un compromiso entre la patronal y el sindicato CGT (acuerdos de Matignon), el gobierno de Blum puso en marcha un extenso programa de obras públicas, una mejora de los salarios obreros y la reducción de la semana laboral a 40 horas. Esta política no dio todos los efectos buscados y, truncada la experiencia del gobierno popular, el nuevo gobierno de Reynaud llevó a término un “relanzamiento liberal” basado en la devaluación del franco, la liberalización de los precios y la restricción de los créditos, recortándose las medidas sociales. Francia consiguió así la ansiada recuperación, pero a costa de incrementar las tensiones sociales.

En Gran Bretaña el período 1933-1936 fue de una indudable recuperación a pesar de su política económica contradictoria. Por un lado, fiel a la ortodoxia liberal, practicó el equilibrio presupuestario, pero por el otro, abandonó el patrón-oro, devaluó la libra esterlina y reforzó el proteccionismo. La razón de que con esta política experimentara una recuperación obedeció a los acuerdos comerciales preferenciales con las colonias y dominios (Conferencia de Otawa, 1932), que ponían fin a la política librecambista. Pero esta recuperación no consiguió hacer descender la cifra de parados (el 10% de la población activa hasta 1936), hasta el relanzamiento inducido por los gastos militares a partir de 1938-1939.

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Tuesday,28 oct 2008 17:55:49 GTM
<![CDATA[“La Nancy”, muñeca de Famosa, cumple 40 años]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,812 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Recién llegado de Buenos Aires me asalta la noticia con la fuerza de un martillo pilón: Nancy, o mejor dicho, “la Nancy”, acaba de cumplir cuarenta años. Para quien no esté al tanto del asunto diré que “la Nancy” fue la muñeca más popular y soñada por las niñas españolas de los años 1970 y 1980, todo un símbolo para las mujeres españolas que hoy lo son rondando la cuarentena o lanzadas de lleno en ella.

Como en mi casa no hubo niñas, no tuve muchas familiaridades directas con “la Nancy”, pero sin embargo oí hablar mucho de ella durante todo el tiempo que duró mi infancia, adolescencia y primera juventud. Es decir, “la Nancy” está muy presente en mi educación sentimental, aunque sea de forma interpuesta y por experiencia ajena. “La Nancy” fue referencia básica para las compañeras infantiles de clase, pues indefectiblemente incluían siempre una entre sus peticiones de juguetes a los Reyes Magos navideños. Más tarde, cuando empecé a frecuentar algunas habitaciones de chicas en flor y abandonadas a la adolescencia, casi siempre había perdida u olvidada en una esquina de la estancia una Nancy que, en su arrumbamiento descuidado, simbolizaba a la perfección el final definitivo de la inocente infancia en aquellas niñas-chicas cuyas formas y recovecos curvos tanto comenzaban a turbarme, a desasosegarme.

Cuando llegaron los amores y enamoramientos llegaron con ellos los largos paseos junto al mar cogidos de la mano y mirando. Y como un ritual de obligado cumplimiento, alcanzado el mes de diciembre, el mes de la Navidad, surgía durante el paseo amoroso el tema de las entonces recientemente fallecidas navidades de la niñez, y con ellas, brotaba “la Nancy” y su recuerdo renacía ya con un poso de almibarada y recién alumbrada nostalgia.



Nancy Selene (foto procedente de La Luna de Valencia)

“La Nancy”, ahora me entero, nació en 1968 en la fábrica de la célebre casa juguetera alicantina Famosa. “La Nancy” nació a la vez que la psicodelia, el continuo cuasi sinfónico del Sargento Pimienta de los Beatles, a la vez, por tanto, de la Lucy in the sky with diamonds, la Lucía que se encontraba en el cielo dando vueltas envuelta en los diamantes de la alucinación.
Cuando llegó al mundo “la Nancy” tenía fija su cintura, los tobillos gorditos e infantiles y los brazos tan duros como los de un madelman. No mucho después los tobillos de nuestra amiga adelgazaron y adoptaron un perfil más femenino y sugerente, sus brazos se volvieron blanditos y podían moverse al igual que una cintura que apuntaba hacia la de la avispa. El pelo, ¡ah el pelo de las Nancys de la niñas de mi infancia!, siempre fue rubio, largo y liso, con algo de peluca y estropajo inútil. Después, leo en algún lugar, llegaron las Nancys morenas, incluso las raras negras y muletas que hoy alcanzan precios desorbitados entre los coleccionistas más sentimentales. Con la llegada de los años 1990 “la Nancy” se articuló por completo, incluso llegó a poder sentarse sobre el incómodo sillín de alguna moto vespa que la llevaba en volandas por las habitaciones de las niñas más soñadoras, En ese tiempo, “la Nancy”, tal como si llevara un tampax en sus cerradas entrañas, podía esquiar, nadar, jugar, estudiar, ir a la playa…, pero para entonces su prima norteamericana y sifilítica, una tal Barbie, ya había conquistado no se sabe muy bien cómo el pequeño corazón de las niñas de todo el mundo.

Con motivo de su cuarenta cumpleaños la casa Famosa lanzará de cara a estas cercanas navidades una nueva Nancy, “la Nancy” del siglo XXI, una preciosa chica de ojos muy grandes y un cuerpo estilizado y con curvitas, una Nancy más fashion, menos ingenua, menos niña y más adolescente que apunta a chica boom, a chica pivón, a chica que llamará la atención por las calles a vaivén de cadera envuelta en vaqueros sexys. Vamos, una Nancy más objeto y más sexual que nunca.

Estas Navidades del 2008 de nuevo la Nancy de Famosa se dirigirá, como decía el célebre anuncio televisivo, al portal del niño Jesús. Pero esta vez lo hará imitando en el tono y en las formas a una tal Paris Hilton, dueña de hoteles y hortera de la desfachatez tontorrona y la ignorancia. “La Nancy” se dirigirá de nuevo al portal de Belén, pero esta vez moverá el culo al ritmo marcado por sus tacones de aguja.

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Monday,27 oct 2008 13:31:11 GTM
<![CDATA[El Borges de Edwin Williamson (Seix Barral)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,811 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Escribo estas líneas la mañana del jueves 16 de octubre, pero el lector tendrá acceso a ellas a partir del próximo día 22. Esta tarde, a eso de las siete, cogeré el tren que me dejará a medianoche en la estación madrileña de Chamartín, y la mañana del viernes 17 volaré con Iberia hacia Buenos Aires, capital de la República Argentina. Lo que significa que hasta finales de este mes no les daré más la tabarra con nuevos escritos.

Jamás he cruzado el charco, y las doce horas de vuelo la verdad es que me imponen bastante. No sé si podré dormir algo durante el trayecto, e imagino que cuando llegué al hotel que tenemos reservado en el barrio de Palermo caeré redondo en la primera cama con la que me tope.

Me hace una enorme ilusión este viaje, y lo cierto es que voy con muchas y buenas expectativas. Tenemos la intención de visitar todos y cada uno de los lugares más señalados de la gran ciudad, quiero rebuscar en alguna de las famosas librerías bonaerenses, pasear kilómetros y kilómetros, hacer algunas compras, acudir a algún espectáculo en el Teatro Colón, quizá embarcarnos rumbo a Montevideo... En resumidas cuentas, sacarle todo el jugo posible al viaje.

Es significativo el desconocimiento general que tenemos los españoles de la vida en Hispanoamérica, de la historia de sus países, de sus culturas, de sus geografías... Cuando sacamos los billetes para Buenos Aires y confirmamos por tanto la visita reflexioné sobre mis ideas entorno al país y su historia y la conclusión fue más bien triste y paupérrima, triste en mi debe se entiende.

Quitando cinco o seis tópicos extendidos como tales por todo el planeta (carne, tango, fútbol, Perón, Dictaduras militares, gauchos, Malvinas...), y tres o cuatro apuntes más casi vergonzosamente obvios, lo cierto es que mis conocimientos sobre el país y sus habitantes eran tan sólo de catálogo turístico de los baratos.

Para intentar paliar en alguna medida la situación, leía el libro guía sobre Buenos Aires y Argentina que compramos inmediatamente, buceé en internet buscando y atesorando información, y compré la biografía de Borges de Edwin Williamson, publicada en España por Seix Barral.

Edwin Williamson: Borges. Una biografía (Seix Barral, 2007)

Edwin Williamson: Borges. Una biografía (Seix Barral, 2007)

Williamson es profesor titular de la Cátedra Rey Alfonso XIII de Estudios Hispánicos de la Universidad de Oxford, y es un especialista en la obra de Cervantes y en la historia y la literatura hispanoamericanas. No he terminado ni mucho menos la copiosa biografía (seiscientas páginas largas), pero lo que llevo leído sencillamente me ha apasionado.

En este sentido me han parecido impagables del primera decenas de páginas en las que el autor realiza un espléndido resumen de la historia de Argentina tras su independencia hasta la entrada del siglo XX, un periodo de tiempo en el que Buenos Aires se desarrolla hasta convertirse en una metrópoli cosmopolita de rango internacional. A través de las vicisitudes de la familia Borges narradas por Williamson, he logrado hacerme una idea aproximada de la importancia de los gauchos (o montoneros) y de los criollos en los primeros tiempos de la historia independiente argentina, de los enfrentamientos civiles entre unitarios y federales, de lo decisivo de la conquista del desierto, de los procesos masivos de inmigración protagonizados por españoles, italianos, judíos, armenios, turcos, árabes..., del nacimiento de los grandes barrios bonaerenses, etc, etc...

Hasta ahora me he quedado en los primeros años ginebrinos del genial escritor argentino. Es decir, tan sólo he llegado hasta la adolescencia y primera juventud de Borges. Espero que esta tarde en el tren pueda avanzar bastante en la lectura, y que las horas de vuelo hacia Argentina también me ayuden en el empeño. Ya me veo paseando por el barrio de Palermo con la biografía de Borges en la mano, y buscando los lugares que él habitó en ese Palermo de su infancia.

El crítico Harold Bloom ha escrito sobre esta biografía que es “asombrosamente intensa y original, lleva al lector mucho más allá de lo que se conocía de la obra del maestro argentino y su compleja relación con la vida”. Vargas Llosa, por su parte, ha dicho que es “una biografía amena y rigurosa, realizada por uno de los mejores críticos de literatura latinoamericana”. Amena lo es y mucho, intensa también, y su rigor, juzgando desde mi experiencia de lector, es incuestionable. ¿Es la mejor biografía de Borges hasta la fecha? Algunos dicen que sí, pero ese tipo de preguntas muy pocas veces tienen respuestas cerradas y concluyentes. Lo que sí puedo asegurar es que es un libro de lectura apasionante.

Caminaré estos días por Buenos Aires con el Borges de Williamson en la mano buscando en sus páginas alguna guía. De momento ya me ha proporcionado la felicidad de iniciar confiado este viaje. ¡¡¡Hasta la vuelta!!!

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,21 oct 2008 9:56:2 GTM
<![CDATA[Los pozos de nieve de Berta Vias Mahou (Acantilado)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,810 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Abrimos una gran caja que contiene un puzzle de múltiples piezas. La características principal del juego es que no va acompañado de la imagen final que quedará cuando se coloquen todas las piezas en su lugar adecuado. Algo semejante ocurre con la última novela de la madrileña Berta Vias Mahou (1961), Los pozos de la nieve (Acantilado).

Las pequeñas piezas del puzzle que propone esta novela son los recuerdos familiares, es decir, la memoria y sus frutos. Alguien situado en nuestro presente indaga en el pasado de su familia durante el siglo XX, el pasado de una familia alemana que huyendo del ascenso al poder de Hitler y sus seguidores nazis, se instala en la España republicana.

Berta Vias Mahou: Los pozos de la nieve (Acantilado, 2008)

Berta Vias Mahou: Los pozos de la nieve (Acantilado, 2008)

Sin embargo, esa familia poco sospecha que tendrá pronto que vivir en carne propia la violencia de una contienda civil entre españoles, a la vez que todo el drama que en el país de origen desencadena el imparable ascenso del nacionalsocialismo, al persecución de los judíos y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Todos los recuerdos, todos los descubrimientos sobre la familia que van realizándose desde el presente, acaban encajando poco a poco a lo largo de la trama hasta fijar una imagen, un escenario, un decorado en el que se desarrolló la vida y su enigma de uno de los integrantes de esa familia.

Los pozos de la nieve es una novela construida en torno a dos elementos principales y siempre de rabiosa actualidad: la recuperación de la memoria y la invención del pasado a través de un tejido de apariencias y medias verdades. Una novela muy en la estela de la gran tradición narrativa centroeuropea de entreguerras, algo que no debe extrañar si tenemos en cuenta que su autora, Berta Vias, es una de las principales traductoras de hoy de autores como Stefan Zweig, Arthur Schnitzler o Joseph Roth.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,19 oct 2008 21:0:27 GTM
<![CDATA[El crack de 1929, lección de historia para los tiempos que corren]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,809 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La expansión económica de los años 1920, tras la I Guerra Mundial, fue desigual y desequilibrada. Pese a conseguir una cierta recuperación económica, Europa se vio claramente aventajada por EEUU y cada vez en mayor dependencia financiera de esta, pues fueron sus capitales y sus inversiones las que en gran medida cimentaron el crecimiento de las economías europeas, cuyo endeudamiento fue en aumento. Hay que tener en cuenta también el caso británico: Gran Bretaña, afectada por el declive de su comercio exterior, no logró renovar su obsoleto utillaje industrial y mantuvo un elevado nivel de paro al que correspondió también una alta conflictividad social. A los desiguales crecimientos nacionales se agregaron otras sombras, como la crisis permanente de la agricultura (por la superproducción y acumulación de stocks, lo que hizo que el campo fuese una fuente de endeudamiento y se redujera su capacidad de consumo), el declive relativo frente a los nuevos sectores de las ramas tradicionales de la industria (textil y carbonífero), el menor aumento de los salarios respecto de la producción y los beneficios (lo que restringía el consumo), la falta de dinamismo del comercio internacional (el comercio mundial creció tres veces menos que la producción industrial, ante las prácticas proteccionistas), el descenso de las inversiones productivas y la orientación de los beneficios hacia la especulación bursátil o el círculo de los créditos. En los EEUU de los años veinte hubo un gran movimiento de capitales flotantes en busca de beneficios especulativos a corto plazo, al tiempo que el flujo de capitales norteamericanos era la pieza clave de la economía mundial.

Por todo esto la prosperidad de los años veinte fue bastante ficticia, engendrando en su propio seno el germen de una gran crisis. Se daba un gran contraste entre una producción ya muy racionalizada y moderna, propia del siglo XX, y un consumo propio del siglo XIX debido a los bajos salarios, que dio origen a una situación de superproducción. Hay que tener en cuenta asimismo la existencia de un importante paro crónico en todos los países industrializados.

La crisis estalló bruscamente en 1929 por un encadenamiento de diversas causas que aún es motivo de discusión. Estalló el 24 de octubre de 1929 (el “jueves negro”) con la quiebra de la bolsa de Nueva York, cuyos efectos se expandieron como una mancha de aceite por la totalidad de la economía mundial. La crisis bursátil fue el primer eslabón de la cadena. Originó una catástrofe financiera que a su vez causó un brusco descenso de la actividad económica y de las inversiones en EEUU. La relevancia financiera y económica de este país, así como su peso en los intercambios internacionales, hizo que la crisis adoptara la dimensión de una depresión mundial. El derrumbe bursátil obedeció al estallido de la burbuja especulativa que se había ido formando en EEUU desde 1927 con la masiva inversión de los beneficios en la especulación bursátil, seguida de la petición de préstamos sobre los valores comprados como garantía. Los valores llegaron así a alcanzar niveles que no se correspondían con la verdadera marcha de la economía; por otra parte, la especulación privaba de financiación a todos los sectores económicos. La situación no causó alarma mientras la bolsa mantuvo la tendencia alcista. El cambio a la baja se produjo 1929, cuando la quiebra de un consorcio financiero de Londres en medio de la euforia bursátil provocó masivas órdenes de venta en millones el 24 y otra vez el 29 de octubre con una demanda prácticamente nula. Pese a la intervención de los bancos, la bolsa se hundió (perdió en unos días un 30% de su valor) y siguió cayendo hasta 1932, alcanzando entonces el índice general un valor 12 veces inferior al de octubre de 1929.

Imagen de la Bolsa de Nueva York en 1930

Imagen de la Bolsa de Nueva York en 1930

El crack bursátil neoyorkino originó una grave crisis económica debido a que afectó severamente sobre los mecanismos de crédito que habían cimentado la prosperidad de los años veinte. El hundimiento de la bolsa de Nueva York llevó a una crisis financiera, pues los ahorradores, temerosos de perder sus depósitos, los retiraron sin que muchos bancos pudieran hacer frente a la situación, pues sus fondos estaban invertidos, viéndose forzados a la suspensión de pagos o a la quiebra. De este modo comenzó una de las crisis más profundas, extensas y duraderas de los tiempos contemporáneos. La quiebra financiera causada por los sucesivos “cracks” comportó una drástica reducción de la inversión, la producción y el consumo, y la recesión económica trajo consigo elevadas tasas de paro. Se entró en el período conocido como la Gran Depresión.

Como resultado de la misma, la producción industrial se redujo en EEUU a la mitad. Aún más cayó la renta nacional (de 87 a 39 mil millones de dólares), reflejo de la fuerte contracción de una demanda que se había basado en gran medida en la compra a crédito, ahora fuera del alcance de gran parte de los consumidores. El subconsumo hizo que quebraran más de cien mil empresas. La recesión se convirtió así en una depresión que vino acompañada de una crisis social excepcionalmente grave. El incremento del paro fue uno de los signos más flagrantes de la crisis social: entre 1929 y 1932, se pasó de 1,5 a 12 millones de parados, que suponían el 32% de la población activa. Al elevado paro se sumó la ruina de los agricultores y el éxodo rural. La pobreza despertó las críticas exacerbadas contra un sistema económico capaz de pasar de la riqueza a la indigencia sin transición.

La posición clave de EEUU en la economía mundial hizo que la crisis se transmitiera rápidamente al resto de los países. EEUU no era solo uno de los grandes compradores mundiales, sino, sobre todo, la principal fuente financiera. El masivo reflujo de los capitales flotantes invertidos en Europa y la adopción de medidas proteccionistas (generalizada en todo el planeta) provocaron el declive del comercio mundial, que se redujo a la mitad. Los países sin mercados privilegiados (colonias o dominios) como Italia, Alemania o Japón, recurrieron a la autarquía sin dilación.

Los países más afectados en Europa fueron los que dependían más estrechamente de los créditos norteamericanos y británicos: Alemania y Austria. Alemania se servía de ellos para hacer efectivos los pagos de las reparaciones de guerra, pero todo su sistema financiero y muchas empresas eran muy vulnerables por su dependencia financiera exterior. El empréstito Young (1930) salvó momentáneamente la situación, pero el anuncio de la unión aduanera austro-alemana, preludio de la unión política, causó la retirada de capitales de Austria, cuyo sistema bancario entró en quiebra arrastrando consigo al sistema financiero alemán. De ahí poco al cierre de empresas y al incremento hasta 6 millones, casi todos ellos jóvenes, del número de desempleados. Los efectos no fueron tan grandes, pero también fueron notables, en Inglaterra, que decidió, para afrontar la situación, algo tan trascendente como el abandono del patrón-oro, arrastrando consigo a otras 30 monedas. En Francia la crisis fue menor, por la menor dependencia de su aparato productivo de los mercados internacionales y la mayor solidez de su moneda. En Japón, sin embargo, la crisis supuso un descalabro económico enorme, pues su economía estaba muy ligada al mercado exterior, especialmente con EEUU.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,16 oct 2008 20:46:14 GTM
<![CDATA[“¡La duquesa de Langeais ha muerto!” (Un cuento breve para Balzac)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,808 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Un día de un año de un siglo como el XIX, un buen amigo del novelista Honoré de Balzac entró en la parisina habitación de trabajo de éste sin anunciarse previamente. El escritor, enfrascado en su trabajo, apenas reparó en el visitante, tal era su concentración cuando escribía sus pródigas historias. Durante unos momentos que al visitante se le hicieron eternos, Balzac continuó garabateando palabra tras palabra con su pluma mojada en tinta negra en un folio blanco. De repente, y sin que ningún hecho externo ayudara a explicar la reacción, Balzac se incorporó de golpe arrojando al suelo la silla en la que había estado sentado, y dirigiéndose agitado hasta donde sorprendido se encontraba su amigo, lo agarró del brazo presa de una turbación incandescente, y con lágrimas en los ojos alzó la voz conmovida: ¡Qué espanto, la duquesa de Langeais ha muerto!

El visitante fijó su mirada atónita en la faz desencajada de su amigo, y de forma inconsciente, en su mente buscó y rebuscó en la confusión del momento para ponerle rostro a la desdichada duquesa. El amigo de Balzac, desde hacía muchos años, frecuentaba las variopintas veladas organizadas por lo mejor de la sociedad parisina, y por más que lo intentó, no consiguió dar en su memoria con las formas aristocráticas de la pobre y desaparecida duquesa.

Honoré de Balzac

Honoré de Balzac

Y es que el amigo del gran novelista francés no podía conocer de nada a la duquesa de Langeais, pues la duquesa de Langeais no se contó nunca entre los vivos. La señora duquesa de Langeais era tan sólo uno de los muchos personajes de la novela que en esos momentos redactaba su amigo el escritor señor Balzac, quien, cuando escribía entregado por completo a sus ensoñaciones narrativas, vivía en otro mundo, en el otro, en ese que él creaba y recreaba todos los días en su imaginación, y del que volvía perplejo cuando lo sorprendían las visitas.

Nota bene: ¡Ah, se me olvidaba!, antes de poner el punto y final a este breve cuento, tan sólo quiero dejar constancia de que todo lo que en él se narra es verídico y ocurrió en la realidad, al menos en la realidad que un día compartieron un gran escritor y su inesperado visitante hace mucho, mucho tiempo.

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Tuesday,14 oct 2008 21:14:50 GTM
<![CDATA[El arte de Arturo Toscanini en palabras de Stefan Zweig (Ediciones Sequitur)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,806 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El 5 de febrero de 1887, un anciano Giuseppe Verdi de 73 años estrenaba en Milán su ópera Otello. Habían transcurrido nada más y nada menos que 16 años desde el estreno de la que se suponía iba a ser su última obra del maestro para el teatro, Aida. El éxito de Otello fue apoteósico; tanto para la crítica como para el público se hizo más evidente que se trataba de una nueva obra maestra del compositor, una obra, además, rabiosamente moderna, en la que el viejo músico abandonaba la estructura operística italiana tradicional (cúmulo de arias y recitativos), para obtener un continuo dramático y musical envestido sencillamente por el toque de lo genial.

Sabemos que el viejo maestro dirigió los ensayos de la primera representación, y que lleno de una energía insospechada para un hombre de su edad, estuvo atento y exigente hasta en los más mínimos detalles: cantó todas las partes, pedía intensidad a cada integrante de la orquesta, hizo miles de indicaciones a los cantantes y al coro…, y no dudó, por ejemplo, en tirarse varias veces al suelo para mostrar cómo debían mostrarse en escena los protagonistas.



Arturo Toscanini, a los 79 años, en un ensayo de la La Traviata, de Giuseppe Verdi (vídeo colgado en YouTube por peppopb)

Muchos detalles de esos históricos ensayos los conocemos por el valiosísimo testimonio de uno de los violonchelistas de la orquesta en aquellas jornadas. Un violonchelista que entonces tenía apenas 20 años y que nueve años más tarde, en 1896, en el Teatro Regio de Turín, dirigía como director de orquesta el estreno absoluto de La Bohème de Puccini. Me refiero a Arturo Toscanini (Parma, 1867-1957), para muchos de sus contemporáneos el más grande director de su tiempo, y para la crítica del siglo XX, sin duda uno de los pocos nombres verdaderamente claves en la historia de su oficio.

El legendario arte directorial del longevo director italiano se asentaba en una serie de conocidas características: su intensidad, un perfeccionismo que se acercaba a la obsesión, un oído prodigioso, una memoria fotográfica para la lectura de partituras, y una fidelidad filológica extrema a lo escrito por los autores, limpiando en sus lecturas añadidos ajenos que incluso eran ya una tradición.

En este sentido su purismo era sencillamente una obsesión, y para lograrlo nunca duda en imponer una relación tiránica, e impensable hoy en día, con los músicos de las orquestas que dirigió. Se habla de que llegó a romper batutas en las cabezas de músicos díscolos, y sus broncas desde el estrado eran homéricas, logrando imponer un miedo atroz a quienes trabajaban bajo sus órdenes, siempre en pos, eso sí, de la perfección interpretativa.



Arturo Toscanini dirige la obertura de La forza del destino, de Giuseppe Verdi (vídeo colgado en YouTube por Agatarco)

Toscanini fue director titular en la Scala de Milán, el Festival de Salzurgo, el de Bayreuth, y en el Metropolitan de Nueva York, ciudad en la que fue también el jefe supremo de su orquesta filarmónica. Enfrentado abiertamente a los regímenes fascistas que se habían hecho con el poder en Italia y Alemania, marchó a los EE.UU jurando que no volvería a Italia hasta la desaparición del régimen de Mussolini y la instauración de la democracia. Promesa que cumplió. En los EE.UU se fundó para él, en 1937, una orquesta, la Sinfónica de NBC, con la que actuó hasta su retirada en 1954, con 87 años de edad. Toscanini se convirtió durante todo su periodo americano en el primer director de orquesta verdaderamente mediático de la historia, y en una estrella en el más amplio y a la vez concreto sentido del término.

Sobre el arte y la figura de Toscanini se ha escrito muchísimo a lo largo de los años, pero quizá poco tan preciso y emotivo a la vez que el breve ensayito que le dedicó Stefan Zweig en 1936 como prólogo al libro Toscanini de Paul Stefan. El breve y precioso trabajo lleva por título “Retrato de Toscanini”, y forma parte del librito que acaba de editar Sequitur con tres textos del escritor austriaco en los que reflexiona sobre la creación, El misterio de la creación artística.

La pasión, la intensidad, la convicción, el esfuerzo, la obsesión musical… de Toscanini quedan integradas y analizadas en estas páginas de Zweig que demuestran, una vez más, cómo puede hacerse reflexión de altísima altura sin aburrir y para todos los lectores.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,13 oct 2008 10:58:28 GTM
<![CDATA[Drácula, según el sobrino nieto de Bram Stoker]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,805 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Imagino que muy pocos de ustedes estén al tanto de que un descendiente del escritor Bram Stoker, el creador literario del conde Drácula, ha sido el entrenador del equipo olímpico canadiense de pentatlón. Lo que sí imagino es que el hecho en sí a la mayoría le importará, con razón, un bledo.

Pero el asunto es probable que adquiera otro interés si les digo que el pariente aludido, un sobrino nieto que responde al nombre de Drace Stoker, acaba de aceptar una oferta de casi un millón y medio de euros por escribir un libro en cuyo título figuren juntas, otra vez de nuevo, la palabra Drácula y la palabra Stoker. Las empresas que apoquinan la “pasta” son tres, la norteamericana Dutton, la británica HarperCollins, y la canadiense Penguin. Lo realmente curioso del caso es que el amigo Drace Stoker no es escritor, y para juntar las letras de la nueva historia del conde transilvano, va a contar con la asistencia técnica de Ian Holt, un historiador que además de habitual guionista, es nada más y nada menos que miembro activo de la Sociedad Transilvana de Estudios sobre Drácula.

El sobrino nieto y el historiador ya están manos a la obra, y su historia con Drácula como protagonista estará en las librerías previsiblemente el otoño que viene, el del 2009, aunque meses antes comenzará ya el rodaje de la película basada en el libro. Sí, como lo oyen, vamos, como lo leen.
Drace y Holt trabajan para fabricar su novela con los manuscritos originales de Bram Stoker, de donde tomarán situaciones, personajes y tramas secundarias para su desarrollo. Es decir, que van a trabajar hinchando o poniendo alguna luz, ya se verá, a aquellos temas con posibilidades que en el original quedaron en un segundo o tercer plano.

La acción se desarrollará en la ciudad de Londres en 1912, dos años antes del comienzo de la I Guerra Mundial y 25 años después de que sucedan los acontecimientos descritos en el Drácula original. Dos de los protagonistas no vampiros de la trama serán el doctor Stewart y Quincey van Helsing, respectivamente protegido e hijo del célebre doctor Abraham van Helsing, el célebre cazador de vampiros holandés, archienemigo declarado del conde Drácula.

Bram Stoker

Bram Stoker

Ian Holt ha declarado al diario The Guardian que a veces, cuando él y su compañero escriben la nueva historia del príncipe de los vampiros, es como si sintieran la presencia en el ambiente del difunto Bram Stoker, una presencia que les anima e inspira para seguir adelante a pesar de las dificultades que les van surgiendo.

A mi la historia me parece interesantísima y espeluznante a la vez. Si quitamos todos los aderezos a la historia, nos encontramos con una evidente realidad: tres editoriales anglosajonas ponen encima de la mesa una elevada cantidad de dinero para que un tipo, familiar de un ilustre escritor, ponga su apellido en la cubierta de un libro que, de alguna manera, se plantea como la continuación de la obra que hizo célebre al difunto escritor. Otro personaje, una especie de esforzado de la letras, escribirá unas páginas inspiradas claramente en el original, y antes de que el libro salga a la venta en busca de compradores, ya se habrá rodado la versión cinematográfica del libro. ¿Objetivo? Hacer negocio con el uso de dos nombres, de dos marcas que siempre han estado unidas entre sí: Drácula y su creador, Bram Stoker.

El libro del que hablamos, puro objeto de concepción industrial que no literaria, procurará cuando salga hacerse un hueco en el mercado libresco usando un marketing más que previsible: la marca del producto, es decir, Stoker-Drácula. El eslogan será algo así como “compren el nuevo Drácula del nuevo Stoker, se lo dejamos barato, barato...”. Tres sellos editoriales conciben y fabrican su producto, un libro, como si fuera una raqueta, unas botas de fútbol, un perfume, unos zapatos, un automóvil, una pechuga de pavo...

A buen seguro el libro se venderá bien. Hay mucho mitómano en torno a Drácula y su mundo. Las ventas están aseguradas. Las traducciones a todos los idiomas importantes también. La película también se verá. Todo huele y sabe a negocio puro y duro. Negocio, eso sí, barato, barato.

¡Que le don dos duros al sobrino nieto de Stoker! ¡Qué le parta un rayo a su Drácula de pega!

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Otro textos de Juan Antonio González Fuentes sobre Drácula y el tema vampírico:

Vampiros!!!
Drácula, ilustrado por Luis Scafati
El castillo de Drácula
El vampiro que retrató Edvard Munch


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Friday,10 oct 2008 8:46:33 GTM
<![CDATA[¿Qué fue la Guerra Fría? ¿Vuelve la Guerra Fría?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,804 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En las paginas de política internacional de los periódicos de medio mundo, en los noticiarios radiofónicos y televisivos se está hablando estos días de una vuelta a la Guerra Fría, a la diplomacia propia de aquel periodo reciente de nuestra historia. ¿Qué fue la Guerra Fría?, ¿cuándo surgió?, ¿en qué consistió? Responder a estas preguntas a grandes rasgos es lo que pretendo hacer a continuación.

Tras la II Guerra Mundial, por primera vez en siglos, el poder no descansaba en media docena de potencias eminentemente europeas, sino en Washington y Moscú. La estabilidad internacional iba a depender en el futuro de la capacidad de entendimiento entre la URSS y EEUU, dos estados de dimensiones continentales, recién elevados a la nueva categoría de superpotencias y máximos adalides del socialismo y del capitalismo, del comunismo y del liberalismo, ideologías y sistemas excluyentes. La rivalidad, hostilidad y competencia en todos los terrenos entre EEUU y la URSS, apoyados en sus bloques respectivos, fueron un factor clave en las relaciones internacionales y la política de las décadas posteriores a 1945. Aunque no existió un enfrentamiento bélico directo entre ambos países, sí hubo un estado de tensión permanente, múltiples enfrentamientos indirectos y una continua competencia en el terreno militar, diplomático y del espionaje, situación que se definió con el concepto de “Guerra Fría”. Elemento fundamental de la misma fue la existencia del equilibrio del terror, ya que la posesión por ambas partes de una enorme fuerza militar y sobre todo de armas nucleares con un poder de destrucción global, servía como elemento de persuasión para evitar el estallido de una guerra directa, que hubiese resultado letal para la humanidad.

Aunque existe un amplio debate sobre los orígenes de la Guerra Fría, parece evidente que la principal causa de la misma fue la propia existencia de dos grandes potencias con ideologías e intereses antagónicos, que se temían mutuamente al tiempo que deseaban aumentar su influencia. Acostumbrados a encontrarse rodeados de países capitalistas hostiles, los soviéticos estaban ante todo preocupados por asegurarse un cinturón defensivo que evitara un nuevo ataque directo a la URSS, además de observar con desazón la posesión de armas nucleares por los EEUU y el anticomunismo militante de sus gobernantes, sin renunciar a un plazo más largo al triunfo mundial del ideal comunista. Por su parte los norteamericanos desconfiaban de la expansión rusa en el este europeo y temían que el contagio comunista se extendiese a otros países, al tiempo que estaban firmemente decididos a asegurar su hegemonía económica y política en la mayor parte del mundo. En ambos casos se trataba tanto de la preocupación por asegurar la propia seguridad como del deseo de alcanzar una hegemonía política.

La URSS se encontraba en 1945 con una oportunidad histórica tanto de extender el comunismo como de asegurar la seguridad de sus fronteras. Ahora que sus tropas habían liberado todo el Este europeo de la dominación nazi, Stalin buscó obtener ventaja de ello para extender el imperialismo soviético. Contó para esto con la fuerza del Ejército Rojo, la diplomacia soviética (apoyada en un servicio secreto omnipresente) y los partidos comunistas de toda Europa, fieles a la disciplina internacionalista. La expansión del imperialismo soviético se extendió a Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Rumania, países fronterizos con la URSS, a los que se sumaron la zona alemana oriental, la rusófila Bulgaria, Yugoslavia y Albania. Entre 1945 y 1948, a la espera de encontrar una solución permanente para el problema alemán, la URSS culminó el proceso de satelización de la Europa Oriental. En estos países, los gobiernos de coalición antifas­cista de primera hora fueron progresivamente eliminados por los partidos comunistas. La progresiva instalación de regímenes prosoviéticos culminó en febrero de 1948 con el golpe de Praga. Con estos pasos quedó formado un bloque socialista, antagónico al liderado por EEUU. Además en 1947 se había constituido por representantes de ocho partidos comunistas europeos la Oficina de Información Comunista (Kominform), en sustitución de la Komintern.

La influencia soviética en Europa Oriental despertó una preocupación creciente en Occidente, denunciando Churchill ya en 1946 la caída de un “Telón de Acero” desde el Báltico al Adriático y la necesidad de una respuesta por los países de lengua inglesa. Se extendió el temor de una amenaza comunista sobre Europa Occidental, acrecen­tado por el hecho de que países como Francia, Bélgica o Italia se encontraban en pleno caos económico y político, contando con partidos comunistas que tenían responsabilidades de gobierno tras su destacada participación en la resistencia. En realidad operó nuevamente una combinación de temor y un deseo de asegurar una situación de poder. Esto último vale especialmente para los EEUU, que vincularon la defensa del “Mundo Libre” frente a la amenaza comunista con el mantenimiento de su hegemonía política, militar y económica en la mayor parte del mundo.



Explosion termonuclear de bomba de hidrogeno (vídeo colgado en YouTube por cerbatanaserbuena)

La posición de los EEUU quedó definida con claridad en 1947. Ese año el presidente Truman declaró su voluntad de apoyar económica, política y militarmente a Grecia (en plena guerra civil entre el gobierno derechista y la guerrilla comunista del ELAS) y Turquía y, por añadidura, a todos los gobiernos resistentes a la presión soviética (doctrina Truman). Al tiempo se anunció el llamado Plan Marshall (por el nombre del secretario de Estado), un programa de ayuda a Europa con el fin de evitar el colapso económico, garantizar la recuperación y mantenimiento del sistema capitalista en el viejo continente, así como asegurar la hegemonía política y económica de EEUU. En Europa, los gobiernos belga, francés e italiano excluyeron a los partidos comunistas (en este último caso estaba prevista una intervención militar de EEUU si comunistas y socialistas ganaban las elecciones de 1948). A partir del verano de 1947, el clima de las relaciones internacionales se enfriaba irreversiblemente.

Por su parte Stalin declaró que el Plan Marshall no tenía otra finalidad que aislar a la URSS, rechazando los países socialistas las ayudas americanas. Como contrapartida en enero de 1949 se creó el COMECON, organismo de integración económica de los países de este bloque. En octubre de ese crucial año tuvo lugar también la victoria en la guerra civil china de las fuerzas comunistas de Mao Tsé Tung frente a los nacionalistas del Kuomintang, dando lugar a la fundación de la República Popular China. Las fuerzas nacionalistas derrotadas, que habían contado con el apoyo de EEUU, se refugiaron y formaron un gobierno propio en Taiwán.

La cuestión más espinosa era el futuro de Alemania. Apenas tres años después de la derrota de Hitler, la política occiden­tal consistía progresivamente en insistir menos en la desnazificación y más en la reconstrucción de la potencia germana. En junio de 1948 los tres aliados occidentales acordaron unificar económicamente el territorio bajo su control, primer paso para la creación de una Alemania pro-occidental como baluarte anticomunista. Esto violaba los acuerdos previos y era inaceptable para los soviéticos, que deseaban una Alemania unida y favorable a la URSS. Por tanto reaccionaron mediante el bloqueo terrestre de Berlín (la capital alemana, enclavada en mitad de la zona soviética, estaba también dividida en cuatro zonas de ocupación). Los EEUU respondieron a su vez estableciendo un costoso puente aéreo para mantener abastecida la ciudad, en medio de una gran tensión. Ante el fracaso del bloqueo, Stalin decidió abandonar la tentativa en mayo de 1949. La división de Alemania era ya un hecho, pues ese mismo año se crearon la República Federal en el oeste y la República Democrática en el este.

La dinámica de bloques se reforzó con la creación de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), acordada en Washington en marzo de 1949. Se trataba de una organización militar permanente integrada por EEUU, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca, Canadá, Francia, Islandia, Italia, Noruega, Portugal y el Reino Unido, formando una alianza frente a los soviéticos. Los EEUU prosiguieron en el Pacífico con su política de alianzas militares con la creación en 1951 del ANZUS (Australia, Nueva Zelanda y EEUU) y en 1954 de la SEATO (Organización del Tratado del Sudeste Asiático). Tras la entrada de Alemania Federal en la OTAN en 1954, el bloque socialista respondió en 1955 agrupándose en el Pacto de Varsovia, alianza militar integrada por la URSS, Alemania Democrática, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía y Albania.

En cualquier caso la “Guerra Fía”, tras abrirse paso entre 1945 y 1949, quedó consolidada en 1949, año en que la URSS experimentó con éxito la bomba atómica, lo que suponía el final del monopolio nuclear norteamericano y abría paso al equilibrio del terror. La escalada en la investigación y construcción de armas de destrucción masiva continuó en los años siguientes: en 1951 los norteamericanos probaron la bomba H, de mucho mayor poder destructor, que sus rivales soviéticos obtuvieron dos años después. Este equilibrio nuclear impidió un choque directo, pero dio alas a una escalada en el recelo y en la competición militar de ambos bloques, sin impedir el estallido de tensos conflictos y virulentos enfrentamientos durante la década de los cincuenta.

El conflicto más grave fue la guerra de Corea (1950-1953), resultado de la división de la península asiática en dos zonas, soviética y americana, tras la guerra mundial. En 1948 los EEUU auspiciaron la proclamación en el sur de la República de Corea, mientras en el norte se fundó una República Popular de Corea controlada por los comunistas. Dos años después, tras la retirada de las tropas de las potencias ocupantes, el ejército del norte invadió y ocupó la mayor parte del sur. El conflicto se internacionalizó: EEUU y sus aliados respondieron enviando a Corea un ejército bajo mandato de la ONU, mientras que la amenaza a la frontera china originó la entrada en la lucha de tropas de este país en apoyo de los norcoreanos. Ante el peligro de generalización del conflicto y las amenazas de emplear armas atómicas, en 1953 se acordó un armisticio y se volvió a la división anterior en dos mitades, dejando tras de sí cinco millones de muertos.

La Guerra Fría acabó cuando desapareció la URSS como tal, cuando el sistema económico e ideológico defendido y representado por la URSS pasó a ser historia.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,8 oct 2008 21:26:25 GTM
<![CDATA[Las páginas naranja de La vida del doctor Johnson de James Boswell]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,803 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El último libro de Enrique Vila-Matas lleva por acertado título Dietario voluble. Digo acertado porque lo cierto es que se adecua muy bien a lo que ofrecen sus páginas: un dietario al uso pero de carácter voluble, cambiante de humores y latidos, de puntos de vista y asuntos.

Lo estoy pasando bien leyendo a Vila-Matas y lo estoy pasando francamente mal. Que lo paso bien, entretenido, de forma gustosa lo señala el hecho de que acudo al libro en cada instante de tiempo libre del que dispongo. Que lo paso mal lo indica que abro y leo sus páginas con alguna sensación agridulce, y en ocasiones lo leído me deja en estado de postración mental.

El caso es que leyendo a Vila-Matas he tropezado con una entrada de su dietario que me ha resultado especialmente curiosa, pues reseñé en estas mismas páginas el libro al que se alude. Me refiero a la edición de Acantilado de la Vida de Samuel Johnson escrita por James Boswell, y traducida al español por Martínez-Lage.

Enrique Vila-Matas: Dietario voluble (Anagrama, 2008)

Enrique Vila-Matas: Dietario voluble (Anagrama, 2008)

Cuenta Vila-Matas que hablando con el traductor, éste se refirió a las “páginas con naranjas” de la obra, es decir, a las páginas en las que Boswell señala la relación de su biografiado con las naranjas, y más concretamente, en las que se subraya la manía del erudito de guardar en sus bolsillos mondas de naranjas exprimidas. Las páginas de la edición ya comentada son exactamente la 227, 792, 1008, 1044, 1047, 1060, 1097 y la 1595, página esta última en la que se desvela el curioso misterio.

Las “páginas con naranjas son un relato más dentro del relato general de la vida del doctor Johnson, un relato misterioso con su principio, su desarrollo y su final o conclusión. La intriga de las naranjas se prolongó en el tiempo porque el coleccionista de sus peladuras no estaba por la labor de revelar el motivo de su conducta, y menos aún cuando Boswell lo vio dejar secar sus insospechados trofeos. ¿Qué demonios hace el célebre doctor quedándose en los bolsillos las mondas del cítrico que le ha servido de postre?, elucubraba Boswell en su afán de conocer y difundir todos los entresijos del vivir y pensar de su biografíado.

La solución no llega hasta la página 1595 de la edición española de Martínez-Lage, y no llega como punto culminante de una confesión largo tiempo esperada, sino con la modestia erudita de una simple nota a pie de página. Boswell explica que el misterio se resuelve al consultar la carta número 558 de Johnson perteneciente a la colección de la señora Piozzi. En dicha misiva el doctor recomienda como “medicina”, la piel naranja seca, convertida en polvo fino”.

El misterio queda así resuelto de la forma más banal y previsible: el doctor Johnson, simplemente, no tenía ganas de morirse.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,7 oct 2008 23:20:32 GTM
<![CDATA[Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen, razones para un acercamiento]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,802 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Les voy a contar un cuento.

Érase una vez dos jóvenes amigas norteamericanas de muy buen ver que aterrizan juntas en Barcelona como punto de partida de un viaje iniciático en busca de sí mismas y de su lugar en el mundo. Una es rubia y la otra morena. Llegan a una Barcelona panorámica de colores pastel y luces doradas; una Barcelona “gaudiniana”, encarnación alucinógena y proteica de las tópicas esencias europeas; una Barcelona monumental, sin conflictos, habitada por artistas felices que disfrutan de la buena vida acudiendo a fiestas chic al aire libre y a sofisticados restaurantes de diseño postmoderno; una Barcelona maravillosa, fruto en definitiva de un espejismo hollywoodiense.

Las chicas se hospedan en un palacete de ensueño propiedad de una pareja, amigos también americanos de una de ellas: una pareja de mediana edad símbolo de buenas maneras y civilización. La excusa para viajar a Barcelona de una de las chicas es su tesis sobre la “identidad catalana”, motivo que causa cierta hilaridad al matrimonio debido a su completa inutilidad. La otra chica no tiene otras motivaciones que las aventuras que puedan surgirle durante el viaje.

Durante la asistencia al cocktail que se ofrece tras la inauguración de una exposición, las dos chicas se fijan en un maromo de buen ver, con pinta de macho hispano un poco bestia, que resulta ser un afamado pintor. Tras la exposición, los tres coinciden de nuevo, esta vez cenando en un precioso restaurante, y el pintor invita a las chicas a que lo acompañen en un viaje que va a hacer al día siguiente a la ciudad de Oviedo. Tras dudarlo unos instantes, la chicas aceptan.

El joven pintor vive en una mansión barcelonesa con piscina, inmenso jardín y un amplísimo estudio, conduce a toda velocidad un descapotable rojo por la bucólicas calles de la Barcelona ensoñada y, para remate de pleito, como casi cualquier otro pintor barcelonés al uso, pilota una avioneta en sus viajes de asueto por el resto de España.

En efecto, el artista lleva en su avioneta a las chicas hasta un Oviedo luminoso de tonos pastel, una capital de Asturias en la que por la noche se cena al aire libre en atmósferas doradas mientras un guitarrista con aspecto de flamenco interpreta música de Albéniz. En Oviedo, el pintor inicia asuntos amorosos con las dos chicas a la vez, con cada una de ellas de una forma distinta, y a una, la morena, la lleva a conocer a su padre, un anciano poeta de pelos y barba blanca, con aspecto de antiguo remero de trainera vestido, que viste camisetas de Armani. El poeta no publica poesía porque no quiere lanzarle margaritas a los cerdos, y vive en una espléndida casona de sillares vetustos y nobles.

Al regresar a Barcelona el pintor y la chica rubia se van a vivir juntos, y la morena ve llegar a su novio, un joven americano formal, aburrido y rico, con el que va a casarse en breve. La nueva pareja vive días de felicidad, él le aficiona a ella a la pintura, y ella le descubre a él las sonatas para piano de Scriabin. Mientras, la morena estudia español en una academia y reflexiona sobre si prefiere la vida segura pero aburrida con su americano formal, o el desenfreno pasional y arriesgado con el complicado latin lover catalanoasturiano.

Entre tanto aparece en escena la ex mujer del pintor, una morenaza de rompe y rasga tan temperamental como un miura cabreado, y tan equilibrada como Hitler dando un discurso a las masas cargado de cocaína. La morenaza es la encarnación hollywoodiense de lo que debe ser una española guapa, así como Sofía Loren lo fue de la italiana temperamental. La guapa española, además de histérica y loca, es una pintora espléndida pero confundida, además de una consumada intérprete de la obra para teclado de Scarlatti.

Aquí me detengo, pues no quiero de ninguna manera desvelarles el final del cuento con moraleja incluida. Bueno, más que el final de cuento, debería escribir el final de la película, pues les he contado con algún detalle ornamental el argumento de la última película de Woody Allen, Vicky Cristina Barcelona, algo así como el 80% de la trama argumental. Javier Bardem es el pintor español (Juan Antonio González, por cierto), Penélope Cruz su trastornada ex mujer, Scarlett Johansson la rubia americana, y Rebecca May la morena (la actriz que más me ha convencido de todo el reparto, la única de verdad creíble).

Cartel de la película Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen

Cartel de la película Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen

Creo sinceramente que cualquier barcelonés, ovetense, catalán, asturiano, español que haya leído este resumen argumental, y no haya visto la película, pensará que le estoy tomando el pelo sin pudor. Ningún nacional hispano que no haya visto la película y al que se le cuente el argumento del último trabajo hasta ahora del cineasta neoyorkino, no dará crédito al cúmulo de insensateces, lugares comunes y fantásticas inverosimilitudes con las que Allen ha construido su historia española. Claro que si el que lee esta página y luego ve la película es un nacional, pero un nacional catalanista, seguro que eleva una propuesta para que el cineasta sea declarado persona non grata en toda la geografía catalana, pues a la general inverosimilitud de la historia, hay que sumarle el hecho de que la Barcelona captada en los fotogramas y que ahora se muestra por todo el mundo, es una Barcelona española, en la que se habla español, en la que se toca por doquier a la guitarra la Iberia de Álbéniz, en la que los personajes catalanes son plenamente españoles, y en la que la única referencia a la “identidad catalana” se hace en un contexto de chirigota y mofa (“¿eso, para qué sirve?”).

Bien, pues constatando lo inverosímil del argumento, la idílica e irreal imagen que se da tanto de Barcelona como de Oviedo, el esperpento de hacer de una chillona y desenfrenada Penélope Cruz una creativa artista consumada intérprete de Scarlatti, lo increíble de querer mostrarnos al Javier Bardem de pata de jamón en la mano como un sofisticado pintor con avioneta en el Prat y descapotable rojo a la puerta del palazzo, o a una Scarlett Johansson más perdida que un pulpo en un garaje como inefable mozalbeta a la búsqueda de su yo saltando de cama en cama..., constatando, insisto, el envoltorio lujoso de opereta chirriante y dodecafónica, a mí la película no me ha disgustado.

Me parece evidente que no estamos ante el Allen más afortunado, y desde luego no supongo que Vicky Cristina Barcelona engrosé en algún momento la filmografía más memorable de nuestro cineasta. Quizá sea cierto que el que Allen parezca haberse impuesto rodar todos los años una película no beneficie el que todos los proyectos maduren y los distintos elementos converjan para lograr siempre lo memorable. Pero precisamente ahí reside a mi modo de ver el encanto del cine menos inspirado y redondo de Woody Allen, en la condición de “entrenamiento” de algunas de sus películas.

Me explico. En la industria del cine del Hollywood en los años dorados, los buenos directores, los que más trabajaban eran los que resolvían la “confección” de películas de todo género en tiempo y forma. Los directores de esa época no era infrecuente que dirigieran hoy un western, mañana un melodrama y pasado una comedia. Se trataba en muchos casos de artesanos que dominaban el oficio tras carreras en las que se habían encargado de sacar adelante decenas y decenas de películas en un sistema de concepción plenamente industrial. La diferencia con los “maestros” estriba en que estos, a pesar de dirigir tal vez tres o cuatro películas de encargo cada año, sí lograban dejar su particular sello personal en muchos de los fotogramas rodados, en muchos encuadres, en cada secuencia.

El oficio de cineasta tiene algo de artesanal, de “oficio” valga la redundancia. En nuestros días es imposible que un director de cine llegue a dirigir no digo ya el más de centenar de películas que dirigió por ejemplo el maestro de maestros, John Ford, es que raras veces llega a la veintena. Rodar y rodar otorga oficio, sabiduría directorial. Si uno quiere ser zapatero debe aprender el oficio haciendo zapatos, muchos zapatos, y unos saldrán mejor que otros. Lo que no es probable es que uno se convierta en un gran zapatero (dominando todas las facetas del oficio) si a lo largo de su vida profesional sólo fabrica tres o cuatro pares.

Muy pocos directores de hoy en día tienen la posibilidad de rodar una película todos los años. Woody Allen lo hace, y es más que evidente que interesándonos o no sus historias, saliendo mejor o peor, ha logrado con los años una “maestría” a la hora de contar historias con fotogramas que no tenía ni apuntaba en sus primerísimos comienzos, cuando la gracia y frescura de sus propuestas siempre, siempre, se ven lastradas por una forma de narrar con la cámara torpona y nada suelta.

Siguiendo este hilo de reflexión, Vicky Cristina Barcelona me parece un arriesgado, interesante y, en muchos aspectos, sí, fallido ejercicio de estilo. Un ejercicio concebido bajo las normas y con las convenciones propias de la alta comedia cinematográfica norteamericana de los años cincuenta y sesenta, un esquema de construcción en el que lo verosímil no tiene importancia, y en el que los sobreentendidos funcionan a la orden del día. Lo más arriesgado de la apuesta española de Allen es que debe contar para su correcto funcionamiento con la complicidad del espectador, al igual que ocurre, por ejemplo, en el caso de la representación tradicional de una ópera de repertorio. El público de hoy en día, sobre todo el más joven, no está para nada acostumbrado a admitir con mirada limpia el juego de convenciones que le plantea una representación operística tradicional, al igual que tampoco acepta ya de buen grado las que le pone en la pantalla una de las espléndidas comedias que rodaron Doris Day y Rock Hudson a las órdenes de Norman Jewison o Delbert Mann. El problema más grave que le está sucediendo a Vicky Cristina Barcelona en Europa es que el público no entra a los engaños que le propone Allen, es que no acepta los códigos manejados por el director americano, ni los comprende ni le interesan. Es más, el público europeo exige a Allen que mantenga las claves de su discurso dentro del ya previsible esquema por él mantenido a lo largo de buena parte de su obra. En esta ocasión Allen mantiene el tipo de discurso y reflexión, la problemática de dos jóvenes norteamericanas enfrentadas a la dialéctica iniciática y tópica entre las seguridades y convenciones de su raíz americana y el carpe diem arriesgado, alocado y poco convencional de la experiencia europea. En definitiva, dos chicas que ante la llegada de la madurez se ven abocadas al fascinante y terrible hecho de tener que elegir la senda por la que encauzar sus vidas. Un asunto, en definitiva, de honda raigambre existencial y moral que ha sido tratado en varias ocasiones por Woody Allen, aunque esta es la primera que lo hace, insisto, siguiendo las convenciones más visibles y manoseadas de la alta comedia norteamericana de la edad de oro y plata.

Para mí es el Woody Allen de siempre pero en otra clave. Una clave que ha hecho su historia por vez primera muy comprensible en su país, los EE.UU, donde Vicky Cristina Barcelona está logrando un éxito más que notable, y que, por el contrario, para el público europeo ha lastrado hasta límites insospechados la historia, no haciéndola creíble de ninguna de las maneras.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,6 oct 2008 23:45:11 GTM
<![CDATA[Crazy love, el amor ciego de Linda Riss y Burt Pugach]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,801 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Estamos caminando por un parque del Bronx neoyorquino en algún momento de la década de 1950. Ella tiene exactamente veinte años y es muy guapa. Él tiene doce años más, y es un abogado casado con una mujer y con el éxito, todo un ejemplo esteriotipado de hombre seguro de sí mismo y de sus circunstancias. Ella responde al nombre de Linda Riss y él al de Burt Pugach.

Se conocen en el parque, se gustan e inician una relación. Él la lleva a cenar a sus restaurantes favoritos, viajan juntos en su avión privado, se enamoran… Él mantiene una pasión obsesiva por ella, y ella piensa que él es el hombre perfecto, el príncipe azul que el destino le tenía reservado. Él, para mantener la situación y prolongarla recurre al engaño. Falsifica papeles de divorcio que le presenta a ella como verdaderos. Pero antes se coge a un mentiroso que a un cojo, según el dicho popular español. El pastel se descubre y todo se termina. Linda perdona el engaño a Burt, pero como la relación no puede continuar, lo deja, conoce a otro hombre y se compromete con él.

Y como si de un truculento argumento de ópera verista se tratase, Burt decide que si Linda no va a ser definitiva para él, definitivamente no será para nadie. Burt recurre a un sicario que se presenta en casa de Linda y le lanza ácido al rostro. Linda queda ciega. Tras un mediático proceso Burt es condenado a 30 años de cárcel.

Han pasado catorce años de condena. La legítima de Burt no ha podido aguantar los vaivenes y noticias de su relación y ya se ha divorciado del abogado. Burt sale de la cárcel debido a su buena conducta y va en busca de Linda, quien no se ha casado en todo ese tiempo ni ha mantenido relaciones importantes.



Tráiler de Crazy Love, de Dan Klores (vídeo colgado en YouTube por MagnoliaPictures)

El agresor y la víctima se reencuentran casi una década y media después. El hombre que dejó a Linda ciega, Burt, sigue obsesionado con ella. La ciega Linda sigue enamorada de su verdugo. Al poco tiempo Burt y Linda contraen matrimonio, y hoy, en el otoño de 2008, siguen unidos en al parecer feliz matrimonio. Colorín y colorado, este cuento se ha acabado.

Linda y Burt se casaron, comieron perdices y lleva más de cuatro décadas de notable felicidad. ¿Es este un cuento chino? ¿Es este el argumento del último melodrama made in Hollywood? ¿Es el libreto de una ópera recién descubierta? ¿Es el último desvarío de algún novelista del corazón?

No, es la vida real, es decir, que es el argumento de una historia tan real como la vida misma, que diría un cursi locutor televisivo. Jugando con los elementos que entran en juego en esta historia real, Dan Klores ha producido y dirigido un documental de gran éxito en los EE.UU que se titula Crazy love, o Amor loco en literal traducción al castellano.

Es curioso lo complejo del lenguaje y lo difícil de la traducción. Tras la descripción del argumento creo que a nadie se le escapa que en español las palabras que mejor se aferran al sentido de Crazy love son las de Amor loco, y es que si las cambiamos por Loco amor, por ejemplo, el matiz cambia casi por completo, y no digamos nada si quisiéramos entender Crazy love por algo semejante y no muy alejado de Locura de amor, frase que casi tiene algo de positivo, de plausible, apasionamiento romántico.

Crazy love…, la historia de un amor ciego en el que la ceguera abandona el campo de la metáfora para hacerse realidad. Ver para creer…, o mejor dicho, dejar de ver para amar. Sí, como asegura el refranero español: “el amor es ciego”.

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Monday,6 oct 2008 13:39:30 GTM
<![CDATA[El Síndrome Oblómov]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,800 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En el año 1858 el escritor ruso Iván Goncharov (Simbirsk, 1812-San Petersburgo, 1891) dio a la imprenta una de las obras más importantes de toda la novelística rusa del XIX, y sin duda su trabajo más memorable, Oblómov. En este libro, Goncharov enfrenta a dos personajes que ya han pasado al acervo cultural ruso y europeo como prototipos perfectamente definidos y reconocibles por cualquiera.

Uno se llama Stolz, cuyo nombre en alemán significa algo así como altanero, un tipo equilibrado, seguro de sí mismo, trabajador, europeísta convencido, partidario de todo lo occidental, la nueva economía industrial, el avance, el progreso, la acción... El otro es el que da título al libro, es decir, Oblómov, o lo que es lo mismo, ruina, una ruina andante y con forma humana. Oblómov es el joven representante de la aristocracia rusa del XIX por excelencia, y como prototipo, de toda nobleza europea decadente, un tipo ocioso y apegado a las viejas tradiciones, melancólico, perezoso hasta lo inconcebible, rabiosamente abúlico, un mediocre de tomo y lomo que es capaz de dejar naufragar todos sus sueños y expectativas en las inhóspitas costas de su propia indolencia y de un dejarse vivir ajeno a cualquier toma de decisiones, a cualquier acción.

Pero lo más logrado del prototipo Oblómov, su rasgo más interesante y sin duda perdurable es que contempla su propia decadencia, su caída en picado como un drama universal que le imponen fuerzas ajenas a su propia realidad y voluntad. Y cuando la melancolía y tristeza de su buscado drama personal se le impone como realidad, Oblómov se refugia en los idílicos vapores consoladores del recuerdo de Oblomovka, la casa familiar situada en plena campiña rusa, un lugar paradisíaco, símbolo y estampa de la felicidad y de un tiempo perdido (la infancia), a los que Oblómov acude en ensoñaciones cuando la propia incapacidad de resolver su situación le bloquea y desbarata como a un muñeco roto.

Iván Goncharov (Simbirsk, 1812-San Petersburgo, 1891)

Iván Goncharov (Simbirsk, 1812-San Petersburgo, 1891)

Oblómov no hace nada, nada de nada. La conciencia distorsionada de su propia desdicha lo empuja aún más a la inacción, es decir, a pasarse las horas tumbado en el diván o en la cama, lugar del que no sale hasta bien avanzada la trama de la novela.

El caso es que como a Enrique Vila-Matas, quien lo refiere en su último libro, Dietario voluble, yo también, de vez en cuando, me abandono con dramático gusto y placer a la desgana vital propia del Síndrome Oblómov, y en estos días de otoño lluvioso y frío que ahora empiezan a menudear por estas geografías, no me levantaría de la cama por las mañanas, dejando que el calor de mantas y sábanas me acunen y adormezcan, dejando en un estado de beatífica inacción.

El Síndrome Oblómov se describe como una suerte de enfermedad maldita para la que no existe una cura eficaz y duradera. Tiene mala prensa el Síndrome Oblómov, y a los que de vez en cuando nos sentimos atrapados por él, incluso nos da vergüenza reconocerlo, e intentamos salir ruborizados de su abrazo que intuimos como una terrible marca que nos señala ante la sociedad como malditos y apestosos inútiles, incapaces de acciones que conducen al progreso y avance del mundo.

No digo que quedarse por siempre jamás disfrutando de los síntomas y consecuencias del Síndrome Oblómov sea algo recomendable y venturoso, pero a estas alturas de mi vida, ya he llegado a la conclusión de que no estaría nada mal que algunos “partidarios de la acción” y “los avances” sucumbieran de vez en cuando y durante largas temporadas al Síndrome Oblómov. Seguro que viviríamos más tranquilos. ¿O no?

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Friday,3 oct 2008 8:41:8 GTM
<![CDATA[El asesino de la carretera: la novela negra según James Ellroy]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,799 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Martin Michael Plunkett es un asesino en serie. Cuando la policía, por fin, logra atraparlo confiesa dos crímenes en los que hay además violencia sexual. Dos crímenes, ni uno más ni uno menos. Sin embargo los policías que llevan el caso mantienen fundadas sospechas de que hay más, muchos más crímenes.

Cuando el confeso asesino en serie Martin Michael Plunkett entra para cumplir íntegra su condena en el legendario penal de Sing Sing, casi lo primero que hace es ponerse en contacto con un agente literario para comunicarle que pretende escribir la historia de su vida, la historia de su carrera como criminal.

Así, Plunkett comienza a escribir su autobiografía: un viaje a lo largo y ancho de los Estados Unidos de América en el que los más horrendos crímenes se suceden uno tras otro sin solución de continuidad.

A través de sus propias palabras escritas, Martin Michael Plunkett se revela a sus lectores como un homosexual extremadamente inteligente, poseído de una soberbia y autoestima megalómanas, un tipo opaco, amigo de detallar sin ahorrar palabras sus crímenes de una forma fría y cruel, crímenes tras los que no hay la más mínima brizna de arrepentimiento o culpa.

James Ellroy: El asesino de la carretera (Ediciones B, 2008)

James Ellroy: El asesino de la carretera (Ediciones B, 2008)

La autobiografía de Plunkett es, en realidad, la última novela publicada en español por uno de los auténticos maestros de la novela negra norteamericana del presente, James Ellroy (Los Ángeles, 1948), el autor de títulos tan leídos, conocidos e imprescindibles para calibrar la alta calidad del género en nuestra época como Mis rincones oscuros, L.A. Confidencial, La dalia negra, Seis de los grandes o América.

Traducida por Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté, publicada por el sello Ediciones B, y aparecida en su versión original en inglés hace ahora veintidós años, El asesino de la carretera, que así se titula la novela que ofrece la autobiografía de Martin Michael Plunkett escrita por James Ellroy, es otro buen ejemplo más de las habilidades narrativas de Ellroy a la hora de retratar la descomposición caótica de la sociedad norteamericana contemporánea desde los parámetros ya clásicos de novela negra; un género que Ellroy ha sabido ensanchar y engrandecer quizá como ningún otro autor USA en estas últimas décadas.

Llegué a Ellroy gracias al consejo de un amigo muy aficionado al género policiaco y a otros también considerados menores por quienes gustan de establecerse en el más cursi desdén intelectual. Sólo puedo decir que nunca le agradeceré bastante a mi amigo su consejo. Ahora sigan el mío, lean a Ellroy, por ejemplo este El asesino de la carretera. Si les defrauda por completo, les devolveré su dinero..

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Wednesday,1 oct 2008 20:26:53 GTM
<![CDATA[Paul Newman, cuando la verdad de la belleza se impone a la verdad del arte]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,798 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

No le debió resultar nada fácil a Paul Newman ser Paul Newman. No debe ser fácil convertirse en una auténtica y duradera “estrella” de Hollywood. Tampoco hacerse a golpes de película tras película un muy buen actor. Y quizá aun menos transformarse en un estimable y reputado director. Paul Newman, para asombro de la pura y extraña lógica, logró las tres cosas a la vez: fue un actor cinematográfico de indiscutible primer nivel internacional, un director de cine respetado y con una obra detrás muy interesante, y probablemente una de las últimas estrellas con mayúsculas nacida ya en los estertores de la época dorada de la Meca del cine. Y además fue deportista, padre, esposo duradero, empresario de éxito y guapo, guapo de verdad.

La belleza física de Paul Newman fue sobrecogedora a lo largo de los años. Newman fue un guapo sobrenatural y cegador durante su niñez, su juventud, su madurez y durante su vejez. Paul Newman ha muerto siendo guapo, un guapo de 83 años. Tampoco debió ser fácil ser tan guapo y durante tanto tiempo. Es más, casi estoy seguro que lo más difícil en la vida de Paul Newman fue el ser tan perfectamente guapo, tan idílicamente guapo y sobrevivir a ello, el no sucumbir de alguna manera trágica a tanta y tan rotunda belleza encerrada en un solo cuerpo, esculpida en un único rostro descendiente de emigrantes alemanes con sangre judía.



Paul Newman

Si no lo pensamos mucho, aunque seamos muy cinéfilos, si pensamos en Paul Newman se nos impondrá su rostro esculpido por lo increíble, pero quizá no lo asociemos a ninguna obra maestra del cine. Grandes películas sí protagonizó nuestro actor, pero ninguna figura a buen seguro en esos listados tan absurdos de las más grandes...
Incluso es probable que no asociemos su rostro a títulos concretos, o a lo sumo a tan sólo dos o tres. Resulta curioso que un actor tan grande haya quedado sumido en la sombra del actor tan guapo, tan guapísimo.

Lo cierto es que Newman llegó tarde a la edad dorada del cine. Salvo con John Huston, Hitchcock, Michel Curtiz, Leo McCarey, Robert Wise y Otto Preminger, no le dio tiempo a trabajar con los grandes de verdad de la mejor etapa del cine americano, y eso al actor, creo, le ha pasado factura. Es más, Paul Newman el actor inconmensurable nunca hizo acto de presencia con estos directores. Necesitó a otros importantes para brillar de verdad, a algunos de los directores que ya no formaron parte de la gran época, a muchos que se formaron en los inicios de la televisión: Martín Ritt, Sydney Lumet, Scorsese, Sydney Pollack, Robert Altman, Robert Rossen...



Paul Newman en El color del dinero de Martin Scorsese (vídeo colgado en YouTube por thejobloshow)

La tragedia de Paul Newman fue sin duda ser tan guapo. Cuando le veo actuar en la pantalla siempre tengo la impresión de que intenta que no se note su hermosura, que sus grandes capacidades interpretativas se “coman” por fin al hombre guapo y lo dejen en segundo plano. Nunca lo logró, o al menos en contadas ocasiones. El hombre guapísimo se imponía a la intérprete excepcional, su sola presencia justificaba la película, la hacía rentable, la hacía memorable... El actor siempre salió perdiendo enfrentado al hombre guapo. El guapo atrapó en su verdad incontestable los esfuerzos del enorme actor. Menos guapo, Paul Newman no hubiera sido mejor actor, pero sí hubiera vivido más como tal.

La verdad de su belleza, tomándole las palabras prestadas a Keats, siempre fue superior a la verdad de su arte.

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Monday,29 sep 2008 19:21:37 GTM
<![CDATA[Vicky Cristina Barcelona: un Woody Allen de andar por casa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,797 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Sábado por la tarde en Madrid. M y yo vamos al cine con unos amigos a ver en versión original la última película de Woody Allen, su “película española”: Vicky Cristina Barcelona. Desde hace años, ya lo he dicho en alguna otra ocasión, acudir a ver la “última” del cineasta neoyorquino se ha convertido en un gozoso rito anual, del que por regla general no suelo salir defraudado. Sin embargo, en esta ocasión, acudí a la sala lleno de prevenciones, de prejuicios nacidos de las nefastas críticas que estaba cosechando la cinta, y que me llegaban a través de las consabidas reseñas de prensa y de muy variadas voces en la radio.

Me senté en la butaca y, casi de inmediato, M. me susurró al oído “no seas prejuicioso, ¿vale?”. Le dije que sí con la cabeza, pero en mi fuero interno los prejuicios ya habían encontrado un dulce hogar en el que acampar a sus anchas de manera confortable.

Cuando las luces de la sala volvieron a encenderse, M. y nuestros amigos despotricaban en voz baja y educada de casi todo lo visto, y enfilando el pasillo buscando la salida, los comentarios del resto de espectadores que me acompañaban en la “huida” eran casi del mismo tono e índole. En resumen, ¡¡¡el peor Allen de las últimas dos décadas!!!

Mientras esto acontecía a mi alrededor, yo daba un paso tras otro en acomplejado y casi culpable silencio, pues paradójicamente a mi la película me había gustado bastante, quizá porque esperaba un desastre apocalíptico, leído lo leído y escuchado lo escuchado.

Sentados al rato en un restaurante cercano, el grupo de amigos cinéfilos nos convertimos en personajes de Woody Allen durante toda la velada, pues entre rollito de primavera y cucharada de arroz frito estilo thai, cada uno destripó la historia que acababa de ver con mayor o menor crueldad y agudeza, pero insistiendo todos en los puntos flacos, vamos, famélicos, de la “historia española” del gran Woody Allen. El único al que le había gustado era yo, y sin ningún poder de convicción intenté hacerme entender. No lo logré, los argumentos en contra eran, para mis acompañantes, inapelables, en exceso concluyentes.

El asunto, me parece, da al menos para dos post. En este primero M. quiere dejar por escrito su visión de la película; visión que, con los matices necesarios, era compartida por el resto de los comensales de ayer noche y, casi me atrevería a decir, contrastando las críticas de los “profesionales” y las opiniones en voz baja de nuestros compañeros de sala, por buena parte de los espectadores españoles. Le dejo hablar a M.

“Ir a ver cada nuevo estreno de Woody Allen es ya, para mí, casi una liturgia en la última década, por lo que, a pesar de las malísimas críticas que escuché acerca de su última película, reservé las localidades por internet y me dirigí junto a unos amigos a una sala madrileña donde la exhiben en V.O. Creo ser una buena aficionada al cine, y pienso que siempre hay que verlo, a ser posible, en versión original. En este caso, además, dada la coexistencia de actores españoles y norteamericanos en un escenario español –para más señas barcelonés- creí imprescindible ver la cinta en VO.



Tráiler de Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen (vídeo colgado en ouTube por DoubleT5)   

Acudí a mi butaca totalmente libre de prejuicios, y confieso que no he visto últimamente ninguna película en la que estuviesen en cartel ni “Pe” ni Javier Bardem. Tengo pendiente, precisamente, ver la película de los Hermanos Cohen por la que Bardem obtuvo el Oscar (No es país para viejos).

La película empezó con los títulos de crédito típicos en la filmografía de Allen, ya tan familiar para sus devotos seguidores. Me encantó el principio, el color de la fotografía y los escenarios elegidos. Bien es cierto que se trata de unos personajes que viven en una Barcelona especial y elitista, pero a mí, que soy un poco “pija”, me gusta ver casas maravillosas con vistas espectaculares en las que los desayunos se sirven en terrazas estupendas. Prefiero no pararme a pensar en si los bohemios personajes tienen recursos suficientes para poder pagar, con una cierta dosis de realidad, los “lujos” mostrados. También me gusta mucho asistir a esa comunión entre la palabra y una copa de buen vino que tan típica es del cine de Allen y del mejor cine francés, mi preferido. Es algo que funciona siempre como recurso dramático o discursivo.

Pero volviendo al argumento central de la película, nos encontramos con la historia de dos mujeres norteamericanas que viajan a Barcelona para disfrutar de una estancia más o menos prolongada en casa de unos amigos. Lo que ya empieza a chirriar es que una de ellas, la estupenda actriz que hace de Vicky y da la réplica a Cristina (una floja Scarlett Johansonn) está haciendo una tesis doctoral sobre la Identidad Cultural Catalana. No haré más comentarios al respecto, que cada uno piense lo que quiera, claro que uno de los personajes le pregunta con mala baba y la ironía típica del mejor Allen “what for?”. Las dos mujeres tienen visiones opuestas sobre el amor, y en consecuencia, sobre la vida, una controladora, otra aventurera y más desinhibida.

A partir de esta presentación de los personajes, empieza a desarrollarse y tejerse la historia, de la que no daré muchos más detalles, para no destripar el guión a aquellos que tengan intención de ir a verla. La aparición de Bardem es poco creíble, al igual que es artificial su personaje, un pintor bohemio –y soñador?- que parece adivinar con una sola mirada lo que una mujer está pensando. Por otro lado, opino que es un actor al que su físico tiende a limitar en exceso, y al que no es fácil imaginar en papeles de hombre sutil, imaginativo y sensible. Un amigo nuestro apuntaba que de descargador de muelles estaría mucho más apropiado, y otro apuntó que de asesino en serie también está muy bien. Yo creo que simplemente no es un gran actor. No quiero hacer afirmaciones muy rotundas al respecto, porque no se ajustarían mucho a la realidad, y quizá confirmasen las, al parecer, últimas declaraciones del actor, en las que calificó a los españoles como unos envidiosos, y todos sabemos que ese pasa por ser uno de los defectos nacionales por excelencia.

Lo que menos me ha convencido en esta historia de Allen, lo más flojo e inverosímil con diferencia, es la presencia de Penélope Cruz. En Volver de Pedro Almodóvar ya me molestó su impostada interpretación, así que me está bien empleado por reincidente. Por mucho que me esfuerce no veo en sus interpretaciones más que a una chica de Alcobendas gritona con una vocecilla estridente y zafia de “raqueruca”, como dicen en mi tierra. No puedo entender la elección de Woody Allen. Me dicen que debe ser que yo no entiendo ya nada de buenas y malas interpretaciones, porque ha sido ya nominada nada más y nada menos para un Oscar, y un cineasta de la enorme talla de Woody Allen la ha elegido ahora para este proyecto. El caso es que no debo entender absolutamente nada de cine, porque cada aparición suya en escena me saca totalmente de la película, y las situaciones trágicas que protagoniza ora me sacan de quicio, ora me parecen sencillamente histriónicas.

Paso por alto muchos errores que considero secundarios, aunque bien es cierto que no contribuyen a mejorar la historia. Me refiero, por ejemplo, a ese doble imposible de Paco de Lucía o de Andrés Segovia tocando en un jardín de Oviedo; o al padre poeta del personaje que interpreta Bardem, quien nunca ha publicado nada por estar en contra del mundo (¿puede haber un argumento más pueril, infantil, manido?); o a esas lamentables escenas entre Bardem y Penélope hablando inexplicablemente en inglés entre ellos; o a la continua interpelación de Bardem a Pe “speak in english please”…. Estos errores no son en modo alguno determinantes para empequeñecer hasta la mínima expresión la película, pero sí lo son las flojas, poco creíbles y trufadas de topicazos interpretaciones de nuestros dos actores nacionales.

No obstante, tengo una máxima que aplico a todo. Cuando alguien comete un error, tiro de responsabilidades hacia arriba y cargo las culpas a quien ha permitido con un poder superior que todo se haga realidad. La culpa del fiasco no la tienen ellos, ni Penélope Cruz ni Javier Bardem, la tiene Woody Allen. Espero que esta cinta no sea fruto de un talento ya agotado y avejentado –con todos mis respetos- Por otro lado, siempre me han gustado sus historias neoyorquinas. Por favor Woody, regresa a Nueva York y ¡no vuelvas a meterte en hispánico-catalanas camisas de once varas!

Yo volveré a ver la próxima película y la próxima y sucesivas, porque para mí ver cada estreno de Woody Allen seguirá siendo una liturgia. Mi personal liturgia”.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,28 sep 2008 20:38:29 GTM
<![CDATA[Las ciudades más cinéfilas de España: Santiago, Gijón, Oviedo, Valladolid, Santander, Bilbao, Vitoria y Hospitalet]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,796 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Las estadísticas realizadas sobre asuntos relativos a la cultura y la educación suelen dejar a España en el pelotón de los rezagados dentro del entorno europeo. La calidad de nuestra enseñanza deja mucho que desear, nuestras bibliotecas públicas son como para echarse a temblar o a llorar, el número de nuestros teatros es escaso, nuestros museos disponen de presupuestos irrisorios, nuestros ciudadanos apenas leen ni libros ni prensa, nuestros conservatorios de música son anticuados, nuestro dominio de idiomas extranjeros provoca sonrojo..., y un largo etcétera que podríamos extender casi hasta el infinito.

Sin embargo, me han dejado pasmado, estupefacto, incrédulo, unos datos que acaba de hacer públicos la Oficina Estadística Comunitaria (Eurostat). Nada más y nada menos que 8 ciudades españolas figuran entre las 10 europeas en las que más se va al cine. Repito para que no haya equívocos: 8 de 10. Me froto los ojos, me golpeo la cabeza, me pellizco un brazo... No lo puedo creer!!!

Pues sí, las cifras parecen ser ciertas, y están publicadas en una publicación (valga la redundancia) de la Comisión Europea donde aparecen los resultados de una especie de “auditoria urbana” que se ha realizado con datos obtenidos en el año 2004. Según éstos, la ciudad europea con una asistencia más alta a las salas de proyección es la pequeña Luxemburgo (15,6 veces al año por habitante), seguida de la macro urbe París (14), e inmediatamente después van las ocho ciudades españolas, casi todas situadas, curiosamente, en la zona norte y cantábrica del país: Gijón (12,8), Oviedo (12,6), Bilbao (12,6), Santander (12,5), Valladolid (12,5), Hospitalet de Llobregat (12,5), Santiago de Compostela (12,4) y Vitoria (12,4).

No creo que puedan establecerse muchas conclusiones realistas y veraces de estos datos, salvo los más obvios: en varias de las ciudades situadas en el norte de España (todas bastante más al norte de Madrid) la gente va mucho al cine, más que en el resto de Europa y más que en el resto de España. Cuando este dato se cruza con otros relativos, por ejemplo, a los índices de lectura de la sociedad española, también coincide que por lo general se lee más prensa y más libros en el norte de España que en el resto de la península.



Para llegar a conclusiones rotundas y concluyentes desde un punto de vista estadístico, es obvio que deberíamos cruzar muchos más datos de todo tipo, pero me arriesgo a establecer generalizando algo que ya se ha dejado apuntado en otras ocasiones en muy diversos estudios: por término medio, el ciudadano de la zona norte de España tiene una vida cultural más rica, intensa y variada que la del que habita en otras zonas de la península. Bien, aceptémoslo, o no lo aceptemos, y extraigamos las consecuencias que se estimen oportunas.

Pero lo curioso, lo sorprendente del caso es el dato del que hemos partido. Ocho ciudades españolas figuran entre las diez de toda Europa en las que más se acude al cine, en las que más cine se ve, entre las más cinéfilas de uno de los continentes más desarrollados del planeta. Casi todas están situadas, más o menos, en un mismo ámbito geográfico dominado en gran medida por largas temporadas de frío y lluvia. De París y Luxemburgo puede decirse algo semejante. Entonces, ¿el frío y la lluvia empujan a las salas de cine a la ciudadanía europea? Si admitiésemos dicha posibilidad resultaría, en buena lógica, que las ciudades escandinavas, por ejemplo, deberían ser las más cinéfilas de toda Europa, y no es así. Descartemos, por tanto, ese cierto determinismo climatológico al que aludíamos hace un momento, pero abracemos otro, el de la situación geográfica. No puede ser casualidad que si situamos en un mapa de España las 8 ciudades aludidas, 5 estén localizadas de forma casi continua: Oviedo, Gijón, Santander, Bilbao y Vitoria, en una distancia de tan sólo 340 kilómetros entre las dos ciudades más alejadas entre sí, Oviedo y Vitoria.

Sí, ya sé que todos estos cálculos y especulaciones en el aire son completamente absurdos y no se sostienen en nada. Pero yo mantengo la pregunta e invito a que alguien me ofrezca alguna respuestas al respecto: ¿por qué cinco de las diez ciudades europeas en las que más se va al cine están ubicadas en un ámbito geográfico tan concreto y tan preciso? Si alguien estudiase el asunto y llegase a alguna sólida conclusión, quizá el futuro del cine, y sobre todo del español, se aclarase un tanto.

Esperamos las posibles respuestas.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,25 sep 2008 19:11:14 GTM
<![CDATA[El vampiro que retrató Edvard Munch]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,795 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El escritor y músico sueco Adolf Paul (1863-1943) fue buen amigo del que para muchos ha sido el último y más enigmático gran sinfonista de la historia, el finlandés Jean Sibelius, quien escribió para Paul algunas piezas de música incidental. De la notable singularidad de Adolf Paul habla de forma indirecta el que fuera también amigo del genial dramaturgo sueco August Strindberg y del pintor expresionista noruego Edvard Munch. Como podemos ver, todas amistades escandinavas.

Cuenta la leyenda que Adolf Paul le hizo una visita de cortesía a Munch en 1894, poco después de que éste hubiera finalizado su cuadro más famoso, El grito. Munch trajinaba en el estudio intentando pintar a una modelo que tenía el pelo muy largo y rojo, semejando llamas que caían sobre sus hombros como si se tratase de sangre congelada. El pintor, al ver a su amigo, le ordenó a voz en grito, casi fuera de sí, que se arrodillase delante de la modelo y posase su cabeza junto a sus pechos. El escritor obedeció las imperiosas órdenes, y la modelo se inclinó sobre él, dejando sus labios prietos contra el cuello masculino, y haciendo que su melena cubriese la cabeza y hombros del escritor. Poco tiempo después de esta escena, Munch terminaba un lienzo que, con el título de Amor y dolor, forma parte del importante ciclo de pinturas llamado “El Friso de la vida”. La pintura causó un sonoro escándalo cuando se mostró por vez primera en 1902, en una exposición de “obras secesionistas” en Berlín, y fue adquirida en 1903 por el coleccionista de Munich, Johann Anker.

Sin embargo, la pintura que durante aquella visita casual quedó plasmada en el lienzo es popularmente conocida con otro nombre. Todos la llaman El Vampiro, y saldrá a subasta el próximo día 3 noviembre en la sala Sotheby’s, en su sede neoyorquina, por una cantidad inicial de 30 millones de dólares. Munch pintó 4 obras de tema semejante, y ésta a la que ahora nos referimos es la única que sigue en manos privadas. Las otras pueden verse en museos de Oslo y de Gotemburgo.

Edvard Munch: Amor y dolor (1894)

Edvard Munch: Amor y dolor (1894)

Amor y dolor y El Vampiro, dos títulos para una misma obra. El primero lo puso el autor, el segundo la gente. Algunos críticos han querido ver en la obra una alusión u homenaje a las prostitutas que formaban parte de la vida cotidiana del artista. Otros, sin embargo, ven una especie de metáfora sobre la temprana muerte de la hermana del pintor, un hecho que dejó una honda huella en su vida.

Sobre un fondo oscuro que lo mismo remite a una noche de tintes tenebrosos que a una habitación en penumbra, una mujer joven, de piel muy blanca e iluminada por un fogonazo de luz, con los cabellos largos y de un rojo intensísimo, abraza a un hombre que ya no parece muy joven por lo descubierto de su amplia frente. Él parece también abrazarla, pero su abrazo carece de carácter, es un abrazo sumiso, el abrazo laxo de quien recibe y no del que da. El hombre se deja querer, se deja consolar, se deja devorar, se ofrece a ella, por así decirlo, se entrega en posición horizontal. Es la mujer el personaje central de la escena, su columna vertebral (de aquí su posición vertical). La mujer es quien ofrece consuelo, amor, ternura, o quien devora, quien se hace con el otro ser, lo incorpora a sí. Para el autor ella es la representación del amor, él es la representación del dolor desconsolado. Para mucha gente ella es un vampiro, un depredador nocturno y terrorífico de hombres; y él es una víctima, un ser atacado, la carne, la sangre que debe saciar la sed y el hambre del depredador.

La escena, como vemos, es susceptible de varias lecturas, y por tanto de recibir varias explicaciones y diversos títulos. Pero la cuestión que ahora más me intriga es ¿por qué si el autor llamó a su cuadro Amor y dolor, todos lo conocemos como El Vampiro? ¿Por qué razón en vez de ver amor vemos un depredador? ¿Por qué en vez de ver dolor y desconsuelo vemos sólo a una víctima indefensa de un ataque salvaje? Percibamos las similitudes, los juegos de significados que se establecen: Amor = Vampiro = Depredador y Dolor = Víctima = Desconsuelo = Indefensión.

Prosigamos con las preguntas. ¿Qué se subastará el 3 de noviembre en Nueva York, un simbología del amor y el dolor, o el retrato de un vampiro devorando a su víctima? ¿Qué percepción es la equivocada?, ¿qué mirada se equivoca al ver la pintura? O ¿no hay ninguna equivocación, y estamos ante dos caras de una misma moneda?

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,24 sep 2008 20:50:15 GTM
<![CDATA[Elisabeth Gille narra la vida de su madre, Irène Némirovsky (Circe Ediciones)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,794 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Una de las características esenciales de una buena librería es que mantiene un fondo de libros. Quiero decir que una buena librería no se limita a dejar en sus estanterías y a mostrar en su escaparate las novedades editoriales que le llegan en puro torrente cada mes o cada semana, sino que mantiene un fondo amplio de libros que esperan pacientes la llegada de su lector.

Es frustrante llegar a una librería en la que únicamente se ofrecen los libros que se anuncian para su consumo inmediato en televisión o en los mediatizados espacios culturales de otros medios de comunicación de masas; libros que producen las grandes corporaciones editoriales y mediáticas, y a los que se les exige un rendimiento empresarial ya calculado por contables y economistas antes de enviar los “sobrantes” a la guillotina y el reciclado.

Hace dos o tres fines de semana, paseando entre las baldas de una librería madrileña, me topé con el lomo negro de un libro que me llamó la atención por el título en rojo que en él figuraba: Irène Némirovsky. Saqué el ejemplar de su reposo y, en efecto, me encontré con un tomo que encerraba la biografía de la gran novelista rusa del siglo pasado. La autora del trabajo era una para mi completa desconocida, Elisabeth Gille, y el sello editor de las prometedoras páginas era el barcelonés Circe, más concretamente su colección “Biografía Circe”, donde a lo largo de los últimos años han visto la luz en español muchas de las mejores biografías de mujeres que se han publicado en nuestro idioma (una de las últimas publicadas en esta colección es la interesantísima de la cineasta Leni Riefenstahl).

¿Cómo podía habérseme pasado la edición de la biografía de una de mis novelistas favoritas? Con curiosidad inspeccioné los créditos de la edición y con sorpresa comprobé que el libro fue editado en enero de 1995, es decir, hace ahora casi catorce años, en un momento en el que la Némirovsky era una completa y absoluta desconocida para mí. Adquirí el libro de inmediato dando gracias a mi buena fortuna por haber dado con una librería en la que nadie había decidido que “el viejo” ejemplar debía haber pasado a mejor vida, o mejor dicho, a peor vida, la que sólo adquiere la forma de pasta de papel.

Elisabeth Gille: Irène Némirovsky (Circe)

Elisabeth Gille: Irène Némirovsky (Circe)

Pues sí, sin proponérmelo y de forma casual me hice con la biografía de la autora de Suite francesa o El baile, uno de los más afortunados “descubrimientos” literarios de los últimos tiempos tanto por parte de la crítica española como por parte de los lectores. Pero la agradable sorpresa no acababa ahí, pues al leer las solapas para conocer quién era la autora del texto, me encontré con que Elisabeth Gille (París, 1937-1996) es la propia hija de la escritora, más concretamente, la segunda hija del matrimonio formado por el ingeniero en física y banquero Michel Epstein e Irene Némirovsky, ambos asesinados por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz en 1942. Elisabeth Gille tenía entonces 5 años.

Elizabeth y su hermana Dense sobrevivieron escondiéndose en casas de amigos de sus progenitores, y con ellas llevaron siempre una maleta cargada de recuerdos de sus padres y de manuscritos de su madre, entre ellos, la novela inédita que cuando muchos años más tarde fue publicada en Francia consagró a Némirovsky como una de las grandes novelistas en francés del siglo XX. Me refiero a Suite francesa.

Elisabeth Gille se dedicó profesionalmente a la escritura y la literatura durante toda su existencia. Fue traductora de novelas de ciencia ficción anglosajonas al francés, directora del departamento de literatura extranjera de la editorial Flammarion, editora literaria de Éditions Julliard y de Rivages. Sin embargo no fue hasta 1992, hasta los 55 años, cuando publicó su primer libro, Le mirador (El mirador), la biografía novelada de su propia madre.

En efecto, el acertado título completo en español de la biografía de la autora de El baile es Irène Némirovsky. El mirador: memorias soñadas. Y es que Elisabeth Gille sueña las memorias de su madre desde el mirador de su propia memoria y de los rastros, visibles e invisibles, que la escritora dejó. En forma novelada y en primera persona, Gilles pone en boca de su madre toda su existencia, de principio a fin: la infancia judía en las calles burguesas de la actual capital de Ucrania, Kiev; los acontecimientos de la Revolución Rusa; el dorado y millonario exilio en el París glorioso de los felices años 20; la iniciación a la escritura y a la vida artística e intelectual; y la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, el nazismo y la barbarie de los campos de concentración nazis.

El libro, así, es una novela hermosa y emocionante cuyo argumento no es otro que la vida real y pormenorizada de una de las más importantes escritoras del siglo XX: la vida de Irène Némirovsky narrada, contada por su propia hija, a la que dejó con 5 años para morir en el peor infierno concebido por el hombre.

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Tuesday,23 sep 2008 21:3:10 GTM
<![CDATA[Una Ínsula de microrrelatos: El arte del microrrelato español en la revista Ínsula]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,793 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Esta línea del escritor nacido hondureño Augusto Monterroso es, probablemente, el microrrelato más citado y famoso de la historia de la literatura en castellano. El microrrelato es una estructura narrativa completamente distinta a la novela o el cuento, pero cuya finalidad última es exactamente la misma: contar una historia. Pero, claro, el microrrelato debe contarla ajustándose a su principal y definitoria característica: la brevedad, la suma brevedad.

Si bien pueden rastrearse los orígenes del microrrelato en español durante la Edad Media, lo cierto es que como género específico es bastante nuevo, y su geografía es muy concreta: Argentina, Buenos Aires, Río de la Plata década de 1950, cuando Borges y Bioy Casares confeccionan la antología Narraciones breves y extraordinarias, en la que incluyeron historias desde las dos líneas de extensión hasta las dos páginas.

Entre mis amigos escritores hay autores de microrrelatos, y alguno fabuloso, como Miguel Ibáñez, autor de un libro imprescindible en la historia más reciente del género en España: El lobo veloz, del que ya he hablado en esta página.

El microrrelato en España: tradición y presente

Revista Ínsula (portada del nº 741, septiembre de 2008)

Quien desee acercarse al pasado y al presente de este género en España tiene ahora una muy buena oportunidad: el número extraordinario que le dedica la veterana revista Ínsula (nº 741, septiembre de 2008).

El número del que hablamos, en un formato más reducido y manejable del habitual, ofrece estudios sobre determinados autores (el “greguerista” Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, José de la Colina, José María Marino, José Jiménez Lozano, Javier Tomeo...), una toma de temperatura panorámica de la situación actual del microrrelato en nuestro país, o un acercamiento a las leyes más sólidas del género.

En definitiva, está en los kioskos de nuestras ciudades y en nuestras librerías un número de Ínsula llamado a hacer historia en la no muy larga Historia del género en nuestro país. Quien quiera saber sobre microrrelatos en España ya sabe dónde encontrar un hilo bibliográfico de calidad para adentrarse si miedo en el laberinto del arte más breve de contar historias.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,22 sep 2008 20:45:24 GTM
<![CDATA[Las transformaciones del siglo XX: el mundo en 1900 y en el 2000]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,792 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Para entender las hondas transformaciones ocurridas a lo largo del siglo XX, nada mejor que comparar la situación del mundo en 1900 y la de finales del siglo XX. 

En torno a 1900:
Europa manda en el mundo: a Europa le corresponde el 70% de la producción industrial del planeta. De una población mundial de unos 1600 millones, 400 eran europeos, a los que había que sumar los 500 del mundo imperial y colonial que estaban en su órbita. Londres, con 6,5 millones de habitantes, era la ciudad más populosa y rica del mundo, el mayor puerto, apareciendo casi como el centro de la civilización.
 
El paradigma político asociado al progreso era el parlamentarismo liberal, pero buena parte de Europa y del mundo estaba gobernada por monarquías o se trataba de imperios autocráticos (Rusia, China, el Imperio Otomano, Japón). El liberalismo estaba en su apogeo, pero la vida política distaba de ser democrática incluso en los países más avanzados (donde había restricciones a la participación y al poder popular y donde en mayor o menor medida, según el caso, las formas tradicionales del clientelismo político suplantaban la voluntad popular) y en el horizonte asoman nubarrones que ensombrecen la estabilidad y prosperidad asociada al paradigma del liberalismo clásico.
 
Las principales potencias económicas, que lo son por su poderío industrial, son Gran Bretaña y Alemania, a quienes está alcanzando Estados Unidos, a la cabeza de la Segunda Revolución Industrial.

Reina Victoria

Reina Victoria
Estos estados modernos son los líderes del mundo. No sólo en economía: también han extendido sistemas de educación que abarcan a una buena parte de sus habitantes y tienen una vigorosa población con un fuerte sentido del " orgullo nacional".
Otros países, algunos también grandes y de cierta potencia, se sitúan detrás de los anteriores. Una de las grandes diferencias es que basan sus economías en la agricultura antes que en la industria, aunque en algunos de ellos el sector industrial ha adquirido por estas fechas una importancia grande. Son los casos de Italia, Francia, Argentina, Bélgica, España, etc.
Varias de las potencias habían creado Imperios coloniales, algunos de ellos restos de la Edad Moderna, otros formados en el siglo XIX, que cubrían extensas zonas de África, Oceanía y Asia. Entre los imperios más recientes destacaba el británico. Por entonces la reina Victoria era emperatriz de India, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Sudáfrica y gobernaba muchas colonias en África. Entre los viejos imperios estaban el austro?húngaro, el otomano, el chino y el ruso. En la mayor parte de los países, desarrollados o no, existían fuertes diferencias sociales internas, permaneciendo en la pobreza o en unas condiciones de vida muy precarias la mayor parte de la población. 
A comienzos del siglo XXI:
La primacía europea ha desaparecido, tras dos feroces guerras mundiales y el hundimiento de la URSS, a favor de la hegemonía estadounidense.
Han desaparecido los imperios y la mayoría de las colonias se han convertido en países formalmente independientes. Sin embargo, por lo general mantienen una situación de dependencia con respecto a los países desarrollados y especialmente a las principales potencias. Los EEUU y el Japón se han convertido en las mayores potencias industriales, una categoría que mantuvo también la antigua Unión Soviética y en menor medida tiene la actual Rusia. La industrialización se ha generalizado en Europa (llegando incluso a la sociedad postindustrial) y en buena parte del mundo, apareciendo potencias emergentes como China, el Sudeste asiático o la India.
En el mundo occidental predomina el régimen democrático, que goza de condiciones de estabilidad. En el resto del mundo aparecen situaciones muy diferentes, desde las aún débiles democracias iberoamericanas a los regímenes dictatoriales o pseudo-democráticos en la mayor parte de África y Asia.
La población mundial prácticamente se ha multiplicado por tres, si bien la mayor parte está subalimentada. En los países occidentales la mayoría de la población ha accedido a la clase media y la sociedad del consumo.
Todo ello ha sido logrado fundamentalmente por los llamados países desarrollados, mediante dos caminos diferentes que dividieron al mundo en dos bloques de carácter ideológico y económico: el capitalismo y el comunismo. Éste, que en 1917 era sólo un régimen incipiente en un solo país, desde mediados de siglo se convirtió en un sistema mundial opuesto a las democracias capitalistas, hasta el hundimiento del bloque soviético desde 1989.
¿Que es lo que ha ocurrido en este período? Sin duda, había tenido lugar un gran cambio dentro de la propia contemporaneidad. Fue en Europa donde hizo su  primera aparición casi todo lo que hoy se entiende por contemporáneo. Caracteriza a la época contemporánea la creación por parte de Europa de la más poderosa combinación de estructuras política, económica, tecnológica y científica que el mundo hubiera visto nunca. El continente experimentó un proceso de modernización que supuso para sí mismo una transformación radical con un efecto también abrumador sobre otras culturas del resto del globo, creando lo que hoy entendemos por contemporáneo, una especie de civilización que se impone a las culturas tradicionales del mundo o que penetra en ellas (globalización). Esta civilización es una unidad entrelazada en la que las condiciones en una parte del globo tienen repercusiones en la otra. Las comunicaciones son casi instantáneas y las noticias se difunden por doquier. Si el aire se contamina en un país, los países vecinos se ven aquejados; si el petróleo deja de correr desde Oriente Medio, la vida del resto del mundo desarrollado se torna muy difícil. El mundo contemporáneo depende de unos elaborados medios de transporte, de una ciencia, una industria y unas máquinas, de nuevas fuentes de energía para satisfacer demandas crecientes, de una medicina científica, de una higiene pública y de unos métodos de producción de alimentos. Estados y naciones, cuando no funciona la diplomacia, libran guerras con métodos avanzados. Hay una red mundial de finanzas y de comercio, de préstamos y deudas, de inversiones, que dar origen a fluctuaciones en los intercambios económicos. Todos estos aspectos son los indicios de la contemporaneidad y aparecieron por primera vez en el mundo europeo. Ocurrió sin embargo no que la contemporaneidad viera interrumpido su despliegue, sino que el dominio europeo sobre el mundo, iniciado hace unos 500 años, cuando los pueblos ibéricos descubrieron América y abrieron las rutas del mar hacia Asia, fortalecido mediante el desarrollo científico y económico de los siglos siguientes, y que alcanzó su cenit con los imperios coloniales europeos a comienzos del siglo XX, entró entonces en crisis y en pocas décadas declinó considerablemente, en parte a causa de conflictos surgidos en su seno, pasando el uso y el desarrollo del aparato que le había dotado del dominio mundial a otros países. Y lo hizo también la concepción social e ideológica (el liberalismo ochocentista) que había informado la forja de la primera contemporaneidad, que sería arrumbada por la irrupción de las masas.

Estructura de un segmento de una doble hélice de ADN

Estructura de un segmento de una doble hélice de ADN
¿Como se pudo dar tamaña transformación a lo largo del siglo XX? El declive europeo no lo fue de la civilización que había creado el viejo continente. Hay muchas razones del cambio del mundo. Entre ellas está el propio efecto de la expansión mundial de la civilización europea, de la modernidad. Como ya ocurría en Europa a finales del siglo XIX, a lo largo del siglo XX en todos los países fueron cundiendo los indicios de la contemporaneidad: se fueron ejerciendo presiones a favor de un incremento de la democracia y todos los gobiernos se vieron en la necesidad de tratar de suscitar las energías y ganar el apoyo de sus pueblos. En casi todas las sociedades del mundo, como venía sucediendo en Europa desde el comienzo de la revolución industrial, se fueron relajando las viejas costumbres y se pasó a cuestionar las religiones ancestrales y los órdenes dados, dándose una exigencia de liberación colectiva e individual y de expectativa de niveles de vida más altos, pero también un afán de mayor igualdad en una multiforme variedad de campos (mayor igualdad entre los países pero también dentro de ellos entre los sexos, las razas, los grupos sociales, las religiones o las propias partes de un mismo país. Todo el mundo fue conociendo los movimientos a favor del cambio social y político, que fueron en no pocos casos revolucionarios e incluso catastróficos.
La principal razón es con todo que el planeta ha asistido a lo largo del siglo XX al mayor progreso técnico-científico jamás conocido, a portentosos avances en el conocimiento de la naturaleza y a una explosión de creatividad indagadora y revolucionaria en los campos de las ciencias sociales, las letras y las artes. La revolución tecnológica, científica y económica experimentada por el mundo desde finales del siglo XIX alteraría sustancialmente las estructuras sociales y políticas y fue la base para el despliegue de las fuerzas colectivas –el nacionalismo y los otros grandes movimientos de masas- que erosionaron en todos los sentidos el orden liberal del siglo XIX. El hombre descubrió cómo explotar los recursos económicos del mundo y llevó a cabo planes para concentrar energías, facilitar la comunicación, ahorrar trabajo y aplicar los progresos técnicos. Inventó el motor de combustión interna (explosión) con petróleo; comenzó a utilizar masivamente la electricidad y la energía nuclear; produjo acero de alta calidad y en cantidades masivas; descubrió nuevos minerales y nuevas fuentes de energía como la ya señalada o el gas natural; inventó el avión, que revolucionó la guerra y la paz; cambió el paisaje de la tierra, alterando el curso de los ríos y construyendo enormes embalses para mejorar las condiciones de vida; creó extensísimas concentraciones urbanas...
La ciencia apareció cada vez más profundamente mezclada con la vida del hombre, afectado tanto por la revolución de las ciencias físicas (auge de la física atómica, renovación de la química, avances en la astrofísica y la geofísica, en el campo de las ondas y la electrónica) como por las conquistas de la biología (estudio de los microorganismos) y la revolución de la medicina (la genética, las nuevas concepciones y técnicas médicas, el avance en la lucha contra las enfermedades infecciosas, los milagros en la cirugía). Pero también hay que señalar los progresos de la técnica en el campo industrial (destacan las industrias de síntesis, las materias plásticas, las industrias metalúrgicas, los avances en los transportes) y en el agrícola, donde a la mecanización y automatización se sumaron la biología y la química agrícola, de notables consecuencias económicas. Paralela a estos avances fue la transformación de las condiciones de trabajo, que conjuntamente transformaron la vida cotidiana.
El mundo actual es la era de las ciencias y las técnicas por excelencia, símbolo de la civilización del siglo XX, en el que los hombres comprendieron su importancia. Es en ese aspecto donde radica el componente fundamental para explicar la aceleración de la historia que caracteriza al período: el ritmo de invenciones y progresos se precipita, multiplicándose sus efectos. Los avances científico-técnicos están detrás tanto de las guerras como del cambio y mejora de la vida cotidiana, reflejo de la nueva visión del mundo, teórica y práctica, que imponen.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,21 sep 2008 20:39:10 GTM
<![CDATA[El regreso de Stefan Zweig (El misterio de la creación artística), ¡un antídoto contra la barbarie!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,791 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En casa de mi abuela materna siempre hubo biblioteca. A tal hecho seguro que contribuyó el que mi bisabuelo fuera escritor y un conocido periodista local, y que transmitiera a su hija el amor por los libros y la lectura. Cuando pienso en mi abuela siempre la visualizo con un libro en las manos, o comentando mientras tomábamos café en la cocina que estaba releyendo novelas de los grandes maestros norteamericanos, o de algunos Premios Pulitzer.

También me veo a mí mismo de niño siguiendo con los ojos las estanterías atiborradas de libros y desperdigadas por diversas habitaciones del gran piso en el que vivía ella. Paradójicamente los ejemplares multicolores aportaban a la vez solemnidad, alegría y un cierto dinamismo a las estancias, y frente a ellos me embargaba una extraña sensación de sosiego. Recuerdo que había nombres de autores extranjeros que se repetían con frecuencia en los lomos de los libros, autores que empezaron entonces a hacérseme familiares y que dejé de ver durante un largo periodo de mi vida en otras buenas bibliotecas de amigos o de instituciones culturales y académicas cuando fui haciéndome mayor. Nombres como los de Stefan Zweig, Sándor Márai, Vicki Baum, Pearl S. Buck, Emil Ludwig, Lajos Zilahy, Sommerset Maugham, John Galsworthy, Knut Hamsun, François Mauriac... Nombres que es posible que a muchos de los lectores jóvenes de nuestros días no les suenen absolutamente de nada, y a otros lectores, un poco más veteranos, les suene sólo a autores relacionados con obras menores de carácter tranquilo y burgués.

Quizá pocos de esos lectores sepan o intuyan que entre los nombres citados figuran los de cuatro premios Nobel de Literatura, y que todos los mencionados fueron apenas hace cinco décadas escritores muy prestigiosos y valorados por los lectores y especialistas de todo Occidente. Pero los prestigios y las famas pasan, se avejentan, a veces responden a meras modas, a momentos y a situaciones muy concretas. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, al margen de modas y éxitos, todos los escritores mencionados son autores de una obra sólida, extensa, y de una calidad media mucho más que estimable, sobre todo si la comparamos con buena parte de lo que hoy se ofrece en nuestras librerías. ¿Qué ha sucedido con ellos? ¿Qué explica que su obra poblase las bibliotecas de familias de clase media y burguesas de medio mundo y ahora apenas nadie los lea y sus obras no se reediten?

La explicación no se me antoja muy difícil. Son todos ellos escritores de otro mundo, de otro tiempo, de sociedades del pasado cuyos valores en gran medida ya no son los de las nuestras. Y esos valores, esos conceptos que para ellos configuraban el disco duro de su inteligencia y sentimientos, hoy o han desaparecido o se encuentran en franco declive. Ideas, conceptos, formas de vivir, sentir y escribir que fueron el más sofisticado resultado de años y años de civilización burguesa y liberal europea. Una civilización que, tras los terribles acontecimientos de las dos guerras mundiales y sus muchas consecuencias, sencillamente se eclipsó, y los escritores que de alguna manera la simbolizaban desaparecieron con ella, algunos como Zweig o Márai incluso suicidándose.

Stefan Zweig: El misterio de la creación artística (Séquitur, 2008)

Stefan Zweig: El misterio de la creación artística (Séquitur, 2008)

Hoy en día, cuando desde algunos sectores políticos e intelectuales europeos se reclama una vuelta a nuestros comunes orígenes culturales y civilizatorios, cuando se señala que sólo partiendo de los valores que nos son propios podremos seguir avanzando hacia el futuro, ahora, repito, es cuando la gigantesca figura de autores como Zweig o Márai vuelve a interesar, cuando sus libros vuelven a editarse, a leerse, a estudiarse.

Ejemplo contundente de este irrefrenable regreso a nuestra literatura es el del austriaco Stefan Zweig, de quien, tras el éxito inesperado de la reedición de esa obra maestra que es Una piedad peligrosa hace ya casi 10 diez años, se están reeditando numerosos de sus muchísimos títulos, casi todos por la editorial barcelonesa Acantilado, sello que en este y en otros sentidos está realizando una labor admirable y a imitar.

Sin embargo quiero recomendar ahora un título imprescindible de Zweig que acaba de ser editado por la editorial Sequitur. Se trata de la muy cuidada y barata reedición de El misterio de la creación artística. Se trata de una miscelánea de textos en la que figuran la conferencia del mismo título, una serie de cartas que el autor le envió a su mujer desde Argentina dos años antes de matarse (cartas en las que Zweig explica cómo preparó la conferencia), el texto fúnebre que Zweig leyó en el funeral del poeta y libretista de ópera Hugo von Hofmannsthal, y el artículo dedicado al director de orquesta italiano Arturo Toscanini que sirvió de prólogo al libro que sobre dicho músico escribió Paul Stefan.

Claudio Magris ha descrito al Stefan Zweig que huyó de Alemania ante la llegada de la barbarie nazi como “un humanista tardío y fuera de tiempo”. Quizá no haya mejor descripción del escritor refugiado en distintos lugares de Hispanoamérica y que acabó quitándose la vida en Petrópolis, Brasil, en 1942. Y ese es el tipo de escritor con el que vamos a toparnos leyendo El misterio de la creación artística, conferencia que el cosmopolita y crepuscular Zweig pronunció en Buenos Aires.

¿De qué trata la conferencia? Pues de intentar dar respuesta a eso que algunos tantas veces nos hemos preguntado: ¿qué es una obra de arte?, ¿qué hace que un ser humano cree un artificio para ahondar en lo inexplicable, en las zonas más luminosas y más oscuras de la existencia? Las respuestas a estas preguntas sabemos que son imposibles desde un punto de vista de pura hermenéutica racional, pero así todo Zweig lo intenta desde su propia condición: la de artista de veras.

Mozart, Bach, Wagner… el arte y los artistas, su fe revolucionaria, su obsesión por la permanencia en el tiempo, desfilan por las páginas de este ensayo hermoso y de fácil lectura que sólo puede calificarse como de obra maestra de la reflexión humanista y antiacadémica.

Un libro más, otro en español, de ese escritor popular y elitista a un tiempo, encarnación casi perfecta del europeo civilizado del periodo de entreguerras, de un ideal europeo (culto, sofisticado, cosmopolita, humanista en el sentido pleno de la palabra...), que se vio incomprensiblemente arrastrado y ahogado por las negras corrientes totalitarias de un tiempo que, lamentablemente, siempre parece a punto de regresar.

Leamos a Zweig. ¡¡¡Es una forma inmejorable de combatir la barbarie!!!

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,18 sep 2008 20:18:47 GTM
<![CDATA[Allianz, el lobby judío de Nueva York y el fútbol americano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,790 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En la ciudad de Nueva York hay dos grandes equipos de fútbol americano: los Giants y los Jets. En Nueva Jersey se está construyendo un gran estadio para que los dos equipos disputen sus encuentros. El nuevo estadio está previsto que se inaugure en el año 2010, y el coste de su construcción ascenderá a la respetable cantidad de 78 millones de dólares.

Quizá algunos de ustedes sepan que de un tiempo a esta parte se ha puesto bastante de moda que grandes compañías multinacionales pongan su nombre a los nuevos estadios deportivos que se construyen. Las compañías costean toda o una buena parte de la construcción del edificio, y a cambio obtienen numerosas ventajas publicitarias de todo tipo, quedando de alguna manera ligado el nombre de la compañía a los grandes equipos que compiten en el estadio y a sus aficiones/consumidores/clientes potenciales.

En los EE.UU. tales acuerdos deportivo-empresariales tienen bastante más tradición que en Europa, aunque de un tiempo a esta parte en el Viejo Continente empieza a ser una práctica lucrativa e interesante para todas las partes implicadas en el negocio.

A este respecto el ejemplo que quizá ilustra mejor lo dicho está en el nuevo campo de fútbol del equipo más emblemático y laureado de Alemania, el mítico Bayern de Munich. Me refiero al ya famoso Allianz Arena, campo inaugurado en el año 2005 con capacidad para casi 70.000 espectadores en la afueras de la capital bávara, y donde actualmente disputan sus partidos el Bayer y el más modesto TSV 1860 München.

El estadio Allianz Arena

El estadio Allianz Arena (foto procedente de la web de la compañía Allianz)

Pues bien, la misma compañía de seguros alemana que da nombre al nuevo campo de fútbol del Bayer de Munich, era la que estaba en negociaciones para construir y dar nombre al nuevo estadio de los Giants y los Jets en New York. Las negociaciones no iban por mal camino hasta que la noticia saltó a las páginas de los principales medios de comunicación de la ciudad, es decir, hasta que el común de los mortales neoyorquino se pudo enterar. A partir de ese instante todo esfuerzo negociador se fue al traste, y definitivamente Mark Camping, presidente del estadio, ha anunciado ya públicamente que el nuevo edificio de ninguna manera llevará el nombre de Allianz.

¿Por qué?, ¿qué ha acontecido para que las negociaciones se suspendieran radicalmente, y para que los responsables del nuevo campo se nieguen a tener nada que ver con la gran compañía de seguros Allianz? Protestas, protestas sin número y al más alto nivel por parte de uno de los lobbys (grupos de presión) más poderosos de los EE.UU., más influyentes del mundo: el lobby judío, las organizaciones judías radicadas en Nueva York, el centro financiero del orbe contemporáneo occidental.

Aducen los grupos de presión judíos estadounidenses que Allianz fue una de las compañías que más vieron beneficiados sus negocios durante la época nazi, y el gobierno de Adolf Hitler, desde 1933 hasta 1945. Es más, las poderosísimas organizaciones judías aducen que la compañía se servicios financieros y de seguros fundada en Munich, fue la más favorecida por el traspaso que a ella hicieron las autoridades nazis de cuentas y recursos de todo tipo pertenecientes a las distintas aseguradoras de los ciudadanos judíos a los que se les privó de dicha propiedad por el mero hecho de ser judíos.

En otras palabras, las organizaciones judías norteamericanas acusan directamente a Allianz de ser una compañía fortalecida y desarrollada con buena parte de los recursos financieros y seguros que se les robó en expolio a las compañías aseguradoras alemanas de origen judío.

Allianz de momento no ha contestado directamente a las acusaciones. Lo que está claro es que el campo de los Giants y los Jets que se abrirá al público en 2010 no llevará el nombre de la compañía multinacional alemana. Y es que en la Gran Manzana una palabra del lobby judío basta para destruir o construir. Así están las cosas, y así se las quiero contar.


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Wednesday,17 sep 2008 21:7:44 GTM
<![CDATA[El cameo travestido de Alfred Hitchcock, o ¿sale Hitchcock ahora del armario?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,789 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hacer un “cameo” en una película es cuando alguien reconocible por la mayoría de los espectadores, actor o no, aparece muy brevemente y de forma anecdótica en algún momento de la cinta. La aparición debe ser muy breve en tiempo, pero suficientemente significativa como para que el público pueda percatarse y lo celebre.

Los cameos no son nada infrecuentes en el mundo del cine; los hay muy famosos y los hay que pasan casi desapercibidos. Sé que incluso hay películas construidas a base de puros cameos de actores célebres que, disfrazados hasta lo irreconocible, deambulan a decenas por la historia filmada que se nos muestra. No recuerdo ahora el título de la cinta, pero de niño me llamó mucho la atención una película de misterio en la que, a su término, muchos actores de Hollywood se hacían reconocibles en plano medio y fijo despojándose del disfraz que les había hecho pasar desapercibidos en apariciones fugaces, incluso sin frases.

Pero como en todo en esta vida también en los cameos hay campeones, auténticas estrellas del oficio, verdaderos maestros en el arte del aparecer fugazmente pero de manera muy reconocible en una película. La figura indiscutible del cameo universal es Alfred Hitchcock, quien suma además a sus breves intervenciones una notabilísima particularidad más que notoria: él dirigía las películas en las que se deja ver con su figura oronda, irónica, cachonda y muy reconocible.

Alfred Hitchcock de mujer

Fotograma de Con la muerte en los talones de Alfred Hitchcock (procede de la web http://hitchcock.tv/)

Don Alfred tiene contabilizados nada más y nada menos que 37 cameos completamente verificados y contrastados a lo largo y ancho y de los 52 largometrajes que realizó. Pero la noticia ha saltado recientemente, y al parecer habría que sumarle uno más, el número 38. Un loco entrañable de esos que pasan horas y horas analizando las películas de los grandes maestros plano a plano (conozco a alguno, no crean), ha descubierto que exactamente en el minuto 44 de la película Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959), Hitchcock aparece disfrazado de mujer en un plano secuencia muy breve en el que el protagonista de la cinta, Cary Grant, sale con gafas de sol del servicio de un vagón de tren, y se dirige al fondo del vagón dando la espalda a los espectadores. Pues bien, en la fila de viajeros que queda a la derecha de la espalda de Cary Grant, con zapatos de tacón, vestido azul y una especie de cofia en la cabeza, los expertos han descubierto a un travestido Hitchcock haciendo el cameo más secreto, oculto y fetichista de toda su filmografía.

Se da la circunstancia de que en dicha película el director realiza un “cameo oficial” que no pasa desapercibido para ningún espectador medianamente atento: a punto de subir a un autobús, a don Alfred se le cierran las puertas del mismo en las narices justo inmediatamente después de que Cary Grant sí consiga subirse al vehículo.

Tiene gracia que uno de los directores más declaradamente misóginos de la historia hiciera un cameo secreto y nunca subrayado disfrazado de oronda mujer vestida de azul, con zapatos de tacón y frente a la que desfila uno de los hombres más atractivos de la historia del cine más glamuroso de todos los tiempos, Cary Grant.

¿Este ejercicio de travestismo no confeso fue una ironía cómica y cachonda más del grandísimo director?, ¿una broma oculta a la espera de ser descubierta por espectadores avispados?, ¿un reto propuesto por Hitchcock para medir la atención del público?... ¿o estamos ante una salida del armario en toda regla expresada en el grito silencioso de un fotograma cinematográfico camuflado en la historia de un largometraje? De ser así estaríamos ante una confesión, un mensaje, una comunicación a largo plazo con algo de conmovedora y un mucho de genial. De ser tan solo una broma, estaríamos ante una risotada póstuma, sutil y quizá con matices misóginos, de uno de los directores más grandes de todos los tiempos.

Voy a buscar inmediatamente en Con la muerte en los talones (North by Northwest) el minuto 44. Luego tomaré postura al respecto. Gracias.

***


¿Otro cameo más de Hitchcock en Tras la muerte en los talones? Fíjense en la señora mayor que disputa el taxi, ¿ustedes qué opinan?



Vídeo colgado en YouTube por yuanyelele


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Tuesday,16 sep 2008 20:37:38 GTM
<![CDATA[Discurso de Jesús Laínz en la Diada Catalana 2008]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,788 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Ha sido la que terminó ayer una semana sin mucho tiempo para respirar. El lunes 8 marché a Londres con un grupo de artistas y poetas cántabros para inaugurar una exposición y leer poemas en el Instituto Cervantes de la capital inglesa (a tal viaje y experiencia espero dedicarle un post en estas páginas a no mucho tardar).

El jueves día 11 regresé a Santander y a la cotidianeidad, y nada más hacerlo numerosas goteras ayudaron a inundar parte del centro cultural en el que trabajo, y eso que apenas dos o tres días antes, y tras tres semanas de esfuerzos, un grupo heterogéneo de operarios en el que se mezclaban españoles, africanos, ucranianos y rumanos, se supone que arreglaron el tejado por completo.

Tras horas de achicar agua, pasar fregonas y salvar del naufragio libros, revistas y ordenadores, el sábado día 13 cogí a mi perro Miller, lo metí en el coche y me lancé a Madrid, ciudad de la que acabo de regresar en este mismo instante, 8 de la tarde del día 15, lunes festivo en Cantabria, donde paradójicamente en estos tiempos que corren celebramos una festividad tan católica como la de la Virgen Bien Aparecida.

Lo que quiero decirles e ilustrar, es que llevo unos cuantos días con la cabeza perdida y el cuerpo en estado casi gaseoso, y que en estas condiciones me ha sido complicado acudir puntualmente a la cita escrita con todos ustedes, lo que lamento de veras, aunque también el caso me da la oportunidad de saber que algunos me echan en falta, vitamina fantástica para el ego y la vanidad que cultivo con algún esmero.

He estado estos días madrileños elucubrando un sistema o método para clasificar seres humanos cuya eficacia y trascendencia va a ser proverbial, y muy probablemente me granjee premios, distinciones, honores y demás prebendas con las que me aseguran seré feliz y viviré mejor.

Espero no dar a conocer dicho método hasta el próximo miércoles día 17, fecha que quedará sin duda grabada con letras de oro en la historia de la humanidad. Pero mientras hago públicas las conclusiones de mis reflexiones y del nuevo método de clasificación del género humano fruto de las mismas, lo cierto es que son las 8 de la tarde, estoy envejecido por tanto viaje y estrés, y se me hace todo un mundo cuesta arriba el sentarme ahora frente a la pantalla en blanco del ordenador y comenzar a escribir unas líneas que mañana les puedan servir a ustedes de solaz, entretenimiento, reflexión, información..., o sencillamente les hagan acordarse de la madre que me parió, lo que también serviría para cumplir con el objeto de estas líneas: que me lean y frecuenten muy a menudo estos Ojosdepapel en los que otros tantas cosas estupendas dicen.

Atónito y sin fuerzas ante la cuesta arriba escrita que se me plantea, nuevamente viene al rescate mi oportunísimo amigo Jesús Laínz, quien me envía un correo electrónico con fragmentos del discurso que, al parecer, ha pronunciado el pasado día 11 en Barcelona con motivo de la celebración de la Diada catalana. A pronunciar dicho discurso le ha invitado Ciutadans/Ciudadanos con Albert Rivera a la cabeza. Puedo asegurarles que no he leído las palabras de Jesús Laínz que aquí voy a dejar insertadas para su lectura y posterior debate, si se tercia. Pero me fío de Jesús, y me fío de Ciutadans..., quiero decir que seguro que no se dicen insensateces sin cuento, seguro que no tienen algún interés, seguro que invitan a la reflexión y al debate. Y como imagino además que este tipo de discursos antinacionalistas (¡conociendo a Jesús!), no tienen mucho espacio para su lectura y debate en los medios al uso catalanes y del resto de España, pues aquí queda plasmado, dando la oportunidad de que se lea, se conozca, se piense sobre él y..., que cada cual saque sus propias conclusiones o lo enfrente a sus propias opiniones. Les dejo con Jesús en unas palabras pronunciadas, insisto, el pasado día 11 de septiembre en la ciudad de Barcelona.



Jesús Laínz en el acto organizado por Ciutadans en la Diada del pasado 11 de septiembre (foto recogida de la web de Ciutadans)

Discurso de Jesús Laínz, 11 de septiembre, en Barcelona:

“Antes de nada he de agradecer a Ciutadans y especialmente a Albert Rivera su invitación para estar aquí hoy compartiendo este rato con todos ustedes en este pequeño rincón de heterodoxia.

Para mí es un inmenso placer estar con ustedes en esta maravillosa ciudad porque confieso ser un impenitente pecador. Y la oportunidad de venir a pecar contra todos los mandamientos de la Santa Iglesia de lo Nacionalistamente Correcto precisamente aquí, en Barcelona, era una tentación en la que ha sido un placer caer. Porque el principal problema de la España de hoy, que condiciona la vida política de todos los días, es la Inquisición nacionalista, sobre todo la vasca y la catalana, pero no sólo de ellas, pues han logrado contagiar a casi todas las demás provincias españolas. He dicho nacionalistas, pero me gusta más decir separatistas, pues al decir nacionalismos parece que se les está concediendo que hay algo nacional detrás de sus planteamientos, lo cual es concederles demasiado.

El ideario nacionalista gira en torno a dos ejes centrales: el momento fundacional y el agravio. Sin esos dos ejes, los nacionalismos no podrían existir.

El primer eje es el momento fundacional, es decir el momento del pasado en el que los nacionalistas hacen arrancar su nación. Pueden ser varios, intercambiables según convenga. En Cataluña suele ser Wifredo el Velloso, al que han hecho padre de la nación catalana desde un momento histórico en el que ni el propio concepto podía concebirse. También suele echarse mano del conde Borrell y, cómo no, de Jaime I. Porque fíjense en un hecho curioso: los nacionalistas, que siempre están llorando por lo que les hizo y hace sufrir el imperialismo español, siempre escogen como momento arquetipo de la nación a recuperar el de más extensión territorial. Aquí es Jaime I, del que arranca la locura ésa de los Països Catalans que incluyen Valencia y Baleares; y en el caso vasco, qué casualidad, Sancho el Mayor, momento de mayor expansión del reino de Navarra.

Lo importante de este momento fundacional es que los separatistas están convencidos, y no hay quien les baje de su dogma, que probando la existencia de un reino, un condado, un ducado o un señorío en algún lejano siglo de la Edad Media, cuanto más lejos mejor, se obtiene el justo título para la secesión en el futuro. Que cuenten eso los separatistas en cualquier otro país de Europa, tan divididos en ducados, reinos y señoríos medievales como España, y verán las carcajadas que les dedican.

Pero de los ejes ideológicos de los separatistas que antes mencioné, es el segundo el que hoy nos importa: el del agravio. Porque sin un gran agravio nacional, sin un gran atentado colectivo contra la nación no hay nacionalismo que valga. Aquí también se da la intercambiabilidad: los agravios pueden ser varios, y se pueden utilizar, como comodines de la baraja, según convenga en cada momento. Ahí están, por ejemplo, el compromiso de Caspe, el Conde Duque de Olivares o Franco. Pero sobre todo está Felipe V y el famoso 11 de septiembre de 1714. Sin este mito nacional, perdón, sin el falso mito falsamente nacional del 11 de septiembre el nacionalismo catalán no tendría razón de existir. Fíjense si tiene valor simbólico este mito que Carod-Rovira ha anunciado que el gran referéndum nacional catalán habrá de celebrarse dentro de seis años, el 11 de septiembre de 2014, tercer centenario del fin de la independencia de Cataluña. Según este mito, Cataluña habría sido independiente hasta ese momento, en el que España habría conquistado Cataluña por la fuerza de las armas. Y los bandos contendientes en 1714 serían los catalanes contra los españoles. Pero cualquiera que haya abierto alguna vez un libro de historia no contaminado por la esquizofrenia nacionalista sabe que en 1714 no se enfrentaron catalanes contra españoles, sino españoles de todas las regiones, partidarios de un candidato al trono de España contra otros españoles, de todas las regiones, partidarios de otro candidato al trono de España.

Por muchos intentos que haga la Santa Inquisición de lo nacionalistamente correcto, la mentira nacionalista se cae por todas partes:

-No es cierto que los catalanes fuesen austracistas y los castellanos borbónicos, pues catalanes y castellanos los hubo por igual en ambos bandos.

-Muchos de los más importantes gobernantes castellanos fueron austracistas, mientras que en Cataluña hubo comarcas enteras que se destacaron por su borbonismo. El archiduque Carlos hasta fue recibido triunfalmente en Madrid como rey de España.

-El famoso 11 de septiembre de 1714 combatieron igual número de catalanes a un lado y al otro de las trincheras, pues aunque la Inquisición lo oculte, el ejército de Felipe V estaba lleno de voluntarios catalanes.

-No sólo todos los catalanes no fueron austracistas, sino que los que lo fueron no tuvieron nada de separatistas. Si los nacionalistas de hoy pudiesen viajar en el tiempo en la máquina de H. G. Wells y les dijesen a los catalanes de 1714 que estaban muy contentos de saludar a sus antecesores en la lucha contra España, les encerrarían en un manicomio. Los catalanes austracistas presumían de ser los más españoles de todos. La opción por el candidato habsburgo estuvo motivada fundamentalmente por el apego de los catalanes hacia la Castilla habsbúrguica y por su rechazo a la Francia borbónica, a la que veía como enemiga de España.

-Los catalanes que lucharon y murieron el 11 de septiembre lo hicieron en defensa de España, del rey de España y de la libertad de España, y consideraban que los españoles que apoyaban a Felipe V estaban engañados, como textualmente escribió Rafael Casanova. Esta defensa de la España tradicional frente a las influencias extranjeras fue recordada por el más insigne pensador del conservadurismo español, Marcelino Menéndez Pelayo, quien consideró la victoria de Felipe V una desgracia para España:

No es ciertamente agradable ocupación para quien quiera que tenga sangre española en las venas, penetrar en el oscuro y tenebroso laberinto de las intrigas que se agitaron en torno al lecho de muerte de Carlos II, y ver a nuestra nación, sin armas, sin tesoros ni grandeza, codiciada y vilipendiada a un tiempo mismo por los extraños; repartida de antemano y como país de conquista en tratados de alianza, y luego sometida a vergonzosa tutela, satélite humilde de Francia, y perder sus mejores posesiones de Europa por el Tratado de Utrecht, en que inicuamente se la sacrificó a los intereses de sus aliados, y perder hasta los últimos restos de sus sagradas libertades provinciales y municipales, sepultadas bajo los escombros humeantes de la heroica Barcelona (...) ¡Cuánto padecieron con la nueva dinastía el carácter y la dignidad nacionales! ¡Cuánto la lengua! ¡Cuánto la genuina cultura española, la tradición del saber de nuestros padres! ¡Cuánto su vieja libertad cristiana, ahogada por la centralización administrativa! (...)".

Seguro que nuestros ilustradísimos separatistas están muy contentos de saber que opinan lo mismo que Menéndez Pelayo.

Pero las interpretaciones sobran, ya sean de Menéndez Pelayo o de cualquier otro. Hay un método infalible para conocer y comprender los hechos históricos, y es contemplarlos en su desnudez, acudir directamente a las fuentes. Las fuentes tienen una gran virtud: dejar en evidencia a los falsarios.

Y qué mejores fuentes que las palabras de los dos principales protagonistas del 11 de septiembre que hoy celebramos: Antonio de Villarroel, el jefe militar a cargo de la defensa de Barcelona, y Rafael Casanova, el conseller en cap. El primero arengó a los combatientes con estas palabras:

Señores, hijos y hermanos: hoy es el día en que se han de acordar del valor y gloriosas acciones que en todos tiempos ha ejecutado nuestra nación. No diga la malicia o la envidia que no somos dignos de ser catalanes e hijos legítimos de nuestros mayores. Por nosotros y por la nación española peleamos. Hoy es el día de morir o vencer. Y no será la primera vez que con gloria inmortal fuera poblada de nuevo esta ciudad defendiendo su rey, la fe de su religión y sus privilegios.

En cuanto al segundo, ése al que hoy los separatistas y asimilados van a ponerle flores como caudillo independentista contra España, escribió lo siguiente el 11 de septiembre de 1714 a las 3 de la tarde para convocar a los barceloneses a defender las murallas de Barcelona por última vez:

Se hace también saber que siendo la esclavitud cierta y forzosa, en obligación de sus empleos explican, declaran y protestan a los presentes, y dan testimonio a los venideros, de que han ejecutado las últimas exhortaciones y esfuerzos, protestando de los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra común y afligida patria, y del exterminio de todos los honores y privilegios, quedando esclavos con los demás españoles engañados, y todos en esclavitud del dominio francés; pero se confía, con todo, que como verdaderos hijos de la patria y amantes de la libertad acudirán todos a los lugares señalados a fin de derramar gloriosamente su sangre y vida por su rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España”. Este es el caudillo independentista al que hoy homenajean los separatistas e imitadores.

Y las mismas descomunales mentiras se vierten sobre cualquier momento histórico, cercano o lejano. Es fácil rebatirlas, pero la técnica de los nacionalistas es ir saltando de mito en mito según se los van anulando. Y cuando ya no les queda ninguno, se agarran al argumento sentimental: Es que yo me siento catalán y, por lo tanto, no soy español.

Pero el problema de este argumento probatorio es que no prueba nada. Yo también podría darme aquí golpes de pecho explicando que me siento Brad Pitt y no por ello voy a ser Brad Pitt, para disgusto de mis admiradoras. Y ya podrá la mitad más uno de los catalanes proclamar a los cuatro vientos que se sienten íntima y profundamente marcianos, que no por ello las mágicas potencias de las urnas les van a convertir en marcianos.

Además, la pregunta esencial que deben responder nuestros sentimentales separatistas es la siguiente: muy bien, usted se siente catalán y, por lo tanto, no español. Pero, sin toda esa riada de mitos que acabamos aquí de desvelar y que usted, uno a uno, me ha ido concediendo que son mentira, sin todos esos argumentos que han construido en usted una identidad falsa y que le han empujado a usted a odiar a España, ¿diría usted lo mismo? ¿Sostendría usted que es catalán y no español? La respuesta, evidentemente, es NO.

Si las causas de su sentimiento nacional son falsas, ¿cómo es posible seguir manteniendo las consecuencias? No es posible admitir la falsedad de las causas y sostener la legitimidad de las consecuencias.

Nadie sabe qué deparará el futuro a Cataluña y si la esquizofrenia separatista finalmente conseguirá sus delirios. Pero una cosa es segura: si la defensa de la identidad catalana, si la construcción de la nación catalana, pasa por la falsificación sistemática de dicha identidad, por el ocultamiento, por la manipulación educativa, por la censura de las opiniones discordantes, por la imposición lingüística, por la incitación al odio, por la mentira continua, esa Cataluña del futuro no será otra cosa que un inmenso, odioso y vergonzoso fraude.”


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,15 sep 2008 20:44:58 GTM
<![CDATA[Falstaff, la última sonrisa de Verdi]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,786 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

 

"Tutto nel mondo e burla" ("Todo en el mundo es una burla").
Palabras finales de Sir John Falstaff en el Falstaff verdiano.


En 1840, un Verdi de 27 años estrenaba en la Scala de Milán su segundo trabajo para la escena, Un giorno di Regno, ópera buffa con libreto de Felice Romani que no puede decirse despertase un vivo entusiasmo entre los aficionados. Ante el escaso éxito de su propuesta, el propio músico consideró que su talento musical estaba poco dotado para la comedia, y sus siguientes 25 óperas fueron todas dramas.

Hubo de pasar más de medio siglo para que un anciano Verdi de casi 80 años volviese a estrenar de nuevo una comedia, la que sería además su definitiva despedida de los escenarios: Falstaff (la Scala, 1893).

Qué llevó al maestro, al hombre que había conseguido lo inimaginable en su oficio, a arriesgar tanto en lo que sin duda era su adiós al mundo operístico. La intriga se acrecienta si pensamos que las despedidas de los grandes músicos casi siempre han participado de un evidente carácter crepuscular, han sido obras llenas de premonición dramática, adioses a la vida llenos de dolor, melancolía y resignación (como la caricia que Ethan Edwards -John Wayne- se da a sí mismo en la escena final de Centauros del desierto). Estoy pensando, por ejemplo, en la Patética de Chaikowski, en los últimos cuartetos de Beethoven, en el adagio final de la Novena de Mahler... Por contra, el melodramático Verdi se despidió con una amplia sonrisa, agitando irónico, a modo de pañuelo blanco, la genialidad definitiva de Falstaff.

Hagamos un poco de memoria para descubrir que buena parte de la culpa la tuvo Arrigo Boito, personaje de un interés extraordinario. El estreno en la Scala en el año 1887 de Otello había sido un triunfo de tal envergadura, que hoy convertiría el de la estrella más rutilante del rock en el éxito de un principiante en una fiesta de adolescentes. El que más tarde sería leyenda de la dirección orquestal del siglo XX, Toscanini, entonces violonchelista en la orquesta de la Scala, sacó esa noche a su madre de la cama, la obligó a arrodillarse y a gritar ¡Viva Verdi! La crítica escribió tras el estreno: “De ahora en adelante no será posible componer música para versos lamentables ni para absurdos dramas musicales”. Verdi tenía entonces 74 años, y había alcanzado la cumbre con su personal recreación del drama de Shakespeare, gracias también, por supuesto, a un soberbio libreto de Boito.

Casi dos años después, Boito envió al músico un esbozo de Falstaff, libreto basado en Las alegres comadres de Windsor y en materiales adicionales extraídos de las partes I y II de Enrique IV. Verdi quedó encantado con la idea, pero escribió al libretista: “Mientras uno vaga por el reino de las ideas, cada perspectiva es un placer, pero cuando uno se instala abajo, en la tierra, en las cuestiones prácticas, las dudas y el desánimo sobrevienen. Bosquejando Falstaff, ¿no ha pensado usted en el cuantioso número de mis años?”

Boito contesto a las dudas con una frase del poeta Foscolo cargada de íntima sabiduría: “Cada sonrisa añade un hilo al tapiz de la vida”, y luego siguió “durante toda su vida usted ha estado buscando un buen tema para una ópera cómica y esto es un signo de que la vena de un arte, que es de una noble alegría, está, virtualmente, existiendo en su cerebro”. A lo que Verdi contestó: “¡Amén, y que así sea! ¡Escribiremos Falstaff! ¡No pensaremos, de momento, en los obstáculos de la edad o de la enfermedad!”.



"Tutto, nel mondo e burla" de la ópera Falstaff de Giuseppe Verdi (vídeo colgado en YouTube por jeffro887)

En 1890 Verdi escribió al crítico de arte Gino Monaldi: “Boito ha barrido el camino de todos los ‘peros’, y me ha escrito una comedia lírica que es diferente de todas las otras. Yo mismo estoy disfrutando, escribiendo la música”.

Otello y Falstaff son el resultado de toda una vida de aprendizaje a través del esfuerzo, los ensayos y la depuración. Si Otello es la culminación del trabajo de Verdi en el terreno de la tragedia, Falstaff lo es en el de la comedia. Son las dos caras de una misma moneda.

Los críticos han definido Falstaff como la obra definitiva en la campo de la alegría intelectual, de la comedia lírica latina. Dicen que en ella se encuentra la profundidad de Shakespeare expuesta con la alegre malicia y los colores de Boccaccio. Falstaff representa el triunfo de la vida, un triunfo que disfrutan la juventud y la vejez jugando al amor y barajando las cartas de la ironía y la burla.

En el estricto terreno musical, Andrew Porter señala que la ópera está organizada “mediante plásticos y sutiles moldes de motivos rítmicos y melódicos, a menudo desarrollados por ostinati que nunca se mantienen por más tiempo que el prudencial y están siempre listos para aparecer aquí y allí en estallidos orquestales y risa vocal”. El refinamiento orquestal (que hizo sucumbir a Karajan, Toscanini, Solti o Giulini) es absoluto, burbujeante. Hay una deslumbrante abundancia melódica trenzada en “arias” que apenas duran unos segundos, dando la impresión de que lo lírico y lo declamatorio se han fundido en una sola línea, en un sólo número con secuencias melódicas ininterrumpidas.

Falstaff no es sólo una parte del testamento musical de Verdi (la otra sería Ottelo); es la visión que del vivir nos lega desde la trabajada altura de sus 80 años. Visión que resumió de su puño y letras en unas líneas “dirigidas” a su alter ego, John Falstaff, y que Toscanini descubrió en la manuscrito original de la ópera 25 años después de su estreno: “Todo ha terminado. Anda, anda, viejo John. Ve por tu camino tan lejos como puedas. Divirtiéndote, pillastre, siempre escondido bajo las máscaras que llevas puestas, diferentes en cada momento y lugar. Anda, anda, sigue, continúa, adiós".

 
Nota de la Redacción: otros artículos de Juan Antonio González Fuentes sobre Verdi y sus obras:

Tutto Verdi!!!

Simon Boccanegra, un Verdi de tintes oscuros en Valencia

El Trovador en el Teatro Real: paso al desenfreno

Verdi e Isaiah Berlin, o de erizos y zorras

Verdi 1874, de José Hierro

Aida de Verdi en el Liceo barcelonés

Un ballo in maschera (Verdi) en el World Trade Center con Mickey Mouse

Alphonsine Plessis: la dama de las camelias, la Traviata de Verdi


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,14 sep 2008 12:56:15 GTM
<![CDATA[Inge Morath: el arte de la disección en una foto]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,785 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Que la fotografía es una de las artes que ha experimentado mayor empuje en las últimas décadas, y que goza cada vez más del favor del público y del aprecio e interés de la crítica más seria, es algo que no ofrece discusión alguna, y que sólo recordarlo aquí tiene algo de repetitivo, viejo y apolillado.

Lo que ya no está tan manoseado es el asunto de que el aprecio y puesta en valor de la fotografía contemporánea tiene como una de sus principales consecuencias el aprecio y puesta en valor del trabajo de fotógrafos del pasado, algunos, en el mejor de los casos, considerados tan sólo como meros y competentes artesanos dedicados a trabajar temas tan menospreciados como la moda. Pienso ahora en fotógrafos tan inmensos como Edward Steichen, de quien puede verse una espléndida exposición de su trabajo para Condé Nast, de 1923 a 1937, en el Museo del Traje de Madrid.

En sendero parecido puede situarse la obra fotográfica que puede ahora verse en la Sala Ángel de la Hoz del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), dirigido por la historiadora de la fotografía Manuela Alonso Laza, y que puede verse hasta el próximo día 26 de este mes de septiembre. Se trata de trabajos de Inge Morath (Graz, Austria, 1923-New York, 2002), una fotógrafa maravillosa y polifacética, una mujer sorprendente, viajera empedernida, gran lectora y presa siempre de una curiosidad omnívora.



Inge Morath: retrato de la editora Eveleigh Nash en Buckingham Palace Mall (Londres, 1953)

Inge Morath descubrió la fotografía en los años 50 del siglo XX a través del que fue su primer maestro, Ernst Haas. Muy pronto comenzó a trabajar en la por aquel entonces recién creada Agencia Magnum, cooperativa creada en 1947 por un grupo de fotógrafos internacional con el objeto de hacer valer su trabajo tanto desde un punto de vista creativo como económico. Morath empezó a trabajar en la agencia como editora, pero rápidamente logró ser alumna y compañero de trabajo de un fotógrafo genial, Henri Cartier-Bresson.

Fotógrafa de Magnum, Morath capta el mundo siguiendo las principales reglas de la cooperativa, es decir, de cerca y despacio, con la finalidad última de darle sentido a cada encuadre y atrapar así la verdad más auténtica y abarcadora en cada instantánea. Trabajando para la agencia Inge Morath consiguió la fama especializándose en dos modalidades distintas: el reportaje de corte periodístico en blanco y negro, y sobre todo los retratos de personajes famosos y dispares, por regla general retratos encargados para ser publicados en grandes revistas periódicas norteamericanas y europeas. Inge Morath logró con sus retratos algo realmente notable. Además de captar en gran medida la esencia intima del retratado, los retratos de la austriaca logran atrapar también dentro de su encuadre la raíz de la época y de la sociedad a la que pertenece el retratado, sea este quien sea. De tal manera es así que, en sus retratos de actores de la época dorada del cine, en los de toreros españoles, o en los de las estrellas de la intelectualidad europea de después de la Segunda Gran Guerra, Morath parece haber logrado congelar en sus instantáneas el pulso vital de la época, la atmósfera del país, del ambiente en el que se desenvuelve cotidianamente el personaje. Los retratos de Inge Morath diseccionan no sólo al retratado, sino todo su mundo y circunstancias.

Buena prueba de lo dicho es el retrato de la editora Eveleigh Nash en Buckingham Palace Mall, Londres, 1953, que aquí reproducimos. Es un soberbio ejemplo de lo dicho, pues a la eficacia del retrato en sí de la dama (de un glamour crudo y despiadado), hay que añadirle el retrato de toda una época, un mundo, un sistema de clases congelados en la sencillez aparente de gestos, luces, rostros, ropas, planos, arquitecturas, profundidades de campo... Una foto que ejemplifica en todos y cada uno de sus componentes la perfección y profundidad del arte de Inge Morath: imágenes congeladas que ofrecen miles de respuestas a miles de preguntas.


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Thursday,11 sep 2008 20:45:26 GTM
<![CDATA[Gianni Schicchi, el Puccini de Woody Allen]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,784 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

John Ford, uno de los directores de cine más importantes de la historia, el mismo que en una reunión de cineastas se presentó a sí mismo haciendo gala de ironía y modestia diciendo eso de “Me llamo John Ford, y hago western”, siempre quiso dirigir una ópera en un gran teatro y nunca lo logró. No, no es que no gozara de la oportunidad. Al parecer, la Ópera de San Francisco le propuso en varias ocasiones dirigir una ópera, pero siempre le propusieron la misma, la única ópera de la historia ambientada en el lejano oeste, La fanciulla del West de Puccini, cuando la ópera que él quería dirigir era La Bohéme, del mismo compositor.

No han sido pocos los directores de cine llamados a dirigir también óperas en escena. Apuntemos tan sólo algunos nombres muy conocidos de la historia del séptimo arte: Visconti, Polanski, Zeffirelli, Mankiewicz, Robert Altman, Francis Ford Coppola, Herbert Ross, John Schlesinger, Anthony Minghella, David Cronenberg... Y ahora le ha llegado el turno a Woody Allen. Sí, el mismo Allen que en breve estrenará en España su última película, Vicky Cristina Barcelona, él mismo que desgrana notas con su clarinete formando parte de la New Orleáns Jazz Band.

El sábado 6 de septiembre, Woody Allen estrenó su montaje de Gianni Schicchi, una de las tres óperas breves que conforman Il Trittico de Puccini, conjunto estrenado en el Metropolitan de Nueva York en 1918, hace ahora 90 años. El debut operístico de Woody Allen tuvo lugar en el teatro de ópera de Los Ángeles, dirigido desde hace años por Plácido Domingo. Fue el tenor madrileño quien logró convencer al cineasta para que asumiera el reto y se sumase así a la gran celebración que está llevando a cabo el teatro entorno a los 150 años del nacimiento del compositor de Lucca.



Placido Domingo canta "Ch'ella mi creda" de la ópera La Fanciulla del West de Puccini en el Covent Garden 1983 (vídeo colgado en YouTube por vladutze84)

Las otras dos pequeñas piezas que conforman Il Ttrittico, es decir, Il Tabarro y Suor Angelica, también tuvieron un director de escena venido del mundo del cine. Nada más y nada menos que el veterano William Friedkin, director entre otras cintas de El exorcista y de French Connection. El norteamericano James Conlon, director que estuvo a punto de dirigir las últimas apariciones de Maria Callas en el teatro, y director musical titular de la Ópera de Los Ángeles, se encargo de dirigir a la orquesta del teatro y a cantantes como Anja Kampe, Thomas Allen y Salvatore Licitra en este estreno de temporada operística angelina.

Mientras escribo estas líneas aún no sé cómo habrá resultado el estreno de Woody Allen sobre la tablas de un teatro de ópera. Lo que sí sé es que habrá huido a toda prisa de la gran ciudad, pues así lo auguró en una entrevista concedida poco antes: “Lo haré lo mejor que pueda, y luego huiré de la ciudad”



Angela Gheorghiu interpreta "O mio babbino caro" de la ópera Gianni Schicci de Puccini en el Lincoln Center el 3-12-2005 (vídeo colgado en YouTube por AliceBathory00)

A nadie debe extrañar que cada vez sea más frecuente que los directores de cine se enfrenten al reto de dirigir la escena de un montaje operístico. Varias son las razones que pueden apuntarse, pero la más evidente la subrayaba ya en 1977 James Levine, el director musical del Metropolitan neoyorquino, en una entrevista televisada que recientemente he podido ver en formato dvd. Apuntaba Levine durante la grabación en su teatro de un Rigoletto protagonizado entonces por Plácido Domingo, Ileana Cotrubas y el gran Cornell McNeille, que el público contemporáneo está muy acostumbrado a ver historias contadas en el cine, es decir, con todo el fantástico realismo y la verosimilitud de la que son capaces las grandes producciones. Cuando ese mismo público acude a un teatro, es muy difícil que entre en el imaginativo juego de recreaciones y sobreentendidos que se le proponen, pues afín a las propuestas escénicas que le hace el cine, “no traga” con telones al fondo, montañas de cartón piedra, mares con olas que se mueven a mano y decorados de brocha gorda.

Por eso, las propuestas escénicas que invaden las nuevas y más arriesgadas producciones operísticas llevadas a cabo a lo largo de las últimas décadas, con frecuencia cuentan con profesionales llegados del cine, pues se presume que ellos están habituados a plantear puestas en escena más creíbles a la que vez que espectaculares y eficaces. Incluso ahora no es nada infrecuente que sea el propio cine el que haga acto de presencia en las tablas de un teatro de ópera. En este sentido, recuerdo la representación el verano del pasado año, dentro de la programación del Festival Internacional de Santander, de una Tosca imaginada por el argentino Hugo de Ana en la que los cantantes actuaban sobre una proyección cinematográfica, lográndose así una extraña mezcla de realismo y magia que, a mi, me entusiasmó. Y eso que Hugo de Ana no proviene del mundo del cine.

Bueno, ojalá pudiera verse por estas geografías el trabajo de Allen y de William Friedkin. Siento curiosidad por ver cómo estos dos grandes directores de cine han resuelto los grandes problemas que plantea una ópera en escena.


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Tuesday,9 sep 2008 20:18:59 GTM
<![CDATA[Joyas Literarias Juveniles: Julio Verne y Salgari en formato cómic (Ediciones B)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,783 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Al igual que buena parte de mi generación, los que ahora andamos con la frente bien alta por la cuarentena, crecí leyendo historias de Salgari, Julio Verne, Melville, Stevenson…, pero de una forma un tanto especial, es decir, no en versiones íntegras, sino adaptadas para un público infantil y juvenil, ilustradas y con formato de cómic. Eran las famosas Joyas Literarias Juveniles que lanzaba a la calle para nuestro deleite de niños la editorial Bruguera, y que se adquirían en los kioscos por unas 15 pesetas como si fueran los populares tebeos de Mortadelo y Filemón, por ejemplo.

Recuerdo ahora que con la misma presentación se vendían otras dos colecciones de cómics Bruguera que también me encantaban, aunque estos nada tenían que ver con clásicos de la literatura. Me refiero a las series dedicadas a El Corsario de Hierro y al Sheriff King.

Emilio Salgari: Sandokan (Ediciones B)

Emilio Salgari: Sandokan (Ediciones B)

Entonces, claro, no lo sabía, ni siquiera lo podía sospechar, pero aquellas ediciones tan asequibles y entretenidas, tan profusamente ilustradas y con las que te enterabas perfectamente del argumento más obvio de algunas novelas de grandes escritores, eran fruto del trabajo de algunos de los más importantes artistas de la historia del cómic español. Al trabajo de autores como Vicente Torregrosa, José Antonio Vidal Sales o Alfonso Cerón, les debo algunas de las horas más felices de mi infancia.

Pues bien, tres décadas después, los niños de aquel tiempo, padres y madres de hoy, hombres y mujeres de algún discutido provecho en esta hora en la que escribo, podemos volver a hacernos con algunas de aquellas historias para darle rienda suelta a la nostalgia más desatada, para ofrecerles a los niños que tengamos más cerca la “literatura digerida e ilustrada” que de otro modo quizá no conocerán ni por asomo, o para cumplir a la vez ambos objetivos.

Ediciones B recupera ahora en dos volúmenes todas las historias que ya publicó entonces de dos de los autores más susceptibles de enganchar a los lectores infantiles y juveniles: Emilio Salgari y Julio Verne. Las nuevas ediciones respetan el mismo tamaño, diseño, textos e ilustraciones que ofrecían las páginas originales. Cada tomo recoge seis de los títulos más importantes y conocidos salidos de la pluma de sus autores, los consabidos Sandokan o Los misterios de la jungla negra de Salgari, y La vuelta al mundo en ochenta días o Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne.

En alguna de las muchas fiestas de las Navidades que se avecinan, mis sobrinos tendrán sus ejemplares.


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Friday,5 sep 2008 21:10:23 GTM
<![CDATA[Rusia invade Georgia: los progres miran hacia otro lado y callan]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,782 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Érase una vez una gran coalición militar, encabezada por los EEUU, que invadió un país de oriente de nombre Irak, en el que decían se guardaban armas de destrucción masiva con las que podían llevarse a cabo masacres en países occidentales más terribles que la ocurrida tiempo antes en la ciudad de Nueva York.

El ejército de Irak, no hacía muchos años, había invadido un país cercano conocido como Kuwait, y con no muy lejana anterioridad había guerreado durante tiempo y tiempo contra su vecino Irán, con un resultado de cientos y cientos de miles de muertos. Irak, por aquel entonces, estaba gobernada por un conocido sátrapa genocida llamado Sadam Hussein, quien entre otras muchas tropelías llevaba tiempo empeñado en limpiezas étnicas en el territorio por el dirigido con mano de hierro.

Y en efecto, Irak fue invadido, los aliados nunca encontraron las armas de destrucción masiva, y el dictador fue derrocado, juzgado y condenado por un tribunal de su propio pueblo.

Mientras esto sucedía, buena parte de la “progresía buenista” del mundo occidental, desde hacía décadas bien comida y mejor vestida, se lanzó a la calle para protestar contra la invasión del país árabe y, poniendo en su boca indignada palabras tan hermosas como Derecho Internacional y un genérico y angelical ¡No a la guerra!, encabezó manifestaciones a favor de la paz en el mundo apedreando al menor descuido embajadas norteamericanas y británicas allá donde se encontraran.

En nuestro país, la querida España, los progres más conocidos, solidarios y buenistas de la farándula con sede en el mismo centro del Ruedo Ibérico, rasgaron sus camisas de Dolce & Gabbana, adquiridas con el sudor de su frente, e indignados por la política pro americana de la malvada y diabólica derechona españolista y taurina de toda la vida, no perdieron oportunidad de protestar con valor y singular osadía en cuanta ceremonia y acto televisado y fotografiado les reunía para recoger los merecidos premios que por su magnífico trabajo habían cosechado en todo tipo de producciones subvencionadas generosamente, por lo general, a cargo de los dineros públicos; estos sí, de todo signo y condición.

Los Ana, Víctor y Bosé de turno, los Bardem en familiar tropel, los Ríos y Sabinas de fiebres del sábado noche, los Boris y Zerolos unidos en despampanante arco iris cantando arrobados Over the rainbow con pelos en las piernas, los García Montero y demás versificadores de sobrada experiencia…, y todos los buenistas, solidarios, alternativos, progresistas y republicanos izquierdistas de toda, toda la santa vida de Dios…, protestaron públicamente cuanto pudieron y les dejaron (que fue mucho) contra la invasión imperialista y petrolífera de los insaciables USA y de sus indignos monaguillos correveidiles europeos, con la vergonzante derechona bigotuda hispana a la cabeza bajándose los pantalones con tal de salir en la instantánea de un foto/matón (qué juego de palabras me ha salido!!!) de las Azores.

Ana Belén y Víctor Manuel

Ana Belén y Víctor Manuel
 
No a la guerra, sí a las salidas dialogadas de los conflictos, no al mercadeo que conlleva toda guerra, sí a la aplicación estricta de la legalidad internacional, no al imperialismo trasnochado de los americanos, fuera Bush, fuera Blair, fuera Aznar… Todo er mundo e güeno, zii zeñó!!! Sí a la solidaridad, la confraternización, los besos, los abrazos, la alianza intergaláctica de civilizaciones… Qué la fuerza nos acompañe!!! Imagine!!!, demos una oportunidad a la paz!!!…

La verdad es que me embarga la emoción pensando en aquellos momentos de solidaridad tan increíblemente sinceros y, de verdad, tan generosos y abiertamente solidarios, tan ajenos a la mezquindad de los intereses políticos, tan correctos, tan nuestros, tan espontáneos, tan nobles y decentes…

Sin duda, esta podría ser una historia hermosa y edificante, un ejemplo a tener en buena cuenta por muchos de nosotros si aquí encontrara su punto y final. Pero no, esta historia tiene una adenda, un añadido. Resulta que hace unas semanas un país independiente, Georgia, fue invadido por el ejército ruso. Unas pequeñas zonas de Georgia querían independizarse de la república, y ante la negativa del gobierno central y la consiguiente sublevación de los secesionistas, Rusia, la ex URSS, invadió con sus tanques, soldados y aviones de combate el territorio de la independiente Georgia.

El ejército ruso penetró en Georgia con toda facilidad, kilómetros y kilómetros. En apenas 3 ó 4 días masacró a más de 2.000 georgianos, casi todos civiles, destruyó cientos de infraestructuras básicas, provocó el éxodo de cientos de miles de personas, aniquiló una parte importante del ejército de Georgia, declaró unilateralmente independientes los territorios secesionistas contra las leyes internacionales, llevó a cabo una limpieza étnica encubierta y de consecuencias imprevisibles y, finalmente, amenazó al resto del planeta advirtiendo de que no iba a tolerar ninguna intervención foránea.

Pues bien, en esta singular y propicia ocasión, ni Ana, ni Víctor, ni Boris, ni Zerolo, ni nadie de la familia Bardem, ni ningún señalado buenista progre de la farándula patria ha dicho esta boca es mía. Ninguno ha interrumpido sus bien ganadas vacaciones veraniegas o sus bolos millonarios, ninguno ha salido públicamente a denunciar las atrocidades rusas, ninguno se ha puesto un lacito de color como símbolo de su tristeza y repulsa, ninguno se ha manifestado frente a la embajada rusa en Madrid como señal de protesta y demandando la retirada inmediata del ejército rojo de territorio georgiano, ninguno se ha acordado solidariamente de los georgianos perseguidos, ninguno se ha rasgado las vestiduras ante la limpieza étnica perpetrada por los del fusil kalashnikov al hombro, ni uno sólo de nuestros progres de carné y canon digital ha querido o quiere llevar a Putin ante un tribunal internacional por crímenes contra la humanidad, ninguno ha organizado manifestaciones contra el intervencionismo imperialista ruso, ninguno, repito, ha abierto el pico para señalarse.

Todos sin distinción han mirado hacia otro lado, no se han dado por enterados. Todos han seguido cantando, interpretando, escribiendo…, como si tal cosa. Todos han seguido tomando el sol en la playa, esperando que el moreno de su piel ayude a no delatar el rojo natural de su profunda desvergüenza.


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Thursday,4 sep 2008 10:43:55 GTM
<![CDATA[Hitler le dio medallas a Michael Phelps en las Olimpiadas de Munich 1972]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,781 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Una de las anécdotas más divertidas y alumbradoras de cómo está el mundo por esos mundos de Dios, ha surgido a la sombra de los recientemente acabados Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Probablemente muchos de ustedes ya sepan de qué hablo, pero para los menos informados vale la pena repetir el hilarante suceso protagonizado por un periodista o comentarista deportivo venezolano, una tal Willie Oviedo.
 
El aludido retransmitía para un canal venezolano (Dumbass TVes Sports) la última de las finales de natación masculina en las que participaba el fenómeno norteamericano Michael Phelps. El nadador, de vencer en dicha prueba, lograría un récord increíble, obtener 8 oros seguidos en una misma Olimpiada, superando así la marca de otro nadador estadounidense, el legendario Mark Spitz, quien había logrado 7 oros en los juegos de Munich del año 1972.

Bien, pues antes de dar comienzo la prueba, y en un alarde surrealista y osado de falta de conocimientos históricos y deportivos, mezclado con ingredientes tales como la desvergüenza y la verborrea absurda, el tal Willie Oviedo, lanzado ya en pos de esos minutos de gloria televisiva que para todo humano reclamaba Andy Warhol, comenzó a retransmitir mezclando con la desfachatez graciosa que da la ignorancia inocente juegos olímpicos, ciudades, nadadores, fechas, medallas, personajes..., lanzando a las ondas un discurso que ni en su etapa dorada del disparate se les hubiera ocurrido a todos los Hermanos Marx reunidos para crear hilaridad.
 
Willie Oviedo, en su alocución, se muestra ilusionado y maravillado ante la posibilidad inmediata de que un nadador pueda lograr el récord de 8 oros en los mismos Juegos. ¿Se refiere a Michael Phelps? Claro, pensará incluso el lector menos informado. Pues no, Willie, permítanme la familiaridad, no se refería a quien a los pocos segundos iba a conseguir batir el récord, Michael Phelps, pues a este nadador lo coloca en su discurso como el que obtuvo 7 oros en las olimpiadas de Munich del año 1972, fecha en la que ni siquiera Phelps había nacido, pues lo hizo según indica la entrada de wikipedia en el 1985.





Willie Oviedo retrasmitiendo para el canal venezolano Dumbass Tves Sportsdeor (vídeo colgado en YouTube por gesteves)


Escuchamos las palabras del amigo Willie y nos quedamos estupefactos, pues confunde a Phelps con Spitz. Pero no hay que ser quisquillosos, pues un error lo puede cometer cualquiera. Seguro que Willie ha sufrido un lapsus y sencillamente se le ha ido el santo al cielo. Lo que ocurre es que la excusa del lapsus la echa por tierra el propio Willie cuando acto y seguido nos anuncia que a Phelps le entregó las medallas ni más ni menos que Adolf Hitler, y eso que éste se resistió, pues no quería darle tantos oros al nadador. ¿Hitler?, ¿Phelps en las Olimpiadas de Munich del 72?, ¿Hitler en aquellas olimpiadas alemanas cuando se supone que murió en el año 45?, ¿Hitler no quisó entregarle 7 oros a Phelps? ¡¡¡¡¡Dios, todo me da vueltas!!!!!

Willie Oviedo ha oído campanas y no sabe dónde. Las Olimpiadas alemanas en las que Hitler era el mandamás fueron las celebradas en Berlín en 1936, es decir, casi medio siglo antes de que naciera Phelps, y casi 4 décadas antes de que Spitz nadará rápido para obtener en Munich (sí, también Alemania) sus 7 oros. Y en efecto, a Hitler no le hizo ninguna gracia entregar en sus olimpiadas oros y aplaudir a un atleta norteamericano, pero no fue a un nadador, sino a un velocista y saltador negro, el mítico Jesse Owens, quien consiguió 4 oros en aquellos juegos arios y nazis tan increíblemente llevados al cine por la genial Leni Riefenstahl.
 
No sé cómo se quedó nuestro amigo Willie Oviedo cuando vio ganar al mismo Phelps de las 7 medallas en Munich 1972 otras 8 medallas en el Pekín de 2008. Seguro que patidifuso ante tal ejemplo de eficaz longevidad deportiva.
 
Yo propongo a las autoridades municipales de la ciudad española de Oviedo que, junto a la estatua de Woody Allen que luce en una de sus calles, coloquen más pronto que tarde la estatua de este otro gran cómico llamado Willie y apellidado Oviedo. La Vetusta de Clarín debe homenajear de alguna forma a este gran artista cómico del surrealismo informativo de apellido tan ilustre y español.
 
Por cierto, si así se retransmitan las noticias deportivas en vivo y en directo en la Venezuela de Chávez, cómo serán las noticias políticas, sociales y económicas, y sobre todo, cómo serán las que hacen relación al gobierno del señor presidente bolivariano. ¡Que divertido deber ser –a veces- vivir en Venezuela!


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Wednesday,3 sep 2008 20:26:7 GTM
<![CDATA[Ella Fitzgerald más Gershwin más Andre Previn]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,780 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hace ya muchos años, una pareja de amigos míos que vivían juntos pero no revueltos se convirtieron en las boyas que me mantuvieron a flote en un momento triste y penoso de mi existencia. Él vivía alquilado en el piso de ella, un pequeño pero coqueto apartamento con los techos agaterados situado en una populosa barriada de Santander. Los dos cohabitaban con pulcra modestia aquellas habitaciones que durante una época fueron mi anhelado paraíso, el refugio al que acudía cabizbajo en busca del confortable calor de la amistad de mis amigos y del de los troncos de leña que confortablemente ardían en el fondo de una inolvidable chimenea.

Fueron aquellas noches frías y lluviosas de otoño e invierno santanderinos, largos momentos de conversación íntima y fraternal, de confidencias y secretos que bullían en el ambiente estimulados por algo de alcohol, la escasa luz, la música sutil y una confraternidad de ley que en raras ocasiones he vuelto a sentir.

Uno de aquellos días de melancólica Arcadia coincidió con el cumpleaños de ella, y acudí con un pequeño regalo a la cena que se organizó. El disco le gustó mucho, y recuerdo que aquella noche lo escuchamos una y mil veces como fondo propiciador de conversaciones y sentimientos confortables.



Ella Fitzgerald
canta "I Was Doing Alright" de George Gershwin (vídeo colgado en YouTube por Barndog44)

El disco era un cd en el que la incomparable Ella Fitzgerald, ya al final de su vida, en 1983, cantaba con voz envejecida y enormemente sabia canciones de George Gershwin acompañada al bajo por Niels-Henning Ørsted Pedersen, y al piano por Andre Previn, ese gran director de orquesta y compositor que en sus ratos de ocio encontró tiempo libre para escribir  música para películas de Billy Wilder o Minelli, para ganar 4 oscar a la mejor banda sonora, o para casarse y descasarse con la ex del mismísimo Sinatra, Mia Farrow.

El cd, producido por Norman Granz y grabado el 23 de mayo de 1983 en los estudios de la RCA en New York, tenía por título una mítica canción del compositor, “Nice work if you can get it”, y, además de quedar asociado para siempre en mi mente a un momento de tranquila, rara y verdadera felicidad, sencillamente me resultó hermosísimo y emocionante, envuelto en su aire de agridulce despedida, ejemplo melancólicamente inmarchitable de una forma de hacer y cantar música que dejó de existir en aquella primavera neoyorquina de 1983.

Esa noche me hubiera llevado el disco de vuelta a casa como el ladrón que distrae una joya de valor incalculable y recién descubierta para atesorarla entre sus pertenencias más apreciadas. Pero era un regalo que le hice a mi amiga, presente que quería convertirse en símbolo de momentos irrepetibles, en la banda sonora de esos días que existieron para desaparecer al poco tiempo.



Frank Sinatra y Peggy Lee cantan "Nice work if you can get it" de George Gershwin (vídeo colgado en YouTube por Kicki91)

Durante años he buscado aquella grabación que dejé abandonada en el paraíso. Una búsqueda infructuosa, constante, desalentada por las circunstancias. En cada nueva ciudad visitada acudía lleno de esperanza a la tienda de discos de turno, y en ninguna lo encontraba. Ni en París, ni en Londres, ni en Roma, ni en Lisboa, ni en Madrid, ni en Barcelona, ni en Dublín, ni en Moscú, ni en Praga, ni en Budapest…

Ayer por la tarde entré un momento para hacer tiempo en una gran superficie de la calle Goya de Madrid. Pasé por la sección de libros sin prestar atención, compré el periódico en el rincón de la prensa, compré una pila para el mando de la puerta del garaje y distraído me acerqué a la sección de discos. Le eché un vistazo a la sección de clásica y ópera, donde encontré varias cosas apetecibles a las que supe resistirme; revolví luego entre los discos de jazz y tuve en mis manos varios compactos apetecibles que dejé tranquilos en su lugar. Ya dispuesto a marcharme vi un montón de discos apelotonados de Ella Fitzgerald, y mirando el reloj me acerqué un momento con la tensión de la rutina. Uno tras otro los fui pasando sin más consideración. Todos conocidos, todos vistos muchas veces, muchos comprados y escuchados, casi memorizados. Y el último de todos, de verdad, el último de aquella larguísima fila de discos compactos situada en un enorme estante cargado de cientos, de miles de discos, situado a su vez entre otras decenas de estantes cargados de más discos, colocados todos en un vasto espacio rebosante hasta el hastío de libros, películas…, y millares de otros artículos dispuestos a la venta y ofrecidos a decenas de miles de seres humanos de todas las razas y países que entran y salen todos los días de los muchos niveles del ciclópeo centro comercial de la calle Goya de Madrid…, el último disco, por fin, después de tantos, tantos años, era el que abandoné en aquel irrecuperable cielo, en aquel calor fraternal que ya sólo habita en mi memoria.

Mientras escribo estas líneas canta Ella Fitzgerald a mi lado canciones de Gershwin con Previn al piano. El paraíso y el tiempo recuperados en un puñado de melodías que ya no dejarán nunca de sonar.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente

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Tuesday,2 sep 2008 20:49:53 GTM
<![CDATA[Los libros asesinos de Nueva York. El extraño caso de Patrice Moore]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,779 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Lo que escribo a continuación no es un cuento, no es nada por mí inventado, no es una anécdota de carácter fantástico ideada para entretenerles a ustedes un rato. No, lo que van a leer es una historia verídica, ocurrida en la realidad de la vida real, y encontrada en las páginas de un libro escrito por Alberto Manguel de título La biblioteca de noche (Alianza, Madrid, 2007).

El neoyorquino Patrice Moore tenía cuarenta y tres años cuando, poco después de vivir las fiestas de Navidad del año 2003, vio y sintió cómo una auténtica avalancha de libros, revistas y periódicos que atesoraba en el interior de su apartamento se le venía encima y, literalmente, lo sepultaba vivo entre las cuatro paredes de una habitación de su propio hogar.

Los vecinos de Patrice, después de oír sus gemidos y quejas durante dos días completos sin saber muy bien ni qué eran ni de dónde procedían, avisaron al departamento de bomberos de la gran ciudad para resolver el extraño caso. Los bomberos tuvieron que forzar la puerta del piso completamente bloqueada por kilos y kilos de papel impreso de todo tipo.

El asombro de los bomberos de Nueva York no era pequeño, e iba en aumento a cada nuevo paso que daban dentro del piso de Patrice Moore, abriéndose camino a duras penas entre montañas de libros apilados de maneras diferentes, venidos abajo por su propio peso desde los lugares verosímiles e inverosímiles en los que su dueño los había dejado.

Finalmente, los bomberos salvadores de Patrice Moore, dieron con él guiados por sus múltiples lamentos. Lo hallaron lesionado grave y acurrucado en un minúsculo rincón del apartamento, enterrado vivo por sus propios libros acumulados durante muchos años. Libros que se le vinieron encima sepultándolo bajo ellos. Libros asesinos.


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Monday,1 sep 2008 14:5:26 GTM
<![CDATA[Un haiku para George Steiner y Joseph Needham (leyendo Los libros que nunca he escrito)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,776  

Juan Antonio González Fuentes

Anoche terminé la lectura del libro de Javier Marías, Aquella mitad de mi tiempo, corroborando la opinión que ya dejé apuntada ayer en estas mismas páginas. Me ha gustado mucho, pareciéndome un libro hermoso sobre las pérdidas, el paso del tiempo y sus síntomas; páginas de un tipo no muy frecuente en nuestra literatura y que pueden servir para ahondar un poco más en esa maliciosa e idiota sentencia umbraliana y celiana (creo) según la cual Marías es sólo un escritor anglófilo (vaya insulto con tan buena pinta) e imitador suficiente de “americanadas” e “inglesadas”.

Sin solución de continuidad me lanzo a las páginas de un escritor y erudito tan anglófilo como Marías, tanto que, aunque nacido en París en 1929, su formación es norteamericana e inglesa, y lleva ahora más de cuatro décadas impartiendo lecciones en la muy british universidad de Cambridge. Me refiero a George Steiner, un sabio exquisito, un aristócrata del saber que reniega sin empacho de lo perniciosa que es la democratización sin exigencias de la cultura, y que desde hace muchos años sólo frecuenta los aires quizá para muchos irrespirables de la alta cultura. Vamos, un estudioso del que abomina la progresía estándar y santurrona de nuestro país, razón por la que a mí ya me cae muy bien y procuro leer y entender (en la medida de mis posibilidades) los libros que de él llegan traducidos a nuestras librerías.

Lo último es un libro de título hermoso, enigmático y un poco engañoso: Los libros que nunca he escrito (Siruela, 2008), en el que en efecto habla de algunos asuntos, temas y personas sobre los que un día quiso escribir un libro y, por unas u otras razones, no lo hizo. El resultado final en español son más de doscientas páginas en las que, de algún modo, sí acaba escribiendo esos libros, o al menos su sombra, reflejo o aroma.


George Steiner: Los libros que nunca he escrito (Siruela, 2008)

George Steiner: Los libros que nunca he escrito (Siruela, 2008)

El primero de los capítulos o ensayos lleva por título Chinoiserie, y está dedicado al libro que Steiner un día quiso escribir sobre la vida y sobre todo la obra de uno de sus compañeros académicos de Cambridge, el catedrático de bioquímica Joseph Needham, un científico de bibliografía tan abundante, variada y rica que sencillamente lleva al pasmo: bioquímica, biología, morfología comparativa, tecnología de la antigüedad, la poesía de Goethe, la experiencia religiosa, historia de las ciencias naturales, óptica..., incluso novelas históricas publicadas con pseudónimo. Pero como bien señala Steiner, todo empalidece cuando se pone en comparación con su obra o tarea monumental, Science and Civilization in China, una empresa que comenzó a existir en 1937 y que incluso ha continuado tras las muerte de su impulsor en marzo de 1995.

Science and Civilization in China es lo que su propio título indica, es decir, un compendio de la historia de las aportaciones de China a la ciencia y a la civilización humanas. Obviamente Needham no escribió él solo las decenas de volúmenes que a día de hoy componen la obra. A lo largo del tiempo contó con un buen número de colaboradores y especialistas en las distintas materias abordadas.

Lo que me ha resultado más fascinante de las páginas evocadoras de Steiner sobre la inmensa obra de Needham, es la pormenorizada comprobación de éste acerca de lo avanzado de la técnica y la ciencia chinas con respecto a cualquier otro lugar del globo, incluido por supuesto la Grecia clásica, muchos años antes de que en algún punto de occidente incluso apareciese algo a lo que poder calificar como ciencia. China es el único país, estado, política del mundo que lo es desde hace milenios, el único que ya estaba formado como en la actualidad muchísimo antes por supuesto del nacimiento de Cristo. Pero lo que no supo desvelar Needham ni nadie hasta la fecha es por qué motivo esos avances, ese desarrollo tecnológico y científico tan avasallador y alucinante se detuvo en un momento determinado de la historia, y a partir de lo que conocemos como Renacimiento la vanguardia científica y tecnológica de los humanos pasó a determinadas zonas de lo que hoy es Europa. ¿Cuál es el misterio? Parece que no hay respuesta cerrada, y se apunta a que la civilización china, el espíritu chino decidió llegado el momento establecer un pacto con la naturaleza y sus leyes, por así decirlo, y frenar el avance si dicho avance suponía violentar, destruir la relación humanidad/naturaleza.

El trabajo de Steiner me ha descubierto el de Needham e, insisto, me ha resultado fascinante, llevándome a un estado “espiritual” de reflexión y estupor ante lo ignorado muy enriquecedor. Pongo un ejemplo nimio, pero muy ilustrativo. En la página 23 del libro, el último párrafo da comienzo así: “En los textos clásicos chinos, el número seis es la correlación simbólica del elemento agua”. Es decir, el 6 simboliza para los chinos el agua como elemento inserto en la naturaleza. Llevado por lo evocador de la idea china, me salió casi de forma espontánea un haiku en el que he procurado revelar y plasmar poéticamente la idea del 6 como símbolo chino y civilizado del agua, introduciendo además en el conjunto la idea también extremadamente civilizada y antigua del canto, así como la del pez como símbolo evidente del ser vivo que no es posible sin agua: pez, canto número seis y agua, cuatro ingredientes para un haiku. El resultado es el siguiente. No me juzguen con excesiva dureza. Gracias.

Un cuento chino:
seis es número de agua,
morada de pez

 


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Friday,25 jul 2008 18:33:43 GTM
<![CDATA[El mirar atrás de Javier Marías (una autobiografía a través de los otros o Aquella mitad de mi tiempo...)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,775  

Juan Antonio González Fuentes

Mi compañero de página y fatigas, Justo Serna, ha reseñado ya en este número de julio de Ojos de Papel el último libro de Javier Marías, Aquella mitad de mi tiempo (Al mirar atrás), publicado en atractiva edición por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Durante mi última estancia en Madrid compré el libro por cinco motivos, aunque dudé en hacerlo por casi igual número de ellos. Empezaré señalando las dudas: no soy un asiduo lector de los trabajos de Javier Marías, no me gustan las compilaciones de artículos, y la reseña de Justo Serna no me lanzaba de cabeza a su lectura. Ahora voy con las motivaciones, aunque algunas sean bastante peregrinas: me apasionan cada vez más las páginas biográficas y memorialistas, conozco personalmente al autor del prólogo (el hermano de Javier, Miguel), me encanta la fotografía de la cubierta (tres niños disfrazados distraídamente de cowboys, imagen que yo tengo parecida junto a mis hermanos), conozco a algunos personajes del relato (Luis Antonio de Villena, por ejemplo), necesitaba un libro para ir leyéndolo durante el viaje de vuelta en tren, y la lectura de la reseña de Justo Serna me dejó algunos indicios de que quizá el libro sería de mi agrado.

No he terminado aún la lectura del libro, pero quedan ya pocas páginas, quiero decir que desde luego ya tengo una idea formada al respecto. Este es un libro sobre la muerte, sobre las muertes de amigos y de seres queridos de Javier Marías y sobre las reflexiones que al socaire de dichas muertes le han ido naciendo en forma de escritos con ese algo de volanderos que tienen todos los escritos destinados a las revistas y demás prensa periódica. Marías ha construido en estas páginas una especie de autobiografía en negativo, es decir, se ha contado así mismo a través de la desaparición de los otros, de los demás, y lo hace con dulzura, con ternura y una pizca de melancolía, pero sin caer para nada en la noñería empalagosa y atosigante.

En este sentido el libro de Marías, construido de forma oblicua por Inés Blanca como “seleccionadora” de los trabajos, está escrito en un tono de voz que se me antoja ideal para el empeño, logrando que el lector se sienta un poco como un viejo amigo del autor al que éste, después de mucho tiempo sin contacto, le pone al tanto de su vida recordando la despedida de personas que fueron importantes en la vida de ambos.

Javier Marías: Aquella mitad de mi tiempo. Al mirar atrás (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2008)

Javier Marías: Aquella mitad de mi tiempo. Al mirar atrás (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2008)

Marías habla fundamentalmente de sí mismo en este volumen que, según su hermano Miguel, de momento viene a cumplir el papel de ese libro de recuerdos o de memorias que lo más probables es que jamás vea la luz. El truco o recurso literario de Marías para hablar de sí es poner personas interpuestas para hablar de ellas pero siempre en relación a sí mismo, al papel que esas personas han desempeñado, de un modo u otro, en su vida. Así este es un libro elaborado párrafo a párrafo con la suma de los recuerdos e impresiones de Javier Marías sobre otras personas, muchas de ellas ya fallecidas. Lo que ocurre es que el resultado final de la suma de los datos y experiencias referidas a unos y a otros, la imagen final que surge cuando se han unido convenientemente todas las piezas del puzzle es la de Javier Marías, la memoria indirecta de sí mismo.

Entiendo que quien haya leído hasta aquí este comentario lector, sobre todo si no es seguidor acérrimo de Marías, decida no acercarse al libro ni por asomo. “O sea –puede pensarse-, ¿que el tal Marías en esencia nos cuenta los recuerdos que tiene de gente muerta para autorretratarse? Pues vaya”.

En gran medida está en lo cierto quien haya llegado a dicha conclusión, sólo que nadie, creo, debe juzgar este libro por lo que en mi opinión sólo es un legítimo hilo conductor, un recurso narrativo que, además, a mí me parece bastante inteligente y acertado. El asunto final del libro, lo que lo hace flotar e incluso navegar ligero y eficaz en el proceloso mar de la literatura actual, es su forma de mirar, entender, sopesar, querer..., el tiempo pasado de uno mismo, la propia historia y la de los que de alguna forma tienen en ella papeles reseñables. Sí, mirar el propio tiempo, saber echar un vistazo atrás para contemplar y pensar el tiempo que a uno ya se le ha ido, ese tiempo que cuando a uno le da por mirar por vez primera, generalmente, ya es más de la mitad del tiempo que uno cree que le queda.

Y este mirar de Javier Marías no es ni cursi, ni ñoño, ni políticamente correcto, ni hagiográfico, ni en exceso fantasioso, ni revanchista, ni dulzón, ni triste, ni nostálgico, ni frío, ni burlón, ni agrio... Es un mirar entrañable, es decir, con entrañas. Un mirar con las medidas justas de ironía, cariño y dulzura, simpatía, sentido común y sentido del humor, sentido incluso bastante menos común que el otro. Por así decirlo, este mirar de Javier Marías no puede retratarse ni con lágrimas ni con carcajadas, ni con lamentos ni con alborozos locos..., creo que sólo se retrata con la media sonrisa burlona y noble de quien ha entendido, si no todo, sí muchas cosas. La sonrisa que sólo sabían sacar los grandes actores de la época dorada de Hollywood cuando tras la cámara estaba todo un maestro.


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Wednesday,23 jul 2008 20:12:13 GTM
<![CDATA[Taconazos para el agente 007, Bond, James Bond]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,774 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Bond, James Bond se nos ha quedado canene. Sí, como lo leen, nada más y nada menos que el legendario agente 007 con licencia para matar al servicio de su Majestad la Reina de Inglaterra, la auténtica pesadilla de todos los grandes malvados planetarios que en el mundo han sido desde el año de su aparición, 1952, se nos ha quedado en hombre pequeño, un canijo, y como si de uno más de sus ingeniosísimos dispositivos contra el crimen se tratase, incorpora a todos sus zapatos taconazos que lo eleven unos centímetros del suelo.

No, no es una broma. El caso es que Daniel Craig, el estupendo actor que encarna ahora al agente 007, sólo mide un metro y ochenta centímetros. ¡Sólo!, quizá exclamen muchos de ustedes. En efecto, solamente 1,80, y el uso del adverbio no depende de los centímetros que supongan en una cinta al uso de metro, sino de la altura que ostentan las nuevas chicas Bond, y más concretamente, la nueva compañera de reparto, Gemma Artenton, quien a sus veinte añitos de nada mide un metro y setenta y seis centímetros de mucho, de mucho cuerpo hermoso me da por cavilar.

Claro, un James Bond de metro ochenta hace dos décadas, por ejemplo, era todo un chicarrón del norte, sobre todo al ponerlo junto a coprotagonistas hermosas y altas para aquellos tiempos, 1,70 pongo por caso. Diez centímetros de diferencia son importantes, se pongan como se pongan quienes quieran ponerse al respecto.

Se dice en una conocida zarzuela que los tiempos adelantan que es una barbaridad. Y quizá no haya mejor medida de lo que adelanta el tiempo que la altura y tamaño de muchas mujeres actuales. Un tamaño standard que, en su crecimiento, ha dejado canenes y casi enclenques a los antiguos héroes masculinos, quienes deben ponerse calzas o tacones para intentar estar a la altura.



Tráiler de Quantum of Solace, dirigida por Marc Forster (vídeo colgado en YouTube por Spyderfan007)

Y es que lo políticamente correcto, o lo “progre” podríamos decir, aún no ha llegado al cine de James Bond, y todos los que algo tienen que decir con respecto a 007 consideran inadecuado que al héroe lo miren por encima del hombro las chicas, las buenas buenísimas, o las malas malísimas. Bond, James Bond, debe ser quien mire por encima del hombro a sus acompañantes femeninas, aunque la mirada históricamente sea siempre irónica, guasona o incluso con un algo de cariñosa, jamás despectiva o engreída.

Bond, James Bond debe entender que el nació hace ya más de medio siglo, y que por muy bien que se conserve nunca desayunó leche con soja, cereales ricos en vitaminas, yogures desnatados, lonchas de pavo desgrasado y demás viandas que consiguen que las chicas crezcan tan inexpugnables como siempre, pero más altas, fuertes y esbeltas.

Bond, James Bond debe cambiar los ingredientes de su desayuno para ponerse alto y fuerte de cara a sus próximas aventuras, o en su defecto, debe de empezar a aceptar que las mujeres que lo acompañen como amigas, amantes y heroínas, no sólo estén a su altura, sino que la sobrepasen. Puede elegir, aunque cada vez tiene menos tiempo.

Lo mismo a James Bond le ocurre al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, un tipo al que ha convertido en cuasi enano la altura homérica de las piernas de su mujer Carla Bruni, quien no sólo deja con la boca abierta a todo dirigente en casa propia o ajena, es que es ella la que no la cierra para cantar sobre su hambre de amores y guitarras. Pasmados quedamos todos al oírla cantar y miramos hacia arriba para perdernos en las nubes de olimpos aptos sólo para diosas. Así que Sarkozy se ha subido a unas alzas de siete centímetros para que Carla no se afane en buscarlo entre canto y canto.

Y como la altura ya no tiene remedio, y la cuestión de los centímetros sí que importa, de momento las que tienen terminante prohibido vestirse con calzado alto son las chicas Bond y doña Carla. Desconozco el por qué, pero el crecimiento de las mujeres siempre va acompañado de más de una prohibición. De momento.



Tráiler en español de Quantum of Solace, dirigida por Marc Forster (vídeo colgado en YouTube por keane43)


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Tuesday,22 jul 2008 19:33:49 GTM
<![CDATA[Arrebato de Iván Zulueta: vampiros, fantasmas, cinefilia, heroína y literatura (ahora en dvd)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,773 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Lo cierto es que el cine español no me interesa mucho. Por lo general no me interesan ni los temas que aborda ni cómo los aborda, es decir, ni lo que cuenta ni cómo lo cuenta. La verdad es que no son muchas las películas españolas que llamaron mi atención la primera vez que las vi, y podría citar sólo, por ejemplo, algunas de Víctor Erice, Almodóvar, Buñuel, Mur Oti, Gutiérrez Aragón, Mario Camus, Ricardo Franco, Bardem, Berlanga, Saura..., por señalar exclusivamente a cineastas que hoy aceptan el calificativo de clásicos o veteranos.

Sin embargo, recuerdo perfectamente el descubrimiento casual de una película española que no sólo me interesó la primera vez que la vi en televisión, sino que literalmente me dejó pegado a la butaca con la boca abierta, alucinado, conmovido, no dando crédito a lo que estaba viendo, y menos a que tal alarde de “experimentalidad” desbordada, lírica e inteligente se debiese a un, entonces, joven director español. Me estoy refiriendo a la película Arrebato (1980), de Iván Zulueta, que ahora, por fin, acaba de ser lanzada al mercado en formato dvd (Karma films).

Román Gubern ha calificado Arrebato de obra inquietante y perfecta; yo diría que es una película inquietantemente perfecta, pues es una obra casi imposible de imaginar en el contexto en el que se dio: la convulsa España de la transición a la democracia, periodo que en lo artístico y cultural tantas “jaimitadas” irrelevantes y memas produjo, bastantes hoy consagradas en el irrisorio altar de la modernidad made in spain.



Escenas de Arrebato, de Iván Zulueta (vídeo colgado en YouTube por costureras1980)

Cuando Arrebato se estrenó pasó por completo desapercibida para el público, y sólo fue apreciada por una minoría que quedó arrebatada (valga la redundancia) cuando pudo verla en los “cinéfilos” cines Alphaville, hoy Golem. Dos décadas después se repuso en otros cines madrileños y la crítica ya habló de “obra maestra”, de rareza genial…, y demás adjetivos superferolíticos con los que quizá quisieron acallar su mala conciencia por la absoluta ceguera inicial.

¿De qué va Arrebato? Pero bueno, ¿alguno de ustedes conoce alguna gran novela, ópera, película…, cuyo contenido, significado o importancia pueda atisbarse narrando sus sucesos de forma lineal y con sólo una voz? Así se pueden contar los culebrones venezolanos, y no todos, por supuesto.

Diré tan sólo que Arrebato es un cuento de vampiros, y además una obra de eso que se llamaba por aquel entonces “arte y ensayo” sobre el sentido último del cine y la cinefilia; pero también es un cuento con algo de gótico y romántico, una historia de fantasmas, una reflexión sobre el arte de narrar, una historia de amor, y un melodrama sobre las drogas y su mundo o submundo. Y también es un trabajo sobre la eternidad y su (sin)sentido. Y también una reflexión sobre el hecho de ser artista, de crear…, y sobre la dramática relación que puede establecerse entre quien crea y su obra. Es esta una película sin duda autobiográfica…, y quizá la más hermosa y onírica reflexión sobre el cine que se hecho en este país nuestro, junto a El sol del membrillo de Erice.



Escenas de Arrebato, de Iván Zulueta (vídeo colgado en YpuTube por caracorolol)

Arrebato es hoy un mito de la mejor cultura underground española nacida durante la transición. Eusebio Poncela y Cecilia Roth protagonizan la cinta y, sobre todo el primero, están perfectos. Y en los fotogramas queda atrapado como vampiro de sí mismo y su personaje el enigmático y maldito Will More, un actor fetiche del fetichismo transicional español de la Movida.

Como todos los protagonistas de Vidas rebeldes, la película de John Huston protagonizada de alguna manera real por la mismísima muerte encarnada en Monty Clif, Clark Gable y la Monroe, Iván Zulueta nunca se ha recuperado del rodaje de Arrebato, y vive desde hace años semiretirado en San Sebastián, acrecentando así su figura mitológica y alimentando calladamente multitud de especulaciones que incluso lo sitúan como un auténtico vampiro atrapado por las brumas salinas de la playa de la Concha.

Háganse con Arrebato, véanla sin prisas ni exigencias, con un mínimo de paciencia y predisposición para lo inaudito. Una vez terminada la película les habrá podido gustar o no, les habrá emocionado o irritado (otro tipo de emoción), pero les aseguro que nunca finalizarán el visionado indiferentes, nunca podrán decir que han visto una película más. Eso, no sucederá.



Presentación de Arrebato por Iván Zulueta (vídeo colgado en YouTube por AlbertoWDJ)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,21 jul 2008 20:47:17 GTM
<![CDATA[Cary Grant, La biografía de Marc Eliot (Lumen)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,771
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A muy altas horas de la madrugada una vez asistí a una fuerte discusión entre cinéfilos sobre un asunto tan baladí e imposible de resolver como quién ha sido el mejor actor de cine de todos los tiempos. Digamos que la disputa enfrentó entonces, probablemente hace ya más de veinte años, a un defensor de una postura “clásica” y a otro de una más innovadora. En resumidas cuentas, uno apostaba decididamente por Cary Grant y otro por Marlon Brando.

La tonta disputa llegó a su punto culminante y final cuando el defensor de Marlon Brando apuntó como razón determinante que avalaba su postura y opinión, la célebre escena de El último tango en París, película de Bertolucci, en la que el actor americano sodomiza a la coprotagonista lubricándole el ano con un poco de mantequilla, método sin duda que hoy contará con el aplauso culinario de conocidos cocineros tipo Ferrán Adriâ o Carlos Arguiñano. Nuestro seguidor de Brando adujo que Cary Grant hubiera sido incapaz de salir airoso de una escena así (subraye el lector el nivel que fue adquiriendo la discusión), a lo que el fan de Grant intentó oponer un buen número de matizaciones eruditas y notas a pie de conversación. Sin embargo, el asunto lo resolvió un tercer individuo que, borracho como una cuba y amigo de los dos disputantes, terció en el asunto con la siguiente frase: “Cary Grant nunca hubiera dado por el culo a una mujer. Cary Grant era una caballero. Punto y final”.


Marc Eliot: Cary Grant. La biografía (Lumen, 2007)

Marc Eliot: Cary Grant. La biografía (Lumen, 2007)

La discusión de la que fui testigo directo me parece un buen ejemplo de estupidez infinita de principio a fin. Creo ya haber escrito en numerosas ocasiones que eso de establecer qué o quién es el mejor o lo mejor en cualquier terreno es un empeño inabordable por el sinnúmero de matizaciones y adendas susceptibles de imponerse y suscribirse. Por cierto, opino que la sodomización y la caballerosidad no son en punto alguno incompatibles.

La anécdota aquí narrada, sin embargo, viene a corroborar una vez más la idea general que se tiene de Cary Grant, sin duda posible uno de los más grandes actores de la historia del cine: epítome, símbolo de la elegancia y sofisticación masculina de todo el siglo XX.

“Todo el mundo quiere ser Cary Grant. Incluso yo quiero ser Cary Grant”. Así resumía irónicamente el propio Cary Grant la fascinación que la imagen pública de su personaje logró despertar en millones de espectadores en cualquier parte del globo. Una imagen que era producto obtenido directamente de la ciencia del glamour diseñada por la industria de Hollywood (artificio) y por unas cualidades innatas, una materia prima de primer orden que incluía un físico adecuado y un carisma arrollador que era captado por la cámara con facilidad natural y plena satisfacción.



Alfred Hitchcock: escena del aeroplano en Con la muerte en los talones, 1959 (vídeo colgado en You Tube por neverendingmovies) 

Lo curioso es que este mito de prestancia aristocrática y sofisticación impactante vino al mundo en los barrios más pobres de Bristol, fruto de un matrimonio de condición más que humilde que lo llamó Archibald Alexander Leach. Desde la pobreza de Bristol hasta la carrera más cotizada de la época del Hollywood dorado, hay toda una existencia y unos trabajos que necesariamente tienen que interesar incluso al aficionado al cine menos curioso.

Marc Eliot ha escrito la que ahora pasa por ser la biografía canónica del mito, unas páginas publicadas en español por Lumen que, en la mejor tradición de los trabajos biográficos anglosajones, aúna rigor y amenidad a partes iguales. Las páginas de Eliot no dejan recovecos sin explorar, y se centran tanto en lo íntimo y personal (escándalos, divorcios, mujeres, homosexualidad…), como en lo profesional, ocupándose de forma especial la relación y trabajos del actor con tres de los más grandes directores de cine de todos los tiempos: Howard Hawks, George Cukor y Alfred Hitchcock, el cineasta que sin duda mejor supo aprovechar el talento actoral de Cary Grant: esa mezcla genial de simpatía, aplomo y franqueza que, en las películas de Hitchcock, bien podía ser la encantadora pantalla de enigmas ocultos e incluso peligrosas perversidades sin cuento.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Sunday,20 jul 2008 19:59:33 GTM
<![CDATA[El irresoluto misterio de la Biblioteca de Alejandría: “Lugar del cuidado del alma”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,770
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde niño hay misterios que siempre han llamado poderosamente mi atención. Uno de ellos es el de la existencia y destrucción de la Biblioteca Real de Alejandría, en Egipto. Se cree que fue creada a comienzos del siglo III a C. por el rey Ptolomeo I Sóter, y que llegó a reunir la colosal cifra de 700.000 documentos, incluyendo todo tipo de libros y de trabajos escritos.

Para reunir tantos escritos, el rey se dirigió a todos los reyes y gobernantes del mundo rogándoles que le hicieran llegar todo tipo de libros de todo tipo de autores, incluyendo poetas, médicos, historiadores, prosistas, filósofos... Los bibliotecarios de Ptolomeo I calcularon que serían precisos 500.000 mil rollos para reunir todos los libros escritos en el mundo: todo el saber concentrado en un solo lugar de la tierra.

La Biblioteca de Alejandría se dividió en áreas temáticas ordenadas en distintas categorías estipuladas por los bibliotecarios, dando así paso a un gran número de bibliotecas, cada una de ellas especializada en los distintos aspectos y asuntos que conforman el mundo. El propósito, ya ha quedado claro, era construir un lugar en el que cada pensamiento escrito amanecido en y para el mundo tuviera su espacio, su ámbito de memoria y perpetuidad. Y un lugar en el que cada lector encontrará el texto soñado, el texto requerido, el texto deseado y anhelado.

Dando una vuelta de tuerca más a su propósito, el rey ordenó confiscar cualquier libro que llegase a Alejandría, dando, prometiendo solemnemente, eso sí, que el libro sería devuelto a su propietario una vez copiado, aunque fue fama que en ocasiones o no se devolvió o lo que se devolvió fue la copia y no el original.

La primera referencia escrita que ha llegado hasta nosotros de la Biblioteca de Alejandría se la debemos a un poeta de Cos o de Mileto llamado Herondas, que vivió en la segunda mitad del siglo III a. C., y quien dice que el edificio que albergada la Biblioteca era el Museion, o casa de las Musas.

No hay ninguna evidencia de cómo llegó a ser la Biblioteca. Tan sólo el investigador italiano, Luciano Canfora, tras analizar todas las fuentes disponibles, llega a la siguiente conclusión: la Biblioteca debió ser una larga sala o galería dentro del Museion, y a lo largo de las paredes de esa sala, debía haber un número inimaginable de bibliothekai, es decir, de estantes o huecos en los que se ordenaban los rollos. Sobre los bibliothekai podía leerse la inscripción: “Lugar del cuidado del alma”.

Bibliotece de Alejandría

Bibliotece de Alejandría (imagen extraída de la web sobrehistoria.com)

Frente a las estanterías con los rollos había habitaciones destinadas probablemente a la consulta cómoda de los rollos y a su estudio, además de salas para las reuniones de los eruditos e, incluso, para que sirvieran a los mismos de albergue temporal, mientras trabajaban.

El Museion estaba situado cerca del palacio real, frente al mar y en él se daba alojamiento y también comida a los estudiosos invitados a trabajar por Ptolomeo I. Cuenta el historiador siciliano del siglo I a. C., Diodoro Sículo, que en Alejandría había incluso una segunda Biblioteca, la biblioteca hija o menor, localizada en el suroeste de la ciudad, cerca del Serapeum, y estaba pensada sólo para el uso de los estudiosos sin relación con la Biblioteca central. En esta pequeña biblioteca había copias de los fondos albergados en el Museion.

La destrucción o desaparición de la Biblioteca de Alejandría es sin duda uno de los más grandes misterios de la civilización occidental. Se carece de testimonios precisos sobre sus aspectos más esenciales, y no se han encontrado las ruinas del Museion, tan sólo las del Serapeum, muy escasas además.

No hay ninguna duda histórica acerca de la existencia de la Biblioteca, pero apenas sí hay certezas sobre lo que en ella se custodiaba. Al respecto se han hecho centenares de afirmaciones contradictorias, dudosas y simplemente falsas, realizando suposiciones a partir de muy pocos datos que, la mayoría de las veces, son sólo aproximaciones sin mucho fundamento.

Pero es inevitable el dejar volar la imaginación y pensar qué maravillas pudieron dormir su último sueño en la Biblioteca de Alejandria, qué poemas, qué relatos, qué conocimientos... estuvieron allí custodiados a la espera de análisis o lecturas, de traducciones al griego o a otros idiomas. Qué caminos artísticos, científicos, filosóficos estaban ya iniciados o concluidos en aquellos centenares de miles de rollos con noticias y conocimientos procedentes de todo el mundo conocido, caminos que o tardaron siglos en volver a iniciarse o que permanecen aún sepultados bajo el polvo del tiempo.

¿Sería el mundo, la civilización, la historia del ser humano igual si no se hubiera destruido la Biblioteca de Alejandría? Me parece una de las preguntas quizá más fascinantes, quizá más inútiles que hoy pueden hacerse.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,17 jul 2008 20:30:35 GTM
<![CDATA[Frontera, un western de Gabriel García Márquez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,769
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El coronel Nelson Miles era un veterano de la guerra civil americana cuando le encargaron “limpiar” de indios las amplias llanuras del Norte después de que el Teniente Coronel Custer fuera derrotado en Little Big Horn. En el invierno de 1877 Miles dirigió sus tropas a marcha forzada a través de Montana para interceptar a la partida liderada por el jefe Joseph, quien había derrotado o evitado a todas las unidades del ejército que se habían mandado contra él en una extensión de 2.400 kilómetros, desde Oregón hasta la frontera de Canadá.

Después de su éxito, a Nelson Miles se le ordenó luchar en Arizona contra los apaches chiricahua dirigidos por Jerónimo. Así, él y sus tropas atravesaron tras los indios más de 4.800 millas por las tortuosas montañas de Sierra Madre, hasta que lograron su rendición y confinamiento en Florida.

Esta ofensiva de Nelson Miles contra los apaches dejó sin trabajo a tipos como Frontera, un pistolero mexicano cuyo trabajo era perseguir y matar indios a ambos lados de la frontera.

La vida y vicisitudes del inventado pistolero mexicano de nombre Frontera, dentro del contexto histórico real de las guerra indias entre las tropas de Nelson Miles y el chiricahua Jerónimo, es la base principal del guión de un western que en su día escribió en México el luego Nobel Gabriel García Márquez, por supuesto mucho antes de escribir la historia de Macondo y sus muchos personajes.

Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez

Sí, García Márquez escribió a finales de los años 50 el guión de un western titulado Frontera, y lo hizo en colaboración con un escritor natural de Badajoz, España, exiliado entonces en México tras la guerra civil española. Me refiero a Luis Alcoriza (1920-1992), quien se encontró con el cinéfilo García Márquez por aquellas fechas, trabaron amistad y decidieron escribir juntos una historia para el cine con apaches, soldados yanquis, caballos, revólveres, pistoleros mejicanos..., y todo en esa geografía tan particular y de leyenda que es la frontera entre EE.UU. y su vecino del sur, México, una geografía en la que Cormack McCarthy sitúa su espléndida novela No es país para viejos.

Sabemos ahora del western de García Márquez porque ha comprado los derechos sobre el texto el actor y director mexicano Rodolfo de Anda, quien además ha anunciado que llevará Frontera a la pantalla grande. La aventura ya se intentó llevar a cabo antes, en vida de Alcoriza (colaborador de Luis Buñuel y autor por ejemplo del guión de Los olvidados). Fue el propio Alcoriza quien le propuso a de Anda hacer realidad el guión, pero éste desconoce las verdaderas razones por las que el proyecto se quedó hasta ahora en eso, en proyecto.

Rodolfo de Anda asegura que Frontera es un western que encierra una historia extraordinaria, y que ha sido el propio García Márquez quien ha dado el permiso final para “resucitar” el guión después de volver a leerlo, pues al parecer ni se acordaba de su existencia.

Frontera, un western de García Márquez. ¡Habrá que verlo!, ¡habrá que leerlo!


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Wednesday,16 jul 2008 19:49:59 GTM
<![CDATA[Centinela contra franceses de Antonio Capmany: la arenga patriótica española de 1808 (Ediciones Encuentro)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,768

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A los que, por ejemplo, pasamos ya de la cuarentena y estudiamos la EGB allá a comienzos de los años 1970, quién iba a decirnos que llegado este año 2008, es decir, el de la conmemoración de los 200 años de la Guerra de la Independencia contra los franceses, ésta iba a pasar con tanta pena y casi vergüenza y con tan poca gloria.

Desde luego todas las instituciones y poderes dependientes directamente del Estado central español han evitado en la medida de lo posible (es decir, en grandísima medida) la conmemoración, y desde luego han huido como si fuera la peste de plantear el recuerdo como un hecho colectivo nacional español, como una gesta de reafirmación nacional española sobre acontecimientos históricos concretos y de carácter en apariencia evidente. Es más, ha habido alguna Vicepresidenta del actual gobierno socialista que en rueda de prensa sólo le faltó lamentarse de la derrota de los franceses y de los consabidos afrancesados.

Si esta ha sido más menos la actitud del Gobierno español y de las instituciones que directamente dependen de él, qué decir del acontecimiento visto, o no visto mejor dicho, por las instituciones autonómicas, en las que sólo se ha recordado la Guerra de la Independencia en lo que atañe a sus respectivas geografías y territorios administrativos. Por ejemplo, como Velarde era cántabro, aquí en Cantabria se homenajeó a Velarde; bueno, a Velarde y a todos los cántabros de algún modo destacados en los acontecimientos de hace dos siglos.

En Galicia, País Vasco, Cataluña y las Baleares sencillamente la Guerra de la Independencia española de 1808 es un acontecimiento histórico ocurrido en otro país hace mucho tiempo, y que ha merecido y merece la misma consideración que puede tener la Guerra de los Bóers o la matanza de Custer a manos de los cheyennes, pongo por caso.

Como a mí me gusta ir contracorriente, y sencillamente me ha parecido triste, patético, ridículo, cobarde, repugnante, idiota... (añádanse los adjetivos que cada cual crea más oportunos), cómo se han conmemorado en España los 200 años de nuestra Guerra de la Independencia, sí voy a recomendar aquí y ahora la lectura de un libro recién aparecido que aporta un documento histórico sobre aquellos sucesos de enorme importancia y trascendencia. Se trata de la edición preparada por Jesús Laínz del discurso o proclama Centinela contra franceses (ediciones Encuentro, Bolsillo, Madrid, 2008), obra maestra de la propaganda bélica española escrita en el Madrid de 1808 por un barcelonés de nombre Antonio Capmany y Montpalau, militar, historiador y lingüista catalán nacido en la ciudad Condal en 1742 y muerto en Cádiz en 1813, donde había colaborado como diputado por Cataluña en la discusión de la primera Constitución española, la de 1812.


Antonio Capmany: Centinela contra los franceses (Encuentro, 2008)

Antonio Capmany: Centinela contra los franceses (Encuentro, 2008)

Antonio Capmany y Montpalau, como ya ha quedado dicho, fue militar, filósofo, historiador, economista y político catalán. Estudió Lógica y Humanidades en Barcelona antes de ingresar en el Ejército, concretamente en el Regimiento de Dragones de Mérida. Tras abandonar la milicia, donde fue subteniente de tropas ligeras, habiendo participado en la guerra contra Portugal en 1762, volvió a la vida civil en 1770, dedicándose fundamentalmente al estudio de la historia y de la literatura. Colaborador de Pablo de Olavide en el proyecto ilustrado de traer familias centroeuropeas para repoblar Sierra Morena, en 1770 publicó su gran obra en cuatro volúmenes, Historia del comercio y las artes de la antigua Barcelona. Fue miembro de la Real Academia de la Historia en 1776, siendo nombrado secretario perpetuo en 1790. Se enfrentó en polémica a Jovellanos y Campomanes defendiendo la pervivencia de los gremios.

Durante los gobiernos de Godoy se mantuvo al margen de la actividad oficial, mostrando su recelo hacia las nuevas ideas que venían de Francia, por lo que veía en las viejas tradiciones el mejor medio de combatirlas. En 1808, al comenzar la Guerra de la Independencia, en su trabajo Centinela contra los franceses incitaba a los españoles a una lucha a muerte contra Napoleón, al que consideraba la Anti-España. Se refugió en Cádiz donde dirigió la Gaceta de la Regencia de España e Indias que se publicaba en vez de la Gaceta de Madrid.

Fue elegido diputado por el Principado de Cataluña para las Cortes de Cádiz. Liberal moderado, perteneció a la comisión que debía elaborar el Proyecto de Constitución y, junto con Agustín Argüelles y Jaime Creus, formó parte de una junta especial de inspección para dar el visto bueno a dicho Proyecto, donde se acordó, entre otras disposiciones, el hacer un Diario de Sesiones. También perteneció a la comisión de once diputados, encargada de elaborar el proyecto de libertad de imprenta, que defendió con gran entusiasmo y a la comisión de doce diputados encargada de elaborar el reglamento interior de las Cortes. A él se debió también la iniciativa de que en la plaza principal de todos los pueblos de España se colocara una lápida conmemorando la promulgación de la Constitución. Volvió a ser diputado, suplente, por Cataluña en las Cortes Ordinarias de 1813, pero víctima de una epidemia murió en Cádiz ese mismo año.

Para el catedrático de Historia Moderna de la Autónoma de Barcelona, Ricardo García Cárcel, considerado uno de los máximos especialistas en temas como la Inquisición y el Siglo de Oro español, Centinela contra los franceses es “el texto más exaltador de España que se ha escrito nunca”. Así, esta nueva edición del texto, debida al empeño del escritor Jesús Laínz, acerca a los actuales lectores un documento absolutamente esencial para acercarse y conocer la España de la Guerra de la Independencia, y cómo algunos plantearon la defensa de la nación en momentos tan complejos y difíciles.

El trabajo de Capmany comienza así:  “No es éste tiempo de estarse con los brazos cruzados el que puede empuñar la lanza, ni con la lengua pegada al paladar el que puede usar el don de la palabra para instruir y alentar a sus compatriotas. Nuestra preciosísima libertad está amenazada, la patria corre peligro y pide defensores: desde hoy todos somos soldados, los unos con la espada y los otros con la pluma”... 


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Tuesday,15 jul 2008 21:7:21 GTM
<![CDATA[La casa de papel de Carlos María Domínguez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,767
Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hace unas semanas, en el mes de abril, escribía yo en estas mismas páginas preocupado sobre el futuro que les aguarda a mis libros cuando falte. La lectura del mencionado trabajo llamó la atención de Amparo, una buena amiga de mi señora madre, y con tal motivo me hizo llegar un libro para que su lectura me proporcionase algún consuelo y algunas ideas con respecto al posible futuro de mi biblioteca. El libro que me dejó se titula La casa de papel (Mondadori) y su autor es el argentino Carlos María Domínguez (Buenos Aires, 1955), autor con varias novelas a sus espaldas y, por ejemplo, una biografía de Juan Carlos Onetti, escrita en colaboración con María Esther Gilio, publicada por la editorial Planeta en 1993 con el título Construcción de la noche. La vida de Juan Carlos Onetti.

Ya hemos dicho que nuestro autor de hoy es argentino, pero se me ha olvidado decir que vive en el país primo, es decir, en Uruguay, capital Montevideo. También se me ha pasado decir que para Carlos María Domínguez los libros sí pueden cambiar la vida de quienes los leen, algo que queda plasmado de manera muy clara en la breve historia que contiene su libro La casa de papel, historia en la que los libros y su posesión determinan las vidas de quienes los poseen con amor y hasta delirio.

Todo comienza cuando un ejemplar de La línea de sombra, la célebre novela de Joseph Conrad llega a manos de un profesor argentino que da clases en Cambridge. El libro iba dirigido de una colega del profesor, una mujer que había muerto hacía muy poco en extrañas circunstancias, al ser atropellada cuando cruzaba una calle leyendo a Emily Dickinson por un vehículo que se dio a la figura.



Carlos María Domínguez: La casa de papel (Mondadori)

Como se comprueba más adelante en la lectura, ese ejemplar de La línea de sombra de Conrad es la línea de unión entre la profesora muerta y un bibliófilo uruguayo de nombre Carlos Brauer, un hombre cuya única pasión son los libros, de los que posee decenas de miles de ejemplares, incluyendo primeras ediciones, manuscritos, ediciones raras...

El narrador, el profesor argentino de Cambridge, viaja hasta Montevideo en busca de ese peculiar Carlos Brauer, amante ocasional de su amiga inglesa muerta, y personaje del que llegamos a saber acaba completamente obsesionado por el futuro que le aguarda a la obra de su vida, su propia biblioteca, para cuya conservación e inventariado no ha escatimado medios. ¿Qué le sucedió a la lectora de Emily Dickinson? ¿De verdad la mató un coche por accidente? ¿Quién es Carlos Brauer? ¿Qué endiablado sistema empleo para ordenar los libros de su fastuosa biblioteca? ¿Qué futuro le aguarda a la biblioteca del bibliófilo Brauer? ¿Qué se puede hacer con los libros cuando son la obsesión, la vida entera de uno? ¿Puede alguien construir una casa utilizando los libros como ladrillos y habitar en ella?

No voy a desvelar nada más del contenido de La casa de papel, y sólo quiero dejar aquí apuntadas unas cuántas preguntas cuyas posibles respuestas conforman la trama principal y sus afluyentes de esta novela corta que tiene algo de ciencia ficción (casi un Fahrenheit 451 de Ray Bradbury pero al revés), de novela detectivesca y negra, de narración erudita..., y un mucho de puro amor a los libros y a la lectura; un amor tan descomunal, que para hacerse digerible y no conducir a la locura quijotesca, viene envuelto en un agradecido y eficaz papel de ironía y comicidad larvada y casi distante.

La casa de papel habla de locuras provocadas por los libros, por su lectura masiva y su tenencia en grandes dosis. Locuras que pueden conducir a los accidentes, a la construcción de casas de papel impreso a orillas del mar, a obsesiones insanas, quizá al asesinato... Pero también habla de los libros como pasión y motor de vida, como una aventura que, como toda aventura de verdad, enseña el sendero que conduce directamente al latido verdadero de la vida vivida con intensidad y arrobo, y también con peligro constante. Los libros o el caminar por el lado más emocionante y peligroso de la vida.


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Monday,14 jul 2008 21:5:11 GTM
<![CDATA[El retorno del poeta Manuel Arce según Luis García Jambrina en ABC]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,765


Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Me sorprende el fin de semana en Madrid, en un Madrid veraniego pero menos abrasador y extenuante de lo esperado. La mañana del sábado nos recibe a todos sin sol, con un cielo cubierto por las nubes y una brisa agradable que invita a estar en la calle contemplando como se despereza la vida poco a poco.

Si algo me molesta de la casa madrileña es que no hay un kiosco en menos de veinte minutos andando a la redonda. Hay supermercado, restaurantes, panaderías, bares, salones de belleza, parque, cancha de baloncesto y voleibol, banco de Santander y BBVA, fuente pública…, pero no hay dónde comprar el periódico. Así que de mañana me dirijo a comprar la prensa del día embarcándome mentalmente en un socorrido paseo. Tras la marcha y la contemplación y mil y una escenas urbanas, llego al kiosco más cercano y pido un ejemplar del ABC.

No soy lector habitual del histórico periódico, pero los sábados incluye en suplemento cultural: muchas páginas dedicadas a reseñas de libros, discos, exposiciones, películas, conciertos…, e información generalmente entretenida y aceptable sobre todo tipo de acontecimientos culturales en España.

Con el suplemento abierto casi siempre me dirijo en primer lugar a la página en la que mi buena amiga y a veces jefa, la poeta Amalia Iglesias, ofrece poemas de destacados poetas nacionales e internacionales. Luego le echo un vistazo a las reseñas de libros de poesía y, por último, antes de leer página por página, hojeo todo el suplemento para atisbar algún contenido que me atraiga por encima de los demás.

Manuel Arce Lago: Antología poética 1947-1954 (Icaria, 2008)

Manuel Arce Lago: Antología poética 1947-1954 (Icaria, 2008)

Pero este sábado la sorpresa, la grata sorpresa, ha llegado cuando he visto mi nombre al ver las reseñas de libros de poesía. El profesor y crítico Luis García Jambrina reseñaba mi edición de la antología poética del santanderino Manuel Arce (Antología poética 1947-1954) que ha editado la barcelonesa Icaria hace tan sólo unas semanas. Ya he dejado en estos Ojos de Papel varios trabajos o referencias a Arce (La isla de los ratones en dos post, la propia antología tambien en dos post...), pero ahora quiero ofrecerles las palabras de Jambrina, mientras preparo ya los bártulos para volverme a Santander:

“Para muchos, Manuel Arce (San Roque del Acebal, Llanes, Asturias, 1928) es, sobre todo, un narrador, con siete novelas publicadas, dos de ellas llevadas al cine. Para otros es el fundador e impulsor de la revista La isla de los ratones (Hojas de poesía), editada en Santander –ciudad en la que el autor reside desde niño- entre 1948 y 1955, y de la colección editorial del mismo título (1948-1986), así como de la reconocida librería y galería de arte Sur (1952-1994). La revista, de la que existe una reciente edición facsimilar (Visor, 2006), se convirtió pronto en un referente literario fundamental en aquellos años oscuros; por ella pasaron todos los poetas importantes del momento, tanto los consagrados como los que eran jóvenes en aquel entonces. Y otro tanto cabe decir de su galería, dentro del mundo del arte.

Pero Arce ha sido –antes que nada y tal vez por encima de todo- poeta, si bien su labor pública en este terreno se limita a unos pocos años de su juventud. Dejando aparte una edición restringida para amigos de Sonetos de vida y propia muerte (1948) y un par de selecciones de poemas –una de ellas traducida al francés-, su obra poética se compone sólo de tres títulos: Llamada (1949), Sombra de un amor (1952) y Biografía de un desconocido (1954). Tras la publicación de este último, abandonará definitivamente la poesía y se convertirá en narrador (su primera novela publicada es de 1956); su despedida coincide, por otra parte, con la clausura de La isla de los ratones. No obstante, dará a la luz una antología en 1958 y reeditará sus tres libros a comienzos de los 60. De ahí el interés de esta nueva antología preparada –con conocimiento y rigor- por el poeta Juan Antonio González Fuentes.

Llamada es un libro juvenil, formado por poemas escritos en 1947; en él predominan los sonetos de tonos existencial: la herida del amor, la búsqueda de una cierta trascendencia y, sobre todo, la concepción de la muerte como algo inseparable de la vida. En Sombra de un amor, el lamento y la exaltación amorosa se mezclan con la aparición de los primeros acentos sociales; del mismo modo, la uniformidad métrica alterna ya con el poema en verso libre de largo aliento. Por último, en Biografía de un desconocido, se incrementa el elemento ético y social, junto a nuevos aspectos, como la reflexión sobre la poesía y la labor del poeta, con el mar y la lluvia como símbolos más evidentes. He aquí pues, el retorno de una obra que sigue viva”.


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Sunday,13 jul 2008 18:53:59 GTM
<![CDATA[Unas palabras para y sobre el diputado José María Lassalle (Calixto Alonso del Pozo)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,764

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Yo tengo un amigo, un viejo amigo ya, al que conocí en algún momento de mis años universitarios santanderinos. El amigo se llama José María Lassalle. Cuando empezó nuestra amistad él acababa de leer su tesis doctoral en Filosofía del Derecho sobre el pensador británico Locke, y coincidimos en una sala del Departamento de Ciencias Históricas, donde un grupo de “jóvenes historiadores” sacábamos adelante una revista de historia titulada Edades.

El nexo que nos unió fue la literatura. Recuerdo que cuando aún no teníamos mucho trato coincidimos como jurados de los premios José Hierro para jóvenes del Ayuntamiento de Santander. Comimos juntos en una mesa de jurados en el Hotel Bahía. En la mesa de al lado estaba el poeta con amigos y autoridades, y nosotros pasamos todo el acto hablando de libros y lecturas: Rilke, Trakl (estábamos con uno de sus traductores al español), Conrad… Ese día sitúo yo el comienzo de nuestra amistad.

Pasó el tiempo y José María acabó en Madrid dedicándose profesionalmente a la política. Diputado del PP por Santander (con esta ya dos legislaturas), dirigió la Fundación Carolina (entonces esa fundación editó un trabajo en parte mío sobre la gran María Zambrano), y hoy es algo así como el jefe de gabinete de Rajoy.

Apenas nos vemos, pero siempre hay algún que otro mensaje recomendando la lectura de algún libro, y siempre hay alguna cena en Santander o Madrid.

A lo largo de los últimos meses José María ha alcanzado una notoriedad pública bastante grande, notoriedad que se ha visto materializada en columnas y editoriales de los periódicos más importantes del país, en tertulias de radio de todo tipo y signo, y en multitud de páginas del ciberespacio. La causa de su “fama” (mala) pública, fueron unas supuestas declaraciones de mi amigo contra María San Gil y unas correcciones a la ponencia política de ésta que, finalmente, “entre todos la mataron”, sumadas imagino a más cuestiones de fondo, llevaron a la dirigente popular del País Vasco a su dimisión de cualquier cargo.

Los ataques a José María han sido furibundos, abundando las descalificaciones y los insultos personales. Desconozco si las causas de los ataques responden a una realidad. En toda esta problemática quien me ha importado ha sido José María el amigo, el tipo al que conocí hablando de libros en Santander hace muchos años. El José María político me interesa bastante menos, es más, seguro que es una “enfermedad” que se le pasará. Sí, durante semanas me “preocupó” la situación anímica y personal que estaría sufriendo mi amigo (me comunicó que estaba aguantando el chaparrón, y que más o menos lo sucedido iba en el sueldo). Pero lo que más llamó mi atención durante “las batallas” fue lo furibundo y violento de los ataques, y la ausencia de defensa por parte de sus compañeros de partido y profesión.

José María Lassalle

José María Lassalle

Por eso quiero ofrecer hoy aquí un artículo que hace unos días publicó un amigo común, el abogado Calixto Alonso del Pozo, en las páginas de opinión de El Diario Montañés, la única defensa escrita de José María que he visto publicada. El artículo se titula “Vudú a un diputado”. Creo que es un texto de notorio interés, bien escrito y razonado. Dice así:

“Desde hace varias semanas, el diputado a Cortes por Cantabria José Mª Lassalle Ruiz viene padeciendo un ataque despiadado por parte de un informativo matinal de radio y un periódico de implantación nacional.

La publicación en El País de un artículo titulado Liberalismo antipático, en el que salía al paso de un discurso pronunciado por Esperanza Aguirre en el “Círculo de Bellas Artes” de Madrid y su intervención como mediador en la redacción de la ponencia política del PP a presentar ante el próximo congreso en Valencia han sido los detonantes de una ofensiva salpicada de toda clase de calificativos injuriosos e insultantes.

La cuestión de fondo, de nuevo, es la responsabilidad profesional y el sentido ético que han de presidir el derecho a la información, cuestión ésta tratada recientemente por el director de este periódico en una de sus columnas dominicales.

Vaya por delante que el derecho a la información tiene una doble vertiente: derecho a informar y derecho a ser informado (derecho éste de todos los ciudadanos que implica un deber por parte de los informadores).

Partiendo del texto de una ponencia (que, por supuesto, pocos han leído) contundente en la defensa de la idea de nación y del ordenamiento constitucional, el conductor del matinal radiado y el director del diario, secundados por contertulios de plantilla, confunden los hechos con las interpretaciones ajenas de los hechos, y vuelcan toda suerte de descréditos en la persona del diputado santanderino.

Invocando de continuo la libertad de expresión, mencionan campanudamente el derecho a la información que asiste a los individuos en las sociedades libres para chapotear en el fango de la insidia.

Hay medios de comunicación que manejan a su conveniencia el aserto de que los estados de opinión pública tardan en cuajar pero más aún en desvanecerse, y juegan con ventaja a sabiendas de que las respuestas de las leyes y los tribunales, por lentas, son poco eficaces.

Nuestro Tribunal Constitucional (sentencia 219/92) ya definió el concepto de derecho al honor como ‘el derecho al respeto y al reconocimiento de la dignidad personal que se requiere para el libre desarrollo de la personalidad en la convivencia social, sin que pueda su titular ser escarnecido o humillado ante uno mismo o los demás’.

La libertad de expresión es más amplia que la libertad de información, por no operar en el ejercicio de aquella el límite interno de veracidad que es aplicable a ésta.

Cuando las libertades de expresión e información se muestran como instrumentos de los derechos de participación política debe reconocérseles, si cabe, una mayor amplitud que cuando actúan en otros contextos. En tales casos, amparadas quedan por tales libertades no solo críticas inofensivas o indiferentes, sino otras que puedan inquietar, molestar o disgustar. ¡Claro que sí! Pero fuera del paraguas ha de quedar el insulto, la vejación, la descalificación, la injuria y la calumnia.

En desarrollo de las mencionadas libertades, nuestros tribunales han llegado a considerar la veracidad de los hechos como un elemento negativo del derecho al honor. De tal modo que, si la intromisión que parece atentar al honor es veraz, queda amortiguado el concepto mismo de ataque a tal honor.

En lo que viene afectando a José Mª Lassalle, las opiniones y los adjetivos son una colección de infamias e insultos de toda suerte que tan solo tienen una finalidad: desprestigiarle frente a la opinión pública nacional.

No estamos ante informaciones molestas o hirientes. Grabadas y escritas constan expresiones que sobrepasan el límite de lo tolerable al repetirse casi a diario una retahíla de insultos, de insinuaciones insidiosas y de vejaciones innecesarias que solo pueden entenderse como descalificaciones dictadas no con ánimo o con función informativa, sino con clara malicia anclada en una palmaria voluntad vejatoria.

La actuación de José Mª Lassalle en el ejercicio de su cargo en absoluto justifica tal catarata de difamaciones, que tan solo buscan el desmerecimiento en la consideración ajena, y especialmente, ante potenciales votantes o simpatizantes de su propio partido.

El honor de la persona y su prestigio profesional no pueden confundirse con la crítica a la pericia en el desempeño de una actividad, en este caso de clara relevancia pública.
Apoyarse en citas y actuaciones, por demás, no contrastadas, para denunciar una renuncia a principios políticos que no se ha visto en público no puede facultar para asaltar el honor del modo que se viene haciendo con Lassalle.

Bien lejos están la radio y el periódico de lo que el derecho anglosajón denomina, desde hace décadas, el “fair comment”, una crítica realizada sobre una materia de interés público, que cumple el requisito de que un honesto hombre medio podría expresar la misma opinión en base a unos hechos. Creo, sinceramente, que en casos como el que trato no se debe callar, ni manifestar indiferencia, porque también ambas actitudes son maneras de hacer.

Como escribió Kapucinski, para ser buen periodista, antes hay que ser buena persona; si no, es imposible que los informadores cuenten con honradez lo que presencian.

No parece, a la vista de lo que sucede, que la pareja de la que hablo pueda formar parte de lo que comúnmente se entiende por buenas personas."


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Thursday,10 jul 2008 11:2:38 GTM
<![CDATA[Una clase de Educación para la Ciudadanía en vivo y en directo (¡¡Fernández de la Vega Live!!)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,763

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Llevo más de dos años enfrentándome al reto diario de escribir un folio en blanco con destino a los lectores de estos Ojos de Papel electrónicos. La verdad es que pensé que sucumbiría al esfuerzo a las pocas semanas. En mi fuero interno no me veía capaz, al menos por mucho tiempo, de buscarle a las horas del día un momento para sentarme y escribir algo más o menos legible y de algún interés para alguien en algún rincón del mundo. Y sin embargo aquí estoy, empeñado en el empeño gracias a la paciencia de los lectores (más de mil diarios en un milagro permanente) y de Rogelio López Blanco, el brillante muñidor final del asunto.

Pero el miedo y el vértigo continúan. Puedo asegurarles que hay noches en las que me despierta el horror a no tener sobre qué escribir al día siguiente. Y que hay momentos sentado ante la pantalla blanca del ordenador tan desesperantes y vacíos que su sólo recuerdo me produce angustia. Es como estar sometido de forma constante a la zozobra previa a las preguntas de un examen que uno sabe que no sabe.

En este sentido puedo asegurar sin miedo a caer en la exageración que, en gran medida, mi vivir cotidiano viene marcado por la necesidad de escribir esta página. Leo el periódico, voy al cine, leo libros, miro, paseo, huelo, toco, sueño, imagino, contemplo, bebo, como..., al tanto de encontrar algo factible de dejar plasmado en la terrible y perenne página en blanco.

A veces, lo confieso, salgo satisfecho del envite. Es cuando he logrado contar en un folio, o folio y medio, lo que realmente quería contar. Incluso en ocasiones mientras voy escribiendo descubro o caigo en cosas que antes ni siquiera me planteaba. Pero hay otros días que me levanto de la mesa con la sensación de haber cumplido tan sólo el expediente, y un regusto amargo y triste en la cabeza y el espíritu.



"Fernández de la Vega al descubierto" (vídeo colgado en YouTube por SUPERMONTSE)

Hoy es un día de esos temibles en los que a la ausencia de tema se le suma la ausencia de tiempo, combinación diabólica cuyo primer síntoma es el estrés y la angustia. Ayer pasé la noche corrigiendo las pruebas de un libro del Museo de Bellas Artes de Santander, pruebas que esta mañana, casi a primera hora, entregué en la sede del Museo. Luego tenía cita en el despacho a las diez con un asunto que ya no podía posponer. En algún momento del día debo entregar los exámenes de mis dos asignaturas con las correcciones realizadas en rojo en el Centro Universitario. Pero a las siete de la tarde debo estar en Comillas acompañando a un amigo para ver locales, y después he quedado a cenar con el escritor Jesús Pardo en San Vicente de la Barquera, a más de setenta kilómetros de mi ciudad. A la vez tengo que comer, sacar al perro a pasear las veces reglamentarias, leer el periódico, acabar la novela que tengo entre manos, contestar al correo, hablar por teléfono... Y para colmo mañana marcho a Madrid a las dos de la tarde. ¿Cuándo escribir el post de mañana? ¿Sobre qué escribir? Me levanto cada treinta segundos a estirar las piernas, muerdo un lápiz, miro al techo, cierro los ojos, miro por la ventana..., y noto que el corazón late cada vez más deprisa, como un tam tam de la jungla que convoca a una reunión ineludible entre fieras salvajes. ¡No llego!, ¡no puedo!, ¡no me da tiempo! ¡Nooooo!

Pero siempre, siempre surge el milagro, la idea, el asunto que te propicia salir del paso más o menos airoso. Esta vez la solución me llega por el correo electrónico. Y otra vez me la da sin querer un buen amigo, el escritor Jesús Laínz. Abro su correo y con una sola frase lacónica que no viene al caso, me adjunta una dirección de YouTube, es decir, me envía una secuencia de algo que desconozco, pues su frase no da muchas pistas, tan sólo que lo que voy a contemplar le produce a él pesar, estupor e incredulidad.

Pongo en marcha la historia y contemplo las imágenes que me llegan del ciberespacio, imágenes que ahora quiero compartir con todos ustedes por juzgarlas instructivas y porque me resuelven la comparecencia de hoy. Jesús Laínz es un tipo que, francamente, no admitiría bien el adjetivo “progresista”. A su pluma debemos ya varios libros fente y contra los nacionalismos periféricos españoles, entre ellos al menos uno excelente y desde su publicación ya inevitable en cualquier bibliografía que se precie sobre el asunto. Me refiero a su trabajo Adiós, España. Verdad y mentira de los nacionalismos (Ediciones Encuentro, Madrid 2004, con prólogo de Stanley Payne).

Quien sea asiduo lector de mi Pulso de la Bruma, seguro que tampoco me calificaría a estas alturas como “un progresista” (en el sentido que creo todos conocemos). ¡Líbreme Dios de todos los males, incluyendo el del progresismo español al uso! Es más, leyendo “entre líneas” (entrecomillado irónico) algunos de los comentarios que se han hecho a mis post, estoy casi convencido de que algunos lectores me colocarían sin problemas el sambenito de “facha españolista” (+ la consiguiente retahíla de epítetos y lugares comunes que suelen acompañar a frase tan vacía de contenido real). Por lo tanto, no serán pocos los que “vean” este post como una prueba irrefutable más de mi consolidado y creciente facherío. Bien, no comment, es decir, sin comentario. Me pongo las vendas antes de tener las heridas, lo admito, y no me gusta nada el hacerlo, pero me curo en salud, siguiendo con las frases hechas.

Sencillamente me apetece que quien quiera entre, vea, escuche y juzgue con total libertad. A mí me ha resultado ha experiencia impagable. Gracias Jesús, hoy me has dado el trabajo hecho.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,9 jul 2008 20:21:46 GTM
<![CDATA[Schoenberg en Barcelona (música y discípulos servidos por el Trío Kandinsky)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,762 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Corría el año 1932 cuando a la Barcelona de la casi recién llegada República Española llegó a residir unos meses, fundamentalmente por motivos de salud, el que sin duda fue el músico más influyente de todo el siglo XX, el vienés Arnold Schönberg, alumno de Mahler y cabeza cuasi rectora de la llamada Segunda Escuela de Viena.

A Barcelona Schönberg (o Schoenberg) acudió invitado por el que había sido su alumno en Viena y Berlín, Robert Gerhard (1896-1970), uno de los compositores españoles más importantes del siglo XX, y uno de los protagonistas esenciales de la llegada de la “música nueva y moderna” a la península a través de sus escritos, su propia música y también la programación de conciertos con esta música en los atriles. En este sentido Gerhard logró que Schönberg dirigiera en aquellos días barceloneses, por ejemplo, su Noche transfigurada a la Orquesta Pau Casals, también consiguió que otro miembro de la Escuela de Viena, Antón Webern pasease por la ciudad Condal, y por último, marcó un hito en la historia de la música barcelonesa y española al hacer que el póstumo Concierto para violín de Alban Berg se estrenase mundialmente en la capital catalana, con Louis Krasner al violín, y Hermann Scherchen en la dirección orquestal.



Verklärte Nacht by Schönberg: National Chamber Orchestra of Moldavia, dirigida por Cristian Florea (vídeo colgado en YouTube por cristianflorea)

El tiempo que el padre del dodecafonismo y el serialismo pasó en Barcelona supuso en alguna medida un radical revulsivo para los seguidores de la nueva música en la ciudad y en toda España. A este respecto, la influencia del Schönberg compositor en Gerhard y en el discípulo principal de este último, Joaquín Homs (1906-2003) queda muy bien reflejada en un compacto que acaba de editar el sello Diverdi y que está protagonizado por el joven Trío Kandinsky de Barcelona formado por Corrado Bolsi (que toca aquí el mismo violín con el que se estrenó el Concierto para violín de Schönberg), Amparo Lacruz (chelo) y Emili Brugalla (piano).

El sello Diverdi y este Trío, quieren recordar la estancia barcelonesa del maestro mediante este disco que ofrece la transcripción que hizo Eduard Steuermann de La noche transfigurada op. 4 del músico vienés; el juvenil Trío de Gerhard, compuesto en 1918 y sutilmente influenciado por las ideas de Schönberg; y los Dos impromptus, Tardor y Primavera (1960 y 1986) de Homs, escritos con claves dodecafónicas.

Trío Kandinsky: Schoenberg i Barcelona (Diverdi, 2008)

Trío Kandinsky: Schoenberg i Barcelona (Diverdi, 2008)

El Trío Kandisnsky se muestra en esta grabación rotundo, dúctil, maduro y consistente, interpretando unas páginas que no suenan a menudo en las salas de concierto, que no presentan discografía abundante (la crítica discute si ésta es la primera grabación mundial de las piezas de Homs), y que certifican mediante los sonidos la presencia e influencia directa del músico más “radical” de la historia del siglo XX en la cultura y la música españolas.

El disco de Diverdi está ilustrado con fotografías de la casa en la que el maestro vivió sus meses barceloneses. Estamos ante un disco importante para la historia de la fonografía en España.


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Tuesday,8 jul 2008 20:22:53 GTM
<![CDATA[Piratas de cine y del Caribe (Historia de la piratería, de Philip Gosse)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,761 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los sábados de mi infancia, después de comer, resultaban un paraíso para el cinéfilo que entonces empezaba a conformarse. En aquella época, años setenta del pasado siglo, a eso de las cuatro de la tarde, siempre proyectaban una película en el primero de los únicos dos canales televisivos existentes. La película, programada para el público infantil de aquel entonces, solía ser de un género afín a su supuesto público, es decir, abundaban los western clásicos, el cine de aventuras, las películas de Tarzán, algún glorioso musical que se colaba de rondón, películas de submarinos y, cómo no, películas de piratas.

Me encantaban las películas de piratas. Las recuerdo protagonizadas por actores como Tyrone Power, Errol Flynn o Burt Lancaster, todos piratas alegres, magníficos espadachines, marinos expertos, corazones nobles y con algo de aristocráticos a los que las jugadas perversas de la vida les había llevado a capitanear un barco de piratas fanfarrones, valientes y nada perversos. Lo único que me fastidiaba de verdad de aquellas películas es que estos piratas fantásticos solían luchar a brazo partido, y siempre con éxito, contra unos malvados altivos, bastante chapuzas y tontorrones, siempre un poco pérfidos y taimados cuyo denominador común, además del fino bigotillo sin virilidad, es que eran españoles. Qué le íbamos a hacer.

Las películas de piratas me gustaban muchísimo, sí, es verdad. Entonces no sabía dar razones de aquel gusto, más allá de que eran películas en las que un grupo de tipos que hacían lo que les daba la gana, iban montados en veloces barcos con velamen blanco al viento, luchaban con sus espadas brillantes, comían suculentos pedazos de carnes asada con los mismísimos dedos, bebían de copas preciosas líquidos que les ponían contentos, cantaban canciones hermosas en la proa contra las olas de sus barcos, visitaban islas lejanas donde siempre hacía buen tiempo y la vegetación era abundante, combatían contra unos tipos antipáticos y gordinflones a los que debía dar gusto partir la cara y, para colmo, terminaban sus gozosas aventuras llevando en una mano el gran timón del barco y en la otra agarraban la cintura fina de mujeres hermosas que prometían bondades de todo tipo, mientras al fondo del plano el sol se ponía entre nubes de algodón y una suave brisa que aliviaba calores mil. Cómo no iban a gustarme esas películas.

Con el tiempo, he sabido que muchas de esas películas eran en efecto estupendas, y que estaba dirigidas por algunos de los mejores directores de cine de la historia (De Mille, Curtiz, Walsh, Tourneur...). He sabido, también, que algunas de las bandas sonoras de aquellas cintas estaban escritas por músicos tan grandes como Erich Wolfgang Korngold (El capitán Blood, Halcones de mar, El lobo de mar...), en fin, he descubierto que el niño de entonces y el adulto de ahora no andaban muy desencaminados a la hora de disfrutar tanto con el cine de piratas y de los viejos lobos de mar. Lo último y más llamativo dentro del género es la exitosa saga de tres películas bajo el título genérico en español de Piratas del caribe, cintas que presentan toda la parafernalia propia del género, más algún que otro acierto, como la condición espectral de los piratas, con el inefable y rollingstoniano Jack Sparrow de Johnny Deep a la cabeza.



Phillip Gosse: Historia de la piratería (Renacimiento, 2008)

Ah, los piratas, o dicho con más precisión y justeza, ah la visión romántica e idealizada de los piratas que todos nos hemos tragado gracias a Hollywood y, cómo no, gracias también, entre otros, a ese monumento de la literatura universal que es La isla del tesoro de Stevenson, donde el otrora maleficio y sanguinario John Silver El largo acaba transformándose en el mago de la iniciación vital del adolescente Jim Hawkins.

Con esta confesión de por medio a nadie le extrañará que en cuanto tuve noticia de la reedición del libro de Philip Gosse, Historia de la piratería (Renacimiento, Colección Isla de la Tortuga, Sevilla, 2008), me lanzase a por él con verdadera ilusión, algo que ya no es nada frecuente en mis últimas compras de libros.

El inglés Philip Gosse (1879-1959) fue nieto del naturalista Philip Henry Gosse, e hijo del conocido escritor Sir Edmundo Gosse. Ha pasado a la historia de la erudición sobre la piratería como uno de sus más amenos y entretenidos divulgadores, un referente esencial sobre el tema a lo largo de todo el siglo XX. Su obra sobre los piratas, su origen y su historia, está construida en cuatro volúmenes: un Quién es quien en la piratería (1924), editado también por Renacimiento en esta misma colección, My pirate library (1926, Mi biblioteca sobre piratas), Hawkins scourge of Spain (1930, Hawkins, azote o plaga de España), y este The History of Piracy (1932, Historia de la piratería) compendio de todo su saber sobre el tema en cuestión.

En nuestros días es muy probable, casi seguro, que la Historia de la piratería de Philip Gosse esté un tanto desfasada con respecto a estudios académicos mucho más recientes. Pero juzgo que estas páginas siguen constituyéndose, en el verano de 2008, como una de las mejores, más divertidas y entretenidas aproximaciones al asunto, un magnífico, y probablemente, inigualable herramienta para iniciarse en la piratería y sus elementos. La edición que ahora saca Renacimiento cuenta además con varios puntos a su favor que hacen de la adquisición de este libro una obligación para los aficionados. Me refiero a la preciosa y cuidada edición (qué ejemplo para el resto de editoriales y colecciones de nuestro país, que editan en muchas ocasiones como quien produce salchichones), a la profusión de imágenes que ilustran las páginas, al breve y precioso prólogo del cinéfilo y filólogo Luis Alberto de Cuenca, y a la excelente traducción del hispanocubano Lino Novás Calvo, un ejemplo de bien hacer.

Larga vida a la colección Isla de la Tortuga especializada en literatura sobre piratas. ¡Y larga vida a estos piratas de los libros, la historia y el cine, cuyas aventuras y vicisitudes nos asombran, ilustran y entretienen. Pero líbrenos Dios de los piratas de los todos los días, los que nos asaltan desde los bancos, las administraciones, los negocios turbios, la mercadotecnia, y el afán de lucro. Piratas sin espada, sin navíos, sin islas caribeñas y sin mares navegables. Piratas de los que no dejan ni supervivientes ni títeres con cabeza.


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Monday,7 jul 2008 19:35:31 GTM
<![CDATA[Le arrancan la cabeza a Hitler]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,760 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A Hitler le han cortado la cabeza. No, no es que se haya descubierto ahora que el dictador quedase sin cabeza al llegarle el final en el bunker berlinés en el que según la historia pasó sus últimas horas. Tampoco es que se hayan desenterrado sus restos (si es que haylos y de haberlos reposen enterrados, extremo que en este preciso instante desconozco por completo), y siguiendo algún tipo de ritual para acabar con vampiros alguien hubiera separado el cráneo del esqueleto.

No, nada de esto. La cosa es más sencilla y a muchos de ustedes les doy ya por enterados, pues los noticiarios de medio mundo se han hecho eco de la noticia. En Berlín acaba de abrir sus puestos una sucursal del célebre y londinense museo de cera de Madame Tussaud. En dicho museo han querido representar con estatuas de cera a algunos de los más importantes personajes de la historia de Alemania, y a alguien se le ocurrió que, en buena lógica, no podía faltar un representación en cera de Adolf Hitler, es decir, del Führer del Tercer Reich alemán.

Pues bien, dicho y hecho. Los responsables de la nueva institución decidieron incluir al personaje, y decidieron hacerlo, para no levantar más polémicas o para no tener más problemas, con una imagen justo de los últimos momentos de su vida, es decir: decrépito, derrotado, envejecido, completamente fracasado..., y recluido en un espacio angosto, poco iluminado, sin decoración ni fastos..., el escenario de su derrota, una habitación del búnker en el que acabó suicidándose. Para aislarlo un poco más de los visitantes, colocaron la figura cabizbaja del Führer derrotado sentado tras una mesa, ejerciendo dicho mueble de “barrera natural” frente a los espectadores. Nadie quería que el rincón del museo de cera dedicado a Hitler se convirtiera en una especie de santuario honorífico y sagrado para posibles nostálgicos del sanguinario exterminador, y menos aún en un país en el que cualquier simbología nazi está expresamente prohibida por la ley. En este sentido, por ejemplo, la figura de cera de Hitler es la única de todo el museo a la que está prohibido fotografiar y con la que, claro, no está permitido fotografiarse.

Todo estaba preparado ayer en el nuevo museo berlinés para abrir sus puestas al público. La imagen de Hitler expuesta más o menos como he descrito, un vigilante cerca para controlar qué pasaba. Pero en un país tan previsor como Alemania nadie contó con Andreas L., un joven berlinés del multirracial barrio de Kreuzberg, donde turcos y alemanes de tendencias más o menos alternativas comparten calles y callejuelas. Andreas L, eso sí, como buen alemán, aguardó más de media hora de cola para convertirse en uno de los primeros visitantes de la nueva institución cultural berlinesa, y luego poder anunciar a sus amistades, “fui de los primeros”. Sí, fue de los primeros, es más, dicen que fue el segundo, pero no creo que ya pase a la historia del Madame Tussaud berlinés por la posición de privilegio en la que le cortaron la entrada el día de la inauguración.

Adolfo Hitler

Adolf Hitler

La cuestión es que Andreas L. ni siquiera sabía que una imagen de Hitler formaba parte de la exposición de cera, por lo que, al parecer, su acción fue del todo espontánea. Recorrió algunas salas durante unos cinco minutos hasta que se topó de bruces con el último despacho de Hitler y con el mismo Hitler en actitud muy quieta. Y ni corto ni perezoso Andreas saltó el cordón que de forma simbólica impedía el paso, saltó por encima de la mesa del despacho del Führer y literalmente se tiró a por él. El vigilante que por allí estaba apostado, vio la acción de Andreas, y también se lanzó sobre la mesa. Un segundo vigilante, al ver en apuros a su compañero, se unió a la fiesta que en la mesa del Fúhrer estaba teniendo lugar, y las cuatro figuras, dos vigilantes, Andrea y Hitler acabaron rodando por el suelo. El peor parado, al menos de momento, fue Hitler, que perdió la cabeza de cera en la refriega. Sí, la cabeza por un lado y el cuerpo por otro, metáfora inmejorable de la propia vida del singular asesino condecorado y con uniforme.

A Andreas, seguro, le caerá una multa y una reprimenda; a los vigilantes les pedirán a partir de ahora más celo y cercanía al despacho del Führer; y a Hitler le volverán a colocar la cabeza en su sitio, esperando que nadie se la vuelva a descolocar. El rincón de Hitler volverá a abrirse al público y con el tiempo se solventarán los posibles problemas que la presencia del tipo del bigotito pudiera acarrear. Incluso Stephen Kramer, el secretario general del Consejo Central de los Judíos en Alemania, ha dado su aprobación a que el Hitler de cera sea expuesto, no en el sentido de una atracción turística más berlinesa, sino como una forma útil de desmitificar la figura del Führer y de normalizar su presencia como elemento de la historia alemana.

Contada la leve e intrascendente anécdota, se me vienen a la cabeza varias cuestiones. Por ejemplo, el sistema educativo alemán debe funcionar bastante bien, pues uno de los jóvenes formados en él es capaz de reconocer de buenas a primeras a un personaje de su historia contemporánea. ¿Cuántos de nuestros jóvenes reconocerían en un museo, sin ayuda y de sopetón, la figura de cera de Franco? ¡Qué lástima que no surgieran cientos, miles, decenas de miles de Andreas en la Alemania en la que el Hitler de carne y hueso y sus secuaces hacían y deshacían a su antojo, y cometían crímenes contra la humanidad ante el aplauso y la aquiescencia general de la mayor parte del pueblo alemán! ¿Cuántos museos de cera existen en España? ¿Hay en ellos alguna imagen de Franco? De haberla, ¿qué será de ella con la Ley de Memoria Histórica en la mano? Desde aquí sugiero que con su cera se fabriquen varios cirios, al menos uno por cada una de las distintas confesiones religiosas que hoy existen en España, que se enciendan y que cada cuál rece a quien le dé la gana, eso sí, todos los rezos dirigidos en la misma dirección: que no sigan subiendo ni el euribor ni el barril de petróleo, y que la sensible desaceleración de economía reajustada por imponderables macro y micros que con suavidad de carantoña va a acariciar nuestros bolsillos de ciudadanos de país con economía eternamente fortalecida gracias a los inmejorables desvelos solidarios, sociales y socialistas de los gobiernos zapateriles, dure el mismo tiempo que le llevó a Andreas arrancarle la cabeza al Hitler de cera. Me temo que ya no estamos para milagros, pero por rezar, que no quede.


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Sunday,6 jul 2008 20:9:54 GTM
<![CDATA[Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar montan una Fiesta (DG, Universal)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,758

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

José Antonio Abreu
(Valera, Trujillo, Venezuela, 1939) es un caso singular en la historia más reciente de la cultura en Hispanoamérica y en cualquier otro lugar del globo. Acaba de serle otorgado el Premio Príncipe de Asturias del año en curso entre otras razones por ser el impulsor y fundador del venezolano Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles, consistente en un red de orquestas y coros formados por integrantes jovencísimos en número de unos 250.000 que, dispersas por toda la geografía venezolana, trabaja por la integración comunitaria y social, por la reinserción en algunos casos, de jóvenes sin un claro porvenir ni educativo ni vital.

Fruto resplandeciente de esta iniciativa de José Antonio Abreu fue la creación en 1975 de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, formada por los más destacados y prometedores músicos de entre los que conforman las distintas orquestas provinciales pertenecientes al Sistema Nacional.

Esta joven orquesta, tanto por lo que se refiere a su propia trayectoria como a la edad de sus componentes, recorre en la actualidad el mundo dejando pasmados y con la boca abierta a público y crítica. Los jóvenes músicos venezolanos se comportan como lo que son, casi adolescentes, y salen al escenario divertidos, risueños, con la carcajada en la boca, incluso dispuestos a tocar disfrazados con una especie de chándal imposible con los colores de la bandera venezolana.



Orquesta Juvenil Simón Bolivar dirigida por Gustavo Dudamel, 2007 (video colgado en TouTube por josalfe)

Ser joven, divertirse, disfrazarse y conformar a la vez una orquesta sinfónica no es muy complicado, casi puede ser el fruto digerido y “orquestado” (valga la redundancia) de cualquier reality show televisivo de usar y tirar. Ahora, si los imberbes instrumentistas del jolgorio y el cachondeo, del chándal llamativamente imposible, se sientan frente a los atriles con las partituras y tocan igual o incluso mucho mejor que algunas veteranas orquestas que pasean por los escenarios del mundo un prestigio pasado envuelto en un presente casi pavisoso y sobradamente aburrido, entonces la cosa se vuelve además de festiva muy, pero que muy seria.

Pues exactamente esto último es lo que sucede desde hace un tiempo. La joven orquesta arrasa y vivifica el pomposo y a veces polvoriento mundo sinfónico del desarrollado occidente. Cuando los músicos venezolanos comienzan a tocar en el escenario, el común de los espectadores por regla general anquilosados y con los oídos y el espíritu escleróticos, comienzan a revolverse en sus asientos impulsados hacia todos los espacios que les permite la estrechez de sus butacas. Algunos no lo pueden resistir, y sencillamente se ponen en pie para dejar que la energía y la electricidad que salen disparadas de la orquesta les envuelvan, les penetren muy dentro y hagan saltar chispas de gozo de sus ojos y sus corazones.

La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar pone en sus atriles muy diversas partituras, incluso las ya consabidas y abordadas una y mil veces por todas las orquestas que en el mundo han sido. Pero también colocan páginas poco frecuentes, generalmente de los compositores nacidos en las cercanías geográficas de Venezuela: compositores hispanos: Alberto Ginastera, Manuel de Falla, Antonio Estévez, Revueltas, Arturo Márquez...



Carátula del CD Fiesta de Gustavo Dudamel y la Orquesta Juvenil Simón Bolivar (Deustche Grammophon, 2008)

La juventud de estos músicos se sirve acompañada y dirigida por un director no menos joven y talentoso, calificado ya por la crítica internacional más seria sencillamente como un verdadero genio de la dirección orquestal: Gustavo Dudamel, de quien ya hemos hablado en estas mismas páginas, otro fruto, quizá el más deslumbrante de todos hasta la fecha, de la organización e ideas de José Antonio Abreu.

Pues bien, el arhiconocido y prestigioso sello discográfico del emblema amarillo, es decir, Deustch Grammophon (Universal), acaba de editar un disco llamado a arrasar en las estanterías de la música clásica e incluso en las más cercanas. El disco se titula con auténtico acierto Fiesta, y está protagonizado, claro, por la joven Orquesta Sinfónica venezolana y su director titular, Gustavo Dudamel. ¿La música? Once piezas de auténtico lucimiento sonoro compuestas, salvo en el caso de un mambo de Leonard Bernstein perteneciente a West side Story, por espléndidos músicos hispanoamericanos cuya fama, popularidad y predicamento han sobrevivido bastante eclipsados por los sólidos y respetables talentos de sus colegas europeos y norteamericanos. Me refiero a talentos del calibre y calado del argentino Alberto Ginastera, los mejicanos Arturo Márquez o Silvestre Revueltas, y los venezolanos Antonio Estévez, Inocente Carreño, Aldemaro Romero y Evencio Castellanos.

Fiesta, un disco que hay que festejar, una auténtica fiesta sonora por todo lo alto. La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y Gustavo Dudamel son la prueba palpable de que los milagros son posibles en cualquier parte del mundo. De milagros sabe un rato largo José Antonio Abreu. Fiesta es un milagro hecho música y al alcance de todos.


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Thursday,3 jul 2008 19:30:45 GTM
<![CDATA[Una foto inédita de Franz Kafka]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,757 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El otro día caminaba con paso tranquilo a coger el tren que sale a las dos de la tarde desde las estación de Santander rumbo a Chamartín, en Madrid. Bajé las escaleras situadas junto a la iglesia de los Jesuitas, dejando a mi izquierda la iglesia neogótica y a mi derecha la visión del amplio ventanal del café Tornasol y el más modesto en dimensiones de la librería Merienda en el tejado.

Proseguí el camino sosteniendo con los dedos las asas de mi pequeña maleta de cuero y atravesé algunos arcos de medio punto de la Plaza Porticada, la misma en la que Ataulfo Argenta dirigió las Nueve Sinfonías del genio de Bonn a la Orquesta Nacional de España, la misma en la que vi decir adiós a Rostropovich con su violonchelo entre las piernas, la misma, en fin, en la que oía a Benny Carter sacarle filo a las notas de su viejo saxofón. Doblé la esquina correspondiente y me asomé a la gran avenida del Paseo de Pereda. Dejé tras de mi el edificio de la Delegación de Hacienda y aquel en el que trabaja el Delegado del Gobierno. Me detuve un instante en el semáforo que da paso a la acera en la que se ubican el edificio de Correos, el parking subterráneo que ya hace años destrozó la ETA, el noble edificio también del Banco de España y la mole del nuevo Hotel Bahía.

Cuando pasaba justo por delante de la zona ajardinada situada frente a la entrada principal del edificio de Correos, contemplé cómo una pareja entrada en años le hacía una fotografía al que supuse debía ser su nieto, chaval menudo que estaba colocado al dado del busto del rey Alfonso XIII (obra del escultor Mariano Benlliure) que allí adorna la pequeña plaza urbana y espera la sentencia irascible de las palomas y el tiempo nubarroso santanderino.

Al avanzar casi distraído me situé sin pretenderlo en la atmósfera física que era objeto de la fotografía, y debí quedar inmortalizado en el álbum familiar de unos completos desconocidos actuando como figurante de un niño indiferente y de un busto que ejercía de referencia cultural e histórica en un “marco incomparable”.

La situación me hizo pensar, y las cavilaciones me condujeron a la extravagancia de intentar contabilizar de forma imposible el número ignoto de álbumes fotográficos familiares en los que a lo largo de mis existencia he acabado sin querer formando parte del paisaje. Tal excentricidad contable, me condujo casi de manera inmediata a pensar que, en buena lógica, esa figuración fotográfica involuntaria también le ha tenido que acontecer a figuras hoy eminentes del arte, las letras y las ciencias, factibles de haber sido fotografiadas, alguna vez, paseando atareados y con rumbo fijo junto a monumentos y demás iconos urbanos de las ciudades que habitaron.

Kafka en Praga

Kafka en Praga

Y pensé en algunos nombres muy concretos, por ejemplo, Kafka, Pessoa o Robert Walser, los tres considerados en nuestros días como gigantes de la literatura del siglo XX, aunque ninguno de los tres tuvo la más mínima relevancia en vida, siendo ignorados completamente por sus contemporáneos, por sus vecinos, por sus conciudadanos, para los que eran sólo tres tipos grises, sin talento, embarcados como tantos otros en vidas grises y sin ninguna importancia.

No lo había pensado nunca, pero es probable que en algún desván, en algún armario de alguna casa cualquiera exista un álbum de fotos familiar en el que junto a la instantánea de un monumento o de algún miembro de la familia poseedora del álbum, se visualice a los ojos de alguien atento la figura en dos dimensiones del que hoy todo el planeta considera un genio. ¿Por qué no?

Por ejemplo, cuántas fotos se hicieron en la ciudad de Praga entre 1903 y 1924, es decir, entre los veinte años de edad y los treinta y uno que vivió Kafka. ¿Cuántas fotos se habrán hecho durante ese periodo en las callejuelas del castillo de la ciudad, o en su puente de San Carlos, o en la Malá Strana, o a las orillas praguenses del río Moldava, o en la plaza Staromestske...? ¿No es probable que en las miles de fotos que seguro se hicieron no fuese fotografiado en alguna Kafka como un paseante más completamente ignorado por el autor de la imagen, un hito más del paisaje urbano que servía en ese instante de escenario al hijo, novia, mujer, abuelo, padre, madre, amigo, amiga..., que posaba para el autor de la fotografía? ¿Y en esa imagen no buscada del genio no es posible quizá haya un detalle que hoy pueda resultar fascinante? Pienso sin ir más lejos en una prenda de vestir, en una sonrisa, en un ademán pillado in fraganti, en una forma de llevar el sombrero, en un tipo de gafas, en una pipa o cigarrillo, en un tipo de mirada...

La idea me resulta fascinante. He puesto el ejemplo de Kafka o Pessoa porque, insisto, sabemos que fueron en vida perfectos desconocidos para sus conciudadanos, algo menos probable en autores como Hemingway o Faulkner, pongamos por caso, que sí fueron considerados artistas consagrados por sus contemporáneos, y por tanto, su imagen era más difícil que pasara completamente desapercibida ante los demás, ante el público que los contemplaba. Pero a los casos de Kafka o Pessoa podríamos sumarles muchísimos más: Proust, nuestro Machado..., y tantos y tantos otros. Repito, fascinante.

Todos nosotros, ustedes y yo, seguro que hemos sido registrados alguna vez en nuestra vida en las estrechas dimensiones de una foto ajena. ¿Por qué no les iba a suceder lo mismo a muchos de los hombres y mujeres que a lo largo del último siglo y medio conforman páginas importantes de nuestra historia común de humanos y habitantes de este planeta?

Kafka dando un paso mientras lleva bajo el brazo un periódico praguense y contempla aterrado a un pobre medigo callejero que en ese preciso instante le inspira la historia que llevó al papel en La metamorfosis, y que sólo figura como desconocido extra en una foto en blanco y negro protagonizada por un niño vestido de marinerito que sonríe a la cámara de su padre con un globo en la mano. Fotografía pegada junto a cientos de fotos más en un estropeado álbum que, guardado en un cajón bajo toneladas de manteles y servilletas, ya nadie contempla en la vieja e incómoda casa de una calle de Praga en la que a punto de dejar este mundo aún respira el niño que sostenía el globo delante de un Kafka al que le acaba de asaltar la chispa de la creación.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,2 jul 2008 20:43:57 GTM
<![CDATA[Ópera, toros y mitos. José Tomás y Juan Diego Flórez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,755 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los toros y la ópera, salvo las evidentes diferencias de carácter insalvables, son dos actividades artísticas con varios puntos en común y diversas similitudes. Las dos presentan las credenciales de lo irrepetible sin vuelta atrás en lo ya hecho; las dos se fundamentan en una estructura litúrgica en la que van sumándose distintos pasos; las dos asientan sus bases en una tradición y una liturgia que se construye cada día y con las que dialogan de continuo; las dos se alimentan, crecen, se expanden a base de mitos y leyendas; las dos generan un tipo muy peculiar de aficionado que va desde el incondicional sosegado al fanático irreductible...

A lo largo del siglo XX y de lo que llevamos de nuevo siglo, es posible que las épocas más brillantes en ambos espectáculos artísticos hayan coincidido casi siempre con la presencia en los ruedos o en las tablas de los teatros de divos y mitos, y la consiguiente aparición junto a ellos de los aficionados incondicionales y, en caso extremo, fanáticos, que los siguen donde quiera que esté anunciada su esperada presencia, ávidos, al parecer, de acabar formando parte también de la historia, al menos como testigos en vivo de los prodigios.




José Tomás en Las Ventas en junio de 2008 (vídeo colgado en YouTube por elartedetorear)

Cuando la aviación comercial dejó definitivamente de ser una aventura sólo apta para lunáticos adinerados, más o menos a comienzos de los años 1950, comenzó a darse el fenómeno de aficionados a la ópera que seguían a sus cantantes predilectos incluso saltando de continente en continente. Maria Callas, por ejemplo, tuvo una corte de admiradores que deambulaban tras ellas desde el Teatro Colón de Buenos Aires al Metropolitan de Nueva York, o de la Scala de Milán a la Ópera de San Francisco, desesperados por no perderse ni una sola nota de la soprano grecoamericana.

En nuestra piel de toro todos sabemos de casos como el de Manolete, un diestro al que sus devotos, costase lo que costase, seguían de plaza en plaza con los ojos bien abiertos y el corazón gozoso pero encogido, a la espera siempre del lance estratosférico y pasmoso o de la probable última cornada.



Juan Diego Flórez interpreta a Rossini (vídeo colgado en YouTube por Oneguin65)

Los años del cambio de siglo estaban huérfanos, tanto en la ópera como en el toreo, de ese tipo de figura tan esquiva e infrecuente, y a la vez tan imprescindible para la supervivencia del espectáculo y la renovación generacional de los aficionados como lo puede ser una transfusión de sangre para un moribundo en la mesa de operaciones de un quirófano.

Pues casi al unísono la ópera y el toreo de nuestra más estricta contemporaneidad han encontrado a esa figura con perfil de mito que viene a alumbrar y deslumbrar su particular fiesta con ribetes de historia y puerta grande. Me refiero al matador español José Tomás (Galapagar, 1975) y al tenor peruano Juan Diego Flórez (Lima, 1973), dos jóvenes portentos cada uno en lo suyo capaces de reventar tabúes, de establecer nuevos axiomas, de pasmar a un respetable sin aliento con la emoción entrelazada y asociada palpitando en la atmósfera común. Dos jóvenes ya con los trazos de sus rostros en la cara doble de la moneda que en el aire vuela para designar mitos. Dos jóvenes que con pases y notas son alimento de excéntricos y fanáticos perfectamente capaces de dejarse millares de euros y hacerse millares de kilómetros con tal de participar en la ceremonia.

El tenor y el torero, el torero y el tenor, ya han pisado tablas y alberos santanderinos, ya han sentado su cátedra de oposición a mitos entre estos nuestros aires de tibieza veraniega. Pero se anuncian ya nuevas y muy prontas comparencias. La oportunidad la pintan calva.


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Tuesday,1 jul 2008 20:7:45 GTM
<![CDATA[El fútbol y España: cuestión de carácter. El 2º mejor equipo de la historia de la Eurocopa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,754 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Escribo estas líneas antes de que dé comienzo la final de la Eurocopa 2008 que disputarán Alemania y España. Vengo de la estación de trenes de Santander donde la he dejado a Ella camino de Madrid. Falta todavía un buen rato para que empiece el partido, pero ya hay un ambientazo increíble recorriendo las calles más céntricas de la ciudad en forma de chavales vestidos/disfrazados con la camisa de la selección española. Se escuchan además cohetes y petardos desde hace varios días, los coches circulan engalanados con los colores rojo y “gualda” mientras hacen sonar los claxon con júbilo, y muchas ventanas de las viviendas muestran una bandera española dejándose mecer por el viento. Desde la victoria sobre la selección rusa hay un convencimiento general entre la población de que España va a ganar esta Eurocopa, hay una efervescencia generalizada que yo no recordaba de ningún tiempo atrás. Hemos pasado de la reserva, el escepticismo o, sencillamente, el derrotismo, a la máxima confianza en la victoria, en el “somos los mejores”.

Me gusta mucho jugar al fútbol. Y me gusta mucho menos verlo en televisión. De esta Eurocopa no he visto ningún partido completo de la selección española, y empecé el campeonato como casi el cien por cien de los españoles, es decir, sabedor derrotista de que no pasábamos de cuartos. Y de este hecho es del que quiero tratar aquí hoy, antes de saber si frente a Alemania nos ha tocado la “gloria” o el “infierno”.

Creo que el posicionamiento mental y espiritual de los españoles ante los resultados deportivos de la selección nacional de fútbol son un termómetro pasmosamente concreto y pertinente sobre cómo nos juzgamos a nosotros mismos y sobre cómo competimos en eso de vivir. Los españoles somos derrotistas, admitimos con suma facilidad la fatalidad de que perderemos, de que no servimos para lo grande, que nos arrugamos, que no sabemos competir, que frente a los retos decisivos nos arrugamos y desaparecemos diluidos por la desesperación y la impotencia. En definitiva, pensamos de nosotros mismos que somos un desastre, y nos disponemos a la competición derrotados de antemano, temerosos, cabizbajos, resignados.

Pero de repente ganamos los tres primeros partidos y nosotros mismos quedamos un tanto descolocados. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué nos ha pasado? Las respuestas brotan de nuestros labios con suma rapidez. La más frecuente y socorrida es que los adversarios eran muy malos. No es que “nosotros” nos hayamos mostrado superiores en diversas facetas del juego y en lógica consecuencia hayamos ganado los partidos. No, es que los “otros” eran un desastre, eran muy malos y claro, cualquiera les hubiera batido. Pero cuando nos enfrentemos a los “buenos”, entonces se demostrará cuál es nuestro verdadero nivel, se verá otra vez cómo somos unos perdedores, unas perpetuos derrotados frente a los grandes de verdad. Es decir, no pasaremos de cuartos.

En cuartos este año nos ha tocado Italia. Un porcentaje altísimo de españoles, yo incluido, pensamos que ahí se acabaría nuestro caminar futbolístico. Es más, pensábamos, estoy seguro de ello, que jugaríamos bien, mejor desde luego que en los partidos precedentes, que crearíamos ocasiones, que llegaríamos con claridad y que la mala suerte o la fortuna sempiterna de los italianos impediría que marcásemos. Y en el último minuto, después de un partido heroico que merecimos a todas luces ganar, un italiano daría con el culo un balón que le llegó de rebote y nos mandaría de nuevo a casa. Se nos quedaría cara de tontos y de fracasados. ¿Quién no pensaba que la película iba a desarrollarse así?

Sin embargo ganamos a Italia, a penaltis, pero ganamos. Pasamos por fin de cuartos. Y entonces se produce el otro hecho que caracteriza a los españoles. Aceleramos de la nada al todo con la potencia de un Ferrari último modelo. A partir de ganarle a Italia ya nos sentimos campeones. Ya no hay quien nos pare. Ahora mismo faltan diez minutos para que comience el partido contra Alemania. Pues bien, ahora mismo seguro que una inmensa mayoría piensa que vamos a ganar poco más que de calle, sin pasar apuros, como unos auténticos chulitos. Así somos, de la nada al todo con suma facilidad, y claro, del todo a la nada con la misma facilidad. Si hoy no ganamos el campeonato habrá que volver a oír los lamentos de siempre, que llegamos a tocar el objetivo pero nunca lo logramos..., que ganan los de siempre..., que no hemos sabidos competir en el último momento..., que nos falta carácter..., que esta generación prometía mucho pero al final, como siempre, se ha quedado en nada..., que hemos rozado un sueño imposible..., bla, bla, bla... Y no nos damos cuenta de que esta forma de ser y pensar, que esta “puesta en escena tan repetida de ser español” marca a fuego a los más jóvenes que nos escuchan, que les traspasamos el testigo pesado y gris de nuestra mediocridad, una mediocridad que es inventada, legendaria, asumida y aceptada sin que se base en datos reales. Los voy a demostrar.



Eurocopa 2008: Alemania 0 - España 1, Gol de Torres (vídeo colgado por eQuaLiTYSPaCe)

Vamos a ver. Me he metido en la Red y he buscado los campeones y finalistas de todas las Eurocopas que se han disputado, desde 1960 hasta 2008. He analizado los resultados y me he dado cuenta de cosas muy, muy interesantes. Voy a dejar aquí plasmados los datos en una lista que, sin incorporar el resultado que se dará en unas dos horas, sí incorpora el dato de quienes son los finalistas de este año. La lista va de equipo más importante según los resultados obtenidos a lo largo de la historia (sumando finales y campeonatos), y dando más importancia, claro, a los campeonatos ganados.

ALEMANIA: 6 finales (1972, 1976, 1980, 1992, 1996, 2008), 3 campeonatos (1972, 1980, 1996)
FRANCIA: 2 finales (1984, 2000), 2 campeonatos (1984, 2000)
URSS: 4 finales (1960, 1964, 1972, 1988), 1 campeonato (1960)
ESPAÑA: 3 finales (1964, 1984, 2008), 1 campeonato (1964)
CHECOSLOVAQUIA: 2 finales (1976, 1996), 1 campeonato (1976)
ITALIA: 2 finales (1968, 2000), 1 campeonato (1968)
HOLANDA: 1 final (1988), 1 campeonato (1988)
DINAMARCA: 1 final (1992), 1 campeonato (1992)
GRECIA: 1 final (2004), 1 campeonato (2004)
YUGOSLAVIA: 2 finales (1960, 1968)
BÉLGICA: 1 final (1980)
PORTUGAL: 1 final (2004)

Según estos datos, ahora mismo, al margen del resultado de hoy, España es la 4 selección de Europa por los resultados obtenidos a día de hoy en todos los campeonatos disputados. Sólo la superan en primer lugar Alemania (6 finales y tres o cuatro campeonatos, depende de los que ocurra dentro de un rato), luego Francia (dos finales y dos campeonatos), y la URSS (Rusia) (cuatro finales y un solo campeonato).

Ocurra lo que ocurra esta tarde noche, España estará por encima en el ranking de selecciones tan prestigiosas como Italia (sólo dos finales y un único campeonato hace ahora ¡¡¡40 años!!!!), Holanda (una única final y un solo campeonato ganado hace ¡¡¡20 años!!!) o Portugal (una sola final, ningún campeonato).

Echando un vistazo a la lista, comprobamos que si España gana hoy la final del 2008 se colocaría como la 2ª selección europea por resultados en la historia de la Eurocopa: 3 finales y 2 victorias. Si hoy perdemos, seguiremos siendo, insisto en ella, la 4ª selección por resultados de la historia de la Eurocopa, por encima de Italia, Holanda, Portugal, Bélgica, Dinamarca...

Si echamos otro vistazo, nos daremos cuenta de que hay selecciones con mucha tradición futbolística que están a años de luz de España en el ranking de las Eurocopas. Ni Suecia, ni Austria, ni Escocia, ni Irlanda, ni Polonia, ni Hungría..., han hecho nunca nada. ¿E Inglaterra? Inglaterra, el país es en el que se inventó el fútbol, es la selección más sobrevalorada de la historia del fútbol mundial, un caso increíble y perfectamente desmontable de marketing publicitario a su favor y al de su fútbol. Inglaterra no ha ganado ningún Eurocopa, pero es que además no ha llegado jamás a ninguna final. Inglaterra ganó su Mundial del año 1966 (hace 42 años!!!!!!!), en una final contra Alemania que muchos han calificado de escandalosa por la ayuda arbitral. Ni antes ni después Inglaterra ha hecho nada, no ha jugado ninguna otra final jamás.

Conclusión. La selección española de fútbol sí es cierto que no está a la altura de los resultados deportivos de los clubes más grandes y laureados de su liga profesional (Real Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Atlético de Madrid, Zaragoza...), pero el fútbol español y su selección están por méritos propios y con datos en la mano en lo más alto de la élite del fútbol europeo, y por tanto mundial.

Pase lo que pase dentro de unos minutos, sea cual sea el resultado, estamos y estaremos entre los grandes, sin chauvinismos idiotas, nacionalistas y absurdos..., sólo leyendo los resultados y echándole un vistazo a la historia. No seamos derrotistas, no transmitamos derrotismo idiota y yermo a los más jóvenes. Con esfuerzo, trabajo y talento se consiguen logros, y la historia de lo que ha hecho el fútbol español a lo largo del tiempo, en contra de lo que muchos pensábamos, así lo demuestra. Ni los mejores ni los peores. Muy buenos simplemente, lo que no es poco.


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Sunday,29 jun 2008 22:54:1 GTM
<![CDATA[La pobreza de Oxford University: money, money, money]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,752 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Si la universidad norteamericana de Stanford fuera un país, en unas olimpiadas figuraría entre los diez primeros países del medallero, y con referencia a los premios Nobel, entre los principales países del mundo en “producirlos”. Aporto estos datos para establecer una referencia por todos comprensible en cuanto a la potencia, desarrollo, calidad, dimensión y solidez de las mejores instituciones académicas del mundo, el verdadero motor de desarrollo cultural y económico de un país.

El año pasado, 2007, sólo cuatro centros universitarios europeos figuraban en la lista de los 10 mejores del globo, los cuatro además británicos, y el resto hasta completar la lista, norteamericanos. Los cuatro europeos/británicos son el Imperial College y el University College, los dos de Londres, y, por supuesto, Cambridge y Oxford.

Pero la alarma ha saltado entre las autoridades responsables en el Reino Unido. Cada año estas instituciones pierden peso frente a sus competidoras norteamericanas, y todo es una cuestión de dinero, de puro dinero. Las universidades británicas no disponen de dinero para reformar sus instalaciones, para otorgar sustanciosas y atractivas becas que atraigan a los mejores estudiantes, y, como si de grandes equipos de fútbol se tratase, tampoco disponen de dinero para “fichar” a los primeros espadas planetarios de las disciplinas que imparten.

Según algunos cálculos, Oxford, por ejemplo, necesitaría aproximadamente 1.500 millones de euros para recuperar posiciones y recuperar fuelle. Si no logra ese dinero o una cantidad aproximada, la mítica institución británica sencillamente corre el peligro de convertirse en una universidad más de las muchas que existen repartidas por el mundo.



Oxford University MBA: Studying at Oxford (vídeo colgado en YouTube por OxfordSBS)

Si se comparan los presupuestos que maneja Oxford con los que manejan universidades americanas como Harvard (21.000 millones de euros), Stanford (10.000) o Princeton (9.000), la conclusión a la que se llega es que Oxford, continuando con el símil futbolístico, se quedaría en un equipo de media tabla de una liga fuerte europea, muy lejos de los equipos de élite: Manchester, Juventus, Real Madrid, Barcelona, Chelsea, Milan, Bayern, etc...

El origen de esta falta de fondos es diverso, pero quizá el más llamativo sea, precisamente, las trabas puestas por los sucesivos gobiernos ingleses tendentes a democratizar las universidades elitistas inglesas. Por ejemplo, el gobierno congeló la matrícula (en torno a las 3.000 libras), con lo que los alumnos de Oxford no pagan por ese concepto ni una cuarta parte de lo que vale su educación. El resto del dinero lo debe poner la propia universidad, y claro, ese dinero no se emplea ni en la mejora de las instalaciones ni la creación de centros de alto rendimiento ni la contratación de profesores e investigadores de prestigio y valía ni en la ampliación de becas para que puedan estudiar los más desfavorecidos. La solución más inmediata, fácil e impopular es que el gobierno permita que Oxford incremente de forma dramática sus tasas por matrícula que permita mantener el nivel académico y, paradójicamente, el implementar las becas destinadas a los menos pudientes.

Así todo, Oxford y sus dirigentes, con varios ex alumnos famosos y Chris Patten, su actual canciller y ex gobernador de Hong Kong, a la cabeza, lo que además pretenden hacer es imitar cómo funcionan las universidades de la Yvy League (la Liga de Hiedra), el restringido club de universidades norteamericanas con más tradición y del que forman parte Columbia, Cornell, Brown, Dartmouth, Pennsylvania, Princeton, Harvard y Yale. Todos estos centros de solera y prestigio acrisolado funcionan económicamente mediante la autofinanciación. Por ejemplo, los ex alumnos, nada más terminar la carrera y lograr sus primeros éxitos profesionales ayudan a sufragar actividades y gastos universitarios de la que fue su casa madre. Algo parecido pretende hacer ahora Oxford. Y no sin éxito.

La campaña para recaudar fondos aún no ha comenzado de manera oficial, y así todo Oxford ya ha logrado recaudar una cifra cercana a los 700 millones de euros. Las donaciones no están siendo muy relevantes, se trata de cantidades más o menos pequeñas pero que, sumadas, empiezan a ser importantes. Así todo, cuentan las crónicas que ha habido al menos dos donaciones de 30 millones de euros cada una. El empresario Wafic Saïd ha dado una para levantar una escuela de negocios con su nombre, y la Fundación Garfield Weston ha dado otra destinada a preservar los fondos y estructura de la Biblioteca Bodleian.


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Thursday,26 jun 2008 20:37:48 GTM
<![CDATA[El Cuarto Rey Mago de Luis Antonio de Villena en La prosa del mundo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,750 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Villena, Luis Antonio de Villena publicó a finales del pasado año un libro de poemas en prosa que es maravilloso y terrible a la vez. Maravilloso y terrible por la calidad, belleza y precisión de la poesía destilada en prosa; por la abrasiva y cruel lucidez y autoconciencia con la que están escritos los poemas. El libro ganó el II Premio Viaje del Parnaso y lleva por título La prosa del mundo (Visor, 2007), frase con la que Hegel definió la vida, el vivir desgastador y cotidiano.

En La prosa del mundo Villena ofrece desoladores y hermosos poemas autobiográficos, perfilados con navaja y sangre por la crueldad y lo injusto que conlleva el mundo, la ya aludida vida en prosa. Y ofrece también recreaciones bellísimas de tristeza y melancolía en torno a cuadros de la historia en los que mezcla el delirio y lo ensoñado con los sonidos y ritmos desafinados de la contemporaneidad. La prosa del mundo es un libro complejo que, como señala el propio autor, canta y a la vez cuenta, constituyéndose así en un ejercicio poético llamado a influir en la poesía en castellano del presente y a convertirse en un referente ineludible de la poesía española de comienzo del XXI.

Luis Antonio de Villena: La prosa del mundo (Visor, 2007)

Luis Antonio de Villena: La prosa del mundo (Visor, 2007)

Han sido varios los poemas que me han sobrecogido por razones distintas y sobre los que he tenido la necesidad imperiosa de volver para leerlos y releerlos. Uno de ellos ha sido el titulado “El cuarto mago”, en el que Villena especula y juega con la figura de un supuesto cuarto rey mago que salió también en pos de la estrella que guiaba hasta el Mesías recién nacido en Belén.

Poema extraordinario, el cuarto mago simboliza, encarna, a esos protagonistas de la cotidianeidad, a los que se lanzan a la prosa del mundo llamados y guiados por una estrella como guía, pero de los que jamás se vuelve a saber una vez se ponen en marcha. Son los que nunca llegan, los que por motivos muy distintos quedan en el camino resultando inexplicable su ausencia en la meta. Es la historia de muchos, es la historia de todos nosotros: somos, hemos sido y seremos el cuarto mago

“(Cuando nació en el pesebre –cuenta la leyenda­- cuatro poderosos reyes remotos, plenos de oro y sabiduría, vieron la estrella y supieron que debían ponerse en camino. Algo importante los llamaba. Tres, como bien sabemos, llegaron a Belén de Judá con su gran comitiva. Y conocieron. Y retornaron gozosos. Pero el cuarto rey no llegó jamás. Poseía igual poder e igual inteligencia, y partió de su trono con una comitiva igual o mayor que la de sus congéneres. Pero nunca arribó. Y la pregunta no ha sido jamás respondida: ¿Qué le ocurrió en el camino? ¿Por qué desdeñó la estrella? ¿La vida, sucia y bella? ¿El amor? ¿Descifrar otro papiro escrito en otra lengua? ¿Las caravanas que bajaban más al sur, con los hermosos y altos etíopes? ¿Saber que no era solo? ¿Qué otros seguían el mismo sendero? ¿La fatiga, la soledad, el hastío, el vicio? ¿Tentaciones, derrotas, derrumbes? Nunca llegó a Belén. Y resulta inexplicable su ausencia. Ya que –claro es- tampoco retornó a su reino. Él fue así también. El cuarto rey. El otro mago. Y fue nuestro amigo. Lo recuerdas?).”


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Tuesday,24 jun 2008 19:1:17 GTM
<![CDATA[Una foto para emborracharse. Cuestión de marketing y publicidad]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,749 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Stagecoach (La diligencia, 1939), mítica película del gran John Ford que para muchos críticos es el primer gran western del cine sonoro, da comienzo con un grupo de repolludas señoras de la “buena sociedad” de un pequeño pueblo de la frontera norteamericana que echan del lugar por inmoral e impúdica al personaje interpretado por Claire Trevor, una cantante de saloon a la que podemos suponer además otros menesteres laborales.

La moraleja que plantea La diligencia es bien sencilla el maestro Ford la deja muy clara sin subrayarla: los varios fracasados y outsiders que viajan en la diligencia se comportan con decencia y entrega humanitaria puestos a prueba por las duras circunstancia, mientras que los viajeros ciudadanos de pro y espejos de la comunidad se revelan canallas inmundos y cobardes.

La parábola que construye La diligencia me ha venido enseguida a la cabeza cuando un buen amigo, el escritor Jesús Laínz, me ha hecho llegar esta tarde por correo electrónico una fotografía que no tiene desperdicio y que no necesita de ningún comentario.



En cuanto la he visto en la pantalla del ordenador he sabido que el post de hoy estaba ya en mis manos, y que no debía calentarme la cabeza buscando un tema adecuado. Llamé a Laínz para preguntarle si sabía el origen de la imagen y si podía asegurarme era una fotografía histórica, no un montaje de nuestros días bien retocado y diseñado. A él la foto le llegó enviada por otro amigo, y sí, me asegura que la fotografía es histórica, y está realizada para ilustrar una campaña contra el uso y abuso del alcohol en algún país anglosajón en 1919 bajo el lema “Los labios que toquen el alcohol no tocarán los nuestros”. Yo, ciertamente, no lo creo. Quiero decir que cuanto más me fijo en ella y la estudio, la fotografía menos me parece histórica, y más se me insinúa como un espléndido y paródico un montaje actual. No puedo creer que la alegoría sea tan magnífica sin estar buscada y hecha a propósito.

A este respecto es la mejor campaña de publicidad que jamás he visto, pero en el sentido contrario al pretendido en primera instancia, al menos supuestamente. Vista la imagen lo primero que me urge es emborracharme hasta las trancas y vivir el resto de mi existencia en mitad de una melopea apoteósica camino del último delirium tremens. Por eso no descarto que esta fotografía sea actual y pertenezca a la campaña publicitaria de una firma de güisqui o de cualquier otra rotunda bebida espiritosa que invite a beber y a beber para no tener que besar jamás de los jamases los labios de semejante club de moralidad y buenas costumbres.

Sea como sea la imagen es impactante e inolvidable, y ofrece muchos argumentos para pensar sobre hasta dónde pueden llegar el marketing y la publicidad con tal de vender algo. Les dejo con ella pero recuerden: “si beben –que lo harán-- no conduzcan, por favor”.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,23 jun 2008 23:13:4 GTM
<![CDATA[Blas Larín, un don Quijote de la arqueología española del siglo XX]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,748 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hace un mes publiqué en estas mismas páginas un trabajo sobre el padre Carballo y el doctor Larín, donde contaba una curiosidad macabra que me llamó muchísimo la atención cuando me la refirió en conversación privada un buen amigo del Centro de Estudios Montañeses, Virgilio Fernández Acebo.

Al parecer el trabajo se ha leído algo por esos mundos de Dios, y Virgilio Fernández Acebo, uno de los máximos especialistas en España sobre la vida y la obra de un personaje tan singular como el padre Carballo, ha querido ampliar, en la medida de sus posibilidades, la información sobre el curioso doctor Larín. Las nuevas aportaciones se suceden a partir de aquí. Dejo hablar a Virgilio Fernández:

“Del doctor Blas Larín, debe mencionarse que además de fortuna pecuniaria tenía, al parecer, una inteligencia prodigiosa (según expresión de Luís Matorras, se decía de él que había terminado la carrera de Medicina en tres años) y un entusiasmo casi monográfico hacia las ciencias arqueológicas y antropológicas. Se conoce poco de él; las primeras anotaciones biográficas son unas líneas publicadas por el Cronista de Santander, Benito Madariaga de la Campa. A través de las gestiones realizadas por los responsables de la cultural local para la donación al Museo de Prehistoria, se sabe que había reunido una importante colección arqueológica privada, cuyas piezas quizás se diluyeran sin identificación entre otras muchas que acabaron anónimas en los almacenes del museo.

Debió considerarse un destacado arqueólogo en el ambiente local santanderino de postguerra, como indica el que la Diputación Provincial le nombrase, en sesión del 15 de marzo de 1944, ‘Ayudante Honorario del Director del Museo de Prehistoria’ (a saber, el padre Carballo). Sabemos, por ejemplo, que realizó un inventario y catalogación del Museo, documento hoy desaparecido.

Julióbriga (foto cantabriajoven.com)

Julióbriga (foto cantabriajoven.com)

Otro indicio de su relevancia lo constituye el hecho de que ante la ausencia de Jesús Carballo por enfermedad, el propio Blas Larín dirigiera la campaña de 1944 de Julióbriga (*) junto a Vicente Ruiz Argilés, arqueólogo y conocido deportista, discípulo predilecto de Martínez Santa Olalla, que entonces era el Comisario General de Excavaciones Arqueológicas en España, sucesor en la cátedra de Hugo Obermaier. Finalizada la campaña en Campoo y retornados a Santander, con el beneplácito de la Comisaría y de la Diputación Provincial, Larín y Argilés replantearon totalmente el plan expositivo del Museo, asunto sobre el que no ha sido posible acceder a más información por el momento que unas airadas expresiones de D. Jesús Carballo referidas a su retorno y comprobación de las modificaciones. Estas son las palabras literales que Carballo escribe en 1956 sobre el asunto:

‘El año 1932, la Junta Superior de Excavaciones publicó la Memoria Oficial de la excavaciones del Pendo, escrita por el Dr. Carvallo, con el nº 123 de la Serie General. Figura también como autor el Dr. Larín: pero esto es debido a la benevolencia del Dr. Carvallo, porque le había ayudado en los trabajos. Años después, el Dr. Larín tuvo que ser recluido en un sanatorio de alienados en Pamplona, ocho años. De regreso a Santander, el año 1945, pidió al Dr. Carvallo que le admitiera a trabajar con él en las excavaciones romanas de Julióbriga (Reinosa). Éste, ignorando lo de la enfermedad, lo autorizó; y además le encargó que continuara los trabajos unos días que el Dr. Carvallo estuvo enfermo. Le encargó, así mismo, que reuniera todo el material obtenido, y lo depositase en el Museo Prehistórico. Cuando el Dr. Carvallo fue dado de alta en su enfermedad y volvió al Museo, se encontró con que todas las colecciones estaban revueltas, trastocadas las vitrinas, y cientos de objetos pertenecientes al Dr. Larín, aparecieron allí con nuevos letreros y todo revuelto y mezclado. Allí había puesto sus manos pecadoras aquel pobre perturbado causando un gran trastorno.  No paró aquí la cosa: a esas excavaciones había asistido también el arqueólogo Argilés, enviado por el Comisario General de Excavaciones D. Julio Martínez Santa Olalla, su profesor en la Universidad, para que practicase como incipiente arqueólogo. En ausencia del Dr. Carvallo, los dos, Argilés y Larín, se conjuraron para apoderarse de la dirección de las excavaciones y de la dirección del Museo. Hasta tal punto que vinieron a Santander a visitar al Presidente de la Diputación y proponerle este proyecto: pero no pudieron verlo porque estaba ausente. Enterado del asunto, el Dr. Carvallo viendo que se trataba de un loco y un simple, los echó de su lado’.

Estas líneas de Carballo, autógrafas a pesar de estar redactadas en tercera persona y conservadas en el Museo de Prehistoria, parecen indicar que la reclusión del Dr. Larín en Pamplona habría tenido lugar en la década de los años 30; si, como Julio Picatoste y el grupo de amigos de la tertulia de la santanderina cafetería La Austriaca (Pereda de la Reguera, Gómez de Dios...) transmisores de la historia que tan bien e inesperadamente ha relatado González Fuentes, la estancia en la institución nocosomial estuvo relacionada con el incidente descrito, habría que ubicarlo hacia mediados de la década de los años treinta.

Blas Larín, como bien captó y ha transmitido González Fuentes, es el Don Quijote local de la arqueología, merecedor de atención, al menos como investigador de actitud constructiva. Debió ser un personaje excepcional. Es pena que su obra fuera despreciada y hecha desaparecer. La lectura de algunos capítulos positivos de su vida servirían al menos para mitigar el sinsabor que deja el incidente reflejado, y las desgracias de última etapa, como la muerte de su hijo en Rusia, en la División Azul, las consecuencias que este incidente tuvieron en la esposa, etc...”.

(*) Julióbriga es una pequeña ciudad o asentamiento romano situado muy cerca de la localidad de Reinosa, en la comarca de Campoo, en el sur de Cantabria. Las ruinas se excavan y se estudian desde hace décadas.


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Sunday,22 jun 2008 19:8:37 GTM
<![CDATA[Las piernas de Cyd Charisse]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,746

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Los amores de adolescencia y primera juventud nunca se olvidan del todo, pero sobre ellos suele caer una gruesa capa de polvo que con el tiempo cría moho y algún tufillo dulzón difícil de respirar. Sin embargo, puedo decir casi con estupefacción que uno de mis amores de adolescencia se mantiene incólume e inasequible al paso del tiempo, es más, diría que sus latidos son perfectamente audibles a pesar de las profundidades en las que lo enterré, y que su perfume aún revuelve en escalofrío y un pellizco de auténtica pasión mis carnes adultas y mi trabajado espíritu de Matusalén. Mi amor se llama Cyd Charisse, y por ella no pasan los años.

La descubrí un sábado por la noche en la televisión franquista de mi querida España (Cecilia dixit). La recuerdo levantando un pierna interminable ante la mirada estupefacta y pasmada de un Gene Kelly alucinado. No pude ni parpadear. Mi joven corazón inmediatamente le hizo un sitio a Cyd para que se instalase en él a sus anchas y de por vida (aún continúa habitándolo), y en mi salvaje entrepierna de potro desbocado y lanzado libre a las grandes praderas (perdónenme la confesión las mentes más marcesibles) un impulso indomable se rebeló a grito pelado con una fuerza cegadora y furiosa.



Cyd Charisse y Gene Kelly en From singin' in the rain (vídeo colgado en YouTube por roquitoyyo)

Me enamoré de Cyd Charisse, de sus piernas, de su rostro bellísimo, de su cuerpo de escándalo, de sus movimientos a mitad de camino entre la inocencia natural y la lubricidad más cultivada y estudiada. Y me enamoré de una mujer, de un tipo de mujer sobre todo, que a mis ojos de niño en progreso hacia lo ignoto y fascinante de la vida, representaba lo soñado, lo anhelado: la feminidad radical y prometedora de los placeres carnales más abiertos, contundentes y misteriosos, y a la vez la fémina que podía ser cálida compañera de la alegre y triste cotidianeidad de una vida normal y sosegada, con visitas al dentista, cenas con amigos, películas de sábado por la noche en el sofá de casa... Cyd, Cyd Charisse.

 

Cyd Charisse en "Baby You Knock Me Out" de la película de Gene Kelly y Stanley Donen, It's always fair weather (Siempre hace buen tiempo, 1954) (vídeo colgado en YouTube por BestArtsDance)

Mi amor de púber glotón de feminidades por descubrir no sólo se mantuvo después de descubrir a la diosa en una noche franquista de sábado cantando bajo la lluvia, sino que se acrecentó como una explosión de mil bombas nucleares en cadena tras volverla a ver en esa obra maestra absolutamente genial de mister Minnelli llamada Band Wagon (Melodías de Broadway, 1953), en la que mi amor se marca un baile de boca abierta con un Fred Astaire al que desde aquí le hago la ola. Y la cosa no quedó ahí. Más tarde el amor se multiplicó al verla en esa extraña, ácida, sarcástica y maravillosa película de Gene Kelly y Stanley Donen titulada It's always fair weather (Siempre hace buen tiempo, 1954), bailando entre fornidos boxeadores y amando con control a punto de descontrolarse a un fracaso interpretado por Kelly. Y la pasión fue creciendo como una marea desbocada tras verla con falda escocesa en Brigadoon (1954), y en esa maravilla cuya sola evocación me hace saltar las lágrimas de cinéfilo impenitente y apasionado, la obra de Mamoulian La bella de Moscú (1957) en la que acompaña en su apoteósica despedida del mundo de la danza filmada al grandioso Fred Astaire.



Fred Astaire y Cyd Charisse en Melodías de Broadway (vídeo colgado en YouTube por maryad4)

Ahí me quedó. No me cabe más amor para Cyd en el pecho. Una gota más y su espacio en mi corazón rebosaría y acabaría muy probablemente con mi vida. Debo contenerme, debo amar en otras direcciones. Sé que Cyd está espléndida en Chicago años 30 de Nicholas Ray y en Dos semanas en otra ciudad, de nuevo con Minnellí, haciendo de perra lasciva y mala, afanada en destruir a un Kirk Douglas que se busca y no se encuentra. Pero insisto, no le puedo conceder más amor a Cyd, todo el posible se lo entrego a la bailarina y cantante que aprendió a moverse haciéndose pasar por Felia Sidorova o María Istomina en los Ballet Rusos de Diaghilev, y que junto a Gene Kelly o Fred Astaire se acercó más que nadie a hacer visible y casi palpable la materia de la que están hechas los sueños.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,20 jun 2008 13:27:45 GTM
<![CDATA[Deborah Voigt regresa a Naxos con 60 kilos menos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,745

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Una de las caricaturas grotescas más difundidas y repetidas sobre el mundo de la ópera es la de la soprano gorda lanzando aullidos vestida de valkiria, con túnica blanca, trenzas rubitas de atrezzo barato, casco vikingo con dos señores cuernos, escudo redondo en un brazo y lanza en ristre como nuestro inolvidable don Quijote. Esta caricatura construida mediante tópicos multiplicados hasta la saciedad, empezó a resquebrajarse de alguna manera con la eclosión del gran mito operístico del siglo XX, Maria Callas, quien en un abrir y cerrar de ojos pasó de cultivar unos inmensos mofletes a ser una de las personificaciones más reconocibles de la delgada elegancia y el glamour de toda la segunda mitad de la centuria.

Es cierto que muchos de los más famosos cantantes de ópera de la historia no eran sílfides precisamente, pero el mito del divo o la diva de proporciones inmensas es casi un invento marxista, es decir, de los hermanos Marx. Mismo número de casos podríamos poner sobre el tablero de cantantes y “cantantas” (ministra dixit) que sin ser físicamente prototipos de héroes y heroínas del Hollywood más adorado y adorable, sí presentaban o presentan contornos absolutamente normales, e incluso, no sería muy difícil mencionar aquí nombres de estrellas y “estrellos” de la ópera del siglo XX con físicos bastante o muy atractivos según los cánones admitidos por el común, aunque no sabría precisar de qué común estamos hablando.



Deborah Voigt: The Return of the Little Black Dress (vídeo colgado en YouTube por 21Cmediagroup)

Lo que parece claro es que, guste o no guste, atente o no atente contra derechos o principios elementales, el mundo de la ópera ha decidido sobrevivir, e incluso revalorizarse en el mundo de los espectáculos propios de la contemporaneidad, mediante una doble apuesta: por un lado usar todas las posibilidades de las nuevas tecnologías en las puestas en escena; y por otro buscar la adecuación no solo vocal sino física e interpretativa de los cantantes a los papeles que se les proponen. No hay más cáscaras ni más cera que la que arde.

En este sentido hoy es difícil concebir en una gran teatro de ópera internacional por ejemplo una Traviata en la que la soprano protagonista (interpretando a una hermosa mujer que vive de amantes y protectores) pese ciento veinte kilos y sea decididamente fea, o que el héroe tenor del Trovador verdiano, una especie de apuesto caballero andante, esté interpretado por un cantante como el que sufrí yo en un infausta representación de dicha ópera en Santander: un tipo que de verdad no superaba el metro y medio de altura, que no podía ocultar una evidente tripita cervecera y que se enfrentaba a un barítono de casi metro noventa con una ridícula espadita sacada de una juguetería en quiebra, en escenas o cuadros que sólo provocaban bochorno y bastante vergüenza ajena.

Viene todo esto a cuento del reciente caso  Deborah Voight. Esta formidable soprano norteamericana especializada en el difícil universo operístico de Wagner y Richard Strauss, fue despedida hace ahora cuatro años de la londinense Royal Opera House, Covent Garden, por no adecuarse físicamente al papel que debía interpretar, el de la protagonista de la ópera straussiana Ariadna en Naxos. La Voigt sencillamente no podía “meterse” en el vestido negro diseñado para la ocasión, pues sus ciento y pico kilos lo impedían, y dificultaban además sus movimientos en escena, además de la credibilidad del personaje cara al público.



Deborah Voigt interpreta el "Suicidio" de La Gioconda de A. Ponchielli el 14 de octubre de 2006 en el Liceo de Barcelona, (vídeo colgado en YouTube por Bendsito)

Pasados cuatro años la gran soprano ha regresado al templo operístico que le negó el pan y la sal, nunca mejor dicho lo del pan. Ha regresado a los 47 años tras someterse a una operación de reducción de estómago gracias a las que ha perdido más de 60 kilos de peso. Y ha vuelto como protagonista de Ariadna en Naxos de Strauss.

El Covent Garden estaba lleno a rebosar. No sé qué porcentaje de público pagó su entrada para ver el regreso del patito feo convertido en cisne, quienes estaba allí para escuchar la magnífica voz de la Voigt, quienes eran simplemente amantes de la música de Strauss. Lo único claro es que el público, todo el público, aplaudió con fervor y entusiasmo una vez acabada la representación. Aplaudió al nuevo cisne, al antiguo patito feo, a la gran voz que sigue donde estuvo, a la creación de un genio como Richard Strauss.

Deborah Voigt ha vuelto, al menos parte de ella, pues más de sesenta kilos quedaron por el camino. A la Voigt no se le ha estropeado la voz, y ahora ya no le duelen las rodillas al andar, y tampoco se queda sin aliento cada vez que da más de dos pasos. Deborah Voigt ha regresado a Naxos, a la ópera, al canto, al arte. Esta vez, y quizá sin que sirva de precedente, la moda y la estética le han dado salud a una cantante. Que continúe la polémica, que se crucen y entrecrucen las distintas opiniones. Pero para Deborah Voigt volver a Naxos justificó dejarse en el camino kilos y kilos de peso, luchar con empeño por su trabajo y su arte mostrando una fuerza de voluntad de auténtica y real heroína de la vida cotidiana. Sí, Voigt regresó a Naxos, y aún se oyen los aplausos.


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Thursday,19 jun 2008 21:6:32 GTM
<![CDATA[Imágenes del franquismo: Franco en el traslado de los restos de Menéndez Pelayo a la catedral de Santander (1956)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,744 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Yo no sé si he dicho alguna vez en estas páginas que trabajo como archivero y bibliotecario del Centro de Estudios Montañeses, venerable institución (vetusta institución) que nació a la vida en Santander en el año 1934 con el objetivo de velar, estudiar, difundir..., todo lo relacionado con la historia y la cultura de Santander y su provincia, es decir, de la actual y autonómica Cantabria.

En el CEM tenemos una biblioteca de unos cuantos miles de volúmenes cuyo mayor interés reside en unos centenares de libros y diferentes impresos sobre la historia de Santander y algunos de sus lugares, trabajos todos editados entre 1860 y los años 40 del pasado siglo. También hay un notable archivo fotográfico con más de mil imágenes de buena calidad de casonas, palacios, paisajes, iglesias románicas, esculturas, retablos..., todas realizadas en los años 1950. Aquí se custodian algunos manuscritos de historiadores y eruditos locales; una notable hemeroteca con miles de revistas de historia local o regional llegadas de toda España; una estupenda biblioteca sobre el carlismo español del XIX y XX que nos legó un miembro del CEM, el recientemente fallecido coronel Emilio Herrera; y también guardamos algunos archivos completos (con su biblioteca) de investigadores locales, como José Simón Cabarga, un prolífico erudito santanderino de la segunda mitad del siglo XX, a quien debemos estudios muy seguidos y citados sobre la Guerra de la Independencia en Santander, el Ateneo de Santander, la historia de la prensa en Santander, etc...

En el archivo de Simón Cabarga también están incluidas algunas cajas que albergan fotografías que debieron interesar al erudito por razones diversas. Estas se consultan con bastante frecuencia, y no es extraño el que se nos solicite permiso para que ilustren libros y todo tipo de publicaciones.

Foto del Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)
Foto 1: Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)

Muy recientemente, la pasada semana para ser exactos, un joven historiador casi recién llegado de una larga estancia de ampliación de estudios en Italia, Julián Sanz, me pidió permiso para reproducir unas imágenes del archivo fotográfico de Simón Cabarga en un libro que piensa publicar en la Universidad de Cantabria sobre el franquismo en la región. Si no recuerdo mal del todo, el número de fotografías solicitada era de unas diez, y ahora que estaba otra vez archivándolas en su correspondiente caja, he caído en la cuenta de que tienen un indudable interés histórico y periodístico, y que no estaría de más compartirlas con los lectores de Ojos de Papel, lectores que difícilmente tendrían acceso alguna vez a estos materiales.

Foto del Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)

Foto 2: Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)

No son nada del otro jueves, quiero decir que no son imágenes que descubran nada nuevo, pero sí hablan con la locuacidad de miles y miles de palabras de una España y de un tiempo que hoy nos parece imposible, una “alucinación alucinada” que sin embargo nuestros padres y abuelos vivieron como una realidad cotidiana.

Foto del Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)

Foto 3: Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)

La foto nº 1 muestra una manifestación en Santander festejando la “liberación” de Cataluña. Las fotos 2, 3 y 4 tienen como protagonistas a Franco y toda la parafernalia de estética fascista que lo acompañaba. Son fotos realizadas en Santander (exterior de la catedral, Paseo de Pereda y cercanías de la Plaza Porticada), durante la pomposa ceremonia del traslado de los restos mortales de Marcelino Menéndez Pelayo a un nicho diseñado ex profeso del escultor Victoriano Macho en el interior de la Catedral de Santander, en el año 1956, hace tan sólo cincuenta años.

Foto del Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)

Foto 4: Archivo Simón Cabarga (Centro de Estudios Montañeses)

Nota: en la fotografía 3 aparece el dictador junto a su mujer, Carmen Polo tocada con mantilla negra, atravesando los arcos de la catedral de Santander. En la foto 4 se puede ver el ataúd del polígrafo subido a un coche de caballos y cubierto por la bandera, a la derecha de la imagen, junto a la rueda trasera y junto a un soldado, puede verse al doctor Marañón, caminando junto a la comitiva en pleno santanderino Paseo de Pereda.


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Wednesday,18 jun 2008 18:34:3 GTM
<![CDATA[Shakespeare & Company (37 rue de la Bûcherie) y Sylvia Beach (ediciones Ariel)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,742 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La última vez que estuve en París, hace ya más de un año, me acerqué hasta la actual ubicación de una de las librerías de viejo mejores y más famosas del mundo, Shakespeare & Company, localizada ahora en el número 37 rue de la Bûcherie, muy cerca de Notre-Dame, a tiro de piedra del boulevard Saint-Germain y de la Ile Saint-Louis.

La librería, especializada todavía en libros en inglés, difunde un aura mítica en cuanto se llega a sus inmediaciones, y cuando se traspasa su umbral uno tiene la seguridad absoluta de encontrarse en un lugar muy especial, en una especie de santuario sagrado de la bohemia literaria parisina de entreguerras frecuentado ahora fundamentalmente por turistas que, como yo, buscan la foto ente los libros.

Sin embargo pocos de los turistas que acuden a visitar Shakespeare & Company tras buscar sin saberlo a Quasimodo en la fachada de Notre-Dame de París, saben que no pisan el suelo legendario por el que James Joyce, Ernest Hemingway o Paul Valéry arrastraron con frecuencia sus pies de glorias literarias establecidas o en ciernes, ni que tampoco respiran el aire contaminado de alta literatura en el que grandes poetas leyeron sus versos o incluso los escribieron.

No, la historia primigenia de Shakespeare & Company no pasa por la rue de la Bûcherie, sino por otras calles parisinas en las que se estableció la librería hace muchísimos años. Para acercarse a la verdadera historia de la librería, destino ahora de turistas con cámara en ristre, no es mal inicio leer el libro que sobre el establecimiento escribió su fundadora y alma mater, su cabeza única y bien visible desde su fundación en 1919 hasta su completa desaparición en el mes de diciembre de 1941, durante la ocupación alemana. Me refiero a la norteamericana Sylvia Beach (1887-1962), ejemplo perfecto de lo que significó el desembarco de la nueva cultura literaria norteamericana en el París y la Europa tras la Primera Gran Guerra.

Juan Antonio González Fuentes en la librería Sheskespeare & Company (París)

El autor en la librería Sheskespeare & Company

Sylvia Beach fundó la librería en la calle Dupuytren en el año 1919 para que el creciente número de lectores en inglés que pululaba por la capital de Europa, París, pudiese disponer de lecturas de calidad, y para que los parisinos y europeos pudieran conocer a los grandes y nuevos autores norteamericanos. Luego Sylvia Beach trasladó el negocio al número 12 de la rue l’Odéon, ubicación en la que ya Shakespeare & Company logró convertirse en una referencia ineludible para el intercambio de cultura anglosajona y francesa en el fabuloso periodo de entreguerras, el que comprende los felices años 20 y la depresión económica de 1929 con sus principales consecuencias en el terreno político, el nacimiento del fascismo y la extensión del comunismo, lo que acabaría llevando al supuesto mundo civilizado al enfrentamiento de la Segunda Guerra Mundial.

La librería se cerró en 1941, cuando un oficial de alta graduación alemán quiso comprar un ejemplar de Finnegans Wake de Joyce, y la Beach se negó a vendérselo, y el militar ordenó al poco tiempo el desmantelamiento del negocio. Sylvia Beach incluso pasó algún tiempo en un campo de internado, pero tuvo la alegría de ver cómo el mismísimo Hemingway y sus compañeros soldados, metralleta en mano, liberaron la librería y el barrio en el que estaba en un episodio emocionante de verdad.

Pues bien, toda esta historia, pero mucho más detallada y con capítulos muy especiales dedicados a algunos de sus principales protagonistas, la cuenta con sencillez, naturalidad y de forma muy amena y entretenida Sylvia Beach en el libro Shakespeare & Company (Editorial Ariel), un libro en cuyas páginas, imagino, no se contarán muchas cosas, y algunas de las que se cuentan lo estarán de forma parcial e interesada, pero da igual, es la gran protagonista la que narra su propia visión de esta aventura tan libresca y apasionante.

Tras Sylvia Beach, y de forma sin duda menos oblicua, el gran protagonista de estas páginas es James Joyce y su libro Ulises, que fue editado por vez primera por Shakespeare & Company convertida en empresa editora. Las penalidades del escritor, sus bienandanzas parisinas, su escritura, cómo se editó el libro y sus dificultades, los detalles técnicos..., todo lo explica Beach no con la pesadez del comerciante, sino con la paciencia y el pasmo de la mejor amiga.

Sylvia Beach: Shakespeare & Company (Ariel, 2008)

Sylvia Beach: Shakespeare & Company (Ariel, 2008)

Pero por estas sabrosas páginas también desfilan Ezra Pound, John Dos Passos, Hemingway, T. S. Eliot, Djuna Barnes, Sherwood Anderson, Steven Spender, Thorton Wilder, Scott Fitzgerald, King Vidor..., es decir, parte de los más granado de la literatura anglosajona del momento. Y también, claro, aparecen como protagonistas, incluso con capítulos enteros, los escritores y artistas franceses. Se habla de Valéry, Satie, André Gide, Maurois, etc...

Es este libro autobiográfico una obra entretenida, llena de curiosidades y de anécdotas jugosas, un libro nada estirado ni académico, un libro que rezuma el aire de una época esplendorosa de la cultura en Europa, el último momento, probablemente, en el que París ejerció de verdad como la capital cultural del mundo occidental. Este Shakespeare & Company de Sylvia Beach me parece imprescindible no sólo, claro, para los que tengan curiosidad por la historia y vicisitudes de la librería (una minoría minoritaria), sino fundamentalmente para los interesados en la vida del París de enteguerras y para los que quieran saber algo más de los grandes escritores norteamericanos de aquel momento.

Este es un libro con algo de irónica y alegre melancolía, un libro de recuerdos y de ambiente. Estas páginas respiran el aroma de un momento triste pero encantador de unos tiempos que si lo pensamos no nos quedan muy lejanos.

¿Y qué fue de la librería? ¿Cómo es que sigue abierta en otro lugar de la ciudad? ¿Qué ocurrió con ella? En 1951 otra librería de libros en inglés abrió en París. Su nombre Le Mistral, y su dirección el número 37 rue de la Bûcherie. Y de nuevo otro norteamericano fue su impulsor: George Whitman. Pronto la librería se transformó en otro centro ineludible de cultura literaria en París. En la parte de arriba del establecimiento Whitman alojaba a jóvenes escritores a cambio de que trabajasen un tiempo en la librería. Por allí pasaron a lo largo de los años 1950, por ejemplo, muchos de los poetas de la generación beat, como Burroughs, Gregory Corso o Allen Ginsberg. Cuando murió Sylvia Beach Le Mistral pasó a llamarse Shakespeare & Company, y cuando Whitman dejó este mundo, su hija, de nombre también Sylvia, se hizo cargo de la librería hasta nuestros días.

Así que, en cierto modo, la actual librería es la heredera de aquella otra que se abrió en 1919. Dos mujeres, dos Sylvias son las cabezas visibles. París bien vale una misa, y Shakespeare & Company, otra.


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Tuesday,17 jun 2008 22:58:58 GTM
<![CDATA[Federico Fellini: The book of dreams (Rizzoli)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,740 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

“¿Estoy soñando o esto está ocurriendo realmente?”. Esta frase la pronuncia el álter ego de Federico Fellini, el personaje interpretado por Marcello Mastroianni, en Ocho y medio, la película que marca definitivamente un antes y un después en la trayectoria del genio italiano. Hasta La dolce vita Fellini fue un director más o menos fiel a la tendencia neorrealista que él ayudó a crear, como explica Ugo Pirro en su espléndido libro Celuloide.  Sin embargo no es difícil ver en las películas de la primera etapa de Fellini claros elementos de ensoñación, elementos o características oníricas. Pero fue a partir de Ocho y medio, repito, cuando todas las películas de Fellini toman distancia con una “sintaxis” expresiva pegada a lo racional y se pliegan a una construcción en la que la materialización de lo inconsciente es la clave.

Este giro creativo en la producción cinematográfica felliniana coincidió en el tiempo con la recomendación de su psicólogo de que apuntase en cuadernos sus sueños. Fellini hizo caso al terapeuta, y comenzó a dejar en cuadernos sus sueños en forma de dibujos y palabras.

Federico Fellini: The book of dreams (Rizzoli, 2008)

Federico Fellini: The book of dreams (Rizzoli, 2008)

Hasta la fecha parte de esos sueños fellinianos se habían podido contemplar en algunas exposiciones y algunos fragmentos se habían publicado en forma de libro. La noticia es que ahora la editorial Rizzoli los publica completos en dos volúmenes muy bien editados bajo el título en inglés (por qué) The book of dreams (El libro de los sueños). La contemplación de estas páginas muestra la importancia que tuvieron en el desarrollo de la segunda etapa del cine de Fellini, y la calidad del Fellini dibujante, una faceta poco conocida del director y, sin embargo, la que le permitió sobrevivir y hacerse un nombre de joven en la prensa italiana a través de la colaboración en periódicos y revistas tras la II Guerra Mundial.

Este libro de sueños no deja de ser un elaborado y profusamente ilustrado diario personal de Fellini. Diario en el que aparecen muchos de los temas recurrentes en su cine: las mujeres y lo erótico, su ciudad natal y su infancia en ella, las pesadillas, lo surrealista, los amigos creadores, el padre…, es decir, todo un completo ejercicio autobiográfico. Sueños hechos dibujos y textos, materializados en trazos en letras. Sueños que acabaron mostrándose a todos nosotros en forma de fotogramas inolvidables y expresivos, en películas que son hoy cumbres de los sueños de muchos cinéfilos.


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Monday,16 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Una caricatura de González Fuentes en El Mundo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,739 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El pasado domingo día 8 me llamaron por teléfono por la mañana. El número que aparecía en pantalla era desconocido, largo como un día sin pan. Descolgué y era una periodista de la edición cántabra del periódico El Mundo, en la que colaboro desde su aparición hace tan sólo unos meses. La periodista quería hacerme una entrevista para el suplemento que editan los jueves, titulado Sutileza(s). Lo cierto es que de unos años a esta parte no soy nada amigo de las entrevistas para los periódicos. Generalmente descontextualizan lo dicho y, en el mejor de los casos, el entrevistado sólo queda reflejado como un majadero proclive a decir cosas absurdas e incoherentes.

Que le dediquen a uno tanto espacio en un periódico no suele acarrear nada bueno. Los amigos se molestan porque no les citas adecuadamente, y los amigos encuentran siempre párrafos y palabras con las que poder agredirte al menor descuido. Por estas razones, y otras que no viene al caso, decidí hace tiempo prodigarme lo menos posible como protagonista de algo en la prensa, y prodigarme con cuentagotas en la prensa local. He pasado temporadas muy tranquilo, pero la compañera me solicitó la entrevista y en tal situación no sabes qué camino tomar.

Si le dices que prefieres no salir en los periódicos, que has tomado esa decisión de forma coherente y razonada, pueden pensar que te has vuelto un engreído, un chulito que no quiere saber nada con los periódicos locales porque los haces de menos y los miras por encima del hombro. Y si dices que sí, inmediatamente quedas expuesto justo a lo contrario: “le gusta salir en los papeles más que chuparse los dedos después de un rico bocado”. En fin, que hagas lo que hagas lo harás mal, o por lo menos regular.

Pero como la edición de El Mundo en Cantabria es ahora de una de mis casas literarias (tengo columna semanal, creo), y la periodista que se puso en contacto conmigo me parece muy simpática, con muchas ganas de hacer las cosas bien y emana una dulzura sobrecogedora, pues dije “adelante con los faroles”, dispuesto a casi todo.

La entrevista se ha publicado hoy jueves. Dos páginas casi enteras en las que digo bastantes tonterías y alguna que otra cosa un poco interesante. La entrevista en vivo y en directo duró casi tres horas, y cuando he leído esta mañana los párrafos me parece haber pronunciado una ristra imperdonable de lugares comunes y de frases hechas en torno a la poesía, la literatura y la vida. Me ha dado un poco de vergüenza ajena, y la vergüenza se ha transformado en desolación cuando el ajeno era yo, un tipo nada ajeno –a veces- a mí mismo.
 
Caricatura de Juan Antonio González Fuentes (obra de Carlos Díaz para El Mundo) 
 
Caricatura de Juan Antonio González Fuentes (obra de Carlos Díaz para El Mundo)

Hay una sección en las ediciones nacional y local de El Mundo en la que aparecen varias fotos de rostros bajo los que se ve y se lee un nombre, una flecha que indica si el de la foto está in o está out en opinión del periódico, y un breve texto explicativo, han puesto una foto de mi jeta (qué viejo empiezo ya a revelarme) en la que con flecha apuntando al cielo se puede leer el siguiente texto, lleno, lo sé, de cariño y buena voluntad que agradezco de todo corazón y con total sinceridad: “González Fuentes se ha convertido, a sus 44 años, en una referencia viva de la cultura de Cantabria”.

“Referencia viva de la cultura en Cantabria”. La verdad es que no sé qué pensar, aunque lo cierto es que se me hace difícil esbozar una sonrisa. Espero que me entiendan. No es ni mucho menos ingratitud o imbécil soberbia de estúpido ingrato. Es otra cosa, otra cosa distinta, un frío interior que ahora mismo llevo muy dentro y del que no sé dar precisa razón, y del que nada ni nadie tiene por supuesto la culpa.

Hagamos un punto y aparte. Lo que me ha gustado mucho es la caricatura que me han realizado para ilustrar la entrevista. No conozco a quien me ha retratado, pero su trabajo me parece una explosión de talento genuino e inteligente. El artista se llama Carlos Díaz, y espero que no le moleste el que aquí reproduzca los trazos que salidos de su mano y su cabeza me perfilan, retratan y caricaturizan con tanto acierto y sabiduría.

Con el corazón y la mente navegando entre el agradecimiento y el frío triste, personal e intransferible que ahora me llena por dentro, quiero dar desde aquí las gracias sinceras a Carlos Díaz, y las gracias, muchas gracias, a la periodista Irene Sainz (tan paciente conmigo, tan tranquila en su oficio de prisas e impaciencias), por trazarme y escucharme.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Friday,13 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Cuatro poemas en prosa escritos en la Toscana]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,738 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A mediados del pasado mes de marzo hice realidad uno de mis sueños de primera juventud: viajar a la Toscana para perderme por las calles de lugares para mí míticos y soñados como Florencia, Pisa, Arezzo, Siena, Montepulciano, Montalcino, Cortona, San Gimignano...

Tras recorrer en coche las onduladas carreteras secundarias de la región, quedan recuerdos grabados a fuego en la memoria. La Anunciación de Fra Angélico en una modestísima institución de Cortona, los frescos alucinantes de Piero della Francesca en Arezzo, el puente viejo de Florencia y su increíble actividad, la visión del Arno en la anochecida florentina, la visión civilizatoria del soleado paisaje toscano desde la atalaya de San Gimignano, una tarta de pera y frutos secos buenísima en una café melancólico de Cortona, la plaza donde vive la Torre inclinada de Pisa completamente desierta y bajo la lluvia mientras en el campo de fútbol cercano oíamos los rugidos de los aficionados, el palacio florentino que guarda los tesoros imaginados por Salvatore Ferragamo, el café de Cavalli donde tomamos el mejor capuccino del viaje, el Duomo a reventar de visitantes y de capas de civilización, el vetusto teatro Verdi de Florencia, unas banderas rojas colgando de las ventanas del Palazzo Pitti, la supuesta casa en la que vivió y amó Dante, el amor en el hotel San Michele de Cortona, la casa de Petrarca en Arezzo...

Durante el viaje, en los escasos momentos de descanso sentado en un café cualquiera, en el silencio reparador de las habitaciones de hotel, o en la contemplación callada de un rincón palpitante de la geografía toscana, esbocé en un cuaderno de viaje unas líneas que han terminado transformándose en poemas. Poemas que dejó aquí para el lector, junto a algunas imágenes que atestiguan a la vez la realidad del viaje y su materia de ensueño.

Arezzo

Arezzo

-La espera-

Se desvela en el peso imprevisto de la arena esa mano que quiebra el pan lejano y la cal alzada por el surco sonoro de los días.
Y es ahora cuando pongo en cuestión que el cerrado temblor del envés de la ruina inunde la inclinación de una hierba, que la obligue a ser medida de distancia y arrobo frente al mundo ahíto de consejos o tijeras, de mansas dunas que hierven y desean tan sólo morir en incendio y humareda, en esa vastedad insomne de tiempo nuevo que aún no sabe cómo hacerse llamar en la espera.

Arezzo

Arezzo

-La música del todo-

De no sé dónde he llegado a este oír que considera sólo el eco, que con ojos de alba humaniza el árbol y bebe después en el poema y escucha la música del todo; esa música que llega al final andando la forma (agua) del sol por el sol: azar de hombre que se promete escarcha.

San Gemignano

San Gemignano

-La distancia del abrazo-

Nada responde el azul al peso del aire que tan alto devuelve pájaros de música y esperanza rendida a la memoria nueva.
Y ahora, tras el cristal confuso de los campos desnudos, da de beber la arena un cuerpo que es motivo triste de agosto mío bajo un sol de plata pura.
Todo fluye entonces sobre el nivel geográfico de lo pequeño, ejercicio sin límite para llegar hasta aquí: la distancia en pie del abrazo claro.

San Gemignano

San Gemignano

-En el filo de la piedra-

No parece arcilla el aliento que se agota asomándose a un pozo y a la mirada cambiante del trébol. Pues es su firmeza quien acaba el día para que no haya ya inviernos en morada ajena o en fuga de verdad, esa sed que se agrieta sin pedir a cambio nada, nada para sí.
Mientras, en los campos estalla marcial la escarcha tomándose la mano en primer plano, juntando fruta sobre las líneas finales del tiempo caído en desuso.
Luego, el jardín renace confinado como una mosca microscópica dispuesta al vuelo, y comienza la nieve a caer para siempre proclamando su riqueza de plumas, estableciendo el camino ahí, al fondo del cielo, en el lado de aquello que es razón abierta para el canto, para el sosiego hiriente que aún predice luz y verano, el origen, se dice pronto, en el filo aéreo de la piedra.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Thursday,12 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Leones, leopardos, poesía y José de Ciria y Escalante en Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,737 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Fundador de la revista Reflector y miembro destacado a comienzos de los años 1920 de la oleada de ultraístas españoles junto a poetas como Gerardo Diego o Guillermo de Torre, el poeta José de Ciria y Escalante nació en Santander en 1903 y murió en una habitación del madrileño hotel Palace en 1924. Su temprana desaparición provocó un gran número de lamentos en la joven poesía española de aquel tiempo, destacando el magnífico poema que le dedicó uno de sus grandes amigos en Madrid, el también muy joven Federico García Lorca.

El padre de Pepín Ciria, quien se ganaba la vida en la Delegación santanderina de Hacienda, se metió en negocios de carbones y el desastre de la Primera Guerra Mundial hizo que se enriqueciera de verdad con enorme rapidez. La familia se trasladó a un piso del desaparecido nº 9 del Paseo de Pereda, avenida que albergaba entonces a toda la alta burguesía santanderina, próspera sobre todo con los negocios de exportación e importación a diferentes lugares de América.

Cuando Pepín Ciria marchó a Madrid para estudiar en la Universidad Central, sus padres alquilaron permanentemente habitaciones en el exclusivo hotel Palace, donde pasaban toda la temporada del curso académico, regresando a Santander durante el largo verano. Pero toda la infancia y adolescencia del malogrado poeta transcurrieron en una ciudad de Santander que vivía los resplandores de los llamados felices años 20: veraneo regio en el Palacio de la Magdalena, aristocracia madrileña con casas y palacetes en la zona del Sardinero, el Hotel Real, el juego en el Gran Casino, las cacerías del rey en los Picos de Europa, las mañanas soleadas en la Primera Playa del Sardinero, las tardes en el hipódromo de Bellavista, las noches de gala en el club de Tenis, las noches de ópera y teatro en el teatro Pereda, las tertulias en el ateneo y los cafés del centro comercial...

Así que el que sería jovencísimo poeta vivió una infancia feliz y despreocupada en el Santander de los años Veinte. Siendo apenas un niño, por ejemplo, ya conducía con guantes de sport el Stoevert de su padre, quien había hecho grabar en la portezuela del vehículo el escudo de los Ciria. Muy amigo en esa época de José de Ciria fue el hermano del con el tiempo también poeta y escritor Leopoldo Rodríguez Alcalde, José María. Los dos, Pepín y José María, tuvieron la misma profesora de francés, Marie Jacomet, y los dos amigos formaron pandilla con otros niños y adolescentes privilegiados de la ciudad.

De esa pandilla formaron parte el rico y filantrópico José Uzcudun, quien, si no recuerdo mal, legó su estupenda biblioteca a la ciudad tras su muerte, ocurrida no hace muchos años. Otro de aquellos amigos fue José López Escajadillo, en parte el verdadero protagonista de este escrito por las cosas que de él se cuentan.

Santander: Playa del Sardinero

Santander: Playa del Sardinero

López Escajadillo pasó una temporada de su adolescencia en la antigua colonia española en África Fernando Póo, y unas de las consecuencias de dicha estancia africana fue que a su regreso a Santander se trajo un leopardo que dejaba andar suelto por su casa, adelantándose así unos años a alguna escena desternillante de una de las más grandes comedias de la historia del cine: La fiera de mi niña (1938), de Howard Hawks, protagonizada por Cary Grant y Katherine Hepburn.

El mismo López Escajadillo se paseó toda una temporada por las principales calles de Santander con un zorro atado a una correa, animal que me cuentan cayó un día del balcón de la casa familiar encontrando la muerte en el encuentro con el duro asfalto. Pepe López Escajadillo, niño o adolescente, le contaba a quien quisiera escucharle que su amigo el zorro se había suicidado durante un brote de neurastenia.

El niño o adolescente Pepe López tuvo en vilo a sus familiares durante una larga temporada, al advertirles de que en el desván de la casa guardaba unos animales muy bravos y peligrosos. Teniendo en cuenta los antecedentes, nadie osó abrir la puerta del desván durante un tiempo bastante prolongado. Sin embargo, un día quiso la casualidad que se descubriera la naturaleza de los bichos, siendo tales unas modestas y civilizadas gallinas.

Quien lea esta crónica de un Santander ya borrado de la faz de la tierra, en la que adolescentes privilegiados y con afanes literarios se paseaban por las calles del “balneario santanderino” conduciendo coches con escudos heráldicos en las puertas, paseándose con zorros y leopardos, o esperando bajo el sol de las playas cercanas a la realeza y los hipódromos la muerte que al final les alcanzaría en plena juventud en una habitación del Palace, pensarán sin duda que en el relato hay más de leyenda belle époque que de verdad, más de fantasía propia del Fitzgerald del Gran Gastby o de Hermosos y malditos que de sencilla verdad.

No lo sé, no podría asegurar la veracidad del relato, y sí puedo achacarle bastante inverosimilitud. Pero nada más escribir esta frase, me viene a la memoria mi propia infancia y adolescencia. Me viene a la mente mi gran amigo Ricardo Sánchez de Movellán, ahora ejerciendo de sevillano desde hace mucho tiempo. Con Ricardo pasé toda mi infancia y toda mi adolescencia formando pandilla. Él vivía en la Ciudad Jardín de Santander, muy cerca del colegio en el que compartíamos aula. Pues bien, Ricardo tenía leones en su casa. Sí, leones. Primero cachorros que enseñó un día de gloria en el colegio, y luego, ya creciditos, los guardaba en el garaje de su casa junto a unos cuantos perros, un palomar y algunas aves rapaces. Recuerdo estar muy cerca de los leones ya con melena, separados ambos mundos sólo por unos barrotes. Y recuerdo a Ricardo apretarle con el palo de la escoba las zarpas al león, gesto que hacía surgir de aquellas manazas unas uñas como navajas albaceteñas. De noche, cuando paseabas por las cercanías de la casa de Ricardo, de repente oías unos rugidos a los que no podías dar crédito y que te retumbaban dentro de la caja torácica. Estos leones pasaron con el tiempo a formar parte del mini zoo instalado en el Palacio de la Magdalena, y una noche de verano, bajando de paseo con el escritor Juan Manuel de Prada desde el palacio real hacia la zona de las playas, con el mar sonando a un lado y un espeso bosque de coníferas al otro, oímos los rugidos de los felinos que estaban muy cercanos. Esa noche Juan Manuel de Prada no murió del susto por pura casualidad.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Wednesday,11 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El negro Spike Lee versus el blanco Clint Eastwood]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,735 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Como actor Clint Eastwood fue el icono más representativo del llamado spaghetti western, protagonizando tres de sus cumbres: Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965), y El bueno, el feo y el malo, (1966). Las tres dirigidas por uno de los directores de cine italianos más importantes del último medio siglo, Sergio Leone.

Por aquel entonces, mediados los años 1960, Eastwood se convirtió para muchos críticos de la progresía en un hierático y pésimo actor al que sólo le salvaba su ruda y atractiva presencia física. Cuando años más tarde, en 1971, y dirigido por el estupendo Don Siegel, Eastwood se convirtió para la historia del cine en Harry “El Sucio” Callahan, expeditivo y heterodoxo policía de San Francisco, el actor pasó a ser definitivamente una estrella para el gran público, pero también un actor nauseabundo, fascista, y descerebrado para el crítica bien pensante. John Wayne, Paul Newman o Steve McQueen, rechazaron el papel por considerarlo en exceso políticamente incorrecto, pero Eastwood lo hizo suyo con ironía, mala leche y portentoso descaro. Nació así una estrella de cine, hecho que sin duda eclipsó el interesantísimo debut del propio Eastwood tras la cámara en 1971 con la muy estimable Escalofrío en la noche.

Pasaron así los años, y Eastwood fue creciendo como estrella de cine, convirtiéndose en uno de los actores taquilleros por excelencia de los años 1970 y 1980, una estrella que además era considerado uno de los hombres más atractivos del cine americano de esas fechas. Pocos tenían en cuenta que durante ese periodo Eastwood se situó detrás de la cámara en bastantes ocasiones, filmando casi siempre películas muy sólidas y atractivas, y algunas francamente grandes: Infierno de cobardes, El fuera de la ley, Bronco Billy y, sobre todo, El jinete pálido, una obra que apuntaba ya a obra maestra.

Y de repente, tras una película de esas que a la progresía produce vómitos no por cómo está rodada sino por su “mensaje”, me refiero a El sargento de hierro, Eastwood rueda Bird, el biopic sobre el genial saxofonista Charlie Parker. Con Bird todos descubren al Eastwood director de cine, a un hombre sensible, amante del jazz, estupendo lector de novelas y guiones, músico el mismo... Vamos, alguien que no se parece en nada al estereotipo que representaba en el cine Harry El Sucio o los pistoleros poco habladores de los western de Leone.

Y después de Bird vinieron Sin perdón, Un mundo perfecto, Los puentes de Madison, Medianoche en el jardín del bien y del mal, Mystic River, Million dólar baby, Banderas de nuestros padres, Cartas desde Iwo Jima..., es decir, algunas indiscutibles obras maestras del cine americano de finales del siglo XX y comienzos del XXI, y todas películas de un innegable nivel artístico, dejando en ellas Eastwood muchos trazos bien visibles de cuáles son las mejores características del cine clásico y sólido norteamericano: el poder de la imagen por encima de la verbalización innecesaria, los encuadres de plano en los que entran todos y todo, los movimientos de cámara imprescindibles, la ausencia de subrayados idiotas, la emoción contenida en los planos, la solidez no maniquea de los argumentos y asuntos tratados, etc...

Hoy en día Clint Eastwood es una figura reverenciada del cine contemporáneo, y todo el mundo lo considera el último gran maestro del clasicismo cinematográfico americano. Ahora, cuando se revisan los spaghetti western en los que participó como actor y guionista, sus películas de Harry con Siegel o él mismo dirigiendo, sus primeros western modestos y lacónicos..., la crítica ya no ve en ellos puestas en escena obscenas e intolerables de fascismo y conservadurismo reaccionario e imperialista norteamericano, sino reflexiones irónicas e inteligentes sobre la violencia, historias que ya mostraban rasgos inequívocos de la enorme estatura del Eastwood cineasta, etc, etc...

Son los pasos cambiados del tiempo. Lo mismo ocurrió con el cineasta más grande de la historia, John Ford, que pasó de ser por la crítica progresista un obtuso director de películas del oeste, fascista, racista y misógino, a ser considerado eso, el más grande y genial director de cine de entre todos los que ha habido.

Tráiler de Banderas de nuestros padres (colgado en YouTube por 2bvideo)

Bueno, Eastwood no está tan reverenciado como me figuraba. Muy recientemente ha salido a la palestra pública otro afamado director de cine americano, Spike Lee, mostrándose en abierto desacuerdo con sus últimas películas. Spike Lee es un director de cine negro. Lo repito, es un director de cine negro, vamos, de raza negra, no de películas de género negro. Tal vez tendría que haber escrito es un negro director de cine, pero francamente, no me parece que quede bien. Parece que quiero subrayar que es negro, y que hace cine, cuando lo que quiero decir es que es un director de cine, que es negro. Su color de piel no debería tener ninguna importancia a nuestros ojos, pero la tiene, y mucho, pues el ser negro norteamericano en Spike Lee no es una anécdota, es la columna que vertebra su obra entera y su puesta en escena. La obra de Spike Lee, que he visto casi íntegra a lo largo de los años, es reivindicativa de su negritud, o de la condición de negro (lo de afroamericano me parece una cursilada) en los EEUU contemporáneos. Las historias que ha filmado son historias que giran en torno a las distintas problemáticas de los negros en distintos ambientes de la sociedad americana actual, los actores son todos negros, la música está escrita por negros, etc... ¿Algo que objetar? Ni se me ocurre, nada. Spike Lee es un director de cine muy bueno, que ha llevado a cabo una obra interesante a la que, precisamente por su decidido y militante particularismo, le auguro una vida no muy larga en el tiempo. Pero él crea lo que le viene en gana.

Pues bien, Spike Lee ha arremetido contra Eastwood porque en su película Banderas de nuestros padres no ha sacado en pantalla a ningún negro, a ningún actor negro. Y ya se quejó años ha de cómo Eastwood trató la figura del genial músico negro Charlie Parker. Vamos, que Eastwood tendría que haber filmado la vida de Parker tal y como hubiera dictado la comunidad negra, y sobre todo su supuesto máximo valor en el cine, el propio Spike Lee. Eastwood tendría que haber cogido el guión y habérselo enseñado a Lee para que éste diera su aprobación, y una vez rodada la cinta, habérsela enseñado también al bueno de Lee para ver si estaba bien, correcta, o había que modificarla a gusto de la opinión de la minoría negra.

Claro que ya puestos, Eastwood tendría que haber hecho lo propio con la comunidad de homosexuales, con la de drogadictos, con la de jazzmen, con la de heterosexuales, con la de amas de casa, con la de mafiosos..., y con cualquier otra minoría u oficio sindicado o no sindicado que de alguna manera se viera reflejado en la historia filmada.

En cuanto a Banderas de nuestros padres, Eastwood narra la historia de los soldados que levantaron la bandera norteamericana tras la conquista de la isla de Iwo Jima, y se da la casualidad de que habiendo soldados americanos negros en aquella batalla ningún negro estuvo entre los que izaron a pulso la bandera. Hecho que, al parecer de Spike Lee, es intolerable, y Eastwood, aun no siéndole fiel a la verdad histórica, debería haber colocado a algún actor negro por allí para dar testimonio de que en aquella batalla sí hubo soldados negros. Pero claro, si me detengo a pensarlo un momento, seguro que también hubo soldados hispanos. ¿Por qué no filmarlos también señor Lee? Y seguro que los había asiáticos. ¿No merecerían algún plano, que se les viese pegar tiros?

Luego algunos lectores me acusan de elevar la voz y el tono de los post, pero no me digan que no hay mucho memo inteligente y cultivado. Las declaraciones de Spike Lee son grotescas y carecen del más mínimo sentido común y artístico. Bajo la apariencia de un discurso progresista Spike Lee exige la imposición y la repugnante política de lo “correcto para no molestar”, una política radicalmente contraria a la libertad expresiva que demanda cualquier acto de creación, que sólo debe regirse por la ética humanista y por el rigor expresivo y conceptual. Haber sacado actores negros levantando la bandera en Iwo Jima hubiera sido ofrecer al público una falsedad histórica, una invención prejuiciosa, una memez gigantesca, un flaco favor a al cine y al arte.

Menos mal que Eastwood ha vuelto a vestirse con el traje de Harry el Sucio y le ha dicho a Spike Lee que se calle y no diga más sandeces. ¡Ah!, y ha rematado la faena asegurando que seguirá rodando películas bajo la estricta responsabilidad que le confiere su idea del arte y de la narración cinematográfica, hasta que le den las fuerzas y su realísima gana. ¡¡¡Bien Harry, digo Eastwood, bien!!!


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Tuesday,10 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Goya en Italia, ahora en Zaragoza]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,734 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes es el título del cuadro más interesante que Francisco de Goya y Lucientes pintó en 1770, cuando tenía 23 años, durante su estancia de un año en la ciudad de Roma.

El otro trabajo de gran interés que realizó el jovencísimo pintor fue el conocido por los críticos como el Cuaderno italiano, un libro con los dibujos y los comentarios sobre las ciudades y las obras de arte que vio durante su periplo italiano, vivido por él como lo que en realidad era: un estudiante pobre pero lleno de ilusiones y entusiasmo.

Aníbal vencedor…, no debió parecerle mal del todo al artista, pues lo presentó entonces a un concurso en la ciudad de Parma. El premio se lo llevó Paolo Borroni, pero la obra de Goya consiguió una mención especial del jurado y, sobre todo, ya demostraba un despegue cualitativo con respecto a las académicas y anticuadas maneras de concebir la pintura del que había sido su maestro, José Luzán. Por vez primera, muy conscientemente y ya con verdadero dominio de la técnica, el joven Goya dejaba a un lado los abigarrados cromatismos del Barroco para decantarse por una nueva paleta de tonos mucho más suaves, en los que los rosas, azules y grises destacaban, marcando así una inclinación por unos colores que a partir de entonces fueron esenciales en buena parte de su pintura.

Francisco de Goya: Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes (óleo sobre lienzo, 1770) 

Francisco de Goya: Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes (óleo sobre lienzo, 1770)

Pues bien, hasta el próximo 15 de septiembre, es decir, durante todo el verano, en el Museo de Zaragoza (Plaza de los Sitios, 6, Zaragoza) podrán contemplarse 89 obras de Goya y 358 de 118 artistas distintos que muestran, explican, cómo Goya, a través fundamentalmente de la influencia recibida en su viaje a Italia, prevé la eclosión del Neoclasicismo europeo y la posterior revolución del Romanticismo, movimiento cuyas olas llegan hasta nuestros días gracias a algunos de sus pilares básicos: lo fantástico, los sueños, la subjetividad…

Muestra imprescindible para comprender y valorar la obra de unos de los artistas más geniales de la historia del Arte, el aragonés Francisco de Goya, y una excusa de auténtico peso para visitar a lo largo del verano la transformada capital de Aragón y su Expo 2008.


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Sunday,8 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Racing de Santander es cántabro, no español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,733 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En alguna otra ocasión ya he tratado aquí las idioteces imitativas que el regionalismo radical (el nacionalismo, para qué vamos a andar con zarandajas) lleva a cabo o propone en mi región, Cantabria. Cuando se habla de los problemas del nacionalismo en España, de forma natural y lógica se piensa siempre en el País Vasco, Cataluña y Galicia, y con mucha menos frecuencia se analiza lo que ocurre en otras geografías con organizaciones regionalistas o nacionalistas menos polémicas y radicales, pero que llevan años, décadas, realizando una decidida labor de acoso y derribo a todo lo que signifique España o lo español.

No es ni mucho menos Cantabria una región española caracterizada precisamente por una posición equívoca a estos respectos, pero tampoco deja de ser un interesante laboratorio en el que estudiar con precisión cómo se construye, inventa y fomenta el nacionalismo por pequeños grupos que paso a paso van abriéndose camino en la opinión pública, en el sentir de sectores crecientes de la población y en el manejo de cada vez más importantes partidas de los presupuestos públicos.

El último caso en Cantabria se acaba de producir estos días, a raíz de la que en principio debía ser una buena noticia. El equipo de fútbol de la ciudad, el Racing de Santander, ha realizado una de sus mejores temporadas en Primera División en sus casi 100 años de historia. El Racing ha jugado las semifinales de la Copa del Rey y se ha clasificado en sexta posición del campeonato, logrando el premio de jugar por derecho propio la próxima temporada, por vez primera en su dilatada historia, una competición europea, la Copa de la UEFA.

El Racing de Santander es un equipo de fútbol profesional que oficialmente está en manos de una empresa privada, con sus directivos, presupuestos, etc... El Racing, para subrayar su presencia la temporada venidera en los campos de fútbol de Europa, estrenará nuevas equipaciones, y al igual que ha hecho el Sevilla F.C. (ganador de dos de las tres últimas Copas de la UEFA), se ha contemplado que estas equipaciones lleven en alguna de sus partes más visibles una pequeña bandera de España. ¿Algún problema?
 
Escudo del Racing de Santander

Pues parece que sí. De forma casi inmediata la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), organización financiada con dineros públicos, ha emitido un comunicado protestando por tan singular ocurrencia, y exigiendo a la sociedad cántabra que intervenga para evitar el supuesto despropósito. Según ellos el Racing de Santander es fundamentalmente un equipo cántabro, seguido sólo por cántabros, ilusión de los cántabros, fomentador de la identidad cántabra, detentador de valores cántabros..., y cualesquiera demás gilipolleces, ditirambos, exageraciones y espejos deformados de azogue valle-ínclanescos que al lector se le ocurran y quiera añadir aquí.

Y como tal equipo exclusivamente cántabro, el Racing de Santander, de llevar alguna, sólo debe llevar una enseña en su camiseta: la de Cantabria, claro, una franja blanca arriba y otra roja abajo. Vamos, la bandera oficial de Polonia desde el 1 de agosto de 1919.

Se da la curiosidad que entre los socios fundadores de ADIC está el actual presidente de la Región, el regionalista Miguel Ángel Revilla, quien, por cierto, jamás ha renegado de su españolidad, más bien al contrario. Pero siguiendo con las curiosidades, no estará de más señalar que el actual presidente de la ADIC, un tal Bernardo Colsa, según leo en la prensa local es miembro del Partido Regionalista de Cantabria, trabaja en alguna empresa pública dependiente de la Administración Regional, y tiempo atrás fue uno de los líderes de las Juventudes Verdiblancas, especie de hooligans racingistas entre los que se dice, se cuenta, surgen los pitos y silbidos cuando con motivo de algún partido de la anecdótica selección cántabra de fútbol suena en el campo el himno nacional, el español, aclaro.

La directiva de ADIC puede opinar lo que le venga en gana y tiene todo el derecho a comunicarlo públicamente. Tiene el derecho a decir, difundir, representar y escribir incluso gansadas como la que hasta aquí nos trae. Pero lo que no puede permitir un gobierno y su administración es que las gansadas, de un modo otro, estén financiadas con dinero público. No sólo los miembros y directivos de ADIC deben reflexionar con respecto a los derroteros por los que conducen sus propuestas y posturas, debe ser toda la sociedad de Cantabria y toda la sociedad española en general la que debe de una vez por todas se detenga a analizar muy seriamente a dónde conduce el anti-españolismo que de forma larvada y lenta está calando (surrealismo puro) en su propio seno más joven y menos crítico. Y además, esta labor de zapa, de “deconstrucción” demencial e insólita, cuyo objetivo primordial es “deconstruir” desde dentro para volver a construir también desde dentro y bajo el control nuevo de la cultura de lo excluyente, no sólo está siendo tolerado por los poderes públicos que prefieren mirar hacia otro lado mientras se pliegan al viejo dicho de “a río revuelto, ganancia de pescadores”, es que además está siendo financiado con fondos públicos, en un operación de suicidio social y cultural colectivo sin precedentes que sólo puede ser fruto del desvarío histórico, la ignorancia multiplicada por sí misma en operación de carácter exponencial, y la pérdida completa de juicio crítico.

Esto se está pareciendo cada vez más al camarote de los hermanos Marx, pero este camarote no tiene ninguna gracia.


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Friday,6 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Juan Diego Flórez se transforma en mito en el Metropolitan de Nueva York]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,732 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

 En más de una ocasión ya hemos hablado en estas mismas páginas electrónicas del auténtico fenómeno actual en el mundo de la ópera y más significativamente en el del bel canto. Me refiero al joven tenor peruano Juan Diego Flórez (Lima, 1973), sin duda ninguna el mejor representante en la actualidad del canto belcantista dentro, claro, de su cuerda tenoril.

Juan Diego Flórez, construyendo hasta ahora con paso serio y firme una carrera de coherencia pasmosa, va alcanzando metas, sobrepasando dificultades, rompiendo barreras y alcanzando hitos hasta ahora sólo al alcance de los más grandes, de los indiscutibles.

“La última” del tenor peruano es un hito más que lo eleva al rango de mito incipiente mucho más allá de moda pasajera y cíclica. Ocurrió hace unas semanas en uno de los coliseos operísticos por excelencia, el Metropolitan de Nueva York.

Viena 2007: Juan Diego Flórez interpreta el aria ¡Ah mes amis...! (vídeo colgado en YouTube por Gabba02)

Cantaba Flórez el papel protagonista de una de la óperas más representadas de Gaetano Donizetti, La fille du régiment, obra que generalmente se canta en su versión en francés. Esta ópera cómica tiene uno de los momentos cumbres por su belleza, gracia y dificultad extrema de toda la escritura belcantista para tenor, la celebérrima aria de los nueve “dos” que comienza ¡Ah mes amis...! Es esta, insito, un aria de dificultad extrema en la que el tenor debe evidenciar agilidades vocales de carácter casi circense, y a la vez gusto, elegancia e intención refinada y sutil en lo que está diciendo. Vamos, una prueba de fuego en la que lo más normal es pasar casi de puntillas para no abrasarse y dejarse las cuerdas vocales como torreznos chamuscados.

Pues bien, Juan Diego Flórez, dada su inmensa calidad vocal, su dominio portentoso del estilo, su técnica depurada, y su más que notable expresividad como cantante-actor, no sólo ha hecho de este aria una de sus más brillantes y demandadas cartas de presentación, es que además, prueba homérica de sus facultades, la bisa de forma no muy infrecuente.

Esto es lo que ocurrió en el Metropolitan neoyorkino ante un público entre enfervorizado y pasmado, ante un público con la boca abierta que no sabía muy bien si entregarse al ensimismamiento o a la locura definitiva y absoluta. Juan Diego Flórez cantó el aria de los nueve dos, y ante el delirio de los asistentes, sencillamente repitió la faena, marcándose los consabidos, inauditos y sobrecogedores dieciocho dos. El último en escalar este Everest vocal había sido el gran Luciano Pavarotti en una mítica y recordada velada de hace casi tres lustros, 1994.

Los dos, Pavarotti y Juan Diego Flórez, tras sus respectivas hazañas, salieron por la puerta grande que sólo se abre en contadísimas ocasiones. Una puerta grande  que en la ciudad de los rascacielos consiste en ocupar la portada del día siguiente de uno de los periódicos más famosos, leídos y respetados de todo el globo terráqueo: la portada de The New York Times


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Thursday,5 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Del tener que morir: Unamuno, Ortega y Gasset y José Luis Hidalgo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,731 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Poco después de morir Miguel de Unamuno, publicó Ortega y Gasset un artículo de homenaje en el periódico bonaerense La Nación, en el que hablaba de la esencial vocación humana que es “tener que morir”, y dentro de ese contexto, subrayaba que el pensador vasco “hizo de la muerte su amada”. Diez años más tarde, en 1947, desaparecía muy joven todavía uno de los más convencidos seguidores de Unamuno en eso de saberse para la muerte, en eso de hacer de la muerte un básico motivo de reflexión. Me refiero al poeta José Luis Hidalgo (Torres, Cantabria, 1919-Chamartín de la Rosa, Madrid, 1947), quien nos legó póstumo uno de los poemarios esenciales de nuestra última posguerra, Los muertos (Adonais, 1947).

Autorretrato de José Luis Hidalgo

Autorretrato de José Luis Hidalgo

En este hermoso y atormentado libro, Hidalgo, consciente de su ser para morir y radicalmente angustiado por ello, se lanza a la búsqueda del sentido último de la vida preguntando por el que tiene (si lo tiene) la muerte. Sabedor el poeta de que si hay respuestas a tal pregunta éstas sólo pueden provenir de un diálogo con Dios y con los que un día vivieron, plantea con énfasis dicho diálogo, pero cae en la cuenta de que éste se revela yermo al no comparecer los interlocutores y obtener un terco silencio por toda respuesta.

Así, los poemas hidalguianos que configuran Los muertos son la verbalización de una profunda aflicción existencial que se descubre huérfana y enfrentada cara a cara consigo misma. Son estos versos, sí, la poetización de una angustia personal, pero como toda verdadera obra de arte, también expresan el latido de un sentir colectivo, el de un mundo salido de la barbarie escenificada en las primeras décadas del siglo XX. Hidalgo nos legó en 1947 un libro de versos sencillamente imprescindible.


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Wednesday,4 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[King Kong se abrasa en el incendio de la Universal]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,730 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Rett Butler guía como puede el frágil carromato tirado por un caballo y en el que viajan, además de él y su adorada Scarlett O’Hara, la prima de ésta, Melania, abrazada a su hijo recién nacido, y una esclava negra de no muchas luces. El ejército yankee está a punto de entrar en la ciudad, y las tropas sudistas han incendiado por los cuatro costados Atlanta para que los invasores sólo encuentren a su paso escombros y restos calcinados. El incendio es pavoroso, y Rett debe conducir el carro por las calles abrasadas.

La secuencia pertenece a la célebre película de 1939 dirigida por Víctor Fleming Lo que el viento se llevó, basada en la novela homónina de la escritora sureña y sudista Margaret Mitchell. El carismático Clark Gable encarna al héroe Rett Butler y una hermosísima Vivien Leigh le pone rostro y materia corpórea a la inolvidable Scarlett.

Es una secuencia que seguro hemos visto todos una y mil veces en cine o en televisión, pero de lo que no estoy tan seguro es de que todos ustedes sepan o recuerden que para dar el buscado realismo a la escena se quemaron todos los decorados construidos en su día para rodar la primera y mejor versión de King Kong.

Fragmento de King Kong (1933), dirigida por Merian C.Cooper y Ernest B. Schoedsack (vídeo colgado en YouTube por editionsmontparnasse)

Pues bien, los estudios de la Universal, la legendaria compañía cinematográfica fundada en 1915, situados a unos 15 kilómetros del mismísimo centro de la ciudad de Los Ángeles, han ardido como la yesca más reseca hace apenas unas horas. Más de 300 bomberos, hidroaviones, helicópteros y demás medios materiales no pudieron evitar que las paredes de madera de los distintos estudios ardieran en cadena, y con ellos parte de los decorados y símbolos más emblemáticos de la historia del cine, entre ellos, al parecer, la propia réplica del pobre King Kong y, nada más y nada menos, que la siniestra casa de la colina en la que el psicópata hitchcockniano Norman Bates tuvo encerrada a su terrible madre.

Junto a la réplica del gigantesco gorila, decorados que representaban calles mil veces filmadas de Nueva York o Londres, etc, etc..., también ardieron entre 40.000 y 50.000 cintas pertenecientes a la videoteca de la Universal, sin duda una de las más importantes de todo el mundo. Al parecer, suspiraos de alivio los cinéfilos, el fuego no llegó ni siquiera a lamer las paredes que custodian la parte principal del archivo cinematográfico de la empresa, el que guarda los negativos originales de miles de películas que forman parte ya de la educación visual y sentimental de buena parte de la humanidad desde hace casi un siglo.

Si el pobre King Kong vio en 1939 arder las maderas que fueron durante un tiempo su hogar terrenal, ahora, en el final de la primavera del año 2008, es el propio gorila de dimensiones colosales (perpetuo enamorado de la dulce y sexy chica rubia de los cuentos con la que soñamos casi todos, seamos gorilas o no), quien ha sido consumido en su fórmula de cartón piedra por las llamas de un infierno que ahora se especula incluso provocado por los mismísimos amigos terroristas de Bin Laden.

Pero creo que no hay que preocuparse más allá de lo normal. El cine, el de verdad, como todos sabemos o intuimos, está hecho de un material completamente ignífugo, los sueños. Y a los sueños ni siquiera el fuego fortuito o el provocado los puede de verdad ni dañar ni consumir. Veremos, estoy seguro, resurgir a King Kong de sus cenizas.  


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Tuesday,3 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[200 grandes directores de cine encerrados en un libro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,728 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Así son los franceses. Se juntan cuatro profesores de universidad que trabajan en París y te escriben un diccionario con los grandes directores de cine de la historia en número, tan arbitrario como casi cualquier otro, de 200.

Los profesores responden a los apellidos Ch. Viviani, Ch. Tesson, J. A. Gili y D. Sauvaget, y su trabajo ha sido publicado ahora en español por Ediciones Robinbook. El volumen tiene su evidente utilidad para los cinéfilos que se inician en la bibliografía de su pasatiempo o pasión favorita: el cine.

Es útil porque en sus escasas 400 páginas ofrece unos escuetos datos biográficos de los protagonistas (entre la página y las dos páginas) y sus filmografías completas. Contenidos sin duda relevantes que como mera aproximación documental a los interfectos cumple con creces su función informativa u orientativa. El problema surge si le quieres pedir un poco más al trabajo. Ahí sufres un parón en seco. Las filmografías, por ejemplo, sólo ofrecen los títulos originales y su traducción al español más el año de producción de las películas. Algo francamente escaso y que en el mejor de los supuestos sólo sirve como punto de partida en posibles sucesivas búsquedas e investigaciones.

Ch. Viviani, Ch. Tesson, J. A. Gili y D. Sauvaget: Los grandes directores de cine (Robinbook, Ma Non Troppo, 2008)

Ch. Viviani, Ch. Tesson, J. A. Gili y D. Sauvaget: Los grandes directores de cine (Robinbook, Ma Non Troppo, 2008)

Si a cada director sólo se le dedican una o dos páginas, puede suponerse que las informaciones biográficas y “críticas” son lamentablemente esquemáticas y esqueléticas. Insisto, si queremos ver la botella medio llena subrayemos que el libro cumple con su función de primer paso, de “cartilla” inicial para aprender a leer.

No hay ausencias sangrantes entre los 200 nombres que se ofrecen, ni tampoco aparecen, por ejemplo, nombres que puedan provocar un infarto fulminante entre los más ortodoxos. Los que más abundan son los norteamericanos o los que trabajaron o trabajan en la industria americana. Siempre faltará alguien a juicio de los aficionados y expertos, y es seguro que siempre habrá nombres que sobren dependiendo de los gustos personales. Pero hay que subrayar que los académicos franceses han hecho al respecto un trabajo ortodoxo y no han convertido sus capas en sayos.

Vuelvo a la idea inicial. Se me antoja un libro interesante para quienes muy jóvenes han decidido conscientemente tomarse un poco en serio su afición al séptimo arte. Para los veteranos en dichas lides el libro no tiene mayor interés, salvo quizá el de encontrar algunos datos imprescindibles sobre autores muy poco tratados ni en Internet ni en las bibliografías en español.

Que cada aficionado juzgue con estas premisas el interés de esta nueva herramienta para sumergirse en el universo de los mejores directores de cine de los últimos cien años. 
 


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Sunday,1 jun 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Sherlock Holmes y el doctor Watson para niños]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,727 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Son ya varios los artículos que le he dedicado al gran detective inglés y a sus aventuras en estas páginas electrónicas. Pero aun a riesgo de ser pesado, no me resisto a recomendar un nuevo libro que tiene a Holmes y a su infatigable amigo el doctor Watson como protagonistas. La peculiaridad principal de esta nueva recomendación es que se trata de un álbum ilustrado por el artista barcelonés Roger Olmos, con textos adaptados por la especialista  Rosa Moya (autora de El mundo mágico de las sirenas o Una aventura fabulosa de piratas) y destinado en un principio a un público lector situado entre los seis y los diez años. El título, editado en Barcelona por Lumen, es Sherlock Holmes y el caso de la joya azul, uno de los episodios o relatos protagonizados por el gran detective de Baker Street.

Rosa Moya ha tenido un habilidad muy especial para captar aquellos ingredientes significativos en los textos de Conan Doyle que pudieran captar mejor la atención de los niños a los que en principio va destinado el álbum. Y Roger Olmos sencillamente lo borda en sus dibujos, construyendo unas ambientaciones impresionantes con mucho de storyboard cinematográfico, y sabiendo captar y exponer a la perfección la teatralidad intrínseca que emana de los personajes.

 Rosa Moya y Roger Olmos: Sherlock Holmes y el caso de la joya azul (Lumen, 2008)

Rosa Moya y Roger Olmos: Sherlock Holmes y el caso de la joya azul (Lumen, 2008)

Ya ha quedado dicho que este álbum está pensado para los lectores infantiles, como iniciación sorprendente y efectiva al gratificante universo de Sherlock Holmes. Pero tampoco desentonará ni mucho menos en la bibliotecas adultas, y ahora mismo se me antoja imprescindible, claro, en las bibliotecas especializadas en el personaje de la pipa y la lupa.

Sea como fuere, es este un libro magnífico para que los niños disfruten leyendo y ejercitando la vista y el buen gusto. Y no se me ocurre ahora una manera mejor para que entren en contacto por vez primera con uno de los mitos fundamentales de la literatura universal del último siglo. En este sentido estamos ante un regalo hermoso, y para colmo, útil y eficaz. Qué más se le puede pedir a un libro. Mis sobrinos ya lo tienen, por ellos he llegado hasta él. No resistiré mucho tiempo el aguijonazo de la envidia, y este Sherlock Holmes y el caso de la joya azul no tardará mucho en acompañar mis otras joyas en torno a Holmes y al querido doctor Watson. Elemental. 


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Friday,30 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Tinta en las venas, Pedro J. Ramírez y El Mundo: un guión de Hollywood]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,726 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes


He de confesarles a todos ustedes, aún bajo la posibilidad de ser destinado por la progresía nativa a abrasarme para siempre en los fuegos del mismísimo infierno, que todas las mañanas mi aparato radio-despertador me desvela para iniciar el día con los ditirambos sonoros del bueno de Federico Jiménez Losantos.

Yo me atrevo a recomendarles desde aquí que me imiten, pues el sistema tiene una ventaja innegable: uno da sus primeros pasos diarios imbuido de un espíritu de felicidad insólita, pues comprueba casi con extrañeza que el mundo y la vida siguen adelante y en pie, que la ciudad no ha sido bombardeada ni arrasada por hordas de bárbaros feroces, que los vecinos salen del portal camino de sus trabajos o a pasear a sus chuchos con aparente normalidad, y que, en fin, las nubes se levantan y hasta de vez en cuando continúan cayendo gloriosos chaparrones.

Otra de las ventajas indudables de escuchar el programa mañanero de Jiménez Losantos es que dos veces por semana participa como contertulio un personaje de verdad extraordinario, el periodista Pedro J. Ramírez. Si ya he hablado de que el “Príncipe de Asturias” Pablo Garcías Baena denomina a los poetas como “animales distintos”, también “animal distinto”, aunque inscrito en otra categoría diferente de la zoología distinta, es el bípedo Pedro J.

De ahí que cuando en su periódico El Mundo se anunció la edición de una biografía autorizada, otra, sobre su propia vida, decidiese echarle un largo vistazo a la primera oportunidad. Y la oportunidad no tardó en llegar. En mi librería preferida, la santanderina Gil de plaza Pombo, pronto se levantaron algunas columnas librescas con ejemplares de la biografía titulado, con indudable acierto, Pedro J. Ramírez, Tinta en las venas (Plaza & Janés), escrita por Eduardo Martínez Rico.

La verdad es que mi espíritu crítico disparó la alarma, y me hizo pensar que el libro sólo podía tratarse de una especie de hagiografía mejor o peor encubierta. Pero mi parte de lector de páginas con vocación efímera y un cierto aire entre “glamuroso” y polémico ganó la partida. Así que compré el libro y lo devoré a lo largo de un viaje de ida y vuelta a Madrid.

El libro, no voy a engañar a nadie, no es nada del otro jueves, y no estaría entre el medio millón de títulos, pongo por caso, que deberían estar con preferencia en un biblioteca selecta. Pero tampoco se cae de las manos y teniendo algunos sabores laudatorios y hagiográficos, lo cierto es que no son ni muy descarados ni se degustan en lugares injustificados. Lo que viene a mostrar esta biografía amena a pesar de ser un tanto reiterativa en diversas cuestiones, es que Pedro J. Ramírez (1952), como periodista, empresario, escritor y analista opinante de la realidad española de las últimas cuatro décadas, es un personaje clave y absolutamente paradigmático, generador de odios africanos y temido por tirios y troyanos.
 
Eduardo Martínez Rico: Pedro J. Tinta en las venas (Plaza & Janés, 2008)
 
Eduardo Martínez Rico: Pedro J. Tinta en las venas (Plaza & Janés, 2008)

Consumidas las 500 páginas de esta tinta en las venas, el lector no entregado del todo ni al personaje ni a su causa sí debe reconocer que, para bien o para mal, Pedro J. Ramírez es un caso insólito e interesantísimo dentro de nuestra más reciente historia, y un tipo de hombre que no abunda en la vida española del último siglo dentro del ámbito profesional, cultural y económico en el que nos situamos.

Licenciado en periodismo por la universidad opusiana de Navarra, amplió estudios en una oscura universidad norteamericana que sí le permitió tomarle el pulso al periodismo de la más grande democracia del mundo y compararlo al triste periodismo de la España en la que Franco daba ya estertores. De familia acomodada de una ciudad en principio tan insulsa como Logroño, sin una formación intelectual apabullante y sin haber destacado como empollón lumbreras a lo largo de su carrera, Pedro J. sí tiene algún éxito entre las mujeres, le gustan el teatro y la literatura y, sobre todo, tiene una ambición desmedida y no disimulada por convertirse en un grande, en un grande dentro de su oficio y vocación: el periodismo. El camino, las formas y las maneras las descubrió en los EE.UU. que vivieron el watergate, y Pedro J. Ramírez, ávida rapaz periodística de vuelo giratorio en torno siempre al poder político y económico, es nombrado con 28 años director de uno de los periódicos nacionales más importantes del momento, Diario 16.

No estoy aquí para contarles la vida del periodista; quien quiera tomarle el pulso compre el libro y léalo, sólo pretendo dejar apuntadas unas pinceladas que creo perfilan al personaje y, sobre todo, dan cierta idea de su dimensión, de su ambición, de sus logros, de su importancia. Si con 28 años, es decir, un pipiolo, ya dirigía un periódico madrileño importante, con treintaytantos fundó y comenzó a dirigir El Mundo, sin duda ninguna la empresa periodística y de comunicación de carrera más fulgurante nacida en las dos últimas décadas en España y probablemente en Europa. Logro que por sí solo merece análisis y estudios mil, sobre todo ahora que El Mundo ya no es sólo un periódico, sino parte de un emporio macroempresarial de capital multinacional que, según rezan algunos estudios, se ha convertido en el más importante del mundo en español.

Pero Pedro J. Ramírez, además de dirigir el periódico y ser la cabeza visible del grupo empresarial multimedia, es decir, además de ser un ejecutivo de altos vuelos internacional, participa en tertulias radiofónicas y televisivas, es un conferenciante buscado y adulado, publica en El Mundo sus célebres “Cartas del director” los domingos en las que sus conocimientos de Historia impregnan todas las líneas, escribe libros (casi una docena le tengo contados), tiene varios hijos, vive con una diseñadora de moda bien conocida (Ágatha Ruiz de la Prada), viaja constantemente, vive una intensísima vida social, se ha convertido en un hombre bastante rico, ha protagonizado escándalos mediáticos dignos de historias para no dormir (la piscina mallorquina, el asunto del video sexual), trata a algunas de las personas más influyentes de España, Europa y EE.UU., es Doctor Honoris Causa por su oscura universidad americana, y tiene premios de indudable prestigio como el Montaigne o el Isaiah Berlin. Vamos, que un tipo así, de ser norteamericano, a estas alturas tendría varias series de televisión inspiradas en su vida, algún biopic aspirante al Oscar de Hollywood y decenas de estudios de toda índole y condición.

Para finalizar. Amores y odios concita este español brillante, ambicioso hasta lo insospechado y polémico, cuya vida resume hasta la fecha el libro de Martínez Rico, lectura entretenida y curiosa que hay que leer, como casi todo, con la mosca detrás de la oreja. Ahora bien, guste o no guste su figura y su obra, nadie puede poner en duda que este Ciudadano Pedro J., nacido en Logroño, es uno de los personajes públicos más extraordinarios que hoy conforman el animalario español contemporáneo.
 

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Thursday,29 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Viajando en grupo. Henry Green, un escritor raro, por fin en español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,724 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hay novelistas, poetas, pintores, músicos..., artistas cuya principal característica es el enigma. Eso les hace especialmente atractivos a ojos como los míos. Son raros, o como ha dicho de forma sublime el poeta español Pablo García Baena, son “animales distintos”.

Les hace distintos, además de su mirar y situarse siempre en el lado de la vida (en el claro o en el oscuro), el que nunca se muestran embarcados en hacer carrera o preocuparse excesivamente por los resultados materiales de su trabajo. Su principal afán es el de vivir y materializar los efectos o resultados de ese vivir en notas, palabras, colores, volúmenes, espacios... El trabajo creativo es para ellos un juego sagrado que se mantiene, principalmente, contra sí mismos, a veces en dura pugna consigo mismos.

Un ejemplo exquisito de animal distinto es el novelista inglés Henry Vincent Yorke (1905-1973), más conocido por su pseudónimo, Henry Green. De este autor había hasta la fecha muy pocas cosas traducidas al español, algo en Argentina y algo en España, pero ahora cualquiera de nosotros puede acercarse con singular provecho hasta el trabajo de este raro gracias a la editorial Lumen, que acaba de publicar traducido al español uno de sus mejores libros: Viajando en grupo.

Henry Green fue un miembro destacado de ese peculiar grupo de británicos que a lo largo de la historia ha acabado conformando un subgénero humano: los excéntricos nativos de las Islas. Nacido en la región de Gloucestershire en una familia muy rica relacionada con la industria, como es casi preceptivo entre los excéntricos británicos estudió en dos de las instituciones académicas más longevas y elitistas de su país: Eton y Oxford. Sin embargo no finalizó sus estudios universitarios, según cuentan las crónicas, debido a diferencias irreconciliables con el que fue su tutor, el conocido escritor C.S. Lewis, autor, entre otras obras, de Una pena en observación, título que ha disfrutado de mucho éxito entre los lectores españoles.

Henry Green: Viajando en grupo (Lumen, 2008) 

Henry Green: Viajando en grupo (Lumen, 2008)

Durante la Segunda Guerra Mundial ejerció como bombero, y fue muy buen amigo de un escritor esencial en el siglo XX inglés. Me refiero al católico Graham Greene. No publicó muchos libros, y su actividad literaria se concentró en poco más o menos veinticinco años, desde 1926, año de publicación de Blindness, su primera novela, hasta Doting, aparecida en 1952. En medio quedan títulos como Party Going (1939), Pack My Bag (1940), Caught (1943), Loving (1945), Back (1946), Concluding (1948), y Nothing (1950).

En sus últimos años de vida decidió vivir como un vagabundo muy rico, encerrado en su propia mansión, y ejercitándose con ardor en los trabajos del alcohol. En esos años tomó una decisión que no es muy infrecuente entre los literatos raros: no dejarse fotografiar. No existe, por tanto, una crónica retratada de su paulatino envejecimiento y de su declive físico.

Su literatura tiene tres claves poco frecuentes juntas. Primera, el sentido del humor. Segunda, una ironía con el mismo efecto del ácido sulfúrico sobre una mantelería de seda. Tercera, un gran conocimiento in situ de las atmósferas altas y bajas de la sociedad en la que vivió: fue siempre un vástago rico en contacto permanente con las clases más pudientes; pero también trabajó, por ejemplo, como un simple obrero en la fábrica de cerveza de su padre, o como ya ha quedado dicho fue bombero en los muy difíciles momentos en los que Inglaterra fue sometida a constantes bombardeos por parte de la aviación nazi.

Las tres claves aparecen en los libros que se han publicado en España, Loving en 1957 y ahora Viajando en grupo. Esta última es la historia de un grupo de ocho amigos ricos y sin muchas cosas que hacer que cuando van a iniciar un viaje de placer deben esperar en un hotel londinense a que se disipe una muy espesa niebla. Los ocho se ven obligados a matar el tiempo que les queda por delante, y ante esa necesidad empiezan a sucederse una serie de enredos y situaciones bastante cómicas que revelan la verdadera naturaleza mísera y sin ninguna altura de estos educados y sofisticados amigos. Una novela muy entretenida que es ideal para iniciarse en las artes de este animal distinto que fue Henry Green.


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Wednesday,28 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El salón de los pasos perdidos de Andrés Trapiello]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,723 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La literatura ofrece en ocasiones ejemplos de trabajos y esfuerzos a los que sólo les encaja de forma adecuada el calificativo de “homéricos”. Es evidente que estos casos no son abundantes en ninguna literatura, y hay siglos que no los ven en determinados idiomas. El siglo XIX español ofreció el caso de los Episodios Nacionales galdosianos, un acercamiento a la propia historia de la centuria mezclando hechos imbricados en el tiempo real con el relato de ficción, con el análisis novelesco.

El final del siglo XX y estos años que llevamos del XXI contemplan cómo en nuestro país, en nuestra literatura, en nuestro idioma, ha vuelto a levantarse un edificio literario de proporciones homéricas o, para atenernos al espíritu de la letra, de proporciones galdosianas. Muchos habrán adivinado ya que me refiero a esa obra en marcha que bajo el título general de Salón de pasos perdidos lleva más de una década trabajando el leonés Andrés Trapiello (1953).

La aventura se inició a finales de los años 1980 en la editorial valenciana Pre-Textos, y pasados casi dos décadas desde su puesta en marcha, sin abandonar la misma casa editorial, 15 voluminosos tomos, algunos de más de 800 páginas, jalonan el camino recorrido.

Andrés Trapiello: La manía (Pre-Textos, 2008)

Andrés Trapiello: La manía (Pre-Textos, 2008)

No son novelas, no son crónicas políticas, no son relatos, no son crónicas de sociedad en las que aparecen bajo lupa personajes públicos… No, ni siquiera hay personajes con nombre propio en estas páginas de Trapiello. Este amplísimo Salón de los pasos perdidos es sencillamente una sucesión ininterrumpida y sin fecha de término de diarios en los que el autor desbroza su vivir cotidiano, su personal toma de pulso a la vida diaria, configurando de este modo un relato imprescindible de lo que es la vida en la España de su tiempo, de nuestro tiempo presente. Estas páginas de Trapiello participan de la libertad de conceptos e ideas y dibujan un acercamiento al mundo poco complaciente pero sin la voz alzada y sin dogmas. La acidez de lo contado, a veces corrosiva, se conjuga sin embargo bien con la ausencia de acritud barata y casposa, y se mezcla con acierto con la sensación plena del gusto por la vida y el vivir. Así, el amor por la naturaleza y sus ciclos inapelables y pausados, la innata facilidad para expresar los efectos balsámicos de lo bello y hermoso en el acontecer anodino de lo cotidiano…, están siempre muy presentes en estos diarios que conforman esta “novela de la vida” plasmada en el día a día de un año tras otro.

El último diario de los aparecidos lo ha hecho hace bien poco, y lleva por título La manía. Son centenares de páginas que pueden resultar la puerta ideal para adentrarse en ese salón de pasos perdidos que uno ya no quiere abandonar nunca cuando lo conoce. Cada diario es un universo en sí mismo, y da igual cómo se visite esta galaxia de días contados, lo inolvidable es explorarla navegando entre sus estrellas, entre sus luces y sus sombras. 

Quien ha entrado en contacto con los diarios de Andrés Trapiello sabe perfectamente que, dentro de décadas, cuando los historiadores quieran saber cómo era la España a caballo entre los siglos XX y XXI, no recurrirán a los libros “ladrillescos” de historia al uso, sino que leerán con atención y cuaderno de notas a mano estos libros que sin alharacas conforman, gramo a gramo, el peso de nuestros días.


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Tuesday,27 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La muerte y la doncella: Schubert, Polanski y Cuarteto Jerusalén]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,722 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hay una película de Roman Polanski de planteamiento argumental muy interesante, aunque en mi opinión fallida en su resolución final. Se trata de La muerte y la doncella (1995), basada en la obra teatral de 1992 del chileno Ariel Dorfman, y protagonizada por Sigourney Weaver, Ben Kingsley, y Stuart Wilson.

La muerte y la doncella sitúa la historia en un país sudamericano indeterminado, el cual acaba de salir de una dura represión dictatorial y enfrenta el futuro con una recién estrenada democracia que trata de demostrar al pueblo que la justicia social es posible. Uno de los abogados del gobierno, antiguo estandarte de la revolución estudiantil, Gerardo Escobar, vive con su mujer, Paulina Lorca, aislados en una casa junto a un acantilado. Una noche lluviosa, con cortes de luz incluidos, se queda tirado con su coche y es auxiliado por un médico, el Doctor Roberto Miranda, quien lo acompaña a su casa. Cuál es la sorpresa de Paulina, asustada en principio con la irrupción del extraño, cuando descubre que el intruso es nada menos que el torturador que durante la dictadura la sometió a las más horribles vejaciones. Paulina decide vengarse, y construye un juicio forzado para arrancar a Miranda la confesión de su crimen, en una voluntad de liberarse de los fantasmas que sus horribles recuerdos le han dejado como secuela.

Paulina recuerda que cuando él la torturaba, siempre ponía música para que no se escucharán sus gritos y además para crear una determinada atmósfera, un determinado ambiente que confería a las torturas un punto desquiciado de refinamiento. La música era siempre la misma, una música que desde entonces la ha perseguido sin remedio en todo momento y donde quiera que estuviera. Se trata del primer movimiento del célebre cuarteto de Schubert La muerte y la doncella, una música hipnótica y de una “fuerza metafísica arrolladora”, que acaba de volver a ser grabada estos días por un joven cuarteto fundado en 1993 y que hoy ha logrado convertirse en uno de los mejores del mundo.
 
 
 
El Cuarteto de Jerusalem interpreta el scherzo del cuarteto La muerte y la doncella de Schubert (colgado en YouTube por Basskz)

El Cuarteto Jerusalén está formado por jóvenes intérpretes, y sin duda esta es una de las razones que explican que sus lecturas de “manoseados” pentagramas tengan una fuerza y vitalidad sorprendentes y de una frescura casi salvaje, versiones que recuerdan en parte a las realizadas hace mucho tiempo por otro célebre cuarteto en sus comienzos, el Melos Quartet.

La muerte y la doncella es una de esas partituras que establece la calidad de un cuarteto. Es una definitiva prueba de fuego que o bien hunde en las profundidades de lo consabido a la formación, o la encumbra a las alturas de los grandes. Pues bien, el Cuarteto Jerusalén logra en su reciente registro (Harmonia Mundi) una versión caracterizada por el vigor, el virtuosismo técnico, la vehemencia y unos cuantos toques de brusquedades ácidas que le resulta muy bien a esta pieza a veces interpretada de forma meliflua y blanda.

Estamos ante una versión joven y nueva que hace de sus intérpretes uno de los grandes conjuntos de la actualidad, y que muy bien puede competir de igual a igual con otras versiones de las consideradas históricas y de auténtica referencia. Es decir, estamos ante un logro a subrayar se mire como se mire.


 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Monday,26 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El extraño caso del eslabón perdido, Blas Larín y el doctor Carballo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,719 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

No sé si debería contarles la historia que hoy les tengo preparada. Dudo porque es una historia cuya veracidad no está plenamente confirmada, y puede responder tan sólo a un bulo, una pura invención o leyenda malintencionada, y porque las negras sombras que en ella proyecta lo terrible es muy posible que pesen más que lo extraordinario y llamativo del asunto. Pero voy a arriesgarme a perecer en el intento.

La historia me la narró ayer por la tarde mi compañero del Centro de Estudios Montañeses Virgilio Fernández Acebo, factotum del archivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y uno de esos arqueólogos y eruditos no profesionales a los que el patrimonio, la ciencia y la historia de nuestro país tanto debe y con los que mantiene una deuda que jamás podrá pagar.

Entre otros muchos trabajos Virgilio está preparando una extensa biografía del padre Carballo, un personaje absolutamente singular e interesante que muy recientemente ha sido otra vez noticia por el traslado de sus restos al panteón de Personajes Ilustres de Cantabria. ¿Quién fue el padre Carballo? Recurramos por una vez a la wikipedia, y traslademos hasta aquí los datos de la voz, redactados y lanzados a la red por el propio Virgilio.

Jesús Carballo García (Santiago de Compostela, 1873-Santander, 1961), también conocido como Jesús Carvallo García y Jesús Carballo Taboada, nombres que utilizaba en distintas ocasiones, fue un arqueólogo que desarrolló su principal actividad en Santander (Cantabria) a lo largo de más de medio siglo.
Estudió originalmente la carrera eclesiástica como salesiano, pasando luego a la clerecía secular incardinado en el obispado de Burgo de Osma, y formándose en Ciencias Naturales, en las que llegó a doctorarse por la Universidad de Madrid. Además de conocido arqueólogo en el ámbito local santanderino, era también virtuoso músico y políglota, y escribió algunas novelas históricas sobre escenarios prehistóricos y protohistóricos.
A su llegada a Santander le fue encomendada la dirección del nuevo colegio salesiano, que se encontraba aún en construcción. Fue el creador en Santander de la Sección de Espeleología de la Real Sociedad Española de Historia Natural y ostentaba ser el primero en España que utilizó esta terminología para llamar a la ciencia encargada de estudiar las cavidades naturales. Una de sus principales aportaciones culturales fue la creación del actual Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, inaugurado en 1926. Estudió diversas cuevas y yacimientos paleolíticos, protohistóricos y romanos, y algunos yacimientos paleontológicos del Cuaternario, principalmente de Cantabria. Son destacables sus actuaciones en la Cueva de El Pendo (con el doctor Blas Larín) y en la ciudad romana de "Julióbriga” (con la colaboración del arqueólogo Vicente Ruiz Argilés), ambas en Cantabria. En uno de sus viajes por motivos de salud descubrió una serie de pinturas en la Cueva de Ibeas (Sierra de Atapuerca, Burgos). Fue miembro del Centro de Estudios Montañés, Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas, director del Museo Provincial de Prehistoria y miembro de entidades relacionadas con el patrimonio arqueológico. Murió en Santander el 30 de noviembre de 1961, con 88 años de edad, tras una larga y prolífica trayectoria profesional y literaria, de destacada vocación divulgadora. Entre sus obras destacan: Prehistoria Universal y Especial de España. Madrid (1924); El Rey de los Trogloditas. Santander (1949); Descubrimiento de la Cueva de Altamira. Santander (1950); Marcelino Sanz de Sautuola. Santander (1950); Fida, la hija del último druida galaico. Santander (1951); La Cueva de Altamira y otras cuevas con pinturas en la Provincia de Santander. Santander (1951); La caverna de Las Monedas y sus interesantes pinturas. Santander. (En colaboración con Alfredo García Lorenzo) (1953); Investigaciones Prehistóricas. Santander (1957); Investigaciones Prehistóricas, II. Santander (1960)


Bien, quien haya leído esta nota bibliográfica se ha tropezado sin duda con un nombre que a casi nadie dirá nada. Me refiero al del doctor Blas Larín, protagonista de la historia que quiero contarles desde hace ya un buen rato, y que Virgilio me transmitió queriendo saber si yo la había escuchado alguna vez y si podía darle más datos referidos al doctor. Pero yo ni siquiera había oído hablar alguna vez del doctor Larín, y no sé nada, absolutamente nada de él. Sin embargo ahí va la historia.

Todo ocurrió, al parecer, tras la guerra civil española, allá por los años cuarenta del siglo pasado en algún pequeño pueblo de Cantabria, entonces provincia de Santander. El doctor Blas Larín era un médico competente con una más que importante fortuna personal que le había llegado a través de algún pariente cubano o, en último caso, de alguna estancia personal en Cuba. La cuestión es que su riqueza tenía origen en la antigua La Española. En algún momento de su vida, el doctor entró en contacto con el padre Carballo, y en su compañía y bajo sus enseñanzas se aficionó de manera casi obsesiva con la arqueología y los descubrimientos arqueológicos, participando, por ejemplo, en las importantes excavaciones llevadas a cabo en la famosa Cueva de El Pendo.
 
 

Hasta aquí todo normal. El caso es que la desmesurada afición por las excavaciones y los estudios arqueológicos acabaron actuando en la mente de Blas Larín como los libros de caballerías en la de Don Quijote, y la mente del doctor, según parece, empezó a dar síntomas de haberse perdido de forma irremediable. El doctor desapareció de la circulación después de haber llevado a efecto alguna que otra singular y disparatada actuación relacionada con el Museo de Prehistoria de Santander. Refugiado en algún remoto pueblo del interior de Cantabria, se concentró en dar rienda suelta y alas a sus crecientes desvaríos, culminando su sinrazón en un hecho absolutamente terrible.

Según le contaron a Virgilio en una vieja tertulia santanderina integrada por viejos amigos y conocidos del padre Carballo, en una ocasión el quijotesco doctor se topó por los caminos del lugar con un pobre pastor sordomudo. Imaginémonos por un momento cómo podía ser un humildísimo pastor sordomudo en la famélica y oscura España de la posguerra. Imaginémoslo de vuelta por los montes casi salvajes de un minúsculo pueblo de la Cantabria rural: sin afeitar, desgreñado, vestido con pieles informes, expresándose solo con sonidos onomatopéyicos...

Los complejos desvaríos arqueológicos y científicos del doctor se toparon al parecer con el pobre pastor, y como el personaje de Cervantes que vio gigantes en molinos de viento, Blas Larín vio nada más y nada menos que el ejemplar pluscuamperfecto del eslabón perdido, consiguiendo reducirlo con diversas tretas y estratagemas. El calenturiento método científico seguido por el doctor le llevó a preguntar a aquel pobre hombre si era el eslabón perdido, con tan mala fortuna que la discapacidad del pastor no hizo otra cosa que confirmar las dementes sospechas del arqueólogo disparatado. Confirmada la sospecha, y tras retenerlo el tiempo necesario para “estudiarlo” con algún detenimiento, el doctor Larín, siempre según la leyenda transmitida de forma oral y sin corroborar, descerrajó dos tiros de escopeta al pobre pastor, con la intención ultima de disecarlo y exponerlo en algún museo del mundo como el mayor descubrimiento científico en el campo de la historia de la antropología.

Ahí la historia se pierde y se acaba. Se dice que la Guardia Civil acabó interviniendo en el asunto, pero que el dinero del chiflado doctor y la influencia de algunas relaciones familiares evitaron en aquel tiempo el juicio, la condena y el escándalo público, llevándolo a dar con sus huesos en algún hospital especializado en la geografía aragonesa.

Nada de lo escrito se me ha contado como hechos comprobados, y el propio Virgilio, fascinado como ahora yo y espero que ustedes por el relato, sospecha de alguna manera que la leyenda ha cargado las tintas sobre los sucesos. Sea como sea, aquí dejo plasmada esta historia inverosímil, a medio camino entre el cuento de terror y un retazo de humor muy negro, tan negro, que todo se vuelve oscuro a la hora de querer saber más sobre el doctor Larín y el caso del eslabón perdido.


 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Friday,23 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Gooobye, Columbus, de Philip Roth]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,718 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En el número de este mes de mayo de Revista de Libros publico una reseña a toda página en la que trato, entre otras cosas, del primer libro que publicó Philip Roth, Goodbye Columbus, compuesto por la novela corta del mismo título y cinco relatos cortos más. Y escribo lo siguiente, autocitándome:

“La condición de judío de clase media en la Norteamérica revelada como única y emergente superpotencia del mundo occidental tras la II Guerra Mundial, vertebra y marca a fuego toda la obra narrativa de Philip Roth, la condiciona de principio a fin, es su íntima esencia.

Esta rotunda afirmación se comprueba una vez más acercándonos hasta los cuatro últimos libros publicados en España por el autor americano: en Seix Barral Goodbye, Columbus (1959) y El mal de Portnoy (1969); y en Mondadori Deudas y dolores (1961, renovado en 1962) y El profesor del deseo (1977), tres de ellos traducidos por Ramón Buenaventura, y el original del año 1961 por Jordi Fibla.

En los cuatro libros, en las distintas historias que en ellos se plantean y desarrollan, aparece de un modo u otro la misma óptica que, como ya hemos dicho, viene a enfocar el tratamiento y exposición de los temas y asuntos presentes en toda la narrativa del autor nacido en Newark, Nueva Jersey, en 1933. Me refiero al hecho de ser judío en el seno de una sociedad en la que ha habido un antisemitismo poco disimulado durante el inmediato tiempo anterior a su nacimiento, y en la que paulatinamente el serlo deja de considerarse un rasgo definitorio, deja de señalarte inequívocamente como minoría, aunque sí te marca de forma indeleble desde el punto de vista de la construcción personal y de la propia historia de los referentes sociales y culturales de los que como judío no puedes disociarte sin experimentar un cataclismo de proporciones insospechadas.
 
Philip Roth: Goodbye, Columbus (Seix Barral, 2007) 
 
Philip Roth: Goodbye, Columbus (Seix Barral, 2007)

En este sentido, los protagonistas principales creados por Philip Roth (con frecuencia autorretratos con rasgos muy reconocibles en el autor) están inmersos en una cíclica diáspora espiritual en la que deben reinventar sin descanso su propia identidad, buscar en el horizonte destinos alternativos a los que les ofrece la mecánica lógica de su vida en una congregación o familia judía englobada en otra mucho más numerosa gentil, y a la vez revisitar de forma crítica el pasado personal pero también el común de su comunidad. Así, los “héroes” de Roth están completamente desamparados, y lo están por partida doble dada su dualidad judía (metafísica) y americana (física), lo que afila el desamparo llevándolo hasta la abierta desesperación.

Todos estos caracteres definitorios están ya ampliamente explicitados en el primer libro publicado por Roth, Goodbye, Columbus (1959), y más concretamente en la novela corta que da título a todo el trabajo, compuesto por otros cinco relatos bastante más breves que enfocan el desarrollo general de su trama en torno a una situación única y concreta, y entre los que se encuentra alguna obra maestra incontestable de verdad (pienso, por ejemplo, en el titulado Eli, el fantástico).

La novela corta Goodbye, Columbus hay que entenderla como el auténtico estreno en el mundo literario del autor, y una propuesta de asuntos e intenciones a la que en términos globales le ha sido fiel durante el resto de sus libros. En esta historia Roth narra el amor de verano de dos jóvenes judíos de clases sociales distintas en la ciudad de Newark: Neil Klugman, procedente del barrio modesto de la ciudad, y la guapa Brenda Patimkin, quien vive en una lujosa área residencial. Este convencional planteamiento lo aprovecha Roth para construir un relato de amor imposible a ojos vista y trufarlo con delicadeza y atrevimiento de muchas de las que van a ser sus constantes obsesiones desplegadas en sus restantes trabajos: las represiones y transgresiones sexuales, la estratificación social, el erotismo, las relaciones familiares, el marco ético que impone la cultura y la religión, la presencia estatuaria de la muerte, el esfuerzo por liberarse de la memoria familiar y étnica, la necesidad de diluirse en el anonimato que proporciona la cotidianeidad, la dimensión cómica del trabajo por llegar a triunfar en unos EE.UU símbolo de la opulencia...

Deseo insistir en la cuestión, a lo largo de Goodbye, Columbus y de los cinco relatos que la acompañan desde 1959, Roth traza ya las líneas maestras temáticas y conceptuales que configuran, de un modo u otro, su larga trayectoria narrativa hasta la actualidad. Por esta misma razón no se me ocurre a bote pronto una manera mejor de iniciarse en la obra de Philip Roth que empezar por su principio, es decir, por Goodbye, Columbus, y así tomarle el pulso desde su latido inicial a una novelística que, trascurrido casi medio siglo desde su primera aparición, es hoy una de las más sólidas, coherentes y abrumadoramente sobresalientes de la literatura occidental contemporánea”.


 
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Thursday,22 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Prokofiev y Rostropovich: una sonata para chelo casi al alimón]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,717 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Trascurrían los primeros meses del año 1949, cuando Sergei Prokofiev (Sontzovka –Ucrania-, 1891-Moscú, 1953) se había visto ya en tres ocasiones con el joven violonchelista Mstislav Rostropovich con el propósito de conocer mejor las posibilidades técnicas modernas del violonchelo. Fruto de dichos encuentros fue el propósito del músico de componer para dicho instrumento una serie de partituras: la Sonata en do op. 119, que escribió en apenas cinco meses; la revisión de su Concierto op. 58, que en adelante pasó a ser la Sinfonía concierto op. 125; un Concertino para violonchelo op. 132 (del que sólo existe un esbozo para piano); una nueva Sonata para violonchelo, op. 134 (de la que el propio Rostropovich no encontró más que anotaciones tras la muerte del compositor); y finalmente una Sonata para violonchelo solo en cuatro movimientos que nada más existe como idea en el cuaderno en el que la mujer del compositor, Mira Mendelssohn, registraba los trabajos que el maestro tenía intención de abordar en el futuro.

La op. 119, probablemente la partitura más representativa de la música para violonchelo del autor, fue estrenada en una audición privada el 18 de diciembre de 1949 por dos músicos de excepción, Rostropovich y el pianista Sviatoslav Richter. En público el estreno tuvo lugar en la Sala Pequeña del Conservatorio de Moscú el 1 de marzo de 1950, un escenario mítico en el sonaron por vez primera muchas obras maestras de los maestros soviéticos. La pieza está dedicada a Levon Atovmian, el músico que transcribió para piano algunas de las más importantes partituras orquestales de Prokofiev, trabajó que también realizó, por ejemplo, para el gran Shostakovich. La Sonata op. 119 es de un clasicismo llamativo para haber sido escrita en 1949, y su aire romántico la convierten en familia de la op. 40 de Shostakovich y de la Sonata en la mayor de Beethoven.

Mstislav Rostropovich intepreta al cello la Sinfonia concertante, in E minor, Op. 125 de Sergei Prokofiev (vídeo colgado en YouTUbe por rasputin1357)

La sonata está estructurada en los tres clásicos movimientos: Andante grave (con indicación de “tranquilo y expresivo), Moderato (un scherzo tradicional construido sobre un tema cantable), y Allegro ma non troppo. De los tres movimientos el más personal, el que tiene grabado a fuego el sello inimitable de Serguei Prokofiev, es el central, donde convergen un cierto expresionismo lánguido pero radiante y, en palabras de P-E. Barbier, “grandes intervalos, dobles cuerdas, ascensiones cromáticas apretadas y fantásticas, modulaciones refinadas y dulcemente aciduladas”, es decir, una escritura en la que quedan subrayadas las cualidades baritonales y aterciopeladas de la subyugante sonoridad del violonchelo.

Actualmente en disco compacto existe una versión de la sonata mencionada que está muy bien de precio y tiene una calidad contrastada. Se trata de un disco que incluye de Sergei Rachmaninov la Sonata para violonchelo y piano, op. 19; Vocalise; Variación nº 18 de la Rapsodia sobre un tema de Paganini, op 43 (con arreglos del dúo Capuçon/Montero), y de Sergei Prokofiev la mencionada Sonata para violonchelo y piano, op. 119. El joven Gautier Capuçon toca el violonchelo, y la argentina Gabriela Montero el piano. El disco compacto tiene 75 minutos de duración, fue grabado entre el 21 y el 23 de noviembre de 2006 en el Auditorio Stelio Molo, en Lugano (Suiza) por la compañía Virgin Classics, y en España está distribuido por EMI Music Spain. Es una buena recomendación, créanme.


 
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Wednesday,21 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El primer Indiana Jones se llamó Charlton Heston]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,715 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Cuando está a punto de estrenarse en nuestras pantallas grandes Indiana Jones y el reino de la calavera, cuarta entrega cinematográfica de la saga dirigida por Steven Spielberg e interpretada por el ahora ya sexagenario Harrison Ford, pocos quizá sepan que el antecedente inmediato y descarado del arqueólogo, aventurero y profesor universitario de apellido Jones, fue el recientemente fallecido Charlton Heston.

Cartel de la película Secret of the Incas (1954)

Pues sí, Heston interpretó una producción de 1954 dirigida por el hoy olvidado Jerry Hopper de título en español El secreto de los incas (1954). En dicha cinta Heston encarna a un idealista e íntegro arqueólogo que, con sombrero fedora y cazadora de cuero igualitos a los heredados décadas más tarde por Harrison Ford, recorre con sudores fríos en la frente y esfuerzos inauditos las selvas y montañas por las que en la antigüedad deambularon los incas, con el objetivo de devolver a una esquilmada tribu indígena un tesoro precolombino que unos malvados le habían hurtado.

Toda la historia de la película está además construida en torno a una vieja leyenda. A saber, en cuanto a la tribu le sea devuelto el tesoro, todo su esplendoroso pasado se hará de nuevo presente como por arte de magia, nunca mejor dicho.

Jerry Hopper: Secret of the Incas (1954 (vídeo colgado en YouTube por Ossadawn)

Los exteriores fantásticos de esta película fueron rodados en Cuzco y en Machu Pichu (Perú), por lo que su visión es muy recomendable, aunque sólo sea para cerciorarse un poco de cómo estaba aquello antes del desembarco por esos lugares de otro tipo de tribus, las hordas de turistas de todo pelo que desde hace años se pasean por allí cámara en ristre y disparando o filmando todo lo que se pone a tiro.

En la película, que pude ver hace muchos años en alguna sesión de sábado tarde en televisión española, también aparecía, no recuerdo en qué concepto, el bueno de Robert Young, un actor que pronto dejó de hacer cine para dedicarse en exclusiva al incipiente mundo de la televisión, donde llegó a hacerse célebre como protagonista de la serie Doctor Welby, adelanto impagable de la invasión de hospitales, médicos y enfermos que hoy pueblan las televisiones de medio mundo.

Jerry Hopper: Secret of the Incas (1954 (vídeo colgado en YouTube por Ossadawn)

La película creo que no valía gran cosa a excepción de los paisajes filmados y la presencia siempre poderosa del imponente Heston. Lo que sí recuerdo con claridad meridiana es que nada más ver al actor disfrazado de arqueólogo made in Hollywood, inmediatamente pensé en la deuda de Spielberg para con esta olvidada película de serie B, pues Jones es Heston, o al revés Heston es Jones.

Creo que Spielberg no niega ni mucho menos el origen de la fuente en la que bebió para inspirarse y crear al doctor Jones, y a él y a su saga les ha ido indudablemente mucho mejor que al bueno de Heston como explorador en el país de los incas. Tan bien le ha ido al rey Midas del cine que ya va por la cuarta parte, y nadie se atreve a negar la posibilidad de una quinta, una sexta… De momento, para quien quiera refrescar la memoria, Paramount acaba de sacar al mercado una caja con las tres primeras cintas de la serie Jones. Todos los discos, como es habitual y ya casi de rigor, ofrecen extras de todo tipo y sabor y retoques digitales en los fotogramas originales.

Jerry Hopper: Secret of the Incas (1954 (vídeo colgado en YouTube por Ossadawn)

Bueno, no sé si me dejaré caer por algún cine madrileño o santanderino para ver lo último del viejo Jones, pero si lo hago, recordaré al joven Heston saltando por el Machu Pichu con tesoro inca en las manos y a punto de dejarle en herencia a Harrison Ford todo la indumentaria al uso de arqueólogo metido a héroe, tal y como lo vio en los años 1950 algún responsable de atrezzo de algún estudio de cine de la soleada California.


 
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Monday,19 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Un prodigio llamado Gustavo Dudamel: el director de orquestas que dirigía en el salón de su casa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,713 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Han pasado veinte años, y aquel niño se ha convertido en un jovencísimo director de orquesta que tiene como protectores, ni más ni menos, a un cuarteto de auténtico lujo: la genial pianista argentina Martha Argerich, y a tres de los actuales pesos superpesados de la dirección orquestal, Daniel Baremboin, Claudio Abbado y el actual titular de la filarmónica berlinesa, el inglés Simon Rattle. Todos hablan maravillas del chaval, y la célebre discográfica del sello amarillo, Deusche Grammophon, lo fichó para sí en 2005, luchando con otros sellos como si de grandes equipos de fútbol en pos del fichaje de una superestrella balompédica se tratase.

Él se llama Gustavo, se apellida Dudamel, y nació en Barquisimeto, en el país que dirige un militarote con cara de bruto de nombre Hugo Chávez, es decir, en Venezuela. Allí dirige la joven Orquesta Simón Bolívar, con la que sus resultados, según Martha Argerich, superan los de la mítica Filarmónica de Berlín, no en técnica ni virtuosismo, pero sí es musicalidad, lo que según la argentina es todavía más difícil.

El prodigio rebosa talento por todos los poros de su piel, y a sus veintisiete añitos ha sido contratado por la Filarmónica de Los Ángeles para que sea su titular. El salto es vertiginoso desde la orquesta venezolana a una de las grandes orquestas norteamericanas, donde sustituirá a Esa-Pekka Salonen. Pero el chaval ya ha dirigido a la Filarmónica de Viena y ha estado en el foso de la Scala de Milán dirigiendo el Don Giovanni de Mozart. Es decir, los grandes retos no le asustan.

“Para descansar ya tendremos el eterno descanso” le dijo un día su maestro, José Antonio Abreu, al chaval, y el prodigio no ha vuelto a mirar nunca más un reloj cuando de trabajar y ensayar se trata.

Joshua Bell y Gustavo Dudamel (vídeo colgado en YouTube por gugujazz)

Hacía mucho tiempo que ningún director de orquesta joven levantaba tantas expectativas entre el gran público, los profesionales de la música, los directivos de los grandes teatros, los responsables de las compañías discográficas, los gerentes de las grandes orquestas. Probablemente desde los tiempos en los que un joven Claudio Abbado dirigía Verdi y Rossini con sabiduría inaudita en la Scala, a la vez que se enfrentaba a los conciertos y las sinfonías de los grandes maestros al frente de la Sinfónica de Londres.

Dudamel es, en palabras otras vez de Martah Argerich, “un mesías que viene del Nuevo mundo rebosando talento, energía, calidad y naturalidad”. El chaval reconoce que está sorprendido del carrerón que lleva, pero también dice a quienes le idolatran que nada es fruto de la casualidad ni de la suerte que otorgan las monedas al aire. En él todo es ilusión, trabajo, ganas, ensayos y pasión.
Esta semana dirigirá a la Orquesta Nacional de España en el Auditorio Nacional de Madrid. En programa Beethoven y Prokofiev. Junto a él estará, en uno de los conciertos, el violinista llegado del báltico Gidon Kremer. La expectación en el ambiente musical madrileño es espectacular, nadie ve llegar la hora del comienzo de los conciertos del venezolano prodigioso. Tras Madrid le aguarda impaciente Barcelona, Valladolid, San Sebastián y Valencia.

Y después le espera la Filarmónica de Berlín, pero esta vez de verdad, cara a cara, frente a frente, sin la confortable penumbra del salón de su casa. Un miura musical de primer nivel, quizá el más grande con el que cualquier director de orquesta puede toparse. Y en los atriles música hispana, nada de manoseados pentagramas centroeuropeos: a la música de Falla le acompañará la de Ginastera, Villalobos o Márquez. Luego de nuevo la Scala y la ópera, esta vez Puccini y su Bohéme. El joven talento venezolano ha abandonado definitivamente el salón de su casa para dirigir en los salones de la vieja Europa. El prodigio llegó a nuestras costas, ya está aquí. Dejémosle agitar el palo de la batuta, y sintámonos como en el salón de nuestra casa.


 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Friday,16 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Mi historia de amor con el arte moderno de Katherine Kuh (Turner y Fondo de Cultura Económica)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,712 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

La lectura en los periódicos de la muerte de Rauschenberg en su casa de la isla de Captiva en Florida a los 82 años, me coge leyendo estos días un libro sobre arte y artistas. Rauschenberg construyó, junto a Jasper Johns y sus banderas, los cimientos del arte sobre los que no mucho más tarde trabajaron Liechtenstein y esa fábrica de sí mismo y de dinero que fue Andy Warhol. Ninguno de estos nombres aparece, de momento, en el libro al que me refiero: Mi historia de amor con el arte moderno (Secretos de una vida entre artistas) (Turner y Fondo de Cultura Económica, 2007), de Katherine Kuh.

Nuestra autora vino al mundo en el año 1904 y creo su célebre galería de arte en Chicago en 1935, mientras Al Capone “disfrutaba” de una estancia en Alcatraz a cuenta del Estado y se le diagnosticaba un comienzo de demencia, tal vez a causa de una sífilis sin tratar. Kuh, como conservadora, pasó dieciséis años de vida vinculada al Instituto de Arte de Chicago, años que coincidieron en el tiempo con los de la consolidación de dicha institución como una de los museos de arte más importantes de todo el mundo. Como crítica de arte Kuh ejerció en el Saturday Review, donde realizó un retrato muy preciso de varias décadas de arte contemporáneo. Si resumimos su figura en una sola línea, tendremos que Katherine Kuh, cuando murió en 1994, había sido galerista, conservadora, coleccionista y crítica de arte. Todas las facetas desarrolladas a un nivel más que estimable, y en no pocas ocasiones francamente subrayable.

Katherine Kuh: Mi historia de amor con el arte moderno (Turner y Fondo de Cultura Económica, 2007)

Katherine Kuh: Mi historia de amor con el arte moderno (Turner y Fondo de Cultura Económica, 2007)

Esta historia de amor con el arte contemporáneo es una autobiografía. Y como tal, Kuh narra el privilegio de haber sido amiga de muy diversos artistas que en nuestros días tienen sus nombres inscritos con letras de molde en las páginas de la modernidad artística.

Por esta historia de amor deambulan arquitectos (Mies van der Rohe...), pintores (Rotko, Léger, Hopper...), escultores (Brancusi...), políticos y personal directivo de museos, galerías y otras instituciones relacionadas con el arte, y muchos intelectuales y personajes del entramado artístico europeo y americano de las décadas centrales del siglo XX.

Katherine Kuh los conoció como amiga y como profesional del arte. Fue testigo directo de sus avances y retrocesos, de sus ideas y venidas, de sus dimes y diretes. Todo, o casi todo, lo vio y lo fue apuntando, pues enseguida supo que algún día contaría toda esa vida en forma de libro. El libro ya está aquí, entre nosotros. No defrauda, está escrito con amenidad y sabiduría. Me está resultando delicioso. Páginas entretenidas y de altura para disfrutar este verano, por ejemplo, oyendo el rumor del mar cercano y sintiendo la luz del sol iluminar nuestra lectura y nuestros días de asueto.


 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Thursday,15 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Wallis Simpson, señora de Edward VIII: “Nunca se es lo bastante rico ni lo bastante delgado”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,710 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

“Nunca se es lo bastante rico ni lo bastante delgado”. Esta frase, bastante idiota como para dejarla salir de la boca con frecuencia, pero quizá afortunada como boutade nacida del ocio, bien podría ser el lema de más de un aspirante a ser inmortalizado en papel couché. Nunca se es bastante delgado ni se suficientemente rico, parece también una frase subrayada en rojo fosforescente en cualquier manual de la beautiful people poco puesta, cómo decirlo, en alguna sutileza intelectual. Este verdadero compendio de filosofía vital reducido a diez palabras en español, se lo debemos a la ciudadana norteamericana Wallis Simpson (de soltera Bessis Wallis Warfied), quien pasó a la posteridad por algo tan insólito como lograr que un rey de Inglaterra renunciase voluntariamente a serlo.

Nuestra protagonista se casó a edad bastante temprana, 20 años, con el oficial de aviación Winfield Spencer. Este tipo resultó un poco borrachín, lo que no hizo muy fácil la vida matrimonial, razón que influyó sin duda en que Wallis entablará “conversaciones” con un tal Felipe Espil, diplomático argentino en Washington que tenía entonces tanto éxito con el sexo femenino en la capital de los EEUU como hoy podría tenerlo George Clooney extraviado en una fiesta salvaje de cuarentonas en celo.

El señor Spencer, un verdadero personaje él mismo, trabajando como diplomático en China, introdujo a su mujer en el universo de los prostíbulos de lujo mientras vivían en Hong Kong, y en ellos Wallis se convirtió con respecto al sexo en algo así como Arthur Rubinstein con respecto a la música para piano de Chopin, es decir, en una virtuosa de su propio instrumento y de los ajenos, digo yo, echándole no mucha imaginación al asunto. En el país milenario la pareja vivió en Shangai y Pekín ejerciendo él cómo una especie de agente secreto americano en la zona. Debía de estar bastante ocupado nuestro espía, porque Wallis quedó embarazada de un italiano con nombre de tenor renombrado: Galeazzo Ciano (¿el famoso yerno de Mussolini?). El aborto la dejó malparada, e incapaz de engendrar hijos en el futuro.

Wallis Simpson

Wallis Simpson

Otra vez en su país de origen, Wallis se casó de nuevo con Ernest Aldrich Simpson, de quien tomó bastantes cosas, entre ellas el apellido que con el tiempo haría célebre. Al bueno del señor Simpson lo dejó en la estacada, o se dejaron mutuamente, vayan ustedes a saber, cuando el por aquellos años Príncipe de Gales, de nombre Eduardo, le aseguró que la convertiría en su mujer Dios mediante.

Y en efecto, poco nada más morir Jorge V, Eduardo (Edward para nosotros a la hora del te) fue proclamado rey de Inglaterra y su nada desdeñable imperio. Uno de sus primeros deseos como rey fue hacer construir invernaderos para que doña Wallis tuviera siempre a su disposición gardenias frescas: en el desayuno, la comida, la merienda, la cena…

Exactamente 323 días reinó el rey Eduardo de Inglaterra, el VIII con tal nombre. Trascurrido el espacio de tiempo mencionado, ni siquiera un año, el rey dejó de serlo tras abdicación para poder casarse con Wallis en 1937, meses después del comienzo de la guerra civil en España y tres años después de que Hitler llegase al poder en Alemania.

El escándalo persiguió a la pareja por donde fuera que estuviera, pero también les perseguían las hermanas pequeñas del escándalo. ¿Sus nombres? Fama y popularidad. Wallis Simpson, señora del señor VIII, murió en 1986 casi como nació: ilegítima e inculta. Eso sí, se alejó con mucha holgura del estadio de la pobreza en el que vino al mundo. Una vez que cerró para siempre los ojos y traspasó el umbral de la llevadera inmortalidad, la casa de subastas londinense Sotheby’s vendió parte de sus pertenencias terrenales en una cantidad cercana a los 60 millones de dólares de hace más de veinte años. La verdad es que si se echa la vista atrás Wallis Simpson fue fiel a su lema: vivió cada vez más rica y más delgada. Llegado el momento, no todos podremos decir lo mismo. Amén.


 
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Wednesday,14 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Doris Lessing reniega de su Premio Nobel de Literatura]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,709 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Es curioso. Seguro que todos pensamos que ser galardonado con un premio Nobel debe ser algo francamente estupendo. Es un reconocimiento universal a un trabajo desarrollado a lo largo de muchos años de esfuerzo, una consagración en vida que, para el interesado, generalmente es la mejor, pues puede disfrutarla y sacarle el partido que desee sacarle. A todo esto se suma que el galardón conlleva una cantidad de dinero nada despreciable, y si uno es literato, por ejemplo, la seguridad de traducciones, ediciones y reediciones, conferencias, viajes, colaboraciones en prensa internacional bien pagadas... Vamos, un seguro de vida económico que nunca viene mal.

Sin embargo rara vez pensamos en los serios inconvenientes que puede acarrear ser distinguido con el Nobel. Bueno, pues dichas lamentables consecuencias son las que al parecer está sufriendo la última premiada en el ámbito de la literatura. Me refiero a la escritora Doris Lessing, quien ha declarado ya públicamente que para ella el famosísimo galardón se ha convertido en “un maldito desastre”.

La octogenaria escritora británica, célebre por no callarse las cosas y poseer un espíritu crítico a flor de piel y a punta de bolígrafo, se muestra harta de la enorme cantidad de tiempo que le resta para sí misma y su trabajo los innumerables compromisos de todo tipo que conlleva el galardón, y harta también, hasta el mismísimo moño, de que su parentela ande a la greña para repartirse el dinero del premio.
 
Doris Lessing
 
Doris Lessing

Lo cierto es que no sabemos si todas estas quejas responden a un mal momento de la escritora, a un malestar coyuntural por decirlo de otra manera, o son una opinión firme y ya no cambiable por mucho que las incomodidades las vaya suavizando el paso del tiempo. Lo que sí quiero subrayar es que, en la actualidad, cuando vivimos en un mundo en el que cualquier mindundi se parte literalmente la cara y es capaz de hacer cualquier cosa por un minuto de fama televisiva y soez, llama la atención el soberano fastidio de la señora Lessing, dama a la que el exceso de fama y reconocimiento le impide, al menos de momento, hacer su vida normal.

A Doris Lessing le enfada sobremanera la alteración que sufre en su cotidianeidad por el reconocimiento y los premios literarios, por ser objeto permanente de la prensa y los medios en general, por ser invitada a fiestas, conferencias, presentaciones y demás saraos adyacentes. Tiene gracia que la octogenaria de mala leche rechace aquello por lo que otros serían capaces de matar, por lo que otros son capaces hasta del ridículo y el absoluto desprestigio personal. Mientras otras octogenarias se inventan novios cubanos para seguir saliendo en el papel cuché, la vieja escritora Lessing sólo quiere tiempo y tranquilidad para hacer lo que ha hecho siempre, escribir. Chapó miss Lessing, chapó…, ante usted me quito el cráneo, como decía Valle-Inclán
 

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Tuesday,13 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[“Donde se queman libros, se quema gente". 75 años de la quema de libros por los nazis en Berlín]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,707 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes


El pasado sábado día diez se cumplieron justo 75 años de uno de los acontecimientos históricos que con mayor precisión dibujaron lo que a no mucho tardar sería una de las mayores tragedias conocidas por la humanidad, y sin duda, uno de los momentos de máxima barbarie vividos por la humanidad.

Ocurrió el diez de mayo del año 1933, solamente tres meses y medios después de que Adolf Hitler y los suyos tomaran el poder político en Alemania. Ante la presencia consagradora del entonces ministro de propaganda y de “ilustración popular” del régimen nazi, Joseph Goebbels, decenas de estudiantes afines al nacionalsocialismo quemaron casi treinta mil libros de escritores considerados como “degenerados” en enormes hogueras frente a la universidad berlinesa Friedrich Wilhelm.

Los libros que sucumbieron en aquel simbólico auto de fe de la barbarie nazi eran de autores como Sigmund Freud, Thomas y Heinrich Mann, Karl Marx, Carl von Ossietzki o Erich Kästner, todos ellos considerados por los nacionalistas del nuevo socialismo nazi escritores antialemanes, propagadores de ideas nocivas para Alemania y su sociedad. La masiva quema de libros en Berlín y en otras importantes ciudades alemanas fue, ya lo he apuntado más arriba, el pistoletazo de salida para la barbarie nazi, aquella que acabó con millones de seres humanos mediante un sistema industrial de torturas y asesinato masivo.

El control de las ideas por parte de los nazis tuvo en el saqueo de los “libros degenerados” de las bibliotecas públicas y universitarias uno de sus capítulos principales. Ya comentó el propio Goebbels que el hombre de la Alemania futura debía tener carácter (para quemar libros, por ejemplo) además de ser, paradójicamente, un hombre de libros, como Hitler, pero de los libros cuya lectura sostiene las ideas previas, no la de los libros que las refutan o los de que las ayudan a analizar críticamente. A las “ideas nocivas”, Goebbels, inventor del marketing moderno, las descalificó con una frase hecha que tuvo su fortuna en aquel momento: “son fruto de un intelectualismo judío exagerado”. Y los nazis no querían ni intelectuales, ni judíos, ni exageraciones…, todo consecuencias de la degeneración.
 
10 de mayo de 1933: 75 años de la quema de libros por los nazis en Berlín 
 
10 de mayo de 1933: 75 años de la quema de libros por los nazis en Berlín

Muchos intelectuales de izquierda, liberales y conservadores demócratas tuvieron que huir de Alemania, y muchos sucumbieron a la represión, la guerra y los campos de concentración. Algunos de los que tuvieron más suerte y pudieron huir, acabaron formando instituciones como la Academia Alemana de las Bellas Artes y las Ciencias en el exilio, creada en la ciudad de Nueva York en 1936 por Hubertus Príncipe zu Löwenstein, con presidencia de dos pesos pesados de la inteligencia y la creación en alemán, el novelista Thomas Mann y Sigmund Freud. Hasta el final de la segunda guerra mundial esta academia mantuvo abiertas sedes en Viena, París y Londres, y tuvo entre sus afiliados a artistas y científicos de la diáspora intelectual como Stefan Zweig, Kurt Weill, Bruno Walter, Walter Gropius, Franz Werfel, Paul Klee, Arnold Schöenberg, Albert Einstein, Bertolt Brecht, Mies van der Rohe

Han pasado 75 años, y un monumento recuerda en el mismo centro de la plaza Bebelplatz, las consecuencias que siguieron a aquella quema de libros del diez de mayo de 1933. La escultura representa una estantería para libros completamente vacía, enterrada en la tierra de donde sobresale y cubierta por una campana de cristal. Justo delante de la escultura hay una placa en la que pueden leerse las siguientes palabras escritas en 1820 por uno de los poetas y pensadores más grandes que ha dado Alemania, el judío, alemán y europeo Heinrich Heine: “Esto fue sólo un preludio. Donde se queman libros, también se quema gente".

Insisto, han pasado 75 años, y Europa y el mundo han seguido viendo como en los conflictos, en las guerras, en las persecuciones…, en aquellos momentos y lugares en los que no hay libertad y se persigue a las personas y a sus ideas, lo primero que desaparecen son las bibliotecas, son los libros nocivos por ser contrarios al poder imperante (recordemos el caso del bombardeo y destrucción de la biblioteca de Sarajevo durante la guerra de los Balcanes).

Vivamos atentos y preocupados. Donde desaparecen los libros, donde sólo hay libros que apuntalan unas ideas concretas, donde sólo se fomenta la publicación de unos determinados libros, donde hay libros (e idiomas, claro) perseguidos o sistemáticamente ninguneados o arrinconados desde el poder (y está ocurriendo en lugares muy, muy cercanos de esta habitación en la que escribo)…, allí se acabará persiguiendo a la gente. Es seguro. 
 

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Monday,12 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Peter Maag dirige las sinfonías de Schubert (sello Brilliant): 5 discos buenos y baratos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,706 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El director suizo Peter Maag (1919-2001) fue hasta hace no muchos años uno de los escasos supervivientes de una espléndida generación de grandes directores hoy casi extinta. Nunca fue una estrella como Kempe (1910), Solti (1912), Giulini (1914), Bernstein (1918) o Davis (1927); nunca dirigió de forma estable grandes conjuntos como sí lo hicieron Fricsay (1914), Kubelik (1918), Neumann (1920), o lo siguen haciendo Sawallisch (1923) o Marriner (1924); y tampoco posee una discografía deslumbrante. Sin embargo Maag, al igual que sus más brillantes compañeros de generación, sí se nos evidencia como ejemplo de esa forma de hacer y entender música que parte de dos grandes bases: el contacto directo con grandes músicos y, sobre todo, el duro, rico e insustituible aprendizaje que conlleva el trabajo día a día en el foso orquestal de los abundantes teatros de ópera que poblaban centro Europa e Italia hasta los años cincuenta del siglo XX; un foso en el que el director se veía obligado a dirigir todas las semanas un repertorio amplísimo.

Peter Maag estudió en Suiza con Franz von Hoesslin (asiduo a Bayreuth en la década de los treinta), y con el mito de la dirección y el pensamiento musical Ernest Ansermet, quien a su vez había estudiado (dato importante para establecer la tradición de la que parte Maag) con el compositor también suizo Ernest Bloch y con Nikisch, sin duda una de las principales leyendas de la dirección orquestal del siglo XIX junto a Hans von Bülow.

En el terreno operístico Maag debutó en 1943, con veinticuatro años, en Biel-Solothurn como repetidor y jefe de coro, aunque su comienzo como director hay que situarlo dos años más tarde, en el mismo lugar y dirigiendo La flauta mágica de Mozart. Después vendrían los teatros más importantes del mundo, configurando una carrera operística de primer orden. Así, dirigió en Düsseldorf (1952-54), en Bonn (1954-59), Viena a partir de 1964, el Covent Garden londinense (1958-1977), Chicago (desde 1961) y el Metropolitan de Nueva York desde 1974. En Italia dirigió en prácticamente todos los grandes teatros de ópera, llegando a ser director musical del Teatro Regio de Turín en el período 1974-1976.
 
Peter Maag 
 
Peter Maag

El universo sinfónico más cercano a Maag es sin duda el mozartiano y el del primer romanticismo, es decir, Schubert y Mendelssohn. En este repertorio Maag siempre ha ofrecido versiones muy bellas, de gran profundidad expresiva y dotadas en su discurso de gracia, cordialidad y luz. Merecen destacarse en este sentido sus grabaciones con la Philarmonia Hungárica de la sinfonía 38 del de Salzburgo, y las nº 3 y 4 de Schubert, así como la excelente versión de la nº 3 “Escocesa” de Mendelssohn con la Sinfónica de Berna. Hay que lamentar la ausencia en CD de esta misma sinfonía, pero en la versión que Maag grabó en los años 60 con la Sinfónica de Londres, y también, con esta misma orquesta, la de la sinfonía mozartiana ya comentada, catalogada por la crítica especializada como “fabulosa”.

En el campo operístico las características definitorias de la labor del suizo son, sin duda, la animación y el brío teatral. Buenos ejemplos de estas cualidades las encontramos en su grabación en directo y en italiano de Manon de Massenet del año 1969 en la Scala de Milán con Mirella Freni, Pavarotti y Ganzarolli, y en la también realizada en vivo en el teatro Colón de Buenos Aires (1970) de los Cuentos de Hoffman de Offenbach con los cantantes Sándor Konya, Mady Mesplé y Gabriel Bacquier entre otros. Aunque quizá la grabación operística por la que el suizo pasará a l historia es la espléndida Luisa Miller de Verdi que grabó con dos superestrellas como Pavarotti y Monserrat Caballé.

Precisamente el mercado discográfico internacional recupera ahora la magnífica integral de sinfonías de Schubert que Maag grabó en 1969 con la Philarmonia Hungárica. Se trata de 5 cds editados por el sello Brilliant rescatadas del antiguo catálogo del sello Vox. Es esta una oportunidad magnífica de hacerse con el sinfonismo del genial compositor austriaco en una versión que no alcanza las calidades de las de Karajan, Celibidache o Erich Kleiber, pero que está cerca de ellas. Son versiones no muy sofisticadas y sutiles, pero rebosan fuerza, tensión y brío. La orquesta húngara suena bastante tosca, pero no le viene mal del todo a una música de lirismos trascendentes, suavidades delicadas y algún que otro pasaje agreste y sombrío. Una oportunidad de oro de incorporar a la discoteca un Schubert sinfónico barato y de muy buen nivel. No la desaprovechan.
 

 
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Friday,9 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El monstruo Josef Fritzl. Reflexiones instantáneas ante el horror]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,704 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Escucho en las noticias de televisión que el monstruo austriaco Josef Fritzl le ha dicho a la policía de su país que no se considera un monstruo, puesto que pudo haber matado a su hija y a los hijos que tuvo con ella, fruto de las continuas violaciones a las que la sometió a lo largo de la friolera de 24 años, y no lo hizo. El monstruo Fritzl está convencido que los rastros de idiota humanidad que le quedan en su mente, lo alejan sin equívoco de la categoría de monstruo, presunción que en mi opinión subraya los rasgos monstruosos del citado monstruo. La humanidad de Fritzl hace que su monstruosidad sea mucho más repugnante e incomprensible que los rasgos monstruosos de Alien, Drácula, el Hombre Lobo o Frankenstein, grandes monstruos a los ojos humanos que no lo son tanto, precisamente, por no tener la condición de humanos o de haberla perdido sin consentimiento.
 
Son tan evidentes los hechos y circunstancias que hacen de Josef Fritzl un monstruo sin paliativos y sin excusas, que exponerlos o comentarlos, además de una pérdida de tiempo, puede acabar convirtiéndose en una humanización del sujeto que, con sinceridad, creo que no merece. Pero del caso abierto Josef Fritzl, tan espeluznante que traspasa la frontera de lo creíble, hay dos cuestiones que sí me invitan a la reflexión, reflexión que deseo compartir con ustedes.
 
Quizá uno de los elementos que contribuyen a dejar más boquiabierto al personal en casos de esta índole monstruosa, es pensar que se producen en medio de lugares que son paradigmas de civilización, nivel económico y cultural, democracia y alto nivel de vida. De forma quizá injusta nuestra mente localiza la posibilidad geográfica de tamaña barbarie en lugares remotos y primitivos, nunca en el mismo centro de la civilizada y desarrollada Europa, más concretamente en Austria, el país de los valses de Strauss y los cafés con pastelería fina.
 
Josef Fritzl
 
Josef Fritzl
 
Y sin embargo Austria es el país en el que nacieron Hitler y también el psicoanálisis, el país que repugnaba al nativo Thomas Bernhard precisamente por su condición de gran sepulcro blanqueado. A este respecto siempre recuerdo la irónica maldad de otro vienés genial, Billy Wilder, quien comentaba que Austria tuvo la habilidad de hacer del alemán Beethoven un vienés, y del austriaco Hitler un alemán. ¿Por qué sociedades tan sofisticadas, ricas y cultas como la austriaca engendran en su seno monstruos tan inapelables como Hitler o Fritzl? ¿Es la barbarie humana un virus capaz de crecer y desarrollarse en todas las condiciones, incluso en las que supuestamente le son menos favorables?
 
Otro asunto que me inquieta y sobre el que creo merece la pena hacer reflexión es el del entorno de impunidad en el que estos monstruos se desenvuelven; un entorno que imagino fomentado, alimentado y crecido por el silencio, el miedo y la pérdida de trato humano y vecindad. Me refiero al hecho de que una niña pueda desaparecer de su casa dejando una carta como explicación; que pueda ser secuestrada por su propio padre y escondida en los bajos de una casa familiar durante 24 años; que tenga siete hijos en ese escenario de horror; que se amplíen las habitaciones de dicho escenario, que en ellas se instalen lavadores y televisores, conducciones eléctricas, desagües, agua, camas...; que aparezcan en la puerta de casa supuestos hijos de la hija desaparecida y sean incorporados sin muchas preguntas a la familia; que puedan sostenerse con el sueldo de un electricista jubilado hijos y más hijos, con sus ropas, comidas...; que el padre secuestrador y violador tuviera ficha policial como violador y no fuera investigado a fondo por la policía eficiente de un país tan civilizado y eficiente como Austria, etc, etc...
 
Y que todo este cúmulo de sucesos se desarrollasen a lo largo de más de dos décadas sin que nadie, nadie se percatara de nada: ni la propia mujer del monstruo, ni el resto de hijos, ni los vecinos, ni los amigos, ni la policía... ¿Nadie?, ¿nadie de verdad? El caso me recuerda al que cuenta Daniel Mendelsohn en su espeluznante libro Los hundidos, reseñado por mi en estas mismas páginas. Cuenta Mendelsohn la historia de cómo parte de su familia judía fue masacrada en un pueblo hoy perteneciente a Ucracia por los nazis. Sucumbieron todos sus familiares. Pero en aquel pueblo, aproximadamente en 1942-43, había más de siete mil judíos si no recuerdo mal, de los cuales, en 1944, sólo vivían 3. Pues bien, cuando él se acercó al pueblo para investigar in situ qué había pasado, nadie sabía absolutamente nada, nadie conocía el destino de los siete mil muertos, nadie contaba a las claras qué sucedió y cómo fueron cómplices silenciosos del horror.
 
El caso del monstruo Fritzl me resulta semejante: ¿24 años de horror constante en un escenario minúsculo y cerrado sin que nadie se percatase de nada? Imposible, no me lo creo. La aparición impune de un monstruoso Fritzl, significa necesariamente que el horror habita un amplio escenario cercano, que en él, gracias al silencio o al mirar cobarde hacia otro lado de todos, se alimenta el corazón demencial de la fiera. El monstruo Fritzl no es fruto de un solo doctor Frankenstein, su aparición la ha permitido un doctor Frankenstein colectivo
 

 
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Thursday,8 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Octavio Paz y el Muro de la vergüenza del Congreso Mexicano (Historia, además, de un cartel con poesía)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,703 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hay un viejo refrán español que dice algo así como que “nadie es profeta en su tierra”, aludiendo a lo difícil que es en nuestra cultura el que a alguien le reconozcan en su propia tierra los méritos contraídos en el desempeño de su profesión o en cualquier otra actividad de dimensión pública. Pero aunque no haya, creo, refrán específico para el asunto, en España, quizá para compensar, existe la buena costumbre de no hablar mal de los muertos, al menos durante una larga temporada.
 
Es muy probable que durante la larguísima presencia española en lo que hoy es la América hispana algunas costumbres y formas de actuar españolas echasen raíces en tierras tan fértiles. “Nadie es profeta en su tierra” parece que también es un dicho que tiene fácil aplicación en México, al menos en lo que respecta a algunos personajes, y pienso ahora mismo en el que para muchos es su más grande poeta e intelectual de todo el siglo XX. Me refiero a Octavio Paz, como quizá alguno haya ya imaginado.
 
Diez años largos han trascurrido desde la muerte del poeta, y hace muy poco tiempo los diputados aztecas, tan “progres y cultivados ellos”, tan modernos y adelantados, le negaban por mayoría al único premio Nobel de Literatura mejicano el que su nombre figurase con letras de oro en el Muro de Honor del Congreso. ¿La razón?, pues siguen sin hacerle mucha gracia a la mayor parte de la progresía mejicana las críticas que en su día vertió Paz contra la intolerable dictadura castrista y, sobre todo, contra el brutal stalinismo que reinó durante décadas de horror en la muy “progresista”, sangrienta y liberticida Unión Soviética. Así que el genial poeta no es merecedor de figurar con honores en la casa de la política de su patria, y no lo es porque a los actuales padres de la patria mejicana no les resulta el poeta suficientemente digno, ni él ni su obra. Vamos, como para marcharse del país dando un sonoro portazo: ahí os quedáis señores sabios y aduaneros tontorrones de póstumos honores.
 
Cartel del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México
 
Cartel del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México
 
Pero el poeta Paz, para conmemorar la primera década de su desaparición, ha merecido otra bofetada en forma de poema, esta vez por parte de la máxima institución pública y política de su país, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México, equivalente a nuestro Ministerio de Cultura. Este organismo ha tenido la feliz idea de recordar al poeta editando un cartel o póster conmemorativo y colgándolo en distintos lugares públicos y bien visibles. El cartel ofrece a la mirada una fotografía de la cara de Paz junto a la que impresos se pueden leer los versos siguientes: “No olvides nunca/ que el primer beso/ no se da con la boca,/ sino con los ojos”.
 
Pues bien, según denuncian los expertos en la obra del Nobel de 1990, tales versos no son del gigantesco poeta. José de la Colina, autoridad al respecto, ha señalado que esos versos cursis y sin ritmo no tienen ni por asomo el aire de haber sido escritos alguna vez por Paz. Para otra autoridad en la materia, Héctor Tajonar, los versitos es casi imposible que sean de Octavio Paz, pero si definitivamente lo fueran, la elección es pésima, pues no son nada representativos de lo que es su obra. La viuda, Marie-José, ha declarado no haber escuchado ni leído jamás los versos, pero no descarta la autoría de su marido, aunque subraya que lo más sencillo es que sean los autores del cartel los que resuelvan la situación “confesando” de dónde han salido las palabras atribuidas a Paz, y que quizá pertenezcan a un ensayo, a una artículo..., y han sido descontextualizadas.
 
Todo parece resuelto a estas alturas, todo menos la pifia de homenaje que, a poco, se ha convertido en casi afrenta y burla a la memoria del enorme poeta, o cuando menos, ejemplo palpable de dejadez chapucera e impresentable. Los dirigentes del Consejo Nacional para la Cultura más arriba citado, han reconocido el error y han presentando excusas, aunque tal vez, la mejor excusa posible ante tamaña pifia es la de abandonar el cargo y dedicarse a otra cosa, el cultivo de margaritas, pongo como ejemplo.
 
Pero la pregunta que ahora queda en el aire es la lógica y automática tras el doble y chusco agravio el señor poeta de apellido Paz (que allá donde esté no dejará de sonreírse ante las chapuzas): ¿de quién son los naftalinosos versos? Me dicen que en internet corren las apuestas, con Neruda y Lorca a la cabeza, poetas que, por cierto, como fueron sin duda progres, y en el caso del chileno incluso pro stalinistas, de haber sido mejicanos es muy probable que no hubieran tenido entre los diputados problema alguno para estar en el famoso Muro de Honor del Congreso, desde hoy, sin duda, otro muro de la vergüenza, o de la desvergüenza.
 

 
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Wednesday,7 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Spain is different, el Festival Internacional de Santander en la Plaza Porticada]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,701 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Otra vez me dan hecha la comparecencia con todos ustedes en estos Ojos de Papel. Les doy a la mayoría por enterados de que me han encargado un libro sobre las últimas décadas del Festival Internacional de Santander en la Plaza Porticada, años en los que yo mismo pude ver y oír a Claudio Abbado, Rostropovich, Caballé, Marcel Marceau, Baremboin, Tilson Thomas, Vladimir Askenazy, Zubin Mehta, Alicia de Larrocha, Lindsay Kemp, Teresa Berganza, etc…

Varios asiduos de aquellas jornadas me han hecho llegar sus comentarios escritos, y sus historias acabarán formando parte, espero que pronto, del libro anunciado del que ya daré noticia. Entre los muchos testimonios que me han llegado quiero compartir el del periodista Federico Lucendo Pombo, primo santanderino del conocido novelista, y un tipo divertido que sabe lo suyo de lo que ocurre en la Hispanoamérica de nuestros días. Quiero compartir con ustedes el texto del señor Pombo, unas líneas llenas de aroma, música e irónica melancolía. Ahí va, disfrútenlo:

“Era en aquel Festival Internacional de Santander –aún lo llamaban así entonces- y se celebraba en el recinto de la Plaza Porticada. Antes habían sido las Fiestas Universitarias, siempre con más vino que rosas, cuando desde la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de lánguidos veranos, discursos azules, con José Antonio y esa revolución pendiente que no acaba de llegar, se organizaron unas jornadas “destinadas al público universitario con folclore, música, y cómo no, arte escénico”.

Pero ya, en los felices, agridulces y dorados 60, bajo los toldos amarillentos de la Porticada, Santander –Santander, la novia del mar, cantaba Jorge Sepúlveda– era en las crónicas brillantes y amargas de Leopoldo Rodríguez Alcalde, una eterna fiesta de amaneceres infinitos.

Esta ciudad que se sacaba los pechos del refajo –aquellos turbadores bikinis de Silvie en la Magdalena– y los dejaba caer sobre una Europa que decía aquello de Spain is different.
 
Federico Lucendo Pombo
 
Federico Lucendo Pombo

Los periódicos, el Alerta claro, escribía algo de no sé qué peculiaridades regionales, mientras que en El Diario Montañés, se asomaba tímidamente la pluma de algún demócrata que era cristiano. Y después, ¡oh después!, siempre después de la Porticada, la noche se desgarraba en ese largo, cálido, y a veces lluvioso verano capitalino.

Silbidos de viento sur. Luces en las sombras, los nuevos faroles de estilo romántico, con alma de gas y acetileno. En el Paseo de Pereda, varias muchachitas francesas, pastoreadas por algún mocetón con piel de cien veranos. El Suizo –los hermanos Serrera, siempre complacientes, siempre sonrientes- y donde se puede cenar ya en la madrugada sopa de ajo, como la que ya están degustando los viejos pescadores de la zona marítima, pero con menos ajo y más güisqui, pues algunos de los asiduos de la Porticada, gustaban de ponerle sabor escocés a la cultura musical y gastronómica. Por la calle Peñaherbosa, después de la típica y siempre algo fané paella en Casa Albo, José María Prada y Lina Canalejas, comentaban el éxito de la obra de Buero Vallejo que acababan de estrenar. En todo el Río de la Pila, El Riojano, La Sartén, y el mítico Drink club –fotografías de Nueva Orleáns, retratos de Gutiérrez Solana y trombones enroscados en las paredes como la serpiente del paraíso terrenal del ébano- suena la voz extrañamente infantil de Françoise Hardy.

Luego, más de noche, los baños a la luz de la luna lunera, en ese Sardinero de veraneos reales y nostalgias con flores de lis, Juan Carlos Calderón, improvisando una samba sabrosona, sus chicos del Jazz Tet, y, las muchachas en flor y vodka con naranja, decía a modo de titular radiofónico para Leandro Mateo: “Es la primera vez que actúo en la Porticada y me da miedo, más que el Teatro Real de Madrid”. Los adictos, las amazonas de ese inacabable verano santanderino, aplaudían las palabras del maestro de la calle del Sol.

En el pub Castelar 5, el pequeño gran mundo de Castelar, con maderas antiguas, conversaciones suaves y un lujo como de toda la vida, Miguel, preparaba unos cocktails gloriosos para Adolfo Marsillach y Marisa de Leza. Porque todo, era después de la Porticada. Y ahora la vuelta a casa ya en el coche –el carro, que decía el rico indiano– o caminando con una ligera inclinación de popa, un poco estragados de noche y de copas, nacía esa tristeza que deja siempre el éxito ajeno y que consiste en preguntarse: ¿y ahora qué?

Bueno, mañana también iré a la Porticada. Pero ahora me voy. Doblo la esquina y desaparezco. Festivales de Santander. Plaza Porticada. “Santander en la noche, en mi recuerdo, en la orilla del mar de mi nostalgia”. Los versos de José Luis Hidalgo, que jamás pisó la Porticada. Festivales de Santander. Plaza Porticada".
 

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Tuesday,6 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Dandys y dandismo en el Museo Christian Dior]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,700 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde que hace años leí el estupendo libro que le dedicó Paul Morand a Coco Chanel, confieso que el interés por el trabajo de los grandes modistos y su mundo se ha disparado en mí. He descubierto, por ejemplo, la estrecha relación existente entre su trabajo y la literatura y el arte en general, y me fascina la creación de mundo y ambientes de sofisticación espiritual que lograron construir.
 
En este sentido, en el reciente viaje que hemos realizado a Florencia, además de los museos, palacios y demás monumentos que pueblan las calles de la capital toscana, visitamos también el impresionante palacio que alberga el museo y tienda del mítico diseñador toscano Salvatore Ferragamo, visita que me granjeo distintas felicidades.
 
No he estado nunca en Normandia, pero cuando la vida me lleve a recalar por aquella costa francesa, procuraré no dejar de visitar el Museo Christian Dior, museo que se reabrió hace ahora dos años, coincidiendo con la celebración del centenario del maestro. Esta institución está ubicada en la casa familiar de Dior, frente al mar por el que llegaron los aliados para liberar Francia del dominio nazi, y con un jardín de diseño que en sí mismo es un homenaje al buen gusto.
 
Casa-Museo Christian Dior 
 
Casa-Museo Christian Dior
 
Desde que el Museo Dior se reabrió han sido muchas las muestras interesantes que han podido contemplar los visitantes. La que ahora tiene lugar en sus salas me parece fascinante, y sólo por ella merecería la pena organizar un viaje fugaz al lugar y disfrutar de este comienzo de primavera en aquellas costas francesas. La exposición está dedicada al mundo de los dandys y el dandismo, asunto que siempre me ha interesado y sobre el que tengo en mi biblioteca diferentes ensayos, algunos firmados por mi amigo el poeta y escritor Luis Antonio de Villena, quizá el mayor experto español en el asunto.
 
En la muestra del Museo Dior se exhiben obras de arte y objetos heterogéneos, fotografías de personajes que han pasado a la historia, entre otras cosas, por ser referencias culturales y sociales de la elegancia (Oscar Wilde…), y propuestas de moda que abarcan la historia del dandismo, es decir, desde el siglo XIX hasta nuestros días, y que han salido de otras colecciones tanto privadas como públicas (Palacio de Versalles, Museo Carnavales, la casa Museo de Balzac, etc…).
 
Uno de los nombres clave de esta exposición es el de Jules Barbey d’Aurevilly (1808-1889), normando como el propio Dior, autor del esencial libro Du dandysme et de George Brummel y uno de los más conocidos personajes reales en los que Marcel Proust se inspiró para construir algunos de sus protagonistas masculinos de En busca del tiempo perdido.
 
No sé si hacen falta muchas excusas para viajar a Normandía, pero si hiciese falta alguna, se me ocurre que visitar el Museo Dior es una estupenda, y hacerlo aprovechando la muestra sobre dandismo que estará abierta al público hasta el próximo día 21 de septiembre, mejor que mejor.


 
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Sunday,4 may 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Alphonsine Plessis: la dama de las camelias, la Traviata de Verdi]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,698 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

En 1853 Giuseppe Verdi estrenaba en el teatro La Fenice de Venecia su ópera La Traviata, dos meses después de haber estrenado en Roma Il Trovatore y poco menos de un año de haber puesto en escena por vez primera Rigoletto, también en el teatro veneciano. Con el estreno de La Traviata Verdi puso punto final a lo que él mismo llamó “años de galeras” y también a la que más adelante sería conocida como la trilogía romántica: las tres óperas escritas en poco más de un año que hoy forman parte del corpus verdiano más popular y aclamado, y que analizadas hoy en día suponen además un notable avance artístico con respecto a su producción anterior.
 
“Los años de galeras” verdianos son los que van desde 1839, año del estreno de la primera ópera del maestro, Oberto, hasta el ya aludido 1853; casi 15 años en los que Verdi escribió y estrenó nada más y nada menos que 19 óperas, a un ritmo frenético de una ópera al año y en ocasiones dos, entre ellas: Nabucco, Macbeth, Luisa Miller, Ernani, y las tres más arriba mencionadas.
 
La Traviata no es sólo una de las óperas más populares y exitosas de la prolífica carrera del músico italiano, sino que lo es de toda la historia del género. Las estadísticas aseguran que no hay ni un solo día del año en el que la ópera no se representa en algún lugar del globo, en algún teatro, en algún escenario de algún punto de cualquiera de los continentes.
 
La ópera está inspirada en la célebre obra teatral La dama de las camelias (1848) de Dumas hijo, obra que Verdi contempló junto a Giussepina Strepponi, la que sería más tarde su mujer, en una de sus frecuentes visitas a París. Verdi era un joven viudo cuando conoció a la que había sido por no mucho tiempo la gran soprano Strepponi, y pronto entablaron una relación marital en toda regla pero sin pasar por la vicaría. La situación a ambos les granjeó muy serios problemas personales, y Verdi vio, en cierto modo, un paralelismo entre la situación de su mujer y la de Margarita Gautier, el personaje protagonista de La dama de las camelias. Con tales ideas en la cabeza, el compositor se puso manos a la obra y le puso música a la historia de una mujer parisina libre y liberada que lo deja todo, incluso su propia salud, por amor a un hombre que no la merece. La música de la ópera es hermosísima, abundando en ella los momentos emocionantes y conmovedores, logrando el maestro uno de los títulos esenciales en la historia del melodrama de la cultura occidental, quizá la pieza más redonda y ejemplar por excelencia.
 
 
Verdi: La Traviata. 2. Brindis. Netrebko. Villazón. Salzbourg, 2005 (vídeo colgado en YouTube por llunatiq)
 
Lo que desconozco a estas alturas es si el músico sabía de primera mano la verdadera historia de la mujer auténtica que había inspirado la obra de Dumas y la suya propia, Alphonsine Plessis, la traviata y dama de las camelias de carne y hueso. Esta mujer pronto conoció la cárcel por andar vagando por los caminos sin rumbo fijo, y prostituída por su propio padre, a los catorce años dio a luz a un hijo del que nunca más se supo. Un tabernero con ciertos posibles la convirtió en su amante y mantenida a la manera tradicional de los términos, pero pronto se cansó de la taberna y de su dueño y decidió dedicarse a lo mismo pero en la gran ciudad, París, y en un entorno más sofisticado y propicio a la buena vida. En París cambió de nombre, como con posterioridad hicieron las estrellas de Hollywood para sonar rimbombantes y pegadizas, y pasó a llamarse Marie Duplessis.
 
Lanzada ya de firme a la carrera del medraje entre las sábanas, oficio quizá en exceso concurrido en nuestros días entre todos los sexos habidos e inventados, nuestra “heroína” alcanzó la cima al convertirse en amante cotidiana del duque de Guisa, quien encontraba a la joven de apenas 16 años además de hermosa y esbelta, que al parecer lo era, también muy inteligente y habilidosa, lo que al parecer también era.
 
Lo de las camelias viene porque le gustaba estar permanentemente rodeada de flores, pero al no soportar el olor de la rosas, se acostumbró a envolverse en camelias sin olor. Además del aristocrático Guisa, Marie hizo acopio de amantes y protectores, entre los que figuraron artistas de renombre como Franz Lizst (futuro suegro de Wagner), o el escritor que la acabó inmortalizando, el aludido Dumas hijo, quien a sus veinte años se arruinó llevado por la pasión que sentía por esta peculiar mujer.
 
Las lenguas de aquella época, desconozco si las malas o las buenas, subrayaron que Marie llegó a gastar en sus mejores tiempos la cantidad desproporcionada de cien mil francos de oro al año, y que era una mentirosa compulsiva pues, según ella, decir mentiras ayuda a mantener blancos los dientes, fórmula que, de ser cierta, hubiera provocado ya la desaparición de buena parte de la profesión odontológica.
 
Alphonsine o Marie murió a los veintitrés años, y un año antes se había casado en Londres con el conde Perregaux, matrimonio que sucumbió a los pocos días, probablemente por las llamadas “diferencias de carácter”. Transcurridos tan sólo dos meses después de su muerte, el ex amante y veinteañero Dumas se enclaustró en una habitación con papel y pluma y no salió de la misma hasta haber transformado a Marie en Margarita Gautier, en una dama de las camelias que no tardó mucho en convertirse a su vez en Violeta Valery, La Traviata, y llegar en forma de preludio operístico a pellizcar el interior de millones y millones de anónimos espectadores y oyentes.
 
Nota de la Redacción: otros artículos de Juan Antonio González Fuentes sobre Verdi y sus obras:


 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Wednesday,30 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Josep Torres Campanals versus Max Aub]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,696 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Era casi el comienzo del verano de 1958 en la ciudad de Méjico DF. En la galería de arte Excelsior exponía por vez primera en su vida parte de su obra un pintor catalán de nombre hermoso y rimbombante: Josep Torres Campanals, un español que tras la guerra civil se había exiliado en el más sureño país norteamericano. De la biografía de Campanals entonces apenas se sabía nada, tan sólo que en París había trabado amistad con artistas de la relevancia de Braque o de su compatriota malagueño Pablo Ruiz Picasso.
 
El mes de julio fue la inauguración de la exposición, acontecimiento que coincidió en el tiempo, y no de forma casual, claro, con la presentación de la primera monografía dedicada al pintor, un trabajo publicado en la prestigiosa editorial Tezontle, escrito y firmado por el conocido escritor republicano español Max Aub, quien también vivía por aquel entonces en el exilio mejicano.
 
La exposición gozó de la fortuna de no pasar inadvertida, y fueron muchas las críticas y reseñas aparecidas en las páginas de cultura de los periódicos y en las revistas de arte de la época. Algunas críticas fueron muy elogiosas, otras fueron duras y reacias a las habilidades pictóricas del catalán. Unas reseñas se mostraban entusiasmadas con el arte de Campanals y su evolución, asegurando que había alcanzado más firmeza y determinación artísticas en comparación a obras primeras que aseguraban haber contemplado y estudiado. Otras referencias, sin embargo, aseguraban no saber nada del desconocido pintor, surgido prácticamente de la nada.
 
Max Aub
 
Max Aub
 
Todo concluyó, o comenzó, vayan ustedes a saber, cuando Margarita Nelken publicó un artículo arremetiendo contra Max Aub y su gracia: haberse inventado al tal Campanals y ser él mismo el verdadero autor de los cuadros que podían contemplarse en la galería Excelsior. A la señora Nelken no le hizo ninguna gracia la ocurrencia, y acusó al escritor (y pintor) de tomarse a cachondo el arte y, sobre todo, a la crítica de arte.
 
Sí, ciertamente Max Aub se mofó un tanto de los expertos y críticos, pero su acción, una antológica performance cargada de teatralidad, trascendencia, ironía, crítica y reflexión, vino a desnudar muchas vergüenzas y desvergüenzas, vino a denunciar sólidas y acreditadas imposturas, y, sobre todo, vino a descubrirlo como pintor.
 
Cuarenta y cinco años después de la aparición de Campanals y su obra pictórico en Méjico, en el año 2003, la Sociedad Española de Conmemoraciones Culturales le organizaba una nueva exposición a Josep Torres Campanals nada más y nada menos que en el Centro de Arte Reina Sofía, en pleno centro de Madrid, en la catedral del arte moderno español. ¡Campanals-Aub lo habían logrado con el tiempo! El exiliado Max Aub triunfaba después de muerto en su país, y lo hacía como pintor (con el pseudónimo referido) y quizá, sobre todo, como escritor, pues a uno de sus personajes de ficción, la burocracia cultural e institucional de todo un país le rendía pleitesía mordiendo a sabiendas el anzuelo de la burla heterónima.
 

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Tuesday,29 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El cadáver de Gerald Brenan en formol]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,694 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El célebre hispanista británico Gerald Brenan, autor del interesantísimo El laberinto español, debía ser un avaro patológico o un tipo con un sentido del humor muy negro y extraño. Corría el año 1981 cuando el escritor afincado en la española provincia de Málaga, para ahorrarse los gastos por él calculados de su propio entierro, decidió firmar un documento legal donando su cuerpo muerto a la ciencia. ¡Calculo haberme ahorrado unas 600 libras!, escribió Brenan a los pocos días en un texto de carácter biográfico,  ufano y orgulloso de sus habilidades en la economía doméstica.
 
Y en efecto, cuando en el mes de enero del recién estrenado 1987 Brenan murió, sus familiares más cercanos respetaron el contrato y la voluntad de su pariente, dejando el viejo cuerpo inerte en manos de los profesionales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga. Allí fue recibido como se merecía por el catedrático de Anatomía José María Smith Ágreda quien le inyectó mediante aguja una solución de tipo, cómo decirlo, ¿momificante? Sin embargo, el cuerpo de Brenan nunca pasó a ser objeto de miradas, manoseos y punciones por parte de futuros médicos malacitanos, y días después de ingresar cadáver en las salas universitarias de anatomía, Brenan, o mucho mejor dicho, sus restos, pasaron a sumergirse a sus anchas en un piscina de formol, cuadro con inequívocos toques dantescos para cualquier espíritu sensible e imaginativo, y que hace muchísimos años un grupo de amigo aspirantes a médicos no tuvieron a bien ahorrarme en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria.
 
Gerald Brenan
 
Gerald Brenan
 
Nada más y nada menos que casi 14 años estuvo el cadáver de Brenan sumergido en la universitaria piscina malagueña de formol. Transcurrido el tiempo mencionado, familiares rescataron los restos flotantes y los incineraron: el viejo cuerpo de Brenan pasó del líquido a las cenizas sin solución de continuidad y fue introducido en una rústica urna de madera.
 
La urna con las cenizas del escritor fue enterrada junto a la tumba de su mujer, Gamel Woolse, fallecida en 1968, hace ahora cuatro décadas, en el cementerio inglés de San Jorge de Málaga, el mismo cementerio en el que reposan los restos del poeta de la Generación del 27, Jorge Guillén
Sí, el anciano cuerpo inerte de Brenan sufrió algunas incomodidades a lo largo de algunos años tras su muerte, pero el escritor vivo y coleando, el escritor que gozaba del sol de Málaga, ése, se ahorró 600 libras de los años 80 del pasado siglo. Todo un ahorro quizá a tener en cuenta en estos tiempos que anuncian crisis.  
 

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Monday,28 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Escultura de José Hierro junto al mar, llegando al mar...]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,693 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

A la hora en la que redacto estas líneas para Ojos de Papel, pero a la hora de mañana viernes 25 de abril del año en curso, las autoridades de Santander, inaugurarán la escultura que la ciudad le dedica a su poeta más importante de la segunda mitad del siglo XX, José Hierro. La escultura la ha realizado la escultora Gema Soldevilla, y en ella, por medio de siete paneles de acero, dibuja la cabeza del poeta, la conocida rotunda cabeza calva del premio Príncipe de Asturias y Cervantes.
 
En Santander parece que vamos por poeta o literato cada medio siglo, más o menos, desde que la imprenta y los periódicos se consolidasen como costumbre en la ciudad, allá a mediados del siglo XIX, es decir, hace tres días como quien dice. Marcelino Menéndez Pelayo y José María de Pereda ocuparon la segunda mitad del XIX, Gerardo Diego (otro Cervantes santanderino) es la figura indiscutible de los primeros cincuenta años del siglo XX, y Álvaro Pombo y José Hierro ocuparían la última parte del siglo XX. Todos tienen estatua en su ciudad, todos salvo el todavía “joven” y vivo y coleando Álvaro Pombo, lo que demuestra que, al menos en la posteridad, sí fueron “profetas en su tierra”.
 
Mañana las autoridades locales y regionales, con la presencia de la viuda del poeta y demás familia, y con la banda sonora de los ¿¿pasodobles?? Interpretados por la banda municipal, pondrán la mirada del poeta puesta a perpetuidad (la perpetuidad de la nada, probablemente) frente a la que fue su bahía, su bahía de cámara.
 
No sé si a Hierro le hubiera gustado tanto agasajo municipal, tanto traje y corbata, tanta viuda pululando por ahí, pero las cosas son como son y aquí no hay más que hablar. Lo que sí sé es que, si tiene que haber escultura, sí le hubiera gustado que la colocasen donde la van a colocar: mirando al mar, al mar de la bahía.
 
José Hierro
 
José Hierro
 
Hace unos días me llamaron de la concejalía de cultura del ayuntamiento, y me pidieron que interviniese en el acto inaugural leyendo dos poemas del poeta, dos poemas que reflejasen su amor por el mar, el mar que él conoció muy bien, el que dormita en la bahía de Santander. He trabajado bastante al respecto, pues no son pocos los poemas en los que Hierro habla del mar, de la bahía. Pero finalmente me he decidido por estos dos poemas, poemas casi de juventud, y tras cuya lectura creo que muy poco resta decir. Son los poemas que mañana viernes, a estas horas, estaré leyendo ante políticos, familiares, amigos... Pero los leeré dedicados a él, al poeta, y a el/ella, el mar, la mar. A partir de mañana, ambos quedarán mirándose, oyéndose, hablándose...
 
“Llegada al Mar” (Tierra sin nosotros, Santander, 1947).
Cuando salí de ti, a mí mismo/ me prometí que volvería./ Y he vuelto. Quiebro con mis piernas/ tu serena cristalería. / Es como ahondar en los principios, /como embriagarse con la vida,/ como sentir crecer muy hondo/ un árbol de hojas amarillas/ y enloquecer con el sabor/ de sus frutas más encendidas./ Como sentirse con las manos/ en flor, palpando la alegría./ Como escuchar el grave acorde/ de la resaca y de la brisa./ Cuando salí de ti, a mí mismo/ me prometí que volvería./ Era en otoño, y en otoño/ llego, otra vez, a tus orillas./ (De entre tus ondas el otoño/ nace más bello cada día.)// Y ahora que yo pensaba en ti/ constantemente, que creía...// (Las montañas que te rodean/ tienen hogueras encendidas.) // Y ahora que yo quería hablarte,/ saturarme de tu alegría...// (Eres un pájaro de niebla/ que picotea mis mejillas. )// Y ahora que yo quería darte/ toda mi sangre, que quería...// (Qué bello, mar, morir en ti/ cuando no pueda con mi vida.).
 
“Junto al Mar” (Quinta del 42, Madrid, 1953)
Si muero, que me pongan desnudo,/ desnudo junto al mar./ Serán las aguas grises mi escudo/ y no habrá que luchar./ Si muero que me dejen a solas./ El mar es mi jardín./ No puede, quien amaba las olas,/ desear otro fin./ Oiré la melodía del viento,/ la misteriosa voz./ Será por fin vencido el momento/ que siega como hoz./ Que siega pesadumbres. Y cuando/ la noche empiece a arder,/ soñando, sollozando, cantando,/ yo volveré a nacer.
 

 
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Friday,25 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El palacio en ruinas del último Gatopardo: Giuseppe Tomasi di Lampedusa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,692 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Príncipe de Lampedusa y Duque de Palma de Montechiaro (Palermo, 1896-Roma, 1957), fue escritor de un solo libro, de una única obra maestra que, además, se editó póstuma, pues ninguna editorial le concedió valor a aquellas páginas en vida del escritor. El libro no vio la luz hasta 1958, cuando Elena Croce se lo hizo llegar a Giorgio Bassani y éste lo consiguió publicar en la editorial Feltrinelli. El título del libro, lo saben ustedes, es El Gatopardo. En 1959 obtuvo el Premio Strega y al poco fue llevada al cine por Visconti, convirtiéndose muy probablemente en su película más popular y aclamada. En nuestros días, El Gatopardo es una de la novelas italianas del siglo XX más traducidas y leídas por millones de lectores de todo el mundo, y su protagonista, Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, ha quedado en el imaginario cultural europeo del siglo pasado como epítome de quien es plenamente consciente de la desaparición de un mundo que da paso lentamente a otro distinto, aunque en la esencia íntima de las cosas, casi el mismo: “es necesario que todo cambien para que siga igual”.
 
No he contado la verdad. El Gatopardo no es el único libro de Lampedusa. Hay más. Por ejemplo, uno espléndido de cuentos recopilados bajo el título La sirena y otros relatos, y otro dedicado a la literatura de Stendhal que recuerdo sencillamente como genial. Pero no son libros concebidos por Lampedusa, son libros construidos por los estudiosos del aristócrata siciliano que entresacaron entre sus muchos papeles después de su muerte y su éxito. El libro sobre Stendhal, si no recuerdo mal del todo, está elaborado con los apuntes que tomó Lampedusa para dar charlas caseras a un grupo de jóvenes estudiantes en su palacio de Palermo. Jamás pensó, al parecer, en publicar esas “cosillas” que, sin embargo, son fascinantes.
 
Giuseppe Tomasi di Lampedusa
 
Giuseppe Tomasi di Lampedusa
 
Creo que tengo toda la obra de Lampedusa traducida al español, incluyendo una edición de El Gatopardo editada en Barcelona allá a principios de los años 1960, es decir, no mucho después de la primera edición original del libro. Tengo también la biografía que le dedicó David Gilmour y que editó Siruela hace unos años: un libro fascinante pues la vida de Lampedusa es fascinante, o al menos a mi me lo parece.
 
La vida en Palermo de Lampedusa era de un previsible absolutamente encantador. Prácticamente todos los días de su vida transcurrían igual: el desayuno en el mismo café de la misma calle, la visita diaria a su librería favorita, los paseos, la meticulosa vida ordenada en una palacio de proporciones casi inhumanas... Creo que Lampedusa le hace decir a su personaje Don Fabricio que un palacio del que se conozcan todas las habitaciones no es un palacio merecedor de tal nombre. Un palacio de verdad tiene que guardar rincones y estancias desconocidas por sus habitantes, al menos por generaciones enteras de habitantes que conocerán unas estancias y desconocerán otros, mientras que la generación siguiente, conocerá y habitará otras distintas.
 
Deseo viajar a Palermo y recorrer las calles abrasadas que recorrió el Príncipe di Lampedusa. Cuando llegué la oportunidad, buscaré el Palacio di Lampedusa, el Palacio de El Gatopardo, o al menos sus restos. El Palacio fue destruido por los bombardeos a los que se sometió la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, y me dicen, me cuentan, que continúa hoy en día tal y como lo dejaron las bombas, sólo que una tapia impide el acceso a las ruinas, a la geografía de la decadencia en el lugar en el que un día habitó uno de los narradores fundamentales de la decadencia, un príncipe siciliano al que nadie quiso publicarle un libro.

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Thursday,24 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La bahía de cámara (Santander) que evocó José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,691 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Parezco un anciano que le cuenta sus pequeñas batallas a algunos nietos esquivos que no ven la hora de librarse del intermitente tostón al que les somete el viejo pariente, pero recuerdo haber contado ya, en alguna otra ocasión, cómo una noche de verano de hará aproximadamente diez años, mantuve una breve conservación con José Hierro que cada vez que veo la bahía de Santander me viene a la mente.
 
Todo ocurrió en la hermosísima terraza del escritor Manuel Arce, una terraza lujosa de espacio, vistas y vientos. Desde esta atalaya, situada muy cerca del santanderino Hotel Real, se tiene un dominio prodigioso y apabullante de la bahía de Santander y de todos sus decorados cambiantes: cielo, mar, montañas, barcos, nubes, prados...
 
La noche de verano a la que me remito, un grupo de “jóvenes escritores” afincados en la geografía inmediata, bebíamos y “picábamos” algunas viandas en torno a unas mesas generosas en licores espiritosos de alta graduación y calidad. La tímida estrella de la velada era el poeta José Hierro, amigo personal de Arce y de su mujer desde hacía décadas, aclamado en aquellos días por el poco previsible éxito de su libro Cuaderno de Nueva York, y por sus Cervantes, doctorados y demás trofeos pertinaces y puntuales.
 
Hierro, así como para levantar una barrera invisible pero efectiva entre él y el resto de los presentes, bebía güisqui con la elegancia de quien se asoma al té de las cinco para sorberlo con precaución, y hablaba de poesía y de poetas mientras, de vez en cuando, atinaba también a decirle a un invisible fantasma femenino que solía acompañarlo por doquier: “¡cállese señora, que estoy hablando!”, tras lo cual, volvía al té alcoholizado y a la poesía, siempre a la poesía.
 
José Hierro
 
José Hierro
 
Debería ser ya la una de la madrugada por lo menos, cuando me encontraba yo en un aparte silencioso y meditabundo contemplando la negrura húmeda y sonora de la bahía, tamizada además de neblinas estivales y de luces sibaritas y claras. El aroma era el de los cuerpos jóvenes y hermosos bronceados al sol y calados de salitre y Niveas bronceadoras, el aroma de la vida estallando en sexo de piel quemada y en salivas insaciables de boca en boca.
 
Entonces noté la presencia rotunda y enfermizamente vital del poeta a mi lado, y sin mirarme, con la vista puesta en las negruras de una noche luminosa y clara, susurró: “qué hermosa es esta bahía de cámara”.
 
Pasado el tiempo, siempre he asentido y alucinado con la hermosa precisión del término, con la mezcla de matemática y poesía que la frase lleva consigo: ciencia positiva y metafísica religiosa en un todo al que nada debe añadirse. “Bahía de cámara” la bahía de Santander, pequeña como la formación de un cuarteto, pero inaprensible en su vuelo verdadero de universo entero contenido en un solo vistazo de aroma, color y humedad.
 
Ahora, rebuscando por la red, me topo con el siguiente texto, para mí desconocido por completo, en el que el poeta habla de esa “bahía de cámara” que compartimos una noche de verano de hace ya, ay, demasiado tiempo:
 
Escribió José Hierro: “Todo amor, cuanto más apasionado, con más sinrazón, exagera, deforma. ‘Como las patatas guisadas que preparaba mi madre, nadie ha podido superarlas...’. Amar es deformar. Y eso que yo no creo en el amor, pues el amor no existe; es una invención de los enamorados.
 
Bahía de Santander

Bahía de Santander (origen de la foto http://centros3.pntic.mec.es/cp.cisneros/cantabria_fotos.htm)
 
He andado por muchos lugares de muchos continentes. Nápoles, Acapulco, Río de Janeiro. Recuerdo ahora estas bahías hermosas, tan cargadas de evocaciones, de mujeres, de literatura turística. No es cosa de comparar, porque lo que uno ama es siempre incomparable, pero es inevitable la comparación aunque sea inútil: son las patatas que preparaba mi madre, jamás superadas por el más experto cocinero.
 
Lo que tiene esta bahía nuestra (la de Santander) -y lo dice alguien que no nació a su orilla- es su estructura musical. Gerardo Diego comparaba la línea -lomo de bisonte- de Peña Cabarga con la de un aria de Bach. Yo, siguiendo al maestro de todos nosotros, creo que es, frente a las bahías wagnerianas, de gran orquesta, como la de Río, una bahía de cámara. Es la misma que existe entre Parsifal y un cuarteto del último Beethoven: ni mejor ni peor, sino otra cosa. Asomarse a la bahía santanderina es como regresar al claustro materno.
 
Lo que sucede es que todo retorno es, en cierto modo, una decepción. El recuerdo idealiza. La realidad nos devuelve a la ... naturaleza sin tiempo. O con los agravios del tiempo. Y uno, al que ya le queda poco tiempo, se alegra de ello, porque cuando muera, conservará el recuerdo de esa línea cuyas dos referencias son -vistas desde el muelle- el pico de Solares y Peña Cabarga.
 
Esta, mancillada por el famoso pirulí de la Habana, culpable de que Gerardo Diego se negase a venir ‘oficialmente’ a Santander. El otro, el Pico de Solares, carcomido, mellado por la gravera que le va rompiendo su perfil de Fujiyama montañés, cono emblemático.
 
Por fortuna, repito, no viviré para verlo. El tiempo corre más que las excavadoras.
 
Y aquí estoy, peleando con el pico de Solares, pugnando por saber quién llegará antes, en el anfiteatro de la bahía de cámara más hermosa del mundo. Cada día más joven, como si se bañase en las aguas de la eternidad”.
 
Postdata o conclusión: El próximo viernes día 25 de abril de 2008, a las doce de la mañana, se inaugurará junto al Club Marítimo de Santander, mirando a la bahía de cámara anhelada, la estatua que a José Hierro dedica la ciudad de Santander.

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Wednesday,23 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Frankestein de Mary Shelley y el de Gonzalo Suárez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,690 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Una de las películas de Gonzalo Suárez que más me gusta es Remando al viento (1987). No sé, hay algo irreal en ella, en su atmósfera de un romanticismo nada relamido, ni edulcorado, ni ciertamente empalagoso. Sí, Remando al viento es una de esas escasas películas que a mi entender  logran el milagro de encerrar en sus fotogramas una atmósfera cuya presencia es física, sólida, perfectamente tangible. Cuando la rememoro apenas me llama la atención la presencia de Hugh Grant encarnando a Lord Byron; tampoco la belleza rotunda y espectacular de Elizabeth Hurley asomaba entonces por los encuadres de la película, por lo que imagino que su presente belleza tenga algo de engorro trabajoso. Tal vez sólo el Polidori desempeñado por José Luis Gómez siga reclamando mi atención cuando pienso en las tres o cuatro veces que he visto la película en distintos momentos y circunstancias.
 
Sin embargo la atmósfera sí continúa ahí, haciéndose paisaje elocuente en mi entendimiento: las brumas, las olas sonoras de un mar de color borroso de insistencia gótica y fúnebre, los verdes húmedos de una geografía rezumante de horrores y pasión concentrada, la luz clara y blanca concentrada en los rostros con algo de leche metafísica desleída y alimenticia... Todo prosigue encarnado en paisaje soñado y latente en el requerido fondo de mis recuerdos.
 
También la historia de Remando al viento le toma el pulso a mi memoria. La historia de una joven, Mary Shelley, de cuya imaginación surgió una criatura aberrante y aterradora, una de las encarnaciones de lo funesto que puede surgir de la inteligencia humana: me refiero a la criatura del doctor Frankenstein, me refiero, cómo no, al propio doctor Frankenstein.
 
Mary Shelley nació en Londres en 1797 hija de la celebérrima “feminista” Mary Wollstonecraft y del filósofo liberal William Goldwin. La niña no vino precisamente con un “pan bajo el brazo”, y su madre falleció a los pocos días del alumbramiento. El padre de Mary se casó en segundas nupcias con Jane Clairmont, y la niña recibió una esmerada educación, sólo entorpecida, cómo no podía ser de otro modo en este cuento casi gótico, por su funesta madrastra. No aguantó mucho tiempo Mary a su madre postiza, pues con tan sólo 16 años huyó escandalosamente a la vecina Francia con Percy Bysshe Shelley, político y librepensador liberal como su padre, aunque ha pasado a la historia como poeta. La pareja viajó por Italia y Francia y en ese primer periodo de convivencia vivieron el dolor de ver morir a sus primeros hijos.
 
En 1816, Percy y una Mary de 19 años pasaron parte del verano en Ginebra junto a otro mito del Romanticismo europeo, lord Byron. La casa en la pasaron el estío estaba junto al lago Leman, y fue aquella una temporada de tormentas furiosas y lluvias a granel. De todos es conocido que durante aquellas noches tenebrosas y de ocio obligado, los jóvenes veraneantes, a los que se había unido un extraño tipo conocido como Dr. Polidori, emplearon el sobrante de tiempo que tenían en realizar un concurso para ver quién era capaz de escribir la mejor historia de fantasmas o de sucesos extraños. A Polidori se le ocurrió El vampiro, claro antecedente del Drácula de Bram Stoker, y otros entre los presentes resolvieron la cuestión sin mucha más pena ni gloria.
 
Gonzalo Suárez: Remando al viento (1987)
 
Gonzalo Suárez: Remando al viento (1987)
 
A la jovencísima Mary Shelley no se le ocurrió absolutamente nada, pero esa misma noche, soñó con un pálido y espectral estudiante que con malas artes había logrado crear una criatura de pesadilla. Entonces la muchacha escribió la historia que tiempo después vería la luz con el título de Frankenstein, logrando una posterioridad inconcebible en el momento. 
 
El mismo año de la creación de Frankenstein los Shelley regresaron a Inglaterra, pero a partir de los acontecimientos del lago Leman, que también retrata Gonzalo Suárez, una maldición pareció perseguir a los presentes. Muertes y más muertes, desgracias y más desgracias se cebaron con los Shelley, a pesar de lo cual lograron casarse con el consentimiento del padre de Mary, y en la primavera de 1817 la joven, además puso el punto y final a la que sería su creación maestra.
 
Las frecuentes muertes de hijos e hijas, la vida entre Italia e Inglaterra, el nacimiento del único hijo que sobrevivió a la pareja, Percy Florence Shelley, y los vaivenes creativos y amorosos del poeta Shelley, circunscribieron el paso de los años hasta 1822.
 
En el verano de este último año, en julio, Percy murió ahogado a los treinta años de edad, destino de similares características que apenas dos años más tarde le aguardaba a su amigo y poeta Byron. Desde ese instante Mary dedicó su vida a la memoria y recuerdo de su marido, aunque escribió algunas páginas que, en modo alguno, alcanzaron la repercusión y fama de su Frankenstein: The Last Man, novela de ciencia ficción situada en un futuro apocalíptico, y Matilda, una novela corta que no se publicó hasta 1950, pues aborda el tema del incesto y su padre temió que los lectores vislumbrasen matices autobiográficos.
 
Quien vislumbró entre las brumas de su mente y las del lago Leman, la figura legendaria de la criatura despojada y construida de despojos por Víctor Frankenstein, murió con 53 años casi inválida y de un tumor cerebral en la ciudad en la que nació en 1851. Poco pudo entonces imaginar ella, “imaginadora” portentosa de maravillas, que su atormentado y terrible personaje, perdido entre los hielos de un mundo helado y solitario, se convertiría vivo o muerto en pesadilla e icono permanente para millones y millones de seres que en el mundo han sido, y a los que un escalofrío de desasosiego les ha recorrido la espalda sin imaginar que la sombra de su miedo nació en la cabeza de una jovencita romántica a la orilla de un lago ginebrino.
 
Nota de la Redacción: otros textos de Juan Antonio González Fuentes sobre vampiros, fantasmas y otros entes:


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Tuesday,22 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Velatorio para perros: ¡¡ni tanto ni tan calvo!!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,689 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Va a hacer dos años que escribo casi diariamente en Ojos de Papel, y de todos los post publicados hasta la fecha, el que registra más lecturas, con notablilísima diferencia (más de 15.000 visitas y 400 comentarios), es el que dediqué a la demencial actuación del “artista” Guillermo Vargas, quien desarrolló la siguiente supuesta actividad artística para mostrar o demostrar no se sabe muy bien qué: ató en un stand de una feria a un débil perro callejero y lo dejó morir literalmente de hambre.
 
Las miles de lecturas registradas y el sentido de los centenares de comentarios demuestran con claridad, creo, que hay mucha gente que realmente quiere a los animales y en especial a los perros, a sus perros. Durante una parte de mi vida no entendí en absoluto ese “amor” por los animales y el enorme sacrificio que supone vivir con ellos. Siempre me pareció algo casi enfermizo. Todo cambio cuando llegaron a mi vida primero Petra y, luego, sobre todo, Miller. El contacto con estos animales no sólo me ha dado una visión distinta sobre ellos, sino también sobre mí mismo y la vida en general.
 
Un domingo lluvioso en Madrid, un domingo de esos que el mediodía te sorprende tirado en el sofá con un café caliente en la mano, descubrí en el canal Cuatro de televisión el programa del norteamericano de origen mejicano César Millán, el “encantador de perros”. Al principio no le dediqué especial atención al programa, me pareció el típico del charlatán de turno en el que se mezclaba el buenismo, la psicología casera, una trascendentalidad superficial y amañada, etc… Pero quizá por tener perro y gustarme las historias que los tienen como protagonistas, acabé prestándole cada vez mayor atención a César Millán, y hoy, no hay domingo que, si puedo, no lo vea de principio a fin.
 
 
Perro disfrazado de Batman (foto recogida de la web cosadeperro.com)
Perro disfrazado de Batman (foto recogida de la web cosadeperro.com)
 
La enseñanza básica y primordial que he aprendido en este programa es de una elementaridad absoluta, pero a veces, los que tenemos animales, nos olvidamos de ella con suma facilidad: los perros no son seres humanos, son perros, animales. Con frecuencia los tratamos como si fueran hijos o amigos y los hablamos, vestimos…, sin darnos cuenta de que esa transferencia de humanidad no sólo les perjudica a largo plazo, es que nos le hace felices y perjudica su salud física y mental. Los perros necesitan para ser felices disciplina, necesitan saber que el dueño es quien manda, quien tiene las responsabilidades, y necesitan estar tranquilos, tener la mente relajada, hacer ejercicio físico y sentirse queridos, admitidos por la familia a la que pertenecen. Los perros necesitan respetar a sus dueños y precisan ser tratados como lo que son. Al tratarlos como humanos les transferimos nuestros miedos, nuestros problemas, nuestras historias, nuestras neuras… Los desequilibramos, les dejamos la mente confusa y desorientada.
 
Sí, es un error completo “humanizar” a nuestros perros, a nuestras mascotas. Es un error para ellos y para nosotros. Por eso ha llamado mucho mi atención la noticia de que hace dos años se abrió el primer tanatorio para perros y gatos en España. Está en Lorqui, en la provincia de Murcia (Crematur Levante, se llama la empresa), e incluye incineradora y sala para organizar el velatorio. Hasta ahora se ha utilizado para incinerar perros y gatos, pero por las llamas también han pasado pájaros, un cocodrilo y un león de un circo.
 
El dueño del tanatorio ha declarado que se decidió a abrirlo cuando se dio cuenta de que el “dolor” de los propietarios de mascotas era mucho a la hora de despedirse de ellas y en consecuencia decidió habilitar una sala para su intimidad. En la sala hay sofá, algunos asientos, pañuelos de papel para las lágrimas y una vitrina de cristal donde se coloca a la mascota. Los dueños (familiares) pueden seguir desde la sala todo el proceso, y si lo desean, llevarse las cenizas en una urna. El velatorio cuesta 40 euros que hay que añadir a los gastos de la incineración, cuyo precio varía dependiendo del tamaño del animal.
 
La empresa se encarga de todo, como si el finado fuera una persona de la familia. Se recoge al animal en la clínica veterinaria, se le traslada y se le prepara para la urna. Se le arregla, se le peina, etc…
 
No sé que opinará el lector, pero quizá todo pueda resumirse en la célebre: “ni tanto ni tan calvo”.
 
Nota de la Redacción: otro texto de Juan Antonio González Fuentes sobre el maltrato de animales:


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Monday,21 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Qué será de mis libros cuando yo falte (Las bibliotecas perdidas de Jesús Marchamalo)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,686 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hubo un tiempo en el que contaba mis libros, en el que hacía recuento frecuente de los integrantes de mi biblioteca: cien, doscientos, trescientos, quinientos, mil, mil quinientos... No recuerdo bien cuándo dejé de contar. Quizá cuando me volví más vago e indolente de lo habitual, o cuando me cansé de hacer recuento tras cuatro traslados de hogar, o cuando el número de ejemplares empezó a írseme de las manos... La cuestión es que no sé cuántos libros tengo, no sé qué cifra hace especifica la entidad cuantitativa de mi biblioteca.
 
Hoy los libros se apiñan en la cocina, en el baño, ocupan armarios inverosímiles, llenan mesas y estanterías, duermen debajo de la cama, comparten sofá con mi perro Miller... Sufro una invasión de libros, invasores de momento queridos y deseados. Empiezan a ser tantos que si querer he empezado a formar pequeñas bibliotecas fuera de mi casa: tengo decenas apilados en una mesa situada en un rincón de mi despacho; tengo ya bastantes en casa de Ella en Madrid, sobre todo los que termino en los viajes de ida y quedan luego depositados en aquellas estanterías nuevas; y tengo también unas decenas en casa de mi madre, donde van quedando ejemplares que me han regalado o que he comprado en los kioskos y no demandan una atención inmediata.
 
No sé cuántos libros tengo, y ni siquiera me importa, o mejor dicho, ha dejado de importarme, me da completamente igual. Antes me los sabía casi de memoria, y me refiero, claro, no al contenido de los libros, si no a su materialidad, a su aspecto, olor, formas... Sabía con exactitud dónde estaba cada libro, en qué lugar de qué estantería determinada. Hoy, lo confieso, ignoro dónde están muchos de mis libros, es más, hay días que buscando algún ejemplar me llevo gratísimas sorpresas, y tropiezo con libros cuya existencia ignoro, como si fuera un reencuentro con amigos de la infancia de los que pasado el tiempo nada sabemos y casi todo ignoramos.
 
Incluso ha llegado en mi vida la hora de perder libros. Sí, hay libros que sé perfectamente haber comprado y leído, libros que han ocupado con importancia periodos de mi vida y de los que en la actualidad nada sé. Por ejemplo la biografía de Francisco Umbral que escribió Ana Caballé. Compré el libro, lo juro, lo leí con interés, se lo presté a mi madre para que lo leyera y desapareció de mi vida. Mi madre jura que me lo devolvió sano y salvo, pero la cuestión es que no vive conmigo. Otro caso misterioso es la biografía de Virginia Woolf que escribió su sobrino Quentin Bell. Era, recuerdo, un libro hermoso, grande, con sobrecubierta llamativa. Un libro que bastantes fotografías de los miembros del grupo de Bloomsbury, con algunas reproducciones de sus obras, sus casas, sus paisajes... El libro lo publicó Lumen no hace muchos años, y figura como leído en mi listado de lecturas. Vi la reedición del libro hace unos días en la librería Gil, y me alegré de no tener que comprarlo. Pero cuando llegué a casa y lo busqué por las estanterías para echarle un vistazo, no di con él. Hasta las dos de la mañana lo busqué, y no lo encontré. Al día siguiente llamé a mi amigo Dámaso López, pues en mi memoria una débil luz me decía que se lo dejé un verano para que comprobase no sé qué datos. Dámaso hizo la tesis doctoral sobre el grupo de Bloomsbury, y es un traductor especializado en la obra de varios autores del grupo. Dámaso me descolgó el móvil en Inglaterra, en una de cuyas universidades tenía que dar una conferencia sobre el poeta Philip Larkin. No, Dámaso no recordaba el libro, lo que sí me dijo es que era un libro ya sin ningún interés, y que se han publicados varias biografías sobre la Woolf bastante mejores que la de su sobrino, páginas que casi se han quedado en un asunto familiar. Bueno, el comentario algo me consoló de la desaparición del ejemplar.
 
Los libros, ya me lo dijo mil veces mi viejo amigo Rodríguez Alcalde, nunca se prestan, ni los libros, ni los discos. Por regla general nadie los devuelve, y pasado el tiempo, la mala conciencia, quien no se atreve a reclamar lo prestado, es el dueño de lo dejado. No, no presto libros, lo siento, jamás lo hago. Es más, cuando me los piden, debo poner una cara tal que, quien solicita el préstamo, casi de forma automática recula y pide perdón por el atrevimiento. Me da vergüenza recordarlo, pero incluso una vez que a Ella le presté una novela de Sandor Marai y me la devolvió con el lomo marcado de abrirlo, me llevé tal disgusto por las marcas que me compró un ejemplar nuevo y juró que nunca más me pediría un libro. Cumple su promesa, no me pide libros, ahora se los compro.
 
Jesús Marchamalo: Las bibliotecas perdidas (Renacimiento, 2008)
 
Jesús Marchamalo: Las bibliotecas perdidas (Renacimiento, 2008)
 
Antes, cuando leía un libro y compraba otro, me entraban unas ganas locas por acabar el primero para lanzarme rápido a por las promesas que encerraba el segundo. Hoy, los libros nuevos se acumulan por los rincones, y no sé cuándo podré dedicarles su debido tiempo. Ahora mismo debo tener al menos una veintena esperándome relucientes, nuevos, cargados de aventuras y momentos excitantes. Los echo un vistazo de refilón cuando avanzó por la casa, y su posesión me da alegría, me produce una sensación de confort inaudita que ninguna otra cosa me proporciona. Me preocupo a mí mismo una barbaridad. He llegado a ese estado que había visto aparecer en algunos amigos mayores y que nunca comprendí del todo: la felicidad de la posesión, del acumular, de ir construyendo columnas de libros nuevos cuya presencia te reconforta y te otorga una sensación grata de eternidad, de continuidad en el tiempo. Es como si no pudieras morir hasta haber leído todos los libros que te rodean.
 
Sin embargo sé que nadie lee todos sus libros. Sé que seguiré acumulándolos y que llegará el terrible día en que sabré con seguridad  absoluta que nunca los leeré, que se llenarán de polvo poco a poco ante mi mirada cada vez más escéptica, triste y cansada. Y sé que llegará el día en que tendré que pensar dónde quedarán mis libros el día que yo mismo sea polvo, polvo no sé si enamorado, aunque así lo espero. A quién le dejaré los libros, quién los amará tanto como yo los amo, quién velará por ellos... O la cosa puede aún ser peor. ¿Qué acontecimientos nos esperan que quizá nos separen para siempre, a mí de mi biblioteca y a mi biblioteca de mí? ¿Qué posible guerra, qué crueles fuegos, qué mal golpe de la peor fortuna, qué inundación, qué voraces bacterias, qué desdenes analfabetos, qué expurgos crueles esperan a mis libros, que son el fruto pálido y palpitante de mis ilusiones, desvelos y fortunas? 
 
Sí, quién cuidará de mis libros cuando yo falte. Qué manos, en el mejor de los casos, abrirán mis novelas de Marai sin ningún cuidado dejando las huellas de su barbarie en los queridos lomos. Lo menor es no pensarlo, es esperar que la vejez y sus consecuencias amainen el amor por los libros, y que la indiferencia para con su destino reine en mi mente y corazón algún venidero día. No, no quiero pensarlo.
 
Pero mientras no lo pienso leo el precioso y magnífico libro que Jesús Marchamalo le ha dedicado a las bibliotecas perdidas (Renacimiento, 2008) y a algunos de sus antiguos y célebres dueños. Las biblioteacs, por ejemplo, que en el Madrid de la guerra civil desaparecieron por los bárbaros avatares de la historia y por las ganas de hacer daño en los lomos y páginas ajenas. Las bibliotecas de Juan Ramón Jiménez, de Vicente Aleixandre, de Bergamín, de Salinas.... Bibliotecas compuestas por miles de libros, de primeras ediciones dedicadas, de manuscritos, de originales inéditos, de revistas... Bibliotecas construidas con amor y paciencia por poetas y escritores que incluso pasaron hambre de café con bollo para poder ahorrar unas monedas con las que hacerse con el volumen deseado. Todo en ellas murió, se volatilizó, fue disgregado por la furia de un tiempo de hombres violentos que sólo deseaban quemar y hacer daño, aunque fuese en las carnes blancas de una página en blanco y negro.
 
Jesús Marchamalo le ha dedicado más de doscientas páginas a recordar con ternura y pulso vivo el latido de aquellas bibliotecas ricas e inmensas que en el mundo fueron y que murieron hechas trizas por el rencor y la barbarie. Un libro espléndido y muy hermoso que ha servido para pinzar mis entrañas y preguntarme una vez más al voz alta: ¿qué será de mis libros en un mañana? Prefiero, de momento, no pensarlo.

 

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Friday,18 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La familia Wagner, una telenovela]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,685 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Richard Wagner es sin lugar a dudas uno de los músicos más importantes de la historia, y quizá el más influyente de los que dio a luz el siglo XIX. Sus óperas revolucionaron el género y lo transformaron en todos los sentidos, poniéndole en la pista de lanzamiento de lo que ha llegado a ser en nuestros días: la obra de arte total, o la obra capaz de albergar y poner en conjunto el resto de artes. Wagner fue un genio en el sentido más estricto de la palabra, y su obra influyó de manera notable en el arte y el pensamiento europeo de su tiempo y el posterior.
 
Pero Wagner fue también, claro, un hombre. Un hombre con sus apetitos, sus humores, sus altas y bajas, y con una historia amorosa que muchos guionistas de telenovelas no serían capaces ni de imaginar ni de organizar. En 1865, tras numerosos escarceos y demás historias amorosas con mujeres diversas, Wagner, don Richard, dejó embarazada a Cósima, mujer de su buen amigo y director de orquesta Hans von Bülow. Cósima era hija de otro gran músico, Franz Lizst, mentor de Wagner. ¿Me siguen? Tres años después, y madre de la hija de Wagner, Cósima se divorcia de Bülow y se casa con el compositor de Lohengrin, con quien tendrá dos hijos más, Eva y Sigfrido. Isolda fue el nombre que le pusieron a la hija extramatrimonial.
 
En 1876, y tras haber arruinado prácticamente a su benefactor, Ludwig II de Baviera, Wagner logró inaugurar el festival a él y a sus obras dedicado, el Festival de Bayreuth, ubicado en la ciudad del mismo nombre situada a escasa distancia de Munich. Loco y arruinado el rey de Baviera, al que le dedicó una larguísima película Visconti y un hermoso poema Cernuda, Wagner continuó al frente de su festival hasta el mismo año de su veneciana muerte, es decir, hasta 1883.
 
Al morir el músico fue su mujer Cósima quien se encargó personalmente de la dirección del festival. Hasta la década de 1920 las representaciones del festival se ejecutaban estrictamente de acuerdo a la tradición establecida bajo el mecenazgo de Luis II. No se suprimió ni una sola nota de las larguísimas óperas wagnerianas. Wagner solía insistir en utilizar animales vivos en el escenario en las partes de sus óperas que los mencionaban, tradición que continuó su señora esposa. De esa manera, el público vio desfilar por el escenario los rebaños de ovejas de Fricka, los cuervos de Wotan, o el oso y la rana de Sigfrido.
 
Precisamente fue Sigfrido, el hijo de Wagner y Cósima, quien se encargo de dirigir el festival durante unos años hasta su muerte en 1930, año en que la dirección pasó a su mujer, Winifred Wagner quien, cómo decirlo, se hizo muy amiga de un tipo llamado Adolfo, de apellido Hitler. La amistad de los Wagner y los Hitler no le vino nada mal al festival, el cual continuó con sus representaciones wagnerianas incluso cuando las cosas se pusieron de verdad difíciles en Alemania.
 
Al terminar la II Guerra Mundial la viuda Wagner, es decir, Winifred, fue amablemente invitada a dejar la dirección del festival, pues su amistad con el tipo del bigote no le trajo muchos aplausos que digamos. Pero la cosa quedó en familia, y la dirección del “mamotrético” festival recayó esta vez en los hijos de Sigfrido y Winifred, Wolfgang y Wieland, los nietos de Wagner y Cósima. Estos dos se ocuparon de todo a partir de 1951, después de un periodo en el que el teatro acogió, ¿justicia poética?, entretenimientos varios para los soldados yankees.
 
Richard Wagner
 
Richard Wagner
 
Bajo la nueva dirección de Wieland Wagner el festival experimentó una transformación revolucionaria. Atrás quedaron todos los elaborados decorados naturalistas, que dejaron paso a nuevos montajes de corte minimalista. En comparación, los cambios de entreguerras parecían insípidos y convencionales. Por primera vez en su historia, el público abucheó al finalizar las representaciones. Wieland fue especialmente criticado por la producción de Die Meistersinger de 1956. Muchos críticos conservadores lo vieron como una humillación de lo que era la “sacra tradición germánica”. Pero Wieland, nieto de su abuelo, defendió los cambios con uñas y dientes, es decir, con mordiscos y arañazos, y apostó por el “escenario invisible” que permitía al público experimentar todos los aspectos psicosociales del drama sin las distracciones de los elaborados decorados. También se ha especulado con que desnudando las obras de Wagner de sus elementos históricos y germánicos, Wieland intentaba distanciar el festival de su pasado nacionalista y crear nuevas producciones con un atractivo universal. Con el tiempo, muchos críticos llegaron a apreciar la belleza única de las reinterpretaciones que Wieland hizo de las obras de su abuelo.
 
Las radicales innovaciones de Wieland dieron lugar a comparaciones con las que en su día introdujo su hermano Wolfgang, que fueron unánimemente tachadas de poco inspiradas por toda la crítica. Si las de Wieland fueron revolucionarias, las de Wolfgang fueron regresivas. Aunque minimalista en principio, los montajes de Wieland resucitaron muchos de los elementos románticos y naturalistas de las producciones pretéritas. Así, la prematura muerte de Wieland en 1966, dejó a muchos con dudas sobre el futuro del festival. Se empezó a cuestionar la hegemonía de Bayreuth sobre el resto de óperas alemanas, y se llegó a sugerir que se trasladaran producciones nuevas y más interesantes a otras ciudades. En el año 1973, superado ya por las críticas y las disputas familiares, el festival fue transferido a la recién creada Fundación Richard Wagner, cuyo consejo de dirección incluía a miembros de la familia Wagner, sí, pero también a otros nombrados por el estado. Wolfgang Wagner ha conservado la presidencia hasta nuestros días, una perpetuidad con final cercano, pues a sus 88 años poca cuerda debe quedarle.
 
Tan poca que cuentan que ya ha decidido ceder el testigo, y hacerlo, como no podía ser de otra manera dentro de la tradición, a sus propias hijas. Lo que pasa es que las hijas de Wolfgang, hasta hace unos días, como quien dice, no podían ni verse, entre otras cosas por ser hijas de madres distintas y llevarse unas cuantos años. Eva Wagner tiene 63 años y es fruto del primer matrimonio del anciano Wolfgang. Eva ha estado hasta la fecha algo así como repudiada por su propio padre, pero sobre todo por su madrastra Gudrun Wagner, recientemente fallecida y que era quien, según las malas lenguas, llevaba la dirección real del Festival. La otra hija, la otra posible cabeza visible de la dirección bicéfala, es Katharina Wagner, de tan sólo 29 años, concebida por Wolfgang cuando contaba casi sesenta años de edad.
 
En otras palabras, el anciano nieto de Wagner, Wolfgang, posiblemente dejará en manos de sus hijas el célebre Festival creado por su abuelo y financiado por un príncipe loco bávaro. Sus hijas en vez de hermanas muy bien podrían ser madre e hija por sus edades, y Wolfgang bien podría ser el abuelito de su segunda hija. Eva Wagner hoy es consejera en el museo Metropolitano de Nueva York y en el festival de Aix-en-Provence. Katharina sí está vinculada al festival, donde ha llegado a dirigir una versión de Los maestros cantores de su bisabuelo con los mismos resultados obtenidos con frecuencia por su padre-abuelo: abucheos y críticas demoledoras por parte de la crítica especializada.
 
No me digan que no estamos ante una saga familar merecedora de una serie televisiva del estilo Falcon Crest o Los Colby. Tiene todos los elementos necesarios: pasión, sexo, divorcios, dinero, empresas, peleas, misterios, política... ¿Cómo acabará esta telenovela? ¿Se llevarán bien las hermanas, dirigirán la empresa familiar con éxito, se reconciliarán los Wagner con su festival...? Lo único seguro, seguro de verdad es que Wolfgang, el nietísimo, tiene los años contados, o los meses, las semanas, los días, las horas..., el tiempo muy contado.

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Thursday,17 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Vicente Aleixandre, poeta surrealista y neorromántico]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,684 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

El empeño de la nueva generación de escritores y poetas que era adolescente o muy joven durante la guerra civil española, tuvo mucho de ejercicio voluntarioso y autodidacta, topándose además con la dificultad impuesta por las circunstancias (diáspora de la mejor inteligencia, férrea autarquía cultural...), de no encontrar en su entorno más inmediato referentes válidos a los que recurrir en busca del necesario impulso y aliento. Vicente Aleixandre fue uno de los pocos que sí pudo y quiso, con generosidad, servir de guía, apoyo, mentor y referencia, a las nuevas generaciones de escritores y poetas que fueron naciéndole a España a partir del año 40. Su figura es ineludible, desde cualquier punto de vista, a la hora de analizar el fenómeno de la reconstrucción poética de la postguerra española, y el de su posterior desarrollo durante las tres décadas siguientes (en este sentido, Los cuadernos de Velintonia, de José Luis Cano, es un trabajo que juzgo suficientemente ilustrativo, a pesar de los maquillajes que presenta).
 
La cuestión que quizá deba plantearse ahora es ¿y por qué Vicente Aleixandre? Creo que como respuesta pueden darse al menos hasta tres claves de lectura bastante significativas. Aduciré en primer lugar lo que a fin de cuentas tal vez sea lo más decisivo y determinante: la sabiduría y el encanto personal, el trato cortés y educado, el talante liberal, la energía intelectual, el interés y la sincera atención que prodigaba el poeta entre los que a él acudían en busca de aliento, amistad y consejo. Cualidades todas ellas cuya suma favoreció el que actuara de perfecto interlocutor para los más jóvenes, y lograra además eso tan sumamente difícil que es saber tener discípulos. Características personales y literarias sobre las que, con afectuosa y rara unanimidad, tantas y tantas páginas se han escrito, viniéndome ahora a la memoria, por ejemplo, las que le han dedicado Carlos Barral, Bousoño, Gil de Biedma, Javier Marías, Luis Antonio de Villena o Pere Gimferrer, quien ha publicado este párrafo tan alumbrador y concluyente: “el mero hecho de que adoptase (Aleixandre) ante el lenguaje, y ante el ser de la poesía, la actitud que adoptaba, sin bajar nunca la guardia, bastaba para delimitar el terreno en el que el verdadero poeta debía producirse”.
 
En segundo lugar, el poeta sevillano era uno de los pocos y más destacados miembros de la intelectualidad anterior a la guerra civil que residía aún en España, y lo hacía además sin mantener con el régimen franquista una actitud abiertamente sumisa, dependiente o entregada. Y por último, frente a los convencionalismos garcilasistas que dominaban la época, Vicente Aleixandre con Sombra del paraíso y Dámaso Alonso con Hijos de la ira (los dos libros publicados en el año 1944), se convirtieron a sus casi cincuenta años, paradójicamente, en los impulsores de la primera renovación poética de postguerra, desbrozando Aleixandre un camino personal marcado por rasgos surrealistas y neorrománticos que tantísima influencia estaba llamado a ejercer sobre la poesía emergente. La aparición de Sombra del paraíso fue entendida por buena parte de la nueva generación poética española, incluso por sus elementos políticamente más comprometidos con las complicadas circunstancias sociales, como “un viento huracanado que barría todas las convenciones líricas de entonces, y que urgía a enfrentarse a la vida tal como era, tan sombría”.
 
Pero si existen razones que pueden ayudarnos a explicar a Aleixandre como un referente para las nuevas generaciones poéticas y culturales de la postguerra, muy poco hemos dicho, sin embargo, acerca de qué hace única su voz, en dónde radica la auténtica importancia de la experiencia poética por él desarrollada y su consiguiente influencia en la poesía española e hispanoamericana del último medio siglo.
 
Esa importancia está asentada en la firmeza de al menos cinco presencias ineludibles. Primera, el significativo conocimiento del contexto cultural y poético que le tocó vivir (lecturas de Freud, Neruda, Aragon, Lorca, Joyce, Breton, Cernuda...). Segunda, la enérgica y elevada condición lírica de sus trabajos. Tercera, la concepción de la poesía como pasión y problema, “como pugna hacia la luz y como esperanza”. Cuarta, una vasta variedad temática y estilística que siempre aparece recorrida por un sólido y muy visible hilo de unidad; y es que, con el correr de los años, “la poesía de Aleixandre se modifica hondamente, y no obstante, es siempre reconocible una suculenta unidad que preside todas las transformaciones”. Y quinta, una paradoja consistente en haber logrado romper los hábitos mentales del racionalismo –siguiendo la estela del mayor logro creativo de la modernidad, el asentimiento dado por los superrealistas a lo irracional–, pero no para formular un discurso abandonado a la ingenua confianza en la comunicabilidad de los modos de escritura surreal, sino muy por el contrario, para significar/verbalizar la experiencia de un mundo racionalmente inteligible.
 
Vicente Aleixandre (1898-1984)
 
Vicente Aleixandre (1898-1984)
 
En esta aventura (que esencialmente es de rango lingüístico), Aleixandre no concentra su principal interés en la narración de un “mensaje poético” situado dentro de los parámetros de lo que podríamos denominar el “sistema lógico”, sino que plasma en realidad semántica sus concepciones imaginativas mediante el uso y examen de un lenguaje dinámico e indagatorio que es fruto/reflejo de la representación del mundo impresa en su psique. No hay pretensión de explicar el mundo en la poesía de Aleixandre; hay una búsqueda crítica del conocimiento de sí mismo para aprehender en su condición los elementos radicales de la existencia. El yo personal se revela interiorizado en lo demás, y lo demás, a su vez, en el yo. “De esto se desprende la peculiaridad de su escritura, que no consiste en registrar pasivamente el dictado de la intuición poética, sino que quiere provocarlo a través de una exploración verbal que elimina el impasse entre forma y fondo, entre lengua y referente poético. Todo lo contrario de la ortodoxia bretoniana que impone un abandono absoluto a la recepción de la imagen onírica”.
 
Siguiendo los mismos planteamientos de esta última reflexión, Guillermo Carnero señala que la primera gran enseñanza de la poesía de Aleixandre se fundamenta en “la superación del superrealismo fundamentalista..., para alcanzar un discurso simbólico y visionario comunicable”; se trata, en definitiva, de haber dado un meditado y significativo paso atrás con respecto a las concepciones surrealistas plasmadas por André Breton en obras como Los campos magnéticos o el Manifiesto del surrealismo.
 
Estando en perfecto acuerdo con la apreciación, yo añadiría que la lección aleixandrina asienta también parte de su esencia en la crítica asimilación de determinados rasgos de la creatividad poética romántica, fundamentalmente de la francesa y alemana. Una asimilación sin duda facilitada por la lectura de Hölderlin y por la del original francés de Los Cantos de Maldoror de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont, un poeta que partiendo del sólido influjo –corregido por la esperanza– de Musset, Hugo o Byron, tornó el sentimiento en instinto, y consiguió labrar una poesía basada en el hacerse mismo de la escritura y en el poder expresivo de las imágenes y los símbolos, buscando siempre ensanchar así la innata y ambivalente capacidad de proyección que presenta el lenguaje. Entre otras experiencias y lecturas, la de los Cantos mostró a Aleixandre la fundamental posibilidad de un lenguaje “capaz de producirse como un torbellino de autodestrucción y creación sin término”, como escribió José Ángel Valente.
 
Cuando hablo de rasgos románticos en la poesía de Vicente Aleixandre, de su neorromanticismo, deseo referirme, muy concretamente, a la preocupación por el destino, la inmutabilidad de la muerte, la libertad del hombre y el amor como constante intento de comunicación con lo absoluto, y también, a la confabulación estratégica de unos recursos y de un lenguaje que, junto a una sutil depuración de la memoria, el poeta emplea –en un juego de mecanismo consciente– para abordar las emociones humanas, y de esa manera, perfilar una poesía universalista que es tanto aliento y encarnadura de verdad intelectual, como de verdad moral, entendiendo por ésta el reconocimiento solidario de lo otro, de los demás. Una poesía, en definitiva, que presenta situado en el tiempo su lenguaje y que alienta y recoge un mundo en permanente estado de transformación, llevando consigo la vida y la multiplicidad de sus formas, una concreta aspiración a la luz que no desfallece.
 
Sin negar la importancia de la participación de otros elementos constituyentes, creo que los que hasta aquí han quedado débilmente bosquejados, sí ayudan a señalizar con algún acierto el camino emprendido por Aleixandre a partir de los años treinta, con La destrucción o el amor (1935), y que con un grado de mayor o menor fidelidad continuó hasta esos dos estremecedores, metafísicos y afilados libros con los que ya en la vejez se abandonó al silencio poético: Poemas de la consumación (1968) y Diálogos del conocimiento (1974). Una búsqueda abierta siempre a la posibilidad, un camino el de Vicente Aleixandre que hoy es su más valioso legado, su original y decisiva contribución al desarrollo de la poesía en castellano del siglo XX: una vía inagotable, coherente y de esencial riqueza, por la que muchos todavía transitamos con el exigente calor de su luz.
 

 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Wednesday,16 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La España del Nacionalcatolicismo 1939-1955, o Franco Doctor Honoris Causa por Salamanca]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,682 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Desde el final de nuestra guerra civil hasta el primer lustro de los años cincuenta, España vivió una etapa que constituyó un significativo paso atrás con respecto a los avances logrados en los años de la llamada Edad de Plata, y el comienzo también de un nuevo y radical proceso de marginalidad con respecto a las importantes innovaciones científicas, técnicas y artísticas que estaban teniendo lugar en el entorno europeo y norteamericano. Razones por las que debemos considerar esta etapa como una de las más aciagas y devastadoras para la cultura de España en el siglo pasado.
 
Baste la contundencia de unos cuantos datos, en mi opinión muy alumbradores, para sopesar el verdadero alcance de lo afirmado: en 1947, Carrero Blanco obtenía el Premio Nacional de Literatura por su obra El Cristo de Lepanto, mientras el arzobispo de Toledo recordaba, por medio de un artículo publicado en buena parte de la prensa nacional, que estaba totalmente prohibida por orden del Santo Oficio la lectura de todas las obras de Anatole France y de Stendhal; en 1951 el influyente sacerdote Federico Sopeña declaraba que la principal misión de la inteligencia española era convertir a Ortega y Gasset al catolicismo; ese mismo año, todos los miembros de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid realizaban ejercicios espirituales pidiendo la conversión del filósofo; y ya para terminar, en 1953, el ideólogo y dirigente falangista Antonio Tovar, Rector de la misma Universidad de Salamanca que un año más tarde iba a nombrar Doctor Honoris Causa al general y dictador Francisco Franco, decía sentirse muy orgulloso de que para poder viajar a los EE. UU. se exigiese el juramento de no pertenecer a la Falange.
 
Francisco Franco
 
Francisco Franco
 
La España en la que ocurrían estas cosas, era la misma en la que, por ejemplo, en la ciudad de Santander, José Hierro, José Luis Hidalgo o Carlos Salomón escribían sus poemas, publicaban sus libros, sacaban adelante sus revistas y colecciones poéticas. Una España mísera, aislada, un tanto desconcertada por el triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, y que desde un punto de vista cultural se caracterizaba principalmente por su autarquía y autodidactismo, por la pobreza ideológica de su clase dirigente, por la fuerza incontestable de la Iglesia Católica, y por la acuciante necesidad de instaurar una dinámica cultural y artística que ayudase a encubrir (en la medida de lo posible) los efectos devastadores producidos por el exilio.
 
Hay que decir, sin embargo, que el periodo 1951-1955 trajo consigo tres hechos política y culturalmente reseñables: primero, el final del poder hegemónico de Falange en la cultura oficial española; segundo, la irrupción en este terreno del Opus Dei apoyado de forma explícita por la jerarquía eclesiástica; y tercero, la primera fase de liberalización cultural llevada a término por el régimen franquista. A partir de la paulatina sucesión de estos acontecimientos, nada volvió a ser como antes.
 
El final de 1955 vio la prohibición del Congreso de Jóvenes Escritores y la clausura de la revista Alcalá debido a su número homenaje a Ortega y Gasset. Durante los primeros meses del conflictivo 1956, tuvo lugar la primera elección libre de delegados universitarios y una manifestación pública estudiantil antifalangista en abierta oposición al régimen de Franco. Las consecuencias no se hicieron esperar, entrando en funcionamiento los aparatos represores: se detuvo y encarceló, entre otros muchos, a Ramón Tamames, Javier Pradera, Enrique Múgica, José M. Ruiz Gallardón, Gabriel EIorriaga y a significados falangistas “convertidos al liberalismo” (hablamos de Dionisio Ridruejo o Miguel Sánchez Mazas); se clausuró la Universidad de Madrid y se cesó a su Rector, Pedro Laín Entralgo, y también a Antonio Tovar (Rector en Salamanca), al ministro de Educación, Joaquín Ruiz-Giménez, y al secretario general del Movimiento, Raimundo Fernández Cuesta.
 
Esa fue, desde el final de la guerra civil, la primera ocasión en que la unidad de los vencedores ofrecía abiertamente importantes fisuras; la primera vez que el llamado “hombre de la calle” tenía noticia fehaciente de la importante oposición interna con la que contaba el franquismo. A partir del año 1956 el nacionalcatolicismo dejó de ser el pensamiento único del país, emergiendo de esa forma a la superficie una España oficial y otra real.
 

 NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Tuesday,15 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Un ballo in maschera (Verdi) en el World Trade Center con Mickey Mouse]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,681 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Un ballo in maschera (Un baile de máscaras), es probablemente la ópera de Verdi que más problemas tuvo con la censura. Estrenada en 1859, seis años después de La Traviata, la censura impidió su primera representación en Nápoles, por lo que Roma acogió la premier después de que la censura vaticana también metiese mano al libreto.
 
La ópera pone en escena la muerte de un monarca, lo que en la época era absolutamente impensable tras los sucesos de la revolución francesa y los constantes acontecimientos revolucionarios de la primera mitad del siglo XIX en toda Europa.
 
Un ballo in maschera (Verdi) en el World Trade Center con Mickey Mouse
 
Un ballo in maschera (Verdi) en el World Trade Center con Mickey Mouse
 
La ópera se inspira en un hecho real, la muerte del rey Gustavo III de Suecia, pero Verdi se vio obligado a trasladar los acontecimientos a Norteamérica, más concretamente a Boston, convirtiendo al monarca en el gobernador de las colonias americanas. El autor del libreto fue el escritor Antonio Somma, quien se basó en la obra teatral de Eugène Scribe Gustave III ou Le Bal masqué.  Antes que Verdi, pero con mucha menos fortuna, llevaron a la ópera el mismo tema compositores como Mercadante o Auber. En nuestros días no es infrecuente que Un ballo se represente en su versión original, es decir, haciendo del tenor protagonista, Riccardo, un rey y no un gobernador en Boston.
 
Desconozco si la versión que de Un ballo se estrenó este pasado fin de semana en Erfurt, capital de Turingia, está protagonizada por un rey o un gobernador, pero creo que tal detalle no debe tener mucha importancia en el planteamiento de la ópera llevado a cabo por el austriaco Johann Kresnik, otro enfant terrible, como nuestro Calixto Bieito, de las puestas en escena operísticas de la actualidad.
 
Para la ocasión, y según narran las crónicas, Kresnik ha desarrollado la acción nada más y nada menos que en mismo centro de la zona cero neoyorkina. El decorado muestra las humeantes ruinas del World Trade Center, entre las que deambulan casi medio centenar de figurantes de mediana edad completamente desnudos y con sólo una máscara cubriéndoles el rostro (ya saben, un baile de máscaras). Una máscara del ratón Mickey, del disneysiano Mickey Mouse. Ah, se me olvida decirles: se agotaron las entradas.

 

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Monday,14 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El faro de Guillermo López Gallego]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,679 Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Durante el bachillerato tuve la enorme fortuna de contar con algunos profesores excelentes. Enseñaban y aficionaban, te obligaban a pensar y a ser crítico, a no asimilar sin reflexión lo que te ofrecía el exterior.
 
Entre aquellos profesores figura muy especialmente Juana Victoria Gallego, mi profesora de lengua y literatura en 3º de BUP en el santanderino Instituto José María de Pereda. Juana era y es soriana, y puedo decir sin reparos que ella es una de las columnas sobre las que se levanta mi afición a los libros y la escritura. Además de ser una excelente profesora, Juana nos animó, por ejemplo, a editar una revista literaria, Palabras, que tuvo una vida no muy larga pero sí fructífera. Gracias a esa revista conocí a varios escritores y profesores de cierto renombre local, y escribí y publiqué mis primeros artículos que ahora imagino por completo torpes y horrorosos, pero que sirvieron para inocularme en sangre el gusto por la palabra escrita, por el folio en blanco y las letras negras. Juana organizó también durante mi estancia en el instituto diversas ferias del libro en una gran sala del primer piso, junto a la capilla, sino recuerdo mal del todo. En esas ferias comencé la creación consciente de mi biblioteca, adquiriendo los libros que podía permitirme en ediciones de bolsillo de sellos como Bruguera o Alianza.
  
Después de dejar el instituto y matricularme en la Facultad de Letras de la Universidad de Cantabria, recuperé la relación con Juana Victoria y sumé la de su marido, hoy, y desde hace años, uno de mis más cercanos referentes intelectuales, Dámaso López García, un madrileño con raíces familiares en la zona sur de Cantabria. Dámaso había sido profesor de inglés en diferentes institutos de Cantabria y Santander, y cuando empecé a tratarlo con más asiduidad ya daba clases en la Universidad de Castilla-La Mancha y había dado comienzo una sólida carrera como traductor. Desde hace años Dámaso y Juana viven en Madrid, aunque conservan su piso santanderino y, cómo decirlo, son “veraneantes” a piñón fijo, pasando varios meses del año en Santander. Juana sigue dando clases de lengua y literatura en un instituto madrileño, y Dámaso es el decano de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense. Dámaso es un reputado traductor al español de autores como T. S. Eliot, Seamus Heaney, Conrad, Stevenson. Larkin, Virginia Woolf, Lytton Strachey
 
A ambos los veo con asiduidad durante mis fines de semana madrileños. A ambos los quiero mucho, ambos son para mi ejemplos positivos de muchas, muchas cosas.
 
Guillermo López Gallego: El faro (Pre-Textos, 2008)
 
Guillermo López Gallego: El faro (Pre-Textos, 2008)
 
Dámaso y Juana tienen un hijo al que conozco prácticamente desde que llegó al mundo: Guillermo López Gallego (Madrid, 1978). Guillermo es un tipo cuya formación intelectual muchos hubiéramos firmado a ojos cerrados. Domina varios idiomas (entre ellos el inglés y el francés), es licenciado en Derecho por la Complutense y la Sorbona, y muy recientemente se ha incorporado al cuerpo diplomático del estado español a la espera de un destino que no tardará mucho en llegar. Mientras estudiaba, viajaba, vivía en París y luego preparaba las oposiciones para ser diplomático..., leía, escribía, traducía y ejercitaba un “activismo” cultural de resultados solventes. Por ejemplo: dirigió la revista de creación literaria Entonces que se “tiraba” en la santanderina imprenta Bedia; publicó las plaquettes De vez en cuando (Límite, Santander, 1997), Hammarlund (Entonces, 1999) y A la bim bom bam (Librolí, 1999); tradujó a autores como Ovidio (Pre-Textos), J.-K. Huysmans (Valdemar), J. F. Elslander, o S. Gainsbourg; y fue coeditor de la antología Veinticinco poetas españoles jóvenes (Hiperión, 2003).
 
Ahora acaba de lanzar a la calle su primer libro de versos, su primer libro de poemas, El faro (Pre-Textos, 2008), un libro llamado sin duda a ser importante en la más reciente poesía española contemporánea. Y esa importancia nace del hecho de que es un espléndido libro construido en una tradición poética que no cuenta hoy entre nosotros con muchos seguidores de la excelencia de López Gallego.
 
El faro no es ni un libro que persiga aprehender y plasmar el pulso nativo y sentimental de la realidad, ni uno que se prodigue en el uso de la palabra como herramienta exploratoria para iluminar las “zonas oscuras” del sentir y pensar a las que no puede llegarse a través del lenguaje normalizado. No, El faro de López Gallego se inscribe en la poética de trabajar con sutileza la palabra para revelar mediante ella lo que subyace al acecho no evidente tras la cotidianeidad de mirar y vivir. “Miro (y siento), luego existo”, es una divisa que bien podría definir alguna de las caras de la poliédrica poética del autor.
 
Los poemas de este libro demandan a voz en grito segundas y terceras lecturas. El faro es un libro de línea clara que no cae en los tópicos ni en las imágenes manoseadas. Es un poemario del yo constante dirigido al nosotros más global. Un libro con materia del ayer iluminando el aquí y ahora y proyectándose en cada verso hacia los territorios del mañana.
 
Acérquense a su librería favorita y pidan este breve libro de poemas. Les aseguro que no les defraudará en absoluto. Es más, la lectura de este libro es una excelente oportunidad de reconciliarse con la poesía si como lectores se alejaron en algún momento de ella. Un libro joven y sabio, maduro y fresco. Estamos sin duda ante una voz muy personal y reconocible de la nueva poética española contemporánea.
 

 NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Friday,11 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[George Steiner y el bizantinismo cultural]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,678 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

No será muy complicado el que nos pongamos de acuerdo con respecto a que este comienzo de siglo y milenio ofrece un ambiente cultural dominado por lo crítico y lo explicativo. En este mismo sentido, creo que tampoco habrá muchos reparos en caracterizar nuestro tiempo con los epítetos bizantino o alejandrino. “La humanidad instruida –escribe George Steiner– se ve desbordada a diario por millones de palabras, impresas, emitidas por radio o televisión, que aluden a libros que nunca se abrirán, música que nunca se escuchará, obras de arte sobre las que nunca se posará mirada alguna. Un perpetuo murmullo de comentarios estéticos, juicios improvisados y pontificaciones enlatadas inunda el aire”.
 
Algunas de las más rotundas evidencias que vienen a dotar de color y dimensión a esta realidad, las he encontrado enunciadas en los textos de autores tan diversos (por procedencia, formación e intereses) como el propio Steiner, Fernando Savater, Paul Valéry, Josep Fontana o E. H. Gombrich.
 
Pondré unos cuantos ejemplos que ayuden a situarnos. Sólo por lo que respecta a la literatura moderna, las universidades de los países más desarrollados producen, aproximadamente, treinta mil tesis doctorales al año; el repertorio bibliográfico consagrado a dilucidar los “verdaderos significados” del Hamlet de Shakespeare sobrepasa a día de hoy los veinticinco mil títulos; antes de que Faulkner tuviera un periódico y varios boletines informativos dedicados exclusivamente a su vida y obra, había sido ya objeto de cerca de un millar de tesis y trabajos de investigación; más de la mitad de los artículos publicados por las revistas científicas más prestigiosas del mundo no son citados, ni una sola vez, en los cinco años posteriores a su publicación, y esta cantidad debe incrementarse hasta casi su totalidad si nos referimos a trabajos de orden historiográfico (Joseph Fontana, dixit).
 
Los ejemplos aquí expuestos, como ya ha quedado dicho, sólo son gruesos trazos que procuran dar alguna idea de un paisaje cultural dominado por los discursos de segunda y tercera mano. Unos discursos cuyo interés y autoridad, además, generalmente se revelan marcados a fuego (y esto es quizá lo más significativo e inquietante del caso) por la inmediatez de su caducidad, por lo prescindible de su íntimo sentido.
 
George Steiner: Presencias reales (Destino, 2007)
 
George Steiner: Presencias reales (Destino, 2007)
 
Si nos preguntamos por las causas que han llevado a esta situación, es muy probable que no demos con ninguna que nos deje satisfechos por entero. George Steiner sí apunta algunas en su magnífico ensayo Presencias reales. Incluso llega a manifestar que nuestro bizantinismo encuentra dos de sus mejores expresiones en el periodismo y en la Universidad. Con respecto a esta última concreta aún más su afirmación, aportando una reflexión (no ajena por supuesto a la ironía) referida al campo de las letras modernas, aunque perfectamente aplicable al resto de las artes y las ciencias: “la noción misma de investigación –escribe Steiner– está viciada por el postulado a todas luces falso según el cual decenas de miles de jóvenes tendrán algo nuevo y acertado que decir sobre Shakespeare, Keats o Flaubert”.
 
Como puede comprobarse, la complejidad de la cuestión no es poca, y desde luego no seré yo quien se adentre por sus estrechas sendas.
 
Todo intento serio de acercamiento a una realidad constituye un ejercicio de crítica. Si la realidad que despierta nuestro interés es de índole artística, musical o literaria, el acercamiento crítico más autorizado, en palabras de George Steiner, es el que nace de la propia creación. Así, la labor crítica, con lo que ésta debe tener siempre de lectura asimiladora, de lectura capaz de hacer de la obra criticada una “presencia real y presente”, encuentra su brillo más ajustado y fructífero cuando brota de la responsabilidad creativa. “Esta vitalizante valoración del carácter presente de lo pasado, junto con la previsión crítica de sus apelaciones a la futuridad (ahora, dice Borges, el Ulises de James Joyce es anterior y prefigura la Odisea) es lo que define la justa lucidez. Cuando el poeta critica al poeta desde el interior del poema, la hermenéutica lee el texto viviente que Hermes, el mensajero, ha traído del reino de los muertos inmortales”.
 
Tal vez me explique mucho mejor haciendo uso de algunos discursos entresacados de las páginas del libro ya citado, Presencias reales.
 
“No hay juicio más útil del Otello de Shakespeare que el libreto de Arrigo Boito para la ópera de Verdi; las investigaciones de Manet sobre Goya son valoraciones críticas incomparables; casi la totalidad de los “recursos proteicos” utilizados por Picasso puede ser vista como una serie o cadena de revaloraciones críticas de la historia del arte occidental; James Joyce logra con su Ulises un ejercicio crítico de primer orden con respecto a los instrumentos narrativos y estructura general de la Odisea homérica”.

 

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Thursday,10 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Marilyn Monroe y Truman Capote: las puertas giratorias del Waldorf Astoria]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,677 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

En el año 1955 el escritor Truman Capote y la actriz Marilyn Monroe volvieron a encontrarse después de un tiempo de no saber mucho el uno del otro. Ella, entonces la rubia más deseada por los hombres de todo occidente con capacidad de visión en sus ojos, residía en una estupenda suite de la sexta altura del neoyorkino hotel Gladstone, y en pleno invierno de ese año había acudido a la primera de sus clases en el Actor’s Studio dirigido por Lee Strasberg. El famoso profesor de “arte dramático” con un método de trabajo que entre otros reverenciaron Marlon Brando, Paul Newman o Montgomery Clift, logró transformar la vida de la rubia platino al abrir su inconsciente. Y Marilyn le espetó a su amigo bajito y homosexual: “Para una vez que no me pedían que abriera la boca o las piernas, ¡menuda suerte!”.
 
En algún momento de ese año Capote llevó a Monroe a conocer a Constance Collier al apagado y lúgubre pisito en la que ésta vivía, allá por la calle 57 oeste de la ciudad de los rascacielos. La vieja y prestigiosa actriz inglesa, casi ciega y paralítica, empezó al poco a tiempo a darle clases de interpretación y de uso de la voz a la actriz de Los caballeros las prefieren rubias. Después de un tiempo de trato profesional Constance Collier declaró con respecto a Marilyn: “Tiene algo. Es una niña preciosa. Y no lo digo en el sentido habitual, demasiado habitual. No creo que sea una actriz, no en el sentido tradicional de la palabra. Lo que tiene, esa presencia, esa luminosidad, esa inteligencia estremecedora, nunca podrá manifestarse en una escena. Es demasiado frágil y sutil. Sólo una cámara podrá captarlo. Como un pájaro mosca. Únicamente la cámara pueda congelar la poesía de su vuelo”.
 
Marilyn Monroe
 
Marilyn Monroe
 
El escritor y la actriz volvieron a perderse de vista una larga temporada. Se volvieron a encontrar en Nueva York en el funeral por la vieja Constance Collier. Marilyn estaba alojada en el legendario Waldorf Astoria. El hotel le encantaba a la rubia de labios rojos y carnosos porque desde sus habitaciones altas podía ver una postal nocturna impresionante y enigmática de Park Avenue. También le gustaban mucho las enormes puertas giratorias del establecimiento.
 
Al respecto, en una ocasión le dijo Truma Capote: “Es el símbolo perfecto de la vida. Creemos que vamos, pero venimos. Vamos hacia atrás, no sabemos si entramos o salimos”.
 
Marilyn le respondió: “Tal vez lo sea para ti. Pero para mí, las puertas giratorias son el símbolo del amor. Cada uno está solo ente dos puertas de cristal. Nos perseguimos y no nos alcanzamos jamás. Estamos lejos de nosotros mismos e imaginamos estar pegados junto al otro. Nadie sabe quién va delante y quién detrás. Como los niños, nos preguntamos quién empezó a amar, a dejar de amar”. 
 

 NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Wednesday,9 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Charlton Heston, el actor que dejó trabajar a Orson Welles y Sam Peckinpah]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,676 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

La muerte de Charlton Heston ha ocupado páginas y páginas de los diarios y mucho espacio también de los noticieros de radio y televisión. Sabemos que, en el caso de las viejas celebridades, hasta para morirse tienen que tener un poco de suerte a la hora de captar algún interés informativo. Charlton Heston la ha tenido, y quizá ante la ausencia de catástrofes novedosas o acontecimientos puntuales extraordinarios, los medios le han dedicado a su desaparición el espacio que, por otra parte, sin duda merecía.
 
Lo que más ha llamado mi atención estos días con respecto a la repercusión mediática de la muerte de Heston es que los medios tan sólo se han puesto de acuerdo en una cosa al valorar su vida y su carrera: “ha muerto uno de los últimos verdaderamente grandes rostros de la industria cinematográfica made in Hollywood”. El resto de los acercamientos, por lo general, creo que no han estado a la altura de la complejidad de Heston como hombre y actor.
 
Dos han sido las visiones sobre el actor más plasmadas desde lo manido o manoseado por los medios estos días: su condición de republicano convencido y su defensa radical del derecho a portar armas por un lado; y por otro, su condición de actor circunscrito a las grandes producciones hollywoodienses en torno a temas relacionados con la antigüedad, fundamentalmente Los diez mandamientos (Cecil B. DeMille, 1956) y Ben-Hur (William Wyler, 1959), papel este último que le valió el oscar al mejor actor de ese año. En resumidas cuentas, muchos periódicos y medios de comunicación españoles han reflejado la muerte de Charlton Heston poco más o menos como sigue: “ha muerto una estrella de cine que era un facha y que estaba encasillado en películas de romanos”. Punto y aparte. Bien, cualquier aficionado un poco serio al cine clásico sabe que la cosa es mucho más compleja y admite una gran cantidad de matices, exactamente igual que en el caso de John Wayne, de John Ford y de tantos otros a los que se les ha despreciado como artistas debido a sus posicionamientos políticos, en muchos casos tergiversados o malentendidos.
 
Heston triunfó en el cine por un físico espectacular y por una desmesurada pasión por la interpretación, mundo al que llegó tras participar en la II Guerra Mundial y trabajar en Nueva York como modelo publicitario. Debutó en la tablas teatrales de Broadway en 1947 nada más y nada menos que con una obra de Shakespeare, Antonio y Cleopatra, obteniendo muy favorables críticas. De Boradway fue llamado a Hollywood para incorporarse a la industria del cine, y tanto su talento como sobrio actor como su físico atlético y contundente le proporcionaron en no mucho tiempo papeles importantes. La década de 1950 es probablemente la más dorada del cine clásico norteamericano, la década en la que se logró casi la perfección en el sistema americano de producir grandes películas desde un punto de vista industrial. Esa fue la década en la que Heston se hizo un nombre y forjó su carrera. A comienzos de esa década trabajó con directores tan sólidos como William Dieterle, George Mashall o Cecil B. DeMille, pero fueron los años finales de dicha década los de la consagración y el esplendor. Entre 1956 y 1959 rodó cuatro grandes películas, grandes por razones diversas: Los diez mandamientos (1956), Sed de mal (Orson Welles, 1958), Horizontes de grandeza (William Wyler, 1958) y Ben-Hur (1959).
 
Sí, el ultraconservador y facha Heston fue quien hizo posible que Welles rodase su obra maestra del cine negro, Sed de mal, una película absolutamente grandiosa y que el genial director sólo pudo rodar gracias al empeño del actor, quien ya convertido en una estrella de las taquillas impuso su peso para que la productora dejase trabajar a Welles. A cambio, Heston coprotagonizaba una película que sabía iba a ser importante, aunque lo hiciese como inverosímil policía mejicano.
 
Los años 1960, la década en la que comenzó la decadencia de la industria americana, llegaron con Charlton Heston convertido en uno de los actores más taquilleros y poderosos del sistema. El Cid (Anthony Mann, 1961) y 55 días en Pekín (Nicholas Ray, 1963) fueron títulos rodados por magníficos directores de cine en la estela de las grandes superproducciones de la década anterior, pero esta vez se rodaron en España para abaratar costes. Es la época del productor Samuel Broston y la llegada en masa de la industria americana a Europa para rodar barato.
 
Orson Wells: Sed de mal (1958)
 
Orson Wells: Sed de mal (1958)
 
Las películas tuvieron éxito, pero Heston se dio cuenta de que debía embarcarse en otro tipo de proyectos en los que además de su prestigio como actor puso, en algunas ocasiones, dinero. La segunda mitad de los 60 le ven protagonizando otro tipo de cine, y rodando películas de mucho interés: El tormento y el éxtasis (Carol Reed, 1965), El señor de la guerra (Franklin J. Schaffer, 1965), Mayor Dundee (Sam Peckinpah, 1965), El planeta de los simios (Franklin J. Schaffer, 1968) o El más valiente entre mil (Tom Gries, 1968). En conjunto cinco películas realmente espléndidas en apenas tres años. Cinco películas que presentan rasgos distintivos con lo que había sido el cine de Hollywood más previsible, cinco películas en cierto sentido fallidas por causas diversas pero que son ejemplos fehacientes de lo más interesante y valioso que se rodaba en la época sin quedarse al margen del sistema.
 
El comienzo de los 1970 es el de la “despedida” o el “cierre” real de la carrera de Heston. El resto serán películas bastante mediocres, cameos, o participación en series de televisión. Pero las tres películas que rodó entre 1971 y 1974 son muy importantes y marcan los caminos que seguirán en gran medida las producciones exitosas norteamericanas en los años venideros. Me refiero a El último hombre vivo (Boris Segal, 1971), Cuando el destino nos alcance (Richard Fleischer, 1973) y Terremoto (Mark Robson, 1974). Las tres inauguran o prosiguen, de algún modo, la senda abierta por El planeta de los simios, es decir, películas en las que la ciencia ficción, el futuro, las innovaciones tecnológicas y las catástrofes se suman en historias con mucho de espectacular y un bastante de reflexión apocalíptica sobre los tiempos de la guerra fría, el desarrollo y avances de la tecnología y la ecología.
 
Algunas películas como director, el premio humanitario Jean Hersholt en 1977, la presidencia de la Asociación de Actores de Cine (1966-1971), la presidencia de la National Rifle Association (1998-2003), varios libros autobiográficos, la Medalla de la Libertad concedida en 2003 por George Bush..., son otros de los hitos que jalonan su carrera y su vida.
 
A lo largo de unos 25 prolíficos años de carrera cinematográfica continuada y en la cumbre Charlton Heston protagonizó alguna obra maestra indiscutible, obtuvo un Oscar al mejor actor, ganó dos Globos de oro como mejor actor, le concedieron el premio Cecil B. DeMille, trabajó con algunos de los directores de cine más dotados de la historia y con algunos artesanos fabulosos (Orson Welles, Anthony Mann, Nicholas Ray, Sam Peckinpah, Carol Reed, William Wyler, Franklin J. Schaffer, Cecil B DeMille...)..., y sin embargo parece haber pasado a la historia por empuñar un viejo rifle y gritar en público que sólo se lo quitarían de la mano muerta. A Heston parece no perdonársele su republicanismo, el haberse abrazado a un tipo como Bush.
 
Y nadie, o muy pocos han querido recordar estos días al Heston que presionó en 1958 a los estudios Universal para que fuese Welles quien dirigiese Sed de mal (incluso financiando el final del costoso rodaje), o que en 1965 se enfrentó a los productores de Major Dundee, cuando pretendían interferir en la dirección de su director, Peckinpah. O que Heston se la jugó en los 50 y 60 luchando contra la segregación racial en los EE.UU.
 
De Charlton Heston la progresía parece quedarse con el anciano que alzó al cielo su rifle con violencia e indignación. Yo prefiero quedarme con el Heston desesperado que cabizbajo y en la playa contempla la Estatua de la Libertad destruida en El planeta de los simios; o el Heston que conduce la cuadriga en la célebre carrera de Ben-Hur; o con el vaquero que decide ayudar a su patrón en la escena del desfiladero de Horizontes de grandeza; o al actor que permitió a Welles rodar el más maravilloso travelling de la historia en la secuencia inicial de Sed de mal; o con el vaquero envejecido, analfabeto y noble que se enfrenta a los malvados por dignidad en El más valiente entre mil; o con el comprensivo y casi tierno héroe que protege a un Edward G. Robinson viejo y desamparado en Cuando el destino nos alcance.
 
Me quedo con el actor de raza, con la estrella de cine que lo fue en un momento esplendoroso del arte que lo dio a conocer al mundo. Un momento que, como la estrella desaparecida, ya pertenece al pasado, al feliz pasado de muchos ciudadanos del mundo.
 

 NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.
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Tuesday,8 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Alan Villiers: navegar por Terranova y bacalao en Lisboa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,675 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Vivo en una ciudad que es puerto de mar, capital de una región cuyas costas están bañadas por el agreste y nervioso mar Cantábrico. En cuanto sopla un poco el viento sur, las aguas de la bahía se ponen a hervir, y cuando sopla el noroeste las olas gigantes baten los muelles y las islas que pueden contemplarse desde la costa. Me gusta el mar, no puedo vivir sin mar. Cuando llego de Madrid, por ejemplo, lo primero que siento es el aroma salino del mar, la piel se me humedece, y parece que, paradójicamente, respiro mejor.
 
Me apasionan las historias de mar, los relatos marinos. Esa es al razón por la que llegué hasta el raro libro que ahora les voy a recomendar y hasta su autor, un tipo realmente fascinante, y cuyas características y elementos conformantes son más abundantes en la cultura anglosajona que quizá en ninguna otra. Me refiero a Alan Villiers (Melbourne, 1903; Oxford, 1982), un marino escritor, insisto, figura británica por antonomasia.
 
Alan Villiers
 
Alan Villiers
 
Villiers tuvo una pasión en su vida: navegar, y además hacerlo a vela. Estuvo embarcado en buques balleneros, circunnavegó en varias ocasiones la tierra y, para rematar la faena, tomó parte en la segunda guerra mundial, tras la que fue ascendido a comandante y condecorado.
 
Y entre ola y ola, entre vuelta al mundo y vuelta al mundo, Villiers escribió, y no lo hizo con excesiva moderación. Más de 40 títulos lo contemplan, desde una especie de biografía del afamado capitán Cook, hasta la narración de muchos de sus interesantes viajes. Tal producción le valió el éxito como escritor en lengua inglesa, y el ser reconocido como un narrador de mérito y acierto.
 
El libro que hasta aquí no trae se titula La campaña de la goleta Argus, y su subtítulo es muy explícito: Un viaje a la pesca del bacalao por los grandes bancos de Terranova y Groenlandia. El libro lo ha editado Ediciones Trea de Gijón, y en sus casi trescientas páginas  ilustradas con increíbles fotografías realizadas por el propio Alan Villiers, nuestro autor lleva a cabo casi la escritura de un documento divulgativo, antropológico y etnográfico en torno a una de las últimas actividades económicas que hicieron uso y costumbre de la navegación a vela en viajes por los distintos océanos: la pesca del bacalao por marinos y barcos portugueses, nuestros vecinos.
 
Alan Villiers: La campaña de la goleta Argus (Ediciones Trea, 2007)
 
Alan Villiers: La campaña de la goleta Argus (Ediciones Trea, 2007)
 
Villiers vivió más de cinco meses embarcado en el Argus, una goleta de bandera portuguesa que, junto a los compañeros marineros, es la gran protagonista del relato. Hombres y nave, juntos y protegiéndose y ayudándose mutuamente, se enfrentan tanto de día como de noche a tormentas descomunales, a la niebla, las olas gigantescas, los icebergs...
 
Este libro de Villiers en una verdadera obra maestra de las narraciones que tienen el mar como elemento protagonista, y leyendo sus páginas uno no puede sino asombrarse y saludar con el sombrero en la mano a estos esforzados hombres capaces de hazañas cotidianas en las condiciones más duras en mitad de océanos negros y helados y a bordo de naves frágiles y con velas al viento.
 
Villiers, la pesca del bacalao en los mares fríos del norte, los marinos portugueses... No imagino ahora placer más a apropiado al momento que leer las páginas de este hermoso y poco habitual libro sentado a la mesa de un modesto pero limpio restaurante lisboeta mientras se degusta alguna delicia con bacalao de la rica gastronomía lusa. ¿Me aceptan la invitación? Coman y lean. Que aproveche.
 

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,4 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Nueva York irlandés de Brendan Behan]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,674 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

En los últimos cuatro meses hemos viajado hasta Dublín y la Toscana (Florencia, Siena, Pisa, Arezzo, Cortona...), y Ella ha decidido, al parecer, que ya está un poco ahíta de darle vueltas a la vieja Europa. Así que el próximo viaje, en principio y según se escriben los planes, me encaminará después del verano a la ciudad de Nueva York.

De Nueva York me ilusiona casi todo, pero me molestan bastante los trámites que anuncian hay que seguir para que te dejen entrar: preguntas y más preguntas, rellenar hasta tres formularios distintos, cacheos..., y si te apellidas González y no eres precisamente ni muy rubio ni de tez muy blanca..., me dicen que todo se hace más lento y burocrático. A los que estamos acostumbrados a atravesar las fronteras de los aeropuertos europeos por la puerta más grande y sin preguntas ni diligencias, lo de Nueva York nos parece un atraso considerable en un país tan tecnológico, un incordio tercermundista y un comportamiento de República Bananera, pero... habrá que tragar.

En Nueva York tengo familia viviendo desde hace muchos años, décadas. Un hermano de mi padre, Jaime González, que casó con norteamericana de nombre Barbra, y hasta tres primos que cambiaron su apellido González por otro situado un poco más atrás: Vallina, menos notoriamente hispano que el primero. Mi tío Jaime tiene una agencia de viajes en Manhattan, y fue uno de los primeros españoles en jugar al fútbol en los EE.UU. Es más, conservamos en casa un recorte publicado en los años 1970 en el viejo As en el que se habla de mi tío como uno de los primeros involucrados en el Cosmos, el equipo de fútbol más famoso de la ciudad de los rascacielos. En la página aparece una foto de mi tío con Pelé posando los dos en una calle neoyorkina, y alguna foto de algún ex jugador racinguista que acabó tocando el balón en la Gran Manzana por mediación de mi pariente.

Pero esas son otras historias. La que hoy nos convoca aquí es mi posible viaje a la gran ciudad, y que con tal motivo he comprado y leído un libro del que leí cosas muy buenas en los suplementos culturales de los periódicos españoles. El título es Mi Nueva York, su autor el irlandés Brendan Behan, y lo ha editado Marbot Ediciones (Barcelona, 2008), con traducción de Julio Labí y dibujos de Paul Hogarth.
 
Brendan Behan: Mi Nueva York (Marbot, 2008)
 
Brendan Behan: Mi Nueva York (Marbot, 2008)

Confieso que nada sabía del tal Behan, pero la posibilidad en el horizonte del viaje y las excelentes críticas en los medios me han llevado hasta sus páginas. Eché en la librería un vistazo al libro, y en la contracubierta se reproduce un párrafo del gran Augusto Monterroso que me decidió de una vez por todas: “Soy mal lector de novelas, prefiero el ensayo, la biografía... Diarios como los de Pepys o Bloy o crónicas de viaje como New York de Brendan Behan son la máxima felicidad” (Viaje al centro de la fábula).

A mi me ocurre lo mismo que a Monterroso. No soy un buen lector de novelas, y prefiero mil veces las biografía, las memorias... Así que hice caso al imprescindible escritor hondureño y me lancé de cabeza a la piscina neoyorkina publicada por Behan al tiempo que yo nacía en busca de frescura y la “máxima felicidad”.

Brendan Behan (1923-1964), leo en la solapa, fue un destacado poeta, novelista y dramaturgo irlandés, que escribió en inglés y en irlandés. Durante su juventud estuvo vinculado al IRA, lo que le hizo conocer la cárcel, experiencia que reflejó en la novela Borstal Boy (1958). Un año antes había obtenido un notable éxito con la obra teatral The Hostage, que llegó a representarse con excelente críticas en Broodway. Además de conocido por su literatura, Behan lo fue también por ser un personaje excéntrico, provocador y camorrista. El alcohol lo llevó a la tumba a edad temprana, llegándose a definir así mismo como “un alcohólico con problemas de escritura”, lo que hay que reconocer que tiene su gracia.

Bueno, lo dejé en que me tiré de cabeza a la piscina. Vale, pues resultó que no había agua, o que la que había no alcanzaba la profundidad que pido para retozar, nadar, bucear y tumbarme en plancha para recibir los rayos del sol. Behan y su Nueva York me han parecido un tostón, y es que la “literatura graciosa”, lo reconozco, nunca me ha hecho ni pizca de gracia.

Resulta que el Nueva York que nos presenta Behan es un verdadero coñazo, un Nueva York tan pequeño y provinciano como cualquier pueblo de mi región. Un Nueva York en el que al parecer sólo vivían irlandeses cuya única razón de ser en este mundo era acodarse en un bar neoyorkino para beber güisqui irlandés o cerveza Guiness y suspirar por la verde Eire. Y todo este periplo de bar en bar neoyorkino en busca de tragos y tragos de licor, se produce mientras el autor, que se toma a sí mismo por un irlandés gracioso, simpático y ocurrente, trata en cada párrafo de construir una frase ingeniosa, irónica, chispeante..., muy irlandesa, de un humor muy irlandés, de un humor de taberna irlandesa de pueblecito al lado de Galway.

Pero para qué demonios he comprado y leído este libro sobre Nueva York, si de lo único que en él se habla es de los irlandeses neoyorkinos que sólo recuerdan a sus borrachuzos y cachondos antepasados isleños. El tal Behan, que hace de ser irlandés una cuestión de vida y muerte, es decir, que está imbuido de nacionalismo, y por lo tanto de imbecilidad en mayor o menor grado, debería haber titulado su ocurrente libro Los irlandes de Nueva York, o Irlanda en Nueva York, o Cómo dar el tostón a los demás leyendo sobre irlandeses en Nueva York, o...

Este libro parece estar escrito sólo para los policías irlandeses de Boston o para los nacionalistas irlandeses de ciudades provincianas de Irlanda. Seguro que entre ellos tiene éxito, lo leen y se lo recomiendan unos a otros. Es un libro muy fordiano en el mal sentido de la palabra: mezcla lo irlandés y lo norteamericano, las tabernas, el IRA, la afición al alcohol, los “homérico”, los chistes sobre irlandeses, etc... La verdad que es no entiendo a Monterroso. Sólo puedo admitirse su comentario por la buena prensa que suele tener lo liviano y simpático, por la mala prensa que tiene lo que quiere ser trascendente. La consecuencia es que no tengo intención de leer nada más del simpático Behan, que Monterroso ya no me merece crédito como recomendador de lecturas, y que el viaje a Nueva York, si la ciudad es parecida a la que describe Behan, queda suspendido sine die. Ahora mismo odio Nueva York.

NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,3 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Antología de un poeta joven: Manuel Arce (y 2)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,673 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El poeta y escritor Manuel Arce acaba de cumplir 80 años de edad, y con tal motivo, la Fundación Gerardo Diego y la editorial Icaria han decidido publicar una antología de sus versos, publicados todos por vez primera hace más de medio siglo. Me han encargado a mí la selección de los poemas, su edición y la escritura de un prólogo. Aquí les quiero ofrecer hoy un adelanto de dicha introducción, en la que me refiero a la juventud del poeta que escribió los versos antologados, y a la decisión que tomó de no volver a publicar poemas, decisión tomada más o menos en torno al año 1958, hace ahora medio siglo. Este texto complementa y cierra el que se pudo leer el lunes 31 de marzo en estas mismas páginas.

“Parece evidente que los esfuerzos y la dedicación que exigió desde un principio la puesta en marcha y consolidación de Sur algo debió influir también en la decisión. Y más evidente todavía es el hecho de que a partir del año 1956 Manuel Arce comenzase una sólida carrera como novelista que le ha llevado a dar a la imprenta hasta siete novelas en medio siglo de escritura. El novelista y el galerista de arte no dejaron espacio en la vida de Arce para el crecimiento y desarrollo del poeta. Pero me arriesgo a aventurar además otro motivo de índole a la vez estética y biográfica. Creo que a partir de la segunda mitad de los años 50 del pasado siglo, cuando España se encaminaba con decisión hacia los avatares del desarrollismo y sus diversas consecuencias, el poeta Arce comenzó a ser un extraño, un desconocido para el Arce hombre y novelista, y que el esfuerzo de seguir avanzando en la biografía poética de un desconocido, no le resultó a Arce tarea ni fácil ni apetecible en la nueva fase de su vida que estaba dando comienzo. Sencillamente el joven poeta de un marcado “existencialismo intimista e individualista” fue dejando de respirar, de ser una realidad para diluirse poco a poco en un creador embarcado en un claro compromiso sociopolítico que encontró mayores y mejores posibilidades expresivas en la fuerza intelectual y estética de la prosa. El poeta de inquietudes éticas y humanistas que, partiendo siempre de un posicionamiento existencialista, había logrado avanzar desde una poética entregada a la sencilla y triste angustia melancólica, hacia otra poética sustentada en la esperanza en el amor y en la solidaridad y libertad individual del hombre como protagonista colectivo de su destino, dejó paulatinamente paso expedito a un uso distinto de la palabra creadora como depositaria de verdad y de fuerza reveladora.

En torno a 1955 un cierto mundo santanderino y español había llegado a su término, un mundo que había surgido de la guerra civil y el posterior aislacionismo autárquico, grisura más grisura y pobreza y miseria de circunstancias enraizadas. El joven poeta Manuel Arce dejó escrita en versos con perfume existencialista y melancólico, con palabras sencillas y de ritmo libre, la personal crónica de su vida y la de buena parte de su generación en aquel periodo y circunstancias, en aquel concreto espacio físico y moral, ético y estético que le tocó en suerte como geografía  de su primera juventud.  

En trance de desaparecer el escenario global de su poesía, creo que Arce optó por no ser una sombra más entre las sombras. Situado ante la decisión de transfigurar o reinventar su escritura poética u optar por la aventura narrativa, más ajustada además a sus nuevas necesidades expresivas en torno a lo social, el autor dejó que el poeta sucumbiera a las circunstancias y se transfiguró con empuje en novelista. En definitiva, el poeta Manuel Arce desapareció de la escena una vez cumplido su destino, contar en verso la juventud de una España muy determinada. 

Si a lo largo del último medio siglo el poeta se ha mantenido en silencio y no ha vuelto a hacer aparición en escena con nuevos frutos, sí lo ha hecho tanto el novelista y escritor como el infatigable “activista” cultural y político. Hasta tal punto ha sido así que, se quiera o no se quiera, hoy en día se hace muy complicado poner en cuestión el destacado papel desempeñado por Manuel Arce en la vida pública regional (presidente del Consejo Social de la Universidad de Cantabria, candidato socialista a la alcaldía de su ciudad…), y en la vida cultural cántabra y española de las últimas décadas, aunque el esfuerzo lo haya hecho siempre desde la poco atendida periferia.

Hoy Arce prosigue en el esfuerzo. Vive entregado a la redacción de unas complejas memorias que auguran aportar una ingente cantidad de datos y testimonios que, sin duda, vendrán a enriquecer de manera notable futuras incursiones en el análisis atento de la cultura española de las seis últimas décadas.

A mí, sin embargo, a la hora de redactar estas líneas destinadas a presentar a un lector de cualquier parte al poeta que escribió los poemas de aquí se contienen, en mi fuero interno me inquieta hacer cuentas de qué pensará de todo esto el joven poeta aludido. Qué le pasará por la cabeza cuando con los viejos versos coleando en tinta nueva en sus manos, contemple desde la terraza de su casa la vieja bahía santanderina, esa “bahía de cámara” como la bautizó el antiguo amigo y poeta muerto de nombre José Hierro. Me consuela saber que no estaré presente, que con él sólo estarán allí estos viejos poemas escritos hace mucho tiempo por un poeta joven que tuvo el valor, la osadía de decir adiós. Me consuela saber que los poemas hablarán por sí solos, que sabrán sostener la mirada de quien entonces fue su dueño.


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Wednesday,2 abr 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Antología de un poeta joven: Manuel Arce (1)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,672 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El poeta y escritor Manuel Arce acaba de cumplir 80 años de edad, y con tal motivo, la Fundación Gerardo Diego y la editorial Icaria han decidido publicar una antología de sus versos, publicados todos por vez primera hace más de medio siglo. Me han encargado a mí la selección de los poemas, su edición y la escritura de un prólogo. Aquí les quiero ofrecer hoy un adelanto de dicha introducción, en la que me refiero a la juventud del poeta que escribió los versos antologazos, y a la decisión que tomó de no volver a publicar poemas, decisión tomada más o menos en torno al año 1958, hace ahora medio siglo.

“Los poemas seleccionados que el lector tiene ahora en sus manos están escritos por un poeta muy joven. Los escribió y publicó en el intervalo de tiempo que va de entre sus diecinueve y sus veintiséis años de edad. Ese poeta acaba de llegar hace tan sólo unas pocas semanas a los ochenta, y a estas alturas de nuestra amistad, de nuestro trato cultivado a lo largo de más o menos la última década y media, yo no podría señalar con plena justeza qué queda en el hombre que conozco de aquel joven poeta que lo fue hace ya más de medio siglo. Con todo, sé que cuando me confiesa por teléfono la dulce desazón que le provoca el nacimiento de esta antología, algo desde luego debe sobrevivir en él, algo debe de permanecer en él de aquel hombre que hace mucho tiempo fue.

El joven poeta y el hombre de ochenta años se llaman y apellidan igual, Manuel Arce Lago, y ambos nacieron, por distintas circunstancias familiares, el mismo día y a la misma hora en el mismo lugar del norte de España, un pueblecito de nombre San Roque del Acebal, cerca de Llanes, Asturias, en el invierno de 1928. Sin embargo, el joven poeta, antes de ser siquiera joven y mucho antes de ser poeta, es decir, durante su infancia, llegó a la ciudad de Santander, escenario urbano e histórico, tramoya temporal de hechos y sucesos, momento del mundo, paisaje físico y anímico que ya será para siempre el suyo propio, y que de alguna manera, en mi opinión, habita su poesía y ayuda a perfilar su puesta en escena y sustancia poética, su íntimo ser en la poesía.

El Santander en el que recaló el futuro poeta ofrecía generosamente en su atmósfera los aromas truculentos y fraticidas de la guerra civil, y además se preparaba sin saberlo para acoger al poco tiempo el fuego pavoroso del año 1941. Llamas y brasas que devastaron para siempre las esencias y dibujos del viejo callejero santanderino. El final de la Segunda Guerra Mundial y sus muchas “existenciales consecuencias”, alcanzaron la adolescencia y primera juventud de un Manuel Arce que ya en su fueron interno sabía que lo suyo iban a ser las acometidas de las artes y las letras, y no los libros de debes y haberes comerciales del sólido negocio de su padre.

En torno a 1945, y esto ya lo he contado en alguna otra oportunidad, cuando Arce contaba con 17 años y acababa de descubrir como lector a los poetas de la Generación del 27, entró por primera vez en contacto con miembros del llamado grupo Proel, impulsores de la revista y colección de libros del mismo nombre. Más concretamente Arce trabó trato con el poeta y pintor Julio Maruri, quien lo llevó a la tertulia que el grupo poético y de artistas mantenía en la cervecería “La Mundial”, en la santanderina calle Somorrostro, aunque dicha reunión no tardó mucho en trasladarse a otro establecimiento, “La Austriaca”, hasta hace unos años situado en los números finales del Paseo de Pereda. Allí comparecían con disciplina y periodicidad establecida, dirigidos o capitaneados por Ricardo Gullón, entonces joven fiscal próximo a la cuarentena, un variable número de variopintos pintores, escritores y poetas…, quienes acogieron al joven con simpatía aunque sin prestarle de momento una excesiva atención. A pesar de lo cual, y casi desde el mismo instante en el que acompañado de Maruri el jovencísimo aspirante a poeta puso pie en la tertulia, fue integrándose en la misma y en su dinámica, es decir, en las consabidas lecturas poéticas, discusiones, charlas, debates, intercambios de originales… En otras palabras, en los usos y costumbres típicos de lo que en aquel momento y en aquella España consistía en gran medida la llamada vida literaria. Manuel Arce comenzaba así, con la aceptación tertuliana proelista, su vida casi oficial u oficializada de poeta.

Manuel Arce Lago (foto de La Hora de Asturias)

Manuel Arce Lago (foto de La Hora de Asturias)

A partir de ese punto concreto todo pareció precipitarse en su vida para dar paso a una intensísima, frenética y lograda década de actividad poética, de poesía. Es el periodo que comprende desde aproximadamente 1946-47 hasta 1958, o sea, desde la aparición de sus primeros versos publicados en revistas como la leonesa Espadaña o en Proel, hasta la espléndida edición de la Antología poética (1948-1958) que le publicó en Santander el impresor José Antonio Cuevas. Durante el intervalo temporal comprendido entre estos dos hitos aparecieron seis libros de poemas, uno traducido al francés, y Arce puso en marcha, además, varias empresas culturales de significativa trascendencia, algunas de vida muy larga y fructífera. Me refiero a la revista La Isla de los Ratones (1948-1955), a la colección editorial del mismo nombre (1948-1986), y a la mítica librería y galería de arte Sur (1952-1994). Pero esa década poética de signo prodigioso en el acontecer creativo de Manuel Arce dio paso al finalizar 1958 al silencio, a un silencio poético sólo interrumpido, ¿paradójicamente?, por la reedición en su propio sello editorial, a lo largo de los años 60, de algunos de sus libros anteriores.

No es este desde luego ni el momento ni el espacio para abordar con cierta profundidad la historia de las aventuras o empresas culturales más arriba señaladas. Baste decir aquí que existe bibliografía exhaustiva y de calidad al respecto; y que tanto La Isla de los Ratones como Sur son destacados acontecimientos culturales que pueden servir de eficaces puntos de referencia en el análisis de lo que fue la vida cultural en la periferia española durante la segunda mitad del siglo XX.

Sólo para orientar al lector menos informado, y dar de paso una idea de lo que llegó a ser la revista, quizá no esté de más señalar que desde sus primeros números La Isla de los Ratones no sólo ofreció espacio para la poesía, también lo hizo para la prosa y para el arte, fundamentalmente a través de la incorporación de ilustraciones realizadas tanto por los mejores pintores cántabros del momento, como por algunos de los emergentes jóvenes artistas españoles (destacando por su número los catalanes de Dau al Set, con Tàpies, Cuixart y Tharrats a la cabeza), e incorporando también a algunos pintores ya “consagrados” en esas fechas, como por ejemplo Pancho Cossío o Benjamín Palencia.

En lo concerniente a los escritores, críticos y poetas que publicaron en La Isla de los Ratones, no creo equivocarme de forma rotunda si establezco cuatro grandes grupos. El primero formado por los nuevos poetas santanderinos, todos de la generación del propio Manuel Arce, y donde aparecen nombres como los de Alejandro Gago o Jesús Pardo. Otro de los grupos que está representado en las páginas de la revista es el de los más destacados miembros del grupo Proel, con Ricardo Gullón, José Hierro, Julio Maruri, Carlos Salomón o el ya entonces desaparecido José Luis Hidalgo a la cabeza. El tercer grupo que puede establecerse es el de los poetas consagrados, con la presencia entre otros de J. R. Jiménez, Pablo Neruda y miembros de la Generación del 27 (Pedro Salinas, Vicente Aleixandre o Gerardo Diego). El cuarto estaría conformado por miembros de las generaciones que, de un modo u otro, irrumpieron en el panorama literario español a mediados de los años 1940 o en la década de los 50: Caballero Bonald, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Miguel Labordeta, J. A. Goytisolo, Leopoldo de Luis, Eugenio de Nora, Juan Eduardo Cirlot, Ricardo Molina, Claudio Rodríguez, Ignacio Aldecoa, Victoriano Cremer, Carlos Bousoño, José María Valverde, Joan Brossa…

En cuanto a la galería de arte Sur creo que sobra con apuntar que en sus 42 años de existencia en ella pudieron verse trabajos de parte de los creadores cántabros más interesantes (María Blanchard, Ángel Medina, Raba, Gruber, Quirós, Eduardo Sanz, Enrique Gran, Cossío, Agustín de Celis, Riancho, de la Foz…), y de artistas como Benjamín Palencia, Guinovart, Álvarez-Ortega, Tàpies, Álvaro Delgado, Rafols Casamada, Tharrats, Fernando Zóbel, Redondela, Clavé, Subirachs, Llorens Artigas, Viola, Gregorio Priento, Óscar Domínguez, Dalí, Brotat, Vázquez Díaz, Bores, Oteiza, Pablo Serrano, Gargallo, Hugué, Cristino Mallo, Chillida, Gris, Picasso, Miró, Eusebio Sempere, Xesús Vázquez, Barjola, Iturrino, Solana, Gordillo, Luis Muñoz, Menchu Gal, Amalia Avia… Es decir, fundamentalmente parte de lo mejor del arte español concebido en las primeras siete décadas del siglo XX.

Los textos de los catálogos o los programas de las exposiciones de Sur fueron escritos con frecuencia o bien por el propio Manuel Arce o sus compañeros escritores y poetas “santanderinos” (Maruri, Alejandro Gago, Rodríguez Alcalde, Gerardo Diego, Ricardo Gullón, José Hierro…), o bien por críticos, poetas y escritores del resto del país como Santiago Amón, Corredor Matheos, Eugenio D’Ors, Gaya Nuño, Camilo José Cela, José Miguel Ullán, Dionisio Ridruejo, Juan Eduardo Cirlot, Camón Aznar, J. Mª. Castellet, Gabriel Ferrater, Lafuente Ferrari, Ángel Crespo, Miguel Labordeta, Joan Teixidor, Chueca Goitia, Gregorio Prieto, Miguel Logroño, Laín Entralgo, Luis Rosales…, varios también asiduos en su momento a las páginas de la revista La Isla de los Ratones o a las de los libros de la colección del mismo nombre.

Pero lo que a la altura de estas líneas me interesa subrayar es que Manuel Arce, a sus treinta años de edad, en 1958, con una trayectoria poética reseñable y en aparente proceso de crecimiento y consolidación, decidió dejar de escribir poesía, o al menos decidió dejar de publicarla, dando así paso a la desaparición, a la muerte del poeta, eclipsado ya entonces por el Arce novelista, galerista y agente cultural. El hecho vino a coincidir en el tiempo con la aparición de la Antología poética 1948-1958, libro que a la luz de los acontecimientos casi debemos entender como una despedida de la escritura poética por parte del poeta Manuel Arce. Una despedida consciente y en toda regla.

¿Qué impulso al joven a no volver a publicar nunca más hasta la fecha un libro nuevo de versos nuevos? Esta pregunta no ha tenido jamás, que yo sepa, una respuesta cerrada y concluyente del autor. Al respecto sólo podemos manejar unos pocos datos irrebatibles. En realidad la despedida se produjo en 1954, año de publicación del último título nuevo del poeta, Biografía de un desconocido. Al año siguiente, 1955, la revista La Isla de los Ratones concluyó su andadura cuando, en palabras del propio Arce, su publicación dejó de ser “un juego alegre y divertido”. Me resisto a creer que los dos hechos no tuvieran relación alguna entre sí, y su coincidencia en el tiempo se debiese a una mera casualidad.


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Monday,31 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Mahler de José Luís Pérez Arteaga]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,671 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Muchos de los días 1 de enero de cada año de mi infancia y adolescencia tienen un mismo escenario y una misma banda sonora. El escenario es el salón de la casa de mi abuela materna en el número 20 de la calle Tantín de Santander, y la banda sonora la conforman lo sonidos de los valses de la familia Strauss interpretados por la Filarmónica de Viena dirigida por algún afamado director. La música vienesa, que nos llegaba a los nietos de mi abuela a través de la retransmisión televisiva de Televisión Española, venía presentada por los comentarios de una voz amistosa y conocida que llegó a hacérseme de verdad familiar. Me refiero a la voz del crítico y musicólogo madrileño José Luís Pérez de Arteaga.

Pasados los años conocí a Pérez de Arteaga a través de una amiga común de oficio periodista. El encuentro se produjo en los conciertos de Festival Internacional de Santander, donde tras la primera presentación siempre que coincidíamos intercambiábamos saludos y comentarios. Luego, en alguna que otra ocasión, comimos juntos y hablamos hasta el hartazgo de música; bueno, con sinceridad, yo escuchaba embelesado el discurso erudito y subyugante. En aquella época compré algunos de sus trabajos y me los dedicó con sincera amabilidad: una breve biografía de Gustav Mahler para la editorial Salvat, y la esplendida traducción y edición de Testimonio, el libro de Solomón Vólkov que se presentó como las memorias de Shostakóvich

José Luis Pérez de Arteaga: Mahler (Fundación Scherzo-Antonio Machado Libros, Madrid, 2007)

José Luis Pérez de Arteaga: Mahler (Fundación Scherzo-Antonio Machado Libros, Madrid, 2007)

La última vez que nos vimos y cenamos juntos fue con motivo de un ciclo de conferencias que organicé en la Fundación Marcelino Botín con motivo del 250 aniversario del nacimiento de Mozart. En aquella ocasión, tras una espléndida conferencia y una no menos estupenda cena, José Luís me comentó a los postres que estaba ya cerca de poner punto final a su proyecto más ambicioso hasta la fecha, un amplio y muy documentado libro sobre uno de nuestros mitos en común, el compositor y director de orquesta bohemio Gustav Mahler.

No recuerdo quizá con plena exactitud cómo llegué a Mahler y a su música, pero sí tengo claro el recuerdo de una noche madrileña muy especial. Debió ser hace casi veinte años, era una de mis primeras estancias largas en Madrid por motivos de trabajo, y me alojaba en la casa modesta de unas amigas en la zona de Usera. Al día siguiente regresaba a Santander, y el calor de la noche veraniega era pegajosa, no facilitaba la llegada del sueño. Asomado con medio cuerpo fuera buscando algún frescor en la noche, observaba a los barrenderos municipales regar con mangueras un mísero parque cercano y escuchaba además la radio con auriculares. La emisora era Radio2, la emisora de la radiotelevisión española dedicada por entero a la música clásica y el jazz. El locutor anunció la retransmisión de una sinfonía de Mahler para mi entonces por completo desconocida, la Novena, en la versión de Sinfónica de Chicago dirigida por Carlo Maria Giulini. El locutor apostilló que escucharíamos una de las grabaciones míticas de la historia de la fonografía. Presté especial atención y me dispuse a escuchar. La experiencia fue conmovedora, es decir, me conmovió hasta el mismo tuétano de los huesos.

Puedo certificar que esa noche nació mi devoción mahleriana, ajena, lo aseguro, a las recomendaciones melómanas del que fuera vicepresidente socialista de nuestro gobierno, Alfonso Guerra, y a la banda sonora de la muerte veneciana que rodó Visconti. No paré hasta dar con la versión de Gulini, que encontré en una tienda londinense no mucho más tarde, y a mi iniciación y posterior profundización en el universo de Mahler contribuyeron libros (cartas, memorias, trabajos de Bruno Walter, de Alma Mahler, de Pierre Boulez, de Leonard Bernstein) y audiciones, fundamentalmente las de la integral sinfónica en magnífica versión de Rafael Kubelik dirigiendo a la Orquesta de la Radiodifusión de Baviera, las diferentes que poseo de los distintos ciclos de lieder (canciones), y la hermosísima y compleja Canción de la Tierra con Bernstein (mahleriano de pro) al frente de la Filarmónica de Viena.

Novena Sinfonía de Gustav Mahler, interpretada por Leonard Bernstein y la Filarmónica de Viena (vídeo colgado en YouTube por dejapan)

Hace unas semanas ví en el suplemento cultural que ofrece los jueves el diario El Mundo una reseña del recientemente aparecido Mahler de Pérez de Arteaga, editado a finales del 2007 por los sellos editoriales Antonio Machado Libros y la Fundación Scherzo. Las casi seiscientas páginas de la obra de Arteaga, con las que aún no me he metido una a una y a fondo, y que sé por propia confesión que le han costado años y años de esfuerzo y la consulta de documentos inéditos o poco analizados, prometen felicidades mil para los aficionados y estudiosos mahlerianos.

Pérez de Arteaga ha dividido el libro en cuatro capítulos básicos: la biografía, el estudio de la obra, la discografía y la bibliografía. A primera vista quizá lo que más llama la atención de este trabajo es el detalladísimo compendio discográfico que aporta el libro: casi doscientas páginas dedicadas a anotar y calificar por su calidad la amplísima discografía mahleriana existente, un esfuerzo que, por sí solo, ya merecería el aplauso y la consideración de los expertos, pues referencia más de 2.000 grabaciones. Un trabajo titánico.

Repito, no he leído aún la obra y quiero dejar aquí constancia tan sólo de la noticia de su aparición en el mercado. Lo que parece evidente, y así las críticas a las que he tenido acceso lo corroboran, es que Pérez de Arteaga acaba de aportar a la bibliografía mahleriana una obra de primer nivel, una obra de divulgación de altísima calidad, unas páginas llamadas a ser referencia ineludible en los próximos estudios y trabajos sobre el genial músico bohemio. Que dicha referencia sea obra de un español es para congratularnos como compatriotas, y quiero leer en ello un ejemplo de que, poco a poco, lentamente, algunas cosas sí que cambian en el verdadero ser de la cultura española, y lo están haciendo para bien. Felicitémonos y felicitemos a José Luís por su tesón, esfuerzo, capacidad de trabajo y el resultado final de su dedicación. Los mahlerianos del mundo estamos de enhorabuena, celebrémoslo leyendo estas páginas ya hoy, según los indicios, para nosotros indispensables.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,28 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Festival Internacional de Santander en la “Plaza Fornicada”]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,670 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Hace unos meses la editorial santanderina de libros de lujo Creática me pidió que coordinase una de sus próximas publicaciones. Acepté de inmediato por varias razones; a saber: pagaban el encargo (y uno hasta ahora no ha logrado comer del aire que respira), los libros de la editorial suelen ser espectacularmente hermosos, y el asunto del encargo me gustó sobremanera. Se trata de producir un libro sobre la última década y media del veraniego Festival Internacional de Santander cuando se realizaba en la Plaza Porticada de la ciudad. Durante esa década y media el fotógrafo santanderino Pedro Palazuelos realizó centenares y centenares de fotografías cuya intención fue siempre artística y no periodística o histórica. En estas fotos Palazuelos dejó retratado para siempre el ambiente, el espíritu, las geografías de una actividad cultural de primer orden que ya desapareció de entre los muros y ámbitos porticados de la plaza.

Hay bailarinas calentando en las imágenes en color o blanco y negro de Palazuelos, hay rincones en los que se dejó descansar un instrumento, está Marcel Marceau maquillándose entre tablas humildes, está Rostropovich afinando su violonchelo, está el prodigioso director de orquesta Claudio Abbado repasando una partitura, o se ve al jazzman Benny Carter ensayando con su saxofón junto a un piano mientras a su lado pasan los coches que en las mañanas de verano santanderinas atravesaban el teatro abierto y con carretera que era la Porticada.

Creática me encargó que le pidiese textos literarios a diversos santanderinos que fueron asiduos a las noches de la Porticada, a las fábulas e historias que allí tuvieron lugar. La editorial quería textos que evocasen desde un punto de vista muy personal aquellas noches, y que ese recuerdo acompañe, “ilustre”, valga la paradoja, las fotos maravillosas de Palazuelos.

Plaza Porticada de Santander

Plaza Porticada de Santander

Me puse en marcha y a estas alturas de marzo tengo en mi poder casi 30 evocaciones reflexivas y literarias sobre aquellos tiempos, sobre aquellas vivencias. Y repasándolas una a una preparando su edición, quiero compartir con los lectores de Ojos de Papel una de esas evocaciones (quizá más adelante comparta otras también eficaces y hermosas en su sentido). Se trata de la del periodista y escritor Armando Arconada, quien en un texto escueto y redactado sin puntuación, como se producen los pensamientos en libertad suelta, ofrece una descripción sentimental y espiritual, no exenta de cierta ironía y mala leche, de lo que fueron aquellas noches de verano y música y teatro y danza y ópera..., en una plaza porticada convertida por un mes en un teatro hermoso, incómodo, mágico, deficiente..., y abierto a la posibilidad de los milagros. Ahí va el texto de Armando. Disfrútenlo.

Un FIS en la ‘Fornicada’

Madera era lo que había sí sobre el adoquinado ilustre de la Plaza ‘Fornicada’ no cemento como ahora y asientos como catafalcos gradas improvisadas cada agosto para disfrute y solaz del pueblo llano que ve los cogotes y los culos bien sentados en sillas revestidas de la burguesía madrileña también de la santanderina en las noches de blanco satén que se come un helado en Capri durante el entreacto hace un pis y aplaude mucho mucho mucho cuando sale Rostropovich tocando la ‘Zarabanda’ de Bach que te cagas y hace luz de gas cerrojazo todos con un nudo a la altura de la nuez no por la corbata una noche mágica todo eso que dirían los periódicos al día siguiente que me los conozco como si los hubiera parido aunque en realidad me parieron a mi y aquí me tienes entonces alevín pero no indocumentado atravesando esta plaza rumbo al Sur de Manolo Arce a Estudio para ver a Gomarín con sus rabeles a la cafetería Lago donde Jesús Delgado juega al dominó a Puntal donde a Ramonín Viadero le han vuelto a romper los fachas la luna de la librería

Avecilla de nombre Jesús de vocación escultor de diagnóstico esclerosis degenerativa está comiendo un helado en las sillas de fuera de la Fornicada alquiladas por un rato a dos pesetas mientras se encienden las bambalinas del FIS porqué no entras porque me da el tembleque hago ruido molesto me miran lo paso mal acabo de exponer en el Palacete la única salida de la plaza que da al mar que es el morir estuve pensando en vestir la mezquita de “ven a mear” con velas como toldos de esta plaza que se hinchan por el viento y hacen chop chop chop cuando llueve y Rubinstein o Karajan ya no me acuerdo se mosquea por el ruido dice que no actúa hasta que le convencen de lo bueno del acordonado la culpa del empedrao de la bocina del ferry del de la moto mientras tanto el helado se está derritiendo en la mano de Jesús que se duele aunque no lo diga me acompañas a casa si quieres claro que quiero antes de las postales las despedidas y todo eso los buenos nos preceden y los muertos regresan al sitio donde fueron amados ojalá

A Pío Muriedas le lleva del brazo Veli al teatro en la plaza fortificada de Velarde rebautizada Fornicada por él que dice mancillada por los “microvocilones” un insulto para los que toda la vida hemos recitado a capella con su bufanda amarilla amarilla amarilla de la estirpe de Moliére pero sin superstición ni Dios ni Patria ni Rey sólo una pequeña pensión que le dio Fraga hay que joderse y si no llego a fin de mes vendo un cuadro o un poema o la farola que me dedicaron en Numancia un día la voy a mear que para eso es mía indomable con sombrero que ya no se lleva despotricando contra cualquier poder de los que flanquean la muy neoherrerina plaza con sus cuatro esquinas a saber Hacienda el Gobierno la Cámara de Comercio y el Ateneo donde a veces va a escandalizar no más a la élite mejor las gambas del Camuesco con cervecita que resbala te anima y luego aplaudes aplaudes aplaudes al director o sea al padre Ocejo también llamado ‘Vencejo’ en la ópera bufa de Samperio nunca estrenada mientras llueve llueve y llueve sobre los amigos muertos y el adoquinado que años más tarde se abre descubre los búnkeres refugios antiaéreos bajo aquel tenderete que fue y ya no es el Festival Internacional punto final


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,27 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La violeta del Prater de Christopher Isherwood]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,669 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

La violeta del Prater es una obra del escritor inglés fallecido hace casi dos décadas Christopher Isherwood, muy conocido por ser el autor también de Adiós a Berlín y Crónicas berlinesas, trabajos en los que se basa la película de Bob Fosse Cabaret, y por ser un destacado miembro de la generación de escritores británicos encabezada por el poeta Auden.

En esta breve y estupenda novela, publicada en 1989 por Alianza Editorial con traducción de Jesús Pardo en la edición que manejo, Isherwood, a través del empleo del recurso autobiográfico –el autor es uno de los principales protagonistas de la trama-, nos presenta con ironía y acidez la existencia de dos realidades europeas, simultáneas en el tiempo pero distantes en el espacio, cuyo devenir histórico tiende, inexorablemente, a acercarlas para, después, enfrentarlas en conflicto.

Me refiero, por un lado, al alegre, satisfecho y confiado mundo inglés, cuyo dulce sueño victoriano aún persiste simbolizado en la despreocupada industria cinematográfica londinense y, por otro lado, al mundo de la naciente Alemania hitleriana en el que el nacionalsocialismo  comienza a dar claras muestras de sus terribles conceptos y actuaciones. Europa acaba de despertarse del alegre carnaval de los anos 1920 para enfrentarse a una de las peores crisis económicas de su historia. El tono autobiográfico del libro le confiere un valor añadido emparentado con las crónicas berlinesas del autor.

Christopher Isherwood: La violeta del Prater (Alianza, 1989)

Christopher Isherwood: La violeta del Prater (Alianza, 1989)

Con la agilidad narrativa y la profundidad conceptual que le son propias al buen escritor anglosajón, Isherwood plasma a lo largo de sus páginas la contraposición, alegremente paradójica, que resalta de forma chillona entre los mundos ya mencionados.

Esta contraposición, creadora de tensión dramática, es el punto en el que convergen los dos protagonistas: el guionista-narrador-novelista Isherwood, y el director de cine judío y vienés de apellido Bergman. Los dos se ven empujados por las circunstancias a colaborar en la realización de una película frívola y decadente (La violeta del Prater), mientras que, a al vez, y desde diferentes posicionamientos (intelectuales, políticos, afectivos…), y por diferentes motivos, viven de manera casi agónica los acontecimientos que simultáneamente a su trabajo cinematográfico se van produciendo en Centro Europa-

La peculiar relación que mantienen los protagonistas es aprovechada por Isherwood para, de forma directa y sin hacer concesiones narrativas a la pseudofilosofía, reflexionar sobre el papel que el artista, el creador, debe jugar en la sociedad, y fundamentalmente en una sociedad que avanza hacia el fascismo, o que sale de una guerra tan devastadora como la Segunda Mundial. El libro, lo digo ahora, fuera escrito justo un año después de acabada la guerra. En este sentido, Isherwood ve al creador como un actor cuyo papel ha sido escrito por otros y cuya misión es sólo representar dicho papel. Conclusión, a todas luces, poco optimista y placentera.

En definitiva, no nos encontramos ante una literatura de muy elevado nivel, pero sí ante un vuelo lo bastante ágil y hermoso como para invertir algún momento perdido en su contemplación y entendimiento.


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Wednesday,26 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Un retrato fotográfico de Philip Roth]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,668 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Tengo delante de mí un libro abierto, y en la página de la derecha contemplo una fotografía en blanco y negro del escritor Philip Roth, realizada en 1990 por Elliott Erwitt, y en la que el novelista posa para un retrato en el que debe entenderse es su cuarto de trabajo.

Todo en la habitación transmite orden, concierto, pulcritud y austeridad. Roth es el centro de la composición. Está cómodamente sentado en una sillón giratorio hecho de cuero y metal, sin zapatos, con calcetines claros, y su cuerpo no sugiere ninguna tensión. Detrás de él, en el fondo de la imagen, favoreciendo la sensación de profundidad de campo en la perspectiva, se encuentra una cama muy sencilla completamente arreglada, con las sábanas limpias y estiradas y con una manta muy corriente ocupando con exactitud su lugar a los pies del mueble.

También puedo ver la mesa de trabajo del escritor. Sobre ella reposan una máquina de escribir eléctrica, un flexo poco destacable, tres gruesos volúmenes con aspecto de diccionarios apilados y, encima de ellos, un pequeño atril en el que reposan unos pocos folios. Debajo de la mesa hay un gran cesto de mimbre lleno de papeles con todo el aire de haber sido usados y desechados.

El suelo y las paredes de la habitación están hechos con tablones de madera. Dos pequeños cuadros cuelgan, sin querer llamar la atención, en la pared contra la que se apoya la cama. A su lado se abre una ventana por la que entra mucha luz.

Philip Roth (foto de Elliot Erwitt, 1990)

Philip Roth, el escritor, sentado en el funcional sillón con una pierna sobre otra, descalzo, apoyando un pie en una alfombra oscura y de pelo tupido, no mira a la cámara ni da muestras de ser consciente de su presencia. Roth está ensimismado, ausente, con la mirada perdida en un espacio indefinible, en un ser y en un estar que nada tienen que ver con la habitación en la que ocurre el fenómeno.

El aseado cuarto en el que trabaja Roth no tiene aroma de hogar, no es un espacio acotado por la intimidad personal, no refleja de ninguna manera una puesta en escena cálida ni expresa una concreta individualidad. No, la habitación en la que Philip Roth trabaja y se muestra en la fotografía de Elliott Erwin tiene todos los requisitos funcionales de un territorio de nadie, de un mundo que se ocupa temporalmente y de manera productiva y eficaz pero que puede abandonarse en cualquier instante si las circunstancias lo exigieran, y hacerlo, además, sin ningún pegajoso sentimiento de melancolía. La habitación de Roth transmite encontrarse permanentemente preparada para su abandono inmediato, para ser el punto de partida de una diáspora siempre esperada. En definitiva, es la geografía de un judío norteamericano de las décadas finales del siglo XX.

Es esencial en la narrativa de Philip Roth su dualidad estadounidense y semítica. En literatura, como recuerda André Maurois refiriéndose al caso de Marcel Proust, los cruces son saludables y ayudan al espíritu a juzgar correctamente ofreciéndole distintos puntos de comparación. Otro francés de nombre André, pero de apellido Gide, recuerda que los artistas se reclutan entre aquellos que son producto cultural de un cruce, entre aquellos en los que coexisten exigencias opuestas, entre quienes desde el nacimiento presentan en su interior un conflicto íntimo. Philip Roth cumple todas y cada una de las premisas anunciadas por Gide, sin ellas su literatura no se entiende, sencillamente no se explica.


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Tuesday,25 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Plácido Domingo: el mejor tenor del mundo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,667 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Hace tan sólo unos días, la revista londinense BBC Music publicaba una lista en la que figuraban los mejores tenores de la historia según la opinión de 16 críticos que ejercen su profesión en las Islas Británicas. La lista la encabeza, como mejor tenor de todos los tiempos, el español Plácido Domingo.

Creo que más de una vez ya he escrito en estás mismas páginas lo inservible de estas listas de común absurdas. ¿Quién ha sido el mejor futbolista de todos los tiempos?, ¿el mejor director de cine, el mejor pintor, el mejor poeta, el mejor…? La respuesta a estas preguntas posibles y a todas las de su familia implica tal suma de precisiones y notas a pie de páginas, tal cúmulo de circunstancias añadidas, que la hace literalmente imposible.

Sin embargo, tan bien es cierto que en este tipo de listas no están todos los que son pero sí suelen ser todos los que están, y en este sólo sentido las listas cumplen una función orientativa preeminente e interesante.

Para el propio Domingo el mejor tenor de toda la historia es Caruso por su calidad vocal, el segundo en la lista británica tras de él mismo. Pavarotti sería el tercero del listado. En opinión del tenor madrileño la lista se ha hecho en función de la carrera operística llevada a cabo en Londres, y en ella tendrían que figurar cantantes que no figuran o que lo hacen en puestos muy alejados de la cabeza: el recientemente desaparecido Di Stefano, Mario Del Monaco, o los españoles Miguel Fleta y Jaime Aragall. Los mencionados críticos, además, sólo han podido juzgar a algunos cantantes, en caso de hacerlo, por grabaciones antiguas y carentes de matices y de brillantez. Ninguno de ellos ha podido escuchar en vivo y en directo a Caruso, o al ya mencionado Fleta, y no digamos a tenores del siglo XIX o de las primeras décadas del pasado siglo: Gayarre, Martinelli, Tamagno, etc, etc…

Plácido Domingo

Plácido Domingo

Escribo todo esto, creo, desde el sentido común y la ponderación, no desde la oposición rotunda al resultado de la opinión de la crítica británica. Al revés, esta viene a reafirmar mi propia opinión ya explicitada en palabras no hace mucho en este blog. No cabe duda posible con respecto a que Plácido Domingo es el tenor más importante (no el mejor) de la historia de la fonografía, es decir, de la historia del disco, y lo es por el número y calidad de sus grabaciones en un repertorio tan amplio que es casi inverosímil.

Plácido Domingo, con casi 70 años a sus espaldas, con 50 años de carrera, con más de 120 personajes en su repertorio, con la condición ganada a pulso de mito viviente, lleva desde el 3 de marzo en Madrid ensayando como cualquier tenor debutante para incorporar un nuevo personaje a su carrera, el de Bajazet de la poco conocida ópera barroca de Haendel Tamerlano.  Sencillamente increíble, un gesto, un trabajo, que habla con claridad de que estamos ante un monstruo del arte canoro del siglo XX.

Alguien como el tenor madrileño, sin tener que demostrar absolutamente nada a nadie a estas alturas, al revés, asumiendo probablemente riesgos innecesarios, ensaya durante semanas un nuevo papel para estrenar en su casa, Madrid. Pero además dirige la gestión de dos teatros de ópera no precisamente menores (Los Ángeles y Washington), dirige orquestas cada vez con mayor asiduidad (próximamente dirigirá a René Fleming y a Marcelo Álvarez en el Metropolitan de Nueva York), recibe propuestas de Francis Ford Coppola para participar en su próxima película, o logra que en el venidero mes de septiembre Woody Allen se encargue de la dirección escénica en Los Ángeles de la ópera de Puccini Gianni Schicchi.

No sé si Plácido Domingo es el mejor tenor de la historia, pero está claro que es uno de los más importantes, y, sin ninguna duda, el que ha logrado desarrollar una carrera más longeva y variopinta. Sencillamente un monstruo quizá irrepetible.


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Monday,24 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Las óperas de Puccini (Decca) por 24 euros]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,666 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El clásico sello disco británico Decca acaba de sacar al mercado una caja de cds de su amplísimo fondo de catálogo que es un verdadero acontecimiento. En resumidas cuentas se trata de 15 discos compactos que incluyen las óperas más populares e importantes escritas por Puccini en versiones de indiscutible calidad y con reconocidos intérpretes. Las grabaciones son de los años 1950 (una década de oro en las grabaciones operísticas) y primeros años 1960. ¿El precio? 24 euros, lo que en muchos restaurantes vale comer o cenar un solo plato.

Las óperas incluidas son Manon Lescaut (1893), La Bohème (1896), Tosca (1900), Madama Butterfly (1904), La fanciulla del West (1910), Turandot (1926), y los tres títulos de óperas breves que componen Il Trittico (1918), es decir, Il tabarro, Suor Angelica y Gianni Schicchi. Han quedado por tanto fuera Le Villi (1884), Edgar (1889) y La rondine (1917).

Los intérpretes incluyen nombres muy importantes, tanto entre los cantantes como entre los directores de orquesta. Entre estos últimos figuran Lamberto Gardelli, Alberto Erede, Franco Capuana, Francesco Molinari-Pradelli y Tullio Serafin, todos más que inspirados y competentes maestros italianos que, en el caso de Serafin, alcanzan el nivel de lo excelente. Las orquestas y coros no son conjuntos de primer orden, pero sí son algunos de los italianos más prestigiosos, y su musicalidad y adecuación idiomática para el repertorio del que hablamos es indiscutible: la Orquesta y coro de la Academia de Santa Cecilia de Roma y la Orquesta y coro del Maggio Musicale Fiorentino.

Giacomo Puccini

Giacomo Puccini

Todas estas versiones puccinianas cuentan con la misma soprano protagonista, la gran Renata Tebaldi, una de la más grandes voces de su cuerda del pasado siglo, y la única que rivalizó con la Callas en el momento de esplendor de la cantante grecoamericana. Los tenores estrella son nada más y nada menos que Mario del Mónaco y Carlo Bergonzi, dos grandes entre los grandes. El resto de cantantes lo conforma un elenco cuya calidad hace palidecer a su favor casi cualquier comparación con posibles compañías de nuestros días: Fernando Corena, Cesare Siepi, Ettore Bastianini, George London, Piero de Palma, Fiorenza Cossotto, Cornell Macneil, Nicola Zaccaria, Robert Merrill, Giuletta Simionato, Dora Carral…, vamos, un lujo absoluto, se mire por donde se mire.

La oportunidad de acercarse a uno de los grandes repertorios operísticos italianos de la historia, y de hacerlo en versiones tan estupendas y a un precio tan irrisorio, es probablemente única, y no sé si irrepetible. Coros y orquestas italianas, directores italianos, cantantes estrellas italianos, compositor italiano…, quince discos que muestran el esplendor de cómo se “hacía” ópera italiana por artistas italianos hace más de medio siglo.

A la hora de que estas palabras se lancen al ciberespacio electrónico estaré precisamente en Italia, más concretamente en la Toscana, en Florencia. Cuando paseé con M. por las calles antiguas de la capital Toscana, seguro que parte de la banda sonora del paseo que sonará en mi cabeza estará compuesta por fragmentos de Puccini, fragmentos escuchados en los discos de esta caja que acabamos de adquirir. 


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Tuesday,18 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Los años tibetanos de Sherlock Holmes: una novela de Jamyang Norbu]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,665 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

No es que yo sea una persona obsesiva, o al menos no me juzgo de tal modo, pero cuando un asunto me interesa procuro profundizar en él lo más posible, siempre, claro, en la medida de mis posibilidades. Podría poner algunos ejemplos de este modo de actuar. El amor a la música y la vida de compositores como Verdi o Mahler me ha llevado a tener prácticamente sus obras musicales completas en disco, a atesorar versiones distintas de las mismas partituras, grabaciones raras, a tener diversas biografías, posters, fotografías, catálogos de exposiciones... La pasión por el western hace que tenga decenas de películas en dvd y video, a que tenga diccionarios de actores y directores, enciclopedias, fotografías, libros de todo tipo e, incluso, algo de atrezzo: sabido es por mis amigos que veo las películas revolver en mano.

Pues bien, quien siga con alguna asiduidad estas entregas electrónicas sabrá ya a estas alturas que me apasiona, me fascina el personaje de Sherlock Holmes y todo lo que le rodea y conlleva. Me interesa tanto, que procuro tener y leer no ya sólo las aventuras originales del sabueso detective firmadas por su creador, Conan Doyle, sino incluso los pastiches más o menos afortunados. Son muchos y muy diferentes los autores que, una vez muerto Doyle, continuaron fabulando aventuras protagonizadas por el detective y su amigo Watson. Estas se han escrito en idiomas diversos, se han localizado en lugares casi inverosímiles y finalmente, en ellas se ha mezclado a Holmes con otros personajes fantásticos como por ejemplo Tarzán de los Monos, Superman, Fu Manchú, etc...

Mi última adquisición en este campo de la creación holmesiana lleva por título Los años perdidos de Sherlock Holmes, se debe a la pluma de un autor tibetano de nombre Jamyang Norbu, y está editado en español con traducción de R. Vilagrassa por la editorial barcelonesa Acantilado (2006).

Jamyang Norbu: Los años perdidos de Sherlock Holmes (Acantilado, 2006)

Jamyang Norbu: Los años perdidos de Sherlock Holmes (Acantilado, 2006)

¿Qué cuenta este libro? Bien. Como de muchos es sabido, en 1891 los lectores de las aventuras de Holmes se quedaron completamente anonadados cuando Doyle decidió acabar con el personaje y lo hizo sucumbir a manos del supermalvado y supervillano doctor Moriarty en una legendaria pelea junto a las cascadas suizas de Reichenbach. Sin embargo las protestas del respetable fueron tantas y de tal calibre que el escritor escocés tuvo que reconsiderar su opción y devolver a la vida a su personaje por medio de nuevas historias. Doyle tomó dicha decisión en 1893, es decir, dos años después de “matar a Holmes”. A la hora de resucitar a su personaje, y para explicar la ausencia de dos años, Doyle le hace decir a Holmes hablando con Watson: “Viajé durante dos años por el Tíbet, y pasé un tiempo entretenido en Lhasa”. Precisamente en Lhasa es donde nació en algún momento no determinado del pasado siglo el escritor y “activista” por la resistencia tibetana Jamyang Norbu.

Norbu, fabulando sobre la fábula, cuenta que en el interior de una caja halló un manuscrito escrito por Hurree Chunder Mookerjee, personaje a su vez creado por Rudyard Kipling, y que en dichos papeles Mookerjee cuenta sus viajes con Sherlock Holmes a través de los peligrosos caminos que llevan de China a Simla por la medieval Lhasa y el Himalaya. En esa geografía casi desconocida, con mucho de salvaje y apocalíptica, Holmes interviene en la lucha encarnizada que mantienen el Mal y el Bien por hacerse con el triunfo.

Es decir, Norbu nos ofrece, con la fascinación del quien admira el mundo inventado por Doyle en torno a su detective, la vida de Holmes durante los dos años que, aparentemente, estuvo muerto para todo el mundo, sus seguidores y su fiel doctor Watson. La novela de Norbu no sólo es muy entretenida, sino que es de verdad buena, aunque le sobran en mi opinión las bastante frecuentes referencias a lo “místico” que pueblan sus páginas. ¿Solución si al lector le parecen cargantes? Saltárselas convenientemente claro. Por lo demás, sólo queda disfrutar y estar al tanto de los dos años secretos de Holmes, Sherlock Holmes.


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Monday,17 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Philip Roth habla de 50 años de política norteamericana]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,664 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

“Había sido un ferviente votante durante toda mi vida, y jamás, en ningún tipo de elecciones, había contribuido a situar a un republicano en ningún cargo. Cuando estudiaba en la universidad hice campaña por Stevenson, y vi desmanteladas mis juveniles expectativas cuando Eisenhower le derrotó de forma aplastante, primero en 1952 y luego en 1956; y no podía dar crédito a mis ojos cuando un ser tan enraizado en su implacable patología, tan nítidamente fraudulento y malintencionado como Nixon, derrotó a Humphrey en 1968, y cuando, en los años ochenta, un cabeza de chorlito seguro de sí mismo, cuya insuperable vacuidad, sentimientos trillados y ceguera absoluta ante toda complejidad histórica se convirtió en objeto de culto nacional y, apreciado como un 'gran comunicador', nada menos, obtuvo sus dos mandatos en sendas victorias arrolladoras. ¿Y alguna vez unas elecciones como las que enfrentaron a Gore y Bush se resolvieron de una manera más traidora, tan perfectamente calculada para aplastar el último y vergonzoso vestigio de la ingenuidad del ciudadano respetuoso de la ley? Nunca había logrado aislarme de los antagonismos de la política partidista, pero ahora, tras haber vivido fascinado por mi país durante casi tres cuartos de siglo, había decidido no permitir que cada cuatro años se apoderasen de mí las emociones de un niño... las emociones de un niño y el dolor de un adulto. Por lo menos no lo permitiría mientras estuviera encerrado en mi cabaña, donde podía seguir en Estados Unidos sin que Estados Unidos jamás volviera a absorberse en mí. Aparte de escribir libros y leer de nuevo a fondo, para hacer un último recorrido por sus obras, a los primeros grandes escritores que leí, casi todo lo que en otro tiempo me importó ya no me importaba en absoluto, y había disipado la mitad, si no más, de las lealtades e intereses de toda una vida. Después del 11 de septiembre, cerré la caja de las contradicciones. De lo contrario, me dije, te convertirás en el loco ejemplar que escribe cartas al director, el cascarrabias de pueblo, manifestando el síndrome en toda su furiosa ridiculez: despotricando y desvariando mientras lees el periódico, y por la noche, al hablar por teléfono con los amigos, clamando indignado sobre la perniciosa rentabilidad por la que el patriotismo auténtico de una nación herida estaba a punto de ser explotado por un rey imbécil, y en una república, un rey en un país libre con todos los eslóganes de libertad con que se educa a los niños estadounidenses. El desprecio sin remisión que supone ser un ciudadano consciente en el reinado de George W. Bush no era apropiado para un hombre que había desarrollado un profundo interés por sobrevivir con una razonable serenidad, y así empecé por aniquilar el pertinaz deseo de 'averiguar'. Cancelé mis suscripciones a revistas, dejé de leer el Times, incluso dejé de comprar el ocasional ejemplar del Boston Globe cuando iba a la tienda del pueblo que vendía de todo. La única publicación que leía con regularidad era el Berkshire Eagle, un semanario local. La televisión sólo me servía para ver el baloncesto, la radio para escuchar música, y eso era todo.

De manera sorprendente, bastaron unas semanas para romper el hábito prosaico que mantenía informado a gran parte de mi pensamiento no profesional y para que me sintiera totalmente a mis anchas sin saber nada de lo que sucedía. Había proscrito a mi país, desterrado yo mismo del contacto erótico con las mujeres y, extenuado por el combate, al margen del mundo del amor. Había declarado mi sentencia admonitoria. Me había zafado del lastre de mi vida y de mi época. O tal vez sólo me había quedado con la parte esencial. Mi cabaña lo mismo podría haber navegado a la deriva por alta mar que encontrarse a cuatrocientos metros de altura junto a una carretera rural de Massachusetts, a menos de tres horas de viaje en dirección este de la ciudad de Boston, y aproximadamente a la misma distancia en dirección sur de Nueva York”.

Phillip Roth: Sale el espectro (Mondadori, 2008)

Phillip Roth: Sale el espectro (Mondadori, 2008)

Esta larga reflexión no está entresacada de ninguna entrevista a ningún ciudadano estadounidense que, por las referencias históricas incluidas, debe rondar aproximadamente los setenta años de edad y haber tenido a los EE.UU, de alguna manera, como objeto de estudio y de trabajo. Es sí, una toma de pulso, un breve pero muy significativo resumen de más de medio siglo de política interna y externa USA. Es también el relato de la reacción a tal política, y en este sentido una historia de aislamiento, de autismo social y político que, pensado fríamente, es el que apetece mantener a mucha gente, a mí mismo hablando con abierta franqueza, y que sin embargo, creo a la vez que es peligroso para la colectividad, aunque quizá no lo sea para el individuo. La salvación del individuo puede perder a la colectividad, esa es mi reflexión personal ante la lectura de los párrafos hasta aquí traídos.

Quien ha reflexionado en tales términos es un personaje de ficción, uno sin duda de los personajes de ficción más importantes de la narrativa mundial de las últimas cinco décadas. Me refiero a Nathan Zuckerman, el protagonista de muchas novelas del norteamericano Philip Roth y su alter ego personal, quien vuelve a ser el personaje central del último trabajo de Roth publicado en español, Sale el espectro (Mondadori, Barcelona, 2008). Pero en definitiva, quien de verdad ha hablado en la ficción de una novela por medio de su personaje es sin duda Roth, un hombre de setenta y tantos años, judío, blanco y escritor, probablemente el escritor más consagrado de la literatura norteamericana actual, y quien refleja en las páginas 69 y 70 de su última novela con Zuckerman, su propia experiencia política, su biografía personal y política, su actual postura ante la política llevada a cabo por los dirigentes de su país a lo largo de los últimos tiempo.

Llevo varios días hablando de lo que en nuestro país significa simbólicamente el famoso caso “Chiklicuatre”, metáfora espléndida de una realidad, o al menos de una parte significativa de la realidad. La lectura de los párrafos de Roth confirma que la globalización de lo inane es un hecho iniciado hace varias décadas, y que la imagen o “ser una gran comunicador” es esencial en la política occidental de nuestro tiempo. Pero lo párrafos de Roth también me han abierto los ojos con respecto al peligro de la tentación de aislarse, de encerrarse en una casa como si fuera una isla flotante y romper amarras con el mundo y la sociedad que nos rodea. “La tentación” del individualismo en la sociedad contemporánea en contraposición de la creciente e imparable “dictadura” de las masas y lo “masivo” es, probablemente, uno de los temas más interesantes y candentes para la reflexión en esta época nuestra.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,14 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[¡Adiós Rajoy, adiós!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,663 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Vivimos en un mundo globalizado, y parte importante de la argamasa que lo globaliza y unifica es el espectáculo, lo llamativo, la imagen, la puesta en escena, lo festivo, los fuegos artificiales, el dar bien en pantalla, eso tan recurrente de que “una imagen vale más que mil palabras”, lo escandaloso, lo visualmente impactante, lo que conecta con todos, el chiquichaca, las ocurrencias, eso de que sin tetas no hay paraíso, etc, etc… España no sólo no está al margen de lo dicho, sino que su día a día ofrece múltiples y variopintos ejemplos de lo mucho que le gusta a significativa parte de su sociedad zambullirse en la corriente globalizadora y globalizada.

Somos el país en el que los amores del hijo de una tonadillera y un torero muerto en plaza, los amores de todo un chicarrón sin arte ni parte, sin oficio ni beneficio, Paquirrrín, con una chica que protagoniza espectáculos lésbicos, ocupa centenares de portadas de revistas y días y días, semanas y semanas enteras de televisión. Aquí triunfa el humor de Chiquito de la Calzada contando chistes en analfabeto, o el de los Morancos llamando a gritos a un tal niñato de nombre Joshua. Pedro Zerolo, en cántabro mitin electoral, nos habla de los orgasmos que le “proporcionan” su “marido” y el señor presidente del Gobierno. Un personaje de un programa televisivo de humor se disfraza de idiota para cantar una idiotez y es votado mayoritariamente por los espectadores para que nos represente en un festival europeo de la canción; me refiero a Chikilicuatre, metáfora y encarnación espléndida de tantas y tantas cosas. En nuestro Parlamento partidos con el doble y el triple de votos que otras formaciones obtienen muchísimos menos diputados. Años de televisión nos contemplan en los que nos han informado de hasta el color de las inmundicias descompuestas de famosos y famosas. Centenares de miles de jóvenes atraviesan la geografía española de parte a parte esperando formar parte de “realities” que les conduzcan al dinero fácil y el famoseo jacarandoso, soez e inmediato. Una alcaldesa de un pueblo en una de cuyas calles se ha asesinado con un tiro en la nuca a unos de sus vecinos deja el puesto la horas necesarias para no tener que estar presente en los funerales. La hija del muerto pide a voz en grito que nadie manipule electoralmente el execrable asesinato de su padre, pero acto seguido pide el voto para los socialistas. El famoseo nacional se deja perder en un isla, y sus largas horas de reflexión tumbados en la orilla de una playa caribeña concita el interés de parte del país...

Podría seguir escribiendo líneas y líneas con ejemplos y situaciones semejantes. No crean, lo mismo o parecido ocurre en otros países de nuestro inmediato entorno. Recordemos sin ir más lejos al nuevo presidente de la República Francesa dándose un “filete” televisado con una maniquí susurradora muy mona y esbelta que hoy es la primera dama francesa. Insisto en el meollo del asunto. Vivimos en un territorio globalizado, y la general globalización se logra, entre otros elementos, con gestos, con imágenes. A principios del pasado siglo el cine globalizó en los EE.UU. el acceso al entretenimiento colectivo de millones de inmigrantes con culturas e idiomas distintos entre sí. Los fotogramas del tartazo en la cara a Buster Keaton o a Charlot era comprensible para todo el mundo. El éxito fue inmediato, alucinante, gigantesco, industrial. La caída de bruces al suelo de Chaplin era entendido perfectamente igual por los chinos que por los italianos, por los alemanes y los apaches, por los rusos y los mejicanos.

Mariano Rajoy

Mariano Rajoy

Esa globalización colectiva cultural hubiera sido imposible, o lentísima y traumática si se hubiera intentado realizar por medio de la palabra escrita. La palabra escrita demanda reflexión, demanda esfuerzo, atención, un nivel alto de exigencia. La imagen, la puesta en escena visual es inmediata, automática, efectiva y efectista.

Por esta razón principal Mariano Rajoy debe presentar su dimisión al frente del Partido Popular hoy mismo. Rajoy es un registrador de la propiedad de puesta en escena aburridamente honesta que lleva años hablando de “sentido común” en la patria de Paquirrín, Chiquilicuatre y Chiquito. El Partido Popular, y el consejo se lo doy completamente gratis, debe buscar entre sus filas a alguien con imagen, alguien con chispa, un tipo que no sea aburrido y correcto hasta en su extremaunción. Lo ideal es alguien del estilo y con el punch de Sarkozy. Tienen que encontrar entre sus filas a un tipo entre 40 y 50 años (una mujer queda de momento descartada en la buena España de nuestras entretelas, por motivos tristemente múltiples), con aspecto interesante, quizá incluso llamativo por alguna razón al primer golpe de vista; un tipo campechano, jocoso, de sonrisa amplia..., su formación y conocimientos de momento dan igual por completo. Debe ser fotogénico y “dar perfectamente bien” encuadrado por el objetivo de una cámara. Y muy importante, debe ser escogido y aclamado de alguna forma por las bases del partido, no impuesto a dedo por la dirección o direcciones. Yo procuraría además que fuese soltero, y que con alguna frecuencia fuera objeto de chismorreos y alguna que otra maledicencia socarrona y machista en algún programa del corazón. Alguien con pegada entre las mujeres, que supiera transmitir cálido compañerismo y camaradería con gays y lesbianas, que se mantuviera convenientemente alejado de las opiniones emitidas por la jerarquía de la Iglesia Católica, que su situación con respecto a la política exterior norteamericana tuviera algo de distante chulería, y que en materia económica no fuese más allá de decir que, vengan como vengan dadas, el Estado hará de eficaz colchón amortiguador para las clases más desfavorecidas. Vamos, un New Deal hispano y perpetuo en vez de iluminado con películas de Capra iluminado por las de un Garci cualquiera con algún nuevo Bardem no progre. En cuanto a la idea de España y su unidad, lo más sencillo es no mentarla y capear el temporal con frases comunes cuando arrecien los temporales nacionalistas. ¿Una frase eficaz para que el nuevo candidato repita y repita como un latiguillo afortunado? Fácil, “todo el mundo es bueno”. Su eficacia reside en que no significa nada, pero a la vez puede significarlo todo, y en que emplea tres palabras maravillosamente abiertas a cualquier cosa: todo, bueno y mundo, que juntas avalan un “buenismo” globalizado, todo y todos buenos, ¡no puede fallar!

En serio, Mariano Rajoy debe dimitir ya, y dejar el camino abierto a la renovación completa, efectiva y eficaz de la imagen y discurso de su partido. Lo primero es no volver a hablar de sentido común bajo ningún concepto. Las mil aburridas y sensatas palabras de Rajoy deben dar paso a un sola imagen, nueva, con tirón mediático y refrescante. Una imagen tal vez vacía pero que será a todas luces más eficaz que miles de libros, artículos y discursos plúmbeos sazonados de sentido común. El Partido Popular, si quiere ser algún día de nuevo alternativa de gobierno debe encontrar su propio Chikilicuatre, o su propio Charlot o Keaton si elevamos en altura el cínico nivel del ejemplo. Me entienden, ¿o no? 


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,12 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Reflexiones de un fin de semana electoral entre Zapatero y Chikilicuatre]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,662 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Fin de semana de votaciones en España. Casi al tiempo que Rodolfo Chikilicuatre obtenía el voto de los españoles para representarnos en Eurovisión, Rodríguez Zapatero obtenía de nuevo el aplauso de la mayoría de los votantes para gobernarnos la próxima legislatura después de un atentado. Zapatero va a gobierno por atentado. Aquí paz y después gloria. El fin de semana ha resultado en Santander frío, gris y húmedo. El viento zarandeaba los abrigos y hacía que la humedad calase hasta los huesos de los paseantes. Voté pronto en mi colegio electoral. No había cola y sólo tuve que esperar unos instantes a que alguien le indicase a una pareja ya madura de gitanos cómo se procedía para votar. Más tarde, poco antes de comer, hice cola junto a M. en su colegio electoral. La cola llegaba hasta la calle, donde el despliegue de paraguas abiertos conforma un reducido ágora para charla dominical.

Por la tarde acompañé a M. al aeropuerto para que volase hasta Madrid. El aeropuerto de Santander parecía casi Manhattan en fiestas, y riadas humanas pugnaban por acceder rápido a sus aviones con destino a Madrid, Barcelona o Bérgamo. Poco después me dirigí a casa escuchando los avatares de la victoria del Racing ante el Betis mientras me enteraba de que en San Mamés algunos pocos escribieron e interpretaron su habitual concierto de rebuznos.  

Ya en casa preparé la cena mientras escuchaba en la radio los primeros resultados electorales. A las nueve y media de la noche estaba todo visto casi para sentencia y abandonado a la ausencia de incertidumbre. Como no tengo televisión, enchufé a la corriente el portátil y me dispuse a ver un western barato de los años 50 protagonizado por el bueno de Randolph Scott. El final del día me sorprendió oyendo hablar entre las brumas del sueño de las funestas consecuencias para el Barca de la ausencia de Messi.

Rosa Díez

Rosa Díez

Hoy por la mañana me he dirigido pronto a dar clase. Por el camino he comprado El Mundo y he visto y estudiado los resultados electorales con un café y un bollo sobre la mesa en una cafetería cercana. Parte de los resultados de mi estudio electoral mañanero y cafetero son los que siguen.

UPyD, el partido de Rosa Díez ha obtenido poco más de 300.000 votos, lo que le otorga 1 diputado. El Partido Nacionalista Vasco ha obtenido 2.000 votos más que UPyD, lo que en buena lógica de matemática electoral española le otorga 6 diputados. Sigamos con las cuentas. Izquierda Unida ha obtenido más de 900.000 votos del pueblo español. Esta cantidad le otorga 2 diputados, es decir, 4 diputados menos que el PNV, aunque triplique el número de votos obtenidos por el partido nacionalista vasco. Claro que los catalanes de CiU han obtenido más de 700.000 votos, o sea, 200.000 menos que IU, pero sin embargo obtienen 9 diputados más que los del quemado Llamazares. Prosigamos. El brazo político de los asesinos del tiro en la nuca, los nefandos tipos y tipas de Na-Bai han sido votados por poco más de 60.000 personas, es decir, pongamos por caso un tercio de los habitantes de San Sebastián o por toda Torrelavega. ¿Consecuencia? Obtienen la misma representación que los 300.000 votantes de Rosa Díez, a saber, un diputado. A Coalición Canaria la han votado poco más de 142.000 personas, pues bien, son recompensados con 2 diputados, justo el doble de los obtenidos por UPyD. La opción de los republicanos catalanes ha sido elegida por 296.000 votantes, ¿diputados resultantes?, 3, dos más que UPyD y uno más que Izquierda Unida, partido con el triple de votos recibidos. Pregunta al canto: ¿Está influido nuestro sistema electoral por el surrealismo de Breton & C.?

La conclusión directa que obtengo de mi profundo análisis cafeteril es de una obviedad que hasta da un poco de vergüenza: hay españoles de primera y de segunda categoría a la hora de emitir su voto, o mejor dicho, hay votos de primera y de segunda. No vale lo mismo el voto de mi santanderina señora madre que el de una señora residente en Badalona, pongo por caso. La paradoja que cierra el asunto, la triste e inadmisible paradoja que riza el rizado rizo surrealista e injusto del sistema electoral español, es que son precisamente los votos emitidos en las geografías estatales que más reniegan de pertenecer al Estado las que más peso tienen a la hora de conformar los colores del parlamento del citado Estado, el español of course. Vamos, que las españas que más reniegan de ser España son precisamente, oh casualidad, parte esencial de quienes más tienen que decir sobre el futuro de España. Que me lo expliquen un buen rato, por favor.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,11 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Escritores en Santander y en Cantabria, Reserva Infinita]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,661 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Le quiero tomar el pulso y ponerle el termómetro a la creación literaria en Cantabria para conocer su temperatura y establecer su ritmo cardiaco. Obediente procedo a hacerlo, pero advirtiendo de antemano que soy médico mediocre y que el termómetro utilizado muestra los grados en una escala que a mí me convienen o interesa, la mía muy particular. Teniendo en cuenta estas dos premisas, más las circunstancias que rodean o que son intrínsecas del sujeto analizado, diré que en un acercamiento superficial la creación literaria en Cantabria tiene una temperatura adecuada para la vida. Lo que no es poco, dado que los apoyos institucionales son naturalmente famélicos y que Cantabria está situada en la lejana periferia de una sistema creativo que ya de por sí es periférico.

Hoy en día conviven en nuestra pequeña geografía varias generaciones de escritores que con mayor o menor fortuna, con más o menos “proyección nacional”, están escribiendo en distintos campos y géneros literarios, si es que esta estabulación temática de lo escrito puede seguir sosteniéndose a estas alturas de la película. Las calles de Santander, de Torrelavega..., son pateadas a diario por un número estimable e insospechado de poetas y narradores, de ensayistas creativos y dramaturgos, de articulistas, de..., que con edades, formaciones, expectativas y experiencias muy heterogéneas siguen empeñados, afanados, en la vocación y oficio de emborronar con palabras negras folios en blanco o pantallas luminosas de ordenador.

Se me enfadarán los narradores, pero la especie de plumíferos cántabros más abundante y reconocida dentro y fuera de esta Gran Reserva o parque temático de nombre Cantabria Infinita es la de los poetas. Son muchos los poetas cántabros, siempre han sido muchos a lo largo de los últimos ciento y pico años, y quizá sea la atmósfera de balneario pulcro y anémico la que propicie el fenómeno, o al menos, la que lo adjetive. Si uno se aposta en un banco de la plaza de Pombo no tardará mucho en vislumbrar la figura de Julio Maruri, a sus más de ochenta años parisinos y santanderinos, pictóricos y carmelitas, el último gran poeta proelista vivo, todo un Premio Nacional. Y al poco de pasar Maruri, tampoco será extraño que vea circular la figura menuda y oscura, simpática, filosófica y nadadora de Alberto Santamaría, el crack cántabro de la más consolidada joven poesía española, quien a sus 32 años está en todas las quinielas de los buenos versos, habita en muchas de las grandes colecciones poéticas hispanas, y está a punto de lanzarnos un ensayo en la editorial Pre-textos llamado a hacerse un hueco inapelable en la difusa frontera de lo poético filosófico.
 
Dos poetas de dos generaciones separadas por más de medio siglo, y entre ellos todo un océano de versos, revistas, libros, lecturas, antologías, colecciones..., todo un océano calmo o con olas encrespadas de poetas representativos de todas las tendencias habidas y por haber: Carlos Alcorta, Rafael Fombellida, Ángel Sopeña, Fernando Abascal, Marián Bárcena, Miguel Ibáñez, Ana García Negrete, Vicente Escudero, Antonio Montesino, Gómez Aguilera, Gloria Ruiz, Manuel Arce, Enrique Ferrer, Marcos Díez, Jesús Cabezón, Mariano Calvo, P. J. De la Peña, Natalia Liaño, Malo Macaya, Fidel de Mier, María Jesús Puente, Lorenzo Oliván, Regino Mateo, Isaac Cuende, Alejandro Gago, Ana Belén Rodríguez de la Robla, Maribel Fernández Garrido, Guillermo Balbona, Adela Sainz, Raquel Serdio, Mario Crespo, Yolanda Soler Onís... Sí, un océano que ha visto recogidas algunas de sus olas en antologías nacionales, en importantes premios como el Loewe, o en varias de las señeras colecciones poéticas de este país llamado de momento España: Pre-Textos, Visor, Hiperión, Renacimiento, Icaria, DVD ...

Para hacerse una idea de este contingente de versos y poemas el público asistente puede acercarse a su librería de guarda y preguntar por dos libros: Voces poéticas de Cantabria (1977-2004) de Luis Alberto Salcines (Devenir, Madrid, 2005) o La poesía del medio siglo en Cantabria (1950-2000) de Manuel Arce (Estvdio, 2006). En las mismas baldas podrá hacerse, por ejemplo, con otros dos títulos significativos de por donde fueron y por donde van los tiros: Sutura (Hiperión, 2007) de Carlos Alcorta, y la Antología (1949-2006) de Alejandro Gago (Icaria, 2007).

Manuel Arce: El latido de la memoria (Algaida)

Manuel Arce: El latido de la memoria (Algaida)

El terreno del arte de narrar, por razones bastante comprensibles para cualquiera, creo que ofrece menos hitos significativos a apuntar, aunque haberlos haylos desde luego, y no poco sorprendentes bien por las dimensiones de los esfuerzos, en algunos casos homéricas, bien por su calidad o bien por su repercusión en el atiborrado panorama peninsular.

Gonzalo Calcedo (Palencia, 1961) es uno de los mejores cuentistas españoles del momento actual, y espero que no se me enfade por llamarlo cuentista. Calcedo de un tiempo a esta parte se ha convertido en uno de los maestros del cuento español, un cuento pasado eso sí por el medio oeste americano,  y en el que nos es difícil reconocer las huellas dactilares de autores como John Cheever, for example. En este sentido Calcedo, como ha reconocido ya la crítica especializada, inventa su propia tradición, alejada en cualquier caso de la tradición española más garbancera. De Gonzalo Calcedo el lector va a encontrar en las estanterías títulos como La carga de la brigada ligera (Menoscuarto), Esperando al enemigoLa madurez de las nubes, los dos en Tusquets.

Por las calles de Santander es muy fácil ver caminar a velocidad mareante a Enrique Álvarez (León, 1954), según mi termómetro, sin duda posible uno de los escritores de raza más auténtica de los que encuadran el panorama al que aludimos, y uno de los que a pesar de su veteranía y obra aún está poder leer, o mejor dicho, por leer bien. Autor de novelas y de algunos libros de cuentos realmente memorables, el aficionado que lo desconozca puede empezar a intimar con su trabajo  leyendo El trino del diablo (Menoscuarto, 2006), generosa antología de sus cuentos.

Abandonado a un aparente silencio se mostró durante años Manuel Arce (Asturias, 1928), el prosista de obra más extensa y mejor publicada de los que hoy respiran nuestro mismo aire. Seis novelas entre 1956 y 1970 editadas por Destino, Seix Barral o Plaza & Janés, dos de ellas llevadas a la pantalla grande, lo contemplaban nostálgicas hasta que en 2006 ganó el Premio Internacional de Novela Emilio Alarcos con El latido de la memoria (Algaida), más de 400 páginas con una historia ambientada en el Santander de la Guerra Civil.

En mi supina ignorancia a estos tres nombres yo sumaría los de Gloria Ruiz, Carlos Villar Flor y Baldomero Madrazo, narradores que en dos de los casos (Gloria y Carlos) son poetas, y en el caso de Ruiz, sobre todo poetas. Los tres han publicado novelas con fortuna desigual. Los tres ofrecen títulos a tener en cuenta en un somero repaso del panorama regional. A la lista hay que sumar a un narrador excepcional cultivador de un género minoritario y minúsculo, el microrrelato. El poeta Miguel Ibáñez es un maestro en tales distancias, y al que me lleve la contraria lo desafío a que lea El lobo veloz (La Sirena del Pisueña), una muestra con ramalazos tal vez geniales de género tan complejo y breve.

En una ampliación de capitales, o mejor dicho, de géneros, debería extenderme hasta la escritura teatral, es decir, los textos pensados para ser llevados a las tablas de un escenario. En este apartado llamado a ser invisible a fuerza de ser imposible en una capital como Santander, puedo apuntar de memoria al menos tres autores: el gran Isaac Cuende, poeta, actor, recitador y autor a quien habría que levantar un monumento municipal como eximio mantenedor durante décadas oscuras de la llama literaria en la región; el no menos grande Paco Valcarce, figura esencial en la subsistencia de la actividad teatral en Cantabria a finales del siglo XX; y el joven pero menos Alberto Iglesias, actor también, y también poeta y narrador, cuyas obras para las tablas se representan en buena parte de España y ganan con voracidad premios de escritura teatral por doquier.

No llevo la cuenta de todos los nombres y los apellidos apuntados, pero me temo que son decenas, demasiados a no dudarlo para un oficio en el que, según Eliot, sólo sobreviven un puñado cada cien años a las sentencias del tiempo, y de entre los elegidos, en ocasiones, sólo algunos libros, algunos cuentos, algunos pocos versos. Con todo, seguro que se me han quedado nombres en el tintero, es decir, más razones para puntilloso apuntes en las benditas y puntillosas listas negras. Claro que en alguna lista de algunos de los citados también habrá hoy más motivos para más anotaciones. ¡Qué le vamos a hacer! “Más madera, esto es la guerra”, decía el único de los Marx al que aún hoy se le ríen las gracias.

Queda aquí constancia de una porción de la legión de letraheridos que puebla nuestra cotidianeidad, que llena cuadernos, paquetes de folios o discos duros con las palabras más hermosas, verdaderas, elocuentes…, de que son capaces. Escriben poemas, cuentos, novelas, artículos, ensayos, críticas, reseñas, blogs,.. Con sus obras impresas seguro que algunos  construirían una bonita pira funeraria, harían un espléndido y entretenido auto de fe. Y seguro que en otros en ellas encuentran verdades como puños, versos y poemas memorables, pensamientos acertados y brillantes, personajes inolvidables, historias que se desea no terminen, explicaciones para lo inexplicable, hermosa confusión desarbolando el más domesticado sentido común. Muchos de estos escritores y poetas, la mayoría, viven en Santander, otros incluso sobreviven fuera de los límites fronterizos de esta Reserva Infinita que en no pocas ocasiones es para sus escritores una tumba abierta, cansina y eterna. Estén al tanto, no es difícil toparse con ellos, y léanlos de vez en cuando. 


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,10 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Herbert von Karajan en su centenario: el director majestuoso, el ególatra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,660 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Uno de los entretenimientos preferidos y más frecuentados del género humano es el de levantar ídolos para más tarde derribarlos y luego volver a levantarlos..., así en una rueda con perfume de esencia inacabable. Herbert von Karajan (1908-1989), nacido y muerto en la ciudad austriaca en la que Mozart vino al mundo, Salzburgo, es un ejemplo del aserto tan magnífico como otro cualquiera. Entre 1960 y el año de su muerte, es decir, durante tres largas décadas del pasado siglo XX, Karajan fue el epítome casi perfecto del director de orquesta, es más, yo diría que él logró encarnar y cultivar con sobresaliente marketing un suntuoso número de tópicos al respecto: el pelo largo blanco hacia atrás, el gesto concentrado y enérgico, las manos elocuentes, la nerviosa batuta en ristre, el jersey oscuro de cuello de cisne, un halo entre glamuroso y espiritual envolviendo su figura revestida por aires y luces místicas...

Hace no muchos años, cuando uno iba deprisa en coche o hacía con él alguna maniobra arriesgada se le gritaba: ¡Fittipaldi! Si uno era habilidoso con un balón en los pies e intentaba regatas imposibles, los compañeros de campo inmediatamente le espetaban ¿quién te crees, Maradona? Y si cuando sonaba música orquestal en una habitación cualquiera, o en el ascensor de unos grandes almacenes, uno entornaba los ojos en además concentrado y agitaba los brazos siguiendo el sonido, inmediatamente oía decir a su alrededor ¡muy bien, Karajan!

Karajan fue el director de orquesta de la segunda mitad del siglo XX por excelencia. Él encarnó el oficio, él era el director, él el mito y la leyenda vitalicia al frente de “su orquesta”, la Filarmónica de Berlín. Cuando murió en 1989 se abrió por completo la veda, y comenzó una labor de derribo que se prolongó en el tiempo durante bastante tiempo. Entonces se publicaron toneladas de papeles subrayando el pasado nazi del músico, su narcisismo enfermizo, su egolatría desbocada, su amor al dinero, sus amantes y su vida de juerguista, el ejercicio de un poder tiránico en el mundo de la música clásica mundial en el que hacía y deshacía a su capricho, sus negativas a trabajar con determinados artistas, su despotismo, su ambición desmedida, su afán por abarcar un repertorio imposible, su brillante artificiosidad pulida en los estudios de grabación, su megalomanía insoportable, etc... Vamos, que le dieron más palos que a una estera, le hicieron trizas el frac, le hicieron comerse la batuta, le despeinaron la blanca cabellera y le propinaron patadas a mansalva en las viejas posaderas.

Herbert von Karajan

Herbert von Karajan

Sí, Karajan, como buena parte de los artistas jóvenes y ambiciosos de su generación en Alemania se dejó galantear por el nazismo y él galanteó sin reparos con los nazis. Sí, fue durante décadas el hombre más poderoso del sistema dentro de la llamada música clásica. Sí, fue un ególatra insufrible, un megalómano, un tipo enfermo de narcisismo: para darse cuenta sólo hay que visualizar algunas de las películas grabadas en estudio en las que él dirige las sinfonía de Beethoven; él es la estrella, sólo él, todo gira en torno a él. Sí, es cierto que dirigió y grabó un repertorio inconmensurable, desde la música del Barroco hasta la escrita por la Segunda Escuela de Viena en pleno siglo XX. Sí, es cierto que arruinó las carreras de algunos artistas jóvenes que no se quisieron dejar manipular por él o, al revés, que le hicieron caso en todo y los explotó hasta la ruina de sus facultades y talentos. Sí, muchas de las acusaciones parece que son ciertas, que están fundamentadas, que son consistentes, que vienen a desacreditar al ser humano y en buena medida al artista, egoísta y caprichoso.

Pero en el otro lado de la balanza están las grabaciones, los conciertos, la música que Karajan legó a la posteridad. Karajan, guste o no, es sencillamente uno de los grandes genios de la dirección orquestal del siglo XX, y atendiendo sólo a su legado fonográfico el más prolífico, el de repertorio más extenso, el de resultados más notables en páginas muy distintas entre sí, el más sobresaliente sumando el terreno sinfónico, el operístico y el de conciertos, quizá el más genial (para bien y para mal) en el sentido más vasto de la palabra.

Como director musical de óperas sólo él ha dejado grabaciones excepcionales en repertorios en principio tan dispares como el de los 5 principales compositores de la historia (Mozart, Verdi, Wagner, Puccini y Strauss), o en grandes monumentos del bel cantismo (Norma, Lucía...), la ópera francesa (Carmen, Pelléas et Mélisande), la opereta, o la ópera del siglo XX. En el terreno sinfónico y concertístico la carrera del director austriaco es, muy probablemente, también inigualable. Ahí están sus integrales (todas las sinfonías) o casi integrales de Brahms, Bruckner, Mahler, Beethoven, Schubert, Schumann, Chaikovski, Mendelssohn, Sibelius..., y su multitud de conciertos grabados con los solistas estrellas más sobresalientes.

Herbert von Karajan y la Filarmónica de Berlín interpretan la Séptima Sinfonía de Beethoven (vídeo colgado en YouTube por violistarevirtuoso)

Quien quiera acercarse al arte de Karajan en el terreno de la música orquestal tiene ahora una buena oportunidad, pues el sello discográfico EMI, en este año 2008 en el que se cumple los cine del nacimiento del director, acaba de lanzar a la calle la enésima recopilación de fragmentos dispersos de su “homérica” carrera discográfica. Se trata de 2 CDs editados bajo el título archimanido de “Karajan, The Legend”.

Todos los cortes (Bolero de Ravel, España de Chabrier, Arlesiana de Bizet, la obertura del Holandés errante de Wagner, el “Fauno” de Debussy...) provienen de grabaciones de los años 1970 con el músico al frente de la Filarmónica de Berlín. Qué va a encontrarse el recién llegado en estos dos discos del maestro salzburgués. Dejemos que hable un experto, el crítico Arturo Reverter:

“La dirección de Karajan, casi siempre hipnótica, es elocuente y vigorosa, con ese singular attacco al arco o esa impetuosa forma de emplear el martellato de la percusión. Las sutiles alteraciones y latidos de la música, su respiración y contrastes, eran manejados por el director con una habilidad ejemplar y con una especial sensibilidad para embellecer los timbres. Determinadas elongaciones, acentos de cierto enfatismo, suaves y lustrosas superficies hacían perder tensión, virulencia y agresividad a una interpretaciones que podían llegar a estar exentas de profunda expresividad. Pero sus edificios, habitualmente levantados con la ayuda de esplendorosas orquestas, tenían carne y vida, y con frecuencia, una majestuosa grandeza”. 

Yo, por mi parte, prefiero al Karajan director de ópera. ¿Recomendaciones? Sólo apuntaré referencias de los 5 grandes señalados más arriba. Su Don Carlo de Verdi con Carreras y Baltsa, y también de Verdi sus Falstaff, sus Trovadores (Corelli o Domingo), su Aida con Tebaldi y Bergonzi, o sus Otello (Mario del Mónaco o Vickers). De Puccini me quedó con su Bohéme (Pavarotti y Freni), su Tosca (Price y Di Stetano), su Turandot (Domingo y Ricciarelli) y su Madama Butterfly con la Callas. De Mozart es inexcusable subrayar el Cosi fan tutte (Elisabeth Schwarzkopf y Nan Merriman), o la Flauta Mágica con Dermota. De Wagner su Tetralogía en estudio y también su Tristán e Isolda. Y por último, de Strauss, su inconmensurable Caballero de la rosa con Schwarzkopf, o su Salomé con Hildegard Behrens.


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Friday,7 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La mirada explorada, historia de un breve texto para un catálogo de arte]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,659 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Viernes por la tarde. Estoy en un supermercado del centro de la ciudad comprando vituallas para pasar el fin de semana en soledad. Ella no viene, se queda en Madrid. Así todo me espera un fin de semana apretado, lleno de actividades y encuentros. Después de la compra tengo pensado marchar a casa y ver en el portátil Ángel o diablo, la película de Otto Preminger que acabo de comprar barata en un kiosko del Paseo de Pereda. El sábado por la mañana me levantaré temprano y jugaré el litúrgico partido con Amunike, Kiko Narváez, Claudio Acebo, Pedro López y compañía. Luego comeré con mis sobrinos y descansaré un poco. La tarde sabatina la emplearé en escribir para Ojos de Papel la reseña del último libro de Martín Amis, La casa de los encuentros. Por la noche he quedado a cenar con José María Lassalle, un viejo amigo de los tiempos de Universidad que lleva cuatro años viviendo en Madrid siendo, entre otras cosas, diputado por Cantabria del Partido Popular. Él viene en avión desde Barcelona. Viene a dar un mitin electoral en el pueblo de Liérganes. Cenaremos en el restaurante la Sixtina en Puerto Chico, y luego iremos al chalet de nuestro común amigo el abogado Calixto del Pozo. Allí nos esperará una tertulia política con un profesor de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid que nos ocupará hasta las cuatro de la mañana. El domingo por la mañana pondré punto final a la reseña. Leeré los libros en los que debo avanzar y por la tarde escucharé el partido del Racing. La noche la dedicaré a seguir leyendo y a preparar la clase del lunes por la mañana.

Pero estando en el supermercado, justo junto a las baldas de los arroces precocinados, suena mi teléfono móvil. Lo descuelgo y en el aparato escucho la voz de mi buen amigo el pintor Jesús Alberto Pérez Castaños. Los primeros segundos son de cariñosas imprecaciones, ¿dónde has estado?, ¿llevo toda la mañana llamándote?, ¿no me coges el teléfono, cabrón...?  Le doy las necesarias explicaciones. Me dice que está apunto de entrar en un concierto en la sala de Caja Cantabria en la calle Tantín. Va a escuchar al que fuera saxofonista de James Brown, y no tiene mucho tiempo para hablar. Me dice que necesita con urgencia un texto para incluirlo en el catálogo que prepara de una exposición de artistas amigos: María Gorbeña, Belén Pereda, Ricardo Cavada, Manuel Ángel García Seco, Ángel Izquierdo y Joaquín Martínez Cano. Necesita el texto para el mismo lunes por la mañana, y le gustaría que en él yo reflexionase sobre el término “La mirada explorada”. Me vuelve a insistir que es muy urgente, y yo le digo que sí, que no se preocupe, que algo se me ocurrirá y que se lo haré llegar el lunes por la mañana, después de clase. 

El sábado de mi fin de semana no cambia nada en los planes previstos. El domingo sí. Me encierro después de comer en el cuarto, enciento el portátil, escribo la frase “La mirada explorada” y reflexiono sobre ella con la mente puesta en un catálogo de pintores y fotógrafos cántabros que debe estar en marcha al día siguiente por la mañana. El resultado es el que sigue. Quiero dedicárselo a Jesús Alberto, sin su apremiante propuesta nunca hubiera sido escrito.

“La mirada explorada. Esta frase es en sí misma todo un inmenso jardín bomarziano, un laberinto de calles y recovecos infinitos que conducen unos al corazón o esencia de los otros, que se comunican entre sí en un avance de conceptos y significados que no acaban en la puerta con aldabón de ningún final establecido con anterioridad.

La mirada es la explorada, es decir, es reconocida, registrada, examinada con suficiente diligencia y detenimiento como para obtener de ella un fruto, una conquista, una conclusión, un espacio o terreno en el que, o desde el que construir, inventar o reinventar. Pero toda mirada sólo puede ser explorada por otra mirada revestida con los elementos propios de una inequívoca condición exploradora, por otro mirar distinto y siempre posterior cuya finalidad última es el examen, el cuidado, la búsqueda, la atención..., el averiguar precisamente el por qué esencial de la mirada previa para irle sumando después otras esencias distintas, matizadas, enriquecidas por la nueva exploración que, a su vez, aguarda el diálogo con otras miradas en adición sostenida, en un continuo crescendo.

Todo mirar implica un resultado, una opción de entendimiento, una esquirla de lo mirado (explorado) que inevitablemente queda prendida, adherida en la mecánica propia de la acción exploradora. Así, en sentido estricto y recto no puede explorarse un mirar, sino su conclusión última o abandonada; también su proceso, sus fases, su procedimiento. Es decir, del mirar sólo pueden explorarse sus secuelas, y éstas únicamente a través de nuevas secuelas. Sólo se puede explorar la consecuencia del mirar mediante otro mirar que, a su vez, y de manera inevitable, genera otra solución susceptible de examen.
        
La mirada explorada, indefectiblemente, necesita para llegar a ser, para constituirse como tal, de un mirar ajeno de naturaleza inquisitiva, generándose así toda una cadena de prolongación infinita, una sucesión de miradas con sus respectivas secuelas, con la germinación fértil y generosa de huellas.  En este sentido toda mirada explorada exige el ser y el mirar de “otro” (u otro mirar, aunque provenga de los mismos ojos y del mismo sistema de sentidos), de un público, de un “espectador” consciente al menos de serlo y dispuesto a involucrarse en un diálogo de huellas y secuelas que brotan del mirar atento y despierto, dando paso a una odisea en la que el explorador, en su acción exploradora, genera a su vez un ámbito susceptible de exploración poblado de sus propias y personales huellas.

Todo elemento o construcción que habita en el diverso y complejo universo de la plasticidad presenta o proyecta una imagen, y toda imagen es la huella labrada y por fin abandonada, la secuela de un mirar reflexivo que, en su radical mismidad, necesita de alguna forma confrontarse al ejercicio exploratorio del mirar ajeno, pasar por el tamiz del entendimiento descodificador (o codificador, caras y reversos de monedas lanzadas al aire de la interpretación) de los otros.

La imagen es huella materializada en un componente físico, y al materializarse se hace, se concreta, se relaciona íntimamente con el material que la soporta, que se le resiste enfrentándole obstáculos, proponiéndole sugerencias, permitiéndole avances.

Las pinturas y fotografías de María Gorbeña, Belén Pereda, Ricardo Cavada, Manuel Ángel García Seco, Ángel Izquierdo y Joaquín Martínez Cano, son el fruto, la consecuencia de su particular mirar y de sus propias exploraciones en las huellas dejadas por otras miradas. Ahora, sus huellas, “sus miradas”, precisan ser exploradas por nuestras miradas y acogidas por nuestro entendimiento, y pasar así a integrar nuestra particular memoria entrelazándose en un continuo creciente de principios y finales que conforman finalmente el camino todo”.   


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,6 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Sherlock Holmes aún recibe cartas en el 221b de Baker Street]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,658 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

 A partir del año 1890 empezaron a llegarle cantidades ingentes de cartas a Arthur Conan Doyle, signo inequívoco de la fama mundial alcanzada por su mítico personaje literario. No pocas de esas cartas incluso no iban dirigidas a Doyle, sino que directamente llevaban en el sobre el nombre como destinatario de Sherlock Holmes, y habían sido enviadas al 221b de Baker Street, es decir, al lugar donde en las aventuras escritas por Doyle residían el detective y su íntimo amigo el doctor Watson. El servicio de correos londinense, con una encomiable predisposición a cumplir con su deber, reenviaba dichas cartas a Doyle, lo que significa que el servicio era muy diligente y que los carteros leían las historias protagonizadas por el detective rey del método deductivo.

Las cartas no pocas veces estaban redactadas por verdaderos lunáticos (un tendero de Liverpool que le confesaba suspirar por conocer a Jack el Destripador, una estadounidense que le decía que tenía “desviada la columna”...), pero otras misivas presentaban misterios y asuntos que, como el propio Doyle aseguró en alguna entrevista a la prensa del momento, le inspiraban para escribir nuevas aventuras de Holmes. Muchas de esas cartas solicitaban ayuda al escritor para resolver misterios realmente increíbles, horrendos o conmovedores, pero Doyle no podía hacerse cargo de tales cuestiones, aunque procuraba contestar personalmente las cartas que más le apesadumbraban.

Con todo, la lectura de las cartas que le llegaban de lugares tan remotos como Moscú o San Francisco, casi siempre le procuraban un rato divertido y placentero, aunque cometió el error de guardar sólo algunos envíos y no todos, lo que más tarde lamentaría en gran medida.

Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle

Cuando en 1904 Doyle comunicó oficialmente al mundo que Holmes no volvería a entrar en acción por su mano, recibió multitud de cartas de todas partes del globo, muchas de protesta, pero algunas ofreciéndole al personaje una nueva ama de llaves o un experto colmenero, dado que la retirada de Sherlock Holmes era para retirarse al campo y dedicarse a las colmenas de abejas.

Conan Doyle continuó recibiendo cartas relacionadas con su personaje o pidiéndole consejo o asesoramiento sobre crímenes y misterios prácticamente hasta el final de sus días, en 1930.

Hoy en día, en el año 2008, cada semana, llegan una media de 50 cartas semanales de cualquier rincón de la tierra dirigida a Sherlock Holmes. Las cartas siguen llegando al 221b de Baker Street, dirección londinense existente y que está ocupada por las oficinas centrales de la Abbey National Building Society desde hace décadas. En el año 1951 era ya tal el volumen de correspondencia a nombre de Sherlock Holmes que llegaba a la mencionada dirección, que la dirección de la susodicha empresa tomó la decisión de contratar personal para ejercer las funciones de “Secretaría de Sherlock Holmes”. El correo londinense tuvo que crear una dirección específica para poder centralizar las cartas que les llegaban dirigidas al detective de la enorme lupa.

En edición al cuidado de Richard Lancelyn Green se llegó a publicar un volumen con una selección o antología de dichas cartas. Muchas estaban escritas como una ingeniosa broma, muchas eran de niños que se dirigían a su héroe favorito, pero muchas otras eran de particulares que se dirigían al detective solicitándole ayuda para resolver algún caso que les afectaba.

Todos los días del año, desde hace más de un siglo, Sherlock Holmes recibe cartas a su nombre en su dirección de la ciudad de Londres, sin duda la dirección postal más famosa de la historia de la humanidad: el 221b de Baker Street.


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Wednesday,5 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El rival de Bach, un tal señor Telemann]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,657 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

 La vida del músico barroco alemán Georg Philipp Telemann es tan variopinta y apasionante que bien podría ser factible de acabar formando parte de una historia en celuloide o de las oscuras páginas de una novela de detectives de la serie B.

En su tiempo fue un músico incluso con mejor prensa que el admirable señor Bach, un amigo de verdad pero también un formidable competidor al que superar, y aunque jamás tuvo la experiencia de una formación musical bajo la sombra protectora de un maestro merecedor de tal nombre, Telemann tuvo tiempo a pesar de  las circunstancias no muy propicias a lanzarse con salvaje ahínco al desarrollo acumulativo de actividades varias.

Casi todo lo que conocemos del amigo Telemman lo sabemos a través de él, lo que no suele ser una fuente en exceso fiable. Entre los años 1718 y 1739 nuestro hombre escribió la friolera de tres autobiografías en las que contaba los detalles más sabrosos y relevantes de su juventud y su madurez. Por ejemplo, Telemann estudió Derecho y Letras en la Universidad de Leizpig, aunque a partir del año 1702, cuando contaba ya con más de treinta años, encaminó sus intereses creativos y profesionales a todo lo que estuviera relacionado con la música, llegando a fundar en la vieja ciudad alemana una orquesta, el todavía célebre Collegium Musicum.

Georg Philipp Telemann

Georg Philipp Telemann

No tuvo que pasar mucho tiempo para que lo nombraran director de la Ópera de Leizpig, más que relevante espaldarazo a su carrera que le restó, digámoslo con suavidad, el caluroso cariño de no pocos compañeros de profesión y actividad. Entre los años 1705 y 1755 la vida de Telemann fue un no parar entre distintas ciudades europeas mientras escribía textos diversos y escribía diversa música: en ese periodo nuestro personaje fue maestro de capilla del conde Von Promnitz, director de la música en la ciudad de Francfort, director de las cinco principales iglesias y Cantor en el Johanneum de Hamburgo. En el lento transcurrir de ese tiempo, su  rivalidad profesional con el genial Bach fue en claro aumento, y cómo decirlo, no le dolieron muchas prendas en ponerle a su amigo/rival todas las zancadillas posibles, y en darle cuando la ocasión lo permitía todas las patadas posibles en las espinillas. Finalizado el año 1755 Telemann ya sólo escribió música de marcado carácter religioso, y cuando murió, la fortuna juega así sus bazas, le sucedió en los puestos de la ciudad de Hamburgo su ahijado, es decir, uno de los hijos de su principal contrincante, vamos, el bueno de Carl Philipp Emmanuel Bach.
 
Telemann escribió bastante para el teatro, y hemos dicho que no le hizo ni mucho menos ascos a la música sacra, fue un teórico musical de renombre, fundó el primer diario especializado en música de toda la historia y también fue el impulsor decisivo del primer concierto de carácter público que tuvo lugar en Alemania. La cantidad de piezas de música de cámara que escribió es prácticamente incontable, tal es así que incluso él mismo, ante la tarea de contarlas y catalogarlas, puso pies en polvorosa.

Telemann fue un músico cien por cien alemán, lo que tampoco fue un muy real impedimento para que conociese y practicase las formas de composición propias de las modas francesas e italianas, logrando aunar a lo largo de su obra, al menos de alguna manera, las tres clases distintas de estilos o modos compositivos. En este preciso sentido, en un año tan alejado de nuestros días como 1770, ya el entonces conocido crítico Ch. D. Ebelling escribió que Telemann supo aportar a los alemanes la alegría y la naturalidad en sus melodías.

Prueba de este aserto es, por ejemplo, uno de los últimos discos con música de Telemann, grabación de auténtico nivel, que apareció en el mercado discográfico internacional hace ya cinco años en uno de los sellos fundamentales del mercado, el británico EMI, más concretamente en su colección EMI classics. Se trata de conciertos para flauta grabados por la Berliner Barock Compagney y el flautista Emmanuel Pahud, todos dirigidos por el solvente Rainer Kussmaul.

Pahud, un joven flautista nacido en Ginebra en 1970 es una especie de dios de la flauta en el panorama actual. En el disco al que hacemos referencia emplea un instrumento moderno, lo que para el repertorio tocado implica la modificación de determinados hábitos de expresión. El crítico Tom Moore ha dicho de este disco que en él Pahud se ha tomado en serio las lecciones de la flauta de una llave y produce un sonido maduro y una línea cantable inflexiones naturales; sus articulaciones son claras y nada forzadas, y su ornamentación es también muy elegante. Estamos pues ante un disco absolutamente recomendable, que puede encontrarse en las tiendas especializadas y que es una iniciación magnífica a la música del rival quizá mas destacado del monstruo Bach.


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Tuesday,4 mar 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Sherlock Holmes y Sir Arthur Conan Doyle, las aventuras continúan]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,656 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

 Uno de mis mejores recuerdos como lector me lleva hacia atrás en el tiempo hasta hace muchos, muchos años, cuando siendo todavía un niño embozado ya en la adolescencia, leí en las noches negras de un crudo invierno santanderino un libro en cuyas páginas se mezclaba en mi mente lo detectivesco, el terror, los paranormal, lo mitológico... Me refiero a El perro de los Baskerville, de sir Arthur Conan Doyle, una de las aventuras más extraordinarias protagonizadas por el mito Sherlock Holmes y su amigo, un hermanastro de Sancho Panza, el célebre doctor Watson.

En esas noches de difícil olvido nació mi casi fanático interés por el detective más famoso de todos los tiempos y su educado escudero, ejemplo excelso de torpeza convencional en el pensamiento deductivo,  pero símbolo casi sin parangón en la fidelidad y el afecto virilizado. He leído todos los relatos protagonizados por Holmes concebidos por la mente de su creador en volúmenes de distintos padre y madre, y hace tiempo que compré saldada la caja que contiene los volúmenes que encierran todas las aventuras de Holmes. La caja es uno de mis tesoros literarios, aunque no sea una edición costosa ni inencontrable.

Rodolfo Martínez: Sherlock Holmes y la boca del infierno (Bibliópolis, 2007)

Rodolfo Martínez: Sherlock Holmes y la boca del infierno (Bibliópolis, 2007)

En esas páginas está todo el complejo mundo que gira en torno al astro Holmes y a su satélite Watson: los malvados criminales como Moriarty, el hermano enigmático llamado Mycroft, los irregulares de Baker Street, el ama de llaves Ms. Hudson, etc, etc... Repito, me fascina el mundo de Holmes, me fascina la liturgia que implica leer sus aventuras, los lugares y costumbres del personaje que acaban formando parte del propio mundo del lector, quien podría enumerarlas con deleite y sin equivocación alguna.

Tanto me atrae la pareja de sabuesos londinense, que no desdeño en modo alguno la lectura o el contacto con todo lo que con ella está de algún modo relacionado. Los filmes o los episodios británicos para televisión protagonizados por el gran Peter Cushing, o las películas hollywoodienses en las que el héroe está encarnado por un impagable Basil Rathbone, o la romántica y por momentos sobrecogedora historia filmada por Billy Wilder (La vida privada de Sherlock Holmes, 1970). He leído también algunas biografías de sir Arthur Conan Doyle; casi todo lo que conjuntamente escribieron Adrian Conan Doyle (hijo de Sir Arthur), y John Dickson Carr, con los personajes de Watson y Holmes como protagonistas, aventuras, libros que en español ha editado el magnífico sello madrileño Valdemar. Tengo también en mi biblioteca la biografía de Sherlock Holmes que publicó no hace mucho el joven escritor Martín Viejo (Páginas de Espuma)..., en fin, que Holmes y Watson, Watson y Holmes, y todo lo que gira en torno a los famosos habitantes del famoso número 221b de Baker Street me gusta, intriga y apasiona.

Estos días estoy con los niveles de entusiasmo en alto porque cuento con algunas novedades relativas a la vida de Sherlock Holmes y su creador que sospecho me auguran horas muy felices. Por un lado está el descubrimiento de Rodolfo Martínez (Candas, Asturias, 1965), autor del que nada sabía hasta hace unos días, y en el que he descubierto a un entretenidísimo continuador de la labor de antecesores como los ya mencionados Adrian Conan y Dickson Carr, es decir, a un “homenajedador” de Holmes y de sus aventuras. El libro salido de sus manos que tengo entre las mías  lleva por título Sherlock Holmes y la boca del infierno (Bibliópolis, 2007), y por lo que he leído en las solapas es la tercera entrega del asturiano dedicada al detective británico. A esta le precedieron otras que buscaré a partir de ahora con ahínco: Sherlock Holmes y la sabiduría de los muertos (1996 y 2004) y Sherlock Holmes y las huellas del poeta (2005). Las aventuras holmesianas de Rodolfo Martínez mezcla con habilidad y tino el típico argumento propio de las creaciones de Conan Doyle (sigue siendo Watson quien relatas los hechos, por ejemplo), con situaciones y atmósferas que son deudoras de la literatura de clásicos del terror o de la literatura exploradora de lo paranormal como Lovecraft. Lo que llevo leído es de esas ficciones ligeras y sin pretensiones que, sin embargo, te hacen desear regresar al libro para conocer qué ocurrirá en la siguiente página.

 Peter Costello: Conan Doyle, detective (Alba, 2008)

Peter Costello: Conan Doyle, detective (Alba, 2008)

Por otro lado está el libro de Peter Costello dedicado a Conan Doyle, detective (Alba, 2008), es decir, a estudiar y analizar los crímenes reales que el escritor investigó, emulando las habilidades de su más famosa criatura de ficción. Es este otro libro de esos que uno desearía abrir por la primera de sus páginas en el transcurso de unas largas vacaciones tumbado en una cómoda hamaca, escuchando el cercano romper de las olas en la arena de la playa, sintiendo el calor del calor tostándole a uno la piel, dando de vez en cuando tragos a una bebida agradable y refrescante y, por qué no, distrayendo de vez en cuando la mirada hacia los contornos dorados y suaves de un bonito cuerpo de mujer. Las vacaciones aún no están cerca en el horizonte, pero el libro ya está en mi poder. Por algo hay que empezar.

Por otro lado está el libro es decir, a estudiar y analizar los crímenes reales que el escritor investigó, emulando las habilidades de su más famosa criatura de ficción. Es este otro libro de esos que uno desearía abrir por la primera de sus páginas en el transcurso de unas largas vacaciones tumbado en una cómoda hamaca, escuchando el cercano romper de las olas en la arena de la playa, sintiendo el calor del calor tostándole a uno la piel, dando de vez en cuando tragos a una bebida agradable y refrescante y, por qué no, distrayendo de vez en cuando la mirada hacia los contornos dorados y suaves de un bonito cuerpo de mujer. Las vacaciones aún no están cerca en el horizonte, pero el libro ya está en mi poder. Por algo hay que empezar.

Saludos holmesianos del mundo, ¡¡estamos de continua enhorabuena!!  


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Friday,29 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Cien libros para un siglo del equipo Peonza]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,655 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Cuando me llamó por teléfono Juan Gutiérrez, miembro del legendario y cántabro equipo Peonza dedicado a la literatura infantil, y me dijo que la reseña que le envié sobre Dylan Thomas, había sido publicada en el libro Cien libros para un siglo (Anaya, 2004) que, coordinado por ellos, acaba de editar Anaya, no pude imaginar la enorme suerte que me acechaba por participar en un libro tan espléndido.

Ninguno de los dos tenía mucho tiempo, pero quedamos en el centro de la ciudad para vernos un instante y que me diese un ejemplar del libro y yo a él una opinión sobre el mismo. Acudí a la hora convenida y al poco apareció en su coche, se bajó del mismo, me saludó, volvió a introducirse en el vehículo para buscar el libro y salió con él en la mano, me lo tendió y me preguntó ¿qué te parece?

Si por regla general de por sí no soy muy expresivo, esta vez creo que la sorpresa me hizo ser aún más enigmático en la expresión, por lo que escribo estas líneas para darle públicamente a Juan Gutiérrez y a todo el equipo Peonza la opinión que entonces me mereció su trabajo, nuestro trabajo.

Un poco más arriba he hablado de sorpresa, pues bien, me reafirmo, y añado ahora, una sorpresa muy, muy agradable. El equipo Peonza lleva décadas realizando una impagable labor en favor de la lectura y el conocimiento de la literatura desde su especial interés por los mundos infantil y juvenil. Fruto de esta dedicación son las decenas de números de la revista trimestral Peonza convertida en una de las referencias españolas sobre el tema), guías, libros, álbumes y sus extensas colaboraciones en El Diario Montañés.  

Equipo Peonza: Cien libros para un siglo (Anaya, 2004)

Equipo Peonza: Cien libros para un siglo (Anaya, 2004)

Culminación puntual de casi dos décadas de esfuerzo fue la publicación de este espléndido libro, espléndido tanto por su formato como por su contenido. Desde un punto de vista formal sorprende su lujosa edición: tapa dura, gran cantidad de ilustraciones en color, más de 250 páginas en gran tamaño, buen papel... Fijándonos en los contenidos la idea del libro me parece brillante y acertada en su simplicidad: partiendo del año 1901 y llegando al 2000, año a año, se proponen cien libros que pueden interesar a un lector o bien infantil o bien juvenil. Es decir, se ofrece una selección de posibles lecturas para los niños y jóvenes que abarcan todo el siglo XX. Cada libro de cada año ocupa dos páginas de la publicación. En la primera aparece el año de aparición de la obra y su título; luego el nombre del autor, su fotografía o dibujo, sus fechas de vida, y un comentario escrito por un miembro de Peonza o por algún otro colaborador sobre la obra en sí, además de unas pinceladas biográficas en torno al autor. En la otra página se reproduce en color la cubierta del libro recomendado con su ficha bibliográfica completa, un fragmento de la obra que sirve como pequeña degustación, otras obras del mismo autor que se recomiendan y otros títulos editados en el mismo año tratado que pudieran también interesar por su temática a los jóvenes lectores.

Todo este menú va acompañado de una concisa y oportuna introducción histórica para cada década, un prólogo del escritor Felipe Benítez Reyes y unos índices en los que están todos los autores elegidos, todos los autores de los comentarios y todas las fotografías e ilustraciones del libro.

El resultado global es magnífico, y lo es por diversos motivos. Cien libros para un siglo presenta una evidente utilidad didáctica, pues los profesores disponen gracias a él de una muy útil herramienta que les ayudará a la hora de fomentar el gusto por la lectura entre sus alumnos. Ofrece a los veteranos aficionados un ameno compendio de lecturas juveniles e infantiles, lleno de variada información y de datos muy aprovechables. Para el lector común representa una valiosa oportunidad para orientarse con acierto por un mundo que a lo largo de cien años (1901-2000) dio muestras de ser muy variopinto y complejo, en el que conviven una gran diversidad de voces y formas de entender la literatura, y en el que hay aventura, historia, ciencia ficción, tramas detectivescas..., y casi siempre muy buena literatura.

El equipo Peonza y sus colaboradores han elaborado un precioso y preciso mapa que sirve para adentrarse en los mundos creados por Kipling, London, Verne, Hugo Pratt, Juan Ramón, Conrad, Calleja, Blyton, Conan Doyle, Farias, Roald Dahl, Tournier, C. S. Lewis o Richmal Crompton..., y encontrar el único tesoro por el que merece la pena empeñar el tiempo: los raros momentos de felicidad.   


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Thursday,28 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Los perros de la vida de Elizabeth von Arnim]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,654 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

A todos los que tenemos o hemos tenido un perro y lo hemos querido (por no emplear la palabra mucho más “fuerte”, amado), la lectura del libro de memorias de la gran escritora nacida australiana Elizabeth von Arnim (1866-1941) debería resultarnos imprescindiblemente necesaria. El título del libro es de lo más significativo: Todos los perros de mi vida, y lo ha editado recientemente la editorial Lumen.

Llegué a la literatura de Elizabeth von Arnim por la sugerencia de un viejo amigo al que ya he mencionado aquí en no pocas ocasiones y siempre de forma agradecida. Me refiero a Enrique Bolado. Él me recomendó, hace quizá ya la friolera de unos quince años, la lectura del que consideraba un libro hermosísimo de nuestra autora, entonces para mí por completo desconocida, de título Elizabeth y su jardín alemán. No debía estar yo entonces preparado para tales sutilezas literarias, y recuerdo que el libro no me gustó ni mucho ni poco. Ahora Lumen lo ha vuelto a editar, y puedo recomendarlo con los ojos cerrados tras nueva lectura. Elizabeth y su jardín alemán (1898) fue la primera novela publicada por Mary Annette Beauchamp, escritora nacida en Sydney treinta y dos años antes de la fecha señalada más arriba, casada con un aristócrata alemán de apellido Von Arnim. Sorprendida y “alucinada” por el clamoroso éxito de su novela, Mary decidió llamarse como la protagonista de su obra, y añadirle, claro, el apellido de su señor esposo. Así nació para el mundo de los libros Elizabeth von Arnim, prima por cierto de otro nombre significativo de la literatura anglosajona, Katherine Mansfield.

En su primera novela ya mencionada, Elizabeth o Mary, como ustedes prefieran, relata su propia vida de casada sometida al aburrimiento y tiranía de un marido innombrable; vida de la que sólo encontraba consuelo perdiéndose y dejando volar su fantasía en el hermoso jardín de su nuevo y húmedo hogar alemán.

Elizabeth von Arnim: Todos los perros de mi vida (Lumen, 2008)

Elizabeth von Arnim: Todos los perros de mi vida (Lumen, 2008)

Viuda desde 1910 y con varios hijos a su cargo, Elizabeth dejó la mansión de su cónyuge y vivió por sus propios medios en Suiza, Inglaterra y la Riviera francesa, antes de emigrar definitivamente a los EE.UU cuando le vio las orejas al terrible y hambriento lobo del nazismo. Entre tanto traslado de vivienda y país, Elizabeth colección amigos, amantes, un nuevo marido que ni mucho menos mejoró al anterior (John Francis Stanley Russell, el hermano mayor del pensador y escritor Bertrand), y varios nuevos libros que por lo general también cosecharon aplausos entre la crítica y los lectores. Entre estos puedo mencionar tres que he leído en español y que me gustaron lo suficiente como para no haberlos olvidado: Vera (Ediciones del bronce), Amor (Alfaguara) y Un abril encantado (Suma de Letras), novela esta última que además alcanzó mucho renombre en su versión cinematográfica, dirigida por Mike Newell.

Recientemente la editorial Lumen ha iniciado una colección o biblioteca “Elizabeth von Arnim”, y ha lanzado los dos títulos ya mencionados. El libro de memorias, Todos los perros de mi vida, es una auténtica delicia. Publicadas en 1936, es decir, cuando la autora contaba con setenta años de edad, son ante todo un ejercicio sobresaliente de ironía para con los demás y para consigo misma. Decidida a contar toda su vida desde la infancia hasta su vejez, pero a hacerlo en muy pocas páginas, sin solemnidad, sin ceremonias, sin elevación, sin bendecida autocontemplación, sin aportar detalles ni dar nombres de protagonistas, Von Arnim logra su objetivo creando un hermosísimo y entretenido relato literario que es en sí mismo una pura y sencilla elipsis permanente, una larga y genial perífrasis. Elizabeth cuanta su vida contándonos las de los muchos perros que la acompañaron en el trayecto, logrando sin subrayados ni trazos gruesos una declaración de amor a sus animales, y una casi escandalosa declaración de irónico desdén a las personas de su vida, y muy especialmente a los hombres de su vida, personajes que en ningún momento estuvieron ni siquiera cerca de la altura alcanzada por sus perros.

Estas memorias son un dulce, chispeante, corrosivo y poco agrio tratado de misandria escrito por una mujer dotada de toneladas de sentido del humor y de una habilidad literaria portentosa. El privilegiado y literario veneno de su mala leche contra los hombres y su particular mundo (a los que también buscó y frecuentó desde la paradoja), para ser tragado mejor por los lectores aparece en estas páginas diluido en el cariño y devoción por la mayoría de los perros que la siguieron y la quisieron como sólo un perro sabe querer, hasta el último de sus ladridos, hasta la última oscilación alegre del rabo.

La presencia cariñosa y emotiva de los perros le sirve a nuestra fabulosa mujer escritora para despacharse a gusto contra los otros perros de su vida, los que caminaban sobre dos piernas y vestían pantalones.    


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Wednesday,27 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Los actores del Oscar de Hollywood son europeos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,653 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Horas antes de que un debate televisivo entre los dos principales candidatos venga a influir de manera tal vez decisiva en los resultados finales de la elecciones para formar parlamento y gobierno en España, llega la noticia de la concesión del Oscar al mejor actor secundario al español Javier Bardem, miembro de una conocida y extensa saga de cómicos que lleva años sin recatarse a la hora de mostrar abierta simpatía por las políticas socialistas, y una igual de abierta y decidida antipatía por las políticas liberales y conservadoras.

La diosa fortuna ha querido que los candidatos Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se enzarcen en televisión en una batalla dialéctica por los votos indecisos precisamente el día en el que el señor Javier Bardem gana el Oscar, lo que parece signo de alguna buena suerte para el primero y de mala para el segundo candidato. Las cámaras y las distintas interpretaciones vale, por tanto, Oscar de Hollywood y presidencias de gobierno. Estaremos atentos a cómo interpretan sus respectivos papeles ante las cámaras los aspirantes a diputados y presidentes y que, como se dice en el mundo taurino, que Dios reparta suerte, aunque en este tipo de asuntos me temo que ambos contendientes, ambos “actores”, tienen incondicionales a favor o en contra hagan lo que hagan delante del foco de la cámara. Es decir, hay incondicionales de los guiones respectivos, y a buena parte del público la cara del actor o actriz, su “interpretación” le da un poco lo mismo.

Pero lo que a esta página me convoca hoy es la lectura más o menos concentrada de los nombres de los candidatos y de los ganadores de los premios de la Academia Norteamericana de Cine de este año destinados a los actores. Cinco actores y cinco actrices por cada categoría: principales y secundarios, es decir, veinte candidatos para sólo cuatro premios.

Pues bien, no sé si es la primera vez que ocurre en la ya larga historia de estos premios americanos, los más populares y seguidos por los aficionados del cine mundial, pero ninguno de los ganadores en estas categorías nació en EE.UU ni es de nacionalidad norteamericana. Daniel Day Lewis, premio al mejor actor, es nacido en Londres y tiene nacionalidad irlandesa. Marion Cotillard, ganadora del premio a la mejor actriz nació en París y es francesa. Nuestro Javier Bardem nació en Las Palmas de Gran Canaria y es, claro, español, y Tilda Swinton, ganadora del premio a la mejor secundaria, nació en Londres y es súbdita de su majestad.

Javier Bardem

Javier Bardem

Repito, ninguno de los actores premiados este año es norteamericano de nacimiento y, ninguno, que yo sepa, trabaja en exclusiva para la industria americana. El dato objetivo está ahí, y puede sumársele para el análisis el hecho de que en alguna otra ocasión, en reciente edición si no recuerdo mal del todo, ninguno de los directores candidatos tampoco había nacido en USA. El hecho en sí es una moneda, y como tal tiene dos caras. Lanzada al aire la moneda, y si no cae o queda de canto, veremos sólo una de las caras.

La primera puede hablarnos, por ejemplo, de la dimensión de una industria hollywoodiense que fagocita el talento cinematográfico europeo y lo instala en su costa proporcionándole dinero a espuertas, fama y dimensión internacional, medios y la seguridad de que podrá ser contemplado en cualquier sala de cine del mundo. Con estas condiciones, con esta zanahoria colocada delante, no es de extrañar que la industria americana, cuando llama con los dólares verdes a la puerta del cine europeo (España, Francia, Italia, Alemania..., y sobre todo Gran Bretaña) seduzca a los creadores de esta orilla del viejo mundo y se los quede. La historia es tan antigua como el propio cine, y ahí están los nombres míticos y repetidos hasta la saciedad de directores, actores, guionistas..., europeos que emprendieron el camino a California en busca de El Dorado en forma de metraje y estatuilla dorada. Esta cara de la moneda no deja de hablar, tampoco, de la negrura de su faz, pues viene a resaltar, precisamente, la ausencia de una industria europea merecedora de tal nombre, y con la pujanza necesaria para retener a sus mejores creadores en el entorno de su vieja geografía. 

La otra cara puede hablarnos, sin embargo, de la decadencia, del nivel de hartazgo reiterativo y repetitivo de una industria norteamericana en la que el talento escasea y está sometida a la tiranía brutal de las cuentas de resultados y los balances supervisados por directivos y ejecutivos que no saben quién demonios fue John Ford o Cary Grant, que piensa que Chaplin fue un ser prehistórico o que Greta Garbo fue una marca de jabón extinguido por el nuevo marketing. Es decir, podemos estar hablando de una industria que lleva conectada ya mucho tiempo al respirador europeo en forma sobre todo de actores y directores.

El canto de la moneda puede hablarnos de una tercera posibilidad no sé si más triste y más realista. Y es que el cine occidental participa por completo de la globalización, y ya no hay actores ni directores con nacionalidad alguna. Sólo son trabajadores de una industria que, por tradición, tiene su sede principal en la costa oeste de USA y desde allí exporta sus productos globalizados a todos los rincones del planeta.

Bueno, quedan aquí apuntadas algunas posibilidades, aunque seguro que si le dedico tiempo se me ocurren algunas más. Pero hoy y aquí sí quiero dejar apuntada la singularidad: todos los premios oscar de esta edición para los actores han recaído en profesionales no norteamericanos. Quién se lo iba a decir a John Wayne, o a Gary Cooper, o a Paul Newman, o a Katherine Hepburn, o a Elizabeth Taylor, o a...


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,26 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Fidel Castro, el mito jubilado]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,652 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Fidel Castro, a nadie puede escapársele, es el último mito, la última leyenda viva de la historia política mundial del siglo XX. Una revolución comunista en un país a tiro de piedra de las costas norteamericanas en plena Guerra Fría, y casi seis décadas ininterrumpidas en el poder lo contemplan. Ni más ni menos. 

A lo largo de los años, Castro y sus distintos relevos de secuaces han sido un referente continuo para la juventud “progresista” occidental, esos que admiraban y admiran boquiabiertos, embelesados, los jaleados “logros” del régimen, pero sobre todo la figura icónica del barbudo vestido de caqui y metralleta en mano desafiando continuamente al vecino yankee, esa especie de Imperio del Mal y de la prepotencia capitalista que, como un maligno virus, aspiraba y aspira aún a colonizar con su “estilo de vida” todas las naciones del orbe.

Sí, Castro es el último mito vivo del siglo XX. Su rostro escenificado y comercializado en pósters, en camisetas, en tazas para tomar café, en carpetas adolescentes, en vitolas de puros habanos, en cuadernos para tomar apuntes…, rivaliza con el del Ché, el de Marilyn, el de Kennedy, el de Lenin, el de Lennon o el del mismísimo Marx, don Carlos, a la hora de encontrar un hueco en los corazones imberbes y en los bolsillos de paga paterna o trabajo de verano de la juventud occidental.

Fidel Castro

Fidel Castro

Pero el mito, la leyenda, se jubila. No ha tenido suerte en su final activo de mito viviente don Fidel. Un personajazo como él quizá no merecía hacer su mutis por el foro como un jubilado más, decrépito y fantasmal, cabalgando una silla de ruedas de seguridad social de país pobre y enfundado en un viejo chándal Adidas reliquia de las viejas olimpiadas moscovitas. El mito se jubila convertido en un pobre espantajo, casi digno de lástima y de una limosna afectiva que en modo alguno merece un dictador con larga lista de crímenes a sus espaldas, pesándole en su negra conciencia de revolucionario de vodevil grotesco y pasado de moda, de película de serie z dirigida por un Ed Wood pasado de vueltas.

Fidel Castro se jubila cargado de trienios asesinos, esperando las sopitas calientes que le otorgue hasta el próximo final la última misericordia de la historia, esa que él nunca quiso otorgar a los que no creían en sus palabras, en sus consignas desquiciadas de revolucionario chillón e indigesto. Es muy probable que la jubilación le estropee para siempre a Castro el brillo de la posteridad. La posteridad tiene predilección por los cadáveres jóvenes o por las obras incontestables de una u otra manera, y me temo que el vejete famélico del chándal cutre postrado en la silla de ruedas es un mal marketing para que la posteridad trabaje en su favor. Y callado está dicho, las obras del señor barbudo quedarán cubiertas por espesas capas de polvo sucio en cuanto el ex mito pase a ser tibio finado.

A Castro, el ser humano y la leyenda sólo le quedan los recuerdos. El futuro para las dos caras de la moneda es de una estrechez funeraria, cabe en las dimensiones de un ataúd. A Fidel Castro el tiempo le ha jugado una mala pasada, se ha burlado de él en sus mismas barbas, lo ha convertido en papel mojado, en moneda falsa y sin posibilidad de cambio. El tiempo es un juez severo e insobornable; nadie, ni siquiera los más sólidos y decididos opositores a leyenda se ven libres de su sentencia. Castro está sentenciado, la vida ya lo ha condenado.


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Monday,25 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Lorin Maazel y la Filarmónica de Nueva York, música de embajadores para Corea del Norte]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,651 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Pocas dudas caben entre los aficionados de todo el mundo sobre la condición de estrella mediática y de grandísima batuta de ese cosmopolita compositor de orquesta, estupendo violinista e incansable director de orquesta que es Lorin Maazel, sin duda, insisto, uno de los grandes de su generación y de las cuatro última décadas.

Norteamericano de nacionalidad, aunque francés de nacimiento, Maazel (1930) fue un niño prodigio del violín, llegando a tocar balo las órdenes nada más y nada menos que del legendario Arturo Toscanini, quien al parecer no escamitó elogios a la forma de tocar del talentoso niño. Pero ha sido la dirección orquestal, tanto desde el foso operístico como frente a las grandes agrupaciones sinfónicas del mundo, lo que le ha dado a Maazel un puesto de honor en el universo de la música clásica del último medio siglo.

Muchos de mi generación lo conocimos como el expresivo, simpático y casi omnipresente director del concierto de año nuevo allá por los años setenta y ochenta del pasado siglo. Luego, pasados los años y convertido en un aficionado con algún criterio, he tenido la fortuna de ver dirigir varias veces a Maazel, siempre en Santander, siendo hasta la fecha el maestro de primer nivel al que más veces he visto dirigir en vivo y en directo.

La primera fue cuando el Festival Internacional de Santander aún lo acogía la santanderina Plaza Porticada. Maazel dirigió un programa Chaikovsky a la Sinfónica de Londres, y guardo recuerdo de aquel concierto como uno de los más estimulantes que he escuchado jamás. Luego, ya en el teatro diseñado por el arquitecto navarro Saénz de Oiza, he vuelto a ver dirigir a Maazel en tres ocasiones más. Un largo y poco ortodoxo programa Wagner con la Sinfónica de Pittsburg, un programa de música francesa con la Orquesta Nacional de Francia, y un inolvidable programa Richard Strauss con la maravillosa Orquesta Sinfónica de la Radiodifusión de Baviera.

La carrera de Maazel ha sido espectacular a lo largo de los años, trufada por lo general de triunfos y de crítica elogiosas. Pero existe un gran borrón oscuro en su “inmaculado” historial. Cuando Herbert von Karajan murió y dejó vacante la titularidad perpetua de la Filarmónica de Berlín, todos los mentideros anunciaron que Maazel era el director mejor posicionado para hacerse con el cargo, probablemente el puesto de dirección musical más ambionado y exigente de todos los posibles. Maazel llegó a dar por hecho el nombramiento, e incluso ofreció en un encuentro con los medios de comunicación sus impresiones al respecto. La dirección de la Filarmónica de Berlín la escogen los propios músicos de la orquesta en reñidas votaciones. Son los instrumentistas quienes deciden quién será su director. El gesto de Maazel no gustó nada y fue finalmente el italiano Claudio Abbado el elegido entre los dioses. Algunos dicen que Maazel nunca lo ha superado.

Lorin Maazel

Lorin Maazel

Sin embargo el mundo de las orquestas ni empieza ni se acaba en Berlín, y después de vagabundear por distintos destinos el errante Maazel recibió otro gran ofrecimiento, la dirección titular de la Filarmónica de Nueva York, una de las cinco grandes norteamericanas, y la orquesta que le pone la música sinfónica a lo que ocurre en la Gran Manzana, es decir, en el mismo centro del mundo.

Maazel aceptó y ha estado casi una década al frente de la fabulosa orquesta neoyorkina. Ahora es noticia porque en junio del año que viene nuestro director dejará la titularidad de la orquesta, que pasará a Alan Gilbert, y porque antes de dejar el cargo viajará junto a “su” formación a Corea del Norte para protagonizar el primer concierto de un conjunto norteamericano en aquellas lejanas tierras.

El concierto en Pyongyang, el próximo 26 de este mes de febrero, será el penúltimo de una gira de tres semanas de los músicos por China y Taiwán, y a día de hoy se ha convertido casi en un asunto de Estado para las diplomacias norteamericana y coreana. El programa estará integrado por tres obras: el Preludio del acto III de la ópera Lohengrin de Wagner; Un americano en París de George Gershwin; y finalmente la celebérrima Sinfonía del Nuevo Mundo, la Novena, del checo Antonin Dvorák. Es decir, un programa bastante “americano”, como quizá cabía de esperar, que será retransmitido por televisión a todo el mundo conocido.

Maazel parece encantado con el asunto, pues este tipo de retos le encantan, y ser el objeto principal sobre el que se detienen las luces mediáticas del orbe también parece que le gusta bastante. Dar un concierto en el famoso paralelo 39 de la guerra fría y romper así las “congeladas” relaciones de dos países, es un encargo de los que hacen crecerse a Maazel, y a buen seguro que toda la operación será un gran éxito.

Donde hay división de opiniones es en el seno de la propia orquesta, donde cuentan las crónicas abundan los instrumentistas coreanos, repartidos en su origen, además, entre las dos Coreas. Para unos es una oportunidad de romper muros y estrechar lazos, pero para otros es darle botellas de oxígeno a un régimen bastante diabólico en términos generales.

La cuestión está así planteada, y si no lo impiden desencuentros de alta política de muy última hora, el martes de la semana que viene la Filarmónica de Nueva York, con Lorin Maazel al frente, hará sonar en la capital de los enemigos antiguos la “música sagrada” de Wagner, la festiva de Gershwin, y la que retrata y concentra la esencia de un nuevo mundo, un mundo nuevo que es el que muchos esperamos que amanezca a partir del día 26 en Corea del Norte, inspirado por la música siempre nueva y fresca de tiempos antiguos.


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Friday,22 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Tres cartas alemanas sobre Rogelio de Egusquiza y Richard Wagner]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,650 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Rogelio de Egusquiza (1845-1915) fue un pintor nacido en Santander cuyo principal rasgo distintivo como artista fue la enorme influencia en su obra de la de Richard Wagner y la relación personal que mantuvo con el compositor alemán, siendo uno de los escasísimos españoles que logró entrar en la intimidad del círculo de Wagner.

Hasta ahora el mejor trabajo sobre la obra de Egusquiza es el catálogo que editaron el Museo de Bellas Artes de Santander y la Fundación Marcelino Botín con motivo de la exposición antológica que tuvo lugar en salas de ambas sedes en 1995. Los autores del catálogo y comisarios de aquella exposición fueron Salvador Carretero Rebés y Diego Casanueva Bedia, quienes lograron un magnífico trabajo, referencia inexcusable a día de hoy para quienes quieran aproximarse a la vida y a la obra de este fascinante pintor, muy desconocido y poco apreciado para la importancia de su personalidad y obra.

Rogelio de Egusquiza (foto de El Diario Montañés)

Rogelio de Egusquiza (foto de El Diario Montañés)

Hace un tiempo, revisando los fondos documentales del archivo del erudito santanderino José Simón Cabarga (depositados en el Centro de Estudios Montañeses), me encontré con algunas cartas referidas a Rogelio de Egusquiza y a su obra, algo que no me resultó demasiado extraño dado que Cabarga fue director del Museo de Bellas Artes de Santander a mediados del siglo pasado. Lo que sí llamó más mi atención fue que las cartas encontradas procedían casi todas de Bayreuth, localidad alemana donde se celebra el famosísimo festival wagneriano, y que una de ellas, además, estaba firmada por el nieto del compositor.

Es decir, que me topé con una correspondencia originada en los años 1950 entre Santander y Bayreuth motivada por el interés de un erudito local por saber cosas sobre un pintor santanderino decimonónico que había tenido tratos con Wagner. Las cartas eran todas ellas respuestas enviadas desde Alemania y traducidas de una forma absolutamente “macarronica” imagino que por algún santanderino de entonces con algunos conocimientos del idioma de Goethe. Lo curioso del caso es que los alemanes no dan apenas respuestas a Cabarga sobre Rogelio de Egusquiza, sino que lo “interrogan” a su vez sobre Wagner y sobre asuntos relacionados con Wagner  y su obra que pudieran tener origen en Santander o en la geografía más cercana.

Tristán e Isolda, de Rogelio de Egusquiza

Tristán e Isolda, de Rogelio de Egusquiza

El contenido de las cartas y su misma reproducción están editados en el último numero, el 9, de la revista Trasdós del Museo de Bellas Artes de Santander, pero dado su posible interés para los muchos wagnerianos del mundo y para los menos seguidores de Egusquiza, tengo a bien lanzarlas al mundo electrónico para que sean consultadas y aprovechadas por estudiosos y curiosos (las notas aparcen al pie del texto).

1
Al Museo de Cuadros de Santander
Secretaría
Muy distinguido Sr. Cabarga:
El Sr. Strobel me ha remitido la carta que Vd. mandó al Museo de Wagner de Bayreuth (1), y que con el nombre “Lugares que recuerdan a Ricardo Wagner”, fundó en 1924. Estos lugares se han cambiado en el archivo de la casa Wanfried, que es Museo del reino.
Después, mi disculpa por contestar tan tarde a sus preguntas: he estado enferma y estoy desquitando (sic) ahora los atrasos de mi correspondencia.
En cuanto a Egusquiza, nuestro archivo, que contiene los manuscritos de “los lugares que recuerdan a Ricardo Wagner” no tiene nada de él. En una división de los “lugares” (pueden ser también ciudades –nota del traductor-), que está dedicado al biógrafo de Wagner, Carlos Federico Hasenapp, encontré en cambio tarjetas de visita del pintor, un saludo muy breve a Hasenapp. Este poseía también tres retratos de Wagner, el rey Luis y Schopenhauer (2), que el pintor español les había dedicado. Recuerdo perfectamente estos tres cuadros que estaban colgados en un cuarto de la casa de Hasenapp, en Riga (3). Desgraciadamente, con la horrible suerte que cayó sobre la Patria desaparecieron.
Los breves saludos de Egusquiza, no creo que tengan para usted ningún valor. Si le tuvieran, con mucho gusto mandaría sacar para usted una fotocopia de la tarjeta de visita del pintor.
Con la mayor estima se despide de Vd.
Helena Wallen (4)

(Carta fechada en Bayreuth el 15-4-1951)


2
Bayreuth, 18-4-1951

Sr.
José Simón Cabarga
Museo Municipal de Pintura
SANTANDER

Muy distinguido Sr. Cabarga:
Desgraciadamente no he recibido hasta hoy su carta del 5 de febrero. La dirigió usted a otro lugar, y allí ha estado traspapelada mucho tiempo.
Yo soy austriaco e historiador del arte (mi último libro es Las obras de arte del Vaticano, edición de 1950. Con 160 estampas, mucha pintura de Rafael, Miguel Ángel, Murillo y otros. El libro está con Herder, en Barcelona).
En Bayreuth trabajo con la familia Wagner, a quienes conozco mucho. Estoy escribiendo aquí un libro nuevo sobre Wagner como hombre universal. Enseñamos la estrecha relación de la vida de Wagner y las obras que ha creado en París, Riga, Zurich, Lucerna, Roma, Palermo, Basilea, Venecia, etc, etc…
Enseñamos también los manuscritos más importantes de sus obras en Alemania. Además de las ciudades en que Wagner vivió y trabajó en toda Europa. Wagner estuvo en Petersburgo y Moscú, en París, Viena, Roma, Londres, etc. Todos estos cuadros, hasta ahora sólo en el archivo, los enseñamos por primera vez son fotos (estampas, nota del traductor) del tiempo de Wagner, como no las tiene nadie, por ejemplo, “Moscú y Leningrado en tiempos de Wagner”, Londres, etc.
Unido a esto presentamos originales de cuadros y obras de artistas alemanes y extranjeros que fueron inspirados por Wagner, presentamos literatura wagneriana en 24 idiomas, tales como el japonés, árabe, ruso, húngaro, etc. Presentamos programas y placas de las ejecuciones de Wagner en todo el mundo, cuadros de célebres cantantes wagnerianos y de dirigentes de otros pueblos (directores de orquesta, nota del traductor). Presentamos un hermoso y gran modelo de la sala de espectáculos y muchas cosas inestimables para todo pueblo culto. Tenemos una división también para Wagner-España.
Wagner quería y apreciaba mucho a los españoles. Calderón (5) fue para él uno de los más grandes poetas de la humanidad. Wagner ha leído con frecuencia todas las obras de Calderón, y ha tenido sobre la cultura española expresiones y frases muy acertadas.
He escrito a todo el mundo para la exposición, también a España, pero sólo de Barcelona he recibido material y retratos, muy bonitos y muchos, precisamente para nuestra exposición. Nos interesarían muchísimo cuadros de Egusquiza. He encontrado aquí, en el archivo, muy pocas cartas de España o de españoles. Wagner se ha tratado mucho con españoles y también los ha escrito. Aquí hay una carta de J. Marsillach (6) a Wagner, una carta del Archivo General de Simancas a la Sra. Cosima Wagner (7) y una carta de Egusquiza desde París a la Sra. Cosima Wagner, a la muerte de Ricardo Wagner. Egusquiza puso mal la fecha.
Saco fotocopia de esta carta y se la mando. También hay aquí un dibujo –grab- de E. que enseñaré en mi exposición. Desgraciadamente no hay más de este gran hombre. La exposición “Wagner en el mundo” se inaugurará el 23 de abril en la gran Opera de París. De allí voy a Zurich, de allí a Ginebra o Lucerna. Durante los festejos de Bayreuth, es la exposición allí. En septiembre en Italia, en invierno otra vez en París, luego en Londres, etc.
También de Barcelona tienen mucho interés por la exposición y quieren invitarnos allí. A la apertura (inauguración, nota del traductor) iría también un nieto de Wagner, los actuales organizadores en Bayreuth de los festejos.
Me alegraría saber de usted y si puedo servirle de algo, disponga de mí. Mis mejores saludos.
Dr. Ipser. (8)

Aunque dentro de una semana vaya a París a la exposición, queda mi despacho abierto y su carta llegará de seguro.
Me encantaría tener algún cuadro (retrato) de Egusquiza en esta exposición de Wagner.
Firma Doctor Ipser.

3
Muy Sr. Mío:
Para una exposición y para publicaciones científicas, le pedimos material y estadísticas. Necesitaríamos también programas de ejecuciones de Wagner en su teatro, datos nuevos o antiguos y los correspondientes programas.
¿Cuándo se representó por primera vez en su teatro una obra de Wagner? ¿Cuántas representaciones ha alcanzado cada una de las obras (9) de Wagner en su teatro hasta ahora? ¿Tienen ustedes en otro sitio cualquiera de la ciudad (quiere decir fuera del museo) cualquier recuerdo de cuadros, retratos, manuscritos, etc., relacionados con mi abuelo o con Bayreuth?, descripción e informes de dónde se encuentran dichas cosas y envío de fotografías y fotocopias.
Hay ahí algún pintor, escultor, dibujante gráfico que haya creado retratos de Wagner? Tienen ustedes artistas, o bien poetas o literatos que hayan sido inspirados por Wagner a obras propias? Si es así, suplicamos informes precisos y retratos, estampas, cuadros, etc. Además, pedimos retratos de sus directores de orquesta y cantantes de obras de Wagner, de escenarios de sus obras y de sus teatros.
Como es natural, ponemos a su disposición las pruebas de nuestro archivo de Wagner para trabajos científicos.
En espera de su rápida contestación, queda s.s.s.

Wolfgang Wagner. (10)


(1) Ciudad de Baviera situada a orillas del río Devo. En ella vivió Wagner desde 1872 hasta su muerte en 1883. La casa en la que el músico habitó, Wahnfried, fue construida gracias al patrocinio del rey Luis II de Baviera, y se ha convertido en museo wagneriano. Al norte de la ciudad se encuentra el Bayreuth Festspielhaus, un teatro de ópera construido siguiendo las indicaciones del compositor y en el que principalmente se representan las óperas de Wagner. El anillo del nibelungo y Parsifal se estrenaron allí, y cada año, en verano, se celebra en el teatro y en la ciudad el famoso Festival de Bayreuth, dedicado íntegramente a la música escénica del músico alemán.
(2) Debemos imaginar que se trata de los aguafuertes Wagner (1883), Schopenhauer (1888) y Luis II de Baviera (1893), obras que también están en la colección del Museo de Bellas Artes de Santander, donde pueden contemplarse.
(3) Capital de la República Báltica de Letonia, anexionada por la URSS en 1940, y ocupada por los nazis entre 1941 y 1944.
(4) No hemos encontrado ninguna información inmediata sobre ella en internet.
(5) Calderón de la Barca. Egusquiza realizó un retrato de él al aguafuerte en 1902. Puede contemplarse en la colección del Museo de Bellas Artes de Santander.
(6) Joaquín Marsillach Lleonart (1859-1883). Hijo de médico y nieto de cirujano. Alumno de Anatomía del Dr. Letamendi en Madrid, tuvo que abandonar las aulas en 1877 a causa de su enfermedad pulmonar, y gracias a ella, entró en contacto con la música de Wagner durante su estancia en Suiza. El contraste que en él provoca esta música con lo que de ella había oído decir, le lleva a estudiar sus obras y los, entonces, no muy abundantes análisis de su obra y vida. Con estas lecturas escribirá Ricardo Wagner, ensayo biográfico-crítico (1878). Tomó contacto con Wagner en enero de 1878 para solicitarle un autógrafo y un retrato, a elección de Wagner, para incluirlo en el libro. El libro incluía un prólogo a cargo de José de Letamendi que agradó tanto a Wagner que lo publicó en su revista Bayreuther Blätter en septiembre de 1878. No fue hasta diciembre de 1880 cuando Wagner pudo leer el libro de Marsillach, gracias a la edición en italiano de Filippo Filippi, traducido por Daniele Rubbi. Marsillach viajó por Italia, Egipto y Turquía, y es posible que se licenciase en Madrid en 1883, poco antes de morir el once de agosto.
Véase Francisco Javier Gordillo, “
La delegación española del Patronato del Festival de Bayreuth (1878-1882)”.
(7) Cósima Wagner (1837-1930), hija del compositor Franz Lizst. En 1857 se casó con el virtuoso del piano, profesor y gran director de orquesta Hans von Vulgo, de quien se separó para vivir con Wagner, con él que contrajo nuevo matrimonio en 1870. Dirigió el Festival de Bayreuth desde la muerte de Wagner, en 1883, hasta 1906.
(8) Se trata del doctor Karl Ipser, quien en las fechas en las que nos movemos ejercía como una especie de relaciones públicas y jefe de prensa de los Wagner, Wieland (1917-1966) y Wolfgang, nietos del músico y directores del Festival de Bayreuth cuando se reanudó en 1951 tras la guerra.
(9) La traducción del alemán que manejó Cabarga es muy pobre y deficiente (sólo hace falta leerla). Desconocemos quién la realizó en aquel Santander de comienzos de los años 1950. Cuando se habla de “obras” de Wagner hay que entender “óperas”.
(10) Nieto del compositor (Bayreuth, 1919) y director del Festival de su ciudad natal hasta la actualidad.


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Thursday,21 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Arnold Schöenberg, o el inicio de la música contemporánea]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,649 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El compositor Arnold Schöenberg (1874-1951) se lanzó a una investigación radical sobre el ser de la música para modificar y transformar sus presupuestos partiendo de la experiencia de músicos como Richard Wagner o Gustav Mahler. Su gran batalla inicial se dio con la obsesión por las disonancias: a partir de ahí surgió el método de composición con doce tonos como una necesidad; él mismo dijo “El oído se fue familiarizando gradualmente con gran número de disonancias, hasta que llegó a perder el miedo a su efecto perturbador. Ya no se esperaba ninguna preparación para las disonancias de Wagner ni resolución para las discordancias de Richard Strauss; no nos molestaban las armonías irregulares de Debussy, ni las asperezas contrapuntísticas de los últimos compositores”.

Para Schöenberg sus análisis y renovaciones formales no fueron un experimento impersonal, sino que él los entendió siempre de un modo plena y radicalmente romántico, como “expresión de mí mismo” escribió. “Toda investigación –también dejó escrito el compositor- que tienda a producir un efecto tradicional queda más o menos marcada por la intervención de la conciencia. Pero el arte pertenece al inconsciente. Es a uno mismo a quien hay que expresar. Expresarse directamente”.

Trabajando en la ciudad de Berlín orquestando operetas y piezas de cabaret (seis mil páginas en un año llegó a escribir el músico), logró elaborar su nueva construcción: los doce tonos, el dodecafonismo, con su organización serial, imprevisible para el oído tradicional; algo que yo no sabría ni explicar ni definir, pero que Schöenberg consideraba un simple método, aunque con él vino a revolucionar toda la historia de la música de ahí en adelante, creando lo que en sentido estricto podríamos denominar “verdadera” música moderna.

Arnold Schöenberg

Arnold Schöenberg

Con la llegada al poder en Alemania de Hitler de sus secuaces nazis, Schöenberg se exilió a los EE.UU y volvió a abrazar la religión judía por solidaridad con los suyos que tanto estaban sufriendo en casi todos los rincones del viejo continente. Cuando murió ya era una figura histórica, y toda experimentación musical posterior le sigue de alguna manera a él y a su obra. Además de sus partituras y sus escritos teóricos, Schöenberg dejó algunas muestras de su notable e interesante faceta pictórica, muy influida, claro, por la escuela expresionista alemana. Llegó a ser tal el aura mítica del músico austriaco que, cuentan algunas anécdotas que no he podido corroborar, cómo el mismísimo Charlie Parker, una de las leyendas supremas del jazz del siglo XX, cuando tocaba en la costa Oeste, se acercó una noche a la casa californiana del maestro, aunque no se atrevió a llamar por pura timidez. Si no recuerdo mal, Clint Eastwood refiere tangencialmente el episodio en su estupenda película sobre Parker, Bird.  

El camino emprendido por Arnold Schöenberg significaba, entre otras muchas cosas, una mayor pureza, una mayor elementalidad que la de su maestro, el gran sinfonista y director de orquesta Gustav Mahler. Sus dos discípulos, con los que formó lo que hoy se llama la Segunda Escuela de Viena, fueron Anton Webern y Alban Berg, cuya ópera Wozzeck, su gran obra maestra, ya hemos hablado en estas mismas páginas.

La mayor parte de la música que hoy escuchamos todos a todas horas en la radio, la televisión, ordenadores, y en cualquier otro tipo de medio de reproducción imaginable es literalmente música antigua, desde por ejemplo Monteverdi o Vivaldi a Amy Winehouse y demás “modernos” actuales, pasando, claro, por Sex Pistols, Pink Floyd, REM, The Smiths, etc... La música contemporánea empieza con nuestro amigo Arnold Schöenberg, así que si alguno quiere sabe cómo suena de verdad la música de nuestro tiempo que escuche algo de este músico que murió hace más de medio siglo.


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Wednesday,20 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Un libro inédito de José Luis Hidalgo en la biblioteca de Gerardo Diego]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,648 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

En el libro de José Hierro Prehistoria literaria 1937-1938, editado en la colección “Colofón del año” impulsada por Pablo Beltrán de Heredia para la ya casi legendaria imprenta Bedia de Santander, aparece un soneto titulado “Umbral” que entre paréntesis se comenta así: “Soneto escrito para el libro de José Luis Hidalgo Diez poemas junto al mar”.

Ocho años después el mismo poema volvió a llamar mi atención publicado en el libro del Premio Cervantes titulado Sonetos, y esta vez el comentario aparecía modificado incluyendo la palabra “inédito”, quedando como sigue: “Para el libro –inédito– de José Luis Hidalgo Diez poemas junto al mar”.

Cuando por esas mismas fechas trabajaba yo en la edición de las Poesías Completas del malogrado poeta nacido en Torres, procuré por todos los medios a mi alcance tener alguna noticia de ese “libro inédito” de Hidalgo para el que Hierro en 1938 había escrito un soneto, y del que nada se decía o se aclaraba de manera definitiva ni en las distintas ediciones precedentes de las poesías completas hidalguianas, ni en los muchos importantes trabajos dedicados a la vida y la obra del poeta de Los muertos que pude consultar.

Sin embargo la incógnita quedó convenientemente despejada cuando indagué precavido y con atención entre las páginas del que sigue siendo a día de hoy el trabajo esencial para acercarse a nuestro poeta, el firmado por Aurelio García Cantalapiedra con el título Tiempo y vida de José Luis Hidalgo. En la página 94 de dicho libro, justo en el comienzo del capítulo VIII, están las líneas que reproduzco:

El 9 de marzo de 1938 fue movilizado el cuarto trimestre de la quinta de 1940, al que pertenecía Hidalgo. Después de presentarse el 6 de abril en la Caja de Recluta de Santander, donde recibe la orden de incorporarse, sale el día 12 para Pamplona, destinado al Regimiento de América número 23. El mismo mes de abril me enviaba José Luis desde el cuartel unas décimas, algunas de las cuales incluyó después en un grupo de composiciones agrupadas bajo el título de 10 poemas junto al mar, que nos dedicó a Manuel Concha y a mí. En la última hoja de este manuscrito que conservo, figura una relación de ‘obras del autor’, a la que ya me he referido anteriormente; se consideran ‘obras’ las colecciones de poemas reunidos bajo un determinado título, aunque nunca llegaran a publicarse como tales. En esta reseña enumera Hidalgo: Poesías, 1936. Las luces asesinadas y otros poemas, 1936. Mensaje hasta el aire, 1938. Ciudad, 1938. Todas ellas, con 10 poemas junto al mar y El caballo de humo (serie esta última que intentó entre 1938 y 1939 y de la que sólo conozco tres poemas), constituyen la base de la selección para el libro Raíz, publicado en 1944”.

Las pesquisas quedaban en principio finalizadas tras la lectura de estos párrafos de Cantalapiedra. Los 10 poemas junto al mar de Hidalgo era una colección de versos como tal inédita y que, junto a otras selecciones de poemas de diversas colecciones semejantes elaboradas en fechas parecidas, acabaron formando parte del primer libro hidalguiano, Raíz (1944). El posible misterio quedaba así aclarado, y la ausencia de 10 poemas junto al mar entre las colecciones de poemas no recogidos en libro que figuran en las ediciones de las poesías completas firmadas por Ifach y por el CEM, tendría que deberse, y es sólo un suponer, a que los diez poemas mencionados, al quedar incorporados a Raíz, dejaron de tener sentido propio fuera de dicho libro. En consecuencia, en mi edición de las Poesías Completas de Hidalgo seguí los precedentes y tampoco se señala la colección de poemas juveniles que Cantalapiedra aseguraba conservar en su poder en 1975.

José Luis Hidalgo

José Luis Hidalgo
 
Ahí quedó la cuestión cerrada hasta que hace unas semanas recibí una llamada de la dirección de la Fundación Gerardo Diego, diciéndome que en la inmediata reunión que íbamos a mantener por distintas cuestiones de trabajo, iban a mostrarme un documento para examinarlo. A los pocos días de la llamada tuvo lugar la reunión, y a su término, en efecto, me mostraron unos pocos folios mecanografiados que, al parecer, habían aparecido entre las páginas de un libro de la biblioteca de Gerardo cuando la bibliotecaria lo catalogaba. Posé la mirada curiosa en las letras del primer folio que se me mostraba y leí: “Diez poemas junto al mar, por José Luis Hidalgo”.

Tomé los folios en mis manos y los examine con atención. En concreto eran sólo 16 hojas que incluían, primero la portada de la obra con su título y el nombre del autor; después un folio en el que además de otras referencias repetidas a lo largo del documento, y el nombre del autor completo (añadiendo su segundo apellido, Iglesias), figuraban los dedicatarios del libro, Manolo Concha y Manolo G. Cantalapiedra; luego aparecía el soneto “Umbral” de José Hierro y detrás los diez poemas de Hidalgo; más adelante había un índice con los títulos de los poemas en orden de aparición y unas líneas que fechaban los poemas y el total del libro (11-3-1939); y por último una hoja en blanco colocada al final de todo a modo de cierre. 

Dado el lugar en el que se habían hallado los folios, en principio pensé que podría tratarse del libro escrito e ilustrado a medias entre Hidalgo y José Hierro que ambos ofrecieron a Gerardo al poco de conocerse y del que éste habló con posterioridad en un muy citado artículo de periódico. Pero lo descarté tras un momento de reflexión. El hallazgo que tenía en mis manos no estaba ilustrado, no era una colección pareja de poemas firmada por Hidalgo y Hierro, poseía un título ya referenciado y comentado por algunos autores y, además, en su escrito Gerardo dejaba claro que por timidez había devuelto el regalo de los dos poetas a sus autores. No, esto era otra cosa; esto tenía que ser una copia similar, si no idéntica, a la del manuscrito que Cantalapiedra menciona en su trabajo biográfico sobre el poeta y decía entonces conservar entre sus papeles personales.

La curiosidad y la sorpresa del momento pronto se trasformaron en afán detectivesco cuando la dirección de la Fundación me comentó la intención de editar en forma de facsímil la colección encontrada, y me propuso escribir unas cuartillas sobre la misma tras “peritar” el carácter inédito de los poemas resucitados.

Tras dejar pasar unos días en los que consulté numerosa bibliografía sobre Hidalgo en busca de pistas y sugerencias, me encerré en la sede de la Fundación con las distintas ediciones de sus poesías completas y el nuevo original, con la intención de estudiar con detenimiento su contenido, establecer si los poemas eran inéditos o no, y procurar llegar a algunas conclusiones. El resultado del trabajo es, de forma somera y en sus rasgos fundamentales, el que sigue a continuación:

El soneto “Umbral” de José Hierro que de alguna manera viene a “prologar” el libro, presenta las mismas palabras y en el mismo orden que la versión definitiva publicada en 1999, supongo que revisada por el autor. Las diferencias existentes entre las dos versiones afectan sólo a la puntuación (fundamentalmente comas) y expresión gráfica, salvo en la palabra “pule”, que en la versión final de 1999 está en plural, “pulen”. En la versión que aquí presentamos hay frases y versos entrecomillados (“del mar”, “del litoral”, “de las aguas que saben su camino”...), y en el terceto final, tras la palabra “destino”, el poeta coloca dos puntos, no uno como en la de 1999, comenzando así el verso final, “la mar los trajo....”, en minúscula. Otra anecdótica diferencia es que en esta primera versión el poeta emplea el número 10 en su escritura, en vez de usar la palabra diez, como más tarde hizo.

El estudio de los diez poemas de Hidalgo arroja estos comentarios casi a vuela pluma y siguiendo el orden de aparición de los poemas:

“Playa” es la sección 2 del poema  “Cantábrico” publicado en la parte 5, “Sonetos y Décimas”, del libro Raíz (1944). Las dos versiones sólo difieren en algún signo de puntuación (comas y unos puntos suspensivos). “Mar” es la sección 4 de “Cantábrico”. En la versión de las Poesías completas el poema sufre algunos cambios significativos a partir del verso 7, quedando así: “Litoral recoge y briza,/ y aguas verdes, verdes ondas/ sus cansancios que acongojan,/ crecen fantásticas frondas/ que en cristales se deshojan. “Camino de agua” es el poema que sin cambio alguno, pero titulado “Arroyo”, forma parte de Poemas varios (1935-1944) en las Poesías Completas. Cantalapiedra lo publicó en 1975 con el primer título. “Tormenta”. Con el mismo título hay otro poema completamente distinto perteneciente al libro Las luces asesinadas y otros poemas (1936). Este poema aparece como sección 1 del poema “Cantábrico” sin ningún cambio. “Campo” es la sección 3 del poema “Cantábrico”. No hay cambios importantes, sólo la palabra final del cuarto verso “aquieta”, cambia en la versión última por “inquieta”. “Olvidado del mar”, sin modificación alguna, es el poema “Palencia” de la parte 5 ya mencionada de Raíz. “Ventana” es la sección 5 del poema “Cantábrico”, y la única diferencia entre las dos versiones aparece en el verso 7, en el que la palabra “dos” desaparece en la versión posterior. “Mar entre casas” es el poema que abre la parte 4 del libro Raíz, en el que aparece dedicado a uno de los poetas cántabros del mar, el comillano Jesús Cancio. Los puntos suspensivos que dejan abierto el poema no están en la versión definitiva. “Acaso Cabo Mayor”, al igual que “Camino de agua”, está publicado dentro del libro Poemas varios (1935-1944), y presenta sólo cambios de puntuación con respecto a la versión final y la sustitución de algunas minúsculas por mayúsculas. Este poema también lo editó Cantalapiedra en su biografía hidalguiana, y en 1962 lo publicó la revista ovetense Archivum. “Sardinero”, sin otras modificaciones sustanciales que la eliminación de la dedicatoria a Pepe (¿Hierro?) y Jaime (¿Villegas?), está publicado en la parte 4 de Raíz, donde aparece con un subtítulo entre paréntesis (Santander), y esta vez dedicado a Luis Corona, amigo íntimo del poeta al menos desde 1937.

En otras palabras, ninguno de los diez poemas integrados en Diez poemas junto al mar permaneció inédito hasta la fecha. La mayoría de ellos, ocho, pasaron a formar parte de Raíz en 1944, seis cambiando de título. Y de esos seis, cinco conformaron las cinco partes de un único poema, “Cantábrico”. Los dos restantes, “Mar entre casas” y “Acaso Cabo Mayor” vieron la luz en las distintas ediciones de Poesías Completas integrados en otra colección de poemas: Poemas varios, 1935-1944.

Diez poemas junto al mar, por tanto, debe contemplarse como uno más de los varios libros de temática y estilo diverso que entre 1935 y 1944, es decir, entre los 16 y los 25 años de edad, Hidalgo fue construyendo a manera de tanteo, de ejercicio, de probatura, hasta lograr ofrecer a la imprenta un primer libro, Raíz, selección y reescritura de muchos de esos poemas ya escritos, cuyo resultado final hoy bien sabemos tampoco satisfizo del todo al autor.

Dicho lo dicho, a estas alturas quizá lo único que queda por aclarar en lo relativo al hallazgo es qué hacía entre los libros de Gerardo y a quien estaba dedicado, quiénes eran Manolo Concha y Manolo G. Cantalapiedra. Empecemos por esto último. Manuel Concha fue un amigo del poeta de los tiempos juveniles de Santander y Torrelavega. De profesión maestro nacional, Cantalapiedra recuerda que Concha murió también muy joven, y que a él dedicó Hidalgo una parte de Raíz.

Más dudas ofrece el dedicatario Manolo G. Cantalapiedra. En un principio la lógica me llevó a pensar que debía tratarse de un hermano de Aurelio, pero me chocaba mucho que el propio Aurelio hubiese escrito sobre este libro inédito como dedicado a él y a Manolo Concha. A salir del pequeño entuerto me ayudó (una vez más) Luis Alberto Salcines, torrelaveguense militante y buen conocedor de los intríngulis de la ciudad natal del poeta y de Cantalapiedra. Salcines, tras una pequeña investigación personal, me confirmó que ningún hermano de Aurelio se llamó Manuel, que es el propio Aurelio quien tiene por primer nombre Manuel, y que en la época en la que nos movemos los íntimos llamaban Manolo a Aurelio. Por tanto, misterio resuelto.
 
¿Qué hacía este ejemplar con diez poemas de Hidalgo de temática marina en la biblioteca de Gerardo Diego? Creo que cualquiera podría contestar a la pregunta. El jovencísimo poeta primerizo e inédito que confecciona libros de versos mecanografiándolos, hace varias copias de uno de ellos y las hace llegar a amigos y a algún poeta mayor para conocer su opinión al respecto. En el Santander de finales de los años 1930 el poeta mayor por excelencia, el faro y posible guía de quienes escribían versos en la provincia no podía ser otro que Gerardo Diego. Por el mismo Diego sabemos, ya hemos hecho mención a ello, que Hidalgo y Hierro le habían entregado más muestras de su producción en mano con anterioridad, y que la relación entre ellos, si no estrecha dadas las obvias diferencias existentes, sí era fluida y constante.

Ha querido la casualidad que en el año en el que se cumplían los 60 de la muerte del poeta y de la publicación de su mejor libro, Los muertos, el 2007, hayan “resucitado” de entre el legado de Gerardo estos diez poemas junto al mar que, con pleno acierto pone ahora la Fundación Gerardo Diego en edición facsímil en manos de los lectores (Santander, 2007). Sin duda no son versos extraordinarios, pero sí son un ejemplo magnífico de cómo trabajaba un jovencísimo poeta en una España en plena contienda civil. Hidalgo terminó de escribir este libro de poemas junto al mar el 11 de marzo de 1939, apenas unos días antes de que terminase la guerra. No muchos años después, en 1947, al poeta le ganó la muerte antes de que viese su gran libro inspirado por los muertos de aquella guerra civil. Sirva esta edición de Diez poemas junto al mar como necesario homenaje al poeta y a su poesía seis décadas después de su adiós.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,19 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Los Diarios de un “escritor ecologista”: Henry David Thoreau]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,645 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

De unos años a esta parte siento una curiosa predilección por los diarios cuyo origen no sabría situar muy bien sin perderme quizá en excesivas y lastradas explicaciones. Yo creo que le cogí el gusto a este género leyendo los “hercúleos” diarios de Andrés Trapiello, piezas extensísimas, de cientos y cientos de páginas en las que el escritor rescata pormenorizadamente su cotidianeidad, los sobresaltos circunstanciales, y la placidez monótona y melancólica de un día a día casi vaporoso.

Publicados originariamente en ediciones primorosas y carísimas por la editorial Pre-Textos, yo esperaba como esperan los niños la llegada a su vida de un juguete querido la edición barata y modesta que pasado el tiempo hacía Destino de los sucesivos títulos de la serie. Miro en la biblioteca y recuento los que poseo: seis, todos comprados en la extinta librería de la Universidad de Cantabria, todos, quizá, servidos por el que entonces trabajaba en la librería, mi amigo Nicanor Gómez Villegas, quien cuando llegaban los ejemplares me anunciaba alborozado la noticia.

El gato encerrado, el primer título de la serie concebida por Trapiello bajo el título general, hermoso y alusivo de El salón de los pasos perdidos, es uno de los libros por mí más recomendados y regalados a los lectores primerizos, pues pienso que en él encontrarán siempre una buena senda para iniciarse con amabilidad y algún calado en la compleja senda de los lectores verdaderos.

Henry David Thoreau

Henry David Thoreau

Ahora vuelve a ser la editorial Pre-Textos la que nos regala unos diarios de auténtica excepción, o para ser más exactos, una selección o antología de los mismos. Se trata de los que escribió entre 1837 y 1861 uno de los más grandes y más desconocidos entre nosotros escritores y pensadores norteamericanos del XIX, Henry David Thoreau (Concord, Massachussets, 1817-1862).

Curiosa personalidad que por sí sola despierta el interés de una biografía como la que le dedicó uno de los editores y traductores de esta antología (Antonio Casado da Rocha en la editorial Acuarela, 2005), Thoreau fue amigo de uno de los pensadores más influyentes en la configuración de cierta idiosincrasia norteamericana, Emerson, y entre otras cosas fue también un verdadero erudito en los autores clásicos (grecorromanos) y en los románticos europeos. Autor de libros de viajes y de trabajos de reflexión sobre la decisiva relación entre el hombre y la naturaleza que, para muchos, son una de las piedras básicas sobre la que se levanta el pensamiento en torno a la ecología en Occidente.

Los diarios de Thoreau no responden a lo que cualquiera pudiera pensar, dentro de lo que podríamos llamar tradición diarista, que deben ser unos diarios, es decir, la anotación más o menos pormenorizada y frecuente de los sucesos que al autor le acontecen en su vivir cotidiano. No, estos diarios, escritos desde que autor dejó la Universidad de Harvard hasta su muerte, responden más a lo que pudiéramos llamar “apuntes cotidianos”, reflexiones, frases, pensamientos…, que quedan recibidos en un cuaderno de uso cotidiano. En este sentido estos “trabajos” de Thoreau tienen algo en común con los aforismos, por ejemplo, de algunos ilustres aforistas franceses del XVIII, aunque en Thoreau ni la preocupación por el conocimiento de la psicología humana, ni el bucear en los acontecimientos sociales con mirada crítica son ni mucho menos rasgos definitorios.

No, estamos ante apuntes que desvelan una preocupación esencial: observar para reflexionar, y extraer de esa observación paciente, luminosa y minuciosa perlas de sentido universal e intemporal.


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Monday,18 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[De vacaciones en Dublín con James Joyce]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,644 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El pasado mes de diciembre viajamos hasta Dublín aprovechando las vacaciones por las celebración de la Constitución. Hacía 15 años que no viajaba a las Islas, concretamente desde la primavera del año 1991, cuando pasé un trimestre para mí inolvidable en la Leicester University. 

Como era de esperar Dublín nos recibió con frío y una lluvia continua pero tranquila, que incomodaba pero no impedía los paseos, y menos a dos santanderinos como nosotros, es decir, a dos habituales paseantes bajo la lluvia cantábrica. El vuelo, en compañía de bajo coste, Madrid-Dublín, nos dejó en un aeropuerto sencillo y no muy grande con un cierto aire antiguo, como de los años setenta. El taxi nos condujo por paisajes anochecidos y casi de postal navideña, pudiendo contemplar desde nuestros asientos cantidad de árboles de navidad iluminados que se asomaban a las ventanas de las casas buscando la curiosidad de los paseantes. Tras un sinfín de vueltas y más vueltas por calles estrechas y confortables, el taxi nos dejó en la misma puerta de nuestro hotel con apellido literario, el hotel Conrad, un cinco estrechas que resultó una sede inmejorable para nuestra particular conquista de la capital de Irlanda.

Dublín es una capital pequeña y con pocos habitantes. La frase es perfecta en su construcción y en la intención de lo que quiere significar. Es decir, Dublín no es una ciudad pequeñita, es, claro, mucho más grande que mi ciudad, Santander, o que casi todas las capitales de provincia españolas, pero sí es una “capital” pequeña, en comparación con cualquiera de las europeas que conozco (París, Londres, Lisboa, Roma, Madrid, Moscú, Praga, Budapest), o con cualquiera de las “grandes” ciudades del viejo continente.

Dublín no tiene metro, lo que puede dar una idea de sus dimensiones, o mejor dicho, de las dimensiones de su núcleo central, de su centro histórico y antiguo, perfectamente abordable en varios paseos si uno no le hace ascos al ejercicio andarín. Así que a lo largo de nuestra estancia, y partiendo del Hotel Conrad, nos recorrimos en diversos y largos paseos el Dublín que todo turista debe contemplar y caminar: las catedrales, los parques más importantes, la biblioteca y el museo nacionales, el Trinity College, las calles comerciales y más populosas, el parlamento, el castillo... Además de los monumentos y lugares emblemáticos de visita obligada, también nos perdimos por varias magníficas librerías, por cafés, pubs y algunos restaurantes de moda que, por cierto, cubrieron sobradamente las expectativas.

Quizá lo que más me llamó la atención de Dublín, además de su confortable y doméstica belleza, fue la juventud de sus habitantes (realmente llamativa y escandalosa) y el bullicio alegre y constante de sus calles. Los cafés, los pubs, los restaurantes, los clubes..., estaban siempre a rebosar, en una especie de fiesta callejera sin término. Desconozco si las fiestas navideñas contribuyeron a crear tal ambiente festivo, pero lo que sí es indiscutible es que a comienzos de diciembre la Navidad estaba instalada en toda regla en la capital de Irlanda. Decoración al uso, árboles de navidad públicos y privados, nacimientos en los escaparates de las licorerías o de las tiendas de comestibles, transeúntes cargados de regalos y de bolsas lujosas, tiendas y centros comerciales tan transitables como imagino debía de serlo la cueva de Alí Babá y sus cuarenta ladrones.

En resumidas cuentas, lo pasamos francamente bien en Dublín, y es un viaje que recomiendo con gusto a todos aquellos que deseen realizar una escapada festiva y amena y no dispongan de muchos días para disfrutarla.

Bien. Punto y aparte. Como amante de las letras que soy y también algo mitómano y fetichista, en este viaje a Dublín no dejé de intentar seguir o buscar algunas de las huellas de sus escritores más famosos por sus calles frías y húmedas calles invernales. Me topé con Yeats, por ejemplo, en una exposición a él dedicada en la Biblioteca Nacional, a tiro de piedra de un pub en el que una placa indicaba que era uno de los lugares preferidos por James Joyce para probar el alcohol. También me di de bruces con Oscar Wilde, más concretamente con su coloreada y un tanto estrambótica estatua, escondida casi tras unos arbustos en la casi deprimente esquina de un melancólico parque situado justo enfrente del edificio en el que nació o vivió el poeta, ocupado ahora por un no recuerdo qué instituto de no sé qué jóvenes americanos. A Bram Stoker, el creador del aristocratizado Drácula, no me lo encontré de ninguna forma, aunque tampoco hice mucho por encontrarlo. Al que sí me empeñé en ver fue a James, y no al Bond de turno, si no al Joyce del Ulises y de Dublineses.  

Al casi ciego Joyce me lo tropecé en dos ocasiones. Una en forma de bastante afortunada estatua en una de las principales avenidas del centro de Dublín, la hermosa calle O’Connell. La verdad es que sus conciudadanos no parecían hacerle mucho caso a su estatua, y pasaban junto a ella sin echarle un simple vistazo. Sin embargo los turistas nos apostábamos con algún disimulo en distintos puntos estratégicos para inmortalizarnos junto al escritor hecho bronce. La segunda vez fui a buscarlo al The James Joyce Centre Dublin, situado en un edificio dieciochesco en el número 35 de North Great George’s Street. Hacía dicho lugar nos encaminamos una mañana en la que el sol brillaba entre las nubes y hacía un poco más llevadero el frío sólido y sincero del Dublín georgiano. Tras mucho caminar y mucho consultar los planos y las guías, tras mucho seguir las señalas municipales que más que mostrar parecían querer esconder el lugar, por fin, digo, dimos con él.

Joyce y Dublín, Dublín y Joyce, el Ulises dublinés de Joyce, los relatos Dublineses de James Joyce, Los muertos, la última obra maestra de John Huston basada en un relato dublinés de Joyce. Todo hacía presagiar que la visita al Joyce Centre sería memorable, que dicha institución guardaría tesoros fabulosos relacionados con el escritor y poeta, que el Centro Joyce de Dublín sería un monumento en sí mismo erigido por Irlanda y su capital a uno de sus hijos más ilustres.

The James Joyce Centre Dublin

Pues nada de nada. Si en cualquier lugar de España se tuviera un centro dedicado a un escritor de la categoría de Joyce como se tiene el de Dublín, hablaríamos con toneladas de palabras de la pobreza de nuestra vida cultural, de vergüenza, de situación intolerable, de desprecio al talento, etc, etc... Un inmueble de al menos tres alturas acoge en James Joyce Centre de Dublín. Salvo los trabajos interactivos que pueden consultarse en algunas pantallas de ordenador, el resto de lo exhibido es casi de barraca de feria de localidad atrasada.

The James Joyce Centre Dublin

Unos pocos cuadros salpicando las paredes del edificio, una mesa camilla con un puñado de libros de muestra, la recreación casi funeraria y anoréxica del dormitorio del escritor, algunos cuantos folletos desperdigados por las esquinas y casi nada más de verdadero provecho y dimensión. Toda esta visita realmente infructuosa y tétrica por 5 euros cada adulto.

The James Joyce Centre Dublin

Salí no dando crédito a tamaña pobreza, a tal descuidado escarnio en supuesto homenaje al genio de las letras irlandesas. A los pocos pasos de mi consternación compartida con Ella, nos tropezamos casi con un pequeño grupo de estudiantes españolas a la caza y captura del santuario joyceano. “Dad media vuelta y no perdáis el tiempo en semejante ejemplo de improvisación, dejadez y desahogo cultural. Id a tomar una cerveza al bar más cercano, saldréis ganando”, espeté a las compatriotas antes de que tirarán 5 euros en tamaña alcantarilla.

Estupefactos, Ella y yo entramos en un local situado muy cerca del James Joyce Centre. Otro edificio antiguo y hermoso, en el que se vendían antigüedades y se servían bebidas y tentempiés junto a un hermoso y efectivo fuego encendido. Nos sentamos junto a la chimenea, pedimos bebidas calientes y la placentera sensación de confort nos devolvió al mundo de los turistas vivos y coleando. El té y el fuego de los leños nos devolvieron a la magia dublinesa de la que a patadas nos habían echado los restos polvorientos y famélicos de un supuesto homenaje permanente al escritor James Joyce. Estaba claro, Dublín le estaba pagando a su hijo con la misma moneda con la que él les obsequió en buena parte de su obra. Dublín parece querer pasarle factura a Joyce en su Centro a él dedicado, y doy fe de que lo logra.


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Friday,15 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Epitafio para José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,643 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Toqué la creación con mi frente./ Sentí la creación en mi alma./ Las olas me llamaron a lo hondo./ Y luego se cerraron las aguas.

A lo largo de los últimos años he escrito y publicado tres comentarios a tres poemas distintos de José Hierro. Poemas que, por razones muy distintas entre sí, atraparon poderosamente mi atención desde su primera lectura y que, en buena lógica, formarían parte sin duda de una hipotética antología personal de versos de Hierro que algún día pudiera plantearme. Los poemas a los que me refiero son los siguientes: “Estatua mutilada” (Libro de las alucinaciones, 1964); “Verdi, 1874” (Agenda, 1991) y “Beethoven ante el televisor” (Cuaderno de Nueva York, 1998).

Hoy quisiera añadir a esta antología personal un poema insólito que pertenece, en contra de lo ocurrido en mis anteriores elecciones, a uno de los libros de la primera y muy fructífera etapa del poeta santanderino, Quinta del 42, libro publicado en Madrid en el año 1953.

El título del poema es “Epitafio para la tumba de un poeta”, poema de los más breves y concisos escritos jamás por José Hierro. Sólo son cuatro versos, sólo cuatro frases donde la última funciona como posible subordinada y cierre y conclusión de las otras tres que la preceden.

Este lacónico poema nos indica por medio de su título que es además un epitafio, es decir, la inscripción que se pone en una sepultura, en este caso en al de un poeta. Y dado que el texto está escrito en primera persona, no es nada descabellado suponer que este epitafio lo es para el propio Hierro. En conclusión, creo que estamos ante el epitafio que para su propia tumba escribió José Hierro cuando contaba con poco más de treinta años.

Este hecho podría resultar gratuitamente tétrico, e incluso podría exhalar algún perfume exhibicionista, fruto de lírico soleen, si no se correspondiese con un sentimiento auténtico y vivido que recorre no sólo todo el libro del que el poema procede, sino también casi toda la obra del poeta anterior a Libro de las alucinaciones. Me refiero al sentimiento que en alguna ocasión explicitó con claridad el propio José Hierro, subrayado poco más o menos que Quinta del 42 es un largo y complejo epitafio dedicado a todos aquellos que llevaron sobre sus hombros la pesadumbre de la guerra civil española sin haber sufrido daños en su cuerpo y sin haber desempeñado ningún papel protagonista en la misma, aunque dejaron en las afiladas aristas de la contienda su joven alma hecha jirones para siempre.

Este poema es el epitafio que para sí y su generación escribió José Hierro cuando con treinta años poseía ya al menos dos seguridades con respecto a su propia existencia: su condición de “poeta verdadero” y su condición de “falso joven”, de joven con apariencia de juventud pero con el alma ya muerta y enterrada. José Hierro siempre se supo un fantasma de sí mismo, un fantasma de aquel chico al que asesinó la guerra civil española sin dejarle un rasguño visible de la atrocidad.

En tan sólo cuatro frases, en cuatro versos José Hierro escribió su autobiografía. En los tres primeros sintetiza sus logros y anhelos, su haber vivido. Tocó y sintió la vida, tocó con sus versos y su razón, la sintió en el alma. La propia fuerza de crear y vivir le llamó a encaminarse hacia lo hondo de la existencia, hacia lo profundo del vivir y crear. El último verso es el telón que al caer indica el final de la obra, el de la vida. Las aguas se cierran y borran los caminos, ofrecen silencio, oscuridad y la infinitud húmeda y fría de la muerte. Las aguas al cerrarse conceden la nada, y lo hacen “después de tanto todo para nada”, como nos dejó escrito el propio poeta cuarenta y cinco años más tarde, en el poema que pone punto y final a su último libro, Cuaderno de Nueva York.


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Thursday,14 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[“Una de romanos”: el mundo clásico según Robin Lane Fox]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,642 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Los británicos, o mejor dicho, los anglosajones en general, y aunque a algunos que podría muy bien citar aquí no les guste reconocerlo, tienen un sentido especial para hacer historia, biografías, memorias..., es decir, libros de no ficción que sin embargo se benefician de las mejores cualidades de la escritura de ficción: son libros escritos para que se lean, para entretener, para que quienes los compren e inicien su lectura no se sientan necesariamente ante un acto plúmbeo de esfuerzo permanente, sino ante unas páginas a las que se desea volver con prontitud.

Quienes hace ya años obtuvimos nuestra formación como historiadores en nuestras universidades españolas sabemos muy bien que, si uno hubiera escrito una tesis doctoral o una tesina de licenciatura “entretenida”, amena, sin cuadros, estadísticas, gráficos, miles de notas a pie de página, estructura por capítulos bien definidos en subcapítulos, etc, etc..., no hubiera recibido el visto bueno de los sesudos tribunales, muy preocupados por la apariencia científica del asunto tratado, más que de sus aportaciones reales y su “calidad literaria”. Es más, estoy casi seguro que si el libro que hoy quiero recomendar se hubiera construido como tesina en, por ejemplo, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria, el director del trabajo hubiera rechazado el resultado y le hubiera echado una bronca monumental al “simple” de su autor. Vamos, que Robin Lane Fox, autor del libro que traigo a colación, hubiera sufrido un crudo rapapolvos y hubiera tenido que rehacer por completo su trabajo hasta hacerlo “serio y científico”, es decir, ilegible, plúmbeo, un tostón de tomo y lomo.

Robin Lane Fox: El mundo clásico (Crítica, 2007)

Robin Lane Fox: El mundo clásico. La epopeya de Grecia y Roma (Crítica, 2007)

Pero Robin Lane Fox (1946) tuvo la mala suerte, la desgracia de no estudiar en España, y hacerlo en Eton y en la universidad de Oxford, donde hoy ejerce de fellow en el New College y catedrático de historia antigua. Además, el pobre señor Lane Fox, ensucia su currículo escribiendo en la prensa, más concretamente en el Financial Times, bajeza a la que nunca se someterían, sin ir más lejos, muchos de los profesores que me dieron clase. Para colmo este profesor oxoniense ha publicado libros con títulos propios de una novela de aventuras, una película de Hollywood, o un libro del corazón: Alexander The Great, Pagans and Christians (1986) o La versión no autorizada: verdad y ficción en la Biblia (1992).

El libro que yo les quiero recomendar a ustedes es “uno de romanos”, como se llamaba aquí a las películas con mucho cartón piedra hechas en la meca del cine en los 1950 y 1960, esas con Víctor Mature o Robert Taylor de protagonistas. El título es El mundo clásico. La epopeya de Grecia y Roma, y en español lo ha editado la barcelonesa editorial Crítica. Todo el mundo coincide en señalar que este libro es un ejemplo magnífico de rigor y amenidad, en el que se subraya la humanidad de personajes como Homero, Alejandro, Cicerón o el emperador Julio César, la vida cotidiana de los ciudadanos en las principales polis o ciudades de los dos imperios, los juegos en el circo, etc...

Es este un trabajo que debería ser de lectura obligada entre nuestros jóvenes, pues en él, de forma muy entretenida y a la vez erudita, se nos cuentan muchas cosas de los tiempos, los hombres, las sociedades, el pensamiento, la estética..., de los imperios que son el sostén, las columnas básicas de lo que hoy somos en el occidente desarrollado, en el espacio físico, ético, cultural y moral que conforma nuestra actual civilización.   


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,12 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Las Elegías de Duino, de Rilke, y un cuento de princesas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,641 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

La princesa María von Thurn nació en Venecia a mediados del siglo XIX, hija del príncipe Egon Hohenlohe-Waldenburg-Schillingfürst, heredero de una de esas familias aristocráticas que reinaron en uno de los pequeños estados que conformaban Alemania antes de su unificación bajo Prusia en 1870. Su madre fue la condesa Teresa Thurn-Hover-Valesia, una italiana perteneciente a la antigua nobleza del norte del país, nobleza desde hacía siglos emparentada y relacionada a su vez con la nobleza del imperio austrohúngaro.

La princesa María, en consecuencia, dominaba varios idiomas, el italiano, el francés y el alemán, exactamente igual que su primo, el príncipe Alejandro von Thurn und Taxis, quien acabó convirtiéndose además en su marido. El matrimonio de primos vivía en el palacio Lautschin, del que era propietario el señor príncipe, y en el famoso castillo de Duino, patrimonio de la princesa.

 Castillo de Duino

Castillo de Duino

Sin embargo, todas las estaciones contemplaban a la pareja yendo de un sitio a otro a lo grande, es decir, seguidos por una comitiva de criados, enormes maletas de refinado cuero, y larguísimas temporadas alojados en los mejores y más lujosos grandes hoteles del viejo continente.

El matrimonio estaba formado por dos auténticos personajes. Él, el príncipe, era un más que dotado violinista y un experto cazador de grandes animales salvajes. Ella, la princesa, dedicaba buena parte de su tiempo a tocar el piano con aptitud, era considerada una pintora bastante más que aceptable, y también escribió algunas novelas que aún hoy se dejan leer sin que su pesadez o laxitud se te hagan insoportables.

Rainer Maria Rilke

Rainer Maria Rilke

La pareja compartía una pasión excelsa y poco común, sobre todo en nuestros días. Me refiero a los cuartetos de cuerda. Cuando pasaban el otoño en el castillo de Lautschin, todas las noches acudía al salón de música de la construcción el Bömisches Streichquartett para tocar cuartetos de Beethoven, Mozart, Schubert, Haydn… Cuando en verano se encontraban viviendo en el italiano castillo de Duino, era el célebre Quartetto di Trieste quien se encargaba de consumar el repertorio elegido. En todas las ocasiones, el matrimonio, acomodado en sillones de respaldo alto forrados de terciopelo rojo, escuchaba la música concentrado y en completo silencio.

En el castillo italiano de Duino, situado en el extremo más septentrional del mar Adriático, propiedad de la princesa María von Thurn, el 21 de enero del ya lejano año de 1912, el poeta Rainer Maria Rilke, mientras paseaba por el cercano acantilado camino de la orilla del mar, oyó y escribió la primera de las de Elegías que han pasado a la historia de la literatura universal con el nombre de Elegías Duino.   


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Monday,11 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA["Palabros" feministas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,640 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

La pequeña comparecencia escrita de hoy me la da hecha un buen amigo, el escritor Jesús Laínz, a través de un correo electrónico que me envía aún estupefacto. Yo también estoy sorprendido, anonadado hasta cierto punto con el contenido del envío, pero ya he escrito aquí en más de una ocasión que vivimos en un país, en una sociedad, con un cierto punto candente de surrealismo puro y duro.

Una vez visto el contenido de la comunicación electrónica de mi amigo poco se me ocurre agregar. No, no es que esté en desacuerdo con lo que dice, tampoco estoy de acuerdo..., sencillamente es que me deja noqueado el que pueda gastarse tiempo, dinero y esfuerzo en asunto tan..., ¿idiota?

Por regla general el lenguaje políticamente correcto me produce sarpullidos por su general estulticia, y siempre me ha parecido, quizá equivocadamente claro, que el uso de ese tipo de lenguaje es más perjudicial y contraproducente para los fines que supuestamente busca, que el uso correcto del idioma y la ausencia de palabrejas chuscas y usadas con la fuerza de un calzador de memeces.

Evidentemente, quien siga con asiduidad mi presencia pública mediante estos escritos con Ojos de Papel, sabrá que nadie en su sano juicio podría calificarme con el adjetivo “progresista”, adjetivo al que yo sumaría de mi cuenta otra palabra definitoria: “al uso”. Por lo tanto, soportaré estoicamente que quien lea la mamarrachada que aquí difundo y esté en abierto y completo desacuerdo conmigo me cuelgue de la espalda el monigote del facha facha, o del tonto tonto, o del fachatonto machista más. Lo intentaré sobrellevar con entereza.

Sólo pretendo compartir mi estupefacción ante este tipo de anuncios o proclamas “progresistas”, pero insisto, no para subrayar mi desacuerdo con las mismas (que también, para qué vamos a engañarnos) sino para mostrarme tan boquiabierto, por ejemplo, como una antigualla esquimal con los mecheros..., y para gritar desde mi sentido común (el menos común de los sentidos, y el mío en particular bastante perdido) que me quiero apear de este mundo en la próxima, por favor.

Quisiera aclarar al Colectivo de Jóvenas Feministas (el word también debe ser machista, pues al escribir jóvenas me subraya en rojito el palabro) y a la Plataforma andaluza de apoyo al lobby europeo de mujeres (vaya, las palabras en inglés sí las acepta la plataforma) que no cuenten conmigo para apoyar sus iniciativas. Es decir, que no me llamen, no me escriban, no me griten, no me canten, no se comuniquen de manera alguna conmigo Como maduro machista intransigente que soy, lo siento, pero seguiré llamando “mi mujer” a mi mujer (y además, como un cabronazo deleznable, usaré el posesivo); marido a los maridos, es decir, a los hombres de una pareja hombre-mujer; solteras (solterona es un término con mucho de despectivo, que no hay por qué emplear) a las mujeres que no están casadas, situación que en modo alguno, además, ni les presupone ni les otorga independencia alguna; y amas de casa a señoras como mi madre, que lleva más de 40 años en tal honrado trabajo, y cuyo denominativo no puede ser más correcto y preciso: considerada en la cultura occidental tradicional como la mujer que tiene como ocupación principal o exclusiva, el trabajo en su casa. Además, ama, si no estoy muy desinformado viene del verbo amar, lo que se ajusta perfectamente a mi madre y a todas las amas de casa que conozco: que aman lo que son y lo que hacen.

Sí, seguiré haciéndolo, y ya pueden ponerse las feministas del mundo como les dé la gana, Zapatero hecho un basilisco, o Pedro Zerolo un energúmeno. No paso porque me digan cómo hablar, qué palabras emplear, qué debo pensar y decir. No. Bueno, y ahora a recibir palos. Aquí me quedo para recibirlos.


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Friday,8 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Juan Ramón Jiménez quería ser poesía, no poeta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,639 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

No sé dónde he leído recientemente que es muy difícil hablar de poetas grandes, menos grandes o de poetas menores, pues sólo puede y debe hablarse de poetas en términos absolutos, con palabras que añadan la dimensión cuantitativa a la condición de poeta. Es decir, o se es poeta no se es poeta, y si aceptamos la fórmula y sus condicionantes, de ser poeta se es siempre bueno, y si no se es poeta, no se es de ninguna manera, en ninguna proporción.

Hay poetas de nuestra tradición que coincidieron al subrayar que la poesía no está en la página escrita. Estoy pensando, por ejemplo, en Juan Ramón y en Gerardo Diego. La poesía con mayúsculas, según sus reflexiones, nunca estaba en la página atrapada, circunscrita a la forma de las letras, sino que era otra cosa, algo inasible por decirlo de alguna manera gráfica.

Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez

En este sentido creo que nadie ha expresado mejor esta cuestión que el propio Juan Ramón Jiménez. En una carta que le envió a otro grande, Luis Cernuda, en 1943, es decir, ya en pleno exilio, Juan Ramón le decía a su paisano andaluz lo que sigue:

“... en la escritura poética, como en la pintura o en la música, el asunto es la retórica, ‘lo que queda’, la poesía. Mi ilusión ha sido siempre ser más cada vez el poeta de ‘lo que queda’, y llegar un día a no escribir. Escribir no es sino una preparación para no escribir, para el estado de gracia poético, intelectual y sensitivo. Ser uno poesía y no poeta”.

Se trata de llegar a ser poesía, y no de llegar a estar en este mundo como poeta. Se trata, por tanto, de ser lo que queda, y no de ser o componer un asunto, una retórica. Es tan imponente, abarcadora y hermosa la reflexión juanramoniana que, si algún día dispongo del privilegio de un jardín, o en la entrada de mi biblioteca cuando pueda ser habitada, pondré en algún lugar visible, como una divisa o lema: “ser lo que queda”.


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Thursday,7 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Cambio de siglo: Antología de poesía española, 1990-2007]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,638 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Conocí al profesor Domingo Sánchez-Mesa (1967), actualmente impartiendo clases de teoría de la literatura y literatura comparada en la Universidad Carlos III de Madrid, en las veladas poéticas que él coordinaba años atrás en el Aula de Poesía José Hierro de la Universidad Menéndez Pelayo en Santander. En aquellos años desembarcó en la veraniega universidad un equipo de la Universidad de Granada al que pertenecía Sánchez-Mesa, y durante unos cuantos veranos, ni muchos ni pocos, un joven Sánchez-Mesa presentó, entre otras labores quizá menos gratas de índole académica, a buena parte de la poesía en español de las últimas décadas, poetas que, a partir de las 10 de la noche si no recuerdo mal, recitaban sus versos por parejas y hablaban de su poesía.

También seguí a Sánchez-Mesa en alguna multitudinaria presentación de las que realizó en el viejo salón de las caballerizas del antiguo palacio real dentro de la programación de los llamados Martes Literarios, martes patrocinados por El Diario Montañés en los que un célebre o conocido escritor impartía e imparte una especie de conferencia ante un generoso público veraniego. Recuerdo sobre todo el día que Sánchez-Mesa presentó a Claudio Magris, y su presentación duró casi tanto como la posterior y esperadísima intervención del escritor y profesor italiano.

Sí, Sánchez-Mesa era entonces conocido y diría que casi temido por sus presentaciones: brillantes desde cualquier punto de vista, eruditas, muy bien hiladas, trufadas de referencias venidas a cuento..., casi lecciones magistrales sobre los presentados, su literatura y la literatura en general. El problema, el único problema es que quizá eran intervenciones un poco largas, o se hacían largas ante la expectación general por escuchar, valga el ejemplo, al gran Claudio Magris.

Recuerdo que pasado el tiempo Sánchez-Mesa llegó a tener cierta relación con los poetas de la tierra, es decir, los cántabros, y sí me veo con él y otros poetas radicados en la ciudad (Lorenzo Oliván, Carlos Alcorta, Rafael Fombellida, Vicente Gutiérrez...), tomando un refrigerio y charlando en una terraza junto a la iglesia de Santa Lucía, casi mirando a la bahía.

Domingo Sánchez-Mesa: Cambio de siglo. Antología de poesía española 1990-2007 (Hiperion, 2007)

Domingo Sánchez-Mesa: Cambio de siglo. Antología de poesía española 1990-2007 (Hiperion, 2007)

Guardo alguna otra imagen de Domingo Sánchez-Mesa, como la de su presentación en el Círculo de Bellas Artes de Madrid de un antología de poetas cántabros (Voces poéticas de Cantabria, Devenir, Madrid, 2003) construida por Luis Alberto Salcines bajo el amparo de la Fundación Gerardo Diego. Pero tengo la ligera idea de que en aquella ocasión no se explayó tanto como con Magris. Sí puedo asegurar que durante aquellos escasos, itinerantes, puntuales, pero cálidos y amables contactos, ya surgió en las distintas conversaciones el hecho de que él, Sánchez-Mesa, estaba trabajando en una antología de poesía española contemporánea y reciente, un libro que esperaba no tardase mucho en ver publicado.

El libro, la antología, se ha publicado, pero lo acaba de hacer, y lo cierto es que han pasado los años y yo ya ni me acordaba de ella. La ha editado el sello Hiperión, y tiene un bonito y significativo título: Cambio de siglo. Antología de poesía española 1990-2007.  La selección, el prólogo y la bibliografía corren a cargo de Sánchez-Mesa, y así, a bote pronto, todo indica que va a ser una antología de éxito, tanto en las librerías como en su intención de ir estableciendo ya, o al menos proponiendo, un canon poético dentro, precisamente, de las generaciones cuyos libros aparecen en los años del cambio de siglo, del XX al XXI.

Selecciona el antólogo la obra de 21 poetas, y en dicha elección podemos decir sin temor a equivocarnos que no abundan desde luego las sorpresas. Están los que en un altísimo porcentaje todos o casi todos los conocedores de la poesía española actual nombrarían si se les hiciese a ellos el encargo de seleccionar, lo que para bien o para mal es, desde luego, muy significativo. Los 21 poetas (Riechmann, Méndez Rubio, Luisa Castro, Lorenzo Oliván, González Iglesias, Ada Salas, Luis Muñoz, Álvaro García, Aurora Luque, Vicente Gallego, Benjamín Prado, Ángela Vallvey...) gustarán a unos más y a otros menos, de los 21 seleccionados los habrá que conciten unanimidades y los habrá que a más de uno y de  dos les resulte su inclusión catastrófica e increíble... Lógico y normal, lo típico de toda antología nueva que irrumpe en el mercado con la intención de hacer historia. Pero hay algo que a Sánchez-Mesa no será fácil echarle en cara. Me refiero a que los elegidos por él ejemplifican bastante bien las corrientes diversas, los distintos y variopintos caminos por los que ha discurrido la poesía española a lo largo de los últimos 25 años, la poesía escrita por aquellos que, muy mayoritariamente, nacieron en la década de 1960.

Es evidente que hay otros poetas que muy bien podrían haber entrado en esta nueva convocatoria para establecer una selección poética, y en este sentido muy bien podríamos recurrir al tópico futbolístico: en España hay casi cuarenta millones de seleccionadores. En la página 61 de su libro Sánchez-Mesa dice “hay otros poetas sobresalientes dentro de las coordenadas planteadas en esta antología que han recibido el aplauso de determinados círculos críticos y cuya lectura hemos disfrutado con mayor o menor intensidad...”, y pasa a citar algunos casos como los de Amalia Iglesias, Jordi Doce, Vicente Valero, Roger Wolf, Manuel Vilas, José Luis Piquero..., o un tal Juan Antonio González Fuentes, que de algo me suena el muchacho.

En fin, que el lector y estudioso de la poesía en español más o menos reciente (todos hemos pasado ya la cuarentena con rigor, y eso de jóvenes poetas suena a broma un poco pesada) tiene en sus manos otra herramienta útil para su estudio y conocimiento. Una propuesta de Sánchez-Mesa a todas luces seria y a tener en cuenta, sin duda, a partir de ahora en una bibliografía que, francamente, no deja de crecer y crecer con verdadero entusiasmo. Sí quisiera ponerle un pero a la edición, un pero en el que nada tiene que ver el antólogo. No sé se serán los sólo los ejemplares que he manejado, pero la impresión del libro es francamente horrorosa, deleznable, parece que los editores le deben dinero a la imprenta y no le pagan, pues es como si hubiesen ahorrado tinta en cada letra impresa. Algo a corregir con urgencia y un “fallo” cada vez más frecuente en la edición española. 


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Wednesday,6 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La torre Eiffel iluminada, o pagar por fotografiarla]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,637 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

No hace muchos el diario parisino Le Monde publicó un largo trabajo en torno a los derechos de reproducción de los paisajes, entiéndaseme, del derecho a reproducir y comercializar reproducciones de paisajes. Al igual que los museos de todo el mundo venden ya los derechos de reproducción de las piezas que exhiben y custodian, así, al parecer, algunas administraciones locales, e incluso algunos particulares, han comenzado a reclamar derechos sobre determinadas vistas del entorno natural, o sea, sobre paisajes.

El ejemplo más significativo, y ahora me entero del asunto, es que uno puede fotografiar de día sin ningún problema o inconveniente la silueta recortada en el cielo parisino de la célebre torre Eiffel, pero si uno desea hacer la foto por la noche, cuando la torre de acero está iluminada y luce espléndida, entonces los derechos de reproducir dicha imagen  pertenecen a una empresa privada, que exige cobrar sus derechos legales. Imagino que tales exigencias se dirijan no a los turistas y particulares que cámara en la mano captan un recuerdo inofensivo de su viaje a la ciudad de la luz, sino a las empresas, cineastas, agencias de publicidad, etc..., que pretendan hacer a su vez negocio o sacarle un rendimiento a tan fotogénica y simbólica imagen.

Pero hay más ejemplos de tal privacidad de los derechos de reproducción paisajística, todos ellos en Francia, según leo en el libro de Alberto Manguel Diario de lecturas, pág. 188: la vista desde los acantilados de Cassis, muy cerca de Marsella; los barquitos flotando en la playa de Collioure; el estuario de Trieux, en Bretaña.

Torre Eiffel

Torre Eiffel

Imaginen por un momento que tal práctica se extiende por los rincones que cotidianamente habitamos, y que no sólo se aplica a quien “reproduzca” mediante cualquier sistema un paisaje, sino que también se aplicase (y no quiero dar muchas ideas) al mero hecho de disfrutar del panorama, de obtener un supuesto bienestar o goce estético o ético al contemplarlo. Yo, por ejemplo, quizá en un futuro de pesadilla no muy lejano deberé así pagar un canon municipal o un factura a una empresa cada vez que dirija la mirada a la bahía de Santander, o al Palacio de la Magdalena, o a los arcos de la Plaza Porticada, o a la vieja catedral del siglo XIII, o a cualquiera de las playas del Sardinero, o...

Podemos desquiciar aún más la diabólica alucinación, propia del más vanguardista y aprovechado lucifer capitalista, y los hombres y mujeres físicamente hermosos (guapos, bellos, macizos...), podrían, por ejemplo, obtener una licencia municipal que les otorgase el privilegio de cobrar a quien los mirase más allá de un tiempo determinado y preestablecido. Claro que también podría intentar cobrar quien dispusiese de un animal atractivo, o de un bonito automóvil, o de algún rasgo que llamase la atención...

Creo que nos acercamos a velocidad de crucero a un mundo con mucho de pesadilla o de mal sueño, y cuando este tipo de prácticas o ideas aquí expuestas empiezan a aplicarse, aunque sólo sea de momento de forma anecdótica, localizada y restringida, creo que hay que alarmarse, preocuparse, escandalizarse, negarse, gritar o chillar...

“Nos van a cobrar hasta por respirar” es una frase hecha cuya intención es subrayar la carestía incandescente y ascendente de la existencia, así como lo omnímodo del eficaz sistema capitalista, sustentando en los cimientos de mercadear con todo y con todos. Bueno, pues ahora estoy casi seguro de que sí, de que algún día nos cobrarán por respirar, al menos los aires no contaminados, los aires menos distorsionados y sucios de un mundo realmente loco, loco. 


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Tuesday,5 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Alessandro Baricco y los libros boca a boca]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,636 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Ya he publicado en estas mismas páginas varios pequeños trabajos sobre uno de los asuntos relacionados con la cultura que más me interesan, apasionan y preocupan. Me refiero al futuro y vida de los libros, y en consecuencia, de las librerías, entendidas estas como los establecimientos comerciales preferentemente situados en los centros urbanos y en los que pueden ojearse y hojearse tranquilamente libros en un ambiente de paciencia, amor y respecto por el objeto que se comercializa.

No sé a ustedes, pero a mi no me gusta nada ni comprar ni ver libros en los espacios a ellos reservados en las grandes superficies. Sí, es verdad que hay cantidades ingentes de libros en esos lugares, pero por lo general viven allí amontonados sin orden ni concierto, desprotegidos por el caos y el manoseo de clientes que los manejan sin cuidado ni cariño, tan sólo con la callada impaciencia de quien está haciendo tiempo. Quienes “despachan” libros en las grandes superficies, por regla general no son lectores ni poseen libros en sus casas. Trabajan en esa sección aspirando a que los “asciendan” a otra, y en su mente y propósitos el material con el que trabajan es un engorro numerado por el que preguntan de vez en cuando personas que no deben de andar muy en sus casillas, con algo siempre de inquietante y anormal.

No suelo recordar los libros que he adquirido en una gran superficie, como no recuerdo tampoco el paquete de café o el gel de ducha. Será probablemente que la gran superficie no te ofrece referentes ni siquiera físicos memorables que te induzcan a recordar. Compras un libro y es como si lo depositases mentalmente en el carro de la compra, junto a una infinitud objetos necesarios pero casi irreconocibles. Compras allí un libro y a tal hecho no se suele acompañar un café con leche digno de recordar, o una conversación interesante, o la visión de una acontecimiento ciudadano concreto, o la presencia de un edificio o un rincón urbanos dignos de recordar.

Ya digo, huyo cuando puedo de las grandes superficies en lo que a libros se trata, y prefiero una y mil veces buscar su trato en las librerías merecedoras, a mi juicio, de tal nombre. Lo que ocurre es que cada vez son menos, están más aisladas, sitiadas por la contundencia de una realidad muy poco proclive a cuidarlas y sostenerlas.

Alessandro Baricco

Alessandro Baricco

El futuro de las librerías depende, me parece a mi, muy mucho de los lectores, especie en claro proceso de extinción, al menos tal y como los hemos conocido a lo largo y ancho de los dos últimos siglos. El lector al que me refiero no es quien lee libros. El lector es quien compra los libros, casi siempre para luego leerlos, pero en ocasiones para tenerlos, esperando que llegue el tiempo de su lectura.

Yo podría ponerme como ejemplo, si se me permite. No dispongo de mucho dinero. No gano mucho dinero. Si dispusiese de más dinero es casi seguro que compraría muchos más libros, entre otras razones porque tendría un piso, una casa mucho más grande; tendría más espacio para vivir con mis libros. Así todo suelo gastarme una media de cien euros al mes en libros, lo que viene a significar que todos los meses compro cuatro, cinco o seis libros. Muchos no los puedo leer de momento, pero soy inmensamente feliz habiéndolos escogido, pensando en lo que prometen, soñando con el momento en el que pueda dedicarles el tiempo necesario. Ya los leeré, y si el momento no llega, al menos disfruté de su callada compañía.

No sé ahora mismo de cuantos libros dispongo en mi biblioteca, pero sí sé que los cientos ya suman miles, pocos miles, pero algunos miles. Sí sé, porque el dato lo contabilizo puntilloso desde hace años, que estoy a falta de tres libros para alcanzar los dos mil leídos. Comprendo y me molesta que esta exposición de “datos” tiene algo de tonta exhibición, pero la dejo aquí plasmada para ilustrar lo que quiero decir. No, no hay muchos lectores, compradores de libros, como yo en mi más o menos amplio entorno inmediato, y además tengo la rotunda sensación de que tengo las trazas de ser, en este sentido, una “pieza” en peligro, un tipo de tipo que no tiene muchos visos de sobrevivir a los próximos años. Bueno, quizá sea mejor así, la verdad es que no puedo ser ejemplo de nada, de nada bueno al menos.

Para vender más libros, para intentar que haya más lectores, la extraña ciencia del marketing aplicado ha intentado varias cosas sin éxito aparente, o al menos contundente. Una de las fórmulas más originales la puso en marcha un escritor de éxito y calidad, el italiano Alessandro Baricco, quien estaba y está convencido de que no hay mejor fórmula para que un libro tenga éxito, es decir, se lea y se venda, que la ciencia muy infusa del boca a boca.

Así, como una vertiente más de su escuela de creación Holden, Baricco abrió en Turín una minúscula librería de apenas veinte metros cuadrados en la que había una decena de “postes sonoros”, con sus auriculares correspondientes, y en los que el comprador/lector/consumidor podía escuchar la recomendación (y sus razones) de libros diversos realizada por escritores y lectores variopintos. La iniciativa no duró mucho en el tiempo tal y como fue concebida. La librería quebró no pasado mucho tiempo y se vio obligada a echar el cierre. Sin embargo, el tozudo Baricco continúa con la idea aunque desarrollada en otro formato, y propugna algo semejante desde la página web de su escuela creativa, la Holden.

Mientras, nosotros desde aquí, desde Ojos de Papel, hacemos lo que buenamente podemos por los libros, los lectores, los libreros, las librerías…, por las siempre hermosas y misteriosas páginas escritas.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,4 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Los buenos europeos de Borges]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,635 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Me llama Ella, M., desde el aeropuerto de Barajas y a punto de entrar en el avión que la dejará en París. Este fin de semana, por tanto, me quedó en Santander y me incorporaré a la zaga de mi equipo de fútbol, haciendo pareja con Tuto Sañudo, el veterano y excelente central que tantos partidos jugó en Primera División con el Racing de Santander, llegando a jugar la copa de la UEFA con aquel Oviedo que a punto estuvo de ser un grande.

Desayunando esta mañana en la chocolatería Áliva leo en El Cultural el artículo de Luis María Anson. Escribe el académico de la Española sobre la decadencia de París en el mapa artístico mundial y la consolidación del eje Nueva York/Londres/Hong-Kong, eje al que pujan con fuerza por incorporarse Berlín y Shanghai. Ya había leído cosas al respecto, y quizá escriba algo sobre el asunto cualquiera de estos días.

Hablo por teléfono con Rogelio López, quien desde su casa de Barcelona vela porque estos ojos de papel se fortalezcan y desarrollen. Me habla Rogelio de un estupendo hotel situado en la Toscana, no muy lejos de Arezzo y sus frescos del Piero della Francesca. El hotel está regentado por una ilustrada cántabra italianizada, y Rogelio me asegura que es una delicia contemplar las dulces colinas toscanas desde una de sus ventanas.

Sentado frente a la pantalla del ordenador, y antes de poner el punto y final a las notas del programa de mano que me ha pedido sobre piezas del Barroco alemán la Fundación Botín para uno de sus próximo conciertos, echo un vistazo a las fotos que antes de Navidad nos hicimos en Dublín. Lo hago ya con un poco de nostalgia, como si hubieran trascurridos siglos desde aquel viaje, y la veo a Ella sonriendo en una esquina de Grafton Street, o a mi mismo en las calles del Trinity College.

En breve, en unos minutos, dejaré el despacho y me iré a la muy cercana sede de la Fundación Botín. Adolfo Fernández Punsola, modisto e historiador del arte, ex compañero de Toni Miró en Barcelona, conocido mío y personaje del que habla bien Jiménez Losantos en su reciente libro de memorias, dará a las 8 de la tarde una conferencia sobre Mafor, una antigua tienda de moda y accesorios santanderina ya desaparecida, y la importancia que tuvo como icono de la moda europea en la sociedad santanderina del siglo XX.

Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges

A la misma hora, pero en San Mamés, el Racing quizá comience a certificar su pase por vez primera a las semifinales de la Copa del Rey de fútbol. En la radio escucho a mi amigo Claudio Acebo, a quien alguna patada daré el sábado en el campo si se deja, hablando desde el mismísimo interior del vestuario del equipo visitante en el bilbaíno San Mamés. Quinientos kilos de ropa deportiva desplaza el Racing cada vez que juega fuera de El Sardinero, incluyendo unos cuantos pares de botas alemanas con la suela transparente que asegura Claudio son como guantes para el pie.

Mañana iré a la tertulia literaria que tiene lugar en el restaurante Deluz, y es probable que me acompañe a la misma mi amigo Nicanor Gómez, que estará recién llegado de Madrid y de su colegio complutense. Estará también Miguel Ibáñez, a quien las palabras de Anson le dan completamente igual, y seguro que aparece con un ejemplar de Le Monde bajo el brazo, símbolo permanente de su  vocación afrancesada. Le escribo ahora mismo un correo al magnífico poeta Antonio Portela, quien hace dos años pasó una larga temporada en el Colegio de España en Roma. Le pregunto por la Toscana, y por si quiere hacerme algunas recomendaciones que me sean útiles para el viaje que haremos Ella y yo en marzo.

En una cadena de radio local escucho la entrevista que le hacen al nuevo fichaje del Racing, un peruano de 18 años con al parecer un gran futuro en sus botas. Le oigo comentar al muchacho, desde el otro lado del océano, la enorme ilusión que le hace venir a jugar a Europa.

Me fijo en la portada de el diario El Mundo de hoy por la mañana y caigo un tanto avergonzado en el juego tendencioso de las fotografías principales. Por un lado (derecha) el presidente Zapatero saludando a un joven con estética “punk” y de espaldas, y por otro Mariano Rajoy (izquierda) con Angela Merkel y Sarkozy, dos de los principales líderes de Europa (insisto, me asalta la vergüenza ante este pequeño y tontorrón “juego sucio” periodístico).

Me paro un instante a meditar, y caigo en la cuenta de que, de una forma u otra, Europa o “lo europeo” está presente en mi devenir cotidiano con inusitada frecuencia. Y me viene que ni a propósito recoger aquí un pequeño párrafo que he leído después de comer en el libro de Alberto Manguel, Diario de lecturas, sobre el que ya ayer traté brevemente en estas paginas.

Leo lo siguiente: “En 1934, Thomas Mann, al recordar una conversación con su antiguo mentor, el editor Sammi Fischer, anotó en su diario una observación de Fischer sobre un conocido común:

-No es europeo-, dijo moviendo la cabeza.
-¿No es europeo, Herr Fischer? ¿Cómo es posible?
-No entiende nada de las grandes ideas humanistas"
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Borges al comentar The road Back, la película de James Whale de 1937: El mero pacifismo no basta. La guerra es una antigua pasión que tienta a los hombres con encantos ascéticos y mortales. Para abolirla, hay que oponerle otra pasión. Acaso la del buen europeo –Leibniz, Voltaire, Goethe, Arnold, Renan, Shaw, Russell, Unamuno, T. S. Eliot- que se sabe heredero y continuador de todos los países. Abundan aciagamente en Europa el mero alemán o el mero irlandés; faltan los europeos”.

Sí, hoy parecen faltar los buenos europeos, los mejores, y es significativo que se diera cuenta un argentino con antepasados españoles e ingleses, premio Cervantes compartido con mi paisano Gerardo Diego, estudioso de las lenguas antiguas nórdicas, y enterrado en un cementerio suizo. Borges, el más europeo de los escritores hispanoamericanos.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,1 feb 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Diario de lecturas de Alberto Manguel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,634 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Hay libros, lecturas que me resultan deliciosas. Sí, esa es la palabra justa, “deliciosas”, aunque suene un poco refitolera y afectada. No son libros que destaquen por su calidad literaria, ni por su trascendencia pasada, presente o futura en la ciénaga absorbente del mundo de las letras. No son lecturas marcadas a fuego por el sello de lo inolvidable, no me las llevaría probablemente a una isla desierta ni las atesoro en lugares propicios y escogidos de mi biblioteca. Pero sí son libros, lecturas, páginas que me envuelven en su encanto especial; en un clima de atmósfera pausada, elegante, libresca. Son libros que emanan un cierto confort, que piden incluso un ambiente confortable para dar de sí. Son libros que a mí me gusta leer en invierno o en otoño (son libros climáticos, estacionales), arrebujado en un sillón o tapado por sábanas, mantas y edredón. Sí, también puede decirse que son lecturas de edredón, o de edrenoning, forzando un vocablo de nuevo cuño nacido en la televisión. Son libros para degustar con lluvia o granizo golpeando los cristales, para tardes y noches de frío consistente y cortable, para el ulular del viento recorriendo las calles y rincones de la ciudad... Son libros para tomarlos con café, té o alguna bebida espiritosa, sí, son libros para infusiones y altas graduaciones.

Generalmente este tipo de libros tratan de otros libros y sus autores y ambientes, del día a día en el que se descubre lo excepcional en lo convencional, o de viajes en los que lo más modesto y cercano se narra como si de un viaje al oriente de las Mil y una noches se tratase, o al revés, en el las grandes ciudades, las geografías legendarias se abordan con la mirada de quien baja a la calle para comprar el periódico, el pan y la leche mientras saluda a los vecinos de escalera y al barrendero del barrio.

Suelen ser libros escritos por autores que no tienen en su haber contrastadas o supuestas obras maestras, escritores que por lo general no aguantarán el envite sardónico de las generaciones venideras, letraheridos cuyo destino es la vieja memoria de un viejo lector, los rincones apartados de las bibliotecas menos frecuentadas, la nota a pie de página de enciclopedias o diccionarios extensos y generosos.

Alberto Manguel: Diario de lecturas (Alianza Editorial, 2007)

Alberto Manguel: Diario de lecturas (Alianza Editorial, 2007)

Los escritores a los que les debo estos libros deliciosos por lo general tienen algo de elegantes, es como si escribiesen con sombrero y corbata. No frecuentan el trato profesional con la escritura, su nivel de vida se sustenta en actividades varias, en herencias o en necesidades minúsculas y comprensivas. Escriben con plumas elegantes en cafés o bancos situados en plazas famosas de geografías famosas. Coleccionan objetos encontrados o adquiridos en lugares con sobrecarga de palabras y hechos. Son cosmopolitas aunque no salgan jamás de su calle provinciana, aunque con alguna frecuencia viajan con soltura de París a Nueva York, de Buenos Aires a Londres, de Madrid a Venecia, de Varsovia a Lisboa... En fin, para mí constituyen una selecta familia con la que me gusta pensar estoy emparentado y presento elementos comunes, aunque luego, cuando me pongo a señalarlos, no los encuentro.

A esta familia adquirida y coleccionada a lo largo de los años le acabo de presentar un nuevo miembro, descubierto esta misma semana. El escritor es Alberto Manguel, y su sabrosa carta de presentación es un libro titulado Diario de lecturas (Alianza Editorial, Madrid, 2007). Mi nuevo amigo es canadiense, aunque nació en esa ciudad que tengo que respirar antes de dejar este mundo, Buenos Aires. Su foto anuncia un sibarita sesentón bien cuidado y a salvo de indigencias y malversaciones. Ha vivido en Inglaterra, Italia, Tahití, Canadá, y ahora, según parece, lo hace en una casa con jardín, piscina e inmensa biblioteca situada en una abarcable localidad francesa. El señor Manguel escribe, y ha publicado, ensayos, novelas, antologías...; ha cuidado y editado obras de otros, ha escrito crítica literaria y ha traducido.

El libro que me ha descubierto a este familiar lejano canadiense argentino es, ya lo he dicho, Diario de lectura, y es, entre otras muchas cosas que de él pueden decirse, una belleza digna de bibliófilo exigente. En él, Alberto Manguel, decidido a releer una docena de grandes libros que marcaron su existencia desde la adolescencia, nos cuenta cómo es esa relectura, cómo le hablan los libros repasados de la actualidad presente, de su propias vida, de la existencia y sus misterios o claridades, de cómo le ayudan a comprenderla o a situarla. Y tal narración la construye mediante anotaciones, comentarios, observaciones..., que van surgiendo al hilo de volver a leer páginas y páginas de unos tomos ya frecuentados salidos de la mente de seres de excepción, por unos u otros motivos (Kipling, Goethe, Chateaubriand, Cervantes...).

En fin, que la familia crece, y espero que lo siga haciendo en los tiempos venideros con sorpresa, paciencia y entusiasmo, como se descubren los verdaderos tesoros. Sólo siento no haber retrasado el descubrimiento de este libro unas cuantas semanas más, para hacerlo coincidir con el viaje que nos llevará a Ella y a mí a la Toscana el venidero marzo. Ahora buscaré una nueva lectura, un nuevo familiar para que me acompañe en dicho viaje.


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Thursday,31 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El siglo de Coco Chanel, un lujo de Herce Editores]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,633 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Ya cuando la conocí, Ella estaba dedicada profesionalmente al mundo de la moda y los complementos más o menos lujosos. Me falto tiempo entonces para hacerme con y leer un libro que me dio bastante más de lo que me prometía. Me refiero al libro que el exquisito, cosmopolita y decadente Paul Morand le dedicó a Coco Chanel. Aquella lectura me sirvió para quitarme unas cuantas telarañas mentales y descargarme de unas cuantas toneladas de prejuicios que yo, como buen ex progre, acumulaba en mis neuronas y en mis arterias. El personaje de Coco Chanel me fascinó desde que lo vislumbré entre las páginas de Morand, y cuando la editorial Circe publicó la biografía de la creadora escrita por Axel Madsen no dudé en comprar y leer. El libro de Madsen es una espléndida aproximación a la leyenda de la moda por excelencia, y por sus páginas desfilan multitud de personajes llenos de interés, tanto del ambiente del arte como de las finanzas y la política mundiales de todo el siglo XX. El acercamiento de Madsen nos lleva desde la Chanel que vivió prácticamente toda su infancia en un hospicio, hasta la Chanel que murió en soledad en una lujosa habitación del hotel Ritz, en la parisina Plaza Vendôme, siendo una referencia inexcusable del universo de la moda del pasado siglo.

Muy reciente es la aparición en nuestras librerías de un tomo llamado a ser casi la Biblia sobre la diseñadora (o modista), su mundo y su contexto. Se trata de El siglo de Chanel de Edmonde Charles-Roux, y editado con lujo y a precio no muy asequible (50 eurazos del ala) por Herce Editores. El volumen es un rendido homenaje a la mujer cuyo sólo nombre revela en nuestro días distinción, elegancia y lujo, pero que además, contribuyó decisivamente, al margen de frivolidades gustosas, a la modernización y liberalización mental y “física” de la mujer a través de sus modelos, pensados para iluminar la movilidad de la mujer liberada y liberadora.

A lo largo de casi 400 páginas y más de 600 imágenes, Charles-Roux perfila no sólo el mundo más directamente relacionado con Chanel, sino todo el contexto cultural, social y político de la época en la que reinó y vivió la mítica diseñadora. Se trata de un libro caro pero que se me antoja quizá imprescindible para quienes quieran estudiar y analizar los iconos plásticos cotidianos del siglo XX. Un volumen que, por ejemplo, todo director de cine o escena debería tener a mano por si las moscas.

Edmonde Charles-Roux: El siglo de Chanel (Herce Editores, 2007)

Edmonde Charles-Roux: El siglo de Chanel (Herce Editores, 2007)

Estudiando y releyendo estos días los libros señalados, también me he topado con un testimonio que me ha hecho mucha gracia y que he subrayado por lo preciso de los juicios que en él se hacen y porque está publicado en pleno nacimiento del mito Chanel. Me refiero a las páginas que el incalificable e interesantísimo Maurice Sachs le dedica en su impagable diario el 28 de junio de 1928. Paso a transcribir:

“...Esta profunda frivolidad es motivo de que se diga que las verdaderas estrellas del París de la posguerra se llaman Chanel, Cocteau, Antoine, Picasso, Moisés y André Breton.

Mlle Chanel venía de la nada, de una granja, del campo. Las mujeres son como las anguilas, remontan la corriente sin que se les vea. De pronto se encontró instalada en un pisito de la calle Chambón confeccionando vestidos prácticos, es decir, de punto. A los volantes de antes de la guerra sucedieron, a la fuerza, los vestidos sencillos. El genio de Chanel consistió en crear elegancia a partir de aquello que sólo se aceptaba como privación. Inventó lo barato caro, la miseria rica, la pobreza con encanto. Significó en el mundo de la moda una revolución considerable y lo fue incluso en las costumbres, pues lo práctico les ha quitado a las mujeres ese misterio que tanto necesita la seducción para ejercerse como es debido.

Con ello Chanel puso de moda el pelo corto y la bisutería. El pelo corto hizo que las mujeres lucieran nucas de muchacho, que sólo les sientan bien a los muchachos, y la bisutería encantó a una época que en todo prefiere la cantidad a la calidad.

Las modas que le debemos saltaron por encima de todos los océanos; no es exagerado decir que el universo entero las sufrió encantado, y no sé qué otra mujer podría pretender haber tenido tanta influencia como ella. Chanel es para un público ilimitado que se renueva sin cesar, es una especie de extraña diosa con tijeras y alfileres, cuyos siete pares de ojos pueden mirar por todos los lados a la vez y sus siete manos cortar cien modelos divinos cada temporada.

Dentro de veinte años, cuando la moda haya dado una nueva modista a las mujeres, se pensará que Chanel no era más que una costurera de gran talento como los cinco o seis seres superiores en su oficio que domesticaron a todas las mujeres, como una Lanvin, una Vionnet... Pero, a decir verdad, habrá sido seguramente algo más, porque es más ambiciosa: habrá buscado también una gloria de superior calidad”.

Impresionante la sagacidad y la inteligencia del señor Sachs ya en 1928. Si resucitara y viera el nuevo libro de Herce Editores a buen seguro no le extrañaría nada tanta magnificencia y tanto mito recortado con tijeras y clavado en el cielo con alfileres de lujo, ambición y talento.


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Wednesday,30 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El buque fantasma del errante Calixto Bieito]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,632 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Según cuenta la leyenda fue durante un accidentado viaje en barco desde Riga a Londres, en el que barco deambuló durante días en medio de un temporal frente a las costas noruegas, cuando Wagner oyó por vez primera la leyenda del Buque Fantasma o El Holandés Errante y decidió escribir una obra sobre tan fantasmal asunto. Tiempo después, personajes como el que reinó en Inglaterra con el nombre de Jorge V, o el almirante Karl Donitz, jefe supremo de la armada nazi y efímero sustituto de Hitler en Alemania, aseguraron haber visto la nave espectral navegando sin velas y en silencio en mitad de mares tenebrosos y oscuros.

Ahora ha sido el director de escena español Calixto Bieito el encargado de hacer surcar nuevamente las procelosas aguas escénicas al buque wagneriano, y además lo ha hecho en “casa” del genio, es decir, en Alemania, y más concretamente en el teatro de ópera de Stuttgart. Calixto Bieito, fiel sobre todo a sí mismo y a su empeño de remozar y poner al día las puestas en escena de célebres óperas decimonónicas, ha convertido con su talentosa varita mágica de hada o bruja madrina, ¡vaya usted a saber!, en inmensa lancha zodiac roja al buque del holandés fantasma, en ejecutivos estresados por los negocios a los marineros errantes, en señoras esposas que esperan les llenen los frigoríficos con productos del super a las ululantes hilanderas, y en tiburón de las finanzas hastiado de su fatigoso trabajo al mismísimo Holandés Errante. Para redondear la “faena” Bieito ha aligerado la cosa, y las tres horas que más o menos ocupan las palabras del libreto original y la música en la que flotan se han convertido en una única secuencia de aproximadamente dos horas.

El público abarrotaba el teatro bastante caldeado (el público, no el teatro) por las corrientes ortodoxas que inundaban desde semanas antes internet. Los puristas, que haberlos haylos, ya vaticinaban el sacrilegio, y se hacía cruces en defensa y crédito del barco fantasma de toda la vida, es decir, el que anuncia la muerte por todos los mares del mundo dejándose ver como funesto y terrible augurio, y con un capitán al timón con pasaporte holandés y naturaleza y destino errante.

Calixto Bieito

Calixto Bieito

El resultado fue sencillamente el previsible, o dicho de otra manera, hubo de todo. En las primeras filas alguien gritó con furia al español que saludaba capeando el chaparrón: “Una mierda de arreglos, una mierda de versión”. Otros se preguntaban con los ojos en blanco y las vestiduras rasgadas cómo podía consentirse el sacrilegio, cómo le podían hacer eso al holandés, al barco y a Wagner.

Pero había más público, mucho más público, y buena parte de él ovacionó convencido la versión bieitista y el arte de los cantantes-actores. Muchos opinaban que Bieito respeta en lo básico la obra de los creadores (Wagner, Verdi, Puccini, Janácek...), pero que la hace más inteligible, brillante y atractiva para el público contemporáneo haciendo uso de los recursos teatrales modernos, de nuevas técnicas, de contextos narrativos y puestas en escena contemporáneas en las que encaja la historia y la música de la ópera.

Ya lo hemos contado más de una vez en estas páginas. Se podrá estar de acuerdo o no con talentos como Bieito, pero lo que a estas alturas de la partitura está claro es que la ópera les debe y les deberá en el inmediato futuro mucho a tipos como él, a sus planteamientos un tanto provocadores, un tanto “jaimitos”, un tanto destinados a epatar mentes y espíritus convencionales..., pero también a quemar en la escena operística estratos y estratos de caspa, ñoñez y artificios idiotas, a desterrar para siempre las pelucas absurdas, los disfraces carnavalescos, el atrezzo de cartón piedra, la impostura esteticista y maloliente, las versiones enlatadas por la rocambolesca tradición, etc...

Bieito y compañía traen aire fresco y renovador a la ópera del siglo XXI, quizá a veces con cierto aroma a extravagancia u ocurrencia gratuita, pero aire fresco al final y al cabo. Y además traen consigo público nuevo, portadas y páginas de diarios, escritos en internet, protestas, insultos, desmayos, desnudos, gritos, bastonazos, taquillas sin entradas, expectación, escándalo..., es decir, pasión, sangre corriendo roja y veloz por las venas, en definitiva, ópera en estado puro y maduro. Pues preparémonos, porque Bieito ya amenaza con meterse otra vez con Wagner, y esta vez con su santificadísimo Parsifal. Pongámonos los cinturones de seguridad, y a disfrutar se ha dicho.


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Tuesday,29 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Amedeo Modigliani en el Museo Thyssen]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,631 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Está previsto que sea uno de los acontecimientos culturales de la temporada en nuestro país. Me refiero a la exposición que tendrá lugar en el madrileño Museo Thyssen a partir del próximo día 5 de febrero, y que tendrá como principal protagonista a uno de los grandes artistas de vida más bohemia y casi maldita del pasado siglo, el italiano Amedeo Modigliani (Livorno, 1884-París, 1920).

Concretamente podrá verse en el Thyssen parte significativa de la obra, pinturas y esculturas, que el italiano creó a partir del año 1906, es decir, el año de su llegada a la que entonces era la capital mundial del arte, París. Los trabajos de Modigliani se mostrarán “enfrentados” a los de otros creadores relacionados con él, bien como maestros, bien como compañeros de aventura artística o amigos. Así, obras de Chagall, Picasso, Brancusi, Cézanne…, estarán en diálogo y relación con las personalísimas, alargadas y estilizadas figuras del italiano.

Modigliani: Desnudo (1917)

Amedeo Modigliani: Desnudo (1917)

Fueron precisamente las figuras femeninas desnudas, estilizadas, de bocas diminutas y de piñón, los ojos de rasgos casi orientales, los hombros poco menos que inexistentes y las redondeces de una sensualidad elegante y algo pérfida y tenuemente lasciva, las pinturas que más problemas le causaron con la censura imperante entonces en el París de la gran eclosión burguesa, pero también fueron las que hoy en día constituyen la seña de identidad de su forma de pintar, los retratos que cualquier aficionado reconoce de un simple vistazo, las figuras que se reproducen por doquier en objetos de consumo cotidiano, los trazos y colores que se llevan imitándose todo un siglo, con todos sus días y sus horas.

Menos conocidas del gran público, pero quizá más influyentes en el mundo de la plástica creativa de la primera mitad del siglo XX fueron sus esculturas de radical influencia africana, creaciones cuya sombra se alarga contagiando el pulso escultórico europeo de las últimas seis o siete décadas.

Amedeo Modigliani

Amedeo Modigliani

Pero además de artista de primer nivel y aura mítica, Modigliani fue un prototipo y símbolo de la bohemia parisina anterior de la Primera Guerra Mundial, quizá la “bohemia” por excelencia. Hombre de escasa estatura pero una belleza moderna y llamativa, Modigliani vestía casi de manera permanente con trajes de terciopelo y un “escandaloso” fular de color rojo. Pasó todas las estrecheces imaginables, desde el hambre a la enfermedad, pasando además por el alcoholismo o la dependencia del hachís. Todo en su existencia, incluyendo experiencias con un número cuantioso de amantes, contribuyó a que Modigliani fuera visto, incluso dentro del propio ambiente artístico de la ciudad, como el símbolo viviente de la marginalidad, del creador situado al margen de los movimientos y los grupos.

Escultura de Amedeo Modigliani

Escultura de Amedeo Modigliani

Con poco más de 35 años Modigliani murió atendido en un hospital para indigentes, y el que había sido el verdadero amor de su vida, Jeanne Hebuterne, con la que tuvo una hija y a la que retrató en decenas de ocasiones jamás desnuda, se mató arrojándose por una ventana cuando estaba embarazada del artista. Elementos todos estos de un melodrama digno de ser llevado al cine por maestros como Vicente Minnelli o Douglas Sirk, y que sin duda contribuyen a subrayar la condición legendaria, mítica, de un artista cuya obra y cuya vida llevan casi un siglo ejerciendo una potentísima atracción magnética sobre los aficionados al arte de todos los rincones del globo.

Pues bien, en breve, en Madrid, tendremos la oportunidad de “enfrentarnos” con sus trabajos cara a cara, y hacerlo, además, en comunicación abierta y directa con los de otros contemporáneos suyos. Una experiencia con ropajes lujosos y que sería una estupidez dejar pasar por delante sin intentar aprovecharla.


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Monday,28 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Ataulfo Argenta, medio siglo después de su muerte]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,630 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Se cumplen estos días los cincuenta años de la muerte del que para buena parte de la crítica especializada ha sido el más importante director de orquesta español habido hasta la fecha. Me refiero, como algunos habrán adivinado ya, al cántabro Ataulfo Argenta (Castro Urdiales, 1913-Madrid, 1958).

Argenta logró desarrollar, hay que admitirlo, una carrera con apuntes brillantes en los apenas 44 años que vivió, estando situado entre los jóvenes directores que despuntaban en su época, en esencia, la década de 1950. Es decir, Argenta era miembro de la que, muy probablemente, haya sido la última gran hornada de grandes directores de orquesta del siglo XX: Carlo Maria Giulini (1914-2005), Herbert von Karajan (1908-1989), Josef Krips (1902-1974), Solti (1912-1997), Rafael Kubelik (1914-1996); Celibidache (1912-1996), Igor Markevitch (1912-1983), Antal Dorati (1906-1988), Jean Martinon (1910-1976), Leonard Bernstein (1918-1990)..., un grupo ciertamente impresionante y en el que competía no sin fortuna el músico español.

Argenta se formó en España como pianista, pero cuando marchó a Alemania para proseguir sus estudios el gran director y pedagogo Carl Schuricht le aconsejó que se dedicase a la dirección orquestal, viendo en él grandes talentos y la posibilidad de desarrollar con acierto algo bastante infrecuente: el temperamento y la pasión latinas con la comprensión y el análisis germanos o centroeuropeos. Esta mezcla de elementos es la que hizo que Argenta despuntara como una indudable promesa de la dirección orquestal europea y le llevase a trabajar a lo largo de la década de los 50 por buena parte del viejo continente, incluyendo Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Austria, Bélgica, Suiza..., y dirigiera en esos países importantes orquestas y actuase en festivales como los de Lucerna, Estrasburgo, Burdeos o Besançon.

En apenas una década de actividad como director de orquesta, Ataulfo Argenta, además de hacerse con el mando de la Orquesta Nacional de España (una orquesta de segundo o tercer nivel en la época, pero sin duda la más importante del país), logró dirigir conjuntos de primerísimo nivel como la Sinfónica de Londres o la Filarmónica de Viena, y otros de primer rango como la Nacional de Francia, la Orquesta de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio de París, la Sinfónica de Viena, la Orquesta de la Ópera de Montecarlo, la Orquesta Santa Cecilia de Roma, la del Maggio Musicale Fiorentino, la Nacional Escocesa, la Orquesta de la Suisse Romande, la Tonhalle de Zurich, o las orquestas de la radio de Berlín, Munich, Sttutgart, Francfort...

Todos estos trabajos, y la audición de algunos de sus discos (una extraordinaria Novena de Schubert, una incandescente Sinfonía Fausto de Lizst, por ejemplo), dan sobradas muestras del interesante director de raza que fue en su juventud Argenta. Su forma de dirigir era briosa, apasionada, llena de vitalidad, pero a la vez lograba alcanzar notables refinamientos orquestales. Quizá el director de su generación a quien más se me parece por su manera de afrontar la música sea el checo Rafael Kubelik.

Ataulfo Argenta

Ataulfo Argenta

A ese apasionamiento y brío habría que sumarle un físico muy especial. Era Argenta un hombre bastante alto y muy delgado, con un rostro lleno de peculiaridades, con unos ojos un tanto saltones pero muy expresivos, unas cejas negras y pobladas, unos dientes grandes, una cabellera larga, negra y peinada siempre hacia atrás. El conjunto hacía de él un hombre atractivo, con algo de estrella de cine de la época, pero un tanto desgarbado, desmadejado, y en cierto modo frágil. Argenta al parecer tenía éxito con las mujeres, y sus presencias en el podium orquestal apuntaban, además de a música de calidad, también a algo con algo de morbo y atracción. En otras palabras, tenía muchos elementos, musicales y extramusicales, que lo señalaban como una posible estrella en su oficio, alguien llamado en principio a hacer grandes cosas, un señalado por la fortuna o los dioses, vayan ustedes a saber.

Lo que ocurre es que murió con sólo 44 años, murió apuntando maneras y dejando destellos en su discografía de lo que tal vez pudo llegar a ser. Pero la realidad es la realidad, sus discos y su carrera, truncados. Por eso dan bastantes ganas de mirar hacia otro lado cuando uno lee estos días en la prensa declaraciones cargadas de gradilocuencia y sustentadas en nada o en muy poco. “Argenta hubiera sido más grande que Karajan”, asegura el hijo del castreño, el popular Fernando Argenta. También se lee en otros lugares que hubiera sido el más grande de su generación y demás frases que cuesta muy poco lanzar al aire y que, sin embargo, no se sostienen de ninguna manera.

Argenta es un mito español que tuvo la desgracia de morir jovencísimo. Su arte, su labor, sus posibilidades quedaron en el tintero recién abierto de su talento, no se expresaron en modo alguno como para poder establecer comparaciones con directores cuya carrera llegó hasta la ancianidad, y que, por tanto, crecieron en sabiduría y experiencia, en recursos, en capacidades, en actuaciones, en discografía... Lo cierto es que establecer hoy en día comparaciones entre las carreras de Argenta y las de Karajan, Solti, Giulini o Bernstein, sólo puedo llevar al sonrojo y la vergüenza ajena a lo informados, y al despiste y la confusión completa a los desinformados.

Pero algo semejante habría que decirles a los detractores de nuestro director, que son bastantes. Estos todo lo cifran en que Argenta fue poco más o menos un montaje del franquismo, un director con carisma que fue aupado y auspiciado por las autoridades culturales franquistas con la intención de poder presentar un artista español de cierto calado y alguna proyección en las plazas europeas, antifranquistas y judeomasónicas. El asunto me recuerda a esa estupidez de que el Real Madrid ganó seis copas de Europa porque era el equipo de Franco, es decir, que Franco le hacía ganar en Alemania, Francia, Italia... Según esta teoría Argenta era un director más bien mediocre, pero que gracias al franquismo pudo dirigir a la Sinfónica de Londres, a la Filarmónica de Viena, a la Nacional de Francia, y entablar contacto y relación con monstruos del oficio como el mítico Furtwängler. ¡Qué idioteces!

Por qué no dejarlo en lo que apuntan los datos que manejamos. Argenta fue un director de orquesta muy dotado para su oficio, lo que demostró a lo largo de su corta pero brillante carrera, a la que puso fin una muerte muy prematura. Argenta fue lo que fue, ni más ni menos. Ríndasele el merecido homenaje y el recuerdo en este su aniversario de muerte, pero ni inflemos el globo con gases que pueden llegar a ser tóxicos ni lo pinchemos con afilados alfileres de maledicencia. Escuchemos su legado, y lamentemos siempre su muerte.   


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Friday,25 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Las genealogías de Margo Glantz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,629 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Parece una evidencia que la memoria se ha puesto de moda en la literatura contemporánea. Escribir sobre nosotros mismos de forma novelada, o sobre nuestra familia, nuestros recuerdos, nuestro ambiente, nuestra ciudad..., es un recurso básico en la literatura actual, es como si inventar una ficción fuera absurdo pudiendo hacer ficción directa de nuestra más inmediata y conocida realidad.

Ejemplos de lo dicho pudiera poner decenas que se me vienen ahora a la mente sin esfuerzo. Uno de ellos es el libro más reciente que he leído: Las genealogías (Pre-Textos, 2006) de la mejicana Margo Glantz (Ciudad de Méjico, 1930). Glantz es, además de profesora emérita de la UNAM, autora de un buen puñado de novelas y ensayos, entre los que hay que mencionar Síndrome de naufragios (Premio Villaurrutia), El rastro (finalista del Premio Herralde y del Sor Juana Inés de la Cruz)... 

Margo Glantz: Las genealogías (Pre-Textos, 2006) 

Margo Glantz: Las genealogías (Pre-Textos, 2006)

Pero ciñéndonos al título reseñado, Las genealogías (Premio Magda Donato), escrito en 1981, es una autobiografía familiar en la que la autora narra los primeros pasos de su familia de origen judío en el país norteamericano. Así, Margo Glantz hace una especie de labor detectivesca a la caza y captura de los orígenes centroeuropeos de los Glanz (situados en el extinto imperio Austrohúngaro), continuando por los motivos y razones del exilio hacia el Nuevo Continente, el asentamiento y desarrollo en la nueva tierra. Todo narrado con los ojos de una niña que desde el asombro construye el testimonio de una aventura familiar en la que ella acaba desempeñando un papel protagonista.

Las genealogías se convierte, así, en un excelente título que sumar a la nueva y preponderante literatura construida con y desde la memoria, un rasgo plenamente caracterizador de nuestra época.


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Wednesday,23 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El papel de la Fundación Gerardo Diego en la poesía actual]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,628 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

  Hagamos un poco de historia, y vayámonos atrás en el tiempo, hasta la posguerra española posterior a la última guerra civil. No voy a detenerme en las posibles razones que la historiografía ha apuntado sobre los orígenes de la cuestión, pero el hecho es que tras la guerra, y durante un periodo de tiempo que podríamos establecer en torno a los 15 años aproximadamente, en la ciudad de Santander convivieron, trabajaron y crearon un significativo número de poetas, escritores, críticos, pintores, y artistas en general.

Estos creadores eran de edades distintas, también eran dispares sus formaciones, sus clases sociales, sus talentos, sus orígenes, sus ambiciones. Pero insisto, todos, en la medida de sus posibilidades, contribuyeron a la ebullición intelectual de aquella época, haciendo de Santander otro “núcleo ardido”, en palabras del poeta Vicente Aleixandre, dentro del convulso y destrozado panorama creador español.

Editaron revistas y colecciones de libros, dieron recitales y conferencias, escribieron en los periódicos, pintaron y expusieron, crearon galerías de arte, mantuvieron tertulias, propiciaron congresos y debates… José Hierro, Pancho Cossío, Ángel de la Hoz, Ricardo Gullón, José Luis Hidalgo, Arroita-Jáuregui, García Cantalapiedra, Carlos Salomón, Antonio Quirós, Rodríguez Alcalde, Jesús Otero, Beltrán de Heredia, Julio Maruri, Manuel Arce, Alejandro Gago…, son sólo algunos de los nombres ineludibles de aquellos tiempos.

Los jóvenes poetas que emergían en aquel Santander devastado, destruido física y espiritualmente por la guerra y por el incendio del año 1941, encontraron en Gerardo Diego un maestro, un referente ineludible poético e intelectual, y también una sombra protectora. Fue Gerardo Diego el poeta-maestro que leyó los primeros versos de Hierro, Hidalgo, Salomón, o Maruri…, fue en la muy diversa poesía de Gerardo y en sus antologías de la poesía del momento donde estos jóvenes encontraron sendas de aprendizaje poético, y fue Gerardo quien en la sombra posibilitó sin duda, en gran medida, los primeros éxitos de estos poetas, o ¿acaso debemos dejar abandonado a la casualidad el hecho de que los santanderinos Hierro, Hidalgo, Salomón, Rodríguez Alcalde, Arce…, publicasen todos en el colección Adonais, en la que el santanderino Gerardo tenía tanto peso?

Sin embargo, aquella efervescencia terminó. Tampoco vamos aquí a plantear las razones del final, pero lo cierto es que sí se desaceleró el movimiento de forma radical. En torno a 1955 Hidalgo y Salomón ya habían muerto, muy jóvenes ambos; Ricardo Gullón también marchó a otras latitudes; José Hierro se afincó definitivamente en Madrid; Pablo Beltrán de Heredia desapareció de la ciudad; Julio Maruri ingresó en el Carmelo y marchó a Francia; y tanto Gómez Cantolla como Reguera Sevilla fueron destinados profesionalmente fuera de Santander.

Gerardo Diego

Gerardo Diego

Y tras la eclosión y el ruido, el silencio, o casi. Más de tres décadas en las que nada parecido volvió a suceder: de mediados los años cincuenta a mediados los años ochenta. Hubo sí algunas revistas importantes que nacieron y murieron en el largo periodo; alguna colección de libros que prosiguió contra viento y marea su camino; alguna galería de arte, Sur de Manuel Arce, que creció y se desarrolló convirtiéndose en un foco inexcusable de modernidad en el pacato y antiguo Santander de la época; y hubo también más poetas, más pintores, más escritores, más creadores, talentos algunos estimables que mostraron expectativas de evolución y crecimiento, pero que generalmente acabaron ahogados o cerrados sin duda por un contexto, por un entorno muy poco propicio para el trabajo creativo.

Mediada la década de los años 80 del siglo pasado, ya lo he dicho, algo empezó a cambiar, a moverse, consolidando iniciativas muy meritorias nacidas diez años antes, no lo olvidemos nunca. Pero fue ya de forma evidente a comienzos y mediados los años 90, es decir, hace aproximadamente ahora un poco más de una década, cuando de nuevo la efervescencia en el campo de la escritura poética volvió a echar sólidas raíces en la ciudad y en la región.

A lo largo de las últimas dos décadas, por establecer un intervalo temporal concreto, han emergido dos, tres nuevas generaciones de poetas y escritores que se han relacionado entre sí y lo han hecho también con las generaciones precedentes; han aparecido varias revistas nuevas ya hoy consolidadas y con una cierta repercusión nacional; nuevas y variopintas colecciones de libros; se han publicado ensayos, traducciones y estudios; se han ofrecido decenas de conferencias y lecturas; se han hecho exposiciones, se han creado un número significativo de premios literarios; se han editado un notable número de antologías muy diversas, se ha debatido, polemizado, criticado…, y sobre todo se han lanzado a la calle libros de calidad que se han visto acogidos por editoriales de prestigio dentro del panorama nacional. Es decir, la creación poética y literaria ha experimentando, en este contexto geográfico y social en el que nos desenvolvemos, una revitalización que hace algunos años hubiera sido francamente impensable.
 
Esta revitalización ahora mencionada, en su conjunto, creo que ha echado de menos la presencia sólida y constante de un maestro o unos maestros que jugasen el papel que en su día jugó Gerardo con los paisanos poetas emergentes. Un maestro que orientase, comentase y ayudase a crecer con su influencia a los más jóvenes. Pero insisto, no ha sido así y mi generación, por ejemplo, la de los que ya hemos pasado la cuarentena, en cierto modo ha evolucionado huérfana.

Por el contrario, sí creo que algunas instituciones han sido conscientes del fenómeno, al menos si nos referimos a los últimos años, y han favorecido de maneras diversas y en mayor o menor medida la vida y creación poética en la ciudad y la región. Pero sin duda la institución más consciente y atenta a lo que está sucediendo en el ámbito poético regional, también sin duda la más obligada por razones obvias a hacerlo, es la Fundación Gerardo Diego, quien ha recogido desde su refundación en el año 1999, bajo la dirección de la poeta Pureza Canelo y la atenta mirada de Elena Diego, el testigo del gran poeta.

Es muy probable que dentro de algún tiempo, y sería deseable, pueda hablarse de un antes y un después de la presencia de la Fundación Gerardo Diego en el impulso, desarrollo y protección de la creación poética en Cantabria y en España. El camino, desde luego, es ese. Para demostrarlo sólo hay que remitirse a las pruebas que van quedando, a las semillas de la siembra: edición y apoyo de antologías de poetas, apoyo a la edición de libros de poetas cántabros en colecciones de proyección nacional, organización de recitales y presentaciones de libros, reuniones de trabajo con los poetas, encuentros con autores de otras geografías, apoyo a la edición de revistas…, y organización de Jornadas de estudio de alto nivel en las que la Fundación ha confiado en el trabajo, el esfuerzo y la escritura de los poetas de Cantabria..., estos son algunos de los mejores cimientos del edificio en construcción del antes y después de la presencia y el trabajo de la Fundación Gerardo Diego en la vida poética de España y Cantabria, en el trabajo de los poetas que viven y trabajan hoy entre todos nosotros.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,22 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Chan ta, chan ta…, la verdadera letra del himno de España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,627 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

“España es diferente” fue una frase que hizo mucha fortuna hace unas décadas y que demostró cómo el “marketing” era realidad en nuestro país antes de que ni siquiera se utilizara en nuestra sociedad la palabreja.

Que España es diferente se utilizó para captar un turismo europeo que quería viajar para experimentar realidades distintas a la suya: paisajes del caos entretenido y la francachela institucionalizada, playas casi salvajes y limpias, folclore y comidas diversos, monumentos grandiosos y descuidados…, y todo barato, muy barato. Era un turismo al que se le atraía por lo “distinto” y por la conjunción de las tres grandes bes, Bueno, Bonito y Barato, otro ejemplo sencillo y contundente de un marketing efectivo y efectista de raigambre garbancera e hispana.

Pasaron los años, las décadas, y eso de la diferencia perdió fuelle y gracia. Con la llegada de la tardía y rotunda modernidad a nuestras costas lo que realmente se convirtió en atractivo era ser igual, igual al contexto desarrollado, capitalista, liberal y moderno que nos circundaba por los aires del norte.

España, según indican las estadísticas y algunos contenidos servidos en cuadros y gráficas, lo ha logrado, lo ha conseguido, en gran medida ha dejado de ser diferente y se ha homologado, estandarizado, homogeneizado de verdad…, de acuerdo con los parámetros básicos de nuestros vecinos más ricos y saludables. ¿Pero realmente hemos perdido por completo las características que nos hacían antes tan diferentes, tan distintos?

Sinceramente creo que no, y la vida cotidiana nos ofrece cataratas de escenas, de anécdotas, de asuntos empeñados en demostrar con generosidad que seguimos siendo un país, una sociedad curiosas y, ante todo, distinta.

Para demostrar estas aseveraciones me viene ahora a la memoria el último acontecimiento que, si lo leyéramos referido a otro país o sociedad, sencillamente no creeríamos, o pensaríamos que estábamos ante ridiculeces de un país de ficción y puro chiste.

Me refiero a la cuestión de la letra de nuestro himno, en principio un asunto serio y trascendente que, quizá por razón de nuestra forma de ser, tan española para bien y para mal, se ha convertido en argumento increíble y casi forzado para una tira de, por ejemplo, “Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio”, o “13 rúe del percebe”.

Imaginemos por un momento que cualquier país de los que tenemos por serios en el mundo no tuviera, por razones x, letra oficial y oficializada para el himno de su país. Una letra que todos los ciudadanos del país deberían saber y conocer desde la escuela, una letra que los deportistas deberían cantar arrobados cara al cielo y con la mano sentimentalmente en el pecho mientras ven subir su bandera a comunicarse entre las nubes y las radiantes estrellas (bonito me ha quedado, ¿eh?).

Las autoridades deportivas del país aludido, envidiosas de que sus deportistas no tengan letra que echarse a la boca en las grandes y pequeñas gestas, encargan en concurso público una letra cantable y adecuada, una letras que, una vez decidida y aprobada, formaría parte de la educación sentimental de todos los ciudadanos.

Se dan plazos y consignas, y pasado el tiempo establecido, un grupo de expertos sabios y competentes se deciden por una letra de entre todas –muchas- las recibidas. La letra escogida se presenta en sociedad, se publica por los medios de comunicación todos, se transmite por las ondas radiofónicas, suma minutos televisivos, se fotocopia, se funde y se difunde. A unos gusta, a otros casi ofende, a unos les parece muy bien, a otros muy mal. Las autoridades aseguran que es una letra que goza de consenso, que es muy adecuada, que es rica y expresiva, y que un famoso tenor del país (Plácido Domingo) la cantará y grabará para alegría y ejemplo de todos. Se da incluso fecha de grabación y difusión del himno cantado por la estrella operística. Las autoridades dicen que todo está cerrado y decidido. Los deportistas del país se aprenden la letra, e incluso la ensayan en karaokes improvisados o institucionalizados.

Pero de repente, de un día para otro, de una noche a otra, las mismas autoridades que tan decididas se mostraban aseguran impertérritas que la letra se defenestra, que no es buena, que no sirve, que no funciona, que no tiene el necesario consenso. El tenor no la va a cantar, los deportistas no la van a aprender, el autor no la va a ver bautizada… Vamos, que donde se dijo digo ahora se dice diego, o al revés. De lo dicho nada, agua de borrajas, palabras al viento, verborrea insípida… Todo seguirá igual, como estaba, es decir, el himno se oirá sin letra, al menos de momento, y nadie cantará.

Bueno, pues esta historia y suma de despropósitos ha tenido origen y lugar en nuestra querida España en las últimas semanas. Pepe Gotera y Otilio, Mortadela y Filemón, las parodias del humorista Gila, el argumento más disparatado de Rafael Azcona…, nada alcanza la inverosimilitud de la realidad real y española.

Y dadas así las cosas todos seguiremos oyendo nuestro himno poniéndole la letra que todos hemos cantado mil y una veces, en serio y en broma, en cachondeo y con lágrimas de cocodrilo en los ojos, la celebérrima letra del autor anónimo llamado Pueblo y que ha funcionado siempre con absoluta eficacia. Ya saben cuál es la letras: “chan ta chan ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta chan ta…, etc, etc… ¡País!     


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Monday,21 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La grúa de piedra: tertulia literaria y revista en el restaurante Deluz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,625 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

La grúa de piedra es una vieja reliquia industrial, situada en pleno muelle turístico de Santander, que los santanderinos han convertido en símbolo, en metáfora. La grúa de piedra es una antigua grúa levantada sobre un gran podio de piedra cuyo destino era ayudar a cargar y descargar barcos. Hoy, en desuso desde hace décadas, sustituida en el esfuerzo por maquinaria más joven y vigorosa, la grúa de piedra es una casita sobre el mar al que aún le queda un brazo que parece querer pescar cuando sube la marea.

Todos los santanderinos, sin excepción alguna ni de raza o condición, ignora qué y dónde la grúa de piedra. Pero sin embargo casi todos ignoran que la grúa de piedra también es una tertulia literaria, y que de ella nació una criatura electrónica (La grúa de piedra, revista de literatura y malas artes), y es que los tiempos, como se decía en la zarzuela, adelantan una barbaridad.

Hace ya algunos meses, puede que incluso más de un año, un reducido grupo de escribidores y juntaletras decidimos reunirnos los viernes por la tarde para entablar conversación, meternos en y con la vida de los ausentes, y tratar de libros, escrituras, películas, músicas, mujeres, hombres, manjares y bebidas espiritosas. Éramos en principio cinco. A saber: el poeta, profesor, excelso cuentista breve y novelista en ciernes Miguel Ibáñez; el profesor y poeta hondo y profundo Fernando Abascal; el profesor, antólogo e incansable “activista” cultural Luis Alberto Salcines; la profesora, afilada narradora de altura y bellísima filósofa Carmela Greciet; y quien esto escribe.

Buscamos infructuosamente durante meses un lugar adecuado para departir, debatir, beber y compartir, pero los feroces grupos de ancianas alfombradas en pieles, las máquinas tragaperras multicolores, los hilos musicales con los grandes éxitos de Ray Conniff, los insufribles niños chillones e indisciplinados (¡anhelado Herodes!), y los camareros malencarados..., fueron sitiándonos con paciencia hasta casi obligarnos a mostrar bandera blanca.

Restaurante Deluzç

Biblioteca del santanderino restaurante Deluz, donde se reúne la tertulia literaria La Grúa de Piedra

Pero nunca hay que desesperar, y cuando pensábamos que todo estaba perdido, a la cabeza pensante y alma mater del grupo, el señor Ibáñez, se le ocurrió hablar con Carlos Zamora, cabeza visible del apartado y paradisíaco restaurante Deluz, quien amablemente se ofreció a acogernos en la tranquilidad acogedora de su casa, y hacia allá nos encaminamos los cinco una tarde decididos a morir matando por amor a la tertulia que íbamos a instaurar en la bonita biblioteca del restaurante. 

Han pasado los meses y allí nos seguimos reuniendo los viernes para hablar de libros y para cultivarnos mutuamente a la luz y lumbre de Deluz. Por razones profesionales Carmela se ha afincado en Asturias, y yo, por razones sentimentales y amorosas, suelo encaminarme ahora los viernes hacia Madrid, pero cuando las circunstancias me lo permiten, me dejo caer gustoso por la tertulia.

Han pasado los meses y fruto de la tertulia ha surgido una revista electrónica que acoge nuestros poemas, demás escritos y circunstancias: www.lagruadepiedra.blogspot.com. El motor de explosión de la iniciativa es el señor Ibáñez, cuyo entusiasmo y capacidad de trabajo hace tiempo que nos tiene a todos hablando solos. Hoy jueves 17 de enero La grúa de piedra ha sido reseñada en El País, más concretamente en la pág. 2 del suplemento Ciberpaís. ¿Quién nos lo iba a decir?

Pero lo mejor es hacer como si tal cosa, como si ya no fuéramos famosos y tuviésemos que firmar autógrafos a los comensales de Deluz que se agolpan en las estancias de la casa restaurante para degustar manjares y contemplar a los afamados tertulianos que reseña la prensa. No, nosotros somos muy modestos, y no le queremos dar importancia a la cosa. Simplemente seguiremos con nuestra rutina habitual, viendo crecer a nuestro alrededor la gloria y la fortuna como algo lógico y natural.

¡La grúa de piedra! Lo más probable es acabemos los cinco como el original industrial y marítimo, siendo vetustos vestigios de épocas pretéritas y finiquitadas, reliquias con opciones a engrosar las salas polvorientas de museos..., de cera. ¿Acabaremos siendo visitados por los turistas como lo es la grúa de piedra de quien tomamos el nombre? ¿Querrán retratarse junto a nosotros para mostrar en sus destinos ignotos la rara curiosidad de la que fueron testigos y testimonio?  Llevamos meses hablando casi sólo de libros y poesía..., así que cualquier cosa podrá ocurrir. Les mantendré informados.


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Friday,18 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Iris Murdoch: El príncipe negro, Dublín y los dublineses]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,624 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El pasado mes de diciembre, en los días vacacionales del puente de la Constitución, viajamos hasta Dublín, capital de Irlanda, ciudad en la que no habíamos estado nunca y que sin embargo tenía para nosotros reminiscencias bastante hondas, tanto literarias como cinematográficas.

Los que me conocen saben que, precisamente en fechas cercanas a la Navidad, mantengo con gusto y empeño, desde hace tiempo, una tradición quizá un tanto estrambótica pero que me resulta irresistible y litúrgica: veo siempre Dublineses, o Los muertos, la última y pasmosamente hermosa película que dirigió el gran John Huston, y que está inspirada en un relato de escenografía navideña escrito por James Joyce e integrado en el volumen Dublineses, traducido al español, por lo menos mi ejemplar, por el doblemente isleño (habanero y londinense) Guillermo Cabrera Infante.

Iris Murdoch

Iris Murdoch

Ya hablaremos en otro momento de lo que nos pareció Dublín y de los días que allí vivimos, pero ahora sólo quiero resaltar la poco subrayada presencia urbana de los principales héroes de la literatura irlandesa o, para ser más exactos, dublinesa. Sí, los principales nombres y hombres tienen sus estatuas correspondientes (más bien poco solemnes, lo que es de agradecer), pero con franqueza he de resaltar que esperaba mayor explotación turística de los fenómenos, un mayor y más constante trapicheo y abuso..., y sin embargo me llamó la atención el aparente poco caso que los dublineses hacen a sus “glorias literarias”, y el escaso rendimiento que, a mi juicio, les sacan. Claro que quizá tenga algo que ver que muchos de esas “glorias” alcanzaron la misma mofándose y poniendo verde a todo Dublín, por lo que no es muy de extrañar que sus compatriotas les hayan puesto, por obligación, una estatua, a la espera de que las palomas les caguen encima.

Paseando y paseando vimos homenajes y recordatorios varios a Joyce, Oscar Wilde o Yeats..., pero por mucho que me fijara no encontré ni la más mínima alusión a Iris Murdoch (Dublín, 1919-1999), sin duda, una de las más importantes escritoras dublinesas del siglo casi recién terminado. Desconozco el motivo de este aparente olvido, aunque el hecho de que la Murdoch estudiase lenguas clásicas en Oxford y filosofía en Cambridge, y que impartiese dicha asignatura desde 1948 en Oxford, ciudad en la que prácticamente vivió toda la vida, tenga bastante que ver en el asunto.

Iris Murdoch: El príncipe negro (Lumen, 2007)

Iris Murdoch: El príncipe negro (Lumen, 2007)

Iris Murdoch escribió novelas, ensayos, poesía e incluso teatro, pero es a las novelas a las que le debe la fama internacional de la que goza en la actualidad. De las veintiséis novelas que escribió destacan La campana, Bajo la red, Una derrota bastante honrosa, El castillo de arena, y El mar, el mar, probablemente el título más afamado de todos.

El año pasado, 2007, la editorial Lumen publicó con prólogo de Álvaro Pombo (un escritor bastante “murdochiano”) la novela El príncipe negro, en la que la escritora dublinesa de nacimiento y oxoniense de adopción, construye uno de los personajes masculinos más atractivos de las últimas décadas de narrativa británica, lo que no es decir poco. Se trata de Bradley Pearson, un escritor que ya ha entrado en la vejez y que experimenta un bloqueo creativo completo. Pearson, a lo largo de la novela, intentará salir del atolladero de diversas maneras, siempre en medio de complejas relaciones afectivas, y rodeado de una caterva de personajes secundarios absolutamente impagables: su hermano, su ex mujer, un joven, repugnante y exitoso escritor... El príncipe negro es una novela que contiene al menos dos características que la hacen muy, pero que muy atractiva. Primero, es una narración sobre el hecho de estar enamorado. Segundo, es un texto en el que Murdoch reflexiona sobre la literatura y el arte, sus elementos esenciales, su razón de ser.

No sé si alguno de ustedes viajará pronto a Dublín, yo es probable que repita, sobre todo ahora que nos han puesto un vuelo directo Santander-Dublín. De lo que sí estoy convencido es de que para leer El príncipe negro, o cualquier otra novela de Iris Murdoch, cualquier excusa es buena, incluso odiar Irlanda, sus pubs, su cerveza, su güisqui, sus prados, su lluvia..., y sus escritores.


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Thursday,17 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Woody Allen: un jazzman con bastante cara]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,623 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El pasado 4 de enero el cineasta, escritor y clarinetista aficionado Woody Allen y la New Orleáns Jazz Band interpretaron su habitual repertorio en la gran sala del santanderino Palacio de Festivales, la sala Argenta. Más de mil setecientas personas abarrotaron el recinto para ver y escuchar al mito neoyorkino, convertido ya en una de las figuras emblemáticas del arte del siglo XX, en uno de los mayores iconos culturales de Occidente en las últimas décadas.

Yo no pude asistir al concierto, aunque no tengo reparo alguno en confesar que me hubiera gustado mucho estar aquella noche sentado en una de las butacas de la sala Argenta. Sí, me hubiera gustado poder ver al mito, constatar la conocida insignificancia de su físico, verle cerrar los ojos y mover las piernas al ritmo de la música de su clarinete. Sí, me hubiera gustado mucho, pues, por qué no confesarlo ya de una vez, soy bastante mitómano, y Woody Allen y su cine llevan años encandilándome, diciéndome muchas cosas y divirtiéndome.

Tengo algún amigo que tuvo la enorme fortuna de estar con la estrella en los camerinos y departir con él algunos minutos. Este amigo, me cuentan, incluso atesora ya en su biblioteca un ejemplar del último libro de Allen dedicado a su persona por el célebre director de Manhattan o Annie Hall. ¡Qué envidias!, la sana y la insana.

También me cuentan que Woody Allen esa noche cenó maganos (calamares, chipirones...) en la Posada del Mar, y que salió del conocido restaurante santanderino comentando lo mucho que le había gustado el tradicional y marinero plato. Las mismas fuentes me informan de que el “todo Santander” acudió a la cita, incluso aquellos que jamás habían acudido al cine a ver una cinta del cineasta; incluso aquellos y aquellas que jamás habían recibido en sus oídos una sola nota de jazz. El poder de los medios de comunicación, del marketing, de la pólvora encendida en la que se convierten las celebridades tiene esto, y también aquello, es decir, un magnetismo completamente insospechado, grandioso..., incluso para los que hasta media hora antes poco o nada sabían de la celebridad.

Woody Allen y la New Orleáns Jazz Band en Budapest el 27 de diciembre de 2007 (vídeo colgado en YouTube por bhomoki)

Mis informantes siguen informándome, que ese es su papel en esta historia, y me aseguran (no sé ni cómo ni por qué) que el concierto de Allen y sus amigos le han costado a las públicas y culturales arcas de la administración cántabra veinte millones de las antiguas pesetas, es decir, algo más de 120.000 euros.

La verdad es que, de ser cierta la cifra, no me parece mucho dinero. Quiero decir que bien sabemos de “estrellas” de la música internacional e incluso nacional que cobran cantidades bastante más desorbitadas que la mencionada. Vista así la cosa el “negocio” es redondo: Woody Allen en Santander, la sala Argenta abarrotada, fotos del artista con las autoridades locales y regionales, música entretenida en el escenario, aplausos de todos y para todos por doquier..., y todo por sólo 120.000 euros. Barato, barato.

El problema es cuando te detienes un momento, sólo un momento a pensar. Es el propio Woody Allen quien da la clave del asunto. Es él quien ha señalado cada vez que se le ha preguntado por la cuestión que tan sólo es un músico aficionado, un señor que toca el clarinete con cierta gracia con un grupo de músicos correctos y simpáticos que procuran divertirse haciendo música agradable, melodiosa y resultona para un público no muy exigente. Se puede decir más alto pero probablemente no más claro.

Woody Allen es un músico aficionado, y lo pregona a los cuatro vientos. Sin embargo cobra veinte millones de las antiguas pesetas porque se le escuche. No parece muy congruente el cineasta a este respecto. Pero tampoco lo es, llamemos a las cosas por su nombre, el público, y menos el europeo, que es el que se “relocha” viendo al cineasta soplar un clarinete. ¿Alguno de nosotros, alguna consejería, alguna institución, alguna concejalía..., pagaría el caché de una gran director de orquesta a un director de orquesta aficionado que fuera famoso por otra actividad? ¿Alguno, por ejemplo, pagaría la misma cantidad por escuchar al gran Juan Diego Flórez que por escuchar a un tenor aficionado y muy famoso por protagonizar un culebrón? Pues probablemente sí, y el caso de Allen es tan sólo uno más de los muchos que podríamos poner.

Lo más curioso del caso, lo que llama definitivamente a la triste reflexión, es que otro amigo, muy, pero que muy aficionado al jazz, tanto que durante décadas ha sido uno de los principales impulsores de los infrecuentes conciertos de jazzmen de altura en mi ciudad, me confesaba el otro día por teléfono, con acritud y tristeza en la voz, que jamás ninguno de los grandes músicos de jazz que él contribuyó a traer a la ciudad cobró más de dos millones por su actuación, y la mayoría no alcanzó nunca ni siquiera el millón de pesetas. ¿Nombres?, los aficionados al jazz “alucinarán”: Benny Carter, Tommy Flanagan, Hank Jones, Chet Baker..., verdaderas leyendas del mejor, del más autentico y verdadero jazz de todos los tiempos. Y el aficionado Allen, y sus amigos de la vulgar New Orleáns Jazz Band, llevándose cruda la pasta gansa. ¿Estafa? Artística y musical sí, pero una estafa consentida y fomentada por todas las partes. Allen se cura en salud y avisa, y quien avisa, según parece, no es traidor. Lo único que ocurre es que Allen y su grupo le sacan partido al río revuelto mediático e ignorante que a todos nos envuelve como buenos pescadores que son. ¿Pescadores?, o ¿pecadores? Ahí queda la pregunta.


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Wednesday,16 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La Torre de los Sueños o la Vida y la obra de un poeta: José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,622 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Desde la desaparición a finales del mes de diciembre del año 2002 del poeta José Hierro, en toda España se han ido dando a lo largo del tiempo distintos actos de homenaje y de celebración de su vida y su obra en forma de reconocimientos institucionales, ciclos de conferencias, artículos de prensa, reediciones de algunas de sus obras, lecturas poéticas, etc… Sin embargo no fue hasta diciembre del año 2004, coincidiendo con el segundo aniversario de la muerte del premio Cervantes de 1998 y el inicio de las conmemoraciones del 250 cumpleaños de la ciudad de Santander, cuando se llevó a efecto el que hasta la fecha ha sido sin duda el mayor esfuerzo de aproximación global y divulgativa a la figura y a la obra del gran poeta de Libro de las Alucinaciones y Cuaderno de Nueva York. Me estoy refiriendo a la muestra titulada José Hierro (1922-2002), La Torre de los Sueños, que tuvo lugar entre el 23 de diciembre de 2004 y el 28 de febrero de 2005 en dos santanderinos espacios expositivos, el Museo de Bellas Artes de Santander y la gran sala del Mercado del Este.

La exposición estuvo planteada desde un primer momento con la evidente vocación de, por un lado, ofrecer al público una amplísima panorámica de lo que fueron algunos de los principales hitos existenciales del poeta, y por otro lado, dar una idea lo más vasta y precisa posible de su trabajo creativo y de lo generado en torno a este por otros artistas, escritores y estudiosos. Partiendo de estas dos vocaciones principales, la exposición se estructuró en cuatro grandes bloques o apartados: el fotográfico, el audiovisual, el bibliográfico y el dedicado a la obra plástica.

En la gran sala del Mercado del Este más de cien fotografías ampliadas en blanco y negro y dispuestas siguiendo un estricto sentido cronológico, narraban al visitante la historia en imágenes del poeta y artista José Hierro desde sus primeros años de vida hasta el final de la misma. En este discurso histórico, elaborado mayoritariamente mediante imágenes del archivo personal de la familia, podía uno acercarse a los años santanderinos del poeta, a muchos de los personajes que conoció a lo largo de varias décadas, a su entorno familiar, a sus actividades creativas, a los distintos reconocimientos institucionales que recibió, a los lugares que habitó o visitó como viajero curioso…, y claro, a su llamativa y “escultórica” transformación física. Así, los 80 años de vida de José Hierro quedaban resumidos visualmente de forma muy atractiva para el gran público, ofreciendo además un pequeño acercamiento a lo que fue la vida cultural española de la segunda mitad del siglo XX.

Otra forma que tuvieron los espectadores de acercarse a la vida y a la palabra personal de José Hierro fue la proyección en las dos salas expositivas de diversas proyecciones audiovisuales en sistema dvd. Se trataba de la continua proyección en espacios habilitados al efecto de programas monográficos realizados por distintas televisiones españolas sobre la historia y el personaje del poeta José Hierro, y en los que podía verse, por ejemplo, a un Hierro setentón recorriendo lugares imprescindibles de su educación sentimental mientras narraba sus vivencias en ellos, o se le escuchaba recitar sus versos, o se le podía contemplar emborronando con colores cartulinas, o se asistía a una entrevista con él en la que hablaba de sus influencias poéticas y regalaba resumidas y atinadas lecciones de poesía española.

En una exposición sobre la obra de tan imprescindible poeta español de la segunda mitad del siglo XX, necesariamente el espacio dedicado a su bibliografía reclamaba un lugar privilegiado. Así, a lo largo y ancho de la gran sala del Mercado del Este, decenas de vitrinas y expositores mostraban el notable universo libresco construido por José Hierro y por todos los que han escrito sobre él: todas las primeras ediciones de sus libros de poemas; las traducciones a muy diferentes idiomas; tesis doctorales sobre su poesía realizadas en universidades españolas y extranjeras; estudios diversos en torno a su obra literaria; variopintas antologías de sus libros; catálogos de exposiciones con textos del poeta; libros de crítica de arte con su firma; manuscritos de todas las formas y colores; un diario redactado durante su estancia en la cárcel; números especiales de revistas dedicados a su figura y a su obra; cartas de él y de autores muy significativos de las letras en castellano destinadas a él; los volúmenes encuadernados de sus escritos con los programas radiofónicos que realizó para Radio Nacional, etc, etc… La mayor parte de estos fondos bibliográficos, como prácticamente todo lo exhibido en la muestra, pertenecen al abundante legado familiar; un legado repartido entre el Centro de Poesía José Hierro de Getafe y los fondos conservados por la viuda, Mª Ángeles Torre, y sus hijos.

Finalmente, la exposición ofrecía a los visitantes la posibilidad de conocer la más amplia muestra jamás mostrada de obra plástica salida de las manos del poeta, así como una muy extensa selección de los trabajos de artistas amigos que él atesoraba en su casa. La sala del Museo de Bellas Artes se consagró esencialmente a los óleos, mientras que la del Mercado del Este se llenó con gouaches, acuarelas, collages, mixtas y grabados de los que se imprimieron carteles para instituciones como la UIMP o el Festival Internacional de Santander. En toda esta amplísima exhibición de pinturas (centenares de piezas colgadas en las dos salas), predominaban los paisajes, los bodegones y por encima de otras muchas temáticas, los autorretratos, que llegaron a conformar una galería que parecía inacabable en su notable tendencia al infinito.

Esta muestra de obra plástica se completaba con algunas pequeñas esculturas diseñadas por el autor de Alegría, y con un rincón de ambientación kitsch y decimonónica en cuyo espacio podían contemplarse variopintos trabajos de artistas como Pancho Cossío, Ricardo Zamorano, Antonio Quirós, Fernando Sáez, Ángel Ferrant, Julio Maruri, Eusebio Sempere, Cristino Mallo, Manuel Viola, Juan Uslé, Jesús Otero, Jorge Oteiza, Pablo Serrano, Agustín Riancho, Vázquez Díaz,…, todos ellos pertenecientes a la colección que el poeta logró reunir a lo largo de décadas de relación con el mundo de las artes plásticas en España.

Para acompañar convenientemente a este considerable esfuerzo expositivo, se editó un catálogo de más de seiscientas páginas que acoge en ellas no sólo las reproducciones de parte de las fotografías, pinturas, esculturas y manuscritos que conformaban la exposición, sino también un importantísimo número de testimonios personales y de textos críticos escritos por algunos de los más reconocidos especialistas españoles en la obra de Hierro, y también por amigos y compañeros del poeta. A estas páginas hay que sumarle otras que incluyen una antología poética consultada y comentada por poetas y críticos de muy distintas generaciones, una muy completa bibliografía, así como una imprescindible cronología para moverse con cierta soltura por lo que fue la historia del poeta José Hierro. Más de seiscientas páginas en las que aparecen relevantes firmas como las de Francisco Umbral, Francisca Aguirre, Julia Uceda, Jorge Riechmann, García Jambrina, González Iglesias, Jesús Pardo, Amalia Iglesias, Javier Lostalé, Jordi Doce, Almudena Guzman, Dámaso López…, y que recogen, además de lo que fue la heterogénea y rica exposición del Museo y del Mercado del Este, algunas aproximaciones y lecturas críticas de primer orden sobre la vida y la obra de José Hierro, convirtiéndose así en un instrumento de consulta a día de hoy imprescindible e insoslayable para cualquier estudioso o aficionado que necesite tomarle el pulso a un poeta tan poliédrico y excepcional como José Hierro.

 

Otros textos Juan Antonio González Fuentes sobre José Hierro:



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,15 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Barbero de Sevilla y Aquí hay tomate]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,621 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Primera parte:

Cuando estoy en Santander como prácticamente todos los días en casa de mi señora madre. Mientras comemos vemos y escuchamos las noticias del telediario de al menos dos cadenas, y entre las tres y media y las cuatro de la tarde, hojeando los periódicos del día, y a la espera de que comience el culebrón de turno que con fruición sigue my mother, queda en abierto el “flipante” programa Aquí hay tomate, que yo contemplo y analizo entre el gozo, la incredulidad y la vergüenza propia y ajena.

Este programa del corazón es, quizá, el que día a día llega más lejos en la demencialidad de sus análisis y conclusiones difamantes, casi todas ellas sostenidas además en el descaro más crudo e hilarante, en la pura invención, en la tergiversación y manipulación radical de las imágenes y las palabras. Tal es la estrategia de Aquí hay tomate, síntoma y espejo de parte de nuestra sociedad embarcada en el negocio de la comunicación y el espectáculo, que estoy convencido de que Roland Barthes no se perdería ni uno solo de estos programas fascinantes, fuente inagotable de recursos para acercarse y entender hasta dónde llega con éxito y aplauso general la ausencia de ética en nuestro desarrollado mundo.

Segunda parte:

Quienes sigan con alguna asiduidad estás páginas mías, se habrán percatado de que soy aficionado a la ópera. Escucho ópera en mi casa, voy a la ópera cuando puedo, y cada vez veo más ópera en televisión gracias a ese invento estupendo que es el dvd. Mis más recientes adquisiciones en este medio de reproducción digital han sido una Tosca de Puccini cantada por Plácido Domingo hace más de veinte años en el Metropolitan de Nueva York, y una recientísima representación de El Barbero de Sevilla rossiniano filmada y grabada en el madrileño Teatro Real con el maravilloso tenor peruano Juan Diego Flórez como principal protagonista masculino.

El Barbero es una ópera genial, una obra de arte en el sentido mayúsculo de la palabra, trufada de gracia, simpatía, sentido del humor, ingenio, ironía, conocimiento de los usos y costumbres de los seres humanos, y una inteligencia filosófica y teatral de primerísimo orden. El autor del magnífico libreto es Cesare Sterbini, quien se basó para desarrollar su trabajo en la comedia del mismo nombre de Pierre-Augustin de Beaumarchais.

En un momento dado de la ópera, cuando el doctor Bartolo (un viejo médico que quiere beneficiarse a la joven y guapa Rosina a la que tiene bajo su custodia y que está enamorada sin saberlo del conde de Almaviva) le pide consejo al viejo y canalla don Basilio para desacreditar a un enamorado de Rosina (Almaviva disfrazado), don Basilio canta una de las arias más divertidas, malignas y ajustadas a la realidad de la historia, un verdadero discurso de cómo funciona la maldad verbal humana llevada a su máxima eficacia. El aria para bajo lleva por título La calumnia è un venticello, y más o menos dice lo siguiente, saque el lector sus propias conclusiones:

El Barbero de Sevilla, Parte 6 (vídeo colgado en YouTube por Alicuche2)

“La calumnia es un vientecillo, una brisa casi gentil que, insensible, sutil, con ligereza, dulcemente, empieza a susurrar. Poco a poco, a ras de suelo, en voz queda, silbando, va corriendo, va zumbando en el oído de la gente, se introduce con habilidad y la cabeza y el cerebro deja aturdidos e hinchados.
 
Sale de la boca y va subiendo, el alboroto va creciendo, coge fuerza poco a poco, vuela ya de un sitio a otro, parece un trueno, una tempestad que desde el seno del bosque va silbando, va tronando y te hiela con su horror.

Al final desborda y estalla, se propaga, se redobla y produce una explosión como un cañonazo, un terremoto, un temporal, un tumulto general que hace retumbar el aire.

Y el infeliz calumniado, envilecido, aplastado, ante el público flagelo le llama suerte a sucumbir”.


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Monday,14 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[El manuscrito Voynich y su descubridor: Wilfrid M. Voynich]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,620 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Las pasadas han sido las primeras fiestas de Reyes que he vivido fuera de Santander. Quienes sigan con alguna asiduidad estos escritos imaginarán (y acertarán al hacerlo) que las he pasado en Madrid. Y he de decir que no me arrepiento en absoluto. La verdad es que pasé una noche de Reyes inolvidable. Cenamos estupendamente en casa de unos amigos en la zona de Tetuán, comimos rosco, bebimos cava, y hablamos y hablamos hasta entrada la madrugada, momento en el que atravesamos Madrid para descansar y esperar la llegada al día siguiente de sus Majestades. No debí portarme mal del todo a lo largo del año 2007, habida cuenta de lo bien que conmigo se portaron los Magos, dejándome junto a mi zapato un montón abundante y variopinto de regalos.

Tan cansados estábamos el día 6 después de todo el ajetreo navideño, que pasamos el día entero prácticamente sin salir de casa, tumbados en el sofá viendo algunas películas en dvd, leyendo, escuchando música (un espléndido disco de Yves Montand), y acabando con las porciones de un enorme rosco comprado el día anterior mojadas en enormes tazones de café con leche.

Llegada ya la noche del “mágico” domingo, hice un rápido barrido televisivo por las cadenas abiertas españolas para comprobar, una vez más, que compiten entre ellas con inquietante ahínco por hacerse con el premio a la programación más aburrida o a la proyección, una vez más, de la película más programada. Así que me detuve en el programa esotérico y fantasmal del paranormal Iker Jiménez, Cuarto Milenio de la cadena polanquista, con la esperanza de ver a algún fantasma que mereciese la pena.

Sin embargo la noche transcurría entre bostezos hasta que, ¡por fin algo de suerte!, se proyectó un reportaje sobre el famoso Manuscrito Voynich, un misterioso libro escrito hace aproximadamente medio milenio en un alfabeto desconocido y en un idioma incomprensible que se conserva en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale.

Manuscrito Voynich

Manuscrito Voynich

A mi la verdad es que los contenidos concretos del libro me importan más bien poco, y me da un poco igual que esté escrito en clave, sea una falsificación magnífica, una impecable broma de unos monjes medievales aburridos y cachondos, o un libro dejado aquí por extraterrestres, lo que de verdad llamó mi atención del reportaje fue el personaje que descubrió el libro en 1912 en la biblioteca del colegio de los jesuitas de Villa Mondragone en Italia, es decir, Wilfrid M. Voynich, un tipo merecedor sin duda de una novela, una biografía apasionada, una película de aventuras...

Voynich nació Michal Wojnicz en 1865 en una ciudad, Telschi, situada en la antigua Polonia aunque hoy en la actual Lituania. Se graduó en Química y licenció en Farmacia en universidades como las de Varsovia y San Petersburgo, aunque se doctoró en la de Moscú. Perseguido en su juventud por las autoridades rusas al abogar por la independencia de Polonia del poder de los zares, fue al final encarcelado y deportado por los rusos a Siberia en el año 1885, soportando tal destino durante cinco años hasta que, en 1890, se fugó logrando llegar a Alemania para esconderse, más concretamente a la ciudad de Hamburgo.

En Hamburgo vendió sus gafas y su abrigo para poder pagarse un pasaje en un carguero de frutas que lo trasladó a Londres. Situado en la capital del entonces imperio británico conoció a Ethel Lilian (1854-1960), hija del conocido matemático y pensador George Boole, con quien contrajo matrimonio en 1902. Dos años más tarde obtuvo la nacionalidad inglesa y modificó su apellido a Voynich para hacerlo más pronunciable en inglés, y además en no pocas ocasiones le añadió un aristocrático “von” para impresionar al personal.

Wilfrid M. Voynich

Wilfrid M. Voynich

En esa etapa de su vida, mientras escribía junto a su mujer literatura revolucionaria que enviaba a Rusia y traducía al inglés trabajos de Marx, Engels o Plejanov, comenzó a experimentar un creciente interés por los libros y manuscritos antiguos, llegando a abrir un destacado negoció en Soho Square al que acudían muchos y variopintos coleccionistas con el ánimo de comprar libros raros, descatalogados, incunables...

En 1912 viajó a Italia para adquirir entre los viejos monasterios, iglesias, bibliotecas y colegios necesitados de fondos, libros valiosos y baratos que en su establecimiento londinense se convertían en piezas de alto valor económico para los coleccionistas y bibliófilos. Durante ese viaje es cuando adquirió el célebre manuscrito que lleva su apellido, manuscrito que intentó descifrar sin éxito alguno.

A punto de estallar la Primera Guerra Mundial, nuestro hombre se embarcó con los más valiosos ejemplares de su negocio en el Lusitania (barco que más tarde sería hundido por un submarino alemán) con rumbo a Nueva York, ciudad en la que se afincó como próspero y especializado librero y en la que murió en 1930, después, eso sí, de haber tenido más que éxito notable en su oficio, logrando abrir sucursales de su oficina en París, Florencia y Varsovia.

Las malas lenguas, que siempre existen y crecen y engordan con el movimiento, aseguran que fue nuestro personaje quien “inventó” el Manuscrito Voynich. Las razones que llevan a los malpensados a pensar tan mal son simples: siempre ocultó el verdadero lugar en el que encontró el libro, comentándole a quien tuviera tiempo que lo encontró en un perdido castillo del sur de Europa, aunque en algunos escritos dijo que lo encontró en Austria. Después están sus amplísimos conocimientos de química, y sus autodidactas pero absolutamente impresionantes conocimientos sobre obras raras e incunables, combinación que, insisto, siempre ha llevado a la sospecha sobre que fue él, ayudado quizá por otros, quien garabateo con maestría y preciosismo el manuscrito, confeccionando así una de las bromas más alucinantes y misteriosas de la historia de lo desconocido. ¿O no estamos ante una broma? Echémosle más leños al fuego de la leyenda.


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Friday,11 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Noticia del ciclo Bronwyn de Juan Eduardo Cirlot]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,619 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

El señor de la guerra (1965) es una espléndida e inquietante película dirigida por el nunca bien ponderado norteamericano Franklin Schaffer. La primera vez que la vi, allá en los lejanos años de mi infancia, me dejó sobrecogido y con un pinchazo de desasosiego erótico metido en las entrañas.

La película, rodada con medios bastante limitados en parajes naturales, cuenta la historia de un señor feudal que, completamente trastornado por la visión de una joven celta (Bronwyn) de la aldea próxima a su castillo, decide exigir el derecho de pernada justo cuando la joven estaba ya en vísperas de casarse. El señor queda perdidamente enamorado de la joven a quien no devuelve a su familia, iniciándose así un asedio del castillo por parte de todos los habitantes de la aldea, hasta obligar a los defensores a refugiarse en la torre de la fortificación. Pero nadie contaba con que la joven Bronwyn también se ha enamorado del señor, interpretado muy convincentemente por un Charlton Heston que también es el principal productor de la cinta.

Franklin Schaffer: El señor de la guerra (1965)

Franklin Schaffer: El señor de la guerra (1965)

La última vez que pudo verse esta película en España fue, si no recuerdo del todo mal, en el programa que tenía en la Segunda cadena de Televisión Española el director de cine José Luis Garci. Su revisión no hizo sino confirmar mi precoz veredicto, y la cinta de Schaffer me parece una de las más interesantes de entre las producidas en aquellos años por una industria estadounidense ya en franca decadencia artística. 

Pero hay otro elemento que hace aún más extraordinaria esta película, y es el hecho de que tras verla, Juan Eduardo Cirlot (Barcelona, 1916-1973) reconoció en su historia el mito de su existencia, y sobre todo aquellas imágenes en las que Bronwyn emerge de las aguas del pantano en el que se bañaba. Inspirado en dichos fotogramas y en Bronwyn en general, Cirlot inició la escritura de un ciclo de poemas cuya extensión fue en paulatino aumento hasta conformar una de la aventuras literarias más sobrecogedoras y decisivas de la cultura en español de todo el siglo XX. Me refiero al llamado ciclo Bronwyn, reunido por vez primera de forma completa por la editorial Siruela, un compendio poético y reflexivo de primer orden en nuestra literatura caracterizado principalmente por la eficaz potencia de sus imágenes visionarias, por su sonoridad y por el hallazgo de nuevas unidades semánticas, completamente originales en español.

Juan Eduardo Cirlot: Bronwyn (Edición de Victoria Cirlot, Ediciones Siruela, Madrid, 2001)

Juan Eduardo Cirlot: Bronwyn (Edición de Victoria Cirlot, Siruela, Madrid, 2001)

Esta es sin duda la obra cumbre de Juan Eduardo Cirlot, una rara avis dentro del panorama de la cultura española contemporánea; un personaje que, de haber nacido inglés o francés, con toda probabilidad habría sido ya objeto de múltiples estudios multidisciplinares, dada la variedad y profundidad de su surrealismo de raíz visionaria.   


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Thursday,10 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[La Novena de Beethoven en Japón: música navideña]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,618 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Este pasado fin de semana he leído en un periódico de ámbito nacional que en el tecnológico Japón contemporáneo la “música navideña” por excelencia es, desde hace casi tres décadas, la Novena sinfonía del alemán Beethoven. No se sabe muy bien ni por qué ni cuándo comenzó exactamente dicha tradición, pero lo que es seguro es que la Novena hace furor entre los nipones de nuestros días en tiempo navideño, llegándose a contabilizar a lo largo de un reciente año casi un centenar de interpretaciones de la Novena tan sólo en el área de la capital del país, Tokio.

Hasta tal punto esto es así, que incluso parece que hay una palabra japonesa para denominar a la mencionada sinfonía, algo que no tiene parangón en ningún otro idioma de la tierra. La palabra es daiku.

Beethoven: Novena sinfonía; Japón, diciembre 2003 (vídeo colgado en YouTube por mochisunira2004)

Dicen los que saben algo del asunto, que la primera vez que en Japón se escuchó la última sinfonía del sordo de Bonn fue durante los años de la Primera Guerra Mundial, cuando un grupo de prisioneros alemanes recluidos en el campo de concentración de Chiba, se lanzaron a recrear su propia aproximación a la partitura coral.

Pero fue tras la otra gran guerra del siglo XX cuando la Novena comenzó a convertirse en una especie de segundo himno en Japón, una música que viene a simbolizar para gran parte de los japoneses un canto de paz y esperanza muy en la línea de los conceptos sintoístas que conforman en ran medida la forma de ser y estar del japonés.

Sea como sea, la cuestión es que la Novena de Beethoven, es decir, daiku, es la banda sonora del tiempo de navidad en el país del sol naciente, lo que no deja de ser una curiosidad más que llamativa que invita, por qué no, a la reflexión y al comentario. ¿Estará traducido al japonés el hermosísimo poema dedicado a Beethoven y su Novena que escribió José Hierro en su último libro Cuaderno de Nueva York? Esta es otra curiosidad que ahora me asalta, y que quizá alguien pueda aclararme.


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Tuesday,8 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Marruecos, según Von Sternberg, Marlene Dietrich y Gary Cooper]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,617 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

La primera vez que visité París me alojé en un hotelito de la calle Bergère, a dos pasos del famoso cabaret Folies. Por las mañanas recorría el boulevard de los Italianos en busca de un café decente, y lo encontraba en algún local no muy lejano del edificio en el que había vivido Jacques Offenbach, a unos pasos del Palacio Garnier, la casa de la ópera más suntuosa, barroca y quizá refitolera del mundo.

Una de aquellas tardes me perdí en la zona de pequeños cines y de tiendas relacionadas con el séptimo arte que se encuentra muy cercana a la Sorbona, en el corazón del Barrio Latino. Entré en una de las salas más minúsculas que he visto en mi vida, me senté en la butaca y me dispuse a pasar un rato curioso viendo una película en versión original inglesa subtitulada en francés; eso sin saber bien ni inglés ni francés. Poco podía imaginarme entonces que aquella sesión iba a ser una de las más fantásticas que pudiera haber imaginado.

La chica que estaba sentada en la butaca de mi izquierda desprendía el aroma de un perfume de esos que dan hambre, hambre de mujer. Las luces de la sala se apagaron y en la pantalla comenzó a proyectarse la película, una vieja película del Hollywood de los primeros tiempos del sonoro, 1930. ¿El título? Marruecos. ¿El director? Josef von Sternberg. ¿Los actores protagonistas? Gary Cooper y Marlene Dietrich. ¿El argumento? La aventurera y casi cínica cantante de cabaret Amy Jolly (la Dietrich), llega a Marruecos “huyendo” de su turbulento pasado en Europa, y en el nuevo ambiente conoce y se enamora del mercenario legionario Tom Brown (Cooper). A pesar de otros pretendientes, incluyendo al millonario pintor y hombre de mundo Kennington (Adolphe Menjou), Jolly decide marcharse con el legionario, pero éste, cuando se percata de que Kennington le va a dar una vida muchísimo mejor a la cantante, decide aceptar una peligrosa misión con su compañía de la que espera no salir con vida. Sin embargo, Brown no sucumbe, y poco antes de la boda de la cantante y el pintor, regresa a la pequeña ciudad decidido a despedirse para siempre de su amor. Sin embargo, Jolly no puede resistir la situación, y cuando ve a su amor perderse con sus compañeros por entre las dunas del desierto, se despide con delicadeza del que iba a ser su marido y sigue al legionario paso a paso por el desierto marroquí.

Josef von Sternberg: Marruecos (1930)

Josef von Sternberg: Marruecos (1930)

La película acaba de ser editada en dvd por la Universal, al igual que el resto de las fascinantes cintas que von Sternberg rodó con la Dietrich, y que son, sencillamente, un monumento a la mejor puesta en escena imaginable, al glamour refulgente y en estado puro, a la creación de atmósferas en las dimensiones de una sucesión de planos filmados.

Con la Dietrich, von Sternberg creó una filmografía compuesta por historias a menudo absurdas desde un punto de vista estrechamente lógico, en las que la pasión, la búsqueda y el desarraigo personales, configuran los cimientos de unas construcciones artísticas que sólo pueden calificarse como desmesuradas, oníricas y casi, casi surrealistas dentro de su devastador efecto apabullante, hipnótico.

Vuelvo a ver la película en una noche casera de navidades madrileñas en su nuevo formato digital. La revisión de la cinta, veinte años después, me provoca la misma sensación, y sólo puedo emitir el mismo veredicto: sublime en su desbordada fantasía kitsch. La historia, verdadero “antecedente espiritual y sentimental” de la fantástica Casablanca, ofrece momentos inolvidables de una visualidad potentísima y sugerente. Los travellings del señor Sternberg son majestuosos y efectivos que no efectistas, los planos de los divos son una lección permanente de glamour esencializado, y los personajes secundarios (el director de orquesta, el sargento legionario, el dueño del cabaret…) son antológicos, verdaderas novelas resumidas en tres o cuatro planos, en puestas en escena inmarchitables, en escasas palabras que funcionan con la contundencia de un terremoto.

Paciencia y mirada abierta, no resabiada. Si compramos el disco y nos sentamos ante la pantalla del televisor con la mirada joven y el tiempo necesario que conlleva la paciencia, disfrutaremos de una obra de arte en el más amplio sentido de la palabra, de una forma de hacer cine finiquitada hace décadas, que sin embargo marca a fuego la estética compleja de todo el siglo XX.     


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Monday,7 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Poesía en español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,616 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Hace ya más de veinte años, a lo largo de un discurso pronunciado en una conferencia sobre educación y cultura en Inglaterra, el gran historiador del arte Ernst H. Gombrich, aseguraba que el deber de las instituciones culturales es “hacer todo lo que esté en sus manos para promover, por medio de la investigación o de cualquier otro modo, el avance y la difusión de las artes, las ciencias y las ideas”. Promover ese avance, añadía Gombrich, “no consiste sólo en transmitir conocimientos, también hay que transmitir actitudes y talantes fertilizadores de la cultura”.

Y ese avance del que aquí estamos tratando no puede, además, quedarse en el interior de las instituciones, debe expandirse por toda la geografía en la que la institución esté enraizada y, en último término, pero sin duda el más importante, por toda la sociedad en general, a través de libros, artículos, encuentros, lecturas, conferencias, debates públicos...

Por regla general vivimos en una sociedad en la que se nos recuerda de manera reiterativa que son los conocimientos prácticos los que proporcionan seguridades materiales, y que quienes manejan el dinero son los que “pagan al músico y, por tanto eligen la canción”. Sin embargo, convendría no olvidar que en una sociedad totalmente dedicada a los conocimientos prácticos puede que llegue el día en que no haya músicos, y que los que deban elegir la canción se encuentren en silencio. Y una vez que los músicos se han ido, puede que nunca más vuelvan a aparecer.

En este sentido, no será necesario recordar que lo que todos necesitamos no es tan sólo una España económicamente viable, sino también civilizada. Sobre todo si tenemos muy presente que la vida, después de todo, es con frecuencia más bien triste y que, como en algún lugar dejó escrito el gran Miguel de Unamuno, sería una crueldad bárbara querer desprender a los jóvenes y a los no tan jóvenes de esa fuente de fuerza, de la inspiración que pueden encontrar a lo largo de la vida en su relación con el arte, la literatura, el cine, la filosofía o la música, sea cual fuere lo que su futuro profesional demande o no demande.

Si creemos en la educación para la humanidad (y ahora volvemos a citar a Gombrich), debemos estar seguros de nuestras prioridades y proporcionar posibilidades a todos aquellos que las buscan para beneficiarse a sí mismos, pero también al general avance de las artes y las ciencia.

En este sentido, quizá se preciso recordar una vez más que la poesía es el principal laboratorio de un idioma, la mina de la que el idioma surge, crece y se desarrolla. El idioma es el sustento fundamental sobre el que se levanta la cultura de una sociedad, y el idioma español es el principal valer cultural que tiene nuestro país en el mundo, muy por encima de otros elementos de difusión y presencia cultural. La cultura española es, en gran medida, lo que es su idioma hablando por centenares de millones de personas en todo el mundo. El español es un factor clave en el desarrollo cultural, político, social y económico de España en todo el mundo, y la poesía en español es, sencillamente, la garante última y privilegiada de la vitalidad y fertilidad del idioma.


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Friday,4 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Alfonso Costafreda, el poeta que lo fue]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,615 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Aunque sólo sea por mantener una cierta higiene mental, de vez en cuando habría que visitar a los poetas, la obra de los poetas. Incluso añadiría algo más, la obra de los poetas poco conocidos, de los escasamente leídos, buscando entre sus palabras tesoros escondidos, esos que a veces justifican una vida entera como lector. Alfonso Costafreda (Tárrega, 1926; Ginebra, 1974) es uno de esos poetas de obra muy poco conocida, incluso entre el propio gremio de escribidores de versos. Perteneciente a la llamada “Generación de los 50” o del medio siglo, Costafreda llegó a Madrid para estudiar Derecho, y en la capital de uno de los países más tristemente tristes de Europa entabló conocimiento y amistad con otros poetas como Blas de Otero, Bousoño, Eugenio de Nora o el imprescindible Vicente Aleixandre.

Más tarde, en Barcelona, llegó la hora del trato con los hermanos Ferrater, con Gil de Biedma o Carlos Barral, con Castellet o los hermanos Goytisolo. Para todos ellos Alfonso Costafreda fue ante todo y sobre todo alguien con una voluntad inquebrantable dirigida a ser, a convertirse en poeta. El ex ministro Alberto Oliart lo ha dejado muy claro en alguno de sus escritos: “Alfonso vivía para escribir poesía, para ser poeta; todo los demás..., no sólo lo ponía en segundo lugar, sino en otro plano de su vida y de su mundo”.

 Alfonso Costafreda

Alfonso Costafreda

Costafreda se suicidó en Suiza no mucho antes de que Franco dejará este mundo de muerte natural. Carlos Barral, poeta y editor, editor y poeta, había preparado la edición del que sería último libro de Costafreda, significativamente el titulado Suicido y otras muertes. Al poco de morir el poeta apareció el libro póstumo, y también al poco la editorial de Barral se fue al garete, dejando al “fatídico libro” sin defensa comercial posible. A partir de ese momento, Suicidio y otras muertes, y por supuesto el resto de libros anteriores de Costafreda entraron con pleno derecho en la categoría de inencontrables, y el poeta encontró acomodo en el limbo de los poetas no leídos.

Como esta historia lleva aparejada la muerte, hay que continuarla diciendo que un año antes de que Barral muriese, es decir, en 1988, el codirector de la serie Nuevos Textos Sagrados de la editorial Tusquets, Antoni Marí, le pidió que recuperase la vieja edición de Suicidios y otras muertes, aunque lo que surgió de todo aquello fue la edición justificadísima de la Poesía completa de Costafreda en la colección ya mencionada. Los encargados de llevar a cabo la tarea como editores literarios fueron los profesores Pere Rovira y Jordi Jové, y pocos días antes de que Barral muriese, en diciembre de 1989, pudo tener en sus manos un ejemplar de las poesías completas de Costafreda.

La poesía de Costafreda me acompaña ahora en estos días de cambio de año, de comidas, de reuniones familiares, de proyectos en el aire, de buenos propósitos y de enmiendas mil y una... La poesía de Costafreda me proporciona estos días sosiego mientras recorro la hermosura cotidiana de las calles redescubiertas de la ciudad que amo. Costafreda vivió, y todo indica que murió, para ser poeta. Pues a buena fe que lo logró.


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Thursday,3 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Un francés dirige el Concierto vienés de Año Nuevo por vez primera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,614 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

A lo largo de los casi setenta años de existencia del acontecimiento musical más seguido en todo el mundo, es decir, el Concierto de Año Nuevo en la Sala Dorada del Musikverein de Viena con música de la familia Strauss en los atriles de la Orquesta Filarmónica de la capital austriaca, tan sólo una docena de maestros ha subido al podio para dirigirlo: Clemens Kraus el primer año, 1939 (más 1941-45, 1948-1954), Josef Krips (1946-47), Willi Boskovsky (el primer violín de la Filarmónica, que es quien dirigió más conciertos, nada más y nada menos que de 1955 a 1979), Lorin Maazel (el segundo más asiduo, 1980-86, 1994, 1996, 1999 y 2005), Karajan (1987), Claudio Abbado (1988, 1991), Carlos Kleiber (1989, 1992), Zubin Mehta (1990, 1995, 1998, 2007), Ricardo Muti (1993, 1997, 2000, 2004), Harnoncourt (2001, 2003), Seiji Ozawa (2002) y Mariss Jansons (2006).

Echando un vistazo a la lista llaman la atención dos cosas. La primera es que durante los primeros 40 primeros años del concierto (más de la mitad de su existencia), tan sólo 3 directores subieron al podio, y los tres nacidos en Viena. Fue a partir de los años 80 del siglo pasado cuando la dirección del Concierto de Año Nuevo se “internacionalizó” con la presencia de maestros de otras nacionalidades (Italia, Japón, Alemania, EE.UU, Letonia, e India), nunca más un “director vienés” volvió a dirigir los valses de los Strauss el primer día del año. Lo segundo que llama la atención es que un director tan omnímodo como Herbert von Karakan tan sólo dirigiera un concierto, y lo hiciera poco antes de morir.

Este año la tradición continúa, la segunda tradición de las apuntadas se entiende, y de nuevo será un director no vienés el que dirija el Concierto de Año Nuevo del 2008. Por vez primera en la historia será un francés de los pies a la cabeza, el veteranísimo Georges Prêtre (Waziers, agosto de 1924, 83 años por tanto), y digo que “de pies a la cabeza” porque Lorin Maazel nació en Francia, aunque de padres norteamericanos que enseguida volvieron a su país de origen. Sarkozy lo puede todo, desde sacar tiempo para ligar con un bellezón como Carla Bruni, a lograr que un francés dé la bienvenida al nuevo con año con valses de Strauss en la antigua ciudad imperial de los Habsburgo, eternos enemigos de la Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Georges Prêtre

Georges Prêtre

Esta aparición de Prêtre suena a homenaje “casi póstumo” (un poco como a Karajan), pues el maestro francés nunca ha destacado en el apartado ni sinfónico ni concertístico, siendo, eso sí, un especialista en la dirección orquestal en el foso de los teatros de ópera, sobre todo cuando de ópera francesa se trata. En este sentido Prêtre ha sido asiduo durante décadas en la Ópera de París, el Covent Garden, el Metropolitan o La Scala, convirtiéndose durante un tiempo en uno de los maestros preferidos por la Callas (él firmó la magnífica Carmen de la casi griega), y en el músico a quien el compositor Francis Poulenc encargó el estreno de su obra maestra La voix humaine en 1959.

Claro que la conexión vienesa del francés existe, y pueda además ser tenida en cuenta como rotunda. Prêtre fue el director titula de la otra gran orquesta vienesa,  la Sinfónica, entre 1986 y 1991, y está considerado como uno de los especialistas en la dirección de la ópera Capriccio de Richard Strauss (que no era de la célebre familia), probablemente el último gran compositor de óperas de la historia, y probablemente hasta la fecha el último gran “compositor vienés”, a pesar de ser nacido en Alemania.

Tengo curiosidad por ver dirigir al octogenario francés los célebres valses, pero también por comprobar cómo impregna de cierto acento francés la ocasión, pues sin salirse, claro, de las páginas escritas por Johann Strauss, padre e hijo, Josef Strauss, o las también habituales de Joseph Lanner o Joseph Hellmesberger, podremos escuchar la Marcha de Napoleón, la Marcha parisina...

Ver dirigir al francés el próximo día 1 de enero es, desde luego, un aliciente para ver y escuchar el concierto que será contemplado por más de mil millones de televidentes de más de 44 países. La edad del maestro, y los aires de “cambio” que parecen embargar la cita anual desde hace décadas, facilitan el vaticinar que no veremos muchos más años a Prêtre dirigiendo valses. Así que aprovechemos la ocasión.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,1 ene 2008 0:0:0 GTM
<![CDATA[Un sioux para felicitar la Navidad]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,613 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Estamos ya inmersos en fechas navideñas, y mi buzón particular empieza a ofrecer un día sí y otro también sobres de muy diverso tipo con las felicitaciones institucionales correspondientes. Uno va cumpliendo años y procura trabajar en cualquier lugar en el que le ofrezcan la oportunidad, por lo que cada año son más numerosas y variopintas las referidas felicitaciones enviadas por las instituciones con las que ha mantenido relación en algún momento.

El otro día he realizado un pequeño y curioso experimento. He colocado las felicitaciones institucionales que me han ido llegado hasta ahora todas juntas sobre una mesa y las he examinado por delante y por detrás. Todas tienen un denominador común: felicitan y desean un próspero y feliz 2008, pero ninguna felicita explícitamente la Navidad, y por supuesto ninguna de ellas cae en la “incorrección política” de ofrecer en su formato una imagen religiosa alusiva a lo que supuestamente se celebra estos días en todo el occidente cristiano, o sea, el nacimiento de Jesucristo.

Hagamos un rápido repaso. El Museo Nacional de Altamira localizado en Santillana del Mar, museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura, me desea en su tarjeta un feliz 2008, y me incluye un señala páginas con la figura a todo color del famosísimo bisonte pintado en las susodichas cuevas. El Rector de la Universidad de Cantabria estampa en su díptico una hoja otoñal y un manchón dorado, y en dieciséis idiomas me felicita las fiestas (qué fiestas); dentro del díptico me muestra sus deseos de que “desde los verdaderos valores” (literal) el 2008 me invada (literal) de libertad, seguridad, paz y felicidad. El Consejero de Cultura del Gobierno de Cantabria me ha enviado un díptico bien grande con la reproducción de una pintura del artista y arquitecto cántabro Juan Navarro Baldeweg; con letras doradas y dentro del díptico también me desea y feliz y próspero año 2008. En una sencilla tarjeta en la que está reproducida la escultura de la diosa Minerva pescando con una caña una estrella, el director del Círculo de Bellas Artes me desea un feliz 2008. En un díptico de color blanco en cuya portada se reproduce un dibujo original de Pablo Palazuelo, el Ministro de Cultura César Antonio Molina me desea feliz 2008 y me regala impresos en el cartón las “Cantigas de Alén” del poeta José Ángel Valente, en gallego y en castellano.

Felicitación del Rector de la Universidad de Cantabria

Para el final dejo lo mejor: la felicitación del Presidente del Parlamento de Cantabria. Una gran hoja desplegable impresa a todo color por la legendaria imprenta Bedia de Santander. Además de desearme salud y prosperidad para el año 2008, Miguel Ángel Palacio, el Presidente, me obsequia nada más y nada menos que con la respuesta que en 1854 le dio el jefe indio Seatlle, jefe de los indios duwamish, al Presidente de los EE.UU, Franklin Pierce; una respuesta “ecologista” con la que se negaba a que el gobierno federal les comprase las tierras para construir el ferrocarril. ¡En esto consiste la felicitación navideña del Presidente del Parlamento de Cantabria!

Insisto, seis felicitaciones institucionales por Navidad, seis, tres regionales y tres estatales. Rectores, ministros, consejeros, presidentes de Parlamento, directores de museos... En ni una sola se felicita la Navidad (lo que realmente celebramos estos días), en ni una sola hay una alusión mínima, minúscula al cristianismo, al nacimiento de Cristo. En todas sólo se festeja el año nuevo, la paz, la prosperidad, la felicidad..., es decir, lo que debemos entender como los supuestos “verdaderos valores”. Ah, y también se celebran los valores inherentes a la ecología.

¿Todo es casual? ¿No hay un claro y palpable discurso ideológico y político detrás? ¿No se apela a unos “valores” y se “entierra” o “destierran” otros” No haré más preguntas señor juez, creo que sobran los comentarios.  


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

 

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Friday,21 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Che Guevara de César Lucas, redescubierto por Fernández Punsola]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,612 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Leyendo estos días el volumen de memorias juveniles y barcelonesas de Federico Jiménez Losantos, del que ya hablaremos más largo y tendido, me he encontrado con los nombres de dos personajes santanderinos que conozco y he tratado. El cineasta Jesús Garay, clave en la formación cinematográfica del periodista en la Filmoteca barcelonesa según propia confesión, y Adolfo Fernández Punsola, a quien en su libro Jiménez Losantos califica de asturiano, aunque es cántabro, más concretamente del pueblo Cabezón de la Sal, donde reside en la actualidad.

De los dos al que más conozco es a Adolfo, un personaje en toda la amplia extensión de la palabra. De la edad de Federico Jiménez Losantos, más o menos, estudió en los años setenta del pasado siglo Historia del Arte en Barcelona, y luego trabajó en el taller del modisto Toni Miró. Cuando regresó a su pueblo, Cabezón de la Sal, ya entrados los años 80, montó en la impresionante finca y casona que su familia posee en la localidad (con molino del siglo XVII incluido), un taller de ropa en el que destacaba la impresionante calidad de su línea de punto. Más adelante, y sin graves problemas económicos que resolver, fue dando escasas pero llamativas muestras de su talento a lo largo de los años en campos tales como el dibujo, el diseño, la pintura... Con exposiciones varias, y publicaciones en torno a su variopinta labor creativa. Ya en los últimos tiempos, ha sido el comisario y alma mater de algunas espléndidas exposiciones fotográficas tanto en Santander como en Barcelona.

 

 El Che Guevara en la Ciudad Univesitaria de Madrid (foto de César Lucas, 1959)

Adolfo Punsola, al que si cierro los ojos puedo ver recorriendo las calles de Santander conduciendo su Mercedes de asientos de cuero rojo con sus pequeños perros olisqueando el aire, posee todos los elementos para ser un magnífico comisario de exposiciones: tiene importantes conocimientos técnicos y artísticos en diversos terrenos de la creación, goza de una envidiable cultura construida en torno “a lo visual”, atesora el raro don de la oportunidad unido a un trabajado sentido de la Historia y “lo histórico”, lleva toda su vida cultivando esa especie en peligro de extinción que es el buen gusto y, para colmo, y tal vez por encima del resto de las valoraciones realizadas, Punsola sabe mirar y consigue ver, verdadera piedra de toque que distingue a los creadores de su nivel.

Hace unos veranos, tres o cuatro, Punsola organizó en la santanderina Galería El Cantil una exposición que sin duda fue, junto con la proyección íntegra y en copia restaurada en la Filmoteca de la película An affair to remember (Tú y yo) de Leo McCarey, uno de los más importantes acontecimientos culturales de la temporada en la capital de Cantabria. Me refiero a la exposición de las fotografías que el mítico Arnold Newman realizó en 1962 a la pareja formada nada más y nada menos que por Marilyn Monroe y el biógrafo y poeta Carl Sandburg; sesión que hasta ese momento había permanecido inédita en su integridad, y algunas de cuyas imágenes me acompañarán siempre en la memoria.

El Che Guevara ante Galerías Preciados (foto de César Lucas, 1959)

El Che Guevara delante de Galerías Preciados (foto de César Lucas, 1959)

Un verano más reciente en el tiempo, Punsola organizó otra exposición en torno a otro mito, otro icono visual del siglo XX, el médico y guerrillero revolucionario argentino Ernesto Guevara, el Che. En junio de 1959 el Che hizo escala técnica en Madrid camino de la Cumbre de Países No Alineados que iba a tener lugar en El Cairo. Era la primera salida que el Che hacía como embajador de la nueva Cuba revolucionaria. Durante aquellas horas el jovencísimo reportero gráfico César Lucas realizó un reportaje fotoperiodístico del que alguna imagen fue publicada en el diario Pueblo. Sin embargo la casi totalidad de las fotos fueron guardadas y pasaron a formar parte del archivo de la agencia Europa Press. Hace tan sólo unos años otra foto de ese reportaje pudo ser vista en la muestra “Las fuentes de la memoria”, en cuyo catálogo Adolfo Fernández Punsola vio la imagen y quedó fascinado; discurrió que debía formar parte de una serie fotográfica y decidió indagar sobre el paradero y conservación del conjunto.

Sus pesquisas le llevaron hasta el autor, César Lucas, y de éste a los negativos de 6 x 6 archivados en Europa Press. Vio el conjunto de 34 imágenes, seleccionó 22 con destino a ser expuestas y solicitó la realización de copias de arte. El conjunto de 22 imágenes de César Lucas escogidas/reveladas por Punsola son las que tuvimos el privilegio de contemplar en la Galería El Cantil hace ahora unos pocos años.

Imágenes en las que el Che, mito revolucionario indiscutible del siglo XX, tocado con boina, vestido con un raído uniforme militar y libre de cualquier pose surgida de la propia autoconsciencia histórica, pasea por un Madrid cutre y provinciano pero con ínfulas de capital imperial, un Madrid que algunos hemos vislumbrado en las películas de Lázaga y Masó, un decorado de cotidianeidad y decencia burguesa en el que “las chicas de la Cruz Roja” mostraban alegres su ignorancia del mundo. Por ese decorado deambula el Che con ojos tristes, firma autógrafos a incrédulos proletarios, concede entrevistas a los chicos de la prensa, compra en Galerías Preciados y observa como quien no quiere entender la inmensa mole del Palacio Real, símbolo inalterable de tanta España equivocada.


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Thursday,20 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Nueve años de la revista de arte Trasdós]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,611 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Sacar adelante una revista suele ser un empeño cultural y artístico de vida más bien efímera. Al cabo de dos o tres números cunde el desánimo entre los responsables, quienes terminan por abandonar la empresa, y lo hacen, con más frecuencia de la deseada, incluso con desavenencias personales que pueden prolongarse a lo largo de toda una vida. Las razones por las que las revistas mueren de forma tan temprana son por lo general dos: la insolvencia económica y el exigente y poco lustroso trabajo que precisa su elaboración.

En cuanto a lo primero poco hay que añadir. Las revistas literarias o culturales normalmente no tienen un público (mercado) que genere entradas de capital. El valor que ofrecen es de índole diferente. Su papel es el de consignar y facilitar la expresión de las fuerzas investigadoras, críticas, artísticas..., favoreciendo así las sinergias que conducen al conocimiento y la comunicación. Y por lo que respecta a la segunda razón sólo decir –desde mi pequeña experiencia- que no es nada sencillo establecer una línea editorial, ni tampoco solicitar trabajos a las personas más adecuadas utilizando para ello sólo contactos personales o profesionales, ni corregir sus textos, ni estructurar las páginas de la revista según contenidos, ni ilustrarlas convenientemente, ni decir NO a algunos trabajos, ni priorizar reseñas o comentarios, etc, etc...

Museo de Bellas Artes de Santander

Museo de Bellas Artes de Santander

De ahí que tenga algo de “milagroso” el hecho de que la revista Trasdós del Museo de Bellas Artes de Santander esté a punto de lanzar a la calle su número 9, y que de esta manera se celebren nada más y nada menos que casi una década de andadura con el trabajo y dedicación del mismo equipo responsable. Casi una década ha transcurrido desde que Salvador Carretero Rebés, director del Museo y de la revista, alma mater y verdadero impulsor del proyecto, decidiese apostar por dotar al Museo de Bellas Artes de Santander de una revista que cumpliese un múltiple objetivo: dejar constancia en papel de la  vida interna del Museo; ofrecer un panorama crítico del mundo expositivo regional; recoger también desde el comentario crítico una selección de los trabajos que sobre el universo de las artes plásticas se publican dentro de la región y fuera de ella; recuperar textos destacados en torno al mundo del arte y que hoy son difíciles de encontrar; acercar al público lector las más destacadas piezas que expone el museo santanderino; y posibilitar a cualquier autor de un buen trabajo crítico, reflexivo o de investigación sobre arte la publicación del mismo en condiciones satisfactorias, tanto desde un punto de vista científico como material.

Para llevar a cabo esta tarea Salvador Carretero quiso contar como redacción científica con un pequeño equipo caracterizado por la interdisciplinareidad, la vinculación directa o indirecta de sus miembros con la Universidad de Cantabria, y la buena relación personal entre ellos. El equipo lo componen, además del propio Salvador Carretero, Julio J. Polo (profesor titular de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras), Javier Díaz López (doctor en sociología y titular de la Facultad de Derecho), y yo mismo, que cuando la revista comenzó su andadura era el Director del Aula de Letras de la Universidad de Cantabria. A estos nombres hay que sumar los de Belén Poole e Isabel Portilla, encargadas de coordinar todas las labores imaginables que impone el quehacer de la revista, y el de Juan G. Riancho, quien inventa y supervisa el diseño de sus páginas.

Revista Tradsós

Revista Trasdós

Nueve años han trascurrido desde la aparición del primer Trasdós en la navidad del año 1999. Nueve años de reuniones, debates, lecturas de originales, escrituras, correcciones de pruebas, quebraderos de cabeza, conflictos, incógnitas, alegrías y, sobre todo, satisfacción. Satisfacción por un trabajo continuo que se hace en silencio y en la confianza de que el mejor camino se hace andando, dando un paso detrás de otro y avanzando poco a poco. Una satisfacción que encuentra su mejor plasmación material cuando se contemplen los nueve números que estarán editados dentro de pocos días, uno detrás de otro, y entonces se toma plena conciencia del gratificante trabajo desarrollado, de su tranquila trascendencia en el ámbito en el que se produce.

Nueve años de trabajo, nueve revistas Trasdós que, creo hablar en nombre de todos los que estamos directamente relacionados con el proyecto, deseamos sean sólo un primer y fértil tramo en esta importante aventura cultural que tiene echadas sus raíces en la creciente y rica actividad del Museo Municipal de Bellas de Santander.


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Wednesday,19 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Ladrón de Guevara escucha a Barbara Bonney y habla de Nacionalismo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,610 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

He pasado el fin de semana solo en la ciudad. Ella se quedó en Madrid a la espera ya de los cercanos días de asueto navideños. Así que el sábado por la mañana, con tres grados de temperatura de máxima, monté en el coche de Salvador Carretero, director del Museo de Bellas Artes de Santander, para ir al campo de hierba artificial de La Albericia y jugar el habitual y gratificante partido de los sábados por la mañana.

Hacía un frío más que respetable, cargado de humedad asfixiante, pero el encuentro resultó divertido y ameno. Los de rojo volvimos a ganar, y esta vez el ex azulgrana Amunike jugó con nosotros, dando dos o tres pases de gol francamente memorables a pesar del estado de su maltrecha rodilla. El ex rojiblanco Kiko Narváez, un portento como jugador y como hombre simpático, muy conocido ahora como comentarista deportivo en radio y televisión, jugó con el equipo azul, y me comentó que pasaría todas las fiestas en Santander, pues va a ser su familia gaditana la que venga al norte penínsular a comer turrón y mazapanes.

Ernesto Ladrón de Guevara: Educación y nacionalismo (Txertoa, 2005)

Ernesto Ladrón de Guevara: Educación y nacionalismo (Txertoa, 2005)

Hacía semanas que no jugaba al fútbol, y acabé rendido. Después de comer me dolían hasta las pestañas, y tras una siesta bastante cortita, bajé a la calle camino del despacho. Me pasé un momento por la librería Gil, y comprobé que la poesía del último Premio Cervantes, el argentino Juan Gelman, ocupa ahora un lugar preeminente en las breves estanterías destinadas a los libros de poesía.

A las ocho de la tarde había quedado en la chocolatería Valor de la calle Castelar con mi buen amigo Jesús Laínz, el abogado y empresario santanderino autor de los éxitos editoriales Adiós, España, La nación falsificada y el muy reciente España desquiciada, todos editados por el sello madrileño Encuentro. Hacía el local me encaminé poco a poco contemplando el alumbrado navideño y a las gentes forradas con ropa de abrigo y cargadas ya de paquetes con regalos. Íbamos a encontrarnos los dos en la chocolatería para dirigirnos luego a la sala pequeña del Palacio de Festivales, a escuchar el concierto que la gran soprano norteamericana Barbara Bonney iba a ofrecer a partir de las ocho y media con canciones del matrimonio Schumann, Grieg y Richard Strauss. Cuando llegué al establecimiento me encontré con que Jesús charlaba amistosamente con un señor de aspecto simpático y bonachón. Era Ernesto Ladrón de Guevara, uno de los más antiguos integrantes del Foro de Ermua, doctor en Filología, ex diputado de las Juntas de Álava y autor de un ineludible libro, Educación y nacionalismo. Fuimos los tres al concierto que resultó notable, con una Bonney que cantó lied de Grieg y de Robert Schumann con auténtica maestría.

Imagen atentado de Vic (1991) 

Atentado de Vic: 10 asesinatos (29 de mayo de 1991)

Tras el concierto fuimos a “picar” algo a un abarrotado local cercano, y entre un abundante lacón a la gallega, queso, chorizo y lomo ibérico, un poco de vino y algo de pan, Ernesto Ladrón de Guevara nos relató su día a día de ser humano amenazado por los asesinos de ETA, sus paseos cotidianos acompañado por sus escoltas, el vacío que sufre en su entorno casi más inmediato, el sufrimiento traumático de su mujer… Hablamos, claro, del problema de la educación en las ikastolas vascas (centro neurálgico de ideologización y siembra de sentimentalidad nacionalista), del lavado de cerebro que a través de la educación y el permanente apelar al sentimiento nacionalista experimentan los jóvenes. Hablamos de su acercamientos teóricos sobre cómo los nazis del intoxicador Goebbels actuaron en la Alemania de los años veinte y treinta de manera parecida a como se actúa ahora en algunas zonas de España. Y hablamos, también, de los pasos muy probablemente irrevocables que se están dando tendentes a la fragmentación definitiva de España, y a la ruptura y desintegración de una de las naciones más antiguas de Europa.

En la madrugada del sábado al domingo me refugié en la cama con la seguridad absoluta de haber tenido la inmensa fortuna de compartir música, mantel y palabra con un verdadero héroe en la lucha por la libertad y la igualdad en nuestro país; con un trabajador infatigable por la modernidad y la racionalidad frente a la barbarie oscurantista y retrógada de un nacionalismo construido desde la invención y perversión de una Historia edificada sobre los cimientos del sentimiento, y no sobre los del discurso ilustrado. Y apenas “pude pegar ojos” en toda la noche, consciente quizá por vez primera en mi vida de mi cómodo vivir diario, de mi “compromiso adocenado y amaestrado” con la realidad histórica de mi país, de mi cobardía grata y llevadera entre algodones..., mientras a pocos kilómetros de mi escenario tranquilo hay hombres y mujeres que diariamente se la juegan por mi propio futuro, por la decencia y la dignidad de nuestra sociedad, por la razón y palabra frente a la sinrazón sentimental y las balas en la nuca.   


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Tuesday,18 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Un joven Julio Maruri lee una carta de J.R. Jiménez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,609 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Para mí todo empezó contemplando una foto. Sin duda la primera vez que vi esa foto fue el tres de diciembre del año 1992. Lo puedo asegurar con tanta precisión porque dicha fecha es la que figura al pie de la dedicatoria que en la tercera página de Desde el borde de la memoria me escribió su autor, Aurelio García Cantalapiedra, el mismo día en que compré el libro.

Recuerdo que pasé la noche hojeando una a una todas sus páginas, dedicando además especial atención a las imágenes que las ilustran poniendo rostros y escenarios en blanco y negro a buena parte de la vida cultural y artística santanderina del pasado medio siglo. La foto a la que me refiero desde luego estaba allí, más concretamente en la página doscientas treinta y tres del libro, como ahora mismo compruebo, y tuve por tanto que detener la mirada sobre ella aunque sólo fuera durante un mínimo instante. Sin embargo aquel primer contacto visual con la foto no causó en mí ninguna impresión especial, quedando mi memoria libre de cualquier signo que apuntase lo contrario.

Pero ni siquiera tuvo que transcurrir un año para que la foto volviese a aparecer en mi vida, y esta vez sí, para dejar en ella una huella del todo imborrable. Acababa de terminar el verano de 1993 cuando acudí al Palacete del Embarcadero de la Autoridad Portuaria de Santander para ver la exposición del fotógrafo y pintor Ángel de la Hoz, antológica que se celebraba conjuntamente en dicho espacio y en la sala de exposiciones del Centro Cultural de Caja Cantabria en la popular calle Tantín de Santander.

Julio Maruri en 1949 (foto de Ángel de la Hoz)

Julio Maruri en 1949 (foto de Ángel de la Hoz)

La hermosa sala estaba tan abarrotada de gente que realmente se hacía difícil poder echar un provechoso vistazo a los trabajos expuestos, buena parte de ellos realizados en la década de 1950. Con todo, pude disfrutar de los logrados retratos de conocidos personajes como Tàpies, Ana Mariscal, Vladimir Romanov, Antonio Quirós, Gerardo Diego, José Hierro , Pancho Cossío, Álvarez Ortega..., y también de los de desconocidas mujeres que entonces me parecieron, quizá por sus aires y nombres de evidencia extranjera, de una belleza apabullante, inalcanzable y prohibitiva en su sofisticación.

Repito, deambulaba curioso por la concurrida sala cuando mis pasos me guiaron justo ante la foto, reproducida para la ocasión a un enorme tamaño. Al instante quedé prendado de ella, sí, prendado, esa es la palabra justa, no hay otra más adecuada para describir lo ocurrido. En este mismo instante, cuando la contemplo impresa en la blanca página de un libro, siento con penetrante claridad cómo continua fascinándome. Ahora intentaré explicar algunas de mis razones.

El retrato/bodegón de Ángel de la Hoz, realizado en un elegante blanco y negro, es de una acusada perfección técnica en su formato rectangular, con una composición de clásica estructura piramidal que me parece muy atractiva y acertada desde un punto de vista visual y comunicativo. En él vemos, por medio de lo que en cine sería un plano medio, a un hombre joven sentado ante una mesa leyendo una carta escrita a máquina. El fondo del plano está completamente oscurecido y nada puede adivinarse del entorno, lo que ayuda al espectador a concentrar toda su atención en la figura del joven lector. A éste sólo le vemos de medio cuerpo hacia arriba, quedando el resto de su fisonomía oculta por la mesa, que ocupa toda la parte inferior de la imagen, materializando así un ámbito humano y corpóreo enfrentado a la omnipresente e inaprensible oscuridad circundante. Sobre la mesa de madera hay, en primer término, dos elementos que por un lado humanizan el espacio y por otro ayudan a caracterizar al personaje: un sobre con las direcciones del emisor y receptor de la carta, colocado de cara al observador, como si alguien quisiera facilitarle al mismo el conocimiento del origen y destino de la misiva; y una jarrita de cristal transparente llena de agua que alberga una cerrada rosa con su largo tallo y todas sus hojas verdes desplegadas.

El joven lector, por su aspecto e indumentaria, bien pudiera pasar por un estudiante de doctorado en letras de Oxford o Cambrigde, un personaje que físicamente hubiera encajado bastante bien en el ambiente universitario inglés que con tanta precisión e ironía describe Evelyn Waugh en su obra maestra de 1946 Retorno a Brideshead. El joven lector tiene grandes gafas de fina montura metálica; luce un pelo abundante, lustroso, peinado con raya a un lado y con un mechón rizado que cae sobre la frente, otorgando al conjunto un aire de comedida rebeldía. Viste camisa blanca con rayas, corbata oscura, jersey de cuello en pico y una chaqueta de franela. Los dos brazos están apoyados en la mesa de madera. El izquierdo está casi extendido sobre la tabla, su mano sostiene la carta mecanografiada y entre dos de sus dedos humea un cigarrillo con picadura. El derecho forma prácticamente un ángulo de noventa grados para sostener con comodidad la cabeza cuyos ojos aparecen fijos en el papel escrito. Sin embargo, la disposición general del cuerpo, su arquitectónica y estudiada puesta en escena, no transmiten concentración, esfuerzo, tensión o marcado interés por lo que los ojos observan, si no más bien una cierta dejadez refinada, lacónica pero afectada, la languidez trabajada e ingenua de quien desea aparecerse, revelarse en el papel fotográfico, probablemente como desea que los demás lo vean, lo piensen y lo sientan, como un artista, tal vez como un poeta.

Sí, desde hace años esta foto atrae siempre que la veo mi atención. No sé si es la mejor de su autor, pero es con diferencia la que más me gusta de todas cuantas de él he visto. Ahora cojo una lupa y sin esperanza alguna, por pasar un rato jugando a detectives, la dirijo hacia las letras que aparecen en el sobre. No, no lo puedo creer, en la parte superior del sobre puedo descifrar con alguna dificultad, sí, pero sin albergar ninguna duda, el nombre y dirección del remitente. J.R. Jiménez Queensbury Road, Riverdale, Maryland; y en el centro el nombre del destinatario, Pedro Gómez Cantolla, director de la revista literaria santanderina Proel.

El joven que junto a una rosa fresca lee con aire indolente la carta de Juan Ramón Jiménez a Pedro Gómez Cantolla, carta que muy probablemente contenga o hable de la colaboración del poeta exiliado en el número especial Primavera-Estío (1950) de Proel, es Julio Maruri. La foto está fechada en 1949, cuando Maruri contaba con veintinueve o treinta años de edad, había publicado ya sus dos primeros libros de poesía, también había realizado su primera exposición como pintor en el santanderino “Saloncillo de Alerta”, y no le quedaban muchos meses por delante para tomar una drástica decisión que marcaría un antes y un después en su vida: tomar el hábito del Carmelo, abandonar para siempre Santander y convertirse durante muchos años en fray Casto del Niño Jesús.

Es decir, la foto de Ángel de la Hoz ofrece a la posteridad la imagen de Julio Maruri cuando se encontraba en el punto álgido de su breve pero decisiva carrera como poeta de la llamada “generación proelista”, cuando era atendido y recibido por poetas mayores de la talla de Vicente Aleixandre o su paisano Gerardo Diego, cuando formaba parte junto a José Hierro y José Luis Hidalgo del pronto malogrado terceto de una de las más prometedoras hornadas de la joven poesía montañesa, cuando estaba a punto de enfrentarse a una grave crisis personal que trastocaría sin remedio y por completo toda su existencia, y de la que muy probablemente nunca sepamos toda la verdad.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,17 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Javier Bardem, Reynaldo Arenas y Cuba]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,608 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Decididamente los españoles somos los reyes del surrealismo, es decir, de superar bien por arriba o bien por abajo la realidad. Nos la saltamos haciendo unas piruetas increíbles, y somos capaces de logros impensables para otras mentalidades, para otras formas de estar y ser en el mundo.

En las últimas semanas he podido disfrutar de algunos ejemplos de lo dicho que fluctúan entre lo conmovedor y casi lo decididamente absurdo. De alguno de ellos escribiré más adelante, pero hoy, leyendo la prensa diaria, ha llamado mi atención otro ejemplo impagable de esta forma surrealista de ser español, de comportarse como español por los mundos todos.

El presente caso lo protagoniza un conocido actor de cine, el señor Javier Bardem, cabeza internacional y muy visible de una familia española decididamente surrealista, buñuelesca, felliniana..., pónganse los adjetivos que se quieran que encajen de alguna forma con el perfil. El señor Bardem en la actualidad desarrolla su trabajo en los EE.UU de América de forma brillante, actuando bajo las órdenes de cineastas de la categoría y trayectoria de Woody Allen, Milos Forman, o los hermanos Cohen, y parece no haber tenido excesivos problemas para integrarse en el sistema creativo y cinematográfico del mencionado país, actual superpotencia imperial e imperialista, como él quiere subrayar de vez en cuando, sobre todo fuera de las fronteras de la mencionada potencia.

Pues bien, el señor Bardem, actor insigne, como artista parece no tener reparos en trabajar en la zona dólar del mundo, zona en la que la libertad de opinión, ideas y actuaciones parece bastante bien lubricada, al menos en comparación con otras zonas y geografías del mundo en las que dicha libertad está bastante más restringida.

Javier Bardem interpretando a Reynaldo Arenas

Javier Bardem interpretando a Reynaldo Arenas en la película Antes de que anochezca

El señor Bardem, como ciudadano, que no como actor, no parece sin embargo en exceso contento con el sistema de ideas y conceptos en el que vive y trabaja (el occidental, el nacido de la herencia grecolatina y cristiana, el de economía capitalista), y se declara proclive cada vez que puede a otros sistemas a los que denomina más “progresistas”.

Su última actuación en este sentido, la de eminente carácter surrealista, es la de viajar a Cuba y declarar en el periódico del partido único, el comunista, que a los señores Bush, Blair y Aznar habría que juzgarlos por “crímenes de guerra”. Sí, tiene gracia la cosa. El ciudadano Bardem, candidato al Oscar de Hollywood por su magnífica interpretación de un poeta homosexual cubano (Reynaldo Arenas) que fue perseguido y humillado de forma inmisericorde por la dictadura castrista y tuvo que morir en el exilio norteamericano, no tiene ningún inconveniente en visitar puntualmente la Cuba del tristemente longevo dictador Fidel Castro, y una vez en ella, pedir cárcel y persecución para tres dirigentes políticos occidentales elegidos democráticamente por sus respectivos pueblos: el norteamericano, el inglés y el español.

Sin embargo, no tiene los mismos redaños para ir a Cuba (sabiendo lo que sabe del país después de su estupenda interpretación) y declarar en el medio del partido único a favor de la libertad en la isla, de la aplicación de los derechos humanos para sus ciudadanos, de la salida de la cárcel de los poetas y escritores que piensan y escriben contra el régimen...

El actor Bardem trabaja ahora en Hollywood y cobra, bien supongo, en dólares americanos. El actor Bardem ha estado nominado al Óscar por representar el drama vital y existencial de un estupendo poeta cubano perseguido por la dictadura castrista. El ciudadano Bardem goza de las libertades y derechos que le proporcionan en occidente las ideas y principios representados (para bien y para mal) por los señores Bush, Blair y Aznar. El señor Bardem ejerce su legítimo derecho a la crítica y a la libertad de expresión para cargar cuando le place contra los países y sistemas que le permiten dicha libertad. El señor Bardem pide la intervención de la justicia internacional contra tres dirigentes democráticos a los que califica como “criminales”, y lo hace en una isla gobernada durante décadas por un dictador comunista que se pasa por el forro de sus caprichos los Derechos Humanos todos, que persigue a los homosexuales, que encarcela poetas y periodistas, que tortura..., y que ha provocado el exilio masivo de miles y miles de sus conciudadanos. Pero ante el dictador Fidel Castro y su régimen absolutista de terror, el actor y ciudadano Bardem se la envaina, se calla como un muerto, se baja los pantalones como un cobarde, mira hacia otro lado, pone cara de gilipollas y todo lo justifica desde la imbecilidad innata de su “progresismo” de chiste y manual polvoriento.

Me repugna la abierta cobardía del ciudadano Javier Bardem, el uso continuo de su doble tabla de medir, su cultivada miopía conceptual, se mala fe, su ignorancia gratuita y prepotente. Pero dejemos al actor Javier Bardem siendo portada de las revistas de moda norteamericanas posando vestido de Armani, y dejémosle también viajando a la vez a la Cuba de Castro para pedir que Bush sea juzgado por criminal. Insisto, es surrealismo puro y duro. Lo que no me puedo quitar de la cabeza es qué pensaría si aún viviese el poeta Reynaldo Arenas de toda esta historia y del actor que se metió en su piel para acabar bajándose indignamente los pantalones ante Castro y sus secuaces del diario Gramma


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,14 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Thelonius Monk en español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,607  

Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Sin duda me será difícil olvidar aquella tarde en la que en la Filmoteca de Cantabria vi el documental sobre el pianista Thelonius Monk (1917-1982), Straight no chaser, producido por el gran Clint Eastwood. La impresión general del trabajo era exactamente la de haber seguido y grabado cámara en mano a un genio en estado puro, con todas sus flaquezas y desventuras, con todo su arte inmenso estallando (nunca mejor dicho) en cada golpeo de tecla en el piano. Thelonius Monk, a lo largo de buena parte de la película, parece completamente ausente, ensimismado en un mundo interior al que nadie puede acceder, en el que sólo habita él. Su voz grave de barítono convencido, sale de su boca permanentemente en estado de pérdida, reflejando un extravío, encarnándolo..., o mejor dicho, evidenciando que el hombre al que pertenece no pertenece (valga la redundancia) a este mundo, se muestra ajeno a él, y recorre en las largas y bien asfaltadas autopistas de su mente geografías nunca antes transitadas, y lo hace además a velocidades inhumanas. Seguir en la medida de mis posibilidades viaje tan esencial, tan personal, es lo que llevo haciendo desde hace tiempo escuchando los discos de Thelonius Monk.

Straight no chaser (primeros dos minutos; colgado en YouTube por Tocadiscoshumano)

En Straight no chaser nos topamos de bruces con un hombre absolutamente único en estado puro, un hombre que sólo se deja ver por los demás cuando se sienta al piano del que saca unos sonidos nuevos, nunca antes escuchados, una música que habla de nuestro tiempo, que contiene la contemporaneidad, y que a la vez podría pertenecer a cualquier época, a cualquier tiempo, a cualquier cultura..., porque contiene todas, todo. Monk es al jazz, a la música en general, un punto y aparte insoslayable. Quien tenga la fortuna de ver Straight no chaser  no le cabrá ninguna duda de lo que digo en esta página.

Otra parte del documental Straight no chaser (colgado en YouTube por DonCarlo4Broadway)

Por eso no dudaré ni un solo instante en agenciarme en cuanto pueda la biografía del genial compositor y pianista negro que en español ha publicado o va a publicar Alba editorial. Nada, o casi nada hay publicado en nuestro idioma sobre Monk, a pesar de que la crítica especializada apunta a que el libro es un acercamiento muy personal de su autor, Laurent de Wilde, más que una biografía rigurosa y con vocación completamente abarcadora. La razón, apuntan, es que de Wilde es también pianista, y que no tiene bien engrasados los engranajes necesarios para escribir informando y a la vez narrando una vida, contando una historia como si de una novela se tratase, una novela que se atiene, lo más posible, a la realidad histórica.

Laurent de Wilde: Monk (Alba Editorial)

Laurent de Wilde: Monk (Alba Editorial)

Pero Monk es tan grande, es tan esencial su aportación a la gran música del siglo XX, que puede aguantarlo todo, un libro en español que nos acerque a él y a su música es, desde luego, todo un acontecimiento, aunque sólo sea un acontecimiento para unos pocos elegidos. 


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Wednesday,12 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Antonio Machado, un patriota español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,606  

Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Cuando con motivo de mi participación con una conferencia en el Congreso machadiano celebrado en la ciudad de Soria a finales de septiembre de 2007, me acerqué nuevamente y con ánimo expectante a la vida y a la obra del poeta sevillano después de algún tiempo sin hacerlo, dos aspectos llamaron muy poderosamente mi atención, dos aspectos sobre los que sin duda ninguna había leído ya abundantes referencias en bibliografía varia, pero sobre los que apenas había reparado en anteriores ocasiones, quizá porque nunca me habían parecido muy importantes, o quizá, dicho con otras palabras más certeras, porque nunca hasta la fecha habían tenido un peso específico en mi personal conformación y acercamiento al mundo.

Antono Machado

Me estoy refiriendo, en primer lugar, a su sincero e insobornable amor a España, un sentimiento de tal hondura, valentía y “radicalidad” que, de haberse dado en estos tiempos tan confusos y tan poco proclives al patriotismo y la defensa de la España, situaría al poeta Antonio Machado en la nebulosa geografía de lo inverosímil, lo colocaría indudablemente en el campo minado de lo “políticamente incorrecto”, y casi con toda probabilidad, si el poeta Antonio Machado hubiese publicado en algún periódico de tirada nacional de nuestros días alguno de sus sentidos cantos de amor a España, sería tildado inmediatamente por la caterva de “progres” de distinto pelaje que por estos lugares habitan como de repugnante “fascista españolazo”. Lectores, pueden creerlo, Antonio Machado era un patriota, un patriota español.

Y en segundo lugar me refiero a su visión y tratamiento poético del paisaje, personaje central de su obra con el que establece sin descanso una muy particular relación, y que viene a materializarse en pulso metafísico, en escenario determinante en el ser y en el estar del poeta Machado, del hombre Antonio, un español al que pocas dudas nos pueden caber ya, le helaron para siempre el corazón entre los unos y los otros, entre los de un lado y los del otro, entre quienes se sitúan en alguna de las orillas de las supuestas dos Españas, esas que nunca, nunca han dejado respirar y crecer del todo a la tercera, la del sentido común, el desarrollo, el crecimiento y el avance en libertad en una dirección consensuada por la mayoría.


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Tuesday,11 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La poesía de González Fuentes por González Iglesias]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,605  Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Cuando publiqué el libro Atlas de perplejidad (Icaria, Barcelona, 2004), compendio de mi poesía en prosa publicada ante los años 1989 y el año 1995, es decir, entre mis 24 y mi 30 años de edad, tuve la enorme dicha de que prologase el libro uno de los más importantes poetas de mi generación, uno de los poetas que ya vaticino desde esta página está llamado a ser referencia inexcusable en la poesía en español contemporánea. Me refiero a Juan Antonio González Iglesias. Él comparece hoy en estos Ojosdepapel mientras yo respiro aires irlandeses pre-navideños en un Dublín que no sé cómo va a recibirme. Les dejo con Juan Antonio, con mi buen amigo González Iglesias.

Juan Antonio González Fuentes: Atlas de perpejlidad (Icaria, Barcelona, 2004)

“Juan Antonio González Fuentes debe ser percibido en la literatura española contemporánea como un poeta independiente. Uno de nuestros independientes de calidad, o, me atrevería a decir, de lujo. Decir poeta independiente debería ser una redundancia, pero es un valor. En nuestras letras pocas poesías como la suya entregan un fruto tan logrado de lo mejor de la tradición noble y lo mejor de la libertad de las vanguardias. Libertad en la forma, en su poesía en prosa o en sus versos sin servidumbres. Libertad en sus imágenes insólitas. Por otro lado, esa libertad se inserta en la estirpe de la alta poesía intelectual, espiritual y moral. Alta poesía moral la de este poeta antropológico y cosmológico, que en cada texto se juega su condición humana en el universo. El hombre en el mundo: lo que ha de ser un verdadero poeta, eso es González Fuentes. Enfrentándose con valentía y belleza a su propio destino. Por una analogía misteriosa, cada poema suyo es, dicho casi con sus propias palabras, "el balance de todos sus días".

La edad es siempre un factor poético, porque el tiempo nos constituye tanto como constituye a la poesía. González Fuentes nos cuenta que la cercanía de los cuarenta años ha movido la publicación de este libro. Pero, como suelen hacer los que viven con cierto desajuste, hace mucho que tiene prevista su propia madurez: en la primera sección de Atlas de perplejidad, "Del tránsito y su pérdida" (datada hace aproximadamente quince años) podemos leer: "Caminaré hacia donde la existencia sea abierta a los vientos todos... forjando así un destino sin regreso... sin residuo joven". Se prevén epitafios, se otea la muerte ("tu mirada se detendrá en aquella edad en la que nunca osaste perecer"), se añoran los dioses, incluso se vislumbra "una eternidad sin faunos". No parece casual que el último poema se cierre "con el sabor del verano en los labios" y una fórmula implacable: "eterna despedida".

En algún momento ha hablado González Fuentes de la infinitud que corresponde a la poesía, como encargada de lo indecible. Quizá la perplejidad nombrada en este libro tenga algo que ver con ello. Ya la Guía de perplejos de nuestro filósofo cordobés se resistía a una traducción simple, y algunos la entienden como orientación para desorientados. Puede que ésas sean las coordenadas íntimas de este Atlas. Y aunque en él se encuentran poéticas explícitas, me he permitido subrayar algunas líneas que me han parecido excelentes definiciones de la poesía: "desnudar el canto", "salvación de gramática perdida", "el abrazo con todo lo inconcluso" o "sutil acto de deletrear sin vocales la oscuridad que tanto extraño". Autorretratos exactos de esta prosa poética fronteriza con el misterio, en ellos se define también toda auténtica poesía.

Por todo ello, la realidad no se nombra aquí de manera inmediata casi nunca. Sin embargo, la frecuencia del mar y algún apunte de la ciudad del poeta muestran el anclaje directo en las cosas del mundo que tiene esta escritura. Otro ejemplo: a fuerza de omisiones, la mujer y el amor protagonizan bastantes textos. Se esboza un estudio de lo que se ha llamado el eterno femenino. Si se presta atención a cada una de sus palabras, los poetas elípticos y poco narrativos –y González Fuentes lo es– resultan los mejores para contar historias de amor.

Hay mucho pasado en estos poemas y mucho futuro. Pero prevalece el presente, como corresponde a la madurez. Un presente hecho de contemplación y de tránsito: "asisto", "cruzo", "voy", "marcho como el mármol final de un sueño". La conciencia extrema de la fugacidad puede dar lugar a una inmovilidad desesperante. Esa paronomasia –marcho / mármol– ¿no transmite un angustioso imposible? Ahí está la clave de su nostalgia de la acción: cierto vocabulario heroico, cetros, enseñas, misterios, los dioses o al menos el nombre de los dioses... Por otra parte, el contemplativo se ve abocado literariamente a dos extremos: lamentarse o fundirse. Así su anhelo de coincidir con el tiempo da formas contemporáneas a dos antiguos géneros. La elegía retorna devastadoramente, con la memoria del tema de la rosa: "Helado instante, cementerio de batallas... Te veo marchar con la velocidad rugosa de las flores". En la voluntad de fusión con el transcurso de las cosas se reconocen también los residuos de la mística: "me aficiono a toda duración".

Corresponde al poeta lanzar las exclamaciones que los demás no lanzan: "Con qué exacta lentitud el mar pospone su inocencia". También formular interrogaciones únicas: "¿Qué nada te une a mí, piedad exquisita, en amor tan estéril...?" No hacen falta más pruebas de que González Fuentes cumple igualmente con la custodia de la belleza del idioma. Por otra parte, no se arredra ante la crítica moral, incluida la autocrítica, con algún brote de ironía: "formo parte de una fraternidad... complacida ante la piadosa liberalidad del autoengaño". Lo cierto es que en un contexto cultural pobre o débil, como el que nos ha tocado vivir, no cabe duda de que poeta es alguien que quiere "conocer el nombre de los dioses". Sobre todo, el que declara con inequívoca rotundidad: "me acojo a la intensidad de la excepción". Ahí lo dejamos.


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Friday,7 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Haikus sin estación]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,604 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Ya publiqué tiempo atrás en estas mismas páginas unos haikus. Creo que ya explicaba entonces que el haiku es una forma de poesía tradicional japonesa, conformada por sólo tres versos, el primero y el último de cinco sílabas, y el segundo de siete. No puedo haber haikus fuera de la lengua japonesa, estamos de acuerdo, pero la poesía occidental ha adoptado la estructura y el sentido para llevarlo a su terreno, y condensar en un poema muy breve todo un espíritu metafísico y evocador.

De un tiempo a esta parte practico la escritura de haikus como un ejercicio lírico e intelectual, como una gimnasia mental para ejercitar la musculatura del concepto y la música en el poema. A la serie que llevo compuesta la he dado por título general Haikus sin estación, pues no pretenden, como sí lo hacen los canónicos japoneses, encerrar en la estructura musical descrita la naturaleza y las estaciones. Yo sólo pretendo la música y el concepto, la idea... ¿Sólo? Ahí va una selección de los escritos en las últimas semanas. 

 

Ojos cerrados,
relámpago de exilio,
huella insondable

*
Como en un bosque,
hojas entre el silencio,
roce de viento

*
Cantar de polen
y voz ensimismada:
ojo en el papel

*
Lo que veía
me hubiera gustado ser:
trigo maduro

*
Nieve reciente
para dormir el fuego:
árbol e invierno

*
Su centro en torno,
hacia lo alto su piedra,
tu ángel al revés

*
Divaga el viento,
nunca vuela por nadie,
se desconoce

*
Mide el límite
los signos del naufragio,
cosecha espinas

*
Luz que celebra
Eros en lo pequeño,
pétalo en rama

 


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Wednesday,5 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Historia de una foto]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,603 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Algunos lectores muy próximo a mi me han preguntado por la nueva foto que ahora ilustra mis trabajos en Ojosdepapel. Esta es la historia de la foto en cuestión, perdónenme por favor el mal gusto de hacerme protagonista del relato.

Era sin duda el comienzo de la primavera del año 2007 en la ciudad de Santander, aunque no recuerdo así de pronto el nombre del día, ni su número, ni su semana ni su mes. Sé que iba andando por las calles del centro de la ciudad cargando con libros y el periódico. Los libros eran La caza salvaje de Jon Juaristi, (novelón que leía por encargo de Ojosdepapel, revista electrónica que tiene el lector abierta ahora mismo en su pantalla), y varios ejemplares de la Antología del poeta Alejandro Gago, trabajo publicado por la editorial barcelonesa Icaria y con edición y estudio introductorio firmado por mi. El periódico era el local, El Diario Montañés.

Debía llevar conmigo durante el paseo los varios ejemplares de la antología de Gago porque seguro me acababan de llegar por correo desde la sede de la editorial en la ciudad Condal. No lo recuerdo bien, pero lo más probable es que yo saliese del edificio de arquitectura montañesa que alberga la central de Correos en Santander, justo al lado del Banco de España y el Hotel Bahía, pegado a la estatua de Alfonso XIII y del parking público que ETA se encargó de destrozar hace unos años y que aún sigue rehabilitándose y urbanizándose de cara a su inminente reapertura.

Sin duda ninguna por eso iba paseando por los llamados Jardines de Pereda, los más antiguos y urbanos de la ciudad, situados en su comienzo justo enfrente de la casa en la que vivió el escritor de Sotileza, y que desde hace casi un siglo rodean con sus árboles y caminos decimonónicos el gran monumento que la ciudad erigió para olvidarse de una vez para siempre del hidalgo escritor.

No debió de ser muy lejos del monumento a Pereda y su obra, donde me topé cargado como iba con Jesús Alberto Pérez Castaños, un hombre, una naturaleza de imposible reducción a las pocas líneas de un párrafo. Cuando en El hombre tranquilo de John Ford, el personaje de Michaleen Flynn, interpretado admirablemente por Barry Fitzgerald, exclama de vez en cuando ¡Homérico!, para dar expresión a algo inconcebible, siempre me ha venido a la mente el homérico Jesús Alberto, artista en el sentido más amplio de la palabra, y verdadero personaje capaz de llamar la atención tanto en un film de Almodóvar como en uno de Tarantino o los hermanos Cohen.

Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes (foto de Jesús Alberto Pérez Castaño)

Descubrí a Jesús Alberto en medio de una de sus cacerías artísticas, en uno de sus secretos safaris fotográficos llevados a cabo sin aspaviento alguno por las calles de la ciudad, por los acantilados y campos de la región, por sus montañas más excelsas y sus sumideros más incontrolados. El “arma” de Jesús Alberto no parecía a simple vista la de un gran profesional de la fotografía, pero con su en principio modesto artefacto él iba capturando imágenes con completa entrega. Imágenes que, pasados unos cuantos meses, me enseñó reveladas a tamaño artístico (nunca mejor dicho) no hace mucho en un local de Santander, dejándome por completo impactado debido a su calidad artística, a su “intención”, a su notable lirismo y a la vez contundencia expresiva, a su parentesco con el buen cine, en definitiva, por su hermosa y nada narcisista hondura.

A Jesús Alberto lo había leído, y, por supuesto, también “lo había visto”, es decir, había visto en muchas ocasiones sus pinturas absolutamente personales y reconocibles en salas de exposiciones y en libros y catálogos. Pero además, a Jesús Alberto lo conocía de compartir durante varias temporadas tertulia radiofónica en Radio Santander, Cadena Ser, donde creo que llegamos a formar una pareja de tertulianos con bastante gracia y gancho. De la relación que nació en aquellas tertulias surgió una amistad que me ha granjeado no pocos momentos memorables, además de algún que otro catálogo y proyecto expositivo que, comisariado o coordinador por el infatigable Jesús, ha sumado poesía, música y artes plásticas en exposiciones o eventos artísticos de carácter multidisciplinar e impacto innegable.

Bien, la cuestión es que una vez nos reconocimos paseando por el paseo, valga la redundancia, Jesús Alberto, cámara en ristre, me espetó sin remilgo alguno que quería inmortalizar la casualidad, y me propuso ser “víctima” retratada de su objetivo. No me negué. En ese momento pasaba por allí Cioli, personaje que hay que ser muy de Santander para ubicar con rapidez en la mitología simpática y cachonda de la ciudad.

Cioli, panadero jubilado, pasa desde su juventud, y ya no cumple los ochenta, el día y la tarde en la playa de la Magdalena, sea invierno o verano, llueva, nieve, granice o haga un calor de espanto. Él no abandona la playa enfundado en su apretado speedo, haciendo gala de una piel morena y tosca que podría muy bien competir con la de cualquier morsa. Cioli lleva al cuello unos prismáticos, y un traje de baño en la mano, no para cambiarse, si no para que los humanos en peripecia de ahogo, puedan agarrarse a algo mientras él los saca del agua. En la playa de Los Peligros, pegada a la Magdalena y a Bikinis, una placa municipal atestigua que el bueno de Cioli ha salvado más de cien vidas, desde que se decidió a ser paisaje playero muy por encima de simple ciudadano.

La primera foto me retrató con Cioli, y aunque nunca he visto la imagen resultante, he de decir que me enorgullece saberme inmortalizado con la morsa humana, con ese salvavidas de carne y hueso que deambula atisbando la mar día y tarde a los pies del Palacio de la Magdalena, casa real y universitaria. El resto de las fotos las hicimos en un escenario literario y decimonónico, algo que, al parecer, a mi me va que ni pintado. A tal efecto nos “colamos” en el amplio monumento a Concha Espina, muy cercado al que tiene su hijo Víctor de la Serna, y ambos próximos al dedicado al autor de Peñas Arriba.

Concha Espina fue más que escritora mujer de mérito. Dejó plantado a su señor esposo por impresentable, y sacó adelante a su prole escribiendo en una España decididamente mostrenca y pobre. No le fue del todo mal, e incluso estuvo a punto de obtener el Nobel, al parecer sólo le falló el apoyo de la Academia Española, es decir, de los suyos, de los nuestros, caínes entrenados.

Ni corto ni perezoso me introduje en la piscina vacía de agua pero llena de preciosa piedra blanca en la que descansa la figura inerte de la escritora, y Jesús Alberto colocó mi calva facha junto a la melenuda y barbuda máscara de bronce que escupe el agua que debería remojar a doña Concha, la señora Espina. Jesús Alberto disparó y ahí quedé inmortalizado, o para ser más exactos, “mortalizado” para casi siempre en el interior seco de un monumento húmedo. A un lado de la foto el mar, al otro la fachada de las casas buguesas del Paseo de Pereda, detrás, muy cerca, los árboles y jardines del escritor carlista, y delante Jesús Alberto y su cámara.

Esta es la minúscula historia de la foto que ahora ilustra mis páginas en Ojosdepapel, la historia de un día de primavera en una pequeña ciudad de provincias en la periferia española de la periférica España. Carpe diem, oh capitán, mi capitán! 


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Tuesday,4 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Isaac Albéniz por Daniel Baremboin]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,602 Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

Fundamentalmente a partir de la aparición en la escena musical europea del violinista Paganini y del pianista Liszt, se inauguró una etapa en la que la ejecución virtuosística cobró una enorme importancia, una época en la que si un intérprete poseía grandes dosis de técnica y personalidad podía convertirse en algo muy parecido a lo que hoy es una gran estrella de la música pop. Isaac Albéniz participó de esa “moda” y siendo niño logró ya una merecida fama mundial como virtuoso del piano, consiguiendo exhibirse en auditorios, salas especializadas e incluso circos, donde llegó a tocar de espaldas al teclado y con las manos al revés.

Esta faceta espectacular de Albéniz enseguida se enriqueció con su capacidad de trabajo y disciplina, cualidades que sin duda fueron potenciadas por el riguroso Franz Liszt, quien dio clases al joven barcelonés. Albéniz escribió óperas, piezas orquestales, canciones, operetas, pero la presencia de su nombre en el repertorio actual se debe fundamentalmente a su música para piano. Una música recorrida enteramente por melodías pertenecientes a la tradición popular andaluza y de otros lugares de España, y en cuyo corpus sobresale Iberia, obra maestra de la escritura pianística del siglo XX.

Isaac Albéniz

Isaac Albéniz

Compuesta entre 1906 y 1908, Iberia está estructurada en cuatro cuadernos, cada una de los cuales contiene tres piezas evocativas de aroma español. Cecilio de Roda ha señalado que los doce números “son cuadros libres, de musicalidad personal, donde lo único que suele conservarse con pureza es el ritmo, entregándose tanto en las armonías como en las falsetas al (...) gusto de la escuela francesa contemporánea (...), son verdaderamente admirables por la poesía que de ellos emanan, por su gran riqueza técnica y por las dificultades que en ella ha acumulado y vencido el compositor”.

De toda la suite Iberia lo que a mi más me gusta quizá sea Triana (allegretto con anima), tercer número del segundo cuaderno, pues encierra grandísimas dificultades técnicas y es probablemente la más popular de toda la colección. En este número aparece el ritmo característico de la sevillanas mezclado con un apunte inspirado en una copla sevillana y una larga melodía muy desarrollada. En la parte central surge un canto en La mayor, pianísimo, de logrado efecto lírico. En la breve coda vuelve a dominar, como explica de Roda, el ritmo presente en la primera parte, terminado la pieza fortísimo con el apunte de copla.

Daniel Baremboin

Daniel Baremboin

Los dos primeros cuadernos de Iberia se los escuché tocar en el Palacio de Festivales de Santander a Daniel Baremboin en el verano de hace seis años. Acababa de grabar por aquel entonces estas páginas para el sello Teldec, y había tenido, en general, muy buenas críticas. De él se elogió su línea impresionista, que lo acercaba por ese lado a la gran Alicia de Larrocha, y el dramatismo de la interpretación, que lo acercaba por ahí a las interpretaciones raciales y apasionadas de Esteban Sánchez. Es decir, la crítica comparó la interpretación del músico argentino-israelí con la de los dos principales “monstruos” españoles del pianismo de Albéniz, y más concretamente de su Iberia.

Hay interpretaciones de la gran obra de Albéniz para escoger, sin duda, entre otras las tres subrayadas. Pero creo que es reseñable, y muy importante en general para la música española, que intérpretes de la proyección de Baremboin hayan grabado parte de nuestro repertorio, y más aún que lo incluyan en sus conciertos por las salas más importantes de todos los continentes. Albéniz por Baremboin, lo mejor de la música española del siglo XX puesta al día en los programas de mano de medio mundo.


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,3 dic 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Todo Beethoven por 100 euros]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,601  www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

No hace mucho tiempo escribía en estas mismas páginas sobre la aparición en el mercado discográfico mundial de toda la obra de Chopin editada en varios discos compactos por el sello holandés Brilliant a precio realmente muy asequible. El resultado artístico y económico de la aventura no les ha debido salir del todo mal a los inventores de la propuesta, pues ahora se atreven  en apostar por la misma idea pero llevada al caso de Beethoven, lo que implica un riesgo quizá mayor tanto en lo artístico como en lo económico, pues el número de discos es ahora considerablemente mayor.

Cien discos a un euro cada disco permite tener en la propia casa de uno toda la escritura musical del genio de Bonn al alcance de su reproductor de compactos, y en versiones que, sin ser tal vez las más excelsas del mercado o la historia de la fonografía, sí son interesantes y de nivel medio alto.

La obra musical de Beethoven es inmensa, y recorre muchos géneros y formas. Sin embargo, sus pilares básicos los conforman las sinfonías, los conciertos para piano y orquesta, las sonatas para piano, la Missa Solemnis, las óperas, los cuartetos para cuerda y las sonatas para violín y piano.

Ludwig van Beethoven

Ludwig van Beethoven

Pues bien, todo este corpus homérico, un universo de música que ofrece a cualquier ser humano una vida entera de escucha, análisis y disfrute atento, lo sirve el sello Brilliant en versiones realmente increíbles para que cuesten un euro por unidad, el precio de un litro de leche.

El sólido alemán Kurt Masur, ex responsable de la Filarmónica de Nueva York, a quien escuché hace unos veranos en Santander con la Nacional de Francia, dirige la integral de las sinfonías beethovenianas a la casi siempre espléndida y ya mítica Orquesta de la Gewandhaus de Leizpig. El magnífico pianista Frederick Gulda es el encargado de sacar adelante la integral de las sonatas y los cinco conciertos para piano y orquesta, páginas en las que le acompañan la Filarmónica de Viena dirigida por el siempre competente Horst Stein. La Misa Solemne es cosa de uno de los más grandes maestros británicos del siglo XX, Sir Colin Davis. Leonore y Fidelio, las dos óperas que escribió el de Bonn, se incorporan no en versiones inolvidables pero sí de un nivel muy bueno, a cargo respectivamente del norteamericano Herbert Blonstedt y de Christoph von Dohnanyi, de quien guardo un recuerdo imborrable en una 5ª de Mahler en Santander dirigiendo a la Orquesta de Cleveland. Los cuartetos de cuerda, esa Capilla Sixtina de la escritura musical de cualquier tiempo, la sirve el Cuarteto Guarnerius. Las sonatas para violín y piano son cosa en esta edición de dos mitos de la música culta del siglo XX, el violinista belga Arthur Grumiaux y la pianista rumana Clara Haskil.

Pero esto no es todo. Una vez ofrecida toda la obra beethoveniana en versiones de nivel bueno o notable, el sello Brilliant hace un espléndido “regalo” a quienes han comprado su propuesta, pues incluye nada más y nada menos que 15 compactos con grabaciones legendarias de obras del genio de Bonn. ¿Por ejemplo? La Tercera Sinfonía a cargo de Otto Klemperer, la ópera Fidelio al mando de Futwängler, la celebérrima Novena del año 1951 dirigida en Bayeuth por el mismo Futwängler, sonatas para piano a cargo de Solomon, Schnabel...

Todo, quiero insistir en ello en estos tiempos que se avecinan de alicaída economía, por la cantidad de 100 euros redondos, suma por la que ya casi no se puede comprar ni un jersey de marca, o por la que no se compran dos frascos de perfume francés o italiano. ¡Todo Beethoven, lo bueno, lo mejor, lo excelso y lo imprescindible en 100 discos por 100 euros! ¡Vaya regalo para estas Navidades que se nos echan encima! 


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,30 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[New Order]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,600    www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Al término del pasado siglo, en el trascurso de sus dos últimas décadas, se habló mucho del final de la Historia ante el aparente triunfo absoluto del sistema liberal democrático y capitalista y la debacle inapelable de todo lo que había supuesto el socialismo real.

Se habló entonces de un Nuevo Orden internacional, un New Order en el que los EEUU de América quedaban en el panorama internacional como la única superpotencia, como el único árbitro con capacidad para intervenir en los graves conflictos del mundo. Se supuso también que el sistema económico, social y político vencedor de la Guerra Fría iría imponiéndose poco a poco en todas las grandes áreas geográficas del mundo, y que en consecuencia, llegaría un momento histórico en el que la inmensa mayoría de los países del mundo tendrían el mismo sistema político y económico, es decir, habríamos llegado realmente al fin de la Historia considerada ésta en términos marxistas: hipótesis, tesis, antítesis...

Juan Antonio González Fuentes: Atlas de perplejidad (Icaria, Barcelona, 2007)

Juan Antonio González Fuentes: Atlas de perplejidad (Icaria, Barcelona, 2007)

Por aquellos años era yo un veinteañero estudiante de Historia y con ínfulas de escritor y poeta. Un jovencito de raíz y mentalidad burguesa, que había cultivado sus primera educación sentimental ajeno por completo al final del franquismo, etapa que había pasado, digámoslo así, a la sombra de las muchachas en flor bajo un toldo colorido y comiendo helados de tutti fruti en la Primera playa del Sardinero santanderino.

Y reflexionando sobre los acontecimientos históricos que envolvían entonces mis circunstancias personales, es decir, cuando pensaba en las sucesivas capas de circunstancias que cubrían mis propias y más elementales circunstancias, entendí la Historia, así, con mayúscula, como un gran escenario en el que se representa una obra inacabable y en la que intervienes durante una fracción de segundo y lo haces sin guión y sin frase alguna, siendo un color indistinguible de la masa incontable de figurantes que pisan el escenario en un sólo y único suspiro.

Entonces, veinteañero ahogado en las procelosas corrientes de una historia que hablaba de un Nuevo Orden que no se veían por ninguna parte en la cotidianeidad de la pequeña ciudad de la periferia española, periferia a su vez del centro del mundo si éste existe en algún lugar, escribí y publiqué este irónico poema en prosa que es a la vez un microrrelato y un tratado en dos retazos de escepticismo filosófico, en un libro titulado La última seguridad (Universidad de Cantabria), y que está integrado ahora en mi libro Atlas de perplejidad (Icaria, Barcelona, 2004). 

NEW ORDER
Primavera. El sol de la tarde sin prisas exploraba, discreto en certidumbres y sueño. La conversación trataba del fin de la Historia y de todos aquellos sus pesares. Mientras se discutía bajo la mirada de las musas juguetonas, ella sorbía su té sin voluntad de ausencia; era toda una dama. Y he de confesarlo, cuando implorando algunas bondades, la certeza de su pie desnudo descubrí junto a mí, quedó en eso incierto el futuro, y la historia y su dialéctica, grises nubes de ciudad sin importancia.


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Thursday,29 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La Sonata Aurora de Beethoven]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,599    www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

En 1802 Beethoven supo que era ya sólo cuestión de tiempo el que su sordera fuera completa y definitiva, lo que vino a suceder diecisiete años después, en 1819, cuando no podía oír el sonido de un orquesta y tenía que leer y escribir para comunicarse con los demás. Como es fácil imaginar, la noticia hizo mella inmediata en el talante del compositor de Bonn. A partir de esa fecha la crítica descubre la presencia de tres nuevos elementos en su música: la reflexión, la interiorización y la magnitud. Beethoven dejó atrás la etapa de joven brillante y talentoso para adentrarse en el camino de la madurez, aquel que más tarde le condujo a un lugar aún hoy desconocido para nosotros, y en el que tuvo experiencias que hicieron escribir al poeta Stefan Georg: “Beethoven respiraba el aire de otro planeta”.

A esta etapa que podemos llamar “intermedia” pertenecen algunas de las mejores obras del alemán: los cuartetos para cuerda “Rasumovsky”, el concierto para piano y orquesta nº 5, el concierto para violín, de la Tercera a la Séptima sinfonías, o las sonatas para piano “Appassionata” y “Waldstein”.

Arrau-Waldstein Sonata-Beethoven-Parte 1 (de lipolito)

La sonata nº 21 en Do Mayor, op. 53, compuesta entre 1803-1804, lleva el sobrenombre “Waldstein” porque Beethoven se la dedicó al conde Ferdinand von Waldstein, miembro de la orden de los caballeros teutónicos y músico aficionado que con sus influencias y amistades ayudó al joven Beethoven cuando a principios de noviembre de 1792 éste marchó por segunda vez a Viena para estudiar con Haydn. “Con su incesante aplicación, reciba de las manos de Haydn el espíritu de Mozart”, le escribió entonces el conde Waldstein al veinteañero Beethoven.

Arrau-Waldstein Sonata-Beethoven-Parte 2 (de lipolito)

Esta sonata, también conocida como “Aurora”, supone para la literatura pianística lo que la Tercera Sinfonía “Heroica” para el sinfonismo, es decir, un auténtico punto y aparte, un cambio revolucionario. Beethoven extrae del instrumento todas las notas de que dispone, creando un clima de intensa inquietud. “El tema inicial de la sonata -escribe Philippe Autexier- explota ya el contraste entre los extremos, grave y agudo. Una frenética pulsación del acorde en do mayor retumba en el bajo del teclado. ¿Ruido o música? Resulta difícil decirlo cuando, de ese universo lejano y caótico, surge, entre los agudos, como un rayo de luz. Y ese rayo infinito ilumina al fin la obra entera”.

Arrau-Waldstein Sonata-Beethoven-Parte 3 (de lipolito)

Con las sonatas Waldstein y Appasionata Beethoven consiguió que la intensidad y la fuerza expresiva se independizasen de la función armónica, dotándolas de una completa autonomía y ensanchando hasta límites entonces no sospechados las dimensiones del lenguaje musical de la forma sonata.


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Wednesday,28 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Juan Antonio González Iglesias por Juan Antonio González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,598  www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

La poesía de Juan Antonio González Iglesias es sin duda una de las aventuras literarias más originales, frescas y revulsivas del panorama poético español contemporáneo. En ella se mezclan con sabiduría inapelable dos ingredientes que la fatal ignorancia o no sirve o lo hace por separado en nuestra tradición más reciente.

González Fuentes y González Iglesias (dcha)

J. A. González Fuentes (izd) y J. A. González Iglesias en Almería, julio de 2000

Por un lado, la herencia estética y ética de los clásicos greco-latinos (que Juan Antonio conoce muy bien, entre otras razones, por las profesionales, ya que enseña Filología Clásica en la Universidad de su ciudad natal, Salamanca).

Y por otro,  la natural y nutritiva querencia por la cotidianeidad, por la propia vida (que siempre es, o mejor dicho, sólo puede ser, cuando está puesta en relación con el exterior, con los otros, con los demás).

Juan Antonio González Fuentes: Eros es más (Visor, 2007)

Cocinando estos ingredientes en la marmita de su experiencia vital y cultural, y añadiendo un poco de sal, algunas hierbas, y unas gotas de secreto, personalísimo e intransferible elixir, Juan Antonio González Iglesias obtiene una poesía que es rica en su músicalidad y profunda en su sentido; que se muestra permanentemente atenta a sí misma para ofrecerse mejor a los demás; que da mucho más de lo que exige; una poesía que es como él: sencillamente sabia, estimulante y nutritiva, porque hace camino con el corazón expectante y abierto siempre a las heridas del sentir, del vivir y del pensar libre, sin inútiles fuegos de artificio añadidos, conservando lo fructífero y humanizador de los avances, religándose permanentemente con vocación exploradora a las áreas secretas e inefables del existir con conciencia pública y personal.

Así, la poesía de Juan Antonio González Iglesias es, en definitiva, un latido plenamente vital y metafísico del vivir radical y consciente.  


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Tuesday,27 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Joseph Conrad, la biografía de John Stape]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,597
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Juan Antonio González Fuentes

Este año que está enfilando ya con decisión su recta final, es en el que se cumplen los 150 años del nacimiento de uno de los escritores más importantes e influyentes de la narrativa de tránsito entre el siglo XIX y el XX, Joseph Conrad, sobre el que ya he escrito en varias ocasiones.

Han transcurrido 80 años de la muerte del escritor polaco que narró en inglés, y visto con mirada retrospectiva su legado, puede decirse sin ambages que su escritura es de las que certifican la clausura de cómo se narraba en estilo decimonónico y de las que abren la espita para que puedan aparecer en el futuro inmediato escritores como James Joyce o Virginia Woolf. En este sentido, novelas como Lord Jim, Nostromo, El agente secreto o El corazón de las tinieblas son muestras precisas y magníficas de la manera en que el lenguaje escrito sirve para sumergirnos en todos y cada uno de los matices que conforman la condición de humana.

Joseph Conrad

Para conmemorar la efemérides cronológica en torno a Conrad, la editorial Lumen, muy atenta en los últimos tiempos a cuidar su colección de biografías y memorias, acaba de publicar en español la biografía de Conrad escrita por el especialista John Stape, con el título Las vidas de Joseph Conrad.

Stape, investigador en el St. Mary’s University College de Londres, ha sido nada más y nada menos que el encargado de las ediciones para la Cambridge Edition of the Works of Joseph Conrad de los libros Notes on life and letters y A personal Record, y de varios volúmenes de la correspondencia del escritor. Además, John Stape ha editado también los trabajos The Cambridge Companion to Joseph Conrad y The Conradian: The Journal of the Joseph Conrad Society. Es decir, Stape es en nuestros días uno de los principales especialistas en la vida y obra de Conrad.

John Stapes: Las vidas de Joseph Conrad (Lumen, 2007)

Fruto de los años dedicados a estudiar e investigar todo lo relacionado con el escritor nacido en Polonia, Stape ha reconstruido en la biografía de la que hablamos todos los hechos más sobresalientes y decisivos de la vida del escritor, desde su nacimiento en una aristocrática familia polaca, pasando por su vida como marino navegando en barcos de bandera francesa, belga y británica por todos los océanos, hasta llegar a su vida de consagrado novelista en la Inglaterra postvictoriana, siendo amigo de talentos como Henry James o Ford Madox Ford.

El fruto del trabajo es el que hoy recomendamos en esta página, el que para buena parte de la crítica es el mejor retrato hasta la fecha del genial escritor, un trabajo conciso, apenas 550 páginas incluidas las notas, mapas, fotografías, bibliografía…, que no elude las muchas complejidades que configuran la existencia conradiana, y que es, desde luego, la primera gran biografía de Conrad publicada en español, y por tanto, un libro de lectura imprescindible para los seguidores del autor de Lord Jim en nuestro país.


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Monday,26 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Fernán-Gómez, un genio malogrado]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,596
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Juan Antonio González Fuentes

En España los genios no tienen mucha aceptación. Su trabajo a contra corriente o sencillamente sobresaliente molesta siempre. En España lo que sobresale se nivela con rapidez con la guadaña del lugar común y la ramplonería. En España está claro que a corto plazo siempre deslumbran la risotada y el chascarrillo, la ocurrencia por encima del ingenio verdadero.

Probablemente Fernando Fernán-Gómez fuera un genio, pero nunca lo sabremos a ciencia cierta. Las circunstancias en las que vivió y trabajó durante buena parte de su vida cercenaron sin duda sus verdaderas posibilidades, e hicieron de él lo que finalmente fue: un excelente actor, un buen director de cine, un estupendo escritor, un cómico excelso... Impresionante y magnífico, pero quizá insuficiente para lo que pudo haber sido y no fue.

Fernando Fernán Gómez

Fernando Fernán-Gómez empezó en el oficio de cómico mediatizado por su pelo panojo, su fealdad delgada y su esbeltez de hambre: era el gracioso torpón y feúcho en el teatro y en el cine. Jugándose la vida de artista en el trapecio de la risa se percató de que el mercado para su ingenio estaba formado por señoronas con abrigos de cuello de piel y sus maridos funcionarios de buen suelo y bigotillo. Tal panorama le hizo ser realista, y acallar en gran medida su condición intrínseca de creador metafísico y de vanguardias inéditas. Tuvo éxito disfrazándose de gran payaso pelirrojo y se dedicó a otra de sus grandes aficiones: ser un señorito con algún dinero, rodeado de mujeres guapas y exhibiendo sin abuso las plumas que da la inteligencia.

Ganada la posición a través de un buen número de estimables trabajos como actor, autor y director, intentó la genialidad, quiso quitarse la careta o ponerse otra distinta, la de autor con mayúsculas y músculos de genio, y dirigió mediados los años sesenta trabajos en el cine con la semilla plantada en ellos de lo grandioso. El ejemplo más palpable es esa obra maestra titulada El extraño viaje (1964), película fallida en su eclosión final por la mano torpe y pacata de los censores y productores, pero que tiene momentos que hubieran firmado con los ojos cerrados tipos como Fellini u Orson Wells. Sólo el arranque de la película con los créditos sobreimpresionados constituye un monumento al talento cinematográfico concebible sólo, insisto en ello, entre los más grandes: un twist arrebatador y sexualmente atómico que se marca una chica guapísima en medio del bar del pueblo rodeada de paletos con boina y de mujeres sometidas al entorno, con una banda de músicos en la que destaca un impagable Carlos Larrañaga tocando la guitarra con mangas de bolerista cutre de romería, y donde casi todos al final se suman al frenético ejercicio danzarín. Cine en estado puro, carga conceptual sin palabras, las imágenes expresan mundos e ideas, posicionamientos éticos y estéticos. Maravilloso.

 

 

Fernando Fernán-Gómez es nuestro Wells pero al revés. Si el joven Wells filmó sus obras maestras más redondas y logradas dentro de la industria de un Hollywood al que literalmente asustó, y luego sólo pudo dar muestras de su genialidad apoteósica en coproducciones europeas de bajo presupuesto y rodajes tormentosos, Fernán-Gómez sólo trazó dibujos de su portentoso talento en las las películas de los grandes estudios españoles y reveló todo su olímpico talento en pequeñas películas masacradas por la cerrazón y la intolerancia de la industria y la cultura franquista del desarrollismo.

Consciente de la imposibilidad de plasmar todo su talento dadas las circunstancias que le tocaron vivir, volvió a ponerse la noble máscara de cómico y prosiguió su trabajo con ahínco, desperdigando los frutos de su grandeza creadora en interpretaciones memorables en películas de otros, en nuevas producciones teatrales y cinematográficas, y contando su vida entera en algunas páginas de libro ciertamente recomendables.

Fernando Fernán-Gómez quizá hubiera tenido que marcharse de España cuando pudo y aún su “genialidad” estaba fresca. Lo hizo Buñuel, lo hizo Picasso. Fernán Gómez tenía trazas y diseño de exiliado genial en Francia, Italia o Méjico, pero le pudieron las circunstancias y sobre todo su espíritu de español señorito al que le gustan el güisqui, los cafés y sus tertulias, los artículos estilo González-Ruano o Umbral, las mujeres guapísimas que hablan castellano y los paseos por Recoletos hablando de Galdós, Chéjov o Benavente.

Fernando Fernán-Gómez fue un genio español al que se le impuso la realidad aceptada de su tiempo y sus circunstancias.


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Friday,23 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[¿Por qué no te callas?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,590
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Juan Antonio González Fuentes

El ya celebérrimo “¿por qué no te callas?” del Rey de España dirigido a Hugo Chávez en la reciente Cumbre Iberoamericana celebrada en Chile, parece haber concitado el general aplauso y la aquiescencia de la gran mayoría de los españoles que aún quieren serlo.

De manera casi instantánea, la “frase real” recorrió de una punta a otra el ciberespacio, siendo reproducida, emitida, comercializada, difundida..., por millones y millones de personas en todo el mundo y de miles y miles de maneras diferentes.

No, no creo que la razón de tamaño éxito planetario sea la mayoritaria proporción de monárquicos entre los consumidores de información de todo el globo, ni que, por ejemplo, los anti Chávez sean ahora una legión innumerable y militante. Tampoco creo que estemos todos “muy puestos” en geopolítica hispana, o que millones de personas se hayan indignado antes las ofensas a Aznar vertidas como lava hirviendo por el militarorzuelo (¿neologismo?) venezolano.

No, yo creo que el generalizado ¡hurra! provocado por el “¿por qué no te callas?”, nace de que el Rey de España ha conseguido verbalizar en voz alta y con bastante desparpajo una frase que encierra en sí misma un mensaje nítido que todo humano ha querido expresar alguna vez, al igual que el Rey, en voz alta y mirándole a los ojos a alguien (emplearé únicamente el género masculino para apuntar las posibilidades que se me ocurren a bote pronto): a alguien del trabajo, un jefe, un amigo, un conocido, una suegra, una novia, una mujer, un vecino, un familiar muy próximo o lejano, un conferenciante, un cura, un político, un jefe de escalera, un escritor, un futbolista, un camarero, un desconocido en el cine o en el teatro o en la ópera, un pelmazo en la barra de un bar, un dependiente de una tienda, un tertuliano radiofónico, el policía que te multa, un bancario que te explica el cobro de comisiones en tu cuenta, la persona que te toca en el asiento de al lado del autobús o el tren o el avión o el barco, el que habla por el móvil junto a ti, el mecánico del taller que te explica la cuantía fabulosa de su factura, un profesor en clase, un funcionario de la administración que en vez de atenderte rápido habla con sus compañeros o por teléfono, el guía turístico de turno, el cantante de moda...

Añadan a partir de ahora a esta lista cualquier otro ser al que alguna vez les hubiera gustado gritar, insisto, mirándole a los ojos, en voz bien alta y dirigiéndole además un dedo de la mano: ¿por qué no te callas? Si fuera posible, muchos psiquiatras y psicólogos acabarían sin trabajo. Estoy seguro.   


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Thursday,22 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Aida de Verdi en el Liceo barcelonés]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,583 Juan Antonio González Fuentes

 

Juan Antonio González Fuentes

 

Haciéndose eco de una frase de Voltaire, Giuseppe Verdi escribió a un amigo: “Estoy abierto a todos los géneros menos al género aburrido”.Y efectivamente, ninguna ópera de Verdi, ni siquiera las menos logradas de sus comienzos, puede ser definida como aburrida.

Una de las principales razones que ayudan a explicar tan singular y preciado logro es la necesidad del maestro de ir directamente al grano; en sus óperas entra en escena un personaje y en dos o tres compases el planteamiento dramático de la obra cambia radicalmente.

A los espectadores de nuestros días, acostumbrados al ritmo cinematográfico, esta forma de hacer avanzar la acción les resulta completamente lógica y natural, mientras que les cuesta aceptar mucho más las demoras narrativas del resto de compositores anteriores y contemporáneos de Verdi, incluido el propio Wagner. Sin embargo, como nos recuerda John Rosselli en su Vida de Verdi (Cambridge University Press, 2001), hasta mediado el siglo XX, buena parte de la crítica no comprendía bien” los bruscos cambios de humor de Verdi” a los que achacaban los impulsos narrativos que recorren sus obras teatrales. La crítica, como casi siempre, es la última en enterarse de lo que verdaderamente ocurre ante sus narices.

Con mucha frecuencia olvidamos que la ópera italiana del siglo XIX estaba en sus objetivos mucho más cerca del cine de Hollywood o de la televisión actual que del “sagrado”, “trascendente” y con frecuencia ridiculizable acontecimiento artístico en el que por desgracia parece haberse convertido. Verdi deseaba que sus óperas tuviesen éxito de público, que su trabajo gustase a la gente, y para lograrlo se atuvo siempre a una fórmula muy efectiva a la vista de los resultados: “en la ópera -escribió en 1872- lo que se requiere por encima de todo es musicalidad: fuego, espíritu, vigor y entusiasmo”. En ese mismo sentido ya le había escrito a su libretista Piave en torno a 1847: “¡Pasión! ¡Pasión! ¡No importa de qué tipo, pero pasión! Quiero poesía con unos cojones bien grandes”. En definitiva, de lo que se trata, y aquí interpreto libremente a Verdi, es que al caer el telón, el público sienta en su interior el abracadabrante cosquillero de los placeres variados y contradictorios que sólo la ópera proporciona.

Giuseppe Verdi

Pasión, fuerza, vigor dramático, concisión, variedad, delicadeza mordaz, agilidad narrativa... Sí, estos rasgos los exudan las óperas de Verdi por cada uno de sus poros, pero cabe preguntarse: ¿en eso consiste todo el arte del de Busseto?, “pasión y cojones”, por utilizar sus mismas palabras. No, evidentemente. Los biógrafos coinciden en señalar el interés de Verdi por aparentar ser un campesino misántropo, tosco e ignorante; este disfraz le servía en esencia para cultivar una muy apreciada soledad y para mantenerse al margen de los tontos juicios críticos al uso: “acepto los silbidos con la condición de que no se me exija que dé las gracias por el aplauso”, escribió en uno de sus numerosas cartas. Pero no cabe ninguna duda de que estamos ante uno de los músicos más cultivados y sutiles de la historia.

Verdi siempre fue consciente de que en arte copiar la verdad puede ser una buena cosa, pero inventar la verdad es mejor, mucho mejor. Así, en sus óperas, Verdi inventa una realidad transida de real y poderosa emoción que aflora de manera diáfana a través de una refinadísima estructura musical cuya clave última está en el tratamiento genial del ritmo. La instrumentación verdiana es límpida, y en ella se entremezclan los registros pequeños con los mucho más amplios dependiendo de la concreta situación dramática a la que se refieran, pero en ellos siempre hay variedad y carácter; en Verdi es la música la que impulsa y da forma al drama, la que controla la temperatura emocional de lo que sucede en el escenario. Como escribe H. S. Power, “lo que produce impacto no es la ópera como drama, sino el drama como ópera”; Verdi pone en escena su verdad (experimentada en propia carne, como nos recuerda el gran Isaiah Berlin  de ahí su contagiosa convicción), y lo hace representando en última instancia un diálogo, una negociación entre almas, algo en lo que únicamente le iguala Mozart.

Ejemplo perfecto de lo dicho hasta aquí es el tercer acto de Aida, uno de los mejores escritos jamás por su autor. En él, y ateniéndonos a lo escrito por P. Petrobelli en su ensayo Music in the Theater, “Verdi da forma a la estructura de las palabras (parola scenica añado yo, confiando en la precisión del término italiano) y a la música de forma que encajen y se determinen mutuamente y, al establecer la extensión de cada sección, provoquen el drama: ese don raro en la ópera, el control total del tiempo musical y dramático, llega así a su rápido florecimiento”.

El cosquilleo de placeres variados, la pasión, el fuego..., ojalá se hagan realidad durante las representaciones de Aida que entre el 19 de noviembre de este 2007 y el 19 de enero de 2008 tendrán lugar en el Liceo barcelonés. Si todo funciona como debe funcionar, la presencia en el coro de la mujer del presidente de Gobierno, Sonsoles Espinosa, o la polémica figura del tenor francés Roberto Alagna  cantando el papel de Radamés (dio la espantada hace unos meses cuando fue abucheado en la Scala cantando este papel)..., quedarán en un segundo plano para dejar paso a la emoción y a la felicidad de los afortunados que puedan ver y escuchar este derroche de pasión, fuego y emociones.

 

Otros textos de Juan Antonio González Fuentes sobre Giuseppe Verdi:

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Wednesday,21 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El pianismo final de Brahms]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,582
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Juan Antonio González Fuentes

 

A punto de cumplir sesenta años, y acompañado de un pequeño grupo de amigos, Brahms inició su octavo y último viaje a su adorada Italia, y más concretamente a la isla de Sicilia. Al regreso se instaló en Ischl, una localidad balneario cercana a Viena elegida años atrás por él como lugar de retiro y meditación. En Ischl es donde Brahms encontró la serenidad necesaria para enfrentarse a los que serían sus últimos trabajos pianísticos, los nuevos klavierstücke (op. 116, op. 117, op. 118 y op. 119), composiciones que dentro del contexto de la música brahmsiana suponen el inicio de la última etapa creativa, la formada entre otras obras por las sonatas para clarinete o los preludios para órgano, todas esenciales dentro del universo musical tardorromántico.

 

La crítica ha señalado en multitud de ocasiones que le correspondió al piano el ejercer de puerta de entrada a los diversos periodos productivos del compositor hamburgués. La música para piano le sirvió siempre a Brahms como espacio de tránsito y experimentación, buscando en su sonido las claves que le ayudasen a cerrar una etapa creativa e inaugurar otra. En este sentido los últimos klavierstücke no fueron una excepción.

 

 

Johannes Brahms

 

 

Escritas en los años 1892 y 1893, estas cuatro colecciones se presentan conformadas por piezas de diversa naturaleza (caprichos, intermedios, romanzas, una berceuse...), lo que da una idea de la rica variedad de fuerzas que recorren las partituras. Brahms rechazaba lo literario o programático en relación a lo estrictamente musical, y los klavierstücke postreros permanecen ajenos a cualquier retórica que no tenga que ver con desnudar el espíritu de forma tierna y sincera. Sergio Martinotti explica que Brahms “supo adecuar el amor por las cosas terrenas a aquella nostalgia de ideales repetidamente quejosos, cuando se abrían los vacíos existenciales de su ánimo y cuando, transcurridas las horas de trabajo y relajación, al artista le inundaba el tedium vitae..., la vanidad y el dolor del mundo, el sentimiento de soledad y de proximidad de la muerte. Por estos rasgos, de los que los trabajos finales para piano son en verdad un diario precioso e íntimamente sincero, Brahms se convierte en el primer gran exponente del decadentismo, entendido como conciencia de la propia posición histórica”.

 

Este “pianismo” final de Brahms conforma las confidencias finales de un hombre maduro que camina hacia la muerte sumergido en la soledad y la meditación, ajeno a lo que él mismo denominaba la “turbulencia” de la ciudad. Confidencias construidas siguiendo la clásica forma tripartita del lied, con dos partes simétricas que encierran un tema central con el que establecen relación de carácter variable, y donde no es difícil vislumbrar las alargadas sombras de Schumann y Schubert. Y en esta escritura para piano última hay algo también de evocación juvenil puesta en lírica relación con la pasión otoñal; hay tierna vitalidad, melancólica audacia, y sobre todo emocionante confidencialidad. Del conjunto la pieza que siempre ha despertado mayor interés es el Intermedio nº 6, probablemente la obra maestra del pianismo tardío de Brahms; una “tragedia condensada” en palabras de Fuller-Maitland, donde cara a cara con la muerte Brahms concentra toda la fuerza emotiva de los intermedios anteriores y la sobrepasa, mostrando una decadente adhesión al sentir romántico, pero abriendo paso además a otros registros que apuntan un horizonte expresionista.

 

 


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,20 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Rilke, Albéniz y Zuloaga en la misma habitación, 1903]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,581
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Juan Antonio González Fuentes.

Corría el año 1900 cuando el joven poeta y escritor checo Rainer Maria Rilke  descubrió la pintura del español Ignacio Zuloaga. Tenía entonces el poeta apenas 25 años. Fue en la capital del imperio alemán, Berlín, donde Rilke contempló por vez primera La enana doña Mercedes, y tiempo después, entre 1902 y 1906, ya en París, Rilke escribió en una carta al pintor tras volver a ver el cuadro: “Qué bella, qué fuerte, qué altiva y, al mismo tiempo, qué humilde... Más no le puedo decir; pero mi mujer –que es escultora- piensa lo mismo que yo. Ambos hemos vivido delante de su cuadro horas llenas de agradecimiento y de alegría. Teníamos la sensación de aproximarnos a la vida a través de su arte; quiero decir: a lo que de eterno hay en la vida”.

 

En el mes de mayo de 1901, esta vez en Dresde, Rilke volvió a ver más pinturas del español, y la que más llamó su atención fue el retrato titulado La actriz Consuelo: “Qué horas más inolvidables hemos pasado en Dresde mi mujer y yo contemplando ese retrato de la actriz Consuelo, aquella dama de rojo sobre un fondo gris, sencillo, amplio. Cuánto hemos hablado de los guantes, del abanico, de todos esos detalles excelentes que forman una unidad firme y grande”.

 

 

 Antonio Pau: Vida de Rainer Maria Rilke (Trotta, 2007)

 

Antonio Pau: Vida de Rainer Maria Rilke (Trotta, 2007)

 

 

 La impresión fue de tal magnitud que ya en París, mientras visitaba también a Rodin y preparaba una pequeña monografía sobre el escultor, el poeta siempre mostró deseos de conocer personalmente al pintor, lo que consiguió en la primavera de 1903 cuando visitó el estudio de éste en la capital francesa. En el “laboratorio” parisino de Zuloaga, Rilke contempló los tres grecos propiedad del guipuzcoano y una gran cantidad de lienzos en los que trabajaba, ya que precisamente en esos momentos se encontraba en el punto álgido de su carrera en lo que se refiere a exposiciones y fama internacional.

 

Sólo en otra ocasión visitó Rilke a Zuloaga en su estudio. Fue con motivo del bautizo de un hijo del pintor, pero la relación entre ambos creadores no pasó de ahí. Lo apunta Antonio Pau en su espléndido trabajo sobre Rilke (Trotta, 2007). El pintor español, al parecer, jamás supo quién demonios era aquel joven de ojos saltones que escribía en alemán, hablaba un francés chapucero y estaba empeñado en escribir una monografía sobre su pintura. Rilke regaló algunos de sus poemarios a Zuloaga y éste no los echó ni un simple ojeada al estar en alemán. En la fiesta de cumpleaños que supuso el último encuentro, el mismísimo Isaac Albéniz  tocó el piano. Sin embargo, en los escritos de Rilke no hay, apunta Pau, ni una sola referencia al músico. Rilke tampoco se enteró de quién era aquel hombre grueso, con bigote, que estaba apunto de escribir una de las páginas pianísticas esenciales de la historia del siglo XX, la suite Iberia.

 

Ninguno se enteró de quién era el otro, a pesar de coincidir en la misma habitación un día de 1903. Rilke nunca escribió la monografía sobre Zuloaga, el pintor jamás intuyó el genio de aquel muchacho pálido, el escritor y el músico se ignoraron. Así se escribe a veces la historia, de forma tan caprichosa y llamativa.

 

 


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Saturday,17 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Luigi Boccherini, ese desconocido]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,569 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Existe una notable escasez de datos biográficos sobre Luigi Boccherini (Lucca –Italia-, 1743; Madrid, 1805), lo que ha posibilitado el que circulen muchas leyendas en torno a este músico, la mayoría falsas o construidas con datos no confirmados documentalmente. En principio la biografía más autorizada sería la publicada en 1879 por su biznieto Alfredo Boccherini Calonje, quien dispuso para su realización de toda la documentación familiar; pero dicha fuente desapareció durante el transcurso de la guerra civil española, no pudiéndose por tanto contrastar las informaciones que en dicha biografía se realizan.

El compositor y violonchelista que está hoy considerado junto a Clementi el más grande maestro italiano de su generación, y tras Haydn y Mozart el más importante creador de música de cámara de su tiempo, comenzó siendo alumno de su padre, quien lo mandó a estudiar a Roma con Battista Constanzi, alcanzando a los trece años ya cierta fama. Entre 1757 y 1764 realizó varias estancias en Viena, donde compuso su primera obra conocida, una colección de seis tríos de cuerdas (1760).


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Luigi Boccherini


Boccherini era un virtuoso del violonchelo, y tras la muerte de su padre en 1766, se asoció con el violinista Filippo Manfredi, realizando con él un buen número de giras que finalmente les llevó a París, capital en la que el de Lucca publicó sus primeras obras. Fue durante esa estancia en París cuando el embajador de España le propuso trasladarse a Madrid para hacer música. Boccherini aceptó la oferta y ya nunca abandonaría nuestro país en lo que le quedaba de vida. El músico no fue bien recibido en Madrid por Gaetano Brunetti, encargado de todas las actividades musicales en la Corte del rey Carlos III, pero encontró el apoyo decisivo en el hermano del rey, el infante Don Luis, a quien el músico acompañó incluso hasta el destierro en los alrededores de Madrid.

A partir de la muerte del infante Don Luis, la vida de Boccherini comienza a ser realmente mal conocida. Sabemos que a partir de 1786 envió al rey y excelente violonchelista Federico Guillermo II de Prusia gran cantidad de partituras, que continuó malviviendo en Madrid inmerso en una oscura cotidianeidad, que renunció en torno a 1796 a instalarse en Francia, que decidió confiar la edición de sus obras a la empresa parisina de Ignaz Pleyel, y que el embajador de Francia en Madrid, Lucien Bonaparte, fue su último protector importante en los primeros años del XIX. Boccherini murió en la miseria en 1805, y su obra fue catalogada más de siglo y medio después, en 1969, por Yves Gérard.

El crítico De Place nos recuerda que la música de Boccherini, dominada por los cuartetos de cuerda y por los quintetos con dos violonchelos, es prueba fehaciente de la enorme calidad expresiva, melódica, rítmica y sonora del músico de Lucca, pero también de una forma de componer que no estuvo sometida a permanente evolución como sí le sucedió por ejemplo a la de Haydn.

La obra de cámara de Boccherini puede ser caracterizada como seductora desde un punto de vista tímbrico y melódico, una música definitivamente muy sensual y ritmada, y en la que no es muy difícil rastrear la huella de bastantes temas folclóricos españoles. Sus movimientos lentos, quizá los más logrados en conjunto de su escritura, ofrecen una intensidad expresiva muy subrayada, revelándose un claro antecedente de los de Franz Schubert, un músico al que influyó de manera notable.

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Tuesday,13 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Cassandra’s dream de Woody Allen]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,564 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Todos los años llega el momento de cumplir con la liturgia de un placentero rito cinematográfico: acudir a la sala de cine para ver el último trabajo de Woody Allen. En esta ocasión la cosa se había puesto un poco cuesta arriba, pues las críticas a Cassandra’s dream no es que fueran malas, es que han sido demoledoras. He leído en los periódicos desde que es la peor película en la ya larga filmografía del cineasta norteamericano, hasta que es un trabajo impropio de él, dadas su insipidez y el aburrimiento que provoca. Las críticas más llevaderas apuntan a que se trata un trabajo repetitivo, amanerado, sin chispa..., una historia ya vista en otras películas del propio Allen, pero en esta ocasión servida además sin ninguna chispa ni gracia.

Dadas así las cosas acudí a una sala madrileña para ver la cinta en su versión original. Me senté en mi butaca y me preparé para lo peor, para una decepción completa, para rendirme ante la decrepitud artística y expresiva del otrora talentoso director.


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Pero ocurrió todo lo contrario. La película me ha parecido fantástica, y por enésima vez compruebo que los críticos no parecen enterarse de gran cosa, o lo que es peor, sólo quieren constatar lo que previamente esperan, y si no se les ofrece lo que esperan, se arrancan como mihuras con los pitones por delante para herir lo que les ha molestado o desconcertado.

Me explico. En efecto, Cassandra’s dream incide en el mismo asunto que trataban películas tan estupendas como Delitos y faltas o Match point, es decir, los grados de corrupción moral a los que está dispuesto a llegar un ser humano más o menos normal con tal de dar alcance a sus sueños materiales, o con tal de que situaciones inesperadas y negativas no lo priven de lo que ya tiene después de mucho tiempo: estatus social y económico, poder, sexo.

Volver a tocar asuntos que ya has abordado en otros trabajos me parece lo más normal. Hay temas que, por distintas razones, son los que pueden centralizar el interés de determinados creadores. Así, hay pintores obsesionados con los bodegones, las naturalezas muertas o los paisajes, escritores que casi siempre escribieron en torno a los usos y costumbres de la burguesía, compositores de ópera que abordaron muchas veces las relaciones paterno filiales, y cineastas que han rodado historias parecidas incluso en lugares semejantes.

Sí, en su última película londinense Allen plantea una historia muy parecida a Match point. En esta ocasión son dos hermanos quienes va a ver trastocado por completo su mundo cuando son empujados por su ambición y sus circunstancias a cometer un acto reprobable. La culpa (cuestión no muy bien resuelta en Match point) es aquí eje central de la última parte de la cinta, y desencadenante del final.

Cassamdra´s dream, en este sentido, es una obra de pura relojería, donde los tiempos son controlados de forma experta, buscando lograr un crescendo narrativo y emocional que, a mi modo de ver, se alcanza con absoluta maestría. La situación de la que parten los dos hermanos (con contexto familiar incluido), sus sueños y esfuerzos, sus debilidades, la progresión aciaga de sus vidas, el golpe que en principio puede resolver de un sólo plumazo sus problemas y sus ambiciones, la ejecución del golpe, las consecuencias felices del golpe, las consecuencias trágicas del golpe con el gran asunto de la culpa anegando cada plano de cada escena, el final de la historia abrupto y poco esperado, el plano final, casi el mismo que el plano inicial: Cassandra’s dream.

Estas historias de culpas, enfrentamientos y complejos sociales, crímenes premeditados y organizados al milímetro, paisajes urbanos enfrentados a otros bucólicos y campestres..., en definitiva, historias en las que se entremezclan trazos de Henry James, Dickens, y Agatha Christie, encuentran en Londres y sus alrededores el decorado ideal para su puesta en escena. Una puesta en escena que en Woody Allen está cada vez menos subrayada, es más natural (lo que molesta a algunos críticos), menos enfatizada, en la que las vetas de humor aparecen entremezcladas adecuadamente en un discurso de carácter trágico, donde no se verbaliza ninguna moraleja ni moralina, donde los actores están soberbios, donde no hay movimientos de cámara llamativos, ni travelling efectistas..., eso, donde no hay efectismo delirante por ningún lado. Este Woody Allen parece haber adoptado en sus mejores películas inglesas una especie de naturalismo muy francés, muy un cierto Eric Rohmer, por poner un ejemplo sobre la mesa.

Creo que esta película, Cassandra’s dream, está llamada a crecer pasado el tiempo, a ser revisitada por la crítica y a encajar en su lugar en esta maraña de grandes películas que Woody Allen va dejando tras de sí, poco a poco, de forma poco grandilocuente, a la chita callando, confeccionando un corpus cinematográfico imprescindible para entender el mundo desarrollado occidental de los últimos cuarenta años.


Más sobre la obra de Woody Allen en el Blog de Juan Antonio González Fuentes:

Scoop

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Tuesday,6 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Henry King, un artesano de Hollywood en la Filmoteca]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,563 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

La edad de oro del cine en Hollywood abarcó aproximadamente más o menos tres décadas, desde los años treinta a las cincuenta del pasado siglo XX. A lo largo de ese periodo temporal, en los grandes estudios ubicados en California, trabajó un número ingente de creadores llegados de casi todos los rincones del mundo: actores, directores, guionistas, fotógrafos, iluminadores, decoradores...

Muchos fueron entonces los grandes directores que con sus películas construyeron peldaño a peldaño algunos de los momentos más importantes y decisivos del nuevo arte. John Ford, Howard Hawks, Orson Wells, Alfred Hitchcok, Fritz Lang, Billy Wilder, King Vidor, Raoul Walsh, Lubitsch, etc..., son sólo algunos de los grandes nombres.

Grandes nombres que en ocasiones han sepultado, o sencillamente han arrinconado en lugares más oscuros o, incluso, en meras notas a pie de página de la historia del cine a otros creadores sin duda menos geniales, pero con un oficio y una obra detrás que les sitúa por derecho propio en la gran corriente de lo mejor, lo más memorable del cine de todos los tiempos, y que comparados además con la mayor parte de los directores actuales, son sencillamente gigantes.


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La Filmoteca Española, en colaboración con el Festival de Cine de San Sebastián, como ya es tradicional desde hace algunos cuantos años, dedica el otoño a rememorar la vida y la obra de uno de esos grandes directores, fundadores de lo que hoy se conoce como Séptimo Arte. Este año le toca al maestro Henry King (1886-1982), un artesano de muchos quilates con decenas de películas a sus espaldas entre mudas y sonoras.

Con una carrera que abarcó desde los años veinte hasta comienzos de los 60, Henry King firmó grandes títulos en diversos géneros, y trabajó con estrellas como Henry Fonda, Tyrone Power, Gregory Peck, Ava Gardner, William Holden, Rock Hudson, Susan Hayward, Jean Simmons, Jennifer Jones... Estuvo nominado varias veces a los Oscar e hizo ganar algunos a aquellos con los que trabajó.

Entre sus mejores películas yo señalaría Tierra de audaces (1939, revisión romántico de la leyenda de Jesse James), La canción de Bernadette (1943), Almas en la hoguera (1949), El pistolero (1950, magnífico western con Gregory Peck), Las nieves del Kilimanjaro (1952), La colina del adiós (1953), o Esta tierra es mía (1959).

Un magnífico libro es el que han editado conjuntamente las dos instituciones cinematográficas españolas, y van..., llevando a cabo una labor encomiable, de verdadera dimensión internacional y a un precio muy asequible (22 euros) dada la calidad del libro. Esta obra sobre King está editada en inglés y español, y reúne una amplia colección de artículos firmados por críticos y especialistas. incluyendo un significativo texto de Gregory Peck, del que fuera una de las estrellas que más y mejor trabajó con King. Los textos van acompañados, habitual e imprescindible en este tipo de libros, de un aparato fotográfico realmente extraordinario.

Estamos ante una publicación imprescindible para los amantes del cine de la época dorada americana, un libro que sumar a los ya editados en esta colección estupenda, y que es un monumento a los trabajos bien hechos, y una incuestionable aportación española a la bibliografía internacional sobre cine.

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Monday,5 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA["Erase una vez..." Prólogo a Dragón, relato de Alberto Iglesias]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,562 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Hay una librería nueva en la ciudad de Santander. Está cerca de la iglesia de los jesuitas, y pegada al famoso café Tornasol. La librería está especializada en literatura infantil y juvenil, aunque también ofrece libros de arte y cómics. Además, la librería también ofrece lecturas de cuentos para los niños, presentaciones de libros, etc... La librería tiene un nombre precioso: La merienda en el tejado.

La librería en breve se va a convertir también en editorial, sacando a la calle un libro importante y que debería dar bastante que hablar a lo largo de los próximos meses, de los próximos años. Se trata de un libro que encierra un hermosísimo y sutil cuento vestido de relato infantil, aunque dicho encasillamiento se rompe en mil pedazos dados los múltiples niveles de lectura que ofrece la obra.

El título que aparecerá en la hermosa portada del libro es Dragón, aunque su verdadero título es otro, más largo, quizá menos comercial, pero mucho más explícito y evocador: "El dragón que leía y la princesa que tendía sábanas en un patio". El autor del texto es uno de los dramaturgos jóvenes más premiados e interesantes de nuestro país, Alberto Iglesias, también poeta y actor a partes iguales. Las ilustraciones del libro las ha elucubrado y materializado una artista alemana cuyo nombre ya de por sí es un cuento infinito: Anna Mer, Ana Mar.

Creo que el libro saldrá a la venta en pocas semanas, y que se distribuirá por las librerías de todo el país. Pero si alguno de ustedes lectores, no encontrara su ejemplar en su librería habitual, solicítelo, no se arrepentirá. Es una lectura riquísima y acrisolada de matices: ideal para que la lean los niños, ideal para leérsela a los niños, maravillosa para leerla uno mismo y asombrarse ante su delicadeza y su poesía.

No lo olviden por favor, me lo agradecerán en el futuro más lejano: Dragón, de Alberto Iglesias, ediciones Merienda en el tejado. En breve en las librerías, en breve entre sus manos.

A continuación ofrezco el breve prólogo o introducción que he escrito para esta obra maestra del cuento infantil español.

“Érase una vez...” Es esta una de las frases más sugerentes, evocadoras, desencadenantes y prometedoras que pueda pronunciarse en cualquier idioma. Quien la lanza al aire o la escribe queda irremediablemente comprometido a contar un suceso, una historia, a narrar para alguien unos acontecimientos que se desarrollan en un espacio y en un tiempo concretos, y que están protagonizados por sujetos o elementos bien reconocibles.

Desencadenar un “érase una vez...” para dejarlo completamente libre, flotando en el ambiente, es hacer uso de la llave mágica que, como recuerda Montaigne, abre el espacio definitivo en el que algo empieza a decirse, es decir, comienza a existir de verdad, con absoluta plenitud.

Pues bien, Alberto Iglesias ha hecho uso de la mencionada llave y ha abierto para todos nosotros el espacio del decirse en forma de cuento. Y para lograrlo con la mayor eficacia posible, ha revisitado la tradición (algunas de sus convenciones y símbolos), y la ha releído con lirismo de altura y verdad, y una melancólica ironía personal cuyo perfume aromatiza todo el relato, de la primera a la última de sus palabras.

Alberto Iglesias cuenta en estas páginas una historia habitada por un dragón azul y una princesa muy hermosa. También se habla en ellas de un castillo, una cueva, libros, manantiales, nubes, sueños, música, bosques..., y hasta de un gran sol que se alimenta de las miradas y sonrisas de la bella princesa protagonista. Con conocimiento de causa y paciencia meditada, Alberto ha arrancado del árbol de los grandes cuentos infantiles algunos de sus frutos más típicos, pero los ha cocinado a su personal entender y los sirve ahora para que los degustemos con asombro de niños, pero quizá a la vez con mirada íntima y seria de adultos.

El dragón azul creado por Alberto habita en una cueva húmeda y oscura y su única razón de ser es una princesa, encarnación fragante de los valores siempre constantes, cálidos y acogedores del eterno femenino. Mientras el dragón azul sueña alcanzar la compañía y amor de la princesa, lee libros que no entiende muy bien, se zambulle en medio de las nubes del cielo, vuela hasta el sol para hablar con él de sus cuitas, come sueños para sobrevivir, siente en su más profundo interior la música de Chopin, ese mirlo al que cantó en un poema inolvidable Gerardo Diego.

Y es que Alberto Iglesias parece saber bien que todo hombre (toda persona) con un mínimo brote de humanidad sensible recorriendo punzante sus venas, es un dragón azul en busca perpetua de eso que da sentido y justifica una vida, es decir, de esa “princesa” siempre esquiva que parece aguardarnos para que la liberemos del encierro en el interior de un castillo con frecuencia inexpugnable.

Sí, debe quedar claro, todos somos un dragón azul de grandes alas y estamos enamorados irremediablemente de una “princesa”. Alberto Iglesias es un dragón azul, y este cuento fantástico (en los sentidos más comunes del término) es su autobiografía, en alguna medida su retrato espiritual.

Empeñar valientemente nuestra existencia en ser un dragón azul que brilla con fuerza y coraje, esa es la certeza que deja sembrada en la carne de nuestro corazón este cuento, quizá la única certeza que verdaderamente importa.

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Thursday,1 nov 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[José Mª de Pereda y su mundo, 1906-2006]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,561 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Durante el pasado año 2006 se conmemoró el centenario de la muerte de uno de los escritores e intelectuales más señalados de los nacidos en Cantabria, y probablemente el de su novelista más importante hasta el día de hoy considerado todo el conjunto de su obra. Me refiero, como algunos ya habrán adivinado, a José María de Pereda, el autor de Sotileza o Peñas Arriba, sin duda destacado entre los escritores decimonónicos de nuestro país, y un personaje con una biografía bastante más interesante de lo que a simple vista pudiera parecer, o la crítica literaria e histórica más cercana a nosotros en el tiempo nos ha hecho ver.

No fue Pereda un escritor temprano ni de éxito inmediato. Vivió en Santander y en Polanco (su pueblo de nacimiento), prácticamente toda su vida, tras una estancia madrileña de algunos años de la que con frecuencia echó pestes. Su hermano Agapito, indiano en Cuba, fue el sostén de la familia y en cierto modo actúo como su verdadero padre, dada la significativa diferencia de edad entre ambos y la temprana muerte de los progenitores. Fue Pereda diputado carlista en el Parlamento español, y fundó, dirigió y escribió mucho en periódicos. Tampoco le hizo ascos a las tertulias literarias en Madrid y en Santander, ciudad en la que se desarrolló fundamentalmente su amistad con el pensador Menéndez Pelayoy con el novelista canario Benito Pérez Galdós, reincidente veraneante santanderino. Su ideología conservadora no le impidió, sin embargo, conducirse con sentido práctico por los negocios y la economía de libre mercado, siendo accionista y formando parte de consejos de administración como el del naciente Banco de Santander. Su españolismo a machamartillo tampoco fue óbice para que hiciera buenas migas con algunos esforzados intelectuales del primer nacionalismo catalán, y él mismo y sus ideas bien puede decirse que están en los orígenes del regionalismo en Cantabria. Fue académico de la lengua, algunos de sus libros fueron traducidos en vida al francés, inglés o alemán, y dos o tres de sus novelas figuran por derecho propio entre lo más representativo de la novelística española del siglo XIX. Fue esposo y padre, y sufrió la desdicha de ver desaparecer a un hijo que no estaba de acuerdo con la vida. Viajo algo por Europa, aunque más bien poco, y también algo por España, tampoco mucho. Murió en su casa de Santander en loor de multitudes, siendo un viejo hidalgo montañés, reaccionario, acaudalado y respetado señor. Hoy en día uno de los paseos más importante de la ciudad de Santander lleva su nombre, así como los jardines más céntricos y visitados de la pequeña urbe.


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Pereda y su mundo, 1906-2006


Para recordar los cien años de la muerte del escritor, el gobierno de Cantabria y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales del Ministerio de Cultura español, organizaron en las Casas del Águila y la Parra de Santillana del Mar una exposición que se desarrolló del 19 de diciembre de 2006 al 28 de febrero de 2007 y editaron el correspondiente catálogo. La exposición, comisariada por Sofía Rodríguez Bernis y Rosa María Pereda Castro, fue poco más que un remedo de la que previamente había producido Caja Cantabria para su sede cultural de la calle Tantín: primeras ediciones, fotografías, ilustraciones realizadas en su día para los libros del autor, manuscritos, objetos personales, mobiliario y esculturas, discursos impresos, cartas, pinturas de artistas coétanos de temática perediana o de paisajes y ambientes recogidos por el autor en sus trabajos, referencias a amigos ilustres como Galdós o Menéndez Pelayo... A todo este material ya presente casi todo él en la muestra anterior, como ya ha quedado dicho, se le añadieron en este montaje algunos elementos por así decirlo “novedosos”: fundamentalmente se trató de elementos de carácter folclórico y etnográfico (ropas, utensilios de uso cotidiano, armas, etc), destinados en parte a contextualizar los distintos ambientes en los que se desenvolvió la existencia del escritor (el campo y la ciudad burguesa), y en parte a “regionalizar” de manera velada su legado y su ideario.

Lo más interesante del esfuerzo llevado a cabo es el cuidado catálogo, un libro de 265 páginas en las que, como es habitual, quedan reproducidas muchas de las piezas exhibidas en la muestra y ordenadas de forma temática (Pereda y su ambiente, Memoria de Pereda, Pereda-Galdós...). A esta parte gruesa del catálogo le preceden una serie de textos escritor por especialistas en la materia que abordan cuestiones varias referentes al autor y su obra. Entre los mencionados autores están el británico Anthony H. Clarke (imprescindible ya para quien desee acercarse a la obra de Pereda de forma crítica), Benito Madariaga, Laureano Bonet, Rosa Pereda, Sofía Rodríguez, Begoña Torres y Mercedes Simal.

En definitiva, estamos ante una obra, un libro que en modo alguno va a marcar un antes y un después en el conocimiento del novelista santanderino, pero que sí ofrece a los aficionados a las biografías y las memorias personales un material abundante de indudable interés. No cabe duda de que podría haberse conmemorado al autor de Pachín González de forma más enjundiosa, analítica, arriesgada y exhaustiva, pero el resultado final tampoco es reprobable. Se trataba de conmemorar y se conmemoró con algo de pompa y bastante de circunstancia. Menos da una piedra, aunque quizá más podía esperarse de quienes tienen la potestad de recordar a nuestros mejores creadores utilizando nuestro dinero, nuestra paciencia, nuestro tiempo y recursos.

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Wednesday,31 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La librería Follas Novas, en Santiago de Compostela]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,560 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Cada vez que visito una ciudad nueva busco y olfateo en el aire la presencia de librerías, esos comercios especiales en los que se compran y venden páginas escritas y encuadernadas, y que hablan con susurros del tipo de ciudad en la que está ubicada y de las gentes que la habitan.

A mí en concreto me apetecen mucho más las librerías tradicionales, muchas veces familiares, que llevan ubicadas en la misma calle de la misma ciudad muchos, muchos años, y que encierran entre sus estanterías el espíritu de la misma, para ofrecérselo a quien hasta allí se acerca para marcharse con un libro en las manos. Y no, no me gustan las macrolibrerías de gran formato y gran cadena, en las que gran cantidad de libros, sí, se acumulan en columnas y esquinas, con la misma disposición y tratamiento que de ristras de chorizo se tratasen.


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Librería Follas Novas (Santiago de Compostela)


Me gustan los libreros pulcros y atentos, esos que incluso leen unas páginas en los momentos de descanso, que saben perfectamente bien quién fue Dickens, Proust, Leopardi, Thomas Mann o Clarín, que saben en qué editoriales puede encontrarse lo mejor de la literatura decimonónica francesa, o dónde los mejores relatos de fantasmas. Y no, no me gustan nada los chavales jovencitos y desganados que no saben ni por asomo quién fue Henry James o Mark Twain, que ni bajo tortura sabrían ubicar a un autor en su siglo, género y corrientes, y que muchas veces con los cascos puestos en las orejas, te cobran un libro exactamente igual que si te estuvieran embolsando unas compresas o unas lonchas de jamón york.

Situada muy cerca de la Universidad de Santiago de Compostela se encuentra una de las librerías en las que quien ama los libros puede ser de verdad feliz, una de las librerías más hermosas y grandes de España, la librería Follas Novas (Rúa Montero Ríos, 37), fundada el siete de diciembre del año 1971, cuando al franquismo político le quedaba ya poco tiempo de vida. La librería cuenta con casi mil metros cuadrados dedicados a todos los géneros imaginables de libros, y además de un ámbito para la compra y venta de libros, es también un variopinto espacio destinado al fomento de la cultura a través de presentaciones de libros, exposiciones, conferencias, lecturas...

Follas novas, nombre tomado del célebre poemario en gallego de la gran Rosalía de Castro, también se ha convertido en un sello editorial de relevancia en Galicia y para el gallego, habiendo obtenido este año uno de sus libros, A esmeralda blanca de Manuel Vilanova, el Premio Nacional de la Crítica en la modalidad de poesía en lengua gallega. Para Rafael Silva Costoyas, librero con más de 40 años de experiencia, director del Centro de Estudios Jacobeos y profesor de la Facultad Teológica del Norte de España, el secreto de esta librería gallega reside en algo tan sencillo como el amor a material con el que se trata, los libros, y la presencia en la tienda de muy buenos profesionales: amantes de los libros, curiosos y bien informados, personal muy consciente de que están tratando con libros y no con botones, calamares a la romana o neumáticos de repuesto.

La librería compostelana Follas Novas es una joya, un referente más para visitar la ciudad gallega, un paraíso terrenal para los que buscan, huelen, acarician y leen libros, ese alimento consolador y revitalizante propio sólo de los dioses.

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Tuesday,30 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Drácula, ilustrado por Luis Scafati]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,559 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Estoy en un posada antigua y polvorienta, toda ella de madera, al igual que todos los elementos que encierra, incluidas las mesas y las pequeñas sillas que me rodean. El ambiente es cálido y animado, sobre todo cuando pienso que fuera hace ya un frío atroz, que la niebla espesa ha ido envolviendo los caminos y los bosques que rodean la posada y el pequeño pueblo cercano, y que la lluvia fina es persistente desde hace varios días, habiendo dejado los caminos casi convertidos en impracticables lodazales...

Dentro de la posada suena animada la música de un pequeño acordeón, un gran fuego calienta los cuerpos de los parroquianos por fuera, y el vino y bebidas más fuertes calientan los cuerpos por dentro. En escudillas de madera se le sirve a quien pueda pagar unas monedas un buen plato de estofado hirviente. Da gusto estar sentado en un rincón de la sala iluminada por el ir y venir de las luces de las velas, contemplar el fuego brincar entre los leños en la chimenea, prestar alguna atención a las tertulias de los hombres y mujeres que pueblan la espaciosa habitación, comer el estofado caliente y pegar de vez en cuando un trago del vino que cosechan en la comarca. La sensación de confort aumenta, insisto en ello, cuando dejo que la mirada se pierda más allá de los cristales de la pequeña ventana cercana, y contemplo la noche caer sobre los bosques negros y espesos, devorados por la niebla gris y castigados por una lluvia inmisericorde.

La verdad es que con gusto cerraría los ojos, me subiría el cuello del gabán, y me abandonaría al sueño profundo que siento, mecido por el calor del vino y del que sale a borbotones de la chimenea. Pero tengo que cumplir un trabajo, tengo que salir al frío húmedo de la noche, subir al pequeño coche de caballos que espera fuera y adentrarme por esos tenebrosos caminos que parecen estar pensados sólo para las fieras y los espectros. Tengo aún al menos dos horas de viaje hasta llegar al castillo.

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Luis Scafati: Drácula (Libros del Zorro Rojo)


Pido la cuenta al posadero, y con amabilidad campechana me dice que no debo tener ninguna prisa por marchar, que la noche va a ser de las más desapacibles que se recuerden, y que puedo pasar la noche en la posada sin problema alguno. Le digo que no puedo, que un trabajo urgente me arroja de nuevo a la noche, y con despreocupación simpática me pregunta por la naturaleza de ese trabajo que me impide pasar la terrible noche a cubierto. Le contesto que no puedo quedarme porque tengo que ir al castillo, al castillo del conde, del conde Drácula, quien me espera con impaciencia no disimulada, según se deduce de las cartas que llevo conmigo.

Nada más pronunciar estas palabras, la luz de un rayo penetra en la habitación iluminándola de azul oscuro, y un sonido tremebundo sacude los objetos. El silencio que sigue es tan denso que podría cortase. Todos los presentes han enmudecido y dirigen sus miradas aterrorizadas hacia mí. El posadero, en silencio, cobra mi consumición y me devuelven unas monedas sin apartar la vista de mi cara. Nada puede oírse alrededor, sólo el repicar de la lluvia en los cristales. La intensidad malsana del momento es tal que siento la necesidad imperiosa de salir de la habitación, y casi siento alivio cuando me subo al coche de caballos, a pesar de que la humedad de su interior me produce un escalofrío. Y de repente veo cómo las ventanas de la posada se cierran todas de golpe, al igual que la puerta maciza. El silencio en el interior es ahora absoluto, como el de un cementerio, y las luces, al unísono se apagan todas, dejando la noche mucho más oscura si cabe.

Me he adormilado en el interior del coche, y me percato de que llevo casi dos horas de viaje, por lo que pronto veré el castillo del señor conde. Me desperezo un momento, y a través de las ventanas del coche veo la sombra pálida de los caballos que me llevan, y una gran luna que iluminada ahora la oscuridad como si de un farol enorme se tratase. A lo lados del camino se ve la negrura del bosque como si de una muralla gigantesca, inacabable se tratase. Salimos de una curva pronunciada del camino y un extraño escalofrío me recorre todo el cuerpo, haciendo que los cabellos de mi cuerpo se ericen presagiando, adelantando acontecimientos funestos. Sí, en lo alto de una escarpada colina, desnuda de vegetación y erizada de piedras afiladas, observo la silueta de una enorme y altísima construcción medio derruida y abandonada, pero en la que algunas luces tenues señalan la presencia de vida, pero de una vida extraña. El aullido asesino de un lobo o de cualquier otra criatura atrozmente salvaje rompe el silencio y tensiona aún más el momento. No cabe duda, estoy llegando a la mansión del conde, del conde Drácula.

Bueno, he escrito estos párrafos de memoria, mezclando probablemente las imágenes que todos hemos visto alguna vez en las películas sobre el conde Drácula de serie b, y algunos elementos originales de la celebérrima novela del irlandés Bram Stoker. El escritor creó con su pluma un mito inconfundible en la cultura occidental, un ser reconocible por la inmensa mayoría de los seres humanos que en el mundo han sido a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Un mito maléfico y elegante, abominable pero del que no podemos apartar la vista en cuando se hace presente ante nuestros ojos o en nuestra imaginación. Un mito de las letras, el cine, la fotografía, la pintura..., y también del cómic y las narraciones ilustradas.

La editorial madrileña Libros del Zorro Rojo acaba de lanzar un álbum de 108 páginas que vuelve a recoger la historia del mito creado por Stoker, pero esta vez ilustrada y narrada con una calidad excepcional por el imprescindible artista argentino Luis Scafati. El libro ofrece la conocida historia del conde de forma concisa y ajustada, empleando las palabras justas y ofreciendo además unas ilustraciones que reflejan con enorme calidad y precisión la ambivalencia de un personaje a la vez terrible y cruel, terrorífico, pero también deshumanizado por una existencia de condena y tinieblas impuestas.

Este Drácula de Scafati/Stoker es una obra maestra de la ilustración y de las novelas esencializadas, y en modo alguno está dirigido sólo a un público juvenil o primerizo en la absorción de leyendas y mitos, sino que, dado su nivel artístico, su acabado fruto de la mayor exigencia, y la excepcionalidad de la edición, el lector adulto y ducho en sofisticaciones intelectuales y creativas encontrará en esta páginas una obra dadora de satisfacciones múltiples.

Qué libro más hermoso, qué regalo tan perfecto y adecuado, qué páginas tan poderosas, qué aventura creativa y editorial para atesorar y disfrutar una y mil veces.


Otro texto de Juan Antonio González Fuentes sobre el tema vampírico:

Vampiros!!!

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Monday,29 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Miguel Ibáñez: Historias de dos ciudades (Devenir, 2004)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,558 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Muy cierto es que en los últimos tiempos se le acumula el trabajo a quien siga atentamente la producción poética de los autores nacidos en Cantabria, y entre ellos figura siempre Miguel Ibáñez, quien en 2004 lanzó a la calle su libro Historias de dos ciudades (Devenir, Madrid), título que a nadie se le escapa presenta un claro eco dickensiano. Comenzaré diciendo que a Miguel Ibáñez le debo uno de los descubrimientos poéticos más gozosos de mi vida, el poeta francés Francis Jammes.

Era el año 1993 y yo trabajaba como redactor del extinto semanario santanderino El Norte. Miguel, a quien yo había conocido muy poco tiempo antes, apareció por la redacción con el libro de Jammes Del Angelus de la mañana al Angelus de la tarde, recién editado por La Veleta, para proponer una reseña del mismo. Yo aproveché la ocasión y leí los poemas de Jammes quedando atrapado por el mundo que el francés propone y expresa. El libro acabó en el despacho del director, jamás se reseñó y debió desaparecer en el desmantelamiento de las oficinas del periódico, acabando quizá en alguna bolsa de basura.


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Miguel Ibáñez


Cuento esta anécdota porque en relación a la escritura poética de Miguel Ibáñez la figura de Jammes es absolutamente esencial, pudiéndose establecer una relación directa de tono, temas, espíritu e intenciones entre los poemas de Miguel y los de Jammes. Los versos de Miguel se apartan conscientemente de la histórica aportación de las vanguardias para construirse desde los ritmos y esquemas de la tradición clásica, y como en el caso de Jammes, adoptan además un deliberado tono menor en su expresión. La poesía de Miguel es una poesía de tono narrativo escrita en aparente voz baja y sin aspavientos líricos y que, desde un punto de vista temático y conceptual, se nos presenta en este libro dividida en dos territorios, dos mundos representados por dos ciudades distintas: la que aparece bajo la lluvia, y la que está sobre la luz. Abajo y arriba, tierra y cielo, espacio físico y carnal y espacio radicalmente espiritual.

En la primera parte, en la ciudad bajo la lluvia, se nos hace presente el Miguel que más o menos todos conocemos: perito en spleen, melancólico paseante con el corazón otoñal, profesor atrincherado en su condición impostada de burgués antiguo (soberbio el autorretrato que dibuja en el poema “Desahogo”), visitador de parques decadentes desde cuyos tristes bancos se encamina la vida, turista sibarita de una ciudad cuyos miradores de madera podrida le reconocen como un hito más… Pero todo este “alto provincianismo elegante” en el que Miguel Ibáñiez lleva años macerándose conscientemente, sí está impregnado de un refinado elemento propio de la “modernidad” que él rechaza con pose de señor de los de antes: la ironía. Una ironía nunca hiriente, de una lucidez cegadora que trabaja al servicio de la palabra para revelar la verdad de un ser humano que, desde la aceptación propia y del mundo, se ha detenido a contemplar y a traducir con la tristeza que sólo da la inteligencia todo lo que de otoño tiene la vida. Y es que, parafraseando a W Benjamin, un poeta (y Miguel lo es hasta decir basta) es quien lleva el otoño en su corazón.

En la segunda y última parte, ciudad sobre la luz, es donde Miguel nos ofrece un verdadero pulso poético en torno a sus convicciones personales acerca de Dios, y a sus convicciones poéticas enraizadas en la tradición, y fundamentalmente en el soneto. Sí, Miguel Ibáñez, con una fuerte dosis de “provocación” quizá proveniente de su etapa maoísta-surrealista-valladolidisista, firma 14 poemas de temática ¡¡¡religiosa!!!, varios de ellos con forma de soneto. ¿Pero qué se ha creído este poeta de apellido Ibáñez? Pues yo creo que se ha creído lo que en definitiva es, un poeta de profunda raíz cristiana, valiente, metafísico procurando no ponerse estupendo, y de una hondura que en varios de estos poemas comparte rango y acierto con los mejores de, por ejemplo, el Hidalgo de Los muertos. Poemas sobre Dios escritos desde la aceptación, la fe sin pompa, el amor que precisa lucha por la duda, y la esperanza con ribetes de sabia tristeza.

Historias de dos ciudades son dos sustanciales libros en uno, libros escritos por dos poetas distintos aunque firman de igual manera, siempre, eso sí, bajo la advocación de la única Poesía verdadera.


Otro texto de Juan Antono González Fuentes sobre el escritor Miguel Ibáñez:

Los microrrelatos de Miguel Ibáñez

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Friday,26 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Jueces y oposiciones, progresistas y reaccionarios]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,557 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

El actual ministro de Justicia ha lanzado una novedosa propuesta de la que les supongo a todos ustedes enterados: eliminar las oposiciones para acceder a la carrera de juez, y ofrecerles el cargo a los mejores expedientes salidos de las universidades públicas, nunca de las privadas.

Dejando a un lado los problemas presupuestarios que dicha medida podría acarrear a las arcas públicas (imagínense a la administración entrando en competencia con los prestigiosos despachos privados ofreciendo sueldos elevados para hacerse con los estudiantes más brillantes), la solución ministerial no me parece del todo mal, he de reconocerlo, pero sí me parece insuficiente. ¿Por qué dicho sistema para acceder a la carrera de juez, y no al resto que dependen de la función pública? De aplicarse, me parecería una medida discriminatoria intolerable, ideada en contra de los principios constitucionales, de los Derechos del Hombre, y del progresismo en toda regla.


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Mariano Fernández Bermejo, ministro de Justicia del Gobierno de España


Yo lo que sugiero es que todos los puestos profesionales dependientes de las administraciones públicas se cubran como el ministro ha propuesto, contando, claro, con la voluntad de los protagonistas. Así, los mejores expedientes de las Facultades de Medicina públicas, sin necesidad de aprobar el MIR, deberían escoger puesto, trabajo y destino. Los mejores expedientes de las Facultades de Letras deberían acceder inmediatamente a la carrera docente en las Universidad o Institutos que más les convenga, para impartir clases de historia, geografía, literatura.... Los que acabasen las distintas ingenierías o arquitectura con buenas notas, inmediatamente, deberían entrar a trabajar construyendo puentes, aves, estaciones, aeropuertos, edificios públicos, autopistas... Los que acabasen con brillantez Económicas o Empresariales directamente al Ministerio de Economía y Hacienda, y así podríamos seguir y seguir hasta donde la imaginación nos lleve.

Y ya puestos, ¿por qué discriminar al resto de la población, a quienes no han estudiado en la Universidad, por ejemplo? Los estudiantes con mejores expedientes salidos de Formación Profesional, directamente deberían entrar a trabajar en los puestos correspondientes de la Administración Pública. Carpinteros, electricistas, fontaneros, cocineros, etc..., todos los mejores según sus notas, a cobrar un suelo del Estado sin necesidad alguna de las engorrosas oposiciones.

¿Pero eso no sería seguir discriminando al resto de la sociedad que no ha cursado ningún tipo de estudios? Vamos a ver. Si un chaval o chavala demuestra en infantiles que es un fenómeno jugando al fútbol, ¿por qué no obligar al Real Madrid, al Barcelona o a cualquier club profesional a que lo fiche de inmediato con un contrato millonario?

Es más, vamos a ser serios. Por qué no llevar de una vez a la práctica lo que de verdad se quiere, lo que muchos progresistas españoles llevan demandando cada vez que han tenido oportunidad desde hace décadas (la última claramente en la lamentable etapa del Frente Popular): implantar el viejo sistema soviético de una vez por todas en España, y que sea el Estado, dirigido, eso sí, por los dirigentes del partido único de los progresistas, quién decida el destino y futuro de los ciudadanos, de qué manera sirven mejor a los intereses del Estado, apelando, siempre a la sacrosanta igualdad; igualdad ante todo.

Pero yo me quedo preocupado. Primero porque para ser ministro, qué casualidad, al parecer no hace falta tener el mejor expediente, ni siquiera ser un buen profesional, ni siquiera saber hilar dos frases seguidas coherentes, ni siquiera saber escribir tres o cuatro párrafos legibles y sin faltas de ortografía. Y me temo que a los dirigentes del futurible partido único que iban a dirigir y decidir nuestros destinos, tampoco nadie les iba a exigir buenos expedientes académicos, ni siquiera obtenidos en las públicas universidades del señor Estado. Claro que pedirle a un ministro o a un alto dirigente político del alto progresismo currículo, estudios, inteligencia y bagaje cultural, es atentar contra la sacrosanta igualdad, y apelar directamente a la discriminación. Precisamente, según parece, una de las condiciones primeras para ser progresista de ley es pensar y admitir que ministro puede ser llegar a serlo cualquiera.

Y segundo, también me quedo preocupado porque he descubierto de una vez para siempre que no, no soy progresista. Es más, debo ser un infecto reaccionario, porque para mí la libertad personal está por encima de la igualdad, y esa forma de pensar me convierte automáticamente en un canalla antiprogresista, en un integrante más de la creciente reacción.

Esta claro que esta noche no voy a poder pegar ojo.

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Thursday,25 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Deborah Kerr, an affair to remember]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,556 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

A Mónica Sanjosé, por el pink champagne de tantas ocasiones.

Estamos en la cubierta de un trasatlántico de lujo que hace el viaje Francia-Nueva York a finales de los años 1950. Uno de los hombres más atractivos del mundo, un playboy de pelo ya entrecano que ha renunciado a ser pintor por el lujo y las mujeres, conoce casualmente en el barco a una mujer atractiva, inteligente y nada exuberante que a su vez regresa a casa para reencontrase con su amante, un rico hombre de negocios americano, guapo, bien educado, correcto e insulso.

Durante la travesía conversan, cenan, pasean, bailan, bajan juntos a puerto en alguna escala, se miran, se olfatean, se rozan y..., finalmente se enamoran. Nosotros, como espectadores, sabemos que el enamoramiento mutuo se ha materializado presenciando uno de los besos más hermosos de la historia del cine, curiosamente un beso que en ningún momento vemos. ¿Cómo se puede presenciar algo que no se ve? Muy sencillo, dejando que sea la imaginación del espectador la que actúe, la que intuya. Por esas escaleras suben y bajan algunos pasajeros. En la profundidad de campo del plano vemos también parte de la estructura del barco tras la que intuimos el latido del océano. De repente irrumpen en el plano los zapatos y pantalones oscuros de un hombre, y también los zapatos de tacón y el inicio blanco de unas piernas desnudas de mujer, cada par de piernas y zapatos en un escalón distinto de la escalera, en una altura distinta por tanto dentro de la secuencia. Y en un momento dado, en silencio, las piernas y zapatos oscuros del hombre se giran sobre sí mismos, se sitúan de cara a las piernas y zapatos claros de ella y se juntan. Al instante, una pierna de ella se levanta con levedad hacia atrás desde la rodilla hasta la punta del zapato, describiendo una danza que emana un encanto y una felicidad indescriptibles. Es una de las escenas quizá más memorables de la historia del cine, dentro de su sencillez y de su evidente elocuencia narrativa.


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Pero el final de la película es realmente excepcional en su arrebatadora vena romántica y melodramática, en su concepción, en su sabiduría narrativa, en el logro milagroso de crear un clima in crescendo realmente inigualable. Les cuento. La pareja que se ha enamorado durante el crucero decide que debe darse un tiempo para conocer si el amor es verdadero. Él promete comenzar a trabajar con ahínco en su pintura otra vez, dejar a un lado sus planes de boda por conveniencia con una explosiva mujer millonaria y esperar a valerse por sí mismo en el difícil mundo del arte en Nueva York. Ella, por su parte, promete esperarlo a él, y no casarse tampoco con su amigo rico. En otras palabras, los dos prometen lanzarse desvalidos al mundo para intentar sobrevivir por sí mismos antes de unirse definitivamente. Se dan un plazo de tiempo, y si ambos, transcurrido ese tiempo, siguen apostando por la relación, se encontrarán en lo alto de Empire State neoyorkino a una hora determinada de un día determinado de un año determinado.

Pasa el plazo y ambos han logrado sobrevivir, remontar su desvalimiento. Él vende sus cuadros y su galerista le promete trabajo sin parar si continúa así. Y ella no se ha casado y ha retomado su carrera como cantante. El día señalado él acude a lo alto del alto edificio y espera. Ella acude al pie de la construcción, y entusiasmada mira hacia arriba esperando sentir la presencia del hombre al que quiere, esa mirada, ese descuido la conduce directamente hasta las ruedas de un automóvil, dejándola paralítica.

¿Cabe asunto más melodramático en una historia del Hollywood del final de su esplendor? Él espera horas y horas la llegada de ella, pero la mujer no aparece. Él no puede saber el porqué de la ausencia, nosotros sí lo sabemos. El director nos traspasa parte de la responsabilidad del drama, jugamos ya un papel en su desarrollo.

Pasa el tiempo, bastante tiempo. Él un día la ve sentada en un teatro junto a su antiguo novio, la saluda, y ella, sin levantarse, también lo saluda. Él piensa que lo ha olvidado, que se ha casado con su antiguo amigo y que todo terminó. Él continúa dedicándose a la pintura y además con éxito creciente. Realiza un retrato espléndido de una mujer a la que ambos conocieron en el pasado, durante su travesía por el océano. Ese retrato se pone a la venta en su galería habitual y lo adquiere una misteriosa mujer que va en silla de ruedas. Él, por fin, y después de hacer indagaciones, se entera del lugar en el que ella vive, y se presenta en su casa el día de Navidad (subrayado melodramático del guionista). Él entra cuando está marchando por la puerta la persona que la cuida a ella, quien le recibe azorada y tumbada en el sofá, tapada con unas mantas que disimulan el estado real de las piernas. Él se muestra altivo, irónico, incluso despechado en su parlamento, pero siente también que algo anómalo ocurre. Ella, sin poder moverse de su sitio, procura evitar que su turbación se transmita, pero no lo puede evitar.

El espectador ya no puede más, embargado por una emoción extrema, sí, primaria, radicalmente melodramática, pero radicalmente efectiva. El director aguanta la tensión. Él, el protagonista, nota que algo extraño ocurre, pero decide irse ante los silencios y la poca emotividad de ella. Él le cuenta, ya a la desesperada, que el retrato de la persona a la que ambos amaron en el pasado lo acababa de vender su marchante a una mujer impedida que se empeñó en comprarlo.

De pronto, con una sutileza propia sólo del más alto arte, las piezas empiezan a encajar, él la mira a ella, tumbada en el sofá, a punto de sollozar, y por fin comprende. Pero no dice nada, continúa hablando y comienza frenético a recorrer la habitación en busca de algo, abre algunas puertas y, por fin, abre la puerta definitiva. Sí, colgado de la pared está el retrato, y él, entonces, lo entiende todo, y con un gesto de actor maravilloso, cierra los ojos y se deja caer levemente contra la puerta abierta. Ese, precisamente ese, es uno de los instantes más grandiosos de la historia del cine, la resolución en clímax de una secuencia antológica, que se ha ido desarrollando ante nuestros ojos en un crescendo maravillosamente llevado por el director y los actores.

Los minutos finales son los de las explicaciones entre abrazo, risas, besos y lloros. El clímax ya está logrado, y los artistas deben abrir una espita por la que las emociones contenidas de todos salgan al exterior y no hagan reventar de tensión los cuerpos.

La película es una obra maestra absoluta del melodrama clásico rodado a finales de la edad de oro del cine norteamericano. Su título en ingles es An affair to remember (en traducción directa y macarrónica, Un asunto a recordar), pero en español se llama Tú y yo. La versión a la que me refiero es la del año 1957, y está dirigida por Leo McCarey, el mismo director que rodó la versión anterior de los años 30 con Charles Boyer e Irene Dunne como protagonistas. La versión de los 50 a la que me refiero está protagonizada por dos de los más grandes actores de la historia del cine, Cary Grant y Deborah Kerr.

Ella acaba de morir con ochenta y muchos años en Inglaterra, y estos párrafos quieren ser un homenaje a una de esas actrices que ya no existen, y a las que les debo algunos de los momentos más emocionante de mi vida. En mi educación sentimental Deborah Kerr siempre estará pidiendo pink champagne junto a Cary Grant en la barra del trasatlántico de Tu y yo, siempre estará sentada en el sofá de su casa aguantando con amor inmenso y resignado los reproches de Cary Grant un día de navidad en el que sin esperarlo, el amor de dos seres humanos encarnados por dos actores inconmensurables, volvía a revivir en una escena antológica, símbolo de un cine y un arte hoy desaparecidos para siempre. Escena, actores que ya son, de verdad y para siempre, un verdadero affaire to remember

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Tuesday,23 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Blanco, heterosexual de clase media: estoy jodido!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,555 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Tengo 43 años, es decir, no soy ni niño, ni adolescente, ni joven, ni pertenezco a la tercera edad. Soy español y blanco desde que nací, según me han contado. Tengo la enorme fortuna de no sufrir ninguna enfermedad ni ningún problema físico, al menos de momento. No estoy casado y tampoco divorciado. No tengo hijos. Nunca he emigrado a ningún lugar, ni nadie de mi familia lo ha hecho en las últimas generaciones (un tatarabuelo estuvo en Cuba, y algún hermano de mi abuelo en Méjico). No vivo en una región española ni depauperada ni nacionalista. No pertenezco a ninguna minoría étnica ni a ningún grupo más o menos significado y organizado de esos que reclaman y reivindican status, derechos, reconocimientos... No estoy afiliado a ningún partido político ni sindicato. No pertenezco a ningún club, asociación o similares. Soy trabajador autónomo y vivo únicamente de mi trabajo. Soy poeta, escritor, profesor y bibliotecario…, ¡vamos!, un chisgarabís en toda regla. Tengo ingresos suficientes como para no poder recibir ningún tipo de ayuda económica o subvención de ningún tipo, pero no gano lo suficiente como para poder vivir con desahogo y no tener que hacer algunas economías sistemáticas.

Explicitado el panorama, insisto en que no puedo recibir subvenciones, ayudas, becas para comprarme un piso, para llevar a mis hijos a la guardería, para comprar pañales, para que mis hijos vayan gratis al dentista, para que mis hijos vayan al colegio en autobús y coman, para alquilar un piso, para comprarme un coche, para comprarme un ordenador, para ir de vacaciones gratis a Benidorm, para cambiarme de sexo, para mandar dinero a la Conchinchina, para comprar material deportivo, para casarme por la iglesia, para casarme por el juzgado, para hacer la mili, para no hacerla, para afiliarme, para sindicarme, para embarazarme, para desestresarme, para aprender idiomas, para aprender a cocinar, para ser nacionalista, para reivindicar mi excepción cultural, para comprar el pan, para tener un equipo de fútbol, para poder llamar a Colombia para hablar con mi familia, para ir a Cuba a estrechar lazos, para reivindicar las anchoas de Cantabria, para…

Para los inmigrantes soy un afortunado español, para los políticos un votante, para Hacienda una ubre inagotable que trimestral y anualmente produce la leche suficiente como para engrasar el sistema, para mis amigos casados y con hijos un suertudo solterón que se lo pasa en grande haciendo lo que le viene en gana, para mi madre el único y pobre hijo sin “colocar”, para M. un tipo más o menos simpático con un coche impresentable, para mis hermanos soy el niño de mamá, para mi jefe un poeta lunático, para mis alumnos el calvorota que les imparte historia, para mis colegas poetas y escritores cántabros soy la competencia, para mis poetas y escritores nacionales no existo, para mis compañeros de partido sabatino soy el que reparte estopa en la defensa, para ustedes los lectores de esta página…, mejor no pensarlo.

En resumidas cuentas, pertenezco a ese porcentaje de españoles cuyo número desconozco que de verdad está jodido. Está lo suficientemente bien como para no recibir ayudas ni subvenciones por absolutamente nada, y como para pagar todos los impuestos que en el mundo han sido. Y encima se encuentra en la soledad más absoluta, la del corredor de fondo, la del ciudadano de fondo que todos los demás ven sin fondo, como un pozo del que siempre se puede sacar agua y, encima, en el que escupir de vez en cuando.

Yo propongo desde aquí que nos unamos, que contactemos entre nosotros y formemos un grupo, una asociación, un sindicato para reivindicar nuestros derechos, y entre todos ellos el más fundamental: que nos dejen, al menos de vez en cuando, en paz; que no nos expriman más, y que los padres y madres, abuelos y abuelas, hijos e hijas, adolescentes, ancianos, inmigrantes, nacionalistas de toda índole, tertulianos, gays y lesbianas, partidos políticos, católicos, islamistas, progresistas, reaccionarios, socialistas, peperos, comunistas, transexuales, regionalistas, protestantes, folclóricos, modernos, anticuado…, y cualquier tipo de supuesta minoría de mil y una facturas que exija que se cumplan sus derechos, se olviden por una temporada de nosotros y no nos den más la lata con sus inapelables, inaplazables exigencias y reivindicaciones. He dicho.

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Monday,22 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El fin de la Historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,554 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Aproximadamente hasta mediada la década de los años ochenta, la historia, como materia de conocimiento histórico, parecería haberse detenido formando un remanso de inmovilidad. Todas las posibilidades de cambio o movimiento parecían haberse reducido al reposo, todas las narrativas parecían haberse agotado y las opciones aún abiertas parecían haberse tornado irrelevantes, escribe al respecto Habermas.

Debido al hundimiento del pensamiento marxista y al absoluto afianzamiento de los postulados liberales (lo que de momento significa, para quienes no opten por el aislacionismo, la existencia real de un solo horizonte político, económico y social), hubo quien se preguntó en voz alta si no estaríamos ante el fin de la historia y, así, la famosa reflexión de Lampedusa, formulada en su novela El Gatopardo, parecía haber adquirido su más exacta materialización en nuestro tiempo: "Es preciso que todo cambie si queremos que todo siga como estaba".


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Francis Fukuyama


Sin embargo, la sensación de inmovilidad ha terminado y nuevos problemas dejan atrás las perspectivas del ayer más cercano. Debemos volver a citar a Habermas y reseñar que incluso se están alzando nuevas perspectivas de futuro desde las que se vuelven a percibir narrativas de acción.

Los procesos de consolidación de la UE, la reunificación alemana, es decir, el resurgimiento de una superpotencia que deberá asumir todas las responsabilidades que su nueva realidad exige, la desaparición del imperio soviético y el consecuente nacimiento de un nuevo escenario europeo marcado por los nacionalismos y la paulatina regionalización, la entrada de Rusia en los diferentes sistemas que conforman el hasta ahora llamado mundo occidental, el gigantesco problema de las relaciones con el Islam, el terrorismo generalizado como frente de conflicto, los masivos movimientos migratorios hacia los países de la UE de gentes procedentes de las regiones más pobres del Este y del Sur de la Europa occidental y los problemas de todo tipo que generan, de los que el racismo no es el más pequeño, sobre todo en un espacio en el que frecuentemente se están desarrollando unos nacionalismos sobre formas de pensar propias de la extrema derecha o la extrema izquierda... Estos son algunos de los acontecimientos de importancia histórica que se están produciendo en nuestra actualidad y que revelan el cambio e impulsan nuevas posibilidades de actuación para un futuro que se incardina ya a medio y largo plazo. Curiosamente, muchos de estos acontecimientos tienen como principal escenario Europa, espacio que así recobra el protagonismo perdido y se constituye en el laboratorio de ensayos donde presumiblemente deberán formularse los cambios sociales y económicos que marcarán las realidades de los próximos tiempos.

Por tanto, pienso que el fin de la historia no está cercano, ni siquiera en el sentido en que Francis Fukuyama planteó la hipótesis, ya que si tras los penúltimos sucesos históricos parece claro que el modelo de historia hegeliano-marxista no tiene un halagüeño futuro y que si la historia posee una dirección, ésta señala hacia la moderna democracia liberal, hoy, todas las democracias y sobre todo aquellas que detentan más claramente su representatividad, es decir, las europeas y las norteamericanas, se ven obligadas a efectuar importantes reformas en su seno, cuyos principales objetivos deben dirigirse a la propia estructura interna, al abandono de la tradicional política de poder establecida tras la Segunda Guerra Mundial y al contacto y entendimiento con otras culturas, a pesar de que el radicalismo islámico pone las cosas realmente difíciles.

La materializacion de estas exigencias necesita de nuevos conceptos, nuevas perspectivas y nuevas mentalidades que muestren nuevos enfoques de la realidad y nuevas soluciones a sus muchos problemas. Mientras esto sucede, todo indica que en el mar de la historia nuevas olas se levantan.

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Friday,19 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El cachondo Carod Rovira]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,553 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Tiene mucha gracia Carod Rovira, es un auténtico cachondo. Ya lo demostró en aquella célebre foto poniéndose una corona de espinas en la calva mostrando sonrisa beatífica y haciendo desternillarse al personal político catalán que lo acompañaba en Tierra Santa. Y ahora lo ha vuelto a demostrar en un programa de la televisión española. A todos ustedes les hago al tanto del asunto, pero tampoco pasa nada por recordarlo un momento.

Carod acudió recientemente a un programa de Televisión Española dirigido por el hermano de la Milá, Lorenzo, en el que al parecer el público invitado interviene con preguntas y comentarios. Entre el público debía haber también algunos cachondos mentales, aunque de Valladolid según me cuentan, y cuando preguntaban a Carod lo llamaban por su nombre castellanizado: José Luis.


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Josep Lluís Carod Rovira


La cuestión es que a Carod la cosa no le hizo ninguna gracia, y mostró su enfado públicamente, recriminando en cierto modo al insistente preguntador el que se dirigiera a él como José Luis y no como Josep Lluís, su verdadero nombre, vamos, su nombre catalán.

Algunos miembros del público debieron tomarse a broma al líder de Izquierda Republicana de Cataluña, o debieron también querer tocarle un poco las narices, e insistieron los muy cachondos en llamar a Carod Rovira José Luis, sin caer, eso sí, en la tentación de llevar aún más allá la cosa y lanzarle a la cara un castizo Pepe Lui. Ante la insistencia el político catalán ya se mosqueó con decisión, y exigió a los presentes que lo llamaran como en realidad se llama, a saber, el consabido Josep Lluís (el ordenador, otro cachondo juguetón, cada vez que escribo Josep me añade insistente y descarado una h, logrando así un Joseph que también mosquearía al catalán, ¿o no?). Lo cierto es que creo que esta vez, y sin que sirva de precedente, Rovira tenía razón, y a nadie entre el público podía costarle un gran esfuerzo llamarlo por su nombre, el catalán. Lo que pasa es que a Rovira le han aplicado su propia medicina, y parece que se le ha indigestado al pobre.

El tipo que exige en la televisión pública de todos los españoles que se pronuncie su nombre en catalán, es a la vez el que pone todos los medios posibles para que en “su país” nadie pueda expresarse en español, llegando incluso a penalizar administrativamente el empleo del idioma de Cervantes en Cataluña, a impedir que los niños aprendan español en la escuela, o a expulsar de la radio catalana a una contertulia por expresarse en castellano. Es la ley del embudo la que con singular generosidad siempre aplica para sí mismo Carod: lo ancho para mí y los míos, lo estrecho para el resto, ¡qué se jodan! Ya digo, es un cachondo de tomo y lomo el amigo Carod, es que con él me parto.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,18 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Premio Planeta, Boris Izaguirre y Juan José Millás]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,552 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

La noticia de la concesión de los premios Planeta de este año 2007 me llegó cuando cenaba ayer en el Tenis de Santander en compañía de unos amigos y compañeros. Estábamos cenando tras haber inaugurado esa tarde, en el Ateneo de Santander, un ciclo de conferencias organizado por la Asociación Cultural Plaza Porticada sobre los poetas José Luis Hidalgo y Vicente Aleixandre en sus correspondientes aniversarios, en el primero de los casos los 60 años de su muerte y en el segundo los 30 del Premio Nobel.

El profesor de la literatura española de la Universidad de Salamanca y crítico literario del ABC, Luis García Jambrina, había hablado en el Ateneo del contexto poético español en el que se produjo la poesía de Hidalgo, y también de su relación de amistad con Aleixandre. Ahora ocupaba su lugar en la mesa de forma redonda en la que cenábamos junto a personas como el profesor, crítico literario y presidente del Ateneo de Santander, Carlos Galán, la empresaria y antigua diputada Elena García Botín, el abogado Enrique Bolado o el vicepresidente de la Fundación Endesa Antonio Tornell.


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Boris Izaguirre


A lo largo de la velada alguien recordó que en el trascurso de la noche se concederían los premios Planeta de literatura, y en seguida se pusieron encima de la mesa como candidatos principales de las variopintas quinielas los nombres de Boris Izaguirre, Fernando Savater o Juan José Millás. Uno de los presentes había sido en alguna ocasión jurado del premio, y otro había asistido en directo a cómo se le proponía a un futuro premiado el galardón. Enseguida se habló de cómo estos premios generalmente se encargan directamente a escritores cuya resonancia mediática puede aumentar el número de ventas; también se trató del creciente desprestigio del galardón; de la personalidad de su antiguo impulsor, el señor Lara; del negocio económico que implica todo lo relacionado con el Planeta; de la carencia en nuestra literatura de un premio literario realmente importante y serio destinado a escritores en pleno proceso de consolidación... En fin, como suele ocurrir en este tipo de cenas se trataron muchos asuntos salpicándolos de anécdotas, ocurrencias, chismes y demás palabrería destinada al entretenimiento, el humor y de vez en cuando, muy de vez en cuando, a hacer algo de sangre.

Pasada la media noche llegó a la mesa, no sé de qué manera, la confirmación de la noticia: Millás ganador y Boris finalista. A partir de ese momento, y durante los postres y el café, las conversaciones incidieron en lo increíble de que Boris Izaguirre, el televisivo, pudiera haber sido finalista de un Premio que han ganado o en el que también han sido finalistas: Álvaro Pombo, Bryce Echenique, Cela, Vargas Llosa, Savater, Muñoz Molina, Néstor Luján, Torrente Ballester, Fernán Gómez, Umbral, Juan Benet, Vázquez Montalbán, Marsé, Ramón J. Sender, Ana María Matute... Al final de las tartas y los descafeinados de máquina con sacarina, la conclusión era inapelable: el Planeta, si Boris es finalista, definitivamente es un premio de mierda.

Yo procuré mantenerme callado, abriendo la boca sólo lo indispensable. No me desenvuelvo nada bien en este tipo de situaciones, y mis “brillantes” ideas se quedan absolutamente en nada cuando intento expresarlas casi siempre de forma aturullada, vaga e imprecisa. Pero sí guardo la seguridad absoluta de haber pensado durante toda el rato lo irrelevante de la discusión. Pensémoslo tan sólo un instante. ¿Qué es en realidad el premio Planeta? Una forma de marketing para vender centenares de miles de libros entre el mes de noviembre y las fiestas navideñas de cada año. ¿Cuántas grandes novelas de verdad ha situado en el mercado y en las estanterías de las bibliotecas el premio a lo largo de sus décadas de historia? ¿Tres, cuatro, cinco? Paremos de contar. ¿Tiene alguna relevancia estrictamente literaria y cultural el premio Planeta en las letras hispanas, como sí puede tenerlo, por ejemplo en Francia el Goncourt? No, ni por asomo. ¿Cuántos premios Planeta han supuesto un avance serio, un ir más allá novedoso y arriesgado en la novelística española contemporánea? Respondo con prontitud: El aire de un crimen, de Juan Benet tan sólo, y fue el finalista.

Ante tal cúmulo de evidencias no entiendo por qué hay amantes de los libros que se rasgan las vestiduras un año si es premiado en el Planeta Boris Izaguirre. Antes lo han sido un cúmulo bastante numeroso de escritores olvidables, o de buenos escritores cuya obra galardonada no ha supuesto nada en su carrera, sólo, y entiendo que no es poco, un ingreso muy apreciable en su cuenta corriente y, tal vez, en algunos casos, la obligación de publicar con la editorial Planeta libros cada cierto tiempo fruto tan sólo de la obligación, y nunca de la inspiración o de la necesidad de contar algo.

¡Boris Izaguirre finalista del Planeta!, y algunos se dan rotundos golpes en el pecho al decirlo, y ponen los ojos en blanco y se indignan. ¿Acaso Millás es Borges o Cervantes? ¿Hasta el momento ha escrito Juan José Millás algún libro cuya vida literaria tenga una caducidad que supere el corto plazo? De verdad, si hablamos de literatura seamos un poco serios, y sepamos situar sin complejos ni patrioterismos absurdos la realidad de la narrativa española del último siglo: periferia de la periferia en la inmensa mayoría de los casos.

Dentro de este contexto es irrelevante el premio Planeta para todo el mundo salvo para la empresa editora y para el galardonado, que tiene para vivir bastante bien una temporada. Boris Izaguirre encaja perfectamente dentro del marketing que rodea y potencia el verdadero objeto del galardón: explosión mediática y ventas, muchas ventas de libros que amarillearán casi todos en las mesitas de noche de nuestro país (de ningún otro, claro) sin apenas abrirse.

A Boris lo entrevistarán hasta en las gacetillas de las parroquias, seguirá exhibiendo de televisión en televisión, de programa en programa su homosexualidad desinhibida, frívola y evanescente como si de una gran broma deshumanizada se tratara, hablará durante unos meses en todos los Cortes Ingleses de España de literatura y sentará cátedra en cuanto tema aborde, y, en definitiva, venderá y firmará muchos ejemplares de un libro que, ya se ha apuntado, ni siquiera ha escrito de verdad él. Y qué más da.

Fuera de este pequeño circo literario de irrelevancia aplastante, mirando alguna estantería de mi biblioteca, descubro en los lomos de los libros que se apilan los nombres de Faulkner, Balzac, Henry James, Conrad, Clarín, Cortázar, Chejov, Proust, DeLillo, Valle-Inclán, Dickens, Jane Austen, Rulfo... Y ante tal panorama sólo puedo pensar que antes de morir, si lo hago viejo y arrugado, me quedarán por delante, en el mejor de los casos, quizá mil nuevas lecturas, y hacerle un hueco entre ellas a Boris o a Millás me resulta idea de locos o de idiotas. No seguiré con Shakespeare y sus secuaces, no puedo permitirme perder el tiempo.

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Wednesday,17 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Mozart: el milagroso adagio del cuarteto nº 12]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,551 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Si con la aguja de un compás gigantesco pudiera pinchar exactamente mi casa, y trazar alrededor un círculo que en vez de espacio físico estableciese el espacio temporal de quince minutos, delimitaría una geografía en torno a mi hogar en el que con una inversión máxima, insisto, de quince minutos andando, tendría la posibilidad de acercarme a la filmoteca regional de Cantabria, o a la filmoteca municipal de Santander en el cine Los Ángeles, o a mi librería favorita Gil, o a mi puesto preferido de perritos calientes en la plaza de Pombo, o al Ateneo de Santander, o a mi despacho de trabajo, o a la sala de exposiciones del Mercado del Este, o al teatro y sala de exposiciones de Caja Cantabria, o a la sala de exposiciones de la Fundación Botín en la calle del Martillo, a mi pastelería Máximo Gómez de guardia, o al Museo de Bellas Artes, o a la sede de la Fundación Gerardo Diego, o a la Biblioteca de Menéndez Pelayo, o a la chocolatería Áliva, o a media docena de locales de copas y pinchos que de vez en cuando frecuento, o a...

Quiero decir con toda esta retahíla a buen seguro insufrible para el lector, que ando bastante por las calles de mi ciudad y que apenas saco de su aparcamiento el vetusto Golf que heredé de mi padre. Sí, ando mucho por la ciudad, la verdad es que entre semana me desplazo a todos mis los lugares habituales andando, y que mi pequeño escenario vital es en verdad pequeño y muy asequible al paseo.


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Wolfgang Amadeus Mozart


Y cuando paseo canto. No, aún no formo parte de la legión de pirados con distintas mañas y aficiones que pueblan el paisaje urbano de Santander, o al menos no he caído todavía en la cuenta de engrosar tan delirantes filas. Canto o tarareo sólo para mí, para mis adentros, y en tal condición debo decir que he logrado convertirme en un virtuoso de la voz y de varios instrumentos, incluso en un reputadísimo director de orquesta.

Sí, canto arias de ópera, generalmente para tenor, aunque también me atrevo con algunos momentos para barítono especialmente hermosos en mi opinión. La que más veces se repite en mi repertorio silente, no sé por qué a bote pronto, es “Tombe degli avi miei”, de la ópera de Donizetti Lucia di Lammermoor, pero podría nombrar otras muchos instantes de ópera que en mi voz callada hago memorables y merecedores de aplausos y bravos mientras camino.

Pero de un tiempo a esta parte las arias de ópera han quedado arrinconadas en mi repertorio, incluso los conciertos para piano y orquesta que interpreto con las manos en los bolsillos del pantalón o la chaqueta y moviendo los dedos han quedado también olvidados. Desde que no tengo televisión y paso las noches enteras leyendo y escuchando música no me quito de la cabeza, de ninguna manera, una melodía que he redescubierto en el trascurso de estas escuchas atentas y misteriosas en el silencio y la oscuridad de la noche.

Se trata del adagio del cuarteto para cuerdas número 12 de Mozart. Sí, es evidente que ya había oído sus notas en otras ocasiones, pero ha sido ahora cuando esta música ha echado raíces profundas dentro de mí y no me abandona ni al sol ni a la sombra, quizá ya para siempre.

¿Es posible una música en apariencia más sencilla, más relajada, más serena, más etérea, con más alas? Y a la vez, exactamente al mismo tiempo, ¿es concebible una música más profunda, más sabia, más hondamente humana, más insondable, más abarcadora de todo tipo de emociones y pensamientos? Este adagio mozartiano es un milagro construido sobre los soportes menos altivos que imaginarse uno pueda. Su escucha es tan emocionante, tan purificadora, que uno siente que le han dado la vuelta como a un calcetín, que por fin ha topado con una materia producida por alguien que parece haberlo entendido todo: el principio y el final, la razón de ser de la vida y de la muerte, la alegría y la tristeza, la grandeza más absoluta y la modestia destilada hasta la esencia. Todo, de principio y fin parece estar condensado en estos minutos de música prodigiosa y alejada por completo de lo gradilocuente y lo vacuo.

Ningún ser humano debería morir sin haber escuchado y sentido estas páginas cuyas notas contienen lo concebible y lo inconcebible con la serenidad pasmosa que sólo puede estar inmersa en el mayor y más natural de los milagros.

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Tuesday,16 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Doris Lessing, historias desde Londres]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,549 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Le han dado el premio Nobel de Literatura de este año a la escritora británica Doris Lessing, y lo cierto es que no me ha sorprendido en absoluto. No he sido nunca lector asiduo y constante de esta escritora. Creo haber leído alguno de sus tomos de memorias, que no me interesó en exceso, y algo de su prosa, en concreto su libro Historias de Londres en la edición de Destino del año 1996 que debe andar por alguna estantería de casa.

Hay algo en la escritora, quizá en su rostro adusto y de seriedad protestante, o en su melena recogida en un moño o coleta a la antigua usanza que siempre me ha alejado de ella. Sí, sé que es un prejuicio insensato, idiota y completamente al margen de la literatura, pero a veces las cosas son así. Doris Lessing, en mi imaginario calenturiento, es la difunta madre redivida de Norman Bates, el gerente perturbado de Motel protagonista de Psicosis. ¿Qué le voy a hacer? Así de confusa y prejuiciosa tengo la mente.


www.ojosdepapel.com Doris Lessing


En Historias de Londres, como sucede en la mayor parte de la obra Doris Lessing desde que a finales de los años 1960 publicara su novela La ciudad de los cuatro pórticos (1969), título en el que, si no estoy del todo mal informado, por vez primera abandonaba las historias y paisajes africanos de su adolescencia y primera juventud, la escritora británica escoge de nuevo el tumultuoso, variopinto y multirracial Londres de finales del siglo XX como marco geográfico referencial en el cual ambienta las dieciocho historias que conforman este volumen de relatos.

Y como es también ya habitual, en Historias de Londres Doris Lessing incide en uno de sus temas predilectos, el retrato crítico de la burguesía inglesa, asunto que goza de gran tradición en la literatura de las islas (Jane Austen y Charlotte Brontë son dos magníficos ejemplos muy difíciles de superar). En estos cuentos, si mal no recuerdo, la mirada de la escritora se detiene con apasionada atención en las dificultades, experiencias y múltiples sorpresas que encierran las relaciones familiares y las relaciones amorosas, tras el gris decorado de las convencionales apariencias que oferta la cotidianeidad. Lessing utiliza además su mirada con la ternura y la fina inteligencia que suelen serle propias sólo a la delicada ironía, una facultad que no ha sido precisamente característica definitoria de la literatura llevada al papel por esa destacable generación de escritoras británicas formada, entre otras, por Iris Murdoch, Muriel Spark, o la propia Lessing, quienes dotadas de innegables inquietudes no siempre han acertado a la hora de obtener logros narrativos.

Imagino que ahora, después del premio, una avalancha de títulos debidos a la escritora nos sepultará en las visitas a la librería. No lo sé, pero es probable que sucumba de nuevo a la curiosidad y que le dé una nueva oportunidad a Lessing. Pero he de confesar que muchas ganas no tengo de volver a leer algo escrito por la madre de Bates. Ya ven que yo sigo con mi propia paranoia, y encantado de la vida además.

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Monday,15 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La biblioteca de los libros perdidos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,548 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Imagino que muchos de ustedes están al tanto de que uno de los escritores más geniales e imprescindibles del siglo XX, el checo Franz Kafka, dejó encargado a su amigo Max Brod que destruyera a su muerte todas sus páginas inéditas. Siempre he pensado que tal petición la hizo Kafka con la boca pequeña, pues si tanto interés tenía en que su trabajo literario jamás viera la luz ni estuviera al alcance del público, lo más sencillo y lógico hubiera sido destruirlo él mismo, quedándose así con la completa seguridad de que su objetivo iba a cumplirse. Pero no, efectuó un encargo que jamás fue llevado a cabo, de lo cual los lectores y la humanidad en general debemos alegrarnos, pues de otro modo obras fundamentales como América, El proceso, El Castillo o Carta al padre no habrían vivido en las páginas impresas de un libro y no formarían parte esencial de la conciencia occidental del pasado siglo.

La anécdota siempre me ha hecho pensar en la importante cantidad de títulos que sí se han perdido para los lectores por causas de lo más variopintas, obras de autores desconocidos que murieron en el más completo anonimato y sin lograr ver una sola página impresa con su nombre, o por el contrario, de autores conocidos, incluso aclamados y con una legión de seguidores esperando la aparición de cualquiera de sus escritos.


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Stuart Kelly: La biblioteca de los libros perdidos (Paidós, 2007)


Precisamente de estos últimos casos es de lo que trata el libro del británico Stuart Kelly, La biblioteca de los libros perdidos, y que no hace mucho apareció en español gracias a la editorial barcelonesa Paidós. Kelly, nuestro autor de hoy, estudió lengua y literatura inglesa en Oxford, es crítico del Scotland on Sunday, y vive en una de las ciudades más hermosas y literarias de Europa, Edimburgo. Puedo dar fe.

A lo largo de las casi 400 páginas de este libro magníficamente editado, Stuart Kelly nos acerca a la historia de decenas de libros que nunca llegaron a serlo por diversos motivos: la destrucción (el retrato de Sócrates que debería aparecer en las Fábulas de Esopo), la pérdida (Ultramarino, de Malcolm Lowry, que fue robado del interior del auto del que iba a editar la obra), la desaparición del autor (caso de La presa de Hermiston de R. L. Stevenson, al que la muerte alcanzó antes de poner el punto final), la destrucción (Gogol arrojó al "fuego purificador" la segunda parte de Almas muertas tras experimentar una conversión religiosa que le hizo pensar que toda literatura sólo era una forma de paganismo), el robo (a William Burrouhgs le robaron el manuscrito de El almuerzo desnudo), o simplemente la no escritura (así ocurrió, por ejemplo, con el que debería haber sido el segundo volumen de las memorias de Vladimir Nabokov, Habla, América).

De todas estas obras, y de muchas más que muy probablemente formarían parte de una buena biblioteca si hubieran visto la luz, habla Stuart Kelly en este entretenidísimo y bien documentado libro en el que obra tras obras perdida, robada, destruida, no concluida y no escrita, se van llenando las estanterías de una hipotética biblioteca de libros perdidos.

¿Cuál es quizá el mayor inconveniente de este volumen? Que como suele ser habitual en los autores anglosajones, se centra en exceso en los títulos perdidos de su propia tradición literaria, y son los autores británicos y estadounidenses quienes abrumadoramente llenan estas páginas. El único español que merece la atención de Kelly es el de casi siempre, Cervantes, pero ni los franceses, ni los alemanes, ni mucho menos los italianos, por hacer algunas menciones, salen mejor parados. Sólo los libros perdidos escritos o pensados por los clásicos grecolatinos pueden competir en espacio con los escritores en inglés.

Con todo, la lectura del libro es una verdadera delicia, páginas que invitan a continuar con la aventura lectora en todo momento y en casi cualquier circunstancia. Por cierto, en estos días en los que nos enteramos por la prensa de que a Spielberg y a Coppola les han robado material básico de las que iban a ser sus próximas películas, me pregunto si podría hacerse un libro sobre las películas perdidas, y, por qué no, sobre las pinturas perdidas, las partituras, fórmulas matemáticas, descubrimientos científicos, los planos de edificios, las esculturas... ¿Cuánto material creativo y artístico de inmenso valor se habrá extraviado y destruido a lo largo de la historia? ¿Estaríamos como género en el mismo lugar en el que estamos ahora si esas obras tan diversas del esfuerzo y el talento humano hubieran sido realidad y se hubieran conservado? Vayan ustedes a saber, les dejo dedicando unos segundos a pensar en el asunto.

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Thursday,11 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El arte de Guillermo Vargas: dejar morir de hambre a un perro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,547
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Juan Antonio González Fuentes

Leí la noticia en titulares en el periódico y dejé perturbado la lectura un poco más profunda para después. Llegué al cabo de unas horas a casa y volví a leer la noticia, buscando el párrafo en el que asegurasen que todo era un montaje publicitario, o una performance artística con gancho mediático y escandaloso incluido. Pero no, ningún párrafo desmentía los sucesos. Busqué después en internet, y tampoco ninguna crónica o noticia desmentía la historia. El artista costarricense Guillermo Vargas, en una feria de arte en Nicaragua, había realizado el siguiente “montaje artístico”: en una esquina de su instalación, aparecía atado a la pared un perro callejero y famélico; cerca había escrito con comida para perro “Eres lo que es”, y en torno podía escucharse unas secuencias sonoras con el himno sandinista difundido al revés, y una pira en la que se quemaba marihuana y “crack”. El llamativo “aparato artístico” duró hasta que el animal murió de hambre por decisión del artista y ante la inacción de los espectadores, responsables del evento y autoridades competentes.

Ya he escrito en estas mismas páginas en diversas ocasiones sobre el dudoso sentido del arte y lo artístico que impregna la contemporaneidad. Ni mucho menos soy un experto en el asunto y por lo tanto nunca me he querido pronunciar ni con rotundidad ni alegando conceptos e ideas que reconozco pueden estar desfasados y no encajar en el devenir de los tiempos, ni en las nuevas corrientes de pensamiento y percepción de la realidad.


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Pero acabar con la vida de un perro de forma tan cruel y gratuita, y hacerlo integrando la acción en un supuesto artefacto de expresión artística creo que sobrepasa lo concebible dentro de la mínima ética humana que debería impregnar el espíritu del artista, sea este quien sea y provenga de donde provenga, al menos si lo contemplamos dentro de la sensibilidad occidental y dentro de la cultura grecolatina e ilustrada de la que somos herederos directos.

El arte es una expresión humana. Fuera de lo humano no existe el arte. Toda estética implica una ética, y al revés. Guillermo Vargas, alias “Habauc” ha demostrado con esta acción qué tipo de ética humana es la que impregna su arte, la misma, o muy parecida a la que llevó a Hitler a calificar determinado arte como “degenerado” y suprimirlo de la realidad social alemana, o a Stalin a confinar y exterminar en checas a artistas e intelectuales no conformes con los propios gustos del dictador. Es decir, la ética que implica una falta absoluta de respeto, caridad y compasión, la ética que puede llevar a alguien que se califica de artista a atar a un perro a una pared, dejarlo morir de hambre y exhibir como creación la perversa, la inhumana actuación. ¿Cómo es posible intentar expresarse humanamente (en el sentido más espiritual del término) a través de un acto de impiedad contrario a lo que debe conformar la esencia misma de lo humano? Guillermo Vargas, a conciencia, sí que ha inventado el verdadero “arte degenerado”.

Guillermo Vargas, “Habauc”, en ningún momento de esta su desgraciada y denunciable actuación se ha comportado como “artista”, si no que lo ha hecho como personaje capaz de anteponer sus notorios deseos de “estar” muy por encima de los de “ser”. Un artista ante todo debe “ser”, y Habauc no ha sido, sólo ha llegado a deshumanizarse para “estar”, para hacerse notar..., ha vendido su “alma” al diablo, al igual que Fausto, por un plato de lentejas, por unas cuantas páginas de periódico, unos cuantos blogs como éste y alguna referencia en google.

Habauc ha llevado a cabo una acción propia sólo de un canalla, aunque ahora puede adornar con cien o mil explicaciones y conceptos su “hecho artístico”. Ya puede escribir varios tratados al respecto, estaríamos como el rey desnudo del cuento, al que unos niños señalan ahítos de inocencia la tonta desnudez, el descrédito de una puesta en escena completamente idiota. Guillermo Vargas, el pintor, el señor artista, ha dejado morir de hambre a un pobre chucho exhibiendo su agonía, su miedo, su mansedumbre enferma y desconsolada. Para justificarse el tal Vargas dará sin duda muestras de racionalidad, teorías artísticas, ideas y demás coberturas intelectuales..., pero los niños del cuento le señalarán perplejos y gritarán su desnudez: torturó a un perro a sabiendas y con frialdad, y además exhibió como “acción artística y creativa” tal acto de falta absoluta de humanidad. El artista está desnudo, sólo es un pobre y ridículo espantajo que ha dado, eso sí, muestra mayúscula de la desorientación, del todo vale, de la a veces nauseabunda imbecilidad que es lo que llaman arte contemporáneo.

Guillermo Vargas, alias "Habauc", debería poner fin a su instalación y “performance” comiéndose al pobre animal, y luego, con sus deposiciones, escribirse en la frente la palabra artista con mayúsculas, para más tarde ser aplaudido por el mismo público que contempló la agonía del perro, y terminar subvencionado por las autoridades y galeristas que contemplaron impávidos la expresión de genialidad artística de este pobre hombre llamado Guillermo, y apellidado Vargas.

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Nota de la Redacción: Nuevo comentario sobre el trato a los perros de Juan Antonio González Fuentes:


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Wednesday,10 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Historia del Cine Español (T&B editores)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,546 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Coincidiendo con la recientísima aprobación de la nueva y polémica Ley del Cine (la misma que, según parece, subvencionará con generosidad películas rodadas en gallego, catalán o vasco para que las disfruten los familiares de los artistas en la intimidad del salón de su casa), ha aparecido en todas las librerías de nuestro país la reedición “corregida y aumentada (actualizada)” del estudio sobre el cine español que en 1999 publicó por vez primera el profesor barcelonés José María Caparrós Lera. El trabajo está editado por T&B editores, empresa especializada en libros de cine, y en cuyo catálogo el lector en español puede encontrarse verdaderas maravillas bastante asequibles y bien editadas.

El libro se titula Historia del cine español, y ofrece un acercamiento ha dicho fenómeno desde el año 1896 hasta prácticamente nuestros días, incorporando tres nuevos capítulos que no aparecían en la primera edición: los dedicados a los oscarizados Pedro Almodóvar y José Luis Garci, y otro al nuevo cine español.

Además, el volumen acoge en su interior dos apéndices (uno dedicado a la censura y otro a las conclusiones de las famosas y controvertidas “conversaciones de Salamanca” del año 1955), y un montón de cuadros y demás aparataje analítico que cierran estas páginas y que aparecen destinados a facilitar la visualización y el análisis de asuntos tales como la producción, las recaudaciones, las cuotas de pantalla alcanzadas, el número de espectadores, etc...


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José María Caparrós Lera: Historia del cine español (T&B editores)


Este concienzudo trabajo de Caparrós Lera está presentado en un nivel llamémosle divulgativo y con bastantes gotas de didactismo en su composición, quizá construido en principio como material de consulta destinado a estudiosos de departamentos de cine de universidades o de otros centros de estudios varios. Sin embargo, esta peculiaridad no es óbice para que el mero aficionado al cine, y más al cine español (¿cuántos habrá en España?, sólo por curiosidad) pueda acercarse a este libro y encuentre en él datos suficientes y variaciones sobre un mismo tema (claro, el cine español y su evolución a lo largo de la historia), como para pasar varias tardes entretenido en un sofá y, sobre todo, como para que le pique la curiosidad y visite, o revisite dado el caso, algunas de las buenas películas, que haberlas haylas, como las meigas, del cine español.

Una publicación útil esta nueva Historia del cine español, al menos si no queremos profundizar en exceso y sí iniciarnos con algunas brazadas en las aguas oscuras y a veces desde luego brillantes del cine hecho en España a lo largo de más de un siglo.

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Tuesday,9 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Plácido Domingo canta en Viena 1967-1999 (sello Orfeo)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,545 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

En estas mismas páginas electrónicas, muy recientemente, publiqué unas líneas dedicadas a Pavarotti en las que aseguraba con bastante desparpajo que el más importante tenor (cantante, preciso ahora) de la historia de la ópera grabada es de momento Plácido Domingo.

La verdad es que esperaba un aluvión de comentarios protestando ante dicha afirmación, pues en más de una ocasión he podido comprobar que el tenor madrileño despierta bastantes antipatías, desdenes y fobias entre los aficionados a la ópera españoles. De momento no ha habido respuesta a la provocación, y mejor así, pues es muy fácil de demostrar la veracidad contrastada de lo dicho.

Entiéndase bien que en ningún momento que se ha afirmado la estupidez de que Domingo sea o haya sido el mejor, el único, el más..., ni ninguna otra zarandaja semejante, pues ya se subrayó en el anterior trabajo citado dedicado a Pavarotti que tales categorías y adjetivos son inútiles e idiotas cuando se habla de actividades con muchísima historia detrás, con muchísimos nombres propios que sumar, y muchas variedades y estilos.


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Plácido Domingo


Lo que sigo afirmando es que Plácido Domingo es el más importante cantante de ópera de la historia de la fonografía, de la historia del disco, y que lo es por el incomparable número de grabaciones realizadas, el inmenso repertorio temporal, estilístico e idiomático que abarcan, y la calidad media de los trabajos. Procesando estos tres factores de análisis, las comparaciones son imposibles, pues nadie ha grabado tanto como Plácido Domingo, nadie ha grabado tantas cosas distintas, y la calidad media de todas estas grabaciones suele ir de lo meramente interesante a lo sencillamente excepcional.

En este sentido Plácido Domingo es parecido al célebre jugador de baloncesto de los Boston Celtics, Larry Bird. De este jugador se decía que no hacía nada especialmente bien. No era el mejor reboteador, ni el mejor anotador, ni el mejor defensor, ni el mejor pasador, ni el mejor técnicamente, ni el más fuerte, ni el más inteligente..., pero que lo hacía siempre todo bien: rebotar, anotar, defender...

De Plácido Domingo puede decirse algo semejante: no tiene la voz más hermosa, no tiene ni mucho menos agudos memorables, no tiene la voz más flexible y potente, no tiene deslumbrantes “pianos”, su voz en sotto voce no impresiona..., pero todo lo canta bien, todo lo interpreta bien, en todo ha dejado su sello inconfundible y con una altura difícil de igualar en tantos papeles distintos.

Sí, estamos de acuerdo, quizá no haya ningún papel que haya logrado hacer completamente suyo por encima del resto de cantantes que lo abordaron. Quizá no sea el mejor Otello de la historia, el mejor Cavaradosi, el mejor Lohengrin, el mejor Rodolfo, Calaf, Ramadés, Tristán, Alfredo, Manrico, Nemorino, Werther, Don José, Hoffman, Parsifal, Sansón, Duque de Mantua, Tannhäuser, Barbero, Don Carlo, Canio, Turiddu, Siegmund, Enzo, Fausto, Don Álvaro, Edgardo, Pollione, MacDuff, Andrea Chenier, Ricardo, y más, y más papeles que podríamos seguir añadiendo en francés, italiano, ruso, alemán, español, inglés... Todos estos personajes los ha encarnado Plácido Domingo en disco y muchos, casi todos, sobre los escenarios de medio mundo, logro cuantitativo (valga la palabreja) que jamás ha sido ni siquiera seguido de cerca por ningún otro cantante de la historia de las grabaciones en disco.

Domingo ha cantado en todos los grandes teatros del mundo, incluido el escenario del wagneriano Festival de Bayreuth, hito cuyos precedentes pueden contarse con los dedos de una mano. Muy pocos tenores de la historia han sido estrellas de la ópera cantando los principales papeles protagonistas de Puccini, Verdi, Donizetti, Massenet, Bizet..., y también han encarnado en Bayreuth y otros teatros algunos de los principales papeles para tenor escritos por Wagner. Menos, puedo asegurarlo, son los que han logrado grabar discos de alta calidad artística haciendo de Radames y de Lohengrin, de Cavaradosi y de Tristan, de Manrico y de Parsifal, de Otello y el papel de cantante italiano en la ópera de Richard Strauss El caballero de la rosa. Sencillamente es asombroso, prodigioso, o como diría el simpático personaje secundario de El hombre tranquilo de John Ford: ¡Homérico!

Buena muestra de todo lo escrito son los tres recientes discos que ha editado el sello Orfeo (Diverdi), Plácido Domingo Wiener Staatsoper. Live recordings 1967-1999, con una selección de fragmentos, grabados en vivo, de las actuaciones del prodigioso tenor madrileño en la Ópera de Viena (una de las plazas operísticas más tradicionales y fuertes de la historia) durante el periodo 1967-1999.

Son tres discos absolutamente emocionantes e imprescindibles para los aficionados en los que Plácido Domingo demuestra, un corte tras otro, el por qué es sin duda el tenor más importante de la historia del disco, y por qué gana además tanto sobre un escenario escuchándole en vivo (Domingo es un notable actor sobre las tablas de un teatro de ópera). Las grabaciones van desde su primer Don Carlo verdiano en 1967 hasta su Parsifal wagneriano de 1999, pasando por papeles de ópera francesa y prácticamente todos los más importantes que integran parte de su repertorio. También se le puede escuchar como director de orquesta.

Plácido Domingo en estado puro, sin reservas, entregado por entero al público (incluso regalando bises), y mostrándose como lo que es: un artista en sentido pleno, de una sinceridad y una grandeza sobrecogedoras.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,8 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Vivir sin ver la televisión]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,544 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Llevo tres semanas sin televisión. No, no ha sido una avería, ni por ahora falta de liquidez monetaria, tan sólo es una decisión personal que casi me han impuesto las circunstancias. Me explico. M ha trasladado a Madrid casi todas sus cosas, incluyendo la gran televisión y los dos dvds, el bueno, que paradójicamente sólo lea dvds de los caros, y el malo, que lee cualquier cosa que le introduzcas, incluyendo las rodajas de salchichón.

Así que cuando M regresa a su casa de Santander a pasar unos días, se encuentra con que no tiene televisión, ni equipo de música..., y con que tan sólo cuenta con una radio despertador para amenizarse el tiempo mientras se ducha, maquilla y viste, es decir, durante un montón de horas. Llevado de mi acendrada caridad cristiana, me apiadé de ella y le instalé en su cuarto de estar mi viejo aparato de televisión, una antigualla de museo que sin embargo sigue permitiendo ver las películas, partidos y demás acontecimientos que en abierto programan las televisiones nacionales españolas y las regionales cántabras.

Cuando tras su último fin de semana santanderino M regresó a su nueva casa madrileña, yo olvidé de regresar a mi hogar con la televisión bajo el brazo, o en el asiento trasero de mi viejo Golf para ser más exactos. De repente me entraron convulsiones, la espuma me salía por la boca, y un estado de angustia vital me agarró las entrañas retorciéndolas y provocándome un dolor inaudito: eran las nueve y media de la noche del domingo, estaba en casa y no había una mala televisión que encender. ¡No iba a poder ver los resúmenes de los partidos!, ¡ni la peli guaca que quizá pondrían en alguna cadena!, ¡ni el resumen de Gran Hermano!, ¡ ni alguna de las series con las que voy cogiendo el sueño reparador de la noche!


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Perdido en la habitación que ahora parecía enorme, me tumbé en el sueño sobre varios cojines y con el perro Miller dormitando a mi lado. Me quedaba un buen rato por delante en soledad antes de que el sueño me empujase hacia la cama. Lo que más recuerdo de aquel momento era el silencio. De pronto oía todo, cualquier ruido que se producía en el interior de la casa o incluso en la escalera. Eché de menos a M y sus conversaciones, eché de menos a alguien para conversar, y mentalmente me trasladé a esos tiempos en los que no había ninguna televisión, ni radio, ni aparatos de ningún tipo, y junto al fuego de la cocina o de la chimenea el tiempo se llenaba con historias que unos se contaba a otros, con relatos, cuentos, chismes, dimes y diretes..., con oralidad pura y dura.

Aquel pensamiento me tranquilizó, sentí cierta nostalgia repentina por unos tiempos que jamás viví, y me prometí a mi mismo realizar un experimento: chavalote, vas a aguantar todo lo que puedas sin televisión en casa; vas a llegar de trabajar por la noche, a eso de las nueve o nueve y media y por delante vas a tener tres o cuatro horas de silencio y soledad para hacer lo que buenamente puedas. Vale, acepté el reto. Han pasado tres semanas completas si no calculo mal, y he descubierto no sin asombro que sigo vivo.

En efecto, llegó a casa por las noches y descubro que tengo más tiempo para hacerme la cena, para pasear con el perro por la calle, para acariciarlo y contarle menudencias ante su mirada comprensiva y cariñosa, para fregar y limpiar, para escuchar la radio, para hacer flexiones y abdominales, para levantar unas pesas que tenía descuidadas desde hace bastante tiempo, para hablar por teléfono, para mirar bobamente el techo y descubrir que dicho acto es muy entretenido y sosegador, para escribir cartas y algunos versos, para leer la prensa con mucho más detenimiento y provecho, para leer libros (han caído ¡¡¡8!!!, en estos días), para echar de menos más abruptamente a M, para escuchar música (todos los conciertos para piano y orquesta de Mozart y todos los cuartetos del mismo compositor), para pensar y reflexionar, para planificar algún viaje, para descubrir rincones inexplorados de mi casa, para reencontrarme con objetos que creía perdidos u olvidados, para hacer café, para ver viejas fotos, para organizar los cajones y encontrar objetos de cuya existencia ya dudaba, para contemplar los tejados y las nubes de la ciudad, para acordarme de viejos amigos y rememorar viejos sucesos del pasado, para maquinar nuevos proyectos, para arrepentirme de algunas cosas, para estar a gusto en mi propia compañía, para...

De verdad lo digo, no creí que pudiera aguantar tanto tiempo sin la televisión, sin su sonido permanente, sin sus imágenes fulgurantes, sin sus noticias, películas, series y sus muchos desperdicios. Pero aquí estoy, deseando por momentos que llegue la noche para entregarme a las mil y una cosas que me esperan por hacer. De momento, la televisión permanecerá en la casa santanderina de M por los tiempos de los tiempos, y la televisión nueva de plasma que pensaba adquirir en su sustitución, se verá convertida en breve en unas botas de fútbol nuevas, tres o cuatro discos a los que ya les he echado el ojo, más libros para hacer crecer mi biblioteca, y algunas cosas más que seguro se me ocurrirán esta noche cuando sienta el húmedo hocico del perro Miller olisquearme una mano, escuche concentrado música de Mozart, tenga un libro abierto en el regazo y la mirada vague perdida, buscando figuras imposibles nuevas, entre las sombras del techo blanco.

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Friday,5 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Pavarotti, uno más entre los grandes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,543 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

La muerte de Luciano Pavarotti me sorprendió por partida doble. Primero porque no estaba al tanto del agravamiento de su enfermedad, y segundo porque me la encontré comentada en los periódicos mientras viaja de Madrid a Santander. Ahora, de un tiempo a esta parte, me enteró de las defunciones de los famosos leyendo el periódico en el autobús. Quién me lo iba a decir!

Si la muerte de Francisco Umbral pasó casi desapercibida en la prensa nacional (ya saben, era un muerto a sueldo de la competencia), la de Pavarotti sin embargo ocupó páginas y páginas en todos los diarios, y minutos y minutos en todas las televisiones. ¿Por qué? No creo que la razón haya que buscarla en la gran afición por la ópera de los periodistas, la sociedad española, los directores de medios de comunicación, o por la trascendencia mediática que tiene en nuestro país todo lo relacionado con el arte del bel canto. Mas bien creo que hay que tener un poco de suerte hasta para morirse, y hacerlo en un momento de escasez de noticias llamativas. Y claro, seguro que también tuvo su importancia el hecho de que Pavarotti fuera el primero de los tres celebérrimos tenores en decirnos adiós, el que fuera a primera vista tan simpático y campechano, su gordura cuidada y exhibida, su sonrisa descarada, su carisma verdadero, su pelo y barba bárbaramente teñidos de negro, su pañuelo blanco y extendido colgando siempre de una mano, es decir, su puesta en escena entre cándida, descuidada, familiar, sincera y en principio poco artificial. Pavarotti era un personaje que caía muy bien, ni más ni menos.


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Luciano Pavarotti


No, no creo que muchos de quienes han emborronado párrafos y más párrafos en torno a su muerte supieran poco o nada de ópera, supieran algo de lo que elogiaban con entusiasmo insaciable. Es más, me apostaría toda mi colección de discos de ópera a que más de uno se acercó en alguna ocasión a la tienda de música de El Corte Inglés para pedir que le dieran el disco ese del que tanto se habla, el de ese cantante llamado Tutto Pavarotti. Bromas aparte, sí quiero subrayar la sorpresa que me ha causado el revuelo mediático causado por la desaparición del tenor, y sobre todo las hipérboles que se han escrito y comentado en torno a su persona y arte.

Decir que Luciano Pavarotti ha sido uno de los más grandes tenores del siglo XX, y que poseía una voz bellísima, es señalar una gran verdad que la inmensa mayoría de la gente, incluso de los aficionados, no sabe calibrar de verdad. Sí, Pavarotti ha sido uno de los grandes, lo que ocurre es que el listado de “los grandes” necesita de bastantes dedos de la mano para contarlos, y de muchas palabras para explicar líneas de canto, técnicas, repertorios, etc...

Empezaré diciendo algo muy simple: cuando hablamos de grandes cantantes de ópera, hablamos fundamentalmente de los cantantes a los que se ha podido oír en alguna ocasión, es decir, hablamos de los grandes cantantes de la historia de la fonografía, de la historia de los discos. Todos los anteriores, los que ocupan la mayor parte del siglo XIX y los del XVIII no sabemos cómo cantaban de verdad, pues tan sólo tenemos testimonios escritos sobre su arte y capacidades. El matiz es esencial. Y si nos ponemos exigentes, casi podrías hablar de que sólo se ha escuchado a los grandes cantantes a partir de los años 30 o 40 del pasado siglo, pues las grabaciones de años anteriores ofrecen demasiados problemas sonoros como para poder establecer con gran fiabilidad cómo eran aquellas voces.

Por otro lado los cantantes de ópera, o mejor dicho, la voces de los cantantes de ópera pueden asemejarse a los boxeadores, o al peso de los boxeadores que los sitúan en distintas categorías. Si alguien escribe que Cassius Clay ha sido el mejor boxeador de todos los tiempos, inmediatamente se le va a decir que lo habrá sido en su peso (pesado), pero que en otras categorías, en otros pesos, las técnicas pugilísticas, la forma de maniobrar, moverse, golpear, esquivar, cintar..., son muy diferentes, y que en paridad no pueden establecerse comparaciones.

Con la voces de los cantantes de ópera ocurre algo semejante. Decir que fulanito ha sido el más grande, el mejor, es una completa idiotez, pues todo depende de los repertorios y de las clases de voz que los mismos exigen. Dentro de la misma cuerda, la de tenor por ejemplo, los hay dramáticos, di grazia, ligeros, líricos, lírico-spinto..., las voces son más ligeras, más pesadas, más ágiles, más broncíneas, más oscuras, claras, etc... Es decir, hay muy diferentes “pesos” en las voces, y cada repertorio, casi cada obra requiere un tipo de tenor distinto. Tal es así que el tenor que canta el papel de Tamino en la Flauta Mágica de Mozart es imposible que cante el Otello de Verdi (a no ser que se dé una evolución radical en la voz), o que quien canta el Conde de Almaviva de El barbero de Sevilla rossiniano pueda cantar el Tristán de Wagner.

Generalmente cuando avanzamos en el tiempo los papeles de tenor en las óperas requieren cantantes con voces más pesadas y dramáticas, entre otras razones porque el desgarro dramático de los papeles así lo va imponiendo, y porque las voces deben imponerse, debe poder oírse junto a orquestas cada vez con mayor número de músicos y con partituras más “estruendosas”. Las óperas de Mozart, Rossini o Bellini no requieren de grandes orquestas, y los tenores protagonistas deben desarrollar líneas de canto en las que abundan las agilidades, los agudos, y en las que el dramatismo de la acción no va implícito en el decir, en la línea de la voz que debe ser casi como el cristal. Por el contrario, la primera intervención de Otello en la ópera homónima verdiana, el conocido Exultate!, requiere de un tenor con un auténtico “vozarrón” por así decirlo, pues debe imponerse al sonido emitido por una gran orquesta, y el dramatismo y evolución psicológica del personaje implica estar en posesión de una voz capaz de gran dramatismo, una voz ancha, oscura, casi de bronce.

Estoy subrayando con auténtico trazo grueso, pues la sofisticación para encajar voces en repertorios es variadísima, llena de matices y posibilidades. En este sentido no es lo mismo la ópera francesa que la italiana, la rusa o la alemana: no se emiten los sonidos igual, cada idioma es un mundo. No es lo mismo la ópera de finales del siglo XVIII que la de las primeras décadas del siglo XIX, y no digamos si hablamos de la ópera del siglo XX. Pero es que la óperas de Wagner requieren un determinado tipo de tenor (heldentenor), el tenor perfecto para Puccini no lo es para las óperas veristas, el tenor idóneo para el repertorio bel cantista no encaja ya con el verdiano, pero es que las óperas de Verdi requieren distintos tipos de tenor, distintas voces, dependiendo de las etapas creativas del compositor: poco tienen que ver los protagonistas de Rigoletto o La Traviata con el de Otello o Aida.

Decir que Pavarotti ha sido el mejor tenor es verbalizar una memez que encaja a la perfección con el deseo humano de clasificar, encajonar, adjetivar y etiquetar. La voz de Pavarotti hubiera hecho de él un lamentable tenor mozartiano, fuera de estilo continuamente; y si se hubiera dedicado a querer cantar óperas de Wagner hubiera arrasado su voz en pocos años. La voz de Pavarotti no encajaba bien en los papeles veristas, y no tenía ni la anchura ni el dramatismo preciso para encarnar en escena al Otello de Verdi por poner un ejemplo. En esencia la voz de Pavarotti era la de un tenor lírico, adecuada para el bel canto (Bellini y Donizetti), algunos papeles verdianos (Rigoletto, Don Carlo, Luisa Miller, Un ballo...) o puccinianos (La Bohème, esencialmente). A este repertorio se le pueden añadir algunos otros papeles, pero no muchos más.

La voz de Pavarotti es de una belleza sobrecogedora, y desde finales de los años 1960 hasta la mitad más o menos de la década de los 1980 su reinado en los grandes teatros del mundo fue indiscutible. Era sin embargo un actor bastante malo, con recursos y movimientos expresivos muy limitados, por lo que en escena recurría a su carisma personal y al prodigio de su voz. Le recuerdo por ejemplo cantando El Trovador o Un ballo en el Metropolitan de Nueva York y la encarnación de los personajes es de puro cartón piedra. Siempre estuvo mucho mejor, muy cómodo, en los papeles de ingenuo muchacho poco complejo: su Rodolfo de La Bohème y su Nemorino de Elixir de amor son sencillamente memorables, quizá inmejorables.

Entre los tesoros de Pavarotti que guardo en mi discoteca están algunos momentos que cuando los evoco me emocionan sin remedio. Pienso en su poco estiloso pero desbordado canto en Manon de Massenet, cantado en italiano en La Scala en los años sesenta junto a Mirella Freni. Su Rodolfo en grabación pirata en La Scala con Carlos Kleiber en el foso, o su "Cielo e Mar" de La Gioconda de Ponchielli que es emoción en estado puro de la primera a la última nota.

Luciano Pavarotti ha sido uno de los más grandes tenores del siglo XX, clasificación exacta y real que comparte sin embargo, así a vuela pluma, y mezclando estilos, repertorios y épocas, con unos cuantos amigos: Caruso, Windgassen, Vinay, Melchior, Di Stefano, Del Monaco, Martinelli, Corelli, Wunderlich, Dermota, Raimondi, Gedda, Lauri-Volpi, Carreras, Jerusalem, Kraus, Alva, Bergonzi, Gigli, Aragall, Simoneau, Peerce, Vickers, Schippa, Lorenz, Pertile, Fleta, Bjorling, Flórez, Tucker..., y Plácido Domingo, sin discusión posible, le pese a quien le pese, se pongan como se pongan, el tenor más importante hasta la fecha de la historia de la fonografía, es decir, de las grabaciones en disco.

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Thursday,4 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Picasso y Dora Maar (James Lord, ediciones Alba)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,542 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Los estupendos libros, pero incomprensiblemente caros, de la editorial barcelonesa Alba tienen ahora un nuevo hermano titulado Picasso y Dora. Una memoria personal, del que es autor el escritor norteamericano James Lord (New Jersey, 1922).

James Lord, del que internet nada nos aclara si sigue todavía vivo, es uno de esos personajes norteamericanos que, siguiendo el aforismo de Oscar Wilde, es probable que pusiera todo su genio en la vida y sólo talento en su obra. Nació el memorialista en el seno de una familia de clase media americana en los felices años veinte, lo que viene a significar que, al menos durante sus años de crecimiento y desarrollo, no tuvo carencias materiales y vivió en la abundancia, sobre todo en comparación con la inmensa mayoría de sus coetáneos europeos.

Siguiendo una costumbre ya muy antigua entre los jóvenes de las clases pudientes del coloso americano, viajó a Europa al cumplir veinte años con el objeto de formarse y aprender cosas de la vida para luego ponerlas en práctica en su país natal. Lo que ocurre es que como muchos de sus compatriotas de aquel entonces el regreso a New Jersey acabó convirtiéndose en algo poco ilusionante, y el joven decidió quedarse un larga temporada en el recién descubierto continente. Según las informaciones manejadas, el señor James Lord ha residido casi toda su vida en el viejo continente, y muchos de sus últimos años en la capital de Francia, siendo autor, entre otros, de libros relacionados con el arte, la historia y la autobiografía como Retrato de Giacometti (1965 y 1980), Giacometti: A Biography (1985), Six Exceptional Women (1994) o Some Remarcable Man (1996).


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James Lord: Picasso y Dora. Una memoria personal (Alba, 2007)


Recién llegado al París al que casi acababan también de llegar por los nazis, el joven James Lord hizo una de las muchas cosas que un joven americano con ciertos posibles podía hacer en la ciudad de la luz por aquel entonces: acercarse a un pintor famoso, consagrado, para pedirle que le realizase un retrato. Lord escogió al más célebre del momento, el español Pablo Ruiz Picasso, y así dio comienzo una relación que se extendió en el tiempo.

James Lord conoció al pintor, por tanto, en la que para casi todos los biógrafos fue la etapa más difícil en la vida del genio, las décadas de los años treinta y cuarenta del pasado siglo, etapa que coincide exactamente con el tiempo que duró la relación sentimental de Picasso con Dora Maar, una de las más interesantes amantes y parejas del malagueño, y sin duda la mujer más capaz de todas con las que el artista tuvo relación a lo largo de su mucha vida. Dora Maar, pintora a su vez y fotógrafa había nacido en 1907, precisamente el año en el que Picasso estableció su particular punto y aparte en la historia del arte universal poniendo la pincelada final a Las señoritas de Avignon, cuadro que este año cumple su centenario en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

El libro de James Lord que ahora puede leerse en español trata de la relación que él mantuvo con la pareja, y en especial de la sentimental que le unió a la mujer durante más de dos décadas. La relación sentimental a la que me refiero en modo alguno debe entenderse en el sentido más convencional del término, dada la condición de homosexual del escritor, y sí debe entenderse mucho en un trato de amistad y cariño mutuo.

Durante su relación, James Lord preguntaba muy frecuentemente a la mujer por Picasso, por sus opiniones, esfuerzos, deseos, miedos... Todas esas preguntas estaban destinadas a obtener información valiosa quizá pensando en escribir el libro que después redactó. Pero estoy de acuerdo con los críticos del libro cuando afirman que la información obtenida no es desde luego ni muy reveladora ni muy profunda, dada, entre otras cosas, lo extremadamente discreta que fue la mujer y lo celoso de sí mismo que siempre fue Picasso.

Pero sin duda lo que más llama la atención del libro y las consiguientes revelaciones de Maar recogidas por Lord, es la obsesión artística de Picasso por al menos aproximarse a la grandeza pictórica de los grandes maestros de la historia, y muy especialmente los españoles. En este sentido, es muy conocida ente los aficionados la querencia y admiración de Picasso por la obra de Velázquez, pero lo que no estaba tan matizada quizá era la que sentía por Goya. En uno de los instantes más llamativos del libro de James Lord, éste recoge cómo Dora Maar insistía en que Picasso afirmaba con frecuencia que su propósito artístico era sencillamente el de terminar lo que mucho tiempo antes había comenzado Goya.

Emociona en estos momentos tan convulsos y difíciles para todo lo que sea, huela y sepa a español, que uno de los más importantes genios artísticos del siglo XX, un malagueño exiliado en París, tenía como principales amores y referencias básicas en su obra a otros españoles, por cierto, también entre los más grandes de la historia de la cultura: Velázquez y Goya.

Gracias a Dora Maar y a James Lord por recordárnoslo, y a Picasso por sentirlo, pensarlo y vivirlo desde la inexorabilidad de su esencial español, y por esa gran senda hoy ninguneada y vilipendiada desde su misma geografía, rabiosamente universal.

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Wednesday,3 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Fernando Arrabal, loco del Milenarismo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,541 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Resulta desconcertante y llamativo que uno de los escritores/artistas españoles supuestamente con mayor prestigio y seguidores internacionales, me refiero al inclasificable Fernando Arrabal, sea “reconocido” en su país de nacimiento fundamentalmente por su mítica intervención televisiva en la que algo cargado de alcoholes espiritosos exclamó a voz en grito eso tan célebre, imitado y emitido de: “¡hablemos del Milenarismo, cojones, ya!”.





El Nobel de Literatura irlandés Samuel Beckett escribió en su día que el excepcional valor artístico de Arrabal lo ha situado en la primera fila de los escritores contemporáneos. Milan Kundera, por su parte, ha asegurado que el mundo fantástico del escritor melillense no se parece a nada conocido o imaginado. Otro premio Nobel, el español Camilo José Cela, aseguró a su debido tiempo que Arrabal posee el incalculable tesoro de tener una voz propia. Y otro premio sueco español, el poeta Vicente Aleixandre, dejó dicho que el conocimiento aportado por Arrabal está teñido de una luz moral enraizada en la materia misma de su arte.


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Fernando Arrabal


Fernando Arrabal (Melilla, 1932), premiado por el franquismo como niño superdotado cuando contaba diez años de edad, es una celebridad en el país vecino rico, Francia, y como ha quedado subrayado ya más arriba ha gozado y goza de la estima de destacados miembros del más internacional y premiado gremio de escritores. Arrabal ha dirigido hasta la fecha siete largometrajes, ha publicado más de una docena de novelas, varios libros de poesía y diversos ensayos. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y en 1963, junto a Roland Topory Alejandro Jodorowsky, fundó el controvertido y muy estudiado Grupo Pánico.

Según el Dictionnaire des littératures de langue française (¡qué listos los gabachos!), Fernando Arrabal “es el autor de un teatro genial, brutal, sorprendente y gozosamente provocador. Un potlatch dramatúrgico donde la chatarra de nuestras sociedades ‘avanzadas’ se carboniza en la pista festiva de una revolución permanente. Heredero de la lucidez de un Kafka y del humor de un Jarry; por su violencia se emparenta con Sade o Artaud. Pero es probablemente el único en haber llevado la irrisión tan lejos. Gozosamente lúdico, rebelde y bohemio, su obra es el síndrome de nuestra época de alambradas: una forma de mantenerse alerta".


Fernando Arrabal recientemente ha publicado un libro imposible de clasificar en cualquiera de los géneros al uso. El libro se titula Como un paraíso de locos, está editado por la barcelonesa Bruguera en su nueva colección de narrativa y es absolutamente recomendable. Novela sin género, libro de memorias, autobiografía surrealista y desmadrada, ensayo científico al margen de la razón, juego y metáfora en el mismo límite de lo concebible en palabras..., Arrabal es el Hölderlin del siglo XXI, y ahora regala a sus “amados lectores” un elogio de la locura que es uno de los mejores y más divertidos compendios sobre el presente y el futuro. Como un paraíso de locos es una multiplicación exponencial de los “asuntos arrabalianos” llevados hasta la pirotecnia verbal del artesano genial e incomprensible.

Y en este paraíso de locos que es España, Fernando Arrabal, quizá como no podía ser de otra manera, pasará a la historia como el loco borrachuzo que clamó por el Milenarismo, cojones ya, rey de los locos más locos en esta gran reserva de locos que es la loca España, geografía paradisiaca y eterna de casi todos los locos que en el mundo han sido, empezando por don Quijote, y siguiéndole ese Sancho quijotesco de libro que es Fernando Arrabal. He dicho! ______________________________________________________________________
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Tuesday,2 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Jack el Destripador, primo de Virginia Woolf]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,540 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Si hubiera nacido argentino, o judío hipocondriaco en Nueva York hace años que sería un asiduo de algún psiquiatra de diván, preguntas sin número y consultas asiduas. Lo digo porque sufro un incontrolable interés por los misterios que tengan que ver con casas encantadas, asesinos en serie y demás enigmas entre el delito y lo difícil de explicar.

En este perturbado terreno de mi interés personal hay muchos personajes y sucesos que han conquistado mi interés desde hace mucho tiempo, y entre ellos figura en un lugar especial Jack the Ripper, más conocido entre nosotros como Jack el Destripador.

Sus execrables crímenes londinenses no despiertan en mí sino repugnancia, perturbación y desasosiego, pero no deja de fascinarme el hecho de que casi ciento veinte años después aún no sé sepa a ciencia cierta quién fue el maniaco asesino en serie probablemente más famoso de la historia.


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Fotograma de la película Murder by Decree (1979), de Bob Clark


A lo largo de más de un siglo se ha especulado con que el asesino fue un judío radical, un hombre de mar violento, un travestí, un leguyelo trastornado que acabó suicidándose arrojándose al Támesis..., incluso uno de los mismísimos nietos de la reina Victoria, el duque de Clarence, compinchado con uno de los cirujanos reales, hipótesis esta ultima que fue llevada al cine en el año 1979 en una muy entretenida película anglocanadiense dirigida por Bob Clark, Murder by Decree, en la que un Sherlock Holmes interpretado por el actor Christopher Plummer y un doctor Watson encarnado por James Mason, descubrían todo el asunto pero callaban el secreto por lealtad a la Corona y a Inglaterra.

Sin embargo, entre todas las hipótesis que se han planteado con el discurrir de los años, incluida la muy plausible que pone el nombre de James Maybrick al asesino macabro, quizá la que ahora va cogiendo mayor peso sea la que ha dejado planteada el escritor Michael Harrison en su libro London by Gaslight, en cuyas páginas concluye que Jack el Destripador no fue el duque de Clarence sino un amigo suyo, James Kenneth Stephen, también homosexual como el nieto de la reina, e hijo del entonces afamado juez Stephen, hermano de sir Leslie Stephen, editor del Oxford Dictionnary of National Biography, padre de la escritora Virginia Woolf y de la pintora e interiorista Vanesa Bell, ambas destacadas voces y presencia del Grupo de Bloomsbury.

En resumidas cuentas, de ser cierta la tesis desarrollada por Michael Harrison en su trabajo, Jack el Destripador y Virgina Wolf habrían sido nada más y nada menos que primos carnales, y a poco que se lo hubiera propuesto, quizá miembro del elitista Grupo de Bloomsbury, en el que ahora nos enteramos de que además pintores, novelistas, poetas, editores, ensayistas, economistas y decoradores, también pudo haber un reputado asesino en serie.

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Monday,1 oct 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[A Brahms no lo quería Hitler]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,539 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Yo tengo un amigo escritor que es un melómano empedernido e irreductible. Su especialidad y debilidad es la música sinfónica centroeuropea tardorromántica, y muy especialmente la de su idolatrado hamburgués, Johannes Brahms. Por el contrario, la música de Richard Wagner no le produce mucha simpatía, quizá porque la ópera no sea género que goce de su aprecio.

Mi amigo atesora en su casa una discoteca más que apreciable, donde guarda, asegura, sinfonías del periodo mencionado de más de un centenar de compositores. Pero insisto, en la cúspide de su devoción melódica figura Brahms y el dulzor hiriente, melancólico y poderoso de su música. Wagner, el “rival” por antonomasia de Brahms, queda muy por detrás en su querencia razonada y construida durante horas y horas de atenta escucha.

Sin embargo mi amigo tiene un conocido, de cuyo nombre ninguno quiere acordarse, cuya ideología es, cómo decirlo, extremadamente radical hacia la derecha. La perífrasis sirve para disfrazar la evidencia: el conocido de mi amigo es un nazi, o al menos cree serlo, lo que, de una forma u otra, lo sitúa de lleno dentro del género tonto. Este peculiar personaje, al parecer, además es un entregado admirador de Adolf Hitler, y lleva su devoción hasta extremos imposibles de encajar en lo razonable. Por ejemplo, el salón de su casa está presidido por una monumental bandera nazi, tiene una biblioteca sobre temas hitlerianos y nazis de cientos y cientos de volúmenes, atesora reliquias militares nazis, posee una demencial colección de “escarabajos” volkswagen por el simple hecho de ser el vehículo esbozado en dibujos por su ídolo, y es un wagneriano de un extremismo enajenado.



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Richard Wagner


Sí, el músico predilecto de Hitler fue Wagner, y no se recató jamás de decirlo una y mil veces. La asociación entre Wagner y le nazismo es tan profusa que da al menos para elaborar una extensísima bibliografía y para que Woody Allen concibiera uno de sus “chistes” más inolvidables: “cada vez que escucho Wagner me dan ganas de invadir Polonia”.

A estas alturas del relato todos intuimos que el conocido de mi amigo tiene una peligrosa tendencia a confundir la velocidad con el tocino, y como el músico y artista predilecto de Adolf era Richard, pues él decidió en su momento escuchar sólo música de Wagner o de wagnerianos rendidos, situando por el contrario en el terreno de lo inaudible a todo aquel músico que no hubiera seguido, siguiese o siga los postulados del autor de Lohengrin. El absurdo es tal que al parecer hasta el mismísimo Beethoven es considerado una especie de junta notas por nuestro personaje, y eso a pesar de que el propio Wagner lo consideró siempre un maestro, es decir, Beethoven, por razones obvias, no pudo ser jamás wagneriano, pero Wagner sí fue un convencido beethoveniano.


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Johannes Brahms


La cosa pinta de tal manera que, en la foto principal del “Se busca” ideado por el conocido de mi amigo, el mencionado personaje ha colocado el retrato de Brahms, situando así al compositor de Hamburgo en la posición de máximo enemigo del sacrosanto Wagner. Ni una nota pensada o sentida por Brahms ha sido jamás escuchada con conciencia por nuestro hombre. Si de todos es conocido que Hitler sólo leía libros que venían a refrendar sus propias ideas, nuestro conocido desconocido sólo escucha la música que avala su tesis: Wagner es el único músico entre los músicos. Pero quiero insistir en ello, a dicha conclusión ha llegado sin haber escuchado nada compuesto por los “enemigos”. Su fe en las opiniones de Adolf es irrevocable.

La anécdota se cierra un día en el que el protagonista de esta grotesca historia viajaba conduciendo su coche (imagino que un “escarabajo") por alguna carretera de España. Distraído puso la radio del coche y del aparato surgió una melodía que lo encandiló. Durante kilómetros y kilómetros se deleito con la maravillosa música desconocida, y esperaba con impaciencia el final de la retransmisión para conocer al autor de la obra. En su mente sólo cabía la posibilidad de que lo escuchado fuera una partitura de algún epígono de Wagner, de alguno de los muchos compositores que en cada una de sus notas delataban la deuda que tenían contraída con el maestro. Pero no, ante su asombro e indignación, el autor de aquella música que lo había complacido hasta el extremo era ni más ni menos que el canalla de Brahms, ese músico que había osado desafiar a Wagner cara a cara.

El “escarabajo”, según cuenta mi amigo que le contó su conocido, estuvo a punto de empotrarse en un árbol, y el personaje en cuestión, muy hitleriano él, se juró a sí mismo no volver a escuchar ninguna música jamás cuya procedencia desconociera, no fuera a gustarle y caer así en pecado de inteligencia y opinión propia.

Esto que he contado no es una historia inventada, y cambiados algunos elementos proviene directamente de la realidad. Y ahora pensemos en cuántas personas conocemos entre las que nos acompañan en nuestra cotidianeidad que piensan y actúan de forma muy parecida a la de nuestro conocido pero desconocido seguidor de Hitler. Seguro que nos llevamos una desagradable sorpresa.


Otro texto sobre Brahms en el blog de Juan Antonio González Fuentes:

Las sinfonías de Brahms según Bruno Walter ______________________________________________________________________
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Friday,28 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Marcel Marceau: el arte del silencio]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,538 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Hoy ha vuelto a salir el sol con cierta fuerza. En Madrid echo mucho de menos los cambios de clima a lo largo de un mismo día. Desde que frecuento la capital, hace ya más de seis meses, el aburrido sol no ha dejado de brillar, y la temperatura hasta ahora ha sido siempre primaveral o veraniega.

El pasado fin de semana llegué a Santander desde Soria bajo una tromba de agua apoteósica. La mañana del sábado, jugando al fútbol, cayeron algunas gotas sobre el verde césped, pero el sol también se dejó ver entre las nubes grises. Por la tarde casi podríamos creer que estábamos en primavera, pero con la llegada de la noche el frío se hizo intenso. El domingo por la mañana estuvimos a punto de ir a la playa a darnos el último chapuzón del año bajo un intenso calor del sol, pero por la tarde todo el cielo se cubrió de un gris oscuro y amenazante.

Me apasiona que el escenario cotidiano de mi vida ofrezca tantos cambios de decorado. En este sentido Madrid me aburre y me cansa. A Madrid marchamos en coche el domingo ya casi de noche M y yo. Hasta Burgos me tocó conducir a mí, y luego fue ella la que nos acercó a la capital. En apenas tres días bajé desde Santander a Soria a dar una conferencia sobre Antonio Machado, regresé a mi ciudad, luego bajamos a Madrid y el lunes por la mañana regresé a Santander en autobús. La verdad es que voy notando con intensidad el paso de los años y el cansancio que estos esfuerzos conllevan: pasar de dar una conferencia ante especialistas machadianos en Soria y realizar una lectura poética en el Casino soriano, a jugar al fútbol a la mañana siguiente a 300 kilómetros de distancia, para luego hacer 400 por la noche y hacerlos de nuevo de regreso al día siguiente en un autobús lento, lento como una tortura hecha a conciencia.

En la mañana de mi regreso desde Madrid se me olvidaron los “cascos” habituales para enchufarlos en el asiento del autobús y poder escuchar música o el sonido de la película. Me alegré del olvido, pues las dos películas proyectadas eran de esas que produce Hollywood como una indigestión, y últimamente el único canal oíble del autobús sólo emitía composiciones de músicos eslavos poco apetecibles. Así que me enfrasqué en la lectura de la última novela de Don DeLillo (que ya comentaré en estas páginas), y en la de la prensa, enterándome entonces por los obituarios de la muerte del mimo Marcel Marceau.


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Marcel Marceau


No puedo precisar si al artista lo vi actuar una o dos veces en toda mi vida. Sé que mi abuela me llevó a ver la actuación de un mimo hace muchos, muchos años, y yo juraría que era el francés, pero quizá no. El problema a este respecto es que todos los mimos del mundo han sido Marcel Marceau, o dicho al revés, el genio del mimo francés asoló la competencia hasta encarnarse él mismo en el género: Marcel Marceau era el arte del mimo.

Sí puedo asegurar que al artista pude verlo actuar en la plaza Porticada santanderina dentro de la programación del Festival Internacional de Santander. Ya le precedía entonces, claro, la leyenda, y su presencia en el inmenso teatro porticado fue un acontecimiento que levantó mucha expectación. Recuerdo sin embargo que el entusiasmo suscitado en el público presente en un principio no se vio recompensado. Sobre el escenario hecho con maderas había un decorado y unos elementos escénicos realmente mínimos y modestos. Salió el mimo ante el público con la consabida cara blanca, la camiseta a rayas y los pantalones muy anchos, es decir, salió como Bip, su célebre personaje. Pasaron algunos minutos y la chispa de la emoción no apareció por ningún sitio, no incendió la seca yesca emotiva de los que estábamos allí reunidos.

Pasó lo que viene sucediendo desde hace mucho tiempo en las artes escénicas con un público habituado a las “perfecciones” que ofrece la gran pantalla. En el cine los personajes lucen casi perfectos para encarnar a sus personajes, los decorados son fabulosos, y los efectos especiales convierten en posible lo imposible. Además, lo que vemos, es fruto de repeticiones y repeticiones, de tomas que se han vuelto a realizar hasta que el director del asunto ha quedado a gusto, más o menos satisfecho. El cine fascina generalmente por su credibilidad compleja y construida pacientemente. Casi todos en el mundo actual somos, ante todo, espectadores de cine, televisión y pantalla de ordenador personal; somos público de imágenes.

Quizá ahí resida la razón principal por la que las artes escénicas en general, los que vemos en directo sobre las tablas de un escenario nos deja desconcertados, desilusionados en un primer momento diría yo. Sí, todo nos parece groseramente pobre, artificial e impostado: las voces, los gestos y movimientos, los decorados, las luces... Nada brilla con la “artificiosa naturalidad creíble” de una película.

La primera vez que uno acude a una representación operística ocurre casi siempre lo que comento. Se alza el telón y los decorados son grotescos, se les ve a la legua las entretelas. Los cantantes actores no dan el tipo. ¿Cómo va a ser el héroe ese cantante bajito y entrado en carnes, cómo va a ser la heroína esa señora mayor con peluca y movimientos torpes? Uno debe despojarse poco a poco de su vestimenta de espectador de pantalla grande y debe vestirse con el más estrecho e incómodo de espectador escénico, teatral. Uno debe buscar dentro de sí al niño que fue, al niño que montado en una silla de casa cabalgaba sin embargo en un brioso corcel de color negro; al que señalando con un dedo manejaba un revólver inagotable; al que un palo cualquiera de servía de espada invencible; al que el patio del colegio le parecía un estadio construido para albergar a las cien mil personas que contemplaban sus regatas y goles; al que un armario abierto o el hueco de un árbol se le volvían castillos inexpugnables, submarinos bajo aguas turbulentas, cohetes destinados a la luna o aviones surcando las nubes.

Si uno logra la conversión, la transformación..., entonces el primer gran paso está dado y puede alcanzar a atesorar la semilla de la representación. Y los elementos que los artistas ponen en juego comienzan a hacerse camino en tu entendimiento y en tus entrañas. No hay primeros planos, no hay panorámicas, no hay planos medios, no hay travellings ni zooms, no hay movimientos de cámara..., pero sí hay gestos, tonos de voz, canto, música, movimientos, luces, palabras, diálogos, ojos, muecas, manos crispadas...

En la plaza Porticada recuerdo que pasaron unos minutos y que todos acabamos poniéndonos el traje de niño, su mirada al menos. Y que el actor solitario, el mimo Marcel Marceau de cara blanca que se movía en un decorado exiguo, que se comunicaba con cada uno de nosotros sólo con gestos, muecas, movimientos lentos y rápidos..., empezó a asombrarnos, a conmovernos, a explicarnos historias, vidas y pálpitos, a deletrearnos con gestos precisos cosas que hasta ese instante sólo intuíamos. Y el asombro recorrió de repente todo el teatro al aire libre, nadie ni nada se movía, sólo el mimo, el personaje que sin palabras contaba historias maravillosas, alegres o tristes. Todos fuimos conscientes de asistir a un milagro: el milagro del arte con Mayúsculas, universal, grande, grande.

Marcel Marceau fue el mimo por excelencia, la suma y conjunto de todos los mimos que en el mundo han sido, de todos los artistas que se han expresado moviéndose sin bailar y mudos por un escenario. A él le debemos a Bip, ese Charlot conmovedor, mudo y de pantomima que, vestido con una vieja chistera de la que salía una flor roja (metáfora melancólica y perfecta del vivir esperanzado en la desesperación), enseñó a muchas generaciones que el arte de verdad sólo precisa para materializarse de talento, emoción y sinceridad. Marcel Marceau nos lo demostró una noche inolvidable en la santanderina plaza Porticada. Marcel Marceau fue el mimo por excelencia, el artista que transformaba sus gestos en un diccionario de emociones cuya música era el silencio. Yo nunca olvidaré aquella noche en la que conocí a Bip y me contó sus emociones sin palabras.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,27 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La pintura metafísica de José Luis Mazarío]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,537 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

José Luis Mazarío (Castel de Cabra, Teruel, 1963). Pintor español. Licenciado por la Facultad de Bellas Artes del País Vasco (1982-87). Comenzó su andadura en la pintura con paisajes de corte romántico, de tonalidades oscuras y brumosas y de gruesos empastes. A estos inicios le sucede una etapa abstracta, de colores vivos, formas rotundas de referencia orgánica, con dominancia de barnices y manchas azarosas, para finalmente decantarse por un universo privado de interiores y paisajes con figuras, con claras alusiones al inicio de las vanguardias: las figuras de Matisse, los bodegones de Morandi y De Pisis y o los exteriores metafísicos de De Chirico. Dentro de sus exposiciones individuales más significativas puede señalarse “Dudas y pasiones”, en la galería Estampa, Madrid (2000) o “Figura en el paisaje”, en la galería Siboney, Santander (1995). Ha participado repetidas veces en la feria Arco en representación de la galería Siboney. Actualmente vive y trabaja en Santander.


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Muy recientemente, Mazarío ha expuesto una retrospectiva con el título “Despacio” en el espacio expositivo de Caja Cantabria. En ella se pudo ver más de una década de creación pictórica con obras de muy diversa condición que expresan la pluralidad de sendas emprendidas por un artista en permanente aprendizaje.

El escritor e historiador Juan Manuel Bonet, ex director de museos como el Reina Sofía, se encargó de plasmar en el catálogo las reflexiones sugeridas por el artista, su radiografía de diversas etapas, el universo de figuras femeninas y paisajes, la inquietante recreación del hombre en su ser y estar en la naturaleza o, desde el punto de vista puramente estilístico, la evolución suave y lenta de una abstracción lírica y un hondo romanticismo hacia una pintura etiquetada de metafísica. Bonet, tras visitar a Mazarío en su estudio santanderino, describió la geografía física, artística y emocional de la pintura del artista de la que destaca su ”sensación de verdad, de asentamiento en un paisaje, de acuerdo sustancial con la vida en torno”. Estampas intimistas, autobiográficas, profundas, dan paso en muchas ocasiones a la recreación de su vida más cercana y a sus paisajes más reconocibles, entre querencias permanentes por artistas como Cezanne, Matisse y Magrite.


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La contemplación de la pintura de este callado y magnífico artista me ha inspirado el texto que sigue:

PAISAJE Y UTOPÍA EN MAZARÍO: Dónde comenzar a trazar el perfil de la utopía, sus colores, ventanas y paisajes. Enfrentado a la cuestión se sitúa el pulso sediento de uno mismo, y en soliloquio las posibilidades dibujan unas formas, una marisma envuelta en frondosa niebla, el verde perfume de una montaña, una casa ausente de caminos y perdida junto a un lago con olor a mar, o tal vez, un lugar hermoso del que sólo se precisan los escombros. Pero interpretar lo transparente, desabrochando el peculiar flujo de la limitación, no es óbice para asentir cuando el paisaje muestra su paciencia, su presencia de vida.

A través de un ejercicio de insólito aprendizaje, el paisaje se materializa, ejercicio en el que la mirada no actúa bajo el férreo mandato del escepticismo, y donde las cosas acaban observándose de dentro hacia fuera, proyección de un estado sin voz que el afecto recubre de intimidad, de certidumbre sin raíces. Pero, de qué sirve apelar a la nostalgia, aplicarse en océanos que guardan los tesoros de un paraíso perdido y olvidado, ruinas cuya calma paraliza, a pesar de sus ramas y rosales. Son las nuevas emociones, alimentadas con la dulce fatiga de los descubrimientos y con la placidez que proporciona el expresarse, quienes recogen el desafío y descubren los espacios que exigen la nueva luz de un mundo propio que con intensidad se cobija en la épica de los otros, de nosotros.

Todos los paisajes quedan fuera de su formato porque despejan fronteras y crecen, crecen sin detenerse en geometrías y demás distancias, y de su crecer brota la singular medida de cada universo, como un escondite abierto todo a la emoción en juegos y plumajes, a la anchura de los regresos y las comprobaciones, extravío que siempre será gozosamente voluntario. Pero es ahora, al contemplar el atento marchar de los años, cuando sabemos que sólo abandonando se crece, y así cada paisaje es un bulto del que alguien se desprende, un síntoma de inventario que nos ve pasar y marca el ritmo de nuestros pasos, como un dios hecho de líneas y reclamos, que siempre en condiciones un camino que, hace tiempo, soñábamos para nosotros despejado.

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Wednesday,26 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Los eminentes victorianos de Lytton Strachey]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,536 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Durante el verano de 1993 estuvo abierta al público, en el madrileño Museo del Prado, una exposición dedicada a la pintura victoriana cuyo subtítulo resumía el espíritu y la cronología de las obras expuestas, “De Turner a Whistler”. El recuerdo de este acontecimiento cultural viene que ni a propósito para recomendar la lectura de un ameno y muy atractivo libro, Eminent victorians, cuyo autor, el incómodo y brillante Lytton Strachey, pasará a la historia de la literatura, además de por éste y otros títulos de interés, por ser una de los más fidedignos representantes del grupo de Bloomsbury (véase al respecto el sólido trabajo de León Edel editado en español por Alianza Editorial), círculo de tertulianos cuyas actividades intelectuales y sociales alcanzaron tanta notoriedad entre 1904 y 1920, y que estuvo conformado por unos cuantos racionalistas liberales entre los que figuraban personalidades en diversos campos de la cultura con Leonard y Virginia Woolf, Clive y Vanessa Bell, Maynard Keynes, E. M. Forster, Roger Fry o Duncan Grant.

Victorianos eminentes es, sin duda, un brillante manifiesto generacional. Manifiesto en el que uno de los últimos y, en esencia, más verdaderos victorianos que existieron aprovecha la oportunidad que le brindaban tanto su madurez literaria como su gusto por la historia para reflexionar en alta voz y poner en tela de juicio los hasta ese momento incuestionables logros del imperio británico y, por ende, de la sociedad que lo sustentaba. En este sentido, la publicación en 1918 de Eminent victorians supuso tanto una evidente paradoja como una ejercicio de valiente, sofisticado y elegante desenmascaramiento de los valores sobre los que se sustentó todo el complejo andamiaje victoriano. Strachey arrancó con aparente suavidad los velos que cubrían la tierra de la que se alimentaban las raíces del imperio, es decir, los prejuicios, las apariencias, la ambición de poder, la incompetencia, la intolerancia, el fanatismo... Como no podía ser de otra forma en quien se había educado bajo los influjos de la era, Strachey usó para lograr su propósito la ironía y la sutileza, erigiendo así un discurso político y moral disfrazado de ese género literario tan querido por los británicos, la biografía, tal vez porque glosando la existencia de los demás uno adquiere la capacidad y la coartada de decir muchas y mejores cosas.


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Lytton Strachey: Victorianos eminentes (Valdemar)


Cuatro son los personajes sobre los que Strachey fijó su irónica mirada con la idea de presentar la esencia de la sociedad británica del XIX. No son cuatro personalidades a las que podamos considerar de primera magnitud dentro de la larga colección de victorianos eminentes, entre los que echando mano de la memoria podemos encontrar nombres de la relevancia de Dickens, Ruskin, Henry James, William Morris, Oscar Wilde, Stuart Mill, Disraeli, Gladstone, Livingstone, Kliping o la propia reina Victoria, sino de los que situándose en un segundo plano de relevancia pública encarnaron, sin embargo, el espíritu y las formas de todo el conjunto, siendo así paradigmas de su entorno y circunstancias.

El cardenal Manning, Florence Nigtingale, Thomas Arnold y el general Gordon, fueron: los coloristas y eficientes personajes elegidos para su propósito por Strachey, entiéndase, formar el decorado sobre el cual desarrollar su verdadera intención: juzgar el engranaje de su tiempo desde la razón y la nostalgia. De ahí la paradoja, de ahí el sutil interés del trabajo.

La versión en castellano de Victorianos eminentes (Valdemar) cuenta además con otro importante aliciente que se incorpora en silencio a la amena lectura. Me refiero al estupendo trabajo desarrollado por Dámaso López García, el certero prologuista e impecable traductor de esta obra, y actual decano de la facultad de Filología de la Universidad Compluetense de Madrid.

López García, amigo y "maestro" desde hace ya mucho tiempo, y a quien debemos magníficas traducciones de Conrad, Eliot, Virginia Woolf, Stevenson, Seamus Heaney o Philip Larkin, entre otros, es un brillante intelectual en cuyos trabajos siempre se iluminan aspectos antes oscuros de los autores traducidos, siempre se dan opiniones contundentes, siempre se plasman ideas y lecturas fruto de una inteligencia de primer nivel y, para colmo del refinamiento, elegante.

Un libro imprescindible de un autor muy recomendable y servido en un español de mucha altura.

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Tuesday,25 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Vampiros!!!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,535 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Los testimonios más antiguos sobre vampiros provienen de los primitivos demonios femeninos que deambulan por las tradiciones culturales babilónicas, hebraicas y del mar Egeo, aunque existen noticias de estos seres en casi todas las culturas del mundo. No fue, sin embargo, hasta el siglo XVIII, cuando el vampiro entró, con paso firme, en la escena europea, y lo hizo a modo de superstición y malévolo símbolo desarrollado a la sombra de las epidemias, plagas y pestes que desde finales del XVII venían asolando el oriente continental.

El Siglo de las Luces es conocido como la edad de oro del vampiro, una época que también vio nacer a los mayores enemigos del mito, destacados ilustrados como Voltaire, Diderot o Rousseau, quienes, en algunos de sus escritos, ironizan con mucho sentido del humor sobre el tema. A Voltaire, por ejemplo, le parecía bastante sospechoso que sólo se hablase de la existencia de vampiros en Silesia, Moravia o Lorena, y no en París o Londres, aunque admitía que en estas dos últimas ciudades existían auténticos chupadores de sangre: hombres de negocios, recaudadores de impuestos, especuladores y sobre todo eclesiásticos.

Mientras los más escépticos racionalistas del siglo argumentaban contra la superstición popular, las gentes del campo seguían muriendo, a miles, en las epidemias y, por supuesto, continuaban hablando de vampiros hasta convertirlos no solamente en el símbolo folclórico de la enfermedad, sino en su causa más evidente. Estamos pues ante un episodio de la inacabable y casi con seguridad superflua guerra entre lo racional y lo irracional, entre la modernidad y lo arcaico, entre des Anciens et des Modernes.


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Si durante el siglo XVIII el vampirismo hincó definitivamente sus colmillos en la tradición y el folclore popular, fue en el XIX donde encontró su mejor expresión literaria. La sensibilidad y la estética del romanticismo, tan impregradas de metafísica alemana, encontraron en lo horrible, en lo oscuro y tenebroso, no sólo una inspiración, sino también una inagotable fuente de placer y belleza.

Si el racionalismo exigía la presencia de un orden moral y material, el romanticismo veía precisamente en la oscuridad y la irracionalidad del caos la esencia de lo sublime, según Jean François Lyotard. Estamos, durante las primeras décadas del XIX, en un terreno lo suficientemente abonado como para que los vampiros puedan acceder a la vida literaria.

Jacobo Siruela, editor y prologuista de una magnífica antología sobre el tema vampírico (reeditada no hace mucho en la que fuera su editorial, Siruela), recuerda que el primer cuento de vampiros europeo surgió una noche en Villa Dorati, una mansión cercana a Ginebra, donde lord Byron, el doctor Polidori, Percy y Mary Shelley, y su hermastra Claire, pasaban parte del verano de 1816. El mal tiempo tenía confinado en casa al grupo y durante las noches, con el sueño aligerado por el laúdano, se entregaban a la lectura y comentario de historias macabras. Una noche, Byron propuso a cada uno escribir un relato de fantasmas. Del reto nacieron Frankenstein, de Mary Shelley, y El vampiro, de Polidori, publicado en 1819, y donde quedó fijado el prototipo del vampiro de la literatura inglesa: un frío, aristocrático, perverso y fascinador canalla.

A partir de 1819, y durante todo el XIX, el vampirismo fue un tema recurrente en el campo de la literatura, siendo tratado por autores como Baudelaire, Le Fanu, Poe, Hoffman o Tolstoi. Hay tantos vampiros en la literatura decimonónica que un especialista, Christopher Frayling, los ha clasificado en cuatro tipologías: el lord satánico, el vampiro del folclore, la fuerza invisible y la mujer fatal. A pesar de la variedad de vampiros, la italiana Ornella Volta, autora en l962 de Il Vampiro, señala que hay una serie de rasgos comunes a todos: el rostro delgado, el pelo abundante por todo el cuerpo, el aliento fétido, las orejas puntiagudas, las uñas muy largas y los labios gruesos y sensuales que disimulan los afilados colmillos.

Pero el vampiro no encontró su más lograda personificación hasta la aparición en 1897 de Drácula, la novela de Bram Stoker. El escritor irlandés aunó las dos tradiciones vampíricas: la folclórica y la literaria. Conocía las leyendas rumano-húngaras y, por supuesto, la mayor parte de la literatura existente a cerca del tema. Además, como heredero del romanticismo buscó en el medievo su fuente de inspiración, encontrándola en el oscuro príncipe rumano Vlad, un señor feudal cuyo difícil trabajo consistió en detener el expansionismo otomano (derrotó a los turcos en 1462) utilizando todos los medios a su alcance, entre los que al parecer no quedaba descartada la crueldad, lo que le hizo justo merecedor del apodo El Empalador. Con el Conde Drácula, el vampiro consiguió su más lograda y admitida puesta en escena. Stoker ha hecho que su personaje sea el vampiro por antonomasia, resumen, esencia y evidencia de todo vampirismo; un fenómeno inmortal que reina las noches más oscuras buscando, probablemente, aliviar el desconsuelo y la ira de tantos siglos de acecho.

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Monday,24 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Antonio Machado, poeta romántico]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,532 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Me propongo apuntar la “razón romántica” de la evolución poética machadiana, y hacerlo poniendo el énfasis en la que para mí es una de sus semillas principales, uno de sus rasgos más claramente definitorios. A saber: la poética concebida como reacción al contacto con el mundo, o según ha escrito M. H. Abrams en su ya clásico trabajo El espejo y la lámpara (teoría romántica y tradición crítica), la poesía como interacción entre lo interno del individuo y lo externo a él, entre el yo subjetivo del poeta y lo objetivo que emana de lo exterior.

La interacción que aquí planteo, rasgo en su esencialidad radicalmente romántico, debo insistir en ello, no es que estuviera por completo ausente en la obra del primer Machado, pero sí se torna eje medular en la producción poética que fue construyendo en Soria hasta materializarse en 1912 en el libro Campos de Castilla. Durante su estancia en la pequeña capital de provincia, y en contacto directo con la naturaleza y los paisajes castellanos, Antonio Machado comenzó a relacionarse de forma completamente nueva con el mundo exterior, y digámoslo así, a tomar singular conciencia de él, a sentirlo necesario y a entenderlo como una objetividad en fructífera y reveladora comunicación con su personal subjetivismo.


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Antonio Machado fue a encontrar en la intimidad con el mundo exterior, materializado éste en la reposada contemplación y posterior asimilación trascendida del paisaje castellano, el sendero dialéctico que lo afincó definitivamente en el área del sentimiento frente al de las sensaciones de carácter simbolista; que lo recondujo al terreno de las ideas imbricadas en el mundo y dirigidas a él, en oposición al terreno que anteriormente había vislumbrado de los enigmas elaborados desde el artificio prodigioso (Rimbaud, Verlaine, Mallarmé), y que el sevillano con el tiempo llegó a definir como algarabía, cosmética y trinar.

En las facciones del paisaje castellano recién descubierto, Antonio Machado parece percatarse de que todo está ya expresado, que todo se refleja, que todo lo que quiere verbalizar se encuentra en silencio allí, sin necesidad de señales, iluminaciones o símbolos especiales y llamativos. El paisaje castellano y su naturaleza, siguiendo ahora las reflexiones sobre paisaje y romanticismo del sociólogo alemán Georg Simmel, no significan nada de por sí, sino que son lo que pueden llegar a ser, de ahí que en ellos la vida se refleje complejamente entera, madura, vital, conformando un todo relacionado y unido que es a la vez idea y sentimiento, y que respira la tensión entre pasado y realidad, entre lo posible y lo imposible, entre el ideal y el futuro.

A mi juicio, ese es el pulso del romanticismo machadiano, un romanticismo influenciado por los heterogéneos casos de románticos tardíos de la solvencia de Gustavo Adolfo Bécquer (qué curioso, otro sevillano relacionado íntimamente con Soria), Rosalía de Castro o Espronceda, los únicos tres poetas de la tradición lírica española precedente que fueron considerados y apreciados por los poetas de la generación de Machado o Miguel de Unamuno, como bien ha resaltado adecuadamente el poeta Ángel González.

Dicho con otras palabras, la comprensión y vivencia trascendente del paisaje y la naturaleza sorianas (llamémosles aquí el mundo exterior), actuaron de estímulo significativo para que el poeta comenzase a elaborar una respuesta poética al mundo desembarazándose, paulatinamente, de las sensaciones y enigmas de raíz simbolista, y configurando dicha respuesta, por el contrario, con ideas y sentimientos dentro de la más depurada tradición romántica. Es decir, Antonio Machado fue soltando “lastre” simbolista y modernista para ir edificando su obra sobre cimientos románticos, volviéndole así la cara a las nuevas corrientes y optando por una tradición poética cuando menos poco novedosa.

¿Fue Antonio Machado un poeta anticuado? Es esta una pregunta pertinente que bien puede plantearse después de todo lo dicho. En sentido estricto sí, pero en dicho sentido Machado fue también, y sobre todo, un poeta y escritor poliédrico con caras tan definidas y defendibles como la ya declarada de autor romántico (“Antonio Machado es un poeta romántico, y eso es todo”, escribió Vicente Gaos), poeta folclórico, civil, simbolista, político, patriótico, andaluz, castellano, modernista…

Quizá para aprehender la palabra poética de Antonio Machado (breve, en esencia transparente, austera y circunscrita), lo único importante sea desnudarla de todo el ingente número de etiquetas que le hemos ido poniendo, una tras otra, una encima de otra, a lo largo de las últimas décadas. O al revés, aceptar sin ambages vestirla con todas las que se nos vayan ocurriendo, pues esa posibilidad de sumas (nunca restas) expresa la condición polisémica, trascendente, significativa e ilimitada que sólo sobrevive en la gran poesía, la de Antonio Machado, esa que siempre se ensancha a sí misma, y logra denominar tanto lo conocido como lo por venir, lo pasado y lo futuro, siendo epifanía permanente de una verdad, de aquello que nunca se pensó podría concebirse en el cercano país de las palabras.


Otros textos de Juan Antonio González Fuentes sobre Antonio Machado:

Don Antonio Machado en Soria

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Thursday,20 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[En la muerte de Leopoldo Rodríguez Alcalde]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,530 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

(Durante más de veinte años frecuenté al escritor Leopoldo Rodríguez Alcalde, vetusto símbolo de lo que fueron algunos representantes de la cultura oficial surgida de la posguerra española. No fue un gran poeta, ni un gran crítico, ni un gran traductor, ni un gran memorialista, ni un gran ensayista..., pero cultivo todos estos géneros, dejando algún rastro apreciable, como su traducción para la editorial Proel de una antología de poetas contemporáneos franceses en los años 40. Erudito a la vieja usanza, personaje curiosísimo y completamente anacrónico, llegó a crear una biblioteca en su casa del Paseo de Pereda de cerca de 25.000 volúmenes, y a atesorar unas mil piezas de artes plásticas, destacando algunos óleos de Pancho Cossío, algunos dibujos de Agustín Riancho, y una espléndida colección de obra gráfica internacional, integrada por piezas de Picasso, Miró, Dalí, Magritte, Bacon, Chagall, Max Ernst, Barceló, Kokoschka... Esta es la crónica que escribí al enterarme, lejos, de su muerte a los 87 años de edad, y después de varias semanas de no vernos).

La noticia de la muerte del poeta y crítico de arte Leopoldo me llega a un Madrid sosegadamente desierto, poblado de piscinas para veraneos predecibles, con terrazas de insomnio, y un clima monótono de sol cansino y sin hallazgos. Sabía bien que la noticia ya no podía tardar mucho en producirse, y sabía también que alguien me pediría estas líneas, como así ha sucedido. Lo que no podía imaginar es la tristeza honda y en blanco y negro que se me ha agarrado a las entrañas con fuerza, pues quería de verdad al demonio del viejo Leopoldo, algo que quizá no he sabido con auténtica certeza hasta ayer mismo, cuando deambulaba por un Madrid más que nunca poblachón manchego e inhóspito sin compasión.


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Leopoldo Rodríguez Alcalde


Sobre Leopoldo y de Leopoldo podría escribir muchas, muchas páginas... No en balde han sido más de veinte años seguidos acudiendo casi semanalmente hasta su casa del paseo de Pereda, a eso de las siete y media pasadas de la tarde, para charlar con él durante unas horas que a veces se convertían en siglos, en vidas enteras escuchando siempre un mismo discurso, una inamovible biografía novelada: la suya propia y la de un mundo extinto, arrasado para siempre por la historia..., que había dejado de latir hacía mucho, mucho tiempo, pero que él habitaba como un terco fantasma que se resiste a abandonarlo, que se resiste con ahínco, pesadumbre, alguna ironía y una cierta elegancia en el gesto desmayado, a dejar de ser un fantasma, un habitante de sombras y memoria.

Imagino que al evocar a Leopoldo se escribirá sobre su sensacional biblioteca, sobre su peculiar y sobrealimentada colección de arte, sobre una obra erudita a la que auguro polvo y no precisamente enamorado, sobre unos poemas que en algunas ocasiones remontan el vuelo y logran versos sonoros de caja de música esmaltada... Pero para mí Leopoldo, el fantasma que deambulaba paciente los intrincados pasillos de su propia memoria, será siempre sólo el de las charlas interminables en las tardes de lluvia y mesa camilla de un Santander inventado, agotado de fingirse a sí mismo ante espejos ilusorios y completamente naúfragos.

Leopoldo ha muerto en el siglo XXI siendo un símbolo expresivo y central de cierta cultura santanderina y española del siglo XX. Vivió en un piso del XIX y se ponía en escena en unos marchitos y cotidianos decorados decimonónicos, aunque siempre soñó con ser un divertido e inefable marqués dieciochesco, avezado en dimes y diretes y otras cosas sin importancia, y apto para desenvolverse con acierto y agudeza en los salones de una auténtica Madame du Deffand, su sueño más soñado.

Ha muerto Leopoldo mientras yo cumplía años leyendo las andanzas de Machado, Antonio, y me reflejaba ahíto de verano y tontorrón de melancolías en las aguas relamidas de una piscina de pomposidad madrileña. Ha muerto Leopoldo Rodríguez Alcalde, el fantasma querido, monótono y menudo que hace ya mucho tiempo logró voz y voto en mi educación sentimental, y que ahora habitará definitivamente, para bien y para mal, alguna templada estancia de la memoria de este fantasma absurdo y pesaroso en el que poco a poco, pero sin pausa, me voy convirtiendo.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Wednesday,19 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Don Antonio Machado en Soria]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,529 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Nada me debe Soria, creo yo, y si algo me debiera, sería muy poco en proporción a lo que yo le debo: el haber aprendido en ella a sentir Castilla, que es la manera más directa y mejor de sentir a España” (Antonio Machado).

En su libro sobre Antonio Machado, el poeta Ángel González recuerda que la Soria a la que llegó el sevillano en el año 1907, para ejercer como profesor de lengua francesa en un instituto de segunda enseñanza, era la capital de provincia menos poblada de España, y sin duda, una de las más pobres y menos desarrolladas de todo el país.

Teniendo en cuenta estas circunstancias, no parecía en principio Soria un lugar muy propicio para desarrollar una evolución personal, poética y conceptual tan profunda y palpable como la que llevó a cabo don Antonio entre 1907 y 1912, periodo en el que el poeta, como de todos es sabido, vivió, enseñó y escribió en la pequeña capital castellana. Las razones concretas que lo llevaron a escoger ese destino profesional creo que nunca han sido aclaradas del todo, y quizá el asunto no tenga tampoco excesiva importancia. La casualidad, las luces y sombras administrativas..., evidentemente debieron jugar sus propias bazas en el desarrollo de la cuestión. Con todo, el protagonista daba al parecer una versión cuando menos curiosa, irónica y bastante creíble al respecto: “Yo tenía un recuerdo muy bello de Andalucía, donde pasé feliz mis años de infancia. Los hermanos Quintero estrenaron entonces en Madrid El genio alegre, y alguien me dijo: ‘Vaya usted a verla. En esa comedia está toda Andalucía’. Fui a ver El genio alegre. Y me dije: ‘Si es esto de verdad Andalucía, prefiero Soria’. Y a Soria me fui”.

Fuera como fuese, la cuestión es que los datos históricos, a pesar de los muchos matices que siempre puedan plantearse en torno, no dejan mucho lugar a la duda. A Soria llegó Antonio Machado en 1907 pasada ya la treintena, soltero, y con dos libros de versos a sus espaldas, los dos construidos con una importante carga de elementos simbolistas y modernistas entre sus principales ingredientes. Y de Soria salió cinco años más tarde aproximándose ya a la cuarentena, viudo, y con un nuevo libro de versos bajo el brazo elaborado con conceptos e ideas muy distintas a las que podían rastrearse en las dos entregas anteriores.


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Antonio Machado


Cuando el poeta recaló en Soria en 1907, lo hizo con la reciente segunda edición cerrada de su primer libro Soledades (1903). Esta segunda edición (Soledades, galerías y otros poemas) bien puede decirse que era prácticamente un libro nuevo, dadas las adiciones y supresiones que lo distancian y singularizan del anterior. Para Ángel González esta renovada edición es sin discusión posible una de las más importantes en la obra de Machado, y también en toda la poesía en español del siglo XX: culminación y aparente final de la poesía simbolista machadiana, una poesía concebida desde la luz neblinosa del interior personal y los sueños, ajena casi por completo a la contundencia de lo externo, sus paisajes y circunstancias.

Durante la estancia soriana el poeta redactó los poemas que conformaron su siguiente libro, Campos de Castilla, páginas que aparecieron en papel coincidiendo con la muerte de su mujer y su consiguiente decisión de abandonar para siempre la ciudad. Campos de Castilla, ya se ha dicho, está escrito con miradas y latidos distintos, con una actitud vital y unos conceptos poéticos muy diferentes a los precedentes. El Machado eminentemente lírico, ensoñado, esquivo ante la realidad llamémosla cotidiana e histórica, y al que Rubén Darío calificó como “misterioso y silencioso”, fue dejando paulatinamente paso durante su vida en Soria a otro hombre, a otro poeta en principio ajeno al anterior. A un hombre y a un poeta mucho más categórico, más seguro de sus ideas y opiniones, más “político”, civil, comprometido y patriota, más fácilmente reactivo a los elementos externos y objetivos de la existencia y su entonces presente.

En gran medida fue el propio Machado quien subrayó en diferentes ocasiones y circunstancias el papel decisivo de las tierras de Soria en su proceso de evolución, y ya en 1917, año de aparición de sus primeras Poesías completas, escribió por ejemplo que los cinco años en la ciudad del Duero orientaron sus ojos y su corazón hacia lo esencial castellano, señalando además que por aquel entonces su ideología era ya muy otra en comparación con la de los años que ofrecieron Soledades.

Soy muy consciente de que todo lo dicho a lo largo de estos párrafos iniciales es bien conocido por la mayoría de quienes alguna vez se han acercado con interés a la vida y la obra de Antonio Machado, y sé también que al respecto se han escrito creciente número de estudios y comentarios. Mi intención hasta aquí ha sido sólo la de refrescar la memoria, la de resaltar convenientemente, una vez más, el antes y el después soriano del poeta Machado.

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Tuesday,18 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Eça de Queiroz: El primo Basilio]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,528 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Fue durante un largo y pesado viaje en tren a París cuando leí El primo Basilio. Mi interés por Eça de Queiroz había nacido ya algún tiempo antes con la lectura de La ilustre casa de Ramires, libro que, si mal no recuerdo, se encontraba perdido en la biblioteca de mis padres, y en el que me fıjé por pura casualidad, quizá llamada mi atención por su dorado lomo y su profusa decoración pasada de moda. Desde entonces he procurado adquirir y leer todo lo que en castellano se ha cruzado en mi camino del escritor portugués, aunque esta es la hora en que pienso que ninguno de sus libros me ha gustado tanto como El primo Basilio.

Si solamente fıjamos nuestra atención en el mero argumento de la obra -algo de lo que un buen lector suele huir con prontitud-, tendremos que El primo Basilio podría pasar por una novela mas de ésas que con académica facilidad se despachan adscribiéndolas al prolífıco realismo naturalista del XIX. Eça de Queiroz traslada a Lisboa lo que Flaubert ya había narrado aproximadamente veinte años antes en Madame Bovary, es decir, la caída en adulterio (el popular pecado decimonónico por excelencia) de una joven de clase media y escasa formación que, fuera de su matrimonio, no tiene ningún objetivo y está aburrida de su vida ociosa. La historia acaba del único modo en que en la época podía acabar semejante historia, con la expiatoria muerte de la adúltera protagonista perdonada, eso sí, por su amante y comprensivo esposo.


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Eça de Queiroz


La obra, tal y como hasta aquí han ido las cosas, no parece presentar un especial interés para el que a ella se acerque. Sin embargo, de las propias limitaciones que se impuso Eça de Queiroz a la hora de escribir su historia, nacen los elementos que a, mi juicio, le dan todo su valor al trabajo.

A finales de los años 70 del XIX, y de acuerdo con lo que el creía una especie de compromiso moral para con su país, Eça de Queiroz se propuso escribir una serie de novelas cortas que mostrasen los vicios de la sociedad portuguesa. En estos trabajos, de las que con sus 418 páginas de la edición por mi manejada El primo Basilio en algún momento formó parte, el autor procuró no permitirse la descripción obsesiva de los ambientes que tan bien conocía, la caracterización pormenorizada e individual de los personajes, la reproducción detallada de sus sentimientos, frustraciones y demás "elementos psicológicos" que entonces toda novela que se preciase de serlo parecía exigir. En definitiva, el escritor se impuso, buscando una brevedad no obtenida, apuntar sus personajes a manera de arquetipo y presentar el ambiente en el que se desenvuelven precisando sólo sus elementos mas definidores. Este esfuerzo de personal concisión le obligó a trabajar el principal logro de su trabajo, me refiero a la irónica y sagaz representación esquemática de la sociedad lisboeta de finales del XIX, a través de unos personajes muy logrados en su concisión, entre los que destacan, sin duda, el consejero Acácio y, sobre todo, Juliana, criada al servicio de la adúltera Luisa.

Este último es un personaje que desde el principio me resultó desasosegante. Comenzó la cosa cuando con rapidez su rostro se formó en mi mente con los precisos rasgos de la grandiosa pianista Maria Joao Pires, algo a lo que no pude poner ningún remedio, no deteniéndome tampoco en buscar una hipotética explicación. Pero la cosa se agudizó cuando ante mí comenzó a crecer y desarrollarse el odio de Juliana hacia Luisa, un odio que, y esto es lo que desbarató por completo a mi inagotable ingenuidad, no residía en la existencia de un conflicto personal entre ellas o, en su defecto, de dogmáticas diferencias morales o de otra índole, digamos poco tangible, únicos motivos hasta esa fecha que yo contemplaba cómo posibles causas de odio eterno. No, todo se presentaba de modo más sencillo (¿o complicado?), Juliana odiaba a Luisa porque ella era la criada y la otra la señora, porque la vida le había puesto a ella en una posición de acatamiento y miseria frente a la otra sin mediar razón alguna de peso.

En pocos libros he visto presentado con tanta nitidez y acierto el conflicto social reducido además, quizá para su mejor comprensión, a la esfera de unas cuantas habitaciones y al enfrentamiento entre tan sólo dos individuos.

Esta poderosa y devastadora sencillez del conflicto con tanta habilidad literaria plasmada, me produjo el desasosiego que siempre deja en uno la asunción de su pobreza comprensiva, de su falta de imaginación y recursos para construir realidades diferentes y más complejas a las que le han venido dadas, y transformó por completo mi concepción y acercamiento a la naturaleza de los conflictos humanos. Y todo gracias a una novela escrita en portugués.

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Monday,17 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Edgar Allan Poe y la poesía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,527 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

El lenguaje es una incertidumbre cuya complejidad estriba en su propia naturaleza. Si aceptamos esta premisa, tendremos por imposible cualquier acercamiento que tienda a establecer con exactitud cuál es el camino de la poesía, cuál es su objeto.

Precisamente esta imposibilidad es la que ha permitido a lo largo del tiempo el acercamiento a la tarea poética desde muy diversas perspectivas, voluntades y temáticas, y además, ha procurado también un buen número de razonadas e inservibles teorías acerca del hecho, algunas de las cuales, incluso, son muy entretenidas, lo que siempre será motivo de gratitud para con sus autores.


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Edgar Allan Poe


De todas las voluntades poéticas que en el mundo han sido, no sé si la más importante y de mayor trascendencia, pero sí la que mayor peso sigue ejerciendo hoy sobre nosotros, es la que dejó esbozada Edgar Allan Poe en las primeras décadas del siglo pasado. Era esta una voluntad que concebía la poesía en una perfección ocupada sólo en sí misma, en su radical aislamiento con respecto a otras formas de expresión. Esta voluntad aislacionista de la poesía la extremó e instrumentalizó Charles Baudelaire, quien desarrolló a partir de ella la negación del yo, y por tanto de la historia, dinamitando el concepto de cultura única y abrir el camino a todos los vanguardismos literarios que hoy se estudian.

Tanto para Poe como para Baudelaire, en la novedad radicaba la única esperanza frente a la decadencia generalizada de la existencia, y lo novedoso residía -como no podía ser de otra manera- en las profundidades de lo desconocido, mundo al que debía accederse mediante el ejercicio poético en estado puro. Esta voluntad que tan importante cometido dejaba en manos de la poesía, acabó rompiéndose por su punto más débil, es decir, el intento de obviar la presencia del tiempo, entidad que fınalmente acaba imponiéndose a la propia poesía, dejando como única esperanza la muerte, quien, tal vez, nos conduzca por fin a la última novedad posible.

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Friday,14 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Oscar Wilde: errores y certezas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,526 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Uno de los más grandes errores de Oscar Wilde fue creer que la doctrina de la belleza podría volver a traer a los hombres la época de la alegría de los primeros tiempos. Esta forma de pensar partía, en mi opinión, de otro error si cabe más incomprensible: creer que hubo algún tiempo en el que en este mundo reinó la felicidad. Pero claro, en el fondo, y muy a su pesar, Wilde era un completo ingenuo.


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Oscar Wilde


Sin embargo, no todo fueron equivocaciones en el escritor irlandés. Por el contrario, estoy con Borges cuando escribe que es un hecho comprobable y elemental que Wilde, casi siempre, tiene razón. Hay muchos ejemplos de justa certeza en su subjetiva interpretación del mundo, pero ahora que se cumplen los 114 años de la publicación de su drama Salomé, quisiera destacar el hermoso aforismo que el poeta pone en labios de la protagonista: “el misterio del amor es mayor que el misterio de la muerte”.

Encuentro en esta frase el perfecto resumen del peculiar ideario de Wilde que, como no podía ser de otra forma, tiene un punto y aparte paradójico en la presencia constante y obsesiva del pecado. Una presencia a veces nebulosa, a veces plomiza, que en opinión de otro hipnotizante irlandés, James Joyce, se dibujaba en el inquieto pensamiento del poeta como un sentimiento de separación y pérdida imprescindible en el tenaz propósito de conmover el corazón de Dios.

¿Fue Oscar Wilde, sin saberlo, un profeta del catolicismo en la Inglaterra victoriana como insinúa Joyce? Si así fuese, estaríamos, desde luego, ante la última y quizá más divertida de sus paradojas.


Otro artículo de Juan Antonio González Fuentes sobre Oscar Wilde:

Un poeta de nombre Oscar Wilde

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Thursday,13 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La Fura dels Baus: aquelarre que te hace otro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,524 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Tras el caos se esconde tímido el orden. El espectador penetra en un mundo ya extinto, ininteligible a través de la razón lógica, y se pierde. Se pierde para el mundo que minutos antes le acunaba, para el mundo trillado del sosiego mejor fabricado, para el universo de seguridades y civilización que a uno le confiere la prestancia, un poco roma y ajena, que ante el diario espejo le hace sonreir sin motivo.

Con La Fura del Baus uno viaja a un espacio tan imposible que podría creerse el final de toda confusión. Y sin embargo, ese nuevo espacio apocalíptico, ajusticiado por la ley del tiempo y con la cruel soga de la memoria suspendido por el cuello hasta la muerte, se nos hace de repente íntimo y hermano.


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Sí, ya hemos estado en ese lugar. Sí, ya sentimos en alguna ocasión ancestral correr por nuestras venas esta lava hecha de barro, violencia y fuego. Y nada es nuevo. Todo se desenvuelve ante nosotros con la brutalidad de un regreso anunciado y pospuesto por razones de causa mayor.

El humo, el agua, el fuego, los gritos, los músculos tensos por la violencia desencadenada, y esa música que a gritos habla en nuestro oído más íntimo… Todo deja de ser exploración de lo ajeno para transformarse en salvaje asentimiento. Llegó la hora. Hemos sido brutalmente violados allá en nuestro interior. Lo que hasta el momento nos conformaba se ha diluido en difusa niebla, los músculos se crispan hasta casi estallar y algo salvaje lucha por salir de nosotros. Sin querer aullamos y danzamos junto al fuego en un olvidado y eterno aquelarre. Nos hemos hecho otros.

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Wednesday,12 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Guillermo Brown, capitán de Los Proscritos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,523 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Richmal Crompton nació en Inglaterra en 15 de noviembre de 1890, hace ahora 117 años. Hija de un reverendo, pronto fue internada en una escuela especial destinada a hijas de clérigos protestantes. En 1911 consiguió una beca para estudiar en la Universidad de Londres, en la que obtuvo en 1914 un título en filología clásica. A partir de ese momento se dedicó a la enseñanza y a escribir cuentos.

El primer cuento con Guillermo Brown como protagonista se publicó en una revista femenina en 1919, y desde entonces se publicaron libros de Guillermo hasta el año 1970: en total 38 volúmenes.

Se piensa que el personaje de Guillermo se lo inspiró a Richmal Crompton su hermano Jack, según todos los indicios un tipo muy simpático poco dado a instalarse frente a los libros y muy propenso a embarcarse en todo tipo de aventura.


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Richmal Crompton


En 1923 Richmal Crompton sufrió de poliomilitis, lo que le que dejó paralizada una pierna. El suceso la indujo a abandonar la práctica activa de la enseñanza y a concentrarse en su principal vocación, la escritura.

Murió en 1969, cuando contaba 78 años de edad. Publicó 86 libros, muchos de ellos destinados a adultos, pero su entrada en la historia de la literatura universal se lo debe, como así les ha ocurrido a tantas y tantos otros escritores, al hecho de haber dado vida a un personaje que ya forma parte del repertorio sentimental europeo del siglo XX: Guillermo Borwn, capitán de los Proscritos, su pandilla de amigos.

La popularidad de Guillermo Brown durante el periodo señalado fue incuestionable. Se convirtió en uno de los personajes preferidos de gran parte de los niños y jóvenes de Europa, espacio cultural y geográfico en el que sus aventuras fueron traducidas a todos los idiomas, y en el que se vendieron cerca de nueve millones de ejemplares recogiendo sus hazañas.


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En España los libros de Guillermo Brown se tradujeron con relativa prontitud, y ya en 1935, en vísperas de la terrible guerra civil, la editorial barcelonesa Molino publicó Las aventuras de Guillermo, obra que ha tenido sucesivas ediciones hasta 1980, fecha en la que dejó de editarse para, no hace tampoco muchos años, volver a aparecer ya no con éxito deslumbrante, pero sí más que notorio. Es a la editorial Molino a la que debemos agradecer el haber podido leer todas las obras de Guillermo en español.

Hoy Guillermo Brown no parece tener tanta fortuna entre las nuevas generaciones, y otro niño inglés, el mago Harry Potter, arrasa ocupando espacio en las librerías infantiles y juveniles de los hogares de medio mundo. Es más, casi podría asegurar que la mayoría de los niños y adolescentes de nuestros días ni siquiera han oído hablar de Guillermo. Las ventas de sus libros descendieron notablemente a finales de los años 90 del pasado siglo, vendiéndose tan sólo entre 150 y 500 ejemplares al año según anunciaban los datos de la propia editorial Molino.

Una de las razones que se aducían entonces para explicar la caída de las ventas y del interés por el personaje era el considerable número de páginas de los libros de Guillermo, unas 250 cada volumen, lo que se les hacía muy cuesta arriba a los niños acostumbrados a recibir historias y cuentos sin esfuerzo a través del televisor. El éxito de los voluminosos libros de Harry Potter ha desmentido de forma rotunda dichas afirmaciones.

Otra posible razón del descenso del interés de nuestros niños por alguien como Guillermo Brown la apuntaba el editor de la colección. Para Luis Antonio del Molino el principal problema fue que las nuevas generaciones no entendían a Guillermo, no entendían las relaciones autoritarias establecidas entre padres e hijos, el mundo de los adultos completamente separado del de los niños, dos ideas claves en el desarrollo de las aventuras de nuestro personaje infantil inglés.

Todo indica que las razones que pueden esgrimirse para explicar el fenómeno conforman un amplio repertorio, pero todas coincidirán, seguro, en subrayar la profunda decadencia del antiguo modo de realizar esta literatura. Los niños y adolescentes de nuestro mundo no parecen admitir bien que los protagonistas de las historias que leen sean niños o adolescentes como ellos, normales, sin poderes ni fantásticos día a día. No quieren que las historias que leen hagan referencia a situaciones triviales y cotidianas: los niños parecen demandar que las historias a ellos destinadas estén protagonizadas por personajes revestidos de plenos extraños que les hagan salir bien parados de sus enfrentamientos con seres de otros mundos y realidades. Quieren velocidad frenética en todas las acciones, complejos aparatos manejados por héroes de carácter casi intratable.

No parece por tanto muy extraño que nuestros niños no congenien con un pecoso y misógino niño inglés que, desde la apacible y burguesa vida en el pueblecito de sus mayores, sueña con ser pirata o explorador. Es más, estoy seguro que de haber sabido de la existencia de Harry Potter, Batman, Spiderman o La Masa, el propio Guillermo Brown hubiera soñado con su rápida conversión en superhéroe. Lo que sucede, y esto es lo que diferenciaría, sin duda, a Guillermo de la inmensa mayoría de “nuestros retoños”, es que él, dado su carácter rebelde y su inmensa y libérrima fantasía, pronto se daría cuenta del fraude y, con irreducible tesón y firmeza, volvería a soñar con ser capitán pirata para, al mando de un velero de nombre Invencible, y junto a sus inseparables amigos los Proscritos, recorrer los lejanos Mares del Sur en busca de tesoros e islas irremediablemente perdidas para todos aquellos que jamás fueron niños, y, en consecuencia, nunca jugaron a protagonizar sus propias fantasías.

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Tuesday,11 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Además del final, de González Fuentes, por Eduardo Moga]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,521 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Hace ya seis años, cómo pasa el tiempo, mi libro de poesía Además del final (Endymion, Madrid, 1998) se presentó en la Universidad de Barcelona. El presentador fue mi amigo el poeta Eduardo Moga, premio Adonais de 1995, y uno de los poetas y escritores más interesantes de mi generación. Reproduzco a continuación las palabras que leyó entonces Eduardo, y con las que me he tropezado casi sorpresivamente esta mañana visitando los recovecos del disco duro de mi ordenador. El trabajo de Eduardo, francamente, me viene al pelo para ocupar el espacio del blog de hoy. Gracias Eduardo.


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Juan Antonio González Fuentes: Además del final (Endymion, Madrid, 1998)


"La poesía de Juan Antonio González Fuentes se caracteriza, de entrada, por su brevedad, por su adensamiento y concisión. Una brevedad que se va acentuando, decantando progresivamente, desde sus primeros libros (que ya eran notablemente sintéticos) hasta el último poemario, Además del final.

Sus poemas aparecen, así, como la pequeña plasmación de gestos pequeños, de momentos pequeños de los sentimientos y de la percepción -súbitos pliegues de las cosas, imágenes fugaces, sucesos minúsculos-, pero grandes en significación, porque los agranda su entereza, sus sílabas radicalizadas y plenas, el rebotar del sonido en las paredes gruesas de lo desnudo.

Antonio Gamoneda, autor de una nota introductoria a Además del final, y cuya propia poesía tiñe delicadamente la de González Fuentes, ha calificado este rasgo como la “espiritualización de los elementos expresivos” y ha señalado cómo el poeta reduce las imágenes a sus “más puros y transparentes huesos”.

En efecto, González Fuentes intenta siempre extraer la esencia de las sensaciones, de las experiencias, mediante el lenguaje y su estiramiento, mediante su tensión extrema; en último término, mediante su esencialización radical. Este tensión constante se construye a partir de la contraposición -que, en la buena poesía, supone siempre la fusión- de términos materiales y abstractos, de la dureza sedosa de sus sonoridades, de la metáfora martilleante y fluida, de las habituales sinestesias, contradicciones y paradojas: figuras y procedimientos todos que reunen y agrupan; es decir, que diluyen las fronteras que traza la razón entre las cosas, y que las funden en un palpitante todo, vital y poético.

En un verso de otro de sus libros, La rama ausente, el poeta escribe: “me entregaré a la equidistante audacia de las palabras”. Esto es: la audacia: el atreverse a nombrar lo inexistente y a traerlo, así, a la existencia irrefutable del poema, la valentía en la invención y el descubrimiento. Pero esa audacia es “equidistante”; ¿equidistante de qué? Pues, según interpreto yo, de la realidad y del yo, de los dos polos, permanentemente irreconciliados, que intenta reunir, suturar el conjuro de los versos. Hay que arrancarle, en efecto, palabras al mundo, para construir el mundo, para hacerlo habitable, para hacernos habitables.

La poesía de González Fuentes, embarcada en ese propósito unificador, practica una dura simbolización. Es inevitable: parece que lo más esencial ha de refugiarse en una transmutación reveladora, y que esa verdad destilada se ofrece mejor en un continente parco, aunque sus manifestaciones concretas puedan ser, como luego señalaré, suntuosas. Mediante los símbolos se adensan las connotaciones, con ellos se renuevan, a golpes delicados, el pensamiento y la materia. La poesía de González Fuentes no desciende a lo anecdótico, para no perder esa significación superior y pura, pero tiene muy presente lo cotidiano -el amor, el trabajo, el constante diálogo con uno mismo-, que alienta en el subsuelo del poema, bajo su piel rugosa de imágenes y, simultáneamente, pletórica de silencio.

Sin embargo, como ya he señalado, la densidad y su encarnadura simbólica esconden -vehiculan- una tensión. Así, los abundantes combates entre la oscuridad y la luz, sobre todo en Ademas del final, son trasunto del conflicto existencial. Los textos constituyen chispazos de reflexión inducida por los sentidos, formalización minuciosa de cuanto, desde el exterior, nos golpea o confunde. Parece entonces como si el mundo fuera sólo un estímulo para la consciencia, una forma de despertar su adormecida capacidad de evocación, de síntesis y también de angustia. En un poema leemos: “Y es hermoso el nudo quedo de la luz, / su familiar inocencia / que toda quiebra el azul umbrio, / el camino aterido de la llama / que se oscurece tras el fuego, / tras un allá sin dónde, / tenaz siempre en su condena”. Éste es el camino que siguen muchos poemas del libro y, en general, de la producción poética del autor: una ascensión nítida, basada en los motivos diurnos (con sus connotaciones positivas de energía y fertilidad), y una caída paralela, que pretende lo mortal; así, la luz hermosa primero; después, la llama negra, fría, el no lugar, la condena.

Esta tensión se manifiesta también en las frecuentes paradojas y antítesis, pero también en algunas inversiones sorprendentes, como la de este poema: “una sed, / que filo tras filo se escancia, / entre el agua breve de los días”; no es, pues, el agua lo que se vierte en la sed, sino la sed lo que se vierte en el agua. Estos trastocamientos revelan nuevamente la voluntad de investigar bajo el orden, bajo lo visible, y transforman la inquietud vital en una imagen afilada y esférica. Por último, la tensión se expresa en ocasionales forzamientos de la sintaxis, que traslucen la dislocación emocional, la pugna por que brote, lejos de la planicie de la referencialidad, una realidad nueva que reconcilie el yo y el mundo, como en este poema, donde se recrea el célebre “yo es otro”: “Nada es ese mar, / de otro, / que yo es.”

Interesa subrayar el uso frecuente del poema en prosa, tan quebradizo y tan fronterizo, en el que González Fuentes despliega un tono melancólico, casi elegiaco -incluso cuando participa de la exaltación del amor y del deseo, temas frecuentes en su poesía-, pero lleno de sensualidad, cromatismo y luz. De nuevo lo opuesto, unido por un impulso unitivo: lo triste y lo ígneo, la pérdida y el latído, la vida y la muerte. Los versos buscan siempre la eufonía: esa música que sólo existe en el acto poético, en ese acto poético, intraducible e intransferible, que González Fuentes practica en cada poema. Los versos vibran como cuerdas, y golpean la membrana de la página con su seca soledad. En este contexto, es importante recordar lo que señala Dámaso López en su extenso prólogo a Ademas del final, y sobre lo que han teorizado autores tan insignes como Pound, Eliot, Gamoneda o Carlos Bousoño; la comprensión no es necesaria, al menos en un primer momento, para la aprehensión y el disfrute del poema; sí que lo es, en cambio, su captacion dérmica, puramente sensorial. “Menos filologías y más fisiologías”, pedía el maestro Borges. Pues eso: la poesía depurada, casi enteca, de Juan Antonio González Fuentes no reclama paráfrasis, referencias a una realidad exterior, ajena a ella, y mucho menos articulación lógica, narrativa, sino una concentración extrema, un adentramiento en su propio latir, preciso y cósmico, que se extiende por la página desnuda como un aceite encendido".

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,10 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[¿Selección de fútbol catalana? Liga de fútbol catalana]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,522 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

El verano está en su recta final en el calendario, y este año parece que han disminudido muy significativamente los incendios en los bosques españoles, no así los incendios provocados por los nacionalismos en España, que queman y queman hectáreas de paciencia y racionalidad como si no costaran.

El nuevo incendio, si tenemos en cuenta que los gallegos nacionalistas se pirran por hacerse pirónamos y que la tierra del País Vasco ya es un desierto calcinado al que se le sigue echando gasolina, viene otra vez desde Cataluña, y de nuevo tiene que ver con el deporte, y más concretamente con el balompié. Aprovechando la presencia de una supuesta selección catalana de fútbol sala en un campeonato oficoso, y la negativa de la Real Federación Española con respecto a que los catalanes puedan jugar contra una selección de los EE.UU, parece haberse desatado una nueva campaña reivindicativa en Cataluña a favor de sus selecciones deportivas, campaña a la que se han sumado con disciplina plena y fervor patriótico el F.C Barcelona y el R.C.D. Español, también de la ciudad condal.

Con sinceridad absoluta creo que esto ya no tiene arreglo, y que de haberlo, sólo puede construirse desde la firmeza absoluta y la exigencia del cumplimiento de la Ley y la Constitución por parte de los dos grandes partidos españoles unidos. Debería haber asuntos de Estado en los que el posicionamiento de los dos partidos fuera el mismo, y muy posiblemente entonces otro gallo cantaría, y seguro que la sinrazón y la demagogia nacionalista darían los oportunos y necesarios pasos atrás que su verdadero apoyo y repercusión merecen.

La cuestión es que el señor Laporta, presidente del F.C. Barcelona, le grita a los cuatro vientos que Cataluña necesita selecciones deportivas porque es toda una nación. Y poco más o menos que lo mismo hacen los dirigentes del R.C.D. Español, y también los representantes de las altas instancias autonómicas catalanas. Sólo discrepan Laporta y los políticos en saber quién debe dar la cara. Laporta exige enfadado que sean los políticos los que actúen de fueza de choque, y los políticos quieren que sean los grandes equipos deportivos catalanes, con el Barça a la cabeza, quienes inicien y se empeñen en las hostilidades. Tendrán que ponerse de acuerdo.

Laporta alza la voz para asegurar que Cataluña es una nación, y que como tal necesita y merece selecciones nacionales deportivas, sin embargo el equipo al que él dirige en los despachos juega la liga española desde hace un siglo, obtiene cuantiosos ingresos por la retransmisión televisiva de sus partidos de la liga española, tiene miles de socios que lo son por ver cómo derrota en los terrenos de juego al Real Madrid, al Valencia o al Sevilla, y muy probablemente tenga más simpatizantes y seguidores en el resto de España que en Cataluña, sea o no sea nación.

Escribo todo esto porque el nacionalismo del señor Laporta es como el de muchísimos otros nacionalistas que conviven en la piel de toro: primero yo, después yo, y lo que sobre para mi. El señor Laporta quiere que su equipo sea el primero de una nueva nación europea, que dicha nación tenga selecciones deportivas, y que el FC Barcelona sea el abanderado simbólico, el brillante estilete de todo el cotarro. Pero a la vez quiere que su club siga jugando en una de las mejores y más competitivas ligas europeas, que cobre derechos televisivos multimillonarios por los partidos que juega en ella, que el estadio de Barcelona se llene cuando por ejemplo acude allí a jugar el Real Madrid, que las camisetas representativas de equipo se vendan por millares en Burgos, Santander o Almería…

Insisto, creo que a estas alturas del partido ya es prácticamente imparable el tema de las selecciones nacionales catalana, vasca y gallega. Bien, pues admitámoslo, pero admitámoslo con todas las consecuencias. ¿Que hay selección de fútbol catalana en competiciones internacionales al mismo nivel que la española? De acuerdo, pero entonces que exista una liga de fútbol catalana, como existe una liga de fútbol escocesa o galesa. Y que el FC Barcelona y el RCD Español jueguen entre sí, y lo hagan en una emocionante liga contra el Lérida, el Tarragona, el Gerona, el Tarrasa, el Hospitalet, el Badalona…, si es que estos equipos mencionados existen.

Es decir, que se confeccione una liga con 20, 18 ó 16 equipos catalanes, que juegen sólo entre ellos y que disputen tan particular liga. Veríamos entonces si al señor Laporta le hacía mucha gracia ser el equipo sí de una nueva nación, y ver radicalmente restingidos sus ingresos televisivos, la asistencia al estadio, la venta de camisetas, y la repercusión mediática de su equipo.

¿Jugaría Henry una liga catalana con lo que eso supondría para su carrera profesional? ¿Lo haría Ronaldinho? Lo hubieran hecho en su día Maradona, Schuster, Cruyff, Simonsen, etc… ¿Admitiría tal vez la Federación Portuguesa de Fútbol incluir en su liga al Barcelona y al Español sin que protestasen el resto de equipos portugueses? ¿Lo haría la Federación francesa, la belga, la suiza?

Como creo que escribió un día ese escritor ácido que fue Oscar Wilde: cuidado con lo que deseas, porque lo puedes conseguir.

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Friday,7 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El caballo loco de Abdelfattah Kilito]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,520 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

El padre del escritor Abdelfattah Kilito tenía un enorme respeto por los libros, aunque jamás había leído ninguno. Se sabía de memoria el Corán, y con eso le bastaba. El Corán era el único libro que leía, y tardaba en hacerlo más o menos un mes. En cuanto acababa volvía a empezar. Aplicaba las enseñanzas del Libro a todo, y para ocasión, para cada suceso, bueno o malo, tenía en la memoria el versículo adecuado, el versículo que hacía encajar todas las piezas del mundo en la realidad y posibilitaba comprenderla, asimilarla.


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Abdelfattah Kilito: El caballo de Nietzsche (Losada)


Abdelfattah Kilito siempre quiso ser escritor, desde muy niño. Pero antes de lanzarse a la aventura fue lector, un lector empedernido, un lector que se preguntaba constantemente qué clásicos debía frecuentar e imitar para alcanzar la gloria en el oficio de las letras, qué caminos debía seguir para lograr el sueño de metamorfosearse en escritor, y en uno de algún éxito en el mundo. El niño que fue Abdelfattah Kilito se cuestionaba todas esas cosas, y lo hacía mientras habitaba en la antigua medina de una antigua ciudad marroquí, y le daba vueltas y vueltas a las cosas mientras dudaba también entre ser escritor en árabe clásico, en el árabe moderno que hablaba todos los días, o en el idioma extranjero (francés) de la metrópoli europea que le separaba de su contexto familiar y cultural, pero que le podía acercar al anhelado éxito y reconocimiento como escritor.

Todas estas cosas, y muchas más, son las que narra Abdelfattah Kilito en el primero de sus libros que se ha traducido al español, El caballo de Nietzsche (Editorial Losada). Hoy, en nuestros días, Abdelfattah Kilito (Rabat, 1945) es profesor de Letras en la Universidad de su ciudad natal, después de haberlo sido en Harvard, la Sorbona de París y en el Collège de France. Abdelfattah Kilito es un escritor conocido y reconocido, que ejerce su oficio en árabe y en francés, y que en este caballo nietzscheano que aquí recomendamos recuerda con ternura infinita su infancia de niño abandonado a la literatura, de promesa de escritor al que su madre le auguraba un final como el de Nietzsche: un pobre loco que paseaba por las calles abrazado sollozante al cuello de un caballo. De momento Abdelfattah Kilito nos ha regalado esta hermosa lectura, estas páginas que hablan de pasión, amor y un caballo que jamás abandona a los que se han extraviado en el latido de las palabras.

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Thursday,6 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La leyenda del Santo Bebedor Joseph Roth]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,519 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Cuando me piden que recomiende un libro a alguien que no es una gran lector, es decir, que no lee ni mucho ni con asiduidad, se me vienen a la cabeza un buen número de títulos, y siempre entre ellos figura La leyenda del Santo Bebedor (Anagrama) de Joseph Roth.

Antes de proseguir quizá convenga aclarar que soy un entregado enamorado de la cultura de lo que se ha venido en denominar la Viena fin de siglo, y que de manera tal vez menos específica pero sí más certera es la que surgió en los territorios del antiguo Imperio Austrohúngaro a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX y la etapa de entreguerras. Casi podría aseverarse que es la cultura surgida bajo el reinado del emperador Francisco José, y que tuvo en Viena, Praga y Budapest sus tres principales núcleos creadores y difusores.

Literatura, poesía, música, pintura, artes decorativas, arquitectura, teatro, psiquiatría, medicina, filosofía, historia..., todos los campos de la creatividad humana encontraron en aquel periodo y en aquel territorio tan heterogéneo y convulso situado en el mismo centro de Europa un caldo de cultivo extraordinario para su desarrollo y crecimiento. Y no sólo se llegó entonces a alcanzar la cima de las que venían siendo las formas clásicas de expresión, es que también nacieron allí y entonces muchas de las vanguardias artísticas y de pensamiento que se desarrollarían más tarde cambiando por completo el arte y el pensamiento de todo el siglo XX.


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Joseph Roth


En aquella marea ingente de creatividad hay que situar a Joseph Roth (1894-1939) y su obra. Periodista y narrador, a él le debemos algunas de las mejores novelas de aquel contexto, destacando para mi gusto personal La marcha Radetzky y su continuación, La cripta de los Capuchinos, dos obras maestras sobre la desaparición de un mundo y un tipo de seres humamos que entroncan de manera directa aunque no exacta con trabajos de algunos de sus contemporáneos y casi convecinos, Robert Musil o Hermann Broch entre otros.

La leyenda del Santo Bebedor no es a mi juicio el mejor libro de Roth, pero sí es ideal para adentrarse en su mundo por vez primera, y sí lo es para alguien, además, a los que los libros de muchas páginas les den exceso respeto. Publicado en 1939 póstumamente, las escasas páginas de este relato casi perfecto concentran una parábola precisa y contundente que resume lo mejor de la escritura de Roth.

El relato cuenta la historia de Andreas Kartak, una especie de clochard o vagabundo pobre parisino que pasa buena parte de su tiempo bajo los puentes del Sena. Bajo uno de los puentes se encuentra con un desconocido que le ofrece doscientos francos de forma generosa, pero Andreas, movido por un estricto sentido del honor y a la vez sospechando alguna treta, no quiere aceptarlos.

El enigmático personaje le propone que ofrezca los francos a la imagen de una santa en la iglesia de Sainte Marie des Batignolles, a lo que Andreas accede. Pero desde ese instante Andreas va a vivir la angustia de ir acercándose a su destino procurando a la vez perderse, alejándose y aproximándose a la iglesia, metáfora del sinsentido de su existencia personal, pero también la de toda Europa, en un momento clave de la historia, con el fascismo en pleno auge y la figura de Hitler ya al frente de Alemania.

Estamos ante una lectura siempre oportuna, brillante, concisa y muy estimulante. Una historia redonda de un escritor de primera línea, de un bebedor con muy poco de santo y un mucho de legendario.

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Wednesday,5 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Puccini en una vieja maleta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,518 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Según he leído en algunas de sus numerosas biografías, más de una vez le propusieron a John Ford, el director de western como él mismo se definía, el que se encargase de poner en pie en los escenarios de casas de ópera como las de San Francisco o Los Ángeles una ópera.

La idea siempre entusiasmó al genial director de cine, pero lo que no le entusiasmaba nada, más bien casi le sacaba de sus casillas, es que la propuesta siempre fuese la misma: poner en escena la ópera de Puccini La fanciulla del West (La muchacha del Oeste), la única (que yo sepa) entre las del gran repertorio que se desarrolla en una ambiente de western, es decir, con caballos, rifles, cananas, pistolas, sombreros stetson, etc... John Ford se negó a llevar a cabo dicha posibilidad cuantas veces se la pusieron encima de la mesa, le indignaba su sola contemplación. Él lo que siempre quiso fue dirigir La Bohème.

Ya sabemos que a Puccini le debemos un considerable número de óperas imprescindibles. Lo que sabe menos gente es que algunas de sus amantes, que no fueron pocas, inspiraron dichas óperas o, al menos, aparecen en ellas de forma más o menos disfrazada. En el caso que nos ocupa ahora, La fanciulla del West (1908), su protagonista femenina es Minnie (soprano), una mujer del salvaje Oeste americano, con mucha fuerza y carácter, que está inspirada, según señalan los expertos, en Giulia Manfredi, la propietaria de una taberna cercana a la casa de Puccini en Torre del Lago, con la que músico mantenía una relación que podríamos calificar de íntima.


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Giacomo Puccini


La señora Manfredi era una buena moza: medía metro y ochenta centímetros, era cazadora y ponía en su sitio a cuanto borracho y rufian se acercaba a su establecimiento. En otras palabras, era la viva imagen de la Minnie de la ópera, era la muchacha del Oeste. Con esta mujer Puccini tuvo un hijo ilegítimo que fue sacado del pueblo nada más venir al mundo para que no levantara ninguna sospecha, y acabó entregado en adopción en la ciudad de Pisa. El niño creció y se convirtió en Antonio Manfredi, un tipo que era la viva imagen de Puccini. Antonio jamás llegó a conocer a su famoso padre, y murió en la ciudad que lo acogió de recién nacido, Pisa, a la edad de 66 años, bastante pobre y muy enfermo, curiosamente para el hijo de un genio de la ópera, de cáncer de garganta.

Pero en la vida a Antonio Manfredi le dio tiempo a tener una hija, una tal Nadia. Esta mujer guardaba en su casa una maleta heredada de su padre, una maleta a la que jamás hizo ningún caso, hasta que Paolo Benvenuti y Gulio Marlia, miembros de la escuela de cine Intolerance de Viareggio, tras seguir numerosas pistas y hallazgos en torno a la vida de Puccini, dieron con dicho objeto y examinaron su contenido. Cuál no sería su sorpresa cuando en la maleta hallaron numerosas fotografías y cartas que relataban y testimoniaban la relación entre Puccini y Giulia Manfredi; y su sorpresa aumentó muchos enteros al observar también dos cajas de galletas que guardaban una película muy mal conservada.

La cinta está fechada en 1915, y tras ser sometida a modernos procesos de conservación y recuperación, los sabuesos puccinianos comprobaron estupefactos que contenía momentos de la vida diaria del músico, entre ellos uno en el que el autor de Tosca toca al piano una melodía desconocida que, gracias al estudioso de Puccini, el músico Ricardo Moretti, ha podido ser reconstruida y valorada. La película y el fragmento de música inédita que contiene tienen una valor extraordinario, y hoy martes día 4 de septiembre de 2007 se estrena en la Bienal de Venecia.

De nuevo, en un cine veneciano, Puccini regresará a la vida, y con él su historia de amor con Giulia Manfredi y su música. Música nueva que respirará otra vez para el público, para todos, desde un día de 1915 conservado en un material inflamable en el interior de unas cajas de galletas guardadas en una vieja maleta abandonada. La vida es el mejor cuento posible, de eso no me cabe la menor duda.

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Tuesday,4 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Francisco Umbral en el umbral]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,517 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

La muerte de Francisco Umbral me deja huérfano de uno de los pocos escritores españoles de la segunda mitad del siglo XX cuya obra me fascinaba y me reclamaba con fuerza extraña cada vez que aparecía nueva en las librerías. La razón no es sencilla de exponer.

Creo sinceramente que Umbral no era un gran novelista. Sus novelas no lo eran ni por arriba ni por abajo, ni por su derecha ni por su izquierda, y del primero al último de sus párrafos estaban trufadas de imágenes que se querían mostrar poéticas y de recursos y ensamblajes periodísticos.

Sus libros de memorias, biografías, ensayos literarios o acercamientos a la historia española del siglo XX, están construidos con escasas ideas, pocos recursos bibliográficos, muchos lugares comunes, reiterativas y apócrifas citas (Proust, Baudelaire, Niertzche, Cela, Baroja, González Ruano, Hierro…) y mucho, mucho matiz y tamiz personal y personalista. En ese sentido sus libros, perteneciesen al género que perteneciesen, siempre acaban hablando del mismo asunto: Umbral al cuadrado.


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Francisco Umbral


Sin embargo su escritura, al igual que la serpiente Kaa del libro de Kipling hacía con el niño Mowgli, me hipnotizaba, me enganchaba en su encadenamiento aparentemente sencillo pero fastuoso de imágenes logradas, de una idioma español que en su pluma se revelaba extremadamente revelador, capaz de expresar con acierto lírico, irónico, colorista, tremendista, elegante y patibulario la realidad diaria e histórica.

Umbral se quedó siempre en su obra en el umbral de los géneros que tocó en el engaño. Sí, se engañó al hacer novela, ensayo, memoria…, incluso periodismo, pues nunca fue periodista en el sentido moderno del término. Umbral fue columnista, así, sin más. Y en dicho género fue el maestro sin igual a lo largo muy probablemente de las últimas cuatro décadas de vida española.

Umbral, sí, fue columnista de periódico, ese fue su género, ningún otro. Lo que ocurre es que hizo del columnismo novelas, ensayos, memoria personal, o al revés, quiso encajonar el resto de géneros en el suyo propio. Umbral se quedó en el umbral. Logró contar una novela entera en sólo una columna. Logró plasmar un libro de memorias en cuartilla y media. Logró cultivar el último medio siglo de historia de España en la última página de un periódico. Era fascinante. Pero el empeño absurdo, permanente, continuo y fracasado fue intentar construir una novela sumando columnas de periódico, estirar el contenido de una página de periódico en doscientas páginas de un libro para contarse de memoria, intentar hacer un tratado de historia de España olvidándose de la ciencia, arrinconándola a un lado oscuro para dejar paso a la metáfora brillante, fragante, alucinatoria, y a veces, tan atinada y rotunda como un puñetazo de KO, como un jaque mate de maestro ajedrecista.

Umbral se quedó en el umbral, y la posteridad le será sin duda esquiva, tanto como el interés que despiertan sus trabajos en otros idiomas y latitudes: ninguno. Pero a Umbral la posteridad le traía al pairo, él no iba a disfrutarla, nadie puede disfrutar de la posteridad, algo que igual de veras a Umbral con Quevedo o Shakespeare: la posteridad absurda.

A Umbral lo leímos cuando había que hacerlo: mojando los churros de la mañana en el café que nos abría los ojos al mundo recién estrenado para nosotros. Lo leímos en el perfume inequívoco de la tinta negra del periódico, explicándose el mundo en una cuartilla en blanco.


Otro artículo de Juan Antonio González Fuentes sobre Francisco Umbral:

Francisco Umbral ama el siglo XX

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Monday,3 sep 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Matador, de Barnaby Conrad, lectura para el verano sobre Manolete]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,516 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Llega el esperado mes de agosto, el mes por excelencia de las vacaciones en España. Muchos millones de ciudadanos dejaremos nuestras ocupaciones habituales por unas semanas, y procuraremos pasarlo lo mejor posible, descansar y dedicarle más tiempo a aquello que el día a día nos impide hacer con la frecuencia o la intensidad que quisiéramos, por ejemplo, leer un libro.

Estas semanas son una oportunidad magnífica para perderse unos cuantos ratos entre las páginas de un libro. La revista electrónica Ojosdepapel y el blog que en ella escribo diariamente han hecho, a lo largo de los pasados meses, múltiples y creo que aprovechables recomendaciones de lecturas de muchos tipos y calados donde el lector pueda escoger a su entero gusto.

Para despedirme hasta el próximo septiembre, quiero hacer una última recomendación, que quizá por tener el carácter de “última” me parece de las más sugerentes y aceptables. Se trata de Matador, un libro que acaba de reeditar la Fundación José Manuel Lara y cuyo autor es el polifacético escritor norteamericano Barnaby Conrad, un californiano que descubrió España mediados los años cuarenta del pasado siglo cuando ocupó el cargo de vicecónsul de los EE.UU en Sevilla. Conrad era un diplomático nada al uso, y en algunos momentos de su vida también se dedicó a actividades en principio tan dispares entre sí como el boxeo, la pintura, los negocios, el periodismo y la escritura. Este americano recién llegado a Sevilla descubrió el mundo de la tauromaquia que se quedó prendado para siempre de ella, y también quedó fascinando por el que entonces era la gran figura del momento, el torero cordobés Manolete.


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Barnaby Conrad: Matador (Fundación José Manuel Lara, 2007)


Matador es una novela publicada originalmente en 1952, y recrea exactamente el último día de vida de aquel torero de la triste figura que fue Manolete. Ese último día, antes de que el toro Islero lo matará en la plaza de Linares un 28 de agosto de 1947, le sirve a Barnaby Conrad para desenvolver a la vista de los lectores todos y cada uno de los elementos esenciales que conformaron la existencia del gran torero y mito casi universal: su misantropía, sus amores y relaciones con las mujeres, su relación amor-odio con el mundo taurino y sus circunstancias, su oficio y su arte... Manolete aparece retratado como un héroe moderno y atávico a la vez en la novela de Conrad, quien ofrece de él un aguafuerte lleno de claros y oscuros, de una fuerza expresiva realmente apabullante y conmovedora, muy del estilo del mejor Hemingway, escritor con el que guarda muchas semejanzas, y esa atracción fortísima por la figura del ser humano enfrentado a un destino implacable.

La novela de Barnaby Conrad fue traducida casi de inmediato a casi una treintena de idiomas, estuvo en la lista de los libros más vendidos en los EE.UU durante la friolera de cincuenta semanas consecutivas, y auténticos pesos pesados de la narración del pasado siglo como Steinbeck o Faulkner dijeron que Matador era el mejor la novela del año, o un libro absolutamente maravilloso.

Insisto, la novela, que fue editada en español por Turner si no recuerdo mal, ahora ha vuelto a aparecer gracias a la Fundación José Manuel Lara, y lo hace además reproduciendo los dibujos que el propio Conrad realizó para la edición norteamericana, y añadiendo un relato del escritor sobre el que fuera patriarca de la dinastía torera Ordóñez: “Caetano el perfecto”.

Creo que pocas recomendaciones tan sensatas como esta pueden hacerse para leer un libro en verano. Lo tiene todo: originalidad, calidad a raudales, belleza..., y puede asegurarles que además de pasarlo bien, aprenderán muchas cosas y obtendrán ese placer, difícil de precisar, que sólo aporta el contacto y convivencia con una gran, gran novela de verdad.

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Tuesday,31 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Café Gijón de Marcos Ordóñez y Los 70 a destajo de José Ribas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,515 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Debió ser hace más o menos un año cuando el escritor y periodista Marcos Ordóñez publicó en la editorial Aguilar un libro sobre los “años españoles” de la estrella Ava Gadner. El libro no era ni una obra maestra ni una lectura ineludible para quien ame de verdad la literatura, pero sí ofrecía a raudales algo cada vez más difícil de encontrar en las páginas de un libro: entretenimiento pleno y buena información a grandes paletadas. El libro de Ordóñez sobre la actriz era como las películas clásicas americanas de clase B: mucho oficio, ritmo trepidante, buena factura, entretenimiento asegurado y dos o tres momentos de verdadera altura. ¿Qué más se puede pedir?

Ahora Ordóñez repite con acierto la fórmula en su última entrega, Ronda del Gijón (Aguilar, 2007), un libro que recoge diversos testimonios sobre la vida en el Madrid artístico, periodístico y literario del periodo 1940-1980, teniendo como epicentro de la narración el célebre Café Gijón de la calle Recoletos. Para “montar” el trabajo Ordóñez ha mantenido conversaciones con un variopinto número de personas que conocieron bien la vida del Gijón y que desde la barra o los asientos del local contemplaron y protagonizaron una forma de vida ya extinta, un Madrid difunto, una España que ya pasó, definitivamente, a mejor vida.


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Marcos Ordóñez: Café Gijón (Aguilar, 2007)


De nuevo la diversión y el entretenimiento son bazas fundamentales de las páginas escritas por Marcos Ordóñez. Y cuando escribo diversión no quiero decir que uno se monde de risa con lo contado, sino que realmente el lector lo pasa muy bien leyendo la trascripción literaria de las conversaciones mantenidas por el autor con personas y personajes como Jesús Pardo, Ana María Matute, Álvaro de Luna, Maruja Torres, Manuel Vicent..., aunque muchos de ellos cuentan cosas tremendas y de carácter famélico. Abundan en las narraciones las historias de hambre, de miseria moral y material, de abusos de poder, de represión, de picaresca pura y dura, de control social y político propio de la época... Pero todo ese triste y desolador pandemónium se muestra entremezclado al mismo tiempo con otras historias de coraje y amistad a prueba de bombas, de entrega a la creación artística por encima de otras consideraciones, de diversión sin cuento, de ingenio casi genial, de luces dulces y jóvenes, de inteligencia notable propia de la supervivencia, de sonrisas mil y algunas lágrimas...

Si deja algo claro la lectura del libro de Marcos Ordóñez sobre el último medio siglo de existencia del Gijón y sus parroquianos, es el cambio radical experimentado por la sociedad española contemporánea, sobre todo a partir de la muerte de Franco y el comienzo de la Transición hacia la democracia.

Este cambio se me ha hecho mucho más patente a ojos vista, casi palpable a pie de página, leyendo a la vez el libro de José Ribas, Los 70 a destajo: Ajoblanco y libertad (RBA, 2007), trabajo en el que el autor narra con consistencia y detalle la existencia de un veinteañero comprometido política, social y culturalmente a comienzos de los años 1970 en la España de un Franco moribundo. José Ribas es el hijo que pudo tener cualquiera de los tertulianos de la primera época del Gijón recogida por Ordóñez, y todo un abismo mental y vital separa a ambas generaciones, a ambas Españas, a ambos grupos sociales distanciados a penas por dos o tres décadas.


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José Ribas: Los 70 a destajo: Ajoblanco y libertad (RBA, 2007)


La vida descrita por José Ribas en su libro, las ideas expuestas en él, la forma de ser y estar hubiera sido imposible e impensable tan sólo veinte años antes, cuando jóvenes poetas y escritores de provincia llegaban al Gijón buscando relaciones, el contacto con los mitos literarios y de la farándula allí disecados, y una oportunidad para poder integrarse en la bohemia cutre, chiquita y extemporánea de un Madrid de hambruna, pan negro y sardinas en lata.

Pero si la narración de José Ribas plasma un universo radicalmente en conflicto con mucha de la vida e ideas recogidas por Ordóñez en su libro sobre el Gijón, lo cierto es que a mi generación, la que hoy anda por la cuarentena, el mundo de Ribas nos resulta tan extraño e incomprensible como si de la prehistoria se tratase, y apenas una generación nos coloca a unos en un lugar y a otros en otro.

El acelerón histórico que el conglomerado social, político, económico, cultural..., de nuestro país ha experimentado a lo largo del último medio siglo es absolutamente vertiginoso, radical, global, apabullante. No creo que sea muy complicado consultar en algún lugar diversas y esenciales estadísticas comparativas de la España de los 1950, 1970 y 2005, por ejemplo. Seguro que, como dijo en su día Alfonso Guerra con toda la razón y el ímpetu del desparpajo andaluz, a España no la conoce “ni la madre que la parió”.

Sin embargo, tomarle el pulso a la sangre y la carne aromática de las transformaciones españolas del último medio siglo creo que puede hacerse, más que en frías estadísticas, en libros como los que aquí traemos a colación, el de Marcos Ordóñez y el de José Ribas. Dos espléndidos libros muy diferentes entre sí, que dicen muchas cosas sumamente interesantes, que describen Españas hoy fantasmales, que plantean muchas reflexiones, y que son dos lecturas más que recomendables para el mes de agosto que encima se nos viene con ahínco y promesas.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,30 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[España, 13 rúe del Percebe]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,514 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Las historias escritas y dibujadas por el irrepetible Francisco Ibáñez son todo un tratado gamberro y algo deformado, al modo del callejón del Gato valleinclanesco, de cómo funcionan las cosas en nuestro país, en España. Mortadelo y Filemón, el botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos, y todos los habitantes de la célebre 13 rúe del Percebe..., son personajes de ficción con los que todos alguna vez nos hemos tropezado en nuestra cotidianeidad, y sus grotescas aventuras y desventuras, encuentran en la realidad española, con preocupante frecuencia, paralelismos alucinantes.

Buena prueba de lo que digo la encontramos estos días de verano leyendo cualquier periódico o asistiendo a las noticias del telediario con el café de la sobremesa en las manos, y viendo cómo van cayendo uno tras otro los ciclistas dopados y “dopadores” de esa vuelta ciclista a Francia que se está convirtiendo de unos años a esta parte en una especie de montaña rusa aburrida y sin ningún sentido. Para muestra de lo dicho ahí van unos cuantos botones de muestra, siempre con algo de divertido, siempre con mucho de grotesco e inaudito.

Resulta que en la Barcelona nacionalista y socialista de las últimas décadas, donde se caen calles, edificios y barrios enteros, donde manifestantes espontáneos toman el aeropuerto a su capricho, donde los trenes de cercanías descarrilan o se chocan unos con otros, donde los apagones veraniegos son más frecuentes que las mareas... En esa Barcelona con altas cotas de tercermundismo de manual en la que Woody Allen rueda paradójicas historias de modernidad, los dirigentes autóctonos, que lo llevan siendo décadas y décadas, sucumben con agrado y la cara más dura que el hormigón armado a la teoría de la "Tentación de la inocencia" desarrollada por Torodov, y en ningún caso se sienten responsables de nada de lo que sucede a su alrededor, achacando todos los males que surgen en su geografía de mandato al centralismo españolista y derechoso, llegando incluso algún politiquillo de estos, un tal Miguel Iceta de desahogo perenne, a echarle la culpa del último apagón gigante barcelonés al señor Pizarro, presidente de Endesa, a quien acusa literalmente de “castigar a Cataluña”. Lo que deja a cualquiera pasmado es que tipos como el susodicho Iceta no sean abandonados a su suerte en un mínimo bote salvavidas en mitad del Mediterráneo por la ciudadanía catalana y barcelonesa, que nunca mejor dicho, parece que a pulso “tienen lo que se merecen”.


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En otro lugar de esta cachonda rúe del Percebe que es España, la candidata a la presidencia de Argentina, la mujer del actual presidente, Cristina Fernández de Kirchner, reúne en Madrid a los más importantes empresarios españoles, que a la vez son algunos de los más importantes inversores extranjeros en su país, y les echa una monumental bronca por esperar tener beneficios de sus inversiones, cuando su pueblo sufre y necesita más y más inyecciones de dinero gratuito. Para recalcar el sentido de sus palabras, la señora candidata recurre a la memoria histórica y asegura que los españoles arrasamos su país durante años y que tenemos con él (y con ella, claro) una deuda morrocotuda. Es decir: “señorones adinerados españoles, ex-colonialistas, imperialistas de pro, os exijo mayores inversiones en mi país, pero sin que a cambio esperéis un euro, pues los argentinos sufren y vosotros tenéis la culpa”. Ni ella, ni su marido, ni Menem, ni Alfonsín, ni los militares, ni María Estela, ni Evita, ni Perón, ni ninguno de los políticos argentinos tras casi dos siglos de independencia han tenido responsabilidad ninguna en la desastrosa situación del país austral. Toda la culpa es de los españoles, y en consecuencia, a pagar deudas y más deudas, y ya se dirá desde la Casa Rosada cuando se acaban las reparaciones. Tampoco nadie manda a freír espárragos a la maleducada y desahogada señora Fernández.

En otra sombra española de este caluroso verano se refugia del sol el espía Flórez, un “simpático y ameno traidor” que a cambio de unas monedas vendía al extranjero información sobre la seguridad nacional de nuestra piel de toro. El personajazo, en vez de estar pudriéndose en la cárcel desde hace años, o estar cavando nuevas calles para mejorar la Barcelona postolímpica, había montado una empresa que daba cursos a jóvenes sobre resolución de conflictos, pues así mismo se vendía con desparpajo como experto en dichos asuntos, y en seguridad y en mediación. Y para aclarar el caso, el jefe de los espías españoles, cual jefe de Mortaledo y Filemón, el superintendente Vicente, explica en conferencia de prensa los acontecimientos, transformando quizá para siempre el CNI en la famosa TIA, hogar de Filemón y Mortadelo, y sueño profesional de Anacleto, el agente secreto.

Por su parte, una conocida revista satírica nacional con nombre de día de la semana, y que generalmente es docta en gracias y chistes patibularios, muy propios de antiguos burdeles y de bares de carretera, edita un número en cuya cubierta puede verse al futuro jefe de estado español fornicando con su mujer que lo recibe a cuatro patas mientras piensan en los 2.500 euros que regala el ejecutivo español por embarazo. La gracieta de jaimitos en principio no le debió hacer excesiva gracia al fiscal general del Estado, quien actuó contra los autores del rebuzno, y ordenó el secuestro de la publicación, logrando que su resonancia creciera de manera exponencial. Pero hete aquí que toda una Vicepresidenta del Gobierno, dice en comparecencia que lo del secuestro no le parece del todo, y que la cosa más o menos no es para tanto. No sé qué le hubiera parecido a la vicepresidenta del gobierno el jacarandoso chiste si sus protagonistas hubieran sido el señor Zapatero y su esposa, penetrada en la famosa postura del perro mientras entonaba, miembro conocido de un coro operístico, algún fragmento de El Ocaso de los Dioses wagneriano.

La cuestión es que tras las palabras de De la Vega el fiscal dice que donde dijo digo ahora dice Diego, o lo que es lo mismo, se lanza a un ensayo general del famoso fragmento de los Hermanos Marx de, qué casualidad, la película Una noche en la ópera, ya saben: la parte contratante de la primera parte, etc... Lo cierto es que a día de hoy no sabemos si hubo delito o no lo hubo, aunque no debió haberlo a la sombra en flor de las muy recientes declaraciones sobre la Corona Española del señor Anasagasti.

Si para Pío Baroja la cabecera de periódico El Pensamiento Navarro era un oxímoron, no les digo nada de lo que opinaría viendo juntas las palabras blog, escritura y Anasagasti. Leo el blog del escritorzuelo sobre los Borbones españoles y me escandalizo, pero no por la retahíla de lugares comunes que engarza en un hilo fino de ideas endebles y que en vez de sacar de posibles laberintos sólo suman calles sin salida, sino por lo mal escrito que está. Pero cómo es posible que este personaje escriba tan mal castellano. Habría que prohibirle bajo pena de manteo que coja el lápiz, la pluma o el teclado hasta que no haya escrito al menos diez mil redacciones en el idioma de Cervantes al que maltrata con auténtico ensañamiento terrorista. ¿Por qué no escribe su blog en vasco? ¿Hay que esperar que su vascuence sea mejor que su castellano? Quizá es que el vergonzante alopécico Anasagasti sencillamente es sólo lo que aparenta: un peneuvista juntaletras con sueldo público, muy mala leche y una habilidad reconocida para el manejo, en pésimo castellano eso sí, de toneladas enteras de demagogia caducada y apta para la cría masiva de hongos.

Apenas unos días antes de las vacaciones del mes de agosto, España, la 13 rúe del Percebe pensada por Ibáñez, ofrece en su inmenso patio de vecinos historias como las aquí comentadas con bastante sal gorda, una pizca de mala leche y algún que otro desenfoque intencionado y subrayado. Que la vida continúe como si tal cosa en esta nuestra rúe del Percebe habla de lo grande y generosa que es, de lo divertida que puede ponerse, de lo hondo que están asentados sus fuertes cimientos. España, 13 rúe del Percebe, una viñeta de Ibáñez, un cúmulo de historias imposibles quizá en otros paisajes más cultivados y con más horas de vuelo democrático en las alas, pero sin duda, también, con menos hechizo y un encanto sabio y antiguo.

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Friday,27 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Libro de las alucinaciones, de José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,513 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

En su interesante introducción al libro Antología poética 1936-1998 de José Hierro (1999), escribe Gonzalo Corona Marzol que está convencido “de que si José Hierro ha tardado veintisiete años en publicar otro libro de poemas (refiriéndose a Agenda) ha sido porque se había dado cuenta de que el Libro de las alucinaciones había completado formal y temáticamente su intuición poética original”. Estoy de acuerdo con Corona Marzol en lo que respecta a entender el Libro de las alucinaciones como el definitivo punto y final de la intuición poética primera de José Hierro, sólo que en su enfoque Corona Marzol no precisa si el Libro de las alucinaciones es la culminación formal y temática de ese Hierro primigenio, o es en cierto modo, como yo opino, su ajuste de cuentas con él, o dicho de otra manera, su diálogo con él desde el inicio de la madurez.

Con Libro de las alucinaciones es como si el José Hierro de cuarenta años le reconociese al Hierro que fue un día “falso joven” que ya no hay posibilidad alguna de regresar a los paraísos perdidos, y que debe abandonar definitivamente la esperanza de recuperar el calor de la infancia, los sueños e ilusiones de la juventud, etc... Como escribe Dionisio Cañas en su edición de Libro de las alucinaciones (2000), el libro “es sin duda el conjunto más acabado de las negaciones, de las desapariciones y de los retornos fantasmales” del poeta José Hierro. ¿Qué revisita el poeta? ¿A qué retorna fantasmalmente para constatar su desaparición o para realizar un ejercicio de negación? Para mí no hay duda, revisita desde lo alucinatorio que tiene todo tránsito al endemoniado que fue, al falso joven y sus circunstancias personales y generacionales (léase mi texto José Hierro, un poeta endemoniado).


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José Hierro


El José Hierro que escribe los poemas de Libro de las alucinaciones entre 1957 y 1963 es un hombre confuso, un hombre en tránsito de un ser a otro, de una expresión poética a otra, y esa confusión es poetizada por Hierro como “alucinación”. No hace falta explicar que las etapas o periodos que estructuran la poesía de Hierro tienen vínculos y muy estrechas relaciones entre sí. Temas, procedimientos..., pueden ser rastreados a lo largo de toda la obra de Hierro. De ahí que el concepto “alucinación” aparezca ya en anteriores libros del autor de Alegría, así como las formas de hacer “alucinatorias” o irracionales también habían estado presentes antes, no olvidemos que el poeta siempre rechazó el racionalismo y el intelectualismo en la escritura poética de autores como Unamuno.

Pero en Libro de las alucinaciones, la confusión del poeta se concreta y explicita en la liberalización formal de sus versos o, como subraya Corona Marzol (1999) en “la liberalización de cualquier apoyatura métrica prefijada, del compás tradicional, para que el ritmo fluyera libremente con ese impulso interior característico de la auténtica alucinación”. Hierro, como él mismo señaló en alguna ocasión, trató de aclarar su entonces visión confusa del mundo a través de una mirada racional al mismo, es decir, enfocando con la razón las imágenes confusas que formaban su interior, siguiendo de este modo la estela del surrealismo hispánico de Aleixandre o Rafael Alberti, por ejemplo, frente al surrealismo llamémosle canónico de origen francés o bretoniano. Hierro retrata así las evidencias que deambulan en la confusa neblina de su interior, recogiendo sí lo onírico, pero sólo para tamizarlo y atrapar en las redes de su razón algunas certidumbres.

Si en general los primeros libros de Hierro son una manifestación poética del “falso joven” que fue, Libro de las alucinaciones constituye la expresión del poeta que sumergido en lo confuso y “alucinatorio” del tránsito a su nuevo ser, asume que las propuestas, anhelos, sueños, desvelos..., del anterior poeta–hombre ya no son viables ni como propio entramado vital, ni como propuesta generacional de acción histórica (aquí podríamos referirnos al desencanto histórico del que habla Dionisio Cañas), ni ya como expresión efectiva de su evolucionada sensibilidad.

Con Libro de las alucinaciones Hierro ganó por segunda vez el Premio de la Crítica en 1964. Tenía entonces sólo 42 años, vivía en Madrid, casado y con cuatro hijos. Había publicado siete libros de poesía, cinco antologías propias, había sido incluido en algunas de las antologías de poesía en español más importantes del momento, había ganado el Premio Adonais, el Nacional de Poesía, el Premio March, el de la Crítica en dos ocasiones..., y de repente, después de publicar el libro referido, entra en un silencio que vino a durar nada más y nada menos que veintisiete años. Casi tres décadas en cuyo transcurso España se desarrolló económicamente, murió el general Franco, se inició la transición de la dictadura a la democracia, arrancó la España de las autonomías, ganó las elecciones el Partido Socialista Obrero Español, España entró en la Comunidad Europea... Tres décadas en las que emergieron nuevas generaciones poéticas, se produjo la eclosión de la novela hispanoamericana, irrumpieron los Novísimos (Arde el mar de Pere Gimferrer es de 1966, por ejemplo), el culturalismo, la Movida, la posmodernidad... Tres décadas durante las cuales el poeta se jubiló y se convirtió en un anciano de casi setenta años, al que aún le quedaban dos libros más por publicar: Agenda y Cuaderno de Nueva York. Pero esa, ya es otra historia.


Textos de Juan Antonio González Fuentes sobre José Hierro:

Mi última mañana con José Hierro

Leamos un poema: “Estatua mutilada”, de José Hierro

Verdi e Isaiah Berlin, o de erizos y zorras

Verdi 1874, de José Hierro

Margarita Hierro en el recuerdo

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Thursday,26 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Pierre Cardin y el Marqués de Sade, hogar dulce hogar]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,512 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

En 1946 Jean Cocteau rodó su segundo largometraje, La bella y la bestia, una película realizada con dosis portentosas de imaginación, de romanticismo y de una libertad que en algunos entendimientos pasa por surrealismo. La adaptación del cuento contó con el actor Jean Marais en el papel de Bestia, y con Josette Day en el de Bella. El vestuario de la actriz lo diseñó un modista al que su primer dedal se lo puso el genio Christian Dior. Me refiero a Pierre Cardin, un diseñador que como tal ha venido a menos en las últimas décadas y que, sin embargo, ha convertido su firma en un talón al portador firmando, además de prendas de vestir, relojes, maletas, muebles, toallas...


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Pierre Cardin


A sus 85 años Cardin tiene pinta de viejo seductor retirado entre las ruinas de su memoria, parafraseando mal al poeta. El pelo blanco, las gafas de diseño, la camisa blanca por fuera de los pantalones blancos de sport, el calzado elegantemente deportivo, la chaqueta azul marino, la piel morena, las facciones de quien ha sido hermoso y conserva los cimientos envueltos en unas carnes contenidas que buscan enfangarse ya en la tierra... La mirada de Pierre Cardin es la de alguien a quien le ha gustado seducir y que lo seduzcan, la de quien no ha hecho ascos a los placeres de la carne, a todo aquello que la existencia ofrece como deleite para los sentidos.

Cardin nació en Italia de padre originario de Francia y de profesión comerciante en vinos. Ahora pasa parte del verano en Lacoste, a unos cuarenta kilómetros de Avignon, en la Provenza, donde adquirió no hace demasiado tiempo un castillo, el castillo en el que habitó el divino marqués hace muchos, muchos años, el Marqués de Sade. En Venecia Cardin compró también el palacio que perteneció a Giacomo Casanova, por lo que parece que el modisto tiene una señalada predilección por los palacios y castillos en los que habitaron tipos con fama de ser los más famosos libertinos del siglo XVIII.


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Castillo Sade Cardin


El modisto Cardin ha rehabilitado parte del viejo castillo en ruinas, concretamente sólo las dos salas que fueron el apartamento personal del sádico marqués. El resto lo ha dejado en la pura ruina, salvo el jardín, donde ha instalado una especia de museo al aire libre con esculturas del ruso Alexander Burganov. Pero el interés del diseñador por el lugar que vio pasear a Sade no se ha quedado sólo en el castillo. Ha comprado varias casas del pueblo, una antigua cantera que ha convertido en teatro al aire libre donde durantes los meses de julio de los últimos años ha habido representaciones de teatro y ópera, ha comprado otro castillo en mejor estado que es su residencia habitual en Lacoste y al parecer piensa comprar en cuanto pueda el Café Sade, local al que piensa darle un destino de lujo y glamour ostentoso y por todo lo alto.

Pierre Cardin, actual propietario del célebre restaurante Maxim’s parisino, tiene el don de convertir en oro del que reluce mucho de lo que toca, y en las habitaciones en las que Sade elucubró sobre cuestiones de moral y libertad a través de personajes como la célebre Justine, él elucubra, en plena senectud, sobre cuestiones también de moral y libertad: cómo empeñarse en seguir haciendo dinero para lograr envejecer, o cómo prolongar la vejez en el ejercicio prodigioso de hacer dinero. Sade versus Cardin, o tal vez dos caras de la misma moneda habitando los mismos muros de un mismo castillo de una Provenza francesa que, a buen seguro, ya no es la misma.

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Wednesday,25 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Jesús Polanco, el primergran muerto de la Transición]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,511 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Mi abuela murió una noche de mediados de septiembre de hace dos años. Recuerdo que aquella noche cenaba yo con unos amigos en Las Olas, un restaurante de las afueras de la ciudad situado justo frente al mar. Serían las once de la noche cuando sonó el móvil y mi madre, viuda desde hacía apenas dos años, me dijo que el final se estaba aproximando a marchas forzadas. Tardé apenas media hora en llegar a casa de mi abuela. Estaban allí sólo mi madre y su hermana, mi tía. En efecto, entré en la habitación en la que desde hacía siete meses yacía mi abuela moribunda y perdida por completo la noción de este mundo, y ya lo estertores de la muerte anunciaban el desenlace que se produjo en apenas unas horas. Acababa de cumplir en julio 95 años.

Pasadas unas semanas de la desaparición, mi madre me comentó un día cuánto echaba de menos a su madre, la única persona con la que había compartido un determinado mundo ya extinto del todo salvo en su propia memoria, y remató la frase apuntando que era ella ahora quien más cerca estaba, en buena lógica, del abismo fronterizo de la muerte.

La reflexión me impresionó porque apuntaba una verdad incuestionable que me afectaba doblemente: por mi madre y por mí mismo. Si mi madre se encontraba ahora en primera línea de espera de la muerte, y así era, inevitablemente el hecho me situaba en segunda línea. El tiempo, la edad, los años, se me vinieron de repente encima con la contundencia de un enorme y pesado muro de ladrillos.

Desde entonces he comprobado con estupefacción que hay ministros más jóvenes que yo, que al alcalde de mi ciudad, Santander, le saco casi una década, que hace años que dejé de pertenecer a la nueva generación de poetas españoles, que puedo hablar de cosas que ocurrieron (¿te acuerdas?) hace más de veinte años, etc, etc...


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Jesús Polanco


Toda esta íntima y casi obscena confesión viene a cuento de la muerte del señor Polanco. Me explico. La noticia de la muerte de Jesús Polanco (lo del “de” lo voy a obviar por sentido del recato) me sorprendió en un Madrid de piscinas altivas, terrazas a la sombra de daiquiris y piernas femeninas de vértigo, cenas en restaurantes de un Chueca gay y besucón, y brunch de mediodía en locales de una calle Malasaña con pretensiones de calle de serie televisiva neoyorkina. Escuché la noticia en la radio, y luego vi algún reportaje televisivo a vuela pluma, como quien no quiere la cosa. No compré el periódico en todo el fin de semana, y por fin me hice con uno, casi de madrugada, en un Vips cariacontecido de la Gran Vía.

Leí todo lo referente al señor Polanco mientras Iker Jiménez contaba en la Cuatro cómo C.G. Jung se pasó la vida viendo fantasmas y entablando conversaciones con ellos al borde de un hermoso y oscuro lago suizo. Leí los artículos elogiosos con media sonrisa en los labios; leí también con otra media sonrisa aquellos que aprovechaban el momento para clavar alfileres, cuchillos, navajas y estoques en el lomo del muerto. Todos los comentarios hablaban de empresas, de dinero, de poder, de periódicos y medios de comunicación, de partidos políticos, de amistades y enemistades, de informaciones privilegiadas, de mediaciones, de puñaladas traperas, envidias, de grupos culturales, de corrientes de opinión... Todos los artículos, todas las opiniones tenían un denominador común: la dimensión casi legendaria del empresario, su ir y venir vital y profesional propios de un guión hollywoodiense.

Sin embargo nadie hacía especial hincapié en un hecho simple y de carácter histórico: Jesús Polanco es el primer muerto de total relevancia de entre los que protagonizaron de principio a fin eso que se llama, con mayúsculas, la Transición española a la Democracia. Polanco es el primer gran protagonista de la generación de la Transición que muere anciano, con casi ochenta años de edad.

Han muerto otros protagonistas de aquellos tiempos, eso es evidente, pero o fueron personas de una importancia secundaria, o eran personas que ya entonces pertenecían con claridad meridiana a generaciones anteriores, decididamente franquistas. Jesús Polanco tenía poco más de 40 años en los estertores del franquismo, y mediaba esa edad cuando cofundó El País en 1976. Las dos primeras y decisivas décadas de democracia española estuvieron capitaneadas, dirigidas, por la generación de Polanco, entonces en plena madurez profesional, en plena madurez como personas. Nombres y hombres de aquella etapa decisiva de nuestra historia más reciente pueden apuntarse varias, pero los realmente importantes con rostro y nombre, es decir, directamente destacados con luz y taquígrafos, pueden, creo, contarse con los dedos de las dos manos, y sobran dedos: el Rey Juan Carlos, Adolfo Suárez, Felipe González..., todos andaban durante los años decisivos de la Transición entre los treinta y tantos, los más jóvenes, y los 50 años, los más mayores, como Polanco.

Jesús Polanco es el primer muerto verdaderamente “ilustre” y “protagónico” de la Transición española. Quizá Suárez no tarde mucho en sumarse a la lista. Polanco, el "Jesús del Gran Poder" español de las últimas décadas, ha muerto en Madrid viejito y consumido por la edad y la enfermedad. Quien ha puesto y quitado en España a lo largo de más de treinta años, quien dicen logró amasar una fortuna de más de 2.500 millones de euros, quien sentenciaba carreras y lustres de todo tipo desde sus medios de comunicación ha muerto. Hasta ayer mismo, con uno sólo de sus gestos, encumbraba o hundía, enriquecía o despojaba, daba gloria o condenaba al olvido... Hoy es sólo unas líneas de un fría lápida más del cementerio de la Almudena, un ulular poco entendible que quizá quiera entablar conversación con cualquier paisano a orillas de un lago verde y oscuro de la aburrida Suiza.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Tuesday,24 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[¿Tintín racista?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,510 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

La marea aceitosa de lo políticamente correcto va extendiéndose sin remisión posible por las tierras de Occidente.

Parece que, con todas las consecuencias, le ha llegado el turno al aventurero Tintín en su visita racista al Congo. O mejor dicho, le ha llegado el turno al creador del personaje, Hergé. Tintín es un racista de tomo y lomo, y sólo hay que echar una vistazo a su aventura Tintín en el Congo para comprobarlo. En dicho álbum los negros, perdón, las personas de color o nativos africanos, son completamente memos, y hasta los elefantes y otras criaturas de la selva son más inteligentes que ellos y hablan un mejor francés. Para colmo, el joven periodista Tintín es nombrado jefe de un poblado por el mero hecho de ser blanco y bueno, y los negros de la tribu son calificados como nativos salvajes que hablan como imbéciles o idiotas y son casi monos.

El álbum tintinesco está prohibido en países de tan probada reputación antirracista como China (es ironía), y en el Reino Unido, otro país en el que el “racismo brilla por su ausencia”, jamás el cómic se ha editado en color, aunque sí pueden encontrarse las primeras ediciones en blanco y negro. La CRE, es decir, la Comisión para la Igualdad Racial británica, ha calificado de inaceptable que las librerías del país vendan el álbum por su alto contenido racista. La CRE subraya que los libros de Tintín sólo deberían exhibirse en museos, y aclarando que su contenido está pasado de moda y es racista.


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Hergé: Tintín en el Congo


La importante cadena de librerías Borders ha decidido retirar de la sección infantil todos los ejemplares de Tintín en el Congo, aunque sí podrán adquirirse en la sección para adultos. Por su parte, otra de las grandes cadenas de distribución y venta de libros, Waterstone’s, anuncia que no censurará en modo alguno el libro, pero que sí lo retirará de la sección infantil.

¿Será por la hasta ahora lectura masiva entre los niños británicos de las aventuras de Tintín en África por lo que la sociedad inglesa tiene fama de ser tan racista y clasista?

El asunto es peliagudo, se mire por donde se mire. Que en un cómic los personajes negros sean comparados con los monos, que se les califique de salvajes y que hablen francés como idiotas de baba no es desde luego para aplaudir ni para consumirlos sin algún comentario al margen, tanto los niños como muchos mayores.

Pero también es completamente absurdo descontextualizar Tintín en el Congo, y juzgarlo con la sensibilidad de nuestros días sin saber cómo, dónde y cuándo apareció. Tintín en el Congo es el segundo de los concebidos por Hergé. La historia apareció por vez primera publicada por entregas en Le Petit Vingtième, entre el 5 de junio de 1930 y el 11 del mismo mes pero del año siguiente. Es decir, Tintín en el Congo tiene casi 80 años de existencia. La primera edición del cómic, en blanco y negro, apareció en 1931, y su versión en color lo hizo finalizada la II Guerra Mundial, en 1946.

Cuando Tintín en el Congo vio la luz por vez primera, el susodicho Congo era la colonia más importante de Bélgica (1908-1960), lo que sin duda explica, al menos en parte, los contenidos racistas y colonialistas del argumento y su expresión escrita y en imágenes. Que la historia, con sus casi 80 años de existencia a cuestas, es un muestrario ingente de varias facetas de lo políticamente incorrecto lo demuestra el hecho de que Tintín, el héroe del cómic, mata un elefante para quedarse con el marfil. ¿Se imagina alguien hoy en día que un héroe de ficción viaje a África para matar elefantes y quedarse con el marfil? Del todo imposible.

Que los contenidos del álbum no eran ni los más convenientes ni los más presentables ya se puso de manifiesto en la edición en color del cómic del año 1946, en la que se eliminaron gran cantidad de comentarios y posicionamientos racistas y colonialistas. Pero no se eliminaron los suficientes, y el álbum siempre fue el peor recibido de entre los protagonizados por el periodista Tintín. Tuvieron que pasar más de dos décadas para que el cómic fuera reeditado casi al mismo ritmo que sus compañeros de colección.

El argumento de Tintín en el Congo es sencillo y no tiene directas implicaciones racistas, simplemente es un claro producto de la época y de la situación colonial que vivía la sociedad en la que nació: Tintín viaja al Congo Belga para conocer a los nativos africanos y tener contacto con los animales salvajes. Una vez en el gran territorio, diversas aventuras le llevan al reino de Babaoro’m, donde se convierte en el sabio hechicero de la tribu. Pero la mala fortuna le hace toparse con una banda de mafiosos relacionados directamente con la de Al Capone en Chicago, quienes desean controlar la producción y el tráfico de diamantes salidos del Congo. Tintín deshace el embrollo y prosigue viaje con destino a América. Por cierto, ¿los gánster eran también racistas?

Lo políticamente incorrecto recorre de principio a fin muchas de las obras de arte y artefactos intelectuales de tiempos remotos o más cercanos. Por ejemplo, hay elementos racistas, clasistas, machistas..., en muchas óperas de Mozart, Rossini, Verdi, Wagner,..., en muchas películas realizadas en Hollywood en las décadas doradas de la industria, en muchas de las más grandes novelas de la literatura universal anteriores a la Segunda Guerra Mundial y a la revoluciones sociales y mentales de finales del siglo XX. Casi siempre los autores de aquellas obras no eran conscientes de que estaban construyendo emblemas políticamente incorrectos..., trabajos que podrían molestar a los miembros de otras razas, culturas, sexo o clases sociales. Y no eran conscientes precisamente porque no le daban ninguna importancia a lo que sus obras pudieran suscitar en otros lugares, en otros ámbitos. Sus trabajos no estaban concebidos para tener en cuenta la opinión de otras culturas, pues sólo eran para el consumo de la misma civilización en la que nacían y de un determinado sector social de la misma, y como tales expresaban, directa o indirectamente, las formas de ser y pensar de dicha civilización: eurocentrismo puro y duro, lógico aunque equivocado.

Hoy el contacto entre civilizaciones y su “contaminación mutua” es un hecho insoslayable que debe tenerse en cuenta a la hora de construir artefactos artísticos y conceptuales. Es más, hoy por hoy, ninguno de nosotros puede sustraerse de manera inconsciente a tal realidad enriquecedora. Pero es completamente absurdo el que desde instancias políticas y culturales, desde las nuevas superestructuras, se nos obligue a acercarnos a las obras del pasado con la mentalidad y conceptos de uso y cambio de la sociedad occidental del año 2007.

Quizá el verdadero problema de todo este asunto es que la formación de los ciudadanos occidentales es hoy tan deficiente que no hay una capacidad general para discernir y juzgar críticamente lo que nos llega a las manos, y las administraciones públicas se creen en la obligación correcta de decirnos o aconsejarnos cómo y qué es lo que debemos leer, escuchar, ver, entender.

Si a esta circunstancia le sumamos la inoculación en las venas del ciudadano europeo medio de una mala conciencia general por el pasado colonialista, eurocentrista y sus consecuencias, el peligroso cóctel ya está servido, y Tintín debe ser prohibido inmediatamente por racista y xenófobo, y todos los lectores del cómic de marras deberán peregrinar al Congo para pedir públicamente perdón por sus lecturas racistas y colonialistas. Claro que es el todopoderoso ciudadano europeo el que debe pedir perdón por buena parte de su cultura y por los conceptos manejados durante siglos al resto de culturas y civilizaciones, las cuales, al menos hasta la fecha, en modo alguno han reconocido desmanes, cerrazones, dislates e imposiciones a culturas y pueblos más débiles, sino que exigen a voz en grito reparaciones de todo tipo e índole, y golpes de pecho permanentes a los malditos y soberbios europeos.

El disparate me recuerda a tantos otros que hoy nos circundan, como cuando los españoles vamos a Hispanoamérica y cualquier guía analfabeto nos hecha en cara con mirada desafiante y frente a cualquier monumento eso de que violamos a su bisabuela y les dejamos en la absoluta indigencia, a ellos, que antes de nuestra llegada a aquellas tierras eran los más guapos, los más listos, los más civilizados, los más altos, la avanzadilla de la civilización humana. Así que cuando él o ella emigran a España, a la primera de cambio nos recuerdan con los brazos en jarra que estamos en la obligación de reintegrarles parte de lo robado por nuestros antepasados (¿por los de quién?, quisiera yo saber), por ejemplo a través de 2.500 euros cada vez que haya en su entorno familiar un embarazo; por ejemplo a través de pisos gratis; de sanidad y educación gratuita; de ayudas para adquirir equipos informáticos; de sueldos sociales... ¿Soy un maldito racista cabrón? Pues seguro que sí, y para colmo he leído el álbum de Hergé en varias ocasiones. Seguro que Tintín ha sido el culpable, sí, casi seguro.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Monday,23 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[¿Sexo oral o bucal?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,509 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

No acaba de aparecer el sol veraniego en este mes de julio en Santander. El día, de nuevo, ha amanecido grisáceo y nublado, y la camisa de manga larga y los pantalones vaqueros no dan el calor que tenían que dar. Después de pagar los tributos hacendísticos trimestral en el banco, y de pagar una estupenda y fresca camisa blanca en Tweed, la tienda de ropa masculina de mi amigo Carlos Monje, me encamino a desayunar. Esta vez elijo un local de la calle del Martillo que cada vez me gusta más, Tapas y Vinos. Está casi debajo del gran arco del Banco de Santander, al lado de un estanco antiguo que siempre ofrece aromas a tabaco de pipa, y casi enfrente de la sala de exposiciones de la Fundación Botín, donde ahora se exhiben las mejores obras de la colección del banco, con unos Grecos realmente espectaculares.

Pero lo que me gusta de Tapas y Vinos son las tortillas de patatas. Las descubrí con Ella, durante los últimos viernes del pasado otoño después de las 21 horas. La parada en el local era obligada, y lo era también el pincho de tortilla con el rioja aromático. Me he aficionado tanto a las tortillas del local, que ahora muchas mañanas compito con los bancarios de turno por hacerme un hueco en la barra y comer uno o dos pinchos con una cerveza sin alcohol.

Esta mañana me sirvieron el pincho y la cerveza acostumbrada y desplegué el periódico para sentirme a mis anchas. No había muchos parroquianos en el local, los justos para no estar desangelado pero también para no crear aglomeraciones. Y de repente ocurrió. Leí en la última página que el diputado republicano del Parlamento de Florida, el caballero Bob Allen, ha sido detenido por ofrecer sexo oral a un policía de paisano en los servicios públicos de un parque por veinte dólares. Me quedo estupefacto.

No, mi sorpresa no surge porque un señor diputado republicano de los EE.UU ofrece sexo oral en retretes públicos. Visto lo visto, el argumento casi es de película de Walt Disney. Tampoco nace la sorpresa del precio, 20 dólares, unos 14 euros, cantidad que para algunos será escasa, para otros suficiente y para otros un poco cara dado el servicio ofrecido. No, la sorpresa me asalta una vez más, y van miles, por la frase “sexo oral”.

Si el señor Bob Allen ofrecía “sexo oral” de retrete en retrete, debo entender que quería hablar de sexo. Es decir, que se dirigió a un policía camuflado de paisano ofreciéndole 20 dólares a cambio de hablar un rato de temas sexuales erótico festivos. ¿Y por eso lo detienen? ¿Por eso, por hablar de sexo, quería pagar 20 dólares? Pagar 20 euros a alguien a cambio de poder contarle las personales cuitas sexuales no me parece muy caro, teniendo en cuenta que hay psiquiatras que, por los mismos servicios, creo que te piden muchísimo más dinero, y además te exigen que vuelvas. Al menos eso cuenta Woody Allen en casi todas sus películas.

Pero sigo leyendo la noticia y me entero un poco mejor del asunto. Al señor diputado lo han detenido por ofrecerse a hacer una felación a cambio de 20 euros. ¡Ah!, ahora entiendo un poco mejor el asunto. Pero entonces no lo han detenido por ofrecerse a hacer sexo oral, sino por hacerlo bucal, que es cosa si no muy distinta, sí, desde luego, llena de matices digamos que diferentes.

La cuestión que planteo, y se la leí por vez primera al escritor español Javier Marías, es que confundimos todos sexo oral con sexo bucal. O mejor dicho, no lo confundimos, sencillamente es que al hablar y al escribir utilizamos mal la palabra oral usada junto a la palabra sexo. Lo oral es todo aquello expresado con palabras, o también aquello que tenga que ver con “por la boca”. Mientras que bucal es lo relativo a la boca. Sí, es probable que alguien pueda decirme que “por la boca” sí encaja con la expresión “sexo oral”, pero, sin ser un lingüista, ni mucho menos, y sin ánimo de meterme (nunca mejor dicho) en escabrosidades, parece que cuando nos referimos a “sexo oral” lo hacemos a practicar sexo “con” la boca, y no “por” la boca. “Por” la boca –sí, esto es escabroso- podrán pasar los resultados del sexo hecho “con” la boca, pero hacer sexo por la boca suena a tortura china, y no a prácticas de delectación.

No sé, quizá me he metido en aguas en exceso profundas para mi pobre entendimiento, y la riquísima tortilla del Tapas y Vinos ya casi no me pasa por la boca del conflicto creado. Pero aquí queda plateada la duda: ¿sexo oral o bucal? Esa es al cuestión. Yo apuesto por el segundo, aunque también es verdad que nunca le he hecho ascos a nada en cuestión de boca y sexo.

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Friday,20 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Mark Padmore canta Haendel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,507 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Tiene 46 años de edad. Nació en Inglaterra, más concretamente en Londres. De niño le dio por estudiar clarinete, pero luego se pasó a tomar clases de canto en el célebre King’s College de Cambridge. Cuando la década de 1990 hizo su aparición enfilando la recta final del siglo XX, él comenzó a trabajar con dos de los más reputados maestros de la llamada interpretación histórica. Me refiero nada más y nada menos que a William Christie y su conjunto Les Arts florissants, y a Philippe Herreweghe. De ambos aprendió nuestro hombre la suprema importancia del estilo en el momento de emitir el canto y el respeto y amor casi inconmensurables a la música de Bach, de Johann Sebastián Bach.

El londinense del que estamos hablando se llama Mark Padmore, y hoy por hoy está considerado el tenor con más bello timbre de su generación para su repertorio y, sobre todo, el tenor que mejor adecua el timbre subrayado al estado de ánimo y características psicológicas de los personajes que interpreta.


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Mark Padmore


Padmore se ha especializado en el canto de la música barroca y aledaños (Bach, Haendel, Mozart, Haydn...), pero en su incorporación al mundo de las representaciones y grabaciones operísticas el repertorio lo ha ampliado hasta llegar a las composiciones contemporáneas. Así, ha interpretado ya Los Troyanos del romántico Berlioz, el Jephta de Haendel, Otra vuelta de tuerca de Benjamín Britten, y a no mucho tardar incorporará el papel de Tom Rakewell de la ópera The Rake’s progress de Igor Stravinsky.

Otra de las características que mejor resaltan en el arte de Padmore es su prodigiosa dicción. Aunque parezca mentira se le entiende lo que canta, rasgo que, en contra de lo que pudiera pensarse, no es nada común.

Padmore está de rabiosa actualidad (en la medida en que la actualidad rabiosa está marcada por declaraciones y ocurrencias de personajes como Paris Hilton o Victoria Beckam) por la aparición en las tiendas de discos de uno dedicado a arias y escenas de obras de Haendel (sello armonia mundi), en el que el tenor comparece acompañado del conjunto especializado en esta música, The English Concert, dirigido para la ocasión por Andrew Manze. Las arias para tenor del compositor alemán no son muy habituales ni en los escenarios ni en los discos, pues escribió con más delectación para otro tipo de voces, sobre todo las femeninas. Si esta rareza ya es de por sí reseñable, más lo es la increíble interpretación del tenor inglés, que le ha valido el Editor’s Choice de Gramophone. Mark Padmore logra algo realmente complejo y difícil: extraer de su voz e interpretación todos los matices, casi infinitos, que están en la música escrita por el alemán.

Padmore sabe ser a través de su canto y de la música de Haendel dulcísimo e impasible a la vez; sabe ser tierno y mostrarse ardoroso, apasionado, sufriente, desolado, roto y compuesto. Toda esta exhibición de saber cantar y de interpretación de altura está condensada en el aria Waft her, angels de Jephta, el último oratorio que compuso Haendel antes de morir. Es este un aria en el que el sufrimiento del personaje bíblico por tener que sacrificar a su propia hija llena cada palabra de las cantadas, logrando además Padmore que la desolación paternal de su personaje esté revestida de una dulzura sobrecogedora. El dolor y el amor del universo están cincelados en este aria de poco más de cinco minutos cantada por un Mark Padmore fuera de serie.

Después de escuchar este disco, pero sobre todo este corte haendeliano, Waft her, angels, ya no se puede seguir viviendo sin escucharlo con frecuencia. Es un veneno fortísimo, muy dulce y sin antídoto posible. Una maravilla.

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Thursday,19 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[El Tour de Francia en la UIMP]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,506 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Por las líneas de definición de una pantalla panorámica cóncava, desfilan con rocoso coraje –sólidos y erguidos- los más elevados peñascos gabachos, enfrentados en mítica pugna con las elásticas nubes, por hacerse con un lugar en el cada vez más concurrido espacio.

Pero, de pronto, sin mediar previo aviso, en la pantalla se hacen realidad protagonista otro tipo de enfrentamientos, otras luchas no menos titánicas y fieras, que tienen por abrupto escenario los peñascos franceses. Cabalgando hambrientos objetos mecánicos, vistiendo colores que hablan de sus escuadras y reinados, los hombres de la bicicleta endurecen hasta lo imposible sus extremidades de pedernal y llenan sus pulmones con el limpio oxígeno de los diosas rebeldes, para así poder pedalear sin descanso –con ritmo acompasado- e ir devorando metros y metros de reblandecido asfalto.


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Perico Delgado


Para unos el objetivo es llegar a la cumbre los primeros, cruzar en primer lugar la línea imaginaria que separa, inexpresiva, el Todo de la Nada. Para otros lo importante es simplemente llegar, no verse vencidos ni por la carretera ni por sus propias debilidades.

Mientras, catedráticos, camareros, doctores, alumnos, conferenciantes..., contemplan con ojos desorbitados y corazón palpitante lo que se les ofrece en la pantalla. Sus miradas nadan furiosas entre las nubes producidas por el calor de los cafés con leche de la sobremesa, que rebosan esperando ser bebidos en algunas mesas olvidadas.

Todos los allí presentes entornan los ojos, se concentran y pedalean con la imaginación en un silencio acompasado: uno, dos, uno, dos, uno, dos..., agarrando, empujando con ardor la inmovilidad de los ancianos sillones del salón. La habitación se llena de magia. Decenas de maillots amarillos se enfrentan calladamente, vigilándose con sabiduría, desde la tibieza de los sillones, esperando el momento oportuno que les permita demarrar hacia las ilusiones perdidas.

(Este texto tiene casi veinte años de edad, concretamente diecinueve. Lo publiqué con 23 años a mediados del mes de julio de 1988 en la revista Uiemepe, la Menéndez, publicación que un grupo de universitarios veinteañeros sacamos adelante aquel verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El texto me lo inspiró entonces una imagen que vi repetidas veces. A eso de las cuatro de la tarde, el salón del Palacio de la Magdalena en el que estaba instalada la televisión, se llenaba hasta arriba de profesores, estudiantes, famosos conferenciantes, políticos..., todos reunidos allí, junto a la cafetería, para, sentados en sillones, sillas, butacones o en el mismo suelo, contemplar con un café en la mano o una copa, los finales de etapa del Tour de Francia. La escena era curiosísima, y jamás la he podido olvidar. Imagino que ahora mismo, en algún lugar del Palacio, se esté repitiendo la misma secuencia, las tardes de este mes de julio del año 2007, veinte años después. El Tour de 1988, el Tour de aquel verano lo ganó Perico Delgado, hoy comentarista de la vuelta francesa en las retransmisiones de Televisión Española).

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Wednesday,18 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Ravel, de Jean Echenoz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,504 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Cojo un autobús que me deposita seis horas después en la Avenida de América madrileña. Hace un calor sofocante, que hace el aire casi irrespirable y empuja a refrescarse la garganta con líquidos helados constantemente. Cojo un taxi que en apenas diez minutos me deja en la urbanización que se ha convertido, casi por ensalmo, en un nuevo hogar para mí, en mi casa madrileña, que empiezo a reconocer como tal en mis pensamientos y querencias.

Subo al piso, me deshago sobre la cama de los bultos que componen mi equipaje, bebo medio litro de agua fresca de un solo trago, me doy una rápida ducha, me pongo el bañador, una camiseta, unas zapatillas deportivas..., cojo una toalla y un libro, y bajo a la gran piscina de la urbanización, que poco después de la hora de comer se encuentra casi desierta y muy habitable.

Coloco todas mis cosas en un rincón, extiendo la toalla, me colocó bajo el agua de una ducha y, goteando y fresco, me lanzo de cabeza a la piscina. De repente, todo el mal humor por el largo viaje desaparece y las aguas de la piscina me templan y sosiegan. Queda un largo y hermoso fin de semana por delante, unas horas de asueto y relax para pasarlas junto a Ella.

Salgo del agua de muy buen humor, me tumbo en la toalla, agarro el libro y, antes de dar comienzo la lectura, dejo vagar la mirada por el entorno deteniéndola en los cuerpos jóvenes de unas chicas en bikini, en la alegría de unos pocos niños que saltan al agua azul de la piscina con toda la energía del mundo concentrada en sus risas, en una pequeña nuble blanca que se despabila lenta y calmosa sobre un cielo profundamente luminoso, en el verde de las hojas de los árboles, en los colores varios de las flores...


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Jean Echenoz: Ravel (Anagrama, 2007)


Me siento en paz, tranquilo, beneficiado sin merecerlo por la vida. Abro el libro y leo el primer párrafo, luego el segundo, paso la página, luego la siguiente... No mucho tiempo después, tras cuatro o cinco baños más en la piscina, me doy cuenta de que para terminar el libro me faltan sólo unas pocas páginas, páginas que termino en casi un abrir y cerrar de ojos. El libro es breve, se lee en un suspiro, y es de tema musical, o biográfico, o histórico, o es más bien un relato, o una crónica novelada, o todo a la vez, más bien.

La lectura es Ravel (Anagrama, 2007), el último libro, de momento, del último, también de momento, fenómeno literario francés, Jean Echenoz (Orange, 1947), que pasa por ser en su país y en el resto del cotexto de la “nueva” literatura europea un ejemplo cai perfecto de novelista de lo inexplicable; un consumado maestro del arte de la distancia narrativa, cincelada eso sí con un estilo brillante aunque en voz pausada y baja, detallista y carente por completo de nostalgia, melancolía, y crispaciones o evoluciones psicológicas.

En Ravel Jean Echenoz cuenta la década final de vida del músico francés, los años que van desde 1927 hasta 1937. Evidentemente Echenoz no traza un detallado y documentadísimo acercamiento a lo que fueron realmente esos diez años de Maurice Ravel; Echenoz no ha escrito una biografía del autor de La Valse, ni ha escrito un libro de historia. No, Echenoz ha escrito un relato, un cuento, una ficción. Pero las peripecias y vicisitudes ravelianas escritas y descritas por Echenoz si son, en su mayoría, realidades, acontecimientos demostrables mediante fuentes documentales de carácter y sentido histórico: el viaje promocional a los EE.UU, el conocimiento de grandes figuras de la cultura y el espectáculo norteamericanos (Chaplin, Gershiwn, Fairbanks...), la escritura del Bolero, o de los dos conciertos para piano, o la relación con el pianista Paul Wittgenstein (hermano de Ludwig), o su atildamiento en el vestir, o su declive físico final, o el Doctorado Honoris Causa por Oxford, o su viaje por España y Marruecos, o su extraña casa en Montfort-l’Amaury...

¿Entonces? Pues estamos ante un ejemplo más (quizá el menos exigente desde un punto de vista literario y el que tiene visos de llegar a alcanzar una mayor popularidad) del tipo de escritura narrativa que ha logrado hacer escuela en las últimas décadas. Una escritura que en Sebald y Pierre Michon tiene dos ejemplos magníficos de sus posibilidades y de su concepción: una escritura total, en la que los géneros narrativos quedan mezclados, y en la que lo biográfico, lo memorialístico, la ficción pura y dura, la historia..., se cruzan entre sí para alcanzar una narración que lo es todo y, a la vez, no es ninguna de esas cosas, o mejor dicho, sí, es un relato, una relación de acontecimientos y sus consecuencias narrados en el tiempo.

Jean Echenoz ha cogido a un personaje singular de su cultura francesa y de la cultura europea, y con ese material narrativo ya dado, ha escrito una obra de ficción hilvanada mediante datos históricos, pero sobre los que se sobrevuela sin apenas entrar, concentrando la luz interna del discurso en las menudencias del día a día. Echenoz narra lo nimio envolviéndolo en el discurso de un devenir biográfico.

El resultado es llamativo, brillante, luminoso, epatante..., y a la vez, creo que deja el regusto en el lector avezado del gato por liebre, del truco, del efecto ilusorio que esconde pocas cosas tras de sí, si es que alguna esconde. Estamos ante un despliegue efectivo y plausible de piel, pero se echa de menos la carne que debería haber debajo, la sangre roja que debería recorrer todo el artefacto. Es una narración muy de nuestra época. Mucho aparataje externo empleado en voz baja y engañosamente lacónico. Es un fuego de artificio que presume con falsa modestia de su carencia de colores.

Tendrá éxito este Ravel de Echenoz. Tras su lectura el lector se siente in y no out, se nota más alto, más listo, más sabio, más perteneciente a la casta barnizada de los entendidos. Ravel es una cosita muy francesa en el sentido que los españoles le damos a tal frase: “¡muy francés!”, es decir, algo afectado, sutil, sofisticado y poco fiable. Ravel de Echenoz es una pieza de cámara en la que los músicos se mueven al son de la música de sus instrumentos, sólo que no hay partitura en los atriles.

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Tuesday,17 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Españolismo, según Stendhal]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,503 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Al menos desde hace unas cuantas décadas, la palabra, el concepto “españolismo” tiene un sentido casi despreciable, amargo y descalificador para nosotros mismos, los españoles. La culpa es sin duda de la apropiación bastarda e interesada que la dictadura franquista hizo de la palabra y de todo lo que significase España y español. A esta culpa hay que sumarle otra, la de los nacionalismos periféricos de nuestra península, interesados en desprestigiar y ensuciar todo lo que huela a “españolismo”, es decir, “al enemigo de sus intereses”, empezando, insisto, por la palabra, utilizada por ellos para designar lo más bajo, peor, casposo y antimoderno que pueda uno imaginarse. Tampoco ayuda mucho a redimir el término los intentos de la derecha actual por apropiarse en exclusiva de la idea representada, y quizá menos aún los de la izquierda democrática porque bajo ningún concepto se le asocie estrechamente con el vocablo, con la palabra maldita: “españolismo”.

Viene todo este discurso a cuento de que ayer por la tarde leía en el jardín de mi casa en Comillas, mientras el perro Miller perseguía desaforado y tontorrón algunas lagartijas, el breve libro ¿Quién me defenderá de tu belleza?, tan sólo un plan de obra y unas páginas escritas por Stendhal narrando el amor de vejez de Miguel Ángel Buonarroti por el joven y al parecer bellísimo Tommaso Cavalieri (editorial Pre-Textos, 2007).


www.ojosdepapel.com Henri Beyle, Stendhal

Las páginas, inéditas hasta hace muy poco, fueron publicadas por vez primera en francés e italiano, y ahora, mi amigo, el estupendo poeta, profesor y escritor Juan Antonio González Iglesias, las ha traducido a nuestro idioma y les ha escrito una hermosa y erudita introducción que no ofrece desperdicio alguno, como tampoco lo ofrece el epílogo de Luis Antonio de Villena.

En esta joya de introducción, entre otras muchas cosas, González Iglesias apunta el amor de Stendhal por Cervantes y el Quijote, así como la acuñación por parte del escritor francés de Milán del neologismo espagnolisme, que por vez primera aparece en la obra Vie de Henry Broulard, y que fue utilizado en multitud de ocasiones por el autor de La cartuja de Parma. ¿Qué significada Españolismo para Stendhal? González Iglesias recoge la explicación de Victor del Litto, el mayor especialista en Stendhal de todo el siglo XX: “El españolismo es el rechazo del mundo y de los hombres tal cual son, es la inclinación a vivir en un universo vaciado de todas las vulgaridades. Españolismo y locura no forman otra cosa que una unidad. Stendhal lo descubre de golpe y, por dos veces, expresa de la manera menos equívoca que su camino, el de él, el camino en el que se ha comprometido desde niño es el camino de la locura”.

Huir de lo vulgar, rechazar el sentido del mundo y a los hombres tal y como se muestran: eso es desde luego un lúcido camino de locura (la que conduce al quijotismo, claro), eso es españolismo según Stendhal.

¿Puede haber un sentido más profundo, libertario y hermoso de españolismo que el creado por Stendhal para proseguir el sendero de la narrativa moderna iniciada por Cervantes? Españolismo stendhaliano, una meta a lograr, un camino a seguir, toda una compleja filosofía de vida: el españolismo. Sólo espero que mi vida, en su final, ofrezca una piel imbricada de españolismo. A eso aspiro desde ahora mismo.

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Monday,16 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[La ópera en pelotas en el Teatro Real de Madrid]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,501 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Leo en la prensa diaria que de nuevo hay lío en el Real, en el Teatro Real me refiero, es decir, en el actual teatro operístico madrileño. La razón es polémica, una polémica más vieja que el catarro, que diría mi abuela. Al parecer, un buen número de abonados, de los que además tienen peso social y político en la capital del Reino de España, han amenazado con dejar sus abonos en taquilla la próxima temporada si las cosas siguen como hasta ahora. ¿Y cómo siguen las cosas que motivan las quejas de algunos respetables abonados? Pues mucha puesta en escena firmada por cotizados directores en las que deambulan tíos y tías en pelotas por el escenario, en las que se subrayan los momentos escabrosos o tensos de los argumentos con “momentos cuajados de mal gusto”, en las que los textos y situaciones de los libretos se pasan por alto o se tergiversan en busca de la contemporaneidad y lo impactante, etc, etc...

La gota que colmó el vaso fue, según leo, la pasada puesta en escena del “polémico” Calixto Bieito para la ópera Wozzeck de Alban Berg. En dichas representaciones, salían un montón de extras, figurantes o miembros del coro (no lo sé) en pelota picada, y así se enfrentaban al patio de butacas ante el bochorno claudicante de las señoras de la clase media y los pateos enfebrecidos de sus señores esposos. Otro momento que concitó la indignación del público protestante fue la escena en la que el doctor del argumento práctica parte de su oficio bisturí en mano, y lo hace en escena con, digámoslo con finura y delicadeza, un gusto quizá un tanto desmesurado por la sangre saliendo a borbotones de los cuerpos analizados y las vísceras al aire.

Ya he dicho que la polémica es muy antigua, casi tan antigua como la ópera misma, y tiene a mi modo de ver dos lados extremos y a todas luces irreconciliables. Por un lado, un sector del público pacatamente burgués y adocenado, que estaría seguramente encantado de que la dirección del teatro sólo programase traviatas, bohemes, aidas, barberos de Sevilla, lucías, rigolettos..., y además en versiones de contrastado “buen gusto y finura”. Y por otro lado directores de escena que piensan que están por encima de todos los demás artistas que participan en la puesta en pie de un ópera, incluyendo, por supuesto, al compositor y al libretista. Estos directores de escena, con cierta frecuencia cambian argumentos y situaciones a su antojo si así consideran que “su obra” queda más personal y antojadiza, descontextualizan los libretos, se inventan situaciones inverosímiles..., y si pueden, sacan siempre a alguien en pelotas y buscan con ahinco lo gore para epatar e indignar al público burgués que, paradójicamente, suele ser el que llena los teatros.


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Calixto Bieito


Escandalizar al "público burgués" (si es que sigue existiendo) que acude a una representación operística distribuyendo culos, pollas, coños y tetas por el escenario es lo más sencillo del mundo, y no requiere nada, pero nada de talento. Asustar, epatar, dejar petrificados en sus asientos a ese mismo público a base de cuchilladas, sierras mecánicas descuartizando cadáveres, decapitaciones, crucifixiones de maricas, escupitajos, palabras altisonantes, bronca con muchos decibelios, actos homosexuales, violaciones realistas, etc... También parece sencillo, y hasta un poco infantil y simplón a estas alturas. Tan antiguo y tontorrón es epatar burgueses como mostrar escándalo burgués por ver a quince personas desnudas realizando gestos obscenos.

El puro sentido común le dice a cualquier aficionado a la ópera, y yo lo soy, que después de haber visto en el cine hace tres décadas los efectos especiales de la ya antiquísima primera película de La Guerra de las Galaxias, nadie puede pretender acercarse a una representación de ópera en la que las olas son recortes de cartón pluma movidas por dos operarios tras bambalinas, por ejemplo. Tampoco nadie puede pretender que un espectador de nuestros días se trague sin más la mayor parte de los argumentos de las óperas del repertorio, auténticas patochadas demenciales.

La ópera debe renovarse, rejuvenecerse, ofrecer otras aristas y perfiles, y sólo puede hacerlo, si nos referimos a las partituras del pasado, actualizando las puestas en escena, buscando en ellas los elementos que entronquen más directamente con las sensibilidades y entendimientos actuales. Hay óperas cuyo argumento es intemporal, y con ligeros retoques que no afectan al sentido general de la obra pueden llevarse a cualquier época de la historia. Y la inmensa mayoría de las óperas, por no decir, todas, son susceptibles de mejorar notablemente su punch con luces, sombras, decorados, vestuarios, movimientos escénicos..., en definitiva, incorporando todo aquello que hoy las mejoras técnicas ofrecen y ponen al servicio del arte y las representaciones escénicas. Negarse a estos “retoques” técnicos, materiales y conceptuales, es dejar caducadas y pochas el 90 por ciento del repertorio operístico habitual.

Pero el sentido común también te dice que Calixto Bieito y otros inteligentes y magníficos directores de escena, deben comprender que no son ellos el vértice sobre el que pivota la representación operística. Por encima de todo y todos siempre está la música, el principio, final y medio de la representación. La música es el hilo que explica, hace palpitar, da coherencia, une al resto de elementos en una ópera.

En este sentido, una representación operística es la suma inestable y en permanente desequilibrio de orquesta y director musical, coro y director, cantantes, director de escena, vestuario, decorados, iluminadores, etc...

Llevamos tiempo aguantando a directores de escena que se sitúan por encima de lo que cuentan por buscando exhibirse ellos, y no buscando servir el interés general de la representación. Directores de escena que conciben la ópera dejando en un lugar secundario lo que cuenta el libreto, obviándolo cuando lo escrito les arruina una “idea genial”, dejando también a un lado la música, las necesidades de los cantantes y sus características, la concepción musical del director. Todo se arrincona, insisto, si no encaja con las ideas personales del director, en ocasiones, reconozcámoslo, un chisgarabís que confunde las ocurrencias con la modernidad, alguien que sólo ha leído la revista Dunia o el Vogue parisino, alguien que jamás ha escuchado a Beethoven y al que se le saltan las lágrimas oyendo los sonidos cool y tartamudos de cualquier mamarracho neoyorkino con algo de suerte, estilo, imagen y capas y capas de marketing.

Esto no tiene arreglo, como no lo tienen ni el teatro ni el circo. Y en no tener arreglo y ser caldo de cultivo de polémicas, de dimes y diretes, de pitos y flautas, de pateos y desmayos, de burgueses ofendidos y modernos ofensores..., radica el futuro (el ir tirando) de la ópera. Por los siglos de los siglos, amén.

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Friday,13 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Truman Capote le habla de pobreza a Jesús Pardo en el Café Gijón]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,500 www.ojosdepapel.com

Juan Antonio González Fuentes

Quienes sigan con alguna asiduidad estos escritos míos, estarán al tanto de que hace bien poco escribí sobre la última comida que compartí con el escritor Jesús Pardo en San Vicente de la Barquera. En esas líneas, entre otras cosas, conté que Pardo quizá no hable mucho, pero que cuando lo hace siempre tienen gracia disparatada sus apuntes y comentarios.

El otro día, durante la comida, nos contó Jesús su encuentro en el madrileño Café Gijón con el escritor norteamericano Truman Capote, suceso que, después de oído, francamente, yo no me acabé de creer del todo, pero que ahora me lo encuentro relatado por el mismo Jesús en el libro que tengo entre manos y del que hablaré aquí mismo un poco por extenso, pero otro día: Ronda del Gijón (Aguilar, 2007), del escritor Marcos Ordóñez, a quien ya debo unas horas estupendas recreando la vida madrileña y española de Ava Gardner en las páginas del libro Berberse la vida (Aguilar, 2004).

Lo estoy pasando muy bien leyendo este curioso libro en el que Ordóñez transcribe, se supone, entrevistas con muchos destacados parroquianos de los buenos tiempo del Café Gijón, cuando en el local de Recoletos recalaban de una u otra forma, un día sí y otro también, escritores, poetas, actores, periodistas, etc..., de ese Madrid gris y tristón de los años 40, 50 y 60 del pasado siglo.


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Truman Capote


Entre los entrevistados por Ordóñez está Jesús Pardo, quien, vuelvo a repetir, cuenta la anécdota con el escritor norteamericano autor de A sangre fría; anécdota que, de ser cierta, traza una clarísima y patética línea divisoria entre el nivel de miseria de la bohemia española de la época y el que podía haber entre los “bohemios” norteamericanos. El relato es, más o menos, el siguiente:

Nos contó Jesús a los presentes durante la sobremesa, que aquella noche de los años 1950 él debía tener dos duros para cenar en el momento en el que llegó un joven Truman Capote al Café Gijón, se sentó y dió comienzo a hablar un poco en italiano, otro poco en inglés y el resto en francés. Jesús, políglota manifiesto y confeso, traducía las palabras del estadounidense, quien invitó a todos los presentes en el círculo de tertulianos en el que cayó, a tomar lo que quisieran. Éramos tan bobos los españoles, recalcó Jesús, que muy pocos se atrevieron a pedir un inalcanzable güisqui, y casi todos repitieron con el paupérrimo café con leche del local.

Cuenta Jesús que él cree que si hubieran pedido caviar y una puta para cada uno, Capote lo hubiera pagado todo sin rechistar, porque era ya un escritor afamado y con bastantes posibles. Con posibles americanos, se entiende, que al cambio eran unos posibles casi inagotables... Al poco, Capote se puso a discursear sobre la vida bohemia, mucho más habitual entre los creadores norteamericanos de lo que entonces pudiera creerse por estos pagos y cafés. Y aseguró que él lo había pasado muy mal en los momentos de mayor crisis y penuria económica bohemia. “Lo pasé tan mal –contaba Capote sentado en el Gijón viendo cómo todos degustaban rápido sus consumiciones esperando que cayesen otras-, que cogí la máquina de escribir (nadie entre los españoles presentes, salvo Ignacio Aldecoa, tenía dicho artilugio para escribir sus cosas, recuerda Jesús), luego el coche (¡¡¡el coche!!!!, dice Jesús que todos abrieron la boca a la vez y la dejaron abierta durante un buen rato), lo llené de bocadillos y de botellas de whisky (¡¡¡bocadillos para elegir, botellas de güisqui...!!!!!!!), marché a mi pequeña casa de campo (¡Dios mío!, ¡casa de campo!), escribí de un tirón una obra de teatro que se estrenó en Broadway y así salí de la mala racha”.

Nos aseguró Jesús que muchos de los presentes en aquel momento de “confidencias y estrecheces americanas”, habían tenido que empeñar más de una vez su abrigo para poder comer una lata de sardinas con pan gris, que también más de uno literalmente había pedido por las calles, que alguno le echaba sal al café con leche porque le había asegurado que así alimentaba más, que los había que escribían sus cositas con auténticas plumas de gallina cortadas y dispuestas al efecto.

La “pobreza bohemia” de Capote era, sencillamente, el bienestar impensable y lujoso de la mayoría de los pobres escritores más o menos bohemios que vivían en la España del Gijón y tomaban café y charlaban en las mesas de mármol del establecimiento.

El abismo entre "uno" y "otros" era insalvable, y no estaba lleno de tinta de escribir o sólo de talento, lo estaba de hambre, necesidades básicas, frío, grisura y miseria al cuadrado. Es difícil dejar salir a flote el talento cuando a flote sólo tienes, y con algo de suerte, unos trozos de pan duro en la leche. La España del Gijón..., una España que esperamos haya quedado enterrada, para siempre, en los fangos más profundos de nuestra historia.



NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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Thursday,12 jul 2007 0:0:0 GTM
<![CDATA[Margarita Hierro en el recuerdo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,499

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    Juan Antonio González Fuentes

    Que a Margarita Hierro, la hija del poeta Premio Cervantes, se le acababa la vida me lo había anunciado Salvador Carretero, director del Museo de Bellas Artes, hacía apenas unos días. “Le quedan pocos meses”, me comentó con estupor, pues llevaba poco tiempo preparando con ella, su marido Manolo Romero y otros miembros de la familia, detalles de la futura exposición que se proyectaba en Santander sobre el gran poeta.

    Por esperada, la noticia no dejó de golpearme con dureza el ánimo, pues no puedo dejar de pensar en la joven madurez de Margarita, y en la sencillez, generosidad y cariño con los que ella y Manolo siempre me trataron en las veces en las que la literatura nos hizo coincidir.

    La primera, y quizá por eso la más importante, fue en su casa de las afueras de Madrid a comienzos del verano del año 2000. Estaba yo entonces preparando materiales para el libro Espacio Hierro, y viajé hasta casa de Margarita y Manolo para trabajar en los documentos sobre Hierro que atesoraban por casi todos los rincones de la casa. La generosidad de la pareja fue increíble, no sólo me trataron con la mayor cordialidad y confianza, invitándome a compartir su mesa como uno más de la familia, sino que me enseñaron la infinidad de materiales sobre José Hierro que custodiaban (cuadros, manuscritos, dibujos, grabaciones…), base documental sobre la que se ha levantado el Centro para la Poesía José Hierro de Getafe, que dirigió hasta su muerte Margarita y ahora lo hace su hija Tacha Romero.


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    Margarita Hierro


    Luego les preparé en el Aula de Letras de la Universidad la presentación de la interesante colección de bestiarios que ellos dos llevaban. De ese acto nunca olvidaré los conocimientos de Margarita acerca de los bestiarios, y la lectura que hizo Manolo del hermosísimo poeta de Gerardo Diego, incluido en su particular bestiario, “Estoy oyendo cantar a un mirlo”.

    Muchas más veces nos vimos y charlamos en Madrid y Santander con motivo de lecturas poéticas, homenajes a Hierro, presentaciones de libros..., y siempre hubo en ella el gesto que te hacía sentir apreciado y aceptado. La última vez creo que fue en el Círculo de Bellas Artes, una vez terminado el bautismo madrileño de la antología Voces poéticas de Cantabria, preparada por Luis Alberto Salcines para la editorial madrileña Devenir. Hablamos por extenso, sentados en dos incómodas sillas, de los avatares que rodean la posible creación de la Fundación José Hierro, y me mostró sus preocupaciones al respecto.

    La muerte de Margarita Hierro, hace ahora tres años, en el 2004, dejó a los seguidores de la obra de su padre sin una de las mejores conocedoras de su biobibliografía, y también sin una de las más decididas divulgadoras de su obra poética; obra que ayudó a ser más conocida, junto a su marido Manolo Romero, a través de la reedición de diversos libros en la Colección literaria de la Universidad Popular de San Sebastián de los Reyes.

    Quizá uno de los mejores homenajes que puedan hacérsele a ambos, al padre poeta y a la hija literata, es impulsar de una vez por todas la mejor edición nacional posible de las poesías completas de José Hierro, y acompañarla de las páginas biobibliográficas en las que Margarita tanto y tan bien trabajó a lo largo de los años. Unir en unas Poesías Completas a estos dos Hierros desaparecidos en tan breve espacio de tiempo, es lo mejor que se me ocurre para tenerlos a los dos siempre ahí, a un solo gesto de la mano en la biblioteca, ese mundo de papel y letras en el que padre e hija, juntos, seguirán llamando a la vida. De momento, el Centro de Poesía “José Hierro” de Getafe creó no hace mucho un Premio Internacional de Poesía “Margarita Hierro”, al menos la poesía servirá para recordar a Marga durante muchos, muchos años.


    Textos de Juan Antonio González Fuentes sobre José Hierro:


    Mi última mañana con José Hierro

    Leamos un poema: “Estatua mutilada”, de José Hierro

    Verdi 1874, de José Hierro

    José Hierro, un poeta endemoniado

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    Wednesday,11 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Jesús Pardo en San Vicente de la Barquera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,497 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Desde hace cuatro o cinco años, el escritor Jesús Pardo (Santander, 1927) y su mujer Paloma veranean unos días de julio en la casa que nuestro común amigo, el profesor Luis Alberto Salcines, tiene en San Vicente de la Barquera, justo frente a la playa y a la espectacular vista del pueblo, con el castillo recortado sobre un fondo azul que clarean las cimas nevadas de los Picos de Europa.

    Durante su estancia en la villa, Jesús Pardo escribe, lee, pasea y degusta las especialidades gastronómicas de la zona. Pero un día de los diez o doce que suele estar en San Vicente, Jesús y Paloma lo dedican a comer con Luis y conmigo. Nos invitan siempre al mismo restaurante, uno que se levanta sobre una pequeña colina que domina todo el pueblo, y también la desembocadura de la ría y las playas abiertas enteras a mar adentro y al viento y las grandes olas encrespadas...

    Antes de comer, Jesús nos suele regalar un libro a cada uno, siempre alguno de sus trabajos: poemas, traducciones, novelas. Y luego comemos abundantemente, muchos entrantes, un buen plato, postre, café y licores. La comida suele prolongarse por espacio de tres o cuatro horas en las que hablamos de todo un poco: literatura, música, santanderinismo puro y duro, viajes, ciudades lejanas, política, amigos comunes, trabajo...


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    Jesús Pardo


    Jesús no habla mucho, pero cuando lo hace sentencia con gracia infinita. Jesús trufa su conversación con latinismos, palabras del griego antiguo, y frases enteras en inglés, francés, alemán, sueco, rumano, finés, húngaro, sueco o italiano, idiomas que traduce y lee, e incluso habla con elegante soltura filológica. Jesús ha escrito mucho (poesía, artículos, novelas, memorias, cuentos...), pero ha traducido mucho más, y no lo ha debido hacer mal del todo, por lo premios que acumula y las reediciones de su trabajo que va cargando a la espalda.

    Jesús fue durante muchos años corresponsal en Londres de prensa escrita española, y es mucho lo que ya ha contado, o novelado, de aquella etapa anterior a la Transición. Luego, de vuelta en España, además de seguir escribiendo en los periódicos, fue director de Historia 16, y también es mucho lo que cuenta de aquella etapa, de aquellas jornadas inauditas de rumores y de ciencia política de salón y dimes y diretes.

    Pero yo creo que cuando Jesús lo pasa mejor es cuando cuenta anécdotas del Santander de su infancia y adolescencia, de ese Santander que ya ha retratado magistralmente en su primer volumen de memorias (Autorretrato sin retoques, Anagrama bolsillo) y en su novela, magnífica, por cierto, Ahora es preciso morir (Taller de Mario Muchnik). Ese Santander en el que “hasta los pobres son de derechas”; o en el que su tío Marcelino tenía un elegantísimo automóvil blanco que conducía un enorme chófer negro que lo sacaba en brazos para que no se ensuciara las polainas pisando las calles encharcadas; o en el que su tía Curra le deba limosna “a sus pobres”, y les reconvenía muy seria a que no se gastaran la mísera perra gorda en vino, a lo que alguno le replico que no se preocupase, que enseguida iba a comprarse un piano de cola; o en el que el “pagador” de los espías alemanes en el norte de España se quedaba con el dinero tras la guerra y la derrota y se compraba un palacete y montaba un zoológico en pleno Sardinero...

    Lo pasamos francamente bien en las comidas veraniegas con Jesús. Antes de despedirnos con un abrazo al terminar ayer la comida que para mí da comienzo al verano, nos dijo a un Luis Salcines recién llegado de Venecia, y a mí, recién aterrizado de un febril Madrid, que para el otoño saldrá a la calle su nuevo poemario, al que incorporará los siete poemas escritos en San Vicente; que también ha terminado el último capítulo de su próxima novela; y que para enero saldrá su tercer y último volumen de memorias en RBA, y es seguro que será el último porque las páginas finales son la descripción de su muerte, y claro, no va escribir más memorias después de decretada su defunción.

    Jesús está preocupado por la muerte. Obsesionado, aclara enseguida Paloma, su mujer. Hace cuatro o cinco meses me llamó por teléfono para que le buscase información sobre las tumbas de sus familiares en el cementerio santanderino de Ciriego. Le encontré la información deseada y ahora está casi feliz, pues tras visitarla, ya conoce la parcela en la que será enterrado, la parcela en la que reinará como en su última propiedad.

    Pero de eso hablaremos ya en Madrid, cuando les visite dentro de poco en su casa cercana al Palacio de Oriente, antes de que él viaje a Munich a dar unas conferencias. Quizá me encuentre durante la visita con Joan Manuel Serrat o con Ángela Molina, sus vecinos del primero. Pero esa será otra historia que quizá, si sucede, también les cuente.

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    Tuesday,10 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[César Antonio Molina, poeta y ministro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,496 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Conocí a César Antonio Molina hace justo ahora siete años, en el verano del 2000. Viajé entonces hasta Almería, donde la Universidad Juan Carlos I en Almería organizaba, y no sé si lo sigue haciendo, sus cursos de verano.

    Estaba yo inscrito en un curso sobre poesía española contemporánea, y en el aula de al lado se desarrollaba otro sobre casi el mismo asunto dirigido por César Antonio y la que más tarde sería mi amiga, la poeta y periodista Amalia Iglesias, que ya entonces coordinaba la edición de Revista de Libros, páginas en las que yo ya había colaborado gracias a las gestiones de otro buen amigo, Dámaso López García. Fue Amalia quien me presentó a César Antonio. Eran muy amigos desde los tiempos en que ambos escribían en las páginas de cultura del extinto Diario 16, y en ese momento colaboraban en el Círculo de Bellas Artes madrileño. Tomamos café juntos y charlamos un buen rato. César Antonio Molina me pareció un tipo serio, de maneras tranquilas pero vehemente en la defensa de sus posturas estéticas, con una formación muy sólida y un conocimiento del mundo de la creación escrita en España sobresaliente, además parecía una persona muy concectada con todos los ambientes creativos del país. Al poco se acercó hasta nosotros Antonio Gamoneda, a quien yo ya conocía de Santander, con quien mantenía una correspondecia escrita no interrumpida hasta hoy, y quien había escrito unas breves notas de presentación a mi libro Además del final.


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    César Antonio Molina


    Parte de la tarde transcurrió en torno a ese café, y a la hora de la despedida, César Antonio Molina, afable y atento, me dio su dirección y número de teléfono, y se mostró cálido a la hora de insistir en mantener el contacto; un contacto que se diluyó en el tiempo más por mi conocida desidia que por otra cosa.

    Tanto me interesó la conversación de César Antonio y las ideas que expuso tomando café, que dejé de ir a mi curso universitario y me pasé con armas y bagaje al de César y Amalia. No me arrepentí en absoluto, y de aquellas charlas obtuve multitud de pistas para seguir avanzando en el intento de escribir dentro de un contexto de pensamiento moderno y actual.

    A César Antonio le envié un libro con mis poemas (supongo que Además del final) y creo que me contestó unas líneas más o menos elogiosas. En mi archivo personal debo tener su carta. No he vuelto a tener un trato personal con él, aunque sigo su pista gracias a lo que me cuenta Amalia y a lo que leo y veo en los medios de comunicación: director del Círculo de Bellas Artes, director del Instituto Cervantes

    Después de conocerlo compré algunos libros de César Antonio. Un diario, Vivir sin ser visto (Península, 2000), y varios de sus libros de poesía, culminando recientemente con la adquisición de El rumor del tiempo (Galaxia Gutenberg y Círculo de Lectores, 2006), título que recoge buena parte de su obra poética publicada hasta la fecha. La obra de César Antonio es sólida. Tanto como ensayista y como poeta los escritos del autor muestran altura intelectual, rigor seriedad en los planteamientos.

    A nuestro hombre el presidente Zapatero lo ha nombrado Ministro de Cultura. Visto lo visto César Antonio Molina es probablemente el ministro de cultura más inatacable de la historia de la democracia española reciente. Es un verdadero hombre de cultura, un escritor con una cristalina vocación humanista. Insisto, desde un punto de vista curricular y de trayectoria, César Antonio Moilina lo tiene todo para ser un ministro de cultura de primer nivel. ¿Bastará con ser un buen poeta, un buen ensayista, para ser un buen ministro de cultura? El tiempo lo dirá, nos quedan unos cuantos meses de ejecutoria por delante, no sé si los suficientes.

    De momento yo me alegro por César Antonio Molina, y también por la administración de la cultura estatal española. Estaremos atentos a la jugada, al esfuerzo, seguro que entregado, del poeta ministro.

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    Monday,9 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Hotel Ostel, ¡¡vacaciones en Berlín!!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,495 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Nunca he estado en Alemania, y la pasión no me desborda por conocer aquel país, lo que probablemente no habla muy a mi favor, lo reconozco. Sin embargo, buenos amigos míos, viajeros impenitentes y dedicados a profesiones que tienen que ver con eso que llamamos “cultura”, me aseguran que Berlín es, junto con Londres, la gran capital del dinamismo europeo, a años luz de París, Roma, Madrid, Lisboa, Viena...

    Tanto y tan bien me han hablado que estoy planteándome el dedicar mis próximos días de vacaciones a visitar el país teutón y su capital Berlín, donde intentaré alojarme en el hotel más joven de la ciudad, el Ostel .

    Me dicen mis amigos que no es un hotel sobresaliente por su calidad, que sus estrellas son más bien escasas, y que se encuentra situado, casi apartado, en una calle gris y desvencijada de la zona Este de la capital, es decir, en la geografía en la que el socialismo real necesitó de un muro durante años para no contaminarse de los pecados y trastornos de occidente. Trabajo en el que fracasó, como bien sabemos.

    Insisten mis amigos en que si me alojo en el Ostel berlinés no lo estaré haciendo en un hotel al uso, lo que tendría más bien poca gracia y ninguna singularidad, sino que me estaré alojando en un verdadero museo, en el interior de un espacio museístico acondicionado para albergar huéspedes y viajeros con ganas no sé si de broma o de jarana.


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    El museo-hotel en cuestión (parque temático lo calificaría en este momento), lo que permite, según señala su marketing y subrayan con entusiasmo mis amigos, es visitar a un difunto. Me explico. Permite visitar un país que dejó de existir hace casi dos décadas, concretamente diecisiete años. Por menos de sesenta euros la noche uno puede descansar en la “Stasi suite”, habitación que está dispuesta para atender las necesidades de los clientes con antiguos y originales muebles pertenecientes a defenestrados miembros del desaparecido Comité Central del partido comunista alemán democrático, y de la policía secreta prosoviética, la temida Stasi.

    Si uno quiere incluso gastarse menos dinero y ahorrar para otros menesteres, puede optar por adormilarse y descansar en el “Campamento de pioneros”, una estancia que tiene seis camas, y en la que uno lo tiene fácil para confraternizar con el espíritu de la camaradería socialista. Me aseguran, además, que en la recepción del establecimiento hay cuatro grandes relojes colgados de la pared que marcan las horas de cuatro ciudades que tuvieron algo en común no hace demasiado tiempo: Berlín, Moscú, Pekín y La Habana.

    Todo en el hotel Ostel es original. Muebles, alfombras, sábanas, electrodomésticos..., fueron rescatados por los jóvenes e imaginativos propietarios buscando y rebuscando por diferentes rincones de lo que fue la RDA. El éxito ha sido escandaloso. Medio mundo se pega por dormir en una habitación que intenta hacerte sentir cómo se veía el mundo desde un hogar comunista hace varias décadas. Las reservas se multiplican de forma exponencial, y la recepcionista asegura que muchos de los clientes son ex ciudadanos de la RDA, que quieren recordar su antigua vida dando saltos empleando el muelle de la nostalgia.

    Ya he escrito más al respecto, pero no puedo dejar de apuntar el asombro que me produce cómo el ¡money, money!, hunde sus raíces en cualquier terreno sobre el que se le deje caer, sea este fértil y abonado, o un pedregal abandonado, y luego crece y se expande dando muestras de una frescura y una prodigalidad que nadie hubiera pensado pudieran darse cuando Lenin y sus secuaces construían muros y barricadas con los adoquines de las calles zaristas.

    No sé si finalmente viajaré a Berlín pronto o pasado un tiempo, pero a medida que añado palabras a estas líneas sí me convenzo de que jamás iré a al hotel Ostel, y no porque esté contra los juegos malabares del capitalismo y su embrujo llamado marketing, no porque sea ni mucho menos un nostálgico de funestos tiempos, no porque esté en contra de la imaginación de pésimo gusto puesta al servicio del todo por la pasta... No, lo que ocurre es que las ferias y sus atracciones nunca me gustaron, siempre me parecieron tristes y desangeladas, cúmulos de falta de espíritu maquillados con risotadas y nubes de azúcar rosa. Y quizá lo que menos gustaba de las ferias era el tren de la bruja. Y el hotel Ostel es un tren de la bruja perfecto: pagas, te subes, das vueltas a lo mismo, te quedas a oscuras y un tipo con careta y sudoroso te persigue a escobazos pretendiendo divertirte.

    Montado en dichos trenes, jamás esbocé ni una sonrisa.

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    Friday,6 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Jesús Ruiz Mantilla y sumalogrado León de Vega]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,493 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Soy de la opinión de que cualquiera que haya leído la célebre novela del escritor austriaco Thomas Bernhard, El malogrado, y lea ahora Preludio (Ocho y Medio, Madrid, 2004) del periodista y escritor Jesús Ruiz Mantilla (Santander, 1965), encontrará bastante puntos en común entre los dos títulos, y no sólo las circunstancias de que ambas historias estén protagonizadas por pianistas, transcurran buena parte de ellas en España y tengan lugar en un ambiente musical de alto nivel en el que los nombres de Glenn Gould, Bach, Mozart, Brahms o Horowitz se repiten con alguna frecuencia.

    Pero por encima de otras coincidencias y consideraciones, la columna vertebral de estas dos narraciones yo la situaría en la insólita visión que ofrecen del gran artista y de su innata capacidad para la autodestrucción y la infelicidad a través de la imposición de la máxima exigencia creativa; exigencia que supone a la vez, paradójicamente, la raíz de su íntima infelicidad y de su grandeza humana y artística.


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    Jesús Ruiz Mantilla: Preludio (Ocho y Medio, Madrid, 2004)


    En este sentido hay que reconocer que la novela de Ruiz Mantilla supone un extraño ejercicio dentro de nuestro temáticamente reiterativo panorama novelero. El santanderino se ha arriesgado a escribir una historia alejada por completo de los temas que son habituales en la narrativa española, y ha salido mucho más que airoso del difícil y exigente reto, a lo que le ha ayudado sin duda no sólo su sólida condición de auténtico melómano, si no también los conocimientos y experiencias adquiridos a lo largo de los años haciendo información musical en el diario El País.

    Lo que menos me ha gustado de este Preludio han sido las algo frecuentes caídas en el uso de los consabidos tópicos acerca de los rasgos que supuestamente deben caracterizar a los genios de la interpretación y a los que acuden a sus conciertos. Unos y otros aparecen dibujados en estas páginas con los trazos caricaturescos que bien pudieran haber firmado los inefables hermanos Marx: el artista excéntrico, maniático, inestable, caprichoso, voluble...; los aficionados pedantes, o snobs, o impostores... Las páginas en las que se cae en estos trazos gruesos son las menos logradas y donde el trabajo de Ruiz Mantilla por hacer literatura se resiente.

    Por contra, dos son los elementos de Preludio en los que en mi opinión Ruiz Mantilla se descubre como un narrador de verdadera raza. El primero es el notable esfuerzo por dotar a su historia de una estructura, de una música y ritmo interiores que pretenden ajustarse a lo largo de sus 24 capítulos al carácter peculiar de los 24 Preludios Op. 28 de Chopin, obra que obsesiona al protagonista de Preludio, el virtuoso español León de Vega (por cierto, no creo que responda sólo a la casualidad el hecho real de que el buen pianista cántabro José Francisco Alonso, especialista en la música para piano de Schubert, y muerto según tengo entendido de sida en plena madurez, fuera pariente del escritor y periodista).

    Así, Ruiz Mantilla trata de que cada uno de los capítulos de su novela esté impregnado del mismo carácter y tono del que están constituidos los correspondientes Preludios del músico polaco, consiguiendo un ritmo especial en su narración que dota a la historia de adecuada intensidad y de una progresión ciertamente lograda.

    El otro elemento a destacar de Preludio es que Ruiz Mantilla ha logrado crear todo un personaje interesante de verdad. El virtuoso León de Vega, el pianista bisexual, enfermo de soledad y sida que nos narra su malograda vida desde la obsesión por lograr hacer realmente suyos los 24 Preludios de Chopin, sólo tiene un hilo que en cierto modo le mantiene atado al mundo: el amor por la música y el deseo de grandeza en su arte. Amor y deseo que habitan en León de Vega hasta el final de la novela; final hermoso y desolador que me recuerda en cierto modo al de la película Amadeus de Milos Forman, y con el que Ruiz Mantilla plasma una sobria épica de pesimismo existencial.

    Inusual, bastante arriesgada y negra novela este Preludio de Jesús Ruiz Mantilla, con la abrió camino de posteriores entregas, como por ejemplo su reciente Yo, Farinelli, el capón (Aguilar, 2007), título que no he leído pero que algunas voces, para mí autorizadas, cuentan que no supone, ni mucho menos, un salto hacia delante, sino más bien, un gran salto hacia atrás.

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    Thursday,5 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[José Tomás, regresa un torero en Barcelona]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,492 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La presente temporada taurina en España está marcada por un regreso y una despedida. El adiós es el de Jesulín de Ubrique, quien a sus 33 años recién cumplidos considera que los toros le han dado todo lo que debían darle, es decir, dinero, fama y popularidad. El regreso es el de José Tomás, el diestro de Galapagar que dejó hace cinco años los ruedos cansado de la monotonía y el quizá inevitable automatismo que se había instalado en su forma de ejercer el arte del toreo.

    Son dos polos casi opuestos de entender el toreo, dos conceptos antagónicos, dos puestas en escena radicalmente dispares. Jesulín vino a representar en las postrimerías del siglo XX ese tipo de torero que pudiéramos calificar como “del hambre”, una tipología que encontró en los últimos cincuenta años de nuestra historia dos ejemplos realmente buenos: “Manuel Benítez, el Cordobés” y Sebastián Palomo Linares. Son los hombres humildes e iletrados que se lanzan al ruedo a enfrentarse con la fiera con el descaro de quien quiere comerse el mundo a toda costa, y bajo un lema o consigna archiconocido por todos: “más cornadas da el hambre”. En efecto, el hambre debe dar cornadas terribles, pero el “hambre” de Jesulín, en la España europea y a la vez marbellí, no era un hambre de bocadillos de sardinas en lata o de potajes calientes a la hora de la cena, no era un hambre de estómago resonante como los tambores de guerra apache en los mejores western americanos. El hambre de Jesulín de Ubrique era un hambre de economía con empresas multinacionales y bancos que absorben y lanzan opas, un hambre de Mercedes descapotables, leopardos sinuosos atados con diamantes a la puerta reluciente del cortijo, y mujeres que te lanzan su ropa interior perfumada con aromas propios de la alta costura francesa. Jesulín se retira porque ya tiene descapotable, cortijo, fieras enjauladas, mujeres, hijos, y las Hormigas Blancas le dedican minutos de su preciado tiempo, al igual que a las tonadilleras más grandes de España, o a otras grandes del país, o del Estado, según se mire a la derecha o a la izquierda del horizonte, como la Duquesa de Alba, doña Cayetana. Jesulín se retira porque a sus ojos de niño grande lo ha conseguido todo toreando, hasta compartir finos y jamoncito del bueno con la señora Duquesa, la de los rizos de oro.


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    Plaza Monumental de Toros de Barcelona


    José Tomás ha vuelto a los ruedos después de reflexionar un lustro..., que ya es reflexionar. En ese tiempo otros pesadores escribieron La rebelión de las masas, o La crítica de la razón pura, pero él, José Tomás, no ha escrito nada, pero eso sí, ha engordado en madurez, en reposo, en hondura, en pisar terrenos que ningún otro pisa, salvo el toro, claro.

    El regreso del diestro madrileño tuvo lugar en Barcelona, y no apunta a casualidad. Barcelona, dicen, es la capital mundial de una geografía muy determinada: la de los antitaurinos. Pero la nueva presencia del maestro dinamitó por completo los tópicos haciendo uso del tópico elevado a la enésima potencia, elevado a mito y leyenda de capote y el mundo por montera. En la capital de la geografía pirata antitaurina, la Monumental registró un lleno hasta la bandera, y casi veinte mil aficionados, con pinturas de guerra rojo y gualda en sus rostros, salieron por fin de las trincheras y se vieron las caras y se dijeron lindezas con los no taurinos. Estupor en la Ciudad Condal. Las huestes taurinas barcelonesas, que se daba por seguro estaban aniquiladas, sepultadas bajo toneladas de supuesto antiespañolismo sulfuroso y zoofilia en grado sólo platónico, de repente han salido de sus oscuros rincones para seguir en su reaparición al maestro con segundo nombre de apóstol. Los taurinos catalanes se han multiplicado como lo hacen los panes y los peces en el pasaje bíblico, y todo gracias a la vuelta de un maestro que sólo tiene hambre, que sepamos, de arte y de toreo. José Tomás se retiró a pensar, lo hizo cual filósofo asceta y humilde, y ahora de nuevo está en el albero, incluso en el albero catalán, sembrando afición por la tauromaquia y sin necesidad de encerrar a nadie, ni opinantes ni animales cornudos, en ningún laberinto, ni conceptual ni temático.

    La tauromaquia es grande y es polémica, ahí reside parte de su grandeza irreducible. Casos como el de Jesulín o el de José Tomás no explican y lo complican. Dan para mucho hablar los toros, pero nuestro tiempo aquí ha terminado.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,4 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Nadadora, de Alberto Santamaría]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,491 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Si se suman dos y dos siempre dan cuatro. Si una nueva generación de jóvenes poetas hace acto de presencia, siempre surgen en su entorno una o varias revistas poéticas, una o varias colecciones de libros o plaquettes.

    Algunos de los miembros más destacados de la nueva generación poética aparecida en Cantabria, ya completamente consolidada, no han querido saltarse en modo alguno la tradición. Así, a las publicaciones Águeda y Humus de Vicente Gutiérrez (Santander 1977), o a Factótum de Alberto Santamaría (Torrelavega, 1976), se le añadió hace ya un tiempo la revista Nadadora, fruto nuevamente del empuje de Alberto Santamaría, sin duda el fenómeno más incuestionable de la creación poética nueva regional, y uno también de los más sólidos en el panorama español.

    De los poetas que viven en nuestra región y que aún rondan los treinta años, Alberto Santamaría es el que ofrece una formación y trayectoria más sólidas. Doctor en Filosofía por la Universidad de Salamanca, ha publicado hasta la fecha la plaquette Traqueotomía y otros puzzles (Humus, 1997), y los libros Herencia del humo. La historia de Bonnie y Clyde (Carmichael Alonso, 2002), El orden del mundo (Premio Surcos, Renacimiento, 2003), El hombre que salió de la tarta (III Premio de Poesía Joven Radio 3, DVD, 2004), y Notas de verano sobre ficciones del invierno (Premio Vicente Núñez, Visor, 2005). A estos trabajos de creación propia hay que sumarle la edición que Santamaría realizó en el año 2003 de la poesía de José de Ciria y Escalante, y que Alberto tituló con un verso del vanguardista poeta santanderino de los años veinte: De mi sortija penden todos los merenderos (Carmichael Alonso).


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    Pablo García Baena


    Precisamente este fin de semana, Alberto Santamaría nos ha sorprendido con la obtención de otro premio, esta vez de ensayo, aunque directamente vinculado con lo poético. Con la obra El poema envenenado. Tentativas sobre estética y poética, Santamaría ha ganado el Premio Internacional de Crítica Literaria “Amado Alonso 2007”, trabajo que publicará en los próximos meses la editorial Pre-Textos.

    Toda esta labor creativa desarrollada en poco más de un lustro no le ha restado fuerzas al premio José Hierro de 2002, y ahora nos sorprende con la puesta en marcha de una nueva aventura: Nadadora. El primer número de esta nueva revista poética estableció sin alharacas pero con elocuencia el camino o senda por la que iba a desenvolverse: sencillez imaginativa en el diseño de las páginas; presencia mayoritaria de textos de poetas de la propia generación de Santamaría, poetas que habitan distintos lugares de España (Guillermo López Gallego, Antonio Portela, Elena Medel, Abraham Gragera, David Vegue, Jesús Salceda); acogida como uno más de algún autor de más edad ya saludado por la crítica (Álvaro Valverde); publicación siempre de algún inédito de todos los autores presentes en la revista; y por último, la traducción de textos de algún poeta extranjero especialmente estimado por los coordinadores de la publicación. Dicho lo dicho sólo cabe alegrarse de la irrupción en nuestro entorno de una nueva revista poética, y, en consecuencia, desearle larga vida y miles de páginas acogedoras de muchos y distintos poemas.

    En la nota que cerraba el primer número de esta publicación puede leerse: “Así nace Nadadora, poesía y cloro en cuatrocientos metros mariposa”. Desde luego el estilo en natación y en poesía es importante, de él dependen la velocidad, la resistencia, las distancias, las marcas…, pero también la estética de la propia acción de nadar. En natación el estilo mariposa parece el más complejo, el más consciente de sí mismo, el menos natural, el que requiere de un aprendizaje más escrupuloso. Además, el estilo mariposa es casi por razones mecánicas consustancial al cloro y a las aguas recogidas de la calmosa piscina, nunca a las aguas bravas y al mar abierto. Nadadora, cloro, poesía, piscina, cuatrocientos metros mariposa…

    Alberto acaba de lanzar a la calle el último número de su revista, el 4, y ha logrado un nuevo hito. Con patrocinio de la Fundación Gerardo Diego, la revista está dedicada por entero al Premio Príncipe de Asturias de las Letras, Pablo García Baena, poeta cordobés ahora residente en Málaga que se ha convertido con el tiempo en un referente básico para los poetas más jóvenes españoles.

    Las casi doscientas páginas de Nadadora están íntegramente dedicadas al poeta andaluz, y en ellas se recoge una extensa entrevista con el protagonista, poemas de García Baena comentados por jóvenes poetas españoles de primera línea (Antonio Portela, Antonio Lucas, Elena Medel, Luis Bagué Quílez...), etc... Esta Nadadora es un acierto, y ahora forma parte ya de la bibliografía indispensable del Premio Príncipe de Asturias Cordobés.

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    Tuesday,3 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Música de vendimia, pliego de poesía de González Fuentes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,490 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Mi último libro de “poemas nuevos” data del año 2003, año en el que di a la imprenta barcelonesa con la que trabaja la editorial DVD los textos que conforman el libro La luz todavía. Desde entonces nada de nada. Bueno, me explico. Desde entonces dos catálogos de exposiciones dedicadas respectivamente a la creación poética en Cantabria desde 1977 hasta 2005 y a José Hierro; el volumen en torno a María Zambrano que coordiné junto al profesor José María Beneyto (Trotta, 2004); la totalidad de mis poemas en prosa del periodo 1987-1994, Atlas de perplejidad (Icaria, 2004); una recopilación de artículos y ensayos bajo el título El pulso de la bruma (CEM, 2005), una antología dedicada al poeta José Luis Hidalgo (Veramar, 2006), y por último, otra antología dedicada al poeta Alejandro Gago (Icaria, 2007).

    Cuando antes escribí que desde el año 2003 “nada de nada”, me refería a nada nuevo de creación propia, salvo contados poemas aislados publicados aquí y allí, en estas mismas páginas electrónicas, sin ir más lejos, o en revistas o antologías varías.

    Pues bien, la sequía toca a su fin, aunque lo haga de momento de forma modesta y poco extensa. Este mes de julio casi recién inaugurado, en unos cuantos días vaya, saldrá de la ya legendaria imprenta santanderina Bedia, un pliego de poemas, una plaquette, con unos cuantos poemas míos en prosa. La publicación, que ha sido acogida con la misma generosidad de siempre por la colección de pliegos poéticos de La Sirena del Pisueña, que dirige Fernando Gomarín, lleva por título Música de vendimia, aludiendo a la música, al canto, que lleva esta nueva cosecha poética, estos frutos en prosa.

    Como le es propio a la imprenta Bedia y a todas las publicaciones lanzadas por La Sirena del Pisueña, la calidad material de la edición será más que notable, dando gusto no sólo publicar con ellos, sino leer sus libros, acariciar sus papeles y cubiertas, sucumbir al embrujo de la luz de sus tintas.

    Imagino que a la gran mayoría de los posibles lectores de esta página no les será fácil hacerse con los pliegos en caso de que les interesase su contenido, voy a emplear esta página para adelantarles los textos que integran Música de vendimia:

    -Lo que conceden las palabras-

    para Juan Carlos Mestre

    Poco a poco las palabras señalan sus cimientos, el pulso abierto de quien ofrece brazos para aferrar el día. Hilvanan humo las palabras tras la muerte helada del cirio exhausto; conceden luz de siembra, números de nieve que sacian en silencio la equívoca señal de nuestra senda, el joven orden que la sed divide con suave música de vendimia.

    -Teoría de poeta-

    Se adensa el aliento del otoño con su escarcha de máscara oxidada. Y el final de la estación viaja en el aire que tutela el diálogo de las cosas, que en ellas engendra una grieta sensible y les narra con euforia la teoría del poeta: soy lo que me rodea.

    -Invocación-

    Alza la amplia discordia bronce del viento, su augurio acorde con la ociosa marcha que traza fugaz lo cierto. Siente el gris que alude a la materia, acepta el incienso luminoso de la arena e inclina sonriendo la cabeza, pues serás testigo de esta herida que afirma por dentro mi empeño, que exalta mandíbulas y verbo y al final lo adorna todo con su ancho cauce, con su roto yermo de azul primero.

    -Sed dormida-

    Sobre el limpio eco de tu sed dormida, me anuncio distinto al que era, plazo hacia otra forma que aún nadie observa. Y en el crudo tálamo de mi voz, viaja breve cierta nube que elige escarlata salirme al paso, y volver así a contarse en la epifanía escueta, tensa, de una distancia ya indecible tras su fértil respuesta.

    -La proporción del eco-

    para Clara Janés

    En la claridad improbable del agua más dulce, también allí asciende la cosecha dormida, el humo donde pronuncia su danza lo abierto, la seca línea que limita sin saberlo la justa proporción del eco, una huella honda junto al roto gozne de mi aliento.

    Mas ahora espero, pues cae la semilla y derrama para dormitar la senda un dolor tardío, la cumbre que se mece ciega como fruta lenta hacia lo lejos, dispuesta siempre al rojo viaje que en asalto acude hasta el mismo punto del abismo.

    -Algo así…-

    Algo más, siempre algo más, algo así como el filo mismo que gotea sobre el romper del día con brillos secos de hierbabuena.

    Algo así, también, como la distancia en la semilla cuando se inflama y adelanta humilde un levante de luz, y luego acoge la llama que arde en otro abril y sencilla ordena lo que amortaja: pájaros dulces en el dibujo agreste de la dicha.

    -Luz sin huellas-

    para Antonio Méndez Rubio

    Del eco un tiempo de surco en el trazo acústico que con ceniza sofoca el minuto tenue de un rezo.

    Y de luz segura hila frágil ante sí la piedra que se duele camino del mundo, camino de otra memoria que aviva con vértigo su muda orfandad, el duro calor hacia el fuego sencillo de la ilesa escarcha, callada por fin tras la mañana que se hace cruz cuando la voz sin huella se arranca.

    -De un hilo con semillas-

    para Eduardo Moga

    Se da en la luz un hilo con semillas que a tiempo llega a devastar grietas por entre un haz de mundos que no nombra.

    Y sucede que distingo cada cumbre sobre el trance nuevo de una nueva brevedad, sobre el pliegue exento de furia en el que se cumple la raíz helada que poco importa, que cauteriza cada huella ante el cierre falso de su piedra curva.

    Pero antes, antes incluso de acoger en cuanto queda la llanura que nos basta, acepto igual de blanca esta quietud que irrumpe triste en el modo azul que nos aplaza, que nos limpia como seca sed de la mañana, otra vez sin esperanza.

    -Fertilidad de bronce-

    para Sergio Gaspar

    Perdura apenas la ventura por el daño, la mañana clara de cosecha ciega, un hilo tenue sin sujeto. Y cuál oscura se nos muestra la gota encumbrada que conjuga siglos y siglos minerales, o el ayer de hoy enlazado a la arena para ver si se alcanza en la inválida, en la pródiga fertilidad del bronce.

    -Sol de agosto-

    para J. A. González Iglesias Bajo el sol de agosto brinda el cuerpo hacia flores mínimas y yunques de piedra que cantan los sonidos de la siega, que danzan el ruido celeste del mundo travestido en martillo y forja dispuesta al vacío, a la huella de un diluvio tallado en capítulos, en percusión épica de pasos hacia el desplome apresurado, furioso, de las nubes.

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    Monday,2 jul 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El cantante en calzoncillos de Times Square]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,488 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Times Square es el centro del mundo, al menos de nuestro mundo. Es el asfalto más transitado de todo el globo terráqueo, y en él se ha instalado desde hace algún tiempo todo un personaje. En un tipo de unos treinta y cinco años, alto y fornido cual superhéroe de la casa Marvel, tiene una melena rubia que deja suelta al aire neoyorkino, un bronceado urbano de hortera con quilates, y por toda vestimenta un sombrero vaquero de color pálido y unos impolutos calzoncillos blancos un tanto demodé. El personaje en cuestión se pasea con dicha facha por algún islote peatonal en medio del tráfico de la gran ciudad. Y mientras anda y anda con pasos seguros toca una guitarra también blanca y le canta a los transeúntes algunas tonadas country. El tipo canta en calzoncillos blancos y se exhibe por Times Square haga calor tórrido o frío gélido, llueva sin conciencia o Eolo sople con suprema furia.

    El tipo ha tenido éxito. Las televisiones de medio mundo recorren miles de kilómetros para sacarlo en sus telediarios, los turistas se pegan por retratarse con él mediante cámaras digitales y teléfonos móviles, y él sonríe sin parar y canta sin descanso, cobrando propinas por las que dicen las lenguas del orbe obtiene una renta de unos mil dólares al día. ¡Palabra del niño Jesús!


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    Robert John Burck


    El alemanote Carlos Marx, pesador de juicio claro y erudición contrastada, jamás pudo ni siquiera imaginar mientras estudiaba mamotretos en la inagotable Biblioteca Británica, que un guaperas paseándose en calzoncillos por el lugar más transitado de la tierra pudiera obtener de tan precaria industria unos beneficios tan cuantiosos. La falta radical de imaginación ha sido la principal condena de los marxistas desde que hicieron acto de presencia en este deambular que llamamos Historia. La imaginación, incluso la más grotesca, inútil y absurda es el principal valor, a fin de cuentas, del capitalismo, o lo que es lo mismo, de la sed incontenible de hacer dinero.

    Por eso el marxismo y sus teorías no dejan de ser un cuento muy bien pensando y estructurado, pero completamente previsible, aburrido y con un final cantado. El tipo que canta country en calzoncillos blancos en Times Square desayuna todos los días, entre berrido y berrido, entre foto y foto con turista nerviosa y cachonda japonesa, las páginas de El Capital marxista, y luego escupe su tinta sobre el asfalto pisoteado de la gran ciudad.

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    Friday,29 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[¡No a la guerra!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,487 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Matan a seis soldados españoles en el Líbano. Han muerto porque el gobierno español los ha enviado con una misión muy concreta a una guerra, a un territorio en guerra. Cuando unos soldados van a una guerra, saben perfectamente que pueden acabar dentro de un ataúd. Ese es su oficio, su trabajo, fruto tal vez de una vocación manifiesta o sólo de la necesidad, del algo hay que hacer para sobrevivir.

    España es una de las potencias económicas e industriales de occidente, y como tal, mal que le pueda pesar a algunos, le toca necesariamente desempeñar un papel en el contexto político internacional que muchas veces no es grato y requiere un alto sacrificio, incluso en vidas humanas. Un país como España no puede desinhibirse de sus responsabilidades con el mundo, en ningún contexto, tema o circunstancia. Y no lo puede hacer ni por su peso económico, ni por el político, ni por el estratégico ni por el cultural. Asumir dicho papel sin disfraces ni ambages creo que es inevitable para cualquier gobierno español que desee tener una política exterior que no se fundamente en el esconder la cabeza bajo la tierra como hace el avestruz. La política del avestruz puede tener algunos beneficios ralos a corto plazo, pero a medio y largo plazo no conduce a nada, al menos a nada positivo desde cualquier punto de vista que se mire.

    Asumir responsabilidades en el contexto internacional lleva consigo poder ejercer directamente, o contribuir a ejercer junto a otros lo que los romanos llamaban la ultima ratio, la última razón, es decir, la fuerza. Recurrir a la fuerza no sólo puede ser legítimo y no condenable desde un punto de vista moral y filosófico, es que en ocasiones es necesario, justo e imprescindible. No admitir esta realidad es de una gazmoñería peligrosísima y casi siempre indecente.


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    El gobierno español está obligado a contribuir en la medida de sus posibilidades a la defensa de su contexto político, económico, social, cultural y geoestratégico, y está obligado a hacerlo en las mejores condiciones posibles, por el bien de sus soldados y de las misiones y objetivos encomendados. Los soldados españoles destinados a desarrollar misiones en territorios hostiles, en territorios en guerra, no van a una excursión o a un desfile. Van a trabajar en un ambiente y en una geografía de guerra, de combate, van a ser objetivo de los combatientes, y en muchos casos van a ser considerados enemigos a los que atacar. Ejemplos, por desgracia, ya podríamos poner unos cuantos.

    En este sentido, y teniendo en cuenta lo dicho hasta aquí, los soldados españoles trabajando en zonas de guerra y conflicto deberían hacerlo en las mejores condiciones posibles, teniendo en cuenta las posibilidades reales de nuestro país. Deberían hacerlo en los mejores vehículos posibles, con los mejores materiales de defensa y ataque, con la mejor sanidad, manejando los mejores sistemas de autoprotección, vistiendo los uniformes más adecuados, disponiendo de todo aquello que, dentro de lo posible, haga su esfuerzo más seguro y más eficaz.

    No creo que la economía del país se resienta en exceso porque los pocos miles de miembros del ejército español destinados en distintas misiones por la faz de la tierra tengan los materiales mejores para desempeñar su misión. Un país en el que los diputados se suben el sueldo cada legislatura, en el que los coches oficiales de alta gama proliferan por doquier, en el que los políticos de cualquier pelo se aseguran pensiones lustrosas para la hora del retiro, en el que los equipos de fútbol invierten decenas de millones en fichajes, en el que cada verano las arcas municipales dilapidan millones y millones de euros en sardinadas y fuegos artificiales playeros, en los que los kilómetros de ave y autopista salen por un pico, en el que se construyen edificios multimillonarios de diseño para albergar auditorios, hospitales, universidades, estaciones, aeropuertos, museos de arte contemporáneo, puertos deportivos... En este país, insisto, no creo que sea un dispendio exagerado que nuestros soldados en territorio hostil dispongan de helicópteros adecuados, de buenos y blindados vehículos de transporte, de inhibidores de frecuencia, etc...

    ¿Que tener un ejército eficaz, competente y protegido fuera de nuestras fronteras es caro? Pues claro. Que es mucho mejor invertir el dinero en autopistas, carreteras, educación, sanidad, etc... Quién lo duda. Pero es que está claro que muy buena parte del desarrollo y bienestar europeo de las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se produjo gracias a que la defensa del continente, en gran medida, quedó bajo el manto y el presupuesto norteamericano, ese primo hermano al que sin embargo despreciamos y escupimos a la cara cada vez que podemos.

    Hasta ahora las intervenciones de fuerza en el exterior para la defensa de nuestro sistema siempre las habían hecho los americanos. Ahora, sobre todo después del 11-S y la amenaza globalizadora del terrorismo mundial, la presencia de la fuerza nos la demandan a todos. Y ha llegado la hora de mojarse, y quizá, a partir de este mismo instante, haya que hacer un teatro de la ópera más modesto en nuestras capitales de provincia, o un aeropuerto más funcional y barato, o pagar menos viajes al extranjero a nuestros representantes políticos locales para que mejoren las relaciones de La Rioja, Cantabria, Madrid o Andalucía con las antípodas, o que nuestros políticos no se suban el sueldo unos cuantos miles de euros al mes cada nueva legislatura... Porque lo que es evidente es que nuestros soldados no pueden empezar a caer como moscas en el extranjero por falta de medios, por no disponer, por ejemplo, de unos inhibidores de frecuencia, o de un helicóptero apto contra los ataques en las zonas montañosas del desierto.

    ¿Por cierto, dónde están ahora los que protestaban contra la guerra y la presencia de tropas españolas en zonas de guerra? ¿Dónde están los que gritaban ¡No a la guerra!, y lo hacían con la misma enjundia intelectual que los que podrían gritar sí a la paz, sí a la buena comida, sí a la ausencia de enfermedades, sí a la belleza, sí a la justicia, no a la maldad, no a la envidia, no a la desaparición de los bosques, no a la contaminación, no a la pobreza, sí a los mares limpios y poblados, sí a los buenos sueldos, etc...?Nadie, que yo sepa, les ha visto manifestarse inmediatamente e indignados contra el actual gobierno de Zapatero y su decisión de mantener soldados en zonas de guerra. A ver si va a ser cierto ese bulo que circula por ahí, y que asegura que la mayoría de los que gritaban ¡No a la guerra!, querían decir más bien ¡No al PP, manque gane!, y ¡Sí a los míos, aunque nos manden a invadir las Galápagos con tirachinas!

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    Thursday,28 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Historia de fantasmas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,486 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El ínclito Iker Jiménez y su programa Cuarto Milenio han puesto de moda los fantasmas, si es que estos alguna vez no han sido moda, pura moda blanca o transparente, según narran las leyendas. A mí los fantasmas, mejor dicho, sus historias, siempre me han fascinado, y lo he pasado francamente bien en su compañía. Si tuviera que recomendarle a alguien lecturas protagonizadas por fantasmas no lo dudaría ni un instante: los relatos de M.R. James, los cuentos de fantasmas de la gran Edith Wharton y la obra maestra de Thomas Hardy, El brazo marchito.

    No sé si por tanto leer historias de fantasmas, o sencillamente porque estos existen y son realidad mensurable, lo cierto es que yo sí he visto fantasmas y he tenido algún trato con ellos, aunque esta es otra historia que quizá algún día cuente en estas mismas páginas. Sólo adelantaré que el fantasma me observaba irónico mientras yo dormía, y acodado en el quicio de la puerta, como esperando a que pasara un tiempo baldío, contemplaba mi sueño con sosiego y una cierta envidia.

    Los fantasmas no tienen nacionalidad, pero sí me atrevería a decir que la tienen los que fabulan con más acierto sobre ellos. Y esa nacionalidad es la británica. Los mejores narradores de la vida y milagros de los fantasmas en occidente son los ingleses, o para ampliar más la geografía, los anglosajones, y a las pruebas me remito, añadiendo a los autores mencionados los nombres de Henry James, Hartley, Ralph Adams, Lovecraft, Sheridan Le Fanu, etc...


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    Thomas Hardy: El brazo marchito y otros relatos (Reino de Redonda)


    El por qué de este incuestionable axioma yo creo haberlo descubierto durante mi estancia en la inglesa Universidad de Leicester, donde pase tres meses primaverales gracias a una beca Erasmus. En Leicester, en el mes de mayo, anochecía casi a las seis de la tarde. La residencia universitaria en la que me hospedaba estaba en un inmenso área dominado por casas unifamiliares de más de un siglo de antiguedad y enormes, con sus jardines cuidados, sus muros de ladrillo, sus tejados de pizarra negra, sus grandes ventanas chirriantes de madera, sus jardines cuidados y misteriosos... Todo el área estaba recorrida a su vez por carreteras tranquilas y casi siempre desiertas que comunicaban entre si las mansiones con la zona más urbana. De vez en cuando, durante los paseos, uno descubría una modesta iglesia, un pequeño cementerio con las lápidas decimonónicas al pie casi de las ventanas de las mansiones, grandes árboles de los que bajaban curiosas las ardillas, garajes llenos de trastos sin edad ni razón de ser.

    Durante mi estancia me hice amigo de una estudiante sevillana de Derecho que se llamaba Emilia, Emilia Guisado. Emilia no vivía como el resto de estudiantes en los edificios de albergues de la universidad, sino con miss Patsy en la enorme casa de esta. Miss Patsy era el prototipo de señora inglesa de más de mediana edad. Ni guapa ni fea, sino todo lo contrario, viuda, delgada como un silbido, algo excéntrica, con una vida en apariencia sosa, con ropajes grises y al margen de las modas imperantes, y dueña de una gran casa de tres pisos en una calle llena de árboles, jardines y casas del mismo tipo.

    Pasé bastantes ratos en casa de miss Patsy con Emilia. A veces abandonaba la mansión ya muy de madrugada, y recorriendo sus pasillos oscuros con algo de congoja, no fuese a despertar a la dueña. En aquellas horas primaverales, oscuras y con frecuencia lluviosas en la habitación agaterada en la que vivía Emilia, oíamos absolutamente de todo. Las maderas de los pisos y techos chirriaban y vociferaban cada dos por tres, siempre había habitaciones cerradas y misteriosas al final de pasillos inacabables, todos los rincones de la casa estaban ocupados por espejos y elementos decorativos que producían algún desasosiego, y no era nada infrecuente toparse con la señora Patsy deambulando silenciosa y sin aparente objeto por cualquier rumbo de la gran casa.

    Cuando de madrugada regresaba yo a mi cubículo universitario, no era tampoco infrecuente tropezarse con la figura de algún zorro despistado que circulaba por las calles desiertas, y las múltiples ventanas de las mansiones nunca ofrecían aspecto de vida, aunque de forma inesperada sí tenían cortinas que a tu paso se movían casi imperceptiblemente.

    Durante aquellos paseos yo no podía dejar de sentirme partícipe de una narración de misterio, integrante de un decorado de película de terror a punto de dar comienzo con la calma que precede a la barbarie. Y ya metido en la seguridad de la cama, no podía quitarme de la cabeza el hecho de estar en el mes de mayo, o en el de junio. Y pensaba cómo sería la vida en aquella geografía hermosa pero inquietante durante los meses más oscuros y tenebrosos de octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo... No podía dejar de pensar en Miss Patsy paseando eternamente y durante horas de lluvia y viento por los oscuros pasillos de su mansión, oyendo temblar las maderas, reflejándose en los espejos, proyectando su sombra delgada contra las paredes..., sola, completamente sola, sola con su pasado. Y entonces la imaginaba manteniendo largas conversaciones con seres de su imaginación, con antiguos parientes muertos hace años pero vivamente vivos en su recuerdo, con fantasmas que no se le aparecían, sino que estaban allí, que siempre habían estado allí, que siempre estarían allí. Y pensé que si la señora Patsy supiera escribir, no le quedaría otro remedio que escribir sobre fantasmas, sobre aquellos con los que vivía y a los que mejor conocía.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,27 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[William Saroyan se llamó Aram]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,484 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Confieso que he robado pocos libros en mi vida y que ahora, en cierto modo, lo lamento. Probablemente no necesite los dedos de las dos manos para contarlos. Como pueden ustedes imaginar, no voy a decir dónde los he robado ni a quien se los he robado, por si las moscas. Tengo algún conocido, sin embargo, que tiene una hermosa y cuantiosa biblioteca levantada sólo con los libros que ha robado a lo largo de su vida. Muchos de esos libros fueron sustraídos de una librería proetarra de San Sebastián, con lo que mi amigo nunca tuvo ningún remordimiento: era su particular impuesto revolucionario, aseguraba.

    Uno de los escasos libros que he distraído en una de esas malas tardes que tiene cualquiera, es el que reúne textos autobiográficos de William Saroyan, un libro de tapas duras y azules que no recuerdo ahora mismo de memoria qué editorial editó en español. Sí recuerdo que lo distraje de donde lo distraje porque nunca había leído nada del escritor norteamericano, y al hojear el volumen todo en él despertó mi curiosidad y las ganas de leerlo. Imagino que en aquel instante mis fondos eran más bien escasos, y que cuando uno roba un libro parece que tiene muchos menos delito que si roba un jamón, pongo por caso.


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    William Saroyan: Me llamo Aram (Acantilado)


    El libro sustraído no me defraudó en absoluto, pero he de anunciar que tampoco me robó ni el alma ni la mente ni el corazón. Sin embargo mi aprecio por Saroyan quedó definido desde aquel momento y nunca ha dejado de asentarse lectura tras lectura del hijo de armenios.

    Saroyan nació en California en 1908 y murió en la misma geografía en 1981. Como ya he escrito, era hijo de inmigrantes armenios, y siguiendo una senda nada inhabitual entre los grandes escritores de los EE.UU., dejó de estudiar a edad temprana para dedicarse a escribir abandonado por completo a la fiebre del folio en blanco. Subsistió ejerciendo sin pasión en esos trabajos precarios y raros que tanta mano de obra demandan en las sociedades desarrolladas occidentales, y no fue hasta los primeros años de la década de 1930 cuando comenzó a publicar sus primeros relatos. En 1934 publicó un libro de título magnífico, El joven audaz sobre el trapecio volante, y a partir de ese momento la crítica y el público reconocieron en él un escritor de ley, de auténtica ley.

    Quien no haya leído nada de Saroyan, tiene una magnífica oportunidad de acercarse con provecho a su narrativa con el libro Me llamo Aram (Acantilado), un conjunto de relatos que vieron la luz en Estados Unidos en 1940 y que supusieron el verdadero despegue internacional de su autor. En concreto son 14 relatos protagonizados por Aram Garoghlanian, un poco disimulado ego del propio Saroyan.

    Aram, nacido en Fresno (California) de padres armenios, exactamente igual que Saroyan, recuerda y narra su infancia y adolescencia sabiendo extraer de cada experiencia vital que le depara su tiempo, una lección inolvidable. Aram recuerda los escenarios de su infancia cargando su recuerdo a la vez con dosis de crudo realismo y de lirismo no disimulado y a tumba abierta. Escenarios en los que tienen lugar sucesos de carácter iniciático muchas veces protagonizados por personajes absolutamente pintorescos y originales, configurando un mundo construido con materiales extraños y mágicos, que bajo la atenta y despierta mirada del joven Aram se convierten en eslabones de una aventura inagotable.

    El joven Aram confirma a través del uso indeleble y abarcador de la palabra que la vida siempre es una aventura cargada de emociones, sólo hay que tener la mirada del interior dispuesta. Saroyan se llamó Aram, y es él quien rubrica la teoría aquí expuesta.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,26 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Mis sobrinos descubren a Charlot]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,483 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Me quedo en Santander el fin de semana. El verano ha llegado así como de sorpresa, y después de unas semanas grises y tristes, el sol y el calor llegan por fin a todos los rincones y la gente sale en furiosa estampida hacia las playas y las terrazas.

    Mientras el verano se hace fuerte, yo me dediqué a repasar escenas de películas favoritas en el dvd el pasado viernes por la anoche. Creo que estuve casi hasta las tres de la mañana entretenido en semejante trabajo, y desfilaron por las líneas de mi televisor fragmentos enteros de Río Bravo, Fort Apache, Cantando bajo la lluvia, Un americano en París, La dolce vita, Eldorado... Además, como postre, vi entera El chico de Charles Chaplin, en la copia que de casi toda la filmografía de Chaplin ahora ofrece los jueves el diario El Mundo, y que esa misma mañana me había conseguido mi quiosquero favorito. Hacía algún tiempo que no veía nada de Chaplin, y la verdad es que volvió a conmoverme y a divertirme durante toda la película.


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    El argumento de El chico es, más o menos, el que sigue: una madre soltera está desesperada porque no puede mantener a su hijo recién nacido. Después de pensarlo, y desecha por la tristeza, decide abandonar al bebé en el interior de un lujoso coche aparcado justo delante de una gran mansión. Pero nada más hacerlo, dos delincuentes roban el coche, y al darse cuenta de que en el asiento de atrás hay un niño, abandonan el bulto en una esquina de una sucia y polvorienta calle de las afueras de la ciudad. La madre en el intermedio recapacita, y decide volver a por el niño, pero al llegar hasta el lugar en el que lo había dejado, se entera de que el coche ha sido robado con el niño dentro. Se desmaya ante la puerta de la mansión en la que creía haber abandonado a su hijo. Charlot, el vagabundo, pasea por las calles de la ciudad y se tropieza con el niño llorando. Lo recoge, y durante unos instantes intenta deshacerse de él de cualquier manera, pero no lo logra. Al final, incluso se planeta tirarlo por una alcantarilla, pero ante la sonrisa del niño se lo piensa y lo lleva a su destartalada casa, una habitación donde reina la más absoluta miseria. Pasan cinco años, y el vagabundo Charlot cuida con esmero del niño y lo quiere, y éste lo adora a él. Viven contentos y felices queriéndose los dos y viviendo juntos en la habitación donde reina la pobreza de solemnidad. Trabaja el vagabundo como cristalero, negocio en el que le ayuda decisivamente el chico rompiendo previamente a cantazos los cristales que luego su padre postizo repone como si nada. No es fácil la vida así: la policía siempre anda al acecho, y el resto de los convecinos no lo ponen nada fácil. Pero el chico y el vagabundo son felices. La madre del niño se ha convertido en el transcurso del tiempo en una famosa actriz millonaria. Recorre la chica los barrios pobres de la ciudad repartiendo juguetes y cariño entre los niños pobres, acordándose siempre de su propio hijo. Una mañana la madre y su hijo coinciden sin ser conscientes, claro, de los lazos que los unen. La madre le regala juguetes al niño y se percata de que éste esta enfermo. Avisa a un médico, quien se presenta en la casa del vagabundo, confirma que el niño está enfermo y decide tomar cartas en el asunto avisando a un orfanato. Con los días el niño se recupera, y cuando está casi curado llegan los responsables del orfanato y se lo llevan por la fuerza ante la desesperación del vagabundo, quien lucha contra todos por retener al niño. El chico llora de manera desgarradora al darse cuenta de que lo arrancan de los brazos del ser al que más quiere. El vagabundo se zafa de todos los que lo tenía sujeto, y emprende una persecución en busca del niño por los tejados del barrio. Al fin alcanza el vehículo en el que se llevaba al niño y lo rescata entre abrazos y lloros. Los dos deciden pasar la noche fuera de casa, y duermen en una especie de hogar del transeúnte. Pero el dueño del local lee un periódico en el que se ofrece un rescate por la singular pareja. Percatándose de que los que duermen a pocos metros son la pareja que se busca, se lleva al niño en brazos aprovechando que todos están dormidos y lo lleva a una comisaría próxima. Charlot el vagabundo despierta en mitad de la noche y se da cuenta de que el niño ya no está. Lo busca por toda la habitación, lo busca por las calles desiertas..., hasta que llega a su antigua casa y agotado se duerme en junto a la misma puerta. Charlot tiene un extraño sueño, del que le despierta con violencia un policía. Mientras tenía lugar el sueño, la madre del pequeño se había presentado en la comisaría y desvelado al niño toda la verdad. El policía que ha despertado al vagabundo lo introduce en un coche que le conduce a una gran mansión. El policía acompaña al vagabundo hasta la puerta de la casa y llama al timbre. Abre la madre, y detrás de ella aparece feliz el niño que se lanza en los brazos del vagabundo, a quien la chica invita a entrar en la casa con una gran sonrisa. Fin. Todo esto lo cuenta Chaplin con orden y concierto en menos de una hora de reloj.

    Contado así, tal como es, por otra parte, el argumento es el propio y característico del más manoseado y previsible folletín. Ni siquiera el más trillado y sonrojante culebrón venezolano se atrevería hoy a plantear una trama de tal calibre almibarado y demencial. Pues bien, la película de Chaplin funciona hasta extremos difíciles de imaginar.

    Chaplin maneja como nadie los elementos característicos y determinantes del género al que pertenece su película El chico y buena parte de su cine: el melodrama. Chaplin sabía perfectamente bien que las historias de niños abandonados funcionan siempre, al igual que las de las mujeres también abandonadas y entregadas, sin embargo, con absoluto sacrificio al amor; o las de personas humilladas y despreciadas que acaban pudiendo tomarse cumplida venganza; o las historias de familias separadas que se buscan por encima de cualquier dificultad, o...

    ¿Por qué siempre funciona el melodrama cuando lo hace? La respuesta no es fácil, evidentemente, pero creo que tiene mucho que ver con los sentimientos primarios que a casi todos se nos despiertan y nos conforman para siempre durante la infancia, cuando somos niños y el mundo entero, la vida, es lo que sucede entre las cuatro paredes de nuestra casa, el colegio y unas cuantas calles del lugar que habitamos. La niñez es un melodrama en el que con rapidez inusitada se mezclan la tragedia con la alegría desbordante; lo fantástico, imaginativo y alucinante con la realidad cálida del abrazo de una madre. La infancia, repito es melodrama, e inconscientemente aceptamos de buena gana el melodrama, regresamos a él, siempre y cuando quien nos hace llegar de nuevo a él se lo tome en serio, no se ponga por encima y se burle.

    La clave de un buen melodrama siempre está en que su autor y quienes lo hacen posible no se coloquen por encima de la historia, no adopten una postura de suficiencia con respecto a lo que cuentan. Esta fórmula mágica se la oí contar en una entrevista a Pedro Almodóvar, quizá el autor de melodramas más brillante del cine español junto a Buñuel. Y Almodóvar la había aprendido a su vez de Douglas Sirk, el director de cine alemán que en el Hollywood clásico rodó algunos de los melodramas más hermosos, apasionados y delirantes de la historia: Obsesión, Sólo el cielo lo sabe, Hoy como ayer, Escrito sobre el viento, Ángeles sin brillo, Tiempo de amar y tiempo de morir, Imitación a la vida...

    Chaplin nunca se colocó con soberbia por encima de lo que contaba, se lo creía de principio a fin, no como persona tal vez, pero sí como artista, como narrador de historias en imágenes.

    La cuestión es que el sábado por la mañana bajé a comer a casa de mi madre, donde todos los sábados comen también mi hermano, mi cuñada y mis dos sobrinos, niños todavía. Los dos niños venían de haber pasado unos días en Eurodisney con sus padres, y la niña, no habiendo cumplido aún los diez años, ya ha estado varias veces en Londres y en París, y también recientemente había pasado casi diez días en Madrid con mi madre, su abuela, conociendo la capital del reino. Sin embargo yo estaba convencido de que aún ninguno de los dos había visto nunca una película de Chaplin, que ninguno sabía quién era Charlot. Acerté de pleno.

    Antes de comer les pregunté, y ninguno había oído ni siquiera hablar de Charlot. Me lancé al vacío y les dije que le iba a enseñar quién era Charlot, que prestasen un poquitín de atención sólo un rato. Mi madre y mi cuñada me miraron como quien mira a un loco peligroso. ¿Les vas a poner una película muda, en blanco y negro, y de Charlot? ¡No aguantan ni dos minutos!

    Bien, no sólo vieron entera El chico, de principio a fin sin pestañear ni moverse del sofá, es que se rieron en los momentos divertidos, cogieron todos los chistes visuales, quedaron maravillados con el niño..., y en los momentos más puramente melodramáticos, los de la separación por la fuerza de Charlot y el niño, se quedaron en un silencio sobrecogedor, no abrieron la boca, y sus ojos se volvieron agua a punto de desbordarse. Acabada la película se pasaron unos minutos imitando los andares de Chaplin, cogieron el paraguas de la abuela y lo usaron como Charlot su bastón. Vamos, que jamás de los jamases olvidarán ya quién es Charlot, y con él, inconscientemente, la enorme fuerza que tiene el melodrama en estado puro, contado con pasión, inteligencia, finura, arte y nunca infravalorándolo, viéndolo y contándolo así, como por encima del hombro. Pongan un Charlot en su vida, nadie lo olvidará

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    Monday,25 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Ferrán Adrià, Robert Hughes y la Documenta de Kassel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,482 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Leo en un periódico que hace años, un artista italiano de cuyo nombre no puedo acordarme, o bien llevado por la creencia general de que el arte actual es una mierda, o por que su propia obra era considerada una mierda por los aficionados, críticos y expertos, decidió no perder más el tiempo y hacer realidad lo que, al parecer, todo el mudo pensaba. Así, ni corto ni perezoso, defecó en los momentos que le correspondían, y enlató sus deposiciones poniéndolas después a la venta como muestra eficaz del arte contemporáneo y con el explícito título de “Mierda de artista”. No mucho tiempo después, los coleccionistas se disputaban las latas de caca pagando considerables cantidades por ellas. Luego, sigo citando de memoria, creo que el “artista” reconoció que no era auténtica caca lo que enlató, pero este dato, al fin y al cabo, es completamente irrelevante. La cuestión es que la “mierda de artista” obtuvo eco mediático, provocó debate y se vendió. En definitiva, fue un éxito de mercado.

    Ha pasado el tiempo y la confusión ha crecido de forma exponencial. Quizá el último ejemplo de este complejo pandemonium en el que se ha convertido el hecho artístico desde hace al menos un siglo, sea la invitación al cocinero Ferrán Adrià a participar en una de las ferias de arte más importantes del mundo, la Documenta de Kassel. Que Ferrán Adrià haya sido invitado a participar como artista en la muestra alemana concita a vuela pluma al menos dos reflexiones. La primera es que el arte y los artistas españoles no quedan muy bien parados, indirectamente, con dicha invitación. Creo que sólo dos españoles estarán en Kassel, y uno de ellos es un cocinero, no un pintor, un fotógrafo, un escultor, un video artista…, no, un cocinero. Hay un tercero en discordia, Barceló, pero he leído que acude con una galería nada más y nada menos que de Mali.


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    Ferrán Adrià


    Insisto, que sólo dos “creadores” españoles estén en Kassel, y que uno de ellos, además, sea conocido en todo el mundo por hacer salsas en un restaurante, no es, creo, como para que el gremio esté muy contento. Claro que a ninguno del gremio y allegados puede haberles cogido de sorpresa. En las listas internacionales de los mejores cien pintores vivos no hay ningún español, ni uno sólo.

    La otra reflexión que me sale al paso es la que se habrá hecho, imagino, casi todo el mundo. ¿Es un cocinero un artista cuyo trabajo creativo merezca estar invitado a una de las ferias de arte más prestigiosas del globo? La variedad de respuestas que tiene esta pregunta es grande, no infinita, pero sí grande. Lo cierto es que Adrià ha sido invitado, y lo ha sido por gentes que, en principio, deben saber “un huevo” (ya que estamos entre fogones) de todo esto. ¿Y quienes somos nosotros para enmendarle la plana al director de la Documenta? Esta pregunta también provoca un montón de respuestas y reflexiones que tienen mucho que ver, claro, con la definición y recepción contemporánea de conceptos tales como “arte”, “artistas”, “artístico”, “creasivo”, “creación”. Dependiendo de cuáles sean las recetas que apliquemos, y de quienes las apliquen, tendremos múltiples respuestas, y múltiples propuestas. En este sentido, a nadie puede extrañar que el año que viene, en la Documenta, esté invitado Leo Messi dándole variados toques a un balón, que lo esté mi señora madre con sus tapetes de creativo ganchillo, o que lo esté cualquier mozalbete que se tire sonoros pedos olorosos, o escupa gargajos inmensos a una distancia mínima de metro y medio. ¿Por qué no?

    Para añadirle más confusión al asunto, o más claridad, vayan ustedes a saber, sale un prestigioso experto en arte como el australiano Robert Hughes y grita a quien le quiera escuchar eso de “el rey está desnudo”. Es decir, Hughes ha declarado que invitar a Ferrán Adrià a la Documenta es poco más o menos una mamarrachada. Hughes ha declarado que la “comida es comida” no arte, y luego se ha metido a crítico gastronómico, y ha añadido que “en concreto la comida de Adrià es como comer gas y aire; yo prefiero la butifarra con judías, tengo unos gustos muy vulgares”.

    El experto en arte descalifica a Adrià como “creador”, y luego se mete a crítico gastronómico para seguir descalificándolo como cocinero. No sé cuál habrá sido la reacción, si la ha habido, del cocinero Adrià, pero es probable que a su vez descalifique por completo a Hughes como gastrónomo, y de paso, no le dé mucha cancha como crítico de arte. ¿Quién es Hughes para hablar de gastronomía? ¿Quién es Adrià para estar en la Documenta? ¿Quién es el director de la Documenta para invitar a Adrià? ¿Quién soy yo para escribir esta columna? ¿Quién es quién? Las respuestas tal vez estén en el viento, en el viento de la posmodernidad.

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    Friday,22 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Carlos Villar Flor y sus relinchos de luciérnagas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,481 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Las facetas intelectuales y creativas por las que el escritor santanderino Carlos Villar Flor es más conocido son las de narrador y las de profesor y ensayista. Como narrador ha ofrecido ya un conjunto estupendo de relatos en el libro Hay cosas peores que la lluvia (Nobel, 1998), y también la ambiciosa novela Calle menor (Sial, 2004), dos trabajos que lo sitúan como uno de los narradores imprescindibles de nuestra región a lo largo de las últimas décadas, aunque algunos parezcan empeñados en obviar el valor e importancia de nuestros prosistas cuando hacen crítica literaria del periodo. En el terreno académico Villar Flor ejerce de profesor de literatura inglesa en la Universidad de La Rioja, desde donde ha llevado a cabo un reseñable esfuerzo por divulgar entre nosotros la obra del notable escritor británico Evelyn Waugh, de quien ha lanzado una traducción y edición crítica de la novela Hombres en armas (Cátedra, 2003), y a quien ha dedicado la monografía Personaje y caracterización en las novelas de Evelyn Waugh (U. La Rioja, 1997), parte o resumen, si no estoy del todo mal informado, de su tesis doctoral dedicada al célebre autor de Retorno a Brideshead.

    Sin embargo, Carlos Villar Flor comenzó escribiendo poesía y ganando en el año 1996, en Oviedo, el premio Ángel González. En la década trascurrida desde entonces, el narrador y profesor ha seguido escribiendo poesía, aunque según propia confesión de manera un tanto errática y escasa, quizá, apunta él mismo, porque hoy se sienta un poco más feliz, es decir, que nos deja entrever que en su caso la poesía va unida directamente a la ausencia de felicidad, dato que creo no debe pasarse por alto, al menos en futuros análisis más detallados y con más espacio dedicado a comentar su poesía.

    Pues bien, el pasado año la biblioteca poética La Sirena del Pisueña, bajo la dirección de Fernando Gomarín, tuvo la afortunada idea de reunir en un solo volumen casi toda la producción poética de Villar Flor con el título Más relinchos de luciérnagas, haciendo alusión, claro, a la anterior entrega ovetense. En las más de setenta páginas de este nuevo título, el autor incluye algunos de los poemas galardonados con anterioridad, junto a textos nuevos escritos a lo largo de la década mencionada. El conjunto resultante entra dentro de la órbita general de lo que ha venido en denominarse poesía realista, y que en el caso que aquí reseñamos encuentra incluso su mejor definición en la fórmula “poesía narrativa”.

    Sí, prácticamente cada poema de Villar Flor encierra en sus versos un relato, una historia que tiene definidos y bastante nítidos un principio y un final, y no pocas veces una moraleja envuelta en una vitriólica y a la vez triste y melancólica ironía. El carácter narrativo de los poemas es, paradójicamente, a la vez el principal acierto o punto fuerte del hacer de Villar Flor como poeta, y también su principal lastre, la raíz que en no pocas ocasiones sujeta en exceso los versos a la tierra y les dificulta el vuelo, que alcancen la altura necesaria. Tienen un algo de ensayo, de prueba, de ejercicio estos poemas. Algo de gimnasia narrativa tendente al microrrelato acertado, redondo, bien construido. Así todo no es infrecuente que surja en ellos el chispazo, la luz intensa e hiriente de la poesía decantada y verdadera. Una luz que casi siempre viene en las imágenes certeras, en los fogonazos concluyentes de unas palabras cinceladas con inteligencia yo sobrada intención.

    Tas la lectura de Más relinchos de luciérnagas no sé si puede decirse aquello de “aquí hay poeta”. Pero no me cabe duda ninguna que puede asegurarse que aquí hay un autor, hay un verdadero literato.

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    Thursday,21 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Las antologías de Gerardo Diego en ediciones Cátedra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,480 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Dentro de unos días tendré una nueva reunión en la sede santanderina de la Fundación Gerardo Diego para tratar posibles caminos y actuaciones futuras de la misma de cara a finales de este año y el aniversario aleixandrino que se está celebrando este año 2007.

    Coincide esta reunión con la aparición en la librerías del volumen del Cervantes santanderino Poesía española [Antologías], editado por Cátedra y con edición a cargo del profesor y poeta de José Teruel. El volumen recoge las dos célebres antologías (1932 y 1934) que realizó Gerardo Diego de la poesía española de su generación, selección que ha marcado, de forma indeleble, la recepción de dicha poesía hasta nuestros días.

    Lo que los responsables del proyecto pretenden al reeditar juntas las dos antologías, más el nuevo prólogo de la reedición de 1959, es subrayar con trazo grueso la naturaleza generacional de la primera frente a la naturaleza inclusiva o histórica de la segunda. En este sentido, está edición constituye una clarificadora novedad, porque ambas antologías quedaron muy confusas y mezcladas desde la edición de 1959, reimpresa varias veces hasta la última década del siglo XX.


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    Gerardo Diego en el puerto de Santander


    La primera de las obras incluidas en el libro (Poesía española. Antología 1915-1931), sirvió como plataforma de lanzamiento de la que fue llamada después “Generación del 27”, y en ella Gerardo Diego apostó por incluir, con fino olfato, a poetas muy poco conocidos del momento, algunos con obra muy, muy escasa. Los principales ejemplos de aquella arriesgada decisión fueron Juan Larrea, Emilio Prados, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda o Manuel Altolaguirre. La segunda antología (Poesía española. Antología. Contemporáneos), ya no fue un trabajo destinado a alumbrar una nueva generación poética, sino que consistió en un esfuerzo de evidente “naturaleza histórico literaria”, como anuncia el concepto elástico de contemporaneidad, en la que se incluye gran parte de la poesía española desde 1901 a 1934 (con la ampliación de cuatro zonas muy diezmadas en 1932: la poesía modernista, la poesía post-modernista, los poetas de transición a la nómina canónica del 27 y la poesía femenina). Pese a que la segunda antología presenta una nómina más y puede leerse o estudiarse como un espléndido acercamiento a la poesía española del periodo, desde luego que para el lector contemporáneo tiene mayor “tirón” la primera, quizá por ir envuelta en los ropajes y reflejos de una “marca” que casi se vende sola, la del envuelve y avala el producto Generación del 27.

    José Teruel, profesor de Literatura Española de la Universidad Autónoma de Madrid, en las páginas introductorias de esta edición, incide sobre todo en remarcar tres cuestiones: la primera es el proceso de prefiguración de Poesía española desde 1924 a 1930 a través de una serie de consultas, y el arduo periodo de confección que duró nada más y nada menos que catorce meses, desde diciembre de 1930 hasta marzo de 1932, fecha en la que la antología fue puesta a la venta por vez primera en las librerías; en segundo lugar, trata Teruel de los límites entre “poesía poética” y “poesía literaria”, disyuntiva que el poeta y profesor cántabro utilizó para justificar su decidida apuesta por un canon determinado, y con la que anticipó todo el debate estético que se desarrollará a lo largo de todas las décadas posteriores del siglo: poesía del conocimiento versus poesía de la comunicación, poesía de la experiencia versus poesía de diferencia o poesía metafísica; y, por último, José Teruel estudia la acogida de las dos antologías, muy especialmente en la década de 1950, pues el volumen Poesía española acabó convertido en esos años en una referencia básica del lector de poesía español, tanto para los numerosos intelectuales exiliados republicanos, como para los estudiosos y poetas que entonces querían y necesitaban un compendio y canon poético con el que medirse y establecer una relación de continuidad.

    Las antologías gerardianas editadas ahora por Cátedra en un solo volumen, son unas páginas que, en mi opinión, no deberían faltar de ninguna biblioteca española merecedora de verdad de tal nombre.

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    Wednesday,20 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Evelyn Waugh: Una educación incompleta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,479 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ha llovido en Madrid casi todo el breve fin de semana. Llegué el viernes pasadas las 10 de la noche y tras un demencial viaje desde Santander de casi seis horas de duración en autobús. Santander debe ser la única capital de provincia española que aún no está comunicada por autovía con la capital del reino, y también la única que, de momento, queda fuera de los planes de comunicarse por medio de la alta velocidad ferroviaria. Cuando viajas de Santander a Madrid por medios terrestres lo único que realmente echas en falta es el winchester 73 para defenderte de los lobos y los posibles apaches emboscados en las lomas de las montañas que pueblan los paisajes que recorres con lentitud exasperante durante horas y horas. El pasado lunes salimos de Madrid Ella y yo casi a al misma hora. Ella vía aéra camino de Colonia, Alemania, yo en autobús directo a Santander. No había llegado yo aún a Burgos cuando Ella me llamó al móvil tumbada en la cama de su hotel alemán.

    El caso es que ha llovido en Madrid durante mi estancia. No lo ha hecho copiosamente, pero sí con la intensidad suficiente, sobre todo el sábado, como para refrescar mucho el ambiente y dejar miles de charcos naúfragos en el asfalto capitalino. La verdad es que el frescor primaveral invitaba al paseo, y las calles casi desiertas del barrio de Salamanca se disfrazaron el domingo con acierto de tranquilas vías burguesas de un barrio encantador parisino. Ha sido un placer dar tumbos por aquellas calles salpicadas de pequeños restaurantes acogedores, ver los escaparates de las tiendas exclusivas de los diseñadores hispanos, y dejarse impregnar por un ambiente de placidez dominical y desahogo que invitaba a la charla con las manos entrelazadas y a ver pasar la vida sin molestos y ordinarios sobresaltos. Claro que este clima relajante se veía bruscamente roto, de vez en cuando, por los berridos de unos mozalbetes que, vestidos con una extraña camisa blanca con un número negro a la espalda, clamaban al cielo nuboso algo así como ¡Madrid!, ¡Madrid! ¡Madrid, campeón!


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    Evelyn Waugh: Una educación incompleta (Libros del Asteroide, 2007)


    Sentados a comer en un restaurante de la zona, comentamos los cuadros del último Van Gogh que se exponen ahora en el Museo Thyssen y que acabábamos de ver, e indiscretos, prestamos también especial atención a la conversación de una pareja de mejicanos maduros que se quejaban entre suspiros de los altos precios de todo en España. El restaurante estaba lleno, y para subrayar quizá su adjetivo, Barroco, música de Gluck volaba de mesa en mesa logrando el milagro de que las conversaciones fueran muchas y animadas pero todas en voz baja y sosegada.

    Tras comer fuimos caminando hasta un no muy alejado café de nombre parecido al de una revista norteamericana dedicada a la naturaleza, National Geographic. Allí, atendidos por camareras orientales, leímos a gusto la prensa durante un buen rato, e intercambiamos opiniones sobre las elecciones francesas, Gianfranco Ferre, los José Tomás y los toros en Barcelona, etc…

    El tiempo pasa volando, sobre todo cuando uno lo está pasando bien y cree que la vida, por fin, le sonríe de veras. Así que la hora de partir y dar el fin de semana por finiquitado estaba aproximándose a pasos agigantados. Pero antes de coger el coche y partir hacia la estación de autobuses, hicimos un alto en el camino en la Casa del Libro cercana a Goya, o en Goya, lo que nos da completamente igual.

    Había muy pocos parroquianos en la librería, que parecía así más amplia y espaciosa que en anteriores ocasiones. Es de agradecer poder visitar una librería grande y surtida y hacerlo a tus anchas, sin esperas ni atascos. Encontré varios libros de esos que no encuentro directamente en Santander y que me hubiera llevado gustosamente a casa, si no fuera por el dinero que cuestan y porque sin remisión debería colocarlos en el voluminoso montón de libros nuevos que en casa esperan su turno para ser leídos. Mencionaré sólo la biografía de Coco Chanel editada por Circe, el especial que dedicaron a Lubitsch la Filmoteca Española y el Festival Internacional de San Sebastián, y un libro de versos de Paul Morand editado por Renacimiento. La primera es un personaje que me apasiona sin saber muy bien los motivos, y la lectura del libro que le dedicó el propio Paul Morand echó más leña al fuego de mi sed de saber sobre ella. Paul Morand siempre ha llamado mi atención por ser un escritor bon vivant, decadente y borracho de spleen parisino y "baudelairiano". La obra americana del director de cine alemán me entusiasma, y no tendría ningún problema en encerrarme en un cine para ver seis o siete de sus películas, maratón cinematográfica al que ya me he sometido en más de una especial ocasión, aunque con variedad de cintas en el menú.

    Ninguna de estas publicaciones cayó en el saco roto de mis apetencias. Sin embargo, ante la inmediatez de la partida hacia Santander y la casi urgencia de encontrar lectura adecuada para tan largo viaje, un libro llamó a gritos mi atención desde la estantería en el que esperaba cliente adecuado. Cuando lo tuve en mis manos no dudé un instante. ¡Este me lo llevo conmigo!, grité de júbilo, y el final de conmigo, migo, migo, migo, migo…, fue abriéndose paso como eco por los pasillos desiertos. Una educación incompleta, de Evelyn Waugh (Libros del Asteroide, 2007), este es el libro en cuestión.

    El escritor británico convertido al catolicismo Evelyn Waugh (1903-1966), alcanzó en nuestro país fama y prestigio cuando la entonces única televisión española emitió por capítulos la serie televisiva Retorno a Brideshead, basada en su novela del mismo título, y protagonizada, entre otros, por el entonces joven y casi desconocido Jeremy Irons.

    Retorno a Brideshead (1945) es desde luego su novela más celebrada, y yo me recuerdo a mí mismo corriéndome alguna de las clases de Historia Moderna del profesor Fortea para avanzar lo más posible en la novela conocer el desenlace en las vidas de sus protagonistas. No hace muchos meses volví a ver la serie entera en dvd de forma casi seguida, y no sólo no decayó mi recordado entusiasmo, sino que se incrementó varios enteros. De ahí que a nadie extrañe nada el que corriese como un poseso a hacerme con esta autobiografía, de Evelyn Waugh, título con mucha buena fama dentro del género, género que cada vez conquista más y más espacio en el terreno de mis intereses lectores.

    “Sólo cuando se ha perdido toda curiosidad hacia el futuro se ha alcanzado la edad de escribir una autobiografía”. Así da comienzo este primer y único volumen de la autobiografía de Waugh, quien murió sólo dos años después de publicarlo (1964) sin haber podido ponerle punto y final a su continuación. Por las poco más de 300 páginas del libro deambulan los antepasados del escritor, su familia más inmediata, sus años escolares y su vida como estudiante de Historia Moderna en la Universidad de Oxford, etapa que le inspiró algunas de las mejores y más inspiradas páginas de su Retorno a Brideshead. Escrita con humor, mirada sarcástica y poco autocomplaciente, y una autoironía de muy buena ley, esta autobiografía incompleta promete convertirse en una de las lecturas de la temporada. Desde luego las más de cien páginas que cayeron en las seis horas de viaje así lo proclaman.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,19 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Adam Zagajewski y los libros que se mueren: Antenas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,477 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Llaman a la puerta de casa poco después de comer. Es el “hombre de El Corte Inglés” que trae una nueva librería, regalo adelantado de mi madre por mi próximo cumpleaños. Hago trizas el embalaje y colocó el nuevo mueble en el lugar pensado, no muy lejos de mi cama. El perro Miller observa todo tranquilo y aburrido tumbado en el suelo. Empiezo a recoger las columnas de libros distribuidas durante meses por el suelo y voy colocando los ejemplares en las baldas. En unos veinte minutos todas las baldas están cargadas de cientos de libros, fundamentalmente de poesía. Antes de colocar en su nuevo hábitat los libros les paso por encima un trapo para el polvo, y me doy prefecta cuenta de que ellos, como nosotros, envejecen, y algunos lo hacen mejor que otros. Amarillean sus páginas antes blancas y jóvenes, les salen arrugas y manchas, algunos presentan heridas y dobleces, enseñan huellas y golpes, han respirado y vivido mucho los libros, todos tienen su particular historia, todos atesoran una vida en palabras.

    Acabada la faena, y como es habitual en toda revisión y mudanza, varios libros quedan arrinconados en una esquina de la habitación. Por una u otra razón han muerto para mí, y son merecedores de reencarnarse en algo nuevo. Los meto en una gran bolsa de papel y rato descansan en el contenedor de papel y cartón. Quizá algún día alberguen en su materia palabras nuevas, nuevos cuentos, nuevos poemas.

    Con ánimo melancólico callejeo un rato sin rumbo fijo y mis pasos me conducen justo hasta mi librería de cabecera. Entro sin ninguna convicción, sólo por matar un poco de tiempo, y pronto me encuentro deambulando entre las baldas y mesas cargadas de libros. Ejemplares expuestos que alguien se llevará a su casa y allí envejecerán sirviendo con fidelidad al comprador, a su familia y amigos. Y si el libro tiene suerte y ha sido considerado valioso, seguirá envejeciendo pasando de generación en generación, de mano en mano. Otros ejemplares no tendrán suerte, y acabarán en la guillotina para luego volver a transformarse en pasta de papel y esperar otra oportunidad.


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    Adam Zagajewski: Antenas (Acantilado)


    Tengo la sensación trágica de haber traicionado a los libros que he enviado al contenedor de cadáveres. Y ser consciente del envejecimiento imparable de mi biblioteca, acompañando al mío, me deja un gusto extraño en la boca, una sensación de desasosiego indefinible en mi interior.

    Quizá para compensar las últimas pérdidas acabo comprando un nuevo inquilino para mis baldas. Se trata del último libro de poemas traducido al español de Adam Zagajewski, Antenas (Acantilado). Ya he escrito con anterioridad sobre el escritor polaco. Es mi último gran descubrimiento personal en el campo de la escritura. Estoy enamorado de los libros de Zagajewski, de su prosa, de sus poemas… Su poesía es la que me hubiera gustado poder escribir a mí, es todo lo contrario a lo que hago. Su poesía es de expresión sencilla y depurada, eficaz en su naturalidad, alejada por completo de lo que él mismo llama “estilo elevado”, barroco, acumulativo. Y sin embargo es una poesía de una hondura sobrecogedora. Las palabras están en ella dispuestas de tal modo que comunican y revelan, cuentan y sugieren, son a la vez un cuento maravilloso para niños y un tratado de metafísica, hablan de lo conocido y lo desconocido, de lo blanco y lo negro, de lo oscuro y lo luminoso.

    Me siento en la silla del despacho y abro el libro por una de sus páginas cualquiera. Elijo un poema al azar, “Nochevieja 2004”, y leo sus versos: “Estás en casa y escuchas largo tiempo/ grabaciones de Billy Holiday/ que canta melancólica, soñolienta./ Cuentas las horas que aún/ te separan de la medianoche./ ¿Por qué los muertos cantan tranquilamente/ y los vivos no pueden liberarse del temor?

    Y acto seguido pienso en mis libros muertos y en sus cantos para nadie, y en efecto, no puedo librarme del temor. Sé que aún sigo vivo.

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    Monday,18 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Enamorado de la Osa Mayor, o Sergiusz Piasecki]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,476 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Como dijo de sí mismo Oscar Wilde, hay tipos que ponen el genio en su vida y sólo el talento en su obra. Indudablemente uno de esos tipos fue Sergiusz Piasecki. Lo que sabemos de la vida de Piasecki parece directamente extraído de un guión de Hollywood realizado para una película de aventuras cargada de espías, combates, secretos, riesgos..., o también sacado de un relato de R. L. Stevenson o Joseph Conrad.


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    Sergiusz Piasecki


    Nuestro hombre nació en 1899, y saliendo apenas de la adolescencia ya era una guerrero del ejército polaco que ocupó la ciudad de Minsk. Con el grado de suboficial del citado ejército, participó en la guerra del año 1921 contra el revolucionario y gran vecino ruso. Pero paradójicamente, a partir del año siguiente y durante cuatro años seguidos trabajó para el incipiente Servicio Secreto soviético. Después ya no se sabe donde empieza la realidad y acaba la leyenda: se dedicó primero al contrabando y luego directamente al bandidaje, por lo que fue puesto precio a su cabeza y condenado a muerte. Cuando los nazis ocuparon Polonia tras la invasión del año 1939, Sergiusz Piasecki fue evacuado de la prisión en la que cumplía condena y esperaba su ejecución, que le fue conmutada por la pena de 15 años de cárcel. Nada más a ciencia cierta se supo de él. Para unos entró a formar parte de la resistencia polaca contra los invasores alemanes, para otros, una vez finalizada la guerra, emigró a Inglaterra. Muchos señalan con misterio el año de su muerte en torno a 1964, cuando los Beatles cantaban aquello de “qué noche la de aquel día” y “no puedes comprar mi amor”. Nunca más se supo de él.


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    Sergiusz Piasecki: El enamorado de la Osa Mayor (Acantilado, 2006)


    Probablemente Piasecki fuera nada más y nada menos que un oscuro nombre más entre los muchos hombres de acción que en el mundo han sido, si durante su larga estancia en el presidio polaco no le hubiera dado por escribir una novela de acción basada en su propia biografía. Lo hizo sin preparación literaria alguna, guiado sólo por el instinto de contar una historia de la que, evidentemente, sabía muy bien muchas cosas. Al resultado final de su esfuerzo narrativo le puso un titulo a todas luces difícil de olvidar: El enamorado de la Osa Mayor, páginas que hoy pasan por ser una de las más eficaces y atractivas novelas de aventuras del último medio siglo, una delicia absorbente de principio a fin cuya nueva edición en español sacó a la venta el pasado año la editorial barcelonesa Acantilado, una empresa editora que cada vez merece más aplausos y reconocimientos, es decir, más ventas de sus por lo general estupendos títulos.

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    Friday,15 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Con Álvaro Pombo en la Real Academia Española]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,474 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Quienes sigan con alguna asiduidad estas páginas, sabrán que no hace muchas semanas escribí sobre una comida que celebramos en Santander como homenaje al escritor Álvaro Pombo, y cuya razón de ser fue el festejar que se le había puesto su nombre a la biblioteca de un instituto de las afueras de la capital de Cantabria. En aquella ocasión, un Álvaro Pombo feliz y completamente a sus anchas, mientras comía con voracidad cantábrica una raba detrás de otra, prometió devolver en Madrid el convite, y hacerlo además en una lugar emblemático y significativo: la Real Academia de la Lengua Española.

    Por regla general estas invitaciones de sobremesa quedan en agua de borrajas, pero en el caso de Pombo hay que reconocer que no ha sido así, y tras fijar un fecha para casi todos conveniente, el pasado lunes día 11 tuvo lugar la visita a la Institución y la posterior comida.


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    Álvaro Pombo


    Muy de mañana salió de Santander un pequeño autobús cargando con los profesores culpables de dar el nombre de Álvaro Pombo a la biblioteca de su centro, y a la cabeza de todos ellos viajaba Blanca Gutiérrez Morlote, principal culpable del asunto y compañera inmejorable de tertulia radiofónica. Yo me encontraba ya en Madrid dicho lunes día 11, pues los avatares de la vida hacen ahora que muchos de mis fines de semana transcurran en la capital de la nación. Me levanté por la mañana algo temprano, dado que Ella, por motivos de trabajo, tenía que estar en el aeropuerto camino de Alemania poco antes de las once. Desayuné poco y leí mucho, y a eso del mediodía salí de la urbanización y fui andando despacio hasta la Real Academia. Hacía ya en Madrid un calor ordinario y de fritanga, y procuré caminar por la sombra que dan los árboles del Jardín Botánico y el paseo del Prado. Llegué enseguida a la entrada de la real institución, y le di la vuelta al edificio para ver cómo iban las obras que lo tienen en arreglo y barricada. Me senté en un banco cercano, a la sombra de un árbol escuálido, y vi llegar al director, Víctor García de la Concha, en coche oficial con chófer impecable y servicial. García de la Concha tiene algo en los andares, la disposición del cuerpo y la mirada de seminarista, de alguien que se ha criado entre curas y monjas y está acostumbrado a los sermones, a darlos y recibirlos. Al poco llegaron mis compañeros de visita, y una vez todos reunidos en rebaño turístico, accedimos a la casa, donde Álvaro Pombo ya nos esperaba con traje, corbata y medalla de oro en la solapa, la medalla de académico.

    Decir que Pombo es simpático, afable, cálido, abierto..., es echarle gotas de agua salada a ese gran charco que es el mar. Pombo lo había dispuesto todo con mimo y calor, como sólo un anfitrión entregado y muy puesto en su papel puede hacerlo. Distintas personas amables y simpáticas nos enseñaron todo lo que puede enseñarse de la Real Academia, salvo el despacho del director, pues García de la Concha estaba laborando en él, y no era cuestión de importunarlo. Nos mostraron y explicaron las alfombras, los cuadros, las sillas, los jarrones, las lámparas, las salas, las bibliotecas, el salón de actos, la peculiar sala de trabajo que tantas veces hemos visto en la televisión, los percheros de los académicos, los despachos vacíos, distintas salas, algunos manuscritos (Zorrilla, Lope...), muchos tesoros bibliográficos, los lugares en los que los especialistas elaboran e informatizan las fichas con las que trabajan en las palabras, la sala en la que un grupo de filólogas responden casi de inmediato y electrónicamente las consultas sobre nuestro idioma que les llegan de cualquier lugar del globo... Repito, con orden y concierto, un poco a toque de carga, nos lo enseñaron todo, mientras los profesores del grupo ejercían de japoneses despistados y le sacaban fotos también a todo, desde las alfombras hasta los cuadros, pasando las salas y sus recovecos.


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    Real Academia Española


    Me gustó la Academia de la Lengua, me hizo gracia ese aire un poco provinciano y a casino de pueblo rico que tiene, alejado de la “grandeur” y de las pretensiones epatantes y un tanto snob que siempre tienen tan grandes instituciones, por ejemplo, en Francia. Nuestra Academia es modesta, y en ella todo parece ir también un poco como de puntillas, como para parecer un pelín más alta y grande de lo que en realidad es.

    Cuando el “periplo turístico” llegó a su fin, Álvaro nos condujo hasta las habitaciones que lo fueron durante muchos años del Secretario Perpetuo de la Academia, y donde ahora se sirven las comidas particulares a los académicos y sus invitados. La habitación, con chimena esquinera y mesa amplia en el centro, tiene el pálpito de una habitación de casa particular y privada, acostumbrada eso sí a recibir con asiduidad a “gentes bien”. Cada plato tenía grabadas las iniciales de la Academia, al igual que los cubiertos todos. No éramos muchos a comer, creo que hacíamos la docena más o menos, contando a Álvaro y a sus primas, dos personajes sacados directamente de las novelas de su pariente, con parada y fonda previa en alguna página de Proust. El menú, escogido y muy meditado por Álvaro, fue exquisito. No puedo citarlo de memoria, aunque conservo la tarjeta que lo detallaba firmada, claro, por el escritor, en recuerdo de tan peculiar momento. Comimos, de eso estoy seguro, jamón, muslitos de codorniz, ensalada de bogavante, carne templada de ternera, tarta de frambuesas, dulces varios, café, y todo regado con un excelente tinto de reserva escogido, según cantó Álvaro, por los propios académicos tras arduas deliberaciones y algunas probaturas.

    Lo pasamos muy bien. La conversación, como no podía ser de otra manera, derivó en múltiples temas y se trataron asuntos diversos y dispares. Se habló de libros y literatura (poco), algo de historia (bastante), otro poco de fútbol (más bien mucho), y también se trató, como quien no quiere la cosa, de revoluciones, impuestos, anarquismo, burguesía, regionalismo..., y otros politiqueos, sin saltarse, hasta ahí podía llegar la cosa, las necesarias menciones a entierros, familias, mares y océanos, barcos, playas, vientos, mareas, prados, nubes, salitres, ateneos y demás "santanderinismos" varios. En resumen, una jornada para anotar con algún lustre en las páginas ya pobladas de la memoria.

    A las seis y media de la tarde, el pequeño autobús nos llevaba a todos los expedicionarios de vuelta a las humedades y frescuras de nuestra ventana abierta al norte. Y una vez en la cama, ya respirando la madrugada, no pude reprimir una sonrisa de boba e infantil melancolía.

    Otros textos de Juan Antonio González Fuentes sobre Álvaro Pombo:

    Planeta Pombo, Álvaro Pombo.

    Reseña del libro La fortuna de Matilda Turpin, (Planeta, 2006)

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    Thursday,14 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Las sinfonías de Brahms según Bruno Walter]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,473 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Cuenta la leyenda que en un examen realizado en sus años de conservatorio, a la pregunta ¿cuántas sinfonías compuso Chaikovsky?, un joven Igor Stravinsky respondió que tres. El examen del futuro genio musical era perfecto, y los examinadores no entendían semejante fallo en un chico tan brillante: cualquier aficionado a la historia de la música sabe que Chaikovsky compuso 6 sinfonías, siendo la última probablemente la más famosa y popular, la conocida con el sobrenombre de “la Patética”. Pero es que para agravar la cosa, la pregunta se refería al considerado sinfonista ruso más importante de la historia, y no saber el número de sinfonías escritas por el más famoso compatriota era intolerable. Y ya para sacar de quicio la cuestión, se daba la circunstancia pública y notoria de que Stravinsky adoraba a Chaikovsky, e incluso el joven compositor fue uno de los pocos que velaron el cadáver del maestro muerto.

    El tribunal examinador, perplejo y confuso, llamó al orden a Stravinsky, y le recriminó abiertamente el fallo intolerable. El futuro genio de la música del siglo XX se quedó mirando a los examinadores y les aseguró que eran ellos los equivocados: Chaikovsky sólo compuso tres sinfonías, -reiteró el muchacho-, la Cuarta, la Quinta y la Sexta.


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    Johannes Brahms


    Junto a esta anécdota siempre me viene a la mente otra que poco tiene que ver con la primera, y es la siguiente. Aseguran los aficionados que de las cuatro sinfonías escritas por Brahms, son los movimientos correspondientes al número de cada sinfonía los mejores, los más hermosos. Así, el mejor movimiento de la Primera sinfonía brahmsiana sería el primero, el segundo de la Segunda, el tercero de la Tercera y el cuatro de la Cuarta.

    Es muy probable que estas anécdotas o comentarios sean apócrifos, meros bulos, o respondan sólo a la mente calenturienta de algún aficionado a la gran música con mucho tiempo libre y alguna imaginación. La verdad es que nos da lo mismo. Como anécdotas o historias de raíz musical son curiosas y atractivas, y además me sirven para incitarles a todos ustedes a una compra y a una posterior audición. Me explico.

    El sello discográfico Diverdi, dentro de su colección United Archives, acaba de poner a disposición del público tres discos compactos que son tres joyas que hay que cazar al vuelo sin dejarlas escapar, bajo ningún concepto, pase lo que pase. Se trata de todas las sinfonías de Brahms, las oberturas y las conocidas Variaciones sobre un tema de Haydn, en versión de una de las cinco grandes orquestas norteamericanas, la Filarmónica de Nueva York , y uno de esos directores cuya sola mención hace evocar toda una época, quizá la última verdaderamente grande de la historia, de lo que se conoce como música clásica: Bruno Walter (Berlín, 1876-Beverly Hills, 1962), el legendario músico, el pianista, el director de orquesta, el escritor y atinado crítico, el último discípulo de Gustav Mahler, y sin duda uno de los mejores traductores de la historia de la obra orquestal del que fuera director de la Ópera de Viena.


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    Bruno Walter


    Los discos a los que hago referencia se grabaron entre el mes de febrero de 1951 y el de diciembre de 1953 en Nueva York, capital cultural del país en el que Walter se refugio y trabajó tras la eclosión del nazismo en su Alemania natal. Los tres discos brahmsianos de Walter pueden ser considerados como referencias absolutas dentro del repertorio, quizá por encima de los que él mismo grabó algunos años más tarde con la Orquesta Sinfónica Columbia. En ellos Bruno Walter cincela en la música del maestro de Hamburgo sus principales características como director de orquesta: lirismo, espontaneidad, fluidez, efusividad, transparencia, arrebato, fuerza, pasión, teatralidad... Walter no ofrece en estos discos el resultado de un ejercicio intelectual, no es un director analítico, preocupado fundamentalmente por convertir de manera estricta e impecable en sonido las grafías dejadas por los autores en la partitura. No, en Bruno Walter, director de la gran escuela alemana que tuvo en el mítico y extravagante defensor de Wagner, Hans Von Büllow, a uno de sus representantes más insignes, prima el sentimiento por encima de la interpretación cerebral, y el resultado, en el que caso que nos ocupa, es decir, las cuatro sinfonías de Brahms con la Filarmónica de Nueva York, es sencillamente inconmensurable: arde la música en un interpretación arrolladora, pasional, cargada de fuerza y lirismo de muchísimos quilates, algo casi inaudito en un hombre que estaba ya acercándose a los 80 años de edad.

    Estos discos son imprescindibles y no deberías estar ausentes de ninguna discoteca de un melómano que se precie de serlo de verdad. Y para colmo de alegrías no son carísimos. Escuchen el Bramhs de Walter, no se lo quitarán de la cabeza, no se lo podrán quitar de los oídos.

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    Wednesday,13 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Arroita-Jáuregui, Ionesco y Jesús Franco (Jess Franco)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,471 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Nunca llegué a conocer personalmente a Marcelo Arroita-Jáuregui Alonso, y nunca he leído uno de sus libros de versos. Sé que nació en un pueblo de Cantabria, La Hermida, en 1922, y que murió en mi ciudad, Santander, hace ahora 15 años, en 1992, y que, en consecuencia, muy pude haberlo conocido y tratado. Ya he dicho que escribió poesía, pero además fue escritor joseantoniano, traductor, crítico cinematográfico en El Alcázar y el diario santanderino Alerta y, además, actor de cine en muchas películas de un director tan inclasificable como Jesús Franco, un Ed Wood hispano.

    Sé también que estudió Derecho, probablemente por libre en Oviedo o Valladolid, y desde muy joven publicó críticas cinematográficas en periódicos y revistas como Alerta, Alcalá, Ateneo, La Hora, Correo Literario, Objetivo y Film Ideal. En el año 1944, no mucho después de que terminase la guerra civil y Santander se abrasase por el fuego y el viento sur, Arroita-Jáuregui, se convirtió en uno de los impulsores de la revista literaria santanderina Proel, pasando a formar parte del llamado grupo Proel junto a poetas como José Hierro, José Luis Hidalgo, Carlos Salomón o Julio Maruri, y en el que él, Marcelo, quedó como una figura secundaria, una nota a pie de página en la historia de la literatura de provincias.

    Durante esta etapa de su vida dio a conocer sus poemas a través de buena parte de las principales revistas poéticas españolas de los años 1940, llegando después a publicar dos libros de versos poco memorables, por lo que cuentan: El hombre es triste en 1951 y Tratado de la pena en 1958. Dos títulos que no parecen invitar, precisamente, al optimismo.


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    Jesús Franco: Fu Manchú y el beso de la muerte


    No había caído en la figura de Marcelo Arroita-Jáuregui hasta que hace unos meses, revisando en dvd la película Calle Mayor (1956) de Juan Antonio Bardem, observo que en los títulos de crédito el poeta de Proel aparece como auxiliar de dirección. Me quedé perplejo. Volvía a pasar el plano del crédito y lo detuve fijo en la pantalla. Sí, no había posibilidad de error, era el poeta. Inmediatamente busqué en internet más noticias del poeta, y me llevé una sorpresa mayúscula, pues tiene bastantes páginas dedicadas a él, a su labor sobre todo como hombre de cine.

    Y es que a partir de finales los años 1950 comenzó la estrecha relación del poeta santanderino con el mundo del cine español de los años sesenta y primeros setenta, en el que como actor secundario participó en decenas de películas de directores emblemáticos de nuestra cinematografía como Mario Camus, Jesús Franco, Fernando Fernán Gómez, Rafael Gil, Manuel Summers, Pedro Lazaga, etc... Y que sus trabajos de clase b como secundario en películas de terror (Dr. Orloff's Monster, The Diabolical Dr. Z, Attack Of The Robots...) y de otros géneros realizadas por Jesús Franco (Jess Franco), le habían convertido en un actor más o menos conocido en los circuitos minoritarios y adictos a lo extraño de EE.UU.

    Mi sorpresa cada vez iba en mayor aumento. Y se desbordó cuando comprobé en internet que había escrito una pequeña monografía sobre el director del Hollywood clásico Rouben Mamoulian en 1973. Inmediatamente me puse a buscar el libro y lo encontré ofrecido por una librería electrónica. Lo pedí y me llegó a casa, muy barato además. Se trata de un librito editado por el Festival de Cine de San Sebastián, y su lectura no es desde luego nada desdeñable, siendo, muy probablemente, una referencia en castellano sobre el director de películas tan hermosas como La bella de Moscú.

    ¿Un poeta del Santander proelista escribiendo sobre Mamoulian, siendo miembro del jurado del Festival de San Sebastián en 1963, trabajando como actor en películas de clase B o C de Jesús Franco y convertido en un nombre casi de culto en el subgénero, e incluso teniendo una entrada en la sección de Filmografías y películas del New York Times en internet? Increíble, pero cierto.

    Ahora Marcelo Arroita-Jáuregui vuelve a ser nombrado en los suplementos de los periódicos nacionales, pues es el autor de la traducción (dicen que bastante mejorable) de los diarios de Ionesco que acaba de editar el sello madrileño Páginas de espuma.

    Pues ahora que llega el buen tiempo y quizá haya un poco más de tiempo libre, voy a organizarme un ciclo Arroita-Jáuregui en mi propia casa. Volveré a ver Calle Mayor de Bardem, releeré su biografía de Mamoulian, pasaré en dvd La bella de Moscú, le echaré un vistazo a algunos de sus poemas que he podido encontrar, leeré su traducción de los diarios de Ionesco, y, si tuviese la inmensa suerte de poder hacerme con alguna, haré una sesión ininterrumpida de sus películas de terror dirigidas por Jess Franco. Ah, y acabaré viendo, de nuevo, Ed Wood, de Tim Burton, ese supremo homenaje al entusiasmo y energía de quien sin especial talento se empeña en crear, en crear y en crear.

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    Monday,11 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Trovador en el Teatro Real: paso al desenfreno]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,470 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Desconozco si algún ocioso aficionado a la ópera ha elaborado alguna vez una lista con los argumentos más desenfrenados del género. De existir dicha lista, a buen seguro que el argumento de Il Trovatore, basado en la homónima obra de García Gutiérrez, ocupará uno de los primeros lugares de la misma. Entre otros ingredientes rocambolescos el argumento ofrece, por ejemplo, un conde que manda quemar viva a una gitana, mientras ésta le pide venganza a su hija, quien secuestra a uno de los hijos del conde y acaba haciendo de su madre; una novicia que escapa del convento para reunirse con su amante pero termina suicidándose por amor; dos hermanos que desconocen que lo son y luchan entre sí por la misma mujer hasta que uno acaba mandando matar al otro; un hombre que corre a morir por salvar a una gitana pensando que es su madre cuando en realidad es alguien que busca vengarse de sus verdaderos padre y hermano...

    En fin, la historia de Il Trovatore representa en estado puro las ideas más convencionales, reconocibles y transmitidas generación tras generación de lo que “el común” de la sociedad parece que entiende es la ópera, es decir, un melodrama sin tasa en su generalizada demencia argumental, propenso al cartón piedra y a la puesta en escena confeccionada en un “todo a cien” conceptual; la quintaesencia de un género artístico cuando menos extravagante, por no calificarlo de irritante, casposo, polvoriento y trasnochado. A nadie puede extrañar, por tanto, que la descacharrante noche en la ópera marxista transcurra durante una representación de Il Trovatore, o que Danny Kaye hiciese su cinematográfico debut operístico con esta obra, dando un cómico traspiés cuando entra en escena vestido de mamarracho.


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    Teatro Real de Madrid


    Un problema añadido de esta ópera es que no admite nada bien las actualizaciones, en contra de lo que sucede, sin ir más lejos, con Macbeth, Stiffelio, Rigoletto o Un ballo in maschera. Por todo lo dicho, creo que la mejor forma de que tanto artistas como espectadores nos acerquemos a este drama verdiano, como a buena parte del género, es no sólo admitiendo el desenfreno original, sino sumándonos con entusiasmo al mismo. Verdi hubiera echado a patadas a los directores modernos que intentan hacer “razonable” su Trovador; él eligió esta historia de romanticismo hiperbólico, como atestiguan algunas de sus cartas, precisamente por su carácter salvaje y, sobre todo, porque encontró en los cuatro protagonistas de la historia una alucinada disposición a cumplir su destino hasta la muerte, abandonándose para lograrlo a la irracionalidad y al juego contradictorio del amor-odio y la venganza. En esta dirección, y como ha señalado Gabriele Baldini, el Verdi de mediados del XIX se sitúa muy cerca de la apuesta dramática de John Webster, elaborada apoyándose en una estructura típica de las tragedias de venganza, inmersas siempre en una atmósfera de anarquía moral y de irrefrenable desvarío.

    Además, el desenfreno argumental de Il Trovatore no es ni mucho menos gratuito para los intereses musicales de Verdi. Por el contrario, es muy beneficioso y necesariamente consustancial a la implacable variedad rítmica con la que el músico estaba entonces trastocando las estructuras musicales que sostenían el viejo edificio operístico italiano. En Il Trovatore todo transcurre a una velocidad endiablada, saltándonos encima, como escribe John Rosselli, las secciones de cabaletta de las arias, los duos, los tríos, los coros. Lo de menos es la verosimilitud o interés de lo que sucede en escena, lo importante para Verdi era contar con una entramado argumental que le facilitase ejercitar esa riquísima variedad rítmica que le hace uno de los genios indiscutibles en su manejo.

    Pero con toda seguridad el más alto valor de Il Trovatore reside en la línea vocal de los cuatro personajes principales. Un diseño vocálico mediante el cual Verdi confiere a cada uno vida propia, dotándoles de una carta de naturaleza anímica y espiritual inconfundibles y definitivamente eficaces en el desarrollo dramático de la historia. Quizá esta sea la explicación más acertada por la que Il Trovatore, desenfrenado y demencial melodrama, se mantiene en la cima del repertorio, y por la que cada vez que escuchamos al trovador Manrico atacar el Di quella pira, no podemos resistir las ganas de desenvainar una espada y lanzarnos con él al rescate de su impostora madre, siempre infeliz e implacable por amor de venganza.


    Otros textos de Juan Antonio González Fuentes sobre Giuseppe Verdi:


    Verdi e Isaiah Berlin, o de erizos y zorras

    Tutto Verdi!!!

    Simon Boccanegra, un Verdi de tintes oscuros en Valencia

    Verdi 1874, de José Hierro

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    Friday,8 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Maurice Sachs lee a Marcel Proust]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,468 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Muy recientemente ha caído en mis manos un libro del que para mí era un autor desconocido, Maurice Sachs. Se trata de París canalla, editado por la editorial madrileña Trama en el año 2001. El libro es un diario del autor que abarca desde julio de 1919 hasta octubre de justo diez años después, es decir, desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta el año del primer crack capitalista occidental.

    Maurice Sachs es el pseudónimo de Maurice Ettingshausen (París, 1906-Hamburgo, 1945?), un escritor francés quizá más interesante como personaje o tipo que explica una época que como escritor en sí mismo. Sachs había nacido en una riquísima familia de judíos alsacianos, y muy joven entró a formar parte de los ambientes literarios parisinos más adelantados y modernos, logrando construirse al poco tiempo una leyenda de aventurero, provocador, cínico, borracho y estafador. Durante la ocupación nazi de Francia en los años 1940, Sachs, el judío Sachs, colaboró con las tropas invasoras, mostrándose un consumado ejecutante del arte repugnante de la delación y el marcadeo en la negrura de las necesidades de los demás. En 1942 se enroló como trabajador voluntario y marchó a desempeñar su nuevo cometido a la ciudad de Hamburgo, donde se le perdió para siempre la pista, suponiéndose que sucumbió en alguno de los bombardeos a los que fue sometida la ciudad por la aviación aliada.

    Todos sus trabajos y escritos fueron publicados después de su muerte, destacando El aquelarre, recuerdos de una juventud tumultuosa, autobiografía redactada con violencia inaudita y falta de pudor, que es muy rica, según se cuenta, en resonancias clásicas y en cuadros o escenas de gran interés para conocer la vida en la capital francesas de los años veinte.

    En este diario de un imberbe que en español titularon los editores París canalla, Sachs refleja cómo era la existencia, los cambios que se produjeron en la entonces capital del mundo, París, en esa época tan efervescente que fue la del jazz, el cubismo, las primeras películas merecedoras de tal nombre, los ismos y las vanguardias, los primeros happenings artísticos, etc...


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    Marcel Proust


    Por su diario Sachs hace desfilar, entre otros muchos protagonistas de su juventud, a Max Jacob, Maritain, Marcel Proust, Gide, Anatole France, Gallimard, Cocteau, Satie, Picasso, Chane, Sylvia Beach, Miró, Matisse, Diaguilev..., perfilando un cuadro llamativo y sumamente atractivo de lo que fue la vida artística y desahogada del gran mundo occidental en los llamados “felices” años 1920.

    Pero Sachs en sus páginas va más allá de una mera evocación histórica, y en algunos momentos logra el “milagro” de traspasar al lector con su prosa, de ensanchar su mente y su visión de las cosas. Así, el 27 de julio de 1919, es decir, con tan sólo trece años de edad, escribe una entrada en la que comenta la lectura en la Nouvelle Revue Française de unas líneas publicadas por Proust. La inteligencia y sagacidad del comentario no ofrecen lugar a la duda. El niño Sachs señala que Proust conoce muy bien a las mujeres y jamás habla de ellas a la ligera, y que siempre reclama del lector un momento de atención sostenida; atención que es probable le canse desde el mismo principio, pero no porque el estilo o el pensamiento de Proust contengan la menor complicación, sino porque a Proust no se le puede leer sólo con la vista para registrar la acción, hay que aplicar, además, el pensamiento, e incluso la conciencia, para descifrar todo el sentido del texto.

    ¿Qué ocurre con Proust?, ironizaba el niño Sachs en 1919, ¿se trata de un tremendo rompecabezas y quienes a diario presumen de inteligentes no pueden serlo sino corriendo? Y a continuación, el niño Sachs desafiaba a los lectores del futuro, es decir, a ustedes, a mí, proponiéndonos la lectura del siguiente párrafo proustiano, la claridad misma hecha palabras, en el que las sagaces y atinadas reflexiones del niño Sachs parecen cobrar vida delante de nuestros ojos, de nuestra inteligencia:

    “Los días en que Mme Swann no salía para nada de casa, se la hallaba envuelta en una bata de crep de China blanca como la nieve virgen y, a veces, también en una larga muselina de seda encañonada, como una brazada de pétalos rosas o blancos que hoy equivocadamente nos parecería poco adecuada para el invierno. Por que esos tejidos ligeros y esos colores suaves daban a la mujer ¬–en el calor sofocante de los salones de entonces forrados de cortinajes, que los novelistas mundanos calificaban, cuando querían ser de una elegancia suprema, de ‘muellemente acolchados’- el mismo aspecto friolento de las rosas que junto a ellas podían mantenerse, a pesar del invierno, en el rosicler de su desnudez como en primavera. Debido a la atenuación de los sonidos originada por las alfombras y a su tendencia a retirarse en las rinconadas, la dueña de la casa, al no advertir vuestra llegada como hoy, continuaba leyendo hasta que ya casi estabais ante ella, lo que añadía un toque más a esa impresión novelesca, a ese encanto como de un secreto sorprendido que encontramos hoy de nuevo en el recuerdo de aquellos vestidos, ya entonces pasados de moda, que tal vez Mme Swann fuese la única en no haber abandonado todavía y nos hacen pensar que la mujer que los llevaba era sin duda una heroína de novela, porque casi todos nosotros no lo hemos visto sino en ciertas novelas de Henry Greville".

    Gracias niño Sachs, y sobre todo gracias Proust, a quien no se puede leer, está claro, con la vista sólo, hay que hacerlo con el pensamiento todo, con la conciencia de quien se acerca a un universo cuya exploración requiere de los cinco sentidos puestos en juego, para no caer en el evidente peligro de superficialidad, snobismo , fraude y frivolidad.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Thursday,7 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La muerte del libro y la lectura: cosas de librerías]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,467 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Se respira y palpa una seguridad completa con respecto a que los tiempos que corren no son precisamente los mejores para el libro y su mundo. Nadie lo duda. Los medios de comunicación, cada cierto tiempo, sacan a relucir estadísticas y datos muy contrastados al respecto: la gente no lee libros, cada vez se compran menos, ya no hay bibliotecas merecedoras de tal nombre en los hogares, los niños y los jóvenes se pasan las horas frente a la televisión o los ordenadores y rara vez tienen un contacto directo y personal con las páginas impresas, los editores viven de milagro, las librerías quiebran, los escritores se mantienen con algunas lonchas de mortadela al día, etc, etc...

    Pero como para desmentir estas seguridades que se nos venden como absolutas y certeras, de vez en cuando llegan a nuestras orillas, como maderos abandonados en algún lugar a la deriva, noticias de otro signo un poco más amable y positivo. Por ejemplo: nunca, jamás de los jamases, se han editado y escrito tantos libros como ahora; nunca antes se habían vendido tantos libros por cabeza y metro cuadrado; nunca el acceso a los libros había sido tan fácil, barato e inmediato...


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    Es cierto que en mi ciudad, Santander, he visto morir de inanición y desaparecer a lo largo de mis días varias librerías y muchas más papelerías en las que los libros conformaban alguna parte del negocio. Es cierto que las librerías familiares de tamaño medio, con cuatro o cinco empleados, han desparecido del paisaje urbano occidental para dar paso primordialmente a las secciones de libros de las grandes superficies, donde por lo general se despachan volúmenes con el mismo entusiasmo y conocimiento del medio con el que se despachan cien gramos de chorizo de Cantimpalo para la merienda del niño o la niña.

    A estas alturas yo ya no sé a qué atenerme con respecto a la prosperidad relativa o muerte inmediata de los libros y todo su complejo contexto. Si miro a mi alrededor, es muy cierto que “los míos” no leen habitualmente, ni tienen a los libros como elemento vital indispensable. Mis alumnos tampoco sufren de sarpullidos y mareos cuando se les aleja de los libros, y recientemente me confesaban que apenas leen uno al año la inmensa mayoría de ellos. Visitar las librerías de las grandes superficies es hacer una visita a un gran almacén en el que se mezclan y exhiben toneladas de papel impreso sin ninguna inteligencia ni el mínimo amor necesario. Cuando casualmente visito casas de conocidos o veo las de perfectos desconocidos muy famosos en las revistas de moda y estilo, descubro perplejo que están vacías de libros, que los libros compiten a duras penas con cuatro discos o tres dvds en ocupar un sitio tartamudo en un rincón del cuarto de estar, junto al florero que ocupan las flores de plástico.

    Pero por otra parte, no dejo de escribir en estas páginas diarias sobre libros nuevos y autores que me interesan y provocan en mi ilusión y ansias locas de leer, de tener más tiempo para leer. Cuando acudo a casa de mi madre para comer, siempre la veo levantarse del sillón con un saludo en la boca y la novela que lee en la mano. Muchas amigas de mi madre leen casi compulsivamente (nunca olvidaré entre ellas a Amparo, a quien le debo, además, más de una lectura inolvidable). Mi abuela pasó muchas tardes de su vida leyendo a los clásicos ingleses, y siempre, en mis visitas, me comentaba entusiasmada sus últimas incursiones. Muchos de mis amigos son escritores, poetas, profesores..., y los libros, la lectura, forma parte ineludible de sus personalidades, de su acontecer cotidiano. Los jueves, desde hace una década, participo en una tertulia radiofónica donde hablamos sin cesar de libros, y recomendamos lecturas. Los viernes, mantengo una tertulia literaria con varios amigos y amigas, y bajamos siempre los libros que estamos leyendo en ese momento y queremos compartir con los demás: cada viernes son decenas los libros manoseados y apuntados en la tertulia. Rogelio López Blanco, el impulsor y culpable de este blog, me pide todos los meses una reseña literaria, porque los lectores de Ojos de Papel, según él, la demandan con sus entradas y lecturas. Cuando acudo a mi librería santanderina de cabecera, rara vez me encuentro solo en los muchos metros cuadrados que exhiben libros, y casi siempre hay alguien, una chica, una chico, un señor o una señora, llevándose a su casa un ejemplar.

    Hará cosa de poco más de un año que mi librería favorita, Gil, abrió sus puertas en un establecimiento precioso, luminoso, espacioso, distribuido en dos pisos situados en una de las plazas más céntricas y hermosas de la ciudad. Venden libros. Hace unos meses, no muchos, dos chicas, una de la ellas conocida mía de tiempos de juventud y playa, abrieron una librería también preciosa no muy lejos de donde vive mi madre, cerca de los Jesuitas, especializada en literatura infantil y juventud. Venden libros. Y antes de ayer, a escasos metros del portal de mi madre, frente al paraninfo de la Universidad de Cantabria, ha abierto otra librería, pequeña, minúscula, especializada en libros extranjeros, especialmente en inglés, francés, alemán, italiano y portugués. Ojalá venda también libros y le espere una larga vida.

    ¿Mueren los libros y el mundo que los rodea? No lo sé, dependiendo del espacio o lugar al que miro la respuesta es una o es otra. Seguiré fijando la vista, de momento, donde más me plazca.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,6 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Español más importante de la Historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,465 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    A veces se hacen preguntas que rechinan en los oídos por su cursilería y sólida proyección de memez mental. Un buen ejemplo reciente ha sido la que supuestamente se ha lanzado en forma de encuesta por la cadena televisiva Antena 3, y que preguntaba por el español (ola, ola, ola) más importante de la historia.

    ¿A quién quieres más, a papá o a mamá? ¿Quién es para ti el mejor músico de la historia? ¿Y el mejor escritor? ¿Y el mejor director de cine? ¿Y el mejor actor?... Y así hasta la inmensidad del hartazgo. Estas preguntas son memas, y sólo las hacen los tontos de capirote. O mejor dicho, sólo las hacen los que nada saben de lo que preguntan, y que por tanto les da completamente igual tanto la pregunta como las posibles respuestas. Si alguien sabe algo de cine, pongamos por caso, jamás haría la pregunta de quién es el mejor..., o cuál es la mejor... Y no la haría porque sabe que el cine de los años 30 poco tiene que ver con el de los años 60, y éste poco con el de los 50, y éste, a su vez, muy poco con el actual; porque sabe que el cine norteamericano no puede compararse, dado el caso, con el italiano, el español, el mejicano, el sueco, el alemán, el francés, el ruso, el chino, el japonés o el iraní, y estos no pueden compararse entre sí; porque sabe que la gramática de un musical nada tiene que ver con la de un western o con la del cine negro o la comedia; porque sabe que el cine de Godard no puede entrar en comparación, así, sin más, sin contextualización alguna, con el de Chaplín, Buñuel o John Ford.

    Los que saben algo de algo, los que han cultivado su afición y la han llevado un poco más allá del pasatiempo gratuito y simplón, jamás contestan a semejantes preguntas, y como mucho, descienden a dar una opinión personal al respecto, poniendo por delante la peculiaridad de sus gustos particulares e intransferibles. En este sentido, a mí me puede gustar más la música de Falla que la de Beethoven, o me puede emocionar mucho más una canción de Silvio Rodríguez que la Novena de Mahler, pero nunca podría decir que la música de Silvio Rodríguez ha sido más importante para la historia de la música occidental que la del compositor residente en Viena. Nadie que sepa algo de música, por mucho que le guste la de los Beatles, aseveraría que la interpretada por el cuarteto de Liverpool es más importante que la salida de la pluma de Bach o Mozart, y que la de éstos dos no admite comparación posible por su importancia con la de Beethoven o Haydn.

    En fin, la cuestión es que la cadena televisiva organizó incluso un programa (o varios) para dar con el personaje buscado, con ese “español” más importante de la historia (supongo que de la española, porque de la historia inglesa o de la mejicana sería escogido otro u otra, vamos, digo yo). Entre los aspirantes a título tan estentóreo estaban, todavía me parto de risa, Lola Flores, Miguel Indurain, Jordi Pujol, Butragueño, Rocío Jurado, Manolete, Gento, Antonio Banderas, Isabel Pantoja, David Bisbal, Zarra, Alejandro Sanz... Como diría el castizo: ¡vaya tropa!, y no lo digo por lo nombres señalados, sino por los que votantes. Gento, mi paisano, la galerna del Cantábrico, el delantero del Real Madrid de las 6 Copas de Europa, ¿el español más importante de la Historia? Ja,ja,je,je,ji,ji,jo,jo,ju,ju...

    Al final, y por votación popular (¿?), quedó como el español más importante de toda la Historia nuestro actual monarca, Don Juan Carlos I. ¡Verlo para creerlo, y leerlo para pensarlo! Pero no contribuyamos más al patinaje general de neuronas nacional y pongamos el punto y final aquí. Dejemos el concurso, la estadística, las votaciones, las encuestas realizadas en pos del español universal en lo que realmente fueron: una patochada televisiva más, una forma de rellenar tiempo catódico y de llamar la atención del ocioso, pasivo y acrítico telespectador.

    Lo único con algún signo de inteligencia de lo que he podido leer en torno a este asunto del español más importante es lo que, al parecer, apuntaló el escritor Antonio Gala, presente en la ceremonia televisiva de la confusión y el impudor, un autor al que nada aprecio como tal pero al que pocos podrían calificar de tontuelo.

    Gala dijo que el español más importante de la historia, sin discusión alguna posible, es el español, es decir, el idioma español. Ese idioma en el que se han expresado a lo largo de siglos (escribiéndolo, cantándolo, hablándolo, pensándolo...), tanto todos los españoles (olas, olas, olas) elegidos o dejados caer en las encuestas, desde Cervantes, Machado, Santa Teresa, Lorca o Juan Ramón Jiménez, pasando por Almodóvar, Lola Flores, la Pantoja, Indurain, Zarra, Botín, o el mismísimo Zapatero, hasta el resto de españoles que lo fueron y lo somos, aunque nunca formemos parte de tales encuestas, y, por supuesto, nunca las contestemos.

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    Tuesday,5 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Poética del Café]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,464 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Poética del Café. Así se titula el ensayo del joven Antoni Martí Monterde con el que ha quedado finalista del Premio Anagrama de Ensayo en su convocatoria del 2007. Poética del Café: un espacio de la modernidad literaria europea, ese es el título completo, el título que deja entrever de qué va el trabajo.

    No he tenido aún el libro en mis manos, y ni siquiera he podido leer la contracubierta, en la que en esta colección en concreto es donde se explica el asunto general del contenido de sus páginas. Sí he visto reproducida la cubierta, y en ella se ve la imagen, con una estética característica de las vanguardias europeas de las dos primeras décadas del siglo XX, de un hombre con bigote concentrado en la lectura de un periódico rebosante de palabras, y en primer término la representación de una mesa roja, sobre la que descansa una taza llena de café. Es decir, con cuatro elementos (señor, mesa, periódico, café) el autor de la imagen ha expresado con contundente contención una de las mayores y más poderosas representaciones de civilización europea de la modernidad: la lectura concentrada y silenciosa en un Café (local, establecimiento) mientras se bebe, sorbito a sorbito, sin prisa, un café (brebaje).


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    Antoni Martí Monterde: Poética del Café (Anagrama, 2007)


    Esta imagen cultural y civilizatoria europea, es entendible en todo el territorio en cuestión: desde Lisboa hasta Oslo, pasando por Londres, París, Roma, Praga, Berlín, Budapest, Viena, Varsovia, Ámsterdam…, y desde luego cualquier ciudad española merecedora de tal nombre.

    El Café (establecimiento, local) como un espacio social para el desarrollo de la modernidad literaria europea (y artística y reflexiva en general añadiría yo), es, deduzco de manera no muy difícil, el tema del libro de Antoni Martí Monterde. Insisto, ni siquiera lo he visto en la librería, pero ya ha despertado en mí tal curiosidad que no veo el momento de comprarlo y devorarlo de un tirón.

    Por qué, pues porque el asunto siempre me ha apasionado. Literatura, Café y Tertulia parecen haber ido unidos a lo largo de las últimas centurias en toda Europa. La explicación (la dará contrastada y documentada sin duda Martí Monterde), se me ocurre así, a bote pronto, pueda estar, entre otras razones, en que el Café era un espacio de sociabilidad y reunión permitido por las distintas legalidades vigentes, y en que dicho espacio ofrecía ventajas y comodidades que no se hallaban en los, generalmente, lúgubres hogares de los literatos. En los Cafés no había niños, no había mujeres en un mundo en el que las mujeres sólo eran las madres de los hijos, había luz y calor, se podía beber y comer, se podían leer los periódicos sin necesidad de comprarlos, y estaban los compañeros, aquellos que compartían las mismas inquietudes y deseos…

    Los Cafés han desaparecido como espacios de modernidad literaria, artística o reflexiva en nuestro mundo. Y lo han hecho porque ya no ofrecen las “ventajas” que ofrecían hace cien años. En nuestros días cualquiera está más cómodo, tranquilo, sosegado, concentrado…, en su propia casa que en un espacio público. En nuestra contemporaneidad los espacios públicos, los espacios de socialización han perdido completamente el protagonismo, y han sido sustituidos, por ejemplo, por Internet.

    Hoy, la imagen que aparece en la cubierta del libro sobre el papel de los Cafés en la modernidad literaria europea, sin duda alguna, podría ser perfectamente la misma, sólo cambiando un elemento de los cuatro manejados: el periódico en papel debería desaparecer en beneficio de una pantalla de ordenador. Lo que sí ha cambiado radicalmente es el contorno que debería rodear la figura de la cubierta. En la imagen del libro la imagen se desarrolla en un lugar público; el protagonista está rodeado de otros individuos haciendo lo mismo, la mesa roja es una más en un bosque de ellas, el hombre lector y bebedor de café está en un Café con otros parroquianos, con otros tipos de su misma especie a los que les debe dar las buenas tardes y con los que se roza a la hora de ir a pagar la consumición al camarero que solícito se acerca. La imagen contemporánea, postmoderna, necesariamente se desarrolla en un domicilio particular, en un cuarto en el que sólo está el protagonista, sin nadie a su alrededor, aunque en ese mismo instante esté charlando con alguien que, en las antípodas, forma parte del mismo cuadro, del mismo escenario inasible, electrónico.

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    Monday,4 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Multa para el Foro de Ermua]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,463 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Llueve y a la vez hace sol en esta mañana santanderina de azules, vientos, nubes y aromas salobres. Busco desesperado un lugar tranquilo en el que desayunar y leer la prensa. Los dueños de mi frecuentada chocolatería han decidido aplicar la técnica del redondeo europeo, y en el camino de ser muy europeos, de un día para otro, han subido mi consumición habitual en la cantidad de 30 céntimos. Así que he tomado la determinación de no europeizarme tanto, o al menos tan frecuentemente.

    Encuentro por fin un lugar en el que hacer probaturas, y sentado en una mesa situada en un rincón, despliego los periódicos mientras mojo la tostada con mermelada de albaricoque en el café con leche. Encuentro en todos los periódicos casi las mismas noticias desplegadas en su tinta, pero una de ellas me llama especialmente la atención: la Delegación del Gobierno en Madrid multa al Foro de Ermua con 12.000 euros por considerar a esta organización responsable de las manifestaciones convocadas frente al ministerio del Interior, en protesta por la atenuación de la pena en su día impuesta al asesino etarra de Juana Chaos, y por la absolución por parte de la Audiencia Nacional del vocero etarra y veraneante en mi tierra Arnaldo Otegui. Según parece, la sanción se produce por no haber solicitado el Foro de Ermua el correspondiente permiso para manifestarse legalmente.


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    En efecto, recuerdo que hará unos dos meses, miles de personas se manifestaron en Madrid frente a la sede del mencionado ministerio en el madrileño Paseo de la Castellana. La protesta se produjo, según leo en la prensa, después de que Mikel Buesa, presidente del citado Foro de Ermua, anunciase que iban a manifestarse a las ocho de la tarde en el lugar indicado. Al llamamiento respondieron miles de personas, aunque con posterioridad cualificados representantes del Foro, presentes en la manifestación, se desentendiesen de la iniciativa como organización, vamos, como organizadores de la misma.

    Como suele ser habitual en estos casos, todo lleva a pensar que estamos ante una situación de "dires y diretes", de “dije aquello pero quise decir esto”, de convoqué pero lo hice a título personal y no como representante de tal asociación o grupo, etc, etc... La cuestión es que si se ha demostrado que el Foro de Ermua convocó una manifestación ilegal, y por lo tanto contravino la ley y los procedimientos estipulados para cualquier organización que desee manifestarse en la calle, la sanción impuesta será justa, se atendrá a la ley y estará bien señalada y adjudicada. Nada que decir al respecto.

    Pero una vez dicho esto, sí llama poderosamente la atención que la Delegación del Gobierno en Madrid actúe tan diligentemente a la hora de castigar a quienes no han cumplido con las normas y legalidad vigentes, como parece ha ocurrido en el caso que nos ocupa y preocupa, el del Foro de Ermua, una organización abiertamente enfrentada a la violencia asesina y nacionalista que tiene su raíz y casa en el País Vasco. Llama la atención, repito, que sin embargo las delegaciones del gobierno por ejemplo en Bilbao, San Sebastián, Vitoria o incluso en Pamplona, sean tan permisivas, sean tan tolerantes, actúen con tanta manga ancha y tan poca diligencia con las decenas de manifestaciones y algaradas ilegales protagonizadas y convocadas por conocidas organizaciones del radicalismo vasco. Manifestaciones, además, en las que no es nada infrecuente que se acabe rompiendo mobiliario público, quemando y destruyendo propiedades privadas, y lanzando discursos y consignas apologéticas del asesinato político, de la extorsión y la violencia hacia los adversarios ideológicos. No parecen entonces ser tan escrupulosas y exigentes del cumplimiento de las ordenanzas y las leyes las delegaciones del gobierno a la hora de prohibir, sancionar, perseguir, y demandar a las agrupaciones o asociaciones proetarras que se encuentran detrás de todas o casi todas esas manifestaciones ilegales.

    Parece que las varas de medir la ilegalidad son distintas para unos y para otros. O es que, al igual que en mi chocolatería habitual, hay cierta tendencia al redondeo, y pagar ese redondeo siempre les toca, curiosamente, a los mismos. Un redondeo de 12.000 euros del ala para festejar la ocasión.

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    Friday,1 jun 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Don Quijote en la música española]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,461 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Tanto las obras de Shakespeare como las de Cervantes, esencialmente El Quijote en el caso de este último, han servido de inspiración e impulso para la escritura de mucha buena música a lo largo de los últimos 4 siglos. Óperas, canciones, suites orquestales, poemas sinfónicos…, de muy diversos compositores y estilos han encontrado en la literatura de estos dos escritores el trampolín necesario para convertirse en música, en canto, en discurso orquestal.

    Pero haciendo un rápido repaso mental, encuentro una curiosidad reseñable en el fenómeno apuntado: rara vez han sido los compositores compatriotas de los dos autores quienes han escrito la mejor música, quienes han escrito la “música cervantina” o la “música shakespereana” más presente y aclamada en las salas de concierto.

    Si en los dos casos que nos ocupan el hecho es evidente, en el del autor español quizá haya pesado en exceso, a lo largo de la historia, el desconocimiento general de nuestros compositores más allá de nuestras fronteras, y el desprecio con el que generalmente los tratamos en nuestras programaciones. Dejando a un lado el caso de Manuel de Falla, cuya ópera cervantina El retablo de maese Pedro sí concita la unanimidad de la crítica y la aquiescencia normalizada de los programadores, el resto de la música escrita por españoles en torno a la obra de Cervantes, en torno a Don Quijote fundamentalmente, nunca ha podido competir ni en el aprecio crítico ni en su presencia en las salas de concierto o en los escenarios operísticos nacionales e internacionales, con las partituras cervantinas de autores como Richard Strauss, Massenet, Ravel, Jacques Ibert, Salieri, Telemann, o Anton Rubinstein


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    La razón, quiero insistir en ello, no siempre está fundamentada en la calidad de las partituras, sino en el desconocimiento y en el poquísimo caso que les hemos hecho, tradicionalmente, a quienes han escrito música entre nosotros, y a quienes hemos despachado con cajas destempladas a la mínima de cambio.

    Para poder paliar en parte este desconocimiento, el sello discográfico Naxos, cuya labor en la difusión de la música en general y de la española en particular merecería un monumento en algún lugar muy visible y destacado de nuestra geografía, acaba de editar un cd que lleva por título Don Quijote en la música española, y que recoge música inspirada en el personaje cervantina y nunca antes grabada de Asenjo Barbieri, Gerrado Gombau y Jorge Fernández Guerra. Al trabajo de estos tres músicos se le añade en el disco partituras ya editadas en otras ocasiones de Joaquín Rodrigo y García Román.

    El director de orquesta José Ramón Encinar, titular del coro y orquesta de la Comunidad de Madrid, es el encargado de dirigir en la grabación a estos conjuntos, a los que acompañan un grupo de cantantes que, sin ser desde luego voces de primer nivel, sí resuelven con dignidad sus partes.

    Un disco, por tanto, necesario, y que muy bien podría funcionar como punta de lanza de un ambicioso proyecto que alguien en España debería ponerse como objetivo a alcanzar: compilar una colección lo más completa posible de grabaciones con la mejor música española inspirada en la obra de Cervantes: Falla, Chapí, García Abril, Roberto Gerhard, Óscar Esplá, Jesús Guridi, Cristóbal Halffter, Jacinto Guerrero..., serían, sin duda, algunos de los músicos presentes.

    Aquí queda hecha la sugerencia.

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    Thursday,31 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Un cuento chino]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,459 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Cenando con Ella hace unos días en un restaurante madrileño de comida oriental de cuyo nombre no puedo acordarme y que ahora, al parecer, está muy de moda, sorprendí en la mesa de al lado la siguiente conversación en la que un anciano oriental le contaba en correcto español a un grupo de jóvenes hispanoamericanos la siguiente historia:

    Hace doscientos años el emperador de la China, Qian Long, decidió visitar la zona sur de su vasto imperio navegando en un barco, y decidió además hacerlo disfrazado de marino para no ser reconocido en los distintos puertos en los que él y sus marineros iban a ir recalando.

    El transcurso de la larga travesía fue muy apacible y carente de contratiempos, pero un día, cuando ya estaban llegando a su destino final, se desató una tormenta de carácter mágico, y unos diablos muy especiales, llamados diablos de agua, convertidos todos en animales de las profundidades marinas (cangrejos, caballitos, estrellas de mar, y peces de todas las clases), subieron nadando hasta la superficie del océano y se incrustaron en el casco del barco imperial con la intención de hundirlo en lo más oscuro y tenebroso de las aguas.


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    Ante la tragedia que se avecinaba, el emperador Qian Long se despojó del disfraz que vestía y desveló a los diablos transformados en habitantes del mar su verdadera identidad, prometiéndoles a todos que, si no hundía el navío y permitían que llegara a su destino final, transcurrido un plazo de doscientos años todos ellos se reencarnarían en oficiales.

    La promesa sedujo a todos los diablos monstruosos, y tomándole la palabra al emperador Qian Long, se desincrustaron de las heridas maderas del barco imperial y regresaron nadando en grupo a las profundidades del mar del que habían surgido tan enfadados. La terrible tormenta marina, con sus rayos y sus truenos, fue apagándose poco a poco y el emperador Qian Long pudo proseguir su camino de nuevo sin el menor contratiempo.

    Pero la palabra de un emperador, y más si el emperador es chino, es una palabra sagrada que debe cumplirse si no se quieren sufrir las funestas consecuencias. Así, transcurridos exactamente los doscientos años apalabrados, los diablos de agua salieron del oscuro mar para hacerse visibles en la tierra china como oficiales, como oficiales del nuevo ejército comunista a las órdenes de Mao.

    Esa es la razón por la que cada vez que Mao y sus huestes celebraban un acto público al aire libre en Pekín, del azul cielo chino caía lluvia a cántaros. Y esa es la razón por la que muchos pekineses siempre creyeron que los comunistas habían llegado al poder en China: por una promesa imperial realizada dos siglos antes en mitad de una tormenta en el proceloso mar que baña las costas del más grande imperio que jamás vieron los tiempos.

    Una vez terminado el relato, pensé mientras llevaba a la boca un sabroso arroz, que quizá la temporada de sequía que está asolando grandes áreas de China, se deba a la actual relajación de las autoridades comunistas, y al disgusto de los diablos de mar convertidos en oficiales que ya no son convocados con tanta frecuencia a manifestarse en las anchas calles de Pekín. Pero este es otro cuento que quizá le ceda al anciano oriental para que lo cuenta en otra cena madrileña.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,30 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Un Santander de letras]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,458 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Pensándolo con un cierto detenimiento, la verdad es que no es muy elevado el número de ciudades españolas que desde la invención de la imprenta se hayan convertido, de una manera o de otra, en “personajes” clave de un libro de creación literaria con una proyección e interés que traspase sus propios límites geográficos locales y regionales, es decir, que hayan logrado sumarse con alguna fuerza a la corriente por la que discurren las más frecuentadas aguas de la tal vez mejor literatura española.

    Hoy en día, en nuestro país, hasta el más insignificante pueblo ofrece un libro con centenares de páginas en las que quedan anotadas su particular historia, geografía, arte, etnografía, gastronomía, economía, leyendas..., y demás aspectos susceptibles de ciencia o erudición. Por el contrario, quiero insistir en ello, no abundan los lugares que hayan logrado despertar de tal modo el interés de un escritor o poeta de verdadera altura, como para que éste decidiese convertirlos no sólo en el imprescindible decorado ambiental para contextualizar su trabajo poético o narrativo, sino también para hacer de ese lugar una ineludible presencia cuyo pulso y respiración inciden directa y decisivamente en los íntimos entresijos de su construcción literaria, sea esta del signo que sea. En este preciso sentido, francamente no creo que Santander pueda considerarse una ciudad escasa de fortuna como espacio geográfico y simbólico relacionado con la literatura creativa.

    Como he sugerido ya más arriba, eruditos y científicos de toda índole y condición han escrito miles de páginas sobre prácticamente todos los asuntos imaginables en relación con Santander. Muchas menos son las páginas y los autores que han hecho de Santander un escenario, una evocación o un impulso literario para sus trabajos, aunque seguro que si nos pusiéramos a ello con paciencia y la adecuada dedicación, encontraríamos muchísimas más referencias de las esperadas, incluso entre escritores extranjeros de algún renombre, de los que ahora mismo, sobre la marcha, se me ocurren algunos: Mayakovski, Pierre Mac Orlan, A. J. Ayer, Kate O’Brien, René Bazin, o Leonora Carrington.


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    Bahía de Santander


    En consecuencia, la lista de los literatos en español que han escrito en alguna ocasión sobre Santander sería desde luego muy extensa, empezando por los que lo hicieron más atrás en el tiempo, y terminando por ejemplo con el gran poeta valenciano Jaime Siles, quien en su último libro publicado, Pasos en la nieve (2004), incluye un poema titulado “Santander”. Pero no trato aquí de confeccionar esa posible y poco más que curiosa lista (Galdós, Cela, Azorín, Dionisio Ridruejo, la Pardo Bazán, etc...), sino que la intención es señalar a mi juicio cuáles han sido hasta la fecha las obras literarias en las que Santander ha quedado mejor registrada como una insoslayable y particular presencia material e inmaterial; una presencia que influye decisivamente tanto en el armazón exterior del libro o poema como en su latido interior. En otras palabras, lo que quiero es arriesgarme a señalar las principales obras literarias en las que Santander es revelada como un singular estremecimiento ético y estético.

    Para mí esta supuración o destilación de lo “santanderino” materializada en palabras (historias, poemas...), encuentra su existencia literaria de más alta calidad, interés y trascendencia para el panorama literario español, en determinas obras de cuatro escritores precisamente cántabros, sólo dos de ellos nacidos en Santander, aunque todos santanderinos por naturaleza y condición. Me refiero a José María de Pereda (Polanco, 1833-Santander, 1906), Gerardo Diego (Santander, 1896-Madrid, 1989), Jesús Pardo (Torrelavega, 1927) y Álvaro Pombo (Santander, 1939).

    En diferentes momentos, justo a lo largo de todo un siglo (1885-1983), los cuatro lograron dar a la imprenta su particular evocación de un Santander semejante y a la vez muy desigual entre sí. Los cuatro lo hicieron, claro, atendiendo a diversos conceptos artísticos, estilísticos e ideológicos, a visiones del mundo dispares, a los recuerdos atesorados de un ciudad que los cuatro vivieron igual pero distinta, quizá permanente en su íntima condición, pero cambiante en sus formas, ritmos, composición y anhelos.

    Sotileza (1885) de Pereda; Mi Santander, mi cuna, mi palabra (1961) de Gerardo Diego; Ahora es preciso morir (1982) de Jesús Pardo; y El héroe de las mansardas de Mansard (1983) de Álvaro Pombo, junto a la primera parte de la última novela de éste, Una ventana al norte (2004), creo que por el momento cuentan con las páginas que mejor expresan la naturaleza esencial del Santander que en el caso de Sotileza dice adiós al siglo XIX, y del que se desenvuelve durante las cinco primeras décadas del XX en el caso de los otros cuatro títulos. Un Santander, de cualquier forma, que en todos estos libros es captado mecido dulcemente por el spleen nostálgico de un supuesto pasado brillante, abocado a una cómoda mediocridad, sarcástico e irónico, entregado complaciente y candoroso a su progresiva decadencia, escenario de larvadas y silentes tensiones sociales, siempre dudando en la encrucijada entre lo definitivamente periclitado y lo por venir. Un Santander que por estos rasgos, o curiosamente a pesar de ellos, contando con el aplauso o el reproche de los autores mencionados, termina por inocularse en la sangre de sus ciudadanos para no volver nunca a salir de ella.

    De indudable peso o con el sello gris de la mera curiosidad hay mucha más literatura en torno a Santander. Hay poemas, muchos poemas (José del Río, Unamuno, José Hierro, Hidalgo, Maruri, J. A. Goytisolo...). Y hay también prosa, mucha prosa. Novelas como El agua amarga (1952) y Sol sin sombra (1954) de Manuel Pombo Angulo; Anzuelos para lubina (1962), Oficio de muchachos (1963) y El precio de la derrota (1970) de Manuel Arce; Hipótesis sobre Verónica (1995) de Enrique Álvarez... Libros de memorias como Autorretrato sin retoques (1996) de Jesús Pardo o Memorias de uno a quien no sucedió nada (1922) de Enrique Menéndez Pelayo... Todos trabajos que en mi opinión, de un modo u otro, presentan firmes entre sus páginas alguno de los “elementos santanderinos” recientemente subrayados. Todos partícipes de esa tensión entre el amor por la ciudad y el disgusto en ella que le sirve a los autores para superar en su escritura la lánguida estampa costumbrista, y pensar la ciudad como una segunda piel, un teatro insoslayable, una forma de ser y estar, una enfermedad benigna o mortal de necesidad.

    ¿Por qué una ciudad llega a ser literaria? Para mí la respuesta a esta pregunta no depende tanto de la propia ciudad, de su diseño o geografía, de su pasado breve o dilatado, de su arquitectura y monumentos, de sus hermosas playas, impresionantes avenidas o rincones ocultos, sucios y misteriosos..., sino que depende de las dotes del escritor, de su oficio, y sobre todo, de la pasión y entrega que ponga al escribir de ella, en ella.

    Santander ha generado y acogido pasión y oficio de escritor. Santander es una ciudad literaria, yo al menos no tengo duda.

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    Tuesday,29 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[John Ashbery: un poema en prosa en su homenaje]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,456 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Despues de ver en dvd Río Bravo en homenaje al centenario de John Wayne, Ella ha cogido el coche y se ha marchado a Madrid, dejándome una sensación de abandono y tristeza de esas que hacen daño de verdad. He regresado a casa, he puesto la cafetera en el fuego y he dedicado unos minutos a contemplar el mar y los tejados de la ciudad desde la ventana de la habitación de mi cuarto. La cafetera me ha avisado con su pitido característico y he tomado una gran taza buscando, quizá, en el calor del brebaje algo reconfortante.

    Más tarde, aún con el gusto amargo del café en la garganta, me he sentado en el sofá y he tomado en la manos el libro de John Ashbery Secretos chinos (Visor, 2006), traducido por mi buen amigo Dámaso López García, a quien debo lecturas y descubrimientos literarios sin cuento. Llevo ya varios días con la lectura pausada y lenta de los poemas de Ashbery, y voy confirmando con rotundidad todos los puntos sobre las íes que ha puesto en su espléndido prólogo Dámaso López.

    La lógica de la poesía de Ashbery es incompatible con la lógica del lenguaje cotidiano, y sus interpretaciones corren el riesgo seguro de hacer agua por los cuatro costados, pues su lenguaje no salva la intencionalidad de significar bajo los usos corrientes del lenguaje. El lector, explica Dámaso, ante la poesía de este autor se “enfrenta con una lengua que se eleva de forma autónoma, como con una vida propia indiferente (diferente, diría yo) al sentido de la vida humana”. Ashbery ha recibido una lengua, la misma en la que va a escribir. Pero es consciente de que aún con la lengua recibida todo queda por hacer, es decir, que tendrá que “rehacer su lengua” dentro del lenguaje adoptado. Así, Ashbery se ha convertido en un consumado maestro de la dialéctica entre sinsentido y contrasentido del lenguaje. Ashbery, continúa Dámaso López, tiene una consolidada reputación de poeta hermético y difícil, de un poeta que “ha desenterrado y llevado ante los ojos del lector todo aquello que en la lengua no comunica, todos aquellos recursos, gramaticales (léxicos, sintácticos) que invitan al lector a enfrentarse con una extrañeza radical”.


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    John Ashbery


    La paradoja de lo escrito hasta aquí, de las premisas enunciadas con brevedad sin duda excesiva, es que Ashbery, un poeta llamado casi a la clandestinidad, se ha convertido en un poeta bestseller en España, un poeta cuyo libro Tres poemas (DVD, 2004) fue durante meses y meses el más vendido de poeta alguno en la librerías de nuestro país.

    ¿Se ha puesto otra vez de moda en España la poesía hermética? ¿Es probable que tras un prolongado reinado de la poesía realista en nuestro país ahora se esté dando la vuelta a la tortilla? ¿Ha sido el Cervantes a Gamoneda, un poeta catalogado como difícil y hermético, una prueba más de este cambio de tendencia? Pues no lo sé, pero me da completamente igual la cuestión. Lo que llama mi atención es que un poeta como John Ashbery, norteamericano y de ochenta años de edad, por cierto, se haya transformado en una referencia al parecer clave en la nueva poesía joven española del momento. Esto sí que me sorprende.

    John Ashbery nació en el estado de Nueva York en 1927, y después de estudiar en Harvard y Columbia comenzó a escribir poesía en los años 1950 bajo la alargada sombra de autores como Wallace Stevens o Auden. Tras un largo viaje a París y su regreso a los EE.UU, Ashbery se convirtió, sobre todo a partir de los años 1970, en el poeta norteamericano contemporáneo por antonomasia, recibiendo los más prestigiosos premios y el reconocimiento del universo literario estadounidense. No, no deja de sorprenderme que la poesía de un anciano, su poesía exploratoria, radical, reveladora de lenguaje…, no sólo marque hoy en gran medida el vértice superior del canon poético norteamericano, sino que esté abriendo nuevos senderos en la poesía postmoderna española.

    Leyendo Secretos chinos he terminado un viejo poema en prosa al que venía dándole vueltas desde hace unos meses. El poema, aún sin título concreto, me ha nacido finalmente como un homenaje indirecto a Ashbery y a su concepción de la poesía. Este es el poema, al que lanzo ahora a las aguas del ciberespacio para ver si flota y navega, y al que de momento llamaré “Homenaje a Ashbery”:

    HOMENAJE A ASHBERY

    Confirmo, y lo digo muy en serio, todos los pasos proclives escritos con tiza de cualquier bosque, el dar aliento estrófico incluso a la señal del invierno en los últimos libros, atribuirle un haber inútil a aquella extensión de fotografía negra que hallamos en el centro de la caja china.

    Subrayo, lo sigo diciendo en serio, el punto menudo de un nombre en el atlas que se estudia vertical, un pequeño oficio sumiso al calor del día y las habitaciones responsables, el coro silencioso prendido en la rama mensajera donde nunca se llega, un sentido unívoco desde la orilla humeante y colectiva en connivencia con la rara lógica del abrazo sencillo.

    Y quizá hacia atrás continúo además cayendo de la piedra que trae el viento virtuoso, que consiente un hilo secreto de vuelta en el paraíso bien llevado de nuevo durante algún tiempo.

    Tiempo que empieza otro y cae libre por la pendiente aclamada de la elegía lenta, del puño menudo camino hacia nosotros.

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    Monday,28 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El libro, alta tecnología]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,455 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Recuerdo que una vez leí en alguna revista de actualidad, unas declaraciones del presidente de una gran compañía tecnológica japonesa (quizá la Sony), en las que el gran señor de la tecnología nipona decía que el libro, tal y como lo conocemos, es una invento tecnológico absolutamente puntero, casi inmejorable, y que su vida apuntaba todavía a ser larga, muy larga en el tiempo venidero.

    El empresario nipón daba algunas claves para llegar a la conclusión emitida, entre otras que el libro es fácil de transportar, puede llevarse en cualquier sitio, es un objeto estéticamente bello, no hace falta enchufarlo a ninguna fuente de energía, puede ser de consulta inmediata, permite que se escriba o apunte en él, contiene mucha información en un espacio pequeño, puede llevar imágenes de cualquier tipo de una calidad muy difícil de superar..., y además huele, tiene aroma, envejece mal si no lo cuidamos, su tacto no es frío ni maquinal, en definitiva, tiene vida propia, latidos, lo que hace del libro un objeto muy cercano al ser humano, casi un ser vivo al que hay que cuidar y querer, con el que se establecen lazos afectivos.


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    Tradicionalmente siempre se nos ha dicho que el libro y el español (hombres y mujeres, me refiero) son casi dos realidades incompatibles, que no tienen convivencia fácil en un mismo espacio, que no se quieren ni desean. Llevamos años, siglos escuchando el tópico, un tópico que probablemente pudiera extrapolarse a otros muchos países, sociedades y épocas. Sin embargo, leo cifras, datos que, como si fueran un enorme muro de acero, se abalanzan para luego desplomarse sobre el tópico y sepultarlo bajo su peso. Dejemos plasmadas aquí algunas de esas cifras.

    Comienza la feria del libro madrileña para hacer su edición 66, es decir, casi siete décadas de feria, de venta de libros, de fiesta ciudadana y callejera en torno a las páginas impresas y los lectores. 66 años desde luego no son pocos, y hablan por sí solos de al menos una cierta tradición libresca en el centro mismo de España. La reciente e impresionante feria en Barcelona también ha arrojado cifras más que alentadoras; la estupenda de Valladolid, que dirige en la actualidad mi amigo el poeta Diego Valverde Villena y que cuenta con cuatro decenas de ediciones, ha sido un éxito completo... En mi ciudad, Santander, la abrileña feria que conmemora a Cervantes ha arrojado los mejores datos de su historia, y en agosto volverá a organizarse otra ya tradicional y llamativa, la del libro viejo o de segunda mano, que concita un interés muy especial entre los aficionados y veraneantes.

    Pronostican que por la nueva feria de Madrid pasarán unos 3 millones de visitantes. Muchos visitantes me parecen estos para serles franco, pero dejémoslo en un tercio de esa cifra, incluso en algo menos: un millón de personas que se pasean entre libros, los hojean, los respiran, los acarician, los compran (algunos) y los leen (algunos menos). ¡Un millón de personas! Tampoco es dato despreciable. Y para ir terminando con los datos, les diré que se calcula en 10 millones de euros los que se gastarán en libros los visitantes en Madrid. 10 millones de euros gastados en libros dan para unos cuantos ejemplares, para crear una biblioteca nada despreciable, al menos en lo cuantitativo. El último dato que dejaré en este folio en blanco es el que hace referencia al número de ciudadanos españoles que confiesan el hábito de leer en distintos grados: la mitad de los españoles según las encuestas, ni más ni menos. Quizá un riguroso analista certifique que el que sólo lea la mitad de los censados en este país es un dato escalofriante y ratifica nuestra inmersión como sociedad en el analfabetismo, pero yo hoy estoy positivo, y quiero ver la botella medio llena y no medio vacía. Que la mitad de los españoles, es decir, más de 20 millones de personas aseguren que leen, aunque sea de tarde en tarde, un libro, es una circunstancia que me inclina a ser bastante optimista con respecto al futuro del libro, del conocimiento y la información trasmitidas aún con la calidez de la página impresa y palpitante.

    Sí, ya sé que estas líneas están construidas con cifras millonarias que nada hablan de lectores esforzados, de constructores de bibliotecas personales, de lectores impenitentes a los que el contacto con los libros les produce una satisfacción honda e incalificable, de lectores para los que un libro (sus libros, los libros) es una plataforma de abordaje vital gratificante y hermoso... Sólo he dado datos y cifras que pueden leerse, además, de muchas maneras distintas. Pero son datos y cifras que desde luego no hablan de desinterés, que no señalan un vacío completo en torno al libro y su mundo, que no transmiten en su frialdad numérica el azufre apocalíptico de una debacle, de una derrota definitiva y en toda regla del libro, ni siquiera en esta tierra nuestra, al parecer (no me lo creo ya del todo) tan poco propicia para el desenvolvimiento feliz de la especie encuadernada.

    El directivo nipón parece que tenía razón, y a través de su mirar rasgado le pronostico con algún acierto larga vida al libro. Que así sea y lo veamos.

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    Friday,25 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Rafael Reig: Literatura y caníbales]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,454 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Desde hace unos meses, las páginas de El Cultural que encarta el diario El Mundo en su entrega de todos los jueves, recogen un juicio sumarísimo a literatos de renombre y éxito en el que Rafael Reig ejerce por derecho de juez y fiscal acusador. La página en sí, se esté de acuerdo o no con los hechos planteados y la sentencia emitida, no tiene desperdicio por la carga de mala leche que conlleva, su rabiosa intención de ser políticamente incorrecta, sus dedos puestos casi siempre en las llagas, y la contundencia cachonda y sulfúrica de lo escrito.

    Antes de estas páginas “sentenciosas” y divertidas de El Cultural, muy poco sabía yo de este asturiano de Cangas de Onís nacido en 1963. Por ejemplo, no sabía que además de novelista y estudioso de nuestra literatura (con ediciones de Larra, Clarín o Galdós), Rafael Reig era el autor de una tesis doctoral de título tan sugerente como Mujeres por entregas: la prostituta en la novela del XIX, o que todas las semanas publica una columna en La voz de Asturias, o que es profesor de literatura española e hispanoamericana en la Universidad de Saint-Louis, en su campus de la capital de España.


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    Rafael Reig: Manual de literatura para caníbales (Debate, 2006)


    Ya he dicho que el divertido y exigente “juez Reig” es también novelista, condición que ya lo sitúa, además, en el lado de los valientes, o de los osados, o de los locos, pues sólo alguien acreedor de semejantes calificativos puede, por un lado, ejercer tan duramente la crítica literaria, y por otro, compadecer él mismo como autor de ficciones y narraciones.

    Su última incursión en este terreno lleva por nombre Manual de literatura para caníbales, y ha sido puesto en las librerías por la editorial Debate el pasado año 2006. Esta novela no lo es al uso, y participa de algunas características de eso que podríamos definir como la “nueva ficción”, y que no es otra cosa, diciendo las cosas con sencillez, que la mezcla de géneros, o de usos y maneras de géneros o prácticas literarias distintas: historia, biografía, ficción pura y dura, ensayo, etc...

    Este peculiar manual sobre la literatura en español de los dos últimos siglos, está construido partiendo de la que me parece un feliz fogonazo de pura literatura: la invención de toda una saga familiar, los Belinchón, “infestada” de poetas y de letraheridos en grado sumo. Los literatos Belinchón, a lo largo de dos siglos de historia, se enfrentan sucesivamente a la literatura con un leve retraso en cuanto a los movimientos y tendencias literarias que hacen furor entre sus respectivos contemporáneos. Así, Reig se embarca en el devenir de la familia y sus generaciones para, a la vez, que construye la novela de los Belinchón, construir un manual de historia de la literatura, o un ensayo si se prefiere, cuyo objeto, ya subrayado, es la literatura en español de los siglos XIX y XX. Este ensayo novela, o esta novela que además es un ensayo, ofrece incluso ejercicios prácticos en los que los lectores pueden ir examinando y poniendo a prueba sus conocimientos, destrezas y aprendizajes.

    Pero Reig no se conforma con lo dicho, y parte de su novela y ensayo está dedicado también a plantear las sendas por las que las letras hispanas caminarán al menos a lo largo del medio siglo venidero. Todo esto está ofrecido con libertad y un humor de muchos quilates. Escribe Reig en la introducción que “los novelistas y poetas..., son siempre caníbales: se devoran unos a otros... Este estudio expone de forma accesible la compleja cadena trófica del canibalismo literario, en el que cada especie tiene su propio depredador y, a su vez, se alimenta de otra especie diferente”. Reig parte en este ensayo de una idea previa: con la llegada tardía del Romanticismo a nuestra literatura, es decir, desde el siglo XIX, la historia de la literatura hispana puede escribirse a través de sus Movimientos y grupos, de “equipos” que disputan entre sí escalafones, reconocimientos, avances, ediciones, repercusiones, influencias... Reig establece que los dos últimos siglos de nuestra literatura se asemejan mucho a lo que es una vuelta ciclista de las grandes, y pone un ejemplo rotundo y efectivo: “En el equipo Generación del 27, por ejemplo, el líder indiscutido, García Lorca, contó con gregarios de lujo como Altolaguirre o Villalón, y con el mejor director técnico disponible en aquellos momentos: Ortega und Gasset, formado en Alemania con disciplina teutona”. Pero dentro de aquella carrera generacional también hubo poetas del 27 que ganaron metas volantes, o vistieron el maillot del Rey de la Montaña, o disputaron la regularidad, o los que ganaron etapas, contrarrelojes, o fueron lanzadores de otros en las llegadas en grupo, o los que “subían” a los líderes a lo alto de los puertos...

    Leer Manual de literatura para caníbales es un ejercicio francamente aconsejable para quienes quieran divertirse estudiando, para quienes deseen acercarse a la historia de nuestra literatura y lo quieran hacer sin tener que sufrir envaramientos academicistas, bibliografías de manual universitario, teorías abstrusas, y grandes dosis de metaliteratura vitaminada y mineralizada.

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    Thursday,24 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Altamira: una visita a la neocueva]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,452 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado jueves no pude ir a la tertulia radiofónica en la que soy habitual desde hace casi una década. A la misma hora tuve que acudir a la presentación de un libro en el Museo de Bellas Artes de Santander. En mi lugar hizo de contertulio José Antonio Lasheras, director del Museo de Altamira en Santillana del Mar. Según me han contado después, y como no podía ser quizá de otro modo, Lasheras habló del museo, de sus proyectos, de sus contenidos, de sus avances…, y al final del programa, ya cerrados los micrófonos, invitó a los presentes a visitar el museo durante el fin de semana, coincidiendo con la celebración del día de los museos.

    La invitación me incluía, así que el sábado por la tarde, después de descansar del partido de fútbol habitual, y de haber avanzado bastante en la lectura de un libro sobre Edgar Neville, me pasaron a recoger en coche y viajamos hasta Santillana del Mar. La tarde presagiaba lluvia, y el jersey era una prenda imprescindible. De repente el otoño había regresado, casi cuando el verano tenía que llamar a la puerta.


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    Museo de Altamira


    El viaje hasta Santillana desde Santander es encantador, al menos si lo haces por la carretera general, una vez abandonada la autopista en Torrelavega. Praderas verdes y sinuosas se extienden a ambos lados del camino, y de vez en cuando una casona montañesa, con sus vacas o sus caballos pastando, enriquecen un paisaje con algo de postal edulcorada.

    No tardamos mucho en llegar hasta las mismas puertas del recinto. Una cola de visitantes más que notable denotaba que no habíamos sido los únicos en decidir pasar la tarde del sábado en el museo. El coche lo tuvimos que dejar casi tirado a unos centenares de metros del lugar para después subir la casi empinada cuesta a pie. Como íbamos “enchufados” (privilegio que a uno le hace sentir la ambigüedad de la culpa y del orgullo), no tuvimos que sumarnos a la fila india que esperaba su turno de acceso, y los vigilantes del recinto nos franquearon amablemente el paso.

    No tardó mucho en hacer su aparición Lasheras, al que esperábamos tomando café en la cafetería del hermoso edificio diseñado por uno de los mejores arquitectos y pintores españoles del último medio siglo, el santanderino Juan Navarro Baldeweg. La construcción proyectada por Navarro Baldeweg parece surgir del interior de la colina en la que está ubicada, y la integración con el entorno es completa y feliz.

    José Antonio Lasheras, después de unos momentos de charla en los que hablamos de la primera novela de Jon Juaristi, La caza salvaje, que empieza y termina en Altamira, nos dirigió, junto a otros visitantes, hacia la entrada de la llamada neocueva, una pared de madera anodina que no delata las maravillas que resguarda. Situados frente a esa pared enorme e inmóvil, de repente, con sorpresa, asistimos a su mágico movimiento, un movimiento que dejaba paso franco a una pequeña habitación en la que había unos asientos de diseño y una pantalla gigante. Cuando el último de nosotros traspasó el umbral, la pared volvió a moverse para situarse en su posición original. En ese mismo instante, unas imágenes proyectadas en la pantalla nos hicieron viajar a todos en el tiempo a velocidad de vértigo hasta unos 16.000 años antes de Cristo.

    Así comienza una visita con mucho de aventura y escalofrío, con otro mucho de historia, de arqueología, de artes plásticas, de colores, sonidos, sabores, olores…, una visita virtual a lo que fuimos como género animal hace miles y miles de años, y todo a apenas treinta minutos en coche del sofá de mi casa. La proyección que te hace avanzar y retroceder en el tiempo acabó, y Lasheras, inmejorable cicerone, nos condujo al interior de la neocueva de Altamira.

    ¿Qué es la neocueva? Una reproducción perfecta, centímetro a centímetro, de la cueva original de Altamira. Pero ahora que lo pienso, ¿es sólo una reproducción? Quizá algo incluso mejor (entiéndaseme, claro), pues la neocueva escenifica cómo fue la cueva de verdad cuando fue habitada por nuestros antepasados lejanos hace decenas de miles de años. ¿Qué quiero decir? La entrada de la cueva original no es ni remotamente parecida a la que conocieron sus habitantes. Desprendimientos de rocas, movimientos de tierra, etc…, han modificado casi radicalmente el entorno. Quien visite la cueva de Altamira original no puede hacerse, a golpe de vista, cabal idea de cómo era habitar la cueva, pues sólo puede contemplar, esencialmente, la sala de las pinturas y el resto del interior de la gruta, es decir, las zonas más escondidas, y no la zona cercana a la entrada que era en la que tenía lugar la vida de las personas: donde cocinaban, jugaban, trabajaban, comían...

    En la neocueva, por el contrario, el visitante se hace una idea perfecta de cómo funcionaba aquel grupo humano. Se contempla la entrada/salida de la cueva como si fuera una extensa ventana abierta al exterior, una ventana que permite la entrada de la luz y la contemplación del anochecer, la visión del cielo permanente del cielo y las nubes, de los árboles, del paisaje que rodea la cueva. Las zonas más próximas a este cielo abierto es donde vivían, en el sentido más amplio, los antiguos habitantes. Proyecciones virtuales enseñan al visitante a grupos de estos humanos trabajando y relacionándose entre sí en esas zonas intermedias de la cueva. Y ya en la zona más profunda, en lo que serían las habitaciones del fondo de una gran casa, están las salas oscuras donde se encuentran las pinturas, donde apenas llegaba ya la luz, las habitaciones de la penumbra y la magia. En ellas, los bisontes más hermosos y expresivos de la pintura universal fueron pintados aprovechando los volúmenes de las paredes. Los caballos más hermosos, las ciervas expresionistas, las caras fantasmagóricas, las manos surrealistas..., decoran y expresan unas paredes recogiendo la luz y el canto de la humanidad entera. Es sobrecogedor, con toda la carga telúrica, sagrada y ritual que pueda tener esta palabra.

    Visitar la neocueva de Altamira es una experiencia asombrosa, un viaje en tiempo real a un pasado remoto perfectamente reproducido y acondicionado para que el viajero se sienta por completo inmerso en otra realidad, completamente distinta a la que acaba de dejar tras una pared de madera. Es impresionante. Una lección perfecta en su eficacia de historia y arte. El sábado viajé en el tiempo miles de años hacia atrás. He regresado cambiado de la experiencia. Si pueden viajen también ustedes en el tiempo, visiten la neocueva de Altamira en Santillana del Mar..., entenderán de repente muchas cosas, vivirán una experiencia difícil de obviar el resto de sus vidas.

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    Wednesday,23 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La última Aventura de Claudio Rodríguez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,451 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Si estuviera vivo, el pasado 30 de enero Claudio Rodríguez habría cumplido setenta y un años y seguiría paseando por las calles del mundo sus ojos asustados, su jeta de paisano camuflado en el paisanaje dolido, triste y castellano. Jamás dejará de sorprenderme el que el poeta sr. Rodríguez se revelase en 1953 como un portentoso Rimbaud zamorano de posguerra, y a sus diecinueve años publicase en la colección Adonais uno de los libros más grandes surgidos de aquella terrible España, de aquel estúpido y trompetero idioma, Don de la ebriedad; libro cuya edición facsímil he releído con el estupor de quien asiste a un milagro de oros y heridas que nunca creyó posibles viniendo de aquel tiempo prolífico en marchas laureadas y enanismos.

    De Don de la ebriedad y de Alianza y Condena, el otro título más frecuentado por los lectores del poeta que con hondura e intimidad cantó conjuros y voló como una cometa la celebración de vivir, ha realizado sendas ediciones con usos y costumbres académicas el profesor Luis García Jambrina.


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    Claudio Rodríguez: Aventura (Tropismos, 2005)


    Jambrina es un crítico joven que da clases de literatura española en la Universidad de Salamanca. Es un crítico joven en edad, pero con un físico que me lo sitúa en una región indeterminada de mi educación sentimental; lo mismo podría pasar por un compañero de fatigas literarias de Dostoiewski que vive la tristeza del exilio en Siberia, que por un melancólico príncipe de una lejana galaxia en busca de la codiciada fuerza. Lo que más llama la atención de Jambrina cuando se le buscan los ojillos son sus gafas disfrazadas de quevedos. Con ellas sobre la nariz no puedo decidir a quien se asemeja más, si al propio Quevedo o a ese excéntrico médico ruso llamado Chéjov.

    En Salamanca, la ciudad en la que las canas de Unamuno pastoreaban los mejores versos del viejo profesor, nació hace poco más de un año mucho una editorial (Tropismos) cuya pretensión primera es la de publicar historias y relatos. Sin embargo, como primer peldaño de la aventura libresca, los nuevos editores le propusieron a Jambrina la edición facsímil de un breve libro inédito de Claudio Rodríguez que éste había confiado al joven profesor. García Jambrina, con colaboración y consentimiento de la viuda, escribió una introducción a los poemas de Claudio Rodríguez y cuidó con mimo la edición facsímil, para que su calidad fuera incuestionable. Por tanto no se trata de dar a la imprenta un nuevo libro del poeta, aunque según Jambrina editoriales como Tusquets sí mostraron algún interés en ello, interés probablemente legítimo. Pero tratar de vender en el mercado este libro como uno nuevo de su autor sería a todas luces un ejercicio de deshonestidad intelectual y comercial por parte de sus más allegados, y sería con seguridad hacerle un flaco favor al poeta. La obra de un escritor, en esto estamos los dos en completo acuerdo, es lo que él mismo ha querido ver publicado; los papeles que deja tras su muerte pueden ver la luz sin su aprobación sólo en determinados casos y como una muestra de su artesanía, de su proceso de creación.

    El libro que vio la luz hace ahora poco más de un año y medio se llama Aventura (Tropismos, 2005), y es uno de los libros recientes más hermosos que te tenido entre las manos. Un volumen que es una fiesta que será sin duda celebrada por todos los que alguna vez se han enfrentado en la obra de Claudio Rodríguez al sabor ético y estético de toda gran y verdadera poesía.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,22 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[T.S. Eliot: una influencia en la poesía de la Postmodernidad]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,450 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El principio básico del arte poética más influyente del pasado siglo, aplicado primero por Joyce en el Ulises y luego por T. S. Eliot en The waste land, quedó perfectamente definido y perfilado por este último en su trabajo Ulysses, order and myth, publicado en la revista The Dial en noviembre de 1923: Utilizar mitos y formas del pasado para dar estructura al caos del presente, preparando así la superación de éste, de cambio a algún orden o creencia vagamente soñados o añorados. En su ensayo, Eliot venía a afirmar que la aplicación del mito clásico al caos moderno era un modo de procurar forma y significación al inmenso panorama de futilidad y anarquía que era la historia contemporánea; además, aseguraba que la implantación en el campo de la literatura de este principio básico era tan importante como el de la relatividad de Einstein en el de la Física.

    Pues bien, en mi opinión, casi toda la producción literaria posterior a 1922, queda, repito, en alguna forma, supeditada a dicha propuesta.


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    T. S. Eliot


    Tal afirmación nos ha de llevar, necesariamente, a reflexionar sobre un hecho que se hace a la luz de tales razonamientos evidente: llevamos vivido casi un siglo sin que aún nadie -individuo, grupo o generación- haya sido capaz de aglutinar bajo un nuevo proyecto las posibles direcciones que señalen al hombre de nuestros días un camino distinto al marcado por la vanguardia de 1922, una nueva tarea a desarrollar. Esta clara situación de parálisis vital quizá sea debida a la imposibilidad de tal propósito y destino que la misma esencia de la vida en nuestro tiempo parece guardar congelada en sus genes. Puede que también se deba a que hoy nos sentimos míseros y demasiado conscientes de nuestra pequeñez, y sepamos ya con entera certeza que los dioses nos han desposeído de la suficiente arrogancia como para llevar a cabo tan singular empresa. De todas formas las causas del fenómeno responderán, que duda cabe, no a la presencia de un sólo elemento o circunstancia, sino a la suma y coalición de múltiples y complejos factores. Pero lo cierto es que hoy la gran literatura y el gran pensamiento, entendiendo por estos los que presentan la capacidad de arrogarse en esencia misma de su tiempo -precisa e inteligible-, no existen, han muerto como tales. Y es en el reconocimiento de nuestra incapacidad, en nuestra propia falta de grandeza, en la palpable consciencia de la imposibilidad vital de ser grandes, donde radica una de las razones fundamentales por las que en la actualidad se continúa requiriendo, incluso con mayor exigencia que en tiempos de Eliot, la presencia del pasado.

    Uno de los escasos matices que hoy nos distancia en algo con respecto al arte poética vanguardista de 1922, es, sin duda, la propia conciencia de nuestra limitación; conciencia que hace que visitemos los mitos y las formas del pasado no ya con un deseo de superación bajo el brazo que esperamos nos ponga en camino hacia lo soñado como predicaba Eliot, sino que más bien hacemos el viaje cargando con una distanciada y lúcida ironía esperando tan sólo un alejamiento momentáneo de la sordidez y vulgaridad cotidianas. Y es que en poco tiempo todos nos hemos hecho más sabios, más tristes y peores, y sabemos mucho de lo inútil de los sueños.

    Es en este contexto de irónica contemplación donde el poeta ha pasado a constituirse, paradójicamente, en un ser más preciso y configurado, más hedonista y conservador -que no reaccionario-. El poeta es hoy culto, civilizado y ordenado, escribe con la cabeza fría y los cinco sentidos puestos en su trabajo; es menos mago y figurante, menos ingenuo y decisorio, menos Dios y salvaguardia. El poeta ha optado por la reserva y el sutil distanciamiento; guarda sus tensiones interiores para revelarlas con calma y exactitud en una obra cada vez más reflexiva y deudora de las circunstancias; no es un histrión de esfuerzos, sino un hombre que sabedor de sus profundas limitaciones no aspira soberbio a encabezar destinos, más bien se centra en su propio apocalipsis, modesto y personal.

    Una búsqueda que en nuestros días de postmodernidad marchita aún continúa, aunque impregnada por la ironía y el sentimiento de imposibilidad. Hoy, como ayer, como en 1922, se busca el retorno. Pero hoy los caminos -y aquí topamos con otro matiz diferenciador con respecto a antaño- son varios, son prácticamente todos.

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    Monday,21 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Jean Leon versus Ceferino Carrión: de Santander a Hollywood]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,448 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace algunos años, Ella regresó a Santander para dirigir una gran tienda de una multinacional francesa en un centro comercial de la ciudad. Entre sus responsabilidades estaba la de formar a otros directores procedentes de distintos lugares de España. Uno de ellos, bastante joven todavía, llegó para su formación desde Barcelona, y una vez terminadas las formalidades pertinentes, entablaron conversación y le dijo a Ella que provenía de familia cántabra a pesar de llevar afincados en Cataluña mucho tiempo, y que su tío abuelo (quiero recordar que ese era exactamente el lazo de parentesco) era Jean Leon. Lo dijo, al parecer, como si no conocer a Jean Leon fuera algo poco menos que extraordinario. Pero no, Ella no lo conocía de nada, nunca había oído hablar del tal Jean Leon.

    A su vez Ella me comentó a mí la anécdota, y lo cierto es que yo tampoco tenía ni la más remota idea de quién era ese sujeto, aunque la historia sí despertó mi curiosidad. El aspirante a director de tienda barcelonés fue dando detalles sobre su pariente: había nacido en Santander, había emigrado a EE.UU., se había hecho amigo de las estrellas de Hollywood, y tenía un vino famosísimo con su nombre. Además, dijo, se acababa de publicar una biografía del tal Jean Leon.

    Picado por la curiosidad, busqué el libro hasta dar con él. En efecto, en el año 2002 el periodista Sebastián Moreno dio a la imprenta el libro Jean Leon. El rey de Beverly Hills (Ediciones B, Grupo Z, Barcelona). Lo compré y lo leí con interés en un santiamén.


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    Jean Leon


    Jean Leon vino al mundo como Ceferino Carrión en Santander en el año 1929. Cuando contaba 19 años, Ceferino abandonó la ciudad en la que nació, una ciudad arrasada por el incendio del año 1941 y en la que las huellas de la Guerra Civil estaban muy presentes. Ceferino se embarcó como polizón en un barco que lo depositó en la ciudad de los rascacielos, Nueva York.

    En la gran ciudad trabajó como camarero en un local propiedad de Frank Sinatra y del marido de Marilyn Monroe, Joe DiMaggio. Allí, el español les hizo un gran favor a ambos personajes: les facilitó una coartada delante de la policía tras propinarle una paliza a un supuesto amante de la actriz rubia. Ninguno de los dos lo olvidó jamás el favor, y ayudaron cuanto pudieron al joven camarero. Este había conocido a James Dean con anterioridad, trabaron amistad y decidieron montar juntos un restaurante. La muerte en accidente de tráfico de la joven estrella truncó el negocio.

    Ceferino decidió emigrar a la costa oeste, y con ayuda de sus amigos italianos logró montar por fin su propio negocio, un restaurante que acabaría convirtiéndose en mítico: La Scala. La comida era buena, fundamentalmente platos no muy complejos de la consistente gastronomía italiana, los vinos tampoco eran malos y los precios asequibles. El resultado es que, animados por Sinatra y compañía, muchas estrellas de la industria del cine empezaron a dejarse ver por el restaurante, a comer allí pasta y otras especialidades, y hacer del local un sitio al que había que ir si uno quería estar en la pomada. Corría el año 1957, y por La Scala se dejaban ver Gary Cooper, Marlon Brando, Tony Franciosa, Robert Mitchum, Paul Newman, Liz Taylor, Bogart, Lauren Bacall…, y también políticos como los Kennedy o Nixon.

    El santanderino Ceferino Carrión, quiero decir el norteamericano Jean Leon, que ese fue su nombre de guerra, el título por el que todo el mundo le conocía en su ambiente californiano y neoyorkino, se acabó convirtiendo en un hombre muy rico y con perspectivas. Parte de su dinero lo invirtió en la que acabó convirtiéndose en su gran pasión, los vinos. Compró tierras de cultivo en California y en Cataluña, contrató enólogos de prestigio y creó un vino, el Jean Leon, que hoy puede encontrarse en prácticamente todas las cartas de vino de los mejores restaurantes de todo el mundo.

    Ceferino, Jean Leon, murió de cáncer en 1996 contando con la amistad o el trato al menos de muchas estrellas y de mas de un presidente norteamericano, Ronald Reagan incluido.

    Ahora, el director de cine Agustí Vila pone en circulación la película documental 3055 Jean Leon, en la que recoge esta historia en imágenes. La historia de un santanderino de posguerra que acaba haciendo carrera en el Beberly Hills de los sueños de celuloide.

    Jean Leon, aún no he probado este vino, pero espero hacerlo escuchando canciones de Sinatra e imaginando una conversacion con mi difunto paisano de Hollywood.

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    Friday,18 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Subir al Everest: ¡hagan cola por favor!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,446 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En su día escribió Paul Bowles que ya no viajaba para no tener que encontrarse con todos sus vecinos y compatriotas en los vestíbulos de los hoteles en los que se alojaba, por muy lejanos y exóticos que fueran los lugares en los que se encontrasen dichos hoteles.

    Algo semejante me vino a la cabeza cuando el pasado fin de semana, ya de madrugada, vi en una cadena de televisión un reportaje asombroso sobre una escalada al Everest por parte de un equipo norteamericano grabado hace ahora justo un año, en mayo del año 2006. Lo asombroso del documental no era el esfuerzo sobrehumano realizado para llegar a la cumbre, no eran los paisajes, no la técnica empleada por los expertos montañeros, no las tácticas de alta montaña empleadas para lograr la hazaña… Lo que dejaba completamente estupefacto al contemplar la pequeña pantalla era el desbordante tráfico humano que hacía cola en fila india para inicar el asalto final a la cumbre.


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    Vista del monte Everest


    La cámara de los documentalistas lo captaba todo, tanto si fijaba la lenta hacia arriba como si la fijaba hacia abajo: una impresionante cola de montañeros de toda índole (expertos profesionales, aficionados voluntariosos, casi excursionistas domingueros…) esperaban literalmente cola esperando su turno y oportunidad para iniciar el último tramo de ascensión al techo de la tierra. De repente, los montañeros expertos, medio congelados por el frío gélido propio del ambiente y por estarse completamente parados y casi sin poder respirar el escaso oxígeno existente, comenzaban furiosos a insultar abiertamente a los excursionistas inexpertos, como si estuvieran en la fila de la compra del supermercado de turno y un listillo se hubiera colado exigiendo pagar ya su pan o su kilo de naranjas.

    La situación era grotesca. Estaban todos a dos pasos de culminar una hazaña hasta hace poco tiempo sobrehumana, llegar al mítico y casi inabordable Everest, y la imagen que ofrecía el equipo allí presente era semejante a la de una estación turística de alta montaña, con el agravante de que todos tienen además un tiempo determinado para culminar su aventura, unas horas, pues pasado ese tiempo, tienen que volverse sobre sus pasos sin lograr el objetivo para no sucumbir en el intento una vez se ha hecho de noche y las temperaturas bajan con la velocidad del rayo. De ahí los insultos y los enfados, las ganas de patearle las costillas a más de uno. Expediciones programadas con años de antelación y preparativos mil, expediciones costosísimas en tiempo y dinero, se quedaban a escasos metros de lograr el sueño sencillamente por la acumulación masiva de expedicionarios, todos con la misma idea en la cabeza: tocar cumbre y poder decir que lo lograron.

    Lo consulté en internet. El año pasado hubo un día de mayo en el que hicieron cumbre en el Everest ¡¡¡150 personas!!!! Vamos, que preparas la expedición gastando dinero a manta, haciendo montañismo por lugares más fáciles y asequibles, preparándote durante meses mental y físicamente… Llegas por fin al Himalaya tras un viaje largo, cansado y costoso, inicias la ascensión que conlleva días de sacrificios sinnúmero y un esfuerzo físico titánico, y cuando vas a ver cumplido tu sueño, contemplar la tierra desde su lugar más alto, ves cómo corre el tiempo en tu contra haciendo una interminable cola, muerto de frío y sin poder apenas respirar, porque tus vecinos del segundo, del sexto y del octavo han tenido tu misma ocurrencia y te preceden en la cumbre, como cuando quieres coger con prisa el ascensor de tu edificio para llegar a tu cuarto de estar y ponerte las zapatillas!!!

    Y mientras, los gobiernos del Nepal y de China se frontan las manos con los ingresos que la aventura les proporciona, y ya estudian construir hoteles de lujo por allí cerca, para que hasta los tetrapléjicos puedan hacer cumbre de la manera más sencilla posible, pues no hay nada más democrático e igualador que el afán de hacer dinero.

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    Thursday,17 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[García Lorca le escribe un poema al Giocondo José de Ciria]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,444 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En 1924 al poeta granadino Federico García Lorca se le murió en Madrid un amigo, un poeta, el santanderino José de Ciria y Escalante. El poeta inédito y difunto no había nacido mucho tiempo antes, en 1903, y cuando en poco menos de una semana el tifus se lo llevó de este mundo, Ciria era sólo un estudiante de Letras en la capital de España; un estudiante que se alojaba en el elegante Hotel Palace y dirigía un revista de poesía, Reflector, cuya vida fue casi tan efímera como la de su impulsor: un único número.

    A la muerte del amigo del norte, Federico quería darle poco crédito, y le decía a quien quisiera escucharlo que no le cabía la menor duda de que Ciria no había muerto. Sin embargo, la tozudez in able y siempre premonitoria de la muerte acabó imponiéndosele al granadino, y al tiempo decidió dedicarle al poeta amigo e inédito un poema como recuerdo y homenaje. Un poema que, con el paso de los días, no terminaba de brotar concluso de la abundante fuente poética lorquiana, hasta que durante una visita a una oscura y fresca alameda madrileña, el fantasma de Ciria se le apareció en forma de lágrimas propias.


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    Federico García Lorca


    Después de más de una semana de escritura y reescritura surgió el soneto a José de Ciria. Un soneto que es a la vez oración y epitafio. Un poema en el que Lorca escucha en la ausencia del amigo las voces del tiempo (reloj) y la naturaleza (el viento); en el que le pide que regrese en forma de luna, de luz de la oscuridad y latido de nada, de muerte, de la cara inversa de todo. En sus versos Lorca exhorta a un Ciria verde y frío al olvido, a que no tenga memoria desde su alcanzada altura y sonría, Giocondo y amigo, al mundo vano.

    En la muerte de José de Ciria y Escalante

    ¿Quién dirá que te vio, y en qué momento?/ ¡Qué dolor de penumbra iluminada!/ Dos voces suenan: el reloj y el viento,/ mientras flota sin ti la madrugada.// Un delirio de nardo ceniciento/ invade tu cabeza delicada./ ¡Hombre! ¡Pasión! ¡Dolor de luz! Memento/ Vuelve hecho luna y corazón de nada.// Vuelve hecho luna: con mi propia mano/ lanzaré tu manzana sobre el río/ turbio de rojos peces de verano.// Y tú arriba, en lo alto, verde y frío,/ ¡olvídate! Y olvida el mundo vano,/ delicado Giocondo, amigo mío.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,16 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[John Wayne: Ethan Edwards y Tom Doniphon]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,443 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    A finales de este mes de mayo se cumplirán los 100 del nacimiento de John Wayne, uno de los más grandes actores de la historia del cine. En otro texto ya apunté las razones por las que considero a Wayne un actor cinematográfico soberbio, impresionante, y desde luego algo debieron de ver en él, en su figura y su capacidad expresiva, en ese rostro que aguanta perfectamente los primeros planos, los que para muchos críticos y aficionados son dos de los más grandes directores del cine norteamericano del siglo XX: John Ford y Howard Hawks, monstruos con los que Wayne trabajó en numerosas ocasiones protagonizando algunas de sus mejores obras.

    Hoy quiero hacer un juego literario y cinéfilo en torno a John Wayne, en torno al cine. Wayne protagonizó dos de los últimos grandes western de John Ford. Los dos, en muchos sentidos crepusculares, los dos un punto y aparte en la historia del género, los dos expresiones soberbias y poéticas de la historia norteamericana, los dos obras maestras de la caligrafía fílmica de Ford. Me refiero a The seachers (Centauros del desierto, 1956), y a El hombre que mató a Liberty Valance (1962).


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    Imagen final de Centauros del desierto (1956)


    En la primera de las películas, Wayne encarna a Ethan Edwards, sin duda ninguna una de las cumbres de su carrera, y el papel por el que si no hubiera interpretado ninguna otra película debería pasar a la historia. El último plano de esta película, Wayne acariciándose a sí mismo rodeado de una nube de polvo y enmarcado por el quicio de un puerta que se cierra para dejarlo fuera de la escena y del mundo, es el resumen lírico del mejor cine de la historia, es una metáfora hermosísima y ajustada del hombre contemporáneo. En la segunda de las películas Wayne interpreta a Tom Doniphon, el hombre que mató al sanguinario y desquiciado Liberty Valance, el hombre que lo pierde definitivamente todo (amor, hogar, historia, sentido existencial...), aplastado por el tiempo histórico de un mundo que ya no es el suyo, de un mundo que ya no se contempla a lomos de un caballo, sino desde la ventanilla limpia de un vagón de tren.

    Pues bien, siempre he pensado que estados dos películas hay que verlas juntas, que son, una continuación de otra, que son en esencia partes de una misma historia. Ethan Edwards es Tom Doniphon, son el mismo personaje al que el paso de los años le ha cambiado de lugar, de ámbito social y político, pero no de destino, pero no de sentido. El breve cuento que ofrezco a continuación, la historia fordiana que he escrito es un homenaje al actor John Wayne, a John Ford, al western a dos de las películas más hermosas, complejas, sabias y poéticas de la historia.

    “Cuando Ethan Edwards regresó a la granja de su hermano Aaron tres años después de acabada la Guerra Civil, esperaba poder quedarse allí para dejarse envejecer sentado en una mecedora y recordar con el agridulce sabor de la melancolía las pérdidas y derrotas que jalonaron su existencia: La pérdida de la guerra y la desaparición de un mundo que fue el suyo, derrota que él no quiso aceptar jamás, conservando su sable más como símbolo de inútil terquedad que de honorable rebeldía. Los años de vagabundeo por la frontera buscando para sí un poco de oro nordista, un poco de venganza y un mucho de autoestima. Pero lo que de verdad le destruyó para siempre fue el amor, o mejor dicho, la imposibilidad de su amor, de su amor por Martha, la mujer de su hermano. Sin ella, sin Martha, ya no había escapatoria, ni redención, ni camino alguno que andar. Ya sólo quedaba dejarse morir contemplando a Martha, escuchando su risa y sus pasos por la casa, respirando el aroma inextingible de la mujer que se ama.

    Luego ocurrió lo imprevisible, lo que ya es por todos vosotros conocido. El destino quiso que la naturaleza salvaje, inhospita y violenta de esta tierra tejana, encarnada en los comanches nawyecki del jefe Scar, acabase de una vez para siempre con el último deseo de Ethan. Los comanches masacraron a toda la familia salvo a la pequeña Debbie, a quien se llevaron con ellos hacia el norte. No sé si aún recordáis a Debbie; era la sobrina morena de Ethan, aunque como más de un indiscreto mencionó alguna vez, corrían rumores por la región de que podría ser su propia hija, algo de lo que nunca nadie quiso hablar.

    El asesinato de Martha y su familia y el secuestro de Debbie trastornaron por completo a Ethan. A partir de entonces la búsqueda de Debbie y el sanguinario deseo de venganza encaminaron todos sus pasos, se convirtieron en el eje central de su vida. Casi diez años de implacable persecución fueron necesarios para que Ethan consiguiese sus dos propósitos, vengarse de Scar y recuperar para la comunidad blanca a su sobrina Debbie, que empezó una nueva vida junto a los Jorgensen, esa entrañable familia de emigrantes nórdicos.

    Los años de obsesiva búsqueda, de impuesta soledad, despojaron definitivamente a Ethan de cualquier raíz afectiva, cortaron todos sus lazos con la sociedad en la que un día pensó envejecer. Y desapareció. Todavía le veo alejarse sin prisa hacia el desierto, acariciado por una nube de polvo, con la mirada fija en el abierto horizonte que le esperaba. La puerta del hogar de los Jorgensen se cerró tras él y nunca más volvimos a saber de su vida hasta hoy mismo, día en el que he recibido una carta del senador Stoddard contándome lo que sigue.

    Ethan murió hace unas semanas en un pequeño pueblo con ferrocarril no muy lejos de aquí. Murió pobre de solemnidad y en compañía de un viejo negro que fue su amigo en los últimos tiempos. Le enterraron metido en una vieja caja de embalaje; le habían quitado las botas y el revólver para cubrir en parte los gastos. Hacía muchos años que Ethan no usaba su verdadero nombre, y en la zona todo el mundo le llamaba Tom, Tom Doniphon.

    El senador me narra en su carta las circunstancias en las que conoció a Ethan, y el papel decisivo que en sus vidas jugó el célebre forajido Liberty Valance, aunque me vais a permitir que nos os dé muchas explicaciones al respecto, a estas alturas de nuestra vida ya no tiene ningún sentido querer reescribir la historia, y tal vez sea mejor abandonarse a la leyenda, cuando no al definitivo olvido.

    Lo que sí os diré es que Ethan volvió a sentir en su interior la pulsión de la vida y de la ilusión gracias a una mujer. Con sus propias manos llegó a construir para ella una casa y un pequeño jardín en el que cultivaba hermosas flores de cactus. Pero no pudo ser, para Ethan jamás pudo ser.

    Sin embargo, cuando llevaron su mísero ataud al cementerio, sobre los toscos tablones de la caja, el senador Stoddard vio que descansaba la más hermosa flor de cactus que podáis imaginar, y entonces, muy rápido, cayó en la cuenta de que a Ethan siempre lo habían amado, e inundado de un cierto sentido de justicia, respirando muy hondo, como quien por fin obtiene la paz, el senador no pudo retener en sus labios el esbozo imperceptible de una sonrisa”.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,15 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El halcón peregrino de Glenway Wescott en DeBolsillo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,441 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Acaba de aparecer en las librerías de todo el país la edición de bolsillo, y con precio muy asequible, de un gran pequeño libro, El halcón peregrino del americano Glenway Wescott (DeBolsillo, 2007). La lectura es más que recomendable, ideal para acercarse a la buena literatura en un fin de semana de esos en los que no sabemos muy bien en qué emplear el tiempo. Ya escribí hace años sobre este libro cuando apareció en la editorial Lumen (2004) con traducción de Toni Hill. Creo oportuna traer de nuevo hasta esta página lo que entonces publicó el número 105 de la estupenda Revista de Libros.

    Creo que una de las principales razones de la existencia de las páginas de esta revista es avisar al lector de lo que a juicio del crítico va a encontrarse cuando inicie la lectura de un determinado libro. Por eso cumplo con mi deber si escribo que quien se acerque a El halcón peregrino va a hallar una anticuada obra maestra, afirmación que desconozco si es fácil sostener con alguna solidez, o si plantea algo cercano a una especie de pálido y desafortunado oxímoron. A continuación voy a procurar explicar por qué califico El halcón peregrino, historia de amor firmada por el poeta y novelista norteamericano Glenway Wescott (1901-1987), de anticuada obra maestra.


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    Glenway Wescott: El halcón peregrino (DeBolsillo, 2007)


    Esta extensa nouvelle fue publicada por vez primera en su versión original en el año 1940, es decir, en un momento histórico, el de entreguerras, en el que toda la literatura occidental estaba fuertemente influida por los grandes modelos narrativos norteamericanos; modelos estilísticos y temáticos establecidos entre otros por autores como Ernst Hemingway, William Faulkner, Saul Bellow, John Steinbeck, John Dos Passos, Francis Scott Fitzgerald, Nathanael West, Gertrude Stein o Sherwood Anderson, curiosamente varios de ellos galardonados con el premio Nobel durante el periodo mencionado.

    De un modo u otro, y a lo largo de los años veinte, treinta y comienzos de los cuarenta, todos estos escritores plasmaron en sus novelas y relatos las dramáticas consecuencias de la guerra, la experiencia del exilio, los mecanismos y excesos de la “era del jazz”, el hondo malestar de los años de depresión económica y social que experimentaron los EE.UU, la triste vida de las pequeñas ciudades del interior del país, la miseria de los trabajadores del campo, la errante vida de los vagabundos, la miseria espiritual y el arribismo de las clases dirigentes y acomodadas, la sordidez vitalista de los bajos fondos de las grandes ciudades, la eclosión de una sociedad dominada enteramente por lo ficticio...

    Construyendo historias sobre esta gran diversidad de asuntos, y haciéndolo a veces con técnicas absolutamente novedosas (pensemos por ejemplo en la técnica del “ojo fotográfico” que John Dos Passos aplicó en su célebre trilogía USA), la gran narrativa estadounidense comenzó a imponerse al resto de las del mundo occidental, y éste empezó a reconocerse en los retratos labrados por los prosistas americanos.

    Pues bien, la breve novela de Glenway Wescott que en estas páginas reseñamos, no se inscribe en ninguno de los modos y maneras de la corriente narrativa de entreguerras más arriba apuntada, sino que lo hace claramente en la corriente que había dominado a finales del siglo XIX en los EE.UU., y que estaba muy influenciada por las tendencias nacidas en Europa tras los últimos procesos revolucionarios liberales, es decir, el naturalismo, el realismo y el impresionismo. Es más, podemos incluso precisar e inscribir directamente El halcón peregrino en la amplia estela dejada por Henry James (1843-1916), el primero de los grandes escritores norteamericanos expatriados en Europa y que encontró gran parte de su mejor materia narrativa en el conflicto que en aquella época surgía cuando el americano educado y de clase alta se enfrentaba a la complejidad social y cultural europea en París, Londres o Italia. Al igual que Henry James, Glenway Wescott instala su narración en dicho contexto y lo hace también concentrándose no tanto en los detalles ambientales como en los procesos de evolución de la conciencia de los personajes.

    Podemos establecer por tanto que cuando Wescott escribe y publica El halcón peregrino, no concibe su nouvelle ni temática ni estilísticamente como lo estaban haciendo sus compatriotas contemporáneos más destacados, sino como lo habían hecho tiempo atrás escritores como el aludido Henry James o como Ford Madox Ford (1873-1939), otro modelo al que pueden ajustarse bien las ideas literarias de Wescott. En otras palabras, el mismo año de su publicación, 1940, El halcón peregrino, nacía como una narración de otra época, como una narración anticuada desde el punto de vista del estilo y del asunto.

    Pero si algo deja en claro el trato con la literatura, es que no hace falta que ésta siga los preceptos y tendencias de su época para lograrse. En este sentido puede decirse que si bien con planteamientos propios de otra época, Glenway Wescott consigue con El halcón peregrino una pequeña obra maestra edificada en el esfuerzo por comprimir numerosos detalles en sutiles abstracciones o metáforas, en una fórmula o moraleja cuyo fin último es plasmar, con un trazo caleidoscópico, los acontecimientos devastadores que brotan de forma apenas perceptible del mismo interior de unos seres que han elegido el ardiente y trágico fracaso frente al confortable arrullo del orden y la sensatez.

    Sobre el tapete verde de la campiña no muy lejana a París, Glenway Wescott coloca ocho personajes (incluido el halcón, por supuesto) como si de ocho bolas de billar se tratase. Cada bola de un color diferente, cada una con una numeración y una posición distinta, con distancias y cercanías entre sí. Con estos ocho elementos convenientemente distribuidos y estratégicamente relacionados, Wescott maneja con fina maestría el taco de juego e insufla movimientos internos en los distintos personajes, movimientos que hacen que choquen unos con otros, se relacionen mediante la descripción de estratégicas órbitas de conmoción psicológica, formen grupos y dibujen figuras geométricas (triángulos, círculos…) con un hondo perfil íntimo y a la vez social.

    En un marco propicio al mejor Chéjov, Glenway Wescott cuenta una historia que tiene de Ford Madox Ford la acumulación de pasiones y tensiones sometidas al confortable plomo de la conveniencia social, y que tiene de Henry James un sutilísimo termostato perceptivo que logra registrar cualquier variación en la temperatura psicológica de los personajes.

    Con El halcón peregrino su autor establece una lección de anatomía del alma que exhibe dos claves esenciales disfrazadas con los sentenciosos ropajes de la moraleja: primera, el amor exige cantidades excepcionales y agotadoras de perdón; y segunda, todo lo majestuoso y sublime, incluido un soberbio ejemplar de halcón ejerciendo como símbolo de lo irreducible, si es aislado de su realidad y pervertido por la inagotable y variopinta capacidad humana del absurdo, se convierte en triste pálpito domesticado a la espera de una rápida y limpia autopsia.

    Lo dicho, una anticuada obra maestra. ______________________________________________________________________
    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Monday,14 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Poussin y Anthony Powell: Una danza para la música del tiempo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,440 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hay una enigmática pintura de Nicolas Poussin no muy conocida ni especialmente apreciada por los aficionados, cuyo título es Una danza para la música del tiempo. En el centro del cuadro cuatro figuras humanas danzan casi entrelazadas pero curiosamente dándose mutuamente la espalda. Danzan siguiendo el sonido de la música que interpretan un ángel anciano tañendo una lira y un niño muy pequeño que toca un pequeño instrumento de viento. La escena, que se desarrolla en una especie de terraza abierta a un paisaje de naturaleza sosegada, la completa otro niño pequeño que en su mano tiene un reloj de arena, y un grupo de ángeles alados que en el cielo acompañan a un extraño carruaje tirado por caballos que se abren paso entre un cúmulo de espesas nubes grises a través de las que una luz casi cegadora emerge simbólica.

    Al parecer, la obra fue un encargo del cardenal Rospigliosi, y según los eruditos al menos encierra entre sus colores dos posibles narraciones o historias, dos juegos de símbolos que explican la razón de ser del cuadro y su título. Una de las explicaciones del cuadro es que representa a la riqueza, la pobreza, el trabajo y la lujuria dándose la espalda y danzando eternamente al ritmo de una música que marcan los símbolos del tiempo: un niño y un anciano. Otra de las explicaciones es esencialmente la misma, sólo que quienes danzan son las estaciones: la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Los danzantes, si nos fijamos bien, no forman un círculo cerrado a pesar de la apariencia, pues dos de los personajes tienen tendidas las manos que sin embargo no se agarran. No estaríamos pues ante un círculo, sino ante una línea continua que quiere pero no puede cerrarse.


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    Nicolas Poussin: Una danza para la música del tiempo


    Convertir en una novela esa simbólica danza para el paso tiempo, y hacerlo a través de las peripecias de un amplísimo grupo de personajes que viven en un tiempo y unos escenarios históricos, ha sido sin duda la intención del escritor inglés Anthony Powell (1905-2000) en la que sin duda es su obra cumbre, esforzado homenaje a la vez al cuadro de Poussin, y una de las mayores aventuras literarias de la literatura inglesa de la segunda mitad del siglo XX: Una danza para la música del tiempo (Anagrama).

    Una danza para la música del tiempo, saga escrita entre 1951 y 1975, consta de 12 novelas que se han agrupado en cuatro volúmenes, cada uno de ellos subtitulado con el nombre de una de las estaciones del año. En español, la editorial Anagrama ha publicado ya todos los volúmenes: primavera, invierno, otoño y verano.

    Anthony Powell, un prototipo casi perfecto del inglés auspiciado por la época postvictoriana, estudiante en Eton y Oxford, editor en Duckworth, guionista para la productora Warner Brothers, editor literario de la veteranísima revista satírica Punch, y colaborador habitual de prestigiosos diarios británicos como The Spectador y el Daily Telegraph, hizo de su obra maestra un fresco de estructuras y hechuras grandiosas, de tintes proustianos, en los que, como ya se ha dicho, se novela la música del tiempo y su danza a través de los vaivenes vitales de un protagonista-narrador, Nicholas Jenkins, a quien conocemos a principios de los años 1920 en el volumen Primavera.

    Jenkins, y los personajes que a lo largo de los centenares de páginas escritas le van saliendo al paso y lo contextualizan, le sirven a Anthony Powell para establecer y delinear con sutileza y riqueza literaria multitud de cruces de destinos a los largo de un amplio espacio temporal e histórico, creando así con pinceladas de humor, melancolía, amargura, tragicomedia..., un universo poblado por bohemios, políticos, aristócratas y militares que danzan y danzan el tiempo de su vida, dándose la espalda y ofreciéndose las manos, aunque sin cerrar nunca, jamás, un círculo vital, sino una línea que simboliza la marcha, el devenir, la danza absurda que se baila al son de la música que brota de los instrumentos que toca el tiempo, que toca la vida con su principio (el niño) y su final (el viejo y su lira).

    Un título ciertamente sin fácil parangón en la novelística presente, aunque si aún no han leído En busca del tiempo perdido del señor Marcel Proust, pues que voy a decirles: no sigan malgastando su precioso tiempo e inicien de una vez la danza, la danza proustiana.

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    Friday,11 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[José Hierro, un poeta endemoniado]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,439
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    Juan Antonio González Fuentes

    En tan sólo una década, entre 1947 y 1957, entre los veinticinco años de edad y los treinta y cinco, José Hierro publicó sus seis primeros libros de versos: Tierra sin nosotros (1947), Alegría (1947), Con las piedras, con el viento... (1950), Quinta del 42 (1953), Estatuas yacentes (1955), y Cuanto sé de mí (1957). Todos ellos, en mayor o menor medida, son representación hecha palabra poética del José Hierro que a sí mismo se declara como “falso joven” en un texto decididamente imprescindible para todo aquel que quiera acercarse con algún acierto a la vida y obra del poeta santanderino.

    Me refiero al artículo “El arte de hace un día”, publicado por el poeta en el número de primavera–estío de la revista santanderina Proel en el año 1950, y que en sus apenas veinticinco páginas recoge a la vez un certero autorretrato espiritual, una poética, una radiografía generacional llena de patetismo, una personal aproximación a la historia del arte, y una nada despreciable cifra de juicios de valor en torno a cuestiones diversas.

    Reproduzco a continuación algunos de los párrafos más autobiográficos del artículo que, como se comprobará, constituyen una veta ineludible y de enorme riqueza e interés no sólo para cualquier estudioso de la obra de José Hierro, sino para todo aquel que esté interesado en estudiar la conciencia siempre autorreferencial de la desoladora situación moral y física que vivía en nuestra posguerra un joven creador que tenía el sentimiento de pérdida, definitiva e irremediable, enraizada en lo más profundo de su espíritu.

    Dan comienzo estos párrafos que ahora entresaco con una pregunta tal vez inusitada para un hombre de veintiocho años: “Pero ¿qué es un hombre realmente joven?”. Y prosiguen con la respuesta a dicha cuestión y el despliegue de una cascada de ideas, juicios y planteamientos. Veámoslo a continuación: “Responderé: un hombre sin historia y sin obra todavía. (¡Consolador todavía!). Un hombre sin más tesoro que su futuro ni más talismán que su fe en la obra que ha de realizar. Si los tiempos no le son adversos, experiencia y obra brotarán y madurarán a la par, en una conjunción equilibrada, serena, rica, armoniosa: eterna.

    Nuestra experiencia –la de los falsos jóvenes, semejantes a los niños que fueron pastores o mendigos o reyes sin conocer los juegos propios de su edad– fue anterior a la obra. Cuando llegó la hora de ésta, era demasiado tarde: la experiencia, vasta y hermosa ya, no podía ser encerrada en el estrecho recinto de un poema, una sinfonía, una escultura, un cuadro con toda su magnífica y selvática exhuberancia.

    Me diréis que nada tienen en común el arte y la vida para que uno haga imposible lo otro; que cada uno sigue distinto camino. Yo no lo creo así. Porque si crear es dar manotazos o palos de ciego para aprisionar la mariposa de la belleza y, clavada en un cartón, legarla a la posteridad, ¿quién puede reprocharnos porque hemos visto volar a la tal mariposa, no en un libro, o en un museo, sino en la en la hermosa aventura del vivir cotidiano?

    El hombre de hoy –me refiero al que pertenece a esta generación de falsos jóvenes, cuya vida ha sido radicalmente modificada por la guerra española, el hombre que ahora tiene alrededor de los treinta años, el que vio destruido el edificio de sus esperanzas, sus proyectos, sus convicciones; el que asistió a la muerte de sus cosas más queridas–, no ha sido capaz de descubrir la expresión artística que conviene a su alma. No la hallará por muchos años que viva; por mucho olvido que trate de acumular sobre sus heridas; por mucha serenidad que –al fin– logre conquistar. Este hombre es un endemoniado. Acaso creáis que esto no pasa de ser una afirmación excesivamente radical para ser cierta. Ojalá tengáis razón. Pero yo quiero exponer unas razones, tal vez no convincentes, pero que encierran, como el fruto la pepita, mis convicciones muy razonables.

    Permitidme ahora que os presente a este plural personaje. Los que aún sois muy jóvenes acaso sonriáis al escuchar cuánta importancia trato de atribuir a una guerra de tres años. No os ha arañado las carnes. Los que sois ya viejos diréis que el tiempo todo lo puede; que el tiempo, que es la carne de la historia, es muerto por la historia que lo transforma en hechos. Unos y otros, desde la historia y desde la juventud, tenéis razón. Mas para un hombre que ha tratado de conquistar, con el esfuerzo de su alma y de su cerebro, ese rincón de eternidad en que dejar a salvo su memoria cuando se haya consumado su desaparición física, tiene demasiada importancia un hecho que ha afectado radicalmente su vida. Aunque la juventud se ría de él. Aunque la historia no tome en consideración su casi pueril gesto de rebeldía, ese hombre tiene razón.

    Nuestro amigo nació en la postguerra del 14. Avanzó cuando avanzaban las revoluciones. Morirá con el desencanto, acaso en otra guerra para encerrar así su vida entre dos guerras, como entre dos paréntesis de dolor. El siglo clavó en la frente de la creación artística el signo de la belleza pura, la estrella del arte por el arte, y detrás el Diluvio. El panorama era demasiado bello para no ser cautivador. Oía y repetía lo oído, creyéndolo firme y eterno. Como si alguien, hechizado por la vida, ignorase que la muerte ama la belleza (nos entendemos, me parece, aunque ninguno sepamos exactamente qué es eso de la belleza). Lo trascendente, lo doctrinal es cosa de pueblos viejos, de gentes sesudas y arrugadas. La ética, cosa de preceptores. Para la juventud no hay más manjar que la alegría, o esa azulada melancolía que no tiene un porqué...

    ...Este es nuestro endemoniado. Yo os pido un poco de compasión para él. Ya el problema no es el de buscar tan sólo su lenguaje artístico, sino el de lograrse a sí mismo, el de hacerse humilde, el de alcanzar el equilibrio que le resuma y exprese sin dejar de ser quien es...”.

    Bien, como vemos, lo primero que plasma José Hierro en estas líneas es una autodefinición. Él se dibuja así mismo, al igual que otros integrantes de su generación, como un “falso joven”, un “endemoniado”. Es decir, un español nacido tras la I Guerra Mundial que ronda la treintena y al que la experiencia trágica de la Guerra Civil ha expulsado definitivamente del paraíso de la infancia y la verdadera juventud, destruyéndole de paso sus esperanzas, sus proyectos, sus convicciones, todas sus cosas más queridas. Pero además, como para José Hierro el arte y la vida están en estrecha y permanente relación, otra consecuencia funesta de los tres años de guerra fraticida, otro elemento que él está convencido viene a caracterizar al “falso joven”, al “endemoniado”, es que no va a poder dar nunca con la expresión artística que conviene a su espíritu, pues las heridas recibidas, la destrucción a la que ha sido sometido tan tempranamente no lo va a posibilitar. Así, la búsqueda de un lenguaje artístico que exprese la verdad y realidad del “falso joven” está íntimamente ligada al hecho de que el “endemoniado” se logre a sí mismo. Lograrse como ser humano y expresarse como artista parecen ser para José Hierro arterias de un sistema por el que circula el mismo tipo de sangre.

    La propia obra del poeta le contradice, pues es la constatación fehaciente de que al menos él sí logró encontrar una expresión poética para reflejar con algún acierto su realidad de “endemoniado”. Claro que en 1950 él podía aún plantearse todas las dudas al respecto, aunque también era consciente, como deja señalado en alguno de los párrafos transcritos, que quizá su afirmación acerca de que para el “falso joven” existía una imposibilidad definitiva de lograrse y de hallar el necesario lenguaje artístico, era cuando menos “una afirmación excesivamente radical para ser cierta”.

    Una vez dados los trazos que definen y perfilan al “endemoniado”, José Hierro, para finalizar su disquisición plantea un ruego, lanza una sentencia con rango casi de maldición, y fija además un problema que podría entenderse a la vez como una especie de plan de vida o de trabajo, una meta a alcanzar que debe ser entendida como una poética y, si se me apura un poco, como un lema o leyenda para acompañar los blasones de su escudo de armas de poeta y ser humano.

    El ruego es el de que se sienta un poco de compasión por él (por José Hierro, claro, o por cualquier otro “falso joven endemoniado” de su generación). La sentencia es que él (póngase aquí el mismo contenido dado en el paréntesis anterior) morirá con el desencanto. Y la poética o timón para conducirse por la vida consiste en lograr el equilibrio arte–vida que, con humildad, le resuma y exprese sin dejar de ser lo que es. La fórmula que compendia esta suma de anhelos, juicios y propósitos bien podría ser la siguiente:

    “Fui expulsado del paraíso. Fui destruido sin remedio. Siéntase por mí compasión. Moriré con el desencanto, pero mientras lucharé por resumirme, por ser humilde y expresarme siendo el que soy”.

    La proposición que aquí planteo es que los poemas de los primeros libros del poeta, los publicados entre 1947 y 1957, los que están escritos en la posguerra durante el transcurso de su “falsa juventud”, son en mayor o menor grado, y admitiendo todos los matices y precisiones que quieran hacerse, una encarnación en trabajado lenguaje poético de los elementos, circunstancias y características que definen el ser quien es del José Hierro “endemoniado”, aquel que debido al estallido de la guerra fue repentinamente expulsado de la dorada infancia y vio hechos añicos sus primeros sueños y esperanzas, el que por tanto solicita un poco de compasión, el que con febril esfuerzo desea labrar con la palabra la huella en la que expresarse sin renunciar a la propia verdad, y, según su propia visión de las cosas, lograrse así mismo como persona. Es decir, son esencialmente “reportajes, cuyo interés se centra en exponer mediante la palabra poética toda la información posible en torno a la persona y circunstancias generacionales del falso joven o endemoniado.

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    Thursday,10 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El cine de Milos Forman (Ediciones Cátedra)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,438 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La veterana editorial Cátedra tiene una colección, Signo e imagen, que a lo largo de sus entregas se ha ido consolidando como un referente ineludible en España para el conocimiento del cine y los grandes cineastas de la historia.

    El último número de esta colección, nada más y nada menos que el emblemático 69, está dedicado al que para muchos es el más grande director de cine checo de todos los tiempos, Milos Forman, el responsable de cintas como Amadeus o Alguien voló sobre el nido del cuco. El libro, Milos Forman, está firmado por César Ballester.

    Forman, nacido en Cáslav (Checoslovaquia) en el año 1932 de padre judío y madre protestante, se quedó huérfano a edad temprana al sucumbir sus padres en el tristemente célebre campo de concentración de Auschwitz. Una vez terminada la guerra el adolescente estudió en una escuela pública de la ciudad de Podebrady, donde tuvo como compañero al mismísimo Václav Havel, con los años notable escritor y presidente de la República Checa. Acabados los años de primera formación ingresó en la competente Escuela de Cine de Praga, en la que estudió dirección cinematográfica.


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    César Ballester: Milos Forman (Cátedra, 2007)


    Así dio comienzo una etapa esencial en la vida y la obra del artista checo, pues junto a compañeros de dirección y aventura cinematográfica como Věra Chytilová, Jan Němec, Jiří Menzel o Jaroslav Papoušek, modificó sustancialmente las formas y maneras del cine checo en la década de los años 1960 encabezando lo que se conoció como Nova Vlna (Nueva Ola), corriente caracterizada por el uso de revolucionarias técnicas de montaje.

    Sin embargo, la invasión de Praga por los tanques soviéticos y de sus aliados del pacto de Varsovia en la primavera de 1968, puso fin a la dinámica de la Nueva Ola de cine checo. Los terribles acontecimientos de aquella primavera sorprendieron a Forman en París, donde negociaba la producción de su primera película americana. Dado el momento histórico, el estudio checo despidió a Forman, y éste se marchó a Nueva York esperando poder ganarse la vida de alguna manera. Pronto comenzó a dar clases en la Universidad de Columbia, donde además acabó de codirector del área de cine.

    No tuvo que pasar mucho tiempo para que Forman se pusiera detrás de la cámara en su nuevo país, y pronto alcanzó éxitos tan llamativos y rotundos como Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), con la que obtuvo 5 Oscar, entre ellos el de mejor director, o la también ya mencionada Amadeus (1984), que logró 8 premios de la Academia. Otras películas de su etapa americana son Hair (1979), Ragtime (1981), Valmont (1989), o El escándalo de Larry Flint (1996). Su último trabajo hasta la fecha es una producción europea, Los fantasmas de Goya (2006), protagonizado por el español Javier Bardem.

    Es la obra “internacional” de Forman quizá en exceso irregular, y tendente siempre a lo grandilocuente y llamativo. Precisamente es César Ballester, en la investigación y análisis crítico que aquí recomendamos, quien incide en estos aspectos, estableciendo una clara y marcada diferencia entre el cine checo de Forman y el americano o “internacional”. El problema de este libro sobre Forman para el aficionado común al cine (algo difícil de definir y precisar, lo admito), es que por momentos es en exceso técnico. De todas las maneras, muy probablemente lo más interesante de estas páginas sea el acercamiento a lo que significó la Nueva Ola de cine checo, y al destacadísimo papel desempeñado por Milos Forman en aquella nueva aportación a la historia del cine.

    Un libro muy recomendable para los devotos del director checo, para los estudiosos de la Nova Vlna, y también para aquellos interesados en conocer más de cerca las aportaciones realizadas por las cinematografías de la Europa del Este tras la II Guerra Mundial. Para los simples aficionados estamos ante un trabajo quizá demasiado exigente.

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    Wednesday,9 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Bob Dylan en dvd; Dylan locutor de radio]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,437 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Quizá ningún músico popular del siglo XX ha desarrollado una carrera tan larga, variopinta, influyente, exitosa, respetada, elogiada y coherente como Bob Dylan. Desde sus comienzos, renovando en la pureza el folk norteamericano, hasta sus incursiones en el rock más sólido y consistente, pasando por aventuras tan curiosas como la pertenencia al grupo Travelling Wilburys junto a George Harrison, Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne, la carrera de Dylan ha estado siempre marcada por el placer de los saltos mortales de quien se toma muy en serio lo que hace y desea llegar a los límites de sus posibilidades.

    Esta peculiaridad del Dylan músico y poeta (eterno candidato al Nobel de Literatura) quedó muy bien reflejada en el documental que sobre su vida dirigió el italoamericano Martin Scorsese con el título No direction home - Bob Dylan (Sin dirección a casa), una película de gran interés y que incluso ha estado disponible en dvd a un precio casi ridículo en los kioskos españoles hasta hace bien poco.

    Ahora irrumpe en el mercado otro dvd del mítico músico, otro documento ideal para adentrarse en las mismísimass entrañas de este norteamericano de Minnesota nacido como Robert Allen Zimmerman en mayo del año 1941. Se trata del reportaje Don’t Look Back (Columbia/Sony-BMG), un disco que recoge la gira británica que Dylan realizó en el año 1965, cuando la carrera del compositor como cantautor estaba dando sus últimos estertores y ya se anunciaban en el horizonte cercano los sonidos más sucios, estupefacientes y eléctricos de su carrera.

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    Don’t Look Back se lanza ahora completamente remasterizado y, como suele ser ya habitual en el relanzamiento de películas antiguas, con una notable carga de extras inéditos hasta la fecha, es decir, tomas descartadas en el original, actuaciones nunca comercializadas, etc... En definitiva, un documento imprescindible para entender en su justo punto un tipo de música y un momento generacional e histórico tan subrayado en los años finales del pasado siglo XX.

    Y mientras el Dylan veinteañero del año 1965 llama a la puerta en el nuevo formato dvd para irrumpir con su guitarra y su armónica en el mismo corazón de nuestros hogares, un Dylan anciano, con la edad ya cumplida de la jubilación y caminando parsimoniosamente hacia los setenta años de senectud, anuncia que proseguirá al menos una temporada más en su trabajo de disjockey radiofónico de lujo al frente del programa Theme Time Radio Hour, que emite la cadena norteamericana XM radio. En su hora de radio, el veterano Bob Dylan hace las delicias de los oyentes de todo el mundo sencillamente poniendo en antena y comentando su música predilecta, los discos, los temas que llaman su atención o que la llamaron en otros tiempos, y además, de vez en cuando, realiza en directo entrevistas, convirtiéndose así también en un reportero de calado impensado. Todo indica que hubo, hay y habrá Dylan para un buen rato.

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    Tuesday,8 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los réquiems de Mauricio Wiesenthal]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,434 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Un réquiem es una misa de difuntos. De entre todos los réquiems que conozco, orquestados por los grandes maestros, yo prefiero los de Mozart y Verdi, aunque a partir de ahora voy a sumar a mis réquiems de cabecera este que no viene compuesto en pentagrama alguno, sino en las páginas blancas de un libro hermoso. Sí, me refiero al Libro de réquiems(Edhasa) escrito por uno de los autores más poliédricos y curiosos de nuestro panorama hispano, Mauricio Wiesenthal (Barcelona, 1943), escritor refugiado desde hace tiempo en lo que puede llamarse el “espacio humanista”.

    Wiesenthal, viajero empedernido, valioso fotógrafo, novelista (El testamento del Nobel), poeta (Escucha Israel), memorialista (Nacer cuando las luces se apagan), ensayista (Galería de la estupidez, La hispanibundia…), experto enólogo…, firma ahora un libro en el que ha logrado reunir las cosas y las personas que de una manera o de otra han señalado una clara muesca en su existencia, marcándola de forma muy reconocible. Por ejemplo, objetos hallados en subastas o en viajes, paisajes y escenarios situados en distintos puntos cardinales y descubiertos mientras le seguía la pista a algunas vidas fascinantes o curiosas, como las de Stefan Zweig, Casanova, Coco Chanel, Mozart o Eugenio d’Ors.


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    Mauricio Wiesenthal: Libro de réquiems(Edhasa, 2005)


    En dicho esfuerzo, además, Mauricio Wiesenthal logra hacer literatura de calado transformando al igual que un hábil mago una persona en todo un personaje, una ciudad cualquiera en un decorado dispuesto para acoger el desarrollo intrincado de una historia, un asunto poco claro en un misterio casi insondable, un estado de ánimo personal en una fábula, en una narración escuchada en hondo silencio alrededor de una hoguera.

    Hay mucha(s) vida(s) en este Libro de réquiems escrito por Wiesenthal, hay mucho pulso vivo en estas misas de difuntos engarzadas como perlas en el hilo irrompible de la palabra literaria.

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    Monday,7 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La batalla de las Termópilas por Heródoto]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,432 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Mi madre tiene una casa en Comillas, costa de Cantabria, lugar de nacimiento del Marqués de dicho nombre, y pueblo en el que el Modernismo catalán dejó plasmadas en piedra algunas de sus llamativas realizaciones.

    La casa tiene un pequeño porche que da a un coqueto jardín, en el que durante todo el verano, el final de la primavera y el comienzo del otoño da gusto estar sentado, dejándose mecer por el vaivén de una mecedora mientras se contemplan las voluminosas hortensias que dan color pastel al breve panorama.

    Durante el comienzo de este último otoño, recalé unos días en la casa para tomar un respiro y disfrutar en el jardín de los últimos rayos de sol cantábrico dotados de alguna fuerza. Y así, entre paseo y paseo, visita a la cercana playa de Oyambre, visita al puerto del pueblo en el que nació el enésimo poeta del mar español, Jesús Cancio, y otros entretenimientos que fueron surgiendo en aquellos días, me topé y leí un libro que mi hermano Jaime había dejado por allí y que trataba de algunas de las grandes batallas de la historia. No recuerdo ahora mismo quién era el autor de aquellas páginas, pero sí que era español y joven, que la edición era una bonita, y que lo narrado estaba escrito con gracia, rigor, documentación y desenfado, haciendo del libro, para quienes nos gusta el tema, un pasatiempo más que recomendable.


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    Heródoto-Diodoro de Sicilia: La batalla de las Termópilas (RBA, 2007)


    Entre aquellas famosas batallas descritas y explicadas en el libro, estaba la de las Termópilas, en la que un reducido grupo de griegos, y entre ellos los célebres espartanos, presentaron batalla a un numerosísimo ejército de persas, quienes intentaban conquistar los territorios de la actual Grecia. Curiosamente, meses después de aquella lectura llega a nuestras pantallas con notable éxito de público la película 300, dirigida por Zack Snyder y basada en la novela gráfica del mismo nombre realizada por Frank Miller, y cuya trama está estrechamente ligada a la célebre batalla entre griegos y persas.

    Al rebufo del éxito cinematográfico han ido apareciendo en las librerías distintos libros sobre el tema que, seguro, concitan el interés de muchos lectores y de quienes después de ver la película les ha picado la curiosidad y quieren profundizar en sus conocimientos o verificarlos. De entre todos los títulos que han encontrado un hueco en las librerías, quizá el primero que el aficionado deba llevarse a casa sea, y por razones que presumo obvias, el que ha sacado a la calle con inteligencia y oportunidad editorial el sello RBA, actual propietario de la Biblioteca Clásica Gredos, de cuyo fondo ha extraído La batalla de las Termópilas de Heródoto-Diodoro de Sicilia, con traducción de Carlos Schrader y Juan José Torres Esbarranch.

    Cualquiera que desee saber qué les sucedió en el verano del año 480 antes de Cristo a Leónidas y a sus guerreros espartanos, no le quedará otro remedio que recurrir, como primera fuente de información, a Heródoto. Sin su concurso, más bien poco es lo que sabríamos de ese y otros episodios míticos de la historia de Grecia, ese crisol civilizatorio en el que todo occidente hunde sus raíces.

    Leónidas y los espartanos bajo sus órdenes cambiaron el discurrir de la civilización en aquella batalla veraniega. Sin su concurso, los persas al mando del rey Jerjes muy posiblemente hubieran conquistado la Hélade y hecho de esta parte del mundo una provincia más de su vasto imperio. Quizá hoy no seríamos lo que somos, para bien y para mal, si Leónidas y los suyos no hubieran interferido en el discurrir de la historia, estableciendo un antes y después.

    Leámos cómo Heródoto cuenta la batalla de las Termópilas, cómo nos narra uno de los acontecimientos esenciales que nos explican como europeos y occidentales. Somos hijos de una gran batalla, sí, es sólo un titular periodístico un tanto hinchado y alevoso, pero encierra su buena, su gran parte de verdad: somos hijos de las Termópilas.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Friday,4 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Soy unblogero]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,431 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Poco podía imaginarme justo hace ahora un año que iba a convertirme al cabo de los meses en algo que ni siquiera entonces sabía que existía: un blogger, un tipo que escribe un blog, es decir, un lugar en internet donde puedes recopilar y compartir todo aquello que te parezca interesante, ya sean comentarios o análisis de todo tipo, un diario personal, etc...

    Todo empezó ya no sé exactamente cuándo, estando yo en un despacho de la Fundación Carolina en Madrid, preparando junto al profesor José María Beneyto un libro de ensayos y artículos sobre María Zambrano para que lo editase el sello editorial Trotta. El despacho era el de mi amigo José María Lassalle, diputado de Cantabria por el PP, profesor de Filosofía del Derecho especializado en Locke, y lector y escritor casi compulsivo. En aquellos momentos era él el director de la Fundación y mirábamos ambos los tejados de Madrid por la ventana mientras charlábamos de no sé qué, cuando sonó el teléfono de mi amigo. Era Rogelio López Blanco, alma mater y director de la revista electrónica Ojos de Papel, quien desde Barcelona buscaba a alguien que más o menos sustituyese como colaborador de la revista al propio Lassalle, desbordado por sus nuevas obligaciones profesionales y académicas. El teléfono llegó a mis manos y a partir de ese instante, de vez en cuando, empezaron a llegarme encargos de reseñas de libros variopintos por parte de Rogelio. Así fue como entré en el mundo de la publicación electrónica.

    No publiqué muchos trabajos en Ojos de Papel a lo largo de los dos o tres años siguientes, pero sí los suficiente como para afianzar una relación intelectual y de amistad con Rogelio, a quien no he visto en vivo y en directo ni una sola vez en mi vida, vaya esta curiosidad por delante. Cuando hablamos por teléfono le pongo a la voz que escucho al otro lado exactamente la misma cara que aparece en la fotografía que puede verse de Rogelio en la revista electrónica, ese rostro de gallego catalanizado en la que se expresa a la vez una carga infinita de ironía, curiosidad, escepticismo y bondad.

    Pues bien, así la cosa, dio comienzo el año 2006. Y no habían trascurrido muchas semanas del mismo cuando en mi bolsillo sonó el móvil señalando el número de Rogelio. Descolgué pensando que me iba a proponer una nueva reseña de alguna novela o ensayo, pero cual no sería mi sorpresa cuando lanzó al aire que tenía que hablar conmigo largo y tendido, y si disponía de un poco de tiempo. Le dije que sí, y Rogelio, para ser breves, lo que hizo fue proponerme empezar a escribir un blog diario a partir del mes de mayo de 2006. Como soy un insensato compulsivo, un perfecto inconsciente, le dije casi inmediatamente que sí, que lo haría, y lo hice sin saber qué demonios era un blog, lo costoso que es escribir todos los días folio o folio y medio, la angustia que crea el cotidiano folio o pantalla en blanco...

    En cinco clases teóricas Rogelio me puso al cabo de la calle con respecto a qué es un blog, qué se pedía de mí y mis escritos, y sobre las nociones básicas para manejarme en el blog diseñado para Ojos de Papel por quienes son expertos en el tema.

    Por fin llegó el mes de mayo y mi puesta de largo como eso que se llama blogger. Puede asegurarles a todos ustedes que pensé desde el primer momento que la aventura duraría dos o tres meses, el tiempo suficiente para que la paciencia de Rogelio se estrellara contra los paupérrimos resultados de lecturas que, estaba yo convencido, iban a resultar. Mis cálculos eran que, entre amigos y familiares a los que suplicaría una visita diaria al blog durante el tiempo que aguantasen sin protestar mi exigencia, las lecturas no pasarían de la docena diaria en los mejores días, y que paulatinamente, iría perdiendo fuerza hasta llegar a las cuatro o cinco visitas. Antes de que la Navidad del 2006 fuese una realidad, pensé que Rogelio me llamaría para decirme que la situación no se sostenía y que la aventura electrónica naufragaba sin remedio.

    Me equivoqué. Ha pasado todo un año, de mayo del 2006 a mayo del 2007, con los meses de julio y agosto sin comparecer por las vacaciones, y Rogelio me asegura de todas las maneras posibles algo que no puedo creer. Hemos superado con alguna amplitud las 50.000 lecturas. ¡¡¡50.000 lecturas!!! Sí, ya sé que hay blogs de bloggers que superan diariamente esa cifra, pero es que jamás soñé, bajo ningún concepto ni condición, que al cabo de un año el blog arrojase semejante cifra de lecturas. Nunca sospeché que tantos amigos, conocidos y desconocidos, con una generosidad infinita, dedicasen una porción de su valioso tiempo a leer los textos que cada tarde o cada noche dejamos Rogelio y yo preparados en la página del ordenador, y que hasta ahora, en una cantidad de poco más de doscientos y con el título general de El Pulso de la Bruma, han hablado de libros que he leído, de poetas que me gustan y de algunos de sus poemas, de ópera, de las películas que he visto o que permanecen en mi memoria, de paseos por la ciudad de Santander, de viajes, de escritores o artistas que significan mucho para mí... Doscientos textos que en un año han hablado de las pequeñas cosas que me interesan y que en forma de trazos y jirones leves y breves conforman mi vida, o la vida que quisiera tener o con la que sueño. Una vida posible o imposible, una vida que se presenta con algo de realidad y mucho de ficción, con algo de ensayo y mucho de frustrada novela, que aún no lo sé muy bien del todo. Un ejercicio de novela de la que ya algunos de ustedes saben muchas cosas, ¡tantas!, como 50.000. Muchas gracias a todos, y desde esta pantalla en blanco desde donde si se alza la vista se contempla el mar, ¡feliz primer aniversario de blog!, ¡qué lleguen muchos otros, con sus lecturas, con sus palabras, con su latido de ágora abierta en la que de vez en cuando nos encontramos y charlamos un rato, siempre entre amigos, siempre acogidos por eso tan leve y extraño que es El pulso de la bruma!

    Los veinte textos más leídos hasta la fecha en esta página son los que conforman la siguiente lista, y pueden consultarse sólo con hacer clic en ellos.

    05-10-06 Mi amor vive ahora en el Museo Thyssen (Homenaje al pintor Sargent), 893 lecturas

    23-10-06 El Planeta Pombo, Álvaro Pombo, 782

    16-10-06 El sol de los Scorta, obra maestra de Laurent Gaudé, 765

    20-12-06 Los Rat Pack, Sinatra y sus secuaces, 703

    21-11-06 Leamos un poema: “Estatua mutilada”, de José Hierro, 691

    01-11-06 Scoop, lo último de Woody Allen, 670

    27-10-06 Orhan Pamuk (Estambul), un Nobel “cantado”, 661

    08-11-06 Lord Joseph Conrad “Jim”, 642

    11-10-06 Un poeta de nombre Oscar Wilde, 627

    09-11-06 La Praga de Kafka, 617

    27-11-06 “Love”: lo último de George Martin y los Beatles, 608

    06-10-06 Alucinación Viscontiana (homenaje a Luchino Visconti, 1906-1976), 598

    06-11-06 Una tarde con Henning Mankell y Kurt Wallander, 598

    05-12-06 Espacio, de Juan Ramón Jiménez: el poema en prosa y la modernidad del español, 591

    09-01-07 Wozzeck, de Alban Berg (Teatro Real de Madrid), 545

    30-11-06 Gala Dalí, una historia, una biografía, 534

    22-12-06 Navidad con un inédito de Juan Ramón, 528

    09-10-06 Italia vista desde el Neorrealismo, 524

    08-12-06 Un vestido de Audrey Hepburn para los pobres de Calcuta, 514

    29-12-06 Gombrich, uno de los últimos sabios, 489

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Thursday,3 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Por qué nos gustan las mujeres, de Mircea Cartarescu]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,429 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    A día de hoy la literatura rumana es de las escasas europeas que no puede exhibir a lo largo de su historia un premio Nobel. Es la rumana, por tanto, una de las pocas lenguas de la cultura europea que sigue arrinconada en un lugar inhóspito y polvoriento para los señores y señoras de la academia sueca, y eso que rumanos fueron autores como Cioran o Ionesco.

    Sin embargo, corren rumores en los mentideros literarios del universo conocido de que quizá no haya que esperar demasiados años para que tal situación se corrija. El nombre del candidato es Mircea, igualito que el de su compatriota y famoso colega Mircea Eliade (1907-1986), del que conmemoramos ahora el centenario de su nacimiento, y su apellido Cartarescu, muy semejante al de los centrales del Steaua de Bucarest que tantos quebraderos de cabeza han proporcionado históricamente a nuestros delanteros de la selección.

    Pues bien, Mircea Cartarescu es un escritor relativamente joven, de la cosecha de 1956, nacido en la capital de su país, es decir, en Bucarest, igual, imagino, que muchos de mis vecinos medio nómadas, medio pedigüeños de la santanderina calle San Sebastián. Cartarescu es hoy por hoy una figura esencial en el desarrollo de la postmodernidad rumana, y lo es por una extensa y variopinta obra literaria que abarca muchos géneros, desde la poesía (aunque estoy de acuerdo con Antonio Gamoneda en que la poesía no es ni un género ni literatura) hasta el artículo para el periódico.


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    Mircea Cartarescu: Por qué nos gustan las mujeres (Editorial Funambulista, 2006)


    Nuestro hombre hizo su irrupción en las letras rumanas en 1980, y lo hizo con un poemario, Levantul, con el que logró el mayor reconocimiento en su lengua. Casi diez años más tarde, debutó en el terreno de la novela con Nostalgia (1989), primer peldaño de una serie de narraciones en las que Cartarescu palpa las dimensiones del mundo y la existencia a través de su propia memoria, los sueños y una imaginación más que poderosa. La crítica ha dicho de él, o mejor dicho, de su obra, que es un “olni”, es decir, un objeto literario no identificado, capaz de dejar muy atrás en las listas de los más vendidos de su país a los best-sellers anglosajones.

    En español, que yo sepa, sólo hay publicado un libro del rumano, pero eso sí, uno que es una enorme y prometedora puerta abierta al resto de su obra. ¿El título?, a mí me ha resultado muy sugerente y, dados los tiempos que corre, casi políticamente incorrecto: Por qué nos gustan las mujeres (Funambulista, Madrid, 2006) (eso, por qué, y sobre todo, por qué tanto). En qué consiste este libro de título tan sugerente y abierto. Pues en una colección de historias que presentan un único y decisivo denominador común, la presencia en ellas, en su desarrollo y desenlace, de mujeres, de todo tipo de mujeres, cualesquiera pueda ser su edad, su raza y sus circunstancias orteguianas, a pesar de que la mujer que aparece en la cubierta del libro sea esa representación esteriotipada que todos tenemos de la mujer que para nosotros (hombres al fin y al cabo) quisiéramos: un bellezón hollywoodiense de los años 40 vestido con ropajes leves y que, recostada sobre una media luna, promete con la mirada, los labios y la disposición general, no sólo la luna, sino toda una pléyade hermosa y paradisiaca de constelaciones y universos varios e inagotables.

    Los textos incluidos en este provienen de distintos lugares, algunos eran inéditos hasta su inclusión, otros habían sido publicados ya, por ejemplo, en la edición rumana de la revista Elle. Siguiendo la moda en la narrativa europea de las últimas décadas, las prosas de nuestro autor que pueden leerse en Por qué me gustan las mujeres son inclasificables en género: son cuentos, pero también memorias, también reflexiones, también pura ficción salida de la mente literaria de un hombre cargado de testosterona y hormonas masculinas. Una lectura deliciosa y del todo recomendable.

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    Tuesday,1 may 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Cuando Rostropovichcerró la Plaza Porticada]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,428 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    A los 80 años de edad ha muerto el que para muchos críticos y aficionados a la música ha sido, junto a Pablo Casals, el más grande violonchelista del siglo XX, Mstislav Leopóldovich Rostropóvich (Bakú, 1927-Moscú, 2007), sencillamente, Rostropóvich.

    A él le dedicaron partituras para su instrumento compositores esenciales ya de la historia del siglo XX como Benjamín Britten, Sergei Prokófiev o Dimitri Shostakovich, y fue además un referente ético en su país de primer orden. En 1963, después de recibir el premio Lenin, máximo galardón otorgado en la extinta Unión Soviética, públicamente se atrevió a defender la figura del escritor disidente Alexander Solzhenitsyn. Tras esta toma de postura hubo de emigrar a los EE.UU con su mujer, la mítica cantante de ópera, Galina Vishnevskaya, donde en 1977 fue nombrado director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington.

    Honrado con múltiples premios y distinciones (entre ellos el Premio Príncipe de Asturias), alma mater de una fundación que se lleva su nombre, tocó con los más grandes y dirigió las orquestas más importantes. Su discografía es inmensa y se encuentra en los mejores sellos. Tocó y grabó en solitario (las míticas suites para violonchelo de Bach, por ejemplo), en pareja (sus grabaciones con pianistas como Rudolf Serkin o Richter son legendarias), en conjuntos de cámara y con prácticamente todas las grandes orquestas. , Karajan, Giulini, Berstein, Maazel…, lo dirigieron en alguna ocasión.


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    Mstislav Leopóldovich Rostropóvich


    Yo sólo pude oír hacer música a Rostropovich en dos ocasiones, las dos en Santander, las dos en la Plaza Porticada de la ciudad, dentro de la programación del Festival Internacional. La primera fue como director en un programa Chaikovski, la 5º Sinfonía y la llamativa Obertura 1812. El músico dirigió en aquella ocasión a su orquesta americana, la Nacional de Washington. Le recuerdo vestido con un smoking de chaqueta blanca y pajarita negra. Era un buen director de la música de su compatriota, sobre todo de las óperas, que grabó dejando el nivel muy alto. No tengo en mi memoria aquel concierto como memorable, aunque sí como espectacular. En la Obertura 1812 los músicos de la orquesta norteamericana se distribuyeron por toda la Plaza. Los metales se situaron por las balconadas cercanas, parte de la percusión se colocó en lo alto de la catedral, para hacer oír desde allí las campanas incluidas en el final. La noche fue espléndida, de verano pleno. Las gradas portátiles estaban abarrotados de público, acogiendo a más de tres mil personas apelotonadas en sus asientos de madera. Pequeñas bombillas con forma de velas estaban distribuidas por las decenas de ventanas de la construcción de posguerra que hace plaza con su calle porticada. Había banderas, flores, plantas enormes y de uniforme verde..., las dos grandes estatuas que presiden la fachada de Caja Cantabria parecían vigilar a la orquesta y al director sobre los que se asomaban hercúleas. El viento mecía suavemente los toldos que colgaban por encima de todos por si caían del cielo gotas veraniegas. No, no olvidaré esa noche.

    La otra ocasión en que escuché en directo a Rostropovich fue como instrumentista en la clausura del último festival que se celebró en la Plaza Porticada, en agosto de 1990. Estaba previsto que la clausura estuviera a cargo de Leonard Berstein, pero este murió poco antes, y fue sustituido por el músico ruso. Estuvo acompañado por una orquesta de cámara escandinava, creo que la Orquesta de Cámara Noruega. En el programa, deseo recordar, una de las especialidades del violonchelista, el concierto para dicho instrumento del checo Antonín Dvorák y las Variaciones Rococó de Chaikovski.

    Aquella noche la Plaza Porticada cerraba para siempre sus puertas al Festival santanderino después de haberlo acogido durante décadas. Por allí habían pasado Plácido Domingo, Teresa Berganza, Rubinstein, Nureyev, Margot Fontaine, Antonio el bailarín, Monserrat Caballé, Elizabeth Schwarkopf, Abbado, Maazel, Metha, Baremboin, Argenta, Victoria de los Ángeles..., decenas y decenas de grandes orquestas, solistas, directores, bailarines, compañías, actores, cantantes... Era el final de una etapa, de una época.

    Acabó el concierto. Hubo aplausos entusiastas y el clima de que algo irrepetible estaba sucediendo llenó toda la atmósfera de la gran plaza. Los miembros de la orquesta se retiraron oyendo los aplausos. Las luces se apagaron, se hizo el silencio, un foco iluminó una parte minúscula del escenario. En una silla, solo, estaba Rostropovich con su violonchelo. Él fue quien pronunció el adiós definitivo, quien hizo sonar las últimas notas de la historia de aquel escenario, y lo hizo haciendo llorar a su instrumento la música de Bach, un movimiento de una de sus suites para violonchelo. Rostropovich y su violonchelo cerraron para siempre la música con mayúsculas en la Porticada. Y yo estuve allí, tuve la inmensa fortuna de escuchar esa música final.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Monday,30 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los carosdesperdicios de Francis Bacon]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,426 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Imagínese sólo por un momento que usted es electricista, carpintero, fontanero, u otro de esos oficios cuyos servicios se requieren de vez en cuando en las casas de todos los mortales para solventar problemas de índole doméstico. Imagínese que entra cualquier día en un bar a tomar una cerveza o un refresco después del trabajo, y se encuentran a un tipo acodado en la barra echando pestes de unos fontaneros, electricistas, carpinteros..., que han estado en su desordenada casa arreglando unas cosas y que le han pisoteado telas, materiales y objetos diversos que estaban dejados en el suelo. El enfado del tipo acodado en la barra es de tal calibre, que está gritando que todos esos materiales pisoteados y estropeados van a ir directamente a la basura en cuanto regrese a su casa.

    Usted se acerca al tipo y entabla conversación con él. Le dice que no tire a la basura todo ese material del que habla, que usted, si él quiere, puede ir a su casa, recogerlo todo y dejarle la aludida habitación más o menos limpia. El tipo le mira a usted con sorpresa y le espeta: “es todo tuyo, quédate con todo lo que quieras”. Usted va al estudio-domicilio del tipo, y llena tres bolsas con lo que allí recoge: fotos, cuadros, diarios, anotaciones..., y se los lleva a su casa.


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    Francis Bacon


    Toda esta historia sería absurda, intrascendente, cómica, propia de un guión de Azcona, sino fuera porque sucedió de verdad, hace treinta años en Londres, y porque el tipo acodado en la barra era nada más y nada menos que el pintor británico Francis Bacon, uno de los artistas más estimados de las últimas décadas en todo el mundo. Mac Robertson, el electricista inglés coprotagonista de esta historia, en efecto se llevó tres bolsas llenas de lo dicho, y ahora las ha subastado a través de una modesta firma, Ewbank Fine Art Auctioneers & Valuers.

    Los desperdicios, la basura que Bacon estaba dispuesto a tirar al contenedor y que Robertson se llevó consigo hace tres décadas, ha alcanzado ahora un valor nada despreciable en el mercado del arte: 1 millón y medio de euros, los que pagaron diversos coleccionistas privados que pujaron por los distintos lotes a través de internet o por teléfono.

    El “desperdicio” de Bacon que mayor precio alcanzó en la subasta fue un retrato sin título, probablemente un retrato que preparaba del también pintor Lucian Freud, que se adjudicó en setecientos mil euros. Otros cuatro retratos con los lienzos agujereados alcanzaron la cifra de casi ciento sesenta mil euros. La figura de un perro se vendió en casi cuatrocientos mil euros, y un diario personal de Bacon, con anotaciones diversas, se lo llevó un coleccionista a su domicilio barato, barato: sólo tres mil euros.

    El que sin duda a pasado a mejor vida ha sido el electricista Robertson, no sólo ha engordado su cuenta bancaria en una cantidad respetable, sino que además ha sacado de sus habitaciones la “basura” recogida en casa de Bacon. Quizá a partir de hoy mismo, más de uno vaya revisando los cubos de la basura o los contenedores de algunos de los artistas más importantes o conocidos (la basura de Luis Gordillo seguro que estará en alza desde que le concedieron el premio Velázquez), pues nunca se sabe qué podrán darle a uno dentro de algunos años por los desperdicios y desechos encontrados.

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    Friday,27 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Carlos Salomón, o la brevedad del plazo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,425 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Si es cierto que las composiciones finales de los grandes músicos parecen señaladas a fuego por una clara marca de género, exactamente lo mismo podríamos decir de los últimos versos de aquellos poetas a los que en plena juventud les tocó bailar con la muerte, grupo numeroso que sin duda alguna tiene en el romántico inglés John Keats a uno de sus más sólidos y genuinos representantes.

    Desconozco si ya existe en nuestro mercado editorial, pero de no ser así, considero una buena idea, que con sumo gusto cedo a los editores inteligentes y sensibles, la publicación de una antología que recoja repertorio poético tan nutritivo por su profunda hondura y clarividencia: hipotética y soñada antología en la que tendría, sin discusión posible, un espacio reservado Carlos Salomón (Madrid, 1923-Santander, 1955), poeta santanderino por vocación y vida, fundador del Grupo Proel, del que, póstumo, hace tiempo vio la luz su poemario La brevedad del plazo (Árgoma, 1995) título que Gerardo Diego no duda en calificar como “verdaderamente impresionante” en el texto que sirve de prólogo a la publicación.

    De Carlos Salomón yo conocía sólo los poemas que publicó Manuel Arce allá por el lejano año 1969 en su colección “La isla de los ratones” [véase La isla de los ratones, de Manuel Arce (I) y Las isla de los ratones, de Manuel Arce (y II)]. Se trata de una selección de los versos que más gustaban al joven poeta y que éste dejó preparada cuando ya era perfecto sabedor de su irremediable y pronto final. Entre aquel puñado de poemas figuraban ya algunos muy hermosos que están incluidos en La brevedad del plazo, y cuya primera lectura consiguió hacer de mí un entusiasta defensor del hoy olvidado poeta, vocación que con fuerza se vió revitalizada tras este nuevo y sabroso encuentro en la brevedad del plazo.

    No estoy del todo seguro, pero creo que fue Joseph Brodsky quien en alguno de sus libros dejó dicho que escribir poesía es ejercitarse en el morir. Ninguna otra definición encaja de forma más acertada con lo que ofrece Salomón en sus últimos poemas: un sobrio ejercicio poético de cerco a la muerte que es a la vez deseo, acercamiento y rechazo, personal profecía marcada por un crudo acento de renuncia desesperanzada. En el plano de la fatalidad, donde quedan definitivamente instalados los concisos poemas de La brevedad del plazo, punto de partida desde el que el poeta plantea con gran unidad y crudeza un emocionante estado de la cuestión, no siendo otra la cuestión tratada que la del propio poeta enfrentado al supremo instante del adiós, es decir, a la inevitable renuncia cuya esencia dramática empero se revela al aparecer aún cuajada de fiebre y deseo.

    Fruto de dicho planteamiento resultan unos versos de rabiosa sinceridad en los que se medita el dolor de vivir, la eterna fugacidad del tiempo, la dura fragilidad del hombre... El último libro de Carlos Salomón es una dolorosa construcción de palabras estremecidas que como toda poesía verdadera acaba transfigurada en lúcida y solitaria nativa a la muerte y sus presagios, única brasa final de esta inmensa y triste hoguera que es la vida.

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    Thursday,26 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Miss you, lo nuevo de The Beatles]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,424 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Me recuerdo a mí mismo escuchando con bastante entusiasmo los vinilos de ese grupo que los que íbamos de “enteradillos” llamábamos la Elo, y cuyo nombre completo era la Electric Light Orchesta. Era un grupo inglés, de Birmingham, que funcionó bastante en los año 1970 y 1980 como banda de eso que se vivo en denominar rock elaborado, es decir, ritmos de rock pero decorados con instrumentos diversos, mezclas y remezclas, sintetizadores... La Elo hacía una música pegadiza, resultona, bastante recargada, poco natural y directa, plagada de referencias a otros grupos clásicos y también a la llamada música clásica. Las cubiertas de sus discos son llamativas, y muchas de ellas tienen algo de fotograma de película futurista o de ciencia ficción.

    El líder de aquella Elo de mis entretelas era Jeff Lynne, un inglés hortera y permanentado, que me caía y me cae bastante bien. Barbita, pelo ensortijado y una gafas de sol muy aparentes, eran y quizá sigan siendo sus rasgos más definitorios. Ahora que lo pienso, el director de cine Juanma Bajo Ulloa se le da un aire. Pues bien, el tal Jeff Lynne, una vez puesto el punto final a la aventura Elo, formó parte de un grupo del que jamás he llegado ni siquiera a ver un disco, aunque sí he escuchado varios de sus temas y he visto casi todos sus videos. El grupo, Travelling Wilburys, estaba conformado por el propio Lynne, por George Harrison, Roy Orbison, Tom Petty y Bob Dylan, nada más y nada menos. El grupo sólo grabó dos discos en su corta historia, pero su música es el compendio perfecto de lo que al menos yo busco en la música pop y rock: diversión, naturalidad, frescura, contundencia, swing, guitarras y voces...


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    The Beatles


    Jeff Lynne es un acérrimo seguidor y admirador de la música de The Beatles. En sus composiciones está afirmación se revela como evidente. Era además amigo personal de George Harrison, y fue él el encargado de producir los dos temas inconclusos de los Beatles que se incorporaron a mediados de 1990 a los volúmenes de la antología de los de Liverpool, Anthology. Me refiero a las canciones de Lennon Free as a bird y Real love.

    En aquellas sesiones se manejó también una tercera canción conservada en una cinta casera, esa canción aún no tiene un título definido, pero se manejan dos: Miss you o Now and then. La cuestión es que tanto Paul McCartney como Ringo Starr están decididos a editar esta nueva canción de los Beatles, y ya están hablando con las viudas de los otros dos componentes del grupo, los desaparecidos John y George. Hasta ahora, la más “difícil” de las viudas, la genialoide Yoko Ono, no ha puesto excesivos reparos en que se lleve a cabo el proyecto, y ha declarado en algún medio de comunicación norteamericano que no le importaría que la inédita canción viera la luz como lo que es, un nuevo tema de The Beatles para el siglo XXI.


    Otros textos de Juan Antonio González Fuentes sobre los Beatles publicados en su blog:

    Yellow Submarine cumple 40 tacos

    “Love”: lo último de George Martin y los Beatles

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    Wednesday,25 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Marilyn Monroe danza con Isak Dinesen]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,423 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    A comienzos de los años 1960, la autora entre otros del libro Memorias de África, Isak Dinesen (Karen Blixen, Copenhague, 1885-1962) y la autora entre otros del libro Reflejos en un ojo dorado, Carson McCullers (1917-1967), se encontraron en un viaje que hizo la primera a Nueva York.

    La casi octogenaria Dinesen estaba muy enferma, pero decidió aceptar la invitación de diversas universidadades norteamericanas para dar conferencias sobre sus libros y su vida en África, y en la ciudad de los rascacielos McCullers desempeñó el papel de anfitriona. Antes de emprender el viaje a los EE.UU, la narradora danesa confesó a los que la iban a recibir un deseo: quería conocer a la actriz de moda, al sex-symbol por antonomasia del momento, a la figura que en gran medida personificaba a la mujer despampanante y algo corta de luces que se hacía querer por su vulnerabilidad; quería conocer a Marilyn Monroe, quien acababa de rodar con George Cukor El multimillonario e iba a empezar a trabajar en la película de John Huston Vidas rebeldes, junto a Clark Gable y Monty Clift.


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    Isak Dinesen


    La Monroe tiene 35 años edad, está casada con Arthur Miller y el matrimonio no funciona, ha tenido ya varios abortos, está relacionada con el clan Kennedy y empieza a ser muy conocida por sus problemas de disciplina y concentración trabajando. Pero también está en el momento más álgido de su carrera y de su belleza y rotundidad física: deseada por cualquier hombre, y pudiendo elegir proyectos, cada vez más decidida a demostrar que además de poseer curvas de vértigo está capacitada para transmitir emociones y hacerse con las riendas de los personajes que le encarguen.

    Isak Dinesen tiene 75 años, apenas llega a los cuarenta kilos de peso, y la impresión física que da a quienes la conocen es que está a punto de quebrarse con cualquier movimiento brusco. No puede haber, en apariencia, dos mujeres más dispares en todos los sentidos: Dinesen y Monroe, Isak y Marilyn.


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    Marilyn Monroe


    McCullers organiza una cena para que se conozcan, y al final de la misma, las dos mujeres, las dos celebridades tan radicalmente diferentes, terminan la velada bailando descalzas sobre la mesa ante la incrédula mirada de todos los que allí estaban. La escritora danesa disfrutó tratando a los escritores que conoció en Nueva York, a Carson McCulleres y a Miller entre ellos. Pero quien la dejó pasmada fue la actriz, fue Marilyn. De ella escribió: “No es que se hermosa, aunque lo es de un modo casi imposible, es que irradia a la vez una vitalidad sin límites y una increíble inocencia. Me recordó a un cachorro de león extraviado que me trajeron en África mis criados nativos. No me quedaría nunca con ella”.

    No, no se quedó con ella. Las dos murieron al año siguiente, casi a la vez, con la sincronización de dos seres que han bailado juntos, muy juntos.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,24 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Romanticismo según Isaiah Berlin]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,419 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En varias ocasiones recoge Michael Ignatieff a lo largo de las páginas de su libro sobre la vida y obra de Isaiah Berlin (Taurus, 1999), el constante anhelo de éste por plasmar en un ambicioso trabajo sus ideas en torno al Romanticismo. Dicho proyecto nunca se llevó a efecto, y los lectores debemos conformarnos con la publicación de las transcripciones de las conferencias que sobre dicho asunto pronunció Berlin en el año 1965 en la National Gallery of Art de Washington, textos que vieron la luz en el año 2000 bajo la cuidadosa supervisión de Henry Hardy, uno de los albaceas del legado literario dejado por el ensayista y profesor británico.

    Tres son a mi juicio los planteamientos principales que Berlin defiende en su libro Las raíces del Romanticismo (Taurus, 2000). Primero señala con mucha precisión un marco cronológico para el Romanticismo que va desde las tres últimas décadas del siglo XVIII hasta la primera mitad del XIX. Después otorga el protagonismo del movimiento a Alemania y los alemanes (desde Kant y Herder hasta Novalis, pasando por Goethe, Hölderlin o Schiller), subrayando la vital importancia que para el desarrollo del Romanticismo tuvo la imperiosa necesidad de los germanos de construirse una particular identidad cultural y política a través de la ruptura y el abierto enfrentamiento con las ideas de la Ilustración y el clasicismo, o lo que viene a ser lo mismo, la necesidad germana de singularizarse con rebeldía frente al resto de Europa. Finalmente Berlin esboza el hilo conductor filosófico que establece un fuerte vínculo entre el irracionalismo de ciertos pensadores y creadores adscritos al romanticismo alemán y el nacionalsocialismo de los años treinta y cuarenta del siglo XX.


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    Isaiah Berlin

    En un artículo publicado ya hace algún tiempo, Rafael Argullol saludaba la frescura propia del lenguaje oral que destilan estas transcripciones de conferencias, aunque también advierte de las inevitables flaquezas que se observan en la construcción y desarrollo del discurso. La cuestión es que leyendo Las raíces del Romanticismo se tiene la frecuente impresión de estar ante la exposición de una batería de ideas en exceso tajantes y poco matizadas. Parece claro que esta impresión nace del espíritu didáctico y esquemático con el que un habilidoso conferenciante necesariamente debe envolver sus intervenciones. No se me ocurre otra razón mejor que ayude si no a explicar cómo un intelectual de la dimensión de Isaiah Berlin concede la exclusiva paternidad del Romanticismo a los germanos, obviando bagajes románticos tan determinantes como los de Inglaterra (Blake, Wordsworth, Coleridge, Shelley, Byron, Keats...), Francia (Nodier, Hugo, Musset, Gautier, Stendhal, Nerval...) o Italia (Leopardi). Tampoco encuentro otra explicación a la poco sofisticada y muy rotunda contraposición entre Clasicismo Ilustrado y Romanticismo, pasando por alto al hacerlo los muchísimos matices que al respecto ofrecen las obras de autores tan distintos como Leopardi, Goethe, Rousseau o Kant. De igual forma no es fácil entender lo rotundo que se muestra Berlin al encontrar entre los intelectuales románticos alemanes claras responsabilidades en la inspiración ideológica del nazismo, una idea que requiere la construcción de toda una montaña de cuidadosas y fundadas matizaciones, como las que aparecen esbozadas en el estupendo trabajo sobre Hitler del profesor Ian Kershaw (Circulo de Lectores, Barcelona, 1999).

    Pero con todas las salvedades aquí planteadas, Las raíces del Romanticismo, la visión del Romanticismo de Isaiah Berlin, se constituye en una nueva prueba de la erudición y la agudeza intelectual del autor, un ensayista cuyas reflexiones son cada vez más imprescindibles para conocer los procesos de nacimiento y evolución de la modernidad occidental.

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    Monday,23 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Chopin, entero, por el precio de una cena]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,418 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Mi afición por la llamada música culta me sobrevino sin buscarlo cuando iba a cumplir más o menos la mayoría de edad. Fue gracias a C, que entonces era el centro todo de mi personal universo. Hasta conocerla yo jamás tuve ninguna veleidad melómana, salvo mi entrega absoluta a The Beatles y a algunos otros músicos de igual cariz y matiz, pocos y escogidos.

    Todo cambio cuando un día C puso en su equipo de música, machaconamente, dos vinilos que incluían un popurrí de temas clásicos bastante conocidos y populares. No recuerdo las versiones, pero sí la cubierta de los discos, cursi y amanerada. Aquella música, escuchada día tras días mientras hablábamos o estudiábamos, acabó haciendo mella en mí, y le pedí que me dejase los discos. Comencé a escucharlos en mi propia casa y a interesarme por los autores, por las melodías, por aquellos misterios que me golpeaban muy dentro y en los que jamás había reparado. Al poco tiempo de estos sucesos, acompañé a C a una tienda de discos de la ciudad, donde asistí por primera vez en mi vida a la adquisición de un vinilo de música clásica. Recuerdo perfectamente que fue un disco de la casa Philips, en el que Bernard Haitink dirigía La Valse y el Bolero de Maurice Ravel no sé a que orquesta.

    Algo me conmovía hasta los mismos cimientos al escuchar aquellos fragmentos de obras, y la curiosidad y C me hicieron plantearme la siguiente reflexión: si durante décadas, si durante incluso siglos, aquellas músicas habían sido escuchadas y disfrutadas por las personas más inteligentes y sensibles, algo deberían tener, algo que yo debería al menos intentar descubrir.

    De todo aquel popurrí lo que más directamente golpeaba mi sensibilidad era la música para piano. No sólo me resultaba la más asequible, es que descubrí que las notas que salían de aquel instrumento me conmocionaban hasta lo más íntimo. Sí, si quería adentrarme en aquel camino musical, debería hacerlo poco a poco y a través de la música para piano. ¿Pero qué música? Probablemente fueran las cosas que ya había leído sobre él en algún folleto o periódico, o la aureola romántica que envolvía al compositor, o que su sólo nombre invocase en mí un pálpito o una corazonada. La cuestión es que en la revista mensual que llegaba a mi casa de una empresa hoy desaparecida y que se llamaba Discolibro, aparecía en una de sus páginas la oferta de una caja negra del sello RCA que incluía dos vinilos del pianista Arthur Rubinstein interpretando los Nocturnos de Chopin. No lo pensé y solicité a mis padres aquella caja.


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    Frédéric Chopinretratado por Eugène Delacroix (1838)


    Los Nocturnos llegaron a su debido tiempo. Me costó ir haciéndome a su contenido, no estaba acostumbrado. Había momentos, instantes que me llegaban sin ninguna dificultad, pero otros costaban: eran altisonantes, o me parecían monótonos, o no suficientemente claros y atractivos. La cuestión es que me esforcé, que en algún momento incluso me obligué a seguir intentando que mi oído y mi interior fueran desentrañando aquella cantidad ilegible de notas. Y un día lo logré. Todos los Nocturnos empezaron a decirme cosas importantes, empecé a comprenderlos, a degustarlos, a emocionarme con cada uno de ellos, a exprimir su zumo y a beberlo con una avidez entonces rabiosa y desconocida.

    Los Nocturnos de Chopin son, en gran medida, la banda sonora de mi juventud. Me veo a mí mismo sentado en la mesa camilla junto al aparato de música, mirando por la ventana cómo la gente se resguardaba de la lluvia en el invierno santanderino, apuntando algo en un cuaderno, dejando vagar la imaginación..., escuchando aquella música tan sencilla y clara, tan compleja y oscura a la vez.

    Chopin, desde entonces siempre Chopin. Cómo olvidar, por ejemplo, el comienzo del segundo movimiento del concierto para piano nº 2, cuando Rubinstein entra despacio, intensamente emocionado entre los carraspeos del público, acompañado en el disco del que hablo por Giulini y la Orquesta Philarmonia. Cómo olvidar los estudios del compositor polaco, sus formidables sonatas, los valses, preludios, scherzos, baladas, impromptus..., toda esa música para piano que cada vez que la escucho es diferente, distinta, llena de recovecos en los que cabe la melancolía más rabiosa y el análisis imperturbable de la historia. Cómo olvidar aquella interpretación tan ajena por completo a la sentimentalidad y el amaneramiento que le oí perturbado a Maria Joao Pires en Santander. Cómo olvidar el rostro blanco, antiguo y moderno, del compositor que le hizo Delacroix y que es la explosión más contenida del romanticismo hecho pintura. Y cómo olvidar el poema que le dedicó Gerardo Diego a Chopin, ese “Estoy oyendo cantar a un mirlo” que siempre me ha parecido uno de los poemas más hermosos, complejos y perturbadores de la poesía española del siglo XX.

    Hoy, los que amamos la música de Chopin estamos de enhorabuena. ¿Por qué?, porque el sello holandés Brilliant ha tenido la genial idea de ofrecer en una sola caja 17 discos compactos que constituyen toda la música escrita por el romántico polaco. Y a esos 17 discos, con interpretaciones de pianistas como Zoltán Cócsis, Harasiewicz, Davidovich o Kissin, la ha sumado otros 13 que contienen grabaciones históricas de la música escrita por Chopin en versiones de leyendas como Rubinstein, Cortot, Solomon, Dinu Lipati...). ¡Toda la música de Chopin en un solo estuche con 30 discos compactos! ¿El precio? Siéntense un momento y respiren hondo: 40 euros todo el paquete!

    No salir a cenar un sábado por la noche a cambio de toda la música escrita por uno de los más grandes genios del teclado que ha dado la historia. Creo que es como para meditarlo un ratito, comprar la caja y descubrir o revisitar un corpus musical de una belleza, una hondura, y una calidad sobrecogedoras. Todo por 40 euros.

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    Friday,20 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Churchill de Sebastian Haffner y la Guerra Fría]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,416 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Caminando la pasada semana por las calles de París, me tropecé de repente con la expresiva y lograda estatua que en la capital gala tiene el militar, escritor y político inglés Winston Churchill. Y entonces, observándola, me vinieron a la cabeza las diversas biografías que de él existen y sus escritos políticos o recuerdos, reeditados constantemente en nuestro país, sobre todo últimamente, cuando los libros sobre la II Guerra Mundial y su contexto proliferan con algún éxito de ventas.

    Hay biografías de Churchill magníficas, y en mi biblioteca tengo algunas de ellas. Pero entre todas, quizá por ser la más literaria, la más asequible, tiene un lugar especial en mi memoria la que escribió el periodista y novelista alemán Sebastian Haffner, Winston Churchill. Una biografía, editada hace algunos años por la editorial barcelonesa Destino, y que seguro aún puede encontrarse en las mejores librerías.

    El Winston Churchill de Haffner, según cuentan los créditos, apareció en 1967, es decir, sólo dos años después de la muerte del inglés. Este dato no debe pasar desapercibido para ningún lector, dado que el juicio del autor no pudo estar refrendado ni por el tiempo, ni por la montaña de bibliografía que ha ido generándose en torno al polifacético aristócrata.


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    Winston Churchill

    Sabedor de estas circunstancias, y de que él no era historiador, sino periodista, Haffner no se empeñó en dejarnos una biografía con vocación de definitiva. Por eso el subtítulo del libro, “una biografía”, se ajusta a lo que ofrecen sus páginas, dejando el terreno abierto a la posibilidad de “otras” incursiones en la vida de sir Winston. Nuestro biógrafo enfocó su mirada hacia una sola faceta del personaje, la del hombre con formación y vocación militar que intenta poner en práctica ambas desde el ejercicio del poder político. Quedan así sin tocar apenas por Haffner aspectos tales como la dedicación a la escritura o la vida parlamentaria, facetas de la vida de Churchill que presentan sin duda un gran interés.

    Así, Haffner nos muestra a un hombre cuyas cualidades sólo podían brillar con total intensidad en los momentos de crisis social absoluta, es decir, en tiempos de guerra. Una inagotable energía dirigida hacia el trabajo, sobresalientes dotes de estratega, ciega convicción en los principios que defendía, innata valentía personal, seguridad en sí mismo y en sus ideas, capacidad de riesgo, una sutil inteligencia analítica, y la suficiente carga de inconsciencia propia de los que han nacido para ser héroes, son algunas de las aptitudes que poseía Churchill y que facilitaron el que se colocase en primera línea de mando cuando Inglaterra lo necesitó, fundamentalmente durante los terribles primeros años de la II Guerra Mundial, y muy en especial durante el periodo 1940-42, cuando ejerció a la vez de Primer Ministro y ministro de defensa.

    Sin embargo, según Haffner, estas mismas “cualidades” dificultaban a Churchill su adecuado desenvolvimiento político en tiempos de paz. Su bulliciosa energía, su hambre de mando y protagonismo, hacían de él un incómodo compañero de partido, además de un miembro de gobierno que, aunque valioso, se mostraba poco dócil para los Primeros Ministros con los que trabajó: Asquith, Lloyd George o Neville Chamberlain.

    Una segunda tesis defendida por Haffner hace referencia a la capacidad de Churchill para atisbar en el horizonte futuros acontecimientos políticos; capacidad favorecida por la sagaz lectura de los datos de primera mano que manejaba, por su vasto conocimiento de la historia, y por el tan acertado retrato psicológico que sabía dibujar no ya sólo de sus enemigos, sino también de aquellos a los que las circunstancias habían colocado entre sus aliados.

    Los ejemplos más relevantes del caso son tres. Primero, la asunción resignada del final de Gran Bretaña como lider del mundo occidental. Segundo, la toma definitiva del relevo en dicho papel por los EE.UU., quienes salieron de la II Guerra Mundial como la indiscutible primera potencia militar y económica de Occidente, algo a lo que Winston Churchill no puso ninguna traba u objeción política, trabajando antes bien por afianzar unas sólidas bases sobre las que Inglaterra pudiera ejercer ante el mundo de amigo predilecto del gigante americano. El tercero, y en principio el más significativo de los ejemplos, hace referencia al por entonces aliado soviético. Haffner se muestra convencido de que Churchill, tras la entrada en la guerra de los EE.UU., intuyó que ganar el conflicto iba a ser ya sólo cuestión de tiempo, y que una vez aniquilada la Alemania nazi, el principal problema al que tendrían que enfrentarse los aliados “occidentales” sería el planteado por el reforzado posicionamiento de la también vencedora Unión Soviética. Tras los acontecimientos de Pearl Harbour y sus inmediatas consecuencias en el campo militar y político, Churchill supo que había que luchar no sólo para derrotar a los ejércitos del Eje, además había que hacerlo con la mirada puesta en adquirir una posición de ventaja estratégica-territorial frente al creciente poder soviético, y siempre con la clara conciencia de que a medio plazo iba a ser ineludible un pulso entre Occidente y la URSS.

    Aquí radica la principal razón por la que el Churchill estratega propuso a los EE.UU el definitivo desembarco aliado en Italia y no donde al final se produjo, en Normandía. Churchill pretendía avanzar más rápido hacia el corazón del territorio alemán y toda la Europa central, buscando no dar opciones a que los soviéticos conquistasen estos espacios y los mantuvieran bajo su influencia tras la guerra. Sin embargo, los dirigentes norteamericanos, con una sociedad sensibilizada ante las cuantiosas bajas acaecidas en sus fuerzas, preferían que buena parte del esfuerzo bélico lo llevasen sobre sus espaldas los rusos en el frente oriental, y como sabemos, finalmente decidieron desembarcar en la costa atlántica francesa, con el objetivo de atrapar a los alemanes entre dos frentes abiertos. Esta decisión cambió para siempre la historia y confirmó los presagios del político inglés con respecto a la futura política mundial. Puede afirmarse que los pilares de la Guerra Fría se construyeron con arena de las playas normandas.

    Estaba tan convencido Churchill de que la URSS sería el inmediato enemigo a combatir, que como apunta Haffner, el Primer Ministro incluso pensó en utilizar a los derrotados soldados alemanes como fuerza de choque de los aliados occidentales con el fin de empujar a los rusos hacia sus fronteras y confinarlos en ellas, impidiendo así su presencia en la nueva Europa que comenzaba entonces a gestarse. Como es sabido estas ideas nunca se pusieron en práctica, y el final de la guerra dibujó un escenario político y territorial parecido al pronosticado por Churchill en sus peores augurios. Un escenario cuyos rasgos más característicos no se vieron ostensiblemente modificados hasta el incuestionable derrumbe del imperio soviético en las dos últimas décadas del pasado siglo. Así, lo que de este libro quizá llamará más la atención del lector es la capacidad de análisis geo-político demostrada por Churchill en momentos tan poco favorables para la reflexión; y también su empeño en la defensa de los valores éticos y políticos sobre los que se asienta Occidente, cuestión que en nuestros días se presenta revestida de una notoria actualidad.

    No es la de Haffner la mejor biografía de Churchill, y no creo que el autor albergase esa intención cuando la escribió. Pero esta “modesta biografía” sí me parece que tiene la virtud de ofrecer una entretenida aproximación al Churchill estadista, siendo su lectura muy recomendable tanto para quienes deseen iniciarse en el universo del inglés, como para quienes quieran pasar, sencillamente, un buen rato junto a un libro.

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    Thursday,19 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La poesía según Seamus Heaney]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,415 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Pienso en el poeta Seamus Heaney –condado de Derry, Irlanda del Norte,1939–, allá donde quiera que éste se encuentre, quizá en Asturias, a donde acude con cierta frecuencia. Mi recuerdo se dirige directamente hacia él porque acabo de releer su libro De la emoción a las palabras (Anagrama), título en el que están recogidos trece ensayos literarios de muy diversa índole, algunos dedicados, al menos en parte, al “conflicto irlandés”, asunto como sabemos repleto de aristas y espinas, al que el poeta se enfrenta desde la nada fácil posición de quien apuesta con claridad por el individuo, la tolerancia, la comprensión y el diálogo, como únicas vías para buscar soluciones a los conflictos o, cuando menos, para convivir pacíficamente con ellos en espera de una solución.

    Pero el “conflicto irlandés” no es el asunto principal de los ensayos convocados en De la emoción a las palabras. El tema clave, como no podía ser de otra manera, es la poesía, y junto a ella, dos de los compañeros que le son más propios. Por un lado los poetas, y por otro, aquellos elementos que, a juicio de Heaney, ayudan fuertemente a caracterizar la obra poética de éstos: la infancia, las relaciones con un determinado paisaje, el sentido de pertenencia a un espacio geográfico, o la importancia que dicha pertenencia puede llegar a alcanzar en la aparición de una voz poética personal.


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    Seamus Heaney


    Comencemos diciendo que para Heaney uno de los conflictos permanentes de la poesía radica en que presenta una naturaleza secreta y natural que paradójicamente debe desarrollarse en un ámbito público que además, con frecuencia, es salvaje y abiertamente hostil. Pues bien, es en la base de esta compleja relación entre lo que podríamos llamar la realidad lírica y la realidad de las circunstancias, donde según Heaney habita esa singular conciencia que en última instancia genera el proceso poético.

    Es decir, Heaney nos refiere la poesía como un juego en el que participan la memoria, el azar y las intuiciones. La memoria de la propia vida, de los escenarios en los que nos hemos desenvuelto, de nuestros antepasados, de la cultura a la que pertenecemos, en definitiva, de todo aquello que de forma consciente o inconsciente somos y hemos sido. El papel del azar y la intuición queda perfectamente expresado con estas palabras del poeta que pertenecen a su ensayo autobiográfico "Belfast": “Siempre me he mantenido a la escucha de posibles poemas, a veces aparecen como aparecen los cuerpos en los pantanos, casi intactos, como si alguien los hubiese enterrado allí hace mucho tiempo y reapareciesen envueltos en un halo de misterio”.

    La poesía entonces, según Heaney, brota de una acción “pre-verbal” –lo que podríamos llamar la sangre del poema–, de un “estado poético” no conformado aún en palabras, partiendo del cual el poeta llega a construir un poema valiéndose de las diferentes herramientas que le proporciona la técnica; elemento este último garante de que el estado pre-verbal pueda desarrollarse en toda su amplitud y resplandor.

    Pues bien, estos son en mi opinión los andamiajes conceptuales que recorren de forma más o menos evidente las páginas de De la emoción a las palabras: memoria, azar, intuición y técnica. En este sentido, podríamos establecer con bastante claridad al menos tres tipos de ensayo entre los que figuran en este libro. Para ello atenderemos al objeto principal que en cada trabajo mayor atención merece a la reflexiva mirada de Seamus Heaney. Así, hay ensayos en los que el peso de los recuerdos de la propia infancia y juventud, y de los paisajes que éstas habitaron descansa sobre párrafos con definitiva vocación autobiográfica. Los hay en los que la atención se enfoca hacia algunos poetas –entre ellos Sylvia Plath, Wordsworth, Yeats, W. H. Auden o Lowell– y los meandros que presentan sus obras. Y, por último, hay ensayos en los que la narración se dirige resueltamente hacia los procesos de creación poética, sus problemas, la técnica, el nacimiento de una voz personal...

    Pero una vez establecida esta división –artificial como todas las divisiones–, uno se percata de que los ensayos dedicados a los poetas en alguna medida también son autobiográficos, y también hablan de las problemáticas derivadas del quehacer poético. Y algo muy semejante, pero al revés, puede rastrearse en los ensayos autobiográficos y en los que tratan, por ejemplo, de técnica y artificios poéticos. Porque en De la emoción a las palabras Heaney quiere hablar exclusivamente de poesía, y al hacerlo, escribe sobre el universo entero, empezando por sí mismo, y continuando por los poetas que le gustan o le disgustan, o sobre lo que le gusta o disgusta de los poetas que le gustan o disgustan.

    Precisamente son los ensayos dedicados a determinados poetas los que menos me han interesado –aunque el dedicado a W. H. Auden, por ejemplo, me parece estupendo–. Y es que prefiero que el poeta me explique su comprensión del fenómeno poético sin que para ello se vea en la obligación de recurrir a figuras interpuestas.

    En todo caso el libro es de un evidente interés, no sólo para los entusiastas de Heaney –un poeta que no es desde luego el más interesante entre los que hoy escriben en inglés–, sino, y fundamentalmente, para quienes tengan intereses en el conocimiento de la poesía anglosajona. Sin embargo, y a pesar del interés apuntado, siempre me quedará la duda de si hubiésemos podido disfrutar en castellano este volumen de ensayos de no haber mediado en el asunto cierta academia del norte de Europa que otorga unos premios muy prestigiosos. ¿Me entienden, no?

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    Wednesday,18 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Julio Maruri]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,414 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En el momento en el que Gerardo Diego reseñó para la publicación Panorama Poético Español, en 1958, la entonces recién salida del horno Obra Poética de Julio Maruri (Santander, 1920), con la que ganó el Premio Nacional de Poesía, muy probablemente no podía ni imaginar que estaba determinando para muchos años la recepción crítica de la poesía de Maruri. Escribió entonces Diego de este libro que recoge los dos primeros del autor y los poemas publicados hasta el mismo año 58: “(la poesía de Maruri)..., apenas ataviada, titubeante y monótona con frecuencia, quizá en algún momento un poco empalagosa y empachada de situación, de trance de ebriedad melancólica en primavera adolescente, sin suficiente contraste de color complementario, de pensamiento rector o de ímpetu y nervio viriles. Pero por eso mismo, en la tersura de las aéreas y fluyentes coplas, hallaban (se refiere a los lectores primeros del poeta) también un bemolado tono, una comunicación de tesoros escondidos de estaciones del año y de la vida, un temblor tan auténtico y estremecido de poesía que no cambiaban a su Maruri por otros cantores más ostentosos o sabios, pero que no acertaban a desnudar así su corazón, acaso porque les daba vergüenza su dura pobreza”.

    Evidentemente este juicio de Diego pretende hacer especial énfasis en la supuesta ausencia de ímpetu de la primera poesía de Julio, quiere subrayar su condición de lírica espontánea e intuitiva, juvenil, melancólica y huérfana también de una/s idea/s rectora/s. Todos estos elementos no son contemplados por Gerardo Diego como positivos, si no más bien como rasgos necesariamente mejorables, susceptibles de pronta corrección. Lo mejor de la poesía de Maruri es, en opinión de Diego, su autenticidad y su competencia comunicativa.


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    Julio Maruri


    El análisis del poeta y profesor santanderino apunta desde luego aciertos, pero creo que peca de bastante precipitación, llegando así a conclusiones muy apresuradas, y enmarcando la poética de Maruri dentro de un resultón pero tosco marco de ingenuidad y ternura. Una de las claves para acercarse con algún éxito a la poesía de Julio, como a toda verdadera poesía, es tomarse las cosas con mucha calma, dejando los sentidos abiertos y prestando atención a los pequeños detalles. Diego no lo hizo, al menos no del todo.

    Sin embargo, es el propio Maruri quien da una pista ineludible para realizar una correcta lectura de su poesía, una pista que Diego, paradójicamente, recoge en su texto sin llegar a apreciarla en lo que vale. Dice Maruri que su poesía viene a simbolizar en palabras su corazón maltrecho; y yo añado que encarna también su tiempo histórico, y en consecuencia, el origen de su tragedia personal, una tragedia que levanta su estructura sobre los mismos cimientos sobre los que se levantaba la de José Hierro, y a la que en el caso de Maruri, a la altura del año 1958 y de sus casi cuarenta años de edad, habría que sumar, por supuesto, la conciencia del tiempo perdido, la experiencia del amor roto o acabado, y la manifestación de una abierta crisis de carácter religioso.

    Maruri sí ha reflexionado sobre el modo en el que desea “simbolizar en palabras” esa tragedia personal y generacional que recorre de principio a fin su obra. En él no es ni mucho menos cierta la ausencia de un “pensamiento rector” en su postura o manera poética, como escribió Gerardo Diego en su crítica. Muy al contrario, lo que ocurre es que Maruri huye, y aquí Diego acierta plenamente, del calificado por el propio Diego como “canto sabio”, creyendo con firmeza que la ciencia busca para encontrar lo que ya está ahí, mientras que el arte y la poesía, en clara oposición, viven de lo que aparece por sorpresa, de lo impensado. En lógica con lo así planteado, Maruri escribe intentando ser consecuente con su idea, rehuyendo además, en la puesta en práctica de su escritura, de todo lo que huela a superflua intensidad dramática, y en ocasiones incluso, zambulléndose abiertamente en el terreno de lo paródico y lo humorístico, Maruri quita hierro a su poesía, la deja esponjosa, leve en su arquitectura, sin retórica. De ahí sin duda la apariencia de ingenua naturalidad que ofrece su poesía en una primera lectura con algo de distraída.

    Víctor García de la Concha ha realizado, a mi entender, una meticulosa y certera lectura de la poesía de Maruri, de ahí que titulé su acercamiento a la misma como “Julio Maruri o la engañosa ternura”, páginas de cuya lectura cualquiera sacara provecho, dada la inteligente interpretación que en ellas se plasma. En este trabajo, el hoy director de la Real Academia Española de la Lengua, estudia lo que también para mí sigue siendo lo mejor de la obra poética de Maruri, sus dos primeros libros, los publicados durante su etapa proelista, libros que después de más de medio siglo de existencia conservan una voz muy reconocible, ahíta de calidad y hondura.

    Para García de la Concha esta poesía de Maruri, si se lee con la necesaria atención, encarna “la sonrisa que brota de la amargura de la conciencia”, y surge “remansada en una superficie que produce el espejismo de la verde serenidad. Aunque en el fondo se agazapa idéntica amargura”.

    En su poesía mejor, la amasada con la materia verbal más delgada, la concisa, la que está escrita desde la pura intuición, desde la atención a lo impensado, Maruri, al igual que Charlot, se enfrenta a la tragedia con un trazo de sonrisa en los labios, con la entrega de una rosa a la persona desdichada, con el saludo de un golpe de bombín. La poesía de Maruri es melodrama en estado puro: una sutil, conmovedora y modesta ópera de cámara.

    Sí, la poesía queda, y lo hace porque las palabras salvan del olvido al tiempo, y con él, algún fragmento de nuestra vida, y además, como dice Claire Goll en sus memorias, “permiten, al final, despertar un poco”. Lo mejor de la poesía de Maruri, lo que la sitúa “en un alto lugar dentro de la poesía de la posguerra española”, todavía sigue rescatando del olvido pellizcos de nuestro tiempo, continúa despertándonos con su clara música, con su tejer definitivo.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,17 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[400 años de ópera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,412 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La ópera es, junto al ballet, el aparato artístico y expresivo más sofisticado, complejo y artificioso de los creados por el hombre, y en lógica consecuencia, el menos natural.

    En él se funden, o se pueden fundir, el resto de las artes: la pintura, la escultura, la arquitectura, el canto, la música, el teatro, la poesía, la literatura, la danza o el movimiento, el cine, la luz… Es una expresión artística en la que se nos cuenta una historia esencialmente con sonidos, movimientos y luces, donde la narración avanza a través de la música y de la palabra no dicha de forma natural, sino de la más forzada y artificiosa de las maneras: el canto. ¿Y por qué se canta en la ópera, por qué se utiliza esta forma de expresión tan poco natural para comunicar sentimientos, sucesos, para narrar, insisto, una historia más o menos sencilla, más o menos complicada?

    Hay muchas razones para hacerlo, pero yo voy a dar dos que creo son muy fáciles de entender. La primera es que la palabra cantada es música, y en este, llamémosle formato, es más fácil de recordar, deja una huella más imperecedera en nosotros, transmite con más eficacia a nuestro interior el mensaje que se quiere enviar. El receptor recibe de manera más inolvidable el mensaje que emite el receptor.

    La segunda razón que exhibo es que con la palabra expresada de manera natural, tan sólo podemos escuchar y entender a uno o dos emisores, mientras que con la palabra cantada, podemos percibir los mensajes de seis, siete personajes en un escenario sin que nos parezca un galimatías ininteligible. Esta peculiaridad de la palabra cantada se la explica muy bien, por ejemplo, el personaje de Mozart al emperador austriaco hablándole de su próxima ópera, Las bodas de Figaro, en la película de Milos Forman, Amadeus.


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    La Fenice (Venecia)


    Dicho todo esto quisiera dejar otra cosa muy clara desde un principio. La ópera, como tal género y dejando los antecedentes que podrían llevarnos hasta las tragedias griegas y romanas en las que la música y la danza eran imprescindibles, nace aproximadamente en torno al año 1600, es decir, es una forma de expresión artística que tiene más de 4 siglos a sus espaldas, y que como todo arte, ha evolucionado muchísimo con el paso del tiempo, es decir, tiene un historia detrás. Poco se parecen las óperas de Mozart a las de Verdi, poco las de Puccini a las de Wagner, poco las de Haydn a las de Leoncavallo, poco las de Bizet a las de Gluck, poco las de Carl María von Weber a las de Richard Strauss.

    Si en pintura hay un gigantesto viaje que nos conduce, por ejemplo, desde el primitivismo de las figuras de Altamira hasta la abstracción de Picasso, pasando por Fra Angelico, Piero della Francesca, Leonardo y Rafael, Velázquez y Goya, Poussin y Delacroix, Renoir y Van Gogh, etc, etc…; si en la narración hay otro impresionante salto desde Homero hasta el Ulises de James Joyce; si en poesía podemos viajar desde la épica de los indígenas del Amazonas hasta El poeta en Nueva York de Lorca o los experimentos lingüísticos de Cirlot, Elioto Bretón; si en cine partimos de los hermanos Lumiére y llegamos a la obra de vanguardia de Jean Luc Godard, pasando por el clasicismo norteamericano de John Ford o Alfred Hitchcock; si en jazz podemos escuchar la evolución del género desde los sonidos emitidos por la trompeta de Louis Armstrong hasta el Free Jazz de Ornette Coleman o los experimentos con el saxo de John Coltrane; si en la historia de la música pasamos del sonido de los primeros tambores africanos hasta la música electrónica de Xenakis o Stockhausen, pasando por las obras medievales, las sinfonías clásicas de Mozart, el sinfonismo abigarrado de Bruckner o Mahler, y la música de Schoenberg, Stravinsky, Shostakovich o Cage…, el universo de la ópera también ha experimentado una evolución impresionante desde los primeros trabajos de Cavalieri o Monteverdi, los primitivos autores de las primeras óperas, hasta, sin ir más lejos, el Wozzeck de Alban Berg del que ya hemos escrito aquí mismo.

    Quiero decir que, valga aquí la burda comparación, el Orfeo de Monteverdi, estrenado ahora hace 400 años, en 1607, sería el equivalente a los trazos de Altamira, y el Wozzeck de Alban Berg, estrenado en 1925, sería la abstracción de Picasso o el expresionismo abstracto del pintor norteamericano Jackson Pollock.

    Por eso mismo opino que quizá sea más fácil aficionar a alguien a la pintura a través de comentar las Meninas de Velázquez que los manchones sobre tela de Pollock; aficionar al cine a través de cualquier película de Hitchcock que gracias a la visión del complejísimo metalenguaje de las Historias del Cine de Godard, o aficionar a la ópera a través de La traviata de Verdi o La Bohéme de Puccini que, por ejemplo, del Wozzeck de Alban Berg.

    Quienes sean aficionados a la ópera de tiempo atrás, creo que habrán entendido perfectamente lo que deseo decir, y quienes no sepan nada de ópera o deseen aficionarse a este arte cuando cumple sus primeros 400 años de existencia, háganme un poco de caso y comiencen a escuchar y seguir los títulos más manoseados del repertorio, olvídense en muchos casos de lo escrito en los libretos en no pocas ocasiones demenciales, y déjense llevar sin medida por lo que el maestro Verdi siempre persiguió: la pasión, pasión por encima de todo.

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    Monday,16 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Tarzán y el cumpleaños de Chita (Cheeta)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,411 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En las navidades de mediados los años 1970 recuerdo que con frecuencia la única televisión española existente programaba en su horario de tarde el ciclo completo de las películas de Tarzán protagonizadas por el inefable y olímpico Johnny Weismuller.

    A mí, que entonces tenía poco más o menos diez años, me encantaban aquellas viejas películas en blanco y negro en las que, como si de un ritual o liturgia se tratase, se repetían las mismas cosas con precisión milimétrica. Una expedición de hombres blancos organizaba un safari para ir en busca de marfil, oro, las fuentes de un río extraordinario... Junto a una larga columna de porteadores negros y altos a los que mandaba otro negro alto y con fusil, se adentraban inverosímilmente en la densa jungla africana y avanzaban siendo acechazos por peligros mil. Un cocodrilo siempre se zampaba a uno de los porteadores negros al cruzar un río; un leopardo siempre desgarraba la garganta de otro porteador lanzándose desde la rama de un árbol; los blancos siempre mataban a varios hipopótamos y cocodrilos al vadear un río con improvisadas balsas de juncos, una de las cuales, llena de negros, siempre era volteada por los animales...

    Después de avanzar penosamente por la selva, la expedición siempre era perseguida y atacada por una peligrosísima tribu de guerreros, los no sé qué, que en frenética carrera por los senderos abiertos, iban lanzando sus lanzas o sucumbiendo a los certeros disparos de los fusiles de los blancos. La persecución era del todo terrible y desigual, y cuando los expedicionarios multirraciales estaban a punto de ser masacrados por la tribu de guerreros, aparecían las estribaciones de una montaña increíble donde se refugiaban para intentar repeler el ataque. Entonces, ni antes ni después, resonaba en todo el escenario bélico el grito mágico y espeluznante del “gran mono blanco”, y todos los negros presentes, o bien huían despavoridos o bien se agachaban miedosos negándose a seguir.


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    Chita


    Luego venían las escenas en las que la hilera de andarines subía a duras penas por los senderos de la montaña. Dos o tres porteadores negros caían al vacío en el intento, lanzando un grito de pánico, y la chica blanca, pues siempre había una chica blanca más hermosa que fea, también estaba a punto de caer, sólo que era agarrada por el apuesto guía blanco que, sin embargo, no parecía en el fondo muy de fiar, quizá por llevar ese bigotillo corto y estrecho que ningún héroe de verdad puede lucir jamás de los jamases.

    Luego, cuando ya estaban todos arriba, volvía a oírse el grito del llamado “gran mono blanco”, instante que la inmensa mayoría de los cobardes e ignorantes porteadores negros aprovechaban para darse a la fuga. La menguada expedición seguía su camino en busca de lo que fueran a buscar, hasta que el mono blanco, Tarzán, hacía su aparición estelar, generalmente para salvar a la chica de un horroroso peligro. A partir de ahí las variantes eran más o menos interesantes, pero el entramado litúrgico en torno a Tarzán perdía parte de su interés. Esa pérdida de interés se acentuaba cuando Tarzán acababa convirtiéndose en las posteriores secuelas de la serie en un pequeño burgués con adosado en los árboles, mujer, hijo (Boy), animales domésticos, piscina privada, ventiladores, friega platos y servidores simiescos.

    Compruebo ahora en internet que Weismuller encarnó entre 1932 y 1948 una docena de veces el personaje de Tarzán. Pero yo me refiero aquí a las 6 primeras, a las realizadas por la Metro con el personaje de Jane interpretado por Maureen O’Sullivan, y con un director de la talla de Richard Thorpe o un director artístico de la de Cedric Gibbons. Esas seis primeras cintas son las maravillosas, las legendarias. En todas ellas, repito, sale además Maureen, actriz estupenda y muy natural, simpática, graciosa, atractiva y en la primera cinta de la serie completa, Tarzán de los monos, además bastante ligera de ropa.

    La última vez que vi actuar a Maureen O’Sullivan en una película fue junto a su hija, Mia Farrow, y su entonces yerno, Woody Allen. No recuerdo el título de la película, pero sí que ella, Maureen interpreta con una credibilidad pasmosa a una vieja actriz que no ha sabido envejecer.

    Quien no supo envejecer fue Tarzán, Johnny Weismuller, quien murió solo y enloquecido, creyéndose a pies juntillas el personaje que le dio la fama, lanzando su famoso grito por los pasillos del manicomio y mordiendo sus cinco medallas de oro olímpicas en natación como si fueran galletas Cuétara.

    En las seis películas aludidas hay un tercer personaje en común. Sí, la mona Chita (Cheeta, en inglés), la mascota infatigable e inteligentísima de Tarzán. Chita, la mona, no era mona, era mono, y acaba de cumplir 75 años de edad en su residencia de Los Ángeles, California. Chita, la mona-mono ha sobrevivido de largo, en contra de lo esperado, a sus dos compañeros de reparto, y vive feliz, aunque diabético, rodeado de homenajes, el cariño de sus cuidadores, y comiendo tartas y refrescos sin azúcar. Chita se ha convertido en el mono más longevo del mundo conocido, y eso a pesar de haber soportado, como Chita, los alaridos de Tarzán, los ataques de leones, leopardos, elefantes, rinocerontes..., las caricias del insoportable y rizosillo Boy, los lanzazos de los guerreros negros más malvados del África tropical, las corrientes de los ríos más caudalosos, y las caídas de los árboles más altos de la jungla, aunque la jungla fueran las zonas verdes más descuidadas y selváticas cercanas a la Metro.

    Chita cumple 75 años sin haber perdido la cabeza ni lanzar alaridos. Vive el retiro deseado por cualquier antigua estrella de Hollywood: zampar tartas, beber refrescos y ser recordada con cariño por sus viejas películas. Y es que quizá no haya nada mejor en el mundo del cine que haber sido mono, un mono travestido en mona, claro.

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    Friday,13 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Joshua Bell toca música de Bach en el metro de Washington]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,409 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace unas cuantas semanas el periódico de la capital estadounidense The Washington Post llevó a cabo un curioso experimento cuya finalidad era calibrar, más o menos, el gusto artístico del ciudadano medio de la capital del imperio, y por extensión, el del americano “tipo medio”, que francamente no sé en qué consiste. Para llevar a buen término su experimento, convencieron a uno de los más grandes y prestigiosos violinistas del mundo en la actualidad, Joshua Bell, para que, vestido con vaqueros, una camiseta sencilla y llevando consigo, eso sí, su violín de 3 millones de euros, descendiese a primera hora de la mañana hasta uno de los andenes de una estación del metro, y tocase con su carísimo instrumento seis piezas de Bach.

    Los promotores de la idea querían averiguar si los usuarios del metro sabían distinguir el sonido de un concertista de violín de calidad excepcional del de un sencillo músico callejero, y hacer del resultado una piedra de toque de cómo está calibrada la sensibilidad artística del ciudadano común. El resultado fue que durante los poco más de cuarenta minutos que Joshua Bell tocó las piezas de Bach, sólo obtuvo unas cuantas monedas de limosna y sólo unos pocos usuarios del metro, que podían contarse casi con los dedos de las manos, se detuvieron algunos minutos a escuchar con atención al músico de excepción. El resto de los ciudadanos que a esa hora deambulaban sus prisas y preocupaciones por los pasillos del metro, pasaron al lado del violinista dirigiéndose a sus quehaceres cotidianos con la velocidad de siempre, sin prestar ni un segundo de especial atención a la música de Bach que salía de un violín de 3 millones de euros tocado por un instrumentista que llena en todo el mundo salas de concierto costando decenas de dólares las entradas más baratas. Al parecer sólo una mujer llegó no sólo a interesarse de veras por la calidad de la música que podía escuchar gratis en los túneles del metro, sino que incluso reconoció al intérprete y le dijo que ya le había escuchado en la Biblioteca del Congreso, y que recordaba aquel concierto como maravilloso.


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    Joshua Bell


    Los resultados del experimento están ahí, pueden incluso contemplarse y escucharse, pues están grabados en video. Yo escuché en la radio viniendo en coche desde Madrid la música del violinista interpretada en el metro, y puedo asegurarles que cualquier aficionado distingue sin dificultad la calidad inusual de la ejecución.

    Pero una vez realizado el experimento y sabidos los resultados, lo interesante es conocer qué conclusiones se han sacado. Para unos esta es una demostración palpable más de la ignorancia del ciudadano común, alguien a quien se le puede dar gato por liebre con extrema facilidad, alguien que sólo presta ya atención a los asuntos convenientemente publicitados y avalados por criterios de autoridad que no cuestiona, sobre los que no ejerce la crítica. Otros opinan que de realizarse la prueba en cualquier metro europeo, los resultados serían distintos, achacando a la casi congénita estupidez del ciudadano norteamericano el lamentable resultado de la prueba. Otros, sin embargo, creen que el experimento es inútil e inservible, pues la inmensa mayoría de los ciudadanos que utilizan el metro de las grandes ciudades, van por los túneles sin prestar atención a lo que sucede a su alrededor, concentrados en sus pensamientos, sus horarios, sus obligaciones..., hartos de los músicos, mimos, vendedores, acróbatas, locos, oradores, etc..., que pueblan ese universo bajo tierra, o si no hartos, al menos completamente acostumbrados a ellos, tanto, que no se les presta ninguna atención, casi como autoprotección.

    Yo sólo sé que creo distinguir perfectamente la ejecución de un gran músico del de uno normal, y más del de uno aficionado. Distingo también una buena voz de una mediocre, una sinfonía interpretada de manera rutinaria de una interpretada por una gran orquesta bien dirigida. Pero también sé que mañana mismo, si me hallase en un metro cualquiera de los que he conocido, París, Madrid, Barcelona, Londres, Moscú, San Petersburgo, Budapest, Lisboa, Roma, Praga..., no me detendría a escuchar ni a Caruso ni a la Callas resucitados, no le prestaría especial atención a Rostropovich tocando el violonchelo, no reconocería a Scarlett Johansson caminando a dos pasos de mí, y pensaría que el mismísimo Napoleón sentado en el asiento de al lado es un pobre diablo perturbado del que tan sólo espero no me dirija la palabra ni perturbe la lectura del libro que tengo entre manos, a cuyo autor miraría con cierto desdén inhumano si quisiera pararme para preguntarme algo, y al que casi escupiría un ¡lo siento, tengo prisa! Signo terrible y quizá miserable de estos tiempos, pero signo al fin y al cabo, nada más y nada menos.

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    Thursday,12 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Poemas en prosa desde París]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,408 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ayer regresé de pasar unos días en París, días que darán seguro algún material para dejarlo en esta página. Y hoy marcho a Madrid casi sin solución de continuidad. Tanto trajín me desconcierta y desasosiega, pero también me hace correr más deprisa la sangre por las venas y me hace sentir más vivo, más inmerso en la corriente general de la vida.

    La prisa y la velocidad parecen haberse adueñado de todo a mi alrededor, y la sensación, repito, es de cierto vértigo, un vértigo al que no estoy acostumbrado y que me sitúa al borde de un abismo tenebroso y a la vez fascinante. Quizá esta nueva situación con la que he empezado la primavera haya tenido algo que ver en la rapidez con la que voy cerrando poemas, o al menos, como decía Paul Valery, con la que voy dejándolos abandonados a su suerte, sin la sensación de que tendría que seguir arropándolos durante un tiempo, dándoles más calor o un poco más de frío en mi interior, hasta considerarlos listos para su propia vida, significando algo por sí mismos para mí y quizá para alguien más.


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    París


    Estoy construyendo un libro poco a poco, llevo con él tres años y ni siquiera tiene título. Escribo los poemas, que siempre me salen en prosa, a partir de una intuición, de una palabra o un verso que me parecen significativos y en torno a los cuales va creciendo un andamiaje de signos, símbolos y significados, palabras que dicen y a la vez callan, de silencios que quieren comunicar e intuir lo que la vida y el mundo contienen o prefiguran, lo que desvelan y anuncian.

    Sí, en las mañanas parisinas, muy temprano, en la frialdad clarividente de la hermosa terraza del hotel desde donde contemplaba el océano gris de los tejados de la gran ciudad, con el cuaderno abierto encima de la mesa y el lápiz en la mano, leía, repasaba, releía lo escrito en Santander y, misteriosamente, iban encajando piezas, iban encontrando su final. No sé si su mejor final, ni siquiera el más adecuado, pero sí un final, un “hasta aquí hemos llegado, lo demás no importa, no añadas, no quites, déjalo respirar”.

    El resultado son estos cinco poemas en prosa, que ahora quiero compartir con alguien, con todos ustedes..., para saber, de algún modo, si pueden volar, si pueden alcanzar las ramas precisas de su árbol, o si se estrellan en el duro suelo, incitados a la mejor aventura, pero incapaces de sobrevivirla.

    Tras leer un poema de Aníbal Núñez

    Se aproxima a la forma –marcado de plata en el temblor vivísimo de su paso-, el aire que da lección junto al latir espiral de la insoluble rosa, frágil como tormenta sobre el silencio que aquí, recién llegado, a todos nos convoca.

    Los bosques huidos

    Te proclama esta luz con el frío hilo de una estancia ciega. Te proclama entre noches heridas de abril oscuro, en el alumbramiento desnudo que en suspenso calcina, tan mías, las sílabas azules de aquellos bosques que siempre, siempre están huidos.

    Pájaros del día

    Con leve sueño roza la tregua su hora hacia abajo en lo incierto, e ínfima hace brillar de pie el muro junto a su invierno.

    Pero no es ahora entre jardines donde el surco de luz enciende los pájaros del día, o donde enciende la altura quizá posible de la guirnalda que dilata su herida: de nuevo sólo un punto en la distancia que sucumbe al hastío de su azar, como la velocidad silente que se fuga.

    Volar en la noche

    La lentitud muscular de las aguas guía el febril espacio para hacerse volar en la noche más propicia.

    Así añora la luz su destino bilingüe de acero inútil, el espejo de sus discípulos inertes que vuelven hacia donde saben que sólo podrán hacerlo con la noche a cuestas, con esa misma noche que cae ahora sobre la espalda de un tiempo encendido de palabras que acaso no son nada, o son fuga sólo de una nada clara y en voz tan baja que apenas se escucha, perdida, húmeda y como ausente.

    Al caer la noche

    Al caer la noche chasquean al viento las banderas en voz baja, y con levedad tranquila tiene piedad la hora en el bosque sin viajero, sin riachuelo dulce y circense en la carne enajenada y de rasgos marcados que no detiene su marcha.

    Y en la noche se revela el silencio que no pregunta por otras voces recordándose eco en la tierra. Mas pienso ahora que quizá sólo sean las hojas secas las que murmuran con azul y rojo la calma que se nace luz, esa riqueza que es nuestra como un día interminable en un viejo cementerio, caja de música con hábito de lengua, oxígeno sobre el vacío que se encoge dejando atrás la irónica tormenta.

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    Tuesday,10 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Bis en la Scala de Milán: Diego Flórez desafía a Toscanini]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,406 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Este año se cumplen 140 años del nacimiento y a la vez medio siglo de la muerte del que para muchos ha sido el más grande e influyente director de orquesta de todos los tiempos, el italiano Arturo Toscanini (1867-1957). El enérgico, irascible, perfeccionista e intransigente genio de la batuta, se convirtió en director residente de la Scala de Milán de 1898 a 1908, y allí reinó sin discusión posible a lo largo de la década de 1920, justo hasta que la llegada del fascismo al poder le hizo abandonar Europa mientras rechazaba y denunciaba cualquier vinculación con el dictador Benito Mussolini.

    Toscanini, para muchos un tirano al que en aquellos tiempos no se le podía discutir ni rechistar cuando estaba en el podio de director batuta en mano, impuso a lo largo de su mandato en el buque insignia operístico milanés el purismo extremo, tanto en su gestión teatral como en la escrupulosa lectura de las partituras, y entre otras cosas impuso también la prohibición radical y absoluta de que se concediesen bises, es decir, la repetición de un aria por parte de algún cantante ante los aplausos del público durante las representaciones, aboliendo de un solo tajo dicha tradicional costumbre.


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    Arturo Toscanini


    El único cantante que se había atrevido a contravenir la nueva norma fue otra leyenda musical del siglo XX, el bajo ruso Feodor Chaliapin, quien en 1933, y al parecer en un producción de El Barbero de la Sevilla de Rossini, ofreció un bis de una de sus partes ante el entusiasmo y peticiones del respetable.

    Nada más y nada menos que 77 años después de aquel desafío, otro cantante llamado a convertirse en leyenda, esta vez del siglo XXI, el tenor ligero peruano Juan Diego Flórez, de quien ya he escrito en esta misma página, hizo añicos la exigencia de Toscanini hace tan sólo unas cuantas semanas. Intervenía el tenor en la ópera cómica y romántica de Gaetano Donizetti La hija del regimiento, cuando le tocó atacar el aria “Ah mes amis” en el papel de Tonio, con sus célebres nueve “do” agudos que hacen de ella una pieza cuya ejecución produce tal desasosiego generalizado entre los cantantes, que muy pocos se atreven a afrontar en grabación o en vivo y en directo el papel.

    Diego Flórez no sólo no se arredra ante el reto dificilísimo, sino que incluye el aria en sus conciertos como una pieza de exhibición más. Yo se la he escuchado en Santander, y puede asegurar que marca un antes y un después como oyente de ópera, creando algo inolvidable, en el sentido más exacto de la frase.

    Pues bien, la petición de bis (otra) fue tan atronadora desde los balcones en herradura del teatro y desde el patio de butacas, que Juan Diego Flórez no se lo pensó dos veces, y ante los atronadores aplausos, el delirio del público, y la perplejidad de la gerencia y los distintos responsables, el tenor regresó a los nueve “do” agudos, creando un precedente que sólo está al alcance de las leyendas. Toscanini impuso la suya, y en más de medio siglo, sólo Chaliapin y este jovencísimo tenor peruano han osado a firmar las suyas propias.

    Qué pena no haber estado allí, para ver y escuchar cómo nacen las leyendas.

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    Thursday,5 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (y III)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,403 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El domingo 15 de abril de 1934, en la pequeña capilla del Carmelo de Colonia, Edith Stein recibió el hábito del Carmelo y el nombre de hermana Teresa-Benedictina de la Cruz. Años más tarde, en la primavera de 1938, concretamente el 1 de mayo, la hermana Teresa-Benedictina pronunció los votos perpetuos y recibió el velo negro. El 27 de abril de ese mismo año Husserl había muerto. El padre franciscano van Breda salvó los manuscritos del filósofo, quien había sido expulsado de Friburgo por las leyes raciales y toda su obra prohibida. Los textos de Husserl, como posteriormente los de Stein, fueron recogidos en la Universidad católica de Lovaina, formando los Archivos Husserl. El 14 de septiembre del 36, mientras Stein renovaba sus votos con la comunidad Carmelita, su madre moría a los 88 años de edad. Algunos bien intencionados le dijeron a la religiosa que su madre se había convertido al catolicismo antes de morir, a lo que Stein respondió, demostrando tener una fuerte conciencia de la realidad: “La fe inquebrantable que sostuvo su vida entera no ha podido abandonarla a la hora de su muerte. Creo que esta fe le habrá permitido triunfar de los tormentos de su agonía...”. En diciembre de ese año fue su hermana Rosa la que se convirtió al catolicismo.

    Tenemos pues que, en vísperas de la II Guerra Mundial, y en pleno ascenso del nazismo, la doctora Stein abandonó definitivamente la filosofía académica para dedicarse al rezo y el estudio en el Carmelo. Ya era Sor Teresa-Benedictina de la Cruz.

    Los rumores de guerra, las atrocidades cometidas contra los judíos, llegaban constantemente hasta las puertas del convento carmelita de Colonia donde estaba Stein, y ésta comenzó a preocuparse por el hecho de llegar a convertirse en una carga y un motivo de represalias para sus compañeras.

    En este sentido, y tras otros incidentes menores, el 10 de abril de 1938 se produjo el siguiente suceso: para pasar desapercibidas, la mayoría de las hermanas carmelitas decidieron abstenerse en las elecciones. Pero Stein se reveló contra esa decisión y aconsejó a las hermanas que votasen contra Hitler. El día de las elecciones una delegación oficial se presentó en el convento e instaló la urna. Ante la ausencia de dos votos de los que estaban censados, el presidente de la delegación preguntó el motivo, a lo que la superiora contestó que una era una enferma mental, y la otra, Stein, una mujer no aria, lo que quedó inmediatamente consignado.


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    Auschwitz (Polonia)


    El suceso empujó a Stein a acelerar su proyecto de expatriación. Pensó primero en ir al Carmelo de Belén, pero sus hermanas carmelitas no querían que se marchase de Alemania. Sin embargo, los acontecimientos del 9 de noviembre con la quema de la Sinagoga de Colonia, el saqueo de negocios y hogares judíos y la persecución de éstos, decidió definitivamente a Stein.

    Ante la manifiesta imposibilidad de obtener permiso oficial para ir a Palestina, y la posibilidad real de que Stein fuera capturada y atrajese represalias al convento, la Priora del mismo se puso en contacto con el Carmelo de Echt en Holanda, y pronto Stein fue invitada a sumarse a la congregación holandesa, lo que se produjo pasadas las navidades del año 38. Al parecer, Stein enseguida se aclimató al convento holandés. Como ejemplo de los durísimos tiempos que se abatían sobre los judíos en Alemania, está la propia familia de Edith Stein: su hermana Erna abandonó Breslau en 1939 rumbo a EEUU, y su hermana Rosa, un año después, marchó hacia Bélgica, aunque tras varias desafortunadas peripecias, acabó trabajando en la portería del convento en el que estaba ingresada su hermana Edith.

    En el convento holandés Edith terminó el índice de su libro Ser finito y ser eterno, y más tarde su estudio sobre la vida y doctrina de San Juan de la Cruz, con el que quería demostrar la relación existente entre la doctrina y la vida del santo. Mientras, la guerra se extendía por toda Europa y las tropas hitlerianas actuaban no sólo contra los judíos, también contra los católicos y cristianos en general. Concretamente los carmelitas de Luxemburgo fueron expulsados del monasterio que fue convertido en club para las juventudes nazis. Las carmelitas de Colonia esperaban cada día la orden de evacuación. Cuando los nazis invadieron Holanda la priora de las carmelitas de Colonia intentó borrar todo rastro de relación con el convento holandés, y así destruyó casi todas las cartas de Stein y las huellas de su paso por Colonia de marcha a Holanda. Pero algunas de las cartas se conservaron y ofrecen una clara idea del estado anímico de Stein: “En sí, es bueno estar sujeta a la Regla y los deberes cotidianos. El equilibrio no se consigue sin pena ni sin que cueste algo...”. “Es bueno recordar en estos días que la pobreza consiste en llegar a vernos privadas de nuestra clausura... Por eso, es para nosotras un deber conservar tan concienzudamente como sea posible nuestras reglas de clausura, y permanecer tranquilas, ocultas en Dios con el Cristo... Podemos rogar, naturalmente, para que nos sea ahorrada esta coyuntura, pero debemos añadir con sinceridad: Hágase tu voluntad y no la mía”.

    Edith Stein, desde la llegada de Hitler al poder, nunca se resistió a poner en guardia a alumnos, amigos y hermanas carmelitas, tampoco se sintió a resguardo en el convento. Por eso, cuando vio la pesadilla de la Europa ocupada, volvió a preparar la huida, esta vez la segunda. Pensó en Suiza, donde tenía amigos y conocidos, a éstos les pidió que gestionasen su admisión en el convento de Paquier. En enero de 1942, las hermanas del convento de Paquier aceptaron recibir a la refugiada. Pero Stein no quería dejar a su hermana, que al no ser religiosa, sino terciaria, no podía ingresar en el convento suizo, por lo que se requerían muchas más gestiones. La petición de dos visados para Suiza despertó sospechas de la Gestapo que requerió la presencia de las hermanas en la ciudad de Maastricht. El padre provincial intentó interponerse presentándose él mismo ante la Gestapo, pretextando que la clausura impedía la salida de las mujeres. Nada pudo impedir sin embargo que la Gestapo exigiese la presencia de las dos hermanas. Las convocaron, aparecieron y lo primero que hizo Stein fue gritar: ¡Alabado sea Jesucristo!, ante el estupor de la policía. Se las interrogó y amenazó, y se les exigió que en sus carnets de identidad apareciese recogida la gran J que identificaba a los judíos.

    En mayo de 1942, la Gestapo convocó de nuevo a las hermanas, pero esta vez en la ciudad de Amsterdam. Los interrogatorios fueron mucho más duros. Stein ya intuía que las gestiones para llevarlas a Suiza no se resolverían a tiempo, por lo que intentó marchar hacia algún convento del Carmelo en España. Con todo, en Suiza sí habían decidido acogerla e intentaban gestionar con rapidez los documentos necesarios para su partida. Stein esperaba y escribía: “Desde hace unos meses llevo sobre mi corazón un versículo del Evangelio según San Mateo, X, 23: Cuando se os persiga en esta ciudad, huid a otra. En verdad, os digo, no habréis acabado de recorrer las ciudades de Israel antes de que el Hijo del Hombre sea venido. Las gestiones con el Paquier siguen su curso. Pero en cuando a mí, estoy tan absorbida por la obra de San Juan de la Cruz, que todo lo demás me es indiferente”.

    El 11 de junio de 1942 el episcopado católico y el sínodo de la Iglesia Reformada protestaron juntos ante el comisario del Reich en Holanda por el trato dado a los judíos. Ante la protesta, el comisario adjunto del Reich, Schmidt, concedió el que los judíos cristianos que lo fueran antes del año 1941 no serían molestados. Sin embargo, las deportaciones masivas eran un asunto que no se había solucionado, por lo que los obispos católicos, de acuerdo con los ministros protestantes, redactaron en común un nuevo mensaje de protesta que se leyó en las iglesias el domingo 26 de julio, y que incluía el texto de la primera protesta.

    Las autoridades ocupantes presionaron para que no se leyeran unos determinados pasajes de la protesta, los que decían por ejemplo lo siguiente: “Los infrascritos..., profundamente emocionados por las medidas de excepción tomadas contra los judíos y tendentes a excluirlos de la vida común de la ciudad, han sabido con horror la noticia de las deportaciones masivas de familias judías enteras: hombres, mujeres y niños, hacia los territorios del Este bajo control del Reich... la seguridad de que tales medidas van en contra del profundo sentido moral del pueblo holandés y de los mandamientos de Dios...”.

    La lectura de la carta causó conmoción en toda Holanda, y también alarma ante las posibles consecuencias. Edith Stein se enteró durante esas fechas de la deportación de su hermano Pablo y toda su familia, así como de la de su hermana Frieda, todos murieron en campos de concentración. Los únicos supervivientes de la familia Stein fueron Elsa y Erna, que huyeron a Bogotá y Nueva York. Cuando se festejaba la aparente mejora de las condiciones de existencia de los judíos cristianos, todo cambió de repente. El 2 de agosto del 42 las hermanas Stein fueron detenidas por la Gestapo, al igual que aproximadamente otros 300 religiosos no arios de los conventos holandeses. El mismo día 2, el comisario Schmidt, por medio de un discurso oficial, confirmaba que la medida era en represalia contra la protesta de los obispos. Su discurso subrayaba que los protestantes se abstuvieron de citar el pasaje pastoral ya señalado, mientras que los católicos no lo hicieron, por lo que se vieron obligados, cito textualmente, a “perseguir a los católicos judíos como a sus peores enemigos”.

    Monseñor de Jong, en nombre del episcopado de Holanda, protestó el día 23 aludiendo a que casi todas las comunidades protestantes también dieron lectura íntegra del mensaje, y que el intercambio de telegramas entre las autoridades y los obispos no podía considerarse confidencial. Las protestas fueron completamente inútiles. El 5 de agosto llegaron 2 telegramas al convento de Echt, enviados por el ayuntamiento de Westerbork, ciudad del norte de Holanda, donde se encontraba un campo de deportados. En los telegramas se pedía para las dos hermanas ausentes diversos enseres. Dos jóvenes de Echt aceptaron llevar los paquetes hasta el campo de deportados de Westerbork, donde encontraron a las hermanas Stein, escribiendo al respecto: “Sor Benedictina nos dijo que había encontrado parientes y algunos conocidos en el campo. Nos describió el viaje, que se había desarrollado sin incidentes hasta Amersfoort. A partir de esta etapa los prisioneros habían sufrido toda clase de vejaciones y después habían sido empujados a culatazos por los soldados SS a los dormitorios, y encerrados en ellos sin haber tomado ningún alimento..., por orden de las autoridades alemanas, los judíos católicos formaban una categoría aparte, colocada en una barraca especial... La hermana Benedictina nos contaba todo esto con gran calma y recogimiento...”.

    La estancia de las Stein en el campo de Westerbork duró hasta la noche del día 6 ó 7 de agosto. El campo contaba con cerca de 1.200 judíos católicos, de ellos 10 ó 15 religiosos. Stein envió dos mensajes al convento de Echt, los últimos escritos conocidos de la carmelita, los dos están dirigidos a la superiora del convento: “Querida Madre: Cuando vuestra reverencia reciba la carta de P... (ilegible), sabrá lo que él piensa. Me parece que en las circunstancias presentes más vale no intentar nada. Sin embargo, me abandono a las manos de vuestra Reverencia, dejándole el cuidado de decidir. Estoy contenta de todo... No se puede adquirir una ciencia de la cruz más que sufriendo verdaderamente el peso de la Cruz. Desde el primer instante he tenido la convicción íntima de ello...”.

    El segundo: Querida Madre: ... Mañana por la mañana sale el primer envío hacia Silesia o Checoslovaquia... (Hasta ahora he podido rezar magníficamente)... Mil gracias y saludos a todas.

    Poco más sabemos del final de Edith Stein. Uno de los jefes holandeses de la Resistencia escribió a la priora del convento de Colonia que con toda seguridad Stein había muerto a primeros de agosto de 1942 en las cámaras de gas de Auschwitz. Probablemente el último testimonio que tenemos sobre Edith Stein sea el que proporciona una superviviente de Auschwitz, la señora Bromberg, quien escribió: “Lo que la distinguía de las otras religiosas era su silencio. Tenía la impresión de que estaba triste hasta el fondo del alma, pero no angustiada. No sé cómo decirlo, el peso de su dolor parecía inmenso, aplastante, aunque cuando sonreía, su sonrisa parecía venir de una tal profundidad del sufrimiento que hacía daño”.

    El 1 de mayo de 1987, el Papa polaco Juan Pablo II beatificó a la carmelita Sor Teresa Benedictina de la Cruz. El 11 de octubre de 1998 la canonizó.

    Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (I)

    Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (II)

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,4 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,402 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Edith Stein había conocido en el círculo de Gotinga a la filósofa Hedwige Conrad Martinus, quien con el tiempo se había ido a vivir junto a su marido al campo, en el Palatinado. Stein comenzó a pasar largas temporadas con ellos trabajando la tierra. En casa de los Conrad fue cuando en el verano de 1921 Stein leyó, como otros fenomenólogos habían hecho ya, a Santa Teresa de Jesús. “Cogí al azar un libro de la biblioteca –escribe Edith Stein-. Se titulaba Vida de Santa Teresa, por ella misma. Nada más comenzar su lectura, el libro me cautivó poderosamente y no pude dejarlo antes de llegar a su fin. Cuando cerré el libro, me dije: aquí está la verdad”. La lectura de Santa Teresa fue, en opinión de la biógrafa Elizabet de Miribel, “el punto culminante y el límite final de su marcha hacia la luz”. Un texto publicado por la filósofa en aquel tiempo en los Anales Husserl, deja entrever muchas cosas: “Hago planes para el porvenir y organizo, en consecuencia, mi vida presente. Pero estoy en el fondo convencida de que va a producirse algo, algún acontecimiento que se desbordará por encima de todos mis proyectos. En la fe, auténtica y viva, a la que aún me niego a dar mi consentimiento”.

    Si un libro de Husserl fue clave en su evolución como filósofa, parece evidente que un libro de Santa Teresa marcó un punto y a parte en su camino hacia la conversión, aunque interrogada años más tarde sobre las razones últimas de su llegada al catolicismo, Edith Stein dijo estas enigmáticas palabras: “Mi secreto me pertenece a mí sola”.

    Así el 1 de enero de 1922, a los 30 años Stein se bautizó en la iglesia de Bergzaben, en el Palatinado, recibiendo los nombres de Teresa (en honor de la santa) y Hedwige, en recuerdo de su amiga y madrina en el bautismo. Stein comunicó a su madre el hecho y ante el cataclismo decidió pasar 6 meses con ella, durante los cuales debió aguantar un constante tira y afloja con el judaismo ortodoxo de su madre y de una de sus hermanas.

    Pasados los seis meses Stein regresó a Friburgo, donde reconoció que la vida intelectual ya no le llenaba como antaño, por lo que, decidida a dedicarse por entero a la oración y la intimidad con Dios, le buscaron un retiro en el colegio de las Dominicas de Santa Magdalena en Spira, en el que entró como profesora. A la sombra del monasterio pasó 8 años de su vida, desde 1923 hasta 1931, encargándose de los cursos superiores de alemán y de las conferencias destinadas a la formación de las religiosas. En esa etapa también tradujo al alemán una importante selección de la obra del Cardenal Newman.

    Sobre esos años escribió Stein en 1928: “En el tiempo que inmediatamente precedió y siguió a mi conversión, deseaba entrar en la vida religiosa, es decir, dejar a un lado los sucesos del mundo para no ocuparme más que de las cosas de Dios. Sin embargo, poco a poco fui comprendiendo que nos era exigida otra cosa en el mundo y que aún en una vida contemplativa, es necesario mantener alguna relación con el exterior. La lectura de Santo Tomás me reveló que era posible poner el conocimiento al servicio de Dios y fue entonces, sólo entonces, cuando pude resolverme a reemprender seriamente mis trabajos. Comprendí, en efecto, que mientras más atraída por Dios sea una persona más debe proyectarse hacia el mundo, a fin de llevarle a éste el amor divino”.

    Después de estudiar a Santo Tomás, Stein no podía regresar a sus trabajos filosóficos anteriores, debía conjugar la noción fenomenológica de las cosas con la doctrina tomista, de ahí sus esfuerzos por armonizar ambas concepciones, por ejemplo en su De la fenomenología de Husserl a la filosofía de Santo Tomás, y su obra filosófica fundamental Ser finito y ser eterno, en la que trata de prolongar la filosofía de Santo Tomás, que no el tomismo, con las conquistas de la fenomenología. A este respecto Stein escribio: “Husserl y Tomás de Aquino creen que la misión de la filosofía es darnos una comprensión del mundo de carácter sólido y universal. Husserl busca su punto de partida absoluto en la inmanencia de la conciencia; para Tomás, al contrario, este punto de partida es la fe. La fenomenología quiere constituirse como una ciencia del ser y mostrar cómo una conciencia, gracias a sus funciones espirituales, puede construir un mundo y eventualmente todos los mundos posibles; en esta perspectiva, nuestro mundo representa para ella una de estas diversas posibilidades. ¿Cuál es la constitución concreta de nuestro mundo? Es a las disciplinas positivas a quienes compete decirlo... El punto de partida unificador a partir del cual se despliega todo el conjunto de la problemática filosófica, y al cual no cesa de referirse, es para Husserl la conciencia trascendentalmente purificada, y para Tomás, Dios y su relación con las criaturas”.

    Así, Stein, partiendo en su formación de Husserl y la fenomenología, pasando luego por el contacto con Santo Tomás, Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz, acaba ingresando en el Carmelo, en una evolución cuya cronología podemos establecer en unos diez años, los que pasó en el colegio y monasterio de las Dominicas de Spira, desde 1923 hasta 1931. Daré ahora algunos testimonios que nos hablan de cómo era Stein en aquellos años de Spira: “Stein fue nuestra profesora de alemán desde 1926 a 1929. Desde el primer momento nos sentimos ante una personalidad muy fuerte, una gran pedagoga. Sus cursos eran de una claridad tal, que era imposible no asimilarlos ni carecer de estímulo en el trabajo...” “El hacer el bien era en ella una emanación natural que llegaba hasta los menores detalles. Los domingos y días de fiesta, cuando las religiosas eran llamadas al locutorio, les descargaba del trabajo de fregar los platos. Se pasaba horas enteras distribuyendo la sopa de los pobres”... “Ejercía una notable influencia sobre las Hermanas, comparable a la de una maestra de novicias, y supo revelar y luego desarrollar personalidades que aún hoy son fuerzas vivas en el monasterio... Cuando el convento de Santa Magdalena –el más antiguo de la diócesis de Spira- festejó su jubileo, Edith no parecía una auxiliar extraña, sino una dominica entre las dominicas. Lo que no le impedía llevar en lo más profundo de su corazón la vocación del Carmelo”.

    El retiro en Spira tocaba a su fin, ya que en esos últimos años había nacido en ella el deseo de realizar apostolado, impulsada por el padre Abad Walzer, entonces su mentor espiritual, una labor que comenzó gracias a dar conferencias, ocupando gracias ellas un lugar muy destacado en la enseñanza católica alemana.

    Así Stein llegó a la Abadía de Beuron, a orillas del Danubio, en la semana santa del año 1928. Esta abadía fue entre las dos guerras mundiales un centro de oración y apostolado católico que trascendió incluso las fronteras alemanas. Beuron fue también un centro impulsor de la renovación litúrgica y un punto de encuentro imprescindible para los intelectuales. Además, el Abad de Beuron era uno de los pocos que se había dado cuenta de los peligros crecientes del nacionalsocialismo, y en 1933 no participó en el plebiscito a favor de Hitler, denunciando también la política y el sueño hegemónico de Hitler y el Tercer Reich. En 1935, el abad Walzer tuvo que escoger entre someterse a Hitler o dimitir de su cargo. Dimitió, abandonó Alemania y durante la guerra fue capellán de los prisioneros alemanes e italianos en el norte de África, nacionalizándose francés en 1944.

    Entre 1928 y 1933 Stein pasó largas temporadas en la Abadía de Beuron. El Abad Walzer la describe así: “Había heredado de su madre la fortaleza y energía de carácter; formada desde muy niña en las minuciosas prescripciones judaicas, se adaptó sin ningún esfuerzo a la ascesis cristiana. Esto era en ella algo natural, no se trataba en absoluto de batir un récord. Era muy introvertida, toda concentrada en Dios. Nada traicionaba externamente las profundidades de su vida espiritual, sino el perfecto equilibrio entre los dones del corazón y los de la inteligencia, la gravedad ante los problemas de su tiempo, la verdadera compasión...”.

    Durante esta etapa de su vida Stein se dedicó a rezar y a convertirse en una notable influencia para los medios intelectuales católicos. En este sentido, Beuron y Stein tuvieron por finalidad principal hacer descubrir a los cristianos el gran poder de la oración y el redescubrimiento del profundo sentido del sacrificio de la Misa, y la defensa de la llamada oración silenciosa y secreta (la conocida como devoción subjetiva) frente a la litúrgica y objetiva. Pronto el nombre de Stein comenzó a ser conocido en los medios intelectuales y los círculos femeninos católicos de lengua alemana, a través de sus conferencias en ciudades como Friburgo, Munich, Colonia, Zurich, Viena o Praga. Charlas en las que, según ella misma apunta, seguía el ejemplo de Santa Teresa de Ávila, es decir, realizar el apostolado dando testimonio de valor cristiano, y todo en una época de enorme confusión política y un antisemitismo superlativo.

    Una vez impartidas las charlas y realizada por tanto su labor de apostolado, Stein regresaba a Spira donde descansaba y corregía los exámenes y demás trabajos de las alumnas. En Spira, en la primavera del año 31 escribió: “Si no me sintiera obligada a hablar de las cosas sobrenaturales, nada me decidiría a subir a la tribuna... Pero hay en el fondo una verdad muy sencilla que tengo que decir: cómo se puede comenzar a vivir, abandonándose en manos del señor...”. Su decisión de entrar en el Carmelo y consagrarse a Dios cada vez estaba más cerca.

    En marzo de 1931, por consejo del padre Walzer, Edith dejó definitivamente Spira para dedicarse por completo a traducir el De Veritate de Santo Tomás y continuar con sus conferencias. Marchó a vivir unos meses a Breslau con su familia, meses que volvieron a ser muy duros por las notables divergencias religiosas existentes con diversos miembros de su familia. Es en esos meses cuando le escribe a una amiga: “Pensaba, cuando me decidí a abandonar Spira, que la vida fuera del claustro me parecería insoportable, pero no podía imaginar que esto fuera tan duro”.

    En otoño hizo gestiones para ser nombrada profesora de la Universidad de Friburgo, y logrando el apoyo para lograrlo de Heidegger y Honnecker, también de Husserl. Sin embargo, las reticencias eran muy grandes. Así que cuando el decano de la Facultad de Teología de Munster, y director a la vez del Instituto de Pedagogía, de acuerdo con la presidenta de la Unión Católica Femenina de los Profesores de Alemania, le propuso la dirección de una sección del Instituto destinada a la formación de una elite profesoral, Edith no lo pensó dos veces y aceptó el trabajo, que debía comenzar en la primavera del año 1932.

    Todo el invierno del 31 al 32 lo pasó traduciendo a Santo Tomás y trabajando en futuras conferencias en una celda del monasterio de las Benedictinas de Santa Lioba. De esa etapa data también la redacción de Las vías del silencio, páginas en las que Stein analiza su propia vida interior, y aconseja con la finalidad de ayudar a organizar el tiempo de las mujeres, de forma que haya en ellos lugar para Dios.

    Orientada cada vez de forma más decidida hacia la vida espiritual, Stein no dejaba de estar atenta a los problemas históricos y políticos de su país. Stein era consciente de que el nacionalsocialismo se hacía con Alemania, y en sus intervenciones públicas intentaba poner sobreaviso a quienes la escuchaban. Si en su primera juventud Stein defendió los derechos de la mujer, apoyó el derecho de huelga, militó en el partido demócrata y se adhirió a la república de Weimar, ante las leyes raciales y la creciente persecución antisemita de los nazis, Stein animó el sionismo como forma de resistencia.

    En Munster, ocupado ya su puesto de profesora, animó a los alumnos a formar un núcleo anti estudiantes nazis, y tomó parte en sus reuniones. Con todo, los problemas no tardaron en llegar. El 25 de febrero de 1933 salió de Munster para pasar las Pascuas en Beuron. No volvió nunca a dar clase. Le había escrito al padre Walzer una carta para el Papa en la que narraba la miseria del pueblo judío y las proporciones inconcebibles que estaba tomando el exterminio de judíos y cristianos. A su regreso a Munster fue despedida por el administrador del Instituto de Pedagogía. Stein lo cuenta así: “De nuevo en Munster, el 19 de abril, fui al Instituto al día siguiente. Me recibió el gerente en sustitución del director, que había ido de vacaciones a Grecia. Me llevó a su despacho, y allí me comunicó sus preocupaciones. Hacía semanas que estaba disputando con el Estado, metido en negociaciones difíciles, y parecía estar ya al cabo de sus fuerzas. ¿Creerá usted, señorita, que se ha presentado en mi despacho una persona para decirme: Esperemos que el doctor Stein no continuará dando sus clases aquí...? Añadió que creía preferible que yo renunciara a dar mis clases de verano para dedicarme enteramente a mis trabajos filosóficos. Quizá las cosas mejoraran de aquí al otoño. Si el Instituto consiguiera que la Iglesia se hiciera cargo de él, oficialmente, no habría ningún impedimento a que ella volviera a su puesto. Acogí tranquilamente estas noticias. Pero, por mi parte, no creía en las posibilidades de mejora y le dije: Si mi enseñanza no es tolerada aquí, en este establecimiento, es que no existe para mí cátedra en Alemania... Unos días después de mi regreso a Beuron, se apoderó nuevamente de mí la idea de entrar en el Carmelo. ¿No había llegado el momento?... Hacía doce años que pensaba en esto. Desde aquel día del verano de 1921, cuando la vida de Santa Teresa al caer en mis manos puso término a mis largas peregrinaciones hacia la verdadera fe. El día 1 de enero de 1922, el día de mi bautismo, sabía que aquello no constituía sino el principio, una etapa, una preparación a mi entrada en el Carmelo...”.

    Es decir, Edith Stein salió del Instituto de Pedagogía de Munster para ingresar directamente en el Carmelo. Pero dejemos que sea ella quien lo cuente: “El día 30 de abril de 1933 fui a la iglesia por la tarde, diciéndome a mí misma: no saldré de aquí antes de saber si ha llegado el momento, sí o no, de entrar en el Carmelo. Y cuando el sacerdote impartió la bendición del Santo Sacramento, clausurando la fiesta del día, yo había recibido ya el asentimiento del Buen Pastor”.

    Stein pasó un año preparándose para ingresar en la orden: tenía que liquidar todos sus asuntos, permanecer un mes en el Carmelo de Colonia como invitada, regresar a su casa para despedirse y entrar en clausura. La despedida en su casa fue muy dura: “Mis hermanas estaban ocupadas en fregar los platos. Ella –su madre- se sentó y, con la cabeza entre las manos, rompió a llorar. Detrás de ella, tomando esta preciosa cabeza de cabellos blancos, la apreté contra mi corazón... Estuvimos así hasta que se hizo hora de dormir. Conduje a mamá hasta su habitación y, por primera vez en mi vida, la ayudé a desnudarse. Después me senté sobre su lecho... Al fin me dijo que me fuera a descansar. Ninguna de las dos pudimos dormir aquella noche”.

    El padre Walzer también cuenta algo importante con respecto al ingreso de Edith Stein: “Ella amaba el Carmelo desde hacía mucho tiempo y su más ardiente deseo era entrar en él. Realizó este voto cuando las condiciones de vida del III Reich no me permitieron retenerla más en el mundo. Ella había oído la voz de lo Alto y siguió su llamada, sin preocuparse de adónde le llevaría el camino”.

    Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (I)

    Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (y III)

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,3 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,400 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Edith Stein tuvo a lo largo de su corta vida al menos tres formas de estar en la tierra, tres puestas en escena, si se me permite la expresión: judía, filósofa no creyente, y por último, católica y Carmelita, tránsito vital y espiritual que encuentra una firme expresión incluso en el cambio de su nombre, ya que pasó de ser Edith Stein, filósofa de origen judío, a llamarse sor Teresa Benedictina de la Cruz, católica carmelita.

    ¿Cómo se produjo este cambio, cómo fue esa evolución espiritual y vital que protagonizó Edith Stein en un tiempo histórico, además, perfectamente convulso, y que, en mi opinión, viene a erigirse en magnífico ejemplo de las dificultades vividas por la espiritualidad católica en la primera mitad del siglo XX, etapa que contempló la desaparición definitiva de un mundo, sus ideas y representaciones, y la aparición de otro mundo cuyos primeros pasos condujeron a la peor guerra que ha vivido hasta ahora la humanidad?

    Creo que lo mejor para responder a estas preguntas es trazar, aunque sólo sea de forma muy superficial, la biografía de Edith Stein, en ella encontraremos si no todas, sí muchas respuestas.


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    Edith Stein


    Edith Stein nació en octubre de 1891 en la ciudad de Breslau, situada en el suroeste de la actual Polonia, capital de lo que hoy es el voivodato homónimo situado en Silesia. Breslau nació como consecuencia de la expansión germánica por el este de sus fronteras. La ciudad se desarrolló bajo influencia austriaca y católica, para después hacerse protestante y prusiana. Breslau, por tanto, era la típica ciudad de cultura alemana situada en territorio conquistado, un espacio geográfico, más o menos alejado de las metrópolis imperiales, en el que a lo largo de las últimas décadas del XIX nacieron personajes tan importantes en la cultura alemana como Mahler, Joseph Roth, o el gran director de orquesta Otto Klemperer, quien nació en 1885 también en Breslau. También en aquella periferia, en Landsberg (Polonia), nació el primo de Otto, Víctor Klemperer, a quien debemos unos diarios estremecedores sobre la ignominia del nazismo y la vida de un judío en plena vorágine hitleriana, diarios que quien los haya leído entenderá muy bien los últimos años de Edith Stein.

    Stein era la séptima y más joven hija de unos padres judíos llegados a la ciudad en 1890. El padre, con negocios madereros, murió cuando Edith tenía sólo 2 años, haciéndose cargo a partir de entonces la madre del negocio, comprando madera por toda Silesia y los Balcanes. La madre de Edith, este es un dato a tener en cuenta, era una judía ortodoxa. No fue hasta 1910 cuando los hijos y la viuda pudieron abandonar los suburbios de Breslau para instalarse en una gran casa de piedra gris en el centro de la localidad, lo que nos habla de que la señora Stein no debió de conducirse muy torpemente en el negocio de la madera.

    Edith comenzó sus estudios en el colegio en 1897, cuando contaba seis años. Según cuenta en su biografía de la conversa, la escritora Elizabeth de Miribel, a quien seguiremos aquí con fidelidad, Edith fue una magnífica estudiante, siendo sus asignaturas preferidas la historia, el alemán y las lenguas. Aprendió a hablar el francés, el inglés y el español, y a leer el latín, el griego y el hebreo. Al final de su vida, como veremos más adelante, aprendió también el holandés.

    Terminados los estudios básicos ingresó en la Universidad de Breslau. Se matriculó en los cursos de Historia y Filología, abordando pronto también la psicología experimental, lo que le llevó definitivamente hasta la Filosofía.

    La Universidad de Breslau era relativamente joven entonces. Se construyó en 1811, cuando se fusionaron el colegio de los jesuitas (1702) y las facultades de Francfort-del-Oder. Breslau estaba aislada de los grandes centros intelectuales y culturales alemanes: Leizpig, Munich, Bonn y Berlin. La región de Silesia estaba aislada de las corrientes culturales europeas, y su universidad orientaba sus disciplinas preferentemente a la especialización mecánica, es decir, a los conocimientos prácticos que beneficiaban el desarrollo económico de la región. Nada por tanto de sutilezas intelectuales. La Primera Guerra Mundial vino a derrumbar para siempre ese mundo que llevaba casi medio siglo viviendo en paz.

    En 1911 Stein estaba matriculada en la Universidad de Breslau, y como ya he señalado, estudiaba alemán, historia y filosofía, disciplina en la que acabó especializándose. En esta primera fase de su formación universitaria Stein mostró mucho interés por cuestiones sociales, especialmente por los derechos de la mujer y por los de los trabajadores. A los 21 años Stein era una judía universitaria que vivía en una pequeña ciudad de la periferia alemana, que mostraba un marcado interés por la filosofía y las cuestiones sociales, y que se confesaba atea, no interesándole para nada la religión.

    En ese momento de su vida –recordemos que en poco tiempo se producirá el asesinato de Sarajevo y el comienzo de la I Guerra Mundial- un compañero de la universidad le dio a leer a Edith Stein un libro que marcó un antes y un después en su evolución vital y espiritual, algo que, como ya veremos, se repitió en más de una ocasión. El libro en cuestión era el segundo tomo de las Investigaciones Lógicas de Edmund Husserl. La lectura del libro decidió a Stein a conocer al filósofo y, en consecuencia, a marchar a la Universidad de Gotinga donde Husserl daba entonces sus clases de filosofía. Gotinga célebre centro intelectual de la cultura alemana, cuenta con una impagable descripción de 1824 a cargo de Heinrich Heine, descripción cuya lectura recomiendo a todos ustedes por su viveza, ironía y colorido (Montañas de Harz).

    Stein llegó a Gotinga a mediados de abril de 1913 e inmediatamente quedó atrapada por el ambiente intelectual de la universidad y por la fenomenología, sobre todo por su método de trabajo. “Husserl promulgaba en principio que la verdad, allí donde esté, es necesaria, inmutable y eterna; se impone a toda inteligencia, sea la de un Dios, de un ángel o de un demonio. Concebirla de otro modo sería caer en el relativismo, y el relativismo equivale al escepticismo. La renuncia a la verdad objetiva, por parte de un gran número de pensadores modernos, le parecía una tendencia malsana, vecina de la locura. Había tratado por su parte de superar el naturalismo y hurtarse a los peligros del psicologismo, es decir, de evitar las consecuencias que el naturalismo acarrea en el terreno de la verdad y de los valores. La verdad, subrayaba él con fuerza, la verdad es un absoluto. No es lo que dicen los psicólogos que pretenden hacerla depender del que piensa. La verdad no ha nacido del que la conoce”.

    Para seguir la evolución del pensamiento de Husserl y de la llamada Escuela Fenomenológica que se constituyó primero en Gotinga y luego en Friburgo, habría que discernir dos etapas sucesivas: La primera consiste en la descripción del mundo de los fenómenos (interiores y exteriores), guiándose por el solo principio de la evidencia. Se procede así a la manera del naturalista, que se abandona a la evidencia de la experiencia natural y que excluye del tema de sus investigaciones las cuestiones relativas a una crítica general de la experiencia. Se trata de describir y no de explicar. Esta mirada fenomenológica proyectada sobre el mundo se caracterizará por el asombro ante la paradoja que él evidencia, lo que permitirá regresar a las cosas mismas, superar el análisis y la explicación científica.

    La segunda etapa es la de la actitud reflexiva. Por universal y eterna que sea la verdad, el hombre que la busca es individual y está situado en un tiempo y un espacio. Este problema de la apropiación de la verdad eterna por el hombre presente es el que aparece ante Husserl como la segunda fachada del problema total de la verdad.

    La fenomenología va a recurrir a la reducción trascendental para reencontrar el carácter específico de la realidad humana. Por un movimiento que desconcertó a sus primeros discípulos, Husserl se orientó abiertamente hacia el idealismo, "hacia el descubrimiento de un yo trascendental, a partir del cual se constituyen los actos y lo que les corresponde de objetivo en diversos grados, hasta el mundo de las cosas”.

    La cuestión es que Stein entró en contacto con Husserl y la fenomenología. Husserl enseñaba a sus alumnos el culto hacia el método objetivo de pensar, aconsejándoles se abrieran a la disciplina de las ciencias exactas e inculcándoles el horror hacia toda fórmula preconcebida. Esta profunda renovación en la manera de abordar el problema del conocimiento del ser fue el que causó tan honda impresión en sus primeros discípulos, entre ellos Edith Stein.

    Hay una descripción muy precisa de Stein en esa etapa de su vida, se la debemos a una antigua compañera de clase: “Edith pasaba completamente desapercibida entre nosotros, a pesar de su reputación de extremada inteligencia... Nos parecía poco moderna... Siempre sentada entre las primeras filas del auditorio, apenas sí se hacía notar su pequeña silueta, delgada, insignificante, y como absorbida por la intensidad de su reflexión. Llevaba sus oscuros cabellos recogidos sobre la nuca, en un pesado moño. Era de una palidez casi enfermiza, y sus grandes ojos negros se hacía severos, casi distantes...”.

    En esa etapa también influyó mucho en el pensamiento y la formación de Stein el profesor Max Scheler, cuyo interés filosófico estaba en todo lo que llevaba a la toma de conciencia del otro, es decir, el amor, el odio, el resentimiento...

    Stein escribió a cerca de Scheler: “En mí, como en otros muchos, su influencia se extendió mucho más allá del estricto dominio de la filosofía. No sé exactamente en que año volvió Scheler al seno de la iglesia, pero este momento debía estar próximo, pues su pensamiento estaba lleno de ideas cristianas, que sabía exponer con su brillante ingenio y fuerza de persuasión. Para mí fue la revelación de un mundo totalmente desconocido. No me llevó aún a la fe. Pero me descubrió un dominio de fenómenos que no podía ignorar en lo sucesivo. No en balde habíamos aprendido a desembarazarnos de los ‘tabús’, a acoger las cosas sin prejuicios. Así, cuando los límites del racionalismo, en que yo, sin saberlo, me había educado, cayeron, me encontré súbitamente frente al mundo de la fe”.

    Durante el periodo de Gotinga los discípulos de Husserl, entre ellos claro Edith Stein, recibieron el choque decisivo para su espíritu. Se vieron liberados de los lazos del kantismo por el método objetivo del maestro, y se encontraron preparados para la percepción de la realidad. Su formación les volvió hacia el mundo del pensamiento objetivo, y esto les llevó al estudio de la escolástica medieval y de la sabiduría antigua; al estudio de san Agustín o Santo Tomás, contacto que al fin, a algunos de estos filósofos les condujo hacia el Dios de la revelación cristiana.

    Sin embargo, en ese punto vital y evolutivo del pensamiento de Stein, estalló la guerra del 14. Stein interrumpió sus estudios y durante dos años cuido enfermos y heridos en un hospital austriaco, lo que le hizo incluso acreedora de la Medalla de la Cruz Roja.

    De vuelta del Hospital, y una vez doctorada, Husserl la invitó a unírsele a la universidad de Friburgo; así, a los 25 años de edad, Edith Stein fue su auxiliar durante el semestre de verano de 1916.

    Al año siguiente ocurrió un hecho muy significativo y de gran trascendencia en el cambio evolutivo de la filósofa hacia el catolicismo. Su amigo del círculo fenomenólogico de Gotinda, el filósofo Reinach, moría en Flandes y su mujer Ana llamó a Edith Stein para que le ayudase a clasificar los textos filosóficos de su marido y hacer una edición póstuma. Edith dejó la universidad de Friburgo y acudió a la llamada, pensando que iba a encontrar a su amiga desecha. Sin embargo Stein se encontró con una mujer que se había convertido al catolicismo, al igual que su marido, y llevaba la muerte con total resignación.

    Edith escribió a este respecto “... fue mi primer encuentro con la Cruz, con esta fuerza divina que ella confiere a los que la llevan. Por primera vez, la Iglesia, nacida de la Pasión de Cristo, y vencedora de la muerte, se me apareció visiblemente”. Pero esta semilla, debió crecer en silencio y secreto y esperar al menos cuatro años para que diese sus frutos en el espíritu de la filósofa.

    Edith regresó a Friburgo y volvió al trabajo. Elaboró ediciones de obras de Husserl, trabó contacto con Heidegger y organizó cursos de introducción a la fenomenología para distintos grupos de alumnos, es decir, llevó una vida universitaria al uso.

    Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (II)

    Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (y III)

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    Monday,2 abr 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Verdi 1874, de José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,399 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En 1991, después de veinticinco años sin editar un nuevo libro de poemas, José Hierro publicó Agenda, título que con el paso del tiempo se está revelando de una importancia extraordinaria en su escritura poética. Agenda está dividido en tres secciones y un epílogo; la tercera sección se llama “Nombres propios”, y en ella hay poemas “protagonizados” por algunos conocidos personajes de la historia española y europea.

    Entre estos poemas hay uno que siempre llamó mi atención por lo enigmático del título: “Verdi, 1874”. El enigma o clave reside, evidentemente, en la fecha, 1874. ¿Por qué ese año, 1874, en el que Verdi ya había decidido no volver a escribir ópera? La respuesta me la dio la lectura del propio poema y la del listado de fechas en las que Verdi estrenó sus obras.


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    José Hierro


    José Hierro transmite en los versos 4 y 7 del poema la misma idea pero enunciándola al revés: “La muerte va a la Ópera” (verso 4), y “La Ópera va a la muerte” (verso 7). Si a estas ideas le sumamos el hecho de que en 1874 Verdi estrenó su Réquiem, el círculo se cierra y todo se nos muestra con gran claridad.

    Pero los versos de Hierro encierran una sutileza que va mucho más allá de lo que parece evidente. La muerte va a la ópera, o la ópera va a la muerte..., el caso es que José Hierro pone en estrecha relación muerte y ópera, y lo hace así porque la misa de Réquiem de Verdi es sin duda ninguna, quizá como no podía ser de otra manera, el Réquiem más operístico de la historia, o, siguiendo el camino desbrozado por el poeta, la ópera más fúnebre, la gran Ópera de nuestra cultura protagonizada de principio a fin por la muerte.

    Una ópera fúnebre en la que Verdi expresa el dolor por la muerte de su amigo el poeta Manzoni, y también, utilizando los versos de Hierro, nos dice que “como un zumbel, una peonza,/es la vida de cada ser:/gira vertiginosa, rumorosa,/después se tambalea más y más,/hasta el desplome y el silencio./Mientras gira, ve en torno suyo/agonizar hijos, amor. En su Réquiem, Giuseppe Verdi, además, se ve morir a sí mismo, ve la propia muerte de su vida, y, como muy bien explica José Hierro, la enjoya fastuosa, le da abanicos de plumas, la viste de sedas y terciopelos, la oculta tras una máscara de oro y gas y la lleva a la ópera encadenada a la armonía.

    En este poema José Hierro, estoy convencido, se disfrazó de Verdi (otro juego operístico) para comenzar, seriamente, a verse morir subido en la peonza que es la vida, girando vertiginosa hasta el desplome y el silencio final y definitivo.



    Otros textos de Juan Antonio González Fuentes sobre José Hierro y Giuseppe Verdi:


    Mi última mañana con José Hierro

    Leamos un poema: “Estatua mutilada”, de José Hierro

    Verdi e Isaiah Berlin, o de erizos y zorras

    Tutto Verdi!!!

    Simon Boccanegra, un Verdi de tintes oscuros en Valencia

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    Friday,30 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Shakespeare, su teatro, Cimbelino]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,397 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En el prólogo a la última edición española de los diarios del inglés Samuel Pepys (Renacimiento, 2003), el escritor francés Paul Morand nos recuerda que en el siglo XVII William Shakespeare “aún no era esta religión nacional inventada en el siglo XVIII por los actores; por lo tanto, Pepys no se avergüenza de aburrirse en La Noche de los Reyes, encontrar el Sueño de una noche de verano insípido y ridículo y juzgar La Tempestad con severidad; su crítica se pronuncia nítidamente y nos entrega un pensamiento sin hipocresía”.

    Desde los lejanos tiempos de Pepys hasta nuestros días las cosas han cambiado mucho (sobre todo a partir de la eclosión del movimiento romántico en el XVIII), y una verdadera legión de “shakespereólogos” y shakespearianos de toda talla y condición, ha edificado un gigantesco monumento crítico en torno al maestro, situándolo desde hace casi dos siglos en la máxima cima del canon literario occidental, y logrando además que sobre cualquier acercamiento a su obra vuele en círculos la negra sombra de una pesada intimidación, de un atenazador e implacable escalofrío. Parafraseando la famosa cita de un irritante futbolista argentino, cuando uno “juega” en el terreno de Shakespeare, lo normal es que le invada una cierta sensación de “miedo escénico” en la que el exceso de respeto puede pesar como una losa.

    En este sentido, el Shakespeare que hasta aquí nos trae, el de Cimbelino, es por su propia naturaleza y condición un Shakespeare menos imponente y coercitivo que el revelado por los pesos pesados de su producción, por ejemplo, Macbeth, Hamlet, Romeo y Julieta, Otelo o El rey Lear. Es decir, es un Shakespeare al que uno puede acercase sin que las piernas le tiemblen tanto que no pueda ni moverse.


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    William Shakespeare


    Una vez hecha esta pequeña precisión, probablemente convenga comenzar señalando que la escritura teatral shakespeariana ha estado marcada desde siempre por la incertidumbre existente en torno a las fechas de redacción y publicación de las obras; incertidumbre debida a cómo nos han llegado éstas, es decir, en forma de varias ediciones in quarto y el conocido First Folio, aparecido en 1623 con edición al cuidado de J. Heminge y H. Condell, dos actores del King’s Men.

    Esta producción tradicionalmente se ha presentado dividida en cuatro grandes periodos que enunciaré a continuación, pero sobre los que no entraré en detalles dada la gran complejidad del asunto y los innumerables matices que en él tienen cabida.

    Primero, las llamadas obras juveniles, en las que el autor abordó asuntos muy diversos (tragedias, comedias, dramas históricos...), ensayando sus propias posibilidades como dramaturgo en los terrenos que la época le daba, y echando mano de todos los recursos que le ofrecía su formación autodidacta a través del conocimiento de numerosas fuentes literarias clásicas (Plauto, Plutarco, Seneca), inglesas (Greene, Chaucer), francesas (Belleforest) y, de forma indirecta, italianas (Boccacio, Ariosto, Castiglione). A esta variopinta etapa pertenecen Tito Andrónico, la comedia de caracteres La fierecilla domada, los acercamientos a la historia inglesa Enrique IV y Ricardo III, o las obras con diálogos de disputa galante Romeo y Julieta y El sueño de una noche de verano.

    Los títulos escritos en los últimos años del reinado de Isabel configuran otro periodo en el que son clave las comedias y los chronicle plays. Ricardo II, Enrique IV, Enrique V y Rey Juan tratan de nuevo de la historia inglesa, pero esta vez con un marcado sentido de la coralidad y poniendo en igualdad estética tantos los valores caballerescos como los más propios de la debilidad y la maldad. El personaje más inolvidable de estos dramas es el sinvergüenza de Falstaff, a quien el gran Giuseppe Verdi dedicó su última y genial ópera. En las comedias del periodo (Mucho ruido y pocas nueces o A buen fin no hay mal principio) Shakespeare se deja llevar por la inspiración italiana de enredos y disfraces, subrayando sin embargo el entramado amoroso de los protagonistas y haciendo del juego amatorio no un mero pretexto sino todo un sentimiento agudamente observado. Las últimas obras de esta segunda etapa ya presentan una clara percepción pesimista del hombre y sus relaciones, en las que todo parece estar regido por la violencia, el engaño y la maldad (El mercader de Venecia, Medida por medida).

    El tercer bloque o “periodo negro” del escritor es el de las grandes tragedias, las más conocidas y sobre las que el Romanticismo construyó el gran edificio shakespeariano que nuestra cultura ha heredado (Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth). Durante la época jacobea Shakespeare parece que empezó a contemplar con pesimismo existencial el futuro propio y el de su país, y sus tragedias presentan héroes inmersos en la desesperación y la soledad. Desde un punto de vista formal la dimensión colectiva de sus dramas anteriores se va diluyendo y el protagonista individual pasa decididamente a primer término. En estas historias hacen acto de presencia la violencia primitiva, los impulsos de latido psicológico, la subversión de todo valor establecido, la incertidumbre de un destino que no se acaba de encontrarse, y la certeza de que la vida es una historia contada por un idiota, llena de ruido y de furia, que nada significa.

    En el último periodo creativo, el que va de 1607 a 1611, parece que Shakespeare recuperó certezas y un cierto equilibro vital. Salvo Enrique VIII, el resto de obras de esos años fueron comedias en las que el dolor parece aplacado por la dulzura y el cansancio, y en las que las contradicciones y luchas propias de la existencia se remansan en la serenidad que apunta con claridad al final de la vida. Son obras en las que lo simbólico/mágico adquiere un peso muy importante, y en las que el dolor y la violencia están presentes, pero observados con una mirada de cordura y entendimiento sereno, una mirada exenta por completo de queja y sí de aceptación tranquila y dolorosa. La última obra maestra de Shakespeare, La tempestad, pertenece a esta época, al igual que Pericles, Cuento de invierno o Cimbelino.

    Como si se tratase de un círculo que se cierra, en estas últimas piezas Shakespeare se remonta, al igual que en sus primeras obras, hasta la tradición clásica helenística que tanta atracción ejercía sobre él, para presentar una historia de amor en un contexto enrevesado en el que se mezclan lo alegórico, los viajes a lugares inexistentes, las confusiones de identidad, los malentendidos y la aventura en su sentido más habitual..., para desembocar en el consabido final feliz en el que los dos amantes logran vencer todos los obstáculos e impedimentos puestos a su relación amorosa. Pues bien, Cimbelino, escrita en torno a 1609 y estrenada entre el 20 y el 30 de abril de 1611 en el londinense Globe Theatre, como cuenta Javier García Montes en su estupenda introducción (Gredos, Madrid, 2003), presenta todas estas características arriba apuntadas, configurándose en este sentido como la consolidación del hacer del último Shakespeare.

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    Thursday,29 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Estrategias de fin de mandato]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,396 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hoy, si me lo permiten y sin que sirva de precedente, dejaré a un lado los libros, la música, el cine..., y me centraré en una cuestión muy relacionada con la política en nuestro país. Sí, ya sé que estamos todos un poco hartos del “asunto”, pero creo que lo que voy a traer a colación tienen un enorme interés, créanme.

    La idea me la ha proporcionado un buen amigo mientras desayunábamos juntos unos churros en nuestra chocolatería habitual, y él me enseñaba su último trabajo escrito, dedicado a los ecos extramusicales de la obra de Richard Wagner, ahí es nada. Entonces me sacó un documento impreso y me sugirió que lo leyera, pues creía que no me iba a dejar indiferente. Y acertó de pleno, no me dejó indiferente.

    El documento en sí está extraído del siguiente lugar electrónico: ESTRATEGIA LOCAL, perteneciente, creo, a una empresa de consultores de estrategia, organización, recursos humanos y comunicación para el sector público, que como ellos mismos anuncian se dedican a esto desde 1987. No sé exactamente de quién o de qué depende la citada empresa creada como sociedad anónima, pero no tiene una importancia radical para lo que yo quiero tratar.

    El caso es que esta empresa barcelonesa ha organizado en Madrid, los días 22 y 23 de marzo de este mismo año, dentro de una sección que ellos mismos denominan como Seminarios de Convocatoria Abierta, un curso o seminario, valga la redundancia, titulado “Estrategias de Fin de Mandato. Criterios para terminar con éxito un mandato de gobierno (6º edición)”.

    El curso estaba dirigido, pensando en las cercanas elecciones municipales, a miembros de gobierno, directivos y cargos de gabinete responsables de cuestiones de marketing y comunicación institucional, y en él se proponen ideas, metodologías y experiencias para planificar un fin de mandato institucionalmente irreprochable y a la vez electoralmente eficaz (sic). No he añadido ni una sola coma, puede comprobarlo cualquiera en la página mencionada y buscando en su sección de Seminarios ya aludida.

    Los ponentes del curso eran dos: Pere Casajuana Miras, quien entre otras cosas fue técnico de deportes del Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallés, y Xavier Fähndrich Richon, también, entre otras muchas, muchas cosas, profesor de la Autónoma de Barcelona.

    A continuación les ofrezco íntegro el temario del curso, y subrayaré lo que, desde mi ignorancia absoluta con respecto al marketing y la comunicación institucional, me parece más llamativo, interesante, alucinante. Insisto, pueden comprobar esta información, al menos de momento, en la página arriba indicada. Creo que después de leer lo que van a leer sin desperdicio, sobrarán las palabras, y muchos volveremos corriendo a nuestros libros, a fabricarnos un exilio interior en el que procurar sobrevivir a tanta estrategia local, regional, nacional, física, metafísica y patidifusa.

    TEMARIO:

    1. El electorado tiene poca memoria: un buen fin de mandato hace olvidar lo malo anterior, un mal fin de mandato borra todo lo bueno anterior.

    2. Las herramientas de reflexión para preparar el fin del mandato: la segmentación sociológica y electoral.

    3. Estrategias de fin de mandato de reflexión y elaboración estratégica:

    3.1. El Plan de fin de mandato, planifiquemos un final feliz.

    3.2. El Plan Estratégico, preparemos el futuro del municipio.

    3.3. El Plan 2007-2008, pensemos desde ahora en lo que hay que hacer justo después de las elecciones.

    3.4. La organización del Gobierno municipal para pensar (sic).

    3.5. Cerrar carpetas y evitar errores.

    4. Estrategias de fin de mandato en la prestación de servicios y atención a los ciudadanos:

    4.1. Proyectos de disolución de quejas.

    4.2. Proyectos de evidencia periférica.

    4.3. Proyectos de mejora de la atención al público.

    4.4. Proyectos de evaluación de la calidad de servicios.

    5. Estrategias de fin de mandato socioculturales y de participación ciudadana:

    5.1. Proyectos para el alma de la ciudadanía: actualizar las tradiciones, crear tradiciones nuevas (sic), cultivar valores.

    5.2. Los proyectos de emulación ciudadana.

    5.3. Proyectos de participación de ciudadanos normales, y no de los directivos de entidades de siempre.

    5.4. Los proyectos de promoción de valores e identidad.

    6. Estrategias de fin de mandato de gestión interna y recursos humanos:

    6.1. Proyectos de disolución de quejas interiores.

    6.2. Proyectos de comunicación interna.

    6.3. La gestión Interna del fin del mandato del gobierno: gestionar las carreras de los concejales salientes, y de los concejales que seguirán. (¡¡¡¡)

    7. Estrategias de fin de mandato en las obras públicas y nuevos equipamientos y servicios:

    7.1. Cómo planificar que Inauguremos tres meses antes de las elecciones y no tres meses después.

    7.2. Cómo organizar inauguraciones sorprendentes.

    7.3. Cómo rememorar lo que inauguramos al principio del mandato.

    7.4. Cómo organizar la minimización de molestias de las obras.

    8. Proyectos y actuaciones de comunicación de fin de mandato:

    8.1. El dossier VIP.

    8.2. La consigna.

    8.3. La encuesta mediática.

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    Wednesday,28 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Noberto Bobbio, su autobiografía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,395 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El título de este libro puede llevar a engaño a aquellos lectores que reducen el género autobiográfico a un relato, más o menos detallado, de los “acontecimientos externos” que jalonan la vida de un autor. Creo que esta advertencia preliminar es necesaria para evitar malos entendidos y posibles decepciones entre los menos informados lectores españoles de memorias y biografías. Y digo esto porque la Autobiografía (Taurus, 1998) del profesor Norberto Bobbio (Turín, 1909-Turín, 2004) es una detallada crónica de su tránsito intelectual, y si bien los hitos más ineludibles de su trayectoria vital sí aparecen consignados en estos párrafos, no obstante lo hacen en forma de meras señales cartográficas que ayudan a situar lo que al autor de verdad le importa: dejar constancia de la evolución de su pensamiento filosófico y político a lo largo de la práctica totalidad del siglo XX, y todo ello con Italia como imprescindible escenario.

    No puedo sin embargo continuar estas líneas sin hacer un alto para recomendar a los interesados en lo que podríamos denominar una “verdadera autobiografía” de Norberto Bobbio, la lectura de su libro De senectude (Taurus, 1997), un ramillete de muy hermosas páginas dedicadas a reflexionar sobre el cada vez más frecuentado tema de la vejez.

    Una vez hecho este pequeño inciso, volvamos a concentrarnos en ofrecer algunas noticias más sobre la que su autor denominó Autobiografía. Por ejemplo, que vio la luz en su idioma original en el año 1997, y que cuenta con la presencia de Alberto Papuzzi como editor literario. La labor desarrollada por Papuzzi es la de intentar precisar a Bobbio. Me explico. Papuzzi enriquece determinadas zonas del relato del filósofo a través de ajustados comentarios aclaratorios o, sencillamente, ofreciendo a las palabras de Bobbio un marco más preciso facilitando así al lector una mejor comprensión de la narración.


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    Noberto Bobbio

    Quizá la más rotunda de las impresiones que yo he sacado de la lectura de este libro es que el tipo de figura intelectual que presenta Norberto Bobbio está en nuestros días en evidente peligro de extinción. Una tipología en la que podemos encuadrar a intelectuales como George Steiner, Isaiah Berlin, E. H. Gombrich o Mario Praz, y que se define por el saber enciclopédico, el amor por la cultura en su sentido más amplio y globalizador, el interés por el pasado, y el conocimiento de lo que podríamos llamar el canon clásico del saber y la estética. Es decir, nos hallamos ante un tipo de hombres cuya vida en buena medida se explica por su directísima y estrecha relación con los estudios, y por su personal lectura del presente desde la visión y experiencia que proporcionan la decidida entrega a los mismos.

    Y de las consecuencias o derivaciones de su dedicación al estudio es de lo que –insisto–, nos acaba hablando Norberto Bobbio en las casi trescientas páginas de su Autobiografía. Así, en ésta queda recogida la evolución intelectual y personal del pensador italiano desde sus imberbes contactos con el fascismo, hasta su definitiva acomodación al socialismo democrático, incluyendo claro está sus diversas relaciones con distinguidos intelectuales comunistas y, por supuesto, con la omnipresente Democracia Cristiana. También realiza el profesor un somero repaso a sus publicaciones; trabajos que podemos dividir en tres grandes grupos: los dedicados a la teoría general del Derecho; los que tienen por columna vertebral asuntos tan diversos como la guerra y su ocasional necesidad –Bobbio, por ejemplo, defendió la intervención aliada en Irak–, o la reflexión sobre los distintos elementos que integran la democracia...; y, por último, los textos periodísticos –muchos de ellos aparecidos a lo largo de los últimos años en La Stampa turinesa–, escritos con un carácter claramente divulgativo y, en no pocas ocasiones, polémico y combativo.

    Evolución política y conciso repaso a sus obras, este es el superficial resumen que puede hacerse de este trabajo de Norberto Bobbio. Pero recalco lo del calificativo superficial de ese hipotético resumen o comentario, puesto que el libro también ofrece –si bien en un aparente segundo plano del discurso–, dos aspectos más que lo dotan de un mayor interés general, al margen del que en un principio pudiera despertar entre los numerosos seguidores que, al parecer, tiene el filósofo italiano en nuestro país, y entre los que en primera línea se sitúa a sí mismo el que fuera Rector de la madrileña Universidad Carlos III, Gregorio Peces Barba, autor de un muy discretito prólogo al libro.

    Los dos focos de interés añadido que tiene la Autobiografía son, por un lado, la historia de Italia a lo largo de prácticamente todo este siglo, y por otro, la plasmación de una especie de manual para el perfecto demócrata europeo. En cuanto al primer aspecto hay que decir que a Bobbio le ha nacido de la pluma un sugestivo y didáctico compendio de historia política italiana del siglo XX y, por añadidura, un acercamiento a las grandes corrientes políticas europeas cuyo trato puede serle muy provechoso a cualquier lector.

    Por lo que respecta al segundo aspecto, Bobbio aporta unas pinceladas de lo que para él son los elementos fundamentales que configuran la esencia del buen demócrata occidental: tolerancia, respeto a las leyes, defensa del sistema de libertades, confianza plena en las reglas democráticas..., y sobre todo, el convencimiento de habitar en un “espacio” sociopolítico-económico-cultural que, a pesar de sus múltiples deficiencias, se ha mostrado hasta ahora como aquel que ha permitido alcanzar las más altas cotas de bienestar, dignidad y desarrollo humano.

    Terminaré casi como empecé, subrayando que esta Autobiografía sin duda decepcionará a los asiduos al género más tradicionales, y que por contra, sorprenderá gratamente a quienes a ella se acerquen con la mente muy abierta.

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    Tuesday,27 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Lvov, de Józef Wittlin]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,393 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Algunas personas hemos nacido para vivir en lo pequeño, en la monótona cotidianeidad sabida y casi polvorienta de las calles pequeñas, sombrías y tristonas de las ciudades viejas y atávicas. Generalmente somos personas tocadas por lo que el poeta decimonónico santanderino Amós de Escalante definió perfectamente en un precioso endecasílabo: “Musa del septentrión, melancolía”. Sí, somos melancólicos, estamos tocados por un spleen que recorre los pliegues breves de nuestras almas y que necesita de los límites físicos y consabidos de un escenario permanente, casi inmutable, en el que todos los actores conocen de memoria su cometido y lo llevan a cabo con la mansedumbre que quien se intuye a sí mismo no de este mundo, y lleva dicha con cierta pesadumbre y a la vez con orgullo aristocrático y pasado de moda.

    En las memorias de Luis Buñuel hay una párrafo en el que reconocí al cineasta aragonés como “uno de los nuestros”. Le preguntaron en cierta ocasión si no había sentido deseos alocados de viajar sin parar por países exóticos y maravillosos, así como la India, y el director contestó con un rotundo e inequívoco NO. Cuando le pidieron una explicación, dio una que creo resume perfectamente bien lo que quiero decir. Buñuel aseguró que no le gustaban los lugares en los que no sabría qué hacer ni dónde estar a una hora determinada. ¿Qué haría él en Bombay o Calcuta a las nueve de la noche, por ejemplo? No saberlo le desasosegaba y le molestaba profundamente. Sin embargo, sabía perfectamente qué haría a esa misma hora en Nueva York: tomarse una copa en no recuerdo qué bar de no sé que esquina de no sé que calle. Esa seguridad le reconfortaba.


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    Józef Wittlin: Mi Lvov (Pre-Terxtos, 2006)


    A mí me sucede lo mismo, así somos los melancólicos. No es que no sintamos dentro el pellizco de la aventura, es que hallamos la aventura en el día a día, en tomar la consabida copa o café en el local de siempre, donde sabemos quién estará, qué dirá, cómo nos servirá. Somos adictos exploradores de la monotonía.


    Quien se haya reconocido de alguna manera en lo dicho hasta aquí, encontrará deliciosa la lectura del libro del escritor y poeta polaco Józef Wittlin (1896-1976) Mi Lvov (Pre-Textos, 2006), que ahora propongo. Wittlin nació en Galitzia cuando esta región fronteriza aún formaba parte del Imperio Austro-hungaro. Estudió en la Universidad de Viena, completando sus estudios en el Teatro Municipal de Lodz. Miembro del Pen Club de Varsovia, pasó muchos años en Italia, emigrando al final a los EE.UU en 1941, dónde la American Academy of Arts and Letters le concedió su premio literario en 1943. Amigo del gran narrador Joseph Roth, Wittlin recreó en la que podría considerarse su obra maestra, la novela La sal de la tierra (1935), el finis Austriae justo anterior a la Primera Guerra Mundial. Jozef Wittlin murió en la ciudad de Nueva York en 1976.

    Como el título del libro indica, Wittlin rememora en Mi Lvov su vida de infancia y primera juventud en la entonces ciudad polaca, hoy ucraniana, cuando era la capital de Galitzia. Lvov (Leópolis o L’viv, en ucraniano) se fundó hacia 1250, y muy pronto se transformó en un importante centro comercial. Fue conquistada por los polacos en 1340, quedando bajo su poder prácticamente sin interrupciones hasta 1772, año en el que pasó a formar parte del Imperio Austro-húngaro convertida en capital de la importante provincia de Galitzia. Durante la I Guerra Mundial la ciudad fue escenario de sangrientas batallas, siendo al término de la contienda anexionada a la nueva Polonia. Sin embargo las tropas soviéticas la ocuparon en 1939 al dar comienzo la II Guerra Mundial, sufriendo casi de inmediato la llegada del ejército alemán, quien la ocupó durante el periodo 1941-44. Al terminar la guerra, Polonia cedió la ciudad a la URSS, pasando así a formar parte de la República Socialista Soviética de Ucrania. La población polaca fue expulsada entonces, yendo a parar casi toda a la antigua ciudad alemana de Breslavia, y los ucranianos la repoblaron con sus propios efectivos. Hoy es una de la ciudades más hermosas e importantes de Ucrania.

    Lvov en el siglo XX antes de la Gran Guerra. Ese es el escenario cotidiano por el que Wittlin deambula con su memoria e imaginación recordando cómo era la vida entonces en aquella hermosa, adormecida, confusa y decadente ciudad austro-húngara. Wittlin devuelve a la vida en el papel los cafés, las calles, las iglesias, los jardines, las estatuas, los comercios, los olores, los teatros, las escuelas..., y a los personajes y tipos más singulares que tenían las calles de Lvov como escenario único de su deambular vital.

    Libro melancólico, hermoso, triste y alegre a la vez. Lectura breve y hermosa, destinada a anidar para siempre en el corazón de los que profesen la melancolía, el spleen dulce y enfermizo de la existencia. Lectura decididamente recomendable para los espíritus melancólicos, para los amantes de la historia y de lo que fue el Imperio Austro-húngaro, para quienes deseen viajar con intensiad sin moverse de su butacón predilecto. Y si además de lo dicho tenemos muy en cuenta que Lvov también es la ciudad de Stanislaw Lem, de mi último descubrimiento literario, Adam Zagajewski, del pianista Emanuel Ax, del músico Doppler, del actor Paul Muni, del caza nazis Simon Wiesenthal..., y de tantos y tantos otros personajes interesantísimos, pues la verdad es que encontramos múltiples razones no sólo para leer el libro de Wittlin, sino también para dejar los asientos y viajar hasta Ucrania.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Monday,26 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Las Voces de Frederic Prokosch]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,392 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Releo estos días un libro que me llamó mucho la atención cuando lo vi, en una vieja edición argentina o mejicana, en las pobladas estanterías de un antiguo amigo, notable bibliófilo y menos notable poeta: Voces, del norteamericano Frederic Prokosch (1908-1989).

    Caigo ahora en la cuenta de que ya ha pasado una década de la compra de aquel libro (Mondadori, Barcelona, 1997) y de su primera lectura impactante, y me pregunto por qué razón hay escritores que se ponen de moda y escritores cuya obra pasa a engrosar la zona del olvido, de la nota a pie de página en una historia de la literatura, o sólo es visitada por lectores muy particulares. Con relación a Prokosch quizá la razón esté en que tanto como poeta, narrador o ensayista, su vocación siempre fue la de inclinarse hacia temáticas y formas de escritura “internacionales”, cosmopolitas, y eso en los tiempos en los que vivimos parece que se paga a un precio bastante elevado: el desprecio.


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    Frederic Prokosch

    Voces es un libro con su pizca de sal memorable, un libro que en mi opinión ha influido, a pesar de todo, en muchos de los memorialistas y diaristas cuasi profesionales que a Dios gracias pueblan ahora nuestras letras (Trapiello, García Martín, José Carlos Llop, Miguel Sánchez Ostiz...). ¿Cuántas formas distintas hay de escribir unas memorias? Muchas, no cabe la menor duda. Sin embargo, pocas me han parecido tan estimulantes y apegadas al buen sentido de lo literario, como la que en Voces emplea su autor para ofrecernos un nítido perfil de su existencia.

    Prokosch se retrata retratando. Primero prepara con suma habilidad sugestivos escenarios con forma, por ejemplo, de paseo por las “destripadas” calles de Roma, tertulia de jóvenes literatos en un pub de Cambridge, encuentro fortuito en una calle de un Estocolmo nevado, fiesta amenizada por sofisticados y cosmopolitas aristócratas, evocadora y atenta comtemplación de un viejo atlas con olor a musgo en una veraniega tarde de New Haven... Luego, hace entrar en escena al destacado personaje en cuestión; se aproxima a él llevado por la fascinación, lo presenta, lo deja hablar y lo escucha, propiciando una breve conversación en la que la distancia establecida y la explícita timidez de Prokosch juegan, casi siempre, enteramente a su favor.

    Tres son los principales motivos que asegura el escritor le llevaron a querer dejar por escrito sus encuentros con “otras voces”. Primero, adquirir una cierta habilidad para captar los matices de una conversación. Segundo, conservar el recuerdo de lo dicho por aquellos personajes con los que compartió algunos momentos. Y tercero, “celebrar cierta especie de rito, conservar un fragmento de vida, esconder una reliquia humana, como si fuera la uña de un santo”.

    Así, Voces es una maravillosa y estudiada colección de fragmentos de la rica e interesante vida de Frederick Prokosch; una vida que es perfilada, matizada y coloreada por la peculiaridad de las voces de artistas y escritores como Thomas Mann, Malraux, Nabokov, Isak Dinesen, Eliot, o el gran director de orquesta británico Thomas Beecham. Unas voces que también dejan en el lector complejas imágenes de sí mismas, estampas de geografías dispersas, formas de ser occidentales incrustadas en diversos momentos del siglo XX..., pero que ante todo le regalan el recuerdo amable e imperecedero de un buen escritor, el norteamericano europeizado Frederic Prokosch, ejemplo mayúsculo de una raza especial de artistas “bicontinentales” sobre la que alguien debería trabajar algún día muy en serio.

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    Friday,23 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Günter Grass y su pasado nazi: Estúpido agosto]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,391 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El tambor de hojalata se le ha tornado a Günter Grass en puntiaguda y acerada lanza, y lo ha hecho en su contra, claro. Grass nació en el año 1927, y a nadie dijo nunca, al menos que sepamos, que en su adolescencia y primera juventud había militado voluntariamente en las Waffen SS, y para ser más precisos, en la División Fundsberg, cuerpo que se encargó del fusilamiento masivo de prisioneros de guerra rusos en los últimos meses de la II Guerra Mundial.

    Desde que este dato biográfico se supo, a Grass le han llovido “palos” sin cuento por parte de la prensa alemana y de buena parte de la sociedad bienpensante europea. Y lo curioso del caso, algo que no hay que dejar caer en saco roto, es que fue el propio Grass, al borde ya de cumplir 80 años, el que descubrió el pastel al corregir él mismo su biografía personal y admitir sus andanzas guerreras no ya de juventud, sino casi de niñez, pues cuando la guerra terminó en el año 1945, si las matemáticas y los datos manejados no engañan, el escritor tenía apenas 18 años de edad.


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    Günter Grass


    La cuestión es que la recuperación de la llamada Memoria Histórica no sólo hace estragos en España, también los hace en Alemania, y si lo pensamos con cierto detenimiento, lo hará en cualquier país con un pasado más o menos cercano no muy presentable por motivos distintos.

    Grass reconoció en agosto pasado su pasado de jovencísimo guerrero nazi, y desde entonces el infierno acusador contra su persona no deja, según parece, de perseguirlo. De referente moral alemán ha pasado más o menos a ser un tipo repudiado, sometido a la sospecha, un hipócrita repugnante al que hay que hacer sentir, cuando menos, el desprecio íntegro de la sociedad a la que hurtó tan imprescindible dato.

    ¿Imprescindible? El amigo Günter insiste en que él no disparó ni un solo tiro durante su pertenencia a la División Fundsberg, pero ¿de verdad es importante para los que en este caso ejercemos de espectadores que disparara o no, que matara o no a soldados rusos? Es importante, sin duda, para él, para su conciencia, para su vida interior. Pero insisto, nosotros, espectadores en este caso de su existencia, ¿no podemos entender que un muchacho de 16, 17, 18 años se alistara incluso fervorosamente en el ejército de su país en guerra, y que una vez alistado cometiera bajo las órdenes de sus mandos las tropelías que cometen todos y cada uno de los ejércitos del mundo en todas y cada una de las guerras que en la historia han sido? En este sentido siempre me he preguntado qué hubiera hecho yo en la Alemania nazi, cómo hubiera actuado en aquella realidad, y más con tan sólo 16 ó 18 años de edad. Y siendo sincero conmigo mismo, nunca he llegado a una respuesta de las que pudiéramos llamar “satisfactoria”.

    Creo que en esta Europa que ve desperezarse al siglo XXI nos rasgamos las vestiduras con una facilidad que escandaliza, y creo también que vivimos en la sociedad más abundante en sepulcros blanqueados que hasta ahora se ha conocido.

    Grass engañó a la sociedad en la que vive y eso sí hay que recriminárselo y echárselo en cara como argumento o recurso intelectual. Grass se caracterizó durante una buena parte de su vida por denunciar a aquellos que querían deshacerse de su pasado nazi (por cierto, la inmensa mayoría de los alemanes que hoy superan los ochenta años), y lo hacía ocultando, hipócrita elevado al cubo, que él mismo tenía un pasado del que no quería hacer expresa mención.

    Esa hipocresía está ya subrayada. La pérdida quizá irreparable de credibilidad a la hora de constituirse en referente moral y ético de su sociedad está ya constatada. Pero ¿la hipocresía del hombre invalida su valor como artista? ¿Lo que hizo Grass con 18 años debe estigmatizarlo hasta su mismísima tumba? Tal vez parte de las respuestas a estas preguntas puedan hallarse de algún modo en el último libro del Nobel alemán, Dummer August, Estúpido agosto, que salió a la venta el pasado día 13 en Alemania y que no creo que tarde mucho en recalar en nuestras librerías. Se trata de un poemario, y en la lectura de los nuevos poemas del viejo escritor muchos buscarán resolver determinadas cuestiones. De momento seguro que vende más ejemplares de los que hubiera vendido si no se supiera que con 18 es probable que disparara contra soldados rusos prisioneros. Paradojas del mercado y de la vida, paradojas inauditas de la poesía.

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    Thursday,22 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Las escritoras viven aquí, de Sandra Petrignani]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,390 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En su libro La casa de la vida, el gran ensayista y crítico italiano Mario Praz , quien le sirvó a Visconti de ejemplo para delinear el personaje de Burt Lancaster en Confidencias, construyó su autobiografía recorriendo con la mirada y la memoria las estancias de su bellísima casa romana (Palazzo Primoli, via Zanardelli), y narrando la historia que lo unía a muchos de los diversos objetos y obras de arte que pueblan aún hoy las fabulosas estancias convertidas en museo desde el año 1995.

    Algo parecido ha realizado la escritora Sandra Petrignani, también italiana, y creo que también ciudadana romana en la actualidad, en su libro La escritora vive aquí, publicado no hace mucho por la editorial madrileña Siruela, y cuya lectura es una verdadera delicia.


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    Sandra Petrignani: La escritora vive aquí (Siruela, 2006)


    Sandra Petrignani se lanzó a un viaje muy especial a la hora de plantearse su libro: visitar las casa museo de algunas de las más grandes escritoras del siglo XX y contar por escrito la historia de las mismas pero a través de los muebles, los objetos, las habitaciones, los jardines de dichas casas. La escritora pretendía esbozar no sólo un pequeño retrato histórico de las otras grandes escritoras, sino llegar tomarle el pulso vital, espiritual a éstas, observando y descifrando los objetos que les pertenecieron, que conformaron en gran medida su cotidianeidad, su respiración diaria.

    En este sentido, Petrignani ha perseguido moléculas del espectro de escritoras como Grazia Deledda, Marguerite Yourcenar, Karen Blixen o Virginia Woolf, en los pliegues de una butaca raída, en el aroma cerrado y secreto de un diario amarillento y manoseado, en cualquier mueble o cosa que después del paso del tiempo siga hablando a los oídos e inteligencias atentas de las pasiones, los pesares, las alegrías, los sueños y los trabajos de las que han dedicado lo mejor de su vida a escribir, a llenar páginas y páginas blancas con tintas diversas.

    Es este un libro quizá sólo apto para fetichistas. Yo lo soy. Para mí los objetos, las habitaciones, las casas tienen vida propia, hablan, transmiten informaciones secretas y misteriosas. Las cosas tienen su propia voz, sólo hay que estar atento y dispuesto a escucharla, a que te cuente historias de sí misma y de quienes las han acariciado, disfrutado, utilizado, amado. Petrignani es una escritora atenta y fetichista, con una capacidad inusual para escuchar lo que atesoran los objetos. Ella demuestra en La escritora vive aquí que es una magnífica traductora del lenguaje de las cosas, y ha dejado apuntadas para nosotros lo que le han dicho bajito y susurrando las cosas memorables de escritoras memorables.

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    Wednesday,21 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Seís días completos hablando por el móvil]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,389 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes


    Hará ahora poco más o menos cuatro años que marché con Ella a pasar unos días a Granada. Entonces aproveché para cambiar de teléfono móvil, pues el antiguo era un auténtico zapatófono: enorme, pesado y casi inútil para su función, pues apenas permitía mantener una conversación con coherencia audible y entendible. Creo que aún anda guardado por alguno de mis cajones, pieza de un imaginario museo de arqueología tecnológica que montaré a la menor oportunidad en la que mi chifladura encuentre un nuevo cauce expresivo.

    Adquirí entonces un móvil que no era desde luego el más innovador del mercado. Sus prestaciones eran las básicas, y no tenía ni cámara, ni conexiones a internet, ni pantalla en color, ni juegos, ni sonidos envolventes, ni prácticamente nada de nada. Sólo se podía hablar y “mensajearse” con los afines. Han pasado, insisto, cuatro años y continuo con el viejo móvil de antaño. Es pequeño, manejable y, aunque un poco deteriorado por el paso del tiempo, aún cumple a las mil maravillas sus funciones requeridas.

    Cuando lo saco del bolsillo y lo expongo a la contemplación pública, las miradas de los presentes, casi siempre, se dirigen a él con cierta incredulidad, y luego se dirigen a mí con toda la conmiseración posible y acumulativa. Deben pensar que soy una completa antigualla, una especie de abuelete antipático que tiene un móvil de pobre de solemnidad, un personaje triste y obsoleto al que las nuevas tecnologías adelantan por derecha e izquierda sin que siquiera se percate de su decrepitud innovadora.

    A mí me da completamente igual, y siempre me tomo a chufla a estos personajes obsesionados casi por lo último de lo último, por estar en el mundo a través de los objetos que enseñan, y no a través de sus pálpitos, sensaciones y dialécticas peripatéticas. Menos mal que he escrito algunos libros de poemas, y tal condición me hace entrar a su inteligencia como un tipo del que se puede esperar cualquier cosa, incluso que tenga un móvil sin cámara y que no sepa lo que es un mp3 ó 4, que al parecer ya hay 4.

    ¿Qué no tienes un mp3 ó 4? Me escupen a la cara con los ojos desorbitados. ¡Pero si puedes almacenar en ellos cuatro millones de canciones para escucharlas luego en la oficina! ¿Cómo explicarles que no concibo escuchar el Vissi darte de Tosca cantado por María Callas en un aparatejo ridículo que no está capacitado para hacerme llegar ni por lo más remoto lo que ella dejó impreso en su interpretación? ¿Cómo explicarles que la Sinfonía Titan de Mahler, el adagio de la Novena de Beethoven, el cuarteto de Rigoletto de Verdi, un scherzo de Chopin..., no caben metafísicamente en los cables diminutos y escuchimizados de un mp lo que sea? ¿Cómo explicarles a la gentes sin que te odien o te miren con ademán repulsivo que, por ejemplo, el final de El tercer hombre, o el ataque de las dos columnas de indios al pequeño grupo capitaneado por John Wayne en The Seachers no puede, no debe verse jamás ni siquiera en una pantalla gigante de televisión, cuando menos en un reproductor casi de mano como los que llevan los taxistas nocturnos para escuchar los chismorreos de las Hormigas blancas o Salsa Rosa?

    En fin, a lo que iba. Sigo teniendo el mismo móvil que estrené en Granada. Y entre sus funciones sí está la de guardar un archivo con la duración de las llamadas recibidas y la de las efectuadas. Una vez, debió de ser hace por lo menos año y medio, borré sin querer los datos guardados en tal archivo, pero desde entonces los he conservado y observado con curiosidad creciente.

    Abro ahora mismo el de llamadas efectuadas y me marca exactamente 55:40:37 horas; abro seguido el de llamadas recibidas y registra 96:02:48. Sumo con impaciencia en el mismo móvil las dos cantidades y me da la cifra siguiente: 151 horas, 43 minutos y 41 segundos. ¡151! horas de charla telefónica en año y medio o dos años y medio de tiempo! Es decir, más de seis días completos de mi vida de los últimos 24 o 28 meses empleados en hablar por teléfono, y sólo con el móvil.

    Si a esa cantidad le sumase las horas que he podido hablar por teléfono del tipo que sea a lo largo de toda mi existencia, lo más probable es que me abrumase la cantidad resultante, los días, semanas, probablemente los meses que he empleado sólo en hablar con otros en la distancia por medio de un aparato.

    Claro que me invade otra curiosidad acuciante. Si al tiempo calculado de hablar por teléfono, le sumase las horas diarias que dedico a dormir, y las que dedicó, por ejemplo, a alimentarme. ¿Qué cantidad obtendría? ¿Qué porcentaje final de tiempo de lo que será mi vida completa habré empleado en dormir, alimentarme y hablar por teléfono? Sólo pensar en alguna cifra aproximada y lógica a ese respecto hace que todo me dé vueltas, que necesite apoyarme en algo para no caer, y que una náusea imperioso me atenace el gaznate.

    Si una sola y pequeña parte de ese tiempo calculado lo hubiera ya empleado por ejemplo en leer libros, en ver cine, en escuchar música, en viajar, en escribir, en hacer el amor, en jugar al tenis o al fútbol... ¿Cuántas lecturas formarían parte ahora de mi memoria y de mi ser, cuántas películas habría podido ver, cuántos poemas o libros habría podido escribir, cuántas integrales sinfónicas de los grandes maestros podría haber escuchado y luego repasado, cuántas ciudades nuevas podría haber visitado? ¿Podría haberme convertido en un consumado jugador de tenis, en un futbolista de nivel, en un amante de mayor pericia? ¿Y si hubiera dedicado ese tiempo a mi familia, a conocer mejor a mi padre muerto o a mis hermanos, o a saber más cosas de los abuelos que murieron y hoy apenas los recuerdo y sé algo de verdad de ellos?

    Sencillamente no quiero ni pensarlo, no puedo pensarlo sin sentir la quemazón inaudita y terrorífica de quien ha malgastado a manos llenas algo que jamás volverá a tener, algo que no puede comprar ni pagar ni adquirir de manera alguna, un tesoro que le incumbe de tal modo que lo conforma de arriba y abajo y que, sin embargo, lo va dilapidando estúpidamente y encima paga a otros por facilitar el despilfarro.

    En eso consiste hoy el desarrollo perfecto del capitalismo, su culminación suprema, empresas que comercian y generan beneficios utilizando la materia prima más valiosa de la historia: el tiempo personal de los ciudadanos que, además, se lo regalamos generosamente, a paletadas, sin pedir nada a cambio, contentos por ser parte inconsciente y bobalicona del engranaje.

    Soy sólo un estúpido, un completo idiota, y además, quizá, sin solución.


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    Tuesday,20 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El París de Man Ray]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,388 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Herbert R Lottman es un investigador y escritor neoyorkino (1927) que desde el año 1956 vive en París trabajando como corresponsal de importantes medios periodísticos y culturales norteamericanos.

    Lottman, quien parece decididamente enamorado de la cultura y la historia francesas de los últimos dos siglos, ha dedicado buena parte de su tiempo y su indudable talento o bien a destripar la vida y milagros de distintos protagonistas de ese tiempo, o bien a hacer lo propio con periodos o acontecimientos más concretos de aquellos años. Así ha escrito importantes biografías de Flaubert, Colette, Petain, Julio Verne, Albert Camus o la familia Rothschild, y a él también se deben títulos como La Rive Gauche, la élite intelectual y política en Francia entre 1935 y 1950; La caída de París: 14 de junio de 1940; o La depuración. Todos estos libros, traducidos ya al español y editados casi en exclusiva en la editorial barcelonesa Tusquets, son hoy indispensables para quien desee aproximarse con algún acierto a la historia cultural francesa y europea del XIX y XX.


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    Autorretrato de Man Ray (1931)


    El libro del que ahora hablamos, El París de Man Ray (Tusquets, 2003), incide directamente en el área de interés intelectual de su autor, y como él mismo comenta en el prólogo, la idea de escribirlo surgió al poco de su llegada a París, allá a finales de los años cincuenta del pasado siglo. Más concretamente Lottman confiesa que siempre quiso escribir sobre la vida cultural, artística y política de una zona muy determinada de París, aunque su perímetro urbano fuera complejo de delimitar. Me refiero al barrio de Montparnasse y a toda la margen izquierda del Sena, es decir, a la legendaria Rive Gauche.

    La obra de Lottman sobre la margen izquierda del río parisino está centrada en aspectos políticos, pero mientras trabajaba en ella apuntaba datos y pensaba también sobre otros aspectos relacionados entre sí y con la zona concreta señalada. Algunos de aquellos círculos hacían referencia por ejemplo al grupo Dadá (jóvenes escritore,s poetas y pintores encabezados por Tristan Tzara que como grupo habían nacido en Suiza durante la Primera Guerra Mundial), al grupo surrealista (Bretón, Buñuel, Dalí...), al grupo de epígonos del Surrealismo, al grupo de artistas emigrados de Rusia o la Europa oriental (Chagall, Klising, Brancusi, Soutine...), al grupo de oriundos de países cercanos a Francia (Picasso, Miro...), al grupo de artistas franceses (Matisse, Braque, Derain...), al grupo de angloamericanos que conocieron París durante la Gran Guerra y se quedaron o regresason para disfrutar de la vida sacándole el mejor provecho posible a sus dólares o libras (Hemingway, Pound, Joyce...), al grupo de aristócratas que iban de “excusión” hasta Montparnasse en busca de artistas en los que invertir y a los que apadrinar.


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    Retrato de Luis Buñuel


    Muchos fueron los círculos que dibujó Lottman sobre el plano de Montparnasse, pero muchos más fueron los nombres que escribió en su interior. ¿Qué nombre, qué personaje era el que podía ejercer el papel de conexión segura entre la mayor parte de los apuntados? Lottman encontró esa figura en un compatriota: el fotógrafo, pintor, cineasta y escritor Man Ray (1890-1977), cuya figura, trabajo y vicisitudes personales son utilizadas por nuestro autor como hilo conductor de una narración cuyo objetivo es ofrecer al lector un fresco luminoso de la vida artística y cultural del barrio de Montparnasse en su época más legendaria y conocida.

    En este sentido conviene avisar a quien se acerque a estas páginas buscando una biografía al uso de Man Ray que desista en seguida del intento. No, estas páginas no son una biografía del artista americano que sirve de corre a de transmisión para contar esta historia, a pesar de que él es el protagonista nominativo y de que en ellas sí se ofrece suficiente información sobre su vida y obra como para quedar muy satisfecho al respecto. Pero no, estas páginas de Lottman son, insisto, un personal trazado descriptivo y muy sentido de las calles de Montparnasse y de los muchos artistas que en ellas vivieron y crearon a lo largo de los años veinte, treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XX.

    El París de Man Ray o Man Ray’s Montparnasse, que así dice el título original, está lejos de ser un libro de investigación, un tratado científico que aporta nueva y reveladora documentación o distintos enfoques sobre los asuntos tratados. Este libro, escrito con un cariño que supura por todos sus poros, sin serlo, es como una entretenida novela en la que el narrador cuenta con sumo placer las curiosas peripecias de un extravagante grupo de amigos y conocidos que deambulan por un escenario muy querido también por quien escribe la historia. Una encantadora “novela” protagonizada por un barrio y sus artistas, esto es, en resumidas cuentas, lo que ha escrito Lottman en el que creo es su último trabajo hasta la fecha. ______________________________________________________________________
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    Monday,19 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Urueña, donde el libro es especie protegida]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,387 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Urueña es un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid con apenas un centenar de habitantes. Urueña tiene una muralla de piedra que lo recoge y aisla del mundo, como si de un islote antiguo perdido en mitad del océano se tratase. Urueña, sus casa hermosas que rezuman años de historia atenta y cotidiana, tiene ahora entres sus vecinos a músicos, artesanos, escritores, pintores, poetas...., una pequeña comunidad variopinta de gentes que no tienen prisa por llegar a ningún sitio, y tampoco tienen como meta en la vida enriquecerse y hacer egordar sin tasa sus cuentas corrientes.

    Urueña se ha transformado gracias al trabajo e ilusión de sus vecinos y autoridades ilustradas en la primera Villa del Libro española, es decir, el primer paisaje geográfico, social, político y cultural de España en el que los libros se han convertido en especie protegida, y en econsecuencia, la palabra como tesoro precioso y básico de la comunicación entre seres humanos también está protegida y vive cómoda y a sus anchas en las estrechas calles del puebluco castellano.

    Hay dos museos en Urueña, una exposición bibliográfica con vocación permanente y hay ya abiertas varias librerías, varias casas del libro donde el visitante casual o el residente habitual pueden sumergirse sin traba alguna en miles y miles de páginas impresas con la hermosa tinta del pensamiento, la crítica y la creación.

    Desconozco si alguna vez el azar de la existencia conducirá mis huesos hasta la vieja muralla de Urueña, hasta las estanterías atestadas de libros que guardan sus muchas librerías repartidas entre sus escasas casas. No sé, repito, si la vida me dejará un día a la letrada sombra de sus muros, pero a partir de hoy me considero ciudadano de Urueña, el primer lugar de España en el que la palabra vive protegida por todos y bien cuidada. Soy de Urueña, soy de libros y de palabras impresas, en ellas habito y soy ciudadano.

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    Friday,16 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Poesía en pie de paz, de Luis Bagué Quílez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,386 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Luis Bagué Quílez es un joven filólogo y poeta (Palafrugell, Gerona, 1978), doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante, profesor en la de Murcia, codirector de la revista literaria Ex Libris, y autor de ensayos como La poesía de Víctor Botas (2004), o libros de versos como Telón de sombras (2002, premio Antonio Carvajal y premio Ojo Crítico de RNE), y El rencor de la luz (2006, premio Joaquín Benito de Lucas).

    Luis Bagué ganó el pasado año el VI Premio Internacional “Gerardo Diego” de Investigación Literaria, organizado y patrocinado por la Fundación Gerardo Diego con la colaboración de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander, y lo hizo con un trabajo que acaba de ver la luz en la editorial Pre-Textos, Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el Tercer Milenio.

    No es este, desde luego, un título llamado a ocupar la noches de lectura sosegada de miles de lectores en ningún país del mundo, pero sí es un libro llamado a establecer con claridad un antes y un después en la más reciente historia de la poesía en español y en España.


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    Luis Bagué Quílez: Poesía en pie de paz. Modos del compromiso hacia el Tercer Milenio (Pre-Textos, 2007)


    En Poesía en pie de paz, Luis Bagué analiza con enorme lucidez y conocimientos las diferentes propuestas de "poesía comprometida" en España desde la década de los años 1980 hasta la actualidad. Entra Bagué a dibujar un panorama en el que no queda fuera ninguna de las corrientes más destacadas entre las existentes en las últimas décadas: la poesía de la experiencia, la poesía metafísica... Y describe con precisión el debate habido entre la tendencia figurativa y la abstracta, estableciendo así un marco histórico de acercamiento a la realidad poética española que revela una convivencia no siempre positiva de distintos caminos estéticos en nuestra poesía.

    Dentro de este panorama histórico y descriptivo, subraya Bagué Quílez la importancia de algunas sendas centradas en la construcción de una poesía alentada por los aspectos críticos y de compromiso ideológico con la realidad circundante. Así, Bagué se detiene especialmente en la obra de poetas como Jorge Riechmann, Roger Wolfe, Fernando Beltrán o Luis García Montero, para llegar a la conclusión de que el clima intelectual propio de la postmodernidad que se ha vivido en las últimas tres décadas en España, además de alentar la reinterpretación de temas cultivados antes por el realismo social e incorporar nuevos asuntos como la ecología o la antiglobalización, ha servido para acoger un mosaico variopinto de tendencias y propuestas poéticas que ha ensanchado en gran medida el terreno inmenso de la poesía española.

    En este sentido, y como ejemplo de lo dicho hasta aquí, Bagué Quílez dedica páginas a temas como literatura y postmodernidad, la cultura postmoderna, la poesía de la experiencia, la metafísica, la de la diferencia, el realismo sucio, la poesía del desconsuelo, el epigrama crítico, la sátira neocostumbrista, el collage y los procedimientos vanguardistas, el tema de España y la relectura poética de la historia más reciente, la presencia de la ciudad en la poesía española contemporánea, la internacionalización del compromiso poético...

    Son decenas los poetas y los libros de poesía mencionados y estudiados en estas páginas que acotan y analizan la poesía española contemporánea, precisando así un completo y detallado mapa de la realidad poética de nuestro país a lo largo de las últimas tres décadas. Además, Bagué Quílez incorpora a su trabajo anexos de enorme utilidad para los estudiosos: un índice onomástico, un ya imprescindible índice de autores y títulos de la poesía española contemporánea, una selección de las más importantes antologías poéticas del periodo, una bibliografía sustancial...

    Poesía en pie de paz va a convertirse en una herramienta ineludible para acercarse, entender, estudiar y analizar críticamente la poesía en España de las últimas décadas. Luis Bagué Quílez ha logrado conformar una obra de absoluta referencia, así de simple y sencillo.


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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música...) ]]>
    Thursday,15 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El castillo de Drácula]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,384 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En otros tiempos la familia Habsburgo era una de las familias europeas más poderosas y solventes del mundo conocido. Hoy tienen que poner a la venta algunas de sus propiedades porque no las pueden sostener. Se quejan de lo costoso de la calefacción, de las reparaciones, etc... Concretamente han puesto a la venta un castillo inhóspito y perdido en el corazón del viejo continente por la nada despreciable cantidad de 75 millones de euros.

    El castillo puesto a la venta está situado en Transilvania, cerca de Brasov, Rumanía. Fue construido en torno al año 1212 por los caballeros teutones, una vez fueron trasladados desde Palestina al reino de Hungría. La fortaleza es monumento nacional rumano, y es muy famosa porque en ella tuvo su hogar, según cuenta la leyenda, Vlad el Empalador, Drácula para los más enterados. Es decir, que un señor de apellido Habsburgo vende la casa rumana de Drácula por 75 millones de nada porque no la puede mantener.


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    El castillo de Drácula


    Dicho así el asunto no parece alejarse en exceso de la anécdota o la mera curiosidad, pero siempre se le puede sacar alguna punta al caso. Por ejemplo, al parecer no hay constancia fehaciente de que entre las piedras transilvanas de la fortaleza morase nunca Drácula, quien dicen las malas lenguas sólo pasó dos días allí, prisionero de los otomanos que ocupaban entonces aquellas tierras.

    ¿Debe rebajar este hecho el precio de la propiedad? Yo creo que sí. No puede valer lo mismo la casa del Conde Drácula que un simple castillo perdido en lo alto de una loma rumana. Pero sigamos añadiendo cosas. El gobierno comunista rumano incautó el castillo a sus aristocráticos propietarios en 1948, y más o menos lo dejó abandonado a su suerte hasta casi cuarenta años después, cuando lo restauraron y lo destinaron con éxito a destino turístico. Los comunistas paradójicamente le vieron el fin comercial a las piedras de Drácula y consiguieron convertir a Drácula y su supuesta morada en souvenir turístico de primer orden. El gobierno comunista le sacaba los cuartos al incauto, leído y cinéfilo turista occidental que esperaba ver el ataúd del vampiro guardado en las mazmorras húmedas del castillo. El turista, después de la visita, con menos dinero en el bolsillo, sólo se llevaba a su casa una postal o una taza cutre para el café con colmillos sanguinolentos a modo de asas.

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    Fotograma de la película de Francis Ford Coppola, Drácula de Bram Stoker (1992)


    Pero esto no duró mucho, pues en 1989 la revolución rumana dejó hecho unos zorros al verdadero Drácula rumano de aquellos años, el dictador Caucescu, el mismo al que poco antes se abrazaba con lágrimas en los ojos nuestro entrañable Santiago Carrillo, a quien siempre le hubiera venido bien haber visto más películas de la Hammer inglesa y dar menos abrazos a los vampiros de carne y hueso, los que le chupan la sangre a su propio pueblo.

    Más tarde el nuevo gobierno rumano le devolvió la propiedad del castillo a su legítimo dueño, el señor Habsburgo, es decir, el hijo de la Princesa Dominic von Habsburgo, un ingeniero norteamericano que vive cerca de Nueva York y a quien le apetece convertir rápidamente en dólares de curso legal las piedras horripilantes e imposibles de calentar de sus ancestros.

    A este ingeniero norteamericano de apellido tan ilustre, lo más probable es que le importe un comino que el escritor Bram Stoker moldease los rasgos y carácter de su Conde Drácula inspirándose en Vlad Draculea, el empalador, personaje histórico (1431-1476) que gobernó el sur de Rumanía con mano dura y estacas puntiagudas, y que todo indica estuvo prisionero unos días en el castillo transilvano hoy de su propiedad. Tampoco le importará mucho al ingeniero de apellido principesco el que Stoker usase su actual propiedad como modelo para elucubrar la mansión del vampiro conde y chupador de sangre. Y desde luego no debe ponerle la piel de gallina el saber que su castillo rumano ha servido de escenario fantástico en muchas adaptaciones cinematográficas de Drácula.

    El ingeniero Habsburgo que vive cerca de Nueva York quiere hacer dinero contante y sonante las piedras de sus vetustos abuelos, y probablemente no sepa siquiera quién es o era Drácula. El ingeniero quiere cobrar un cheque de las autoridades rumanas, en principio las más interesadas en hacerse con la propiedad y seguir vendiendo camisetas, postales y tazas de loza negra, pero tan mal están las cosas por la tierra de Drácula que nadie tiene los millones de euros en que se valora la propiedad.

    Corre otro rumor por la red de redes, que el multimillonario ruso Abramovich, actual dueño y señor del Chelsea club de fútbol, anda al acecho del castillo, con lo que este vampiro financiero puede cambiar de morada en breve, y situar su aterciopelado ataúd en el antiguo hogar de Vlad Drácula el empalador. También puede Abramovich llevarse concentrado su equipo al castillo, lugar que promete concentración y falta de distracciones por toneladas. Pero también puede desmontar piedra a piedra el castillo y trasladarlo a la dulce y verde Inglaterra, más concretamente al exclusivo barrio londinense de Chelsea, con lo que la fábula narrada se cerraría de la mejor manera posible, la que Bram Stoker visualizó a comienzos del pasado siglo. Drácula viaja desde Transilvania para instalarse en Londres, claro que quizá en vez de chuparle la sangre a atractivas y escotadas damiselas desmayadas, viaje a Londres para jugar de delantero centro del Chelsea, y chuparle así la sangre a los porteros y defensas contrarias. Si así fuera, ya no tendría ninguna gracia convertirse en el profesor Van Helsing. Yo, por si alguien lo pregunta, prefiero chuparle la sangre a las damiselas escotadas.

    ***

    Otro textos de Juan Antonio González Fuentes sobre Drácula y el tema vampírico:

    Vampiros!!!
    Drácula, ilustrado por Luis Scafati
    El vampiro que retrató Edvard Munch



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    Wednesday,14 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Diagnóstico: completamente idiota en catalán]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,383 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Juega el Español de Barcelona contra el Racing de Santander en los Campos de Sport de El Sardinero. Al final del encuentro el resultado es empate a un gol, y como señala la costumbre, cada entrenador ofrece una rueda de prensa al acabar el partido en una sala preparada para tal efecto.

    Ernesto Valverde es el actual entrenador del Español de Barcelona, y con anterioridad lo fue del Atletic Club de Bilbao. Ernesto Valverde nació en 1964 en un pueblo de Extremadura llamado Viandar de la Vera. Valverde es por tanto extremeño y su idioma materno es el español, de España y también de Barcelona.

    Pues bien, durante la rueda de prensa de Valverde en los Campos de Sport del Sardinero, se dio la siguiente circunstancia. Un periodista de un medio de información catalán, entendemos también que un periodista catalán, levantó la mano y le pregunto a Valverde por alguna cuestión relativa al partido. La pregunta se la hizo en catalán. Entonces, un miembro del gabinete de prensa del club de fútbol barcelonés tuvo que traducirle la pregunta a Valverde al español. Valverde contestó la pregunta, y lo hizo en español. Circunstancia que llevó a que el miembro del Gabinete de Prensa del Español, tradujese a su vez la respuesta de Valverde al catalán, y en ese idioma el periodista del medio catalán recogió la respuesta. Insisto, todo esto ocurría en la sala de prensa del Racing de Santander en Santander.


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    Ernesto Valverde


    Yo sinceramente creo que hemos perdido la medida de las cosas, además de la vergüenza y el sentido del ridículo. La anécdota me recuerda a esa escena de la infame película de Rafael Gil Las Autonosuyas, en la que el presidente de Aragón, creo que interpretado por Antonio Garisa, le tiene que traducir al presidente del País Vasco lo que dice el presidente catalán, y al revés, traduce al político catalán lo que le dice el vasco, ante la negativa mostrenca de los dos a entenderse en el idioma común y por todos conocido, el español.

    Que el periodista catalán protagonista de esta pequeña historia es completamente imbécil no es una opinión mía, es un diagnóstico. Que la situación esperpéntica vivida en la sala de prensa de El Sardinero ante el silencio terrible de las decenas de personas presentes es un ejemplo perfecto de la ridícula, patética, bochornosa y artificial situación que estamos viviendo en España tampoco es opinión, es otro diagnóstico del mal que aqueja a nuestra contemporaneidad: el mal incurable de la imbecilidad y la tontería.

    Que tres personas que saben hablar el mismo idioma, que conocen el mismo idioma, que pueden entenderse perfectamente en el mismo idioma, que se encuentran en un contexto en el que todos hablan ese mismo idioma, no lo puedan hacer con naturalidad por la imbecilidad consentida de un cretino que exige con su actitud imponer a todos su “alicorta” singularidad aldeana, es una prueba más de que en nuestro día a día los inverosímiles y grotescos guiones del más casposo y retrogrado cine español se han convertido, por arte de la estupidez de algunos pertenecientes al género tonto, en reflejos perfectos de una realidad palpable.

    Para entender muchas cosas de las que están sucediendo en nuestro país no hay que recurrir a la genial secuencia del camarote de los hermanos Marx de Una noche en la ópera. No, la cosa es bastante peor, tristemente hay que recurrir a las más gansas novelas y argumentos de Fernando Vizcaíno Casas. Del mal de la ignoracia al mal de la idiocia cavernícola e impositiva.

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    Tuesday,13 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Capitán América]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,381 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ha muerto el Capitán América. Lo han asesinado cuando acaba de cumplir los sesenta y seis años de edad y había superado ya la edad de jubilación. Lo cierto es que se le notaba un poco alicaído y que los años no habían pasado en balde. Después de comer se quedaba dormido al calor de una manta en el sofá, desde hacía años sentía un frío permanente en el cuerpo, y últimamente, después de llevar a cabo alguna heroica hazaña, ya no recuperaba como antes y estaba media semana agotado y con el cuerpo dolorido.

    Así todo seguía siendo un héroe, el único, que yo sepa, que se había negado a aceptar la ley antiterrorista promulgada por las autoridades norteamericanas tras los atentados del 11 de septiembre, una ley que obliga a quienes tengan superpoderes a inscribirse en un registro que lleva la policía.

    Sí, un francotirador apostado en lo alto le ha quitado la vida al Capitán América a la entrada del Tribunal que lo iba a juzgar precisamente por no acatar la famosa Patriot Act, ese entramado jurídico de Bush & Cº que actualmente recorta los derechos civiles de los ciudadanos americanos.


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    Capitán América

    Al Capitán América lo conocí gracias a mis primos pequeños. Ellos leían, no sé muy bien por qué, sus aventuras, al igual que las de otros muchos superhéroes de la casa Marvel. Durante mi infancia y adolescencia yo había leído sólo los cómics españoles de rancio abolengo y nutrida historia. Estaba yo muy familiarizado, por ejemplo, con el Jabato, el Capitán Trueno, Goliath, Crispín, Taurus, El Corsario de Hierro, el sheriff King, y otros héroes más clásicos y literarios que eran recogidos en las llamadas Joyas Literarias que editaba, creo no equivocarme, la editorial Bruguera.

    Los tipos salidos de la factoría Marvel no me interesaban entonces nada, me daban un poco de pavor y repelús. Pero cuando ya estaba en plena adolescencia, e incluso la repuntaba de alguna manera, llegaron mis primos con su afición y empecé a frecuentarlos con alguna afición. Nunca me gustó Superman, un cretino insoportable con ricito idiota en la frente cuyo traje me parecía estúpido y sus enemigos unos aburridos incompetentes. Los superhéroes que iban en grupo tampoco me hacían mucha gracia, quizá porque se me figuraban una familia bien avenida e insulsa, casi burguesa y dominguera. Así pasaba las páginas de los 4 fantásticos, Los Vengadores y demás asociaciones con elegida ligereza. Los héroes mutantes que se convertían en cosas horrorosas o en fuerzas de la naturaleza casi descontroladas también me repelían. Batman me parecía un pequeño fraude, un tipo al que su condición heroica le venía dada porque tenía mucha pasta y podía permitirse el lujo de comprarse artefactos fantásticos; además, su relación con Robín instintivamente me daba grima, y la ciudad de Gotham era un lugar lúgubre, triste, frío, una cueva sólo apta para murciélagos y demás familia.

    Así que entre los superhéroes heroicos e inalcanzables me quedaba preferentemente con cuatro por razones distintas. Con Conan el Bárbaro, un tipo que me daba al principio cierto miedo por ser tan bárbaro e iletrado, pero que de tan bruto acabé casi encariñándome con él, como con ese compañero poco dotado y animalesco al que te quedabas mirando fascinando por asumir en él tanta fuerza y cortedad. Además estaban las chicas o mujeres que salían en su páginas, una hembras voluptuosas y medio desnudas siempre que poblaban parte de mis sueños eróticos y húmedos. Luego estaba Spiderman, cuyo esquijama no me hacía muy feliz, pero en quien veía un tipo más o menos normal, al que sus superpoderes a veces fastidiaban e impedían hacer una vida soñada al lado de una buena chica medio intelectual y aficionada al cine de Fellini y Woody Allen. También me gustaba mucho Thor, y me gustaba porque era el superhéroe por excelencia, un tipo indestructible e invencible sencillamente porque era un dios. En él los superpoderes eran innecesarios, pues al ser un dios todo le venía por añadidura. Como arma principal tenía un martillo maravilloso, al que daba poco uso, porque cuando se lo daba con función de arma destructora, los resultados eran atronadores, terribles, inapelables, en exceso concluyentes. Me gustaba mucho su casco con alitas a los lados, y cómo volaba por los cielos del mundo arrastrado por el poder inmenso de su martillo. Cada vez que Thor volaba agarrado a su maza maravillosa en mi mente sonaba de música de Wagner, aunque entonces no sabía ni quién era Wagner ni jamás había escuchado su música. Y por último estaba el Capitán América, a quien yo seguía con aprecio porque me parecía un buen tipo, un tipo con principios democráticos y libertarios por encima de otras consideraciones. Le recuerdo enfrentado a los nazis de Hitler cuando era un superhéroe joven, dinámico y comprometido. También se enfrentó con bastante éxito a los stalinistas y demás secuaces del marxismo-leninismo que venía indefectiblemente del frío más frío siberiano. Y al final se enfrentó al terrorismo internacional y a las injusticias cometidas por sus propias autoridades. Su única arma era un escudo maravilloso que lo repelía casi todo y que podía ser utilizado como un boomerang altamente destructivo.

    El Capitán América nació encarnando y defendiendo unos principios que eran por los que supuestamente su país de origen se embarcó en la Segunda Guerra Mundial. Se llamaba Steven Grant Rogers, nació en los EE.UU durante la Gran Depresión en el seno de una familia pobre. Así todo comenzó a estudiar Bellas Artes, hasta que los crímenes y desmanes nazis en Europa le llevaron a alistarse en el ejército estadounidense, aunque fue rechazado debido a su pobre constitución física. Pero finalmente se embarcó en un proyecto secreto del gobierno llamado Operación: renacimiento, que tenía como objetivo desarrollar una droga especial destinada a convertir a sus consumidores en super-soldados. Steve Rogers, como conejillo de indias, probó las drogas y se transformó en un portento físico, en un combatiente excepcional. Pero sólo él pudo seguir el programa, pues un espía nazi asesinó al doctor Emil Erskine, eminencia gris de todo el proyecto.

    Durante décadas el Capitán América combatió por la libertad y por el sueño americano. Hoy, ese sueño, en su versión pesadilla, paradójicamente ha acabado con él. Los tiempos están cambiando, cantaba Bob Dylan, pero jamás pudo imaginar cuánto y hacia dónde.

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    Monday,12 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[¡Todo Vale! De Juana Chaos o Teresa de Calcuta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,380 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Vivimos un claro tiempo del Todo Vale, o lo que es lo mismo, como bien ha subrayado recientemente el filósofo Aurelio Arteta, del Nada Vale. Desde hace fechas cuya cuantía no sería muy fácil precisar, nuestro mundo se ha negado en nombre de la Democracia con mayúsculas a cuestionarse el valor de las conductas, los pensamientos, las ideas, las decisiones..., todas son en principio aceptables, todas merecen “respeto”.

    Ya digo, en nombre de la Democracia mal entendida el igualitarismo más ramplón y pueril, ese por el que tanto aboga la progresía porque sí de radio y televisión, está ahogando en su lodazal de igual rasero para todo y todos, el valor de los valores, valga la redundancia. Ya lo decía Unamuno en la Salamanca que poco a poco cavaba su tumba de español no seguidista: a nadie le importa ya el espíritu, sea eso lo que eso sea, sólo importa lo material y lo físico, de ahí la importancia suprema de los deportes entre la juventud, de ahí la importancia de la guerra.

    Todos somos iguales en nuestra condición de seres humanos y ciudadanos, pero no todos tenemos igual valor como personas, pues a través de nuestra conducta y en el uso de nuestra capacidades desarrollamos más o menos las potencialidades que atesoramos. De Juana Chaos, asesino en masa, jamás tendrá el mismo valor como persona que Teresa de Calcuta, por poner dos ejemplos extremos de canalla y santa.

    Esta negación social y generalizada de valorar los valores, de establecer diferencias entre lo malo, lo regular, lo bueno y lo mejor, demanda entre otras cosas que la excelencia y lo excelente sea perseguido y condenado; sea condenado, cuando menos, al ostracismo, al exilio interior dentro de la sociedad y del propio interior personal. Uno de los mayores logros que puede alcanzar hoy un niño es el de ser normal, y una de sus máximas aspiraciones es crecer dirigido directamente hacia la normalidad normalizadora. El objetivo hoy es ser alguien del montón, no diferenciarse, no asomar la cabeza para otear horizontes distintos a los que nos proponen los fabricantes oficiales de horizontes.

    En este marasmo en el que el pensamiento ha caído herido de muerte, o como hace ya años señalaba el pensador francés Alain Finkielkraut, ha caído derrotado igualando “democráticamente” un par de botas a la obra de Shakespeare en la valoración social, es muy comprensible que hasta nuestro presidente de gobierno señor Zapatero llegue a confundir lo “legal” con lo “justo”, con lo que es de justicia. Legal, por ejemplo, llegó a ser denunciar y perseguir a los judíos en la Alemania nazi, pues había leyes que así lo demandaban. Legal fue también en su tiempo tener esclavos, pues había leyes que lo autorizaban y fomentaban. Sí, eran prácticas legales, ¿pero eran justas?, ¿había justicia en ellas?

    No, no hay valores, y el pensamiento ha sido derrotado, y lo ha hecho, además, en nombre de un igualitarismo que la ignorancia pueril y manejada ha asemejado a la Democracia. Ser demócrata pasa por defender el igualitarismo en el sentido ya subrayado.

    La tarea de los hombres libres, la gran aventura que les espera de ahora en adelante es trabajar por defender su capacidad de pensar y actuar por sí mismos, a su libre albedrío, al margen de las camarillas, los grupos, los estados de opinión..., al margen de la normalidad, del montón que siempre espera atentos para acogernos en su seno y engullirnos para siempre jamás.

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    Friday,9 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Lo que cuesta criar a un hijo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,379 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Me llama por la mañana relativamente pronto un buen amigo para decirme, incluso con júbilo, que hace un día de perros, uno de esos días de crudo invierno norteño que creíamos extintos por los cambios del clima, y en los que la lluvia empapa por fin los adoquines urbanos hasta ahogarlos en grandes charcos, la temperatura ha bajado hasta el extremo de pedirle auxilio a los abrigos y el viento azota los rincones y desbarata bronco los paraguas.

    Navegando por las calles provincianas empapadas me dirijo a clase, donde los alumnos me esperan en el aula con bastantes pocas ganas de escuchar una perorata sobre fuentes informativas primarias, secundarias y terciarias. Como ejemplo de fuente informativa secundaria leemos las ediciones digitales de varios diarios proyectados en la pantalla blanca que ilumina un cañón de luz, pero las andanzas y desventuras de España, Zapatero y el PP parece que le importan lo justito a unos chavales que sí se despiertan del todo para ver las fotos y la secuencia digitalizada de la batalla campal futbolística más reciente entre valencianos, argentinos e italianos interistas.

    En algún rincón de una sección de la que no recuerdo el nombre, llama también nuestra atención, sobre todo a algún alumno extranjero y europeo, la noticia de que España es el país de la Unión que menos dinero gasta en ayudar económicamente a las familias que tienen hijos a su cargo. Casi 6.000 euros al año cuesta, según parece, la atención correcta que precisa cada hijo español, y la administración de nuestro país, nos cuentan, sólo gasta unos 300 por término medio.

    Más tarde, en los telediarios de la tarde, la noticia también es recogida, y sale un señor presidente o portavoz de no sé qué asociación de padres o familias españolas, quejándose amargamente del ridículo dinero que el Estado les da para que puedan mantener a sus hijos. Los reporteros en la calle preguntan a padres y madres diversos y todo es una pura queja de lo mucho que cuestan y de lo poco que reciben de los impuestos de todos. El padre presidente termina su intervención en el reportaje exigiendo ya al gobierno ayudas urgentes para todos aquellos que tengan en su casa hijos hasta los 25 años.

    Yo creo que tienen toda la razón en sus protestas los padres, pues estoy convencido de que no reciben ayudas comparables a las que reciben otros padres europeos. También creo que hay que incentivar de algún modo la llegada de hijos al mundo, dado que es evidente que, ya desde un mero presupuesto egoísta, serán esos recién nacidos los encargados de pagarles las pensiones a sus padres.

    Lo que ocurre, cayendo de lleno, claro, en la incorrección política más execrable y combativa, es lo que ya definió Todorov como la “tentación de la inocencia”, o dicho en otras palabras, la tentación de la irresponsabilidad. Lo que se nos viene a decir todos los días y desde ámbitos multidiversos es que los demás nos tienen que echar una mano con nuestros problemas, y los demás siempre son el Estado, que es quien tiene buena parte de la pasta, la pasta de todos nosotros.

    Y es entonces, si lo pensamos un poco, cuando hemos de acudir al mayor logro que alcanzó un antiguo presidente de Gobierno español, un logro conceptual, simbólico, metafórico, que viene a expresar en esencia el ser y la nada de lo español: “Café para todos”.

    Yo no tengo hijos y ya no creo que los vaya a tener. Hijos tienen mis hermanos, y sé lo que les cuesta sacarlos adelante. Pero yo les podía decir sin ningún rubor y poniendo cara de cemento: “pues queridos míos, no haberlos tenido”. ¿O es que ahora una parte de mis impuestos de individuo sin hijos tiene que ir a pagar la manutención de los hijos de los demás porque es que sale muy caro tener y criar hijos? Sí, ya sé la respuesta que se me iba a dar: es un beneficio para todos, quién sino pagará en el futuro las pensiones, y mil y una respuestas de este tipo. Bien.

    Pero entonces, repito, recurro a Suárez y pido “Café para todos”. Yo no tengo hijos pero sí tengo perro. Y cada alegre ladrido del perro también me cuesta dinero: pienso, juguetitos, veterinario, inyecciones, vitaminas... No sé ahora cuánto me sale la broma al año, pero podría hacer cálculos aproximativos. Pues bien, yo también pido que el Estado me ayude en la dura crianza y manutención de mi perro, un perro que contribuye en la medida de sus posibilidades al desarrollo económico del país. Sin él y sus compañeros de especie ¿qué sería de las industrias de piensos¿, ¿y del gremio de los veterinarios?, ¿y de los fabricantes de la absurda ropa canina?, ¿y de los que fabrican correas, cadenas y collares?, ¿y de los hoteles caninos?, ¿y de las peluquerías caninas?

    Como dueño de perro exijo también una ayuda estatal que me ayude en la costosa tarea de sacar adelante a mi chucho. Y si a mí me cuesta dinero el chucho, imagino que una legión interminable de individuos, asociaciones, gremios, etc..., acogiéndose al ámbito de la tentación de la irresponsabilidad descrita por Todorov, y al “café para todos” del presidente Suárez, exigirán también, por qué no, ayudas, por ejemplo, para mantener los costosísimos ferraris que poseen, o los barquitos en el puerto deportivo, o el chalet adosado de reciente adquisición, o el abono para ver al equipo de su vida, o la ropa de marca que tanto gusta, o unas escapadas al Caribe..., y demás necedades e idioteces que quieran sumarse a la lista. Todas, por supuesto, imprescindibles para la buena marcha de múltiples sectores económicos del país.

    Le leo a mi perro Miller estas líneas y asiente alegre y convencido con un ladrido. El muy ladino sabe que o me da la razón o se queda sin los recortes de los filetes que ahora le esperan en su plato predilecto, ese que tanto dinero me costó.

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    Thursday,8 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Henri Troyat en casa de mi abuela]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,377 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En casa de mi abuela María Jesús no había una mala biblioteca, sobre todo si tenemos en cuenta las bibliotecas tristes y famélicas tan abundantes en España. Mi bisabuelo había sido periodista de renombre provinciano en Santander, y había dejado también algunos volúmenes sustanciosos.

    En las larguísimas tardes del verano, después de la playa con helado y sombrilla, aterrizábamos en casa de la abuela, cuya cocina antigua, grande y señorial estaba fresca como un botijo de los de antes. Los mayores café o algún refresco, y los niños nos perdíamos por las estancias con algo de misterio en los cortinones y las persianas de madera a medio bajar. Entonces yo leía y releía los lomos de los libros de la biblioteca, que estaba en una habitación plúmbea y sin mucho tránsito, también fresca pero polvorienta y un aroma penetrante a antiguo, respetabilidad y seriedad.

    En aquella habitación por primera vez caí en la cuenta de que había personas con nombres sonoros y hermosos, que estaban relacionados siempre con páginas y páginas misteriosas, encuadernadas con tapas de un prestigio reluciente y hermoso. Allí, en las tardes de verano, con la piel llena de salitre y una sed insaciable en la garganta, entré en contacto con nombres exóticos y evocadores: Stefan Zweig, Lajos Zilahy, Pearl S. Buck, Emil Ludwig, Francoise Mauriac, Kuhn Hamsum...


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    Henri Troyat


    Más tarde supe que todos ellos eran escritores burgueses, peor o mejor tratados por el tiempo, algunos desatendidos ya por todos, ninguneados hasta la extremaunción literaria por los manuales al uso. Pero entonces, para la generación de mi abuela, eran los literatos extranjeros que se leían y se comentaban en los hogares bien, púdicos y ni muy informados ni muy desinformados.

    A los nombres mencionados habría que añadir los de varios españoles clásicos y modernos, algún francés de recio prestigio, algún italiano con el mismo marchamo, dos o tres tomos de clásicos rusos y norteamericanos, algún hispanoamericano casi decimonónico, unos tomos marrones con novelas de británicos de comienzos del siglo XX, bastantes volúmenes con la narrativa de conocidos y desconocidos Nobeles, y algo de Henri Troyat, siempre algo de Troyat.

    Hoy leo en la prensa que este nombre pertenece a alguien que acaba de dejar este mundo, y algo de sorpresa me abofetea el rostro, pues pensé que debía hacer tiempo que el escritor nos había dejado. Troyat (1911-2007) era un ruso que dejó a la cruel Madre Rusia cuando era niño y las balas de la Revolución proletaria iban dejando cadáveres aristocráticos en las baldosas de Moscú y San Petersburgo. Como tantos exiliados rusos de entonces la familia Tarassov, pues así se llamaba Henri Troyat, Lev Tarassov, recaló en Francia, en esa Francia que siempre se ha mostrado acogedora pero con la faceta del embudo: sólo muestra como suyos a los adaptados y presentables.

    Henri Troyat se convirtió en poco tiempo, siendo casi todavía un niño, en el prototipo de lo que debe ser un intelectual y escritor francés como Dios manda, premio Goncourt y Academia Francesa incluidas: mucha obra, corrección gramatical cartesiana, párrafos perfectamente diseñados, intereses y temas diversos, prestigio plúmbeo y casi eterno, estatua con palomas, obras completas en piel, y Liceos de provincias con tu nombre como reclamo.

    Troyat ha dejado más de un centenar de obras publicadas, entre ellas novelas, ensayos, obras de teatro y muchas biografías. Escribir la vida de otros es lo que le va a permitir probablemente a Troyat que sigamos hablando de él, y quizá leyéndolo, en un futuro más o menos cercano. Con 94 años terminó la biografía de otro hermano ruso, Boris Pasternak, poeta inmenso, novelista corriente y autor que murió con el prestigio vigilado por agentes del KGB en una dacha rodeada de bosques en la eterna Rusia de hace muchas décadas.

    También escribió Troyat sobre Chejov, Pushkin, Gogol..., y otros de su familiares rusos a los que la Revolución no le dejaron conocer. De entro todos ellos trató mucho, pero de forma interpuesta, al señorón Tolstoi, cuyos varios tomos biográficos tengo sin leer por casa, en una edición cutre, barata y ramplona creo que de la vieja editorial Bruguera.

    Si se publica en español su biografía de Pasternak la compraré y prometo leerla. Su Tolstoi lo dejaré para más adelante, para cuando tenga tardes enteras de jardín con mecedora y manta y probablemente ya no pueda leer la letra enana que sacó Bruguera y tenga que imaginármelo casi todo, e imagine también a Troyat susurrándole poemas del doctor Zhivago a mi abuela difunta en su fantasmal biblioteca.


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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,7 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Simon Boccanegra, un Verdi de tintes oscuros en Valencia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,376 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Los próximos días 9, 11, 14 y 16 de este mes de marzo, el director de orquesta norteamericano Lorin Maazel subirá de nuevo al podio del Palau de las Artes de Valencia para dirigir la ópera de Verdi Simon Boccanegra, con un reparto que contará con el barítono español Carlos Álvarez y la soprano chilena Gallardo Domás como principales estrellas, además de la siempre esperada dirección escénica de un director de tanto prestigio como Luis Pascual.

    De nuevo una obra del español Antonio García Gutiérrez, autor de El trovador, sirvió para que Verdi y el libretista Piave escribieran en apenas diez meses una nueva ópera, Simon Boccanegra. Durante buena parte de esos diez meses Verdi estuvo trabajando en París en una nueva producción de El trovador, por lo que le fue muy difícil comunicarse con Piave que estaba en Italia, lo que motivó que partes del libreto estén reescritas por Giuseppe Montanelli, catedrático de derecho exiliado en la capital francesa.


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    Palau de les Arts (Valencia)


    Simon Boccanegra cuenta la historia de un bucanero reconvertido en Dux de Génova que trata de unificar el país mediante el acuerdo de los bandos patricio y plebeyo. La ópera se estrenó el 12 de marzo de 1857 en el veneciano teatro de La Fenice y resultó, como también ocurrió allí con La traviata, un rotundo fracaso. “Yo pensaba que había escrito algo bastante bueno, por lo visto, estaba equivocado”, le comentó Verdi por carta a su confidente la condesa Maffei.

    Una crítica aparecida tres días después del estreno en la Gazzetta Privilegiata de Venezia señala algunas razones del desencuentro con el público: “La música de Boccanegra es de tal manera que no puede lograr un efecto inmediato. Es muy elaborada, compuesta con los más refinados conocimientos y precisa ser estudiada en todos sus detalles..., la primera noche no se comprendió... y condujo a algunos juicios precipitados..., juicios amargos y hostiles... Esta desfavorable impresión inicial podía ser explicada hasta cierto punto por el carácter de la música, quizá demasiado fuerte y severa, y de ahí el triste colorido que dominaba la partitura, especialmente en el prólogo”.

    Cuando Verdi estrenó su siguiente ópera, Un ballo in maschera, Boccanegra desapareció del repertorio hasta que dos décadas más tarde el autor fue convencido para que la revisara. En efecto, en 1880, y empujado tanto por el editor Ricordi como por el músico, crítico y libretista Arrigo Boito, Verdi accedió a trabajar con este último como escritor en una revisión de la obra. En carta dirigida al músico, Arrigo Boito comparó la primera versión de la ópera con una mesa destartalada con una única pata aprovechable, el prólogo; y también le decía que ningún personaje hacía exclamar a la gente “¡retazos de vida!”.


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    Lorin Maazel


    Boito envió a Verdi el resumen de un acto completamente nuevo que satisfizo al compositor, aunque éste, abrumado por el trabajo que empezar a escribir música nueva le implicaba, escribió al libretista: “Sus críticas son justas, pero usted, inmerso en más encumbrados trabajos y con Otello en mente, está apuntando a una perfección aquí imposible. Yo apunto más bajo y soy más optimista... Estoy de acuerdo con usted en que la mesa es destartalada, pero si ajustamos un poco las patas, pienso que mejorará... También estoy de acuerdo en que no hay ninguno de esos personajes (siempre muy extraño) que hagan que uno exclame: ‘retazos de vida’. Sin embargo, me parece que es algo que puede intentarse con personajes como Fiesco y Simon”.

    La revisión duró seis semanas de arduo esfuerzo, al cabo de las cuales Verdi escribió a su amigo Arrivabene: “...le diré que Boccanegra será capaz de ir de gira por los teatros como la mayoría de sus hermanas aunque el tema es muy triste. Y es triste porque tiene que serlo, pero es absorbente”. A esta circunstancia Verdi sumaba otra que dificultaba el éxito inmediato del título, y así en carta al editor Ricordi le dice: “en Boccanegra hay que hacer los personajes, no aparecen hechos”.

    Es decir, para que una representación de Simon Boccanegra triunfe, la calidad de las actuaciones debe ser muy elevada, ya que de por sí la ópera no ofrece facilidades. Verdi revisó un trabajo de una etapa de la ópera a la luz de otro tiempo, tiempo en el que determinados recursos utilizados en la primera versión ya se había extinguido y en el que, por ejemplo, el acto era la unidad fundamental que estructuraba el desarrollo de la narración. Si además tenemos en cuenta la complejidad de la trama y el predominio en la misma de las voces bajas de hombre, puede entenderse con mayor facilidad la razón por la que Simon Boccanegra no resulta tan inmediatamente atractiva como otras óperas anteriores y posteriores de Verdi.

    En este sentido, la elección de Boccanegra es un reto que el aficionado tiene que valorar y agradecer, pues al menos libera por un momento del repertorio al uso, restringido a poco más de una docena de títulos, y da la oportunidad de acceder a trabajos más duros y exigentes, trabajos en los que el aficionado de verdad debe crecerse y en los que los “otros” sucumben a su impostura.


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    Tuesday,6 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Francisco Umbral ama el siglo XX]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,374 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Estoy solo este fin de semana. La sensación es como estar un poco sonado, desorientado. Todo aparece volcado y revuelto, patas arriba, y la falta de los asideros de la costumbre me sitúan en el territorio del naufragio esperado, más o menos controlado, más o menos llevadero.

    Siempre que me siento así, a punto de ahogarme entre las altas olas de un océano inmenso y helado, busco en un disco, en una película o en un libro ese tronco de madera flotante al que asirme mientras oteo el horizonte en busca de tierra cálida y segura.

    Con tal intención me acerco el sábado por la tarde a la librería Gil, aunque antes me dejo caer por la confitería Gómez para adjudicarme dos sobaos de los grandes, de esos que mojados en un vaso de leche dan la energía suficiente como para escalar el Everest.

    En la librería hay pocos clientes, cuatro o cinco mujeres de edad difícil de precisar, ni mayores ni muy jóvenes, ni hermosas ni invisibles. Son de esas que, según los estudios estadísticos, sostienen con su afición a los libros la industria editorial hispana.

    Recorro las mesas y las estanterías con despreocupación. Me siento en el cómodo sillón que se asoma a la ventana que deja ver la plaza provinciana, llena a esa hora de niños que juegan al balón, de madres asentadas en los bancos atisbando las nubes blancas dibujadas en el cielo que comienza a dejar de ser azul. Mi cuerpo, agotado por el partido de fútbol de la mañana, agradece la comodidad del sofá, desde donde dejo vagar la vista con placidez entre los lomos de los libros, los lomos de las dependientas y de las compradoras de libros.

    Al cabo de un rato me incorporo e inicio la caza del libro al que asirme en esta soledad infinita de tarde de sábado que presagia la primavera con unas gotas de aguacero. Hay muchos ejemplares apetecibles, muchos que cargaría con gusto para acariciarlos y olerlos en la tranquilidad austera de mi habitación, pero ya no es ni siquiera una cuestión económica, es una cuestión cada vez más de espacio, de metros cúbicos donde dejar que los libros envejezcan y adquieran el polvo eterno y leve en el que dormitan. Ya no sé dónde olvidar los libros hasta el recuentro con sorpresa. En algún lugar de la cocina o en el cuarto del fondo, donde está encendido a perpetuidad el deshumidificador y el perro Miller espera indolente su comida, he dejado estos días la biografía de Fellini, las dos ciudades de Zagajewski, el Unamuno moribundo de Salamanca, el Mahler recordado por su mujer Alma... Libros a los que he acogido sin saber muy bien cuándo les podré prestar la atención necesaria, las horas de compañía que prometen.

    Sin embargo he bajado a la librería en busca de otro tronco al que asirme. Al fin doy con él. No lo sopeso tanto como otras veces, y me arrojo al Amado siglo XX de Francisco Umbral sin esperanza, con la determinación determinada por unas páginas que ya sé lo que me ofrecerán, y que por eso mismo me van a servir de consuelo y compañía.


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    Francisco Umbral: Amado siglo XX (Planeta, 2007)


    Ya en casa apago todas las luces salvo una que dirijo a una esquina del sofá. Las dos ventanas sin cortinas del último piso de un edificio sucio y viejo construido en al zona alta de la ciudad, me dejan ver las nubes casi negras, el cielo azul cobalto, los tejados sonrosados y grises, las montañas del fondo negras, la bahía como un espejo oscuro, las olas rompiendo blancas en la lejanísima lengua de playa, y un millar de gaviotas volando todas juntas anunciando con sus gritos el viento y la tormenta. Con un café negro y azucarado en la taza cercana, sentado ya en el sofá, con Miller dejándose dormir junto a mí, y con el piano de Bill Evans dibujando en el aire una pieza de Gershwin, comienzo la lectura del siglo XX tan amado por Umbral.

    Al poco tiempo me doy cuenta de que todo se ha oscurecido alrededor, que ya no hay café en la taza, que Miller ha dejado su blancura suave depositada en el suelo de la habitación y que incansable Evans sigue ejercitándose en la misma pieza. He leído más de cien páginas.

    A Umbral le pasa exactamente lo mismo que a muchos de nuestros más grandes prosistas: sólo pueden interesar a sus compatriotas más leídos, más sentimentales, más nostálgicos. Es decir, sólo le pueden gustar de verdad a pocas personas. La literatura de Umbral es intraducible, y no sólo porque esté plagada de imágenes y juegos de palabras de una brillantez imposible de verter en otro idioma, que también, sino porque hay que ser muy español para poder entretenerse con sus temas, con sus referencias, con sus vaguedades estilísticas de una sutileza antigua, fenicia, castiza y sólo castellana.

    Francisco Umbral es un maestro inigualable del idioma español, por eso interesa de verdad tan poco su literatura, construida únicamente con historia de España, con recuerdos vallisoletanos, con meriendas y fulgores madrileños, con referencias atinadas, fulgurantes, metálicas como un alfiler en el centro de una mariposa, sobre en torno a europeos y americanos que nos han construido pero que hoy no le importan absolutamente a nadie: Proust, Baroja, Nabokov, Baudelaire, Valle Inclán...

    Para leer a Umbral, para leer su Amado siglo XX, hay que inyectarse en vena una buena dosis de spleen, de melancolía provinciana de ciudad pequeña y churros tibios sobre la mesa camilla de la abuela recién muerta. Entonces sí, con el corazón lleno de melancolía y cierta vejez acariciada, tierna, pulcra pero manoseada, entonces leer a Umbral es un deleite extraño y satisfactorio, como una masturbación postergada hasta dar con la inspiración adecuada y efectiva.

    No se puede hacer crítica literaria de Amado siglo XX, no se puede hacer con la literatura de Umbral. O mejor dicho, la primera reseña que se le hizo a algo de Umbral hace ahora más de medio siglo seguro que es válida para este que se anuncia quizá como su último libro. En las páginas dedicadas a este siglo XX tan amado está lo de siempre, están los de siempre, y sobre todo está él, umbral siempre de sí mismo, tan tierno, tan atractivo, tan grande y tan poca cosa, tan gacetillero y tan autor, tan literato con mayúsculas y minúsculas, tan brillante y tan pesado como siempre.

    Me está encantando Amado siglo XX porque me encanta este Umbral que hace memoria de todo y todos haciéndola de sí mismo; este Umbral que se sitúa para contarnos su existencia y la existencia en general en el mismo centro del Universo, que para él es España, que para él es Madrid, y más concretamente esa línea grandilocuente, snob y de tan poco monta que es la Gran Vía.

    ¿Qué literatura se puede esperar de un tipo que se ha convencido de que el centro del mundo es un restaurante populachón del centro de Madrid? Pues como siempre, toda, o ninguna, dependiendo de si uno cayó de joven en una marmita llena de spleen y melancolía, o si por el contrario, uno se cura los arranques de melancolía con una aspirina Bayer o comiéndose una bolsa de conguitos.

    Yo caí en la marmita, en esa que cantó hace más de un siglo mi paisano Amós de Escalante en un verso inolvidable: “¡Musa del septentrión, melancolía!”. Sí, estoy infectado hasta la médula de melancolía, de spleen santanderino, húmedo y brumoso, quizá por eso me guste tanto Umbral hablando de sí mismo, escribiendo siempre los mismos párrafos desde hace décadas y vendiéndolos con distinto título. Ahora los ha llamado Amado siglo XX, un siglo que me hizo y en el que no me reconozco, y me ayudan a emponzoñarme de dulce melancolía en una tarde ya crepuscular de mi crepúsculo autorizado.


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    Monday,5 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Comida con Álvaro Pombo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,373 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado sábado comí con Álvaro Pombo en un conocido restaurante de Santander. Pocas horas antes, un instituto de enseñanza secundaria de la cercana población de Camargo le había puesto su nombre a la biblioteca por iniciativa de mi compañera de tertulia radiofónica, la profesora de literatura Blanca Gutiérrez Morlote.

    Llegué a eso de las tres al restaurante, cuando acababan de llegar todos los comensales. Pombo estaba a la cabeza de la concurrencia, luciendo entre orgulloso e irónico, en una de las solapas de su chaqueta gris, una insignia de oro que le había entregado minutos antes el inefable presidente regional, Miguel Ángel Revilla. Lo acompañaban parte de los profesores del instituto (los más vinculados a la Biblioteca), la alcaldesa de Camargo y algunos de sus concejales, dos o tres conocidos del escritor, y dos primas carnales como recién salidas de alguna de sus últimas novelas.


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    Álvaro Pombo en Camargo (24 de febrero de 2007)


    Subimos a un elegante comedor privado dispuesto en el segundo piso del singular restaurante: una antigua mansión de la alta burguesía santanderina reconvertida en restaurante de postín. Nos sentamos en torno a la gran mesa unas quince o dieciséis personas, comimos y bebimos muy bien, charlamos entre nosotros, y al acabar los manjares, se produjo el previsible turno de firmas de libros, de fotos a la vera del escritor, de preguntas a la celebridad más o menos de manual.

    Lo más singular de la velada llegó, como no podía ser de otra manera, cuando con los cafés humeantes aún sobre el mantel, Pombo tomó la palabra y deleitó a la concurrencia y trabajadores hosteleros con su verborrea incontenible, siempre entre bromas y veras. Nos leyó Pombo un poema inédito absolutamente memorable, anuncio de un libro de poesía que me confesó espera salga a la calle el otoño que viene. Dejo aquí plasmada por tanto la novedad para los seguidores acérrimos del académico: después de muchos años, Álvaro Pombo regresa a la poesía, y por lo oído el sábado en la sobremesa, con brío y melancolía brumosa a partes iguales.

    Leyó Pombo su poema sobre los veleros, los balcones y los vientos santanderinos como sólo un gran actor desinhibido y confiado puede hacer. Dejó el papel garabateado sobre la mesa, y poniéndose y quitándose las gafas, bajaba y subía el medio cuerpo entero al ritmo de los versos. Sus ojos cegatos bajaban hasta casi comerse el papel, y una vez recogidos los versos en la mirada, subía la cabeza fijando los ojillos en el alto techo y declamando a voz en grito el húmedo spleen con el que está sudado su poema. Fue memorable. Un momento atemporal en el que todo quedó suspendido en el aire mientras duró el poema. Lo mismo podía decirse que estábamos en el restaurante santanderino en febrero de 2007, que en un local parisino de finales del siglo XIX, que en el camarote de un viejo lobo de mar navegando en busca de ballenas por los mares helados del sur.


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    Leyó Pombo su poema sobre los veleros, los balcones y los vientos santanderinos


    Después de los aplausos y de los comentarios siempre romos y con algo de impostura educada, Pombo invitó a la concurrencia a comer con él en la Real Academia de la Lengua, y agradeció los desvelos de muchos de los presentes, sobre todo los de Blanca, por haberle proporcionado tan grande felicidad.

    Continuó después asegurando que él era un hombre con mucho “papo”, palabra que hacía décadas que no oía en la boca de nadie. Pero luego aseguró que de toda la familia Pombo el sólo ha llegado a ser el segundo miembro con más “papo” o cara, pues ganarle a su pariente Gabriel María de Pombo Ibarra (1878-1969), presidente del Ateneo de Santander casi seguido entre 1914 y 1936, Mayordomo del rey Alfonso XIII, y oficioso Conde de las Polaciones de Sahagún. Álvaro Pombo nos contó dos anécdotas que ratificaban la “cara dura” de su pariente: este personaje llegó a darle una conferencia sobre la teoría de la relatividad a Albert Einstein y a Ortega y Gasset durante la visita del primero a España, y luego le dio otra sobre logística a todo el Estado Mayor del ejército español. No hace falta decir que el señor Gabriel María no tenía ni la más remota idea ni de física ni de artes militares, simplemente tenía un “papo” descomunal.

    Álvaro Pombo estaba muy contento. Bromeamos en no pocas ocasiones, le di un sonoro beso en la calva, lo que produjo en él un ataque de risa estrambótica, inclasificable. Pero pasadas las seis llegó la hora de la despedida. Un magnífico Mercedes Benz plateado y nuevecito, con su chófer correspondiente y atento a las previsoras demandas de Blanca, esperaba a los primos Pombo para llevarlos agotados a su casa, desde la que el Palacio de la Magdalena es una construcción casi vecina.

    Nos dimos un abrazo y Álvaro Pombo me recordó que su nuevo libro de poemas estará en las librerías, si no ocurre ninguna catástrofe, después del verano. Me dijo también que en breve iría a Salamanca a presentar La fortuna de Matilda Turpin, Premio Planeta, invitado por el otro Juan Antonio amigo, González Iglesias. Montó en el Mercedes junto a sus dos primas, le cerré con cuidado la puerta y el vehículo abandonó lento y majestuoso el jardín del restaurante. Todos, en fila, despedíamos a los Pombo saludando con la mano, como sólo se despide a un rey, en este caso de la comedia y la buena literatura.


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    Friday,2 mar 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Alejandro Gago]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,371 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La editorial barcelonesa Icaria me ha encargado la edición de una antología dedicada a un poeta desconocido que va a cumplir ochenta años de vida el próximo mes de octubre. Se trata de Alejandro Gago (Santander, 1927), poeta casi secreto y periférico que lleva sesenta años de creación poética al margen de modas, corrientes y luces mediáticas. Se inició en la poesía tras la generación proelista de los José Hierro, José Luis Hidalgo, Julio Maruri, Ricardo Gullón..., y ahí sigue, cultivando la palabra, envejeciendo y procurando entender la vida desde un pequeño rincón de este enorme escenario que es el mundo.

    El prólogo o introducción a sus versos que he escrito es el que sigue. En abril estará la antología en la calle. Espero que no les ocupe ni despreocupe el conocer a un nuevo poeta de ochenta años de edad.

    “En La muerte de Virgilio, Hermann Broch dice que el lenguaje sólo es el interregno del conocimiento terrenal, y la poesía, la única actividad humana que sirve para el conocimiento de la muerte.

    En el suplemento cultural del diario ABC correspondiente a la última semana de febrero de este año en curso, 2007, el escritor Andrés Ibáñez publicaba un artículo titulado “España o yo”, del que a continuación reproduzco un pequeño párrafo: “No entiendo, por ejemplo, esa pasión tan española por reírse de todo y buscar debajo de cada rosa una mierda de perro, como si la mierda de perro fuera más verdad y más real que la rosa. Nunca he entendido ese fatalismo que afirma ‘en el fondo, todos son iguales, todo es mentira’, que aquí pasa por ser una muestra de gran sabiduría”.

    Y, finalmente, en el poema que Gerardo Diego escribió dedicado al poeta cántabro Alejandro Gago, podemos leer los siguientes versos: “Alejandro, yo querría/ ser de veras pintor/ para pintarte, tenor/ en una carpintería./ De las virutas saldría/ suave resplandor sereno”.

    Empecemos ahora por esta última referencia, la de Gerardo. Sí, el poeta santanderino, crítico muy atinado casi siempre a la hora de emitir juicios poéticos sobre otros colegas, creo que en los pocos versos aquí traídos a colación acierta con precisión asombrosa a describir y sentenciar la poesía de su paisano Gago. Si leemos con atención lo que en sus versos expresa el autor de Manual de espumas, tendremos más o menos lo que sigue: Gerardo ve a Gago, mediante el uso de un condicional que brota directamente de la pura imaginación, como un tenor en una carpintería trabajando virutas de las que sale un resplandor suave y sereno.

    La imagen, la metáfora es hermosísima, además de muy atinada y sabia. Diego contempla a Gago como un tenor, es decir, como un cantor lírico, un poeta que canta, y que emite su canto de manera lírica. Y a este poeta cantor, Gerardo lo ve además laborando en un taller de carpintería. Diego viste así a Gago con los ropajes del artesano, de un artesano que en el ejercicio de su trabajo no manipula materiales nobles (oro, plata, sedas, inciensos, brocados, perfumes...), sino modestas virutas, desechos de sencilla madera de los que sabe extraer, sin embargo, un “suave resplandor sereno”.

    Lírico, artesanal, suave y sereno resplandor. ¿Cabe mejor definición de lo que es y ha sido la poesía de Alejandro Gago a lo largo del tiempo, a lo largo de casi seis décadas de cantar y cantar en el interior de un sencillo taller de carpintería, de hacer brotar la poesía del mismísimo interior de las virutas?

    Gago es un poeta en voz baja, sosegado, calmoso, de eso en mi opinión tampoco cabe la menor duda. Y así lo ratifican algunas cualificadas lecturas, como la de Vicente Aleixandre, quien en carta del 20 de agosto de 1960 juzga los poemas de nuestro autor como bellos, breves e intensos; o como la de Rafael Morales, que en carta del 19 de diciembre de dos años más tarde, insiste a su vez en subrayar lo diáfano de las palabras de nuestro poeta, su honda sencillez. Gago es un cantor de palabras sencillas, en apariencia casi rudimentarias, con las que sin fatalismos gratuitos ni elevados al cuadrado, está empeñado desde sus mismos comienzos en la artesanal tarea de captar, mediante imágenes cinceladas por él a golpe de ritmo, la rosa, sólo la rosa a la que se refiere –quizá trillada pero eficaz metáfora- Andrés Ibáñez.

    Sí, la rosa, sus pétalos carnosos, su tallo sólido o evanescente, sus colores variados y variables, sus complejos o simples aromas, y también, desde luego, sus espinas, a veces tan afiladas e hirientes como la más asesina de las navajas.

    No participa por tanto el cantor Alejandro Gago en el empeño de situarse por encima de todo y de todos desde un cinismo perfumado con el aceite pegajoso de alguna sabiduría erudita; tampoco ha buscado ni señalado el excremento bajo la rosa. No, nunca lo ha hecho, sólo le han preocupado y ocupado la rosa y sus espinas. Ahí reside una de sus singularidades más destacadas, uno de los rasgos que lo han mantenido -¿quizá felizmente olvidado, quizá felizmente anticuado?- ­­al margen de las corrientes y caminos más transitados por la poesía española durante de las últimas décadas.

    Para cerrar el pequeño círculo abierto en estas líneas, quiero señalar que en la poesía de Alejandro Gago, aplicando a rajatabla la sentencia de Hermann Broch, se trasluce desde sus orígenes un impulso radical, aunque sereno, de explorar la muerte, de entrar en contacto de algún modo con ella para entablar un diálogo (que se sabe en última instancia baldío), en busca de su más íntimo sentido, de su conocimiento y aprehensión intuitiva. A mi modo de ver, la poesía de Gago es un único y prolongado discurso lírico, un solo y extenso poema que inquiere, sin demasiados aspavientos, en voz baja, el sentido primordial de la existencia. Y lo hace además desde la íntima conciencia de ser ya parte integradora de la misma muerte, parte de la raíz natural de ella. En este sentido, podría decirse sin errar estrepitosamente, que la poesía de Alejandro Gago tiene en su conjunto vocación de réquiem, de réquiem camerístico si se quiere. Siempre en voz baja, quiero insistir en ello, nada altisonante, la poesía de Gago es un remedo de una misa de difuntos asaeteada de preguntas esencialmente retóricas, pues no propician respuestas, al menos ninguna conclusiva ni de carácter cerrado.

    Los traídos hasta aquí son, en mi opinión, los elementos que a grandes rasgos vienen a caracterizar el discurso y la sencilla manera poética de Gago: una indagación lírica, y estoicamente existencial, en torno a la muerte, esa gran espina que presenta siempre la rosa, que presenta en definitiva la vida, la razón final que enmarca todo el tiempo humano y su avanzar.

    Continuando diré que la trama discursiva construida por el poeta a lo largo de su obra, y cuyo sentido esencial ya ha quedado apuntado y subrayado más arriba, fluye a través de cinco grandes pilares de orden reflexivo/intuitivo que ayudan, tejidos permanentemente entre sí, a articular el trazo poético de Gago, su personal línea de canto. Estos pilares son, en mi modesta comprensión de su poesía, los que quedan perfectamente acogidos en los conceptos Vida, Esperanza, Amor, Naturaleza y Dios, entendiendo estos y aceptándolos no con un significado específico, cerrado y concreto, sino con uno o con diversos significados de carácter abarcador, cósmico, abierto, polisémico.

    Vida, Esperanza, Amor, Naturaleza y Dios, altas palabras tratadas en voz baja e ingenua (si le aplicamos al respecto las teorías de Schiller e Isaiah Berlin), términos que en el canto lírico del poeta Alejandro Gago permanecen inmóviles y llenos de movimiento simultáneamente. Conceptos en principio con una notable carga positiva y redentora que, en ejercicio de rotunda paradoja, le sirven al poeta para guiarse y avanzar en la esencia abrupta y trágica de ir conociendo y tratando, con la parcialidad propia que sólo ofrecen los días, el adiós pausado a la existencia, a sus horas, a sus habitantes más próximos y familiares, a uno mismo, por supuesto. Vida, Esperanza, Amor, Naturaleza y Dios, palabras altas que llegan a la garganta del poeta no adquiridas en el ejercicio acumulativo de una sabiduría erudita, fría y libresca, sino en el transcurrir de su palpitante e intransferible experiencia vital. Me explico.

    Tres acontecimientos esencialmente trágicos han jalonado las distintas fases de la vida del poeta. Tres sucesos que creo han ayudado a perfilar el sentido desnudo de su poesía, que la han encaminado en la dirección de explorar, en la medida de sus posibilidades, los caminos aproximativos del entendimiento de la muerte y del tiempo finito, marchitable y medible al que esta da valor, al que otorga su radical, su coherente dimensión sagrada y humana.

    Dichos sucesos son, en la niñez, el fusilamiento de su padre, militar al servicio de la II República española; en la madurez la pérdida de un hijo en accidente de tráfico; y en la vejez la privación de su mujer, hoy extraviada en las sinuosas sendas del deterioro físico y el Alzheimer. La muerte es por tanto vieja conocida del poeta, le ha visitado desde la infancia y no lo ha dejado de mantener a cubierto con su directa y apesadumbrada sombra. Muy consciente de dicha presencia, sin duda marcado a fuego por ella, Gago se ha servido de la poesía para conocerla y sobrellevarla con la mayor dosis de lucidez posible. Y lo ha hecho además no renunciando ni mucho menos a la Vida, sino muy por el contrario afirmándola desde la Esperanza primero en el Amor, luego en un Dios genérico y aconfesional, y finalmente en el mar, el río, el viento, la flor, el pájaro, el árbol..., en definitiva, en todo lo que conforma una Naturaleza irreducible, vital, engendradora e infinita.

    Alejandro Gago, poeta y tenor, tenor y poeta gerardianamente hablando, que desde el mismo interior de las virutas que se le caen al tiempo de la vida en su imparable ir hacia la muerte, ha querido cantarle siempre, suave resplandor sereno, a cada rosa del camino y a todas, a todas sus espinas.

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    Wednesday,28 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Scorsese sí, Peter O'Toole no. Historia de Oscar]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,370 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    De un tiempo a esta parte cada nueva entrega de los premios de la Academia de Cine norteamericana conlleva para mi un disgusto y una alegría, y confirma también con tozudez el hecho de que no hay normas escritas en este ámbito, y que la sorpresa o lo imprevisto campan por sus dominios en la famosa entrega de los Oscar.

    Realmente era sorprendente que a estas alturas de su carrera, y teniendo en cuenta los derroteros de vulgaridad y ausencia de talento tomados por la industria en las últimas décadas, Martin Scorsese aún no hubiera sido premiado con el Oscar a la mejor dirección. Tras seis o siete nominaciones, va a dar la casualidad que obtiene la estatuilla quizá por su trabajo menos personal y más estridente y cacofónico. Autor de algunas de las películas más grandes e importantes de la historia del cine norteamericano de los últimos treinta años (Taxi driver, Toro salvaje, Uno de los nuestros, Casino, La edad de la inocencia, New York, New York...), va a recibir el premio de manos de Spielberg y Coppola por una película, Infiltrados, quizá en exceso efectista e hinchada, por un remake bastante camuflado en el que su talento se subraya a sí mismo en exceso, como ya escribí en la crítica a la película que puede leerse en estas mismas páginas.


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    Martin Scorsese


    Pero ya está hecho y me alegro mucho por el director ítaloamericano. En una época de talento obscenamente a la baja en la industria cinematográfica de los EE.UU, era imperdonable que Scorsese no hubiera visto todavía reconocido su incuestionable talento como cineasta en su propio país, y no figurase ya en la misma nómina en la que están por méritos propios algunos de los grandes y perdurables nombres del cine norteamericano actual: Woody Allen, Clint Eastwood, Francis Ford Coppola o Steven Spielberg.

    Sin embargo mi gozo se fue al pozo cuando al irlandés Peter O’Toole el premio al mejor actor le volvió a esquivar, y van..., pues creo que ocho veces, con lo que ha superado ya a Richard Burton y ha establecido un triste récord realmente casi imposible de superar, más en los tiempos que corren, en los que un actor no trabaja ni mucho menos tanto como en los viejos tiempos de la Meca del cine.


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    Peter O´Toole en Lawrence de Arabia


    Lo cierto es que pensé que esta vez sí, que esta vez al señor O’Toole le darían de una vez el premio, pues es una leyenda de la profesión, está muy mayor y se antojaba de justicia. Pero no, los votos se han vuelto a mostrar esquivos y todo parece indicar que el actor irlandés se quedará ya para siempre sin esa estatuilla con tanto ahínco perseguida a lo largo de casi medio siglo de carrera. Atrás quedan sus papeles como Lord Jim, Lawrence de Arabia, Mr. Chips, El león en invierno, Don Quijote... Le queda sólo el dudoso consuelo de haber recibido una estatuilla honorífica por toda su carrera, muñequito bañado en oro que en principio se negó a recibir, pidiendo otra oportunidad para mostrar su talento en una película y convencer así a los votantes. Pero no, no ha podido ser, y uno de los últimos supervivientes del cine de antaño se ha quedado con cara de tonto, compuesto y sin Oscar.

    A mí me da igual, francamente. O’Toole ya es parte de mi educación sentimental, cabalgando hacia Damasco en compañía de un pequeño ejército de árabes, o caminando sobre el techo del tren turco recién arrebatado por la fuerza de las armas y la muerte a los soldados otomanos mientras la música heroica y épica de Maurice Jarre resonaba por las cuatro paredes del extinto cine de El Gran Casino de El Sardinero.

    O’Toole y Scorsese, dos caras distintas de una misma moneda, el amado cine. Dos resultados distintos en una noche de Oscar y champán francés que vivo en un pequeño rincón de mi ciudad, bajo la mole impertérrita y cinematográfica de la gran peña de Peñacastillo.

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    Tuesday,27 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Chuck Palahniuk, la aguada narrativa postmoderna]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,368 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    No hace mucho vi en la Filmoteca de Cantabria una de las primeras películas de Francis Ford Coppola, La Conversación. La personal película, en la que Coppola demuestra un talento y una pericia narrativa fuera de lo común, trata sobre la grabación de una conversación privada en un parque público por parte de unos profesionales contratados por una agencia gubernamental norteamericana, y sobre cómo el autor de la grabación (un estupendo Gene Hackman) se percata poco a poco de que el contenido de las cintas revela la posibilidad de que se cometa un asesinato, algo que ya vivió en el pasado marcando para siempre su existencia.

    El argumento de esta película me hizo pensar inmediatamente en una cinta de Woody Allen que me gusta especialmente, Otra mujer, en la que, ahora me percato, también actúa mi admirado Gene Hackman. A través de la espléndida interpretación de Gena Rowlands, Allen nos presenta a una mujer madura y atractiva que se encuentra en la cúspide de su exitosa vida profesional, y a la que aparentemente no le van nada mal las cosas en su vida familiar y de pareja.

    La mujer alquila un apartamento buscando la tranquilidad necesaria para poner punto final a un ensayo que debe entregar en breve. Durante uno de los escasos descansos que se permite le llegan unas voces a través de un agujero de ventilación. Decidida a terminar con la molestia intenta taponar con almohadones la fuente sonora que la distrae, pero al hacerlo va quedando atrapada por el contenido de la conversación que escucha: las revelaciones de una mujer infeliz a su psiquiatra. Estas dramáticas confesiones de “otra mujer” provocan que el personaje de Gena Rowlands inicié un proceso de autoevaluación vital que finalmente le lleva a considerar toda su vida como un rotundo y devastador fracaso.

    Estas dos referencias cinematográficas ejemplifican claramente uno de los síntomas que en mi opinión mejor caracterizan a la sociedad norteamericana de las últimas décadas, y por extensión, a toda la sociedad occidental: los reparos, los importantes recelos que despierta “la palabra” y su universo conceptual y expresivo; radical desconfianza que acompaña y propicia eso que George Steiner ha definido como la paulatina “retirada de la palabra” de nuestro ser y nuestro estar.

    A este respecto el último y quizá más evidente ejemplo que se me ocurre es el de la literatura del joven periodista y escritor de éxito norteamericano Chuck Palahniuk (Portland, Oregón, 1964), autor entre otras novelas de El club de la lucha, El superviviente, Asfixia, Monstruos invisibles o Nana, todas ellas traducidas ya a nuestro idioma.


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    Chuck Palahniuk


    Por ejemplo, el protagonista de Nana es Carl Streator, un periodista al que sus jefes le encargan una serie de artículos sobre la muerte súbita infantil, asunto que no le es del todo desconocido, puesto que su hijo de pocos años murió no hace mucho de forma inexplicable. En el transcurso de su investigación Streator se percata de un elemento en común a todas las muertes estudiadas: la presencia en las casas de los fallecidos de una antología de poemas abierta siempre por la misma página, página en la que está impresa una nana, idéntica a la que él leyó a su hijo antes de que muriera. Streator descubre así la existencia de una nana letal para quien la escucha, y de un poder tal que basta con memorizarla y odiar intensamente para que la persona odiada caiga fulminada.

    De este modo Carl Streator se autorevela no sólo como involuntario asesino de su propio hijo, sino también como un eficaz asesino en serie. Para terminar con la siniestra pesadilla decide destruir toda la edición de la antología y también el grimorio original. En este alucinado empeño le acompañan unos cuantos personajes, todos ellos con rasgos definitorios que muy bien podrían convertirlos en protagonistas de un argumento firmado por Pedro Almodóvar o Quentin Tarantino. Decidido a llevar a cabo la destrucción de las antologías, Streator y sus compañeros se embarcan en un extraño y en cierta medida iniciático viaje por los EE.UU., un viaje de biblioteca pública en biblioteca pública, de libro por destruir en libro por destruir, convirtiendo su periplo en un remedo de Farenheit 451, pero en el que, en contra de lo que ocurre en la obra de Ray Bradbury, nadie quiere recordar y todos desean olvidar.

    Con esta trama argumental Chuck Palahniuk construye una novela que entremezcla con indiscutible habilidad ingredientes de distintos géneros narrativos como la ciencia ficción, el policiaco, el relato de viajes o el de fantasmas..., buscando a todas luces ofrecer al lector una nueva parábola de la postmodernidad, una alegoría acerca de la incomunicación humana en un tiempo presente en el que la palabra se revela arrinconada, despojada como instrumento supremo de expresión y conocimiento, y en el que el tremendo vacío existencial se llena de sonido, ruido y furia.

    En nuestro país el éxito crítico de esta rocambolesca parábola fue rotundo y extrañamente unánime. En pocas ocasiones he asistido como lector de suplementos culturales a una acogida tan laudatoria a una novela de un autor todavía no consagrado por los años y por el sólido peso de su obra. Casi todos los comentarios publicados han estado marcados por el abierto entusiasmo y el poco disimulado deslumbramiento; adhesiones críticas que, una vez leída la novela, me han sumido en un estado de postración del que no sé si alguna vez me recuperaré, dado que he llegado a la conclusión de que o no estoy dotado de la sensibilidad precisa o no poseo la formación necesaria para apreciar lo que el resto de comentaristas han apreciado.

    Nana me parece una novela construida por Palahniuk en torno a una idea llamativa que, por ausencia de un desarrollo más consistente en lo puramente literario, progresa sólo por su lado más efectista, engordando la trama y haciéndola avanzar en círculos gracias al constante añadido de reflexiones con trazos de pretenciosa moraleja y situaciones deudoras en su utilidad y concepción del sketch televisivo o del gag cinematográfico. Y es que, en este sentido, Nana parece estar escrita pensando en que más pronto que tarde alguien se decidirá a convertirla en guión y poco después en película.

    Efectos que buscan golpear la capa más epidérmica de la sensibilidad del lector, mezcla kitch de géneros, y muchos fuegos artificiales alrededor de una idea luminosa, eso es Nana, nada más y nada menos. El resto son personajes esquemáticos y una desoladora ausencia de esa artesanía precisa, preciosa, contundente y riquísima que caracteriza desde hace dos siglos a la gran escritura narrativa anglosajona.

    Calificar estas páginas de Palahniuk como “gran novela”, aunque sólo sea conociendo vagamente el contexto narrativo en el que surgen, y en el que en los últimos cincuenta años aparecen obras de Faulkner, Mailer, Kerouac, Burroughs, Carver, Carol Oates, Capote, Roth, Coover, Ford , o Pynchon..., suena a broma pesada, a simple tomadura de pelo. Es exactamente igual que si alguien, y creo que el ejemplo es pertinente y está bien traído, califica de genial el cine gamberro, llamativo y de trazo grueso de Quentin Tarantino, habiendo catado con anterioridad alguna muestra del hacer de tipos como John Ford, King Vidor o Howard Hawks.

    Si Nana es una “parábola importante” y si “Palahniuk es una de las voces más frescas e intrigantes” de las últimas décadas, qué adjetivos habría que utilizar para hablar de Los rateros de Faulkner, A sangre fría de Capote, El lamento de Portnoy de Philip Roth, Entropía de Pynchon, o La canción del verdugo de Mailer, todos ellos libros publicados en Norteamérica en los últimos cuarenta años y que deben servirnos para calibrar la verdadera trascendencia y dimensión de la narrativa americana contemporánea.

    La conclusión a la que uno se ve empujado a llegar es que si el pensamiento débil es una realidad, también lo es, claro, la narrativa débil, y Nana ejemplifica a la perfección la existencia de dicho subgénero en la América del Norte.

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    Monday,26 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Elogio del dormir por Miguel de Unamuno]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,367 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Llevo unos días enfrascado en la lectura del libro de Luciano G. Egido Agonizar en Salamanca, Unamuno, julio-diciembre de 1936, texto que cuenta los últimos seis meses de vida del profesor y poeta en la ciudad donde ejercía de Rector universitario y conciencia española.

    El libro me está fascinando y revolviendo en mi interior muchas cuestiones que parecían adormecidas, o que en otros casos ni siquiera sospechaba de su existencia, pero no voy a hablar ahora de él, prefiero acabarlo cuanto antes y emitir después un juicio justo y personal. Sin embargo, no me resisto a transcribir en esta página unos párrafos que se reproducen en el mismo, y quiero hacerlo porque me parece que reflejan espléndidamente tanto la actitud y la aptitud literaria del gran escritor vasco.


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    Miguel de Unamuno


    Se trata de unos líneas escritas en 1922, cuando el autor contaba casi sesenta años, y que tratan de un tema en principio baladí, el sueño, pero entendido éste en su sentido más físico, inmediato y reparador, no en el freudiano o más especulativo y onírico. No, Unamuno habla en las líneas que reproduciré a continuación de dormir, de descansar, de echar la siesta, de perder la conciencia metido en la cama..., y tal asunto lo eleva con su palabra y su sentido a cuotas realmente deslumbrantes de belleza e interés. O al menos a mí así me lo parece, y por eso quiero compartirlo con ustedes, y preguntarles de alguna manera si no se sienten identificados con lo leído, si no han vivido en alguna ocasión lo narrado por Unamuno, casi con plena exactitud.

    Escribía en 1922 Unamuno: “Levanta uno la manta encimera, mira el lecho de la cama –cauce de remanso- y siente por todo el cuerpo correrle el dulce presentimiento del reposo... Se mete uno en la cama entre las sábanas, se retuerce en un escalofrío y se acurruca, se apelotona, se pone en la postura que el feto tiene en el claustro materno. Y así se prepara a la llegada de la inconsciencia, esto es: de la inocencia, de la vuelva al limbo. Porque la cama es la añoranza del limbo, del claustro maternal. No en una yacija cualquiera, no, sino la cama con sus mantas, con sus sábanas, con el calorcito maternal con que nos envuelve... Pero si no se filosofa en la cama, al acabar de acostarse, acurrucadito en postura de feto, esperando el sueño, ¿cuándo se va a filosofar? Y uno se echa a la derecha, sobre el hígado, y otro a la izquierda, sobre el corazón, y otro de espaldas, cara al techo. Y hay quien sueña que está despierto... Y hasta hay quien se mantiene insomne –y aterrado-, espiando el momento preciso en que se le anegue la conciencia... Es muy frecuente soñarse muerto. ¿Y no te ha sucedido, lector, soñar que íbas remontando la vida, de hoy a ayer, hacia el pasado, volviendo a vivirla del revés, las aguas del río hacia el manantial, y otra vez niño y por fin desnacer?”.

    Dormir, dormir, tal vez soñar..., jamás he encontrado página más hermosa, y a la vez física y metafísica sobre el sueño que esta del pensador español, un prodigio de belleza, de concisión narrativa y, a la vez, de lirismo alucinado y alucinante.

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    Friday,23 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Alejandro Finisterre, historias del futbolín]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,365 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ha muerto el español que inventó el futbolín. Se llamaba Alejandro Finisterre, y además de inventor era poeta y editor. A continuación voy a escribir un texto evocador sobre mi relación con los futbolines. Sí, Francisco Umbral ya lo hizo hace unos cuantos días en la última página de El Mundo, y aunque apostaría cualquier cosa a que he jugado al fútbol y al futbolín infinitamente mejor que él, dudo un poco que me salga un texto mejor, pero cada cual hace lo que puede.

    La muerte del inventor del futbolín me ha hecho pensar un poco, durante cuantas mañanas seguidas y mientras mojaba los churros en el café muy mejorable que sirven en la chocolatería Áliva. Me ha hecho pensar en la portentosa evolución del ocio infantil y juvenil de los españoles que ha tenido lugar en un tiempo relativamente breve. ¿Sigue habiendo futbolines o salas de billar en las ciudades? Cuando yo era un niño, los futbolines o billares eran unos locales más o menos grandes en los que pegadas a las paredes y enchufados a la corriente había una serie de ruidosas y brillantes máquinas con “flippers”. En otro lugar de la sala había distribuidos con intención varios tradicionales futbolines, unas cuantas mesas de billar resobadas, una novedosa máquina de refrescos, tabaco y chucherías, y de vez en cuando, cercanos a la entrada, algún artilugio mecánico pensado para las distracciones más infantiles: norias minúsculas, aviones que se ladeaban al son de una música horrible, cochecitos de carreras o algún Dumbo que jamás logro levantar el vuelo de la caja a la que estaba pegado.

    Aquellos eran lugares en los que si uno se hacía habitual entraba en un inexorable camino de perdición, y todas nuestras madres de clase media y buena familia nos exhortaban a que abandonásemos el vicio por aquellos lugares execrables, lleno de raqueros, vagos y maleantes. Ni que decir tiene que no hacíamos caso a nuestras madres, y pasábamos buena parte de nuestro tiempo de ocio, entre entrada y salida del colegio, en aquellos lugares llenos de máquinas y artilugios alucinantes, y donde nunca había niñas y siempre olía a tabaco malo, orines, colonias baratas y ambientadores de a peseta la tonelada.


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    No, no hacíamos caso a nuestras madres, pero habrá que reconocer que cuando entrábamos en las salas a gastarnos los dos o tres duros que habíamos logrado atesorar, lo hacíamos con la prevención de niños decentes y apocados, niños que sabían que en el fondo las pesadas y aburridas de sus madres tenían razón, y que desde luego los individuos que por allí circulaban, casi siempre un poco mayores que nosotros, no tenían ni aspecto ni maneras de llegar a ser algo en la vida. No, no es que supiéramos en qué consistía eso de llegar ser algo en la vida (tampoco lo sé muy bien ahora), pero desde luego esos muchachetes jamás lo iban a ser, eso estaba muy claro.

    Recuerdo que en todas esas salas pululaba un “jefe”, es decir, un individuo al que todos los parroquianos llamaban así, y que tenía el mando completo de la situación, o dicho de otra manera, tenía en su poder las llaves que abrían todas y cada una de las máquinas, y con ellas, la capacidad de regalar partidas extra, o recuperar las bolas de madera que hacían de balones en el futbolín. El “jefe” solía ser un tipo de edad indefinible y siempre con algo de tarado y malogrado, de anormal, y a la vez con tintes chulescos, los de alguien que sabe que sin él el cotarro no funciona adecuadamente. Siempre se daban aires de grandeza y eran como el sheriff del saloon, un personaje al que más o menos todos respetaban, e incluso temían.

    La pandilla de amigos de entonces (Ricardo, Carlos, Gustavo, Lalo, José Luis, Juan…), acudíamos con cierta asiduidad a varios de esos billares o futbolines. Había uno grande y casi lujoso al comienzo de la calle Camilo Alonso Vega, frente al comienzo de la Segunda Alameda, cerca de la confitería La Góndola, y pegado a la minúscula tienda de comestibles tipo posguerra que pertenecía a la familia de Petre Roman, el que llegó a ser Primer Ministro de la Rumanía post Ceaucescu. Y justo al otro lado de la manzana, al comenzar la calle Floranes, había otro mucho más pequeño y modesto que sin embargo era nuestro preferido. En el piso de arriba de ese local estaban las mesas de billar, y no sé si incluso alguna mesa de ping pong, y todos juntos, con algún primer cigarrillo en la comisura de los labios, nos creíamos unos personajes de leyenda, unos tipos duros que ya lo sabían todo de la vida y que poco más o menos estaban de vuelta de las cosas. Debíamos tener 15 años, y éramos unos memos entrañables y maravillosos.

    Sí, los billares, los futbolines… Yo creo que ya no existen, y si lo hacen, es de forma anacrónica, apartada, suburbial y pobre. Ahora los juegos electrónicos a los que son adictos la inmensa mayoría de los niños, adolescentes y jóvenes, ya no implican la socialización que consigo llevaban los futbolines y billares. Ahora todo se resuelve en soledad, frente a la pantalla del ordenador personal, o la consola particular en la que se masacran a monstruos apocados y a los “otros”, categoría inabarcable.

    Se me agolpan en la memoria, mientras escribo estas líneas, los sonidos de las bolas al chocar contra las paredes de madera del futbolín, el ruido tan especial y magnífico que surgían de los goles al golpear la bola la tabla final de la portería, los mangos de madera para mover los jugadores del equipo, los muelles, las jugadas que podían hacerse pisando la bola con un muñeco y pasándosela a otro para disparar con él…

    Había futbolines maravillosos, grandes y relucientes como el Bernabeu o el Nou Camp. Los había también más modestos y reducidos, como El Sardinero o el antiguo Sadar de Pamplona. Y los había que eran auténticos “patatales” que no te incitaban a meter la moneda por la ranura, empujar del tirador y escuchar el prometedor sonido de las cinco o seis bolas cayendo por los caminos interiores de madera del armatoste futbolero.

    El futbolín es parte de una historia de España que pasó a mejor vida. Una forma de entender la infancia y la juventud que hoy está tan lejos de los niños como lo pueden estar los torneos medievales. Pero sólo han pasado…, sólo, y es un decir, veinte o veinticinco años de aquello. Ha muerto el inventor español del futbolín, y los que echamos los dientes jugando con su invento hace ahora años que no lo hacemos, hace años que ya no jugamos a casi nada, para qué nos vamos a engañar.

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    Thursday,22 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los muertos de José Luis Hidalgo, 60 años después]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,364 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Este año se cumplen 60 de la muerte del poeta José Luis Hidalgo cuando contaba tan sólo 27 de edad. Se cumplen por tanto 60 años de la aparición de su último libro, el póstumo Los muertos, sin duda ninguna, uno de los más importantes y significativos de la posguerra española. Con tal motivo quiero hoy recordar al poeta y al magnífico libro que jamás llegó a ver impreso.

    En primer término está la memoria, esa consciente verbalización de nuestro tránsito, de nuestro discurrir vital por un tiempo que fluye acercándonos a un final inexorable y del que nada sabemos. Sin memoria no hay posibilidad alguna de iniciación a la muerte, y tampoco poesía. Poseer memoria es pensar en la muerte, y en consecuencia, nacer a la angustia vertiginosa de la existencia, a la razón de que se es para morir.

    Pues bien, planteadas las cosas en estos términos, creo que una de las mejores formas de acercarnos al Hidalgo de Los muertos, es hacerlo, al menos en lo que podríamos llamar un “primer plano” de lectura, teniendo muy en cuenta su conciencia extremada de que somos-para-la muerte, y por supuesto, teniendo también presente el profundo sufrimiento y las numerosas cuestiones que, ante perspectiva tan determinada y unívoca, debieron brotar a la vida en el interior del poeta.

    Fue Kierkegaard, una de las lecturas esenciales del joven José Luis Hidalgo, quien escribió en su trabajo El concepto de la angustia, que fundamentalmente el hombre puede responder a la aflicción existencial de dos maneras distintas: o bien a través del suicidio, es decir, negando cualquier posibilidad, o bien, mediante el recurso de la fe, acudiendo así a la esencia misma de toda posibilidad. Es evidente que, en un principio, nuestro poeta escogió el camino “religioso”, trabajando así un espacio para la aparición de Dios; pero no lo hizo desde la fe inquebrantable, sino desde la duda más ardiente y dolorosa.



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    Autorretrato de José Luis Hidalgo


    En Los Muertos, Hidalgo inquiere el sentido de la vida preguntando por el de la muerte, y en busca de posibles respuestas, apela directamente a Dios y a todos los que un día en este mundo fueron. Para subrayar la única posibilidad existente de diálogo, el poeta vuelve todos sus sentidos y entendimiento, como en su día hizo por ejemplo el Rilke del Libro de Horas y de las Elegías de Duino, hacia ese espacio interior donde, con el transcurrir del tiempo, va afianzándose el particular final de cada uno de nosotros. Es decir, y en mi opinión aquí radica parte importante de la dimensión neorromántica de nuestro autor, Hidalgo tomó primero conciencia sincera de su muerte, visitó los paisajes que ésta habitaba en él, y después, ya perfecto sabedor de su nueva condición, dio comienzo a la tarea: hallar un cumplido final a su amplio catálogo de dudas sobre la vida, la muerte, la inmortalidad, el yo, el caos, el propio Dios... Por eso, el último libro de Hidalgo también puede y debe leerse como la crónica de un aprendizaje, como el inestimable y privilegiado relato de quien se sabe ya memoria de su propio tiempo, de su propia vida y de su muerte.

    Pero el caso es que en Los Muertos nadie toma la palabra para contestar a las cuestiones planteadas. Desde el inicio mismo del poemario hasta su final, todo aparece marcado por el denso y significativo aroma del silencio. La razón estriba, como ya dejé escrito en otra parte, en la misma naturaleza retórica e imposible del intento hidalguiano. Desde la más acuciante necesidad, el poeta invoca a un Dios que resulta por completo inútil, pues tan sólo es un sueño forzado, fruto de la nostalgia, la rabia y la tristeza.

    Aunque, ahora me pregunto, ¿no nos estaremos equivocando?, ¿acaso el silencio de Dios, señalado reiteradamente en sus versos por el poeta, no ofrece en sí mismo la evidencia de una respuesta? Creo que esta posibilidad es más que probable, y que finalmente Hidalgo supo encontrar en su inabarcable entorno de silencio, algunas de las más importantes réplicas que con tanta ansiedad buscaba, empezando por el hecho mismo de que no, no hay ninguna alternativa a la condición humana de ser-para-la-muerte.

    En este sentido, Hidalgo se muestra en su poemario cercano a la postura heideggeriana de aceptación del propio destino, a pesar de que nunca termina por hacer de ello, como sí hizo el filósofo alemán, una elección positiva, un ejercicio de libertad. Incluso, al final, Hidalgo no renuncia, muestra de un irreductible afán de supervivencia, a ejercer el derecho a realizar una esperanzada apuesta en favor de la memoria ajena (de la nuestra), y cómo no, también de la poesía, de su poesía. Una apuesta que aparece explicitada en los últimos versos del poema “Lo fatal”: ‘Moriré como todos y mi vida/ será oscura memoria en otras almas’. En definitiva, una apuesta que a juzgar por las circunstancias, y transcurridos desde su realización sesenta años, pocas dudas pueden cabernos hoy, ha ganado para siempre el poeta.

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    Wednesday,21 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Chillida según Chillida y el elogio del horizonte]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,362 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Cae estos días en mis manos un libro curioso. En el volumen, Susana Chillida, hija del escultor Eduardo Chillida, desaparecido ahora hace más o menos un lustro, recoge once conversaciones que entre los años 1992 y 1997 el artista mantuvo con diferentes amigos y familiares, desde el cineasta y escritor Gonzalo Suárez, hasta el director emérito del Museo Guggenheim de Nueva York, Thomas Messer, pasando por la propia Susana Chillida o el escritor y esposo de ésta, Eduardo Iglesias.

    Las once conversaciones fueron editadas bajo el título Elogio del horizonte, conversaciones con Chillida, por la editorial Destino (2003) en una cuidada edición en la que, a mi modo de ver, es de destacar la inteligente selección de imágenes fotográficas, selección que además de cumplir con el objetivo primordial de ilustrar el libro, lo hace, creo, plasmando el deseo de poner en escena un solo Chillida pero con al menos dos vertientes distintas.


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    Eduardo Chillida

    Por un lado están las imágenes que muestran la dimensión artística y cultural del escultor vasco a través de la reproducción de algunas de sus más importantes obras repartidas por todo el mundo, y a través también de presentarnos al personaje acompañado de algunos otros sobresalientes actores del arte y la cultura occidentales del siglo XX, por ejemplo George Braque, Marc Chagall, Antonio Tàpies, Alexander Calder, Heidegger y Emil Cioran, autores con los que, por cierto, preparó sendos libros en 1969 y 1982 respectivamente.

    Por otro lado están las fotos que enseñan la dimensión más familiar y digamos “civil” del artista, las que le muestran como un divertido padre de familia, un hombre enamorado de su mujer Pilar Belzunce, un buen amigo de sus amigos, o un competente portero del equipo profesional de fútbol de la Real Sociedad de San Sebastián.

    En este sentido, Elogio del horizonte, título que hace explícita referencia a la impresionante escultura instalada en 1987 frente al mar abierto en la ciudad de Gijón, es un libro concebido claramente como un homenaje filial a Chillida, y entendiéndolo así no deja de ser lógico que estas páginas rezumen fuertes aromas de elogio, elogio por otra parte mucho más que merecido.


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    Elogio del horizonte (Gijón, 1989)


    Quizá el principal problema del libro es que buscando subrayar las condiciones del hombre bueno que al parecer era Eduardo Chillida, su dimensión puramente creativa queda un tanto desdibujada a lo largo y ancho de unas conversaciones que, opino, no ofrecen lo que cabía esperar desde el punto de vista del análisis de la propia obra y del planteamiento y discusión entre los interlocutores de conceptos, categorías, claves técnicas, porqués y paraqués. Otro problema, sin duda más llevadero y que ya se anuncia en la introducción de la obra, es el de las reiteraciones en las que se incurre a lo largo de las conversaciones. A planteamientos semejantes el artista ofrece respuestas muy parecidas, y así nos queda muy claro tras leer Elogio del horizonte que a Chillida le encantaba vivir en San Sebastián, el mar, el fútbol, la poesía de San Juan de la Cruz, la música de Juan Sebastián Bach y que era vasco por los cuatro costados, aunque ante todo se sentía hombre.

    Pero repugnándome la sola posibilidad de ser injusto por lo quisquilloso en mi comentario, espero que no sea necesario recalcar que estas conversaciones con Chillida configuran un hermoso e imprescindible libro sobre uno de los más grandes artistas de nuestra contemporaneidad. Un gran libro porque revela los lazos existentes entre la vida y la obra de Eduardo Chillida, porque da idea de su vitalismo y de su constante necesidad de traspasar las barreras impuestas por lo prefijado, porque nos lo enseña como un ser que permanentemente se cuestionaba a sí mismo y a lo que le rodea, porque nos descubre su decisiva relación formativa con la ciencia y la filosofía y, por ultimo, porque propone que sea la percepción del espacio –y no la lengua o lo que denominamos “edificio cultural”– lo que actúe de elemento común entre los hombres, dado que todos los humanos, nos situemos en el punto del planeta en el que nos situemos, siempre tenemos ante nosotros un mismo tipo de encuadre, y en su final, la línea del horizonte.

    Para todos los hombres el horizonte, como concepto y trazado espacial, es siempre el mismo, por eso Eduardo Chillida se pregunta si no será el horizonte la verdadera patria del ser humano; de ahí su elogio, su homenaje al horizonte que, al igual que en su escultura gijonesa, también queda expresado en este trabajo que aquí comentamos.

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    Tuesday,20 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[ARCO, cosa de genios o imbéciles]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,361 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La semana pasada comenzó en Madrid la feria de arte ARCO. Como siempre, las televisiones, las revistas, los periódicos y los suplementos de cultura le dedican páginas y páginas, comentarios y comentarios, minutos y minutos. Como siempre, también hay polémica en torno al sentido y valor de determinadas obras, como por ejemplo, esas cajas de cartón para embalar que puestas juntas en el suelo configuran una de las obras que se exponen y venden. Ya le hemos dedicado tiempo y espacio al asunto en el blog sobre el reciente caso ocurrido en la Tate Britain de Londres.

    Creo que al respecto lo mejor que puede hacerse es recurrir a la célebre frase de Marcel Duchamp para despachar el asunto: "arte es todo aquello que un artista diga que es arte". La frase, a mi juicio, es como una moneda, es decir, tiene dos caras. La primera casi es la cara de la genialidad, y muy probablemente sea muy cierta (¿claro que quién dice que un artista lo sea?, ¿un crítico?, ¿y quién dice que el crítico lo sea?...), y la otra cara es la de la imbecilidad. La frase de Duchamp es como buena parte del arte actual, depende de la cara que mires de la moneda, o te enfrentas a una genialidad llena de sentido o una completa imbecilidad sin vuelta de hoja.


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    Pieza de Marcel Duschamp


    Pero la frase de Duchamp me conduce a otra reflexión. Y es acerca de las artes y las letras en este comienzo de siglo. ¿Se han dado cuenta de que hoy, en la postmodernidad, esa frase es aplicable a todo lo que tenga que ver con la creación? Qué es un poema. Pues lo que diga el poeta que es. Qué es cine. Lo que diga que es cine un director. Qué es música. Lo que dicen que es música los cantantes y compositores de hoy. Qué es una escultura. Qué es un cuadro. Qué una narración. Qué una fotografía. Qué danza..., todo lo que hoy dicen que es y hacen los que se dedican a desarrollar algún acto de creación. Así de sencillo. ¿Cuál es el resultado general? El descrédito absoluto de todos los que nos dedicamos a escribir, componer, fotografiar, pintar... ¡Eso lo hace cualquiera! Piensa el común de los mortales. Y es absolutamente cierto. Hoy, cualquiera es artista, y entonces ser artista ha perdido el mucho o poco valor que en su día pudo tener.

    ¿Es aplicable la genialidad/imbecilidad de Duchamp a otras áreas del conocimiento y la ciencia humanas? No, la medicina, la física, las matemáticas, astronomía, la química, la ingeniería..., han quedado fuera del alcance del petardo del artistas francés, y por tanto, han conservado su prestigio, o al menos no lo han visto disminuido hasta lo nimio.

    ¿Alguien puede preguntarse qué es un transplante de corazón, qué es una fórmula matemática, qué es un puente?, ¿y contestar a lo Duchamp? No, imposible. Si un puente se cae, ya no es un puente, y el ingeniero va a la cárcel. Si la fórmula matemática no responde con precisión, deja de ser utilizada, y se convierte en una chapuza inservible. Si un transplante de corazón sale mal, el paciente muere, y la broma se acaba ahí.

    En arte no. Qué más da que una majadería escrita en verso pase por poema porque así lo anuncia el autor. Qué más da que se coloquen tres cajas sobre el suelo y que el autor diga que eso es una escultura. ¿Alguien, en la postmodernidad, va a desmentir a los artistas? ¿Alguien va a arriesgarse a que lo llamen paleto o a no darse por informado de las últimas tendencias? ¿Es más, a quién le importa hoy de verdad un comino el arte? Este debate es viejo, caduco, inservible, inútil. En arte da ya igual prácticamente todo, todo se ha inventado, todo se ha hecho, todo se hará.

    Duchamp tenía razón. Lo que no sabemos es si tuvo razón siendo un genio o un completo imbécil.


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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Monday,19 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Historias de Pekín, los recuerdos de David Kidd]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,360 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hay libros que encierran entre sus páginas un tesoro que se deposita en tu propio corazón a través de la lectura y en él se queda hasta tu desaparición. Ocurre en pocas ocasiones, pero cuando ocurre, la dicha no puede ser mayor, pues sabes que pase lo que pase, estés donde estés, ya nunca más te sentirás completamente solo.

    El libro de David Kidd (1927-1996), Historias de Pekín (Libros del Asteroide) es uno de esos raros milagros en forma de tesoro impalpable. Nacido en el estado norteamericano de Kentucky en 1927, Kidd estudió cultura china en la Universidad de Michigan, donde se licenció acabada la Segunda Guerra Mundial, en 1946. Casi al acabar ese año Kidd marchó a la Universidad de Yenching, en Pekín, donde estudio poesía china y dio clases de inglés en diversas instituciones.


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    David Kidd: Historias de Pekín (Libros del Asteroide, 2006)


    En la capital de China vivió Kidd cuatro años intensísimos, incluyendo los que vieron la llegada al poder de Mao, durante los cuales estudió en profundidad y con una pasión desbordante la cultura china: su literatura, pintura, música, teatro...

    Además, en aquel periodo se casó nada más y nada menos que con la hija de una rico aristócrata chino, y en el transcurso de dos años que abarcaron justo antes de la revolución comunista y justo después, vivió con su mujer en la mansión familiar pekinesa. La revolución maoísta suprimió de un plumazo todas las antiguas tradiciones, casi toda la cultura antiquísima del milenario imperio, casi todas las formas antiguas de vida chinas. Sin embargo Kidd dejó por escrito sus recuerdos e impresiones de aquel mundo refinado, antiguo como la propia humanidad, que se derrumbaba ante sus ojos y que desapareció para siempre tragado por las fauces de la historia. Esos recuerdos se publicaron por vez primera en 1960 con el título de All the Emperor’s Horses (Todos los caballos del emperador), y volvieron a aparecer casi treinta años más tarde, en 1988, revisados, con el título con el que lo han hecho en español, Historias de Pekín.

    Un lectura inolvidable.


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    Friday,16 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[¡Odio el carnaval!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,358 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Salgo de dar clase. La lluvia y un viento casi huracanado barren las calles de Santander. Me meto en el túnel de Tetúan para atravesar casi de parte a parte el urbanismo santanderino. Filas de coches interminables están detenidas en el túnel y arrojan humos que hacen el paseo irrespirable. Salgo por la boca del túnel que me deja al otro lado de la ciudad. Ya veo la bahía y los mástiles de los veleros meciéndose movidos por el viento. Camino por el paseo de Pereda prácticamente desierto. Me detengo en un semáforo y llama mi atención un cochazo que pasa lentamente, dejándose admirar, gritando a los espectadores la pujanza y el éxito que acompañan al ocupante. En el interior se encuentra un hombre joven con aspecto satisfecho de no haber pasado hambre jamás; es más, de que la gula será en pocos años su pecado menos confesable. Lleva una corbata rosa absolutamente increíble, que habla de un gusto no muy refinado que desde luego no hace juego con el cuero impecable y aromático del cochazo. El hombre gesticula alegremente, mueve las dos manos arriba y abajo, cabecea, da pequeños saltitos sentado al volante y parece que, de vez en cuando, incluso echa la cabeza hacia atrás. Pienso que va hablando con alguien situado en el asiento posterior, y que a esa persona va dirigido el discurso. Pero no, me fijo bien y el cochazo sólo está ocupado por el individuo satisfecho y bien alimentado. Es evidente, va hablando por teléfono mediante un manos libres, y debe sentirse tan satisfecho y orgulloso de su vida que necesita expresarlo mediante el larguísimo cochazo y la pantomima gesticulante.

    Inmediatamente me viene a la mente el carnaval, y medito que lo visto en el semáforo es en sí mismo un hecho carnavalesco, y que en breve las murgas tomaran las calles y pasearán su jolgorio transformista invitándome a sumarme a la fiesta.


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    Sambódromo


    Me horroriza el carnaval, me espanta, no lo entiendo, no le veo ningún sentido, es algo que a la vez me produce una inmensa sensación de pena y repugnancia. La indignidad por la indignidad me produce lástima, sonrojo..., y todas esas personas disfrazadas de manera grotesca, dando saltitos por las calles, haciendo chabacanas gansadas mil por el simple hecho de que se supone que estamos en época de hacer gansadas, me provocan el deseo irrefrenable del exilio.

    Sí, ya sé que soy un tipo muy raro, un tipo gris y aburrido, un tostón de personaje que lo pasa francamente bien escuchando las sinfonías de Mahler, ópera o jazz, viendo viejas películas de los años cuarenta y charlando de poesía y poetas. Lo admito, lo acepto, soy un completo tarado, pero como tal quiero expresarme, quiero desahogarme a la espera de que las ridículas y espantosas charangas tomen por unos días el escenario tranquilo en el que se desenvuelve mi tranquila existencia.

    Estos días me gustaría evaporarme y desaparecer. Y por todo lo que ustedes quieran, bajo ningún concepto materializarme ni en Cádiz, ni en Tenerife, ni mucho menos en Río de Janeiro, ciudad en la que espero no recalar jamás de los jamases, y menos en esta época del año. En mi imaginación, lo más cercano que hay en la tierra a la gratuidad sin sentido del infierno en un sambódromo, ese paisaje grotesco lleno de personajes danzando sin descanso vestidos con plumas al son de una de las peores músicas que puedan salir de la imaginación del peor músico posible.

    Insisto, sé de mi rareza personal, de mi grisura, de mi ser melancólico y tristón, pero por eso mismo déjenme vaciar mi espanto en el blanco de la página. Fíjense si seré raro y contracorriente que la peor noche de mi existencia, la más aburrida y patética, la pasé en la Feria de Abril sevillana, otro espanto al que yo, que debo tener algún oscuro antepasado finlandés, no le veo maldita la gracia.

    Ahora llega el carnaval a la ciudad. Prometo que me voy encerrar en casa durante los días que dure el espectáculo y que no molestaré a nadie con mi espíritu deshecho y cabizbajo, que a nadie observaré con miradas condenatorias..., es más, fingiré ánimo y apertura de miras, e incluso seré capaz de sonreír a mis sobrinitos disfrazados de duendes y princesas, y no les patearé y les arrancaré los vestiditos como me dicta mi conciencia. Pero mientras, permítanme este discurso iracundo y frenético. Permítanme mancillar el carnaval con mi desprecio e incomprensión, permítanme pensar que las chicas que salen en televisión llorando a moco tendido y manifestando que ser las reinas del carnaval era el sueño de su vida son unas descerebradas. Permítanme soñar con el exilio en una geografía digna y tranquila. Permítanme..., que ahora llega la espantosa ola del carnaval municipalesco y de insufrible interés turístico.

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    Thursday,15 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Robert Walser en su tumba de nieve]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,357 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El ingeniero Tobler sufrió la ruina y sus más nefastas y tristes consecuencias: su mujer y sus cuatro hijos lo abandonaron. Testigo privilegiado de este proceso hacia la hecatombe personal es Joseph, un empleado del ingeniero que permanece fiel a su jefe. Esta historia es, más o menos, la que se cuenta en El ayudante, narración publicada en 1908 por el escritor suizo Robert Walser (1878-1956), y que no deja de ser un remedo literario y esencialmente irónico de la experiencia personal del propio autor, quien trabajó durante seis meses en la casa de un ingeniero de nombre Dubler.



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    Robert Walser en mayo de 1942


    El ayudante, libro publicado por Siruela, es un paso más en el extenso paseo narrativo que inicié con Robert Walser hace ya algunos años, paseo que página a página me ha ido proporcionado algunas de las satisfacciones librescas más extraordinarias de mi vida lectora. Walser, él mismo, es una narración compleja e inconmensurable, de cualidades tan extraordinarias que, como señaló en su día el gran Elías Canetti, “un personaje tan singular como Walser no hubiera podido inventarlo nadie”.

    Walser escribió alrededor de una docena de libros que se califican con un sólo y hoy en exceso manoseado adjetivo: memorables. Los hermanos Tanner, El paseo, La rosa, Jacob von Gunten, o sus microgramas también recientemente publicados, ofrecen las más alta idea de lo que es capaz de contener y transmitir la más alta literatura intemporal, una de las que dan sentido al arte de escribir en el siglo XX.

    Al cumplir 50 años Walser se internó a sí mismo en un sanatorio para enfermos mentales. Sin eufemismos, se ingresó en un manicomio y dejó de escribir. El resto de lo que le quedaba de vida lo pasó en silencio y recluido en aquel lugar, paseando, divagando, perdido en la inmensidad de su interior. Apareció muerto en la nieve el día de Navidad de 1956. Ese día dio su último paseo uno de los escritores más grandes. La frialdad del mundo lo acompañó hasta el último momento, en el que un manto de nieve hizo de pálido sudario.

    Siempre que veo nevar o contemplo la nieve tranquila descansando en los caminos pienso en Walser. Y siempre prosigo mi paseo sintiendo en el frío el calor de su compañía, de sus páginas que arden en la hoguera que de momento me mantiene a salvo de la helada final.

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    Wednesday,14 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Leyendo a Alberti: un poema de Sobre los ángeles]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,356 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En julio de 1969, saludaba Gerardo Diego la aparición en la editorial Aguilar de una edición de bibliófilo de A la pintura señalando que “Rafael Alberti es poeta tan lleno de gracia y espléndido de intenciones y variaciones que no es fácil, por no decir, no es posible, resumirle en un adjetivo. Dejémosle en el desnudo nombre de poeta, él es un poeta. Ni más ni menos. Un poeta múltiple y uno, como la mayor parte de los más importantes poetas, de aquellos que no son poetas cortos, poetas cortos aunque hayan escrito millares de estrofas”.

    Cualquiera que haya frecuentado la poesía de Alberti aceptará sin ponerle demasiados reparos el juicio de Gerardo Diego sobre su enorme variedad de voces y registros, y entenderá por tanto que quien se vea ante el reto de escoger uno de sus poemas y comentarlo, deba primero dilucidar y luego precisar qué Alberti de entre los múltiples existentes es el escogido para la ocasión. Pues bien, esta es la tarea a la que ahora me obligo y de la que espero salir no del todo mal parado.

    Sabido es que la aparición del libro Cal y Canto significó la principal aportación de Rafael Alberti a la llamada corriente neogongorista, en la que por entonces estaba inmersa buena parte de su generación poética, y a la vez supuso el comienzo de sus tanteos con el vanguardismo, tanteos que culminaron en el año 1929 con la publicación de uno de sus libros sin duda más importantes, Sobre los ángeles, una obra que “es válida y trascendente para todos los que compartimos el privilegio, y a veces la pesadumbre, de estar vivos”, y cuyo manuscrito se encuentra guardado en la biblioteca de la Casona de Tudanca (Cantabria), lugar que fue propiedad del escritor y académico José María de Cossío.


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    Rafael Alberti


    A este libro pertenece el poema que voy a comentar, “Desahucio”, en el que pueden vislumbrarse con claridad, y a ello voy a aplicarme ahora, algunos rasgos y recursos del singular surrealismo practicado en aquellos momentos por Alberti. Pero antes se hace conveniente recordar el poema:

    “Ángeles malos o buenos, /que no sé, /te arrojaron en mi alma. //Sola, /sin muebles y sin alcobas, /deshabitada. //De rondón, el viento hiere /las paredes, /las más finas, vítreas láminas. //Humedad. Cadenas. Gritos. /Ráfagas. //Te pregunto: /¿cuándo abandonas la casa, /dime, /qué ángeles malos, crueles /quieren de nuevo alquilarla? //Dímelo”.

    A comienzos de los años sesenta del pasado siglo, Gerardo Diego fue invitado por la Sorbona para ofrecer dos conferencias sobre el surrealismo en la poesía española. En sus intervenciones, Diego aseguró que en España no había habido nunca una literatura “sobrerrealista” que siguiera el modelo original francés (Bretón, Picabia, Tzara, Aragón, Dermée...), es decir, “entregada confiadamente a la irrupción de lo irracional, de lo subconsciente y de lo onírico”. En opinión del autor de Manual de espumas, los casos españoles de mayor altura poética cercanos al surrealismo fueron los libros escritos o publicados por Lorca, Cernuda, Aleixandre y Alberti entre 1928 y 1934, y en ellos la entrega del instinto poético a lo irracional siempre aparece dominada por “una revisión a posteriori de lo que la pluma en libertad había aventurado”. Así, ninguno de estos poetas fue surrealista si se utiliza la palabra con rigor.

    Además, para Diego esa evolución poética española hacia lo irracional a partir de mediados los años veinte obedeció a “naturales impulsos y tradiciones nuestras, de tal modo que hubiera sido la misma aun sin la aparición en el firmamento literario francés de la pléyade sobrerrealista. Es evidente que con Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Vicente Huidobro, Juan Larrea y más adelante César Vallejo, y con lo que llevaban dentro de sí mismos los poetas de Pasión de la tierra, Sobre los ángeles, Poeta en Nueva York y Un río, un amor, la libertad expresiva de la poesía española se hubiese disparado por sí misma sin necesidad de estímulos ajenos. Y más que todo como consecuencia del electrizado y tempestuoso clima vital y político de dichos años, tan trascendentales para la Historia de España”.

    Según nos cuenta el propio poeta santanderino, poco después, y dentro del mismo ciclo de conferencias, Rafael Alberti vino a decir poco más o menos lo mismo.

    De entre todas las ideas expuesta por Diego en su artículo, no puedo estar de acuerdo con la que asegura que el camino hacia lo irracional emprendido por la poesía española en los años veinte y treinta del siglo XX hubiera sido el mismo sin la eclosión del surrealismo en Francia. A este respecto hay un dato que por sí solo ya me parece suficientemente alumbrador: el “viaje consciente” hacia el surrealismo en España, el pistoletazo de salida, se produjo después de la aparición del primer manifiesto surrealista en París (1924), y coincidió con la presencia durante esas fechas de muchos literatos y artistas españoles en la capital u otras ciudades francesas, incluido el propio Gerardo Diego, quien conoció en sus viajes parisinos de 1922 y 1924 a Aragón, Francis Picabia, Dermée y Tristán Tzara, por ejemplo. Pensar que el surrealismo español no necesitó del estímulo vanguardista francés me resulta una afirmación cuando menos difícil de sostener.

    En lo que sí creo que tiene mucha razón Gerardo Diego es en sostener que el surrealismo español no siguió “al pie de la letra” el modelo francés, y en esta apreciación coincide con críticos más cercanos a nosotros en el tiempo como Guillermo Carnero o Gabrielle Morelli. El surrealismo poético de Lorca, Aleixandre o Alberti no se abandona pasivamente a la intuición, sino que se implica en una exploración verbal que buscaba eliminar “el impasse entre forma y fondo, entre lengua y referente poético..., lo contrario de la ortodoxia bretoniana que impone un abandono absoluto a la recepción de la imagen onírica”.

    En este sentido, el surrealismo supuso para los poetas españoles una rebelión con un mayor significante ético que estético. La ruptura de los convencionalismos en el uso del lenguaje, la búsqueda de nuevas imágenes, los juegos verbales..., en definitiva, la libertad en el uso de la palabra, tuvo decisiva importancia como proceso de redención personal, y como forma de expresión de la novedosa fragmentariedad humana y de un tiempo histórico recién estrenado: el de la definitiva quiebra de la modernidad que el final de la Primera Guerra Mundial hizo tan palpable.

    Algunas de las principales características del mejor surrealismo español, el que nunca llegó a serlo del todo, es decir, el de los poetas del veintisiete, son las que entre otros muchos apunta Ruiz Soriano en su estupendo trabajo dedicado al José Luis Hidalgo surrealista: la ruptura del código lingüístico en el plano del significado, la asociación fonética libre, la yuxtaposición de imágenes, la personificación de ideas y cosas, la equiparación del ser humano con objetos, el uso del imperativo categórico, la fusión de funciones sensoriales, el uso de las enumeraciones caóticas, etc... Pues bien, la mayor parte de estos rasgos pueden rastrearse sin dificultad en Sobre los ángeles, y bastantes de ellos en el poema “Desahucio”. Veámoslo.

    El uso del imperativo (“Dímelo”) como llamada de atención, unida al empleo del formulismo impersonal que implica una indeterminación del sujeto (muchas veces porque no interesa concretarlo), ayudando así a crear una atmósfera de vaguedad que acentúa la impresión de desarraigo, de ruptura existencial.

    La formulación de preguntas que subrayan la sensación de crisis, de perplejidad y desamparo personal (“¿cuándo abandonas la casa, / dime, / qué ángeles malos, crueles / quieren de nuevo alquilarla?”).

    Empleo de la disyunción y la antítesis, fórmulas recurrentes para establecer relaciones entre imágenes contrarias (“ángeles malos o buenos, / que no sé, / te arrojaron de mi alma.”).

    Uso de asociaciones subjetivas, yuxtaponiendo lo material y lo inmaterial o evanescente (ángeles buenos o ángeles malos, muebles, paredes, alma, cadenas), provocando lo que Ruiz Soriano llama humanización psicológica de los objetos.

    Pero quizá el recurso más llamativo empleado por Alberti en “Desahucio” sea la equiparación de un “elemento humano” por antonomasia, el alma, a un objeto material, una casa. Esta metáfora, de indudable influencia medieval (cuerpo versus alma) y barroca (Quevedo, poesía religiosa del XVII), hace del alma del poeta una casa que ha quedado deshabitada, vacía, húmeda; una casa que se alquila y en la que el viento penetra y hiere, en la que hay cadenas y se escuchan gritos; una casa que los ángeles malos y crueles (“ciegas reencarnaciones de todo lo cruento, lo desolado, lo agónico, lo terrible y a veces bueno que había en mí y me cercaba”) quieren volver a alquilar, y donde el callado interlocutor del poeta ha sido arrojado.

    “Desahucio”, y ya finalizo esta breves divagaciones, es un poema en el que mediante diversos recursos, rastreables en buena parte del (mal)llamado surrealismo de la generación del veintisiete, Alberti acierta a expresar con singular acierto un estado de angustiosa postración, de dolor interior, propio de un hombre irrealizado, sin precisa filiación ante el mundo, y que se abandona a formular preguntas sobre sí mismo que sabe jamás obtendrán una respuesta.

    En este sentido, “Desahucio”, breve e intensa etapa en la dramatización del viaje iniciático albertiano que en su conjunto representa Sobre los ángeles, es también una pieza más dentro de lo que Brian Morris, refiriéndose a dicho libro, ha denominado “proceso de autoexamen y autodiagnóstico a través de poemas que narran, no hechos externos, sino experiencias vividas en la mente”.

    El amor no correspondido, los celos, las dudas y temores religiosos, fueron los elementos circunstanciales que llevaron al joven poeta ante el punto de partida de su particular viaje desde el paraíso perdido hacia un nueva, vulnerable y dolorosa realidad: lo que dentro de nosotros está por hacerse, lo que puede o no puede ser.

    Desasosiego existencial que, dado el momento histórico en el que el poeta escribía, debió verse subrayado por la sensación de crisis absoluta que todo final de un periodo y principio de otro lleva consigo.

    Pero Alberti, y aquí me muestro en perfecto acuerdo con Morris, fue “más allá de la circunstancia autobiográfica, gracias a un proceso de transmutación y elevación”; proceso facilitado sin duda por las nuevas libertades expresivas generadas por la vanguardia, y logró convertir “a Sobre los ángeles de obra autobiográfica en un libro clásico, aleccionador y ejemplar, donde todos podemos ver confirmada nuestra vulnerabilidad mortal, y sentirnos inspirados a superarla”.

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    Tuesday,13 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Fellini, su biografía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,355 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Descubrí que el cine podía ser algo distinto a las películas de aventuras de los sábados por la tarde, una mañana en la que acudí con mis compañeros de instituto y el profesor de historia, Vicente Fernández Benítez, al teatro de la Obra Social de Caja Cantabria en la calle Tantín, justo al lado de donde vivió mi abuela durante más de medio siglo.

    No sé exactamente por qué fuimos esa mañana al cine. Tampoco recuerdo si había un ciclo programado o fue una sesión especial pensada para nosotros. Pero la cuestión no es esa, ni importa absolutamente nada que fuera de una u otra manera. La cuestión es que aquella mañana vi por vez primera en mi vida Amarcord, la película de Federico Fellini, y que durante el tiempo que duró la proyección mi acercamiento y comprensión del cine cambió para siempre. En ese sentido, todo se lo debo agradecer, por tanto, a Fellini.

    Nunca olvidaré las imágenes de aquellas oscuras calles de ciudad de provincia italiana fascista en las que, mientras cae lenta la nieve, un motorista fantasma vuela sobre el asfalto sin aparente ton ni son. Tampoco los enormes pechos de la estanquera con los que a punto está de ahogar para siempre los deseos sexuales de uno de los jóvenes protagonistas. O el trasatlántico de cómic que surge de la niebla ante el asombro operístico de los habitantes de la ciudad que lo observan desde unas chalupas de atrezzo que navegan sobre olas de pega. O la boda final, en mitad de un descampado, con un músico ciego que toca el acordeón pensando en el patio de Monipodio. O el hotel cerrado que se abre sólo para acoger la noche de amor entre la guapa del pueblo y un príncipe de carnaval. O el rostro gigantesco y ridículo de Mussolini hablándole a unos niños que juegan aburridos a soldados. O la música hipnótica, cósmica y a la vez casera de Nino Rota.


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    Federico Fellini y Marcello Mastroiani


    Sí, Fellini cambió para siempre mi relación con el cine, y después de aquella mañana encerrado en la sala oscura de un cine provinciano, nada volvió a ser igual con respecto a las imágenes que vuelan sobre el blanco de una pantalla, y el término felliniano adquirió para siempre un nuevo y preciso significado.

    Después de Amarcord llegaron La Strada, Giulietta de los Espíritus, Entrevista, Ensayo de Orquesta, El jeque blanco, Ginger y Fred, Los clowns, Casanova, Las noches de Cabiria..., y las tres películas que, junto, a Amarcord, más me gustan del cineasta italiano: La dolce vita, 8 y medio e Y la nave va.

    Marcello Mastroianni deambulando por las calles de Roma con las manos en los bolsillos y un cigarrillo humeante en la boca, o tomando con gafas de sol caladas un Cinzano en una terraza soleada, o metido en una bañera con sombrero y gafas con montura de pasta, mientras reflexiona sobre el arte de contar historias en imágenes… Todo eso es Fellini, todo es cine con mayúsculas, cine convertido en iconos irrenunciables de pura vida y esteticismo trascendido en látidos de una contemporaneidad atrapada en un plano: historia del arte del siglo XX.

    Pero si alguien me pidiese alguna vez un solo fragmento felliniano, no lo dudaría mucho. A un lado dejaría al periodista y a la Venus rubia metidos en las humedades explosivas de la Fontana de Trevi, o a Alberto Sordi a lomos de un caballo blanco, o a Giuletta Massina como una dulce y trágica payasa sin futuro. No, yo me quedaría sin dudarlo con el final de Y la nave va. Y sobre todo con ese instante increíble, emocionante hasta las lágrimas, puro desnudo y alquimia cinematográfica, en el que la cámara su mueve hasta mostrarnos una plataforma móvil que semeja la cubierta del barco que se hunde, y con un giro sutil, nos muestra también a todo el equipo que filma, que echa el humo que quiere ser niebla, que mueve las olas falsas del falso fondo, y finalmente nos dirige hacia el encuentro directo con otra cámara que se acerca y tras la se encuentra, mirando, el propio Fellini. El cine sale de encuadre para mostrarnos la realidad que a su vez se ha transformado en secuencia. Magia al cuadrado, magia sobre magia.

    Ayer me acerqué a la librería después de tomar un café. Antes de entrar, bajo los arcos de medio punto de la logia porticada, me encontré con un efusivo amigo pintor y escritor, que tras saludarme e intercambiar ingenuas ingeniosidades divertidas, me regaló un preservativo, deseándome una pronta felicidad. Felliniano pensé, un encuentro felliniano. Subí las escaleras de madera de la librería y entré en la gran sala invadida por los libros. Un oasis hermoso, soñado una y mil veces. Me dirijo a las meses, las recorro y lo encuentro: Fellini, la biografía del director escrita por su buen amigo Tullio Kezich y editada por Tusquets en su colección Tiempo de memoria. Compro el libro feliz, y con él bajo el brazo, con la imagen de Mastroianni andando por las calles sombrías de Roma, me adentro yo en la plaza provinciana y hermosísima, saboreando de antemano esta conversación con Fellini que estoy a punto de comenzar en las páginas de un libro que me ha dado felicidad.

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    Monday,12 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Raymond Carver, carnicería y poesía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,352 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Contemplo una foto de Raymond Carver y su rostro me parece el de un elegante y sofisticado carnicero al que de vez en cuando le compro medio kilo de carne picada y filetes de hígado y lomo. No, no me refiero a un asesino en serie, sino a alguien que despieza y corta con eficacia artesanal, detrás de un pulcro y cuidado mostrador, pechugas de pollo o tiernos filetes de ternera.

    Sin embargo el norteamericano Raymond Carver (1939-1988) escribía, y la muerte acudió a su encuentro en el momento en el que quizá empezaba a recoger los sabrosos frutos, mundanos y sociales, de su trabajo. No publicó mucho Carver, tampoco tuvo suficiente tiempo para hacerlo. Cuarenta y nueve años no me parece un espacio temporal generoso, claro que tal apreciación, seguro, es cuestión de opiniones. Carver pudo publicar apenas media docena de colecciones de relatos, un género, si es que los géneros existen a estas alturas de la historia, en el que hoy casi todo el universo está de acuerdo que logró aciertos francamente reseñables, a la altura de los más grandes cuentistas de las últimas décadas.

    No soy muy aficionado a los cuentos, y no sabría decir el porque, al menos así, a vuela pluma. Pero reconozco no haberlo pasado del todo mal con algunos de sus títulos: ¿Quieres hacer le favor de callarte, por favor?, Tres rosas amarillas, Catedral...


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    Raymond Carver


    Pero Carver también escribió poesía, y según su viuda, la poeta (¿o poetisa?) Tess Gallagher, no lo hacía de manera circunstancial, entre un relato y otro, así como para soltar la mano e ir haciendo tiempo. No, siempre según su viuda, Carver era poeta ante otras posibles circunstancias, oficio del que se desviaba para escribir sus relatos, e imagino que para poder comer todos los días, añado yo como coletilla y pesado lastre.

    La obra poética completa de Carver se recopiló en inglés en 1997, casi una década después de su final. El título del volumen All of us, es decir, Todos nosotros, ha alcanzado en su más reducida edición en español (editorial Bartleby, traducción de Jaime Priede) un éxito asombroso, tendiendo en cuenta que estamos hablando de algo tan minoritario como la poesía. Veinte semanas continuadas en la lista de libros de poesía más vendidos en toda España avalan su tirón. La razón, creo yo, es que la poesía del norteamericano está escrita en línea recta, es decir, sin meandros ni alusiones abstractas. Se expresa con un lenguaje sencillo y claro, con una metafísica comprensible, que hace que el lector sepa exactamente de qué se le está hablando. Es una poesía realista, cotidiana, entendible, sí, esa es la palabra quizá, entendible, y por lo tanto “satisfactoria” para quien se acerque a ella. A mí en particular esta poesía me gusta leerla, me acompaña, me acuna..., pero no me lacera en absoluto las entrañas del espíritu. Algo que hoy sí le pido a la poesía que me embarga, la que me noquea.

    La poesía de Carver no me noquea de ningún modo. Eso sí, es como un apetecible bistec a la plancha: digestivo y sabroso. Animo sin duda a leer los poemas de Carver, y más tarde, ya con el estómago ligero, las cargas de profundidad de una poesía de otro rango, por ejemplo, las Iluminaciones de Arthur Rimbaud, que acaba de traducir Antonio Colinas para la editorial Devenir. Luego comparen y decidan ustedes mismos.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Friday,9 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Beethoven, tendero musical]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,351 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Recientemente, mi amiga Eva Fernández me encargó un texto de presentación para un concierto que tendrá lugar no dentro de mucho en la sede santanderina de la Fundación Marcelino Botín. Me produce siempre una enorme satisfacción que me encarguen estas notas al programa, pues por un lado me da la oportunidad de volver a escuchar muchas piezas de cámara que a veces son infrecuentes o que tengo desatendidas, y por otro, porque me permite investigar someramente en la vida y la historia de muchos músicos, en cómo escribieron sus obras, en cómo fueron recibidas el día de su estreno, y en qué manera la crítica actual se acerca a ellas y las comprende.

    Pues bien, una de las piezas que sonará en la sala de la Fundación próximamente y sobre la que he tenido que escribir, es el Trío nº 3, en do menor (op. 1, nº3) de Ludwig van Beethoven, uno de mis músicos predilectos, uno de esos autores cuya obra, por mil y una razones, me resultan imprescindibles casi en el vivir cotidiano. Los últimos cuartetos del alemán, los que escribió ya prácticamente sordo y a una edad que en su época era la vejez, son uno de los monumentos creativos más determinantes e incuestionables salidos de la mente y el espíritu humano de cualquier tiempo y cultura, y su escucha puede llenar de asombro y maravillas varias vidas sin agotarse.

    La escritura del programa, sin embargo, me ha enseñado otro Beethoven, otro artista quizá más humano y vulnerable por mostrar algunos puntos débiles tan propios de la cotidianeidad de cualquiera de nosotros, por poner un ejemplo cercano.


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    Ludwig van Beethoven


    Las páginas que Beethoven escribió para la formación de piano, violín y violonchelo, quizá no figuren entre las más grandiosas e inapelables salidas de las manos del músico de Bonn, pero sí tienen desde luego ese carácter sólido, arriesgado y atractivo que singulariza casi la totalidad de la música escrita por el genial alemán. Beethoven compuso tres tríos para la formación mencionada entre 1793 y 1795, es decir, en la época en la que abandonó definitivamente su ciudad natal, Bonn, para vivir y trabajar en la gran capital de la música europea de aquel momento, la Viena por la que pululaban y trabajaban todos los grandes músicos del momento, salvo tal vez, algunos maestros italianos, incapaces de abandonar la suavidad y ajetreo de su tierra.

    En aquella época, apenas veinteañero, Beethoven comenzó a frecuentar el trato de algunos de aquellos reconocidos maestros. Joseph Haydn o Antonio Salieri, el antiguo rival de Mozart, entre ellos. Los tres tríos escritos durante esta primera juventud vienesa, como era frecuente entonces, se los dedicó el músico a un personaje principal de la sociedad imperial, el príncipe Karl von Lichnowski, buscando, como no podía ser de otro modo, protección, mecenazgo y encargos, muchos más encargos que le dieran fama, prestigio y dinero.

    Los tres tríos, cuando se estrenaron en casa del príncipe aludido y con la presencia y escucha atenta del gran Haydn, obtuvieron un éxito fulgurante. Su redacción presentaba rasgos heredados de Mozart y del propio Haydn, pero presentaban innovaciones, evoluciones muy beethovenianas ya, en todos los sentidos: juegos de contrastes dinámicos, creación de impulsos rítmicos, presencia tonal de lo dramático...

    De los tres tríos, precisamente el que escucharemos en breve en la Fundación Marcelino Botín, el nº 3, en do menor (op. 1, nº 3), es el más famoso de la colección, y sin duda ninguna una de las cumbres de la escritura del Beethoven juvenil. Incluso el mismísimo compositor consideraba que era el mejor de la serie, aunque Haydn, sin embargo, después de escuchar la obra el día de su estreno en un salón principesco vienés, le aconsejó que no lo publicara, al menos, tal y como había quedado concebido.

    Y entonces, Beethoven, el que años más tarde sería capaz de condensar uno de los más elevados acercamientos a la comprensión de la existencia humana en sus últimos cuartetos, receloso, suspicaz, mosqueado..., considero que el viejo maestro ya le consideraba una amenaza para su fama y su prestigio, y decidió poner la distancia necesaria.

    Así el gran Beethoven, uno de los genios más incuestionables de todos los tiempos, se comportó y actuó, humano y joven al fin y al cabo, como un músico de banda municipal y espesa. El genio transformado en tendero musical. Hasta lo más grandes ofrecen resquicios a la mezquindad, y qué quieren que les diga, a veces reconforta, por lo mucho que de mezquino tiene uno.

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    Thursday,8 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Gustav Mahler, Visconti y María Zambrano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,350 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Cuando recurro a mi memoria para visualizar la imagen de María Zambrano, ésta acude siempre relacionada con una secuencia cinematográfica que me resulta extraordinariamente sugerente y poderosa.

    Se trata de una secuencia perteneciente a la película Muerte en Venecia, dirigida a comienzos de los años setenta por Luchino Visconti. En concreto me refiero al momento en el que el personaje del músico Gustav von Aschenbach (Dirk Bogarde), en alguna medida inspirado sin duda por la figura de Gustav Mahler, después de hacer las maletas e incluso haber marchado hasta la estación de trenes para abandonar Venecia decepcionado de la vida y sobre todo de sí mismo, de repente cambia de opinión y decide quedarse en la ciudad, darle a ésta una última oportunidad concediéndosela también a su propio yo. Von Aschenbach monta en la pequeña lancha que le devuelve al hotel, y durante la travesía contempla con el rostro resplandeciente lo que la vida le ofrece y parece descubrir ahora con unos ojos totalmente nuevos, con una disposición anímica radicalmente distinta. No, no es alegría lo que yo veo en los ojos de von Aschenbach/Bogarde, creo más bien que es la venturosa paz de quien ha aceptado, de quien por fin ha entendido tras una dolorosa revelación.

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    María Zambrano


    Siento una emoción incontenible cuando la cámara encuadra la figura de Dirk Bogarde mientras se balancea sobre el barquito con un cielo azul de luz prodigiosa como fondo. Su rostro logra expresar y transmitir perfectamente esa calma dichosa de la que antes he hablado, esa aceptación de lo propio y de la vida y su final, recién abrazada. Mientras los distintos planos de la secuencia muestran el sutil resplandor de von Aschenbach, para enriquecer el sentido de lo que está sucediendo en la pantalla, suena el conocido Adagietto para cuerdas y arpas de la Quinta sinfonía de Mahler.

    Es del todo imposible pensar que un director tan meticuloso con los detalles como Luchino Visconti, escogiese este Adagietto sólo por azar o por simple gusto con el fin de reforzar el contenido de uno de los instantes más determinantes de su película. Hasta la fecha no he leído nada al respecto, pero es indudable que la elección estuvo muy meditada y tuvo que ver con el hecho de que Visconti decidiese hacer del protagonista no un escritor, como sucede en el relato original publicado por Thomas Mann, sino un músico con rasgos físicos y "espirituales" muy semejantes a algunos de los que conocemos de Gustav Mahler.

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    Luchino Visconti


    La cuestión a responder primero pasa a ser entonces por qué Visconti quiso hacer de Aschenbach, al menos en parte, un trasunto del gran compositor bohemio. A mi modo de ver la decisión del cineasta responde al hecho de que, aunque no de una manera absoluta, en la obra musical de Mahler el significante autobiográfico es decisivo, y que probablemente no haya a lo largo de todos los años que abarcaron su época de madurez compositiva, la misma en la que tienen lugar las historias de Mann y Visconti, la primera década del siglo XX, una música como la suya, que exprese con tanta complejidad, hermosura, precisión y transparencia el mismo tipo de aceptación existencial que experimenta von Aschenbach en la película y en la novela.

    Elocuente ejemplo de la música mahleriana de la "aceptación" a la que me refiero (que en posteriores trabajos ofrece referencias mucho más poderosas y logradas aunque quizá no tan susceptibles de cierto reconocimiento popular), es el evocador Adagietto escogido con honda sabiduría y fino olfato por Visconti.

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    Gustav Mahler


    Si analizamos con sumo cuidado la escena referida, pero también el conjunto de la película, creo que no cuesta nada caer en la cuenta de que Visconti ha logrado construir una espiral de referencias que entre sí se comentan, explican y enriquecen. Desentrañemos al menos en parte dicha espiral. De alguna manera el Adagietto viene a representar, quizá cayendo directamente en el tópico, a Gustav Mahler; la música y la vida de éste han sido estudiadas por algunos críticos como ejemplos certeros de quien sintió y expresó la aceptación del final de una época de la historia, del final de un imperio, del final de una forma de ser y estar en el mundo, del final de una forma de escribir sinfonías, del final de su propia existencia. Mahler es para Visconti von Aschenbach, y por último, von Aschenbach es para su primer creador, Thomas Mann, la metáfora del hombre solo, del poeta en su sentido más vasto, ese tipo de ser sobre el que escribió en su nouvelle veneciana el siguiente párrafo: "Los sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos y más intensos que los de las gentes sociales; sus pensamientos son más graves, más extraños y siempre tienen un matiz de tristeza. Imágenes y sensaciones que se esfumarían fácilmente con una mirada, con una risa, un cambio de opiniones, se aferran fuertemente en el ánimo del solitario, se ahondan en el silencio y se convierten en acontecimientos, aventuras, sentimientos importantes. La soledad engendra lo original, lo atrevido y lo extraordinariamente bello: la poesía. Pero engendra también lo desagradable, lo inoportuno, absurdo e inadecuado".

    ¿No son estas palabras perfectamente aplicables a María Zambrano? ¿No es la sabia, triste y poética mirada de von Aschenbach la misma que hemos visto tantas veces en el rostro de María Zambrano? Sí, y lo es porque al igual que Aschenbach, Mahler, Mann o Visconti, Zambrano estuvo siempre, ante todo y por encima de todo, sola.

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    Wednesday,7 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La nación falsificada de Jesús Laínz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,349 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    “Yo tengo un amigo...”, esa era la fórmula con la que empezaba siempre su crónica semanal un inefable escritor santanderino en un periódico local. A mí la fórmula me hacía alguna gracia al principio, pero luego acabó por resultarme tediosa, ridícula e incluso cargante. Sin embargo, hoy he decidido utilizarla para escribir estas líneas, pues se adecua muy bien a lo que quiero contar.

    Yo tengo un amigo que escribe. Para quienes sigan estos trabajos míos la noticia seguro que no les coge en absoluto desprevenidos, pues no han salido pocas veces (quizá demasiadas) referencias a dichos amigos y a sus trabajos más recientes y leídos por quien esto escribe. Pero este amigo al que hago expresa referencia ahora mismo, no escribe poesía, tampoco novelas o relatos, y no es un historiador profesional ni un profesor de la academia en cualquiera de sus muchas ramas, campos todos estos por los que algunos de mis amigos escribientes deambulan pluma en mano y folio en blanco bajo el sobaco. No, mi amigo escribe ensayos, y ensayos que podríamos calificar sin rubor alguno como políticos, aunque estén construidos partiendo del análisis y conocimiento de la historia. A ver si me explico un poco mejor. Mi amigo escribe libros en los que la historia es un asunto central, pero en los que acaba siendo aún más importante la aplicación de lo expuesto, nacido siempre de lo histórico e historiográfico, a la política española actual.

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    Jesús Laínz: La nación falsificada (Encuentro, 2006)


    Mi amigo, acabemos ya de una vez por todas con el pequeño enigma, se llama Jesús Laínz, y en el transcurso de los últimos cuatro años, si no llevo del todo mal las cuentas, ha publicado dos libros polémicos y de ventas nada despreciables: Adiós, España (2004, Ed. Encuentro, Madrid, 4ª edición) y La nación falsificada (2006, Ed. Encuentro, Madrid).

    En el primero, Jesús Laínz venía a señalar con ojo crítico el que probablemente sea el más extenso y sistematizado catálogo realizado hasta la fecha, de las mentiras e invenciones de raíz histórica utilizadas y repetidas una y otra vez por buena parte de los nacionalismos vasco y catalán con objeto de construir un discurso y doctrina histórica que sustente sus postulados separatistas, victimistas e, incluso, racistas. Adiós, España fue un éxito de ventas, dentro de los márgenes que un texto de sus características puede alcanzar, y las críticas y opiniones en torno a la obra fueron de verdad elogiosas, destacando quizá dos que quisiera señalar aquí. Aleix Vidal-Quadras escribió en Cuadernos de pensamiento político: “Lainz ha intentado y llevado a buen término una empresa tan necesaria como inaplazable: la redacción de un completo y sistematizado compendio de las mentiras, fantasías y falsedades en los que los nacionalistas se han basado para construir ese artefacto irracional, destructivo y delirante que amenaza nuestro futuro y nos ha costado ya demasiada sangre inocente”. Y el historiador norteamericano Stanley G. Payne, en el prólogo a la cuarta edición, ha dejado escrito: “Adiós, España es el más completo compendio crítico o guía sobre la mayoría de estos problemas (nacionalismos) que haya aparecido nunca en un solo libro”.

    Recientemente ha llegado a las librerías de casi toda España el volumen La nación falsificada (me cuentan que en las de Cataluña y el País Vasco no es nada fácil hacerse con él, y que los lectores de dichas comunidades solicitan el envío por correo del libro, como si de un material clandestino se tratase), trabajo en el que Laínz repasa la biografía de decenas de ilustres protagonistas de la historia de España nacidos vascos y catalanes: monarcas, escritores, militares, marinos, inventores, políticos, músicos, exploradores..., de esas dos Comunidades Autónomas del Estado presente, que en su día trabajaron y lucharon por la idea común de España.

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    Jesús Laínz: "Adiós España" (Encuentro, 2004)


    Además, Jesús Laínz, ofrece un corajudo y documentado epílogo en el que vuelve a denunciar los excesos, tergiversaciones, mentiras, delirios e invenciones que trufan en buena medida muchos de los discursos históricos nacionalistas vasco y catalán. El epílogo lleva por título “La falsificación de la historia como arma política”, y francamente no tiene desperdicio. Para muestra, varios botones:

    1-Escribió en 1923 el nacionalista catalán Campalans: “Yo afirmo y mantengo que, en lo que se refiere al espíritu nacional, los caracteres de España y Cataluña son totalmente opuestos. El de ellos es dominador, estático, soberbio, altivo, absolutista, reaccionario, triste, autoritario... Nuestro espíritu nacional, por el contrario, es abierto, dinámico, franco, democrático, liberal, avanzado, alegre y antiautoritario”.

    2- El nacionalista vasco Estornés Lasa escribió en 1933: “Ni Vizcaya ni Guipúzcoa conocieron clases sociales, lo cual revela que la organización social, de todo el pueblo, se fundó en la igualdad... El pueblo vasco, cuyo origen desconoce la historia, y oculta en la noche de la primera edad de su mismo idioma, trajo a estas montañas la conciencia de su preclaro nacimiento y de su existencia gloriosa”.

    3- Sabino Arana, teórico zarzuelero del racismo vasco: “Gran número de los maketos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simios poco menos bestias que gorila: no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada sólo revela idiotismo y brutalidad”.

    4- Pompeyo Gener, teórico del nacionalismo catalán, publicó en 1887: “España mira hacia abajo. Lo que aquí priva son las degeneraciones de esos elementos inferiores importados del Asia y del África... Nosotros (catalanes), que somos indogermánicos de origen y de corazón, no podemos sufrir la preponderancia de tales elementos de razas inferiores”.

    En fin, estas son sólo cuatro perlas de las centenares que han sido buscadas en el océano de la estupidez racista y nacionalista vasca y catalana, y que aparecen convenientemente engarzadas por Jesús Laínz a lo largo de este interesantísimo y alumbrador trabajo, en el que sí se echa en falta un “acabado” y “pulimentado” más profesional o académico, un acabado mejor rematado en cuestiones como la ausencia incomprensible de bibliografía, de un índice onomástico clarificador, y un aparato crítico y de notas mucho más abundante, pues en muchas ocasiones no se nos dice exactamente de dónde están extraídas las citas que, como las entresacadas, jalonan y documentan las muy trabajadas páginas escritas por Jesús Laínz.

    Para terminar, además de recomendar la lectura, que también debe ser crítica y alerta de este asombroso libro, sólo subrayar la enorme capacidad de trabajo y el esfuerzo erudito realizados por el autor, un joven abogado y empresario santanderino que ha construido sus hasta ahora dos únicos, documentadísimos, bien escritos, precisos y voluminosos libros, robándole tiempo a su vida familiar y a su propio trabajo particular, y que me consta ha empleado durante muchos años horas y horas de lecturas, reflexión y análisis crítico y exigente.

    Pero los resultados, pese a quien le pese, están ahí: Jesús Laínz, mi amigo Jesús, ha escrito dos trabajos de lectura ya obligada para cualquiera que quiera abordar, desde todo punto de vista o ideología, desde cualquier metodología o enfoque que se tercie, la cuestión nacionalista en la España contemporánea.

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    Tuesday,6 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los muertos son diamantes: ponga a los suyos en una pulsera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,348 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Leo la noticia en un diario, e inmediatamente alzo la vista hacia el calendario para asegurarme de que es 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, y que lo que acabo de leer es una inocentada con toque y regusto macabro, una inocentada de esas que antaño poblaban los noticiarios patrios, y que en algunas ocasiones sólo podían calificarse como de verdadero mal gusto. Lo que leo parece estar, indefectiblemente, en dicha onda de inocentada cuartelera y bruta. Pero no, no estamos a finales de diciembre, sino en el comienzo del mes de febrero del año en curso, 2007, y todo indica que no se trata de ninguna broma, más bien estamos ante una “muy feliz idea” a la que no cuesta augurar un gran y brillante futuro, y nunca mejor dicho lo de brillante.

    Se trata, por lo leído, de convertir a nuestros difuntos en diamantes. Sí, como lo oyen, o mejor dicho, como lo leen. Las cenizas de los seres humanos contienen el suficiente carbono como para, tras un controlado y costoso proceso químico, obtener una piedra transparente susceptible de ser tallada y engarzada en el oro, la plata o el platino de un anillo, un collar o una pulsera. Y así, no sólo puede uno llevar al querido abuelito, pongo por caso, en el dedo de una mano y sacarlo frecuentemente de paseo. Es que además, el abuelo o la abuela, el padre o la madre, el tío o la tía, el marido o la mujer, el hijo o la hija, hacen un último y generoso servicio a la familia, transformándose no en verbo, espíritu, fantasma o paloma (reconozcámoslo, elementos poco útiles e incluso molestos las más de las veces), sino en algo de lo que poder presumir con legítimo orgullo, en algo además que puede regalarse o empeñarse en el Monte de Piedad, que puede pasar a través de la historia por los diversos dedos de diversas generaciones familiares, y que puede alcanzar un valor seguro (cuenta la noticia) de varios miles de euros.

    El milagro de la transformación no se realiza en Transilvania, como podría alguien suponer, sino en Suiza, el país de la bandera roja con una cruz blanca en medio, algo que muchos autores sabios han comentado como la paradoja elevada a trapo representativo.

    Si lo pensamos un momento, tampoco debe extrañarnos que sea en Suiza el lugar donde se realice el milagro químico. En ese pequeño país, al margen siempre de todo conflicto, convierten desde hace siglos el cacao y la leche en riquísimo chocolate, el tiempo en relojes fiables, el dinero negro en blanco, y el aburrimiento genético en buena educación y costumbres civilizadas. Ahora, uno coge la urna con las cenizas del ser querido, y en vez de dejarlas tristes y aburridas en una repisa para que acumulen polvo, las enviamos a una ciudad de la confederación helvética. Allí las pesan y las analizan, pues el carbono del polvo que antes volvía al polvo no tiene la misma presencia en todas las cenizas, y el tamaño y calidad de la piedra depende, según cuentan, de la cantidad y calidad del carbono que almacenamos. Y después de operaciones que no deben poder hacerse con los materiales que venían en un vulgar Quimicefa, te devuelven por correo al pariente hecho piedra, y piedra con algún color dominante: azul, rosa…

    ¡Maravilloso!, el abuelo reencarnado, momificado, "monumentalizado" en diamante. El tamaño de la piedra, ya quedó dicho, dependerá del carbono hallado en las cenizas, así como el color de la futura piedra. Así que veo a los amantes familiares atiborrando de carbono por diversas vías a los moribundos del entorno inmediato, incluso dándoles de beber tintas de colores, buscando que el futuro diamante sea lo más grande y valioso posible, del color que mejor haga juego con el vestuario o el coche de los deudos.

    La alquimia siempre ha sido una pasión humana, y la búsqueda de la piedra filosofal un empeño histórico en el que grandes mentes y estudiosos se dejaron los sesos. Todo ha quedado hoy superado por la imparable y ascensional economía de mercado, base de nuestro sistema vital, y además lo ha hecho de la manera más lógica y evidente: nosotros mismos, nuestra carne hecha cenizas, es el oro buscado, el diamante deseado, el tesoro anhelado. El divino tesoro ya no es la juventud, como anunciaba el poeta, el tesoro somos todos nosotros muertos. El círculo se ha cerrado. ________________________________________________________________
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    Monday,5 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Parra, Nicanor Parra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,346 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El señor poeta tiene más de 90 años, pues nació según indican las enciclopedias en 1914. Lo hizo en un país que no puede quejarse, creo yo, de falta de poesía y poetas, aunque tampoco puede quejarse, si nos atenemos a la verdad, de ausencia de infiernos y desdichas. Me refiero a Chile.

    El poeta estuvo a punto de que le concedieran el Premio Nobel, pero no puedo ser en su momento y ya no habrá más momentos, aunque eso sí, sus poemas lograron el espaldarazo de ser traducidos a la lengua del ciberespacio y la globalización perpetua, el inglés. Ginsberg, Ferlinghetti y William Carlos Williams fueron algunos de los más famosos intermediarios en el trasvase poético.

    El señor poeta también es matemático, y digo es, y no fue, porque la de matemático es condición que creo no se pierde nunca, aunque no se ejerza, al igual que la de poeta. Es decir, uno es poeta o matemático, dando igual si escribe o no escribe versos o si resuelve o no resuelve logaritmos y ecuaciones de muchos grados. Lo que ya no es el señor poeta, pues alcanzó con creces la edad de la jubilación, es profesor, profesor de mecánica teórica, algo sin duda utilísimo para escribir poemas, o mejor, dicho, para escribir antipoemas, que es por lo que el señor poeta hoy es nombrado y requetenombrado hasta el puro desgaste en las mismas enciclopedias que se chivan despiadadas de su edad.

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    Nicanor Parra


    El señor poeta tomó un día el té en la Casa Blanca con el matrimonio que entonces estaba allí de inquilino, unos tal Nixon si no recuerdo mal, que luego protagonizaron varias películas, alguna con título de agua con burbujas: Watergate. Y el señor poeta no hizo nunca muy buenas migas ni con los castristas ni con los pinochetistas ni con la izquierda más emperrada de su largo y estrecho país, quizá por eso rompió moldes, los mismos en los que todos nos empeñamos en situarnos y en situar a los demás.

    El señor poeta construye sus poemas con piezas del surrealismo y del humor negro, también con fogonazos indelebles de erotismo y golpes de efecto que aún hoy en día logran epatar y dejar patidifuso a algún que otro moldeador de mentes y espíritus.

    El señor poeta publica ahora unas obras completas que se han hecho desear, pues el que no las deseaba con ningún ahínco era él mismo, y ha estado dando largas y estrechas a todos los que con tal empeño se le acercaban. Son o van a ser dos tomos de muchas, muchas páginas, ¡tantas!, que ven la luz en la única editorial que incorpora en sí misma el apellido de Galaxia: sí, la Gutenberg, que junto al Círculo, el de lectores, pone en la calle y en las librerías los dos ladrillos con los que empezar a construir nuestros sueños.

    Al señor poeta le ha hecho la edición de sus obras Ignacio Echeverría, edición que incluye prólogos, introducciones y cuidados de textos a cargo de gente imponente: Harold Bloom y y Niall Binns, por ejemplo.

    El señor poeta se llama Nicanor, como un buen amigo mío, y tiene apellido cosechero, apellido enramado, apellido con sabor, aroma y bouquet, apellido hojas verdes, apellido que escala por los muros de las casas y se asoma a las habitaciones y al mundo ofreciendo el sabor alimenticio y soñador de sus frutos y sus pepitas generosas. El poeta se apellida Parra. Es Nicanor Parra.

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    Friday,2 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Verdi e Isaiah Berlin, o de erizos y zorras]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,345 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace ya algún tiempo acudí a la Filmoteca de Cantabria para ver la película de Robert Mulligan Matar a un ruiseñor, cuyo argumento está basado en la novela homónima de la escritora sureña Harper Lee, buena amiga de ese inaugurador de géneros narrativos que fue Truman Capote.

    Pues bien, uno de los momentos más emocionantes de la película es cuando su protagonista, el abogado Atticus Finch, interpretado por Gregory Peck, le explica a su hija pequeña que para intentar comprender a los demás, a los otros, hay que calzarse sus zapatos y caminar un buen rato con ellos.

    Yo creo que el astuto pensador Isaiah Berlin estaría bastante de acuerdo con esta imagen, con este ponerse los zapatos de otro para procurar entenderlo mejor. Es más, puede decirse que a lo largo de toda su larga trayectoria intelectual, Berlin no hizo otra cosa que calzarse los “zapatos ideológicos” de sus contrarios, buscando probar así la solidez de sus propias ideas y, llegado el caso, modificarlas y mejorarlas.

    Es evidente que Isaiah Berlin era un hombre de fe inquebrantable en las ideas y en la influencia decisiva de éstas en la conformación de los individuos y las sociedades. Sobre sus ideas políticas, sobre su visión de la historia de las ideas..., imagino que se va a tratar mucho aquí, y con más conocimiento de lo que yo pudiera hacerlo, así que mi aportación va a limitarse a subrayar; como ya lo hiciera Mario Vargas Llosa hace más de 20 años en su atinado prólogo a El erizo y la zorra, el hecho de que Isaiah Berlin escribiera ensayos de gran densidad intelectual utilizando técnicas novelísticas, logrando que las ideas y los mismos pensadores fluyan por sus páginas como si se tratase de “héroes de una novela de aventuras”.

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    Isaiah Berlin


    Esta característica es deudora desde luego de la tradición narrativa anglosajona, tradición que tan magníficos frutos ha venido dando tanto en el campo de la novela y el relato, como en el terreno de la historia y el ensayo, y dentro de este último apartado pienso en el Lytton Strachey de La reina Victoria, Retratos en miniatura y Victorianos eminentes, o en una de mis últimas lecturas, las transparentes, profundas, sabias, hermosísimas páginas que G. K. Chesterton dedicó a R. L. Stevenson.

    El gusto de Berlin por “narrar” ideas trasluce a mi modo de ver al menos dos cuestiones muy importantes unidas entre sí: el respeto intelectual por los creadores, y el íntimo convencimiento de que en el trabajo de éstos pueden encontrarse nuevos temas de reflexión, o la propia reflexión servida en su forma más iluminadora. Así, para Isaiah Berlin, en la obra de los grandes poetas (Borís Pasternak, Anna Ajmátova, W. H. Auden o Stephen Spender pueden servirnos de ejemplos consistentes) muchas veces se encuentra formulado de la mejor manera posible el espíritu palpitante de las ideas, por lo que cualquier pensador que se precie debe estar muy atento a los frutos de la creación artística de su tiempo. En este sentido, y dejo aquí esta idea tan sólo apuntada, Berlin opina además como el convencido moralista que es, y le cuesta disociar la grandeza intelectual de la rectitud ética.

    Creo que esta forma de pensar de Isaiah Berlin tiene mucho que ver con su educación sentimental en la heterodoxia hebrea y en la heterodoxia de los “círculos artísticos oxonienses”, como así lo dejan entrever aquí y allá Michael Ignatieff en su estupenda biografía berliniana, o el poeta Stephen Spender en su interesante autobiografía Un mundo dentro del mundo.

    Este contacto con la heterodoxia felizmente contribuyó a alejar a Berlin de la más estricta ortodoxia académica, y a la hora de pensar y redactar sus propias ideas le hizo tener muy en cuenta pulsaciones, fuentes y materiales de carácter literario, musical...; elementos éstos de reflexión que, por regla general, son poco frecuentados en nuestra vida académica, y que sin embargo proporcionan al desarrollo y consolidación de las ideas de Berlin un amplio margen de maniobra, una gran eficacia en su función expresiva y comunicativa, y una muy notable capacidad evocadora.

    Un buen ejemplo de esta forma de trabajar del pensador británico es su libro El erizo y la zorra. En él, Berlin plantea, entre otras cosas, una “investigación seria” sobre la forma de pensar la historia en el inicio de la contemporaneidad, pero lo hace partiendo de un verso del poeta griego Arquíloco y planteando una atenta y sabia lectura de las novelas de Tolstoi.

    Hasta tal punto está presente el interés de Berlin por el arte y la literatura en sus trabajos que, como si de un entretenido juego se tratase, dedicó parte de su tiempo a establecer grupos de escritores, pensadores y artistas, atendiendo, lógicamente, a su forma de pensar y crear. La más conocida de estas clasificaciones es la de erizos y zorros, relatada en El erizo y la zorra. Los primeros son los detentadores de una visión general, un principio único universal y organizador que por sí solo da significado a cuanto son y dicen. Los segundos persiguen muchos fines distintos y sostienen ideas centrífugas; su pensamiento está desperdigado y es difuso. Entre los primeros Isaiah Berlin sitúa, por ejemplo, a Dante, Platón, Nietzsche, Proust, Ibsen, Dostoievski..., y entre los segundos a Goethe, Balzac, Pushkin, o Shakespeare.

    Hay otra clasificación de este mismo tipo que es mucho menos conocida y que a mí me resulta igual o más interesante que la célebre aludida. Es la que aparece en su brevísimo e impagable ensayo sobre la naïveté (ingenuidad) del compositor italiano Giuseppe Verdi, ensayo dedicado, por cierto, al poeta W. H. Auden.

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    Giuseppe Verdi


    En las páginas de este intenso trabajo, Berlin parte nuevamente del fruto de la reflexión de un creador/poeta, punto sobre el que me interesa mucho llamar la atención. Si en El erizo y la zorra el mecanismo reflexivo del profesor de Oxford se puso en marcha gracias a la metáfora de un poeta antiguo griego, en La Naïveté de Verdi (1969) todo se desencadena tras la lectura del escrito Über Naive und Sentimentalische Dichtung (1795) de Friedrich Schiller; ensayo en el que el alemán distingue dos tipos de poetas, concepto utilizado por él para definir a todo tipo de creador, a todo tipo de pensador: los ingenuos (concepto desmarcado aquí de su acepción ordinaria) y los sentimentales.

    Los sentimentales son los creadores conscientes de sí mismos. Su obra se caracteriza por ser sátira, elegía, negación, ataque a la llamada “vida real”, afirmación de un mundo definitivamente perdido. Tienen una comprensión reflexiva del objeto; de ellos no podemos aprehender sus sentimientos de primera mano, sino la reflexión de su alma, lo que piensan acerca de esos sentimientos como espectadores de sí mismos. Son poetas desde la autoconsciencia. Dentro de este grupo Berlin coloca, entre otros, a Wagner, Marx, Nietzsche o Dostoievski...

    La obra de los poetas ingenuos brota de la visión directa de la realidad. No hay en ellos esfuerzo alguno por llegar “más allá”, a un infinito inasequible, no tienen ninguna intención ulterior. El conocimiento directo de las emociones humanas conforma todo su equipo expresivo. Su arte se ajusta a las reglas de una convención, ofrece unidad interna, un sentido de pertenencia a su propio tiempo, a la sociedad en la que ha surgido.

    Pues bien, para Isaiah Berlin, el último de los grandes maestros ingenuos de la música occidental fue Giuseppe Verdi, y junto a él, dentro del mismo grupo de poetas ingenuos, el polemista británico pone a Shakespeare, Goethe, Dickens..., o a otro compositor de óperas italiano, Gioacchino Rossini.

    En su reflexión Berlin se decanta claramente por los poetas ingenuos frente a los sentimentales. En este sentido, Roger Hausheer, en la introducción a la edición española de Contra la corriente, nos recuerda que Berlin siempre mostró poco interés por escritores (‘poetas’) decadentes, que no se sintió “naturalmente atraído” por figuras como Dostoievski, Kafka o Beckett.... “aquellos que describen estados marginales de la mente, tipos de experiencia rarificados, exóticos o ‘anormales’, humores demasiado desviados del duro y eterno núcleo de las emociones y pasiones, de las relaciones humanas básicas”.

    Por eso nuestro autor prefirió siempre a Verdi en lugar de aquel al que de manera un tanto artificiosa la crítica de entonces colocaba como su principal antagonista musical, Richard Wagner. A Berlin, como escribe Ignatieff, “le encantaba el arte ‘ingenuo’, especialmente Verdi...”. Ya en 1935 Isaiah le había transmitido a su amigo Stephen Spender algunas opiniones al respecto: “Wagner era uno de esos artistas incapaces de sentir emoción directamente. Tenía que preguntarse: ¿Qué es la pasión erótica?, ¿qué son los celos?, para después dedicarse a construir una paráfrasis musical de emociones que no podía sentir de primera mano, mientras que Verdi llegaba al corazón directamente, porque él mismo sentía las emociones y no le hacía falta parafrasear...”.

    En este punto no puedo estar más que de acuerdo con Isaiah Berlin. Cuando escucho el dúo de amor de la escena segunda del segundo acto de Tristán e Isolda, siento que me hallo ante algo grandioso y deliberadamente trascendente, ante una sobrecogedora construcción reflexiva en torno al amor. Pero nunca he sentido a Tristán o a Isolda como seres humanos, en todo momento los he sentido como dioses localizados en una distancia imposible. Sin embargo, cuando escucho a Rigoletto decir “Oh, mia figlia! Non lasciarmi non dei. Non morir!”, a Violeta Valéry “Addio! Del passato bei sogni ridenti”, a Don Carlo “Ella giammai m’aò”, o a Otello “Or morendo, nell’ombra, in cui giacio... Un bacio, un bacio ancora, ah! un altro bacio...”, tengo la completa seguridad de estar escuchando voces radicalmente humanas que expresan con verdad y pasión emociones primordiales: amor erótico, amor a la patria, amor paterno y filial, odio, celos, locura, soledad, alegría, poder, compasión... La obra de Verdi es la expresión genial, a través de las convenciones del melodrama con música, del juego de relaciones y sentimientos en los que los hombres y mujeres se han reconocido a lo largo de vastos periodos de su historia, alcanzando además lo que John Rosselli llama “nuevas alturas de experiencias imaginativas”. Y ésta es, sin duda, una de las razones por las que el pueblo italiano se identificó de forma tan plena con las óperas del maestro de Busseto, logrando éste lo que no pudieron hacer, por ejemplo, ninguno de sus compatriotas novelistas contemporáneos, a excepción de Manzoni y su I promessi sposi, es decir, ofrecer un modelo personal, nacional (profundamente italiano en su latido musical), universal (inteligible para todos), de profundizar en el conocimiento de la vida humana. Así, para los italianos del siglo XIX las óperas de Verdi fueron el equivalente de las novelas de Dickens para los ingleses o las de Balzac para los franceses.

    Un motivo nada desdeñable que, en mi opinión, ayuda a explicar tan singular y preciado logro verdiano, es la necesidad del maestro de ir directamente al grano. Con mucha frecuencia olvidamos que la ópera italiana del siglo XIX estaba más cerca en sus objetivos del cine de Hollywood o de la televisión actual que del “sagrado” y “trascendente” acontecimiento artístico en el que hoy parece haberse convertido. Verdi deseaba y necesitaba que sus óperas tuviesen éxito de público, y para lograrlo se atuvo siempre a una fórmula muy efectiva a la vista de los resultados: “en la ópera –escribió en 1872– lo que se requiere por encima de todo es musicalidad: fuego, espíritu, vigor, entusiasmo”. Ya en torno al año 1847 le había escrito a su entonces libretista Francesco Maria Piave: “¡Pasión! ¡Pasión! ¡No importa de qué tipo, pero pasión! Quiero poesía con unos cojones bien grandes”. En definitiva, de lo que se trata, y aquí interpreto libremente a Verdi, es de que al caer el telón, el público sienta en su interior el abracadabrante cosquilleo de los placeres variados y contradictorios que sólo la ópera proporciona.

    Pasión, fuerza, vigor dramático, concisión, variedad, delicadeza mordaz, agilidad narrativa... Sí, estos rasgos los exudan las óperas de Verdi por cada una de sus notas, pero cabe preguntarse: ¿en eso consiste el arte del de Busseto?, “pasión y cojones”, por utilizar sus mismas palabras. No, evidentemente. Los biógrafos coinciden en señalar el interés de Verdi por aparentar ser un campesino misántropo, tosco e ignorante. Este disfraz le servía en esencia para cultivar una muy apreciada soledad y para mantenerse al margen de los tontos juicios al uso: “acepto los silbidos con la condición de que no se me exija que dé las gracias por el aplauso”, escribió en una de sus numerosas cartas. Pero no cabe ninguna duda de que estamos ante uno de los músicos más cultivados y sutiles de la historia, perfecto conocedor de los dramas de Shakespeare o de los entresijos de la commedia dell’arte.

    Verdi siempre fue consciente de que en arte copiar la verdad puede ser una buena cosa, pero inventar la verdad es mejor, mucho mejor. Así, en sus óperas, Verdi inventa una realidad transida de real y poderosa emoción que aflora diáfana a través de una refinadísima estructura musical cuya clave última está en el tratamiento genial del ritmo. La instrumentación verdiana es límpida, y en ella se entremezclan los registros pequeños con los mucho más amplios, dependiendo de la concreta situación dramática a la que se refieran, pero en ellos siempre hay variedad y carácter. En Verdi es la música la que impulsa y da forma al drama, la que controla la temperatura emocional de lo que sucede en el escenario. Como escribe H. S. Power, “lo que produce impacto no es la ópera como drama, sino el drama como ópera”. Verdi pone en escena su verdad (experimentada en propia carne, como nos recuerda Isaiah Berlin, de ahí su contagiosa convicción), y lo hace representando en última instancia un diálogo, una negociación entre almas, algo en lo que en el terreno operístico únicamente le iguala Mozart.

    Si repasamos lo dicho en los últimos párrafos, no nos sorprenderá nada que Isaiah Berlin concediese al creador de Aida la categoría de poeta ingenuo, y que no disimulase su entusiasmo por él, algo en lo que coincide con personas tan dispares como George Steiner, Herbert von Karajan, James Joyce, José Hierro o, perdonen la osadía, yo mismo. Sin embargo, hay algo que me molesta profundamente de la reflexión de Berlin en su texto sobre Verdi. Me refiero al poco disimulado tono de desdén y parcialidad que sus palabras desprenden hacia los llamados “poetas sentimentales”. Un desdén que no parece sustentarse sólo en el propio gusto personal, lo que sería desde luego comprensible y legítimo, sino que además aduce razones envueltas con el brillante celofán de la objetividad, cuando en estos “asuntos del arte” la objetividad no suele encontrar suficiente oxígeno como para sobrevivir el tiempo suficiente.

    Me explico. Berlin se decanta por los poetas ingenuos frente a los sentimentales, y dice de Verdi que, en el sentido de Schiller, es “el último gran poeta ingenuo de nuestra época”. Hasta aquí todo perfecto y no hay nada que objetar. Los peros creo que deben ponerse cuando para apoyar estas ideas, Isaiah Berlin emplea un conjunto de argumentos perfectamente válidos si su utilidad fuese sólo la de apuntalar una opinión personal, pero que resultan bastante ineficaces –incluso sospechosos de nostálgico y yermo conservadurismo– cuando se lanzan con la intención de establecer alguna conclusión de carácter general, como creo que sucede en el caso que nos ocupa.

    Pongamos un ejemplo de lo que quiero insinuar. Escribe Schiller del poeta sentimental: “... Su alma no sufre impresión alguna sin volverse inmediatamente a contemplar su propio juego... De esta manera nunca recibimos el objeto mismo, sólo lo que la comprensión reflexiva del poeta hace del objeto; y aún cuando el poeta es el objeto, cuando él quiere retratarnos sus sentimientos, no aprehendemos sus sentimientos directamente de primera mano, sino, sólo la reflexión en su alma, lo que él pensó acerca de ellos como espectador de sí mismo”. A lo que Berlin apostilla inmediatamente después: “De aquí que el efecto (seguro que quiso decir ‘defecto’) del artista sentimental no sea el goce y la paz, sino la tensión, el conflicto con la naturaleza y la sociedad, el anhelo insaciable, la neurosis notoria de la edad moderna, con sus agitados espíritus, sus mártires, fanáticos y rebeldes, y sus predicadores coléricos, camorristas subversivos, Rousseau, Byron, Schopenhauer, Carlyle, Dostoievski, Flaubert, Wagner, Marx, Nietzsche, que no ofrecen paz, sino una espada”.

    Con estas palabras Berlin parece dar por hecho, entre otras cosas, que los poetas sentimentales son rebeldes, coléricos, camorristas, subversivos, neuróticos e insaciables, aunque no precisa qué demonios quiere decir, por ejemplo, con eso de camorrista o insaciable. Pero es que además, en ningún momento desciende a dar razón de porqué ser todas esas cosas en el mundo del arte o el pensamiento implica necesariamente algo negativo o repudiable, cuando la historia ofrece abundantes muestras de los avances, descubrimientos y conquistas realizadas por algunos de los “camorristas” aludidos por Berlin. Y es que siempre he pensado que quizá uno de los defectos más evidentes de nuestro pensador es el de dar un buen número de cosas por sabidas y aceptadas, lo que, por otra parte, parece bastante propio de la naturaleza astuta, pero desperdigada y difusa, de un buen “zorro” como Isaiah Berlin.

    Como punto final a estas páginas quiero señalar que confrontando las dos clasificaciones de artistas y pensadores aludidas más arriba, ha llamado mi atención el hecho de que, generalizando claro está, se pueda establecer una estrecha relación entre, por un lado, los que Berlin llama erizos y poetas sentimentales, y por otro lado, los zorros y poetas ingenuos. Así, haciendo un rápido repaso por los nombres que aparecen en las dos clasificaciones berlinianas, nos encontramos con que nuestro autor califica a Dostoievski o a Nietszche como zorros y como sentimentales, y a Shakespeare, Goethe o Pushkin como zorros y como ingenuos, dependiendo siempre del trabajo que consultemos. Claro que establecer o no una efectiva relación entre todas estas categorías supondría entregarse quizá fascinado a un trabajo serio de investigación, reto para el que, plagiando a Isaiah Berlin su frase final de La Naïveté de Verdi, no estoy cualificado.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música...) ]]>
    Thursday,1 feb 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Más sobre la lengua cántabra: más sobre discursos nacionalistas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,344 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El blog de hoy me lo da hecho mi buen amigo Miguel Ibáñez, escritor, poeta y profesor de Lengua y literatura española en un Instituto de Segunda Enseñanza de Cantabria. Miguel me envía por correo electrónico el siguiente texto, que reproduce las propuestas realizadas por el partido político nacionalista cántabro, Conceju Nacionaliegu Cántabru, para diseñar el futuro “Currículum” en la enseñanza secundaria obligatoria y bachillerato de los alumnos que viven y estudian en la Comunidad Autónoma de Cantabria.

    Lean por favor atentamente los siguientes párrafos y saquen sus propias conclusiones al respecto. Como ya ha quedado dicho en estas mismas páginas en repetidas ocasiones (Seré poeta de la nueva nación cántabra, Eto´o aprenderá catalán, Carta en cántabro: pasen y lean por favor y El horario gallego), los desvaríos nacionalistas se han extendido por la piel de toro como una verdadera lacra, y da lo mismo que sus propuestas se sostengan sólo en el aire irrespirable y absurdo de la invención y el uso corrupto de la Historia: parece que su éxito se afianza y crece al amparo del silencio absurdo y cobarde de buena parte de la ciudadanía, y de los poderes políticos que toleran lo intolerable: el absurdo, la farsa, la mentira, la cerrazón aldeana..., elevadas a categoría de Ley o de objeto de estudio de niños y jóvenes.

    Insisto, lean y saquen sus propias conclusiones. El texto se produce, además, en una comunidad autónoma uniprovincial, pequeñísima, sin gran peso específico, y tradicionalmente conservadora y afín a la idea de España. No está escrito en una Autonomía con décadas de historia y tradición nacionalistas. Creo que el texto se comenta por sí sólo.

    (Nota: transcribo el texto tal y como me ha llegado electrónicamente, es decir, redactado en un español casi de parvulario).

    PROPUESTAS AL CURRÍCULUM CÁNTABRO DE LA ENSEÑANZA

    Tras la entrega del propuesto Currículum de la Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato para la Comunidad Autónoma de Cantabria a nuestra organización, Conceju Nacionaliegu Cántabru, hemos acogido con gran gratitud la propuesta de trabajo, pues desde nuestra visión creemos que la educación de los cántabros y cántabras es pilar básico de nuestra sociedad, por lo que incumbe a todos los sectores de la comunidad y esa idea de abrirlo públicamente a todos los entes político sociales de nuestro País (es decir, aclaro yo, si es necesario, Cantabria).

    Desde Conceju Nacionaliegu Cántabru (CNC) hemos querido analizar, desde nuestra perspectiva política ideológica de nacionalistas cántabros de izquierda, el amplio conjunto de áreas curriculares que puedan definir la Educación secundaria y Bachillerato en Cantabria, que ha sido uno de nuestras propuestas políticas en materia educativa como fundamento básico de una educación cántabra de calidad.

    El análisis que podemos hacer no puede ser tan exhaustivo como quisiéramos, conscientes de que la mejor visión posible es la ejercida por el grupo de personas que trabaja diariamente en el mundo educativo de nuestro País y por eso recalcar que nuestro objetivo es la critica exterior en pro de la mejora del Currículum de la Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato para la Comunidad Autónoma de Cantabria.

    Desde nuestra visión política el Currículum debe ser el primer paso hacia delante, hacia una educación de calidad en todos sus niveles, siendo símbolo de la sociedad cántabra y el futuro de nuestro País. Por eso CNC cree que puede ser un avance grande en la historia de nuestra educación porque se empieza a mencionar el nombre de Cantabria y de sus peculiaridades como comunidad histórica, y cómo los escolares pueden conocer nuestro pueblo, orígenes e historia, cultura y deporte, nuestra naturaleza y medio ambiente, economía y tecnología,... siendo omitido a muchas de nuestras generaciones pasadas.

    Pero queremos recalcar que debe ser un simple paso hacia una educación en lo que se enseñe lo cercano y lo que nos rodea, sin omitir ni falsear, aunque es un paso mejorable en un futuro desde nuestra visión.

    Desde nuestro punto de vista al Currículum le faltaría:

    Lengua:

    "La Comunidad Autónoma de Cantabra tiene la competencia de concretar este currículo de Lengua Castellana y Literatura para su desarrollo en los centros educativos de la región. Y, al ser escasas las singularidades que aquí ofrece el español respecto a la norma común.... " sic. (el sic lo han puesto ellos)

    Según este enunciado se desprende que la Universidad de Cantabria y los firmantes del currículo reconocen el tradicionalmente llamado dialecto montañés - término anacrónico por lo cual nos referiremos a estas hablas como "cántabro"- no como un dialecto del castellano sino como una lengua con lo cual este no debe ser estudiado en Lengua Castellana. De ello nos congratulamos, si bien no podemos dejar pasar por alto que debido a la situación de precariedad en la que se encuentra nuestra lengua autóctona –del dominio leonés- y a la ausencia de una asignatura que estudie la Lengua Cántabra per se, no se haga ninguna mención a ella en los estudios de los bachilleres, ni un pequeño acercamiento a él ni a sus rasgos más peculiares.

    Consideramos de buena fe que esta es la opinión de la Universidad de Cantabria porque resultaría inconcebible que a tal magna institución se le pasara por alto la diferencia lingüística que demuestra Cantabria respecto a Castilla (no las urbes que es tristemente donde más solemos fijarnos y se encuentran en un avanzado estado de castellanización, sino principalmente el medio rural), lo que de ser así demostraría unas grandes carencias de conocimiento respecto a la realidad lingüística de nuestra Comunidad Autónoma que dista mucho de ser exclusivamente las zonas urbanas.

    Por ello, pedimos la mención dentro de la asignatura Lengua Castellana del bilingüismo histórico e, incluso, actual de Cantabria (reflejado ya en muchos libros de texto). Un estudio de los rasgos más peculiares que de algunos “amiestos” ( habla en que se mezcla el cántabro con el castellano), así como una mención detallada a los cantabrismos que se producen en los hablantes de castellano de la Comunidad Autónoma Cántabra.

    En referencia a la lingüística histórica, acabar con la patraña histórica del nacimiento en la Cantabria actual de la Lengua Castellana. Es preciso matizar que ésta nace en un determinado territorio de la Cantabria histórica – las bardulias- de la que nació Castilla, y no en Cantabria cuya entidad histórica es anterior a la de Castilla, con lo cual es absurdo pensar que los habitantes de la Cantabria anterior - y que perduró independiente al nacimiento de Castilla- no poseían un romance autóctono que todavía perdura pese a quien pese. Esto es, acabar ya de una vez por todas con el bulo de “Cantabria cuna del Castellano”, para lo cual pedimos un análisis diacrónico más veraz y afortunado, lejos de los típicos tópicos.

    En cuanto a la literatura, comentar que una parte de la producida en nuestra tierra puede servir de apoyo a estos temas. Autores como Manuel Llano, José María Pereda, Amós de Escalante, etc... no pueden ni deben pasar desapercibidos, así como sus rasgos lingüísticos. No se debería seguir tampoco al pie de la letra lo escrito por estos autores y tomarlo como “auténtico cántabro” ya que en el caso de José María Pereda, en concreto, encontramos muchos hipercantabrismos.

    Todos estos textos podrían ser comparados y comentados junto a obras de investigación lingüística existentes sobre las hablas cántabras. Léase Ralph J. Penny (El habla Pasiega, El habla de Tudanca) y tantos otros que podríamos referir en nuevas aportaciones si lo creyeran oportuno, obras que sin interés literario ofrecen una versión más apropiada a la realidad lingüística de nuestra Comunidad Autónoma.

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    Wednesday,31 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[J. S. Bach y Glenn Gould: la grandeza de la paradoja]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,343 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Para Jesús Alberto Pérez Castaños, que de nuevo entenderá

    Otro libro en el buzón. Esta vez me lo envía desde Salamanca mi amigo el poeta Juan Antonio González Iglesias, el último ganador del Premio Loewe. Te trata de un ejemplar de pequeño tamaño de título Rock me Amadeus, impreso con letras de plomo en la antigua imprenta Sur de Málaga, y con edición y cuidado de Rafael Inglada. Las 34 páginas recogen una docena de poemas de autores españoles inspirados en Mozart, su vida y su obra. Cernuda, Gil-Albert, Martínez Sarrión, Juan Luis Panero, Antonio Colinas, Ana Rossetti..., son algunos de los autores.

    Juan Antonio me llamó por teléfono y me anunció el envío: “seguro que está mejor en tus manos este pequeño libro de música”. Juan Antonio sabe de mi afición, de mi pasión bastante secreta y doméstica por la buena música. De música y compositores le hablo de vez en cuando, y en nuestras cartas cruzadas no son extraños las referencias musicales.

    La música en mí no requiere tanto silencio como concentración. Puedo escuchar perfectamente una sonata o una concierto, una sinfonía o un cuarteto, una ópera o unas canciones..., y a la vez leer un libro o un revista, a la vez arreglar un viejo aparato o cepillar unos zapatos. Me concentro sin problemas en lo que escucho, por eso no me importa que alguien hable a mi alrededor, siempre y cuando, claro, no me imponga la altura de su discurso.

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    Glenn Gould y Leonard Berstein

    Música y silencio. La música del silencio. El asunto me hace pensar inmediatamente en Glenn Gould, el pianista canadiense que coprotagoniza como genio de carne y hueso la novela de Thomas Bernhard, El malogrado. En esta pasmosa novela, el escritor austriaco narra la historia de un triángulo formado por tres pianistas que estudian en Viena con una leyenda completamente real, Vladimir Horowitz.

    Uno de los muchachos es Gould, y acaba siendo un excéntrico genio del teclado de todos los tiempos. Otro es quien cuenta la historia desde una posición de medianía interpretativa insustancial, y el otro es el malogrado, el que se malogra desde todos los puntos de vista posibles al comprender que jamás alcanzará la genialidad de su compañero Gould.

    Tiempo más tarde, después de leer la novela, mi amigo Enrique Bolado me instó a adquirir ya la mítica grabación de las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach, que Gould grabó para la CBS en 1955 (cito de memoria). Bolado me dijo que el pianista se había aislado en una pequeña cabaña en mitad de un gigantesco bosque canadiense para que nada ni nadie le distrajese, y así leer la partitura una y otra vez, y así pulsar las teclas del piano hasta lograr una recreación sublime, personalísima, mítica. Ya no recuerdo si fueron meses o incluso años los que Gould pasó en la cabaña estudiando y tocando las Variaciones hasta grabarlas por vez primera en el año mencionado.

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    Johann Sebastian Bach

    En el disco, que compré inmediatamente ya no recuerdo dónde, asistimos a un milagro sonoro. La matemática pura que estructura las Variaciones es descodificada por Gould insuflándole aire y lirismo contenido, hondo, cerebral, pero sin dejar de ser ni matemáticas ni fórmulas de abstracción sólida. La frialdad se torna en quemazón y al revés en los distintos pasajes. Repito, es un prodigio, en el que además Gould se permite el lujo, nada más y nada menos, de tararear las melodías mientras toca. Hay que subir el volumen un poco, pero es completamente cierto: en el arabesco matemático descrito por los sonidos de Bach en el aire, acompañándolos, una voz humana tararea alegre y concentrada.

    Durante un tiempo, Glenn Gould buscó la soledad de los bosques para abordar la posibilidad del milagro en el trato con Bach y sus variaciones. Lo logró, a fe que lo logró. A veces su interpretación es criticada por las libertades que encierra, pero nadie discute más de dos minutos seguidos y con seriedad, el poder del pianista, su diabólica capacidad expresiva. Gould buscaba la soledad y el silencio, la perfección. Dejó de tocar pronto en público, y sólo acudía a los estudios de grabación. Buscaba en ellos el sonido inmaculado, sin distracciones, sin carraspeos, sin pianos encontrados y desconocidos, sin aplausos...

    Hoy, leyendo unos minutos En la belleza ajena de Zagajewski, me topo con una reflexión del escritor polaco en la que nunca había caído y que me parece sobrecogedora. Bach, a lo largo de su vida, vivió dos matrimonios distintos y llegó a engendrar veinte hijos, algunos de los cuales sobrevivieron y con gran fortuna en la música. Siete hijos fuero fruto de su primer maridaje, trece nacieron del segundo. No sé cuantos de esos niños sobrevivieron y se hicieron adolescentes, jóvenes y adultos. Si sé que al menos tres se convirtieron en músicos también de extraordinaria calidad.

    Glenn Gould buscó el silencio helado de los bosques canadienses para enfrentarse a las Variaciones para teclado compuestas por un hombre que llegó a tener veinte hijos, y que indudablemente debió escuchar los gritos, lloros, risas, disputas, correteos, carreras, balbuceos y charlas apelotonadas de los niños entre las paredes de su casa.

    Paradojas, amo las paradojas, creo que en ellas se dibuja con trazo sabio y llamativo la complejidad inmarcesible de la vida, al menos de la que merece la pena vivir.

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    Tuesday,30 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Sábado en la belleza ajena: leyendo a Zagajewski]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,342 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La semana no ha sido fácil, pero tengo ya la ligera impresión de que a los 42 años no hay muchas posibilidades de semanas incruentas, ni siquiera generosamente llevaderas. Al final del cuatrimestre de las clases de historia en la universidad privada, con la defensa pública de varios trabajos por parte de los alumnos en torno a la caída del comunismo en Europa, hay que sumarle la cotidiana escritura de estas páginas, las horas en el despacho atendiendo consultas y peticiones, la redacción de un programa de mano para un concierto organizado por la Fundación Marcelino Botín, lecturas personales, el trabajo de edición y selección de la obra poética del cuasi proelista Alejandro Gago que estoy llevando a cabo estas semanas para la editorial barcelonesa Icaria, varias reuniones de trabajo y, ¡!ay!!, dos cenas fuera de casa para debatir y plantear asuntos profesionales. Cenas que cada vez me sientan peor, y cuya resaca se ha convertido en triste metáfora de mi irrefrenable decadencia física.

    Así que el sábado por la tarde, después de jugar por la mañana el consabido partido de fútbol con una temperatura ambiente de poco más de cuatro grados, me encontraba sencillamente para el arrastre, invadido y conquistado por un cansancio más allá de lo físico, un cansancio de índole metafísica.

    Para intentar recuperarme de algún modo, y que los músculos de las piernas, brazos y espalda me torturasen con un poco menos de convicción, me ofrecí un reparador baño de aguas calientes y entre cabezada y cabezada casi subacuática, leí la prensa del día a punto siempre de ahogarse en la ciénaga de mi bañera. Después eché una pequeña siesta al arrullo conmovedor del saxofonisa Ben Webster, y una vez regresado de las tinieblas cálidas del sueño, y tras un café que me supo a paraíso, me encaminé con decisión y despejado a pasar el resto del día a casa de Ella.

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    Adam Zagajewski: En la belleza ajena (Pre-Textos, 2003)

    Entre las cuatro paredes de su apartamento, es donde encuentro siempre el limbo azul y violeta a mis muchos infiernos. Desde la templanza estirada de su sofá, no contemplo el mundo de ningún modo, así que lo imagino plus ultra como me place y encanta, y ahí está uno de los encantos mayores de la situación, de la ilusión inagotable que siempre me regala la escena: ella, yo y nuestras circunstancias. Triángulo absorbente que me rescata y acata, dócil y a la vez salvaje.

    Suena el saxo tenor de John Coltrane y su trío atacando unas baladas que suenan agridulces. Otro café con bizcocho casero y leo los primeros versos del libro de poemas Más relinchos de luciérnagas, que desde Logroño me ha enviado el santanderino profesor de la Universidad de la Rioja Carlos Villar Flor, poeta y especialista en el autor de Retorno a Bridehead, Evelyn Waugh. Luego, lo que son las circunstancias, vemos la película de Henry King, Días sin vida, hermosísimo y suavizado biopic de los últimos meses de vida de Francis Scott Fitzgerald (Gregory Peck), meses que transcurrieron junto a la periodista Sheila Graham (Deborah Kerr). La película la proyectaron en copia nueva tan sólo hace unas semanas en la Filmoteca de Cantabria, y su director, Enrique Bolado, medio volante diestro de mi equipo los sábados matinales, me la recomendó con efusión anunciadora de cielos y asombros. No la pude en ver pantalla grande, pero los cielos hicieron su aparición multicolor en la gran pantalla de televisión.

    Luego vino la cena y la música de Gershwina. Setas al horno, confit de pato, y una pedantuela botella de pink champagne, doméstico y privado homenaje a la película An affair to remember, del gran y olvidado Leo McCarey.

    Y más tarde, muy descansado ya, mientras continuaba sonando algo lejana la Rapsody in blue de George Gerhwin, proseguí la lectura de En la belleza ajena (Pre-Textos), libro de memorias y diario del polaco Adam Zagajewski, probablemente la obra maestra de este espléndido prosista y poeta, un libro del que desde hace días no me puedo separar, pues me ha atrapado irremediablemente en su hermosura tranquila, profundísima y en voz baja.

    En la página 36 de este libro sabio y bellísimo, apunta Zagajewski: “No nos faltan relojes; estoy sentado a mi mesa y veo hasta tres; dos electrónicos, uno de cuarzo. Uno forma parte del ordenador y marca las 12.29. Otro está empotrado en la radio y marca las 12.30. El tercero, mi reloj de muñeca, marca las 12.31. Por fortuna, mi reloj tiene las tradicionales manecillas, no opera con los despiadados intermediarios de las cifras. Tenemos mucho tiempo”.

    Mucho tiempo, tenemos mucho tiempo escribe el poeta. Aunque el mío parece volar, con mi juventud, en este cuarto, en el que sábado tras sábado sueño y vivo cada bocanada de vida como si fuera la última, pues hoy sé que este tiempo, mi tiempo, nuestro tiempo, agoniza para no regresar nunca, nunca jamás.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Monday,29 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Vicente Aleixandre: ¿poeta olvidado?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,341 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El profesor Julio Neira prepara la habilitación para obtener una cátedra de literatura española en la Universidad, pero así todo encuentra un hueco para hacerme llegar desde el malagueño Centro de la Generación del 27 que dirige, la última de las publicaciones editadas por la institución: buena parte de las cartas que Vicente Aleixandre le escribió al poeta Jaime Siles, páginas que ven la luz al cuidado de la argentina Irma Emiliozzi.

    A Jaime Siles (Valencia, 1951) lo conocí por primera vez en una soleada tarde madrileña, en la terraza del Café de Oriente. Acabábamos de salir del Palacio Real, donde le habían entregado el Premio de Poesía Reina Sofía a Pere Gimferrer, y un grupo de poetas decidimos charlar un rato largo antes de que cada cual siguiera su camino. Luego hemos coincidido en otros lugares y situaciones, la última vez creo recordar en Santander, hace año y medio, donde él presidió el jurado del Premio Alegría del que yo también formaba parte.

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    Vicente Aleixandre

    El libro lo integran 51 cartas escritas entre 1969 y 1984, además de una introducción, la consabida bibliografía y un apéndice fotográfico con algunas imágenes para mi impagables, como aquellas que muestran a poetas a los que he conocido personalmente bastantes más años después (Guillermo Carnero, Luis Antonio de Villena, Javier Lostalé, o el propio Siles), siendo sólo unos jóvenes recién salidos de la adolescencia, con 18 ó 20 años de edad.

    Hasta ahora he leído 32 cartas de las 51, y he de decir que el libro no alcanza a ofrecer ninguna aportación significativa a lo que ya sabíamos del poeta que recibiría en 1977 el Premio Nobel en representación de la Generación del 27, pero sí que vuelve a subrayar con trazo fuerte el papel esencial desempeñado por Aleixandre en el seguimiento y aliento de la poesía española que iba incorporándose al panorama a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XX.

    Lo cierto es que hoy es difícilmente entendible la enorme cantidad de tiempo que, como lo demuestra este libro, dedicaba Aleixandre a escribir cartas a unos y a otros (chavales entonces casi inéditos, en cuanto a su producción literaria se refiere), a recibirlos en su chalecito de la calle Velintonia en tertulias que duraban dos o tres horas, a alentar, ayudar, corregir, estimular..., la creación literaria de una verdadera legión de escritores y poetas principiantes que acudían a él como referente ético y literario en una España en la que el franquismo daba sus últimas bocanadas de vida.

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    De izquierda a derecha, Vicente Aleixandre, José Luis Cano y Gerardo Diego

    Pero si a comienzos de los años 70 del siglo XX eran los jovencísimos Villena, Marías, Luis Alberto de Cuenca, Carnero, Lostalé, Siles, Jenaro Talens, Carvajal, Colinas, Savater, Molina Foix..., quienes acudían en tropel a visitar al maestro y conversar y aprender con él, años antes habían sido los integrantes de otras muchas generaciones quienes había hecho exactamente lo mismo, peregrinar hasta Velintonia para ser recibidos por un Aleixandre sutilmente enfermo a perpetuidad.

    Se cumplen este año 3 décadas de la concesión del Premio Nobel al poeta sevillano. Hoy, lo intuimos todos, es Aleixandre un poeta poco frecuentado por los lectores. Sí, sé perfectamente que no es una novedad o una excepción dentro de los grandes del 27. Por ejemplo, ¿quién lee en nuestros días a Gerardo Diego, Guillén o Salinas? Seguro que no son miles, ni siquiera cientos las voces que se alzan para gritar yo!!!! Y Lorca, Cernuda o Alberti tampoco es que ganen la carrera por muchas, muchísimas cabezas. Casi podría asegurar, parafraseando al gran George Steiner, que comparativamente, y por razones que sólo calibran en su justa medida quienes están en el mundo académico de los créditos y los méritos cuantificables, tienen más peso los trabajos que al cabo de un año se publican sobre la obra de estos poetas que las lecturas que de sus obras estos mismos autores han tenido.

    Pero no le demos muchas más vueltas al caso, posiblemente sean los signos de los tiempos que corren a los que habría que reprochar tales abandonos lectores, dentro, eso sí, del abandono general experimentado por dicha actividad tan esencialmente humanista y humanizadora. Lo que puedo asegurar en estos instantes es que dentro de mí siento el pellizco dulcísimo de la añoranza por algo no vivido, por no haber podido visitar yo también a Aleixandre entre sus paredes de Velintonia y llevarle unos poemas con esa unción juvenil y tontorrona con la que antes se llevaban pastas a las viejas tías solteronas para que merendasen. Sí, me gustaría poder decir eso de “cuando visité al maestro en Velintonia...”. Por cierto, ¿qué ha sido del chalecito aleixandrino de la calle Velintonia? Ya lo redujeron a polvo las excavadoras gallardonistas, o esperan las autoridades a que polvo sobre polvo todo se derrumbe y el polvo aleixandrino suba a los azules cielos madrileños como polvo del polvo, aunque polvo, igual que el de Quevedo, enamorado.

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    Friday,26 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Franz Kafka: el cartero de muñecas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,339 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En 1923 Franz Kafka tenía 40 años de edad y se encontraba ya bastante debilitado por la tuberculosis que acabaría con su vida justo un año después. Kafka se encontraba entonces viviendo con su amor Dora Dymant en la capital del imperio alemán, Berlín, y consciente como era de su suerte, le había dejado encargado a su gran amigo Max Brod que, cuando muriera, recogiese todos sus manuscritos y alimentara el fuego con ellos.

    Kafka, en 1923, paseaba a menudo en solitario por el berlinés parque Steglitz, y un día se tropezó allí con una niña que lloraba completamente desconsolada. Sin saber muy bien qué hacer, Kafka se acercó a la pequeña dubitativo, aunque decidido a averiguar y aliviar de algún modo la causa de tanto infantil desconsuelo. ¿Se había perdido la niña en el gran parque?, ¿se había perdido su hermano pequeño?, ¿alguien le había causado algún daño? No, la niña no estaba perdida, la que se había perdido era su muñeca. Tal era el motivo del triste llanto, de aquel minúsculo universo infantil que se había derrumbado por la primera y terrible pérdida en la corta vida de aquella niña.

    El dolor de la niña era de tal intensidad, que el escritor quedó conmovido hasta el punto de decirle que no, que la muñeca no estaba perdida, que se había ido de viaje y que le había enviado una carta que tenía él en su poder, pues él era “cartero de muñecas”. La niña dejó de llorar fascinada, y exigió la carta que le había escrito su muñeca. Kafka salió del aprieto como pudo, y le dijo a la pequeña que se la daría al día siguiente, pues su jornada laboral como cartero de muñecas ya había acabado y no llevaba la misiva encima. Quedaron pues en verse al día siguiente en el parque a la misma hora.

    Esa noche, angustiado por la responsabilidad del compromiso adquirido, y ante la incredulidad comprensiva y cariñosa de Dora Dymant, Kafka se dispuso a escribir la carta de la muñeca para la niña. La carta estaría enviada desde Londres, y el escritor puso en el sobre incluso un sello inglés despegado de la correspondencia que él recibía.

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    Jordi Sierra y Fabra, Kafka y la muñeca viajera (Siruela, 2006)

    Así dio comienzo una relación epistolar entre el escritor transformado en cartero de muñecas, y la niña a la que su muñeca mandaba cartas maravillosas desde cualquier lugar del mundo: Europa, América, África. Kafka escribía por las noches las cartas, y a la mañana siguiente, ya dedicado a su oficio de cartero de muñecas y sentado en un banco del parque Steglitz, le leía a la entusiasmada y crédula pequeña las cartas de su feliz y viajera muñeca. La aventura epistolar duró tres semanas, hasta que Kafka le supo poner el mejor fin posible para todas las partes implicadas: la niña, la muñeca y él mismo.

    No, lo que he contado hasta aquí no es ningún cuento de hadas o un relato inventado. Es un acontecimiento histórico, fue completa realidad. Lo sabemos por el testimonio precioso de Dora Dymant, y Klaus Wagenbach, uno de los mayores estudiosos de la vida y obra de Kafka, buscó durante años a la niña por los alrededores del parque, preguntando casa por casa e incluso poniendo anuncios en los periódicos. El resultado fue infructuoso.

    Sin embargo, el cartero de muñecas existió, la niña desconsolada también, y lo que quizá es más importante, al menos contemplado desde un punto de vista literario, las cartas escritas por Kakfa un año antes de morir fueron redactadas y cobraron vida. ¿Dónde están las cartas?, ¿se conservan?, ¿fueron destruidas?, ¿dormirán aún un sueño profundo en cualquier cajón de cualquier piso de cualquier calle berlinesa o centroeuropea?

    Max Brod no llevó a cabo el encargo que le encomendó su amigo. Y paulatinamente, convirtiéndose en hitos insoslayables de la literatura universal, aparecieron en hojas impresas las novelas inéditas del cartero de muñecas: El proceso (1925), El castillo (1926) y América (1931). ¿Podemos establecer aplicando alguna lógica el supuesto valor literario de las cartas escritas por el cartero de muñecas después de que lo fueran estos tres pesos pesados? No, ahí sí entraríamos en la ficción especulativa, con todo lo que este entretenimiento puede tener de positivo o de simple e inútil vaguedad gaseosa.

    Esta alucinante historia la ha recreado el escritor Jordi Sierra y Fabra en un libro hermosísimo titulado Kafka y la muñeca viajera. El volumen, editado por la editorial Siruela en su colección infantil y juvenil Las tres edades, está ilustrado por Pep Montserrat y sólo puede ser calificado como de auténtica delicia. Jordi Sierra da un triple salto mortal literario y narra en las páginas de este libro imprescindible en cualquier biblioteca, cómo pudo desarrollarse el suceso histórico, incluso escribe algunas de las cartas y plantea un hermosísimo final a la historia, un final además con notables visos de credibilidad. Créanme, es este un libro ideal para la lectura de niños y jóvenes, pero desde luego es de visita obligada para quienes tenemos en Kafka un referente, y para todos aquellos que gustan de historias maravillosas y muy bien contadas. Anoche lo he leído de un solo tirón, y no creo que olvide nunca los instantes placenteros y emocionantes vividos.

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    Thursday,25 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Noche de invierno en Tombstone con Henry Fonda]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,338 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    ¡Por fin ha llegado el invierno! Lo grito, lo canto, y casi todos me miran con cara de pocos amigos y murmuran alguna inconveniencia. Otros, abiertamente, me tachan de loco y maldicen mi alegría, invocando seguidamente a los príncipes del infierno para que me encierren en él y para traer un poco de su fuego y calor, de nuevo, para calentar estas latitudes.

    Hoy el frío es intenso en la capital de provincia, y se mezcla además con la consabida humedad que cala hasta los huesos. Desde la atalaya de mi quinto piso en la altísima y santanderina calle San Sebastián, contemplo los tejados de la ciudad completamente blancos por sucesivas capas de granizo, y más allá del mar de la bahía, la inconfundible mole de la Peña Cabarga tiene su hermoso pico henchido de nieve, de fría blancura que exclama puro invierno. En la calle los coches parecen recipientes húmedos hasta el último de sus cables, y en los recovecos que dejan escondidos al aire, puñados de granizo pugnan por anidar y sobrevivir unos minutos.

    No, no es me gusten el frío, la humedad, la lluvia, el aire gélido..., es que me gustan las estaciones. Me satisface y reconcilia con el tempo coherente de la vida que las estaciones a las que puso banda sonora perpetua el veneciano Antonio Vivaldi, se dejen sentir, se marquen y diferencien unas de otras, y que no se entrecrucen sus funciones. Es más, me gustan tanto los sucesos de las estaciones que aprobaría por decreto que los años no durasen doce meses sino seis, y que en el espacio de nuestros habituales 365 días cupiesen dos primaveras, dos tórridos veranos, dos caídas de hojas y dos navidades.

    Al invierno procuro sacarle partido. El invierno apaga las luces de la vida callejera y social, y enciende la bombilla o la vela del rincón cálido de la casa, de esa mesa camilla vetusta y heredada de otras vidas en la que se han derramado los cafés, sopas y conversaciones de otras generaciones más antiguas.

    En el rincón cómodo y cálido de la casa sitiada por la oscuridad de las calles y el frío helador de los vientos viajeros del norte, me concentro con más facilidad en la lectura del libro escogido; o los trazos de tinta negra que dejo escritos en el papel blanco parecen más importantes y verdaderos que de ordinario; o el sonido de la orquesta que sale de los altos altavoces parece dirigirse en especial sólo para mí, o la vieja película que veo en el televisor matiza hasta el extremo sus blancos y sus negros si el crudo invierno amenaza más allá de la puerta.

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    Henry Fonda en My darling Clementine

    Sentado en la esquina del sofá derrumbado por otros muchos inviernos, contemplando de vez en cuando cómo mi blanco perro Miller se ovilla contra unos almohadones soñando en la otra esquina del sofá, y mientas Ella, recién llegada de Madrid, salpimienta experta la pasta humeante que acaba de salir de la cocina, hojeo el volumen que acaba de llegarme con las cartas que Vicente Aleixandre le escribió al poeta en ciernes Jaime Siles, y hojeo también la reciente edición de las Iluminaciones de Rimbaud que desde Salamanca Antonio Colinas acaba de lanzar al mundo, y hojeo también el facsímil de las revistas gerardodieganas Carmen y Lola que la poeta Pureza Canelo acaba de regalarme esta misma tarde junto a la estatua del vate santanderino, y hojeo a la vez el catálogo esplendoroso de la exposición multimedia y multidisciplinar que mi amigo Jesús Alberto Pérez Castaños (artista que hubiera merecido al menos un relato de M. R. James o de Lovecraft) organizó en el espacio inmenso de una antigua fábrica de la ciudad de Torrelavega.

    Mientras tanto, el invierno llama con ahínco y fuerza pidiendo entrar por la ventana. Las gotas de lluvia queriendo ser nieve se estrellan contra los cristales, y la negrura de la noche ha borrado las aguas verdosas de la bahía. Enciendo velas en lugares estratégicos, y de repente la habitación danza, y las sombras más inquietas deambulan acompañándonos. Suenan las notas del piano que con enérgica y paciente delicadeza conmueven las manos prodigiosas de Bill Evans. Y cenamos.

    Arrecia la lluvia contra la transparencia fuerte de los cristales, y tras el té recién llegado de la última estancia en Londres, suena en la televisión la banda sonora de My darling Clementine (Pasión de los fuertes, 1946), el western del gran John Ford que hace muchos, muchos años, Mario Camus me confesó era su película predilecta, la que le hizo de verdad amar el cine con gesto boquiabierto y fuego en las venas.

    My darling Clementine es el pésimo actor Víctor Mature increiblemente, emocionantemente transformado en un médico que busca con desesperación una bala que lo redima mientras recita a Shakespeare con los asesinos hermanos Dalton ejerciendo de improvisado público; es Henry Fonda sentado en una silla y danzando en equilibrio sobre la viga carcomida de un pequeña barbería que asegura afeitados y aromas perfumados a dos o tres metros del desierto; es una pequeña comunidad inaugurando una inexistente iglesia bajo la sombra de una bandera anclada en un mundo de cactus gigantescos; es un tiroteo familiar que persigue el exterminio en medio de una confusión polvorienta de maderas y caballos; es el recitado del monólogo de Hamlet por un actor borracho subido en la mesa plagada de cartas de póker de un saloon abandonado a la violencia; es un veterano barman que confiesa no saber nada del amor porque siempre ha servido copas; es una hermosísima mejicana que muere en las manos temblorosas de un amor imposible; es una joven civilizada que se adentra en el desierto persiguiendo la idea de un amor que transforma en enseñanza; es Henry Fonda hablándole del futuro a la lápida de un hermano que murió empuñando la gargantilla que iba a regalarle a su añorado amor...

    No puedo ahora recordar mejor ejemplo de un gran actor que el de Henry Fonda interpretando a un sheriff Wyatt Earp digno, serio, torpe, limitado, enamoradizo, vengativo y envarado, que conduce de su brazo a una joven hacia un baile campestre por los caminos polvorientos de un pueblo de frontera.

    Sí, Henry Fonda interpretando a Wyatt Earp en My darling Clementine, sin duda, uno de los más grandes ejemplos concebibles de lo que es una interpretación cinematográfica insuperable. Sí, Henry Fonda, el padre de la hermosa y pendenciera Jane, la misma que este año 2007 cumple 70 anunciando una crema antiarrugas fabricada por una poderosa multinacional del sector; la misma que este año no optará a ningún premio interpretativo ni en los Globos de Oro ni en los Oscar; la misma que verá como sí pisa contenta y esperanzada la alfombra roja una joven y radiante madrileña de nombre Penélope y apellido Cruz.

    Cruz que no sé si será la misma que la que sobrellevamos compungidos los que asistimos noqueados a la decadencia del cine, y comprobamos lo que fue en la edad dorada y lo que es hoy un actor nominado al Oscar. Yo, de momento, nostálgico y perdido quizá ya para la actualidad, es decir, viejo y tontorrón, me quedo con Henry Fonda en el polvoriento Tombstone que John Ford me brinda en esta inclemente noche de invierno.

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    Wednesday,24 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Joseph Conrad, el corazón de las tinieblas en la juventud]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,337 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace unas semanas la Segunda cadena de TVE emitió la versión íntegra (del director) de la película de Francis Ford Coppola Apocaliypse now (1979), película inspirada en el célebre relato de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, texto protagonizado por ese personaje que ya es un mito de la literatura universal llamado Marlow.

    La revisión de la película me hizo rebuscar en la biblioteca el conocido relato, hasta dar con la preciosa edición que hace años editó Valdemar con traducción del especialista Dámaso López García, y que ofrecía además los otros dos relatos con abren y cierran, de algún modo, la historia de Marlow. Los tres relatos que integran las páginas del libro El Corazón de la Tinieblas y otros relatos, se asemejan a esas muñecas rusas que encierran en su interior otras muchas de menor tamaño y cuyo paulatino hallazgo nunca deja de sorprender -aunque sea perfectamente esperado- dando así lugar a una sucesión de descubrimientos a los que ni el deseo ni la imaginación quieren poner fin. Cada una de las muñecas aparecidas en este singular juego del escondite, es una realidad en sí misma, pero sólo adquiere toda su gracia y sentido como parte del conjunto. Eso mismo podemos decir de Juventud, El corazón de las tinieblas, y En las últimas, cuentos que Joseph Conrad reunió en un único volumen en 1902, y que por separado poseen un sentido que sólo alcanza su más plena dimensión puesto en directa relación con el de las otras dos narraciones.

    Como explica el espléndido traductor Dámaso López García en un prólogo construido todo él sobre inteligentes observaciones, fue el propio Conrad quien admitió en su correspondencia la clara relación existente entre las tres historias, al señalar que éstas vienen a representar las edades del hombre: juventud, madurez y vejez respectivamente, estableciendo un lazo de unión entre las tres piezas que de ninguna manera pueden obviarse. Sin embargo, Dámaso López nos advierte que sería un grave error leer estos cuentos sólo como una alegoría de esos tres momentos en la vida del hombre.

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    Fotograma de Apocaliypse Now Redux

    Estoy de acuerdo con él. El estilo con el que están escritos estos relatos es de tal riqueza que facilita una gran diversidad de acercamientos e interpretaciones, desde la más apegada al hilo de los simples hechos narrados, a la más especulativa en torno a temas como la civilización, la memoria, la honestidad, la soledad o la muerte. Depende de la madurez y capacidades del lector el que la lectura discurra por una determinada senda.

    La propia evolución intelectual y vital posibilitará a lo largo del tiempo muy diferentes acercamientos a este volumen de relatos, algo que si bien puede aplicarse a casi cualquier otro libro, adquiere para éste matices ejemplificadores. El trato con estas historias de Conrad es una inversión cuyos réditos no dejarán de cobrarse a lo largo de toda la vida.

    Llegados a este punto, no quisiera perder por completo de vista el asunto que hasta aquí nos ha traído. Es decir, la recomendación de un libro destinado a un público juvenil. En este sentido, creo que ha quedado suficientemente claro que las narraciones que integran El corazón de las tinieblas..., dadas la gran riqueza de asuntos abordados y sus distintas posibilidades interpretativas, junto al decisivo hecho de presentar historias dentro de un contexto marítimo y aventurero, ofrecen en principio muchas posibilidades para interesar a aquellos jóvenes decididos a embarcarse -y nunca mejor dicho- en lecturas que comportan ya bastantes exigencias.

    De todas formas, Juventud es sin duda el relato que desde la ortodoxia presenta más puntos directos de contacto con los jóvenes. Se nos cuenta el viaje en un viejo barco de vapor -desde Inglaterra a Bangkok (Oriente como metáfora de lo maravilloso por descubrir), del joven oficial Marlow, personaje que con veinte años más a cuestas protagonizará después El corazón de las tinieblas. A todas luces se trata de un viaje iniciático (un viaje que, como escribe Conrad, bien puede servir de explicación de la vida), cargado de acontecimientos que ponen a prueba la divisa del viejo barco, "Triunfar o morir", divisa que, como es evidente, el joven Marlow hace suya inmediatamente, y con él, por extensión, toda juventud merecedora de tal adjetivo. El final de viaje, con el simbólico hundimiento del vapor envuelto en llamas y en alta mar, significa el término de la juventud de Marlow, su definitivo ingreso en la madurez, y la constatación de que todo (la juventud, la fuerza, la aventura, las ilusiones...) acaba sin remisión: a todo le aguarda su propia muerte.

    "¡Esto es todo lo que ha quedado!" -exclama Marlow al concluir su juvenil andanza- "Un momento tan sólo: un momento imborrable, de aventura, de encanto, ¡ah, la juventud...! El destello del sol sobre una costa desconocida, un momento para recordar, un momento para suspirar, y... ¡adiós!, noche. ¡Adiós!". Sí, la juventud es un momento tan sólo, un momento que, Conrad nos lo recuerda en este imprescindible libro, va desvaneciéndose mientras se le espera.

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    Tuesday,23 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Carmen Díez de Rivera, musa de la Transición, la misma Transición]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,335 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Mi madre tiene una muy buena amiga con la que de vez en cuando intercambia libros y, en consecuencia, lecturas. Esta amiga, Ámparo, hace mucho tiempo fue mi profesora de inglés, y hemos hablado en alguna oportunidad que en aquella relación académica debió establecerse una importante transferencia de gustos y querencias culturales, pues no es nada infrecuente que coincidamos en óperas, teatros, conferencias, exposiciones… También coincidimos de vez en cuando en lecturas, y en interés por algunos personajes o artistas.

    La última vez que esto ha ocurrido ha sido la pasada semana. Llegué a casa de mi madre y encima de una mesa encontré el libro que Ámparo le acababa de dejar a mi madre. Se trataba de la biografía de la atractiva política de la transición española Carmen Díez de Rivera, páginas escritas por la periodista Ana Romero y publicada en la editorial Planeta hace cuatro años, si no recuerdo mal.

    Siempre me había interesado el personaje, y confieso ahora que lo primero que me llamó la atención de ella fue su gran atractivo físico. Rubia de ojos azules, esbelta y con buen tipo, la primera vez que supe de Carmen Díez me sorprendió muchísimo que tal tipo de mujer se hubiera dedicado a la actividad política de manera destacada en momento tan confuso y complejo de nuestra reciente historia. Por esta razón, nada más ver el libro, se lo pedí prestado a mi madre y lo leí en unas pocas horas. Mujer nacida en el seno de una aristocrática familia madrileña pero hija natural del cuñado de Franco, Serrano Suñer, la vida de Carmen Díez estuvo marcada por el amor imposible que sintió por un hermanastro y del que nadie le explicó nada hasta que fue demasiado tarde e incluso la pareja, inocentemente incestuosa, había planeado casarse.

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    Carmen Díez de Rivera

    Con una adolescencia y una primera juventud muy difíciles, en las que incluso ingresó en un convento y marcho luego como “misionera” a África, Carmen Díez de Rivera regresó a España poco antes de la muerte del dictador, y la suerte y el privilegiado contexto social y económico en el que siempre se había desenvuelto, le pusieron en el camino de trabajar justo al lado de Adolfo Suárez y del Rey don Juan Carlos I en el periodo más intenso y decisivo del cambio político que España comenzó a vivir a partir de mediados los años setenta del pasado siglo.

    Una hermosa mujer desempeñando un importante papel político en aquellos momentos de nuestra historia, supuso, repito, una llamada demasiado poderosa como para que mi interés se resistiera. Pero la lectura no es que me haya defraudado, es que me ha enfadado, me ha sumergido en la perplejidad y en la estupefacción. Y todo porque, mientras avanzaba página tras página, no podía concebir tanto engreimiento y tanta fatuidad desmedida en el relato de la propia vida.

    La mujer a la que Francisco Umbral calificó como “musa de la Transición”, parece querer dejar claro desde la primera a la última página de este libro que ella misma fue la Transición, así, con mayúsculas, la persona más importante del mencionado periodo. Adolfo Suárez y el Rey, por ejemplo, fueron según la archipagada de sí misma Carmen Díez, unos hombrecitos voluntariosos pero cuasi tontorrones, conservadores y pardillos a los que ella, a sus poco más de treinta años, tuvo que sacar las castañas del fuego cada dos o tres minutos. En opinión sin réplica de Carmen Díez, todo lo exitoso que tuvo y legó la Transición española al futuro se debió a su mucha inteligencia, a su capacidad de trabajo, a su persuasión, valentía, responsabilidad, desparpajo, atractivo, capacidades múltiples, etc… Y todo lo negativo que tuvo el periodo, se debió a la incapacidad y cortedad de miras del resto de personas que estuvieron junto a ella y que, torpes y ambiciosos, no se dejaron guiar adecuadamente por su sabia e infalible mano.

    Carmen Díez de Rivera murió de terrible cáncer cuando aún era muy joven, apenas cincuenta y tantos años. Después de la Transición siguió en política, en el Partido Socialista y trabajando como eurodiputada muy consciente de la importancia presente y futura de las nuevas ideologías de raíz ecológica.

    Carmen Díez de Rivera es un personaje muy interesante de nuestra más reciente historia común, una mujer casi hoy olvidada en la vorágine histórica que fagocita protagonistas a marchas forzadas, Pero con todo, la mansedumbre acrítica del librito, su construcción desde la más descarada e inconcebible auto hagiografía, sólo me ha dejado planteada una duda: si dejarlo caer entre los troncos humeantes de una chimenea, o dejarlo en los fondos de una biblioteca y en lugar destacado, para que sirva como ejemplo concreto y palpable de lo que jamás debería ser ni una biografía ni unas memorias, a no ser que el infractor de la norma pretenda escribir una obra de humor, entonces sí, entonces sigan sin cortapisas el ejemplo de Carmen Díez de Rivera y de la artesana Ana Romero.

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    Monday,22 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Walt Whitman,soy amplio, contengo multitudes.]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,334 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Cuando en la primavera del año 1876, en un paraje de las Colinas Negras llamado Little Big Horn, el famoso “general niño” de la Guerra Civil norteamericana, George A. Custer, y los 264 oficiales y soldados de su regimiento fueron masacrados por 2.500 guerreros indios dirigidos por Sitting Bull, el libro Hojas de hierba, escrito por el poeta y periodista neoyorkino Walt Whitman, y publicado por vez primera en 1855, llevaba vendidas varias ediciones y estaba en camino de convertirse en el “antes y después” del lenguaje poético norteamericano, en el centro de su canon literario nacional, lugar en que lo ha situado la crítica anglosajona del siglo XX, viniéndome ahora a la memoria, como mero ejemplo de esta afirmación, todo el capítulo que Harold Bloom le dedica en su polémico canon occidental.

    La gestación, edición e inmediata historia de Hojas de hierba sólo es uno de los muchos y variados asuntos de los que se ocupa el biógrafo de Whitman, Jerome Loving en su libro Walt Whitman. El canto a sí mismo (Paídos, Barcelona, 2002), obra de una ambición y complejidad extraordinarias que encuentra precisamente en la suma de estos dos elementos su mayor mérito, pero también su más destacable inconveniente, dado que una de las sensaciones que me ha producido esta lectura es la de que el autor ha dejado planteados sin resolver un excesivo número de asuntos.

    En este sentido Jerome Loving aborda a lo largo de las más de quinientas páginas de su trabajo una variopinta cantidad de temas relacionados directa o indirectamente con Whitman y su obra, dando como resultado, en mi opinión, no tanto un meticuloso acercamiento a la vida del poeta, como un compendio sintético y atractivo de historia norteamericana del siglo XIX, y más concretamente de historia de la ciudad de Nueva York, algo semejante a lo hecho por Scorsese con ese magnífico díptico neoyorkino formado por las películas La edad de la inocencia y Gangs of New York. Por cierto, si existe un oportuno complemento a la lectura de esta biografía de Whitman es desde luego la visión del hasta ahora último trabajo del gran director americano.

    Así, Loving aprovecha el yo y las circunstancias de Whitman para escribir con conocimiento sobre asuntos tales como el periodismo americano de la época, la política de partidos, la Guerra Civil, el racismo, el capitalismo, la maquinaria democrática, Emerson y el trascendentalismo, la conquista de nuevos territorios en el oeste del país..., y otras muchas cuestiones imbricadas directamente en la construcción del “ser norteamericano”. Un “ser norteamericano” que en el libro de Loving se presenta construido básicamente sobre los siguientes elementos: la violencia materializada en su máxima expresión, la guerra; la celebración contundente de la naturaleza; el yo que se canta a sí mismo para subrayarse individuo; los compatriotas, el resto de americanos, auténticos valedores de la democracia; y Dios, fundamento último de todos los dones, incluida la propia naturaleza.

    Elementos que también configuran para Loving lo mejor de la poesía de Whitman, llegando así a establecer un directo paralelismo temporal y de acción entre el desarrollo de ésta y la construcción política, social, económica y cultural de los EE.UU.

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    Walt Whitman

    Es más, Loving llega a afirmar que “Whitman experimentó con la lengua vernácula americana tal y como ésta acompañó y reveló directamente a la experiencia americana antes, durante y después de la Guerra Civil”. Según Loving la Guerra Civil americana supuso para Whitman una “ceremonia matrimonial” entre él y su país, un compromiso y una revelación espiritual que transformaron al poeta, quien en la versión definitiva de Hojas de hierba (1881) escribió “mi libro y la guerra son una sola cosa”.

    El yo poético y personal de Whitman anterior a la guerra era, sí, representativo del pueblo americano, pero lo era en la tradición de Ralph Waldo Emerson, tradición más esforzada en el cultivo del individualismo que en el del sentido democrático de la existencia, y por supuesto, más apegada a una constreñida y polvorienta herencia británica. La experiencia de la guerra adquirida en el puesto de enfermero, el ver morir a sus compatriotas delante de sus ojos, o el conocer a los mecánicos, granjeros y jóvenes del Oeste convertidos en soldados heridos y enfermos, hicieron del poeta menos “un aislado universo propio” y más un demócrata apasionado amante de la humanidad, amante devoto de todo el pueblo americano.

    La revelación que obtuvo el poeta Walt Whitman de sus años en el frente fue, como apunta William Carlos Williams, “una verdad escandalosa: que el terreno de lo común es en sí una fuente para la poesía”. Tal revelación y convencimiento obligaron a Whitman a esforzarse en hallar un nuevo uso del lenguaje poético heredado de la tradición inglesa, y así, tras escribir “poesía convencional” en la década de 1840, Whitman rompió a cantar en verso libre, inspirándose en temas rescatados de los cementerios, de la celebración de la naturaleza, de los caminos rurales..., y trabajó dichos temas dentro de una métrica nueva, siendo la consecuencia final de todo este esfuerzo el alumbramiento de una verdadera “poesía americana”, la reconfiguración del canon literario estadounidense, y la erección de Hojas de hierba como paradigma primero y central de dicho canon.

    Uno de los elementos de influencia e inspiración más importantes señalados por Loving en este esfuerzo whitmaniano por hacer pedazos los viejos moldes poéticos americanos fue la ópera italiana, constatación que me ha llenado de sorpresa. La ópera italiana es para Loving “el motivo de que Hojas de hierba deba leerse en voz alta para apreciar plenamente su potencial”, ya que el verso revolucionario de Whitman, al igual que las óperas de Rossini, Bellini o Verdi (los compositores preferidos del poeta), además de la belleza busca comunicar emoción, convertirse en símbolo dramático de la condición humana, expresión de sus pasiones, anhelos y sueños.

    No sólo fue la pureza tonal del canto operístico italiano, o la tremenda eficacia dramática que, desde el escenario, atrapaba por igual a los aristócratas y a los “tipos rudos” neoyorkinos lo que entusiasmaba a Whitman de la ópera hasta hacerle decir que “de no ser por la ópera yo no hubiera escrito Hojas de hierba”; era el propio ritmo operístico, el recitativo, la declamación acompañada en la que los actores cantan las palabras con ritmo irregular simulando un discurso hablado, lo que definitivamente sedujo al poeta y le sugirió que en su poesía las palabras tenían que sonar con el ritmo natural del habla humana, y no con el ritmo cadencioso de la decorosa poesía tradicional.

    Pero insisto, el de la ópera es sólo un tema más de los muchos abordados por Jerome Loving en este complejo trabajo que reconoce no poder ofrecer respuestas ni cerradas ni contundentes a muchas de las cuestiones biográficas esenciales en torno a la vida de Whitman. Cuestiones planteadas incluso antes de la propia desaparición del poeta, y que él mismo se encargó de enturbiar practicando una muy cuidada ambigüedad plagada de mentiras, elipsis y supresiones, y apostando con ahínco por presentar a los “otros” una organizada puesta en escena tendente a convertirlo para la posteridad en un mito, el más grande poeta del pueblo americano, objetivo que, por cierto, ha logrado con gran éxito. Problemas a los que hay que sumar, como reconoce Loving, la “freudianización” e “historización” de los hechos de Walt Whitman para adaptarlos mejor a la conveniencia de las distintas ideologías políticas y literarias que en el mundo han sido a lo largo del último siglo.

    Por ejemplo, nunca tendremos certezas irrefutables con respecto a la voceada homosexualidad del poeta, o sobre su supuesto racismo y misoginia, o sobre quién fue la enigmática “Ellen Eyre” que le declaró por carta su amor, o sobre lo que pasó realmente en los encuentros Whitman-Oscar Wilde de 1882, o sobre el valor de los poemas de Whitman anteriores a la guerra civil o la importancia pasada, presente y futura de Hojas de hierba.

    Lo que parece claro tras la lectura del libro de Loving es que Walt Whitman vivió una vida errabunda, apasionada, apasionante..., y que sin duda disfrutaría con esta alambicada discusión sobre su personalidad y su obra, aceptando con buen humor y regocijo todos los calificativos que queramos administrarle, todas las categorías con las que deseemos explicarle. No en vano nos dejó dicho al final de su poema el “Canto a mí mismo”: “Soy amplio, contengo multitudes”.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Friday,19 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La isla de los ratones, de Manuel Arce (y II)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,332 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En el año 1945 Arce contaba con 17 años, acababa de descubrir como lector a los poetas del 27 y toma contacto en Santander con miembros del grupo Proel. Con quien primero trabó amistad Arce de dicho grupo fue con el poeta y pintor Julio Maruri, quien años después, en 1958, llegó a ser Premio Nacional de Literatura por una antología editada por el impulsor cultural Pablo Beltrán de Heredia. A finales del año 45 Arce apareció en la tertulia que el grupo poético y de artistas mantenía en la cervecería “La Mundial”, en la santanderina calle Somorrostro. Como ya ha contado el propio escritor, allí estaban Ricardo Gullón, José Hierro, Carlos Salomón, Leopoldo Rodríguez Alcalde, Aurelio García Cantalapiedra…, quienes le acogieron con simpatía y no le hicieron excesivo caso. A partir de ese instante, Arce quedó integrado en la tertulia y en su dinámica, es decir, en las lecturas poéticas, discusiones literarias, charlas. Quien ejercía entonces un cierto magisterio como jefe de filas era Ricardo Gullón, fiscal de 37 años que hablaba al resto de tertulianos de autores como Faulkner, Kafka o la nueva narrativa inglesa. La tertulia pronto se trasladó a otra cervecería o café, “La Austriaca”, situada hasta fechas muy recientes en los últimos números del Paseo de Pereda.

    Corría el año 1946 cuando la revista Proel comenzó a tener problemas para aparecer con puntualidad y rigor, lo que al parecer inquietaba a los más jóvenes poetas, Arce incluido, quienes veían tambalearse la posibilidad de contar con un medio fiable de mostrar al mundo sus creaciones. Así, los primeros poemas de Manuel Arce no vieron la luz en la revista santanderina, sino que lo hicieron en la leonesa Espadaña comandada por Victoriano Crémer y gracias a la intercesión de Ricardo Gullón. El joven poeta publicó por fin poemas en la revista Proel en el número Primavera-Estío del año 1947, número que apareció avanzado ya el año 1948, impreso en pésimo papel y plagado de erratas.

    El desastre precipitó la materialización de una idea que parte del grupo ya había discutido en más de una ocasión: la necesidad de editar otra revista que si bien fuese de condición modesta, sí asegurase la regularidad en sus salidas. La oportunidad, como ocurre con tanta frecuencia, se cruzó en el camino de Arce de forma casual. Un día de comienzos del año 1948 los hermanos Bedia, Joaquín y Gonzalo, amigos del joven poeta, le comunican que han comprado una imprenta Boston y le proponen hacerse unas tarjetas de visita. Arce, atónito como él mismo recuerda, les pregunta si pueden imprimir una revista. La respuesta fue afirmativa. Esa misma noche discuten durante horas las posibilidades existentes y se plantean también dos inconvenientes: la ausencia de capital inicial y de material tipográfico.

    Pero dejemos que lo explique el protagonista con sus propias palabras: “…Gonzalo, que había comenzado a trabajar en la imprenta “Resma”, decidió que podía componer un poema cada día, fuera de las horas de trabajo, e imprimirlo por la noche en la Boston que habían instalado en un diminuto cuarto trastero de la casa (calle San Simón). Joaquín conseguiría el papel a crédito. Ellos imprimirían las revista. Yo me ocuparía de la venta. Me abrían un crédito de tres números. Durante estos tres números Joaquín llevaría la administración de la publicación. A los costes sumarían un módico beneficio. Todo estaba perfectamente claro. Lo que los hermanos Bedia querían era darse a conocer como impresores de calidad. Llegar a ser impresores de prestigio. Editar libros. Los tres pensamos aquella noche que lo de la revista era una aventura que no tenía por qué salir mal. Estábamos de acuerdo en todo. Ya sólo faltaba una cosa: encontrar un título para la publicación”.

    Este surgió en la tertulia del café “La Austriaca” estando presentes Gullón, Hierro, Maruri, Cantalapiedra, Rodríguez Alcalde, Beltrán de Heredia, Enrique Sordo y el pintor Miguel Vázquez. Buscaban todos un nombre corto y contundente, como el de las revistas del momento, es decir, Proel, Espadaña, Verbo, Garcilaso, Pilar o Cántico. Pero el título, después de varias horas y muchas propuestas, no acababa de aparecer. Finalmente el pintor Miguel Vázquez, cansado ya de tanto esfuerzo vano, propuso irónico un extraño título seguro de que iba a ser desechado inmediatamente, La isla de los ratones. Sin embargo, en contra de lo que auguraba el bromista pintor, el título fue acogido con satisfacción por Manuel Arce, quien entonces no podía sospechar la fortuna que con el tiempo tendría el mismo.

    De la Boston de los Bedia salió el impreso de suscripción y el poeta inició los trámites para conseguir el permiso de las autoridades y para lograr las necesarias colaboraciones. La primera se le pidió a Vicente Aleixandre, a quien el escritor santanderino había conocido dos años antes.

    Las dificultades administrativas con las que se topó Arce fueron importantes. La revista no fue autorizada al no cumplir los requisitos necesarios. Esta prohibición tenía que ver, claro, con las duras exigencias de la censura española, diseñadas por la Dictadura franquista para desanimar a cualquiera que pretendiera aventurarse en la edición, y llegado el caso sencillamente abortar dicha posibilidad. Tampoco debió ser ajeno a la decisión de prohibir la revista el hecho de que a los impulsores de Proel no les pareciese oportuna la aparición de otra publicación periódica, por lo que Pedro Gómez Cantolla, a la sazón director impuesto de Proel y Subjefe Provincial del Movimiento, propusiese a Arce dirigir un “pliego poético como filial de la revista”.

    Sin embargo, después de hacer muchos pasillos y hablar con mucha gente, las autoridades toleraron a Manuel Arce la impresión de unas “hojas sueltas” de poesía que no podían numerarse. El impulsor de la publicación ideó una fórmula para dotar a las autorizadas hojas de un mínimo carácter de revista: perforarlas por un costado y unirlas con un cordón. Pero dejemos de nuevo tomar la palabra al protagonista, quien escribe “El primer número decía en su portada: La Isla de los Ratones. Hojas de poesía. Santander. Mayo 1948. En el interior, discretamente al final del sumario, hice figurar el núm. I. Nada ocurrió. De modo que, en la segunda entrega, el núm. 2 lo sitúe en la portada. Pero hubo que suprimir el mes porque, según oficio administrativo, las ‘hojas’ no podían ser mensuales, ni bimensuales, ni nada. No podían tener ningún tipo de periodicidad. Así que en la tercera entrega sólo reza: Santander. 1948. Sin número, Sin mes. Y lo mismo con la cuarta y la quinta aparición. Aclaro estos detalles porque sé que algunos investigadores, que han trabajado sobre las publicaciones de la época, olvidándose tal vez del contexto histórico en este caso, han pensado que estas irregularidades obedecían a simple despiste o disparatado capricho”.

    Uno de los principales problemas técnicos con los que se encontró la recién nacida publicación derivaba de la fórmula encontrada por Gonzalo Bedia para componer los textos, es decir, hacerlo en horas libres en la imprenta en la que trabajaba. Este método implicaba que no hubiera tipos de repuesto para corregir erratas, lo que suponía en cada corrección un día de retraso. Dadas las circunstancias Arce tomó la decisión de intentar corregir únicamente las erratas de carácter ortográfico, las otras comenzaron a salir “alegremente a la luz” como él mismo reconoce. Tal alegre profusión de erratas hizo que con la aparición del cuarto número la revista fuera rebautizada por el malogrado poeta Carlos Salomón como La Isla de los erratones.

    Con todo la aventura funcionaba. Los tres primeros números dieron modestos beneficios, pero a partir del nº 6, en el que intervino Beltrán de Heredia diseñando una nueva cubierta tipográfica, hubo entregas que alcanzaron beneficios del ciento por ciento. Parte de los beneficios se reinvertían en mejorar la publicación, lo que se tradujo en más páginas, más ilustraciones y ocasionalmente en mejor papel. Desde el mencionado número 6 las “hojas” dejaron de ir con el cordoncillo, pues Beltrán de Heredia opinó que seguirían considerándose sueltas si iban cosidas por el lomo, y que en consecuencia la Administración nada tendría que decir. Además, comenzó a darse numeración correlativa a las páginas de las posteriores entregas, llegándose sin problemas hasta la que hacía los números 19-20 en el año 1953, momento en el que Arce recibió un oficio obligándole a no paginar consecutivamente los números de la publicación si no quería que se le retirase la tolerancia hacia su empeño literario. Para que esto no sucediera, Manuel Arce paginó la siguiente entrega, la que hacía los números 21-22 también en 1953, desde el dígito I. Pero una vez realizado el trámite siguió paginando correlativamente la revista hasta su desaparición en el año 1955.

    La publicación literaria periódica La Isla de los Ratones terminó su andadura cuando para Manuel Arce, según propia confesión, dejó de ser “un juego alegre y divertido”. Claro que también influyó decisivamente en el final de dicha aventura literaria los esfuerzos y dedicación que exigían los comienzos de otra aventura de índole cultural y comercial. Me refiero a la librería y galería Sur que había iniciado su andadura en el mes de julio de 1952 situada en la calle San José de la capital de Cantabria. Sin embargo, como ya se ha mencionado más arriba, la colección de libros La Isla de los Ratones prosiguió su extensa andadura editorial hasta el año 1986 con la publicación del volumen Poemas y cartas de amor de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubi, obra que vió la luz acompañada de un estudio escrito por un viejo amigo que había visto surgir La Isla de los Ratones de la nada, el crítico y narrador Ricardo Gullón, con lo que el círculo parecía cerrarse.

    También hay que hacer notar que la desaparición de la revista en 1955 vino a coincidir con la de la escritura poética de Arce, al menos en cuanto a su dimensión pública, hecho que juzgo muy significativo y quiero dejar aquí apuntado.

    Vicente Aleixandre escribió en la colaboración que abría el primer número de La Isla de los Ratones la siguiente frase: “una revista en otro núcleo ardido”. Es probable que el poeta “jugase” con la imagen de un Santander que se recuperaba del incendio sufrido en febrero del año 41, pero sin duda se refería a los “incendios” provocados por la poesía en distintos núcleos españoles que trataban de recuperar el pulso creativo tras la guerra mediante la creación de revistas y colecciones.

    Sí, en 1948 Santander era un núcleo ardido al que se añadió un nuevo fuego literario y poético, la Isla de Manuel Arce. La revista se creó en un principio, como ya hemos señalado, para dar cabida a las nuevas voces poéticas que iban surgiendo en el contexto santanderino y no encontraban una fácil y rápida salida pública en la revista Proel. Pero si esta fue la razón básica para poner en marcha la aventura, la propia trayectoria de La Isla demostró desde el primer momento que los intereses abarcaban otros campos además de la poesía, y que la lista de colaboradores ofrecía con abundancia más nombres que los de la nueva generación de poetas santanderinos.

    En efecto, desde sus primeros números La Isla de los Ratones no sólo ofreció espacio para la poesía, también lo hizo para la prosa (cuentos, crítica literaria y pictórica, ensayo) y para el arte, fundamentalmente a través de la incorporación de ilustraciones realizadas tanto por los mejores y emergentes pintores cántabros del momento, como por algunos de los jóvenes artistas españoles (destacando por su número los catalanes), e incorporando también a algunos pintores ya importantes en esas fechas, pienso por ejemplo en Cossío o en Benjamín Palencia.

    Por lo que respecta a los colaboradores (escritores, críticos y poetas), creo que pueden establecerse en esencia cuatro grandes grupos. El primero formado efectivamente por los nuevos poetas santanderinos, todos de la generación de Manuel Arce, y donde figuran nombres como los de Alejandro Gago, Jesús Pardo o, claro, el propio director de la revista. Otro de los grupos que menudea por las páginas de La Isla de los Ratones es el de los más destacados miembros del grupo Proel, más o menos una década más viejos que Arce, con Ricardo Gullón, Hierro, Maruri, Salomón, Hidalgo y Rodríguez Alcalde a la cabeza. El tercer grupo que podemos establecer es el de los poetas consagrados, con la presencia de algunos de los miembros de la llamada Generación del 27 (J. R. Jiménez, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Pablo Neruda o Gerardo Diego). El cuarto estaría conformado por miembros de la generación que entra en el panorama literario español en la década de los 50 (Caballero Bonald, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Miguel Labordeta, J. A. Goytisolo, Leopoldo de Luis, Eugenio de Nora, Ricardo Molina, Juan Eduardo Cirlot, Claudio Rodríguez, Ignacio Aldecoa, Victoriano Cremer, Carmen Conde, Carlos Bousoño, José María Valverde, Joan Brossa, Antonio Gala…).

    A estos cuatro grandes grupos se le deben añadir, aunque sin un peso específico a subrayar, la presencia de notables poetas pertenecientes a la poesía conservadora de la posguerra (Leopoldo Panero o Luis Felipe Vivanco), y la de algunas traducciones, casi siempre de poetas franceses contemporáneos. Si a esto le sumamos la progresiva incorporación de colaboraciones sobre crítica de artes plásticas, tendremos al menos un perfil de los contenidos de la revista y de los intereses literarios, estéticos y éticos de Manuel Arce.

    Si echamos un detenido vistazo a las colaboraciones publicadas en La Isla de los Ratones (véase el índice) nos percataremos de dos importantes cuestiones: un altísimo porcentaje de los trabajos son poemas, y no es sencillo encontrarle una adscripción ni temática ni de tendencia poética. Hay en el conjunto muestras de lo que García de la Concha ha clasificado como tremendismo (Crémer), surrealismo realista (Labordeta), el surrealismo cabalístico (Cirlot), la elegía personal (Ricardo Molina), la poesía de la intrahistoria (J. M. Valverde, L. Panero, Vivanco), el realismo intimista, etc…. Aunque si hubiera que marcar un acercamiento a una determinada tendencia poética en la breve andadura de La Isla de los Ratones, este acercamiento sería sin duda, y aplicando al término toda la anchura necesaria, a la poesía existencial en cada una de sus variadas vertientes.

    Por tanto, sin poder hablarse de La Isla de los Ratones como de una revista de poesía existencial o defensora de una determinada y cerrada concepción de la poesía, sin poderse hablar siquiera de una revista poética en sentido estricto, sí es cierto que la corriente poética existencial está muy presente en sus páginas, haciéndose eco natural y reflejo significativo de una forma de hacer poesía predominante en la emergente lírica española de la primera posguerra.

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    Wednesday,17 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La isla de los ratones, de Manuel Arce (I)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,330 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El año pasado la Universidad de Cádiz editó una obra valiosa e ingente: la historia de las Revistas literarias españolas del siglo XX (1919-1975), en tres volúmenes imponentes y primorosamente editados por la casa Ollero y Ramos. La obra está patrocinada por varias instituciones, la propia Universidad de Cádiz, la Fundación Gerardo Diego, la Fundación El Monte y el Centro de la Generación del 27. Muchos especialistas participan en el trabajo, todos bajo la dirección académica del catedrático de Literatura Española de la mencionada universidad andaluza, Manuel J. Ramos Ortega.

    A mí me encargaron la redacción del artículo dedicado a La isla de los ratones. Como en breve plazo la editorial Visor pondrá en las librerías como novedad, la edición facsímil de la revista, he considerado interesante el reproducir en dos entregas mi artículo referido a la revista, una de las aventuras editoriales más hermosas y sugerentes de aquella época. He quitado las notas a pie de página y la bibliografía para hacer el texto más liviano, un texto cuya lectura espero les interese y les haga pasar un buen rato. Ahí va el trabajo:

    A finales del verano de 1937, las tropas del general Franco entraron en las calles de Santander. Tres años y medio después, un terrible incendio, finalmente frenado por el trabajo de los dinamiteros, destruyó casi doce hectáreas del centro histórico de la ciudad, acabando durante dos días de descontrol con más de mil quinientas viviendas, dos edificios oficiales, centenares de establecimientos comerciales, con los tres periódicos que entonces se editaban en la ciudad, y con seis iglesias y conventos.

    Joaquín Reguera Sevilla, Gobernador Civil de Santander y Jefe Provincial del Movimiento, un hombre que según numerosos testimonios consultados participaba de las ideas y talante del falangismo liberal de intelectuales como Laín, Tovar o Panero..., fue el encargado de dirigir la reconstrucción urbana y cultural de la ciudad.

    El radical exilio intelectual y artístico que trajo consigo el conflicto civil español, empujó a los nuevos gobernantes al intento de reconstruir o impulsar, dependiendo de los casos, una nueva vida cultural española. Fruto de dicho empeño, y en el abrasado Santander de la primera posguerra, fueron apoyadas y favorecidas desde el omnipresente poder político varias iniciativas en cuyo desarrollo se involucraron, junto a nombres ya veteranos de la cultura santanderina (Pancho Cossío o Gerardo Diego), muchos de los nuevos talentos que por aquel entonces estaban emergiendo con significativa fuerza: Julio Maruri, Carlos Salomón, Ricardo Gullón, José Luis Hidalgo, José Hierro, Rodríguez Alcalde, Marcelo Arroita-Jáuregui

    Las iniciativas a las que más arriba me he referido fueron principalmente la revista y colección de libros Proel (una de las más destacadas entre las nacidas durante ese periodo en España), las salas de exposiciones y conferencias “Casa Proel” y “Saloncillo de Alerta”, y las reuniones y publicaciones de la llamada Escuela de Altamira, sobre la que ha trabajado tanto el profesor Calvo Serraller.

    Este “impulso cultural”, alentado de forma más o menos directa por el gobernador Joaquín Reguera Sevilla, tuvo como una de sus principales consecuencias el nacimiento de una variopinta y poderosa corriente de aventuras editoriales y artísticas entre las que es obligado señalar revistas (La Isla de los Ratones, 1948-55; El Gato Verde, 1952); colecciones de libros como El Viento Sur (1948-51), La Isla de los Ratones (1949-1986), Biblioteca Alción (1949-51), Tito Hombre (1951-54), Hordino (1951-54), El Gato Verde (1952-56), Clásicos de todos los años (1953-1984), Ediciones Cantalapiedra (1954-59), La Cigarra (1957), Colección “Alaya” (1958-61); o las salas de exposiciones Sur (1952-1994), Delta (1953-56) y Dintel (1955- ¿?).

    Sin duda, de todos estos proyectos que nacieron tras la “experiencia proelista”, el que con el tiempo alcanzó una mayor dimensión y trascendencia literaria, trascendiendo el estrecho marco de la geografía cántabra, fue el fundado y dirigido por el escritor Manuel Arce. Estoy hablando, claro, de La Isla de los Ratones.

    A todas luces Manuel Arce Lago es una de la figuras clave en el devenir cultural de la ciudad de Santander a lo largo del siglo XX. Poeta, novelista, editor y galerista, Arce Lago nació en 1928 en un pueblo de Asturias (San Roque del Acebal), llegando a residir en Santander cuando era un niño de nueve años.

    En la literatura se dio a conocer en el campo poético, publicando una poesía en la que la esperanza y la preocupación de carácter existencial por el ser humano, como individuo y como sujeto colectivo de la historia, son los asuntos principales, siendo además tratados estos asuntos casi siempre de forma analítica y huyendo de un lirismo que podríamos calificar de subjetivo. Sus libros de poesía aparecieron durante un breve periodo de tiempo, entre 1948 y 1954: Sonetos de vida y propia muerte (Santander, 1948), Llamada(Santander, 1949), Carta de paz para un hombre extranjero(Santander, 1951), Sombra de un amor (Adonais, Madrid, 1952) y Biografía de un desconocido (Adonais, Madrid, 1954).

    A partir del año 1955 Manuel Arce se dedica sólo a la narrativa. Sus novelas son Testamento en la montaña (Planeta, Barcelona, 1956), Pintando sobre el vacío (Destino, Barcelona, 1958), La tentación de vivir (Destino, Barcelona, 1961), Anzuelos para la lubina (México, 1962), Oficio de muchachos (Seix Barral, Barcelona, 1963), y El precio de la derrota (Plaza & Janés, Barcelona, 1970). En la mayoría de estos trabajos Arce plantea esencialmente el problema del término de la infancia feliz (paraíso, Arcadia), y la irrupción en una madurez angustiosa, brutal, fuente de desdichas, y que sólo plantea dudas a unos personajes que se debaten entre la ausencia de valores y un futuro yermo en perspectivas ilusionantes.

    Además de por la indudable calidad e interés de su escritura creativa, además de por otras apuestas y trabajos que han ido jalonado a lo largo del tiempo su ya dilatada vida (pienso por ejemplo en la candidatura a la alcaldía de Santander por el Partido Socialista o los muchos años en la Presidencia del Consejo Social de la Universidad de Cantabria), Manuel Arce, como ha quedado dicho más arriba, desempeña un papel protagonista en la vida cultural cántabra y española del último medio siglo por ser el alma mater de dos iniciativas muy distintas pero unidas de algún modo entre sí: La Isla de los Ratones (revista y colección) y la librería y galería de arte Sur.

    Sobre este último proyecto apenas voy a decir nada, remitiendo a los interesados a que consulten los títulos que al respecto aparecen mencionados en la bibliografía que ofrezco. Sólo diré que la santanderina Sur (1952-1994) se convirtió en una de las galerías de arte más emblemáticas de nuestro país durante al menos tres décadas, desde los sesenta hasta los ochenta.

    Tampoco es objeto de estas páginas el hablar de colecciones de libros, por lo que dejaré entonces a un lado el adentrarme en los publicados por Manuel Arce dentro de su colección La Isla de los Ratones (1949-1986). Sin embargo, sí quiero al menos dejar apuntados algunos datos que creo aportan buena idea de la importancia y calidad de esta aventura editorial. La colección estaba estructurada en cinco series: “Poetas de hoy”, “Narración y ensayo”, “Colección de Arte Bisonte”, “Nueva Serie” y “Clásicos inolvidables”. Todas las series, excepto la “Nueva”, tenían las mismas características, es decir, encuadernación rústica, entre 60 y 200 páginas y un tamaño de 12 por 17. La “Nueva Serie” compartía los mismos rasgos salvo la inclusión de entre 30 y 100 ilustraciones en blanco y negro, y un tamaño algo mayor: 15 por 17.

    De la serie “Poetas de hoy” vieron la luz 73 títulos, incluyendo poemarios de Gabriel Celaya, Carlos Murciano, Susana March, Alejandro Gago, Juan Eduardo Cirlot, Ángel González, Gerardo Diego, Leopoldo Rodríguez Alcalde, Ángel Crespo, Enrique Badosa, Carlos Salomón, Manuel Arce, Jorge Guillén, Saint-John Perse, Alain Bosquet, Cesare Pavese, Salvatore Quasimodo, Rainer Maria Rilke

    “Narración y ensayo” incorporó 27 títulos, entre ellos algunos firmados por Ricardo Gullón, Claude Couffón, Miguel Ángel Asturias, Alonso Zamora Vicente, Francisco Yndurain, Hugo Friedrich, José María Hinojosa, Robert Marrast, Albert Ràfols Casamada, Julio Neira o Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí.

    La “Colección de Arte Bisonte”, como deja entrever el título, estaba dedicada al mundo del arte. Diez fueron los libros publicados, por ejemplo: Iglesias de Ángel Crespo, Joan Brotat de José Corredor Mateos, El arte de Vanguardia en Holanda de Felipe Lorda Alaiz, o Eduardo Sanz o el concretismo mágico, del propio Manuel Arce.

    “Nueva Serie” y “Clásicos inolvidables” solamente vieron aparecer dos libros cada una. La primera los de José Corredor Mateos dedicados al pintor Álvaro Delgado y a 6 artistas catalanes. La segunda acogió sonetos de Lope de Vega (con selección y prólogo de Manuel Arce) y sonetos de Quevedo (con selección y prólogo de Rodríguez Alcalde).

    Una vez apuntados estos leves trazos sobre la vida y obra de Manuel Arce y sobre algunas de las iniciativas culturales por él llevadas a cabo en poco más de medio siglo, pasaré a ocuparme del proyecto que aquí nos convoca, es decir, la revista La Isla de los Ratones, latido primero y breve de las muchas y variopintas andanzas relacionadas con las letras y las artes que han tenido como motor y guía a Arce.

    “En todo caso, la aventura de La Isla de los Ratones fue lo más emocionante que recuerdo de aquel entonces. Fue un juego hermoso que inicié con dos amigos: Gonzalo y Joaquín. Pero un juego que también fue el comienzo de algo que ordenaría –diré mejor: que condicionaría- toda mi vida”. Así se expresa Manuel Arce cuando ha rememorado por escrito el nacimiento de su revista.

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    Tuesday,16 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Tarde en casa de un amigo escritor]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,328 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    No sé si será culpa del controvertido cambio climático, pero la realidad es que en Santander ya no llueve como antes. Llevamos unas semanas invernales de auténtica primavera, en las que a uno le dan ganas de coger la toalla y un libro, y abandonarse al calor del sol con la espalda apoyada en uno de los muros que delimitan las playas de El Sardinero.

    Me he levantado por la mañana y contemplo desde la ventana de la habitación las aguas de la bahía devolviendo los reflejos dorados del sol, y contemplo las dunas de El Puntal como una promesa de goces múltiples, algunos secretos. Mientras me afeito, ducho y tomo el primer café de la mañana, dejo que algunos temas de Chet Baker acompasen el ritmo del día que se inicia.

    Ya en la calle, después de dejar que mi perro Miller salude a todos sus congéneres del barrio, camino hasta la Librería Gil en la plaza de Pombo. Descambio uno de los libros sobre dinosaurios que los Magos de Oriente le dejaron en mi casa a mi sobrino Dani, y compro Elegía, lo último de Philip Roth. Con el libro aún calentito en el bolsillo de la chaqueta, me siento en la mesa de siempre en la chocolatería Áliva, y desayuno café con leche y una ración de churros. Despliego sobre la mesa los periódicos y el suplemento de cultura de El Mundo, El Cultural, y mientras me pongo al día en ciertas noticias, mojo los churros calientes en el café templado.

    En los periódicos hay espacios dedicados a la muerte del productor italiano Carlo Ponti y de la actriz Yvonne de Carlo. El primero ha muerto con más de noventa años, la segunda con poco más de ochenta. El primero visitó en vida el cielo carnal de su mujer Sofía Loren; así que “le quiten lo bailao” y lo producido: Desayuno con diamantes, Doctor Zhivago y mucho de lo mejor del cine de su país, mi amado Fellini incluido.

    Yvonne no me hacía mucha gracia como mamá con mechas en la familia Monster, pero reconozco que su rotunda carnalidad, un tanto excesiva para mis entonces pocos años, sí me desasosegaba cuando la veía en las sesiones de tarde de los sábados interpretando películas de aventuras de los cincuenta con galanes como Clark Gable o Rock Hudson.

    Después del desayuno me espera el despacho y más tarde la clase de historia, donde estamos poniendo punto final a la desaparición de la URSS y a la era Reagan, otro actor que trabajó, si no recuerdo mal, con la difunta Yvonne.

    Tras acabar la hora larga de clase regreso al centro de la ciudad dando un paseo y atravesando el largo túnel de Tetuán. Me encuentro durante el paseo con esa tibieza del sol que anuncia pieles femeninas descubiertas y morenas, que promete aromas de broceadores y el sabor del salitre en la boca fresca que se besa. Y eso que estamos en pleno mes de enero.

    Como más rápido que de costumbre, y paseo a Miller un poco con la lengua fuera, pues he quedado con un amigo al comenzar la tarde para visitar juntos a un escritor con el que tenemos que intercambiar unas palabras. Mi amigo, Luis Alberto Salcines viene a buscarme a la hora indicada con su coche nuevo que, sin embargo, tiene ya un cierto aire destartalado. Luis me saca más de diez años, y a pesar de ese salto generacional, casi desde que nos conocimos, se ha creado entre nosotros una situación de entendimiento y complicidad de una naturalidad pasmosa, muy literaria y a la vez muy de chavales que se conocen desde la infancia. Y rememoro cómo esta amistad tuvo un momento clave en una larga conversación mantenida hace años en el café Gijón, después de presentar juntos una antología en el Círculo de Bellas Artes.

    A los pocos minutos de andar motorizados, nos encontramos aparcando casi en la misma entrada del edificio en el que vive nuestro amigo escritor. Vive éste en una de las mejores zonas de la ciudad, muy cerca del Hotel Real, y a pocos metros en línea recta del viejo palacio montañés en que siempre vivió el viejo Emilio Botín. Nuestro amigo escritor se llama Manuel Arce, y no puede decirse que la vida le haya tratado del todo mal. Al entrar en el ascensor nos topamos con Guillermo de la Dehesa, bancario internacional y vecino ocasional de nuestro amigo. Subimos en el ascensor principal, y en el cuartito alfombrado que hace de recibidor, ya nos espera Manolo con la sonrisa franca. Manolo Arce tiene casi ochenta años, pero goza de una magnífica mala salud. Manolo es un nombre clave en la cultura santanderina del último medio siglo, y tiene también su importancia en la vida cultural y literaria española del mismo periodo. Fundador de la célebre revista y colección de libros La isla de los ratones en los años 50, montó también en los mismos años una legendaria galería de arte de nombre Sur (hoy óptica de igual nombre), en la que montó un negocio de arte que acabó haciéndole un hombre rico en dinero y relaciones. Candidato a la alcaldía de la ciudad hace años por el PSOE, fue durante décadas presidente del Consejo Social de la Universidad de Cantabria. El desarrollo de este apretado programa parece haber dejado en un segundo plano su intensa labor como poeta y novelistas, con bastantes títulos a sus espaldas y más de una adaptación cinematográfica de sus narraciones. Adonais, Seix Barral, Planeta, Plaza & Janés han sido algunas de las casas editoriales o colecciones que han acogido sus creaciones, pero ya se sabe, cuando uno en España se convierte en un rico hombre de negocios parece que su carrera de escritor debe ser estigmatizada de algún modo, debe pagar la osadía.

    Así, Manolo, llevaba casi dos décadas sumido en un cierto silencio como escritor. Cerró la galería Sur y puso punto final en 1986 a su colección de libros La isla de los ratones. El Centro de Arte Reina Sofía le organizó una exposición de homenaje como galerista y se quedó con todo el fondo documental de la galería. En Santander, Caja Cantabria le organizó a su vez una macro exposición en torno a La isla de los ratones, fruto de la cual es un catálogo hermosísimo y apabullante.

    Ahora, en apenas años y medio, Manolo ha dado a las imprentas una antología de la poesía escrita en Cantabria a lo largo del último medio siglo, una novela con la que ha ganado en Oviedo el premio Emilio Alarcos (El latido de la memoria, Sevilla, Algaida, 2005), y la madrileña editorial Visor acaba de terminar la edición de un espléndido facsímil de todos los números de la revista La isla de los ratones. Además, Manolo está trabajando a marchas forzadas en la escritura de sus memorias, unas páginas que prometen ser francamente decisivas para conocer mejor la vida cultural española de los años 1950.

    Nos sentamos en un inmenso sofá en el inmenso salón de la casa de Manolo. A través del inmenso ventanal contemplábamos la inmensidad de la bahía santanderina, tan beethoveniana y cercana que tenías la sensación de que podías atraparla con las manos y darle dos o tres bocados. Desde las paredes, colores enmarcados de Miró, Tapies, Vázquez Díaz, Quirós, o María Blanchard eran testigos de la charla.

    En una mesa baja y lujosamente acristalada, frente al sofá, descansaba una gran cantidad de libros de esos que le llegan a Manolo regalo de instituciones, editoriales, etc... Cogí un volumen cuya llamativa cubierta es una foto del Nobel Vicente Aleixandre. Se trataba de la más reciente edición del malagueño Centro de la Generación del 27 que dirige el yerno de Manolo, el profesor Julio Neira: el epistolario entre Aleixandre y Jaime Siles. Manolo me dice que en el libro me citan, bueno, que citan mi edición en DVD de las poesías completas de José Luis Hidalgo en una nota a pie de página.

    Junto a ese libro epistolar se encuentra también la recientísima edición facsimilar de todos los números de La isla de los ratones que acaba de hacer Visor. La edición es hermosísima, elegante y generosa en tamaño y calidades. Vaticino en voz alta, con el comedido asentimiento del propio Manolo, que el libro va a ser clave para quienes estudien el periodo.

    La charla prosigue durante más de dos horas, y está salpicada de anécdotas y de comentarios de Manolo en los que aparecen nombres como los de Cela, Quasimodo, Moravia, Cirlot, Blas de Otero, Claudio Rodríguez o José Hierro. Al final de la tertulia es Juan Ramón Jiménez quien nos observa con ojos inquisitivos desde el blanco y negro de una foto dedicada a Manolo Arce.

    Nos despedimos, y en la misma puerta, con un Quirós espléndido que confraterniza con un curioso Álvaro Delgado, Manolo deja en nuestras manos sendos ejemplares del último libro que editó su colección ratonil: las cartas y poemas de amor de Juan Ramón y Zenobia Camprubí, en edición de Ricardo Gullón. Bajamos en el ascensor y entramos en el coche ya con cierta prisa: en pocos minutos debemos estar en la emisora de radio, pues es jueves y tenemos nuestra tertulia radiofónica habitual. Ante los micrófonos hablamos de Carlo Ponti e Yvonne de Carlo, de la película de Sofía Coppola sobre María Antonieta y de la imprescindible Banderas de nuestros padres de Clint Eastwood, de libros, teatro y exposiciones. Después la tertulia prosigue en La Repanocha, pero con un café caliente entre las manos.

    Ya por la noche, antes de meterme en la cama y despedir el día, leí unas páginas de Elegía de Roth y escuché muy bajito algunas canciones en la voz y la trompeta de Chet Baker, quizá con la idea de hacerme la ilusión de encontrarme en la prometedora noche de un loft neoyorkino, y de repente me vinieron a la mente las formas del cielo palpable de los pechos desnudos de una joven Sofía Loren, y las miradas abandonadas de Yvonne de Carlo haciendo de esclava libre en una plantación de tabaco sureña. Y aún no sé por qué razón, confieso que me costó un rato largo conciliar el sueño.

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    Monday,15 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Eugenio Montale, y su poesía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,327 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ha aparecido en las librerías de nuestro país un volumen con las poesías completas del italiano Eugenio Montale (Galaxia Gutenberg), uno de los poetas europeos sin duda más valiosos e influyentes del siglo XX. He leído algo a Montale, incluso el libro de viajes que escribió y cuyo título ahora mismo no puedo recordar, aunque sí me viene a la memoria que nuestro país no le gustó excesivamente, siendo benévolos a la hora de transcribir su juicio, bastante más contundente.

    Pero el libro de Eugenio Montale que no olvidaré nunca, al menos mientras conserva las facultades, es el que publicó hace ya años la editorial Pre-Textos, con traducción de mi paisana cántabra “exiliada” en la Toscana, Francisca Perujo, y cuyo título significativo es De la poesía.

    Cuanto más pienso en este libro, cada vez lo entiendo mejor como un inteligente cúmulo de asombros cuya lectura dejará perplejo al lector más torpe, aquél que espera obtener respuestas rotundas a preguntas tan gruesas como el por qué, el cuándo, el cómo y el dónde de la poesía: la más discreta de las artes, en palabras del propio Montale.

    Y a propósito de la discreción, creo que es en esta cualidad donde descansa buena parte del asombro general que se recoge en De la poesía. Una discreción que Eugenio Montale mezcla con una dilatada cultura y un escepticismo irreductible, para conformar un conjunto de textos que deberían ser lectura obligatoria para todos aquellos que hoy aspiran a manejar algunas ideas certeras sobre el sombrío fondo que acoge nuestra llamada civilización del bienestar, y sobre el papel que en esta funesta representación les toca desempeñar al arte en general y a la poesía muy en particular.

    De la poesía recoge dieciocho trabajos que prácticamente abarcan todo el periodo creativo de su autor (1931-1975), y que aparecen divididos en tres grandes apartados: entrevistas a Eugenio Montale (aquí se incluye una portentosa entrevista a sí mismo), artículos publicados en diversos medios periodísticos italianos (Corriere della Sera, Il Mondo y La Gazzetta del Popolo entre otros), y por último, dos discursos de muy desigual extensión: el primero, destinado a clausurar un congreso en el séptimo centenario del nacimiento de Dante, y el segundo, el discurso ante la Academia sueca con motivo de la entrega de los premios Nobel del año 1975.

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    Eugenio Montale

    Pues bien, por las anchas venas de estos dieciocho textos discurre una misma conciencia: la de pertenecer a unos tiempos veloces y agrestes que impiden la soledad y la reflexión; tiempos en los que el hombre se muestra desconfiado consigo mismo y con la existencia; tiempos en los que todas las artes sin excepción se han democratizado “en el peor sentido de la palabra”, y aparecen dedicadas a la producción de objetos de consumo, a “espectáculos, puestas en escena y exhibiciones” para los que incluso se ha hecho necesario inventar una intención. Y dentro de este contexto en el que el arte no interesa ya a nadie si no es susceptible de comercialización y producción en serie, ¿qué ocurre con la poesía?

    A este respecto Montale mantiene el pulso firme en el timón y no cede terreno alguno ni a la complacencia ni a la conmiseración, mostrándose además consciente de que la poesía en ningún caso puede encarnarse en “hipótesis de sociedad futura mejor”. Y así queda claro en sus escritos, como no podía ser de otra manera, que la poesía presenta un estado clínico muy semejante al del mundo en el que nace, es decir, para Eugenio Montale la poesía hoy es entendida (o sería mejor decir malentendida), desde la más charlatana impostura, como una mercancía sujeta a las reglas, fórmulas y exigencias del mercado; realidad incuestionable que tiene ante sí un sinnúmero de caminos abiertos, tantos como le permite esta nuestra sociedad en expansión, aunque eso sí, presenta un único pero muy claro límite: el vacío absoluto.

    Con todo, y a pesar de su irónico escepticismo militante, Montale guarda un recodo del jardín para cultivar la creencia ciega en esa poesía que, escasa, lenta y abierta a otros campos y experiencias, nace casi por milagro alejada de las fórmulas de producción comercial, logrando establecer un vínculo de mutua aprehensión con su época y, en definitiva, con el único argumento de toda poesía posible: la condición humana en sí misma; espacio poético en el que tienen su cabida y lugar poetas de muy diferentes tendencias y presupuestos, desde Hölderlin y Brecht, pasando por Unamuno y García Lorca, hasta llegar a Andrés Trapiello y Antonio Gamoneda.

    Quedan en el tintero para otra ocasión muchas de las cuestiones sobre las que Eugenio Montale reflexiona en De la poesía: la prosa y el lenguaje poético, la metafísica y la poesía, el hermetismo, la poesía como arte de lo individual, el desenvolvimiento de la poesía como un medio más próximo al conocimiento que a la representación..., son algunos ejemplos. Sin embargo, espero que con lo que hasta aquí ya se ha comentado o insinuado habrá sido más de un interés el que se haya desperezado del letargo al que parecemos condenados. Un interés al que puedo asegurar que estas lecturas no se verá en ningún caso defraudado, al menos si más que respuestas y certezas lo buscado en esta preciosa edición (estupenda es la traducción de Francisca Perujo) son inteligentes y sólidas plataformas de reflexión, misteriosos caminos abiertos a la personal exploración, espacios en los que uno puede detenerse durante un buen rato para echar una mirada interior y exterior a su individualidad, a la sociedad en la que le ha tocado en suerte vivir, y a eso que con tanta frecuencia se muestra esquivo y denominamos poesía: un sueño que tiene lugar en presencia de la razón y para el que, de momento, no parece haberse inventado una muerte posible.

    No sé dónde podrá encontrarse hoy este hermoso libro del poeta italiano, pero si les sale al encuentro a lo largo de sus andares, no lo duden y háganse con él, y con sus poesías completas, que esta misma semana comenzaré, poco a poco, a leer y releer.

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    Friday,12 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[María Antonieta: el talento indudable de Sofía Coppola]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,325 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Terminaron unas de las navidades que menos he disfrutado de los últimos años, debido a la infección pulmonar que me ha mantenido en cama, o me ha sometido, en los mejores días, a un cansancio evidente y a una desgana generalizada. Para festejar el término de las fiestas, que ha coincidido precisamente con la recuperación física, decidimos ir al cine, y hacerlo además visitando no un gran centro comercial sino una de las pequeñas salas que han abierto no hace mucho en el mismo centro de la ciudad.

    Saqué con antelación las entradas y, después de dar un breve paseo por las calles casi desiertas por la resaca navideña y tomar un café, nos encaminamos a la sala que, ante nuestra sorpresa, estaba casi al completo. Nos tuvimos que sentar en la segunda fila, y el dueño de la sala, al que conocemos por frecuentarla con alguna asiduidad, nos invitó a situarnos en butacas de filas más alejadas de la pantalla, pero claro, con el inconveniente de que debíamos separarnos. Rechazamos el ofrecimiento y nos acomodamos de la mejor manera posible para disfrutar de la película María Antonieta, el último trabajo de la actriz, escritora y directora norteamericana Sofía Coppola (Nueva York, 1971), hija del director y productor Francis Ford Coppola, sin duda ninguna, uno de la decena de nombres clave en el cine norteamericano de las últimas tres décadas.

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    Sofía Coppola

    Salvo el corto con el que inició su carrera detrás de la cámara, Lick the star (1998), he visto todos los largometrajes que constituyen la incipiente carrera de esta niña prodigio del cine actual: Las vírgenes suicidas (1999), la oscarizada Lost in Translation (2003) (con la que se convirtió en la primera estadounidense nominada al Óscar a la mejor dirección), y ahora, María Antonieta (2006), adaptación de la biografía de la última reina de la Francia del siglo XVIII, escrita por la historiadora británica Antonia Fraser, y con apuntes también extraídos de la conocida biografía que escribió el gran narrador austriaco Stefan Zweig.

    He de decir que acudí a la sala vistiendo la armadura de la prevención, pues las críticas que había leído no adornaban el trabajo de Sofía Coppola con muchas alabanzas, y señalaban una serie de cojeras para parecían muy significativas y contundentes: el empleo de música rock como banda sonora de los bailes y orgías palaciegas de la Francia de finales del XVIII; el pasar casi por alto los graves problemas políticos que acontecieron durante el reinado de la joven pareja de reyes; la ausencia en la narración cinematográfica del pueblo parisino como protagonista clave en los acontecimientos...

    Bien, una vez vista la película creo que todas las quejas enunciadas no sólo no constituyen elementos criticables en la construcción fílmica, sino que son verdaderos aciertos, verdaderos elementos que ayudan a definir y precisar mejor lo que Sofía Coppola quiere contar: la historia de una niña austriaca de catorce años que, de la noche a la mañana, es convertida por intereses de política internacional en delfina y reina de Francia.

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    Kirsten Dunst como María Antonieta

    Así, como no podía ser de otra manera, Sofía Coppola traza un retrato infantil e irresponsable de un ser que, como la lógica indica, sólo podía comportarse como lo que en su fuero interno era: una niña, y una niña elevada por las circunstancias al rango de reina y, por tanto, con la posibilidad directa y real de dar rienda suelta a sus caprichos y deseos de niña, de ser humano en proyecto que, de repente, se encuentra ante el desempeño de responsabilidades para las que en modo alguno está preparada.

    Rodada con brillantez y un llamativo despliegue de medios técnicos y materiales en los escenarios naturales en los que se desenvolvió la vida de María Antonieta (un Versalles fastuoso puesto a disposición de la industria cinematográfica americana por el gobierno francés), Sofía Coppola logra desde su espléndida madurez directorial, un acercamiento certero a la figura de María Antonieta, y muy probablemente, el más próximo a la plausible verdad histórica de los que el arte ha ofrecido hasta la fecha. Coppola nos muestra una reina preocupada sólo, inconscientemente, naturalmente, por disfrutar de sus privilegios de reina. Privilegios materializados sabiamente a través de la mirada radicalmente femenina de la cámara detenida en reposterías fastuosas e imaginativas, en sombreros, copas rebosantes de champán, zapatos, pelucas, amantes, palacios, fiestas y orgías dieciochescas que, ilustradas con una banda sonora de grupos de rock actuales, bien podrían pasar por fiestas desarrolladas en cualquier macro discoteca de cualquier gran urbe actual.

    Es decir, Sofía Coppola nos aleja a través de su mirada de una recreación teatral, envarada y acartonada del personaje histórico, y nos descubre a una niña reina que se comporta como hoy lo haría cualquier adolescente multimillonaria y alocada, una adolescente a la que además las circunstancias la sitúan al frente de un Estado, con las consecuencias fatales que dicho condicionante acabará teniendo para su propia vida.

    Pero además, Sofía Coppola consigue mostrar con sutileza e inteligencia, en unos pocos planos, en dos o tres situaciones de guión, un tímido pero evidente proceso de maduración personal en el personaje de María Antonieta espléndidamente interpretado por la actriz Kirsten Dunst. Me refiero a la importancia que van cobrando en la vida de la alocada Reina sus hijos y la vida de éstos; el paulatino peso que va teniendo en ella la conciencia de ser la reina de Francia y las responsabilidades y dignidades que dicho cargo conlleva (no abandonar, por ejemplo, a su marido el Rey en el proceso de derrumbamiento de la monarquía); y sobre todo yo subrayaría ese diálogo final con su marido el Rey, mientras la carroza que les lleva a la que sabemos muerte segura va transitando los espléndidos y aún dorados caminos del Palacio de Versalles, y ella le dice a él en qué está pesando mientras observa por la ventanilla ese mundo artificioso y espléndido creado para su disfrute y que va desapareciendo poco a poco con cada giro nuevo de la rueda del carruaje: “me estoy despidiendo para siempre de todo esto”.

    María Antonieta, un nuevo y ejemplar eslabón en la obra cinematográfica de una mujer de talento indudable, Sofía Coppola.

    NOVEDAD: Crítica de la película de Clint Eastwood, Banderas de nuestros padres

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    La fotografía de Joe Rosenthal en el monte Suribachi

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    Thursday,11 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[París, de Julien Green]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,324 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    “Siempre nos quedará París”, ésta es una de las frases cinematográficas que mayor fortuna ha cosechado en la educación sentimental de los occidentales desde que se estrenó la película que la contiene, Casablanca.

    Y es que París es un palabra que evoca o representa una idea cargada de símbolos que remiten con frecuencia inconscientemente, a algunas de las cosas buenas que tiene la vida, el existir, tanto en el terreno digamos espiritual como en el puramente material: el amor, el arte, la literatura, la filosofía, la ilustración, la bohemia, la música, el diseño, la arquitectura, el pensamiento, la historia, etc..., parecen citarse de manera plena en la capital francesa a lo largo de los últimos siglos de historia, pero también lo hacen la excelente comida, la buena ropa, el lujo, los perfumes, la elegancia, la belleza física...

    París aúna en el imaginario colectivo lo mejor de centenares de años de cosechas del espíritu y de la carne, y siempre, además, con un indefinible toque de sofisticación, con un aroma de esencia lujosa y sibarita. Ni que decir tiene que en la creación y desarrollo del mencionado ideario colectivo ha tenido mucho que ver, al menos en las últimas seis o siete décadas, la visión que de la ciudad del Sena ha exportado, paradójicamente, desde la soleada California la industria en technicolor hollywoodiense, y todos, en mayor o menor medida, hemos sucumbido a ella, convirtiéndonos en algún instante en americanos en París, o dejando que el simpátio Maurice Chevalier que muchos llevamos dentro, se dé un paseo a sus anchas por nuestra mente despejada.

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    Julien Green

    Me gusta París, siempre me ha gustado. Me gusta la mezcla que ofrece al visitante, una mezcla que oferta muchos mundos contenidos en unos pocos kilómetros cuadrados, abarcables mediante un largo y sostenido paseo. Desde las grandes avenidas a las callejuelas minúsculas y medievales de la isla de San Luis, pasando por las calles burguesas, modestas y casi provincianas de algunos de los barrios cercanos al Sagrado Corazón.

    Este año que ababa de empezar me he propuesto regresar a París, y hacerlo con Ella por vez primera. Quiza este deseo haya tenido algo que ver con que sus Majestades de Oriente le hayan dejado a Ella, junto a sus zapatos de tacón alto, un libro firmado por la casa Taschen en el que, en edición primorosa y de auténtico lujo, con pasmosas imágenes a todo color, se hace un fiable y útil repaso a algunos hoteles parisinos y a algunos de los locales (cafés, restaurantes, tiendas) más recomendables de entre los que existen en la capital de Francia.

    Pero las ganas de volver a París, ciudad a la que deberíamos viajar al menos una vez cada dos años por prescripción facultativa, se han afincado de manera permanente en mi mente tras la lectura de otro libro, el que lleva por título París y va firmado por uno de esos escritores secretos y maravillosos que están siempre por descubrir o redescubrir, Julien Green, de quien jamás podré olvidar su prodigioso libro Suite inglesa, páginas que leí hace ya años en la antigua y benéfica colección Taurus.

    París está editado por la valenciana Pre-Textos, y ofrece una serie de textos breves sobre la ciudad, sobre sus calles, sus recovecos secretos, sus esquinas, sus tiendas, su atmósfera, sus colores, sus estatuas, sus fachadas... Julien Green escribe sobre un París que los años que siguieron a la II Segunda Mundial acabaron de borrar casi por completo de la realidad, y lo hace con el amor de un gran escritor que rememora con cierta melancolía sí, pero también con espíritu y mirada crítica, unos años, una época, una etapa histórica que coincide con su infancia y primera juventud, es decir, con una forma de contemplar la existencia, la propia existencia, y sus paisajes (en este caso un determinado París), que se constituye en reducto irreductible de un paraíso (o un sentirse en el paraíso) que jamás regresará.

    Libro hermosísimo este París de Julien Green que acaba conformando también el ideario sentimental parisino de quien se ha acercado con algún provecho a sus páginas. Sí, tengo que volver a París con las páginas de Green bajo el brazo, aunque ya tengo por certeza absoluta que Bogart tenía razón: siempre nos quedará París (y Roma también, que conste).

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    Wednesday,10 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Wozzeck, de Alban Berg (Teatro Real de Madrid)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,323 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Estos días se estrena en el madrileño Teatro Real la versión de la ópera Wozzeck de Alban Berg con dirección escénica y conceptual del polémico y talentoso director español Calixto Bieito. Se trata de la misma puesta en escena que pudo verse hace ya varios meses en el Liceo barcelonés, y que pudieron ver muchos alumnos de la Universidad de Cantabria a través de la red gracias al convenio suscrito con la institución barcelonesa en un ciclo que se denomina Opera Oberta. Yo fui el encargado de presentar dicha ópera a los alumnos, buscando familiarizarlos de algún modo con la ópera del siglo XX, tan exigente en tantos y tantos aspectos.

    Un breve resumen de mi intervención es lo que ahora lanzo en forma de blog a la red, buscando así dar alguna información a los posibles interesados en la ópera de Berg que asistirán a la representación madrileña, pero también quizá le sea útil a cualquier aficionado, o incluso a cualquier lector con alguna inquietud por la música de verdad moderna del siglo XX. Ahí va el trabajo, que espero les guste y les sirva de alguna utilidad.

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    Calixto Bieito

    El músico Alban Berg nació en Viena el 9 de febrero de 1885 y murió en la misma ciudad el día de Nochebuena de 1935, es decir, cuando el nazismo de Hitler ya era una realidad más que constatable tanto en Alemania como en Austria, y cuando el músico sólo contaba con 50 años de edad.

    Alumno de Arnold Schoenberg a partir de 1904, fecha también del inicio de su amistad con el músico Anton Webern, Berg se reveló rápidamente como alumno dotado de un talento único al servicio de una hipersensibilidad que se reflejaba en todo momento en su propia música. Apasionadamente atraído por la literatura, y muy en particular por la poesía, Berg consagró la mitad de su obra a la voz, a través de la composición de numerosos lieder (canciones) inspirados, por ejemplo, en poemas de Charles Baudelaire, así como a la ópera, género al que dio dos obras maestras del siglo XX: Wozzeck y Lulu, trabajo que dejó inacabado y cuya versión completa fue estrenada en la Ópera de París en 1979.

    En cuanto a su producción instrumental, un amplio apartado corresponde a la música de cámara, al lado de obras orquestales entre las que figuran las espléndidas Piezas op. 6. La obra de Alban Berg revela una intensa expresividad cualquiera que sea el lenguaje utilizado, desde el tonal hasta el dodecafonismo serial, pasando por otras formas de lenguaje tonal. Berg, el más lírico y próximo estilísticamente al pasado de los tres compositores de la llamada Segunda Escuela de Viena (es decir, Schoenberg, Berg y Anton Webern, aunque hay historiadores que suman a Paul Hindemith), supo también imponerse por su extremada modernidad, de lo que es testimonio, por ejemplo, la prodigiosa Suite Lírica para cuarteto de cuerdas. El más “abordable” de los tres compositores de la segunda escuela vienesa no deja de ser el más complejo, tanto por lo que hay que interpretar en su música como por lo que hay que analizar en su pensamiento.

    Bien, una vez dados estos pequeños datos sobre Alban Berg, pasaré ahora a desbrozar sucintamente el argumento de Wozzeck, ópera en tres actos con libreto del propio compositor basado en la obra de Georg Büchner, Woyzeck, y estrenada en la Staatsoper de Berlín el 14 de diciembre de 1925.

    Aunque antes creo muy conveniente comentar algo sobre este escritor alemán, Georg Büchner, nacido en 1813 y muerto de tifus en 1837 con tan sólo 24 años de edad. Hijo de un médico al servicio del ejército de Napoleón y de la hija de un consejero de la Corte, Büchner conoció la atroz miseria de las clases populares estudiando medicina en Alemania y decidió dedicarse a organizar una revolución antifeudal y antiburguesa. Fundó en 1834 una Asociación para los derechos del hombre y escribió un opúsculo clandestino con el título El mensajero de Hesse. Esto hizo que fuese perseguido y se vio obligado a esconderse en la casa paterna, donde redactó la tragedia La muerte de Danton. Terminada la carrera de Medicina obtuvo un puesto de profesor de anatomía comparada en la Universidad de Zurich, ciudad en la que murió no mucho después. Su obra más importante fue la inacabada Woyzeck. Büchner es considerado como uno de los más extraordinarios escritores del siglo XIX alemán por su gran pasión política y su rebelión radical que había identificado como enemiga a la propia burguesía liberal.

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    Alban Berg

    Woyzeck, fragmentaria e inacabada (el manuscrito propone tres finales diferentes) es inseparable de la misma esencia del lenguaje poético de Büchner. Inspirada en un caso verídico ocurrido diez años antes (el barbero Woyzeck había sido decapitado en Leizpig por el asesinato de una viuda), la tragedia, en un primer nivel de lectura, es una rápida y patética narración naturalista de celos, sensualidad y violencia sanguinaria. Sin embargo, en una segunda lectura propone una visión del mundo de los pobres, alienados por la moral de las clases dirigentes feudo-militares, de las que la burguesía se hace mediadora en la persona del cruel médico que, en nombre de la ciencia, es el culpable de que Woyzeck pase hambre. En una tercera lectura es la laceración universal del hombre, que no sólo pervierte los valores sino que divide y destruye todo lo que toca, ideas manifestadas por medio de los símbolos del cuchillo, la putrefacción y la afasia.

    Alban Berg, encontró un nuevo sentido para la nueva música que estaba naciendo gracias a su maestro Schoenberg: integrarla en una obra teatral, hacer con ella ópera y drama. Ya en 1913 Berg incluyó una obra suya en un audaz concierto experimental con Schoenberg y Webern. Berg había hecho una reducción para piano de los complejos Gurre-Lieder de Schoenberg (una obra que en su estreno requirió 150 instrumentistas, tres coros masculinos de cuatro voces, uno mixto de ocho, triángulo, xilófono, tam-tam, juego de cadenas, además de una orquesta normal). El público de la época no estaba preparado para tamaños experimentos y reaccionó hasta de forma violenta, con silbidos y pateos.

    La finalización de la Primera Guerra Mundial, y el inicio de lo que se llama la etapa de entreguerras, marca la desaparición histórica de un mundo, de un universo de ideas y conceptos, de una forma de ser y de estar en la vida. Ese final de etapa histórica está perfectamente simbolizado en la desaparición del imperio austriaco, en ese Finis Austriae que es la metáfora perfecta de lo que estaba entonces sucediendo, un periodo cuyo verdadero fin puede quizá establecerse en el horror de los campos de concentración y en la guerra fría que se instaló en el planeta tras la segunda gran guerra mundial.

    Ponerle música a ese intervalo histórico es lo que a fin de cuentas hizo Alban Berg. Desde 1914 hasta 1920 Berg fue traduciendo a música su experiencia de guerra inspirándose en el texto de Büchner, y lo hizo en 15 escenas en las que nos narra la historia de un pobre soldado, ingenuo y místico, Wozzeck, que sufre la crueldad de sus jefes y la infidelidad de su compañera, que le ha dado un niño engendrado probablemente por su jefe inmediato. Wozzeck la mata, y al tratar de quitarse una mancha de sangre en un estanque, se ahoga.

    Obra de un lenguaje duro y elemental, que Alban Berg desarrolla en un alarde de experimentación musical: el primer acto se basa en formas militares y tradicionales, trasladadas al sistema atonal; el segundo toma estructura de sinfonía en cinco movimientos; el tercero desarrolla invenciones y variantes sobre un acorde, un ritmo, una nota.

    Desde la ópera más tradicional a la que escribió Alban Berg hay un salto escalofriante: se han acabado las ilusiones, las bellas tradiciones, los ornamentos, el concepto de belleza formal. Ahora, en la nueva ópera, todo es un duro juego de formas con unas voces trágicas que vienen a expresar el horror del mundo. La vida se quita por fin su careta, y su nuevo rostro lo dibuja con genialidad la terrible, pero en su modernidad hermosísima música de Alban Berg.

    Wozzeck es un icono de la creación operística moderna y la demostración palpable de que la ópera (calificada muchas veces como género reaccionario) puede ser el mejor espejo para reflejar la realidad más escabrosa e innovadora, sin refugiarse en la cómoda colcha del pasado ni abdicar, como dice el crítico Stefano Russomanno, de su condición de espectáculo de amplia aceptación.

    Y es que aunque nos resulte difícil de creer, Wozzeck, en su día, fue una ópera muy popular, a pesar de las polémicas y escándalos que acompañaron su estreno, y a las acusaciones que recibió de parte de la crítica: “anarquía sonora”, “destrucción formal”, etc, etc… Al escribir Wozzeck, el principal objetivo de Alban Berg era en esencia el que persiguen todos los operistas: “Mi intención –escribió Berg– no era sino devolver al teatro lo que le pertenece, estos es: articular la música para hacerla consciente en cada instante de su deber de servir al drama”. Palabras muy parecidas a estas pueden encontrarse en escritos de Monteverdi, Mozart, Wagner o Verdi.

    Pero, y esta es un pregunta clave para aplicarla a la ópera, ¿cómo hacer que estructuras musicales cerradas y fijas se amolden a las exigencias de una acción escénica y narrativa que debe ir hacia delante? La solución tradicional había consistido siempre en aunar dos formas diferenciadas y casi opuestas: el recitativo y el aria. Wagner fue quien rechazó esta estructura y en su lugar construyó un continuo abierto basado en la aparición y transformación de un motivos musicales conductores de la narración.

    La solución propuesta por Alban Berg fusiona las dos perspectivas y las sobrepasa. Berg regresa a la solución formalista, pero se sirve de ella, como dice el crítico Stefano Russomanno, para plasmar de manera orgánica y global el ritmo, el carácter y la expresión de cada una de las escenas. Las 5 que conforman el primer acto se basan en otras tantas formas musicales características (suite, rapsodia, marcha, passacaglia, rondó); las del segundo acto configuran los movimientos de una sinfonía (sonata, invención y fuga, largo, scherzo y rondó); las del tercero son invenciones sobre un tema, una nota, un ritmo.

    La rígida coherencia interna de esta estructura no impide que se adecúe al contexto dramático y narrativo correspondiente, propiciando un discurso muy denso, pero compacto y sobrio a la vez. Como buen autor dramático, Alban Berg antepone la eficacia comunicativa al respeto de unos principios abstractos: por ello no tiene reparos en usar la tonalidad si el contexto lo requiere (por ejemplo, cuando Marie habla a su hijo en la primera escena del acto III). Y por otro lado, la incisividad brutal de los ritmos, las cortantes aristas de las disonancias, el opresivo misterio de unos timbres que nos sumergen en un clima de pesadilla, o el tono chirriante de voces como la del Capitán, sirven para plasmar una idea de devastación absoluta tanto del mundo interior de los personajes como del contexto social, político e histórico en el que estos se mueven. Pero también hay en la música de Wozzeck piedad y un sentimiento de profunda participación en el dolor de los personajes por parte de Berg, actitud que encuentra su encarnación más lírica y poética en el personaje de Marie. Su “Nana” del primer acto es un ejemplo perfecto.

    El final de la ópera es uno de los más extraordinarios de la toda la historia del género. Esta protagonizado por un personaje secundario, el niño de Wozzeck y Marie, que simboliza claramente el fruto del mundo que desaparece devastado por el crimen, la ignominia y la sordidez moral de sus progenitores y de su universo. Mientras el niño juega en el patio le informan de la muerte de sus padres; y él, ignorando el sentido de la tragedia, continua jugando impasible mientras de la orquesta surge un monótono sonido que de repente termina bruscamente ahogado. No es posible un final menos retórico, más salvaje, significativo y metafórico.

    Al contrario de otros músicos del siglo XX, Alban Berg nunca trató a la ópera como un género pasado de moda y obsoleto al que había que destruir y reconstruir con otros cimientos. Wozzeck, y sigo citando a Stefano Russomanno, devuelve al canto y a la voz el protagonismo que les corresponde en buena lógica tratándose de lírica. Es una ópera que no se avergüenza de serlo. Alban Berg pertenece a la categoría más selecta y duradera de innovadores: los que no se proponen serlo. Muchos de los mayores dislates artísticos del siglo XX nacieron al pretender que lo novedoso fuera la última causa del artefacto artístico y no una consecuencia natural. Prácticamente todas las innovaciones con tal vocación en el mundo del arte han fracasado a largo plazo. La revolución que plantea Wozzeck no sólo no ha pasado a mejor vida, sino que toda la mejor música actual prosigue el camino iniciado por ella, el camino que hace más de ochenta años desbrozó para todos un joven músico austriaco llamado Alban Berg.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Tuesday,9 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La historia contemporánea de España escrita por hispanistas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,322 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Parece que con esto del empecinamiento en agitar con notable fuerza partidista la colmena de la memoria histórica, que con la conmemoración de los setenta años del inicio de la Guerra Civil Española, que con las “nuevas historias” surgidas de la reescritura ciertamente imaginativa y en ocasiones calenturienta de los nacionalistas y regionalistas, y que con el nuevo clima de enfrentamiento irreconciliable entre izquierda y derecha que se respira en la nueva España, las ganas de revisar y revisitar nuestra más reciente historia común por parte de las corrientes revisionistas en el poder, es decir, las ganas de adecuar al albur de las propias creencias o intereses los sucesos de II República y la Guerra Civil del 36, ha propiciado una nada desdeñable catarata de nuevos títulos historiográficos a lo largo del año que acaba de terminar.

    Las obras dedicadas a la Guerra Civil y a la Segunda República aparecidas en el mercado editorial español a lo largo de los últimos meses se pueden contar por cientos, y hay algo en ellas que llama poderosamente la atención cuando nos detenemos a pensar unos segundos. Muchas son de autores extranjeros, los llamados hispanistas. Y las que más se han vendido, ganando además por goleada a las demás, son precisamente las escritas por reconocidos hispanistas o por prestigiosos autores extranjeros como Anthony Beevor, Paul Preston, Edward Malefakis, Stanley G. Payne, Bartolomé Bennassar, Helen Graham...

    Esta cuantificable y palpable realidad me lleva a hacer la siguiente reflexión: o los lectores de historia contemporánea española prefieren fiarse de lo que cuentan los historiadores o autores extranjeros, o sencillamente les gusta más cómo cuentan o hacen la historia dichos autores ya mencionados. Ninguna de las dos opciones deja muy bien parado al gremio al que pertenezco y en el que ejercí en más de una ocasión cuando era un poco más joven, o al menos para el que años ha me formé en la Universidad: el de los historiadores españoles.

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    Anthony Beevor

    Se me ocurren otras posibilidades también que puedan arrojar alguna luz a esta contrastable peculiar y contundente realidad. Una es, por ejemplo, que casi todos los historiadores españoles de la contemporaneidad trabajan en instituciones públicas (universidades, centros de estudios, etc...) que financian las investigaciones y trabajos con fondos públicos. Estas instituciones, dependientes casi siempre del poder político autonómico, en el tiempo presente respaldan con más gusto y aproximación a la necesaria corrección política, los estudios locales o regionales muy por delante de los trabajos de ámbito nacional. Así, la historiografía española (por llamarla de alguna manera) está volcada desde hace años en producir trabajos de este subrayado corte y confección: La guerra civil en el norte de la Cataluña occidental, la II República en la comarca cántabra de Campoo, Las repercusiones socioeconómicas del primer año de guerra civil en los pueblos de la costa andaluza, La repercusión de las leyes agrarias de la II República en la huerta murciana, etc... Es decir, si mañana mismo yo le propusiese al consejero de cultura o de educación de la Comunidad Autónoma de Cantabria la posibilidad de que me financiasen un trabajo sobre la mejor poesía europea inspirada por la Guerra Civil española, las carcajadas se escucharían muy probablemente hasta en el Ducado de Cornualles, mientras que quizá obtuviese una generosa financiación para trabajar sobre los cantares populares relacionados con la guerra civil nacidos entre las dos docenas de estibadores del puerto de Santander existentes en el año 1938. Y claro, ¿qué destino iba a tener mi trabajo literario-portuario, al margen de dormir el sueño eterno y justo en los gigantescos almacenes regionales, y de que yo me pudiera permitir unas vacaciones por todo lo alto en Jamaica?

    Muy probablemente, para adentrarse en la historia de su país del siglo XX, el lector o estudioso español recurra a los hispanistas porque desde hace años no es fácil encontrarse con libros que traten de forma amena, rigurosa y asequible la Historia de la España contemporánea escritos por historiadores españoles. Y esto ocurre, entre otras razones, porque no es tampoco fácil encontrar historiadores españoles de prestigio y carisma que hablen y traten sin complejos ni ambages de la Historia de España, así, con Mayúsculas. ¿Cómo va a haber historiadores españoles capaces de hacer historia de España contemporánea, si permanentemente, y desde hace ya décadas, los propios sistemas educativos que recorren la cada vez más turbia red sanguínea del llamado Estado español, ponen en solfa constante la existencia de España y de su historia, si apuestan decididamente y a golpe generoso de talonario presupuestario autonómico por el fomento de historias particulares y locales, de la “propia y más real” historia particularista?

    La paradoja es que el mercado editorial y cultural español demanda acercamientos rigurosos, novedosos y precisos a la Historia contemporánea de España, y que nuestros historiadores funcionarios miran hacia otro lado con singular cobardía acomodaticia y pesebrera (¡¡pasa palabra!!, parecen pensar cuando cerca de ellos se habla de España), dejando el terreno a los hispanistas, mientras ellos hacen trabajitos apañados y financiados por arcas municipales y autonómicas sobre historias comarcales que les permiten, eso sí, pagar las letras del chalet adosado.

    Resultado: ¿Quién escribe la más vendida historia de la guerra civil española en el comienzo del siglo XXI? Un ex-militar británico metido a polígrafo de nombre Beevor (editorial Crítica).

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    Monday,8 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[2007, celebraciones e industria cultural]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,319 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Recién llegados al año 2007, la industria cultural y de ocio de nuestro mundo occidental se prepara a toda máquina para inundarnos de objetos y propuestas referidos a la celebración de múltiples aniversarios y conmemoraciones. Esto de recordar y celebrar en fechas redondas a personajes, libros o sucesos, viene siendo uno de los programas culturales que más éxito parece tener en la actualidad.

    La razón de dicho éxito yo la sitúo, con alguna probabilidad, en que se juega en un terreno ya abundantemente abonado, y que los productos que se sacan al mercado referidos a este o aquel otro personaje no necesitan de mayor marketing ni esfuerzo de difusión: la constante rememoración en los medios de comunicación y en los espacios dedicados al mercado de la cultura, es suficiente y útil reclamo para que el consumidor de productos culturales se rasque el bolsillo y gaste su dinero en sumarse con gusto y curiosidad a la conmemoración.

    Este inaugurado año se presenta rico en rememoraciones, ya lo he dicho, pero lo va a ser especialmente en las cinéfilas, que dentro del universo audiovisual en el que nos manejamos incluso parecen tener un futuro más brillante.

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    Barbara Stanwyck

    Nada más y nada menos que cinco son los nombres que se me vienen rápidamente a la memoria, todos afamados actores del Hollywood más esplendoroso, rico y fascinante que hubo, el que abarca de finales de los años treinta hasta la década de 1950. Recordaremos a lo largo del 2007, sin duda, los cien años del nacimiento de Barbara Stanwyck (1907-1990), Katherine Hepburn (1907-2003), John Wayne (1907-1979) y Laurence Olivier (1907-1989), y el medio siglo transcurrido de la muerte de Humphrey Bogart (1899-1957). Biografías, memorias, carteles, paquetes de discos dvd..., llenarán no sólo las estanterías de los grandes y pequeños comercios del ramo, sino que trufarán las páginas de periódicos y, sobre todo, revistas de información general.

    En otros tiempos, no sé si mejores, habría que pensarlo, incluso la televisión pública española anunciaría ciclos cinematográficos con las mejores o más conocidas películas protagonizadas por los nombres ya anunciados. Ahora, dudo mucho que ninguna cadena se aventure a programar un ciclo dedicado a Bogart o la Hepburn, pongo por caso, y quizá sólo alguna filmoteca se encuentre en la obligación de exhibir algunos de los títulos en los que trabajaron estas estrellas. La verdad es que la idea no es mala, y echen cuentas los lectores cinéfilos qué magnifico programa saldría si escogiéramos sólo tres o cuatro películas de cada actor mencionado.

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    Autorretrato de Frida Kahlo

    En cuanto al mundo de las Bellas Artes no tengo ninguna duda de que la estrella del 2007 será la pintora mejicana Frida Kahlo (1907-1954), de quien conmemoraremos el centenario de su nacimiento. Si la pintora ha sido siempre un personaje carismático y atractivo para el gran público, el recuerdo del siglo de su nacimiento va a tener una gran repercusión mediática. Reproducciones de sus obras, biografías, catálogos..., llegarán hasta nosotros en forma de gran ola colorista y cejijunta.

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    Alberto Moravia

    Por lo que respecta a la literatura, bien es cierto que no puede compararse a esta alturas de la historia, en cuanto a repercusión pública inmediata y mediática, ni con el cine ni con la pintura. Así todo, los 150 años de la publicación de Madame Bovary de Flaubert, el centenario del italiano Alberto Moravia (1907-1990), o los cincuenta años de la muerte de la chilena y Nobel de Literatura Gabriela Mistral (1889-1957), no pasarán del todo desapercibidos.

    Tampoco es previsible que nadie, absolutamente nadie se acuerde del centenario de Hergé (1907-1983), el creador de Tintín, o del centenario de la muerte del músico noruega Edvard Grieg (1843-1907). Seguro que, por ejemplo, el Concierto para piano en La menor y la música incidental para el Peer Gynt de Ibsen, sonarán más de una vez en las salas de concierto de todo el mundo y en los programas radiofónicos especializados en la música culta.

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    Tintin y Milu

    En definitiva, a lo largo del 2007, la máquina cultural y mediática nos va a bombardear, a buen seguro, con todos estos aniversarios y con alguno más que haya quedado en el tintero. Agárrense a lo que puedan, habrá sin duda mucha morralla, mucho barniz cultureta, mucho gato por liebre, mucho asedio, mucha calderilla de mano en mano, mucho manoseo a veces indecente...

    Pero también se nos brindará la oportunidad de conocer por vez primera o de revisitar en buenas condiciones películas, libros, cómic, música... Estemos atentos a la jugada y procuremos sacar de este río revuelto que se nos viene encima alguna ganancia de buenos pescadores.

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    Friday,5 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Concierto de Año Nuevo: empalagoso y simbólico circo vienés]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,318 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La pasada nochevieja debí entrar en la cama a eso de las cinco y pico de la madrugada; digamos que pasé una entretenida y prometedora entrada de año. A las doce en punto del día de Año Nuevo, siguiendo una ya vieja tradición inculcada por mi abuela, estaban sonando los valses de la familia Strauss en el televisor del cuarto de estar. Mientras me desperezaba, tomaba cafés, me afeitaba, etc..., la música alegre y dulcemente melancólica compuesta hace decenas de décadas en la Viena imperial por los miembros de una familia de compositores, llenaba el pasillo y hacía balancearse el aire de las habitaciones.

    Repito que fue hace mucho tiempo, mientras pasábamos las navidades en casa de mi abuela, cuando me acostumbré a iniciar así la primera mañana del año nuevo. Recuerdo que era mi abuela, pelo blanco, ojos azules y educada en Francia, quien insistía en ver el concierto con sus nietos y salpicarlo de comentarios. Casi todas sus frases estaban dirigidas a subrayar la sofisticación del momento, la hermosura dorada y merengona de la Musikverein vienesa, la elegancia cosmopolita de los asistentes, el respeto con el que escuchaban aquella música acaramelada y tarareable, la musicalidad del público que con sus palmas seguía obediente las órdenes del director de turno en la interpretación de la vitamínica y militar Marcha Radetzky.

    Mi abuela nos subrayaba el contraste de lo que ocurría y sonaba en aquella sala dorada vienesa con la realidad que vivíamos entonces de forma cotidiana: la gris España de los años setenta, vociferante, garbancera, provinciana, aceitosa, modesta, insulsa, pobretona...

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    Durante una hora el salón de la casa de mi abuela se transformaba en el lugar desde el que accedíamos a la promesa de un mundo, de una vida mejor, gracias a lo que veíamos en la televisión y a las tostadas bañadas en almíbar con las que desayunábamos.

    Nunca caímos en la cuenta, tal vez mi abuela tampoco, de que a lo que asistíamos de verdad era a una representación, a una pantomima, al intento vano y turístico de resucitar por unos minutos las efervescencias de una concepción del mundo, de un sentir la existencia y la historia ya definitivamente extinguidas, muertas y enterradas bajo las toneladas de escombros que el siglo XX había arrojado sobre ellas.

    No recuerdo quién se preguntó por vez primera si la poesía (en su sentido más abarcador) era posible después de los campos de concentración. ¿Son posibles los valses de la familia Strauss? ¿Realmente alguien puede entregarse con placidez responsable al universo y concepción del mundo que dichos valses evocan, o nos han convencido que evocan, como ejemplo de civilización y cultura?

    Cada vez que escucho El bello Danubio Azul me entran ganas de bombardear Viena con las obras completas de uno de sus hijos más lúcidos y corrosivos, Thomas Bernhard, y para quitarme el mal sabor de boca y compensar un poquito, pongo en cuanto puedo en el equipo de música La Valse del corajudo Ravel o el diabólico Vals Mephisto nº 3 del cura Franz Lizst.

    Desde el salón de casa de mi abuela asistí a decenas de representaciones de europeísmo acartonado y Antiguo Régimen cada mañana de año nuevo. Escuché a la espléndida Filarmónica de Viena bajo la dirección de Carlos Kleiber, Karajan, Maazel, Harnoncourt, Abbado, Muti o Metha. Y confieso que seguiré haciéndolo mientras pueda. Creo que se lo debo a mi abuela y a la feliz infancia que me concedió. Eso sí, ahora la tristeza me invade, al igual que un domesticado espíritu crítico y contestatario. Tal vez sea porque ya no hay tostadas almibaradas que me ayuden a tragar la rancia, acartonada, empalagosa y simbólica representación vienesa con la que todos los comienzos de año nos engañamos durante unas horas.

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    Thursday,4 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Flannery O'Connor cuenta cuentos del Sur]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,317 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    ¿Son compatibles la cría de pavos y la literatura? Pues parece que en principio no hay ningún problema. Al menos así lo demuestra la vida de la escritora norteamericana Flannery O’Connor.

    Nacida en el sur del país, concretamente en la ciudad de Savannah (Georgia) en 1925, y fallecida cuando The Beatles rodaban bajo las órdenes de Richard Lester la película A hard day’s night, es decir, en 1964, O’Connor estudió en el State College femenino de Georgia y en la Universidad de Iowa, aunque pasó prácticamente todo lo que le quedaba de vida en la pequeña ciudad de Milledgeville, también en el estado de Georgia, dedicada a la escritura y a la cría y engorde de pavos. Bichos que crió, imagino, destinados mayoritariamente para servir de alimento a sus compatriotas en fechas tan señaladas como Navidad o Acción de Gracias.

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    Flannery O’Connor

    Como quizá no podría ser de otra manera, la obra narrativa de Flannery O’Connor está ambientada en el Sur de los EE.UU, en paisajes agrarios y casi deshabitados en los que de repente surgen pequeñas ciudades reducto de predicadores ambulantes, de familias campesinas ignorantes, egoístas y ávidas, de negros y blancos enfrentados en unas relaciones racistas y tradicionales.

    Se trata en definitiva de una realidad y de unos personajes locales caracterizados por lo que podríamos denominar la narrativa sudista después de William Faulkner, en la que la escritora revela la divinidad humana más huérfana bajo la piel de la pura perversidad, lo grotesco, lo cainita y la locura.

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    Flannery O’Connor: Cuentos completos (Lumen, 2006)

    Bajo el título de Cuentos completos, y con un radiante prólogo de Gustavo Martín Garzo, la editorial barcelonesa Lumen ha editado un volumen que reúne las dos recopilaciones de relatos publicados por la autora con los títulos Un hombre bueno no es fácil de encontrar y Las dulzuras del hogar. En estos relatos traducidos ahora al español es donde O’Connor hace aparecer su personal y católica visión teológica de la existencia, desplegando una variopinta y brillantísima amalgama de imágenes poéticas, símbolos, arquetipos, que son un eficaz y excepcional punto y a parte con respecto a sus historias de desheredados sureños.

    Un libro de cuentos formidable escrito por una muchacha que mientras narraba su visión del mundo, veía crecer en la pasmosa tranquilidad provinciana de su pueblo a los pavos que le daban de comer. Imprescindible en cualquier biblioteca que se precie.

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    Wednesday,3 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Escritores contra escritores]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,316 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado jueves día 28 de diciembre tuvimos la última tertulia de radio del año 2006 en la cadena Ser de Santander. Yo aún estaba bastante tocado de la infección respiratoria que me ha amargado estas navidades, pero así todo acudí a la cita y no me arrepentí de ningún modo: lo pasamos francamente bien.

    Estábamos todos los ya habituales del programa: S. la periodista moderadora, M.I. el poeta y profesor, L.S. el crítico y profesor, B.G. la profesora de literatura, Ella, que vino desde Bilbao para la ocasión, y yo.

    Hablamos de cine (James Bond), de las muy recientes visitas a la ciudad de Álvaro Pombo y Peridis, de libros… L.S. me regaló la edición de su última antología de poesía de autores cántabros, la que le ha encargado el Parlamento Regional para festejar los 25 años de Autonomía de Cantabria, y en la que incluye cinco o seis poemas en prosa míos. Y al final del programa, antes de ir a tomar unas copas de cava y unos pinchos al cercano y siempre abarrotado local “La Repanocha”, B.G. me regaló para festejar la navidad un libro, libro que esa misma noche, ante el ataque de tos que sufrí, y mientras revisitaba de reojo la versión íntegra de Apocalypse Now de Coppola, me leí de un tirón con una abierta sonrisa dibujada en el rostro.

    El título del libro es Escritores contra escritores, está editado por la barcelonesa el Aleph Editores, y es una recopilación de textos de escritores insultando y desacreditando a otros escritores realizada por el entomólogo y clarinetista catalán Albert Angelo, quien ejerce además de crítico literario y musicólogo.

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    Albert Angelo: Escritores contra escritores (El Alep, 2006)

    El libro, que no tiene desperdicio, es una generosa antología de la habilidad literaria de algunos autores para, mezclada con generosísimas dosis de maldad, despecho, rabia, desprecio, rencor y malediciencia, descalificar, insultar, desprestigiar, la obra y la persona de otros escritores.

    Vladimir Nabokov y Kingsley Amis son los dos escritores más presentes en esta antología del insulto refinado e inteligente. Pongamos algunos ejemplos de lo que el lector puede encontrarse en este libro muy malvado y muy divertido:

    “Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de desenterrarla y golpearle en el cráneo con su propia tibia” (Mark Twain contra Jane Austen).

    “Me parece una mala escritora simple y llanamente, y llamarla escritora es darle cancha. Ni siquiera creo que Isabel Allende sea escritora, es una escribidora” (Roberto Bolaño contra Isabel Allende).

    “¿No te das cuenta, Dwight, de que no tienes nada que decir, sólo que añadir” (Gore Vidal contra Dwight MacDonald”).

    “Me enviaron esa mierda de De aquí a la eternidad. Y con lo mierda que es, me extraña que el hombre que la escribió tenga esa extraordinaria pinta de estreñido” (Truman Capote contra James Jones).

    “Tenía una mente tan perfecta que ninguna idea podía profanarla” (T.S. Eliot contra Henry James).

    “Goethe es el genio más grande que ha existido en un siglo, y el imbécil más grande que ha existido en tres” (Carlyle contra Goethe).

    “Inaguantable” (Valle-Inclán contra Góngora).

    “Aprecio mucho a Freud como autor cómico” (Nabokov contra Freud).

    “Hay algunos cuentos que están bien. El de los cuentos es el mejor Cortázar. O sea, un mal Borges, o mediano”. (César Aira contra Cortázar).

    “Hace treinta años que no lo leo. Es un pelmazo. Y me tiene sin cuidado que le hayan dado el Nobel o no” (Sánchez Ferlosio contra Cela).

    “Su estilo es despeciable, pero eso no es lo peor de él” (Coleridge contra Gibbon).

    “Otro Juan Ramón Jiménez. Más de 400 versos seguidos, pequeño fragmento de ese largo poema escrito en La Florida. Es decir, ni asunto ni composición, según el propio Juan Ramón; todo seguido. Un fárrago fofo reblandecido por esa nota mema que tiene siempre el pensamiento del tal nenúfar” (Jorge Guillén contra Juan Ramón Jiménez).

    “Italia no tiene escritores sino escribanos, como el imbécil del tal Petigrelli, el tonto furibundo de Marinetti y el tonto estético de D’Annunzio, con su cortejo de frases con miriñaques y crinolinas” (Vicente Huidobro contra los escritores italianos).

    “Leí tu artículo sobre Waugh. Este libro de mierda sonaba horroroso, parte de que el tipo era muy tonto. Sólo un hijo de puta de primera categoría podría haber escrito las partes divertidas de La espada del honor y la totalidad de Retorno a Brideshead. Cada vez que pienso más en él como un chaval que escribió un libro maravilloso (Decadencia y caída), pero a quien luego le dio un ataque de histeria y se unió a la Iglesia católica” (Kingsley Amis contra Evelyn Waugh).

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    Tuesday,2 ene 2007 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Gombrich, uno de los últimos sabios]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,315 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Puede que sólo sea una percepción personal, pero creo no decir ninguna tontería si escribo que cada vez van siendo menos los sabios merecedores de tal nombre. Uno de los pocos sabios que nos quedaban en Occidente era Ernst Gombrich, autor reconocido como imprescindible para entender la moderna historia y psicología del arte. Nacido en 1909 en la Viena de Freud y Mahler, Gombrich primero se formó en su ciudad natal y más tarde en el Warburg Institute de Londres, ciudad a la que emigró debido al creciente antisemitismo austriaco de los años treinta. Desde 1959 hasta su retiro de la vida académica en 1976, fue director del Warburg Institute y profesor de historia de la tradición clásica en la Universidad de Londres. Murió en la capital inglesa ha hecho ahora cinco años, en noviembre de 2001.

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    Ernst Gombrich

    Podemos señalar a Gombrich como uno de los autores que mayor número de aportaciones han realizado a los estudios modernos del arte, contribuyendo decisivamente a desmontar las ingenuas teorías sobre la percepción visual y el arte naturalista, sin caer nunca en ramplones convencionalismos ni en groseros absolutos. Partiendo de un temprano interés por los problemas derivados de la percepción, Gombrich supo trasladar ese interés al análisis interpretativo de la pintura y de las representaciones visuales en general, asentando así los fundamentos de las teorías modernas de la interpretación visual. Están de enhorabuena quienes nunca hayan tenido la oportunidad de acercarse a la luminosa sabiduría de este estudioso, pues en los últimos tiempos la editorial barcelonesa Debate ha venido editando títulos del genial autor (Biblioteca Gombrich), destacando dos libros que se me antojan perfectos para iniciarse en la aventura: Temas de nuestro tiempo. Propuestas del siglo XX acerca del saber y el arte, y Gombrich esecial.

    El primero de los títulos ofrece una recopilación de muy asequibles ensayos que tratan de cuestiones tan candentes como el problema de las humanidades en la educación actual, el relativismo en la apreciación del arte, la conservación de las ciudades, las relaciones entre la imagen y la palabra en el arte del siglo XX, o también del trabajo de artistas como Cartier-Bresson, Saul Steinberg o Kokoschka. En Gombrich esencial, Richard Woodfield selecciona algunos de los textos “gombrichinianos” más alumbradores, en lo que supone un inteligente recorrido por las que han supuesto las grandes preocupaciones del maestro: la Historia General del Arte, la inconografía del Renacimiento y la psicología de la representación visual. Evidencia del interés que tiene este libro es la inclusión en sus páginas del polémico artículo “Meditaciones sobre un caballo de juguete”, en el que Gombrich pone los puntos sobre las íes de la moderna interpretación visual del arte. Sencillamente: dos muestras antológicas de un sabio. ________________________________________________________________
    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Friday,29 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Zuckerman encadenado de Philip Roth]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,314 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado mes de octubre, publiqué en estas mismas páginas electrónicas un comentario crítico sobre la narración del gran escritor norteamericano Philip Roth, El pecho. El trabajo ha tenido un número de lecturas interesante, por lo que puedo deducir que la obra de Roth despierta algún interés entre los lectores españoles. Estas son las razones principales por las que ahora me decido a publicar otro acercamiento crítico a la obra de Roth, y más concretamente al libro Zuckerman encadenado. El trabajo que a continuación van a leer ustedes, ya fue publicado en papel en el número de noviembre, nº 119, de Revista de Libros), sin duda una de las mejores revistas de crítica literaria en papel que en estos momentos se hacen en España, y que precisamente ahora cumple los diez años de fructífera e impecable existencia bajo la dirección de Alvaro Delgado-Gal y la coordinación en redacción de mi buena amiga, la excelente poeta Amalia Iglesias.

    Ahí el trabajo sobre el que probablemente sea uno de los más grandes naradores norteamericanos de finales del siglo XX.

    -GLORIA E INFIERNO DE PHILIP ROTH-ZUCKERMAN EN LA AMÉRICA SIN SUEÑOS-

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    Philip Roth. ZUCKERMAN ENCADENADO. Traducción de Ramón Buenaventura. Seix Barral, Barcelona, 557 pp, 26 euros.

    Creo que fue aproximadamente hace dos años cuando el sello editorial Seix Barral tomó la decisión de dedicarle toda una colección al que para buena parte de la crítica estadounidense es, junto a Don de Lillo, el más grande narrador americano de la actualidad: estoy refiriéndome, claro, a Philip Roth.

    La Biblioteca Philip Roth, así se llama la colección, comenzó su andadura con la publicación de Patrimonio, una novela en la que el narrador cuenta la decadencia física y la muerte de su propio padre (hijo de emigrantes judíos, trabajador incansable, rudo, honrado y primario), cuyo proceso de desaparición, contemplado y vivido directamente por Roth, le sirve a éste de poderoso motor narrativo para conducirlo a través de los senderos de la escritura a dos nuevos conocimientos muy reveladores: el de sí mismo y el de un ser al que nunca había llegado a atisbar a pesar de la cercanía: su padre.

    En estas últimas semanas la Biblioteca Philip Roth acaba de poner en las librerías el título Zuckerman encadenado, volumen en el que han quedado reunidas las tres novelas (más un epílogo) escritas por Roth y protagonizadas por el mismo personaje, Nathan Zuckerman, un más que evidente ego del novelista. Dado que en gran medida Zuckerman es Roth –o al revés: ya sabemos que el orden de factores no altera el resultado–, quizá convenga ofrecerle al lector de estos párrafos unos cuantos datos que ayuden a establecer las latitudes espirituales y cognoscitivas por las que deambulan los dos escritores ya aludidos, es decir, el propio Philip Roth y su autorretrato literario Nathan Zuckerman.

    Roth nació en Newark, Nueva Jersey, en 1933, en un hogar formado por judíos pequeño-burgueses de estricta observancia religiosa procedentes –al igual, por cierto, que el gran escritor autriaco Joseph Roth– de la extinta Galitzia del imperio austrohúngaro. Este remarcado contexto vital es de todo punto ineludible al hablar sobre Philip Roth y su obra, pues el escritor ha hecho de la condición judía proyectada en el contexto urbano de la opulencia norteamericana nacida de la Segunda Guerra Mundial el principal objeto de su narrativa.

    En este sentido, gran parte de los personajes de sus novelas, con su particular ego Nathan Zuckerman a la cabeza, se muestran por lo general inútilmente decididos a liberarse de la memoria familiar, étnica y cultural hebrea para intentar sumergirse en el profundo refugio del olvido que proporciona la globalizada e impersonal sociedad estadounidense contemporánea. En lo fútil y absurdo del intento reside a su vez la rotunda carga grotesca, y en ocasiones incluso cómica, que envuelve las angustias vitales de muchos de los personajes salidos de la pluma de Roth.

    Así, no es nada extraño que la crítica especializada haya considerado la producción narrativa de nuestro autor como una vasta autobiografía que alcanza pleno sentido dentro de la gran epopeya del éxodo judío centroeuropeo del siglo XX hacia los Estados Unidos, así como su adaptación e implicación en ese nuevo marco social y cultural encontrado. Philip Roth ha sabido narrar dicha epopeya obviando con sutil habilidad literaria tanto la visión victimista como la apologética, elaborando, por el contrario, un discurso ceñido crudamente a la realidad más descarnada y a los elementos que impiden una construcción mitificadora.

    Este logro lo obtiene Roth aplicándose en una escritura marcada a fuego por el uso de un lenguaje nada críptico, la abundancia de rasgos metaliterarios, la genial utilización de los diálogos como recurso primordial narrativo, la yuxtaposición de historias entrelazadas, por hacer del erotismo un ingrediente de primer orden y, en fin, por recurrir a un tipo de humor emparentado con la tradición del absurdo vanguardista centroeuropeo.

    Todas estas vigas maestras que sostienen el edificio literario ideado por Philip Roth están presentes, en mayor o menor medida, en las cuatro novelas breves que recoge el libro Zuckerman encadenado. A lo largo de la lectura de estas páginas acompañaremos en su periplo vital y afectivo a Nathan Zuckerman (el mismo Roth bajo una apariencia llamémosla “pixelada”), un prometedor escritor al que poco a poco iremos viendo transformarse en un autor de éxito y prestigio internacional mientras en torno a él y a su historia van planteándose temas literarios de indudable trascendencia.

    En la primera historia, La visita al maestro, el aspirante a escritor Nathan Zuckerman visita en su casa de campo a un consagrado narrador que vive retirado una existencia aburrida y yerma, enajenado por una mujer dominante y silenciosamente enamorado de una chica que Zuckerman cree que es ni más ni menos que la conocida víctima de los nazis Anna Frank.

    La segunda novela lleva por título Zuckerman encadenado, y en ella se nos presenta al protagonista gozando del éxito como escritor y del reconocimiento de todo el mundo salvo de los miembros de su propia familia, a quienes no les gusta nada el retrato del universo judío que plasma en sus trabajos. A este principal argumento conductor del relato se le suma, además, la presencia de un admirador demente de Nathan Zuckerman a través del cual Roth plantea al lector el problema de la identificación directa entre vida y literatura, una de las más inevitables presencias en la historia de la novelística occidental desde la publicación del Quijote.

    En La lección de anatomía Zuckerman sufre en sus propias carnes la pesadilla, el doloroso vértigo de la hoja en blanco: cuatro años de absoluto yermo creativo al que se le añade una especie de esterilidad física al haberse quedado impedido por una grave dolencia. Como epílogo a estas tres narraciones, el volumen se cierra con La orgía de Praga, un espléndido y satírico aguafuerte protagonizado por la ciudad checa cuando, mediada la década de 1970, todavía estaba bajo el dominio de la política soviética. Se trata de una historia de rasgos e influencia kafkiana en el que la población de Praga, sometida durante décadas al embrutecimiento del llamado socialismo real, sólo encuentra una vía de proseguir hacia delante en la delación y la permanente vigilancia de unos a otros.

    Esta autobiografía, disfrazada con los ropajes y trazas de las novelas de amplio espectro, creo que debe ser contemplada como una de las más logradas y trascendentales aventuras narrativas de nuestra contemporaneidad: una construcción literaria que sencillamente deja sin aliento por su devastadora e inmisericorde inteligencia. Zuckerman encadenado es un imprescindible compendio de los senderos por los que avanza la mejor y más sólida escritura creativa norteamericana actual, la que no cree en sus sueños. Y, en lógica consecuencia con lo escrito hasta el momento, este título de Philip Roth es también un preciso tratado de claves para intentar acercarse, con algún provecho, a algunos de los factores que hacen que al menos una parte de la sociedad estadounidense de hoy sea la más compleja y susceptible al matiz de todas las que existen en el mundo desarrollado.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Thursday,28 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Políticas totalitarias de identidad única (Navidad en cama con Antonio Montesino)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,313 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Seis días en la cama, seis días sin salir de casa, seis días comiendo sin ninguna gana, seis días viendo western, leyendo poesía, escuchando música de Brahms..., seis días tomando antibióticos para acabar de una vez por todas con una infección pulmonar que me ha dejado, de momento, para el arrastre. Es el primer día de Navidad de mi vida que paso en cama, y algo me dice que ir cumpliendo años de forma tan tozuda conlleva este tipo de cosas.

    Hoy es el primer día que bajo a la calle y respiro un aire húmedo y casi polar que me abrasa la garganta y me vuelve a hacer toser. Pero mi pobre perro Miller, fiel sólo como les sale ser a los perros, lleva también casi seis días saliendo sólo lo imprescindible, y tengo que dejar que corra un poco y estire las patas.

    Cuando he bajado al portal tenía el buzón lleno hasta arriba. Más felicitaciones navideñas institucionales, pero también un grabado de Eloy Velázquez, una cariñosa postal del Cervantes Antonio Gamoneda, y una preciosa felicitación del poeta Fernando Gómez Aguilera, director de la Fundación César Manrique de Lanzarote. También hay un sobre grande con un libro en su interior.

    Abro el paquete y me encuentro con el último trabajo de Antonio Montesino. Imagino que a muy pocos de ustedes les dirá algo este nombre. Es lógico y normal. Montesino es uno de esos personajes que a veces aparecen en la vida de las provincias y en ella se desenvuelve, trabaja, crea, reflexiona y pasea.

    Antonio Montesino es muchas cosas en la vida y tiene muchos oficios: antropólogo autodidacta, folclorista, poeta, editor, fotógrafo, activista cultural, restaurador, hombre también de maquetas de libros e imprentas... Antonio Montesino es un ser humano homérico, inaudito, sin proporciones concebidas por la normalidad, sin apenas un marco capaz de encuadrarlo, es decir, de hacer de él un cuadro, un paisaje, una imagen y una idea descriptibles y muy determinadas. Así ha quedado retratado, por ejemplo, como personaje en una novela de cuyo título sí podría acordarme, pero ahora no quiero.

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    Antonio Montesino (foto obtenida en www.letralia.com)

    Dos de las grandes aventuras culturales de Antonio Montesino son la editoriaLímite (así escrito, todo junto), y la revista cuatrimestral de arte, literatura y pensamiento La Ortiga (laortiga@yahoo.es), una de las publicaciones periódicas en papel más interesantes y difíciles de clasificar dentro del actual panorama cultural español. Todas estas actividades las desarrolla Montesino desde su piso en Santander, desempeñando con increíble y pasmosa calidad todos los oficios que implican sus empeños.

    Su último trabajo, que hace el nº 65/67, otoño, de La Ortiga, lleva por título Identidad, Ciudadanía y Patrimonio Antropológico, y tengo que decir que he devorado sin apenas parpadear sus más de 125 páginas.

    Esta nueva reflexión pública de Antonio Montesino me parece de obligada lectura (y relectura) para cualquier ciudadano, para cualquier intelectual interesado en la comprensión política, social y cultural de la eclosión de los nacionalismos-regionalismos a lo largo de las últimas décadas en España, y en los procesos y métodos de enrazamiento colectivo utilizados para fomentar y nutrir dichas ideologías.

    Pero yo no lo voy a explicar mejor que Montesino, así que para muestra un botón, y a continuación reproduzco algunos de los párrafos que integran este aparato crítico y reflexivo de primer orden, un verdadero revulsivo para la conciencia crítica y democrática en el contexto histórico en el que tiene hoy lugar nuestra existencia como ciudadanos, como individuos políticos. Juzguen ustedes mismos el interés del trabajo a través de estas líneas:

    “Dos elementos son esenciales para comprender la ideología nacionalista-regionalista: la identidad y su transformación en fuente de poder y de legitimidad. La necesidad de promover la definición de un nosotros, que contribuya a la toma de conciencia de una identidad oculta, negada o reprimida, induce a la búsqueda permanente de justificaciones históricas y de legitimaciones identitarias.

    Por consiguiente, los ideológos del comunitarismo introvertido que nutren la intelligentsia reclutada por el nacionalismo-regionalismo, ya procedan de la derecha o de la izquierda, se hallan inmersos en un obsesivo proceso de invención-reinvención de tradiciones y de elaboración de discursos sobre lo propio realizados desde distintas disciplinas y ópticas, con el objeto de encontrar y activar los marcadores de identidad considerados más eficaces para que se produzca la deseada "movilización vernácula" (Smith, A. D. 2000: 341), hasta tal punto que, a veces, la búsqueda de la identidad se convierte en una labor casi metafísica, al servicio de un multiculturalismo diferencialista y excluyente.

    La recurrencia a la historia, real o inventada, desde posicionamientos orgánico-historicistas, como pretexto para elaborar-inventar una imagen del pasado histórico con la que poder justificar la afirmación de la propia existencia de las nacionalidades-regiones (percibidas como entidades naturales fruto del tiempo y de la historia) y legimitar ideológica y políticamente los nacionalismos-regionalismos, ha sido una práctica muy extendida en la España de los últimos cinco lustros, ya que sin "antiguedad y pasado propio" no hay nacionalidad ni región. De ahí que todas las Autonomías quieran disponer de su propia historia nacional o regional. Lo que, en definitiva, se pretende es inventar o reinventar, desde las necesidades políticas del presente (apoyadas en un culturalismo militante), un pasado diferenciador en apoyo del fortalecimiento de las actuales reivindicaciones nacionalistas-regionalistas, lo cual conlleva la producción artificiosa de diferencias que no son tales, y a no pocas tergiversaciones y falsificaciones respecto a la verdadera naturaleza de las realidades pasadas, con el simple objeto de construir mitos y discursos historiográficos o antropológicos al servicio de los postulados programáticos y doctrinales de los citados movimientos.

    ...Este tipo de prácticas acríticas, debidamente subvencionadas y condicioinadas por criterios claramente ideológicos y políticos al servicio de los poderes etnocráticos, están jugando un papel nada desdeñable en la invención y difusión pública de unas presuntas memorias colectivas oficiales que, además de actuar como elementos al servicio de los poderes periféricos, suponen una peligrosa mixtificación histórica de unas comunidades, las más de las veces entendidas como entes orgáncios objetivos y esencializados por una identidad cuasi congénita, de carácter transhistórico que, al colocar en posición de dominio hegemónico la existencia de un supuesto sujeto étnico único sobre la realidad de una ciudadanía plural en sus identidades, exige, al margen de la propia voluntad individual, la filización obligatoria a la mítica identidad colectiva, a la vez que niega la existencia de otras memorias cívicas, grupales o individuales, disidentes de las políticas totalitarias de identidad única".

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    Wednesday,27 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Navidad con un inédito de Juan Ramón]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,312 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Los días 19 y 20 del pasado octubre, tuvieron lugar en la sede de la Fundación Gerardo Diego en Santander, unas jornadas de estudio bajo el título "El legado de Juan Ramón Jiménez en la poesía española contemporánea". La iniciativa se concibió por parte de la gerente de la fundación, la poeta Pureza Canelo, como un homenaje al poeta y escritor más oceánico de la cultura española del siglo XX, Juan Ramón Jiménez, en la conmemoración de los cincuenta años de la concesión del premio Nobel de Literatura a su obra.

    Durante esos dos días, un nutrido grupo de poetas y estudiosos de la obra del poeta de Moguer, reflexionamos y debatimos en torno a la vida y la obra del autor, en torno a su herencia, a su legado en la creación poética en castellano actual.

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    Juan Ramón Jiménez

    Fruto de aquellas lecturas y debates, verá la luz en la primavera del año que viene, un volumen que recoja todas las conferencias y ponencias; un volumen que nacerá con vocación de hacerse imprescindible en los estudios juanramonianos, una obra de necesaria consulta.

    Pasados los meses, la Fundación Gerardo Diego ha editado un hermoso pliego en la legendaria imprenta santanderina Bedia, en recuerdo de aquel encuentro. Recoge el pliego dos textos, uno de Gerardo Diego, escribiendo sobre Juan Ramón Jiménez en Santander, y otro un poema inédito de JRJ. El inédito, sin título, pertenece al libro La frente pensativa, escrito entre 1911 y 1912. Con este inédito, regalo de Carmen Hernández-Pinzón Moreno, la familia del poeta quería agradecer a la Fundación y a los participantes en las jornadas, el esfuerzo y la dedicación a la obra del genial poeta.

    Pureza Canelo me ha enviado un buen número de pliegos, y hemos decidido, los dos, que puede ser un buen regalo para felicitar las fiestas navideñas y el año nuevo, que ya está a las puertas.

    Por eso quiero incluir este poema inédito de JRJ en el último blog que saldrá antes de Nochebuena, deseando a todos los lectores de esta página lo mejor para estos días y para los tiempos venideros. Tiempos en los que la lectura, y el contacto en general con lo que venimos denominando espacios, elementos, caminos de cultura, siempre será deseable para estar instalados con todas las consecuencias en esta breve aventura que es vivir. Lean el poema: es un regalo, es un deseo dibujado en palabras.

    ¡Cuándo vendrá el estío,
    azul y silencioso,
    con su fragancia, quieta
    en un silencio de oro,
    con sus inmensos días,
    iguales uno a otro!


    Será la brisa lenta
    entre el ensueño largo y deleitoso,
    el corazón tranquilo,
    los pianos melancólicos,
    las sirenas del puerto
    en un temblar fantasmagórico.
    Sí, será el día mundo
    como una noche; el cálido y monótono
    bienestar de las tardes
    de armonía, los hondos
    anhelos de la carne
    sin miedo, los retornos
    sensuales y clásicos del mundo,
    con colores valientes y remotos.
    ¡Alegría del agua y de la carne!
    ¡Sol hasta el alma! Ríos ilusorios
    que, en sus flechas hirvientes de diamante
    llevan las ilusiones a los trópicos.
    ...No se oirá la casa;
    sólo el aire hablará, dueño de todo...
    complicarán, oscuros, los cristales
    la verde paz de los paisajes hondos,
    el frío será dulce
    dulce el verdor,
    crepúsculos eternos;
    desde los miradores! Rosa, el oro
    teñirá lo lejano
    en una errante melodía; cóncavos
    ecos tendrá el amor y la amistad
    subiendo a las terrazas; los históricos
    puertos, en espejismos ideales,
    vendrán a lo real y el barco ignoto
    se perderá, entre adioses, en la gloria
    de los ponientes suntuosos!


    ¡Estío! ¡Amor! ¡Oh, clásico
    bienestar! No habrá penas de lo ignoto,
    la misma noche, conocida y blanda,
    llevará a los verjeles con retorno

    de las albas tempranas
    prometedoras, bellas de tesoros!


    Serán las noches bellas
    como días; serán los días hondos
    como noches; el nardo y el jazmín
    traerán el amor hasta los ojos
    y un reguero de besos encendidos
    será guirnalda del vivir ansioso!


    ¡Amor igual! ¡Amor
    sabroso cada día! Inmensos días
    iguales uno a otro.
    J.R.J.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Friday,22 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Epigramas de Oscar Wilde: perversidad inteligente]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,311 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Quiero comenzar estas líneas señalando las dudas que me asaltaron con respecto a la oportunidad de publicar esta selección de epigramas de Oscar Wilde. La principal razón de mis dudas se fundamentaba en el escaso interés que, en nuestros días, pudieran tener la reflexiones y sentencias oscarianas en torno a asuntos tales como el matrimonio, la familia, las relaciones amorosas, las mujeres, la elegancia o la llamada “vida en sociedad”. Por decirlo de otro modo, pensaba que tanto en lo temático como en lo referente a su propia encarnadura verbal, estos notables artificios de ironía, ingenio y conocimiento del ser humano, quizá le resultasen al lector actual significativamente planos, e incluso, hasta un poco gastados o “pasados de moda”.

    Sin embargo, no tardé mucho en descubrir que el único problema existente se encontraba en mi temor a mostrarme sin ambages como un admirador del quehacer literario del escritor irlandés, algo a todas luces lamentable y por desgracia nada infrecuente, según nos dejó apuntado el gran Edmund Wilson en su espléndido libro Crónica literaria.

    Así que confeso y abochornado por mis dudas y temores, aquí dejo estas muestras de la inteligente perversidad de Oscar Wilde. Una perversidad de la que en buena medida manaba su talento de escritor, y que lo empujaba -como sugiere el ya mencionado Edmund Wilson- no sólo “a perturbar las expectaciones del mundo convencional por medio de chocantes paradojas y escandalosa conducta, sino que lo hacía traicionar su credo pagano con su complacencia en el arrepentimiento cristiano”. Perversidad-arrepentimiento, siempre la paradoja como fundamental clave de lectura para un más fructífero acercamiento a la vida y obra de Wilde.

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    Oscar Wilde

    Por último, una noticia y un agradecimiento necesario. Todos los epigramas que pueden leerse a continuación están extraídos de la obra teatral The Importance of Being Earnest, y forman parte del libro Epigrams, publicado en Nueva York (sin fecha precisa) por Peter Pauper Press, y que compré en el año 1991 durante mi estancia en la Leicester University, en Inglaterra. En este mismo volumen se encuentran epigramas seleccionados de las siguientes obras de Wilde: Lady Windemere’s Fan; An Ideal Husband; A Woman of no Importance; The picture of Dorian Gray; Some Oscariana; The decay of Lying; The critic as artist.

    El agradecimiento va dirigido a Dámaso López García, que ha echado un benévolo vistazo a esta traducción, y con quien por mil razones (y ninguna de ellas pequeña) estoy en permanente y gustosa deuda.

    Epigramas extraídos de la obra La importancia de llamarse Ernesto:

    -Insistiendo en permanecer soltero, el hombre acaba convirtiéndose en una permanente tentación pública.

    -Los divorcios están hechos en el cielo.

    -Un noviazgo no puede ser serio si no se ha roto al menos en alguna ocasión.

    -Sólo hay una forma de hacerse disculpar el vestir ocasionalmente de forma exagerada: ser siempre exageradamente cortés.

    -En modo alguno los deberes de un caballero deberían interferir con sus placeres.

    -Muy raras veces la verdad es pura, y jamás se muestra sencilla. Si la verdad fuese lo uno o lo otro, la vida moderna sería aburridísima; y la literatura actual, una imposibilidad.

    -Es escandalosa la cantidad de mujeres que coquetean con sus maridos. Lisa y llanamente, es como lavar en público los trapos sucios.

    -El hombre que desea casarse o bien debería saberlo todo o bien no debería saber nada.

    -Los dos puntos débiles de nuesta época son la carencia de principios y la de imagen.

    -En gran medida, el estilo depende del modo en que se lleva la barbilla. Actualmente está de moda llevarla muy alta.

    -La forma de tratar a una mujer es hacerle el amor si es hermosa; y si es fea, hacérselo a otra.

    -Las mujeres sólo después de haberse llamado muchas otras cosas se llaman hermanas entre sí.

    -La memoria es el diario de lo que nunca ocurrió, y de lo que ni siquiera tuvo posibilidad de ocurrir.

    -Los buenos terminan bien; los malos, mal. En eso consisten las novelas.

    -Hoy en día son pocos los padres que prestan atención a lo que les dicen sus hijos. El anticuado respeto por la juventud agoniza con suma rapidez.

    -Los parientes simplemente son una aburrida carga que no tiene el más remoto conocimiento de cómo vivir, ni el menor instinto acerca de cuando morirse.

    -Hay que evitar las discusiones, siempre son vulgares y a menudo convincentes.

    -En la vida matrimonial tres son compañía y dos no son nada.

    -Los largos noviazgos ofrecen a la gente la oportunidad de conocer el carácter del otro antes del matrimonio, lo que en modo alguno es aconsejable.

    -Ninguna mujer debería ser muy exacta acerca de su edad. Parecería demasiado calculadora.

    -No hables nunca despectivamente de la alta sociedad. Sólo lo hacen quienes no han podido acceder a ella.

    -Todas las mujeres acaban siendo como sus madres -esa es su tragedia. Ningún hombre lo logra -esa es la suya.

    -Tres direcciones siempre inspiran confianza -incluso a los comerciantes.

    -Las chicas jamás se casan con los hombres con los que coquetean; piensan que no es correcto.

    -Es importante no asistir a una cita de negocios si se desea conservar el sentido de la belleza de la vida.

    - Es muy vulgar hablar de la profesión a la que uno se dedica. Sólo lo hacen los corredores de bolsa, y sólo en las fiestas nocturnas.

    - Siempre que tiene que decirse algo desagradable, uno debería ser muy sincero.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Thursday,21 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los Rat Pack, Sinatra y sus secuaces]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,310 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hay una escena de la película Río Bravo (Howard Hawks, 1958), que siempre me ha parecido magnífica. El sheriff borracho interpretado por Dean Martin, ha vuelto ha demostrar ante sus compañeros que es un incompetente debido a su dependencia del alcohol, que lo ha destrozado y le ha hecho perder la dignidad y las habilidades con el revólver. Entonces, el sheriff íntegro y moralmente fuerte y competente, John Wayne, le invita a abandonar el grupo y a que vuelva a las borracheras. Le ofrece la botella de licor abierta y un vaso. El personaje interpretado por Dean Martin decide sucumbir a la tentación, y con las manos temblorosas y completamente desaliñado, descorcha la botella y llena un vaso.

    Los personajes interpretados por John Wayne y el viejo Walter Brennan contemplan la escena con tristeza y casi un rictus de asco y abatimiento. Cuando Dean Martín está a punto de llevar el filo del vaso lleno de licor a los labios, suena la trompeta que toca “A degüello”, la música que los mejicanos hacían sonar antes del asalto definitivo a los defensores de El Álamo. La música tiene el extraño efecto de calmar al personaje de Dean Martin, quien detiene el vaso ante su boca, y con los nervios completamente calmados, sin un solo tembleque, vuelve a introducir todo el licor en el interior de la botella, ante la mirada atónita y feliz de sus dos compañeros. Es un momento de gran actor. Y es que Dean Martin, el simpático Dean Martin que hizo pareja como guaperas en varias películas con el genial Jerry Lewis, era un gran actor y un magnífico cantante, un corner inolvidable, poseedor de una voz de leyenda, caracterizada por un matiz siempre irónico y tal vez sentimental.

    Recuerdo a Dean Martín magnífico protagonizando películas como Bésame, tonto de Billy Wilder, Como un torrente de Vicente Minnelli, o la ya mencionada Río Bravo de Howard Hawks. Siempre he preferido en mis simpatías a Dean antes que a Frank, a Frank Sinatra se entiende. Y en esta ocasión comparto gusto y opinión con el escritor Javier Marías, a quien le leí un precioso artículo al respecto cuando el gran Dean nos dejó para siempre.

    Viene todo esto a cuento porque acaba de aparecer en nuestras librerías un libro muy recomendable para pasar un rato entretenido y para aprender muchas cosas de la política y el mundo del showbussiness norteamericano de la segunda mitad del siglo XX. Me refiero al título Rat Pack, del joven escritor y periodista sevillano Javier Márquez (1978), editado por Almuzara, sello creo que andaluz especializado en memorias y biografías.

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    Javier Márquez: Rat Pack (Almuzara, 2006)

    Rat Pack es el nombre con el que se bautizó al grupo formado por cinco conocidos hombres del mundo del espectáculo americano (cine y canción), que en 1960 se reunieron en Las Vegas para rodar la versión original de la película Ocean’s eleven (La cuadrilla de los Once), dirigida por el conocido y eficiente artesano Lewis Milestone. Esos cinco personajes eran: Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, Joey Bishop y Frank Sinatra como jefe de filas o líder. El nombre (atajo de ratas) se lo puso la actriz Shirley MacLaine, y las razones no pueden escapársenos, pensando en los cicno “golfos” que se juntaron.

    Durante las semanas que rodaron la película, el grupo ofreció en Las Vegas una serie de espectáculos que sólo pueden ser calificados como memorables, y en los que la música y las canciones se mezclaban en el escenario con bromas, chistes, y juegos entre ellos. Vestidos de smoking, atractivos, exitosos, ricos, talentosos, bromistas, simpáticos, elegantes, hedonistas..., con un cigarrillo en una mano y con una copa en la otra, este grupo no sólo cantaba o actuaba, sino que llegaron a ser la viva imagen, el símbolo casi perfecto de una forma muy determinada de entender la vida: la que inauguraba la década prodigiosa de los 1960 en los EE.UU.

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    El atajo de ratas

    Una época convulsa en lo político y lo social, en la que los EE.UU debieron ejercer el papel de cabeza visible del mundo occidental, ante un en torno dominado por la Guerra fría, las revoluciones sociales, la irrupción del universo pop, y multitud de cambios y en los usos y costumbres del llamado Primer Mundo.

    En ese entramado cambiante, los Rat pack se pusieron el mundo por montera, y siguieron viviendo al margen de los nuevos tiempos, como si de irresponsables estrellas intocables, de otras décadas se tratara.

    Amparados por el clan Kennedy (al que pertenecía Peter Lawford por matrimonio), y por la mafia italiana, el grupo catalizó el sueño de irresponsabilidad colectiva de una sociedad que por primera vez en la historia sufría la amenaza de desaparecer bajo un hongo nuclear, que por vez primera veía cuestionados los tradicionales papeles raciales y sexuales. El atajo de ratas pareció mantenerse al margen de los cambios, ofreciendo, sí, un reflejo lúdico y glamuroso de lo más chispeante y atractivo que había alcanzado la sociedad más desarrollada del planeta: lujo, sensualidad, diversión, sofisticación consumista, belleza, éxito...

    Este libro es la crónica social, política y cultural de la representación culmen de un muy determinado estilo de vida: el de los EE.UU como primera potencial mundial, como vencedores de la II Guerra, como adalides máximos del enfrentamiento contra el marxismo real... Todo, en un mundo, una cultura y una sociedad en el que Bob Dylan cantaba que los tiempos estaban cambiando y que las respuestas estaban en el viento, mientras que los Rat Pack, mientras tanto, entonaban el canto de cisne de otro mundo que se iba disolviendo poco a poco, y lo hacían con el melodioso tarareo de las voces de Sinatra y Dean Martin, significando que las respuestas secillamente estaban en el cuerpo de un mujer hermosa y en un buen trago de güisqui escocés.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Wednesday,20 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Amalia Avia: memorias de una niña que fue pintora]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,309 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ya se ha contado en no pocas ocasiones, que en nuestra tradición literaria las memorias no han sido ni abundantes ni, salvo las inevitables excepciones que confirman la regla, han aportado significativas dosis de calidad e interés a las letras en castellano.

    La escasa afición hispánica al género memorialístico parece desmentirse de un tiempo a esta parte, a la vista al menos de los cuantiosos títulos que han ido poblando las librerías, algunos incluso con un más que notable éxito de ventas y crítica (pensemos, sin ir más lejos, en el primer tomo de las memorias de Jesús Pardo).

    Pero si hasta hace no muchos años las memorias no eran habituales por estas geografías, las escritas por mujeres constituían verdaderos hechos de excepción. Quizá esa fue una de las razones por las que me acerqué sin muchas precauciones a este libro de la pintora Amalia Avia (De puertas adentro. Memorias, Taurus, Madrid, 2004), representante destacada del realismo pictórico en nuestro país en la segunda mitad del siglo XX.


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    Amalia Avia: De puertas adentro. Memorias (Taurus, Madrid, 2004)


    Una de las mejores cosas que tienen las memorias, o una de las peores según se mire, es que el lector sabe por anticipado de qué tratan las páginas que tiene entre sus manos, y debe dejarle a la intuición por un lado, y a la atracción que pueda ejercer el personaje y su época histórica por otro, el decidirse o no a aventurarse en la lectura del libro.

    A mí en particular me atrajo de estas memorias la historia de una mujer que quiso ser pintora en la por lo general tristísima y cerril España de los años 50 y 60, y también me interesó cómo recibió esa España tal querencia, así como la descripción y análisis que pudiera hacer la autora de los ambientes artísticos del Madrid de aquellos años.

    Sin embargo, una vez avanzado el camino de la lectura, me di cuenta de que el libro de Amalia Avia no hacía un especial hincapié en los asuntos que en principio marcaban mi interés, y dedicada por el contrario una especial y cuidada atención a lo que había sido la vida de una chica de familia venida a menos tras la muerte del padre, desde su infancia hasta bien entrada su primera juventud, en el entorno de un pequeño pueblo de la España rural en los años de nuestra posguerra.

    En ese sentido, el libro de Amalia Avia me parece realmente fascinante. Con una viveza propia de escritora de raza, y una riqueza e interés por los detalles digna de la etnografía, Avia consigue una páginas impagables acerca de los usos y costumbres, de la dimensión vital y afectiva, del horizonte moral y cultural…, de las mujeres rurales manchegas, y por extensión españolas, en un tiempo no tan lejano de nuestro presente como nos pudiera parecer.

    Sí, más adelante nuestra pintora también ofrece algunas de las pinceladas esperadas: las clases de pintura; los imprescindibles viajes a París e Italia; el estudio de trabajo; la primera exposición; la reuniones con otros pintores y artistas; el amor con el que fue su marido, el pintor Lucio Muñoz; las salas de exposición madrileñas (Biosca, Juana Mordó…); Nueva York; la llegada de la democracia; la feria Arco, etc… Pero toda esta parte, en principio la que más me interesaba, está contada con trazos suaves y un tanto desvaídos, como si la autora los hubiese vivido pero aún no tuviese una opinión muy definida al respecto y, en consecuencia, sólo los apunta y registra.

    El peso del libro, desde luego, descansa a mi juicio en el aguafuerte resultante de las ciento cincuenta páginas primeras; aguafuerte vivo, oloroso, lleno de carácter interiorizado y regurgitado en forma de palabras rebosantes de recuerdos de un mundo fantasmal y perdido, pero cuya presencia es permanente con la solidez que otorga aquello que se aceptó y amó.

    En definitiva, un libro de memorias este de Amalia Avia que no está hecho tanto y tan vivamente con los recuerdos de una exitosa pintora española de las últimas décadas del siglo XX, como con los recuerdos grabados a fuego en la piel y el corazón de una niña y adolescente que lo fue en un pequeño pueblo manchego, rodeada de campos, animales, convecinos y familiares…, y para quien la vida estaba regida por el paso de las estaciones, los olores y sabores del aire y la tierra, las palabras y gestos de unos adultos a quienes la guerra civil había dejado muertos, pero con la mirada perdida y abierta.

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    Tuesday,19 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El escándalo Leo Bassi, o el relato de un jueves cualquiera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,307 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Son las 8 de la mañana. Me despierta el sonido de la tertulia y las noticias radiofónicas. Anuncian las ondas que murió Loyola de Palacio y que en Santander la temperatura es de 6 grados, 5 en el aeropuerto y menos 2 en Reinosa. Me quedo adormilado bajo el edredón y las mantas de la cama pensando en el frío exterior. Me levantó al fin. Preparo el primer café de la mañana y me ventiló dos capítulos enteros de la biografía de la Baronesa de Greenwich Village. Me afeito y me ducho. Del aparato de música salen notas agudas de la trompeta de Clifford Brown. Segundo café de la mañana. Mi perro Miller me avisa de que va a entrar en el piso la chica que todos los jueves del año limpia la leonera. Bajo con el perro a la calle. Breve conversación con el barrendero del barrio. El correteo de Miller espanta a las gallinas y patos que deambulan por dos o tres minúsculas zonas verdes que, en terrazas, ayudan a conformar el paisaje entre urbano y rural de mi calle. Estamos en el centro de Santander. Hace frío pero brilla un sol prometedor. Me suena el móvil. Es ella, hoy le toca viajar a Sevilla y ya está en el aeropuerto de Bilbao. Del chalet abandonado del final de la calle salen hordas de rumanos ataviados con los ropajes más estrafalarios de la pobreza: cargan con bultos, palos y carritos de la compra. De la otra gran casa abandonada del otro extremo de la calle, salen en silencio los toxicómanos que pasan el día a la puertas de la iglesia de San Francisco. Miller husmea por el salvaje pasadizo ajardinado de la casa, pero lo llamo con fuerza enseguida. Hay decenas de jeringuillas usadas plantadas junto a los arbustos. Dejo al perro y me despido de la chica. Apenas la veo diez minutos cada semana; así llevamos casi diez años. Compro los periódicos en el quiosco de siempre, y veo que ofrecen en dvd la película de John Ford My darling Clementine, el western que hace ya muchos años Mario Camus me confesó que era su película preferida. Enseguida me viene a la mente la sublime escena en la que un actor borracho recita el monólogo de Hamlet en el interior de un saloon, rodeado de pistoleros. Compro la película. La municipalidad está arreglando el entorno de la iglesia de los jesuitas, y el árbol gigantesco que daba sombra y color al pequeño parque de al lado ha desaparecido. Los vecinos lo comentan. Como todos los jueves, leo los periódicos sentado en una mesa solitaria de la chocolatería Áliva. Me gusta tener en la boca el sabor de los churros y el café mientras leo las noticias sobre libros, música, teatro y cine de El cultural. Paso un momento por la librería Gil. La dependienta chilena me cuenta en cuatro trazos sus vacaciones en Egipto. Subo al despacho. Leo los correos electrónicos: tengo uno graciosísimo de Álvaro Pombo. A lo largo de la mañana leo y contesto cartas, atiendo visitas y consultas, llamadas telefónicas, escribo el comienzo del blog diario, repaso los apuntes de la clase que me espera, preparo las diapositivas en power point para la clase, escribo parte de la conferencia que debo dar en breve en el Museo de Bellas Artes, corrijo pruebas de una revista y un libro... Cojo un taxi y me voy a dar la clase. No me sale mal. Estoy contento. Hoy hemos terminado el bloque dedicado a la Guerra Fría: el sistema bipolar, la guerra civil en China, la división de Alemania, la crisis de los misiles de 1962, los países no alineados, la OTAN, el Pacto de Varsovia, la guerra de Corea, la guerra de Vietnam... Regreso andando al despacho atravesando el túnel de Tetúan. Luce el sol y a lo lejos veo cómo se mueven los mástiles de los veleros atracados en Puertochico. La llamo a ella. Sí, ya está en Sevilla, y le espera un día ajetreado viendo locales para abrir un local de la empresa vasca en la que trabaja. En el despacho compruebo otra vez el correo electrónico, contesto a Álvaro Pombo, avanzo con el blog y la conferencia, y limpio un haiku nuevo que me ha pedido Paz Gil, la librera, para publicarlo en un señalador, detalle navideño de la empresa. Me llama el director del Museo de Bellas Artes, mi amigo Salvador Carretero. Acaba de llegar a Madrid, va a montar en el Círculo de Bellas Artes una exposición sobre el célebre conocido de arte Miguel Logroño. No, el sábado no irá al fútbol. Voy andando a casa de mi madre, dispuesto a comer. No está. Se ha ido a comer con sus amigas a un restaurante de la ciudad, pero me lo ha dejado todo preparado. Como, repaso los periódicos y enciendo la televisión. En TCM acaba de empezar Vértigo, la película de Hitchcock. La veo entera. La rocambolesca solución final de la película nunca me ha interesado, pero los tres primeros cuartos de hora de la película no sólo me parecen de lo mejor de Hitchcock, sino de lo mejor de la historia del cine. Subo a casa. En el buzón tengo las primeras felicitaciones navideñas institucionales: el Instituto Cervantes, el Círculo de Bellas Artes, la Fundación Santillana, la Fundación Gerardo Diego, el Parlamento y la Universidad de Cantabria... Tomo el cuarto café del día, leo más capítulos de la biografía de mi baronesa, descubro que a la chica que limpia se le ha descolgado una pintura del gallego Xesús Vázquez que tengo en el cuarto de estar, y recibo la llamada de una amiga, diputada del PP por Valladolid. Quiere que le dé ideas para una presentación de un libro que tiene que hacer en su ciudad. Me pregunta por Carmen Balcells, por Wagner, Tolkien, Ediciones B... Otro paseo con Miller, que lo husmea con sorpresa todo, como si el mundo se hubiera transformado en unas pocas horas. Bajo de nuevo al despacho. Pongo punto final al blog y lo edito. Más visitas y consultas, pongo remate al haiku y avanzo una líneas en la conferencia o lectura que preparo. Hablo con el reciente premio de poesía Loewe, Juan Antonio González Iglesias, que va en tren a Palencia. Bajo a la librería y le doy el haiku a Paz. Me entretengo pasándole la mano a algunos libros y compro la preciosa edición que se ha editado con todas las letras de las canciones de Silvio Rodríguez. Es un regalo para ella, un poco de leña al fuego de su educación sentimental. Voy casi corriendo a la radio, a la cadena Ser en Santander. Llego como casi siempre tarde. Ya están todos los amigos tertulianos sentados junto a sus micrófonos. Empieza el programa, y la moderadora nos pregunta por la polémica en torno a Leo Bassi. El italiano va a representar en la Muestra de Teatro que desde hace dos décadas organiza en la ciudad mi amigo Paco Valcarce, la obra La revelación. En La revelación, al parecer, Leo Bassi se mofa de la iglesia, y entre otros gags de tono supuestamente irreverente, sale a escena con una copa, que semeja un cáliz, llena de condones. Entra en directo una periodista que ha ido a la rueda de prensa que acaba de dar el actor, y se escucha de fondo un sonido de protestas, silbidos... La periodista cuenta que han sido recibidos por unas doscientas personas cargadas de pancartas y estampitas y que, entre zarandeos e insultos, les han llamado “fascistas”. Bassi ha declarado que está siendo utilizado como arma arrojadiza por un partido que no ha ganado las elecciones contra otro que sí las ganó. En la tertulia me entero de que los furibundos católicos han repartido incluso pasquines, y que han amenazado a las instituciones programadoras y subvencionadoras del acto. Hablamos de la censura, de los dineros públicos, del integrismo católico... Nos enteramos de que la función se ha trasladado a otra sala de la ciudad, con más capacidad, que ya se han vendido todas las entradas, y que una horda de católicos, apostólicos y romanos hacen guardia ante el teatro para montar un escándalo. Acaba la tertulia, y acompaño a mi amiga tertuliana hasta su casa: gran parte de su familia milita y tiene cargos directivos en el PSOE. Voy corriendo al Ateneo, donde un buen amigo presenta su último libro, una historia de los vascos y catalanes más destacados en la historia de España. La presentación la organiza una fundación para mí desconocida: la que defiende la nación española. Llegó casi al terminar el acto. Bastante público en la sala pero no llena. Entre los asistentes distingo a algunos políticos conservadores locales, y a algún profesional liberal con los colores de la bandera de España en los tirantes. Acaba la presentación y sin despedirme salgo zumbando. Son más de las nueve de la noche. Cojo un taxi y voy a uno de los restaurantes más lujosos y bonitos de la ciudad. Está situado en una de las “zonas nobles”, cerca del Hotel Real, donde el taxista me explica que también han dejado las aceras sin los centenarios pinos que las presidían. Era la antigua mansión de un armador, y ahora sus descendientes la han transformado en restaurante de lujo, con su aire tan británico y su césped tan verde, sedoso y fino. Ella me llama. Ya está otra vez en el aeropuerto de Bilbao, agotada y deseando que llegue el fin de semana. En el restaurante se celebra un cóctel, una fiesta para conmemorar la década de vida de una editorial regional. En una gran mesa están todos los libros editados, hay copas de vino y cava en las manos de los numerosos asistentes. Para conmemorar el cumpleaños, la editorial ha editado un librito con poemas de un buen amigo y buen poeta. Todos tenemos un librito en las manos. Bandejas con exquisiteces deambula por la gran sala. Hay corrillos formados, y el editor va de grupo en grupo saludando. Veo a fotógrafos y fotógrafas, a poetas y escritores, a pintores, diseñadores, periodistas, profesores de la universidad, empresarios... Hablo un largo rato con el cónsul de Dinamarca en Santander, luego con una profesora de historia del arte, luego con un conocido economista, luego con el director del Museo Marítimo, luego con... Finalmente me tropiezo con un viejo amigo, exfutbolista, que alto y fibroso, destaca entre todos los asistentes, vestido con un largo abrigo de astracán y un gorro peludo como el que llevaba Atila, rey de los Hunos, al acercarse a Roma. A las doce se acaban las charlas, y un amigo matemático nos lleva a un amigo poeta y a mí al centro de la ciudad. Me bajo del coche, nos despedimos y siento la punzada del hambre en el estómago. Voy a la plaza de Pombo y compro un perrito caliente en el puesto móvil que desde hace décadas atempera las hambres noctámbulas de los santanderinos. Está el tipo que por las mañanas trabaja en Hacienda y por las tardes-noches vende salchichas entre pan. Está muy contento porque, me dice, le acaban de entregar un piso de protección oficial. Andando poco a poco se acerca el dueño del chiringuito. Es un hombre de más de setenta años, con aspecto de vienés reciclado, y lleva vendiendo perritos en la misma furgoneta desde hace al menos 35 años. Le pregunto por él al más joven, y éste me dice que el anciano está forrado, que es dueño de al menos ocho pisos repartidos por la ciudad, pero que así todo, sigue vendiendo perritos los fines de semana hasta las cinco o las seis de la mañana. Ya estamos los tres reunidos. Y cuando le pego el primer bocado a la salchicha, el joven me pregunta si sé algo del follón de Leo Bassi. No puedo terciar palabra. Entre el joven y el viejo aniquilan al italiano, y claman por la dignidad católica, el castigo a las irreverencias, la quema de herejes, y dan varios vivas por la educación en colegios de monjas y frailes. Perplejo ante la violencia de las opiniones, me alejo poco a poco, reflexionando sobre las nimiedades que pueden convertir a una persona en principio normal, en un ser con capacidad de hacer daño más allá de la autodefensa. Y traslado esa reflexión al campo social, al de la sociedad, al de las masas, capaces de manifestarse y movilizarse para que un actor no haga su función, e incapaces, por ejemplo, de hacer lo mismo por la mejora de sus calles, de sus plazas..., por la mejora de la actividad política ciudadana. Llego por fin a casa. Miller me hace todas las fiestas habidas y por haber, y lo bajo a dar un breve paseo por los alrededores. Leo los poemas de mi amigo (me gustan), leo unas cuantas páginas más de la biografía de mi ya amiga la baronesa, y tomo un vaso de leche caliente. Es ya de madrugada y todo está en un silencio que sólo rompe el cantar afónico de un gallo inoportuno. Me asomo a la ventana. Los tejados de la ciudad se desparraman desde mi altura. Las luces doradas iluminan las fachadas, y en el agua de la piscina azul del jardín que queda abajo, flota un Papa Noel hinchado. Un barco surca lento las aguas de la bahía, las luces de dos aviones se cruzan en la negrura de la noche, y la silueta conocida de la montaña de Peña Cabarga se recorta tenue al final del horizonte. Unas pocas estrellas tililan frías en el cielo espeso que ha contemplado este día.

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    Monday,18 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Claire Goll, poesía, orgasmos tardíos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,305 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Yvan Goll era el pseudónimo utilizado por el escritor judío alemán Isaac Lang, quien nació en Saint-Dié-des-Vosges, en 1891, y murió en la localidad francesa de Neully en el año 1950. Yvan Goll abandonó definitivamente Alemania tras el ascenso al poder de los nazis de Adolf Hitler, instalándose en París y escribiendo a partir de entonces preferentemente en el idioma de su país de adopción. Goll escribió novelas (El eurococo –1927–, Lucifer envejece –1934–), obras de teatro (Matusalén o el eterno burgués –1922–) y poesía. Como cultivador de este último género es por lo que Goll ha pasado a la historia de la literatura del siglo XX. A él debemos algunos títulos destacados (El nuevo Orfeo –1918–, La torre Eiffel –1924–, Canciones malayas –1936–, o el póstumo Hierba de sueño –1951–), aunque la que es considerada su obra maestra es Juan sin Tierra (1936-1944), ciclo de baladas en el que cuenta su experiencia de expatriado con la forma de una mitología narrativa caracterizada por dos rasgos predominantes: los propios de la escritura popular y los de la expresionista.

    Pero si ahora traigo al señor Goll hasta este espacio que Trasdós me brinda, no es por su más o menos reconocida importancia literaria, sino por haber sido el marido de la un tanto oscura escritora Claire Goll (1890-1977), autora entre otras obras de un divertido y estupendo libro de memorias, A la caza del viento, en el que él desempeña un destacado papel protagonista.

    Y si comento aquí estas memorias es porque en ellas la señora Goll repasa con clara intención crítica y desacralizadora sus muchos años vividos en París en contacto directo y permanente con los grandes artistas y escritores de la época. Dicha intención queda perfectamente expresada en la cita proveniente del Eclesiastés que abre el volumen: “Vanidad de vanidades... Todo es vanidad y caza de viento”. Sí, para Claire Goll todo aquel mundo artístico parisino estaba dominado por la vanidad de sus protagonistas, fueran estos grandes o pequeños. “He conocido a grandes hombres –escribe Claire Goll–, genios incluso: Joyce, Malraux, Saint-John Perse, Henry Miller, Picasso, Chagall, Maiakovski, Rainer Maria Rilke, Montherlant, Cocteau, Dalí, Jung, Antonin Artaud, Lehmbruck, Brancusi... El rasgo dominante, en la mayoría de ellos, era el fanatismo helado y la cerrazón”. Fanatismo y cerrazón, añado yo, sustentados sobre una vanidad desmesurada: esa es la tesis que al respecto defiende la escritora en A la caza del viento.

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    Claire Goll

    Escribir un libro de más de 300 páginas para llegar a esta simple conclusión, parece en principio además de una tontería, una perfecta pérdida de tiempo. Pero es que la clave del interés del libro no es la conclusión a la que finalmente en él se llega, sino el camino, la forma por la que se llega. Claire Goll plasma sus recuerdos desde su directa relación personal e intransferible con los hechos y las personas que los protagonizan, dejando a un lado, en la medida que eso es posible, la ingente y en ocasiones mítica carga de datos y valoraciones ajenas que pesan sobre los mismos, y que el tiempo se encarga de acumular en densas capas unas sobre otras. Ella misma lo aclara con suma precisión: “El tiempo vivido no se corresponde con la perspectiva del recuerdo, ni con la cámara oscura de la Historia”.

    Por ejemplo, Claire Goll señala que en 1917, en Suiza, no existía Dadá, e inmediatamente se preocupa en decirnos que los profesores del arte y la cultura, para rebatir tan tonta afirmación desmentida hasta por el más incompleto de los libros de historia, nos pondrán delante los nombres de Tristan Tzara o de Arp, y es que, aclara inmediatamente Goll, la verdad de los profesores se apoya en el capítulo cerrado de la historia, en la obra concluida, y ella lo hace sólo en su experiencia personal.

    Cuando ella vivía en Zúrich, subraya, no había nada más que dadaístas en ciernes, jóvenes que deseaban “ardientemente ser poetas, pintores, escritores, pero no estábamos seguros de haber dado con el medio de traducir nuestras emociones. Los cuadros, libros, manifiestos eran tentativas, apuestas. Todos queríamos romper los grilletes de la estética, sacudirnos el peso de la tradición, luchar contra la mentira de los libros superfluos, pero jamás se nos habría pasado por la cabeza considerar nuestras obras como realizaciones definitivas dignas del museo o de la biblioteca del futuro”.

    De ese modo el Picasso del que habla Goll no tiene mucho que ver con el que aparece en la monumental obra de Richardson; Paul Celan no es más que quien intentó violarla en la época de la enfermedad de su marido; Chagall aparece revelado como un compañero perfecto de viaje, divertido y gran conversador; Kokoschka es un personaje terrorífico, una fiera lanzada sobre la tela contra la que libera toda su energía... Y así desfilan por las páginas de esta hermosa edición de la editorial valenciana Pre-Textos decenas de célebres artistas y literatos, caricaturizados sin piedad por esta increible mujer que a pesar de su vitriólica mirada, paradójicamente, jamás renunció a vivir en el mundo en el que sus vanidosos amigos reinaban, y eso que Claire Goll tuvo el suficiente tiempo, fuerza y curiosidad como para cambiar de vida, idénticas condiciones de salud y disponibilidad vital que según ella le llevaron a disfrutar de su primer orgasmo cumplidos los setenta y seis años. Me alegro por ella, aunque nunca fui muy receptivo a los milagros.

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    Friday,15 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Radamés canta con jeans, o una noche en la ópera]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,304 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Me gusta muchísimo la ópera. En mi opinión es uno de los artefactos y artificios artísticos más divertidos y estimulantes de los que existen. No, no tengo en casa una discoteca especializada. Debo haber logrado reunir discos con un centenar de títulos distintos solamente, aunque también tengo algunos repetidos: Aida, Carmen, Traviata, Bodas de Fígaro, Pagliacci, Un ballo in maschera, Don Giovanni, Flauta mágica...

    Viviendo en Santander es comprensible que tampoco haya visto mucha ópera en directo, aunque dadas las circunstancias, no creo poder quejarme, al menos no del todo. Sin moverte de la tranquilas aguas de la bahía, he podido escuchar en vivo y en directo a Teresa Berganza, Monserrat Caballé, Juan Diego Flórez, Mirella Freni, Barbara Hendricks, Renée Fleming, Angela Gheorghiu, Roberto Alagna, Simon Estes, Roberto Scanduzzi, Juan Pons, Piero Capuccilli, Vincenzo La Scola, Carlos Álvarez, Samuel Ramey, Nicolai Ghiaurov, Aquiles Machado, Giovanna Casolla, Paolo Gavanelli, Violeta Urmana, Rolando Panerai..., cantantes todos ellos, en sus diversas cuerdas, que no les serán del todo desconocidos a cualquier aficionado a la ópera del último medio siglo, incluso a muchas personas que nada saben de ópera.

    Además he tenido también la fortuna de ver magníficas puestas en escena de profesionales tan prestigiosos como Franco Zeffirelli, Gian-Carlo del Monaco o Lindsay Kemp o Boris Eiffman.

    Uno de los sueños que tengo apuntados en mi cuaderno de bitácora sentimental, es el de ir a escuchar una ópera en un gran teatro del mundo, aunque sólo sea una vez en mi vida. Y puestos a elegir, creo que no escogería ni Nueva York, ni París (en cuyo Palacio Garnier sí he estado, aunque de visita), ni Viena, ni Berlín, ni Londres, ni Bruselas, ni Munich, ni Ámsterdam, ni Lisboa, ni San Francisco, ni Chicago, ni Moscú (en cuyo Bolshoi también he estado, aunque disfrutando de un ballet), ni Madrid, ni Barcelona, ni Buenos Aires... Insisto, si pudiera elegir escogería un teatro italiano, y dentro de dicha opción, el Teatro alla Scala de Milán.

    La razón tiene varios elementos que la explican. Me encanta Italia. Por encima de todas las demás, me apasiona la ópera italiana. Dentro de la ópera italiana, y de todas las óperas, canten en el idioma que canten, mi autor predilecto a años luz de distancia de los demás es Giuseppe Verdi (algún día me animaré a explicarles el por qué). En el gran teatro milanés, Verdi estrenó varias de sus óperas, entre ellas Otello, una de mis presentes debilidades. Y por último, cuando lo he hablado incluso con profesionales de la ópera, todos me cuenta que en Italia, en los teatros italianos, la ópera se vive como un asunto personal, un asunto de familia en el que se permiten muy pocas bromas.

    Si en mi sueño pudiera también elegir la fecha de la audición alucinatoria, apuesto a que me decantaría sin muchos preámbulos por alguna semejante a la que estamos viviendo ahora. Es decir, en el inicio de la temporada operística milanesa, muy cercanas ya nuestras Navidades.

    Me veo a mí mismo caminando por las calles de Milán enfundado en un buen abrigo, con ella preciosa del brazo, y con el espíritu cargado hasta arriba de ilusión por asistir a un espectáculo que hace galopar mi corazón.

    Este sueño que aquí comento, crece de manera exponencial y se adorna con miles de detalles cuando leo y escucho noticias como la siguiente. Hace tan sólo unos días, en las representaciones de Aida que abren este año la temporada 2006-2007 de la Scala, con el maestro Ricardo Chailly dirigiendo la orquesta en el foso, el famoso tenor francés Roberto Alagna, representando el papel protagonista de Radamés, abandonó el escenario a los pocos minutos de comenzar la ópera, cuando iniciaba su presentación en escena con la complejísima y archifamosa Celeste Aida.

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    El tenor Roberto Alagna cantando Aida (vestido de Radamés)

    Justo en el momento en el que tenor acababa de atacar los primeros momentos de la dificultosa pieza, el público del gallinero empezó a silbarle y a patear su canto, y él, ni corto ni perezoso, mandó a todos (público, compañeros, músicos, directivos del teatro...), a freír espárragos, he indignado ante los abucheos y comentarios despectivos, hizo mutis por el foro, nunca mejor dicho.

    Ante la morrocotuda sorpresa y el casi divertido escándalo, la dirección del teatro recurrió al desconocido suplente, quien ataviado con sus pantalones vaqueros y una simple camiseta negra, hizo de heroico y enamorado militar egipcio durante prácticamente toda la función. Pitos, silbidos, aplausos se mezclaron al comienzo de la sustitución, pero cuando cayó el telón, el público aplaudió de corrido durante casi diez minutos.

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    El debut de Roberto Alagna en Santander, en el año 2000, cantando Pagliacci

    ¡¡¡Qué hubiera dado por estar allí esa noche!!!

    El divo tenor Alagna, a quien he escuchado cantar en dos ocasiones, una de ellas en su estupendo debut mundial en el papel protagonista de Pagliacci en Santander, parece haber adquirido parecidos vicios a los de su señora esposa, la soprano estrella de la actualidad Angela Ghiorghiu, a la que también he oído cantar en dos ocasiones (espléndidamente lo reconozco), y a quien ustedes quizá recuerden porque hace dos o tres temporadas dejó plantado al Real de Madrid en una Traviata porque no le gustaba nada la puesta en escena.

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    En la cubierta del disco, el tenor Roberto Alagna y su mujer, la soprano Angela Gheorhiu

    Divos y divas, caprichos, enfados, silbidos, pataleos, polémicas, Radamés en pantalón vaquero, Celeste Aida, aplausos, pasión, bronca, música, canto, una noche en la Scala con los Marx... Pero eso también es la ópera, mi sueño de una noche de diciembre en Milán, a la sombra hermosa de Verdi y con las fanfarrias de un Egipto mítico como banda sonora.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Thursday,14 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Pinochet]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,302 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Nada más regresar de Madrid a Santander tras el fin de semana, me entero de la noticia escuchando la radio ya por la noche y metido plácidamente en la cama: Pinochet ha muerto. Coincide la nueva con el inicio en la clase de historia contemporánea del tema dedicado a la Guerra Fría y el mundo bipolar, y algún alumno avispado me pregunta al comenzar el lunes la clase si el personaje tenía algo que ver con lo que estamos estudiando ahora mismo en el temario.

    Le explico que obviamente sí, y que tras la Segunda Guerra Mundial, las dos grandes potencias vencedoras, los EE.UU. y la URSS, se repartieron el mundo casi como si de un tablero de ajedrez se tratara. Cada potencia movía las fichas de un determinado color, y no permitía que la otra ganase con sus movimientos cuadrados del tablero geográfico mundial. Los EE.UU. lideraban el primer mundo, el capitalista occidental con democracias parlamentarias liberales. La URSS lideraba el segundo mundo, el de los países de órbita socialista, y el resto del globo, el tercer mundo, el conformado por países dependientes y subdesarrollados, quedaba al albur de las estrategias de los otros bloques.

    En el tácito reparto, todo el continente americano quedó bajo la custodia ideológica, política y económica de los EE.UU. De ahí el enorme revés que para la política norteamericana supuso la llegada al poder en Cuba de Fidel Castro (un peón o alfil de los soviéticos colocado a tiro de piedra y de misil de las playas de Miami), y la determinación que desde entonces registró cualquier administración norteamericana: no permitir bajo ninguna circunstancia otra aventura socialista de envergadura en los cuadrados del tablero bajo su sombra.

    La aventura socialista y populista de Salvador Allende en el Chile de los años setenta del siglo XX, fue visto por la política exterior norteamericana como un nuevo intento del principal enemigo ideológico de su sistema por asentarse en su cercanía geográfica, y por extenderse desde allí a otras latitudes, a otros cuadrados del tablero americano: Perú, Nicaragua, Bolivia, etc...

    El apoyo directo al golpe del general Pinochet era el movimiento lógico y predecible de la gran partida que se estaba jugando entonces. Los EE.UU debían mover ficha para comerse el alfil o peón del contrincante, para evitar que esa pieza del contrario se enquistase en sus dominios, en su territorio de influencia. Y la pieza fue movida. La pieza se llamó Pinochet, o mejor dicho, cúpula militar chilena. La eficacia del movimiento fue la precisa, la justa y necesaria para lograr el objetivo. Se comieron a la pieza Allende y el país chileno quedó de nuevo asegurado como espacio amigo, como terreno de juego propio.

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    Augusto Pinochet Ugarte y Salvador Allende

    Pinochet, una de las piezas norteamericanas en el tablero de ajedrez de la Guerra Fría, ha muerto de viejo, lo han matado los días. Castro, la pieza soviética de la misma partida ajedrez, está a punto a punto de sucumbir a sus días, al peso ya insoportable para sus viejas carnes del uniforme verde oliva y las barbas chivescas.

    Los dos sucumbirán en la cama, rodeados de parientes y amigos-enemigos. Los dos fueron piezas importantes de una partida que ya hace décadas se dejó de jugar, que fue abandonada por incomparecencia de uno de los contrincantes, la URSS, que a golpe de talón y razón iba recuperando sus antiguos ropajes, los de la Rusia de la toda la vida.

    Pinochet y Castro son parte de esos juguetes viejos que ya no sirven para que los niños nuevos se entretengan. Son, eran, piezas arrumbadas en el desván de la historia, de la historia de un siglo que ya pasó a los libros con el sonido viejo de las campanadas de un año nuevo, de un siglo nuevo que además llamaba a la puerta invitando a beber con burbujas Freixenet.

    Pinochet ha muerto. Y veo en la pantalla de televisión el desfile de fieles e infieles ante el ataúd que guarda su viejo cadáver. Un desfile interminable, una cola larga y larga de gentes que miran en su cajita al juguete roto y desmadejado, sin pilas ni mecanismo. Algunos lloran la pasar, otros observan para asegurarse de que el muñeco no se levantará más, muchos para contemplar la última y negra historia de su país metida en una caja, en una caja sin música posible.

    Y me vienen a la memoria escenas muy parecidas de un invierno español, el de 1975. Jamás podré olvidarme a mí mismo sentado en el sofá del pequeño cuarto de estar del piso de mis padres, viendo la televisión en blanco y negro, viendo como miles, como cientos de miles de españoles desfilaban llorando, enlutados, algunos con el brazo en alto y la mano abierta, ante la cajita de madera que contenía los restos del juguete roto y descosido que era el general Franco tras 40 años ininterrumpidos de uso y abuso.

    Y jamás podré olvidar, jamás de los jamases mientras viva, la figura de la pobre Lucía, una señoruca mayor que trabajaba en casa de mis padres, vivaracha y escuálida, con el poco pelo ya desparramado en ricitos pobres y enclenques sobre la frente, que apoyada en el quicio de la puerta del salón, contemplaba también el desfile mortuorio televisado, y de vez en cuando hipaba en llanto, y con el mantel medio sucio con la harina de rebozar, se secaba las lágrimas más abundantes que nunca he visto derramar por el paso ineludible de la historia.

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    Wednesday,13 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Fin de semana en Madrid]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,301 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hemos pasado buena parte del largo fin de semana en Madrid. Hacía ya muchos meses que no caía por la capital del Reino, y estos días de asueto, sin clases que impartir ni ninguna otra obligación muy perentoria a la vista, me empujaron al viaje, al cambio de rutina y de ambiente.

    Nada más llegar, y una vez dejado el coche a buen recaudo, todo pareció torcerse, tornarse negrura agria y malos augurios. En la recepción del hotel, situado en la calle del Prado, a tiro de piedra de la carrera de San Jerónimo, nos indicaron que, debido a un problema que nunca se especificó, y a pesar de tener la habitación pagada desde hacía una semana, no podíamos alojarnos esa noche. Eso sí, nos propusieron una solución que pensaron iba a complacernos: una habitación ya reservada a nuestro nombre en el cercanísimo Hotel Palace. Y de repente, como por ensalmo, todo volvió a iluminarse para nosotros.

    Puestas así la cosas, la vida no pareció pintarme mal. Tenía por delante todo un fin de semana en Madrid con un mujer estupenda, una habitación en el Palace, el bolsillo medio lleno, y un programa de actividades bastante completo y variado: visitas al Prado, al Thyssen, a la Fundación March para ver la exposición de Gustav Klimt, a la Residencia de Estudiantes para ver la exposición sobre Juan Ramón Jiménez, a un restaurante senegalés de Chueca, a un restaurante de diseño en la calle Esproceda, a las tiendas más sofisticadas e inasequibles de Serrano y Ortega y Gasset, a la Fnac, a la Casa del Libro, al café de Oriente, a la Plaza Mayor y al Madrid de los Austrias…

    No había tiempo que perder. Así que salimos dispuestos a caminar sin parar y a disfrutar del ambiente navideño de la gran ciudad, con las calles principales iluminadas de manera profusa y un ambiente festivo que casi podía amasarse, retorcerse con las propias manos.

    Paseando por la Plaza Mayor y su entorno, por la Gran Vía, por Alcalá, la Castellana, el barrio de Salamanca, el barrio de las Letras, Chueca..., me asaltó una certidumbre que hasta ese mismo instante no había sentido nunca antes, en visitas anteriores: estaba recorriendo el motor de España, la máquina principal y más potente que hace que esto que llamamos nuestro país se mueva, avance hacia algún lugar concreto. Me sentí de repente como el Charlot que en la película Tiempos Modernos es engullido, atrapado por el mecanismo metálico y eficaz de un artefacto que produce, que insta al movimiento, que consume, que mueve con enorme fuerza piezas incluso minúsculas e invisibles que no se ven pero se intuyen.

    La velocidad de crucero de la gran ciudad madrileña es inasible, produce un vértigo interno que te invita a ser activo, a producir, a no estarte parado ni pensativo, a no ser ocioso. Es Madrid, indudablemente, la punta de lanza que le abre paso al resto de España por los espacios difíciles de la Modernidad. Madrid es el laboratorio en el que se mezclan los ingredientes químicos y metafísicos que segregan la sustancia de lo que somos, o de lo que acabaremos siendo todos algún día por estas geografías hispanas. Madrid es el espejo en el que el mundo se mira para reflejarse con colores y sabores hispanos. Es Madrid la locomotora del tren, el potente rompehielos que va abriendo paso al resto de lo español por entre los hielos ásperos y blancos de lo por venir, de lo por llegar, de lo que se cuece y cultiva en otras latitudes más curiosas afines a las probaturas, a los intentos.

    La sensación de pequeñez personal es elocuente en Madrid, te habla directamente a los oídos, aunque no tienes mucho tiempo para comprender el mensaje, pues la corriente te embarca en una aventura en la que nadie te pregunta si quieres participar, si es la tuya personal e intransferible, o es la que comparte a la fuerza la ingente masa multirracial que se mueve al galope por las aceras sin osos ni madroños.

    Pero el axioma, la gregería, la conclusión a la que he llegado en esta fulgurante y fascinante visita a los madriles rutilantes por la iluminación navideña, es que si en España pretendes estar, debes estar en Madrid, no hay otras posibilidades, otros vericuetos.

    Fíjense bien que entre el ser y el estar he optado en la descripción por el estar, pues es evidente que para ser, basta con la vastedad infinita de uno mismo, pero para estar necesitas un espacio, un escenario en el que actuar, en el que proyectar tu estar singular e intransferible, en el que vestirlo o disfrazarlo buscando su expansión, su puesta en escena.

    Se puede ser en la infinitud de lo minúsculo, en la gota de agua que calma una sed, o inunda un espíritu. Pero sólo se puede estar de verdad donde debe estarse, donde están todos los que están, aunque quizá no todos los que están sean, es decir, disfruten de la posibilidad real de ser, de ser ellos, y no otros. Así Madrid, en España, es ante todo una opción, es por antonomasia el campo de la opción, posiblemente dramática, entre el ser y el estar.

    Claro que si le damos la vuelta a la tortilla, debemos concluir que el resto de España (alucinaciones nacionalistas y protoautonómicas y mineralizantes a un lado) también es una opción, pero la opción que dificulta la posibilidad de estar, con lo que Madrid es, a todas luces, la opción más completa, la que permite con suerte ser y estar. De ahí que en España o en español, el famoso y manido monólogo de Hamlet, haya que modificarlo de la siguiente manera “Ser o estar, esa es la cuestión”, y la cuestión, si es estar, sólo se resuelve convenientemente en Madrid.

    Claro que recurriendo a otro clásico, debemos decir también que la vida es sueño, y que el hermoso sueño que he vivido este fin de semana en Madrid, me ha convencido definitivamente de que al menos yo, dado mi carácter y mis circunstancias, para soñar, no debo estar, y para ser, tampoco debo entregarme al afán de estar.

    De Madrid no se va al cielo, sino al estar, que para muchos, claro, es el cielo. Aunque a esta conclusión yo haya llegado, durante un inolvidable fin de semana, contemplando a mi vez otro cielo: el cielo artesonado de un baño crepuscular de una habitación del madrileño Hotel Palace. ______________________________________________________________________
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    Tuesday,12 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[4 haikus muy particulares]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,300 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace ya unas cuantas unas semanas me llamó por teléfono desde Madrid el poeta Guillermo López Gallego, a quien ya debemos, entre otros trabajos, la coedición de la antología 25 poetas jóvenes españoles (Hiperión, 2003), propuesta mayúscula y eficaz en cuanto al tema se refiere.

    Ahora Guillermo está preparando, junto a otros antólogos, una antología del haiku en español, de ahí su llamada, pues quiere que yo participe en ella, aportando tres o cuatro haikus de mi particular cosecha. Quizá Guillermo pensó en mí para tal aventura porque tengo tendencia a escribir poemas breves, pero jamás había escrito un haiku, al menos en un intento de versión canónica en su adaptación española.

    Pero es probable que haya que aclarar primero qué es un haiku, pues desde luego no es obligatorio para ningún lector de esta página el estar al tanto de tal modalidad poética. Un haiku es una composición poética de la tradición japonesa, que se estructura en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, sin rima. Suele contener una palabra clave denominada kigo, que indica la estación del año a la que se refiere el poema. Tradicionalmente el haiku, así como otras composiciones poéticas del japonés, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente.

    El haiku tiene algunas reglas preestablecidas, pero éstas son consideradas arbitrarias y muchos poetas las rompen, especialmente cuando el haiku es adaptado a otros idiomas. Algunas de estas reglas son que el haiku debe combinar dos imágenes distintas que se relacionen con el tercer verso, debe estar escrito en presente y tener una pausa, conocida como kireji, al final de uno de los dos primeros versos.

    Bueno, pues más o menos aclarado qué es un haiku, y quedando ya constancia de que su uso en otros idiomas no se adapta con rigidez a la natural esencia de la forma tradicional y originaria del país del Sol naciente, les adelantaré que acepté la propuesta de Guillermo López Gallego, y que llevo semanas afanado en dibujar cuatro haikus que, al menos, no se alejen en exceso de lo que deberían ser para ser considerados aceptables.

    Adelantaré que he soportado con férrea entereza la enorme tentación de echar un vistazo al imprescindible libro de Yoel Hoffmann, verdadero compendio del haiku que tradujo mi buen amigo el poeta Eduardo Moga, Poemas japoneses a la muerte (DVD, Barcelona, 2001), para que mi singular esfuerzo diera un resultado lo más personal y espontáneo posible.

    No sé si he superado el reto que me propuso Guillermo, al menos puedo aducir que lo he intentado con perseverancia y ahínco de alguna ley. El resultado se lo ofrezco a ustedes en primicia. Sepan disculpar las molestias:

    Allá de mi voz,
    vencejo y nube blanca
    bajo su sombra

    Limbo de altura,
    oscura espina seca:
    triste vencejo

    Tela de araña:
    hálito de eternidad,
    toque de queda

    Silencio en la voz,
    frontera más abismo,
    límite por luz

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    Monday,11 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Un vestido de Audrey Hepburn para los pobres de Calcuta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,299 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Coincidiendo en el tiempo con la publicación en español de la biografía de la actriz Audrey Hepburn, escrita por el especialista en biografías Donald Spoto (Lumen, Barcelona, 2006), llega la noticia de que en Londres, la casa Christie’s, le ha vendido en subasta pública a un pujante anónimo, y por la nada despreciable cantidad de 691.550 euros, el vestido negro creado por el diseñador Givenchy que la actriz lucía (luce) en las primeras escenas (títulos de crédito si no recuerdo mal) de la conocida película de Blake Edwards Desayuno con diamantes (1961).

    El montante de la operación irá destinado a ayudar a las gente más pobre de Calcuta, con lo que parece que el círculo del glamour subastado se cierra con una buena y caritativa acción.

    La guapa y delgadísima Hepburn, quien a todas luces no hubiera desfilado luciendo palmito y vestidos este año en la Pasarela Cibeles, la verdad es que bordó en la película el papel de Holly Golightly, el personaje creado por el casi seimpre excesivo Truman Capote, y por el que siempre será recordada, puro icono cinematográfico de la elegancia y la nueva mujer que emergía ya haciendo cola para cambiar de papel sexual tras la revolución parisina y californiana del 68.

    El personaje interpretado por la Hepburn y escrito por Capote, Holly Golightly, es una especie de Traviata verdiana, pero más sana, neoyorkina, cantante de canciones empalagosas y relamidas (me dan ganas de patear a Henry Mancini cada vez que escucho en un ascensor su Moon river), y con un gran sueño metido en la cabeza: ser algún día buena clienta de Tiffany, es decir, ser rica, sueño nada original, por otra parte, y que tienen en mente la mayoría de los mortales, al menos los que pagamos hipoteca, llegamos justitos a fin de mes, y no tenemos para cambiar de coche.

    La señorita Golightly, epítome del sueño americano inventado por un listo snob al que casi siempre le dieron gato por liebre, no duda en venderse con tal de poder comprar en Tiffany, sólo que, imposición de la industria hollywoodiense, al final se redime, al menos mientras dura el plano con The end, por el amor de un pobre escritor, elemento que a su vez no vivía del todo mal vendiéndose a una rica exitosa y madurita diseñadora. Vamos, la Comedia humana del señor Balzac, sólo que ambientada en el Nueva York de comienzos de los Sesenta, o en el París de los Setenta, o en la Marbella del siglo XXI, y es que como decían los antiguos romanos, no hay nada nuevo bajo el sol.

    Así que de encarnar el sueño americano-occidental, materializado contundentemente en una joven vestida de lujoso luto y decidida a prostituirse para poder comprar en la joyería de una esquina de Nueva York, pasamos ahora a vender por teléfono el carísimo luto de la prostituta para que puedan comer una larga temporada los pobres de Calcuta.

    Pobre Marx, don Karl, que ciego estuvo siempre ante las tretas fabulosas e insospechadas del capitalismo para sobrevivirse, incluso ante sus más evidentes miserias, y hacerlo además, reconozcámoslo, con un glorioso toque de sofisticación y preciosismo.

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    Friday,8 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Un pintor llamado Balthus]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,298 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En el año 1965 el crítico de arte John Russell pidió al conde Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001), más conocido por el seudónimo Balthus, que le contase algunos detalles de su vida personal destinados a enriquecer la presentación de un catálogo que iba a editarse con motivo de una exposición retrospectiva sobre su obra en la Tate Gallery londinense. El artista respondió a la petición del crítico con el siguiente telegrama: “Empiece así: Balthus es un pintor del que no se sabe nada. Ahora podemos mirar sus cuadros”.

    Esta anécdota, narrada por el propio Balthus en su libro de memorias (Lumen, Barcelona, 2002) , le sirve a su principal protagonista para dejarnos muy claro a nosotros los lectores que, en su opinión, la única explicación válida que precisa un pintor, “la más significativa y fiable”, son sus cuadros, que, “por sí solos, dicen mucho más que todo un discurso”. Si meditamos un poco más el sentido del telegrama, debemos incluso ir bastante más lejos en la apreciación, ya que Balthus parece querer decirnos que cualquier otro tipo de información sobre un pintor, incluida por supuesto la biográfica, no sólo resulta en esencia prescindible por no añadir nada al cuadro, sino que además entorpece el acercamiento al mismo.

    Se puede estar o no de acuerdo con esta peculiar reflexión de Balthus, pero lo que llamará poderosamente la atención de cualquiera, es que la plasme en un libro de memorias, circunstancia que en principio es cuando menos contradictoria. Consciente al parecer del caso, Balthus justifica la aparición de estos recuerdos (fragmentos no escritos por el pintor y pertenecientes a entrevistas mantenidas poco antes de su muerte con Alain Vircondelet) aduciendo la necesidad de fijar algunos momentos de su existencia, ni más ni menos que “a la manera de Montaigne”, pero sin propósito alguno testamentario. Como era previsible, una contradicción conduce directamente a otra, y ésta a las siguientes. Y es que si algo caracteriza a este libro son sus abundantes paradojas; paradojas que a veces exasperan, otras producen hilaridad, y casi siempre dejan estupefactos a quienes no permanecen por completo ajenos a lo que ha sido la historia de la pintura del siglo XX.

    Partamos de un hecho que me parece incontestable: todo libro de memorias –lo quisiera o no el señor Balthus– es, en buena medida, un propósito de ponerse en escena atendiendo especialmente a la fama póstuma, o con otras palabras, es un testamento que por regla general se desea presentar pulcro y perfumado, para que quienes vengan detrás juzguen de la forma más favorable posible a nuestros intereses.

    Siguiendo esta regla, Balthus demuestra en sus memorias un especial interés por presentarse ante la posteridad como un distante, sencillo, sublime, católico y místico aristócrata, un señor feudal orante, alejado de cualquier distorsión mundana y entregado a todo lo que le eleva y le exalta, por ejemplo, el Cosí fan tutte de Mozart, los paisajes alpinos, o la poesía de Rilke, quien tuvo una estrecho vínculo con el pintor gracias a mantener una relación sentimental con su madre.

    Es cierto que cada cual puede autopresentarse de la manera que mejor le plazca, y que mi lectura de estas memorias quizá peque en exceso de prosaica, pero juzgo cuando menos chocante que Balthus nos hable de su vida contemplativa, libre de seducciones sociales, humilde y ajena a la vanidad, desde una inmensa mansión en Rossiniére, poseyendo el castillo de Montecalvello, habiendo tenido a alguno de los mejores marchantes parisinos comerciando con sus cuadros, frecuentando a estrellas de Hollywood como Sharon Stone o Richard Gere, dirigiendo durante años la romana Villa Medicis por encargo del ministro André Malraux, aceptando doctorados honoris causa, refiriéndose a su segunda esposa como “la condesa”, o siendo exhibida su obra en los mejores museos de Occidente. En este sentido, puedo asegurar que no con facilidad se encontrarán unas memorias tan impostadas y pretenciosas como estas firmadas por Balthus.

    Qué es entonces lo que hace recomendable la lectura de este volumen. Sin duda los fragmentos en los que Balthus se deja de zarandajas y se centra en hablarnos de pintura. Repasa así su formación autodidacta observando en museos o iglesias la obra de los primitivos italianos (Fra Angelico, Piero della Francesca, Masaccio o Giotto), de Cézanne, Poussin o Delacroix, para cuyas pinceladas siempre tiene un comentario iluminador e inteligente del que brota una radical devoción. Balthus cree que la pintura sin memoria no es posible, y sin cesar reivindica la imperiosa necesidad de un conocimiento profundo de la historia del arte del que, en su opinión, carece la inmensa mayoría de los pintores contemporáneos.

    En el estudio y análisis detallado de los grandes maestros del pasado fundamenta Balthus los conceptos básicos sobre los que se construye su arte pictórico: el dibujo como escuela de verdad y exigencia, la paciencia infinita, la concentración y lentitud, la observación de las propias pinceladas, el cuidado por el detalle, el acercamiento íntimo a la naturaleza, el amor por el silencio, la enemistad con todo lo que huela a “intelectualismo”, el no dejarse arrastrar por las modas y las innovaciones apresuradas. En este último punto es en el que se ampara Balthus para explicar sus conflictos con los surrealistas, André Breton a la cabeza. Balthus opina que los “juegos” surrealistas no son arte, “sino un ejercicio, un entretenimiento que no tiene nada que ver con la práctica de la pintura, pues ésta, más allá de la pericia que requiere, es una actitud metafísica, espiritual, una auténtica andadura de peregrino, un descubrimiento profundo, grave en el sentido cabal de la palabra”. Casi siempre es el trato con el surrealismo y con otras “innovaciones” contemporáneas lo que utiliza Balthus como piedra de toque para juzgar y valorar a los artistas coetáneos. Mediante esta práctica nuestro pintor hace desfilar por su libro a Picasso, Miró, Dalí, Braque, Chagall, Giacometti, Bacon, Chirico, Tàpies, Jacob, Magritte, Mondrian..., saliendo del todo indemnes del examen muy pocos de ellos.

    También deambulan en abundancia por estas páginas poetas y novelistas, y de vez en cuando algún que otro cineasta, aunque quien busque en ellas un retrato detallado de la vida intelectual parisina y europea del siglo XX saldrá por completo defraudado.

    Buen provecho del trato con estas memorias sólo podrán obtenerlo quienes partan de un conocimiento previo del personaje y de los asuntos que trata, pues entonces dispondrán de alguna oportunidad para separar el grano de la paja. Los que no dispongan de dicho equipaje, pero sí de humor e ironía, disfrutarán de las sublimes ocurrencias del señor conde; y el resto de los lectores quizá piquen el anzuelo y, en consecuencia, pidan conjuntamente al Papa de Roma la beatificación de este venerable, rezador y virtuoso artista. ______________________________________________________________________
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    Thursday,7 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El horario gallego]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,295 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Debemos admitir que vivimos en un país muy divertido, en un país en el que el Surrealismo y las deformidades que producen los espejos valleinclanescos del Callejón del Gato, no son infrecuentes experiencias místicas o artísticas, sino que son el pan nuestro de cada día, el duro bollo de leche con el que nuestros niños se desayunan todas las mañanas. De haber nacido en España, los otrora provocadores e irreverentes vanguardistas Tristan Tzara y André Bretón, no hubieran pasado de ser dos despistados pardillos, dos simples aprendices medio tontainas del listo del pueblo, y sus teorías y conceptos, el catón abreviado que cualquier españolito machadiano maneja y agranda ya desde la cuna.

    Abrir las páginas de nuestros periódicos es abrir de par en par las ventanas de la hilaridad, las del chascarrillo picante narrado con la pose seria y circunspecta del sepulturero más aguafiestas. Pongamos un ejemplo de los más recientes. El hallazgo, la gracia surrealista o dadaísta de estas horas proviene de tierra de lluvias, apóstoles, brujas, empanadas, percebes y orujos. En otras palabras, viene de Galicia.

    El BNG, es decir, el Bloque Nacionalista Gallego, después de inventarse como fundador de su tierra a un tal Breogán (sin duda un Guerrero del Antifaz cargado hasta arriba de Albariño y pulpo a la gallega), y después de exigir que las sepulturas de sus paisanos se escriban en idioma gallego, ahora presentan una enmienda para que los usos horarios en su región sean distintos, diferentes a los del resto de la España peninsular.

    El Bloque (¡qué nombre más afortunado, fruto de una auténtica justicia poética!), haciendo uso de su prerrogativa de adoquín impertérrito, pretende que la hora gallega sea la misma que la inglesa, la portuguesa y la canaria, aduciendo para tal ocurrencia que esa es su “hora natural”. Vamos, que según el adoquín nacionalista gallego, es la propia naturaleza gallega (distinta, claro, al resto de naturalezas o naturalidades del entorno), o las propiedades intrínsecas de Galicia, las que les dicta los reglamentos horarios (segundos incluidos), probablemente de la misma manera que les dicta legendarios fundadores y les insinúa a las orejas la gramática de sus lápidas.

    En Galicia, el surrealismo circense y totalitario de sus nacionalistas en forma de bloque o adoquín, quiere dictarle a los habitantes de la tierra fundada por el mítico Breogán, los horarios por los que deberán regirse sus vivos, y las letras con las tienen que recordar, rezar y buscar a sus muertos.

    Y es que los nacionalistas gallegos ahora parece que quieren arbitrar los partidos tanto en la tierra de su inventado Breogán, como en el cielo bien cierto de nuestra Rosalía. Sueñan con hacer del Surrealismo más adoquinado, casposo y tontorrón, el fundamento último de su particular concepto del derecho, las ciencias, la historia, el espacio, el tiempo y los cementerios.

    Lo dicho, sería para reírse a mandíbula batiente, si nos dejara algo de tiempo el secarnos tantas lágrimas. Porque esto es para llorar, para llorar de pena.

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    Wednesday,6 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Espacio, de Juan Ramón Jiménez: el poema en prosa y la modernidad del español]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,294 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El monólogo interior joyceano, influencia primordial desde cualquier punto de vista en la elaboración de los libros de poesía en prosa de Juan Ramón Jiménez Espacio y Tiempo, es una técnica expresiva del llamado “flujo de conciencia”, cuyo concepto está presente por vez primera en el libro Principios de psicología (1890) del pensador norteamericano William James. Por medio del monólogo interior, desarrollado en el campo de la escritura creativa hasta sus últimas consecuencias por James Joyce, el lector se involucra directamente en la verdad de lo narrado, dado que está, metafóricamente, en el interior de la mente de los personajes, en su subconsciente. En este sentido, parece claro que las doctrinas de Sigmund Freud también sustentan a su manera el monólogo interior del autor del Ulises, aunque surjan filtradas por el íntimo y aquilatado tamiz del artista.

    El monólogo interior joyceano, por tanto, sumerge al lector, con respecto a un significado del texto adherido a la lógica normativa, en un estado de perplejidad y de incoherencia, de ausencia de lucidez. Sin embargo, el monólogo interior de Juan Ramón pretende, según él mismo escribe, adherirse de raíz a la lucidez y la coherencia, estableciendo así una sensible distancia con respecto a sus contemporáneos cultivadores del monólogo.

    Pero dejemos que sea el propio Juan Ramón quien explique su personal entendimiento del monólogo interior como técnica expresiva. A continuación reproduzco un fragmento de su poema Tiempo en el que explicita con alguna claridad sus ideas al respecto:

    Desde muy joven pensé en el luego llamado ‘monólogo interior’, (nombre perfecto como el otro ‘realismo majico’ –sic-) aunque sin ese nombre todavía; y en toda mi obra hay muestras constante de ello. (El Diario de un poeta está lleno de estos estados). Mi diferencia con los ‘monologuistas interiores’ que culminaron en Dujardin, James Joyce, Perse, Eliot, Pound, etc..., está en que para mí el monólogo interior es sucesivo, sí, pero lúcido y coherente. Lo único que le falta es argumento. Es como sería un poema de poemas sin enlace lójico (sic). Mi monólogo es la ocurrencia permanente desechada por falta de tiempo y lugar durante todo el día, una conciencia vijilante (sic) y separadora al marjen (sic) de la voluntad de elección. Es una verdadera fuga, una rapsodia constante, como los escapes hacia arriba de fuegos de colores, de enjambres de luces, de glóbulos de sangre con música bajo los párpados del niño en el entresueño. Mi monólogo estuvo siempre hecho de universos desgranados, una nebulosa distinguida ya; con una ideolojía (sic) caótica sensitiva, universos, universos, universos.”

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    Juan Ramón Jiménez

    En este complejo texto, Juan Ramón quiere dejar claras, a mi juicio, al menos dos cosas. Primero, que él era un cultivador del monólogo interior incluso desde tiempo antes de que éste se llamará así. Y segundo, quiere subrayar significativas diferencias conceptuales sobre el monólogo interior, con respecto a los más conocidos e influyentes coetáneos cultivadores del mismo.

    En torno a la primera cuestión, sólo cabe decir que Juan Ramón tenía un interés incuestionable por demostrar que él llegó primero y por sus propios medios al monólogo interior, subrayando además la distancia que a este respecto le separaba de poetas, como por ejemplo, T. S. Eliot. En cuanto al segundo punto, creo que Juan Ramón tropieza en la paradoja. Nos dice que para él el monólogo interior es lúcido y coherente, pero acto seguido nos señala que sus monólogos no presentan enlaces lógicos, sino una sucesión de ocurrencias permanentes, que eclosionan en lenguaje al margen de la voluntad del autor, y son fruto de su conciencia vigilante, de una ideología caótica sensitiva.

    ¿Estamos pues en Espacio (1954, en su versión definitiva, es decir, dos años antes de la concesión del Nobel y cuatro antes de la muerte del autor), realmente ante un tipo de monologo interior cuya raíz es muy distinta a la que plasmó Joyce en el Ulises o en Finnegan’s wake? Sinceramente, rotundamente, creo que no. Sí creo, sin embargo, que la muy justificada obsesión de Juan Ramón por no mostrarse sólo como un epígono, como alguien que instala en la nueva contemporaneidad su lenguaje y su lengua desde caminos ya recorridos y ampliados por otros, le hace querer establecer diferencias que en el fondo no existen, o que son de un calibre no muy significativo.

    En Espacio desarrolla Juan Ramón un continuo, un discurrir en el que nada se elimina, en el que el contenido de la conciencia se vierte por entero en la materialidad de las palabras. No hay en él principio, no hay fin, todo es circular en el espacio radicado y vivido en la lógica del tiempo; todo es fluir en fragmentos inteligibles por el ritmo (música), por lo sensorial sin cortapisas. Lo que se dice está condicionado por cómo está dicho, por una exploración verbal que dinamita las distancias entre forma y fondo, entre lengua y referente poético. Espacio es movimiento mental transformado en puro lenguaje por medio de citas, autocitas, repeticiones, anécdotas, imágenes, polisemias, ocurrencias, entrecomillados, superposiciones, recuerdos, reflexiones, olvidos, clavos y metralla metapoética...

    Es también biografía narrada en primera persona y destinada implícitamente, con forma de monólogo interior, a un segundo yo del narrador, al “otro” del narrador, al otro espacio y al otro tiempo del narrador. El monologuista de Espacio es materia de memoria; recupera desde la memoria el pasado perdido para hacerlo presente y después futuro, para construir desde el espacio que fue en el tiempo, una conciencia del yo in able por la muerte, una sustancia divinizada, cantada y edificada por lo vivido y lo porvivir: “Los dioses –así comienza Juan Ramón su oceánico y generativo poema- no tuvieron más sustancia que la que tengo yo. Yo tengo, como ellos, la sustancia de lo vivido y de todo lo porvivir. No soy presente sólo, sino fuga raudal de cabo a fin. Y lo que veo, a un lado y otro, en esta fuga (rosas, restos de alas, sombra y luz) es sólo mío, recuerdo y ansia míos, presentimiento, olvido. ¿Quién sabe más que yo, quién, qué hombre o qué dios, puede, ha podido, podrá decirme a mí qué es mi vida y mi muerte, qué no es? Si hay quien lo sabe, yo lo sé más que ese, y si quien lo ignora, más que ese lo ignoro. Lucha entre este ignorar y este saber es mi vida, su vida, y es la vida”.

    Pero es Espacio también música, y la música es lo que le otorga al discurso poemático su unidad final, lo que facilita considerablemente la sucesión de secuencias e imágenes a lo largo de su desarrollo, lo que otorga al poema su particular esencia circular, o mejor dicho, de línea que se desenvuelve sin vislumbrarse en ella un fin que apele a una evidente lógica interna.

    Espacio y su íntima relación con la música, sí, ese el segundo elemento que quiero dejar apuntalado en estas pocas líneas.

    Al respecto diré que no me interesa tanto la música o lo musical tratado como expresa y significante referencia temática en el poema, como sí el propio entramado musical que, inoculado en la sangre y la vida del texto en prosa juanramoniano, explica a mi juicio su estructuración en tres fragmentos, en tres estrofas que a todas luces funcionan como los movimientos de una sonata clásica para instrumento solo: la voz interior e interiorizada del poeta.

    Y es que Espacio, y con este apunte quiero concluir ya la breve reflexión aquí plasmada, es una sonata, presenta formalmente la secuencia de una sonata, es decir, una exposición, un desarrollo, y una reexposición que, con extremada densidad sonora y conceptual, le sirve al poeta para disponer en capas rítmicas independientes, y sobre un fondo de compleja e implacable polifonía semántica, un intrincado discurso poemático y musical cargado de contrastes dinámicos y de tonalidades distintas. En definitiva, Espacio es un discurso interior para instrumento solo recorrido y levantado por y desde la memoria, la nostalgia, el tiempo, el silencio, el sonido, la luz, el destino, el exilio, el olvido y la conciencia de un hombre que se ha sabido transformar en hombres y en dioses, que se ha convertido en divinidad humanizada de sí, por sí.

    Con la “sonata poemática” Espacio, Juan Ramón consiguió el definitivo y afortunado estallido del marco formal, tonal y conceptual de los cimientos de la poesía española, precipitando ésta hacia una evolución ya de carácter radical que trascendió los esquemas establecidos, y las ideas recibidas hasta ese momento por unas y otras sensibilidades, por unas y otras tradiciones. Espacio es, así, un camino, una senda engendradora a un mismo tiempo de pasado y futuro, de lenguaje y poemas para ayer, para hoy y para mañana.

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    Tuesday,5 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Jorge Riechmann, poesía desabrigada]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,293 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ocurrió hace casi diez años, cuando el poeta Juan Carlos Mestre y yo caminábamos de madrugada por el paseo marítimo de Gijón, y conversábamos en torno a las indisociables relaciones existentes entre ética y estética. Entonces, y de manera casi automática, surgió el nombre de Jorge Riechmann (Madrid, 1962).

    Dentro del actual panorama literario español quizá sea la obra poética de Riechmann la formulación más ejemplificadora de una lúcida conciencia referida a lo que debe entrañar, desde un pensamiento de izquierda, el binomio ética-estética. En este sentido es en el que podemos hablar de Riechmann como de un poeta social en positivo, es decir, que no omite en su obra el contexto sociopolítico en el que ésta se enuncia, no rehuyendo en modo alguno los conflictos existentes en nuestra sociedad.

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    Jorge Riechmann

    Sin embargo no debemos confundirnos y lanzarnos sin más a pensar que Riechmann hace de su poesía un instrumento al servicio de alguna causa determinada. En el texto “Una poética de la vinculación”, perteneciente a su libro, Canciones allende lo humano, es el poeta quien se explica con absoluta claridad:

    “En cuanto a la poesía que aborda cuestiones específicamente sociales o políticas, creo que hace muchos años que viene siendo valorada negativamente a priori. Me parece bastante claro que una de las conquistas irrenunciables de la poesía moderna es la de la autonomía del arte, y creo que la poesía no debe ponerse al servicio de nada: no debe ser instrumental. Pero insisto siempre en que no hay que confundir autonomía con autarquía o libertad de espíritu con narcisismo; la idea de que la poesía puede quedar contaminada cuando aborda ciertos temas o ciertas áreas de la realidad me repugna. Este tipo de exclusiones no deberían imponerse a la poesía: no existen áreas de la realidad por donde no pudiera aventurarse la poesía”.

    Riechmann es un poeta comprometido con la realidad que le circunda, y ese compromiso encuentra su primera justificación precisamente en el rechazo de toda servidumbre. Así, entiendo que para Jorge Riechmann el compromiso del poeta radica, esencialmente, en su inexcusable y personal responsabilidad ante el lenguaje, dado que es en la capacidad poética de éste donde habita la memoria de uno de los caminos que llevan al ser humano a incidir y profundizar en su condición.

    Jorge Riechmann concibe la poesía como la memoria de un camino que puede acercarnos hasta la misma sustancia de ser hombre. De ahí que su compromiso con el lenguaje, con la poesía, lo sea también con el hombre y con las circunstancias (políticas, sociales, ecológicas...) que lo contextualizan.

    Riechmann sabe que la única patria del ser humano son los demás seres humanos. Buscar esa patria e indagar sobre sus misterios a través de la poesía, esa es la tarea del poeta, su única posibilidad de “vida cabal” y honesta, su sentido de la vida, y en ese camino ahonda en su último libro, Poesía desabrigada (Atlántica, Tenerife, 2006), valiosísimo compendio de todo lo escrito hasta aquí.

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    Monday,4 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Moondog: un vikingo en la Sexta Avenida]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,292 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    ¿Alguno de ustedes puede imaginarse a un tipo adulto, vestido casi de manera permanente de vikingo (con lanza, poblada barba y casco con largos cuernos incluidos), paseando como si tal cosa por una avenida de alguna populosa ciudad del mundo occidental, la Quinta o la Sexta de Nueva York por ejemplo? Sí, yo creo que sí podemos imaginarlo, pero una vez imaginado lo incluiríamos, sin entregarle mucho de nuestro tiempo a la duda, en la categoría de lunáticos, de pirados más o menos peligrosos, más o menos llevaderos y simpáticos.

    Y si para sacarle más punta al asunto, añadiésemos que el tipo en cuestión era ciego desde que a los 16 años le explotó una cartucho de pólvora de manera fortuita; que músicos como el compositor y director de la Filamónica de Nueva York, Leonard Bernstein, buscaban su compañía y respeto; o que los más conocidos músicos de jazz de la ciudad de los rascacielos eran sus amigos. Entonces, probablemente, nuestra confusión empezase a crecer de manera exponencial.

    Pero si además les dijese que el personaje era poeta, que inspiró un cómic, y que desde el año 1949 hasta el final de su vida compuso música como para haber editado más de treinta álbumes, entonces es probable que necesiten sentarse un rato para asimilar tanto dato incongruente.

    Estoy hablando de Louis Hardin (1916-1999), el músico, el artista que ha pasado a la historia como Moondog, sin duda uno de los músicos más peculiares del disparatado siglo XX. Originario de un minúsculo lugar de Kansas llamado Marysville, al quedarse ciego en plena adolescencia, Moondog decidió dedicarse por completo a la música con dos conceptos básicos en su horizonte sonoro y compositivo: el contrapunto y los ritmos de los indios del noroeste de los EE.UU.

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    Louis Hardin, Moondog

    Partiendo de estos dos elementos, y añadiendo a la receta bastantes gotas de misticismo esotérico y germánico, el inclasificable Moondog, dio vida a más de mil quinientas composiciones en las que hay absolutamente de todo, o de casi todo para ser exactos: temas de orientación jazzística, músicas concebidas para sonar en plena calle, o para hacerlo interpretadas por orquestas cercanas a lo exigido para las composiciones llamadas clásicas, o temas con estructura e inspiración semejante a los madrigales, etc..., pero todo formando parte de una obra nacida para transgredir lo transgresor, es decir, para rebelarse contra los rebeldes, los Arnold Schoenberg, Paul Hindemith, Alban Berg y compañía, integrantes de la revolucionaria Segunda Escuela de Viena, el punto y aparte más abrupto de toda la historia de la música.

    Ahora se encuentra con más facilidad en España el último disco de los editados con obra de Moondong, The Viking of Sixth Avenue, un recopilatorio esencial que empezó a ser reseñado ya hace poco más de un año en todas las revistas de jazz más importantes del mundo, y que plantea un inmejorable acercamiento a la música del vikingo Moondog, quien pasó, todo hay que decirlo, sus últimos años de vida en Alemania (1974-1999), de donde era originaria su madre.

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    The Viking of Sixth Avenue, recoge 36 piezas breves del compositor, casi ninguna pasa de los dos minutos, y únicamente la obra final, Invocation, ofrece con palidez un reflejo de los trabajos más extensos del músico, algunos de más de seis horas de duración. Es este un disco exquisito y sólo para exquisitos, una pieza que no debería faltar en ninguna discoteca que se precie de tener rarezas de verdadero nivel, rarezas de interés incuestionable. Vale la pena, no lo olvidarán nunca.

    Ah!, y si tienen acceso por ejemplo a google, no dejen bajo ningún concepto de echarle un vistazo a la página oficial de Moondog, me lo agradecerán.

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    Friday,1 dic 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Gala Dalí, una historia, una biografía]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,291 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Con acierto califica el profesor Juan Antonio Ramírez la obra de Estrella de Diego, Querida Gala. Las vidas ocultas de Gala Dalí (Espasa Calpe, Madrid, 2004) como “rara y fascinante”, adjetivos que pueden utilizarse a la hora de analizar casi todo el trabajo publicado de esta destacada profesora y crítica de arte.

    El libro que aquí traigo a colación, fruto de una relectura, es una obra imposible de encasillar en los estrictos marcos de los géneros en los que en principio debería tener cabida: la biografía o el ensayo histórico y artístico. Si bien es cierto que las páginas de este libro sí tienen algo de esos dos géneros, nada hace que la balanza se incline por uno u otro, ofreciendo una especie de mixtura a ratos onírica y a ratos novelada cuyo objetivo final es resaltar el papel de la rusa Gala como creadora del mito Dalí y como artista verdadera aunque sin obra.

    Para Estrella de Diego, como bien recalcó Juan Antonio Ramírez en la crítica del libro que publicó en Revista de Libros, “Gala... habría sido una gran artista sin obra, una performer posmoderna, mucho antes de que tales términos hubieran aparecido en el escaparate cultural...”.

    Es más, la lectura de Querida Gala, en este sentido y siguiendo de nuevo la opinión del profesor Ramírez, es muy cierto que se asemeja a una gran sesión de psicoanálisis “en la que el lector es invitado al rol de psicoanalista cultural”, para que mediante una multitud de preguntas que se lanzan al aire llegue a la conclusión de que, efectivamente, la verdadera artista del “caso Dalí” fue Gala y no el “genialoide” ampurdanés.

    Pero quizá ahí resida el mayor truco o trampa que plantea el libro de De Diego. Ella aparentemente le pasa al lector los elementos imprescindibles para que éste piense que está llegando a conclusiones mediante un riguroso análisis científico plagado de aportaciones difíciles de contestar, cuando en realidad, Estrella de Diego, en este extraordinario libro, ejerce de hipnotizadora procurando llevar a los lectores por fascinantes caminos hasta donde ella quiere llevarlos, es decir, hasta la conclusión final de que Gala era una gran artista sin obra.

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    Gala y Dalí

    Así, Estrella de Diego, con una inusitada brillantez intelectual, levanta un edificio literario plagado de preguntas a las que nunca responde con datos comprobables mediante las habituales herramientas de la ciencia, creando de esta manera un amplísimo campo de dudas pertinentes y un notable espacio en blanco fértil para la elucubración y las tiernas semillas de la posibilidad.

    En otras palabras, puede decirse sin ninguna exageración que nuestra autora ha escrito una novela, una narración siguiendo el ejemplo de escritores como Sebald o Pierre Michon. Para ello ha utilizado la rica y precisa materia prima que ofrece el personaje Gala Dalí y algunos determinados hechos históricos que le enmarcan, y ha fabulado verosímilmente con ellos, no desde un punto de vista poético (como ha hecho por ejemplo Pierre Michon en su acercamiento a Arthur Rimbaud), ni tampoco desde el acercamiento con una perspectiva absolutamente personal a algunos hechos de la historia contemporánea (Sebald), sino como una aventajada historiadora y crítica del arte moderno que desea llenar con preguntas y propuestas inteligentes los significativos espacios en blanco que plantea el material de trabajo que personalmente más le interesa, por ejemplo, el variopinto papel de un personaje como Gala Dalí en la historia del arte occidental de vanguardia a lo largo de varias décadas del siglo XX.

    Claro que esta querencia narrativa también se ve enriquecida e incluso mediatizada con el añadido de otros elementos que entran en juego, léase asuntos como el feminismo, o conceptos como mujer y arte... Pero por encima de otras muchas consideraciones que sin duda pueden hacerse, de otros planteamientos y enfoques, creo que este nuevo libro de Estrella de Diego presenta un interés inusitado aunque es probable que el resultado final sea bastante fallido. Estrella de Diego ha iniciado un camino absolutamente novedoso en el terreno del acercamiento crítico al arte moderno en España: mezcla géneros, ensaya con valentía la narración interdisciplinar, provoca, propone, trabaja la duda del lector... y, sobre todo, no deja indiferente. Un libro muy por delante de los usos y costumbres del actual mercado literario y crítico español.

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    Thursday,30 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Estampa navideña: historia con aguinaldo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,290 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Caminaba despacioso este pasado fin de semana por el mismo centro de la ciudad de Santander, y le comenté a ella que parecía estuviéramos dando una vuelta por una céntrica calle de una populosa ciudad, tal era el efecto que provocaban en mí las luces navideñas alumbrando y deslumbrando; la gran cantidad de gente que deambulaba de comercio en comercio haciendo compras de primera hora; el tráfico multicolor, constante y sobrecargado; y el ambiente de pura excitación urbana que todo lo embargaba.

    Pensé que estábamos ya a finales del mes de noviembre, y que pronto todo ese aroma se multiplicará por cien, por mil, en cuanto nos vayamos acercando poco a poco a las fechas claves de las fiestas navideñas. Entonces, la excitación urbana alcanzará sus más altas cotas, todos abordaremos las calles y avenidas dispuestos al festín de luces, sonidos, sabores..., todos nos sumaremos, queriéndolo o no, a la marea imparable de las festividades y los adornos.

    Hoy, días después de la reflexión anterior, me he tropezado hojeando casualmente un libro con la foto que quiero compartir con ustedes. Se trata de una imagen obtenida en diciembre de 1965, hace más de cuarenta años, por el fotógrafo de prensa Pablo Hojas Llama. La postal es en blanco y negro, y está realizada en pleno centro de Santander, más o menos en la misma zona por la que yo caminaba hace tres o cuatro días.

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    Santander, 1965 (foto de Pablo Hojas Llama)

    Los edificios, cuatro décadas después, son los mismos. Han cambiado, como no podía ser de otra manera, muchos de los negocios que entonces existían y que han sido sustituidos por otros. Así, a primer vistazo, no creo que aún permanezca ninguno de los que aparecen en la imagen. La profundidad de campo en la foto la establecen las dos líneas de edificios que parecen perderse en la lejanía, una lejanía que les aseguro va a dar a la mar, como en el verso de Jorge Manrique, aunque este mar no es el morir, al menos de momento. De un edificio a otro tiende el alumbrado navideño. Un alumbrado poco espectacular ciertamente; un alumbrado de ciudad provinciana, recatada, medio pobre, aburrida y triste. Es un alumbrado que hace pensar en navidades de mesa camilla con brasero encendido, humedades generosas, turrones sosos, peladillas flacas y duras, y nochebuena sustentada en sidra y pollo asado como lujo máximo y soñado.

    Es una foto que no admite en su contexto, por ejemplo, la idea del árbol de navidad. El árbol queda rechazado, y todos los elementos presentes conducen sin embargo a los belenes heredados de abuelos y demás familia, belenes con figuras escasas y desconchadas, que saludaban a las visitas en el breve recibidor de cada casa.

    Vemos en la foto modelos de coches que todavía pueden verse muy de vez en cuando por esos mundos de Dios. Reconozco un Seat 600 que con el intermitente puesto para girar a su derecha debía ser en ese instante quizá el orgullo máximo, la posesión más exhibida de su propietario. También distingo un Renault Dauphine, ese coche que tanto se condujo en España y que es tan francés como los croissants.

    Debía hacer bastante frío en el momento en el que se tomó la instantánea. Todos los viandantes, y son numerosos, llevan abrigo o ropas de invierno, ropas severas, casi espartanas.

    La palabra “Felicidades” brillaba en el cielo municipal santanderino en diciembre de 1965. Y muchas de las frases que pueden distinguirse remiten al pasado, a un pasado de libros de texto aburridos y gastados: Plus Ultra, Hostal Isabel II, Pensión La Gran Antilla...: estamos en lo que fue el Puerto de Castilla, no lo olvidemos.

    Pero el eje de la imagen está en otro punto, en otro lugar para la observación y la memoria. Reside en el guardia municipal que con casco y porra blancos, mira al fotógrafo tras una inauditas gafas oscuras: puro anticipo de Miami Vice, pero en el Santander de los sesenta.

    El guardia urbano tiene poco tráfico que dirigir esa tarde, probablemente tenga poco tráfico que dirigir a lo largo de todas sus jornadas laborables, unas cuantas ya a lo largo de los últimos años. Está dando un paso profesional hacia ningún lugar, hacia tal vez la íntima intención de aliviar en parte el frío que ya inunda el final de su trabajo.

    Pero el paso no le puede alejar mucho de los objetos que se van acumulando a sus pies. Y es a esos objetos hacia donde conduce la mirada más curiosa, la mirada escrutadora, la mirada que, si es de un joven muy joven, no entiende ya la iconografía que edifica el interés inmenso de la foto, que hace de esta imagen un callado compendio de historia de España, de una historia no muy lejana en el tiempo.

    En el suelo, junto al guardia, se ven botellas que intuimos de sidra, pues el cava era entonces algo hasta cierto punto extraordinario, es decir, más allá de lo ordinario, corriente y normal. Vemos también paquetes hechos con cajas de cartón atadas con cuerdas, y unas cajas-ataúdes en las que descansan dos formas que descubrimos muñecas, y se distingue a la vez una pelota, y otros presentes de presencia insospechada.

    Sí, es el aguinaldo. Aguinaldo, palabra en completo desuso en la España actual, la España de las Autonomías y las nacionalidades, la de los pelotazos y el nivelazo, la del desarrollo sostenido y modernizador. Sí, es el aguinaldo: el juguete, las monedas, la vianda, el postre..., que recibían en la antigua navidad española los trabajadores menos pudientes, los que carecían de paga extraordinaria, o cuya paga extraordinaria era por demás en exceso ordinaria. Sí, el aguinaldo era con lo que las masas escasamente pudientes de aquella España franquista, redondeaban sus presupuestos para hacerse la ilusión, durante al menos dos o tres noches, de vivir en un mundo mejor, en una vida con mejores sabores, más próspera y más luminosa, una vida con un futuro a plazos, pero futuro al fin y al cabo.

    Recuerdo que todavía hará unos veinte años, o tal vez un poco más, los carteros, por ejemplo, acercándose la Navidad, metían en los buzones de nuestras casas un sobre burdo y marrón, en el que esperaban recoger el aguinaldo mientras deseaban, de paso, felices fiestas.

    El aguinaldo del guardia de tráfico del Santander de 1965. Los presentes que recogía a lo largo y ancho de su día laboral el guardia, y que le eran dados por los comerciantes de la zona, incluso por algún que otro conductor al que no había puesto una multa, o al que había hecho algún que otro favor oficial y administrativo.

    El aguinaldo..., yo lo viví, y parece, a mis poco más de 40 años, que estoy recordando un mundo extinguido en la noche de los tiempos, en la historia remota de un mundo que ya dejó de existir. Y es que el futuro, aunque algunos no lo quieran, siempre acaba por ganar la partida.

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    Wednesday,29 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Infiltrados, de Scorsese]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,289 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El sábado, como es habitual, fuimos al cine. Se ha convertido en una costumbre impuesta por el trabajo y el hecho de vivir solo entre semana, el hecho de ir al cine solamente en la brevedad fatídica de los días sin trabajo, sin despacho, sin clases, sin blog. El resto de cine lo veo siempre en televisión, lo que no me preocupa en exceso, ante el cine que hoy se hace y ofrecen las salas comerciales en nuestro país.

    Fuimos a ver Infiltrados, el último trabajo de Martin Scorsese, uno de esos escasos directores norteamericanos de nuestros días cuyas películas parecen exigir al menos una visión por parte de los cinéfilos. Así que a la gran sala del Centro Comercial de turno nos dirigimos, procurando no perder el equilibrio entre el incesante cúmulo de desperdicios comestibles y bebibles que le asaltan a uno por doquier, en estos macroespacios santificados al ocio y esparcimiento de las masas juveniles, y al consumo irracional y cuasi democrático de los bolsillos llenos, medio llenos, medio vacíos y vacíos por completo.

    Todo lo que había leído sobre la película la hacía apetecible. “Obra maestra de las últimas décadas” es una frase que se repite continuamente en los juicios críticos que se escriben aquí y allá, que se escucha en radios y televisiones, que circula por internet. Así que me senté en mi butaca con enormes ganas de disfrutar, por fin, de una gran película, de un trabajo que me aseguraban dejaría mi ánimo tocado por el sutil dedo mágico del mejor cine.

    Infiltrados, es un “remake” o versión norteamericana de un título producido por el cine oriental, desconozco ahora si coreano, taiwanés, japonés... El guión (del que he leído literalmente que es sublime) está escrito por William Monahan, y narra la historia de dos jóvenes que, tras su formación en la Academia de Policía de Boston, escogen caminos opuestos: uno se infiltra en la mafia irlandesa de la ciudad, y el otro, siendo también policía, actúa como infiltrado de dicha mafia en el seno de la policía, impidiendo así que el jefe mafioso sea detenido y sus fechorías desbaratadas. No está nada mal la idea, y se le pone la guinda a tan apetecible pastel narrativo si se le suma además una historia de amores compartidos desde la ignorancia de la singular circunstancia.

    El cuarteto protagonista: Leonardo Di Caprio, Mark Whalberg, Jack Nicholson y Matt Damon, da en todo momento la talla, siendo a mi entender una de las bazas que mejor ha sabido resolver siempre el ítaloamericano Scorsese, la dirección de actores.

    Tenemos pues una historia hasta cierto punto original y muy bien traída, por medio de un guión inteligente y ameno, al que quizá sólo cabe ponerle un pero a su final, bastante confuso y alambicado. Tenemos también un espléndido cuadro de actores, en el que para mí destacan un contenido y maduro Di Caprio, y un Nicholson que ya siempre hace de sí mismo, lo que puede molestar a algunos, no siendo ni mucho menos mi caso.

    ¿Estamos entonces ante la obra maestra prometida, ante la gran película anunciada, ante una de las cintas indiscutibles de este comienzo de siglo? Un NO del tamaño que el lector desee sale de mi boca para estamparse contra la durísima pared de los elogios surgidos hasta de debajo de las butacas. ¿Y por qué no?, se preguntará quien hasta aquí haya llegado, si ha quedado dicho y subrayado que la historia no está mal y los actores responden con su trabajo. ¿Qué otro factor indispensable nos queda por tratar y no sale bien parado de mi peculiar juicio crítico? Sí, el director, el trabajo del propio Scorsese. Que el director de Taxi driver, Malas calles, Toro salvaje o Uno de los nuestros tiene talento, es tan indiscutible que no voy a perder el tiempo intentando demostrarlo. Pero creo también que en sus últimas películas ese talento está demasiado ocupado en aparecer en escena, en hacerse notar, en hacerse visible de forma en exceso palpable. Y es precisamente esa exhibición superficial e innecesaria de talento, lo que a mi juicio lastra considerablemente sus últimas películas, muy probablemente a partir sobre todo de la magnífica La edad de la inocencia.

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    Scorsese con Nicholson

    En Infiltrados, Scorsese es muy consciente de contar con un adecuado material narrativo para trabajar a gusto, a plena satisfacción, tanto en lo temático, como en la puesta en escena requerida por el guión, tan afín a su propia trayectoria como hacedor de películas. Con tan buen material de base, y con unos actores que siempre le responden a plena satisfacción, Scorsese debería haber sabido trabajar con mucha más contención, sin hacerse él tan presente en casi cada plano de la historia contada, sin llamar permanentemente la atención del espectador sobre su propio trabajo.

    Scorsese decidió hace tiempo abandonar el pulso clásico del gran director de cine de siempre: hacerse invisible tras la cámara, eso que supieron llevar hasta sus últimas consecuencias los más grandes de la dirección de todos los tiempos. No, Scorsese es un director de la postmodernidad, y la cita y la autocita, el plagio y el autoplagio, el llamar la atención sobre quién hace y no sobre lo hecho, el mostrar a cada instante que se está ante un artificio construido desde arriba, desde la omnisciencia consciente e impuesta del creador, la presencia obsesiva, atosigante y subrayada del metalenguaje..., la suma de todos estos elementos y de algunos otros que sería en exceso prolijo enumerar, hace que esta película, que en general el cine último de Scorsese pierda a borbotones pasión y tensión, firmeza en el trazo, dureza interna, coraje narrativo, pureza y profundidad, y que la sensación de hermoso y luminoso fuego de artificio impregne la visión final de los espectadores más avisados, más duchos en eso de leer ente los entresijos del cine. Es como si Scorsese, cada vez que ahora se coloca tras la cámara, pensase: voy a epatar al espectador, le voy a demostrar cuánto sé, qué bien manejo los elementos a mi alcance, qué bien me expreso, qué bien muevo la cámara..., le voy a demostrar quién está detrás de todo esto, quién lo maneja, yo el director, yo Scorsese.

    Al trabajo de Scorsese le sobra, en estos momentos, tanto y tan luminoso Scorsese.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Tuesday,28 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Love: lo último de George Martin y los Beatles]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,288 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    De memoria no sé cuántos viejos elepés de los Beatles andan metidos en sus correspondientes carpetas en casa de mi madre. Pero es más fácil intentar recordar cuáles son los que me faltan: creo que sólo dos de los oficiales. Y luego tengo al menos media docena de recopilatorios, desde su concierto en directo en el Star-Club de Hamburgo del año 1962, hasta su álbum doble con canciones de amor, o el dedicado al rock and roll, o uno que no he vuelto a ver por esos mundos y cuyo título es The Beatles in Italy.

    Muchos de estos elepés son de la época, ediciones que, según me ha comentado algún aficionado a eso de las subastas por internet, alcanzarían estimables precios si los pusiera en venta, algo que no pienso hacer, pues con la educación sentimental ni se juega ni se comercia, y con aquellos viejos vinilos negros empecé a salir a la vida, a las ilusiones y a las decepciones.

    Hace mucho que no escucho aquellos discos. No tengo en casa “tocadiscos”, y los cedés han arrasado en mi discoteca, en la que además, la música pop está representada de forma muy, muy pobre. Sin embargo, este verano, cuando cumplí años, ella me regaló en formato cedé los famosos álbumes rojo y azul, es decir, los recopilatorios de los grandes éxitos de las dos etapas del grupo: 1962-1966 y 1967-1970, resumiendo, la época ye-ye y la hippie.

    He vuelto a escuchar las canciones del grupo, y un inevitable aire de nostalgia me ha llenado los pulmones y la mente. Vaya por delante que su música ahora me aburre. Quiero decir que ya no puedo escuchar un disco entero, que todo acaba sonándome igual, como si de una comida insípida se tratase.

    Esta mañana de domingo, por ejemplo, antes de bajar al despacho a escribir estas líneas, he escuchado por enésima vez este año el final de Las bodas de Fígaro de Mozart, y siempre me emociono, siempre descubro algo nuevo, siempre hay un momento que pellizca sutil mis entrañas. Eso ya no me ocurre con el cuarteto de Liverpool, y si sucede, es una remembranza, algo toca la cuerda tensa y tenue de un momento que ya no es real, o que sólo lo es como parte de un pasado que pasado está, y además bien pasado.

    De vez en cuando escucho alguna de sus canciones sueltas, con ánimo nostálgico, y me descubro disfrutando más de los primeros e ingenuos temas, que de los últimos, “elaborados”, “barrocos” y quizá “demasiado conscientes de su trascendencia”. Me hace infinita más gracia el sonido guitarrero y de garaje juvenil de sus primeros tiempos, que el “sinfónico” y un tanto pretencioso de los últimos años, aunque reconozco, eso sí, que esa última etapa es la más personal, innovadora, creativa, influyente y universal, siendo, al mismo tiempo, la menos deudora de toda la tradición heredada de la música negra y de los primeros rockeros americanos y británicos.

    Quien más influyó en ese elaborado y no previsible devenir musical, fue sin duda el músico y productor George Martin, el verdadero “quinto beatle”, alguien que no escribió ninguna de las canciones del célebre cuarteto, pero que sí dejó su enorme impronta en la obra del grupo como padrino, asesor y sabio artesano en todo lo que se refiere al entramado musical de las piezas.

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    George Martin y los Beatles

    Ahora, George Martin ha realizado el que probablemente sea su testamento musical, Love, la banda sonora del espectáculo del mismo nombre que ha puesto en pie El circo del sol en la ciudad de Las Vegas. Love es un montaje circense y teatral sobre The Beatles, y para sustentarlo musicalmente, Martin ha trabajado-experimentado con la música del cuarteto, fundamentalmente con la de su etapa final, y ha dado con un nuevo trazo musical mezclando, añadiendo, explorando, jugando, releyendo lo ya escrito y grabado hace décadas. Y lo ha hecho, con el apoyo y permiso de los miembros vivos del grupo, sabiendo éstos que se lo debían, que al “quinto beatle” no podían negarle el trabajo con un material que, en gran medida, también es suyo. Martin, como ha escrito Jesús Lillo, “rentabiliza la porosidad de la última etapa de los Beatles, cuyo entorno mágico le permite fundir, casi al natural, el cuerpo melódico de las mismas canciones que se encargó de modelar hace casi cuarenta años”.

    En otras palabras, George Martín coge parte del material último del grupo y lo reelabora siguiendo su propio sentido y gusto, añadiendo, por ejemplo, violines a While muy guitar gentle weeps, introduciendo en Get back un acorde de A hard day´s night, presentando Yesterday con el sonido de la guitarra de Bluebird, etc...

    El resultado, según parece, no sólo es un experimento tecnológico apto sólo para los fans más rendidos del grupo, o la excusa laxa para montar un nuevo espectáculo de circo y teatro con la mirada y apoyo mediático asegurado. No, todo indica que estamos ante uno de los acontecimientos discográficos de la temporada, casi podría decirse que de este comienzo de siglo, pues es la materialización, por parte de alguien que asistió a la elaboración primigenia de los materiales, de un singular experimento con mucho de riesgo y osadía, con mucho de juego y provocación, demostrando que la música de los Beatles es música clásica en el sentido más estricto, en el sentido de que, cuarenta años después de su escritura (cuarenta años de nuestro tiempo, que equivalen a muchas décadas más de otros siglos lejanos), aún resiste manipulaciones, juegos y aventuras, y lo que es más importante, aún se escucha proponiendo lecturas y verdaderas ensoñaciones.

    Love (Apple/EMI), de los Beatles y George Martín, por fin el disco del “quinteto de Liverpool”, un acontecimiento discográfico para colocar la música de los Beatles (cuatro o cinco) en el nuevo siglo.

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    Monday,27 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Dylan Thomas, la metafísica de la campiña galesa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,287 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    ¿Habéis visto alguna vez las películas de John Ford El hombre tranquilo o The rising of the Moon? ¿Recordáis la peculiar atmósfera irlandesa de estas historias en las que lo cotidiano se revela tenue pero sólidamente trascendido por el carácter mítico (homérico) de la existencia?

    Leyendo la colección de cuentos publicados por Dylan Thomas (1914-1953) cuando contaba 24 años, En casa del abuelo y otros relatos, me he topado de bruces con esa misma atmósfera mítico-naturalista que tanto aprecio en la obra fordiana, y que desconozco si aparece en las últimas “historias irlandesas” del gran director norteamericano por influencia de la literatura del galés, aunque he de reconocer que nunca he leído una referencia precisa al respecto.

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    Dylan Thomas

    Todos los relatos de este libro, tanto los más descriptivos o impresionistas como aquellos que nos transmiten una historia, en principio son autobiográficos, es decir, en todos un Dylan Thomas adolescente aparece como personaje de unas situaciones que tienen lugar en una geografía galesa de ambiente rural o de pequeña villa. Y es precisamente del contacto durante su infancia y adolescencia con la tradición comunicativa celta de su Gales natal, de donde brota la peculiar lírica narrativa de Thomas, una prosa que participa, al igual que su poesía, de dos características que pueden parecer en principio antagónicas; a saber, por un lado es oscura, prodigiosa, elaborada y muy consciente de sí misma, y por otro parece brotar con pasmosa naturalidad de lo puramente instintivo.

    Esto se debe, creo yo, a que en la literatura de Dylan Thomas convergen—lo cual puede apreciarse en los relatos que aquí nos convocan—, la inflamada capacidad de comunicación poética propia de su tierra (y aquí cedo algo al determinismo), las aportaciones de algunos de los movimientos vanguardistas de comienzos del siglo XX como el surrealismo de Bretón y compañía, y la provechosa y audaz revisión de los versos de William Blake o de los metafísicos ingleses del siglo XVII.

    En casa del abuelo y otros relatos es un tesoro de extraordinaria riqueza al que no es fácil acceder sin realizar un notable esfuerzo. Pero puedo asegurar a los lectores más jóvenes que se embarquen con Dylan Thomas en este recorrido geográfico y espiritual, delicado, sensitivo, agreste y metafísico por la campiña galesa (paraíso e infierno, metáfora a la vez de lo perdido para siempre y de lo que nos pertenecerá hasta el final), que jamás lo olvidarán, y que formará parte ya indeleble de su educación sentimental y literaria.

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    Friday,24 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Robert Altman, o la sobrevaloración como norma]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,285 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Al Robert Altman que contaba ya con 45 años de edad, le cambió la vida en 1970 la película M.A.S.H., una sátira de la guerra de Corea que tiene como trasfondo la de Vietnam, y que a mí, en particular, no me ha gustado jamás de los jamases.

    El éxito de crítica y de taquilla le permitieron salir, por fin, del oscuro agujero en el que se encontraba inmerso desde hacía demasiado tiempo: el trabajo rutinario de dirigir series para televisión.

    Antes de lograr el inesperado éxito, Altman había conocido, como suele ser habitual en muchos directores del cine norteamericano, una variopinta suerte de oficios, desde piloto de bombardeo en Borneo durante la Segunda Guerra Mundial, a escritor de historias para la productora RKO en California, pasando por los trabajos de director de anuncios publicitarios, director de episodios de series para televisión, y director también de dos o tres largometrajes que pasaron con más pena que gloria.

    El fabuloso éxito de M.A.S.H. (por la que por vez primera fue nominado al Oscar al mejor director) hizo que durante una etapa de su vida pudiera dirigir a su entero gusto las historias que le apetecían, rodándolas con un estilo propio con la cámara en continuo movimiento. Así, durante toda la década de los setenta del siglo pasado, rueda más de una decena de películas muy variadas: comedias, western, policiacos, dramas..., que sin ser ninguna de ellas memorables, sí le sirven a su director para desarrollar una carrera de autor en la que suele darle la vuelta a los géneros tradicionales del cine norteamericano, apoyándose en sus mejores logros en un equipo de técnicos y actores con los que filma sus mejores trabajos: el musical Nashville (1975) (nueva nominación al Oscar como director), el western teatral Búfalo Bill y los indios(1976), la comedia Un día de boda (1978), y dentro de la ciencia ficción, Quinteto (1978).

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    Robert Altman

    Durante esta etapa las cosas no le van del todo mal, e incluso puede apoyar como productor las primeras aventuras cinematográficas de algunos de sus colaboradores o ayudantes, por ejemplo, Robert Benton y Alan Rudolph. Pero la suerte se le terminó, y de nuevo conoce el fracaso (por ejemplo con la cara producción Popeye, de 1980), rompe relaciones con varias distribuidoras y debe vender su productora y aparcar todos sus proyectos.

    Inicia así un nuevo periodo en su obra, caracterizado por la adaptación de obras teatrales con bajos presupuestos, actores poco conocidos y rodajes muy rápidos. Lleva al cine durante los ochenta obras de teatro de Sam Shepard o el mucho más tarde premio Nobel británico Harold Pinter.

    Su obra, a partir de los años 90, presenta de nuevo una notable ambición, y con un prestigio labrado al cabo de décadas de trabajo, logra otra vez adecuadas producciones y actores de renombre, rodando, entre otras, la coproducción europea Van Gogh (1990), El juego de Hollywood (1992) (trabajo por el que otra vez fue nominado al Oscar como mejor director), Vidas cruzadas (1993) (nueva nominación al Oscar), Prê-à-porter, Kansas City, El doctor T y las mujeres, y Gosford Park (2001) (de nuevo nominado al Oscar al mejor director), probablemente el mejor de sus trabajos de su última etapa, en el que lleva a un nivel muy alto una de sus más claras obsesiones como narrador: las historias corales, plagadas de personajes, dotadas de una fortísima carga de ironía, y en donde las interrelaciones entre las personas subrayan el absurdo de las existencias.

    Ahora, a los 81 años de edad, casi cuarenta después del éxito que le permitió convertirse en director, ha muerto Robert Altman, un director que en los grandes tiempos del cine norteamericano, no hubiera pasado de ser probablemente un oscuro artesano, a quien se le encargaba sacar adelante los productos de clase b o c de los grandes estudios, pero que en los tiempos de la definitiva decadencia del cine (al menos como se entendió), justo los que él vivió como autor, pasa por ser un director de prestigio y culto. Cinco nominaciones a los Oscar avalan que esto ya no es lo que era, y que hoy vivimos de carreras y prestigios de todo punto sobrevalorados. Nuevo signo de los tiempos que corren, y singular efecto que genera el desconocimiento perfecto y absoluto del gran cine. I'm sorry.

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    Thursday,23 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El baile de Irène Némirovsky: leyendo con discapacitados]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,284 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Con frecuencia me meto en líos sin ni siquiera dejar paso a la sensatez de pensarlo dos veces. Hace ahora unos meses, creo que aún en verano, los responsables culturales de una entidad financiera de mi comunidad, con los que he trabajado muy a gusto en diferentes ocasiones a lo largo de los últimos años, contactaron conmigo para ofrecerme la organización de un taller de lectura para personas mayores, para los viejos que pasan sus muchas horas en los diferentes clubes sociales que dependen de la institución bancaria, dispersos por la ciudad y la geografía regional.

    Ni corto ni perezoso dije que sí, pensando para mis adentros que no podía ser muy complicado el asunto, y que ya saldría delante de alguna manera. Llegó el momento de poner en marcha el reto, y busqué en la red toda la información disponible, que es mucha y variopinta. Había que decidir cuál iba a ser la lectura con la que trabajar, la cantidad de “alumnos”, la relación con ellos, el tipo de cuestiones qué debería plantearles como lectores, en definitiva, el método de trabajo a seguir.

    Cuando lo tenía todo más o menos planificado, o lo planificado que estas cosas creo que deben planificarse para no recortar a tijeretazos la espontaneidad y frescura que juzgo necesaria, me presenté donde iba a tener lugar el taller para conocer a los participantes.

    Y todo mudó de repente, el planeta entero (al menos el que a mí más me incumbe directamente, el que piso), se derrumbó bajo mis pies. Había habido un pequeño mal entendido, o no me habían explicado las cosas con total precisión o..., da igual, la cuestión es que los futuros participantes en el taller no eran ancianos, gentes de la tercera edad para proseguir con el eufemismo, sino que eran discapacitados mentales (no profundos o leves)pertenecientes a una veterana asociación dedicada a procurar más y mejor vida al colectivo.

    ¿Discapacitados mentales para trabajar con ellos en un taller de lectura? Me entró el pánico viéndoles allí, sentados, algunos con la mirada perdida, otros adormilados, otros ensimismados... Lo primero que pensé es que el reto era para mí una quimera, fundamentalmente por mi carencia completa de preparación especializada. Sólo soy un modesto licenciado en Historia, alguien sin ninguna experiencia en el trato con gente con problemas, sin conocimiento alguno de cómo proceder desde un punto de vista pedagógico, de cómo encauzar la tarea de leer en sus condiciones especiales. Pero mi inconsciencia es proverbial, y decidí no amilanarme, probar al menos si era capaz de platearme salir airoso de este complejo reto.

    Volví a sumergirme en la red electrónica y a recabar información al respecto, modifiqué los planteamientos, revisé los esquemas, cambié pretensiones aquí y allá, redefiní el trabajo... Lo único que mantuve fue la lectura, el libro que había decidido fuera el que leyesen los asistentes al taller, fuesen quienes fuesen: El baile, de Irène Némirovsky. Había tomado esta decisión atendiendo a varios motivos: la brevedad de la obra, menos de un centenar de páginas con buena letra; su enorme calidad; lo interesante de la situación que plantea; las múltiples lecturas que permite; lo “entretenido” de la trama; la interesante personalidad y vida de la propia autora.

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    Irène Némirovsky

    Así que llegado el día, me armé de valor y me presenté en el lugar de la cita, cargado con la veintena de ejemplares de El baile que había comprado. Me encontré ya sentados en la sala a la casi veintena de jóvenes y no tan jóvenes discapacitados que esperaban expectantes, nerviosos, curiosos y quizá con más miedo que yo mismo.

    A cada uno le entregué su reluciente ejemplar de El baile. Lo cogieron, lo abrieron, lo observaron por delante y por detrás, lo olieron... Y dio comienzo el taller, dio comienzo una de las horas más alucinantes e inolvidables de mi vida en el mundo de la cultura. Fue absolutamente increíble la reacción de todos a lo que allí se hablaba, a las preguntas que se planteaban, a la presentación de Irene Némirovsky, el interés que en ellos despertó los avatares vitales de la escritora, su triste final... Leyeron con grandes dificultades los párrafos del comienzo, pero en ¡cuántos detalles en principio insignificantes caían!, ¡qué aspectos les interesaban!, ¡con qué inocente pero incontenible pasión se metieron en la historia!, ¡enseguida se hicieron íntimos del señor y la señora Kampf, de su hija adolescente Antoinette...! Fue sorprendente y verdaderamente conmovedor, increíble.

    Cuando acabamos este primer encuentro de introducción y toma de contacto en el taller de lectura, se me acercó tímida una de las participantes. No podría precisar ni por aproximación su edad, pero desde luego ya no era una niña, era más bien una mujer que se desprendía ya con celeridad de su segunda juventud, y dejaba ver por todos sus lados la anciana en la que se iba a convertir en breve. Bajita, desaliñada, pobremente vestida y sin ningún gusto o distinción, de andares torpones y ajenos a cualquier atisbo de femeneidad. Con pocas dudas podría haber dicho que la expresión de su rostro reflejaba a las claras no muchas luces y un grado alto y perfilado de embrutecimiento. Había estado callada todo el encuentro, asintiendo mecánicamente a lo que escuchaba. Se me acercó despacio, dudando si mirarme a los ojos y explorando cada baldosa del suelo con el pie pequeño y tímido. Cuando llegó hasta mí, se paró y me dijo con una voz clara y segura: “es una gran escritora Némirovsky, y tengo ganas de leer este libro. No hace mucho terminé su Suite francesa, que es mucho más largo, y me encantó”.

    Sólo puedo decir que aún estoy buscando todas mis piezas para recomponerme. Espero hacerlo para estar algún día a la altura de semejante lectora.

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    Wednesday,22 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Leamos un poema:Estatua mutilada, de José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,283 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    "Para la cubana Amparo, una de mis lectoras predilectas"

    Hoy les voy a proponer algo singular, especial, quizá para algunos inaudito, y por eso interesante. Les propongo leer y comentar un poema.

    Se trata del poema de José Hierro "Estatua mutilada", perteneciente a su poemario Libro de las alucinaciones, publicado en 1964, el mismo año en el que yo nací. "Estatua mutilada" siempre me ha resultado un poema fascinante, bellísimo y muy significativo, provocador de múltiples lecturas y reflexiones; un poema que quiero compartir con todos ustedes. Anímense a la lectura y ya me dirán más tarde, quizá tomando un café en cualquiera de esas calles en las podríamos encontrarnos cualquier día teniendo algo en común: un poema.

    Estatua Mutilada

    Mujer de un funcionario romano, /recorriste la tierra /-sombra suya- de Gades a Palmira./Soles distintos te adoraron,/maduraron tu piel, fueron dejando/seco tu corazón.

    Cómo sería tu cabeza, tu mano,/lo que fue carne tibia, vestidura del alma/y luego piedra silenciosa.../Ahora la mano ya no está en la piedra./Y la cabeza fue limada, desfigurada y corroída/por el agua que la albergó durante siglos./¿Cómo serías? Imagino que el escultor,/sumiso a los clientes, las rutinas,/los tópicos vigentes en la Roma de los Césares,/copió de ti la apariencia banal./¿Serías verdaderamente/-no quedan rasgos que dejen comprobarlo-/matrona dura que mandaba sus hijos a la guerra,/que prefería muertos valerosos,/soledad y desolación,/antes que amor, calor y compañía de cobardes?/¿O tu rostro impasible/revelaría otra verdad?

    Ahora no tienes ojos,/ni siquiera de piedra,/para que en ellos se refleje y cante el mar,/el mismo que rompía en tus ojos humanos/y te vestía de llamas azules./(A la orilla del mar ocurriría aquel amor).

    Un legionario, un soñador, un triste, /a la orilla del mar... Y le decías:/“Ráptame, llévame contigo, da a mi vida/sentido y esperanza, olvido y horizonte,/dale vida a mi vida”. (Él fingiría indiferencia/cuando subías con ofrendas al templo./Y te abrazaba, enloquecía, te daba vida y muerte/cuando estaba con él a solas.)

    El día que marchaste, dócil al lado de tu esposo,/a otro sol y otra tierra del Imperio,/lloró desconsolado el que era fuerza tuya./Te hizo un collar de lágrimas./(Esto debió de suceder en la Imperial Tarraco.)

    Ahora no tienes ojos,/ni siquiera de piedra./El mar y el tiempo los borraron./(Dentro del mar se pudriría aquel amor.)/Sólo te queda la impasibilidad con que te imaginaron/para edificación y pasmo de los hombres./Jamás podrá la piedra/albergar un soplo de vida./Y entonces, dónde ha ido tanta vida,/dónde está tanta vida que la piedra no puede contener,/no puede imaginar y transmitir./Tanta vida que fue la salvadora/del olvido y la nada, ¿habrá muerto contigo?

    Cómo puede morir lo que fue vida./Quién puede asesinar la vida./Quién puede congelar en estatua una vida./Qué hay en común entre este bulto/-pliegues rígidos y elegantes,/rostro esfumado, manos mutiladas-/y aquella estatua de ola tibia,/aquel pequeño sol poniente,/aquel viento de carne pálida,/aquella arena palpitante,/aquel prodigio de rumores:/lo que tú fuiste un día,/lo que eres para siempre en un punto del tiempo y del espacio,/en el que escarbo inútilmente/con el afán de un perro hambriento.

    Bien, yo no sé si ustedes conocen que el propio José Hierro estableció diferencias dentro de su obra poética entre "poemas reportaje" y "poemas alucinación".

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    Los primeros, los poemas reportaje, son aquellos en los que Hierro pretende informar sobre algo, contar algo con un marcado tono narrativo. Son poemas compresibles para cualquier lector y relativamente directos, en los que se nos narran unos hechos, aunque no de forma fría y objetiva.

    Los poemas alucinación, sin embargo, son aquellos en los que como señala el poeta, “todo aparece como envuelto en niebla”, creando una sensación nebulosa, de algo que habita en la imaginación y ayuda a penetrar o entender realidades que se sitúan más allá de lo visible. En principio, los poemas incluidos en Libro de las alucinaciones pertenecerían a este segundo apartado, aunque partimos de la idea de que es absurdo pretender enmarcar la poesía en los moldes de unas definiciones cerradas.

    Por lo que respecta a Estatua mutilada, como otros del Libro de las alucinaciones, nos topamos con un poema que cabría definir como mixto, de transición, o, como dice Aurora de Albornoz, un reportaje alucinado. Es decir, un poema relativamente directo, en el que se nos cuenta una historia fácil de seguir en su desarrollo realista, pero en el que hay determinados elementos, un sentimiento de emoción que acaba dejando en el lector, gracias a la capacidad del poeta, una clara certidumbre de irrealidad, de reveladora y profunda ensoñación.

    De forma aparentemente sencilla, una voz anónima habla con una estatua a la que el tiempo ha mutilado. Al leer imagino una escena casi fordiana: un personaje, ante la tumba de su mujer, mantiene un largo y tierno diálogo con ella. La Voz del poema, al hablar con la estatuta, también habla con la mujer representada en la piedra. Por la conversación empezamos a saber que era mujer de un funcionario romano y que como tal recorrió buena parte del imperio. La Voz interroga a la estatua y le pregunta cómo fue en vida la mujer que representa. Los estragos del tiempo en la piedra no dejan hacerse una idea al respecto. Toda esta primera parte del poema incide en el tema clásico del paso del tiempo, y de manera indirecta, en uno de los “argumentos” poéticos por excelencia, el carpe diem, la conciencia del paso implacable del tiempo y, en consecuencia, la necesidad de aprovechar y gozar la juventud. La poesía del siglo de oro español, que tan bien conocía José Hierro, abunda en este asunto. Y me viene a la memoria también, para ponerlo en relación con el poema de Hierro, aunque de forma un tanto tangencial, el famosísimo Salmo XVII de Quevedo, el que comienza: “Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados...”.

    Pero de repente, en un punto y aparte que establece con claridad una segunda parte en el poema, se nos narra por sorpresa un elemento nuevo: una trágica historia de amor.

    La mujer representada por la estatua vivió una historia de amor con un legionario soñador y triste. Una historia de amor que se nos obliga a calificar de apasionada, ya que ella le suplicaba: “ráptame, llévame contigo, da a mi vida sentido y esperanza, olvido y horizonte, dale vida a mi vida”. La mujer que es estatua, no era una mujer feliz. La mujer que es estatua no tenía vida recorriendo el imperio junto a su marido funcionario. Pero la mujer que es estatua, como tantas y tantas mujeres del pasado era una mujer dócil, y cuando llegó la hora de marchar junto a su esposo abandonó al legionario, abandonó al que era su fuerza y le daba la vida. Y con su decisión dejó al legionario más soñador y triste que nunca, tanto, que el legionario le hizo un collar con sus propias lágrimas. Para poner punto final a la narración de la historia de amor, la enigmática voz aporta un dato geográfico para que nos situemos en un espacio determinado: “debió suceder” nos dice “en la Imperial Tarraco”.

    Esta historia de amor me parece maravillosa, porque es un melodrama en el que la Voz cree muy intensamente, y no se sitúa con ironía o cinismo por encima de él. Tanto cree en esta historia de amor que el detalle del collar de lágrimas, tan modernista, tan camp en un tiempo en el que los Beatles pregonaban con alegría su celebérrimo She love you (ella te ama a ti), tan propio de un cuento triste y perfumado de Oscar Wilde, no se nos transforma en algo baladí y amanerado, sino en algo exquisito, en símbolo terrible y hermoso de toda la historia: un collar, sí, pero de lágrimas.

    De repente, la Voz, de forma un tanto brusca, olvida la historia de amor y se centra, en lo que es una tercera parte del poema, en preguntarse mientras contempla la estatua mutilada a dónde ha ido a parar tanta vida, vida que la piedra no acierta a contener, ni siquiera a representar de forma aproximada. La voz mira la piedra que representa a la mujer que amó, que se apasionó, que hizo el amor, que lloró, que cantó, que sufrió..., y no ve en ella nada. Para qué tanta vida, se pregunta la voz, ¿cómo puede morir lo que fue vida? Y estos versos, estas preguntas, como un chispazo hacen que recuerde el soneto que cierra Cuaderno de Nueva York, titulado Vida, y en el que Hierro parece responderse a sí mismo más de treinta años después: “Qué más da que la nada fuera nada, si más nada será, después de todo, después de tanto todo para nada”.

    De nuevo, como si de una estructura de sonata se tratase, la voz retoma el tema del comienzo, e inicia una variación reflexiva sobre el paso del tiempo, la muerte, la desaparición de la belleza, y se pregunta qué hay en común entre la estatua mutilada y lo que fue la mujer representada, lo que esa mujer representó un día. La pregunta es retórica, ya que el poema nos está explicando, casi desde su principio, que no hay nada en común, que no hay correspondencia.

    Pero falta el golpe de efecto final del poema, los tres últimos versos, un golpe sutil pero demoledor, que viene a dejarnos completamente sobrecogidos y entregados como lectores a la alucinación, a lo nebuloso, y que en lo impactante me ha recordado a la aparición final del Comendador en el Don Giovanni de Mozart.

    “...lo que eres para siempre en un punto del tiempo y del espacio,
    en el que escarbo inútilmente
    con el afán de un perro hambriento”.

    La Voz que ha estado hablando con la estatua y con la mujer que luego es estatua, es la de un fantasma que regresa del pasado, es la voz del legionario enamorado que, a la vez, esto es indiscutible, es la voz de José Hierro. Hierro es el legionario enamorado, y éste, indiscutiblemente, es la voz anónima que desde una supuesta distancia nos cuenta la historia. Tres personas distintas pero un solo poeta verdadero.

    Un legionario-voz-poeta que sí dota de significado final la vida de la mujer romana muerta y amada, ya que la sitúa “para siempre” en un punto del tiempo y del espacio: la memoria (que es la casa de la poesía), el recuerdo caliente y vivo del legionario fantasma que es voz narradora y es poeta, que es José Hierro. Un lugar en el que este sólido fantasma vive, aún enamorado, escarbando inútilmente en los recuerdos, con el delirio de un amor hambriento que, volviendo a Quevedo, hambriento será por siempre, pero también perenne y vivamente enamorado.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Tuesday,21 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Puskas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,282 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Por mi edad jamás vi jugar al fútbol al húngaro Ferenc Puskas, ni siquiera en televisión. Cuando se retiró como jugador, en 1966, yo sólo gateaba. Después he visto en dvd o video algunos de sus mejores momentos, como aquel famosísimo encuentro de 1952 contra Inglaterra en el estadio londinense de Wembley, en el que Hungría vapuleó a los británicos por 3-6. Ese mismo año, 1952, Puskas se había proclamado campeón olímpico con su selección, los que fueron conocidos en todo el mundo como “los magiares mágicos”, y en la que figuraban verdaderas leyendas del balompié: Kocsis, Bozsik o Hidegkuti. Ferenc Puskas marcó la asombrosa cantidad de 83 goles en 84 partidos con la selección húngara, es decir, prácticamente un gol cada vez que jugaba, récord impensable de alcanzar en nuestros días.

    En 1956, cuando el jugador tenía veintinueve años, la URSS invadió Hungría para reducir de nuevo al redil del socialismo real a los húngaros. Puskas, que iba camino de Bilbao con su equipo, el Honved de Budapest, decidió apearse en la ciudad de Viena junto a otros compañeros y desertar, desertar del realismo socialista, claro, al igual que hizo, por ejemplo, el escritor Sándor Marai y tantos otros tipos poco amigos de las tiranías. La FIFA, la institución que organiza el fútbol mundial más o menos como le viene en gana, haciendo gala de una corrección política en verdad fulgurante, sancionó al jugador con dos años sin poder darle a la pelota y cobrar por ello.

    Con 31 años, en 1958, y cumplida su sanción por protestar contra la invasión de su país, Puskas fichó por un equipo español, el Real Madrid, donde formó delantera con Kopa, Di Stefano, Gento y Rial. Dicen que a Puskas, en ese momento, le sobraban aproximadamente unos 12 ó 13 kilos de peso, y durante los años que le quedaban de juego, casi siempre se le vio con una estampa poco atlética, por decirlo de algún modo.

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    Ferenc Puskas

    Pero eran otros tiempos, y el húngaro gordito consiguió con el “equipo de Franco” cinco ligas, una Copa de España, una Copa Intercontinental, tres Copas de Europa, y ser cuatro veces máximo goleador del campeonato, o sea, “Pichichi”.

    En 1966, cuando los Beatles sacaron al mercado el revolucionario LP Revolver, y dos años antes de que en París los ricos del primer mundo pidieran a voz en grito que la imaginación llegara al poder, un Puskas de 38 años colgaba las botas, quizá pensando en vengarse de los soviéticos comiendo bastantes bocadillos más del mejor ibérico de aquel entonces.

    Cuando uno ve las fotos del jugador húngaro, no puede dejar de reflexionar del mismo modo que el personaje de la zarzuela, y exclamar eso de que “los tiempos adelantan una barbaridad”, aunque a veces lo hacen para mal, es decir, para empeorar, para restarle salsa, gusto, y épica a la vida.

    Hoy, el Puskas que llegó al Real Madrid no jugaría ni en el más humilde equipito de barrio, y no lo haría porque cualquier chaval de menos de 25 años, fibrosillo de tanto comer cereales y leche desnatada, de tanta hora empleada a conciencia en el gimnasio para definir musculatura, de tanta pechuga de pavo baja en calorías y colesterol, de tanto dietista superferolítico, le machacaría los higadillos sin compasión ninguna, sin ningún gusto por el juego y el deporte, sólo por responder con eficacia y contundencia a unas órdenes bastante cercanas a lo paramilitar, recibidas de voz de un entrenador licenciado en Psicología y con verborrea de filósofo peripatético.

    En nuestros días, cualquier chavalito afortunado en eso de tener habilidad para manejar un balón, es ante todo un atleta consumado y de abdominales remarcados, un atleta que desconoce por completo las bondades del bocadillo de chorizo. Y al fichar por un equipo con dineros, él sufre una transformación pasmosa: acude al peluquero para que le haga un peinado estrafalario adornado con sutiles mechas, se pone unos pendientes de zafiro, viste con ropajes pensados en Miami por la hermana de Versace, se coloca sobre la nariz una gafas oscuras propias de un cyborg drogado, y se pasea por la ciudad en la que pernocta pilotando a sus dieciocho añitos un bólido de relumbrón proteico.

    No, el Puskas de aquellos años no hubiera durado hoy ni tres partidos en la liga de las estrellas. Lo hubieran pasado literalmente por encima lo contrarios, y no hubiera sido fotogénico para la imagen del equipo, no hubiera vendido muchas camisetas con esa tripilla que le asomaba por encima del pantalón, no se hubiera hecho tatuajes postmodernos en las pantorrillas, no hubiera hecho gritar de pasión nefrítica a las adolescentes rellenas de silicona a la entrada de los hoteles de lujo, no hubiera llevado cintas de marca carísima en el pelo, ni pulseras ni cadenas gordas y doradas...

    No, el Puskas de aquellos años no hubiera jugado al fútbol profesional: sería seguro lento, no iría bien de cabeza, no trotaría por el campo los noventa minutos reglamentados, no metería el pie con suficiente y arrolladora contundencia, no sería un atleta.

    Él fue un artista, jugaba con gusto de ajedrecista a un juego en el que había tiempo para pensar, en el que el toque sutil y carismático al esférico era aplaudido en los campos como una buena verónica, en el que se regateaba casi a cámara lenta, enseñando el engaño, saboreándolo, degustándolo. El deporte era entonces menos deporte y más juego, más pasatiempo para espíritus alegres y entregados... Hoy el deporte es un batalla sólo apta para gladiadores concentrados, en la que una mínima merma de potencia o agilidad te relega a ser pasto de los nuevos que llegan, siempre un poco más jóvenes, siempre un poco más atletas.

    Ha muerto Puskas cargado de Alzheimer, y con él, seguro, un tipo de deportista que ya es historia, que ya es sólo pasado. Un deportista que jugaba con sus compañeros a un juego en el que lo importante era jugar bien, inventando, solucionando, apostando, riendo..., a pesar de los evidentes kilos de más.

    Un deportista que como protesta tuvo el coraje de abandonarlo todo cuando la infamia invadió su país, su entorno, su vida. ¿Cuántos futbolistas superestrellas de hoy protestarían así por la dignidad personal y la de su país? Déjenme pensarlo un poco, mientras me atuso las mechas, me colocó la chaqueta de Dolce & Gabbana y atisbo el horizonte a través de los cristales tostados de mi rojizo Ferrari.

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    Monday,20 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Poema en viñetas (1969): un cómic de Dino Buzzati]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,281 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La primera vez que oí hablar del escritor italiano Dino Buzzati (Belluno, 1906-Milán, 1972), fue al también escritor Enrique Álvarez, alguien de quien me fío mucho en cuanto a su gusto y conocimiento del mundo de la narrativa europea se refiere. Me recomendó Enrique Álvarez la lectura de El desierto de los Tártaros, probablemente la obra maestra del narrador italiano, y lo cierto es que no me defraudó en absoluto. Aún recorre mi espalda un escalofrío curioso y desasosegador cuando traigo a la memoria al protagonista del relato, solo con su fusil vigilando un paso por el que debe llegar un enemigo que nunca termina de llegar, metáfora espléndida del hombre contemporáneo.

    Buzzati fue un hombre curioso y polifacético. Autor de cuentos, novelas y textos teatrales, también dedicó buena parte de su esfuerzo creativo a la pintura y la escenografía. Considerado por la crítica como uno de los grandes narradores italianos del siglo XX, sin embargo aún no es una presencia suficientemente constante en nuestras bibliotecas, y fuera de Italia continúa siendo un gran desconocido. Muy influido por las corrientes surrealistas de las primeras décadas del pasado siglo, parte de la crítica lo sitúa cercano a Kafka o a Italo Calvino, dos grandes cultivadores de los que podríamos llamar la “fantasía alegórica”.

    En España ha sido la editorial madrileña Gadir quien más ha hecho por poner a nuestro alcance la obra de Buzzati a lo largo y ancho de los dos últimos años, habiendo publicado en español hasta la fecha los siguientes libros: El secreto del Bosque Viejo, Un amor, La famosa invasión de Sicilia por los osos, El gran retrato, y el ya mencionado El desierto de los Tártaros.

    El responsable de Gadir, Javier Santillán, ha estado esta semana en mi librería favorita, y habló en ella, como no podía ser de otra manera, de sus publicaciones y de su aventura editorial, en la que ya ha debido de quedar claro que la obra de Dino Buzzati tiene gran importancia.

    Dejó Santillán para el crítico lo último que ha editado su editorial del autor italiano, un libro realmente especial para conmemorar los cien años de su nacimiento. Se trata de una espléndida edición a todo color de Poema en viñetas, novela gráfica, con dibujos del autor y traducción del siempre eficaz Carlos Manzano.

    ¿Dibujos del autor?, ¿poema en viñetas?, ¿novela gráfica? Sí, ni más ni menos. Y si queremos ser todavía más precisos, creo que no incurriríamos en un error garrafal si definiéramos el libro como un comic. Y es que de un comic se trata, es decir, de una historia cuyo sustento narrativo principal es una serie de dibujos (en este caso en color), al que acompaña sucintamente la palabra escrita.

    La primera edición de este Poema en viñetas (Poema a fumetti) apareció en Italia en 1969, constituyendo un acontecimiento literario de primer orden en aquel país, donde logró el premio Paese Sera al mejor comic del año. El trabajo permanecía inédito en España hasta ahora, momento en el que Gadir lo pone al alcance de todos nosotros.

    He degustado este poema en viñetas de Buzzati con rapidez. El asunto del libro es fácil de comentar: se trata de una recreación moderna del mito de Orfeo y Eurídice. A Orfeo lo convierte Buzzati en Orfi, un joven rockero milanés, y a Eurídice en Eura, una joven que desaparece en los sótanos de una misteriosa casa de vía Saterna, céntrica calle del Milán desarrollista e industrial de finales de los sesenta.

    Los dibujos de Buzzati presentan una fuerte carga expresionista, pero también, sobre todo determinadas viñetas dominadas por los desnudos femeninos (pág. 140, por ejemplo), una nada disimulada impronta pop. Las otras dos influencias permanentes en los dibujos y desarrollo narrativo de Buzzati son el surrealismo y el lenguaje cinematográfico, ofreciendo algunas páginas de esta novela gráfica el esquema clásico de un storyboard al uso. La técnica de Buzzati no es desde luego la de un consumado maestro, y en ella creo que predomina la fuerza convulsa y directa de lo naif y en apariencia espontáneo. Hay muchos dibujos de este comic que tenemos la impresión de haberlos visto parecidos en los poderosos fancines o comics que perfilan los adolescentes inquietos en las a veces prodigiosas revistas de institutos o movimientos contraculturales.

    En este sentido estamos ante una obra clave, pues se trata de una muestra sin duda espléndida de la cultura del comic en la Europa del milagro económico, y encima nacida de la mano de un maduro escritor de indiscutible categoría, que hace de su trabajo gráfico un ejemplo perfecto y grande de la ya mencionada "fantasía alegórica". Así, es este un libro que no le puede pasar desapercibido de ninguna manera ni a los incondicionales de Buzzati, ni a los estudiosos de la historia del comic europeo, ni a ninguno de los que degustan con fruición esta forma de expresión artística, cada vez más reconocida por el mundo de la cultura sesuda y envarada.

    Sin embargo creo que para el lector corriente y moliente es este un libro bastante prescincible. Opino que sobre él pesa en exceso el momento histórico en el que se concibió, tanto desde el punto de vista puramente argumental, como desde el punto de vista pictórico o gráfico, digámoslo así.

    El argumento está impregnado de consignas, soflamas y nociones sesentayochistas, ya me entienden ustedes. Y hay algunos pasajes incluso francamente delirantes, en el sentido quizá menos positivo del término. Me refiero, por ejemplo, a los momentos en los que Orfi (un tipo bastante cargante, además de su nombre, que tiene delito), guitarra en mano, le canta a una absurda legión de muertos, una sucesión de temitas que podríamos muy bien enmarcar dentro de lo que aquí se conoció como canción-protesta, comportándose así Orfi cual Raimon, Silvio Rodríguez, o el Paco Ibáñez de turno, llamando a una, hoy ya, sonrojante y trasnochada galopada.

    Y qué decirles de la puesta en escena a través de los dibujos: la larga sombra de la entonces (1969) reciente película de animación, Yellow Submarine (1968), dirigida por George Dunning, con banda sonora de The Beatles, y los propios Beatles convertidos en dibujos animados, se abalanza nítidamente sobre los trazos de Buzzati, tentando vagamente en ocasiones, una psicodelia incluso empalagosa y, desde luego, pasada de moda. Aunque bien es cierto que los dibujos del italiano no pueden calificarse con un solo adjetivo, y en modo alguno deben adscribirse a una única corriente o influencia, quede esto convenientemente subrayado.

    Lo dicho, libro de lectura y visión imprescindible para los amantes de Buzzati y de los comics, para los curiosos y para quienes gusten de poseer “tesoros” o rarezas bibliográficas; pero libro muy poco imprescindible para el lector que busque una narración que le deje dentro la sensación que sólo deja la gran literatura.

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    Friday,17 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El voto de 200.000 dólares (historia filatélica)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,280 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El partido republicano, con el presidente George W. Bush al frente, ha perdido las recientes elecciones legislativas en los EE.UU. Las primeras consecuencias directas de dichos resultados electorales, han sido la destitución de Donald Rumsfeld como Secretario de Estado, y el anuncio de un cambio de rumbo u orientación con respecto a la presencia militar norteamericana en el convulso y terrorífico Irak actual.

    La derrota se ha producido sin medias tintas, sin paliativos. Ha sido una debacle en toda regla. El pueblo norteamericano se ha pronunciado con claridad, y parece que los republicanos no lo van a tener precisamente fácil para lograr colocar de nuevo en la Casa Blanca a un inquilino con sus colores.

    Como en toda elección democrática dentro de la más rancia tradición occidental, hubo votos que se emitieron por correo desde todos los puntos del enorme país. Uno de esos votos, nunca sabremos si a favor de los demócratas o de los republicanos, si a favor o en contra de Bush, presentaba una característica que lo hacía muy, muy especial: iba en un sobre franqueado con un sello antiguo, un sello impreso en 1918 y de 24 centavos de valor, cuya impresión presenta el dibujo de un viejo “Curtis JN-4”, un biplano de fabricación norteamericana que se empleó en las batallas aéreas de la Primera Guerra Mundial.

    Lo que hace al sello tan especial es que en 1918 salieron poco más de cien unidades impresas con el avión al revés, anomalía que provoca el que los coleccionistas de sellos persigan con ahínco tan rara pieza, un “Jenny invertido” se llama, y estén dispuestos a pagar por un ejemplar cantidades nada discretas, en torno a unos 200.000 dólares, cifra que a todos nos vendría muy bien para andar un poco más desahogados en nuestras singladuras económicas respectivas.

    El singular hallazgo, al parecer, lo ha efectuado un funcionario norteamericano, pero a estas alturas de la película no sabemos si se quedará con lo encontrado, o si estará en la obligación de depositarlo en el seno de alguna institución pública.

    La historia tiene algo o mucho de rocambolesca, reconózcanmelo. Pero cuando desayunando chocolate con churros en mi chocolatería de costumbre, he dedicado unos minutos a pensar sobre el asunto, no me ha parecido lo más asombroso de la historia el franquear un voto por correo o cualquier otra misiva con un sello de coleccionista, con un valor en el mercado filatélico de 200.000 dólares (parece evidente que quien así lo hizo desconocía el valor del papelito engomado que empleaba); tampoco me lo ha parecido el que el voto sufragado por la estampita haya servido para castigar o para respaldar a un tipo, a un presidente como George Bush; tampoco lo es el que un funcionario contador de votos o lo que sea, tenga tan estimables conocimientos filatélicos y tenga, sobre todo, la santa paciencia de mirar uno por uno los sellos de los sobres en los que trabaja.

    No, a mí lo que me ha dejado helado es el que alguien, un ciudadano cualquiera de una población cualquiera norteamericana, conservara en su casa un sello nada más y nada menos que de 1918, que ese sello fuera válido para franquear un envío postal en los EE.UU. del año 2006, es decir, casi un siglo después de que el sello fuera impreso; y que el valor del sello, 24 centavos, todavía sea útil como para poder emplearlo en un envío postal.

    Es decir, que en los Estados Unidos de América del año 2006, alguien ha franqueado su voto para respaldar o para castigar la política en la guerra de Irak de George Bush, con valores emitidos durante otra guerra que aconteció hace casi un siglo, la I Guerra Mundial.

    De guerra a guerra, de siglo en siglo, un sello norteamericano cumple la finalidad para la que fue creado, hacer llegar a su destino un envío, un voto por ejemplo.

    ¿Alguno puede imaginarse que en España un ciudadano normal, al margen de veleidades y conocimientos filatélicos, pudiera conservar en el calor su hogar un sello de 1918? ¿Alguno de nosotros ha vivido alguna vez en un país, en una economía, en una sociedad en la que el dinero o los sellos (otra forma de dinero, claro) impresos hace un siglo siguiesen siendo válidos diez décadas después?

    Y luego decimos en esta Europa de nuestras entretelas, en esta España nueva rica y actualmente tan snob, que ese país que queda al otro lado del océano no es grande, que está habitado por ciudadanos tontorrones, ignorantes y medio lelos. ¡Vaya si es grande!, y lo son también, el caso del sello así nos lo recuerda, su democracia y su economía.

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    Thursday,16 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los Diarios de Azaña (10 años después)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,279 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Fue Juan Pablo Fusi quien, hace ya algún tiempo, nos aseguró a un grupo de estudiantes de doctorado de la Universidad de Cantabria, que cualquier español con cierto interés por la historia tenía por delante al menos tres lecturas obligadas: Cánovas del Castillo, Manuel Azaña y Ortega y Gasset. Pues bien, en la medida de mis posibilidades, he procurado seguir el sabio consejo del profesor Fusi. Y en ese trabajo que me propuse hace ya bastantes años, han ocupado siempre un lugar del privilegio los diarios que Manuel Azaña escribió entre julio de 1932 y agosto de 1933, y que fueron publicados por vez primera íntegros por la editorial Crítica va a hacer ahora nada más y nada menos que diez años, una década entera.

    Nos lo recordaba hace tan sólo unas cuantas semanas, el propio editor barcelonés de Crítica, en la conferencia que sobre la historia y trayectoria de su editorial impartió en mi librería habitual. Nos contó entonces cómo la edición de los diarios de Azaña supusieron uno de los mayores éxitos editoriales de la empresa, y cómo a día de hoy, una década más tarde, los Diarios continúan siendo una referencia imprescindible en su catálogo editorial.

    Recuerdo también que ese libro fue uno de los últimos regalos de Reyes que le pude hacer a mi abuela (una de las mejores y más talentosas lectoras con las que me he topado), y las discusiones que, tomando café, mantuvimos sobre Azaña y el libro en la cocina de su casa.

    Los diarios de Azaña son un texto que sirve de inestimable ayuda para comprender mejor algunos de los principales problemas planteados durante la Segunda República. Las anotaciones y reflexiones del entonces presidente del Gobierno se constituyen en fuente de primer orden para subrayar las tensiones dentro del régimen republicano, y para delinear los resortes del poder público en instantes de crisis, o en el planteamiento de asuntos de Estado la discusión del Estatuto de Cataluña, la aplicación de la reforma agraria, la reforma del ejército, la sublevación del general Sanjurjo o los sucesos de Casas Viejas son algunos ejemplos.

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    Manuel Azaña

    A todos estos valores hay que añadir otro que no es precisamente de calibre menor: la calidad literaria de una narración que posibilita al lector un más acertado y placentero acercamiento tanto a los protagonistas de los acontecimientos narrados, como a la esencia de los llamados “problemas de España”. Logro al alcance tan sólo de una inteligencia capaz de conjugar con habilidad y sabiduría dos oficios en principio tan distintos entre sí como son los de político y escritor, y que poco va a sorprender al conocedor del Azaña de El jardín de los frailes.

    Azaña empezó a redactar sus diarios en julio de 1931, interrumpiendo la tarea en agosto del 33, cuando dimitió como presidente del Gobierno. Los cuadernos escritos fueron nueve en total; cuadernos que una vez iniciada la guerra civil en julio del 36, el autor confió a su cuñado Rivas Cheriff, cuando éste fue nombrado cónsul general de España en Ginebra. A partir de entonces, los diarios de Azaña sufrieron una serie de peripecias, a consecuencia de las cuales pasaron a estar impregnados de una cierta aureola mítica, secreta y tremebunda. Tres de los nueve cuadernos fueron robados por un funcionario del consulado ginebrino, que cuando se pasó al bando franquista, los utilizó a modo de “salvoconducto” que sirviese para hacer pasar por alto sus pasadas “veleidades republicanas”. Una vez que en 1937 los diarios estuvieron en manos del aparato de propaganda franquista, fueron parcialmente publicados tras verse sometidos a convenientes procesos de mutilación y descontextualización. El objeto perseguido no era otro que el de apuntalar el creciente desprestigio de Azaña y el del resto de los dirigentes republicanos. Una vez acabada la guerra, la totalidad de los cuadernos acabaron formando parte de la biblioteca personal del general Franco, hasta que la por aquel entonces ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, los recibió de manos de la hija del dictador, Carmen Franco. En ese momento los diarios pasaron a manos del presidente Aznar (¿?), procediéndose tiempo después a su publicación, con el aval de un estupendo trabajo introductorio del profesor Santos Juliá. Todo esto también nos lo contó, de viva voz, y ofreciendo detalles maravillosos, como la relación que estableció con la viuda del político, el editor barcelonés, de cuyo nombre no puedo acordarme.

    Hay que decirlo con rotundidad, es este un libro de obligada lectura. El lector no se va a topar con el consabido texto autojustificativo, sino con unas notas rebosantes de lucidez, perspicacia e inteligencia, redactadas con pulso firme y un exceso de frialdad en medio del fragor y la vertiginosa inmediatez de los acontecimientos. Vamos a encontrar en esta lectura reflexiones de hondo calado político y humano, sabrosas descripciones de personas y paisajes, irónicos o amables apuntes referidos a los políticos que asumieron distintos papeles sobre el escenario de la Segunda República. Pero por encima de otras consideraciones, el lector atento va a tener acceso a las apasionantes experiencias que en torno al poder vivió Manuel Azaña, una de las escasas y verdaderas personalidades políticas y literarias de nuestro país en el siglo XX.

    Como muestra de la agudeza, la ironía, el talante y la precisión literaria que rezuman las páginas de estos diarios robados de Azaña, puede servirnos esta reflexión del escritor fechada el día de Navidad del año 32: “No puede llegarse normalmente a la cumbre del poder político y conservar la integridad y entereza del propio ser, con la vitalidad de los veinte años, si ha ido uno sufriendo las mutilaciones de una larga ‘carrera’. Yo no he hecho carrera, y estoy interiormente tan recio y tan en mi ser como hace veinte años”.

    Si hubiera que poner un pero a estos diarios, yo lo haría en torno a la constante frialdad y dureza que el autor impone en su juicio a los demás, y a los a menudo irritantes destellos con los que ilumina y subraya sus propias actuaciones. Con todo, este es un libro que desde la atalaya de la calidad literaria nos ofrece las reflexiones, la lucidez y las vivencias de un hombre/nombre esencial para la mejor comprensión y aceptación de nuestra historia más reciente, y cada vez más lejana.

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    Wednesday,15 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Examen de Historia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,275 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Ahora mismo acabo de poner punto final al examen que les pondré a mis alumnos a finales de esta semana. Llevo casi dos meses dando clases de Historia del Siglo XX en un centro universitario privado, dependiente académicamente de la Universidad Gales. Imparto la disciplina a alumnos de primero de carrera, a alumnos que se licenciarán dentro de cuatro años en Marketing y Relaciones Públicas. El examen es lo que se denomina un Progress Test, una prueba escrita para calibrar el nivel de conocimientos y de madurez expositiva alcanzada por los alumnos al acabar los cuatro primeros temas del temario.

    La experiencia está siendo muy gratificante. Anteriormente sólo había dando clases a alumnos extranjeros inscritos en cursos desarrollados por el Centro de Idiomas de la Universidad de Cantabria: alumnos de Oregón, japoneses, británicos, franceses, alemanes…, y el asunto sobre el que hablaba era algo así como “España hoy”, es decir, cuatro nociones muy generales sobre la realidad española de las últimas décadas. Algo bastante frustrante e inútil.

    Ahora la cosa es muy distinta. Todo está muy reglamentado y especificado, todo es concreto, serio y exigente. Los alumnos pagan por obtener una educación que les abra el mercado laboral europeo, y los analistas galeses examinan y controlan todo lo que hacemos para que a los alumnos no se les dé gato por liebre, y para que sus títulos académicos no se devalúen en modo alguno.

    Repito, hasta ahora estoy muy contento con la experiencia, con los alumnos que me han tocado en suerte en este primer curso. Son chicos alejados radicalmente de lo que se ve estos días en los noticiarios: alumnos impresentables, agresivos, maleducados y sin ganas de aprender absolutamente nada. Rondan mi veintena de alumnos los veinte años, son educados, formales, respetuosos, han viajado, hablan idiomas, manejan la informática con pasmosa habilidad, y los hay de diferentes nacionalidades (Méjico, Paraguay, Bélgica...) y regiones españolas…

    Pero sí, existe una pega, la quizá inevitable pega esperada por todos. Estos chavales aplicados y tranquilos presentan unos desconocimientos generales de tal envergadura, una ausencia tan casi completa de conceptos básicos, una carencia tan acusada de mínimos mimbres culturales…, que intentar establecer unos principios sobre los que levantar el edificio de una aproximación coherente a la historia occidental del último siglo, se convierte, cotidianamente, en una aventura arriesgada, compleja y desasosegante.

    No, en modo alguno exagero nada. En el mes y medio que llevo en la tarea, he explicado conceptos como “Modernidad” o “siglo corto”, y he desarrollado ya acercamientos bastante elementales a asuntos tales como la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, el “crack” del 29, o el nacimiento de los fascismos.

    Pues bien, a la hora de intentar acercarles a estos asuntos, me he topado con dificultades del siguiente calibre: “¿qué es un escaño?”, “Tratado de Versalles, ¿qué es Versalles?”, “¿qué es un zar?”, “España es un república”, “¿qué sinifica especular?”, “no, no sé cuáles son las dos ciudades más importantes de Rusia”, etc, etc… Únanle a estos “desconocimientos” otros de signo cultural impensables hace sólo dos o tres generaciones. Pondré algunos ejemplos. Nadie en clase había visto jamás una película de Chaplin, nadie había visto Tiempos Modernos; ninguno de los muchachos y muchachas había ni siquiera oído hablar jamás de Eisenstein y su Acorazado Pontenkin; ninguno lee el periódico diariamente; ninguno sabía quién era Shostakovich; prácticamente ninguno ha visto películas con más de diez años de antigüedad, ninguna ha leído más de cinco libros a lo largo de su existencia…

    Saquen ustedes sus propias conclusiones. Mi absoluta perplejidad, de momento, no me permite entresacar ninguna de verdad coherente, pausada y tranquila.

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    Tuesday,14 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Jack Palance, un ángel negro, un ángel redimido]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,273 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Compré la película hará unas dos semanas. No la volví a ver entera, pero sí que, en perfecta soledad, a eso de las dos de la mañana, repasé el hermosísimo comienzo, y también el bello y significante final, uno de los más influyentes de toda la historia del western. Para comprobarlo, proseguí en la madrugada la pequeña investigación, y vi de nuevo los finales de El jinete pálido y Sin perdón, quizá los dos mejores western de Clint Eastwood. En efecto, los tres finales son casi miméticos, al menos en cuanto a su desarrollo y contenido, aunque los dos más modernos son mucho más oscuros, más negros y sucios, pero menos alados y poéticos, menos trágicos y contundentes que la mítica historia rodada en 1952 por el genial artesano George Stevens con el título de Shane, y que en español, ignoro por qué incongruencia estúpida, siempre se ha conocido por Raíces profundas.

    En Shane, el personaje que interpreta con extraña y tozuda convicción Alan Ladd, es una especie de ángel blanco y redentor que tiene sus días contados, y lo sabe. En cualquier momento, un ángel negro, un ángel caído del mismo infierno acabará con él, y también lo enviará al infierno, o al menos al purgatorio. Shane lo sabe, y deambula por las montañas y los bosques, atraviesa los ríos y los senderos, intentando que no le dé alcanza su propia sombra, la de la negrura infinita que le acecha, que lo ha de envolver para siempre, más pronto o más tarde.

    En un paraje desértico rodeado de bosques infinitos y de montañas nevadas, apuntalado por charcos helados, hierbajos silvestres y un aire húmedo y fantasmagórico, se levanta un pequeño pueblo con cinco o seis cabañas de madera. A poca distancia se eleva lo justo una pequeña colina cuya cumbre está adornada por un puñado de tumbas.

    Allí, en esa escenografía hermosísima y de pesadilla, le espera a Shane, sentado pacientemente en una mesa del único bar y bebiendo café helado, el ángel negro que lo aguarda para conducirlo de vuelta al infierno. Ese ángel implacable, alto y delgado, con el mismo rostro que tendrá el conde Drácula no muchos años después, vestido con un guante de cuero negro, y con el terrorífico mutismo de quien ya sabe escrito su porvenir y destino, se llama Jack Palance, o mejor dicho, le pidió prestado al actor su figura errática de minero y boxeador.

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    Jack Palance

    Shane cabalga al amanecer con la velocidad justa de aquel que reza y decide acabar cuanto antes una tarea. La música de Víctor Young es entonces inquietante, machacona, cortante, no deja alientos. Shane es seguido por un niño y su perro que corren frenéticos para alcanzarlo, para ser testigos del duelo entre ángeles.

    Shane llega al pueblo, deja atado al caballo justo a la entrada del Salón y entra. Camina despacio, ya ha rezado todo lo que sabía y la suerte está echada. Se acomoda en la barra, muestra su arma reluciente a todos los presentes, exhibe su miedo controlado, lo pone en juego. La conversación con los presentes no dura mucho. Es un diálogo de los que se mantienen en el infierno: áspero, cortante, afilado. Todo está en calma, pero el perro que dormita bajo una mesa intuye la explosión de plomo y pólvora y se levanta, cruza despacio por medio del plano: algo va a suceder. El ángel negro mira con ojos de muerto a su alrededor, quiere que todo termine y regresar al calor espantoso de su hogar. En una fracción seguido todo termina. Shane ha sacado su revólver y hace fuego a un lado, a otro, hacia arriba... El ángel negro no pestañea, no sonríe, no llora, no tiene emociones, es sólo un espectro llegado del más allá..., pero se desploma sobre la mesa cargado con el peso nuevo del plomo.

    El niño y su perro lo han contemplado todo, están asombrados, la vida le marca al niño un punto y aparte. En eso, cuando Shane gira para marcharse, alguien le dispara desde las alturas de la construcción. El niño le avisa con un grito, Shane descarga más plomo en el cuerpo escondido, pero también él recibe una descarga. Todo ha terminado. El ángel negro yace roto apoyado en la mesa rota. El licor del malo le empapa la camisa y se mezcla con la sangre que apenas respira. Shane sale del local, monta de nuevo en su caballo, le pide al niño que luche con todas sus fuerzas por no ser jamás un pobre ángel caído. Shane se aleja muy despacio, sangrando por la herida, viviendo en ella. El niño ha dejado de serlo, y toma la decisión de no ser un ángel, de ser sólo un hombre, un hombre bueno. Shane continúa alejándose. El niño contempla cómo se aleja, cómo desaparece para siempre, sin remisión de su nueva vida. El niño, agradecido y angustiado, grita con todas sus fuerzas el nombre del ángel que ha caído ya sin solución, pero que antes de hacerlo, antes de inmolarse, le ha salvado a él, le ha dado una vida nueva. Shane ya no escucha..., va herido y lento cuando vemos su sombra dormir entre las lápidas del cementerio.

    Jack Palance estuvo nominado por segunda vez al Oscar al vestirse de negro y dar vida al ángel negro que quiere llevase a Shane y a todo el pueblo al centro mismo del infierno. Jack Palance, casi cuarenta años después, en 1991, logró el Oscar al subirse a un caballo para hacer de cowboy cascarrabias, de angelote cicatrizado, mítico y en el fondo bueno, y enseñarle una vida nueva al blandito Billy Cristal, y a otros pobres y tontorrones chicos de ciudad, en la casi olvidable película Cowboys de ciudad, de Ron Underwood.

    Jack Palance ha muerto. Lo dice el Telediario, mientras como unos canelones exquisitos. Cierro los ojos un momento, y veo el rostro de Palance, su figura negra y aterradora esperando con paciencia la llegada de Shane, esperando la partida que los llevará al averno. Y luego lo recuerdo a lomos de un caballo viejo, hablándole con sencillez de la vida sencilla a un Billy Cristal que, ejecutivo de la gran ciudad, se busca a sí mismo conduciendo una manada de reses por el desierto.

    Jack Palance, el mismo rostro para dos ángeles muy distintos.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Monday,13 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los crímenes de Max Aub]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,272 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Si exhibiendo un mal gusto ejemplar, cayésemos en la absurda tentación de realizar una encuesta en la que se preguntase por los nombres de algunos prosistas españoles que no perteneciesen a las más recientes hornadas, y tampoco estuvieran orillados en las ya lejanas estanterías del XIX, seguro que los nombres citados por la mayoría serían los de Baroja, Azorín, Delibes, Umbral, Muñoz Molina, Javier Marías, Ruiz Zafón, Pérez Reverte... y, cómo no, don Camilo.

    Estoy seguro también de que casi nadie mencionaría ni por mera casualidad el nombre de Max Aub. Casi todos caerían en el descuido por completo desconocimiento, y otros muchos, por juzgarlo sin duda un oscuro juntaletras compatriota del mítico Kubala, o tal vez un metafísico poeta oriundo de la remota Transilvania.

    Y es que, preguntémonos, ¿cuántos españoles han leído alguna página de Max Aub? ¿Tan pocos? Pues sólo queda decir que no saben qué gran placer se han vedado sin recato. Así que les animo a que con rapidez se acerquen a la librería más próxima y mejor dotada y adquieran alguna obra de este español de nombre tan poco hispano; por ejemplo, sus Crímenes ejemplares , libro sorprendente y divertido cuyo título es ya una provocadora invitación a la lectura y que, sin duda, supondrá todo un descubrimiento, especialmente para los amantes del relato breve/brevísimo, cultivado con fortuna en nuestra lengua por talentos como los de Monterroso, Galeano, Cortázar, Gómez de la Serna, Arreola o Torri.

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    Max Aub

    Si examináramos por completo la copiosa obra literaria de Max Aub (en la que destacan los seis volúmenes que conforman El laberinto mágico, su renovadora producción teatral, o el terrorífico testimonio del reencuentro personal con España plasmado en su autobiografía La gallina ciega), tendríamos que Crímenes ejemplares ocupa un lugar en principio secundario. Y esta apreciación la estableceríamos probablemente al prejuzgar, con muy escaso sentido literario, que los cuentos muy breves ("Lo maté por no darle un disgusto" es una muestra significativa), no pueden aspirar a ocupar otra distinta situación en la globalidad de las obras completas de nuestro autor.

    Sin embargo, la escritura de Max Aub, original artífice de una palabra ágil, sutil, inteligente y corrosiva, hace de lo que en un primer momento pudiera parecernos una “simple y singular ocurrencia”, todo un ejercicio de certera pulsación literaria en el que las diversas incursiones terminan adoptando el aire y la solidez de una obra maestra.

    En Crímenes ejemplares, por ejemplo, Max Aub ofrece un medido recital interpretativo con una sola partitura en el atril: la intolerancia. Una partitura que posibilita visiones muy variopintas de sí misma. Me estoy refiriendo, por no ir demasiado lejos en las apreciaciones, a la desmesurada capacidad de violencia y agresividad gratuita que oferta el género humano, o a la sinrazón global que posibilita que una persona busque o precipite el final físico de otra regalándose al menos la artimaña de un por qué (“La hendí de abajo a arriba, como si fuese una res, porque miraba indiferente al techo mientras hacía el amor”).

    Pero con toda su carga de tristezas, desilusiones y pesares, Crímenes ejemplares es, ante todo, un libro inteligente, dinámico, sutil y muy divertido, escrito con una carga tal de ironía y causticidad como para hacerlo recomendable sin ningún reparo a los jóvenes y avispados lectores, y muy especialmente a todos aquellos que nunca antes se hayan acercado a la saludable y hermosa prosa de este español con nombre de personaje de comedia de Ernst Lubitsch.

    Él se llamó Max Aub, nació en París, vivió en España, fue republicano, murió en el exilio mexicano, y hoy su obra permanece casi olvidada por los suyos, víctima de un crimen literario que ciertamente, bajo ningún concepto, podríamos calificar como ejemplar.

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    Friday,10 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La Praga de Kafka]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,271 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Me ocurre con alguna frecuencia. Entro en la librería sin ninguna intención premeditada, sin idea ninguna de comprar este o aquel título. Entro, paseo entre las mesas, olfateo el aire impregnado de perfume a papel impreso, charlo un ratito con las libreras, me siento un momento en el cómodo sillón sintiéndome en mi cuarto de estar, me levanto y rastreo entre los montones de libros expuestos, recorro con la mirada los lomos multicolores que descansan en las baldas...

    Muchas veces me marcho sin ningún trofeo nuevo, y casi siento una especie de alivio al hacerlo; alivio por mi depauperada economía, por mis estanterías ya prácticamente vencidas, por mi espíritu, que se siente libre de la obligación de emprender una nueva lectura, sabiendo que tiene pendientes muchas, muchas anteriores.

    Pero en otras ocasiones acontece justo lo contrario. Me voy a casa con una apuesta, con un libro en las manos del que nada sabía, del que nada había leído, del que nada han dicho todavía los suplementos de cultura de los periódicos o las revistas especializadas consultadas. Así me sucedió hace unos pocos días. Le echaba un prolongado y atento vistazo a las estanterías de la librería, cuando descubrí un título que me llamó mucho la atención: Praga en tiempos de Kafka. Lo saqué de su sitio y lo examiné. Su autora es italiana, Patrizia Runfola, una siciliana nacida en Palermo en 1951 y fallecida con tan sólo 48 años de edad en 1999. Amiga de Claudio Magris, era profesora en la Academia de Bellas Artes de Brera, y colaboraba en distintas publicaciones italianas y francesas, así como en catálogos de exposiciones especializadas en el arte de las vanguardias del siglo XX (pintura, fotografía, teatro, literatura...). Antes de moriri, a Patrizia Runfola le dio tiempo a publicar un libro de relatos (Lecciones de tinieblas), un ensayo sobre el poeta y libretista Hugo von Hoffmannsthal, un trabajo sobre el pintor Jirí Mucha (El palacio de la melancolía), y el libro que hasta aquí traigo.

    Praga en tiempos de Kafka, editado modestamente por la editorial Bruguera en una nueva colección dedicada al ensayo y dirigida por Ana María Moix (donde verá también la luz El palacio de la melancolía), no es un trabajo sobre el autor de La metamorfosis, sino una entretenidísima guía literaria de la capital de la actual Chequia, que realmente se lee casi como si de una novela de aventuras se tratase.

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    Kafka en Praga

    Un poco en la estela del fascinante libro de Angelo Maria Ripellino, Praga mágica (que mi perra Petra casi desbarató por completo cuando echaba los dientes), Patrizia Runfola pone en pie, literariamente hablando, la ciudad de Praga escribiendo sobre Kafka y su círculo de amigos artistas y literatos, sobre el complejo y variopinto arte de los años de entreguerras (pintura, escultura, carteles, diseño, música, poesía, novela, teatro...), que cambió para siempre la visión que entonces se tenía del mundo, y que tuvo en la mediana ciudad de Praga uno de sus puntos más dinámicos, influyentes, cosmopolitas y sobresalientes.

    Pero, sobre todo, el libro es una ensoñación que hace transitar al lector por las callejas oscuras de una de las ciudades más hermosas e inquietantes del mundo; le hace atravesar el oscuro puente Carlos camino del Castillo encantado para ir al encuentro de los alquimistas, magos y filósofos de la corte de Rodolfo II; le hace temblar sobrecogido con el fantasmagórico Golem de Gustav Meyrink; le hace revivir la estancia en la ciudad del poeta francés Apollinaire; le introduce en los animados cafés donde distintas tertulias de artistas, profesores e intelectuales discuten los viejos y nuevos rumbos de la historia; le invita a pasear por la Malá Strana en busca del viejo hogar de Beethoven; le hace mecerse con la música de Smetana dentro del minúsculo cuarto que habitó Kafka en la increíble Callejuela del Oro del Castillo; le sienta en un cómodo sillón a compartir café o cerveza, charla y opiniones, con Max Brod, Kafka, Franz Werfel, Brentano, Josef Kâpek, Gustav Mahler, Seifert, Jan Neruda, Jaroslav Hasêk, Albert Einstein...

    Para quienes conocemos Praga, hemos pateado arriba y abajo sus calles; para quienes disfrutamos con las historias que tienen lugar en cafés, buhardillas y callejuelas melancólicas y poco luminosas, historias protagonizadas por poetas, pintores, músicos notables pero no extraordinarios..., seres en verdad refulgentes en sus ordinarias y comedidas existencias... Este libro de Patrizia Runfola está llamado a convertirse en compañero inolvidable, en lectura imprescindible y citadísima.

    Para quienes aún no conozcan Praga, y sean amantes de pasear despacio, de respirar el aroma escondido de las ciudades, de conocer el escenario por el que algunos de los más grandes creadores del siglo XX deambularon, este libro es una guía indispensable y divertida.

    Praga en tiempos de Kafka es un gran libro, el escogido para abrir una nueva colección por una lectora de primer nivel, Ana María Moix. Praga en tiempos de Kafka, difícil mejor comienzo para una nueva aventura editorial en el abandonado territorio del ensayo en España.

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    Thursday,9 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Lord Joseph ConradJim]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,270 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Lord Jim (1900) es una de las obras emblemáticas de la novela de aventuras y de las pasiones humanas. Estas líneas intentan dar algunas de las claves del autor y la obra de ese libro para leer en ese “momento en que comenzamos a atisbar en el horizonte las inevitables dificultades que en la vida nos aguardan”.

    Recuerdo que, cuando todavía embarcado en la primera juventud, allá por 1990, leí el libro de memorias de Joseph Conrad, Crónica Personal (Remembranzas), inmediatamente decidí que me hubiera gustado mucho vivir la existencia de este escritor británico asimilado, venido al mundo en el año de 1857 en un rincón de Polonia (entonces bajo la dominación rusa), con el nombre de Teodor Jósef Konrad Korzeniowski.

    Es obvio que en aquel tiempo y situación, lo accidentado y difícil de la vida de Joseph Conrad (que fue, por cierto, lo bastante generosa en este terreno como para colmar la paciencia de cualquiera) no llamó tan poderosamente mi atención como el hecho, en principio extraordinario, de que el escritor hubiese logrado vivir hasta tres vidas completamente distintas por sus situaciones y circunstancias.

    Me refiero, primero, a la vida de niño y adolescente en su Polonia natal como miembro de una distinguida familia de aristócratas, y de la que aún guardo la idea (ya no sé hasta qué punto inventada) de breves viajes en un confortable trineo que un dócil caballo arrastraba por entre llanuras nevadas rumbo a una elegante y engalanada casa familiar. En segundo lugar, la vida de joven marino de Su Majestad, sometido a los emocionantes vaivenes de la aventura por los mares de los cinco continentes. Y, por último, la “apacible” vida de un reconocido escritor de ficciones, que escribe historias rodeado por su familia en una sólida casa de campo anclada en las verdes praderas inglesas.

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    Joseph Conrad

    ¡Quién podría pedirle más a la vida!, pensaba yo por aquel entonces: una infancia de aristócrata europeo en hermosos paisajes nevados; una juventud aventurera como navegante surcando los Mares del Sur en rápidos y manejables veleros; una madurez como escritor prestigioso en el seno de una de las sociedades más ricas y cultivadas de la época. Claro que, tal vez síntoma feliz de juventud despreocupada, no recuerdo haber caído nunca en la cuenta de lo que Carlos Pujol, en un libro de lectura tan recomendable como Victorianos y modernos, llama con singular acierto los “desgarros” de Conrad: la necesidad de exiliarse de una Polonia “desmembrada, ocupada y humillada por varias potencias extranjeras”, y en la que había perdido a su padre como consecuencia de una fracasada sublevación patriótica; el abandono del oficio de navegante sin haber cumplido aún los cuarenta años, debido a serios problemas de salud que ya no le abandonarán hasta su muerte; el afrontar, y no precisamente desde la juventud, los riesgos de una nueva y compleja profesión, la de escritor en una lengua que no es la propia; y una vez asentada su carrera de novelista, y para dar un término a esta lista de “desgarros”, que muy bien podría prolongarse durante unas cuantas líneas más, mencionaré los reproches de público y crítica que le acusaron, entre otras muchas cosas, de poseer “un estilo demasiado cuidado y consciente”, afectado y rebuscado..., reproches que Conrad tuvo el privilegio de compartir, por ejemplo, con su colega y amigo Henry James, el otro gran escritor británico asimilado del momento.

    No, no fue nada fácil la vida de Joseph Conrad. Como hemos visto estuvo marcada por amargos acontecimientos que, como subraya Miguel Martínez-Lage en su cuidado texto introductorio a Crónica personal, sin duda alguna contribuyeron a alimentar la preocupación de nuestro autor por “la consideración ética de las motivaciones y el comportamiento humano”. Un asunto que de forma más o menos acentuada, más o menos explícita, recorre toda la obra literaria de Conrad, desde El negro del Narcissus (1898) hasta La liberación (1920), pasando por El corazón de las tinieblas (1902), Nostromo (1904), La línea de sombra (1917) y, muy especialmente, Lord Jim (1900), novela que reeditó hace años Pre-textos en una edición cuidada y muy hermosa.

    El argumento de Lord Jim podemos resumirlo de la siguiente manera: Después de embarcarse en el Patna, un viejo vapor que traslada una muchedumbre de peregrinos, y debido a la colisión con los restos de un naufragio, un Jim sin voluntad y paralizado ante el horror de la situación, abandona el barco junto con el capitán y otros oficiales europeos, pensando que el hundimiento del Patna es algo irremediable. Sin embargo, el vapor resiste hasta ser auxiliado, y Jim, junto al resto de oficiales del Patna, sale deshonrado de la investigación que se lleva a cabo.

    Decidido a rehacer su vida y expiar su culpa, Jim inicia un peregrinaje por diversos puertos de oriente hasta recalar en Patusan, una isla del archipiélago malayo, donde logra hacerse con el respeto de los indígenas. Pero, traicionado por un bandido blanco que, sin su conocimiento, saquea la isla y asesina a los indígenas, se sacrifica a los deseos de venganza de éstos y muere asesinado.

    La obra, concebida en un principio por Conrad como un cuento inspirado en un hecho real (la historia del vapor Jeddah, que tuvo lugar en el verano de 1880), podemos interpretarla como un viaje iniciático en el que los acontecimientos externos (en definitiva, la vida) arrebatan al protagonista la inocencia, los sueños, las esperanzas, las seguridades y certezas de la infancia y juventud. Pero si en La isla del tesoro, Las aventuras de David Balfour, o Tom Sawyer, por poner ejemplos de todos conocidos, la iniciación a estas pérdidas tiene mucho de juego, de lúdica peripecia, en el Lord Jim de Conrad adopta oscuros tonos de tristeza y tragedia: la conciencia de la propia culpa y un deseo obsesivo de redención, que conducirán al héroe hasta la muerte, son dos de las principales claves que señalan el itinerario de Jim.

    “Los héroes de Conrad”, comenta Carlos Pujol en Victorianos y modernos, son “héroes de barro, muy frágiles, pero con un fuerte sentido de la dignidad humana, resisten los embates de la oscuridad, que es lo irracional y amorfo, el caos primigenio capaz de reconquistar la forma civilizada que los hombres han dado a la vida”... “los destruye un destino que no se deja domesticar ni aclarar”. Sí, el héroe de Conrad es de natural solitario, marcado a fuego por una desventura o un remordimiento que lo empujan a ser un fugitivo, un ser marginado que sólo a través del sacrifico personal y del estoico enfrentamiento con el destino encuentra una salida honrosa a su lamentable situación. Todos estos rasgos caracterizan a Lord Jim, pero gracias a la prodigiosa habilidad literaria de Conrad, nunca hacen de él un personaje pusilánime y patético. Gracias a su completo dominio del punto de vista, Conrad elude el mencionado riesgo, pone distancia de por medio y logra insuflar objetividad a la historia, consiguiendo a la vez un clima muy peculiar, al que dota de una misteriosa ambigüedad.

    En nuestros días, más de un siglo después de haber sido publicada, y tal vez de forma más justificada que nunca, Lord Jim sigue siendo una lectura irreemplazable, como casi todo Conrad. Es uno de esos libros cuyo recuerdo (sobre todo si ha sido leído en el momento en que comenzamos a atisbar en el horizonte las inevitables dificultades que en la vida nos aguardan), siempre nos confortará en la penuria y el abatimiento, pues en los momentos en que por razón de las adversas circunstancias lo necesitemos, con total confianza podremos recurrir a Jim como uno de los mas valiosos y emocionantes referentes éticos y humanos de nuestra memoria.

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    Wednesday,8 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Paquito Fernández Ochoa, unhaiku olímpico]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,269 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Nunca he soportado las familiaridades impostadas, me ponen enfermo. Quizá empezó mi problema al tratar con aquel petulante compañero de carrera, que cuando perdíamos el tiempo con él en su recién estrenado y relamido despacho, recibía llamadas de teléfono misteriosas, y al terminar la supuesta conversación en la que él sólo susurraba sí o no, decía con arrobo y snobismo de ley: “era Gustavo”. Como nadie decía nada, ni preguntaba por la identidad no revelada del tal Gustavo, e incluso alguno de nosotros, ingenuamente, pensó al principio que tal vez pudiera tratarse de la rana-reportero más dicharachera de Barrio Sésamo, el snob de buena ley, un hermoso día nos reveló la verdad: “era Gustavo, Gustavo Villapalos”, dejándonos pasmados ante la posibilidad de que el entonces Rector de la Complutense pudiera estar malgastando su preciado y limitado tiempo charlando con semejante cretino.

    Después vino lo de “Pepe”, nuestro “querido Pepe”, refiriéndose al poeta José Hierro. Cualquier pisaverde hispano que durante dos segundos compartió sonrisa y sombra con el poeta, hablaba y habla de él con esa falsa familiaridad que me revuelve el estómago. Y no digo nada de los políticos de turno, aquellos que en su puñetera vida han leído un solo verso del poeta, es más, aquellos que sin contemplaciones le hubieran propinado una soberana patada en la calva si de ello hubiera dependido asegurarse unos minutos más en la poltrona, cada vez que sale el “tema poeta” en declaraciones públicas, cierran los ojos obnubilados e impostan frases como: “Sí, un día me encontré con Pepe, y ya le dije...”, “estaba yo con Pepe, nuestro querido Pepe...”, “recuerdo aquel día en el que Pepe me dedicó su gran libro Poetas encuadernados en Nueva York...”. ¡Qué asco!, ¡qué miserables!

    Pero en España, quien durante más de treinta años se llevó la palma en cuanto al trato familiar e íntimo que se le dispensó en cualquier momento, circunstancia y lugar, fue el esquiador Francisco Fernández Ochoa, “Paquito”. “Paquito” acaba de morir a los cincuenta y seis años de edad, rodeado aún de una aureola campeonísima y campechana, treinta y cuatro años después de conseguir su único logro profesional de verdadera relevancia: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de invierno de Sapporo (Japón) en el año 1972.

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    Si cierro los ojos aún veo descender a “Paquito” sobre sus esquís, veloz, intrépido, inconsciente, en imágenes viejas en blanco y negro, por aquellas laderas nevadas en el país incomprensible del sol naciente. Paquito, diminutivo que en España es marchamo siempre de una gloria doméstica y candorosa, de una gloria imperecedera construida en torno al brasero de una mesa camilla muy concurrida, consiguió el primer oro del olimpismo español, es decir, que puso una pica en Flandes, en un Flandes amarillo y de ojos rasgados.

    Paquito consiguió entrar en el olimpo medallista hispano como casi todos los hispanos campeones en algo, en algo que nadie entienda ni se explica: lanzándose a tumba abierta cabalgando a lomos de la osadía irracional y el quijotismo más extremo y natural. Los ejemplos son varios: Manolo Santana en el tenis que se juega en la aristocrática hierba de Wimbledon, Fernando Alonso pilotando en Renault de millones de euros, Severiano Ballesteros jugando al golf en los campos más elitistas del orbe, vistiendo al principio su camisa Fred Perry de Galerías Preciados.

    ¿Cómo un español del año 1972 podía ser campeón en nada?, pero, además, ¿cómo podía serlo en un deporte que requiere frío y nieve, instalaciones adecuadas, equipos aerodinámicos...? ¿Cómo podía un españolito bajito y moreno ser olímpico en un deporte que practicaban entonces sólo los hijos más audaces de las walkirias nórdicas y wagnerianas? Paquito Fernández Ochoa era Sancho Panza en el Sapporo de 1972, pero un Sancho Panza que encontró dentro de sus corajudas entrañas su propio Rocinante, y encasquetando en su cabeza el yelmo de Mambrino, voló en busca de unos gigantes que, alucinados por el empuje inconsciente, mítico e irrepetible del hispano, se volvieron oro, medalla de oro.

    Paquito fue oro, fue campeón, y llevó su medalla, su trozo gigantesco de Olimpo japonés a otro Paquito, Paquito Franco, a quien a penas le quedaban entonces dos nochebuenas de vida más. Paquito ha muerto jovencísimo para morir. El que voló sobre la nieve japonesa trazando haikus con sus esquís, ha dejando ahora la vida dibujando de nuevo kaikus con los neumáticos labrados de su última silla de ruedas. A Paquito ya no le quedan más nochebuenas, pero sí el cobijo de quienes le vimos volar sobre dos esquís baratos, Sancho Panza quijotesco e impensable, en pos de aquel oro japonés que hizo atisbar a muchos españoles de entonces un Olimpo próximo, el que empezamos a construir entre todos al morir el otro Paco. Así es la historia de España, de Paco a Paquito, y sigo porque me lleva la corriente.

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    Tuesday,7 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Una tarde con Henning Mankell y Kurt Wallander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,268 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El sábado pasado no estaba ella. Por la mañana se marchó en avión hasta Madrid para reencontrarse con una buena amiga sevillana. A eso de la doce menos cuarto sobrevoló su avión el campo de fútbol en el que yo, en ese mismo instante, marcaba con facilidad un gol después de varias semanas sin hacerlo.

    Como todos los sábados, comí en casa de mi madre. Y después de ver en casa una película de Tim Burton, me enfrenté al hecho de la soledad. Toda la tarde y noche del sábado por delante para pasarla solo. Cuando no está ella el mundo es zozobra. Ni siquiera me afeité después de ducharme, ni me eché unas cuantas gotas de M-7 de Yves Sant-Laurent, ni me cambié de ropa... Sin ella me abandono a la desidia cotidiana, al spleen más errabundo.

    Bueno, decidí bajar al despacho a trabajar un rato. Sí, iba a corregir las pruebas de una revista, a escanear algunos textos, preparar las diapositivas para la clase de historia del lunes... No faltaba tarea para entretenerme solo, en la soledad del despacho del vacío edificio de tres plantas.

    Dejé al perro en casa con esa mirada que pone cuando me voy, como si se despidiese de mi para el resto de su vida, y bajé a las calles. Bullían las aceras de gentes que iban y venían. Los cafés estaban abiertos y de su interior brotaban luces doradas y olor a infusiones y mantequilla dulce. Planeaba ya en el ambiente el olor provinciano a castañas asadas, a fritura de churros con azúcar en las plazas, a risas adolescentes que van al cine como si de la mayor aventura posible se tratara.

    Me entró de repente hambre, pero hambre de goloso exquisito, de capricho confitero. Como iba caminando por el atestado Paseo de Pereda, entré en la confitería Gómez y pedí dos sobaos de los grandes. Quien no haya probado jamás los sobaos de Gómez no ha probado nunca un sobao de verdad: nada que ver, pero nada, con los que venden estuchados en los bares y en los supermercados. El sobao que venden en Gómez es una delicatessen pensada para los paladares dulces de los dioses, una delicatessen bastante consistente, eso sí, pues basta comer uno solo para estar sobradamente alimentado durante al menos dos o tres días.

    Con el paquetito de sobaos en la mano, seguí caminando por el paseo y deteniéndome cada treinta o cuarenta pasos en los kioskos que jalonan la ancha calle: periódicos, prensa extranjera, juguetes, mil y una revistas, discos compactos, dvds, golosinas, libros, fascículos, videojuegos..., todo un escaparate para asomarse al ancho mundo desde la estrechez pasmosa de estos increíbles y abigarrados bazares del todo y la nada.

    Entonces vi el libro: La leona blanca, de Henning Mankell. Lo compré inmediatamente y me encaminé ya sin demora hacia el despacho. Abrí, entré, encendí los ordenadores, las impresoras, los escáner..., me senté en la silla giratoria. Corté el nudo del hilo que cerraba el paquete de sobaos, cogí uno y lo desvestí de su capa de papel encerado y comencé a comerlo. Abrí el libro para hojearlo sólo unos instantes, pero me atrapó de tal modo que no pude dejarlo hasta consumidas doscientas y pico páginas.

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    Henning Mankell

    Había visto los libros de Mankell, claro, en las librerías, pero como buen prejuicioso que soy, jamás me decidí a leerlos: eran sólo novela negra, y además, escritos por un sueco. Pero a finales de este verano, estábamos cenando en un conocido restaurante de mi ciudad, mi amigo el decano Dámaso López, su mujer, la profesora de literatura Juana Victoria Gallego, ella y yo.

    Recuerdo que hablábamos de Jane Austen y de George Eliot, lecturas veraniegas de las dos féminas presentes, cuando Juan Victoria “confesó” que había leído una historia de Mankell, y le había atrapado de tal modo, que no había podido soltar el libro casi ni durante los saludables baños de ola en las playas de El Sardinero.

    Entonces recordé que a mí siempre me habían gustado las novelas negras cuando sus autores eran de los buenos, y me vino a la memoria una frase que no sé ahora quien pronunció, pero que era algo así como que la literatura duradera del siglo XX será la negra, la novela negra, o no existirá. Coincidió, además, aquella cena veraniega y el charlar sobre Mankell con la aparición en los kioskos de una colección de libros con el nombre “Novela negra actual”, y en la que se ofrecían y ofrecen títulos de dos de sus más conocidos cultivadores de nuestros días, Donna Leon y el propio Mankell.

    He leído ya cuatro obras de Mankell, las cuatro protagonizadas por ese policía de la ciudad sueca de Ystad llamado Kurt Wallander, un héroe-antihéroe que ya está sin duda en los anales de los más grandes protagonistas de la novela negra de toda la historia de la literatura.

    Los libros de Mankell, con Wallander en primer plano, me han interesado y conmovido. Me ha interesado cómo está situada la típica acción y trama de una novela negra, es decir, asesinatos, robos..., en la geografía en apariencia calmosa, civilizada y aburrida de una pequeña ciudad de Suecia, país en principio al que situamos completamente ajeno a las virulentas pasiones e intrigas que debe llevar consigo cualquier asesinato. Me ha interesado cómo Mankell desarrolla la acción de sus historias en un clima helado, en unos paisajes grises, nevados, lluviosos..., en unas carreteras en las que nadie circula a velocidad excesiva y se conducen domésticos Peugeot. Me ha interesado la reserva y normalidad de una policía sueca, en las antípodas de los superpolicias violentamente tecnificados de EE.UU, que trabaja paso a paso, con medios escasos y asequibles, errando aquí y allá, pero resolviendo los casos en la medida en que se pueden, a veces, resolver.

    Y me ha emocionado Kurt Wallander. Ese policía imperfecto, con una vida personal bastante deteriorada, pero en la que no falta la esperanza, y tampoco la desesperanza...; ese policía desarmado, que no comprende a su hija, a su padre..., pero que es capaz de entender el crimen, como algo nada ajeno a la humanidad.

    Es Mankell un escritor hondo y sabio, capaz de levantar un universo complejo, lleno de claroscuros, de incomprensiones fatales, de seres humanos cargados con todo sentimiento y toda condición, y es capaz Mankell, insisto, de conducirnos por ese mundo mostrándonos todos y cada uno de sus rincones, y haciendo de ese viaje, una experiencia literaria y humana de primer nivel.

    No adelanté nada de trabajo la solitaria tarde del sábado. La eché de menos a ella, comí dos sobaos exquisitos, y estuve de viaje en una pequeña, fría y húmeda ciudad sueca. Pasé la tarde en compañía del inspector Wallander. Se lo debo agradecer a un magnífico escritor llamado Mankell.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Monday,6 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[¿Elecciones catalanas? No, soy un fantasma]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,267 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes


    Dedicado a mi amigo Ricardo y a mi hermano Jaime, fantasmas de mi predilección


    A ver si me explico. Probablemente la mayoría de ustedes no sepa lo que es vivir cotidianamente en una comunidad autónoma de segunda o tercera, en una comunidad con alma y geografía de fantasma, de espectro, de ectoplasma imperceptible. Yo sí lo sé, porque vivo en la capital de Cantabria. Uno se vuelve plenamente consciente de ello asistiendo estupefacto y sinceramente rencoroso, por ejemplo, a los informativos diarios de las televisiones generalistas y de pago. Pongamos un ejemplo que, en modo alguno es una broma, una anécdota o un hecho aislado. Si hay tormentas y aguaceros desastrosos en el norte del país, la secuencia es más o menos la siguiente: “Conectamos con Galicia, donde en Santiago y La Coruña la noche ha sido de pesadilla... En Gijón las tormentas con aparato eléctrico dejaron sin corriente eléctrica a varias fábricas de la bahía, y en Oviedo fueron barrios enteros los que permanecieron a oscuras durante toda la noche... En Bilbao los daños han sido cuantiosos, mientras que en Donostia los aguaceros fueron de menor intensidad”.

    Si el tiempo es radiante en octubre, como ha sido hasta ahora el caso, la secuencia es esta otra: “La playa de Riazor está rebosante de bañistas durante estas hermosas y soleadas mañanas gallegas, que atraen a los turistas desde todos los rincones... La playa de Gijón tenía hoy este maravilloso aspecto, y todos disfrutaban del sol en el cuidado arenal... Un sol de justicia a alegrado la mañana a las masas de gentes que llenaban la playa de la Concha, haciendo de San Sebastián un lugar idílico...”.

    Si se dan las temperaturas en cualquier época del año, la funesta secuencia es más o menos la que sigue: “Al mediodía en La Coruña y Vigo lucía el sol y la temperatura era de 27 grados... En Asturias, por el contrario, pequeñas nubes cubrían el cielo y la temperatura se situaba en 18 grados, nubes negras que cubrían ya todo el cielo de las principales localidades del País Vasco y Navarra”.

    Si el Racing de Santander gana su partido de liga, o no se menciona en ningún lado, o es que el otro equipo prosigue inmerso en una crisis por todos conocida. Si Bruce Springsteen da un concierto en Santander (hace apenas dos semanas así ocurrió, por ejemplo), no es noticia, ah!, pero si lo ofrece en Móstoles, en Parla o en Alcorcón, entonces sí, todos los telediarios mandan a sus reporteros a cubrir el singular acontecimiento. Si el gran Zubin Metha dirige a la Filarmónica de Israel en Santander, nos enteramos cuando repite concierto en San Sebastián o en Barcelona. Si el célebre tenor Juan Diego Flórez canta en la capital de Cantabria, ese concierto nunca tuvo lugar, y sólo se reseña el que tres días después da en Sevilla o en Granada. Si el Ballet Nacional de España estrena una obra en el Palacio de Festivales de Santander, pues no es cierto, dado que en los periódicos se indica tres semanas después que lo va a estrenar en Valencia. Si cualquier prestigiosa compañía noruega de teatro ha representado en mi ciudad su última obra, y yo la he visto, pues tampoco, y me anuncian los periódicos, las radios y las televisiones de toda España que debí tener un sueño o una pesadilla, pues la mencionada compañía recala por primera vez en España en su visita a Madrid. Si aquí la Fundación Botín expone en primicia en España obras de Paul Klee, nadie se entera, no trasciende..., claro que si Alaska se tira un pedo y lo intenta pintar de verde dentro de un escaparate de la Gran Vía madrileña mientras berrea su última repugnante cancioncilla, la noticia nos la meten por los ojos y es tema de tertulia en todos los lugares in y fashion del país.

    No saben ustedes lo duro que puede resultar a la larga vivir en un pueblo fantasma, en una geografía que al parecer no existe, de la que nadie da noticia, de la que no hay ninguna noticia. Uno tiende a cuestionarse permanentemente, tiende a vivir en una irrealidad penosa y triste. ¿Seré yo mismo un fantasma, un ectoplasma nauseabundo y maloliente? Yo, palparme me palpo, pero claro, puede ser otro ilusión. ¿Y si viajo a otra parte? ¿Me materializaré de repente, o por el contrario, me desintegraré al no soportar mis componentes la fatal atmósfera de la realidad real, de la realísima realidad del más allá? Y es que ahora caigo, vivo en el más acá, en el acá tan acá que no tiene allá.

    Claro que quizá vivir en la nada del acá sin allá puede tener también sus ventajas, al igual que ser un pobre espectro. Tengo que reflexionar sobre dicho asunto. Pero mientras, a veces no puedo resistir la tentación de vengarme de la humillación de vivir en una realidad tan infinita como vaporosa, en una triste realidad en lugar fantasmal. Y si para los demás yo y mi mundo somos fantasmas invisibles, con gesto de niño caprichoso, tontorrón y mal criado, yo juego con todas mis ganas a hacer de los demás y de lo demás fantasmas, realidades inexistentes.

    Con infantilismo creciente y desquiciado, cierro los ojos a lo “demás”, y les grito eunuco y enfebrecido: ¡no os veo, no os veo, no os veo, chinchate, chinchate, os castigo a no existir, a no ser, al menos para mí!

    Así, cada vez que en la televisión hablan, por ejemplo, del País Vasco para ejemplificar cualquier noticia nacional (la llegada de los percebes centollo a las costas españoles, sirva la tontería), más rápido que Billy The Kid, agarro el mando televisivo y cambio de canal desde el sofá. Igual me ocurre cuando se utiliza a Cataluña, a Galicia, a Andalucía o a Madrid. Y qué decir tiene cuando salen tipos hablando en gallego, en catalán o en vasco, y atisbo con el rabillo del ojo, ya casi completamente cerrado, que además aparecen subtítulos en la zona baja de la pantalla. Entonces, con un rotundo golpe de dedo, mando al limbo a los interfectos, los convierto en fantasmas, y me transformo con la boca rezumando espuma rabiosa, no en un cazafantasmas, sino en un creafantasmas de primera magnitud.

    Por eso anoche no presté ninguna atención a las elecciones catalanas, y en cuanto vi que todas las cadenas se deshacían en seguimiento electoral, con un aire majestuosamente desafiante y trastornado, infantil hasta la nausea, apagué la televisión, y me perdí por el pasillo hablando conmigo mismo a voz en grito: “¡acaso pasan en Cataluña los resultados detallados de las elecciones en Cantabria!”, “¿es que en Cataluña entrevistan a nuestro inefable Revilluca y a sus anchoas el día de nuestras elecciones?”, “¿por qué demonios tengo que tragarme yo al Arturo Mas es menos, o al cara del Rovira de turno, o al Montilla amontillado, o al Piqué picado, y encima con subtítulos”.

    De regreso en el sofá, y mientras disparaba con el mando a distancia creando en mi mente atribulada centenares, miles de fantasmas como yo, coloqué en el reproductor de dvd la película de Marcel Carné, Les enfants du paradis, y al igual que un espectro niño y simplón, me marché al paraíso cinematográfico con el “carné” que me daba Carné, y allí permanecí con una sonrisa feliz y estrecha de miras, aldeana y resentida hasta la extenuación, hasta que de verdad me desvanecí, fantasma al cuadrado de mis curiosas y furiosas fantasmadas.

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    Friday,3 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Yo nunca tuve una Vespa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,265 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes


    Creo que fue antes de ayer, cuando viendo las noticias en la televisión, me enteré de que las motos italianas Vespa cumplen este año sesenta de vida. También me enteré de que las Vespa (avispa en italiano), nacieron con su peculiar diseño para proteger de alguna forma la limpieza de los pantalones de sus conductores, y librarles así del barro y suciedades mil que abundaban en las carreteras de la recién inaugurada posguerra italiana.

    Pero yo no quiero hablar hoy aquí del diseño de las Vespa, ni de sus sesenta años de historia. Lo que quiero es decir en alta voz que yo nunca tuve Vespa, y que ese es uno, hay otros, de los incumplidos sueños de mi juventud. Sí, yo quise tener una Vespa, una tal vez de color rojo, o quizá negro con algunas franjas blancas, o de color metalizado... Pero el color da lo mismo, lo que quiero recalcar es que quise tener una Vespa, y el sueño jamás se cumplió.

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    Sí, cuando salía de la Primera o la Segunda playa de El Sardinero, y hacía aburrida y humillante cola esperando el cutre autobús municipal, de repente, veía aparecer, a eso ya de la hermosa y prometedora caída de la tarde, a los chicos de la Vespa, todos ellos rebosando felicidad, todos con ese moreno en la piel que era un poco más lustroso y saludable que el de los demás.

    Con su irreductible aspecto de niños ricos, de tipos que saben que la vida les sonríe y les sonreirá, de herederos del despacho o la consulta del padre, llegaban los chicos de la Vespa con sus relucientes Lacoste y sus pantalones blancos, con el jersey anudado al cuello en gesto displicente, y aparcaban las hermosas monturas en la zona más chic del boulevard.

    Todos tenían el aire desenfadado que sólo proporciona la seguridad, y sentados en el amplio asiento negro de sus máquinas, saboreaban con delectación los helados multicolores de la heladería italiana. Yo los contemplaba medio escondido en el bulto torpe de la cola, agazapado tras los cristales ahumados de la marquesina, y envidiaba sus aires, pero sobre todo la arrogancia pasmosa de quienes saben que llegaron a la meta antes de salir.

    Allí, apoyados o sentados en sus Vespas, descansaban aquellos tipos ofreciendo posturas a la concurrencia, saboreando inconscientes la juventud, el aroma limpio del agua y el gel que limpiaron poco antes los restos del cálido salitre, soñando que ese tiempo que vivían era inacabable, prologable hasta el infinito. Recuerdo que siempre quedaba perplejo ante aquella exhibición teatral improvisada.

    Y poco antes de que llegase el autobús que me sustraería benéfico pero tontorrón de aquella fascinante tortura, ocurría lo que definitivamente me colocaba en el lado cálido del infierno, lo que me hacía desesperar como si alguien cruel me estrujase las entrañas con unos dedos estruendosamente candentes: aparecían ellas.

    Ellas eran esas chicas absolutamente preciosas, animales mimados y entrenados en la voluptuosidad de sus formas por una juventud inabordable..., esas ninfas de piel morena y tersa, dueñas absolutas de unas exigencias de la carne que entonces se encontraban en su punto máximo de perfección, con la gota de miel justa en la misma punta inmarchitable de sus pezones, con las uñas perfectas y rojas o rosas o violetas de los pies perfectos y sabrosos en su salinidad marina, con los labios carnosos de sus rostros narcisos pidiendo el suave roce de las cosas, de los otros, de los demás, de lo demás...

    Llegaban ellas, sí, crueles, motor y razón del éxtasis, y alegres con la alegría que sólo puede brotar de la atenta y muy cultivada inconsciencia, manejaban sus falditas de tienda cara o los vaqueros que insinuaban calmosos la sonrisa abierta de sus vértigos virginales, y cabalgaban a lomos de las brillantes Vespas, conducidas por aquellos chavales en vías de perfecto desarrollo, hacia dunas sinuosas y calientes, en las que los cuentos más hermosos de la volátil juventud, libaban las arquitecturas de nubes prietas y dulces de algodón.

    Sí, yo nunca tuve una Vespa.

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    Thursday,2 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Scoop, lo último de Woody Allen]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,262 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado sábado, después de tomar un café en el Café del Mercado, cogimos el coche y viajamos hasta el mayor centro comercial de las afueras de la ciudad, dispuestos a pasar la tarde viendo una película. El Racing jugaba contra el Valencia a eso de las ocho, por lo que pensamos que no habría mucha gente haciendo cola para sacar entradas. Nos equivocamos, había tres o cuatro colas y todas atestadas de gente, lo mismo que todo el centro comercial, incluida la librería. ¿De dónde saldrá tanta gente en una ciudad tan medianita como esta? Misterios por resolver.

    Como somos bastante señoritos, y nuestra condición de burgueses trasnochados nos impide perder el tiempo haciendo cola rodeados por manadas de críos saltarines y gritones, decidimos sacar las entradas en los cajeros automáticos concebidos para tal uso, y abonar por cada entrada un euro de más, con lo que cada entrada nos costó más de mil de las antiguas pesetas.

    Recuerdo que hará unos treinta años, en mi cumpleaños, por mil pesetas íbamos al cine seis o siete amigos, y a la salida nos daba todavía para un delicioso perrito caliente de los que venden en la Plaza Porticada y para un helado de sabor en la célebre heladería Capri. Después de otro café, buscamos en la sala nuestros asientos, y descubrimos que habíamos sacado entradas vip, es decir, unos asientos de color diferente al resto, un poco más grandes y colocados más o menos en la zona centro de la gran sala. Lo dicho, un euro más por ahorrarte la cola y por disfrutar de unos milímetros más de asiento.

    La película que vimos fue la última hasta la fecha de Woody Allen, Scoop. Ya creo haber dicho en estas mismas páginas que no me pierdo por nada del mundo la cita anual con el cineasta neoyorkino, y esta vez tampoco podía ser menos. Acudí al cine con cierta prevención, pues las críticas leídas hablaban de un Allen menor, muy alejado de sus grandes películas, y calificaban Scoop como una comedieta intrascendente que sí se deja ver.

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    Podría escribirse un voluminoso tratado acerca del prestigio cultural que tiene lo trágico, lo dramático, y el poco crédito que en tal sentido tiene la comedia (salvo en el mundo de la ópera, fíjense qué casualidad). Bien, es cierto que no estamos ante una las obras mayores de Allen, pero sí, sin duda ninguna, ante una deliciosa e inteligentísima comedia trufada de momentos memorables. Allen, al igual que en Match point, vuelve a rodar en Londres, y de nuevo ha dejado de utilizar jazz en su banda sonora para hacernos escuchar sólo música clásica: El lago de los cisnes de Chaikovsky y Perpetum mobile de alguno de los Strauss. De nuevo tiene como protagonista a Scarlett Johansson (un cisne a punto de sucumbir en un lago), quien, a pesar de que no me gusta como actriz, está incomparablemente mejor y más bella con Allen que haciendo de estúpido estereotipo plastificado con el banal de Palma en La dalia negra. Y, por último, vuelve a darle vueltas al tema de la muerte y los asesinatos, y vuelve a hacerlo ambientando el asunto en torno a las clases altas y pudientes británicas, intachables en principio en sus principios de refinamiento civilizado occidental.

    El resultado, ya lo he dicho, es una comedia muy divertida, con bastante más miga y enjundia de la que apuntan algunos críticos, con un Allen que vuelve a ponerse delante de la cámara con sencillez y notable eficacia, con mucha ironía y mala lecha, y proporcionando algunos momentos mágicos, fellinianos, hechos para vivir perpetum mobile en la mente de los cinéfilos: por ejemplo, cuando cruza en barco con la desoladora muerte las aguas de la laguna Estigia, y showman impenitente, se pone a enseñarles juegos de magia a sus difuntos compañeros de viaje sin retorno.

    En definitiva, otra cita con el autor de Manhattan que no me ha defraudado lo más mínimo, y que me ha hecho esbozar más de una sonrisa cómplice, instalado, eso sí, en mi maravilloso butacón vip.

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    Wednesday,1 nov 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Vázquez Montalbán, el poetanovísimo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,261 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Corría el año 1970, en los decisivos años finales de la dictadura franquista, cuando José María Castellet llevó a cabo una de las operaciones de promoción literaria más importantes y exitosas del siglo XX en lo que respecta a la poesía española: se inventó a los Novísimos.

    Los Novísimos eran nueve jóvenes poetas cuya obra venía a marcar un antes y un después en la poesía española contemporánea, ruptura que, como apunta Castellet en su prólogo, tenía instalada sus raíces en una nueva sensibilidad edificada en unos supuestos socioculturales, en una educación sentimental marcadamente distinta a la de las generaciones poéticas precedentes, y alejada por tanto del viejo humanismo.

    Castellet los dividió en dos grupos separados por edad, por un lado los seniors (Manuel Vázquez Montalbán –1939-, Antonio Martínez Sarrión –1939-, y José María Álvarez –1942-); por otro la coqueluche (Félix de Azúa –1944-, Pere Gimferrer –1945-, Vicente Molina Foix –1946-, Guillermo Carnero –1947-, Ana María Moix –1947- y Leopoldo María Panero –1948-).

    La importancia formativa de los mass media (cine, radio, TV, prensa, tebeos, publicidad…), de la poesía extranjera (los surrealistas franceses, Eliot, Pound, Wallace Stevens, Yeats, Saint-John Perse…), y de la poesía hispanoamericana (Paz, Lezama, Girondo…), establece buena parte de los rasgos distintivos de estos poetas que, en palabras de Castellet, copiando a su vez a Roland Barthes, terminaba su prólogo posicionando de la siguiente manera al nuevo grupo generacional frente a sus mayores: “…por el momento no hay más que una elección posible y esa elección no puede manifestarse más que sobre métodos igualmente excesivos: o bien proponer una realidad enteramente permeable a la historia, e ideologizar; o bien, por el contrario, proponer una realidad finalmente impenetrable, irreductible y, en este caso, poetizar. En una palabra, no veo, todavía, síntesis entre ideología y poesía (y entiendo por poesía, de una manera muy general, la búsqueda del sentido inalienable de las cosas)”.

    Los jóvenes novísimos decidieron poetizar, y lo hicieron con ironía, desenfado, humorismo camp, y fuertes dosis de cotidianeidad. El más “político” de los poetas Novísimos fue el mayor en edad: Manuel Vázquez Montalbán, un poeta que cuando apareció la polémica antología ya había publicado tres libros de poesía: Una educación sentimental (1967), Movimientos sin éxito (1970) y Manifiesto subnormal (1970). La poesía de Vázquez Montalbán presentaba ya entonces unas características que a grandes rasgos conservó hasta sus últimas entregas: la rotunda presencia de la vida cotidiana; el poeta Montalbán no como un espectador imparcial de la existencia, sino como su protagonista; el tratamiento emotivo y crítico de la realidad; la incorporación a su obra poética de explícitas referencias provenientes de la cultura popular; la construcción rigurosa pero desenfadada; y finalmente la presencia insobornable de la ironía.

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    Manuel Vázquez Montalbán

    Los Novísimos, con Vázquez Montalbán a la cabeza, modernizaron la poesía española y modernizaron con ella toda nuestra cultura. Eran la juventud española encarnada en palabra poética fresca, irónica, salvaje, culta, cosmopolita… Los Novísimos, con el paso del tiempo, se han convertido en académicos, novelistas, ensayistas, traductores, profesores universitarios, editores, periodistas…, y algunos incluso siguen escribiendo poesía.

    Con el paso del tiempo…, con el paso del tiempo la muerte se llevó ya a uno de esos jóvenes poetas españoles, al primero de los Novísimos, al poeta Vázquez Montalbán. Cuando lo digo en voz alta me parece mentira: ¡murió ya uno de los novísimos!, ¡un novísimo que tenía edad de jubilarse! Sí, reconocí en la muerte de Vázquez Montalbán una prueba más de que la vida, al final, siempre se nos come.

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    Tuesday,31 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[China]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,260 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La casualidad ha querido que en el plazo de apenas dos meses, varios amigos míos hayan viajado a China de vacaciones o por motivos de trabajo. El último ha sido Dámaso López García, el actual decano de la Facultad de Filología de la Complutense madrileña, uno de los escritores e intelectuales de mayor nivel y calado de los que he tenido la suerte de tratar, y uno de los mejores traductores del inglés que existe en nuestro país.

    Dámaso ha pasado el fin de semana en Santander, llegó el pasado jueves, junto a Fernando Savater, para ser miembro del jurado del premio de novela fantástica “Tristana”. El viernes por la noche cenamos en un céntrico restaurante uno de sus platos favoritos, tacos de rape envueltos en una fina capa de rebozado, y después de cenar, nos sentamos en un terraza frente al mar, en la zona de Puertochico. Las últimas noches santanderinas de este octubre que está a punto de acabar, han sido incluso veraniegas, por lo que las cervezas bien frías fueron cayendo una tras otra invitando a la prolongada conversación. La charla, como no podía ser de otra manera, giró en torno a las impresiones de mi amigo obtenidas a lo largo de su viaje.

    Dámaso viajó a China como representante de la Complutense, para firmar acuerdos con los departamentos de lenguas de las universidades de Pekín y Shanghai, sin duda las más importantes del país asiático. El español está siendo descubierto como casi imprescindible por los nuevos directivos de las empresas chinas, pues es el idioma principal de un gran mercado, el que va desde California, Tejas y Miami, en EE.UU., hasta la Patagonia argentina.

    Resumiendo, dos ha sido las cuestiones que más han llamado la atención de mi amigo: una se refiere a las proporciones, y otra a las diferencias insalvables con occidente.

    En cuanto a la primera cuestión, no es tal vez difícil de imaginar, pero sí de concebir con verdadera justeza. En Pekín y en Shanghai, juntas, cabría toda la población española. Dámaso tiene un hermano viviendo en Nueva York, y ha visitado varias veces la ciudad americana, mítico símbolo para nosotros del gigantismo metropolitano. Pues bien, Nueva York es, en comparación con las grandes ciudades chinas, una ciudad de tipo medio, y ciudades como Madrid, de cuatro millones de habitantes, son casi poblachones sin importancia diseminados por la geografía del gigante de oriente. Dámaso me contaba que en China las dimensiones son inconcebibles para nosotros, y ponía algunos ejemplos llamativos, quizá un tanto caricaturizados y distorsionados, pero útiles sin duda para su propósito de dar idea del gigantismo: el monasterio de El Escorial, me decía, es como la caseta del perro dentro de la ciudad imperial; la plaza de Tianamen es como un océano, nunca ves su término desde cualquiera de sus puntos; saliendo en coche de Shanghai, atraviesas una zona de unos cincuenta o sesenta kilómetros seguidos de fábricas, fábricas, fábricas y más fábricas, que no paran de producir a lo largo de las 24 horas del día. Y es que los más de mil millones de chinos son en sí mismos una dimensión social, cultural, económica y política que no puede calibrarse desde nuestros parámetros occidentales, parámetros ideados a la medida de sociedades como las nuestras que para ellos son sólo granos de arroz prescindibles de algún modo.

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    Toda Alemania, toda Francia, toda Gran Bretaña tendrían cabida en tan sólo tres o cuatro ciudades chinas que no figurarían ni siquiera entre las más importantes, ¿nos hacemos una idea de lo que eso significa? No, no nos es posible. Esa es una de las razones por las que somos tan diferentes de ellos. La importancia que tiene la vida humana en occidente, el ser humano como detentador de derechos inalienables e individuales, la idea del individuo como algo único e irrepetible, es imposible comprenderla en una sociedad conformada por cientos y cientos y cientos de millones de individuos. Por eso, cuando leemos que Mao ofreció enviar al egipcio Nasser un ejército de 250.000 chinos para ayudarle en sus contiendas, apenas comprendemos que ese ofrecimiento no tenía demasiada importancia para Mao, pues para su mentalidad y recursos era casi como ofrecerle sólo un brigada. Cuando leemos que ha habido un terremoto y han muertos 200.000 chinos, pensamos que la devastación ha hecho mella en el país, y no concebimos que esa cantidad apenas tiene alguna importancia, y que para las autoridades chinas esa cifra es sólo una anécdota perfectamente asumible. ¿Quién era el chino que se puso delante de los tanques en Tianamen? Para los occidentales una conciencia individual, un ser consciente de su destino, un nombre y un apellido con un historia necesitada de biografía; para los chinos fue sólo una minúscula viruta caída de un gigantesco engranaje histórico que nunca se ha parado y nunca se parará. ¿Incluso qué ha supuesto Mao en la milenaria historia china?, pues casi, casi una nota a pie de página de cierta importancia, pero nada más.

    Si en Europa Miguel Ángel esculpió su David, suprema metáfora renacentista del hombre como centro del universo, mucho tiempo antes, un ejército de artesanos anónimos delineaban un ejército de figuras de terracota para acompañar a un emperador chino. ¡El David frente al ejército de terracotas, qué mejor ejemplo de dos concepciones tan increíblemente distintas del hombre, y a la vez tan próximas y tan humanas!

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    Ese es el segundo punto que más impacto ha causado en Dámaso. China es el centro del mundo, ellos son el centro del mundo, el país, la sociedad, la cultura, el pensamiento, el arte, la civilización más importante que ha producido la humanidad. Así lo sienten, así lo exponen, así lo propagan. Cuando en nuestras facultades de historia se habla de eurocentrismo, es como hablar de una pequeña broma casera.

    Habría que hablar de un chinocentrismo de proporciones gigantescas. Están convencidos (y no sin razón) de que son ellos la raza, la cultura, la historia esencial y clave de la humanidad. Claro, hablamos de un país que existía ya siglos antes de que Arquímedes expusiera su teorema. Hablamos de un idioma que apenas ha sufrido variaciones desde la prehistoria, es decir, que un chino del 2006 lee perfectamente poemas escritos en chino en el siglo III antes de Cristo (concebimos qué significa eso!!!). A Dámaso le dijeron que salvo los siglos XVII, XVIII y XIX, en los que para ellos el país perdió alguna preponderancia, el resto de la historia humana tiene un eje central nítido: China, sólo China. Por eso, cuando ahora se habla en Occidente de ellos como una potencia emergente, al parecer sonríen, miran hacia otro lado y siguen trabajando con una concentración, una disciplina, y una rapidez que aquí nunca han existido.

    Me cuenta Dámaso que hay un viejo dicho con respecto a China. Todos los que han pasado en ella 15 ó 20 días escriben un libro de 700 páginas al respecto. Los que han pasado al menos un año, como mucho escriben un artículo de 20 páginas sobre un tema muy, muy concreto y lo publican en una revista de alta erudición. Los que han vivido en China más de cinco años, sencillamente se demudan ante la sola idea de intentar comprender algo y ponerlo por escrito.

    Yo llevo ya dos folios sobre China y sólo he apuntado cuatro datos sacados de una conversación en torno a un viaje ajeno. Parece que el viejo dicho es profundamente cierto, será por tanto mejor callar y continuar con la fría cerveza contemplando las aguas hoy remansadas de la bahía.

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    Monday,30 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Orhan Pamuk (Estambul), un Nobelcantado]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,257 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Mi librera actual se llama Paz, nombre de lo más adecuado, creo yo, para alguien que anda siempre entre libros. Paz proviene de una familia de libreros, los Gil. Sus padres fueron libreros y todos, o casi todos sus hermanos, todos los que conozco al menos, lo son también. Los Gil tienen tres librerías y un gran almacén. La última abierta es preciosa, y tiene poco más de un año de vida. Grande, espaciosa, distribuida en dos plantas, con mucha madera por todas partes y unos ventanales hermosos. Desde uno de los sillones que han colocado junto a uno de los ventanales, mientras tomas un café y hojeas cualquiera de los miles de libros distribuidos por las estanterías, puedes contemplar una hermosa estampa de la ciudad de Santander: el azul de la bahía cerca, cerca; el templete decimonónico de música; el palacio de los Pombo; la parte trasera de las edificaciones del Paseo de Pereda.

    No hará mucho más de un mes, quizá dos, Paz me dijo que iba de viaje de trabajo a Estambul, donde pasaría un fin de semana, junto a otros libreros españoles, invitada por la editorial Mondadori. En Estambul conocerían al escritor Orhan Pamuk, allí charlarían con él, y él les guiaría por la ciudad durante algunas horas. El viaje a Estambul para conocer a Orhan Pamuk y la ciudad, respondía a una campaña publicitaria de la editorial Mondadori, con el fin de promocionar el último libro traducido al español del escritor, precisamente el que lleva por título Estambul, ciudad y recuerdos.

    Paz viajó a la capital de Turquía y regresó fascinada. Ya había estado en ella en alguna otra ocasión, pero claro, mostrada por Pamuk fue otra cosa. Me contó Paz que el escritor se mostró encantador, y muy contento de poder tener un contacto abierto y directo con gente nueva. Pamuk, me confirmó Paz, está amenazado de muerte por los integristas turcos, e incluso hay zonas de la ciudad que él ya no visita por cuestiones de seguridad.

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    Orhan Pamuk

    Pamuk, así, se mostró como un preso en su propia ciudad, un preso privilegiado, eso es cierto, pero preso al fin y al cabo, es decir, alguien desprovisto de algunas importantes libertades, como la de deambular sin riesgo por las calles de la ciudad que habita. Con el escritor viajaron en barco por el Bósforo, y sus comentarios y advertencias rezumaban, al parecer, erudición y entusiasmo.

    Poco podía imaginar entonces Paz que estaba siendo ilustrada sobre Turquía y Estambul por el escritor que a los pocos días iba a recibir el Premio Nobel de Literatura 2006. ¿Poco lo imaginaba? Lo cierto es que los responsables de Mondadori y promotores del viaje algo al respecto dejaron caer a lo largo de la breve estancia en la capital turca, algo insinuaron ya a los libreros españoles durante el periplo promocional de lo último de Pamuk.

    También comentaron que el reciente Príncipe de Asturias de las Letras había recaído en Paul Auster dado que Philip Roth, cuando se le insinuó la posibilidad de ser premiado, comentó que no, que no viajaría a España en caso de recibirlo dado su delicado estado de salud.

    Una bonita foto de Paz, con Pamuk y dos o tres libreros españoles, cuelga de un tablero de corcho en una de las paredes de la librería Gil en Santander. Yo he comprado con mucho interés el libro del Nobel sobre Estambul, y ardo en deseos de comentarlo con mi amigo Nicanor Gómez Villegas, el único experto real que conozco y trato sobre la historia de Constantinopla y su área geográfica. Nicanor se doctoró en historia, no hace mucho tiempo, en la Universidad de Cantabria con una tesis sobre Gregorio de Nazianzo en Constantinopla. Ortodoxia, heterodoxia y régimen teodosiano en una capital cristiana , y también ha colaborado en este Ojos de Papel que aquí nos acoge. Pamuk sin duda es un buen Nobel, un adecuado Nobel. Las circunstancias personales y políticas del escritor hicieron de él, en principio, un aventajado candidato al premio, y luego, un aplaudido ganador.

    La cuestión que quiero dejar aquí planteada es más sencilla. Sólo quiero subrayar cómo una pequeña librera de Santander supo que el escritor con el que hablaba en Estambul, podría ser en breve el Premio Nobel del año 2006: se lo dijo algún ejecutivo de la editorial que edita, y muy bien por cierto, al escritor en cuestión.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Friday,27 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Un codazo a Picasso]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,256 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La noticia saltó hace tan sólo unos días. Una de esas noticias que hace que el café y los churros del desayuno en la chocolatería Áliva de mi ciudad sepan distintos, no sé por qué, pero distintos. Un multimillonario norteamericano iba a vender por una cantidad escandalosa una pintura de Pablo Ruiz Picasso. Cuando estaba enseñando la obra a unos posibles compradores, hizo un giro un tanto brusco y sin querer le propino un codazo al cuadro. El resultado es que lo dejó algo deteriorado, inútil, inservible para la venta, si no es previo paso por un buen taller de restauración.

    ¿Se imaginan ustedes por un momento que tal desgracia le hubiera sucedido no sé, por ejemplo, al camarero que en ese instante estaba sirviendo, tal vez, unas copas a los posibles clientes? ¿O a un experto en arte, tasador del cuadro que, al acercarse al mismo, tropieza con la tupida alfombra y estampa su nariz en la tela dejando un pequeño roto?

    No, esta vez el torpón Mr. Bean de turno ha sido el propietario. Y mientras saboreaba los churros sentado a la mesa, no podía dejar de pensar en el buen hombre, ofuscado rompedor de sus bienes, de su propia fortuna personal, mirándose el codo atónito, mirando el rasguño en el Picasso incrédulo, y tentando las ganas de echarse manos al cuello y apretar y apretar hasta sentir la falta de aire. Hubiera sido un adecuado remate para el asunto, un remate tragicómico, de esos que vemos sin creérnoslo ni por asomo en el cine de Woody Allen, por ejemplo.

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    Y sin embargo la fatalidad vive entre nosotros, está ahí, perenne, acechando el momento oportuno para hacerse codo, cabeza, uña, pie, resbalón, piel de plátano..., y provocar un accidente, eso que denominamos desgracia. El codazo al Picasso es un desgracia que le ha ocurrido a alguien incapaz probablemente de sentirse sujeto activo de la desgracia, instrumento casi fatal de la desgracia, eso que siempre les ocurre a los otros, a los pobres "demás".

    La desgracia del coleccionista de arte americano, o sin más especulador de codos fuera, coincidió en el tiempo con mi lectura de un libro sobre Picasso, en el 150 aniversario del nacimiento del pintor malagueño. Se trata de Picasso íntimo, escrito por el periodista Antonio D. Olano, y publicado por la editorial madrileña Espejo de Tinta, este mismo año en curso, 2006.

    Olano tuvo mucha familiaridad con el artista y su familia, pasó mucho tiempo con él en la intimidad, e imaginé que el libro ofrecería una lectura de interés y novedosa. El interés no se lo discuto. Es cierto que el libro presenta una cara íntima y muy española del genio malagueño, pero creo que todo queda ahí.

    Y lo hace porque no estamos ante un libro analítico, enjuiciador, exhaustivo, íntimo de verdad. Estamos directamente ante una hagiografía en la que Olano se muestra como un hombre dichoso hasta el arrobo por haber conocido al genio, por haber compartido con él sopas y butacas, y claro, desde esa perspectiva, poco puede esperarse de la lectura, salvo elogios, carantoñas y cariños sin número.

    Para el periodista, Picasso es el más grande genio de la historia universal del siglo XX, y partiendo de esa básica premisa, todo queda enmarcado dentro de la genialidad más absoluta, sin matizar, sin analizar, sin muchas veces ni siquiera corresponder a una lógica. Picasso íntimo es, en ese sentido, un ser angelical, muy amigo de sus amigos, preocupado por todo y por todos, por sus mujeres, por su familia, y con España y “lo español” permanentemente presente en su existencia.

    En Picasso íntimo, Olano presenta a un Picasso obsesionado, insisto, por España, y con gran interés por estar rodeado de españoles, y de españoles de lo más racial, españoles típicos y tópicos, casi de película de Ozores. Según Olano, Picasso no hablaba de política, ni de la dictadura franquista, ni de la situación general de España..., sólo habla de toros y toreros, quería comer comida española, beber vino español, recordaba constantemente sus años en España (Galicia, Madrid, Málaga, Barcelona), y hasta se le encogía el alma y se le saltan las lágrimas al escuchar una muñeira.

    Es interesante vislumbrar en las páginas del libro la especial relación existente entre Luis Miguel Dominguín y el artista (ese sí parece un libro merecedor de grande y buena investigación), pero hay párrafos sencillamente inefables, como la increíble entrevista y relación entre Picasso y el cantante Juan Pardo, ni más ni menos. Sí, Juan Pardo cantándole acompañado de su guitarra "Anduriña" al pintor, y éste, emocionado hasta el tuétano.

    El resto del libro está construido sobre tópicos picassianos, y con franqueza, no creo que vaya a ser un libro, jamás, de lectura obligada para nadie que quiera saber algo, de verdad, del artista.

    Ahora, si se quiere pasar un rato junto al Picasso más amable y cariñoso de todos los conocidos y habidos y por haber, pues nada, adelante con el libro de Olano. Quizá este libro tan demasiado íntimo sí hubiera necesitado para mejorar de algún que otro buen codazo.

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    Thursday,26 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Tutto Verdi!!!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,254 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    ¿Recuerdan el conocido Tutto Pavarotti? Fue un disco del famoso tenor italiano cuyo título hizo tanta fortuna entre la gente de nuestro país, que muchos iban a las tiendas pidiendo a los dependientes el último disco de un tal Tutto Pavarotti.

    Recientemente la frase con su poderío comunicativo y publicitario ha cambiado de apellido, pero sin salirse de lo operístico. Claro que ahora se trata de un apellido de verdad mayor, quizá el más grande que pueda emplearse junto a los Mozart y Wagner dentro del género. Me refiero a Verdi, Giuseppe Verdi.

    Y es que la ABAO, la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera, la , ha emprendido una las aventuras artísticas y culturales más alucinantes que pueda plantearse cualquier teatro o institución dentro del mundo de la ópera: representar todos y cada uno de los títulos de Giuseppe Verdi, es decir, afrontar un Tutto Verdi de nivel y calidad. Se ha propuesto llevar a cabo la hazaña a lo largo de los próximos 15 años, y hacerlo, insisto, no con los mínimos parámetros con los que el prodigio se realizó hace años en EE.UU., sino con suficiencia y holgura, poniendo la carne en el asador, dentro de la modestia general económica y de las posibilidades que hoy ofrecen los cantantes existentes. Para ello se ha rodeado de un consejo asesor de campanillas, entre los que figuran algunos de los verdianos más entusiastas del presente: el escritor Mario Vargas Llosa, el mítico tenor Carlo Bergonzi, el legendario y temido director de teatros y festivales Gérard Mortier...

    En total serán 35 títulos, contando con las reescrituras y diversas versiones que el genio italiano escribió a lo largo de su longeva existencia (1813-1901). Sí, Tutto Verdi, y los verdianos de pro, como yo, estamos entusiasmados, pues además de las representaciones, se realizarán también conferencias, proyecciones, una gran exposición..., vamos, que ya me estoy relamiendo los bigotes, contemplando la posibilidad de acercarme más, en vivo y en directo, al disfrute y conocimiento de uno de los grandes artistas europeos de la historia, uno de los que más me emocionan, uno de los más emocionantes.

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    Giuseppe Verdi

    Esta mañana, tomando los cafés del desayuno de rigor en casa, he estado escuchando el primer acto de Stiffelio, y luego algunos coros de Attila, dos de las óperas menos conocidas y representadas del Verdi casi primerizo. Y de inmediato la mente se me ha ido al proyecto Tutto Verdi, y de allí, con el sabor del café en la boca, me ha venido a la cabeza la célebre anécdota (no sé si verídica, pero qué más da, estamos hablando de cuentos y sueños) que posibilitó que el Tutto Verdi de la ABAO necesite 15 años para su cabal ejecución, y no unos pocos meses. Es decir, he repasado con alguna melancolía norteña y cantábrica el suceso que al parecer llevo a Verdi a escribir más óperas de las dos en la que decidió plantarse ante los reveses de la vida y la fortuna, ante el fracaso vital y profesional.

    Sí, Verdi estrenó su primera ópera, Oberto, conte di San Bonifacio, en 1839, sin que el trabajo supusiera ni un gran éxito ni un gran fracaso. Después, al año siguiente, estrenó, también en la Scala de Milán, su segunda obra lírica, Un giorno di regno, una comedia que fue un rotundo fracaso. Además, durante el periodo de escritura, la primera mujer del músico, Margherita Barezzi, murió, al igual que sus dos hijos.

    Abrumado por la desaparición de su familia y por los fracasos artísticos, Verdi decidió abandonarse a la suerte. Tomó la decisión de no volver a componer y vegetar de alguna manera hasta el final de sus días. Sin embargo, el intendente de la Scala, al verlo tan desesperado, le confió un nuevo libreto operístico y le recomendó que, con tranquilidad, le echase un vistazo, a ver si se le ocurría algo.

    Verdi cogió el manuscrito por compromiso. Marchó a su casa y, cansado y borracho de tristeza, arrojó de sí el manuscrito y se olvidó de él. Echó un sueño, se despertó depresivo y comenzó a deambular por la oscura habitación.

    La escena yo siempre la he imaginado por la noche. En una modesta habitación de una casa milanesa pobremente decorada. La luz de dos o tres velas es lo único que ilumina los rincones. Todo es pobre, no sucio, pero sí desordenado y confuso. Las ropas de la cama están revueltas, hace frío y hay bastante humedad. El hombre ha visto morir al primer amor de su vida, a sus hijos, es pobre, ha fracasado en sus sueños de artista..., nada tiene sentido. Sólo le queda deambular esperando algo, un milagro. Y de pronto el joven desesperado repara en el libreto abierto. Se acerca a él dispuesto a destruirlo, a echarlo al fuego. Lo recoge, y casi sin querer, deja que sus ojos lean algunos versos..., Va pensiero...

    Algo lo retiene, vuelve a leer los versos, se detiene en ellos, los repasa de arriba abajo, y una antigua melodía que había escrito cuando apenas era un niño le viene a la mente como un fogonazo... Los versos encajan a la perfección en la antigua melodía, y de repente ve en su interior una escena completa, las notas surgen y encajan con la historia, sí, una historia de un padre y su hija, de esclavos que quieren ser libres, se sienta, escribe, visualiza escenas, canta, escribe, escribe...

    Y así, del coro de esclavos que entonan Va pensiero, brota una ópera entera, una ópera de asunto bíblico, Nabucodonosor, que se estrenará en 1842 y cuyo éxito será como una marea imparable, arrasadora, anegadora... Nada volverá a ser igual en la ópera italiana, en el teatro lírico universal.

    Después vendrán más trabajos, más éxito y algún fracaso, pero siempre una carrera compacta, irresistible, revolucionario desde lo establecido: Ernani, Macbeth, Luisa Miller, Rigoletto, El Trovador, La Traviata, Un ballo in masquera, La forza, Don Carlo, Aida, Otello, Falstaff, el Réquiem... Tutto Verdi, un Tutto Verdi que es de por sí un universo sonoro inconmensurable, una historia sentimental del siglo XIX, la creación genial de estereotipos humanos. Tutto Verdi, ahora en Bilbao, durante los próximos 15 años. Vaya fiesta!!! ________________________________________________________________
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    Wednesday,25 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La dalia negra de Brian de Palma, con Scarlett Johansson]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,253 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El sábado por la mañana jugué el litúrgico partido de fútbol de todas las semanas. Me tocó en la banda derecha, como casi siempre, cubrir al exbarcelonista Amunike, y me otorgué una paliza de muerte que en nada remediaron los aquarius de naranja con los que festejé el triunfo, y van... Después de la ducha y el cambio de ropajes, pasé por la librería y luego marché a comer. La pasta con salsa boloñesa me reconfortó bastante, y la película de Claude Chabrol en dvd de después, me dejó como casi todas las del francés, un tanto estupefacto y pensativo.

    Intenté echar un sueñecito, pero el cansancio y el dolor en las piernas no me lo ponían fácil. En cuanto perdía un poco el conocimiento, Amunike se me aparecía driblando a diestro y siniestro con el balón en los pies. Así que hice una cafetera y empecé a leer. Acabé la ligera aventura del inspector Brunetti salido de la pluma de Donna Leon, y acto seguido terminé también las últimas páginas del diario norteamericano de Zenobia Camprubí.

    Bajé con el perro a la calle, tomé otro café y salí de casa, después de merendar unas cuantas rodajas de pan tostado con mantequilla y mermelada de ciruela.

    Extrañamente no había muchísima gente en la gran superficie. Pudimos aparcar con cierta facilidad y, después de tomar otro café y sacar las entradas, deambulé por la tienda de discos y dvds, y luego por la espaciosa librería. Lo cierto es que, como siempre, muy a gusto me hubiera llevado a casa varias compras, pero poseo un cierto sentido de la responsabilidad y conseguí pasear entre las mesas y vitrinas sólo acariciando los preciosos tesoros. Me detuve sin embargo un instante en la sección de poesía y descubrí un libro recopilatorio de poemas, una especie de antología de la poesía española y portuguesa contemporánea en hermosa edición de mi amiga, la poeta Amalia Iglesias. El libro se titula Poetas en blanco y negro contemporáneos, y está editado por la madrileña Abada este mismo año, 2006. Le eché un vistazo al índice onomástico y detecte muchos nombres de poetas conocidos: Eduardo Moga, Riechmann, Gamoneda, Blanca Andreu, Valero, Gimferrer, Sophia de Melo, etc... Por malsana curiosidad busqué en la g, y descubrí que también estaba incluido mi gran amigo Juan Antonio González Iglesias, y justo sobre el suyo, aparecía mi nombre. Bueno, me lleve la alegría de la tarde!!! Me busqué, comprobé que efectivamente estaba allí mi breve reseña bibliográfica, eché un vistazo a los poemas incluidos y, claro, compré el libro. Veintiséis euros del ala, sí, había hecho la tarde, como quien dice.

    Con el libro en una mano y con otra mano en la otra, nos encaminamos al cine. Entramos en la sala y me llevé una nueva alegría (¡qué sábado más estupendo, pensé!): pronto estrenarán en España la última película de Woody Allen, y siguiendo una costumbre arraigada en mi cinefilia, no me la perderé por nada del mundo.

    Bien. ¿Qué fui a ver? Pues la última película de Brian de Palma, La dalia negra, basada en la novela del mismo título del conocido escritor del género negro actual James Ellroy, autor también, por ejemplo, de L.A. Confidential.

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    Brian de Palma

    Brian de Palma pertenece a esa generación de cineastas norteamericanos que tanto prometieron en sus días de juventud, muchos de ellos ítaloamericanos (Coppola, Scorsese, Cimino...), y que apenas han cumplido las expectativas en ellos depositadas. Cineastas universitarios y muy mediatizados ya por la televisión, muchos han procurado hacer un cine de género, ateniéndose siempre a las claves más reiteradas y repetitivas de los mismos, pero sin conseguir casi nunca levantar el vuelo, lograr algo personal y memorable. Su cine, el de de Palma, con frecuencia presenta una cuidada, casi deslumbrante, factura. En él todo es casi impecable, desde la elección de actores (muchas veces grandes estrellas holywoodienses, como Scarlett Johansson, que a mí ni me hace particularmente mucha gracia), hasta la puesta en escena, pasando por las historias que cuenta, muy a menudo policiacas, entretenidas y un tanto confusas en su línea argumental (algo también muy propio de los trabajos literarios de Ellroy).

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    Scarlett Johansson

    El gran problema del cine de Brian de Palma es que acaba siendo un pastiche de los modelos seguidos, un pastiche en el que falta la garra, la contundencia y la sabiduría narrativa de los originales. ¿Es La Dalia negra una mala película?, no, sinceramente no. ¿Es una gran película?, no, sinceramente no. A lo largo del metraje, a poco cine que se haya visto, tienes la sensación de que de Palma encaja las piezas de un puzzle reiterativo y al que te has asomado muchas veces y con mejor fortuna. Casi cada plano empleado por el director tiene en la memoria del cinéfilo un referente en alguna otra película anterior del género. ¿Recuerdan, por ejemplo, la escena del cochecito de bebe cayendo por las escaleras en medio de un tiroteo en Los intocables de Eliot Ness? Bueno, pues clavadito a la celebérrima escena de la matanza de las escaleras de Odessa del Acorazado Potemkin de Eisentein. Y así tantas y tantas secuencias del cine del director ítaloamericano.

    Aquí, en La dalia negra, hay algunas referencias pálidas al cine de Howard Hawks, y desde luego, a mucho del cine de detectives americano de los años 40 y 50 de clase b. Las gabardinas empapadas por la lluvia de los detectives, el ambiente boxístico, las mujeres hermosas que son tentaciones peligrosísimas y que conducen a finales desgraciados, tramas en las que se mezclan la corrupción y el poder con oscuros dramas familiares..., pero todo pintado a la acuarela en vez de al óleo, todo servido con vino de mesa en vez de con vino envejecido con sabiduría en barricas antiguas, todo televisivo en vez de captado con el ojo que piensa en la gran pantalla... Todo ya mordido y ensalivado.

    ¿Deshonesto? No, ni mucho menos. Simplemente decepcionante si te disfrazas de exigente. Brian de Palma hubiera sido un director más de los muchos que trabajaban en los grandes estudios de los años cuarenta o cincuenta. Un artesano competente, capaz de sacar adelante y en plazo, proyectos pensados para entretener un buen rato a los aficionados en programas de doble y triple sesión. Nada más, y nada menos.

    Lo malo del cine presente es que hoy las películas de Brian de Palma se visten de esperados acontecimientos, y es entonces cuando sus trabajos pueden incluso llegar a irritarte. Pero el sábado fue un buen día: le gané a Amunike, me incluyeron en una antología sin saberlo, comí bien, terminé dos libros, vi una película inquietante de Chabrol, tenía en mi mano una mano que estrechar..., y Brian de Palma me hizo pasar un buen rato con su Dalia negra, pastiche al que ni siquiera vi pretencioso. Fue un buen sábado, repito. Y La Dalia negra un entretenimiento. Gracias, de nada.

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    Tuesday,24 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Planeta Pombo, Álvaro Pombo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,251 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Álvaro Pombo es un planeta. Por tanto, a mí no me ha extrañado nada que le dieran el Planeta por su última novela acabada, La fortuna de Matilda Turpin. Así el círculo se cierra. El Planeta para un planeta, el planeta Pombo. Sí, Álvaro Pombo es un planeta, y traslada dicho mundo a cada una de sus novelas, por lo que cada novela de Pombo también es un planeta, un planeta habitado por personajes que son, de algún modo, Álvaro Pombo. Este ser planeta de Pombo es lo que le une a los grandes escritores, a los grandes novelistas que en el mundo han sido: planetas, y creadores de planetas.

    Pombo, además de planeta, es un gran escritor, un gran fabulador, un gran novelista. Pero Pombo es un escritor en el que se cumplen muchas paradojas, por ejemplo, es un escritor que no escribe. ¿Qué? Sí, Pombo no escribe, dicta. Pombo es un fabulador homérico, y como tal, sueña, cuenta, narra en voz alta sus historias, y alguien, en algún rincón de donde él habla, en alguna esquina de la habitación en la que fabula quizá con los ojos cerrados, toma nota.

    A mí Álvaro Pombo me ha contado una novela. No fue hace mucho. Fue la última vez que vino a su ciudad, Santander, motor íntimo y quizá último de su capacidad narrativa. Pombo empezó a ser novelista en un balcón de su ciudad. Era un niño –lo cuenta él-, y asomado con los ancianos al balcón de la señorial casa familiar del Paseo de Pereda (el mundo, el universo, el planeta es el Paseo de Pereda de Santander, arriba y abajo), veía entrar los barcos a la bahía, y escuchaba, escuchaba, cómo los ancianos, en torno a los prismáticos de la indiscreción, fabulaban , elucubraban...: ¿ese barco viene de América, qué sabores nuevos traerá, qué olores, qué vestidos, qué costumbres malditas?, mira, por ahí va fulanita, dicen que el marido la engaña con menganita, pero ella, que ya cuando iba al colegio de Las Esclavas, era bastante alocada, mira con ojitos al director del banco, sí, ese que es primo de Don Fulano, el que perdió una fortuna en el Casino, y que luego se fue a Madrid, y de allí a Barcelona, a la Tabacalera, donde dicen que entró en contacto con los...

    Sí, Pombo aprendió a novelar desde el balcón familiar del Paseo de Pereda, desde unos prismáticos con los que su familia vigilaba la bahía, las calles de la ciudad, las playas, el mar, las montañas. Pombo fue el héroe de las mansardas de Mansard, de las mansardas del Paseo de Pereda, desde donde el mundo se extiende para contarlo.

    Sí, Pombo, en su última visita a Santander escribió una novela para mí. Fuimos en coche a las montañas de Tudanca, donde el académico y erudito vallisoletano, don José María de Cossío, vivió muchos años en una casona que heredó de un antepasado montañés, mandamás hacía siglos en algún punto del americano imperio español. En Tudanca, la Tablanca perediana de Peñas arriba, Cossío se encerraba a pasar la vida, y de vez en cuando iba a Madrid, a charlar con Lorca, con Alberti..., con los grandes toreros de su época, y a comer en las casas de la marquesas madrileñas, donde el cocido era más nutritivo.

    En Tudanca-Tablanca, Cossío construyó una inmensa biblioteca, y llenó los cuartos con manuscritos de los poetas del 27, con cuadros de Zuloaga y Vázquez Díaz. Alberti escribió su célebre oda al portero Platko en Tudanca, contemplando las montañas inmensas desde una ventana, desde un balcón, otro balcón al servicio de la literatura.

    En Tudanca, Pombo releyó los poemas que desde Londres le envío a Cossío treinta años atrás. Y Pombo sonreía alucinado, al ver sus poemas manuscritos de la juventud londinense perdida, allí, conservados por el Cossío casi torero, enamorado de los toros, de los toreros, del toreo..., Cossío, el torero gordo y melifluo que atesoraba poemas entre capotes ensangrentados y libros antiguos, entre trabucos de la guerra contra los franceses y estandartes barrocos de antepasados en América. Y todo en Tudanca, en Tablanca, el mismo pueblo, la misma casa en la que Pereda hizo peredismo para la literatura española.

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    Alvaro Pombo con Juan Antonio González Fuentes

    Allí estábamos el Planeta y yo, sentados en la cocina de la casona, esperando un café con sopas de pan duro que no llegaba y no iba a llegar, ante la mirada de un Pereda que nos vigilaba desde su retrato enmarcado, allá a nuestra izquierda. Y Pombo repasaba los libros del académico torero, le abría los armarios, le olisqueaba la cama, se asomaba a las ventanas y daba un paso atrás ante el vértigo de las montañas gigantescas. En Tudanca hay lobos, y osos, y águilas, y buitres..., y el Planeta Pombo abría los ojos como un niño, como el niño que fue y aún se asoma al balcón para ver los barcos... El Planeta Pombo escribía en su mente palabras novelescas en Tudanca, y de vez en cuando exclamaba: ¡qué fuerte!, ¡qué fuerte!

    Dejamos Tudanca y fuimos a la playa, en un descenso vertiginoso de pocos kilómetros que conducen desde las alturas olímpicas al nivel del mar. Durante el trayecto, Pombo escribó en voz alta una novela sobre Cossío, el señor de Tudanca. Yo estaba hipnotizado. Sin parar un instante, con velocidad vertiginosa, Pombo hablaba, escribía, hilaba una historia fantásticas, una biografía hermosa y maldita del Cossío encerrado en Tudanca, entre libros, aullidos, manuscritos, y capotes ensangrentados.

    Fue media hora de descenso en coche por carreteras sinuosas durante la cual, Pombo escribió para mí una novela inolvidable. Luego, en la playa de Oyambre, en los kilómetros extendidos de la playa salvaje de Oyambre, donde aterrizó uno de los primeros aviones que en nuestro cielo español volaron, en esa playa inmensa en la que anocheciendo las olas rugían con espanto y miedo, en esa playa desde la que contemplábamos el Planeta y yo las ruinas del antiguo Golf de los años treinta, un Manderley inglés en la costa de Cantabria, poblado de fantasmas elegantes que esperan pacientes la hora del te. Allí, en la playa, en Oyambre, anocheciendo, abrigándonos del viento que empezaba a hablarnos con su rabia de las olas que le humedecían con sus escupitajos salados, allí, el Planeta Pombo empezó a correr y a gritar de nuevo “¡qué fuerte!”, y a decir con satisfacción plena “¡lo encontré, lo encontré! Este es el escenario de mi próxima novela, en esos acantilados, en una de esas casa vivirá mi protagonista, este es el lugar en el que se refugiará, aquí novelaré nuevamente....” El planeta Pombo, que aún no era Planeta entonces, aunque sí había ya terminado la novela Planeta, encontró en Oyambre, después de torear con Cossío en Tudanca, el escenario para su novela nueva, la de después del Planeta. Y yo me alegré por él, me alegré por mí, me alegré por la literatura.

    El héroe de las mansardas de Mansard, el héroe que es un planeta coronado ahora con el Planeta, había dado con un espacio en el que ir colocando los nuevos colores de su mundo. Y yo estaba allí, con él, con un planeta en pleno ejercicio literario, haciendo, siendo, literatura, en el mejor sentido de la palabra.

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    Monday,23 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Dúo Vital, un músico a reivindicar de la Generación del 27]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,248 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La vida y obra del músico cántabro Arturo Dúo Vital (1901-1964) puede ponerse como un buen ejemplo de la forma en que las circunstancias históricas y el contexto social, político y cultural, confluyen para intervenir decisivamente en el mundo de la creación personal. En este sentido, la trayectoria de Duo Vital, como afirma la musicóloga Julia Lastra, “es representativa de la propia historia de la música española de su tiempo”, un tiempo protagonizado por los compositores pertenecientes a la denominada Generación del 27, la de la Edad de Plata de nuestra música.

    Dúo Vital se hizo a la música en su Castro Urdiales natal. En la España de aquel entonces, salvo en los núcleos de población más importantes, la vida y la enseñanza musical, en el mejor de los casos, estaban restringidas a la existencia de algunos profesores particulares y a las actividades y conciertos de bandas municipales y/o sociedades corales. En un principio la formación musical del jovencísimo Dúo Vital fue autodidacta: introducción al solfeo y al piano por su hermana Eloísa y por Ramón Sáez, director de la Sociedad Coral de Castro Urdiales. Más tarde, y ya trabajando en una entidad bancaria castreña, Arturo puso sus ojos en el centro formativo más cercano y relevante, Bilbao. En los años veinte, la capital de Vizcaya se había convertido en un destacado referente musical español, al fundarse su Conservatorio y, casi a la vez, su Orquesta Sinfónica, lo que facilitó la llegada de importantes músicos europeos, como Wladimir Golschmann, quien había dirigido el parisino teatro Champs Elysées. En Bilbao Dúo Vital recibió clases particulares de armonía y contrapunto del profesor José Franco, director interino entonces de la banda municipal bilbaína. Un paso más en su entrega a la música fue su ingreso en la Sociedad Coral de Castro Urdiales, institución en la que recaía toda la vida musical de la villa, y de la que Arturo llegó a ser director en 1927.

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    Todas estas vivencias hicieron que Dúo Vital decidiese abandonar la entidad bancaria en la que trabajaba y dedicarse plenamente a la música, viajando en el otoño de 1930 a París con la intención de consolidar su formación.

    En París el músico castreño se matriculó en la École Normale de Musique, centro de estudios privado fundado en 1919 por Auguste Mangeot y el genial pianista Alfred Cortot. Este centro no exigía la presentación de ninguna titulación previa, y en él Dúo recibió durante dos años clases de orquestación y composición del maestro Paul Dukas, nombre decisivo para entender el estilo compositivo de nuestro músico. Pero lo que París ofreció al joven compositor fue otro tipo de formación, la que recibió en los teatros y en las salas de concierto, donde escuchó las óperas de Richard Wagner y Richard Strauss (la representación de El Caballero de la rosa, dirigida por el propio Strauss lo conmocionó), y conciertos de Debussy, Stravinsky y Ravel. Pero reproduzcamos las reveladoras palabras de Dúo sobre lo que para él, en definitiva, supuso la aventura parisina: “Entonces un salto al París de 1930, y he aquí una súbita transformación no sólo en los procedimientos sino en algo que cala más hondo en mi sensibilidad. Conocía de cerca, aunque algo tarde, el Impresionismo y caí también en sus redes. Pero pasajeramente. Sobrepasé el Impresionismo, gusté los ácidos frutos del Expresionismo y la dodecafonía (con los que no hago buenas migas) y por fin creo haberme afincado en una norma constructiva que parte concretamente de Ravel”.

    Dúo Vital regresó a España en 1932 comenzando a escribir unas partituras en las que la orquestación, en palabras de Julia Lastra, “potencia las sonoridades de los timbres individuales”, lo que se enmarca dentro de la tradición francesa. Es el momento en el que la obra del castreño aparece integrada dentro de las tendencias imperantes en su momento histórico, corrientes por él asimiladas gracias a un contacto directo, es decir, el nacionalismo neoclásico musical español (cuyo máximo representante es Falla) y la arquitectura compositiva francesa de clara influencia raveliana.

    Pero esta momentánea integración se vio truncada, como sucediera en todos los campos de la creación y la reflexión españolas, por la Guerra Civil y el triunfo del ejército franquista. Los años cuarenta fueron años de retroceso, años en los que la evolución creativa se vio paralizada, rota. El Dúo Vital que había estudiado composición con Dukas, el que había visto entre lágrimas de emoción dirigir a Strauss..., para sobrevivir debe convertirse en un tal señor Duval y escribir bulerías, pasodobles, tangos, etc., o intentar el éxito dedicándose a un género ya muerto, la zarzuela.

    El músico debió esperar al segundo lustro de los 50 (momento en el que el régimen franquista comenzó a abrirse tímidamente al exterior) para regresar a su amado París gracias a una beca e informarse allí de la situación vivida por el género operístico. Dúo Vital consagró los últimos años de su vida a la escritura de la ópera en tres actos con libreto de los hermanos Fernández-Shaw, El Campeador. Sin romper su relación con el neoclasicismo, estos años finales, y más concretamente la composición de la ópera, supusieron una cierta aproximación a maneras más cercanas a la vanguardia, y para Julia Lastra, fue un “intento de rebelarse contra todo aquello que le había dificultado desarrollar su vocación teatral, demostrando, por otro lado, la lealtad que rendía a sus principios”. “Mi esperanza –escribió Arturo Dúo Vital por esas fechas- es seguir siendo fiel a mi vocación y a mi destino”. La muerte de su autor impidió que El Campeador se estrenase en el Liceo barcelonés como estaba previsto. Al igual que les ocurrió a tantos otros españoles, las circunstancias del país cercenaron la esperanza, la vocación y el destino de este músico que no pudo dejarnos todo lo que llevaba dentro.

    Sobre la importancia de la obra de Dúo Vital puede consultarse la dirección electrónica del Instituto Cervantes.

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    Friday,20 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Juan Ramón: un espacio para la modernidad]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,246 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Lo que vincula estrechamente a James Joyce y a Juan Ramón Jiménez, como a otros grandes escritores del periodo de entreguerras (Proust, Stefan Georg, Rilke...), es el concepto y visión modernista que ambos tenían del mundo, y en consecuencia, como escribió Juan Ramón, su búsqueda constante de algo nuevo para el futuro: un lenguaje capaz de expresar y dar orden al sobrecogedor caos de la historia y el tiempo del mundo que les tocó vivir; un lenguaje, y unas técnicas experimentales en el uso del mismo, cuya implantación en el terreno de la Literatura era tan importante, en palabras de Eliot, como el de la teoría de la relatividad de Einstein en el de la Física.

    Los más singulares, influyentes, vanguardistas, y radicales hallazgos en esa búsqueda expresiva a través de un uso nuevo del lenguaje, se los debemos a James Joyce, y están plasmados fundamentalmente en su Ulises y en su inacabada Finnegan’s wake. En las dos, Joyce desarrolla un intrincado tejido de símbolos que coexisten con la plasmación de sucesos y acontecimientos de la realidad contemporánea, dando al lector una impresión de complejidad insondable. Y así el lenguaje, sometido además a una condensación extrema, parece prescindir de cualquier intento comunicativo al uso, ofreciéndose en su secuencia discursiva en una especie de amalgama multiforme y polisémica.

    Estos hallazgos, empleados por Joyce junto a la técnica del collage, de las imágenes caleidoscópicas, o del monólogo interior, tuvieron una incidencia de trascendencia revolucionaria en la literatura contemporánea occidental. Una incidencia que afectó también a la obra de Juan Ramón Jiménez, a su búsqueda personal de un lenguaje capaz de apresar y analizar la nueva realidad surgida de un mundo nuevo, el que eclosionó tras la Primera Guerra Mundial, y que llegó a su término con los campos de exterminio nazis.

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    En otras palabras, la trascendencia inequívoca, esencial, de los últimos poemas en prosa de Juan Ramón Jiménez, Espacio y Tiempo, es que en ellos logra plenamente el poeta dar con un lenguaje, a través de las técnicas y procedimientos experimentales y vanguardistas ya señalados, capaz de contener y expresar la inmensa complejidad de su contemporaneidad. Ese nuevo lenguaje y sus posibilidades, plasmado en Espacio y en Tiempo, es el que legó como herencia el poeta a las generaciones que le hemos sucedido, habiendo conseguido también con él, dejar definitivamente incorporado el lenguaje literario español a los presupuestos estéticos, y éticos, establecidos por el arte poética de lo que podríamos denominar la última Gran Vanguardia literaria, la que alumbrara entre otros James Joyce.

    En Espacio y en Tiempo, Juan Ramón sumerge, con plena genialidad, la creación literaria en español en la poderosa corriente obsesionada por los ecos de la lengua como instrumento de acercamiento inteligible a la compleja realidad circundante. Con Espacio y con Tiempo, Juan Ramón Jiménez abre de par en par las puertas de la modernidad literaria contemporánea occidental a la lengua española, y engancha ésta definitivamente a aquella. O como señaló Octavio Paz en su libro El arco y la lira, “Espacio es uno de los monumentos de la conciencia poética moderna, y con este texto capital culmina la interrogación que el gran cisne hizo a Darío en su juventud”.

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    Thursday,19 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El historiador Menéndez Pelayo, 150 años después]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,244 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Después de que tras los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, la cultura española viviese una euforia menendezpelayista, y de que durante las tres décadas siguientes cayese sobre la obra del autor santanderino un manto de frialdad, cuando no de abierto repudio y desdén, son ahora varios los historiadores empeñados en revisitar la obra y la figura de Menéndez Pelayo con la evidente intención de redefinir y resituar el papel y las aportaciones del polígrafo cántabro dentro de la historia intelectual española contemporánea.

    Es en el contexto de ese empeño en el que hay que definir a Menéndez Pelayo como un historiador moderno; un historiador, además, de formación y profesión, uno de los baluartes de lo que fue la historiografía universitaria española del siglo XIX.

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    Una vez establecida esta premisa básica, y sin agotar ni muchos menos las posibilidades que ofrece el asunto, hay que plantear el perfil formativo y las influencias intelectuales del Menéndez Pelayo historiador. En este último sentido, no está de más dejar aquí apuntadas algunas dificultades para tratar el asunto. Me refiero al carácter plural y contradictorio de la propia personalidad científica de Menéndez Pelayo: participación de la concepción histórica hegeliana a pesar de su confeso antihegelianismo; utilización del método positivista frente a su antipositivismo; admiración de la ciencia germana por el Menéndez Pelayo matizadamente antigermanista de la primera época; convivencia de su estética clásica-pagana con su catolicismo a machamartillo; armonización de la concepción clásica de quien fue definido como espíritu del Renacimiento con la concepción romántica del discípulo de Llorens, Milá y Amador de los Ríos, que ve en las instituciones históricas el resultado de una elaboración espiritual colectiva...

    Con todo, la formación de Menéndez Pelayo como historiador (1868-1878), se puede sistematizar por medio de tres caminos principales: la universidad, las lecturas formativas y los viajes por Europa.

    En cuanto a la primera, hay que destacar la familiarización de Menéndez Pelayo en la Universidad de Barcelona con el concepto romántico-alemán Volksgeist, y con la escuela filosófica escocesa del sentido común. También fue en la Universidad de Barcelona donde Menéndez Pelayo leyó por primera vez en inglés, francés, alemán..., la nueva historiografía que entonces se estaba produciendo.

    Aunque fue sin embargo la Universidad de Madrid la que situó a Menéndez Pelayo ante el complejo panorama de las corrientes del pensamiento español contemporáneo, gracias al contacto directo con quienes entonces estaban llevando a cabo el proceso de renovación de los estudios históricos en España, es decir, Cánovas, Castelar, Varela, Amador de los Ríos o Gumersindo Laverde.

    Entre 1876 y 1878 viajó el historiador santanderino por Europa, poniéndose así en contacto directo con la historiografía desarrollada en nuestro Continente, sumergida entonces en la corriente historicista: edición crítica de fuentes, el recurso a la síntesis histórica, etc... Es en la experiencia de estos viajes donde el propio Menéndez Pelayo radica su auténtico aprendizaje del método histórico-crítico.

    Estos cauces formativos aquí esbozados son los que determinan la adopción por parte de Menéndez Pelayo de un preciso concepto de historia, de un método de investigación histórica y de una problemática científica concreta.

    Así, el concepto de Historia de Menéndez Pelayo es el resultado de una síntesis de concepciones (a veces opuestas) del acontecer histórico: concepción clásica, romántica, cristiana, más la aportación de la escuela estética representada por Renan o Burckhardt. En la visión de la historia menendezpelayista, el cristianismo se sitúa en el centro mismo, renunciando a los extremismos providencialistas que marginan la razón. Ya hablamos más arriba de la metodología, es decir, del positivismo historiográfico al que el cántabro incorporó el valor testimonial de los solos hechos.

    Marcelino Menéndez Pelayo puso en España las bases sobre las que hoy se levanta buena parte de lo que aquí conocemos como historia intelectual o de las ideas, y como hombre formado en el campo de la historia, así me toca reconocerlo y subrayarlo en el 150 aniversario del nacimiento del polígrafo.

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    Wednesday,18 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Rosa Regás versus Menéndez Pelayo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,242 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Menéndez Pelayo se queda. Vamos, que la escritora Rosa Regás no se va a poder salir con la suya como actual Directora de la Biblioteca Nacional de España. Y la suya era retirar la estatua del polígrafo del lugar que desde siempre ha ocupado, es decir, el patio central de la institución bibliotecaria. Rosa Regás, casi nada más acceder al cargo político que actualmente ocupa, la emprendió con don Marcelino, bueno, con su estatua, anunciando a los cuatro vientos que iba a mandar retirar el monumento de su ubicación para situarlo al aire libre (a la intemperie, sería otra manera de decirlo), en un jardín aledaño, donde se ubican las estatuas de otros grandes de las letras españolas.

    Tal decisión nunca se había planteado hasta la fecha. Ningún director de la casa, ni en tiempos de la UCD, ni en los del PSOE de Felipe González, ni durante los mandatos del PP, se había planteado quitar de en medio la imagen de su más célebre antecesor. Por eso a muchos de nosotros nos olió el deseo de Rosa Regás a perfume de revisión de la memoria histórica, a revancha postergada, a querer ganar guerras o batallas ideológicas y estéticas a posteriori y a puerta cerrada, en falso, con nocturnidad y alevosía… Todo parecía indicar que la progresía patria y autonomista o nacionalista, encarnada en una “justiciera Rosa Regás” de armas tomar, aprovechaba la ocasión de estar en el machito del poder político zapaterista para pasarle la consabida factura a Marcelino Menéndez Pelayo, el conocido retrógrado, el pensador conservador (patente oximorón para la izquierda), el señalador de heterodoxos, y mandarlo simbólicamente cara a la pared, castigado al jardín y la intemperie por ortodoxo católico y español, y sobre todo porque el franquismo lo abrazó, sin haberlo leído ni a fondo ni en superficie, claro, como una de sus figuras intelectuales de cabecera, aunque el pobre don Marcelino muriera en 1912, y en su vida conociera a Paco Franco, ni se le pasara por la cabeza la posibilidad del franquismo.

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    Hubo protestas, alguna que otra soflama patriotera, y muchas de orden cántabro regional ("es uno de los nuestros, no lo pueden dejar sin techo", proclamaban las autoridades regionales de Cantabria), y finalmente, los informes técnicos desaconsejan mover el bulto y piden que se deje donde está, donde siempre estuvo.

    Lo cierto es que Menéndez Pelayo, católico, español y conservador, tres adjetivos calificativos que hoy parecen insultos cuando se pronuncian, arrojándolos a la cara a un posible interlocutor, fue sobre todo uno de los pensadores españoles más importantes del siglo XIX, si no el más importante. Lo cierto es que en google las entradas sobre Menéndez Pelayo se cuentan por decenas de miles, y tiene páginas y estudios sobre él realizados en casi cualquier parte del globo. Lo cierto es que Menéndez Pelayo fue historiador, profesor, poeta, bibliotecario, polígrafo, filósofo, filólogo…; que reunió en su particular biblioteca más de 40.000 volúmenes que legó a su ciudad natal, Santander; que a él le debemos el descubrimiento, análisis y catalogación del pensamiento heterodoxo español; que a él se deben algunos de los estudios más importantes sobre la historia moderna de la poesía hispanoamericana… En fin, lo cierto es que sus obras completas abarcan decenas de volúmenes escritos en poco más de cuarenta años, y eso en una época en la que, creo recordar, no había fotocopias, ni fax, ni internet, ni ordenadores…

    Menéndez Pelayo probablemente fuese feo y sentimental, y era desde luego católico a macha martillo, conservador y profundamente español, quizá en un sentido hasta zarzuelero y tontorrón. Todos estos son elementos o circunstancias a estudiar, criticables, analizables, denunciables, y en varios puntos podríamos llegar incluso a decir que reprobables.

    Pero la estatua de Menéndez Pelayo no nos trae el recuerdo del hombre borrachuzo que se iba de putas tambaleante por las calles del Madrid de la Restauración. Si no que nos recuerda al autor de una obra ingente, homérica en el esfuerzo, y de la que la ciencia, la erudición y las letras españolas deberían mostrarse cuando menos respetuosas, estudiosas, críticas, y ufanas.

    La estatua al parecer se queda, ha resistido el asalto de Rosa Regás y sus columnas de ortodoxia izquierdosa en abierta persecución a un viejo y estatuario ortodoxo católico. La Biblioteca Nacional seguirá acogiendo bajo su techo el recuerdo del hombre que con poco más de 18 años recolectó, abierta paradoja, la ciencia heterodoxa y su historia de España de su tiempo.

    Las preguntas que ahora quedan por hacerse son más o menos las que siguen: ¿hasta cuando permanecerá tranquilo el sabio en su pesada poltrona nacional?, ¿quién resucitará de nuevo la polvorienta polémica menendezpelayista? Estaremos atentos a las noticias, pues donde menos se espera salta la liebre. Pero mientras, ni la Regás ni ninguno de nosotros le echa un curioso vistazo a los Heterodoxos; creo que sólo Borges regresó a don Marcelino, y lo hizo hace muchos años, para leer su poesía.

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    Tuesday,17 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El sol de los Scorta, obra maestra de Laurent Gaudé]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,240 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    ¿Están ustedes hartos de no encontrarse recientemente con una novela excepcional de verdad, escrita en nuestro tiempo? ¿Están aburridos de novelas de usar y tirar, de esas que una vez leídas se esfuman de la mente y del corazón en apenas unas horas? ¿Han decidido abandonar el hábito de la lectura ante el desolador panorama? ¿Quieren tener en sus manos uno de esos libros que está llamado a convertirse en un clásico, en una historia que seguirá leyéndose dentro de treinta, cincuenta años?

    Pues están de perfecta enhorabuena. Vayan a su librería favorita y pidan, exijan a voz en grito, si fuera necesario, el siguiente título: El sol de los Scorta, de Laurent Gaudé. Es éste un joven autor francés que además de novelista es dramaturgo. A su primera novela, Cris, le siguió el El legado del rey Tsongor, que en el año 2002 fue finalista del premio Goncourt, premiada por los estudiantes franceses de enseñanza media y secundaria, y obtuvo el Prix des Libraires 2003, otorgado por los libreros de Francia, Bélgica, Suiza y el Canadá de habla francesa.

    Pero la explosión del novelista, una explosión que no sabemos si se repetirá en algún otro momento, se ha producido con su tercera novela, este El sol de los Scorta (Salamandra, Barcelona, 2006) que hasta aquí traemos, y que en el país vecino ganó el Goncourt del año 2004.

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    La novela del joven Laurent Gaudé es un prodigio, es, sencillamente, una obra maestra. La historia no es nada nueva: se nos cuenta la vida de varias generaciones de miembros de una misma familia en un pequeño y abrasado pueblo del sur de Italia. Todo sucede entre el año 1875 y la actualidad. El pueblo es de una pobreza sobrecogedora. Está sobre el mar, rodeado de unas cuantas colinas y unos cuantos olivares sobre los que caen, con fuerza implacable, los inmisericordes, pero a la vez nutrientes, rayos del sol.

    ¿Y que nutre este sol que acompaña a los Scorta a lo largo de décadas y décadas de existencia? Pues nutre y cincela con ahínco el orgullo de una miseria que es el motor dinámico de sus vidas, la razón de seguir adelante, el paradójico alimento de una sed por la vida enquistada en el mismo centro del corazón de todos y cada uno de los miembros de la familia.

    Con estos elementos tan desnudos de envolvente artificio argumental, tan esenciales y que tanto tienen finalmente de legendario, de homérico, en el sentido más mediterráneo y clásico del término, construye Laurent Gaudé la historia modesta pero heroica, propia sólo de Dioses míticos, de unos personajes (Rocco Scorta Mascalzone, Carmela, Giuseppe, Domenico, Raffaele, los curas de Montepuccio…) que al lector le calan hasta la misma pepita íntima del alma, y le calan desde el primer párrafo que te adentra en la epopeya modesta y grandiosa de los Scorta, hasta la línea final y conmovedora.

    La familia, los profundos, íntimos y misteriosos vínculos que unen a ciertas personas y que se transmiten de unos a otros en la espesura de una sangre finalmente barroca y de humanidad trágica. El terruño, esa geografía ingrata y exigente a veces hasta la extenuación y el hambre, pero también ese paisaje, ese olor, esos sabores que sostienen el deambular y los afanes de una raza entera. El sol que alumbra, caliente, reseca, momifica a los fantasmas que sin embargo palpitan y andan cabizbajos por la sombra de las calles de un escenario al final inmutable. Y por último los Scorta. Los hijos, nietos, biznietos…, de ese mítico Rocco Scorta Mascalzone, que funda una raza de héroes modestísimos "violando" a una mujer que llevaba décadas esperando aquel momento de equívoco, furia, pasión, venganza, recuerdo y, por qué no decirlo, también amor.

    El sol de los Scorta, es una obra maestra, una historia de las que seguro van a quedar en la historia de la mejor literatura de estos tiempos, en la memoria de todos los lectores que hasta ella hayan llegado y sucumbido a su potencia, a las grandes emociones que propone.

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    Monday,16 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Raúl Rivero: sus poemas de la cárcel]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,239 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado martes estuve en un recital del poeta y periodista cubano Raúl Rivero (Morón, Cuba, 1945). Leyó el poeta poemas de su último libro, Vidas y oficios. Los poemas de la cárcel (Península, Barcelona, 2006). Como bien indica el subtítulo, se trata de la colección de poemas que escribió Rivero durante su estancia en la cárcel cubana a la que le envío el régimen castrista por ejercer la libertad de opinión, estancia que duró desde la primavera del año 2003 hasta el inviernillo cubano de 2004.

    Después, ante la fuerte presión internacional, el poeta fue puesto en libertad, y ahora reside en España, en Madrid, desde donde continúa su labor a favor de la libertad en Cuba.

    Conocí a Rivero el pasado verano en la mansión de un buen amigo santanderino, y de uno de los españoles que más y mejor conocen Cuba desde el enamoramiento, Calixto Alonso del Pozo. Él y su mujer organizaron en el jardín de su casa una cena informal a la que acudimos un puñado de personas con ganas de conocer a Rivero.

    La velada se prolongó hasta altísimas horas de la madrugada, cuando alrededor del poeta ya sólo quedábamos cuatro o cinco comensales. Las botellas de champán francés caían una tras otra de forma casi demencial, y mientras, el cubano daba cuenta de vasos hasta arriba de güisqui escocés, como si de agua de Solares se tratase.

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    No sé si fue el alcohol, la temperatura de aquella noche veraniega o el spleen en el que todos caímos, peor la cuestión es que se creo un clima de camaradería muy especial, acentuado tal vez por los cálidos y melancólicos sones cubanos que salían de un habitación ignota. La cuestión es que Raúl Rivero, en una noche desde luego inolvidable, nos habló con una alucinada lucidez de toda su vida en Cuba, de su vida. De Lezama Lima, de Claudio Guillén, de Cabrera Infante, de su experiencia en la cárcel, del régimen, del dictador Fidel Castro... Fue una noche que no olvidaré mientras viva.

    Al cabo de los meses volví a coincidir con Raúl Rivero en Santander. Comimos juntos en el Club Marítimo de la ciudad, y esta vez todos los comensales, quizá influidos por el escenario en el que nos encontrábamos, decidimos disfrazarnos de caballeros británicos, y mantener una amena charla sobre política internacional y literatura de altos vuelos. De nuevo volvió a ser un encuentro muy agradable. Y Raúl volvió a mostrarse como la primera vez: un hombre de gran finura e inteligencia, muy culto, con una gran y atractiva facilidad de palabra, todo un seductor intelectual.

    Después publicó su libro. Lo compré y leí. Descubrí la poesía de quien muchos dicen que ahora es el más grande poeta nacido en la Isla. Todos estos asertos suelen ser frases hechas a las que hay que dar su adecuada importancia. No sé si Raúl Rivero es el más grande, lo que queda demostrado al leer su Vida y oficios es que es un poeta importante, un poeta que sabe apuntalar con singular acierto su poesía clara y directa con fogonazos sorprendentes de irracionalidad mágica e intencionada. Un poeta que emociona desde las mismas entrañas de la poesía recia, fuerte, pero que a la vez es mecedora de sueños y músicas calientes.

    No esperen los posibles lectores poemas tétricos, lamentos con voz de resentido, gritos acusatorios, denuncias sin pulir. No, encontrarán más bien la voz poética de un hombre tranquilo que sabe que sabe perder, que ha perdido, y que cuenta sus derrotas desde la placidez de un ser civilizado, de un hombre que conoce los riesgos y felicidades de las muchas vidas que ha vivido, y de los muchos oficios que ha ejercido.

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    Friday,13 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los microrrelatos de Miguel Ibáñez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,238 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Yo tengo un buen amigo que se llama Miguel Ibáñez. Es poeta, es profesor de literatura, es escritor, es muy alto. Cuál Sísifo esforzado, lleva años comenzando una gran novela, y dejándola por imposible al cabo de unos meses, para después retomarla de nuevo, en una cadena de esfuerzo que de momento no tiene fin.

    Pero Miguel Ibáñez, mi buen amigo, mi compañero de tertulia, saca fuerzas de flaqueza, y también escribe poemas, y cuentos muy breves que de un tiempo a esta parte llaman por esos mundos microrrelatos. Los microrrelatos son cuentos con protagonistas y diálogos, pero que pueden tener lugar en una línea de escritura, o en dos o tres, o en un solo párrafo, o en unos pocos párrafos. Miguel Ibáñez tiene una página en la red, Prosa prosae, en la que da a conocer, como si de un banco de pruebas se tratase, algunos de sus trabajos brevísimos.

    Se trata de contar con agudeza e ingenio toda una historia, pero de la manera más breve posible. Es este un género que, en español, tiene bastante fortuna y seguidores en casi toda Hispanoamérica. En aquella parte del mundo nació uno de los autores de microrrelatos en español más célebres del mundo, el paraguayo Augusto Monterroso, autor, ente otros muchos, del que sin duda es una de los microrrelatos más inquietantes, logrados y repetidos de la historia de la literatura: “Y cuando se despertó, el dinosaurio todavía seguía allí”. Microrrelato de mítica aureola sobre la que ironiza con acierto y gracia Miguel, como ya comprobarán.

    Miguel Ibáñez es un excelente autor de microrrelatos. Tiene en su poder todos los ingredientes verbales y culturales para serlo (ironía, concisión, agilidad, precisión, melancolía, capacidad paródica, sentido de la paradoja...), y además sabe mezclarlos muy bien para lograr como resultado platos literarios sabrosos, alimenticios, que no repiten y que, para colmo, te ayudan a abordar el sinuoso mar de la reflexión, como el buen vino de oporto.

    Miguel Ibáñez acaba de juntar varios de sus mejores microrrelatos y ha sacado un libro. El libro se titula El lobo veloz, toda una delcración de intenciones, y casi es en sí mismo un microrrelato, o al menos el prometedor inicio, o el acertado final, de uno de ellos. El libro lo ha editado con belleza y gusto, como siempre, la imprenta Bedia de Santander, y lo ha hecho dentro de una colección radicada en Cantabria y que tiene ya una trayectoria destacada. Me refiero a La sirena del Pisueña, título que también promete un impecable microrreltato.

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    Como imagino que muchos de ustedes tendrán algunas dificultades para hacerse con el libro en sus lugares de existencia, si es que les ha interesado algo lo que les he contado en estas líneas, a continuación les ofrezco en número de ocho, y espero que con permiso de su autor, una selección de los microrrelatos de Miguel Ibáñez incluidos en El lobo veloz. Si después de su lectura no buscan el libro por todos los medios imaginables hasta hacerse con él, acudan sin dilación a un buen médico: sin duda, algo les ocurre, algún trastorno les amenaza.

    LA PERPLEJIDAD DE EDIPO
    Y entonces, mi mamá me contestó: eso se lo dirás a todas.

    PREÁMBULO
    -¿Me quieres? –le preguntó su mamá a Edipo.
    -Hummm…, define “querer” –respondió Edipo.

    HELENA DE TROYA SE CONFIESA
    Primero ese idiota me secuestra, después el otro tarado monta una guerra, llevan diez años sacándose las tripas los unos a los otros, y yo, como no se dé prisa alguien en inventar el ménage à trois, voy a acabar de los nervios.

    SIEMPRE PUEDE HABER OTRAS NATIVAS
    Emma Bovary, Ana Karenina y Ana Ozores se conocieron, se hicieron amigas y descubrieron que se puede ser algo más que víctimas, algo más que amigas, algo más en general.

    REVOLUCIÓN
    El general les ordenó: ¡Disparad!, y eso fue exactamente lo que hicieron.
    Haber dicho en qué dirección.

    POR QUÉ HAY QUE ESCRIBIR OTRA VEZ NOVELAS-RÍO
    Porque ya todos los horteras presumen de leer a Monterroso.

    APOCALIPSIS KITSCH
    Todos los relojes de cuco se pusieron de acuerdo para dar la hora final.

    GUERRA CIVIL
    El ruido del disparo retumbó en los montes, atravesó el valle, chocó en las paredes de las casa del pueblo y fue a parar, ya exhausto como un pájaro herido, al patio de la escuela donde alguna vez la víctima y el asesino habían jugado juntos.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .

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    Thursday,12 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Un poeta de nombre Oscar Wilde]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,234 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El diabólico Karl Kraus, asegura en uno de sus textos que es un pedante o un esteta el escritor que exige a su lector algo más que el percatarse de su pensamiento. Esta satírica definición de esteta puede aplicarse muy bien a Oscar Wilde (Dublín, 1854-París, 1900), un artista que por encima de otras consideraciones siempre aspiró a que sus palabras y su propia vida fueran una perfecta encarnación de la Belleza con mayúsculas.

    Quizá en esta íntima aspiración, como ha insinuado alguna vez Luis Antonio de Villena, se encuentre la razón principal que explica el porqué Wilde fue perseguido y castigado por la sociedad de su época durante el tramo final de su vida, e incluso después de su temprana y tristísima muerte.

    Me parece imprescindible señalar la trascendencia que en la conformación de las ideas estéticas de Wilde, y por tanto, en su forma de vivir y hacer literatura, tuvo su entusiasta y aplicado estudio de las culturas clásicas y del medievo y Renacimiento italiano durante sus años de estudiante universitario en Dublín y Oxford. Años en los que fueron decisivos tantos los viajes a Italia realizados junto a su antiguo profesor, el helenista J. P. Mahaffy, como el contacto personal y con la obra de los teóricos John Ruskin y W. Pater, cuyas enseñanzas, a veces mezcladas por Wilde en llana confusión, cuando no en abierta contradicción, ayudaron a conformar algunos de los conceptos éticos y estéticos presentes en su obra: el rechazo del arte académico y de los valores de la nueva burguesía surgida de las modernas vías de desarrollo económico; el ideal de una vida consagrada a la belleza y a sus realizaciones y trabajos; entrega intensa a las pasiones que se presentan en el momento; el arte como un instrumento moral de caridad y compasión que conlleva una preocupación por los problemas de raíz social (tan presentes en varios de sus cuentos y en La balada de la cárcel de Reading, por ejemplo).

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    Sí, Wilde hizo todo lo posible (y en no pocas ocasiones casi lo imposible) porque su tamizado ideal renacentista impregnase buena parte de su vida y de su variopinto trabajo literario. En este sentido, muy bien puede decirse que la obra poética de Wilde se presenta como eficaz paradigma de sus concepciones estéticas juveniles, aquellas desarrolladas en su primera etapa de escritor -nada más finalizados sus estudios en Oxford y recién instalado en Londres-, puesto que la mayor parte de los poemas que configuran sus Poesías completas (DVD, Barcelona), aparecieron en junio del año 1881, cuando el poeta contaba veintisiete años de edad, conformando el volumen titulado Poems, publicación que corrió a cargo del autor, alcanzando en el transcurso de un año las cinco ediciones, aunque la tirada global llegó sólo a los 750 ejemplares.

    Estos poemas, que quiero denominar “de juventud”, pueden leerse también como un fidedigno compendio de las propuestas del esteticismo británico del momento, dejando sus versos entrever rasgos simbolistas y prerrafaelisas, y la influencia de autores tales como Shakespeare, Lord Byron, Keats, Donne, Browning, o los coetáneos, Swinburne, Dante Gabriel Rossetti o William Morris.

    Cuando en 1881 apareció Poems, buena parte de la crítica británica (Punch o Athenaeum, por ejemplo) lo recibió como la obra de un apreciable poeta menor. Hoy, más de cien años después, no veo suficientes razones para variar dicho juicio. Aunque perfecto conocedor de la estética que abraza y le ampara, Wilde no logró plasmar en sus primeros versos un mundo poético propio, de verdadera encarnadura personal. Cierto es que a menudo se muestra como un poeta de brillante sensibilidad, capaz de regalarnos versos casi cegadores, pero en mi opinión el conjunto adolece de un exceso de pompa y circunstancia y de subrayados sentimentales, de una inclinación artificiosa, forzada y fingida por la “mascara”. Sin embargo, y a pesar de lo señalado, sería ocioso por completo el discutir ahora la importancia histórico-literaria de estos poemas, una obra –resumen de la lírica de su época, según Arthur Ransome- que sitúa a Wilde en un significativo lugar dentro de las corrientes del esteticismo inglés de finales del siglo XIX.

    Quizá porque la crítica no recibió con entusiasmo su primer libro de poemas, o porque descubrió que el camino del dinero, la fama y el éxito no coincide precisamente con el de la poesía, lo cierto es que Wilde dejó que pasara más de una década antes de publicar, en el número del mes de julio de 1894 de la revista The Spirit Lamp, su largo poema La esfinge, en el que había estado trabajando desde los lejanos tiempos de la universidad. Símbolo inequívoco de un spleen mucho más cercano a una línea snob y estetizante que a una baudelaireriana (condición existencial de un hombre asido con angustia a la vida), y a la vez símbolo de la lujuriosa, pagana e insatisfecha pasión carnal, en La esfinge – un ser mitad leopardo y mitad mujer- Oscar Wilde consiguió, por fin, una ambiciosa, madurada y personal pieza poética en la que el manejo de recursos (ritmo, rima, vocabulario...) alcanza cimas de puro virtuosismo, a pesar de la incontinencia del autor a la hora de adornar su poema de exotismos cientos. Para L. A. de Villena La esfinge supone la definitiva consagración de Wilde como poeta simbolista, y no seré yo quien se muestre en desacuerdo.

    Si la “carrera” literaria de Oscar dio comienzo con la poesía, también finalizó con ésta. Después del sensacionalista proceso que le condenó a dos años de trabajos forzados, y ya en el “exilio” francés, en 1897 Wilde inició la redacción de su más logrado poema, La balada de la cárcel de Reading, que fue editado al año siguiente en Londres con bastante éxito de público, alcanzando siete ediciones en pocos meses.

    El poema está dividido en seis partes y estructurado en estrofas de seis versos. El asunto del poema es la descripción de los sufrimientos experimentados por el propio Wilde en la prisión de Reading, pero utilizando como motivo narrativo la historia de los días anteriores a la ejecución, muerte y posterior enterramiento de Charles Thomas Wooldridge, antiguo soldado de la Guardia Real de Caballería, quien sufrió castigo en la cárcel de Reading en 1896.

    Dentro de un explícito marco simbolista, Wilde construyó un alegato de arrolladora potencia poética contra la situación de tortura física y moral a la que estaban sometidos los presos en las cárceles británicas durante los años finales de la época victoriana, y por extensión, contra los valores sobre los que sustentaba la sociedad de aquella etapa histórica.

    Partiendo de su terrible experiencia personal en Reading, Wilde logró trascender la misma para ofrecer un testimonio único por su emoción, perfección técnica y planteamiento ético (en este punto puede muy bien vislumbrase la sombra de Ruskin) sobre la final dignidad del ser humano sometido al escarnio, la tortura, el sometimiento y la desesperanza. La balada de la cárcel de Reading supone el punto más alto de la poética wildeniana, una poética aquí personal, plena de madurez y sinceridad, desnuda de los afeites simbolistas más superficiales que habían inundado, hasta casi ahogarla, buena parte de su poesía anterior. La balada supone, además, el último y conmovedor testimonio literario de un hombre que, después de abandonar la cárcel tras experimentar la tortura física y espiritual, se supo ya definitivamente destruido para continuar con su obra y, en consecuencia, para continuar con su vida.

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    Wednesday,11 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[DVD ediciones: feliz cumpleaños!!]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,232 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Debió ser en el verano de 1998 cuando, en los cursos que organiza la Complutense en el Escorial, conocí al poeta y traductor barcelonés Eduardo Moga. Es Eduardo una personalidad muy atractiva: alegre, simpático, irónico, campechano, cosmopolita, culto..., y enseguida hicimos buena amistad.

    Hablamos entonces de los libros en los que trabajábamos o que no hacía mucho habíamos dado a la imprenta. Yo había publicado el año anterior, en la Universidad de Cantabria, una edición del libro Los muertos de José Luis Hidalgo, y él tenía muy reciente la aparición de su poemario El barro en la mirada en una colección de poesía que no llevaba mucho tiempo de andadura, la que sacaba la editorial barcelonesa DVD ediciones.

    Esa fue, sin duda, la primera vez que yo oía hablar de DVD ediciones y de su director y propietario, el también poeta Sergio Gaspar. Creo que en ese momento, charlando a la sombra de los árboles de El Escorial, ni Eduardo ni yo podíamos ni por asomo suponer que DVD se convertiría poco a poco en una empresa tan importante y decisiva en nuestra vidas, que se convertiría en gran medida en nuestra casa editorial y Sergio Gaspar, en nuestro editor de cabecera, en nuestro amigo.

    Ahora DVD ediciones cumple 10 años de andadura, y Sergio ha conseguido en esos diez años hacer de su proyecto editorial un referente inexcusable en el mundo de la poesía en castellano, una editorial abierta a las apuestas, pero también atenta a afianzar trayectorias, a apostar por acercar al público lector franjas de escritura poética alejadas de lo convencional y de las corrientes más conformistas.

    Pero Sergio Gaspar ha logrado, en mi opinión, algo mucho más importante que editar libros de poesía durante una década, aunque algunos de ellos sean esenciales para entender el devenir poético de la poesía en español actual. Sergio ha contribuido considerablemente a fomentar un público lector de poesía en España e Hispanoamérica, y ha alcanzado el logro de cuidar a un buen número de poetas y escritores, que sienten DVD ediciones como su casa, la empresa en la que saben que su trabajo de años va a ser bien tratado, va a ser mimado y va a ser seguido para acercarlo de la mejor manera posible a ese público al que más arriba nos referíamos.

    Así, Sergio Gaspar y su DVD ediciones, ponen cada año en las mejores librerías de toda España un importante número de libros de poesía sobria pero magníficamente editados, con un sello propio e inconfundible, con una marca de la casa especial, y a un precio más que asequible para los bolsillos de los buenos aficionados. Sencillamente, parece todo un milagro haberlo hecho a lo largo de toda una década.

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    Juan Antonio González Fuentes: La luz todavía (DVD, 2003)

    Sí, han pasado casi diez años de aquellas primeras conversaciones en El Escorial entre Eduardo y yo. Él ha publicado más poemarios en DVD, y ha traducido textos de Frank O´Hara, Yoel Hoffmann, o Charles Bukowski para la editorial. Ahora Eduardo, además, es codirector de la colección de poesía junto a Sergio. Yo, por mi parte, con el tiempo publiqué en DVD la edición de las poesías completas de José Luis Hidalgo, mi libro de poemas La luz todavía, y estoy incluido en la antología que para DVD prepararon el año pasado Marta Agudo y Carlos Jiménez Arribas, Campo abierto, antología del poema en prosa en España (1990-2005), quizá el libro decisivo entre los publicados en español sobre la escritura de poemas en prosa en la actualidad.

    DVD ediciones, con Sergio Gaspar al frente, cumple 10 años de existencia. Sergio ha materializado el milagro, un milagro que sé precisa de lucha diaria, de un trabajo constante y sin descanso, de una carga de ilusión y entusiasmo incansables. Sergio Gaspar, a pesar de su apariencia hosca, hermética, y casi congelada, transmite además ese entusiamo, esa fuerza necesaria para continuar en el tajo poético.

    Acérquense a la librería más cercana y busquen los libros de DVD. Detrás de su blancura hay una década de sueños y trabajos, de esfuerzo continuado. Llévense el libro a casa, léanlo, degústenlo, y participen de la empresa, una empresa de llena de sueños y aventuras.

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    Tuesday,10 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Italia vista desde el Neorrealismo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,231 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Poco puede discutirse el hecho de que para los italianos del siglo XIX la ópera consiguiese, y fundamentalmente la “verdiana”, aquello en lo que los novelistas, a excepción de Manzoni y su I Promessi Sposi, habían fracasado rotundamente, es decir, reflejar a través del arte del melodrama un juego de relaciones y sentimientos en los que poder reconocerse, alcanzando además, en feliz expresión de John Rosselli, “nuevas alturas de experiencias imaginativas”.

    En este sentido las óperas de Verdi fueron, dice Rosselli, “el equivalente italiano no sólo de las novelas de Dickens, sino de las de Victor Hugo o las de Dostoievski, donde una acción similar, a veces violenta o escabrosa, servía para profundizar en la comprensión de la vida humana”.

    Pues bien, creo que algo muy semejante puede decirse con respecto al papel desempeñado por el cine neorrealista nacido en Italia a partir de 1945; una forma de observar y definir la realidad circundante que, junto a, por ejemplo, las primeras novelas de Alberto Moravia, Cesare Pavese, Corrado Alvaro, o Vitaliano Brancati, manifiesta el controvertido estado de ánimo, el espíritu colectivo que protagonizó la posguerra italiana.

    Si desde un punto de vista histórico no es difícil contextualizar el neorrealismo cinematográfico (no olvidemos que también lo hubo literario, pictórico y arquitectónico), mucho más complejo es definirlo con alguna precisión, entre otras razones porque como señala Alberto Farassino: “se ha llegado incluso a afirmar que no existe un neorrealismo, sino que hay tantos neorrealismos como neorrealistas hay”.

    Pero vayamos por partes y contextualicemos. El neorrealismo surgió con vocación de ser la mirada, la fotografía en movimiento de un país, Italia, que había perdido la Segunda Guerra Mundial y soportado una guerra civil entre fascistas y resistentes democráticos y comunistas. Las dos guerras sostenidas a la vez durante el periodo 1943-1945, destruyeron la economía, el paisaje y buena parte de la sociedad italiana, pero también supusieron la aparición de ilusiones y utopías, de una frenética actividad de carácter muy diverso, de un auge del entusiasmo colectivo, y de unas portentosas ganas de reconstruir el país y la vida.

    Esta situación de crisis absoluta por un lado, y de entusiasmo vital por otro, fue captado para la historia por unos cineastas que ante el desplome de la industria cinematográfica nacional (la primera europea, con más de cien títulos en 1942), materializado en el saqueo y desmantelamiento de Cinecittá por los alemanes, se vieron empujados a nuevos modos de producción, a establecer nuevos tipos de relación entre los profesionales de la industria (actores, guionistas, técnicos...), a mirar con ojos distintos todo lo que deseaban rodar..., en definitiva, a realizar un cine que salda su deuda con la modernidad y que ofrece un modelo distinto al impuesto en todo el mundo por la gran industria norteamericana.

    Así, para Alberto Farassino, el neorrealismo “no es una escuela ni un movimiento pragmático propiamente, porque no es una invención de pocos sino que es un sentir colectivo, una exigencia general del cine italiano después de la guerra”. Sentir colectivo que el guionista y escritor Ugo Pirro ha explicado de forma muy precisa y entretenida en su hermoso libro Celuloide, en cuyas páginas asistimos de trattoria en trattoria al nacimiento y rodaje de Roma citta aperta (Rossellini, 1945), pistoletazo de salida del neorrealismo en cine.

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    Llegados a este punto creo que es conveniente aclarar que no todo el cine italiano de la posguerra fue neorrealista, y que esta corriente no puede leerse como una innovación radical, ajena por completo a las técnicas y lenguaje adquiridos por los cineastas con anterioridad. No, en los títulos neorrealistas, incluso en los principales, hay formas narrativas y convenciones cinematográficas heredadas. Me refiero por ejemplo al naturalismo presente ya en la etapa del cine mudo, o a precisas referencias al cine soviético, al americano más permeable a lo social, o al realismo poético francés.

    Lo que ocurrió es que estas herencias se combinaron y trastocaron, se les buscaron las vueltas, se amoldaron a las nuevas necesidades expresivas y a las notables carencias materiales del momento. Quien mejor lo cuenta es Farassino, a quien vuelvo a recurrir: “Los géneros sobreviven pero se confunden, los temas tradicionales se entrelazan con nuevos argumentos, los mismos lenguajes se combinan heterogéneamente, la ruptura respecto al pasado se ofrece como ruina de un orden, deslizamiento y recombinación de elementos..., en los esquemas del western o del melodrama pueden (a su vez entrelazándose) sostener miradas documentales sobre el paisaje, mientras que la inmadurez recitativa de los no profesionales puede disminuirse en encuadres en los que la luz y los contrastes son el resultado de la antigua sabiduría fotográfica..., la obra neorrealista será aquella que de la heterogeneidad de su inicio encuentre un nuevo orden en la personalidad de un autor, en la conciencia de una moral, en la ejemplaridad de un cuento”.

    Por eso el neorrealismo no es posible definirlo con términos precisos, o de una sola vez, por eso puede rastrearse en títulos a los que la crítica no ha otorgado el calificativo “neorrealista”, por eso ofrece un rostro tan poliédrico. Existe el neorrealismo de Rossellini (Roma ciudad abierta –1945–, o Paisa –1946–) que se sumerge ávido en la tragedia individual y colectiva transformando las dificultades en nuevas formas expresivas; el poético-utópico enlazado en lo social de De Sica (El limpiabotas –1946–, o Ladrón de bicicletas –1948–); el explícitamente marxista de Visconti (La terra trema –1948–); el irónico y ligero de Luigi Zampa (Noble gesta –1947– o Anni difficili –1948–); el deseoso de analizar y transformar la realidad de Giuseppe de Santis (Caccia tragica –1947–, o Arroz amargo –1949–); el que más abiertamente reflexiona sobre la realidad del momento de Pietro Germi (Juventud perdida –1948–)...

    ¿Es por tanto imposible ofrecer algunas claves que ayuden a definir el cine neorrealista italiano? No, evidentemente, ahí están, por ejemplo, las precarias condiciones de producción, la combinación de elementos de género, la reflexión sobre la ruina espiritual y material del país, la fresca presencia de actores no profesionales, la repulsa hacia lo convencional, el rechazo de la mediocridad circundante..., todos estos elementos están presentes en buena parte del cine italiano que a partir de 1945, y en muy poco tiempo, ensanchó las fronteras expresivas del arte de filmar, gracias esencialmente a la puesta en práctica de nuevas formas de producción y a mirar la realidad de forma distinta, más extensa y personal.

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    Monday,9 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Alucinación Viscontiana (homenaje a Luchino Visconti, 1906-1976)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,230 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    (Es este un texto alucinatorio en homenaje a Luchino Visconti en el centenario de su nacimiento. Y también a su película El Gatopardo, en la que Burt Lancaster interpreta de forma inigualable y conmovedora a un príncipe que llora porque se le fue la vida).

    Burt Lancaster llegó de Veracruz montado en su caballo Robert Aldrich. Ató las riendas del caballo ante la entrada del Saloon, y entró en la estancia con un furioso batir de las puertas volanderas. Parecía haber llegado de muy lejos y de aventuras prolongadas. De ello hablaban el pesado polvo de su sombrero y sus ropajes, el revólver casi desmayado en el interior de la canana, la piel del rostro labrada por el sol y el viento, el cuero de las botas resquebrajado, y unos andares lentos y cansinos.

    Cuando Burt Lancaster salió del Saloon por la puerta de atrás, lo hizo príncipe de Salinas, un poco más avejentado, vestido de impecable frac y con los andares y la mirada cargados con el orgullo de una vieja estirpe siciliana.

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    Luchino Visconti

    Burt Lancaster, es decir, Fabrizio de Corbera, el príncipe Salinas, ingresó en el gigantesco palacio palermitano con paso decidido y rápido; lo hizo como lo que era, el último de una estirpe, el último de los Gatopardo, un señor feudal altivo y poderoso en el final ya de su madurez más plena.

    Recorrió con mirada aburrida y displicente la inmensidad de los salones del palacio, y decidió refugiarse en un salón, a salvo de las risas, conversaciones y saludos de los centenares de asistentes a la fiesta, casi todos pertenecientes a la rancia aristocracia siciliana. La habitación en la que se refugió resultó ser la biblioteca, y frente al amplio sofá que ocupó, colgaba una pintura que representaba la muerte de un anciano del mundo clásico rodado de su familia.

    De repente cayó en la cuenta, y como si de un enorme muro de piedra que se precipitase contra su cuerpo, se percató de que no podía faltar mucho tiempo para que esa escena la viviese él mismo en su habitación del palacio Salinas. No, no podía faltar mucho para que él estuviese en una cama no muy diferente a la del cuadro, y toda su familia también le rodease llorando su desaparición.

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    Los fúnebres pensamiento se disiparon en cuanto entraron en la habitación su sobrino y la prometida de éste. La chiquilla en cierto modo le obsesionaba desde que la conoció. Esa belleza salvaje y morena, de hembra insaciable y voluptuosa, esa risa que expresaba la potencia inabordable de la juventud y las ganas furiosas de vivir alegremente, despreocupadamente, entregada a lo mejor que puede ofrecer la vida. La frescura de esa chiquilla le había hecho saber por vez primera que ya no era joven, que lo mejor de su vida ya había quedado irremediablemente atrás.

    Se sentía pesado, viejo, marchito, con el perfume de la vida abandonándolo a bocanadas. Pero en ese mismo instante, la chiquilla, hermosísima en su vestido casi blanco, le pidió bailar con él el primer vals que sonase en la barroca sala de baile. Aceptó casi sin pensarlo, sintiendo que ese baile no llegaría nunca.

    Sin embargo, un vals comenzó a sonar en la cercanía para sorpresa de todos. La joven y él salieron de la biblioteca acompañados del muchacho. El vals era una composición del Verdi más intrascendente, una música sin pretensiones, pero perfecta para danzar en ese momento. La cogió por la cintura con una mano, y con la otra asió una de ella. Empezaron a bailar. El Príncipe, el temido gatopardo, bailaba con la exuberante prometida de su sobrino. El resto de bailarines se retiraron, se formó un inmenso círculo en su entorno, y todas las miradas de los asistentes se clavaron en los bailarines: algunas reflejaban envidia, otras algún vago temor, todas admiración.

    Él volvió a sentirse joven, fuerte, atractivo, un hermoso gatopardo capaz de marcar y defender su territorio. Burt Lancaster bailaba un vals de Verdi haciendo volar a Claudia Cardinale. Fue su verdadero momento de gloria. Quizá el mejor momento de su existencia, el que justificaba en buena parte su vida entera.

    El vals terminó, el círculo de admiradores se deshizo, la atmósfera de poder, juventud y lujuria se desvaneció. Todo había terminado. Ya solo, completamente solo, recorrió de nuevo el bullicio de los salones en los que jóvenes y mayores bailaban, bebía, comían, charlaban... Todo le era ajeno. De alguna manera acababa de morir, estaba muerto, era sólo un fantasma principesco y gatoparduno deambulando por los salones de un palacio lleno a rebosar de fantasmas de otro mundo, de otra época, de otra vida que jamás regresaría.

    Tenía que esconderse, aunque sólo fuera un momento, para reflexionar sobre el momento crucial que le tocaba en suerte, debía saborearlo, hacerse muy consciente de él. Entró en la primera habitación de la que no salían voces. Todo el suelo estaba lleno de jarrones y vasijas en las que los invitados a la fiesta dejaban sus sorbos de champagne convertidos en orines. Avanzó sorteando las piezas de porcelana que rebosaban pises y llegó hasta un espejo. Burt Lancaster se miró en él. El príncipe de Lampedusa, el cowboy recién llegado de una larga cabalgada desde Veracruz, se contemplaba en el espejo con incredulidad, con pena infinita.

    Y de sus ojos que se cerraron con la lentitud más hermosa y devastadora del mundo, cayó una lágrima. Sí, el príncipe-cowboy había muerto, y Burt Lancaster lloraba por él. También lo hacía Visconti, pero con el puño en alto.

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    Friday,6 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Mi amor vive ahora en el Museo Thyssen (Homenaje al pintor Sargent)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,228 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Creo haber contado ya, que en la primavera del año 1991, pasé el último trimestre en la universidad inglesa de Leicester, ciudad que imagino sigue siendo hoy capital de las Midland, en el mismo centro de Inglaterra. No es Leicester una ciudad a la que el calificativo de hermosa encaje bien, pero como casi todo en esta vida, tiene lo imprescindible para hacer que la existencia de uno tenga sus momentos.

    Durante aquellas semanas recuerdo que hice una gran variedad de cosas, salvo aprender inglés y estudiar, me temo. Por ejemplo, viajé. Estuve dos veces en Londres, pasé por Newcastle, vi de lejos los bosques de Nottingham en los que lanzaba sus flechas Robin Hood, y en un autobús tercermundista me acerqué hasta Escocia, hasta Edimburgo concretamente.

    Edimburgo me pareció una ciudad encantadora, una hermosa atalaya desde la que la vida se ralentiza y se hace un poco más llevadera. Recorrer la empinada High Street, con sus pequeñas tiendas de grabados y libros antiguos, fue para mí un reflejo en blanco y negro de un futuro paraíso. Recorrer el castillo, sentarme en los bancos de madera en los que una placa recuerda a quienes en ellos meditaron tranquilos, husmear los callejones por los que deambulaba Stevenson, ver los pronunciados verdes esmeraldas de las suaves colinas ciudadanas…, en fin, recuerdos que, de vez en cuando, aún me calientan un poquito por dentro.

    Además, en Edimburgo me enamoré. No recuerdo bien si fue por la mañana o por la tarde cuando entré en la National Gallery of Scotland y recorrí sus salas. Sí sé sin embargo que pensé, mientras paseaba entre los cuadros, que aquel museo tenía bastante de provinciano, que sus escasos vigilantes sesteaban como en cualquier otro lugar del mundo, y que entrando en comparaciones, España parecía un país mucho más dinámico y moderno que aquel en el que en ese momento me encontraba. Lo cierto es que descubrí España durante esos tres meses en Leicester.

    Pero no me voy a ir por las ramas, y contaré mi enamoramiento, quizá alguno de ustedes esté impaciente, o al menos haya despertado en él cierta curiosidad. Me sitúo nuevamente contemplado las salas con los cuadros, hasta que entré en una reducida habitación sin vigilante en la que todo estaba dominado por una sola imagen, la de ella. Entonces algo golpeó mis entrañas y supe con absoluta certeza que me había enamorado, y que lo había hecho para toda la eternidad.

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    Sí, allí estaba ella, mirándome desde su butaca tapizada de marfil y flores. El pelo negro está recogido con esmero, y viste unas telas vaporosas y casi transparentes. La cintura está ceñida con una tela lila y de su cuello desnudo pende un camafeo. Su mano derecha, con una flor entre los dedos, descansa en su regazo delicada, y la izquierda, con una pulsera dorada, se cierra lánguida al brazo de la butaca. Creo que es hermosa; su belleza no es salvaje, ni emana efluvios eróticos. No, su belleza sobrecogedora es a la vez aristocrática y doméstica, es una belleza que se expresa y condiciona en términos de clase, de civilización, de elegancia consustancial, pero no domesticada. Ninguna belleza de verdad está domesticada.

    Pero sin duda lo más impresionante, lo que me dejó sin fuerzas para abandonar la sala durante muchos minutos, lo que me hipnotizó con una suerte de efluvio o veneno cuyo efecto dura hasta hoy mismo, fueron su mirada y su sonrisa.

    Sus ojos no taladran, no son inquisitivos, no tiene la fuerza de la decisión. Sus ojos sencillamente comunican una sintonía in able con la vida, una comprensión natural de las cosas, consustancial a una manera de entender el mundo que no se cuestiona. Es la mirada de la seguridad en una misma, en una clase, en un destino, en la sabiduría de que nada de lo por venir turbará en exceso ese bienestar remansado del que ella es fruto, del que ella ha surgido y que simboliza con su belleza situada entre encajes exóticos, casi lascivos. La sonrisa en la boca certifica la seguridad, la adorna con cierta malicia dibujada, nunca impuesta.

    ¿Cómo será sentir entre los brazos a una mujer así? ¿A qué sabrá su boca, cómo responderá desnuda y blanca a las caricias? Sólo estoy seguro de que el sonido de su risa debía ser apoteósico, que rasgaría los silencios y que crearía en el aire luces de artificio. Han pasado quince años, no la he vuelto a ver y sigo enamorado de ella como el primer día.

    Sé que se llama Gertrude Vernon, aunque muchos la conocen por Lady Agnew of Lochnaw. Su retrato lo pintó hace mucho tiempo, ente 1892 y 1893, un americano nacido en Florencia, un tal John Singer Sargent (1865-1925). Sé que se casó con un hombre afortunado, Andrew Nod Agnew; desconozco si fue feliz con él.

    Y ahora, al cabo de los años, me dicen que está por aquí, en España, en Madrid. Que su retrato, aquel que me conmocionó para siempre en Edimburgo, va a estar unos cuantas semanas en el Museo Thyssen, junto a otros de su autor y del español Sorolla.

    Tengo que volver a verla, tengo que decirle lo mucho que he pensado en ella a lo largo de los últimos años, tengo que decirle que la quiero, que sigo enamorado desde los lejanos días de Escocia. Tengo que robarle al menos un beso, sentir el clima de sus labios y volver a dejar que su mirada me traspase.

    Me espera en el Museo Thyssen, y no puedo faltar a la cita.

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    Thursday,5 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Pecho de Philip Roth]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,225 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Llega a mis manos la última obra del eterno candidato al Premio Nobel de Literatura, el norteamericano Philip Roth (Newark, New Jersey, 1933). Se trata de la novela corta El pecho (Monadori, Barcelona, traducción de Jordi Fibla, 93 págs).

    Este último trabajo de Roth vertido al español, es una historia breve y de evidente inspiración kafkiana: el profesor universitario de literatura David Kepesh, se despierta un día transformado en un pecho de mujer de setenta kilos de peso.

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    Partiendo de esta alegoría deudora directa de La metamorfosis de Franz Kafka, y también de La nariz de Gogol, aunque de este título en menor medida, como así lo reconoce el propio autor de forma indirecta a lo largo del libro, Philip Roth plasma una rica, compleja y satírica reflexión entorno a la trivialidad y falta de sentido último de la vida en la realidad contemporánea, un tiempo que el protagonista, David Kepesh, denomina con singular intención, casi al final del libro, “la Era de la Realización de Sí Mismo”.

    La plasmación de la citada reflexión de Roth, presenta a mi modo de ver dos hilos conductores básicos. Uno es la sexualidad humana y la desarrollada subjetividad con la que suele ser tratada por casi todo el mundo, lo que me ha hecho recordar durante la lectura, algunas secuencias antológicas que al respecto ofrece la obra de otro destacado intelectual judío norteamericano contemporáneo, Woody Allen.

    El otro hilo conductor que he logrado detectar en las páginas de El pecho, es el de la inmensa fuerza transformadora de la realidad que puede tener para algunas personas el trato asiduo con la palabra literaria, con la palabra hecha arte, asunto planteado aquí por Roth en términos bastante parejos a los empleados por Cervantes en su Quijote.

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    Tal es así, que David Kepesh, impenitente lector de Kafka, Gogol o Swift, le llega a decir al doctor que lo trata de su extraño caso de radical metamorfosis: “¿Me ha causado esto la literatura?… En literatura, me encantaba lo extremo, idolatraba a los autores que lo cultivaban, su imaginación y su poderío casi me hipnotizaban… Entonces di el salto. Convertí la carne en palabra. ¿No lo ve? He sido más kafkiano que Kafka… ¿quién es el artista más grande, el que imagina la maravillosa transformación o el que se transforma maravillosamente a sí mismo? El gran arte, como todo lo demás, es algo que le sucede a la gente. ¡Y esta es mi gran obra de arte!”.

    A lo largo de toda su existencia, el personaje creado por Philip Roth, ha estado tan en contacto con la palabra literaria llevada a sus extremos, que en una época histórica como la nuestra, dominada completamente por la realización de uno mismo, ha logrado dar el salto definitivo, y, como le ocurre a Don Quijote de la Mancha, se ha transformado en lo deseado, es decir, ha hecho de su carne lo significado por la palabra, lográndose así en su más grande obra de arte, en su más conseguido artificio.

    Esta notable sátira de Roth, explícitamente le toma el pulso con eficacia y sabiduría a la cotidianeidad absurda del hombre contemporáneo, y lo hace a través de una metáfora trágica y desoladora, envuelta con el celofán amable de una comedia en sazón surrealista, y a la que quizá le pese un poco la sombra alargadísima de su genial antecedente kafkiano.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,4 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Pequeño retrato del crítico literario]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,222 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Yo creo que la meta primordial del crítico literario es llegar a ser algún día un lector con criterio propio, un criterio sustentado en sus conocimientos y no solamente en la información manejada; unos conocimientos adquiridos por la experiencia lectora y vital, y claro, también por el estudio.

    Una vez que uno se ha convertido en un buen lector, es decir, en un lector con criterio, ha dado el paso imprescindible para poder ejercer la crítica literaria, para aportar su criterio y juzgar por escrito sus nuevas lecturas, no dando una opinión cualquiera sin valor o de valor escaso, quiero insistir en ello, sino dando una opinión razonada y sustentada en un criterio muy trabajado en las muchas horas y en el mucho esfuerzo.

    Ahora tan sólo resta plasmar en palabras, en lenguaje reflexivo, ese criterio obtenido a pulso a través del trabajo en el tiempo. Pues bien, según mi criterio personal, dicha plasmación debe poseer también algunas características específicas sobre las que pueden hacerse varias recomendaciones, entre las que creo que son ineludibles, al menos, las siguientes:

    La concisión, factor al que te obliga la escasa disposición de espacio, propia de cualquier medio de comunicación, mucho más si hablamos de literatura, ámbito de por sí minoritario y por tanto sustentador de un escuálido mercado comercial, por lo que los "medios" (no olvidemos que los "medios" son sobre todo empresas que buscan rentabilidad económica) toleran estos espacios literarios debido fundamentalmente al supuesto "efecto prestigio" que posee la cultura y en particular la literatura.

    La necesidad de ser conciso obliga a ser preciso. En la crítica literaria de calidad el marear la perdiz, el dar vueltas y más vueltas sin ir al grano está absolutamente prohibido. También está prohibido, bueno, no seamos tan drásticos, digamos que no es recomendable, contar la trama de la historia, o dicho con otras palabras, contar en la reseña lo que pasa en el libro comentado. De la trama, y escribo la palabra trama con infinita apertura de miras, y siendo aplicable a cualquier género literario, incluido el ensayo y la poesía, ya se enterará el posible lector. En lo que debe hacerse hincapié en la crítica es en el sentido de la obra, y lo que ese sentido ha logrado despertar en ti, es decir, en el crítico.

    A este respecto, el crítico debe esforzarse por comprimir los excesivos detalles en una o dos abstracciones, en una fórmula o moraleja, con el fin de ofrecérsela al lector y comunicarle un clima de entusiasmo o una atmósfera de rechazo y disgusto. El crítico debe sugerir, llenar un espacio mental con su criterio, pero a la vez dejar al lector el espacio en blanco suficiente para que éste se implique imaginativamente en la reflexión que se le tiende, y decida si merece la pena adquirir el libro y dedicarle una parte sustancial de su escaso tiempo libre.

    Fijaros: el crítico literario, en alguna medida, es un vendedor cualificado al que se le exige que aplique sus conocimientos a una lectura determinada para recomendarla o rechazarla, es decir, para conseguir venderla o no venderla, y sobre todo, y he aquí la enorme dificultad de la tarea, para solicitar de un posible mercado ya no sólo una cantidad de dinero por unas páginas impresas, sino además una parte importante del tiempo libre de ese mercado, y un gran esfuerzo suplementario de concentración e inteligencia, y todo a cambio no de un placer inmediato y medible, material y consistente, sino de un hipotético enriquecimiento espiritual, de un ensanchamiento de la propia vida que no es conmensurable. Insisto, tarea muy, muy difícil, la del crítico.

    El crítico debe también contextualizar la obra y el autor de los que escribe. Debe pensar que una buena parte de sus lectores u oyentes no tienen por qué conocer previamente nada de ambos, y siempre es positivo que a través de unas cuantas pinceladas, siempre concisas y precisas, colorée, subraye, aplique sombras, remarque o difumine perfiles, es decir, que construya un escenario y un decorado en los que presentar y, en cierto modo, por qué no decirlo, representar la obra sobre la que escriben o hablan.

    Claro, en este sentido es imprescindible estar en posesión de un cierto conocimiento del ámbito histórico y cultural en el que nació la obra criticada. Es evidente que no es lo mismo acercarse a un libro de Federico García Lorca desde la nada, que hacerlo poseyendo la comprensión de la España que habitó del poeta, conociendo otras de sus obras, el grupo de amigos con los que relacionó, etc, etc... Leer la obra de Stefan Zweig, de Joseph Roth o de Robert Musil sin saber nada de lo que significó la Viena de finales del siglo XIX y de principios del siglo XX, es un poco como echarte a la boca un trago de un vino excelente teniendo un catarro espantoso, con lo que no puedes ni oler, ni ver, ni saborear en óptimas condiciones.

    Por último aplicaré algunos trazos más a este dibujo del crítico que estoy aquí esbozando: el entusiasmo, la gracia y la ironía y, claro, la buena escritura.

    Un crítico ideal es aquel que cuando terminas de leer su columna te ha incitado con entusiasmo a leer el libro, te ha contagiado ese entusiasmo y lo ha hecho dejando a un lado la pedantería, el aburrido y pesado academicismo, y sin haber caído en la tentación de ser estupendo.

    La crítica tiene que ser imaginativa, el autor debe poner algo de su cosecha, debe dejar su sello, debe aportar algo y lo debe hacer utilizando las herramientas que le son propias, es decir, las palabras. Su escritura tiene que ser en sí misma literaria, para que su lectura te predisponga a aceptar, a demandar más literatura.

    En resumidas cuentas: ante todo el crítico debe ser un buen lector, opinar con razones, ser conciso y literario, entusiasmar, ser sencillo pero no simplista, enriquecer la posible lectura del lector, ofrecerle asideros, sugerir y no sermonear, contar sus propias sensaciones, el sentido que le ha sacado a la obra... Y por supuesto, la primera condición que debe cumplir el crítico es, y lo digo muy, muy en serio, haberse leído el libro.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Tuesday,3 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Elogio del buen lector]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,218 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace ya algún tiempo, en la sede santanderina de la Fundación Marcelino Botín, el cineasta Paulino Viota estaba presentado uno de los capítulos de Las historias del cine de Jean-Luc Godard, y en el coloquio posterior, contó que una vez se propuso escribir un artículo sobre la estupenda película de José Luis Guerín, En construcción, con la que hace apenas algunos años éste fue premiado en el Festival de San Sebastián.

    Viota llamó por teléfono a Guerín, y le contó que cuando en una escena de la película dos jóvenes se refugiaban en un bloque en construcción, a él le había recordado el episodio bíblico de María y José guareciéndose en el establo de Belén. Nada más decírselo a Guerín, Viota se excusó y planteo que dicho pensamiento, probablemente, era una estupidez. Sin embargo, Guerín le conminó a escribirlo en el artículo tal y como se lo había contado, “si eso es lo que la escena te ha sugerido –le dijo a Viota- así debes explicarlo”.

    Esta anécdota me parece que resume bastante bien lo que debe ser una crítica literaria: El crítico debe contar de forma breve, dada la escasez de espacio existente en un periódico o en cualquier otro medio, lo que a él le ha sugerido la lectura del libro, lo que a él –bueno o malo, mejor o peor- le ha parecido el libro.

    ¡Hombre!, podéis decirme, ¿eso es todo? Así que hacer una crítica de un libro es decir simplemente lo que a uno le ha sugerido su lectura, lo que le ha gustado y lo que no, así de sencillo, pues ¡vaya cosa!!

    Sí, siento defraudaros tan pronto, pero eso es exactamente en lo que yo creo debe consistir una buena crítica. ¿El asunto tiene trampa? Ninguna, se trata tan sólo de leer y luego escribir.

    ¿Tan sólo?, sí, tan sólo, pero ahí reside toda la trascendencia del juego, ahí está toda la enorme dificultad de ser un buen crítico, porque para serlo hay que convertirse en una especie en peligro de extinción: un magnífico lector, y además, saber escribir con cierto gusto, imaginación, precisión y brevedad. Por eso hay tan pocos buenos críticos.

    Voy a transcribir lo que a este respecto ha escrito el que sin duda es uno de los mejores críticos de nuestro país, José María Guelbenzu. La cita es bastante larga pero ya veréis cómo merece la pena:

    De lo que se habla menos es de la decadencia del lector, como si éste fuera una pieza inamovible del juego, como si la decadencia de la novela o de la lectura fuese un asunto que perteneciera a un estado de la realidad ajeno a la presencia concreta del lector... La decadencia de la novela suele atribuirse al agotamiento de un género que ha reinado durante un par de siglos en el mundo de la literatura. La decadencia de la lectura se atribuye a su vez a la invasión de lo audiovisual..., la historia demuestra que las nuevas formas de expresión no arrumban necesariamente a las antiguas, sino que las resitúan..., el lenguaje del impacto (la imagen) sólo demuestra ser más asequible, por lo inmediato, que el lenguaje de la reflexión (la palabra), pero no hay sustitución, sino, en todo caso, posición dominante.

    En España se venden más libros que antes, se editan y se leen más libros que antes. Otra cosa es lo que se lee. No se habla nunca de la decadencia del lector. Y, sin embargo, lo que puede explicar el fenómeno de que se lea más y de que, paradójicamente, la literatura sea de peor calidad es, justamente, un asunto que compete a esa figura que es calurosamente apreciada –debido al mérito de su esfuerzo implícito para encarar la página escrita- frente a la que se deja invadir pasivamente por la imagen: el lector.

    En mi opinión lo que ha descendido es la calidad del lector, porque la calidad de la mejor literatura no ha cedido. En España me atrevo a conjeturar que el cambio de proporciones entre lector vivo (que escoge y progresa) y el lector común (que sólo exige más de lo mismo) a favor de este último se debe sobre todo a la incorporación de nuevos lectores (esta es una acusación a vosotros, a nosotros). Una de las rémoras de la democracia súbita es que se confunde con harta frecuencia la opinión con el criterio. Opinión tiene cualquiera, pero una opinión que no se funda en un criterio no pasa de ser una inconsecuencia. El criterio se adquiere como se adquiere el conocimiento: por la experiencia y el estudio. En otras palabras: no todas las opiniones son igual de válidas, del mismo modo que el lema ‘un hombre, un voto’ sólo vale para votar, no para tener razón. La razón se adquiere de manera bien distinta y harto más trabajosa.

    Tópico cómplice en el mundo intelectual es el enunciado que dice que ‘en España sólo hay unos diez mil buenos lectores’; si a esta frase le añadimos la exagerada, pero significativa, de Félix de Azúa: ‘Somos la última generación que ha leído’, vendremos a concluir que, paradójicamente, a medida que aumenta la cifra de lectores generales, disminuye, si la muerte hace bien su trabajo, la de buenos lectores; es decir, no parecen tener repuesto. ¿Serán a la larga estos últimos una especie en extinción y serán liquidados bien por las mayorías adictas al mínimo esfuerzo, bien por las inmensas minorías victimistas y sustitutivas del intelectual universal a las que Harold Bloom agrupa bajo la denominación de ‘Escuela del Resentimiento´?

    El lector de nuevo cuño carece de tradición, carece de criterio y ha empezado a leer al apagar la televisión, no antes de que ésta llegara a casa. Confía en sí como todo el mundo confía en su propio gusto, pero sobre gustos hay mucho escrito, que no leído; el gusto no es innato, sino adquirido. No le ayudarán ni una crítica aún naturalista, además de arbitraria, ni una educación llena de rígidos esquemas y no menos rígidos tontemas y bobemas en sus análisis de textos. Su principal referencia es el entretenimiento por el entretenimiento. En consecuencia, ahora somos lo suficientemente ricos y cosmopolitas como para permitirnos leer como provincianos. La sencillez puede ser amiga de la novela de calidad; la simpleza, no; y en cuanto a la buena voluntad, es el principio, no el fin.

    Así que el lector es reflejo de su sociedad y, como tal, es razonablemente acrítico; es decir, no es exigente ni vivo, no le empuja la curiosidad de saber, sino la necesidad de saber 'qué pasó'; es un lector de anécdotas, no de sentido. No creo en la decadencia de la novela, y si acepto la de la lectura es porque creo firmemente en la decadencia del lector. Parafraseando a Fernando Savater sobre el pensar bien, puede decirse que ‘quien no se esfuerza en leer, no leerá nunca nada verdaderamente interesante’
    ”.

    Este artículo sobre la decadencia del lector de José María Guelbenzu me parece acertadísimo, creo que pone todos los puntos sobre las íes, y que de forma indirecta da, si no todas, sí muchas de las claves para hacer buena crítica literaria.

    Lo único fundamental, el requisito ineludible, es convertirse poco a poco, con paciencia y esfuerzo, en un buen lector, es decir, en un lector, parafraseando a Guelbenzu, exigente y vivo, crítico con las páginas que se echa a los ojos y a la mente, un lector curioso que sabe trascender la anécdota, el “qué paso” que termina implicando casi toda estructura literatura, para centrarse en el sentido profundo de lo que lee; un lector liberado de rígidos esquemas académicos, que no se deja llevar al principio de su aprendizaje sólo por su gusto, ya que debe ser consciente de que aún no tiene gusto, de que debe adquirirlo, y que esa adquisición, preciosa por otro lado, le va a requerir mucho tiempo, paciencia y un gran esfuerzo.

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    Monday,2 oct 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Carta en cántabro: pasen y lean por favor]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,217 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Quizá muchos de los que siguen estos escritos diarios, piensen que me estoy obsesionando con el tema del nacionalismo que ha echado raíces desde hace tiempo en nuestro país.

    Quizá, muchos de ustedes piensen que los que nos mostramos contrarios a los postulados nacionalistas de todo sesgo estamos exagerando, sacando de quicio las cosas, etc…, etc… No me extraña nada que algunos de ustedes opinen así, es una corriente bastante difundida entre nosotros, y que siempre me ha hecho pensar en el famoso poema de Bertold Brecht, ya saben, ese que contaba que mientras las cosas les sucediesen a los demás, poco importaban, claro, hasta que a uno le iban a buscar a casa, por decirlo de algún modo.

    Muchos de mis amigos más queridos creen que todo lo denunciado en torno a los nacionalismos y sus excesos exclusivistas y xenófobos, todas sus tergiversaciones de la historia, todas sus invenciones …, son poco más o menos signos de folclore exacerbado, pero de una importancia y unas consecuencias reales y materiales bastante pequeñas y llevaderas.

    La cuestión es que nuestro día a día no parece verse perturbado por lo que ocurre a nuestro alrededor. Seguimos desayunando, comiendo y cenando. Trabajamos, escribimos, jugamos, vamos al cine, leemos, paseamos…, y este régimen de actividades no se ve para nada afectado por lo que ocurre, se dicta y sentencia por ejemplo en Cataluña, el País Vasco o Galicia.

    ¿A nosotros qué más nos da? Tampoco es para tanto, a mí nada ni nadie me está impidiendo hacer mi vida, qué más da que España deje de ser lo que es…, así piensa mucha gente. Además, cuando se habla y escribe de estos asuntos con verdadera preocupación, parecemos hacerlo pensando sólo en lo que acontece en Cataluña o el País Vasco. A nadie que viva en Salamanca, por señalar un lugar como podía haber señalado cualquier otro, se le pasa por la cabeza que en Cantabria exista el germen de un nacionalismo inventor de sus propias raíces, necrófago, acrítico, virulento y activo. Pero es que a casi nadie que viva en Santander se le puede ocurrir que en Salamanca ocurran cosas semejantes, o en Huelva, o en Logroño, o en Alicante, o en Badajoz, o en La Gomera, o en Cabrera. Y lo cierto es que sí existen, y que son rentables y útiles para determinados poderes políticos, culturales, económicos (locales y autonómicos), que ven en el fomento y apoyo (a veces simulado) de estas ideas y grupos una forma de asegurarse un rentable espacio político del que sacar el conveniente provecho.

    Yo no sé si estoy siendo un poco pesado con el tema nacionalista (tal vez), o un poco alarmista y exagerado. Pero para muestra de por qué me preocupa la cuestión ahí va un botón. Una carta que ha llegado ayer por la mañana al centro en el que trabajo. Una carta firmada con un sello que pone Concencia Cantabriega y que está escrita en un supuesto idioma cántabro. En esta carta, como podrán comprobar los que tengan la paciencia de intentar leerla, se habla de país cántabro, de territorio cántabro, idioma cántabro, bandera cántabra, identidad nacional cántabra, estado confederal, nuevo estatuto de autonomía en el que se oficialice el idioma cántabro y que éste sea obligatorio en todos los niveles educativos, identidad..., y demás memeces exclusivistas, delirantes, absurdas, inventadas e impostadas.

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    Ésta es la transcripción literal de la carta:

    LA CONCENCIA CANTABRIEGA

    A TOLA UPINIÓN PÚBLICA CÁNTABRA

    1. El Día´l Pueblu Cántabru tien de aunisi al Día L´Aparecía el 15 de Sitiembri, al Día Enfantil el primer dumingu de Práos, al día Las Estitucionis el 28 de Santiagu, al Día de Cantabria en Cabezón el primer dumingu de Agostu, y al seyencu Día la Concencia Cantabriega en Barros en tercer sábadu de Sitiembri..., y enrrobrar enti tolas estitucionis, partíos, sindicatos, collas y presonas cantabriegas, un sólidu –único- Día Nacional Cántabru de tol pueblu y pa tol pueblu, ensin mirar pal turismu ne palos entresis particularis de cáa estitución, partiu u asociaición.

    2. La lingua montañesa u cántabra tien de atopasi ojicial en tol territoriu autual cántabru, y metela asina nel prúsimu estatutu de autunumía, -que tien de ser consensuáu de tolas juerzas pulíticas y socialis cantabriegas-, col su densiñamientu en tolos livelis de la desenñanza, de baldi pa rapacis y mayoris, con clasis de hestoria, geografía, literatura, lingua, folklori, pulítica, cología..., cántabras, por tolas asociaicionis y collas culturalis del país.

    3. El lábaru cántabru tien de cunsiguisi cumu la bandera ojicila de tol país.

    4. Las estitucionis y collas tienin de asigurar y emburriar la identidá nacional cántabra en tolas sus benijestacionis, ensin odiu ne vergueña cancia los pueblos vicinos.

    5. Pa nos, que tolas entarajilacionis cantabriegas –PRC, Aunidá Cantabra, Conceju, Reguelta, UGAM, Stec, la seyenca Concencia Cantabriega..., tienin, tenemos de diseñar los muestros estatutos nacionalis de autunumíaa y dir el añu que vien derréu consensuandu un único testu que sea aprobáu por tola ciudaanía cántabra, nel caminu cancia un estáu confederal, y libertariu de tolas nacionis que vivin en él.

    6. De mientras, jacemos un llamatu a tolas presonas cántabras y/u cantabrigas pa siguir trebjandu ena costruición cuntina de la muestra idintidá, lingua y nación cántabra jasta la entarajilación de una sociedá que sea dueña en cáa momentu del su distinu, cumu presonas y cumu pueblu, en consonancia con tolos pueblos del mundu que trebajan polos sus mesmos aquelis.

    7. A la final envitamos a tola sociedá cantabra y cantabriega, paque muévasi, trebajemos tos/as, pal logru, ensin rabar, destos aquelis.

    En Novalis, Agsotu 26 del 2006


    Día´l Pueblu Cántabru

    ¿Exagero? ¿No hay que sentirse preocupados? ¿No hay que alarmarse? ¿No hay que combatir estas sandeces desde su mismo nacimiento? ¿No hay que estar alerta ante estos brotes increíbles de interesado primitivismo, ante estos ataques directos a la Modernidad y al pensamiento ilustrado?

    Lean la carta que trajo ayer el cartero y reflexionen un momento al respecto, por favor. No es una broma, está ocurriendo hoy, y no en la Luna, sino en la ciudad de Santander.

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    Friday,29 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Shostakovich frente al Tirano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,214 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Este mes de septiembre se han cumplido cien años del nacimiento de uno de los últimos y más grandes sinfonistas del siglo XX, Dmitri Shostakovich (1906-1975).

    Fue el ruso un músico precoz, escribió desde los diez años y dejó pasmados a muchos de sus profesores en el Conservatorio de San Petersburgo. Muy al principio Shostakovih redactó sólo obras para piano y destinadas a sí mismo, pianista-compositor, pero a partir de cumplir los catorce años, el niño prodigio comenzó a escribir para orquesta. Atento a todas las influencias de su época, Shostakovich se convirtió pronto en uno de los principales representantes de la vanguardia musical soviética. Su primera sinfonía, estrenada en 1926, asombró inmediatamente a directores de la talla de Bruno W , Toscanini u Otto Klemperer, y el éxito repentino le puso en contacto directo con los mayores músicos del momento: Bela Bartok, Paul Hindemith, el Grupo de los Seis, Igor Stravinski, etc...

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    Dmitri Shostakovich

    Sin embargo, todo este proceso se vio frenado de forma brutal a partir del estreno en 1936 de su segunda ópera, la genial y salvaje Lady Macbeth del distrito de Mzensk. Se publicó entonces en Pravda una crítica que acusaba de inmoral a la obra y a su autor. A partir de ese momento, y prácticamente hasta su muerte, el autor y su obra fueron sometidos a una estrecha vigilancia por parte de las autoridades comunistas, quienes sometieron al genio a un cerco psicológico en el que a recompensas y encargos le sucedían recriminaciones, amenazas y silencios.

    Con todo, y dando pruebas de una voluntad y un talento fuera de lo comunes, Shostakovich continuó engrosando su catálogo con nuevas obras en las que logró asimilar herencias tan dispares como la formal y técnica de Beethoven, la de las escuelas nacionales rusas (Chaikovski, Borodin, Mussorgski, Stravinski), los artificios de la Segunda Escuela de Viena, o distintas aportaciones de Bartok y Debussy.

    Así, además de música para películas y para grandes aniversarios oficiales (Stalin sólo le respetaba y quería en este campo), logró escribir 15 sinfonías que hoy forman parte del repertorio de los grandes conjuntos orquestales, un conjunto de óperas claves en el desarrollo del género a lo largo del pasado siglo, y unas partituras de música cámara que se revelan hoy como su gran legado espiritual, destacando en el conjunto los 15 cuartetos, considerados como los más grandes de los escritos en el siglo XX junto a los de Bela Bartok.

    Para muchos especialistas y críticos, tras los acontecimientos acaecidos después del estreno de su Lady Macbeth, Shostakovich se convirtió en su país en una especie de difunto no muerto, un fantasma ambulante sometido constantemente a la mirada fija, escrutadora, del Gran Hermano Stalin. Para muchos ahí radica la razón de que la obra musical del ruso chorreé por casi todas sus notas pesimismo, ironía y un fatalismo irrevocable. Claro que el compositor también vivió los horrores de la Segunda Guerra Mundial, tuvo noticia de los campos de exterminio y de trabajo nazis y soviéticos, vio morir o desaparecer a muchos compañeros... En fin, que el contexto histórico que le tocó en suerte no invitaba precisamente a la escritura de música alegre y festiva.

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    Como ejemplo preciso de esos tiempos aterradores, el propio Shostakovich cuenta en sus memorias una anécdota increíble, pero que viene a dar colores (muy oscuros por cierto) al clima de terror que se vivía en la URSS en tiempos del socialismo real.

    La anécdota, insisto, está contada en las páginas 318 y 319 de Testimonio, el libro de memorias de Shostakovich relatadas y editadas en 1979 por Solomon Volkov, y cuya magnífica edición española corrió a cargo de mi buen amigo el musicólogo José Luis Pérez de Arteaga (Aguilar, Madrid, 1991).

    Para ser preciso, anoto al pie de la letra las palabras de Shostakovich: “En aquella época, Stalin no dejaba que nadie le viera durante días. Escuchaba muchísimo la radio. En una ocasión, Stalin llamó al Comité de la Radio, donde estaba la administración, y preguntó si tenían un disco del Concierto para piano nº 23 de Mozart, que había escuchado en la radio el día antes. 'Tocado por Yudina', añadió. Le dijeron a Stalin que, desde luego, lo tenían. Realmente, no había ningún disco, el concierto se había ofrecido en vivo. Pero tenían miedo de decirle no a Stalin, nadie sabía las consecuencias que tal acto podía tener. Una vida humana no significaba nada para él. Todo lo que podías hacer era mostrarte de acuerdo, someterte, ser un hombre-sí, un hombre-sí para un loco.

    Stalin pidió que le enviaran el disco con la interpretación de Yudina..., a su casa. El Comité se quedó horrorizado, pero tenían que hacer algo. Llamaron a Yudina, y a una orquesta, y grabaron aquella noche. Todo el mundo estaba temblando de pavor, exceptuada Yudina, naturalmente. Pero ella era un caso especial, a aquella mujer el océano sólo le llegaba a la rodilla.

    Yudina me dijo, posteriormente, que habían tenido que mandar a su casa al director, el hombre estaba tan intimidado que no podía pensar. Llamaron a otro director, que no paraba de temblar y que consiguió liarlo todo, confundiendo a la orquesta. Sólo un tercer director estuvo lo suficientemente en forma como para terminar la grabación.

    Creo que éste es un acontecimiento único en la historia de las grabaciones..., cambiar de director tres veces en una noche. En cualquier caso, el disco estuvo listo por la mañana. Hicieron una única copia y se la enviaron a Stalin. Bien, fue éste un récord discográfico. Un record en decir que sí.

    Poco tiempo después, Yudina recibió un sobre con 20.000 rublos. Se le dijo que el dinero le llegaba por orden de Stalin. Entonces ella le escribió una carta. Sé de esta carta por ella , y sé que la historia parece inverosímil. Yudina tenía muchos recovecos, pero nunca mentía. Estoy convencido de que su historia es cierta. Yduina escribió algo así: Le agradezco su ayuda. Rezaré por usted día y noche, y pediré al Señor que le perdone sus grandes pecados contra el pueblo y el país. El Señor es misericordioso y le perdonará. El dinero lo he dado a la iglesia a la que asisto".

    Bien, en este clima de terror impuesto, vivió y creó Shostakovich. Se disfrazó en ocasiones con el vestido del hombre-sí para un loco, pero dejó una obra con un potencial espiritual descomunal; una obra lúgubre, pesimista, fatalista y en muchas ocasiones sazonada con la sal gorda de la ironía, aquella que a uno le permite no lanzarse al trote en los brazos de la locura.

    Shostakovich, con el atrezzo del hombre-sí, le dijo mil veces no a la sinrazón salvaje del poder omnívoro, y construyó un legado a golpe de notas que habla desde la tristeza del coraje indomable del ser humano, incluso de aquel que en lo aparente está sometido y entregado. Ese es el legado de un genio: está encerrado en su música, una música abierta para todos.

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    Thursday,28 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Tertulia literaria en el café Pombo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,213 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Acudo a una tertulia. Sí, todos los viernes por la tarde, desde hace ya algún tiempo, acudo a una tertulia que tiene algo de literaria, es decir, en la que se habla de libros, aunque este no sea ni mucho menos el tema predominante.

    Quizá como toda tertulia que se precie en nuestros días, tiene la nuestra algo de olor a naftalina, a puesta en escena decimonónica, a ejercicio de impostura, a imitación de unos usos y costumbres que ya pasaron a la historia, y que sólo forman parte de la realidad como recreación. Somos cuatro tertulianos, y de vez en cuando se suman otros componentes de manera esporádica.

    Quedamos a eso de las seis de la tarde. Lo hacemos en un café. En el Café Pombo. Nos decidimos por este café atendiendo a diversos motivos, cada cual de suma importancia. Es céntrico. Está situado en un breve tramo porticado que sirve de refugio a una plaza preciosa, con templete para los músicos y tiovivo incluido. La plaza está rodeada de edificios decimonónicos y burgueses que dan a la bahía de Santander, una bahía ni grande ni pequeña, diseñada para contemplarla escuchando un cuarteto de Schubert. El café está a doce pasos contados de una librería acogedora y amiga, la librería Gil, a quince de una juguetería, y a seis de una lencería que ofrece con lujo hermosos maniquís e insinuantes prendas. El café y los demás negocios abiertos están localizados en los bajos de un noble edificio de piedra y balcones en el que vivió unos días un poeta a su paso por Santander, el cubano José Martí. A pocos metros de la plaza y del café, hay una noble iglesia que José María de Pereda sacaba con frecuencia en sus novelas santanderinas, la iglesia de Santa Lucía, muy cuidada con dineros de la familia Botín. También se sitúan a tiro de piedra los lugares que habitaron el pintor Pancho Cossío, el escritor Ricardo Gullón o el novelista Álvaro Pombo. Muy cerca el edificio modernista del Ateneo, y poco más allá la antigua casa de los Sanz de Sautuola (descubridores de las cuevas de Altamira y parientes directos de los Botín), hoy sede de la Fundación Marcelino Botín Sanz de Sautuola. Entorno y contorno para iniciar el retorno a costumbres perdidas. Eso debimos pensar al elegir el Café Pombo.

    También influyó el decididamente estilo kitch del local. Maderas por doquier, asientos corridos de terciopelo verde, mesas de mármol y patas de hierro, etc... Es decir, un café a la antigua usanza, el escenario ideal para que unos pequeños escritores provincianos y burgueses jueguen a cosas que han leído en libros que hablan de otros tiempos, de otros planteamientos.

    Lo único que ciertamente desentona en el café es la música ambiente. No es que esperásemos un conjunto de músicos zíngaros tocando fascinación, como en las viejas películas de Billy Wilder, pero las macarradas continuas y perfectamente audibles nos hacen sufrir lo indecible, y nos sitúan con verdadera crueldad en una realidad que no acaricia, sino que nos vapulea inmisericorde.

    Los tres miembros fijos y restantes de la tertulia son hombres y todos profesores de enseñanza media. LS. es un hombre de mediana edad, profesor de matemáticas y corredor de maratones. LS. casi siempre viste de negro, tiene barba, gafas y presenta una de esas calvas lustrosas a la que adornan mechones volanderos y cabizbajos. LS. participa en una tertulia radiofónica de la cadena Ser, es “progresista”, le gustan las exposiciones de pintura, tiene muchos conocimientos sobre plástica y con alguna frecuencia coordina muestras de arte y escribe en catálogos diversos. LS. es muy viajero; de repente desaparece unas semanas, y luego te enteras de que ha estado en Munich, en Venecia, en Berlín, en Roma, en Grecia..., siempre en casa de alguna amiga. LS. es de una generosidad proverbial, y su casa junto a la playa de San Vicente de la Barquera siempre está abierta para recibir a algún visitante en busca de baños de ola; el escritor Jesús Pardo y su mujer Paloma siempre se dejan caer en verano. LS. también es antólogo, amigo de poetas y escritores, amigo de pintores. Él fue de los primeros en descubrirnos, hace muchos años, la importancia como artista de nuestro paisano Juan Navarro Baldeweg. LS. ha logrado que a algunos poetas nos puedan leer los ciegos, y ha conseguido que a unos cuantos nos viertan al braile. LS. vive con una mujer, R., que es la materialización bondadosa de la dulzura. LS. prepara ahora mismo una antología de poesía para el Parlamento de Cantabria.

    F. da clases de literatura y es poeta. También es de mediana edad, y estuvo ausente de estas tierras durante varios lustros. Ha regresado no hace mucho, y de forma callada escribe versos de rara intensidad. F. aboga por el silencio, por desaparecer del mundanal ruido y de las luces mediáticas que en ocasiones lo buscan. F. es un artesano del silencio, pero escribe, escribe poemas largos y misteriosos. F. aparece en la tertulia siempre con algún libro y con varias recomendaciones lectoras, en eso es ineludible. F. de vez en cuando me empuja hacia Madrid, sobre todo cuando caminamos pausados bajo la lluvia calmosa del otoño. Pero yo le explico que necesito para respirar la tierra apelmazada y tranquila de un tiesto, y ese tiesto está aquí. F. siempre toma café, y con frecuencia abandona la tertulia recomendando dos cosas: silencio y escritura. F. una tarde de charla nos trajo de regalo a un Cervantes, a Jiménez Lozano. Era el segundo que yo trataba. F. está casado y tiene hijos que lo avejentan. F. acaba de publicar un precioso texto en un hermoso libro de fotografías de los Picos de Europa.

    M. también imparte literatura y algo de lengua española. M también es poeta y narrador, ahora se ha convertido en un gran escritor de microrelatos, ese género, no sé por qué, tan hispanoamericano. M es cuarentón, muy alto y un día fue rubio. M. a veces aparece en la tertulia con Le Monde bajo el brazo. A M. le gustan las callejuelas mojadas, los bancos abandonados a la intemperie, los árboles tristes, la lluvia contra los cristales y las nubes grises y de importancia. M. es un poeta de lo menudo, un Francis Jammes cántabro y con estilo, con cierto aire de aristócrata venido a menos. M. nunca toma café, bebe un gin tonic que le tonifica y le hace más ligera la carcajada franca y abierta. A M. le gusta jugar a ser un señor mayor, un señor antiguo, conservador y un poco cascarrabias. La verdad es que se le da bien, quizá sea demasiado alegre para bordar el papel. M. está casado y tiene una niña que ya es una mujer. M. acaba de publicar un libro de microrelatos donde da muestras de talento verdadero.

    Los viernes, a eso de las seis de la tarde, se nos puede ver a los cuatro en torno a una mesa del café Pombo. Jugamos a las tertulias, a ponernos en escena como caballeros de otros tiempos, nos disfrazamos aún más de lo que somos, pequeños poetas y filósofos de la periferia. Lo pasamos bien durante la representación. Están todos ustedes invitados.

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    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.

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    Wednesday,27 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Joyce y Eliot, dos grandes ríos de la escritura contemporánea]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,211 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En una noche de 1904, en Dublín, Joyce se acercó a una mujer que estaba acompañada, sin que el escritor lo advirtiese, por un soldado. El militar golpeó con dureza a Joyce dejándolo tendido en el suelo, de donde fue ayudado a levantarse y a irse hacia su casa por un judío conocido en toda la ciudad gracias a las continuas infidelidades de su mujer. Joyce, al reflexionar más tarde sobre el episodio, descubrió en él una mezcla grotesca de dos mitos de la cultura clásica: Ulises retorna al hogar ayudado por el Judío errante, esposo de una desleal Penélope.

    La idea comenzó a desarrollarse en 1906 como otro de los trabajos destinados a formar parte del libro Dublineses, pero una vez enfrascado Joyce en la tarea, el relato tomó unas proporciones mucho mayores y más ambiciosas de las que en un principio había esperado, encontrándose así ante lo que con el tiempo se convertiría en su opus magnum, el Ulises.

    Joyce terminó la novela en 1920 en París, ciudad a la que había viajado desde Trieste, una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, aceptando una invitación de Ezra Pound, a quien conocía desde 1912, cuando éste, además de solicitarle unos poemas para incluirlos en su antología Des imagistes, había conseguido que se comenzase a publicar en la revista The Egoist, la parte ya conclusa del A portrait of the artist as a young man. También fue en París donde por primera vez se publicó la obra, aunque con dos años de retraso respecto a su finalización, debido, principalmente, a las constantes correcciones y añadidos que sobre el original un Joyce medio ciego realizaba sin descanso. El primer ejemplar impreso de su Ulises lo recibió Joyce como regalo el día en que cumplió los cuarenta años.

    Un año antes, en 1921, Thomas Stearns Eliot, después de ser psicoanalizado en Lausanne, y siguiendo el ejemplo de Joyce, marchó a París para encontrarse con Pound, al que había conocido en Londres en circunstancias nunca bien precisadas.

    En París Eliot hizo entrega de un número no muy elevado de folios manuscritos a Pound, quien efectuó sobre ellos una importante serie de correcciones y cortes, y colaboró en la reelaboración conceptual de la obra. En 1922 apareció en la revista The Criterion, fundada con anterioridad por el propio Eliot, The waste land (Tierra baldía), considerado hoy por buena parte de la crítica, y por muchos poetas e intelectuales, como el más decisivo e influyente poema del siglo XX.

    Ese mismo año, curiosamente, Ludwig Wittgenstein lograba publicar en Inglaterra, presentado por Bertrand Russell, el Tractatus logico-philosophicus, en cuyo prólogo el autor confesaba: “La verdad de los pensamientos aquí comunicados me parece, en cambio, intocable y definitiva. Soy, pues, de la opinión de haber solucionado definitivamente, en lo esencial, los problemas”.

    Que el Ulises, The waste land y el Tractatus logico-philosophicus, son las tres piedras angulares de la más importante e influyente escritura de vanguardia de nuestro siglo, cada uno dentro de su ámbito particular, es algo que parece no ofrecer ningún lugar a la duda. Sería por tanto muy interesante, en mi opinión, el llevar a cabo una reflexión que abordase, desde la mayor diversidad de aspectos posible, las concomitancias que se dan cita en los tres trabajos y en sus respectivos autores, empezando con la sublime y asombrosa coincidencia del año de publicación de las obras, 1922. Pero el espacio del que aquí dispongo es muy limitado y la tarea requeriría, además, de unos conocimientos y habilidades de los que reconozco por el momento no disponer. Así todo, no puedo resistirme a señalar al menos algunos de los puntos de interés coincidentes, cuya existencia aporta determinadas claves para el desarrollo de futuras y más ambiciosas reflexiones: por ejemplo, el que las tres obras apareciesen y se difundiesen en la Europa cenital de entreguerras; el haber influido en sus respectivas génesis la labor y presencia de intelectuales como Pound o Russell; el haber visto la luz las tres en el mismo idioma, inglés; el haber sido escritas por universitarios de sólida formación que renegaron del papel que les parecía en un principio asignado, por empedernidos excéntricos capaces por sus hechos de figurar en cualquier manual al uso del género, por exiliados de sí mismos y de sus respectivos entornos sociales y culturales.

    Pero una rápida reflexión me lleva a hacer tres reconocimientos a vuela pluma. Primero, desde el año 1922 el mundo de la creación escrita se encuentra huérfano de una vanguardia decisiva e influyente en todos los términos. Segundo, esto se debe, entre otras muchas razones, a que, a partir sobre todo de la Segunda guerra mundial, los grandes escritores han ido dejando su espacio a otros de todo punto no tan grandes. Tercero, que en consecuencia, hoy en día la creación literaria aún se desenvuelve bajo los presupuestos estéticos establecidos por el arte poética de la última Gran Vanguardia, o lo que es lo mismo, en los espacios que alumbran fundamentalmente la obra de Joyce y T. S. Eliot.

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    Tuesday,26 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Se busca: Benedicto XVI]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,209 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En una destacada intervención en la universidad alemana de Ratisbona, Benedicto XVI razonó que la religión no puede ni justificarse ni imponerse por la fuerza; abogó por el debate permanente entre el poder político civil y el religioso; denunció que cuando el gobierno de un pueblo es teocrático, la organización política de esa sociedad es esencialmente medieval, imposibilitándose por tanto el desarrollo de la democracia, la existencia de los derechos fundamentales de las personas y el progreso social y económico general. Benedicto XVI subrayó que la ayuda y cooperación entre las autoridades civiles y religiosas fortalece los sistemas políticos modernos y afianza la democracia. El Romano Pontífice apostó en su intervención por los contactos entre religiones, y, fundamentalmente, por el diálogo entre razón y fe.

    Pues bien, los contenidos de este discurso y algunas referencias explícitas al Islam, han servido para que los islamistas más radicales hayan entrado en cólera y señalado al Pontífice y al Vaticano como no descartables objetivos terroristas, exigiendo disculpas inmediatas y estableciendo un día para que los musulmanes expresen públicamente su ira contra Benedicto XVI y, presumimos, contra el catolicismo en general.

    Que los islamistas radicales hayan entrado con todas las ganas al trapo rojo que les puso el Papa es algo que entra dentro de lo esperado. Con su reacción a las palabras de Benedicto XVI, los radicales de la fe en Ala y en su profeta Mahoma se han descubierto una vez más y enseñado sus vergüenzas, confirmando punto por punto las ideas expuestas por el Papa y dándole la razón en todo lo dicho.

    Pero lo que no deja de ser sorprendente y noticioso es que un Papa que habla de razón y fe, que aboga por la Democracia y los Derechos Fundamentales, que tiende la mano al diálogo constante con el poder civil y democrático, que denuncia la Teocracia medieval..., y que por ello es amenazado de muerte por los integrismos teocráticos medievales y por los que llevan todos los días la razón a la hoguera, no haya encontrado apoyo inmediato y masivo en el activismo progresista europeo.

    ¿Por qué permanecen callados como muertos los intelectuales progresistas europeos ante las amenazas lanzadas contra un hombre que habla de democracia, progreso, derechos humanos? ¿Por qué esconden la cabeza o miran hacia otra parte cuando la sinrazón se enfrenta y desafía a un discurso de razón e ideas?

    Apunto algunas hipotéticas respuestas. Quizá buena parte del progresismo intelectual europeo esté hasta las cejas de prejuicios y lugares comunes; quizá la boina conceptual que muchos llevan calada hasta las cejas, les impide tener los ojos y la mente bien abiertas para denunciar la barbarie que anida entre los no capitalistas y occidentales; quizá las ideas que supuestamente esgrimen y defienden no las toleran en boca y mentes distintas a las suyas; quizá su cobardía les hace acomodaticios y mansos, y sólo tienen arrestos para alzar la voz enclenque contra los fallos, problemas y debilidades de la civilización a la que pertenecen, la misma que les asegura constitucionalmente poder alzar la voz, y hacerlo desde un cómodo sillón pagado generalmente por el erario público y con un güisqui escocés en cada mano.

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    Monday,25 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Eto'o aprenderá catalán]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,207 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado domingo, en los santanderinos Campos de Sport del Sardinero, el Barcelona le endosó tres goles a un Racing que ofrece el peor arranque liguero de toda su historia. El primero de los tantos, si no recuerdo mal, lo marcó la estrella camerunesa del Barca, Samuel Eto’o, quien tiró a gol desde lejos y el portero racinguista, en fallo evidente propio de un invidente, no fue capaz de atrapar la pelota.

    Al término del encuentro, una periodista de una emisora catalana, le preguntó con alguna ironía al goleador camerunés por el lance, y lo hizo en idioma catalán. Eto’o, según parece, un tanto mosqueado porque presumió mala intención en la pregunta (la de minimizar su mérito en el gol), ni corto ni perezoso le espetó a la periodista catalana, con evidente ausencia de habilidad, que le volviese a hacer la pregunta en español o castellano, pues dado el caso nos da igual.

    El mencionado diálogo de sordos, ha dado pie a que uno de los principales talibanes del integrismo nacionalista catalán, don Arturo Mas, clame indignado al cielo catalán exigiendo disculpas públicas al futbolista camerunés. El señor Mas, quien cada vez que habla se hace sin acento Menos, ha declarado que es intolerable que el deportista, a estas alturas del partido, no se haya enterado de que el F.C. Barcelona es un equipo de un país, Cataluña, con idioma propio.

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    Don Arturo Mas (que cada vez es Menos), miente con la impronta natural de quien sabe que repitiendo una vez tras otra una mentira, machaconamente, ésta puede adquirir visos de verdad. Y ya se sabe que el trecho entre la apariencia y la realidad, cada vez lo estamos haciendo más corto.

    Alguien tiene que explicarle a la cara a don Arturo y a todos sus secuaces, bastantes conversos y socialistas, que Cataluña hoy por hoy no es un país. Quizá lo sea dentro de medio siglo o de tres semanas, vaya usted a saber, pero hoy, en septiembre del año 2006, no lo es. Cataluña es una Comunidad Autónoma que forma parte del Estado español, de un país que en este preciso instante aún se titula España. Cataluña no es un país, y tampoco tiene un idioma propio, sino dos idiomas propios, el catalán y el español, y es perfectamente legítimo y legal que un ciudadano que vive y trabaja en Cataluña se exprese en uno de sus dos idiomas oficiales, el español, y más si es camerunés y utiliza el español en un momento en el que está en Santander (España), y no en Cataluña (también España, le pese a quien demonios le pese).

    Así que el señor Mas (que cada vez es Menos) miente como un bellaco, y distorsiona torticeramente la realidad para amoldarla a sus sueños nacionalistas, a los de sus correligionarios. Pero es que la estrategia es precisamente esa: repetir las mentiras una y otra vez, hasta que todos las asimilamos y las damos por ciertas. La estrategia es acongojar al personal, extorsionarlo, intimidarlo, arrinconarlo, saltar cada vez que surja la liebre, estar al loro sin descanso y aprovechar cualquier ocasión que se presente para, con una sonrisa en los labios y asegurando que no quieren molestar a nadie, atizarle a todo lo que sepa o huela a español, a todo el que piense, sienta o se exprese en español, a todo aquél y a todo aquello que asimile, relacione, vincule, emparente, enlace, entronque Cataluña con España.

    El extorsionador Arturo Mas, se ha salido con la suya, y ha logrado que la estrella camerunesa Samuel Eto’o, sí, el mismo que está dispuesto a abandonar el terreno de juego si considera ser objeto de insultos racistas por ser negro, acepte sin embargo esta otra forma de racismo idiomático, y acuda corriendo a pedir perdón por pedir hablar en español. Pero como por la boca muere el pez, cuando Eto’o se deshacía en humillantes disculpas sucumbiendo al racismo nacionalista catalán, descubrió otra parte interesante del pastel: por contrato, todos los jugadores del Barça están obligados a aprender catalán!!!!

    Inaudito, se mire como se mire, inaudito y atentatorio contra la libertad individual de cada persona. ¿Imaginan que se obligase a los jugadores del Sporting o del Oviedo a aprender bable?, a los del Deportivo a aprender gallego?, ¿a los del Mallorca el mallorquín?, ¿a los del Valencia en valenciano?, ¿a los del Betis el “andaluz”?, ¿a los del Atletic el euskera...?, bueno sí, esto último desde luego es más que imaginable.

    Está claro que los nacionalismos integristas catalán y vasco van a intentar hacer uso del deporte para abrir brechas, hurgar heridas, dar bofetadas, singularizarse, y tensar al máximo los hilos de la cuerda hasta que esta se rompa de una vez por todas. Y a las pruebas me remito.

    En este sentido, la última ocurrencia es la convocatoria de un encuentro entre las selecciones de fútbol vasca y catalana justo en las mismas fechas que la española tiene un partido oficial. ¿Qué se pretende? Callado está dicho.

    Leo en la prensa que existe una plataforma proselecciones catalanas, integrada por unos dos mil miembros, es decir, los habitantes de un cualquier pueblín español de nombre difícil de recordar. Esta plataforma, masiva como vemos, tiene sin embargo una subvención por parte de la Generalidad de 1,2 millones de euros. Y esta plataforma, acaba de confeccionar un video publicitario que no tiene desperdicio, entre otras cosas porque utiliza para expresarse las figuras de unos niños. En dicho documento, un niño con una camiseta roja (un niño español) que juega al fútbol con niños de otros países, no deje que un niño con la camiseta de la selección catalana se sume al partido. Es decir, el canalla y repugnante niño español, impide que el pobre niño catalán pueda jugar el partido y le expulsa del campo.

    Volvemos a las andadas. Esta propaganda es del mismo tipo de la que confeccionaba el nazi Göbbels para señalar a los judíos. Y como ya hemos señalado, construye todo su asqueroso mensaje partiendo de una mentira: y es que le niño catalán, por serlo, también es español, y por tanto puede sumarse al partido cuando quiera, vistiendo eso sí la camiseta roja, la que a día de hoy expresa una situación política determinada, plenamente legal y democrática.

    Lo que no señala la nauseabunda publicidad, es que el niño catalán puede sumarse al partido con la camiseta roja de su país, al igual que lo pueden hacer los niños vascos, andaluces, cántabros, riojanos, aragoneses, canarios, gallegos o murcianos. Lo que no dice el vomitivo anuncio es que la camiseta roja de España da cabida a todos, todos pueden ponérsela, y la camiseta catalana sólo se la pueden y podrán poner los que decidan el señor Mas y sus secuaces racistas y exclusivistas, entre ellos, los conversos socialistas.

    Ahora entiendo la razón por la que los hermanos Gasol, por ejemplo, campeones del mundo de baloncesto con la camiseta roja, sólo han merecido el silencio despreciativo de las autoridades deportivas catalanes. ¡Quizá un campo de concentración les esté esperando como inquilinos en el Ampurdán!

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    Friday,22 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Fred Astaire dijo adiós bailando rock]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,206 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace unos meses, personal de la Real Academia de la Historia se puso en contacto conmigo para encargarme, con destino al fututo diccionario biográfico español en el que trabaja la institución, las biografías de seis o siete escritores paisanos míos. Uno de los varios personajes del que me requerían vida y obra, era Marcelo Arroita-Jauregui (La Hermida, Cantabria, 1922; Santander, 1992), poeta, crítico cinematográfico, y oscuro actor terciario de cine en más de una veintena de películas bajo la dirección, por ejemplo, de Mario Camus, Jesús Franco, Fernando Fernán Gómez, Rafael Gil, Manuel Summers o Pedro Lazaga.

    Arroita-Jauregui también figura como auxiliar de dirección de Juan Antonio Bardem en la película Calle Mayor (1956), y otra curiosidad que descubrí en su biografía, fue que publicó un librito sobre el director norteamericano de origen ruso Rouben Mamoulian (Festival de Cine de San Sebastián, 1973).

    Este último dato me sorprendió, pues no es frecuente, reconozcámoslo, que nadie en España se dedique a escribir sobre un director artesano de la edad dorada del cine de Hollywood, y menos que lo haga un poeta y actor periférico –santanderino- a comienzos de los años 1970. Coincidió además el descubrimiento con el visionado en la filmoteca de la película de Mamoulinan La bella de Moscú (o Medias de seda, Silk Stockings), brillante remake de Ninotchka (1939), título rodado por el alemán Ernst Lubitch con Greta Garbo y Melvyn Douglash como protagonistas.



    Fred Astaire: The Ritz Roll and Rock (colgado en YouTube por inonemus)

    Ni corto ni perezoso buceé en la red de redes y encontré que el librito de Arroita-Jauregui estaba a la venta y por muy poco dinero. En pocos días lo tenía en mi casa y lo devoré. Me sorprendió, francamente. No es, desde luego, un libro definitivo, pero sí una aproximación al cine y la vida de Mamoulian más que sugerente, y además refleja el buen gusto, la afición cinéfila de ley, y el más que pasable escribir del poeta y actor santanderino. En definitiva, una joya por su rareza en la bibliografía cinematográfica española, y un libro muy a tener en cuenta para cualquier aficionado que se acerque a Mamoulian.

    Tan buen sabor de boca me dejaron el libro y el visionado de La bella de Moscú, que cuando tuve noticia de que la película salía al mercado en versión dvd, no paré hasta encontrarla en los poblados estantes de una gran superficie y adquirirla a un precio por el que ya es imposible degustar un plato del día.

    Ya se ha dicho que esta película es una revisión del clásico Ninotchka, pero basada en el musical del maestro Cole Porter que con el mismo título alcanzó el éxito en Broadway tiempo antes. La cinta de Mamoulian tiene como pareja protagonista a un ya senior Fred Astaire, y a una Cyd Charisse que baila como los ángeles y está para degustarla poco a poco y con ritmo caníbal. También figura en el reparto un casi irreconocible Peter Lorre, que dejó de ser vampiro en Dusserdolf a las órdenes de otro maestro, Fritz Lang, para convertirse en acompañante bestia y simpático de la bella moscovita.

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    La película está producida por el productor de productores de los grandes musicales de la época dorada de la Metro Goldwyn Mayer, Arthur Fredd, y además de ofrecer tres o cuatro números de danza maravillosos con las canciones de Porter de fondo, es también el canto del cisne del gran género musical clásico, tal y como se había concebido a lo largo de los años cincuenta principalmente. En este sentido, para cualquier aficionado a la danza, pero sobre todo al buen cine, es irrenunciable el visionar, al menos una vez en la vida, el número final con el que termina La bella de Moscú. Es el último número de baile que Fred Astaire rodó para la gran pantalla, es la despedida, entre nostálgica e irónica, del que sin duda fue el símbolo del “caballero danzante” del cine de todos los tiempos.

    Casi tenía sesenta años cuando Astaire decidió decir adiós con un número espectacular, en el que no renuncia a su atrezzo característico: frac, sombrero de copa y bastón. Pero en un momento, el año 1957, en el que Elvis ya es un ídolo de masas contoneando la pelvis a ritmo de rock and roll, Cole Porte, irónico y sabio a más no poder, escribe un rock para que Astaire se despida, y éste lo baile con frac, sombrero de copa y un bastón con el que golpea sin parar el suelo, mucho antes de que lo hagan The Who con sus guitarras.

    En el último plano del baile de Astaire, se le ve caído en el suelo y contemplando el sombrero de copa con alguna nostalgia, pero de repente, con la última nota del rock and roll escrito por Cole Porter, Astaire aplasta el sombrero contra el suelo en el último movimiento de un baile por él filmado. ¿Cabe mayor simbolismo silencioso en un solo gesto?

    Fred Astaire dijo adiós bailando rock and roll. ¿Lo sabían ustedes



    NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.]]>
    Thursday,21 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Yellow Submarine cumple 40 tacos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,203 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Para Ricardo Sánchez de Movellán y Carlos Pérez Villegas, que saben por qué.

    En 1966 The Beatles viven su momento dorado. Su muy reciente trabajo, Rubber Soul (diciembre de 1965), alcanza el top americano. El actor Peter Sellers consigue que su cómica versión de A Hard Day’s Night alcance el puesto 14 en las listas británicas. John Lennon declara al Evening Standard: “Somos ahora más populares que Jesucristo”.

    El 4 de julio de 1966 The Beatles ofrecieron un concierto en el estadio Rizal Memorial ante más de 80.000 filipinos que quedaron satisfechos con el espectáculo. Imelda Marcos, primera dama de Filipinas en esos momentos, no quedó sin embargo tan satisfecha, pues The Beatles rehusaron acudir a verla y no fueron a la recepción que les había preparado en el Palacio Malacanag. El cuarteto británico salió del país asiático entre insultos y golpes lanzados por una muchedumbre que no toleraba los desplantes a su Presidenta.

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    En agosto de ese mismo año, ante la indignación de los sectores más conservadores norteamericanos que no olvidaban que Lennon había declarado que el grupo era más famoso que Jesucristo, The Beatles iniciaron en los EE.UU. la que sería su última gira de conciertos en directo. En California se despidieron de los grandes escenarios mundiales y de las audiencias multitudinarias con un secreto homenaje a Little Richard, tocando y cantando su Long Tall Sally.

    En 1966, los frutos de la creatividad musical de Lennon y McCartney ya no podían expresarse adecuadamente sobre un escenario con tres guitarras y una batería. Sólo el estudio de grabación ofrecía ya los elementos imprescindibles para plasmar con acierto lo ideado. Además, cada miembro del grupo decide invertir algunas de sus energías en proyectos individuales. Ese año, sin ir más lejos, Paul McCartney produjo Got to get you into my life para Bennett & Rebel Rousers. Y John Lennon inició en Alemania el rodaje de la película How I won the war. El 9 de noviembre Lennon conoce a Yoko Ono en la galería Indica de Londres, en la inauguración de la exposición Unfinished Paintings and Objets. Y el 18 de diciembre McCartney asiste al estreno de la cinta The family way, siendo autor de la banda sonora.

    A collection of Beatles Oldies, la recopilación de los grandes éxitos del grupo hasta ese momento, alcanza a finales de 1966 el puesto número 7 en las listas de superventas británicas, por lo que el 26 de noviembre The Beatles entraron en los estudios londinenses de grabación de Abbey Road sin mucha presión por editar un nuevo trabajo.

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    Lo que no hemos dicho hasta ahora es que en agosto de 1966, hace ahora 40 años y un mes, el elepé de The Beatles Revolver, entró en lo más alto de las listas inglesas provocando una verdadera revolución en los conceptos, modos, usos y costumbres de la música pop mundial. Revolver debe ser contemplado, cuatro décadas después de su aparición, como un hito en la historia del grupo de Liverpool, pero también en la historia de la música popular contemporánea. Revolver representa una línea de cambio en las ideas musicales del pop y del rock que ya había sido apuntada de alguna manera en su trabajo anterior, Rubber soul. En Revolver, la inventiva y la plena madurez de los cuatro músicos aparece en cada uno de los catorce temas, haciendo de ellos piezas únicas, completamente distintas a todo lo grabado por ellos apenas un año antes.

    Tomorrow never knows ya no se ajusta a los tres minutos que parece necesitar un tema pop para convertirse en éxito, y la introducción del sonido del sitar hindú rompe todos los moldes y todas las ideas preconcebidas sobre la música del cuarteto; el ritmo de Taxman penetra caminos que seguirán otros grupos durante las siguientes décadas; I’m only sleeping inaugura la psicodelia musical; Got to get you into my life sentencia los nuevos parámetros del pop de los sesenta; y las rimas pegadizas y bromas infantiles de Yellow submarine rompen definitivamente todas las cadenas a las que parecía atado el rock y el pop. Tras Revolver, nada volvió a ser igual, ni para The Beatles, ni para la cultura popular del siglo XX.

    En 1966, hace 40 años, The Beatles conseguían desbrozar por segunda o tercera vez consecutivas los nuevos sonidos pop de la cultura de masas. Apenas les quedaban cuatro años de vida como grupo, suficiente tiempo para dar todavía dos o tres cambios de timón en la historia de la música más popular de su siglo.]]>
    Wednesday,20 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los diarios de Zenobia Camprubí]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,201 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace medio siglo que a Juan Ramón Jiménez le concedieron el Premio Nobel de Literatura. También hace medio siglo que murió su mujer, Zenobia Camprubí, dos días después de que su marido recibiera el galardón. Coincidiendo con ambos aniversarios, Alianza Editorial y la Universidad de Puerto Rico, han sacado a las librerías el Diario de Zenobia dividido en tres volúmenes. El primero abarca el periodo comprendido entre 1937 y 1939, es decir, el correspondiente a la estancia del matrimonio en la isla de Cuba tras el estallido de la Guerra Civil española. El segundo es el que se refiere a la vida de la pareja en los EE.UU. (1939-1956). Y el tercero y hasta ahora inédito, se centra en los años finales de la vida de su autora, que tuvieron lugar en Puerto Rico justo hasta el año de su muerte, 1956. Todos los volúmenes están preparados y editados por la profesora de la Universidad de Maryland, Graciela Palau de Nemes.

    La verdad es que Zenobia Camprubí es un personaje fascinante y absolutamente colapsado en su interés intrínseco por la alargadísima y anchísima sombra de su marido, el insoportable Juan Ramón.

    Zenobía nació en la localidad barcelonesa de Malgrat de Mar en 1887, hija de un matrimonio caracterizado por su cultura y su dinero. Su padre era ingeniero y se casó con la hija de un rico comerciante norteamericano. Cuando sus padre se divorciaron, Zenobia se fue a vivir a los EE.UU. con su madre, y realizó estudios universitarios en la Universidad de Columbia, donde entró en contacto no sólo con la alta cultura literaria del país, sino con movimientos políticos progresistas y el casi recién nacido feminismo norteamericano.

    Cuando Zenobia se casó, se convirtió de buenas a primeras en madre, enfermera, amante, secretaria, musa, amiga, filtro social, paño de lágrimas..., del poeta de Moguer. Pero tanto pluriempleo no remunerado, no le impidió, además, desarrollar una destacada labor de traductora (fue la primera que vertió al castellano a Tagore) y de verdadera editora, en el sentido anglosajón, del poeta.

    Zenobia Camprubí era una mujer culta, cosmopolita y con una gran predisposición para el trabajo y las relaciones sociales. Le gustaba viajar, estar rodeada de gente, salir a conocer las ciudades en las que habitaba, organizar tertulias y reuniones, vivir bien. Sus diarios, escritos en inglés y en español, así lo demuestran.

    Yo estoy leyendo ahora el volumen segundo, el escrito durante su estancia en los EE.UU. He empezado por estas páginas dado que es la época en la que Juan Ramón acabó la versión definitiva de Espacio, un poema sobre el que estoy trabajando en la actualidad, y que siempre me ha parecido una de las fuentes esenciales de las que lleva alimentándose la poesía en español desde hace medio siglo.

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    La lectura me está apasionando, y hace que mi interés por Zenobia vaya creciendo página a página. Las entradas no sólo ofrecen un autorretrato de la propia escritora, también dibujan un fresco sumamente expresivo, nítido y detallado de su marido, el poeta, y de la vida que llevaron ambos en los EE.UU durante más de una década.

    Quienes hemos leído los “diarios juanramonianos” de Juan Guerrero Ruiz, editados por Pre-Textos en dos tomos, conocemos la vida madrileña de la pareja. La entrega demencial de Juan Ramón a su propia obra, la autoconciencia de su genial valía, su egoísmo atroz y a ultranza, su poder casi omnímodo sobre la creación poética española de los años veinte y treinta del siglo pasado, la pleitesía que se le rendía, el miedo y la ira que provocaba entre sus adversarios literarios, la finísima inteligencia de sus apreciaciones y comentarios críticos, su legendaria maldad a la que de vez en cuando daba rienda suelta.

    Sin embargo, la lectura de los apuntes diarios de Zenobia no presentan ese halo de devoción que en última instancia presiden los de Juan Guerrero. Aquí habla la íntima compañera, la persona que más y mejor le conoció, y lo hace con esa agudeza sencilla, cotidiana e implacable de la que creo que sólo son capaces las mujeres. Y a través de sus palabras descubrimos a un hombre desvalido, incapaz de manejarse en las corrientes del día a día, un perfecto inútil del que sospechamos a veces torpezas artificiales, un tipo inmaduro, egoísta, que impone siempre su santa voluntad con la terquedad infantil y demente de un niño consentido. Zenobia nos presenta el día a día de un genio poético que sabe que es un genio y exige pleitesía y admiración constantes, siendo incapaz de corresponder en alguna medida a quien lo quiere y protege. J.R. era un ego andante, un pusilánime incapaz de cualquier acción..., un tipejo al que su mujer debía sacarle las castañas del fuego un día sí y otro también, pero dejando claro, además, que no se le hacía ningún favor, y que todas las atenciones recibidas eran merecidas, pues él era un genio, la poesía en español concentrada y esencializada en una cabeza calva.

    Zenobia, indirectamente, se muestra consciente en todo momento de lo aquí apuntado. No se queja, no al menos muy a menudo, pero sí verbaliza sus deseos de una vida más cómoda, más desahogada, más libre, más plena, más suya. Pero está convencida de la genialidad de la obra de su marido, y se pliega a la corriente para no romperse. J. R. es su epicentro, su devoción, su carga y su cruz; en su entrega a él y a su obra está su redención, su razón de ser. Y aún le sobran fuerzas, ganas y pasión para cultivar un pequeño pero fértil jardín personal: su propia obra, sus sueños, su minúscula vida preservada de Juan Ramón. Zenobia, una mujer, toda una mujer.]]>
    Tuesday,19 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Rubirosa, el último playboy]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,199 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Por razones que ahora no vienen al caso, lo cierto es que disfruto de algún tipo de relación personal e indirecta con el mundo de la moda en España. Y ojeando el otro día una de esas revistas costosísimas que sirven de escaparate y acicate para el sector, una revista de cuyo título no puedo acordarme y que no puede adquirirse en los kioskos, una revista en la que se nos propone llevar una vida en la que los productos fabricados por Chanel, Ferrari, Gucci, Louis Vuitton, Armani, Chopart, Loewe, Rolex, etc..., estén preferentemente presentes en nuestro cotidiano día a día. Pues bien, en las páginas lujosamente impresas de esa revista me topé con la recomendación un libro. ¿Autor?: Jaime Royo-Villanova. ¿Título?: Porfirio Rubirosa, el último playboy (Espejo de Tinta, Madrid, 2006).

    Punto y aparte.

    No hace muchos días, una buen amiga madrileña, espléndida lectora y aún mejor profesora de literatura y lengua, casi cabizbaja y un poco avergonzada , nos confesaba a un grupo de amigos que durante los últimos días de sus vacaciones se había dedicado a leer una novela policiaca de Henning Mankell, y que le había resultado tan irresistible, que prácticamente no había soltado de sus manos el libro hasta que lo terminó. Nuevo punto y aparte.

    No recuerdo exactamente desde cuándo, pero sí que ahora leo lo que por mil razones o motivos me resulta atractivo o simplemente me interesa. Y la figura del playboy dominicano Porfirio Rubirosa (1909-1965) me interesó desde que lo descubrí como personaje en La fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa. Así que compré el libro y lo he leído sin desmayo, casi como mi buena amiga la novela de Mankell.

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    No voy a desvelar aquí todos los pormenores de la historia contada por Jaime Royo-Villanova, sólo diré que se trata de una bien escrita biografía novelada del interesante y enigmático tipo que fue el seductor dominicano de nombre tan imposible. A lo largo de las páginas de esta “novela reportaje”, conocemos, por ejemplo, las “muy especiales” relaciones que tuvo el playboy con el sanguinario dictador Trujillo, de quien fue yerno; su relajado trabajo como diplomático dominicano en diversas capitales del mundo; sus habilidades sexuales de raíz oriental, tan aclamadas, según parece, por las mujeres que las probaron; su afición por deportes como el boxeo, el polo o el automovilismo; sus ventajosos matrimonios con dos de las mujeres más ricas del mundo: Doris Duke y Barbara Hutton; su relación con los Kennedy y el grupo de juerguistas, los Rat-pack, encabezados por Frank Sinatra; sus controvertidos “amores” con estrellas de Hollywood como Zsa Zsa Gabor, Dolores del Río, Verónica Lake, Ava Gadner, Marilyn Monroe...; su vida peligrosa y bohemia en el París ocupado por las tropas alemanas; la vigilancia a la que le tuvo sometido durante buena parte de su vida el FBI; su muerte en extrañas circunstancias en la época en la que mantenía una relación adultera con Patricia Kennedy, esposa del actor Peter Lawford; la vida de lujo y desenfreno en el París de los años 50, etc, etc...

    La biografía novelada de Rubirosa es un libro muy entretenido y fácil de leer, quizá poco contundente y expeditivo con las zonas más oscuras, canallas y miserables del playboy; y es que se nota demasiado que al autor le cae muy bien el señor Porfirio. Es un libro muy recomendable para quienes deseen pasar dos o tres buenos ratos leyendo algo interesante y con suficientes aristas y recovecos como para que no sea plano y superficial. Pero que huyan de sus páginas aquellos a los que el lujo y la vida casi regalada les pongan enfermos; aquellos que busquen acercamientos sesudos y documentadísimos a la vida y obra de los biografiados. Rubirosa no tuvo obra, no inventó nada, nada descubrió, no tuvo nunca oficio, pero sí muchos beneficios y una vida cuya descripción no admite medias tintas, o te fascina por sus turbios y brillantes perfiles, o te repugna por su vacuidad.

    Lectura acta para fines de semana distendidos, y con cena en un buen restaurante por delante.]]>
    Monday,18 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El maltrato a los animales: somos un pueblo de cabreros]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,197 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Como dijo el poeta, el nuestro en gran medida sigue siendo un pueblo de cabreros, un pueblo tosco, bastante adicto a la barbarie, y poseedor de una cultura popular que no puede calificarse precisamente de sofisticada. Sí, admitámoslo, pasados más de dos siglos aún seguimos respondiendo con bastante plenitud al retrato espiritual que de nosotros dejó Goya: majos y majas alegres y fiesteros, hombres y mujeres adornados con colorido y casi siempre de buen humor, pero que por cualquier nimiedad nos medio enterramos vivos y la emprendemos a garrotazos salvajes con el de enfrente.

    Nuestra íntima condición de pueblo de cabreros, con frecuencia se trasluce en todo su esplendor en nuestro trato cotidiano a los animales, seres a los que generalmente despreciamos con toda nuestra prepotencia de raza de poca monta. A lo animales los utilizamos para nuestros más diversos fines, incluidos los joteros, y los entendemos como elementos de usar y tirar. Creo que somos un pueblo cruel, y que en no pocas ocasiones el trato a nuestros animales es la espita por la que dejamos escapar poco a poco la crueldad que nos rezuma por los poros, convirtiendo el trato al animal en maltrato puro y simple, disfrazado incluso en pura excusa para la fiesta.

    Viene todo esto a cuento porque a lo largo de la semana han coincidido en el foco de la opinión pública las imágenes relacionadas con el llamado “Toro de la Vega”, y aquellas en las que se podía ver a un cafre incalificable golpeando con estacas y la más salvaje saña a un pobre perro que mientras era herido lloraba aterrado y sin poder huir, atado como estaba por su brutal amo a un poste.

    He de confesar que mientras contemplaba las escenas terribles del salvaje golpeando a su perro, mientras veía cómo el canalla de vez en cuando abandonaba la paliza para ir a su garaje en busca de objetos más contundentes, he de confesar, repito, que una cólera indescriptible comenzó a arderme por dentro, y que de haber estado allí en aquellos momentos, probablemente yo mismo, también con la marca a fuego en mi piel del pueblo de cabreros, la hubiera emprendido a estacazos con el bárbaro incalificable, multiplicando así por dos la barbarie.

    Pero lo que más me ha llamado la atención estos días han sido las declaraciones escuchadas, tanto a los que se muestran a favor de que la muchedumbre mate un toro a lanzazos mientras lo persigue y acosa por un bosque (en esto consiste básicamente la fiesta del Toro de la Vega), como a los vecinos del despreciable animal que mató a palos a su perro, y que saliendo de un juzgado gallego, y dando abrazos y besos al descerebrado maltratador, le decían a las cámaras: “sólo era un perro, y todo ocurrió hace meses; él es un buen hombre”.

    Unos y otros venían a justificar los hechos en los que se maltrataba con crueldad execrable a un animal, atendiendo a dos grandes elementos de reflexión: la tradición popular y la condición inferior del animal por el hecho de serlo. Es más, en la dirección electrónica del Patronato del Toro de la Vega, podemos leer el siguiente lema: ¡sin raíz..., nada!, lema que expresa un concepto parecido, si lo pensamos un poco, al que suscriben por doquier distintos nacionalismos y regionalismos que padecemos.

    Todos lo conceptos apuntados y todas las ideas que verbalizan los vecinos por mí escuchados en televisión estos días, ponen en escena, plasman en definitiva, una forma de concebir la existencia en sociedad absolutamente premoderna y preilustrada. Ideas en las que la tradición de los ancestros es un valor en sí mismo en torno al cual la tribu se reúne e interpreta el mundo (su mundo). La tribu no está formada por individuos reflexivos y con capacidad crítica, por individuos que trazan el mapa de su existencia a través del manejo del libre albedrío personal y los recursos que pone a su disposición la Modernidad. No, la tribu está conformada por una colectividad socializada a través de la tradición heredada, y en la que cada cual tiene adjudicado un papel determinado a desempeñar. La seguridad frente a “los otros” y “lo otro” que ofrece la colectividad cerrada, la puesta en valor de sí mismos mediante la defensa a ultranza de lo que consideran propio y les hace singulares: costumbres, tradiciones, leyendas, usos, etc..., son características propias de estos colectivos atrasados y en los que los valores de la Modernidad no han entrado, sólo lo han hecho algunos de sus elementos más superficiales, aparatosos, externos y que fomentan el consumo: chalets adosados, parabólicas, móviles, electrodomésticos, vehículos todo terreno...

    Los individuos de estas sociedades premodernas siguen considerando a los animales como bichos cuya existencia pasa sólo por su uso, bien como alimento, fuerza motriz, guarda y defensa, o bien como objeto de diversión simulando su caza y captura. Jamás considerarán al animal como un ser con el que convivir aprendiendo cosas, y dándole y recibiendo de él afecto.

    A los mecanismos y resortes cognoscitivos premodernos de estos grupos, a sus pulsiones de tribu, es a los que con tanta frecuencia apelan los nacionalismos y regionalismos existentes en nuestro país para obtener fuerzas y respaldos políticos, fomentando así una visión nada ilustrada y cosmopolita de nuestro entorno más inmediato y del más general.

    Estas pulsiones fueron fomentadas y utilizadas, por ejemplo, por el nazismo alemán de los años treinta y cuarenta con el resultado que todos conocemos. Los judíos se convirtieron a ojos de las tribus alemanas en simples animales, y en consecuencia, el pacífico padre de familia de Hamburgo se convirtió de la noche a la mañana en lanceador de judíos, el pacífico cartero de Berlín en su apaleador, y el camarero de Munich en guardián de campo de concentración, todo por la esencia y la tradición de la Gran Alemania.

    Estemos por favor muy atentos, y seamos implacables con las tribus premodernas. Algún día podremos ser nosotros el toro de la Vega, o el pobre perro apaleado por su dueño hasta la muerte.]]>
    Friday,15 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Historia y poesía, reflexión en alta voz]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,195 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    No puedo recordar ahora cuándo y dónde leí por vez primera que “el pasado es un país en el que todos somos extranjeros”, aunque sí guardo nítido el recuerdo de la sensación de vaga tristeza y cierto desamparo a la que me condujo la íntima comprensión de la frase; sensación que surgió justo en el mismo momento en el que tuve la plena certeza de que al menos existía un país, un mundo, irremediablemente fuera de mi personal alcance.

    A ese mundo algunos lo llaman Historia, y se expande inabarcable con cada paso de tiempo: de mi tiempo, de nuestro tiempo, del tiempo de los que están por llegar. La Historia se alimenta de porvenir; el hombre y el porvenir cuando son, son Historia.

    Hay dos senderos principales por los que podemos acceder al pasado: la Historia (entendida aquí como ciencia de la memoria colectiva), y la memoria personal. Utilizamos la primera para aproximarnos al conocimiento científico de pretéritos fenómenos acontecidos en las sociedades humanas. La segunda para regresar a la propia vida. En ambos casos el vehículo esencial es la palabra, el logos.

    El pasado se piensa y se transmite por medio de la palabra, en ella se fundamenta la memoria. De ahí que una de las reflexiones más importantes que hoy pueden plantearse sobre el futuro próximo de la Historia, y en definitiva, del hombre tal y como hoy lo conocemos, gire en torno al empobrecimiento y posible destrucción de las relaciones entre la persona y el Verbo que lo hace ser, ser humano, se entiende. ¿Sobrevivirán el hombre y la Historia, tal y como los conocemos, si se quiebra su estecha relación con la palabra, con la verbalización del existir?

    La respuesta que se impone es negativa. Si esto sucediera, es muy posible que pensadores como Gadamer o George Steiner tengan razón cuando apuntan que la poesía (concepto abierto) será el ámbito en el que quede refugiada la herencia de nuestra presente cultura espiritual, de nuestra memoria humana, y así, como ya ocurrió hace miles de años, historia y poesía confluirán en el mismo hacerse a la existencia por la palabra.]]>
    Thursday,14 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Poetas, poesía e internet]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,192 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Puede asegurarse que, al menos desde el Romanticismo, la mayor parte de los poetas han pretendido lo mismo, es decir, arrojar alguna luz sobre el mundo para también arrojarla sobre sí mismos, o viceversa. Tal vez donde he encontrado expresada esta idea de forma más certera y hermosa ha sido en palabras del mejicano Roberto Juarroz: “hablar ante el abismo en el que estamos con el abismo que somos”. Se trata, en definitiva, de procurar penetrar en los términos de aquello que no es decible; eso es lo que busca el poeta, esa es su función principal.

    Lo que sucede en este comienzo de siglo es que el orden cultural en el que Occidente se ha forjado, entró en crisis abierta y probablemente definitiva hace ya varias décadas, por lo que los poetas occidentales conformamos un grupo a la deriva (otro más del último medio siglo); un grupo entregado al desasosiego y la incertidumbre, muy consciente de la ausencia de un modelo cultural que sirva como referencia y criterio general. Ausencia cuya más evidente expresión tal vez sea lo que George Steiner ha definido como la “retirada de la palabra”. Pues bien, en este actual punto crítico es donde el poeta creo que debe jugar un papel esencial: ser un transmisor decisivo entre generaciones de lo que Gadamer ha venido en llamar “la íntima sabiduría del balbucir y enmudecer”, o lo que es lo mismo, del uso arriesgado, meditado, trabajado, indagador, intuitivo, riguroso, imaginativo..., de la palabra.

    Por lo que respecta a Internet, y como poeta, en modo alguno me siento reducido a su dependencia. Internet es un avance de indudable trascendencia que abre unas posibilidades enormes de comunicación e información, cuyas consecuencias (positivas y negativas) aún están por calibrar, y en este sentido, tengo el convencimiento de que para la difusión de la poesía la red será muy útil, al igual que en su día lo fueron otros avances técnicos. Para demostrarlo ahí están los ejemplos de ya antiguas iniciativas como L=A=N=G=U=A=G=E o This en EE.UU.

    La inseguridad y desconfianza de algunos escritores hacia Internet creo que nace de la triste confusión existente en el manejo de conceptos como información y conocimiento, o cultura y civilización. Internet, de momento, es un medio de nuestra civilización para distribuir, manejar y controlar información con rapidez; nada más, y nada menos.

    Ya he dicho que nuestro universo cultural, el que surgió en Europa Occidental aproximadamente a mediados del siglo XVIII y se extendió hasta alrededor de la Primera Guerra Mundial, entró radical y definitivamente en crisis con la irrupción del comunismo soviético y del fascismo, y con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El edificio cultural levantado por la Ilustración (cimentado en la palabra) no pudo sobrevivir, entre otras realidades, a los campos de exterminio nazis. Las sociedades occidentales de finales del siglo XX ya no producen ni perpetúan su cultura con herramientas literarias y humanísticas. La era del humanismo moderno ha pasado, certifica en un reciente trabajo Sloterdijk, y con él la “palabra se retira”, va perdiendo espacio vital.

    En nuestros días, todo debate serio y con sentido en torno a la poesía sólo puede partir del análisis y comprensión de esta nueva realidad. Todas las demás posibilidades de debate se me antojan, en esta hora, aburridos e inútiles ejercicios de ilusionismo.

    Quizá como en ninguna otra etapa de la historia hayan tenido tanto que ver entre sí el futuro próximo del hombre, el de la poesía y el de la palabra.

    En este sentido, y si atendemos al panorama descrito, a nadie le extrañará comprobar la coexistencia actual de una gran variedad de formas de hacer y entender la poesía; es lo lógico, lo propio del tiempo en que vivimos. A toda estética le corresponde una ética, y al revés. La quiebra de nuestro anterior modelo cultural ha supuesto también el del modelo ético que heredamos de la Ilustración y el Romanticismo. Vivimos y creamos dentro de las coordenadas establecidas por el relativismo postmoderno: todas las tendencias y estéticas (todas las éticas-estéticas) reclaman un espacio, una voz, una luz para arrojar sobre el mundo. Esto, en principio, no es necesariamente negativo, sobre todo en una sociedad como la española, tan acostumbrada a verse sometida a la imposición de muy determinados sermones y discursos político-culturales.

    Lo que de verdad me preocupa es la ausencia de la reflexión y el debate de los que antes hablábamos, y la consecuente pérdida de tiempo y energías en otros debates que, dadas las circunstancias, son un grotesco y muy significativo monumento a la estupidez.]]>
    Wednesday,13 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Pepe Rubianes, unas palabras]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,191 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Lo cierto es que les supongo a todos ustedes al tanto de la polémica suscitada en torno a ese actor gallego, afincado en Barcelona, que creo se llama algo así como Pepe Rufianes o Rubianes, ahora no recuerdo bien. Pero les haré a continuación un breve resumen a modo de recordatorio. Hace unos meses, el pasado enero me parece, este señor fue invitado por la televisión pública catalana para ser entrevistado con motivo del estreno en Cataluña del espectáculo Lorca eran todos.

    En el transcurso de la entrevista, al individuo en cuestión se le preguntó por España, no sé muy bien a santo de qué la verdad, y él, ni corto ni perezoso, presa de un ataque incontrolado de rabia, y ante el regocijo mostrenco del entrevistador y el público, se despachó a voz en grito (en bruto habría que decir) con una inusitada violencia verbal escupiendo frases tales como: “¡a la mierda con la puta España!” (sic). La verdad es que cuando en su día escuché las frases del señor actor, repito, acogidas con vítores orgiásticos por el respetable y el entrevistador, me quedé estupefacto, más que por el significado en sí de los insultos y espumarajos, por el poso terrible de rabia y asco que encerraban.

    La cuestión es que ahora el señor actor quería estrenar su espectáculo en un teatro público madrileño, lo que ha despertado la memoria de parte del respetable de la ciudad, y éste, el respetable, ha expresado por distintos medios su rechazo a que dicho señor actúe subvencionado con dinero público de los madrileños españoles. Y ante tal situación de rechazo y protesta pública, el señor actor se considera censurado y perseguido de manera inmisericorde e injusta por los talibanes del nacionalismo español, por la derecha reaccionaria madrileña que coarta su libertad de expresión.

    Sinceramente creo que el señor actor tiene todo el derecho del mundo a expresarse como se expresó y además, tiene todo el derecho del mundo a presentar su espectáculo en Madrid o en cualquier otro lugar del llamado Estado español, escrito así para que nadie se ofenda. Este actor tiene todo el derecho del mundo a mandar públicamente a España a la mierda, a decir que es una puta (¿?), a rechazar todo lo que simboliza a España, etc..., claro, hasta donde las leyes le permitan.

    De lo que yo acuso públicamente a este tipo es sencillamente de incoherencia mayúscula. Vamos a ver, si ha mandado a la mierda a la puta España, si para él España es una basura repugnante, si se limpia sus partes más íntimas cuando están sucias con la bandera de España, si España es un nido de fascistas, etc, etc..., por qué demonios quiera actuar en el centro mismo de esa España repudiada e insultada, por qué quiere ir a la capital de España a presentar su trabajo. Es de una incoherencia completa e inexplicable para cualquier mente con un mínimo de sentido común. Y tampoco entiendo que se sorprenda de no ser bienvenido por parte de la ciudadanía de esa España a la que él ha vejado y escupido públicamente, y que de manera bastante previsible se han sentido aludidos, es decir, insultados como españoles y como habitantes de la capital de España.

    Pues no, el señor parece no haber entendido nada, y ahora el pobre hombre se siente confundido, perseguido, acosado, y con su libertad de expresión cruelmente cercenada. Como buena parte de los “progresistas a la violeta" que deambulan por el Estado español (insisto en el término, pues no quiero molestar a nadie), siempre apelan a la libertad de expresión cuando son ellos los que bajo su amparo insultan, amenazan y vejan a todo aquello o a aquellos que les viene en gana, y que en su progresismo de corte stalinista consideran parte de la reacción contra su ideario. Ahora bien, cuando a ellos se les responde con parecida medicina, se rasgan sus vestiduras de sepulcros blanqueados y claman sentirse perseguidos por el irreductible fascismo hispano, por la derechona que violentamente les impide ser ellos mismos y llevar su buena nueva progresista, con subvenciones públicas bajo el brazo, a las cuatro esquinas de esa misma España a la que mandan a la mierda y califican de absurdamente de puta (¿?).

    El fascismo stalinista o maoísta de personajes como el actor don Pepe, les conduce directamente a la chulería, es decir, a comportarse con los modos y usos de los chulos más reaccionarios. El actor, en un programa de televisión, manda a la mierda a su puta que es España, puta a la que luego exige, eso sí, el estipendio convenido por ser un actor progresista, y deben ser las arcas públicas de la pobre puta España las que a él le paguen los trajes, los coches, los viajes, las tarjetas de crédito y los huevos con chorizo. Vamos, que el señor actor es un perfecto hijo de la incoherencia, un desahogado y, como le dirían en una vieja y española corrala madrileña, un cara dura de tomo y lomo.

    Por favor, imagínense por un momento que son futbolistas profesionales de un equipo de primera división. Imaginen que en un entrevista televisiva les preguntan por el F.C. Barcelona, y que ustedes, a voz en grito, desaforados, y echando poco más o menos que espumarajos por la boca, claman, entre otras muchas lindezas: ¡a la mierda con el puto F.C. Barcelona! ¿Ustedes esperarían algún día ser fichados por el club catalán?, ¿ustedes se sorprenderían si fuesen pitados al saltar al campo del Barca?

    Ahora piensen que son actores españoles, y que de nuevo en un programa de televisión les preguntan por Inglaterra, quizá hablando del Peñón de Gibraltar, y ustedes exclaman: ¡a la mierda con la puta Inglaterra! Al poco tiempo el corte se emite por las emisoras inglesas de radio y televisión, ¿esperarían ustedes ser contratados algún día por la Royal Shakespeare Company?

    Parte del público madrileño y español ha ejercido el mismo derecho a la libertad de expresión del que hizo uso el señor actor, y ha protestado ante las autoridades por su presencia en las tablas de un teatro público madrileño, teatro sostenido por los impuestos de los madrileños que viven y cotizan en la capital de España, ya saben, la entelequia a la que el actor mandó a la mierda, y que para colmo de la ironía se denomina Teatro Español. Vamos, yo soy el actor gallego, pienso lo que he verbalizado de la puta España, y ni se me ocurre llevar mi espectáculo al Teatro Español, sostenido por un gobierno municipal del Partido Popular, en una comunidad autónoma gobernada por el PP.

    Lo curioso es que la polémica nos ha descubierto a muchos que en el reaccionario y españolista ayuntamiento de Madrid, la concejal de Las Artes se llama Alicia Moreno y es hija de la gran actriz catalana Nuria Espert, y que el director del Teatro Español es el catalán Mario Gas. En otra línea política, pero también residiendo en el conservador Madrid, la directora de la Biblioteca Nacional de España es la catalana Rosa Regás, y por ejemplo, el director titular de la Orquesta Nacional de España es el catalán Josep Pons. Todo esto que es lógico y normal, pues los nombres corresponden a cualificados profesionales catalanes y españoles. Pero señor actor don Pepe, ¿cuántos profesionales españoles no catalanes están al frente y dirigen instituciones culturales catalanas de primer orden en la progresista, abierta y cosmopolita Cataluña? No lo sé, por eso lo pregunto. ]]>
    Tuesday,12 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Match point, un ¿Woody Allen inmoral?]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,188 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hasta la fecha, la última película de Woody Allen estrenada en las salas cinematográficas de nuestro país, si mal no recuerdo en noviembre del pasado año, es Match Point. Esta película, que ha sido calificada por no pocos críticos como uno de los mejores trabajos del director neoyorkino de los últimos lustros, está rodada por completo en Londres, y ofrece una historia que tiene algo de novela negra de los años cuarenta o cincuenta, y algo también de novela decimonónica, con ascensos sociales, complicados amores interclasistas, etc..., algo digno por ejemplo de un escritor como Henry James, otro americano trasplantado con éxito a la madre patria británica. Es más, podría precisar un poco y decir que esta película de Allen es deudora, al menos en alguna medida, de historias como las de El cartero siempre llama dos veces o Perdición, en las que un hombre es arrastrado hasta el abismo por el sensual e irrefrenable deseo hacia una mujer, y también de una historia como la que narra Flaubert en La educación sentimental: el ascenso social en una gran ciudad de un joven sin demasiados escrúpulos ni problemas éticos y morales.

    Sí, pero esta trama de historias mezcladas que más arriba se han dejado apuntadas, sirven de marco narrativo para que Woody Allen, en Match point, desarrolle el asunto de cómo puede influir la suerte o el azar en el devenir vital de las personas. Y para ello utiliza el ejemplo de lo que ocurre con frecuencia en los partidos de tenis: una bola golpea en la zona alta de la red y sube hacia arriba, al caer puede hacerlo en el propio campo, con lo que perderíamos el punto, o en el ajeno, con lo que le ganaríamos. Si el caso se plantea, además, con un punto que signifique la derrota o la victoria en el partido, no hay que dar muchas más explicaciones: puedes perder o ganar por lo que “decide” la suerte en una fracción de segundo.

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    En definitiva, a mi juicio, Allen plantea un asunto moral, y es en este punto preciso donde han surgido algunos rechazos a la película por parte de cinéfilos cuya opinión me merece mucho respeto, entre ellos, mi amigo Enrique Bolado, director de la Filmoteca de Cantabria.

    No vamos a desvelar los pormenores de la trama, sólo diré que el protagonista de Match point sale aparentemente indemne de una serie de actos execrables, incluido el asesinato, que ha cometido a lo largo de su historia más reciente para afianzarse en la ventajosa posición social y económica a la que ha llegado, tras un conveniente matrimonio, partiendo de una situación modesta, la de un profesor de tenis que vive dando clases particulares en clubes exclusivos londinenses.

    Para algunos críticos, el inmoral desenlace de la película, repito, el protagonista sale indemne al enfrentarse a la justicia después de cometer un asesinato por el que culpan a otro hombre, es de todo punto de vista intolerable, y en el cine clásico de Hollywood, sencillamente hubiera sido imposible rodarlo. No, no es que a los críticos que califican a Match point de inmoral no les haya gustado cómo está resuelta la trama; saben, claro, que la historia que cuenta la película tiene lugar en la vida real, con sus cientos de variantes, cada dos por tres, incluso es seguro que conocen alguna parecida de primera mano. No, lo que no les ha gustado nada es que la mirada de Woody Allen sea en principio permisiva con lo que cuenta; que en ningún momento parezca que el director toma partido “ético” en la historia que narra cámara en ristre; que Allen no parece dejar claro que, a pesar de que sabe que lo que cuenta ocurre en la vida real, él se posiciona con claridad en contra, lo denuncia, lo repudia, lo rechaza.

    ¿Se ha limitado Woody Allen a contar un crimen sin posicionarse moralmente en contra? ¿Y si así lo hubiera hecho, invalida tal circunstancia la calidad de su película? ¿Hay que visionar Match point aceptando que Woody Allen se desentiende moralmente de la historia, y que se limita a narrar plano a plano una historia de crímenes, engaños, dobles juegos, ascenso social, hipocresía, lucha por el poder..., tan común y cotidiana en nuestras sociedades occidentales como el hecho de comer pan? ¿Es Woody Allen un tipo inmoral al igual que en su día así fueron calificados Sade o Celine, etc..., o sencillamente rezuma su trabajo una moral distinta a la que aceptamos como habitual?

    Dejo aquí planteadas estas cuestiones que muy bien podría multiplicarse por cien y admitir además muchos más matices y retorcimientos. Sólo voy a contar un detalle que a mí se me escapó en el cine, como por otra parte es lógico y normal. Cuando el protagonista de Match point está a punto de cometer el crimen, Allen muestra distintos planos en los que el joven prepara mecánicamente su futura acción. Vamos viendo cómo prepara todos y cada uno de los pasos, cómo prepara y coloca los elementos de los que se va a servir..., y no pronuncia una sola palabra. De fondo, como banda sonora de la acción criminal, Allen deja que escuchemos un fragmento de ópera, concretamente un dúo del segundo acto del Otello verdiano, como puede leerse en los créditos finales de la película. Si mal no recuerdo, dos voces, tenor y barítono dialogan entre sí, y el tramo final de la secuencia del asesinato está ocupado sólo por la voz desesperada y triste del tenor.

    Repito, no le di ninguna importancia a la banda sonora de la secuencia, sólo que acompañaba con singular eficacia al creciente paroxismo que Allen quería transmitirnos. Pero al poco tiempo, tuve que presentar a alumnos de la Universidad de Cantabria el Otello que iba a representarse en el Liceo de Barcelona, gracias a un acuerdo entre el teatro barcelonés y varias universidades españolas para acercar la ópera a los alumnos. Para preparara la clases, leí, escuché y vi todo lo que pude sobre la genial obra de Verdi y su libretista Arrigo Boito. En concreto compré el dvd que encontré en el mercado, una representación de los años ochenta en el Metropolitan con Plácido Dómigo en el papel protagonista.

    Viendo y escuchando la ópera, llegué al momento que enseguida reconocí como el utilizado en la secuencia del asesinato por Allen. Se trata, en efecto, del final del II acto, en el que Yago acaba por convencer con sus insidiosas artimañas al débil Otello que de Desdémona le es infiel. Es un fragmento de la ópera que sólo puede calificarse como genial si está bien representado y cantado, pues el público oyente es plenamente consciente de cómo va actuando el veneno de las palabras de Yago en el alma torturada y desquiciada de Otello. Y Otello, ya envenado por completo, ya sabedor de su destrucción completa como ser humano, canta el célebre “Ora e per sempre addio”, que ahora transcribo como final de estas líneas.

    Recuerde en todo momento el lector que Allen utiliza estas palabras como telón de fondo en la secuencia del asesinato del protagonista de Match Point, quizá de forma en exceso sutil, en exceso encubierta, pero yo sí creo que el cineasta se posiciona a través de Shakespeare, Boito y Verdi en el drama que nos cuenta, en el drama de su personaje que, a mi modo de ver, dice callado también adiós a sus sueños y queda destruido para siempre por sus actos, como Otello: “¡y ahora!... ¡y ahora!... Ahora y para siempre adiós, santa memoria. ¡Adiós, sublime encanto del pensamiento! ¡Adiós, tropas resplandecientes, adiós victoria, dardos veloces y alados corceles! ¡Adiós, estandarte sacro y triunfal, y dianas resonantes en la mañana! ¡Clamores y cantos de batalla, adiós! ¡Éste es el fin de la gloria de Otello!”.

    Suena el disparo, cae muerta Scarlett Johansson, tanto, al menos, como su triunfante asesino.]]>
    Monday,11 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Un Leonardo da Vinci en el desván]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,187 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Escuché la noticia en el Telediario de alguna cadena mientras comía macarrones con tomate en casa de mi madre, y mientras charlaba con ella de los distintos acontecimientos del día. Un ciudadano de no recuerdo qué país, compró hace algún tiempo un pequeño cuadro en un mercadillo de no sé dónde por unos dos mil euros. El cuadro escogido y comprado por el desconocido, representa a dos niños jugando en actitud cariñosa con un fondo oscuro. Los niños, si no recuerdo mal, son Jesús y San Juan Bautista.

    Ahora, y esta es la noticia difundida por los noticiarios de todo el orbe, el oscuro cuadro comprado en el mercadillo de no sé qué lugar, tras numerosos análisis y comprobaciones realizadas con todo tipo de sofisticados métodos, incluso por expertos del célebre FBI, ha resultado ser una obra desconocida del genial Leonardo, y su valor, tanto histórico y artístico como crematístico, es enorme, o como se dice habitualmente usando una expresión siempre exagerada, incalculable.

    Lo cierto es que desde hace años vengo soñando con que me ocurra algo parecido. El sueño no pasa por enriquecerme gracias a un golpe de suerte planificado por la fortuna, y así poder adquirir objetos lujosos, habitar mansiones en lugares exóticos y vivir en otra esfera social. No, mi sueño es que gracias a ese tipo de suerte no perseguida y que a uno le puede saltar desde cualquier rincón insospechado, pueda obtener dos cosas que, tal y como tengo ahora mi existencia montada, me resultan inalcanzables: la tranquilidad y el tiempo libre.

    Como detesto invertir tiempo y esperanzas en los juegos de azar y en las loterías, como por nada del mundo formaría parte de la tropa televisiva que despedaza la vida propia y ajena a cambio de puñados de euros indignos, como no tengo nada que vender en exclusiva, como no dispongo de cash para invertir en negocios inmobiliarios ni en pelotazos de otra índole, como para el crimen organizado resulta completamente inútil un junta letras de mis características, lo cierto es que mi sueño de lograr tiempo libre a granel y una cuota de tranquilidad vital imperturbable pasa por invertir ilusión en la esperanza de que aparezca un Goya, un Zurbarán o un Murillo debajo de la cama de la abuela, o porque repentinamente haya noticias de un ignoto pariente que tras su fallecimiento en Méjico o Perú lega a la familia su nada despreciable fortuna.

    Así que, cuando como macarrones o lo que se tercie en casa de mi madre, de vez en cuando le echo de reojo un vistazo a dos pequeños óleos que cuelgan de la pared, y que con sus aires de cierto logrado impresionismo, tienen alguna fama en la familia de ser obra de un pintor reconocido y de gran valía, pero de cuyo nombre nadie acaba de acordarse.

    También está el recurso de pensar en el tío Manolo, ese hermano de mi abuelo que cuando yo era un niño de siete u ocho años regresó a Santander desde Méjico, donde había vivido más de la mitad de su larga vida. Del tío Manolo recuerdo sus brillantes cinco duros que caían con suavidad en la palma de mi mano cada vez que nos lo tropezábamos paseando por la Alameda primera; o el historiado bastón multicolor, con hermosa empuñadura de ébano, que ahora descansa en el paragüero de la casa de Comillas y que siempre evocó en mí historias gloriosas y refulgentes de un Méjico gigante, multirracial y asombrosamente próspero. ¿Llamará algún día alguien desde Méjico para anunciarnos que el tío Manolo había sido propietario de minas o de ricas plantaciones y que ahora éstas son nuestras? Llegará el golpe de fortuna no buscada que me proporcione tiempo y tranquilidad en cascadas de corriente generosa?

    De momento, aquí dejo plantadas estas líneas, mientras releo los apuntes de historia que tendré que explicar en breve a un grupo de alumnos que ven en mí, desde su atalaya ahora inconquistable de tranquilidad y tiempo libre, a un pobre hombre afanado inútil en lo más inservible.]]>
    Friday,8 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Sentado a la mesa con Julian Barnes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,184 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Gracias a una de las escuálidas becas del programa europeo Erasmus, pasé el último y primaveral trimestre académico del curso 1990-91 en la universidad inglesa de Leicester. La verdad es que durante los meses que estuve allí no recuerdo haber dedicado mucho tiempo a mis estudios de historia contemporánea de España, entonces la materia principal de mis inquietudes universitarias, salvo quizá las conversaciones que al respecto mantuve en un inglés del todo demencial con el que en Inglaterra era mi tutor, el profesor Jonathan Osmond.

    Sin embargo, lo que sí recuerdo con suma nitidez son las largas tardes en la biblioteca de la universidad ojeando libros curiosos (uno dedicado, por ejemplo, a estudiar cómo eran las manos del diabólico pianista y compositor Franz Lizst); las noches en mi habitación de las Mary Gee Houses intentando perfilar algún poema; las películas subtituladas en una municipal institución cultural del centro de la ciudad donde daban un café francamente infame; los conciertos de la Royal Philarmonic Orchestra en la sala Monfort Hall; el modesto pero interesante museo de la ciudad, con unas fascinantes salas egipcias de un kitch difícil de calibrar; el monumento a los ciudadanos de Leicester que murieron combatiendo en la guerra civil española; unas modestísimas representaciones de Rigoletto y Don Giovanni cantadas en inglés y que curiosamente no sonaron del todo mal; los spaguetti a la boloñesa de unas vecinas italianas de muy buen ver; los tes de madrugada con mi amiga sevillana Emilia Guisado en la cocina de su alocada casera miss Patsy; y las frecuentes referencias en los ámbitos culturales de la ciudad a dos de sus hijos más talentosos: el actor y cineasta Richard Attenborough, y el escritor Julian Barnes.

    En efecto, el que es considerado como uno de los mayores narradores ingleses de las últimas décadas vino al mundo en la anodina ciudad de Leicester en 1946, y como muy probablemente ya conoczca quien esto lea, en nuestro país comenzó a ser conocido sobre todo a raíz de la publicación de su novela El loro de Flaubert, que obtuvo un rotundo éxito de crítica y logró interesar a una notable cantidad de lectores. Lectores cuyo número, todo hay que decirlo, intuyo que no se ha incrementado en exceso con el paso de los años y la aparición en las librerías españolas de otros títulos con la firma de Barnes, como por ejemplo El puerco espín; Hablando del asunto; Amor, etcétera; Inglaterra, Inglaterra; Una historia del mundo en diez capítulos y medio...

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    Y es que tengo la certeza de que quien se acerca por vez primera a las novelas de Julian Barnes, recordemos, “uno de los mayores narradores ingleses de las últimas décadas”, no suele encontrar lo que espera, es decir, el trabajo de un narrador inglés en el sentido quizá más tradicional y decimonónico del término, un narrador preocupado esencialmente por insuflar vigor, tensión, robustez y una sólida linealidad a su historia. Este tipo de narración arraigada en la tradición británica, y que ofrece ejemplos tan brillantes y no muy lejanos a nosotros en el tiempo como los de Graham Greene, Muriel Spark, Lawrence Durrel o Evelyn Waugh, presenta una realidad indiscutida elaborada mediante un código colectivo y unos planteamientos que podríamos valorar como objetivos.

    Sin embargo, la obra de Julian Barnes creo que proviene de otra corriente narrativa inglesa que hoy ya se ha convertido también, claro, en consolidada y rancia tradición. Me refiero a la que con claridad aparece con y tras el “modernismo”, y que fusionando la herencia de determinados autores en inglés (Sterne, Henry James o Conrad) con el legado francés de Marcel Proust o Gustave Flaubert, procura dar forma, desde lo subjetivo y el aprovechamiento de nuevas técnicas narrativas, a una actualidad cuyo pesimismo y negatividad hacen añicos cualquier intento serio de construir un andamiaje del sentir y el crear dentro de un tiempo histórico que podríamos calificar como contemporáneo. Virginia Woolf, Katherine Mansfield, D. H. Lawrence, el Joyce maduro, Anthony Burgess, Iris Murdoch o algunos de los escritores que fueron llamados en los cincuenta “jóvenes airados” (Amis, Osborne, Sillitoe…), deben citarse entre los miembros conspicuos de esta corriente narrativa, virtuosa del subjetivismo y del distanciamiento con todo lo que pudiera oler lejanamente a condescendencia íntima con el establishment social y cultural británico.

    Sí, en efecto, las novelas de Barnes presentan para su análisis casi todos los rasgos característicos ya reseñados en el párrafo anterior. Junto al uso de procedimientos metaliterarios o la evidente apuesta por técnicas narrativas poco usuales (por ejemplo, la continua sutileza en el tratamiento del punto del vista y sus permanentes cambios), siempre está presente en sus historias el agudo análisis, nunca exento de ironía, de los elementos constitutivos más quebradizos de la clase media británica a lo largo y ancho de las últimas tres décadas. Análisis que en mi opinión es claro deudor del realizado en su día por dos de los más grandes narradores de la modernidad occidental, Gustave Flaubert y Henry James, al menos en cuanto a los siguientes elementos: la renuncia a tomar partido en el discurrir de la narración mediante juicios de valor o comentarios; la creación de una atmósfera de rabiosa ambigüedad; y la paulatina progresión de la historia por medio de la acumulación de escenas, a menudo sin una hilazón inmediata entre sí.

    A grandes rasgos estos elementos constitutivos de la forma de contar historias de Julian Barnes también pueden rastrearse en sus dos libros de cuentos aparecidos hasta la fecha: Al otro lado del canal (1996), y el más reciente, La mesa limón (Anagrama, 2005), título que, si no recuerdo mal del todo, acabé de leer a comienzos del verano de 2005 en el Hotel Atlante de Roma. Dos colecciones de cuentos construidas cada una de ellas en torno a un nexo argumental, la vida de los británicos en Francia en la primera, y la vejez y sus circunstancias en esta segunda entrega compuesta por once cuentos.

    Para comprender el significado del título del libro hemos de leer la última de sus historias, “El silencio”. En ella se nos cuenta que para los chinos el símbolo de la muerte era el limón, y que a comienzos del siglo XX existía en Helsinki un café con una mesa limón cuyos usuarios estaban obligados a hablar de la muerte. Dicho café era frecuentado en esta historia de Julian Barnes por el protagonista de la misma, Jean Sibelius (1865-1957), uno de los últimos grandes sinfonistas del siglo XX, y en cuya boca Barnes pone la reflexión que en mi opinión vertebra la idea central del escritor en torno a la vejez, la idea central sobre la que se levanta este espléndido conjunto de relatos. Dice Barnes transmutado en Sibelius y utilizando un vocabulario propio del mundo de la música quizá para dar mayor verosimilitud a la escena: “por qué tenemos que esperar que el movimiento final de la vida sea un rondo allegro? ¿Cuál es la mejor manera de indicarlo? ¿Maestoso? Pocos tienen tanta suerte. Largo…, todavía un poco demasiado digno. Largamente e appasionato? Un movimiento final podría empezar así…, mi quinta lo hacía. Pero la vida no desemboca en un allegro molto en el que el director despelleja a la orquesta para que toque más aprisa y más alto. No, para su movimiento final la vida tiene a un borracho en el estrado, a un viejo que no reconoce su propia música y que no sabe distinguir un ensayo de un concierto. ¿Poner tempo buffo? No, ya lo he hecho. Indicar simplemente que es un sostenuto, y que sea el director quien decida. Al fin y al cabo, hay más de una manera de expresar la verdad”.

    Como vemos, el final de la vida es para Barnes-Sibelius un tiempo sostenuto, es decir, un tiempo que, si lo despegamos un tanto de su estricto y específico sentido musical, podríamos calificar como de disolución constante en una inercia sin ritmo, dependiendo sólo del protagonista de ese tiempo el que dicha inercia sea de un signo u otro, el que sea aceptada y vivida de manera más o menos consciente, dramática, desasosegada, pueril…

    Así, los once relatos que integran La mesa limón deben ser considerados, si continuamos con el símil musical, como once variaciones construidas en torno al tiempo sostenuto ya definido más arriba. O con otras palabras, son once aproximaciones al tiempo final de la vida humana planteadas con evidente virtuosismo literario por un lado, y siempre con un pulso de fuerte carácter existencial por otro.

    Julian Barnes, y proseguimos explotando el aquí eficaz recurso de lo musical, se ha vestido de frac y sosteniendo con pericia una batuta ofrece en las páginas de La mesa limón once formas distintas de deambular y vivir un mismo tiempo vital: el sostenuto de la vida humana, la vejez y lo que ésta indefectiblemente acaba llevando a cuestas consigo.

    Me refiero al canto elegiaco por el tiempo y los amores perdidos; la visión de la propia vida como un despliegue de incontestables fracasos; la rutina como anclaje en un mundo que ya no te pertenece; o la repetición sistemática de gestos, palabras y pensamientos hasta convertirlos en manías que a modo de muletas ayudan a seguir adelante, a continuar aferrado a la noria que da vueltas.

    Y esta “sinfonía” sobre la vejez en tiempo sostenuto la ha escrito Julian Barnes en once movimientos o variaciones utilizando como elementos básicos de la composición la elegancia de la sencillez, la ferocidad que esconde la ternura, la tristeza del juego, la crueldad del compromiso con las diferentes caras de la verdad, y el humor propio del inconformismo que no se presenta asimismo trascendente.

    Una lectura que merece la pena. Un Barnes que ensaya teorías contando historias.]]>
    Thursday,7 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[De visita a los Panero]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,182 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    A mediados del pasado mes de julio, recibí por parte del profesor Javier Gómez-Montero, una invitación para acudir a un encuentro en la localidad leonesa de Castrillo de los Polvazares. La alemana Universidad de Kiel, a través de su Taller de Traducción Literaria dirigido por Gómez-Montero, organizaba en tan singular y recóndito lugar un foro de encuentro para traductores, escritores, editores, agentes culturales y representantes de fundaciones con el objetivo de ajustar, promocionar y difundir traducciones al alemán de obras literarias escritas en español o en las otras lenguas de España.

    Las jornadas contemplaban reuniones de trabajo en las que iban a participar, junto a traductores profesionales ya consagrados, jóvenes talentos, teniendo también lugar coloquios y debates entre escritores españoles y sus respectivos traductores al alemán, además de alguna que otra lectura poética organizada en la pequeña ermita del lugar.

    Acepté, claro, la invitación. Y ni corto ni perezoso, en un día de un calor más que sofocante, cogí el coche, cargué en él unas cuantas botellas de agua, un ligero equipaje, dos o tres libros, e inicié viaje carretera a León adelante, escuchando la banda sonora original de Henry Mancini de Desayuno con diamantes, y un Elixir de amor de Donizetti con el Nemorino mejorable de Giuseppe di Stefano.

    Castrillo de los Polvazares está a dos o tres kilómetros de Astorga. Es un pueblecito minúsculo, con poco más de una veintena de casas e imagino que su población, bastante vetusta por lo que pude comprobar, tampoco debe ser muy numerosa. El pueblo es hermoso, muy bien cuidado, sin edificios especialmente singulares, pero sí con construcciones populares recias, serenas y de cierta nobleza campesina. Lo cierto es que daba gusto pasear por aquellas callejuelas con algo de laberinto amable, y en las que pude vislumbrar, incrustado en uno de sus muros, un busto de una paisana mía, la casi Premio Nobel Concha Espina, quien al parecer fue allí maestra, y dejó parte de sus vivencias en aquella zona en esa obra suya que nunca he tenido la necesidad de leer, La esfinge maragata. Más atónito me dejó la noticia de que en la última gran casa del pueblo había vivido el director de cine francés René Clair, y que su viuda había habitado la casa hasta fechas bastante recientes. Ni que decir tiene que, a lo largo de mis paseos entre versos y versos, me dejé caer por los alrededores de la casa más de una vez.

    Estuve dos días en el lugar. No, no voy a escribir sobre los encuentros con los traductores, sobre cómo trabajaban los alemanes con los textos de Antonio Gamoneda o Clara Janés, sobre qué tipo de preguntas les hacían para atinar con su trabajo de verter al alemán los textos de estos grandes poetas españoles. Y no lo voy a hacer porque creo que resultaría bastante prolijo, y que no daría con el tono adecuado para describir las sesiones. Sí dejaré apuntado que viví un momento especial cuando leí mis poemas en la minúscula ermita de Castrillo de Polvarares, en un espacio que tenía una mesa de billar en el centro, y a la que rodeaban unas cuantas decenas de sillas de madera y paja. Frente a un auditorio atento y disparatado, leí poemas junto a Clara Janés, Juan Carlos Mestre, Jordi Doce o Antonio Gamoneda.

    Terminado el encuentro en Castrillo, la mayor parte de los participantes nos dirigimos a Astorga como definitivo punto para iniciar la despedida. En Astorga no pude resistir la tentación y busqué como un loco la casa de los Panero hasta que la encontré. Bueno, la encontraron Luis García Jambrina y su mujer Mercedes Gómez Blesa. Luis en un gran amigo, profesor de literatura en la Universidad de Salamanca, notable cuentista, especialista en la obra de Claudio Rodríguez y crítico literario del ABC. Mercedes, mujer sabia e intuitiva a más no poder, es una de las mejores especialistas españolas en la obra de María Zambrano.

    Los tres nos detuvimos junto a la verja roñosa y triste que franquea el paso a la casa. Contemplamos el aire de vetusta ruina del viejo caserón, su pequeño jardín selvático rodeando los escalones de entrada, una especie de surtidor de agua de aire abandonadamente romántico, y un busto del poeta Leopoldo ridículamente abandonado allí a su suerte y recordando glorias extintas y pasajeras. La ruinosa casa hablaba con claridad de dioses caídos, abandonados a su suerte, de un pasado superficialmente reluciente pero sórdido, de apariencias rotas y sucias, de un mundo que ya no existe y que probablemente no existió jamás, al menos como de él se hablaba.

    Durante la visita contemplativa, y mientras hablaba de todo esto con Luis y Mercedes, no pude en ningún momento dejar de pensar en las imágenes visitadas una y mil veces de la película de Jaime Chavarri El desencanto. Esa ópera filmada en la que, por medio de la destrucción suicida de una familia de poetas y escritores, los Panero, se canta a golpe de fotograma el ocaso de unos dioses astorganos, y el ocaso de una España hipócrita, avejentada, gris, sucia en sus miserias supuestamemte gloriosas, ridícula, cainita y caníbal.

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    Por esa misma calle pequeña y deslucida que ahora contemplábamos, fue filmado por Chávarri el poeta Juan Luis Panero paseando su cara de ángel forajido con un revólver desenfundado en una mano y un sombrero Stetson en la cabeza. En el interior de la casa abandonada y fantasmal que ahora veía a través de las rejas, fue retratado "Michi" Panero mientras entonaba con voz de contralto su aria final del Crespúsculo de los Dioses (adioses) Astorganos. En la misma habitación inencontrable e inimaginable a los ojos del viajero actual, Felicidad, la esposa y madre de la saga, una Turandot inaccesible por el abandono, la incompresión y el rencor, contemplaba desganada, bajo la mirada de Chávarri, cómo sus hijos hincaban los dientes en sus flácidas carnes y ni siquiera lograban ya hacerle un poco de sangre. Y por último estaba el loco Leopoldo María, un Rigoletto vestido como los Pagliacci que en su afán de vendetta crepuscular soltaba durante sus presencias en El desencanto navajazos a las entrañas del aire buscando herir de muerte fantasmas borrachos.

    Al poco le dijimos adiós a la casa, a los Panero, a Chávarri, a Astorga, a León y empecé a construir estos recuerdos. A lo que no le pude decir adiós fue al desencanto.]]>
    Wednesday,6 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Truffaut según la Nouvelle Vague]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,181 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    De la extensa biografía del cineasta francés François Truffaut (1932-1984) escrita por los historiadores y críticos cinematográficos Antoine de Baecque y Serge Toubiana, ambos vinculados a la redacción de la célebre revista de crítica cinematográfica Cahiers du cinéma, sólo cabe decir que con toda probabilidad es el mejor y más sugestivo trabajo escrito hasta la fecha sobre cualquiera de los directores y críticos de cine que integraron el grupo o movimiento que se denominó Nouvelle Vague, y en el que en algún momento u otro figuraron, por ejemplo, Jacques Rivette, Claude Chabrol, Jean-Luc Godard, Alain Resnais o Louis Malle.

    Uno de los factores que hace que este libro sea tan entretenido y sus páginas contengan tanta riqueza, es la calidad del material con el que trabajan los autores, es decir, la propia vida del escritor y cineasta francés François Truffaut. Una vida corta, compleja, azarosa, que ofrece múltiples facetas para el análisis y que en bastantes momentos, sobre todo a lo largo de la infancia y la adolescencia, parece extraída directamente de una novela de Charles Dickens sobre lo despiadados que pueden llegar a ser los primeros años de vida de un muchacho no adaptado al sistema.

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    Truffaut nació en secreto el 6 de febrero de 1932, y a partir de ese momento vivió una infancia poco menos que clandestina marcada por la escasa presencia de unos padres que le mostraban sin tapujos una abierta hostilidad, sobre todo la madre, a quien la presencia del pequeño en su opinión más o menos le vino a arruinar por completo la vida. Una adolescencia sumamente problemática en un París ocupado por las tropas alemanas supuso la triste prolongación de una etapa marcada por el desarraigo familiar, la sordidez cotidiana y el precoz nacimiento de dos pasiones que de algún modo acabaron por poner en algún lugar a salvo la existencia del joven Truffaut: la lectura y el cine.

    En su adolescencia y primera juventud, Truffaut se convirtió ya en un lector apasionado, y con el tiempo llegó a poseer una importante biblioteca y a publicar diversos libros, destacando a mi entender el que contiene sus conversaciones sobre cine con Alfred Hitchcock, un libro que destila por todas sus frases amor y conocimientos cinematográficos de primera magnitud, y cuya lectura juzgo imprescindible para cualquier persona que desee apuntalar con sólidas ideas y brillantes ejemplos su afición al séptimo arte. En cuanto a sus querencias como lector, hay que subrayar que eran muy personales y heterodoxas, pues ignoraba deliberadamente a autores consagrados por el canon como Rabelais, Dante, Homero, Faulkner, Melville o Joyce, aunque conocía en profundidad la obra de Balzac, Proust, Cocteau, Audiberdi, Céline, o Roché.

    Entre los quince y los dieciocho años Truffaut se convirtió en un cinéfilo empedernido, quedando fascinado por la íntima comprensión de las películas que hasta entonces habían realizado cineastas llamados Bresson, Renoir, Clouzot u Orson Welles. La cinefilia del muchacho le llevó a ser un asiduo impenitente de las salas comerciales de cine y de la Cinemateca parisina fundada por el hoy legendario Henry Langlois, salas donde Truffaut visionó centenares y centenares de películas en aquel no muy largo periodo de tiempo. El amor por el cine del adolescente era tal que le llevó a fundar con dieciséis años un cine-club para exhibir películas de John Ford o King Vidor, conduciéndole dicha “aventura empresarial” al endeudamiento y a la ruptura casi completa con sus promogenitores.

    Esa es también la etapa inicial en la consolidación de las ideas y opiniones sobre cine del que llegaría a ser uno de los más importante críticos franceses de la década posterior. En este sentido es clave, por ejemplo, el estreno parisino en 1946 de Ciudadano Kane, la primera película del veinteañero Orson Welles, pues constituyó el pistoletazo de salida del primer gran debate cinéfilo de la Europa de posguerra; debate en el que Truffaut se sumó a la opinión de los críticos y aficionados que, frente a las opiniones contrarias de popes consagrados como el filósofo y escritor Jean-Paul Sartre, vieron en la obra del genial americano “lo más del momento” debido a la cultura, la juventud y el romanticismo del nuevo cineasta. El combate a favor de Ciudadano Kane es hoy contemplado como el singular manifiesto de una recién nacida generación de cinéfilos franceses a favor del nuevo cine americano, ese cine hollywoodiense cuya ejecución era perfecta incluso en películas de serie Z, lo que en palabras del joven crítico François Truffaut “pone patas arriba a la jerarquía, que no podría ser la misma aquí (Francia), donde sólo cuentan la ambición del guión y la cotización del director… Allí (Hollywood), por el contrario, una ingeniosa historia de hermoso rigor, una dirección honrada y correcta, el rostro de Gloria Grahame y una calle de Frisco en empinada cuesta, dan prestigio a un cine que nos muestra una semana tras otra que es el mejor del mundo”.

    El paso de la adolescencia a la juventud estuvo marcado en Truffaut por el reformatorio, la prisión militar, el contacto continuo y autodidacta con los libros, la pasión por el cine y la amistad con uno de los personajes de la cultura francesa que más le influyó y a quien más debió pasado el tiempo. Me refiero al crítico cinematográfico André Bazin, director de la desde hace ya mucho tiempo mítica revista Cahiers du cinéma, publicación en la que Truffaut se dio a conocer y a través de la que se procuró un espacio en la vida intelectual y artística parisina antes, claro, de pasar a la filmación de historias propias, proceso que también siguió buena parte de la nueva generación de cineastas franceses que estaba surgiendo en aquel momento y que ha pasado a la historia del cine bajo la marca de fábrica Nouvelle Vague.

    Gracias a su infatigable y certero trabajo en la revista de André Bazin, Truffaut se convirtió en el crítico estrella de la Francia de los años cincuenta y en uno de los que eran más respetados en todo el mundo, papel que consolidó gracias a la posibilidad del conocimiento y trato personal con algunos de los maestros que más admiraba, por ejemplo, Jean Renoir, Max Ophüls, Roberto Rossellini o Hitchcock.

    Sus conceptos e ideas sobre el cine no podían quedar solamente en las frases que salían de su pluma para estudiar y calificar la obra de los demás. No, sus ideas debían plasmarse también en fotogramas, y así, en 1958, dirigió su primer largometraje, Los cuatrocientos golpes, una obra considerada por la crítica especializada como fundacional, y que pasados casi cincuentas años continúa siendo sin ninguna posible duda una de las más sinceras y elocuentes aproximaciones al final de la infancia que cualquier artista, del género que sea, haya plasmado jamás. A esta película le siguieron a lo largo de 24 años de actividad creadora veinte más. Para los autores de la biografía que nos ocupa existe muy poca diferencia entre las películas “logradas” y las “malas” de François Truffaut: “nunca hizo pestiños insoportables por un lado y grandes películas por otro; incluso aquellas películas que se consideran malas son nobles y dignas”. El cine de Truffaut tiene por lo general, además, una peculiaridad muy especial: refleja en todas sus historias y tramas la propia vida del director, presenta todas y cada una de las apasionadas obsesiones que de alguna forma le conformaron durante sus apenas cincuenta años de vida: la infancia, el sexo, las mujeres, los libros, la traición, el cine, la muerte, la memoria de la propia vida… Jules y Jim, La piel suave, El pequeño salvaje, Tirad sobre el pianista, Las dos inglesas y el amor, La noche americana, El último metro, Fahrenheit 451, La mujer de al lado…, son ejemplos expresivos de lo que acabo de señalar. Cómo, cuándo, quiénes y por qué se rodaron todas estas películas y el resto de las de su filmografía conforman buena parte del libro que aquí comentamos. Pero también están muy presentes en él las mujeres a las que amó (Jacqueline Bisset, Jeanne Moreau, Fanny Ardant…), su vida familiar y la relación con sus hijas, los amigos, los genios del cine a los que conoció, las disputas artísticas y políticas con personajes como Jean Luc Godard, los viajes a EE.UU, la escritura de sus diversos libros, sus diversas posiciones en la política y la vida cultural francesas…, y todas estas cuestiones están entrelazadas en el relato con tal pericia narrativa y con la aportación de tantos testimonios de primera mano y documentación, que el lector se sumerge en ellas sin ganas de descanso siendo además muy consciente del marchamo de válido rigor que impregna a lo contado.

    Esta magnífica biografía se constituye así no sólo en un apasionante relato novelado con la vida de François Truffaut como principal asunto de fondo, sino también en un más que atractivo aguafuerte en torno a un momento cultural y artístico esencial no sólo para la historia del cine francés, sino para toda la historia de la cultura europea y occidental del último medio siglo.]]>
    Tuesday,5 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Glenn Ford se pega con Gilda]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,179 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Nunca sentí una especial simpatía por Glenn Ford. Siempre lo he achacado a ese físico tan especial y casi perturbador que tenía; un físico que lo situaba lejos de los héroes cinematográficos norteamericanos anteriores a la Segunda Guerra Mundial, héroes sin fisuras, de una sola cara y pieza, valientes, bondadosos, sacrificados, íntegros.

    No, después de haber perdido a buena parte de su juventud en Europa, África y en las playas y selvas del Pacífico, el público norteamericano ya no podía creer en héroes cinematográficos inmaculados y no sufrientes, en héroes ingenuos y de alma impoluta como una patena. Quizá uno de los actores que mejor supieron adaptarse a los cambios que exigía la nueva realidad fue James Stewart, quien pasó de sencillo y encantador muchacho en películas de Cukor, Capra o Lubitsch, a hombre atormentado y de peligroso humor cambiante en películas de Hitchcock o en varios magistrales western de Anthony Mann.

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    La media sonrisa de Glenn Ford tenía la envidiable facultad de transmitir al mismo tiempo sorna, cinismo, dureza y amargura, pero su falta de auténtica naturalidad, su apreciable envaramiento, sus movimientos acartonados…, creo que le impidieron convertirse de verdad en un actor de relevancia perdurable, algo a lo que, por otra parte, al parecer jamás aspiró. Su caso me recuerda de algún modo al de Anthony Perkins, del que creo que pudo hacer de creíble padre cinematográfico cuando el físico de ambos lo hubiera permitido; claro que la desagradable perturbación del segundo era radicalmente opuesta al sólido comedimiento de Ford.

    Estas peculiaridades estilísticas y físicas aquí apuntadas, hicieron, por ejemplo, que los cowboys del actor casi siempre tuvieran un punto paranoico, desasosegado y desasosegante, como si en ellos nadie pudiera finalmente dejar depositada su total confianza (su papel en Cimarrón de Anthony Mann me parece un desperdicio); que sus escasos personajes de comedia nunca fueran del todo desenfadados y alegres, despreocupados…, en ellos siempre hay el poso de un oficinista que está con parte de su pensamiento amarrado a la gris y aburridísima mesa de trabajo.

    Donde más y mejor brilló la personalidad de Glenn Ford creo que fue en los personajes que se movían en escenarios y situaciones ambivalentes, poco claras, brumosas, indefinidas. Es el caso del policía medio desquiciado, pero contenido, que se desenvuelve implacable por los meandros abismales de la corrupción política y policial de Los sobornados de Fritz Lang; o el atractivo Johnny Farell que enamorado de la hermosísima Gilda-Hayworth(¡quién no!), pero atrapado por extraños vínculos a su jefe y a su pasado, deambula furioso propinando empujones y bofetadas por un irreal Buenos Aires plagado de casinos, nazis y hampones de no mucha monta.

    Quizá el Glenn Ford que más me gusta es el que encuadraron en planos hermosos y con algo de lánguidos, de irremediable fin de época, Capra y Minnelli. El primero lo convirtió en un gánster triste y bondadoso, hacedor de milagros y atrapado por las circunstancias, en un cuento filmado que muy bien podría haber escrito el danés Andersen y que en español se titula Un gánster para un milagro. El segundo hizo de Glenn Ford, en Los cuatro jinetes del Apocalipsis, un patriota disfrazado de cobarde y de colaboracionista, herido por el desprecio de su amor y su familia, que se sacrifica a la sinrazón nazi en un París colores pastel, para lograrse en el anonimato de la gloria edificada por los que más le querían y no lo sabían.

    Este fin de semana, en homenaje al actor fallecido, volveré a ver Gilda, o mejor dicho, volveré a desear a Gilda, esa mujer de la que cualquier hombre intuye que es muy peligroso quedar atrapado. Regresaré al escenario en blanco y negro en el que la Hayworth inicia alegre y cantarina el desnudo menos explícito pero más perturbador de la historia del cine. Y volveré a sentir las mejillas calientes y escocidas por las muchas bofetadas que los dos enamorados se propinan. Y es que en la célebre película de Charles Vidor las irrefrenables pulsiones del deseo con frecuencia se gestionan a bofetada limpia.]]>
    Monday,4 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Las viejas librerías desaparecen en verano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,175 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En los últimos días de este casi otoñal mes de agosto santanderino, y después de casi setenta años de existencia continuada, ha echado el cierre definitivo a sus puertas una vieja librería más, la Hispano-Argentina, quizá la última pequeña librería con tradición que quedaba en el centro de la ciudad.

    La Hispano, como era conocida por los aficionados locales a los libros, fue fundada poco antes de la última guerra civil por dos hermanas que regresaron a su ciudad desde la Argentina a la que antes habían emigrado. Con el paso de los años a la empresa se le unió un avispado hermano menor de las fundadoras, cuyo nombre era y sigue siendo Francisco Pérez.

    Francisco, más conocido como “Pancho”, se convirtió desde su negocio santanderino en destacado importador de libros prohibidos en España y editados en Hispanoamérica. Ya en la década de los cincuenta y radicado en Madrid, Pancho Pérez fue uno de los fundadores de la editorial Taurus, y mucho más adelante, junto a otro cántabro de nombre Jesús de Polanco (en Cantabria siempre nos ponemos el hidalgo "de" delante del apellido), se convirtió en uno de los hombres más fuertes del fortísimo y poderosísimo grupo empresarial Prisa. ¡Quién le iba a decir a Pancho Pérez, mientras vendía libros de estraperlo tras el mostrador de la Hispano, que acabaría convirtiéndose en lo que hoy es!

    Pero lo que me propongo significar aquí, subrayando la desaparición de la santanderina Hispano-Argentina, es el negro futuro que les espera a la mayoría de estos negocios cuya razón de ser es el libro, ese objeto de transacción comercial cuyo valor de uso está en nuestros días tan, tan a la baja, tan, tan en desaforado desuso. Negro futuro cuyas garras ya hacen carne y sangre en todos nosotros, lectores y compradores de libros, pues la tiranía del mercado nos está imponiendo de golpe y de manera férrea y fiera, la necesidad de desplazarnos hasta las grandes superficies comerciales para adquirir las novedades editoriales que los grandes grupos editores ofrecen en previsión de un número previamente calculado de ventas. Y se nos insta a comprar dichas teledirigidas novedades en el plazo improrrogable de poco más o menos un mes, pues pasado ese plazo son retiradas las novedades de los estantes de las grandes superficies para dejar paso a una nueva hornada de productos editoriales.

    Pequeña editorial, tirada pequeña, fondo editorial, sección de poesía, fondo de libros, autor minoritario..., son conceptos que si no desaparecen del mundo que gira en torno a los libros, sí precisan ya de una nueva ubicación significante dentro de ese mundo que tanto ha cambiado, y para mal, en las dos últimas décadas.

    La Hispano-Argentina ha cerrado sus puertas para siempre. Antes de hacerlo saldó todo sus fondos, ofreciendo libros a precios casi ridículos, vamos, un sueño hecho realidad para los bibliófilos perversos. Llegué tarde al atraco y mis desconocidos compinches ya habían consumado su agosto desarbolando a golpe de euro las estanterías de libros. Con todo, y como homenaje a la librería muerta y a mí mismo, tuve tiempo de adquirir dos ejemplares para exhibirlos en las paredes de mi casa como si de cabezas de bellos animales en vías de extinción se tratase: me llevé Mea Cuba del Cervantes difunto Cabrera Infante (lectura más que recomendable y propicia en estos momentos de desconcierto político y social en la isla particular del pistolero Castro), y también sumé la curiosa edición que de algunos poemas de Nabokov, traducidos por Javier Marías, más algunos textos de éste sobre aquél, editó Alfaguara hace ya dos o tres lustros, no recuerdo bien.

    Por cierto, y para cerrar este círculo libresco aquí abierto, me di cuenta al leer los libros en la playa de El Sardinero, que el protagonizado por el autor ruso exiliado en Suiza y creador de Lolita estaba dedicado por su traductor al Cervantes cubano y cinéfilo exiliado en Londres.

    ¡Con qué casualidades te sorprende a veces la vida! ¿O no existen tales casualidades?

    Sean todos ustedes bienvenidos a estas páginas que ahora se reestrenan!]]>
    Friday,1 sep 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[¡Tierra, tierra!, de Sándor Márai, y feliz verano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,173 ATENCIÓN: Para consultar los demás textos escritos por Juan Antonio González Fuentes a lo largo de los meses de mayo y junio es preciso clicar en El Pulso de la Bruma.


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    Juan Antonio González Fuentes

    Por prescripción editorial, hoy me despido de todos ustedes hasta el próximo día 1 de septiembre. Esta serie de blogs cotidianos se van por tanto de vacaciones, y lo hacen con la esperanza del pronto reencuentro con todos ustedes, allá en la fecha indicada, y con el secreto deseo de que entre ola y ola, entre mojito y mojito, ninguno de ustedes olvide la cita diaria que tienen aquí con ellos y conmigo.

    Además de decirles hasta la vista y desearles un venturoso verano, quiero recomendarles también una nueva lectura. Si ayer me refería a la vida española de Ava Gardner publicada en 2004 por Marcos Ordóñez, un libro ligero y muy entretenido como ya quedó dicho, ahora les indico una lectura de gran calado histórico e intelectual, una lectura exigente, pero reportadora de satisfacciones de primer orden.

    Ya les digo que quizá por esnobismo mal digerido, mi naturaleza me lleva a hacer lo contrario de lo que hace la mayoría. Así, al mismo tiempo que muchísimos de mis compatriotas sufrían fatalmente esperanzados los designios escritos por los crueles dioses para nuestra selección de fútbol, yo me encerraba en una habitación de mi piso con las ventanas abiertas de par en par, rodeado de un silencio sepulcral y antinatural, para terminar la lectura del último libro publicado en nuestro idioma por el húngaro Sándor Márai: ¡Tierra, tierra!.

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    Sándor Márai: ¡Tierra, tierra! (Salamandra, 2006)

    He de comenzar reconociendo que, habiendo leído con entusiasmo creciente todas las novelas traducidas al español de Marái, esta segunda parte de sus memorias no me cogía con mucho aliento, ya que la primera parte, Confesiones de un burgués, me había causado cierta decepción difícil de explicar. Confesiones está lejos de ser un mal libro, al revés, está escrito con la prosa prodigiosa de Márai y una mirada bastante descarnada hacia sí mismo, perfilando un cuadro de época lleno de sentido, agudas percepciones y de gran valor histórico. Pero quizá esa íntima falta de piedad para sí, lo suyo y los suyos, estimable y probablemente necesaria desde otro punto de vista o de percepción, acabó haciéndoseme bastante antipática. La permanente e irónica amargura que rezumaban las páginas de Confesiones se me hizo dura de sobrellevar.

    Sin embargo, cuando a las librerías llegó ¡Tierra, tierra!, ni se me pasó por la cabeza dudar un instante, lo compré y devoré con alguna pausa, aunque la frase parezca encerrar una contradicción. Pero es tal la densidad del libro, es tan dramático lo que narra, que a veces necesitaba dejar unos días la lectura para recuperarme y para reflexionar con calma sobre lo leído.

    Si en Confesiones Márai narra su infancia, su adolescencia y primera juventud, su iniciación a la literatura, al sexo y a la vida independiente, en este segundo volumen de memorias el escritor, ya casi en la mitad de su vida y convertido en un prolífico autor de reconocido prestigio y de éxito en su Hungría natal, no posa la mirada tanto en él mismo como en las circunstancias históricas, políticas y sociales que vivió en su país desde el 18 de marzo de 1944 hasta agosto de 1948. Es decir, desde la entrada del ejército alemán en Budapest, hasta el momento en el que decidió abandonar Hungría para siempre.

    La llegada de los nazis, la huida a un pueblo de las afueras de Budapest, la llegada de los soldados rusos y la paulatina instauración del sistema comunista, satélite de Moscú, en el país magiar, conforman el escenario histórico y político en el que Márai, con una lucidez que provoca escalofríos, ambienta y describe la destrucción definitiva de un mundo, de una forma de vivir y estar en la vida, de una clase social y de unas ideas que habían supuesto las vigas maestras sobre las que se había edificado durante al menos dos siglos el gran edificio europeo y su conciencia.

    No he leído jamás una crítica más feroz y absoluta al comunismo y al pensamiento reaccionario de izquierdas, pero a la vez más fría y desapasionada, que la escrita en estas memorias por Márai, donde se nos perfila, desde la propia vivencia cotidiana, lo monstruoso de un sistema de control político, social y cultural repugnante, inhumano, devastador para todo aquello que sea de calidad, entendido este término en su más amplio sentido.

    ¡Tierra, tierra! es, en definitiva, la crónica pormenorizada, espeluznante, demoledora, incisiva, y a la vez de una hermosura sin igual, de la desaparición casi en un abrir y cerrar de ojos y a manos de la barbarie extremista de un signo y otro, del humanismo europeo y burgués sobre el que se había edificado Europa, una Europa que había sido inmolada en los campos de exterminio nazis y bajo las botas bárbaras del ejército rojo.

    Estamos ante un libro sobrecogedor, ante un testimonio personal escrito desde una inteligencia y perspicacia que asustan y que no tienen parangón. Sencillamente una obra maestra de lectura imprescindible.]]>
    Friday,30 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Ava Gardner en España, sola en los toros]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,171 ATENCIÓN: Para consultar los demás textos escritos por Juan Antonio González Fuentes a lo largo de los meses de mayo y junio es preciso clicar en El Pulso de la Bruma.


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    Juan Antonio González Fuentes

    Quizá no mucha gente sepa que Ava Gardner se estableció en Madrid en 1954 y permaneció viviendo en España hasta casi el final de los años sesenta. Ava llegó a España huyendo de la artificiosa vida en Hollywood y de los celos enfermizos, aunque en ocasiones justificados, de Frank Sinatra, el bueno de "Ojos azules". También influyó lo suyo el hecho de que las autoridades norteamericanas hubieran promulgado una ley por la que los actores que permaneciesen fuera del país durante al menos un año, quedaban exentos del pago de varios impuestos.

    Ava Gardner podría muy bien haber escogido los destinos más habituales de sus compatriotas y compañeros de profesión, Francia o Italia, pero eligió España, entre otras razones, por los hermosos recuerdos que del país atesoraba desde el rodaje de Pandora y el holandés errante (Albert Lewin, 1950), por lo barato de la vida en un país en pleno proceso de desarrollo económico, y por la cantidad importante de conocidos y amigos que aquí tenía.

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    La belleza de la actriz era apabullante. Cuando llegó a la meca del cine americano en agosto de 1941, en su ficha alguien anotó 1,70 de altura, 48 kilos de peso y unas medidas casi perfectas. Al poco de conocerla, el magnate de la Metro, Louis B. Mayer, dijo de ella: “no sabe actuar, no sabe hablar, pero es deslumbrante”. Ya durante el rodaje en España de Pandora, con veintiocho años de edad, las crónicas de la época recogen que allá por donde iba, Ava producía verdaderos terremotos al atraer todos las miradas como si de un poderosísimo e hipnótico imán se tratase.

    En nuestro país, Ava frecuentó todo tipo de ambientes y a todo tipo de personajes, con algunos de los cuales mantuvo relaciones llamémoslas especiales. Entre estos figuran al menos dos toreros: Mario Cabré y Luis Miguel Dominguín.

    Todo indica que Mario Cabré no pasó de ser un pequeño entretenimiento sin más trascendencia para la actriz, una exageración periodística que en busca de algún sensacionalismo con ribetes románticos, logró, eso sí, echar leña al fuego de los celos de Sinatra, quien al poco se presentó en Barcelona para cantarle a Ava las cuarenta y alguna que otra insinuante balada.

    Dominguín, sin embargo, fue tras el genial “Ojos azules” el otro gran amor de la actriz. Al parecer, la sintonía entre ellos fue casi perfecta, y el torero Dominguín fue lo más parecido a un amante-compañero que La condesa descalza conoció a lo largo de toda su vida.

    Ava Gardner frecuentaba en Madrid la Plaza de las Ventas. El director de cine y escritor Jaime Chavarri, al recordarla en los palcos de la plaza, asegura que “Ava le daba categoría sexual a Madrid”. Y es que Ava, princesa como no ha habido muchas de la paradoja, representaba a la vez el glamour brillante, artificioso y conseguido del Hollywood más fantaseado por el común de los mortales, y a la vez era su completa negación, el reverso triste, lúgubre incluso, pero auténtico e intenso de la moneda.

    ¡Qué guapa es!, exclamaba la gente al verla llegar a los toros. Y con todo, su belleza, según nos la describen, no era, insisto, la que fabricaba entonces con singular perfección la industria cinematográfica norteamericana para uso, consumo y disfrute del imaginario colectivo occidental. No, su belleza radicaba en lo negro espesísimo de su cabello, que prometía al que en él desembarcase con los dedos, la boca y la nariz, un paraíso inolvidable de aromas escogidos; estaba también en la forma simpáticamente altiva y desdeñosa de una boca pensada, sin ningún término medio, o bien para el procaz insulto o bien para el beso anestesiante; y por encima de otras consideraciones, la belleza de Ava Gardner radicaba en que envuelta en el escándalo de sí misma, en su presencia física de erotismo esculpido en los mármoles que auguran la dicha, Ava, la Gardner, iba sola a los toros.

    Todo esto, y mucho más, lo cuenta con singular amenidad el escritor catalán Marcos Ordóñez en un libro que se me antoja ideal para leer en estos primeros días de un verano que se dibuja recalcitrante en su condición calurosa: Beberse la vida. Ava Gardner en España, un libro que editó Aguilar en el otoño de 2004 y que creo ya ha salido en edición de bolsillo, al alcance por tanto de todas las economías y de todas las paciencias lectoras, desde las más ingenuas y endebles, hasta las muy rocosas y exigentes.]]>
    Thursday,29 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Don Quijote en el cine: El sueño imposible (Antonio Santos-Fundación Botín)]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,169 ATENCIÓN: Para consultar los demás textos escritos por Juan Antonio González Fuentes a lo largo de los meses de mayo y junio es preciso clicar en El Pulso de la Bruma.


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    Juan Antonio González Fuentes

    Vivir en una ciudad pequeña presenta múltiples inconvenientes y te hace tener la sensación de vivir en un escalón temporal inferior, ralentizado, retrasado con respecto a la pujanza novedosa de la civilización. Pero vivir en una ciudad pequeña tiene también algunas ventajas, entre las cuales no es la menos significativa el tener la oportunidad, a poco que uno sea inquieto y atento, de estar en permanente y directo contacto, a la vez, con muy distintas clases sociales y profesionales: políticos, médicos, artistas, abogados, escritores, profesores, artesanos, taxistas, editores, periodistas, rentistas, deportistas, religiosos, militares, policías, funcionarios, empresarios, dependientes, ingenieros, ejecutivos…

    Así, en una escala doméstica y casi familiar, uno conoce y trata a gente variadísima, entre los que no son pocos los que yo me atrevería a calificar como “personajes”, tipos de un paisaje adornado de cierta excentricidad curiosa, y que no desentonarían mucho colocados a propósito en las páginas de una estrambótica novela.

    Podría citar varios ejemplos al respecto, me voy a centrarme aquí en uno muy concreto. Se trata de mi amigo Antonio Santos. Un hombre de poco más o menos 40 años, de talla media hacia abajo, recio y ancho, poco esbelto, quizá con unos pocos kilos de más, cabello aún abundante, con ademanes y gestos de tipo despistado…, un hombre que no llamaría la atención en ninguna aglomeración de más de cinco personas. Antonio Santos está casado, tiene dos hijos, es doctor en Historia, diplomado en Cinematografía y trabaja como bibliotecario en la biblioteca central de la Universidad de Cantabria.

    Hasta aquí todo encaja con la descripción de cientos y miles de personas que pululan por las calles de nuestras ciudades. Pero hay al menos un elemento que singulariza a Antonio Santos, que lo marca con el hierro candente de lo peculiar: a Antonio Santos le apasiona el cine japonés. Dicho de este modo, tampoco parece una cosa muy fuera de lo común, pero es que me falta añadir que dicha pasión lo ha conducido, por ejemplo, a que su hija mayor haya echado los dientes viendo el cine mudo de Ozu, o a escribir durante ocho años una tesis doctoral de casi tres mil páginas sobre el mismo director, o a publicar sendas monografías sobre el cine de Kenji Mizoguchi (Cátedra, 1993) y Yasujiro Ozu (Cátedra, 2005), o, ya para terminar, a ir transformando poco a poco su propia fisonomía occidental hasta mimetizarla casi imperceptiblemente a los rasgos orientales; y es que si veías muy de vez en cuando a Santos, te dabas perfecta cuenta de que sus ojos se iban rasgando sin escándalo, y que vestido con un kimono, podría pasar sin grandes apuros por un samurai de atrezzo.

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    Antonio Santos: El sueño imposible. Aventuras cinematográficas de Don Quijote y Sancho (Fundación Marcelino Botín, 2006)

    Muy recientemente, Antonio Santos ha dado una pequeña vuelta de tuerca a su locura cinéfila y literaria y ha desembarcado nada más y nada menos que en el Quijote. Ya el pasado año, coincidiendo con la conmemoración quijotesca, organizó en la Fundación Marcelino Botín de Santander, un ciclo dedicado a analizar cómo ha sido tratado el mito de Don Quijote por el cine a lo largo del siglo XX. Varias fueron las películas que se proyectaron en la Fundación, y el éxito del ciclo fue de los que sorprenden incluso a los propios organizadores. Ahora, fruto final de aquellas sesiones de trabajo, la Fundación Botín acaba de publicar un libro que, en mi opinión, está llamado a convertirse en inexcusable referencia para todos aquellos interesados en la historia y análisis de los quizá principales Quijotes llevados al cine, los de Georg Wilhelm Pabst, Rafael Gil, Grigori Kozintzev, Arthur Hiller, Terry William, Orson Welles, Gutiérrez Aragón, Peter Yates... El libro lleva por hermoso y explícito título El sueño imposible, y por subtítulo, Aventuras cinematográficas de Don Quijote y Sancho. Su autor, ya ha quedado dicho, el hijo espiritual del Sol naciente y la España quijotesca y grandiosa, Antonio Santos, un loco maravilloso de esos con los que a veces te tropiezas en las estrechas calles de ciudades sin importancia.]]>
    Wednesday,28 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Seré poeta de la nueva Nación Cántabra]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,165 ATENCIÓN: Para consultar los demás textos escritos por Juan Antonio González Fuentes a lo largo de los meses de mayo y junio es preciso clicar en El Pulso de la Bruma.


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    Juan Antonio González Fuentes

    A lo largo de estas primeras semanas del verano, se van a presentar, en distintos lugares de Santander, al menos tres antologías en torno a la poesía y la literatura hechas en Cantabria. Primero será un hermosísimo libro de fotografías de la bahía de Santander hechas por Pedro Palazuelos, y que irán acompañadas de casi medio centenar de poemas inspirados o dedicados de alguna manera a la bahía, esa “bahía de cámara”, nunca sinfónica, que decía José Hierro. Gerardo Diego, Hidalgo, José del Río, el propio Hierro son algunos de los poetas representados y escogidos por el antólogo, Luis Alberto Salcines.

    Más adelante se presentará una antología realizada por el escritor Manuel Arce, que recogerá el quehacer poético en Cantabria a lo largo del último medio siglo. Alrededor de treinta poetas son los que Arce recoge en su nuevo libro y que viene a establecer una especie de canon poético regional del periodo señalado.

    Pero poco después, el libro que recalará en las librerías será el escrito por el profesor Jesús Lázaro Serrano, y en el que se ofrecerá a los lectores un repaso por la historia de la literatura escrita en Cantabria a lo largo de la historia, desde la Edad Media hasta nuestros días, configurando así una especie de quién es quién en la historia de la literatura cántabra.

    El caso es que los distintos antólogos y estudiosos han tenido a bien incluir mi nombre y algunos de mis textos en sus libros, lo que desde luego no me desagrada en absoluto, y echa un poco de leña al fuego fatuo de mi creciente vanidad. Incluso algunos amigos me han abrazado sentidamente y me han dado la enhorabuena más efusiva: ¡ya estás inmortalizado como uno de los grandes de la literatura cántabra!, me dijeron dándome palmadas en la espalda y haciéndome carantoñas. Con sonrisa estúpida y satisfecha yo agradecí los parabienes y las efusiones.

    Mas una vez en casa, cuando ya anochecía, asomado a la ventana y contemplando el navegar de algunos veleros y lanchitas por la hermosísima bahía de mi inspiración, caí por fin en la cuenta del desatino: ¡inmortalizado en la historia de la literatura cántabra!, ¿literatura cántabra?, ¿inmortalizado?, ¿es posible que una región española con menos habitantes que un gran barrio de Madrid haya dado en 50 años treinta poetas estimables? ¿ha dado el castellano 30 poetas merecedores de la llamada inmortalidad a lo largo del siglo XX? Creo que fue T.S. Eliot el que dijo que un poeta de los más grandes daba al futuro sólo media docena de poemas de verdad, y que el resto eran ensayos y probaturas... Comencé a reírme de mí mismo y no pude parar hasta pasado un buen rato. Cómo es la vanidad, en qué pozos de miseria y ridículo insondables puede situarlo a uno si no se anda con cierto ojo.

    Le comenté todo esto al día siguiente a uno de mis colegas antologados también por partida triple, y me sorprendió atisbar en él alguna indignación y despecho. Me adoctrinó con bastante acritud sobre la existencia incuestionable de la “literatura cántabra” y su importancia a lo largo de la historia. Citó nombres y trabajos académicos que venían a corroborar sus opiniones con un criterio de autoridad de verdadero peso. También me espetó una lista considerable de autores cántabros de primer orden, a la altura de los de cualquier literatura de importancia y proyección cultural universal, y luego me vino a echar en cara mi falta de entusiasmo, mi tibieza como literato cántabro, y mi escasa alegría por ser uno de los elegidos como receptor de la inspiración de las cántabras musas, y miembro declarado del lustroso panteón literario cántabro.

    Además, me dijo, debía yo estar receptivo a todo lo que signifique apuntalar y “engrandecer” la cultura autóctona, pues ya hay rumores de que a no mucho tardar habrá un nuevo Estatuto Cántabro, en el que, como no podía ser menos, la Comunidad quedará reconocida como Nación, y la más antigua, claro, de la península ibérica, pues no en balde las Cuevas de Altamira y sus pinturas explicitan una cultura propia y una sociedad cántabra de raigambre prehistórica. Entonces, cuando eso ocurra, dejaremos de ser sólo meros inmortales literatos de una región autónoma de segunda, para pasar a serlo de una nación en toda regla. Nuestros poemas, cuentos y artículos pasarán a estudiarse en todos los centros de enseñanza de la nación cántabra; los libros de texto cántabros nos dedicarán centenares de páginas y los niños recitarán nuestros versos de memoria; los colegios, institutos y universidades llevarán nuestros nombres; Cantabria abrirá embajadas en Londres, París, Roma, Lisboa, Berlín, Viena, Washington..., y nos nombrarán embajadores; nuestros libros se reeditarán en ediciones de lujo con pastas fileteadas de oro; pondrán nuestros nombres a las calles y paseos, adornarán las ciudades y pueblos con nuestros bustos; las Universidades organizarán cursos y seminarios para analizar nuestra obra; los periódicos nos dedicarán suplementos semanales a todo color; la Consejería de Cultura nos organizará recitales y lecturas por todo el orbe..., estaremos por fin considerados, seremos grandes y felices en el destacado papel de los nuevos grandes poetas de la nueva gran nación cántabra.

    Ya completamente extasiado, y a punto de dar un viva por el pronto surgimiento de la cántabra nación, y agradecer a los hados mi futura fortuna, pasó junto a nosotros un grupo de muchachos que repartían unos papeles que supusimos propaganda comercial. Cuando leímos el contenido del papel que nos habían dado, cruzamos los dos poetas antologados nuestras miradas cargadas de angustia y alarma no disimulada. En el papel, impreso por un grupo nacionalista cántabro, se exigía de inmediato la reforma del Estatuto de Autonomía para declarar a Cantabria nación, e incluir en la nueva ley, como obligatorio a cualquier nivel y absolutamente para todo, el uso del idioma cántabro, del que ya existen diccionarios, gramáticas, libros impresos e incluso algunas traducciones de obras literarias inglesas, francesas y alemanas.

    De repente, nuestros sueños de gloria y triunfo se desvanecieron por completo, pues no sabemos cántabro, todos nuestros escritos están en castellano, pensamos en español, y claro, vemos lógico que la nueva nación imponga el idioma que le es inherente. Así, con el nacimiento de la nacionalidad cántabra, las antologías en las que estamos incluidos quedarán arrumbadas en los estercoleros de la historia anterior al Estatuto, dejaremos de existir como escritores, seremos representantes del pasado, del oprobio españolista que con su imperialismo mostrenco alienó nuestra cántabra tierra, su cultura y su idioma.

    Y de repente me vi en el zoo de Cabárceno, exhibido como una especie en vías de extinción destinada a que las nuevas generaciones de cántabros sepan a quien y a qué deben repeler por encima de toda consideración. Claro que, ahora que lo pienso, siempre quedará otra opción, el exilio, por ejemplo, en Buenos Aires, en Quito, en Santiago, en Lima, en Méjico, en Bogotá..., y ser allí embajador plenipotenciario de mi alma, alma que, pido disculpas por ello, lo es sencillamente en español.]]>
    Tuesday,27 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[DesenmascararLa Movida. Palabras para Pérez-Mínguez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,164 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Antes de que el dictador Francisco Franco diera su última bocanada de aire, existía la idea, que luego se prolongó durante unos cuantos años, de que el mundo artístico español, una vez desaparecido el General, su dictadura y su odiosa y pacata censura, sacaría por fin a la luz las innumerables “obras maestras” que permanecían ocultas en cajones, archivos personales o almacenes.

    Por fin el dictador pasó a mejor vida, y toda esa inmensa y supuesta catarata de talento silenciado y postergado, cómo decirlo, sencillamente no apareció por ningún sitio, o dicho de otra manera, siguió estando más o menos donde había estado hasta ese momento, con general o sin general.

    Lo que sí nació de forma llamativa a finales de los años setenta y principios de los ochenta, coincidiendo más o menos con la aparición de la mascota mundialista Naranjito, fue eso que se denominó “Movida madrileña”, y por extensión a otros “núcleos ardidos”, que diría Vicente Aleixandre, “la Movida”.

    Más o menos todos sabemos a estas alturas de la historia qué fue “la Movida” y cuáles fueron sus frutos. La noche de las ciudades más importantes y bulliciosas de España fue tomada por grupos de jóvenes con inquietudes y ganas de divertirse y sentirse modernos que, una vez desaparecido el corcho de la botella que los contenía, y agitado un poco el recipiente, salieron por el cuello de la botella con fuerza chispeante, mucha burbuja, mucha espuma y algún que otro trago refrescante, rico e interesante. Han pasado los años, las décadas, y de toda esa explosión acampanada sólo quedan unas cuantas películas, entre ellas las primeras gamberradas del oscarizado Almodóvar; algunos grupos de música pop y algunas canciones emblemáticas e inolvidables, siempre en la estela de lo que cinco años antes se había hecho en Londres; algunos poemas y textos de escritores como Villena, Panero, Haro Ibars...; fotografías y pinturas muy concretas..., y en fin, no mucho, mucho más.

    La Movida no pasaría de ser un momento puntual de lógica alegre efervescencia y pujanza juvenil, protagonizada por una generación de chavales que siempre habían vivido con el corsé de una dictadura católica, sino fuera porque algunos de esos protagonistas se han empeñado, con diversa fortuna, en vivir explotando aquel cuento y en ponerse así mismos en escena como cabezas visibles de un movimiento cultural y artístico de honda trascendencia.

    En este sentido recuerdo los inteligentes comentarios que les dedica en sus ácidas memorias Martínez Sarrión, pero desde luego los hay que no se dan por enterados, y aunque en plena calle se les señale su desnudez, como al rey del cuento, ellos siguen impertérritos con sus afanes y autoconstrucción.

    El último capítulo de este empeño es el de Pablo Pérez-Mínguez, quien acaba de editar en Lunwerg un interesantísimo libro titulado Mi movida, y en el que recoge algunas de las 20.000 fotografías que tomó en aquella época. Pero a lo que vamos es que en una reciente entrevista publicada a todo color en el suplemento dominical de El País, el fotógrafo se queda tan a gusto despachándose con estas palabras: “Yo, que soy muy de movimientos culturales, ya sostenía que vivíamos uno de los grandes del siglo XX” (!!!!)

    La perplejidad adquiere en mí proporciones insospechadas. Sí, Pérez-Mínguez dice en el que la Movida es uno de los movimientos culturales más grandes del siglo XX, y el periódico más leído de nuestro país se lo publica, y además, todo el mundo mira para otro lado.

    Pérez-Mínguez no sabe de qué habla, no sabe qué dice. Nada más leer sus declaraciones pensé en la Viena de fin de siglo; en el Londres que veía deambular por sus calles, entre otros, a los miembros del grupo de Bloomsbury; en el Hollywood al que fue a parar buena parte del más brillante mundo intelectual centroeuropeo de entreguerras; en el París del existencialismo; en el Madrid de la generación del 27; en la Nueva York en la que todas las noches tocaban juntos o a escasa distancia Miles Davis, Charlie Parker, Monk, Coltrane...; en la Budapest de Bela Bartok, Bruno W o Sándor Marái...; en la Roma que veía en sus calles nacer el neorrealismo...

    Lo que yo ya no sabría apostillar es si las palabras de Pérez –Mínguez son sencillo fruto de la ignorancia y el consecuente atrevimiento, o si es un no saber condicionado por la egolatría y el interés comercial, por la necesidad imperiosa de ponerse en escena dentro de una realidad inventada y que nunca existió, al menos como tiempo y espacio de un movimiento cultural de los más grandes del siglo XX.

    La Movida recorre las aceras de nuestra cultura hispana completamente desnuda, o tal vez sólo con una peineta cutrelux en el moño, pero la mayoría se inclina a su paso y la saluda como si fuera envuelta con un vestido prodigioso. Sólo espero que de una vez por todas aparezca al niño que, inocente y sincero, se adelante a todos y señalándola con el dedo diga: “anda, pero si va en pelotas”. ]]>
    Monday,26 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Luis Cernuda, en prosa]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,162 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Yo llegué tarde a Luis Cernuda. Concretamente cuando aún no había cumplido veintiséis años y compré en una pequeña librería santanderina, hoy ya desaparecida, la edición de Ocnos publicada por la editorial barcelonesa Seix Barral en su colección Biblioteca de Bolsillo.

    Recuerdo que me llamó la atención la fotografía de la cubierta, que muestra a un Cernuda de porte aristocrático, o con pinta de maduro galán de cine años cincuenta, una especie de Douglas Fairbanks ya en decadencia: chaqueta por encima de los hombros, pañuelo anudado al cuello, mirada pensativa, sienes plateadas y elegante pipa en la boca. También me sedujo que fuese un libro en prosa, construido de breves fragmentos con títulos evocadores y contundentes: el parque, el mar, atardecer, la música y la noche, el enamorado, el viaje, el maestro, el magnolio, el piano, el huerto, la poesía, jardín antiguo..., títulos que a mí me sonaron prometedores de melancolías y decadencias danuzzianas, tan apreciadas por el tonto y amanerado aprendiz de escritor que yo era entonces.

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    Luis Cernuda

    El libro no me gustó. Me defraudó. No encontré en él lo que esperaba, una mezcla quizá de superficial dulzura. Ahora reconozco que aún no me había llegado la hora de entender al Cernuda de Ocnos. Cuando lo publicó, el poeta tenía cuarenta años, edad a la que ya he llegado, sin duda esa es una razón por la que la reciente lectura de estas prosas me ha resultado, por fin, tan próxima, tan entendible, tan dramática.

    Este Cernuda hace que su memoria se convierta en un elemento reflexivo de máxima exactitud y precisión dirigido a entablar un proceso comunicativo de carácter recíproco con lo exterior. Cernuda se explica así comunicándose con el mundo, y para ello utiliza la rememoración de aquellos momentos de vida auténtica, de perfecta armonía, de privilegió existencial que él ha vivido, y mediante los cuales consigue establecer desnudo contacto con el mundo.

    En estos poemas en prosa Cernuda logra que cada palabra empleada se llene de sentido al contacto con las otras palabras, igual que los colores se modifican unos a otros sobre el lienzo. Cernuda se aplica a imágenes de su memoria aplanándolas pero sin atenuarlas, retoca lo real con lo real, desmonta sus recuerdos y los vuelve a montar hasta alcanzar la intensidad necesaria, utiliza las palabras en función de una asociación interna no retórica para llegar a una deducción moral sobre su vida. Cernuda ahonda en las sensaciones, mira lo que hay dentro de las cosas y a través de su recuerdo se expresa él mismo atrapado en ritmos, plegando el fondo a la forma, y el sentido al ritmo íntimo, personal de su propia vida.]]>
    Friday,23 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Juan Diego Flórez, un tenor para el siglo XXI]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,160 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Las óperas del gran Rossini del que escribió Stendhal se han puesto de moda, y el belcantismo propuesto por Bellini y Donizetti en las primeras décadas del siglo XIX ha ganado muchos adeptos en los últimos tiempos, lo que sin duda ha favorecido que en apenas 8 años, el joven peruano Juan Diego Flórez, se haya convertido en el tenor que mayor número de devotos ha conquistado, logrando algo que en el mundo de la ópera antes era bastante frecuente, pero que ahora es francamente inaudito: el que aficionados de cualquier parte del mundo se desplacen sin importarles el lugar para asistir a cada una de sus actuaciones.

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    Juan Diego Flórez

    Ya hemos apuntado una razón para explicar el fenómeno: el repertorio del tenor peruano, el propio de los tenores ligeros o di grazia, se ha puesto de moda, o al menos está despertando un nuevo e importante interés entre los aficionados, fenómeno muy reseñable que debe explicarse por diversos factores sobre los que ahora no voy a detenerme por evidente falta de espacio (por ejemplo el papel del Festival Rossini de Pésaro, el trabajo incansable del maestro y musicólogo Alberto Zedda, etc…).

    Pero es que además, en este peruano de poco más de treinta años de edad, nacido en Lima en 1973, se suman otros elementos y circunstancias que obran el milagro que lo acerca a su ídolo musical, el canario Alfredo Kraus, el último gran tenor ligero que logró despertar pasiones y entusiasmo entre el público de todo el mundo, y hacerlo además, insisto, en un repertorio nada popular y muy exigente en comparación al que tenían tenores como Caruso, Gigli, Di Stefano, Del Monaco, Corelli, Bergonzi o Domingo, es decir, el compuesto por óperas “populares” que requieren voces de mayor peso y dramatismo: Aida, Tosca, Bohème, Pagliaci, Trovador, Carmen, Don Carlo

    El crítico Gonzalo Alonso apuntaba hace algún tiempo, en una entrevista al tenor peruano, unos cuantos de estos elementos de los que más arriba hablo: la belleza de una voz de timbre viril, la juventud, la naturalidad, la simpatía arrolladora sobre el escenario, el gusto en el fraseo, los agudos nobles, la musicalidad, la perfecta dicción, y la inteligencia de quien sabe muy bien cuáles son sus posibilidades y sus cartas para construir una carrera sólida y larga, su mayor deseo. Inteligencia y control en los que ha tenido mucho que ver su maestro, el también peruano e importante tenor Ernesto Palacio. En este sentido, y como muestra de inteligencia, Juan Diego Flórez ya ha anunciado que, al menos, hasta el año 2008 no piensa hacer el Duque de Mantua de Rigoletto, un papel de enorme exigencia vocal, aunque no requiere de una voz dramática.

    Cuando tenía sólo 23 años, el maestro Riccardo Muti contó con él para abrir la temporada de la Scala con Armide de Gluck; Paravarotti le ha señalado en algún medio de comunicación como su posible sucesor, y le ha pronosticado que acabará cantando el papel de Rodolfo en La Bohème de Puccini, lo que le convertirá en una de las voces operísticas más populares de las primeras décadas del siglo XXI.

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    Juan Diego Flórez, además, es uno de los representantes más destacados de este fenómeno aún por explicar convenientemente que es el de la aparición en los grandes escenarios operísticos internacionales (Milán, Viena, París, Londres, Nueva York, Berlín...) de una triunfante generación de tenores hispanos que están arrasando por donde pasan: Aquiles Machado, Rolando Villazón, Marcelo Álvarez, Ramón Vargas, José Cura...

    Yo escuché cantar al peruano en el Festival Internacional de Santander hará ahora dos o tres años, y lo cierto es que me deslumbró. Cantó Rossini, Bellini, Schubert, Beethoven, algunas canciones populares peruanas y, entre las “propinas”, se atrevió incluso con La donna è mobile verdiana. Su presencia física en el escenario es apabullante: elegante, atractivo, dominador..., y su voz es hermosísima. Transmite en todo momento seguridad, ofrece una gran dicción, canta con mucho gusto, tiene unos agudos rotundos y una zona media más que consistente, proyecta muy bien la voz y, para colmo, en el escenario es simpático y modesto.

    El próximo mes de agosto volveré a escucharlo en Santander, dentro de la programación del Festival Internacional. Estoy seguro que de nuevo será un acontecimiento, y la sala Argenta del palacio de Festivales volverá a abarrotarse de un público internacional, deseoso de escuchar a este fenómeno peruano cuyo arte asegura un futuro magnífico a la ópera en este nuevo siglo. Sigámosle la pista, no defraudará.]]>
    Thursday,22 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Sí, me gusta el fútbol, he salido del armario]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,157 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    De un tiempo a esta parte parece haberse puesto de moda el que escritores y artistas escriban o hablen de fútbol demostrando mucha pasión y unos notables conocimientos históricos sobre el tema que no se pueden adquirir en cuatro días. Al respecto me vienen ahora mismo a la cabeza nombres como los de Vázquez Montalbán, Javier Marías, Gonzalo Suárez, Urculo, José Luis Garci…, entre otros muchos. Ahora que se está disputando el mundial de Alemania, incluso algunos suplementos culturales de periódicos nacionales importantes, han dedicado páginas especiales a que escritores y artistas narren sus experiencias y pasiones futboleras.

    Esta circunstancia de amor confeso por el mundo de la pelota y el once contra once, hubiera sido inimaginable hace tan sólo unos cuantos años, y no porque entonces no existiera la pulsión futbolística señalada entre los mencionados, sino porque al igual que ocurría con otras tantas cosas buenas y entretenidas de la vida, el escritor, el artista, el intelectual español y progresista, debía rechazarlas con rotundidad para que nadie lo pusiera bajo sospecha de los horribles delitos de decadencia, aburguesamiento, filo-imperialismo, aptitud reaccionaria..., y vaya usted a saber cuántos crímenes más.

    Así, ningún escritor o artista a tener en cuenta entre la progresía nacional, podía decir abiertamente, por ejemplo, que le gustaban el western o el musical americano, el buen vino, las mujeres hermosas con las uñas de los pies pintadas, una comida sofisticada, el aroma de un buen perfume, los hoteles de cinco estrellas (añada el lector lo que más le plazca)..., y el fútbol.

    Quizá por haber sido víctima de ese tipo de educación sentimental, me quedé de piedra cuando leyendo las memorias de Vladimir Nabokov descubrí que éste aseguraba no haber sido nunca tan feliz como cuando ejercía de portero titular en su equipo de la universidad de Oxford, y que aún se le saltaban las lágrimas, mucho tiempo después, al recordar el peculiar olor de la hierba húmeda del terreno de juego y la textura de la tierra inglesa entre los tacos de sus botas de fútbol. Más aturdido me sentí al leer en la biografía del rojeras Albert Camus que llegó a jugar de portero en la segunda o tercera división argelina, y que en su cartera llevaba siempre a buen recuerdo y dispuesto a enseñarlo a la mínima oportunidad, un recorte de prensa en el que en la crónica de un partido se decía que era un excelente guardameta y había salvado de perder a su equipo gracias a sus prodigiosas estiradas de un palo a otro de la portería.

    No podía creerlo: así que al autor de Lolita y al Nobel de literatura francés les encantaba jugar al fútbol y hablar de ello sin ningún reparo y encantados de la vida!! Así que Javier Marías es hincha del Madrid y escribe de vez en cuando hablando de mis paisanos Paco Gento y Santillana, que el comunista Montalbán era culé apasionado, entregado y enfermizo, que el oscarizado señor Garcí pasó muchas tardes de su infancia y adolescencia en el Molinón gijonés y luego en el Calderón del Manzanares, que el Gonzalo Suárez amante de la novela negra y de Mary Shelley le apasionan también los puros y las estrategias hermosas de veintidós tras un balón !!

    Pues nada, decidí hace algún tiempo quitarme de una vez por todas la careta de la impostura impuesta por los impositores de amarguras, salir del armario como futbolero, y no sólo canto a los cuatro vientos un gusto por el fútbol nacido allá en la alegre infancia cantábrica en campos irregulares de verde hierba fresca rodeados de fábricas y hospitales, con bolsas de deporte de asas inefables a modo de míticos postes maracanianos y mundialistas, con balones de plástico que adquirían efectos mágicos a la sombra torcida del viento, y calzando ilusionado al máximo botas negras de tacos desgastados de una marca hoy extinguida hasta de la memoria. No sólo canto esos recuerdos aromatizados, exactamente igual que Nabokov, por los perfumes de la tierra casi negra y verde golpeada por el balón y nuestras zancadas de prodigio inmarchitable.

    No, es que además, para escándalo de algunos compañeros de viaje que siguen dando vueltas a la misma noria de la que sólo sacan para beberla la turbia agua de la intolerancia, he regresado con alguna fortuna a los terrenos de juego. Ahora, todos los sábados por la mañana, y en apañado campo de hierba municipal y artificial, disfruto de minutos de juego como titular indiscutible de una escuadra “azzurra” en la que comparto alineación, dejadme alardear un poco por favor, entre otros, con Amunike, Kiko Narváez, Tuto Sañudo, Quique Setién, Javi López, Gelucho, Juan Carlos, Geli..., es decir, con tipos que han jugado en el Racing de Santander, el Barça, el Atlético de Madrid, el Deportivo de La Coruña, el Zaragoza..., con tipos que han sido internacionales con las selecciones de España o Nigeria, que han jugado con o contra Maradona, Schuster o Laudrup, con jugadores que han ganado la medalla de oro olímpica...

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    El autor del texto (a los pies del ex-internacional Quique Setién, primero por la izquierda), en su debut en los Campos de Sport del Sardinero

    Y así, ahora, a mis casi atróficos cuarenta y dos años de edad, cumplo de manera oblicua y bastante indirecta uno de mis sueños infantiles, atesorado también como aspirante a escritor de maneras: jugar al fútbol con algunas de sus estrellas. Y pienso en lo que escribía no hace mucho el escritor y cineasta Gonzalo Suárez: muchos escritores soñamos un día con ser futbolistas de primera, por qué ningún futbolista de élite sueña jamás con escribir el Ulises? A alguno de ustedes se le ocurre alguna respuesta?]]>
    Wednesday,21 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Estatuto, churros, José Campos, Carmen Martínez Bordiú, Zidane y Baudelaire]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,154 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hoy lunes 19, el día ha amanecido en Santander cargado con una lluvia silenciosa pero persistente, una lluvia que viene a aliviar un poco los calores infrecuentes que nos han acompañado a lo largo del último mes, y han llevado al desasosiego cotidiano a tipos tan extraños como yo, tipos a quienes, para sentirse razonablemente a gusto, les es imprescindible, con cierta frecuencia, el sonido de la lluvia, el aroma de las calles mojadas, la humedad perfumada y verdosa del aire.

    Ayer domingo no encendí la televisión en todo el día, por lo que ha sido esta mañana cuando me he hecho eco de la nueva constatación de la decrepitud de la Francia de Zidane y compañía, y de que menos de la mitad de los catalanes acudieron ayer a las urnas a votar su nuevo Estatuto. De esos votantes, poco más del setenta por ciento votaron afirmativamente.

    Animado por el golpeteo de la lluvia sobre el paraguas, me encamino hacia donde desayuno mi habitual zumo de naranja acompañado con café y churros. Dejo el periódico sobre la mesa, lo abro, leo, mojo un churro templado en el café, y pienso que menos de la mitad del electorado catalán suma aproximadamente poco más de dos millones y medio de personas. Si en torno al 73 por ciento de esos votantes lo hicieron de forma afirmativa, quiere esto decir que fueron menos de dos millones de catalanes, un millón ochocientos mil más o menos, los que han acabado por decidir un cambio sustancial en la configuración del Estado Español, los que han dinamitado un marco legal, político, social, económico y cultural, en el que hasta ahora nos veníamos desenvolviendo casi 43 millones de personas. Entre churro y churro, voy cayendo en la cuenta de que en torno a un 4 por ciento de una población dada, ha decidido votar afirmativamente por la toma de un camino que afecta, lo queramos o no, al 100 por cien de esa población. O dicho de otro modo, menos de dos millones de catalanes han tomado una decisión que cambia radicalmente el marco de convivencia legal en el que vivíamos hasta ayer cuarenta y tres millones de españoles.

    Mojo en el café el último churro ya frío, y compruebo, una vez más, que el tiempo no pasa en balde para nada ni para nadie, y que los Barthez, Thuram, Vieira, Makelele, Zidane y Trezeguet que nos maravillaron hace ahora ocho años en su mundial, piden la jubilación a gritos, porque ya no hay ningún júbilo correteando por el césped. Sí, toda historia tiene su principio y al parecer su final, las vecinas España y Francia incluidas, aunque en distintos terrenos, todos ellos de juego.

    Ya no hay churros, ni café, ni zumo. Abandono sobre la mesa el periódico que tan poco gratas noticias trae, y con el ánimo por los suelos entro en mi librería favorita. Recorro las estanterías en busca de algún consuelo y lo encuentro en la biografía de Baudelaire escrita por Mario Campaña y que acaba de editar Debate. Me voy al despacho animado por la nueva adquisición, y pensado sin poderlo evitar que mientras uno come churros, sigue con interés los resultados del mundial de fútbol y compra un libro, la historia de su país da un vuelco y todo, todo continúa como si tal cosa.

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    Ya en el despacho, abro la biografía de Baudelaire buscando cierto consuelo en el devenir vital de un poeta genial y en algunos de sus versos transcritos, pero hoy no es mi día, y compruebo estupefacto que las últimas decenas de páginas del libro no están impresas, permanecen en blanco. El francés Baudelaire que me han vendido no presenta final, como si él no hubiera muerto y quisiera acompañar a Zidane en la media creativa francesa para prolongar así una gloria que terminó hace ya tiempo.

    Me llaman por teléfono en este mismo instante y me comentan que a la misma hora en la que cerraban los colegios electorales catalanes, en Sevilla, la capital de la nueva realidad nacional andaluza, mi paisano José Campos se casaba con la nieta de Franco, Carmen Martínez Bordiú. Dirijo la mirada a las páginas que han quedado encuadernadas en blanco, y siento que a veces la vida ofrece metáforas que viene a explicarlo todo.

    Fuera, tras la ventana, la lluvia continúa cayendo con parsimonia sobre Santander. Hoy, Cataluña es algo distinto a lo que era ayer, y España también; lo han decidido unos cuantos cientos de miles de personas que optaron antes por ser nación que por ir en busca del tiempo perdido a la playa. José y Carmen también son hoy algo distinto a lo que eran ayer; hoy son marido y mujer, se dijeron sí en una ciudad de España a la que han convertido en capital de una nueva realidad nacional, y mientras, en Alemania, la Francia de Zidane nos demostraba una vez más que el tiempo, en contra de lo que muchos aseguran, sí se puede pesar, y que cuando pesa, lo hace como el plomo.

    Pero esta noche, catalanes nacionalistas y playeros, sevillanos, José y Carmen, yo con mi Baudelaire en blanco, y millones y millones de habitantes de esta península sin nombre verdadero, nos situaremos frente al televisor para ver qué hace en España en Alemania, cómo sigue escribiendo su nueva historia en las páginas en blanco que a todos nos aguardan.]]>
    Tuesday,20 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Películas en los kioskos, ojo al gato por liebre]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,152 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    De un tiempo a esta parte, los kioskos de prensa de nuestras ciudades se han transformado, casi siempre a su pesar, en verdaderos bazares en los que uno puede encontrar casi cualquier cosa, desde todo tipo de material impreso, hasta bebidas y comestibles, pasando por juguetes, discos, prendas de vestir, películas en dvd…

    De estas últimas es de las que quiero hablar en estas líneas, pues si no estamos atentos o no somos cinéfilos un poco exigentes, en los ya mencionados kioskos, y en no pocas ocasiones, venden en formato dvd películas que por sus títulos y sus precios, de auténtica ganga, llaman poderosamente la atención del cinéfilo, pero que una vez adquiridas y colocados los discos en el reproductor, su contenido manifiesta su verdadera naturaleza de chapuza cinematográfica difícil de sobrellevar.

    Pondré un ejemplo. Ayer, sin más lejos, compré en el kiosko que está junto a la emisora de radio en la que predico mis cositas todos los jueves, el dvd con la obra maestra de John Ford El hombre tranquilo. La compré en el mismo kiosko en el que no hace mucho compré una copia espléndida, gloriosa, de El gatopardo de Visconti.

    La verdad es que esta vez piqué como un pardillo. Vi la carátula atractiva, el precio de poco más de 8 euros, y luego estaban las ganas que tenía desde hace tiempo de tener la película en el nuevo formato. Además, había visto en alguna revista que, efectivamente, la multinacional propietaria de los derechos acababa de poner a la venta esta hermosa historia de temática irlandesa.

    Pero en cuanto tuve la compra en mis manos me percaté de que algo no funcionaba del todo. La carátula del producto, visto de cerca, presentaba dibujos y colores de escasa calidad, y las imágenes que venían reproducidas en la parte de atrás de la caja, también reproducían con escasa nitidez algunos planos.

    De repente me temí lo peor, lo que ya me había pasado, también comprando gangas y ofertas en los kioskos, con títulos como 55 días en Pekín de Ray, La noche de los gigantes de Mulligan, Río Lobo de Hawks, o varios western firmados por el maestro Ford. Al llegar a casa puse el disco en el reproductor y sí, confirmé mis peores sospechas: la calidad de las imágenes no tiene nada que ver con la de las originales: las secuencias, de principio a fin, presentan colores desvaídos, los planos siempre están como ligeramente desenfocados, y un cierto granulado recorre todos los espacios de cada fotograma. Pero quizá lo peor, lo que llevo con menos resignación, es el no respeto del formato original. Así, en todas estas películas que he mencionado (son las que recuerdo ahora), hay planos en los que sólo vemos la nariz de los personajes mientras dialogan, o se ve a un personaje que habla con otro que no entra dentro del plano, o se les corta las piernas o la cabeza a los mencionados personajes... Todo los defectos señalados, ya por separado, hacen la visión de las películas imposible, un ejercicio de masoquismo para quienes gustamos del cine. Pero todos los defectos juntos, como suele suceder normalmente, imposibilitan la visión, la niegan, retiran al cinéfilo de la pantalla del televisor con un ataque de histeria y con sarpullidos de rabia incontrolada saliéndole de todas las partes del cuerpo.

    Como hice con las otras copias mencionadas, El hombre tranquilo, cuya visión me quitó la tranquilidad para las próximas dos o tres semanas, fue directamente al contenedor de la basura situado frente al portal de mi casa. Los más de 8 euros que pagué fueron a parar también al mismo lugar, a la basura.

    La lección es bien simple. El empresario kioskero no es el culpable de la situación, el vende lo que le llega, y sé porque lo he hablado con muchos de ellos, que vendén muchas cosas por imposición. Los culpables son los empresarios que hacen y distribuyen estas copias fraudulentas a bajo coste, pero dando gato por liebre y engañando al consumidor menos informado o atento, al menos exquisito, por así decirlo. Antes de comprar películas en dvd, tanto en kiosko como en cualquier otro tipo de comercio, comprobad lectores la casa editora, comprobad los idiomas en los que se puede ver la película y los subtítulos que ofrece, los extras, fiaros fundamentalmente únicamente de las editoras multinacionales (sí, aunque suene políticamente incorrecto) propietarias de los masters originales, comprobad también la calidad de las carátulas, de las cajas en las que van guardadas los discos... Lo muy barato, las gangas sorpresivas, las ofertas sin “padre ni madre” reconocidos..., suelen encerrar gatos y jamás liebres. Hablo, lamentablemente, por experiencia, la que me ha dado ser un bobo que reincide.]]>
    Monday,19 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[György Ligeti, o hablemos de música moderna]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,149 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Recuerdo que una mañana, en la Facultad, la profesora de historiografía nos dijo a los asistentes a su clase que todos teníamos, muy probablemente, unos gustos estéticos, unas tendencias en cuanto a lo artístico, más propias del siglo XIX que de las últimas décadas del siglo XX en el que vivíamos entonces. Nos espetó sin compasión que todos los avances científicos de hacía casi un siglo, es decir, la teoría de la relatividad de Albert Einstein sin ir más lejos, habían afectado tanto a nuestros gustos en materia estética como un salivazo a la hora de hacer aumentar el nivel del océano.

    Aquellas reflexiones hicieron mella no sólo en mi ánimo. Tenía toda la razón la señora profesora. Si pensaba un momento en sus palabras, era evidente que mis compañeros y yo, mis familiares, el entorno entero que me rodeaba y aún hoy me rodea, estábamos y estamos anclados en postulados estéticos decimonónicos, en cánones que en esencia son los mismos que los que tendría cualquier persona cultivada y "moderna" de hace ahora un siglo.

    Este anclaje estético en el pasado, quizá es más evidente en el terreno musical, donde los aficionados a la música siguen acudiendo a las salas de concierto a escuchar preferentemente sinfonías de Beethoven o Schumann, música de cámara de Schubert, Haydn, o Brahms, y siguen pensando que “música moderna” es la que hacen hoy Madonna, Prince o grupos como U2.

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    György Ligeti

    La reciente desaparición del músico húngaro György Ligeti me ha vuelto a hacer pensar mucho sobre el asunto. Ligeti era un músico moderno en el verdadero sentido de la palabra, es decir, escribía música compuesta con elementos y conceptos contemporáneos, una música que desde que el compositor llegó a Occidente en 1957, discurrió por los caminos innovadores de la música electrónica de Stockhausen y el serialismo trabajado por Arnold Schoenberg casi medio siglo antes, nada más y nada menos.

    Ligeti, alumno de Kodály en Budapest y de Stockhausen luego en Colonia, era uno de los grandes maestros de la música contemporánea de la segunda mitad del siglo XX. Junto a compañeros compositores como Luciano Berio, Pierre Boulez, Xenakis, Tippet, Messiaen o Luigi Nono, son los creadores de las mejores partituras del periodo dentro de lo que sí es con verdadera propiedad “música contemporánea”.

    Pero, ¿quién escucha en su casa la obra de estos compositores, quién en su coche, en el trabajo o en el salón de su domicilio coloca en el reproductor de dvds un compacto con música de estos autores? Pues imagino que en nuestro país no sumen más de dos o tres centenares de personas, y en el mundo desarrollado (el otro tiene otras preocupaciones sin duda más acuciantes) serán tan sólo unos pocos miles. ¿Por qué no escuchamos mucho más esta música que es la de nuestro tiempo? Creo haberlo apuntado con trazo grueso poco más arriba: el gusto estético y artístico de la mayor parte de los integrantes del mundo desarrollado está construido con elementos añejos, ajenos a los cambios revolucionarios acaecidos en diversos terrenos de investigación y creación humana a lo largo de las últimas seis o siete décadas.

    Pero aquí también juegan sus bazas los prejuicios y la ausencia de oportunidades para acercar al público a esta música, música que apenas se programa en las salas de concierto o en las emisoras, y sobre la que siempre ha existido, creo, un silencio más que interesado.

    Mucha gente, sin embargo, ha escuchado en alguna ocasión música de Ligeti, y ha quedado subyugada. Lo ha hecho, probablemente, de manera inconsciente, sin saber que lo estaba haciendo, pero sintiendo, sí, la inquietud, el asombro, la fuerza hipnótica de su obra. El director de cine Stanley Kubrick la utilizó para ambientar y significar distintas partes de su película 2001: una odisea en el espacio. En concreto utilizó fragmentos de dos de las obras religiosas del maestro húngaro: el Réquiem y Lux aeterna.

    Yo tengo también una experiencia personal con la música de Ligeti. Todos los agostos comento para una radio de Santander los espectáculos y conciertos diarios que ofrece el Festival Internacional de Santander. Puedo jurarles sin ningún rubor, que después de escuchar durante cuatro o cinco días seguidos las sempiternas sinfonías de Schubert, Brahms o Mozart, uno llega a atragantarse con tanta música tocada de forma manida y rutinaria. Sin embargo hace dos años, la Orquesta Nacional de España, dirigida por su entonces nuevo director, Josep Pons, ofreció un concierto con música de Ligeti, siendo para todos los que estábamos en la sala, pues lo comenté con muchos, una experiencia sonora inolvidable, llena de magnetismo y de sugerencias sonoras francamente atractivas, novedodas e impactantes.

    Valga pues la desaparición del músico húngaro para que reflexionemos un momento sobre la, por lo general, "antiguedad" de nuestros gustos artísticos y estéticos y, quizá, para perder un poco el miedo e intentar conocer las más importantes obras musicales de nuestro verdadero tiempo, aunque sea poco a poco y echándole coraje. Merecerá la pena, seguro.]]>
    Friday,16 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Toros, toros, toros...]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,146 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Con eso de que el sol comienza a calentar de lo lindo y que los perfúmenes del verano ya pueden disfrutarse por doquier, han comenzado a proliferar por toda la península ibérica ferias y más ferias taurinas, y con ellas, de nuevo, llega la polémica entre los que las rechazan con abrupta rotundidad y los que las consideran esencia pura de su ser y estar personal e hispánico.

    Creo que habré ido a los toros tan sólo dos veces en mi vida, las dos invitado al modesto coso santanderino, y las dos hace ahora más de tres lustros. Con esta confesión quiero decir que el primer sorprendido de estar escribiendo estas líneas soy yo, pues desde luego no puedo pasar ni siquiera por un aficionado esporádico. Tamaña falta de afición tiene mucho que ver, sin duda, con el ambiente en el que me formé. Por un lado mis padres no eran nada aficionados a la llamada "fiesta", y en mi casa jamás se habló de toros con ningún entusiasmo, a pesar de que el abuelo de mi madre, el periodista Ezequiel Cuevas, había sido en su juventud un conocido crítico taurino local, escribiendo en la prensa con el poco afortunado seudónimo “El tío Caireles”. Por otro lado, durante los años más decisivos de mi formación académica, tanto en las aulas del instituto José Mª de Pereda de Santander, como en las de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cantabria, el gusto por lo taurino era tachado entre los alumnos y profesores como algo abiertamente reaccionario y propio sólo de la más rancia derechona patria, por lo que un joven con vocación intelectual y “progresista”, estaba obligado a aborrecer y rechazar tan bárbara “fiesta”, brutal símbolo además del bárbaro y cutre nacionalismo españolista.

    La verdad es que sí me mantuve alejado de los ruedos y de cualquier coqueteo serio con la tauromaquia, pero jamás he conseguido aborrecer la "fiesta", y siempre me ha llamado poderosamente la atención que creadores tan distintos entre sí, y algunos además tan poco “reaccionarios”, como Turina, Bizet, Solana, Picasso, Dalí, Falla, Hemingway, Goya, Orson Welles, Budd Boetticher o Lorca, sintieran verdadero interés por ella.

    Ahora que me obligo a pensar un instante sobre el tema, creo que el verdadero poder ancestral de sugestión que ejercen sobre el hombre las corridas de toros se erige sobre tres columnas fundamentales: la ceremonia y lo litúrgico, la lucha del hombre contra la naturaleza (encarnada, claro, por el toro de lidia), y la condición irrepetible del acontecimiento, algo que las corridas comparten, por ejemplo, con la ópera, donde uno puede llegar a escuchar varias veces seguidas a los mismos cantantes en la misma obra, y asistir cada vez a algo distinto.

    Claro que por encima de otras consideraciones, lo que realmente hace a los toros algo único y siempre en esencia sobrecogedor, se mire por donde se mire, es que en todas sus puestas en escena, sea cual sea su lugar e importancia, la presencia real de la muerte sobrevuela la plaza, y el frío de su sombra materializa ante todos los presentes el finísimo hilo del que todo pende, haciendo que al menos por un momento sean conscientes y festejen el sabio y último verso que escribió José Hierro en su último libro, Cuaderno de Nueva York, ese que nos habla del “después de tanto todo para nada”.]]>
    Thursday,15 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[John Wayne, un actor de leyenda]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,144 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Nos sentamos en el patio de butacas del cine, o en el sofá de casa frente al televisor y el reproductor de dvd. Las luces ya están apagadas y de pronto la pantalla se ilumina. Vemos un paisaje montañoso y seco, y dibujándose en el horizonte, la silueta de un jinete acercándose. Una música espectacular y heroica, o sencilla y con ritmo muy marcado, llena el ambiente de la sala. Los detalles que personalizan al jinete van haciéndose cada vez más nítidos, hasta que distinguimos perfectamente el rostro de John Wayne, de Gary Cooper o de James Stewart, y en ese preciso instante, el trabajo del guionista se vuelve mucho más sencillo, pues nada tendrá que escribir en el guión para que todos sepamos a un solo golpe de vista que el héroe que se nos está presentando es un hombre taciturno, experimentado, noble, recio, valiente, fuerte, amigo de sus amigos, incapaz de traición, peligroso si se le provoca, con un pasado del que no quiere hablar, un hombre, en definitiva, de una sola pieza y un solo amor.

    En el cine actual casi ningún actor tiene ya esa presencia tan demoledora y tan elocuente. En el cine actual son necesarias parrafadas y parrafadas para que sepamos algo del pasado y del presente de los personajes, nos lo tienen que contar todo, o casi todo.

    Por eso eran tan grandes actores cinematográficos los ya mencionados y otros muchos que a todos seguro nos vienen a la mente, porque con su sola presencia, con uno sólo de sus gestos, transmitían al espectador un bagaje narrativo inmenso. De entre aquellos “monstruos sagrados” hoy voy a hablar de uno de los más indiscutibles, de John Wayne, de quien el pasado domingo se cumplieron 27 años de su desaparición, uno de los más grandes actores cinematográficos de todo el cine estadounidense del siglo XX. Sí, aunque a algunos les cueste aceptar la verdad de esta afirmación, muy difícil de sostener hace apenas unos cuantos años.

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    John Wayne

    Decía Godard que odiaba a John Wayne cuando éste manifestaba sus opiniones políticas sobre la guerra de Vietnam, pero que lo amaba cuando al final de Centauros del Desierto (John Ford, 1956) eleva al cielo con sus manos a la pequeña Natalie Wood.

    Wayne vivió la era dorada del cine de Hollywood, y trabajó ininterrumpidamente desde sus comienzos en algunos western mudos de mediados los años 20, hasta muy poco antes de su muerte, cuando rodó en 1976 su última película, El último pistolero, de Donald Siegel. O dicho de otro modo, fue uno de los actores protagonistas masculinos que tuvo la enorme fortuna de trabajar en ese momento de esplendor de la industria cinematográfica norteamericana, la de los grandes estudios, que va, por ejemplo, desde 1939 (La diligencia, de John Ford), hasta el mismo comienzo de los años sesenta (El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford, 1962), momento en el que la industria televisiva, entre otros muchos factores, destruyó definitivamente el sistema construido en torno a los estudios.

    A lo largo de este amplio periodo, Wayne tuvo la oportunidad de trabajar con muchos de los grandes directores de la industria, muchos especializados en western o en cine de aventuras, por ejemplo, con Raoul Walsh, Cecil B. DeMille, Edward Dmytryk, John Huston, Michael Curtiz, Nicholas Ray, William Wellman, Josef Von Sternberg, Henry Hathaway, John Sturges, Mervyn LeRoy, Otto Preminger..., aunque son sus colaboraciones con John Ford y Howard Hawks las que realmente lo colocan en el lugar de privilegio que tiene en la historia del cine.

    Es muy conocida la anécdota según la cual, Ford asistía al rodaje de Río rojo de su amigo Hawks, y viendo algunas de las escenas, le dijo a su amigo director refiriéndose a John Wayne: "pero si el cabrón sabe actuar"!!

    Con Hawks protagonizó todos sus western: Río rojo (1948), Río Bravo (1959), El Dorado (1967) y Río Lobo (1970), además de la hermosa película de aventuras Hatari!, todas, salvo quizá la ya tardía Río Lobo, magníficas, y con los dos primeros ríos como definitivas obras maestras.

    Con Ford, para muchos críticos el más grande director de la historia del cine, protagonizó muchas más películas, más de una docena. Mencionarlas todos no tendría, quizá, mucho sentido, pero aquí queda apuntada una muestra que, habla por sí sola, de la gran cantidad de obras maestras y magníficas películas protagonizadas por John Wayne a lo largo de su carrera: La diligencia (1939), Hombres intrépidos (1940), They were expendable (1945), Fort Apache (1948), La legión invencible (1949), Río Grande (1950), El hombre tranquilo (1952), Centauros del desierto (1956), Escrito bajo el sol (1957), Misión de audaces (1959), El hombre que mató a Liberty Valance (1962), La taberna del irlandés (1963).

    Para corroborar la inmensa calidad como actor de cine de John Wayne, siempre y cuando estuviera bien dirigido claro, como todos, basta con hacer mención sólo de algunos planos o de algunas secuencias, en las que casi siempre sin palabras, sólo con la mirada, la rotunda presencia física y el elocuente pero sencillo gesto, Wayne contaba mucho más que muchas de las actuales estrellas de cine, muchos de ellos grandilocuentes histriones verborreicos.

    Sólo hace falta ver a Wayne, por ejemplo, en Río Bravo, para tener una idea de su talla: es imposible estar mejor en una película, parece no actuar, simplemente está ahí, pasándoselo bien, como si toda su existencia hubiera consistido en deambular junto a los inconmensurables Walter Brennan y Dean Martín por las calles del pueblucho en el que transcurre la acción. Y qué me dicen del momento en el que abraza sin mirarla a Maureen O’Hara y la besa en la frente en el romántico y lejano cementerio que aparece en El hombre tranquilo: no se puede expresar mejor la dulce y recatada ternura por la mujer amada y a la vez el loco deseo sexual por ella.

    Y en Centauros del desierto, qué opinan de ese primer plano (los primeros planos, claro, son la prueba de fuego de los grandes actores de cine) tremendo y emocionante en el que el personaje de Wayne sabe que ha perdido al amor de su vida a manos de los indios, y le quita la silla de montar a su caballo, como si tal cosa, como un profesional, aunque debe apoyarse en el lomo para no desfallecer de dolor. ¿O qué me dicen del final de la película, probablemente uno de los más hermosos, emocionantes y devastadores de la historia del cine, cuando Wayne queda en el centro del plano, fuera del hogar familiar al que van accediendo todos los demás personajes menos él, y consciente de la soledad abrumadora que lo envuelve y le espera para siempre, él mismo se acaricia levemente el brazo mientras se da la vuelta y se pierde borrado del plano por el polvo que levanta el viento de la historia?

    ¿Y qué decir de la escena de El hombre que mató a Liberty Valance, cuando sabe que el amor de su vida prefiere a James Stewart, y borracho y loco de dolor destruye el hogar que había construido para ella?

    Ahora mismo me voy a casa para ver por enésima vez Centauros del desierto, y así imitaré a los señores Steven Spielberg y Martin Scorsese, quienes admiten que antes de iniciar cada uno de sus rodajes ven el trabajo de Ford y Wayne buscando inspiración. Yo siempre la encuentro cuando veo los grandes trabajos del actor desaparecido hace ahora casi tres décadas.]]>
    Wednesday,14 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El futuro de la poesía: algunas reflexiones]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,142 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Puede asegurarse que, al menos desde el Romanticismo, la mayor parte de los poetas han pretendido lo mismo, es decir, arrojar alguna luz sobre el mundo para también arrojarla sobre sí mismos, o viceversa. Tal vez donde he encontrado expresada esta idea de forma más certera y hermosa ha sido en palabras de Roberto Juarroz: “hablar ante el abismo en el que estamos con el abismo que somos”. Se trata, en definitiva, de procurar penetrar en los términos de aquello que no es decible; eso es lo que busca el poeta, esa es su función principal.

    Lo que sucede en este comienzo de siglo es que el orden cultural en el que Occidente se ha forjado entró en crisis abierta y probablemente definitiva hace ya varias décadas, por lo que los jóvenes occidentales conformamos una generación a la deriva (otra más de las nacidas en el último medio siglo); una generación entregada al desasosiego y la incertidumbre, muy consciente de la ausencia de un modelo cultural que sirva como referencia y criterio general. Ausencia cuya más evidente expresión tal vez sea lo que George Steiner ha definido como la “retirada de la palabra”. Pues bien, en este actual punto crítico es donde el poeta creo que debe jugar un papel esencial: ser un transmisor decisivo entre generaciones de lo que Gadamer ha venido en llamar “la íntima sabiduría del balbucir y enmudecer”, o lo que es lo mismo, del uso arriesgado, meditado, trabajado, indagador, intuitivo, riguroso, imaginativo..., de la palabra.

    Nuestro universo cultural, el que surgió en Europa Occidental aproximadamente a mediados del siglo XVIII y se extendió hasta alrededor de la Primera Guerra Mundial, entró radical y definitivamente en crisis con la irrupción del comunismo soviético y del fascismo, y con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El edificio cultural levantado por la Ilustración (cimentado en la palabra) no pudo sobrevivir, entre otras realidades, a los campos de exterminio nazis. Las sociedades occidentales de finales del siglo XX ya no producen ni perpetúan su cultura con herramientas literarias y humanísticas. La era del humanismo moderno ha pasado, certifica en un reciente trabajo Sloterdijk, y con él la “palabra se retira”, va perdiendo espacio vital.

    En nuestros días, todo debate serio y con sentido en torno a la poesía sólo puede partir del análisis y comprensión de esta nueva realidad. Todas las demás posibilidades de debate se me antojan, en esta hora, aburridos e inútiles ejercicios de ilusionismo.

    Quizá como en ninguna otra etapa de la historia hayan tenido tanto que ver entre sí el futuro próximo del hombre, el de la poesía y el de la palabra.

    Muy acorde a las circunstancias. Si atendemos al panorama descrito, a nadie le extrañará comprobar la coexistencia actual de una gran variedad de formas de hacer y entender la poesía; es lo lógico, lo propio del tiempo en que vivimos. A toda estética le corresponde una ética, y al revés. La quiebra de nuestro anterior modelo cultural ha supuesto también el del modelo ético que heredamos de la Ilustración y el Romanticismo. Vivimos y creamos dentro de las coordenadas establecidas por el relativismo postmoderno: todas las tendencias y estéticas (todas las éticas-estéticas) reclaman un espacio, una voz, una luz para arrojar sobre el mundo. Esto, en principio, no es necesariamente negativo, sobre todo en una sociedad como la española, tan acostumbrada a verse sometida a la imposición de muy determinados sermones y discursos político-culturales.

    Lo que de verdad me preocupa es la ausencia de la reflexión y el debate que antes señalaba, y la consecuente pérdida de tiempo y energías en otros debates que, dadas las circunstancias, son un grotesco y muy significativo monumento a la estupidez.]]>
    Tuesday,13 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Victoria de los Ángeles, una, sí, entrelas más grandes]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,139 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La no muy lejana en el tiempo muerte de la soprano Victoria de los Ángeles, me hace recordar ahora que los medios de comunicación nacionales apenas sí le dieron destacada cobertura al suceso, y si comparamos el tratamiento con el dispensado a la reciente desaparición de Rocío Jurado, entonces se abre un mundo ante nosotros, un mundo en mi opinión difícilmente comprensible si sólo aplicamos elementos racionales, de buen gusto y de exigencia artística.

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    Victoria de los Ángeles

    Quizá no esté de más recordar que durante los años de esplendor de Victoria de los Ángeles (décadas de los 50 y 60 del siglo pasado), pisaban las tablas de los teatros de ópera de todo el mundo sopranos como María Callas, Renata Tebaldi, Elisabeth Schwarzkopf, Astrid Varnay, Birgit Nilsson, Anna Moffo, Leoinie Rysanek, Zinka Milanov, Leontyne Price, Herva Nelli, Magda Olivero, Lisa della Casa, etc... Es decir, que a lo largo de al menos esas dos décadas la competencia para sobresalir en la cuerda soprano era enorme, y quien quisiera destacar y labrarse un nombre debía hacerse escuchar, nunca mejor dicho, entre algunas de las voces más majestuosas que han existido en los últimos cien años de historia de la ópera.

    ¿Qué tuvo Victoria de los Ángeles para lograr convertirse en mito en una selva tan poblada de "monstruos sagrados" del canto? Apuntaré sólo dos cosas que me parecen del todo esenciales: una voz muy especial y la inteligencia suficiente para cantar sólo aquellos papeles a los que su voz mejor se ajustaba.

    La voz de la española era de soprano lírica, con expresión de canto suave, siempre muy medido y controlado pero con singular hondura a pesar de sus consabidas limitaciones. Su línea de canto era pura y exquisita, elegante y señorial, ideal para encarnar heroínas que no requieran de gran carnalidad dramática ni de un temperamento en exceso aguerrido.

    Con esta voz, y ayudada por su inmaculada dicción francesa, Victoria de los Ángeles abordó, bordó e hizo suyos los principales papeles femeninos del gran repertorio galo: Manon, Margarita, Charlotte y una Carmen ligera y atípica. Dicha voz y temperamento le sirvieron también para hacerse con las dos protagonistas más líricas salidas de la pluma de Puccini: Mimi y Cio-Cio San, y para salir bastante más que airosa de algún Rossini (Rosina de El Barbero), algún Mozart (Condesa de Las Bodas de Fígaro), algún Leoncavallo (Nedda de Payasos) y algún Verdi (Amelia de Simon Boccanegra). A todos estos papeles hay que sumarle el de Salud de La vida breve de Falla, personaje que según la crítica la barcelonesa hizo suyo para siempre en varios registros, pudiéndose encontrar hoy el del año 1966 con la Orquesta Nacional de España bajo la idiomática batuta de Frübeck de Burgos (EMI).

    Para quien desee conocer el arte vocal de Victoria de los Ángeles, vamos a dejar aquí apuntadas las que sin duda constituyen las mejores referencias discográficas existentes de los papeles que mejor encarnó la cantante desaparecida.

    Empecemos con tres obras maestras de referencia absoluta: la Carmen grabada en 1958 para EMI con la dirección de Sir Thomas Beecham y el don José de Nicolai Gedda; el Fausto (EMI, 1958) de Gounod dirigido por André Cluytens con Gedda y el impresionante Boris Christoff como principales compañeros de reparto; y Manon de Massenet con dirección de Pierre Monteux y Henri Legay como Caballero Des Grieux (EMI, 1955).

    A estas recomendaciones inexcusables le siguen el Werther de Massenet, otra vez con el tenor Nicolai Gedda y Georges Prétre dirigiendo a la Orquesta de París (EMI, 1968); La Bohème de Puccini con Beecham a la batuta y el gran Jussi Bjoerling como Rodolfo (EMI, 1956); Madama Butterfly, también de Puccini, con di Stefano como Pinkerton y Gavazzeni al frente de la Orquesta y Coro de la Ópera de Roma (EMI, 1954); el rossiniano Barbero de Sevilla en la versión de Vittorio Gui con Luigi Alva y Sesto Bruscantini como coprotagonistas (EMI, 1962); y Simón Boccanegra de Verdi con la batuta de Gabriele Santini, y Giuseppe Campora, Tito Gobbi y Boris Christoff como los otros cantantes estrellas (EMI, 1957).

    Aquí quedan recomendadas ocho grabaciones que atestiguan la grandeza de una cantante grandiosa, ocho títulos que plasman una forma de hacer y cantar ópera perdidas tal vez para siempre en la mediocridad que genera la mercadotecnia y las "prisas por llegar al estrellato" actuales. Pero escuchen ustedes, por favor, a de los Ángeles y a di Stefano en el duo de amor del I acto de Madama Butterfly, y seguro que sentirán como un chispazo les recorre todo el cuerpo y les sacude los sentidos: es la experiencia única de la emoción a flor de piel que la música más grande nos inocula para lograr hacernos sentir vivos, por fin completamente despiertos a lo mejor que ofrece la vida.]]>
    Monday,12 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El poeta José Luis Hidalgo antologado]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,137 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Me han llegado hoy por correo los primeros ejemplares de la antología poética de José Luis Hidalgo que he trabajado para la editorial malagueña Veramar, editorial que como curiosidad, ilustra las cubiertas de sus libros de poesía con una fotografía del poeta cuando era niño. No es ni mucho menos la primera vez que me ocupo de la obra de este poeta, siendo, por ejemplo, el editor de sus Poesía completas que editó la barcelonesa DVD en el año 2000.

    La historia de la poesía montañesa, desde los años de la posguerra española hasta mediada la década de los sesenta del siglo XX, es generosa en malogrados, es decir, en poetas que, debido a unas u otras circunstancias, no pudieron dar término a una obra que en sus inicios prometía abundancia de páginas y una nada desdeñable altura. La temprana muerte, como así ocurrió en los casos de Carlos Salomón y Miguel Ángel Argumosa, o la irrupción en la vida de los poetas de otras vocaciones con carácter sustantivo (la vocación religiosa y pictórica en Julio Maruri, la cinematográfica en Marcelo Arroita-Jauregui, o la de editor, galerista y novelista en Manuel Arce…), son algunas de las razones que explican el hecho cierto que en estas líneas apuntamos.

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    De entre todas aquellas aventuras poéticas truncadas surgidas después de la Guerra Civil española del 36, sin duda la que apuntaba con menos confusión rasgos llamativos de madurez y calidad fue la de José Luis Hidalgo, un poeta al que la muerte se llevó cuando contaba tan sólo con veintisiete años de edad y tres libros de poemas en su haber, el último de ellos, Los muertos, considerado hoy por buena parte de la crítica como uno de los más logrados de aquel periodo de la historia de la poesía en nuestro país.

    Como ya he escrito en otro lugar, lo natural es que la vida de un hombre no sea rica en acontecimientos reseñables durante sus primeros 27 años de vida. Sin embargo, la existencia de José Luis Hidalgo no se atiene del todo bien a dicha presunción. Nacido en Torres (Cantabria) en 1919, y muerto en el sanatorio madrileño de Chamartín de la Rosa a comienzos de 1947, las casi tres décadas que vivió el poeta le fueron suficientes para vivir en cuatro ciudades distintas: Torrelavega, Santander, Valencia y Madrid; participar en la Guerra Civil; concluir en Valencia estudios de Bellas Artes; colaborar con artículos y poemas en algunas de las revistas literarias españolas más importantes del momento; ilustrar con sus dibujos publicaciones de variada tipología; dejar inconclusa una novela; obtener una mención en la primera convocatoria del premio de poesía Adonais; exponer sus pinturas y dibujos en el Ateneo de Santander; ejercer como profesor de dibujo en diversas instituciones académicas; colaborar en la consolidación de dos de las revistas literarias más significativas de su tiempo, la valenciana Corcel y la santanderina Proel; cultivar la amistad de escritores, poetas y pintores relevantes en el panorama cultural y artístico español de aquel entonces (Gerardo Diego, Pancho Cossío, Vicente Aleixandre, Gutiérrez Solana, José María Cossío...), o la de algunos de los que estaban llamados a ser relevantes en cuestión de unos años: Bousoño, Blas de Otero, José María Valverde, José Hierro...; y, para poner el necesario punto final a esta ya prolija lista de hechos y actividades, también le dio tiempo a José Luis Hidalgo a publicar tres libros de versos que lo situaron como uno de los poetas jóvenes españoles más auténticos e interesantes surgidos en la posguerra, y uno de los que más y mejores cosas podían esperarse.

    Los tres libros de los que acabo de hacer mención unas líneas más arriba son Raíz (1944), que obtuvo mención honorífica en el Premio Adonais de 1943; Los animales (1945); y el último, Los muertos (1947), que apareció póstumo en la colección Adonais por cuestión tan sólo de unos pocos días.

    Mi antología propone un primer acercamiento a la poesía de Hidalgo, y en consecuencia, lo que ofrezco al lector es una selección realizada entre los poemas que el propio poeta consideró parte definitiva de su corpus poético, sin incluir muestras de los variopintos ensayos que el autor realizó entre los años 1935 y 1947, pero que, por motivos nunca explicados a fondo, no incluyó en sus libros.

    Decidido este primer criterio de selección, mi antología consta de medio centenar de poemas de Hidalgo atendiendo sólo a dos elementos de juicio, ambos estrictamente personales y, en consecuencia, tan susceptibles de encarnizada defensa como de abierta y lacerante crítica. Primero, mi propio gusto como lector de poesía y poeta. Segundo, la intención de darle al lector una buena oportunidad de acercarse con alguna precisión a los diversos temas y asuntos que más interesaron al Hidalgo poeta (los paisajes, Dios, la muerte, la naturaleza, el mar, la ciudad...), y hacerlo también a las distintas formas en las que éste planteaba y resolvía sus poemas.

    Los poemas recogidos, creo que son una expresiva muestra del evolutivo quehacer poético hidalguiano a lo largo de su breve existencia; o dicho de otra manera, una antología de las sendas de escritura por las que discurrió la obra de Hidalgo durante el periodo comprendido entre mediados los años treinta del siglo XX y el año de su muerte, 1947.

    En este sentido, el lector encontrará en estas páginas, sí, algunos ejemplos de los ensayos poéticos realizados en sus comienzos por Hidalgo y que él mismo seleccionó y publicó en Raíz; ensayos que incluyen piezas surrealistas con tintes neorrománticos, poemas de corte creacionista y sonetos confeccionados un poco “a la manera de Gerardo Diego”. También hallará los once poemas que integran el libro Los animales, libro que le fue dedicado a Gerardo Diego, y creo que como apuntó el autor de Manual de espumas en un comentario escrito al respecto, Los animales fue “uno de los libros más breves, pero también de los más intensos y originales de la joven poesía contemporánea”. Este pequeño “bestiario hidalguiano” sobresale a mi juicio por mantenerse ajeno a los tópicos, mostrando una singular riqueza de imágenes deudoras del superrealismo español de naturaleza aleixandrina, y también de algún modo del creacionismo apuntalado por Gerardo Diego.

    Finalmente, quien abra esta antología hallará algunos versos pertenecientes a Los muertos, sin ninguna duda, uno de los poemarios españoles más impresionantes escritos en aquel tiempo; un libro póstumo en el que en mi opinión Hidalgo supo plasmar con ruda austeridad y sinceridad conmovedora el saberse ya consciente memoria de su propio tiempo, de su propia vida y de su propia muerte.

    Como podrá comprobar quien consulte la abundante bibliografía existente en torno a Los muertos, se percatará con rapidez de que mucho se ha escrito sobre este libro imprescindible, sobre la relación que se deja entrever con la obra de autores como Unamuno, Kierkegaard o Rilke, sobre el intento baldío de Hidalgo de entablar un diálogo abierto con Dios, sobre el evidente carácter religioso de los poemas, o sobre si estamos ante el trabajo de un fervoroso creyente o ante el de un convencido descreído...

    Pero lo que he pretendido con esta antología sólo es, repito, propiciar un primer y fructífero acercamiento a la obra poética de un poeta que vivió en una de las etapas más duras y terribles de nuestra historia reciente, y que murió con sólo veintisiete, como uno más de los muchos malogrados que entonces fueron legión, dejándonos, eso sí, un buen puñado de poemas, algunos en mi opinión inolvidables.]]>
    Friday,9 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Tópicos en el Machado de Gibson]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,135 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Comienzo la lectura de la biografía de Antonio Machado escrita por el conocido hispanista irlandés Ian Gibson, y titulada, creo que con singular acierto, Ligero de equipaje (Aguilar, Madrid, 2006).

    Plasmación pletórica de la forma de ser de los españoles, de nuestro carácter un tanto cicatero, de lo poco que nos atrae ocuparnos con entusiasmo y dedicación plena el glosar por escrito y con gusto literario la vida de nuestros más destacados compatriotas..., es que haya tenido que ser Ian Gibson el encargado de escribir las biografías de algunos de los artistas españoles más fascinantes de nuestra contemporaneidad: Dalí, Lorca, y ahora Antonio Machado.

    Otra reflexión que me asalta en el mismo instante de escribir estas líneas es que, en contra de lo que algunos nos enseñaron hasta hace bien poco, este nuestro país, tan propenso, nos dicen, a lo cutre y garbancero, presenta a lo largo de su historia reciente, a poco que lo meditemos con cierto detenimiento, un nutrido elenco de personajes cuyas biografías, a priori, sólo cabría calificarlas como de fascinantes. Centrándonos únicamente en grandes escritores -por ejemplo en auténticos pesos pesados de nuestras letras-, qué biografías más atractivas surgirían del tratamiento cuidadosamente literario, exhaustivo y bien documentado (pero no académicamente universitario, por favor) de las vidas de personajes como Galdós, Unamuno, Valle Inclán, Juan Ramón Jiménez, Cernuda, etc...

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    Pero volvamos al inicio del artículo. Comienzo la lectura y me encuentro en la breve introducción las siguientes líneas, cito: “Sufrió (Machado) por la postración de la España en la cual le tocó nacer, y creyó que la llegada de la República –para la cual había trabajado- significaba, ¡por fin!, el nacimiento del gran país libre y culto soñado por su padre y su abuelo y por los prohombres de la Institución Libre de Enseñanza, entre quienes, después de su infancia sevillana, se había educado. Durante los cinco años del nuevo régimen luchó por la cultura, la democracia y el sentido común. Cuando se produjo la criminal sublevación de julio de 1936, no dudó en poner su pluma al servicio de la legitimidad”. Acaba la cita.

    Realmente se me hace difícil no admirar la enorme habilidad del autor para acumular mayor número de tópicos, de lugares comunes y de ideas y conceptos manoseados y trasnochados, en tan poco espacio. Ian Gibson nos deja caer en la introducción, como si tal cosa y sin ninguna matización que se me antoja pertinente, la viejísima idea de que la República del 31, por la que trabajó Antonio Machado, fue la que indudablemente iba a conducir a España a ser un país grande, libre y culto. Que ese nuevo régimen fue el de la democracia, la cultura y el sentido común. Y que todo ese magnífico, progresista y democrático proceso fue estrangulado sin compasión por la “criminal sublevación de julio de 1936”.

    Cada vez se me hace más evidente que una parte importantísima de la inteligencia progresista y de izquierdas española sufre de la misma dolencia de la que sufría Hitler, según señala su biógrafo Ian Kershaw: leía para refrendarse en sus propias opiniones, para darse a sí mismo la razón en el manejo de sus ideas preconcebidas.

    Parece que Ian Gibson no ha leído ninguna de las nuevas y rigurosas investigaciones que han ido publicándose a lo largo de los últimos años sobre diversos aspectos de la República española del 31. Parece que Gibson se empeña en seguir manejando conceptos sobre la historia de la España contemporánea, que en su día fueron elaborados (quizá hasta con sentido de oportunidad histórica) por la dogmática y politizada historiografía antifranquista y republicana. Y escribo esto porque si Ian Gibson hubiera leído algunos de los nuevos y contrastados trabajos sobre el tema, jamás hubiera descrito con tanta ingenuidad y simplismo al régimen surgido en el año 1931 como el de la democracia y el sentido común, pues hoy ya hay evidencias incontestables para poder aseverar que no lo fue ni de lejos de ninguna de las dos cosas: ni de una verdadera democracia (con la que estas conllevan de seguridades jurídicas implícitas), ni tampoco del sentido común.

    En dicho régimen, con todos los elementos positivos y magníficos que aportó sin ninguna duda, hoy está claro que hubo también mucho dogmatismo, mucho sectarismo, mucho revanchismo, mucha imposición de pensamiento único, mucho salvajismo descontrolado, mucha arbitrariedad, mucha ruptura de las normas básicas del juego democrático, etc, etc...

    Algunos parecen seguir empeñados en escribir la historia de nuestro país sin querer apearse del burro al que se subieron hace mucho tiempo, sin querer dar a torcer su brazo ideológico conformado por viejas ideas que no han puesto al día ni han desempolvado del todo, agarrados con fuerza a unas claves interpretativas de la Historia que aprehendieron a lo largo de su educación sentimental sometida a las consignas de una izquierda hoy a todas luces trasnochada y reaccionaria, difundiendo por doquier una idea de la España en conflicto maniquea y carente de la sutileza imprescindible.

    Y así, parece que muchos de nuestros intelectuales, como deja traslucir de algún modo el breve texto de Ian Gibson, aún siguen perseverando de forma injustificada en la siguiente falsa ecuación: República igual a gobierno de izquierdas e igual, por tanto, a democracia y a sentido común. Pero ¿sobre qué elementos de análisis histórico y de ciencia política establecen dicha fórmula?

    ¿Por qué estos intelectuales establecen una relación directa entre republicanismo, políticas de izquierdas, democracia y sentido común? ¿Por qué estos intelectuales no le preguntan su opinión sobre el particular, por ejemplo, a personas como Boadella o Arcadi Espada, o Gustavo Bueno, o Jon Juaristi, o Fernando Savater, o Gotzone Mora, o Alejo Vidal-Quadras, o tantos y tantos otros ciudadanos españoles anónimos que están sufriendo día tras día la inquina reaccionaria y antidemocrática de grupos políticos que en la España actual se autodefinen como republicanos y de izquierdas, y que agreden, injurian, impiden el debate democrático y la confrontación de ideas, y sólo admiten la imposición por la fuerza de sus tesis y de sus planteamientos. ¿Son demócratas los integrantes y dirigentes de estos partidos políticos, aplican el sentido común a sus políticas cuando acceden al poder estos republicanos de izquierdas? ¿Buscan un país más grande, libre y culto?

    No quiero ser injusto, y desconozco a estas alturas de la lectura si el camino que apunta Ian Gibson en su introducción se mantendrá así durante las centenares de páginas que conforman este, sin duda, importante y atractivo libro. Quizá no, pero las fórmulas periclitadas empleadas en la introducción no me hacen ser muy optimista.]]>
    Thursday,8 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Fulco di Verdura: Memoria de un mundo extinguido]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,132 Para mis amigos Nicanor Gómez Villegas y José María Lassalle, que comprenderán.


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    Juan Antonio Gonzlez Fuentes

    Recorro las estanterías de la librería sin buscar ningún libro en concreto. Casi siempre visito las librerías con la intención de hacerme con uno o varios títulos muy concretos, pero a veces, en ocasiones memorables, no sucede así, y es el libro el que desde su lugar me llama, me susurra promesas, y sin saber nada de él, o apenas nada, decido adoptarlo y llevármelo a casa.

    Continúo andando entre las mesas y los armarios abarrotados de volúmenes. Repito el mismo recorrido varias veces, ando y desando lo andado, repaso los lomos y las cubiertas esperando esa llamada gozosa que casi nunca se produce. Pero de repente ocurre lo esperado y siento la llamada en mi interior. En la sección de biografías y memorias, una sección que con el paso del tiempo cada vez me va interesando mas, descubro el libro de forma casi casual. En principio nada de él me llama mucho la atención. Sólo he visto su lomo blanco en el que leo su nombre: Una infancia siciliana. Lo saco de su lugar y contemplo la cubierta, en la que leo, además del título, su subtítulo: Los felices días del verano, el nombre del autor, Fulco di Verdura, y la editorial, Partépone (Madrid, 2005).

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    La cubierta del libro presenta un fragmento de un cuadro con una escena que he visto en películas de Bertolucci o de Visconti: un gran pasillo que conduce a un jardín que se adivina espléndido, exhuberante y en el que habita un calor sólido y veraniego. El pasillo tiene en sus paredes puertas que prometen habitaciones enormes, frescas, poco iluminadas y decoradas con frescos, cuadros y objetos de un mundo hoy completamente extinto.

    En la solapa puedo ver la foto del autor y las breves pinceladas biográficas al uso que nos cuentan dos o tres cosas acerca de él. Pues bien, es entonces cuando sé que irremediablemente voy a comprar el libro y saboreo ya, en la propia librería, los momentos de gozo que sé voy a experimentar.

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    Duque Fulco di Verdura

    El hombre que aparece retratado en la foto, el autor del libro, se llama Fulco Santostefano della Cerda. Su imagen también la he visto en muchas películas, tiene un cierto aire al Al Pacino de El Padrino, o a esos poetas de provincias italianos de entreguerras, o a un personaje secundario de una película neorrealista de Visconti.

    Pero Fulco Santostefano della Cerda, más conocido como Fulco di Verdura, es un duque siciliano nacido en 1899 y que murió en Londres en 1978. Cuando su padre desapareció en 1922, se convirtió en duque de Verdura y viajó a París donde conoció a Coco Chanel, para quien trabajó diseñando, marchando luego a los EE.UU, donde se convirtió en uno de los más importantes diseñadores de joyas del siglo XX, joyas que, por ejemplo, las grandes estrellas del Hollywood de la época dorada lucieron en muchas de sus películas, recordemos, sin ir más lejos, las que llevaba Katherine Hepburn en Historias de Filadelfia del gran George Cukor.

    Al final de sus días, el duque Fulco Santostefano sintió la necesidad de recordar su infancia en Palermo, ese tiempo en el que como él mismo escribe: “no pensaba jamás en el porvenir y era perfectamente feliz”. Y de esa necesidad surgió este libro que ahora recomiendo, que me llamó poderosamente la atención en la librería y que he devorado con sumo placer en apenas dos o tres ratos de lectura gozosa.

    El libro está escrito con una sensibilidad exquisita, y traducido, yo creo que de manera prodigiosa, por Txaro Santoro. Las páginas recogen, claro, los recuerdos de infancia del niño aristócrata en la Sicilia de antes de la I Guerra Mundial, y presentan un mundo sensual, lleno de olores y sabores ya desaparecidos, un mundo que transcurre en palacios urbanos inabarcables, y en casas de campo en donde nadie sabe con exactitud el número de habitaciones existentes. Se nos describen jardines prodigiosos, habitaciones inmensas llenas de frescos, de pinturas mitológicas, de objetos increíbles, de libros antiquísimos, de escaleras de mármol que conducen a salones fantasmales... El duque Fusco nos presenta a su excéntrica familia, a los innumerables criados, a las decenas de animales domésticos y salvajes que poblaron sus sueños de infancia, a amigos, a profesores e institutrices... Y a través del relato de un buen número de anécdotas nos describe una forma de vida (injusta para el resto de la sociedad, claro) que desapareció tras la primera guerra mundial, una forma de vida aristocrática, hedonista, despreocupada, llena de objetos y elementos bellísimos, endogámica hasta la sinrazón, frívola.... Una vida que queda reflejada visualmente a la perfección en esa prodigiosa secuencia final de El Gatopardo de Visconti, donde todo tiene un aire de descomposición inevitable en un ambiente de lujo y refinamiento extremo, enraizado en la fuerza y la ley de la casta y la familia.

    En definitiva, un libro bellísimo sobre un mundo que parece haberse extinguido hace siglos y del que, sin embargo, apenas nos separan dos, tres generaciones. ]]>
    Wednesday,7 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Polémicas ínsulas extrañas y poéticas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,128 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Rodeada de polémica y críticas, como toda antología poética con posibilidades de futuro y ventas, apareció en las librerías españolas, hace ya unos cuantos años, el título Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barcelona, 2002). La selección de los poetas y de los poemas, así como el prólogo a manera de justificación, corren en ella a cargo de cuatro reconocidos poetas, dos españoles (Andrés Sánchez Robayna y el ya fallecido José Ángel Valente) y dos hispanoamericanos, la peruana Blanca Varela y el uruguayo Eduardo Milán.

    Como ellos mismos explican al comienzo del libro, la inspiración de esta antología, al menos en muy buena medida, se la deben a otra aparecida en Méjico en 1941, titulada Laurel. Antología de la poesía moderna en lengua española, y cuyos antológos fueron los mejicanos Octavio Paz y Javier Villaurrutia, y los españoles Juan Gil-Albert y Emilio Prados.

    Las dos antologías pretenden, como señaló en 1941 Octavio Paz, “mostrar la unidad y la continuidad de la poesía en nuestra lengua”. Así, Las ínsulas..., ofrece al lector una selección de la poesía escrita en español en toda Hispanoamerica y España a lo largo del último medio siglo, partiendo de Juan Ramón Jiménez (España, 1881-1958) y llegando hasta Jorge Esquinca (Méjico, 1957).

    Las críticas en España se desataron por la ausencia en este voluminoso tomo (casi mil páginas) de poetas que ya forman parte de lo que podríamos llamar “canón poético español del siglo pasado”. Entre los “consagrados históricos” faltan Hierro, Bousoño, Celaya, Ángel González o Gloria Fuertes, y entre las generaciones más cercanas están ausentes todos los novísimos (salvo Gimferrer) y los postnovísimos, así como los poetas que en España están o han estado adscritos a la llamada “poesía de la experiencia”.

    Estas ausencias, más alguna que otra presencia (José-Miguel Ullán, sobre todo) lograron que distintos poetas de entre los ausentes (Bousoño o Villena) fueran rápido a por su pluma para destrozar la antología utilizando fundamentalmente el argumento de su parcialidad, de su carácter de antología “de escuela”.

    Y tienen toda la razón. Cualquier lector atento a lo que es la poesía española (lo de los hispanoamericanos, claro, parece que importa mucho menos) del siglo XX sabe al leer los nombres que aparecen en el índice de Las ínsulas..., que los antólogos españoles (Robayna y Valente) han desechado a los poetas realistas y de la experiencia, apostando con decisión por la llamada escuela metafísica o del conocimiento. Además, no han incluido a los poetas que no les gustan o hacia los que hubo o hay una no disimulada inquina (léase, por ejemplo Valente versus Hierro).

    Todo esto es verdad, y sería gravísimo y de una ausencia de honradez intelectual escandalosa, si la pretensión de los antólogos hubiese sido la de confeccionar “la antología” de poesía en español del último medio siglo dejando al margen a Hierro o a Celaya, a Villena o a Ángel González. Pero es que, según se desprende de la lectura del prólogo, los antólogos han realizado sólo “una antología más”, su antología, y en consecuencia, su interpretación de la realidad poética trabajada. Esta es la razón por la que no entiendo ni las protestas, ni las críticas que señalan lo obvio: la parcialidad de esta antología.

    Toda antología es parcial, responde a unos criterios y ofrece una interpretación personal del que selecciona, y esa interpretación, obviamente, nunca es inocente. Uno de los que mejor conoce estos condicionantes es Luis Antonio Villena, uno de los críticos más duros que ha tenido esta antología, y a quien a lo largo de los últimos años debemos varias antologías cuya “imparcialidad” brilla por su completa ausencia, pues su abierta vocación fue la de defender, ensalzar y canonizar una tendencia poética concreta, la del realismo. Por eso tendría que ser él uno de los que mejor entendiese la aparición de esta antología reivindicadora de la otra tendencia (la no realista), y ver el proceso como consecuencia de una lógica en la que cada cual busca la propia canonización, la propia y la de los próximo.

    Esta lógica es perversa y repugnante, pero no puedes participar en ella y quejarte de que los demás también lo hagan. Ahora bien, creo que mi amigo Luis Antonio tiene toda la razón en una de sus percepciones críticas: todo esto huele a viejo, a rancio y yermo. Pero ¿para qué contribuir entonces a esparcer y engordar estas polémicas polvorientas, el olor a viejo y cerrado? Me parece que hay mucha capacidad para ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

    Tanto revuelo, tanto artículo indignado, viene a confirmarme una intuición: estas Ínsulas extrañas (prestigiosa editorial, tirada importante, mercado americano, etc...) han hecho bastante daño en las filas de la hasta ahora dominante tendencia realista. La vieja guerra poética entre conocimiento y comunicación no ha terminado. Los gritos que producen las heridas así parecen confirmarlo.]]>
    Tuesday,6 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Canciones de Hahn, delicias paraproustianos]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,126
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    Juan Antonio González Fuentes

    Hoy quiero recomendarles a todos los posibles lectores de esta página un disco cuyo contenido admirable es música proustiana, decadente, melancólica, elegante, cargada de spleen baudeleriano y bellísima. Se trata de un trabajo que editó el sello Hyperion en el año 2000, y que ofrece canciones del compositor venezolano-francés Reynaldo Hanh, interpretadas por el tenor Martyn Hill y el pianista Graham Johnson.

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    A mí el disco me lo recomendó un viejo amigo sociólogo y melómano, aunque no sé si por este orden. Me dejó la propuesta un tanto extrañado, dado que mi amigo es más amigo del jazz norteamericano de los cuarenta y de la música sesentera en general, que afín a las decadencias parisinas del art noveau sentimental. Sin embargo, he de decir que acertó de pleno, y que este disco sólo puedo calificarlo como delicioso, sí, esa es la palabra que mejor lo define, delicioso.

    Reynaldo Hahn (Caracas, 1875-París, 1947) fue compositor, pianista, cantante, director de orquesta y crítico musical del periódico Le Figaro. Miembro de una familia numerosa, toda su carrera se desarrolló fundamentalmente en Europa, a donde llegó siendo un niño muy pequeño. Estudió en el Conservatorio de Música de París, teniendo como profesor de composición a Jules Massenet, de piano a Decombes y de armonía a Dubois.

    Fue un compositor e intérprete talentoso, de apariencia frívola y muy proclive a frecuentar los salones del París más elegante, donde se hizo gran amigo de Sarah Bernhardt, Cocteau, Diaghilev o Marcel Proust, quien se inspiró en su músico compositor para crear el personaje del músico Vinteuil de En busca del tiempo perdido.

    Pero bajo esa apariencia ya resaltada, siempre se encontró también un músico muy serio, enamorado de la música de Mozart (del que llegó a dirigir Don Giovanni en Salzburgo), y con una obra prolífica, en la que pueden encontrarse, por ejemplo, óperas (La isla del ensueño, 1898; La Carmelite, 1902; Le Marchand de Venise, 1935), ballets (Le Dieu Bleu, 1912, escrito para Diaghilev, con escenografía de Cocteau y Madrazo), operetas (Ciboulette, 1923, un verdadero acontecimiento en su época), oratorios (Prometeo triunfante, 1908), y ciclos de canciones, destacando sobre todo sus Chansons grises sobre poemas de Paul Verlaine (1892).

    Una vez terminada la II Guerra Mundial, conflicto que él pasó refugiado en el sur de Francia y en el Principado de Mónaco, fue nombrado en 1945 director de la ópera de París, puesto de significada relevancia en la vida musical francesa y europea, y que desempeñó hasta su muerte en 1947.

    El disco que recomiendo incluye las ya mencionadas Chansons grises de 1892, pero también otras canciones con poemas de algunos de los poetas franceses preferidos de Hahn: Henri de Régnier, Théophile de Viau, Leconte de Lisle, Théodore de Banville, Théophile Gautier, Victor Hugo. Son canciones de una belleza morbosa, cargadas de un erotismo sugerido y delicado, canciones de salón que invitan a escucharlas en tardes luminosas mientras se pasea por un jardín civilizado pero abandonado al tiempo, o en una tarde lluviosa de principios del invierno, tumbado sobre unos cojines y con el cuerpo y la mente metidos en melancolías tristes aunque deliciosas.

    Canciones de Reynaldo Hahn, un disco de rarezas que no deberían pasar desapercibidas para el melómano atento a las exquisiteces poco conocidas, y menos aún, claro, a los proustianos irredentos, pues estas canciones son una especie de búsqueda del tiempo perdido encerrada en pequeños y delicados cofres de sonidos y armonías. Una escucha gozosa.]]>
    Monday,5 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Sándor Márai, un novelista]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,124 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Poco antes de que diera comienzo la primavera del año 2000, una conversación con el escritor Enrique Álvarez me anunciaba la presencia en las librerías de El último encuentro, una novela del entonces en España desconocido escritor húngaro Sándor Márai, nacido en Kassa en el año 1900 y suicidado en San Diego, California, en 1989.

    Enrique Álvarez es uno de los mejores lectores y críticos de narrativa que tengo cerca, y sus recomendaciones son seguidas a ciegas, y hasta ahora sin ninguna queja, por lectores de calidad. Sus opiniones con respecto a las novelas tenían ya para mí entonces todo el crédito posible, pues a él debía el disfrute inolvidable de títulos de escritores como Stefan Zweig o Dino Buzzati. Así que sin pensarlo dos veces compré y leí la novela de Márai. El resultado fue incluso más abrumador del esperado, tanto, que desde entonces me he convertido en un fiel seguidor de la obra del húngaro y he leído todo lo que hasta la fecha se ha publicado en nuestro país con su nombre. Hecho que no debe ser en absoluto extraordinario, dado que si la obra de Márai no hubiera logrado una cantidad de lectores aceptable en español, dudo mucho que la editorial hubiese decidido seguir lanzando al mercado un título nuevo del húngaro cada año desde 1999, logrando así que las obras de Márai publicadas en español sean hasta la fecha las siguientes: La herencia de Eszter, Divorcio en Buda, La amante de Bolzano, La mujer justa, y dos volúmenes de memorias: Confesiones de un burgués y la muy reciente Tierra, tierra, sobre los que hablaré en breve en estas mismas páginas.

    Sándor Márai es un magnífico ejemplo de lo que supuso para la literatura centroeuropea de entreguerras, la llegada al poder de los tiránicos regímenes comunistas una vez terminada la Segunda Guerra Mundial,. y establecido el reparto de Europa entre los dos grandes bloques económicos e ideológicos resultantes del conflicto. Buena parte de la mejor literatura de países como Checoslovaquia, Hungría o Rumanía, fue prohibida por las nuevas autoridades al considerarla poco conveniente para la implantación y desarrollo de sus propósitos éticos y estéticos.

    La obra de Márai fue prohibida en Hungría a raíz de la marcha de éste a los EE.UU en 1948, y en lógica consecuencia, las novelas del que hasta entonces había sido considerado como uno de los más grandes narradores centroeuropeos del siglo, cayeron en un profundo olvido. Olvido del que tras casi medio siglo de silencio sólo pudieron ser rescatadas gracias al propio final de las dictaduras comunistas europeas, y por el lento pero intenso redescubrimiento dado tanto en su país e idioma de origen, como en Italia gracias a la exitosa traducción al idioma de Leopardi de El último encuentro, título que ya hemos dicho alcanzó luego prestigioso éxito en otros países e idiomas.

    “¡Por fin se ha ido! Un momento , voy a empolvarme la nariz. ¿Se nota que he llorado? Sé que es una tontería, pero ya ves, los seres humanos podemos llegar a ser muy tontos. Aún se me sobresalta el corazón cuando lo veo. ¿Que si puedo decirte quién era? Claro que sí, querida, no es ningún secreto. Ese hombre fue mi marido”.

    Así termina la primera página de La mujer justa. Un cierto tono de manido melodrama impregna el estilo y quizá la estructura de las novelas de Márai; un trazo decimonónico, civilizado, burgués, artesano, consabido, recorre su prosa. Pero el resultado final siempre termina por sobrecoger, por introducir al lector en el mismo interior de unas vidas que conmueven hasta la dureza porque de alguna manera son nuestro yo, son una radiografía precisa, conmovedora y radicalmente lúcida de aquellos anhelos, sueños, felicidades, miedos, tragedias y decepciones que conforman el espíritu o el alma europea de un tiempo que siendo historia aún late de alguna forma en todos nosotros.]]>
    Friday,2 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Tiempo de valientes, película de Damián Szifrón]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,122 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    El pasado domingo hizo en Santander un día para ir a la playa, donde estuve buena parte de la tarde del sábado “cogiendo” color. Pero no sé muy bien por qué razón decidí ir a la casita que tiene mi familia en la Villa del Arzobispo, léase Comillas, precioso pueblo de la costa occidental de Cantabria donde el modernismo catalán dejó llamativas pruebas de su buen hacer arquitectónico y decorativo.

    Así que nos encaminamos hacia el pueblo, llegamos a la casa y nos instalamos en el jardín. Saqué la mecedora y la mesa de madera, hice café, regué la flores y los arbolitos, puse un cd con dos conciertos para piano de Mozart, ella se colocó cara al sol con una camiseta de tirantes que me encanta y yo me senté a leer Tierra, Tierra de Sándor Marái, libro magnífico y del que ya nos ocuparemos en este rincón.

    Pero Comillas tiene una peculiaridad especial, y es que su cielo tiene como huésped casi permanente una nube que no deja de ser molesta cuando uno pretende sentir sobre su piel las benéficas caricias del sol. A eso de las seis el airecillo fresco del mar comenzó a hacer mella en nuestro ánimo y decidimos levantar el campamento.

    ¿Y qué hacer un domingo por la tarde de finales de mayo cuando se está fuera de casa? Se me ocurren varias opciones, pero nos decidimos por una de las obvias: ir al cine. Nos encaminamos decididos a una de las grandes superficies de las afueras de Santander, la que para mí ofrece una gran ventaja: mientras esperas el momento de acceder a la sala, puedes hacer tiempo curioseando por la surtida librería y las generosas secciones de dvds y cds.

    La cuestión es que cuando nos paramos ante las taquillas para decidir qué íbamos a ver, la oferta de las catorce salas no era muy apetecible, como suele ser habitual. Casi todas las salas exhibían copias o de El Código Da Vinci, o de X Men III parte o de Misión Imposible parte ¿? Sin embargo, se hizo la luz de repente. En una de las salas más pequeñas proyectaban Tiempo de valientes, película del joven guionista y director argentino Damián Szifrón (La Matanza, Gran Buenos Aires, 1975). Había leído y oído que este segundo largometraje de Szifrón (el primero es del año 2003, El fondo del mar), era de lo mejor que se pasa en la actualidad en nuestros cines, y no lo dudamos un minuto.

    Mereció la pena, mereció muy mucho la pena. Tiempo de valientes es una narración sólida, fresca, sin amaneramientos y muy bien contada, con un guión encomiable, con unos actores espléndidos (Diego Peretti y Luis Luque son los protagonistas), y con una sabia, sugerente y efectiva mezcla de géneros.

    La acción nos sitúa en la actual ciudad de Buenos Aires, donde un policía de la ciudad pasa por un mal momento personal, y el Departamento le consigue un psicólogo para que lo acompañe durante unas cuantas jornadas y le devuelva el ánimo y sus ganas de trabajar. A estos sencillos ingredientes, Szifrón, director de su propio guión, le va sumando distintas situaciones, tramas secundarias, personajes variopintos, etc..., que hacen avanzar al espectador por una historia en la que los dos personajes principales, policía y psicólogo, dos extraños al comienzo, se acaban transformando en verdaderos amigos y cambian sus ideas, sus perspectivas sobre las relaciones humanas y el sentido último de sus modestas y corrientes vidas.

    Película policiaca a la antigua usanza, con visitas incluidas a los barrios bajos y a tugurios infectos. Comedia costumbrista con el adulterio y las relaciones con las mujeres como elemento aglutinador. Película de acción con disparos, peleas, helicópteros sobrevolando Buenos Aires... La extinta dictadura argentina y sus remedos de corrupción política y policial también están presentes en la historia, así como una enrevesado asunto de tráfico internacional de materiales para uso bélico. Incluso algunas secuencias están planificadas e inspiradas en clásicos del mejor western, como el final de Río Bravo o El Dorado del gran Howard Hawks.

    ¿Una obra maestra? ¿Una película de visión obligada? No, nada más, y nada menos, una buena película hecha con talento a raudales y la suma de unos elementos que funcionan de principio a fin. Una película honesta, divertida, chispeante, cruda y sobre todo muy entretenida.

    Entre los X men, las misiones imposibles y los códigos del demonio, no hay lugar posible a la duda: tirad por la directa y dadle vuestra confianza a Szifrón y a su Tiempo de valientes. Os aseguro que en ningún caso perderéis el tiempo, y además seréis unos valientes. ]]>
    Thursday,1 jun 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Rocío Jurado y la increíble España de Merimée]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,120 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace ya unos años vi en un periódico local una viñeta que me hizo mucha gracia y me pareció muy interesante, pues captaba en esencia una realidad que entonces se vivía en España y que pasados los años creo que se ha acentuado aún más. No podría asegurarlo con rotundidad, pero creo que el autor de la misma era el Perich, un dibujante de inteligencia rabiosa y melancólica. Se veía en el dibujo a dos personajes que caminaban bajo la marquesina de un cine, y uno le decía al otro: “tantos años esperando que desapareciera la censura para esto”. La película que se anunciaba en el cine como estreno llevaba por título: “Indiana Jones contra el Pato Donald”.

    Esta elocuente viñeta y su hondo significado me han venido estos días a la mente cuando todos los telediarios nacionales, un día sí y otro también, han hecho un hueco en su tiempo para ofrecer con todo lujo de detalles y generosidad de espacio la última crónica sobre el estado de salud de la tonadillera Rocío Jurado. Mi perplejidad aumentó cuando el pasado lunes día 29 varios telediarios dedicaron también parte de su tiempo a contarnos cómo en el pueblo de la tonadillera, Chipiona, en Cádiz, decenas de personas llevaban semanas reuniéndose en la iglesia del lugar para rezar por la recuperación de la cantante o, en el peor de los casos, por su alma llegado el fatídico momento. Ciertamente estoy estupefacto. Y me sorprendo a mí mismo diciendo en voz alta: “tanto tiempo esperando la consolidación de la democracia y la integración en la Unión Europea para esto, para comprobar una vez más que la España y los españoles de caricatura cutre y decimonónica no sólo no han pasado a mejor vida, sino que parecen afianzados como nunca en la más precisa realidad nacional, y encima generando alrededor lucrativos negocios explotando el esperpento”.

    Si uno se detiene un segundo a pensarlo no puede dar crédito. Si hace 25 años, en 1981, alguien me hubiese asegurado que en una España próspera y desarrollada, sólidamente integrada en la Unión Europea y con un bagaje de normalidad democrática de casi tres décadas, se iban a dedicar horas y horas de programación televisiva en horario de máxima audiencia a la enfermedad de Rocío Jurado, y se iban a vender centenares de miles de revistas sobre el mismo asunto, con toda la ingenuidad de la que soy capaz debo asegurar que no lo hubiera creído.

    Pero sí, hoy buena parte de la sociedad española está pendiente de la salud de Rocío Jurado. Y si a un extranjero tuviera que explicarle quién es la persona que concita tanto interés, tantas lágrimas, tanto espacio televisívo, tanto papel del colorín, rosarios y novenas en la iglesias…, tendría que decirle que es una cantante de las de bata de cola casada con un torero, madre de una hija habida en un anterior matrimonio con un boxeador, y que esta hija de profesión mis lucrativas labores se casó con un guardia civil del que al poco se separó, y que tiene dos hermanastros hispanoamericanos con nombres extraídos con toda seguridad de un culebrón venezolano.

    Lo cierto y quizá más acongojante es que probablemente el extranjero se quedase tan tranquilo, y encajase la descripción con toda normalidad en la idea general de España que, al parecer, aún se tiene mayoritariamente por esos mundos de Dios, es decir: toros, toreros, batas de cola y guardias civiles con tricornio.

    Claro que si quien echase un vistazo a las revistas del corazón o encendiese un momento la televisión a determinadas horas del día fuese un resucitado general Franco (qué historias de terror se me ocurren!), sin duda no caería en la cuenta de que lleva más de treinta años pudriéndose en el Valle de los Caídos, y pensaría sencillamente que acababa de levantarse de un siesta un poco más larga de lo normal. Digo esto porque Franco se toparía en ambos medios con los mismos personajes que hace décadas pululaban ya por la que muchos calificábamos con pena, vergüenza y un aire de inferioridad heredada, como España de pandereta, periférica, absurda, racial, frívola y no europea. En televisión y en las revistas siguen ocupando su espacio Marujita Díaz, Rocío Durcal, Sara Montiel, Carmen Sevilla, Jaime Peñafiel, el Dúo Dinámico, Marisol, Joselito, Carmen Martínez-Bordiu, Raphael, Karina, Massiel, Julio Iglesias, los Ordóñez, los Bosé, etc, etc..., más un número ingente de tonadilleras, futbolistas y toreros de hornada nueva que, al parecer, concitan el interés general de la audiencia española.

    Qué resistencia, qué vitalidad más asombrosa, indomable y corajuda la de la España de Merimée. Y qué perplejidad inabarcable la mía.]]>
    Wednesday,31 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El trino del diablo, los cuentos de Enrique Álvarez]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,117 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Aseguran los expertos que, en términos generales, en España, sólo leen y compran poesía los poetas, por lo que su mercado editorial es francamente minúsculo, a pesar de que dicen que por aquí surgen poetas hasta de debajo de las piedras.

    Sin embargo, a mí me parece que en España hay todavía un escalón mucho más minoritario que el de la poesía, y es el de los cuentos y cuentistas. También los expertos, (desconozco si los mismos de antes), confirman que en nuestro país sólo leen los cuentos los escritores de cuentos, vamos, los cuentistas, especie en muy serio peligro de extinción, y que puedo asegurar abundan menos que los poetas.

    No voy a tratar de ofrecer aquí algunas razones que pudieran explicar el fenómeno que, a simple vista, es de muy difícil explicación, o de explicación cuando menos paradójica. En una sociedad formada mayoritariamente por personas que no tienen el hábito de la lectura, que compran pocos libros, etc…, sería en principio más entendible que los libros de cuentos fueran los más frecuentados por los lectores poco habituales, ya saben, hoy un cuento, la semana que viene otro, el mes que viene otro… Pero no, mamotretos inacabables como los escritos por los reincidentes autores de best-sellers son los más adquiridos y frecuentados por los más infrecuentes lectores.

    Pero yo estoy hoy aquí para hablarles de un libro, de un libro de cuentos, claro. Su autor es el leonés Enrique Álvarez (1954), un escritor muy peculiar, un personaje él mismo de novela decimonónica, compleja, alucinante y asombrosa. Enrique Álvarez es un escritor de los de antes, es decir, con la ambición suprema de escribir novelas de tesis, novelas en las que el mundo, el universo entero quede encerrado en sus páginas de alguna manera. Lo ha intentado con distinta suerte a lo largo de los años, por ejemplo con el novelón El rostro oculto.

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    Enrique Álvarez: El trino del diablo (menoscuarto, 2006)

    Enrique Álvarez es un escritor católico, apostólico y romano, y encima lo dice, comenta y explica. Julien Green y Graham Greene son sus hermanos en intenciones. Enrique Álvarez es autor de una obra poco conocida, ninguneada por las grandes editoriales y olvidada por los comentaristas literarios del país, y nunca mejor dicho.

    Físicamente es un remedo poco tonificado del célebre capitán Ahab de Melville: alto, delgado, cargado algo de espaldas, con medio barba cultivada, gafas funcionariales y el poco pelo levantisco, nunca sereno, propio de una anarquista de novela rusa de mediados del XIX. Se le ve andar por las calles de la ciudad siempre a una velocidad de vértigo, encorbado un poco hacia las baldosas, con una zancaja larga pero así como tímida y un tanto desmayada. En invierno se le puede ver envuelto en abrigos antiquísimos, y en verano sus camisas son inabordables. Y para colmo es un devoto de Bach, del Wagner de Los maestros cantores y lo que sin duda es más temible, de las grandes sinfonías de Bruckner.

    Cual Sísifo in able siempre está empezando una nueva novela laberíntica, compleja, llena de música, vidas provincianas, culpas, deseos procelosos, miedos, acciones que desembocan en el peso abrumador de una losa en la conciencia. Lleva en estos momentos cerca de tres lustros empezando una nueva novela; novela que después de meses de trabajo lo deja abandonado en el proceso agónico de su autoexigencia.

    Muy recientemente ha publicado El trino del diablo (Menoscuarto, 2006), un libro estupendo de cuentos. En él, Juan Pedro Aparicio ha trabajado una antología de los mejores cuentos publicados por Enrique Álvarez, y ha cosechado en toda regla un triunfo absolutamente recomendable para todos los lectores. Son 19 cuentos en los que se escucha respirar a Kafka entre los escritores, y a Chabrol y a Hitchcock entre los narradores del celuloide. Hay en los cuentos misterio, espanto, la atmósfera inquietante que se esconde en lo cotidiano, algo de absurdo..., y mucho de literatura auténtica. Como escribe en su prólogo Juan Pedro Aparicio, estamos en casi todos los cuentos ante un prodigio de narración, en el que el tiempo, la atmósfera, la intriga, los caracteres, revelan una sensibilidad y un talento de escritor muy poco frecuentes.

    Estoy completamente de acuerdo. Háganme caso y acepten el reto que les propongo. Lean los cuentos de Enrique Álvarez y comprobarán que estamos ante un talento poco frecuente, ante esfuerzos de literatura auténticos y verdaderos, ante una urgencia por hacer literatura, en el mejor sentido de la palabra, que es hoy muy, muy difícil de encontrar. ]]>
    Tuesday,30 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Boris Izaguirre, Almodóvar y la falta de ideas]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,116 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    De todos es sabido en este país llamado España, que Boris Izaguirre es un showman televisivo venezolano que allá en su patria se ganaba la vida escribiendo “culebrones”. No sé muy bien por qué, quizá poseedor de ciertas dotes de “pitoniso” vislumbró que en la Venezuela del dictador Hugo Chávez no tendría mucho futuro, apareció por España hace ya algunos años y aquí se ha convertido, gracias a sus apariciones en televisión, en un tipo muy popular e, imagino, también muy rico.

    Boris Izaguirre exhibió su ingenio hasta hace bien poco en un exitoso programa televisivo que barría las audiencias nocturnas españolas. En dicho programa Boris enseñaba un día sí y otro también sus variados modelos de calzoncillos; ejercía de gurú alocado de una sofisticación intelectual y mundana que se sacaba con talento indudable de sus propias mangas; y ofrecía semanalmente una puesta en escena trasnochada y llamativa del ser gay, un concepto de la homosexualidad que mi amigo el escritor Álvaro Pombo definió no hace mucho en una conferencia pública como indigna.

    Pues bien, el señor Boris Izaguirre se ha significado recientemente con unas declaraciones en una tertulia radiofónica en las que más o menos aseveraba que en su opinión los terroristas de ETA son a día de hoy más demócratas que los integrantes del actual principal partido de la oposición, es decir, el Partido Popular.

    Creo que la semana pasada, poco antes de partir hacia Cannes para presentar a concurso su estupenda película Volver, el director y escritor Pedro Almodóvar recibía la noticia de que acababa de ser galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Almodóvar no cabía en sí de gozo, y se mostraba en sus declaraciones muy honrado con un galardón que reconoce toda su admirable trayectoria artística y que lleva el título del heredero de la Monarquía Española.

    Este agradecido Almodóvar, no sé si era el mismo que poco después de los terribles sucesos del 11-M, aseguraba en una multitudinaria rueda de prensa que el gobierno español del Partido Popular había estado a punto de “dar un golpe de Estado”, declaraciones de las que, si no estoy mal informado, jamás se ha retractado ni disculpado, ni en público ni en privado. Tampoco sé si es el mismo Almodóvar que durante la Guerra de Irak aprovechaba cualquier foro a su disposición para manifestar libremente su opinión contraria a la intervención armada, pero que cuando iba, por ejemplo, a la entrega de los Oscar en Hollywood (qué mejor plataforma pública que aquella para manifestar su opinión), callaba, recogía su premio y agradecía a todos los que quisieran escucharle lo bien que la industria americana se porta con él.

    El pasado día 24 un grupo de actrices españolas entregaba a los diputados del Congreso español una rosa blanca para alentarlos a apoyar el proceso de negociación con los terroristas de ETA propiciada por el gobierno de Zapatero. Jamás, que se sepa, se ha visto a ninguna de esas actrices entregando una flor a cualquiera, por ejemplo, de las centenares de viudas o madres de militares, guardias civiles, policías, y políticos socialistas o populares asesinados por los criminales etarras. Tampoco se acercaron a darle una flor a la niña Irene Villa, a la que los terroristas arrancaron de cuajo las piernas.

    El pensador británico liberal Isaiah Berlin publicó un libro de lectura casi obligada, El poder de las ideas. Lo que no recuerdo a la hora de escribir estas líneas, es si en alguna de las páginas de su trabajo, Berlin le dedicada algunos párrafos al arrasador poder de la carencia de ideas (la forma negativa del poder de las ideas, claro). Si Berlin hubiera vivido en España estas últimas semanas, seguro que se le habría ocurrido la idea, valga la ocurrente redundancia.]]>
    Monday,29 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Mi última mañana con José Hierro]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,114 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Fue una mañana extraordinariamente lluviosa la que se vivió en Santander el sábado 2 de marzo del año 2002. El día había amanecido encapotado de nubes sucias, tristes y pesadas, y lo cierto es que muy pocas cosas invitaban a salir de casa. Sin embargo yo disponía de una poderosa y feliz razón para lanzarme a la calle sin necesidad de pensarlo dos veces: iba a visitar en su domicilio santanderino, junto al recién reconstruido hotel Bahía, al poeta José Hierro.

    La tarde anterior se habían presentado al público, en la sede de la Fundación Marcelino Botín de la santanderina calle Pedrueca, los dos volúmenes que conforman Espacio Hierro. Medio siglo de creación poética de José Hierro, trabajo en el que el poeta Lorenzo Oliván y yo mismo nos habíamos embarcado como editores literarios casi dos años antes, teniendo la enorme fortuna de contar con un amplio y heterogéneo grupo de colaboradores, entre los que figuraban sobre todo poetas y profesores universitarios especialistas en la obra de Hierro. Sobre el contenido general de la obra, pero esencialmente sobre su relación personal con la persona y la poesía de José Hierro, trataron los folios que aquella tarde nos leyó el gran poeta Antonio Colinas sin precipitación alguna, con hondura y seriedad, en una mesa que, presidida por el premio Cervantes, contaba también con el rector de la Universidad de Cantabria, el director de la Fundación Botín, y Lorenzo Oliván y yo como responsables de la citada edición. Fue durante el transcurso de la cena a la que nos invitaron los responsables de la Fundación Marcelino Botín en un salón del santanderino Club Marítimo, cuando el poeta nos sugirió que le fuésemos a visitar al día siguiente para charlar un rato largo.

    Acudimos a la cita Antonio Colinas, Oliván y yo. Al llegar al piso del poeta nos abrió la puerta una de sus hijas, y nos hizo pasar a un pequeño e insulso “cuarto de estar” del que nada de su decoración llamaba la atención. Mientras recorríamos el pasillo la voz de Lines, la mujer del autor de Cuaderno de Nueva York, nos recordaba desde alguna de las habitaciones de la casa que no debíamos hacerle hablar en exceso, pues se encontraba bastante fatigado por los acontecimientos de la noche anterior. En el cuarto de estar, sentado en un sillón y bastante molesto con la incomodidad que le causaba todo el escandaloso aparataje que le ayudaba a respirar, nos recibió el poeta a quien acompañaba con su presencia ausente el pintor Julio de Pablo.

    Una vez sentados alrededor de Hierro, se inició una de las típicas conversaciones que él planteaba a sus contertulios no íntimos. Chascarrillos, menudencias, bromas incluso infantiles…, trufaban una charla de la que uno siempre esperaba mucho más, o al menos otra cosa. José Hierro parecía mostrarse reacio a cualquier atisbo de seriedad o trascendencia en sus conversaciones, como si necesitara pasar el trance del contacto hablado con personas no pertenecientes a su círculo más cercano bajo el disfraz de un ser tosco y superficial. Cuando se lo he comentado a personas que estuvieron cercanas a él de verdad, todas me han dicho más o menos lo mismo: era una actitud que nacía de la gran timidez del poeta y de la natural repulsión que sentía a ponerse “estupendo” y a impartir lecciones sobre nada.

    Lo cierto es que las cuatro o cinco veces que coincidimos en tertulia siempre se comportó de la misma manera, esquivando con notable eficacia las tontas esperanzas de los demás por asistir a algo “sublime”. Sin embargo, en al menos dos de esos encuentros, se produjeron momentos en los que Hierro nos dejó atisbar en sus palabras y en sus gestos la existencia de un maestro literario excepcional, de un ser envuelto en una sensibilidad escalofriante. La primera vez ocurrió a finales del verano de 1999 en la espléndida terraza del domicilio santanderino del escritor, editor y galerista Manuel Arce. La segunda, aquella mañana lluviosa de marzo en su propia casa, custodiada de algún modo por las piedras de la vieja catedral de Santander.

    Recuerdo que ese día, casi sin venir a cuento, y tal vez empujado por algún comentario lanzado por Antonio Colinas, José Hierro comenzó a hablarnos de poesía española. Durante poco más de quince minutos que jamás podré olvidar, nos ofreció un asombroso recorrido por nuestra tradición poética lleno de erudición y comentarios luminosos; toda una lección de amena y vital sabiduría, fruto indudable de copiosas lecturas y de una inteligencia poética sobrecogedora, impensable en un principio en ese hombre hosco, físicamente arruinado. El poeta Colinas apenas podía creerlo: ¡Hemos sido testigos de un prodigio, podéis creerme!, dijo con un brillo especial en la mirada.

    También me viene a la memoria el instante en el que le dije que estaba trabajando en la poesía de Carlos Salomón. Me echó un vistazo cargado de sorpresa, y dirigiéndose sencillamente a nadie, con la mirada puesta de repente en el techo blanco de la habitación, murmuró como para sí: “ya era hora, ya era hora…”. Luego, paseando la vista por el rostro de todos los presentes dijo: “Salomón era un magnífico poeta. Entonces, sin duda, el mejor de todos nosotros”.

    Aquel encuentro con el poeta no dio mucho más de sí. Y ciertamente en aquellos momentos no se me pasó por la cabeza que nunca más volvería a ver su rostro, aunque éste, como toda la figura del escritor, se encontraba ya muy desdibujado por la enfermedad y los muchos medicamentos. Ninguno de los presentes, salvo tal vez el propio poeta, podía intuir los pocos meses de vida que le quedaban resistiendo el claro envite de la muerte.]]>
    Friday,26 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Cioran en Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,111 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    En Mira por dónde, su estupenda autobiografía, Fernando Savater le dedica un capítulo entero al pensador rumano Emil Cioran. Al comienzo de dicho capítulo, más concretamente en la página 237, escribe el publicista vasco: “...estuve a punto de conseguir que viniese un verano a Santander, a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, para intervenir en un curso sobre Schopenhauer. Aceptó en principio por volver a Santander, donde había pasado temporadas en casa de un amigo ya fallecido...”.

    Al final Cioran no pudo acudir a la invitación de Savater, pero la anécdota constata la “buena” relación del pensador rumano con Santander y con al menos uno de sus moradores; relación poco conocida y de la que el escritor Manuel Arce (quien, por cierto, acaba de publicar una nueva novela de la que ya hablaremos en estas páginas) me ha contado algunas cosas que quisiera dejar aquí por escrito.

    La historia dio comienzo a finales de los años cincuenta del pasado siglo, cuando Cioran decidió acudir al balneario de Liérganes desde su apartamento parisino para pasar unas semanas de descanso. Las escasas distracciones que por aquel entonces ofrecía el pequeño pueblo, empujaron al filósofo a coger un tren de cercanías para acercarse hasta la capital de la provincia. En una de aquellas primeras visitas, durante el corto trayecto en tren, a Cioran comenzó a dolerle la cabeza, por lo que nada más llegar a la estación se acercó en busca de aspirinas a la primera farmacia que vio a mano, la de Manuel Núñez Morante, situada en el entorno de la estación de ferrocarril.

    Entró el escritor y le pidió al dependiente lo que necesitaba en una llamativa mezcla de español e italiano. El mancebo, naturalmente, no entendió nada, iniciándose al tiempo dos monólogos condenados de antemano al fracaso. La extraña cháchara llamó la atención del farmacéutico, que como era habitual en él, se encontraba leyendo en la rebotica. Dada la confusión reinante, decidió salir de su cubículo e intentar mediar en el asunto, quedándose perplejo al reconocer al rumano, cuya imagen le era familiar por haberla visto en libros y revistas francesas. Esta perplejidad pronto la compartió con Cioran cuando pronunció en voz alta su nombre. ¿Cioran en Santander, en mi farmacia?, debió pensar Núñez Morante. ¿Reconocido en Santander por un farmacéntico ilustrado que me lee en francés?, debió pensar Cioran.

    Bueno, pues este fue el origen de una amistad que se prolongaría en el tiempo, por medio de cartas y llamadas, hasta la muerte de Núñez Morante, dado que las visitas de Cioran a nuestra región sólo se produjeron, como ya se ha dicho más arriba, en los años finales de la década de los 50.

    La amistad en ocasiones es un regalo que se comunica por contagio. En el transcurso de sus primeras conversaciones Núñez Morán le dijo a su nuevo amigo filósofo que tenía en la ciudad otro amigo escritor, Manuel Arce, y le propuso que se conocieran. Arce tenía entonces abierta en la calle San José la galería y librería Sur (centro neurálgico de una de las aventuras editoriales periféricas más consistentes de la cultura española contemporánea, La Isla de los Ratones), y en el bar de enfrente, el Jauja, tuvieron lugar muchos de los encuentros del trío. Al parecer Cioran leyó con gusto alguna obra de Arce, e incluso hizo gestiones para ver si podía publicarse esta en París, claro que Cioran ya le advirtió de que su recomendación, más que un aval, podía ser un pesado aldabón, dada la exigua cuantía de sus propias ventas.

    La amistad entre los componentes del trío se extendió en el tiempo hasta la aparición en escena de la muerte. En alguna ocasión Arce visitó a Cioran en su minúsculo apartamento parisino del número 21 de la rue de L’Odeon, y el intercambio de cartas entre ambos no puede considerarse una mera anécdota. Incluso Cioran envío a Arce un texto para su publicación en España, hecho que finalmente no pudo tener lugar por asuntos relacionados con el dinero y la censura, lo que me lleva a desatar la imaginación y a especular con que en el riquísimo archivo personal de Manuel Arce esté durmiendo un largo sueño un inédito del pensador rumano. Sí, lo sé..., pero ahora estoy fabulando...]]>
    Thursday,25 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Chéjov en la playa de la Magdalena]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,110 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hace ahora casi quince años viajaba yo en autobús por una zona alejada del centro de Moscú, cuando la guía que nos acompañaba anunció que la casa que podíamos ver a nuestra izquierda había sido durante años el hogar de Anton Chéjov. No sé si aquello que vimos era realmente la casa del escritor, o un comentario más hecho sólo para turistas crédulos, incluso no sé si esa parte de mi experiencia moscovita ha sido añadida a posteriori por mi imaginación, pero para lo que quiero contar poco importan los detalles de la escena.

    Conservo sólo una vaga idea de cómo era la construcción, pero si cierro un momento los ojos y pienso en ella, visualizó con nitidez el pálido azul de sus muros y el desolado entorno en el que estaba situada, un entorno sucio y apagado por el deshielo que traía consigo la incipiente primavera.

    Cierro de nuevo los ojos y veo esta vez la santanderina playa de la Magdalena al final de un ya lejano verano, casi, casi en el mismo comienzo del otoño. Mientras caen de los árboles cercanos las primeras hojas y se zambullen en el agua los últimos bañistas de la estación, yo termino la lectura de un libro con varios relatos de Chéjov. La sensación que todavía atesoro es la de un pleno bienestar, la de uno de los más intensos momentos lectores de mi vida.

    En este mismo instante contemplo de nuevo aquel viejo volumen. Busco el índice y repaso algunos de los títulos de los cuentos que ofrece: La dama del perrito, Intrigas, El duelo, Relato de un desconocido, En la hondonada, Los señores ciudadanos, Historia de un contrabajo, Medidas sanitarias, El padre de familia, Boda por interés... Al terminar la negrura de las letras de molde del índice, aparece escrito a lápiz por el lector de aquel lejano verano la siguiente frase: ¡todos maravillosos!

    Buena parte del prestigio que posee Chéjov, y casi toda su proyección literaria universal, se la debe a sus cuatro obras maestras teatrales, La gaviota (1895), El tío Vania (1899), Las tres hermanas (1901) y El jardín de los cerezos (1904). Sin embargo es en los cuentos donde en mi opinión se encuentra plasmado sin ningún rasgo coyuntural o extraliterario todo el inmenso genio de este autor absolutamente imprescindible.

    Sus cuentos difícilmente pueden adscribirse a ninguna escuela o movimiento y si tratamos de adherirles cualquier etiqueta ésta salta de inmediato por los aires. Todos ellos, a excepción tal vez de los más oscuros y simbólicos El Monje negro y el Pabellón nº 6, muestran un marcado carácter unitario al reproducirse los asuntos, el tono y los motivos dramáticos referidos siempre a una visión contemplativa de la vida desde un posicionamiento existencialista, profundo pero suave y amable. En los cuentos de Chéjov la acción es anecdótica y carente de intriga o suspense, toda su intención está concentrada en describir con encantadora sutileza el melancólico desconsuelo que genera la tragedia del vivir cotidiano; cotidianeidad que está situada en el marco histórico y social de la pequeña y pasiva burguesía rusa, absorta en la contemplación de los síntomas de su propio fin. Los protagonistas de Chéjov suelen ser hombres frustrados por la incomprensión de quienes les rodean, hombres a los que la vida humilla precisamente porque su ilusión es la de aspirar a un mundo mejor y diferente.

    La escritura chejoviana es muy sobria y de una aparente sencillez que parece dibujada, modelada por las pequeñas penas y alegrías que proporcionan los día a día sin notables sobresaltos. Es un estilo que definió con acierto su amigo Tolstoi, quien lo comparó a una tipo de pintura en el que las pinceladas parecieran dadas “de forma casual, como si no tuvieran ninguna relación entre sí, aunque cuando se miran de lejos uno advierte un cuadro claro, indiscutible”.

    La construcción de los cuentos del escritor ruso provoca que los temas, como si se tratase de una estructura musical en forma de sonata, se enuncien y se pongan en relación unos con otros, consiguiendo ampliar su capacidad emotiva y que el discurso resultante inocule en el lector una sensación de encanto apasionado, de experiencia artística inolvidable por su profundidad y verdad. ]]>
    Wednesday,24 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Ordet (1955), de Dreyer, algunas reflexiones]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,107 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Recientemente ha salido al mercado, en dvd, Ordet (La palabra, 1955), película del director danés Carl Theodor Dreyer. Yo he tenido la suerte de verla al menos dos veces en pantalla grande, gracias a los desvelos cinéfilos Enrique Bolado, director de la filmoteca de Cantabria. Pero ahora, gracias al nuevo formato, he podido volver a repasarla con detenimiento junto a unos amigos, y la revisión me ha confirmado que estamos ante una obra sobrecogedora desde cualquier punto de vista desde el que la analicemos.

    Sin embargo, los amigos con los que la vi se quejaron al terminar la sesión esencialmente de dos cosas: por un lado, todas las personas religiosas de la historia viven con sosiego y firmeza su existencia, mientras que los que dudan sufren en todo momento la crueldad de las diversas situaciones planteadas; y por otro lado, lo inverosímil del final de la historia: el loco que se cree Jesucristo acaba realizando nada más y nada menos que el milagro de resucitar a su cuñada.

    Mis amigos, todos ellos progresistas y “librepensadores”, y en lógica consecuencia, según ellos mismos apuntan, necesariamente contrarios a lo “religioso” y a lo que tenga que ver de alguna forma con la iglesia y la reflexión en torno a Dios, estaban incluso indignados con los planteamientos de la obra de Dreyer.

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    Carl Theodor Dreyer

    Bien, como entonces no podía decirles sin cierto riesgo personal que en mi opinión no habían visto con “ojos limpios” la obra, he preferido darles mi visión y entendimiento de la misma por escrito, y a esta página les remito a ellos, además de a todos los lectores, para que se acerquen y compartan o rechacen mis opiniones al respecto.

    En efecto, todos los personajes en la película son radicalmente creyentes, salvo el hombre que pierde a su mujer, quien siempre ha sido un tanto escéptico y esa pérdida le hace abandonar casi por completo cualquier posible fe en Dios, en la vida, en sí mismo, en su familia, en lo establecido.

    Pero la mirada de Dreyer sobre ese personaje creo que es profundamente afectuosa, pues comprende esa actitud que le hacer ser, claro, tan rabiosamente humano. El resto de la comunidad que le rodea, sí, son creyentes, pero sobre ellos Dreyer lanza una mirada bastante reprobatoria, pues no son “creyentes” de verdad (no creen en la posibilidad del milagro final, por ejemplo), sino sólo fanáticos, gentes domesticadas, con una vida plana y desapasionada… Gentes que se aferran con uñas y dientes a unas estrictas normas religiosas que les marcan un camino; camino que, sumisamente, fanáticamente diría yo, aceptan y siguen. Su vida no tiene riesgos, todo lo dejan en manos de una providencia que a su vez está en manos de un Dios hierático e impositivo bajo cuya protección nadie toma realmente decisiones, no hay libre albedrío, todo en la vida viene establecido en una especie de libro de instrucciones que hay que aceptar con resignación cristiana.

    Dreyer no está en modo alguno con ellos. Dreyer mira y hace mirar de otra manera a los personajes que sí son dolorosamente “humanos”: al esposo desconsolado por la muerte de su amor; a la pareja de jóvenes novios que están dispuestos a cambiar de fe por entregarse al amor; a la mujer que muere e intuyes que ha sacrificado todo por amor a su marido y a su familia –incluso tolera con paciencia y sonrisas las intolerancias evidentes de su suegro-, los niños que creen a ciegas que su tío resucitará pronto a su madre... Dreyer, es obvio, piensa en un Jesús que no es ni justiciero ni impone estrictas normas de conducta. En ese Jesús-Dios hierático sólo creen los fanáticos porque les conviene, porque ese Dios les ofrece una vida egoísta, perfectamente enmarcada y reglada, sin tener que amar, sin tener que pensar, sin tener que esforzarse, sin tener que imaginar, sin tener que apasionarse, sin que la ‘locura’ tenga cabida alguna en sus vidas.

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    De ahí el personaje del loco que se cree Jesucristo. Evidentemente es Don Quijote. Ha perdido la razón de tanto leer sobre religión, sobre la religión dogmática en la que los demás, su propio padre y comunidad, sí creen, o hacen pensar que creen, porque sólo creen de verdad en el cultivo de sus tierras, en sus dineros bien guardados, en dormir calientes y en respetar las normas y reglas que posibilitan que todo siga igual.

    Pero las lecturas que le han convertido en loco para los demás (salvo para los niños, claro), le han dado por completo la vuelta como ser, al igual que le sucedió a Don Quijote. Le han hecho un ser del espíritu y la poesía, alguien que ha dinamitado con su forma de actuar y pensar la vida reglamentada hasta el espasmo y la arcada de su comunidad. Es un loco, todos le creen un loco, pero simplemente es un ser con luz propia, con personalidad, un ser misterioso que sólo es tolerado por los demás y que desaparece, se volatiliza peregrino, para reaparecer en la emocionante y alucinatoria escena final.

    La sociedad bien pensante le trata como a un loco, se ríen de él. Igual le sucedió a Don Quijote, que sufre las burlas de las clases altas, de las bajas, del médico, del cura, del barbero…, pero él continua en su fe inquebrantable en la caballería, fe en sí mismo que lo convierte, finalmente, en alguien resplandeciente: el payaso se convierte en caballero en la obra de Cervantes; en la de Dreyer el payaso es un santo, el único creyente de verdad, pues es el único que tiene verdadera fe, fe en un Jesús, en un Dios, que es el del amor, el que no va a permitir el sufrimiento del marido, el que va a devolver a la vida a la mujer, el que da esperanzas a los niños. Dejad que los niños se acerquen a mí!, dijo Jesús a sus discípulos. En este sentido, la escena de la conversación del tío-loco con su sobrina-creyente mientras la cámara gira lenta a su alrededor describiendo un círculo perfecto es sin duda una de las más hermosas de toda la historia del cine.

    Todos los personajes humanos (capaces de amor) de la película son recompensados: los niños recuperan a su madre; el marido a su mujer; la mujer la vida; los novios forman pareja… Todos ellos han sufrido, claro, todos han experimentado los vaivenes de la existencia, la crueldad de las reglas sociales y naturales, todos han sufrido pérdidas que les han angustiado y hecho sufrir hasta las lágrimas…, pero todos tenían una pasión, un por qué vivir, una fe en el Amor, tomando éste multitud de formas: madre, pareja, mujer, Jesucristo...

    Es el amor, la fe en el Amor lo que hace que resucite la mujer. Un amor que para unos lo encarna Jesús, para otros lo puede encarnar una mujer o un hombre, para otros los hijos…“El que crea en mí se salvará”, dice Jesús en los Evangelios. ¿Y qué es Jesús? También lo dice con claridad el libro sagrado: “Yo soy el amor”. Ordet es una historia de amor, una de las más grandes historias de amor jamás filmadas, del AMOR en abstracto, una reflexión sobre el amor como fuerza capaz de mover montañas, de dar sentido final a la vida, de devolverla incluso en forma de milagros.

    Don Quijote estaba loco: sí, claro. Pero esa no es la cuestión que plantea Cervantes. La cuestión es que esa locura le hace ser mucho más humano, dota a su vida del sentido de la que carece la vida de los demás, le hace sufrir y pasar calamidades, sí, pero también ser más feliz, llevar una vida infinitamente más plena.

    ¿Está loco el personaje de Dreyer? Sí, no es Jesús claro (aunque todos somos Jesús, claro). Pero es que eso no importa nada, nada en absoluto. Es como si alguien te cuenta Don Quijote diciendo que es la historia de un loco que va por los caminos creyéndose un caballero andante. ¿Eso es el Quijote? ¿Ordet es la historia de un loco que se cree Jesús y resucita a su cuñada? No, ya lo hemos dicho, es una reflexión sobre el amor, contra la intolerancia, a favor del riesgo de vivir con pasión y fe en la vida…Es una bomba de relojería contra la ñoñez, contra las normas establecidas, contra la falta de imaginación, contra la ausencia de riesgo existencial… Sus lecturas son múltiples: política, religiosa, social… Pero al final, siempre está el Amor, la palabra, la fuerza, la pasión, la pulsión que devuelve siempre a la vida, aunque sea de forma metafórica. Esa es, creo, la palabra en imágenes que comparte con nosotros Dreyer.]]>
    Tuesday,23 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Giulini, la leyenda ya dijo adiós]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,104

    Juan Antonio González Fuentes

    Era una madrugada muy calurosa del mes de julio en un Madrid casi manchego de más de hace veinte años. No podía dormir, y asomado a la ventana contemplaba como un empleado municipal regaba con manguera los retorcidos y secos árboles de una minúscula plaza del barrio de Usera, en el sur pobre y descuidado de la capital de España. En el aparato de radio el locutor de RN2 anunciaba que a continuación iba a radiarse una de las mejores grabaciones de la historia de la fonografía, la Novena sinfonía de Gustav Mahler en versión del maestro italiano Carlo Maria Giulini, quien dirigía, ¿1977?, a la por aquel entonces mejor orquesta del mundo, la Sinfónica de Chicago. La conmoción que experimenté esa noche escuchando el intensísimo y espiritual Mahler del director italiano aún perdura en mi memoria, y el largo adagio final, esa desgarradora despedida del mundo expuesta sólo por las cuerdas de la orquesta y que suena en la versión de Giulini de forma sobrecogedora, conforma uno de esos momentos musicales sin cuya audición hoy mi vida sería sin duda distinta, mucho más plana y yerma.

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    Carlo Maria Giulini

    No mucho tiempo después, en una estancia que realicé en 1991 en la Leicester University, mientras todas las mañanas caminaba por Queen Road hacia el parque que rodeaba los edificios universitarios, tarareaba mentalmente algunos de los pasajes musicales degustados en Madrid, y sin mover casi los brazos, dirigía para mí y para el mundo esa música prodigiosa, enferma de melancolía y adioses.

    Desde aquella noche madrileña busqué la versión en cada tienda musical de cada nueva ciudad que visitaba, hasta que por fin di con ella en Londres, ya no sé exactamente en qué lugar.

    Han pasado los años, y al menos todos los septiembres saludo con spleen impostado la llegada del otoño escuchando la grabación del director italiano. Así Giulini se ha convertido en uno de mis músicos fetiche, y sus grabaciones pueblan mi discoteca: sus oberturas de Rossini con la Philarmonia de Londres, su Don Carlo con la orquesta del Covent Garden, su Rigoletto con la Filarmónica de Viena, sus Cuadros para una exposición con la Filarmónica de Berlín, su Novena de Anton Bruckner con la Sinfónica de Chicago, su espléndido Don Giovanni con la Philarmonia, su concierto para piano nº 1 de Chopin con Arthur Rubinstein y la Philarmonía, sus sinfonías de Beethoven con la Filarmónica de la Scala, sus arias de ópera italiana con Plácido Domingo y la Filarmónica de Los Ángeles y, claro está, la grabación mítica por excelencia, la Traviata que en 1955 dirigió en la Scala de Milán con María Callas, Di Stefano, Bastianini, y la dirección escénica de Luchino Visconti.

    Tuve la fortuna de verle dirigir aquí en Santander, en el casi recién estrenado Palacio de Festivales levantado por el gran arquitecto navarro Sainz de Oiza. Recuerdo muy bien su figura espigada, enjuta y esencialmente elegante, y que de sus gestos emanaba una concentración que imantaba voluntades: las de la orquesta y las de todo el público. Su Réquiem de Verdi con la Philarmonia Orchestra de Londres fue una experiencia que creo no podrá desaparecer jamás de mi memoria.

    Con la reciente muerte del maestro Giulini (1914-2005), no muy distante en el tiempo a la de otro grande de la dirección orquestal, Carlos Kleiber, ha desaparecido, tal vez, la última gran leyenda de un arte hoy degradado hasta lo insospechado, como todo y todos, por las prisas, por la industria fonográfica, por los intereses económicos de las grandes compañías, por un mercado ignorante y deseoso de novedades jóvenes y chillones, y por la general ausencia del sentido de sacrifico y autoexigencia en el trabajo personal.

    Adiós al músico Giulini y a una forma de hacer música con la orquesta en claro peligro de extinción. ]]>
    Monday,22 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Mi personal Brigadoon]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,103 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Estamos en un bar de Manhattan, en la ciudad de Nueva York, a mediados del año 1954. El local es bastante grande, y todos los seres y elementos que ahora lo integran, las sillas y las mesas, las paredes y su sobria decoración, las personas que beben sus consumiciones o engullen platos de cocina rápida, los camareros que sirven las mesas, TODOS y TODO, presentan un technicolor mortecino; todos y todo reflejan una atmósfera cargada, plana, llena en el fondo de aburrimiento y hastío, de una cotidianeidad claustrofóbica y alienante para cualquiera que se detenga un momento a echar con ojos nuevos, con mirada un poco despejada, un vistazo a su alrededor.

    Acodado en la barra, junto a un vaso de cristal medio lleno con un líquido color caramelo, lo podemos ver a él. Está rodeado completamente por gente bulliciosa y de trazas alegres y festivas. Le hablan con un entusiasmo que advertimos fingido, le echan los brazos por encima, mantienen entre ellos conversaciones a grito limpio justo a su lado, llaman por teléfono desde el aparato cercano. El camarero, situado tras la barra, atiende todas las demandas de los parroquianos como el buen profesional veterano que es, pero apenas levanta la vista de los vasos que limpia con singular desgana.

    Pugnando por hacerse reconocible entre el bullicio, por toda la sala suena una pegajosa melodía de moda. No deja ni un sólo instante de entrar y de salir gente. Son decenas y decenas de personas vestidas más o menos igual, con el pulcro uniforme de los trabajadores urbanos.

    A nuestro hombre la gente le sigue hablando con verdadera fruición. Le preguntan por sus cosas, por sus vacaciones, por el trabajo, por su compromiso con una chica pizpireta y resultona que está a punto de entrar en el bar. Incluso lo conducen desde la barra y lo sientan a una de las mesas situada en el mismo centro del local, donde le siguen contando cosas y más cosas mientras algunas parejas danzan sin concentración alguna en la cercanía.

    Pero él, es evidente, no escucha nada de lo que le dicen, ni siquiera disimula una mínima y descuidada atención. Tiene nuestro personaje el mirar puesto en un punto muy lejano que está mucho más allá de las paredes del bar y de sus gentes. Escucha también una melodía que nadie más que él puede percibir. Y es que está secretamente en Brigadoon, siente y escucha lo que sintió y escuchó poco tiempo atrás en Brigadoon.

    Brigadoon, nos da igual en qué brumoso país se encuentra, es una antigua aldea perdida entre las montañas que sólo se aparece una vez cada cien años a los viajeros extraviados, o a aquellos que, gracias a la luz incontenible de su amor, logran que se les aparezca la aldea en medio de los páramos más desolados.

    Brigadoon es el nombre de la geografía mítica donde habita remansada nuestra idea de la felicidad tranquila; donde el espíritu de cada cual logra atemperarse mecido por la dicha y la ausencia plena de necesidades, de prisas por llegar a los lugares que no nos reclaman jamás, de ambiciones que buscan materializarse y transformarse sin fin en nuevas y más exigentes órdenes de partida hacia ningún punto concreto.

    En el technicolor fulgurante y como recién aparecido de Brigadoon, Gene Kelly, digámoslo ya, él es nuestro principal protagonista, fue por vez primera en su vida radicalmente dichoso, allí encontró por fin lo que había estado anhelando desde siempre sin apenas saberlo, eso que tan imposible es de designar con palabras y que el director Vicente Minnelli supo expresar de manera inmejorable en la luminosidad carnal de Cyd Charisse.

    Todos nosotros, estoy completamente seguro de ello, anhelamos al menos vislumbrar apenas, entre las cerradas brumas de la cotidianeidad, nuestro particular Brigadoon, y gozar en él, en su atmósfera de logrado hechizo, el elegido sosiego, la claridad interior que nos revela al fin el íntimo y dulce pálpito de la vida como algo decididamente indómito y pleno. Ese soñado Brigadoon cada cual lo espera y busca donde puede, casi siempre mientras prosigue sus andanzas por los destemplados páramos de su rutina codificada, aceptada sin más remedio.

    El protagonista secundario de estos párrafos, lo siento, qué le voy a hacer, soy yo mismo, y si alguna vez he logrado atisbar los nítidos perfiles de mi personal Brigadoon ha sido, entre otros pocos puntos que podría enumerar sin esfuerzo, entre los blancos, verdes, negros y precisos grises de Santillana del Mar, el pueblo medieval, renacentista y moderno que se aparece siempre vivo a muy pocos kilómetros de Santander, en la costa occidental de Cantabria, junto al prodigio dibujado de las cuevas de Altamira.

    Recuerdo que fue hace ya muchos años, una víspera de Nochebuena, cuando estuve conscientemente, quizá por vez primera, en mi Brigadoon particular. No sé porque visité en fecha tan peculiar las calles de Santillana, pero me es imposible no volver a sentir de nuevo la dicha de aquellos momentos cuando rememoro el glorioso silencio contenido de sus muros, las luces navideñas alumbrando modestamente hermosas la recogida oscuridad que dormía en los rincones, la neblina reconfortante que todo lo llenaba de misterio afectuoso y amable, las pocas gentes que paseaban sin estrépito sabiéndose figurantes en un escenario de belleza significante y abrumadora.

    Mucho más reciente en el tiempo es la aparición de Brigadoon dando comienzo el otoño de los cuatro últimos años. Se vislumbraba Brigadoon en el fresco jardín interior del Palacio de los Barreda-Bracho en Santillana del Mar. Lo podía ver sentado en una silla de madera con un libro abierto entre las manos y un café helado esperando en una mesa el convite hermano; escuchando el canto sinfónico de los pájaros escondidos en las copas de los árboles cercanos; rodeado por la exhuberancia plena de centenares de hortensias, por las viejas paredes del palacio ejerciendo de benéfica frontera; constatando la existencia de lugares lejanos a través del sonido de dos o tres voces extranjeras; y con el cuerpo moreno de ella tan cerca del mío que aún siento en la piel la rítmica llamada de la música de su corazón, el latido fuerte de mi amado Brigadoon, allí, en Santillana del Mar.]]>
    Friday,19 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Virginia Woolf y María Zambrano]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,102 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    La poderosa maquinaria cultural anglosajona, desde hace mucho tiempo, decide e impone los hitos/mitos universales de nuestra cultura occidental.

    Perfecta sabedora de que una de las más eficaces formas de imponerse al público/mercado es haciendo uso de su engrasada industria cinematográfica, llegó hace tiempo a nuestras pantallas la película de Stephen Daldry, Las horas, una aproximación a la vida de la genial escritora británica Virginia Woolf (1882-1941), encarnada en la ficción por Nicole Kidman, actriz que entre anuncio de Chanel y rumor de nuevo romance, parece querer afianzar su postulado al mito recreando un mito, llevándose además por su trabajo el elogio unánime de la crítica.

    Coincidiendo con la exhibición de la película, y aprovechando el previsible interés que ésta iba a despertar entre algunos de sus espectadores hacia la obra y el universo personal de la novelista, los escaparates de nuestras librerías se vieron inundados por diversos títulos o bien de la Woolf o bien relacionados con ella. Haré un breve repaso de memoria. En edición de bolsillo Alianza Editorial reeditó Orlando, Al faro, La señora Dalloway y Un cuarto propio; La señora Dalloway (título esencial en la película de Daldry) también fue reeditado con tapa dura por Lumen; Las horas, el libro de Michael Cunninghan en el que se inspira la película, lo sacó El Aleph; y para finalizar, Lumen editó con sumo cuidado y algún aparato gráfico la biografía de Virginia Woolf escrita por su sobrino, el crítico de arte y artista Quentin Bell, trabajo que por sí solo merecería un comentario aparte. Si a esto le sumamos que poco antes Mondadori había publicado ya la Virginia Woolf de Nigel Nicolson, llegaremos a la conclusión de que, como dijimos al comienzo, la industria cultural anglosajona y sus largos tentáculos saben muy bien lo que hacen y cuándo y cómo lo hacen.

    En este sentido no sería nada extraño que en breve se editasen o reeditasen, por ejemplo, trabajos relacionados con el grupo de intelectuales al que Virginia Woolf perteneció, el famoso Grupo de Bloomsbury. Sería una ocasión propicia para que en español apareciese la primera parte de la biografía que Michael Holroyd dedicó a Lytton Strachey, es decir, Lytton Strachey and the Bloomsbury Group, ya que aquí sólo apareció la segunda parte, Carrington, aprovechando por cierto el enorme tirón que supuso el estreno de la película del mismo título protagonizada por la estupenda Emma Thompson.

    Para demostrar que no voy muy mal encaminado en mis suposiciones, diré que no hace mucho tiempo apareció “casualmente” en las librerías un tomo de memorias de Gerald Brenan, el “español” de Bloomsbury, y su biografía.

    En el año 2004 se cumplieron los cien años del nacimiento de nuestra pensadora del siglo XX más destacada, la malagueña María Zambrano, premio Cervantes de Literatura. En España se rodó una película con la señora Pilar Bardem como protagonista, película que pasó sin mucha gloria y más bien con alguna que otra pena. Ese mismo año, apenas sí se reeditaron obras de la Zambrano, y tan sólo aparecieron algunos libros a modo de modestos y discretos homenajes a una mujer con una biografía realmente fascinante, con una obra que señala las sendas por las que con toda la probabilidad la poesía y la filosofía deban hallar su futuro y supervivencia.

    ¿Imposible competir con la potencia industrial, cultural y mediática anglosajona? Reconozcamos que ni siquiera lo intentamos.]]>
    Thursday,18 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Una poética personal]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,99 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    ...lo mejor que puede decir el poeta está siempre en su poesía. Roberto Juarroz

    En uno de sus cuadernos dejó escrito E. M. Cioran que la cosa más difícil del mundo es hablar de uno mismo sin exasperar a los demás. Una confesión, subraya Cioran, sólo es tolerable si el autor se disfraza de pobre diablo. Mostrando un acuerdo casi perfecto con estos planteamientos, y situándome ante el reto que me propongo, parto del convencimiento de que expresar una poética equivale a una confesión en toda regla, pero una confesión a la que además no le sienta nada bien el disfraz de “pobre diablo”, y a la que, por contra, para salir con cierto aire del envite, sí le convienen los ropajes del esfuerzo intelectual riguroso, amén de algún que otro abalorio erudito, prendas estas que no parecen ayudar precisamente a mitigar el malestar de quien somete su paciencia a la confesión ajena.

    Sí, no hay que darle más vueltas al asunto, voy a hablar de mí mismo, o en otras palabras, voy a plasmar algunas de mis ideas e intuiciones sobre la poesía tal y como la entiendo hoy en día. Voy a confesarme por tanto, y lo haré procurando exasperar al lector lo menos posible, amparándome en la brevedad y evitando la prosa académica o la especialización fuera de lugar.

    Empezaré mostrando mi incondicional acuerdo con quienes piensan que apenas sabemos nada de lo que es la poesía. A este respecto, sin embargo, mantengo al menos una íntima y viva convicción: la buena poesía debe llevarnos a la reflexión, al pensamiento que es su materia natural; la poesía no hace efectivo el mundo (no alienta la acción), pero sí su carácter y destino.

    Una vez establecida esta esencial premisa de mi pensar poético, quiero hacer entrar en escena algunas evidencias que, a mi juicio, delimitan y afectan (¿explican?) muy claramente a la poesía española actual, y a la mía -de alguna manera- por lógica extensión.

    A lo largo de las dos últimas décadas la opinión pública ha dejado de conceptuar a la literatura como un provechoso instrumento de lucha social, para considerarla sólo un ámbito de esparcimiento, una mercancía, como todas las demás, susceptible de consumo. La consecuencia inmediata de esta realidad, como ha subrayado Félix de Azúa, es que la poesía ha perdido su lugar de privilegio dentro de la jerarquía literaria, desapareciendo a la vez de la vida pública y quedando puesta completamente en duda su trascendencia. Como cualquiera puede suponer, la suerte de los poetas no ha corrido una suerte distinta.

    A este fenómeno debe sumársele otro no menos decisivo. Me refiero al hecho de que con los Novísimos llegara la postmodernidad a España, una tendencia que según Azúa no nos ha sentado del todo mal, dado que en un país como el nuestro, dueño de una peculiar perseverancia en convertir cualquier ideología en teología, siempre es preferible inclinarse por un conjunto de principios que en sí conllevan la apuesta por el eclecticismo y la renuncia a cualquier esquema grandioso, sea este del orden que sea.

    Ausencia de un papel público y definido dentro de la sociedad en la que se manifiesta; pérdida radical de preponderancia en el contexto cultural que la acoge; eclecticismo en sus propuestas éticas y estéticas; marcada tendencia a regresar a “lo sentimental”, buscando así alguna competitividad en el mercado de productos culturales y la consiguiente aceptación de la opinión pública... Resumidos con tosquedad, estos son algunos de los elementos que creo confluyen para caracterizar el momento actual de la poesía española. Haber establecido, aunque sea con los cuatro brochazos ya denunciados, este marco poético de referencia general, me parece cuando menos interesante y quizá enriquecedor –bien por activa o bien por pasiva- para quien hasta aquí haya llegado queriendo saber algo de mis ideas poéticas, de mi manera de entender qué es la poesía.

    Ya he escrito más arriba que apenas sabemos nada de lo que en realidad es la poesía, pero se me olvidó recalcar que tal desconocimiento poco debe importarnos. Hablar de poesía es hacerlo de algo que no se comprende. Donde mejor he sentido expresada esta idea es en la parábola protagonizada por el poeta japonés Basho y que recoge Roberto Juarroz en su trabajo Poesía y realidad. La narración es la siguiente: “He estado explicando Zen toda mi vida –confesó una vez Basho- y sin embargo nunca he podido comprenderlo. Pero –dijo su interlocutor- ¿cómo puedes explicar algo que tú mismo no entiendes? ¡Oh! –exclamó Basho-. ¿También tengo que explicarte eso?”.

    No, no puede explicarse qué es la poesía, y la razón última de esta imposibilidad sospecho radica en que denominamos poesía a los caminos emprendidos por el hombre para procurar penetrar en los términos de aquello que no es decible y que, en consecuencia, se hace imposible. Juarroz lo explica de manera muy precisa y hermosa en su ya aludido trabajo: se trata, nos dice, de “hablar ante el abismo en el que estamos con el abismo que somos”, y ese hablar (en no pocas ocasiones balbuceo, precisa Juarroz) requiere “una meditación trascendental del lenguaje o sobre el lenguaje”, una meditación que conduzca a que cada palabra empleada haya surgido de una ineludible necesidad expresiva, de una transfiguración inducida por la necesidad. Significar la geometría de lo indecible, ese, me parece, es el asunto de la poesía más plena. De ahí que esta sea la luz propicia que posibilita nuestra percepción de los espacios situados más allá; que persigue lo inverso, el otro lado de las cosas; que ensancha, abre la realidad sumándole realidad, localizando aquello presente tras los márgenes de nuestros conocimientos sistematizados y que, como lo indecible de la muerte, por ejemplo, exige otras presencias, otras precisiones.

    Todo acceso al mundo conlleva una autocomprensión de la existencia, pero a menudo esa comprensión no se expresa. En el uso de la palabra poética, viene a decirnos Juarroz, el poeta no busca sólo un modo de expresarse, sino un modo de participar en la realidad misma, en una realidad, añado yo, exponenciada, es decir, elevada a una potencia cuyo exponente no está precisado. Por eso el verdadero poeta necesariamente se desenvuelve en la marginalidad, porque para su propósito debe someter los preceptos y normas del lenguaje recibido, de la realidad que le ha sido dada, a su propia videncia o iluminación imaginativa y experiencial, en un proceso de revelación fundadora. Así, el mundo de la poesía, como nos recuerda Unamuno, es el de la más pura heterodoxia, el de la herejía, siendo el poeta el heterodoxo por antonomasia, dado que “se atiene a postceptos y no a preceptos, a resultados y no a premisas, a creaciones, a poemas, y no a decretos, a dogmas”.

    El poeta cree sinceramente en la infinitud de lo que no consigue decir y que, por esa misma circunstancia, encuentra eco en los otros. Tal vez, aventura Hans-Georg Gadamer, esta íntima sabiduría del balbucir y enmudecer sea la herencia que nuestra cultura espiritual deba transmitir a las generaciones próximas. Balbucir y enmudecer sustentan nuestro incesante abrirnos a la existencia. En ese esfuerzo sitúo mi poesía, en él me cuento.]]>
    Wednesday,17 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Pablo Neruda, Antonio Gades y losprogres de España]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,96 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Le propongo al lector de estas líneas que haga un ejercicio de imaginación, y que por un momento piense en la existencia de un famoso e importante bailarín español que durante la dictadura de Pinochet hubiese viajado varias veces a Chile, donde de manos del dictador hubiese recibido agasajos y condecoraciones. Imaginemos que el bailarín, además, públicamente hubiese declarado en numerosas ocasiones que el régimen de Pinochet era necesario y que contaba con su apoyo incondicional. Continuemos imaginando y pensemos por un instante que el bailarín muere y el régimen de Pinochet llora su desaparición con grandes titulares de prensa e inequívocas muestras de condolencia.

    Imaginemos también que un inmenso poeta hispanoamericano se hubiese significado a favor del régimen nazi, y que en el año 1945 hubiese viajado al Berlín del Tercer Reich para ser condecorado por las manos del mismísimo Adolf Hitler, mientras a no muchos kilómetros las chimeneas de los campos de exterminio lanzaban al aire un espeso humo.

    Imaginemos para finalizar que la muerte del bailarín y la celebración del centenario del nacimiento del poeta se producen el mismo año, por ejemplo el pasado 2004. ¿Qué tratamiento le daría la “progresía” española a ambos sucesos? ¿Qué reflexiones haría y qué subrayaría especialmente de sus vidas? ¿Qué podríamos leer sobre el bailarín y el poeta en el periódico El País, por ejemplo? Conteste el propio lector a estas preguntas desde la honradez y la sinceridad consigo mismo.

    Hace unos cuantos meses murió Antonio Gades reiterando con su último aliento que el régimen comunista de Fidel Castro es poco más o menos el paraíso en la tierra. La prensa cubana lloró en primera página y con grandes titulares la desaparición del bailarín, a quien el dictador Fidel Castro había recibido y condecorado; sí, el mismo Fidel Castro que tortura y mantiene en prisión a poetas, homosexuales y demás “disidentes” de su régimen.

    Pablo Neruda, el inmenso poeta chileno viajó a Moscú, creo que en el año 1953, para recibir de manos del régimen de Stalin uno de los máximos reconocimientos de la Unión Soviética, el premio Lenin; repito, de manos del gobierno de Stalin, quien para aquel entonces ya se sabía que había torturado, confinado y exterminado a millones y millones de sus compatriotas, convirtiéndose probablemente en el mayor genocida de la historia.

    ¿Quién duda del talento artístico de Gades?, ¿quién duda de la importancia de la obra poética de Neruda? Con estas líneas sólo quiero hacer constar mi frontal rechazo a la ausencia de honradez intelectual, y a la repugnante manipulación de enfoques a la que nos tiene acostumbrada buena parte de la progresía nacional, término que no sé qué demonios significa, pero que sé muy bien a quien significa.]]>
    Tuesday,16 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Los sainetes de Pedro Almodóvar]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,94 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    A mi modo de ver el gran problema último del cine de Pedro Almodóvar es la considerable endeblez de sus personajes, caracterizados casi siempre con rasgos muy llamativos e incluso provocadores, pero de una superficialidad a menudo sonrojante.

    Este problema vuelve a hacer acto de presencia abiertamente en una de sus últimas películas, La mala educación, en la que una idea general que podría calificarse como interesante, viene a desmoronarse fotograma a fotograma por la impericia o la incapacidad de Almodóvar a la hora de dotar a sus protagonistas de una mirada moral sobre los distintos avatares de la existencia, tanto de la propia como de la ajena.

    En el cine del director manchego todo parece ser apreciado, analizado, enjuiciado y narrado bajo la jurisdicción y el lenguaje de los sentidos, y muy raras veces bajo el más sutil, complejo y determinante prisma del entendimiento o la conciencia, dando así como resultado historias dotadas de una considerable potencia simplemente efectista, en las que Almodóvar hace recaer todo el peso del andamiaje cinematográfico sólo sobre los detalles, la puesta en escena y algunos diálogos quizá en exceso “literarios”. Pero estas historias almodovarianas, tan resultonas podríamos decir, adolecen para ser grandes de lo que sí tienen las del alemán Douglas Sirk (uno de los confesados referentes del director español), es decir, personajes con una vida interior que evoluciona y se modifica con los acontecimientos vividos, personajes cuya conciencia rígida o cambiante mediatiza el propio discurrir de la narración.

    En el cine de Almodóvar los acontecimientos externos modifican los sentidos del personaje, su epidermis, pero no parecen hacer mucha mella en su conciencia, no repercuten decididamente en su interior, y ahí radica el principal problema de su mejor cine; sus personajes están hechos con llamativos y acertados trazos más propios de la caricatura y el esperpento, pero no con carne, sangre y huesos. No hay ni verdadero lirismo ni ninguna épica en las historias filmadas y escritas por Almodóvar, tampoco análisis, ni planteamiento claro de una determinada tesis, y por el contrario sí abunda el chascarrillo, los elementos propios del crudo sainete, la tristeza bufa del vodevil con pretensiones, la alegría del niño contenido que por fin puede dar rienda suelta a su naturaleza caprichosa e infantil. El entramado de ideas y sentimientos expresado por Almodóvar en la mayoría de sus películas, su mirada interna y externa al mundo que luego ofrece en imágenes, tengo la impresión de que le debe su existencia mucho más a una educación sentimental trabajada en el torno de la copla, el sainete y las páginas de los hermanos Álvarez Quintero, que al contacto con Chéjov, Cervantes o Shakespeare.

    Para ejemplificar a lo que me refiero, baste comparar la película de ¡“nuestro Pedro”! con Mystic River, del otrora considerado por la progresía nacional reaccionario y machista Clint Eastwood. En las dos, los abusos sexuales a un niño sirven de punto de partida para narrar historias de autodestrucción, violencia, compasión..., y para lanzar una mirada crítica a las sociedades en las que dichas historias tienen lugar. Pero mientras en la película de Eastwood el infierno que viven los personajes es y está contenido con realismo en su interior (Tim Robbins y Sean Penn espectaculares), mostrándosele dicho infierno al espectador con una cruda sutileza emocionante, con un pulso narrativo sin estridencias que hace hincapié en los avatares de la conciencia resueltos en una violenta acción tolerada por una sociedad que ve en el asesinato un recurso legítimo para su defensa, en la obra de Almodóvar idéntico asunto se expone recurriendo al grito, al escozor de la sal gruesa, a la construcción del discurso a través de los sentidos, de la superficie, y no de la conciencia...

    El niño que sufrió abusos en Mistyc River, Tim Robbins, es un hombre definitivamente destruido que intenta sobrevivir adormeciéndose en la cotidianeidad; es un hombre que pide en silencio que alguien ponga fin a su triste agonía. Los ojos de Robbins expresan ese mundo interior, esa conciencia de fracaso absoluto, de suicidio permanente, son metáfora inolvidable del desarraigo de nuestros días. El niño de Almodóvar se convierte en un drogadicto que chantajea para conseguir el dinero con el que poder desengancharse de la droga, y ponerse de paso unos mejores pechos de silicona. El personaje de Almodóvar podría formar parte sin ningún problema de una revisión posmoderna, macarrilla y socarrona de La verbena de la paloma.

    Y ahí radica a mi modo de ver buena parte de la cuestión. A Clint Eastwood le están saliendo de la cámara que filma auténticas óperas, y ya son varias a lo largo de su carrera; a Pedro Almodóvar zarzuelas, y también van siendo unas cuantas, aunque he de reconocer que su última película, Volver, mucho más contenida que las anteriores, comienza a tomar una distancia con su anterior modo de hacer cine que promete cosas, a mi juicio, mucho más interesantes.]]>
    Monday,15 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La voz de Clara Janés, Ofelia]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,92
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    Juan Antonio González Fuentes

    Ayer estuve unos momentos con Clara Janés. No nos conocíamos personalmente, aunque sí nos habíamos escrito en algunas ocasiones gracias a la facilidad prodigiosa que proporciona en nuestros días el correo electrónico. Su dirección electrónica creo que me la proporcionó otra gran poeta, Amalia Iglesias, actual coordinadora de Revista de Libros. Fue hace tres años, cuando yo estaba comenzando a trabajar, junto al profesor José María Beneyto, en la edición del que luego sería el libro colectivo María Zambrano, la visión más transparente (Trotta y Fundación Carolina, Madrid, 2004). Sabía que Clara Janés había conocido a la pensadora malagueña y le pedí una colaboración para el libro. No tardó mucho en enviármela. Era un texto maravilloso en el que se mezclaban con brillante sabiduría la memoria personal, la biografía ajena, la lírica y el pensamiento, instalándose así en un tipo de literatura que no anda muy, muy alejada de la de autores como Sebald o Pierre Michon, y que a mí me parece que es por donde camina la prosa creativa más interesante de las últimas décadas.

    Quizá el mejor ejemplo de esta compleja escritura practicada por Clara Janés es su último libro, La voz de Ofelia (Siruela, 2005), en cuyas páginas la poeta barcelonesa narra con lirismo de muchos quilates los últimos tiempos de vida del enigmático poeta checo Vladimir Holan, pero a la vez repasa su propia relación particular con él, otros episodios de su propia existencia y plantea además una reflexión sobre el espacio y el tiempo, sobre el conocimiento del interior personal y sobre la importancia de la palabra poética en el desarrollo vital de determinados seres.

    Al cabo de dos o tres misivas electrónicas decidí enviarle a su casa de Madrid mis últimos libros de poemas, La luz todavía (DVD) y Atlas de perplejidad (Icaria). En respuesta a mi envío, la pasada navidad me llegó un librito de Clara con poemas inspirados en obras de Brancusi que iba además acompañado de una tarjeta en la que me otorgaba la felicidad de decirme que le habían gustado mis textos poéticos, y que sus últimos trabajos se estaban desarrollando en una dirección semejante.

    Ayer por la tarde Clara dio una charla en Santander, en un modestísimo Centro Cultural, el Matilde de la Torre, en el que la llama de la lectura como placer sagrado se aviva cada semana entre un numeroso grupo de mujeres y hombres mayores, gracias a los oficios impagables de la profesora de la Universidad de Cantabria Marisa Samaniego.

    Me acerqué hasta allí para saludar a Clara y poder escuchar ese hilo de voz que ya es una leyenda. El Centro Matilde de la Torre está apenas a unos minutos de mi casa y me encaminé hacía allí con La voz de Ofelia en una mano. Al poco llegó Marisa Samaniego charlando con un hombre, detrás, a dos o tres pasos, caminaba lenta Clara Janés, completamente vestida de negro y con una melena encrespada blanca, muy blanca. Clara Janés tiene ojos de leona y hechuras de santa antigua. Su presencia se asemeja a un milagro, es sencillamente una aparición venida de un lugar que desde luego no es éste que habitamos cotidianamente.

    Clara Janés no es un fantasma, pero su presencia espiritual es tan poderosa que por momentos parece que se va a desvanecer en el aire cálido de la tarde o que va a traspasarte, a leerte tan a fondo por dentro que puedes incluso quedarte sin memoria y sin otros recuerdos. Me presenté y los ojos de leona sonrieron con sorpresa, afecto y una pizca de angustia. Habló con voz casi imperceptible, un vaivén de palabras que se acercan mientras ya se están yendo. Era la voz de Ofelia, la voz que también escuchó sin duda Holan en su casa en la isla de Kampa. Y sin más supe que ese hilo de voz era el de la poesía misma, el de la poesía con ojos de leona y melena blanca; que era también la voz del propio Vladimír Holan, casi inaudible y que años después yo escuchaba en Santander, a tan sólo dos pasos de mi casa. Y con letra negra y gastada Clara Janés escribió en mi libro: “para Juan Antonio, a primera vista, Clara”.

    La voz me había reconocido.]]>
    Friday,12 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[La Arcadia nocturna del cubano Cabrera Infante]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,89 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Hay al menos dos películas de John Ford, me refiero a Fort Apache y a El hombre que mató a Liberty Valance, en cuyas secuencias finales se plantea explícitamente la necesidad que tienen los seres humanos en sociedad de vestir a otros hombres y mujeres con los fulgores de la leyenda, y en consecuencia de fabricar mitos aunque sea sobre la infamia, el equívoco, la invención o la más abierta mentira.

    En nuestros días la necesidad de convertir a otros en mitos o leyendas no sólo no ha declinado, sino que incluso ha experimentado un rápido crecimiento que es proporcional a la velocidad con la que esos mismos mitos son desechados en la gran papelera del imaginario colectivo. Desde que dio comienzo la modernidad, las leyendas de las que los occidentales nos hemos dotado podemos clasificarlas por determinados gremios, área geográfica de influencia y duración. Así hay leyendas del deporte, del cine, de la política, de las artes culinarias, de la guerra, de la música, de la moda, de la literatura… Hay leyendas como nuestro Manolete, o como Marilyn Monroe o María Callas, por ejemplo, cuyo radio de acción y cobertura sentimental varían de lo nacional a lo universal. Hay leyendas que sobreviven a la memoria de muchas generaciones, y otras cuya fecha de caducidad va matasellada tan sólo por una moda determinada.

    En el modesto universo de la literatura en español del siglo XX, revolotea viva y fresca una leyenda que mucho tiene que ver con la Arcadia nocturna que para muchos de nosotros es el cine. Hablo de las “míticas” conferencias que sobre cinco grandes directores anglosajones pronunció Guillermo Cabrera Infante en La Habana revolucionaria a lo largo de los meses de primavera y verano de 1962.

    Estas conferencias del escritor y crítico cubano destriparon desde su personal y cinéfila visión a Orson Welles, Vicente Minnelli, John Huston, Howard Hawks y Alfred Hitchcock, y durante años y años el mundo intelectual de buena parte de Occidente habló y escribió de ellas haciendo uso de esas “frases grandiosas” que sólo se utilizan para esculpir la leyenda. Lo gracioso del caso es que el propio Cabrera Infante, según parece, no era muy consciente de la importancia que el mundo cinéfilo otorgaba a sus charlas habaneras del año 1962.

    Y no lo fue hasta que tiempo después, su buen amigo el escritor español Vicente Molina Foix, le descubrió cómo una revista londinense, Time Out, se hacía eco de la dorada leyenda. Según descubrió Cabrera Infante leyendo un comentario de dicha revista, en 1962 él subió en La Habana al escenario y le espetó directamente al público: “¡Orson Welles es una ballena!”. Con lo que acto seguido abandonó la sala. A la noche siguiente regresó de nuevo a las mismas tablas, pero esta vez ni siquiera pronunció palabra, pues detrás de él había un cartel que anunciaba a todo el que lo quisiera leer: “Orson Welles es una mariposa”.

    Nada de esto ocurrió jamás, ni en La Habana ni en ningún otro lugar del mundo, pero como contó John Ford, la leyenda siempre es necesaria, aunque se construya con el complejo material de la mentira. Cabrera Infante revisó los textos de las conferencias y comprobó que la memoria no le fallaba. No, el habanero acto deudor del dadaísmo no sucedió nunca, y aunque como él mismo ha contado por escrito en alguna ocasión (sí reclamaba con sonoro regocijo para él la leyenda), acabó publicando sin retoques las conferencias en forma de libro, y ¡ay!, en ninguno de sus párrafos conviven quizá para nuestra desgracia las ballenas con las mariposas.

    El libro se titula, ya lo habrá adivinado, Arcadia todas las noches, y no creo que haya cinéfilo capaz de dar con un título más evocador, certero y hermoso para referirse al cine. En las páginas de este libro la leyenda de Cabrera Infante encuentra el sendero desbrozado.]]>
    Thursday,11 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El derecho a la estupidez de Peter Handke]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,86 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    No cabe ninguna duda de que el novelista, poeta, dramaturgo y cineasta austriaco Peter Handke es uno de los más importantes escritores en alemán de las últimas décadas, uno de los indiscutibles exponentes de lo mejor de la cultura alemana actual. El talento predominante de Handke no es óbice para que sienta, como otros muchos destacados intelectuales de nuestra contemporaneidad, una cierta atracción y entusiasmo por personajes políticos que no han destacado precisamente por su espíritu liberal y sus afanes democráticos. Ahí están como ejemplos más o menos cercanos, y sin necesidad de tener que pensar mucho, los entusiasmos de Neruda o Rafael Alberti por el carnicero Stalin, o la consideración que siente buena parte de la actual progresía española por un personaje como Fidel Castro.

    Pues bien, Peter Handke, al parecer con algún tipo de ascendencia serbia, se ha declarado en varias ocasiones y públicamente a favor de Slobodan Milosevic, a quien nunca vio como un dictador genocida, sino como un político elegido gracias a los votos de su pueblo; vamos, algo parecido al caso protagonizado en su día por ese político austriaco con bigote llamado Adolf Hitler. Handke, además, ha insistido en no pocas ocasiones en que Occidente sólo prestó atención a las víctimas del bando croata o bosnio-musulmán en la última guerra de los Balcanes, y nunca se fijó en la tragedia sufrida por las minorías serbias en los nuevos países surgidos de la desintegración de la antigua Yugoslavia.

    El caso es que Peter Handke, a quien no han debido convencer en exceso los argumentos considerados por el Tribunal de La Haya contra el exdirigente serbio, acudió el pasado 18 de marzo al entierro de Milosevic, muerto en su encierro holandés en circunstancias un tanto extraordinarias. Este último homenaje de Handke al dictador, este fúnebre viaje del escritor a Serbia le ha parecido la gota que colmaba el vaso a Marcel Bozonnet, quien dirige desde hace un lustro en París la famosa Comédie Française. Con tal motivo, el director Bozonnet ha decidido retirar de su programación la obra del dramaturgo austriaco titulada Voyage au pays sonore ou l’art de la question, que estaba prevista para su estreno francés en enero del próximo año.

    Bozonnet ha declarado que respeta el principio de separación entre el hombre que crea y su obra, pero que en este caso concreto no podía, dado que la actitud de Peter Hadke le resulta un evidente insulto a las víctimas masacradas en el genocidio impulsado por Milosevic y su política. El debate ha quedado abierto entre los que defienden lo idóneo de la postura del francés y los que repudian la aplicación de su veto censor. El debate es, me parece, de muchísimo interés: qué postura defiende el lector de estas líneas?, en que orilla de la corriente se sitúa?, en qué lugar me coloco yo?

    Dejándome llevar por un cierto sentido del humor que, sinceramente, no sé si es aquí muy oportuno, comenzaré insinuando que el tal señor Marcel Bozonnet no tendría mucho futuro como programador de actividades en los teatros públicos dependientes hoy del nacionalismo vasco. Pero dejando a un lado el comentario socarrón (aunque creo que a la vez significativo), como tengo que posicionarme, lo haré del lado del autor austriaco, y lo voy a intentar explicar aportando, para no extenderme en demasía, sólo tres ideas que surgen ahora a vuela pluma.

    En primer lugar creo que el árbol de la censura nunca da buenos frutos, y la decisión de Bozonnet, tal y como se ha producido, nace directamente de su ánimo censor. En segundo lugar, soy un firme partícipe de saber separar la obra de su creador; si no fuera así, la historia de las artes se desmoronaría sin remedio, no quedando probablemente nada de ella en pie. En tercer lugar, ya hay bastante gente tomando decisiones por nosotros, como para que nadie tenga que decidir si puedo o no puedo ver una obra de teatro o una película aduciendo razones éticas; lo que necesitamos todos es información para poder decidir con la mayor libertad posible: si el dramaturgo Peter Handke me parece un tipo indeseable por apoyar a Milosevic, basta con que personalmente tome mis medidas, por ejemplo, no ir a ver su obra, no leer sus libros o, mejor aún, rebatir sus peregrinas ideas con argumentos y razones.

    Entiendo al señor Bozonnet, pero creo que hay que estar con el señor Handke, aunque sus ideas en torno al dictador serbio me repugnen y me parezcan poco compatibles con su indudable talento como escritor. ]]>
    Wednesday,10 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Shoah, de Lanzmann, o la inútil memoria]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,83 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Esta pasada madrugada, la segunda cadena de Televisión Española ha vuelto a proyectar una parte de Shoah (1985), el documental sobre el Holocausto realizado entre 1974 y 1985 por el director francés Claude Lanzmann. La primera vez que tuve noticia de esta estremecedora película fue en una hermosísima carta que me envió desde París, a mediados de los años noventa del siglo pasado, el poeta y pintor santanderino Julio Maruri, autor que hace ahora casi medio siglo obtuvo el Premio Nacional de Poesía por una antología poética en la que figuraba su libro Las aves y los niños, lectura ante la que sucumbió el mismísmo Vicente Aleixandre.

    En su carta, Julio Maruri me hablaba de sus paseos por las calles de París mientras mantenía a la vez muy sabrosas conversaciones con algunos de sus antiguos y más ilustres habitantes, como Chopin, Voltaire, Casanova o María Callas. También me comentaba su arrebatadora pasión por la voz dramática de la soprano griega, o por el sonido desmayado de la trompeta de Chet Baker. Y dedicaba varios párrafos a fijar por escrito el deslumbramiento que le había experimentado al contacto con el cine de Visconti, lo inmarchitable de la lírica gestual de Chaplin, o la devastación ética y estética que le había supuesto el visionado de la versión íntegra del documental de Lanzmann.

    Después del pase de esta madrugada, quizá lo que más me ha conmocionado de Shoah es que no he podido ni por asomo hacerme una idea de lo que realmente sucedió en los campos de Treblinka o Chelmno. Me explico, claro que podría relatar con algún detalle las secuencias de lo ocurrido en dichos lugares, hacer un listado con el número de muertos y torturados, describir los métodos de extermino empleados por los nazis, incluso dibujar un mapa de la zona con las dimensiones de los campos y su geografía más significativa… Pero cómo llegar a comprender, a intuir siquiera, a representar en mi mente o en mis entrañas lo que sintió Simon Srebnik, uno de los dos únicos supervivientes de Chelmno, cuando con Lanzmann regresó al campo en el que de niño los nazis le obligaron a cantar para ellos mientras aniquilaban a centenares de seres humanos a su alrededor. Es imposible, es inútil, no dispongo, no disponemos de las herramientas necesarias para palpar siquiera la devastación experimentada por aquel niño, por el Simon Srebnik que recuerda mirando a la cámara, mirándonos a nosotros sin que nosotros podamos ni ver ni comprender nada de verdad.

    A lo largo de todo el documental no se nos muestran imágenes de cadáveres ni de sangre; no hay panorámicas de prisioneros esqueléticos; no pueden verse montañas de cuerpos rotos, amarillos y amontonados unos sobre otros con toneladas inimaginables de desprecio… Lanzmann “sólo” muestra paisajes, los sencillos escenarios en los que habitó el horror más inconcebiblemente humano. Lanzmann sitúa la cámara para lograr un encuadre lo más aséptico posible, un plano neutro en el que la memoria y el dolor de los supervivientes queda plasmado con rotundidad y sencillez, sin ningún subrayado. Todo subrayado sólo puede ser inmoral, obsceno y repugnante. Nada es lacrimógeno en Shoah. El documental no ofrece al espectador ningún resorte al que asirse para liberar su estupefacción. No, todo está hecho para que la memoria del horror y la iniquidad más absoluta anide ya para siempre en el espíritu del espectador, para que recorra su interior durante toda su existencia.

    Hoy, más de 20 años después de acabado el rodaje de Shoah, el documental atesora un plano casual y estremecedor que certifica en gran medida el fracaso a largo plazo de la Historia y de la memoria, el fracaso de las intenciones últimas que pudiera tener la película: que el horror no vuelva a repetirse, que la historia no se repita. Una de las entrevistas a uno de los supervivientes del Holocausto se realiza en Nueva York. Mientras el hombre recuerda, la cámara recoge en plano fijo y desde un coche en movimiento una panorámica de la línea de edificios que configura la típica silueta de la ciudad y sus rascacielos. De repente, entran en plano durante unos cuantos segundos las dos torres gemelas que quedan perfectamente enmarcadas. La voz en off sigue relatando sin aparente emoción los recuerdos del horror. Y el espectador del año 2006 sabe a ciencia cierta que la historia, de algún modo, se repite.]]>
    Tuesday,9 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Eugénio de Andrade, poeta]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,79 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes


    En el plato de la balanza un verso basta
    para pesar en el otro mi vida.
    Eugénio de Andrade (Oficio de paciencia, 1994).

    Ángel Campos Pámpano, uno de los mejores traductores al español del recientemente desaparecido poeta portugués Eugénio de Andrade, escribe con singular acierto que éste dedicó su vida a ser poeta desde la raíz, desde la vivencia más profunda de lo real, la única que puede iluminar la distancia que media entre la voz y las cosas, la que logra poner definitivamente a salvo las palabras todas.

    En la poética que abre su libro Antología Breve(1999), Eugénio de Andrade, en apenas unas cuantas líneas, establece la que considero una de más atinadas y hermosas definiciones de lo que es el acto poético en los tiempos que corren, los que han sobrevivido a los campos de concentración nazis y a las purgas stalinistas: empeño total del ser hacia su revelación; un fuego de conocimiento que lo es también de amor, en el que el poeta se exalta y consume, es su moral más íntima y personal.

    La ambición mayor del poeta contemporáeno es para Eugénio de Andrade expresar en cada poema: Ecce Homo, es decir, he aquí el hombre, su efímero rostro conformado por miles de rostros, todos ellos respirando espléndidamente en la tierra, ninguno superior a otro, separados por mil y una diferencias, unidos por mil y una cosas comunes, semejantes y distintos, parecidos todos y sin embargo cada uno de ellos único, solitario, desamparado. La rebeldía del poeta lo es en nombre de la fidelidad a ese rostro múltiple, a la palabra capaz de la verdad última de la sangre.

    Hace unos meses murió, sin que apenas ningún medio de comunicación español se percatará de ello, el que posiblemente haya sido, junto a Fernando Pessoa, el más grande poeta portugués del siglo XX. Un poeta que lo fue desde el despojamiento, desde el uso riguroso de la palabra, desde el tratamiento hondo de la lengua que busca en la depuración extrema el fulgor que suda en la pureza.

    Leer a Eugénio de Andrade, recuerda Ángel Campos Pámpano, es detenerse a escuchar el diálogo de la tierra con la tierra, una escritura que no sigue las huellas de los viejos maestros sino que más bien busca lo que ellos buscaron: aprehender con palabras lo inaprensible de la existencia, su intimidad extrema.]]>
    Monday,8 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Las plegarias atendidas de Truman Capote]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,77 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Si una cosa deja clara la biografía de Truman Capote escrita por Gerald Clarke y publicada en español por Ediciones B (Barcelona, 2006), es que en el caso del autor de A sangre fría se confirma la máxima que Oscar Wilde se aplicaba a sí mismo: “he puesto todo mi genio en mi vida y sólo mi talento en mi obra”.

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    El bajito escritor sureño, inaugurador del reportaje periodístico novelado como género literario en la cultura norteamericana, antes que narrador homérico del contexto occidental triunfante surgido tras la Segunda Guerra Mundial, aspiró desde su adolescencia a ser el imprescindible cronista y descriptor de la alta sociedad estadounidense con residencia en Nueva York y palacete o mansión en París, Venecia o Roma. A alcanzar dicho objetivo, ser el Marcel Proust de la Quinta Avenida en las décadas centrales del siglo XX, dedicó sus esfuerzos y dirigió todas sus plegarias.

    Pero Proust era un genio, y destinó hasta el completo agotamiento su genialidad a encaminar a toda una época de la civilización europea en busca de su tiempo perdido. Lo hizo sentado en una cama, en una habitación con las paredes acolchadas para evitar los ruidos y la furia de los idiotas parisinos que eran el principal objeto de su interés, a los que consagró toda su vida y, repito, todo su genio, sin ahorrar en el esfuerzo mezquindad y generosidad a parte iguales.

    Truman Capote no era un genio, sólo tenía talento, mucho talento eso sí. El suficiente como para llegar a tocar un arpa de hierba y escuchar otras voces mientras que con sangre fría desayunaba en Tiffany´s y dialogaba con camaleones. Sus plegarias juveniles fueron puntualmente atendidas, aunque sólo a medias. En efecto, llegó a ser el mimado cronista de la alta sociedad neoyorkina, su confidente, su pequeño y travieso enfant terrible. Pero Capote no supo resistirse al ruido y a la furia de sus más idiotas contemporáneos neoyorkinos, y en vez de hacer una crónica minuciosa desde el silencio de una simbólica habitación aislada, prefirió unirse casi a tiempo completo al ruido y la furia de los que estaban llamados a ser sus propios personajes; sencillamente fue uno de ellos, y participó con insaciable glotonería de sus artificiosas puestas en escena en diversos y exclusivos paisajes de una Europa y unos EE.UU sumergidos en plena Guerra Fría.

    Ya lo he subrayado más arriba, la íntima tragedia de Truman Capote fue que sus plegarias de juventud fueron atendidas, y cuando se percató del hecho, llegó a la conclusión de que muy pocas cosas de su vida habían merecido la pena. Murió solo y alcoholizado pronunciando las palabras de su “rosebud” particular: “Soy yo, soy Buddy”, el nombre con el que medio siglo antes le llamaba una de sus tías, allá en el lejano y caluroso sur de los EE.UU. Parece que al fin había logrado asirse a su verdadero tiempo perdido. ]]>
    Friday,5 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Irène Némirovsky en Santander]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,72 www.ojosdepapel.com

    Juan Antonio González Fuentes

    Vivo en la zona centro de la ciudad de Santander. Santander es una ciudad de tamaño medio tirando más bien a pequeño; una ciudad que tiene un largo escaparate urbano dándole la cara a su bahía; un escaparate formado por las decimonónicas fachadas de las construcciones burguesas en las que habitaron, entre otros, los escritores Álvaro Pombo y José María de Pereda, de quien por cierto se cumple este año el centenario de su muerte con el resonar de un silencio sepulcral en los medios cultos y más progresistas de nuestro país.

    Una vez que el viandante deja atrás el aludido escaparate y su pulcritud de sepulcro blanqueado, da comienzo otra ciudad que siempre está en cuesta y que tiene mucho de laberíntica, caótica, estrecha, interracial a su pesar y cultivadora de un feísmo tan atroz que hasta tiene su gracia.

    En medio de ese laberinto en el que se mezclan abigarradas las clases sociales, los oficios, los estilos arquitectónicos y los diferentes sueños sociales, tengo dispuesta mi alta atalaya. Si me asomo a las ventanas que dan al sur veo nítido y hermosísimo el telón escénico de la bahía, y también los pináculos de las iglesias neogóticas, la robustez de los muros catedralicios, los tejados aristocráticos de los más pudientes, los arenales que invitan a elucubrar veranos, las cuidadas y pomposas piscinas de las casonas más cercanas y, con un poco de suerte y si el día está despejado, la mole gigantesca de los Picos de Europa.

    Si me asomo a las ventanas que dan al norte me topo con un espacio en el que perviven algunas huertas de rusticidad enjaulada, la palmera que a algunos nos recuerda que tuvimos bisabuelos en Cuba, y unas desvencijadas y grises construcciones cuyos huecos interiores han sido testigos de las estrecheces y miserias de al menos cuatro generaciones de artesanos y proletarios.

    Cuando bajo a la calle a pasear a mi perro Miller, tardo sólo cuatro minutos en llegar hasta un chalet abandonado desde cuyos alrededores se contempla una hermosa estampa de la ciudad y su mar. Pegada al chalet hay una casita que recoge y proyecta un tipo de miseria indescriptible que todos pensábamos desterrada del Occidente en el que izamos nuestras aterciopeladas banderas. Y en el abandonado chalet de pasado angélico y confortable, apenas a diez minutos andando de la Plaza Porticada en la que Ataulfo Argenta dirigió en los años 50 las 9 sinfonías de Beethoven a la Nacional de España, se esconde, duerme, come y defeca un grupo de inmigrantes ilegales rumanos cuyos rostros y figuras cambian cada dos o tres semanas.

    Ellos salen de las ruinas ajardinadas en las que viven gordos y sin afeitar, con una mirada abotargada, pero a la vez un tanto crispada y desafiante. Ellas salen con las cabezas cubiertas con pañuelos feos y poco alegres, también abandonadas a la obesidad que proporciona una dieta rica sólo en pan y patatas, con la mirada asustada, concentrada aparentemente en las baldosas que cubren las aceras.

    Hace unos días compré la novelita de Irene Némirovsky El baile (Salamandra, Barcelona, 2006), una obra maestra de sutileza psicológica y encanto vitriólico condensada en apenas noventa páginas de letra grande y fácil. La autora de la recientemente descubierta y aclamada Suite francesa tenía veintisiete años cuando escribió El baile, y vivía cómodamente instalada en París después de que su adinerada familia hubiera abandonado Rusia tras la revolución de 1917. Antes de la invasión nazi y de acabar asesinada en el campo de concentración de Auschwitz, Irène compartía trato y elogios literarios con escritores como Cocteau o Paul Morand.

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    Irène Némirovsky

    Cuando abrí por vez primera la novelita y contemplé la fotografía de Irène Némirovsky que se reproduce en la edición española, no pude dejar de mirarla durante un buen rato, pues ese rostro me era muy familiar, sin duda lo había visto recientemente varias veces en algún lugar. De repente caí en la cuenta. El rostro triste y melancólico de Irène Némirovsky, sus cejas pobladas, sus labios llenos, su pelo negro y lacio, su discreta sonrisa forzada por las circunstancias, su mirada de reminiscencias orientales…, todos sus rasgos son los mismos con los que me topo cuando los inmigrantes rumanos salen de su desvencijado refugio santanderino. Si a la Irène Némirovsky que aparece en la foto le quitásemos el aparatoso abrigo de piel, y le pusiéramos un modesto pañuelo anudado a la cabeza, podría ser una más de las tristes mujeres rumanas que salen a pedir caridad por las esquinas de mi ciudad.

    Y entonces lo comprendí: Irène Némirovsky es mi vecina en Santander, o dicho de otro modo, cualquiera de las inmigrantes rumanas que malviven a tres pasos de mi casa podría la gran escritora Irène Némirovsky, autora de las espléndidas novelas El baile y Suite francesa, vecina del París más elegante.]]>
    Thursday,4 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[El Cine, un medio moribundo]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,39

    Juan Antonio González Fuentes

    La crisis de las artes es uno de los hechos definitorios de la historia de Occidente tras las Segunda Guerra Mundial; crisis que desde luego no pasó por alto el mundo del cine. Éste, como ya se ha dicho en innumerables ocasiones, experimentó en poco más cinco décadas lo que otras artes vivieron a lo largo de varios siglos de existencia. En estas pocas décadas el cine evolucionó desde sus primeros balbuceos mudos hasta alcanzar un evidente clasicismo y recorrer también los caminos de la vanguardia. Así, el cine permitió, por ejemplo, que Charles Chaplin, John Ford y Godard hiciesen películas en un mismo tiempo, algo así como si Piero della Francesca, Velázquez y Picasso hubieran pintado en la misma época y hubieran podido ver a la vez sus trabajos y comentarlos.

    Como le ocurrió ya al resto de las artes, una vez que el cine alcanza el máximo desarrollo en su expresión formal a mediados del XX, y los nuevos hallazgos formales de expresión poética de cineastas tales como Godard demandan de los posibles receptores un esfuerzo comprensivo al que sólo parece estar dispuesta una minoría, el mayor número de películas que llegan a nuestra pantallas y que ofrece el mercado en sus múltiples variantes, se limitan a repetir sin mucho talento ni pasión, de manera digamos rutinaria y adocenada, un esquema formal y narrativo absolutamente manoseado y cuyos frutos, salvo contadas excepciones, son generalmente sonrojantes.

    Así, el cine está en nuestros días, al igual que la novela, la poesía, la pintura o la música, en una encrucijada que parece no ofrecer muchas salidas inmediatas de futuro. Sin aparentes posibilidades de más avances en el terreno formal (dejando a un lado, claro, las meras novedades tecnológicas), con la experimentación en el desarrollo de su capacidad poética lastrada en gran medida por la ausencia de un público y un mercado a los que se les puedan demandar desde la creación exigencias y esfuerzos…, el cine de nuestros días está condenado a la clonación, a la repetición sin fin de historia, planos, secuencias, movimientos de cámara, instantáneas, miradas, sonidos.

    Todo está ya visto en él, todo se repite hasta el aburrimiento, y como toda clonación también se hace en un laboratorio, con batas blancas y guantes de goma, mezclando productos en un tubo de ensayo con la mayor asepsia posible. La mayor parte del cine de hoy está hecho al margen de la saliva, los sabores, las humedades, la imaginación, las miradas, la dedicación, la ternura, las turbulencias, las caricias, los golpes, los mordiscos y los gestos que expresan mil cosas a la vez; no hay en él desgarros, ni deseo, ni pasión, ni poesía, ni siquiera hay la mínima lujuria necesaria. Pero por encima de otros ingredientes falta el amor, el amor inicial que mueve los mecanismos que impulsan a querer contar una historia a los demás, o a hacer mediante imágenes y sonidos poesía. El cine, como el resto de las artes, ha perdido hoy casi todos sus poderes. Es un enfermo en grave estado que se resiste a morir, a continuar expresando y significando aquello que nos hace más humanos.

    ]]>
    Wednesday,3 may 2006 0:0:0 GTM
    <![CDATA[Saul Bellow en la encrucijada]]> http://www.ojosdepapel.com/Personales.aspx?blog=144,29

    Juan Antonio González Fuentes

    Si exceptuamos el fenómeno de la llamada “novela de guerra”, que en la época pareció poner punto y final al naturalismo heredado de autores como Sinclair o Dreiser, el final de la II Guerra Mundial no provocó una reacción inmediata entre los escritores norteamericanos como sí había sucedido con el término de la primera en 1918.

    Aún durante varios años los ya “viejos” Hemingway y Faulkner siguieron expandiendo sus potentes alas por el campo narrativo norteamericano. Sin embargo, durante esa etapa se estaba produciendo un fenómeno literario nuevo sobre el que pocos críticos fijaron la mirada; me refiero a la aparición en el escenario narrativo americano de escritores judíos o negros que proponían a sus personajes no como individuos pertenecientes a “minorías” sociales y culturales del país, sino como ciudadanos (héroes o antihéroes), representativos de la nueva y cada vez más variopinta realidad de los EE.UU. De ahí buena parte del creciente éxito a partir de la década de los 50 de escritores como J. Baldwin, R. Ellison, Malamud, Philip Roth, Salinger, o el recientemente fallecido Saul Bellow.

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    Saul Bellow

    Hijo de judíos rusos emigrados a Canada, Bellow nació cerca de Québec en 1915, aunque en 1924 se trasladó junto a su familia a Chicago, metrópoli en la que puede decirse pasó el resto de su vida dedicado a la enseñanza y la escritura. Sobre la obra de Saul Bellow han caído tres consideraciones generales que la encuadran y sitúan en la novelística norteamericana del siglo XX. Por un lado la crítica la considera desde hace décadas como la más importante del siglo junto a la de Hemingway y Faulkner, lo que es situarla en el cajón de un podio realmente carísimo. Por otro, la obra de Bellow es considerada también como uno de los más fiables termómetros para medir y establecer los cambios “antropológicos” dados en los EE.UU a lo largo del pasado siglo. Y por último, los especialistas otorgan a Bellow una variedad asombrosa de recursos estilísticos puesta en marcha para expresar las evoluciones en la manera de pensar de sus personajes y para evocar el universo material que los rodea.

    Así, desde finales de la década de 1940, las novelas del premio Nobel de 1976 retratan y especifican los síntomas de los distintos estados por los que atravesó la sociedad norteamericana a lo largo de medio siglo, y con ella a la cabeza todo Occidente. Síntomas que van desde la impotencia y alienación de los jóvenes en los instantes finales de la II Guerra Mundial (El hombre en suspense, 1944), hasta el análisis de las tensiones a las que la perturbadora realidad urbana contemporánea somete la conciencia del individuo (La víctima, 1947, Carpe diem, 1956), pasando por la búsqueda metafísica y alegórica de la verdad (Las aventuras de Augie March, 1953, Henderson, el rey de la lluvia, 1959) o el planteamiento de la vejez como estado de clarividencia (El planeta del señor Sammler, 1970, El diciembre del decano, 1982).

    La obra maestra de Bellow pasa por ser Herzog (1964), novela cuyo protagonista, el profesor cuarentón y judío Moses Herzog, a todas luces un alter ego del propio escritor, experimenta una seria crisis existencial trufada por todos los elementos que caracterizan la obra de Bellow y que ya hemos subrayado: la soledad, el abandono, la tentación de la locura, el anhelo de verdad, el peso de la memoria, etc…

    Para salvarse de sí mismo y del infierno que son los otros, Herzog inicia un incesante carteo (cartas que jamás conocen buzón ni destino real) cuyos destinatarios son periodistas, filósofos, políticos, amigos, Dios, y él mismo. Estas cartas a la nada acaban configurando un detallado mapa del inconsciente del protagonista, pero también de la sociedad y realidad en la que está inmerso. Las palabras reconcilian finalmente a Herzog consigo mismo y lo salvan de la locura. Herzog sobrevive, pero constata lo inútil del intento de interpretar y traducir la realidad por medio de la palabra. Herzog, es decir, Bellow, se aferra a la palabra como salvación, y a la vez descubre que esa salvación sólo puede ser personal, pues la palabra sólo expresa y relaciona un solo mundo, el propio. ]]>
    Tuesday,2 may 2006 0:0:0 GTM