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16.10.2013
José Fernando Siale DJangany: <i>En el lapso de una ternura</i> (Ediciones Carena, 2011)
José Fernando Siale DJangany: En el lapso de una ternura (Ediciones Carena, 2011)
Reseñas de libros / Ficción
Algunos de los 17 relatos guardados En el lapso de una ternura constituyen temas de un manual sobre la historia de Guinea Ecuatorial, aunque no sea ese el punto de mira del libro. Las escrituras tiene esas rarezas, que tal vez el autor no lo sabe, pero abre una rendija por la que mirar subrepticiamente un trozo de esa tierra cuya memoria nos ha sido negada. El mundo sería más estrecho y menos habitable, nuestros horizontes mentales más cortos, si no contáramos con libros como éste. A alguien hay que darle las gracias. Primero al más culpable: al editor de Carena por mirar hacia ese lado. Ya después, a José Fernando Siale Djangany, padre de estas criaturas a las que suponemos profesará un gran amor, por usar nuestra lengua común (por José Cruz Cabrerizo)
01.08.2013
Juan Jacinto Muñoz Rengel: <i>El sueño del otro</i> (Plaza y Janés, 2013)
Juan Jacinto Muñoz Rengel: El sueño del otro (Plaza y Janés, 2013)
Reseñas de libros / Ficción
Juan Jacinto Muñoz Rengel se sirve tan solo de dos personajes troncales a los que dedica capítulos alternos en El sueño del otro y con ellos arma una novela urticante e incómoda, que escarba en cuestiones tan inasibles, complicadas, antiguas, y trilladas como son la identidad, la existencia del doble y la percepción de la realidad (y eso sin recurrir a tramas retorcidas ni giros copernicanos, ni a los materiales ambientales del thriller sicológico). Esta obra ha mantenido los géneros contundentes, intactos, monolíticos, y lo que ha conseguido es un pegamento, una interface narrativa, una pasarela segura que nos permite pasar del fantástico al realismo social contemporáneo, transitando por la pregunta existencial, y eso sin turbulencias (por José Cruz Cabrerizo)
03.06.2013
Roberto Arlt: <i>El criador de gorilas</i> (Ediciones del Viento, 2012)
Roberto Arlt: El criador de gorilas (Ediciones del Viento, 2012)
Reseñas de libros / Ficción
La historia no es más que una sucesión de relatos que se amañan a conveniencia. El criador de gorilas, de Robert Arl, destilado en el alambique de la pura invención ficcional, contiene más verdad que muchos libros de historia juntos. Dicho con ampulosidad: sería el mapamundi existencial de un tiempo pasado, que delimita un territorio corral de intrigas y teatro de operaciones para el espionaje en voz alta, imán para gentes con vidas poco ejemplares. Rincón al que la pátina de exotismo y pintoresquismo se le empieza a afear y hay que darle brillo. Pocas veces quince relatos con la extensión justa (el más largo, doce páginas) bastaron para construir un universo tan amplio y distinto, tan bien medido como para saciar sin hartazgo (por José Cruz Cabrerizo)
02.04.2013
Lola López Mondéjar:  <i>Lazos de sangre</i> (Páginas de Espuma, 2012)
Lola López Mondéjar: Lazos de sangre (Páginas de Espuma, 2012)
Reseñas de libros / Ficción
En el caso de la colección de relatos de Lola López Mondéjar, Lazos de sangre, dicho en número de páginas, un 87 por ciento me ha colmado de una absoluta felicidad lectora. Las fórmulas reconocidas, convencionales y gastadas de la narrativa breve hicieron (para mi gusto) fracasar los tres muy breves relatos del total de 17 veces que la autora arriesga y pasa por el filo de la navaja. Por el lado de lo bueno, lo primero que salta a la vista es ese aspecto transversal a todo el libro que se refiere a la exquisita construcción de unos personajes casi corporales que gozan de absoluta credibilidad. Desvelar aspectos de la realidad evidentes pero que nos pasan desapercibidos y normalizarnos es desde luego uno de los logros de la mejor literatura (por José Cruz Cabrerizo)
07.02.2013
Elisabeth Bowen: <i>La muerte del corazón</i> (Impedimenta, 2012)
Elisabeth Bowen: La muerte del corazón (Impedimenta, 2012)
Reseñas de libros / Ficción
Un título equívoco, La muerte del corazón; una escritora, Elisabeth Bowen a la que por fortuna ni sabía que existía y por tanto no había leído… Creo que está claro mi “por fortuna”: si te hacen un regalo ahora, afortunadamente no te lo habían hecho antes. A lo mejor le resulta contradictorio. Tan contradictorio como que se muera el corazón, la máquina que impulsa la vida. En cualquier caso se lo digo con la mano ahí mismo, en el corazón: es un gran regalo leer libros que se viven (por José Cruz Cabrerizo)
07.11.2012
Víctor Charneco: <i>Devuélveme a las once menos cuarto</i> (Ediciones Carena, 2012)
Víctor Charneco: Devuélveme a las once menos cuarto (Ediciones Carena, 2012)
Reseñas de libros / Ficción
Víctor Charneco no debe haber pisado ninguna escuela de escritores (por su falta de técnica), pero tiene de bueno que tampoco le han llenado la cabeza de nubes y éter y de lo literariamente correcto. Se sale de ese lado, del burladero de las frases técnicamente impolutas pero hueras, y cuenta algo tangible y reconocible. Devuélveme a las once menos cuarto es un claro ejemplo de sistema desajustado, pero tras el que se adivina el sincero empeño de un escritor que se lanza a pecho descubierto. El más fuerte de sus puntos fuertes es el de la valentía suicida de un escritor que se empeña en escribir en un registro realista una ficción que debería situarse en los escenarios de la ciencia ficción. Un objetivo aparentemente inalcanzable pero conseguido desde el principio. Y de ahí que el lector acuda a firmar un contrato de suspensión de la incredulidad en base a un acuerdo invisible forjado por una sencilla naturalidad en el complejo acontecer narrativo (por José Cruz Cabrerizo)
04.10.2012
René Philoctète: <i>Río masacre</i> (Barataria, 2012)
René Philoctète: Río masacre (Barataria, 2012)
Reseñas de libros / Ficción
El ignorante lector, el que quería encontrar al autor genial (René Philoctète) y desconocido ya tiene la horma de su zapato: tratar de desentrañar las severas complejidades de esta novela, Río masacre, testimonio histórico (que no ajuste de cuentas), que utiliza el pespunte del acontecer amoroso (trufado mayormente de pulsión sexual, de erotismo sabiamente dibujado pero desbordado), entre Pedro Álvarez Brito y Molina, cortador de caña dominicano, sindicalista y por tanto carne de tortura y candidato al paredón, y Adèle Benjamín, haitiana, como uno de los hilos conductores. No, no es la misma de siempre, tan solo una mínima excusa para una novela animista en la que una guagua conversa con el conductor, y en la modorra del humo repasa sus veintitantos años de caminos; un texto donde los instrumentos del agrimensor también platican entre sí y tienen voluntad propia, como la férrea determinación de los machetes (por José Cruz Cabrerizo)
05.09.2012
Alberto Chimal: <i>Siete</i> (Salto de Página, 2012)
Alberto Chimal: Siete (Salto de Página, 2012)
Reseñas de libros / Ficción
Siete, de Alberto Chimal, es desde luego un libro sinérgico, es un sumatorio de esfuerzos orientados a la consecución de un/unos objetivo/s común/es. Me figuro que en este volumen los citados objetivos serán los de toda la vida: entretener, impactar al lector en la forma, e impactar al lector en el fondo para que reflexione. Y una vez más Siete confirma su fama de número afortunado, porque simboliza o reporta una buena lectura (por José Cruz Cabrerizo)
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