Juan Antonio González Fuentes
Lo cierto es que el cine español no me interesa mucho. Por lo general no me interesan ni los temas que aborda ni cómo los aborda, es decir, ni lo que cuenta ni cómo lo cuenta. La verdad es que no son muchas las películas españolas que llamaron mi atención la primera vez que las vi, y podría citar sólo, por ejemplo, algunas de Víctor Erice, Almodóvar, Buñuel, Mur Oti, Gutiérrez Aragón, Mario Camus, Ricardo Franco, Bardem, Berlanga, Saura..., por señalar exclusivamente a cineastas que hoy aceptan el calificativo de clásicos o veteranos.
Sin embargo, recuerdo perfectamente el descubrimiento casual de una película española que no sólo me interesó la primera vez que la vi en televisión, sino que literalmente me dejó pegado a la butaca con la boca abierta, alucinado, conmovido, no dando crédito a lo que estaba viendo, y menos a que tal alarde de “experimentalidad” desbordada, lírica e inteligente se debiese a un, entonces, joven director español. Me estoy refiriendo a la película Arrebato (1980), de Iván Zulueta, que ahora, por fin, acaba de ser lanzada al mercado en formato dvd (Karma films).
Román Gubern ha calificado Arrebato de obra inquietante y perfecta; yo diría que es una película inquietantemente perfecta, pues es una obra casi imposible de imaginar en el contexto en el que se dio: la convulsa España de la transición a la democracia, periodo que en lo artístico y cultural tantas “jaimitadas” irrelevantes y memas produjo, bastantes hoy consagradas en el irrisorio altar de la modernidad made in spain.
Escenas de Arrebato, de Iván Zulueta (vídeo colgado en YouTube por costureras1980)
Cuando Arrebato se estrenó pasó por completo desapercibida para el público, y sólo fue apreciada por una minoría que quedó arrebatada (valga la redundancia) cuando pudo verla en los “cinéfilos” cines Alphaville, hoy Golem. Dos décadas después se repuso en otros cines madrileños y la crítica ya habló de “obra maestra”, de rareza genial…, y demás adjetivos superferolíticos con los que quizá quisieron acallar su mala conciencia por la absoluta ceguera inicial.
¿De qué va Arrebato? Pero bueno, ¿alguno de ustedes conoce alguna gran novela, ópera, película…, cuyo contenido, significado o importancia pueda atisbarse narrando sus sucesos de forma lineal y con sólo una voz? Así se pueden contar los culebrones venezolanos, y no todos, por supuesto.
Diré tan sólo que Arrebato es un cuento de vampiros, y además una obra de eso que se llamaba por aquel entonces “arte y ensayo” sobre el sentido último del cine y la cinefilia; pero también es un cuento con algo de gótico y romántico, una historia de fantasmas, una reflexión sobre el arte de narrar, una historia de amor, y un melodrama sobre las drogas y su mundo o submundo. Y también es un trabajo sobre la eternidad y su (sin)sentido. Y también una reflexión sobre el hecho de ser artista, de crear…, y sobre la dramática relación que puede establecerse entre quien crea y su obra. Es esta una película sin duda autobiográfica…, y quizá la más hermosa y onírica reflexión sobre el cine que se hecho en este país nuestro, junto a El sol del membrillo de Erice.
Escenas de Arrebato, de Iván Zulueta (vídeo colgado en YpuTube por caracorolol)
Arrebato es hoy un mito de la mejor cultura underground española nacida durante la transición. Eusebio Poncela y Cecilia Roth protagonizan la cinta y, sobre todo el primero, están perfectos. Y en los fotogramas queda atrapado como vampiro de sí mismo y su personaje el enigmático y maldito Will More, un actor fetiche del fetichismo transicional español de la Movida.
Como todos los protagonistas de Vidas rebeldes, la película de John Huston protagonizada de alguna manera real por la mismísima muerte encarnada en Monty Clif, Clark Gable y la Monroe, Iván Zulueta nunca se ha recuperado del rodaje de Arrebato, y vive desde hace años semiretirado en San Sebastián, acrecentando así su figura mitológica y alimentando calladamente multitud de especulaciones que incluso lo sitúan como un auténtico vampiro atrapado por las brumas salinas de la playa de la Concha.
Háganse con Arrebato, véanla sin prisas ni exigencias, con un mínimo de paciencia y predisposición para lo inaudito. Una vez terminada la película les habrá podido gustar o no, les habrá emocionado o irritado (otro tipo de emoción), pero les aseguro que nunca finalizarán el visionado indiferentes, nunca podrán decir que han visto una película más. Eso, no sucederá.
Presentación de Arrebato por Iván Zulueta (vídeo colgado en YouTube por AlbertoWDJ)
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.