lunes, 21 de abril de 2008
Velatorio para perros: ¡¡ni tanto ni tan calvo!!
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Sociedad en Blog personal por Sociedad
Pues sí, desde hace dos años hay en la provincia de Murcia la primera incineradora para mascotas con velatorio de España

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Va a hacer dos años que escribo casi diariamente en Ojos de Papel, y de todos los post publicados hasta la fecha, el que registra más lecturas, con notablilísima diferencia (más de 15.000 visitas y 400 comentarios), es el que dediqué a la demencial actuación del “artista” Guillermo Vargas, quien desarrolló la siguiente supuesta actividad artística para mostrar o demostrar no se sabe muy bien qué: ató en un stand de una feria a un débil perro callejero y lo dejó morir literalmente de hambre.
 
Las miles de lecturas registradas y el sentido de los centenares de comentarios demuestran con claridad, creo, que hay mucha gente que realmente quiere a los animales y en especial a los perros, a sus perros. Durante una parte de mi vida no entendí en absoluto ese “amor” por los animales y el enorme sacrificio que supone vivir con ellos. Siempre me pareció algo casi enfermizo. Todo cambio cuando llegaron a mi vida primero Petra y, luego, sobre todo, Miller. El contacto con estos animales no sólo me ha dado una visión distinta sobre ellos, sino también sobre mí mismo y la vida en general.
 
Un domingo lluvioso en Madrid, un domingo de esos que el mediodía te sorprende tirado en el sofá con un café caliente en la mano, descubrí en el canal Cuatro de televisión el programa del norteamericano de origen mejicano César Millán, el “encantador de perros”. Al principio no le dediqué especial atención al programa, me pareció el típico del charlatán de turno en el que se mezclaba el buenismo, la psicología casera, una trascendentalidad superficial y amañada, etc… Pero quizá por tener perro y gustarme las historias que los tienen como protagonistas, acabé prestándole cada vez mayor atención a César Millán, y hoy, no hay domingo que, si puedo, no lo vea de principio a fin.
 
 
Perro disfrazado de Batman (foto recogida de la web cosadeperro.com)
Perro disfrazado de Batman (foto recogida de la web cosadeperro.com)
 
La enseñanza básica y primordial que he aprendido en este programa es de una elementaridad absoluta, pero a veces, los que tenemos animales, nos olvidamos de ella con suma facilidad: los perros no son seres humanos, son perros, animales. Con frecuencia los tratamos como si fueran hijos o amigos y los hablamos, vestimos…, sin darnos cuenta de que esa transferencia de humanidad no sólo les perjudica a largo plazo, es que nos le hace felices y perjudica su salud física y mental. Los perros necesitan para ser felices disciplina, necesitan saber que el dueño es quien manda, quien tiene las responsabilidades, y necesitan estar tranquilos, tener la mente relajada, hacer ejercicio físico y sentirse queridos, admitidos por la familia a la que pertenecen. Los perros necesitan respetar a sus dueños y precisan ser tratados como lo que son. Al tratarlos como humanos les transferimos nuestros miedos, nuestros problemas, nuestras historias, nuestras neuras… Los desequilibramos, les dejamos la mente confusa y desorientada.
 
Sí, es un error completo “humanizar” a nuestros perros, a nuestras mascotas. Es un error para ellos y para nosotros. Por eso ha llamado mucho mi atención la noticia de que hace dos años se abrió el primer tanatorio para perros y gatos en España. Está en Lorqui, en la provincia de Murcia (Crematur Levante, se llama la empresa), e incluye incineradora y sala para organizar el velatorio. Hasta ahora se ha utilizado para incinerar perros y gatos, pero por las llamas también han pasado pájaros, un cocodrilo y un león de un circo.
 
El dueño del tanatorio ha declarado que se decidió a abrirlo cuando se dio cuenta de que el “dolor” de los propietarios de mascotas era mucho a la hora de despedirse de ellas y en consecuencia decidió habilitar una sala para su intimidad. En la sala hay sofá, algunos asientos, pañuelos de papel para las lágrimas y una vitrina de cristal donde se coloca a la mascota. Los dueños (familiares) pueden seguir desde la sala todo el proceso, y si lo desean, llevarse las cenizas en una urna. El velatorio cuesta 40 euros que hay que añadir a los gastos de la incineración, cuyo precio varía dependiendo del tamaño del animal.
 
La empresa se encarga de todo, como si el finado fuera una persona de la familia. Se recoge al animal en la clínica veterinaria, se le traslada y se le prepara para la urna. Se le arregla, se le peina, etc…
 
No sé que opinará el lector, pero quizá todo pueda resumirse en la célebre: “ni tanto ni tan calvo”.
 
Nota de la Redacción: otro texto de Juan Antonio González Fuentes sobre el maltrato de animales:


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.