martes, 18 de diciembre de 2007
Ladrón de Guevara escucha a Barbara Bonney y habla de Nacionalismo
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Sociedad en Blog personal por Sociedad
El sábado acudí en Santander al concierto de la soprano Barbara Bonney con mi amigo Jesús Laínz y con Ernesto Ladrón de Guevara, miembro del Foro de Ermua

Juan Antonio González Fuentes

Juan Antonio González Fuentes

He pasado el fin de semana solo en la ciudad. Ella se quedó en Madrid a la espera ya de los cercanos días de asueto navideños. Así que el sábado por la mañana, con tres grados de temperatura de máxima, monté en el coche de Salvador Carretero, director del Museo de Bellas Artes de Santander, para ir al campo de hierba artificial de La Albericia y jugar el habitual y gratificante partido de los sábados por la mañana.

Hacía un frío más que respetable, cargado de humedad asfixiante, pero el encuentro resultó divertido y ameno. Los de rojo volvimos a ganar, y esta vez el ex azulgrana Amunike jugó con nosotros, dando dos o tres pases de gol francamente memorables a pesar del estado de su maltrecha rodilla. El ex rojiblanco Kiko Narváez, un portento como jugador y como hombre simpático, muy conocido ahora como comentarista deportivo en radio y televisión, jugó con el equipo azul, y me comentó que pasaría todas las fiestas en Santander, pues va a ser su familia gaditana la que venga al norte penínsular a comer turrón y mazapanes.

Ernesto Ladrón de Guevara: Educación y nacionalismo (Txertoa, 2005)

Ernesto Ladrón de Guevara: Educación y nacionalismo (Txertoa, 2005)

Hacía semanas que no jugaba al fútbol, y acabé rendido. Después de comer me dolían hasta las pestañas, y tras una siesta bastante cortita, bajé a la calle camino del despacho. Me pasé un momento por la librería Gil, y comprobé que la poesía del último Premio Cervantes, el argentino Juan Gelman, ocupa ahora un lugar preeminente en las breves estanterías destinadas a los libros de poesía.

A las ocho de la tarde había quedado en la chocolatería Valor de la calle Castelar con mi buen amigo Jesús Laínz, el abogado y empresario santanderino autor de los éxitos editoriales Adiós, España, La nación falsificada y el muy reciente España desquiciada, todos editados por el sello madrileño Encuentro. Hacía el local me encaminé poco a poco contemplando el alumbrado navideño y a las gentes forradas con ropa de abrigo y cargadas ya de paquetes con regalos. Íbamos a encontrarnos los dos en la chocolatería para dirigirnos luego a la sala pequeña del Palacio de Festivales, a escuchar el concierto que la gran soprano norteamericana Barbara Bonney iba a ofrecer a partir de las ocho y media con canciones del matrimonio Schumann, Grieg y Richard Strauss. Cuando llegué al establecimiento me encontré con que Jesús charlaba amistosamente con un señor de aspecto simpático y bonachón. Era Ernesto Ladrón de Guevara, uno de los más antiguos integrantes del Foro de Ermua, doctor en Filología, ex diputado de las Juntas de Álava y autor de un ineludible libro, Educación y nacionalismo. Fuimos los tres al concierto que resultó notable, con una Bonney que cantó lied de Grieg y de Robert Schumann con auténtica maestría.

Imagen atentado de Vic (1991) 

Atentado de Vic: 10 asesinatos (29 de mayo de 1991)

Tras el concierto fuimos a “picar” algo a un abarrotado local cercano, y entre un abundante lacón a la gallega, queso, chorizo y lomo ibérico, un poco de vino y algo de pan, Ernesto Ladrón de Guevara nos relató su día a día de ser humano amenazado por los asesinos de ETA, sus paseos cotidianos acompañado por sus escoltas, el vacío que sufre en su entorno casi más inmediato, el sufrimiento traumático de su mujer… Hablamos, claro, del problema de la educación en las ikastolas vascas (centro neurálgico de ideologización y siembra de sentimentalidad nacionalista), del lavado de cerebro que a través de la educación y el permanente apelar al sentimiento nacionalista experimentan los jóvenes. Hablamos de su acercamientos teóricos sobre cómo los nazis del intoxicador Goebbels actuaron en la Alemania de los años veinte y treinta de manera parecida a como se actúa ahora en algunas zonas de España. Y hablamos, también, de los pasos muy probablemente irrevocables que se están dando tendentes a la fragmentación definitiva de España, y a la ruptura y desintegración de una de las naciones más antiguas de Europa.

En la madrugada del sábado al domingo me refugié en la cama con la seguridad absoluta de haber tenido la inmensa fortuna de compartir música, mantel y palabra con un verdadero héroe en la lucha por la libertad y la igualdad en nuestro país; con un trabajador infatigable por la modernidad y la racionalidad frente a la barbarie oscurantista y retrógada de un nacionalismo construido desde la invención y perversión de una Historia edificada sobre los cimientos del sentimiento, y no sobre los del discurso ilustrado. Y apenas “pude pegar ojos” en toda la noche, consciente quizá por vez primera en mi vida de mi cómodo vivir diario, de mi “compromiso adocenado y amaestrado” con la realidad histórica de mi país, de mi cobardía grata y llevadera entre algodones..., mientras a pocos kilómetros de mi escenario tranquilo hay hombres y mujeres que diariamente se la juegan por mi propio futuro, por la decencia y la dignidad de nuestra sociedad, por la razón y palabra frente a la sinrazón sentimental y las balas en la nuca.   


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.