martes, 27 de marzo de 2007
Xosé M. Núñez Freixas: “¡Fuera el invasor!” (Marcial Pons, 2006)
La guerra civil española de 1936-1939 no sólo fue un enfrentamiento entre fascismo y antifascismo, o entre modelos diferentes de sociedad. También fue un conflicto en el que el nacionalismo jugó un papel fundamental.
Título:
¡Fuera el invasor! Nacionalismos y movlización bélica durante la guerra civil española
Autores: Xosé M. Núñez Freixas
Editorial: Marcial Pons
Lugar y fecha: Madrid, 2006
Páginas: 473
Precio: 32 €
La guerra civil española de 1936-1939 no sólo fue un enfrentamiento entre fascismo y antifascismo, o entre modelos diferentes de sociedad. También fue un conflicto en el que el nacionalismo jugó un papel fundamental, en un triple sentido. Primero, porque ambos bandos presentaron su lucha como una defensa de la patria frente a un invasor extranjero, y en consecuencia el nacionalismo pasó a ocupar un lugar importante en sus respectivas culturas de guerra. Segundo, porque en el curso del conflicto se elaboraron visiones contrapuestas acerca de lo que era y debía ser la nación española y su relación con el Estado, tanto en el bando republicano como en el bando sublevado. Y tercero, porque los movimientos nacionalistas periféricos se vieron impelidos a tomar partido en una contienda cuyo origen y dinámica suponían ajenos a su especificidad nacional, y por lo tanto vivieron en buena parte la guerra como una invasión por parte de un otro identificado a menudo con España.
Entre las visiones de España defendidas por franquistas y republicanos, por un lado, y entre dichas concepciones y las visiones nativas de Euskadi, Cataluña y Galicia por el otro, se abrió con la guerra una fractura que setenta años después no ha sido aún plenamente superada.
Xosé Manuel Núñez Freixas (Orense, 1966) es doctor en Historia Contemporánea por el Instituto Universitario de Florencia y profesor de la misma materia en la Universidad de Santiago de Compostela. Se ha especializado en el estudio comparado de los nacionalismos y las identidades territoriales en España y Europa, así como en estudios migratorios y en historia cultural de la violencia, temas sobre los que ha publicado varios libros y numerosos artículos en revistas y volúmenes colectivos tanto en España como en el extranjero.
Estos son algunos párrafos seleccionados de la reseña del profesor
Rafael Núñez Florencio publicada por
El Cultural (25-1-2007):
...la preocupación esencial es un análisis ideológico (conceptos, teorías, propaganda), que se complementa con la exploración de sus consecuencias en la realidad social (adoctrinamiento y movilización de masas) y desemboca, como no podía ser de otra manera, en el examen detenido de los mecanismos de captación nacionalista. En este sentido, el subtítulo “Nacionalismos y movilización bélica durante la guerra civil española” es mucho más expresivo que la ambigua proclama de “¡Fuera el invasor!” que campea en la portada.
(...)
“¡Fuera el invasor!” significaba para los fieles a la República que el pueblo español debía expulsar aquella barbarie fascista ajena a nuestras esencias (de ahí tantos extranjeros –alemanes, italianos, “moros”– en las fuerzas rebeldes). Por eso se habla de otra guerra de la independencia, una “nueva Numancia miliciana”… Incluso el PCE aludía a la nación inmortal y rescataba los mitos tradicionales (dándoles un significado “popular”) y los propios anarquistas se apuntaban a la retórica de la patria invadida como discurso movilizador.
Pero “¡Fuera el invasor!” significaba, por otro lado, en el ámbito franquista, que se luchaba para que Rusia alejara sus garras de nuestro país. España, concebida como la nación católica por antonomasia, emprendía así una batalla desigual y heroica contra las “fuerzas externas” (entre ellas, el comunismo y la masonería): no por casualidad, se repetía aquí también, hay tantos extranjeros –empezando por las llamadas brigadas internacionales– en las filas republicanas. En suma, los que estaban enfrente de la gloriosa cruzada de liberación, ya por maldad intrínseca, ya por error, no eran españoles sino la anti-España. Haciendo caso omiso a sus propias contradicciones cada bando se veía o, mejor dicho, pretendía legitimarse en arengas e imágenes como la nación auténtica frente al enemigo que venía de fuera.
Y todavía era posible distinguir un tercer sector, los nacionalistas periféricos radicales, que se dejaban ganar por la tentación de aprovechar el conflicto para lograr la independencia de una España –daba igual si franquista o republicana– caracterizada como cerril, brutal y opresora de sus respectivos ámbitos territoriales. “¡Fuera el invasor!” significaba en esta ocasión repeler la agresión de cualquiera de las Españas en nombre de la “nación auténtica” (Euzkadi, Catalunya o Galiza).
Siendo todo ello importante, no se queda el autor en el nivel propagandístico sino que investiga hasta qué punto esos reclamos tuvieron efecto. Se trata por tanto de precisar cuál fue la impregnación social de esos discursos nacionalistas. Aunque las conclusiones son muy matizadas, puede decirse que en líneas generales esos mensajes llegaron a calar en los sectores a los que iban destinados, contribuyendo de este modo a forjar una identidad nacional con los propios y unas imágenes de los otros como extranjeros cuya importancia trasciende a la mera etapa bélica.
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NOTA: Este blog es una suerte de
Escaparate dedicado a los libros y revistas, pero no a la crítica, sino a dar noticia de ellos a través de la información que proporcionan las editoriales, la prensa y las revistas y suplementos culturales.