viernes, 9 de marzo de 2007
¡Todo Vale! De Juana Chaos o Teresa de Calcuta
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Sociedad en Blog personal por Sociedad
La tarea de los hombres libres, la gran aventura que les espera de ahora en adelante es trabajar por defender su capacidad de pensar y actuar por sí mismos.

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Juan Antonio González Fuentes

Vivimos un claro tiempo del Todo Vale, o lo que es lo mismo, como bien ha subrayado recientemente el filósofo Aurelio Arteta, del Nada Vale. Desde hace fechas cuya cuantía no sería muy fácil precisar, nuestro mundo se ha negado en nombre de la Democracia con mayúsculas a cuestionarse el valor de las conductas, los pensamientos, las ideas, las decisiones..., todas son en principio aceptables, todas merecen “respeto”.

Ya digo, en nombre de la Democracia mal entendida el igualitarismo más ramplón y pueril, ese por el que tanto aboga la progresía porque sí de radio y televisión, está ahogando en su lodazal de igual rasero para todo y todos, el valor de los valores, valga la redundancia. Ya lo decía Unamuno en la Salamanca que poco a poco cavaba su tumba de español no seguidista: a nadie le importa ya el espíritu, sea eso lo que eso sea, sólo importa lo material y lo físico, de ahí la importancia suprema de los deportes entre la juventud, de ahí la importancia de la guerra.

Todos somos iguales en nuestra condición de seres humanos y ciudadanos, pero no todos tenemos igual valor como personas, pues a través de nuestra conducta y en el uso de nuestra capacidades desarrollamos más o menos las potencialidades que atesoramos. De Juana Chaos, asesino en masa, jamás tendrá el mismo valor como persona que Teresa de Calcuta, por poner dos ejemplos extremos de canalla y santa.

Esta negación social y generalizada de valorar los valores, de establecer diferencias entre lo malo, lo regular, lo bueno y lo mejor, demanda entre otras cosas que la excelencia y lo excelente sea perseguido y condenado; sea condenado, cuando menos, al ostracismo, al exilio interior dentro de la sociedad y del propio interior personal. Uno de los mayores logros que puede alcanzar hoy un niño es el de ser normal, y una de sus máximas aspiraciones es crecer dirigido directamente hacia la normalidad normalizadora. El objetivo hoy es ser alguien del montón, no diferenciarse, no asomar la cabeza para otear horizontes distintos a los que nos proponen los fabricantes oficiales de horizontes.

En este marasmo en el que el pensamiento ha caído herido de muerte, o como hace ya años señalaba el pensador francés Alain Finkielkraut, ha caído derrotado igualando “democráticamente” un par de botas a la obra de Shakespeare en la valoración social, es muy comprensible que hasta nuestro presidente de gobierno señor Zapatero llegue a confundir lo “legal” con lo “justo”, con lo que es de justicia. Legal, por ejemplo, llegó a ser denunciar y perseguir a los judíos en la Alemania nazi, pues había leyes que así lo demandaban. Legal fue también en su tiempo tener esclavos, pues había leyes que lo autorizaban y fomentaban. Sí, eran prácticas legales, ¿pero eran justas?, ¿había justicia en ellas?

No, no hay valores, y el pensamiento ha sido derrotado, y lo ha hecho, además, en nombre de un igualitarismo que la ignorancia pueril y manejada ha asemejado a la Democracia. Ser demócrata pasa por defender el igualitarismo en el sentido ya subrayado.

La tarea de los hombres libres, la gran aventura que les espera de ahora en adelante es trabajar por defender su capacidad de pensar y actuar por sí mismos, a su libre albedrío, al margen de las camarillas, los grupos, los estados de opinión..., al margen de la normalidad, del montón que siempre espera atentos para acogernos en su seno y engullirnos para siempre jamás.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música...)