miércoles, 14 de febrero de 2007
Robert Walser en su tumba de nieve
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Libros y autores en Blog personal por Libros
El escritor Robert Walser apareció muerto en la nieve el día de Navidad de 1956. Ese día dio su último paseo uno de los escritores más grandes del siglo XX.

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Juan Antonio González Fuentes

El ingeniero Tobler sufrió la ruina y sus más nefastas y tristes consecuencias: su mujer y sus cuatro hijos lo abandonaron. Testigo privilegiado de este proceso hacia la hecatombe personal es Joseph, un empleado del ingeniero que permanece fiel a su jefe. Esta historia es, más o menos, la que se cuenta en El ayudante, narración publicada en 1908 por el escritor suizo Robert Walser (1878-1956), y que no deja de ser un remedo literario y esencialmente irónico de la experiencia personal del propio autor, quien trabajó durante seis meses en la casa de un ingeniero de nombre Dubler.



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Robert Walser en mayo de 1942


El ayudante, libro publicado por Siruela, es un paso más en el extenso paseo narrativo que inicié con Robert Walser hace ya algunos años, paseo que página a página me ha ido proporcionado algunas de las satisfacciones librescas más extraordinarias de mi vida lectora. Walser, él mismo, es una narración compleja e inconmensurable, de cualidades tan extraordinarias que, como señaló en su día el gran Elías Canetti, “un personaje tan singular como Walser no hubiera podido inventarlo nadie”.

Walser escribió alrededor de una docena de libros que se califican con un sólo y hoy en exceso manoseado adjetivo: memorables. Los hermanos Tanner, El paseo, La rosa, Jacob von Gunten, o sus microgramas también recientemente publicados, ofrecen las más alta idea de lo que es capaz de contener y transmitir la más alta literatura intemporal, una de las que dan sentido al arte de escribir en el siglo XX.

Al cumplir 50 años Walser se internó a sí mismo en un sanatorio para enfermos mentales. Sin eufemismos, se ingresó en un manicomio y dejó de escribir. El resto de lo que le quedaba de vida lo pasó en silencio y recluido en aquel lugar, paseando, divagando, perdido en la inmensidad de su interior. Apareció muerto en la nieve el día de Navidad de 1956. Ese día dio su último paseo uno de los escritores más grandes. La frialdad del mundo lo acompañó hasta el último momento, en el que un manto de nieve hizo de pálido sudario.

Siempre que veo nevar o contemplo la nieve tranquila descansando en los caminos pienso en Walser. Y siempre prosigo mi paseo sintiendo en el frío el calor de su compañía, de sus páginas que arden en la hoguera que de momento me mantiene a salvo de la helada final.

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NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música...)