
Bodegas Emina. Valbuena de Duero (foto propiedad de 
Eco-Viajes)
Primera lección: toda cata comienza por el tacto. Las 
botas se van hundiendo en el polvo del terroir y las nubes emborronan, a ratos, 
este cielo azul líquido de un otoño que se resiste a desembarcar. Los 
ocasionales vendimiadores se adentran entre las líneas de viñedo y sus siluetas 
se pierden en el babel que tejen las elegantes hojas de la variedad tempranillo. 
Su misión es simple, en apariencia: encontrar un buen racimo, aplicar la escueta 
lección de corte recibida minutos antes, y regresar al punto de partida con el 
botín.
 
Jugamos 
a aprendices de enólogos y estamos en la milla de oro de la Ribera, en Valbuena, con la sombra verde que 
elevan los olmos a orillas de un río turbio y manso que se llama Duero. El 
paisaje, que el viajero imagina intacto a través de los siglos, es una sucesión 
de colinas peinadas de viñedos y oteros que parecerían cercenados por una 
radial. El sol se pega a los dedos, igual que el azúcar de las uvas al apretar 
los hollejos para calibrar el color de la pulpa. La maduración correcta del 
fruto. A lo lejos el tejado de la abadía cisterciense de Santa María de Valbuena, del siglo XII, 
vigila con calma el ritmo de la vida tras sus muros. Como 
siempre.
 
Nana, 
Yolanda Cano, dirige la cata de uvas. La acidez de los frutos envolviendo la 
lengua. El dulce veneno para los sentidos de la moscatel jerezana, la robusta 
acidez en el paladar de la uva verdejo de Rueda. Grosor y tonalidades. Uva 
blanca y uva negra: granos. Una puerta abierta a un mundo de sensaciones donde 
todo se acompaña de una nueva palabra que añadir al vocabulario del recién 
llegado. Más de quince mil visitantes en las bodegas del Grupo Matarromera a lo largo del año 
2010 en sus instalaciones de las D. O. Toro, Rueda, Cigales y Ribera del Duero. 
Cifras que invitan al optimismo.
 
Cata 
de vinos. 
La sala de catas del sostenible edificio que alberga las dependencias del Centro de Interpretación 
Vitivinícola Emina semeja un pulcro laboratorio donde, por encima de 
la sorpresa, reina el orden y el silencio. Como en el interior de un claustro. 
Las copas, alineadas junto al pequeño lavabo para los enjuagues. Las botellas, 
haciendo un guiño de color. La sumiller anticipa pautas, corrige 
errores, sugiere esencias. El vino, su sabor, está en nuestra memoria. Nos pide 
adentrarnos en ella. Acercamos la copa a nuestras fosas nasales. Primera 
impresión. Comentarios. Ahora abrimos el vino haciendo girar el caldo dentro de 
la copa. Olemos nuevamente. Sugerencias. Primer trago para lavar la boca de 
sabores previos. Recuerdos. Segundo trago. Sabores primarios, secundarios y 
terciarios. Aromas a frutas y madera. A chocolates. El picor en la punta de la 
lengua o en el fondo de la garganta. La aspereza en el cielo de la boca. Barrica 
de roble americano o francés. Vino del año o crianza. Aureolas, colores limpios. 
El vértigo de lo desconocido confrontándose al placer del conocimiento. 
 
Vino 
+ Gastronomía + Patrimonio. 
Conscientes de las muchas posibilidades turísticas que ofrece el mundo del vino 
y, también, de las carencias que afronta el sector en Castilla y León, el equipo del Grupo 
Matarromera lanza ahora al mercado una propuesta pionera en la zona: las rutas por el Duero con vehículo y 
chófer privados. La idea está calcada de parecidas iniciativas que 
funcionan, y con éxito, en otras regiones vitivinícolas europeas y supone una 
paso adelante en la estrategia de consolidación de este grupo bodeguero como 
primer proveedor de servicios para el enoturismo en Castilla y León. 
 
Se 
ofertan así dos nuevas rutas 
enoturísticas: “Anillo del Duero”, con una visita a bodegas propias en las 
D. O. Cigales y Ribera del Duero, y el “Duero más desconocido”, con idéntica 
propuesta para las D. O. Rueda y Toro. El paquete incluye la recogida de los 
participantes en la estación del AVE 
de Campo Grande, en Valladolid, los 
traslados, cata, comida con maridaje y visita a algunos de los elementos del 
patrimonio religioso más destacados de cada zona. Los precios son los 
siguientes:
 
Ruta 
“Anillo del Duero”: 160 €/persona
 
Ruta 
“Duero más desconocido”: 150 €/persona
 
A 
partir de la tercera persona se hace un descuento del 50% en el precio, lo que 
lo convierte en una alternativa ideal para viajar en grupo y compartir 
costes.
 
Esta 
novedosa iniciativa se une al catálogo de experiencias enológicas que ofrece 
desde hace años el Grupo 
Matarromera: “Desde la cepa a la botella” (6 €/adulto), “Con los cinco 
sentidos: Curso de iniciación a la cata” (30 €/adulto), catas horizontales, a 
ciegas, por variedades y, para grupos de empresa, las divertidas “Casino del 
Vino” y “Academia del Vino”.
 
Más 
información:
 
Centro 
de Interpretación Vitivinícola Emina
Ctra. 
San Bernardo, s/n
Valbuena 
de Duero (Valladolid)
Tel. 
902 43 01 70