De
este libro, tuvimos un avance en 2006, con la plaquette-collage
Monocromos (Ed. Luis Burgos Arte del siglo XX) que publicó en
colaboración con el artista Concetto Pozzati.
Y Cráter, que recibió el Premio de la
Crítica de poesía en lengua gallega (2011), nos llega combinando efervescencia y
madurez, así como una mirada de gran profundidad que desarrolla a lo largo de
sus casi 200 páginas.
Estructurado en cuatro partes: Cinsa, Pedras, Lava y Rocha metamórfica
(1); Olga Novo propone a través
de sus páginas un trayecto telúrico que aproxima el espectador hacia esa Galicia
rural abandonada, que podemos percibir como si fuera nuestra casa. Atisban bien
esa mirada los dos versos que abren el libro:
O meu xenoma é unha rede de estradas
secundarias
que incomunican a montaña
ó val. (2)
Envuelve todo el poemario un aura de sensualidad y erotismo, que
consigue mediante el poder de las imágenes (ya los mismos títulos de las partes
nos remiten a las ideas de transformación e incandescencia) y mediante el uso de
la técnica surrealista. La estética surrealista (formalmente plasmada a través
de la ausencia de signos de puntuación, de ciertas alteraciones tipográficas, de
la inclusión de onomatopeyas, etc.) le permite acercarse a la fuerza de los
sueños que existe en aquello que se olvida o se abandona, al mismo tiempo que le
permite trabajar esa idea de desbordamiento que sugiere el título de la
obra.
Otro
de los recursos que utiliza Olga Novo para desarrollar su propuesta es la
creación de una especie de alter ego del personaje poético, una “Diosa
campesina”. En palabras de la autora en el prefacio del libro, este nuevo cráter procede, en buena parte,
de la escucha de la palabra humilde de una Diosa campesina, vital, libertaria y
amorosa.
Las
intervenciones de esta Diosa campesina se extenderán a lo largo de casi todo el
poemario y darán muestra de esa vitalidad, de ese querer hacer de las cenizas
lava. Así su primera intervención dice lo
siguiente:
Deusa campesiña:
sucumbirá o poder ó peso da levedade da cinsa que vos soterra.
Porque unha flor de codeso estoupará um dia mostrando
que sobre o olvido medra a beleza.
Que a vida ábrese paso.
Ábrese paso. Ábrese paso. (3)
Este
vitalismo también se expresa a través de la riqueza formal de la obra: alterna
poemas muy largos con algunos poemas breves, poemas con estructura teatral (Coa vida), poemas en prosa y poemas a
modo de fragmentos, como en la segunda parte (Canto coral do Menhir roto), donde la
palabra personaliza a la ruina, la vivifica:
penso en ti
e es un menhir pequeño que chora entre os meus
brazos
disposto a iluminar o tránsito das almas
ábreste ante
min
inclinada estou
veme
ante
tal floración granítica (4)
Verso
libre, generalmente de arte mayor, con cambios bruscos, trabajando esa idea de
efervescencia y movimiento.
Pero este viaje también
busca revivir la idea de belleza (así titulará al último poema del libro), y
para ello también se adentra en la metáfora de las ruinas de de la antigüedad
clásica, como Pompeya, esa vida de repente pausada en el tiempo, o la tumba del
nadador en Paestum; al mismo tiempo que dialoga con Plinio, el viejo o con la
Sibila de Cumas. Los siete poemas de la tercera parte del libro serán un
recorrido por esta lava, que sigue estremeciendo pasados los siglos.
Así explorará la beleza
carbonizada:
(…)
Escoito na noite
un ladrido petrificado
que percorre coma unha alma ardendo
as rúas de Pompeia.
******
O teu amor
éme ainda hoxe unha aparición de pedra. (5)
(...)
Abre esta parte con un recuerdo a la memoria de José Ángel Valente que,
de alguna forma puede llevarnos a aquellos versos de A modo de esperanza: Aunque sea ceniza
cuanto tengo hasta ahora,/ cuanto se me
ha tendido a modo de esperanza.
El libro
sigue así esa búsqueda de espacios humildes, de ternura, que den dignidad a la
memoria. De este modo, cita a poetas como Juan Gelman, que es de los que mejor
ha engarzado desgarramiento e inocencia, para volver a la infancia y a esas
primeras canciones que comienzan a otorgar un sentido armónico del mundo. Bien
lo refleja el poema A primeira
canción:
Tiña tres anos.
Inventei a primeira canción para ti.
Oíronma cantar os paporrubios
o incêndio oíuma
canteina na raposeira
no agro no corredor da casa no horto
oíronma o escaravello e a couza
e non me deu vergonza. (6)
Existe esa vocación de percibir el paisaje en su totalidad, esto
es, en su dinamismo. El paisaje se reproducirá constantemente, y de ello es
símbolo el cuerpo femenino, una constante en la poesía de Olga Novo, donde la
reproducción es creación y estado de libertad. En una de sus intervenciones, la
Diosa campesina nos recuerda esa búsqueda de una condición digna y
libertaria:
Amar o pai e non querer o poder do pai. A suma
total e o esplendor interno. Florecer pra dentro. Amar o
pai é non querer o poder do pai (7)
Y el
personaje poético de este cráter transformador, sabe que la búsqueda del
vitalismo, del sentimiento de libertad, es la búsqueda de una lengua propia, de
una palabra precisa, e igual que en aquellos versos de Hölderlin, de una
conversación:
Fálame nesta lingua na que amaches. Na que
aprendiches a dicir
leite pan sabedoria. Fálame non te extingas ségueme falando fálame.
(8)
La
erupción de esta búsqueda se hace cromáticamente variadísima. Olga Novo alcanza
en este libro un estado de gran riqueza expresiva y temática, la ebullición
encuentra un orden personal (es de los rasgos que mejor definen el timbre
poético de la autora) que el lector transforma en cadencia propia, completando y
reiniciando el proceso de interacción poética. Un libro lleno de contrastes, que
busca explorar la palabra en todas sus posibilidades creadoras y comunicativas,
tal vez para llegar a esa idea platónica de belleza, como sugiere el final del
último poema:
Fodendo de xeonllos
na noite estrelada da mente de Platón
pensando
quizáis
na Idea da beleza. (9)
DOS POEMAS DEL LIBRO
CRÁTER
Vesubio
Na memória das trabalhadoras dos lupanares de
Pompeia
Se entro em erupción
ninguén está a salvo.
Desde neniña sei
que no fondo estou feita
de
lava prófuga.
A miña
columna de fume
ascende vértebra por vértebra
á
estratosfera.
Abrázote.
Abrásote.
Vesubio
En memoria de las
trabajadoras de los lupanares de Pompeya.
Si
entro en erupción
nadie
está a salvo.
Desde
pequeña sé
que en
el fondo estoy hecha
de
lava prófuga.
Mi
columna de humo
asciende vértebra tras vértebra
hacia
la estratosfera.
Te abrazo.
Te abraso.
Cousas que sei
Estase movendo a industria da miña
intuición:
a nena que fun vai feliz tres metros diante de
min
tanguendo cunha vara a miña
alma.
Estase precipitando a
lentitude:
sobrevoo con paciencia
unha ave rapaz
ata que descendo e
estáseme acabando de
fabricar
seda artesanal
no ventre.
Están os meus soños organizando o comité da
noite
Están as criaturas movendo as poleas do
cometa
que pasa por onda nós cada mil
anos.
Está a xeometría acomodándose para
durmir
no teu último ángulo
todo o mundo sabe xa
que o me u corazón está feito polo patrón da
maquinaria agrícola.
E podo
arrancarme de min
tan suavemente
que apenas oirías que me
marcho.
As miñas cicatrices
falan
coma un furacán mudo.
Saio ó perigo como á
chuvia
escoltada polos meus
órganos.
Todo isto sei
e sen embargo…
Cosas
que sé
Se
está moviendo la industria de mi intuición:
la
niña que fui va feliz tres metros delante de mí
tocando mi alma con una vara.
Se
está precipitando la lentitud:
sobrevuelo con paciencia
un ave
rapaz
hasta
que desciendo y
se me
está acabando de fabricar
seda
artesanal
en el
vientre.
Están
mis sueños organizando el comité de la noche
Están
las criaturas moviendo las poleas del cometa
que
pasa sobre nosotros cada mil años.
Está
la geometría acomodándose para dormir
en tu
último ángulo
todo
el mundo sabe ya
que mi
corazón está hecho con el patrón de la maquinaria
agrícola
Y
puedo
arrancarme de mí
tan
suavemente
que
apenas oirías que me marcho.
Mis
cicatrices hablan
como
un huracán mudo.
Salgo
al peligro como a la lluvia
escuchada por mis órganos.
Todo
esto sé
y sin
embargo…
NOTAS
(1)
Ceniza, Piedras, Lava y Roca metamórfica. (Todas las traducciones del gallego a
lo largo de la reseña son mías)
(2) Mi genoma es una red de carreteras
secundarias/ que incomunican la montaña con el valle. p.
15
(3)
Diosa campesina: sucumbirá el poder al
peso de la levadura de la ceniza que os entierra. Porque una flor de codeso
estallará un día mostrando que sobre el olvido medra la belleza. Que la vida se
abre paso. Se abre paso. Se abre paso. p. 19
(4) Pienso en ti/ y eres un menhir pequeño que
llora entre mis brazos// dispuesto a iluminar el tránsito de las almas/ te abres
ante mí/ inclinada estoy
mírame
ante tal floración granítica. p. 167
(5) Escucho en la noche/ un ladrido petrificado/
que recorre como un alma ardiendo/ las calles de Pompeya// Tu amor/ me es aún
hoy una aparición de piedra. p. 179
(6) Tenía tres años/ inventé la primera canción
para ti./ Me la oyeron cantar los petirrojos/ el fuego me la oyó/ la canté en
Raposeira/ en el campo en el pasillo de la casa en el huerto/ me la oyeron el
escarabajo y la termita/ y no me dio vergüenza. p.
72
(7) Amar al padre y no querer el poder del
padre. La suma total y el esplendor interno. Florecer hacia dentro. Amar al
padre es no querer el poder del padre. p. 105
(8) Háblame en esta lengua que amaste. En la que
aprendiste a decir leche pan sabiduría. Hábleme no te extingas sígueme hablando
háblame. p. 95
(9)
Follando de rodillas/ en la noche
estrellada de la mente de Platón/ pensando/ quizás/ en la idea de
belleza.