Finalmente se supo que
Hugo Chávez tenía cáncer, pero
durante más de dos semanas el secretismo dio pábulo a la especulación. De
acuerdo con la información oficial suministrada inicialmente por el gobierno
bolivariano, el comandante
Chávez fue sometido a una operación
en un hospital de La Habana, cuya denominación se desconoce, para extirpar un
absceso pélvico. Más allá de las noticias e imágenes que habían dado cuenta de
la evolución favorable del paciente poco más se supo sobre la verdadera
naturaleza de la operación, la gravedad de la enfermedad y el verdadero estado
de salud del presidente. Los rumores fueron disparados por declaraciones
provenientes del riñón gubernamental. El ministro de Exteriores,
Nicolás
Maduro, manifestó “La batalla que está dando el presidente
Chávez por su salud tiene que ser la batalla de todos, la
batalla por la vida, por el futuro inmediato de nuestra Patria… Acompañemos al
presidente en esta gran batalla por su salud y que sea una gran batalla y al
final una gran victoria de todo nuestro pueblo”.
Con declaraciones como
está es sencillo comprender por qué se desataron los rumores. Hasta tal punto ha
circulado la rumorología que había quienes no creían en nada de lo dicho por las
autoridades y manifestaban que todo es una treta de
Chávez para
confundir y humillar a la oposición. El objetivo sería retornar en olor de
multitudes el 5 de julio, coincidiendo con la celebración del bicentenario de la
independencia venezolana y el comienzo de la presidencial Cumbre de la Comunidad
de Estados de América Latina y el Caribe (CEALC o CELAC). La cancelación de la
Cumbre y el anuncio televisivo de
Chávez eliminan total y
definitivamente este último supuesto y llevan a los analistas y
“
chaviólogos” a concentrarse en la salud presidencial. Siendo
importante este tema, que lleva incluso a indagar acerca de su candidatura en
las elecciones presidenciales de 2012, hay otras cuestiones igualmente
relevantes, como por qué el gobierno ha impuesto un bloqueo informativo casi
total en torno al asunto;
por qué se
eligió Cuba para un tratamiento tan prolongado en lugar de
algún hospital público venezolano o
por qué no se
han activado los mecanismos institucionales que garantizan
el relevo temporal del presidente en el ejercicio de sus funciones cuando un
motivo de fuerza mayor le obliga a hacerlo y la enfermedad que padece el
presidente lo es.
Llegado el caso de que finalmente
haya que arbitrar algún mecanismo sucesorio, qué mejor que la familia para
garantizar una sucesión ordenada que no amenace los logros del
sistema
Detrás de todas estas preguntas se
esconde una
particular manera
de entender el poder, un extremo que trato más profundamente en
Populismos
latinoamericanos. Sin embargo, a la vista de lo actuado por
Hugo Chávez, en esta ocasión queda clara su
concepción
patrimonialista del poder, un poder que no se comparte ni
se reparte y que, de cualquier modo,
debería ser
para siempre. Llegado el caso de que finalmente haya que
arbitrar algún mecanismo sucesorio, qué mejor que la familia para garantizar una
sucesión ordenada que no amenace los logros del sistema. La debilidad
institucional no hace más que profundizar un estado de cosas caracterizado por
el enorme peso del caudillismo y por la utilización,
para sus fines
particulares maquillados como los verdaderos intereses del
pueblo venezolano, de todos los recursos del estado. La postergación de la
Cumbre de la CEALC abunda en este punto, ya que no se entiende la ausencia de
Hugo Chávez de una actividad pensada, más allá de los objetivos
integracionistas, para su lucimiento personal.
Estas cuestiones han
llevado a numerosos observadores de la realidad venezolana a fijarse en el
futuro político del gobernador del estado de Barinas,
Adán Chávez, el
hermano mayor del presidente. Coincidiendo con la convalecencia de su hermano,
Adán Chávez dijo: "La revolución nació en época bicentenaria, lo hizo por
la vía electoral y queremos seguir por ahí, por una vía pacífica que permita
construir el socialismo bolivariano, pero conscientes de los peligros que nos
acechan y que el enemigo no descansa, no podemos olvidar como auténticos
revolucionarios otros métodos de lucha" y citando al
Che Guevara agregó
que "sería imperdonable limitarse tan sólo a lo electoral y no ver los otros
métodos de lucha, incluso la lucha armada para obtener el poder, que es el
instrumento
Los presidentes de todos los países
viajan y se van de vacaciones y siguen siendo
presidentes
Según la Constitución venezolana
el presidente es quien designa y cesa libremente a su vicepresidente, de la
misma manera que a los ministros. Y el artículo 234 de la misma Constitución
establece que las ausencias temporales del presidente “serán suplidas por el
Vicepresidente Ejecutivo… hasta por noventa días, prorrogables por decisión de
la Asamblea Nacional por noventa días más”. Sin embargo, para el gobierno no
existe la obligación de un relevo, a tal punto que el vicepresidente
Elías
Jaua afirmó de forma taxativa: “El presidente legítimo, constitucional y
legal y en pleno ejercicio de sus competencias es…
Hugo Chávez, y punto,
no hay discusión”, ya que “está en perfectas capacidades físicas, mentales y en
pleno ejercicio de sus competencias constitucionales”, razón por la cual el tema
del reemplazo temporal de
Chávez “está fuera de lugar”. El principal
argumento de
Jaua es que
Chávez salió del país con permiso de la
Asamblea Nacional y que debió ser operado de urgencia en Cuba: “Está legalmente
facultado para estar fuera del país y el estar fuera del país no lo limita, eso
es absolutamente descabellado, de sus competencias constitucionales y legales”.
Reafirmó su idea recordando que los presidentes de todos los países viajan y se
van de vacaciones y siguen siendo presidentes.
En el caso de sucesión
definitiva del presidente, la Constitución establece que si ésta se produce en
los primeros cuatro años hay que convocar elecciones presidenciales inmediatas,
pero que si es en los últimos dos el vicepresidente asumirá el mandato hasta
completar el período. Éste podría ser el mecanismo elegido para, en el caso de
un agravamiento irreversible de la enfermedad de
Chávez, su hermano
Adán se haga con el poder. Al no ser transferible el carisma, quedaría
por ver cómo se cumpliría su
amenaza de
acudir a la lucha armada en caso de pérdida del poder,
una
amenaza recogida en múltiples oportunidades por otros
altos responsables del gobierno chavista.