Nicolasa: <i>Vuelos de águila</i> (Ediciones Carena, 2011)

Nicolasa: Vuelos de águila (Ediciones Carena, 2011)

    AUTORA
Nicolasa

    LUGAR DE NACIMIENTO
Fuentealbilla (Albacete, España)

    BREVE CURRICULUM
Es escritora, pintora, poetisa, naturópata y terapeuta del desarrollo espiritual. Define su vida como un viaje de continua transformación y autodescubrimiento. Durante más de tres décadas ha estudiado la psicología humana y la historia del arte en distintas partes del mundo. A través de los últimos 20 años ha hecho destacadas exposiciones de pintura en diferentes centros de España



Nicolasa

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Creación/Creación
Nicolasa: Vuelos de águila
Por Nicolasa, lunes, 4 de abril de 2011
Vuelos de águila ha nacido de un más allá del pensamiento lírico. Ha brotado de experiencias espirituales que la artista ha vivido como secuencias silenciosas, creadoras de aromas y colores originales. Agua de vida. Movimiento y dicha que Nicolasa ofrece, pétalo a pétalo, para alegrar el alma de quien pueda recrearse en sus poemas.

VUELOS DE ÁGUILA

Águila visionada en brazos del destino,
deja a mi cuerpo volar en nítidos albores
y cantos de libertad.
Abraza fragancias de regias melodías
concebidas en la piel desnuda de mi seno
y sé luz etérea en brisas de mi pecho,
para acariciar el ingenio de tus poéticos vuelos.

Águila de un recuerdo y humor dorado.
Transparencia de blanco plumaje
que reviertes mi sendero con brillante claridad,
eleva la vibración inspirada de tus poemas
y sé aroma de espiritual alimento
con mensajes de integridad.

Águila con alas de ángel,
engrandece cielos de fulgores
en despiertas fragancias de amor
y en corrientes del río de la vida
que mecen sus aguas en bosques sonrientes,
y hacen de la frialdad de albergues,
tibios corazones que ya no izan al viento
nube alguna de interferencias para la luz.

Vuelos de águila. Blanca flor de lis,
besa el calor humano nacido en las estrellas
y eleva a niños perdidos al seno de sí mismos.
Niños perdidos en selvas de hojas secas
acurrucadas en mentes de mercurio
y globos de ojos verdes.

Sin sueños ni nubes,
los vuelos de águila despiertan melodías blancas.
Bellos nenúfares de unión.
Imagen de palmeras que ojos físicos no ven.
Chispitas poéticas de espacios sin cuerpo.
Caricias de una visión de bolas de Energía.
Amor y Color.
Presencia. Presencia.


AMOR COMPARTIDO

Amor universal.
Amor compartido en carencias y abundancias.
Amor creador de frutos dorados
mecidos en olas de ascensión y besos apasionados.
Fascinación de abrazos amantes de sinceras procedencias.

Amor nacido en noches y días grandes
sin traumas ebrios de abandono.
Amor crecido entre bruma gris
para unificar espigas oro de valerosos trigales,
risas y mares de lágrimas.
Amor desarrollado con el empuje de seguir adelante
feliz pese a todos los pesares.

Amor concebido en el cielo
de hombres y mujeres con ecos unificados,
nobles creadores de alimento fortalecedor.
Dulce remedio de sanación placentera.

Amor fluido del alma.
Arma y escudo infalible de ricas fragancias.
Polvo de estrellas conectado a la Tierra.
Pilar melodioso que abraza el pasado
de niñas y niños somnolientos prestos a despertar.
Amor sublime de generosa entrega
hecha en dulces oleadas de gracias eternas.

Amor compartido en océanos de dicha.
Llave interna que abre canales de plata,
círculos y espirales. Riqueza del espíritu.
Amor que vuela con alas de esperanza
y suspiros de libertad en cuevas de marfil
trocadas en auroras carmesí y carrozas de ideas
sin espejismos de vanas ilusiones.

Amor. Amor creador, bellamente entrelazado
más allá de la materia más allá de toda prueba.

Amor de Vida Sabia.
Amor libre de deseos que aquí quedan.
Amor sin miedo.


ESTRELLA DEL DESIERTO

Al vivir el presente sin descontrol que me mueva
en direcciones contrarias a donde el viento me lleva,
vivo en rutas de mi pájaro de fuego.
Me elevo al horizonte del desierto interno
y en sus estancias me adentro
para formar oasis en su flor estrella.

En carro brillante con alas de plata,
me subo a la cima de una cumbre de esperanzas,
para llenarme de ideales en el otoño de la vida
y en tardes de mis días soleados.

Días vividos como Luceros de afortunados retiros.
Refugio de un templo interior alzado a visiones celestes
en que la voz amante de un susurro habla de inmensidad,
y canta ofreciendo al oído alientos a vivir sin miedos
blancos poemas de amor, fluidos en la vida diaria
sin la irrealidad de los sueños ni tristes ideas o conceptos.

Las notas de una estrella consumidora de silencios
guían mi desierto hacia nuevos horizontes
que acarician mis sienes prendidas
a fulgores blancos de firmamentos perdidos,
para que pueda mirar más allá de otras huellas
marcadas por experiencias y olvidos del pasado
que ahora labran mi destino.

Hoy, la voz chirriante del yermo me armoniza vacíos
y expande mis alas en dirección a astros que me guían,
al darme voluntad y coraje para cruzar desiertos
de ardientes arenas sin tibieza de estepa.
Sin impedirme el temor ser brasa o hielo,
encender íntimos fuegos o congelar el tiempo
en que luces del día acarician frías noches del alma.
Cuando se eclipsan sombras de dudas
con resplandores de estelas vivas
y despiertan fragancias que trasforman mi vida.


FLUIDOS CELESTES

Con amor fraterno dedico este poema
a la generosidad incondicional
de mi hermano Bernardo.
Genial artista del arte de hacer reír
a quienes aprecian la valía de su nobleza
y la capacidad innata de hacer bellos,
incluso los momentos más duros del vivir.



¿Qué otro presente puedo buscar
si hoy la eternidad sostiene
los brazos de mi esperanza,
y me da a beber alimento
de la Fuente emanada
del jardín de las Delicias?

Bebo fluidos celestes
en notas de tu apoyo incondicional,
y en miradas de tus mimos
nacidos para que ría mi alma
y viva mi alegre corazón.

Con vapores celestes
y ocurrentes metáforas
alimentas la gracia de tu don.
Gracia sabia
que hace despertar en las conciencias
la danza de la alegría
y la firme seguridad de ser luz y amor.

Gracias, hermano, por ser como eres,
por la innata alegría que emites
y por la fuerza espiritual que transmites.
Gracias te da una vez más
mi ancestral hermandad.


VUELOS DE COLORES

En vuelos del viento y aras de la vida
pude fluir estremecida de gozo
al soltar barros del pasado, dolores
y lodos consumidores de energía,
así vacié mochilas gastadas de rodar
entre impotentes bloqueos y amarguras
mantenidos sobre mi espalda
ya cansada de llevar tan dura carga.

Así quedó detenido el eco chirriante
de arrastrados pasos del recuerdo
y en el aire conseguí crear espacio añil
en noches de nívea luna,
para llenarlos del arrullador cantar
de mi cielo estrellado.

Vuelos de colores hechos en espacio abierto.
Pensamientos que arropan mi desnudez,
y sensaciones de no ser lo que fui,
me hacen difuminar sombras temerosas
y liberarme de piedras oscuras
donde tantas veces en el ayer tropecé.

Vivencias felices ahora vivo
de saber que no soy quien antes creí ser
en mis sueños infantiles.
El presente me habla de hologramas
y de sueños irreales protagonizados por creencias
marcadas en el mapa de mi viejo aprendizaje.

Hoy, la poesía de mis alas se mueve
en corrientes de olas con ritmo oceánico
y sin amarres me permito volar
en amplios canales de luz que abrazan mi infinitud.


BOLA DE LUZ

No hay muerte que me haga morir
ni sueños que me hagan sentirte fuera de mí,
Padre-Madre Luz.

Con la convicción de Tu Presencia,
dejo de oír voces limitantes
y vivo sin miedo la vida que he de vivir,
vibrando en plenitud
y dándote gracias por no alejarte de mí.

Cuando empecé a sentirte dentro, Bola de Luz,
me adentré en Tu Fuente y me hiciste saber quién soy,
los vuelos de mi mundo crecieron,
así como el servicio en alguna labor
que puedo hacer con estilo inspirado,
voluntad, constancia y amor.

Mundo interior transmutado por servicios altruistas.
Mundo liberado de noches deprimentes y tormentas de
[pasión,
con sencillos milagros y reconciliadora aceptación
de lecciones cotidianas
embellecidas por la escuela de la vida,
donde se juega a ser bebé
y a romper los juguetes para poder crecer.


ESPERANZA

Cuántos horizontes perdidos
en la mirada de mis sueños.

Cuántas vistas de alboradas
se diluyeron en caminos
que no sonreían a la vida.

Cuántas costumbres añosas,
dogmas y hábitos caducos
restaron alegría a mis años
de juventud devocional.

Cuántas veces se perdió mi sonrisa
en auroras de arenas negras,
en distancias centinelas y nostalgias ignoradas
que reprimieron mi primavera.

Cuántas lágrimas anónimas
cansadas de rodar en el silencio
de nubes perforadas por la suave luna
que sin permiso traspasó mi tiempo,
cayeron en la siembra de mi campo.

Lágrimas y olvidos.
Gotas de ansiedad y tristezas
que bailaron su propia danza
al son de una guitarra perdida
en el deseo de ser rasgada
con esperanzas virtuosas.

Esperanza en un mañana
fugitivo del futuro hecho hoy,
danzaron al ritmo armónico
de notas bajadas de cielos
que me traen recuerdos bellos,
para sentar el presente en veredas
de luminosos archivos eternos
que me permiten vivir sin muerte,
entre alegrías sin disfraces,
y verdades que me acunan
al deslizarse mi actual poesía.



Nota de la Redacción: agradecemos a Ediciones Carena en la persona de su director, José Membrive, la gentileza por permitir la publicación de estos poemas del libro de Nicolasa, Vuelos de águila (Carena, 2011), en Ojos de Papel