Otros
dos hechos significativos marcaron la ceremonia y las circunstancias de los
premios para
En tierra hostil. Primero, se trata de una película barata
(su producción no alcanzó los diez millones de euros) y con una baja
recaudación, poco más de 15 millones de euros en todo el planeta, antes del
Oscar claro. Estas cifras sitúan a
En tierra hostil a años luz de la que
fue su principal competidora,
Avatar, la obra de James Cameron que es la
cinta que más ha recaudado en la historia del cine, y desde luego una de las más
caras de sacar adelante. Segundo,
En tierra hostil ha recibido
contundentes críticas de los soldados destacados en Irak, quienes han calificado
la cinta de “poco creíble”.
En resumidas cuentas. Tenemos que
En
tierra hostil es una película barata que ha recaudado poco, es decir, que no
ha tenido el favor mayoritario del público. Tenemos que, sin embargo, ha ganado
el más prestigioso premio cinematográfico del globo a la mejor película, y su
directora, Bigelow, ha logrado con su trabajo de dirección el primer Oscar en
dicha categoría para una mujer. Tenemos que los protagonistas reales de la
película piensan de la misma que la historia que presenta es muy poco creíble. Y
tenemos que todos estos premios y logros lo ha cosechado la película de Bigelow
enfrentándose a
Avatar, una superproducción multimillonaria que ha
cosechado un éxito gigantesco de público en todo el mundo, trabajo dirigido por
un especialista en superproducciones de nombre James Cameron, ex marido de
Bigelow. Indiscutiblemente al menos el Oscar a la mejor historia original hay
que dárselo este año al Gran Hacedor o, para los nos creyentes, al Destino. ¡Que
guión más estupendo!, y en principio, y así sobre el papel, más inverosímil.
Dejemos a un lado la cuestión de lo verosímil o inverosímil de la
película, acusación que, referida al cine, me parece cuando menos bastante
idiota e injustificada. Qué más dará que una película sea verosímil!!! La
calidad de una película no se juzga por si lo que cuenta es posible o no, o por
si se ajusta milimétricamente a la realidad. Siguiendo tales argumentos casi
ninguna película de Hitchcock, por ejemplo, se mantendría en pie, y la inmensa
producción cinematográfica norteamericana de la edad dorada de Holywood
sencillamente se vendría abajo. No, hay que fijar la atención en otras
cuestiones a la hora de juzgar una película, o por lo menos la verosimilitud no
puede ser nunca un elemento con demasiado peso en la crítica, a no ser que esa
inverosimilitud sea sonrojante, y es evidente que no es el caso.
Pero
empecemos con nuestro juicio.
En tierra hostil cuenta la historia de un
grupo de artificieros del ejército norteamericano que trabajan en el Irak
post-Sadam. Viven aislados en una gran base militar en las cercanías (creo) de
Bagdag. Ese grupo está liderado por el sargento Thompson, pero cuando éste muere
durante una misión de desactivación de explosivos, lo reemplaza en carismático
pero impredecible y casi trastornado sargento James, un soldado al que el
peligro extremo del trabajo al que se dedica le funciona como una especie de
droga imprescindible, paradójicamente, para su supervivencia.
La
película cuenta la vida de ese grupo de soldados sometidos a un estrés brutal, y
cuyo trabajo consiste en salir en vehículo blindado del campamento en el que
pasan las horas, para desactivar bombas trampa colocadas en las calles de la
ciudad por los insurgentes irakíes.
En tierra hostil hace, evidentemente,
explícita referencia al contenido de la película. En este sentido estamos ante
una película que bebe en las fuentes de ciertos westerns fronterizos en los que
se cuenta la historia de algún destacamento de la caballería norteamericana en
territorio indio.
En tierra hostil podría haberse titulado Fort Apache o
Territorio Comanche. La esencia argumental es sencilla: un grupo de hombres que,
por su profesión, deben enfrentarse cotidianamente al peligro de muerte en un
territorio hostil, en un entorno geográfico y espiritual que está y se sitúa
frente a ellos, contra ellos. Estamos pues ante una situación muy del cine de
maestros como Howard Hawks o John Ford, muy del cine clásico norteamericano.
Pero Bigelow es consciente de su contemporaneidad, es decir, del tiempo
que vive, infinitamente más ácido y seco, más crudamente realista en su puesta
en escena que el tiempo en el que trabajaron los maestros mencionados. Y esto se
resuelve en la cinta con una ausencia radical de posible romanticismo en la
aventura, de sentido del humor, de oasis narrativos que rebajen la tensión… No,
el trazo narrativo de Bigelow no presenta concesiones: la tensión es permanente,
dramática, yo diría que angustiosa. Uno, como espectador, se introduce en el
blindado con los protagonistas, sale del campamento (de Fort Apache o Fort
Laramie), recorre las calles de la ciudad plagadas de miradas hostiles, de
enemigos potenciales a miles y en cada rincón…, y no deja de sentir una angustia
permanente agarrada como una zarpa a su corazón, a su garganta, a su mente.
Insisto, el trazo logrado por Bigelow es áspero como el papel de lija,
probablemente el más adecuado, no sé si el único posible, para lo que se cuenta.
En este sentido,
En tierra hostil, es de una eficacia absoluta, perfecta,
pues logra su objetivo: mantener en vilo al espectador, comunicarle lo dramático
y estresante de la actividad desarrollada, y esbozar sin moralinas un homenaje a
los compatriotas que luchan en Irak, a la vez que pone tenuemente en cuestión el
sentido de la misión, de la guerra, de la invasión.
En esta película
Jeremy Renner borda su papel de chiflado pero sensible sargento James, y está
muy bien secundado por un elenco de actores masculinos que cumplen con singular
eficacia su misión: hacer creíbles sus respectivos papeles y dibujar personajes
sencillos pero complejos, simples pero con notable trasfondo.
Sinceramente creo que estamos ante una película eficaz y más que
interesante, dirigida con nervio y comedimiento artesanal por Bigelow; una
película que presenta distintos niveles de lectura (crítica a la guerra, filme
de aventuras guerreras...), y en la que cada elemento presente lo está con
sentido y cumple muy bien su función narrativa. Un Oscar más que merecido y, en
mi opinión,
muy por encima de
los fuegos artificiales de Avatar.
Tráiler de En tierra hostil, película dirigida por
Kathryn Bigelow (original con subtítulos en
español)