Francis Pisani y Dominique Piotet: <i>La alquimia de las multitudes. Cómo la web está cambiando el mundo</i> (Paidós, 2009)

Francis Pisani y Dominique Piotet: La alquimia de las multitudes. Cómo la web está cambiando el mundo (Paidós, 2009)

    TÍTULO
La alquimia de las multitudes. Cómo la web está cambiando el mundo

    AUTOR
Francis Pisani y Dominique Piotet

    EDITORIAL
Paidós

    TRADUCCCION
Alicia Capel Tatjer

    OTROS DATOS
Barcelona, 2009. 300 páginas. 25 €



Francis Pisani

Francis Pisani


Reseñas de libros/No ficción
Francis Pisani y Dominique Piotet: La alquimia de las multitudes. Cómo la web está cambiando el mundo (Paidós, 2009)
Por Bernabé Sarabia, martes, 3 de noviembre de 2009
La tesis central de este volumen de Francis Pisani y Dominique Piotet, La alquimia de las multitudes. Cómo la web está cambiando el mundo, es que la red está cambiando la percepción del mundo y los modos que las personas tienen de relacionarse con la realidad. La cuarta parte de la población mundial es usuaria de Internet y dicha cifra no hace sino aumentar. En la prensa española de este otoño del 2009 hemos podido leer que nueve de cada diez adolescentes se conectan todos los días a redes sociales como Messenger, Facebook, Twitter, Tuenti o cualquier otra web menos conocida. La mayoría accede a Internet a solas en su cuarto en lo que las cadenas de televisión denominan prime time, es decir, entre las 20:30 y las 23:30. Los domingos por la tarde es el momento en el que más jóvenes revisan su perfil, charlan con sus amigos, comparten fotografías o se conectan entre sí.
No son sólo los adolescentes. Los internautas se han multiplicado y usan la red para hacer compras, consultar sitios web, intercambiar correos, buscar sexo, expresarse, crear grupos con fines muy diversos o compartir vídeos en YouTube o Dailymotion. Como ha declarado en repetidas ocasiones Chris Hughes, “el chico que hizo a Obama presidente”, tal como le denomina la revista norteamericana Fat company, Internet está cambiando el mundo. Chris Hughes, un veinteañero rubio y de ojos azules, creó Facebook con otros compañeros de la Universidad de Harvard y posteriormente dirigió la exitosa campaña presidencial de Obama en Internet.

El primer autor de este libro, Francis Pisani (Paris, 1942), es un especialista de prestigio que se ha ganado el respeto con sus columnas publicadas en prensa francesa y española de calidad. Además su blog, Transnets.net, escrito desde la costa californiana, es seguido por miles de internautas. De Dominique Piotet se sabe menos. Asesora a grandes empresas en sus estrategias de cara a Internet. En todo caso, el fruto de su colaboración es un libro imprescindible para entender, en primer lugar, la configuración de los elementos que estructuran Internet, en segundo término, la dinámica de la interacción de dichos elementos y, por último, la dirección de las líneas del desarrollo de Internet en los próximos años.

Ambos autores estudian los usos y hábitos de los jóvenes y muestran cómo las nuevas generaciones han creado una “dinámica relacional” conformada por millones de usuarios capaces de intercambiar lo más insospechado

La alquimia de las multitudes está organizada en tres grandes partes. En la primera, “La web de hoy”, Pisani y Piotet ofrecen al lector un recorrido cuyo punto de partida es la creación por parte de Tim Berners-Lee de la World Wide Web (www) en 1990. Se cierra este trayecto en el 2008, año en el que los buscadores aparecen convertidos en un elemento central de la web. A lo largo de estas dos décadas el lector va situando hechos como la aparición en 1993, en Estados Unidos, de NandO, el primer periódico digital, la creación en 1996 del protocolo http, la presentación por parte de Google del servicio Adwords en 2000, la aparición de YouTube en 2005, el nacimiento de Twitter en 2006, el comienzo de la venta del iPhone y la comercialización por parte de Amazon del lector Kindle en 2007 o la conversión del formato PDF en estándar en 2008.

Páginas adelante, ambos autores estudian los usos y hábitos de los jóvenes y muestran cómo las nuevas generaciones han creado una “dinámica relacional” conformada por millones de usuarios capaces de intercambiar lo más insospechado. Al tiempo que los jóvenes crean nuevas costumbres, nuevas formas de relación, la tecnología se hace más y más accesible hasta el punto de que llega a convertirse en algo tan dado por supuesto que incluso pasa desapercibida para la mayoría de los adolescentes.

En la segunda parte, “La alquimia de las multitudes”, ambos autores desarrollan la tesis central del libro, según la cual el papel de los “webactores” marca un punto de inflexión en la historia de las tecnologías de la información y de la comunicación. El término webactor es el contrapunto a internauta, nombre que designaba a los primeros usuarios de la Web 1.0, un soporte que permitía navegar de un documento a otro con una fluidez imposible en otros medios de comunicación. Sin embargo, estos primeros internautas apenas sacaban provecho de la capacidad bidireccional de la web. Era una red en la que los organizadores, las instituciones colgaban la mayoría de los datos. En la web de hoy, como escriben Pisan y Piotet, los usuarios cuelgan alrededor del 60% de los datos. El 25% del tráfico se realiza a través de las redes sociales, espacios privilegiados de intercambio y participación.

El estudio de la transformación de la prensa escrita es realmente brillante. Para Pisani y Piotet el modelo empresarial de las empresas de comunicación debe tener mucho de lo que el sociólogo polaco Zygmunt Bauman caracteriza como “sociedad líquida”. La información debe circular sin trabas

Los “webactores” actuales son múltiples, diversos y se agrupan en función de actividades muy heterogéneas. Pisani y Piotet los caracterizan por cinco rasgos básicos: acumulación de datos, diversidad, capacidad de síntesis, búsqueda de relaciones y capacidad deliberativa. A partir de estos cinco rasgos básicos se articula la alquimia de las multitudes, concebida como un proceso abierto sobre el que podemos actuar y entendida como un término distinto a “sabiduría de masas” o “inteligencia colectiva”.

Por último, se presenta al lector “Lo que está cambiando”, un magnífico intento destinado a poner en evidencia los cambios en la economía, la empresa y los medios de comunicación. La Web significa abundancia, tener muchas posibilidades entre las que elegir. La diversidad implica que se pueden vender más productos durante más tiempo y a más gente. De la cultura de la producción en masa se pasa a una cultura en la que la diversidad es productiva dado que los nichos son rentables. David Morley ha subrayado este fenómeno en su última publicación. Es evidente que el consumidor se enfrenta a una gran multiplicidad de ofertas, algo que hace unos años podía constituir un problema, como han señalado Mark Tungate en El universo publicitario o Raúl Eguizabal en Industrias de la conciencia. Ahora, sin embargo, Internet facilita las elecciones gracias a la eficiencia de los motores de búsqueda, a los diferentes sistemas de recomendación o a los consejos que cuelgan los propios usuarios. La fragmentación de la oferta no es un problema porque los mercados de nichos no substituyen al mercado tradicional de los grandes éxitos, sino que comparten con ellos la demanda. Libros, discos, películas o canciones tienen vida propia fuera de las listas de los más vendidos.

Tras el análisis de la publicidad, el estudio de la transformación de la prensa escrita es realmente brillante. Para Pisani y Piotet el modelo empresarial de las empresas de comunicación debe tener mucho de lo que el sociólogo polaco Zygmunt Bauman caracteriza como “sociedad líquida”. La información debe circular sin trabas. El viejo orden de las redacciones ya no tiene sentido. Ahora “las noticas ya no existen si no las recogen los motores de búsqueda. Entre el 50 y el 90 % de las noticias leídas o vistas en la web se encontraron en Google, Yahoo!, Live y algunos otros, y no pasando por la página cuidadosamente organizada de un medio de comunicación determinado”. Al convertirse la web en una plataforma para casi todo, las fuentes de información o de noticias dejan de ser destinos para convertirse en lugares de paso del internauta.

A modo de conclusión, los autores despiden este volumen afirmando que la progresiva digitalización, el desarrollo de la dinámica relacional y el aumento del número de los webactores conformarán la base de una Web 3.0 que sin duda mejorará nuestras vidas tanto en lo colectivo como en lo individual. Tal vez sea verdad, pero el escamado viejo lector coloca el libro en el anaquel de su librería y se estremece pensando: ¿Será tanta participación un espejismo?