Luis García Jambrina: <i>El manuscrito de piedra</i> (Alfaguara, 2008)

Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfaguara, 2008)

    TÍTULO
El manuscrito de piedra

    AUTOR
Luis García Jambrina

    EDITORIAL
Alfaguara

    OTROS DATOS
Madrid, 2008. 320 páginas. 18,50 €




Reseñas de libros/Ficción
Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)
Por Juan Antonio González Fuentes, viernes, 2 de octubre de 2009
Sitúese el lector. Estamos a finales del siglo XV en la Salamanca universitaria. En esa hermosa, antigua, compleja y variopinta ciudad, un joven de origen converso llamado Fernando de Rojas, estudia con bastante provecho Leyes antes de escribir la obra por la que pasará a la historia de la literatura universal, La Celestina. La inteligencia muy despierta y deductiva del muchacho no ha pasado desapercibida para los más altos poderes eclesiásticos y universitarios salmantinos. Por eso no resulta extraño que cuando un catedrático de Teología aparece ritualmente asesinado junto a un templo de la ciudad, Fernando de Rojas reciba del señor obispo el encargo de averiguar discretamente pero sin pausas ni remilgos qué ha sucedido, quién es el asesino. ¿Fernando de Rojas detective? Sí, detective.
Más o menos así arranca la primera novela de Luis García Jambrina, El manuscrito de piedra (Alfaguara, 2008), que tras cuatro o cinco ediciones desde que la primera apareciese en el mercado editorial español en los últimos meses del pasado año, ahora se dejará ver por nuestras librerías en versión bolsillo, tras haberse alzado con el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2009. Y es que esta novela de Jambrina se ha revelado como una de las indiscutibles y más felices sorpresas del año literario hispano, destapándose su autor como un competente narrador cuyo objetivo primordial no es, a Dios gracias, escribir imperecederas obras maestras, sino buscar y atrapar a un tipo de lector instruido y en forma que quiera entretenerse leyendo páginas bien escritas e interesantes, historias bien construidas que no sean simplezas infladas y huecas. En este sentido Jambrina está en la senda, por poner un ejemplo rotundo, del sueco Stieg Larsson, cuya trilogía ya ha sido reseñada en estas mismas páginas.

Luis García Jambrina (Zamora, 1960) es profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Salamanca desde hace ya algunos años, y a sus facetas de crítico, ensayista y docente, debe sumársele con inusitada fuerza la de narrador de raza, habiéndonos dejando ya muestras mas que notables al margen de El manuscrito de piedra. Me refiero a los libros de relatos Oposiciones a la Morgue y otros ajustes de cuentas (1995), y a Muertos S.A. (2005).

Jambrina utiliza la trama y sus acontecimientos para reflexionar en torno a temas de tanto calado como la heterodoxia, el Humanismo, la tolerancia cultural y racial, la libertad, la racionalidad, los abusos del poder...

Jambrina ha planificado su debut en el terreno de la novela como un inteligente general plantea una batalla que necesita ganar a toda costa. Ha elegido un escenario físico por él muy bien conocido para que la trama planteada y los personajes de la misma se desenvuelvan con comodidad, seguridad y solvencia (Salamanca); ha recreado un protagonista inolvidable construyéndolo a trazos de realidad histórica y de fina invención novelesca; y ha desplegado sobre las páginas en blanco una historia plagada de ingredientes atractivos para muchos tipos de lectores; me refiero a ingredientes que hacen que lo narrado pueda ser conceptuado como novela histórica, de misterio, policiaca, de campus universitario…, pero Jambrina le ha dado en El manuscrito de piedra además una vuelta de tuerca al asunto, no “cayendo” finalmente en ninguno de los tópicos al uso de los mencionados géneros, y encontrando un hilo conductor que cose todos los mencionados a la piel de la historia, pero trascendiéndolos practicando un simbolismo muy eficaz, irónico y nada ramplón.

Así, Jambrina, además de regalarnos una novela de asesinatos y detectives que tiene lugar en la Salamanca universitaria y oculta del siglo XV y cuyo “héroe” protagonista es un personaje real de fama universal convertido en arrojado detective, además, digo, Jambrina utiliza la trama y sus acontecimientos para reflexionar en torno a temas de tanto calado como la heterodoxia, el Humanismo, la tolerancia cultural y racial, la libertad, la racionalidad, los abusos del poder…

El manuscrito de piedra es una novela escrita desde la erudición pero no para la erudición. Es una novela escrita para entretener, para que el lector disfrute de las sorpresas, peligros, trampas…, con las que Rojas se va topando en su intención decidida de resolver el entuerto de las muertes e intrigas que le van saliendo al paso mientras deambula casi lupa en mano por la Salamanca oficial y ortodoxa de curas, estudiantes y nobles, y por la Salamanca fantasmal, mágica, subterránea que está habitada por la heterodoxia, por brujas, librepensadores y espectros. El manuscrito de piedra nunca se pone ni por encima ni por debajo del lector. En este sentido es una novela inteligente, escrita desde una inteligencia que busca la inteligencia del lector, al que trata de igual a igual, con sumo respeto, y procurando encandilarle con los elementos que en la novela han funcionando desde siempre: una buena historia bien escrita. Jambrina lo ha logrado con creces y brillantez. ¡Ah!, y no desvelo quién es el asesino, lean la novela y sorpréndanse.