XXY es el primer y sorprendente largometraje de la argentina Lucía Puenzo, que se ha atrevido a plantear la ambigüedad más dramática del ser humano en un trabajo lleno de sensibilidad y respeto. La diferencia sigue y seguirá siendo eternamente mal aceptada por el mundo supuestamente civilizado que tanto esfuerzo ha dedicado a nombrar, ordenar y encasillar. Si además se trata de la indefinición más elemental posible, la física, XXY resulta una gesta inimaginable para un debut.
Alex lleva toda su vida sorteando la normalidad, intentando en vano pasar desapercibida, pero parece haber llegado a un punto de inflexión del que no hay retorno. Siempre a punto de bascular, el personaje se pone a prueba cada segundo que pasa y la fragilidad que emana de su ser sibilino resulta perturbadora y a la vez de una delicada belleza. La joven actriz Inés Efrón es un verdadero descubrimiento, y pocos espectadores olvidarán fácilmente su mirada profunda que pasa del desamparo a la rabia, y a la autoafirmación de esa diferencia que la hace única e ineludiblemente frágil.
La complicidad que Lucía Puenzo describe entre Alex y su padre (Ricardo Darín) así como la que va deshaciéndose paulatinamente con las olas entre ella y su madre resulta interesante y probablemente acertada. También lo es, sin lugar a dudas, la dificultad que tienen sus progenitores a elegir por ella o simplemente a aconsejarla, sabiendo que no podrán nunca protegerla de lo que la vida y los otros le deparan.
Lucía Puenzo: XXY (tráiler colgado en YouTube por keane43)