Carátula del CD "Los Rayos"

Carátula del CD "Los Rayos"

    GÉNERO
MUSICA

    TEMA
Crítica de Los Rayos, último CD de Vicentico (por Marion Cassabalian)

    OTROS DATOS
Lanzamiento: 2004.
Discográfica: BMG Music Spain.
Dirección artística y musical: Vicentico y Afo Verde.
Productor Ejecutivo: Aníbal Vaino Rigozzi.
Coordinación de producción: Cynthia Lejbowitz.
Artistas invitados: Flavio Cianciarulo, Florián Fernández Capello, Julieta Venegas, Lucho González, Pablo Durand y Diego Ortells y Ervin Stutz.
Diseño: Alejandro Ros.
Fotografías: Nora Lezano y Sebastián Arpesella.




Carátula del CD "Vicentico" (2002)

Carátula del CD "Vicentico" (2002)










Magazine/Música
Nostalgia y militancia
Por Marion Cassabalian, lunes, 3 de octubre de 2005
Gabriel Vicentico Fernández Capello, ex voz principal del grupo argentino Los Fabulosos Cadillacs, presenta dos años después de su primer disco en solitario, Vicentico, su segundo trabajo titulado Los Rayos. Con el mismo arte de siempre y una inspiración que parece ser inagotable, el carismático cantante porteño nos transporta en la historia y en varios países del continente latinoamericano. Con letras todavía tan comprometidas como en sus comienzos, Vicentico dibuja un mundo cada vez más herido por la violencia y dominado por el dinero.
Como todo en Argentina, el segundo disco de Vicentico está impregnado de nostalgia, ritmo y militancia. Después de 18 años -y 15 discos- al frente de Los Fabulosos Cadillacs, Gabriel Fernández Capello compuso su segundo disco en solitario, Los Rayos, trabajo con mucha personalidad y fiel a su color de siempre. Las doce canciones de este álbum suenan como familiares, por el calor y la nostalgia que desprenden. De hecho, uno de ellos, "Tiburón", ya es conocido de los amantes de la música latinoamericana ya que su compositor es el panameño Rubén Blades. No es casualidad que el cantante argentino haya elegido un tema que denuncia abiertamente al capitalismo sobre fondo de percusión (Blades compuso "Tiburón" contra el intervencionismo estadounidense en Centroamérica).

Ya en tiempos de Los Fabulosos Cadillacs, sin duda una de las mejores bandas de rock argentino del siglo XX, los temas comprometidos eran costumbre. Y ya en esta época hacían versiones de las canciones más militantes de Blades como la tremenda "Desaparecidos", que evoca el más profundo dolor de numerosos países de sur del continente. Aunque Vicentico siempre huyó del papel de moralista o de cantante "politizado", cantar en Argentina en los años ochenta no podía ser algo neutro. Sin embargo, la protesta de Los Fabulosos siempre estuvo envuelta en ritmos endiablados cercanos al ska, la cumbia o incluso el rock duro. Fue una banda que evolucionó desde la frivolidad de "Te tiraré del altar", hasta la gravedad de "Vasos Vacíos" o "Matador". Era, según los componentes de la banda, como "envolver el corazón amargo en música festiva"...
Con el apoyo incondicional de su voz suave e inconfundible, Vicentico sigue convenciéndonos con un mensaje claro, envuelto en ritmos y melodías (casi) siempre geniales

Pero a lo largo de toda su carrera estuvo presente el sello de la originalidad y de la creatividad. Y un color propio, que Vicentico supo conservar en sus dos trabajos en solitario, adaptándose continuamente a las épocas y los gustos. En su primer disco, ya fuera de la banda que le hizo famoso, sorprenden las guitarras vascas y las influencias flamencas. Mezclado y masterizado en Madrid, Vicentico (2002) también tenía su parte de controversia: el vídeo de "Se despierta la ciudad", el tema más escuchado, fue censurado en Argentina por las escenas violentas en donde niños pequeños se disparan uno a otros en una chabola.

En Los Rayos y al igual que en todas sus composiciones anteriores, Vicentico vuelve a mezclar estilos musicales rioplatenses como la murga y la cumbia, con claras influencias africanas y caribeñas. Temas como "La libertad", "Armas" y "La señal", son canciones que con sólo escucharlas una vez se instalan en el oído y en la mente. "El barco" y "La verdad", por su parte, llevan una tinte mucho más sentimental, casi triste, que se adaptan perfectamente al timbre de voz de Vicentico. Pero el mejor tema de todos, es sin duda la otra versión que contiene este disco, "Caminos de la vida", tema de Omar Antonio Geles Suárez, que retrata la dura lucha que representa la vida, con acordeón en telón de fondo... El único fallo de este álbum es el séptimo tema, "Soy feliz", que sorprende por su sencillez casi ingenua y una letra lejos de estar a la altura del resto.

Con el apoyo incondicional de su voz suave e inconfundible, Vicentico sigue convenciéndonos con un mensaje claro, envuelto en ritmos y melodías (casi) siempre geniales.