AUTOR
Pio Moa

    GÉNERO
Historia

    TÍTULO
Los crímenes de la Guerra Civil y otras polémicas

    OTROS DATOS
Madrid, 2004. 286 páginas. 22 €

    EDITORIAL
La Esfera de los Libros




Reseñas de libros/No ficción
Moa prosigue su revisión
Por Rogelio López Blanco, martes, 18 de mayo de 2004
En este libro Pío Moa reúne diversos artículos relacionados con la Guerra Civil en los que recoge sus réplicas o entabla debate con historiadores que mantienen posiciones opuestas a las suyas. En general, son contestaciones a comentarios adversos sobre sus obras o reseñas de libros que el autor critica. Junto a ello, al final, aparecen dos interesantes textos sobre el antifranquismo que cierran una especie de círculo que traza el libro: comienza en la contienda civil propiamente y acaba en la utilización de ésta como arma política, tanto en la vertiente del discurso como en la justificación de la violencia.
En todos ellos el denominador común es la revisión a fondo de la interpretación de los acontecimientos de la República y la Guerra Civil elaborados por historiadores que han partido del marco de referencias que ha ofrecido la izquierda de esa etapa y a lo largo de la lucha antifranquista. Moa pretende establecer un debate serio y riguroso, una “confrontación de ideas y de datos”, para despejar la polvareda que levantó su anterior y exitoso libro, Los mitos de la Guerra Civil (La Esfera de los Libros, 2003).

Pero este debate entre historiadores no parece posible. Primero, porque ambas partes se han lanzado a la descalificación profesional y a la crítica ad hominen, en un ambiente de acritud personal que impide el desarrollo de un debate basado en el respeto mutuo. Segundo, y principal, porque, es imposible negarlo, debajo de estas polémicas históricas subyace un enfrentamiento con intenciones políticas e ideológicas que el autor aprecia en sus adversarios, pero poco o nada respecto a sus propios juicios.
En Pío Moa se encuentran muchas de las características que él denuncia en sus adversarios y/o detractores: busca adaptar la historia de España a unos presupuestos que encajen en una interpretación determinada del pasado

Dicha intención se revela patentemente en su ensayo sobre “La idea de España en la Segunda República”, donde, para invalidar la corriente de ideas que configuran la concepción de España que tiene el presidente Manuel Azaña, adopta un enfoque próximo al de Menéndez Pelayo en la valoración de la historia española, forzando la interpretación de las corrientes de la tradición liberal del siglo XIX al omitir el significado de la lucha contra el absolutismo y no reconocer que el sistema canovista incorpora elementos fundamentales de la facción progresista. También exagera el contenido destructivo del regeneracionismo, que alentó el impulso reformista de la Restauración y que, a la postre, configuró la agenda de la modernización de España hasta hoy. En este artículo es donde más nítidamente se manifiesta la intención de Moa por encontrar una línea de continuidad que permita interpretar el pasado español, aunque sea forzadamente, desde una visión que satisfaga a la derecha.

Dejando a un lado esa ingeniería historicista, es mucho más importante la acertada visión general que proporciona Moa para explicar el creciente interés que, de unos años a esta parte, se ha desatado por desenterrar el recuerdo de la Guerra Civil, la apelación a la memoria, la abundancia de una producciones cinematográficas y literarias que enfatizan el lado noble de los derrotados, pero que han orillado en todo momento las terribles sombras que el autor, con persistencia y denuedo, ha sabido mostrar al gran público. Efectivamente, existe una clara intención de asimilar a la actual derecha con la que emprendió la atroz represión que tuvo lugar durante y después de la guerra para denigrarla con fines claramente políticos cuando es palmario su carácter democrático. El mejor ejemplo de cómo ha cuajado esta intención se encuentra a diario en los medios con las alusiones al autoritarismo del gobierno, junto a la persistente identificación de Aznar con la figura de Franco. Esa contumaz repetición insiste en un camino impracticable para el país.

En cualquier caso, en Pío Moa se encuentran muchas de las características que él denuncia en sus adversarios y/o detractores: busca adaptar la historia de España a unos presupuestos que encajen en una interpretación determinada del pasado. Y aprovechando la crítica a las visiones deformadoras, cuando no pura manipulación o invento, de los nacionalistas independentistas, en especial del País Vasco y Cataluña, lo hace desde unos valores que en el fondo niegan otras visiones alternativas de lo español, fundamentalmente respecto a la izquierda. Su acertada crítica a la ausencia de base de una supuesta superioridad moral sobre la que se ha erigido la izquierda española, nacida de la hiperlegitimación que se ha autoadjudicado por la lucha antifranquista y la represión del régimen del dictador Franco, se transforma así en su contrario, pasando la postura de Moa a sustanciarse como la más legítima porque atribuye a la visión opuesta a la suya un componente de negación absoluta de lo español. La crítica de Moa es muy estimable y debe ser contemplada, pero los valores que subyacen en su enfoque son ciertamente cuestionables. La causa está en que empezó por la labor de revisión y solo ahora parece estar intentado construir una visión alternativa, un camino equivocado si adopta como punto de partida el nacionalcatolicismo.